El Personaje - terror

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¡Bedankos! El monstruo de su imaginación. Un ser repelente, creado mientras escribía unas páginas fantásticas de terror prefabricado, estaba allí, ante él, asomando por la puerta del estudio. Quiso gritar… quiso pedir ayuda a Sussie, pero no pudo. Vio las manos del monstruo que se acercaban a su garganta… Que se acercaban más y más. Intentó gritar otra vez, pero sus cuerdas vocales se negaron a obedecerle. Sus ojos, extrañamente dilatados, vieron la horrible faz de su criatura que se acercaba con la misma extraña sonrisa con que lo había descrito en escenas análogas a las que él mismo estaba viviendo en esos momentos. Luego, las manos… Aquellas manos frías, tan frías como las de un muerto, se posaron en su cuello y comenzaron a apretar. No… No era posible pedir socorro. La pesadilla o la realidad habían minado por completo su valor. Michael sabía que estaba a merced de algo irreal… tremenda e inexplicablemente irreal…

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Vic Logan

Transcript of El Personaje - terror

  • Bedankos!El monstruo de su imaginacin. Un ser repelente, creado mientras escriba unas pginasfantsticas de terror prefabricado, estaba all, ante l, asomando por la puerta del estudio.Quiso gritar quiso pedir ayuda a Sussie, pero no pudo. Vio las manos del monstruo que seacercaban a su garganta Que se acercaban ms y ms.Intent gritar otra vez, pero sus cuerdas vocales se negaron a obedecerle.Sus ojos, extraamente dilatados, vieron la horrible faz de su criatura que se acercaba con lamisma extraa sonrisa con que lo haba descrito en escenas anlogas a las que l mismoestaba viviendo en esos momentos.Luego, las manos Aquellas manos fras, tan fras como las de un muerto, se posaron en sucuello y comenzaron a apretar.No No era posible pedir socorro. La pesadilla o la realidad haban minado por completo suvalor. Michael saba que estaba a merced de algo irreal tremenda e inexplicablementeirreal

    Windows 7Texto tecleadoEl personaje - Vic Logan

  • CAPTULO PRIMEROSi aquella noche, Michael no hubiese estado bebiendo ms whiskys de los que sola

    beber en circunstancias normales, se hubiese asustado.Pero Michael Lescott estaba demasiado borracho para pensar.Se haba retirado a su estudio despus de la fiesta. Tena el papel en la mquina de

    escribir y un centenar de folios emborronados. Era su ltima novela, una ms. Michael era unprofesional, de los buenos, de los que escriben por encargo y tienen la obligacin de saberescribir todo aquello que los editores juzgan que los lectores deben leer.

    Pero Michael era un autor consciente. No trabajaba pensando nicamente en los buenosestipendios que le proporcionaban sus novelas; Michael disfrutaba escribiendo y se entregabaen cuerpo y alma al ltimo encargo de su editor.

    Michael no saba vivir sin su mquina de escribir, sin su pensamiento constante hacia elnuevo tema que tena que desarrollar. Michael no se acostaba nunca sin sentarse siquieraunos instantes frente a unas cuartillas, aunque aquel da no lo hubiera destinado a su trabajo.

    Y aqul era uno de esos das, mejor dicho, una de esas noches, porque Michael jamsestaba inspirado si no era de noche.

    Lleno de alcohol gracias a la fiesta de la que acababa de regresar, y no era su costumbreasistir a fiestas, despidi a su esposa con un beso, prometindole:

    Antes de que te duermas estar contigo.No tardes, Michael murmur ella, menos bebida, pero alegre y soolienta.

    Promtemelo Esta noche no tardes.No, Sussie. No tardar sonri l, consciente de sus palabras, aunque ella saba

    sobradamente que, frente a la mquina de escribir, su Michael, que por otra parte le adoraba,sola perder la nocin del tiempo.

    No tardar. Esta noche, no Estoy cansado y me apetece estar contigo repiti. Note duermas.

    Y Michael entr en el estudio y prendi fuego a un pitillo. Luego se sent frente a lacuartilla inconclusa, que tena frente a la mquina de escribir.

    Se sonri abiertamente y murmur:Bedankos! Vaya nombrecito se me ocurri! Bedankos Bueno, pero es un nombre

    que suena Lo malo, mi querido monstruo, es que ahora tengo que matarte. Y es lstima,porque me resultabas un monstruo simptico Veamos ah hay cien folios escritos; ya no tequeda mucho tiempo de vida, querido Bedankos, tengo que empezar el final Tu final.

    Reley la ltima pgina escrita de su novela y aadi en voz alta:Bueno No te enfades conmigo T eres el malo de mi novela y tienes que morir,

    pero conservar tu carcter para otra ocasin Maldita sea! Ahora a la gente les da porleer cosas de monstruos repelentes Acaso el mundo no est lleno de monstruos con unrostro hermoso? Pero no Todos quieren que los monstruos sean adefesios, fesimos,repelentes y de largas uas Perdname, Bedankos, tendrs otra vida, vivirs otro mundo. Telo crear para ti; un mundo donde los monstruos sean precisamente las personas a las queahora nos llaman normales

    Aplast el cigarrillo en el cenicero y solt una carcajada. A veces, Michael se divertahablando con sus personajes.

    Yo os dejo vivir A veces, mucho ms de lo que me haba propuesto E incluso medejo guiar por vosotros, os doy carta blanca Pero si os he criado malos, debis morir Yono he dictado estas leyes, sabis? Lo quieren as Los monstruos deben morir, los malos

  • Con los que he matado, el mundo debera ser una balsa de aceite! Lo siento, BedankosY Michael lanz un bufido. Le molestaba tener que excusarse con sus personajes. A

    veces se senta dominado por ellos mismosSe dio cuenta de que el whisky que llevaba en el cuerpo le dominaba demasiado y

    aadi:Es mejor que me vaya al lado de Sussie S, es mejorConsciente de sus deberes de buen marido, Michael pens que estaba demasiado

    cargado y que, de seguir bebiendo, acabara disgustando a su mujer.Para Michael, Sussie era algo excepcional, no poda tratarla como a una mujer cualquiera.

    Era la suya, su esposaMe tomar un caf bien cargado y saldr un poco al jardn antes de ir con ella se dijo

    a s mismo en voz alta.Tena una casa magnfica, cmoda, confortable y sin que le faltara detalle.Para el caf le bastaba pulsar un botn de la cafetera express, siempre cargada y con el

    agua justa. Un par de minutos y era suficiente para que una taza de aromtico moka llenarauna buena taza.

    Luego el jardn de la casa, perfumado, cuidado como un buen parque. S, Michael habaconseguido de la vida todo cuanto poda desear.

    Tom el caf y sali al jardn. Tras l quedaron las luces indirectas de la formidable salade estar, y las luces de su estudio, y una esposa amante, joven y hermosa, que le aguardabaimpregnada del mejor perfume. Michael volvi a entrar ms animado y sonriendo feliz.

    Esta noche, Sussie; maana terminar la novela y pasado Oh! Demasiados planesEntr en el estudio y al dirigirse a apagar la luz observ de nuevo los folios escritos;

    parecan como como si alguien se hubiese entretenido mordisquendolosEstaban as antes?Michael no hubiera podido jurarlo.Se aproxim ms y los pas entre sus dedos Resultaba curioso, muy curioso. Los folios

    escritos tenan algunos agujeros, como hechos a propsito Agujeros que coincidan siemprecon la intervencin de cierto personaje de su relato.

    Bedankos! exclam Michael, dndose cuenta de ello.Era cierto. Donde apareca el nombre de Bedankos, pareca como si una hoja de afeitar lo

    hubiera cortado; o acaso unas uas muy afiladasIncluso la pgina que tena en la mquina Aquel nombre Bedankos, las situaciones,

    todo haba sido cortado, no borrado; cortado, suprimido.No No Debo estar ms borracho de lo que creo coment Michael en voz alta.Busc desesperadamente, convencido de que todo aquello no suceda de verdadA veces me ha ocurrido Creo vivir algo y de pronto despierto ySe interrumpi al comprobar que todo lo escrito presentaba las mismas anomalas.No, no No es verdad Si ahora mismo me lanzo a la piscina del jardn me

    despertar Seguro que estoy dormido yLa luz del estudio se le antoj ms opaca, menos brillante como si una extraa

    atmsfera dominara una nueva y desconocida situacinAll apenas poda verse nada Por qu aquella extraa y repentina oscuridad?No hay duda de que estoy soando se repiti Michael para autotranquilizarsePero la voz Aquella voz que surgi de alguna parte, retumbando por todo el estudio, le

    produjo un escalofro.Luego la figura Una figura que l conoca perfectamente:Bedankos!

  • CAPTULO IIBedankos!El monstruo de su imaginacin. Un ser repelente, creado mientras escriba unas pginas

    fantsticas de terror prefabricado, estaba all, ante l, asomando por la puerta del estudio.Tiene gracia! exclam Michael. Eres tal como te he imaginado. Anda, lrgate!

    Estoy ms borracho de lo que supona. EstoyLa voz del escritor se hel en su garganta al escuchar la respuesta de quien crea que

    segua siendo un ser irreal, una aparicin alucingena.No te ras, Michael. Ningn padre tiene derecho a rerse de sus criaturas Y yo soy una

    criatura tuya.La voz Aquella voz tambin era idntica a la que l hubiese puesto a su monstruo de

    ojos separados, mirada bizca y frente demasiado ancha.Reniego del padre que me dio el ser Reniego de ti De todas las estupideces que

    me haces vivir sigui Bedankos, y avanz unos pasos ms hacia Michael que quedinmovilizado en la butaca, con los nervios agarrotados y sin apenas voz con que poderreplicar.

    No, no Esto es demasiado Estoy mal murmur, como disculpndose consigomismo.

    Pero el monstruo dio otro paso y su mirada, dura e inflexible, tal como el propio Michael lahaba descrito, pareca desnudarle y clavar en l aquellos ojos negros, afilados comocuchillos.

    T me has hecho protagonista de acciones repelentes He matado a hombres slo porel placer de matar. Lo he hecho sin lgica, porque sin lgica me has creado

    No, Bed, no, escucha trat de replicar el escritor.Escchame t Has hecho que cometiera violencias, que desgarrara finos y delicados

    cutis, con esas uas repelentes que has ideado para mi personaBed Ten calma T no eres real. T T Se interrumpi, extraado de su

    propia voz, de su propio proceder, y rectific: Vete al infierno! Cmo puedo estar hablandocon una persona que no existe?

    Cmo te atreves a dudar de mi existencia, Michael? T eres el ltimo que puedesdudar de m Si no crees en mi persona y en el poder que t mismo me has dado Enquin vas a creer entonces?

    Maldita sea! Puedo borrarte de un plumazo, de una tachadura puedo hacerte de otramanera. No lo entiendes, monstruo presuntuoso? No eres nada. Yo soy tu creador!

    No eres nada Slo un nombre que alguien te dio como a mCmo puedes hablar as? Oh! Bed Dejmoslo Estoy bebidoHablo as porque t me enseaste. Cito las frases que t pusiste en mi boca, como

    cuando asesino a Susan.Susan?Una de las chicas a las que creaste para que engrosara el haber de mis vctimas Oh!

    Ni siquiera te acuerdas de lo que tu imaginacin creaBed, Bed Djame en paz. Y Michael se pas una mano por el rostro, arrepentido

    una vez ms de estar hablando consigo mismo de dar crdito a aquella aparicin.Pero Bedankos haba avanzado hasta situarse en pie, muy cerca de l. Tan cerca, que

    Michael poda tocar sus largas piernas con sus manos.Mir hacia el rostro del monstruo, con sus dos metros y diez centmetros de estatura, como

  • l mismo haba descrito.Se fij en sus dientes, demasiado largossta es la peor de las pesadillas que he tenido en mi vida.Se tap los ojos con las manos y grit:Sussie! Sussie!Senta la necesidad de hablar con su mujer, o con quien fuera.Necesitaba ayuda y valor para salir de aquella situacin extraa, incomprensible.Qu diablos llamo! exclam. Estoy borracho, borrachoTrat de levantarse, pero sinti una pesada mano en su hombro, con una fuerza que le

    impeda moverse.Era la mano de Bedankos!Una mano con fuerza suficiente para detener un coche en marcha Un coche en marcha.

    As rezaba una de las frases de su inconclusa novela.Fuera! grit el escritor, en un alarde de valor, decidido a enfrentarse con la criatura.Pero Bedankos le oblig a levantarse, sujetndole con fuerza por los hombros y

    obligndole a sentir el dolor de sus poderosas manos.No, Michael No T tambin tienes que sufrir las consecuencias de mi poder Soy

    obra tuya No puedes librarte de m.Intent forcejear con su personaje. Lo hizo como si realmente existiera, aunque Michael

    segua pensando que se trataba de un mal sueo.Fue intil. Su monstruo le poda, sin esforzarse demasiado.No huyas de la verdad, Michael. No ests borracho, pero si lo estuvieras, sera lo

    mismo; tienes capacidad para comprender que esto tena que sucederBasta, Bed Basta Te matar Ahora s cmo terminar la novela. S Me has dado

    la idea que necesitaba T te lo has buscado, y tu muerte ser ms horrible, ms espantosa yms

    Cllate, hijo de perra! grit el monstruo. Te maldigo, te maldigoAquellas palabras tambin sonaban en la mente del escritor como puestas en boca de

    otros personajes de su relato.Y Michael sinti un escalofro.Tengo que librarme de l dijo, casi en voz alta.Intent reunir las fuerzas que la noche de fiesta y el licor le mermaban, para librarse

    definitivamente de aquella visin real o ficticia.Logr ponerse en pie, pero cuando intent desplazar al monstruo se sinti empujado

    hacia atrs.No puedes conmigo. Me has hecho indestructibleY en aquella confusin, echado de nuevo sobre la butaca, inmovilizado por la proximidad

    del monstruo, Michael crey or la voz de su mujer.Querido! Tardars mucho todava?Quiso gritar quiso pedir ayuda a Sussie, pero no pudo. Vio las manos del monstruo que

    se acercaban a su garganta Que se acercaban ms y ms.Intent gritar otra vez, pero sus cuerdas vocales se negaron a obedecerle.Sus ojos, extraamente dilatados, vieron la horrible faz de su criatura que se acercaba con

    la misma extraa sonrisa con que lo haba descrito en escenas anlogas a las que l mismoestaba viviendo en esos momentos.

    Luego, las manos Aquellas manos fras, tan fras como las de un muerto, se posaron ensu cuello y comenzaron a apretar.

    No No era posible pedir socorro. La pesadilla o la realidad haban minado por completo

  • su valor. Michael saba que estaba a merced de algo irreal tremenda e inexplicablementeirreal

  • CAPTULO IIINo! No! Sultame! grit Michael, en un grito espantoso que reson por toda la

    estancia.Se incorpor de un salto y entonces se dio cuenta de que se hallaba en la cama, en su

    habitacin, en el lecho que comparta con su esposa.Busc a tientas la luz, y el cuarto qued iluminado.Mir en derredor hasta llegar de nuevo al punto de partida, que era s mismo.Casi ni siquiera haba advertido la ausencia de su mujer. Estaba solo en la cama. Michael

    siempre sola despertar solo en la cama, porque tambin era corriente que se acostara muy demadrugada; prcticamente, a la hora en que Sussie se levantaba para desayunar.

    Consult su reloj. Era medioda. Tambin era lgico que despertara a aquella hora.Sussie! llam, pero nadie le respondi.Con la cabeza pesada y el cuerpo doliente, se puso en pie. Senta la sensacin de la

    resaca; los desagradables sntomas de una noche molesta y fatigosa, cuyo sueo no halogrado mitigar.

    Se dirigi hacia el amplio ventanal para abrir los pesados cortinajes y las persianas, conlo que la radiante luz del medioda inund la estancia.

    Mir de nuevo en su derredor, con el aspecto de quien todava no est seguro de dndese halla ni de dnde procede.

    Sussie! volvi a llamar, dirigindose hacia la puerta.Necesitaba un buen caf, y como ella no responda, se dirigi hacia la cocina.La casa estaba en silencio. Sussie lo mismo poda estar en el jardn que en el invernadero

    o enRecord que era domingo. A Sussie le gustaba asistir de vez en cuando a los oficios

    religiosos, mientras l an estaba entregado al sueo. Para ir, Sussie sola tomar el coche ydirigirse hacia la pequea localidad, a tres kilmetros de aquella casa, magnficamenteemplazada, pero de alrededores desiertos, despoblados.

    Con la cabeza dolindole an, Michael sali al jardn y llam nuevamente a su mujer.Sussie!No. Ella no estaba en el invernadero ni se la vea por parte alguna.Observ, al tratar de avanzar hacia la entrada del garaje, que no llevaba nada puesto.

    Sinti un poco de fro y entr a enfundarse un batn. Entonces escuch el leve chirriar de losfrenos de un automvil.

    Creyendo que era su esposa, sali, anudndose la bata; pero al llegar al umbral de lapuerta se encontr con la amplia y siempre burlona sonrisa de su joven cuada.

    Hola, gran hombre!Bella! exclam Michael, reconocindola. Cre que se trataba deTe dedicas a salir de este modo, para pasear por el jardn? O te inspiras para una

    novela cuya accin debe desarrollarse en plena selva?Michael, confuso an, no acert a contestar. Quien lo hizo fue el hombre que sali del

    auto. Era Rennie. El prometido de su cuada.No hagas caso a tu cuada, Michael. Ya conoces a Bella. Ella quiere ignorar siempre

    que cada cual en su casa hace lo que ms le apetece Y te admiro sinceramente por poderlohacer

    Hola, Rennie Tenis que perdonarme. Yo buscaba aAl contrario! se disculp el novio de Bella. Tienes que perdonarnos a nosotros. Es

  • posible que lleguemos demasiado pronto Despus de la fiesta de ayerLa fiesta de ayer repiti Michael, como un autmata. S, es verdad No he

    dormido muy bien esta noche.Apuesto a que mi despistado cuado ni siquiera recuerda que nos haba invitado a

    almorzar adujo Bella.Michael reaccion rpidamente. S, recordaba que su esposa le haba hablado de invitar a

    su hermana y a Rennie.S, s No lo haba olvidado. Pero entrad. No os quedis ahBella abri la marcha, preguntando:Dnde est mi hermanita?Pues no s Yo acababa de despertarme cuando me visteis.Di mejor que seguas dormido sonri Bella, burlona.No le hagas caso Debimos venir un poco ms tarde. Y enseguida aadi:

    Nosotros salimos a la una de la fiesta; supongo que t y Sussie todava os quedarais un buenrato.

    Pues s, s bastante aclar Michael. Yo, por las noches, siempre pierdo la nocindel tiempo.

    Y luego, conducir hasta aqu repuso Rennie. Hay un buen trecho. Menos mal que tresistes bien Ests acostumbrado a trasnochar.

    La voz de Sussie son en aquellos momentos.Michael!Es mi hermana! No dijiste que la estabas buscando? pregunt Bella.Pues s, pero Bueno, disculpadme. Vuelvo enseguida repuso el escritor, dejando a

    la pareja en el living.Bella sacudi la cabeza de un lado a otro.A veces parece que le falte un tornillo.Cierra tu precioso pico, querida. A veces resultas pesada, sin darte cuenta.Con mi dulce cuado no me importa ser pesada, querido Rennie. Te molesta que lo

    sea?Le tienes mana A veces me pregunto si eso no son celos mal reprimidos.Rennie, amor! Sonri ella, en tono tajante. Con tu imaginacin deberas ser

    escritor como Michael.No finjas, cielo. S que perseguiste con ms ahnco que fortuna a Michael antes de que

    l se fijara en tu hermanaT tambin sabes ser inoportuno cuando quieres.Digo la verdad.Desde cundo un mdico dice la verdad?Dejemos esto, Bella.Por qu, cielo? Sonri ella, hiriente.Te gusta meterte con los profesionales. Tu cuado es escritor; yo, mdicoEl mata a las personas escribiendo y t lo haces recetando Cuntas veces ests

    seguro de lo que tienen tus pacientes?No tengo una gran experiencia, Bella, pero s mucha honradez; lo mismo que tu cuado

    cuando escribe, A algunos podr parecerles literatura barata, pero entre medio sabe decirmuchas verdades y escribe bien

    Los hombres siempre os defendis unos a otros con particular energa Soisadmirables.

    Del modo que lo dices parece que los detestes Vamos! No discutamos ahora, eh?

  • Claro que no Pero me gustara saber qu diablos han estado haciendo Michael y mihermana. Bueno! Saban que bamos a venir Y ni siquiera nos esperaban Esto es unadescortesa.

    Quieres calmarte, encanto? Vamos a tomar algo, eh? Aqu, en el bar. Michael tienebuen surtido de bebidas.

    Y Rennie se dispuso a preparar un combinado para calmarle los nimos a Bella yentretener la espera.

    Bella se haba aproximado hacia uno de los ventanales que comunicaban con el jardn ymiraba al exterior. Su expresin, en aquellos instantes, resplandeca de odio Un odio que noera capaz de ocultar, y tal vez por ello daba la espalda a Rennie, que se aproxim con un vasolleno de algo.

    Y entretantoEntretanto, Sussie, la esposa de Michael, haba salido del bao frotndose con una toalla.No saba que estabas aqu le haba dicho Michael. Te he buscado.Pero no se te ha ocurrido mirar en el bao sonri ella. Siempre pasa lo mismo.Bueno, es que La verdad es que no he dormido muy bien, y no s me figuraba que

    te habas ido a Ella sonrea complacida y con una extraa sonrisa, extraa y grata a lavez.

    No has dormido bien, eh? Y le gui un ojo.No mucho, peroAnda, frtame la espalda.S, Sussie Tu hermana est enBella puede esperar Anda, frtame, con cuidado.Michael se coloc detrs de su mujer, e hizo maquinalmente lo que ella le peda.Ay! grit Sussie.Qu pasa?He dicho con cuidado, Michael.S, s, Sussie. Perdona. Estoy un poco He tenido un sueo Bueno, es una tontera.

    Luego te contar Pero casi no vale la pena.No frotes tan fuerte, querido Ya est bien, djalo.Disculpa, pero Y Michael, al retirar la toalla, observ manchas de sangre.Qu es esto? inquiri.Entonces se fij en la espalda de su mujer y vio unos profundos araazos.Eh? Sussie! Pero si tienes sangreElla se volvi sonriente y se arrebuj contra su marido.Querido susurr la esposa. A veces resultas muy impulsivoLe bes y entr de nuevo en el bao.Sussie! llam l.Djame vestir, querido. Enseguida salgo.Instintivamente, el escritor se mir las uas.No No puede ser musit para s.La voz de su esposa son al otro lado de la puerta del bao:Querido Luego tendrs que decirme qu soaste esta noche.Soado? murmur l, y volvi a mirarse las uas.No Mis uas estn bien cortadas No es posible No es posible que yo haya

    podido hacerte esos araazosQu ests diciendo? inquiri ella, que no haba podido or bien lo que Michael

    deca, casi para s.

  • Y Michael se dej caer en una butaca.No, Dios mo! No! Yo no he abrazado a m mujer Las seales que tiene no son no

    son de mis uasPero Sussie tampoco pudo orle.

  • CAPTULO IVEl almuerzo haba sido excelente, al decir de Rennie. Lo haba preparado la propia

    Sussie, pero ni Bella hizo el menor comentario al respecto, ni Michael lo prob. No tenaapetito.

    Luego busc un pretexto para encerrarse con su mujer, en el estudio.Michael rog ella, tratando de salir de lo que le pareca un encierro premeditado por

    parte de su marido. Ya hablaremos luego Qu va a pensar Rennie si les dejamos?No me importan ellos en estos momentos, Sussie Necesito saber lo que ocurri esta

    nocheOh, cielo! Sonri ella. Qu quieres que te cuente? No lo sabes?Sussie, tienes que perdonarme, pero esta nocheTe caas de sueo lo s, pero fuiste muy carioso; siempre lo eres cuando no tienes

    la cabeza ocupada en ideasSussie, por el amor de Dios, empieza por el principio rog l, intentando no alzar la

    voz y disimular una sospecha tan terrible como absurda.Oh, Michael! Ya hablaremos luego Por favor. Esto es absurdoDeba estar muy borracho anoche.Yo dira que no sonri ella.A qu hora me acost?Tardaste un poco.Un momento! exclam l, recordando algo. Me llamaste?S te llam. Cre or voces.Voces! repiti Michael, sintiendo un escalofro, y una vez ms record la terrible

    escena con Bedankos, una escena que al levantarse le pareci ser fruto de una pesadilla, peroahora

    Vamos, cielo No les hagamos esperar.Qu hice cuando vine? Me viste bien?Si te vi? Oh, Michael si sta es una de tus historias que se te est ocurriendo!No es una historia, Sussie! Tienes que contestarmeEst bien, seor preguntn Cre que tardaras y apagu la luzCundo?Poco despus de llamarte! exclam ella, con aire fastidiado.Qu ms?Yo vine y entoncesOh! exclam ella, terminando por soltar una comprensiva sonrisa. Est bien! Me

    abrazaste. Me abrazaste muy fuerte y me gust que lo hicieras Nos quedamos muy juntoscomo otras veces.

    Y no habl para nada? Es decir, no notaste algo en mi voz?No, amor mo, no dijiste nada. Me besaste, me Oh, Michael! Esto es una

    chiquillada Anda, ya est bien! Esta noche, si quieres, puedes volver a hacer lo mismo yconsigui rodendole, alcanzar la puerta del estudio para volver al comedor a reunirse con suhermana y su futuro cuado.

    Michael sigui en el estudio, pensativo, horrorizado ante sus propias ideas.De pronto, busc con la mirada el centenar de hojas escritas.Toc aquel papel ligeramente satinado y tuvo que contenerse para evitar que un grito se

    escapara de su garganta.

  • No, no musit, aterrado.El papel, aquellas hojas escritas, parecan araadas y lo ms importante era que el

    nombre de Bedankos haba sido cortado Deliberadamente cortado!

    * * *

    Michael les echMichael, cuando tena la idea fija en algo, y slo sola tenerla para el trabajo, no gastaba

    demasiados cumplidos; tampoco llegaba a la violencia, pero careca absolutamente dediplomacia.

    Lo siento, tengo que hacer algo y no podr estar con vosotros. Disculpadme Necesitotambin a m mujer Otro da nos veremos fue lo que dijo a sus visitantes.

    Bella no disimul lo que pensaba y lo dijo tambin:Si tanto te fastidia mi compaa, Michael, otro da le ordenas a tu mujer que no nos

    inviteRennie se mostr comprensivo, y Sussie trat de paliar la brusquedad de su esposo, pero

    Bella insisti:Te compadezco, hermana. Te has casado con un dspota, con un dictador. No s cmo

    lo soportas.Rennie le encontr disculpas.Los escritoresSon unos chalados! Quin se cree que es! Est loco!Michael no estaba para escuchar lo que Bella soltaba y volvi a su estudio; luego tuvo

    que soportar a Sussie.Reconcelo, Michael. No te has portado bien. No hablo por mi hermana. Ella, en el

    fondo, se parece a ti: sois dos impulsivos. Es por Rennie. Te admira.Sussie Ahora no hay tiempo para disculpas Mi cabeza est a punto de estallar.

    Sucede algo, sabes? Sucede algo y el caso es que que no s cmo empezar aexplicrtelo.

    Sussie iba a decir algo, pero comprendi que a Michael le ocurra cualquier cosa pococorriente, aunque Michael jams haba sido tampoco una persona muy corriente.

    Qu tienes? Te preocupa algo?Los ojos del hombre estaban fijos en las hojas que tena junto a la mquina de escribir.Las seal con el ndice y aadi con voz ronca, ausente casi:Eso, Sussie. Me preocupa eso.Las hojas seguan rotas, con los agujeros en cada uno de los espacios que ocupaba el

    nombre de Bedankos.

  • CAPTULO VHaba anochecido cuando el ciclista se aproximaba a la casa.El sendero sin luces quedaba iluminado nicamente con la opaca luz de la luna.La silueta del hombre montado sobre la bicicleta se alargaba sobre la tierra arenosa. Su

    sombra, en aquellos solitarios contornos, hubiese hecho estremecer a cualquiera.A pocos metros, la casa con las luces al otro lado de las ventanas era la nica seal de

    vida.Dentro de la casa, el escritor, sentado en uno de los taburetes del bar privado, consuma

    su ensimo whisky.Tras un prolongado silencio que su esposa no haba sabido cmo romper, dijo al fin:No bebas ms, Michael Todo esto debe tener una explicacin lgicaT crees? murmur l, con escepticismo.Bueno, quiz lo hiciste t Tienes el taladro especial. Hace los agujeros alargadosInsinas que yo pude taladrar el nombre de Bedankos para borrarlo?No me has contado a veces cosas que te han sucedido que ni t mismo te las

    explicas?Es distintoEl sueo te vence, querido. Trabajas demasiado. Creo que nunca debimos venir a vivir

    aquA m me encanta, y t tambin dijiste que eras feliz Tenemos tiempo para todo, no?

    No me paso el da trabajando. Estoy contigo, charlamos, nos amamos se interrumpi.Por favor, amor mo musit ella, avanzando hacia Michael, que se dispona a servirse

    otro whisky. Por favor insisti ella. Qu crees que puede haber sucedido esta noche?Michael guard silencio.Querido Me has dicho que habas tenido un sueo horrible que se te haba

    aparecido tu propio monstruo; pero esto es un sueo Nada msMichael no se lo haba contado todo No le haba dicho nada de lo que sospechabaSe mir las uas y pens en las marcas que tena su mujer en la espalda No poda

    habrselas hecho l! No poda!Sussie! exclam, en un arrebato de sinceridad.Solt el vaso, baj del taburete y la sujet con fuerza, abrazndola, besndola con furia

    incontenible, salvaje casi.Amor, amor Ests agotado susurr la mujer, comprensiva.Tienes que saberlo, Sussie Quiz pienses que estoy loco, pero tengo que decrtelo.La llamada del timbre de la puerta interrumpi a Michael, que solt a Sussie, agrandando

    los ojos de forma extraa, como si un escalofro de terror invadiese todo su ser.Sussie le observ, asustada.Cario Qu te ocurre?Han llamado Qui quin puede ser?Bueno. Ir a abrir repuso ella, con sencillez.No! No vayas!El timbre volvi a sonar. Sussie pareca contagiada del espanto de su marido.El silencio se prolong, y la llamada volvi a insistir con otro par de timbrazos.Yo Yo ir a abrir consigui articular, al fin, Michael.Ella no comprenda nada, absolutamente nada. Pero fue detrs de su marido cuando le

    vio avanzar hacia la puerta.

  • Al otro lado aguardaba el hombre de la bicicleta. Era un sujeto alto, muy alto, con ojossaltones, corpulento y de mirada extraa.

    Quin es? pregunt Michael desde dentro.Ella corri hacia el ventanal para intentar ver al que llamaba, pero estaba muy metido en

    la entrada, protegido por una marquesina, y no poda reconocerle. Sussie mir a su marido yalz los hombros.

    El que llamaba respondi.El seor Lescott, Michael Lescott?S, aqu es y dud en abrir.S que es un poco tarde, seor Lescott, pero no pude venir antes Lo siento.A Michael le pareca incluso absurdo tener tanto miedo, y por ello no quiso continuar la

    conversacin a travs de la puerta.Abri.La sombra ocult el rostro del hombre alto que apareci en el umbral.Me llamo Dardin; soy jardinero.Jardinero?S, seor. Me han dicho que usted solicit un jardinero yS, querido se apresur a intervenir Sussie. Fui yo. Creo que ya te lo dije.Y Sussie dio al conmutador que iluminaba la marquesina.El rostro del visitante qued perfectamente iluminado, y cuando el escritor se fij en l, su

    mirada reflej un profundo espanto.Aquel tipoAquellos ojos no no eran iguales que los del retrato de Bedankos, pero estaban

    separados y la frenteAlgo, en conjunto, le recordaba a su monstruo. Incluso la estatura!Usted! grit, reaccionando. Qu quiere usted? Qu quiere usted de nosotros?

    Quin le enva?El recin llegado iba a decir algo, pero Sussie se le anticip:Querido! Yo ped un jardinero a la seora Manix, de la tienda de flores y plantas.S, s repuso el recin llegado. Me mandan de la tienda, pero no lo supe hasta

    tarde Si molestoClaro que molesta! Vyase! espet el escritor.Sussie trat de suavizar la situacin.SeorDardin aclar el jardinero.Seor Dardin Debe perdonarnos. Mi marido y yo estamos algo cansados.Lo comprendo Si creen que puedo serles til vendr maana por la maana.El escritor segua mirando a aquel sujeto alto, extrao a sus ojos, pero creyendo adivinar

    en l algo relacionado con su sueo, pesadilla o lo que fuera de la noche anterior.S, maana Venga maana por la maana aadi Sussie.Lamento haberles molestado repuso el jardinero, mir una vez ms a Michael y dio la

    vuelta para alejarse.Querido musit Sussie, ante la inmovilidad de su esposo, que segua con la mirada

    fija en el recin llegado, que en aquellos momentos tomaba la bicicleta para marcharse.Anda, cierra la puerta, Michael, y hablemos de lo que quieras, o escuchemos msica,

    oNo, Sussie repuso l, cerrando la puerta. Necesito seguir a ese hombre.Te recuerda tu pesadilla de anoche? repuso ella.

  • S. Hay algo extrao, no sEsts obsesionado, Michael Y no es la primera vez que te ocurre. se es un pobre

    hombre. Le han mandado de la tienda de ManixPuede que s, Sussie. Puede que ests en lo cierto. Ojal Pero no s Todo me

    parece extrao, muy extrao, y no me gusta ese tipo. No me gusta nada.

  • CAPTULO VIMichael condujo, con los faros apagados, por el camino, pedregoso a veces y polvoriento

    otras.Intentaba seguir a distancia al tipo que se haba presentado como jardinero, procurando

    que el hombre no advirtiera la presencia del auto.Michael perdi de vista al ciclista despus de una curva, cerca ya de la pequea

    localidad. Aminor la marcha y entonces vio una bicicleta abandonada en la cuneta.Detuvo el coche y sali fuera. Ote en su derredor. La opaca luz de la luna slo permita

    ver los objetos silueteados, los rboles y las suaves colinas en torno al sendero.El silencio absoluto del solitario sendero qued roto por el motor de una motocicleta.Michael volvi la mirada hacia el camino y el faro de la moto le deslumbr.Enseguida, el vehculo se detuvo all. Era una moto con sidecar, ocupada por los dos

    agentes de seguridad locales.Buenas noches, seor Lescott salud el que iba en el side.El conductor apag el faro que deslumbraba a Michael, que se haba cubierto los ojos con

    la mano.Bu buenas noches tartamude Michael.Busca algo? inquiri el agente del side.Le vimos detenido. Ha tenido alguna avera? pregunt, a su vez, el que conduca la

    moto.No, no. Me detuve porque vi esa bicicleta. Parece abandonada El caso es que antes

    me pareci ver a un hombre montado en ella Bueno, tal vez lo consideren una tontera.Los dos policas volvieron la mirada hacia la bicicleta. El conductor baj de la mquina y

    la examin.S. Es una bicicleta. No recuerdo haber visto ese nmero aadi, enfocando una

    linterna a la mquina.Ya digo que no debe tener importancia Pero el hombre que la montabaNo hemos visto a nadie repuso el agente del side.Denunciaremos su encuentro. La llevaremos al depsito repuso el otro. Iba usted

    al pueblo? Podra ayudarnos a llevarla sobre el coche. Tiene cuerdas para atarla?Pues s creo que sRegresaron.Michael llevaba la bicicleta sobre la baca del coche y conduca despacio, oteando el

    sendero y los alrededores. En ningn momento vio el menor rastro del hombre que habamontado aquella bicicleta.

    Tengo que irme dijo, una vez la hubo bajado frente al puesto de polica del lugar.En realidad, sal slo a dar una vuelta. Lo hago a veces, despus de la cena.

    Para inspirarse, eh? Sonri el jefe de los agentes. Ya sabemos que es ustedescritor

    Inspirarse pens Michael. Qu tontera.Por qu demonios la gente pensaba siempre que un escritor tena que inspirarse dando

    una vuelta a unas horas determinadas, como si el suyo fuese un trabajo que pudieraprogramarse a horas fijas?

    Bueno. Buenas noches salud, definitivamente.Luego pens en algo y lo pregunt a los agentes:Conocen ustedes a un individuo alto, con ojos bastante separados; un tipo de

  • aspecto torpe a mi parecer?Los dos agentes se miraron, y negaron con la cabeza. El jefe pregunt:A qu se dedica?Es jardinero.Jardinero? De la regin?Tiene relacin con la tienda de Manix repuso el escritor.Nueva mirada entre los agentes, para seguir negando:No No le conocemos. Al menos tal y como usted lo describe. Por qu, seor

    Lescott? Le ha molestado a usted?No, no se apresur a replicar Michael. No es eso Es porque posiblemente le

    tendremos con nosotros Para que cuide el jardn de la villa. Buenas noches.Los dos agentes permanecieron silenciosos, mientras Michael maniobraba para poner el

    coche en direccin hacia su casa, hacia la cual se alej.El escritor condujo rpidamente por el mismo solitario sendero, llegando sin novedad a su

    casa.Sussie le esperaba. Todo estaba en orden.Desapareci! Abandon su bicicleta y no me fue posible dar con l solt Michael,

    sirvindose un whisky.Se senta de nuevo cargado, pero necesitaba beber.Por qu no olvidas todo y te acuestas pronto, amor mo? rog ella, con dulzura.Djame un rato solo, Sussie Necesito serenarme.No No quiero dejarte solo repuso ella, con ternura.Por favor, Sussie T puede que lo consideres una locura pero para m, esto es

    importante.Se besaron.Fuera, segua el silencio.Slo se movan los rboles, impulsados por la suave y agradable brisa de una primavera

    ligeramente clida. Michael se acost junto a su mujer. Apenas hablaron. Sussie se durmipronto. Estaba cansada del da anterior y tena sueo.

    Tambin l crey dormirse hasta que un ruido le despert. Un ruido procedente de laparte delantera de la casa; como unas pisadas suaves

    Se incorpor y no quiso despertar a Sussie, al verla tan profundamente dormida.Camin despacio, y sin hacer ruido, en direccin al saln. No percibi ningn ruido.Tampoco encendi ninguna luz. La claridad que se filtraba por entre las transparentes

    cortinas le bastaba para alumbrarse en un camino que, por otra parte, conoca perfectamente.Cuando lleg al saln, observ la tenue luz de la bombilla de noche que siempre dejaba

    encendida en el estudio. Era una luz mortecina, que bastaba para no tropezar en las nochesen que la oscuridad resultaba completa.

    Se aproxim al umbral de la puerta y entonces vio la sombraEeeh! exclam, mientras un escalofro recorra su columna vertebral. Ante l

    apareci la siniestra figura de Bedankos.Hola, Michael dijo la voz ronca y cavernosa de su personaje. Supongo que me

    esperabas, verdad?

  • CAPTULO VIIMichael haba retrocedido hasta la barra del bar. Quera tomar otro trago. Lo necesitaba.Bedankos le observaba en silencio, aunque el escritor pareca ignorarlo.La bebida no te har apartar de la realidad, Michael repuso la voz del monstruo.Los ojos de Michael se clavaron en los del monstruo, que posean aquel brillo intenso,

    siniestro, inhumano.No Hoy no estoy borracho; debo haber dormido un buen rato, se repiti el escritor,

    viendo la inmvil figura de su criatura.Y el monstruo avanz hacia l.Enfrntate con los hechos que t mismo has provocado. Acaso anoche no te di una

    prueba de mi autenticidad?Eeeh? AnocheS, anoche. No pudiste soportarme. Te desmayaste.Bed Bed reaccion, tembloroso, el escritor. Qu sucedi anoche?Ya no se detuvo a pensar en la irrealidad de todo aquello. Se entregaba por completo a lo

    que suceda, como si se tratara de algo realmente trascendental.Bed Tienes que decirme lo que sucedi anoche insisti el escritor.T lo sabes, Michael Hice lo que me enseaste a hacer.S, Bed s, yo te cre realmente, me gusta que mis personajes sean reales Pero

    esto nunca haba sucedido Anda, dime qu hiciste Estuviste con Sussie?El monstruo sonri.Creaste a un ente maligno, cuya nica bondad era hacer el amor a las mujeres,

    amarlas Es todo lo que tengo de humanoBed! T noS, Michael Ella se llama SusanSusan! exclam Michael, cayendo en la cuenta. Susan es el nombre de uno de

    mis personajes de la novelaY su esposa se llamaba Susan, aunque l acostumbraba a llamarla Sussie.No, Bed, t noMe gusta Susan Me gusta.Bed! Basta ya! T eres slo un personaje de mi imaginacin. No es posible que

    puedas cobrar vida No! No es posibleEl monstruo solt una leve carcajada que pareca surgir del Ms All. Algo irreal, ttrico,

    insoportable.Quiero vivir mi vida, Michael dijo. Y lo har, quieras o no No seguir en tu novela.

    No seguir con el destino que me has trazadoMichael estaba anonadado, aturdido; no tena argumentos que esgrimir ante aquel ser

    fuera de toda lgica y surgido de Dios sabe dndeNo me gusta el mundo que me has adjudicado, ni el papel que me has dado en tu

    drama, escritor No me gusta, sabes? Quiero tener mi vida propia y poder elegir mi propiodestino.

    Bed Qu he de hacer? Dmelo! Qu he de hacer? repuso Michael, torturado,viviendo con toda intensidad lo que ya ni siquiera poda pensar que fuese una pesadilla.

    Nada, Michael No puedes hacer nada. Me has creado. Ni siquiera puedes destruirme.Cambiar tu vida Te har bueno Como t deseas que te haga.Intntalo si quieres, pero no me quites a Susan

  • Susan? Si te refieres a Sussie Ella es mi mujer. EllaNo, Michael. T la has descrito real, la has descrito como es ella y a m me has dado un

    corazn para amar.Basta, Bed! Te he prometido que te hara tal como t deseas, pero a Sussie debes

    dejarla en pazVoy a verla, Michael. Necesito verla. Y el monstruo avanz lento, majestuoso, con sus

    pasos medidos y vacilantes, pero erecto, erguido.Bed! exclam Michael, vindole pasar por delante de l hacia el corredor que

    conduca al dormitorio donde reposaba Sussie.El monstruo no le hizo el menor caso y continu caminando.Detente, Bed! grit el escritor.Cuando comprendi que sera intil, trat de lanzarse contra l, de embestirlo, y lo hizo

    lanzndose de cabeza, pero choc con algo demasiado fuerte, tan fuerte como irreal.Michael necesitaba salir de aquella pesadilla. Pens, pens rpidamente para encontrar

    la solucin.Sus ojos se detuvieron en uno de los muebles del saln. En uno de los cajones. Saba

    que all guardaba un arma que nunca haba utilizado.El monstruo estaba ya en el umbral del corredor. Tena que recorrer unos cuatro metros

    para llegar hasta la puerta del dormitorio, y segua caminando.Michael se lanz materialmente hacia el mueble y abri el cajn. Palp en la penumbra,

    hasta que su diestra tropez con la dureza del metal de la automtica.La extrajo del cajn y la mont rpidamente.Bed! llam.El monstruo no le haca el menor caso; segua avanzando, avanzando.Michael, perdido por completo el control de s mismo, apunt y dispar a la espalda de

    aquella extraa criatura.Sonaron dos detonaciones.El monstruo qued inmvil, erguido todava. Al fin se desplom lentamente hasta quedar

    en el suelo, donde patale un par de veces hasta quedar exnime.Michael! grit la voz de Sussie, desde el dormitorio.El escritor volvi a la realidad y tuvo la sensacin de que todo lo ocurrido haba sido slo

    fruto de su imaginacin, acaso de una pesadillaSin embargo, l segua all, con la pistola automtica en la mano y el cuerpo de Bedankos

    en el corredor, retorcido, inmvil, sobre la moqueta que cubra el suelo.Sussie sali de la habitacin, enfundndose el transparente batn.Michael! llam una vez ms.Sus pies tropezaron con el cuerpo de Bedankos y a punto estuvo de perder el equilibrio y

    caer.Dios mo! Qu ha pasado? Quin quin es?Con mano temblorosa, la mujer pudo encender la luz, mientras Michael, como anonadado

    an por las circunstancias, avanzaba con el arma en la mano.Es es l balbuci.Pero Sussie se haba fijado ya en el rostro de aquel individuo, cuya cabeza haba

    quedado vuelta ligeramente hacia arriba. Lanz un grito.Michael!El escritor se aproxim y pudo ver lo mismo que acababa de descubrir su esposa.Aquel hombre eraEl jardinero! exclam Michael. Es el mismo el mismo hombre al que estuve

  • siguiendo

  • CAPTULO VIIISe introdujo en la casa y usted tuvo que disparar dijo el jefe Cobb, que era el

    mismo a quien Michael haba saludado unas horas antes.Con Cobb estaba su ayudante, que era el que conduca la motocicleta normalmente, y

    otro par de hombres adscritos al servicio de seguridad rural de la localidad.Cobb aadi:Cuando usted nos describi a ese tipo, debi advertirnos que sospechaba de l.Michael neg con la cabeza.No No lo saba.Pero usted le andaba siguiendo. Y l debi darse cuenta. Por eso abandon la bicicleta

    y sigui a pie para volver a su casa, con la intencin de robar.No No lo s repiti el escritor, aadiendo enseguida: Se diriga al dormitorio de

    mi mujer Yo quise detenerle, pero fue intil Tena una fuerza descomunal.Bueno Es un caso de allanamiento de morada, nocturnidad De todos modos,

    tendr que dar parte a mis superiores. Mandarn a un detective Es un asuntodesagradable Habr que mandar una descripcin de este tipo Seguramente estarreclamado en alguna parte sigui Cobb, ms que nada como si hablase consigo mismo.

    Sussie apenas poda hablar.No lo comprendo, no lo comprendo. No le habamos visto nunca Excepto esta noche,

    cuando vino y dijo que le mandaban de la tienda de Manix.El que menos lo comprenda era Michael. Todo aquello le pareca que segua formando

    parte de la pesadilla.La polica retir el cadver y dej a un par de agentes en el jardn. A Michael, todo aquello

    le pareca ya innecesario.En la habitacin, junto a su mujer, desvelados los dos, le explic lo que haba sucedido

    realmente.No es posible No era contra ese hombre contra el que yo disparMichael, trata de serenarte No haba nadie msPor favor, Sussie! No me tomes por loco Era Bedankos Era mi monstruo el que se

    me escapaba, dirigindose hacia nuestro dormitorio.Ella le mir consternada. Crea realmente que su marido estaba siendo vctima de algo

    extrao que enajenaba su mente.Debes creerme querida Era Bedankos Se parece a ese sujeto, pero no es el

    mismo. Te digo que no lo es! No puede serlo Ese hombre no sabe nada de mi novela,absolutamente nada. Nadie sabe nada. Ni siquiera t la has ledo.

    Ella segua callada.Dime, Sussie Dime que me crees No estoy loco! Digo la verdad, Sussie.Jadeante, ella se inclin hacia delante, ocultando la cabeza entre las manos.Michael pudo ver en su espalda desnuda aquellos araazos Y aquello le resultaba

    ms desesperante todava!

    * * *

    Rennie ante todo, quiero que nuestra entrevista quede en el ms completo de lossecretos Ni siquiera Bella debe enterarse, ni Sussie Debes darme tu palabra de honor.

  • El joven mdico, prometido de la hermana de Sussie, asinti tras la mesa de su pequeopero confortable despacho.

    Estaban solos los dos. Ni siquiera la enfermera Patty estaba en la casa, y Rennie repuso:Cuando me llamaste por telfono, cancel todas mis visitas y desped a m enfermera.

    Supuse que cuando pedas verme con tanta urgencia como reserva, era porque el asunto lorequera.

    Rennie La verdad es que ni siquiera s cmo empezar No vas a creerme porquerealmente a m mismo me cuesta creer esa historia.

    No te preocupes: un mdico es a menudo un poco confesor. Mi discrecin la tienesasegurada de antemano No temas abrir tu corazn y soltar todo lo que quieras. No soysiquiatra, pero mi especialidad son los neurticos

    No soy un neurtico repuso quedamente el escritor.Bueno, todos somos un poco neurticos, pero eso no es grave y Rennie sonri con

    aquella su sonrisa que comunicaba optimismo y ansias de vivir.Tras un silencio, Michael coment:Anoche dispar contra un hombre.Eh? inquiri Rennie.Se supone que era un ladrn, pero yo no mat al hombre a quien iba dirigida la bala.Rennie pestae.Bueno Cuntamelo todo desde el principio.Rennie, Rennie Estoy viviendo una pesadilla Existe alguien alguien que no es

    de este mundo, que no es como nosotros, ni como t, ni como yo Yo s que existe Estuvocon mi mujer, ella crey que era yo La bes y le dej las marcas de sus afiladas uas en laespalda

    Sin dejar que Rennie replicara, Michael aadi:Por Dios, Rennie! Ella no lo sabe todo, slo una parte. Cree que cree que estoy

    obsesionado con mi personaje pero no es una obsesin Es una realidad!Qu personaje, Michael?Y el escritor comenz a contar su verdad desde el principio. Desde la otra noche, al

    regreso de la fiesta en que se le haba aparecido por primera vez, la figura imposible deBedankos, su monstruo.

  • CAPTULO IXCuando Michael regres a su hogar, all en las afueras de aquella pequea localidad, iba

    obsesionado por un par de ideas.La primera de ellas era que tena que afrontar solo la situacin.Necesitas descanso. stas haban sido las palabras ms importantes que Rennie haba

    pronunciado durante la entrevista.Y Michael saba de antemano que Rennie las pronunciara. Eran palabras prcticamente

    prefabricadas. El mismo Michael, las haba puesto docenas de veces en boca de suspersonajes, a menudo desequilibrados. Siempre surga un doctor que, a falta de argumentosmejores, esgrima el: Necesita usted descanso, trabaja demasiado.

    Luego pensaba en lo dems que Rennie le haba dicho, hablndole de casos clnicos; depersonas que estaban convencidas de haber tenido tratos incluso con muertos o haberescuchado avisos del Ms All, pero en la mayora de las veces todo era inconcreto, vago y,por supuesto, nunca haba podido probarse.

    El exceso de trabajo, el derroche de imaginacin, fatiga los cerebros, los envejece;necesitan una cura de reposo de lo ms absoluto.

    Maldita sea! se repeta Michael. Para eso no vala la pena consultar con RennieLa otra decisin era esperar Luego senta la necesidad de cambiar el argumento de

    aquella novela. Hacer de Bedankos un personaje ms humano, quitarle toda la maldad. Tenala sensacin que slo hacindolo as se vera libre de aquella terrible pesadilla.

    Michael se puso a trabajar aquella misma noche.Nadie le importun; fue una noche como otras tantas que haba pasado, viendo el

    amanecer a travs de los cristales de su ventana, sin notar la fatiga y el cansancio, porquecuando trabajaba a gusto, las horas le pasaban sin darse cuenta.

    Consigui ms de la mitad de una nueva novela y, a la noche siguiente, volvi aentregarse al trabajo.

    Su esposa nada le dijo. Al contrario. Se alegr, porque as era como estaba acostumbradaa verle: trabajando, inspirado, incansable, para acostarse cuando el sol haba salido ylevantarse al medioda, feliz y contento, deseoso de pasear unas horas por el jardn, debesarla a ella, de leer, para, al fin, volver a su trabajo.

    A la tercera noche concluy su novela. Tard ms de lo acostumbrado porque la releyvarias veces, cosa que no sola hacer. Los errores de estilo se los corregan. En cuanto alargumento, siempre estaba seguro de que marchaba bien, al menos segn su criterio deconsumado profesional del encargo novelstico.

    S. Estaba bien. Haba conseguido algo realmente diferente, nuevo, original Unmonstruo bondadoso. Prcticamente, un mundo al revs, donde los malvados eran loshombres y las mujeres normales.

    Tal vez sea as Las guerras no las provocan los oficialmente locos, sino las personasa las que se eligen como mandatarios, precisamente por su inteligencia dijo, hablandoconsigo mismo mientras comenzaba el nuevo amanecer.

    Estaba satisfecho, casi ni se acordaba de aquellas dos apariciones de Bedankos, ni de lamuerte del seudojardinero o quien fuese.

    Se acost feliz, pero despert antes del tiempo que normalmente necesitaba para dormir.El jefe Cobb y su ayudante vinieron para decirle que haban obtenido la filiacin completa

    del jardinero.Es un sujeto que acostumbra a meterse en las casas. A veces se hace pasar por

  • jardinero, otras como chfer, y elige otros oficios: albail, fontanero Bueno, se enter de queustedes, haban solicitado un jardinero y se present aqu El detective vendr a hacerlesunas preguntas rutinarias, pero no tiene usted que preocuparse, seor Lescott. Todo est enorden. Si acaso eso ya se dir, pero puede que haya una encuesta formal, y no llegar nisiquiera a juicio.

    Eso fue todo.Fcil. Demasiado fcil.Michael pens y dijo a su mujer:He matado a un hombre y ni siquiera sospechaba que pudiera tratarse de un ladrnPor qu volver a pensar en eso, querido? Cmo va tu nueva novela?Voy a llevarla ahora mismo al editor. Seguramente llegar un poco tarde.Trataba de olvidarse de todo: de borrar de su mente los motivos por los que dispar contra

    el falso jardinero. Quera olvidar que no se trataba de un caso de defensa de su patrimonio-hogar; que mat tratando de librarse de un monstruo de su invencin.

    De camino a la ciudad, pensaba de nuevo en las palabras de Rennie.Quiz s se deca. Quiz se trataba de una obsesin, pero yo nunca pensar de ese

    modo.Olvidar?Bueno Olvidar a medias, como olvidan los mortales que viven de pensar Ms que

    olvidar, se trataba de alejar de s los malos recuerdos, los que no son gratos de evocar, pero larealidad la realidad era como para tener siempre, presente lo sucedido desde el primermomento en que empez.

    El editor le acept el original; tomaron juntos unas copas y hablaron de los planes yproyectos futuros. Todo pura rutina, porque los planes y proyectos de los editores cambian acada instante de acuerdo con las circunstancias. Bueno, a Michael Lescott no le importabaFormaba parte de su trabajo. Hablar de trabajo precisamente.

    Michael regres feliz, se acost temprano con su mujer despus de haber cenado algunasexquisiteces que l haba comprado en la ciudad, como sola hacer cuando iba por asuntos detrabajo.

    Durante los siguientes das no ocurri ninguna anormalidad. Michael se tom undescanso. Cuid del jardn, sali a dar paseos a pie, solo o acompaado de Sussie, y setumb en el csped, lo que constitua uno de sus hobbys.

    Transcurri una semana. Tuvo que explicar al detective lo ocurrido con el allanador demoradas y todo sigui resultando extremadamente fcil.

    Y volvi a la ciudad llamado por el editor. Era una llamada corriente. No le dioimportancia.

    La importancia surgi cuando, sentado frente al editor, ste le solt:Los escritores siempre tenis un gramo de locura en la menteGracias por recordrmelo, seor Bracks, porque sin esa llama no seran posibles las

    ideas geniales repuso, en broma.Cuando son geniales, bien venido sea ese gramo de locura, querido Lescott, pero en

    ese casoSe refiere a m ltima novela.Bedankos, sBueno, es un poco original distinta, pero perfectamente lgica en un mundo como el

    nuestro repuso el escritor.Pero a quin se le ocurre poner a toda la humanidad como si realmente se

    compusiera de monstruos?

  • Es diferenteS. No cabe duda de que su novela es diferente, Lescott, pero inaceptable A la gente

    le gusta leer cosas de monstruos y los monstruos deben ser eso: monstruos Deben obrarcon maldad, realizar maldades que aterren a los seres normales Usted ha compuesto elargumento al revs Esto ira bien para un ensayo, pero no para una novela escrita en serioPinselo usted mismo, reflexione

    Quiere decir que no acepta mi novela?Lescott, Lescott repuso el editor, pacientemente. Si se tratara usted de un escritor

    novato, pensara que no ha captado usted el espritu de la serie; pero es usted el mejor denuestros escritores, el que ms ideas nuevas ha aportado a la coleccin. Pero en este casoadmita que se ha extralimitado No puede ser Ha cambiado los papeles a suspersonajes El lector no lo comprendera

    Pretenda hacer algo con originalidad repuso Michael, sin el convencimiento propiode lo que deca.

    Relea su novela, Michael. Usted sabe lo que queremos para esta coleccinTras un silencio, Michael recogi el original y dio la vuelta para marcharse.Michael! le llam el editor. Diga algo por lo menos.Pero el escritor no supo qu contestar.Regres, pensativo. Haba hecho un desastre, lo reconocaNo es mala se repiti pero no encaja, y esto lo saba yo Cmo diablos se me

    ocurri?Pens el argumento Monstruos buenos, un Bedankos con el rostro horrible y los

    sentimientos del ms puro de los inocentesPor qu no? S El editor tiene razn; como obra de ensayo, como stira, pase; pero

    no para esta coleccinDurante el resto del camino se enfrasc en pensamientos contradictorios, que discuti en

    voz alta.Lleg a la conclusin de que el monstruo, espejo de bondades, era posible y acab

    diciendo:No, no tienen razn! No comprenden Los monstruos somos nosotros pero los

    editores van slo a ganar dinero Todos vamos a ganar dinero! Vamos! Al diablo todoRegres malhumorado porque siempre le molestaba la devolucin de un original y porque

    en el fondo, aun admitiendo que no fuese bueno para aquella serie, de la que era su principalartfice, estaba convencido, como tantas otras veces, que era la Humanidad la que iba al revs.Detestaba a los lectores que gustaban siempre de los mismos temas porque saban deantemano lo que iba a ocurrir; odiaba a los inmovilistas que pretendan que todo siguiera igualpese a los cambios continuos en las costumbres mundanas; odiaba a los rutinarios

    Qu saben ellos! exclam, mientras tomaba un whisky tras la breve cena que apenasprob.

    Bueno. Conserva ese original, con lo pronto que cambian las modas en nuestros das,te servir para ms adelante.

    Al diablo Tengo que hacer una historia para otra serie. La pensar; as me olvidarde la conversacin con Bracks

    Se meti en su estudio, a pensar, y como siempre perdi la nocin del tiempo.La perdi hasta que crey or aquellas pisadas. Sinti un escalofro al imaginar lo que iba

    a ver una vez msCrea que todo perteneca ya al pasado imaginativo, pero no Estaba all.Bedankos estaba all.

  • No caba la posibilidad de confundirlo. No era el falso jardinero, no se trataba de ningunaotra persona ms o menos conocida. Era Bedankos. El monstruo!

  • CAPTULO XQuin eres? Quin eres realmente, Bed? inquiri Michael, tratando de conservar la

    calma.No te ha salido bien mi nueva forma, verdad? repuso Bedankos, desde el umbral de

    la puerta del estudio.Bed escucha; seas quien seas escucha, por favor Lo he intentadoLo s.He querido darte otro carcter De veras. Hasta llegu a creer en que sta era la

    autntica realidadCuando te dije que intentaras cambiar mi personalidad no crea mucho en que pudieras

    conseguirlo, Michael repuso el monstruo. Pero la culpa sigue siendo tuyaNo puedes acusarmeS. Te acuso a ti y a todos los que crean monstruos constantemente, creyndose ellos

    los buenos. Has tenido que conocerme a m para comprender tu error Ya es tarde, Michael.Ya es tarde, no puedes borrarme.

    Basta, Bed VeteNo es tan fcil echarme T me creas por la noche y yo te visito de nocheBed mat a un hombre T tienes que saberlo. Lo confund contigo o no s lo que

    pas, pero estoy dispuesto a matarte a ti.S, Michael. Lo s Pero no puedes matar a los fantasmas de tu mente aunque,

    como yo, te acusen de una forma realBasta, Bed! Basta, djame en paz!Pero el monstruo pareca bastante tranquilo, sosegado incluso, y muy sereno en su forma

    de hablar.Qu vas a hacer conmigo, Michael? Soy tu problemaEl escritor jadeaba. El pnico que mantena rgidos sus msculos no era slo por la

    presencia fsica de Bedankos, sino por la situacin.Todo aquello era absurdo, pero real. Se daba perfecta cuenta de que era real. REAL.Y el monstruo repiti:Tu problema, escritor Tu problema. Y est Susan de por medio. Susan me gusta. T

    has querido que me guste Y recuerda que, para m, no existen los buenos sentimientos. Mehas desprovisto de moral. Soy un ser monstruoso, producto de tu imaginacin, y de los que,como t, crean seres de mi especie para entretener el ocio de las gentes o para saciar la sedde sadismo de las personas Carezco de buenas costumbres, y si algn sentimiento poseo,t lo has hecho perverso. Soy un ente del infierno Y no me gusta, pero tengo quecomportarme como tal Me has dado la vida.

    Basta, Bed, basta! Dime de una maldita vez qu es lo que puedo hacer contigo paraser como deseas.

    Ya te he dicho que es demasiado tarde Demasiado, Michael Tengo que ver aSusan

    No! A mi mujer, no! Djala en paz.El monstruo ahog una siniestra carcajada. El escritor hizo acopio de valor para dirigirse

    hacia l, mientras el eco de la risa de Bedankos pareca retumbar por todo el estudio.No la toques a ella. Lo oyes? Djala en paz. Mtete conmigo, pero a Sussie, no.El monstruo volvi a rer. Y Michael se senta impotente contra l.Aun aceptando aquella situacin como normal, haba algo que se escapaba de la

  • imaginacin del autor Cmo era posible que uno de sus personajes pudiera dominarlehasta aquel punto?

    Tena que ser l Como fuera! Tena que ser Michael quien consiguiera reducirlo,hacerle obedecer; pero algo le retena all, frente a aquel sujeto extrao con una voluntadpoderosa

    Debe ser con inteligencia musit Michael. Slo con la inteligencia podrdominarte, porque t eres ms fuerte que yo, pero todo lo que posees es obra ma: tu mente,tus reacciones. Yo te las he dado!

    Bedankos se alejaba con su paso lento, pero seguro. Era una mole grantica queavanzaba hacia la alcoba donde Sussie descansaba, ignorante de aquella terrible y alucinanterealidad.

    Si supiera cmo terminar mi historia La primera, antes de corregirla S, Bedankostena que morir Pero no s cmo

    Trat de pensar deprisa, pero le era imposible porque su mente se hallaba comoembotada.

    l no sola beber nunca cuando se pona frente a la mquina de escribir, y ltimamentehaba bebido bastante, le era imposible coordinar. Le ocurra tambin aquello cuandonecesitaba ir deprisa, porque l Michael era un escritor rpido cuando no tena agobios;pero ante las preocupaciones, sus pensamientos se negaban a secundarle.

    Debe haber algn medio Los que perseguan a Bedankos en mi novela Ellospueden detenerle Si apareciesen de pronto

    El monstruo se volvi y solt una risotada.No, Michael Los dems personajes carecen de vida propia. Los has creado como

    muecos. Son seres que los manejas sin razn y sin lgica Ellos jams podrn ayudarte. Yosoy tu obra maestra. Ms fuerte que t mismo.

    Maldito! T tambin eres un mueco, porque los personajes como t no existen. Eresuna fantasa.

    Te sal perfecto No s de qu puedes quejarteMichael call. No quera que Bedankos pudiera descubrir sus propios pensamientos.Te destruir s que puedo.Llama a los dems A Hungar, el mdico idiota que apareca en tu relato; o a la frvola

    de su mujer, una mueca sin vida; o al inspector de tu relato No son nada. T lo sabes.Invcalos! No vendrn. Seguro que no vendrn.

    Y el escritor vio cmo el monstruo segua su camino por el corredor, yendo en pos deSusan

    Invocar a personajes de su imaginacin! pensaba Michael. Pero por qu no?.Venid! Hungar T puedes dominar al monstruo Yo te he dotado de inteligencia

    Detective JenaS, eran los personajes de su novela y le pareca estpido llamarlos, pero por qu no?No tena sentido. Se estaba volviendo loco.Pero acaso tena sentido el que Bedankos estuviera all?Tal vez Bed tiene razn No he sabido crear a los personajes con el carcter

    suficiente. Son muecos Slo l, slo Bed me sali perfecto, pero Oh! No es posible quese haya convertido en un ser real

    Sus pasos apenas se oan porque la moqueta que cubra la superficie del corredorahogaba las pisadas del ente.

    S, s Me estoy volviendo loco. Me estoy volviendo loco.El monstruo se revolvi otra vez y volvi a sonrer, como si se burlara de la lucha que

  • Michael sostena consigo mismo. Como si saborease el triunfo de verse superior.Doctor Hungar detective Jena! volvi a llamar el escritor, mientras su frente se

    perlaba con gruesas gotas de sudor.Muy cerca de la casa se aproximaba un coche. Dos personas viajaban en l.Al borde de la desesperacin, Michael segua gritando:Doctor Hungar! Detective Jena! Os necesito, os necesito!Bedankos se volvi hacia l, imponente.No, Michael Nadie, nadie podr ayudarte dijo, con su voz cascada, profunda,

    horrible.

  • CAPTULO XIEl automvil sali del sendero para dirigirse hacia la casa. Michael obsesionado por la

    figura del monstruo, se lanz contra l.De un modo u otro tengo que destruirte.Su cabeza choc contra el pecho de Bedankos, que le rechaz con su corpachn macizo,

    indestructible.Michael sufri una pequea conmocin que le dej atontado, pero no lo suficiente como

    para no insistir.El monstruo se aprestaba a la lucha. Esperaba el ataque, seguro de la victoria.Acabar contigo escupi Michael, volviendo a la carga; pero Bedankos le rechaz

    una vez ms con fuerza y Michael trastabill para ir a caer contra una mesita, sobre la cual unjarrn se tambale.

    El automvil se detuvo cerca de la casa.El escritor, jadeante, se incorpor de nuevo, para lanzarse contra el monstruo. Michael no

    se dio cuenta de que llamaban a la puerta. Trataba de reducir a Bedankos, pero aunque logrforcejear con l, acab recibiendo otro empelln que le mand una vez ms contra la pared.Su cabeza choc contra el pomo de la puerta de la habitacin de los invitados y sedesvaneci.

    Desde fuera, alguien llamaba:Abran la puerta Abran!El monstruo contempl su obra durante unos momentos. No pareca or en absoluto los

    gritos procedentes del exterior. Dio la vuelta y continu hacia el dormitorio de Sussie, que seremova en su cama, adormilada.

    Michael haba perdido la nocin de la realidad. No saba si estaba soando o seguaviviendo aquella pesadilla real y alucinante.

    Se haba incorporado, al sonido de los golpes. Bedankos no estaba all. Lo busc con lamirada, antes de decidirse a abrir la puerta.

    Soy Hungar. brame la puerta, LazloLe llamaban Lazlo, igual que al personaje de su novela!Abri, de todos modos. Hungar estaba all. No era igual que el personaje que haba

    descrito, pero le acompaaba su esposa, una muchacha joven, arisca a veces, con faldasextremadamente cortas que le permitan lucir sus piernas de maravilla.

    Michael se fij en la boca de la provocativa Iliona. Era grande, sensual, rea casi siemprecomo una estpida.

    Tienes problemas, Lazlo? Sonri.Dnde est Bedankos? pregunt el mdico.Date prisa, Hungar repuso Michael. Est en el dormitorio de Susan. No puedo

    hacer nada contra l.Y le extra or su propia voz, pero saba que aquello estaba sucediendo realmente Lo

    saba.Djalo de mi cuenta repuso Hungar.Es necesario avisar al detective Jena. Debemos acabar con l, Hungar! Es necesario

    destruir a Bedankos!Est bien, est bien Iliona se encargar de llamarle. T no hagas nada, ests

    demasiado nervioso.Qu nmero es, querido? pregunt la mujer, avanzando hacia el centro de la sala.

  • No lo s no lo recuerdo Yo nunca he puesto el nmero de telfono en la novelaNo s el nmero.

    As, cmo voy a llamar al detective?En aquel instante se escuch un grito desgarrado, un grito procedente de la habitacin de

    Susan.Es Sussie! grit el escritor.Corri hacia el cuarto seguido del mdico, que le previno:T, no! Slo yo puedo dominarlo. No te muevas El monstruo es cosa ma.Slvala, Hungar! Slvala, antes de que la mateVa a matarla? pregunt la llamativa Iliona, sentndose con displicencia y

    procurando mostrar al mximo sus largas y bien perfiladas piernas.El escritor recordaba aquella escena. La recordaba, porque era un captulo de su novela,

    algo que tena la sensacin de haber vivido antes de entonces. Todo resultaba un pococonfuso: la luz que ambientaba el saln, la atmsfera, la pose de Iliona y la horrible lentitud deHungar.

    l era el culpable de que Hungar no actuara ms aprisa! l lo haba creado lento para darms suspense a su relato. Se haba recreado en alargar las escenas y pens en algohorrible Susan, la protagonista de su relato, mora a manos del monstruo, precisamente,porque el mdico no haba llegado a tiempo.

    Hungar, deprisa, deprisa!Un momento! Cort el doctor. T has dicho que Susan va a morirNo importa lo que he dicho Vosotros no lo sabis porque Oh! Al diablo! Ahora no

    tengo tiempo de explicroslo.No, Michael no tena tiempo de explicar el argumento, y, vistas las cosas conforme se

    desarrollaban, todo tena cierta lgica, porque en su relato, Hungar llegaba tarde para salvar aSusan; porque el mtodo para destruir al monstruo lo ideaba cuando Sussie ya estaba muerta;pero esa escena todava no haba llegado y, por lo tanto, Hungar an no poda saber lo que elautor s saba.

    Deprisa, Hungar, deprisa Y Michael se lanz contra la puerta, que estaba cerradapor dentro. Hay que destruir la puerta, echarla abajo!

    Bueno, bueno No hay que precipitarse; no podemos enfurecer a BedankosY la voz de Susan volvi a orse, con un grito atroz:Socorro!Es ella! Es ella! exclam Michael a su vez, y, sin esperar a Hungar, carg de nuevo

    contra la puerta, que resisti.Hay que dar la vuelta! Entraremos por la ventana grit Michael.Eso tambin lo deca su protagonista en su novela, y corri como un loco para dar la

    vuelta a la casa.Ficcin y realidad se estaban confundiendo, ms para Michael, era la vida de su mujer lo

    que ms le importaba. Saba que aquello estaba pasando, aunque no tena tiempo parabuscar una explicacin.

    Lleg hasta la ventana y la encontr cerrada. No esper. Se lanz a travs de ella,cubrindose la cabeza con las manos.

    Los vidrios se rompieron, y Michael rebot contra el suelo, en el interior de la habitacin.Se dio un golpe en la cabeza y perdi momentneamente el sentido.Su esposa se incorpor del lecho y lanz un grito.

  • CAPTULO XIIVamos, vamos, Michael! Clmate, bebe algo, te sentar bien! dijo la voz de Rennie.Michael recorri la mirada por la habitacin. Se hallaba sentado en una de las butacas de

    su dormitorio. Su esposa llevaba puesto un salto de cama y le observaba extraada, confusa, ycon evidente preocupacin.

    Tambin estaba Bella, su cuada, y Rennie, que era el que tena ms cerca.Bella, con una falda extremadamente corta, sonrea.Parece que ya se ha recuperado Dejas que tu marido trabaje demasiado, querida

    dijo, con voz que sonaba a cascabeles.Iliona, pens Michael.S. Por primera vez, su cuada se le antojaba igual a Iliona, la esposa del doctor Hungar

    de su novela.Mir a Rennie, que sonrea, con un vaso en la mano.Toma esto. Es gin. Te reanimar.Estoy bien, estoy bien repuso Michael, intentando incorporarse. Su esposa avanz a

    su encuentro.Querido. Me has dado un buen sustoMichael la abraz.Perdname. Yo Se volvi hacia la ventana y vio que los cristales estaban rotos.No lo he soado! exclam.Perseguas a alguien? inquiri Rennie.Tras un silencio, el escritor asinti:Prefiero que sepis la verdad. Ya habl contigo de ello, RennieBedankos? pregunt el joven mdico.S. Estaba aqu Pero vosotros, cundo habis llegado?Hace cinco minutos Cre que estabas trabajando, y llam a la puerta, pero no

    contestaron. Entonces te vimos correr por el jardn.Yo te vi adujo Bella.Te llamamos aadi el mdico, pero no nos hiciste caso.Y te lanzaste contra la ventana concluy Bella.Yo acababa de despertarme explic su esposa. O el timbre, estaba medio dormida

    cuando o el ruido. Todava estoy temblando de miedo Pero ms me asust cuando te vi enel suelo. Ests bien, Michael?

    El escritor notaba unas ligeras contusiones, pero no dijo nada. Quera saber, quera llegarhasta el final de aquella pesadilla.

    Se acord del grito que haba credo or, cuando estaba con el doctor Hungar e Iliona.Sussie Me pareci orte gritar Antes antes de Bueno, quiero decirTodos le estaban mirando a l. Michael apret los puos.O tu voz, Sussie! Cre que estabas en peligro, y por esto sal, para entrar por la

    ventana! Tu puerta estaba cerrada por dentroSusan guard silencio. Michael comprendi que no le entenda, quiz porque aquello slo

    haba sido un sueo.Querido Descansa. Te conviene. Piensas siempre en tu trabajo, tu mente es un

    continuo hervidero de ideas.No estoy loco, Susan yeme t tambin, Rennie: mi cerebro funciona perfectamente,

    y digo que ojal todo lo que haya sucedido sea slo un sueo

  • Cuado! Tratas de decir que no ha sido un sueo?Digo que ojal lo haya sido Y sali de la estancia mirando en derredor, como si

    tratara de no ser un extrao en su propia casa y ante su familia Como si buscara unaexplicacin lgica que le diera la razn.

    Y la encontr.El jarrn!Sus ojos, en su lento deambular, se detuvieron en la mesita contra la que haba chocado

    cuando el monstruo le empuj, y el jarrn que se haba tambaleado estaba tumbado; inmvil,pero tumbado.

    Ah est! dijo.Todos buscaron lo que Michael estaba sealando.Se aproxim al jarrn y lo tom en sus manos.Yo fui a parar contra esa mesa y el jarrn se cay, sin llegar al suelo. Tengo una vaga

    idea.Nadie contest. Aquella razn debi parecerles poco convincente. Algo fortuito, una

    casualidad.Peleaste con Bedankos? pregunt Rennie, rompiendo el embarazoso silencio.S. l l se encerr en la habitacin de Sussie; yo saba que, segn mi novela, Sussie

    debe morir Es extrao: todo sucede tal como yo lo haba escrito hasta el momento deinterrumpir mi novela

    Hizo una pausa, y sin dejar el jarrn, avanz hasta el living.No sucede al pie de la letra Se dira que ocurre slo en los momentos ms densos

    Y con una rpida transicin, aadi: Cada cual tiene su sistema de trabajo. El mo, porejemplo, en esta clase de relatos, lo divido en tres partes Cada novela consta de tres partes.Comprendis? Expongo los hechos de modo que puedan interesar al lector; luego, lasegunda parte es el nudo. Todo se ha complicado, es el momento en que el lector debesentirse ms interesado que nunca, y al fin llega el desenlace. Yo yo he vivido las dosprimeras partes La aparicin de Bedankos; lo que sucedi despus de esta noche havenido a ser la escena culminante de la segunda parte Dios mo! Falta falta la ltima

    En derredor, todo era silencio. Le oan hablar; le escuchaban, pero sin comprenderle.No estoy loco! No lo estoy! Se dej caer en una butaca y aadi: Creo que no lo

    estoy.De nuevo fue Rennie quien interrumpi el silencio, haciendo un gesto a Sussie como para

    que se tranquilizara.Michael Promet no decir nada, pero puesto que t mismo has dicho delante de tu

    mujer que fuiste a verme quiero que sepas que no he dejado de pensar en tu problemaEsta noche, Bella estaba en casa; habamos quedado en salir, pero yo estuve repasando unoslibros y bueno, le algo importante y pens que deba comunicrtelo Bella ha queridoacompaarme. ste es el motivo de haberos hecho una visita tan intempestiva.

    Has llegado en el momento ms oportuno, Rennie murmur Sussie.S. Y me alegro, aunque lamento que a Michael le ocurran esas cosas Ahora s que

    esto es fruto de su cansancio Y como el escritor levant la mirada como para interrumpirle,Rennie le hizo un ademn para que le permitiera continuar:

    No, no, no me interrumpas A ti te suena a tpico Pero tu caso no es nico. En lasmemorias de un mdico de principios de siglo: el doctor Von Strogel, de Dusseldorf, se relataque uno de los pacientes padeca un cierto desdoblamiento de personalidad Era un escritor,cuyo nombre el doctor Von Strogel se reservaba, por una cuestin de tica

    Tras una breve pausa, Rennie continu.

  • Era un caso idntico al tuyo. En aquella poca se escriban muchos relatos terrorficosbasados en leyendas antiguas que los autores desempolvaban Bueno, el autor en cuestinle pona mucha fantasa a sus relatos, que eran devorados por los lectores. En resumen, a eseautor le ocurri lo mismo que a ti. Sus personajes se le aparecan en pesadillas, que a ltambin le parecan reales

    Los ojos de Michael estaban fijos en el suelo.Y encontraba pruebas de que aquellas pesadillas haban sido reales?Pruebas? murmur Rennie. Te refieres a ese jarrn volcado?Michael seal al suelo. Sobre la moqueta haba un pequeo objeto que se apresur a

    recoger.Y ese pendiente.Eh?Todos miraron lo que el escritor sostena entre el ndice y el pulgar.Era un pendiente femenino, un aro dorado, una pieza de quincallera vulgar.Un reflejo de su imaginacin le hizo recordar a Iliona la esposa del doctor Hungar.Ella llevaba aquellos pendientes!Instintivamente mir a Bella, su cuada.No. Los pendientes de Bella no se parecan en nada a aquel aro.Qu es esto? pregunt Susan.El pendiente que llevaba Iliona Ella ha estado aqu! No lo he soado! Lo os? No

    lo he soado! Bedankos, Hungar e Iliona, han estado aqu!

  • CAPTULO XIIIMichael haba estado releyendo la copia que le quedaba de la novela que haba

    destruido. La novela inconclusa, fruto de aquellos extraos sucesos de los que eraprotagonista.

    Rennie estaba con l, y aguard a que el escritor concluyera.No busques hechos sobrenaturales, Michael y creme Deja de pensar por una

    temporada. Tienes posicin, no te falta dinero para poder vivir durante algn tiempo sintrabajar. Manda a paseo a los editores.

    Todo est aqu, Rennie repuso el escritor. Todo Lo que ha sucedido y lo quesuceder.

    No te obsesiones con esta idea, Michael Nada de lo que has escrito va a suceder.Escucha, Rennie; si de veras quieres ayudarme, qudate a vivir aqu Llamaremos al

    agente Cobb.Al agente Cobb?Tal vez podamos necesitarle.Michael atiende Esto no debe saberlo nadie. Yo puedo justificar que se trata de un

    desequilibrio pasajero, pero si lo cuentas a gente lega en el asuntoNo habr que contar nada, Rennie. Puedo, puedo inventar una excusa Dir que temo

    que un ladrn est rondando la casa. Eso bastar para que Cobb vigile la casa.Rennie lanz un suspiro.Haz lo que quieras, pero no me hagas partcipe oficial de esto.Rennie! Es que? T no crees?Michael, por el amor de Dios. Ya te he dicho de lo que se trataNo es una alucinacin, no es un producto de mi mente cansada, RennieEst bien Segn t, sucede Slo porque has descubierto un pendiente en una

    moqueta.De dnde ha salido?Vosotros tenis una asistenta, no? ste es un pendiente vulgar, propio de una

    asistenta Creo que la conozco; una solterona pueblerina, que compra quincalla parasentirse ms elegante.

    Este pendiente no estaba antes ah!Bah!Escucha Mi Hungar de la novela y su esposa Iliona por un momento pens que

    podais ser vosotros Su parecido esMichael ataj el joven mdico. Todo esto es perfectamente natural Los autores,

    aun sin daros cuenta, cuando describs a una persona, inconscientemente, hacis el retrato deun ser real

    Es posible, peroEn tu novela sale un mdico, y t has descrito a un mdico joven con rasgos ms o

    menos parecidos a los mosEstoy de acuerdo, peroY para crear a esa Iliona, vaca, sofisticada y hasta vulgar, te has inspirado en Bella.Bella no es una muchacha vulgar.No nos engaemos, Michael. Yo soy su prometido Bella no es vulgar, pero hace

    cosas, a veces, que le dan esa apariencia. Yo la quiero, pero mi querer no me ciega,comprendes? Bella ama la notoriedad, le hubiera gustado ser alguien, que se hablara de

  • ella; y sin darse cuenta, se deja llevar por sus sentimientos, finge lo que no es Eso sucedeen muchas personas T lo ves as. La aprecias, porque es la hermana de tu mujer pero,en el fondo, acostumbrado a hurgar en lo ms profundo de las personas, las desnudasmentalmente Ves lo que hay en el fondo, o lo que a ti te parece que hay Tu Iliona de lanovela es un buen retrato de lo que tal vez creste ver en tu cuada cuando la conociste

    Puede que sea como t dices, peroMichael! Es como yo digo! Tus personajes siempre se parecen a alguien Tu doctor

    Hungar es un poco, digamos, torpe. Quiz no te ha salido del todo bien, pero yo no me veoreflejado, ni identificado; como nadie puede verse identificado en tus personajes aunque enrealidad t los hayas descrito alguna vez basndote, repito, sin darte cuenta, en personasreales

    Rennie Supongamos que te hago caso musit pausadamente el escritor.Supongamos que me tomo un descanso. No por ello mi mente dejar de funcionar. Vivo deesto, estoy acostumbrado a crear Qu pasar, insisto, si esto me vuelve a ocurrir?

    Bueno sonri el mdico, pensativo. Cmo acaba tu novela?Antes de modificarla estaba sin terminar.Bien, djala como est.Ya la dejo, pero es que todo sigue sucediendo igualBien Qu te preocupa?Susan.Sigue.Bedankos la mata. Ella se resiste a ser amada y el monstruo la estrangula, bueno se

    ensaa con ella. Es una escena horrible.Cmo pensabas terminar con el monstruo?Hungar encuentra la solucin.Cul es?Todava no haba llegado aqu. Encuentra el modo de vencerle. Va a casa de Lazlo en

    el momento culminante, pero Susan ya ha muerto.Tras una pausa, aadi:Mira, voy a leerte la copia, dice as:

    Lazlo estaba desesperado al comprobar que por segunda vez no poda derribar la puerta del dormitorio desu novia, fuerte como la entrada de una fortaleza, pero l saba que Bedankos estaba all y que no poda hacernada contra aquel ser horrible e indestructible

    Oa gritar a Susan, aunque no poda ver cmo el monstruo la estaba descuartizandoEntonces entr el doctor HungarLlegas a tiempo, querido amigo dijo Lazlo. Aydame!Y Hungar, triunfante, contest:Conozco el sistema. Puedo destruir a Bedankos

    El escritor solt la copia y coment:Esto es todo. Cuando escrib estas lneas, todava no estaba muy seguro del mtodo

    que haba inventado el doctor.Bien Eso no tiene importancia.S, la tiene, porque Susan muere a manos del monstruo No lo comprendes? Ella

    est condenada. Lo que ocurra despus ya carece de importanciaMichael, Michael Esto no tiene por qu suceder.Aydame, Rennie. Aydame Si estoy equivocado, encirrame por loco, pero quiero

    salvar a Susan Quiero salvarla!

  • CAPTULO XIVEl escritor pas el resto de la noche despierto. No era una novedad para l, ni se senta

    ms cansado por ello.Haba estado pensando, porque saba que por primera vez en su vida, del fruto de sus

    pensamientos no salvara nicamente a un protagonista sino a su esposa porque elautntico protagonista del drama era su mujer: Susan.

    Lleg a una conclusin. Todo intento era intil.Matar al monstruo no serva ms que como venganza, porque en el momento de dejar el

    relato, Susan ya estaba muerta. No poda volver atrs. Aquello ya haba pasado.No. No era posible cambiar el destino. No era posible trastocar lo que ya estaba hecho.

    Todo era cuestin de tiempo para que se consumara.Susan asom para interrumpirle.Michael Por qu no te has acostado?El escritor la mir largamente, apreciando la serena belleza de su esposa, elegante aun

    con las ropas de dormir Admiraba aquella nobleza de su aspecto, aquel seoro queemanaba de su persona Mucho menos llamativa que su hermana, posea aquel singularempaque, aquella personalidad que no puede adquirirse en escuelas ni universidades.

    Te adoro, Susan. Y la bes con fuerza.A travs del transparente camisn, pudo apreciar aquellas marcas de uas y se

    estremeci.Pens que Susan todava ignoraba las sospechas del escritor, pero estaba convencido de

    que eran ciertas.Ella interrumpi el silencio para informar:Rennie ha ido a acompaar a m hermana a casa. Dijo que volvera.Rennie est equivocado Ya s que lo que sucede es difcil creerlo Y no lo hubiera

    contado si no tuviera confianza en vosotrosMichael Siempre has proyectado hacer un largo viaje empez ella.Lo s, lo s Todos queris apartarme de esa realidad tan latente para m.Crees que Bedankos existe? susurr ella.S que volver Tiene que volver. Es todo lo que puedo decirte contest Michael,

    dejndola para ir hacia la ventana y observar el jardn.Luego se volvi hacia ella y aadi:Volver muy pronto, amor mo Y quiero pedirte, por absurdo que te parezca, que

    que te encierres en tu habitacin y que no abras a nadie. Absolutamente a nadie.Ella no contest. Observaba tristemente a su marido, con la mirada apenada, tratando tal

    vez de comprenderle, de ayudarle.Ni siquiera a m, Susan. Lo has comprendido? No me abras ni siquiera a m, aunque te

    lo suplique. Puede tratarse de un ardid de BedankosOh, cielo! Cielo! Y ella corri a abrazarse a Michael.l la rode con sus poderosos brazos, que aun siendo fuertes y musculosos, no podan

    competir con Bedankos.Hazme caso, amor mo Hazme caso. Aunque no puedas creerme Yo s que el

    desenlace est prximo, y buscar la solucin Tengo que encontrarla, tengo queencontrarla

    * * *

  • La noche cubri el paisaje con su manto azul.El oficial Cobb y su ayudante regresaron al pueblo despus de su rutinaria ronda.La casa del escritor semejaba un decorado que ambientase el paisaje en una novela de

    misterio.Las ventanas estaban iluminadas, ms en la distancia, reinaba el ms absoluto silencio.Era la temida noche que esperaba el escritor.En la casa, Bella y Rennie estaban cenando con el matrimonio Lescott. Era una cena

    triste como si todos pensaran en los presagios de Michael, que, en el fondo, se resistan acreer.

    Iba a suceder algo aquella noche?Michael apenas prob bocado. Su esposa trataba de disimular su estado de nimo y Bella

    intent animar la reunin.Rennie se port como era su natural, pero refrenando su estilo ms bien dicharachero,

    contagiado tambin de las circunstancias ambientales, o acaso comprensivo de la tensin quetodos estaban pasando.

    La pareja de guardianes del orden se alej, perdindose en el sendero rural.Un poco de caf? pregunt Susan, rompiendo el silencio.S, creo que nos vendr bien repuso Michael. T, Bella, si quieres, puedes irte a

    la cama. Creo que tu hermana ya te ha preparado el dormitorio.Queris excluirme de la funcin? Sonri la joven.Rennie reproch el frvolo comentario de su novia con la mirada.Bueno se excus la muchacha, levantando los hombros. Quise decir queEs mejor que no digas nada, Bella musit su hermana.Perdonad perdonad insisti ella.Susan se alej hacia la cocina.Fue entonces cuando la luz se apag de repente. Susan lanz un grito.Algo se rompi sobre la mesa por el movimiento brusco de uno de los comensales.Susan! grit el escritor.

  • CAPTULO XVCon las velas encendidas, el cuadro que ofreca la estancia pareca preparado adrede

    para dar realce a los acontecimientos que se presentan. Era como si un director artsticohubiese dispuesto la ambientacin adecuada al caso.

    Susan estaba bien.Perdonadme No he podido contenerme dijo, disculpndose por haber gritado.Michael contest al telfono. La fbrica de la luz se excusaba.Se trata de una avera que estamos localizando. Procuraremos que pronto quede

    restablecido el servicio.Ser mejor que yo prepare ese caf dijo Bella.Susan la acompa a la cocina.No tengo miedo, Bella, y procura no hacerte la lista. Todos estamos nerviosos y t no

    eres una excepcin. Te conozco.Perdona, hermanita. Si es por lo que he dicho antes, ya ped disculpas repuso ella.

    Estaban solas en la cocina. Susan se retorci las manos.Perdname. Estoy inquieta Es por Michael. Desde luego.Te compadezco repuso Bella, buscando la cafetera.Susan le indic la cafetera, y su hermana menor comenz los preparativos.No me compadezcasNunca hubiese pensado eso de Michael repuso Bella sin darle importancia.Qu quieres decir?Pues eso Lo que ocurre Y el caso es que todos parecemos darle crdito.Michael no est loco. Si le ocurriera algo yo me habra dado cuentaY esas marcas que tienes en la espalda? Siempre que te abraza lo hace con tanta

    efusin?Eeh?Vamos, hermanita! Tienes unos araazos muy profundos, no?Cmo sabes t?Rennie no tiene secretos para m por eso no viola el secreto profesionalSusan no comprenda.Mira, hermanita, yo tampoco los voy a tener para ti Michael fue a verleEso ya lo s.Pues bien Sabes lo que piensa tu marido? Tras una pausa que pareca estudiada

    de antemano, Bella aadi:Piensa que no fue l quien te abraz esa noche Que su monstruo fue quien te hizo

    esas marcas Qu opinas de eso, Sussie? Sonri abiertamente y aadi: No irs adecirme que tienes un monstruo particular tan apasionado, verdad

    Esto no ha tenido ninguna gracia, Bella reproch Sussie, disgustada.Es la verdad. Lo ignorabas, eh?Michael piensa queTiene ese monstruo metido en la cabeza. Cree que existe! No es eso estar loco?

    Llammosle desequilibrado Quiz suene mejor.Basta, Bella, basta!Tienes que saberlo Si Rennie ha accedido a venir, y yo estoy contigo, es para

    protegerte.Nunca he necesitado proteccin. Michael me quiere. Hara cualquier cosa por m y

  • Vamos, vamos, Susan Todos sabemos que Michael te quiere Pero est en trancede perder el juicio Si no lo ha perdido ya Por esto he dicho que te compadezco.

    Susan se volvi lvida. No poda permanecer all escuchando a su hermana que, sinembargo, continuaba casi en tono insultante:

    Yo habra podido correr la misma suerte No es por recordarlo, pero conoc antes aMichael que t Y entonces pareca una persona tan normal, tan

    Basta, Bella Ests hablando con el rencor bailando en cada una de tus palabras Loleo en tus ojos Lo entiendo perfectamente Creo que siempre me has odiado, porqueMichael me prefiri a m.

    Pero qu dices?Bella, Bella! Ahora lo entiendo Te alegra lo que sucede, porque t nunca me has

    perdonado que me casara con Michael Desearas de veras que estuviera loco Oh! Mipropia hermana

    T tambin ests loca. Celos yo? Me acusas de celos? Oh! Y encima me llamasloca.

    Mejor hubieras hecho no viniendo, Bella! No me haces ningn favor Si crees queMichael est realmente enfermo, nicamente pretendes comprobarlo; rerte de mi desgracia

    Te has contagiado de la enfermedad de tu marido. Ves fantasmas que slo existen en tuimaginacin reproch Bella, atacando a su hermana con aquellos sus ojos incisivos, llenosde envidia mal disimulada. Me ir si quieres No me importa que me eches de mi propiacasa

    Qu ests diciendo ahora? Tu propia casa?Yo te la ced para que vivieras con tu escritor. No lo recuerdas tampoco? Era tan ma

    como tuya, pero a Michael le gustaba tanto ese lugar tan solitario Tambin a m me lo habadicho porque tambin haba hecho planes

    Bella! Me reprochas ahora Dios mo! Bella Eres t quien realmente ests enferma;pero la tuya es una enfermedad mucho peor

    Yo no estoy enferma Siempre he sido ms cuerda que t.Basta, Bella!No, tienes que ormeLa voz de Michael cort la conversacin. Ninguna de las dos haba advertido su

    presencia, y l, el escritor, estaba all en el umbral de la puerta de la cocina.Qu ocurre? Qu os pasa a las dos?Disimularon, trataron de hacer ver que no ocurra nada, pero Michael avanz hacia las dos

    y, especialmente, clav sus ojos en Bella.Ve con Rennie, yo ayudar a Susan a preparar el caf.El caf herva ya, se estaba saliendo de la mquina.Bella sonri enigmticamente. Pareca como si se burlara de los dos.Abandon la cocina con paso altivo, emanando una absoluta seguridad de s misma,

    como si se alejara de dos enfermos mentales que creyesen estar en posesin de la verdad.El matrimonio qued inmvil, mirndose uno al otro, como si ambos fueran incapaces de

    pronunciar palabra.La voz de Bella son en el living. Sus palabras llegaron claramente hasta la cocina.Me voyNo puedes irte ahora deca Rennie.sta es una casa de locos. Deb darme cuenta antes segua Bella.Bella, no digas estupideces. Debemos ayudar a tu hermana. Deberas ser la primera en

    darte cuenta.

  • No quiere escucharme! Cree que estoy celosa. Est loca Est loca!Entonces se escuch un golpe en la puerta. Bella acababa de irse y Rennie la llamaba.Espera! Vuelve!Michael segua mirando a su esposa, que no se atreva a hablar. l tom una

    determinacin. Sali de la cocina y fue al encuentro del mdico que estaba en el umbral de lapuerta, mientras Bella pona ya su coche en marcha.

    Ve a buscarla, Rennie. Puede que tu prometida tenga razn Si estoy loco, misalucinaciones no pueden perjudicar a nadie y, por supuesto, mucho menos a Susan

    Michael empez el mdico.No, Rennie Si pensis que debis proteger a Susan de m, estis equivocados Yo

    os expliqu la verdad Ya s que es difcil creerla, pero la realidad es que ste es unproblema mo y nadie puede ayudarme

    El auto que conduca Bella se haba alejad