El Murio Por Mi
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Transcript of El Murio Por Mi
- 1.
- l Muri por M
- Por Francisco Devai
2. Por todos muri, para que los que viven, ya no vivan para s, sino para aquel que muri y resucit por ellos (2 Corintios 5:15). 3. Por la palabra de Jehov fueron hechos los cielos, y todo el ejrcito de ellos por el aliento de su boca. . . . Tema a Jehov toda la tierra; Teman delante de l todos los habitantes del mundo. Porque l dijo, y fue hecho; El mand, y existi (Salmos 33:6, 8, 9). 4. Fue simplemente hablando que el Omnipotente form el universo. Cuando su majestuosa voz reson con poder creativo, la palabra hablada llam la vida a la existenciaun reino entero de plantas, peces, pjaros y animales. Y el ser humano fue formado de una manera ms personaldel polvo de la tierra. As, en seis das 5. hizo Jehov los cielos y la tierra, el mar, y todas las cosas que en ellos hay (xodo 20:11). En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. Este era en el principio con Dios. Todas las cosas por l fueron hechas, y sin l nada de lo que ha sido hecho, fue hecho. En l estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres (Juan 1:1-4). 6. De ese modo, Dios el Padre cre todas las cosas por Jesucristo (Efesios 3:9 [Ingls]), quin despus vino a este planeta como un hombre cuando aquel Verbo fue hecho carne, y habit entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unignito del Padre), lleno de gracia y de verdad (Juan 1:14). 7. Qu son los seres humanos?
- Y cre Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo cre; varn y hembra
- los cre (Gnesis 1:27).
8. Dios reclama cada alma como su propiedad, por derecho de creacin, y dos veces suya por haberla comprado con la sangre preciosa de Cristo. Todos fueron creados a su imagen. 1 Eres propiedad de Cristo por la creacin y la redencin. 2 Somos individualmente propiedad de Cristo, suposesin comprada. 3 9. Cuando Cristo vino en forma humana, por qu tuvo que morir?
- Debemos recordar que Jesucristo no era un ser creado; por cierto, l era el Creador revestido en carne humana. De hecho, l declar: Yo soy la resurreccin y la vida (Juan 11:25). En Cristo hay vida original, que no proviene ni deriva de
10. otra. El que tiene al Hijo, tiene la vida (1 Juan 5:12). 4 Entonces, por qu l escogi morir? Cuando el primer ser humano fue creado a la misma imagen de Dios, mand Jehov Dios al hombre, diciendo: De todo rbol del huerto podrs comer; mas del rbol de la ciencia del bien y del mal no comers; porque el da que de l 11. comieres, ciertamente morirs. Y vio la mujer que el rbol era bueno para comer, y que era agradable a los ojos, y rbol codiciable para alcanzar la sabidura; y tom de su fruto, y comi; y dio tambin a su marido, el cual comi (Gnesis 2:16, 17; 3:6). 12. Cuando el hombre pec, todo el cielo se llen de pesar; porque por haberse rendido a la tentacin, el hombre se volvi enemigo de Dios, un participante de la naturaleza satnica. La imagen de Dios a la cual haba sido creado fue arruinada y desfigurada. El carcter del hombre estaba en desarmona con el carcter de Dios; porque por el pecado el 13. hombre se volvi carnal, y el corazn carnal es enemistad contra Dios, no est sujeto a la ley de Dios, ni tampoco puede estarlo. A los ngeles les pareca no haber ninguna manera de escape para el transgresor. Cesaron sus himnos de alabanza, y a lo largo de los atrios celestiales se lamentaron por la ruina que el pecado haba 14. acarreado. En desarmona con la naturaleza de Dios, inflexible a las demandas de su ley, nada sino la destruccin se presentaba ante la raza humana. Desde que la ley divina es tan inmutable como el carcter de Dios, no podra haber esperanza para el hombre a menos que pudiera idearse alguna forma mediante la cual se perdonara su 15. transgresin, se renovara su naturaleza y se restaurara su espritu para reflejar la imagen de Dios. 5Sin embargo, desde los das de la eternidad pasada, incluso antes de que la raza humana fuera creada, un plan maravilloso ya haba sido ideado en caso de que l cayera. La Divinidad se conmovi de piedad por la humanidad, y el Padre, el Hijo y el Espritu Santo se 16. dieron a s mismos a la obra de formar un plan de redencin. Con el fin de llevar a cabo plenamente ese plan, se decidi que Cristo, el Hijo unignito de Dios, se entregara a s mismo como ofrenda por el pecado. Con qu se podra medir la profundidad de este amor? 6 17. El Seor declar: Que lo libr de descender al sepulcro, que hall redencin (Job 33:24). Porque Cristo, cuando an ramos dbiles, a su tiempo muri por los impos. Ciertamente, apenas morir alguno por un justo; con todo, pudiera ser que alguno osara morir por el bueno. Mas Dios muestra su amor para con 18. nosotros, en que siendo an pecadores, Cristo muri por nosotros. Pues mucho ms, estando ya justificados en su sangre, por l seremos salvos de la ira (Romanos 5:6-9). Este ms noble gesto de puro y abnegado amor fue un acto voluntario, tal como lo declar Jess: Yo pongo mi vida, para 19. volverla a tomar. Nadie me la quita, sino que yo de m mismo la pongo. Tengo poder para ponerla, y tengo poder para volverla a tomar. Este mandamiento recib de mi Padre (Juan 10:17, 18). 20. De la muerte sali a raudales la vida
- Cerca del final de la vida de Jess
- como el Hijo del hombre en la tierra, ciertos griegos vinieron a adorar en la fiesta juda con el deseo expreso de verlo. Cuando oy las nuevas, el Seor hizo una profunda declaracin sobre su cercana muerte y el amplio significado de la misma: De
21. cierto, de cierto os digo, que si el grano de trigo no cae en la tierra y muere, queda solo; pero si muere, lleva mucho fruto. El que ama su vida, la perder; y el que aborrece su vida en este mundo, para vida eterna la guardar (Juan 12:24, 25). Tambin hizo un importante comentario: Y yo, si fuere levantado de la tierra, a 22. todos atraer a m mismo. Y deca esto dando a entender de qu muerte iba a morir (versculos 32, 33). La muerte de Cristo en la cruz del Calvario tiene un poder de atraccin; toca el corazn del pecador con la comprensin de cun inmenso es el amor celestial. 23. Cristo represent su sacrificio redentor por medio del grano echado en la tierra. Si el grano de trigo no cae en la tierradijo Jess, y muere, l solo queda; mas si muriere, mucho fruto lleva (Juan 12:24). As la muerte de Cristo producir frutos para el reino de Dios. De acuerdo con la ley del reino vegetal, la vida ser el resultado de su muerte. 24. Y todos los que produzcan frutos como obreros juntamente con Cristo, deben caer primero en la tierra y morir. La vida debe ser echada en el surco de las necesidades del mundo. Deben perecer el amor propio y el egosmo. Pero la ley del sacrificio propio es la ley de la preservacin propia. La semilla enterrada en el 25. suelo produce fruto, y a su vez ste es sembrado. As se multiplica la cosecha. El agricultor conserva su grano esparcindolo. As en la vida humana: dar es vivir. Lavida que se preservar ser la que se d liberalmente en servicio a Dios y los hombres. Los que sacrifican su vida por Cristo en este mundo, la conservarn eternamente. 7 26. Y yo, si fuere levantado de la tierra, a todos atraer a m mismo. Y esto deca dando a entender de qu muerte haba de morir (Juan 12:32, 33). Esta es la crisis del mundo. Si soy hecho propiciacin por los pecados de los hombres, el mundo ser iluminado. El dominio de Satans sobre las almas de los hombres ser quebrantado. La imagen de Dios que fue borrada 27. ser restaurada en la humanidad, y una familia de santos creyentes heredar finalmente la patria celestial. Tal es el resultado de la muerte de Cristo. El Salvador se pierde en la contemplacin de la escena de triunfo evocada delante de l. Ve la cruz, la cruel e ignominiosa cruz, con todos sus horrores, esplendorosa de gloria. 28. Pero la obra de la redencin humana no es todo lo que ha de lograrse por la cruz. El amor de Dios se manifiesta al universo. El prncipe de este mundo es echado fuera. Las acusaciones que Satans haba presentado contra Dios son refutadas. El oprobio que haba arrojado contra el Cielo queda para siempre eliminado. Los ngeles 29. tanto como los hombres son atrados al Redentor. Yo, si fuere levantado de la tierra dijo l, a todos atraer a m mismo. 8 Porque de tal manera am Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unignito, para que todo aquel que en l cree, no se pierda, mas tenga vida eterna (Juan 3:16). El Calvario es el valor que el Cielo ha puesto sobre el alma humana. Dios dio a 30. Jess, el mayor don del Cielo, para pagar el precio del rescate por la familia humana. Si el velo pudiera descorrerse, y pudiramos ver a travs de la eternidad, veramos que cambiaran nuestras opiniones y nuestras acciones. Debemos ver la gloria de Jesucristo, que est en el lugar alto y sagrado, rodeado por serafines y querubines, con ngeles y principados que esperan realizar 31. su orden. Debemos ver que no hay ningn ser celestial indiferente a las alegras y penas de cualquier individuo de la familia humana. 9 32. Por quin muri realmente Jess?
- Por todos muri (2 Corintios
- 5:15).
- Recordemos que Jess nos conoce
- individualmente, y cuida a cada
- uno como si no hubiera otra alma en la faz de la tierra. l est conmovido con el sentimiento de nuestras enfermedades. l conoce
33. las necesidades de cada una de sus criaturas, y lee el pesar oculto y no expresado de cada corazn. Si uno de los pequeos por quien l muri es injuriado, l lo ve; porque l se familiariza con todos los que son mal comprendidos y tergiversados por el hombre. 34. Cristo ha sobrellevado cada afliccin humana, cada dolor humano. l lleva el peso del yugo por cada alma que se deja uncir. l conoce los dolores que sentimos en lo profundo de nuestro ser, y que no podemos expresar. Si ningn corazn humano es despertado a la simpata por nosotros, no 35. debemos sentir que nadie se compadece de nosotros. Cristo lo sabe; y dice: Miradme y vivid. Todo el amor paternal que ha pasado de generacin en generacin a travs del canal de los corazones humanos, todas las fuentes de ternura que han sido abiertas en las almas de los hombres, son solamente como un 36. arroyuelo diminuto en el ocano ilimitado, cuando comparados con el infinito e inagotable amor de Dios. La lengua no puede proferirlo; la pluma no puede describirlo. Podrn estudiar ese amor por generaciones; sin embargo, nunca podrn comprender totalmente la longitud y la anchura, la profundidad y la altura, del amor de Dios al dar a su 37. Hijo para morir por el mundo. La eternidad misma nunca podr revelarlo completamente. 10 38. Qu significa esto para nosotros?
- Y todo esto proviene de Dios,
- quien nos reconcili consigo mismo
- por Cristo, y nos dio el ministerio de la reconciliacin; que Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo, no tomndoles en cuenta a los hombres sus pecados, y nos encarg a nosotros la palabra de la reconciliacin (2 Corintios 5:18, 19).
39. Las relaciones entre Dios y cada una de las almas son tan claras y plenas como si no hubiera otra alma por la cual hubiera dado a su Hijo amado. 11 Cristo es afectado si su seguidor ms dbil es afectado. La compasin de Cristo es tal que l no puede ser un espectador indiferente de los sufrimientos de 40. sus hijos. Ningn suspiro es exhalado, ningn dolor es sentido, ningn pesar traspasa el alma, sin que el Padre sienta vibrar su corazn. 12 Hay muchos que, cuando estn en problemas. . . se olvidan de las invitaciones que Dios ha dado abundantemente, y empiezan a buscar y planear por ayuda humana. Ellos buscan ayuda en los 41. seres humanos, y sta es la manera en que su experiencia se hace dbil y confusa. En todas nuestras pruebas somos dirigidos a buscar al Seor ms fervientemente, recordando que somos su propiedad, sus hijos por adopcin. Ningn ser humano puede entender nuestras necesidades como Cristo [lo puede]. Recibiremos ayuda, si le pedimos con fe. Somos suyos por 42. la creacin; somos suyos por la redencin. Estamos unidos a la Fuente de todo poder y fuerza por las cuerdas del amor divino. Si dependemos nicamente de Dios, pidindole lo que necesitamos, como un pequeo nio le pide lo que l quiere a su padre, obtendremos una rica experiencia. Aprenderemos que Dios es la fuente de toda fuerza y poder. 13 43. Presentad a Dios vuestras necesidades, gozos, tristezas, cuidados y temores. No podis agobiarlo ni cansarlo. El que tiene contados los cabellos de vuestra cabeza, no es indiferente a las necesidades de sus hijos. Porque el Seor es muy misericordioso y compasivo (Santiago 5: 11). 44. Su amoroso corazn se conmueve por nuestras tristezas y an por nuestra presentacin de ellas. Llevadle todo lo que confunda vuestra mente. Ninguna cosa es demasiado grande para que l no la pueda soportar; l sostiene los mundos y gobierna todos los asuntos del universo. Ninguna cosa que de alguna manera afecte nuestra 45. paz es tan pequea que l no la note. No hay en nuestra experiencia ningn pasaje tan oscuro que l no pueda leer, ni perplejidad tan grande que l no pueda desenredar. Ninguna calamidad puede acaecer al ms pequeo de sus hijos, ninguna ansiedad puede asaltar el alma, ningn gozo alegrar, ninguna oracin sincera escaparse de los labios, sin que el Padre celestial 46. est al tanto de ello, sin que tome en ello un inters inmediato. 14 47. Cmo debe afectar nuestra vida la muerte de Jess?
- Por todos muri, para que los que
- viven, ya no vivan para s, sino para aquel que muri y resucit por ellos (2 Corintios 5:15).
48. La vida dedicada al yo es como el grano que se come. Desaparece, pero no hay aumento. Un hombre puede juntar para s todo lo posible; puede vivir, pensar y hacer planes para s; pero su vida pasa y no le queda nada. La ley del servicio propio es la ley de la destruccin propia. Si alguno me sirve dijo Jess, sgame: y donde yo estuviere, 49. all tambin estar mi servidor. Si alguno me sirviere, mi Padre le honrar (Juan 12:26). Todos los que han llevado con Jess la cruz del sacrificio, compartirn con l su gloria. El gozo de Cristo, en su humillacin y dolor, consista en saber que sus discpulos seran glorificados con l. Son el fruto de su sacrificio propio. El 50. desarrollo de su propio carcter y espritu en ellos es su recompensa, y ser su gozo por toda la eternidad. Este gozo lo comparten ellos con l a medida que el fruto de su trabajo y sacrificio se ve en otros corazones y vidas. Son colaboradores con Cristo, y el Padre los honrar como honra a su Hijo. 15 51. Qu es aun ms significativo sobre la muerte de Jess?
- [l] resucit (2 Corintios 5:15).
- Porque si siendo enemigos, fuimos
- reconciliados con Dios por la
- muerte de su Hijo, mucho ms, estando reconciliados, seremos salvos por su vida (Romanos 5:10).
52. Considera la escena!
- La cruz del Calvario apela con
- poder, ofreciendo una razn por la
- cual debemos amar a Cristo ahora, y por qu debemos considerarlo el primero, el mejor y el ltimo, en todo. Debemos tener nuestro lugar apropiado de humilde penitencia al pie de la cruz. Podemos aprender lecciones de
53. mansedumbre y humildad cuando subimos al Monte Calvario y, mirando a la cruz, vemos a nuestro Salvador en agona, el Hijo de Dios muriendo, el justo por el injusto. Contemplando a aquel que podra convocar legiones de ngeles en su ayuda con una palabra, sometido a la chanza y la algaraba, al ultraje y al odio. l se ofrece a s mismo como sacrificio por el pecado. 54. Cuando ultrajado, no amenaz; cuando falsamente acusado, no abri su boca. Ora en la cruz por sus asesinos. Est muriendo por ellos. Est pagando un precio infinito por cada uno de ellos. No desea perder siquiera uno de aquellos que ha comprado a tan alto costo. Es golpeado y azotado con violencia, sin una queja. Y esta vctima resignada es el Hijo de Dios. 55. Su trono es desde la eternidad, y su reino no tendr fin. Ven, t que ests buscando tus propios placeres en gozos prohibidos y en indulgencias pecadoras, que ests esparciendo con Cristo. Mira, oh mira a la cruz del Calvario; contempla a la vctima real que sufre en tu lugar, y s sabio mientras tienes oportunidad, y busca ahora la fuente de vida y 56. verdadera felicidad. Ven, t que te quejas y murmuras por las pequeas molestias y las pequeas pruebas que debes sobrellevar en esta vida. Mira a Jess, el autor y consumador de tu fe. l viene desde su trono real, su alto mando, y deja a un lado su tnica real, y reviste su divinidad con humanidad. Por nuestra causa se ha vuelto pobre, 57. para que a travs de su pobreza pudiramos hacernos ricos. El Hijo de Dios fue rechazado y despreciado por nuestra causa. Puedes t, ante la vista de la cruz, contemplar a travs del ojo de la fe los sufrimientos de Cristo, contar su historia de afliccin, sus pruebas? Puedes albergar venganza contra tus enemigos 58. en tu corazn mientras la oracin de Cristo sale de sus labios plidos y temblorosos por sus agraviadores, sus asesinosPadre, perdnalos, porque no saben lo quehacen? (Lucas 23:34). La obra de dominar el orgullo y la vanidad que buscan un lugar en nuestros corazones est ante nosotros, para llevarnos a travs de 59. la penitencia y la fe a una conversacin familiar y santa con Jesucristo. No debemos asustarnos de las profundidades de la humillacin a que el Hijo de Dios se someti para elevarnos de la degradacin y esclavitud del pecado a un lugar a su diestra. Debemos negar el yo, y luchar continuamente contra el orgullo. 60. Debemos escondernos en Jesucristo, y permitir que l surja en nuestra conversacin y carcter como el nico adorable, y jefe entre diez mil. Nuestras vidas, nuestra conducta, testificarn cun altamente apreciamos a Cristo, y la salvacin que ha obrado por nosotros a costo de s mismo. Mientras miramos constantemente 61. hacia Aquel que nuestros pecados han traspasado, y que ha cargado con nuestros dolores, adquiriremos la fuerza para ser como l. Nos uniremos a Jesucristo en una cautividad voluntaria y feliz. Es muy costoso el tiempo que consagramos a las pocas y preciosas horas restantes de nuestra prueba para lavar nuestras tnicas del carcter, blanquendolas en la sangre del 62. Cordero, para que podamos estar con la compaa vestida de blanco que estar de pie sobre el gran trono blanco. 16Muy amados hermanos y hermanas, sta es en realidad una escena para considerar y meditar durante todos los das de nuestra vida. Debemos orar fervientemente para que conmueva profundamente nuestro corazn tan completamente que 63. nuestra vida sea afectada por ella como nunca antes.El deseo del apstol es para que habite Cristo por la fe en vuestros corazones, a fin de que, arraigados y cimentados en amor, seis plenamente capaces de comprender con todos los santos cul sea la anchura, la longitud, la profundidad y la altura, 64. y de conocer el amor de Cristo, que excede a todo conocimiento, para que seis llenos de toda la plenitud de Dios (Efesios 3:17-19). Que sta sea nuestra meta al considerar el grandioso sacrificio de nuestro nico Seor y Salvador, Jesucristo! 65. Referencias
- 1El Discurso Maestro de Jesucristo , pg. 52.
- 2That I May Know Him , pg. 309.
- 3Fundamentals of Christian Education , pg. 427.
- 4El Deseado de Todas las Gentes , pg. 489.
- 5The Signs of the Times , 13 de febrero de 1893.
- 6Counsels on Health , pg. 222.
- 7Palabras de Vida del Gran Maestro , pgs. 64, 65.
- 8El Deseado de Todas las Gentes , pg. 579.
- 9The Bible Echo , 8 de enero de 1894.
- 10The Oriental Watchman , 1 de diciembre de 1909.
- 11El Camino a Cristo , pgs. 100, 101.
- 12The Oriental Watchman , 1 de diciembre de 1909.
- 13The Upward Look , pg. 107.
- 14El Camino a Cristo , pg. 100.
- 15El Deseado de Todas las Gentes , pg. 577.
- 16The Review and Herald , 2 de agosto de 1881.