El Rucio de Los Cuchillos005

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Luis Rivano El rucio de los cuchillos editores

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Luis Rivano

El rucio de los cuchillos

e d i t o r e s

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Luis Rivano El rucio de los cuchillos

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Ch862 Rivano. Luis R El rucio de los cuchillos / Luis Riva­

no. — Santiago : RIL editores. 2004.

78 p. : 18.5 cm. ISBN: 956-284-375-0

1 DRAMAS CHILENOS. 2 LITERATURA CHI­LENA.

O

Colección "Cazadores de historias" Dirigida por Fabiola Aldana

© by L u i s R i v a n o , 2004

I n s c r i p c i ó n N° 81.669

D e p a r t a m e n t o de Derechos I n t e l e c t u a l e s tle C h i l e

I S B N 956-284-375-0

R I L * e d i t ó l e s A l f é r e z Real 1464. P r o v i d e n c i a San t i ago de C h i l e T e l é f o n o s : (56-2) 2238100 - Fax: 2254269 r i l @ r i l e d i t o r e s . c o m - w w w . r i l e d i t o r e s . c o m

DISTRIBUIDOR: A r r a y á n E d i t o r e s S.A. B e r n a r d a M o r í n 435 P r o v i d e n c i a . San t i ago T e l é f o n o s : (56-2) 431 4200 - f a x : 274 1 04 1

C o m p o s i c i ó n , d i s e ñ o e i m p r e s i ó n : R I L * e d i t o r e s

I m p r e s o en C h i l e - Piinted in Chile

Derechos r e se rvados

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PaLaBraS del AuToR l i l (Una puerta para entrar a ¡a obra)

Quienes m á s g o z a r á n de esta obra s e r á n quienes manyen la coa y manyen la estofa (pero para quie­

nes no conozcan algunas de las palabras, he incorpora­do un glosario que las explica). Traducido, significa co­nocer el lenguaje y conocer el "ambiente". Coa es para el chileno lo que el lunfardo es para el argentino, el ar­got para el francés, el caló para el e s p a ñ o l ' y el slang para el norteamericano. Coa es el lenguaje del hampa, o sea la gente del "ambiente". Esta obra contiene m u ­chos vocablos del coa. Son necesarios, porque se entre­ga a los personajes en su verdadera d i m e n s i ó n . El len­guaje es el hombre. El personaje teatral debe ser tanto o m á s verdadero que un hombre de carne y hueso. El ser de carne y hueso muere y chao. Mientras que el perso­naje teatral debe v i v i r para siempre. Los seres reales que me sirvieron de modelos tal vez es t én muertos. Estos que es tán en la escena d e b e r á n v iv i r muchos años . Es m i esperanza. Espero que mis personajes sean m u y chilenos y que, sin embargo, vuelen m á s que eso. Que un retrato fiel del hampa ayude a comprender al hom-

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bre en su terrible soledad. Si estos personajes ayudan a desnudar el alma de sus espectadores se rán út i les . El llanto y la catarsis nos ponen de manifiesto que, si qui­s i é r amos , p o d r í a m o s ser buenos. A p r e n d e r í a m o s que el ca ído y el humi l lado son m á s dignos de caridad. Y q u i z á s le p e d i r í a m o s a la sociedad que, antes de esta­blecer castigos y cárceles para los que delinquen, bus­cara los medios de darles trabajo, aunque sea un mo­desto trabajo para todos.

Luis Rivano

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Teatro

Claudio Valenzuela (Vinizio). Mario Bustos (El Tolo) y Muriel Cornejo (La Guille), actores y personajes de "El rucio de los cuchillos".

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PERSONAJES:

V I N I Z I O , el Rucio E L T O L O

L A G U I L L E

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tLa acción transcurre en la pieza de la Guille, una pros­tituta que trabaja en el sector de ¡a Alameda con ¡a igle­sia de San Francisco. Años sesenta. La Guille vive con el Tolo, su cafiche, en un hotel de ¡a calle San Diego. Al abrirse el telón el Rucio se prepara un mate. Tiene un anafe y una tetera para el efecto. La escena está en pe­numbra y se escucha el tango "El ciruja". A medida que se hace la luz la música decrece.)

T O L O . - {Entra, guarda silencio un momento mientras va a prender ¡a luz. Deja un paquete con una camisa so­bre la cama y se queda mirando a Vinizio.) ¿Y vos h u e v ó n , agarraste la pieza de caleta?

V I N I Z I O . - La Gui l le me di jo que p o d í a quedarme un rato. Que p o d í a calentar un poco de agua. (Pausa larga.) ¿ H a y algo de malo?

T O L O . - Tanto como eso, no. Pero no me gusta darle mucha confianza a la gente. (Deshace el paquete y extiende la camisa en la cama.)

V I N I Z I O . - Te ent iendo perfectamente, Tolo. Me pasa­ría lo mismo.

T O L O . - U n o les da la mano... y poco a poco van aga­r r ando te r reno . Se v a n pasando pa ' la p u n t a . Cuando uno quiere pararlos ya es m u y tarde.

CALETA: escondite, tanto para personas como para especies pro­ducto de robos o contrabando.

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V I N I Z I O . - (Deja ¡a tetera y hace amago de irse.) Tenis toda la r a z ó n , ya me iba.

T O L O . - Aguan t e un resto, compadre . (Le hace gesto para que se sirva el mate.)

V I N I Z I O . - Y O t a m b i é n me encuellaría si encontrara a al­guien en m i pieza. (Va a buscar la tetera y se sirve.)

T O L O . - ¿ O sea que estamos de acuerdo? V I N I Z I O . - ¡Por supuesto! TOLO. - Porque desde que saliste de la Peni te lo pasai

aqu í , ¿ n o es cierto? (Se saca la camisa para lavarse.) V I N I Z I O . - ¿Y s a b í s por q u é ? T O L O . - D í rne lo tú .

V I N I Z I O . - Desde que sal í de la cárce l ando cagado de susto. Se me agarrotaron los dedos. N o puedo n i salir a hacerle e m p e ñ o en las micros .

T O L O . - (Lavándose.) ¿Ya no tenis c o r a z ó n pa' salir a robar?

V I N I Z I O . - A S Í no m á s . (Le ofrece cigarrillos y el Tolo saca varios.)

T O L O . - ¿Y con q u é pagai la pieza entonces? V I N I Z I O . - Tengo algo guardado de lo que g a n é adentro

haciendo algunos trabajos. (Hace una mueca amarga simulando sonreír.) A p r e n d í un poco de ta labar te r ía : cinturones, cartucheras. Cosas así . (Le muestra el cinturón. El Tolo se lo saca y se lo pone él.)

T O L O . - Estoy seguro que algo te p a s a r á la Gui l l e . (Si­lencio culpable de Vinizio.) Si c re í s que v o y a dejar que la m i n a m í a le pase plata a cua lquier g i l . . . no, compadre. Es tá m u y equivocado.

V I N I Z I O . - Si llegara a pasarme plata lo h a r í a de pura l á s t i m a .

T O L O . - (Extrañado.) ¿ L á s t i m a ?

ENCUELLARSE: enojarse. PENI: cárcel.

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V V Z I O . - Así es, a la Guil le le doy pena. Eso debiera quitarte el miedo al t i ro. N i n g ú n hombre es capaz de calentarse con una mina que le tiene lás t ima. Se­ría lo mismo que acostarse con su propia madre.

T O L O . - A l g u n o s lo hacen. Sobre todo si su madre tie­ne buen poto.

V I N I Z I O . - Casi no recuerdo haber tenido madre. Pero estoy seguro que yo h a b r í a sido un buen hijo.

7 LO.- Para mí las ún icas madres buenas son las de los tangos. (Canta en broma.) " M i pobre viejecita lavan­do ropa ajena... / Pegado su espinazo al pie del p i -letón. / Por míse ra s monedas con que calmaba ape­nas/ las crueles amarguras de nuestra si tuación. . ." .

V I N I Z I O . - M i vieja era harto sufr ida. TOLO.- L O que es la m í a no solo era incapaz de lavar

ropa ajena. N o lavaba ni los calzones de ella. No la veo hace a ñ o s . Vive en San Pablo abajo. Cuando m u r i ó m i viejo, hace hartos años ya, a g a r r ó viaje con un chofer de micro. No tengo nada que ver con ella.

V I N I Z I O . - Somos tantos que no tenemos m á s fami l ia que la calle...

TOLO. - As í no m á s es. (Se queda pensativo vn rato.) V I N I Z I O . - (Ceba un mate y se lo ofrece.) T ó m a t e uno. T O L O . - V o y a salir luego y se me puede enchuecar el

hocico. V I N I Z I O . - Eso cree la gente de campo. T O L O . - Cuando yo era chico, a m i viejo le p a s ó eso.

Le q u e d ó el hocico vue l to p ' a l lado. As í . (Lo grá­fica. Se ríen.)

V I N I Z I O . - M e a c o s t u m b r é al mate en la Peni. T O L O . - En la cárce l se hacen buenos amigos. VINIZIO.- Nuestra carreta era de primera. Todos derechos.

CARRETA: grupo de amigos en la cárcel para sobrellevar costos de comida.

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TOLO. - SÍ, como la cola del chancho. V I N I Z I O . - En serio. Entre nosotros h a b í a un cuyano

verdadero . T O L O . - ¿ P o r q u é estaba? V I N I Z I O . - Lo encanaron los de la Pol ic ía Internacio­

nal con un par de ki los de coca. T O L O . - ¿T ra f i c an t e? V I N I Z I O . - Burrero al peo.

TOLO. - ¡Pero un par de ki los es plata! VINIZIO. - N O S contó que la p a s ó en uno de esos bolsos

para los zapatos de fútbol. N o se la creí nunca. A lo mejor lo cargaron los mismos ratis. Pero d e s p u é s , en cana, se las daba de maldito. Seguro, para que noso­tros p e n s á r a m o s que tenía manso ni que cartel...

T O L O . - H a y tantos huevones as í . V I N I Z I O . - ¡A q u i é n no le gusta que lo respeten! T O L O . - A u n q u e sea al peo. V I N I Z I O . - Pero en el j uzgado se iba de negativa. T O L O . - N O le quedaba otra. VINIZIO.- Se mantuvo siempre en una sola declaración.

Que el bolso no era de él. Que el bolso estaba debajo de un asiento en el aeropuerto y que un rati lo l lamó y le dijo: "Oye, tú, esto es tuyo". Y de ahí, pa' dentro.

T O L O . - Como los chalchaleros, ¡ p a ' e n t r o ! V I N I Z I O . - Y como el pelotas t e n í a ficha... T O L O . - ¿ M u y pesada? V I N I Z I O . - L iv i an i t a . Figuraba como proxeneta. TOLO. - ¿ P r o x e n e t a ?

V I N I Z I O . - ES la manera fina que t ienen para decirle canche a uno.

CARGAR: inculpar a un inocente o agrandarle la culpa. RATI: detective. CANA: cárcel. CAFICHE: proxeneta.

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T I L O . - ¿ P r o x e n e t a ? (Riendo.) Pro-xe-ne-ta . ¡ C h i s , desde ahora le v o y a ordenar a la Gui l l e que no me trate m á s de cafiche, n i de fioca] ¡Justo! ¡Tiene que decirme proxeneta, la huevona! ¡Chis , q u é se ha imaginado!

Y: \ IZIO. - Todos los de la carreta le t e n í a m o s buena al argentino. A d e m á s porque nos salía re barato. N o le echaba azúca r al mate. Tenía un mate chiquit i to. Le echaba pura yerba. Bien amargo. (Farsesco.) El cuya-no me decía: "Che, chilenito, no sé porque le llaman mate a esa agua con a z ú c a r que ustedes tornan. Us­tedes los chilenos no tienen puta idea de lo que es el mate. N i mucho menos de lo que es un buen bife chorizo. ¿Viste? Es decir, no comen carne... tampo­co saben jugar al fútbol. Son un desastre, che".

7 i o . - ¿ P o r q u é no le sacaron la chucha al h u e v ó n ? ; Q u é se ha imag inado el gil, ven i r a hablar mal de los chilenos!

V : \ i z i o . - Si lo d e c í a en broma. T O L O . - N i en broma. (Tolo lo golpea con el diario en la

cara molestándolo.) VINIZIO.- Era buen amigo el a rgent ino . (Pausa.) ' La

carreta la c o m p o n í a m o s seis presos. T O L O . - Buena la cifra. Tres ma t r imon ios . V I N I Z I O . - (Nostálgico.) Pulenta la carreta. N i n g u n o es­

taba pagando por cogotero. T O L O . - A m í tampoco me gustan los cogoteros. Son

m u y cuatiquentos. N i cuando due rmen se quedan t ranqui los .

FIOCA: proxeneta, pero más despreciativo que cafiche. Su: el que no es del ambiente. PULENTA: opulenta. Viene del lunfardo argentino. PAGANDO: cumpliendo condena en la cárcel. CLÁTICA: desorden.

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LI.TS RIVANO

V I N I Z I O . - H a b í a o t ro al que le d e c í a m o s el Vie jo . Cuando estaba de tu rno para preparar el rancho h a c í a pu ra comida campesina. Unas pantrucas cototudas con harto a l i ñ o : perej i l , c i lant ro y hasta o r é g a n o le p o n í a . . . Ricas las pantrucas. (Pausa.) Pa' q u é te cuento como preparaba el pebre, el chancho en piedra. . .

T O L O . - Papas cocidas con pebre cuchareado... ¡chu­chas, me e s t á dando hambre!

V I N I Z I O . - Y cuando le tocaba descanso... nos daba tremendas palizas con el naipe.

T O L O . - ¿ P o r q u é estaba el Viejo? V I N I Z I O . - H o m i c i d i o .

T O L O . - ¿ C u á n t o s le t i raron? V I N I Z I O . - La perpetua.

T O L O . - ¿ Y a q u i é n m a t ó ?

V I N I Z I O . - A su mujer.

T O L O . - ¡Ah, chuchas! (Pausa.) Te apuesto que la p i l ló con otro.

V I N I Z I O . - Y t a m b i é n lo m a t ó .

T O L O . - H o m i c i d i o doble, como dicen los diar ios . V I N I Z I O . - LOS pi l ló acostados y los a t r a v e s ó con un

chuzo que t r a í a . A h í quedaron los dos cuerpos, jun t i to s , atravesados por el chuzo.

T O L O . - Ni rocha que el hombre era obrero ag r í co l a . (Ríe.)

V I N I Z I O . - Dejó d o r m i r los papeles. Y tú sabes... si na­die aceita la máquina uno queda ah í enterrado en v ida . A nadie le impor t a .

T O L O . - Pero si n i a él mi smo le importaba. . .

COTOTUDA: contundente. Ni ROCHA: sin sospecha. También "le marcó la rocha", lo sorpren­dieron. ACEITAR LA MÁQUINA: coimear a un funcionario público.

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Y : V Z I O . - Tenis toda la r a z ó n . .- Pero tiene que ser harto penca no tener n i de­

seos de echarle pa' delante. (Se pasa un parlo por ios zapatos.)

Y : \ I Z I O . - (Le arrebata el paño al Tolo, acerca un piso como si fuera lustrín y empieza a lustrarle los zapatos.) Yo nunca de jé de luchar mient ras estuve adentro . Apelaba una y otra vez. Rebajas de pena... buena conducta . Todo , todo trataba de aprovechar lo . Pausa larga.) Tú, ¿ h a y estado preso?

7 .- Detenido, sí. Muchas veces. Pero preso, de­parado reo, nunca.

Y : \ I Z I O . - ¿Y cuando lanceai en las micros? 7 : : o.- Tengo var ios ra t i s amigos que me d a n la

pasa. Y : \ I Z I O . - ¿Y gratis? (Termina de lustrar.) T I L O . - (Canta.) "Por amor , p o r a m o r cantan las

aves". (Ha terminado de vestirse y toma la corbata de la cama y se la pone.)

Y : \ i z i o . - ¡Qué pinta! 7 : \ Ya no se puede salir a hacerle e m p e ñ o todo

t i r i l l u d o . Te p o n í s al lado de un bacán en la m i ­cro y si andai m u y sebiento el hombre se corre... Y no porque crea que le p o d í s robar...

V I N I Z I O . - (Riendo.) ¿Y por q u é , entonces? 7 : i o . - ¡Por el olor! Se corren por el olor.. . (Toma una

botella de colonia.) Por eso ando l i m p i o y hasta per fumado.

Y \:zio.- La pura verdad que ni pa rec í s del ambiente. 7 : : ) . - Cualquiera me t o m a r í a por u n b a c á n . V I N I Z I O . - SÍ, por u n b a c á n del C lub de Polo.

E - , \ bien vestido, o persona con medios económicos pero siem­pre el término adscrito a la buena presencia. h BIENTE: el mundo del hampa.

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T O L O . - {Halagado.) N u n c a tanto.. . Cuando llegue la Gui l l e le d e c í s que me fu i pa' los pooles. Que me pase a buscar y la encamino pa' la Alameda . (Se dirige lentamente hacia la puerta.) Y para q u é te v o y a decir nada. Ya sab í s . (Llega a la puerta y se vuelve.) Sab í s bien lo que no me gusta.

V I N I Z I O . - N o cacho. TOLO. - Que vengai a d á r t e l a s de lacho. (Ríe y sale.) (Vinizio percibe el perfume en el ambiente y toma el fras­co y se echa en el pelo. Entonces recuerda.) V I N I Z I O . - Me acuerdo cuando me e n c o n t r é a boca de

j a r r o con el Pato Nora rnbuena . Era i g u a l i t o a Rock Hudson . B a c á n para vestir, se gastaba pu-lento traje y pulenta camisa de seda. ¡Bien peine­ta el hombre! Ti ré a s o n r e í r l e , pero me q u e d é con el mo lde hecho. " N o me meto con mostaceros", me di jo . Y p a s ó de largo.

El Jote tuvo la culpa. U n d í a me di jo: "¿Sab í s , Rucio? El Pato no quiere nada cont igo. Dice que te p e g u í s los e s p á r r a g o s . Que p a r e c í s c h i q u i l l a co legia la como le anda i buscando la amis t ad . A d e m á s me p r e g u n t ó seriamente si erai mara­co". Q u e r í a ser amigo de él. ¡Pero si el desgra­ciado cree que soy m a r i c ó n di le de m i parte que lo d e s a f í o a pelear!

Cuando l l e g u é al lugar estaban todos los co-rri les del Pato Norarnbuena y los corriles m í o s . Él me estaba esperando, m á s parec ido a Rock H u d s o n que nunca. Elegante, con su traje azul mar ino , como para ir a una boda... o a un velo­r io . Chocamos los fierros. Él trataba de acercarse

LACHO: enamoradizo. PEINETA: buen mozo. MOSTACERO: prostituto de homosexuales.

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pero y o lo m a n t e n í a a raya. Yo escuchaba los m u r m u l l o s de a p r o b a c i ó n de mis compinches . Poco a poco el Pato Norarnbuena fue tomando la : rensiva. ¡Y de repente se me v i n o encima como

•i r emol ino y, en una de sus arremetidas, sin sa­ber c ó m o , caí de rodi l las! Desesperado, t ra tando l e cubr i rme, t i ré hacia adelante el f ierro y lo en­sa r t é . (Pausa.) M i Rock H u d s o n d io un t remendo alarido y s e n t í c ó m o me salpicaba con las babas. En ese momento r e c o r d é que él d e c í a que yo era maraco. Pero ah í le demostraba que era m á s ma­cho que él. Lo traspasaba lentamente y , traspa­s á n d o l o , lo s o s t e n í a con el f ierro para que no se :a\era. Y, entonces, en vez de sacar el estoque hacia a t r á s con fuerza, para dejar la her ida l i m ­pia, resentido y con rabia, d i esa feroz vuel ta con la m u ñ e c a . Ese feroz y endiablado g i ro de media­luna que rebana por dentro las tr ipas, que r o m ­pe las visceras dejando al adversario sin salva-: ión posible, y yo sen t í a , a t r a v é s del f ierro y de mi brazo, los estertores de la carne a p u ñ a l a d a .

Se lleva la mano a la boca para evitar el vómito.) MLLE.- (Entrando.) H o l a , Ruc io . ¿ T o d a v í a estai aqu í ?

\ :z io . - Mateando. . ILLE. - ¿Y el Tolo? ¿ N o ha llegado? HEK). V i n o a cambiarse de ropa y sa l ió .

ILLE.- Le dije que me esperara. M Z I O . - Se fue pa' los pooles. Di jo que cuando te fuéra i para la A l a m e d a lo pasarai a buscar y que él te encaminaba.

. ILLE. - ¿Y le contaste?

NIZIO.- Se me hizo.

; ILLE. - ¿ N o le dijiste nada?

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V I N I Z I O . - N O , nada.

G U I L L E . - (Se sienta junto a una mesita y empieza a pin­tarse.) H a y que cargarse al ruche para que la dis­t ingan bien en la noche. A los clientes les gusta... ¿Y por q u é no le contaste nada?

V I N I Z I O . - Se encuella m u y luego. Me e c h ó la bronca porque di jo que me lo paso a q u í , en tu pieza.

G U I L L E . - Ta l como lo dices. Es M I pieza. Yo la pago. Ese cafiche no se pone n i pa' la Pascua.

V I N I Z I O . - A u n q u e sea así , es el hombre. Y en esta pie­za él ronca.

GUILLE. - Igua l tiene que roncar despacio. Porque si se me atraviesa, lo mando cagando pa' la calle.

V I N I Z I O . - V O S soy har to aniña, Gu i l l e . Buenaza pa' buscar la guerra.

G U I L L E . - D e f o r m a c i ó n profesional . V I N I Z I O . - ¿ Q u é ? G U I L L E . - Que una tiene que ser a n i ñ a porque en m i

p r o f e s i ó n una nunca sabe con que crestón se pue­de topar. A l g u n o s quieren hacer perro muerto...

V I N I Z I O . - ¿Los clientes? G U I L L E . - N O quieren pagar los polvos. (Pausa.) Una

vez, a uno de esos que se quieren pasar de v ivos , le d i un chopazo. ¡Lo t i ré de raja por la escalera del hotel! Entre las garzonas y la nochera me lo t uv i e ron que qui tar . Si no, lo mato.

V I N I Z I O . - ¿ C ó m o que no te han puesto m u ñ e c a brava? G U I L L E . - Bueno, pero l á rga la . . .

BRONCA: enojo. . ANIÑA: mujer que se hace la valiente, "envalentona". CRESTÓN (A): trato peyorativo para una persona sin un significa­do específico. PERRO MUERTO: irse de un local de comida sin pagar la cuenta. CHOPAZO: bofetón. No da para puñete.

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Ufoazio.- Es tuvimos conversando un poco mientras • Í oilchaba para salir. Hablamos de la cana... Pero ra ra q u é contarle m á s , si es apenas un proyec-

: E.- ¡Qué hueva! Igua l lo vamos a hacer y vos : en ís que ayudarme. (Saca un disco 45 que trae en :- cartera.) Lo c o m p r é en el negocio ese. (Hace un

i-sro hacia la ventana.) ¿En c u á l ?

LE.- En ese donde t ienen un t remendo retrato de Carlos Gardel .

7.10.- (Mirando el disco.) Pero esto es un fox-trot. A q u í v o y muer to .

LE.- Es l i ndo . Los marineros en el puer to le ha­cen chupete. (Tararea y baila al compás.) Tenemos ::ue ganar el concurso.

zio.- ¿ P o r q u é no c o n v e n c í s al Tolo para que te a c o m p a ñ e ?

U. ILLE.- Ese h u e v ó n es demasiado fome. ÍLZIO.- Pero es t u c o m p a ñ e r o na tura l . ¿ C ó m o va i a ir al concurso conmigo? A d e m á s no sé n i mo­ver las patas en estos bailes complicados.

- II LE.- Por eso te voy a e n s e ñ a r . En un par de ho­ras vai a quedar a la p in ta . . 710 . - ¿Y tanto es el i n t e r é s ?

j L ILLE.- Quiero vengarme de una m i n a que me c a g ó la onda en el concurso de tangos del a ñ o pasado.

V MZIO.- N o s e r á para tanto. j ILLE.- La m i n a esa le hace e m p e ñ o al lado de afue­

ra de la Taberna Capr i . Y : \ i z i o . - En San A n t o n i o con Santo D o m i n g o , ü í LE.- Se cree la muerte y le gusta hacerse la maldita.

R L :HARSE: vestirse. HACERLE CHUPETE: gozar de algo con fruición.

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V I N I Z I O . - Todas esas minas son c r e í d a s porque ga­nan el bil lete.

G U I L L E . - Esa vez, pa ' l concurso, e s t á b a m o s en los ca­marines del C a u p o l i c á n . Yo estaba sentada fren­te al espejo a r r e g l á n d o m e el caracho. Y porque no me hice a un lado cuando ella se s e n t ó j u n t o a mí , me m o s t r ó la cortaplumas. "Ahueca el ala", me t i ró la c h o r i á , "si no q u e r í s que te corra el pun to a las medias". Quie ro verle la cara a esa huevona cuando la derrote ahora.

V I N I Z I O . - M e g u s t a r í a ayudarte , Gui l l e . ¡Hai sido tan paletiá conmigo!

G U I L L E . - (Va hacia una radio con pick up.) Se la p e d í a la s e ñ o r a Eugenia. Le c o n t é para q u é la q u e r í a . Sab ís como es de a p r e t á con la corriente e léc t r i ­ca. (Coloca el disco"Penas del corazón".) N o me va i a decir que no es boni to . (La Guille baila sola sin ponerle demasiado empeño.)

V I N I Z I O . - ES boni to ese fox-trot. GUILLE.- ¿Lo h a b í a i escuchado? V I N I Z I O . - Varias veces. GUILLE. - En la radio no lo tocan nunca. V I N I Z I O . - En el puer to . En el wurlitzer del Roland. GUILLE.- Me lo e n s e ñ ó a bailar un managuá del Latorre. V I N I Z I O . - Buen c o m p a ñ e r o . . . ¿ d e baile? GUILLE. - Buen c o m p a ñ e r o . Le hac ía chupete... a todo. V I N I Z I O . - (Pausa larga.) Este fox-trot es la c a n c i ó n na­

cional de las chimbirocas del puerto. GUILLE.- (Invitándolo.) Ven. Para empezar a e n s e ñ a r t e . V I N I Z I O . - (Asustado.) ¿Es ta i loca?

CARACHO: rostro, cara. PALETIAO (PALETEADO): persona confiable y servicial. MANAGUA: marinero. CHIMBIROCA: puta más ordinaria.

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EL RUCIO DE LOS CUCHILLOS

LE . - Chis, me tenis miedo . ^IfiNtzio.- ¿ P o r q u é v o y a tenerte miedo?

_ t . - Ven , entonces. K V N Z I O . - N o , gracias.

E - M i r a este pasito (Da unos pasos con más fuer­za.) ¿Te gusta?

zio.- Prefiero esperar hasta que l legue el Tolo . LE.- ¿ P e r o por q u é ?

N o me gusta faltarle el respeto a nadie. LE.- ¿ Q u é cosa?

VINIZIO.- A u n q u e tu p a g u í s la pieza, él es el macho. A mí no me g u s t a r í a nada llegar a m i pieza y que mi mina estuviera bai lando con u n amigo.

GUILLE.- Como dice Condor i t o : "Exijo una explica­c ión" . (Corta el p ick up.) v i o . - Es que siempre es bueno que no haya ma l ­

entendidos. G U I L L E . - (Seria.) M i r a , Rucio, yo s iempre he manda­

do en m i pla ta . Porque si no, mejor ser como esas minas que se buscan u n m a r i d o pa' que les mate el hambre . Yo soy independien te . Cuando se me pasa la calentura con el hombre que ten­go, ¡ chao!

V I N I Z I O . - Te ju is te m o j ó n por Tagua. G U I L L E . - Una vez me a r r a n c h é con u n b a c á n . Tre­

mendo de impor tan te . Trabajaba de empleado en un banco. Lo conoc í una tarde que yo andaba por A h u m a d a . Se empotó conmigo .

V I N I Z I O . - Sucede. GUILLE. - Me a r r e n d ó una pieza para que yo no tuvie­

ra que salir a hacerle e m p e ñ o . V e n í a de vez en cuando, pero siempre me dejaba plata p 'a l manye

1 JTARSE: enamorarse fijado a lo sexual solamente. MANYE: comida.

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Luis RIVANO

y otros gastos. A veces se p e r d í a hasta un par de semanas. Pero a m í nunca me faltaba nada.

V I N I Z I O . - ¡L indo v i v i r sin problemas! GUILLE. - Pero un d ía , i g u a l no m á s le d i la corta. N o

me gusta que nadie me acapare. (Pausa.) A g a r r é las cuatro pilchas que t e n í a y dejé la pieza. N o lo he v i s to nunca m á s . (Pausa.) N o me creai ma l agradecida, Rucio.

V I N I Z I O . - Y O no he d icho nada. G U I L L E . - A veces me acuerdo. Y no solo de él . M e

acuerdo de muchos hombres que he tenido. Pero a la larga s iempre los dejo.

V I N I Z I O . - ¿ Y por q u é ?

G U I L L E . - Porque me a b u r r e n . (Pausa.) M e la tean. (Pausa larga.) ¿ P o r q u é s e r á que cada h u e v ó n t iene su t ema p r o p i o ? N o c a m b i a n n u n c a el d i sco . Has ta que lo r a y a n . (Hablando consigo misma.) ¡ D e s p u é s se a d m i r a n que una se lar­gue!

V I N I Z I O . - Pero no p o d í s negar que con el Tolo se l le­van bien.

GUILLE. - Hasta ahora. V I N I Z I O . - ¿ Y q u é le p e d í s a la v ida , entonces? G U I L L E . - Nada. ¿ Q u é le vamos a pedir? (Mira alrede­

dor del cuarto.) Tener u n catre para descansar los huesos. A l g o que echarle al buche. Y a veces bai­lar y curarse, con poto y todo. (Ríe y se quiebra.) ¡Pa' q u é p regun ta i huevas, Rucio!

V I N I Z I O . - ¿Te preparo un mate? G U I L L E . - Nunca me ha gustado. V I N I Z I O . - A m í me gusta porque calienta por dentro.

(Mira hacia la ventana.) Hace frío. G U I L L E . - El Tolo me d e c í a que los presos se acostum­

bran al mate.

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EL RUCIO DE LOS CUCHILLOS

^ ^ k o . - Y a leer diarios atrasados. C u á n t a s veces me : :iie leyendo la misma noticia como cinco veces. LÚE.- ¿ C u á n t o s a ñ o s estuviste adentro? / i o . - U n lote grande . Era cabr i to cuando caí .

! ,¡iti que me sa lvé del servicio m i l i t a r porque estaba cumpl i endo ,

i E.- Pero saliste antes, zio.- Por buena conducta.

GUILLE.- ¡No la c a g u í s , Rucio! (Ríe en forma exagerá­is i ¿ P o r buena conducta?

Mao. - Es para cagarse de la risa, pero así no m á s fue. Me consegu í un piloto que me moviera los papeles. Era un colita que cayó por cheques y que tenía un mino que era abogado. N o me salió gratis la mov i ­da... Pero pagaren carnea veces resulta económico .

GUILLE.- (Lo toquetea con picardía.) Sobre todo cuando hay buena carne. (Vinizio sonríe con amargura.) Pa' qué te pon í s triste, si no todos los maracos fatalizan.

VINIZIO.- (Más repuesto.) Ojalá . Porque h u e v ó n m á s

fatal que yo. . . GUILLE.- La culpa la tenis vos mismo. ¿ P a ' q u é te lo

l levai encerrado? Tenis buena pinta . B ú s c a t e una m i n i t a que se ponga con la pieza. IZIO.- N o estoy pa' minas. N o estoy pa' n inguna

hueva ya. k ILLE.- ¿ P e r o cuá l es el b r i l l o que v i v a i a q u í ence­

rrado como en la cá rce l? zio.- Salgo a la calle, pero por a q u í cerca. A diez

o quince metros de la puerta del hotel . Apenas veo la camioneta de los ratis, pego u n salto y de dos trancadas subo las escaleras.

: : : persona de q u i e n se puede consegui r u n benef ic io . Z _ L : T A : t é r m i n o c a r i ñ o s o de m a r i c ó n . : \ EN CARNE: pagar a lgo con favores sexuales.

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Luis RIVANO

GUILLE.- ¿ P o r q u é arrancar? A n d a t rayendo tus pa­peles siempre en tu bols i l lo .

V I N I Z I O . - ¿Y si me encuentro con uno que me conozca? G U I L L E . - Le most ra i los papeles. V I N I Z I O . - (Se levanta, toma un papel de diario y prepara

un pedazo tamaño oficio.) Papeles, papeles, papeles. ¡Se l i m p i a n el poto con los papeles! Saco el cert if i­cado que me da el t r ibuna l y le digo al rat i : " A q u í consta m i l ibertad, jefe". El m u y vaca agarra los papeles y hace esto (Rompe con furia el papel.) Y me dice: " ¿De q u é papeles estai hablando? Ya, sube a la camioneta chuch'e tu madre". Y lo m á s seguro es que me vaya de frisca.

G U I L L E . - ES como una, que nunca puede salirse del ambiente.

V I N I Z I O . - U n g i l que se salga deja de ser rentable para ellos. Mientras m á s putas haya, mientras m á s ca­nches haya, mientras m á s traficantes haya, mien­tras m á s maricones y cogoteros haya, mejor. M á s t ienen donde pedir , s i n v e r g ü e n c e a r , coimear y chantajear. (Pausa.) Hay algunos ratis que son de­rechos y buenas personas. Los menos. Los joven-citos, los rec ién entrados. Pero los otros, los vie­jos, los van arreglando por el camino. ¿ Q u é va a hacer un rati j oven que gana una caga cuando ve que el jefe hace una mov ida y le t i ra un resto? Va a decirle: "Oiga jefe, ¿ q u é se ha imaginado?". N o puede. P r á c t i c a m e n t e no puede hacer nada. Y cuando él es el jefe y puede ser de otra forma... ya es tá cagado. A c t ú a como todos los d e m á s .

GUILLE. - Pero igua l va i tener que entrar a perder el miedo. Y cuando querai salir, me decís a mí. Acom­p a ñ a d o es m á s difícil que te pase una desgracia.

FRISCA: go lpea r a u n a persona abus ivamen te .

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EL RUCIO DE LOS CUCHILLOS

- Tenis r a z ó n . A esos no les gusta actuar frente a testigos.

I . - Y tenis que acostumbrar le a andar por la : _ e A c u é r d a t e que el concurso de baile es en el

i T e a t r o C a u p o l i c á n . - Déle con la hueva.

L u í (Entusiasmada.) No seai a s í . Rucio. (Pausa.) Vos soi har to pesimista , d e j á n d o s e de huevas. A d e m á s , nos vamos a ir mitimota con el p remio ,

• •orz io . - Va i a t e rminar c o n v e n c i é n d o m e . . . ^ H L E . - (Va hacia el tocadiscos.) Si ensayamos como

corresponde, podemos ganar. ^ H p o . - ¿ A ver c ó m o es la m ú s i c a ? Ce "-.LE.- (Invitándolo.) Es fáci l . Es como a sal t i tos.

A s í . (Da unos pasos.) ¡Bien cahuinerol SiO.- Bueno, e n s é ñ a m e un poco. Tota l t u m i n o

anda en los pooles. Ge ILLE.- A ver, ponte. (Lo toma de los hombros.) N u n -

:a me acuerdo, ¿es cuatro por cuatro? icio.- D iec i sé i s .

LLE.- N o , Ruc io , son los compases. Dos p a l ' lado... (El Rucio se tropieza. Bailan unos pasos tor­pemente.)

.- (Aparece en el umbral y se queda unos segundos observando como bailan. Burlesco.) Meeeh, bai lan­do los huevonci tos .

LLE.- (Cortando el baile y acercándose al Tolo.) Y vos, ¿ n o andabai en los pooles?

7 - (Con humor.) ¡ C u i d a d i t o ! Cuidadi to . . . LE.- N O sacai nada con hacerte el h u e v ó n . Te

dije el otro d ía . IbLO.- ¿ Q u é me dijiste?

IfcmiOTA: mitad y mitad para cada uno. :\ERO: enredoso. También algo picaresco.

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GUILLE.- Que t e n í a que conseguirme pareja pa ' l con­curso de baile.

TOLO.- ¿Y no encontraste nada mejor? Lo c a c h é que no sabe mover pata.

G U I L L E . - Tiene v o l u n t a d . Todo es c u e s t i ó n de que nos ejercitemos, que tomemos esto como si fuera trabajo. (A Vinizio.) ¿ N o es cierto, Rucio?

V I N I Z I O . - (Sin hallar dónde meterse.) A h , y o no sé . (A ¡a Guille.) Solo a usted se le pueden ocur r i r estas cosas, comadre. A mí de todas maneras me po­nen m u y nervioso.

G U I L L E . - {Al Tolo.) ¿Y vos, pa 'que te hac í s el desen­tend ido con mis huevas? Sab í s que tengo que sa­carme el p i l l o con esa huevona que me g a n ó el a ñ o pasado. {Para sí.) Yo andaba re atorrrante en esa é p o c a . M a l vestida, como las huevas. Cuan­do el gal lo le e n t r e g ó a la maraca el d i p l o m a y los b i l le tes , la m u y p a t u d a me m i r ó de a l to a bajo, con una sonrisa que yo le h a b r í a borrado de un solo cor tap lumazo . Todas las minas que pat i ­nan por a l lá nos desprecian a las que le hacemos e m p e ñ o en la Alameda . Y todo porque ellas tie­nen pulentos abrigos de piel . . .

T O L O . - Bueno, si q u e r í s tomarte el desquite... A mí me h a b r í a pasado lo mismo . Se me revue lven las t r ipas cuando u n g i l me pasa a l levar . C u á n t a s veces en los pooles me han vend ido pan. {Recor­dando.) Una vez me echaron al medio . N i siquie­ra lo h ic ieron por plata. Eramos tres: el Popeye Sobarzo - le d e c í a m o s así porque hizo el servicio m i l i t a r en la A r m a d a - y el Chico de los Perros. El Chico de los Perros se encargaba de dejarme p i l l u l l o en todas las jugadas y , d e s p u é s , cuando le tocaba al Popeye Sobarzo, el Popeye le a b r í a

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EL RUCIO DE LOS CUCHILLOS

- juego al Chico de los Perros. ¡ C ó m o se r i e ron : : :: JS cuando me dejaron pato!

- N o s a b í a que el Chico de los Perros p o d í a ser tan vaca.

Así no más . Pero un d ía el Popeye se me terció en una d i scus ión a la salida del estadio. Le segu í de a poquito la d i scus ión sin que nadie se diera cuenta le que yo andaba con la bronca. Se picó el Popeye...

^ k t E . - ¿Y le pegaste? • n o . (Hace el ademán.) F i i i i sch. Le m a r q u é la cara.

:>r pial que anda t rayendo en el caracho (con or­gullo) se lo hizo este pechito.

.-.- Hai sido siempre tan maletero. T._ - A la maleta o derecho, no impor ta . Pero uno

siempre tiene que estar arriba. (A Vinizio.) Yo no aguanto que nadie sea mejor que yo. Si un hue­v ó n quiere d á r s e l a s de campeoncito. . . en lo que sea. En el poo l o en la cama... yo estoy dispuesto a pelearle el campeonato. ¿ N o te parece?

Bpbazio.- Yo no puedo ser así . Si veo que otro es m á s que yo.. . lo respeto. (Pausa. A la Guille.) ¿ N o cre ís Gui l l e , que todos v i v i r í a m o s mejor si no andu­v i é r a m o s siempre a las patadas?

. Yo creo que el Tolo no anda tan perd ido . A m í me ha pasado que cuando he sido respetuo->;.. t ranqui la , la gente cree que soy huevona. T ú dejai el hueco y se t i r an de un viaje al m a r a ñ o . Y : i d o s son iguales.

IVIMZIO.- N o todos. Q u i é n no ha tenido a l g ú n amigo que se deja e n c a ñ a r antes de vender a sus com­p a ñ e r o s .

- No d igo que no haya. Yo d igo que son los

I ftt: cicatriz en la cara parecida al cordón de un sombrero de

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Luis RIVANO

menos. Por cada h u e v ó n derecho, hay cientos de miles que son vacas. Por cada Cris to que cuel­gan , hay m i l e s y m i l l o n e s de h u e v o n e s que aplauden. Y te advier to que yo e s t a r í a entre los que aplauden. (Ríe y aplaude.)

G U I L L E . - N O me e x t r a ñ a a r a ñ a . (Se acerca al Tolo, mi­mosa.) Ya sabemos que soi vaca, h u e v ó n . . . pero, ¿ m e dejai i r al concurso?

T O L O . - Bueno, bueno. G U I L L E . - (Recapacitando.) ¡Y q u é chuchas tengo que

estar p i d i é n d o t e permiso? ¡Seré huevona! V I N I Z I O . - (Al Tolo.) Entonces, ¿ p u e d o ser el compa­

ñ e r o de baile de la s e ñ o r i t a , a q u í ? T O L O . - Vayanse a la chucha, si quieren. V I N I Z I O . - Pa' q u é te encuellai , To l i to . (Le da una pal­

mada de afecto.) N o seai picota. TOLO.- ¿Pero no me vai a discutir que es bien denigran­

te para mí que a la mina me la pasee un mostacero? V I N I Z I O . - (Serio.) Paseador no he sido nunca. T O L O . - ¿ S e g u r o ?

V I N I Z I O . - (Con firmeza.) ¡Seguro !

G U I L L E . - ¿ P a ' q u é le echai boqui l lazos al Rucio? D é ­ja lo t r anqu i lo , Tolo .

T O L O . - El cabro me conoce como soy. (A Vinizio.) ¿ N o es cierto que no hay n i n g ú n rencor?

V I N I Z I O . - Lóg i co . Tota l , los dos somos chilenos. G U I L L E . - (Observa al Vinizio.) ¿ C ó m o andai de pil­

chas? (Pausa.) M á s o menos parece. (Busca en un rincón.) Si no, te p o n í s un traje de este. (Señala al Tolo. Saca una chaqueta y se ¡a pasa a Vinizio.)

V I N I Z I O . - Es harto boni ta , pa' q u é estamos con hue­vas. (Se la prueba.)

PILCHA: ropa.

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EL RUCIO DE LOS CUCHILLOS

- Chis, buena. Me va i a sacar la m i n a a bailar y ".¿s encima me q u e r í s dejar en pelotas.

• X E . - (Arreglándole la chaqueta.) Con una buena plancha...

- Putas que estai hacendosa. Parecís d u e ñ a de casa. (Sin rabia.) En toda maraca hay una mujer.

\ " : sé q u é te e x t r a ñ a , h u e v ó n . Y por m u y a n i ñ a :_:r una parezca, a todas nos g u s t a r í a en vez de i n d a r p a t i n a n d o quedarnos en la pieza p l a n ­

udo ropa o hac iendo c u a l q u i e r hueva a s í . Pausa larga. Mira fijamente ai Tolo.) ¿ N o me c re í s?

- Está bien, e s t á bien... Pero anda de todos mo­los a hacer algo por la v ida .

: „ E . - N o me gusta que me apuren. Estaba por sa-ii va cuando llegaste.

- N o seai fresca, huevona. Si estabai bailando.. . L.- Sí, pero... - Me a b u r r í de esperarte en los pooles. M e ca-

| r i é y por eso v ine a buscarte. (A Vinizio.) Y tú , c u á n d o v a i a empezar a salir a hacerle empe-

M Z I O . - N o sé t o d a v í a en q u é me las v o y a machu­car...

l o t o . - Mostaceando, pus... C v z i o . - (Divertido.) Ya estoy m u y viejo para eso.

Capaz que si p incho con un cola tenga que pa­garle yo a él.

Foto.- ¿Sabe , r i l? Salgamos a hacerle e m p e ñ o en las micros y usted me presta ropa.

zio.- Es m u y luego t o d a v í a . Se me hace as í la cuchara. (Hace el gesto.) Ya te lo dije. N o quiero caer m á s preso.

JUILLE.- (Maternal.) N o tenis por q u é apequenarte.

- _ : : _ _ ENARSE: achicarse.

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Saca pechuga, Rucio. Cuando vayamos al Cau-p o l i c á n a bailar va i a empezar a despercudir te . Va i a ver no m á s . ¡Y con la ropa del Tolo , va i a t i rar n i q u é t remenda pinta!

T O L O . - E s t a r á de Dios la hueva. G U I L L E . - ¡Tan finas que son tus pilchas pa' que ven-

gai a lamentarte tanto! T O L O . - (A Vinizio.) P ó n g a s e m i ropa, no m á s . ¡ Q u é

hueva! V I N I Z I O . - Gracias compipa . Se lo agradezco. (Pausa

larga. A la Guille.) Cuando usted quiera comadre, me dice y empezamos con el aprendizaje. (Pau­sa. No sabe cómo terminar con ¡a situación.) Bueno, este, yo mejor me voy . Gracias Tolo , por el mate y por todo. C h a í t o , Gu i l l e . Gracias y suerte. (Sale. El Tolo le hace tapas.)

G U I L L E . - (Enfrentando al Tolo.) ¡ P u t a s que soi b ien vaca vos, h u e v ó n !

TOLO.- ¿Y por q u é ? G U I L L E . - ¿Te g u s t a r í a que anduv ie ra i bien derrotado

y que nadie te t i rara pelota n i te diera una mano? T O L O . - ¿ A q u é viene eso?

G U I L L E . - A que soi vaca.

T O L O . - ¿ P o r q u e cu ido lo m í o ? G U I L L E . - ¿ Q u é c re í s , que el Rucio te va a qu i ta r la

ropa? T O L O . - N o , la ropa, no.

G U I L L E . - ¿ Q u é entonces? T O L O . - ¿ C ó m o que, q u é ? G U I L L E . - ESO te estoy preguntando.

T O L O . - A vos, e s t ú p i d a . ¿ O cre í s que no me fijo como lo mira i?

G U I L L E . - Estai como los giles, p a s á n d o t e p e l í c u l a s .

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EL RUCIO DE LOS CUCHILLOS

- Lo tratai como si fuera u n b a c á n y es u n mos-: ¿ : e r o . U n perij¡liento de mierda .

• X E . - ¿ D ó n d e llegaste vos, Robert Taylor? Claro : u r anda mal . Pero es h u m i l d e y buena persona. N o es a t ropel lador y farsúo, como soi vos. _ - Está bien. V o y a dejarte que te salgai con la tuya. . .

LE.- ¡Era que no! - Lleva al Rucio de c o m p a ñ e r o de baile, que se

ponga m i ropa ¡qué chucha! (Pausa) Pero si pasa una desgracia... culpa tuya, no m á s . ¿ D e acuerdo?

Bueno. De acuerdo , pero no va a pasar nada.

- Pero si l lego a oír que en el ambiente andan d ic iendo que me estai pegando en la nuca... ¡te n a t o , huevona! LLE.- ¡Mira c ó m o me t i emblan los calzones!

reto.- Ya, c a b r é a t e y salgamos. Y otra cosa, va i a tratar de hacer lo m á s que poda i en plata.

'-. . i..- Tenis h í g a d o . - Me gusta que la m i n a m í a sea la m á s gana­

dora. LE.- Siempre lo he sido. - (Saliendo.) Ya, a p ú r a t e , I n g r i d Bergman. (La

Guille se queda unos segundos repasándose ¡a pintu­ra de los labios. Se escucha la voz del Tolo desde afue­ra.) A p ú r a t e . Y a c u é r d a t e de lo que dice d o ñ a Eugenia de la luz . (Más fuerte.) ¡Ya pus, Gui l le !

LE.- (Pausa. Bajo un cenital.) ¡Gui l le! ¡Gui l le! M e ¿ r i t a b a R a ú l , el m a r i c ó n que estaba a cargo de la

; ENTO: desast rado y sucio. . y. mezcla de farsante con p repo ten te . : EX LA NUCA: e n g a ñ a r s exua lmen te a la pareja, se usa t an to

z¿: - ia mujer c o m o para el h o m b r e .

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Luis RIVANO

cocina. Y yo c o r r í a a a c o m p a ñ a r l o . Si a lguien me preguntara por m i madre t e n d r í a que decirle que no c o n o c í otra que no fuera el cocinero de la pen­s ión de la calle Eleuter io R a m í r e z . Por lo menos el V i n i z i o t u v o una madre que, aunque le d u r ó poco, m á s de una vez lo h a b r á l lamado: " V i n i c i -to, V i n i c i t o " . Y el Tolo t a m b i é n tuvo , y, aunque haya resul tado una caga de madre, por lo menos no fue huacho.

A mí , en cambio, me botaron o a lo mejor me dejaron encargada en la casa de d o ñ a Carmen y nunca v o l v i e r o n a buscarme. N o sé . (Pausa.)

Las putas viejas algo me di jeron. Parece que m i madre era un patín que estuvo asilada en los callejones. En una pelea el lacho la tajeó y se e c h ó el po l lo . A v e r g o n z é y con una pi f ia del t a m a ñ o de un jeme en la cara, ¿ q u é iba a hacer t a m b i é n ? ¿ A d o n d e ir ía a esconderse? ¿Y para q u é llevarse la cr ía que le h a b í a hecho el mismo desgraciado que la m a r c ó ?

C r e c í met ida en la cocina. "Gui l l e , G u i l l e " , me l lamaba el Raul i to . Le gustaba que yo estuviera cerca. Entonces me sentaba en una bacinica pues­ta al r e v é s como si fuera u n pis i to y me quedaba acurrucadi ta v i é n d o l o trabajar mientras cantaba unos boleros bieeen t r i i i i s tes .

U n d ía a m a n e c i ó contento y me dijo: "Gui l le , te v o y a l levar al colegio" . Le p i d i ó permiso a d o ñ a Carmen y me fue a matr icular a una escueli-ta bien piñufla que estaba a la vueltecita, en la ca­lle Serrano. Me c o m p r ó cuadernos, l áp ices y una

HUACHO: h i jo s in p a d r e conoc ido , t a m b i é n h u é r f a n o . PATÍN: p r o s t i t u t a callejera. PIÑUFLA: m u y pobre .

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EL RUCIO DE LOS CUCHILLOS

¿ : nía cuadradita como caluga. T a m b i é n un delan-H blanco que me lavaba él mismo, pero lo a lmi -i - i i iaba tanto que me llegaba a raspar el cogote. Se pasa la mano por el cuello.) Me llevaba feliz de

ia mano todas las m a ñ a n a s . Me dejaba en la puer­i l del colegio y de ah í p a r t í a a comprar a la feria.

En las tardes me iba a buscar y, antes de irnos pa' la casa pasaba al cambio de revistas de la ca-

T T a r a p a c á , a buscar revistas de fotonovelas . . vía cambiando revistas. A mí una vez me com­

p r ó una de moni tos . R a ú l era el ú n i c o que se preocupaba por m í .

Ahora me da risa, pero entonces no e n t e n d í a por q u é me obl igaba a ponerme unas enaguas bien apretadas. Era para que no se me notaran las te-titas, cuando e m p e c é a desarrol larme. N o le gus-:aba que los pelusas del c i té de Santa Rosa me agarraran pa'/ payaseo.

En esos d í a s fue cuando d o ñ a Carmen me di jo aue vo t e n í a que hacer algo para ganarme el pu ­chero y me di jo que d e b í a servir a las mesas. Eso no le gustaba a Raul i to y rezongaba contra d o ñ a Carmen. Pero yo pensaba que era lóg i co que tu -\a que hacer a l g ú n trabajo. ¿ P o r q u é la s e ñ o r a Carmen t en í a que darme u n techo y un plato gra-

si yo no era nada de ella? U n d í a que estaba s i rv iendo ponche en duraz­

no en una mesa, los fulanos empezaron con los agarrones. Uno le p e g ó un gr i to a la d u e ñ a y le dijo: " S e ñ o r a Carmen, esta cabra e s t á bien mal-loncita y a " . Todas las putas se r e í a n . La vieja : a m b i é n se re ía . Claro, estaba obl igada a ponerse

. ; AVASEO: para la risa. LIONA: m u j e r adolescente con fo rmas de mu je r m a d u r a .

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la lata porque los gallos, seguri to, eran de la Co­m i s i ó n de Alcoholes .

Cuando l l e g u é a la cocina, el Rau l i to estaba con los ojos llenos de l á g r i m a s . Q u é curioso. Pero en m i v i d a solamente en dos cosas he encontra­do ternura. En las historias de amor de la revista Confidencias y en el Raú l , el viejo y achacoso ma­r i cón de la cocina.

Voz DEL T O L O . - ¡Gui l le! (La Guille apaga la luz y sale.) V I N I Z I O . - [Bajo cenital.) Tengo una ficha inmensa, o

p ron tua r io como la l l aman, l lena de detenciones y condenas. J a m á s p o d r é conseguir trabajo. N u n ­ca p o d r é re t i ra rme del ambiente. C a m i n a r é mar­cado para toda la v ida . ¿ Q u é s e r á de la Nancy? ¿ D ó n d e e s t a r á la Gilda? ¿ P o d r é encontrarlas al­guna vez? ¿ E s t a r á la Nancy e s p e r á n d o m e j u n t o a la ventana, como en ese tango que le gustaba, para decirme: "Entre V i n i z i o . . . que afuera es no­che y l lueve tanto"?

(Apagón y se empieza a escuchar el tango "Por la vuel­ta ". La música sirve de enlace con ¡a escena del otro día en la mañana. El Tolo y la Guille están acostados. El Tolo ronca.)

G U I L L E . - (Empieza levantarse y bosteza.) Puchas que tengo el cuerpo cortado... (Al Tolo.) Oye, h u e v ó n , ¡te estoy hablando!

T O L O . - (Moviéndose pesadamente.) ¿ A h ? G U I L L E . - Te d igo que tengo el cuerpo cortado. T O L O . - (Entre dormido.) ¡Es que tomai como vaca! G U I L L E . - (Le pega un codazo.) ¡Vos no, pus! TOLO.- (Se levanta y va al lavatorio.) Te acampeonaste en

la fuente de soda, ¡no q u e r í a i n i salir a patinar!

ACAMPEONARSE: hacerse fuerte en un lugar o con una cosa.

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EL RUCIO DE LOS CUCHILLOS

• ¡ L L E . - Me hice dos momentos en menos de una hora. - Si estaba tan bueno, ¿ p o r q u é no seguiste tra­

bajando? LE.- Ya h a b í a hecho m i cuota, ¿ p a ' q u é chucha

seguir c a g á n d o m e de frío? Boto.- (Termina de lavarse la cara.) ¡Dios te bendiga

el hocico! •HILE.- Siempre he sido tiesa para los garabatos.

.- Cuando te deje, s e r á porque me cabriaste, por o rd inar ia .

i . - ¡Qué te vai a i r si ya estai arranchado a q u í ! Tenis casa y.. .

TOLO.- (La agarra por la cintura.) Y ropa l i m p i a . LE.- (Trata de soltarse.) ¡Ya, c a b r é a t e , Tolo!

foto.- L legué tan embolao que no te eché ni un polvi to. I- L D LE.- Ya perdiste, ya.

IOLO.- Me gusta agarrarte con un poco de trago... Cuando tenis olor a pilsener, me da ternura. As í te conoc í . ¿Te acordai? LLE.- N o me gusta acordarme para no sentirme

compromet ida . TOLO.- Estabai bai lando en el segundo piso del I n -

d i a n á p o l i s . .-. :LI E.- Cuando estaba abajo, afirmada jun to a la puer­

ta, llegaron dos obreros de la cons t rucc ión . Los ca­ché porque llevaban el serrucho envuelto en papel de diarios. Aunque no les e n c o n t r é mucha pinta, subí a bailar con ellos cuando me invi taron. Si no había bri l lo con el vento, me echaba a volar y listo. LO.- ¡Te dicen la desinteresada!

GUILLE.- N o soy n á el Hogar de Cris to para inv i t a r a d o r m i r sin plata.

I i LADO: emborrachado apenas. : ro: dinero, del lunfardo argentino.

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Luis RIVANO

T O L O . - M e acuerdo que cuando te v i bai lando con ese perico me dije: "Demasiado buena para que se la coma un proleta" .

GUILLE.- Te caché por el espejo que me estabai tasando. T O L O . - Me p o r t é como un caballero. N o le b u s q u é

pelea a nadie. G U I L L E . - Se queda ron lo m á s t r a n q u i l o s t o m a n d o

cuando nos echamos el pol lo . . . (Pausa.) ¿ C u á n t o t i empo hace?

T O L O . - N o sé. . . pero hemos sido harto felices, ¿ n o es cierto? (La abraza.) Oye, Gu i l l e , te qu iero ped i r una cosa. N o me d iga i m á s cafiche n i fioca. (Pau­sa.) D i m e proxeneta. Suena m á s elegante.

G U I L L E . - (Ríe.) ¿ P r o x e n e t a ? ¡Mi proxeneta! Mient ras te p o r t í s bien, no hay pe l igro que te eche.

T O L O . - N O seai mal agradecida. ¿ Q u i é n te defiende? G U I L L E . - ¿ Q u i é n paga la pieza? T O L O . - ¿Y q u i é n va a pagar la m u l t a cuando ca ís? G U I L L E . - ¿ Q u i é n te compra la ropa? T O L O . - (Molesto.) Te gusta echarme en cara todas las

huevas que me comprai . . . G U I L L E . - Pa' que no se te vaya a o lv idar . TOLO.- Cualquier hueva, menos mal agradecido. G U I L L E . - (Se deja caer en ¡a cama.) Ven , Tolo . T O L O . - ¿ A h o r a ?

G U I L L E . - M á s vale tarde... T O L O . - (Se acerca.) Tenis buen cuero. (Se sienta a su

lado en la cama.) Uno , ¡la pura que es bien como las pelotas! (Pausa mientras recorre el cuerpo de la mujer con la vista.) Tiene una t remenda hembra y no la aprecia como corresponde.

G U I L L E . - La mejor carne se la comen los perros. T O L O . - ¿ Q u i é n es su per r i to huacho? G U I L L E . - Mient ras no te c a r g u í s a los mordiscos. . .

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EL RUCIO DE LOS CUCHILLOS

.- {Imitando un ladrido.) Guau, guau.. . (La muer­de.) ¡Grrr r !

G O L L E . - (Divertida.) Ya, h u e v ó n , c ó r t a l a . .- Una mascadita. (La acaricia.) D é j a m e morder-

:e una pati ta . (La toma de un tobillo.) ". LLE.- ¡Ya, h u e v ó n , d é j a m e , que me h a c í s cosqui-

Cas! (El Tolo le hace más cosquillas y la Guille se iesespera.) ¡Ya, pus, vaca, d é j a m e ! (Más enojada.) Ya. pus, d é j a m e , concha de t u madre!

[TOLO.- (Levantándose.) ¿ N o p o d í s controlar el hocico? Y o te cabreai de hablar a puros garabatos! ¿ N o

p o d í s dejar de lado por un rato tu c o n d i c i ó n de maraca? (Toma una pilsener.) ¡Ni desayuno se puede tomar t r anqu i lo !

LE.- Siempre he sido igua l , ¡qué hueva! Soy na­cida y criada en el ambiente. N o v o y a botarme a cartucha a ú l t i m a hora. ¡ M e n o s por dar le en el gusto a un fioca atorrante que quiere ven i r a d á r ­melas de b a c á n !

¿Y c ó m o la Marlene? a l ILLE.- ¿ Q u é pasa con ella?

.-Es bien hablada. N o es como Vos. D o ñ a Euge­nia la pasa pa' la pieza y hasta la invi ta a almorzar. LLE.- ¿Sí? ¿Y q u é almuerzan? ¿Tortillas?

LO.- ¡No tenis pa' q u é picarte! Reconoce que aun-:ue la Mar lene sea p a t í n igua l que vos, no es re nunca tan ord inar ia .

Y LLE .- ¿Y, entonces, q u é crestas h a c í s v i v i e n d o conmigo? ¡Pod í s echarte el po l lo cuando querai , no m á s ! (Pausa.) Me tenis cabria, ¿ s a b í s q u é m á s ? ".- Cuando me vaya, s e r á porque yo quiera. N o

me va i a ven i r a corret iar vos.

~ - - r . ' C H A : mu je r v i r g e n . - I L L A S : acto sexual entre mujeres.

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G U I L L E . - ¡Hola , no! T O L O . - ¡El cor tap lumazo que te pego en el p a ñ o ! ¡Vai

a tener que ir a pa t inar al Mapocho pa' que te ocupen los pelusas!

G U I L L E . - ¡ N O le tengo miedo a los marineros y te v o y a tener miedo a vos, choriflai al peo!

T O L O . - (Levanta ¡a mano.) ¡Te v o y a fletarl G U I L L E . - (Toma una tijera.) ¡ H á c e m e algo no m á s ,

h u e v ó n ! (Golpes suaves en la puerta.) G U I L L E . - (Soltando ¡a tijera.) ¡Ya, dé ja t e ! (Va a abrir.) V I N I Z I O . - (Entra y ve ¡a escena tensa.) Parece que l le­

g u é en un mal momento . G U I L L E . - Pasa no m á s , Rucio. A q u í no se llega nunca

en buen momento . Pasamos en guerra. TOLO.- (Risueño.) M i r a , i ta l iani to , a q u í va a empezar

a reinar la paz cuando yo le rompa la jeta a esta. Cuando la mina a q u í se convenza que soy el jefe.

G U I L L E . - (Sarcástica.) ¡Hola , jefe! T O L O . - Ho la , no. V I N I Z I O . - Difícil v i v i r con mujer. T O L O . - En eso le achuntaste porque siempre hai v i ­

v i d o con hombres. V I N I Z I O . - N o siempre. T O L O . - (Dudando.) ¿En serio? V I N I Z I O . - ¡Seguro ! GUILLE. - (Al Tolo.) ¿Y no ibai a salir? TOLO. - (Mira con furia a la Guille.) ¡Chis , güeña ! . . . Gun LE.- Te d igo pa' que te a r reg l í s . Nosotros con el

Rucio vamos a despejar la pista de baile. (A Viniz-

CHORIFLAI: m i x t u r a de cho ro con f la i te . (FLAITE: Personaje de la noche, n o necesar iamente de l i ncuen t e , que hace a la rde de su pres tancia y su h a b i l i d a d para el bai le) . FLETAR: pegar . JETA: boca.

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cío.) ¡ A y ú d a m e , Rucio! (Apartan algunos muebles mientras el Tolo termina de arreglarse para salir.)

K I L O . - (A la Guille.) Y vos, huevona, ¿ p e n s a i bai lar en pelotas?

E [ D i F.- A vos no te impor t a . DOLO.- D e c í a no m á s . GUILLE.- (A Vinizio.) ¿ C a c h a i , Rucio, que f u é r a m o s al

concurso de baile y me sacara el abrigo, quedara así y bailara con esta pinta? ¡Y con portal igas ne­gras! ¡ C ó m o les t i r i t a r í a la pera a los viejujos del j u rado!

T LO.- Te gusta andar con la prepotencia adelante, j . LLE.- N O s a b í a que tener buen cuero era ser pre­

potente. 7 LO.- Tener buen cuero como vos, tener buena p i n ­

ta como y o o tener buena cara como el Rucio, todo sirve para imponerse. Y el que abusa de sus condiciones es prepo.

GUILLE.- A q u í el ú n i c o prepotente y pasado pa' la punta soi vos.

TILLO.- A S Í s e r á . Pero, c u í d a t e . Porque aunque ten-gai buen cuero y te a n i ñ í s , igua l p o d í s perder.

j LLE.- ¿ M e q u e r í s contagiar con tu fatalismo? T I L O . - Te d igo no m á s , pa 'que no vengai a lamen­

tarte si no ganai . (Busca en la cartera de la Guille.) ¿Te puedo sacar un billete?

GUILLE.- Saca, pero no me revo lva i todo. T : LO.- (Toma unos billetes y se ¡os guarda. Acaricia a la

Guille.) ¡Chao ! I LLE.- (Esquivándolo.) C h a í t o , no m á s .

T LO.- (A Vinizio.) ¡Que se vista la huevona! (Sale.) j . ii LE.- (Piensa un segundo con rabia y va hacia la ven-

rana y grita.) ¡Oye , h u e v ó n vaca! ¡ Inv i ta a pasear a la Mar lene , pus! ¡Pod í s l levar la al Café Paula,

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como se cree pituca la huevona! ¡Y como te d i plata, hasta le p o d í s pagar una cacha! (A Vinizio.) ¡Es m á s f a r s ú o este h u e v ó n !

V I N I Z I O . - D í g a m e una cosa, comadre, ¿ v a l e la pena v i v i r todo el t i empo a las patadas?

GUILLE. - A veces pienso que no, Rucio. Pero hay algo que no me alcanzo a explicar y que me anda tra­yendo siempre con rabia.

V I N I Z I O . - ¿ Q u é s e r á ? G U I L L E . - Esta p ro fe s ión . . . V I N I Z I O . - ¿ C u á l ? G U I L L E . - Trabajar de puta . V I N I Z I O . - D u r o el of icio. G U I L L E . - U n a no tiene otra cosa que vender . Pre­

f iero ser pu ta antes que andar p i d i e n d o l i m o s ­na.

V I N I Z I O . - Yo t a m b i é n me he vend ido . Me he arrepen­t ido toda la v ida .

G U I L L E . - N o hay que a r repent i r se n i sent i r pena. T u v o que hacerse y se hizo. D e s p u é s , como dice el tango, el o l v i d o .

V I N I Z I O . - Y O no puedo o lv ida r . (Se quiebra.) G U I L L E . - V i n i z i o , V i n i z i o . . . no seai tonto, rucio . V I N I Z I O . - Es que m i v i d a ha sido como las pelotas... G U I L L E . - Todas las v idas son iguales de pencas. Me

acuerdo cuando una vez yo t a m b i é n me caí en el hoyo.. . A s í como te pasa a t i ahora. U n cliente me sacó . Trabajaba de per iodis ta y el d í a del pago se iba pa' la A l a m e d a a buscar minas. Yo me ha­bía ido a ocupar varias veces con él. Era alegre y buena persona. Entraba con una al hotel y , en el p r imer p e l d a ñ o de la escala, le pegaba a una en

PITUCA: mujer de clase o bien vestida. PENCA: de mala clase.

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el cachete y d e c í a : " ¡ Q u i é n l lega p r i m e r o a la cama!". Y s u b í a m o s corr iendo. ;IZIO.- N i rocha que ganabai tú .

LE.- A veces... Aquel la noche yo estaba bien male­ta. Con decirte que ten ía hasta ganas de llorar. Él me dijo: " N o es t í s tr iste, Gui l l e . N o tenis por q u é estar triste, yo debiera estar m á s triste que t ú " .

Y. por q u é , le p r e g u n t é , y él me di jo: "Porque si v e n d í s el poto no es nada al lado m í o que le ven­do m i alma al d u e ñ o del d i a r i o " . Y eso que me dijo me s a l v ó , V i n i z i o . Podemos vender el po to o cualquier otra parte del cuerpo, pero (se golpea el pecho.) el alma, ¡ni cagando, Rucio! :zio.- Pero sin plata, ¿ c ó m o defender el alma?

c C ó r n o chuchas defender el alma?

GUILLE.- ¡Sirve la plata! V IZIO.- Nada se hace sin plata. GUD LE.- Cierto, una vez a mí me tocó organizarle una

colecta a una puti ta de la Alameda, que ni siquiera era mi amiga. A h í v i c ó m o puede servir la plata.

V I N I Z I O . - ¿ C o l e c t a ? ¿Y, pa ' q u é ? GUILLE.- Porque la h a b í a n p r ingado . Del p o l i c l í n i c o

de Mapocho la h a b í a n mandado al hospital San Luis . Del hospi ta l s a l i ó d e s p u é s de tres meses. Sanita, pero pato. Flacuchenta, desnut r ida y sin ganas de salir a hacerle e m p e ñ o . Yo, entonces, e n c a b e c é el lote y p a s é una lista. Todas las minas del sector d i e ron algo. El admin i s t r ador del Ne­gro Bueno se puso t a m b i é n . Die ron plata los gar­zones del Bosco y hasta un paco de la Pr imera. ¿ Q u é me d e c í s ?

V I N I Z I O . - A veces la gente quiere ayudar . Claro que no siempre.

MALENA: estar m a l e c o n ó m i c a y a n í m i c a m e n t e .

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G U I L L E . - Hay que usar la p s i c o l o g í a . A todos les con­té que la plata era para que la mina pud ie ra re t i ­rarse. Le h ic imos u n buen bil lete . La mandamos para la p e l u q u e r í a y le compramos un pasaje pa' l sur. Sus padres t e n í a n un ter reni to en Lautaro . T o d a v í a me acuerdo cuando la fuimos a dejar a la E s t a c i ó n Central : "L l éva l e unos e n g a ñ i t o s a tus viejos, q u é d a t e a l lá y te buscai un huaso pa' que te casis", le dije. Nunca m á s hemos sabido de ella.

VINIZIO.- A lo mejor debe estar feliz cr iando gallinas. G U I L L E . - En esas huevas es cuando me entra la duda .

M a l que ma l una de puta puede andar l i m p i a y arreglada. Pero si te casai con un gal lo trabaja­dor. . . Los sueldos no a lcanzan pa ' n i chucha. (Saca una falda y se ¡a muestra.) ¿Te gusta, Rucio? Le hice un tajo para verme m á s provocat iva .

V I N I Z I O . - (Va hacia el lugar donde están los discos.) ¿ D ó n d e dejaste el disco, Gui l le?

G U I L L E . - El h u e v ó n del Tolo los estuvo revo lv iendo . V I N I Z I O . - N o te creo que al Tolo le guste la m ú s i c a . G U I L L E . - La m ú s i c a no. Le gustan los tangos. V I N I Z I O . - (Sacando algunos discos y leyendo las carátulas.)

Rodolfo Biagi... toca l indo esa orquesta. Alfredo de Angelis , ¡pu tas que me gusta Oscar Larroca! (Nom­bra los tangos y canta los títulos. Lee.) Percal. (Canta.) "¿Te acuerdas del percal?". (Lee.) Portero suba y diga. (Canta.) "Portero suba y d íga le a esa ingra­ta". (Irónico.) Portero... (Lee.) Verdemar . (Canta.) "Verdemar, se apagaron en silencio tus pupilas... verdemar" ¡Ah, chuchas! Este que es l indo. (Can­ta.) "Yo soy un criol lo hon rado / me l lamo Alber to Arenas / Señor me t raicionaban/ y los m a t é a los dos". Lo cantaba el viejo que estaba preso conmi­go. (Canta.) "Las pruebas de la i n f amia / las traigo

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en la male ta / las trenzas de m i ch ina / y el c o r a z ó n de él". Y al viejo se le caían las l á g r i m a s como a un :abro chico. H a b í a que ser m á s fuerte que la chu­cha pa' no ponerse a llorar t a m b i é n .

LILLE.- ¿Se lo pasaban cantando en la cana? nz io . - H a c í a m o s competencia para ver q u i é n sa­b í a m á s tangos de presos. (Canta.) "Vieja , una duda cruel me aqueja / y es m á s fuerte que esta re ja / que me sirve de p r i s i ó n . . . " . Y e s t á b a m o s hasta que llegaba la m a ñ a n a cantando. Pero ha­bía un preso que era m á s s ád i co . . . Dejaba pa ' l f i ­nal un tango con el "Padre Nues t ro" .

. ILLE.- ¿ C ó m o la o r a c i ó n de los curas? \ :z io . - (Canta más alto y con emoción.) " E s c ú c h a m e , padre n u e s t r o / m i viejecita se muere . . . / Todos los reos te q u i e r e n / aunque no sepan rezar..." (Se calla como avergonzado.) ¿Y s a b í s , Guil le? A h í que­daba el l l an t e r í o . Que c ó m o e s t a r á m i vieja. Ot ro , que yo n i la conoc í . Que me p o r t é como las hue­vas con la pobre . Que c u a n d o salga la v o y a abrazar y no la v o y a dejar sola nunca.

VILI i . - Los hombres, entre hueveo y h u e v e ó , son bien l lorones, ¿ a h ?

INIZIO.- Cuando uno se atreve a mirarse hasta el fon­do del alma, lo que ve no tiene nada de bonito. . . Si no pudiera l lorar, t e n d r í a que pegarse un t i ro . (Deja los discos donde estaban.) A q u í es tá el fox-trot.

_ILLE. - P ó n e l o . (Bailan y la Guille interrumpe.) Me­jo r t e r m ino de arreglar la falda. A s í podremos ensayar con ves tuar io . ¡Tal como nos vamos a presentar en el C a u p o l i c á n !

Biz io . - (Va a buscar un disco.) ¿ M e dejai poner este, Gui l le?

LÍELE.- Claro, p ó n e l o no m á s . (Vinizio coloca el disco

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y se sienta a escuchar mientras la Guille continúa con su labor. Suena el tango "Consejo de oro". Vinizio se tiende en ¡a cama mientras la Guille sale de la pieza. Continúa escuchándose el tango.)

VINIZIO.- Me parece escuchar la voz cansada de mi madre: "Me siento mal , V in i c i to . . . no me v o y a levantar hoy d ía . H á g a s e usted mismo una tacita de t é " . Por eso cuando l l e g u é a la pieza, al no d i s t i ngu i r el bu l to , de un manotazo b o t é al suelo la a rp i l l e ra que s e r v í a de cor t ina a la ventana. M i vieja estaba botada en el camastro, muerta . Es curioso que yo , siendo tan cabrito, no me hubie­se largado a l lorar de pena. Solo sé que por p r i ­mera vez en m i v i d a pude darme cuenta de lo f laqui ta que estaba m i madre.. .

M i e n t r a s la luz que entraba por la ventana caía sobre el p á l i d o rostro de m i mamaci ta , yo me s e n t é al lado de afuera de la puerta y me puse a l lo ra r bajito, despacio, sin l á g r i m a s casi. Enton­ces, con esa falta de conciencia que t ienen los n i ­ñ o s frente a las cosas terribles, h u í de allí . H u í por el camino po lvor i en to de los basurales hasta la Gran A v e n i d a . S e g u í c aminando , a ton tado , hacia el sur. C a m i n é sin pensar adonde diablos iba. C a m i n é toda la tarde y s e g u í c a m i n a n d o toda la noche sin darme cuenta que iba a pata pela. H u í a con unos deseos locos de dejar a t r á s tanta miseria. C a m i n é sol lozando mientras em­pezaba a tomar conciencia que nunca m á s iba a ver a m i madre. Que nunca m á s iba a sentir esa tibieza de harina tostada que t e n í a n sus brazos en las pocas ocasiones en que me estrechaba como a un n i ñ o . Solo entonces c o m p r e n d í m i so­ledad... [En ¡a penumbra se queda dormido unos ins-

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-.antes. La luz se hace cada vez más fuerte.) ¡Pu t a s , parece que m e q u e d é d o r m i d o !

E.- U n buen rato. Prefer í que descansaras mien­tras yo terminaba esto. {Empieza a vestirse; se pone la falda negra.) M e v o y a poner los de taco alto. {Busca los zapatos y se los pone.) ¿ C ó m o me veo?

zio.- ¡ I m p o n e n t e , comadre! GUILLE.- ¡Voy a t i ra r n i qLie manso petardol N o me

i a a pasar lo q u e me p a s ó la otra vez. ¡La pura q u e andaba b ien a to r ran te ! Iba con una fa lda amari l la y una chomba rosada. ¡Más picante que la novia de Condor i to !

v i o . - A h o r a no. V a i a i r como una de esas minas que salen en las revistas. (La voz del Tolo desde afuera, tarareando el tango "Por la vuelta".)

tuiLi E.- ¡ P u c h a s que viene contento! V I N I Z I O . - A l g u n a v e z q u e no llegue con la bronca,

j . ii LE.- A veces es t ierno, el bolas. TOLO.- {Entrando.) ¡Bah! Los c re ía ensayando.

I-VIL LE.- Rec ién t e r m i n é de arreglar la falda... V I N I Z I O . - {Al Tolo) ¡Qué l i n d o el tango ese q u e v e n í a i

e n t o n a n d o por la escalera! M e acuerdo de la Nancy. Lloraba cuando lo escuchaba...

T O L O . - Se l lama "Por la vue l ta" . V I N I Z I O . - (Canta.) "Afuera es noche y l lueve tanto...",

es lo ú n i c o que me acuerdo. T I L O . - (Se prepara como si fuera un cantante.) I m a g í ­

nate, Rucio, la orquesta. . . (Se escucha la música como si una orquesta imaginaria acompañara al Tolo. Canta.) " ¡Afue ra es noche y l lueve t an to ! /ven a m i lado, me d i j i s t e . / H o y t u palabra es como u n m a n t o / U n manto grato de amis t ad . . . /Tu copa es esta y la l lenaste/bebamos jun tos viejo amigo . . . /

TIRAR PETARDO: darse ínfulas.

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dijiste mientras l evan tas te / tu fina copa de cham­pán . . . / L a his tor ia vuelve a r e p e t i r s e / m i m u ñ e -qui ta dulce y r u b i a , / e l mismo amor... la misma l l u v i a . . . / e l m i s m o , el m i s m o loco a f á n . . . / ¿ T e acuerdas? Hace jus to un a ñ o / n o s separamos sin un l l an to . . . / n inguna escena n i n g ú n d a ñ o . . . / s i m ­p lemente fue un a d i ó s / i n t e l i g e n t e de los dos. ¡Tu copa es esta! Y nuevamen te / los dos br inda­mos por la v u e l t a / t u boca roja y oferente / b e b i ó en el f ino bacarat.../ D e s p u é s , q u i z á s m o r d i e n d o un l l a n t o , / q u é d a t e s iempre me d i j i s t e . . . /Afuera es noche l lueve t a n t o / . . .y comenzaste a l l o ­r a r . . . /La his tor ia vue lve a repetirse..., etc.".

(Al terminar con el tango Vinizio aplaude.) G U I L L E . - {Molesta.) ¿Y por q u é chucha, siempre.. . t ie­

ne que ser rubia la huevona? V I N I Z I O . - ¡Te pasaste To l i t o ! (Abraza al Tolo.) T O L O . - En vez de ser choro, yo d e b e r í a haber sido

cantante, h u e v ó n . G U I L L E . - Llegai a dar gusto cuando andai de buen

genio, Tolo . T O L O . - Todos somos iguales. Cada uno tiene sus ma­

ñas . (Reparando en la vestimenta de ¡a Guille.) ¿Y, vos, de d ó n d e saliste?

GUILLE.- (Poniéndose en pose como modelo.) ¡Qué me de­cís, t i ! Parezco una de esas chimbirocas del A m e r i ­can Bar del puerto. (Da unos pasos luciéndose.) Me pongo una boina azul y una cadenita con una cruz al cuello... (Estira la pierna para lucir el corte de la fal­da.) ¡Y lista para que me saquen una fotografía para la ca rá tu l a del tango "Tristeza marina" ¿ O no?

V I N I Z I O . - (Al Tolo.) Yo le d e c í a a la comadre a q u í que se v e í a pulenta con esa p inta .

T O L O . - D e j á n d o s e de huevas, la m i n a t ienen su b r i -

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l io . (La acaricia y le hace levantar la cabeza) A d e ­m á s que de cara no es tan federica.

GUILLE.- Si no es tuviera tan mal t ra ta . . . ¡ C h u c h a s ! ¡Qué no se r ía !

T O L O . - N O te a m a r g u í s y baila. G U I L L E . - (Con extrañeza.) ¿ C ó m o ? TOLO.- A S Í como siempre, un ensayo. Yo hago la crítica. VINIZIO. - (A la Guille.) Ya, comadre. (Mueve algunas co­

sas para preparar la pista. Al Tolo.) Vamos a ponerle pino pa' que tú digai c ó m o es tá saliendo... Se me olvidaba, compipa, que tengo que ponerme su cha­queta. (Va a buscar ¡a chaqueta y se la pone.)

GUILLE. - (Radiante.) Imaginemos que estamos en el C a u p o l i c á n . Los focos nos i l u m i n a n . Y empieza a escucharse la orquesta. (Va al tocadiscos, ¡o en­ciende y, al escucharse los primeros acordes, aumenta la intensidad de la luz y el escenario queda converti­do en la pista de baile. Bailan con el máximo de profe­sionalismo mientras el Tolo observa presa de senti­mientos encontrados. Al terminar el baile, ¡a pareja se queda parada en silencio. El Tolo camina hacia un rincón, dándoles la espalda.)

TOLO.- (Dándose vuelta.) ¿ Q u é quieren, que los aplauda? GUILLE. - (Tímidamente.) ¿ Q u é te p a r e c i ó , Tolo? TOLO.- (Amurrado.) P o d r í a ser peor. G U I L L E . - ¿ O sea que nos estai d ic iendo que no tene­

mos chance de ganar? T O L O . - Depende. Si los otros compet idores son m á s

rascas que ustedes, ustedes ganan. V I N I Z I O . - (A ¡a Guille.) ¡Hay que tener fe, c o m p a ñ e r a ! T O L O . - (Con sorna.) La fe mueve m o n t a ñ a s , como

predican los canutos. GUILLE. - ¡ N O te r i a i de los canutos que son mucho

m á s felices que vos, h u e v ó n !

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T O L O . - Ya, deja de huevear y a p ú r a t e pa ' que salgai a trabajar.

G U I L L E . - SÍ , pero p r i m e r o me cambio la ropa , no p ienso echar la al t r a j í n . {Empieza a sacarse la ropa.)

V I N I Z I O . - Bueno, Tolo. . . Chao, Gui l l e . (Hace ademán de irse.)

T O L O . - (A Vinizio.) ¿Y pa' q u é te vai? (Pausa.) Por q u é no te quedai a gozar del strip tease... (Toma a Vinizio de una manga.) S i é n t e s e a q u í , compipa . ¡Y aprenda a no perderse nunca una hueva que es gratis!

G U I L L E . - (Molesta.) ¡ C a b r é a t e , h u e v ó n , de andar i n ­ventando c u á t i c a s !

T O L O . - (A Vinizio.) ¿ N o me va i a decir que no te gus­tan las minas gratis?

V I N I Z I O . - (Humilde.) ¿A q u é viene todo esto? Yo no he d icho nada que pueda molestarte.

G U I L L E . - Ya, c ó r t a l a , ¿ q u e r í s Tolo? T O L O . - N O es con vos, es con él.

V I N I Z I O . - Y O no he d icho nada... T O L O . - ¿Ni hecho? V I N I Z I O . - Menos. Yo sé lo que es el respeto. G U I L L E . - (Más entera.) Á n d a t e , V i n i z i o . M a ñ a n a se­

gu imos . T O L O . - (A Vinizio, atajándolo.) C h á n t a l e . A q u í man­

do yo . G U I L L E . - (Sin hacerle caso al Tolo.) V i n i z i o , á n d a t e .

que este h u e v ó n se va a poner pesado. T O L O . - (A Vinizio.) Te dije que te quedaras ah í . G U I L L E . - (Al Tolo.) ¿ P a ' q u é le q u e r í s buscar mocha?

N o te ha hecho nada como para que te encue l l í s . T O L O . - (Tironeando a ¡a Guille.) D é j a m e t ranqu i lo . Yo

sé lo que quiero .

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. LLE.- (Enfrentándolo.) ¡Te conozco, h u e v ó n ! Déja­lo que se vaya. (A Vinizio.) Ya, Rucio, á n d a t e .

TOLO.- (Golpea a la Guille.) ¡Aqu í mando yo, mierda! ¿ N o te dije? (Empieza a golpearla y arrastrarla por ¡a pieza.) ¡Te voy a sacar la cresta, maraca! ¡Ahí vamos a ver q u i é n manda! (Vinizio observa aterrorizado.)

GUILLE.- ¡Ya, To l i to , c a b r é a t e ! SIZIO.- N o le p e g u í s , To lo . ¿ Q u é sacai con pegarle a la Guil le?

GUILLE.- (Gritando.) ¡Vin iz io , no te metai! ¡ Á n d a t e ! V : \ i z i o . - Déjala , Tolo . N o seai tonto . GUILLE. - ¡Te d igo que no te metai , Rucio! V : \ i z i o . - (Al Tolo.) N o le p e g u í s m á s , te d igo . TOLO.- (Dejando a un lado a la Guille. A Vinizio.) ¿Te­

nis algo que ver con ella? SIZIO.- Sab ís que no.

T O L O . - A lo mejor ya se han acostado y estoy hacien­do el papel de g i l .

GUILLE.- Ya, Tolo , c a b r é a t e de hablar huevadas. ;IZIO.- Te j u r o que no, Tolo .

7 : LO.- (Remedándolo.) Te j u r o que no. ¡Estai cagado de susto! IZIO.- ¿ P a ' q u é lo v o y a negar?

7 i o.- ¿ N o soi tan a n i ñ a o ? ¿ N o dec í s que te echaste un choro en la peni?

V I N I Z I O . - N o quiero ni por n á pelear con vos, To lo . 7 LO.- ¿ M e tenis miedo? V NIZIO.- Sí, Tolo . Te tengo miedo . 7 LO.- Mostacero, m a r i c ó n y miedoso. (Vinizio asien­

te con la cabeza.) ¡ Igual va i a tener que pelear con­migo! Tengo hambre por matar a u n mostacero. {Saca un cortaplumas de resorte.) El hombre puede v i v i r como m a r i c ó n , pero, aunque le cueste, t ie­ne que aprender a m o r i r como macho.

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V I N I Z I O . - N O quiero pelear, Tolo . ¿ N o veis que ven­go saliendo de la cá rce l?

T O L O . - ¡Y a m í q u é me impor ta ! V I N I Z I O . - U n poqu i to de piedad, Tolo. . . GUILLE.- (Implorando.) Dé ja lo que se vaya. T O L O . - (A ¡a Guille.) ¡Y a vos, huevona, te voy a mar­

car la cara! (Se le va encima con el cortaplumas en la mano.)

V I N I Z I O . - (Grita.) ¡Déjala! TOLO.- (A Vinizio.) ¿ Q u e r í s a n i ñ a r t e ? (Presiona el resor­

te del cortaplumas. Salta la hoja adelante. Con despre­cio.) M a r i c ó n . ¡Qué! ¡Ni m a r i c ó n siquiera! ¡Mari -cueca! Vos soi capaz de esconderte d e t r á s de las polleras de una mina. (Lo agarra de ¡a camisa y lo hace arrodillarse) ¡ D á n d o s e l a s de campeonci to , choro al peo! ¡Gil avivao!

V I N I Z I O . - D i lo que querai , pero no quiero vo lve r a la cá rce l .

T O L O . - (Escupiéndolo.) ¡Soi una mierda, i tal iano! (Lo escupe de nuevo.)

V I N I Z I O . - N o quiero pelear. Quiero poder v i v i r t ran­qu i lo alguna vez en m i vida. . .

T O L O . - ¡ C o b a r d e ! Infel iz . . . (Lo escupe con desprecio.) V I N I Z I O . - N o qu i e ro pelear, no qu ie ro caer preso.

Pero, si no puedo v i v i r en paz como quiero, y si tengo que pelear como he t en ido que hacerlo siempre... (Golpea con ambas manos en el suelo y se levanta con rabia.) ¡Sea! (Saca el puñal con fuerza hacia arriba.) ¡Y si vos soi tan choro y tan macho... pelea chuch'e t u madre!

(Ambos pelean. Después de un breve duelo de fintas el Vinizio se va encima y mata al Tolo de un tajo en el estómago. El Tolo cae, la Guille se tapa la cara con

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ambas manos y el Vinizio arroja el puñal lejos y grita casi llorando de desesperación. La luz decrece lenta­mente, al mismo tiempo que la música del f o x t r o t se escucha como telón de fondo.)

F I N

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L u i s

Rivano

Caja de herramientas Materiales para aprender

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P e r f i L d e L A u t o R |

Aquí encontrarás un comentario sobre el escritor y una síntesis de la importancia de su obra.

Z o o M |

Una mirada panorámica sobre lo que escribió el autor, los hechos más importantes de su vida y al­gunos hitos de la historia de Chile y el mundo ocu­rridos en los años en que vivió.

L i n K I

Un texto que puede ser literario o no, relacionado con la temática principal de la obra... para leer un poco más. para reírse, para comentar.

P i A y 1

Una entrevista al autor en la que cuenta cosas im­portantes relacionadas con su trabajo y su vida.

C t l A t (yo opino) |

Temas para conversar a partir de "El rucio de los cuchillos".

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PerfiL deL AutoR

De paco a librero

Luis Rivano escr ibió su primera novela, Esto no es el paraíso, en 1965, cuando a ú n trabajaba en Carabineros de Chile, por lo que el mundo que representa y los per­sonajes que aparecen en la na r rac ión eran parte de su vida cotidiana como "paco". A l presentar una cruda visión de los policías, la novela le costó la permanencia en su trabajo, pese al éxi to que logró , ya que se realiza­ron m á s de siete reediciones.

A l igual que muchos escritores de la d é c a d a del 60, Rivano dedica su obra a presentar un realismo renova­do, que toma el habla popular, los escenarios y perso­najes que no hab ían sido considerados por la alta lite­ratura. Es así como se inician las corrientes de literatu­ra coloquial y social en H i s p a n o a m é r i c a . En el caso de Rivano no hay un compromiso en un sentido polí t ico Sino la propuesta de una relación m á s directa entre la sociedad chilena c o n t e m p o r á n e a y el mundo de la crea­ción (de la narrativa y el teatro), de la literatura que se está comenzando a producir .

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Luis Rivano

Marginales en escena

Relacionado con el mundo de las letras y los libros, Rivano luego de dejar Carabineros instala una l ibrería en la calle San Diego que se ha vuelto tradicional y co­mienza a escribir obras teatrales que ponen en escena el mismo t ipo de personajes con los que se inició en la literatura: aquellos del lado menos visible de la socie­dad chilena, el de los delincuentes, las prostitutas, los bohemios y los marginales.

U n rasgo que atraviesa toda su p r o d u c c i ó n , y que define su perfil de escritor, es el lenguaje que ut i l iza en sus textos, un lenguaje que el mismo autor considera central para dar mayor veros imi l i tud a los personajes (ver la sección "Play" en pág . 65), ya que s e g ú n su pun­to de vista, es la forma de hablar de Vin iz io , el Tolo o la Guille, en el caso de "El rucio de los cuchillos" lo que define su realismo y veracidad.

En el mismo sentido en que el autor incluye el habla de la calle (coa), incorpora a sus producciones letras de tangos que t a m b i é n cuentan historias de desencuentros y destinos t rágicos , como las de sus obras, con lo que consigue enriquecer el lenguaje d r a m á t i c o . Así, los frag­mentos de tangos que Rivano uti l iza marcan momen­tos de particular tens ión , que adquieren para los es­pectadores distintos significados al ser un lenguaje que les es conocido.

Las constantes puestas en escena de obras como "Te llamabas Rosicler", "Sexy boom", y esta que acabas de leer, demuestran que su b ú s q u e d a de un teatro realis­ta, " v i v o " y chileno encuentra en los espectadores la respuesta que el autor espera.

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ZooM

1933: Nace en Cauquenes. Es hijo de Milcíades Rivano g y Luisa Sandoval. Es el menor de 13 hermanos.

1932: El 4 de junio, es derrocado el gobierno y se lo sus­tituye por una Junta de Gobierno, que preside el gene­ral Arturo Puga. La junta es integrada además por Car­los Dávila, Eugenio Matte y el coronel Marmaduque Grove en la cartera de Defensa. • Se instaura la llamada República Socialista. • El 30 de octubre se efectúan elec­ciones presidenciales, a las que se presenta Arturo Alessandri con el apoyo de liberales, radicales y demó­cratas. Consigue el triunfo por mayoría.

§ 1932: Gandhi inicia una de sus más importantes campá­is ñas de protesta civil contra las autoridades británicas.

1954: Ingresa a Carabineros de Chile.

1952: Obtiene por segunda vez la presidencia del país Carlos Ibáñez del Campo. • En ese año, la población total de Chile era de seis millones de habitantes. 1953: Se crea el Banco del Estado. • Se funda la Central Unitaria de Trabajadores, CUT. 1955: El escritor Nicanor Parra recibe el Premio Munici­pal de Santiago por su obra Poemas y antipoemas. 1958: El gobierno legaliza nuevamente al Partido Co­munista, que había sido declarado ilegal por la "Ley de defensa permanente de la democracia". • Es elegido pre­sidente Jorge Alessandri Rodríguez.

1951: Se realiza La primera demostración de grabación en magnetoscopio de imágenes y sonido.

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Luis Rivano

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1965: Abandona Carabineros tras la publicación de su novela Esto no es el paraíso, en la que ofrece una visión cruda y realista de la vida de los policías chilenos. 1966: Publica El signo de Espartaco. 1967: Edita El cuaderno de Víctor Hidalgo y El apuntamien­to, novela en la que aparece por primera vez su famoso personaje Vinizio Zanetí, el rucio de los cuchillos.

1964: Es elegido presidente Eduardo Frei Montalva, re-55 presentante de la Democracia Cristiana. Ganó la elec-2 ción con un 56 por ciento de los votos. • Violeta Parra

expone sus pinturas en el Museo del Louvre, de Fran-5 cia. S 1965: Valparaíso es sacudida por un terremoto que deja w 400 víctimas.

1967: Se crea la Oficina Nacional de Planificación (ODEPLAN). • Es promulgada la ley de Sindicalización campesina. • Se suicida Violeta Parra.

1964: Se inaugura la línea "Nueva Tokaido" en Japón, O que une Tokio y Osaka. Este tren bala es el primero en Z superar los 200 km/h. 2 1968: El 28 mayo se produce en Francia una masiva J manifestación de estudiantes universitarios en contra " del régimen de Charles de Gaulle.

1970: Publica La yira. 1971: Publica Tirara matar. 1972: Escribe "Los basureros". 1973: Publica El rucio de los cuchillos.

Q 1976: Se estrena su primera obra teatral. "Te llamabas 2 Rosicler", la que consigue un importante éxito de públi-> co y crítica. La obra fue premiada por el Instituto Chile-

Oí ^ no Francés de Cultura y el grupo Imagen (que dirigía Gustavo Meza). 1977: Estrena "Un gasfiter en sociedad" y "Los matarifes". 1979: Es estrenada la obra "Por sospecha".

5 1970: Triunfa en las elecciones presidenciales Salvador U Allende, candidato de la Unidad Popular.

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Caja de herramientas

1971: El gobierno nacionaliza cerca del 90% de la indus­tria del cemento y avanza con la nacionalización de la minería del cobre. • El poeta Pablo Neruda obtiene el Premio Nobel de Literatura. 1973: El 29 de junio se produce el "tancazo", un intento de golpe de Estado contra Allende en el que Pinochet se mantiene leal al gobierno. • El 11 de septiembre el golpe militar, encabezado por Augusto Pinochet, desti-

¡3 tuye al presidente: el gobierno es asumido por una jun-X ta militar. • Mueren los escritores Pablo Neruda y Ma-

nuel Rojas. 1976: Se crea la Corporación Nacional del Cobre (CODELCO).

?í 1977: El gobierno decreta la disolución de todos los par-2 tidos políticos: se exceptúa al Partido Nacional y los de

derecha. • Se prohibe la importación de libros de auto­res como García Márquez, Vargas Llosa y Cortázar. 1979: Se declara a la cueca el baile nacional.

1973: Se firman los acuerdos de París, que ponen fin tem­poralmente a las hostilidades en Vietnam.

Q 1975: El 22 de noviembre, Juan Carlos I fue proclamado 2 rey de España, dos días después del fallecimiento de ¿ Francisco Franco. _̂ 1979: En Nicaragua, el Frente Amplio de Oposición, ~" liderado por el Frente Sandinista de Liberación Nacio­

nal logra la deposición de Anastasio Somoza.

1981: Se estrena "La última canción". 1982: Estrena "Casados y descasados" y escribe "Re-

^ migio o el hombre que compraba y vendía cosas", z 1983: Estrena "Míster espectáculo".

Q > 1984: Se estrena la obra "Dónde estará la Jeannette", que X 5 es premiada en el concurso Eugenio Dittborn. auspicia­dla do por la Universidad Católica.

1985: Se estrena "Sexy Boom".

¡Jj 1980: Es realizado un plebiscito que aprueba una nueva E Constitución, la que mantiene a Pinochet en el gobierno 7?. hasta 1989.» Fallece la escritora María Luisa Bombal.

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L u i s Rivano

1981: Comienza la presidencia Constitucional de Pinochet. 1982: Se inicia la creación de nuevas universidades pri­vadas. 1983: Es levantada la censura previa para la circulación de libros. 1984: Se lleva a cabo una de las más masivas manifesta­ciones contra el gobierno militar, lo que produce el de­creto del Estado de Sitio. «Se resuelve el conflicto con

~ Argentina sobre el canal Beagle. X 1985: La oposición al gobierno militar firma el Acuerdo ~ Nacional para la Transición a la Democracia.

1987: Es aprobada por la Junta Militar la ley de partidos políticos con la que vuelve a ser autorizado el funciona­miento de estas organizaciones. 1988: El 5 de octubre, con la realización de un plebiscito, se rechaza la continuidad del gobierno militar. «Muere el poeta Enrique Lihn. 1989: Vence en las elecciones presidenciales el candida-

05 to de la Concertación Patricio Aylwin. 05

1980: El gobernador de California Ronald Reagan triunfa en las elecciones presidenciales de EE. UU. 1982: China adopta una nueva Constitución y se produce una reorganización del Partido Comunista Chino. 1983: Luc Montagnier. en París, consigue aislar un nuevo retrovirus humano. A la vez, en EE: UU. logran lo mismo con un retrovirus en enfermos de SIDA, y en personas que

O habían mantenido relaciones con estos pacientes. Se com-§ probó que el virus era el agente causante del SIDA. 2 1985: Serias investigaciones ponen en evidencia la exis-j tencia de un gran agujero centrado sobre la Antártida. ~ dado que un 50% o más del ozono situado sobre el área

desaparecía estacional mente. 1986: El 28 de enero, unos pocos segundos después del despegue, la lanzadera Challenger explota, causando la muerte de sus siete tripulantes. 1989: En diciembre. Estados Unidos invade Panamá con el objetivo de derrocar el régimen del general Manuel Antonio Noriega.

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o 05

1991: Es estrenada la obra "El rucio de los cuchillos". ¿ 1992: Se estrena "La miseria y el show". 5 1997: Es estrenada la obra "El hombre que compraba y 2 vendía cosas".

1990: En marzo asume la presidencia Aylwin, iniciando el período de transición democrática, que significará una profunda transformación y modernización del país. • Se informan las más graves violaciones a los derechos hu­manos que fueron llevadas a cabo por el gobierno mili­tar a través del Informe Rettig.

S 1992: El censo nacional arroja que habitan el país 5 13.348.401 personas. " 1994: Asume la presidencia el demócrata cristiano

Eduardo Frei Ruiz-Tagle. • Chile se incorpora al Con­sejo Económico del Asia Pacífico (APEO). 1997: Es aprobada la Reforma Procesal Penal.» La ce­santía alcanza el punto más bajo en la historia del país llegando al 5.5%.

1990: El 2 de agosto, Irak, liderado por Saddam Hussein, invade el emirato de Kuwait, conflicto que desencade­na la Guerra del Golfo Pérsico.«El 3 de octubre, des­pués de la unión de la República Democrática de Ale­mania (RDA) y la República Federal de Alemania (RFA) se crea un Estado único alemán. 1991: El 6 de abril, luego deque los aliados toman Kuwait y logran invadir el sur de Irak, termina la Guerra del Golfo

2 Pérsico. 1994: En marzo, en el estado mexicano de Chiapas co­mienza a actuar el Ejército Zapatista (dirigido por el subcomandante Marcos) contra el gobierno del Partido Revolucionario Institucional (PRl), presidido por Carlos Salinas de Gortari. 1995: Se lanza al mercado "Playstation", el sistema de videojuegos de Sony. 1997: En febrero se conoce la noticia de que se había clonado el primer mamífero adulto: la famosa oveja Dolly. 1999: El 4 de enero, el euro cotiza por primera vez en el mercado de cambios de divisas.

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g 2000: Se estrena la obra "Escucho discos de Al Jolson. < mamá".

¡¿¡ 2000: En enero asume la presidencia el socialista Ricar-Ü do Lagos.

2001: El 11 de septiembre. Estados Unidos sufre el ma­yor ataque terrorista de su historia: aviones de pasaje­ros secuestrados en ciudades cercanas a Nueva York son

£ estrellados en las Torres Gemelas, en un edificio cerca­ba no a ellas (en Nueva York) y en el Pentágono (Washing-j ton). • Estados Unidos y sus aliados intervienen mili-~" taimente Irak con el argumento de que es una amenaza

para la paz mundial por el desarrollo de armas de des­trucción masiva.

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PlAy

"'Yo quiero que todos puedan ir al teatro, a un teatro chileno"

n esta entrevista a Luis Rivano, realizada por el i—jcrítico teatral Eduardo Gueri 'ero (Acto ún ico . Drama­turgos en escena, Santiago, RIL editores, 2001), en la que participa también la actriz Silvia Santelices, el autor comen­ta aspectos muy importantes de sus obras, como ¡a labor del director, la incorporación de la música y también sus ideas sobre el teatro chileno.

El paco escritor

E.G.: Luis, hemos visto una escena de "Los matarifes", obra tuya que ha sido repuesta en cartelera; en ella, uno de los personajes, Carlitos, quien está enamorado de Teresita, hija del dueño de casa, le dice: "tu hermano, Teresita, no se ríe nunca, parece paco". ¿Tú te ríes?, ¿o pareces paco?

L.R.: Ah í estoy siendo au tobiográf ico . Efectivamen­te, cuando una persona es demasiado seria, se dice: "este tiene cara de paco" y eso ya es una cosa absolutamente asumida por el léxico popular. Yo me río, eso sí.

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E.G.: Tú te ríes y además pareces paco. Cuéntanos un poco de tus tiempos como carabinero; tengo entendido que fueron once años y que desde ese entonces tienes el apodo.

L.R.: Respecto a los a ñ o s en la ins t i tuc ión , fueron pocos para algunos y demasiados para otros. Finalmen­te, eso depende de c ó m o uno lo haya pasado adentro.

E.G.: ¿Cómo fue esa experiencia? L.R.: N o fue t r aumá t i ca , en absoluto. A h í a p r e n d í

mucho; incluso di r ía que el ochenta por ciento de lo que he expresado en el teatro son experiencias recogi­das en la comisar ía , en la calle, en las poblaciones y en el contacto con la gente. En ese sentido, fue para m í una experiencia enriquecedora.

Un teatro de personajes marginales

E.G.: Paco, en el contexto de la dramaturgia chilena, hay algunos autores, como Antonio Acevedo Hernández, y más actualmente Juan Radrigán, que de alguna manera se han vinculado a un teatro obrero, a un teatro social, a un teatro marginal. ¿Cuál sería la diferencia de tu propuesta respecto a estos otros dramaturgos?, ¿cómo enfocas esta margina-lidad?, ¿cuál es el sentido, en definitiva, de mostrar esta pro­blemática en tus obras?

L.R.: Existen muchas marginalidades; el escritor, el autor, el creador es t a m b i é n un marginal que, por su manera de enfrentar el mundo, tiene m á s posibilida­des de entender a esta gente. En "El rucio de los cuchi­llos", por ejemplo, encuentras a tres personajes que son delincuentes: uno de ellos es un cafiche que roba en las micros, ella es prostituta y el otro viene saliendo de la cárcel d e s p u é s de haber cumpl ido una pena por homi-

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cidio. Sin embargo, cuando te acercas a ellos a t ravés de la escritura, descubres que en estos seres, ubicados en la c o n d i c i ó n social m á s baja, hay s iempre algo rescatable. En el hombre m á s miserable, hay algo, qu i ­zás una luz, que lo redime. A h í es cuando el escritor tiene que hacer todo lo posible para encontrar esa luz, que hace que estas personas, consideradas subhumanas para la mayor í a , tengan un rayo de d ignidad , un deseo de lucha.

E.G.: Si bien estás mencionando esto a nivel personal, podemos también extrapolarlo a nivel de las relaciones entre tus personajes, en las que se manifiesta una cierta solidari­dad. Estoy pensando en los personajes de la obra "El rucio de los cuchillos", puesto que, al margen de ciertas máscaras o caretas que utilizan, de la frialdad en sus relaciones, explica­das por su situación de vida, en ellos se trasluce un rasgo solidario.

L.R.: Bueno, se traslucen las dos cosas: la solidari­dad y la falta de ella. En el momento mismo en el cual es tán sometidos a situaciones extremas, los personajes se apoyan y solidarizan unos con otros; sin embargo, cuando unos salen libres y los otros no, ocurre lo con­trario, la falta de solidaridad.

Fotografías antiguas

E.G.: Considerando el espacio y el tiempo, tus obras re­crean las décadas del cincuenta y del sesenta. Desde tu perspectiva, ¿qué ha significado, como identidad, el barrio Franklin a ¡o largo de los años?

L.R.: Primero, debo decirte que mi in te rés es que todas mis obras sean parte de una obra que está d i v i d i -

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Luis Rivano

da en diferentes posibilidades m á s p e q u e ñ a s . Esto pue­de ser reversible; así, la gente de "Te llamabas Rosicler" puede interactuar con la de "Los matarifes", es decir, la Rosicler puede ir a comprar a Frankl in y va a enten­der perfectamente, y el Yayo puede salir a robar y en­contrarse con Padilla" robarle la billetera, puesto que en todas mis obras hay un mundo completo que yo voy pintando de a poco. El otro in terés que tengo es dejar, en m i obra, como una fotografía antigua, el Santiago que conocí; entonces, está Franklin en "Los matarifes", el barrio Recoleta en "Sexy boom" y el barrio Ejército en "Te llamabas Rosicler". Esta es la r a z ó n por la que mis personajes siempre es tán mencionando la esquina tanto, donde fue a comprar el disco o la esquina donde es tá Carlos Gardel, que era un negocio que había en la época de compraventa de discos. A d e m á s , el escribir con perspectiva de veinte, treinta o cuarenta a ñ o s a t rás , me permite a mí poner el lenguaje que p a s ó la barrera, que se es tableció como tal. Si yo escribiera solo de este momento, es tar ía poniendo los dichos de los j ó v e n e s , que no han sido sancionados a ú n por la t r ad ic ión del t iempo. Así, el "pulento" es el "pulento", el "bacán" es el "bacán" , el "CUÍCO" es el "CUÍCO", pero en su expre­s ión real y actual, no con los cambios que provoca el t iempo y el uso.

E.G.: Luis, en la obra "Te llamabas Rosicler", y no solo en ella, sino también en otras, aparece la música como un elemento importante; en el texto aludido, específicamente el tango, y en otros, el bolero. ¿Eres tú un conocedor, un amante de este tipo de manifestaciones?, ¿qué te motiva a introducir estos elemen­tos en tus obras?

L.R.: Yo creo que para el púb l i co popular, el de los estratos soc ioeconómicos m á s bajos, el cine, la mús i ca

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y el tango, por ejemplo, constituyen y son parte de su conocimiento de las cosas. (...) La mús ica , por su parte, provoca dos efectos: contextualiza, de inmediato, la obra en el t iempo; entonces, permite la v is ión temporal de lo que está pasando, y el otro efecto es que posibili ta entender q u i é n es el personaje.

S.S.: Escucha esto de "El rucio de los cuchillos". Pen­sando en la desesperanza, el Rucio dice: "tengo una f i ­cha inmensa o prontuario como lo llaman, lleno de de­tenciones y condenas. J a m á s p o d r é conseguir trabajo. Nunca p o d r é retirarme del ambiente. C a m i n a r é mar­cado para toda la vida. ¿Q ué se rá de la Nancy?, ¿dón ­de es ta rá la Gilda?, ¿ p o d r é encontrarlas alguna vez? Estará la Nancy e s p e r á n d o m e jun to a la ventana, como en ese tango que le gustaba tanto, para decirme: entre Vin iz io que afuera es noche y llueve tanto".

L.R.: Y, de a t rás , empieza el tango. S.S.: Claro; y eso está i lustrando un momento, una

época , una s i tuación.

Realidad y teatro

E.G.: (...) Sé que algunas de tus obras han sido dirigidas por ti, ¿no se te ha ocurrido dedicarte a la dirección?

L.R.: Tuve que d i r ig i r en un momento en el que no tenía a nadie que hiciera la d i recc ión, y como a d e m á s no hab ía mucho dinero para la p r o d u c c i ó n , me a t reví a hacerlo, con esa falta de respeto propia de la juven tud , porque era mucho m á s joven. El resultado fue media­no, como para "salvar" la s i tuac ión . Sin embargo, siem­pre he pensado que el autor debiera ser el director, por­que él está dentro del cuerpo de sus personajes; es él el que sabe por q u é el personaje dice "puta la h u e á " y es

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Luis Rivano

él, t amb ién , el que maneja las entonaciones, la mirada, la actitud. U n director recibe todo aquello con el texto y a d e m á s , a él, o a ella, se le ocurren muchas otras co­sas; es ahí , entonces, cuando viene la sumatoria; lo que tú como dramaturgo hiciste es, ahora, engalanado y apoyado por otra mirada. Sin embargo, considero, a nivel personal, que el autor debe estar siempre traba­jando en conjunto con el director.

E.G.: ¿Crees que no hay público para el teatro, en este momento?

L.R.: Hay mucho púb l i co para el teatro, pero hay un grave problema de incomun icac ión . La gente no sabe que la obra que quiere ver es esta o aquella, y decide asistir a una que tuvo mayor publ ic idad y que fue m á s promocionada. Entonces, sale de la sala descontenta y no vuelve al teatro.

E.G.: ¿Has enterrado algunas lanzas por ahí? L.R.: Yo he enterrado muchas cosas, incluso lanzas.

Pero, en f in , sintetizando, quiero un teatro de autor, con ideas, con contenido, con una historia. A d e m á s , quiero que el teatro sea realista, que los "gallos" sean "gallos" que es tén vivos, que no sean ni fantasmas, n i muertos, ni desaparecidos; así, la gente p o d r á decir "mi abuelo era igual"; quiero t a m b i é n que el lenguaje del teatro sea popular, para luchar contra el elitismo de la cultura, que hace que la gente de provincia, por ejem­plo, asista vestida de pieles al teatro, porque cultural-mente se asocia un estreno con una gala. Yo quiero que todos puedan ir al teatro, a un teatro chileno.

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LinK

U n personaje muy importante de "El rucio de los cuchi­llos " es ¡a Guille, una mujer que ejerce el que se conoce

como "el oficio más viejo del mundo": la prostitución. Tan viejo es este trabajo que incluso aparece en un texto

de Catulo, un poeta latino que vivió entre ¡os años 87y 54 a. C. En el poema de Catulo que leerás aquí, podemos ver cómo el hablante ¡e reclama a su "querida" haberlo engañado, ocul­tándole su verdadera ocupación, lo que hace pensar que des­de siempre las prostitutas han sido cuestionadas.

Aufilena:

Las buenas queridas han sido siempre elogiadas. La paga que reciben es ejerciendo su oficio. Pero tú me prometiste y me e n g a ñ a s t e . Tú pides y no das. T ú eres una estafa. La que promete debe cumpl i r (la que es casta no promete). Aufi lena: la que comete fraude con su cuerpo es m á s puta que la que lo vende.

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ChAt . ( y o o p i n o )

T os tres personajes de "El rucio de los cuchillos" viven en I i un ambiente de marginación, ya que sus oficios no son los tradicionales: Vinizio acaba de salir de la cárcel, el Tolo es un ladrón y la Guille es una prostituta.

• ¿Crees que cada persona nace con un destino defi­nido?

• ¿Has pensado cuál es tu destino?

• Pareciera ser que Vin iz io , a pesar de los esfuerzos que realiza, no puede escapar de su v ida de violencia y crimen, ¿te parece que es posible que un personaje que ha tenido la v ida del Rucio pueda cambiar?

• ¿ Q u é aspectos de la infancia de una persona crees que son importantes para su vida de adulto?, ¿la rela­ción con los padres?, ¿el lugar donde vive?, ¿cuáles otros?

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L u i s Rivano

• La Guil le es una prostituta que q u e r r í a cambiar de trabajo pero cree que no gana r í a lo mismo haciendo otra cosa, ¿te parece que la plata es lo m á s importante para decidir q u é hacer, en q u é trabajar, o como v iv i r?

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Indice

Palabras del autor 7

El rucio de los cuchillos 11

Caja de herramientas .' 55 Perfil del autor 57 Zoom 59 Play 65 Link 71 Chat 73

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Impreso por R1L® editores, Santiago de Chile.

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B I B L I O T E C A R O J A

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