El Rosario Sacerdotal

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EL ROSARIO SACERDOTAL gozos, dolores y glorias del sacerdocio INTRODUCCIÓN ¿Para qué es este libro? 2412. Para ayudarme yo y ayudar a mis hermanos los sacerdotes, publico hoy estas notas sobre el modo de rezar y meditar sacerdotalmente el rosario. Como el rosario de mi Madre tiene sus misterios, así mi sacerdocio también tiene los suyos y, al igual que aquél, son gozosos los unos, como son los misterios de la grandeza y de la fecundidad de su maternidad divina y de mi poder sacerdotal. Dolorosos los otros, como es casi siempre la paga que el mundo nos da a Jesús, a su Madre y a sus sacerdotes. Y gloriosos, por último, como los misterios de la generosidad y largueza de la paga de Dios a su Hijo, a su Madre y a sus sacerdotes. Por qué el rosario es sacerdotal 2413. No hay más sacerdocio que el de Jesús: sacerdocio eterno según el orden de Melquisedech. Él es Cabeza de todos los sacerdotes y Manantial de todos sus excelsos poderes, y el pan y el vino del sacrificio es la Carne y la Sangre de Jesús. María es el cuello y nosotros el cuerpo unido a la Cabeza por ese cuello. María canal de esos poderes y de las gracias que contienen, nosotros distribuidores. El Espíritu Santo toma de María la carne y la sangre de Jesús y que Jesús-sacerdote y los sacerdotes de Jesús ofrecerán en sacrificio perenne. 2414. María, sin ser en el sentido estricto sacerdote, posee la virtud, los poderes y la dignidad del sacerdocio de modo eminente. María no predicó, ni bautizó, ni perdonó pecados, ni ordenó, ni consagró, ni dijo Misa, como los sacerdotes. Pero la gracia que confieren los sacerdotes por medio de esos ministerios y sacramentos, es obtenida de Jesús por mediación de Ella. Y la Carne y la Sangre consagradas y ofrecidas en sacrificio, de Ella

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Manuel Gonzalez

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EL ROSARIO SACERDOTAL

EL ROSARIO SACERDOTAL

gozos, dolores y glorias del sacerdocio

INTRODUCCINPara qu es este libro? 2412. Para ayudarme yo y ayudar a mis hermanos los sacerdotes, publico hoy estas notas sobre el modo de rezar y meditar sacerdotalmente el rosario.

Como el rosario de mi Madre tiene sus misterios, as mi sacerdocio tambin tiene los suyos y, al igual que aqul, son gozosos los unos, como son los misterios de la grandeza y de la fecundidad de su maternidad divina y de mi poder sacerdotal. Dolorosos los otros, como es casi siempre la paga que el mundo nos da a Jess, a su Madre y a sus sacerdotes. Y gloriosos, por ltimo, como los misterios de la generosidad y largueza de la paga de Dios a su Hijo, a su Madre y a sus sacerdotes.

Por qu el rosario es sacerdotal 2413. No hay ms sacerdocio que el de Jess: sacerdocio eterno segn el orden de Melquisedech.

l es Cabeza de todos los sacerdotes y Manantial de todos sus excelsos poderes, y el pan y el vino del sacrificio es la Carne y la Sangre de Jess.

Mara es el cuello y nosotros el cuerpo unido a la Cabeza por ese cuello.

Mara canal de esos poderes y de las gracias que contienen, nosotros distribuidores. El Espritu Santo toma de Mara la carne y la sangre de Jess y que Jess-sacerdote y los sacerdotes de Jess ofrecern en sacrificio perenne.

2414. Mara, sin ser en el sentido estricto sacerdote, posee la virtud, los poderes y la dignidad del sacerdocio de modo eminente.

Mara no predic, ni bautiz, ni perdon pecados, ni orden, ni consagr, ni dijo Misa, como los sacerdotes. Pero la gracia que confieren los sacerdotes por medio de esos ministerios y sacramentos, es obtenida de Jess por mediacin de Ella. Y la Carne y la Sangre consagradas y ofrecidas en sacrificio, de Ella fueron y en presencia de Ella, y en unin perfecta de alma y corazn con Ella, fueron sacrificadas en la cruz.

En justicia yo no puedo meditar el rosario de gozos, dolores y glorias de Mara, Reina, Madre y Maestra de los sacerdotes, sin meditar en los gozos, dolores y glorias del Jess de los sacerdotes y de los sacerdotes de Jess.

Mi rosario me ha de servir: 2415. 1 Para obsequiar a mi Madre Inmaculada con las rosas de Padrenuestros, Ave Maras y Glorias que son las splicas que ms gratamente suenan en sus odos y con el aroma de la meditacin de los misterios que ms enaltecen y, por medio de Ella, para glorificar a su Padre Dios, a su Hijo Dios y a su Esposo Dios.

2 Para honrar y enriquecer mi sacerdocio atrayendo sobre l lo que pide la Iglesia en su oracin litrgica del rosario: La imitacin de los modelos y ejemplos que en sus misterios se proponen y la consecucin o posesin de las promesas que contienen.

2416. Los quince misterios del rosario comprenden la realidad de toda la vida sacerdotal de Jess y de su Madre y, como en profeca y en espejo, la de nosotros los sacerdotes de Jess y de Mara.

Penetrar en ellos, cuanto nos es dado, con el auxilio de la splica constante, de la reflexin profunda y de la imitacin lo ms aproximada, es transformarnos cada vez ms en Jess, es ser cada vez menos sacerdote de Jess para ser cada vez ms sacerdote-Jess. Como no hago aqu ms que auntes, me abstengo de citar autoridades en favor del rosario de los sacerdotes. Por todos nombro al Santo cura de Ars. Con rosario y aire libre de campo, deca, resuelvo todos mis problemas y curo todas mis enfermedades.

2417. Con el deseo ms ardiente de multiplicar los sacerdotes-Jess, ir mostrando lo ms sintticamente posible, misterio por misterio, sacerdotalmente considerado, el tesoro inagotable del rosario, contenido en lkos gozos, en los dolores y en los triunfos del sacerdocio en Jess, en Mara y en nosotros los sacerdotes. No pretendo presentar una meditacin para cada misterio, sino diversos puntos de vista para que desde el que ms agrade a la devocin de cada uno se vaya contemplando aqul mientras se rezan las oraciones.

Concdanos la Madre Inmaculada que pasando attende ac devote cuentas del rosario por nuestros dedos, seamos sacerdotes cada dia ms enterados y empapados de nuestro sacerdocio y con fe ms viva en l.

MISTERIOS GOZOSOS

los gozos del sacerdocioPreludio 2418. El corazn del sacerdote se goza meditando en estos misterios: en el primero, el origen excelso de su sacerdocio. En el segundo, la fuerza que mueve su sacerdocio, que es el celo. Y en el tercero, cuarto y quinto, todo el desarrollo de su accin sacerdotal.

PRIMER MISTERIO GOZOSO

LA ENCARNACIN DEL VERBO Y LA ANUNCIACIN

DE NUESTRA SEORA

Saborear el gozo de mi vocacin

al sacerdocio y de mi ordenacin 2419. En este misterio se puede considerar suavemente, mientras se reza la decena, alguno de los puntos siguientes:

1 La Anunciacn de nuestra Seora: Cmo la encuetra el arcngel san Gabriel?

Pobre, desposada con un artesano...

Recogida, se turb ante esas palabras...La conversacin de un ngel la turba!

Limpsima. El arcngel se dirige ad Virginem, a la Virgen por antonomasia, virgen de cabeza y de corazn y de cuerpo, dispuesta a perderlo todo antes que su virginidad, y la llama gratia plena. No estara llena de gracia, si no estuviera vaca de mancha.

Humilde. He aqu la esclava del Seor...

Generosa. Hgase en m..., sin condiciones, sin regateos, consciente de cuanto traa aparejado lo que aceptaba.

Dcil... Segn tu palabra...

Al Anunciacin, o vocacin de Mara para Madre de Dios me trae el recuerdo de

2420. 2 Mi vocacin sacerdotal.

Cmo me encontr el prelado que me llam?

Pobre y despegado de toda aficin de los bienes temporales?

Recogido del trato y contagio mundano?

Limpio de intenciones, de afectos, de aspiraciones, de procederes?

Humilde, reconocindome sinceramente indigno de tal llamamiento y deseando que l crezca y yo disminuya?.

Generoso, dando sin regateos mi fiat a los sagrados compromisos de mi ordenacin?

Dcil para servir a mi Madre la Iglesia segn la voluntad de Dios y de mis superiores, y no para ser servido segn mis deseos?.

Si as fue, con qu gozo debo recordar y agradecer mi seminario y mi vocacin!

Si no fue as, cmo debo gozarme ahora en la misericordia del Sacerdote sumo que quiso lucir su misericordia en mi miseria, y cmo debo gozarme en reparar preparando mi sacerdocio de cada da con las disposiciones con que no prepar mi vida de sacerdote!

2421. 3 La maternidad divina de Mara Lo que nacer de ti ser llamado Hijo de Dios...

Por la unin hiposttica del Verbo con la naturaleza humana en el seno pursimo de la Virgen, Mara es Madre de Dios y el Hijo de Dios hijo de Mara.

2422. 4 Generacin del sacerdocio de Cristo

...El Espritu Santo vendr sobre ti...

El seno virginal de Mara es el altar en donde el Espritu Santo consagra a Cristo, Sacerdote sumo, y lo que nacer de ti ser santo...

El Verbo, sin ser hombre, no puede ser sacerdote ni ofrecerse como vctima sacrifical para redencin del hombre.

El sacerdote es ministro y mediador, y Dios no puede ser ministro ni mediador de s mismo.

La vctima ha de ser distinta del ofendido a quuien se ofrece y proporcionada a la ofensa y al ofensor.

El Vervo, tomando carne y sangre en el seno de la Virgen y hacindose hombre, es sacerdote que puede ofrecerse como vctima de valor infinito.

Si Jess es consagrado sacerdote en el altar de su Madre, en l ha comenzado la Misa que consumar en el Calvario. He aqu que vengo...

2423. 5 Iniciacin de mi sacerdocio Como mi sacerdocio es el mismo de Cristo, una prolongacin de l, al ser constituda Mara Madre del Sacerdote sumo, lo es a la vez del sacerdocio y de todos los sacerdotes.

En la Encarnacin del Verbo, pues, se celebra la generacin y la iniciacin de mi sacerdocio.

Si todo se ordena en Maria a su maternidad y sta se ordena a formar el sacerdote sumo y el sacerdocio, con qu dulce seguridad puedo contar con todo el poder de mi Madre para ser sacerdote lo ms parecido a su Hijo!

Gozos de este misterio

El gozo de Jess 2424. 1 El gozo de verse con una naturaleza humana con la que podra ser Sacerdote eterno de su eterno Padre, y de tener un cuerpo y una vida mortal que ofrecerle como hostia.

2 El gozo de ser Cabeza de tantos sacerdotes en su Iglesia.

3 El gozo de tener Madre y talMadre. No conozco gozo humano como el de tener madre.

El gozo de la Virgen Madre 2425. 1 El gozo de verse Madre de Dios.

2 El gozo de ser Madre y en cierto modo causa material del sacerdocio de Cristo y de todo sacerdocio.

3 El gozo de recrearse en toda la gloria que a Dios y a su Hijo ha de dar el sacerdocio y en el bien que ha de repartir a los hombres por los siglos de los siglos.

Mi gozo 1 El gozo de estar asociado a lo ms grande del universo, que es Jesucristo, y a lo ms grande de Jesucristo, que es su sacrificio por mi sacerdocio.

2 El gozo de ser ms hijo de Mara por sr sacerdote.

3 El gozo de ser sacerdote de Cristo por Mara.

Peticin 2426. Que el gozo sobre todo gozo de mi vida, capaz de endulzar todas mis amarguras y hacer llevaderas y hasta alegres todas mis cruces sea esto slo: Pensar y saborear que soy sacerdote!

SEGUNDO MISTERIO GOZOSO

LA VISITACIN DE NUESTRA SEORA

Saborear el gozo del celo que pone

en accin mi sacerdocio 2427. Como el vapor que sale del fuego pone en movimiento la mquina, as el celo que sale del amor a Dios y al prjimo por l, pone en accin perenne, incansable y fecunda al sacerdocio y todos sus excelsos poderes.

Tan esencial es al sacerdocio el celo como el amor. Si el sacerdocio en su origen, en su accin y en su ley de vida es fuego de amor llevado hasta el sacrificio de s y para siempre, el celo es el vapor que necesariamente desprende.

Tan absurdo, tan monstruoso es sacrificio sin amor y amor sin celo, como fuego sin vapor que pueda transformarse en calor, luz y movimiento.

Qu bello ejemplo de celo sacerdotal, de transformacin del fuego del amor en calor, luz y movimiento nos ofrece el misterio de la Visitacin.

1 El celo en la Madre sacerdotal 2428. El aumento de amor en las madres. As como a la mujer, cuando empieza a ser madre, dilata la providencia sus senos para llenrselos del nctar suave y dulce que ha de alimentar el cuerpo del hijo tierno, y ensancha su corazn para henchrselo de amor con que alimentar su alma y hacer frente a los grandes sacrificios que la maternidad impone, as la consumacin del misterio de la Encarnacin en Mara y la iniciacin de su vida como Madre de Dios, del sumo Sacerdote Jess y de todos los sacerdotes, debieron coincidir con una dilatacin de su corazn, ya grande, y con una infusin de amor, a la par tierno y esforzado, tan sin medida, que slo un milagro uno ms en aquel cmulo de milagros de la Encarnacin! de infusin de poder de Dios, pudo darle la resistencia necesaria.

2429. El fuego del sol, reforzado por los fuegos de todos los soles de la creacin, no llega a ser ni un remedo del fuego de amor acumulado en el corazn de la Madre sacerdotal en el primer momento de su maternidad divina. Amor de Madre de Dios, quin te mide? Amor de madre del sacerdocio, quin se atrever a contar tus grados?

2430. A ms amor ms celo: He dicho que el vapor sigue al fuego y el celo al amor que celo el de aquel amor!

Exurgens: Ved aqu la primera explosin. Como la burbuja que se levanta de la vasija de agua caliente y como la columna que surge de la caldera que hierve, as se levanta en el Corazn de Mara, sumida aun en el xtasis de la iniciacin de su maternidad divina, el deseo de llevar a Jess... a dnde?

Abiit cmo se anticipa con su ejemplo al gran mandato que su Jess dar despus a sus apstoles: Id, id... La Madre de los apstoles ya est yendo. Ya comienza el fuego a convertirse en movimiento.

In montana... hacia los montes, hacia lo ms arduo y penoso para su edad, sexo y estado... Qu le importan las dificultades con tal de llevar a su Jess?

Cum festinatione... Cmo hemos de agradecer al Espritu Santo que inspirara al evangelista la palabra con prisa que tan al natural retrata la vivacidad del vapor del celo!

2431. A qu va Mara? A sacar del fuego de su pecho no slo movimiento, sino luz y calor para las almas.

Mara lleva luz: con su palabra. Slo cvon su canto Magnificat, cunto alumbra!

El Magnificat no es slo el himno ms sonoro, excelso y agradable a Dios cantado por labios puramente humanos, sino que es todo un Evangelio anticipado de Jess. Qu harn los cuatro evangelistas del Hijo que le sucedern, sino comentar y explicar las palabras de la Madre en su Evangelio de la misericordia divina revelada y de la miseria humana redimida que se contiene en el dulcsimo Magnificat? Salve, Madre! Primer evangelista y Evangelio vivo de Jess!

2432. Mara lleva calor: Mara entra en casa de su prima Isabel y los milagros de transformaciones y de elevaciones y de enardecimientos de Pentecosts se anticipan; las lenguas se sueltan profticamente; los pecadoes se limpian; los gozxos y carismas del Espritu Santo llueven con la presencia de la Madre de Jess.

Si todos los frutos de la redencin, dice san Alfonso Mara de Ligorio, concedidos a la casa de Zacaras, pasaron por las manos de Mara, habiendo sido Ella el canal por cuyo medio se dio a Juan Bautista la gracia, a Zacaras el don de profecas y a toda la casa tantos beneficios, que fueron los primeros que sepamos haber hecho el Verbo divino, despus de su Encarnacin, debemos creer que desde entonces constituy Dios a Mara acueducto universal, para que por Ella pasen todas las gracias que hasta el fin del mundo tiene determinado comunciar a los hombres.

2433. Y san Bernardino de Sena habla as a la Seora: As como el sol fue criado para que iluminase toda la tierra, as lo fuisteis Vos para distribuir las divinas misericordias, siendo cosa indudable que desde el momento en que fuisteis constituda Madre del Redentor del mundo, adquirsteis para dispensarlas jurisdiccin suprema.

Bendito mil y mil veces el celo de la Madre sacerdotal que quiso darnos leccin tan soberana y muestra tan brillante en el misterio de la Visitacin!

Cmo se hinche el alma de gozo al ver tanta excelsitud de Mara puesta al servicio de las almas por obra y gracia de su celo!

2 El celo en el Sacerdote Jess 2434. Primera manifestacin: Como al entrar en el mundo y tomar carne humana ha tenido prisa en ofrecerse a su eterno Padre para hostia del sacerdocio que inauguraba en aquel instante, entrando en el mundo dijo: he aqu que vengo, as tena prisa, aun ms que su Madre, por ser infinitamente mayor el celo y el amor de su corazn sacerdotal, en comenzar la accin de su sacerdocio en las almas.

Como en Mara, apenas es Madre sacerdotal, brota el celo, as en Jess, apenas es Sacerdote, explota el celo por las almas.

Y qu explosin!

Dos rasgos de celo destacados en este misterio quiero principalmente poner a la consideracin de mis hermanos los sacerdotes.

2435. PRIMER RASGO: Haber escogido a su Madre para intermediaria, rgano y agente de su primera obra sacerdotal!

Parceme la Visitacin como una posesin real y solemne que Jess da a Mara del excelso cargo de Madre suya, Reina, Modelo y Mediadora de sacerdotes que le haba conferido el Espritu Santo en su Encarnacin.

Qu bien lo demuestra el que por medio de la palabra y de la presencia de Mara se predicara el primer Evangelio de Jess, se obrar la primera santificacin en el mundo justificando a san Juan en el seno de su madre, la primera plenitud del Espritu Santo que conceda a la misma, los primeros dones de profeca que regalaba a Zacaras y los frutos de gozo con que inundaba a la familia y a todos los vecinos!

2436. SEGUNDO RASGO: Haber comenzado en este misterio y en su Madre el proceder que seguir perennemente en su vida de Verbo Sacramentado y de Verbo predicado de no ir ms que a donde lo lleven sus sacerdotes...

Qu misterios de humildad, anonadamiento, dignacin, generosidad y valenta encierra ese dejarse Jess llevar y ese no ir si no lo llevan! l tan abrasado en amor por todas las almas y en el celo por salvarlas a todas encerrndose en el compromiso de no alumbrar ni calentar ordinariamente ms almas que las que le traiga el celo ardiente o apagado de sus apstoles y sacerdotes! Ah! Dichosos los sacerdotes que acaban de enterarse de lo que pesa, honra y obliga ese compromiso de Jess de encerrar su celo, aqu en la tierra, en el celo de su ministro!

3 El celo en los sacerdotes 2437. Sacerdote hermano, amas a Jess? seriamente? decididamente? totalmente enamorado? sientes el ardor del fuego del Corazn de Jess en el tuyo?

S?

Entonces sentirs en las fibras de tu corazn, en las ideas de tu cabeza, en la circulacin de tu sangre, en los msculos y nervios de tu lengua, de tus manos y de tus pies el hervor del celo...

No?

Djame que te diga con pena, que, si no amas, no sirves para nada ni a Jess, ni a las almas, ni a la Iglesia... como un muerto! El que no ama permanece en la muerte. Qu contrariedad para el celo de Jess, que no quieras dejarlo ir a hacer bien a las almas!... Lo que sufrir l en los Sagrarios de curas sin celo...!

Peticin 2438. Madre de Jess, que no haya en tu Iglesia sacerdotes sin celo de Jess. Multiplica los sacerdotes que lleven a Jess sin las malas compaas de los celos propios, que lleven a solo Jess y a donde l quiera, a las almas de los ricos y de los pobres, de los sabios y de los ignorantes, de los grandes y de los pequeuelos, de los que halagan y de los que repugnan... Que el nico tesoro en que confiemos, la nica carga que nos preciemos de llevar los sacerdotes sea slo Jess solo. Que todo nuestro ingenio, nuestro poder, nuestro valer, lo que gaste nuestras fuerzas, nuestro tiempo, nuestra salud, se empleen en llevar a Jess siempre y con la prisa y el gozo que t lo llevaste y con el gozo que l se dej llevar por ti y con el gozo de las almas que sin conocerlo lo esperan, lo llaman, lo necesitan...!

2439. Madre sacerdotal, que en la Visitacin llevas a tu Jess con prisa, que la prisa de llevarlo a los que lo necesitan no deje vivir quietos a tus sacerdotes!

TERCER MISTERIO GOZOSO

EL NACIMIENTO DEL NIO DIOS

Saborear el gozo de mi accin

sacerdotal en dar a Jess a las

almas

2440. Toda la accin del sacerdote est contenida en los tres ltimos misterios gozosos, a saber:

1 Dar a Jess a las almas y darse con l.

2 Ofrecer a Jess y ofrecerse con l a Dios en sacrificio, y

3 Hacer a las almas recuperar a Jess perdido y reparar ante Dios por las almas que pierden y no encuentran a Jess

Esto es lo que tiene que hacer todo sacerdote, sa es toda su gran obra.

Meditemos en este misterio del nacimiento del Nio Dios el gozo de la primera parte de la accin sacerdotal en Jess sacerdote, en Mara Madre sacerdotal y en el sacerdote de Jess y de Mara.

1 El gozo de Jess sacerdote en darse a las almas 2441. He aqu que hoy nos ha nacido Salvador. Es muy significativo que el primer ttulo y el primer nombre con que es saludado y dado a conocer el Verbo encarnado, al poner su planta sobre nuestra tierra, es ste: El Salvador y el Salvador de nosotros. Y el primer himno con que por voces anglicas es obsequiado no tiene ms que dos estrofas: la primera para cantar al glorificador de Dios y la segunda para cantar al pacificador de los hombres de buena voluntad.

Nos ha nacido un Nio, un Hijo se nos ha dado. Para nosotros, los esclavos del demonio y del pecado. Para nosotros, los desterrados hijos de Eva. Para nosotros, los hurfanos de Dios. Para todos nosotros, los ms malos y los menos malos, los ms buenos y los menos buenos, sin reserva ni condicin de tiempo, de cualidad, de cantidad, de espacio, de raza, sin reserva alguna. Para nosotros es el Ni de Belm! Para nosotros es el Hijo de Dios y de Mara!

2442. Con cunta razn pudo gritarse ante el pesebre abandonado en que querido el Padre celestial regalarnos a su Hijo: ya no hay pobres! todos ricos! infinitamente ricos! Jess, el tesoro de los tesoros, de los tesoros de los cielos y de la tierra, es nuestro, es mo! Jess mo desde el primer instante de vida mortal en Beln hasta la ltima hora de vida eucarstica sobre la tierra! Mo eternamente en los cielos!

2443. Dice san Len Papa: Amadsimos, hoy ha nacido nuestro Salvador: Alegrmonos! No es lcita la tristeza, cuando nace la Vida que, destruyendo el terror de la mortalidad, nos infunde la alegra de la eternidad prometida. Nadie queda excluido de participar de esta alegra. Existe una razn comn a todos para alegrarnos: que nuestro Seor, destructor del pecado y de la muerte, como no ha encontrado a ningun libre de reato, ha venido para libertarnos a todos. Salte de gozo el santo, oporque se le acerca la palma. Algrese el pecador, porque es invitado al perdn. Anmese el gentil, porque se le llama a la vida. Pues el Hijo de Dios, conforme a la plenitud del tiempo que dispuso la alteza del inescrutable consejo divino, tom, para reconciliarla con su Autor, a la naturaleza humana, a fin de que por sta, que fue vencida por el diablo, quedase vencido el inventor de la muerte.

2444. Dice san Bernardo: Es motivo de sumo gozo que el Salvador nace para nosotros. No nace para s, porque no viene a salvarse a S mismo. Ni nace para los ngeles, porque no viene a salvarlos, sino nace para los hombres y para m, porque viene a salvarme. Para m nace y es circuncidado, y todo cuanto hizo y padeci para m es. Y lo que pasa en el pesebre todo es para perdonar mis pecados. Para encenderme en amor de las virtudes y para enriquecerme con aquellos merecimientos. Oh buen Jess! lo que para Vos es materia de dolor, es para m materia de gozo. Gzome de que seis tan bueno que abracis mis dolores para darme vuestros gozos. Jess, Nio sacerdote, nace para m...

2 El gozo de la Madre sacerdotal, dando a su Hijo y dndose con l 2445. Con Mara su Madre. Jess se da a nosotros por medio de su Madre y juntamente con Ella.

Mara, Madre de Jess, no se queda con l para gozar a solas de su presencia, de sus miradas y del gusto de alimentarlo y servirle y derretirse en xtasis de amor sin fin ante l, no. Ella lo guarda para que lo vean y lo agasajen y se lo regalen los pastores y para que lo adoren y obsequien los reyes. Y despus, en Can, Ella estar con l para hacerle anticipar su primer milagro en favor de los hombres.

En el Cenculo, para preparar y agradecer dignamente la primera vez que se da en Comunin. Y en la Ascensin, cuando se queda sin su Jess, Ella permanece con los apstoles de l para que, al nacer de nuevo en la Iglesia el da de Pentecosts y en las Misas que desde ese da y ante su presencia corporal empezarn a decirse, y en las comuniones que comenzarn a repartirse, nos lo vuelva a dar... con la misma carne y sangre que Ella le di... Siempre Jess sacerdote se da con Mara su Madre...! Y nadie lo encontrar jams sin Ella!

2446. Dice san Agustn: Eva llor, Mara se alegr. Eva llev en su seno lgrimas, Mara gozo, porque aqulla dio a luz al pecador y sta al inocente. La madre de nuestro linaje import la pena al mundo, la Madre de nuestro Seor trajo la salud al mundo.

Dice san Buenaventura: Sin el socorro de Mara, nadie puede gustar la inefable dulzura de la miel celestial escondida en la colmena del Tabernculo. Pues, as como por Mara se nos dio por primera vez el cuerpo de Jess, as tambin por sus manos debe ser ofrecido sobre el altar, y de sus manos recibido en la Comunin.

3 El gozo del sacerdote de Jess en dar a Jess a las almas y darse a ellas con l 2447. Sacerdote, como el que da cosas sagradas, como el que ensea cosas sagradas.

Cada ser goza dando o produciendo aquello para que naci o vive. El sol que amanece cada maana, el manantial que brota de la pea, el rbol de las selvas, si tuvieran corazn, cunto gozaran en dar su luz y su calor, sus chorros cristalinos y sus frutos maduros!

2448. Cunto debe gozar el corazn del sacerdote en vivir slo para dar a Jess y darse con l a las almas! Por la consagracin sacerdotal el sacerdote ha dejado msticamente de ser un hombre para empezar a ser un Jess. Una especie de transubstanciacin se ha operado en l: las apariencias son del hombre, la subsancia es de Jess. Tiene lengua, ojos, manos, pies, corazn como los dems hombres; pero, desde que ha sido consagrado, todos esos rganos e instrumentos no son del hombre, sino de Jess.

2449. Su lengua es para hacer Carne y Sangre de Jess de la substancia del pan y del vino; para hacer vivir a Jess en las almas por medio de los sacramentos y de la predicacin sagrada.

Sus ojos son para mirar y compadecer y atraer en lugar y al modo de Jess, que se ha querido quedar oculto y como ciego en el Sagrario.

Sus manos son para dar bendicones a hijos, direcciones a caminantes, apoyos a dbiles, pan a los hambrientos, abrigo a los desnudos, medicinas a los enfermos en nombre y virtud de Jess.

Sus pies son para ir siempre en seguimiento de ovejas fieles o en busca de las descarriadas.

Su corazn es para amar y perdonar y agradecer y volverse loco a lo Jess. Su cabeza para pensar en Jess y con criterio de Jess conocerlo y darlo a conocer cada vez ms y mejor y, como l, no aspirar en la tierra ms que a una corona de espinas...

2450. No tengo planta ni oro... El sacerdote no es el dominador de las almas por la plata ni el oro... Su riqueza, su poder, su secreto es la virtud del nombre de Jess...

El sacerdote, desde el primer instante de su consagracin, es sol, manantial, rbol... Sacerdote Jess, por qu, habiendo tantos consagrados tuyos, hay tanto fro y tanta tiniebla, tanto sediento y tanto hambriento por el mundo?...

Peticin 2451. Madre sacerdotal, pide o obtn para tus sacerdotes que sean siempre soles en perpetuo medioda, manantiales de perennes aguas vivas y rboles sin gusanos roedores y con frutos que alimenten y sacien a las almas...

Madre Inmaculada, que este sacerdote tuyo, por donde quiera que pase, d siempre y slo a Jess envuelto en su palabra, en su mirada, en su gesto, hata en su aliento...

CUARTO MISTERIO GOZOSO

LA PRESENTACIN DEL NIO JESS EN EL TEMPLO

Y LA PURIFICACIN DE NUESTRA SEORA

Saborear el gozo de mi accin

sacerdotal ofreciendo a Jess y

ofrecindome en sacrificio

a Dios con Jess 2452. Sacerdote es el que da cosas sagradas. Toda la accin del sacerdote est constituda y expresada en este verbo: dar... dar a Jess a las almas, dndose con l, segn se ha meditado en el tercer misterio, el nacimiento, y dar a Jess a su Padre ofeciemdolo en sacrificio de alabanza, accin de gracias, expiacin e impetracin y, unido a su sacrificio, ofrecerse con l.

1 La accin sacerdotal del Nio Jess en la Presentacin 2453. La Misa! sa es la gran obra del sacerdocio, el acto supremo del sacerdote Jess y del sacerdote de Jess!

La santa Misa, ha dicho san Buenaventura, encierra tantos misterios y tesoros como rayos tiene el sol, gotas de agua la mar, granos de arena la tierra y hojas los rboles y aun ms.

El mismo Dios no puede hacer que se produzca una accin ms grande y ms santa que la Misa, ha dicho san Alfonso Mara de Ligorio.

Todas las obras reunidas, deca el Santo cura de Ars, no equivalen al sacrificio de la Misa, porque sta es la obra de Dios. La Misa!, exclamaba; si supiramos lo que la Misa, moriramos de gozo.

Sera menester una eternidad para prepararse a la Misa, otra eternidad para celebrarla y otra para agradecerla, deca san Juan Eudes.

2454. Qu pronto estuvo el Sacerdote sumo para comenzar la realizacin de su grran programa de accin sacerdotal! Nace dndose a todos y para siempre! Aprovecha el primer acto en que la ely le hace intervenir para exteriorizar el propsito de su Corazn, el fin de su vida mortal, la razn de ser de su sacerdocio!

Cumplido el tiempo de la purificacin de la Madre, segn la ley de Moiss, llevaron al Nio a Jerusaln para presentarlo al Seor, como est escrito en la ley del Seor: todo varn que nace el primero ser consagrado al Seor.

2455. Toda la vida de Jess sobre la tierra no fue, con respecto a su Eterno Padre, otra cosa que una gran Misa pontifical, de la que todas las dems Misas haban de tomar su virtud infinita.

2456. La Encarnacin fue el Introito de esa gran Misa y la presentacin el Ofertorio. Y qu adecuadamente se compenetran y asemejan la escena de la presentacin en el templo y las de los ofertorios de las Misas de nuestras iglesias!

All, en el templo de Jerusaln, se ofrece a Dios en reconocimiento y homenaje de su soberano dominio sobre todo ser y sobre toda vida al primognito de cada familia, como primicia regalada de la vida. Aqu, en los ofertorios de las Misas de los templos catlicos, se presenta a Dios el pan y el vino que, por la consagracin sacerdotal, han de convertirse en Carne y Sangre inmoladas del Primognito de Dios y de Santa Mara Virgen.

2457. All con el primognito se ofrece, como smbolo de alabanza, redencin, reconocimiento y homenaje, el corderillo o el par de trtolas o de palominos. Aqu, en el mismo pan y vino que han de ser consagrados y en las ofrendas de panes, frutos y monedas que la antigua y piadosa tradicin litrgica deposita, como oblata, estn representados todos los miembros del cuerpo mstico de Jess con todos sus anhelos y votos, sus flaquezas y pecados, sus virtudes y elevaciones y todo cuanto debe desaparecer, rescatarse, purificarse, consagrarse, divinizarse.

2458. All, Simen, el vidente de Dios, llama al Nio presentado, luz de las gentes y gloria del pueblo de Israel, puesto para la ruina y resurreccin de muchos y blanco de la contradiccin de los hombres. Aqu, qu bien se traducen en hermosas realidades las bellas profecas del vidente del templo!: Hostia inmaculada, oblacin para la Santsima Trinidad, honor de los santos, redencin y perdn de los innumerables pecados, ofensas y negligencias nuestras, alabanza y gloria de Dios y utilidad de toda la Iglesia.

All y aqu, en la presentacin del templo de Jerusaln y en el ofertorio de las Misas cristianas, no hay ms camino abierto ni ms orientacin recibida que los expresados por estas dos palabras de la liturgia catlica: Ofertorio, oblata... Esto es, por aqu se va al Calvario.

2459. Sacerdote Nio, qu prisa tienes por celebrar tu Misa pontifical! Qu prisa por ser oblata de tu sacrificio y aurora de rescate para los pobres esclavos de innumerables pecados, ofensas y negligencias!...

2 La Madre sacerdotal en la Presentacin en el templo 2460. Si prisa tena el Hijo Sacerdote en celebrar su Misa, no la tena menos en manifestar la parte y el lugar que en ella ocupaba su Madre.

Si Jess se presenta en el templo como oblata de su gran sacrificio, las manos y los brazos de Mara son la riqusima patena de esa oblata. En qu consideraciones tan jugosas y deleitables se sumerge el alma ante esa patena, ms rica que de oro, porque es de vida de Mara, o mejor dicho, porque es de carne y alma de Mara! Detengmonos, siquiera unos momentos, en dos que son las dos grandes orientaciones de la accin sacrificial del sacerdote.

1 Mara para ofrecer oficialmente al Eterno Padre su Hijo, siendo pursima, ms que los ngeles ms puros, se purifica: he aqu la primera ley de la accin sacrificial, la ms perfecta adhesin del sacrificador con el sacrificado por la pureza de alma y de vida.

2 El anciano Simen tiene para Mara munas palabras, no slo de gran enaltecimiento, sino de direccin precisa para su gran ministerio de Madre sacerdotal y co-ofrecedora del gran sacrificio... Una espada traspasar tu alma.

2461. Qu a las claras se ve que el honor de Mara sacrifica- dora no estaba en ser slo patena o manos que ofrecen, sino cuerpo, alma, cabeza y corazn que se dejan atravesar por los mismos clavos y las mismas espinas que el sacrificado de la Cruz!

Dice san Bernardo: Hoy es presentado al Seor el fruto sublime de la tierra: hoy es ofrecido en el templo, por las virginales manos de la Madre, la vctima pacfica y agradable a Dios: es llevada por sus padres, y la estn aguardando los ancianos. Ofrecen Jos y Mara el sacrificio de alabanza, el sacrificio de la maana: Simen y ana lo reciben...

Ofreced vuestro Hijo, Virgen sagrada, y presentad al Seor el fruto bendito de vuestro seno virginal. Ofreced para nuestra reconciliacin, la vctima santa y agradable a Dios. Por todos modos aceptar Dios Padre la nueva ofrenda y preciossima vctima, de la cual dice l mismo: ste es mi Hijo muy amado en quien tengo todas mis complacencias.

2462. Pero esta ofrenda, hermanos mos, parece bastante delicada, puesto que solamente es presentado el Nio al Seor, despus es redimido con algunas aves, y luego se lo llevan. Tiempo vendr en que no ser ofrecido en el templo, ni entre los brazos de Simen, sino fuera de la ciudad, y entre los brazos de la cruz.

2463. Vendr tiempo en que no ser redimido con lo ajeno, sino que redimir a otros con su propia sangre, porque Dios Padre le ha enviado para redencin de su pueblo. Aqul ser sacrificio de la tarde, ste es de la maana. ste es ms gustoso, pero aqul ser ms lleno. ste en el tiempo de su nacimiento, aqul en la plenitud de la edad. Sin embargo, de uno y otro puedes entender lo que predijo el profeta: Fue ofrecido porque l quiso. Pues an ahora fue ofrecido, no porque tena necesidad, no porque estaba bajo el edicto de la ley, sino porque quiso. Y en la cruz igualmente fue ofrecido, no porque lo mereci, no porque los judos lo maquinaron, sino porque l mismo quiso. Yo os ofrecer voluntariamente un sacrificio, Seor, porque voluntariamente fuisteis ofrecido por mi salud, no por vuestra necesidad.

3 El sacerdote de Jess en la Presentacin del templo 2464. Tres puntos de examen prctico sobre nuestra accin sacerdotal con relacin a Dios.

1 Reservo mi mayor prisa, la nica prisa de mi vida sacerdotal para ofrecerme como oblata con el pan y el vino ofrecidos en mi Misa? O en otra forma: doy a mis actos, planes, deseos y aspiraciones esta sola direccin, la patena de mi Misa? Si yo, como sacerdote, debo hacer mo el muero un poco cada da de san Pablo, murindome a m mismo en la consagracin de mi Misa, me pongo yo y todo lo mo, lo bueno y lo malo, sobre la patena de mi Misa ofrecindome gustoso a la muerte?

2465. 2 Mi Madre sacerdotal, sin necesitarlo, se purifica para ofrecer a su Hijo. Mi madre la Iglesia, despus de introducirme al altar con la mxima limpieza que predican la liturgia de la ablucin de las manos antes de la Misa y los actos de contricin del principio, me vuelve a mandar nueva purificacin en el lavabo por si, tocando mis dedos la oblata del pueblo, se han manchado con alguna molcula de tierra.

Es ley de mi accin sacerdotal esa mxima limpieza de todas las horas y en todas las ocasiones?

2466. 3 Si por la Misa que he dicho, mi carne y mi alma y mi actividad toda han sido ofrecidas en sacrificio con Jess inmolado y, si por la Misa que voy a decir maana mi carne, mi alma y mi actividad toda han de volver a ser oblata y hostia del sacrificio de Jess, me miro y me tengo ms por hostia del copn o de la patena que por persona independiente que tiene el empleo de ocupar media hora diciendo Misa?

Peticin 2467. Madre Inmaculada, que este hijo tuyo sacerdote sea oblata de patena y hostia de copn siempre, pero empleado de altar jams! y negociante de carne de Jess nunca! nunca!

QUINTO MISTERIO GOZOSO

EL ENCUENTRO DEL NIO JESS EN EL TEMPLO

Saborear el gozo de mi accin

sacerdotal porque Jess sea

recuperado y reparado

2468. Si el mayor gozo del sacerdocio, tanto para el Sumo sacerdote y para la Madre sacerdotal, como para nosotros los sacerdotes, es dar a Jess, y la mayor pena y ms dolorosa contrariedad es ver a las almas con Jess perdido, el devolverles a Jess, o hacer que lo vuelvan a encontrar, debe ser, sin duda, tan gran gozo como el de dar a Jess, si no es que en ocasiones supere aqul a ste.

La gran accin sacerdotal, la nica accin sacerdotal, es dar a Jess sacrificado a su Padre Dios por medio de la Misa y a las almas por la predicacin del ejemplo y de la palabra, por la infusin de la gracia de los sacramentos y por la administracin de la santa Eucarista.

Complemento de la accin sacerdotal tan generosa de dar a Jess, salud, vida y resurreccin de las almas y de los pueblos, es la de devolver a Jess, perdido por el pecado u oculto y como perdido para prueba de almas escogidas.

1 Cmo se deja encontrar Jess Sacerdote? 2469. Qu misterios de ternura descubre este aspecto del sacerdocio de Jess!

Dios de Dios, sacerdote sumo y Vctima augusta, pudo ofrecerse una sola vez a Dios por las almas, y todas las deudas hubieran sido pagadas y todos los bienes del cielo hubiesen llovido sobre los hombres. Pero no se content con darse una sola vez, sino que invent designios de sabidura y misericordia infinitas para darse ms de una vez, muchas veces, todas las que fueran menester para que cada alma que lo perdiera lo recuperase. Y pierden las almas tantas veces a Jess!

2470. Paladead estos misterios de ternura.

1 Jess tiene voluntad decidida de dejarse encontrar por todo el que lo pierda y cuantas veces lo pierda. Lo profetiza la Escritura: El es a quien vea el profeta todos los das extendiendo las manos al pueblo no creyente y que se contradice... Lo cuenta el Evangelio: Cuntas veces pecar mi hermano contra m y lo perdoanr? por ventura siete veces?... Setenta veces siete!, es la medida que da el Maestro... Es decir, tantas veces me busquen mis enemigos, otras tantas me encontrarn propicio para perdonarlos.

Venid a M todos los que estis cansados y agobiados... Quien tenga se, que venga a M y beba. Qu invitaciones tan amplias, tan encarecidas!

2471. 2 Jess se deja encontrar exteriormente por medio de la institucin de su mismo sacerdocio universal y de su sacrificio perenne. En cada sacerdote catlico, en cada Misa, en cada Sagrario, en cada confesonario est Jess Sacerdote hacindose el encontradizo con todos los que lo perdieron, o esperando con paciencia infinita que lo vuelvan a encontrar tantas cuantas veces lo perdieron.

2472. 3 Jess se deja encontrar interiormente: Siempre vivo para interceder por nosotros, por su perenne intercesin y reparacin ante su Padre celestial, ante el que clama con gemido vlido que siempre es odo y se traduce en inspiraciones, mociones, remordimientos y en un sin nmero de gracias actuales con que el Espritu Santo responde a su gemido. Y

2473. 4 Es cierto que en el doble camino del hombre en busca de Jess perdido y de Jess hacindose encontrar del hombre que lo perdi, es siempre Jess quien lleva la delantera: Primero nos am l...2 Cmo encuentra y hace encontrar a Jess perdido la Madre sacerdotal? 2474. Tambin a Mara se le pierde Jess, sin pecado ninguno, sin culpa ninguna.

Almas acongojadas porque habis dejado de sentir a Jess en los ratos de vuestras conversaciones con l, de vuestros sacrificios por l, de vuestras luchas por no dejar de ser de l, que tan a oscuras y tan sin vida os quedis cuando lo sents ausente, consolaos con el ejemplo de vuestra Madre que tambin pas por la pena de no saber un tiempo de su vida en dnde estaba su Jess. La que goz tanto de su presencia tambin pas por el dolor de su ausencia.

Almas que por vuestras infidelidades y los abusos de las gracias de Dios, os habis quedado sin Jess y sin la paz, sin la luz, sin la vida de Jess, tambin vosotras tenis que aprender de la Madre que pierde al Hijo sin culpa a recuperar a Jess perdido.

2475. Mara encuentra a Jess perdido:

1 Buscndolo por todas partes y preguntando por l a los parientes y conocidos.

2 Llorndolo... Te buscbamos con dolor: Cmo se gozara y regocijara el Padre celestial en aquel inters por encontrar a su Hijo, por saber de l, por dar con l, y en aquellas lgrimas de quien lo echaba de menos!...

3 Qu bien aprendi la Madre sacerdotal en aquellos tres das de angustias de muerte, su dulcsimo oficio de recuperadora y reparadora moviendo a su Jess en busca de los que lo perdieron y revolviendo a los privados de Jess en deseos y ansias de ir a l, ablandando con splicas y lgrimas la inflexibilidad de la justicia de Dios o la obstinacin de la malicia de los hombres!

Madre buena, quin no te ha encontrado en su camino de vuelta a Jess? Mejor an, quin ha vuelto a l sin ti?

3 Cmo hacen encontrar a Jess sus sacerdotes? 2476. Todo en el sacerdote tiene misin y gracia, no slo para dar a Jess a quien nunca lo tuvo, sino para volverlo a dar a quienes lo tuvieron y perdieron muchas veces.

Y singularmente:

1 Por su oracin sacerdotal, o sea, su Misa y su Oficio divino, que es siempre expiatoria e impetratoria y con la que cumple su gran misin: Entre el vestbulo y el altar, imploraban los sacerdotes, ministros de Dios: Seor, perdona a tu pueblo... Pedir, gemir por los que no piden, llorar por los que no lloran sus pecados y para que los lloren, reparar con reparacin digna, sa es la oracin perenne del sacerdote.

2 Por sus ministerios, que en mayor o menor grado son siempre de reparacin y reconciliacin, no slo por el confesonario, que es el que pudiera llamarse lugar oficial para encontrarse Jess con las almas que lo perdieron, sino por todos los actos y conversaciones del sacerdote, que siempre debe serlo, Jess busca y se deja encontrar.

2477. Cuntas veces la presencia del sacerdote en su confesonario solitario, aun sin penitentes, ha atrado pecadores empedernidos al beso de Jess!

Cuntas y cuntas la actitud devota del sacerdote celebrando los santos misterios, orando o rezando su breviario ante el Sagrario, la visita al enfermo, la conversacin espiritual en un paseo, en un viaje, en una visita; la pequea limosna, el buen gesto, la cara amable, la predicacin sencilla, hablada o escrita, han sido vehculos de las almas a Jess y de Jess a las almas! Hasta la sola vista de un sacerdote que hable, obre y proceda como sacerdote, cuntas veces ha sido la chispa de luz que ha hecho ver a muchos ciegos voluntarios, al Jess perdido de su primera Comunin! Y si no quieren ver ni volver?

2478. El buen sacerdote sabe muy bien que, mientras le queden ojos para llorar, manos con que mortificarse y cuerpo que afligir, no tiene derecho a decir que ha hecho todo lo que tena que hacer por las almas que le estn confiadas.

Peticin 2479. Madre Inmaculada de Jess Sacerdote y de los sacerdotes de Jess, que como los caminos por donde t buscabas a tu Jess perdido se mojaron con lgrimas de tus ojos, los que andemos para que se encuentren y abracen las almas sin Jess y Jess sin las almas, estn empapados en gotas de lgrimas, de sudor y de sangre de sacerdotes...

MISTERIOS DOLOROSOS

los dolores del sacerdocioPreludio 2480. Representante el sacerdote de Jess, Dios y Hombre verdadero, dirase que en los misterios gozosos aparece ms como representante de Jess-Dios y en los misterios dolorosos ms como de Jess-Hombre.

En los misterios gozosos hay trabajos, y muy duros, y humillaciones y dolores, pero aureolado todo con exaltaciones y esplendores y poderes y fecundidades de divinidad.

El altsimo origen del sacerdocio en la Encarnacin del Verbo. La inundacin de maravillas y prodigios de la casa de Zacaras por el celo desplegado en la Visitacin. El poder nobilsimo del sacerdote que se admira en los otros tres misterios de dar a Jess a los hombres, de ofrecerlo a Dios y de hacerlo recuperar cuando aqullos lo pierden. Cunta grandeza! Cunta excelsitud! Qu aproximacin, o mejor, qu identificacin del hombre sacerdote con el sacerdote Dios!

2481. Por eso, pese a las ocultaciones y trabajos de Nazaret, a las molestias del caminar a travs de las montaas de Judea, a las privaciones y desprecios de Beln, a las purificaciones del templo y a las lgrimas del camino de vuelta de Jerusaln, esos misterios se llaman y son gozosos. Como es gozoso para el alma del sacerdote, que tiene fe viva en su ministerio, el cansancio corporal de bautizar miles de infieles, a lo san Francisco Javier. Buscar y or en confesin y devolver al redil a cientos y cientos de pecadores, a lo beato Diego Jos de Cdiz. Sudar y enronquecer y enfermar predicando la palabra de Dios, a lo san Juan de vila. Celebrar el santo sacrificio y distribuir miles de comuniones y dirigir largos acto de culto, como todos los celosos sacerdotes...

S, en todos esos cansancios y decaimientos el ay! del cuerpo fatigado queda apagado y envuelto en el gracias a Dios! del alma alborozada y agradecida... Siente el sacerdote tan cerca a Dios y se siente tan lleno de su poder y grandeza en esos ministerios!

2482. En los misterios dolorosos, en cambio, Dios se oculta y a veces, ms que ocultarse, parece que abandona a su flaqueza y limitacin a la humana naturaleza tanto en Jess como en el sacerdote.

Y si a esa ocultacin de Dios, se une el peso de la ingratitud con que la mayor parte de los hombres paga la accin sacerdotal, el dolor se trueca en misterio que abruma y espanta.

2483. Esos dolores misteriosos son cinco grandes sacrificios. 1. El sacrificio del corazn, que culmina en Getseman.

2. El sacrificio de la sensibilidad, que tiene su ms horrorosa manifestacin en la flagelacin.

3. El sacrificio de la honra, en el ludibrio sumo de la coronacin de espinas.

4. El sacrificio de todo consuelo y auxilio humano, que hace ms amarga la calle de la amargura.

5. El sacrificio de la vida, que se consuma en el Calvario.

Esos son los misterios doloroso de Jess, de Mara y de sus sacerdotes.

2484. Y advirtamos, sin embargo, que esos cinco sacrificios que se hacen tan ostensibles en esas cinco escenas de la Pasin de Jess, no son slo sacrificios de esa hora, no; que si toda la vida de Jess fue cruz y martirio, como dice Toms de Kempis, toda su vidas sacerdotal fue sacrificio y preparacin para el sacrificio supremo de la Cruz.

Toda la vida del sacerdote sumo, Jess, fue Misa en la fueron patena, las manos inmaculadas y el corazn pursimo de su Madre. corporales, los paos de la tnica por Ella labrada en los que caan las lgrimas de Jess llorando sobre el amigo muerto y la ciudad santa moribunda. Y las gotas de sudor de tanto caminar en busca de ovejas perdidas. Y la sangre de Getseman y de la flagelacin. Y corporales, son tambin, los manteles de la ltima Cena. Y altar, las piedras de los caminos, las losas del pretorio, las rocas del Calvario y el leo de la Cruz.

2485. La Cruz! sa es la sombra gigantesca que se proyectaba sobre todos los pasos, caminos, conversaciones, oraciones, juegos de nio y trabajos de adolescente, gozos y dolores de Jess y de su Madre.

La Cruz! Ella es tambin la que con el extremo que toca la tierra, va trazando el surco del sacrificio diario a cada sacerdote de Jess. Con el que mira al cielo, le muestra su destino glorioso. Y con sus brazos abiertos, lo llama a su puesto de honor, a su altar, que es el centro de la cruz. Siempre en Misa como su Jess!

2486. Dolor sacerdotal, qu misterios encierras de justicia y misericordia de Dios, de amor herido y de acerbidades del Corazn y de la carne y de la sensibilidad de Jess, y de angustias sacerdotales calladas y no conocidas ni pagadas en la tierra!

Misterios dolorosos del sumo Sacerdote Jess, cmo ungs, fortalecis, fecundis, y me hacis esperar sin miedo y padecer en paz los imprescindibles y necesarios misterios dolorosos de mi sacerdocio!

Peticin general 2487. Madre sacerdotal y, por serlo, testigo principal y participante primera y mayor de los dolores de tu Hijo sacerdote, sigue siendo el sostn, el consuelo, la alentadora en los misterios dolorosos de los sacerdotes de tu Jess.

Madre sacerdotal y reina ungida del dolor, como acompaaste a tu Hijo en los cinco grandes sacrificios de su va dolorosa, no dejes solos a tus sacerdotes, obligados por su ministerio de redencin por la cruz y por la perpetua ingratitud de los hombres a repetir los mismos sacrificios...

PRIMER MISTERIO DOLOROSO

LA ORACIN DEL HUERTO

Quiero unirme al sacrificio de tu

Corazn, pontfice mo 2488. Djame, Espritu Santo, entrar en el interior del Corazn sacerdotal, en la hora de su gran sacrificio! Cunto he de aprender y ganar!

1 El Corazn sacerdotal de Jess 2489. Quin podra medir la longitud, la altura y la profundidad, de este Corazn?

La funcin propia del corazn es amar y el acto ms propio del amor es dar, dar mucho, dar todo, hata a s mismo. O sea, darse. El amor perfecto se da todo.

Pero ese amante, hambriento de dar y de darse, slo se sacia o se alimenta con el pan de la correspondencia, y se enferma y hasta llega a morirse de hambre!, cuando ste escasea o falta.

Cuando el amor es del todo limpio, recto y grande, no exige propiamente la correspondencia como paga, que por ser perfecto se da de balde, sino como alimento a su fuego, como condicin necesaria para amar ms y darse ms. Cmo va a dar y darse a quien se obstina en no recibir?

2490. Ningn corazn tan limpio, recto y grande como el de Jess. Ninguno tan hecho para amar y tan bien hecho, como por el Espritu Santo a ese solo fin, para amar y dar y darse. Ninguno tan hambriento y tan necesitado de correspondencia y tan sensible, tan expuesto, si posible fuera, a enfermar y a morir de hambre por falta de ella como el Corazn de Jess.

Si su largura, anchura y profundidad no pueden ser medidas con instrumentos ni clculos humanos, por lo que ha dado y est dispuesto a dar hasta la consumacin de los siglos, puede columbrarse.

Qu da el Corazn sacerdotal de Jess?... l s que es rigurosa y esplndidamente el Sacerdote o el que da cosas sagradas! Da:

Su palabra de vida.

Su doctrina de cielo.

Sus ejemplos de hombre cabal.

Sus sudores de Pastor bueno.

Sus virtudes excelsas.

sus merecimientos infinitos.

Su gracia divinizadora.

Su Sangre y su Carne en sacrificio por nuestros pecados y en alimento de vida divina.

Su Madre, con su omnipotencia suplicante.

Nuestra madre la Iglesia con su sacerdocio jerrquico, su Misa y sus sacramentos...

2491. Quin podr medir la longitud, la altura y la profundidad...? Y todas esas aguas de generosidades del Amor, manaban del Corazn de Jess desde el primer instante de su Encarnacin, pero, como si rompieran los diques, brotaron y se desbordaron al iniciar su Pasin, para formar los mares sin fondos ni riveras de sus generosidades para con los hombres de todas las razas, de todos los pueblos, de todas las edades...

2 El sacrificio del Corazn del Sacerdote sumo 2492. Y mientras su Corazn se dejaba desbordar, su pensamiento, atravesando las distancias de los siglos y las barreras de lo futuro, le representaba correspondencias finas, esplndidas, valiosas, es verdad, pero en los menos. En los ms de los hombres, en cambio, encontraba series inacabables:

De odos hermticamente cerrados a su palabra, que no podan o no queran or.

De cabezas obstinadas en tergiversar, deformar, oscurecer y mancillar, su doctrina.

De corazones podridos y corruptores encubiertos con piel de ovejas o con pellicas de pastores buenos.

De almas de piedra sobre las que resbalan y se frustran torrentes de gracias... Y su Sangre cayendo sobre el mundo, cmo iba a ser recibida? Y su Carne, cmo y por quin iba a ser comida? Y sus Misas, cmo iban a ser celebradas?

2493. Cmo produce el escalofro del terror el cuadro trazado por la pluma del Venerable maestro Fray Luis de Granada con que responde a la ltima de esas preguntas!:

Si este beneficio concediera el Seor a solos inocentes y limpios, aun fuera una ddiva inestimable. Mas qu dir, que por el mesmo caso que quiso comunicar a stos, se oblig a pasar por las manos de muchos malos ministros, cuyas nimas son morada de satans, cuyos cuerpos son vasos de corrupcin, cuya vida se gasta en torpezas y vicios? Y con todo esto por visitar y consolar a sus amigos, consiente en ser tratado con sus manos sucias, y recibido en sus bocas sacrlegas, y sepultado en sus cuerpos hediondos.

Una sola vez fue vendido su cuerpo, mas millares de veces lo es en este sacramento. Una vez fue escarnecido y menospreciado en su pasin. Mas mil veces lo es de los malos en la mesa del altar. Una vez se vi puesto entre dos ladrones. Y mil veces se ve aqu envuelto en manos de pecadores...

2494. Y las madres que nos daba, la madre Mara y la madre Iglesia, qu y cuntos hijos iban a encontrar en la tierra? Responda el desfile de los sacrlegos iconoclastas profanadores de las imgenes de su Madre y nuestra Madre (ay! cmo duelen los ojos de haberlos visto en nuestros mismos das!). Y de las masas innmeras de cismticos, de profanadores de templos, de fiestas, y de cosas santas; de pecadores pblicos y escandalizadores de los nios; de piadosos dormidos, engredos o extraviados...

Todas estas series y desfiles de incontables horrores y monstruosidades de ingratitud, las vea el pensamiento de Jess con claridad de medio da, repetirse con tesn aplastante de siglo en siglo, de regin en regin, como tormentas nunca seguidas de serenidad, como tempestades nunca mezcladas con calma, como lluvia incesante de plomo derretido que achicharra, pesa y aplasta...

2495. Qu contraste entre lo que sala del Corazn y lo que entraba por la visin del pensamiento! Qu espantable, qu horriblemente angustiosa desproporcin entre lo que daba y lo que reciba! Qu bien lo dan a entender el empez a temer y a tener tenido; el triste est mi alma hasta la muerte; el pase de m este cliz, y el sudor de Sangre!...

Qu admirablemente est ah descrito lo que cuesta a Jess el gran sacrificio de su Corazn, de amar a lo Dios, sin esperar amor de los hombres, de darlo todo a los que ama, sin esperar nada!... Qu bien expresa la consumacin del gran sacrificio de su Corazn con el no lo que yo quiero, sino lo que quieres T, y el no se haga mi voluntad sino la tuya. Con qu autoridad puede presentarse a todos sus sacerdotes y mandarles: Haced siempre el bien sin esperar...3 El sacrificio del Corazn de la Madre sacerdotal 2496. Tuvo Getseman la Madre de los sacerdotes? Quin lo duda?

Y no un Getseman, sino muchos o uno tan largo que equivaldra a muchos.

1 Quin puede dudar que, dada la perfecta compenetracin de espritu y corazn que existe siempre entre las madres buenas y los hijos buenos y de modo excelentsimo entre aquella Madre y aquel Hijo, la escena de Getseman tena dos escenarios: el huerto en donde el Hijo sudaba gotas de sangre, y la morada recndita en que la Madre lloraba gotas del corazn y que el sacrificio que de su corazn y de su cario hacia el Hijo, tena como eco el sacrificio del corazn y del cario de la Madre?

2497. 2 Desde la profeca de Simen una espada de dolor traspasar tu alma y ser signo de contradiccin, qu otra cosa ha sido la vida de la Madre del Sacerdote sumo que un perpetuo Getseman agrandado y agravado con las quejas y profecas de su Hijo y con las muestras de envidia, de crueldad, de ambicin de enemigos y de ignorancia atrevida, de carios interesados, de interpretaciones groseras, de abandonos y de ingratitud de amigos que Ella va descubriendo en medio de las manifestaciones de admiracin, splica, sumisin y adoracin que por doquier tributan a Jess?

2498. Cmo ve y prueba y devora en el silencio de su oracin y de sus coloquios con Dios y su Hijo el presentimiento cierto de que su Jess ser para muchos, incontables hombres de todos los tiempos, el Jess desconocido en su religin y doctrina; el Jess del Sagrario abandonado; el Jess en su Iglesia y en las almas escogidas perpetuamente escarnecido, azotado, escupido y condenado a muerte en el tribunal de las pasiones!... Ese presentimiento y amargura de la injusticia creciente de los hombres para con su Jess, le oprima el corazn. Su palabra, sin embargo, dicha sin alterar la serenidad de su semblante, era la misma de la Encarnacin: Fiat, fiat, sirviendo de antfona y de eco al salmo divino de Getseman... no se haga mi voluntad, sino la tuya... 2499. sacrificio del corazn de la Madre sacerdotal en estar dispuesta a amar como Madre hasta a los que odian a su Hijo y a derramar lgrimas por su salvacin y aun en dejarse llamar Madre por ellos... yo te venero rendido!

4 El sacrificio del corazn del sacerdote 2500. Si es cierto que la uncin consacratoria no llega materialmente ms que a las manos del sacerdote, es tambin cierto que espiritualmente llega y consagra su cabeza y su corazn.

El ungido conoce ms y mejor a sus ovejas y las ama ms fina y generosamente. Cuntas dilataciones pone en el corazn del sacerdote su ordenacin!

Pues bien, sacerdote hermano, que sales del altar de tu primera Misa, con el corazn henchido de amor y de deseos de sacrificio por las almas... s, tus almas, porque la madre Iglesia te las confa para que las lleves al cielo desde la tierra! desde los abismos de cieno y de tinieblas de la tierra!..., como tu Maestro Jess, antes de echarte a la pasin por las almas, ve a Getseman... Tendrs que ir tantas veces en el decurso de tu vida ministerial! Y all mira, piensa lo que vas a dar y lo que vas a recibir... T,

tu cario limpio, recto, sin tasa,

tu trabajo,

tu palabra,

tu ingenio,

tu sudor,

tu dinero,

tu comodidad,

todo lo tuyo...

t mismo; todo t!

2501. La correspondencia?

Un pusillus grex de almas fieles, generosas, leales..., ero pocas..., muy contadas...

Alrededor?...

Los mismos que alrededor del Maestro:

Buenos que se cansan pronto y se duermen, o que se asustan ms pronto y huyen.

Amigos que venden o niegan...

Alrededor de stos, o mezclados con ellos,

los envidiosos,

los ambiciosos, los Pilatos, que no amparan al injustamente perseguido,

los que escupen, azotan y calumnian.

Y despus, o en medio de todo, la cruz!

Y para llevarla y hacer frente a todos unos hombres flacos, una carne rebelde y un corazn de barro!...

Sacerdote hermano, tiemblas? vacilas? desfalleces? agonizas?

Peticin 2502. En el primer Getseman al agonizante de angustias lo conforta un ngel. en nuestro Getseman qu alegra!, no un ngel, es Jess mismo y su Madre de los Dolores los que se presentan y dicen mostrando sus Corazones coronados de espinas y traspasados por honda llaga: Fiat, fiat... Como T quieras...

Madre sacerdotal, da al corazn de tus sacerdotes, en sus ratos de Getseman, fuerzas para amar mucho y dar mucho sin esperar nada! Con el corazn sacrificado!

SEGUNDO MISTERIO DOLOROSO

LA FLAGELACIN DE JESS

Quiero unirme al sacrificio de tu

sensibilidad, pontfice mo

2503. Santo Toms ha demostrado cientficamente que la Pasin de Jess es el mayor de todos los dolores.

1 Jess azotado ...Y ser flagelado... Con qu serena tristeza va subiendo Jess el camino de Jeric a Jerusaln profetizando a sus apstoles lo que le esperaba como remate y corona de toda aquella vida de Pastor buscando ovejas descarriadas de la casa de Israel! La traicin, la flagelacin, el vilipendio, la burla, la condenacin a muerte!...

Se detiene el alma contemplativa ante el espectculo que descubre cada una de esas palabras, y no acierta a sealar cul es el mayor dolor, y se angustia al sentir agotados los torrentes de su compasin al pasar de la contemplacin de cada uno de ellos al siguiente.

2504. Despus de la amargura e indignacin contra los culpables, y angustia de agona por el inocente Cordero que invaden el alma ante el sacrificio del Corazn de Jess orante y traicionado en el Huerto, dnde encontrar amargura e indignacin nuevas contra las manos sacrlegas que abofetean la cara augusta y azotan y ensangrientan las carnes pursimas del ms bueno de los hijos de los hombres?

Noche del primer Jueves Santo del palacio de Caifs y maana del primer Viernes Santo del pretorio de Pilato, qu escenas de ensaamiento de la crueldad, de la bajeza y de la degradacin humanas, y de dolores los ms atroces padecidos por el cuerpo ms sensible de todos los cuerpos humanos!

Ahondemos slo en este misterio en el dolor fsico y dejemos para otro el dolor moral de las humillaciones que aqul envolva.

2505. Lo que duele una bofetada dada en un rostro tierno y delicado por una manaza de adulador acostumbrada a darlas a inocentes e indefensos!

Lo que duele un azote dado a ciegas, a locas, por profesionales de ese tormento!

Un azote y dos y tres y veinte y ciento, no por una mano que se canse, sino por muchas que se renuevan, que se estimulan a dar ms fuerte, con crueldad y locura crecientes por la embriaguez de la sangre y del vino...

sobre las espaldas,

sobre el pecho,

sobre las piernas,

sobre los brazos,

sobre la cara...

sobre donde cayera!...

Aunque aquel mismo lugar o parte del cuerpo estuviese amoratada, despellejada, en carne viva, manando sangre!...

Aunque el cuerpo desfallecido rodara por el suelo y se encharcara en su propia sangre!...

2506. Si el azote se acorta o la mano no llega, los pies de aquellos fatdicos vendimiadores pisotearan las llagas y los jirones ensangrentados de piel, y levantaran una vez y muchas veces, el venerado cuerpo para que pueda recibir ms golpes, y pueda derrramar ms sangre...

Y todo ese negro drama sin alumbrarse ni con una chispa de compasin, una palabra, un gesto de lstima, un intento de alivio!...

Y ese cuerpo es el cuerpo de nuestro Seor Jesucristo!...

El cuerpo formado, por el mismo Espritu Santo, de la carne y sangre pursimas de Mara Virgen y a fuer de tal, el mejor formado, el de sensibilidad ms exquisita de todos los cuerpos humanos!...

2507. Cierto que el dolor fsico no era impresin nueva en el cuerpo de Jess. Por qu molestia no pas desde las tablas duras y fras de Beln hasta la crucifixin del Calvario?

Fatigas, del mucho andar y hablar. Cansancios y ahogos de muchedumbres que orpiman. Sed y hambre, por falta ms que de medios, de tiempo. Noches sin dormir, orando en los montes y de mal dormir al raso o en desmanteladas y mal olientes posadas. Fros y escarchas del invierno, calores asfixiantes del verano... qu dolor fsico no ha tocado y lastimado la exquisita sensibilidad del cuerpo de Jess?

2508. Pero el dolor de la flagelacin sobrepas todos los dolores y a todos excedi en acerbidad, intensidad, acumulacin y fiereza. Como que, sin un milagro del poder de su Padre, no hubiera sobrevivido ni a la cantidad de dolor sufrido, ni a la abundancia de sangre vertida!

Con qu razn, lastimado Jess mo, has podido anunciarte por medio de tu profeta: Todo el da estaba flagelado, el azotado todo el da de tu vida mortal!

El azotado, aun ms saudamente, toda tu vida eucarstica!

El escupido y pisoteado y apualado de tantos Sagrarios!

El perpetuamente azotado!

Qu pocas cosas duras han pasado y pasan junto a Ti que no te hayan lastimado y te sigan lastimando!

2 La flagelacin del sacerdote 2509. sacerdote de Jess, no olvides que si eres heredero de las glorias y egregios poderes de su sacerdocio, lo eres tambin de los azotes de su sacrificio. Sobre tu cuerpo, desde que lo presentas a la consagracin sacerdotal, se alzan ltigos y azotes de forma tan variada como adecuada a hacer de ti durante tu sacerdocio, el diariamente azotado. La cama dura, la habitacin estrecha, la mesa escasa y pobre, las noches a la cabecera de los agonizantes, los das de comienzo muy temprano para abrir la iglesia antes que se abra la taberna del pueblo y esperar, acompaando a Jess solo, a las samaritanas pecadoras y a los samaritanos heridos y robados en el camino de la vida.

2510. Las horas repletas de trabajos y fatigas, de dar y de darse por Jess a quienes quiz por lo pronto paguen con salivazos, con pedradas, con incendios de la iglesia y de la casa, con bofetadas y amenazas de muerte inminente, con destierros y despojos... sa y otras varias son las formas del que, por imitar a nuestro modelo y llevar su sacerdocio cabal, podemos llamar nuestro inseparable compaero, el azote.3 El apstol azotado 2511. Recordad, hermanos sacerdotes, aquella bella pgina de san Pablo en la que se retrata en su arduo oficio sacerdotal de tota die flagellatus: 23: Son ministros de Cristo? aunque me expongo a pasar por imprudente) dir que yo lo soy ms que ellos: pues me he visto en muchsimos ms trabajos, ms en las crceles, en azotes sin medida, en riesgos de muerte frecuentemente.

24: Cinco veces recib de los judos cuarenta azotes, menos uno.

25: Tres veces fui azotado con varas, una vez apedreado, tres veces naufragu, estuve una noche y un da como hundido en alta mar a punto de sumergirme.

26: Me he hallado en penosos viajes muchas veces, en peligros de ros, peligros de ladrones, peligros de los de mi nacin, peligros de los gentiles, peligros en poblado, peligros en despoblado, peligros en la mar, peligros entre falsos hermanos.

27: En toda suerte de trabajos y miserias, en muchas vigilias y desvelos, en hambre y sed, en muchos ayunos, en fro y desnudez.

28: Fuera de estas cosas o males exteriores, cargan sobre m las ocurrencias de cada da, por la solicitud y cuidado de todas las Iglesias.

29: Quin enferma, que no enferme yo con l? Quin es escandalizado o cae en pecado, que yo no me requeme?

30: Si es preciso gloriarse de alguna cosa, me gloriar de aquellas que son propias de mi flaqueza.

4 Madre de los azotados 2512. Que, sin ver la flagelacin de tu Jess, la acompaaste y la aliviaste con tu compasin por la que sentas tu corazn tan dolorido como Jess su cuerpo, asegurando san Jernimo que cada herida que daban a Jesucristo en el cuerpo, era una lanzada que atravesaba tu corazn; cada bofetada, cada azote, cada llaguita que hacan a Jesucristo, tantas pualadas eran para tu corazn de Madre; y que sigues ejerciendo esa misma compasin cerca de tus hijos los sacerdotes azotados, grbanos en la memoria y en el corazn el modo de hacer de nuestros azotes instrumentos de nuestro apostolado, y que lleguemos a mirarlos con el mismo cario con que miramos el cliz de nuestra Misa.

2513. Qu bien lo ensea el mismo san Pablo en su epstola segunda a los Corintios!:

Nosotros, empero, no demos a nadie motivo alguno de escndalo para que no sea vituperado nuestro ministerio. Antes bien portmonos en todas las cosas como deben portarse los ministros de Dios, con mucha paciencia en medio de las tribulaciones, de necesidades, de angustias, de azotes, de crceles, de sediciones, de trabajos, de vigilias, de ayunos. Con pureza, con doctrina, con longanimidad, con mansedumbre, con uncin del Espritu Santo, con caridad sincera, con palabras de verdad, con fortaleza de Dios, con las armas de la justicia para combatir a la diestra y a la siniestra. El amor, oh corintios! hace que mi boca se abra tan francamente y se ensanche mi corazn. No estn mis entraas cerradas para vosotros, las vuestras s lo estn para m. Volvedme, pues, amor por amor. Os hablo como a hijos mos. Ensanchad tambin para m vuestro corazn.

Peticin 2514. Madre querida, t sola nos puedes obtener este favor imposible para nuestra naturaleza: a ms golpes de azote o de ltigo sobre las espaldas de tus sacerdotes, ms brotes de amor de sus corazones para tu Jess y las almas! Mientras ms doloridos ms amantes!

TERCER MISTERIO DOLOROSO

LA CORONACIN DE ESPINAS

Quiero unirme al sacrificio de

tu honra, pontfice mo 2515. Jess que haba huido de ser proclamado rey, en su Pasin acepta corona... de espinas y cetro de caa...

1. Lo que vale la honra de Jess Despus de Dios no hay nada ni en la tierra ni en los cielos, que valga tanto como la honra o gloria de Dios. Se identifica con l!

El conocimiento gozoso que Dios tiene de S mismo y de sus infinitas perfecciones y, a la vez, el derecho que le pertenece, por ser Dios, de recibir de todas sus criaturas, segn la condicin de cada una, el testimonio de ese mismo gustoso conocimiento, sa es la honra o gloria de Dios.

Y es tan propia de l, tan exclusiva de l solo, que en frase del Espritu Santo, no se la dar a nadie.

2516. Dios, tan generoso, tan prdigo en dar tanta infinita variedad de ricos dones, y aun su vida divina, no se desprende ni de un tomo de su honra. Tanto vale y tan incomunicable y propiamente divina es!

Tan prendado est de su gloria, que por ella, por darse gloria, sac de la nada los mundos de la naturaleza y de la sobrenaturaleza, los cielos, los hombres, las aves del aire, los peces del mar y hasta el hisopo escondido en la oquedad de la pea... Todo, todo, lo de arriba y lo de abajo no tiene ms fin que dar gloria a Dios: Todo, todo, no tiene otra ocupacin necesaria que glorificar a Dios: Los cielos proclaman la gloria de Dios.

2517. Si nada vale tanto, despus de Dios, como su honra, nada vale tanto, despus de Jess, como la honra de Jess, como Hijo de Dios e Hijo perfecto de Mara. La nieve ms blanca de los montes es negra en comparacin de su blancura. Las flores y los blsamos y las esencias de ms exquisito perfume, apestan en presencia de su buen olor. Las construcciones ms slidas y de fundamentos ms inconmovibles son castillos de naipes enfrente de la solidez de la honra de Jess. Y los tesoros ms ricos, formando montaas de tesoros y de riquezas, son paja comparados con los tesoros de los tesoros de la honra de Jess.

Jess sabio, Jess maestro, Jess bueno, Jess profeta, Jess rey, Jess santsimo, Jess Hijo de Dios... qu sillares tan firmes y slidos para cimentar la honra de Jess! Qu ms que l? Quin como l?

2 El sacrificio de la honra de Jess 2518. Yo no busco mi gloria. Hay quien busque y juzgue. Palabra profunda en su sentido, y larga, infinitamente larga en su alcance!

Como que sin pasar Dios el puente gigantesco de la Encarnacin, no hubiera podido proferirla!...

Dios no puede renunciar a su gloria!

Ha hecho falta que Dios se haga hombre para que con una boca de carne, pueda renunciar a la gloria, como a hombre el ms perfecto de todos, le corresponde.

2519. Y con qu generoso tesn va realizando Jess por sus caminos del mundo el sacrificio de su honra! Desde que nace, quin puede adivinar en las pajas del pesebre y telaraas de la cueva de Beln atributos de realeza?

Si se deja llamar hijo del carpintero, y l a S mismo se llama Hijo del hombre, quin adivinar en l al Hijo de Dios?

Se le exige el tributo, y l paga como un ciudadano cualquiera.

Se le tienden insidias y lazos para cogerlo en sus palabras y delatarlo como embaucador, y l responde con serena sencillez y como si no se diera cuenta de la malicia de sus interlocutores.

Se le llama samaritano, endemoniado por unos, seductor y embustero por otros, y hasta sus mismos parientes recelan de l, y en las brevsimas palabras que a veces dice en su defensa, no altera el tono habitual de su conversacin, ni se muestra preocupado, porque no le crean...

2520. Qu maneras de sacrificar su honra!

Pero en donde este sacrificio se consuma es en la escena de la coronacin de espinas...

Rey con un cetro de caa, con corona de espinas, con un harapo de prpura por manto, con goterones de sangre por joyas, con lacayos, salpicados de la sangre inocente que estaban haciendo derramar, por vasallos, con palabrotas soeces y de escarnios sacrlegos por saludos y homenajes. Quin podra adivinarte, rey inmortal de Sin?

2521. Quin podra adivinar que aquel loco, vestido con bufa vestidura blanca, era la Sabidura de Dios? Y que aquel cuerpo desnudo de sus vestidos y vestido de su propia sangre, que rodaba por entre los pies de los lacayunos sicarios de Caifs, era el poder y la hermosura de Dios?

Y que aquel loco, mudo delante del lbrico Herodes, era la Palabra de Dios? Y que aquel Hombre, casi sin aspecto de hombre a fuerza de cardenales, magullamientos, heridas bordeadas de sangre seca ennegrecida, que se presenta por Pilato para arrancar la conmiseracin del pueblo, era Hijo de Dios y el ms bueno de los hijos de los hombres?

3 La honra del sacerdote 2522. Si, como dice el libro de la Sabidura, el buen nombre vale ms que muchos tesoros, el buen nombre del sacerdote vale e interesa ms que todos los tesoros.

Para que no sea deshonrado vuestro ministerio. Cuntas veces y bajo cuntas formas da ese encargo el apstol san Padreo a los ministros de Jess!

Que no siga nada que no sea grave, serio y lleno de espritu religioso, manda que muestren el Concilio de Trento a todos los sacerdotes.

4 El sacrificio de la honra sacerdotal 2523. Con todo ese respeto a la propia dignidad sacerdotal en pblico y en privado, puesto que el sacerdote no es sacerdote por horas, sino por toda la vida y en todas partes, sin embargo, como dice san Francisco de sales, hay que dejarse colocar la corona de espinas y que tomar hasta la ltima gota del cliz con buena cara, porque Dios lo quiere y Jess lo hizo.

2524. Hay que dar pan a los pobres y pasar por avaro.

Y poner buena cara a los que tienen mal corazn y contar con que nos tomen por cobardes y dbiles.

Hay que tratar cariosamente a los de abajo y acarrearse la enemistad de los de arriba.

Hay que tratar con respeto y gratitud a los de arriba y ganarse los recelos de los de abajo.

Hay que hacerse nio con los nios y sencillo con los sencillos y pasar por tonto.

Hay que hacerse todo para todos y esperar que todos, o casi todos, murmuren de las intenciones, de los procedimientos, de los resultados... de todo lo que hagamos.

2525. Si nada tan necesario al sacerdote, despus de la gracia de Dios, como su honra, nada tan atacado o en peligro constante de ser atacado por malos, regulares y buenos, por enemigos y amigos, como esa misma honra. Queramos o no, hemos de vivir los sacerdotes en el mundo como san Pablo: En medio de honras y de deshonras; de infamia y de buena fama; tenidos por embaucadores o impostores, siendo verdicos; por desconocidos aunque muy conocidos; como moribundos, siendo as que vivimos; como castigados, mas no muertos; como melanclicos, estando siempre alegres; como menesterosos, siendo as que enriquecemos a muchos; como que nada tenemos, y todo lo poseemos .

2526. Sacerdote hermano, perplejo y afligido hartas veces entre la obligacin de mirar por tu honra y la necesidad de ofrecerla a Dios sacrificada por las almas, reza meditando nuestro tercer misterio doloroso, que quiz sea el misterio de dolor ms sacerdotal, por lo frecuentemente que nos aflige, y aprenders el secreto, el gran secreto del Jess de los apstoles y de los apstoles de Jess, a saber, atraer, dirigir y gobernar a las almas coronadas de espinas, ofreciendo a Dios con la sonrisa en la cara el sacrificio de la honra...

El sacerdote coronado de espinas 2527. Qu admirablemente lo describe san Pablo! A las murmuraciones levantadas contra l por sus vanidosos e inquietos hijos de Corinto, que se lo deban todo en el orden espiritual, escribe, no sin cierta caritativa irona:

Pues yo tengo para m que Dios a nosotros los apstoles nos trata como a los ltimos y ms viles hombres, como a los condenados a muerte. Hacindonos servir de espectculo al mundo, a los ngeles y a los hombres. Nosotros somos reputados como unos necios por amor de Cristo, mas vosotros, vosotros sois los prudentes en Cristo. Nosotros flacos, vosotros fuertes. Vosotros sois honrados, nosotros viles y despreciados. Hasta la hora presente andamos sufriendo el hambre, la sed, la desnudez, los malos tratamientos, y no tenemos donde fijar nuestro domicilio. Y nos afanamos trabajando con nuestras propias manos. Nos maldicen, y bendecimos.

2528. Padecemos persecucin, y la sufrimos con paciencia. Nos ultrajan y retornamos splicas. Somos, en fin, tratados, hasta el presente, como la basura y las heces del mundo, como la escoria de todos. No os escribo estas cosas, orque quiera sonrojaros, sino que os amonesto como a hijos mos muy queridos. Porque aun cuando tengais millares de ayos o maestros en Jesucristo, no tenis muchos padres. Pues yo soy el que os he engendrado en Jesucristo por medio del Evangelio. Por tanto, os ruego que seais imitadores mos, como yo lo soy de Cristo.

Peticin 2529. Madre querida de los coronados de espinas, que no olvidemos que la mayor y ms recia obra del dominio y soberana la realiz tu Hijo Jess ceido, no con corona de oro y piedras preciosas, sino con corona de espinas y con cetro de caa, por mofa, en las manos...

As se hizo la redencin del gnero humano y as sigue recibiendo honores de rey en nuestros altares y presidiendo nuestras Misas, Jess, Rey inmortal de los siglos!

Que no lo olvidemos, Madre sacerdotal!

CUARTO MISTERIO DOLOROSO

NUESTRO SEOR JESUCRISTO CON LA CRUZ A

CUESTAS

Quiero unirme a tu sacrificio de

todo alivio humano, pontfice mo 2530. Cruz a cuestas, cruz sobre mi corazn, sobre mi cabeza, sobre mi sensibilidad, sobre mi sacerdocio de la tierra!

1 La cruz a cuestas Jess casi exange, debilitadsimo, lastimado en toda su carne, transido su Corazn por las penas y angustias ms acerbas que han pasado por corazn humano, es obligado a llevar sobre sus destrozados hombros el enorme peso de la cruz de su cadalso.

Los ojos y el corazn vuelven a detenerse acongojados a la orilla de un mar sin fondo ni riveras de dolores. Quin contar ni medir las palpitaciones de aquel Corazn anhelante, las gotas de sudor del rostro y cuerpo angustiosamente bajando, subiendo y cayendo por aquella calle de la Amargura y las trepidaciones de aquellas manos sin fuerzas y de aquellos pies vacilantes?

Imposible!

Detengmonos, sin embargo, en la contemplacin de una circunstancia que, si el dolor y el sacrificio de Jess admitiera aumentos, ella se los dara centuplicados.

Los pocos alivios de la vida de Jess 2531. Qu dura fue la vida terrena de Jess! Sin austeridades que alarmaran y asustaran a los que con l vivan y hasta asistiendo a banquetes de amigos y de pecadores pblicos, sin desfallecimientos y demacraciones de grandes penitencias y largos ayunos, a excepcin del que abre su vida pblica, la vida mortal de Jess, sobre todo la pblica, estuvo por dems exenta de regalo y de alivio.

Se observa en el Evangelio que fue tan sacerdote, tan buscador de almas que, con tal de atraerlas y adoctrinarlas, coma su pan y tomaba su descanso, no cuando lo necesitaba, sino cuando lo dejaban. Y hasta se privaba de hablar con su propia Madre que para tratar con l haba de esperar a que se disolvieran las turbas que lo buscaban y lo opriman.

2532. Nada se dice en el Evangelio de cmo se defenda en el invierno de los rigores del fro y en el verano de los del calor. Y en cambio llevaba la misma vida de predicacin al aire libre, de pueblo en pueblo y de opresiones fatigosas de turbas en verano como en invierno.

Es cierto que asista a banquetes, pero siempre como sacerdote, buscando almas y siempre austero y sencillo, sin reclamar blsamos para ungir sus pies y cabeza, ni primeros puestos.

Se le pregunta por su casa y responde que las zorras tienen sus madrigueras y las aves del cielo nidos donde poner sus polluelos, mas el Hijo del Hombre no tiene sobre qu reclinar su cabeza.... Privacin del rinconcito del hogar propio, cunto cuestas!

Tiene amigos, es verdad, leales y sencillos, pero con sus testarudeces, sus ambicioncillas, sus ignorancias y sus cobardas le daban ms sufrimiento que alivio: Tambin vosotros estis sin entendimiento? Hasta cundo os he de sufrir?.

Tiene parientes que lo importunan para pedirle favores, y no se fan del estado de su cabeza y murmuran.

2533. sacerdote, y slo sacerdote, goza nicamente en buscar almas para la gloria de su Padre, y cuntas veces a una costosa siembra de doctrina, de trabajos y de milagros sucede una escalofriante ausencia de cosecha de corazones convertidos, y abundante slo en piedras, amenazas, calumnias y odios de muerte!

Qu alivio humano tuviste en tu vida, sacerdote Jess? Qu da, qu hora de tu vida sacerdotal terrena pudiste descansar del todo sobre alguno de esos alivios honestos, limpios, legtimos con que T sueles regalar y ayudar a tus siervos y sacerdotes?

De todos los das y de todas las horas de tu vida sacerdotal, tanto mortal como eucarstica, puedes decir y quejarte como profticamente deca y se quejaba David: Sustinui qui... consolaretur et non inveni. Buscaste y no hallaste consolador!

La renuncia a todo alivio 2534. Pero en la calle de la amargura quisiste con un acto de tu voluntad, ebria o loca de padecer y sacrificarte ms, enmendar la queja, o mejor aun, suprimir la queja. Vinieron a consolarme, y Yo no quise que me consolaran!

Jess, Jess, con qu nombre se llama, con qu adjetivo se califica esa renuncia de alivio, ese dolorossimo modo de sacrificarte de nuevo?

Cercado y oprimido por un odio tan injusto como ensaado, un grupo de mujeres compasivas bendita flor de la compasin brotada de entre las piedras del suelo de la calle de la amargura!, te ha querido acompaar y aliviar con el homenaje de sus lgrimas... T, atravesando aquella muralla de caras rabiosas, las has mirado con gratitud. Qu bien pagadas quedaban aquellas lgrimas! Pero no has querido quitarle a tu sufrimiento ni un tomo de peso, ni a tus heridas una gota de sangre con esas lgrimas... Tu Corazn anhelante se ha asomado a tus ojos, ha bendecido aquellos consuelos y los ha devuelto... No lloris por M; llorad por vosotras mismas y por vuestros hijos.

2535. Y as sube Jess, el sacerdote sumo, al Calvario, al altar de su sacrificio, solo con todo su dolor!

Cae del peso de la cruz y no se queja. Le ponen al Cirineo y cae todava dos veces ms...

2 El sacerdote con su cruz a cuestas 2536. Invisiblemente Jess llev la cruz de su sacrificio todos los das y todas las horas de su vida mortal. Visiblemente, el tiempo transcurrido desde el Pretorio al Calvario.

Sacerdote de Jess, me acuerdo muchas veces de que mi sacerdocio es sacerdocio de cuz visible o invisible, pero perenne? Aprendo del Maestro a no descansar de mi cruz sacerdotal diaria en alivios humanos que aminoren, neutralicen o envenenen la virtud de mi sacerdocio?

Me ha seducido alguna vez la ilusin de ser sacerdote de Jess sin cruz a cuestas o con tales alivios o almohadillas, que la cruz deje de ser cruz y la calle por donde paso, calle de la amargura?

Cmo alientan a llevar la cruz perenne hasta con alegra, las instrucciones antes practicadas que enseadas, de nuestros padres en la fe y en el sacerdocio!

Dice san Pablo 2537. en su segunda carta a los Corintios, 4:

8: Nos vemos acosados de toda suerte de tribulaciones, epro no por eso perdemos el nimo. Nos hallamos en grandes apuros, mas no desesperados.

9: Somos perseguidos, mas no abandonados. Abatidos, mas no enteramente perdidos.

10: Traemos siempre en nuestro cuerpo por todas partes, la mortificacin de Jess, a fin de que la vida de Jess se manifieste tambin en nuestros cuerpos.

14: Estemos ciertos de que quien resucit a Jess, nos resucitar tambin a nosotros con Jess, y nos colocar con vosotros en su gloria.Peticin 2538. Madre sacerdotal, cuando comparo una cruz tan pesada como la del sacerdocio con unos hombros tan dbiles como los mos y una calle de amargura perpetua con unos pies vacilantes como los mos, siento miedo y pavor y gimo: Pase de m...!.

Pero cuando, avivando mi fe y mi memoria, veo que la cruz pesada es cruz ungida con sudor y sangre de nuestro Jess, y que las losas duras de mi calle de amargura, estn regadas con lgrimas de mi Madre Inmaculada, la Reina de los Dolores, que de cuando en cuando sale al encuentro de los cargados con la cruz, y que toda la calle est perfumada con el buen olor de Cristo y con el aroma de la Iglesia militante y de los santos sacerdotes que por ella pasaron y pasan, camino del cielo, te pido alientos para renunciar a todo alivio humano y cantar con el corazn henchido de gozo: No se haga mi voluntad, sino la tuya!.

QUINTO MISTERIO DOLOROSO

LA CRUCIFIXIN DE NUESTRO SEOR JESUCRISTO

Quiero unirme al sacrificio de tu

vida, pontfice mo y Hostia ma 2539. !Si conocieras el don de Dios!

Jess mo, dame a conocer y a amar la cruz, que es tu gran don.

1 La Cruz, sombra de Jess Sacerdote 2540. El cuerpo de Jess, a ms de la sombra que naturalmente deba proyectar, visto con los ojos de la fe, siempre debi proyectar como sombra una cruz.

Lo mismo cuando nio que cuando hombre, ora cuando alargaba sus bracitos para rodear y estrechar el cuello de su Madre; cuando jugaba con los nios vecinos o cuando manejaba las herramientas del taller de su padre legal. Ora cuando levantaba sus manos para bendecir muchedumbres o para dar gracias a su Padre celestial, como cuando las bajaba sobre las cabecitas de los nios que le ofrecan o sobre las cabezas de los leprosos, los ojos de los ciegos o las manos de los tullidos. Siempre la fe vea detrs del cuerpo de Jess, una gran sombra en forma de cruz.

Es que Jess no solamente muri en cruz, sino que naci y vivi en ella. Cada paso que daba, fuera por tierra llana como por montes pedregosos, era un escaln que suba, para su cadalso, a los ojos del mundo; para su altar, a los ojos de Dios.

2 La Cruz, luz de Jess Sacerdote 2541. Qu uniformidad, ms aun, qu unidad da a la vida mortal y eucarstica de Jess la Cruz! Siendo Jess y la Cruz dos misterios insondables, se descifran mutuamente. La sombra de cruz que sigue a Jess en todos sus actos, es la luz que los explica.

El inmenso, el perenne contraste de grandeza y pequeez, de omnipotencia y debilidad, de esplendor y oscuridad que forma el misterio de Jess, deja de serlo cuando a esos dos elementos se da forma de cruz. Sobre lo grande, lo omnipotente y lo esplendoroso de Jess se pone el palo ms largo, vertical, del cielo a la tierra. Sobre lo pequeo, lo dbil y lo oscuro de l se pone el ms corto cruzado sobre aqul, y los dos palos se amarran con las letras de esta palabra: sacrificio.

2542. El amor del Corazn de Jess llevado hasta el sacrificio hace fcil lo difcil, lo imposible luminoso y refulgente lo oscuro. El misterio de los contrastes de Jess queda, mirado al travs de su sacrificio, sumergido en una catarata de luz.

3 La Cruz, resumen y corona de Jess Sacerdote 2543. Si toda la vida de Jess es sacrificio, la crucifixin es la coronacin de l.

Consumacin y reproduccin intensiva de todos los dolores de su vida.

Qu bien demuestra santo Toms de Aquino en su Suma Teolgica que la Pasin de Jess es el mayor de todos los dolores! Por la cantidad y calidad de ellos; por la sensibilidad y delicadeza de la naturaleza que los sufra; por la claridad de entendimiento de Jess, que vea no slo la mano que le hera, sino la intencin y saa que la movan; la firmeza de voluntad con que aceptaba libremente todo el dolor de cada uno de los tormentos y rehua todo alivio interior o exterior que pudiera paliarlos el mayor de los dolores!

4 La Cruz, condensacin de la vida de sacrificio de Jess Sacerdote 2544. S, cmo se condensa con intensidades inconmensurables en aquellas tres ltimas horas de existencia mortal de Jess todo dolor! y todo sacrificio!

El sacrificio del corazn llega a un lmite incalculable en aquella sensacin de abandono de su Padre, que arranca a la augusta Vctima la queja ms triste y dolida de todas las de su vida: Por qu me has abandonado?.

El sacrificio de la sensibilidad no puede pasar ms all con aquella crucifixin a martillazos, aquella postura inverosmil, colgado de clavos, y aquel sitio tan angustioso, frmula del supremo dolor fsico.

El sacrificio de la honra multiplicado en intensidad con aquella muerte en patbulo entre dos ladrones, con aquella desnudez tan vergonzosa y aquellas blasfemias y befas burlndose de su divinidad, de su doctrina, de su veracidad, de sus angustias de muerte.

El sacrificio de todo alivio humano hasta qu grado llega! Y aunque lo gustase, ni lo quiso beber..., no quiere el narctico que puede aplacar los dolores de su cuerpo; no quiere probar el placer de la venganza, pidiendo a su Padre se la tomara de aquellos malvados sacrlegos; no le detiene para hablar mansamente, generosamente, el temor a que fuera interpretado por debilidad o cobarda...

2545. No se toma ningn alivio... Da perdn al ladrn convertido que se lo pide... Hoy estars conmigo en el paraso. Da perdn y excusa a los que no