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EL SABIO FAQUIRCuento Popular rabeEl sabio y honorable faquir Farid, que presida una orden de monjes mahometanos, peregrinaba por Arabia atravesando arenosos desiertos y verdes oasis. Cierto da lleg a una ciudad y se encontr con un hombre que llevaba bolsas de azcar en un carro. Qu llevas ah? le pregunt el faquir.El otro estaba muy malhumorado y le contest burlonamente:Y qu piensas que llevo? Cenizas, nada ms que cenizas!Bien, que sean cenizas dijo el religioso. Cuando el hombre lleg con su carro a la feria para vender el azcar y abri las bolsas, oh, sorpresa!, realmente contena cenizas. Rpidamente corri y alcanz al faquir; se arroj a sus pies y rog: Ten compasin de m! Reconozco que he merecido tu castigo; pero si no me perdonas, ser un mendigo. Oh, por favor, vuelve a transformar la ceniza en azcar!Bien, levntate dijo el faquir. Que se cumpla tu deseo; pero cudate en el futuro de contestar mal a alguien que te pregunta amablemente.El hombre lo prometi y luego pens: "Qu lindo sera poseer esos poderes mgicos ! Uno podr volverse inmensamente rico!"Este pensamiento no lo abandon hasta que, por fin, sigui un da secretamente al faquir, que saba muy bien quin iba detrs de sus huellas, pero continu caminando sin darse vuelta. Sucedi que ambos pasaron junto a un montn de ladrillos.Al, concdeme tu gracia pidi en baja el faquir. Haz que estos ladrillos sean por corto tiempo, lingotes de oro.Al, que estimaba mucho al religioso concedi el deseo. Apenas el hombre divis las relucientes barras escondi rpidamente dos en su bolsa y sigui caminando detrs del faquir. Al rato ste se dio vuelta y le pregunt:Qu piensas hacer con esos dos ladrillos ? Es que acaso los venders para volverte inmensamente rico?Asombrado, el hombre sac los ladrillos de su bolsa. No pudo dar crdito a sus ojos. Por ms que los daba vuelta, seguan siendo ladrillos de arcilla.Quieres ser faquir como yo? pregunt el sabio. Djame decirte que un hombre de Dios no debe robar ni mentir.El vendedor de azcar, totalmente avergonzado, emprendi el regreso.