7/25/2019 El Secreto de Las Piramides

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EL SECRETO DE LAS PIRAMIDES

Estas descansando en tu casa una tarde despus de la escuela, cuando

recibes una llamada telefnica de tu to Bruce, brillante cientfico y viajero

incansable.

- Acabo de llegar de Egipto te dice - . ebo procurarme nuevo e!uipo para

proseguir mis investigaciones de las pir"mides. #$e gustara ir all conmigo

y acompa%arme unas semanas&

'iempre (as envidiado a bruce por sus s)bitos viajes a e*ticos lugares del

oriente medio y del e*tremo oriente, a veces de varios meses de duracin. +o

tardas muc(o en decidirte a ir con l.

os das siguientes los dedicas a los preparativos del viaje. Antes de !ue te

des cuenta, t) y Bruce os (all"is en un reactor de la $A !ue se dirige a

oma, la primera escala de vuestro viaje al /airo.

En el avin, tu tio te e*plica su plan, !ue consiste en colocar unos

instrumentos especiales en la camara situada debajo del centro de la pir"mide

mayor de 0i1e(. El cientfico espera comprobar el efecto !ue causan en las

pir"mides los rayos csmicos rayos formados por velocsimas partculas del

espacio !ue (abitualmente penetran profundamente en el suelo.

- 'i mi teora es correcta dice to Bruce -, estos rayos podran ser

concentrados por la pir"mide para producir una cantidad ilimitada de

energa.

2ientras Bruce est" (ablando, te percatas de !ue un (ombre sentado cerca de

vosotros se esfuer1a por or lo !ue dice tu to. 'in duda, siente simple

curiosidad. 3ero4 5tiene un aspecto tan e*tra%o6

En oma (acis transbordo y tom"is un reactor de la Egyptair. $e sorprende

ver al mismo (ombre del reactor a borde de avin con destino al /airo.

- $endr !ue atender por montones de papeleo en el aeropuerto cuando

desembar!uemos dice Bruce - #3or !u no pasas en seguida por la

aduana y tomas un ta*i para el 7otel Estrella y 2edia una, donde nos

(ospedaremos& 2i ayudanta, Andrea, te estar" esperando all. Ella puede

instalarte en nuestra (abitacin mientras mi e!uipo es descargado del

avin.

En cuanto tom"is tierra, tu to se marc(a al "rea de recepcin de e!uipajes

dej"ndote sola en una tierra e*tra%a. 3or si fuera poco, el desconocido del

avin se te acerca y te entrega un tro1o de papel doblado, luego se vaprecipitadamente (acia la parada de ta*is !ue est" en frente de la terminal.

Pasa a la pgina dos.

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esdoblas la nota con rapide1. 0arabateadas con tinta roja (ay estas palabras8

90uardaos de la esfinge:.

7as odo (ablar de la estatua de la esfinge !ue est" pr*ima a las pir"mides.

2"s #por !u debais guardaros de ella& 3iensas !ue esfinge podra ser una

palabra en clave y no se refera en absoluta a la verdadera Esfinge. ;ui1" lanota es una burla sin significado. 3or otro lado, podra entra%ar alg)n peligro

para ti y Bruce.

ecuerdas la ve1 en !ue sentiste el impulso de saltar de un autob)s en tu

poblacin, justo antes de !ue ste fuera envestido por un camin. A(ora

sientes el impulso de !ue deberas seguir al desconocido.

El e*tra%o (ombre ya (a subido al ta*i cuando tu alcan1as la parada !ue (ayenfrente de la terminal del aeropuerto. $e las ingenias para tomar el ta*i

situado detr"s del suyo.

- #7abla usted ingls& preguntas al conductor.- 7ablo muc(o ingls, mister.- Bien, entonces siga a ese ta*i le ordenas.

$u ta*i serpentea por el intenso tr"fico, con el cla*on sonando sin parar, como

una trompeta. $u conductor no puede impedir !ue le adelanten algunos

coc(es. 'in embargo logra mantenerse a menos de una man1ana de distancia

del otro ta*i.

El tr"fico se vuelve lento como el andar de una tortuga, una ve1 !ue (abis

entrado en la parte m"s vieja de la ciudad. El ve(culo !ue estas siguiendo se

para, y el desconocido se apea de l. as a tu ta*ista un par de billetes

americanos con la esperan1a de !ue cubriran el importe de tu trayecto. 3or

fortuna, el conductor parece m"s !ue contento cuando sales del coc(e.

/asi no puedes ver a travs de la espesa multitud, m"s consigues distinguir al

(ombre !ue estas siguiendo. Est" entrando en lo !ue parece una cafetera. $e

abres paso a empujones (acia la entrada.

El golpeteo rtmico de la m)sica del 2edio

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=n camarero te trae un recipiente de largo mango !ue contiene caf espeso y

fuerte. o vierte ceremoniosamente en una tacita de porcelana. 'abe un poco

amargo, pero no es malo. 'orbes el caf lentamente mientras observas la

dan1a. #son imaginaciones tuyas, o la bailarina te est" mirando&

a m)sica se (ace m"s fuerte, las luces devienen m"s intensas. +o lograsconcentrar la mirada. os bra1os y las piernas te pesan como plomo, y no

puedes moverlos. 'ientes vrtigo 5notas !ue pierdes el conocimiento&

$e despiertas en un catre de (ierro situado en un pe!ue%o almacn.

escubres !ue tienes un tobillo encadenado a la cama.

3oco a poco los ojos se te acostumbran a la oscuridad. 7ay una ventana

pe!ue%a en la pared, muy por encima de ti> a su travs puedes ver como brillala luna creciente.

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$ejas planas se e*tienden en diversas direcciones, iluminadas por la plateada

lu1 de la luna. $e vuelves para ayudar a 'erena a subir, pero ya est" a tu lado.

- 5"pido6 5Al otro e*tremo del tejado6 te ordena.

pero ya (ablaremos m"s tarde.

$enemos !ue darnos prisa, oigo a alguien !ue viene.

'erena te gua por un largo tramo escaleras abajo.

a sigues a travs de unos corredores !ue son tan estrec(os !ue apenas

podis pasar por ellos. A veces oyes gritos cercanos y ves vacilantes luces de

linternas escudri%ando los rincones oscuros donde t) y la dan1arina estabais

unos segundos antes. 3or fin, en un angosto pasillo 'erena se detiene y

escuc(a.

- 2ira esa carreta tirada por un burro, all te susurra es de mi pueblo, lo

(e arreglado para !ue viniera a buscarme a!u, me arrastrare (asta su

fondo, fjate en como lo (ago y luego (as lo mismo.

Apenas (ay espacio para ti cuando te desli1as dentro del carromato la mujer

esparce la paja para !ue os cubra y a continuacin da una se%al al conductor

con un ligero silbido.

Si decides saltar, pasa a la

Pasa a la pgina 110

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El ve(culo se pone en marc(a. ais por estrec(as callejuelas, m"s tarde por

calles m"s anc(as. os ruidos de la va p)blica desaparecen, y adivin"is !ue

est"is fuera de la ciudad.

- /reo !ue nos (ayamos fuera del alcance de nuestros perseguidores dice

'erena 'i lo deseas puedes emprender el regreso desde a!u. 'icontinuas conmigo (asta mi pueblo, all ser"s bienvenida.

Estas ansiosa por llegar al (otel y reunirte con to Bruce y Andrea. 'ientes no

poder ir al pueblo de 'erena.

as las gracias a esta y te bajas.

#nde est"s& a p"lida luna refleja un paisaje imponente. evantados en

todas direcciones (ay unos pe!ue%os edificios, todos abandonados. agas

arriba y abajo por las calles silenciosas (asta !ue por fin ves un grupo de

personas acurrucadas ante un pe!ue%o fuego. a noc(e es fra y a!uella

gente te (ace se%as para !ue te re)nas con ellos. $e !uedas con el grupo

(asta el amanecer.

a lu1 del da (ace !ue te des cuenta !ue estas en un cementerio enorme.

5Esos pe!ue%os edificios deben de ser tumbas6 +o estas segura de la salida,

pero eliges una direccin y la sigues. @inalmente, llegas a una modesta tienda

e*terior al camposanto. All encuentras un telfono y llamas a to Bruce al(otel.

- $o empie1as estoy en una tienda justo fuera de un gran cementerio, en

!ue todas las tumbas son edificios en miniatura y4- ' e*actamente dnde est" eso dice Bruce limtate a !uedarte sentada

y !uieta (asta !ue yo llegue a(. 'algo a(ora mismo.

En el ta*i del regreso al (otel casi te sientes aliviada cuando to Bruce te dice

!ue tiene !ue volver precipitadamente a los Estados =nidos a causa de un

asunto urgente y !ue t) y el tenis reservas para el pr*imo vuelo a +ueva

orC.

FIN

Si decides apearte de la carreta pasa