El Nuevo Rol Del Editor

12
BASTARDA 47 L a lectura de un post titulado «El ascenso de los Agentes Literarios» 1 , que habla del nuevo rol de los editores atribuyéndoselo al «Paradigma Digital», me sirvió de disparador para la siguiente reflexión. No es correcto decir que el cambio del rol tradicional del editor es con- secuencia del Paradigma Digital, menos aun cuando asistimos a la primera crisis del libro electrónico, «a una desaceleración bastante repentina» (Mike Shatzkin) 2 . El cambio comienza con el proceso de concentración iniciado hace más de veinte años, que convirtió a la edición en una línea de negocio más dentro de grandes corporaciones multinacionales, muchas de ellas dedica- das a la comunicación (Bertelsmann, Random House, Planeta, Pearson, Reed Elsevier, PRISA, La Martinière, Holtzbrinck), cuando no a activida- des tan disímiles como la fabricación de misiles y aviones, la banca, la pro- ducción de automóviles o la construcción (Hachette, Vivendi, Mondadori, Macgraw Hill, RCS y otras). Estos grupos tienen propietarios o accionistas —a veces anónimos grupos de inversión—, cuyo único objetivo es obtener beneficios, algo especialmente bien visto en esta época, y que en la práctica cotidiana de las organizaciones se traslada de arriba hacia abajo en todos los niveles de acción. El dinero se in- vierte para ganar más. El nuevo rol del editor, y el futuro del libro y la industria editorial Guillermo Schavelzon Agente literario en Barcelona ———————————— 1. http://ecosdesumer.wordpress.com 2. Mike Shatzkin: todas las citas están tomadas del artículo «A qué estar atentos en 2013», publicado en la revista Texturas 20, y de su blog http://www.idealog.com

description

sobre el papel del editor ante las tecnologías digitales

Transcript of El Nuevo Rol Del Editor

BASTARDA 47La lectura de un post titulado El ascenso de los Agentes Literarios1,que habla del nuevo rol de los editores atribuyndoselo al ParadigmaDigital, me sirvi de disparador para la siguiente reflexin.No es correcto decir que el cambio del rol tradicional del editor es con-secuencia del Paradigma Digital, menos aun cuando asistimos a la primeracrisis del libro electrnico, a una desaceleracin bastante repentina (MikeShatzkin)2.El cambio comienza con el proceso de concentracin iniciado hacems de veinte aos, que convirti a la edicin en una lnea de negocio msdentro de grandes corporaciones multinacionales, muchas de ellas dedica-das a la comunicacin (Bertelsmann, Random House, Planeta, Pearson,Reed Elsevier, PRISA, La Martinire, Holtzbrinck), cuando no a activida-des tan dismiles como la fabricacin de misiles y aviones, la banca, la pro-duccin de automviles o la construccin (Hachette, Vivendi, Mondadori,Macgraw Hill, RCS y otras).Estos grupos tienen propietarios o accionistas a veces annimos gruposde inversin, cuyo nico objetivo es obtener beneficios, algo especialmentebien visto en esta poca, y que en la prctica cotidiana de las organizaciones setraslada de arriba hacia abajo en todos los niveles de accin. El dinero se in-vierte para ganar ms.El nuevo rol del editor,y el futuro del libro y la industria editorialGuillermo SchavelzonAgente literario en Barcelona1. http://ecosdesumer.wordpress.com2. Mike Shatzkin: todas las citas estn tomadas del artculo A qu estar atentos en 2013, publicado enla revista Texturas 20, y de su blog http://www.idealog.com48GUILLERMOSCHAVELZONEsta obviedad en el mundo del capital fue llegando como un bao de aguafra al singular y quizs algo anticuado mundo de la edicin de libros, que enuna etapa preindustrial que dur hasta muy avanzado el siglo XXtena un ideal:ganar dinero desarrollando una funcin educativa, poltica o cultural.Esta posicin provena de una concepcin por la cual la comunicacin yla cultura eran herramientas de transformacin social, ya sea para elevar el nivelde los ciudadanos o para aplacarlos. Los polticos siempre supieron que el lec-torado constituye una parte determinante del electorado (Thierry Discepolo)3.En esa lnea, durante los aos 70 en Espaa muchos bancos adquirierono entraron en el accionariado de prestigiosas editoriales aunque stas per-dieran dinero (Taurus, o Espasa Calpe que lleg a ser 100% del Banco Bilbao,y varias ms). Bancos o empresas que, teniendo el poder del dinero, ambicio-naban el prestigio del mundo editorial, sin duda para acumular ms poder yganar ms dinero an.Todava hay empresarios que mantienen esta idea, y valoran una capa-cidad de influencia que consideran determinante para sus negocios. Solo asse puede explicar que el mexicano Carlos Slim, el segundo hombre ms ricodel mundo, adquiera cada ao otro porcentaje de The New York Times, aun-que el prestigioso diario siga perdiendo dinero. Slim es un inversor a largoplazo declarado (El Pas Negocios, El dilema de Slim, 28 de julio de 2013),a diferencia del actual accionista mayoritario de PRISA, el Liberty Acquisi-tion Holdings, un fondo de inversin que compra para vender en cuanto hayalogrado subir el valor. La mayor SPAC (Special-Purpose Acquisition Company)que existe en la actualidad... busca inversiones con retornos a medio plazo deentre tres y cinco aos en las que no pretende participar de modo activo ensu gestin(Quin es Liberty, el nuevo accionista mayoritario de PRISA?,Invertia.com, 9 de marzo de 2010).La reciente adquisicin del diario Washington Post por Jeff Bezos, el dueode Amazon, anunciada a principios de agosto, podra incluirse en esta mismalnea de accin. Bezos compr el diario por 250 millones de dlares, lo que paral representa menos del 1%de su patrimonio. ... No compr el Washington Post,se compr Washington (Revista , 10 de agosto de 2013). Poco antes, cerrabaun contrato de 600 millones de dlares para proporcionar servicios de nube ala CIA (Emily Bell, El Pas).Otro banquero, Edouard de Rothschild, invirti millones de euros enLiberation, diario de circulacin clandestina cuando lo fund Jean Paul Sartre,hoy el ms izquierdista de Francia. Monsieur Rothschild tambin es desta-cado accionista de Le Monde, smbolo del progresismo europeo.3. Thierry Discepolo, La traicin de los editores, Trama editorial, Madrid, 2013.BASTARDA 49Existe un glamour en el mundo de la edicin, que lo hace tan atractivopara otros sectores. Es este atractivo lo que hace que la posicin que ocupael editor sea ejemplar en muchos sentidos: Los hombres y las mujeres ho-norables que gestionan los sellos editoriales no son vulgares gestores de cos-tes y beneficios. Tambin deben ser capaces de mantener viva la creencia, enun frgil ecosistema de periodistas literarios, de libreros competentes, de bi-bliotecarios abnegados y de lectores, que los libros que editan tienen realmentealgo que ver con el libro (Discpolo).Quizs podramos pensar que este modelo que comienza con el perio-dismo, pueda aplicarse en el futuro a la edicin de libros. Grandes fundacio-nes como la Ford y la Gates han empezado a subvencionar el periodismo, noporque sientan lstima de l, sino porque creen que sigue aportando un be-neficio a la sociedad que no es fcil repetir en otros lugares (Emily Bell, ElPas, 7 de agosto de 2013).Un pasado dorado, un presente insostenible, un futuro desconocido(Emily Bell)De repente todas esas buenas intenciones del siglo XXparecieran haberse aca-bado, por lo menos para los grandes grupos, que representan el 80%de la pro-duccin de libros en todo el mundo y quizs ms del 90% de la cifra denegocios. Los grandes grupos marcan las tendencias del negocio: oferta, dis-tribucin y consumo, es decir lo que se podr leer.La lgica del crecimiento por adquisiciones, va para la concentracin yel crecimiento de finales del siglo XX, no ha cambiado y sigue en su esplen-dor. Las grandes editoriales no parecen encontrar otra forma de crecer queno sea adquirir catlogos completos para sumar la facturacin de dos, conlos gastos de una. Lo que se dice en estos casos, el comunicado de prensahabitual anunciando una fusin en la que nada va a cambiar, es un discursopara bobos, como lo llama Pierre Bourdieu (Contrafuegos 2, Anagrama). Antesera ms habitual quitarle a la competencia los autores que ms vendan, so-brepagndoles, responsabilizando de ello a los agentes literarios, a quienes esaprctica nos aportaba facturacin. Hoy esto no es suficiente: es mejor com-prarlo todo, ya que esos autores, sus contratos y sus compromisos a futurovendrn dentro del paquete todo incluido.Para los empresarios-editores que venden la editorial construida a lolargo de su vida, cuando no de generaciones anteriores, imbuidos de otrosestilos y valores pero imposibilitados por razones financieras o de edad paraenfrentar este nuevo mundo, vender es una decisin dolorosa. Este pro-ceso de duelo, corto o largo pero siempre transitorio, quizs es lo que ex-50GUILLERMOSCHAVELZONplica que quienes venden suelan creer que su rol y futura permanencia den-tro del grupo comprador garantizar la continuidad de su proyecto, cuandonunca es as.Cuando Esther Tusquets vendi Lumen a Random House, acept se-guir dirigindola. Dur pocos aos y se retir, silenciosamente, como la grandama que era. Esther dirigi una editorial que le fue entregada por su padreMagn Tusquets como un acto de amor: no slo se la compr sino que la dejhacer lo que quiso con ella durante dcadas (y lo hizo muy bien), ocupndosel de todos los aspectos financieros y comerciales. Nunca -cuenta Esther ensus memorias- su padre le habl de rentabilidad o de cuestiones de dinero.Random supo mantener a los autores con los que Lumen dio el gran salto ypor los que la compr (Umberco Eco, Quino con Mafalda), y hasta hoy, conalgunas variantes, mantuvo el espritu Lumen en el catlogo. Aquella situa-cin (Esther nunca supo utilizar una calculadora) resultara impensable parauna editora de hoy.Vendo mi editorial declar hace menos tiempo la editora Anne-MarieMetailie al venderla a un gran grupo francs para concentrarme en mis au-tores y no tener que preocuparme de los asuntos de tesorera (Le Monde, 12de agosto de 2009).Acerca del acuerdo de entrada del grupo Feltrinelli en Anagrama, JorgeHerralde declar: Carlo es el heredero y nico propietario de un grupo fami-liar muy fuerte, y estuvo siempre interesado, ms que en comprar Anagrama,en estar en Anagrama. No vino a controlar el sello. Fue un acuerdo amistoso.Me dijo: Aunque tengas solo una accin que quieras vender, yo te la compro,porque me gusta Anagrama tal como es. Por lo tanto, no lleg para cambiarla.(El Mercurio, Chile, 21 de julio de 2013).Durante los ltimos treinta aos, en el mbito de la edicin en castellanose ha escuchadoeste tipode argumentoa Jaime Salinas al vender Alfaguara, Pan-cho del Carril con Emec, Popy Grijalbo con Serres, Andreu Teixidor con Des-tino, Enrique FolchconPaids, y lomismoenlos casos de Crtica, Siruela, Debate,Parramn, Alianza, Taurus, Paids, Seix Barral, Gredos y varios etcteras.Quienes compran como quienes venden lo hacen de buena fe, unospara salir y otros para hacer crecer el negocio, aun sabiendo que no ser tareafcil. Hace veinte aos, escuch a Jos Manuel Lara decir: En Planeta somosgeniales, en cuanto compramos una editorial por lo que publica y por cmolo hace, la planetizamos tan rpido que luego necesitamos aos y muchsimodinero para reflotarla otra vez.Al vender el Washington Post al dueo de Amazon, la familia Graham,propietaria durante los ltimos 80 aos, comunic al personal que todas lasoperaciones del diario seguirn como hasta ahora, sin ningn tipo de inte-BASTARDA 51rrupcin, asegurando la continuidad de los directivos en sus cargos. En laprctica se verifica que estas declaraciones son solo una frmula de ocasin,y resulta que cuando el comprador pone en evidencia su objetivo, se le im-pugna su transparencia: Me ha sorprendido un poco la falta de imaginacinmostrada por el komentariat sobre la fusin de Penguin y RandomHouse [2013].Parece que se ve solo en trminos de su potencial para reducir costes...(Mike Shatzkin).A ganar dineroEn la prctica los accionistas, a travs de la junta de gobierno y sta va losgestores del negocio, que casi siempre provienen del rea econmico-finan-ciera, trasladan con absoluta claridad a sus equipos el objetivo fundamental:rentabilidad. Muchas veces, una rentabilidad que el negocio del libro difcil-mente puede obtener.Dentro de las grandes editoriales integradas en corporaciones, o en lasgrandes independientes, a veces hay excepciones, pero el entorno interna-cional recesin, restriccin del acceso al crdito, crisis de la cadena comer-cial hace que cada vez sea ms difcil seguir as.Los editores (y las editoras, claro) tienen que trabajar en funcin de larentabilidad, que es lo que se les exige y por lo que se les paga. Los que tie-nen capacidad de decisin suelen tener su remuneracin vinculada a los re-sultados econmicos logrados, nunca a los valores literarios descubiertos, oa la originalidad o a la buena crtica de los libros publicados. Esto que en elmundo literario todava suena mal, es algo obvio en el mundo de los nego-cios, donde nadie entendera otro criterio que no fuera la rentabilidad paraposeer o dirigir una empresa. La rentabilidad es la sostenibilidad de una em-presa. Se lo escuch decir de una manera ms elegante a Jess Polanco,fundador de Santillana y El Pas, hace muchos aos en Toledo: Solo la ren-tabilidad garantiza independencia.Los norteamericanos lo dicen muy claro: El editor que contrata xi-tos de venta que la cultura de elite desdea, es un editor exitoso. El editorcuyas contrataciones pierden dinero, pero son universalmente apreciadaspor los crticos y la elite intelectual, es un editor fracasado, al que le ser di-fcil mantener su empleo (Jeff Herman, A writers Guide to Book Editors,Publishers and Literary Agents).Sorprende la velocidad con que avanza en todo el mundo la gestina la norteamericana, marcada por la sobreproduccin en detrimento de lacalidad y de la innovacin, y por la toma de poder de los comerciales en52GUILLERMOSCHAVELZONlos grupos. Por eso se equivocan quienes ven a la sobreproduccin comouna desviacin, cuando en realidad es una estrategia.La necesidad perentoria de rentabilidad se transmite dentro de las em-presas desde todos los estamentos, y esto ha hecho modificar el eje de la de-cisin de contratacin (lo que se publica), reducindose los equipos editorialesal mismo tiempo que crecen los equipos comerciales y de marketing. Nosolo en tamao, sino en poder de decisin. Es en estas reas donde hoy setoman las decisiones acerca de lo que se publica. No existen ms aquellos fa-mosos comits editoriales como el de la Gallimard de antes, en cuyas reu-niones los comerciales no podan entrar.Contaba Jaime Salinas que en su Alfaguara de los aos 70, las decisio-nes las tomaba un comit editorial integrado por l, Juan Benet, Garca Hor-telano, Luis Goytisolo, Carmen Martn Gaite y Javier Maras, reunidos unavez al mes frente a una enorme paella en la planta baja de Torresblancas, a laentrada de Madrid. No se hablaba de otros criterios que los literarios, y no seconsultaba a comerciales ni a distribuidores.La decisin editorial hoySe comienza a llamar a esto el nuevo marketing, herramienta que pudo desarro-llarse gracias a la informacin proveniente del mundo digital. Tiene su guren Mike Shatzkin, un consultor norteamericano que tiene un excelente blog:The Idea Logical Company (www.idealog.com). All dice: Las editoriales des-cubrieron el poder de las plataformas [digitales] cuando Kindle les demos-tr que eran ellas, y no las editoriales, quienes controlaban a los clientes, yque eran ellas, y no las editoriales, quienes controlaban los precios. Con estainformacin comenz a trabajarse en el marketing centrado en el pblicoms que en un ttulo o en una fecha de publicacin, como se haca hastaahora. Y claro, quin conoce ms profundamente a sus clientes, uno poruno, como Amazon? Conforme las editoriales se vayan centrando ms enel pblico, aquellos que estn en comunicacincon l (los comerciales, perotambin los editores... la lnea que los separa se ir desdibujando, algunasveces ya ha sido borrada de antemano) sern los que sepan lo que el mer-cado desea y an no tiene.La reciente adquisicin de goodreads.com por parte de Amazon es msen la misma lnea: se hicieron de una red con 20 millones de lectores regis-trados, y ms de 200 millones de reseas de libros comentados.BASTARDA 53La cuestin del canal comercialEl cambio en el rol tradicional del editor no es algo aislado, sino un eslabnms de la lgica del capital, de la que por ahora no parece haber vuelta atrs.La posibilidad de subsistencia de las editoriales independientes (llamoas a las independientes del mercado, no importa su tamao o quines sean suspropietarios), las que publican libros seleccionados con criterio y calidad, de-pende de la supervivencia de las libreras independientes, que es donde tienenel 75% de sus ventas. Es la librera tradicional, la librera de calidad, la libre-ra de fondo, la librera independiente cuya supervivencia, como bien sabenen Gallimard, es esencial... (Discepolo). Estas libreras son las que estn ame-nazadas en su viabilidad.Francia es un pas singular: una ley otorga el sello LIR (Librera Inde-pendiente de Referencia) a las que lo son, lo que les representa ventajas fis-cales y subvenciones. Pese a ello las libreras independientes en Francia estncerrando. Imaginemos la gravedad de la situacin donde no tienen nin-guna proteccin.En la Avenida Corrientes [de Buenos Aires], entre el Obelisco y la calleCallao, haba catorce libreras hace unos aos, muchas de las cuales ni siquieracerraban de noche: hoy hay tres (Javier Lpez Llovet, director general deRandom House. Conversacin, 4 de julio de 2013).El negocio del libro en todo el mundo crece fundamentalmente por lasgrandes superficies. Lo curioso es que todos los imprevistos mega-best-sellers(que venden varios millones de ejemplares en todos los idiomas), sostn delas grandes editoriales gracias a la venta masiva en grandes superficies, co-mienzan por ser consagrados en las libreras tradicionales. Recin cuando unttulo llega a los rankings de los ms vendidos, las grandes superficies cade-nas con cientos y a veces miles de tiendas emiten rdenes de compra millo-narias. En Estados Unidos, un ttulo solo necesita entrar al listado de librosms vendidos de The New York Times, o ser elegido por Ophra Winfrey en sushowde TV, para lograr un efecto multiplicador, que nunca se sabe hasta dndepodr llegar.Esos libreros tradicionales, serios, especializados y selectivos en su oferta,solo comprarn a la editorial ttulos de calidad, seleccionados y en pequeascantidades. Por trabajar as, el sistema comercial de hoy los penaliza, ya quela poltica comercial de los grandes grupos es participativa: quin ms com-pra mejores condiciones obtiene. Poltica que tiene el efecto perverso de sa-crificar a las libreras que han sido determinantes para consagrar los grandesxitos, y que exhiben y venden todo el fondo editorial y no solo los best-sellersdel momento, libreras que orientan y estimulan al lector.54GUILLERMOSCHAVELZONConscientes de esto, las grandes editoriales han intentado ofrecer apo-yos a las libreras independientes (sistemas informticos, ayuda a la creacinde Webs con venta de e-books), que no han tenido xito, porque al final el apoyose mide con un solo baremo: el descuento. Y ste siempre es mejor para losmejores vendedores de los libros ms vendidos.Escuch decir a algunos editores que, una vez abierta la entrada a unacadena, se podran colocar all otro tipo de libros. Se intent, pero la devo-lucin fue hasta del 90% de los ejemplares enviados. Las editoriales no pue-den sostener este esfuerzo financiero y logstico, y las grandes superficies,que no tienen la menor idea del contenido de lo que venden ya que, mien-tras no sea txico, no es esencial para su negocio, saben perfectamente yen tiempo real qu rotacin tiene cada artculo en sus gndolas y la rentabi-lidad que les aporta.El editor francs Jrme Lindon fue el primero en preocuparse, hace yatreinta aos, por lo que llam la edicin sin editores. Demostr, analizandoel modelo de la Fnac, que las medianas y grandes superficies solo son capa-ces de acelerar la venta de libros cuyo trabajo de descubrimiento y de difu-sin ha sido llevado a cabo previamente en el nico lugar que rene lascompetencias necesarias para ello: la librera.He escuchado decir que la venta de libros en las grandes superficies esun acto de democratizacin de la lectura. En mi opinin es un proceso quela pone en peligro, reduciendo la pluralidad de la oferta, y poniendo en riesgoa muchas editoriales y a la mayora de los buenos libros que publican.La cuestin del precioSi no hemos llegado todava a un colapso mayor es gracias a la ley de preciofijo vigente en casi toda Europa, una herencia del gobierno de Franois Mit-terrand. En contra de los sagrados principios del liberalismo que nos gobierna(quin podra oponerse a que los libros se vendieran ms baratos?), esta leyha permitido sobrevivir a miles de libreras y de editoriales independientes. Sila competencia en la venta de libros estuviera basada nicamente en el pre-cio, las grandes superficies habran arrasado con todo. Hay cadenas de distri-bucin con miles de sucursales, como Wal-Mart en los Estados Unidos, quevenden libros a precio de coste para promocionar otros productos que expo-nen a su alrededor.En estas cadenas el volumen de venta permite obtener condiciones decompra excepcionales, que sumado a los bajsimos salarios y mnima necesi-dad de personal limitado a simples repositores de mercadera, sirve para hun-BASTARDA 55dir a cualquier librera. La mejor prueba la tenemos en Inglaterra, donde ellibro no tiene precio fijo, y el nmero de libreras independientes ha cado aun tercio de las que haba hace diez aos (Booksellers Association). En estepas dominado por las cadenas que compiten por precio y no por variedad ocalidad de oferta, hoy hay solo 1.300 libreras, mientras que en Francia, gra-cias al precio fijo hay 20.000, de las cuales 3.500 estn consideradas librerasindependientes, fiscalmente protegidas como tales (Herv Gaymard). Ingla-terra es hoy uno de los pases bibliogrficamente ms pobre de Europa, ape-nas dispone de literatura en traduccin (Alberto Manguel).En los Estados Unidos las cadenas comenzaron por hacer desaparecera las libreras independientes; hoy queda un 10% de las que haba hace cin-cuenta aos (Andr Schiffrin). Luego siguieron por desaparecer ellas mismas:...la muerte de Borders y los cambios en Barnes & Noble [las dos cadenasms grandes de Estados Unidos] han reducido el espacio disponible en libre-ras en un 50% durante los aos 2010 y 2011... (Shatzkin).[En Espaa] hemos resistido gracias al precio nico, que siempre hasido un dique para los libros literarios, para las editoriales literarias, para losautores midlist, que son buenos pero no venden mucho. Si existiera el pre-cio libre, sera total el naufragio, como en Estados Unidos y en el ReinoUnido. Mira el caso de la impa alianza que hicieron en Inglaterra la ca-dena WHSmith, Harper Collins y Random House. Tuvieron una visin muymiope de cargarse el precio fijo con grandes descuentos para ir arrinconandoy desplazando a los ms pequeos y as quedarse con ms parte del mer-cado. Finalmente todo eso, tanto en Inglaterra como en Estados Unidos,ha redundado en favor de Amazon. En Norteamrica haba dos grandes ca-denas que primero haban machacado a casi todas las libreras independien-tes. Una cerr hace un par de aos y la otra es hoy un tercio de lo que era.El negocio de Amazon, que puede hacer los descuentos que le d la gana,y atender las 24 horas, incluso perdiendo dinero, es lo que antes se llamabadumping: vender por debajo del coste para eliminar competencia, y una vezque se es monopolio o duopolio subir los precios. En Espaa, Amazon hacrecido mucho menos porque tiene el freno importantsimo del precio nico.Con el precio libre, en dos aos las libreras seran barridas. (Jorge Herraldea El Mercurio de Chile, 21 de julio de 2013).Pese a que asistimos a una situacin verdaderamente depredadora, porsuerte a veces se escucha alguna voz de aliento: A diferencia de otros ar-tefactos, el libro parece defenderse bastante bien, demostrando hasta ahorala mayor resistencia que la que ejercen pongamos las cabinas telfonoante su imparable obsolescencia (Manuel Arias Maldonado, Letras Libres,agosto de 2013).56GUILLERMOSCHAVELZONEl elefante en el bazar (o en la cacharrera)Herralde abre con el comentario anterior una nueva cuestin, la entrada deAmazon en Europa, un depredador muchsimo ms voraz an que las gran-des superficies. La prctica comercial de Amazon es de una eficacia desco-munal para obtener beneficios hundiendo el negocio tradicional de los libreros,que garantizaba la pluralidad de la oferta.Amazon entra a cada nuevo pas ofreciendo a sus clientes entrega a do-micilio en 24 horas y sin costo adicional, algo difcil de resistir. A los editoresles exige descuentos del 50% o ms, y stocks en depsito a pagar si se venden.No podramos pedir a ninguna editorial que se resista a vender sus libros aAmazon, editores a veces en dificultades, que reciben cartas casi coercitivas:Para una casa editorial como la suya, la ltima oportunidad de supervivenciasomos nosotros, pero apresrese! (texto real, citado por Discepolo).En Espaa la poltica del Gobierno actual es penosa: Se abandona a laslibreras a su suerte, pero el presidente de [la Comunidad] de Madrid inau-gura con pompa el almacn de Amazon (Antonio Muoz Molina, Babelia,3 de agosto de 2013).El mtodo Amazon es implacable. Su posicin se ve ms reforzada anpor la incorporacin del servicio de Print on Demand. Se trata de una tecno-loga de fabricacin por la que, mediante contrato especial con los editores,stos depositan en Amazon una copia de los archivos digitales de los libros,y cuando un comprador pide a Amazon un ttulo, se imprime un solo ejemplarpara ese cliente y se enva en 24 horas. Un avance de la tecnologa grfica tanatractivo como malfico para el editor, el librero y especialmente el lector, quedesconoce los alcances de esta prctica.La posibilidad de terminar con los enormes almacenes fsicos, con sucoste de espacio, manipulacin, seguros, empleados y gastos de logstica, re-presenta un aumento de miles de millones en su rentabilidad.Lo que hubiera sido una excelente solucin para libros descatalogadose inconseguibles, en manos de Amazon el Print on Demand se convierte enun arma de destruccin masiva para la edicin independiente, la distribuciny la librera tradicional. Si los libros difciles (en trminos de mercado) sehan de imprimir y vender uno a uno, en el futuro los editores no podrn pu-blicarlos, porque no podrn afrontar la fuerte inversin en compra de dere-chos, traduccin y edicin. Si esto no se hace, entonces no habr ms archivosdisponibles para Amazon, y solo se publicarn (en papel o en digital, da igual)aquellos libros que tengan una venta masiva previsiblemente garantizada. Setrata de la sostenibilidad de la creacin y la edicin de libros, un tema acu-ciante para el mundo de la cultura y la educacin.BASTARDA 57Los compradores conscientes lo tenemos difcil, ya que hoy la formams fcil y rpida de conseguir un libro es comprndolo a Amazon con unsolo click. Las ediciones realizadas bajo el sistema de Print on Demand son debuena calidad, ni siquiera de eso nos podemos quejar. Un autor me mostrun libro suyo impreso de esta manera, la nica diferencia con la edicin ori-ginal era que no tena solapas.Cmo resistirse a tener los libros que uno quiere, en su casa y al da si-guiente, al mismo precio que en cualquier librera? Es difcil, y eso es lo quetiene el sistema actual: vence todo tipo de resistencias. Se requiere del ciuda-dano lector una gran conciencia, ya que una buena librera de Barcelona sueledemorar varios das en conseguir un libro que no est en el local.Un pasado glorioso y un presente desconcertante(ttulo tomado de Manuel Arias Maldonado, Letras Libres, agosto de 2013)La prxima etapa es incierta: una vez que las editoriales solo puedan publi-car aquellos libros cuya venta sea masiva, a qu quedar reducida la ofertaeducativa y cultural? Podr el mundo de la edicin digital abastecer las ne-cesidades y los deseos de conocimiento, entretenimiento, goce y formacinprofesional que los libros han ofrecido en los ltimos quinientos aos y anhoy? Esto ha sido posible hasta ahora porque el libro electrnico toma la in-versin editorial del mundo de la edicin de papel, del editor tradicional queha comprado los derechos, traducido, editado, diseado y llegado al archivodigital que el editor de libros electrnicos recibe con bajo coste y a pagarcuando venda. Los editores digitales o los distribuidores que vendan Print onDemand no podrn hacer esas inversiones, no solo por lo elevado de las mis-mas, sino porque el retorno de esa inversin ser en unos plazos financiera-mente insostenibles. Con lo que podramos llegar a la conclusin de que hayun alto riesgo en la reconversin digital, curiosamente similar al efecto quetiene la piratera: si una vez publicado un libro se piratea rpidamente, queditor va a invertir en una nueva traduccin y edicin de un complejo librode ciruga, por ejemplo? No podr amortizarlo porque se lo van a piratear ysu edicin legal no se vender ms. Los estudiantes, investigadores y profe-sionales quedarn condenados a seguir estudiando muchos aos ms con lamisma y desactualizada edicin.Si un editor de libros electrnicos quisiera hacer toda la inversin edito-rial, los e-books no podran venderse a menos de 30 a 50 euros. Lo que nospermite decir que hoy en da son las editoriales de papel las que estn sub-vencionando a las electrnicas. Alimentan una sucesin que al final como58GUILLERMOSCHAVELZONla gran superficie a la librera independiente- terminar acabando con ellas.Esto no es una transicin, ms bien parece un camino directo hacia el preci-picio No hay algo goyesco en esta situacin? No les hace pensar en el cua-dro Saturno devorando a sus hijos?Lo que est en juego no es solo el futuro de la industria editorial y el ne-gocio del libro, sino tambin la posibilidad de supervivencia de los escritores, yla calidad de la educacin y formacin que recibirn las nuevas generaciones.Haba un mundo en el que se supona que haba alternativas. Y en lamedida que era as, era imprescindible el juego de la negociacin y la conce-sin. Hoy no hay alternativa y lo que se avecina es un perodo de reconquistadel pasado. Quizs un da termine la crisis, pero no sabremos cmo ser lasalida de ella, no sabemos si se recuperarn los puestos de trabajo que se hanperdido. Probablemente lo que se ver es que se han perdido muchas cosasque se haban ganado y que habr que volver a conquistarlas... Hay que recu-perar la idea de que cabe la esperanza de un sistema sin los vicios de este.(Josep Fontana, Babelia, 20 de julio de 2013).