El Salvaje Metropolitano

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El salvaje Metropolitano Paycita El trabajo de campo etnográfico: trayectorias y expectativas En los comienzos del enfoque etnográfico los primeros en ocuparse de los pueblos primitivos buscaban incluir prácticas y modos hasta entonces considerados aberrantes. A mediados del siglo XIX (Darwin, Mendel, Virchow) se abrieron nuevas áreas de conocimiento cuya legitimidad científica aún debía ser probada. La antropología se propuso contribuir a la reconstrucción de la historia de la humanidad y revelar su sentido. Esta disciplina vino a montarse sobre siglos de colecciones y recopilaciones, creencias, mitos, ceremonias religiosas, narraciones, etc. Después en trabajo propio etnográfico la cuna positivista fue la base del Trabajo de Campo, en donde varios investigadores entres estos Malinowki eran formados académicamente por otras áreas fuera de la antropología, como la física y la química La antropología social adopto entonces el cometido científico de describir y explicar estas sociedades a la luz de los preceptos dominantes en las ciencias sociales de la segunda mitad del siglo XIX y la primera del XX. Lo social debía estudiarse a través de un contacto directo, no mediado, con el mundo empírico. La perspectiva Interpretativista critico el positivismo. Debido a que postulaba que los hechos humanos no se rigen por movimientos mecánicos ni por un orden inmanente y externo a los individuos, sino por las acciones que estos asignan a sus acciones. Las significaciones que funden el orden social, no son observables como la conducta animal. Es así que se explica que el guiño de un ojo tiene diferentes interpretaciones dependiendo de la cultura (ej: invitación sexual, complicidad o comunicación entre compañeros de un juego) (Cliforf Geertz)

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El salvaje Metropolitano Paycita El trabajo de campo etnográfico: trayectorias y expectativas

En los comienzos del enfoque etnográfico los primeros en ocuparse de los pueblos primitivos buscaban incluir prácticas y modos hasta entonces considerados aberrantes.

A mediados del siglo XIX (Darwin, Mendel, Virchow) se abrieron nuevas áreas de conocimiento cuya legitimidad científica aún debía ser probada.

La antropología se propuso contribuir a la reconstrucción de la historia de la humanidad y revelar su sentido. Esta disciplina vino a montarse sobre siglos de colecciones y recopilaciones, creencias, mitos, ceremonias religiosas, narraciones, etc.

Después en trabajo propio etnográfico la cuna positivista fue la base del Trabajo de Campo, en donde varios investigadores entres estos Malinowki eran formados académicamente por otras áreas fuera de la antropología, como la física y la química

La antropología social adopto entonces el cometido científico de describir y explicar estas sociedades a la luz de los preceptos dominantes en las ciencias sociales de la segunda mitad del siglo XIX y la primera del XX. Lo social debía estudiarse a través de un contacto directo, no mediado, con el mundo empírico.

La perspectiva Interpretativista critico el positivismo. Debido a que postulaba que los hechos humanos no se rigen por movimientos mecánicos ni por un orden inmanente y externo a los individuos, sino por las acciones que estos asignan a sus acciones.

Las significaciones que funden el orden social, no son observables como la conducta animal. Es así que se explica que el guiño de un ojo tiene diferentes interpretaciones dependiendo de la cultura (ej: invitación sexual, complicidad o comunicación entre compañeros de un juego) (Cliforf Geertz)

Algunas formulaciones críticas:Expresando posturas teóricas diversas, se desprende que los primeros estadios de la

práctica antropológica respondieron a los siguientes principios generales.El carácter científico de los estudios de campo, que los diferenciaba de los fines

aplicados de la administración colonial o del adoctrinamiento evangelizadorLa presencia directa (in situ), del evangelizador y, por lo tanto, relación no mediada

con los miembros de la cultura para evitar distorsiones etnocéntricas y extracientíficas.El estudio de unidades sociales circunscriptas, generalmente pequeñas, que permiten

relaciones cara a cara con los sujetos.Relevamiento de todos los aspectos que conforman la vida social, aun de aquellos

que, en un principio, pudieran parecer irrelevantes para la investigación, la descripción de la realidad social como unidad compleja y totalizadora no debía descuidad ningún aspecto ni priorizarlo de antemano; la articulación entre lo económico, lo político, lo simbólico y lo social debía provenir del estudio empírico.

Por consiguiente, una descripción cabal de la cultura procedía inductivamente, por la sistematización, clasificación y generalización en el interior de la unidad, a partir de lo observado.

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Dicha descripción debía dar cuenta de la coherencia interna del sistema sociocultural descrito.

Cada hecho social y cultural tiene sentido en su contexto específico y no desgajado de él.

Conclusión: este enfoque aportó no sólo un conocimiento global y contextualizado de los modos de vida más diversos sino que, al intentar combatir el conocimiento etnocéntrico, dio lugar de la perspectiva del sujeto cognoscente investigador como la única posible y legítima.