El Morro Solar y La Batalla de Chorrillos
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EL MORRO SOLAR Y LA BATALLA DE CHORRILLOS
ARDE CHORRILLOS
Escribe: Roberto Praga G.
Fotos: Virgilio Grajeda
LA HISTORIA DE LA PERLA DEL PACIFICO
Niños asesinados a puntapiés, estrellados contra las paredes o volados en mil pedazos.
Abuelas enloquecidas de dolor muertas a culatazos, mujeres quemadas vivas en sus casas, y
madres humilladas por soldadesca delincuencia. Ancianos fusilados casi por diversión, Uno a
uno los habitantes de Chorrillos cayeron ya por el jirón Arica, ya por la avenida Castilla, ya por
la Plaza Matriz.
El 13 de enero de 1881, el Perú tuvo el momento más trágico de la historia republicana, la
Batalla de Chorrillos. Nada pudo impedir que los chorrillanos miraran la muerte cara a cara,
incluso los hombres jóvenes y adultos, organizados en las líneas de defensa, tuvieron un final
igualmente trágico. Enfrentando una lucha desigual, tres mil contra treinta mil. Unos dejaron
sus cuerpos en el Morro Solar o en los arenales de San Juan, otros fueron asesinados
después de ver violadas a sus mujeres y destruidas sus propiedades, y otros fueron obligados
a tirarse del malecón al precipicio. Viendo la actual apacible avenida Olaya, o el soleado
Malecón Grau -dos de las principales arterias del distrito de Chorrillos- nadie imaginaría que
esos fueron algunos de los escenarios en los que sucedieron hechos como los descritos
arriba.
El desinterés es comprensible, los cursos de historia en la escuela son extrañamente
puntillosos en la cantidad de caballos y municiones, si las armas eran Chassepot o Peabody,
o si los cañones eran Krupp o Armstrong, o qué tan modernos eran los rifles tanto del enemigo
como de los patriotas. En ningún momento nos acercan a situaciones concretas de
sufrimiento, heroísmo o estupidez, que son fácilmente reconocibles en el caso de la Batalla de
Chorrillos.
Sin embargo de aquella tragedia no se salvaron ni los extranjeros que vivían en el balneario.
El jirón Bellavista sería testigo del fusilamiento de trece bomberos italianos de la estación
Garibaldi, un poco por prestar ayuda a los ranchos que se incendiaban y otro tanto por ser
confundidos con una unidad especial del Ejército Peruano, ya que sus uniformes tenían
distintivos que lucían como si fueran una milicia.
Hoy, 118 años después, las calles de Chorrillos son transitadas por una bulliciosa multitud de
veraneantes que invaden lugares de importancia histórica, en los que con un poco de calma
podrían reconocer los pocos edificios que quedan de aquella época. Pero... ¿qué motivó a la
soldadesca chilena para que tuviera una actitud tan desenfrenada en este pueblo? El siglo
pasado, en la imaginación de los países vecinos, el lujo y la ociosidad aristocrática tenían un
nombre: Chorrillos. Los cronistas y viajeros europeos de esa época no se cansaban de
comparar el balneario de San Pedro de los Chorrillos con los lugares más elegantes de
esparcimiento del viejo continente. Los alemanes decían que era igual al aristocrático Baden
Baden, los franceses veían en Chorrillos una réplica de su Biarritz y los ingleses afirmaban
que aquí había más lujo que en Brighton, lugar de veraneo de la nobleza. Una comparación
moderna pondría al Chorrillos de 1881 al mismo nivel que Ibiza en la España actual, Acapulco
en México, Miami Beach en Estados Unidos o tal vez Viña del Mar, en Chile.
ARDE CHORRILLOS
Como sea, el paraíso a la vez bucólico, elegante y parrandero que fuera Chorrillos alguna vez,
fue destruido por las tropas chilenas en un solo día, el 13 de enero de 1881. Ese día, desde
las 5 de la mañana hasta las 11 de la noche, desaparecieron parques con esculturas italianas,
ranchos con alfombras orientales, salones con cortinas inglesas, jardines con plantas
importadas de Filipinas y la India, maderas talladas, piletitas de puccis (angelitos meones)
puestos para calmar la sed de los transeúntes y una iglesita decorada con lo más fino que
feligreses adinerados le donaron.
Todo esto distribuido en un área de no más de 50 manzanas desde la actual bajada de Agua
Dulce, junto al puente Tenderini, hasta la entrada al serpentín de La Herradura, y desde el
malecón hasta la calle Paraguay junto al estadio Municipal. Población estimada, apenas 3,000
personas. Vistas así las cosas, en la imaginación de una tropa invasora, la concentración de
riquezas de Chorrillos se presentaba como la recompensa a una campaña prolongada llena
de incomodidades a lo largo de un año y medio de combates. Motivados con un saqueo
ofrecido y promovido desde su salida de Santiago, las tropas chilenas quedaron deslumbradas
ante el lujo que vieron en Chorrillos, el descontrol fue tal que incluso hubo enfrentamientos
entre soldados y oficiales del ejército chileno provocados por la ambición de ambos de robar
los objetos de valor que hallaban en los suntuoso ranchos. El saqueo era inevitable.
LA RECONSTRUCCION
Pese a que la destrucción de Chorrillos fue total; hubo quienes pretendieron reconstruir el
balneario. Lamentablemente el renacimiento de este pueblo, considerado Perla del Pacífico,
no pudo realizarse. Los intentos por rehabilitar el distrito fueron lentos, el crecimiento de Lima
y el encarecimiento de los costos de construcción no permitieron establecer un ritmo continuo
de recuperación. Si a esto le agregamos el golpe mortal del terremoto de 1940, el Chorrillos
aristocrático dijo adiós.
Con el afán de reconstruir este periodo de nuestra historia de la forma más veraz posible, el
Instituto de Estudios Históricos del Pacífico (IEHP), dirigido por Oscar Ferreyro, está abocado
a la recuperación de todo material que ayude a establecer la situación concreta del Chorrillos
de la época. "Nuestro objetivo principal es acopiar la mayor cantidad posible de información en
el campo sobre este período de nuestra historia. Si bien tenemos como referencia los libros de
historiadores, éstos están siendo revisados constantemente por nuestro equipo de
investigadores con cada material significativo que encontramos", afirma Ferreyro.
Así las investigaciones del IEHP han permitido establecer la causas técnicas por las que las
líneas patriotas fueron abatidas rápidamente en San Juan y Miraflores. Gracias al trabajo de
recuperación arqueológica se ha podido realizar la restauración cuidadosa de uniformes de
soldados peruanos. La recuperación de documentos ha permitido establecer con precisión el
conflicto entre los jefes de nuestras tropas y, sobre todo, establecer un red de contactos que
permiten al IEHP ubicar documentos relacionados con la Guerra del Pacífico tanto en el Perú
como en el extranjero. Actualmente el instituto tiene la colección más completa de armamento,
uniformes y documentos sobre la Guerra del Pacífico que hay en el Perú, tanto del Ejército
Peruano como del Ejército Chileno.
Así nos enteramos que a pesar de que Chorrillos no fue una plaza militar con todas las de la
ley, sino más bien un improvisado parapeto que pretendió detener a un ejército superior tanto
en armas, efectivos e incluso metodología, los vencedores de la guerra condecoraron a sus
oficiales con medallas al mérito por haber participado en la Batalla de Chorrillos, las que
indicarían el grado de importancia que Chile le dio al enfrentamiento que tuvo como escenario
este distrito y que definió la rendición de Lima.
3000 AÑOS DE HISTORIA
Pero el prestigio y la fama de Chorrillos no fue obra sólo de los inmigrantes italianos y
franceses de finales del siglo pasado. La historia de Chorrillos comienza tres mil años antes.
Según el arqueólogo Francisco Vallejo, miembro del IEHP, las primeras ocupaciones
humanas en la zona parecen remontarse a unos 1500 años antes de Cristo, cuando grupos
pequeños de seminómades se afincaron en las laderas del Morro Solar, especialmente en el
sector sur, lugar que les sirvió para la recolección de recursos marinos (moluscos, choros y
pejesapos).
Por increíble que parezca, aún quedan restos de una aldea lítica de esa época ubicada a
espaldas de la Virgen del Morro, la misma que está amenazada por el afán "progresista" de
una conocida inmobiliaria. Otros asentamientos humanos de este tipo están al borde de los
acantilados del cerro Marcavilca, para el lado de la playa La Herradura.
Alrededor del año mil después de Cristo, Chorrillos comienza a ser intensamente poblado,
especialmente las faldas del Morro Solar por grupos pertenecientes a la cultura local formando
lo que posteriormente sería conocido como él curacazgo de Sulco o Armatambo, uno de los
centros prehispánicos con mayor población y territorio de los que existían en el valle de Lima.
"Los hallazgos arqueológicos recién efectuados demuestran que Armatambo fue poblado por
gente que había desarrollado grandes aptitudes para la pesca y obtención de recursos
marinos, pues una gran diversidad de éstos están siempre presentes en todos los contextos
arqueológicos. La cerámica, aunque en su mayoría de formas simples y globulares. evidencia,
en algunos casos, características propias y particulares conformando el llamado estilo
Ichmay", nos dice Francisco Vallejo.
Entre 1450 y 1470 Armatambo es ocupado por el estado Inca, el cual lo integra a su red de
caminos y lo convierte en un tambo principal, debido a su proximidad con el santuario de
Pachacámac. Desde entonces adquiere un carácter cada vez más importante, pues el
gobierno incaico realiza una serie de construcciones ampliando enormemente el área urbana
del sitio, llegando a abarcar una extensión máxima que va desde la zona hoy conocida como
San Genaro (bajo las antenas de radiodifusión del cerro Marcavilca) hasta Alto Perú (cerca al
club Regatas), siendo considerado por los cronistas españoles como el asentamiento más
grande y poblado en el valle de Lima.
En la época incaica Armatambo llegó a ser sede de una de las tres gobernaciones de la zona
de Lima, conocidas como Hunus, a cargo de 10 mil familias. La conquista española representó
el decaimiento de Armatambo, despoblándose progresivamente hasta 1570, cuando el virrey
Toledo ordenó su la concentración de la gente de Armatambo y Sulco en la Reducción
Indígena del actual distrito Santiago de Surco, lo que provocó la confusión posterior y se dejó
de llamar Sulco a la zona de Armatambo.
En 1680, un siglo después de las disposiciones del virrey Toledo, los indígenas que vivían en
la reducción de Surco pidieron que se les permitiera vivir cerca de la playa, ya que ellos eran
pescadores y su centro de trabajo estaba en las zonas de lo que ahora vendrían a ser el Club
Regatas y el Salto del Fraile.
Don Antonio del Solar, dueño de esta zona, donó terrenos para que construyan sus chozas en
el lugar hoy conocido como Alto Perú, y es desde entonces que se le llama Morro Solar.
En poca tiempo la población creció y la administración colonial empezó a reconocer al lugar
como un pueblo. Inclusive pusieron a un cura doctrinero con su parroquia, San Pedro de los
Chorrillos.
AGUA DULCE
Pueblito de pescadores, alejado de toda idea de balneario, la fama de Chorrillos empieza a
forjarse por esta época a partir de sus chorritos agua dulce, que emanaba de sus acantilados,
los mismos que consideraban medicinal y menos "dura" que el agua de los canales del río
Rímac. Con una creciente población, un muelle de pescadores, y con la posibilidad de con
seguir agua dulce sin contaminaciones salinas, la zona nuevamente volvió a adquirir
renombre.
En el afán de tomar agua cada vez más sana, aproximadamente por 1750, una incipiente
industria del ocio empieza a fijarse en Chorrillos y a promocionar el lugar como zona de
esparcimiento; agua saludable más servicios gastronómicas de los pescadores, más playas
de aguas mansas, permitieron que Chorrillos se convierta en una costumbre entre las clases
pudientes de la colonia. Paralelo a esto, cada cierto tiempo, ante los temores de ataques
piratas, el Morro Solar cobró importancia, pues era utilizado como una atalaya natural para
observar el paso de los barcos.
Hoy con diez playas a lo largo de su litoral; Agua Dulce, Pescadores, Regatas, Caplina, La
Herradura, La Chira, Villa, La Encantada, Conchán y Kan Kun, Chorrillos recibe cada verano
cerca de dos millones de visitantes.
A 118 años de la destrucción del Chorrillos clásico, los modernos edificios construidos en el
malecón y en urbanizaciones como La Encantada o Las Garzas, así como los proyectos
arquitectónicos de La Herradura y La Chira, permiten apreciar que el renacimiento de
Chorrillos como un balneario moderno y con instalaciones confortables es cuestión de poco
tiempo.
Tomado de: http://www.enjoyperu.com/andares/andares52-arde-chorrillos1.html