El pájaro que quiso ser hermoso (liviano)

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    M .a D EL C AR MEN D E LA BAND ER A

    El pdjaroque qUlSO serhermoso

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    hermosoIlustrador: 6scar Julve

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    De este libro existe una FlC HA D E A NIM AC I6N A LAL E CTUR A Y UNOS JUE GOS A SOC IA D OS.

    1999 by M. del Carmen de la Bandera yEditorial Casals, S.A.Caspe, 79.08013 BarcelonaTel. 93 244 95 50. Fax 93 265 68 95www.editorialcasals.com

    Disefio de cubierta: Bassa & Trias con un dibujo de Oscar JuiveIlustraciones: Oscar JulveAdaptaci6n y revision de los textos: Hernando RebolledoPrimera edicion: noviembre 2004ISBN: 84-218-3174-7Deposito legal: M-43.517-2004Printed in SpainImpreso en: Edigrafos, SA - Getafe (Madrid)

    No esta permitida la reproduccion total 0 parcial de este libro, ni sutratamiento informatica, ni la transrnision de ninguna forma 0 po rcualquier media, ya sea e lec tr oni co , mecan ico , par fotocopia, parregistro u otros metodos, sin el permiso previo 0 por escrito de lostitulares del copyright.

    A m is hijos M ari C arm en,Pepe y Mari R ey es.

    E llo s s up ie ron , lo s p rime ro s,10 que le paso a Lili.

    http://www.editorialcasals.com/http://www.editorialcasals.com/
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    1QUIENSOY

    Y a 10 se, Todo 10 que me pasof . ue por mi culpa. Estoy harto deque me 10 repitan una y otravez, pero aiin hoy, despues de todo,sigo siendo un poco aventurero, no 10puedo evitar. Me gusta el riesgo, cono-cer sitios nuevos, hacer amigos, perode pronto, un dfa, quiero estar solo.Dicen que soy un poco raro. No estoyde acuerdo. A veces uno necesita pen-sar para darse cuenta de las cosas de 1avida, algunas me asustan. Como creoque llegaremos a ser amigos, te voy a

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    confesar un secreta: me da miedohacerme mayor. Por un lado me gustaporque tienes mas libertad para ir a unsitio y a otro, para hacer 10 que quie-ras, pero por otro no. Ahora mi mamano se queda tranquila cuando me alejoy me voy a jugar con los amigos. Yo ledigo que es una exagerada, pero com-prendo sus temores, sobre todo desdeque me paso 10 que te quiero contar.Me dice, cuando ti i seas mayor y ten-gas que cuidar a tus hijos para que noles pase nada, te daras cuenta de quetengo razon y eso es 10 que no quiero,tener responsabilidades. Entre misvecinos tengo fama de alocado y algu-nas mamas les dicen a sus hijos que nome hagan mucho caso. Eso me sientamuy mal, porque tampoco soy un 'tonto que va por ahi sin saber 10 quehace.Desde mi aventura me contengornuchas veces y procuro no hacertonterias que me pueden salir caras,

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    estoy atento y pienso las cosas antes dehacerlas.Me cuesta mucho obedecer. Eso deque te digan: ten cuidado, eso noesta bien, todavia no Henes edad ...pues no me gusta. Ya sabes, las mamasson asf . Nos quieren mucho y tienenmiedo de que nos pase algo. Compren-do que tienen razon pero a veces es unrollo el no poder hacer 10 que te dala gana. En fin, que soy travieso yrebelde.No soy bonito. Mi mama, paraconsolarme, me dice que eso no tieneimportancia, que 10 principal son lascosas que haces. Si haces cosas bue-nas, eres bueno y si haces cosas malaseres malo. La belleza se va, todos noshacemos viejos, pero cornprenderasque un jovencito como yo no piensaasi. Yo, creo que como casi todo elmundo, tengo cosas buenas y otras notanto, as! es que digamos que soyregular.

    7J

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    Mi nombre es Lilt Es bastante tipi-co de pajaros finos no me gusta pero,jque le voy a hacerl, tengo que seguircon 61. Cuando nacemos no podemosopinar, somos demasiado pequeiios, asique te ponen el nombre que mas lesgusta a tus padres y ya, para toda lavida. Bueno, tampoco eso tiene dema-siada importancia.

    Soy un pajaro. iNo te 10 he dicho?jQue despiste! Por eso 10 de Lilf puedepasar mejor que si fuese un chico por-que un chico con ese nombre es paramorirse de la risa.

    Tengo dos hermanos que nacieronel mismo dia que yo y son igual de feospero mas obedientes. Se Haman Clariny Tata y mi mama, Cantarina. Mi papa,cuando crecimos, abandon6 el nidocomo hacen casi todos los pajaros, Sellamaba Plumarroj a.

    Nuestra casa esta encima de unarbol alto y frondoso por 10 que desdeeI suelo a penas se ve. As! es mucho

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    mas seguro. Desde que vivf aqueUaapasionante historia, soy famoso entre. mis vecinos, todos me conocen par elpajaro que quiso ser hermoso.

    I I , '\

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    .."... 2APRENDIENDO A VOLAR

    M i mama, como todas lasmamas, nos alimento y nosensefio a volar. Recuerdo quepor las mananas, despues de traemos alnido semilias, bichitos y 10 que necesita-bamos para estar fuertes y sanos, salfa-mos. Nos posabamos en la rama de unarbol y desde alii nos decfa como tenia-mos que mover las alas. De los treshijos, yo era el mas aventajado. Prontoaprendi 10 que tenia que hacer para queel viento no me arrastrase, a ca1cularlas distancias, a detectar los peligros.

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    Habia dias que acababa muy cansado,sin ganas de moverme, pero a medidaque los entrenamientos avanzaban, misalas se hicieron fuertes, 10 peor eracuando hacia mucho viento y me arras-traba hacia otro lado al que no quena ir.Con todo, cuando comprendi que domi-naba la tecnica, como siempre he sidomuy decidido, cuando mi mama nosdejaba un rato solos para ir en busca dealimento, yo aprovechaba para salir ydar una vueIta. A mis hermanos no lesimportaba, asi que cada vez me alejabamas. Jugaba con otros pajaros, todoseramos iguales, del mismo color, grisesy alguna pluma negra. Me sentia feliz ynunca tuve conciencia de que no erabonito. Eso vino despues.Mi vuelo ya era seguro, aunque mimama seguia con el mismo sermon:No salgas solo, No te alejes, Aun. eres pequeiio, Hay muchos peli-gros. Yo pensaba que eran casas depajara mayor y decidf no obedecer.

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    Tenia calculado el tiempo que ellatardaba en regresar. De sobra podiahacer una escapada sin que se diesecuenta.Vole hasta cansarme y decidi repo-sar en una rama, como me tenian ense-fiado. Alguien a mi lade piaba de dis-tinta manera. Senti miedo y mire averde que se trataba. Un pajaro algo masgrande que yo era mi compaiiero derama. Quede sorprendido del colorde sus plumas: verdes, amarillas, rojas,azules. Las de la cola eran largas ysedosas. Nunca habia visto nada igual,Desde aquel momenta comprendi queyo era un pajaro feo. No dije nada anadie porque menuda bronc a me hubie-se llevado, pero. no pensaba en otracosa y estaba deseando que se presen-tase otra ocasi6n para volver a buscar aaquel ser tan maravilloso.

    Debia de ser primavera porquehabia muchas flores, soplaba una suavebrisa y el aire estaba lleno de miles de

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    /olores. Todo invitaba a la aventura. Sinpensarlo dos veces, emprendf el vueloalejandome de la vista de todos. Vole yvole seguro de mi mismo, sin miedo,pensando que mi mama era demasiadovieja para comprender 10 que yo sentfa.Los arboles cruzaban rapidos, uno,otro, sin parar. Descanse para miraresperando ver al pajaro de las plumasde colores. Nada, ni rastro. Tengo queseguir, seguro que estara mas adelan-te, pense, Continue con un vuelo carlavez mas rapido. Un sonido extrafio mesorprendio, Mire hacia abajo con inte-res y cornprobe que salta de una lineaancha, larga y azul. Recorde que unavez mi mama nos explico como eranlos nos. Aquello tenia que ser uno. Meparecio inmenso. Pare para ver aquel. monstruo en rnovimiento. No se si lasaguas cantaban 0rugfan porque el ruidoera enorme. En la orilla opuesta meparecio ver a otros pajaros jugando enunas ramas. [Adelante!, me dije, y'

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    sin calcular mis fuerzas comence la tra-vesfa, En mitad de la raya azul senti quelas alas no me respondian. Baje, puseuna pata sobre el agua y a punto estuvede ser tragado por el monstruo. Sentique no podia mas, que me moria. Penseen mi mama, en mis hermanos, en minido y por primera vez senti miedo.No se como, pero mis alas comen-zaron de nuevo el movimiento y lenta-mente avarice hasta conseguir llegar ala otra orilla. En la tierra hiimeda quedesin ocuparme de los pajaros que revo-loteaban en las ramas y jugaban en elsuelo dando saltitos. Estaba extenuado.Ninguno me hizo caso. Me daba igual.iPara juegos estaba yo!La noche comenz6 empujando alsol hasta que 10 echo del todo. Ya no seoia ni un trino. No habfa luna, todo eranegro. Los arboles se movfan comofantasmas. Me acorde de las historiasque me contaba un vecino de mons-truos humanos que persiguen a los

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    pajaros durante la noche. l.Donde sehabian metido los demas? Segura queellos conocian los peligros y se habfanescondido. Pense que no habian sidobuenos amigos, me podian haber avisa-do. Desee estar en mi nido con mimama y mis hermanos. A esa hora yaestarian buscandome par todos lados,llorando mi desaparicion. Senti remor-dimiento por causarle tanto disgusto.Me di cuenta de 1 0 mucho que los que-ria. Las tripas empezaron a sonar. Nose cuantas horas llevaba sin comer.Tenia hambre y frio. Entonces valorelos cuidados de mi mama. Llore comonunca 1 0 habia hecho.

    /..,Que hacer entonces? En el huecode un arbol busque refugio. Lo prime-ro que tengo que aprender es a buscarcomida, manana vere 10 que hago,tengo que ser fuerte, pense.

    El cansancio y el suefio me derrum-baron. Con rnucho miedo, pero dormitoda la noche.

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    3EL pAJARO PROTECTOR

    Me despertaron.el pio-pio, elcanto y el alboroto de multi-tud de pajaros. Asome lacabeza y vi como cientos de compafie-ros saludaban al sol que aun permane-cia casi escondido. Estaban alegres,saltaban, corrfan, jugaban. Salf de miescondite. Las tripas aumentaron suglu, glu, glu... para avisarme que esta-ban vacias. Corti detras de algunos quebuscaban comida. Pronto descubrimosun sembrado y me dijeron que eratrigo, estaba verde. Nunca 10 habia pro-

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    bado. Todos comfamos con ansia. Subi-mos a las ramas de un arbol que, segunme informaron, era una higuera. Seguipicoteando. Sus frutos dulces me pare-cieron la cosa mas exquisita. Las hojaseran anchas y sostenian unas gotas deagua que, despues de tanto dulce, era 10que me apetecia.Cuando sacie el hambre y la sed,empece a darme cuenta de mi situaci6n.l.D6nde estaba? Muchas horas de vueloy un gran monstruo de agua me separa-ban de mi familia, de mi casa. Otra vezsenti el dolor de mi mama. No teniaderecho a hacerla sufrir de aqueUamanera, Debia regresar, pero l,c6rno?Volver a atravesar el rio me daba pani-co. Una vez me libre de sus garras,entonees no era tan consciente del peli-gro, en aquel momento me daba cuentade rni locura. No, de ninguna rnanera,preferia vivir solo que perder la vida.

    Mis compafieros, con sus juegos ycon sus cantos, no se ocupaban de mi.18

    Ni siquiera me preguntaron quien era,de d6nde venia ... Nada, venga a jugar ya eantar. Me retire a una rama, la masalta, para que nadie me viera Ilorar.=i.Que te pasa?Senti que alguien a mi lade habiadescubierto mi escondite.- Nada - respondf sin mirar.

    - Estas Ilorando.-Si.l,Te importa mucho? -comen-te con tone enojado.-Claro que me importa. Eres muyjoven, no conoces la zona. Yo puedoayudarte.

    =],Y ttl quien eres? = prcgunte vol-viendo la cara para ver por primera veza quien trataba de consolarme.- Yo soy uno de los pajaros masviejos de por aqui. Cuido y protejo alos mas j6venes que ya se atreven aalejarse del nido y aiin no conocen lospeligros para poder defenderse. Vienenmuchos porque en esta zona hay aguay comida abundante. En el invierno,

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    cuando la nieve cubre otros campos,llegan hasta de muy lejos. Por eso deci-dimos organizar un grupo de pajarosprotectores. Y ahora deja de llorar ydime en que puedo ayudarte.

    Estuve un rata mirando aquelimprovisado amigo, no me fiaba, recor-de los consejos de mi marna: No s610hay que protegerse de los humanos,sino tambien de algunos pajaros. Perol.que podia hacer? Me quede mudo,meti la cabeza debajo del ala para nopensar ..

    -Comprendo -continu6 mi com-pafiero - que no te ffes de nadie, peroen este momento no tienes mas reme-dio que seguir mis consejos y aceptarmi protecci6n. No conoces esto y pue-des caer en alguna trarnpa.

    Me decidi a contarle mi historia, eImiedo que habfa pasado por el mODS-truo que me queria tragar, 10 arrepenti-do que estaba por hacer sufrir a mimama y a mis hennanos.

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    - Lo que quiero es volver, tienenque estar llorando por mf - dije, yamas tranquilo.- Te comprendo y se ve que, apesar de 10 alocado que has sido, tienes

    buen corazon, Lo que has hecho noesta bien. Eres muy joven aun paraaventuras Y te ha podido costar muycaro. Por eso es mejor que permanez-cas con nosotros algun tiempo hastaque te hagas mas fuerte, con mas expe-riencia. Cuando considere que estaspreparado, te dejare regresar con lostuyos. S610 los pajaros mayores y fuer-tes se atreven a cruzar eI rio y aun asfdeben hacerlo con mucho cuidado. Ttimismo me has comentado que casi tetraga.

    -Sf,perory mi mama?- Ahora sufrira pero se alegraracuando regreses sano y salvo. Comoyes, hay comida abundante. Te pondras

    fuerte. Yo te protegere, Me llarno Pico-largo ..iY tu?22

    -LiltTenia razon. Atentamente mire amiviejo amigo. Era algo mas grande queyo, pero sus plumas se parecian bastan-te a las mias. Pense en el pajaro bello ycomprobe que ninguno de los que merodeaban eran como 61. Todos nospareciamos. iLlegarian a aceptarmecomo amigo? De momenta nadie sehabia ocupado de mi ni me habia invi-tado a jugar. Agradeci cl interes de mipajaro protector pero era muy viejo yyo deseaba relacionarme con pajarosmas 0menos de mi edad.- Aqui tendras muchos amigos conquienes jugar - dijo, adivinando mispensamientos.-~Tucrees?-No 10 dudes, seran buenos com-pafieros, a muchos los he educado yo.Yen que te presentare a algunos.Llamo a tres de los que estaban mascerca.-Estos son Piopa, Alagris y Coco.

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    Les presento a Lilf, acaba de llegar,espero que se porten como buenos ami-gos y le ayuden.Los tres me rodearon echandomelas alas por encima. Es la forma desaludar que tenemos los pajaros. Pre-

    senti que me iba a encontrar a gustocon ellos, Casi sin despedirnos de Pico-largo salimos volando para unirnos conmuchos mas.

    Todos me acosaban a preguntas:por que estaba alli, de d6nde venia, sitenia mas hermanos, si me gustabavolar alto... [Yo que se! Les conte todopero ya me tenfan mareado.

    -Bueno -interrumpi6 Alagris-,dejenlo en paz, lno se dan cuenta deque es un novato? Ahora debemosinformarle de las cosas que todos he-mos aprendido desde que estamosaqui. i.Conoces el lenguaje de los hu-manos? .

    Deb! de poner cara de tonto, nunc ase me habfa ocurrido tal cosa.24

    -No te preocupes -continu6 miamigo-, cerea de aquf hay una ciudad,y en ella, un campo muy cuidado al queHaman parque, esta siempre lleno denifios y mayores, te llevaremos hastaallf para que los escuches y aprendas suidioma.-Nosotros somos pajaros, lparaque tenemos que aprender el lenguajehumano?

    -Es necesario, para nuestra seguri-dad debemos saber 10que dicen, 10quepiensan de nosotros. Ellos, en cambio,nunca nos van a entender, es muydivertido, ya 10 veras,Aquella misma tarde volamos hasta

    1aciudad. Mis amigos me iban diciendolos nombres de las cosas. Ese edificiogrande es una iglesia, a1 1ado hay unaparte que sobresale, es la torre. Veras unnido de ciguefia, son pajaros grandesque se van y luego vuelven. Les gustatener a sus hijitos en esos sitios tanraros. Ninguno de nosotros tiene trato

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    con ellos. A las casas mas altas las lla-man edificios, en cada uno vive muchagente. Eso es el parque del que ya tehemos hablado, aqueUo que yes conagua es una fuente, nos gusta bafiarnosen ella y mientras 10 hacemos escucha-mos todo 10 que hablan unos con otros.Me entere de 10 que era un colum-pio, un tobogan, un automovil, un auto-bus., Me pose sobre unos arboles ran-simos que tenfan unas hojas largas yduras.

    -Estoy cansado -Ie comente aCoco en una de las paradas -. Nuncahabfa visto un arbol tan raro.-No, esto no es un arbol, es unaantena de television.Trato de seguir explicandome perole corte:

    - Por hoy ya tengo bastante. l.Porque no volvemos a nuestro campo yjugamos a algo?

    -Buena idea. [Eh, pajaros, que nosvamos! -aviso a los demas.26

    Una bandada me envolvio para queme sintiera mas seguro. Volamos des-pacio y encontramos a Picolargo preo-cupado por nuestra tardanza.

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    4LATRAMPA

    A prendi juegos nuevos. El quemas me gustaba era el de pie-dra-rama. Haciamos un circulopequefio con varias ramas, con una pie-dra pequefia en el pico, volabamos muyalto, habia que soltar la piedra y conse-guir que cayese dentro del circulo.Ganaba el que era capaz de hacerlodesde mas altura. Aplaudiamos frotan-donos las alas y los picos. Formabamostal alboroto que Picolargo, a veees, nosllamaba la atencion.

    - Van a conseguir que los hombresse den cuenta de la eantidad de pajaros28

    ,

    que hay aqui y vengan con la red.Yo no entendf nada. Pronto 10comprenderia. De momento 10 quedeseaba era seguir jugando a aqueljuego tan apasionante del que llegue aser campeon.Todas las noches, cuando me retira-ba a descansar a mi rama favorita, meaeordaba de mi mama. Ya me darian pormuerto. Me parecia escucharla: iAy miLilt, era muy bueno, pero no hacia casoa nadie!, Pensaba en el regreso. iQuealegria! Serfa el maestro de mis herma-nos, que estaban mucho mas atrasados.Les contaria todas mis aventuras y lesensefiana los nuevos juegos.

    En este embeleso estaba, cuando depronto vino un ataque de histeria eolec-tiva y todos mis compafieros comenza-ron un piar desesperado, unos gritos des-garradores como no habia oido nunea.Unos volaban alocados intentandoesquivar un peligro que yo no alcanzabaa comprender, otros intentaban hacerlo29

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    pero algo se 10 impedia. Las tinieblas seHenaron de fantasmas y desde la ramamas alta del bosque, la cual busque porinstinto, vi unas sombras siniestras. Eranunos hombres, tres me parece, grandescomo monstruos, que llevaban una espe-cie de red de donde intentaban escaparcientos de compafieros, cientos de ami-gos mios. Comprendi inmediatamentede que se trataba, aquella era la trampaa la que se habia referido Picolargo.Entre la masa pajaril, ayudandome deun claro de luna, descubri a mi amigoCoc6. Quise arrojarme sobre la masa demuerte para romperla y liberar a todoslos pajaros que chillaban desesperados.Un aletazo grande me 10 impidi6.=Dejalos -era Picolargo el queme hablaba -, no puedes hacer nada, temataran a ti tambien,

    Los hombres se alejaron cargandocon un bulto de dolor. Me di cuenta deque estaba vivo gracias a la maniade buscar las ramas mas altas.

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    Par primera vez asistf a una asam-blea. Todos los pajaros protectores esta-ban juntos. Bueno, todos no, faltabancinco de los mas viejos que no habiantenido 1a suficiente rapidez para esqui-var a los cazadores. Todos analizaron lasituacion y se lamentaron de 10 injustosque son los humanos, que tienen alimen-tos de sabra y sin embargo vienen amatar a pajaritos inocentes. Picolargo,que era el mas respetado, concluyo:-No nos queda mas que llorar yrecordar a todos los compafieros. Losque llevan tiempo ocupando este mara-villoso bosque saben que no es la pri-mera vez y, desgraciadamente, no serala ultima. Como estamos bien alimen-tados, nuestra carne es muy apreciadapor los humanos. Alerto a los masjovenes de que no bajen la guardia, niaun durmiendo. Al menor movimiento,al menor ruido, esten donde esten ,alcen el vuelo rapido y ponganse fuerade su alcance. Ahora 10 mejor es que

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    cada uno busque su refugio e intentedescansar. La mafiana hara que se disi-pe tanto dolor.

    Creo que el suefio se nos escape atodos. La noche, la pena y el si1enciofueron nuestros compafieros.Me quito el apetito el recuerdo delos muertos. Todo e1dia siguiente estu-ve a1 1ado de Picol argo, nadie jugo, E1trataba de animarnos.

    Seguian llegando pajaros, el bos-que, con el tiempo y 1a primavera,parecfa recuperar la vida. Los nuevos,que no conocieron 1a tragedia, llevarontrinos y brisas de esperanza. El1uto fuedesapareciendo. Reanudamos los jue-gos, las visitas a la ciudad. Para mi, el1enguaje humano no tenia secretos.Cuando nos bafiabamos en 1afuente delparque, algunos nifios trataban de asus-tarnos y nos persegufan, claro que suscarreras no eran comparables a nuestrarapidez para volar, as! que siempreestabamos a salvo.

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    - Mira, Picolargo -Ie dije unatarde que nos acompafio al parque. Legustaba ver jugar a los nifios -, creoque ya es hora de que regrese con losmios. Estoy muy agradecido por todo 10que han hecho por mi. Ttl has sido comoun papa. El recuerdo de los compafierosmuertos me atormenta y quiero advertira mis hermanos para que tengan muchocuidado, para que no Ies vaya a pasar 10nnsmo.- Te he tornado carifio, pero com-prendo que tienes raz6n. Creo que estasfuerte y tienes mas experiencia. Teechare de menos. Espera unos dias paraque me vaya haciendo a la idea de queya no te voy a ver mas.-No digas eso. Volvere con mifamilia para que la conozcas.-Estoy ya viejo. En cualquiermomento me cazaran. Mi vuelo ya noes tan rapido.Quedamos en silencio. Ningunoqueria que se nos notase la tristeza.

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    Hubiesen salido de nuestras gargan-tas unos trinos interrumpidos por elllanto.Al fin me repuse y trate de desviaraqueUa conversaci6n que sonaba a des-pedida.-Aquel pajaro es diferente de losotros - dije sefialando con el ala a uncompafiero que destacaba entre losdemas, no por su tamaiio sino por susplumas que eran blancas, negras, azulesy rojas,

    - Sf, es un jilguero. Es muy bello ycanta mejor que ninguno.- A mf me gustarfa ser mas bonitode 10 que soy. No me gusto.

    -Eso les pasa a muchos jovenci-tos. No sufras por eso. Cada uno tieneque conformarse con 10 que es. Todosdebemos ayudarnos y el color de lasplumas es 10 de menos.No me convenci6.-Mira a aquel otro -me indic6-,siempre esta solo, no juega con nadie y

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    su canto es maravilloso. Es un ruisefior.Como has visto, no es hermoso, perocanta como nadie. No le gusta estar encampania, es un solitario.

    - Estoy contento can mi canto -Iecomente -, pero dana cualquier cosapor cambiar mis plumas. Una vez vi aun pajaro bellisimo, nunea he encontra-do otro igual.

    -Debes preocuparte par otrascosas. Lo del color y la forma de lasplumas es una tonteria.

    Pense: Esta viejo, par eso no mecomprende .

    - L Sabes una cosa de la que tedebes preocupar?- Sf, ya 10 se, de las trampas.- Par eso tambien, Pero hay algo de

    10 que muy pocos pajaros se dan cuenta.-l..De que?- Los hurnanos eonstruyen cada

    vez mas eso que Haman edificios ycada vez hay menos bosques. l.Quesera de nosotros si fait an los arboles?

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    Yo morire pronto, pero tu debes preo-cuparte par esto.La mire can carifio y comprendf

    que era un pajaro sabio,

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    5LA CUEVA

    A ntes de la march.a y con el p.resen-timiento de que nunca regresariaa aquel1ugar, me invadio e1 espi-ritu aventurero y decidi alejarme todo 10que dieran mis fuerzas. En todo el tiem-po que llevaba, mis salidas siempre eranal mismo sitio. Ibamos al parque de laciudad y despues al bosque. Aquello eramuy poco para mis ansias de trotamun-dos. Como mi animo no estaba para des-pedidas, decidi partir de inmediato.Estaba oscuro, el sol aun no sehabia despertado cuando emprendf el

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    vuelo en solitario. Las tinieb1as me des-pistaron y casi me meta en la linea delrio. Retrocedi. Una bola de fuego subiaen el borizonte, senti su calorcito y dis-frute viendo como todo el bosque sedespertaba. De vez en cuando dejabaque la brisa jugara con mi cuerpo y queme meciera a su antojo. Volvia a tamarfuerzas y mi vuelo fuerte y seguro eraimparable. Repetfa los nombres de losarboles, casi pequefios desde mi altura,que tan bien me habia ensefiado miprotector. Sobre la copa de un pino mesenti libre, fuerte, feliz. Desde mi ba1-c6n improvisado mire bacia abajo.Sobre la rama de un arbusto, algo bri-llante se movia. Par 1a distancia, s6loapreciaba unos destellos de colores. Depronto desapareci6. Senti miedo. Nome atrevia a perder altura par si se tra-taba de alga peligroso, pero la curiosi-dad pudo mas. Seleccione una rama deun arbol mas bajo. Espere unos minu-tos, no mucho. La bola brillante estaba

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    junto a mf, Era un pajaro mucho masbello que el que habfa conocido alla enmi tierra. No 10 puedo describir, porquesus colores de oro, fuego, sangre ... medeslumbraron. No habia una plumaigual a la otra, largas las de la cola,fuertes y recias las de las alas. Jugaba abuscar inscctos que desayunaba canapetito. Me mire y senti verglienza detener unas plumas tan odiosas, tan feas,Sali volando para que no se diera cuen-ta de mi presencia.Cuanto dada yo par tener unasplumas la mitad de bonitas - pens a-ba-, seria la envidia de rnis hermanos,de mis vecinos. Era un imposible,abandone la idea. No queria amargarmi primer dia de aventura. Segui recre-andome en el paisaje. Ya el veranocomenzaba a castigar con su fuego.Baje a tierra, un charco me sirvi6 comola mejor piscina. Desayune y tome nue-vas fuerzas. Las montafias daban som-bra a un valle con un grupo de casas.

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    Aquello debia de ser un pueblo porque,como ya sabia, las ciudades son mayo-res. Sus casas bajitas me gustaronmucho mas que aquellos edificiosmonstruosos. Sali6 un gato que intenta-ba atrapar a un pajaro inexperto. Sufripensando que le podrfa servir de festin.Menos mal que nuestro vuelo siemprenos salva. Un campesino iba al lomode un burro. Seguro que se dirigfa aalguno de los muchos huertos querodeaban las viviendas.

    Una mujer echo comida a un grupode gallinas que picotearon con granavidez. Estas pobres no pueden volar-pense-, cualquiera puede zampar-selas. Dos nifios intentaban hacervolar una cometa. Baje un poquito parasentir mejor la tranquilidad del lugar.Estas gentes - seguf pensando-vivenmas felices sin tanto ruido de ca-ches y tanto trajin como tienen los de laciudad. EI valle continuaba y las mon-tafias retiraban sus sombras.

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    Quede sin aliento al toparme condos pajaros aun mas bellos que el ante-rior. No me pare, aumente la velocidad.Estaba deseando salir de alli. Aquellodebia de ser el pais de los pajaros her-mosos. lQue hacfa yo con aquellafacha? El sol me quemaba. No podiamas. Sin poderlo evitar busque alivioen la boca de una gran cueva. Cansadoy triste, picoteaba. Intentaba esconder-me para que nadie me viese. De prontouna voz suave, carifiosa, sono detras demi cola.

    -Lili, Lili -me llamaba.Aquello no era posible. lQuien

    sabe mi nombre? lQuien me conocepor aqui?, me pregunte,-Lili, Lilt -continuaba-, entra,acercate, no temas. Nada malo te pa-sara.

    No cabia duda, la voz salta de lacueva. Animado por su dulzura y muer-to de curiosidad, di unos saltitos haciadentro. Un griterio de pajaros arranco a

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    mi paso. Un bai1e de colores en movi-miento me rodeo. Olvide mi fealdadporque aquello superaba toda fantasia.Pero aiin me quedaba 10 mejor. Alfondo un inmenso brilIo acab6 cegan-dome, no veia nada, no distinguia masque unos rayos que sin querer me atra-paban. Pio-pios de todos los tonos nose si alegraban 0aturdian.=Acercate, Lili. No tengas miedo.

    Al contrario de 10 que la voz meordenaba, senti, mas que miedo, pani-co. Pase del calor al frio y luego otravez a sudar. Las patas no me respon-dian. Estaba c1avado.=i.Quien eres? - me atrevf a pre-guntar con trino balbuceante-. lC6mosabes mi nombre?-Nadie va a hacerte dafio, Caminahacia dentro. No temas.Las patas comenzaron a obedecer-me y pude dar unos saltitos. Cuandomis ojos se acostumbraron al brillo dis-tingui a una dama bellisima cuyos 1ar-

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    gos cabellos le cubrian parte de Iaespalda. Eran cabellos de oro y seda.De ellos partfan los destellos que mecegaron.- Soy el Hada de los Pajaros. Misemisarios, que vuelan por todos sitios,me informan de 10 que pasa con uste-des. Se toda tu historia, se que no tegustan tus plumas, se que quieres regre-sar a tu casa. Esos pajaros raros que illhas visto te vigilan. Si quieres puedesmarcharte, nadie te 10 impedira. Pero sipermaneces a mi servicio, puedo con-vertirte en el pajaro mas bello quejamas hayas sofiado. Estos que ves aquferan iguales que tu cuando llegaron yahora ya ves que nadie los iguala enhermosura.Antes de contestar comprobe queya podia mover el pico. Menos mal,porque paralizado y mudo poca cosapodria hacer.

    -l.C6mo 10 conseguire? -pregun-te en un esfuerzo de valor.44

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    -i_,Te has fijado en unas florecillasrojas que crecen en la puerta de la cueva?-Sf.- Pues es muy facil. Solo tienesque salir cada manana, tornar con elpico unas gotitas de rocfo que tienendentro y, con cuidado, debes depositarel lfquido sobre mis cabellos. Es 10 quehace que esten asi de relucientes. Cadavez que hagas este trabajo, una de tus

    horribles plumas se cambiara por otrade un color vivo y brillante.-De acuerdo, i _ , y nada mas?- Solo eso, pero tengo que adver-tirte de algo muy importante.-i_,Deque?- Debes tener mucho cuidado deno arrancarme ningiin cabello. Recogelas uf ias de las patas para que ningunoquede atrapado.-Necesitare unos dfas de entrena-miento -dije ya mas tranquilo.- No hay prisa. Has sido feo desdeque naciste. Que importan unos mas mas.

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    No me gusto el comentario, perotenia razon.Asi fue como empece a cambiar.Mi suefio estaba a punto de cumplirse.

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    ~r~"6ELCAMBIOIaginate el pajaro mas hermosoque pueda existir: asi era yo. Pocoa poco, a medida que cada dfadepositaba el Ifquido magico que con-tenian aquellas florecillas rojas que ere-cfan en la puerta de la cueva, mis plu-mas cambiaban hasta convertirme en elser que tanto sofie.

    No se cuanto tiempo transcurrio,iinicamente note que vinieron dfas dernucho calor y, para soportar rnejor losrayos de fuego, pasaba grandes ratosdentro de la cueva junto a aquella

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    dama, el Hada de los Pajaros, Todosestabamos a su servicio y nos tratabacon carifio. Los encargados de traer lacomida procuraban que nada faltase.Ella tomaba los mismos alimentos quelos demas, Nunca salta, pero los emisa-rios la infonnaban de todo 10 referente anuestro mundo. Todo era paz y armoniaaunque, eso sf, un poco mon6tono.Aparte de ocupanne del embellecimien-to de su cabello, no tenia ninguna ocu-paci6n. Ensefie a mis bellos compafierosjuegos que yo habia practicado, pero nose si es que eran mayores 0 que estabanmuy engreidos por su belleza y temianestropearse el plumaje, el casoes queeran poco animados. Me acordaba de losque habfa dejado en el otro bosque, eranpequefiitos, feos como yo antes, perodivertidos. A los superpajaros, unavez que terminaban can sus tareas, 10unico que les gustaba era lavarse en lasfuentes 0 en algun riachuelo para quesus alas y plumas estuvieran relucientes.

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    Luego se secaban al sol. Parecfan viejosdormitando con el calorcito. Cuandoterminaban de todo esto, se marchabana la cueva para hacerle el juego alHada y ensefiarle los nuevos trinos quehabian aprendido. Como todos eramoshermosos, ninguno destacaba. ,Contanto aburrimiento aument6 el deseo devolver con los mios. Ademas -pensa-ba -, ipara que quiero ser tan bello siaqui nadie me admira? En mi bosquetodos eran feos, alIi sf que causariaadmiraci6n y serfa envidiado.

    Algo inesperado ocurrio una mafiana.No tuve mas remedio que comunicarlo.= Setiora Hada -Ie dije-, hoy no

    puedo traer elliquido que esperas.-iPor que? -pregunt6, sorpren-dida.

    -Las flores rojas se han secado.Debe ser por el calor.-' No, hijo -" respondi6-, no es

    por el calor, es la sefial de que no hascumplido con tu trabajo.50

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    fi:~~ he cumplido? Todos losd' ...he trafdo" agua para tus cabellosdiJ~~.B0co ojado.* S' (LA ~ da cue Ia condi1, pero; cuer a que a con 1-cia {J. ~fgUC} me arrancases ninguno.- e- enido mucho cuidado de queno se enredaran entre las patas.- Eso es 10que crees, pero el hechode que las flores esten secas quiere decirque has fallado. No discutas. Soy e1

    Hada y me valgo de mis poderes parasaber como marchan las cosas.No habia duda. Las hadas son asi,se enteran de todo.-l,Cual sent mi castigo? -pregun-te con miedo.-Ninguno, soy un hada buena. Lounico que hago en estos casos es despe-

    dir al que falla. A partir de ahora ya note quiero aquf. Debes marcharte, ereshermoso como deseabas. Creo que coneso he pagado tus servicios.De momento senti rabia de que meecharan. No me parecia justo.

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    Sali de 1a cueva. Las flores rojas,objeto de mi desgracia, seguian allfsecas, tristes, sin vida. Los compaiierospasaban a mi lado sin hacerme caso.Nadie me console. Asi estuve un buenrato, como un tonto que no sabe quehacer. Vole unos metros para alejarmede aquel bullicio de 1a cueva y poderpensar con tranquilidad.Pensando, pensando, me di cuentade que 10que me habia ocurrido no eratan grave. Como te dije, alii me aburriacomo una ostra, no habia aventura, queera 1 0 que mas me gustaba. Mi granbelleza no destacaba entre tanto pajarohermoso. Era uno mas. Sin pensarlo dosveces, emprendf cl camino de regreso.No dije ni adios. [Que alegria volvercon los mios! iQue sorpresa se llevanami mama al comprobar que tenia elhijo mas bello de toda la zona!

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    7ELREGRESO

    A demas de bello, era. un pajarofuerte. Las plumas de mis alaseran mucho mas largas queantes y me permitfan un vuelo rapido yseguro.Antes de cruzar el rio quise despe-dirme de mis antiguos amigos, y sobretodo de Picolargo. Lo busque por la

    zona que ya conocia. Vole por las altu-ras, baje a tierra. Ahora veras laimpresion cuando me vean con estasplumas, disfrutaba pensandolo, Lospajaros que encontraba me miraban con

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    recelo, se alejaban de mf como de unser extrafio. Pasaron horas y ya cansadode buscar me decidi a preguntar a unode los compafieros.-. i,No te acuerdas de mi? -Ie pre-gunte.Me rniro con cara de sorpresa y sinresponderme se alejo de mi lado. Loseguf hasta que 10 alcance.-No temas. Soy Lili, he vivido convosotros durante una temporada. Era-mos buenos amigos. Mis Intimos eranAlagrfs, Piopa y Coco, i,recuerdas? Aeste 10 cazaron en una red. Bueno qui-zas ni seas nuevo y no sepas nada deesto.

    - Sf -dijo mi interlocutor miran-dome de reojo-, llevo solo unas sema-nas y no conozco a casi nadie.

    Un pajaro , que desde una ramaestaba pendiente del encuentro, bajopara ponerse a nuestra altura.

    -No se quien eres pero si estasmolestando al compafiero, ya te puedes55

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    marchar, aqui somos todos muy tran-quilos. Bastante tenemos con que nosmolesten y nos persigan los humanos,para que ahora vengas ni, pajaro finocon esas plumas que parecen una mas-cara y nos alteres nuestra paz.

    Aquel comentario me dejo de pie-dra: j yo, fino! Lo ultimo que esperabaescuchar, Un poco presumido sf, peroi.fino? Estuve a punto de responderlede mala forma y liarme con el a picota-zo limpio. Menos mal que me contuveporque no habna servido de nada yadernas me habria estropeado las plu-mas que cuidaba para impresionar a mifamilia. Asf que trate de serenarmeantes de responder.-No soy 10 que ui te imaginas, 10que pasa es que si te cuento mi historia,no te la vas a creer. Pero, de verdad, hesido compaiiero vuestro durante algu-nos meses. Me llamo Lilf y mi protec-tor fue Picolargo.

    - j Ah! jClaro! Tti eras el campeon56

    de rama-china. i.Que has hecho con tusantiguas plumas? Estas mas grande ymas hermoso.Lo mas brevemente que pude leconte la historia que no terrnino decreer del todo.- Y ahora dime donde esta Pico-largo.Por la cara que puso me di cuentade que algo grave habia pasado. Tardeunos segundos en conte star.- A Picolargo - dijo con triste-za -, se 10 llevaron en la red.- ~Pero otra vez han vuelto esos ...?-no puedo poner 10que dije porque esuna pa1abrota, comprendelo.

    - Sf, volvieron al poco tiempo detu partida, tambien cayeron tus amigosAlagris y Piopa. Imaginate 10 que fuepara todos. Es verdad que estas trage-dias ocurren con frecuencia, pero noacabas de acostumbrarte. Nos habriagustado enterrar a Picolargo. Pero nopudo ser.

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    Mejor era no hablar. Rozamos nues-tras alas y picos y, mudos, nos separa-mos. En un rincon bien escondido, Ilorela muerte de mis grandes amigos.Muy temprano, pique algunas semi-llas. Tenia que sentirme fuerte paraemprender el tramo mas peligroso delviaje: la travesia del rio.

    Abajo seguia transcurriendo lainmensa raya azul. Antes de 1 0 quepensaba me encontre en la orilla opues-tao Yo mismo me sorprendi de la velo-cidad del vuelo.

    Aiin me quedaban unas jornadashasta llegar a mi casa. Conocia muybien el camino. Contaba las horas ydisfrutaba pensando en el encuentro. EIsol no tenia prisa por dormir, asi que suluz me ayudaba en el camino.Al tercer dia de viaje, sobrevoleuna ciudad. Recorde los consejos dePicolargo, pero como estaba cansado ymi curiosidad par las cosas nuevas eratan grande, decidi bajar, descansar en

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    unos arbustos y contemplar aquel ir yvenir de gente y de autornoviles queatronaban el aire. Unos nifios jugabanen el parque, habia muchos arboles.Me interesaron sus juegos que, comoes natural, eran distintos de los nues-tros. Elegi una rama muy pr6xima aelIos.

    - j Mirad que pajaro mas bonito!-grito uno.Pronto, debajo de mi, se arremolin6un monton de gente senalandome y

    comentando 1 0 bello que era. Sentimiedo pero al mismo tiempo estabaorgulloso de despertar tanta adrnira-cion, Sin moverme, desplegue las alaspara que todos contemplaran mi her-mosura.

    - Por aquf no se yen pajaros comoeste, Debe de venir de muy lejos - dijoun sefior que parecia el mas entendido.Segui balanceandomr, como en uncolumpio. [Que gozada! j Si me viesemi mama!, pense.

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    All f estaban todos, abajo, yo arribamirando con desprecio a los que meadmiraban. Me senna el ser mas bello,el mas importante de la creacion.Movia la cola y desplegaba las alas unay otra vez para que el sol arrancara des-teUos a mis plumas de oro., -jEs maravillosol jEs maravillo-so! - repetian.

    La luz se fue apagando. Los mayo-res y los nifios, hartos de contemplar-me, decidieron retirarse a sus casas.Determine pasar alli la noche. En elsitio en que me habfa sentido mas felizdesde hacia mucho tiempo.No se como ocurri6 porque dormiacomo un tronco, unicamente recuerdocon horror que cuando desperte estabametido en un saco oscuro. Me asfixia-ba. No podia moverme. Recorde losconsejos de mi protector: [Ten cuida-do!. Ya era tarde. Me habian cazado.Del saco pase a una prision, Sf, erauna carcel pequefia, con unos barrotes

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    de metal. Me colgaron de un soporteque debfa de ser bonito pero que a mime parecio horrendo.

    -Manana 10 sacaremos al jardin- dijo una senora que debia de ser lamama.

    Pase la peor noche de mi vida.Bueno, de mi vida hasta entonces, por-que luego vendrfan cos as peores, peroquiero contarte la historia poco apoco.Apagaron las Iuces y la casa sesumio en un si1encio de cementerio.Llore hasta la desesperacion, Me pare-cia mentira que yo, un pajaro tan listo,me hubiese dejado cazar de aquellaforma tan tonta. Pero allf estaba, preso,sin poder volar, apenas me podia moversin que las alas rozaran los barrotes.Pense en mis compafieros atrapados enla red y por absurdo que parezca, losenvidie. Al menos elIos tuvieron unamuerte rapida, La mia seria lenta, atroz.-jAdi6s, mama! = gritc.

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    Por la cabeza me corrfan velocesescenas de mis hermanos feos perolibres. Por primera vez, maldije mibelleza. Si hubiese sido un pajarocorriente, nadie se habrfa fijado en micomo en un objeto de adorno. Porqueeso es 10 que era, una figurita mas enmedio de aquella casa grandota llenade jarrones, mufiecos de porcelana,espejos, cuadros y yo, el gran y belloLilf, formando parte de aquel conjuntotan vulgar.

    Como puedes imaginar, no dormfen toda la noche. Por Ia manana mesacaron al jardfn, colgaron la prision enla rama de un frondoso arbol para queno pasase calor, [menos mal! Nunca mefaltaba agua ni comida. No me serviade nada porque yo cerre el pico. Querfamorir cuanto antes.

    Esa era mi vida un dia y otro. Nopuedo calcular, pero por fin decidf quemorir de hambre era demasiado largo yentonces comence a probar la comida

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    que me ponian. Nunca habia probadouna cosa asi. Me gusto.- Ffjate, mama - grit6 el niiiorubio que todos los dias intentaba cui-darme-, el pajaro ha comido, esta mascontento.-Ya te dije -coment6la mama-que acabaria por adaptarse a la vida enla jaula. Ya veras como ahora se poneigual de reluciente y bonito que cuando10 atrapamos.En ese momento me di cuenta deque para volver a la libertad, la solu-ci6n no era la muerte. Comeria paraponerme 10 mas fuerte posible. Comotodo preso, comence a idear un planpara salir de Ia carcel. Mientras tantoobservaba las conversaciones, la vida,las costumbres de mis secuestradores.

    Debajo del arbol habfa una piscina.Observaba los banos, sobre todo de losnifios. El hijo de los duefios se llamabaPaquito, no tenia hermanos y lospadres, que por el entorno de la casa

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    parecian ricos, Ie daban todos los capri-chos. Par eso fue 10 del pajarito. Sepasaba las horas mirandorne.-Mama -gritaba-, mira como

    mueve la cola, mira como agita lasalas. Mis amigos me envidian, nadietiene un pajaro como este,iMaldito nino! La decia como elque luce un pajaro de peluche. Lo quemas me gustaba (si es que me gustaba

    algo) era cuando los chicos se poniandebajo de mi jaula para hablar de suscasas. Paquito tenia muchos amigos,amigas solo dos 0 tres, of que estabande vacaciones, es decir, que no tenianque ir al colegio que, segun ellos, era unfastidio. Alli no habia libertad parasalir ni para jugar cuando quisieran, losobligaban a estar sentados mucho tiem-po oyendo casas para aprender. Cuandollegaban a casa tenian que seguirhacienda cosas que llamaban deberes.

    Me di cuenta de que nosotros, lospajaros, aprendemos de una forma mas

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    divertida. En medio de mi enfado per-manente, a veces me reia cuando losoia hablar de las cosas de las chicas.Resulta que se enamoraban unos deotros, pero luego, cuando alguno 10 des-cubria y le decia: A ti te gusta fulani-ta, el aludido se enfadaba muchisimo y10 negaba. Cref descubrir que a Paquitole gustaba Lorena, una nifia que, segunescuche, tenia nueve afios y pareciabonita. Esa sf iba todos los dias a bafiar-se. Yo recordaba que tambien entrenosotros pasaba algo parecido. Pero allinadie negaba nada, le gustaba la pajaray se apareaba con ella y en paz. Se veque los humanos son mas complicados.Yo mismo estuve fijandome un dia enuna pajara que vivfa en el bosque y quetenia unas plumitas blancas que la ha-cian diferente de las demas. No Ie dijenada porque mi ilusion era, como yasabes, marcharme de alIi.- Mama - oi decir un dia a mipequefio arno -, voy a arnaestrar al

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    pajaro para que salga de la jaula y puedavolar un poquito. El pobre se ve joven ytambien Ie gustara un poco de libertad.Menos mal -pense-, parece quetiene buen corazon. El tema, comocomprenderas, me interesaba muclusi-mo. Yo ya tenia mi plan de fuga, peroaquello me facilitaria mucho las cosas.- Es peligroso, tiene las alas gran-des y su vuelo sera rapido, Si 1 0 sacasdentro del salon puede herirse al chocarcon las paredes y los muebles y si 1 0haces en el jardin 10 mas segura es quese escape y no 10 puedas atrapar.- Tengo una idea - comento eln if io - - -, antes de sacarlo de la jaula, Ieato una cuerda larga a la pata. As!podre dominarlo._. Como quieras, pero si se escapa,luego no llores.EI chico 1 0 decidio rapido. Fue abuscar la cuerda y yo, sin mostrar nin-gun signa de nerviosismo, deje quepusiera el hila en mi pata. Con mucho

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    cuidado para no hacerme dafio, mesaco de los barrotes.- Anda, vuela un poquito - megrito.Casi se me habia olvidado. Vole deraffia en rama tensando la cuerda almaximo. Era fuerte y can un simpletiron no se rompia. Llegaron mas nifiosque disfrutaban con mi vuelo. Me sentipajaro-cometa pero tenia que seguirun pequefio entrenamiento, llevabamuchos dias sin volar y tenia que tomarfuerzas para el acto final. Frote el picocontra un tronco, 10 abri varias veces yen un alarde de maestria e ingenio, dital picotazo sobre la cuerda que Iarompi. Subi en un vuelo 1 0 mas altoque pude, en unos instantes atravese latapia del jardin como una saeta. AHaquedaron los secuestradores gritando.-jTe 10 dije, Paquito! -se lamen-taba la mama.Seguian gritando y Paquito lloraba.

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    - 8ELENCUENTRO. . .IY a faltaba poco. El verano agoni-zaba, las primeras lluvias hicie-ron el viaje mas largo de 10 queesperaba, en cambio me dieron la opor-tunidad de contemplarme reflejado enlos charcos del camino. Sf, era yo, Lilf,aquel pajaro feo que tiempo arras sali6en busca de aventura. Regresaba trans-form ado , fuerte y con unas experien-cias vividas que pensaba contar a todosmis vecinos. Ahora sabia 10 que teniaque hacer y 10 que no.

    Fueron varios dias de intenso vuelo.70

    Despues del ultimo susto, siempre ibapor las alturas. Las nubes se cruzabany yo jugaba a inventar nombres segunsu forma. Este era un antiguo juegoque mi mama nos enseno y que, contanto ajetreo, se me habia olvidado. Undia, se pusieron tan juntas, tan juntas,que taparon al sol. La noche lleg6antes de 1 0 esperado. De pronto,comenz6 una lluvia tan grande queparecia que las nubes se querian ven-gar de mi por haberlas olvidado. EIviento fuerte me arrastraba a no sedonde, una luz cegadora fue seguidapor un rugido como si el cielo estuvie-se habitado por fieras. Estaba empapa-do. Las ramas de los arboles se agita-ban con tal fuerza que me negaban surefugio. l,Que hacer en medio de aquelarrebato de la naturaleza? Aunque medaban miedo las bajuras, no tuve masremedio que guarecerme en una peque-fia cueva. Fue la primera vez querecorde al Hada de los Pajaros. Desde

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    luego, su cueva era mucho mas grandeque aquella y estaba adorn ada con lasflores que Ie llevaban todos sus servi-dores. La que tenia ante rni era maspequefia y sucia. Olia mal, descubrfexcrementos. Yo conocia poco de losanimales de tierra. Picolargo me habiaadvertido para que evitara la proximi-dad de algunos como los gatos, loszorros y otros a los que les gustamucho la carne de pajaro. E1 ruido delos truenos continuaba siendo ensorde-cedor, pero ya tenia buen refugio paraaguantar el chaparron. Cuando misojos se hicieron a la oscuridad observealgo extrafio, algo en movimiento. Conprecaucion me fui acercando. Unasbolitas calientes y sedosas se revolvfanen medio de una camada de pelos yhojas. Un sonido extrafio, como si qui-sieran llorar y no supieran, se escapabade sus pequefios hocicos. [Eran cnas dezorra! Sali de estampida antes de quellegase la mama y me tomara como

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    festin para la cena de sus pequefiosretofios.Afuera, la tormenta parecia quehabia perdido algo de furia. En elhueco de una roca pase el resto de lanoche.Salude a 1a manana con un pfo-piode esperanza. El recuerdo de la zorrareforzaba mi cautela. Saboreaba la pro-ximidad de mi casa. Aquella zona yame iba siendo familiar. El chirrido deuna carreta tirada por un macilentomulo que aun no se habra librado delsopor de la noche, alertaba a los paja-ros que levantaban el vuelo. Pronto mevi formando parte de una bandada. Elsol empezaba a destacar mi hennosura.Cuando el vuelo de todos se hizo maspausado, comenzaron a rodearme, memiraban una y otra vez. Nuevamenteme lleno la vanidad. Ninguno podiaigualamie. Como solfa ocurrir, cuandopaso el posible peligro del carretero,todos, como un solo pajaro, buscaron

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    un frondoso arbol para posarse. Nodude en imitarlos. Era grata su compa-fifa y tenia ganas de intercambiar algiinque otro trino. Cuando el revoloteo y elgriterio se calmaron, pregunte a uno deellos como se llamaba el lugar dondenos encontrabamos. Sin darme respues-ta, salto a Ia rama mas alta y de alliemprendio, nuevamente, el vuelo. Losdemas tardaron segundos en hacer 1 0mismo, Me encontre solo y con rabiapor el desprecio que acababa de recibir.

    EI paisaje cornenzo a resultarmonotone, al fondo las montafias ytodos los demas prados con las tierraslabradas esperando las semillas. Nin-gun peligro, ningun descubrimiento.Fueron dos dias de aburrido vuelo.Cuando me paraba para buscar comiday descansar meditaba sobre mi formade ser, Nunca 1 0 habia hecho, quiz asporque era muy pequefio 0 porque nohabfa tenido tiempo. Me di cuenta deque afioraba el peligro pero cuando

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    estaba en el, sentia un miedo terrible. 0sea que llegue a la conclusion de queera miedoso y aventurero.Detras de una loma, en el horizon-te, divise el arbol donde habia nacido,donde vivf hasta mi fuga. Seguro quemimama y mis hermanos habian perdi-do toda esperanza de encontrarme convida. Comence a ver plumas y picosconocidos, cada vez mas. Algunosvecinos revolotearon a mi alrededor,Me daban ganas de gritarles: [SoyLili! [Soy Lili! l,No me conocen? Hesido vecino suyo. Me aguante porqueala primera que queria sorprender era amimama,

    Me pose en la rama junto al nido.Los que por alli jugaban, al verme,huyeron despavoridos. Aquello ya nome gusto. Entre a mi casa. No habianadie. Espere solo, adentro. L Quien lle-garia primero? Estaba impaciente. Fuemi madre la que asomo la cabeza al verque la puerta estaba abierta.

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    - j Mama! - grite con toda la fuerza.No pio. Se qued6 quieta, muy seriasin atreverse a entrar.- iMadre! j Soy tu hijo Lili! i,N 0

    me recuerdas?Segufa sin decir nada mirandorne

    fijamente. Intente echarle las alas paradarle un abrazo. Dio un saIto haciaarras y, sin responder a mis gritos, saliovolando. La seguf, Era mas rapido queella y pronto la alcance.- Vete de aquf si no quieres que tematemos entre todos - me dijo con rabia.

    - Pero, mama, por favor, para unmomento que te explique. De verdadque soy tu hijo.

    - i,Acaso crees que no recuerdo ami hijo? Una madre nunca 10 olvida ,-decia sin parar de volar-. Ttl no tepareces en nada.

    - Te puedo dar todos lo s detallessobre mis hermanos, puedes preguntar-me 10 que quieras para que te conven-zas de que verdaderamente soy Lili.

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    - Naturalmente que 10 sabes todo,ahora comprendo. Ttl te 10 llevaste, 10has matado y vienes por mis otros hijos-decia casi llorando-. [Marchate! Sino te vas llamo a mis amigos para queacaben contigo. [Pajaro asesino!

    Comprendf que era inutil, Nadie mecreia. Todos se alejaban a mi paso.i,Que podia hacer? i,Ad6nde ir? Estabadesolado. Yo que tanto habia sofiadocon el encuentro, con deslumbrarlos atodos con mi hermosura, y me veiadespreciado, rechazado y sospechosode asesinato.

    Desde la copa mas alta de un pino,contemplaba el paisaje, todo estabaigual que cuando me marche. Alberguela esperanza de que mis hermanos mereconocerfan, enos, mas jovenes, sedanmenos desconfiados que rni madre.Podria contarles mi historia y todo que-daria ac1arado. A pesar de que el tiem-po transcurria lentamente, no tardaronen aparecer. Alli estaban Clarin y Tata.

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    Portaban sendas ramas en el pico.Aguarde a que se posaran. En contra de10 que yo esperaba, no fueron al nidocormin, sino que cada uno tiro parasitios distintos. Observe que, aunquecercanos, construian nidos diferentes.Es natural -pense-, son mayores yquieren su independencia. Se afana-ban por terminar pronto su refugio.Son muy previsores - continue pen-sando-, se aproxima eI invierno yquerran estar a salvo cuando lleguenlos frios. Seguro que todo esto son con-sejos de mama. Solo unos metros meseparaban. Me decidi. l,Por que espe-rar? Me dirigf hacia Clarin.

    - Hola, l,no me conoces?, l,tanpronto has olvidado a tu hermano Lilf?Dio un salto hacia arras, cambio derama, me mir6 fijamente.-l,Quien eres tt i y que quieres?- respondio con muy mal genio.-Soy Lili, te 10 juro, si me dejas tecontare mi historia,

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    -iTata - grit6 con un trin? deses-perado -, ven rapido]Espere su llegada.-Ayudame a deshacerme de esteextraiio pajarraco.No tuve tiempo para replicar. Losdos se abalanzaron sobre rni y a puntoestuve de que me sacaran un ojo. Mimama, que desde su nido oyo la pelea,sali6 para ayudar en el ataque. Me alejecon unas cuantas plumas de menos yalgunos arafiazos.

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    P or toda la comarca cundi6 elrumor de que por la zona volabaun pajaro asesino. Seguramenteel que mato a Lilf, decian, ya que cono-cia muchos detalles de su vida. Sinque me vieran, ofa todos los comenta-rios y me daba pena.

    Hubo una asamblea para tomarmedidas. Mi madre me habfa contadoque cuando los pajaros se veian en ungrave peligro, convocaban estas reunio-nes, yo nunca las habia conocido allf,claro que salf muy joven. En toda mi

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    vida a la unica que asistf fue alla lejos,en otra zona, y ya conoces los motivos.Esta vez solo seria observador, y desdeun oculto rincon.Aunque estas cosas siempre las pre-sidia un pajaro macho, esta vez y portratarse del asesino de su hijo, dejarona mi mama que presidiera.~ Queridos amigos y vecinos-comenzo diciendo-, todos saben 10que sufrf cuando mi hijo Lilf desapare-cia. A punto estuve de morir de pena.Quiero mucho a mis hijos y, como todamama, dada cualquier cosa por elIos.Pero Lili, no me importa decirlo, era mifavorito. Inteligente, carifioso y decidi-do. Lo tinico, si se puede llamar maloque tenia, era su rebeldia, Sil espfrituaventurero. En eso salio a su padre- hizo una pausa para limpiarse unalagrima que lc corrfa por el pico - .Pues bien, ha llegado un pajaro raro,con unas plumas hermosas, pero llenode maldad. Estoy convencida de que es

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    el asesino y que vuelve aver si se llevaa alguno mas. Se dirigi6 a mi y a mishijos con palabras carifiosas tratando deconvencernos de que era Lilt iComo siuna mama no reconociera a sus hijosl- volvi6 a limpiarse el pico-. Esperoque entre todos colaboremos para darleun merecido castigo porque si no, ter-min ani por atrapar a alguno de losnuestros.

    Un chocar de alas sono como unaplauso. Acababa de enterarme de quemi aficion de trotamundos venia de mipapa. En medio de la pena, sonrei.

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    - Senores - hablaba Cuellicorto,vecino de toda la vida-, esta pajaratiene raz6n. Organizaremos patrullaspara darle caza y que reciba su mere-cido.-Los pequefios que ahora estandurmiendo - dijo Paticorta, amiga demi mama- manana deberan ser infor-mados. Las mamas, los papas, los veci-nos todos, les pondremos al corrientedel peligro para que no hagan tonterfaspropias de la edad. No deben alejarsede los nidos. Y tu, Cantarina, cuentacon nuestra ayuda para todo.-Gracias -respondi6 mi mamaotra vez emocionada.

    Se organizaron las patrullas, Clarfny Tata, mis hermanos, se pusieron cadauno al frente de una.

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    1 0PORFIN

    Q U e esperaba? Aque lla misma noche me aleje delG lugar. Lo hice despacio. Laluna fue testigo de mis ansias por desa-parecer de este planeta. Por mas quepen saba no veia salida a la situacion,/. ,Y si vuelvo con el Hada? No, in-mediatamente rechace la idea. Eraabsurdo, aquella vida no me gustaba;adem as mi sitio era aquel , con losmios. Muchas veces habia pens ado queal regreso encontrarfa una pajara bue-na, como mi mama, nuestros hijos ten-

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    drian su bondad y mi belleza, Todo sehabra derrumbado.Cay6 un gran chaparr6n. Empapa-do, perseguido y sin tener un nido

    donde protegerme, me senti el ser masdesgraciado de la Tierra, peor que en lajaula. Algo tenia que hacer, el inviemose aproximaba. Para seguir asf, preferiala muerte.

    Apenas comfa, Pense y pense hastaque 10 vi todo muy claro. La belleza conla que tanto habfa sofiado era la causa demi desgracia. Tenia que volver a ser elLili de antes, como mis hermanos, comomis padres, y no aquel pajaro extrafio enel que me habia convertido el Hada.

    Fue una rapida decisi6n. Busque elhueco de un arbol bastante espaciosodonde nadie me descubriera. Duranteunos dfas acumule comida como parapasar todo el invierno. La suerte 0 ladesgracia estaba echada.Una por una, can el pico, me fui

    arrancando las relucientes plumas. Me8 6

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    dolfa, a veces sangraba, pero aguante,EI problema 10 tuve con las de la cabe-za y las de la cola a las que no alcanza-ba. Sali de mi escondite y me atrevi apedirle a uno que pasaba que me ayuda-se a terminar la faena. Me mira, sor-prendido. Se ve que Ie di pena, porquesin decir ni pio arranco las pocas quequedaban. AlIi quedaron como recuerdomudo de un pasado que queria olvidar.

    Entonces si que estaba feo, no te 10puedes imaginar, Peor que cuando salfdel huevo. Y mira que los pajaros nace-mos feos.Llovfa casi todos los dfas y yo se-guia desnudo totalmente, sin una plumapara protegerme del frio. Menos mal

    que habia tenido la precaucion de taparcon ramitas la entrada de mi casa pro-visional. A pesar de todo, por lasnoches tiritaba pero, como un valiente,aguante,Poco a poco las plumas grises y

    negras fueron apareciendo, al principio88

    como pelusas y mas tarde se hicieronfuertes como las de todos los de miraza. Me miraba y empece a recordar-me. Otra vez era Lili. Estaba arrepenti-do y contento ala vez.Sin despertar el mas minimo recelovole 10 mas rapidamcnte que pude.Nadie me saludaba pero tampoco huiade mi. Era uno mas, como todos. Pasela linea que delimitaba nuestro territo-rio. Me cruce con las patrullas queseguian en alerta. En ninguna iban Cla-rin ni Tara, Habrian elegido otra zona.No me importo. Yo volaba como unaflecha hacia el nido de mi mama. Porfin 10 divise.Planee como una saeta antes decaer en la diana. Estaba cerrado. i,Esta-ria dentro? Una emocion, un temor ano se que, me invadio, Dude unos ins-tantes, si no me reconocia, mi vidaestaba acabada. Llame. Asomo el picoy un ojo por una pequefia rendija.Abri6 inmediatamente.

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    - [Lilf! [Hijo mfo! i,D6nde hasestado? - repetfa llorando y echando-me las alas al cuello. Restregaba supico con el mio.

    Entramos a la casa.- Mama, llevo mucho tiempo poraqui, pero ni no me has reconocido -Iedije cuando la emoci6n me 10permiti6.Los dos piabamos saltando y rozan-do nuestros cuerpos.

    -jHijo mio!, [hijo mio! i,D6nde tehas metido? - repetia una y otra vez.No me salta ni un trino del pico.Las Iagrimas me ahogaban.Pasados los primeros abrazos fue aavisar a mis hermanos. Aguarde impa-ciente su llegada. Cuando me vieron,

    formamos un pio-pio y un jolgorioque acudieron los vecinos aver 10 quepasaba.

    - [Ha vue1to Lilf [Ha vuelto Lilf-piaban.La noticia corri6 de rama en rama,

    de nido en nido. Todos acudieron a90

    darme la bienvenida. A pesar del frio,tuvimos que salir a las ramas porque nocabiamos en casa. Me ernocione a1comprobar c6mo me querian.

    -i,D6nde has estado? i,Que hashecho todo este tiempo? -se atropella-ban las preguntas.Pasado un buen rata, la cosa se fuecalmando y pude contar mi aventura.

    - iPobrecillo I - decian -. Y noso-tros queriendo echar al pajaro asesino.- Ha side culpa mia por ser tanvanidoso.- Hijo mio - coment6 mi mamadel ante de todos -, te 10 dije muchasveces, piensa en ser un buen pajaro. Lodemas no tiene importancia.Mis hermanos estaban ansiosos porenseiiarme su nueva vivienda. Los ami-gas se fueron retirando cada uno can sucomentario.Como te puedes imaginar, fui elpajaro mas conocido y famoso dellugar. Eso me gustaba. En nuestro nido

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    pasamos muchos dfas de charlas y

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    comentarios de todo 1 0 que habia vistoy vivido. Poco a poco, todo volvi6 a lanormalidad.

    No olvidare la lecci6n en los diasque me queden de vida, aunque mesigue gustando la aventura. Pronto tarn-bien yo sere papa y contare a rnis hijostodo 1 0 que ocurri6 y que estuvo apunta de costarme la vida.

    Si quieres seguir conociendo algo mas de fa vidade Lili, puedes leer El ptijaro Lili y sus amigos.

    Veras que se ha hecho un poquito mayor .No es tan atolondrado, pero le siguen pasando

    cosas sorprendentes.

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    INDICE

    1. Quien soy .2. Aprendiendo a volar .3. El pajaro protector .4. La trampa .5. La cueva .6. E1 cambia .7. El regreso .8. E1 encuentro .9. La asarnblea .

    10. Par fin .