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EL MUNDO EN 2040 El futuro de la asistencia sanitaria, la movilidad, los viajes y el hogar LA MOVILIDAD DEL FUTURO
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EL MUNDO EN 2040
El futuro de la asistencia sanitaria, la movilidad, los viajes y el hogar
LA MOVILIDAD DEL FUTURO
LA MOVILIDAD DEL FUTURO
Sobre el autor 3 Movilidad del Futuro 4 Planes de gobierno 6 Las tendencias que dan forma al futuro 7 de la movilidad Vehículos autónomos y carreteras 11 inteligentes La necesidad de seguridad 14 A la carga 14 ¿Enamorado de la conducción? 15 Los cambios en los patrones de propiedad del 15 automóvil Camino hacia 2040 19
Índice
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Sobre el autor Ray Hammond ha estado investigando, escribiendo y hablando sobre tendencias y desarrollos futuros durante casi 40 años.
Es autor de 14 libros sobre el futuro y ha escrito, asesorado e impartido conferencias para las grandes compañías del mundo, para los gobiernos y para muchas universidades en Europa, Estados Unidos y Asia. Es un locutor habitual en canales de radio y televisión nacionales e internacionales.
En 2010, Mijaíl Gorbachov le entregó una medalla por sus servicios a la futurología, que fue emitida por la Cámara de Diputados de Italia en nombre de las Naciones Unidas. En la notificación, el presidente Gorbachov escribió:
"Estamos encantados de honrar a Ray Hammond por su constante compromiso con la investigación y por sus asombrosas especulaciones sobre el futuro, ilustradas por el conocimiento científico y una evidente preocupación por la humanidad".
Nota del autor Este informe representa mis propias opiniones sobre posibles desarrollos futuros. No representa los puntos de vista de Allianz Partners. Cuando se me pidió que investigara y escribiera este informe, me ofrecieron orientación sobre las áreas temáticas a investigar, aunque me dieron mano libre para desarrollar todo el material editorial de forma independiente. Cualquier error u omisión es mi responsabilidad.
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La movilidad del futuro
Para el año 2040, la mayoría de los habitantes de las ciudades de los países desarrollados ya no serán propietarios de automóviles privados. Habrá pocos espacios de estacionamiento en la calle y no habrá aparcamientos públicos en el centro de las ciudades. En muchas ciudades, los vehículos de combustibles fósiles habrán sido prohibidos por completo.
Para satisfacer las necesidades de transporte de la población, los taxis eléctricos sin conductor llegarán a los dos minutos de haber sido llamados y transportarán a los pasajeros a su destino por un precio equivalente a las tarifas de autobús de hoy. Para los viajes cortos, algunos habitantes de la ciudad también utilizarán bicicletas eléctricas y scooters suministrados a través de aplicaciones para compartir.
Los vehículos de mercancías también serán módulos eléctricos autónomos que intercambiarán contenedores con camiones de larga distancia en las afueras de la ciudad.
Las zonas de estacionamiento de vehículos se ubicarán en un anillo fuera de los pueblos y ciudades y ahí, los viajeros cambiarán sus taxis autónomos por vehículos de alquiler eléctricos en los que realizarán viajes interurbanos y rurales. Estos vehículos de larga distancia también serán autónomos, pero también permitirán que el conductor asuma el control manual para cuando un vehículo tenga que hacer un viaje rural a un área que carece de carreteras inteligentes e infraestructura de red (que los vehículos sin conductor necesitarán para poder operar con la máxima eficiencia).
Estos vehículos autónomos de larga distancia estarán equipados con instalaciones para dormir para permitir viajes nocturnos, y las áreas de estacionamiento alrededor de pueblos y ciudades incluirán instalaciones de duchas, restaurantes y otros servicios de ocio. Dentro de sus vehículos sin conductor, los pasajeros podrán utilizar el tiempo de viaje para trabajar, jugar, socializar (local y remotamente), disfrutar de viajes virtuales, chatear con personalidades virtuales famosas y, si así lo desean, educarse.
Para 2040, la mayoría de los habitantes de las ciudades de los países desarrollados ya no serán propietarios de automóviles privados.
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El entretenimiento virtual en el automóvil será tan envolvente y convincente, que pocos tendrán dificultades para llenar el tiempo que se ahorrará por el uso de vehículos autónomos.
No habrá más embotellamientos en las ciudades o en las autopistas, ya que todos los movimientos del tráfico estarán bajo el control de la red, y el acceso de los vehículos y las velocidades de viaje se gestionarán para mantener el tráfico en movimiento sin problemas.
Y la mejor noticia es que habrá muy pocos accidentes de tráfico importantes y pocas lesiones graves y muertes en la carretera. Casi 1,35 millones de personas mueren en accidentes de tráfico cada año, un promedio de 3.287 muertes por día.
Otros 20-50 millones de personas son heridas o discapacitadas y más de la mitad de todas las muertes por accidentes de tráfico ocurren entre adultos jóvenes de 15 a 44 años. Para 2040, habrá casi cero muertes en la carretera en países desarrollados.
Es probable que los accidentes que ocurran sean un evento menor (colisiones de bicicletas, choques de scooter) o aquellos causados por fallos mecánicos y eventos naturales, por ejemplo, neumáticos rotos o ramas de árboles caídas.
El paisaje urbano se transformará, las ciudades se someterán a programas de rediseño y regeneración y el siglo y medio del dominio urbano del vehículo de motor habrá terminado. Muchas ciudades en el Nuevo Mundo fueron diseñadas alrededor de vehículos a motor. Las ciudades futuras y las ciudades re-desarrolladas se construirán alrededor de las personas.
Para 2040, habrá casi cero muertes en la carretera en países desarrollados
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Planes de gobierno
El escenario anterior podría describirse como fantasioso, si no increíblemente optimista, si no fuera por los planes que ahora están estableciendo los gobiernos de todo el mundo y la convergencia de varias tendencias poderosas que probablemente forzarán un cambio rápido en el sector del transporte de automóviles.
Si bien es cierto que los planes gubernamentales a menudo están sujetos a cambios, creo que es probable que sea esta 'convergencia' de tendencias lo que alterará el panorama automovilístico.
Durante los 150 años transcurridos desde la llegada de los vehículos motorizados, hemos visto sucesivas "revoluciones", por ejemplo, cuando la energía del vapor dio paso al motor de combustión interna y con la introducción de carreteras pavimentadas, y a menudo se cree que tales revoluciones tardan décadas en estar completamente implementadas.
Pero, a veces, la revolución ocurre tan rápido que parece que todo ha cambiado casi de la noche a la mañana.
Es probable que las transiciones desde los vehículos que funcionan con combustibles fósiles a los vehículos eléctricos, y luego de vehículos conducidos por humanos a formas de transporte autónomas, sean rápidas.
Los gobiernos nacionales y locales, tanto en el mundo desarrollado como en el mundo en desarrollo, ya han decidido actuar para cambiar radicalmente el futuro del transporte automovilístico y, al hacerlo, transformar el paisaje urbano.
En 2017, el gobierno británico anunció que la venta de los automóviles y furgonetas diésel y de gasolina estará prohibida a partir de 2040.
Y la ciudad británica de Oxford ha anunciado que se convertirá en la primera ciudad británica en prohibir todos los automóviles y furgonetas de gasolina y diésel, a partir de una serie de calles céntricas durante 2020, y que se extenderá a todo el centro urbano para 2030.
Francia ha anunciado intenciones similares y París prohibirá todos los automóviles no eléctricos para el año 2030. Ahora tienen la costumbre de proclamar días sin automóviles en los que los conductores deben mantenerse fuera del corazón histórico.
Pero fue Hamburgo en Alemania la primera ciudad en actuar. Desde mayo de 2018, la circulación de todos los vehículos antiguos con motor diésel ha sido prohibida en las dos principales arterias de carretera que abastecen a la ciudad.
La lista completa de naciones y ciudades con planes para prohibir los vehículos de combustibles fósiles está en constante crecimiento. En el mundo desarrollado, la muerte del motor de combustión interna es inminente.
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Las tendencias que dan forma al futuro de la movilidad Existen en funcionamiento cuatro tendencias principales que están impulsando a los gobiernos a intervenir ahora para cambiar abruptamente el futuro del automovilismo y el transporte por carretera y, a su vez, el futuro de las ciudades.
La primera de estas tendencias es el rápido aumento de la contaminación del aire urbano. La calidad del aire en la mayoría de las principales ciudades del mundo se encuentra actualmente en niveles inaceptables, peligrosos y a menudo ilegales. La contaminación del aire exterior ha aumentado en un 8% en los últimos cinco años y ahora causa más de 3,3 millones de muertes al año. Millones de personas adicionales son hospitalizadas con afecciones respiratorias y otras enfermedades causadas por la contaminación.
En muchos países, la mala calidad del aire ha contribuido a más muertes que el tabaquismo pasivo, los siniestros en carretera y el uso indebido de drogas en su conjunto. Más del 80 por ciento de los que viven en las ciudades del mundo con más de 100.000 ciudadanos están expuestos a niveles de calidad del aire que exceden los límites de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Solo en el Reino Unido, hay 44 ciudades que tienen niveles de contaminación del aire que superan con creces el nivel de seguridad recomendado por la OMS.
El tráfico sofocante y la contaminación asesina en las megaciudades en desarrollo como São Paulo, El Cairo, Delhi, Pekín o Mumbai son en sí mismos problemas que acelerarán el cambio, primero a coches eléctricos más limpios y luego a vehículos autónomos que se convierten en parte de un flujo de tráfico gestionado.
En la Ciudad de México, por ejemplo, el viajero promedio pasa 220 horas al año en atascos, con consecuencias terribles para la salud humana y la eficiencia económica.
La causa principal de la contaminación del aire que se encuentra en la mayoría de las ciudades es la emisión de combustibles fósiles de los vehículos. Algunas autoridades municipales ya están ofreciendo incentivos financieros (por ejemplo, estacionamiento gratuito, tarifa de cero congestión, recarga eléctrica gratuita) a aquellos conductores que usan vehículos con bajas emisiones.
Estos incentivos metropolitanos se suman a los incentivos gubernamentales para la compra de vehículos eléctricos que ahora se ofrecen en docenas de países, entre ellos China, la mayor parte de Europa y en muchos estados de EE. UU. y Canadá.
Tanto para las administraciones municipales como para las gubernamentales, existen razones económicas importantes para incentivar al público conductor a cambiar a formas de transporte de bajas emisiones en las ciudades.
La salud pública es lo primero, y los ahorros potenciales para los presupuestos de los servicios de salud serán un gran motivador. Para mejorar la salud pública y ahorrar costes de atención médica, reducir la cantidad de vehículos que emiten contaminantes es un objetivo muy asequible, fácil de hacer y con un gran retorno. Los ahorros realizados en los costes de salud pública contribuirán en cierta medida a compensar la caída de los impuestos a los combustibles fósiles que muchos gobiernos de los países desarrollados gravan.
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Para 2030, más o menos, podemos esperar que se vea el uso de vehículos de combustibles fósiles como el equivalente social del consumo de cigarrillos: la contaminación del aire se habrá convertido en el "nuevo tabaco". Una década después, no habrá vehículos con combustibles fósiles en las ciudades.
La segunda gran tendencia que provocará este cambio dramático en el transporte urbano es el cambio climático. El informe más reciente del Panel Científico sobre el Cambio Climático de las Naciones Unidas advierte que el calentamiento global está en peligro de escapar de nuestro control y que existe un fuerte riesgo de crisis climática ya en 2040.
A pesar de la amenaza del presidente Trump de retirar a los EE. UU. del Acuerdo Climático de París, casi todos los líderes mundiales responsables mantienen su compromiso de tomar medidas positivas para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. Y una de las principales causas de las emisiones de gases de efecto invernadero son los vehículos que funcionan con combustibles fósiles.
Cuando se combine el problema urgente del cambio climático con la necesidad urgente de reducir la contaminación del aire, creo que es casi seguro que los incentivos actuales ofrecidos a los conductores para utilizar formas de transporte de bajas emisiones aumentarán rápidamente y después irán acompañados de la aplicación de sanciones a aquellos que persisten en el uso de combustibles fósiles. El más obvio de estos será el aumento de los impuestos sobre el suministro de gasolina y diésel, aunque los gobiernos también pueden imponer impuestos directos sobre la compra de vehículos contaminantes y aumentar las tarifas anuales de los impuestos de circulación. También es probable que existan “planes de desguace' gubernamentales mediante los cuales a los propietarios de vehículos se les pagará para que saquen los vehículos de combustible fósil de las carreteras. Pero para asegurarse de que se cumplan los objetivos de aire limpio, muchos gobiernos simplemente han decidido que para 2040 a más tardar, la venta de vehículos que funcionan con combustibles fósiles será ilegal.
La segunda gran tendencia que provocará este cambio dramático en el transporte urbano es el cambio climático.
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Para 2030, creo que es probable que el porcentaje de 'vehículos heredados' en uso (vehículos antiguos que todavía funcionan con combustibles fósiles) sea mucho menor y se limitará principalmente a las áreas rurales en los que hay una pobre infraestructura de recarga eléctrica. Para 2040, los vehículos que funcionan con combustibles fósiles serán piezas de museo, y solo unos pocos vehículos clásicos y antiguos serán propiedad de coleccionistas entusiastas. Los conductores que aún deseen conducir a altas velocidades y en automóviles que operan fuera del flujo de tráfico gestionado podrán, por supuesto, hacerlo en pistas de conducción especializadas.
La tercera tendencia que está convergiendo para hacer realidad esta visión radical de un nuevo paisaje urbano es la rápida mejora que está teniendo lugar en relación con la tecnología de baterías de vehículos.
Hasta hace muy poco, ha sido la "ansiedad por el alcance" lo que ha impedido a los conductores comprar, arrendar con opción de compra o alquilar vehículos eléctricos. Hace solo unos años, los coches eléctricos más eficientes del mercado solo podían ofrecer un rango de 150-200 kilómetros (90-120 millas) sin necesidad de 'descansar' para una recarga prolongada, y esto significaba que tales vehículos sólo eran adecuados para el uso dentro de la ciudad.
La falta de infraestructura de recarga exacerbó el problema. Por supuesto, los híbridos de combustibles fósiles/eléctricos eliminaron la preocupación por el alcance, pero no eliminaron las emisiones. Estos híbridos también habrán desaparecido en su mayoría para 2040.
Pero los mejores automóviles y furgonetas totalmente eléctricos de hoy en día ofrecen alcances de 300-500 kilómetros (185-310 millas) con una sola carga y también son capaces de recargarse rápidamente (aunque, en realidad, la mayoría de los vehículos se utilizan para viajes de menos de 100 kilómetros y en su mayoría se mantienen en un estado permanente de carga semi-completa).
Los vehículos pesados de mercancías también están disponibles con opciones de alcance superiores a los 805 kilómetros (500 millas) y para 2030, es casi seguro que los camiones eléctricos, furgonetas y automóviles familiares ofrecerán rangos de más de 1.000 kilómetros (620 millas) con recarga rápida. Y para entonces, es probable que las baterías de los vehículos puedan cargarse y descargarse miles de veces sin degradarse.
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Otra tendencia importante que impulsará a los autos eléctricos a dominar el automóvil es el rápido descenso en el costo de la generación de energía renovable. No hace falta decir que cargar los coches eléctricos con electricidad generada a partir de combustibles fósiles es contraproducente. Esto no ayuda a reducir el calentamiento global.
Pero el descenso en el coste de la generación de energía renovable ha sido impresionante. En los últimos ocho años, el precio de los paneles solares voltaicos que capturan la luz solar y la convierten en electricidad ha disminuido en un 86 por ciento y el coste de la energía de las turbinas eólicas se había reducido en un 23 por ciento. Esta es una reducción espectacular y hace que la energía renovable sea directamente competitiva incluso con el combustible fósil más barato y más sucio: el carbón. Y a partir de 2020, el coste de la energía generada a partir de fuentes renovables será sistemáticamente más bajo que el que proviene de los combustibles fósiles.
Es probable que esta tendencia a la reducción del coste en la generación de energía a partir de fuentes solares y eólicas continúe (aunque quizás no a la misma velocidad) y para 2030, se pronostica que la energía renovable proporcionará más del 60 por ciento de las necesidades energéticas de Europa.
A nivel mundial, a mediados de siglo, es probable que las fuentes renovables produzcan más del 50 por ciento de la energía que se consume (aunque es probable que nuestro consumo general de energía aumente en un 30% en los próximos 20 años).
Otro factor importante que impulsará el despliegue de energía renovable es la mejora en la tecnología de almacenamiento de las baterías. Así como las baterías para la propulsión de los vehículos están mejorando en cuanto a su eficiencia y la reducción de costes, las baterías de almacenamiento grandes que pueden almacenar energía de la red generada a partir de fuentes renovables también se están convirtiendo, por primera vez, en una opción práctica.
Esto suaviza los problemas de suministro 'intermitente' asociados a la generación de energía renovable cuando el viento no sopla o el sol no brilla.
Hoy, sin embargo, el porcentaje de electricidad generada a partir de fuentes renovables es solo de alrededor del 8,5% en todo el mundo. Pero incluso si la mayoría de la energía para los vehículos eléctricos de hoy en día es generada por las centrales eléctricas que queman combustibles fósiles, la reducción de la contaminación del aire a nivel de calle en las ciudades cuando los vehículos eléctricos reemplazan a los vehículos de combustibles fósiles se convierte en una victoria drástica e inmediata. Debido a que la mayoría de las centrales eléctricas están situadas lejos de las áreas urbanas, los gases y partículas nocivos emitidos a medida que se genera energía no contribuyen directamente a la contaminación del aire cuando se miden a nivel de las calles de la ciudad.
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Vehículos autónomos y carreteras inteligentes Los coches autónomos se han imaginado y comentado durante casi un siglo. Pero tal especulación seguía siendo imaginaria. Entonces, en 1957, Daimler publicó un anuncio que sugería que el futuro autónomo estaba casi al alcance de la mano.
Y las películas de los años sesenta y setenta protagonizadas por un VW Beetle antropomórfico y autónomo llamado 'Herbie' hicieron que el concepto fuera familiar para todos los baby boomers occidentales. Más tarde, la serie de televisión estadounidense de 1980 'Knight Rider' supuso un intento algo más serio de adivinar cómo serían los coches autónomos.
Pero la industria no se tomó en serio la fabricación de vehículos autónomos hasta los primeros años del siglo XXI, y luego fue la industria del software, no el sector automotriz, la que lideró el desarrollo. En 2004, la agencia de defensa estadounidense DARPA, lanzó un Gran Desafío.
Ofreció un premio de 1 millón de dólares al equipo que pudiera construir un automóvil sin conductor capaz de viajar 150 millas (241 km) sin un humano a bordo y sin control remoto. El premio fue otorgado en 2005. Ese fue el comienzo de la carrera para desarrollar coche sin conductor que eventualmente pudieran salir a la vía pública.
Cuando los primeros automóviles autónomos de Google se aventuraron a las vías públicas en 2009 (bajo alta supervisión humana), se imaginó que tan pronto como la tecnología se hubiera desarrollado lo suficiente, tales vehículos podrían salir sin supervisión para navegar a través del tráfico conducido por humanos, como si hubiera un conductor robot con conciencia humana al volante. Ahora sabemos que esto no va a suceder en la mayoría de las partes del mundo.
No se puede permitir que los vehículos totalmente autónomos salgan a las carreteras por sí solos, ya que no pueden anticipar las acciones inesperadas de los conductores humanos a su alrededor.
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Los coches sin conductor no serán piezas tecnológicas
independientes, sino parte de un
ecosistema de vehículos inteligentes y carreteras
inteligentes que funcionarán juntos como si fueran una
única entidad
Y no pueden interpretar las reglas y condiciones de la carretera en ausencia de señalización (por ejemplo, cuando los semáforos están rotos, en tormentas de nieve o después de un accidente). Los humanos pueden interpretar lo desconocido y actuar en consecuencia, pero tal comprensión intuitiva por parte de la inteligencia artificial aún está a muchas décadas de distancia.
Para garantizar que los coches sin conductor y sin supervisión hoy en día permanezcan seguros en las autopistas públicas existentes, tendrían que ser programados para operar a velocidades muy bajas y con el tipo de precaución que exhibiría un nuevo conductor en prácticas. Dichos vehículos causarían caos en las vías públicas de hoy debido a los retrasos y las frustraciones que causarían a los conductores humanos.
La respuesta reside en la necesidad de ver los automóviles sin conductor, no como piezas tecnológicas independientes, sino ver cada uno de ellos como un solo nodo dentro de una red de transporte cooperativa y de autoaprendizaje; un ecosistema de vehículos inteligentes y carreteras inteligentes que trabajarán juntos como si fueran uno.
Mientras tanto, la tecnología de 'asistencia al conductor', por ejemplo, el frenado automático, la detección de peatones, la advertencia de colisión frontal, las advertencias de abandono de carril, la detección de puntos ciegos y el monitoreo del estado de vigilancia del conductor, será de gran ayuda para mantener a los conductores humanos más seguros y reducir los accidentes y lesiones. Estas tecnologías de asistencia serán la forma en que el público en general comience a aprender sobre las fases de desarrollo de la automatización de la conducción.
En las próximas décadas, los humanos que hoy desconfían de la idea de un automóvil que pueda conducir a solas aprenderán a aceptar la idea de que los vehículos autónomos en realidad serán mucho más seguros que los automóviles conducidos por humanos. Pero tales tecnologías de asistencia al conductor son solo puntos de paso en el camino hacia las carreteras inteligentes y los vehículos que pueden conducir por sí solos de manera segura.
En los próximos diez años, más o menos, las carreteras comenzarán a ser inteligentes, ya que ahora se entiende mejor que para que el funcionamiento sea realmente seguro y confiable, los coches sin conductor no pueden ser vehículos totalmente independientes.
La futura red de carreteras será un único 'sistema de transporte' de autoaprendizaje en el que el descubrimiento por parte de un vehículo de una zona helada en una carretera significará que todos los demás vehículos y el sistema de carreteras en sí también conocerán instantáneamente la ubicación, el nivel de deslizamiento y la extensión de la zona de hielo (además de conocer y actualizar el pronóstico del tiempo).
Inicialmente, los elementos de la carretera y la señalización serán inteligentes. Esto ya está sucediendo en comunidades urbanas experimentales y dichas señales y accesorios (por ejemplo, semáforos, señales de límite de velocidad, farolas y cruces peatonales) comunicarán su existencia y condición a los vehículos de carretera de forma inalámbrica utilizando las redes inalámbricas ultrarrápidas de gran ancho de banda (al menos 7G para 2040) con redundancia de comunicaciones locales incorporada por si se producen fallos en la red.
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Las calles y autopistas inteligentes se convertirán en la primera implementación importante del tan promocionado 'Internet de las cosas' (IoT). Debido a que la energía eléctrica es una parte integral del diseño de calles y carreteras urbanas y suburbanas, habrá energía disponible para suministrar los muchos sensores que se emplearán en la creación de la red inteligente de carreteras de 2040.
Estas señales y sensores de tráfico incluirán cámaras, radar, lidar, sensores de velocidad, sensores meteorológicos, sensores de visibilidad, sistemas de reconocimiento de matrículas, sensores de advertencia de emergencia y muchos otros sensores aún por imaginar. Gran parte de la información transmitida por las señales de tráfico y el mobiliario urbano serán 'actualizaciones de mapas' en tiempo real y verificación de la ubicación, todo lo cual es vital para el funcionamiento seguro de vehículos sin conductor. Estos sistemas deberán funcionar de manera fiable en condiciones climáticas adversas, cuando la conectividad inalámbrica sea intermitente y abarcar una variedad de condiciones de conducción dinámicas.
Eso significa que las señales, las marcas y las líneas deberán proporcionar información digital autoalimentada como sistemas de respaldo garantizados. Las señales inteligentes y las marcas en el pavimento recubiertas con 'pintura digital' deberán comunicarse directamente con los automóviles equipados para reconocer estos nuevos materiales de transporte inteligentes, con el fin de mejorar la seguridad vial.
Una gran recompensa para la sociedad será el ahorro en ingresos hospitalarios y en el coste de la atención de seguimiento para aquellos millones de personas que previamente habrían resultado lesionadas en accidentes automovilísticos. Hoy, el 20 por ciento de las admisiones por trauma en los hospitales del Reino Unido se debe a accidentes de tráfico, y el porcentaje es mucho mayor en los países en desarrollo. Reducir o eliminar esta causa de accidentes proporcionará un incentivo importante para que los gobiernos asignen el dinero necesario para construir una red inteligente de carreteras para vehículos autónomos.
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La necesidad de seguridad Por supuesto, será vital que se incorporen sistemas de ciberseguridad fuertes en las redes de tráfico vial de 2040 para evitar el secuestro o la alteración de los vehículos y las carreteras.
Es probable que en 2040, las fuerzas de la policía de tráfico de hoy hayan sido reemplazadas en gran medida por fuerzas de seguridad cibernética de tráfico con la intención de mantener nuestras carreteras y todas las formas de transporte automotriz a salvo de interferencias maliciosas o criminales. Solo podemos esperar que el cifrado cuántico de 2040 resulte tan a prueba de piratas informáticos como se afirma actualmente.
El ciberdelincuente plantea amenazas aún mayores para la sociedad en su conjunto. Un ciberataque exitoso dirigido a las redes viales inteligentes podría potencialmente detener millones de vehículos. Podría paralizar una ciudad y, tal vez, una nación.
A la carga Los gobiernos ahora están desplegando redes de puntos de recarga de vehículos eléctricos, y este programa se acelerará durante la próxima década. Para 2040, es probable que los puntos de recarga sean ubicuos en todas las áreas, con la excepción de las más remotas.
También es probable que para 2040 haya sistemas ambientales de recarga ambiental en las carreteras que permitan a los usuarios de vehículos eléctricos recargar sus baterías mientras viajan. Es probable que los usuarios de la carretera paguen tanto por consumir esta energía como por el uso en sí de las autopistas (una tasa de carretera ), que ayudará a los gobiernos a reemplazar los ingresos tributarios perdidos a medida que la venta de los combustibles fósiles para la propulsión de las carreteras caiga a cero.
La flota de vehículos autónomos que proporcionará transporte en los centros de las ciudades en 2040, por supuesto, se integrará con otras formas de transporte.
Preveo que las compañías de trenes proporcionarán sus propias flotas de taxis autónomos para llevar a los pasajeros durante 'la última milla' y proporcionar servicios de recogida de pasajeros. Las compañías de trenes se convertirán en 'compañías de movilidad' que proporcionarán transporte puerta a puerta. Las aerolíneas también proporcionarán servicios similares de puerta a puerta para pasajeros de clase premium.
También creo que habrá una amplia gama de opciones alternativas en la flota de taxis autónomos; habrá vehículos VIP para contratar tipo limusina con bebidas, snacks y sistemas de entretenimiento que costarán algo más que el equivalente a una tarifa de autobús. Habrá vehículos de bajo coste y de viaje compartido que varios pasajeros usarán juntos, habrá autobuses más grandes sin conductor y también habrá vehículos autónomos 'de propiedad exclusiva' para aquellos que pueden proporcionar estacionamiento privado fuera de la vía pública. Y los automóviles robot proporcionarán movilidad a los que actualmente la tienen vetada: los jóvenes, los ancianos y los discapacitados. Esto puede llegar a ser una gran bendición de la era del vehículo autónomo.
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Para 2040, nuestras carreteras públicas
finalmente serán seguras y la conducción manual de estilo libre se habrá
convertido en un deporte extremo
¿Enamorado de la conducción? Por supuesto, soy consciente de que a una gran parte del público de hoy le gusta la idea de tener un automóvil. Proporciona un símbolo del estatus de uno, así como un medio de movilidad independiente. Para muchos, es algo a lo que aspirar.
Y, en algunas áreas del mundo, millones de personas todavía están ahorrando para comprar su primer automóvil. El deseo de tener un coche propio no va a desaparecer por el hecho de que los coches se vuelvan eléctricos y luego se conduzcan por sí mismos. Pero estos deseos se modificarán a medida que mejoren las opciones de transporte urbano: primero, compartiendo los viajes y tomando el taxi (Didi, Uber, etc.) y luego, con la llegada de las flotas de taxis autónomos.
Y a algunos humanos simplemente les encanta conducir automóviles por el placer de controlar un vehículo, especialmente vehículos rápidos en carreteras exigentes. Esta forma de conducción deportiva se convertirá en una actividad de ocio limitada a las zonas rurales remotas y a pistas dedicadas. No tendrá lugar en las vías públicas o autopistas de 2040.
Incluso hoy en día, los conductores en los países desarrollados saben que sus oportunidades para superar el límite de velocidad, conducir peligrosamente o estacionar ilegalmente son cada vez menores. Los sistemas de gestión del tráfico, como las cámaras de velocidad, los sistemas de medición de velocidad media, los sistemas de identificación de matrículas y los sistemas de CCTV ya han eliminado la mayoría de nuestras 'libertades' automovilísticas.
Para 2040, nuestras carreteras públicas finalmente serán seguras y la conducción manual de estilo libre se habrá convertido en un deporte extremo que se practicará lejos del público en general.
Los patrones cambiantes de la propiedad de automóviles: una "tormenta perfecta" para la industria automotriz Hasta ahora, una de las características definitorias del siglo XXI ha sido las sucesivas oleadas de disrupción tecnológica. Sector tras sector se ha puesto patas arriba a medida que las nuevas tecnologías proporcionan nuevas formas de resolver problemas y entregar bienes y servicios de manera más eficiente y rentable. La disrupción tecnológica está arrasando en todas las industrias y es un fenómeno global.
Los sectores empresariales que sienten olas de interrupción masiva causadas por la tecnología digital incluyen el comercio minorista, la fabricación, la logística, los viajes, los servicios legales, los servicios bancarios y financieros. Otros sectores que sienten los efectos incluyen atención médica, educación superior, aviación, entretenimiento, fabricación de automóviles, viajes y hostelería, y la energía y la distribución de la energía.
El sector de fabricación de vehículos ahora afronta desafíos en varios frentes: el primero es el cambio de motores de combustibles fósiles a la propulsión eléctrica; el segundo es el desarrollo de vehículos autónomos y carreteras inteligentes; y la tercera área de interrupción son los patrones cambiantes de la propiedad del automóvil.
Todos los fabricantes de vehículos, desde Ford hasta Ferrari, están produciendo un número limitado de vehículos eléctricos con la esperanza de poder navegar a través de las turbulencias que se encontrarán cuando el motor de combustión interna entre en su fase terminal.
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Y la mayoría de los principales fabricantes de vehículos tienen al menos un programa experimental de vehículos autónomos con la esperanza de estar listos para el momento en que los conductores comiencen a convertirse en pasajeros. Ford, GM, Toyota, Fiat, Mercedes-Benz, BMW, Volkswagen y muchos otros fabricantes de automóviles importantes están produciendo vehículos conceptuales de conducción autónoma y están entrando en asociaciones de desarrollo entre ellos, con universidades, con desarrolladores de inteligencia artificial y con start-ups pequeñas y especializadas.
Pero son los outsiders los que muestran el camino. Empresas como Waymo, Apple y Uber parecen estar mucho más adelantadas en el desarrollo de vehículos autónomos que los actuales fabricantes de automóviles tradicionales.
Esta interrupción en la movilidad también apunta a un cambio más amplio que ocurre en el patrón de la propiedad y funcionamiento del automóvil. Con una mayor comunicación online y con aplicaciones de transporte compartido y de uso compartido operativos en muchas ciudades, el número de propietarios de automóviles está cayendo entre la generación del milenio (de 18 a 35 años). Entre 2010 y 2014, solo el 37 por ciento de los jóvenes de 17 a 29 años declararon conducir un automóvil durante una semana normal, mientras que la cifra fue del 46 por ciento entre 1995 y 1999.
Pero no es solo el porcentaje de jóvenes que conducen automóviles lo que está cambiando: hay patrones cambiantes de propiedad y uso para todos los conductores de automóviles. Hasta principios de este siglo, la mayoría de los conductores de automóviles compraban sus vehículos, nuevos o de segunda mano, ya sea en efectivo o con financiación (alquiler-compra). Estas costosas compras permanecieron inactivas y sin usar durante el 95 por ciento de su vida.
Pero en los últimos años, los fabricantes de automóviles no han estado tratando tanto de vender sus automóviles a los conductores, sino que han querido que los conductores se 'suscriban' a la experiencia de conducir un Mercedes, Ford o Volvo. En una era de tasas de interés ultrabajas, las finanzas se han vertido en acuerdos de arrendamiento de automóviles que permiten a los conductores arrendar vehículos nuevos durante tres o cuatro años y luego devolverlos antes de obtener un nuevo contrato de arrendamiento. En los Estados Unidos, el 25 por ciento de los automóviles nuevos ahora se arrienda en lugar de comprarse, y esta es una tendencia que continúa al alza. Loa conductores se están convirtiendo en suscriptores de movilidad en lugar de propietarios de automóviles.
Pero incluso con el modelo de arrendamiento financiero de automóviles estos activos caros son muy poco utilizados. Este desperdicio bruto esta detrás del crecimiento de Uber y otros programas de taxis y viajes compartidos.
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Si vive en una ciudad y no hace largos viajes frecuentes fuera de la ciudad, ahora tiene poco sentido poseer o arrendar un automóvil que esté inactivo la mayor parte del tiempo. Tocar su teléfono inteligente traerá su medio de transporte a su puerta en solo unos minutos.
Además del coste inicial, la propiedad del automóvil conlleva dolores de cabeza adicionales. El vehículo debe mantenerse incluso mientras se deprecia el valor. Luego, dependiendo de dónde viva, hay extras adicionales, como los cargos por permisos de estacionamiento, más los cargos por conducir en ciertas zonas del centro de la ciudad. ¿Por qué tener un coche, sea cual sea la modalidad, cuando es mucho más fácil usar una aplicación para que acuda un vehículo?
Esta solución clásica de "ganar-ganar" a la movilidad personal para los habitantes de la ciudad marca el comienzo del fin de la propiedad tradicional de automóviles. Durante demasiado tiempo, los automóviles privados han sido un producto que se desperdicia con tanta frecuencia y de forma tan extravagante como la mostaza (solo que los automóviles son mucho más caros que los condimentos de mesa). Ahora parece inevitable que el patrón futuro del uso del automóvil conllevará un cambio importante a medida que el gasto se aleje de los grandes trozos de acero que, durante casi toda su vida, simplemente se sientan en una calle o en un camino de entrada.
Pero hay buenas y malas noticias para los fabricantes de vehículos: la buena noticia es que toda la flota de vehículos del mundo debe ser reemplazada en las próximas décadas (hoy, 499 de cada 500 autos en la carretera emplean combustibles fósiles). La mala noticia es que no está del todo claro si los principales fabricantes de vehículos actuales seguirán siendo los grandes nombres en la industria automotriz de 2040. La muerte del motor de combustión interna traerá una gran interrupción a los fabricantes de vehículos.
Como un ingeniero de baterías del sector automotriz le dijo al Financial Times recientemente: “Para las compañías automotrices europeas, cambiar a vehículos eléctricos es como hacer virar a un acorazado. Y es un acorazado con una tripulación amotinada.»
Sin embargo, algunos fabricantes de automóviles ya están comenzando a adaptarse. General Motors planea lanzar un servicio de robo-taxi que permitirá a los urbanitas llamar a un Chevrolet Bolt sin conductor.
Actualmente, Ford está revisando una destartalada estación de trenes de Detroit para convertirla en un centro tecnológico destinado a atraer superestrellas del software. Daimler quiere fusionar una de sus divisiones con el archirrival BMW para crear un gigante de servicios como el transporte de vehículos y el uso compartido de automóviles, y Volkswagen ha anunciado una inversión de 34 mil millones de dólares en la creación de una nueva 'plataforma' (chasis) para una gama de vehículos eléctricos.
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La movilidad del futuro
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Algunos analistas de la industria han sugerido
que el futuro de la movilidad personal puede no estar en
manos de los fabricantes de automóviles
tradicionales, sino en manos de unos participantes
completamente nuevos.
Y Toyota dice que está evolucionando hacia una compañía completamente diferente, una que se enfoca más a servicios que mueven a las personas. "Se trata de sobrevivir o morir", dijo recientemente el director ejecutivo de Toyota.
La inversión de 650 dólares de Toyota en coches autónomos para la red de taxis de Uber es un ejemplo temprano de la estrategia cambiante de la compañía. Este acuerdo verá el desarrollo inicial de una flota denominada Autono-MaaS (movilidad autónoma como servicio) basada en la minivan Toyota Sienna, donde el sistema de conducción autónomo de Uber y el sistema de soporte de seguridad automatizada Toyota Guardian se integrarán en los vehículos Autono-MaaS.
Tomado junto con el abandono de los motores propulsados por los combustibles fósiles, la llegada inminente de vehículos autónomos y los patrones cambiantes en la propiedad y el uso del automóvil, tenemos una 'tormenta perfecta' de interrupción y cambio que se avecina para toda la industria automotriz.
Algunos analistas del sector han sugerido que el futuro de la movilidad personal puede no estar en manos de los fabricantes de automóviles tradicionales, sino en manos de unos participantes completamente nuevos. A medida que el coche se convierta más en una plataforma de software y un nodo de red, en lugar de un vehículo independiente, los recién llegados como Apple, Google y Uber pueden impulsar el futuro del transporte. En esencia, la tecnología de la información ya no se agregará a los automóviles a medida que se construyan; los automóviles se construirán en torno a la tecnología de la información.
La recopilación y el análisis de datos se convertirán en un factor económico vital para los fabricantes y operadores de vehículos autónomos del mañana.
Analizar a dónde quieren ir los pasajeros, y cuándo, proporcionará información valiosa sobre el comportamiento individual y social. Comprender cómo los pasajeros quieren pasar su tiempo en los vehículos sin conductor (trabajando, jugando, comprando, etc.) también será información muy valiosa. Los datos de movilidad probablemente serán el producto más valioso en la industria automotriz del futuro.
Pero la fabricación de automóviles es un negocio de capital intensivo, complejo y, en comparación con el software, de bajo margen y creo
que es muy probable que los fabricantes de automóviles de renombre de hoy se asocien con compañías digitales para crear los nuevos tipos de vehículos que proporcionarán movilidad personal en 2040. Muchas de estas asociaciones incipientes ya se han establecido.
Lo que los fabricantes de automóviles ya saben es que el vehículo del futuro es eléctrico y autónomo, y la industria ahora se ha dado cuenta
de que la enorme potencia del mercado chino en rápido crecimiento también tendrá una gran influencia en el diseño y desarrollo del vehículo.
También debe señalarse que la rápida introducción de vehículos autónomos controlados por la red traerá una interrupción destructiva a las muchas industrias de servicios que sirven al mercado de movilidad actual. Las grúas, los servicios de reparación de carrocerías, las escuelas de conducir, los taxistas, los camioneros, los servicios de emergencia (por accidentes de tráfico), los guardias de tráfico y los asistentes de estacionamiento estarán en camino de volverse inútiles.
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La movilidad del futuro
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Camino hacia 2040 A medida que las sucesivas oleadas de nuevas tecnologías se han ido apoderando de la sociedad en las últimas décadas, hemos aprendido que "el futuro ya está aquí, simplemente no está distribuido de manera muy uniforme". Para 2040, algunas ciudades de China, Arizona, Canadá, Australia y otros lugares pueden parecerse a los modelos utópicos de planificación urbana de aire limpio que describo en los párrafos iniciales de esta sección.
Pero soy consciente de que muchas otras ciudades solo se parecerán en parte al paraíso del transporte que imagino. Algunos gobiernos y autoridades municipales adoptarán el cambio hacia formas de transporte limpias y autónomas e incentivarán poderosamente a las poblaciones para que realicen los ajustes necesarios. Otros gobiernos y autoridades serán más lentos a la hora de hacerlo e incluso puede haber algunas ciudades que aún no hayan rechazado el motor de combustión interna para 2040.
Pero la velocidad a la que los pueblos, ciudades y naciones adoptan formas limpias y autónomas de transporte por carretera dependerá más de la voluntad política y las consideraciones culturales que de las limitaciones económicas o los problemas tecnológicos.
Ya está quedando claro que los ahorros que se lograrán al reducir la contaminación y eliminar los daños, las muertes y las lesiones sufridas en los accidentes de tráfico compensarán en parte el coste de construir una infraestructura vial inteligente e incentivar a la población que viaja a cambiar a formas más limpias de transporte por carretera. También está claro que la introducción de vehículos autónomos eléctricos en las principales ciudades mejorará la prosperidad y la competitividad internacional de una nación (sobre todo porque no habrá tiempo perdido en atascos de tráfico y porque parte del tiempo que las personas pasan en vehículos autónomos será utilizado para el trabajo).
Una vez que estos logros se realicen por completo, es probable que casi todos los países se apresuren a unirse a la revolución.
Pero esto solo funciona cuando los gobiernos y las autoridades piensan de manera integral y hacen un pensamiento conjunto. Con demasiada frecuencia, diferentes departamentos, por ejemplo, la agencia ambiental y la autoridad de salud, operan de manera totalmente independiente y no reconocen que los costes para un departamento pueden estar generando mayores ahorros en otro. Tales fallos de gestión son muy comunes en las sociedades democráticas.
Pero está claro que nos dirigimos hacia un futuro automotriz que será más limpio, más seguro y más eficiente. La movilidad personal continuará creciendo rápidamente a medida que el mundo se desarrolle, pero este crecimiento ya no será a costa de la pérdida de vidas humanas, la contaminación causante de enfermedades y la salud del planeta.
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