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El nuevo enfoque integrador del desarrollo económico latinoamericano Desde la responsabilidad social corporativa las finanzas y el componente ético Ramón Casilda Béjar* Uno de los aspectos centrales que presenta el nuevo enfoque de desa- rrollo económico integral, se refiere al logro de una mayor integración social y económica. El artículo analiza los procesos de desarrollo y moder- nización en Latinoamérica enfoque integrador desde la responsabilidad social corporativa, las finanzas y el componente ético. Palabras clave: desarrollo económico, integración económica, responsabili- dad social corporativa, ética, América Latina. Clasificación JEL: E60, F40. 1. La economía del desarrollo La economía del desarrollo, figura a la vez, entre las ramas más antiguas y más recientes de la economía. Es a partir de la magistral obra de Adam Smith (1): «Investigación sobre la naturaleza y causa de la riqueza de las naciones» (1776), cuando los «economistas clásicos» (2), comenzaron la búsqueda de las fuentes del progreso y a analizar el proceso de cambio «Muchas personas son reunentes a mezclar la ética con la economía, y rehu- sarían igualmente pronunciarse en mate- ria de ética y desarrollo económico; por el mismo motivo que declinarían una invita- ción a beber y luego conducir un auto- móvil.» Amartya Sen** Premio Nobel de Economía 1998 COLABORACIONES 23 BOLETÍN ECONÓMICO DE ICE N° 2904 DEL 01 AL 15 DE FEBRERO DE 2007 * Presidente de la Comisión de Relaciones con Iberoamerica de CEDE (Confederación Española de Directivos y Ejecutivos). ** ¿Qué impacto puede tener la Ética?. Conferencia inaugural en la reunión internacional sobre: Ética y Desarrollo. Banco Interamericano de Desarrollo. Washington, diciembre 2003. (1) Reconocido como el padre de la ciencia económi- ca. Fundador de la escuela de economía clásica. Amigo personal de David Hume, de carácter individualista y prag- mático, (2) Los tres grandes maestros fueron su fundador Adam Smith, David Ricardo y J. Suart Mill y el notorio hetereodoxo Robert Malthus.

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El nuevo enfoque integrador del desarrollo económico

latinoamericanoDesde la responsabilidad social corporativa

las finanzas y el componente éticoRamón Casilda Béjar*

Uno de los aspectos centrales que presenta el nuevo enfoque de desa-rrollo económico integral, se refiere al logro de una mayor integraciónsocial y económica. El artículo analiza los procesos de desarrollo y moder-nización en Latinoamérica enfoque integrador desde la responsabilidadsocial corporativa, las finanzas y el componente ético.

Palabras clave: desarrollo económico, integración económica, responsabili-dad social corporativa, ética, América Latina.

Clasificación JEL: E60, F40.

1. La economía del desarrollo

La economía del desarrollo, figura a lavez, entre las ramas más antiguas y másrecientes de la economía. Es a partir de lamagistral obra de Adam Smith (1):«Investigación sobre la naturaleza y causade la riqueza de las naciones» (1776),cuando los «economistas clásicos» (2),comenzaron la búsqueda de las fuentes delprogreso y a analizar el proceso de cambio

«Muchas personas son reunentes amezclar la ética con la economía, y rehu-sarían igualmente pronunciarse en mate-ria de ética y desarrollo económico; por elmismo motivo que declinarían una invita-ción a beber y luego conducir un auto-móvil.»

Amartya Sen**

Premio Nobel de Economía 1998

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* Presidente de la Comisión de Relaciones conIberoamerica de CEDE (Confederación Española deDirectivos y Ejecutivos).

** ¿Qué impacto puede tener la Ética?. Conferenciainaugural en la reunión internacional sobre: Ética yDesarrollo. Banco Interamericano de Desarrollo.Washington, diciembre 2003.

(1) Reconocido como el padre de la ciencia económi-ca. Fundador de la escuela de economía clásica. Amigopersonal de David Hume, de carácter individualista y prag-mático,

(2) Los tres grandes maestros fueron su fundadorAdam Smith, David Ricardo y J. Suart Mill y el notoriohetereodoxo Robert Malthus.

económico a largo plazo. El objetivo de laeconomía clásica era el «crecimiento eco-nómico», pero también la distribución queemanaba de esa visión.

Poco o nada cabe añadir a la altura denuestro tiempo, acerca de la importanciay trascendencia que tuvo para el avancede los conocimientos económicos de esteilustre escocés, catedrático de FilosofíaMoral (3) durante muchos años en laUniversidad de Glasgow, donde impartiósus enseñanzas de lógica, ampliándolaspara incluir teología natural, ética, juris-prudencia y economía, trasmitiendo losideales de la ilustración, en tanto que sumensaje liberal, ha inspirado el desarrollode las economías de mercado hasta elpresente.

Arthur W. Lewis, premio Nobel deEconomía 1979 (4), nos recuerda lo quellamaba A. Smith el «progreso natural dela opulencia», es lo que denominamos:«la economía del desarrollo» (5).Precisamente, el retorno al crecimiento ydesarrollo económico como gran tema dela economía no se produjo, sino hastadespués de la Segunda Guerra Mundial.La expresión «desarrollo económico»,rara vez se había utilizado antes de ladécada de 1940. Durante años anterio-res, los economistas interpretaban eldesarrollo económico en el sentido deque denotaba crecimiento en el ingreso

por habitante real en los países subdesa-rrollados. Otros, sin embargo, subrayaronque desarrollo significaba crecimientomás cambio, en especial cambio en valo-res e instituciones. También comenzó aexpresarse en términos cuantitativos,siendo su precursor Simón Kuznets.

Finalizada la gran contienda, no habíadudas entre la mayoría de los economis-tas y políticos occidentales, de que el pro-blema más importante era el de promo-cionar un nivel de pleno empleo. Losúltimos años de la décadas de 1940 y1950 se convirtieron así, en muchosaspectos, en el período pionero para la«nueva economía del desarrollo» que seenfocó hacia los países de Asia, África ypor supuesto América Latina. Se hablabade lograr el «avance económico paratodos», con estabilidad y seguridad. Paraello, era necesaria la comprensión de lasfuerzas del desarrollo y resultaba esencialla elaboración de las políticas apropiadaspara apoyarlas debidamente.

El pensamiento económico, es induci-do comúnmente por la necesidad deresolver problemas de «política». Esto fuecierto, en lo que se refiere al período ini-cial de la configuración de la economíadel desarrollo, pues ésta no surgió comouna disciplina teórica estructurada, sinoque se forjó como una materia práctica enreacción a las necesidades de quienesformulan las políticas, para asesorar a losgobiernos acerca de lo que se podía ydebía de hacer a fin de facilitar que suspaíses salieran del estado de pobrezacrónica. Muchos de los pioneros en mate-ria de desarrollo, como los revelan susensayos y biografías, desempeñaron car-gos activos en la formulación de políticasdurante las décadas 1940 y 50 (6).

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(3) Autor de otro insigne libro: Teoría de los senti-mientos morales.

(4) Recibió el Nobel junto con Theodore Schultz. Sustrabajos se centran en los «problemas del desarrollo eco-nómico», incluyendo en ellos no solo los factores econó-micos, sino también los culturales y antropológicos.

(5) Arthur Lewis. Teoría del desarrollo económico.FCE. México, 1956. En la introducción Lewis destaca: Unlibro de este tipo parecía necesario debido a que la teoríadel crecimiento económico absorbe una vez más el inte-rés del mundo entero y en razón de que por espacio dealrededor de un siglo no se ha publicado un tratado omni-comprensivo sobre el tema. El último gran libro que abar-có este amplio ámbito fue el de John Stuart Mill: Principiosde Economía Política. Con algunas de sus aplicaciones ala filosofía social. Londres, 1848. Primera versión enespañol del FCE. México, 1943.

(6) Gerald M. Meier y Dudley Seers. Pioneers inDevelopment. World Bank & The Oxford University Press,1984.

En otras palabras, desde hace más decincuenta años, los economistas reco-menzaron la «búsqueda», esforzándosepor encontrar la «fórmula», para que lospaíses pobres, pudiesen llegar a ser tanricos como los de Europa y América delNorte. Concretamente, en América Latinase inicia esta «búsqueda» liderada porRaúl Prebisch (7) y otros economistascomo Celso Furtado (8), desde la«Comisión Económica para AméricaLatina» (CEPAL) (9), donde plantearon laexistencia de una serie de obstáculosestructurales que «frenaban» el creci-miento económico de los países y que seencontraban en la raíz del subdesarrollo,definiendo simplemente la condición delos países más pobres, que entonces sedenominaban «subdesarrollados». Sinembargo, este término tomó posterior-mente un sentido despectivo y desdeentonces ha desaparecido del vocabula-rio internacional, siendo sustituido por el

de «países en vías de desarrollo» o másactualmente llamados emergentes.

Desde entonces, transcurridos casisesenta años desde su creación, se hansucedido diferentes etapas de pensa-miento cepalino y la llamada escuelaestructuralista (10), a la vez que se hanido matizando sus ideas de política eco-nómica que surgieron a raíz de sus reco-mendaciones teóricas, tendentes a identi-ficar la especificidad de las situacionesconcretas del atraso económico enAmérica Latina. A diferencia de los eco-nomistas neoclásicos, que daban porsupuesto un sistema de precios de mer-cado que funcionaba de manera armóni-ca, el análisis estructuralista procurabaidentificar rigideces específicas, desfa-ses, escaseces y excedentes, elasticida-des bajas de la oferta y la demanda yotras características de la estructura delos países en desarrollo que afectan a losajustes económicos y a la elección de lapolítica del desarrollo.

El liderazgo de esta corriente de pen-samiento latinoamericano, lo ejercíaPrebisch y entre otros destacaban el cita-do Furtado, Pinto, Sunkel, Dos Santos,Faletto, Frank y Cardoso. A este respectocabe señalar lo instado por Gunnar

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(7) Fue el primer Secretario General Ejecutivo de laCEPAL y pionero en el estudio del desarrollo en AméricaLatina. En 1949 escribió: El desarrollo económico deAmérica Latina y sus problemas principales. La obra quesintetiza la culminación de su pensamiento respecto aldesarrollo económico latinoamericano es: Capitalismoperiférico. Crisis y transformación. FCE, México, 1981.

Respecto a las «cinco etapas» en la evolución de susideas, puede consultarse: Pioneers in Development.

Este libro es un homenaje a la primera generación dequienes se especializaron en economía del desarrollocomo: L. Bauer, C. Clark, A.O. Hirschman, J. Tinbergen, P.Rosentein-Rodan, H. Singer, W.W. Rostov, W.A. Lewis, G.Mirdal y R. Prebisch.

(8) Fundador junto a Raúl Prebisch de la CEPAL. Unarecopilación de sus experiencias profesionales y reflexio-nes personales sobre el desarrollo latinoamericano sonsus libros: A fantasia organizada. Paz e Terra. Río deJaneiro, 1985. Os ares do mundo. Paz e terra. Río deJaneiro, 1991. También dieron un gran impulso al estudiodel desarrollo económico en situaciones de desequilibrio yel papel del financiamiento externo y de las reformas inter-nas. La fantasía organizada. Eudeba, Buenos Aires, 1988.Los vientos del cambio. FCE, México, 1993.

(9) La más antigua de las comisiones económicasregionales de las Naciones Unidas, fundada en 1946 ycon sede en santiago de Chile, con el objetivo de promo-ver el estudio de los problemas económicos de los paíseslatinoamericanos.

(10) En España la corriente estructuralista la impulsa-ba el profesor Juan Velarde y una serie de economistascomo: García Delgado, Roldán, Muñoz, Molero, Serrano,Donoso. Con anterioridad esta línea de investigación seabre con Flores de Lemus y continua con Perpiña, Torres,Sampedro, Tamames, Berzosa y Ruesga entre otros.

Para más detalle y amplitud, puede consultarse loslibros de José Molero (selección): El análisis estructuralen economía: Ensayos de América Latina y España. FCE.Madrid, 1981.

Vicente Donoso, José Molero, Juan Muñoz y ÁngelSerrano (editores): Transnacionalización y Dependencia.Ediciones Cultura Hispánica (ICI). Madrid, 1980.

También puede consultarse; Ramón Casilda Béjar: Ladécada dorada. Economía e inversiones españolas enAmérica Latina 1990-2000. Parte I. Economía de AméricaLatina. El pasado reciente y la evolución acontecida.Punto 3. Del crecimiento hacia fuera al crecimiento haciadentro. Ediciones de la Universidad de Alcalá. Madrid,2002.

Myrdal (11); «los países subdesarrolladosdeben producir una nueva generación deeconomistas que pudieran crear un cuer-po de pensamiento más ajustado a la rea-lidad y aplicable a los problemas de suspaíses. Cuando se mira retrospectiva-mente, la mayoría de los que comenzarona teorizar sobre el subdesarrollo eraneconomistas de países desarrollados».

Cabe destacar que los primeros tiem-pos de la CEPAL, se iniciaron con unaprofundización del análisis de la situacióndel subdesarrollo, desde una progresivasustitución del marco conceptual utilizadoen las teorías del crecimiento económico,hacia un creciente esfuerzo de «interdis-ciplinariedad» (12). Años más tarde, otrasorganizaciones asumieron esta línea detrabajo según las técnicas de la dinámicade sistemas, como sucedió con el Club deRoma, cuando encargo la preparación delinforme: Los límites del crecimiento (13) yveinte años más tarde una nueva actuali-zación con el título: Más allá de los límitesdel crecimiento (14), realizado ambos porun grupo interdisciplinar, que ciertamente,

provocaron un impacto inusual a nivelmundial e intensas polémicas que aúnpersisten, tras sus advertencias respectoa los límites y las consecuencias del cre-cimiento instaurado en nuestro planetaTierra.

Las siguientes reflexiones, limitadaspor espacio y tiempo, responden a unavisión integral del desarrollo económicolatinoamericano, que trataremos de expo-nerlas con creciente especificidad. Estavisión integral, responde, al hecho de quedurante la mayor parte de su historia,estos países en desarrollo, vivieron bajopolíticas de mejoramiento económico ysocial y de gobernabilidad segmentadas.Por consiguiente, pensamos, que des-pués de la evolución acontecida y con laacumulación de conocimientos e informa-ción, es el momento de plantearseimplantar un sistema (15) interconectadopor un bucle de retroalimentación positivo(16) que determine un círculo virtuoso deldesarrollo económico integral latinoameri-cano.

2. El nuevo enfoque integrador deldesarrollo económico latinoame-ricano

Cuando desde la economía se partede posiciones científicas, no es fácil per-

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(11) Premio Nobel en 1974, compartido con FriedrickA. Von HayeK

(12) Celso Furtado: Lecturas de Economía. Ensayos.El subdesarrollo latinoamericano. FCE. México, 1982.

(13) Producido por un equipo de investigadores decarácter interdisciplinar del Instituto Tecnológico deMassachussets en 1972, bajo la dirección de Dennos L.Meadows, sobre la base del «modelo Tierra» de JayForrester, según las técnicas de dinámica de sistemas.

Se trataba de verificar si el desarrollo económico ilimi-tado podía tener futuro o si bien existían límites al creci-miento por el carácter finito de los recursos y por la inca-pacidad del sistema Tierra para absorber los efectos delas distintas contaminaciones (atmósfera, agua, suelo,etc.), que acabarían por saturar la capacidad de autorre-gulación de la biosfera.

(14) Realizado también por un equipo interdisciplinaren 1992, dirigido por Dennos Meadows y varios de susantiguos colaboradores como: Donella Meadows y JorgenRaners. Nuevamente las conclusiones fueron altamentepolémicas, si bien constituyen una advertencia condicio-nal, no una mera predicción. Estas no pasaban por altoque: «… como si no existieran límites al crecimiento eco-nómico ni al proceso de acumulación de riqueza por unospocos países industrializados, mientras se agiganta labrecha entre los países pobres y ricos».

(15) Un conjunto de elementos interconectado queestá organizado de forma coherente en torno a un mismoobjetivo. Un sistema es más que la suma de las partes.Puede exhibir comportamientos dinámicos, adaptativos,de persecución de objetivos, de autopreservación.

Donella H. Meadows, Dennos L. Meadows y ForjenRanders. Más allá de los límites del crecimiento. El PaísAguilar. Madrid, 1993.

(16) Una cadena de relaciones causa-efecto que secierra sobre sí misma de forma tal que un incremento encualquiera de los elementos de la cadena iniciará unasecuencia de cambios que aumentará aún más el ele-mento original. Un ciclo positivo puede ser un «círculovicioso» o un «círculo virtuoso», dependiendo de que elcrecimiento que genera sea deseado o no.

Véase: Más allá de los límites del crecimiento.

cibir el carácter integral del desarrollo,derivado de su íntima interdependenciacon las variables culturales, políticas,sociales, medioambientales y morales.Sin embargo, cuando hay que convivircon la praxis del mundo real de cada día,se perciben, con angustiante claridad, lasserias limitaciones que tienen los enfo-ques parciales del desarrollo. Entoncesse logra comprender la íntima relatividady complejidad del problema, como frutode los fracasos y aciertos de las políticaseconómicas, apreciándose mejor los ries-gos de cualquier simplificación que pre-tenda reducir el problema del desarrollo aenfoques parciales o unilaterales (17).Dicho de otra manera, un desarrollo inte-grador, no puede sacrificar a las personaso su hábitat natural en aras del creci-miento económico. Al contrario, comoexpone la CEPAL: «progreso y crecimien-to deben traducirse en una satisfaccióncada vez más amplia de sus necesida-des. Por lo tanto, significa que el desarro-llo no debe apuntar sólo a responder a lascrecientes ansias de consumo de las per-sonas, que, por legítimas que sean, noagotan las aspiraciones respecto a la cali-dad de vida».

Por consiguiente, el desarrollo, tam-bién debe tener como metas construir unclima social y humano de mayor seguri-dad y confianza mutua; consolidar unorden político democrático con más parti-cipación ciudadana en la gestión y lasdecisiones públicas; difundir el bienestarhacia quienes tienen menos acceso a losbeneficios de la modernidad, realizar pro-yectos donde los ciudadanos adquieranun mayor sentido de compromiso y perte-nencia respecto de la sociedad en la que

viven, buscando la protección y mejoradel hábitat natural para quienes lo habitanhoy y quienes lo harán en el mañana (18).Pudiese ser, que este conjunto de proce-sos virtuosos, compongan el bucle deretroalimentación positivo.

Partiendo de estos postulados, contodas las prevenciones respecto al tema,me permitiré especificar el nuevo enfoqueintegrador del desarrollo económico lati-noamericano desde la responsabilidadsocial corporativa, las finanzas y el com-ponente ético.

2.1. Las transiciones incompletas enel desarrollo económico integra-dor latinoamericano

No hubo, ni hay un proceso único detransición en América Latina. Fueronmuchos los procesos de transición que, apesar de tener características comunes, sediferenciaron sustancialmente entre uno yotro país, tanto por el año en que comen-zaron como por el nivel de profundidad delas reformas instrumentadas (19).

En consecuencia, la región vive desdelos últimos años, un auténtico proceso detransformación política, económica ysocial. En lo político, durante las últimasdos décadas observamos el retornogeneralizado del sistema democrático ysu consolidación según los países.

Así es, desde mediados de los añosochenta del siglo pasado, cuando comen-zó la instauración de la democracia hastala caída del último presidente en Bolivia(20), quince Gobiernos han sido incapa-

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(17) Enrique V. Iglesias: Ética, sociedad y desarrollo.Una visión Iberoamericana.

Discurso de aceptación de la distinción de AcadémicoHonorario de la Real Academia de Ciencias Morales yPolíticas de España. Madrid, 1993.

(18) Equidad, desarrollo y ciudadanía. CEPAL.Santiago de Chile, 2000.

(19) Paiva, Paulo. Panorama actual y expectativas enLatinoamérica, en Casilda Béjar, Ramón (Coordinador). Elmercado de valores latinoamericano en euros: Latibex.Bolsa de Madrid. Madrid, 2001.

(20) Se produjo en mayo de 2005.

ces de cumplir íntegramente el períodopara el que fueron elegidos. Entre las pre-sidencias interrumpidas destacan Boliviay Ecuador, que lo hicieron en tres ocasio-nes y Argentina y Haití dos veces, mien-tras que Brasil, Paraguay, Perú,República Dominicana, Guatemala yVenezuela sólo lo fueron en una ocasión.

Durante este período según elLatinobarómetro (21), el porcentaje de ciu-dadanos que apoyan siempre y sin resqui-cios la democracia cayó ocho puntos por-centuales. Las mayores decepciones conel sistema se dieron en Nicaragua,Paraguay, y Bolivia, mientras que Chile,Honduras y Venezuela reforzaron el pres-tigio del sistema democrático (22).

Nos es nada difícil constatar quedetrás de cada uno de estos fracasos odecepciones existen causas múltiples, lascuales suelen responder a causas con-cretas del país. Éstas han sobresalidodurante la última crisis boliviana, quehace que la democracia pierda apoyos, yel rumbo de sus convicciones y valores,derivando hacia turbulencias peligrosas.Sin embargo, el informe (23) del PNUD,opina claramente que en la región: «nohay malestar con la democracia, sino queexiste malestar en la democracia».

En cuanto a lo económico, se ha reali-zado una drástica revisión, como reaccióna la década perdida de los años ochenta,después de las penosas lecciones here-dadas de la crisis de la deuda externa

(24) y más actualmente, por los desigua-les y desalentadores resultados obteni-dos una vez aplicadas las reformas con-tenidas en el «Consenso de Washington(CW)» (25).

Podría decirse que, gracias a estoscambios, América Latina, reconoce mejorlos códigos del crecimiento y del desarro-llo (26), y los imperativos de la racionali-dad económica. Pero también, se tomaconciencia, de que el mero crecimientono asegura la equidad ni la justicia social,y que sin estos logros será imposible

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(21) Latinobarómetro es un estudio de opinión que serealiza desde 1996 en América Latina, donde se entrevis-ta a un promedio de 1.000 personas por país represen-tando a la población urbana de 17 países: Argentina,Brasil, Bolivia, Colombia, Costa Rica, Chile, Ecuador, ElSalvador, Guatemala, Honduras, México, Nicaragua,Panamá, Paraguay, Perú, Uruguay y Venezuela.

(22) Ruiz, José Juan: Fantasmas y fracasos. El País.Madrid, 18 de junio 2005.

(23) La democracia en América Latina: hacia unademocracia de ciudadanos. Naciones Unidas. Nueva Yok,2004.

(24) El Banco Mundial, calculó que durante el período1983-1990, la producción per cápita disminuyó en un ochopor ciento, el crecimiento del PIB fue del cero por ciento ylos ingresos por habitante un once por ciento menos res-pecto a los alcanzados al comenzar la década.

Para Enrique V. Iglesias, la explicación a la crisis delos ochenta, radicaron en la combinación de tres factores:1. Las formas en que estructuralmente se manejaron laseconomías de la región durante los últimos decenios, 2.Naturalmente, el problema de la deuda externa. 3. La evo-lución del escenario internacional.

(25) Instaurado a partir de la conferencia internacional,convocada por el Institute for Internacional Economics(Washington, 1989). John Williamson, enumeró los diezpuntos sobre los que se centrarían las reformas, que son:1. Disciplina presupuestaria; 2. Cambios en las prioridadesen el gasto público; 3. La reforma fiscal; 4. Los tipos deinterés; 5. El tipo de cambio; 6. Liberalización Comercial; 7.Política de apertura respecto a la inversión extranjeradirecta; 8. Política de privatizaciones; 9. Políticas desregu-ladoras; 10. Derecho de propiedad.

Casilda Béjar, Ramón: La década dorada. Economíae inversiones españolas en América Latina 1990-2000.Parte I, punto II. El Consenso de Washington. Una nuevapolítica económica.

(26) Durante los años ochenta, los conceptos de cre-cimiento y desarrollo se distanciaron. El «desarrollo»,adquirió una mayor dimensión humana, referida a la dis-tribución del ingreso, a la satisfacción de necesidadesbásicas como la salud, la educación, la libertad y la ele-vación del nivel de vida.

Mientras que «crecimiento», significa un aumento deltamaño de la economía por la asimilación o adquisición debienes y servicios. En cambio, desarrollo, implicaría laexpansión o la realización de las posibilidades de esepaís. Cuando una economía crece, se hace mayor cuan-titativamente. Cuando una economía se desarrolla, seencuentra mejor cualitativamente. El crecimiento cuantita-tivo y la mejoría cualitativa podrían seguir caminos dife-rentes. Las Naciones Unidas admitieron que el crecimien-to económico podía producirse incluso sin consecuenciassociales positivas para una determinada sociedad.

Miguel Ángel Galindo y Graciela Malgerini:Crecimiento Económico. Principales teorías desdeKeynes. McGraw Hill. Madrid, 1994.

consolidar la estabilidad económica ylegitimar las democracias políticas.

Por consiguiente, una de las grandestareas pendientes del siglo veintiuno,resulta ser la conciliación entre demo-cracia, crecimiento y equidad, que indu-dablemente, no se pueden lograr sola yúnicamente mediante fórmulas tecnocrá-ticas. La otra gran tarea pendiente, quedesafortunadamente no es un temanuevo, se centra en la pobreza, queencabeza las prioridades en todaAmérica Latina, pues ha quedadodemostrado que la ortodoxia del equili-brio macroeconómico no ha aportadoninguna respuesta definitiva en estecampo (27). Para encarar estos mayús-culos desafíos, se necesitan realizarmúltiples transformaciones que deberíanasentarse en los nuevos valores de lasolidaridad, que a su vez tienen directarelación con el nuevo enfoque integradordel desarrollo.

3. Características del nuevo enfo-que integrador del desarrolloeconómico latinoamericano

Históricamente, una característica rele-vante del desarrollo económico latinoame-ricano, ha sido la interacción entre lasestructuras internas y externas, intensifi-

cándose notablemente durante el augedel comercio internacional desde finalesdel siglo diecinueve, cuando se consolidóuna estructura productiva basada en laexportación de materias primas, y laimportación de manufacturas. A su vez,esta relación reforzó considerablementelos vínculos entre las economías latinoa-mericanas y los mercados mundiales (28).

Esta demanda de exportaciones y laentrada de capitales, tuvieron un impactoprofundo en las diversas estructuras eco-nómicas, sociales y políticas durante esteperíodo. En consecuencia, iniciado elsiglo veinte, los países basaron la organi-zación de su desarrollo económico, desdeeste modelo abierto a las exportacionesde sus principales materias primas en lasque se especializaban (29).

Posteriormente, bajo el impacto de lagran crisis de 1929 (30), los países cen-traron sus estrategias de desarrollo en unproceso de industrialización bajo la pro-tección del «estado empresario», orienta-do a sustituir con producción local, lasmanufacturas que antes importaban conlas divisas generadas por las exportacio-nes de sus materias primas. Al amparo deeste modelo, conocido como «industriali-zación mediante la sustitución de impor-taciones», que abarcó el período com-

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(27) Enrique V. Iglesias. Cambios y crecimiento enAmérica Latina 1988-1998. Ideas y acciones. BancoInteramericano de Desarrollo. Washington, 1999. El autor,ofrece su visión de esta época cargada de cambios entodas las direcciones que la región tuvo que enfrentar;desde la caída del muro de Berlín, el regreso de la «demo-cracia», la puesta en marcha del Consenso deWashington y las nuevas coordenadas de un contextointernacional condicionado por los efectos de la globaliza-ción y las nuevas tecnologías.

Complementariamente, también puede consultarse:Reflexiones sobre el desarrollo económico. Hacia unnuevo consenso latinoamericano. Banco Interamericanode Desarrollo. Washington, 1992. Aquí se ofrece un análi-sis de los desafíos, características y posibles solucionesde los principales problemas del desarrollo de la región.

(28) Las economías latinoamericanas 1950-1990.Ricardo French-Davis, Óscar Muñoz y José GabrielPalma, tomo 11. Historia de América Latina. Leslie Bethell(editor). Cambridge University Press. Crítica. Barcelona,1994.

(29) Rosemary Thorp. Progreso, pobreza y exclusión.Una historia económica de América Latina en el siglo XX.Banco Interamericano de Desarrollo y Unión Europea.Washington, 1998.

(30) Se ha descrito habitualmente esta crisis, como elmomento decisivo de la transición de América Latinadesde un crecimiento económico hacia fuera, hasta otrohacia dentro, caracterizado por una alto proteccionismode sus productos nacionales, mediante políticas interven-cionistas de los gobiernos, considerando al sector públicocomo el motor básico de la economía.

Casilda Béjar, Ramón: La década dorada. Parte I.Punto 3. Del crecimiento hacia fuera al crecimiento haciadentro.

prendido entre los años 1933 a 1980, seobtuvieron importantes crecimientos.

Sin embargo, al transitar hacia losaños ochenta, el modelo entró en crisis, alno haber generado exportaciones demanufacturas competitivas, todo lo cual,además, se combinó con la recesión eco-nómica internacional y con el aumento delos precios del petróleo (crisis energética1973). Esto llevó a los países a una situa-ción extremadamente difícil, que, durantealgunos años, lograron paliar mediante unexcesivo endeudamiento externo, alimen-tado por la expansión de los mercadosfinancieros internacionales (petrodóla-res).

El ciclo finalmente se agotó y colapsó,pues al efecto combinado de las dificulta-des exportadoras y financieras, se unie-ron la imposibilidad para atender el pagode la deuda reveladas por México (31) en1982, desencadenando la crisis de ladeuda externa. Esta crítica situación, eco-nómica y social, colocó a la región, unavez más, en una situación que parecía sinescape.

Iniciados los años noventa, la salidavino a proporcionarla la aplicación, porparte de la mayoría de los gobiernos, deun conjunto de «reformas estructurales»tendentes a liberalizar y abrir sus econo-mías con la aplicación del mencionadoConsenso de Washington. Esto significópara los países, tratar de restablecer susequilibrios fiscales, las prioridades delgasto público, aplicar tipos de interéscompetitivos, controlar la inflación, mejo-rar los sistemas impositivos, liberalizar elcomercio exterior, la reforma fiscal, laapertura a la inversión extranjera directa,

las privatizaciones públicas y aumentar lacompetitividad internacional de sus eco-nomías.

Las reformas, fueron introducidas, condiferentes ritmos en su aplicación y en suintensidad, contribuyendo generalmentea poner la casa macroeconómica enorden. Sin embargo, se ha constatado,que estas reformas constituyeron unacondición necesaria, pero no suficientes,para reanudar el desarrollo con las carac-terísticas exigidas por las nuevas circuns-tancias mundiales de gobernabilidad ycompetitividad, que las prevalecientescuando se instauro el CW (32).

Ante estas realidades, desde la ópticadel nuevo enfoque integrador del desarro-llo, se hacen necesarias, sembrar el terre-no para lograr una mayor eficiencia, inno-vación, competitividad y equidad. Lagerminación de estas semillas, exige lacombinación de múltiples factores, entrelos cuales destacamos siguiendo aEnrique V. Iglesias (33):

1. Continuar con la liberalización de losmecanismos de mercado y el impulso delsector privado, inspirado por una nuevacultura productiva más creativa, innova-dora y emprendedora; comprometida conla incorporación de la equidad.

2. Incentivar la vinculación entre untejido productivo que incorpore la innova-ción tecnológica, como resultado de unafirme interacción entre los agentes e insti-tuciones públicas y privadas.

3. La imperiosa necesidad de fortale-cer, ampliar y modernizar los sistemasbancarios y los mercados de capitales,con el objetivo de fomentar y aumentar elahorro familiar y la financiación empresa-

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(31) El 18 de agosto de 1982 declaro formalmente unamoratoria para el pago de su deuda externa con la bancacomercial internacional. El coeficiente préstamos/capitalde nueve de los bancos más grandes de EE.UU. respec-to a América Latina era del 180 por ciento; de esta cifra lospréstamos vigentes en México representaban el 50%.

(32) Casilda Béjar, Ramón. El Consenso deWashington. Del Consenso de Washington a la Agendadel Desarrollo de Barcelona. Documento de Trabajo, Nº10. Real Instituto Elcano. Madrid, febrero 2005.

(33) Cambio y Crecimiento en América Latina 1988-1998. Ideas y acciones.

rial, preferentemente a la pequeña ymediana empresa (34).

4. Hacer frente a la impostergable obli-gación «moral» de una deuda social acre-centada por las sucesivas crisis económi-cas, mediante políticas destinadas aprestar servicios compensatorios a lossectores sociales más necesitados, poten-ciando programas de salud, educación,vivienda, y oportunidades de empleo.

5. Proseguir la necesaria moderniza-ción del Estado, para hacerlo más eficien-te, emprendedor, y cooperante con losdiversos sectores de la sociedad civilorganizada.

Abordar simultánea y concatenada-mente todos estos puntos, constituyen,un grueso reto que irremediablementetendrá que enfrentar la región. Si bien,emprender estas tareas es además dedifícil y complejo, un enorme desafíodesde la perspectiva del gasto público,pues requiere una rigurosa asignación deprioridades, a la vez que una coordina-ción con la sociedad civil, especialmentecon las empresas en el ámbito de la res-ponsabilidad social corporativa (RSC).

3.1. La responsabilidad social corpo-rativa

La evolución del pensamiento económi-co y de las ideas empresariales durante losúltimos años, ha aumentado considerable-mente el interés por la dimensión social. Noobstante para Milton Friedman (35), lascompañias pueden perjudicarse así mis-mas y a la sociedad, si se dedican a tareasque superan sus competencias, sus valores

y su función. Continuaba su argumentación,afirmando que una empresa sólo tiene «unaresponsabilidad»: obtener los mejoresresultados económicos. Conseguirlos es laprimera responsabilidad, y si no obtieneunos beneficios al menos iguales a sus cos-tes totales, es socialmente irresponsable,pues despilfarra los recursos de la socie-dad. El rendimiento económico es la base,sin el, la empresa no puede desempeñarninguna otra responsabilidad, ni puede serbuen empleador, ni generar riqueza, ni serbuen vecino.

Sin embargo, las empresas, ante lasociedad, tienen la responsabilidad deintentar encontrar colaboraciones válidaspara los problemas sociales básicos queencajen en sus competencias. Desdeesta concepción, aquellas que practicanla responsabilidad social, están adquirien-do un alto impacto positivo en las socie-dades que se encuentran presentes, ypor extensión en los mercados. Losempresarios consideran cada vez más,que las actuaciones, actividades y entorno y directamente asociadas con laRSC, deben ser valoradas como una«inversión» y no como un gasto. Aunquesería irresponsable por su parte aceptar,y aún más querer asumir, responsabilida-des que contrariasen, estorbasen o dis-torsionasen su capacidad para realizar suprincipal tarea, actividad y misión (36).

Los escándalos empresariales que sehan producido durante los últimos años;Enron, WorldCom, Arthur Andersen oParmalat, han servido para incrementar lasensibilización que tiene la sociedad y losmercados sobre las formas en que ope-ran, se conducen y dirigen las empresas.Por consiguiente, la adopción de la RSC,significa no sólo una mera moda de mar-keting o de imagen pública, sino una clara

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(34) Es un hecho ampliamente contrastado, que entiempos de crisis económicas estas unidades actúancomo auténtico amortiguadores sociales. Además, creanel mayor número de empleos y ofrecen una salida naturalpara emprendedores.

(35) Premio Nobel de Economía 1976, (36) Peter F. Drucker. La sociedad poscapitalista.

muestra de responsabilidad empresarial,la cuál ya forma parte de la estrategia cor-porativa de las más importantes empre-sas, que además, la difunden en los paí-ses en donde se encuentran presentes, yante los respectivos grupos de interésnacional e internacional.

Una compañía que quiera ser competi-tiva en el futuro, no sólo puede pensar enconseguir beneficios, sino que ademástendrá que compatibilizar su labor pro-ductiva con una política que actúe enbeneficio del entorno en el que desarrollasu actividad, basándose en principioscomo el respeto a los derechos humanos,la mejora de las relaciones con los emple-ados, el compromiso con la sociedad quele rodea y el respeto al medio ambiente.

En la actualidad, la mayor parte de las fir-mas que componen el Fortune 500, descri-ben en su página web, los logros en mate-ria de RSC y casi la mitad de las incluidasen el Fortune 250, elaboran informes espe-cíficos sobre aspectos sociales y medioam-bientales de sus actividades. También se hacomprobado que las diez empresas másadmiradas del mundo, según el ranking dePricewaterhouseCoopers (PWC 2004),desarrollan prácticas de la RSC y las difun-den para aprovechar los efectos positivosque genera la transparencia informativa.

Aún más, se abre paso la tendenciahacia un modelo de empresa, que deacuerdo con el «código de buen gobiernode la empresa sostenible», que se carac-teriza porque crea valor económico,medioambiental y social a corto y largoplazo, contribuyen de esta forma alaumento del bienestar de las generacio-nes presentes y futuras.

Definitivamente, las empresas que tie-nen un comportamiento socialmente res-ponsable, diseñan sus estrategias y esta-blecen sus procedimientos internos degestión, teniendo en cuenta no solo la

dimensión económica de sus acciones,sino también la social y la medioambien-tal, consideran, la RSC, como una con-cepción estratégica que engloba todaslas decisiones empresariales adoptadaspor razones que a primera vista seencuentran más allá de los intereses prio-ritarios de las empresas (37) como resul-tan ser las finanzas.

3.2. La responsabilidad social corpo-rativa en las finanzas

La materialización de la responsabili-dad social corporativa en las finanzas, deforma destacada se implementa en losEstados Unidos, donde es creciente lapresión pública para crear, junto a losindicadores de calidad usuales, un ISOde calidad social que permita a los inver-sores elegir empresas que las practiquen.Las firmas con estrategias claras y con-trastadas en responsabilidad social, estánsiendo mejor valoradas financieramentepor los mercados y además, los másprestigiosos fondos de inversión america-nos ya no invierten en empresas que nodispongan de memoria social y medioam-biental.

Esto representa un factor competitivo,pues estas compañías, se encuentranante una mejor disposición de los analis-tas e inversores bursátiles. La inversióncon criterios de RSC está creciendo cons-tantemente tanto en cantidad como en lavariedad de productos disponibles.Actualmente, se puede invertir con crite-rios de responsabilidad social en rentavariable, renta fija y fondos de pensiones,alcanzando además toda clase de acti-

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(37) Mariano Nieto Antolín y Roberto Gabo:Responsabilidad social corporativa. La última innovaciónen management. Universia Business Review. Nº 1, primertrimestre. Madrid, 2004.

vos, lo que demuestra su madurez a lavez que facilita su acceso y utilización.

La existencia de índices de sostenibili-dad, están motivando a las empresas aincrementar sus políticas de RSC. Segúnel índice de RSC FTSE4 Good en suinforme (2004), destaca que 260 empre-sas de todo el mundo han decidido modi-ficar su política medioambiental y socialpara adaptarse a los nuevas normas deeste índice, que a pesar de la incorpora-ción de criterios cada vez más estrictos elnúmero de empresas que ha logradocumplirlos se ha incrementado notable-mente desde su lanzamiento (38). Sietecompañías españolas (39) se encuentranregistradas, pues han logrado cumplir lassucesivas revisiones del índice. Por suparte, los activos del índice Dow Jones forSustainability (DJSI), pasaron de los1.700 millones de euros a finales del 2002hasta los 3.200 en el 2004.

En Europa (40), existen más de 280fondos éticos, sociales o ecológicos (41) ,con un crecimiento del 70 por 100 res-pecto a 1999, gestionando durante el2003 la cantidad de 34.000 millones deeuros pertenecientes a inversores institu-cionales principalmente de fondos depensiones, a los que se les debe añadirotros 12.000 millones correspondientes almercado de particulares (42).

Los países que lideran este campo sonBélgica, Suecia, Inglaterra y Francia.Siendo este último el país que más dina-mismo está demostrando en los últimosaños. De manera especial, pide que seinvierta en empresas que se destaquenen valores como los derechos humanos,el respeto y el desarrollo de la persona, yque realicen inversiones «constructivas»en países en desarrollo.

En España, el punto de partida fue elaño 1997, cuando se lanza el primerfondo que invertía exclusivamente en elsector medioambiental. Posteriormenteen 1999 se crearon los dos primeros fon-dos éticos. En comparación con otros paí-ses europeos, el crecimiento ha sido máslento alcanzando los 80 millones de euros(43). Sin embargo, se comprueba unapaulatina muestra de interés en el tejidoempresarial español, destacando losgrandes bancos y empresas que precisa-mente se encuentran establecidas enLatinoamérica (44).

En América Latina, destaca Argentina,donde existe un gran reclamo latente enesta dirección. Una reciente encuesta,detectó que el 86,5 por 100 de los consu-midores dicen que la responsabilidadsocial pasa a definir sus compras; el 52,6por 100 está dispuesto a pagar más por elprecio de productos de empresas «social-mente responsables», y el 77 por 100, adejar de comprar los productos y merca-derías de las irresponsables (45).

Todo este acontecer, no escapa a institu-ciones como el BID, que desde su progra-

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(38) Julio del 2001.(39) Grupo Santander, Banco Bilbao Vizcaya Argentaria,

Bankinter, Inditex, Telefónica, Gas Natural y Repsol YPF. (40) Estudio realizado por SRI Compass (2003).(41) Según la agencia de calificación Standard & Poor’s,

existen principalmente dos grandes áreas en esta clase deactivos financieros: los fondos éticos y los ecológicos..

Tras casos como el de Enron, los partícipes reclamanmás información sobre las actividades comerciales yfinancieras de las empresas. En consecuencia, la canti-dad de fondos éticos y socialmente responsables ha idoaumentando en toda Europa.

(42) Datos recogidos en Diario Cinco Días. Madrid, 10de mayo de 2004.

(43) Para más detalle y amplitud puede consultarse:Antonio Partal y Javier Ibañez Jiménez: Finanzas socia-les. Innovación financiera para la cooperación internacio-nal. En Ética y mercado de valores. Javier BenceslaoIbañez Jimenez y José Luis Fernández Fernández(Directores). Marcial Pons. Madrid, 2002.

(44) Estos son los bancos SANTANDER, BBVA yempresas como Telefónica, Repsol YPF, Inditex y GasNatural.

(45) Bernardo Kliksberg. «Más ética, más desarrollo».La Nación, Buenos Aires, 13 de febrero 2004.

ma: Iniciativa Interamericana de CapitalSocial, Ética y Desarrollo Económico, vieneimpulsando diferentes reuniones y semina-rios para crear y fortalecer las demandaspercibidas en toda la región, para que losvalores éticos ocupen un lugar central en elmundo de la economía y las finanzas.

Enrique V. Iglesias, creador de esta ini-ciativa (46), resaltaba durante la ReuniónInternacional de Washington (47): el inte-rés en la ética no excluye la plena con-ciencia de la necesidad de afianzar unaeconomía estable, competitiva y tecnoló-gicamente moderna. Si bien, nos exigeocuparnos de los grandes temas pen-dientes, tales como los intolerables nive-les de pobreza e inequidad que caracteri-zan a nuestra región.

Definitivamente, integrar desarrolloeconómico, responsabilidad social corpo-rativa y finanzas, representa un desafíoprácticamente desconocido, pues, laregión ha vivido históricamente en unmundo compartimentado e incluso, ejerci-do una gobernabilidad segmentada. Porel contrario, hoy no es posible gobernarun mundo globalizado como el actual, niconvivir en él, volviendo a la visión parce-lada del pasado, pues además, el proce-so de globalización al que asistimos, vaunido a una fuerte tendencia en la dife-renciación de las organizaciones, lasestructuras productivas, las tecnologías ylas relaciones económicas y comerciales.Es así, como la «diferenciación» coexistedesde un mundo que busca la diversidaddesde la unidad, con otro que se fortaleceen lo local para ganar lo global.

No obstante, en última instancia, hayun factor que condiciona este nuevoenfoque integrador del desarrollo econó-mico, porque ninguna propuesta, en fun-ción únicamente de la razón o de la téc-nica, podrá tener la capacidad depersuasión para lograr que todos lasorganizaciones e instituciones públicas yprivadas, aprendan a colaborar entreellas. Este factor, indudablemente es laética (48), que resulta la condición esen-cial para promover y satisfacer los res-pectivos intereses en un cambio de acti-tudes, de apertura, de colaboración y desolidaridad en beneficio del bienestar dela sociedad, con una proyección hacialas futuras generaciones latinoamerica-nas que se beneficiaran del componenteético en el desarrollo integral latinoame-ricano, que exponemos a contiuación.

3.3. El componente ético en el desa-rrollo económico integral latinoa-mericano

Los valores morales del hombre eco-nómico de Smith, eran parte tan sólo desu hombre total, cuya conducta estabamarcada primordialmente por su deber,es decir, su sistema se basaba en la con-ciencia individual. Pero la conciencia indi-vidual desapareció del panorama contem-poráneo, y el mercado se convirtió en lafuente de la verdad (49).

Otros autores (50) consideran que paraSmith, la verdadera filosofía moral está

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(46) Desde su creación en el 2002 hasta finales del2003, se han realizado sucesivos encuentros en distintospaíses del continente sobre temas éticos claves para eldesarrollo, que contaron con la participación de más de23.000 personas representando a centenares de organi-zaciones públicas y privadas.

(47) Reunión Internacional sobre: Ética y Desarrollo.Washington, diciembre 2003.

(48) En la filosofía hegeliana, la «ética» (sttichkait) serefiere a una moral social, mientras que la «moral» (mora-litat) se refiere a la conciencia individual. Emilio FontelaMontes: Economía del altruismo.

Emilio Fontela Montes y Joaquín Guzmán Cuevas(coordinadores). Economía ética y bienestar social.Ediciones Pirámide. Madrid, 2003.

(49) Carlos Federico Obregón Díaz. De la filosofía a laeconomía. Trillas. México, 1984.

(50) J.J. Spengler y W.R. Allen. El pensamiento eco-nómico de Aristóteles a Marshall. Tecnos. Madrid, 1971.

comprometida con la felicidad humana yel bienestar de este mundo, no existiendooposición entre las exigencias de estemundo y las exigencias de la perfectamoralidad. Con este propósito escribe: LaTeoría de los sentimientos morales, dondedesarrolla su sistema de ética sobre labase de la doctrina de un orden armónicoguiado por la Providencia, e incidental-mente aplica su doctrina general conestricta coherencia al orden económico.En La Riqueza de las Naciones, abando-na aquellos supuestos básicos que en LaTeoría de los sentimientos morales secaracterizaban por su optimismo, adole-ciendo a veces de cierta rigidez, llevandoa cabo una investigación especializada dela naturaleza de aquel orden económicoque propicia el incremento de la riqueza.

La necesidad de discernir los valoresmorales, que inspiran las cambiantessituaciones históricas, con el objeto deasegurarse el predominio de la persona yde evitar su subordinación a leviatanessociales, o su disolución en reaccionesrelativistas, compromete a líderes políti-cos, empresariales, sindicales y de opi-nión, esforzarse por aplicar la preocupa-ción ética al mundo de las realidades, endonde se sitúa la lucha por el progresoeconómico y el bienestar social.

Este singular compromiso, abre paso alos imperativos éticos que debe incorpo-rar la sociedad latinoamericana en subúsqueda, afanosa y difícil, del nuevoenfoque integrador del desarrollo econó-mico. Como anteriormente expresamos(51), inexorablemente se impone la conci-liación entre democracia, equidad y creci-miento, y esta conciliación no se puedelograr sola y únicamente mediante fórmu-las tecnocráticas. Por el contrario, senecesitan nuevos valores, que tengan

directa relación con el componente éticopara atender al menos las siguientesnecesidades:

1. Ampliar y consolidar las bases de lasdemandas políticas en estas sociedades;

2. Instrumentar una auténtica reformasocial integral, que parta de la profundadesarticulación que subsiste en la sociedadlatinoamericana y de las distancias econó-micas que separan a sus grupos sociales;

3. Abordar un enfoque integral deldesarrollo económico, bajo las reglas deuna nueva cultura de la solidaridad.

Y como punto especial, insistimos, seencuentra el hasta ahora irremediabletema de la pobreza que adquiere unaprioridad absoluta, y así lo interpreta elBanco Mundial, quien en su informe anualsobre América Latina (2003) (52), centrasu investigación en torno a este problemay la persistente desigualdad, aduciendo:«que esta situación mina el proceso dedesarrollo en sí, proponiendo actuar encuatro áreas centrales para lograr másequidad en cuanto a la distribución de lariqueza, el ingreso y las oportunidades».

En torno a estas áreas se deben unir losgobiernos y la sociedad civil, con el fin deromper este destructivo patrón de pobreza ydesigualdad, siendo estas áreas lassiguientes: construir instituciones políticas ysociales más abiertas; asegurar que las ins-tituciones y las políticas económicas procu-ren mayor equidad; aumentar el acceso delos pobres a los servicios públicos, espe-cialmente educación, salud, agua y electri-cidad, así como el acceso a tierras cultiva-bles y servicios rurales y reformar losprogramas de transferencia de ingresos demodo que lleguen a las familias máspobres. Propone además; la necesidad deque las naciones emprendan profundasreformas de las instituciones económicas,

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(51) Punto 1. Las tareas pendientes.(52) Informe anual que representa la más importante

investigación sobre la situación de América Latina.

políticas, sociales y mejoren el acceso delos pobres a servicios y bienes básicos, enespecial la educación. Enfatizando, queresultan claves para afrontar ambos temas;pobreza y desigualdad (53), emprenderamplias reformas institucionales.

Igualmente le sucede al FondoMonetario Internacional, que en la CumbreExtraordinaria de las Américas (Monterrey,enero 2004), su entonces Director Gerente;Horst Köhler destacó: «que con la econo-mía estadounidense al frente de la recupe-ración del continente americano y motor delcrecimiento mundial, la pobreza generaliza-da se riñe claramente con el enorme poten-cial de crecimiento de la región. Si bien,cada país debe encontrar su propio planpara el éxito, señalando a su vez para ello atres elementos cruciales: buenas institucio-nes; gestión acertada a largo plazo de lasfinanzas públicas y expansión del comercioexterior (54).

Para cortar el nudo gordiano de lapobreza, son evidentes las enormes posi-bilidades que brinda la formulación de ungiro estratégico del Consenso deWashington (55), introduciéndole nuevospuntos no contemplados en su redacciónoriginal y que consideramos junto a EmilioFontela (56), que convendría incluir demanera prioritaria al menos los siguientes:

1. Conseguir una mejor distribución dela renta, como complemento indispensablede la lucha contra la pobreza, que confiereun papel central a la política económica, alas reformas fiscales y a la protecciónsocial; el mensaje europeo de la economíasocial de mercado sigue teniendo vigenciaen los países en vías de desarrollo.

2. Conseguir una política financierainternacional que permita la estabilidadmonetaria y frene los movimientos espe-culativos, que también se encuentre vin-culada a las reformas fiscales y a la crea-ción de zonas monetarias.

3. Conseguir un amplio acuerdo sobre lalucha contra la corrupción y la difusión deprácticas éticas en el comportamiento de losagentes económicos, privados y públicos.

4. Conseguir potenciar un sistema deestímulo del tercer sector para las activi-dades sin ánimo de lucro y la participa-ción activa de la riqueza local en la solu-ción de los problemas de la pobreza,elemento clave de las nuevas estrategiasde reforzamiento del funcionamiento delos sistemas democráticos.

5. Conseguir proteger y favorecer losprocesos de transferencia de tecnología yde investigación que permita aprovechar ycompetir lo antes posible en las potencia-lidades de la Sociedad del Conocimiento.

Esta lista de prioridades, implica unacierta transferencia de la responsabilidaddel desarrollo de la economía, como pre-conizaba el Consenso de Washington, ala política y a la sociedad. Los nuevos cír-culos viciosos (57) que frenan el progresoen América Latina y en el resto del mundoque perdió el tren de la RevoluciónIndustrial, integran procesos económicos,

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(53) Durante la década de los noventa no se mejoró ladistribución de la renta. De media, el 10 por ciento másrico de la población percibe el 40 por ciento de la renta,mientras que el 10 por ciento más pobre debe conformar-se con el 1,5 por ciento.

(54) También llamó la atención sobre el buen entornode crecimiento para el 2004, que repercutirá favorable-mente en América Latina, especialmente por la recupera-ción de la economía norteamericana, para que las máxi-mas autoridades aprovecharan la oportunidad paraconsolidar y ampliar las reformas económicas. Asimismo,advirtió que los altos y persistentes «niveles de deudapública» siguen siendo un grave riesgo para el crecimien-to económico sostenido y la elevación del nivel de vida.

(55) Ramón Casilda Béjar. Del Consenso deWashington a la Agenda del Desarrollo de Barcelona.Documento de Trabajo 10/2005. Real Instituto Elcano.Madrid, febrero 2005.

(56) «Un nuevo Consenso Internacional en Madrid».Diario Expansión. Madrid 11 de febrero 2004.

(57) El círculo vicioso de la pobreza, concepto acuñadopor el economista estoniano; Ragnar Nurkse, en su clásicolibro: Problemas de la formación de capital en los paísesinsuficientes desarrollados. Nurkse, era muy consciente deque para romper el círculo de la pobreza ... El progreso eco-nómico no es un asunto espontáneo ni automático.

políticos y sociales que son interdepen-dientes y requieren enfoques globales ypluridisciplinares (58). La transformaciónde España durante los últimos treintaaños, como la de toda Europa despuésde la segunda Guerra Mundial, es unejemplo visible de la necesidad de estaconjunción de reformas entre lo económi-co, lo político y lo social.

De tal manera, que la economía contem-poránea pone en evidencia las consecuen-cias de la idealización durante más de dossiglos del «homo economicus» y consi-guientemente, numerosos comportamien-tos sociales que originan desigualdades ydesastres se derivan del creciente «econo-micismo» de nuestras sociedades. De ahí lanecesidad de una nueva «ética económica»y de un cambio de valores que integren enmayor medida egoísmo y altruismo (59).

3.4. Una mayor integración social yeconómica

No cabe duda, de que uno de losaspectos centrales que presenta el nuevoenfoque de desarrollo económico integral,se refiere al logro de una mayor integra-

ción social y económica. Al igual que loocurrido en Europa durante la posguerra,los procesos de desarrollo y moderniza-ción latinoamericanos, dependen funda-mentalmente de la gradual incorporacióna los circuitos formales económicos delos agentes sociales menos productivos ymás pobres. Es importante competir enun mundo liberalizado, con un gradorazonable de equidad social, que incre-mente la productividad mediante la califi-cación de los recursos humanos poster-gados.

Asimismo, la inversión, la innovación yel espíritu de empresa sólo prosperan enun clima de estabilidad y confianza públi-ca. Estas condiciones sólo se dan en unambiente de participación social, basadoen una comunidad de ciudadanos bieninformados, libres y comprometidos conel desarrollo económico de sus respecti-vos países. Por ello, no se debe concebirla cuestión social de forma unidimensio-nal; como un imperativo de justicia socialorientado únicamente a superar la pobre-za y otras carencias asociadas, sino quese debe sumar la exigencia ética deextender una serie de oportunidades quehabilite a los más necesitados al accesode trabajos productivos, con ingresos dig-nos, para contar con su plena participa-ción ciudadana.

Evidentemente, resulta intolerablemantener una media del 40 por 100 de lapoblación en condiciones de pobreza, y el15 por 100 en la extrema pobreza. Esteamplísimo sector desfavorecido coincideaproximadamente, desde un punto devista productivo con el amplio universo delos desempleados, trabajadores informa-les, empleados por cuenta propia y micro-empresarios, que no tienen acceso alsector formal de la economía.

Para contrarrestar esta situación, esprioritario en el corto plazo; continuar apli-

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(58) Emilio Fontela Montes y Joaquín GuzmánCuevas. «La teoría circular del desarrollo. Un enfoquecomplejo». Revista de Estudios de Economía Aplicada.Volumen 21-2. Madrid, Agosto 2003.

Los autores exponen de manera didáctica, que exis-ten numerosas teorías del desarrollo que identifican circu-laridades en los fenómenos económicos, pero también enfenómenos políticos y sociales. Estas circularidades estáninterrelacionadas y se amplifican mutuamente, con elresultado que el sistema explicativo de los procesos dedesarrollo es extremadamente complejo. El análisisestructural causal o cualitativo, uno de los enfoques mássimples de descripción de sistemas complejos, facilita laidentificación de circularidades y de las alternativas dejerarquización indispensables para una solución de pro-blemas que en principio son interdependientes, se diseñacomo ejemplo una jerarquía para los problemas del hipo-desarrollo basada en una opción democrática, apoyadapor capitales externos y con un esfuerzo prioritario en elámbito de la educación.

(59) Begonia Miedes Ugarte. Elaboración de unahipótesis de actor socio-económico e implicaciones meto-dológicas. Universidad de Huelva, 2001.

cando políticas asistenciales conducen-tes a disminuir la pobreza extrema,mediante la prestación de servicios com-pensatorios, procurando mejorar la focali-zación de los mismos en los grupos demás bajos ingresos, a la vez que aumen-tar la eficacia en su prestación.

En el mediano plazo; se impone esta-blecer una estrategia de integraciónsocial más amplia y de resultados dura-deros, debiendo incluir no solo las conoci-das políticas en el campo de la salud, laeducación y la mejora de las condicionesde vida en las ciudades y en el mediorural, sino que paralelamente, se deberánarticular la creación de nuevas oportuni-dades de acceso al empleo para jóvenesy los trabajadores experimentados que sevieron expulsados del sistema productivopor los imperiosos ajustes de las crisiseconómicas y la deslocalización geográfi-ca o la subcontratación fuera de la región.

Otro de los apartados que habría queevaluar con gran atención, corresponde alos empleos de alto valor añadido, pues laIED reclama profesionales preferente-mente en el campo de las nuevas tecno-logías, como infraestructuras adecuadasy bajos costes de comunicaciones.

Igualmente, se tienen que instrumentarlos suficientes incentivos para dar salidaa los emprendedores que buscan suoportunidad en el mundo empresarial ymuy especialmente en el marco de lasnuevas tecnologías, donde los jóvenesson los verdaderos protagonistas, siendoeste el caso de la India que tan excelen-tes resultados esta proporcionando paraestas empresas de nuevas tecnologíasde los jóvenes emprendedores, las cualescompiten con las más avanzadas delmundo en la exportación de software.

Esta política comienza a dar resulta-dos y está atrayendo al país a las grandesmultinacionales tecnológicas como IBM,

que despedirá 4.700 personas enEstados Unidos y las contratará en Indiay China. Accenture duplicará sus trabaja-dores en India, alcanzando 10.000empleados para desarrollo y manteni-miento de software, centros de atenciónde llamadas y servicios financieros. AOL,prescinde de 450 empleados enCalifornia, pero tiene su centro de aten-ción al cliente en Bangalore, la ciudadtecnológica más dinámica de la India, queha superado al mítico Silicon Valley.Como muestra, de las 52 compañíasmundiales que otorga el índice de máxi-mo nivel de calidad tecnológica (SEI-CMMM Level 5), 43 se encuentran enIndia y 20 en Bangalore (60). Los resulta-dos se han mostrado progresivamentefavorables, pues se ha exportado duranteel 2003, software y servicios por 10.000millones de dólares, previendo alcanzar50.000 millones para el 2009. (61) Sinembargo, este es un extenso y expansivomercado, que estimula la entrada de nue-vos competidores como es el caso argen-tino.

En efecto, Argentina, que desde la ciu-dad de Tandil (62) desea emular el mode-lo indio y esta esforzándose por ello, tienea su favor que las condiciones actualestraspasada la crisis económica, son mejo-res que las de India cuando comenzóesta estrategia hacia finales de los añossetenta, calculándose que el mercado deproductos informáticos a nivel mundialasciende a 180 mil millones de dólares eIndia ha captado un mínimo 0,2 por 100después de treinta años.

Recordemos, por su trascendencia,que el bienestar a partir de la EdadContemporánea, se basa en la invención

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RAMÓN CASILDA BÉJAR

(60) Joan Carles Ambrojo. Ciberp@ís. Madrid, 8 deabril 2004.

(61) Asociación Empresarial Nascom 2004.(62) Provincia de Buenos Aires, donde se encuentra el

polo tecnológico conocido como el Silicon Valley argentino.

y la innovación que realizan los científicosy aplican los «empresarios» y de los dos,el factor más «crítico» y más difícil degenerar es el «empresarial», como sepuede comprobar a lo largo y ancho de laregión. Cualquier país, que quiera avanzarmás rápidamente para acortar la brechacon las naciones desarrolladas, necesita,más que nada; «empresarios» creativos einnovadores (63).

Actualmente, está generalmente acep-tado que en los países más adelantados,la función innovadora no la llevan ya acabo los empresarios, sino las empresas(grandes), que inventan e innovan de unaforma continuada en sus especializadoslaboratorios de investigación. Si bien, hayexcepciones también, pues en las empre-sas tecnológicas de la nueva economía, elempresario sigue siendo esencial en estaprimera fase de creación e innovación.

4. Conclusiones

Promover el trabajo conjunto y la cola-boración entre elementos como los men-cionados, acostumbrados a tener pocas omalas relaciones entre sí, presenta dificul-tades epistemológicas, técnicas y éticas.

Las primeras, porque no estamos habi-tuados a comprender el mundo en formaintegrada, y porque una alianza entre lalógica jerarquizadora del poder y la lógicaclasificadora de la razón, nos conduce aseparar y antagonizar lo que en la socie-dad siempre debió permanecer unido.

Las segundas, porque ninguno de estosactores: Estado, sector privado y sociedad,habían articulado un discurso común, que

les permitiera entenderse y colaborar, ni loscanales e instrumentos necesarios paraacercarse y trabajar juntos; lo cual hacepertinente construir ese discurso y esosinstrumentos. Precisamente cuando se uti-lizan como instrumentos las finanzas, esposible crear una materia multidisciplinar alincorporar la dimensión ética al campofinanciero, caracterizado por nutrirse deuna concepción estrictamente técnica,renunciando generalmente a la reflexión delos fines con los que se utilizan estas herra-mientas financieras.

Con este sesgo multidisciplinar, lasfinanzas incorporan formalmente losaspectos sociológicos y éticos necesariosen una dirección que apunta hacia unaciencia económica más pegada a las rea-lidades y tendencias sociales, y que a suvez, le permite disponer de un cuerpoautónomo de conocimientos relativos alempleo social específico de todas lasherramientas, procedimientos y sistemasal uso en el campo de la economía finan-ciera (64).

Además, la ética, en última instancia, esla condición decisiva, porque como señalá-bamos, ninguna propuesta en función úni-camente de la razón o de la técnica podríatener la capacidad para lograr que todosestos actores aprendan a colaborar entreellos, desde un cambio de actitudes, deapertura y de solidaridad. Precisamente, esésta dimensión ética, la que reclama bregarpor un desarrollo económico integral, quehaga posible alcanzar todos estos objetivostan deseados en las políticas económicas ysociales. Aunque esta dimensión ética,debe alejarse de las conocidas reaccionespendulares del pasado, de políticas que enun caso privilegiaron lo económico ante losocial, en aras de un economicismo estre-cho, y en otro, pretendieron alcanzar gran-

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(63) Schumpeter, fue quien con más fuerza impulsoesta idea básica de la «función innovadora del empresa-rio», que se produce, en tanto menos desarrollado es elpaís.

Véase: Jhosep A. Schumpeter: The theory of econo-mic development. Cambridge University Press, 1934.

(64) Antonio Partal. Finanzas sociales: Innovaciónfinanciera para la cooperación internacional.

des y respetables logros sociales, perosacrificando las bases de una economíadinámica y en crecimiento. En consecuen-cia, se tuvo economía sin sociedad, ysociedad sin economía (65).

La respuesta de la ciencia económicaal reto de la ética, se encuentra en la eco-nomía del bienestar, pues como señalaSamuelson: (66) «en un cierto punto, laeconomía debe integrar funciones éticasde bienestar que provienen del exteriordel campo económico». Este es el senti-do de la función económica del bienestarque sustancialmente se puede enriquecerprestando más atención a la ética, y elestudio de la ética también puede benefi-ciarse de un contacto más íntimo de laeconomía (67).

De igual manera, para alcanzar la efi-ciencia competitiva no basada en una com-petitividad espuria (68), es necesario unaestrecha relación e incorporación del pro-greso técnico junto a un alto nivel de edu-cación y formación profesional: hay unarelación fatal entre los niveles de educacióny pobreza. Los latinoamericanos debemosempuñar los lápices como dagas. La edu-cación asegura el despegue de las energí-as creadoras de nuestros conciudadanos.La educación libera los talentos y capaci-dades personales de ciudadanos que deninguna manera están condenados a laignorancia y a la miseria (69).

Asociamos progreso técnico y forma-ción profesional, al considerar que la técni-ca por sí sola no puede mejorar la produc-

tividad, ni la competitividad, ni el nivel devida. Además, se debe tener muy presen-te que la incorporación del progreso técni-co no es simplemente producir más de lomismo. Más bien, es un proceso de susti-tución de los bienes existentes por otrosnuevos, que generalmente incide sobre elnivel de empleo. Muchas personas involu-cradas en la producción de los bienes tra-dicionales, pueden perder su trabajo, inclu-so si se generan nuevos empleos paraproducir los nuevos bienes. Esta situaciónno resulta novedosa, Joseph Shumpeterobservaba ya en 1942: «que el proceso decrecimiento tecnológico, revolucionabaincesantemente la estructura económica,destruyendo sin cesar la antigua, y crean-do una nueva». Este proceso de destruc-ción creativa, lo considera como una ver-dad central del capitalismo.

También resulta vital, contar con unEstado «eficiente y fuerte», que seacapaz de salvaguardar los bienes comu-nes, que respete y haga respetar debida-mente la «legislación», que fortalezca lasinstituciones y solidifique su marco legalpara que no pierdan quienes si las respe-tan y ganen quienes las evitan. Y definiti-vamente, recalcamos;que el interés en laética, no excluya la plena conciencia de lanecesidad de contar con un sistema eco-nómico (70) estable, dinámico, tecnológi-camente moderno y en continúa competi-tividad (71) en consonancia con losparámetros y realidades de los países enel contexto internacional.

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RAMÓN CASILDA BÉJAR

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(68) La «competitividad espuria», sólo trae resultadosa corto plazo que desaparecen velozmente. EnriqueGarcía (Prólogo). Retos para el nuevo milenio en AméricaLatina. CAF-TM Editores. Santafé de Bogotá, 1998.

(69) Carlos Fuentes (Prólogo). Gustavo Cisneros. Eladelantado. Planeta. Madrid, 2004.

(70) Charles E. Lindblom. The Market System. What itis, how Works, and what to make of it. Yale University,2000.

(71) Conjunto de capacidades tecnológicas, financie-ras y educativas que tiene un país frente a los demás yque le permite crecer equilibrada y sostenidamente.

Ramón Casilda Béjar. «La nueva economía y el desa-rrollo económico latinoamericano en un mundo global».Revista de la sociedad internacional para el desarrollo, Nº33. Madrid, 2003.

Este nuevo enfoque integrador deldesarrollo económico, afecta a todas lasdimensiones de nuestras vidas, y nos per-mite lograr, lo que nuestros antecesoreshabrían considerado un nivel asombrosode cooperación que sirve también paramantener la paz social y que abarca elconjunto de la sociedad nacional y global,que solo puede entenderse como unaparte amplia de la estructura y vida de lasociedad, pero cuyos efectos la impregnana toda ella. La cuestión es: ¿Qué tipo desociedad queremos? Sobre este particular,el Premio Nobel de Economía AmartyaSen (72) (1998) subraya: «los valores éti-cos de los empresarios y los profesionalesde un país, junto a otros actores socialesclaves, son parte de sus recursos produc-tivos. Si son a favor de la inversión, lahonestidad, el progreso tecnológico y lainclusión social, serán verdaderos activos;si, en cambio, predomina la ganancia rápi-da y fácil, la corrupción y la falta de escrú-pulos, bloquearán el desarrollo».

Pensando que en 1776, Adam Smithofreció su respuesta a lo que él conside-raba la principal cuestión económica desu tiempo: ¿Cuál es la causa de la rique-za de las naciones? y cómo está aún noha sido alcanzada satisfactoriamentepara todas las naciones, sino al contrario,la brecha se agranda entre las más ricasy las más pobres (73), como tantos y tan-tos economistas; Amartya Sen busca res-puesta para la que considera principalcuestión económica de nuestro tiempo:

«¿Cuál es la causa de que exista tantapobreza en medio de tanta riqueza yprosperidad económica?

Si esta ambiciosa búsqueda acabaseteniendo éxito, sería uno de los triunfosmás grandes y beneficiosos de la huma-nidad y para la humanidad (74). Pudieseser, que se está gestando una época deconvergencia hacia una concepción deun desarrollo integrador, estimuladodesde el componente ético como sistemade creencias, valores y pautas de con-ducta que armonizan la convivencia.

No olvidemos, que la «ética» se propo-ne humanizar el mundo, pues «el hombrees la medida» como enseñó sabiamenteProtágoras (75). Tampoco olvidemos, queeste desarrollo económico integrador,cuenta desde el ámbito de las empresascon la responsabilidad social corporativa ysu incidencia en las finanzas, como palan-ca de transformación de las inversionesrespecto a su compromiso social, paramejorar el mundo económico y financierocada vez más interdependiente física ysocialmente. Ésto nos viene a señalar quedebemos comprender íntima y profunda-mente en qué medida las trayectorias delpasado condicionan nuestro presente, yde qué modo, podremos realmente cam-biar las tendencias para virar en otrasdirecciones. Es decir, liberarnos de la iner-cia del pasado para construir nuestro futu-ro más inmediato.

Un virtuoso, pero posiblemente olvida-do informe al Club de Roma (76) referidoa la educación, distinguía sobre «el

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(72) «… por su contribución a la economía del bie-nestar, que ha permitido una comprensión de los meca-nismos económicos que provocan hambrunas y pobre-za».

(73) James D. Wolfensohn, (Ex) Presidente del BancoMundial, ha declarado: «En estos tiempos de reconstruc-ción después del conflicto EE.UU.-IRAK, si queremos unmundo más estable y pacífico, debemos devolver la espe-ranza y la prosperidad a los tres mil millones de personasque viven con menos de 2 dólares al día».

Banco Mundial. Encuesta mundial a 2600 personali-dades de 48 países. Washington, junio 2003.

(74) Como muestra de esta búsqueda más allá de lateoría económica, sino también desde las propias expe-riencias en los países en desarrollo, puede consultarse:William Easterly. En busca del crecimiento. Andanzas y tri-bulaciones de los economistas del desarrollo. AntoniBosch Editor. Barcelona, 2003.

(75) Victoria Camps. La imaginación ética. SeixBarral. Barcelona, 1983.

(76) Organización a la que tengo el orgullo de perte-necer a su Capítulo Español.

aprendizaje de mantenimiento», quemeramente faculta para aplicar recetasexperimentadas a problemas ya conoci-dos, y un «aprendizaje innovador», quedebería capacitar para adaptarnos mejora un entorno que experimenta cambiosrápidos y profundos (77).

Casi nadie pretende ya, que la historiapueda rellenar como maestra de la vida,directamente y por sí sola, el hiato exis-tente entre los diversos saberes especia-lizados y una consciencia reflexiva de lapropia contemporaneidad. Una perspecti-va histórica críticamente fundada, consti-tuye uno de los mejores estímulos para leensanchamiento de la visión que necesi-tamos para superar el «aprendizaje demantenimiento y desarrollar capacidadesinnovadoras en un mundo cambiante(78), donde «la inteligencia aumenta y larazón decae (79).

Precisamente ahora, en estos tiemposde bonanza, cuando el resurgimiento dela economía recorre América Latina, razo-nar sobre el nuevo enfoque integrador deldesarrollo económico, desde las caracte-rísticas apuntadas que incorporan condecisión: la responsabilidad social corpo-rativa asociada a las finanzas y el compo-nente ético, dentro del contexto de unnovedoso paradigma competitivo quedeben sortear las empresas y empresa-rios en un mundo más complejo, pero fle-xible e innovador, así como exigente ydefinitivamente cambiante y global.

Para finalizar estas reflexiones, lascuales no son ni definitivas ni cerradas,sino provisionales, abiertas a la crítica y ala discusión para que prevalezca un sin-

cero y auténtico sentimiento de colabora-ción y diálogo, como lo pretendía desdesus aciertos y errores en sus plantea-mientos y planeamientos económicos«Raúl Prebisch: «nadie tiene hoy la ver-dad revelada, señores, ni en el Norte ni elSur. Ambos tenemos atisbos de verdad,hemos hecho análisis, algunos de loscuales son compromisorios, pero nopodemos aceptar como verdad reveladalo que piensan en el Norte, pues nodeben ser tomadas por su valor nominal.Es esencial que alguna vez, los hombresdel Norte y del Sur nos pongamos a exa-minar la índole de nuestros problemas,dejando de lado los dogmas, las ideaspreconcebidas, hasta llegar a ciertacomunidad de puntos de vista. Porqueestoy persuadido de que, habiendo lospaíses desarrollados logrado su industria-lización, podrían tener un considerablepapel dinámico en el desarrollo de laseconomías del hemisferio Sur. Estamosdesperdiciando esa oportunidad. Hay quellegar a fórmulas de entendimiento en lascuestiones que he mencionado y enmuchas otras, como la acumulación decapital y la política de inversiones extran-jeras» (80).

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