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PARTE I. EL PROFESOR EN LA EDUCACIÓN SECUNDARIA Y BACHILLERATO

PRÁCTICA: COMENTARIO DE ARTÍCULOS ALUMNA: Carolina Gracia Labarta ARTÍCULO 1. “Ser Profesor hoy” Referencias a los contenidos analizados en la teoría: 1.1. Necesidad de unos estudios que aseguren una formación de calidad para el

profesorado.

Este artículo parte de una situación de pesimismo hacia la profesión de profesor debido, entre otros factores, a que la formación pedagógica es corta y deficiente. Subyace en el texto la necesidad de que se asegure una formación de calidad para el profesorado y esta necesidad se plantea de forma optimista, mediante la oferta de varias razones por las que para el autor merece la pena ser profesor hoy:

o Es una tarea imprescindible: Este uno de los fragmentos de los que se puede extraer la necesidad de una formación de calidad para el profesorado. El autor nos está diciendo que existen amenazas y oportunidades en el camino de la educación, que se puede ver el vaso medio vacío o medio lleno. En concreto, nos dice que La dificultad se puede vivir como un castigo o como un reto. Por ello se debe formar al profesor hoy en el saber para hacer y en el saber para valorar.

- Saber para hacer: es la capacidad de desenvolverse con habilidad en los

asuntos diarios, de aprender a hacer las cosas. Es adquirir habilidades técnicas para operar en lo cotidiano con las tecnologías. Ayuda a la inserción en un mundo técnicamente.

- Saber para valorar: valorar es desarrollar la capacidad humana de discernir lo que le interesa y quiere, con capacidad de afrontar dilemas; es aprender a escuchar los fundamentos de otros, respetándolos como válidos; es educar en el desarrollo del juicio moral integrando todos los saberes con un sentido humanizador. Como dice el autor, hacen falta profesionales capaces de ayudar a las personas a crecer, de enseñarles a convivir, de abrirles el camino del bien y de la verdad.

o Es una tarea enriquecedora: trabajar con seres humanos encierra una posibilidad enorme de

desarrollo personal y social. Una formación que permita al profesorado conseguir su desarrollo personal y social de forma óptima conlleva la necesidad de unos estudios que aseguren el conocimiento del saber para participar.

- Saber para participar: la participación es un elemento esencial en el

desarrollo humano por su condición de ser social. Participar es: ü Compromiso con los sucesos y los acontecimientos cotidianos.

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ü Tomar partido: expresar lo que se quiere. Dar cuenta de los propios ideales. Tener posición.

ü Tomar parte: desarrollar el sentido de implicación tomando decisiones que nos vinculan a otros.

ü Aprender a convivir, a compartir disentir.

o Es una tarea gratificante: los profesores constituyen eslabones silenciosos en la cadena que conduce a la humanidad hacia el progreso y la mejora. Es importante que se forme al profesorado en el saber para conocer: el profesor necesita adquirir contenidos para poder transmitirlos.

- Saber para conocer: el aprendizaje es un hecho esencial en el ser humano.

El le da las herramientas para ubicarse en el presente y le otorga la capacidad para actuar en el futuro inmediato. Tiene una finalidad teórica/instrumental. Es importante para el profesor conocer para desarrollar: ü La provocación de asombro en el alumnado y ganas de indagar sobre la

condición humana y su relación con el mundo. ü El deseo del alumnado de conocer su entorno para desarrollarse. ü Las capacidades del alumnado para actuar libre y autónomamente

El autor dice que enseñar es una forma de ganar la vida de otros. Esa gran responsabilidad que va implícita en ser profesor hoy requiere una mayor profesionalización de la actividad docente, y resalta la importancia de la labor del profesorado en la sociedad actual y sus retos principales de cara a la formación de futuros profesionales: “En la mayor parte de los países una clave para mejorar el rendimiento del alumnado y la calidad del sistema educativo estriba en la formación inicial y permanente del profesorado, así como en su continua incentivación y motivación” (Informes Europeos). Se trata de que el profesorado desarrolle competencias profesionales y competencias personales que le permitan:

ü La reflexión ü La resolución de problemas ü La investigación e innovación

La tarea de enseñar, vivida con entusiasmo, resulta apasionante. Para vivirla con entusiasmo hay que tener sobre ella un conocimiento especializado. Hay que amarla, dice el autor. 1.2. Modelo de una enseñanza de calidad y perfil general del profesorado de

educación secundaria obligatoria y bachillerato, formación profesional y enseñanza de idiomas.

En este artículo podemos extraer las siguientes notas relativas al perfil del docente:

o Combina conocimientos científicos y didácticos. Esto se desprende del texto cuando el autor alude a Emilio Lledó: No se gana la vida de los otros metiendo en su cabeza datos y conocimientos inertes sino enseñándoles a pensar y a convivir.

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o Transforma sus propios conocimientos en elementos de aprendizaje. Este rasgo del perfil del docente podría deducirse de la referencia a una frase de Arturo Graf: Excelente maestro es aquel que, enseñando poco, hace nacer en el alumno un deseo grande de aprender. Además, destaca el autor que los profesores forman un grupo humano que tiene por oficio compartir todo lo que saben.

o Tiene conciencia social . Dice que autor que es difícil ser profesor también porque

cada persona es un mundo diferente. Destaca en el texto la tarea humana del profesor: ¿Qué hay semejante a ese alumbramiento en el saber, en la honestidad y en la convivencia que la tarea de educar?¿Qué hay comparable al hecho de ayudar a que las personas sean más inteligentes, más bondadosas, más felices?.

o Incorpora el entorno como parte activa del territorio educativo: esta nota que

caracteriza el perfil del docente se resalta en su alusión al artículo de Manuel Rivas: la escuela se ha vuelto más conflictiva porque cada vez alberga más tiempo de vida, más complejidad. Es el espacio de la familia y de la relación comunitaria lo que se ha achicado.

o Está dotado de capacidad afectiva. Esta nota característica se extrae cuando dice

que ser profesor consiste en trabajar como “materiales” complejísimos (concepciones, conocimientos, sentimientos, emociones, valores, ideas, creencias, expectativas…). Además, cuando dice que Para muchos adolescentes la amista, y también el odio, tiene por principal y casi única vía la puerta del colegio o del instituto. La conflictividad no es tanto un rechazo como un SOS.

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ARTÍCULO 2. “El adolescente en la Educación Secundaria” Referencias a los contenidos analizados en la teoría: 2.1. Necesidad de unos estudios que aseguren una formación de calidad para el

profesorado. El autor parte en este texto de la normalización de las conductas que observamos en nuestros queridos alumnos y la realidad de que quien imprime la diferencia al momento de tratar con sus alumnos, quien debe crear una verdadera relación de enseñanza-aprendizaje, es el maestro. De ahí la necesidad de que el profesorado tenga una formación de calidad, que le permita extraer al alumno, desde dentro hacia fuera, otros aspectos formativos que serán determinantes en la vida futura de los jóvenes. El gran reto educativo del siglo XXI es el de la mejora continua de la calidad en educación y para ello es fundamental que el profesor tenga una formación estrechamente ligada a su profesión mediante la propia práctica educativa. Por ello el autor destaca, como rasgo importante, que el profesor debe tener una actitud de formación y aprendizaje continuo, para adaptarse a las nuevas necesidades, a la diversidad del alumnado y a los problemas actuales en cada momento en las aulas. Esto se desprende de la reflexión que hace sobre que los docentes también fuimos adolescente. A día de hoy, uno de los aspectos más importantes que se espera del docente es que consiga que el alumno desarrolle su aspecto emocional. Y en este sentido dice el autor los sentimientos que se generan siguen siendo los mismos (aislamiento, rebeldía, resentimiento, curiosidad, etc.), quizás lo que ha cambiado son las manifestaciones conductuales de esos sentimientos. Por tanto el autor entiende que la propia experiencia de adolescencia vivida por el docente es la que puede ayudar a éste a empatizar con el alumno y hacer que surjan sus propios conocimientos. El pragmatismo es un método muy útil para ello. Además, permite que el docente, mediante su interacción con el alumno, a su vez adquiera también nuevos aprendizajes. La motivación del profesor es muy importante en este sentido. Asimismo, para que exista calidad, el docente debe mediar entre el currículo y la situación real en la que éste se desarrolla: debe establecer los nexos entre la docencia del campo de estudio determinado del que debe tener un amplio conocimiento científico y el desarrollo de las estructuras cognoscitivas, emocionales y culturales del alumnado. De ahí que el autor diga que el profesor tiene la responsabilidad de descubrir las demandas educativas reales de cada grupo, escogiendo los métodos adecuados que logren en el alumno los cambios de conducta requeridos para que sus capacidades sean aplicadas en la forma correcta. 2.2. Modelo de una enseñanza de calidad y perfil general del profesorado de

educación secundaria obligatoria y bachillerato, formación profesional y enseñanza de idiomas.

2.2.1. Retos del profesorado:

Para el autor es fundamental el papel que juega el docente para llevar a buen término la educación. En este sentido se resaltan en el texto los siguientes retos del profesorado:

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- Promover nuevos aprendizajes…

ü Que contribuyan a la educación de los alumnos como ciudadanos europeos que viven en una sociedad multicultural y tolerante teniendo en cuenta que deben enfrentarse a su desarrollo profesional.

ü Que promuevan el desarrollo de conocimientos de materias específicas, pero desde la perspectiva del aprendizaje a lo largo de la vida.

En este sentido el autor destaca que lo que marca la diferencia son los conocimientos y habilidades que cada individuo llega a desarrollar o dominar. Esto le lleva a reflexionar sobre la importancia de generar en el alumnado la experiencia de nuevos procesos más que de nuevos contenidos, preparándolos realmente para enfrentar los retos futuros que puedan presentarse a lo largo de sus vidas. El docente no sólo tiene que enseñar los conocimientos curriculares sino ir más allá, relacionar el contenido curricular con la situación real a la que se enfrenta el alumno. Tiene que enseñar a saber ser.

- Trabajar más allá de la clase.

No solo es importante el trabajo de los docentes en la escuela sino que la colaboración con los padres y otros agentes sociales es muy importante. Este reto se deduce la toma de conciencia que plantea el autor respecto al hecho de que la adolescencia es una etapa de cambios constantes. El autor afirma, y en esta afirmación a mi entender subyace un reto de trabajar más allá de la clase, que Lo que sí es una constante es el hecho de lo difícil que le resulta al adolescente asumirse como una persona que dejó de ser niño, pero que aún no es lo suficientemente maduro para ser considerado un adulto y que por lo tanto requiere ser orientado en la toma de decisiones. Este reto hace referencia a tres saberes, pues no sólo han de enseñarse contenidos curriculares y metodológicos, que sería la parte del saber, sino también hay que crear un círculo afectivo con el alumno, enseñarle a saber ser/estar. En definitiva, ha de enseñarse al alumno a saber hacer (saber + saber ser/estar).

- Reestructurar el trabajo en el aula garantizando que:

ü Se atiende a la diversidad social, cultural y étnica de los estudiantes, ü Se organizan ambientes ricos en aprendizaje ü Se facilitan los procesos de aprendizaje ü Se trabaja en grupo y en equipo,

Para lograr este reto es importante la necesidad que plantea el autor de que la conducta del adolescente debe ser normada, sobre todo dentro de una escuela. El autor entiende que ya que el alumno no sabe quién es debe al menos saber lo que se espera de él, y es la normatividad escolar la que debe marcar los parámetros que le indiquen claramente que procesos serán los que juzguen determinada conducta o bien bajo qué parámetros será evaluado un trabajo escolar.

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Conforme a esta base estructural en el aula determinada por el profesor, en la que se establecen parámetros de conducta y de formas de trabajar, se deben tratar de alcanzar las garantías mencionadas. Hay que tener en cuenta la diversidad que hay en el aula, hay que reestructurar el trabajo en aula de la mejor manera posible para contemplarla. Un buen método para ello podría ser la integración de las TIC en situaciones de aprendizaje formal y en la práctica profesional, pues éstas: engloban a la diversidad y permiten acceder a un entorno virtual en el que se puede fomentar el tanto el autoaprendizaje como el aprendizaje intra grupo.

- Actuar como profesionales e incrementar la responsabilidad

individual de los alumnos:

Este reto se deduce del ejemplo que el autor desarrolla sobre educación sexual. De un lado, dice que la educación escolar puede plantear guías de una educación en los niveles informativos, nunca morales. En este sentido entiende que el docente debe trabajar de forma que se fomente la investigación y la resolución de problemas por parte de los alumnos, limitándose su intervención al ámbito informativo. De otro lado, plantea la necesidad de que los alumnos reconozcan el entorno escolar como un lugar público en donde debe imperar el respeto hacia las costumbres y valores de los demás, aceptando que las manifestaciones sexuales no deben darse dentro de este entorno. De este modo, el docente debe fomentar la responsabilidad del alumnado para con su sociedad y asumir una mayor responsabilidad en el desarrollo profesional del alumno. Este reto hace referencia al saber ser/estar. Cada persona es diferente, alude a la inteligencia emocional, tiene en cuenta las características de los estudiantes que se deben tratar de manera distinta: psicología comunicativa, inteligencia emocional, etc.

2.2.2. Formación necesaria para el profesorado: Del texto se pueden extraer los cuatro aspectos en torno a los que debe girar la formación del profesorado:

- Saber.

El autor habla del saber en el párrafo que comienza con la afirmación de que en un desesperado afán por encontrarse a sí mismo, el adolescente asume diferentes roles. Esta frase trata de la autodeterminación, del autoconocimiento, tanto del ser individual como del ser social del alumnado: el adolescente se esfuerza igual por mantener su individualidad que por pertenecer e identificarse con un grupo especial. Para que un profesor sepa llegar al alumno debe primero conocerle, saber de él. Debe, también, conocerse a sí mismo. Y debe además, en el caso del texto, tener psicología educativa con el alumnado para ayudarle a encontrase a sí mismo, ayudarle a saber. El profesor, para estar formado en el saber, debe tener:

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ü Conocimiento científico: formación específica sobre el campo de conocimiento correspondiente.

ü Conocimiento didáctico:

• Psicología educativa • Currículo específico de la especialidad (“qué” enseñar) • Desarrollo de competencias en el alumnado • Metodología y didáctica de su especialidad (“cómo” enseñar)

- Saber ser/estar.

Muchos de los retos que se plantean al docente actualmente tienen que ver con el ámbito socio-afectivo y los valores. En este texto se han comentado varias referencias del autor que están conectadas con el ámbito socio-afectivo y los valores, pero me parece que especialmente trata esta cuestión en el párrafo que explica que la mejor manera de desarrollar en el alumno el sentido de pertenencia es el trabajo en equipo. Destaca el autor que este tipo de trabajo es responsabilidad del profesor, que éste es quien debe asignar los roles que cada integrante tendrá para la elaboración del trabajo, siendo muy conveniente que los roles sean cambiados según la naturaleza de las tareas asignadas. Por eso el docente debe estar formado en el saber ser y en el saber estar. Si pretendemos conseguir un desarrollo integral de los alumnos, es necesario formar a un profesorado capaz de servir de modelo y con inteligencia emocional necesaria para plantear y resolver las situaciones de forma constructiva. Además, es necesario que el profesorado abarque relaciones con otros sectores de la comunidad educativa (otros docentes, familias, instituciones, etc.). De este modo se conseguirá una formación docente que sea eficaz para el alumnado.

- Saber hacer.

Siendo el docente un marco de referencia para el adolescente, el autor plantea que debemos cuidar nuestras acciones, para que ellas tengan una influencia positiva en su vida futura. El saber hacer aparece cuando el autor menciona las acciones del docente, y entiende que ese saber hacer implica una influencia positiva en la vida futura del adolescente. De ahí este importante aspecto que debe contemplar la formación del profesorado. Saber hacer es la suma de saber y saber ser/estar, es saber valorar. Lo que se pretende con esta formación es la cualificación profesional del profesorado:

ü que los docentes desarrollen las competencias fundamentales para su adecuado ejercicio profesional;

ü que sepan resolver los retos que les planteará el proceso educativo. ü que sepan aplicar conocimientos adquiridos y crear nuevas respuestas a

nuevas situaciones

- Saber aprender.

El profesorado debe ser capaz de actualizar sus conocimientos según los cambios en la sociedad. Este saber aprender se desprende de la crítica que el autor

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hace a los tres tipos de maestro que plantea en el artículo: (i) el maestro estricto en extremo, que no logra establecer una comunicación adecuada entre alumno y maestro; (ii) el maestro paternalista, lo peor es que el maestro asume esta actitud no para proteger a los alumnos, sino para protegerse él mismo; (iii) el que se baja totalmente al nivel del adolescente, perdiendo el sentido de autoridad, creando un caos en sus clases.

Para el autor lo mejor es ofrecer al alumno un maestro que haga valer su autoridad, pero que al mismo tiempo los haga sentirse cómodos, con la confianza de acercarse a él para que les resuelva cualquier tipo de duda, ayudándoles de esta manera a encontrarse consigo mismo y superar de la mejor manera posible tan difícil etapa. El autor habla de la autoridad intelectual, la autoridad del propio conocimiento, la que hace que los alumnos se den cuenta de que sabes “lo que te traes entre manos”, la que consigue su verdadero respeto. Además, habla de cercanía con el alumnado, de participación. Con su propuesta de modelo de profesor muestra un ejemplo de actualización de los conocimientos de la profesión docente, una superación de los anteriores modelos de profesorado para proponer nuevos modelos eficaces como el que plantea, habla de saber aprender.