El SedientoPor buscarme, Poesía, en ti me busqué:deshecha estrella de agua,se anegó en mi ser.Por buscarte, Poesía,en mí naufragué.

Después sólo te buscabapor huir de mí:¡espesura de reflejosen que me perdí!

Mas luego de tanta vueltaotra vez me vi:el mismo rostro anegadoen la misma desnudez;las mismas aguas de espejoen las que no he de beber;y en el borde del espejo,el mismo muerto de sed.

Octavio Paz.

Análisis Hermenéutico.

Primer verso.

Necesidad de verse a sí mismo en un espejo existencial que lleva al acercamiento e

integración del alma en su máxima expresión plasmada en letras, Cual belleza

efímera, pura, clara llena de vida y necesaria, la cual cubrió totalmente la

existencia, tomó de tajo su vida y se pregnó a él, la búsqueda continua y

desesperada de él a través de la poesía, que llegó a olvidarse de él mismo,

paradójicamente perderse dentro de sí, buscándose.

Segundo verso.

Un cambio en las conductas que llevan a la búsqueda de aquello a lo que se tuvo

un acercamiento, era un lugar tan cómodo que no era necesario él para vivir, ya

que se existía en un refugio de sí mismo, de su ser, cómodamente olvidado: Un

sinfín de complejos recuerdos, o evocaciones que la poesía trajo a sí, que quedó

anonadado, cubierto, bañado y consiente e inconscientemente olvidado.

Tercer Verso.

Tras el acercamiento a la poesía, a su conocimiento y el saborear sus mieles, volvió

a encontrarse, la comparación de la visión de su pasado ahora bañado de poesía,

donde la intimidad del alma dejó de ser un secreto, esa misma claridad, pureza,

reflejos y vida que no puede durar para siempre, y al final del reflejo de ese mundo

de poesía, se encuentra otra vez, logra verse, sabiendo que nunca será saciado, un

final melancólico, denotando un deseo tan grande que lo tiene atado, Un frenético

hombre con sed de poesía, sed del habla del alma.