El Regreso Del Diablo

49
Página 1 de 49 EL REGRESO DEL DIABLO (GUIÓN ORIGINAL PARA PROGRAMA AUDIOVISUAL). AUTOR: Henry González. C.I. No. V-3.661.648

description

Guión original de programa audiovisual basado en la obra "El crepúsculo del Diablo", del autor Venezolano Rómulo Gallegos.

Transcript of El Regreso Del Diablo

Page 1: El Regreso Del Diablo

 

                                                                                                                                               Página 1 de 49 

 

EL REGRESO DEL DIABLO

(GUIÓN ORIGINAL PARA PROGRAMA AUDIOVISUAL).

AUTOR:

Henry González.

C.I. No. V-3.661.648

Page 2: El Regreso Del Diablo

 

                                                                                                                                               Página 2 de 49 

 

ESC.1 EXT.DÍA. CARACAS A PRINCIPIOS DEL SIGLO 20. VARIAS TOMAS. Un grupo numeroso de diablos danzantes parece abalanzarse en tropel sobre nosotros. Nos pasa por los lados, danza a nuestro alrededor. La músca es estridente. Desde los balcones cercanos, grupos de espectadores lanzan cintas y arroz coloreado a medida que pasan los bailarines. Mientras, desde las aceras, repletas de gente, varios niños, y algunos mayores se lanzan al paso del que parece ser el bailarín principal. Su máscara, de 4 cachos, lo identifica como el capataz del grupo. Éste los aparta de su camino golpeándolos fuertemente por los tobillos con su látigo. Más lejos, en la misma calle, un piquete de policías está dispuesto de manera de cerrar el paso de los bailarines. Sus rostros reflejan su determinación y la tensión que precede a la acción. Algunos golpean nerviosamente la hoja de su machete contra la palma de su mano. En sus uniformes, identificamos a “La Sagrada”, la policia Gomecista. A lo lejos, divisamos al grupo de diablos que se dirige hacia ellos. Frente al piquete, un hombre, elegantemente trajeado, a la usanza de principios del siglo XX, los mira con rabia. Sostiene por la mano a un niño, tambien elegante, que solloza. A su lado, un oficial parece esperar las órdenes del hombre. Al acercarse los diablos, vemos al niño señalar con el brazo extendido al capataz de los diablos. El hombre entonces hace una seña al oficial, quien suena su silbato. El piquete de policías se abalanza entonces contra los diablos, deteniendo a su capataz, que, sin entender lo qué ocurre, forcejea inútilmente contra ellos. Impotente, es arrastrado por la policía ante la mirada sorprendida de todos. Los demás diablos, rodeados por el resto del piquete policial, ven desconcertados cómo se llevan a su capataz. A un lado, el niño y el hombre, observan impactados lo que pasa. Mientras vemos al capataz alejarse, leemos los créditos iniciales y el nombre de la película,“El regreso del diablo”. DISOLVENCIA A: ESC.2. EXT. DÍA. PLAZA DE LA CANDELARIA UN DÌA DE FIESTA. VARIAS TOMAS.

Page 3: El Regreso Del Diablo

 

                                                                                                                                               Página 3 de 49 

 

Lentamente, descendemos hacia la Plaza de La Candelaria, vestida para las fiestas de carnaval, mientras comenzamos a escuchar un animado joropo. Por todas partes hay guirnaldas de flores y cadenetas de papel de colores. Leemos la leyenda,“Caracas, 1920”. En un templete, al otro extremo de la iglesia, divisamos al conjunto criollo que toca el joropo que escuchamos. Tras ellos, leemos en un anuncio: “Bienvenidos al carnaval de La Candelaria”. Varias parejas bailan, algunos están disfrazados. A su alrededor, grupos de mirones conversan y ríen mientras llevan con su cuerpo el compás de la música. Un grupo de niños corre entre ellos, haciendo girar una rueda con un palo. Otros juegan trompo, o se lanzan arroz coloreado. Fuera de la plaza, grupos de personas se agolpan esperando el tranvía. A la izquierda del templete, al pie de las escalinatas que dan a la plaza, varias muchachas se reúnen a tomar horchata en un kiosco, ríen ante la mirada severa de las chaperonas, mientras un enjambre de jóvenes las rodea e invitan a bailar. ESC.3. EXT. DÍA. PLAZA DE LA CANDELARIA. BAJO EL ARAGUANEY. Un poco más retirado, en el otro extremo de la plaza, vemos un gran araguaney, encabuyado de fiesta para la ocasión. Sentados bajo la poca sombra que dan sus ramas, secas tras varios meses de sequía, un grupo de vecinos contempla la fiesta y conversa. Están allí, Matias; gordo, rechoncho, de cara redonda y colorada. El Bachiller Sotillo; alto, delgado, de espeso bigote y lentes culo e’ botella. También están el isleño, un gigante peludo de grandes manazas, y Pedro Nolasco, hombre de unos 51 años; alto, más que lo usual; zurdo, delgado huesudo; moreno de tanto sol, con su sombrero echado sobre la nuca; usa alpargatas y un liquilique, ya gastado de puro viejo.

MATIAS

(Abanicándose con el sombrero, el liquilique abierto hasta la barriga deja ver su gran abdomen).

¡Que calor, carajo!. Parece que no va a llover más nunca.

Page 4: El Regreso Del Diablo

 

                                                                                                                                               Página 4 de 49 

 

Pedro Nolasco, visiblemente mal humorado, echa ligeramente su cuerpo hacia atrás y lanza una mirada de soslayo a Matías, mientras se saca el tabaco de la boca y escupe las virutas. Nadie contesta el comentario.

MATIAS

(Sin notar aparentemente el mal humor de Pedro Nolasco, le da codazos mientras le señala al grupo de muchachas del puesto de horchata).

Ah, compadre. ¿Ya se fijó lo crecidita y buena moza que se ha puesto la hija de la Marcela?.

BACHILLER SOTILLO

(A Matías en baja voz).

Déjelo Matías. ¿Acaso usted no sabe cómo se pone Pedro en carnavales?.

MATIAS.

(Molesto).Guá, pues… ni que yo lo estuviera fastidiando. (TR). (Declarativo). Mire, Bachiller Sotillo, Pedro Nolasco es compadre mío... (A Pedro). ¿No es verdad, compadre?... (Luego, mirando a la plaza animadamente).(TR).¡Épale!. Mire aquella comparsa que viene llegando. Esos, como que no son de por aquí, ¿Verdad?.

PEDRO NOLASCO

(Levantándose furioso va a apoyarse al encabuyado del araguaney).¡Ah pues!. ¡Y yo que voy a saber!...

Page 5: El Regreso Del Diablo

 

                                                                                                                                               Página 5 de 49 

 

El bachiller Sotillo mira a Matías con reproche. Él y el Isleño se cruzan miradas afligidos.

EL ISLEÑO. (Consternado mira a Pedro alejarse y habla en voz baja, para que éste, no lo oiga).

Quien lo viera y quien lo ve. Ese no es ni la sombra del Pedro Nolasco que yo conocí. Aquel comerciante exitoso, siempre alegre; con ganado,con negocios. Con más de 70 ahijados, como llegó a tener, y por todos veía. Y aquella esposa tan bonita. ¡Que vaina, que de eso, ya no quede, sino el recuerdo!.

BACHILLER SOTILLO

Así es la vida, Isleño. Y pensar que en otro tiempo, ése, fue el más grande de todos los diablos de La Candelaria.

EL ISLEÑO.

No, Sotillo, no sólo de La Candelaria. De toda Caracas. En ninguna otra parroquia había diablo que lo igualara. Por eso, cuando se fue sin nombrar sucesor, los diablos se acabaron. Con él, se murió una tradición de más de 200 años.

MATIAS.

Y él se convirtió en un amargado. Si no, a esta fecha estaría danzando y repartiendo fuetazos a diestra y siniestra.

Page 6: El Regreso Del Diablo

 

                                                                                                                                               Página 6 de 49 

 

EL ISLEÑO. (Bajando la voz, como para que nadie más escuche). Dicen que fue el mismo mandinga el que lo engatusó para que dejara los Diablos así. (Señalando hacia el templete). Y ahora, miren lo que llaman carnaval.

CORTE A:

ESC.4. EXT. DÍA. PLAZA DE LA CANDELARIA. FRENTE AL TEMPLETE. Vemos una comparsa de “negritas” que baila frente al templete de una manera caótica, molestando a los otros bailadores. Entre ellos se empujan y tropiezan mientras se lanzan arroz coloreado. CORTE A:

ESC.5. EXT. DÍA. PLAZA DE LA CANDELARIA. BAJO EL ARAGUANEY.

BACHILLER SOTILLO

(A Pedro que ya regresa al grupo del que se había alejado).

¿Qué le parece Pedro?. ¿No es verdad que ya no se ven aquellos disfraces de nuestro tiempo?.

Pedro va a contestarle, cuando un vaho de aire caliente le sopla el rostro. De inmediato, sus músculos se ponen en tensión. Olfatea el aire. Un olor conocido y a la vez temido, parece inundarlo. Nerviosamente mira en todas direcciones.

CORTE A:

ESC.6. EXT. DÍA. PLAZA DE LA CANDELARIA. FRENTE AL TEMPLETE.

Al otro extremo de la plaza, un tropel de hombres y mujeres inunda la explanada. Como una horda, bajan las escalinatas que dan hacia el templete. A la cabeza, viene un payaso

Page 7: El Regreso Del Diablo

 

                                                                                                                                               Página 7 de 49 

 

gordo, afeminado; con su rostro mal pintado, y sus colores ya chorreados, Sus ropas lucen mal combinadas, casi diríamos que con descuido. Trae en una de sus manos, un diminuto paraguas, que hace juego con sus guantes blancos con encajes. En la otra,un abanico. En conjunto, más parece un personaje grotesco o tragicómico. CORTE A: ESC.7. EXT. DÍA. PLAZA DE LA CANDELARIA. BAJO EL ARAGUANEY. Al verlo,Pedro Nolasco, paralizado por el miedo, crispa su puño sobre el pomo del garrote. CORTE A: ESC.8. EXT. DÍA. PLAZA DE LA CANDELARIA.FRENTE AL TEMPLETE. El tropel avanza hasta el centro de la plaza, donde el payaso, sonriente, se detiene finalmente y abre sus brazos en ademán triunfal. Su tropa, fascinada, también se detiene. Algunos se arrodillan ante él. Desde esa distancia, se cruzan ambas miradas. Sonriente y vulgar el rostro del payaso. Tenso el de Pedro Nolasco).

PAYASO (Burlón, a su séquito). A ver, a ver. ¿Qué tenemos aquí?. Miren nada más, si es el famoso Diablo de La Candelaria en persona.(Risas del séquito). El mismísimo Pedro Nolasco. (Las risas del séquito crecen hasta hacerse carcajadas. El payaso mira fieramente a Pedro). ¿Me conoces?.

Instintivamente, Pedro aprieta una medallita que trae cosida al pecho, sobre el corazón por la parte interna de su chaqueta, la arranca y la muestra al payaso como si ella le protegiera de este personaje y lo mira fijamente a los ojos.

PEDRO NOLASCO

Page 8: El Regreso Del Diablo

 

                                                                                                                                               Página 8 de 49 

 

Te Conozco por tus trece nombres. ¡Hazazel!, ¡Satanás!. Rey de las sombras…

PAYASO

(Parece titubear un instante, luego ríe divertido).

Entonces, ¿Sabes quién soy?.

PEDRO NOLASCO

Tu solo olor a carne muerta te delata. ¿Qué buscas, Asmodeo, Leviatán?.

CORTE A:

ESC.9. EXT. DÍA. PLAZA DE LA CANDELARIA VACÍA.

A un ligero ademán del payaso con su paraguas, la plaza queda vacía, muerta. Como por magia, toda la gente se ha desvanecido; sólo quedan Pedro, él y sus dos guardaespaldas, Andras y Alastor. Andras, llamado “El asesino”, vulgar e insolente, a su derecha. Su personaje representativo es el “Butcher” de “Gangs of New York”. Alastor, maestro del remordimiento y el sufrimiento, se ubica a su izquierda. Torvo y oscuro, se mueve siempre de soslayo. Parece flotar, más que caminar. Su personaje representativo es Nosferatu. Ambos guardaespaldas miran a Pedro con mirada asesina y burlona. No hay música, ni sonido alguno, excepto el viento. Un asno negro cruza lentamente la plaza, atravesándose entre ambos).

PAYASO (Apenas susurrando). Vengo… a un asunto privado. O, a lo mejor, de paso. Nunca se sabe.(Ríe).

Page 9: El Regreso Del Diablo

 

                                                                                                                                               Página 9 de 49 

 

Los dos enemigos se miran fijamente como midiéndose, reconociéndose. Las palabras surgen, sin que ninguno de los dos mueva los labios.

PEDRO NOLASCO. Dime. A qué has venido, Belcebú. ¿A llevarme contigo?. ¡Estoy dispuesto!.

Sin saber cómo, la distancia que les separaba se ha acortado hasta ser de apenas algunos centímetros. Ahora el payaso está tan cerca, que su rostro casi roza el de Pedro Nolasco.

PAYASO.

(Masticando las palabras). No tan rápido, Pedro Nolasco, que no es a ti a quien quiero. Es el alma que llevas dentro lo que busco. (Al oído, como una confesión). Yo, al que quiero es al Diablo de La Candelaria. A ése, voy a chuparlo hasta consumirlo, hasta sacarle toda la vida que tenga. Después, voy a botar el bagazo, como quien escupe chimó.

Andras, el guardaespaldas escupe groseramente, secundando las palabras de su amo, mientras mira a Pedro Nolasco provocativamente. Un escalofrío recorre el cuerpo de éste.

PEDRO NOLASCO. (Con gran amargura). Ah, Molroth… A ese diablo vas a tener que esperarlo demasiado tiempo. El diablo de La Candelaria, ya está muerto y enterrado.

Page 10: El Regreso Del Diablo

 

                                                                                                                                               Página 10 de 49 

 

.PAYASO. (Con voz de mando a sus guardaespaldas). … ¡Andras!, ¡Alastor!...

Con terror, Pedro Nolasco comprueba que los guardaespaldas se han convertido en dos negros Rottwailders dispuestos a lanzarse sobre él a la menor orden de su amo. Éste duda un instante en dar esa orden, luego parece cambiar de opinión; respira hondo y su rostro se relaja. Sonriendo beatíficamente, mira con fingido amor a sus animales.

PAYASO.

¡Ah… mis hijos!. ¡Estos Muchachos!. Ya sabes cómo son. Hacen lo que se les ordena sin titubear. (Haciendo una pausa). Por cierto, ya conoces a Alastor, ¿verdad?.

Pedro Nolasco, sorprendido, parece recordar.

CORTE A: ESC.10. INT. NOCHE. EL INTERIOR DE UNA CELDA. En Flash back, vemos a Pedro Nolasco 8 años antes. Es de noche. Está en prisión vestido de Diablo danzante. Su ropa está sucia y rasgada. Su máscara, rota, yace a su lado, sobre la cama en la que está sentado. A su lado,apoyándose en las rejas, vemos a Alastor, como una sombra susurrando a su oído. No alcanzamos a escuchar lo que dice, pero su efecto, parecen exasperar a Pedro Nolasco, a quien vemos lanzarse impulsivamente contra la reja, gritando a los carceleros. CORTE A: ESC.11. EXT. DÍA. PLAZA DE LA CANDELARIA VACÍA.

Page 11: El Regreso Del Diablo

 

                                                                                                                                               Página 11 de 49 

 

PAYASO. (Sarcástico, ríe divertido). Ah… ya veo que te acuerdas de mi muchacho. Después de todo, lo has tenido pegado a tu oreja, día y noche, los últimos 10 años.

CORTE A: ESC.12. INT. NOCHE. HABITACIÓN DE LUCÍA 10 AÑOS ATRÁS. En Flash back, 10 años atrás, vemos a Pedro llorando desesperadamente al lado de una cama donde una joven yace muerta. Tras ellos, varias mujeres de luto lloran también. Apoyado de la cama, vemos a Alastor,como una sombra, está hablando a su oído.

ALASTOR. (En un susurro apenas audible)…Sólo… Te has quedado solo…

PEDRO NOLASCO.

(Repitiendo, como un eco). …Me he quedado solo…

CORTE A: ESC.13. EXT. DÍA. PLAZA DE LA CANDELARIA VACÍA.

PAYASO. (Sarcástico, se burla de Pedro). Por cierto, me enteré de lo de tu esposa. Qué Lástima, ¿no?. Tan bonita que era… y tan joven que… murió.

Pedro se contiene para no lanzarse contra él. Andras lo mira provocativo, esperando la mínima oportunidad para atacarlo.

Page 12: El Regreso Del Diablo

 

                                                                                                                                               Página 12 de 49 

 

PAYASO.

(Burlón). ¡Ah, por cierto!. Éste es Andras, mi otro muchacho.(Reflexivo y burlón). Aún no he decidido si… tendrás el placer de conocerlo.

PEDRO NOLASCO. (Acusándolo).¡Fuiste tú!. ¡Belial, Zabulón. Hijo del pecado! ¡Siempre fuiste tú!

PAYASO.

(Retador). Si. ¡Yo!. Tras cada paso y cada respiro tuyo. Tras cada lágrima que has derramado en cada uno de los días de tu vida, he estado yo, Pedro Nolasco esperando este momento.

PEDRO NOLASCO.

(Acusándolo). Tú me engañaste, ser del averno. Me obligaste a traicionar a los míos.

PAYASO.

(Perdiendo la paciencia). Escúchame bien, Pedro Nolasco. No he venido a verte lloriquear. Quiero una pelea, y tú vas a dármela. Apoteósica, sublime. Que se diga en todos los confines del orbe, que yo, Luzbel, derrotó en batalla singular a su antiguo carcelero.

Pedro lo mira asombrado.

Page 13: El Regreso Del Diablo

 

                                                                                                                                               Página 13 de 49 

 

PAYASO. ¡Si. Carcelero!. Por doscientos años estuve encadenado. Liberado sólo una vez cada año… ¡Tres miserables días!... Y todo para seguir a tu séquito de diablos de pacotilla en sus estúpidas danzas. (Fuera de sí). ¡Yo!. El amo del inframundo. Condenado por centurias a seguir esa danza ridícula. Ahora llegó mi hora. Tú me liberaste cuando rompiste esa odiosa tradición. Ahora vengo a reclamar lo que es mío. ¡Y tú vas a dármelo! . ¡Si ese diablo tuyo está muerto, como dices, vas a tener que resucitarlo de entre las piedras para entregármelo!.

PEDRO NOLASCO.

(Con rabia).¡Muy bien!. Tú ganas, Belcebú. Tendrás lo que quieres.

PAYASO.

(Sonriendo ferozmente).

Yo siempre gano, Pedro Nolasco. Mañana, en el punto de las 12 del mediodía, cuando el reloj de la torre marque la última campanada, te quiero aquí, con rejo y maraca. Y trae también tu diabólica reliquia. (Señala la medallita que tiene Pedro en su mano). Ese será mi trofeo. ¡Ya veremos quién es el diablo más diablo!.

PEDRO NOLASCO.

(Decidido).

Page 14: El Regreso Del Diablo

 

                                                                                                                                               Página 14 de 49 

 

Así será hecho, Shaitán… Aquí estaré en el punto del mediodía, como pides, con rejo, y maraca, y reliquia. Pero no será para complacerte. Mañana, a las 12, ¡El diablo de La Candelaria volverá a bailar!. Y tú, Abaddón, ¡Vas a volver a ser encadenado!. Quieras o no, llegaré al centro de la plaza, y allí anunciaré a todos, ¡EL REGRESO DEL DIABLO!.

TRANSICIÓN A:

ESC.14. EXT. DÍA. PLAZA DE LA CANDELARIA.BAJO EL ARAGUANEY. No bien pronunciara en su mente estas palabras, cuando, como por arte de magia, la plaza vuelve a la normalidad. El joropo suena de nuevo. Los bailarines danzan, los mirones miran, y los muchachos vuelven la plaza a su habitual algarabía. Mientras, a la sombra del Araguaney, el grupo de vecinos continúa conversando como si nada hubiera pasado.

BACHILLER SOTILLO. (Disertando). Así es amigos. Ya no se ven aquellos disfraces de nuestro tiempo.

CORTE A: ESC.15. EXT. CREPÚSCULO. CALLEJUELAS DE LA CANDELARIA. Vemos a Pedro Nolasco caminar como un beodo por estrechas callejuelas apartadas. Va tropezando con todo lo que encuentra a su paso. Suda copiosamente. Su rostro revela una gran angustia. Mientras corre, mira constantemente hacia atrás, como quien se sabe perseguido. Su figura en huída, contrasta con el hermoso crepúsculo que vemos tras él. Finalmente, resbala y cae. ESC.16. EXT. CREPÚSCULO. LOTE DE BASURA.

Page 15: El Regreso Del Diablo

 

                                                                                                                                               Página 15 de 49 

 

CORTE A: Pedro Nolasco cae en un lote de basura. Unos zamuros se espantan con su caída y revolotean a su alrededor. Allí, tumbado, llora con amargura largo rato. De repente, levanta la mirada al sentirse observado. Frente a él, un niño de unos 11 años, le mira fijamente. Como puede, se limpia las lágrimas con la manga del liquilique.

PEDRO NOLASCO. (Inútilmente intenta taparse el rostro para que el niño no vea sus lágrimas).¡Ah!... ¿Eres tú, carajito?. Me asustaste. Coño. ¡Siempre me andas persiguiendo, carajito!. Hoy no te tengo tu locha. (En amarga reflexión). Hoy no tengo nada para nadie.

ABEL SANTAMARÍA.

(Moreno. Aindiado. 11 años, aunque representa menor edad. Usa pantalones cortos).

(Insistiendo en mirarle a los ojos).¿Está llorando, padrino?.

PEDRO NOLASCO.

(Áspero). No hombre, ¡¿Qué voy a estar llorando yo?!.

ABEL SANTAMARÍA.

(Agachándose a su lado). Yo nunca se lo cuento a nadie, pero a mí, a veces, me dan ganas de llorar también. A veces, lloro, es de rabia, cuando no sé hacer una cosa, pero mi mamá me dice que no importa, que la siga haciendo

Page 16: El Regreso Del Diablo

 

                                                                                                                                               Página 16 de 49 

 

hasta que me salga bien, y entonces, yo dejo de llorar y la vuelvo a hacer. (Ríe).

PEDRO NOLASCO.

(Débil, pero afectuoso con el muchacho). Si, si. Deja de hablar tantas pistoladas y ayúdame a pararme de aquí.

Al intentar levantarse, Pedro descubre sangre en su rodilla. Un gran dolor en ella le impide levantarse. Luego lo logra con gran dificultad. Como puede, el niño ayuda a Pedro a levantarse y lo lleva hasta el tronco de un gran árbol caído, que está cerca de allí con sus raíces expuestas al aire. Ambos se sientan en él.

ABEL SANTAMARÍA.

Mamá dice que llorar no es malo. Que los hombres también lloramos.

PEDRO NOLASCO.

(Mirando al niño con sorpresa de arriba abajo). Tu mamá sí sabe mucho...(Ambos se miran y sonríen. Luego, mirando reflexivo al niño, sonríe enigmáticamente. Parece pensar en voz alta). Abel Santamaría. El último de mis ahijados. ¿Y a ti, quien te habrán mandado hoy para acá?...

Abel lo mira sin comprender sus palabras, mientras Pedro, haciendo una mueca por el dolor en su rodilla, continúa.

PEDRO NOLASCO.

Ajá… Sígueme contando carajito. ¿Qué más dice tu mamá?...

Page 17: El Regreso Del Diablo

 

                                                                                                                                               Página 17 de 49 

 

No logramos escuchar lo que dicen, pero vemos al niño hablar animadamente y a Pedro, reír complacido. La silueta de ambos en el árbol caído, se recorta contra el cielo crepuscular, que ya va dando paso a la noche. CORTE A: ESC.17. INT. NOCHE. HABITACIÓN DE LUCÍA 10 AÑOS ATRÁS. En Flash back, vemos un Pedro Nolasco 10 años más joven. Lucía, su esposa de 30 años, moribunda, yace a su lado acostada en su cama. Una luz especial ilumina su pálido rostro surcado por dos grandes ojeras. Lucía se expresa con dificultad; lenta y débilmente. De tanto en tanto, es interrumpida por fortísimos ataques de tos. Mira amorosamente a Pedro, quien le toma su mano con delicadeza.

LUCÍA.

Pedro. Los Santamaría quieren que seamos los padrinos de Abel.

PEDRO NOLASCO. (Amoroso en extremo). Pero Lucía, tú otra vez con eso. Entiende, no estás en condiciones, mi amor.

LUCÍA.

(Insistente). Escúchame, Pedro. Él sería nuestro último ahijado. Sería como una parte de mí, que te acompañe cuando yo ya no esté. Como el hijo que nunca tuvimos…

PEDRO NOLASCO.

Ya no hables así, Lucía. Sabes que no me gusta.

Page 18: El Regreso Del Diablo

 

                                                                                                                                               Página 18 de 49 

 

LUCÍA.

… Prométemelo…

PEDRO NOLASCO.

(Sonriendo tristemente). Está bien. Nunca aprendí a decirte que no.

LUCÍA.

… Una cosa más… (Su diálogo se interrumpe por la tos).

PEDRO NOLASCO.

Ya no hables. Debes descansar.

LUCÍA.

…Escúchame. Cuando yo ya no esté…

PEDRO NOLASCO.

(Con gran dolor) …Lucía…

LUCÍA. (Con gran esfuerzo debido a la disnea). …Cuando yo ya no esté… va a haber momentos en que vas a estar muy sólo, amor… (Con gran tristeza acaricia el rostro de Pedro)... Tienes que buscar la casa, Pedro. Busca tu casa…

CORTE A: ESC.18. EXT. NOCHE. FRENTE AL ÁRBOL CAÍDO.

Page 19: El Regreso Del Diablo

 

                                                                                                                                               Página 19 de 49 

 

PEDRO NOLASCO. (Balbuceando con los ojos cerrados)…La casa…mi casa… (Luego, abriendo los ojos sobresaltado). ¡Lucía!…

ABEL SANTAMARÍA.

(Agitando fuertemente a

Pedro). Padrino… Despierte… ¿Qué casa?... Padrino. Ya es

de noche…

PEDRO NOLASCO. (Mirando alrededor).¿Que? … Abel… ¿Me dormí mucho?.

ABEL SANTAMARÍA.

(Preocupado). No sé. Un poquito. Ya es de noche, Padrino. Hay que irse.

PEDRO NOLASCO.

(Levantándose con dificultad apoyado en el niño). Si…. ¡Vamos!... (Adelanta unos pasos; luego, el dolor le impide avanzar más y deben detenerse). ¡No!... así no voy a poder llegar… Voy a tener que buscar otra… ¡casa!.

(Mirando con asombro, se descubre frente a una gran casa de fachada roja. Luego, hablando para sí).

¡La casa de los Diablos difuntos!... Esta es ...¡Mi casa!. (Mirando al cielo, sonríe). ¡Con que era esto lo que querías decirme, mi amor!... (A Abel, decidido).

Page 20: El Regreso Del Diablo

 

                                                                                                                                               Página 20 de 49 

 

Mire, Abel. Mejor váyase, que su mamá debe estar preocupada. Yo tengo muchas cosas que hacer aquí. (Para sí, reflexivo). Aquí me están esperando. (Buscando en sus bolsillos). ¡Eh!. ¿Le dije que no le tenía su locha, no?.

ABEL SANTAMARÍA.

(Frustrado). Ah… No importa, Padrino…

PEDRO NOLASCO.

(Sonriendo).No le tengo una locha... Mire. ¡Le tengo un Bolívar completo!.

ABEL SANTAMARÍA.

(Asombrado abre los ojos sin poder creerlo).¡Un Bolívar!... (Se aleja corriendo).

Sonriendo, Pedro mira al niño alejarse hasta perderse. Luego vuelve la mirada hacia la casa. Se quita el sombrero y con la punta de su alpargata traza tres cruces en el suelo ante la puerta. Luego, con ambas manos, la abre. Entra. CORTE A: ESC. 19. INT. NOCHE. CASA DE LOS DIABLOS DIFUNTOS. Vemos la sala de una casa transformada en museo. Todo está limpio, pero en general, da la impresión de abandono, de un sitio que ya nadie visita desde hace mucho tiempo. Por todas partes, ubicamos objetos alusivos a la danza de los diablos. Hay vitrinas con exposiciones de maracas y fuetes. Al fondo, una puerta de celosía separa la sala del patio interior. En una esquina, vemos un maniquí vestido de diablo y con máscara, en actitud de danza. En otra, un gran

Page 21: El Regreso Del Diablo

 

                                                                                                                                               Página 21 de 49 

 

escaparate, está abarrotado con decenas de trajes de diablos, guindados en ganchos. A su lado, sobresalen de un baúl, maracas, fuetes y otros objetos de la danza. En las paredes hay máscaras de diablos y numerosos retratos de personajes del pasado, presumiblemente antiguos diablos. Algunos están con sus trajes. También vemos escenas de danza en la calle. Vemos a Pedro acercarse a las fotos. Detallamos con él, un retrato antiguo de un anciano con sombrero sentado en un taburete, muy serio. Frunce el ceño, imitándolo. Luego, le vemos fijar su atención en otra de las fotos. Con gran nostalgia, acaricia su marco. Al detallarla, le vemos a él en la foto, pero 20 años más joven. Está sentado junto a un viejo. Ambos visten de diablos; sonríen y posan a la cámara.

CORTE A: ESC. 20. INT. DIA. CASA DE LOS DIABLOS DIFUNTOS. 20 AÑOS ATRÁS. En Flash back, vemos un Pedro Nolasco 20 años más joven, hablando con Don Tomás, el Canario. Ambos están vestidos para la danza. A su alrededor hay una gran agitación. Por todos lados corren jóvenes diablos ultimando los preparativos, minutos antes de salir a danzar. Pedro da órdenes a todos. Don Tomás lo mira sonriente.

DON TOMÁS.

(Pasando cariñosamente el brazo por el hombro de Pedro). Ven acá muchacho. (Se sientan). Tengo una cosa que darte.

Extendiendo la mano, Don Tomás le entrega una pequeña medalla con una figura religiosa, que es la que ya le hemos visto puesta a Pedro Nolasco.

Page 22: El Regreso Del Diablo

 

                                                                                                                                               Página 22 de 49 

 

PEDRO NOLASCO. (Muy sorprendido). Pero… ¡Don Tomás. Esta es su reliquia!...

DON TOMÁS.

(Sonriente). Así es, y antes fue de mi antecesor. Y antes, del antecesor de éste, y así, hasta perderse en el tiempo. Nadie sabe cuántos años tiene. Un día, tú se la darás a tu sucesor.

PEDRO NOLASCO.

(Sin salir de su asombro). ¡Pero, eso sólo lo hace el primer capataz, el diablo mayor!.

DON TOMÁS.

(Riendo)…Que desde hoy eres tú. ¡Quedas nombrado Capataz de Diablos!. (Ambos se abrazan emocionados). (Luego, aparte). Cuida mucho esa reliquia, Pedro. Guárdala en tu corazón, que ahí está la memoria de nuestro linaje. (Emocionado, desvía el tema para no llorar). ¡Y no se hable más del asunto!. (Al fotógrafo, que va pasando cámara en mano). ¡Epa, Don Hernán!. Tómeme una foto aquí, con el nuevo capataz. Mi sucesor, ¡Don Pedro Nolasco!. (Ambos adoptan la postura con la que aparecen en la foto.

Page 23: El Regreso Del Diablo

 

                                                                                                                                               Página 23 de 49 

 

FOTÓGRAFO.

¡Va!. No se muevan. Sonrían… (El flash de la cámara les ilumina).

CORTE A: ESC. 21. INT. NOCHE. CASA DE LOS DIABLOS DIFUNTOS. De nuevo en la casa de los Diablos difuntos, vemos a Pedro junto a la foto, acariciándola con nostálgica sonrisa. De repente, una sombra fugaz pasa a su lado. Rápidamente se voltea, para comprobar con asombro, que el maniquí de diablo, ya no está. En su lugar, el rincón ha quedado vacío. Instintivamente se agarra la reliquia. Una nueva sombra pasa a su lado fugazmente. Voltea nervioso pero tampoco esta vez logra ver a nadie.

PEDRO NOLASCO. (Visiblemente asustado, mirando a todos lados). ¿Quién es?... ¿Quién anda ahí?...

(Toda la habitación parece contestarle, voltearse para mirarlo. Las máscaras parecen acercarse y alejarse a la vez. Todo parece moverse hacia él. Un leve susurro, dicho en un idioma incompresible, parece salir de las paredes).

PEDRO NOLASCO. (Agarrando su reliquia con fuerza). ¿Qué está pasando?...(Agarrándose de las paredes). ¡Aun no es la hora!... (Mirando a todos lados). ¡Aun no es la hora!...

De repente, a través de la celosía de la puerta del patio, ve pasar un celaje rojo. Nervioso, se acerca a ella).

Page 24: El Regreso Del Diablo

 

                                                                                                                                               Página 24 de 49 

 

PEDRO NOLASCO.

(Enérgicamente, con voz de mando). …¿Quién anda ahí?... (Nadie contesta. Pedro se acerca más a la puerta. Intenta ver para afuera sin lograrlo). …¿Abel, eres tú?... (Un ruido fuerte se oye del patio, como de algo grande que se cae). ¡Salga el que sea!. ¡No me gustan estas bromas!. (Titubeando se acerca a la puerta). ¡Salga le digo!. (Agarra una maraca de un estante cercano, la toma por la bola y apunta con el pomo). ¡Estoy armado!.

De una patada abre la puerta. Un fuerte viento lo enceguece. Intenta abrir los ojos, pero sólo logra ver sombras confusas. Finalmente se van aclarando paulatinamente. Atónito, descubre que está en otro lugar.

Corte a: ESC.22. EXT. NOCHE. DANZA DE LOS DIABLOS DIFUNTOS. Al abrir los ojos, Pedro se encuentra en un espacio abierto, en lo que parece ser una ceremonia. Frente a él, una cuadrilla de diablos danza frenéticamente. Delante de estos, un diablo lo observa estático. En su postura, asemeja al maniquí que ya vimos en el museo. Pedro titubea y trata de retroceder, cuando la figura estática, avanza hacia él y al quitarse la máscara, reconocemos a Don Tomás, el Canario, su antecesor.

DON TOMÁS.

(Acercándose sonriente con los brazos abiertos). Bienvenido, Pedro. Te estábamos esperando.

Page 25: El Regreso Del Diablo

 

                                                                                                                                               Página 25 de 49 

 

PEDRO NOLASCO.

(Sorprendido, al ver que él mismo, también está vestido de diablo). Don Tomás. ¿Estoy… muerto?.

DON TOMÁS.

(Sonriente). Aún no. (Ríe). Tu cuerpo descansa en la otra habitación. Ven, pasa. El concejo de ancianos, se ha reunido para ti.

PEDRO NOLASCO.

(Avergonzado). No puedo, Maestro. He fallado por debilidad y orgullo. No merezco estar aquí. Por mi falta, el Demonio reina ahora libre en el mundo.

DON TOMÁS.

(Comprensivo, abrazándolo, sonríe). Estaba escrito que un diablo débil sería tentado. Acércate y aprende, Pedro Nolasco. Tú serás nuestra voz en el mundo. La voz que ya nadie quiere escuchar. (Lo introduce al círculo).

Al acercarse, la cuadrilla de danzantes se abre. La música inunda el lugar. CORTE A:

Page 26: El Regreso Del Diablo

 

                                                                                                                                               Página 26 de 49 

 

ESC.23.EXT.NOCHE. CEREMONIA DE LOS DIABLOS DIFUNTOS. Entramos a un triple círculo de diablos dispuestos alrededor de una fogata. En el círculo central, 12 diablos están sentados en el piso, sobre pequeñas esterillas, en actitud solemne. Todos portan máscaras de 4 cachos. Tras ellos, en el círculo exterior, un número indefinido de diablos, danza frenéticamente. Delante de todos, conformando el primer círculo, están tres diablos ancianos sentados, vestidos de blanco. Usan máscaras diferentes a los demás; más rústicas, hechas de tapara y con cachos verdaderos de animal. Uno es indígena; el otro, blanco. El tercero, es negro. Cada uno, es asistido por un niño de raza similar, que se sienta a su lado; de tanto en tanto, les sirven ceremonialmente, un brebaje en tazas de barro decoradas. También atizan el fuego. Con veneración, Pedro pasa al círculo. Su rodilla herida en tierra. La danza se torna frenética. Una cuadrilla de danzantes entra al círculo. Bailan a la luz de la fogata).

PEDRO NOLASCO.

Venerables Maestros. ¿Cómo yo, que soy un simple mortal, podré vencer a tan grande enemigo?.

. El diablo Anciano Indio retira su máscara del rostro y habla en un dialecto incomprensible. Tal vez warao. Mientras, balancea constantemente su cuerpo hacia atrás y adelante. Simultáneamente, el niño que le acompaña, con los ojos cerrados, y repitiendo sus mismos movimientos, como en trance, traduce al castellano. Habla sobre su voz, sin esperar a que termine la idea, como si ya supiera lo que va a decir, como si fuesen la misma persona.

DIABLO ANCIANO INDIO.

El que pierde su fe, ya está vencido. Pedro mismo es su enemigo. Él no entiende que las batallas se libran en el propio corazón.

Page 27: El Regreso Del Diablo

 

                                                                                                                                               Página 27 de 49 

 

PEDRO NOLASCO.

Maestro. Me avergüenza reconocer que tengo mucho miedo. El miedo me paraliza y ya no puedo pensar. Ya no sé más quién soy. Sólo quiero huir. Escapar de allí.

DIABLO ANCIANO BLANCO. .

(Retirando su máscara del rostro, habla). Quien le teme al demonio le teme a su sombra. El demonio es una ilusión del mundo.

PEDRO NOLASCO.

Pero… si el demonio es una ilusión, entonces, que es lo que yo… combato?.

DIABLO ANCIANO NEGRO. . (Retirando su máscara del rostro, habla). El hombre combate su propio olvido. Si el hombre olvida de dónde viene, pronto se olvidará de a dónde va, y ya no sabrá más quién es. Entonces, será presa fácil de su enemigo. Escucha y recuerda Pedro Nolasco. Esta es la voz de los ancianos.

DIABLO ANCIANO INDIO-NIÑO ACOMPAÑANTE DEL ANCIANO INDIO

(Habla en dialecto, el niño traduce). Antes que el hombre blanco fuera dueño del maíz y de las dantas y de los monos.

Page 28: El Regreso Del Diablo

 

                                                                                                                                               Página 28 de 49 

 

Antes que trajera a estas tierras sus propios diablos, el indio ya danzaba. La danza, es la savia de la tierra que nos entra por los pies. (Vemos cómo los danzarines arrecian el baile). Cuando la madre tierra nos lo pide, sus hijos indios y sus hijos diablos,danzamos. Entonces, su esposo el cielo, manda la lluvia, y la madre se preña de frutos y le da la vida a las cosas. Por eso es que los diablos danzamos, pero el hombre blanco ya lo olvidó, y ese fue su primer olvido.

La danza se hace frenética. Grupos de danzarines entran al círculo y hacen figuras de gran fuerza.

NIÑO ACOMPAÑANTE DEL ANCIANO INDIO.

(Entregando a Pedro una vasija con tierra).Recuerda. El diablo es la savia de la tierra.

DIABLO ANCIANO NEGRO.

(Retirando su máscara del rostro). El abuelo negro llegó a estas tierras encadenado como una fiera, pero en su corazón, traía sus propios dioses, y en la danza, vivían sus sueños de libertad. Cuando el amo blanco lo obligó a creer en su dios, el negro le danzó como diablo, porque diablo es el ángel negro, el que se rebela contra el amo dios. Entonces, el blanco, se asustó y lo llamó mandinga, como Demonio, pero lo dejó

Page 29: El Regreso Del Diablo

 

                                                                                                                                               Página 29 de 49 

 

danzar libre. Por eso es que los negros danzamos como diablos, pero el hombre blanco ya lo olvidó, y ese fue su segundo olvido.

NIÑO ACOMPAÑANTE DEL ANCIANO NEGRO.

(Dando a Pedro una vasija con fuego). Recuerda. El diablo es la rebeldía.

DIABLO ANCIANO BLANCO. (Retirando su máscara del rostro). El hombre blanco trajo la cruz en una mano y la espada en la otra. Con una, sometió por su fuerza y saqueó el oro, y chupó los otros jugos de la tierra. Con la otra, dobló las conciencias de los hombres y los hizo sus esclavos. La cruz marcó sus frentes, y los hombres, que eran sabios, olvidaron las señales del firmamento y los caminos de las estrellas y se les perdió su propio rumbo. Ése fue su tercer, y más grande olvido. Ahora es un loco y ya no sabe más, quién es su padre y quién es su madre, y le teme a su propia sombra y la llama demonio.

NIÑO ACOMPAÑANTE DEL ANCIANO BLANCO.

(Dando a Pedro una vasija con aire). Recuerda. El diablo es el regreso a los caminos de las estrellas.

Page 30: El Regreso Del Diablo

 

                                                                                                                                               Página 30 de 49 

 

DIABLO ANCIANO INDIO-NIÑO ACOMPAÑANTE DEL ANCIANO INDIO (Señalando las vasijas que le han entregado, habla en dialecto, el niño traduce). Esas serán tus armas. Con ellas vencerás. Ve y enfrenta tu destino.

NIÑO ACOMPAÑANTE DEL ANCIANO NEGRO.

…Los diablos difuntos han hablado…

LOS OTRO NIÑOS ACOMPAÑANTES.

(En coro)

… Han hablado…

Al alejarnos de la escena, dejamos a Pedro tirado boca abajo, casi desmayado. Las tres vasijas frente a él. Los diablos danzan frenéticamente a su alrededor. . CORTE A: ESC. 24.EXT.DIA. PUERTA DE LA CASA DE LOS DIABLOS DIFUNTOS. Son las 6 am. Vemos a Abel mirando ansiosamente hacia la puerta de la casa de los diablos difuntos. De repente, ésta se abre de par en par y vemos salir a Pedro, vistiendo traje de diablo danzante. Mira a la calle y respira hondo. Entonces detalla al niño y le sonríe. Abel se le acerca y notamos que en sus manos trae una máscara de cuatro cachos, la que le ofrece a Pedro.

PEDRO NOLASCO.

(Sorprendido la toma de manos del muchacho).¡Mi máscara!.¿Y de donde tú sacaste esto, carajito?. Si esto estaba roto.Yo mismo la rompí.

Page 31: El Regreso Del Diablo

 

                                                                                                                                               Página 31 de 49 

 

(Mirándolo admirado). Tú estás lleno de sorpresas, muchacho.

ABEL SANTAMARÍA.

(Sonriendo orgulloso). Yo la reparé, padrino. Pensé que algún día iba a hacer falta. El día que los diablos regresaran a Caracas.

PEDRO NOLASCO.

(Colocándose la máscara) … Y no te pelaste… Vamos, Santamaría, que hoy es el día. Adelántate, y dile a todos, que hoy hay fiesta. ¡Ah!, Y vístete de diablo, que vas a danzar conmigo. Hoy vamos a ver lo que has aprendido. ¡Los diablos de la Candelaria, han regresado!.

CORTE A: ESC.25.EXT.DÍA.PLAZADE LA CANDELARIA.SEGUNDO DÍA DE FIESTA. VARIAS TOMAS. En la plaza hay ambiente de fiesta. En el piso, se ven muestras de la juerga del día anterior. Algunas parejas ya comienzan a acercarse al templete, donde un conjunto afina sus instrumentos. El reloj de la torre marca las 11: 40 am. Confundido entre la gente, divisamos a Andras, quien pavoneándose insolente, reta a los hombres y mira provocativamente a las muchachas, las que, con desagrado, se alejan de él. Andras, impaciente hace señas interrogando con la cabeza a su socio. Descubrimos entonces a Alastor, quien, montando guardia escondido, en un lugar alto, desde donde se divisan las entradas de la plaza, niega también con señas de su cabeza. El conjunto termina la afinación de sus instrumentos y se dispone a comenzar. Andras se empina una botella de licor. Toma un largo trago. Las muchachas comienzan a juntarse en el quiosco de horchata. Andras mira

Page 32: El Regreso Del Diablo

 

                                                                                                                                               Página 32 de 49 

 

de nuevo el reloj de la torre, éste marca las 11:55. Luego, con mirada torva, se dirige hacia el quiosco donde están las muchachas. De repente, el público se agita. Todos miran a la entrada de la plaza. Alastor agita los brazos y señala en esa dirección. Al pie de las escalinatas que descienden a ésta, firmemente parado sobre sus dos pies, divisamos al Diablo de la Candelaria. Cencerros y cascabeles adornan su cintura; fuete en la mano izquierda, maraca en la derecha y la máscara que el niño le entregara antes, colocada en el rostro, parece un gigante visto desde las escaleras. Vemos al diablo mirar hacia el reloj y observamos cómo éste, señala las doce en punto del mediodía. Vigorosamente, sacude el látigo contra su pierna. En ese momento, suena la primera de las doce campanadas. (Cada una de las campanadas, mostrará en flash back, una imagen fugaz, tipo spot ó micro escenas, cuya duración será, la del tiempo entre una campanada y la otra). CORTE A: ESC. 26. PRIMERA CAMPANADA. Vemos a la gente de la plaza a través del visor de la máscara de Pedro, como si estuviésemos dentro de ella. Sólo se escucha, como único sonido, la respiración jadeante de éste. La máscara parece moverse a gran velocidad, como en un torbellino. Una centella parece estallar en su cabeza. Funde a negro. FADE IN A: ESC. 27. SEGUNDA CAMPANADA. EXT. DÍA. CALLE DE LA CANDELARIA. En flash back, 10 años atrás, en sepia, como en una película antigua, vemos pasar a los diablos desde el balcón de una casa que da a una calle estrecha vestida de fiesta. Decenas de niños, hombres y mujeres, les gritan y ríen a su alrededor, mientras los azuzan para que éstos los persigan. (Reconocemos en esta, las imágenes de la escena 1). Funde a negro.

Page 33: El Regreso Del Diablo

 

                                                                                                                                               Página 33 de 49 

 

FADE IN A: ESC. 28. TERCERA CAMPANADA. EXT. DÍA. CALLE DE LA CANDELARIA. En flash back; en sepia, vemos al capataz de los diablos, fuete en mano, apartar al público de su camino. Por su máscara, reconocemos a Pedro Nolasco. (Reconocemos en esta, las imágenes de la escena 1).Funde a negro. FADE IN A: ESC. 29. CUARTA CAMPANADA. EXT. DÍA. En flash back; en sepia, vemos a la gente que se aparta riendo. Uno de los niños que huye, es alcanzado por el fuete de Pedro Nolasco. Funde a negro. FADE IN A: ESC. 30. QUINTA CAMPANADA. EXT. DÍA. En flash back; en sepia. El mismo niño, aparece llorando, acompañado del que parece su padre. Señala a Pedro con dedo acusador.(Reconocemos en esta,las imágenes de la escena 1). FADE IN A: ESC. 31. SEXTA CAMPANADA. EXT. DÍA. En flash back; en sepia. A una señal del padre, dos policías avanzan amenazantes hacia Pedro. (Reconocemos en esta, las imágenes de la escena 1).Funde a negro. FADE IN A: ESC. 32. SÉPTIMA CAMPANADA. EXT. DÍA. En flash back; en sepia, vemos a los dos policías alejarse llevando detenido a Pedro. Éste forcejea con ellos. Su máscara, movida de lugar, permite ver su rostro. El público se ríe. Al fondo, el padre y el niño le miran alejarse. Los demás diablos miran desconcertados sin saber qué hacer. (Reconocemos en esta, las imágenes de la escena 1). Funde a negro.

Page 34: El Regreso Del Diablo

 

                                                                                                                                               Página 34 de 49 

 

FADE IN A: ESC. 33. OCTAVA CAMPANADA. Detallamos los ojos malévolos del payaso, mirándonos fijamente. Funde a negro. FADE IN A: ESC. 34. NOVENA CAMPANADA. INT. DÍA. En flash back; en sepia vemos a Pedro Nolasco, sin máscara, aún vestido de diablo. Su camisa abierta, sentado en la cama de un calabozo. Detallamos su rostro, que revela una gran desesperación. Tras él, apenas visible, notamos la presencia de Alastor. Funde a negro. FADE IN A: ESC. 35. DÉCIMA CAMPANADA. INT. DÍA. En flash back; en sepia vemos a Alastor hablando a Pedro Nolasco al oído. Este se abalanza a la reja. (Esta será una réplica de la Escena 4). Funde a negro. FADE IN A: ESC. 36. UNDÉCIMA CAMPANADA. EXT. DÍA. En flash back; en sepia vemos a Pedro Nolasco saliendo de la jefatura. Dos policías, que hacen guardia en la puerta, lo ven con desprecio salir. Aún viste de diablo. Su ropa luce rota y sucia. Trae en la mano su máscara rota. Funde a negro. FADE IN A: ESC. 37. DUODÉCIMA CAMPANADA. EXT. DÍA. En flash back; en sepia, vemos a Pedro Nolasco en la calle, alejándose de la jefatura mientras escuchamos las risas de los guardias. Tirados tras de sí, en el suelo, quedan el fuete y la máscara rota. Funde a negro.

Page 35: El Regreso Del Diablo

 

                                                                                                                                               Página 35 de 49 

 

CORTE A: ESC.38. EXT. DÍA. PLAZA DE LA CANDELARIA. SEGUNDO DÍA DE FIESTA. VARIAS TOMAS. El brillo de una centella que parece estallar, nos trae de nuevo a la plaza. Aún al pie de la escalera, vemos a Pedro Nolasco levantarse la máscara. Su rostro está jadeante y sudoroso. Abre los ojos, como quien despierta de un mal sueño. Respira hondo.

PEDRO NOLASCO.

(Mirando hacia la plaza aún jadeante).¡Muéstrate Mephisto!. He venido por ti!... Aquel al que creíste tu presa, te convoca!...

Entre el tumulto de gente que ya se agolpa en la plaza, vemos pasar la sombrilla del payaso. Pedro Nolasco, decidido, se coloca de nuevo su máscara y se lanza escaleras abajo tras él. COMENZAMOS A ESCUCHAR LA MÚSICA DE LOS DIABLOS DANZANTES. CORTE A: ESC.39. EXT. DÍA. PLAZA DE LA CANDELARIA. PUESTO DE HORCHATA. Vemos a Andras llegando al puesto de horchata. Botella en mano, con sonrisa torva, mira con lascivia a la vendedora, en la que reconocemos a María, la “hija de la Marcela”, mencionada por Matías en la Esc.2).

ANDRAS.

¡Oye, tú. La bonita, ven!...

Al apoyarse en el mostrador, se abre su camisa. Detallamos entonces, que en su cinto, lleva una pistola.

CHAPERONA 1.

(Tras el mostrador. Habla en voz baja a la vendedora, para

Page 36: El Regreso Del Diablo

 

                                                                                                                                               Página 36 de 49 

 

que Andras no la escuche). Aléjate de él, niña. Ese hombre es muy peligroso.

MARIA.

(Luce asustada. Habla a la chaperona en voz baja). ¡Ay Madrina!, yo creo que éste es el bandido ese, que andan buscando desde hace días. Dicen que es uno de los asesinos de la banda del Ovejón.

Andras mira a ambas mujeres y ríe salvajemente, apoyándose en el mostrador, mientras se toca la pistola en el cinto.

ANDRAS.

… ¡Aquí está el Diablo!...

A lo lejos, tras Andras, vemos la figura del diablo danzante abrirse paso en la plaza con el fuete. CORTE A: ESC. 40. EXT. DÍA. EL CENTRO DE LA PLAZA DE LA CANDELARIA. Vemos cómo, la gente se aparta del paso del diablo. Algunos reciben fuetazos en sus tobillos. Nos acercamos, para ver cómo, decenas de niños, hombres y mujeres, le gritan y ríen a su alrededor. El diablo, decididamente se abre paso entre ellos y avanza. CORTE A: ESC.41.EXT.DÍA.PLAZA DE LA CANDELARIA.CÍRCULO DE ESPECTADORES. Al apartarse la gente, descubrimos que, frente a él, los espectadores han hecho un gran círculo que se abre para darle paso, cerrándose luego tras él, rodeándolo. Al entrar, Pedro, sorprendido descubre al payaso, que, sonriente, le espera en el otro extremo. La música de los diablos se detiene.

Page 37: El Regreso Del Diablo

 

                                                                                                                                               Página 37 de 49 

 

PAYASO.

(Burlón, recita con malicia). …He aquí, yo os envío como ovejas en medio de los lobos…

Temeroso, Pedro duda un instante, luego, gritando, alza su fuete y se lanza contra el payaso. Éste hace un ligero ademán con su sombrilla, y, en instantes, son trasladados a otro lugar. CORTE A: ESC.42. EXT. DÍA. UN MAIZAL EN EL CAMPO. Pedro, que se ha lanzado contra el payaso, termina su carrera cayendo entre las matas. Sorprendido, se alza la máscara y descubre que está en medio de un maizal que se extiende por muchísimos kilómetros a la redonda. El círculo ya no es de espectadores, sino de maíz, perfectamente cortado, en unas dimensiones exactamente igual al anterior. Desde el otro extremo de éste, el payaso lo mira burlón.

PAYASO.

(Burlón, continúa recitando con malicia). Entonces, el hermano entregará a la muerte a su hermano y el padre al hijo, y los hijos se levantarán contra los padres, y los harán morir…

PEDRO NOLASCO.

(Descubriendo con sorpresa un garrote en su mano, en lugar del fuete que tenía). Ya no puedes engañarme con tus trucos, Demonio. (Se levanta. Luce débil, indeciso). ¡Tú me obligaste a dejar los diablos!. Era lo que buscabas, y me

Page 38: El Regreso Del Diablo

 

                                                                                                                                               Página 38 de 49 

 

acosaste hasta conseguirlo… Yo quería dejar un sucesor.

Pedro lanza un débil garrotazo, descoordinado; sin dirección precisa. El payaso, portando también un garrote en lugar del paraguas, detiene sin esfuerzo el ataque de éste, mientras habla con fingida humildad, simula sentirse herido por las palabras de Pedro.

PAYASO. ¿Obligarte?. ¿Yo?. No. (Rie). Yo no hago eso. ¡Yo jamás obligo a nadie!. No puedo. Está aquello del “libre albedrío”, ¿recuerdas?. No, Pedro Nolasco. Yo no. Mejor culpa a tu orgullo, a tu vanidad…

PEDRO NOLASCO. (Abalanzándose contra él, garrote en mano). ¡Cállate, inmundo mentiroso!, (Lanza un nuevo garrotazo al payaso).

PAYASO.

(Deteniendo el golpe con su garrote). Reconócelo... No pudiste soportar que te pusieran preso por darle el fuetazo al hijo del ministro aquel, ¿verdad?. Claro, no se te trató con la “dignidad” de tu cargo de capataz, ¿no?. Entonces, tú mismo decidiste renunciar a los diablos. ¿Y me culpas a mí?. ¡Hipócrita!... ¡Ah!... ¿Dices qué querías dejar un sucesor?... ¿Y por qué no lo dejaste?. ¿También yo te lo impedí?.

Page 39: El Regreso Del Diablo

 

                                                                                                                                               Página 39 de 49 

 

(Lanza un garrotazo que Pedro detiene hábilmente).

PEDRO NOLASCO.

(Con rabia, retando al payaso). Tú, Iblís… tú me engañaste… ¡Y vas a pagar por eso!...

(Los contrincantes se miden. Pedro baja su máscara sobre su rostro, quedando convertido en Diablo. COMIENZA DE NUEVO A ESCUCHARSE LA MÚSICA DE LOS TAMBORES DE LOS DIABLOS. Se inicia un feroz combate a garrote entre ambos, el que da la sensación de durar muchas horas. Al final, al detener un golpe de Pedro, el garrote del payaso vuela por el aire, dejando a éste desarmado).

PEDRO NOLASCO.

(Lanzando un grito triunfal, se arroja contra el payaso). ¡Vuelve a tu lugar, demonio!. (Lanza un garrotazo mortal).

CORTE A: ESC.43. EXT. DÍA. PLAZA DE LA CANDELARIA. CÍRCULO DE ESPECTADORES. Vemos a Pedro, finalizar el movimiento con que lanzara el garrotazo en el maizal, terminar ahora golpeando el vacío con su látigo en el medio del círculo de espectadores, aparentemente, lanzando garrotazos al aire. La gente lo mira como a un loco. Algunos se ríen de él.

PEDRO NOLASCO.

(Mirando a todos lados).¿Dónde estás, Lucifer, maestro del engaño?. ¡Preséntate!.

Page 40: El Regreso Del Diablo

 

                                                                                                                                               Página 40 de 49 

 

CORTE A: ESC.44. EXT. DÍA. PLAZA DE LA CANDELARIA. FRENTE AL TEMPLETE. Vemos un grupo de hombres y mujeres que conversan animadamente frente al templete esperando que el conjunto inicie su acto. Divisamos a Abel Santamaría quien está llegando en ese momento. Viste de diablo danzante.

ABEL SANTAMARÍA

(Mirando a todos lados preocupado, se dirige a uno de ellos). Don Nicola, ¿Usted no ha visto a mi padrino?.(Éste niega con la cabeza y va a contestarle algo más, cuando un muchacho irrumpe en el círculo).

MUCHACHO.

(Entra agitado).¡Vengan todos!.¡Un tipo se volvió loco y lleva rato lanzando fuetazos al aire, y llamando a Lucifer!. (Sigue su carrera).

ABEL SANTAMARÍA

(Alarmado, Pensando en voz alta).¡Padrino!... (Sale corriendo. Todos corren más atrás).

CORTE A: ESC.45. EXT. DÍA. PLAZA DE LA CANDELARIA. CÍRCULO DE ESPECTADORES.

Page 41: El Regreso Del Diablo

 

                                                                                                                                               Página 41 de 49 

 

PEDRO NOLASCO.

(Sólo, en el centro del círculo de espectadores, con el látigo al frente, mira a todos lados y grita). ¿Dónde estás,Satanás?. ¡Déjate ver!. (La gente se ríe, lo que enfurece a Nolasco,quien lanzándose contra ellos,intenta golpear sus pantorrillas con el látigo).

CORTE A: ESC.46. EXT. DÍA. MAIZAL. Vemos a Pedro, finalizar el movimiento con el que lanzara el fuetazo contra el círculo de espectadores, chocar ahora su garrote contra el del payaso en el centro del maizal. Pedro luce desconcertado. Vemos el rostro del payaso, al que se le ve disfrutando la confusión de su oponente.

PAYASO.

(Chocando su garrote contra el de Pedro, mira a éste burlón). ¿Me buscabas?... (Lanzando un grito, envía un fuerte garrotazo a su enemigo. Pedro, a duras penas detiene el golpe, pero es ahora su garrote el que salta por el aire, dejándolo a él, desarmado).

PAYASO.

(Burlón, da la espalda a Pedro, sin importarle que éste está indefenso, y se dirige al centro del círculo, mientras Pedro, sin fuerzas, corre a buscar su arma. Al llegar al centro, aún de espaldas, recita maliciosamente). Porque todas

Page 42: El Regreso Del Diablo

 

                                                                                                                                               Página 42 de 49 

 

las naciones han bebido del vino del furor de su fornicación y los reyes de la tierra han fornicado con ella, la gran ramera, y los mercaderes se han enriquecido de la potencia de sus deleites… (Volteándose hacia Pedro, cita burlón): Apocalipsis, 18:3.

Vemos a Pedro correr a trompicones hasta donde está su garrote. Desfallecido, muy débil ya para levantarlo, queda de rodillas ante su enemigo.

PEDRO NOLASCO. (Mirando al cielo).

… Lucía…

CORTE A: ESC.47. EXT. DÍA. UN JARDÍN. En flash back, en un tiempo no definido, vemos a Pedro y Lucía, pasear riendo por un hermoso jardín agarrados de la mano. Por todas partes se escuchan los pájaros cantar y las chicharras pidiendo lluvia. En el jardín, hay calas, capachos y hortensias, entre otras flores. La pareja se sienta en un banquito, bajo una gran mata de mango. Lucía, sonriente, toma con dulzura las manos de Pedro, quien la mira enamorado.

LUCÍA. Busca tu casa, Pedro… tú casa.

CORTE A: ESC.48. EXT. DÍA. MAIZAL. De nuevo en el maizal, ubicamos al payaso avanzando lentamente hacia Pedro, quien, de espaldas a su enemigo, se mantiene de rodillas. Amenazante, el payaso levanta el garrote.

Page 43: El Regreso Del Diablo

 

                                                                                                                                               Página 43 de 49 

 

PAYASO.

(Con mirada asesina). Aquí terminas, Pedro Nolasco. Contigo muere el último de mis carceleros.

PEDRO NOLASCO.

(Esperando con resignación el golpe mortal) … Mi casa…

CORTE A: ESC. 49. EXT. NOCHE. En flash back, en un tiempo no definido, vemos a la luz de una fogata a los diablos difuntos. Las imágenes de unos y otros, se superponen a medida que hablan.

DIABLO ANCIANO BLANCO. .

…El demonio es una ilusión del mundo…

DIABLO ANCIANO INDIO

…Las batallas se libran en el corazón... DIABLO ANCIANO NEGRO.

…El hombre combate su propio olvido… Pedro mismo es su enemigo… DIABLO ANCIANO INDIO

El que pierde su fe, ya está vencido.

(Escuchamos las voces alejarse como un eco).

Page 44: El Regreso Del Diablo

 

                                                                                                                                               Página 44 de 49 

 

…Vencido… vencido… vencido…

CORTE A:

ESC. 38. EXT. DÍA. MAIZAL. Observamos al payaso en el momento de asestar el golpe final. De repente, vemos salir desde abajo la mano de Pedro. Con fuerza sujeta la muñeca del payaso, antes de que éste descargue el golpe.

PEDRO NOLASCO.

(Mirando con vehemencia al payaso).

…¡En realidad, no existes!, ¿verdad?…(Vemos al payaso retroceder sorprendido).No eres más que la suma de mis miedos. (Avanzando hacia él.El garrote abajo, como si ya no hiciera falta). Tú eres sólo una ilusión… (Mirando el maizal), y todo este… circo, no está en otro lugar, más que en mi corazón… (Reflexivo). Me sentí tan sólo y tan culpable cuando murió Lucía, que tuve que crearte para no volverme loco de dolor. (El payaso retrocede hasta llegar al borde del círculo). Contigo, me justifiqué para dejar a los diablos, y para echarme al abandono.

PAYASO.

(Asustado).

…¡Cállate. No sigas!...

PEDRO NOLASCO.

(Despreciativo, continúa avanzando hacia él).

Page 45: El Regreso Del Diablo

 

                                                                                                                                               Página 45 de 49 

 

No eres más que un reflejo de lo peor de mí mismo.

Vemos al payaso transformarse en una réplica de Pedro Nolasco, aunque aún se mantiene vestido de payaso. La réplica mira al original con los ojos exorbitados. Luego, soltando el garrote, sin decir palabra sale huyendo hacia el interior del maizal. Simultáneamente, el maizal desaparece y se transforma en el círculo de espectadores). TRANSICIÓN A: ESC. 39. EXT. DÍA. PLAZA DE LA CANDELARIA. CÍRCULO DE ESPECTADORES. Detallamos el círculo de espectadores, donde todos están mirando a Pedro con asombro. Éste, parado en el centro, abre los brazos y mirando el cielo, lanza un grito triunfal. En ese momento, escuchamos un gran trueno. Todos miran al cielo. Nubes de lluvia se aproximan.

PEDRO NOLASCO.

(A todos, triunfal). ¡Los diablos de Caracas han regresado!

Maraca en mano, comienza a danzar en el centro del círculo. Éste se abre para darle paso. Danzando, sale del círculo.

ESPECTADOR 1.

(Curioso, a espectador 2).

¿Dónde va?.

ESPECTADOR 2.

(Mirando al diablo que ya sale).

¿No lo escuchaste?. ¡Los diablos han regresado!

Page 46: El Regreso Del Diablo

 

                                                                                                                                               Página 46 de 49 

 

Va a tomar la plaza. ¡Va a danzar en todo el centro!.

ESPECTADOR 3.

¡Vamos!. Todos salen tras el diablo.

CORTE A: ESC. 40. EXT. DÍA. PLAZA DE LA CANDELARIA. PUESTO DE HORCHATA. VARIAS TOMAS. En el mostrador del puesto de horchata, vemos a Andras, botella en mano, completamente borracho. Riendo con descaro intenta agarrar por la cintura a una de las chaperonas, la que, como puede, huye asustada. Riendo, ya fuera de control, agarra por el brazo a la vendedora, y, trayéndola hacia sí, trata de besarla. Ésta se resiste asustada. Ella se voltea, y detallamos su rostro, que pasa a ser de asombro. Andras gira a su vez, sorprendido, para notar que, frente a él, está el diablo, Pedro Nolasco, quien, tras la máscara, lo mira severamente. Pedro alza su máscara mostrando su rostro. Andras, quien pareciera reconocerlo, esboza una leve sonrisa. Ambos cruzan sus miradas, retándose durante un instante. Luego, Andras, haciendo una mueca de desprecio, se voltea, e ignorando su presencia, hala de nuevo hacia sí a la muchacha.Pedro, empujándolo, le descarga un fuetazo en el rostro. Simultáneamente, TODO SONIDO DESAPARECE, y, en imágenes relentadas, vemos a Andras caer contra el mostrador. Le vemos, llevar su mano al rostro adolorido. Su botella de licor cae, rompiéndose contra el pavimento. Aún relentado, vemos a Andras sacar su revólver. COMENZAMOS A ESCUCHAR, COMO ÚNICO SONIDO, EL PALPITAR ACELERADO DEL CORAZÓN DE PEDRO. ESTE SONIDO, NOS ACOMPAÑARÁ EL RESTO DE LA ESCENA. Siempre en cámara lenta, detallaremos una serie de imágenes fugaces, tipo spot ó micro escenas, que se disuelven consecutivamente, unas, sobre las otras. (DISOLVENCIA A): Detallamos la mirada asesina de Andras.

Page 47: El Regreso Del Diablo

 

                                                                                                                                               Página 47 de 49 

 

(DISOLVENCIA A): Detallamos la llegada de Abel Santamaría, quien, apartando a los mirones, logra alcanzar el lugar. EN ESE MOMENTO, ESCUCHAMOS SONAR UN GRAN TRUENO EN EL CIELO. (DISOLVENCIA A): Detallamos el fuete de Pedro Nolasco cuando cae al suelo. Fuertes gotas de lluvia caen con él. COMENZAMOS A ESCUCHAR EL SONIDO DE LA LLUVIA QUE CAE, UNIDA AL PALPITAR DEL CORAZÓN DE PEDRO, QUE SE HACE MÁS LENTO. (DISOLVENCIA A): Detallamos el cañón de la pistola, aún humeante de Andras, fuertes gotas de lluvia le salpican. (DISOLVENCIA A): Detallamos a Pedro Nolasco, quien, sorprendido, mira su mano ensangrentada. Fuertes gotas la salpican, confundiendo la sangre con la lluvia. Vemos su rostro, que refleja la confusión de no comprender bien lo que pasa. (DISOLVENCIA A): Detallamos el gesto de desesperación de Abel Santamaría. Le vemos que está lanzando un grito, pero NO LO ESCUCHAMOS. (DISOLVENCIA A): Vemos a Pedro Nolasco caer al suelo. Detallamos entonces una gran herida en su abdomen. (DISOLVENCIA A): La imagen recobra su ritmo normal y detallamos de nuevo el gesto de desesperación de Abel Santamaría. AHORA ESCUCHAMOS EL GRITO DEL NIÑO Y TODOS LOS DEMÁS SONIDOS DE LA PLAZA, MIENTRAS, EN EL FONDO SEGUIMOS ESCUCHANDO EL PALPITAR DEL CORAZÓN DE PEDRO). Vemos a Abel correr hacia su padrino, mientras Andras huye asustado. La plaza entera se convulsiona. Los mirones se dispersan, otros, vienen atraídos por el disparo. La lluvia, cae furiosamente.

Page 48: El Regreso Del Diablo

 

                                                                                                                                               Página 48 de 49 

 

Mientras, el palpitar del corazón de Pedro, se escucha, cada vez más lento.

ABEL SANTAMARIA (Llorando al lado de Nolasco).¡Padrino!. No se mueva, Padrino. Ya vienen…

PEDRO NOLASCO.

(Sonriendo al niño). No, mijo. Ya no importa. Es solamente un viejo loco, que ya no tiene fuerzas para seguir danzando. (Con torpeza arranca la reliquia de su ropa, y la entrega al niño). Toma. Ahora es tuya, muchacho. Sigue…

ABEL SANTAMARIA

(Con asombro y tristeza).Pero… ¡Padrino!. ¡Es su reliquia!...

PEDRO NOLASCO.

(Sonriendo).

No. Ya no es mía… A donde voy, no la necesito. (Apretando la mano del niño, trata de incorporarse sin lograrlo). Ahora, tu eres… ¡Abel Santamaría, el diablo de la Candelaria!. (Ríe adolorido). Anda hijo. Danza, que la danza, es la savia de la tierra que nos entra por los pies. (Desvariando). Mira. (Con esfuerzo, señala el cielo). Ya su esposo el cielo, le manda la lluvia. Me voy con ella... Danza, Santamaría. Anúnciale a todos, que, ¡los diablos de

Page 49: El Regreso Del Diablo

 

                                                                                                                                               Página 49 de 49 

 

Caracas, han regresado!. Danza… Danza. (Cierra los ojos).

Nos alejamos lentamente de la plaza y dejamos el cuerpo de Pedro en el suelo, entre la sangre mezclada con el agua. Cerca de él, vemos a Abel Santamaría, danzando. Llora y aprieta con su puño la reliquia. A su alrededor, grupos de mirones se acercan. Entre ellos, detallamos a dos policías. Mientras, ESCUCHAMOS EL PALPITAR DEL CORAZÓN DE PEDRO, QUE VA HACIÉNDOSE MÁS Y MÁS LENTO, HASTA DETENERSE. La lluvia, cae copiosamente).

FIN.