El quichua de los Andes Ecuatoriales: algunos aportes ...

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El quichua de los Andes Ecuatoriales: algunos aportes recientes En el siglo XVI el idioma quechua o runa simi no se conocía por estas denominaciones, sino que se llamaba en toda la región andina - desde Popayán hasta Chile- sencillamente "la lengua general". En aquellos tiem- pos ya existían variantes regionales muy distintas, y sin embargo el que- chua funcionó eficazmente como lazo unificador de los pueblos andi- nos. La tendencia a utilizarlo como lengua franca entre grupos cuyas "lenguas maternas" discrepaban, pro- bablemente antedató el dominio Inca, y lo prolongó mucho más allá de su fin. Ni ha desaparecido entera- mente en nuestros días; sigue sirvien- do en ciertos lugares (por ejemplo, en sectores de la amazon ía ecuatoria- na) en tal función. No. 2, diciembre, 1983 Frank Saloman Pero en general el quechua ha per- dido su rol de idioma interétnico panandino. Su comunidad de habla ha sido descuartizada, desarticulada en varios niveles. A nivel macro-re- gional, el monopolio de las comuni- caciones a larga distancia durante la colonia fue adquirida por institucio- nes hispanohablantes; y posterior- mente, en la época republicana, la erección de fronteras "nacionales" en espacios del mundo andino perju- dicó aún más la integridad de la órbi- ta quechuáfona. La marginación del quechua de las comunicaciones escri- tas también favoreció la regionaliza- ción del idioma a costo de su papel interregional. La atomización de la comunidad de habla aparentemente favoreció la continua.da evolución Ji- 393

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El quichua de los Andes Ecuatoriales: algunos aportes recientes

En el siglo XVI el idioma quechua o runa simi no se conocía por estas denominaciones, sino que se llamaba en toda la región andina - desde Popayán hasta Chile- sencillamente "la lengua general". En aquellos tiem­pos ya existían variantes regionales muy distintas, y sin embargo el que­chua funcionó eficazmente como lazo unificador de los pueblos andi­nos. La tendencia a utilizarlo como lengua franca entre grupos cuyas "lenguas maternas" discrepaban, pro­bablemente antedató el dominio Inca, y lo prolongó mucho más allá de su fin. Ni ha desaparecido entera­mente en nuestros días ; sigue sirvien­do en ciertos lugares (por ejemplo, en sectores de la amazon ía ecuatoria­na) en tal función.

No. 2, diciembre, 1983

Frank Saloman

Pero en general el quechua ha per­dido su rol de idioma interétnico panandino. Su comunidad de habla ha sido descuartizada, desarticulada en varios niveles. A nivel macro-re­gional, el monopolio de las comuni­caciones a larga distancia durante la colonia fue adquirida por institucio­nes hispanohablantes; y posterior­mente, en la época republicana , la erección de fronteras "nacionales" en espacios del mundo andino perju­dicó aún más la integridad de la órbi­ta quechuáfona. La marginación del quechua de las comunicaciones escri­tas también favoreció la regionaliza­ción del idioma a costo de su papel interregional. La atomización de la comunidad de habla aparentemente favoreció la continua.da evolución Ji-

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vergente de dialectos, y eventual­mente contribuyó a un mutuo desco­nocimiento entre las partes del mun­do quechuahablante. El proceso de fraccionamiento llega a tal extremo que la antigua "lengua general" aho­ra se asocia en la mente popular con la "patria chica", el localismo, y la introversión cultural.

Hoy en día el viajero familiarizado con el quichua ecuatoriano, por ejem­plo, encontrará que en el sur del Perú muchos quechuahablantes cam­pesinos reconocen el idioma del re­moto norte como "algún tipo de quechua" , pero lo escuchan sin com­prenderlo totalmente y con mucha duda acerca de su validez. Si los gru­pos de la comunidad de habla siguen desconectados, se aumentarán las po­sibilidades de que el quechua se des­componga en varios idiomas minori­tarios mutuamente opacos cuya ex­tinción sería difícil de evitar. Sin pro­poner la estandarización uniformante - proyecto ya impracticable e inde­seable- cabe tomar en cuenta la importancia de la coyuntura actual, quizás la última oportunidad de apro­vechar los elementos de inteligibili­dad inter-regional que conservan los diversos quechua. El propósito del presente ensayo es sencillamente dar idea muy somera de las diferencias y semejanzas entre el quichua del Ecua­dor y el quechua del sur del Perú, mediante la lectura de algunas contri­buciones recientes al estudio del qui­chua ecuatorial. Las divergencias re­quieren de cierta consideración, pero tampoco derrotarán al hablante que se da cuenta de su naturaleza sistemá­tica ; se supone que al adquirir un concepto acertado de la relación

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entre ellos, se facilitará la reanuda­ción de un diálogo. Al lector intere­sado en estudios lingüísticos qµe tras­ciendan las fronteras nacionales se recomienda el Co"eo de Lingüística Andina (a/c Garland Bills, Depart­ment of Linguistics, University of New Mexico, Albuquerque, New Mexico 87131 EE.UU.), en donde se publican periódicamente listas de es­tudios recientes publicados en mu­chos países.

l Rasgos Característicos del Quichua Ecuatoriano.

COLE, Peter: Imbabura Quechua. Amster­dam: Elsevier-North Holland, 1982. (Lin­gua Descriptive Studies, No. 5.).

CAIMI ~UCANCHIC SHIMIYUC-PANCA. Quito: Ministerio de Educación y Cultura/ Pontificia Universidad Católica del Ecuador (ILL-CIEI), 1982. .

TORRES FERNANDEZ DE CORDOBA, Glauco: Diccionario Kichwa-Castellano Yu­rakshimi-Runashimi. Cuenca, Ecuador: Ca­sa de la Cultura Ecuatoriana, Nucleo do Azuay, 1982.

A pesar de la distancia geográfica que los separa, el runa shimi del Ecuador y el runa simi del Cusco son parientes cercanos dentro de la rami­ficada dialectología Quechua. Gary Parker y Alfredo Torero coinciden al dividir el Quechua en dos grandes ra­mas : una, el Quechua B o 1, pertene­ce a la sierra central del Perú, la otra, el Quechua A o 11, abarca el resto del mundo quechuáfono, y tiene en su torno dos divisiones grandes que comprenden, respectivamente, los quechuas de Cajamarca y Amazonas peruano, y los quechuas "ecuatoria­no-sureños" .

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El grupo "ecuatoriano-sureño" reúne probablemente a la gran mayo­ría de los quechua-hablantes. Geográ­ficamente, tiene una difusión bipolar. Es representado en el norte por los quichuas de la sierra ecuatoriana y por los dialectos de la amazonía ecuatoriana. En el sur, comprende los dialectos de Ayacucho, Cusco, el noroeste argentino, y Cochabamba (Bolivia) entre otros.

Los dialectos que ·· conforman la parte ecuatorial de este grupo diver­gen entre sí hasta cierto punto, pero sus hablantes se entienden mutua­mente sin mayores dificultades. En cambio el habla del norte ecuatorial difiere de los dialectos surandinos en un grado que exige esfuerzos especia­les para lograr la comprensión.

En primer lugar, el sistema fonéti­co del Quichua ecuatorial difiere marcadamente del surandino. El si­guiente cuadro demuestra las diferen­cias más obvias. En él se contrastan las consonantes oclusivas del Que­chua cusqueño (C) con las del Qui­chua ecuatoriano (E), utilizando para ambos la ortografía "oficial" pe­ruana.

El quechua del Cusco (C) distin­gue tres tipos de consonantes oclusi­vas : las simples, las glotalizadas, y las aspiradas. En el Quichua ecuatoriano (E) no existe la glotalización, mien­tras que la aspiración se conserva so­lamente en consonantes iniciales de palabra. Otra divergencia notable es la desaparición de la oclusiva posve­lar (q) del ecuatoriano, transformada en (k) o (h). Hay adicionales desi­gualdades no señaladas en el cuadro , por ejemplo la tendencia ecuatoriana de utilizar las oclusivas sonoras (b ),

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(d), y (g) en vez de (p), (t), y (k) o (q) cusqueñas en determinadas com­binaciones fonéticas. En cada ejem­plo los vocablos (C) y (E) son de igual o casi igual significado.

Tan importantes como las diferen­cias fonéticas, son las diferencias de orden morfológico y sintáctico. En estos aspectos, deben notarse dos fe­nómenos primordialmente importan­tes.

En primer lugar, las flexiones del verbo quechua sureño concuerdan no solamente con el actor o sujeto de la acción expresada, sino también con su receptor u objeto (la terminología es de Antonio Cusihuamán, en su Gramática Quechua Cuzco-Collao de 1976). El verbo ecuatoriano general­mente concuerda solamente con res­pecto al actor. Para designar al recep­tor es, por lo tanto, imprescindible suplir un pronombre marcado con sufijo apropiado. Hay una sola excep­ción a esta regla: cuando el receptor es primera persona, los dos quechuas se parecen:

(C) Rikuwanki. 'Me ves' (E) Rikuwanki. 'Me ves'.

En los demás casos (receptores de 2da. y 3ra. persona) los dos quechuas difieren:

(C) Rikuyki. 'Te veo'. (C) Rikusunki. 'El (o ella) te ve'.

(E) Kanta rikuni. 'Te veo'. (E) Kanta rikun. 'El (o ella) te ve'.

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VI

o +-' e: a,

E ::, (.)

o o > VI

"' -o z

OCLUSIVA

sbnples:

glotalizadas:

aspiradas:

Bilabial

p C: apamuy

'traer' E: apamuy

p' C : sip'u

'plegado' E: sipu

ph C: rupha

'ooliente' E : rupa

ph (inicial) C: phiña

'enojado' E phiña

CUADRO

Alveolar

t C: suti

'nombre' E : suti

t' C: sut'i

'claro' E: suti

th C: lluthu

'perdiz' E : llutu

th (inicial) C: thampi-thampi

'atropelladamente' E : thalag-thalag (onomatoético:) golpes

Palatal Velar

ch k C: kachi C: taki

'sal' 'canto' E : kachi E : taki

ch' k' C: sach'a C: hak'u

'vegetación' 'harina' E: sacha E: haku

chh kh C: ichhu C: rakhu

'paja' 'grueso' E: ichu E: raku

chh (inicial) kh (inicial) e: chhillpay C: khata

'astillar' 'cobija ' E : chhilpay E : khata

(o) hata

Posvelar

q C: ñoqa

'yo' E: ñuka

q' C: lloq'e

'izquierda' E: lluki

qh C: chaqhay

'aquel' E : chay

qh (inicial) C: qhatuy

'vender' E: khatuy

(o)hatuy

..;

"' e: "O e: <(

"' t: > a, a:

(O O) C")

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En segundo lugar, existen impor­tantes diferencias en la flexión nomi­nal. El fenómeno descrito por Cusi­huamán bajo la rúbrica de "flexión nominal de persona", y mencionado por otros lingüistas bajo la rúbrica de "sufijos posesivos", es propio a los Quechuas sureños. En éstos se señala la pertenencia o posesión del objeto nombrado mediante un sufijo. Tales sufijos no existen en el ecuato­riano; la posesión se expresa median­te pronombres marcados con sufijos de posesión.

(C) makiy 'mi mano' (E) ñuka maki 'mi mano'

(C) makiyki 'tu mano' (E) kanpah maki 'tu mano'

(C) makin 'su mano' (E) paypah maki 'su mano'

La ausencia de los sufijos posesi­vos nominales en el quichua ecuato­rial afecta la sintaxis de varios tipos de oración. Es común en diversos Quechuas nominalizar las cláusulas subordinadas ; vale decir, que la raíz verbal que expresa la acción dentro de la cláusula subordinada lleva una flexión nominal. En el de Cusco , ésta puede ser sufijo posesivo que identi­fica al 'posesor' -o sea, el sujeto- de la acción:

(C) Allinta yachaqtiykiqa astawan yachachisqayki. bien aprendiendo-tu (tópico) más enseñaré- te 'Si aprendes bien, te enseñaré más'.

En el ejemplo (tomado de la gra­mática cusqueña de Antonio Cusi-

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huamán) el sufijo -Yki en la palabra yachaqtiykiqa significa que el actor del verbo yacha- 'aprender' es de la segunda persona singular. Por lo tan­to la flexión cusqueña elimina la ne­cesidad de precisar el sujeto de la cláusula subordinada mediante pro­nombre. No es así en el quichua del Ecuador. La oración equivalente sería:

(E) Kan allita yachahuhpika, ash­tawan kanman yachachisha. tu bien aprendiendo- (tópico), más ti - a enseñaré. 'Si aprendes bien, te enseñaré más'.

La ausencia de sufijos posesivos aplicables al verbo subordinado no­minalizado obliga al hablante preci­sar la persona del actor mediante un pronombre (kan 'tu'). Esta peculiari­dad tiene repercusiones en diversos aspectos de la sintaxis quichua.

Estos ejemplos no son más que muestras de la comparación norte­sur. Las diferencias no son insirmi­ficantes, pero tampoco son tan g;an­des como para opacar la semejanza fundamental entre las dos variantes del runa sirni. Para la persona que ya sabe uno y desea familiarizarse con el otro hacen falta dos guías: un ma­nual para controlar las discrepancias gramaticales - vale decir, una gramá­tica de referencia- y un diccionario que sea adecuado para identificar los vocablos discrepantes.

Hasta hace poco tiempo eran esca­sos los recursos bibliográficos sobre el Quichua del norte. pero la situa­ción va mejorando. Para el lector que sabe inglés. será muy útil la nueva gramática de referencia publicada por Peter Cole, bajo_ el título lmba-

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Notas y Documentos _______________________ _

óura Quechua (Amsterdam: Elsevier­North Holland, 1982). Este tomo forma parte de la serie Lingua. Des­criptive Studies, cuya finalidad es la descripción, en formato único, de idiomas tipológica y genéticamente diversos. La meta principal, por lo tanto , es la comparabiliuad entre idiomas, y esto impone ciertos lími­tes en los métodos expositivos. Pero los inconvenientes no son grandes. La exposición sigue a grandes rasgos las reglas de la grarná tica transforma­cional y hace uso de sus convencio­nes (análisis de oraciones en forma de "árbol " sintáctico, uso axiomáti­co del concepto <le sintaxis multini­velaclo . etc.). Estos aspectos no cau­sarán inconvenientes al lector fami­liarizado con cualquier Quechua, aun en la ausencia ele grandes conoci­mientos lingüísticos, porque es fácil apoyarse en los numerosos e intere­santes ejemplos.

El idioma descrito es el Quichua de la Provincia lmbabura en la sierra septentrional lle! Ecuador (la región de Caranqui. cuya conquista, según los cronistas, resultó tan costosa para los Incas). Hoy en día es idioma ma­terno de unas 50 ,000 personas y entre ellos (] uizás 7 .500 hasta I 5 .000 monolingües. Lntre los dialectos del quichua ecuatorial goza de un cierto prestigio por pertenecer a la etnia ind Í~!ena menos empobrecida y más internacionalmente conocida, los fa­mosos ' 'otav:.Jlc:1os" mercaderes y viajeros. La informante principal del proyecto, Carmen Chuquín, ha parti­cipado en los esfuerzos para estable­cer la educación bilingüe en su pro­pio pueblo de ivÍariano Acosta y en otros.

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lmbabura Quechua es la descrip­ción más cabal publicada hasta la fecha de un quichua ecuatorial. Aun­que su finalidad principal es descrip­tiva. la descripción a veces se orienta hacia ciertos fenómenos que por ra­zones teóricas interesan al autor (p.e. los llamados "accusative subjects") y que podrán ser materia de debates en el futuro. Para finalidades comparati­vas será ú ti! cotejar los análisis de Cole con las pocas obras similares que hay al alcance, entre las cuales cabe mencionarse el Bosquejo Gra­matical de Quichua de Chimborazo publicado por Donald H. Burns y Juan Naula Guacho (Quito , 1975) y la disertación doctoral de P.C. MuY.s­ken (Amsterdam, 1977) sobre Syn­tactic Developments in the Verb Phrase of Ecuadorian Quechua. Se han impreso además varias gramáti­cas pedagógicas, por ejemplo El Quichua de Imbabura por Louisa Stark et al. (Otavalo, 1973) e Intro­duction to Ecuador Highland Qui­chua por Ellen M. Ross (1963). Ninguna hace uso de adelantos re­cientes en el análisis lingüístico del iuioma.

El lector que busca un buen dic­cionario bilingüe ecuatoriano aún no encontrará ningún tomo comparable con las compendiosas compilaciones de Jorge Lira. Louisa Stark y Pieter peruanas del P. González Holguín y C. Muysken publicaron en 1977 un Dicciollario Espa;iol-Quichua Qui­clma-Espa/fol multidialectal, con guías para distinguir variantes regio­nales: pero no es compendiosa, y sir­ve principalmente como ayuda para los principiantes. Gl~uco Torres Fer­nández de Córdoba, autor del nuevo

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Diccionario Kichwa-Castellano Yu­rakshimi-Runashimi pretende suplir el vacío mediante una gigantesca colección de unos cien mil vocablos. A pesar de ser el autor Cuencano, el diccionario no se concentra en el idioma quichua "cañarejo" de aque­lla zona, sino que comprende colo­sal mescolanza de palabras recopila­das de todos los dialectos (y todos los siglos) pero en ninguno coexis­tente. Hubiera sido útil en el caso de precisar la procedencia de cada voca­blo, pero esta clave indispensable falta y por lo tanto el libro resulta casi inaprovechable.

De mayor interés es la obra Caimi Ñucanchic Shimiyuc-Panca (literal­mente, "Esta es nuestra hoja de habla") publicado en Quito por un grupo de colaboradores afiliados a la Universidad Católica. A diferencia de los demás diccionarios ecuatoria­nos, no es primordialmente léxico de traducción sino libro de referencia diseñado para los mismos Quichua­hablantes. Para los 1,732 vocablos definidos se dan equivalentes caste­llanas muy someras, y definiciones en idioma quichua algo más deteni­das. Algunos ejemplos son:

cal/u [xazu. kazu, khazu. khalyu . xalyu, kalyu] lengua (t.11. ). ucupi cuyurishpa rimachic aicha. Huacra cal/uta rantincapac jacu. Idioma, lengua (t. 11 .). (ric. shimi) Runa­cunapac shuc shuc rimaicuna. (Literalmente traducida, la prime­ra definición quichua significa: "carne que hace hablar moviéndo­se dentro de la boca"). mishu[misu] mestizo (t.11.) (ric. laichu, tsala) Castilla yahuarhuan, runa yahuarhuan chacrurishca ya­huarta charic runa. Tauca misliu-

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cunami mana ñucanchicta ricsin­cuna. (Literalmente traducida, la defini­ción quichua significa: "hombre de sangre castellana mezclada con sangre indígena").

Dentro de cada entrada se indican las varias pronunciaciones regionales (pero sin señalar la procedencia de cada una), la traducción española, la distribución geográfica del vocablo (en los ejemplos de arriba, la abrevia­tura "t.11." quiere decir "tucuy /lacta", o sea, "el país entero"), la explicación quichua del término, y finalmente un ejemplo de oración que incorpora el vocablo. Estas ora­ciones parecen haber sido elabora­das para este propósito y no toma­das de fuentes "vivas". Se identifi­can con símbolos especiales las pala­bras obsoletas u obsolescentes, las palabras prestadas del quechua sur­andino (p.e. tumi, "hacha"), y los neologismos recién originados para denominar a conceptos ajenos a la cultura quichua tradicional (p.c. antaliua, "carro").

Todo el aparato explicatorio - in­troducción, abreviaturas, etc. - se presenta en idioma quichua. Unica­mente un apéndice final se reserva para guiar al lector hispanófono. La elaboración del material auxiliar ha necesitado el desarrollo de una termi­nología quichua para denominar a las categorías e ideas lexicográficas, y este quehacer se ha realizado de una forma interesante y original. Unos ejemplos: por "sufijos", yuyaita-ya­pacl1ic-shimicuna, literalmente "vo­ces aumentadores de idea" ; por ''abreviaturas", uchillayachishpa quill­casí1ca shimicuna, li.teralmente "vo-

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Notas y Documentos

ces escritas reduciendo en pequeño"; etc. Este esfuerzo, aun cuando peca de artificial, constituye un paso ade­lante en la adecuación del quichua

, para fines académicos. Sólo los quichua-hablantes podrán

juzgar finalmente el éxito del proyec­to. Para el extranjero no muy fami­liarizado con el quichua, el libro ofre­ce una ventaja importante y también una desventaja. La ventaja es su supe­rioridad sobre los demás diccionarios recientes en cuanto a la variedad de palabras presentadas. En compara­ción con los diminutos diccionarios quichuas corrientes, donde uno en­contrará solamente la traducción más general (challhua por "pez", por ejemplo), la obra en cuestión ofrece una cantidad de voces especializadas que refleja mejor la riqueza auténti­ca del idioma. Por ejemplo, se en­cuentra no solamente la palabra cha//hua sino también los nombres de nueve especies de peces. La des­ventaja es la misma que se nota en todas las publicaciones del grupo asociado con la Universidad Católica, a saber, la insistencia en una repre­sentación grafofonémica que no re­fleja la realidad de ningún dialecto ecuatoriano, sino una lengua franca imaginaria e idealizada. Las conven­ciones arbitrarias utilizadas falsifican de una forma rara la pronunciación normal ; por ejemplo nadie en ningún sitio denomina la provincia de Imba­bura "Inpapura", pero esta es fa for­ma reconocida por los autores como correcta.

A pesar de los defectos, Caimi Ñucanchic Shimiyuc-Panca represen­ta un adelanto notable en compara­ción con los escuetos diccionarios

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corrientes, y un experimento intere­sante en la rehabilitación del "idioma oprimido". Es de esperar que sea el precursor de otros esfuerzos cultural y científicamente novedosos, entre ellos un diccionario realmente com­pleto.

Il Dimensiones Históricas y Socio­lingüísticas

ALMEIDA, lleana, et al: Lengua y Cultura en el Ecuador. Otavalo : Instituto Otavale­ño de Antropología, 1979.

HARTMAN, Roswith: ¿ " Quechuismo Pre­hispánico" en el Ecuador? lbero-Amerika­nisches Archiv NF 5(3): 267-299, 1979.

MOYA, Ruth: ffi Quichua en el Español de Quito. Otavalo: Instituto Otavaleño de An­tropología, 1981. (Serie Pendoneros, No. 40).

Hasta cierto punto Parker y otros han desarrollado reconstrucciones del idioma progenitor del Quichua ecuatoriano mediante el método comparativo. Sin embargo la evolu­ción del idioma sigue siendo contro­versia} , y la discusión acerca de la tra­yectoria histórica que le dio su distri­bución actual muestra puntos de interés para los estudios andinos en general. A la antigua y qesacreditada hipótesis de una difusión exclusiva­mente Inca-imperial se han añadido dos ideas más novedosas. La hipóte­sis de Louisa Stark, expresada en una ponencia dictada en Quito en 197 3, propone que "el Quichua en el Ecua­dor entró en dos ondas: una onda temprana que pasó (a la sierra ecua­torial) desde el Oriente . . . poco después de 6.000 d.c. , subsiguiente a cual época se extendió por las provin­cias en donde actualmente se encuen-

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tran los dialectos quichua A" . Llegó a implantarse en la costa nor-central del Perú antes del siglo IX, y desde allí se propagó por muchas partes del país. La expansión de la "lengua ge­neral del ynga" por lo tanto consti­tuyó una segunda ola que traslapó la distribución ya producida por la pri­mera sin opacarla enteramente.

Esta idea ha recibido la atención crítica de Roswith Hartmann en un ensayo intitulado "¿ Quechuismo Pre­hispánico en el Ecuador?". Hartmann no acredita el concepto de que el Quichua amazónico del norte haya sido la madre de todos los quechuas, pero tampoco apoya la teoría de la difusión imperial. Al cotejar los da­tos de cronistas y etnohistoriadores con la dialectología y reconstrucción hechas por Torero y Parker, llega a otra conclusión : "a raíz de las activi­dades de navegación y de comercio desarrolladas por algunas etnias cos­teñas y las relaciones de intercambio mercantil que evidentemente enlaza­ron las de la Costa central-sur del Perú con el Ecuador, considera (esta hipótesis) a lo que podemos llamar 'mercaderes' como el elemento acti­vo, promotor de difusiones no sólo en el aspecto material sino también en lo lingüístico (292). Dada la pro­bable antigüedad pre-inca del tráfico marítimo hacia la costa ecuatorial, este concepto admite ampliamente la posibilidad de un "quechuismo" pre­incaico.

La evolución del quichua norteño durante la colonia y su mutua inter­penetración con el castellano han sido temas de interés para los estu­diosos del lenguaje nacional ecuato­riano. Se han compilado diversas lis-

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tas (siendo la más interesante la de Darío Guevara, El Castellano y el Quichua en el Ecuador, Quito, Casa de la Cultura Ecuatoriana, 1972). También se dispone de. un ensayo de Oswaldo Romero Arteta S.J. sobre la lexicografía quichua de la colonia. reproducido a manera de introduc­ción con el Vocabulario de la Lengua Indica por el controvertido P. Juan de Velasco (c. 1785, impresa en Qui­to por el Instituto Ecuatoriano de Antropología y Geografía en 1964 ). El mismo libro contiene una pequefia gramática quiteña de 1753 . Pero no existen hasta aJ10ra muchos estudios profundizados sobre los procesos que dieron origen al lenguaje interpene­trante quichua-castellano de la sierra ecuatorial. Una tentativa a llenar este vacío es la monografía El Quichua en el Espaiíol de Quito de Ruth Moya . Apoyándose en el trabajo de los filó­logos hispanistas, la autora pretende reconstruir "el español que llegó a Quito", utilizar esta reconstrucción para captar los fonemas quichuas más o menos mal transcritos en las obras coloniales> y finalmente trazar el influjo mutuo de las dos lenguas. El experimento se limita al campo de la fonética, que por sí mismo presen­ta obstáculos muy grandes y aún no vencidos en su totalidad.

Pieter Muysken ha dado al estudio académico del enlace quichua-caste­llano un enfoque interesante al des­cribir la chaupi-lengua o idioma hí­brido hablado en ciertas partes del Ecuador (ver, por ejemplo, su ensa­yo "Sources for the Study of Ame­rindian Contact Vemaculars in Ecua­dor", en el libro Amsterdam Creo/e Studies III editado por Muysken y

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N. Smith, Amsterdam, 1980, pp. 66 - 82). Un ejemplo de esta curiosa lengua bastará para dar idea de su sintáxis quichua combinada con léxi­co castellano:

Usteman todo platatami dalisha. ti-a todo plata- (acusativo)-(afir­mación) daré 'A tí te daré toda la plata'.

Pero la mayor parte de los aportes recientes sobre la relación entre idio­mas ecuatorianos se dirige a cuestio­nes 111ás prácticas, principalmente la discusión sobre medidas para adecuar las instituciones públicas a la realidad plurilingüe del país. ,

Comienzan a aparecer obras de 111-

dole propiamente sociolingüístico. La compilación Lengua y C11/t11~a en el Ecuador reúne ensayos relaciona­dos en su mayoría con la ense11anza bilingüe y sus bases teóricas, entre ellos un informe del sociolingüista José Pereira sobre factores sociales que influyen en el bilingüismo y varias contribuciones sobre los fun­damentos de la escolarización ind íge­na. Este libro se elaboró antes del co1,1ienzo de la actual campaña de alfabetización popular encabezada por personal de la Universida~ Ca­tólica del Ecuador, que por primera vez sale del marco 'normalista' para emplear personal docente quichua­hablantes sin diploma.

JI/. Folklore, Mitología, y Poesía

HOWARD-MALVERDE, Rosaleen , ed.: Dioses y Dia~los. Tra~i~ión <?r.al de ~a·i~r, Ecuador. l'.m ~ Ass, ,c:1at1on d l.th11olin)!111s­tique A111<.:ri~.ú11 . 1 ~l:ll. (Amerindia . \umé­ro Spécial 1.)

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JARA J. , Fausto, ed.: Tuuca: Ecuador Quichuacunapac Rimashca Rimaicuna. La Venada: Literatura Oral Quichua del Ecua­dor. Traducción por Fausto Jara J. y Ruth Moya. Prólogo y no~s. de Ru t!1 1:-{oya. Quito: Consejo Provmctal de Pichincha, 1982.

KOWI, L. Ariruma, ed.: Quichua Runacu­napac Jatun Causai Otavalo: Taller Cultu­ral Causanacunchic, 1982.

Durante muchos años solamente los etnólogos y folkloristas se dedica­ban a transcribir los cuentos popula­res quichuas, pero el movimiento hacia la educación bilingüe y el inte­rés por el análisis estructuralista de los mitos se combinan para dar nue­vo impulso a la creación de libros que reflejen la cultura 1"4ral. Comen­zaron a aparecer durante la década de 1970 folletos de cuentos folklóri­cos elaborados por los diversos p_ro­yectos experimentales de educación vernacular. Dos trabajos inéditos de­muestran esfuerzos en escala mayor y dan oportunidad para con?cer más a fondo la mitología nor-andma.

Dioses y Diablos recoge 51 textos orales del país de los Cañaris, actual­mente la Provincia de Cafiar, en la sierra sureña del Ecuador. Este grupo tan afamado en la tradición inc~ ~o­brevive hasta hoy con marcada 1d1~ sincrasia étnica, no obstante la pérdi­da · de su idioma autóctono y la adop­ción del Quichua y español. La auto­ra folklorista inglesa, clasifica los te~ tos de acuerdo a los principales

· motivos y los presenta en formato bilin•~e a base de una ortografía si­mila; a la "oficial" peruana. Varios ejemplos de la mitología "caña.reja" participan plen~mente de ~as nusmas tradiciones andmas recopiladas, por

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ejemplo, en la antología cusqueña Kay Pacha de Gow y Condori (Cusco, 1976): los cuentos de urku yayaku­na, equivalentes a los apukuna divi­nos que animan los volcanes sureños, el kuychi o arco iris, y el hijo del oso. Pero hay motivos y rasgos estilísticos probablemente arraigados en la tradi­ción local. Entre ellos se pueden mencionar los cuentos "hidráulicos", cuyo argumento es del hurto y con­tención del agua que nutre al pueblo, y también los cuentos de la Hermana Culebra. La traducción conserva en parte el sabor del texto original, sin seguir estrictamente su sintaxis; en general es fiel y aprovechable para fi. nes de estudio. La presentación de textos, notas, etc., sigue concienzu­damente las normas del folklorismo académico con pequeños aportes antropológicos. El quichua "cafiare­jo" tiene sus puntos difíciles, aún para hablantes de otros dialectos ecuatorianos. Sin embargo el libro premia ampliamente al lector dili­gente. Los cuentos sobre las rivalida­des y sufrimientos de diferentes ani­males constituyen una literatura de sátira y alegoría a veces muy mordaz. 0tros ejemplos expresan una ternura y gracia que rechaza el estereotipo popular del "cañarejo" como perso­na tosca, terca, y seca.

Tarnca se publica gracias al apoyo del Consejo Provincial de Pichincha (la región de Quito), pero, a dif eren­cia de la obra de Howard, no tiene enfoque regional sino junta textos grabados en diversas partes de la sie­rra ecuatoriana. Los textos origina­les, por lo tanto, pertenecen a dife­rentes dialectos. Pero los editores, a fin de evitar inconsistencias en la re-

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presentación de determinados voca­blos y morfemas, han impuesto una ortografía estandarizada y práctica­mente arbitraria. No representa fiel­mente ningún dialecto; se supone ser inteligible a los hablantes de todos. En la traducción también los edito­res han sacrificado la fidelidad al texto a la facilidad en la lectura, ha­ciendo modificaciones y elipsis tan extensas, que en realidad el produc­to debe llamarse paráfrasis y no tra­ducción. Por estas razones el libro no es aprovechable para el estudio del idioma como tal, ni para el análisis de los textos. Se puede recomendar como introducción informal a la mi­tología ecuatoriana. Contiene unos cien cuentos clasificados de acuerdo a los motivos folklóricos o por sus supuestos contenidos didácticos. Los textos son correctamente identifica­dos en cuanto a su procedencia. Los lectores jóvenes apreciarán mucho los grabados en colores que adornan profusamente la obra. El contenido humorístico o afectivo de muchos cuentos también ofrece una lectura amena.

El pequeño folleto Quichua Runa­cunapac Jatun Causai ("la gran vida del pueblo Quichua") es producto. no de las ciencias humanas académi­cas, sino de la inquietud de ciertos jóvenes escritores indígenas para ver­tir su impulso creativo al idioma ma­terno. Para apreciar la importancia de este aporte, es preciso tener en cuenta la profunda separación hasta ahora existente entre la comunidad de habla quichua y el mundo litera­rio ecuatoriano; a pesar de las preten­siones indigenistas de ciertos autores, casi nadie ha querido escribir en qui-

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por lo tanto, una tentativa nueva y aun incipiente para apropiar al mun­do quichua-hablante el arte de la poesía y del drama. Su publicación bajo la dirección de Ariruma Kowii (Jacinto Conejo) ha sido posibilitado por el apoyo de FODERUMA, de­pendencia del Banco Central del Ecuador dedicada al auto-desarrollo de las comunidades campesinas.

La primera parte del folleto con­tiene poemas, algunos originales y otros traducidos del castellano, sobre temas sentimentales populares. El se­gundo reproduce cantos folklóricos y de protesta, p.e., contra los misione­ros evangélicos. En la tercera se re­producen dos leyendas imbabureñas con marcado contenido sexual ; los mitos de este tipo generalmente han sido suprimidos en las antologías organizadas por personas no-indíge­nas, y su inclusión aquí sugiere un orgullo y franqueza rara vez evidente en la literatura "indigenista". El libro finaliza con un drama (causai-ricui , "vida-vista") intitulado "Inti Raimi" y expresivo de temas en parte incai­zantes.

Los autores son oriundos de las provincias de Pichincha e Imbabura, en la sierra septentrional del Ecua­dor, pero la ortografía empleada no refleja las peculiaridades de sus dia­lectos. Es tan artificial que la orto­grafía de Toruca, suprimiendo por ejemplo todas las oclusivas sonoras - comunes en el quichua- a favor de mudas nunca oídas en el Ecuador (p.e. panca en vez de p'anga, 'hoja'). Pero en este caso la crítica lingüística está fuera de lugar, porque esta escri­tura no responde a las exigencias del análisis externo, científico. Obedece

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a una necesidad interna de la comu­nidad de habla, la necesidad de repre­sentar el idioma en forma que parez­ca digna y fehaciente a los ojos de sus propios hablantes. En esta empre­sa los factores estrictamente grafof o­némicos no son los únicos que pesan sino que también se incorporan (conscientemente o no) conceptos de prestigio y corrección "prístina" en el habla.

Este fenómeno, ¿impide la promo­ción del quichua como idioma escri­to? En el Ecuador se ha gastado mu­cha energía en debates infructuosos acerca de la mejor forma de dele­trear el quichua, sin que la discusión salga de las salas académicas a las vías de comunicación popular. No hay esperanza de resolucionarla en las salas, porque la perfección grafo­fonémica es una quimera y todas las lenguas escritas son graficadas con distorsión más o menos marcada. Afortunadamente un pueblo compro­metido a alfabetizar su idioma no tiene que esperar la unanimidad entre los doctores para hacerlo. En diver­sos idiomas -el inglés, el japonés, etc. - la alfabetización del vernáculo se hizo mal, desordenadamente, con fallas grafofonémicas realmente de­sesperantes- y sin embargo se produ­jeron culturas escritas florecientes. La regularización académica de la es­critura puede postergarse o aun pue­de omitirse sin dañar demasiado la alfabetización, siempre que los facto­res sociolingü ísticos la favorezcan. Quichua Runacunapac Jatun Causay ejemplifica los esfuerzos cuya multi­plicación ayudará al quichua a salir del "arrinconamiento funcional" (frase de Javier Albó) que lo aflige:

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'Ari, ñaupapachapi ñucanchicuna­pash sumac causaicunatami cha­rishcanchic, mishu shimipica nin­chic, Ciencia, Literatura .. . Cunan punchacunapi llaquicunata huasha­man saquishpa ashtahuan yacha­cunata yashunchic, sumac yuyai­cunahuan, ñucanchic llactata, ñu­canchic causaita yurashna huiña­chincapac. Sí, en los tiempos pasados noso­tros también tuvimos una vida her­mosa, con lo que se llama en la

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lengua de los mestizos, Ciencia y Literatura .. . Y en estos días, de­jando atrás las tristezas, aprendere­mos más materias, para hacer flo­recer como árbol a nuestra tierra con hermosos pensamientos (p.38 ; traducción añadida).

Frank Salomon Departament of Anthropology

University of Wisconsin Madison, Wisconsin, EE.UU.

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