El niño ridículo en el teatro breve, plasmación …...indagaciones de Bajtín sobre Rabelais, ni...

18
CRÍTICOS, 56.1992, pp. 161-178. El niño ridículo en el teatro breve, plasmación dramática de una práctica festiva por Catalina BUEZO (Madrid) A la memoria de Christiane Faliu-Lacourt No está de más recordar que el teatro breve ha de verse como espacio escénico en el cual se ponen en solfa los principios normalmente defendidos en la tragedia y en la comedia. La palabra clave de este teatro es "parodia", y la inversión de valores -que no "transgresión"'- se explica porque en estas piezas cortas, y especialmente en el entremés y en la mojiganga, afloran una y otra vez el mundo al revés del Carnaval -entendido el término en sentido amplio- así como otra serie de ritos festivos que se le asimilaban. Desde esta perspectiva hay que leer un buen número de piezas que aparentemente carecen de lógica interna por las acciones que allí se desarrollan, por los personajes que en ellas intervienen, desde un punto de vista lingüístico, etc. En cuanto a los personajes, el alcalde de los entremeses y las mojigangas lo es de burlas y sus juicios -las famosas "alcaldadas"- también; realmente se trata de un botarga de Carnaval cuya vara no es sino trasunto de las vejigas de vaca hinchadas con que este personaje golpeaba a los circunstantes. En la misma línea, los diablos y hechiceras de las mojigangas están bautizados y no inspiran temor; los médicos matan; las viudas se alegran; los personajes mitológicos reciben un tratamiento burlesco... y, para centrarnos en el tema que nos ocupa, encarnan el papel de niños actores adultos y, a la inversa, salen vestidos de hombres los niños, hijos de padres actores cuya presencia rastrearemos en las tablas en otro lugar 2 . Vamos ahora a extendernos acerca de los 1 No cabe hablar de "transgresión" en el teatro breve, señala J. M. Diez Borque, quien, además, indica que carecemos de una poética de la comicidad que sistematice los recursos empleados por la risa en los siglos XVI y XVH (Los géneros dramáticos en el siglo XVI (El teatro hasta Lope de Vega), Madrid, Taurus, 1987, p. 69). En todo caso —añade-, "no parece posible una risa pura y descomprometida que comience y termine en sí misma, y, por otra parte, no son mecánicamente transvasadles a nuestro teatro las indagaciones de Bajtín sobre Rabelais, ni la automática explicación en claves carnavalescas". 2 Ampliamos ahora las noticias relativas a estos niños grotescos, de los que tratamos de pasada en nuestro artículo "El sacristán fariseo. Edición de un entremés inédito y apuntes sobre la ñgura del fariseo" (Criticón, 50, 1990, pp. 102-103, n.) y en nuestra tesis doctoral La mojiganga dramática. Historia y teoría (Madrid, Universidad Complutense, 1991, pp. 609-618), en cuyo capítulo Vu se ofrece una tipología de los personajes de las mojigangas dramáticas (pp. 540-628). De reciente aparición es el

Transcript of El niño ridículo en el teatro breve, plasmación …...indagaciones de Bajtín sobre Rabelais, ni...

CRÍTICOS, 56.1992, pp. 161-178.

El niño ridículo en el teatro breve, plasmacióndramática de una práctica festiva

por Catalina BUEZO(Madrid)

A la memoria de Christiane Faliu-Lacourt

No está de más recordar que el teatro breve ha de verse como espacio escénico en el cual seponen en solfa los principios normalmente defendidos en la tragedia y en la comedia. La palabraclave de este teatro es "parodia", y la inversión de valores -que no "transgresión"'- se explicaporque en estas piezas cortas, y especialmente en el entremés y en la mojiganga, afloran una y otravez el mundo al revés del Carnaval -entendido el término en sentido amplio- así como otra seriede ritos festivos que se le asimilaban. Desde esta perspectiva hay que leer un buen número depiezas que aparentemente carecen de lógica interna por las acciones que allí se desarrollan, por lospersonajes que en ellas intervienen, desde un punto de vista lingüístico, etc.

En cuanto a los personajes, el alcalde de los entremeses y las mojigangas lo es de burlas y susjuicios -las famosas "alcaldadas"- también; realmente se trata de un botarga de Carnaval cuya varano es sino trasunto de las vejigas de vaca hinchadas con que este personaje golpeaba a loscircunstantes. En la misma línea, los diablos y hechiceras de las mojigangas están bautizados y noinspiran temor; los médicos matan; las viudas se alegran; los personajes mitológicos reciben untratamiento burlesco... y, para centrarnos en el tema que nos ocupa, encarnan el papel de niñosactores adultos y, a la inversa, salen vestidos de hombres los niños, hijos de padres actores cuyapresencia rastrearemos en las tablas en otro lugar2. Vamos ahora a extendernos acerca de los

1 No cabe hablar de "transgresión" en el teatro breve, señala J. M. Diez Borque, quien, además, indica quecarecemos de una poética de la comicidad que sistematice los recursos empleados por la risa en los siglosXVI y XVH (Los géneros dramáticos en el siglo XVI (El teatro hasta Lope de Vega), Madrid, Taurus,1987, p. 69). En todo caso —añade-, "no parece posible una risa pura y descomprometida que comience ytermine en sí misma, y, por otra parte, no son mecánicamente transvasadles a nuestro teatro lasindagaciones de Bajtín sobre Rabelais, ni la automática explicación en claves carnavalescas".2 Ampliamos ahora las noticias relativas a estos niños grotescos, de los que tratamos de pasada ennuestro artículo "El sacristán fariseo. Edición de un entremés inédito y apuntes sobre la ñgura delfariseo" (Criticón, 50, 1990, pp. 102-103, n.) y en nuestra tesis doctoral La mojiganga dramática.Historia y teoría (Madrid, Universidad Complutense, 1991, pp. 609-618), en cuyo capítulo Vu se ofreceuna tipología de los personajes de las mojigangas dramáticas (pp. 540-628). De reciente aparición es el

162 CATALINA BUEZO Criticón, 56,1992

primeros, es decir, interesan a nuestro propósito los "niños" que, ataviados con dijes, birrete ybabador, son representados por hombres barbados o enormes.

El refranero se hace eco de la existencia en la vida cotidiana de "niños grandes", muchachosmimados que continúan comportándose como si fueran recién nacidos. Correas cita el refrán "Anda,niño anda" ("Dícenlo, enseñándole a andar") y explica: "El hijo de la Rollona o el Niño de laRollona que tiene siete años y mama aún ahora"3. Por su parte, escribe Covarrubias, al mencionarel refrán "El niño de la Rollona que tenia siete años y mamaba": "hay algunos muchachos tanregalones que con ser grandes no saben desasirse del regazo de sus madres; salen éstos grandestontos o grandes bellacos viciosos"4. El Diccionario de Autoridades apunta que se aplica laexpresión "Niño de la Rollona" al que continúa comportándose como tal, a pesar de no tener edadpara ello, mientras precisa que el adjetivo "rollona", usado únicamente en la frase anterior y consentido festivo, designa a la mujer fuerte y rollizas.

La expresión "el Niño de la Rollona" equivale, en el caso del Entremés primero del parto de laRollona de Francisco Navarrete y Ribera, a "el niño de la gigantona", pues de hecho su hijo, comoveremos, guarda semejanzas con Gargantua. Simón Aguado, por su parte, en Los niños de laRollona y lo que pasa en las calles, dibuja a la Rollona como una criada respondona, una suerte de"valentona" con visos de gigantismo: "¿No sabe que me llamo la Rollona/ porque arrollo valientespareceres?" (vv. 35-36). Sus hijos son asimismo "rollones" y se pone énfasis en su voracidad.Ahora bien, el nombre parece presumiblemente venirle de su oficio como "rolla" o ama de cría deun niño igualmente robusto o "rollo"6.

Así se desprende de la mojiganga de Vicente Suárez de Deza El niño y la mujer que acomodaamas: la Rollona es aquí un ama gallega que, además de amamantar a su hijo recién nacido, se harácargo de Matigüelas, hijo de don Matías que está flaco y no mama. Se menciona también que hay

trabajo de C. Faliu-Lacourt "El Niño de la Rollona" (Criticón, 51, 1991, pp. 51-56), que además rastreala presencia de este "niño" en representaciones burlescas francesas (vid. notas 7 y 12). Prepara L.Domergue un artículo sobre la iconografía del niño grotesco en los siglos XVIII y XIX, y en particularsobre el Capricho IV de Goya. Acerca de la presencia de actores infantiles en los escenarios del sigloXVII, véase nuestro artículo "El niño en el teatro cómico breve del siglo XVII", / / / Congreso de la A1SO,Toulouse, julio de 1993 [en preparación].3 Véase G. Correas (ed. Combet, p. 56). Este estribillo, que, como se verá, es una variante del de lazarabanda {cf. n. 39), se carga de connotaciones satíricas en la composición del Conde de Villamedianatitulada Hablando con la Mag¡esta]d de Phelipe quarto rezién entrado heredado, ms. 3919 de la BibliotecaNacional de Madrid, fols. 68r-70r. Otro tanto sucede en El talego 2- parte, entremés cantado de LuisQuiñones de Benavente. Se aplican los versos "Anda, niño, anda, / que amor te lo manda" a un talegomuy enfermo (las mujeres pedigüeñas, de doctores, han sacado todo el dinero que en él había). Cf. H. E.Bergman (éd.), Luis Quiñones de Benavente, Entremeses, Salamanca, Anaya, 1968, p. 132, vv. 34-35,quien, además, cita en nota una estrofa similar, invirtiendo los términos, en La Santa Juana, 2* parte (ü,XX), de Tirso de Molina. Hoy día pervive en el cancionero infantil español ("Anda, niño, anda,/ que Dioste lo manda"), como canción con que el adulto anima al niño a dar sus primeros pasos. Véase P. Cerrillo,"Literatura y folklore en los 'juegos mímicos' infantiles", en Revista de Dialectología y TradicionesPopulares, XLÜ, 1987, p. 101. Luego se aplicó a los "niños de la Rollona" (la canta el ama mientras selee Llevante de los andadores, como que se enseña a andar en El niño de la Rollona, de Avellaneda).4 S. de Covarrubias, Tesoro de la lengua castellana o española (1610), Madrid, Turner, 1979, p. 829. Cf.C. Faliu-Lacourt, "El Niño de la Rollona", art. cit., p. 52, n.s Cf. C. Faliu-Lacourt, ibid., p. 52. Opina que el término "rollona" puede guardar relación con losvocablos "arrullar" o "rorro". De hecho, "rollona" es un aumentativo de "rolla", voz familiar aplicada ala niñera, procedente a su vez de la onomatopeya "ro", usada para arrullar a los bebés.6 La expresión "estar hecho un rollo de manteca" fig. y fam. se emplea para alabar la gordura de un niño(DRAE). Es decir, "el rollo y la rolla/rollona" conforman la pareja carnavalesca del niño y la nodriza.

EL NIÑO RIDÍCULO EN EL TEATRO BREVE 163

que buscar un ama para el niño en la mojiganga anónima Lo que pasa en mitad de la Cuaresma alpartir la vieja, y en las restantes piezas, como veremos, desfila ya el niño junto al ama de cría. Es,pues, la Rollona madre, pero sobre todo nodriza, si bien este personaje suele llamar "hijo" al niñoque tiene a su cargo, siguiendo el refrán "La gracia del niño tanto va en la comadre como en la queha parido"?.

La aparición de estos niños adultos, "niños de la Rollona" o "niños ridículos", comoindistintamente se les denomina8, se produce en unas circunstancias específicas. Por un lado, sepuede describir su nacimiento y lo extraordinario de su parto; por otro, lo encontramos encelebraciones escolares o en rituales festivos protagonizados por muchachos, e incluso asistimos abodas de niños grotescos, a los que llevan sus padres de los andadores. Ahora bien, es lo másfrecuente su entrada en escena formando pareja con un ama o nodriza o junto a otros niños de lamisma especie, en la forma de comparsa.

De cualquier manera, lo interesante es notar que se trata en todos los casos de episodios delmundo real que, como veremos, pasan de la plaza pública a los tablados y coexisten en la mismaépoca en festividades callejeras y en el teatro. Por ello, en cada uno de los apartados que nuestrotrabajo establecemos dos subapartados o niveles básicos - el de las manifestaciones parateatrales yel de los textos dramáticos - , y la comparación entre ambos permite ver cómo el personaje del"niño ridículo" de la escena barroca se configura a partir de la aparición de esta misma figura enmascaradas públicas de tipo carnavalesco. Se refuerza así la tesis de la enorme deuda del teatrocómico breve para con lo "espectacular" y parateatral.

Afirma M. Bajtín que

el coito, el embarazo, el alumbramiento, el crecimiento corporal, la vejez, la disgregación y eldespedazamiento corporal, etc., con toda su materialidad inmediata, siguen siendo los elementosfundamentales del sistema de imágenes grotescas. Son imágenes que se oponen a las clásicas delcuerpo humano perfecto y en plena madurez, depurado de las escorias del nacimiento y el desarrollo.9

Pues bien, todos esos episodios que conforman un "sistema de imágenes grotescas" sonnumerosos en entremeses y mojigangas parateatrales del siglo XVII y aun del XVIII y reaparecenen el teatro cómico breve de esas centurias10. Los del "embarazo, alumbramiento y crecimientocorporal" están ligados en concreto al nacimiento y nutrición de "niños de la Rollona" o niñosadultos, figuras pertenecientes a la cultura cómica popular, como a continuación se verá.

7 Cf. C. Faliu-Lacourt, "El Niño de la Rollona", art. cit., pp. 52-53. Remite al Refranero generalideológico de Luis Martín Kleiser, Madrid, RAE, 1953, núm. 45, p. 502.8 Las tres expresiones son, a nuestro modo de ver y como se desprende de los textos conservados,intercambiables: se trata de niños grotescos representados poT actores adultos. Así, si se emplea ladenominación "niño de la Rollona" en El niño de la Rollona, de Francisco de Avellaneda, en el saineteanónimo El niño de la Rollona y en El pésame de la viuda de Calderón, otro tanto puede hacerse contodos los actores adultos del teatro breve que aparecen en similares circunstancias {Saca Barbulilla elniño, que lo ha de hacer un hombre muy ridículo, se lee, por ejemplo, en Las locas caseras, de Alonso deOlmedo).' M. Bajtín, La cultura popular en la Edad Media y el Renacimiento. El contexto de François Rabelais,Barcelona, Banal, 1974; reimpr. Madrid, Alianza, 1987, p. 29.10 Así se desprende, por ejemplo, de El chasco de la preñada, Dos embarazadas y La embarazada ridicula.Estos títulos figuran en la lista de los saínetes dieciochescos ejecutados en el Teatro de la Cruz, quereproduce en apéndice C. A. de la Barrera y Leirado en su Catálogo bibliográfico y biográfico del teatroantiguo español, desde sus orígenes hasta mediados del siglo XVIII, Madrid, Rivadeneyra, 1860; ed.facsímil Madrid, Gredos, 1969, pp. 656 y 659.

164 CATALINA BUEZO Criticón, 56,1992

1. Los embarazos y partos burlescos1. / . En las mojigangas y mascaradas callejerasEl alumbramiento de estos "niños" se escenificaba en la plaza pública en mascaradas similares

a las que describe Goethe en su Viaje a Italia al aludir al Carnaval de Roma:

Un grupo de hombres disfrazados hace su aparición: unos disfrazados de campesinos, otros demujeres. Una de las mujeres presenta signos evidentes de embarazo. De pronto una disputa estallaentre los hombres; aparecen los cuchillos (de cartón plateado). Las mujeres separan a loscombatientes; espantada, la mujer encinta sufre en plena calle los primeros dolores delalumbramiento: comienza a gemir y a contorsionarse, las otras mujeres la rodean, le dan un asientoy, en seguida, ella trae al mundo públicamente a una criatura deforme. Con eso la representacióntermina.11

Conservamos un testimonio que da cuenta de un parto de este tipo, pues en las fiestasauspiciadas por la Cofradía de la Cruz de Valladolid de 1681 destacó un carro en el que

Iba una mujer pariendo son deste modo, y no es gangay la comadre ayudando, vendernos [sic] con zangamanga,la que pare iba empujando, que pasan dolor muy fuerte,y la comadre riendo. porque, si son desta suerte,Los partos, a lo que entiendo, es cosa de mojiganga.12

Los estudiantes sevillanos del colegio de Santo Tomás de Aquino ejecutaron en 1707 unamáscara jocosa y otra sería, de seis cuadrillas respectivamente, más dos carros de la última conalegorías relativas a la fiesta. En la primera cuadrilla burlesca desfilaron "comadres de parir", lo quedarla lugar nuevamente a dramatizaciones como las comentadas13.

/ . 2. En los textos dramáticosUna prueba más de que los entremeses y las mojigangas dramáticas escenifican festejos

públicos de tipo carnavalesco es la inclusión en ellas de estos personajes -parturientas y comadres-que recorren las páginas de las piezas teatrales breves del siglo XVII y aun del XVIII.

Así, la inmediatez del parto será objeto de dos mojigangas de Francisco de Castro. En El antojode la gallega, una gallega amenaza con malparir si no ve el "mundi nuevo" que en Mondoñedopresenció14. En Los gigantones, otra gallega embarazada desea que salgan unos gigantes de pastaque vio bailar la noche anterior en un nacimiento. Se los proporciona una hechicera, y concluye la

11 Cf. M. Bajtín, La cultura popular..., op. cit., p. 222.12 Relación verdadera de las célebres Fiestas que la insigne Cofradía de la Cruz, consagró en la Ciudad deValladolid, este año de 1681. Escritas por Diego Serrano [...]. En Madrid, año de 1681. Cf. C. Buezo, Lamojiganga dramática..., op. cit., pp. 180-181. Remito a J. Alenda y Mira, Relaciones de solemnidades yfiestas públicas en España, Madrid, Sucesores de Rivadeneyra, 1903,1, núm. 1461 y Biblioteca Nacionalde Madrid V. E. 194/31, fols. 18v-19r.1 3 Singular lustroso paseo joco-serio, y pública demonstración con que el colegio mayor de SantoThomas de Aquino, de esta muy Noble y muy Leal Ciudad de Sevilla, con sus Estudiantes, solemnizó elfeliz Nacimiento de nuestro Sereníssimo Señor Infante Don Luis Fernando el Deseado (...) (1707). Cf.id., ibid., pp. 146-147. Remito a id., ibid., núm. 1669 y Biblioteca Nacional de Madrid V. E. 1243/8,pp. 6-25.14 Se conserva en los mss. 14804 y 15200 de la Biblioteca Nacional de Madrid y en el ms. 61540 de laBiblioteca del Instituto del Teatro de Barcelona. Cf. C. Buezo, "Apuntes sobre la ritual expulsión del malen la plaza pública y edición de El antojo de la gallega, mojiganga de Francisco de Castro", en Revista deLiteratura [en prensa].

EL NIÑO RIDÍCULO EN EL TEATRO BREVE 165

pieza con el desfile de dos niños de gigantillos con sonajas y ocho gigantones, cuatro mujeres ycuatro hombres15.

Por su parte, en La ronda en noche de Carnestolendas, mojiganga de Vicente Suárez de Deza, elalcalde va apresando figuras por las calles para hacer una mojiganga y se topa con una comadre yun vejete que van a ayudar a un parto. Leemos:

ESCRIBANO. Diga quién es. COMADRE. Y, según las muestras,VEJETE. Señor mío, tiene ya la criatura

vuesarced nos dé licenci [sic], la cabecita de fuera.porque corre gran peligro (Vv. 107-112)1*un parto.

En la mojiganga El que busca ¡a mojiganga, pieza atribuible a Calderón, el parto es yainminente:

MUJER. ¡Señor de mi alma,que me muero, que me muero!De paito vengo y con faltade quien me tenga y socorra.

ALCALDE. ¡Mujer del demonio, aguarda,que me ahogas sin remedio!¡Suéltame, pese a tu casta!

MUJER. ¡Ay, señor, que estoy pariendoy me he comido de rabiamás de cincuenta dolores!

(Vv. 135-144)

MUJER. ¡Ay comadre, que me muero!ALCALDE. ¿Estás acaso borracha,

mujer, que quieres hacermecomadre con estas barbas? (Vv. 148-151)17

Otro tanto sucede en las mojigangas anónimas La casa de la plaza1*, imitación de la piezaanterior -la embarazada llega, en sus extremos, a arrancar una oreja al alcalde- y en ¿a parida19,donde el gorrón Pedro simula ser una mujer encinta para robar las capas del alguacil y de otros doshombres. En el anónimo Entremés nuevo de la parida30, distinto del homónimo citado, representaeste papel un hombre que dice ser una castísima doncella en trance de dar a luz por achaque de unasfaltas.

15 Se incluye en la 2* parte de Alegría córnea, explicada en diferentes asuntos jocosos, de Francisco deCastro (Zaragoza, 1702, fols. 79-87). También se guarda un pliego suelto en la Biblioteca Municipal deMontpellier (núm. V, 11293, núm. 25). Cf. id., "En tomo a la presencia de Celestina en el teatro brevede los siglos XVII y XVIII. Edición de Los gigantones, entremés de Francisco de Castro", enCelestinesca, 1992 [en prensa].16 Está en el ms. 46561 de la Biblioteca del Instituto del Teatro de Barcelona, copia de Parte primera delos Donaires de Tersícore, Madrid, Melchor Sánchez, 1663, fols. 96r-100v.17 C. Buezo, "El que busca la mojiganga: estudio y edición de una pieza anónima de posible atribución aCalderón", en Revista de Literatura, LJ, 101, 1989, pp. 177-178.18 Se halla La casa de la plaza en el ms. 14090 de la Biblioteca Nacional de Madrid y en el ms. 46673 dela Biblioteca del Instituto del Teatro de Barcelona.l» Cf. ms. 15662 de la Biblioteca Nacional de Madrid.20 Cf. ms. 17401 de la Biblioteca Nacional de Madrid.

166 CATALINA BUEZO Criticón, 56, 1992

De igual temática es el entremés de Pedro Francisco Lanini El parto de Juan Rana (aquí elpapel afeminado del actor desemboca en "la grotesca escenificación de su parto final"21. Es decir, setrata de un motivo muy común, empleado ya por Quiñones de Benavente para provocar la hilaridaddel auditorio (en Los ladrones y Moro hueco y la parida, se echa en el suelo Chicharrón, que na deestar con una capa por saya y una toalla por toca, simulando ser una mujer en el momento delparto)22.

En el Entremés primero del parto de la Rollona, de Navarrete, centrado en la descripción delproceso del alumbramiento, consiste éste en la entrada en escena del hombre más alto de lacompañía, que nace con espuelas y botas. La comadre le envuelve en una manta y, como faja, lepone una cincha de caballo. Al principio se habla de que su madre lleva preñada desde la guerra deGranada y es posible que el niño salga ya hecho hombre: "una cuba es su vientre, y hay quien diga/ que es frisón el que tiene en la barriga" (vv. 3-4). La "parida" comenta que, cuando tiene varones,siempre nacen con calzones y barbas. A la llamada de la comadre y a los gritos de la parturientallegan tres hombres, uno de ellos un marinero. Les dice la primera:

COMADRE. [...] Ayuden todos,que ha tocado en el puerto con los codos,y en menudo no limpio se me ahoga. (Vv. 41-43)

Le sacan con una soga, como si de un gran pez marino se tratase, llora e inmediatamente le dan unpan de Vallecas con tocino23. La "parida" comenta que se parece a su padre, "[...] que el verano /alcanzaba vencejos con la mano" (vv. 55-56), y a ella en las espuelas y en el bozo. Es decir, aquíla Rollona es una giganta y su hijo un gigantillo. Celebran a continuación el nacimiento cantandoy bailando. El niño apostilla:

Los niños chiquitos van a la escuela,yo voy desde luego a colgar iglesias. (Vv. 75-76)

Los subrayados merecen ahora una explicación más detallada, pues este parto guarda similitudescon el que describe Rabelais de su personaje Gargantua. Su madre Gargamelle da a luz de lasiguiente manera:

Al poco rato, Gargamelle empezó a suspirar, a lamentarse y a llorar. Al instante acudió de todos ladosun buen número de matronas, las cuales, palpándole la vagina, dieron con algunos trozos de piel

2 1 Como indica F. Serralta en "Juan Rana homosexual", en Criticón, 50, 1990, pp. 85-86. Se encuentrala pieza en el ms. 1408943 de la Biblioteca Nacional de Madrid.2 2 Cf. H. E. Bergman, Luis Quiñones de Benavente y sus entremeses, Madrid, Castalia, 1965, pp. 125 y414.2 3 El pan de esta localidad era muy apreciado, y así lo indica Tirso de Molina en La villana de Vallecas.Cf. H. E. Bergman (éd.), Ramillete de entremeses y bailes nuevamente recogidos de los antiguos poetasde España. Siglo XVII, Madrid, Castalia, 1970, p. 240, n. 5. al v. 133 del entremés El miserable, deQuiñones de Benavente. Señala C. Faliu-Lacourt ("El Niño de la Rollona", art. cit., p. 53) que "algigantismo va ligada la gula o glotonería" y "este pan omnipresente remite a una tradición folklórica(cf. las guerras de las hogazas de Rabelais)". En nuestra opinión, el pan de Vallecas -aunque a veces nose especifica su procedencia- se convertirá en un accesorio caracterizador del personaje. En el anónimosaínete titulado El niño de la Rollona, el carácter bobalicón del personaje ("Niña de Mendrugón") sepone, además, de manifiesto con este nombre, puesto que "mendrugo" era fig. y fam. "rudo, tonto,zoquete" (DRAE).

ELNIÑO RIDÍCULO EN ELTEATRO BREVE 167

bastante maloliente, lo que les indujo a pensar que el niño estaba por llegar. Pero lo que en verdadocurría era que, en razón al reblandecimiento del intestino Tecto -al que llamáis tripa cular- se leescapaba el fundamento a consecuencia de haber comido demasiados callos, como ya antes hemosdicho.24

M. Bajü'n comenta el párrafo anterior

La anatomía de lo "inferior" corporal es descrita en forma realista. El nudo grotesco se cierra másaún: el intestino grueso "escapado", y las visceras comidas, las entrañas que dan a luz (el intestino esconfundido con el niño), todo está unido en forma indisoluble en este fragmento.25

Como vemos, en el entremés y en el pasaje citado la parturienta grita, llegan comadronas, laprimera hace de vientre, mezclándose las entrañas comidas ("menudo") con las que dan a luz. Siguenotando M. Bajtín que

a través de las entrañas devoradas y parturientas de Gargamelle, se percibe el seno de la tierra queabsorbe y da a luz, al igual que el cuerpo popular perpetuamente renaciente.26

Las conexiones del niño del entremés de Navarrete y Ribera con el mar, con la naturalezamarina, son un tanto sorprendentes, produciéndose el nacimiento entre las voces "a barlovento", "abon viaje" y "a salvamento". Ahora bien, cuando Gargantua engendró, a la edad de cuatrocientoscuarenta y cuatro años, a su hijo Pantagruel, murió de parto su esposa Badebec. El nacimiento y lamuerte, representados por la abertura de la tierra y de su seno maternal, explican que ese año latierra se calentase tanto "que le vino un sudor enorme, y sudó todo el mar, que por este motivo essalado, porque todo sudor es salado". Apunta M. Bajtín que "el diablillo Pantagruel [es]encarnación del elemento marino dotado del poder de dar sed a la gente"27.

Todas las acciones que Pantagruel realiza en la cuna tienen que ver con la absorción dealimentos, mamando en cada una de sus comidas la leche de cuatro mil seiscientas vacas. El niñode la Rollona, extraído de las entrañas marinas de la madre naturaleza, se caracteriza asimismo porsu gran apetito.

Así se observa en la mojiganga de Simón Aguado, Los niños de la Rollona y lo que pasa enlas calles. La Rollona se enfrenta con su señora y se marcha a buscar a sus dos hijos por las calles

2 4 François Rabelais, Gargantua y Pantagruel, Barcelona, Plaza & Janés, 1989, p. 35. Cf. M. Bajtín, Lacultura popular..., op. cit., p. 202.2 5 M. Bajtín, ibid., pp. 199 y 202. La confusión niño/visceras reaparece en La ronda en noche deCarnestolendas y en Don Gaiferos y las busconas de Madrid, de Luis Quiñones de Benavente. Véase J.Huerta Calvo (éd.), Teatro breve de los siglos XVI y XVII, Madrid, Tauros, 1985, pp. 172-182.2 6 M. Bajtín, ibid., p. 203.2 7 Id., ibid., p. 294. La procedencia infernal del "niño de la Rollona" se observa en el entremés anónimoEl niño y especialmente en El niño de la Rollona, de Francisco de Avellaneda, como muestran lossiguientes versos:

NIÑO. Abela, tómeme en brazos.BABEL. ¿Qué es en brazos? Al infierno,

si hay demonios ganapanesque lleven tan grandes tercios. (Vv. 168-171)

NIÑO. Caca, caca he, he, he.QUTTERIA. |A los diablos te encomiendo! (Vv. 196-197)

168 CATALINA BUEZO Criticón, 56,1992

de Madrid. El deseado encuentro deja ver claramente que los "niños" no estaban perdidos, sinosaciando su enorme hambre28:

Sale el Niño primero vestido con dijes y ridículo birrete, y saca un pan mordiendo del.

NIÑO 1. ¡Mamá, mamá!ROLLONA. Éste es mi hijo.

¿Dónde has estado, mi cielo?NIÑO 1. Maye, estuve en el figón

entretenido.ROLLONA. ¿Y qué has hecho?NIÑO 1. Almorzar.ROLLONA. ¿Qué has almorzado?NIÑO 1. Seis pollas, cuatro conejos,

diez cazuelas de jigotey cuarenta pies de puerco. (Vv. 216-223)

Volviendo a la comparación anterior, notemos una última semejanza: Gargantua desea convertirlas campanas de Notre-Dame en cencerros para su burra. Las campanas de una iglesia sondestronadas, sirven de campanillas para jumento29. Se trata de una imagen de degradacióncarnavalesca. £1 niño de la Rollona va "a colgar iglesias", a entretenerse, jugando, con ellas, comolo hiciera el personaje rabelesiano.

Por lo tanto, el Entremés primero del parto de la Rollona parece recoger la tradición cómica-popular -niños adultos en comparsas carnavalescas-, de la que bebe el propio Rabelais. Este fondocomún tradicional explica que los personajes rabelesianos puedan pasar a engrosar el elenco de lasfiguras de las mascaradas -en la representada en 1622 en Blois, con el título de Nacimiento dePantagruel, intervinieron Panurgo, el hermano Juan, la sibila de Panzoust y el bebé gigante con suama de cría30. Otro tanto cabe decir respecto de las mascaradas protagonizadas por personajes delQuijote, que se integran perfectamente en los festejos públicos burlescos porque los tiposcervantinos se inspiran en la tradición folklórica preexistente31.

2. La pareja del niño y la nodriza2. 1. En las mojigangas y mascaradas callejerasEra también frecuente que el "niño de la Rollona" desfilara con su nodriza entre las figuras que

solían hacerlo en tiempo de Carnaval, tratándose -como los casos del médico y el enfermo o delsacristán y el moribundo- de una pareja complementaria.

El 6 de noviembre de 1661, un día después del nacimiento de Carlos II, se celebraron dosmojigangas burlescas por las calles y las plazas de Madrid y, entre las diversas parejas, salió la del

28 Por este motivo llama el vejete de Las Carnestolendas, de Calderón de la Barca, "hijitas rollonas" aMaría y a Rufina. Cf. C. C. García Valdés (éd.), Antología del entremés barroco, Barcelona, Plaza &Janes, 1985, p. 426, n. Consecuencia de la excesiva gula es la defecación, y abundan las alusiones a lasuciedad de los pañales, como nota C. Faliu-Lacourt en "El Niño de la Rollona", art. cit., p. 54.29 M. Bajtíh, La cultura popular..., op. cit., p. 192. Cf. C. Faliu-Lacourt, ibid., p. 53.30 M. Bajtin, ibid., p. 95.31 Sobre este tema véase F. López Estrada, "Fiestas y literatura en los siglos de oro: la Edad Media comoasunto festivo (El caso del Quijote)", en Bulletin Hispanique, LXXXIV, 3 4 , 1982, pp. 291-327 y,además, C. Buezo, "El triunfo de don Quijote: una máscara estudiantil burlesca de 1610 y otrasinvenciones", en Revista de Literatura, XXVIII, 1990, pp. 87-98.

ELNIÑORIDÍCULOENELTEATROBREVE 169

niño y la nodriza32. De nuevo en la mojiganga que, por recobrar la salud Carlos II, se hizo enMadrid en 1693, los plateros sacaron, entre otras figuras, dos amas dando de comer a unamujerona33. En la misma línea se sitúan las amas de leche con muñecos que encontramos en lamojiganga con la cual Zaragoza festejó la vuelta de Fernando Vil de Francia en 181434, y las amascon niños de pasta de ciertas mojigangas taurinas35. Por ello no extraña que en las decimonónicas"Aleluyas del Carnaval de Barcelona" reproducidas por Caro Baroja reaparezca la singular pareja("7. Alegre doña Neomisa, / a un niño de cuarenta años / va sirviendo de nodriza")36.

A. Redondo señala que en Madrid hasta 1936 salía el "niño llorón" en las mascaradas deCarnaval y otro tanto ocurría en otras partes, tratándose de un disfraz cómico apropiado paraCarnestolendas; C. Gaignebet e Y.-M. Bercé constatan en esta época la presencia de adultosdisfrazados de niño con un babador y con frecuencia con un chupete en la boca, mientras que F.Loux habla de "muchachos disfrazados de chica o la nodriza llevando a gordos bebés peludos"37.

2. 2. En los textos dramáticosDe lo anterior se desprende que hay que relacionar el niño barbado del Entremés primero del

parto de la Rollona y de El niño y la mujer que acomoda amas con La manzana, de Francisco deMonteser, donde los papeles de Venus y de la niñera fueron ejecutados por varones, o con elsaínete anónimo El niño de la Rollona, pieza en la que la Niña de Mendrugón la hace asimismo unhombre. Precisamente porque los "niños de la Rollona" y sus amas simbolizan la alegría einocencia del mundo al revés del Carnaval ("Ya está reformado el mundo, / ya nacen niños conbarbas", vv. 67-68, cantan los músicos del entremés de Navarrete), y por propiciar esta época lainversión de sexos en el vestido, representan estas figuras hombres barbudos disfrazados conatuendos infantiles o femeniles38.

3 2 Cf. J. Deleito y Piñuela, El Rey se divierte (Recuerdos de hace tres siglos), Madrid, Espasa-Calpe,1935; reimpr. Madrid, Alianza, 1988, p. 241.33 Relación y Compendio de las reales Fiestas de máscara, Mogiganga y Toros, que en demostración de laalegría común por la salud recobrada del Rey Nuestro Señor (que Dios guarde) celebró la muy Noble Villade Madrid, los días 18. 19. y 30 de Mayo, y primero de lunio, en este presente año de 1693 [...]. Cf. C.Buezo, La mojiganga dramática..., op. cit., pp. 123-124. Remito a J. Alenda y Mira, Relaciones..., op.cit., núms. 1521-22 y Biblioteca Nacional de Madrid R. 30596.34 Memoria de las fiestas que la Inmortal Ciudad de Zaragoza celebró [...] con el interesante y felizmotivo de haberse dignado nuestro augusto Soberano el Señor Don Fernando VII, venir en compañía delSerenísimo Señor Infante Don Carlos, a su regreso de Francia [...]. Escribíala [...] Don Agustín Alcaide[...] (1814). Cf. id., ibid., p. 136. Remito a id., ibid., núm. 2468 y Biblioteca Nacional de Madrid1/11478, pp. 137-140.35 Véase J. M. Cossío, Los toros. Tratado técnico e histórico, Madrid, 1943, vol. I, pp. 718-719 y 744-745.3 6 J. Caro Baroja, El Carnaval (Análisis histórico-cultural), Madrid, Tauros, 1965, reimpr. 1984, p. 54.37 Véase A. Redondo, "Tradición carnavalesca y creación literaria. Del personaje de Sancho Panza alepisodio de la ínsula Barataría en el Quijote", en Bulletin Hispanique, LXXX, 1978, 1-2, p. 56. Remite aC. Gaignebet, Le Carnaval, Paris, Payot, 1974, p. 48 y a Y.-M. Bercé, Fête et révolte. Des mentalitéspopulaires du XV' au XVIIIe siècle, Paris, Hachette, 1976, p. 31. Consúltese, además, F. Loux, El cuerpoen la sociedad tradicional, Barcelona, J. de Olañeta Editor, 1984, p. 112. Cf. A. Tordera, "Historia ymojiganga del teatro", en Jornadas sobre el teatro popular en España (9-11 de diciembre de 1986), ed. deJ. Alvarez Barrientes y A. Cea Gutiérrez, Madrid, C.S.I.C, 1987, pp. 259-260, n.38 Esto cuestiona los "posibles asomos de perversión sexual, (...) que consiste en la necesidad, parallegar al goce físico, de vestir prendas de niños (pañales, chichonera, dijes, higa) y mamar". Cf. C.Faliu-Lacourt, art. cit., p. 54.

170 CATALINABUEZO Criticón, 56, 1992

Volviendo al doblete del nifio y su ama, su aparición -y asimismo ocurrirá, como veremos, enel caso de la comparsa de los gigantones- llevaba aparejada un estribillo característico, variante dela zarabanda39, que se cantaba y bailaba. Así ocurre en El pésame de la viuda, entremés de Calderónde la Barca, en La manzana, en Lo que pasa en mitad de la Cuaresma al partir la vieja y en Lostriunfos de amor, de Bernardo de Quesada, aunque en los dos últimos casos una tía y Venus hacenlas veces de ama y de madre. Otras piezas acaban con canto y baile de seguidillas {Entremésprimero del parto de la Rollona, El niño y El niño y la mujer que acomoda amas). O simplementeno se especifica el tipo de música, como en el entremés El niño de la Rollona, atribuido a Francis-co de Avellaneda: Dase fin con instrumentos, y hagan corro, y hagan la mudanza que quisieren.

Desde un punto de vista temático, las piezas breves que cuentan con un nifio y una nodriza obien giran en torno a una boda burlesca (El niño de la Rollona de Avellaneda y El pésame de laviuda) o a competiciones de sabor carnavalesco (sobre quién tendrá mejor leche en El niño y lamujer que acomoda amas, o mayor boca en La manzana), o simplemente sirven estos disfracescomo recurso para trazar una burla entremesil (en El sacristán fariseo, el sacristán Trinchete y GilChamorro fingen ser el niño que ha parido la tía y su ama, respectivamente, con la intención deburlar al vejete, que vela por el honor de su sobrina Quiteria).

Las bodas burlescas, en este caso, lo son entre viudos, que tienen como única tacha el tener unhijo crecido40. Así ocurre en el entremés El niño de la Rollona. Quiteria hace una crítica de losgalanes viejos y de las damas que se quitan años. Isabel, su madre, le advierte contra los hombres yle confirma su próximo casamiento, que Quiteria rehusa, pues prefiere seguir soltera. Se presentanel padrino, que aturde con sus cuentos, y el novio, Garullo. Las dotes de la novia son objetosridículos, y el novio tiene el defecto de ser viudo y tener un hijo, Toribico. Es éste un hombre condijes y babador, al que lleva un ama de cría. Comenta ella que le dará su papilla, que consta de "unaanega de centeno" y de una colmena. Le llevan de unos andadores, y se le compara con el diablo,como al diablillo Pantagruel. Se acaban celebrando los esponsales con baile y canto, si bien, pordeseo de Quiteria, Garullo enviará al niño a la aldea, con dos ducados y medio.

El entremés anterior parece haber servido de inspiración a la mojiganga de Calderón, El pésamede la viuda. Aquí Juanico sale representado por el actor Morales (Sale Morales vestido de Niño dela Rollona con un pan de Vallecas en la mano). Se trata del hijo de la viuda doña Clara, queconcierta sus bodas con don Lesmes.

3. La partición de la vieja Cuaresma3. 1. En las mojigangas y mascaradas callejerasLos niños andaluces, como indica Blanco White al referirse a un testimonio de fines del XVIII

o principios del XIX, iban en tiempo de Cuaresma por las calles con gorras de papel de colores ychaquetas hechas con bulas de la cruzada del año anterior. Gritaban, al tiempo que tocaban

3 ' En efecto, el estribillo "Anda, niño, anda, anda, / que el Rey te lo manda" (cf. n. 3) guarda relación conel más conocido del de la zarabanda, que decía: "Anda, anda, anda, / ande la zarabanda". Era ésta una danzade movimientos lascivos cuya música ruidosa se solía acompañar con castañetas. Cf. C. Buezo, Lamojiganga dramática..., op. cit., p. 734. Sobre su fama y las prohibiciones que recayeron sobre estebaile, véase E. Cotarelo y Mori (éd.). Colección..., op. cit., pp. CCLXV-CCLXXI.4 0 Las bodas bufas en reinos de mojiganga, con contrayentes igualmente ridículos, abundan enespectáculos parateatrales para Carnaval que sirvieron de fuente de inspiración a numerosos entremeses ymojigangas. Cf. J. M. Diez Borque, "Órbitas de la teatralidad y géneros fronterizos en la dramaturgia delXVÏÏ", en Criticón, 42, 1988, p. 105.

EL NIÑO RIDÍCULO EN EL TEATRO BREVE 171

tambores y matracas: "¡Aserrar la vieja, la picara pelleja!"41. De hecho, el "serrament de la vella"iba ligado a una melodía, que se cantaba e incluso parcialmente se danzaba42. En este ritualintervenían muchachos que pedían dinero para la partición de la "vella", que simbolizaba laCuaresma.

En Madrid, existía la costumbre de acudir a la Plaza Mayor con faroles y escaleras para celebrareste acto festivo que constituía en sí mismo una mojiganga popular por el tinte burlesco de lafiesta y por los tipos ridículos que allí se daban cita (en especial hay que hacer mención de los"inocentes" que no residían en la Corte y creían que, en efecto, se cortaba por la mitad a unaanciana)43.

3. 2. En los textos dramáticosEn la mojiganga anónima Lo que pasa en mitad de la Cuaresma al partir la vieja, la tía -que

hace las veces de ama de cría- lleva de la mano a Barquito, niño adulto que desea ver cómo en laPlaza Mayor sierran a la "vieja". La entrada en escena de este personaje recuerda la de otros "niñosde la Rollona" (Sale Bernardo, de niño, con dijes y una mano de mortero y una pata de vaca y unpan de Vallecas y babador, y con él la primera dama, que hace su madre). Unos muchachos seencaminan asimismo a la Plaza Mayor con escaleras y linternas, y un vizcaíno lo hace con unfarol y una escala. Con todas estas figuras, además de una gallega y de un francés, dos amigoslogran formar la mojiganga que andan buscando. Barquito, el vizcaíno, la gallega y el francés quedesean presenciar la partición de la "vieja" hacen el papel de "inocentes" y aparecen como figurasridiculas.

En la mojiganga de Francisco de Castro titulada Ir a ver partir la vieja se recoge esta tradiciónmadrileña {[...] Sale de lacayo un niño con espada y broquel, con un farolillo en la mano)44.

4. Los niños y el maestro de escuela4. 1. En las mojigangas y mascaradas callejerasLos "niños ridículos" solían desfilar por las calles en diversas situaciones: comiendo papillas o

dando sus primeros pasos, como hemos visto en los apartados anteriores, en cuyo caso iban juntoa una nodriza, o aprendiendo las primeras letras, de camino a la escuela.

Así parece desprenderse de la mojiganga Lo que pasa en mitad de la Cuaresma al partir la vieja,cuando Barquito afirma: "y haré muy bien los mandados / y [sic] iré muy bien a la escuela" (vv.38-39). Sin embargo, si bien esta pieza, que da cabida a un espectáculo representado en la plazapública, permite pensar en mascaradas callejeras con presencia de colegiales ridículos, noconservamos testimonios parateatrales que corroboren esta hipótesis.

Sí tenemos constancia, en cambio, del desfde de la pareja formada por un maestro de músicaque va tomando la lección a un discípulo de pocas luces, simbolizado el primero a través de Orfeo,

41 Sobre esta costumbre véase J. Caro Baroja, El Carnaval..., op. cit., pp. 136-137, así como el art. cit.en n. 14.4 2 J. Amades, Costumari cátala. Eñ curs de l'any, 5 vols., Barcelona, Salvat, 1950-56; 2* ed. en facsímil,Barcelona, Salvat, 1982, DI, pp. 649-661.4 3 La tradición de ir a buscar a los Reyes Magos a la Plaza Mayor la noche de Reyes es asimismo unfestejo de corte carnavalesco que guarda semejanzas con el anterior. Cf. J. Caro Baroja, El Carnaval...,op. cit., y C. Buezo, El Carnaval y otras procesiones burlescas del viejo Madrid, Madrid, El Avapiés,1992, pp. 67-68.4 4 Cf. Alegría cómica 1- parte..., op. cit., fols. 90-103.

172 CATALINA BUEZO Criticón, 56,1992

en figura de anciano coronado de laurel, y el segundo a través de un asno con un violín. Así seaprecia en el carro del Tiempo a lo burlesco que dispuso el gremio de los plateros para lamojiganga que, por recobrar la salud Carlos II, se ejecutó en Madrid en 169345.

Del mismo modo, en el carro de la Música que desfiló en la máscara estudiantil celebrada enSevilla en 1617 por el Colegio mayor de Santa María de Jesús, iba sentado un asno que llevabauna artesa por vihuela con una soga vieja por cuerdas46. Sería una variante de otro disfraz mássimple, esto es, el de un escolar necio ridiculizado con orejas de burro. No resultaría chocante quetal escolar fuera un "niño de la Rollona", aunque las relaciones de fiestas que hemos consultado nonos ofrecen datos al respecto.

4. 2. En los textos dramáticosEn el Entremés famoso de los romances, Dorotea y Perico proyectan sus futuras nupcias y la

noche de bodas:

DOROTEA. Casarte has conmigoy habrá boda y fiesta,dormiremos juntosen cama de seda.

PERICO. Y haremos un niñoque vaya a la escuela. (Vv. 188-193)47

En la escuela ya encontramos a los niños grotescos, es decir, representados por actores adultos.Una didascalia de El maestro de niños y la rosca reza así: Sale Cósmico de niño ridículo. Y el actode dar la lección es motivo risible en el sainete anónimo El niño de la Rollona. Dice Mendrugón:"Yo escomenzaré a tirición" (v. 41), que consiste, calzando a la "Niña", en preguntarle qué llevapuestos, a lo que ésta contesta: "Mis papatos" (v. 45). La frecuente aparición de "niños" ymaestros de escuela explica que en el anónimo entremés titulado El niño Brígida finja ante sumarido que estaba buscando maestro para Perotico. De ahí que hubiera tres hombres -en realidadamantes de la dama- en la casa.

Pero los niños gigantes o "de la Rollona" no son sólo representación grotesca del crecimientocorporal, sino también símbolo de la inocencia de la Naturaleza, como antes quedó apuntado. Así,a Sancho Panza -que no es otro que San(to) Panza, es decir, 'santo de hartura1, "personificaciónfestiva del Carnaval que glorifica el rito alimenticio"48-, se le coloca un babador antes de comer(XLVII, 41). A continuación, como gobernador, por su boca inocente se expresa la sabiduríadivina. Sus juicios son acertados, bastándole para dictarlos, como le dice al duque, "tener el'Christus' en la memoria", en el doble sentido que tiene el término como la cruz antepuesta alabecedario en la cartilla infantil y como la doctrina evangélica de Jesús.

Ix) anterior sirve para entender los siguientes versos de la mojiganga de Avellaneda titulada Elmundi novi:

45 Cf. n. 33.46 Relación de la fiesta, que el colegio Mayor de Santa María de Iesús Vniversidad de la Ciudad de Sevillahizo, en la publicación de vn Estatuto, en que se juró la Concepción Limpíssima de nuestra Señora [...].Impresa con licencia del Conde de Saluatierra Asistente de Seuilla, por Francisco de Lira [...] (1617). Cf.C. Buezo, La mojiganga dramática..., op. cit., pp. 140-142. Remito a Biblioteca Nacional de Madrid R.12677.47 Cf. J. Huerta Calvo (éd.), Teatro breve..., op. cit., p . 131.48 A. Redondo, 'Tradición carnavalesca...", art. cit., pp. 56-57.

ELNIÑORIDÍCULOENELTEATROBREVE 173

Salen Escantilla, Simón Aguado y Carlos Vallejo, como niños con babadores y cartillas,diciendo:

LOS TRES. Christus, A, Be, Ce. ESCAMILLA. Be, o, ene, bon.Dame pan, que bien lo sé. SIMÓN. Be, u, ene, bun.

ESCAMILLA. Be, a, ene, ban. TODOS. Christus, A, Be, Ce.SIMÓN. Be, e, ene, ben. Dame pan, que bien lo sé.CARLOS. Be, i, ene, bin.

Presumiblemente por ser símbolo de la inocencia de la Naturaleza aparecen ligados estos niñosbonachones a otros ritos festivos que entroncan con la ritual eliminación del mal en la plazapública, como el comentado del "aserramiento de la vieja", donde el "niño" hace el papel de"inocente".

5. La fiesta de los gallos5. / . En las mojigangas y mascaradas callejerasAl parecer los "niños de la Rollona" se asociaban a fiestas escolares organizadas por los

propios maestros como la del "rey de gallos"49, donde lo risible estaba asegurado. Se elegía entrelos muchachos un rey burlesco que desfilaba a caballo al frente de los demás y regulaba elapedreamiento que recaía sobre un gallo o sobre varios. Es probable que el carácter bufo de estacelebración festiva explique la reaparición en ella de la figura del niño ridículo, si bien nodisponemos de testimonios parateatrales que ayuden a corroborar esta hipótesis.

5. 2. En los textos dramáticosContamos, por el contrario, con un baile dramático que recoge el ritual escolar anterior. Así, en

el baile de Los gallos, de Luis Quiñones de Benavente, figura la siguiente acotación: Salen al sonde atabalillos todos los que hubiere, en caballitos de caña, vestidos de papel, con cañas y rehilerosen las manos, y uno vestido de niño con mantilla y babador y dijes, tocadero en la cabeza, y unamujer vestida de cardenalito echando la bendición.

6. Las mayas6. 1. En las mojigangas y mascaradas callejerasUn tipo de boda que entroncaba con las ceremonias del mes de mayo o las "mayas" era la boda

entre niños. Caro Baroja da cuenta de un informe extremeño del pueblo de Maguilla al respecto:

[...] las madres visten a sus pequeños con sus mejores galas y empuñando un ramo de flores coronadopor vina naranja y una rosquilla de dulce, con gran acompañamiento, dirígense a la casa de la niñaelegida, cuya puerta está cerrada; desde la calle se entabla un diálogo entre el más ocurrente, que actúade sacerdote, y otro que desde dentro responde a la proposición de la boda, y cuando queda concertadala boda, entre la comitiva, el niño besa a la novia y le entrega el ramo y se improvisa un baile al quesigue el correspondiente refresco.50

4* J. Caro Baroja, El Carnaval..., op. cit., p. 79. Cf. C. Buezo, El Carnaval y otras procesiones burlescasdel viejo Madrid, Madrid, El Avapiés, 1992, pp. 73-76.5 0 Id., La estación de amor (Fiestas populares de mayo a San Juan), Madrid, Taurus. 1979, reimpr. 1986,pp. 64-65.

174 CATALINA BUEZO Criticón, 56, 1992

6. 2. En los textos dramáticosDe esa ceremonia nupcial se ofrece una lectura burlesca en el saínete tardío El niño de la

Rollona. Aquí los futuros esposos son el Niño de la Rollona y la Niña de Mendrugón, y el cantarde bodas semeja a una canción de cuna para dormir a un niño51:

Hoy se casan, se casan, se casan, el niño de la Rollonaa la ro, a la ro, a la ro, y la niña de Mendrugón. (Vv. 16-19)

7. Las danzas de niños grotescos y gigantones7. 1. En las mojigangas y mascaradas callejerasEn otras ocasiones encontramos comparsas de "niños" grotescos. En la "Moji-Máscara de los

Representantes de esta Corte", organizada al saberse el desembarco de Mariana de Neoburgo en lascostas españolas en 1690, "viéronse los Niños Hombres, y los Hombres hechos Niños, con susDijes tan pulidos, como mano de Mortero de Molino de Zumaque"52. Tiene aquí también cabida lacuadrilla de las "Niñas de la Amiga", que ocupaba el quinto lugar en la mencionada máscara jocosade 1707S3. Nuevamente, en las referidas "Aleluyas del Carnaval de Barcelona" sale una pareja deniños ridículos ("33. Estas dos criaturitas / metidas en sus polleras / van haciendo monaditas")54.

7. 2. En los textos dramáticosLa antedicha cuadrilla de 1707 podía dar lugar a una danza propia, del tipo de la que se inserta

en la mojiganga dramática para el auto de Las bodas del Cordero, de Antonio de Zamora. Se hablaahí de la danza de las "niñas de Leganés", que es en realidad una danza burlesca de hombresdisfrazados de mujeres55. Burlesco también fue el sarao que bailaron, por ser día del Corpus, los"niños" del entremés de Francisco de Castro titulado Los niños de la inclusa.

Por último, parece producirse una confluencia entre los "niños de la Rollona" y los gigantones.En la mojiganga El titeretier, también de Avellaneda, actúan dos gigantes: la Flamenca giganta,que lo hará Morales, y Gorriz, de Molino de Viento. Dice la primera:

Yo soy la Flamenquilla, mi mamá darme el pechoque luego que nací no pudo sin chapín.56

Se aprecian conexiones entre los "niños de la Rollona" y los gigantes infantiles cuando laFlamenca giganta refiere sus proezas alimenticias y la forma en que mamaba de su madre, y esto

5 1 Del mismo tipo es la que canta el licenciado Chancleta a un recién nacido fingido en El niño(corregimos yo [sic] por ro): "A la ro, a la ro, a la ro, / duérmete niño de teta, / duérmete niño de amor, / ala ro, a la ro, a la ro".5 2 Segunda noticia diaria del feliz desembarco, y Reales entregas de la reyna nuestra Señora Doña Maria-Ana de Babiera y Neoburg, Dignlssima Esposa del Rey N. S. D. Carlos Segundo (que Dios guarde) cuyaReal Función se executó el Jueves 6. de Abril deste año de 1690, a las 4. de la Tarde [...] (Ferrol, 1690).Cf. C. Buezo, La mojiganga dramática..., op. cit., p. 122. Remito a I. Alenda y Mira, Relaciones..., op.cit., núm. 1489 y V. C. 274/23 de la Biblioteca Nacional de Madrid, pp. 12-15. La voz compuesta "moji-maseara" aludiría, pues, a una mascarada de tipo jocoso o mojiganga.53 Cf. n. 13.5 4 J. Caro Baruja, El Carnaval..., op. cit., p. 56.5 5 Cf. C. Buezo, La mojiganga dramática..., op. cit., p. 712.5 6 Se encuentra en el ms. 15164 de la Biblioteca Nacional de Madrid y en el ms. 61488 de la Bibliotecadel Instituto del Teatro de Barcelona, copia del primero.

EL NIÑO RIDÍCULO EN EL TEATRO BREVE 175

puede explicar el que la danza de los gigantones y la ejecutada por los niños adultos tuvieran elmismo estribillo e idéntico son. Recordemos que en Corpus desfilaban los gigantes formando unafamilia57, es decir, se trataba de una comparsa de gigantones y de gigantillos que danzaba al ritmode la zarabanda y, según se deduce de los versos siguientes, de la mojiganga que lleva por títuloLos alcaldes, de León Marchante, los "niños de la Rollona" serían una fijación estereotípica delgigante infantil. Leemos:

ESCRIBANO. La danza de gigantonesno cabe por esa puerta.

[...] Salen los gigantones con sonajas.

EL DE LAS SONAJAS. Anda, niño, anda, anda,que el Rey te lo manda.

Ia. Por Madrid perdidosestos niños vany si no los llevanno saben a casa:anda, niño, anda, anda.58

Por lo tanto gigantones y niños de la Rollona eran figuras que compartían rasgos comunes,como su presencia en festividades públicas profanas, su carácter carnavalesco y su desproporciónfísica. Sin embargo, se presentaban al espectador de forma diferente: la naturaleza de los primerosiba ligada a cabezas de pasta que llevaban quienes los representaban; para los segundos bastaba queun adulto aderezase su atuendo con ropas y objetos infantiles.

8. Cupido como "niño de la Rollona"8. 1. En los textos dramáticosEn la mojiganga Los triunfos de amor, de Bernardo de Quesada, Cupido se ha transformado en

un "niño de la Rollona". Va de la mano de su madre Venus, una vieja ridicula caracterizada conmuleta y antojos (Saca a Cupido vendado de niño, con babador y flecha al hombro, cantando en uncastillejo). En La manzana, de Francisco de Monteser, Venus es representada por un hombrevestido de gallega ridicula. Los versos "Anda, niño, anda, / anda a la mojiganga" se aplican aCupido, a quien un hombre disfrazado de ama enseña a andar (Sale Cupido vestido de niño de laRollona, con arco y flecha, y tráigale el ama de los andadores, y birrete, y el ama le ha de hacerhombre). De aquí se desprende que la figura carnavalesca del niño adulto sufre un cambio en lasmojigangas cortesanas, pues la presencia de este personaje, que ahora se asemeja al dios Cupido, eslo que permite afirmar que lo eran (es decir, que se habían escrito para palacio).

5 7 En el testimonio coetáneo acerca de la festividad del Corpus del viajero francés A. de Brunel seasimilan "gigantes" y "niños grotescos": "(...) Delante de todos sus consejeros y de algunas otraspersonas hacen marchar máquinas de gigantes, es decir, ciertas estatuas de cartón, llevadas por hombresque van ocultos bajo las faldas. Los hay de diversas figuras y bastante horribles (...) Si hemos deconceder fe a lo que el pueblo dice de eso y el nombre que les da, llamándolos 'hijos de los vecinos', soninvenciones de los habitantes del país, que se sienten tan enamorados de esos niños grotescos, que nohay aldea que no tenga los suyos". Cf. J. M. Diez Borque, La vida española en el Siglo de Oro según losextranjeros, Barcelona, Ediciones del Serbal, 1990, pp. 98-102.58 Cf. C. Buezo, La mojiganga dramática..., op. cit., p. 710.

176 CATALINA BUEZO Criticón, 56,1992

En las mojigangas más populares y en aquéllas que, aun estando escritas para palacio, como lasde Suárez de Deza, recogen las costumbres de la plaza pública en tiempo de Carnaval, aparecía elniño adulto sin otras connotaciones.

En Cupido y Venus, maestros de escuela, de Román Montero, estas figuras enseñan a galanteara los niños y a que las niñas tiendan redes amorosas, respectivamente. Con "estas dos catervas" demuchachos se forma un fin de fiesta para el Retiro que concluye en pandorga y en danzado en alacon hachas. Puesto que es tiempo de Carnestolendas los niños lo serían de la Rollona, es decir,actores adultos disfrazados ridiculamente, lo que, junto a la música de pandorga y a la ridiculizaciónde figuras alegóricas y mitológicas, contribuiría al tono burlesco.

Pensamos que estas páginas pueden haber ayudado a esclarecer la presencia en el teatro brevebarroco del personaje grotesco del niño adulto, inspirado en el que desfilaba, normalmente junto aun ama de cría o junto a otros "niños", en distintas celebraciones festivas paródicas que teníanlugar en la plaza pública en tiempo de fiesta, algunas de ellas a su vez inspiradas en ceremoniasescolares o protagonizadas por muchachos. Volviendo al principio de nuestro trabajo, y a modo deconclusión, se puede afirmar que en el teatro cómico breve, esencialmente paródico, se hace delniño una caracterización ridicula en contraste con la presentación en gran medida seria de estepersonaje en los textos de las comedias, hipótesis que desarrollamos más por extenso en estudiosposteriores59. No nos olvidemos, por último, de que en el teatro cómico breve abundan los tiposfijos en escena, fácilmente identifîcables por el espectador desde su aparición en el tablado. Al ladodel alcalde bobo, de la dueña y del sacristán entremesil hay que situar, por tanto, al personaje delniño grotesco, que quedará fijado estereotípicamente como "niño de la Rollona", plasmacióndramática de una práctica festiva.

APÉNDICE

Noticia bibliográfica de piezas de teatro brevecon intervención de "niños ridículos"

Simón AGUADO: Los niños de la Rollona y lo que pasa en las calles- Ms. 14782 BNM. Autógrafo. 6 hs. 4. Letra del siglo XVII. Procedente de la Biblioteca deOsuna.- E. Cotarelo y Morí, Colección de entremeses, loas, bailes, jácaras y mojigangas desde fines delsiglo XVI a mediados del XVIII, Madrid, Bailly-Baillière, 1911.1, pp. 222-226.

Francisco de AVELLANEDA: El mundi novi- Se imprimió con El templo de Palas. Comedia famosa, con su loa, entremés y mojiganga ... Conque se celebró en Madrid el augusto nombre de la reina Mariana de Austria, en el solemne día de sugloriosa Santa a los XXVI de julio deste Año Santo M. DC. LXXV, Ñapóles, 1675, fol. 20.- Se incluye en el t. VI de Comedias Santas.

59 Apunta esta línea de investigación C. Faliu-Lacourt, "El Niño de la Rollona", art. cit, p. 51. Remite a"L'enfant dans le théâtre espagnol du Siècle d'Or", en Enfance et littérature au XVIIe siècle, Littératuresclasiques, 14, 1991, pp. 93-105. En el mismo sentido, véase nuestro artículo "El niño en el teatrocómico breve del siglo XVII", /// Congreso de la AISO, Toulouse, julio de 1993 [en preparación].

EL NIÑO RIDÍCULO EN EL TEATRO BREVE 177

El niño de la Rollona- [Valladolid, Alonso del Riego, sin fecha], en Floresta de entremeses, Madrid, Antonio de Zafra,1691, pp. 131-138 (BNM T 1684).-Manojito de entremeses, Pamplona, 1700, fols. 70-86 (BNM R 1511).- Entremeses varios, Zaragoza, Diego Dormer, s.a. [fines del s. XVII, BITB 9 S-vitrina A-estante1].- Entremeses varios, Zaragoza, Herederos de Diego Dormer, s.a. [fines del s. XVII, BITB 9 B-vitrinaA-estante 1],- Entremeses de diferentes autores, Sevilla, Pedro Alonso de Padilla, 1722, pp. 131-138 (BNM T16284).

Pedro CALDERÓN DE LA BARCA: El pésame de la viuda- Ms. 14496 BNM, núm. 25. Entremés del pésame. Copia de Entremeses, 1722. 9 hs. 4. Letradel siglo XVm.- Ms. 15147 BNM. Entremés del pésame de la viuda. 7 hs. 4. Letra del siglo XVIII, fols. 22v-28r.- Ms. 16291 BNM. Mojiganga del pésame para la fiesta del Corpus de Madrid. 9 hs. 4. Letra delsiglo XVm, fols. 8-16. Procedente de la Biblioteca de Osuna.- Ms. 46819 BITB, titulado El pésame de la viuda. Copia de Parnaso nuevo. 18 hs. 4. Letra delsiglo XDÍ.- Mojiganga del pésame de la viuda, en Primera Parte del Parnaso Nuevo, Madrid, 1670, pp. 209-220.- Floresta de entremeses, Madrid, Vda. de Joseph Fernández de Buendía, 1680, pp. 141-154 (BNMR 10513).-Libro de entremeses de diversos autores, s.L, 1670-1675 (La Barrera, pp. 716-717).- Entremeses de diversos autores, Sevilla, Pedro Alonso de Padilla, 1722, pp. 37-42.- Flores del Parnaso, Zaragoza, Pascual Bueno, s.a. [1708], pp. 153-164 (BNM T 9025).- Entremeses, ed. de E. Rodríguez y A. Tordera, pp. 354-368.- Teatro cómico breve, éd. de M. L. Lobato, Kassel, Reichenberger, 1990, pp. 289-301.

Francisco de CASTRO: Los niños de la inclusa- Alegría cómica 2- parte, explicada en. diferentes asuntos jocosos, Zaragoza, 1702, fols. 88-102(BNMT 111).

Manuel de León MERCHANTE: Los alcaldes-• Ms. 46770 BITB, copia de t. I de sus Obras, pp. 436-440, 1722. Letra del siglo XDÍ. 17cuartillas.- Obras poéticas, 1.1.

Román MONTERO: Cupido y Venus, maestros de escuela- Ms. 14784 BNM. Autógrafo y firmado. Procedente de la Biblioteca de Osuna.- Ms. 46997 BITB. Copia de ms. 14784 BNM. Letra del siglo XDÍ. 19 cuartillas.- Ms. 61557 BITB. Copia de ms. del siglo XVII de Osuna. Letra del siglo XTX. 7 hs.- Ms. 46997 BITB. Copia de Rasgos del ocio. 18 cuartillas.- Rasgos del ocio, Madrid, Domingo García Morras, 1664 (BNM R 8270).

Francisco Antonio de MONTES ER: La manzana- Ms. 61560 BITB. Letra del siglo XVII. 9 hs. Procede de los fondos de A. Sedó.- La Barrera (p. 632) cita un ms. de Monteser en la Biblioteca de Osuna.- Se atribuye a León Merchante en las siguientes colecciones de entremeses:- Floresta de entremeses, Madrid, Antonio de Zafra, 1691, pp. 55-69.- Entremeses varios, Zaragoza, Diego Dormer, s.a. [fines del s. XVH].-Manojito de entremeses. Pamplona, 1700, pp. 45-59 (BNM R 1511).

Francisco NAVARRETE Y RIBERA: Entremés primero del parto de la Rollona- Flor de saínetes, Madrid, Catalina del Barrio y Ángulo, 1640, fols. lr-3v (BNM R 1556).

Alonso de OLMEDO: Las locas caseras- Flores del Parnaso, Zaragoza, Pascual Bueno, s.a. [1708], fols. 80-89.

178 CATALINA BUEZO Criticón, 56, 1992

Bernardo de QUESADA: Los triunfos de amor- Ms. 21.815 BNM. Asuntos Alegóricos, Métricos, Históricos, que en Nueve Autos Sacramentales,manifiesta su ingenio sin segundo D[on] P[edro] Calderón de la Barca [...] Córdoba, 1706, 4. 212 X156, fols. 107r-l 1 lv. Letra de la segunda mitad del s. XVII.

Luis QUIÑONES DE BENAVENTE: Los gallos- Ociosidad entretenida, Madrid, Andrés García de la Iglesia, 1668.- E. Cotarelo y Mori, Colección de entremeses..., op. cit., pp. 829-830.

Vicente SUÁREZ DE DEZA: El niño y la mujer que acomoda amas- Ms. 46561 BITB. Copia de Donaires de Tersícore. 26 cuartillas. 220 X 145. Letra del s. X K .- Donaires de Tersícore, Madrid, Melchor Sánchez, 1663, fols. 81r-87v (BNM R 18194).

Antonio de ZAMORA: Mojiganga para el auto "Las bodas del cordero"- Ms. 14090 BNM. Copia de ms. de Fmes del s. XVII o principios del s. XVDI para Barbieri,núm. 16. 9 hs. 4.- Ms. 46676 BTTB. 20 cuartillas. 220 X 160. Letra del siglo X K .

ANÓNIMO: El maestro de niños y la rosca-Jardín ameno de varias flores, Madrid, Juan García Infanzón, 1684, fol. 46 (Barcelona, Particularde D. Arturo Sedó).

ANÓNIMO: El niño- Ms. 16709 BNM. 4. Letra del siglo XVII.

ANÓNIMO: El niño de la Rollona- Ms. 17549 BNM, Comedias y saínetes varios/ que no se dieron en la estampa del un ingeniomoderno en el año de 1720, fols. 213r-216v.

ANÓNIMO: El sacristán fariseo- Ms. 16954 BNM. 6 hs. 4. Letra del siglo XVIII. Procedente de la Biblioteca de Osuna.

ANÓNIMO: Lo que pasa en mitad de la Cuaresma al partir la vieja- Ms. 17354 BNM. 7 hs. 4. Fecha de 1630. Procedente de la Biblioteca de Osuna.- Ms. 16990 BNM. 5 hs. 4. Letra del s. XVIH.- Ms. 46721 BITB. Copia de ms. de 1630. 17 cuartillas. 220 X 160. Letra del s. XIX.- Ms. 61.447 BITB. Copia de ms. del primer tercio del s. XVIII. 8 hs. Procedente de la Bibliotecade Osuna.

BUEZO, Catalina, El niño ridículo en el teatro breve, plasmación dramática de una práctica festiva. EnCriticón (Toulouse), 56, 1992, pp. 161-178.

Resumen. Aproximación al estudio de la figura del "niño ridículo". No sólo aparecía en espectáculoscallejeros burlescos, algunas veces ligado a festividades estudiantiles, sino también en el teatro cómicobreve de los siglos XVII y XVHL Quedará fijado estereotípicamente este personaje en entremeses ymojigangas como el "Niño de la Rollona".

Résumé. Une première approche pour l'étude du personnage de l'"enfant grotesque". Celui-ci n'apparaîtpas seulement dans des spectacles burlesques de rue, parfois relié à un contexte estudiantin. On lerencontre également dans des œuvres théâtrales courtes des XVIIe et XVIIIe siècles. Ce personnage seraconnu, dans sa version dramatique ("entremeses" et "mojigangas"), comme "Niño de la Rollona".

Summary . A first approach to the study of the character of the "grotesque child", who not onlyappeared in public spectacles of the burlesque kind, sometimes linked to student festivities, but also inshort dramatic pièces of the XVIIth and XVIUth centuries. This character will be well known in"entremeses" and "mojigangas" as "Niño de la Rollona".

Palabras clave. Niño ridículo. Niño de la Rollona. Teatro menor. Mitología burlesca (Cupido).Celebraciones públicas carnavalescas.