El PSOE y la clase media

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Director Manuel Castillo Director de Publicaciones Pedro Luis Gómez Edita: Prensa Malagueña S.A. Director General José Luis Romero Subdirector Javier Recio Villalobos Adjunto a la Dirección (Economía) José Vicente Astorga Mesa de Redacción Elena de Miguel (JEFA DE INFORMACIÓN), José Miguel Aguilar (JEFE DE EDICIÓN), Luis Moret (MULTIMEDIA), Ana Barreales (INTERNET), Antonio Ortín (MÁLAGA), María Eugenia Merelo (CULTURAS Y SOCIEDAD), Juan Antonio Morgado (DEPORTES), Héctor Barbotta (MARBELLA), Fran Ruano (ARTE Y DISEÑO) Director de Control de Gestión Hugo Ferré Director de Marketing Joaquín Cestino Director Técnico Fernando de Gálvez Publicidad CMSUR S. L. Director Comercial Jorge Artero EL PERIÓDICO DE MÁLAGA Lunes 09.12.13 SUR 21 OPINIÓN D efino clase media como aquel sector de la población que, sin ser rica, llega sin dificultades a fin de mes. Era la clase mayoritaria antes de la crisis, pero aho- ra probablemente predomina la clase de los más desfavorecidos, que incluye a marginados, pobres, autónomos y falsos autónomos sin clientes, pa- rados y empleados en precario o con bajos suel- dos. Hace tiempo que un sector importante de la clase media abandonó al PSOE, perdiendo este partido el voto urbano y gran parte del voto ilus- trado, haciendo al menos etimológicamente al PSOE un partido más para conservadores que para progresistas. Pero no está claro que los intereses de la clase media coincidan con el del sector neo- liberal de la derecha, ese que propicia a unos ban- cos que estafan a preferentistas, que niegan cré- dito o solo lo conceden a intereses de usura, o a unos empresarios que solo respetan a sus benefi- cios pero no a sus trabajadores, modelando un fu- turo de ricos, parados y mileuristas. Dicen que el PSOE esta virando a la izquierda, y a saber si son palabras o hechos. La obligación del PSOE es otra, y es la de reconstruir el pacto en- tre la clase media y los más desfavorecidos, y este debe ser su empeño si quiere go- bernar y si quiere ser justo, es decir, gobernar en bene- ficio de la inmensa mayo- ría, no de unos contra otros. Merced a este pacto la clase media aceptaría una sociedad solidaria, con cohe- sión social, y con igualdad de oportunidades. A cam- bio recibiría moderación en la carga impositiva y liber- tad. Moderar los impuestos significa aceptar que el di- nero público es sagrado, y que el gasto público solo debe ser para lo necesario y no para el artificio, y que el gasto social debe ser para el que lo necesita, sin ser acep- tables la barra libre ni el café para todos. El gasto social no es para hacer caridad, es para garantizar derechos, y esa es precisamente la labor del Estado, garantizar que el gasto social (educación, sanidad, dependencia, etc.) llegue al que lo necesita y no necesariamente que funcio- narios públicos sean los encargados de realizar las prestaciones que el Estado garantiza. Cuestión de eficiencia. Libertad, ¿qué significa? Significa devolver el poder a la ciudadanía, que esta tenga libertad para escoger hospital, escuela o universidad; para ju- bilarse a los 65 o las 75 años; para intentar ganar dinero, o hacerse hippy, o aspirar a un anónimo pero digno trabajo de funcionario o empleado; a no dejarse engañar por políticos corruptos o inú- tiles, por monopolios o por empresarios avaricio- sos, por medios de comunicación al servicio del amo; a luchar, a equivocarse, a rehacer la vida tras el fracaso; a innovar, al esfuerzo, a investigar, a formarse, a soñar; a garantizar su futuro y el de su hijos; a construir y a que le dejen construir. El fu- turo de España es competir por la excelencia, y para jugar en la liga de los mejores y no de los me- diocres, en la liga de las grandes empresas, hospi- tales, universidades y centro de investigación, el requisito necesario es la libertad, la iniciativa y el estímulo. Me apena la situación de los jóvenes, la generación mejor formada de la historia de Espa- ña; el futuro de estos jóvenes no es comprarles muletas, es dejar que puedan abrir sus alas, y eso también se consigue devolviendo la libertad y el poder a la ciudadanía. Estoy convencido de que muchos militantes del PSOE leerán estas líneas con estupor, sentirán que es un acumulo de blasfemias, cuando lo que toca es virar a la izquierda, que así lo pide el cora- zón y el cálculo electoral. Respeto al beneficio electoral de ser más de izquierdas tengo mis du- das; parece razonable dado el empobrecimiento de la clase media, pero por lo mismo el votante, harto ya de crisis, puede preferir seguir con el malo conocido que apostar el bueno por conocer. Pue- de incluso no creer que los ricos pagarán más im- puestos y los pobres menos, y temer que un au- mento del gasto público sea exclusivamente a expen- sas de los de siempre, de la clase media y de los más desfavorecidos, estos últi- mos quizás librándose del IRPF pero cayendo en las garras del IVA, el IBI, la tasa, el copago, la multa y otros jinetes del apocalipsis. El ejemplo británico es tam- bién aleccionador: tras el triunfo de Thatcher los la- boristas se escoraron a la iz- quierda, y sufrieron mu- chos años de ostracismo hasta que Blair recuperó el poder para el laborismo por conseguir obtener desde la moderación de nuevo el voto de la clase media. Res- pecto a que es de mejor co- razón virar la izquierda, también tengo mis dudas, que ya se iniciaron en mayo de 2010 cuando el PSOE gobernante hizo lo que hizo, y no por hacer lo que hizo, sino por no tener ni remota idea de lo que debía hacer, y se les que- dó el ‘corazón partio’ a todos los progresistas. Ten- go dudas de que un deslizamiento a la izquierda sin más no sea la antesala de unas promesas que luego nunca se cumplirán o, aún peor, si se cum- plen que sea para estancarnos a la mediocridad en este mundo globalizado, para terminar siendo Es- paña la patria de los camareros de los alemanes y la fábrica que exporta al mundo sus licenciados más brillantes. Invitaría a militantes y simpatizantes del PSOE, no a estar de acuerdo conmigo, simplemente a re- pensar cómo podrían conciliarse los intereses de los más desfavorecidos con los de la clase media, pues a ambos debe representar y a ambos debe contentar si gobierna. El PSOE y la clase media Invitaría a militantes y simpatizantes de esta formación política simplemente a repensar cómo podrían conciliarse los intereses de los más desfavorecidos con los de la clase media DAMIÁN ZAMORANO VÁZQUEZ MÉDICO LA TRIBUNA La oposición ucraniana, proeuropea y proliberal, no consiguió reunir ayer en Kiev el millón de manifestantes que había prometido en la plaza de la Independencia. Pero la impresionante demostración, su constancia y su dinamismo prueban su alta representatividad social y la voluntad de una buena mitad del país en oponerse a una inquietan- te aproximación a Rusia que los opositores entienden como una su- bordinación nacional a Moscú y a sus obvios intentos de formar un bloque propio a modo de «contra UE». El empate técnico que, más o menos, se registra en el país entre opositores y oficialistas se ha en- quistado y se moverá difícilmente porque el recurso a mano, eleccio- nes adelantadas, es negado por el Gobierno. Eso traduce un fuerte te- mor del campo oficial aunque disponga, y esto debe ser recordado, de mucho apoyo en las regiones rusófonas del oriente y norte del país. El Gobierno vigente ganó, por poco, la última elección legislativa y tie- ne el derecho a considerar la firma de un acuerdo de Unión Aduanera con Rusia y otros estados autoritarios y poco edificantes del campo prorruso del área. Pero la extendida percepción de que el país entraría así en una agrupación prorrusa que arruinaría a medio plazo toda po- sibilidad de optar por la Europa del oeste y su modelo social ha arrai- gado. Para la UE la situación es incómoda porque la crisis económica y la férrea disciplina fiscal en curso exigirán a todo candidato una ges- tión rígidamente austera, sobriedad presupuestaria, recortes sociales y paciencia. Algunos observadores irónicos han sugerido que Moscú debería permitir a Kiev proponerse como un socio potencial de la UE para que más pronto que tarde deseara volver bajo el viejo manto ruso, pero esa tontería minusvalora lo que late bajo la crisis: un genuino in- tento de recrear una Ucrania democrática e independiente no un apén- dice de Rusia. Catherine Ashton, jefa de política exterior de la UE, via- jará esta semana a Kiev para reiterar el buen deseo de que el pueblo ucraniano pueda decidir qué quiere hacer con su país sin la amenaza de la larga mano rusa. Nada ni nadie debería tener la fuerza precisa para impedirlo contra el derecho y el sentido común. Reválida en tráfico La directora general de Tráfico, María Seguí, anunció este pasado fin de semana que la DGT estudia poner en marcha una «reválida teórica» que vendría dada por «la necesidad de que los conductores estén en cons- tante evaluación para mejorar la seguridad vial y reducir la siniestrali- dad mortal en las carreteras». En otras palabras, la renovación del car- né de conducir, que ahora requiere un examen psicotécnico de escasa entidad, podría obligar a realizar un examen sobre las normas de circu- lación y mecánica elemental. Si Wert ha reinstaurado las viejas reváli- das en la educación obligatoria, tráfico le iría ahora a la zaga. Para eva- luar cabalmente la medida, habría que conocer los detalles de la pro- puesta y, concretamente, si acarreará o no un nuevo gasto (cada año se renuevan unos tres millones de carnés). En principio, la generalización de una prueba de esta naturaleza parece una burocratización innecesa- ria de la renovación en el caso de los conductores que respetan por sis- tema las reglas; quizá, en cambio, fuera oportuno reforzar los contro- les sobre quienes han perdido los puntos de su carné por acumulación de infracciones y han de recuperarlos mediante un curso en una au- toescuela acreditada, que lógicamente ha de abonarse. Curso que, se- gún denuncia de las autoescuelas, cada vez realizan menos infractores. El abismo ucraniano El acercamiento a Rusia provoca el temor de perder el tren europeo EDITORIALES

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DirectorManuel Castillo Director de Publicaciones Pedro Luis Gómez

Edita: Prensa Malagueña S.A. Director General José Luis Romero

SubdirectorJavier Recio Villalobos

Adjunto a la Dirección (Economía)José Vicente AstorgaMesa de RedacciónElena de Miguel(JEFA DE INFORMACIÓN),José Miguel Aguilar(JEFE DE EDICIÓN),

Luis Moret (MULTIMEDIA),Ana Barreales (INTERNET),Antonio Ortín (MÁLAGA),María Eugenia Merelo(CULTURAS Y SOCIEDAD),Juan Antonio Morgado(DEPORTES),Héctor Barbotta(MARBELLA),Fran Ruano (ARTE Y DISEÑO)

Director de Control de GestiónHugo FerréDirector de MarketingJoaquín CestinoDirector TécnicoFernando de GálvezPublicidadCMSUR S. L.Director ComercialJorge Artero

EL PERIÓDICO DE MÁLAGA

Lunes 09.12.13SUR

21OPINIÓN

D efino clase media como aquel sector dela población que, sin ser rica, llega sindificultades a fin de mes. Era la clasemayoritaria antes de la crisis, pero aho-

ra probablemente predomina la clase de los másdesfavorecidos, que incluye a marginados, pobres,autónomos y falsos autónomos sin clientes, pa-rados y empleados en precario o con bajos suel-dos.

Hace tiempo que un sector importante de laclase media abandonó al PSOE, perdiendo estepartido el voto urbano y gran parte del voto ilus-trado, haciendo al menos etimológicamente alPSOE un partido más para conservadores que paraprogresistas. Pero no está claro que los interesesde la clase media coincidan con el del sector neo-liberal de la derecha, ese que propicia a unos ban-cos que estafan a preferentistas, que niegan cré-dito o solo lo conceden a intereses de usura, o aunos empresarios que solo respetan a sus benefi-cios pero no a sus trabajadores, modelando un fu-turo de ricos, parados y mileuristas.

Dicen que el PSOE esta virando a la izquierda,y a saber si son palabras o hechos. La obligacióndel PSOE es otra, y es la de reconstruir el pacto en-tre la clase media y los másdesfavorecidos, y este debeser su empeño si quiere go-bernar y si quiere ser justo,es decir, gobernar en bene-ficio de la inmensa mayo-ría, no de unos contra otros.

Merced a este pacto laclase media aceptaría unasociedad solidaria, con cohe-sión social, y con igualdadde oportunidades. A cam-bio recibiría moderación enla carga impositiva y liber-tad. Moderar los impuestossignifica aceptar que el di-nero público es sagrado, yque el gasto público solodebe ser para lo necesario yno para el artificio, y que elgasto social debe ser para elque lo necesita, sin ser acep-tables la barra libre ni el cafépara todos. El gasto socialno es para hacer caridad, espara garantizar derechos, y esa es precisamentela labor del Estado, garantizar que el gasto social(educación, sanidad, dependencia, etc.) llegue alque lo necesita y no necesariamente que funcio-narios públicos sean los encargados de realizar lasprestaciones que el Estado garantiza. Cuestión deeficiencia.

Libertad, ¿qué significa? Significa devolver elpoder a la ciudadanía, que esta tenga libertad paraescoger hospital, escuela o universidad; para ju-bilarse a los 65 o las 75 años; para intentar ganardinero, o hacerse hippy, o aspirar a un anónimopero digno trabajo de funcionario o empleado; ano dejarse engañar por políticos corruptos o inú-tiles, por monopolios o por empresarios avaricio-sos, por medios de comunicación al servicio delamo; a luchar, a equivocarse, a rehacer la vida trasel fracaso; a innovar, al esfuerzo, a investigar, a

formarse, a soñar; a garantizar su futuro y el de suhijos; a construir y a que le dejen construir. El fu-turo de España es competir por la excelencia, ypara jugar en la liga de los mejores y no de los me-diocres, en la liga de las grandes empresas, hospi-tales, universidades y centro de investigación, elrequisito necesario es la libertad, la iniciativa y elestímulo. Me apena la situación de los jóvenes, lageneración mejor formada de la historia de Espa-ña; el futuro de estos jóvenes no es comprarlesmuletas, es dejar que puedan abrir sus alas, y esotambién se consigue devolviendo la libertad y elpoder a la ciudadanía.

Estoy convencido de que muchos militantesdel PSOE leerán estas líneas con estupor, sentiránque es un acumulo de blasfemias, cuando lo quetoca es virar a la izquierda, que así lo pide el cora-zón y el cálculo electoral. Respeto al beneficioelectoral de ser más de izquierdas tengo mis du-das; parece razonable dado el empobrecimientode la clase media, pero por lo mismo el votante,harto ya de crisis, puede preferir seguir con el maloconocido que apostar el bueno por conocer. Pue-de incluso no creer que los ricos pagarán más im-puestos y los pobres menos, y temer que un au-

mento del gasto público seaexclusivamente a expen-sas de los de siempre, de laclase media y de los másdesfavorecidos, estos últi-mos quizás librándose delIRPF pero cayendo en lasgarras del IVA, el IBI, la tasa,el copago, la multa y otrosjinetes del apocalipsis. Elejemplo británico es tam-bién aleccionador: tras eltriunfo de Thatcher los la-boristas se escoraron a la iz-quierda, y sufrieron mu-chos años de ostracismohasta que Blair recuperó elpoder para el laborismo porconseguir obtener desde lamoderación de nuevo elvoto de la clase media. Res-pecto a que es de mejor co-razón virar la izquierda,también tengo mis dudas,que ya se iniciaron en mayo

de 2010 cuando el PSOE gobernante hizo lo quehizo, y no por hacer lo que hizo, sino por no tenerni remota idea de lo que debía hacer, y se les que-dó el ‘corazón partio’ a todos los progresistas. Ten-go dudas de que un deslizamiento a la izquierdasin más no sea la antesala de unas promesas queluego nunca se cumplirán o, aún peor, si se cum-plen que sea para estancarnos a la mediocridad eneste mundo globalizado, para terminar siendo Es-paña la patria de los camareros de los alemanes yla fábrica que exporta al mundo sus licenciadosmás brillantes.

Invitaría a militantes y simpatizantes del PSOE,no a estar de acuerdo conmigo, simplemente a re-pensar cómo podrían conciliarse los intereses delos más desfavorecidos con los de la clase media,pues a ambos debe representar y a ambos debecontentar si gobierna.

El PSOE y la clase media

Invitaría a militantes y simpatizantes de esta formación políticasimplemente a repensar cómo podrían conciliarse los intereses

de los más desfavorecidos con los de la clase media

DAMIÁN ZAMORANO VÁZQUEZMÉDICO

LA TRIBUNA

La oposición ucraniana, proeuropea y proliberal, no consiguió reunirayer en Kiev el millón de manifestantes que había prometido en laplaza de la Independencia. Pero la impresionante demostración, suconstancia y su dinamismo prueban su alta representatividad social yla voluntad de una buena mitad del país en oponerse a una inquietan-te aproximación a Rusia que los opositores entienden como una su-bordinación nacional a Moscú y a sus obvios intentos de formar unbloque propio a modo de «contra UE». El empate técnico que, más omenos, se registra en el país entre opositores y oficialistas se ha en-quistado y se moverá difícilmente porque el recurso a mano, eleccio-nes adelantadas, es negado por el Gobierno. Eso traduce un fuerte te-mor del campo oficial aunque disponga, y esto debe ser recordado, demucho apoyo en las regiones rusófonas del oriente y norte del país. ElGobierno vigente ganó, por poco, la última elección legislativa y tie-ne el derecho a considerar la firma de un acuerdo de Unión Aduaneracon Rusia y otros estados autoritarios y poco edificantes del campoprorruso del área. Pero la extendida percepción de que el país entraríaasí en una agrupación prorrusa que arruinaría a medio plazo toda po-sibilidad de optar por la Europa del oeste y su modelo social ha arrai-gado. Para la UE la situación es incómoda porque la crisis económicay la férrea disciplina fiscal en curso exigirán a todo candidato una ges-tión rígidamente austera, sobriedad presupuestaria, recortes socialesy paciencia. Algunos observadores irónicos han sugerido que Moscúdebería permitir a Kiev proponerse como un socio potencial de la UEpara que más pronto que tarde deseara volver bajo el viejo manto ruso,pero esa tontería minusvalora lo que late bajo la crisis: un genuino in-tento de recrear una Ucrania democrática e independiente no un apén-dice de Rusia. Catherine Ashton, jefa de política exterior de la UE, via-jará esta semana a Kiev para reiterar el buen deseo de que el puebloucraniano pueda decidir qué quiere hacer con su país sin la amenazade la larga mano rusa. Nada ni nadie debería tener la fuerza precisa paraimpedirlo contra el derecho y el sentido común.

Reválida en tráficoLa directora general de Tráfico, María Seguí, anunció este pasado fin desemana que la DGT estudia poner en marcha una «reválida teórica» quevendría dada por «la necesidad de que los conductores estén en cons-tante evaluación para mejorar la seguridad vial y reducir la siniestrali-dad mortal en las carreteras». En otras palabras, la renovación del car-né de conducir, que ahora requiere un examen psicotécnico de escasaentidad, podría obligar a realizar un examen sobre las normas de circu-lación y mecánica elemental. Si Wert ha reinstaurado las viejas reváli-das en la educación obligatoria, tráfico le iría ahora a la zaga. Para eva-luar cabalmente la medida, habría que conocer los detalles de la pro-puesta y, concretamente, si acarreará o no un nuevo gasto (cada año serenuevan unos tres millones de carnés). En principio, la generalizaciónde una prueba de esta naturaleza parece una burocratización innecesa-ria de la renovación en el caso de los conductores que respetan por sis-tema las reglas; quizá, en cambio, fuera oportuno reforzar los contro-les sobre quienes han perdido los puntos de su carné por acumulaciónde infracciones y han de recuperarlos mediante un curso en una au-toescuela acreditada, que lógicamente ha de abonarse. Curso que, se-gún denuncia de las autoescuelas, cada vez realizan menos infractores.

El abismoucraniano

El acercamiento a Rusia provoca eltemor de perder el tren europeo

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