el paraiso restaurado

338

description

el paraiso restaurado

Transcript of el paraiso restaurado

  • EL PARASO

    RESTAURADO

    DAVID CHILTON

    una teologa biblica de dominio

  • El Paraso Restaurado Sharon North. Todos los derechos reservados.

    Reservados todos los derechos. Ninguna parte de esta publicacin podr ser reproducida ni transmitida en medio alguno (electrnico, mecnico, fotocopia, cinta magnetofnica u otro) sin el permiso previo de los editores, excepto para breves citas en reseas.

    Citas de En la Encarnacin, por St. Anastasio (traducidas y editadas por la Hermana Pe-nlope Lawson, C.S.M.V.; Nueva York: MacMillan, 1981) y reimpreso con el permiso de MacMillan Publishing Company.

    Traduccin: Rosa Mara Snchez RoseteEdicin: Roger M. OliverBook Design: Kyle Shepherd

  • para Darlene

  • vTABLA DE CONTENIDO

    Prlogo ix

    parte unoUNA ESCATOLOGA DEL DOMINIO

    1. La Esperanza 3

    parte dosEL PARASO:

    EL PATRN PARA LA PROFECA

    2. Como Leer la Profeca 173. El Tema del Paraso 254. La Montaa Santa 315. El Jardn del Seor 416. El Jardn y el Horrible Desierto 517. La Nube Ardiente 59

  • vi El Paraso Restaurado

    parte tresEL EVANGELIO DEL REINO

    8. La Venida del Reino 699. El Rechazo de Israel 7910. La Gran Tribulacin 8711. Viniendo en las Nubes 9912. El Surgimiento del Anticristo 10913. Los Postreros Tiempos 11914. La Restauracin de Israel 12915. El Da del Seor 13716. La Consumacin del Reino 147

    parte cuatroESTUDIOS EN EL LIBRO DE APOCALIPSIS

    17. Interpretando el Apocalipsis 15718. El Tiempo Est Cerca 16519. Un Breve Resumen de Apocalipsis 17720. La Bestia y el Falso Profeta 18321. La Gran Ramera 19522. El Reino de Sacerdotes 20323. La Nueva Creacin 211

    parte cincoHASTA LOS CONFINES DE LA TIERRA

    24. Cumpliendo la Gran Comisin 221

    Apndice A: La Escatologa de Dominio: Un Resumen 233

  • Tabla De Contenido vii

    Apndice B: Josefo en la Cada de Jerusaln 247Bibliografa Selecta 313Indce 321

  • ix

    PRLOGO

    Este libro fue escrito tanto como una introduccin general de la escatologa Bblica como una forma de leer la Biblia; la primera considero, surge de manera natural de la segunda. Tambin sirve como un prlogo para un trabajo personal mayor (que est en proce-so), un comentario acerca del libro de Apocalipsis.

    Por esta razn, el presente libro no pretende responder a todas las preguntas concebibles acerca de la profeca. Aquellos quienes deseen encontrar ms acerca de la perspectiva presentada aqu, debern con-sultar la bibliografa. Aunado a mi comentario, existen muchos otros trabajos de escatologa en diferentes niveles de preparacin, los ms destacable son los del Rev. James B. Jordan (Mateo 24) y el Rev. Ray Sutton (Daniel).

    Muchos lectores encontrarn (eso espero) el material acerca del Jardn de Edn fascinante, as como me pas a m la primera vez que escuch las lecciones de Jim Jordan acerca del tema en 1977. Por eso estarn contentos de escuchar que su libro rboles y Espinas, un estudio exhaustivo de los patrones Ednicos, est pronto a ser publicado. Recomiendo ampliamente este trabajo. Otro erudito, cu-yos estudios me han influenciado, es el Dr. Meredith Kline, su libro Imgenes del Espritu es una obra maestra de la Teologa Bblica. (Me apresuro a sealar, claro est, que no es responsable de ninguna de mis conclusiones)

    Las citas Bblicas por lo general son de la Nueva Versin Ameri-cana Estndar, incluyendo sus notas al margen; en algunas ocasiones

  • x El Paraso Restaurado

    he alterado las citas un poco en favor de una interpretacin ms literal.

    Estoy muy agradecido con varios buenos amigos, quienes me han dado su consejo y ayuda durante el proceso de escribir este libro. El primero entre ellos es mi publicista, el Dr. Gary North, quien me pidi originalmente que lo escribiera y cuyas sugerencias fueron constantemente fructferas y desafiantes. El manuscrito fue ledo por los pastores de la Iglesia Presbiteriana Westminster (Tyler, Texas): el Rev. Lewis Bulkeley, el Rev. Robert Dwelle, el Rev. James B. Jordan y el Rev. Ray Sutton; sus ideas teolgicas han influenciado virtual-mente cada pgina de este libro.

    Otros que leyeron el manuscrito y aportaron comentarios in-valuables fueron el Rev. Mark House, pastor de la Primera Iglesia Presbiteriana (Manhattan Beach; California); Spencer Roundtree, un anciano gobernante de la Iglesia del Redentor (Placerville, Ca-lifornia); James Whitacre, un compaero de la Iglesia Presbiteriana Westminster y el Rev. George Grant, pastor de la Comunidad de Creyentes (Humble, Texas). Aunado a sus crticas enriquecedoras (que ofreci con gran desprendimiento), George diseo la portada del libro, el trabajo de arte fue realizado por Randy Rogers, tambin de la Comunidad de Creyentes. Tambin me gustara agradecer a la Comunidad Reformada de Oakton (Oakton, Virginia) por su ayuda en la publicacin de este libro.

    De formas muy numerosas para ser mencionadas estoy en deuda con el trabajo paciente y dedicado de dos secretarias eficientes del Instituto para la Economa Cristiana: Mrs. Maureen Peters y Mrs.Brenda West. En cada etapa de la produccin su ayuda ha sido inva-luable y es profundamente apreciada.

    Finalmente, estoy agradecido con mi esposa Darlene, quien ama-blemente me ayud a lo largo de todo el proyecto. Debido a que su amor es una muestra constante del Paraso Restaurado, este libro est dedicado a ella.

  • parte unoUNA ESCATOLOGA

    DEL DOMINIO

    Aqu te sentars encarnado, aqu reinarsTanto Dios como hombre, Hijo tanto de Dios como del hombre,Rey universal ungido; a tite doy todo el poder; reina por siempre, y asumeTus mritos; debajo de ti, como Cabeza Suprema,reduzco Tronos, Principados, Potestades, Dominios:Toda rodilla se doblar, de los que estnen el Cielo o en la Tierra o debajo de la Tierra en el infierno.

    John Milton, El Paraso Perdido [3.31522]

  • Cuando el sol sale, la oscuridad ya no prevalece; cualquier parte que quede por ah de ella es expulsada. As tambin, ahora que

    la divina epifana de la Palabra de Dios ha tenido lugar, la oscuridad de los dolos ya no prevalece y todas las partes del mundo

    en todas las direcciones son iluminadas por Su enseanza.

    Atanasio, En la Encarnacin [55]

  • 31LA ESPERANZA

    Este es un libro acerca de la esperanza. Por mucho tiempo, los Cristianos se han caracterizado por la desesperacin, la derrota y el retraimiento. Por mucho tiempo, los Cristianos han prestado aten-cin a la falsa doctrina que ensea que estamos condenados al fraca-so, que los Cristianos no pueden ganarla nocin de que, hasta que Jess regrese, los Cristianos constantemente perdern terreno con el enemigo. El futuro de la Iglesia se nos dijo, es un constante desli-zamiento a la apostasa. Algunos de nuestros lderes tristemente nos informaron que estamos viviendo en la era laodicense de la Iglesia (una referencia a la iglesia tibia de Laodicea, de la que se habla en Apocalipsis 3:1422). Todo nuevo brote de guerra, todo incremento en las estadsticas del crimen, toda nueva evidencia de la ruptura de la familia, muchas veces era extraamente visto como progreso, un paso ms hacia la meta esperada del colapso total de la civilizacin, una seal de que Jess vendra a rescatarnos en cualquier momen-to. Los proyectos de accin social eran vistos con escepticismo: mu-chas veces se asuma que cualquiera que intentara mejorar el mundo realmente no crea en la Biblia, porque la Biblia enseaba que tales esfuerzos estaban destinados a lo ftil; como lo dijo muy bien un famoso predicador, No pules el cobre en un barco que se hunde. Ese dicho estaba basado en dos suposiciones: en primer lugar, que el mundo no es nada ms que un barco hundindose y en segundo lugar, que cualquier programa organizado de reconstruccin Cris-tiana sera nada ms que pulir el cobre. El evangelismo era una invitacin para unirte al lado de los perdedores.

  • 4 El Paraso Restaurado

    Esto estaba enraizado en dos problemas. Uno era un punto de vista falso de la Espiritualidad. La idea no bblica de que la espiri-tualidad implica que el verdadero hombre espiritual es la persona que es una especie de ser no-fsico, quien no se involucra con las cosas terrenales, quien no trabaja ni piensa mucho y quien dedica la mayor parte de su tiempo a meditar acerca de cmo preferira estar en el cielo. Sin embargo, mientras que est en la tierra, tiene un deber principal en la vida: Ser pisado por amor a Jess. Desde este punto de vista, el hombre espiritual es un dbil. Un perdedor. Pero por lo menos es un Buen Perdedor.

    La enseanza de la Biblia es muy diferente. Cuando la Biblia usa el trmino Espiritual, generalmente est hablando del Espritu Santo (por eso uso la E mayscula). Ser Espiritual es ser guiado y motivado por el Espritu Santo. Esto significa obedecer Sus rdenes como es-tn registradas en las Escrituras. El hombre Espiritual no es alguien que flota en el aire y escucha voces extraas. El hombre Espiritual es un hombre que hace lo que dice la Biblia (Romanos 8:48). Por lo tanto, esto significa que se supone que nos involucremos en la vida. Dios quiere que apliquemos los estndares Cristianos por todas par-tes en todas las reas. La espiritualidad no significa retraerse y reti-rarse de la vida, significa dominio. La confesin Cristiana bsica de fe es que Jess es Seor (Romanos 10:910)Seor de todas las cosas en los cielos y en la tierra. Como Seor, ha de ser glorificado en todas las reas (Romanos 11:36). En trminos de la Espiritualidad Cristiana, en trminos de los requerimientos de Dios para la accin Cristiana en cada rea de la vida, no hay razn para el retraimiento.

    El segundo obstculo para la accin Cristiana ha sido una esca-tologa de la derrota. Nuestra escatologa es la doctrina de las cosas finales, nuestra expectativa del futuro. Y no cabe la menor duda de las expectativas recientes de muchos Cristianos: hemos esperado el fracaso. El mundo, como lo notamos anteriormente, era considerado como un barco hundindose.

    Por supuesto, que ningn Cristiano cree en la derrota final. Todos los Cristianos saben que la voluntad de Dios ser la victoria sobre el diablo al final de la historia. Como un Cristiano joven, recuerdo que mis maestros de la Biblia me informaron que ellos haban echado un vistazo al ltimo captulo (de la Biblia) y que los Cristianos ga-nan! Pero precisamente ese es mi punto: de acuerdo a ciertas modas

  • La Esperanza 5

    populares de escatologa, la victoria slo sucede en el ltimo cap-tulo. En el tiempo, en la historia en la tierra los Cristianos pierden. El mundo cada vez se pone peor y peor. El anticristo est por llegar. El Diablo est rigiendo el mundo y volvindose ms y ms poderoso cada vez. Tu trabajo para Dios en este mundo no tendr un efecto duradero, excepto para salvar a unos cuantos individuos del infierno. Pero lo mejor es que lo hagas pronto, antes de que llegue la Tribu-lacin, para que puedas escapar a tiempo. Irnicamente, el mensaje involuntario de este evangelio es: El anticristo est llegando! Hay algo terriblemente desequilibrado en esto.

    Lo que estoy diciendo es lo siguiente. La escatologa de la derrota est equivocada. No es ms Bblica que su hermana gemela, el punto de vista falso de la Espiritualidad. En lugar de un mensaje de derrota la Biblia nos da Esperanza, tanto en este mundo como en el venide-ro. La Biblia nos da una escatologa de dominio, una escatologa de victoria. Esto no es un tipo de optimismo ciego de todo-se-resolve-r-de-alguna-manera. Esto es una certeza Bblica slida y segura de que, antes de la Segunda Venida de Cristo, el evangelio ser victorioso en el mundo entero.

    Para muchos esto puede parecerles increble. Esto va en contra de todo el espritu de la era moderna, por aos los Cristianos han sido enseados a esperar la derrota. Ciertamente, es una buena idea tener cuidado con las nuevas doctrinas. Todo debe ser cotejado con las Escrituras. Sin embargo, una cosa a considerar es que la idea del dominio no es nueva. De hecho, hasta hace muy poco, la mayora de los Cristianos sostenan una escatologa de dominio. La mayora de los Cristianos a lo largo de la historia de la Iglesia consideraban la escatologa de la derrota como una doctrina de locos.

    La Esperanza de una conquista mundial para el Cristiano ha sido la fe tradicional de la Iglesia por aos. Este hecho puede ser fcilmen-te demostrado una y otra vez. Podemos verlo en las palabras de Ata-nasio, el gran padre de la Iglesia del siglo cuarto, cuyo libro clsico En la Encarnacin de la Palabra de Dios revela su fuerte escatologa de dominio. El resume su tesis as:

    Desde que el Salvador vino a habitar en medio de nosotros, la ido-latra no slo ya no se incrementa, sino que se est disminuyendo y gradualmente dejando de existir. De manera similar, la sabidura de

  • 6 El Paraso Restaurado

    los griegos no slo ya no progresa, sino que la que haba est desapa-reciendo. Y los demonios, lejos de continuar imponindose sobre la gente por medio de engaos, orculos y hechiceras, son ahuyentados por la seal de la cruz si es que siquiera lo intentan. Por otra parte, mientras que la idolatra y todo lo dems que se opone a la fe de Cristo se est debilitando, disminuyendo y cayendo, la enseanza del Salvador est aumentando por todas partes! Entonces, adoren al Sal-vador Quien es sobre todas las cosas y poderoso, an adoren a Dios la Palabra y condenen a los que estn siendo derrotados y hganlos desaparecer por l. Cuando el sol sale, la oscuridad ya no prevalece; cualquier parte que quede por ah de ella es expulsada. As tambin, ahora que la divina epifana de la Palabra de Dios ha tenido lugar, la oscuridad de los dolos ya no prevalece y todas las partes del mundo en todas las direcciones son iluminadas por Su enseanza.

    No deben suponer que Atanasio era tan slo un optimista de pen-samientos positivos, reposando en un ambiente tranquilo y pacfico. Por el contrario: l vivi durante una de las persecuciones ms severas que el mundo haya visto, en el mayor intento del Emperador Diocle-ciano de aplastar la fe Cristiana. Posteriormente, Atanasio tuvo que permanecer prcticamente solo durante 40 aos en su defensa de la doctrina de la Trinidad en contra de la hereja desenfrenada, siendo exiliado por el gobierno en cinco ocasiones y algunas veces con el pe-ligro de perder su vida. Es ms, su historia dio lugar a un proverbio: Atanasio contra mundum (Atanasio contra el mundo). No obstante, l nunca perdi de vista el hecho bsico de la historia mundial, que el Verbo se haba hecho carne, venciendo al diablo, redimiendo a la humanidad e inundando el mundo con la Luz que la obscuridad no pudo vencer.

    La escatologa de dominio de la Iglesia molde radicalmente la historia de la civilizacin Occidental. Por ejemplo, piensa en las grandes catedrales de Europa y compralas con los edificios de las iglesias en la actualidad. Aquellas catedrales antiguas, obras mag-nficas de arte construidas durante dcadas y a veces durante gene-raciones, fueron construidas para que duraran por siglosy as ha sucedido. Pero las iglesias modernas evanglicas normalmente son construidas para que duren a lo mximo una generacin. No espe-ramos estar por aqu el tiempo suficiente como para aprovecharlas

  • La Esperanza 7

    mucho y ciertamente no esperamos que nuestros biznietos adoren en ellas. Ni siquiera esperamos tener biznietos. Se puede decir con confianza que el pensar en descendientes que vivan dentro de qui-nientos aos nunca ha siquiera entrado en la mente de la mayora de los evanglicos de hoy. Sin embargo, para muchos Cristianos de las generaciones previas, la idea de que generaciones futuras se be-neficiaran de sus esfuerzos no era extraa en ninguna manera. Ellos construan para generaciones.

    Veamos un rea completamente diferente: la exploracin. Nin-gn historiador entre cien sabe que fue lo que motiv a Cristbal Coln a buscar una ruta occidental a la India. El comercio? S, esa era parte de la razn. Sin embargo, aparte de eso fue una profeca no cumplida. Antes de que empezara sus expediciones, Coln lle-n sus diarios con citas de Isaas y de otros escritores Bblicos, en los que detallaba varias profecas acerca de que la Gran Comisin para sus discpulos a todas las naciones del mundo sera exitosa (ver por ejemplo, Isaas 2:25; 9:27; 11:110; 32:1517;40:411; 42:112; 49:126; 56:38; 60:122; 61:111; 62:112; 65:125; 66:124). Se dio cuenta que si los de la India iban a ser convertidos, una ruta marti-ma sera una forma mucho ms eficiente para llevarlos al evangelio y l le atribuy sus descubrimientos no al uso de las matemticas o de mapas, sino al Espritu Santo, quien estaba haciendo que sucediera lo que Isaas haba predicho. Debemos recordar que Amrica haba sido descubierta muchas veces por otras culturas, a pesar de esto, la colonizacin exitosa y el desarrollo slo se dieron en la era de las exploraciones que inici Coln. Por qu? Porque estos exploradores eran portadores del evangelio y su meta era conquistar el mundo para el reino de Dios. Llegaron expectantes de que el Nuevo Mundo fuera Cristianizado. Ellos estaban seguros de la victoria y supusieron que cualquier obstculo que enfrentaran habra sido puesto ah para el nico propsito de ser vencido. Ellos saban que los Cristianos estaban destinados para el dominio.

    Los ejemplos se pueden multiplicar en cada campo. Todo el sur-gimiento de la Civilizacin Occidentalla ciencia y la tecnologa, medicina, artes, constitucionalismo, sistema jurdico, libre empresa, alfabetizacin, el incremento de la productividad, un creciente es-tndar de vida, el estatus elevado de la mujeres atribuible a un factor de gran importancia: el Occidente ha sido transformado por el

  • 8 El Paraso Restaurado

    Cristianismo. Es verdad, la transformacin todava no est completa. Todava hay muchas batallas por delante, pero el punto es que, an en lo que todava es una civilizacin Cristiana incipiente, Dios ha hecho llover sus bendiciones.

    Muchos Cristianos no se dan cuenta de esto, pero la Esperanza es la base para muchos de los grandes himnos de fe antiguos, escritos antes de la era moderna evanglica de desesperacin y pesimismo. Piensa en esto la prxima vez que cantes Castillo Fuerte es nuestro Dios de Martin Lutero, Jess reinar por dondequiera que el sol hace sus sucesivos recorridos de Isaac Watts o de George Duffield Levntate, levntate por Jess. En verdad crees que Jess nos est guiando ahora de victoria en victoria hasta que todo enemigo sea vencido y Cristo es en realidad Seor? Esto es lo que la Iglesia ha credo histricamente. Esta es la razn por la que lo cantaban en sus himnos. Esto se puede ver ms claramente en los villancicos tradicionales, los cuales como las reflexiones de Atanasio sobre la Encarnacin, son expectativas francas del triunfo de Cristo sobre el mundo a travs del evangelio. Los villancicos como Ven, tan anhe-lado Jess, Oh ven, ven, Emmanuel, Escucha! los ngeles que anuncian cantan, Dios les d descanso, caballeros alegres y mu-chos otros escritos desde la misma perspectiva bsica de este libro. La conviccin de quecomo resultado de Su primera venidaCristo est ahora reinando desde el cielo y conquistando la tierra, subyace el mensaje de Gozo para el mundo!:

    No permitiremos ms que los pecados y las penas crezcan, Ni que las espinas infesten la tierra; l viene para hacer que sus bendiciones fluyan Tan lejos como la maldicin se encuentre.

    l gobierna el mundo con verdad y gracia, Y hace que las naciones prueben Las glorias de su justicia Y las maravillas de su amor.

    Lo mismo es verdad acerca del gran villancico orientado a la vic-toria Vino sobre el claro de la medianoche:

  • La Esperanza 9

    Porque he aqu, los das se aproximan, Como predijeron los profetas, Cuando con los aos circundantes Llega la edad de oro; Cuando la paz sobre toda la tierra Arroja sus antiguos esplendores Y todo el mundo responde con la cancin Que ahora cantan los ngeles.

    Los Salmos: Nuestro libro de Himnos de Dominio

    Existe una conexin muy importante entre la cosmovisin de la Igle-sia y los himnos de la Iglesia. Si tu corazn y tu boca estn llenos con cantos de victoria, tenders a tener una escatologa de dominio; si en lugar de eso, tus canciones son de temor, expresando un anhelo por escaparo si son tonaditas dbiles e infantilessu cosmovisin y sus expectativas sern escapistas e infantiles.

    Histricamente, el himnario bsico para la Iglesia ha sido el Libro de los Salmos. El libro ms grande de la Biblia es el de los Salmos y Dios providencialmente lo coloc justo en la mitad de la Biblia para que no nos lo perdiramos! Sin embargo, cuntas iglesias usan los Salmos en su tiempo de adoracin? Vale la pena resaltar que el aban-dono de la Iglesia de la escatologa de dominio coincidi con el abandono de la Iglesia de los Salmos.

    Los Salmos estn inescapablemente orientados al Reino. Estos es-tn llenos de conquista, victoria y dominio de los santos. Estos nos recuerdan constantemente la batalla entre Dios y satans, incesante-mente nos llaman a pelear contra las fuerzas del mal y nos prometen que heredaremos la tierra. Cuando la Iglesia cantaba los Salmosno slo pequeas porciones de ellos, sino exhaustivamente, a lo largo de todo el libroera fuerte, saludable, agresiva y no poda ser detenida. Esta es la razn por la que el diablo ha intentado impedir que can-temos los Salmos, para robarnos nuestra herencia. Si hemos de re-tomar la escatologa de dominio, debemos reformar a la Iglesia y un aspecto crucial de esta reforma debe ser regresar a cantar los Salmos. Escuche los Salmos histricos de la Iglesia victoriosa:

  • 10 El Paraso Restaurado

    Se acordarn y se volvern al Seor todos los confines de la tierra, Y todas las familias de las naciones adorarn delante de ti. (Salmos 22:27)

    Porque los malignos sern destruidos, Pero los que esperan en el Seor, ellos heredarn la tierra. Pues de aqu a poco no existir el malo; Observars su lugar, y no estar all. Pero los mansos heredarn la tierra, Y se recrearn con abundancia de paz. (Salmos 37:910)

    Vengan, vean las obras del Seor, Que ha puesto asolamientos en la tierra. Que hace cesar las guerras hasta los fines de la tierra. Que quiebra el arco, corta la lanza, Y quema los carros en el fuego. Estn quietos, y conozcan que yo soy Dios; Ser exaltado entre las naciones; enaltecido ser en la tierra. (Salmos 46:810)

    Pueblos todos, batid las manos; Aclamad a Dios con voz de jbilo. Porque el Seor el Altsimo es temible; Rey grande sobre toda la tierra. El someter a los pueblos debajo de nosotros, Y a las naciones debajo de nuestros pies. (Salmos 47:13)

    Toda la tierra te adorar, Y cantar a ti; Cantarn a tu nombre. (Salmos 66:4)

    Dominar de mar a mar, Y desde el ro hasta los confines de la tierra. Ante l se postrarn los moradores del desierto, Y sus enemigos lamern el polvo.

  • La Esperanza 11

    Los reyes de Tarsis y de las costas traern presentes; Los reyes de Sab y de Seba ofrecern dones. Todos los reyes se postrarn delante de l; Todas las naciones le servirn. (Salmos 72:811)

    Todas las naciones que hiciste vendrn y adorarn delante de ti, Seor, Y glorificarn tu nombre. (Salmos 86:9)

    Te alabarn, oh Seor, todos los reyes de la tierra, Porque han odo los dichos de tu boca. Y cantarn de los caminos del Seor, Porque la gloria del Seor es grande. (Salmos 138:45)

    Regocjense los santos por su gloria, Y canten aun sobre sus camas. Exalten a Dios con sus gargantas, Y espadas de dos filos en sus manos, Para ejecutar venganza entre las naciones, Y castigo entre los pueblos; Para aprisionar a sus reyes con grillos; Y a sus nobles con cadenas de hierro, Para ejecutar en ellos el juicio decretado; Gloria ser esto para todos sus santos. Aleluya (Sal. 149:59).

    Qu Diferencia Hace?

    El problema de la escatologa se centra en un punto fundamental: Tendr xito el evangelio en su misin o no? A pesar de sus numerosas diferencias individuales, las diversas escuelas de pensamiento derro-tistas estn slidamente alineadas y unidas en un punto muy impor-tante: El evangelio de Jesucristo fracasar. El Cristianismo no tendr xito en su tarea mundial. La Gran Comisin de Cristo de hacer

  • 12 El Paraso Restaurado

    discpulos a todas las naciones no se llevar a cabo. Satans y las fuer-zas del anticristo prevalecern en la historia, venciendo a la Iglesia y virtualmente hacindola desaparecerhasta que Cristo regrese en el ltimo momento, como la caballera en las pelculas del oeste, para rescatar al pequeo grupo andrajoso de sobrevivientes.

    Marca esto una diferencia? T punto de vista acerca de la profe-ca realmente afecta tu vida? Creo que ya hemos visto mucho acerca de la respuesta a esta pregunta. El asunto bsico tiene que ver con tu acti-tud hacia el futuro. Recuerdo un peridico del Pueblo de Jess de principios de los 70s que llev a cabo una entrevista con el experto en profeca ms popular de aquellos das. Basndose en el hecho de que Jess iba a raptar a Su Iglesia en cualquier momento, este hombre prcticamente aconsejaba a sus seguidores jvenes a no ca-sarse ni criar familias. Despus de todo, ya no haba tiempo para este tipo de cosas. El Rapto estaba por llegar, as que cualquier trabajo de dominio sera intil. (Si t fueras el diablo, podras inventar una mejor excusa que sonara ms espiritual para que los Cristianos abandonaran el plan de victoria de Dios?) La tica del Rapto de aquellos aos llev a muchos a abandonar la escuela, trabajos, fami-lias y responsabilidades en general; grupos de creyentes vagaban sin rumbo por el pas, sin una meta clara ms all del siguiente concierto de rock Cristiano. Pasaron aos antes de que muchos de ellos des-pertaran y a veces se necesitaron ms aos para retomar sus vidas otra vez.

    El hecho es que no trabajars por la transformacin de la socie-dad si no crees que la sociedad pueda ser transformada. No intentars construir una civilizacin Cristiana si no crees que sea posible una civilizacin Cristiana. Fue la confianza absoluta en la victoria de la fe Cristiana lo que les dio valor a los primeros misioneros, quienes sin temor se internaron en los confines ms lejanos de la Europa pagana como si estuvieran encabezando un ejrcito, predicando el evangelio, echando fuera demonios, destruyendo dolos, convirtien-do reinos enteros, poniendo a grandes multitudes de rodillas a los pies de Cristo. Ellos saban que podan vencer. Ellos podan entregar sus vidas en la batalla, seguros de que la historia estaba de su lado, que los dominios de satans diariamente eran destrozados y que su podero ilegtimo se debilitaba y deslizaba con cada avance de las fuerzas Cristianas. Ellos no eran en lo ms mnimo pesimistas acer-

  • La Esperanza 13

    ca del poder del evangelio. Dios honr su fe en Sus promesas y les capacit para poner los cimientos de un Cristianismo que algn da abarcara al mundo entero.

    Cuando el pueblo de Dios desobedece y recae en la incredulidad, la Iglesia empieza a perder las batallas con satans. Sugiere esto que la Esperanza est equivocada? De ninguna manera, porque la Biblia ensea que el crecimiento Espiritual de la sociedad no es ms auto-mtico que el crecimiento Espiritual del individuo Cristiano. Esta es la victoria que ha vencido al mundo: nuestra fe (1 Juan 5:4). El Cristiano no acepta el crecimiento como automtico en ninguna esfera de la vida. Todo el crecimiento y desarrollo son dones sobe-ranos del Espritu de Dios. Con todo, el Cristiano no puede decir que puede soltarse y dejar a Dios, dejar de comer y hacer ejercicio, y esperar crecer. No suponemos que podemos dejar de confiar en Dios, dejar de orar y obedecer, y aun as crecer en gracia. Tampo-co podramos decir que algn acto de desobediencia representa una tendencia en nuestra escatologa personal, mostrando que estamos destinados necesariamente a fracasar en la vida Cristiana. Y lo mismo es verdad para la santificacin cultural. No creemos en algn tipo de progreso natural en la civilizacin. Nuestra civilizacin se levantar o caer en trminos de la bendicin de Dios y la bendi-cin de Dios es Su respuesta personal y de pacto (no automtica) a nuestra obediencia de pacto (Deuteronomio 28).

    Jess orden:

    Ustedes son la sal de la tierra; pero si la sal se desvanece con qu ser salada? No sirve ms para nada, sino para ser echada fuera y hollada por los hombres. Ustedes son la luz del mundo; una ciudad asentada sobre un monte no se puede esconder. No se enciende una luz y se pone debajo de un almud, sino sobre el candelero y alumbra a todos los que estn en casa. As alumbre su luz delante de los hombres, para que vean sus buenas obras, y glorifiquen a su Padre que est en los cielos (Mateo 5:1316).

    Esto no es nada menos que un mandato para la transformacin social completa del mundo entero. Y lo que Jess condena es la in-efectividad, el fracasar en cambiar la sociedad a nuestro alrededor. Se nos ordena vivir de tal manera que algn da todos los hombres glo-

  • 14 El Paraso Restaurado

    rifiquen a Diosque se conviertan a la fe en Cristo. La cuestin es que si la Iglesia es obediente, la gente y las naciones del mundo sern discipulados al Cristianismo. Todos sabemos que todos deberan ser Cristianos, que las leyes e instituciones de todas las naciones debe-ran seguir el proyecto original de la Biblia. Pero la Biblia nos dice ms que slo eso. La Biblia nos dice que estos mandamientos deben moldear el futuro. Debemos cambiar al mundo, es ms, cambiaremos al mundo.

  • parte dosEL PARASO: EL PATRN

    PARA LA PROFECA

    Hacia el sur atravesando el Edn corre un ancho ro, No desva su curso, sino que a travs de la colina Pasa debajo envuelto por ella, ya que Dios ha arrojado Esa montaa como su modelo de jardn, elevada Por encima de la rpida corriente, que a travs de las venas De la tierra porosa lo absorbe amablemente, Se levant una fuente fresca y con ms de un riachuelo Riega el jardn; desde ah cae unido En el claro escarpado y se encuentra con el torrente de abajo, El cual sale ahora de su cauce obscurecido, Y ahora dividido en cuatro corrientes principales, Corre disperso y errante en un reino famoso Y campestre del cual no hay necesidad aqu de hacer mencin, Sino ms bien, decir cmo, si el Arte lo puede decir, Como de aquella fuente de zafiro los arroyos crujientes Corren sobre perlas orientales y arenas de oro, Con embrollo equivocado debajo de sombras colgantes Fluye el nctar visitando cada planta y alimentando Flores dignas del Paraso que el arte ms preciado no Anuda curiosamente en lechos, sino la bendicin de la Naturaleza Derramada abundantemente en la colina y el valle y la llanura, Tanto donde el sol matutino primero hiere clidamente Como en el campo abierto donde la sombra sin penetrar Obscurece las glorietas del medioda.

    John Milton, El Paraso Perdido [4.22346]

  • T sabes cmo es cuando algn gran rey entra en una gran ciudad y habita en una de sus casas; porque al habitar en esa sola casa, toda la ciudad es honrada

    y sus enemigos y ladrones cesan de abusar de ella. As tambin sucede con el Rey de todo; l ha venido a nuestro pas y habit en un cuerpo en medio de muchos. Como consecuencia de esto los diseos del enemigo en contra de la humanidad han sido frustrados y la corrupcin de la muerte, que antes les mantena bajo su poder, simplemente ha dejado de ser. Porque la raza

    humana hubiera perecido completamente de no haber venido entre nosotros el Seor y Salvador de todo, el Hijo de Dios, para ponerle fin a la muerte.

    Atanasio, En la Encarnacin [9]

  • 17

    2COMO LEER LA PROFECA

    Yo inici mi viaje personal hacia la escatologa de dominio una tarde en la iglesia, hace unos doce aos atrs. El pastor, un predi-cador famoso por su mtodo expositivo de enseanza de la Biblia, haba comenzado una serie acerca de la profeca. Como el defenda elocuentemente su escatologa de victoria, me llam la atencin el hecho de que pareca totalmente incapaz de desarrollar orgnicamen-te sus puntos de vista desde la Biblia. S, el cit algunas escriturasun versculo por aqu, un versculo por all, pero nunca fue capaz de demostrar que su explicacin del futuro encajara con el patrn general de la Biblia. En otras palabras, l era partidario de imponer sus puntos de vista de la realidad sobre el texto Bblico, asegurndose que sus versculos se intercalaran en el orden correcto. Pero no poda mostrar cmo sus doctrinas fluyeron de la Escritura; su escatologa no pareca ser una parte orgnica de la Historia que la Biblia cuenta.

    Lo que me empec a dar cuenta esa noche fue que la forma de re-cuperar la escatologa Bblica debe ser a travs de comprender la His-toria Bblica. En lugar de tratar de hacer que la Biblia encaje con un patrn preestablecido, debemos tratar de descubrir los patrones que ya estn ah. Debemos permitir que la estructura propia de la Biblia surja del mismo texto, para imponerse sobre nuestro entendimiento. Debemos de acostumbrarnos al vocabulario de la Biblia y a los mo-dos de expresin, buscando moldear nuestro propio pensamiento en trminos de las categoras Escriturales.

    Esta perspectiva arroja luz valiosa sobre el viejo debate acerca de las interpretaciones literales contra las simblicas. En gran me-

  • 18 El Paraso Restaurado

    dida, ese debate no viene al caso, porque el hecho es que todos los intrpretes son literales en algunos puntos y simblicos en otros.

    Por ejemplo, yo estoy viendo un comentario reciente acerca de Apocalipsis, escrito por un erudito evanglico muy conocido. La contraportada proclama audazmente: Esta puede ser la exposicin ms literal de Apocalipsis que jams haya ledo! Y aun as, bajo una inspeccin ms detallada, el comentario en realidad ensea una in-terpretacin altamente simblica de muchos temas en la profeca. Aqu estn algunos de ellos:

    1. Las vestiduras manchadas de los Cristianos de Sardis (Ap. 3:4).2. La promesa de que los Cristianos sern pilares en el Templo

    (3:12).3. La tibieza de los de Laodicea (3:1516).4. La oferta de Cristo de vender oro, vestiduras blancas y

    colirio para los ojos (3:18).5. Cristo tocando a la puerta (3:20).6. El Len de la tribu de Jud (5:5).7. El cordero con siete ojos (5:6).8. Los olivos y los candeleros (11:4).9. La mujer vestida del sol (12:1).

    10. El gran dragn rojo (12:3).11. La Bestia de siete cabezas (13:1).12. La gran ramera sentada sobre muchas aguas (17:1).

    Existen pocos literales que no estaran de acuerdo con que estas imgenes en Apocalipsis deben ser entendidas simblicamente. Lo que debemos reconocer, sin embargo, es que los smbolos son utili-zados tanto a lo largo de la Escritura como justo al lado de lenguaje muy literal. Esto se debe a que la Biblia es literatura: es literatura inerrante y divinamente inspirada, pero al mismo tiempo es lite-ratura. Esto significa que debemos leerla como literatura. Algunas partes deben ser entendidas literalmente y estn escritas conforme correspondena la historia, proposiciones teolgicas o cualquier otra cosa. Pero uno no debe esperar leer los Salmos o Cantar de los Cantares con los mismos estndares literarios utilizados en el Libro de Romanos. Esto sera como leer el soliloquio de Hamlet literal-

  • Como Leer La Profeca 19

    mente: Las hondas y las flechas de la fortuna indignante tomar las armas en contra del mar de problemas

    Lo ves, no podemos entender lo que la Biblia realmente (literal-mente) significa a menos que apreciemos su uso de estilos literarios. Entenderamos el Salmo veintitrs correctamente si lo tomramos literalmente? No se vera, ms bien, como algo ridculo? De he-cho, si se toma literalmente, no sera verdad: porque me atrevo a decir que el Seor no hace que cada Cristiano se acueste en pastos verdes literalmente. Pero nosotros normalmente no cometemos erro-res tan obvios al leer la poesa Bblica. Sabemos que est escrita en un estilo que hace uso del lenguaje simblico. Pero debemos darnos cuenta que lo mismo es verdad acerca de los profetas: ellos, tambin hablan en poesa, en figuras y smbolos, dibujando una herencia bas-ta de imgenes Bblicas que, como veremos, en realidad empezaron en el Paraso original del Jardn del Edn.

    En realidad, ah es donde empez la profeca. Y vale la pena sea-lar que la primera promesa del Redentor que vendra fue establecida en trminos altamente simblicos. Dios dijo a la Serpiente:

    Y pondr enemistad entre ti y la mujer y entre tu simiente y la simiente suya, sta te herir en la cabeza y t le herirs en el calcaar. (Gn. 3:15)

    La verdadera pregunta con la que se debe empezar, por lo tanto, no es un debate artificial de lo simblico contra lo literal, sino un asunto mucho ms bsico: Ser nuestra interpretacin Bblica o especula-tiva? En otras palabras, cuando yo intento comprender o explicar algo en la Biblia, debo ir a la Biblia misma buscando las respuestas o debo llegar a algo creativo por mi cuenta? Poner la pregunta de esta manera es mucho ms preciso y dar resultados ms fructferos.

    Utilicemos un ejemplo extremo para aclarar el punto. El Libro de Apocalipsis describe a una mujer vestida del sol, parada en la luna y con dolores de parto mientras que un dragn revolotea cerca para devorar a su hijo. Un intrprete radicalmente especulativo, se voltea-ra primero a las noticias de los ltimos experimentos genticos para determinar si el tamao de una mujer y su composicin qumica

  • 20 El Paraso Restaurado

    pueden ser alterados lo suficiente como para que ella sea capaz de vestirse del sol; tambin corroborara si el Monstruo de Loch Ness ha salido a la superficie recientemente. Un intrprete Bblico, por otra parte, empezara a hacer preguntas: De dnde sale en la Biblia esta imagen? En dnde habla la Biblia de una mujer en trabajo de parto y cul es su significado en estos contextos? En dnde habla la Biblia de un Dragn? En dnde habla la Biblia de alguien tratando de matar a un beb? Si hemos de comprender el mensaje de la Biblia, debemos adquirir el hbito de hacer preguntas como esta.

    Claro est, que cada enfoque tiene sus inconvenientes. El princi-pal inconveniente del mtodo Bblico es que normalmente requiere de ms trabajo duro, requiriendo de una mayor familiaridad con la Biblia. El inconveniente principal del mtodo especulativo, debido a todo su sensacionalismo, es que simplemente no es Bblico.

    El Lenguaje de los Profetas

    Como lo mencion anteriormente, mucho de la Biblia est escrito en smbolos. Una forma til de entender esto, quizs, sera hablar de estos smbolos como un grupo de patrones y asociaciones. Con esto quiero decir que el simbolismo Bblico no es un cdigo. Este es, ms bien, una forma de ver, una perspectiva. Por ejemplo, cuando Jess habla del agua viva (Juan 4:10), reconocemos correctamente que l est usando el agua como un smbolo. Entendemos que cuando l habl con la mujer del pozo, l no le estaba simplemente ofreciendo agua. l le estaba ofreciendo vida eterna. Pero l la llam agua. Nosotros deberamos preguntar inmediatamente: Por qu hizo l eso? l poda haber dicho simplemente vida eterna. Por qu hablo l en metfora? Por qu quera que ella pensara en el agua?

    Ahora bien, aqu es donde podemos cometer un grave error y este es el error principal de algunos de los intrpretes, quienes tratan de tomar un enfoque simblico. Este error es pensar que los simbolis-mos Bblicos son principalmente un rompecabezas que tenemos que resolver. Nosotros podemos decidir de repente: Aj! El agua es una palabra cdigo especial que significa vida eterna. Esto significa que en cualquier lugar que la Biblia hable acerca del agua simblicamen-te, realmente est hablando de la vida eterna, en cualquier lugar que

  • Como Leer La Profeca 21

    alguien toma agua, se est volviendo realmente en un Cristiano. Simplemente no funciona de esta forma (como lo vers si tratas de aplicar esto en toda la Biblia). Aparte de eso, qu sentido tendra que la Biblia simplemente pusiera todo en un cdigo? La Biblia no es un libro para espas y sociedades secretas, es la revelacin de Dios mismo a Su gente del pacto. La interpretacin mstica de resolver rompeca-bezas tiende a ser especulativa, no le presta suficiente atencin a la forma en la que la Biblia misma habla.

    Cuando Jess le ofreci agua a la mujer, l quera que ella pen-sara en las mltiples imgenes relacionadas con el agua en la Biblia. En un sentido general, claro est, sabemos que el agua est asociada con el refrigerio Espiritual y el sustento de la vida que viene a travs de la salvacin. Pero las asociaciones Bblicas con el agua son mucho ms complejas que eso. Esto se debe a que entender el simbolismo B-blico no significa descifrar un cdigo. Es ms como leer buena poesa.

    El simbolismo de la Biblia no est estructurado en un estilo plano de esto significa-aquello. Ms bien, est destinado a ser ledo visual-mente. Nosotros tenemos que ver las imgenes que surgen delante de nosotros en secuencia, capa por capa, permitindoles que evoquen una respuesta en nuestras mentes y nuestros corazones. Los profetas no escribieron para poder crear ejercicios estimulantes intelectual-mente. Ellos escribieron para ensear. Ellos escribieron en smbolos dramticos y visuales, y si nosotros hemos de comprender completa-mente su mensaje, debemos apreciar su vocabulario. Debemos leer la Biblia visualmente. Los smbolos visuales por s mismos, y lo que la Biblia dice de ellos, son aspectos importantes de lo que Dios quiere que aprendamos, de lo contrario, l no habra hablado de esa forma.

    As que, cuando la Biblia nos cuenta una historia acerca del agua, realmente no nos est contando acerca de otra cosa, nos est con-tando acerca del agua. Pero al mismo tiempo se espera que veamos el agua y pensemos en las asociaciones Bblicas con respecto al agua. El sistema de interpretacin que se ofrece aqu no es ni literal ni simblico; este toma al agua seria y literalmente, pero tambin toma seriamente lo que la Palabra de Dios asocia con el agua a lo largo de la historia de la revelacin Bblica.

    Cules son algunas de las asociaciones Bblicas, que se le pueden haber ocurrido a la mujer en el pozo y a sus discpulos? Aqu hay algunas de ellas:

  • 22 El Paraso Restaurado

    1. La masa lquida y acuosa que fue la naturaleza original de la tierra en la creacin y de la cul Dios form toda la vida (Gn. 1).

    2. El gran ro del Edn que regaba toda la tierra (Gn. 2).3. La salvacin de No y su familia de las aguas del Diluvio, de las

    que la tierra fue re creada (Gn. 69).4. Las revelaciones de Dios llenas de gracia para Hagar junto a la

    fuente (Gn. 16) y el pozo (Gn. 21).5. El pozo llamado Rehobot, donde Dios le dio dominio a Isaac

    (Gn. 26).6. El ro del cul el beb Moiss, el Libertador futuro de Israel, fue

    sacado y hecho prncipe (Ex. 2).7. El cruzar redentor del Mar Rojo, donde Dios una vez ms salv a

    Su pueblo por medio del agua (Ex. 14).8. El agua que flua de la Roca que fue golpeada en Sina, dndole

    vida al pueblo (Ex. 17).9. Los mltiples rituales de rociamiento del Antiguo Testamento,

    que significaban la eliminacin de la suciedad, la contaminacin, la enfermedad y la muerte, y el otorgamiento del Espritu sobre los sacerdotes (ejem. Lev. 14; Nm. 8).

    10. El cruzar el Ro Jordn (Jos. 3).11. El sonido de muchas aguas que produca el pilar de nube (Ex. 1).12. El Ro de la Vida fluyendo del Templo y sanando el Mar Muerto

    (Ex. 47)

    As es que, cuando la Biblia habla de agua, se supone que debe-mos tener en nuestras mentes una vasta hueste de conceptos asocia-tivos, un complejo de imgenes Bblicas que afecte nuestra manera de pensar acerca del agua. Para ponerlo de una manera diferente, se supone que el agua es algo como una palabra clave, un trmino que evoca muchas asociaciones y connotaciones. Cuando leemos la palabra agua esta nos debe recordar los actos de salvacin y las reve-laciones de Dios por medio del agua a travs de toda la Escritura. La Biblia usa muchas de estas palabras clave e incrementa el nmero de ellas mientras continua, hasta que, para cuando llegamos a Apo-calipsis (la piedra arquitectnica de la profeca Bblica), se precipitan a la vez todas hacia nosotros, en una ventisca de referencias asociati-vas, algunas de las cuales son obviamente algo obscuras. Para quien realmente conoce su Biblia y ha notado los patrones literarios y las

  • Como Leer La Profeca 23

    imgenes, gran parte del libro se le har familiar, para el resto de no-sotros es confuso. En Apocalipsis, somos confrontados con todas las connotaciones Bblicas de muchas imgenes: no slo del agua sino tambin de la luz, fuego, nubes, ngeles, estrellas, lmparas, comida, piedras, espadas, tronos, arcoris, tnicas, truenos, voces, animales, alas, carroeros, ojos, llaves, trompetas, plagas, montaas, vientos, mares, altares, sangre, langostas, rboles, cabezas, cuernos y coronas.

    Apocalipsis tambin nos presenta cuadros de una Mujer, un Dra-gn, el desierto, una marca en la frente, una hoz, perlas, un lagar, una copa de vino, una ramera, un ro, Sodoma, Egipto, Babilonia, resurreccin, una boda, una cena de bodas, el Esposo y la Esposa/Ciudad en la forma de una pirmide. Y despus, est el uso de n-meros simblicos: dos, tres, cuatro, siete, diez, doce y mltiplos de estos. 24, 42, 144, 666, 1,000, 1,260, 7,000, 12,000 y 144,000.

    Esta es la razn por la que es necesario entender la Biblia y su uso de smbolos y patrones, si es que nosotros alguna vez vamos a entender el Libro de Apocalipsis. Los prximos captulos en el tema de Paraso en la Escritura estn diseados para introducir al lector en el uso de las imgenes de la Biblia. Fundamentalmente, este es un ejercicio en la Teologa Bblica, el trmino tcnico para el estudio de la revelacin progresiva de Dios acerca de la salvacin. En principio, toda la Historia de la redencin es enseada en los primeros cap-tulos de la Biblia: el resto simplemente est construyendo sobre el fundamente que se estableci ah. Esta es la razn por la que, como veremos abajo, las revelaciones siguientes dependen tan fuertemente de este tema del Jardn del Edn.

    Para entrar en este estudio de las imgenes Bblicas, repasemos las reglas bsicas:

    1. Lee visualmente, trata de imaginar lo que la Biblia est diciendo.2. Lee Bblicamente, no trates de especular o volverte abstracto, sino

    que pon mucha atencin a lo que la Biblia misma dice acerca de sus propios smbolos.

    3. Lee la Historia, trata de pensar en cmo es que cada elemento en la Biblia contribuye a este mensaje de salvacin como un todo.

  • Empezaremos entonces, con la creacin del mundo y con Dios su Hacedor, porque el primer hecho que debes comprender es este: la renovacin de la creacin ha sido forjada por la Misma Palabra,

    Quien la cre desde el principio. Por lo tanto, no existe inconsistencia entre la creacin y la salvacin; porque el nico Padre ha empleado el mismo Agente para ambos trabajos, efectuando la salvacin del mundo a travs de la misma Palabra Quien la cre al principio.

    Atanasio, En la Encarnacin [1]

  • 25

    3EL TEMA DEL PARASO

    La historia del Edn contiene tres ideas bsicas, conceptos que nos confrontan repetidamente mientras que estudiamos la Biblia: la Creacin, la Cada y la Redencin en Cristo. Mientras que estas ideas son desarrolladas a lo largo de la historia de salvacin, vemos imgenes familiares y acciones que vuelven a aparecer y patrones que comienzan a tomar forma, hasta que el ltimo libro de la Biblia finalmente responde a todas las preguntas que surgieron en el pri-mer libro. La auto-revelacin de Dios es coherente, completamente consistente y nos llega en formas literarias muy hermosas. Nuestro entendimiento propio del mensaje no ser adecuado a menos que busquemos comprender y apreciar la forma en la que el mensaje es comunicado. Al empezar nuestro estudio en donde la Biblia misma empieza, podemos comprender con mayor facilidad no slo el Libro de Apocalipsis, sino la Biblia mismaporque los escritores de la Bi-blia dijeron lo que ellos dijeron en la forma en la que lo dijeron. Y nuestras razones para hacer esto es que podamos tener una confianza ms completa en las promesas de Dios, obedecer Sus mandamientos y heredar Sus bendiciones.

    La Naturaleza de la Salvacin

    Uno de los temas bsicos de la Escritura es que la salvacin restaura el propsito original del hombre. En el principio Dios cre al hom-bre a Su imagen para que el hombre pudiera tener dominio (Gnesis

  • 26 El Paraso Restaurado

    1:2628). La tarea de dominio empez en el Jardn del Edn, pero no se supona que terminara ah, ya que al hombre le fue ordenado que tuviera dominio sobre toda la tierra: Adn y Eva (y sus hijos) deban extender las bendiciones del Paraso por todo el mundo. Pero cuando el hombre se rebel, perdi la habilidad de tener un dominio piado-so, porque perdi su compaerismo con su Creador. Mientras que el hombre cado todava sigue estando a la imagen de Dios (Gnesis 9:6), es ahora una imagen desnuda (Gnesis 3:7), porque ha perdido su cobertura originalla gloria de Dios (Romanos 3:23). La imagen de Dios permanece, hasta cierto punto, en todos los hombrespero la imagen ha sido torcida, empaada, desfigurada y quebrada como resultado del pecado. Y la tierra, que fue planeada para convertirse en el Jardn-Templo de Dios, en lugar de eso se ha convertido en un desierto de espinas, cardos, sudor, escasez, contaminacin y muerte (Gnesis 3:1719; Isaas 24:16; Romanos 5:12). El hombre ha sido alejado del Jardn y se le ha prohibido volver a entrar.

    Pero este no es el final de la historia. El mismo da que Dios pronunci juicio sobre el hombre y la tierra, l pronunci un juicio mayor sobre el tentador, declarando que el Redentor vendra algn da para aplastar la cabeza de la serpiente (Gnesis 3:15). Por consi-guiente, el apstol Juan nos dice que el Hijo de Dios apareci con este propsito, que l destruyera las obras del diablo (1 Juan 3:8). Cristo vino como el Segundo Adn, para deshacer el dao trado por medio del Primer Adn (1 Corintios 15:22,45; Romanos 5:1519). Dios haba soplado en Adn el aliento (en Hebreo, el Espritu) de Vida, pero la rebelin de Adn trajo muerte al mundo. En la salvacin, Cristo otra vez sopla en Su pueblo el Espritu de Vida (Juan 20:22)Vida Eterna, que nos libera de la Maldicin del pecado y de la muerte (Romanos 8:2) y la que finalmente resultar en la restauracin de toda la creacin (Romanos 8:1921). En Cristo somos realmente una nueva creatura (2 Corintios 5:17), porque hemos sido recreados en la imagen de Dios (Efesios 4:24; Colosenses 3:10 y vestidos otra vez de la gloria de Dios (Romanos 8:2930). Y esta vez, la seguridad de la imagen de Dios restaurada es garantizada, porque nuestra posicin est en Cristo quien nunca falla. En l tenemos Vida Eterna.

    Esto nos introduce a otro patrn bblico bsico, un patrn triple que es asumido a lo largo de mucho del material en este libro y que veremos una y otra vez en nuestros estudios. La Escritura presenta la

  • El Tema Del Paraso 27

    salvacin en trminos de una estructura definitiva-progresiva-final y esta es la razn por la que las profecas Bblicas muchas veces pare-cen encimarse. La salvacin fue cumplida definitivamente en la obra perfecta y completada de Jesucristo; es aplicada de manera progresiva y creciente durante esta poca, personalmente e institucionalmente y finalmente se lograr, en su cumplimiento ms alto, al final de la historia en el ltimo Da. Hemos sido salvados (2 Timoteo 1:9), somos salvos ahora (Filipenses 2:1213), y seremos salvos en el futuro (1 Pe-dro 1:9). Para ponerlo de otra manera, hemos sido hechos otra vez a la imagen de Dios (Efesios 4:24), somos hechos otra vez progresivamen-te a Su imagen (2 Corintios 3:18) y esperamos el da cuando seremos hechos otra vez perfectamente a Su imagen (Filipenses 3:2021).

    Por lo tanto, la salvacin restaura al hombre a su llamado original y su propsito, y garantiza que el mandato original del hombrede ejercer dominio bajo Dios sobre toda la tierraser cumplido.

    Cornelius Van Til ha sealado que la revelacin redentora de Dios tena que ser tan comprensible como la eliminacin del pecado. La redencin debe, en la naturaleza del caso, ser para todo el mun-do. Esto no significa que debe salvar a todos los individuos pecado-res en el mundo. Sin embargo, significa que el universo creado que ha sido creado como una unidad debe tambin ser salvo como una unidad (Una Introduccin a la Teologa Sistemtica [Presbyterian and Reformed, 1974], p. 133). Finalmente la salvacin Bblica revierte la Maldicin, regresa las condiciones Ednicas, repara las relaciones personales y sociales, y bendice la tierra en todas las reas. Toda la tierra ser salva y vuelta a formar como el Jardn de Dios. Porque la tierra ser llena del conocimiento del Seor, como las aguas cubren la mar (Isaas 11:9).

    En un sentido muy realista, por lo tanto (y progresivo mientras que el Evangelio conquista el mundo), el pueblo de Dios siempre ha vivido en el Jardn. Por ejemplo, la tierra de Egipto es descrita en Gnesis 13:10 como el Jardn del Seory cuando el pueblo de pacto se fue ah a vivir, se les dio el rea de Gosn, porque era lo mejor en todo Egipto (Gnesis 45:18; 47:56, 11, 27). En esta locali-dad Ednica fueron fructferos y se multiplicaron (xodo 1:7)la misma expresin del mandato original de Dios dado a Adn y Eva en el Jardn! La Tierra Prometida tambin, como lo esperaramos, era una tierra en la que mucho de la Maldicin haba sido revertida:

  • 28 El Paraso Restaurado

    era como el Jardn del Edn (Joel 2:3) y por lo tanto, flua leche y miel (xodo 3:8).

    Como lo veremos en el prximo pasaje, la restauracin del Edn es un aspecto esencial de la salvacin que Cristo provee. Cuando el Antiguo Testamento predijo la venida de Cristo y las bendiciones que l traera, normalmente hablaba en el lenguaje de la restauracin del Edn. Isaas escribi: Ciertamente consolar el Seor a Sion; consolar todas sus soledades. Y har su desierto como el Edn, y su soledad como el Jardn del Seor; se hallar en ella alegra y gozo, alabanza y voces de canto (Isaas 51:3). Y Ezequiel muchos aos des-pus profetiz:

    As ha dicho Dios el Seor: El da que los limpie de todas sus ini-quidades, har tambin que sean habitadas las ciudades, y las ruinas sern reedificadas. Y la tierra asolada ser labrada, en lugar de haber permanecido asolada a ojos de todos los que pasaron. Y dirn: Esta tierra que era asolada ha venido a ser como huerto del Edn; y estas ciudades que eran desiertas y asoladas y arruinadas, estn fortificadas y habitadas. Y las naciones que queden en sus alrededores sabrn que yo reedifiqu lo que estaba derribado, y plant lo que estaba desola-do; yo el Seor he hablado, y lo har (Ezequiel 36:3336).

    Pero hay mucho ms en estas profecas (y otras) acerca de la res-tauracin del Edn de lo que podamos notar en un primer vista-zo. De hecho, existen muchos, muchos pasajes de la Escritura que hablan en trminos de los patrones Ednicos que no mencionan el Edn por nombre. El Tema del Paraso corre a lo largo de toda la Biblia, desde Gnesis hasta Apocalipsis, pero para poder reconocerlo debemos primero familiarizarnos con lo que la Palabra de Dios dice acerca del Jardn original. Dios se ha tomado la molestia de darnos alguna informacin especfica acerca del Jardn y el resto de la Escri-tura est construida en este fundamento, refirindose a este regular-mente. Fjese bien: este estudio no es simplemente una coleccin de trivialidades, de hechos extraos e interesantes acerca de la Biblia (por ejemplo, el tipo de informacin irrelevante que normalmente se encuentra en la seccin de enciclopedia en las Biblias grandes familiares). Esto es, lo vuelvo a repetir, un tema Bblico de suma importancia, que ilumina dramticamente el mensaje del libro de

  • El Tema Del Paraso 29

    Apocalipsisy que por cierto, nos ayuda a entender el mensaje de la Biblia como un todo. As es que, en los prximos captulos, exami-naremos muchas de las caractersticas del Jardn del Edn, ponien-do especial atencin en como cada una de estas se vuelven un sub tema en s, en trminos del tema general de la restauracin del Edn en la salvacin.

  • Por lo tanto, cuando los siervos de los Sumos Sacerdotes y los Escribas vieron estas cosas y escucharon de Jess, Si alguno tiene sed, venga a m y beba (Juan 7:37); ellos percibieron que este no era tan slo un hombre

    como ellos, sino que este era quien le dio agua a los santos y que era quien fue anunciado por el profeta Isaas. Porque l realmente era el esplendor de la luz y la Palabra de Dios. Y as, como un ro desde la fuente l dio de beber tambin del antiguo Paraso; pero ahora a todos los hombres l

    les da el mismo regalo del Espritu y dice, Si alguno tiene sed, venga a m y beba. El que cree en M, como dice la Escritura, de su interior corrern

    ros de agua viva (Juan 7:3738). Esto no era lo que un hombre dira, sino el Dios viviente, Quien en verdad concede vida y da el Espritu Santo.

    Atanasio, Cartas [xliv]

  • 31

    4LA MONTAA SANTA

    La Ubicacin del Jardn

    Aunque por lo general utilizamos los trminos de Edn y Jardn del Edn como sinnimos (como la Biblia algunas veces tambin lo hace), Gnesis 2:8 nos dice que el Jardn fue plantado por Dios en el lado este del rea conocida como Ednuna tierra que originalmen-te estaba al norte de Palestina (cf. Salmos 48:2; Isaas 14:13; Ezequiel 28:14 y la discusin de los ros, abajo). Cuando el hombre perdi comunin con Dios y fue sacado del Jardn, evidentemente sali del lado este, ya que ah es donde Dios puso al querubn que guard el Jardn de intrusos (Gnesis 3:24). Esto levanta una pregunta in-teresante: Por qu estaba el querubn puesto slo en el este? Una respuesta probable es que el Jardn era inaccesible por todos los otros lados (cf. Cantar de los Cantares 4:12) y que la entrada tuvo que ser hecha a travs de la puerta del este (esto concordara con el signi-ficado de la palabra antigua de paraso, como un jardn adjunto); en el poema de Milton el diablo entro al Jardn saltando sobre el muro (cf. Juan 10:1):

    As subi este primer gran Ladrn al seno de Dios: As fue desde que subieron a la Iglesia los asalariados lascivos.

    Aparentemente, lo piadoso tenda a permanecer cerca de la entra-da este en el Jardn por algn tiempoquizs trayendo sus sacrifi-cios a la puertaporque cuando Can huy de la presencia del

  • 32 El Paraso Restaurado

    Seor (un trmino tcnico en la Escritura para el centro oficial de la adoracin), se dirigi hacia lugares lejos del este (Gnesis 4:16), lejos de Dios y de los hombres piadosos.

    Por lo tanto, es significativo que la entrada al Tabernculo era por el lado este (xodo 27:1316): entrar a la presencia de Dios a travs de la redencin es una readmisin de gracia al Edn.

    La visin de Ezequiel del triunfo universal del Evangelio muestra el Ro de Vida sanador fluyendo de las puertas del Templo restaura-do (la Iglesia, Efesios 2:1922) hacia el este (Ezequiel 47:112); y como un precursor del da cuando la riqueza de todas las naciones sera regresada a la casa de Dios Isaas 60:416; Habacuc 2:69; Salmos 72:1011; Apocalipsis 21:2426), el nacimiento del Rey de Reyes fue honrado por hombres sabios que trajeron regalos desde el este (Mateo 2:111).

    Una clave mayor para la localizacin original del Jardn del Edn es el hecho de que los cuatro grandes ros que regaban la tierra se derivaban del ro nico del Edn (Gnesis 2:1014). El Diluvio alter drsticamente la geografa del mundo y dos de estos ros (el Pisn y el Gihn) ya no existen. Los otros dos ros son el Tigris (Hiddekel en Hebreo) y el ufrates, los cules no se originan de la misma fuente, como lo hacan antes. Pero la Biblia si nos dice dnde estaban locali-zados estos ros: el Pisn flua a travs de la tierra de Havila (Arabia); el Gihn flua a travs de Cus (Etiopa); el Tigris flua a travs de Asiria y el ufrates flua a travs de Siria y de Babilonia (desde donde ahora se junta con el Tigris, ms o menos a 65 kilmetros arriba del Golfo Prsico. La fuente comn de estos ros estaba, claro est, al norte de Palestina y probablemente hacia el norte en el rea de Arme-nia y del Mar Negroel cual, interesantemente, es el lugar donde empez la raza humana despus del Diluvio (Gnesis 8:4). Edn, como la fuente de agua, fue de este modo la fuente de bendicin para el mundo, proveyendo las bases para la vida, salud y prosperidad a todas las creaturas de Dios.

    Por esta razn, el agua, se convierte en un smbolo importante en la Escritura para la bendicin de la salvacin. En el creyente indivi-dual, la salvacin es una fuente de agua que salta para vida eterna (Juan 4:14); pero as como el ro del Edn era alimentado por un manantial (Gnesis 2:6 nvi), el agua de vida se convierte en un ro de agua viva, que fluye desde la Iglesia a todo el mundo (Juan 7:3739;

  • La Montaa Santa 33

    Ezequiel 47:112; Zacaras 14:8), sanando y restaurando a toda la tierra, para que an las tierras desrticas sean transformadas en un Jardn (Isaas 32:1317; 35:12). Mientras que el Espritu es derrama-do Jacob echar races, florecer y echar renuevos Israel y la faz del mundo se llenar de fruto (Isaas 27:6).

    Finalmente, un aspecto muy importante del lugar donde se en-cuentra el Edn es que estaba en una montaa (el Edn en s era probablemente una meseta en la cima de la montaa). Esto se deduce del hecho de que la fuente de agua para el mundo estaba en el Edn: el ro simplemente caa en cascada de la montaa, dividindose en cuatro brazos mientras flua. Adems, cuando Dios le habla al rey de Tiro (refirindose a l como si fuera Adn, en trminos del llamado original al Hombre) le dice: En Edn, en el huerto de Dios estuvis-te te puse en el santo monte de Dios (Ezequiel 28:1314).

    Ese Edn era la montaa santa original y explica lo significativo de la eleccin de Dios de las montaas como sitios para Sus actos redentores y Sus revelaciones. La expiacin sustituta en lugar de la simiente de Abraham tuvo lugar en el Monte Moriah (Gnesis 22:2). Tambin fue en el Monte Moriah que David vio el ngel del Seor parado, con la espada en la mano listo para destruir Jerusaln, hasta que David construy un altar ah e hizo la expiacin a travs de un sacrificio (1 Crnicas 21:1517). Y en el Monte Moriah construy Salomn el Templo (2 Crnicas 3:1). La revelacin de gracia de Dios de Su presencia, Su pacto y Su ley fue hecha en el Monte Sina. As como Adn y Eva fueron expulsados del Jardn, al pueblo de Israel se le prohibi acercarse a la montaa santa, bajo pena de muerte (xodo 19:12, Gnesis 3:24). Pero Moiss (el Mediador del Antiguo Pacto, Glatas 3:19), los sacerdotes y los 70 ancianos del pueblo te-nan permitido encontrarse con Dios en la Montaa (despus de hacer un sacrificio de expiacin) y ah comieron y bebieron delante del Seor (xodo 24:111). En el Monte Carmelo fue adonde Dios llev a su pueblo errante de regreso a S mismo a travs del sacrificio en los das de Elas y desde donde los intrusos impos de Su Jardn fueron tomados y destruidos (1 Reyes 18; interesantemente, carmel es un trmino Hebreo para tierra-jardn, plantacin y orqudea). Una vez ms, en el Monte Sina (tambin llamado Horeb) Dios revel Su presencia salvadora a Elas y lo re comision como Su mensajero a las naciones (1 Reyes 19).

  • 34 El Paraso Restaurado

    En Su primer sermn importante, el Mediador del Nuevo Pacto, entreg nuevamente la ley desde una montaa (Mateo 5:1). Su cita oficial de Sus apstoles fue hecha en una montaa (Marcos 3:1319). En una montaa l fue transfigurado delante de Sus discpulos en una revelacin cegadora de Su gloria (recordando las asociaciones con el Sina, Pedro la llama la montaa santa, en 2 Pedro 1:1618). En una montaa l dio Su anuncio final de juicio sobre el pueblo infiel al pacto (Mateo 24). Despus de la ltima Cena, subi a la montaa con Sus discpulos y de ah se fue al Jardn donde, como el Postrer Adn, triunf sobre la tentacin (Mateo 26:30; Mateo 4:811), en el principio de Su ministerio. Finalmente, le orden a Sus discpulos que lo encontraran en una montaa, donde les comision a conquistar las naciones con el Evangelio y les prometi enviarles al Espritu Santo, y desde donde ascendi en una nube (Mateo 28:1620; Hechos 1:119; para ms acerca del significado de esta nube, ver el Captulo 7).

    En ninguna manera he agotado la lista que podra ser dada de las referencias Bblicas de las actividades redentoras de Dios en las mon-taas, pero estas que han sido citadas son suficientes para demostrar el hecho de que en la redencin Dios nos est llamando a regresar al Edn: tenemos acceso a la Montaa Santa de Dios a travs de la sangre derramada de Cristo. Nos hemos acercado al Monte de Sin (Hebreos 12:2) y confiadamente al Lugar Santo (Hebreos 10:19), con-cedido por la gracia de Dios para participar una vez ms del rbol de la Vida (Apocalipsis 2:7). Cristo ha construido Su Iglesia como una ciudad asentada en un Monte, para dar luz al mundo (Mateo 5:14) y ha prometido que las naciones vendrn a esa luz (Isaas 60:3). Los profetas estn llenos de estas imgenes de montaas, testifican-do que el mundo ser transformado en el Edn: Acontecer en lo postrero de los tiempos, que ser confirmado el monte de la casa del Seor como cabeza de los montes y ser exaltado sobre los collados y corrern a l todas las naciones (Isaas 2:2; Isaas 2:24; 11:9; 25:69; 56:38; 65:25; Miqueas 4:14). As es que, el da vendr cuando el Rei-no de Dios, Su Santa Montaa, llenar toda la tierra (ver Daniel 2:3435, 4445), mientras que el mandato original de dominio de Dios es cumplido por el Postrer Adn.

  • La Montaa Santa 35

    Minerales en el Jardn

    El Ro Pisn, originado en el Edn, flua alrededor de toda la tierra de Havila, donde hay oro y el oro de esa tierra era bueno; all tam-bin hay bedelio y nice (Gnesis 2:1112). La intensin de estos versculos es claramente la de conectar en nuestras mentes el Jardn del Edn con estas piedras preciosas y minerales; y este punto es establecido en otras referencias Bblicas que hablan del Edn. La re-ferencia ms obvia es la declaracin de Dios al Adn cado (parte de lo que fue citado anteriormente):

    En Edn, en el huerto de Dios estuviste; De toda piedra preciosa era tu vestidura; De cornerina, topacio, jaspe, crislito, berilo y nice; De zafiro, carbunclo, esmeralda y oro (Ezequiel 28:13)

    De hecho, el terreno parece haber estado bastante lleno con estas gemas brillantes de todo tipo, de acuerdo al siguiente verso: T, te paseabas en medio de las piedras de fuego. La abundancia de joyas se considera aqu como una bendicin: comunin con Dios en el Edn significaba estar rodeado de belleza. Moiss nos dice que el oro de esa tierra era bueno (es decir, en su estado original, sin mezclarse con otros minerales). El hecho de que el oro deba ser extrado de minas de la tierra por medio de mtodos costosos es un resultado de la Maldicin, particularmente en el juicio del Diluvio.

    La piedra que se le llama nice en la Escritura puede ser idntica a la piedra actual del mismo nombre, pero nadie est seguro de eso y an existe menos certeza en lo que se refiere a la naturaleza del bedelio. Pero algunas cosas interesantes acerca de estas piedras aparecen cuando estudiamos la historia Bblica de la salvacin. Cuando Dios redimi a Su pueblo de Egipto orden que el Sumo Sacerdote utilizara una vestimenta especial. En sus hombros, el Sumo Sacerdote deba usar dos piedras de nice, con los nombres de las 12 tribus escritas sobre ellas y Dios declar que estas piedras seran piedras memoriales (xodo 25:7; 28:912). Un memorial de qu? La nica mencin del nice anterior a la de xodo es en Gnesis 2:12, en referencia al Jardn del Edn! Dios quera que Su pueblo mirara al Sumo Sacerdotequien de muchas maneras era

  • 36 El Paraso Restaurado

    un smbolo de un hombre completamente restaurado a la imagen de Diosy de este modo recordaran las bendiciones del Jardn, cuando el hombre estaba en comunin con Dios. Las piedras ser-van de recordatorio al pueblo de que al guardarlas Dios les estaba restaurando el Edn.

    Un ejemplo de esto an ms sorprendente es en lo que se nos dice acerca de la provisin de Dios de man. En s, el man era un recor-datorio del Edn: porque aun cuando el pueblo de Dios estaba en el desierto (en su camino hacia la Tierra Prometida de abundancia), la comida era abundante, buenacon sabor y fcil de encontrarcomo, por supuesto, haba sido en el Jardn. Pero, slo en caso de que pudieran no comprenderlo, Moiss registr que el man era del color del bedelio (Nmeros 11:7)la nica aparicin de la palabra aparte de su mencin original en el libro de Gnesis! Y esta, por cierto, nos habla del color del bedelio ya que se nos menciona en otra parte (xodo 16:31) que el man era blanco. En los mensajes de nuestro Seor a la Iglesia en el Libro de Apocalipsis, la imagen Ed-nica es utilizada otra vez para describir la naturaleza de la salvacin (ver Apocalipsis 23) y en una ocasin l promete: Al que venciere, dar a comer del man escondido y le dar una piedrecita blanca (Apocalipsis 2:17).

    Vale la pena resaltar que estas declaraciones acerca del nice y del bedelio son hechas mientras que Israel est viajando hacia la tierra de Havila! Mientras que viajaban, pudieron observar los terribles efec-tos de la Maldicin, que haba convertido esta hermosa y bien regada tierra en un desierto devastadormientras que ellos, a travs de la gracia, eran capaces de disfrutar de las bendiciones del Jardn del Edn. Este tema del Ednla restauracin tambin era evidente en el uso abundante del oro para el Tabernculo y para los utensilios del Templo (xodo 25; 1 Reyes 6) y para las vestiduras del Sumo Sacer-dote (xodo 28). Los privilegios perdidos del Primer Adn nos fue-ron restaurados por el Postrer Adn, cuando una vez ms venimos a la presencia de Dios a travs de nuestro Sumo Sacerdote.

    En sus profecas de la venida del Mesas y sus bendiciones, los pro-fetas del Antiguo Testamento se concentraron en la imagen Ednica de las joyas, describiendo la salvacin en trminos de Dios adornan-do a Su pueblo:

  • La Montaa Santa 37

    He aqu yo cimentar tus piedras sobre carbunclo y sobre zafiros te fundar. Tus ventanas pondr de piedras preciosas, tus puertas de piedras de carbunclo y toda tu muralla de piedras preciosas (Isaas 54:1112).

    Se haya vuelto a ti la multitud del mar, y las riquezas de las naciones hayan venido a ti. Multitud de camellos te cubrir; dromedarios de Madin y de Efa; vendrn todos los de Sab; traern oro e incienso, y publicarn alabanzas del Seor Ciertamente a m esperarn los de la costa, y las naves de Tarsis desde el principio, para traer tus hijos de lejos, su plata y su oro con ellos, al nombre del Seor tu Dios y al Santo de Israel, que te ha glorificado Tus puertas estarn de continuo abiertas, no se cerrarn de da ni de noche, para que a ti sean tradas las riquezas de las naciones (Isaas 60:56, 9, 11)

    En relacin a este tema, la Biblia nos describe (Malaquas 3:17) y a nuestra obra para el reino de Dios (1 Corintios 3:1115) en trminos de joyera y al final de la historia, toda la Ciudad de Dios es una ex-hibicin deslumbrante y brillante de piedras preciosas (Apocalipsis 21:1820).

    La historia del Paraso, entonces, nos da una informacin impor-tante acerca del origen y el significado de los metales preciosos y las piedras, y por ende del dinero tambin. Justo desde el principio, Dios le dio valor al oro y a las gemas, habindolas creado como reflejos de Su propia gloria y belleza. El valor original de los metales preciosos y las piedras era por lo tanto, esttico ms que econmico; su importancia econmica surgi del hecho de que fue valuado por su belleza. La esttica es previa a la economa.

  • 38 El Paraso Restaurado

    Histricamente, el oro vino a servir como un medio de intercam-bio precisamente debido a que su valor era independiente de, y previo a, su funcin monetaria. El oro no es intrnsecamente valioso (slo Dios pose un valor intrnseco), ms bien, es valioso debido a que el hombre, hecho a la imagen de Dios, le imputa este valor. Bblicamen-te, un medio de intercambio es en primera instancia una comodidad, un artculo que el hombre valora como tal. La Escritura siempre mide el dinero por su peso, por ser divisa fuerte (Levtico 19:3537) y conde-na todas las formas de inflacin como una devaluacin de la moneda (Proverbios 11:1; 20:10, 23; Isaas 1:22; Ams 8:56; Miqueas 6:1012).

    Dios le ha puesto valor a los metales preciosos y a las piedras, y ha des-pertado en nosotros una atraccin por ellos, pero l tambin ha dejado claro que estas cosas no se pueden poseer permanentemente o se pueden disfrutar separados de la comunin con l. A los impos se les permite extraer estos materiales y poseerlos por un tiempo para que su riqueza pueda finalmente ser poseda por el pueblo restaurado de Dios:

    Aunque [el inicuo] amontone plata como polvo, Y prepare ropa como lodo; La habr preparado l, ms el justo se vestir, Y el inocente repartir la plata (Job 27:1617)

    Al pecador da el trabajo de recoger y amontonar, para darlo al que agrada a Dios (Eclesiasts 2:26).

    El que aumenta sus riquezas con usura y crecido inters, Para aquel que se compadece de los pobres las aumenta (Proverbios 28:8).

    En realidad, existe un principio bsico que siempre est operando a lo largo de la historia: La riqueza del pecador est guardada para el justo (Proverbios 13:22), Porque los malignos sern destruidos, pero los que esperan en el Seor, ellos heredarn la tierra (Salmos 37:9). Una nacin temerosa de Dios ser bendecida con abundancia, mientras que las naciones apstatas eventualmente perdern sus re-cursos mientras que Dios inflige la Maldicin sobre el pueblo rebelde y su cultura.

  • Quo ms bien Quin fue quien necesitaba tal gracia y tal llamado como el que nosotros requeramos? Quin, salvo la Palabra de Dios

    misma, quin tambin en el principio haba hecho todas las cosas de la nada? Fue Su parte, y slo Suya, tanto para traer otra vez lo corruptible a la incorrupcin y para mantener para el Padre Su consistencia de carcter

    con todos. Porque slo l, siendo la Palabra del Padre y sobre todos, fue como consecuencia tanto capaz de recrear todo como digno de sufrir en nombre de todos y de ser el embajador para todos con delante del Padre.

    Atanasio, En la Encarnacin [7]

  • 41

    5EL JARDN DEL SEOR

    Animales en el Jardn

    En el Edn, antes de la Cada, no haba muerte (Romanos 5:12). Los animales no eran salvajes y Adn fue capaz de ponerle nombre (es decir, clasificar) a los animales sin miedo (Gnesis 2:1920) Pero la rebelin del hombre dio como resultado cambios terribles en todo el mundo. La naturaleza de los animales fue alterada, de manera que se volvieron una amenaza a la paz y la seguridad del hombre. El domi-nio sobre ellos que Adn haba ejercido se perdi.

    En Cristo, sin embargo, el dominio del hombre ha sido restaura-do (Salmos 8:58 con Hebreos 2:69). De este modo, cuando Dios salv a Su pueblo, este efecto de la Maldicin empez a ser revertido. l les gui a travs de un desierto peligroso, protegindolos de las serpientes y de los escorpiones (Deuteronomio 8:15) y l les prome-ti que su vida en la Tierra Prometida sera como en el Edn en su libertad de los estragos de los animales salvajes: Y yo dar paz en la tierra, y dormirn, y no habr quien les espante; y har quitar de su tierra las malas bestias, y la espada no pasar por su pas (Levtico 26:6). De hecho, esta es la razn por la cual Dios no le permiti a Israel exterminar a todos los cananitas al mismo tiempo: los paganos sirvieron como una proteccin entre el pueblo de pacto y los animales salvajes (xodo 23:2930; Deuteronomio 7:22).

    De la misma manera, cuando los profetas predijeron la salvacin venidera en Cristo, ellos la describieron en los mismos trminos de la bendicin Ednica: Establecer con ellos un pacto de paz, y quitar

  • 42 El Paraso Restaurado

    de la tierra las fieras; habitarn en el desierto con seguridad y dormi-rn en los bosques (Ezequiel 34:25). No habr all len, ni fieras su-birn por l ni all se encontrarn, para que caminen los redimidos (Isaas 35:9). De hecho, la Biblia va ms all y dice que a travs de que el Evangelio se ha permeado en el mundo, la naturaleza salvaje de los animales ser transformada a su condicin Ednica original:

    Morar el lobo con el cordero, y el leopardo con el cabrito se acostar; el becerro, el len y la bestia domstica andarn juntos, y un nio los pastorear. La vaca pacer junto a la osa, sus cras se recostarn juntas; y el len, como el buey, comer paja. El nio de pecho jugar sobre la cueva de la cobra; el recin destetado extender su mano sobre la caverna de la vbora. No harn mal ni daarn en todo mi santo monte, porque la tierra ser llena del conocimiento del Seor, como las aguas cubren el mar (Isaas 11:69; Isaas 65:25).

    Por otra parte, Dios advirti que la Maldicin volvera a apare-cer si la gente se alejaba de la ley de Dios: Enviar tambin contra ustedes fieras salvajes que les arrebaten sus hijos, destruyan su ga-nado y los reduzcan en nmero, de modo que sus caminos queden desiertos (Levtico 26:22; Nmeros 21:6; Deuteronomio 28:26; 2 Reyes 2:24; 17:25; Ezequiel 5:17; 14:15; 32:4; Apocalipsis 6:8). Cuando una cultura se aleja de Dios, l rinde a su pueblo al dominio de los animales salvajes para prevenir que tengan un dominio no piadoso sobre la tierra. Pero en una cultura piadosa esta amenaza en contra de la vida y la propiedad desaparecer progresivamente y finalmente, cuando el conocimiento de Dios cubra la tierra, los animales sern domados y aprovechados otra vez para el servicio del Reino de Dios.

    Finalmente, en esta conexin debemos considerar a los dinosau-rios, porque existe toda una teologa construida alrededor de ellos en la Biblia. Mientras que la Biblia si habla de la tierra de los dinosau-

  • El Jardn Del Seor 43

    rios (cf. behemot en Job 40:1524, al cual muchos confunden con un hipoptamo, pero que en realidad es ms parecido a un brontosau-rio), nuestro enfoque aqu ser en los dragones y las serpientes del mar (Job 7:12; 41:134la creatura mencionada en la ltima referencia, un dragn enorme que respira fuego llamado Leviatn, algunos su-ponen que es un cocodrilo!) En esencia, como parte de la creacin buena de Dios (Gnesis 1:21: los monstruos marinos), no hay nada malo acerca de estas creaturas (Gnesis 1:31; Salmos 148:7) pero, debido a la rebelin del hombre, estos fueron usados en la Escritura para simbolizar al hombre rebelde en la cumbre de su poder y gloria.

    Tres tipos de dragones se mencionan en la Escritura: Tannin (Dra-gn, Salmos 91:13), Leviatn (Salmos 104:26) y Rahab (Job 26:1213; en Hebreo esta es una palabra completamente diferente al nombre de la ramera cananita que salv a los espas Hebreos en Josu 2). La Biblia relaciona cada uno de estos monstruos a la Serpiente, que significa el enemigo sutil y engaador del pueblo de Dios (Gnesis 3:15, 1315). As es que, para demostrar la victoria divina y el domi-nio sobre la rebelin del hombre, Dios convirti la vara de Moiss en una serpiente (xodo 4:14) y la vara de Aarn en un dragn (tannin, xodo 7:812). El Dragn/Serpiente, por lo tanto, se vuelve en la Escritura un smbolo de una cultura satnicamente inspirada y rebelde (Jeremas 51:34), especialmente ejemplificada por Egipto en su guerra en contra del pueblo de pacto. Esta verdad en particular con respecto al monstruo Rahab (que significa el orgulloso), que mu-chas veces es sinnimo para Egipto (Salmos 87:4; 89:10; Isaas 30:7). La liberacin de pacto de Dios para Su pueblo en xodo es descrita en trminos de la creacin original y del triunfo sobre el Dragn:

    Despirtate, despirtate, vstete de poder, brazo del Seor! Despirtate como en el tiempo antiguo, en los siglos pasados! No eres t el que despedaz a Rahab, el que hiri al dragn? No eres t el que sec el mar, las aguas del gran abismo, el que transform en camino las profundidades del mar para que pasaran los redimidos? (Isaas 51:910)

  • 44 El Paraso Restaurado

    La Biblia tambin habla del xodo como una salvacin de Levia-tn:

    Dividiste el mar con tu poder; quebraste en las aguas cabezas de monstruos. Aplastaste las cabezas del Leviatn y lo diste por comida a los habitantes del desierto. (Salmos 74:1314)

    As es que, en el cumplimiento provisional de la promesa del Edn, la cabeza del Dragn fue aplastada cuando Dios salv a Su pueblo de Egipto. Claro est, que la herida de la cabeza fue sanada y el Dragn (acompaado del Dragn-Estado en su imagen) con-tinu regresando a atormentar y perseguir la simiente de la mujer (Apocalipsis 1213). Esto sucede una y otra vez a travs del Antiguo Testamento, el cual registra numerosos aplastamientos de cabeza del Dragn temporales (Jueces 4:21; 5:2627; 9:5057; 1 Samuel 5:15; 17:4951; 2 Samuel 18:9; 20:2122; Salmos 68:21; Habacuc 3:13). En trminos de la estructura triple de la salvacin que vimos en un cap-tulo anterior, la conquista definitiva del Dragn se llev a cabo en la muerte y resurreccin de Cristo, cuando l venci los poderes de las tinieblas, desarm a las fuerzas demoniacas, ech fuera al diablo y lo dej sin poder (Salmos 110:6; Juan 12:3132; Colosenses 2:15; Hebreos 2:14; Apocalipsis 12:510; 20:13). Los profetas esperaban esto:

    En aquel da el Seor castigar con su espada dura, grande y fuerte a Leviatn, la serpiente veloz, a Leviatn, la serpiente tortuosa; y matar al dragn que est en el mar (Isaas 27:1).

    Progresivamente, las implicaciones de la victoria de Cristo son lle-vadas a cabo por Su pueblo a tiempo y en la tierra (Juan 16:33; 1 Juan 2:1314; 4:4; 5:45; Apocalipsis 12:11), hasta el triunfo final en la con-sumacin de la historia, cuando el Dragn ser al fin destruido (Apo-calipsis 20:710). Sin embargo, el punto especial a ser comprendido por la era presente, es que debemos esperar el aumento de victorias sobre la Serpiente, quien ha sido puesta por debajo de nuestros pies (Romanos 16:20). Mientras que los justos cosechan constantemente

  • El Jardn Del Seor 45

    las bendiciones del Edn restaurado, el dominio de satans se reduci-r y se marchitar. Esto est simbolizado por el hecho de que cuando todas las otras creaturas sean restauradas a su naturaleza Ednica, la condicin de la serpiente no ser modificada. Dios le advirti al Dragn que iba a morder el polvo debajo de los talones de los justos y este aspecto de la Maldicin alcanzar su efecto completo:

    El lobo y el cordero sern apacentados juntos; el len comer paja como el buey y el polvo ser el alimento de la serpiente. No afligirn ni harn mal en todo mi santo monte. Dice el Seor (Isaas 65:25; Gnesis 3:14).

    rboles en el Jardn

    No hace falta decir, claro est, que un aspecto fundamental del Jar-dn del Edn es que era un Jardn: todo tipo de rboles hermosos y que daban fruto haban sido plantados ah por Dios (Gnesis 2:9). Antes de la Cada, la comida era abundante y barata, y el hombre no tena que pasar mucho tiempo buscando sustento y refrigerio. En lugar de eso, su tiempo lo pasaba en actividades cientficas, produc-tivas y estticas (Gnesis 2:15, 1920). Mucho de su trabajo involu-craba el investigar y embellecer su medio ambiente. Pero cuando se revel, esto cambi y la Maldicin fue infligida sobre su trabajo y sus alrededores naturales: Maldita ser la tierra por tu causa; con dolor comers de ella todos los das de tu vida, espinos y cardos te produ-cir y comers plantas del campo. Con el sudor de tu rostro comers el pan, hasta que vuelvas a la tierra, porque de ella fuiste tomado; pues polvo eres y al polvo volvers (Gnesis 3:1719). Dios impuso la maldicin de la escasez y la mayor parte del trabajo humano se volvi en buscar comida.

    Pero en la salvacin Dios restaura a Su pueblo al Edn y la comida se vuelve ms barata y ms fcil de obtener. A cambio de eso, ms tiempo puede ser dedicado a otras actividades: el crecimiento de la cultura es posible slo cuando la comida es relativamente abundante. Dios le da a Su pueblo la comida para darles dominio. La historia Bblica de la salvacin demuestra esto una y otra vez. En lugares muy

  • 46 El Paraso Restaurado

    numerosos como para enlistarlos aqu completamente, los hombres piadosos son mencionados como vivir cerca de los rboles (ver G-nesis 18:4, 8; 30:37; Jueces 3:13; 4:5; 1 Reyes 19:5; Juan1:48; y en una traduccin ms moderna, ver Gnesis 12:6; 13:18; 14:13; Jueces 4:11). En ninguna de estas referencias es absolutamente esencial la men-cin de los rboles para la historia en s, en un sentido podramos pensar que un detalle as podra haber sido dejado fuera. Pero Dios quiere que tengamos una imagen en nuestras mentes de Su pueblo viviendo en medio de la abundancia, rodeados por las bendiciones del Jardn como estn restauradas en la salvacin. Cuando Israel es bendecido, encontramos a todos los hombres sentados debajo de su propio viedo y su rbol de higo (1 Reyes 4:25) y lo mismo es profeti-zado de todos los hombres que viven bajo las bendiciones de Cristo, cuando todas las naciones fluyan de la Montaa del Seor (Miqueas 4:14; Zacaras 3:10).

    Por esta razn todas las imgenes Ednicas de los rboles, del plantar y del fruto son usadas a lo largo de la Escritura para describir la obra de salvacin de Dios. Al cantar acerca de la liberacin de Dios de Su pueblo dentro del nuevo Edn, Moiss dijo: T los introducirs y los plantars en el monte de tu heredad (xodo 15:17). El hombre piadoso es como rbol plantado junto a corrientes de aguas, que da su fruto en su tiempo y su hoja no cae, y todo lo que hace prosperar (Sal-mos 1:3; Jeremas 17:78). El pueblo de pacto es como huertos junto al ro, como loes plantados por el Seor, como cedros junto a las aguas (Nmeros 24:6). florecer y echar renuevos Israel, y la faz del mundo llenar de fruto (Isaas 27:6).

    El candelero en el Tabernculo era un recordatorio del Edn: de hecho era un rbol estilizado, cubierto con copas artificiales y flores, todo hecho de oro puro (xodo 37:1724). El Templo tambin estaba adornado suntuosamente con smbolos de la restauracin Ednica: los muros de cedro mostraban tallados de calabazas silvestres, flores, palmeras y querubines, cubiertos con oro (1 Reyes 6:1536; la visin del Templo restaurado en Ezequiel 41:1820). El Arca del Pacto con-tena no slo la Ley sino tambin una urna de oro que contena el man y la vara de Aarn que milagrosamente fue cubierta con bro-tes, botones y almendras (Hebreos 9:4).

    El Sumo Sacerdote era un smbolo viviente del hombre comple-tamente restaurado en la comunin con Dios en el Jardn. Su frente

  • El Jardn Del Seor 47

    estaba cubierta con una lmina de oro, en la cual estaba grabada la frase, santidad al seor (xodo 28:36), como un smbolo de la re-mocin de la Maldicin en la frente de Adn. El pectoral estaba cu-bierto con oro y piedras preciosas (xodo 28:1530) y el borde de su tnica tena granadas y campanillas de oro (xodo 28:3335). Como otro smbolo de la libertad de la Maldicin, la tnica en s era he-cha de lino (xodo 28:6), porque para cuando estaban ministrando, los sacerdotes tenan prohibido usar rotundamente cualquier lana: Se vestirn con vestiduras de lino; no llevarn sobre ellos cosa de lana cuando ministren No se ceirn nada que los haga sudar (Eze-quiel 44:1718). En Gnesis 3:1819, sudar era un aspecto del trabajo del hombre cado bajo la muerte y la Maldicin; el sacerdote, como Hombre Restaurado, se le requera vestir con material ligero de lino para mostrar la remocin de la Maldicin en la salvacin.

    El simbolismo Ednico tambin estaba en las fiestas de Israel, cuando celebraban la abundancia de la provisin de Dios y disfruta-ban de la plenitud de vida y la prosperidad bajo las bendiciones del pacto. Este es particularmente cierto en la Fiesta de los Tabernculos o Cabinas (tambin llamada de la Cosecha en xodo 23:16). En esta fiesta se les requera dejar sus casas y vivir por siete das en pe-queos tabernculos o cabinas, hechas completamente del follaje de hermosos rboles, ramas de palmeras, ramas de rboles frondosos y sauces de los arroyos (Levtico 23:40). Israel normalmente habitaba en ciudades amuralladas, como proteccin en contra de sus enemi-gos, no obstante, en el tiempo de la prosperidad (al final de la co-secha)cuando un ataque era ms probableDios les orden que dejaran la seguridad de sus hogares y viajaran a Jerusaln, para vivir en cabinas desprotegidas hechas de ramas, hojas de palma y frutos! Sin embargo, Dios les prometi que l cuidara de que el pagano no les atacara durante las fiestas (xodo 34:2324) as Israel tena que confiar en Su fuerza.

    La fiesta era, obviamente, un recordatorio de la vida en Edn, cuando las ciudades amuralladas no eran necesarias y esperaban el da cuando el mundo fuera convertido en el Edn y las naciones con-virtieran sus espadas en azadones (miqueas 4:3). Por esta razn, se les ordenaba sacrificar 70 bueyes durante la fiesta (Nmeros 29:1238). Por qu? porque el nmero original de las naciones de la tierra era 70 (estn enlistadas en Gnesis 10) y la fiesta celebraba la cosecha de

  • 48 El Paraso Restaurado

    todas las naciones para el Reino de Dios, as la expiacin era hecha por todos.

    Es importante recordar que los judos no mantuvieron esta fies-tade hecho, se olvidaron aun que estaba en la Bibliahasta su regreso de la cautividad de Esdras y Nehemas (Nehemas 8:1318). Durante el periodo de renovacin y restauracin, Dios ilumin las mentes de los profetas para comprender el significado de esta fiesta como una profeca representada de l