El Principio

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El principio escolástico se basa en el predominio absoluto de la Autoridad intelectual, proveniente en última instancia de la revelación divina, en detrimento tanto de la razón humana como de la experiencia de los sentidos . La Iglesia recogió parte del saber clásico personalizado en Aristóteles , reinterpretado y conciliado con la teología y la moral cristiana . En todo el pensamiento escolástico la justicia es la cuestión principal. Tal y como afirma Chafuen la principal pregunta que se formularon los escolásticos fue ¿Qué es lo justo?. Y bajo este punto de vista analizaron los problemas teológicos, económicos, políticos o sociales. El propósito de sus obras estaba dirigido a guiar la toma de decisiones en los distintos ámbitos del actuar humano, ya que el hombre, en virtud de su libertad, se enfrenta continuamente a la tarea de decidir la conducta que debe adoptar en cada situación concreta. Para tomar esas decisiones de comportamiento y actuar de forma correcta, es decir justa, los doctores escolásticos consideraron que el hombre debía acudir a la ley natural y a la recta razón, de manera que la naturaleza se convierte en criterio de moralidad fundamental. El considerar la ley natural como principio fundamental de la moralidad queda justificado si tenemos en cuenta el planteamiento antropológico defendido por los escolásticos según el cual la naturaleza de las cosas determina su comportamiento o su modo de actuar. Es decir, cada sustancia tiende a comportarse de acuerdo a una forma de ser que le es propia, acorde con su naturaleza. Esa forma de ser propia de cada sustancia es la que le hace comportarse de un modo o de otro según su naturaleza. Como Dios es el creador de las sustancias, es en definitiva El que impone esa ley natural implícita en cada sustancia. De forma que la ley divina siempre tiene que ser conforme a la ley natural, no tendría sentido que la ley del creador no coincidiera con la ley de lo creado, por lo que la ley natural nunca es incompatible con la ley de Dios. En definitiva de acuerdo con la idea de universo ordenado (cosmos), presente en la tradición escolástica, la ley eterna gobernaba todas las cosas y la ley natural era la participación en la ley eterna, y permitía distinguir el bien y el mal. El hombre a la hora de actuar y tomar decisiones debe comportarse de acuerdo a esa ley natural que es propia de su naturaleza, pero cuyo conocimiento no controla totalmente. Es decir el agente económico no

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El principio escolástico se basa en el predominio absoluto de la Autoridad intelectual, proveniente en última instancia de la revelación divina, en detrimento tanto de la razónhumana como de la experiencia de los sentidos. La Iglesia recogió parte del saber clásico personalizado en Aristóteles, reinterpretado y conciliado con la teología y la moral cristiana .

En todo el pensamiento escolástico la justicia es la cuestión principal. Tal y como

afirma Chafuen la principal pregunta que se formularon los escolásticos fue ¿Qué es lo

justo?. Y bajo este punto de vista analizaron los problemas teológicos, económicos,

políticos o sociales. El propósito de sus obras estaba dirigido a guiar la toma de

decisiones en los distintos ámbitos del actuar humano, ya que el hombre, en virtud de

su libertad, se enfrenta continuamente a la tarea de decidir la conducta que debe

adoptar en cada situación concreta. Para tomar esas decisiones de comportamiento y

actuar de forma correcta, es decir justa, los doctores escolásticos consideraron que el

hombre debía acudir a la ley natural y a la recta razón, de manera que la naturaleza se

convierte en criterio de moralidad fundamental.

El considerar la ley natural como principio fundamental de la moralidad queda

justificado si tenemos en cuenta el planteamiento antropológico defendido por los

escolásticos según el cual la naturaleza de las cosas determina su comportamiento o

su modo de actuar. Es decir, cada sustancia tiende a comportarse de acuerdo a una

forma de ser que le es propia, acorde con su naturaleza. Esa forma de ser propia de

cada sustancia es la que le hace comportarse de un modo o de otro según su

naturaleza. Como Dios es el creador de las sustancias, es en definitiva El que impone

esa ley natural implícita en cada sustancia. De forma que la ley divina siempre tiene

que ser conforme a la ley natural, no tendría sentido que la ley del creador no

coincidiera con la ley de lo creado, por lo que la ley natural nunca es incompatible con

la ley de Dios. En definitiva de acuerdo con la idea de universo ordenado (cosmos),

presente en la tradición escolástica, la ley eterna gobernaba todas las cosas y la ley

natural era la participación en la ley eterna, y permitía distinguir el bien y el mal.

El hombre a la hora de actuar y tomar decisiones debe comportarse de acuerdo a esa

ley natural que es propia de su naturaleza, pero cuyo conocimiento no controla

totalmente. Es decir el agente económico no tiene un conocimiento perfecto de la ley

natural que está implícita en su naturaleza. Su percepción de la ley natural es

imperfecta y limitada de forma que el sujeto debe decidir en un contexto de

incertidumbre acerca de la conducta que debe seguir en cada caso y aquí entra en

juego la recta razón, que es la que debe ayudar al hombre a tomar las decisiones libres

de actuación, tratando de que esas decisiones sean coherentes con la ley natural

implícita en su naturaleza.

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En definitiva la ley natural sería el marco general de comportamiento que debe

determinar el comportamiento humano, y la recta razón sería la encargada de aplicar

ese marco general a cada situación particular, a cada caso concreto, por tanto una

decisión sería racional en la medida en que fuera coherente con la aplicación de la

recta razón a cada situación particular.

Los doctores escolásticos atribuyeron a la razón humana la tarea de particularizar o

singularizar los principios generales de la ley natural. Y como esta recta razón

desempeñaba un papel fundamental en la toma de decisiones resultaba fundamental

conocer como actuaba. La recta razón sirve como mediadora entre los principios

morales generales, la ley natural y las circunstancias, el caso concreto y así poder

tomar en cada momento la decisión correcta, es decir la justa. Este esquema de

actuación es válido para todas las decisiones que debe tomar el hombre y se aplica

también por supuesto a los problemas económicos y a todos los que se derivan de la

actividad económica y el mercado, donde el concepto de justicia adquiere un

protagonismo singular.

Como conclusión podemos afirmar que el esquema de actuación escolástico es un

programa de defensa de libertad. Es el hombre el que, libremente y de acuerdo a su

naturaleza, decide en cada momento su actuación. Por eso en los fundamentos de la

economía de libre mercado hemos de reparar en los escolásticos, cuyas enseñanzas

defienden que la libertad no es un añadido al hombre sino parte esencial de su

naturaleza que debe estar presente en todas sus acciones y por tanto también en sus

decisiones económicas. Por eso el libre mercado no es defendido sólo por su mayor

eficiencia económica sino porque es acorde a la naturaleza humana. Esta es la clave de

la defensa por parte del humanismo cristiano del libre mercado

El pensamiento económico medieval surgido en la cristiandad latina de Europa Occidental que desarrolló el feudalismo y la filosofía escolástica, se centró en cuestiones éticas como la pobreza y la caridad, el precio justo, la relación conceptual entre el beneficio, el interés y la usura; y en determinadas especulaciones acerca de la teoría del valor, que en algunos casos podrían asimilarse a las posteriores teorías que lo identifican con el trabajo, y en otras con el precio de mercado. El cristianismo introdujo el concepto de la inequitud en la riqueza y poder en manos de unos pocos mientras la gran mayoría permanecía en la pobreza. Los pensadores cristianos de la Edad Media, entre ellos Santo Tomas de Aquino, debatieron el problema del precio y de la ganancia, desde el punto de vista de si era correcto o pecaminoso obtener ganancias a partir del intercambio de mercadería.

Definición y rasgos generales de La Escolástica

La Escolástica es un método especulativo filosófico-teólogico desarrollado, difundido y cultivado en las escuelas de la Europa del Medievo desde el Imperio carolingio al

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Renacimiento. Las escuelas filosóficas que albergaron este pensamiento se localizaron en catedrales y conventos para, más adelante y en especial durante el siglo XIII, pasar a las universidades.

En una definición más extensa, se conoce como Escolástica al movimiento doctrinal que, sin emplear el movimiento racional-conceptual que se enseñaba en las escuelas, se mueve en el mismo entorno y contexto. Buen ejemplo de esto sería la mística así como buena parte de la filosofía musulmana y judía que, a lo largo del período señalado, entró en contacto con la filosofía de la Escolástica propiamente dicha. El movimiento escolástico se manifestaba a través de dos vertientes: la enseñanza y las formas literarias. La base de la enseñanza en las escuelas fueron las artes liberales, divididas en el trivium -gramática, dialéctica y retórica- y el quadrivium -aritmética, geometría, música y astrología-.

Desarrollo de la filosofía escolástica

La filosofía escolástica se divide en tres períodos: formación, del siglo IX al XII; apogeo, durante todo el siglo XIII y, finalmente, un período de transición a la filosofía moderna. El apogeo de la Escolástica se debió en buena medida a la labor de la Escuela de Traductores de Toledo que difundió las obras de Aristóteles a través de las traducciones al árabe y al latín. Pese al recelo inicial con el que fueron acogidas, terminarían por integrarse plenamente en el conjunto de dicho sistema filosófico.

Autores destacados

1.      Alberto magno (1193/1206? - 1280)

Alberto Magno fue el primero de este grupo de profesores, nació en territorio de la actual Alemania, estudió en Padua y enseñó en varias de las pocas universidades existentes por esa época en Europa. Investigó en botánica y química, y se le reconoce el descubrimiento del arsénico en 1250. Estando en la universidad de París tradujo, clasificó y comentó textos antiguos entre otros los de Aristóteles, hecho que le dio la

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oportunidad de producir un análisis económico a partir de lo expuesto por este autor.

Siguiendo la tesis del precio justo aristotélico Alberto Magno condenó el monopolio por ser una confabulación para manipular los precios, cuya sanción debía ser la restitución del beneficio obtenido mediante este ilícito. Alberto Magno argumentó que existía un orden natural y un orden económico, con dos valoraciones diferentes en cada uno de estos; en

2.    Santo Tomás de Aquino (1225-1274)

Santo Tomás, un filósofo y teólogo italiano, fue el más importante de los escolásticos; fue hijo de una familia noble, nació en Italia cerca de la ciudad de Aquino, estudió en el monasterio benedictino de Montecassino y en la Universidad de Nápoles. Fue profesor de de Filosofía en la Universidad de París y consejero del papa Alejandro IV. Uno de sus hechos más famosos fue la confrontación que tuvo con los filósofos averroistas sobre filosofía y revelación

Santo Tomás reforzó un poco la teoría del valor aristotélica sin dejar a un lado la moral cristiana de la época, es por eso que no llegó del todo a crear una teoría concreta del valor de manera racional como la que surgió más adelante. Santo Tomás habló de un orden natural de acuerdo a la creación de Dios, y su teoría de la demanda es una simple noción entre la relación de la utilidad humana de los bienes en comparación con el lugar que ocupan en el orden natural de la creación.

Santo Tomás, con un toque moralista, fue el primero que intentó justificar la propiedad privada, y se convirtió en referencia para la elaboración de las teorías de muchos autores que después trabajaron este punto. El argumento de Santo Tomás fue que si bien bajo la ley natural toda propiedad es comunal, la propiedad privada no entraba en contradicción por ser un añadido, algo que explicó con el siguiente ejemplo: La desnudez concuerda con la ley natural puesto que la naturaleza no provee de ropa al hombre, sin embargo la ropa se añadió a la desnudez en beneficio del

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mismo hombre; de la misma forma la propiedad privada no existe en la naturaleza pero se inventó para beneficio de la humanidad pues estimula el trabajo.

No obstante Aquino creía que el Estado debía regular la propiedad privada y distribuir sus frutos aunque, siguiendo a Aristóteles, aceptaba como un hecho su distribución desigual con el argumento de que cada uno debe recibir de acuerdo con sus necesidades y que estas necesidades son diferentes para cada estrato de la sociedad.

Santo Tomás reafirmó la teoría aristotélica del valor respecto a la doble medida de los bienes (valor de uso, valor de cambio), pero introduce la necesidad (indigentia) en la teoría de los precios, un aspecto que acerca la noción de precio justo al precio de mercado. Para la escolástica indigentia era ―la cantidad deseada en relación con la que está disponible‖ (Ekelund, 1992, pág. 32).

Aquino afirmó que la producción y el intercambio en el mercado no reñían con la ética cuando se realizaba para satisfacer las necesidades de las partes; quienes producen para el mercado actúan de manera equitativa si lo hacen para mejorar el bienestar de sí mismos o de los demás y si sus precios son justos. Para este autor, como lo fue para Alberto Magno, el precio justo es el precio natural o de mercado, tal como lo establecía el Código de Justiniano.

Aquino, como Aristóteles, en una primera etapa condenó el cobro de intereses por los préstamos por considerar que el dinero era sólo un medio de cambio que no satisfacía necesidades, que por eso era estéril y no daba derecho a la percepción de intereses. Tampoco la duración del préstamo daba derecho a tales intereses puesto que el tiempo es un bien otorgado por Dios a todos y nadie tiene derecho a apropiárselo. Posteriormente aceptó que podía hacerse una diferencia entre la usura y el interés, dejando este último para los casos en que el dinero prestado se invertía en la producción y el comercio.

Aquino también habló con mucha claridad sobre el costo de oportunidad al referirse que cuando alguien hace un fuerte sacrificio al vender una mercancía tiene derecho a cobrar un

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sobreprecio, sin embargo no aprueba incremento de precio alguno cuando ese sacrifico sea ordinario pues estaría vendiendo algo que no le pertenece.

3-   Otros autores

Al igual que Santo Tomás, Enrique de Frimaria (1245-1340) se interesó por el tema de la necesidad, pero a diferencia de Aquino lo analizó como la necesidad común de algo que es escaso, es decir, de forma agregada tal como lo vemos hoy en las teorías macro. Concluyó que si la necesidad determina el valor de algo que es escaso (teoría subjetiva del valor), no hay razón para que el precio de ese bien se eleve cuando hay abundancia.

Jean Buridan (1300-1358), francés alumno de Guillermo de Ockham (1285-1349) y rector de la Universidad de París, hizo un importante avance en el concepto de demanda efectiva al relacionar las necesidades y el poder adquisitivo, afirmando que ―la conjunción de cierto número de consumidores y su capacidad de pago contribuyen a la formación de un estado de los negocios justo y normal en el mercado‖ (Eekelund y Herbert, 1992, pág 32). Los aportes de Buridan se encaminaron al estudio por separado de la oferta y la demanda. Al igual que Aquino, consideró una doble regla en la teoría medieval del precio.

Nicolás de Oresme (1323-1382), un francés alumno de Jean Buridan, fue probablemente el pensador más original del siglo XIV y uno de los principales fundadores y divulgadores de las ciencias modernas. En contraposición del tomismo aristotélico le reconoció al dinero un valor no convencional sino real, dado el hecho de que se componía de metales preciosos y avanzó en la idea de que la moneda mala desplazaba la moneda buena (se conoce hoy como la ley de Gresham).

Antonio de Florencia (1389-1459), arzobispo de Florencia, y Bernardino de Siena (1380-1444) sintetizaron el pensamiento escolástico y avanzaron hacia un concepto subjetivo del valor, argumentando que el precio de un bien no depende sólo de la

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utilidad o de su capacidad de satisfacer necesidades sino también de su escasez y del deseo de las personas de satisfacer una necesidad.

3.    Escuela de Salamanca

La Escuela de Salamanca fue un grupo de juristas españoles del siglo XVI alumnos de Francisco de Vitoria (1486-1546), y formados en la Universidad de Salamanca que se dedicaron al pensamiento económico motivados por la notable inflación generada por la llegada de metales preciosos desde las colonias en América. Dado que en su mayoría eran clérigos, su inquietud tenía un interés doctrinal; su punto de partida fue la explicación que sobre la usura hizo Santo Tomás de Aquino en la Summa Theologiae; entendieron que la misma moneda tiene un valor que depende del contexto económico, hecho que justificaba los tipos de cambio en particular en los préstamos a interés. La mayoría aceptaba el cobro de intereses en condiciones lícitas desde el punto de vista católico; otros como Domingo de Soto (1494-1570) estaban en desacuerdo.

Martín de Azpilcueta (1493-1586) controvirtió la tesis aristotélica sobre la esterilidad del dinero y expuso la teoría cuantitativa del dinero una década antes de que lo hiciera Jean Bodino (1530-1596). Con Diego de Covarrubias (1512-1577), alumno de Azpilcueta y redactor de los decretos del Concilio de Trento, las teorías de la Escuela de Salamanca se convirtieron en una doctrina oficial de la Iglesia y parte del derecho canónico.