El Pais Cultura Savater: Spinoza y Seneca

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EL PAÍS, martes 2 de septiembre de 2008 vida & artes 33 cultura Sin duda hoy la filosofía no es la chica más guapa de la clase ni tampoco la más popu- lar. Pierde horas en los planes de estudio y para colmo se la empareja en algunos cur- sos con Ciudadanía, lo cual es el mejor modo de fastidiar por igual ambas mate- rias. Yo creo que uno de los problemas principales del estudio de la filosofía es lograr entender de qué va o, mejor, coger- le la gracia: como los chistes. No es tan fácil. Isaiah Berlin empezó su vida acadé- mica como filósofo (era uno de los discípu- los predilectos de Wittgenstein) pero lue- go dejó este primer amor para dedicarse a la historia de las ideas; cuando se le pre- guntó por las razones de tal cambio, repu- so: “Es que quiero estudiar algo de lo que al final pueda saber más que al principio”. En efecto, la filosofía trata de cuestiones no instrumentales —como las que se plan- tea la ciencia— y que por tanto nunca pue- den ser definitivamente solventadas: sus respuestas ayudan a convivir con las pre- guntas, pero nunca las cancelan. De ahí que quienes aconsejan con impaciencia a los filósofos acogerse a la psicología evolu- tiva o a las neurociencias sencillamente no entienden el chiste ni ven la gracia al asun- to. Como bien indica Giacomo Marramao en Kairós (editorial Gedisa), “las interroga- ciones filosóficas se sirven de la experien- cia y no del experimento, y por ello sólo pueden utilizarse en los símbolos, metáfo- ras, palabras clave con las cuales intenta- mos conocer la realidad en que vivimos”. Quizá la mejor caracterización de la inquietud filosófica es señalar que se ocu- pa de “las interrogaciones que a todos nos conciernen”, no en cuanto preocupados por tal o cual sector del conocimiento, sino en lo que toca a nuestro común oficio de vivir como humanos. Éste es el plantea- miento básico sustentado por Víctor Gó- mez Pin en su Filosofía (Gran Austral, edi- torial Espasa Calpe), una introducción ge- neral a la materia que puede resultar ar- dua para quien apetezca simplificaciones de manual pero que resulta provechosa a cuantos crean que lo importante siempre resulta también exigente. Gómez Pin no rehúye partir de los avances de la mate- mática y otras ciencias, pero busca sin cesar establecer ese nivel común a la in- quietud humana general que es propia- mente filosófico. Porque no debe olvidar- se —como bien dice Odo Marquard— que el filósofo no es un experto, sino quien dobla al experto: el especialista para esce- nas de peligro. Otro camino de acercarse al chiste filo- sófico pasa a través de la vida y obra de algunos grandes pensadores. Las edicio- nes Marbot, que han iniciado reciente- mente con acierto y buen gusto su anda- dura, proponen dos libros excelentes a tal propósito. Cada uno de ellos está centra- do en un filósofo, desde enfoques muy distintos aunque ambos bien logrados. El Séneca, de Paul Veyne, historiador del mundo clásico que estuvo muy vinculado intelectualmente a Michel Foucault, es un estudio magistral de la vida, obra y época del pensador nacido en la Córdoba primitiva. Nos narra la trayectoria huma- nísima y por tanto a veces contradictoria de un indagador preocupado con esa gran molestia intelectual y práctica: la dificul- tad de habitar el mundo sabiéndose mor- tal. En los días de Séneca, ser filósofo no era escribir tratados de filosofía ni mucho menos dar cursos de esa materia, sino vivir de un modo determinado: con delibe- ración y conciencia, luchando contra la rutina mimética que todo lo arrastra y nada se pregunta. Por otra parte, el Spino- za, de Alain, prescinde de la parafernalia historicista y de la mirada externa de co- mentador: resume en un inigualable pron- tuario lo esencial del pensamiento del va- liente sabio judío como si fuera él mismo quien hablase sin intermediarios ni dis- tancia académica. Durante muchos años, el libro de Alain ha constituido la base de gran parte de mis cursos y también —ayer como hoy— del pensamiento que me ayu- da a vivir. Por suerte, la filosofía es una tradición de la que no debemos renunciar a nada: pero si debo quedarme con un solo compañero filosófico, que me dejen con Spinoza. La filosofía nace con la democracia y representa en el terreno intelectual lo mismo que ella en el político: la autono- mía del individuo pensante frente a las veneraciones inapelables establecidas. Quienes por razones espuriamente funcio- nales tratan de disminuir hoy su peso en la enseñanza, pretenden sin duda tam- bién la sumisión al poder incuestionado y no la mera eficacia laboral. bolso, su pistola Colt Cobra 38 y un trozo de papel donde se leía “Victoria o muerte. ELN”. Así se convirtió en la mujer más busca- da de Latinoamérica. “Mi padre la botó de la estan- cia porque quería convertirla en campo de entrenamiento para guerrilleros. Nunca más la vimos. Escribía una vez al año a toda la familia diciendo que no nos pre- ocupásemos, que estaba bien”, re- cuerda Beatriz. Cuatro años des- pués la mataron los militares en un tiroteo en las calles de La Paz. “Más de 34 años después de su muerte todavía no nos han de- vuelto su cadáver”. Para entonces, Ertl hacía años que había dejado de filmar, desi- lusionado por una mala experien- cia. Mientras transportaba en su tractor los rollos de su última pelí- cula, el puente que cruzaba se de- rrumbó y perdió todo. Por si fue- ra poco, fue demandado por la productora alemana que le con- trató. Regaló todas sus cámaras y se dedicó a mantener su ganado. Hasta comienzos de los años noventa, cuando recibió durante una recepción con la reina Sofía una cámara. “Mi padre estaba muy contento con el regalo, pero se lo dio a mi hija Saskia”. Ertl pasó los últimos años de su vida prácticamente solo, aislado del mundo. Falleció en 2000, a la edad de 92 años, en su granja de La Dolorida, convertida ahora en pequeño museo. Nunca quiso vol- ver a Alemania pero pidió a su otra hija, Heidi, que le enviara una bolsa con tierra alemana pa- ra esparcirla sobre su tumba. Fue lo último que le rogó antes de que la relación entre ambos se rom- piera, sólo 10 días antes de su muerte. Hoy yace enterrado en un pequeño montículo en una es- quina de su antigua estancia. Ves- tido con el viejo uniforme militar alemán color verde oliva que lle- vó puesto hasta sus últimos días. Palpando la angustia del cronis- ta ante la nada, observando la desbandada o la resignación de los que están aquí con la inútil misión de conseguir entrevis- tas con directores, actores y ac- trices famosos o relevantes que interesen mínimamente a los periódicos, radios y televisiones para los que trabajan, viendo la frustración de los que tienen la misión de hablar del ambiente y las anécdotas de un festival de cine y que aquí se rompen los nervios al constatar que no hay nada que merezca la pena de ser contado, me resulta dema- siado sarcástico el ampuloso le- ma que encabeza las proyeccio- nes. Se autodefine como Mues- tra Internacional del Arte Cine- matográfico. Ya resulta mos- queante que el hecho de filmar con una cámara tenga siempre la enfática pretensión o la arro- gante certidumbre de que está creando arte. Pero en cualquier caso, ante lo que estoy viendo y escuchando en la sala oscura, me pregunto que dónde diablos está ese supuesto arte. O que la idea de estos autores y los orga- nizadores que han selecciona- do sus películas sobre las esen- cias del arte cinematográfico no tiene nada que ver con la mía. Me conformaría con que me donaran un poco de entrete- nimiento, pero no hay manera. La jornada de ayer no ha si- do de las peores pero tampoco ha ofrecido nada perturbador o memorable, aunque hayan apa- recido algunos bieneducados o piadosos aplausos al final de las proyecciones. El director iraní Amir Nadei utiliza los recursos del cine in- dependiente en Las Vegas: basa- da en una historia verdadera pa- ra contar el desarrollo de una obsesión y sus trágicos resulta- dos. Rodada en vídeo, con acto- res no profesionales, con moro- sidad, estirando algo que se po- día haber contado en la mitad de tiempo. Habla de una familia que ha conseguido montar una casa con jardín en un desértico suburbio de Las Vegas, anti- guos jugadores que han logra- do controlar su ludopatía y mantener una existencia tran- quila. Se volverán locos con la idea que les ha vendido un cruel buscavidas de que debajo de esa casa está enterrado el botín de un millón de dólares de un atraco al banco. La codi- cia y la desesperación que en- gendrará harán que la familia feliz acabe levantando el suelo y destruyendo esa casa en la que habían depositado su esta- bilidad para buscar un tesoro inexistente, que pierdan el te- cho que les daba cobijo y que su existencia se rompa. La historia es original pero yo acabo un po- co harto de ver cómo se acumu- lan los escombros y del exte- nuante enloquecimiento de esos desgraciados personajes. No está claro si el director turco Semit Kaplanoglu preten- de en Sut hacer un canto a la vida pastoril o un tratado psico- lógico sobre las relaciones ma- terno-filiales, retratando la plá- cida vida de una madre lechera y su adolescente y lírico hijo hasta que la primera se echa un novio y el segundo se siente abandonado. La sufro a las nue- ve de la mañana, pero aunque me acabe de levantar de la ca- ma no puedo impedir la apari- ción de los bostezos ante esta nadería con ínfulas poéticas. El tema de La tierra de los hombres rojos, dirigida por el chileno Marco Bechis, retrata la rebelión de una tribu de indios amazónicos que son explotados como atracción turística y ma- no de obra barata en la reserva en la que han sido confinados, decidiendo regresar a las selvas de sus antepasados y sobrevivir practicando los ancestrales ri- tuales y costumbres de su raza. Pero el cabrón del hombre blan- co, como siempre tampoco les permitirá morir en paz. Es cine bienintencionado y militante, protagonizado por auténticos indígenas que no interpretan si- no que son ellos mismos, presu- mible ganador de premios en es- ta desértica Mostra, pero que tampoco invita a lanzar cohe- tes. Que esté realizado con me- dios ínfimos, voluntad reivindi- cativa y honradez puede desper- tar simpatía pero no garantiza fuerza expresiva ni gran cine. FERNANDO SAVATER Autenticidad, carencias y levedad El festival proyecta tres muestras irregulares del cine más independiente Fotogalería Imágenes de la vida de Hans Ertl, fotógrafo del nazismo. + .com 65ª Mostra de Venecia DESPIERTA Y LEE A favor de la filosofía Representa la autonomía del individuo frente a veneraciones establecidas NATALIE PORTMAN, DIRECTORA. La actriz asistió ayer a la proyección, en la sección oficial de cortometrajes, de su estreno como directora, Eye, una comedia romántica sobre dos viudos que protagonizan Ben Gazzara y Lauren Bacall. / afp CARLOS BOYERO

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El Pais Cultura Savater: Spinoza y Seneca

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EL PAÍS, martes 2 de septiembre de 2008 vida & artes 33

cultura

Sin duda hoy la filosofía no es la chica másguapa de la clase ni tampoco la más popu-lar. Pierde horas en los planes de estudio ypara colmo se la empareja en algunos cur-sos con Ciudadanía, lo cual es el mejormodo de fastidiar por igual ambas mate-rias. Yo creo que uno de los problemasprincipales del estudio de la filosofía eslograr entender de qué va o, mejor, coger-le la gracia: como los chistes. No es tanfácil. Isaiah Berlin empezó su vida acadé-mica como filósofo (era uno de los discípu-los predilectos de Wittgenstein) pero lue-go dejó este primer amor para dedicarse ala historia de las ideas; cuando se le pre-guntó por las razones de tal cambio, repu-so: “Es que quiero estudiar algo de lo queal final pueda saber más que al principio”.En efecto, la filosofía trata de cuestiones

no instrumentales —como las que se plan-tea la ciencia— y que por tanto nunca pue-den ser definitivamente solventadas: susrespuestas ayudan a convivir con las pre-guntas, pero nunca las cancelan. De ahíque quienes aconsejan con impaciencia alos filósofos acogerse a la psicología evolu-tiva o a las neurociencias sencillamente noentienden el chiste ni ven la gracia al asun-to. Como bien indica Giacomo Marramaoen Kairós (editorial Gedisa), “las interroga-ciones filosóficas se sirven de la experien-cia y no del experimento, y por ello sólopueden utilizarse en los símbolos, metáfo-ras, palabras clave con las cuales intenta-mos conocer la realidad en que vivimos”.

Quizá la mejor caracterización de lainquietud filosófica es señalar que se ocu-pa de “las interrogaciones que a todos nosconciernen”, no en cuanto preocupadospor tal o cual sector del conocimiento,sino en lo que toca a nuestro común oficiode vivir como humanos. Éste es el plantea-miento básico sustentado por Víctor Gó-mez Pin en su Filosofía (Gran Austral, edi-torial Espasa Calpe), una introducción ge-neral a la materia que puede resultar ar-dua para quien apetezca simplificacionesde manual pero que resulta provechosa acuantos crean que lo importante siempreresulta también exigente. Gómez Pin norehúye partir de los avances de la mate-mática y otras ciencias, pero busca sin

cesar establecer ese nivel común a la in-quietud humana general que es propia-mente filosófico. Porque no debe olvidar-se —como bien dice Odo Marquard— queel filósofo no es un experto, sino quiendobla al experto: el especialista para esce-nas de peligro.

Otro camino de acercarse al chiste filo-sófico pasa a través de la vida y obra dealgunos grandes pensadores. Las edicio-nes Marbot, que han iniciado reciente-mente con acierto y buen gusto su anda-dura, proponen dos libros excelentes a talpropósito. Cada uno de ellos está centra-do en un filósofo, desde enfoques muydistintos aunque ambos bien logrados. ElSéneca, de Paul Veyne, historiador delmundo clásico que estuvo muy vinculadointelectualmente a Michel Foucault, esun estudio magistral de la vida, obra yépoca del pensador nacido en la Córdobaprimitiva. Nos narra la trayectoria huma-nísima y por tanto a veces contradictoriade un indagador preocupado con esa granmolestia intelectual y práctica: la dificul-

tad de habitar el mundo sabiéndose mor-tal. En los días de Séneca, ser filósofo noera escribir tratados de filosofía ni muchomenos dar cursos de esa materia, sinovivir de un modo determinado: con delibe-ración y conciencia, luchando contra larutina mimética que todo lo arrastra ynada se pregunta. Por otra parte, el Spino-za, de Alain, prescinde de la parafernaliahistoricista y de la mirada externa de co-mentador: resume en un inigualable pron-tuario lo esencial del pensamiento del va-liente sabio judío como si fuera él mismoquien hablase sin intermediarios ni dis-tancia académica. Durante muchos años,el libro de Alain ha constituido la base degran parte de mis cursos y también —ayercomo hoy— del pensamiento que me ayu-da a vivir. Por suerte, la filosofía es unatradición de la que no debemos renunciara nada: pero si debo quedarme con unsolo compañero filosófico, que me dejencon Spinoza.

La filosofía nace con la democracia yrepresenta en el terreno intelectual lomismo que ella en el político: la autono-mía del individuo pensante frente a lasveneraciones inapelables establecidas.Quienes por razones espuriamente funcio-nales tratan de disminuir hoy su peso enla enseñanza, pretenden sin duda tam-bién la sumisión al poder incuestionado yno la mera eficacia laboral.

En el humilde barrio de casas ba-jas de Cupini, al sur de La Paz(Bolivia), en una construcción detecho negro y estilo alemán se ate-sora un tesoro nazi. En una cajade zapatos. Un puñado de fotogra-fías inéditas del rodaje de Olym-pia, obra maestra sobre los Jue-gos Olímpicos de Berlín de 1936,e imágenes sepultadas por la me-moria de la campaña de Rommeldurante la Segunda Guerra Mun-dial se apilan junto a recuerdosde una asombrosa y novelesca vi-da. Pertenecen (los recuerdos y lavida) a Hans Ertl, fotógrafo de losnazis, camarógrafo y amante dela cineasta Leni Riefenstahl.

La guardiana del tesoro es suhija Beatriz, de 63 años. Muestracon mimo a un apuesto y sonrien-te Ertl en la época de Olympia, lagran obra de Riefenstahl. Tras lacámara, sumergido en el agua, co-locando un ingenio en un bote deremo, filmando a un nadador jus-to antes de lanzarse a la piscina...

Las imágenes ofrecen pistasúnicas sobre la filmación de unade las películas de deporte másfamosas de la historia, clave ade-más en la estrategia nazi de mos-trar al mundo el resurgimientoalemán. De un modo muy simi-lar, no puede evitar pensar el quelas contempla, al de los Juegos dePekín 2008.

“Por supuesto que Leni fue elgran amor de su vida, mi padrelo contó hasta sus últimos días”,explica Beatriz, fruto del matri-monio de Ertl con una secreta-ria a la que conoció precisamen-te en aquellos Juegos Olímpicosde 1936. Tuvieron cuatro hijas.“Mantuvimos contacto con ellahasta que falleció, en 2003”.

Beatriz habla con orgullo decómo su padre fue el primero encolocar cámaras en los esquís delos saltadores en los Juegos deGarmisch-Partenkirchen o de supapel como fotógrafo oficial delmariscal de campo Erwin Rom-mel, el Zorro del Desierto, en lacampaña del norte de África. “Mipadre conocía bien a Hitler desdelos Juegos, pero consideraba aRommel su verdadero jefe, sentíaverdadera adoración por él”, seña-la Beatriz, quien sobrevive gra-cias a una pequeña pensión delGobierno alemán. Rommel con-decoró a Ertl con la Cruz de Hie-rro por su pericia al inventar cá-maras sumergibles y capaces detomar fotos desde el aire.

Pese a tan estrechas relacio-nes con los nazis, Ertl mantuvohasta su muerte que su conexióncon el partido era únicamente através del trabajo. Al terminar laSegunda Guerra Mundial, losaliados arrestaron brevemente aErtl y a los pocos años decidióabandonar Alemania porque te-nía problemas para conseguirtrabajo. Emigró con su familia aChile y en 1953 hizo la travesíade Brasil a Bolivia subido a unantiguo camión militar, y si-guiendo los pasos de nazis famo-

sos como Klaus Barbie, sanguina-rio miembro clave de la Gestapoen Francia y vinculado al narco-tráfico y al golpismo en el exilioboliviano. Muchos recuerdanaún hoy cómo se sentaba plácida-mente en las cafeterías de La Paz

tomando café rodeado de guarda-espaldas.

Un día, a Ertl le dejó tirado uncamión en San Ignacio de Velas-co, a unos 500 kilómetros al su-reste de La Paz. En la localidadvecina de Concepción, mientrasesperaba que fuese reparado, Er-tl vio una estancia en mitad de laselva llamada La Dolorida, en ple-na Chiquitanía. Estaba en venta.La compró y construyó una casadonde vivió el resto de su vida.

“Cuando llegamos, el pasto te-nía dos metros de alto. Había víbo-ras y tarántulas en todos lados.

Vivía con 15 perros y muchísimosgatos, engordaba el ganado conmarihuana”, explica Beatriz conuna sonrisa. Ertl fotografió las mi-siones jesuitas de la zona y tomólas últimas imágenes conocidasde los indios sirionó, extinguidos.

En sus viajes iba acompañadosiempre de su hija predilecta, Mo-nika. “Con nosotras nunca fuerealmente un padre, era muy in-justo y nunca escuchaba, sólo laquería a ella. Mi abuela jamás lemostró cariño: mi padre fue elproducto de una violación, nos en-teramos de esto mucho más tar-

de y eso le marcó para siempre”,continúa Beatriz. Irónicamente,Monika se unió a la guerrilla iz-quierdista del Ejército de Libera-ción Nacional (ELN) en 1969 trasfracasar en su matrimonio. Dosaños después, haciéndose pasarpor una joven australiana quequería conseguir un visado paraun grupo de música folclórico,asesinó a quemarropa a TotoQuintanilla, cónsul boliviano enHamburgo y uno de los responsa-bles de torturar y cortar la manodel Che en Sierra Madre. En suhuida, dejó atrás una peluca, su

bolso, su pistola Colt Cobra 38 yun trozo de papel donde se leía“Victoria o muerte. ELN”. Así seconvirtió en la mujer más busca-da de Latinoamérica.

“Mi padre la botó de la estan-cia porque quería convertirla encampo de entrenamiento paraguerrilleros. Nunca más la vimos.Escribía una vez al año a toda lafamilia diciendo que no nos pre-ocupásemos, que estaba bien”, re-cuerda Beatriz. Cuatro años des-pués la mataron los militares enun tiroteo en las calles de La Paz.“Más de 34 años después de sumuerte todavía no nos han de-vuelto su cadáver”.

Para entonces, Ertl hacía añosque había dejado de filmar, desi-lusionado por una mala experien-cia. Mientras transportaba en sutractor los rollos de su última pelí-cula, el puente que cruzaba se de-rrumbó y perdió todo. Por si fue-ra poco, fue demandado por laproductora alemana que le con-trató. Regaló todas sus cámaras yse dedicó a mantener su ganado.

Hasta comienzos de los añosnoventa, cuando recibió duranteuna recepción con la reina Sofíauna cámara. “Mi padre estabamuy contento con el regalo, perose lo dio a mi hija Saskia”. Ertlpasó los últimos años de su vidaprácticamente solo, aislado delmundo. Falleció en 2000, a laedad de 92 años, en su granja deLa Dolorida, convertida ahora enpequeño museo. Nunca quiso vol-ver a Alemania pero pidió a suotra hija, Heidi, que le enviarauna bolsa con tierra alemana pa-ra esparcirla sobre su tumba. Fuelo último que le rogó antes de quela relación entre ambos se rom-piera, sólo 10 días antes de sumuerte. Hoy yace enterrado enun pequeño montículo en una es-quina de su antigua estancia. Ves-tido con el viejo uniforme militaralemán color verde oliva que lle-vó puesto hasta sus últimos días.

Palpando la angustia del cronis-ta ante la nada, observando ladesbandada o la resignación delos que están aquí con la inútilmisión de conseguir entrevis-tas con directores, actores y ac-trices famosos o relevantes queinteresen mínimamente a losperiódicos, radios y televisionespara los que trabajan, viendo lafrustración de los que tienen lamisión de hablar del ambientey las anécdotas de un festival decine y que aquí se rompen losnervios al constatar que no haynada que merezca la pena deser contado, me resulta dema-siado sarcástico el ampuloso le-ma que encabeza las proyeccio-nes. Se autodefine como Mues-tra Internacional del Arte Cine-matográfico. Ya resulta mos-queante que el hecho de filmarcon una cámara tenga siemprela enfática pretensión o la arro-gante certidumbre de que estácreando arte. Pero en cualquiercaso, ante lo que estoy viendo yescuchando en la sala oscura,me pregunto que dónde diablosestá ese supuesto arte. O que laidea de estos autores y los orga-nizadores que han selecciona-do sus películas sobre las esen-cias del arte cinematográficono tiene nada que ver con lamía. Me conformaría con queme donaran un poco de entrete-nimiento, pero no hay manera.

La jornada de ayer no ha si-do de las peores pero tampocoha ofrecido nada perturbador omemorable, aunque hayan apa-recido algunos bieneducados opiadosos aplausos al final de lasproyecciones.

El director iraní Amir Nadeiutiliza los recursos del cine in-dependiente en Las Vegas: basa-da en una historia verdadera pa-ra contar el desarrollo de una

obsesión y sus trágicos resulta-dos. Rodada en vídeo, con acto-res no profesionales, con moro-sidad, estirando algo que se po-día haber contado en la mitadde tiempo. Habla de una familiaque ha conseguido montar unacasa con jardín en un desérticosuburbio de Las Vegas, anti-guos jugadores que han logra-do controlar su ludopatía y

mantener una existencia tran-quila. Se volverán locos con laidea que les ha vendido uncruel buscavidas de que debajode esa casa está enterrado elbotín de un millón de dólaresde un atraco al banco. La codi-cia y la desesperación que en-gendrará harán que la familiafeliz acabe levantando el sueloy destruyendo esa casa en la

que habían depositado su esta-bilidad para buscar un tesoroinexistente, que pierdan el te-cho que les daba cobijo y que suexistencia se rompa. La historiaes original pero yo acabo un po-co harto de ver cómo se acumu-lan los escombros y del exte-nuante enloquecimiento deesos desgraciados personajes.

No está claro si el directorturco Semit Kaplanoglu preten-de en Sut hacer un canto a lavida pastoril o un tratado psico-lógico sobre las relaciones ma-terno-filiales, retratando la plá-cida vida de una madre lecheray su adolescente y lírico hijohasta que la primera se echa unnovio y el segundo se sienteabandonado. La sufro a las nue-ve de la mañana, pero aunqueme acabe de levantar de la ca-ma no puedo impedir la apari-ción de los bostezos ante estanadería con ínfulas poéticas.

El tema de La tierra de loshombres rojos, dirigida por elchileno Marco Bechis, retrata larebelión de una tribu de indiosamazónicos que son explotadoscomo atracción turística y ma-no de obra barata en la reservaen la que han sido confinados,decidiendo regresar a las selvasde sus antepasados y sobrevivirpracticando los ancestrales ri-tuales y costumbres de su raza.Pero el cabrón del hombre blan-co, como siempre tampoco lespermitirá morir en paz. Es cinebienintencionado y militante,protagonizado por auténticosindígenas que no interpretan si-no que son ellos mismos, presu-mible ganador de premios en es-ta desértica Mostra, pero quetampoco invita a lanzar cohe-tes. Que esté realizado con me-dios ínfimos, voluntad reivindi-cativa y honradez puede desper-tar simpatía pero no garantizafuerza expresiva ni gran cine.

FERNANDOSAVATER

Autenticidad, carencias y levedadEl festival proyecta tres muestras irregulares del cine más independiente

Fotógrafo de Hitler, amante de LeniA Imágenes inéditas de Hans Ertl, operador de Riefenstahl, del rodaje de ‘Olympia’A Su hija custodia en Bolivia la memoria de un aventurero marcado por el nazismo

Ertl conduce un Jeep en la campaña del norte de África del mariscal Rommel. A la derecha, el fotógrafo, en Bolivia, poco antes de morir en 2000.

E FotogaleríaImágenes de la vida de HansErtl, fotógrafo del nazismo.

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65ª Mostra de Venecia

DESPIERTA Y LEE

A favorde la filosofía

Representa la autonomíadel individuo frente aveneraciones establecidas

Fue retratista oficialde la campañadel norte de Áfricade Rommel

NATALIE PORTMAN, DIRECTORA. La actriz asistió ayer a la proyección, en lasección oficial de cortometrajes, de su estreno como directora, Eye, una comediaromántica sobre dos viudos que protagonizan Ben Gazzara y Lauren Bacall. / afp

Hans Ertl, tras la cámara, en un momento del rodaje de Olympia, filme de Leni Riefenstahl sobre los Juegos Olímpicos de Berlín en 1936.

CARLOS BOYERO

ALFONSO DANIELSLa Paz

16 EL PAÍS, martes 2 de septiembre de 2008

ESPAÑA

E Desplazamientos. 84millones, un 4,4% menosque en 2007.

E Accidentes mortales.391 accidentes, 73 menosque el año pasado.

E Fallecidos. 450 víctimasmortales, 89 menos que en2007. En julio hubo 232, 38menos que en el mismo mesdel año pasado, y en agosto,218, 51 menos que en 2007.

E Motos. Hubo 70motoristas fallecidos, frentea los 100 de 2007.

E Causas. La salida de víaes el accidente mayoritario,con la mitad de víctimas. Losatropellos mortales (20) sehan reducido casi la mitadcon respecto a 2007 y un70% desde 2003.

Datos del verano

Las seis cámaras con forma deojo de pez que el Ayuntamientode Torremolinos (Málaga,60.010 habitantes) instaló enabril de 2006 para controlar eltráfico en el centro de la locali-dad vulneran la Ley Orgánicade Protección de Datos de Ca-rácter Personal. El pasado 13 deagosto la Agencia Española deProtección de Datos (AEPD)emitió un informe en el que se-ñala dos infracciones graves yuna leve en el sistema de vi-deovigilancia del municipio, go-bernado por el PP.

Los inspectores de la AEPDacudieron a la ciudad a raíz deuna denuncia formulada en di-ciembre de 2006 por el porta-

voz municipal del PSOE, JuanOrtuño. Cuatro de las seis cá-maras, que controla la PolicíaLocal, tienen un campo de vi-sión de 360 grados, lo que per-mite grabar no sólo la calzadasino las ventanas de los edifi-cios adyacentes y a los viandan-tes, cuyos rostros son “perfecta-mente identificables”. Una delas grabaciones visionadas porlos inspectores pertenece “a lapuerta de acceso de un estable-cimiento”.

Sin embargo, las infraccio-nes detectadas por la AEPD tie-nen que ver con el hecho deque el ayuntamiento no prote-ge el acceso al fichero de imáge-nes grabadas y no avisa a losciudadanos de que están siendograbados.

Las cámaras callejerasde Torremolinosincumplen la ley

Las carreteras españolas esta-ban plagadas de Seat 600 el últi-mo verano con menos de 450muertos en accidentes de tráfi-co. Ése es justamente el númerode fallecidos durante los pasadosmeses de julio y agosto, la menorcifra en 44 años. Hay una grandiferencia: el verano de 1964,cuando perdieron la vida 445personas, había en circulacióndos millones de vehículos; hoy,30 millones.

Son los datos que presentóayer el ministro del Interior, Al-fredo Pérez Rubalcaba, en el ba-lance de la Operación Verano2008 de tráfico: “Tenemos 450muertes; ése nunca puede ser unbuen dato, pero son 89 menosque en 2007. La tendencia va cla-ramente a la baja en los últimoscinco años. Para que se vea másgráficamente: nos estamos aho-rrando seis tragedias al día, si locomparamos con los datos de2003”.

Todas las cifras son mejoresque el año pasado. El descenso seprodujo tanto en julio (un 14%)como en agosto (un 19%). Hubouna bajada de los fallecidos inclu-so en los vehículos de dos rue-das, que eran la gran asignaturapendiente de la Dirección Gene-ral de Tráfico. 70 motoristas per-dieron la vida este verano, un30% menos que en 2007. Se vuel-ve así a niveles de 2006, pero si-guen siendo más que los añosprecedentes. Precisamente ayerentró en vigor un endurecimien-to de las exigencias para obtenerel permiso para motocicletas demás de 125 centímetros cúbicos.

Los accidentes descendieronen todos los tramos horarios. Lanoche ya no es el tramo de másmuerte. Acumula una bajada de

la siniestralidad mortal de un63% desde 2003, algo que tieneespecial importancia para Rubal-caba, porque a esas horas suelenproducirse accidentes “relaciona-dos con el alcohol y la velocidad”.“Esto nos muestra que nuestromensaje está llegando”, senten-ció el ministro.

Eso sí, también hubo este ve-rano un 4,4% menos desplaza-mientos que en 2007, un total de84 millones. La disminución seconcentra en los días laborables,ya que durante los fines de sema-na se mantuvieron estables, se-gún la DGT. Este dato no se pue-de relacionar muy directamentecon el descenso de la siniestrali-dad, puesto que se refiere a des-plazamientos de más de 100 kiló-

metros en carreteras nacionales,que no es el lugar más frecuentede los accidentes mortales. Rub-alcaba dijo que todavía hay queestudiar el porqué de ese descen-so. El precio del carburante —elgasoil está un 30% más caro queel verano pasado— ha podido in-fluir. Como la crisis: el consumode gasolinas en juno cayó un 10%respecto al mismo mes del añoanterior.

Rubalcaba repitió durante sucomparecencia que la mejora delos datos “la estamos haciendoentre todos”. “Influyen las cam-pañas, las escuelas, los conducto-res”. El ministro señaló que se harebajado “un doble escalón” des-de que entró en vigor el permisode conducir por puntos, en 2006.Primero hubo una caída de 500fallecidos al año y ahora se aña-den otros 300. El nuevo permisode conducir, junto con la remode-lación del Código Penal en cues-tión de delitos de tráfico, ha pro-vocado, según Rubalcaba, que to-das las franjas de edad redujeranla siniestralidad, a excepción delas personas que se encuentranentre los 45 y los 54 años, losmás resistentes “a los cambiosde hábitos”.

El titular de Interior se mos-tró consciente de la dificultadque entraña seguir rebajando es-tas cifras. “Seguimos trabajando,concienciando y creemos que to-davía tenemos margen. Hemosnotado, por ejemplo, un pequeñorepunte entre los fallecidos queno llevaban cinturón de seguri-dad. Pues sabemos que tenemosque trabajar en ello”, explicóRubalcaba.

Muchos de los Seat 600 quecirculaban por las carreteras es-pañolas en 1964, cuando las ci-fras de fallecidos eran similaresa las de este verano, ni siquieratenían cinturón de seguridad.

PABLO LINDEMadrid

FERNANDO J. PÉREZ, Málaga

El número de muertos en lacarretera baja al nivel de 1964Hace 44 años circulaban 15 veces menos vehículos