El proceso de globalización Otras consecuencias de la globalización.
El Mito de La Globalización
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EL MITO DE LA GLOBALIZACIN TEORA DE LA LNEA
MARINTALERO
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EL MITO DE LA GLOBALIZACIN
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El hombre no es
hombre si no es libre
Ricardo Marn Tlero
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EL MITO DE LA GLOBALIZACIN
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INTRODUCCIN
La alegora de la lnea viene inserta en el mito de la caverna, de Platn, en su conocida obra La
Repblica (VII). El Libro VII de la Repblica comienza con la exposicin del conocido Mito de la
Caverna, el cual, es utilizado por Platn como alegora de la situacin del hombre que vive plano,
esto es, del hombre que vive respecto a su conocimiemnto y en ignorncia de sus emociones. La
teora del conocimiento es explicada al final de su Libro VI e ilustra la alegora de la lnea.
La alegora de la lnia [Ser o No Ser. He ah la cuestin]
La teora del conocimiento en Platn
La primera explicacin del conocimiento que encontramos en Platn, antes de haber elaborado la
teora de las Ideas, es la teora de la reminiscencia (anmnesis) que nos ofrece en el Menn. Segn
ella el alma, siendo inmortal, lo ha conocido todo en su existencia anterior por lo que, cuando
creemos conocer algo, lo que realmente ocurre es que el alma recuerda lo que ya saba. Aprender es,
por lo tanto, recordar. Qu ha conocido el alma en su otra existencia? A qu tipo de existencias
del alma se refiere? Platn no nos lo dice, pero no parece que est haciendo referencia a sus
anteriores reencarnaciones. El contacto con la sensibilidad, el ejercicio de la razn, seran los
instrumentos que provocaran ese recuerdo en que consiste el conocimiento. La teora de la
reminiscencia volver a ser utilizada en el Fedn en el transcurso de una de las pruebas para demostrar la inmortalidad del alma, pero Platn no volver a insistir en ella como explicacin del
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conocimiento. En la Repblica, Platn nos ofrece una nueva explicacin, la dialctica, al final del
libro VI, basada en la teora de las Ideas. En ella se establecer una correspondencia estricta entre
los distintos niveles y grados de realidad y los distintos niveles de conocimiento.
Fundamentalmente distinguir Platn dos modos de conocimiento: la "doxa" (o conocimiento
sensible) y la "episteme" (o conocimiento inteligible). A cada uno de ellos le corresponder un tipo
de realidad, la sensible y la inteligible, respectivamente. El verdadero conocimiento viene
representado por la "episteme", dado que es el nico conocimiento que versa sobre el ser y, por lo
tanto, que es infalible. Efectivamente, el conocimiento verdadero lo ha de ser de lo universal, de la
esencia, de aquello que no est sometido a la fluctuacin de la realidad sensible; ha de ser, por lo
tanto, conocimiento de las Ideas. Platn nos lo explica mediante la conocida alegora de la lnea.
Representemos en una lnea recta los dominios de los sensible y lo inteligible, uno de ellos ms
largo que el otro, y que se encuentre en una relacin determinada con l, nos dice Platn.
Dividamos cada uno de dichos segmentos segn una misma relacin, igual a la precedente. Sobre la
parte de la lnea que representa el mundo sensible tendremos dos divisiones: la primera
correspondiente a las imgenes de los objetos materiales -sombras, reflejos en las aguas o sobre
superficies pulidas-, la segunda correspondiente a los objetos materiales mismos, a las cosas -obras
de la naturaleza o del arte-. De igual modo, sobre la parte de la lnea que representa el mundo
inteligible, la primera divisin corresponder a las imgenes (objetos lgicos y matemticos), y la
segunda a los objetos reales, las Ideas.
Ahora bien, si el mundo sensible es el mundo de la opinin (doxa) y el mundo inteligible el
dominio de la ciencia (episteme) estamos autorizados a formular la proposicin siguiente: la
opinin es a la ciencia lo que la imagen es al original. Las imgenes de los objetos materiales dan
lugar a una representacin confusa, que llamaremos imaginacin (eikasa); los objetos materiales
dan lugar a una representacin ms precisa, que comporta la adhesin del sujeto que las percibe, y
a la que llamaremos creencia (pstis); por su parte, en el mundo inteligible, las imgenes de las
Ideas (objetos matemticos) dan lugar a un conocimiento discursivo (dinoia), mientras que las
Ideas mismas da lugar a un conocimiento intelectivo (nesis), el conocimiento de la pura
inteligencia. La dialctica es, pues, el proceso por el que se asciende gradualmente al verdadero
conocimiento, al conocimiento del ser, de lo universal, de la Idea. Las nociones matemticas, que
de una parte reflejan las Ideas puras, pero por otra parte slo pueden traducirse con la ayuda de
smbolos sensibles, nos proporcionan el tipo de las nociones mixtas de la dinoia: las matemticas
se fundan sobre hiptesis a las que consideran como principios a partir de los cuales deducen sus
consecuencias, representando as la actividad del razonamiento discursivo. La nesis en qu se
diferencia entonces de la dinoia? Por supuesto, en que se dirigen a objetos de conocimiento
distintos, si seguimos la interpretacin de Aristteles en la "Metafsica" (987 b 14 y siguientes)
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segn la cual Platn estableca una diferencia entre las Ideas y los objetos matemticos en el
sentido de considerar a estos como realidades intermedias entre las formas (Ideas) y las cosas
sensibles. Pero tambin en cuanto a su naturaleza, pues la nesis, aunque partiendo de las
hiptesis de la dinoia, pretende rebasarlas remontndose hasta los primeros principios, las Ideas,
mediante el recurso a una abstraccin pura, descendiendo luego hasta las conclusiones que se
derivan de esos primeros principios, pero sin valerse en ningn momento de imgenes sensibles.
Esta distincin entre la dinoia y la nesis ha dado lugar a numerosas disputas, tanto respecto a su
naturaleza y funciones como en cuanto a la posibilidad misma de su distincin cmo se justifica,
en efecto, la afirmacin de que existen dos tipos de razn? Platn tampoco da muchas
indicaciones al respecto, ni en la Repblica ni en otras obras posteriores; s aporta, al comienzo
del libro VII de la Repblica, una interpretacin figurada de la alegora de la lnea a travs del
conocido mito de la caverna. Pero, en la medida en que se recurre a un mito para explicar la
alegora de la lnea, las dificultades de la interpretacin permanecen.
El mito de la caverna [La zona de confort es una caverna]
En el mito de la caverna, Platn relata la existencia de unos hombres que desde su nacimiento se
encuentran atados de piernas y cuello, en el interior de una oscura caverna. Prisioneros no slo de
las sombras oscuras propias de los habitculos subterrneos, sin tambin de su campo de visin,
de manera que tienen que mirar siempre adelante debido a las ataduras sin poder nunca girar la
cabeza. La luz que ilumina el antro emana de un fuego encendido detrs de ellos, elevado y
distante. Nos dice que imaginemos entre el fuego y los prisioneros un camino elevado a lo largo
del cual se ha construido un muro, por este camino pasan unos hombres que llevan todo tipo de
objetos o figuras que los sobrepasan, unos con forma humana y otroas con forma de animal; estos
caminantes que transportan objetos, a veces hablan y a veces callan. Los cautivos, con las cabezas
inmviles, no han visto nada ms que las sombras proyectadas por el fuego al fondo de la caverna
-como una pantalla de cine en la cual transitan sombras chinas- y llegan a creer, faltos de una
educacin diferente, que aquello que ven no son sombras, sino objetos reales, la misma realidad.
El Mito de Platn
Este aspecto del mito sirve a Platn para ejemplificar, mediante un lenguaje plagado demetforas, la
distincin entre mundo sensible y mundo inteligible (dualisme ontolgico), y la distincin entre
opinin y conocimiento cientfico (dualisme epistemolgico). La funcin principal del mito es, no
obstante, exponer el proceso quedebe seguir la educacin del filsofo gobernante, tema central del
"Libro VII". Este proceso est representado por el recorrido del prisionero liberado desde el interior
de la caverna hasta el mundo exterior, y culmina con la visin del sol (515 d - 516 c). El mito da a
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entender que la educacin es un proceso largo y costoso, plagado de obstculos y, por tanto, no
accesible a cualquiera. El prisionero liberado debe abandonar poco a poco sus viejas y falsas
creencias, los prejuicios ligados a la costumbre; debe romper con su anterior vida, cmoda y
confortable, pero basada en el engao; ha de superar miedos y dificultades para ser capaz de
comprender la nueva realidad que tiene ante sus ojos, ms verdadera y autntica que la anterior. De
ah que el prisionero deba ser "obligado", "forzado", "arrastrado", por una "spera y escarpada
subida", y acostumbrarse poco apoco a la luz de fuera, hasta alcanzar el conocimiento de lo
autnticamente real, loeterno, inmaterial e inmutable: las Ideas. Pero no acaba aqu la tarea del
filsofo: unavez formado en el conocimiento de la verdad, deber "descender nuevamente a
lacaverna" y, aunque al principio se muestre torpe y necesite tambin un perodo deadaptacin (516
e), deber ocuparse de los asuntos humanos, los propios del mundosensible (la poltica, la
organizacin del Estado, los tribunales de justicia, etctera). Es muy importante que relaciones este
mito con tus conocimientos generales sobre la filosofa de Platn, en especial con la Teora de las
Ideas, la distincin entreconocimiento y opinin, etc., y que pongas especial atencin en interpretar
correctamente las abundantes metforas del mito (la visin", "las cadenas", las cosas del interior", "las cosas de arriba", "el sol", etctera), de uso comn en las organizaciones.
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CAPTULO PRIMERO. EL MITO
I. PRIMER ESTADIO DE REALIDAD: LAS SOMBRAS
Segn el simbolismo platnico, podramos pensar que los hombres nacen encadenados
adeterminados esquemas propios de la poca en que viven y desde los que contemplan suvida. Esta
interpretacin plantea un problema de extraordinaria modernidad. Como si elpensamiento, lo que
verdaderamente somos, dependiese de algo que est fuera denosotros mismos y que nos condiciona
y determina. Para los prisioneros de la caverna , el mundo es lo que ven. La verdadera realidad est,
sin embargo, en otra parte. Al menos, es lo que nos hace creer el narrador del mito. Los condenados
a ver lo que otros les muestran slo conocen el mundo por su apariencia. Una apariencia sin
sustancia, sin cuerpo y reflejada en la sombra (sombras inanes). En ese primer estadio, los hombres
slo ven imgenes; pero oyen tambin las palabras, las que ellos se dicen y las que vienen de las
conversaciones detrs de la pared pordonde pasan quienes transportan los objetos. Seguramente,
personajes parecidos a stos tendrn la misin de atizar el fuego para que no se acabe el tinglado de
la engaadora iluminacin y de las engaosas sombras. S traspasamos esta frontera del mito y de
susimbolismo, podemos pensar que aqu se habla de conocimiento y de saber.
Los encadenados son todos los seres humanos, sujetos a lo que sus sentidos filtran delmundo.
Estamos, pues, atados a un momento del mundo y de la historia. Lo que vemoses lo que nuestro
presente nos deja ver. Y eso que se nos deja ver, con independencia delas naturales limitaciones de
nuestros sentidos, es, en buena parte, lo que el lenguaje enel que nacemos y las instituciones familia, escuelas, centros docentes, etc. nos ensean.
sa es, en cierto sentido, nuestra caverna. Una caverna que, en principio, no tiene que ser algo
negativo, porque es el mundo en el que, queramos o no, nos encontramos. La lengua que hablamos
es un poco como las sombras de nuestra caverna personal desde la que vemos el mundo. Lo que
sabemos y lo que podamos saber arranca del reflejo que es esa lengua en la que hemos nacido. Pero,
al mismo tiempo, hay en nuestros das, por el desarrollo de los medos de comunicacin, una forma
de experiencia que no tuvieron los hombres de otras pocas no muy lejanas. A travs del audio y del
cine y, sobre todo, de la televisin e internet, los hombres de nuestro tiempo pueden ver y or
lo que jams pudieron imaginar las generaciones que nos precedieron, y en tan solo un breve lapso
de tiempo. Todava no hace muchos aos, nuestros ojos para ver tenan que mirar a donde les
llevara nuestro cuerpo. Era un ver inmediaento en lo real, y sin que nuestro cuerpo tenga que
moverse de donde est para percibir visionesto, natural, humano. Veamos el mundo real;el mundo
de las cosas. Pero hoy podemos ver, sin tener que estar all, donde vemos. La televisin nos hace
ver, muchas veces, imgenes sin sust . Como es la propia visin de una empresa o de un
empresario. Una forma ms refinada, y si no somos conscientes de su refinamiento, ms insidiosa y
cavernosa.
Es cierto, pues, que ya el lenguaje y el tiempo en que vivimos son una limitacin; constituyen, en
parte, una caverna. Pero una caverna de la que, aunque no podamos suprimirla, s podemos escapar.
Esa escapada es el proceso de conocimiento, la larga marcha de la curiosidad y el asombro que est
puesto en la misma naturaleza humana (la condicin humana) como origen del progreso y del
saber. Pero el reto que plantea la huida de la caverna sepresenta tambin en nuestros das ante lo
que, siendo un prodigioso invento, productode la inteligencia y la creatividad, puede, a veces,
convertirse en una caverna artificialdentro de la natural e indestructible caverna de nuestro mundo y
de nuestra poca.
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II. LA LIBERACIN DEL PRISIONERO
Pero el mito describe, adems, un segundo estadio. En l se nos presenta la vida comoun proceso de
liberacin y un camino que hay que andar en una direccin. Al final de ese recorrido se halla la
salida y en ella aparece otro mundo cosas reales, luz, airedistinto de las simples visiones de imgenes y sombras a las que el prisionero estaba acostumbrado. El mito platnico marca un
sendero desde la tiniebla a la luz, e ndica, al mismo tiempo, que el camino est ah para recorrerlo.
Entre tantas enseanzas de estas pginas platnicas se encuentra la de que el saber es siempre
progreso, camino. (Tal vez por eso el termino mtodo quiere decir camino por recorrer).
Todo conocer parece surgir entonces de esa sombra inicial y su meta es, tras el recorrido de nuestros
pasos mentales, la inteligencia de la realidad, y la luz que nos lleva adescubrir el mundo,
investigarlo y, en definitiva, hacerlo nuestro, convertirlo en nuestro lenguaje y, por supuesto,
poderlo comunicar. Pero hay un tercer acto en la comeda platnica. El prisionero que haya
podido liberarse de sus ataduras y contemple, al fin, lo que hay al otro lado de la caverna, no se
detiene en el gozo que, sin duda, le ofrece la realidad y la luz con la que ve la verdad. Se levanta en
l un sentimiento de solidaridad con los pobres encadenados que siguen en el fondo, y ese
sentimiento le impulsa a comunicar a los antiguos compaeros su sorprendente descubrimiento. Un
componente moral, una actitud de solidaridad parece encontrarse en todo proceso de
conocimiento. El saber no es saber s no se comunica, s no se ensea, s no sirve para sentir en l
la necesidad de compartir y educar.
El mito platnico deja, sin embargo, un sabor agridulce, dado que los prisioneros, felices entre sus
sombras, no quieren escapar de sus cadenas. Estn cmodos all, al abrigo de la costumbre, y se ren
de quien les habla de otro mundo verdadero y real; le toman por loco y s le pudieran echar mano
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acabaran por matarlo. Alguien defini a la locura como aquello que hacemos siempre, esperando
resultados diferentes. La diferencia es romper las cadenes de la ignorncia a travs de la luz del
conocimiento de la libertad financera. Sin embargo, entre esos dos mundos, el de la caverna y el de
la luz, el de la libertad y el de la prisin, hay unafrontera que representa el movimiento del primer
liberado y su necesidad de liberar a losdems. Y esto nos lleva a otro de los grandes problemas del
platonismo: la educacin.
El prisionero y la difcil historia de la libertad
La caverna nos aparece como una crcel. En ella no slo hay ataduras que sujetana los prisioneros,
sino que hay, adems, oscuridad, privacin de movimientos, privacin de luz. Un espacio cerrado
para la vida, para el camino, incluso para la mirada y lacomprensin. Somos nosotros esos
prisioneros que aparecen en esta historia? Francamente no, porque tenemos una ventaja respecto de
ellos: nosotros, contemplando la escena, sabemos que ellos son los prisioneros, que ellos viven
engaados..., pero, de manera repentina, empieza a abrazamos la sospecha de que tambin nosotros
lo seamos; slo ahora empezamos a sospecharlo; solo ahora que hemos ledo el mito y esa sospecha
ya no nos abandona. Sabemos ahora que la caverna es crcel, es clausura de la libertad y de la
dignidad humana... Clausura, en fin, de la existencia humana. No obstante nuestra aparente
seguridad, imaginemos de nuevo la escena. Una larga hilera de seres -que no de personas-
inmovilizados tanto por las cadenas de hierro como por las de la ignorancia de su situacin real.
Como siempre no hacen sin dormitar y, slo cuando resuenan voces -ecos, realmente; sonidos
distorsionados, deformes-, parecen salir levemente de su aislamiento oscuro y nihilista. Esa es su
vida, eso es lo normal. Por ello, no aspiran a nada ms. Es que no hay nada ms (para ellos,
ciertamente, porque nosotros, que observamos la escena desde elexterior, sabemos que hay mucho
ms y mejor). Pero, de pronto, no sabemos muy bien por qu, uno de los prisioneros,en un
movimiento extrao incluso para l y un tanto pesado e inseguro, logra soltarse de sus cadenas.
Primero de las que le retienen las manos despus, de las que le bloquean cuello y cabeza. Su,
primeros movimientos son torpes y lentos; le duelen todos los msculos, todos los huesos; el miedo
y la ignorancia tambin le pesan y le entorpecen. Pero la curiosidad es superior a todo ello y
consigue avanzar. Primero a rastras, luego de rodillas, finalmente, casi de manera triunfal, erguido.
Ya en esta posicin bpeda, una nueva extraa sensacin viene a apoderarse de l: empieza a mirar
hacia todas partes, pudindolo hacer ahora con ms facilidad porque una tenue luz resplandece en la
lejana, y comienza a preguntarse acerca de muchas cosas: quin es l, quines son sus compaeros
encadenados y, sobre todo, qu es el resplandor ms all del fondo de su mundo (la pared final de la
caverna). Mira y admira. La mirada a medio camino entre el saber (o, mejor, intuir) y elpreguntarse.
Permanece quieto varios minutos. Pero ahora, movido por no sabe bien qu impulso, vuelve a
caminar. Se acerca a un lugar claro, muy distinto del fondo de la caverna (que ahora se le presenta
tan oscuro y hmedo). Empiezan a dolerle los ojos porque la luz, que nace de una hoguera, cada vez
es ms intensa; no puede fijarlos en ella y aparta su mirada de all y la vuelve hacia el fondo de la
caverna, donde estn sus compaeros, inmviles e impasibles. Sabe que no quiere volver all. La
sensacin anmica es ahora extraordinaria. Un gran lastre se ha quitado de encima: las cadenes
fsicas (y psquicas, aunque l an no lo sepa). Siente la liberacin de su cuerpo y una extraa
sensacin en su interior: algo le da alas (redbull, el producto estrella).
Vuelve a girarse hacia la luz y, al hacerlo, oh, maravilla!, ve a otros seres humanos rondando la
hoguera en extrao ritual andarn. La curiosidad se apodera de l y, an con mucho miedo y con
gran inseguridad -tanto en sus movimientos como en su nimo-, decide observarlos. Portan extraos
objetos que producen sombras en el fondo de la caverna. As las cosas, nuestro prisionero liberado,
extraado por lo que ve, decide prosseguir su difcil camino. Se acerca, pues, a la hoguera. Los ojos,
an medio tapados por las manos, se le van acostumbrando poco a poco a los destellos de la luz. Y
pronto llega a sentirse hechizado por el juego. Ahora no puede apartar la vista de las llamas, ni
tampoco su cuerpode la maravillosa sensacin de calor.
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hechizado por el juego. Ahora no puede apartar la vista de las llamas, ni tampoco su cuerpo de la
maravillosa sensacin de calor. Mientras tanto, los portadores siguen, impasibles, su tarea. Pero una
sensacin de rabia envuelve ahora a nuestro personaje: cmo no han advertido esos portadores o
porteadores a los que vivan (malvivan, realmente) en el fondo de la caverna, apresados (cosa que
l ahora sabe), de la grandiosidad del fuego que ilumina y de la autntica realidad que les circunda,
ni de que las sombras y los ecos les mantienen engaados e inmviles? Cmo no les han liberado
de las pesadas cadenas, ellos que no llevan y pueden alcanzar a ver las que le opriman a l y las que
lo siguen haciendo con el restode sus compaeros, all en el fondo oscuro y hmedo? Consternado,
decide sentarse junto al fuego. Tiene una nueva necesidad jams sentida en sus treinta aos de vida:
pensar en todo lo que le est ocurriendo. Pensar tambin en su vida anterior, pensar en sus
compaeros, pensar en su nuevasituacin de no encadenamiento (de libertad, aunque todava no
sabe cmo llamar aesa extraordinaria situacin), pensar en la actitud (insolidaria y egosta, y quiz
premeditada) de los portadores, incluso pensar en el ms all del fuego. Su cuerpo vibra sacudido
por emociones nuevas cada vez que avanza a un estado de conocimiento nuevo, en un crculo
vicioso (no s que no s => no s que s => s que no s => s que s o zona de confort y vuelve a girar la rueda caverncola, an lenta y pesada; la que nadie toca porque ya todo est inventado-).
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No sabe qu hacer, pero s que no puede detenerse ahora, a pesar del miedo y de la inseguridad
fsica pues todava no domina la posicin bpeda. Los sentimientos de libertad le embriagan y por
eso exige. As pues, decide seguir subiendo la cuesta que est ms all del fuego, aunque el camino
se presenta empinado y escarpado. A pesar, sobre todo, de tantas preguntas sin respuesta y, por qu
no, de la segura tranquilidad que le ofrecan las cadenas de su anterior vida, que nunca era
arriesgada. Ahora, en este nuevo intento, efectivamente, corre el riesgo de morir: despeado o,
quin sabe, en manos de los portadores (de los que no puede fiarse, dada su actitud para con l y sus
compaeros). Empieza su nueva andadura. Los tropiezos y resbalones son continuos; le duelen los
pies, ahora ensangrentados, y tambin las manos. De nuevo reina la oscuridad... y conella el miedo.
Nuestro hroe se detiene. Mira hacia atrs. Todava vislumbra el resplandor del fuego en la lejana.
Quizs por arriesgarse ms, piensa, pierde elpedazo de libertad que ya ha conquistado; quizs sea el
momento de contar lo que havisto y sentido a sus compaeros; quizs nunca debi romper las
cadenas que ledetenan pero le ofrecan la seguridad de lo conocido y cotidiano..., la zona de
confort.
Las fuerzas le flaquean: las fsicas y las anmicas. Se sienta. Quiere meditar para tomar fuerzas,
ahora que tiene capacidad para ello, porque es consciente de esa maravillosa posibilidad. Pero no
puede: mil emociones y mil pensamientos se agolpan en su maltrecha persona -ahora s: persona; al
menos empieza a serlo-, sin darle tregua. Sus sentimientos se debaten entre la aoranza y la libertad.
Y nuestro hroe a punto est de retroceder y volver a su lugar de origen, del que quizs -piensa una
vez ms nunca debi salir. Pero algo nuevo va a suceder. Ahora es un golpe de suerte lo que le
proporciona un nuevo motivo para avanzar: en el exterior (l no sabe, todava, que hay un mundo,
una existencia exterior; esto es, otro mundo mucho ms rico y luminoso) el sol est brillando en lo
alto con fuerza y sus rayos empiezan acolarse, providencialmente, por algunas grietas del techo de
la gruta. Y, quizs en el momento ms crtico, se da cuenta de esta nueva luz. Una luz distinta a la
del fuego: las llamas le detenan en su paso, hechizadoras; sin embargo, la nueva luz es como los
mojones que marcan el camino hacia la meta (Coaching), hacia la resolucin de un misterio
(Derecho). Hay algo ms all, todava -piensa-: el enigma continua desplegndose ante l, velado, y
con l, el camino (Literatura). Nuestro personaje, ante el nuevo hallazgo, se envalentona, una vez
ms, y decide reemprender la difcil marcha hacia lo misterioso (que se desvelar como su libertad
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y su dignidad, esto es, como su verdadera condicin humana). El camino recorrido por el prisionero
liberado le ha acercado bastante a la salida. Salida de la caverna, salida de su condicin
infrahumana, salida de un engao (posiblemente perpetrado por los portadores..., o quiz stos
tambin desconozcan la autntica realidad y condicin humana y sean, a su vez, presos de otro
engao mayor o, al menos, distinto). Sea como fuere, la sospecha ronda ya por su cabeza y por su
corazn. Pero ahora, piensa, no es el momento para considerar tales asuntos. Mejor llegar al final -si
lo hay- y, una vez all, meditar en torno a este grave asunto. Y final, por fin!, la salida de la
caverna. Pero qu duro se hace llegar hasta all! Es la salida de un misterio y de un engao; es la
salida de la ignorancia; es la salida de la oscuridad fsica (los ojos le duelen y le maldicen) y de la
espiritual (su alma rechina de rabia y de coraje recordando su situacin primigenia sus cadenas
anteriores)... pero es la llegada a un mundo nuevo, de la talla del ser humano. Es, por primera vez,
autnticamente feliz; es, por primera vez, realmente hombre: libre.
Sin embargo, una pena se le apodera ahora: despus de haber saboreado durante algunas horas el
nuevo mundo, debe dejar aquello que le regala un nuevo modo de ser para volver con los suyos y
ensearles el verdadero camino hacia la luz y el conocimiento. La casa del hombre, efectivamente,
no es la oscuridad y las cadenas de la caverna, sino la realidad de luz y libertad que ahoral
contempla y disfruta. Debe volver y convertirse en gua de sus semejantes en su metamorfosis, en
su paso de migaja humana a ser humano en plenitud. Pero primero tendr que convencerles del
engao, que les ciega y les encadena.
El prisionero somos nosotros. La intricada senda hacia la liberacin.
Los captores
Cul es la condicin humana? Somos tambin nosotros prisioneros en la caverna? Llevados de la
mano de Platn, hemos visto cmo el hombre tiene una existencia encadenada. No slo encadenada,
tambin engaada. Hay unos captores de la libertad y, por ello, de la dignidad humana: los
portadores y otrosque permanecen -tanto en el relato del mito como en la realidad actual- en elms
oscuro anonimato..., aunque nuestra rabia y nuestra sospecha, al igual que las del primer prisionero
liberado, se cierne sobre ellos. Pero son los prisioneros encadenados, junto con el liberado, los
verdaderos protagonistas de esta historia. Cuando alzamos, con la lectura, el teln del texto, los
hombres que all habitan estn en silencio, absortos en el panorama de sombras que en el fondo de
la caverna se divisa. Cuando va a caer el teln, observamos consternados el final de los das del
prisionero liberado. No hay modo de convencer -nos preguntamos, desolados- a los otros
prisioneros de que la verdad, la realidad y la autntica condicin humanes, estn en otro lugar
literalmente inimaginable? Cmo hacerles ver que estn siendo engaados -dominados,
encadenados, mantenidos en una situacin netamente inferior y, por ello, degradante- por otros que
son como ellos?
Ni la coercin, ni los hechizos, ni la religin, ni la poltica en solitario pueden eliminar este tupido
velode ignorancia que nos cubre los ojos y la razn. Slo la educacin parece tener una pequea
oportunidad para desvelar la autntica condicin humana y potenciar las enormes posibilidades que
el ser humano, todos y cada uno, posee. Veamos, a su tiempo, cmo estos er posible. Volvemos,
pues, a la situacin inicial. A la existencia encadenada, ignorante y simplona de los habitantes de la
caverna, que es muy parecida a la vida de los habitantes de las sociedades actuales. Del mismo
modo que a los primeros les absorba y embobaba el desfilar de sombras y el resonar de ecos en el
fondo ltimo de la caverna, de mismo modo a nosotros nos absorben otras sombras ecos claramente
sospechosos, a la manera de publicidad de discursos polticos, moralistas, sin argumentos
razonables, etctera. Hoy tambin, a nuestro alrededor, en nuestra vivir de cada da, al viejo estilo
de pan y circo estamos inundados de mensajes que pretenden dejarnos sumergidos en la idiotez
permanente (no s que no s): ideologas, medios de comunicacin, discursos de "sabios
consagrados", problemas falsamente importantes, etctera, por no hablar del mundo del espectculo,
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de la moda y de la farndula, o del deporte...
Pan y circo
Pan y circo era el sustento para el pueblo romano durante el Imperio: satisfechos los instintos, pero
abandonado el espritu de superacin... As, hoy, la manipulacin social es un pacto silencioso que
impera y diferencia a losgrupos humanos y sociales. Hay quienes "disfrutan en la ignorancia y la
mediocridad", creyndose, como los prisioneros de la caverna, que gozan y disfrutan de un
mundoperfecto, cargado de eslganes que les sirven de coartada a unos para no hacer, y a otros para
hacerlo todo... , como los porteadores o sus jefes, que obtienen beneficios de la autocomplacida
ignorancia de los prisioneros. Los de abajo son felices porque saben queya pensarn los otros por
nosotros, para nuestra felicidad y bienestar. Ya tomarn ellos las decisiones sobre lo que nos afecta
y concierne a todos.
Pan y circo que son nuestra felicidad y conciencia. Pero esos otros pueden ser siniestros, como
parecen serlo en la narracin delmito los portadores -quienes, conociendo una situacin mejor que
la de los presosencadenados, no se preocupan de advertirles de su condicin... no sea cosa que
noquepan todos en la parte de la caverna, mejor provista, que habitan-, y los que ni tan siquiera
aparecen en el texto pero conocen una realidad todava mejor.
Esos otros, hoy en da, son aquellos embaucadores que, desde la poltica, la economa, la educacin,
etctera, pretenden -y consiguen, por nuestra insensatez, cobarda y pereza intelectual y mental-
hacer el mundo a su medida, dejando al resto, al gran resto, en una condicin infrahumana:
empobrecidos, excluidos, enfermos, locos, etctera. Que slo son un lastre que estorba; mejor
tenerlos en la sombra y en la ignorancia, esto es, en el fondo de la caverna, "atados por las piernas y
el cuello, de modo que tengan que estarse quietos".
Pero es precisamente la ignorncia la clave del asunto: si no hay nadie que conozca la autntica
realidad y la verdadera condicin humana (esto es, el exterior dela caverna-prisin), nadie puede
denunciar las injusticias y, mucho menos, trazar caminos o tender puentes hacia la libertad y la
justicia. Pero, a su vez, si los que habitan la caverna desconocen la verdad, es evidente que se
considerarn felices y cmodos en su habitculo y en su modo de vida (zona de confort). Es ms,
incluso se creern sabios (aun conociendo,como conocen, slo sombras y ecos). Y si la realidad
autntica -para ellos, claro- sonlas sombras y los ecos, de dnde arrancar la duda, la sospecha?
De qu rincn dela oscuridad saldr la insatisfaccin para sentir las cadenas como privacin, la voz
comoeco y engao, la sombra como mera imagen de lo real y, en fin, la realidad de la caverna como
la gran mentira y el gran artilugio? Pero hay una mirada, un impulso, un fatuo reflejo de
clarividencia, un gesto de amor (eros) hacia todos los prisioneros encadenados y se ofrece, gratuito:
algosiembra una sensacin extraa y dinamizadora; algo hace que alguien rompa lo queempieza a
sentir como peso y bloqueo y dirija su mirada hacia otra parte...; y descubra, asustado y confuso,
una nueva realidad. Este descubrimiento se hace enforma de mirada, pasiva al principio, activa e
indagadora despus, a medio camino ya entre el saber y el preguntar. Y al igual que se levanta la
niebla espesaque impide ver la salida del sol en las madrugadas de invierno, del mismo modose
levanta, con ese mirar, la ignorancia que impide ver la condicin humana y elengao que la
aplasta.Pero, qu descubre el prisionero liberado? Descubre, desde luego, otra dimensin del
habitculo que ha sido su hogar hasta ahora; descubre una luz cegadora y el origen de las sombras y
de los ecos; y descubre, sobre todo, una nueva perspectiva y unos Nuevos compaeros: los
portadores. Los portadores, detrs de una pared que trata de disimular el engao, son, ciertamente,
los engaadores. Parecen libres: caminan, hablan, gesticulan, sedetienen a su antojo...; s, parecen
libres, pero no lo son. Tambin ellos tienen sus cadenas.
Quines son en realidad los portadores?
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EL MITO DE LA GLOBALIZACIN
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Portador es todo aquel que tiene como misin mantener en la oscuridad, en las sombras, en el eco,
esto es, en el engao, mediante simulacin, al resto de los seres humanos. Son los carceleros de la
sociedad punitiva. El poltico, que en realidad no lo es, pues su inters no es el general y su objetivo
no es a justicia social sino hacerse sitio en un lugar privilegiado para dominar, precisamente, al que
le otorga la confianza (el ciudadano); el economista, al que no le interesa lacooperacin y la justa
distribucin (en la empresa, en el pas, en el mundo); el periodista, cuya misin no es informar para
formar, sino deformar para favorecer almejor postor (sea un grupo empresarial, un gobierno o un
ideario poltico); el educador, que pretende moldear a sus alumnos segn su modo de ser y de ver
las cosas, sindar cabida a otros modos y, sobre todo, al libre desarrollo del alumno... En fin,
todosaquellos que, desde su situacin y ocupacin privilegiadas, no trabajan desde y para la
libertad, con la dignidad y la justicia. Esa es la imagen del portador en el mito. Esos sonlos que, sin
apenas sospecharlo, secuestran nuestras vidas y nuestra verdadera condicin humana (ms solidaria
y rica de lo que es hoy)". Pero estos engaadores tambin son, a su vez, engaados, tienen tambin
suscadenas: extrapolan su humanidad en aras de la deshumanizacin, o, lo que es lomismo, rompen
con su naturaleza para destruirla (dado que la naturaleza humana apunta, al menos, hacia la
bondad). Se creen colaboradores pero son cautivos de esosotros a los que, casi siempre, desconocen.
Su misin es, en el fondo, montona, como lo es la de los portadores del mito: no conocen la
autntica trama, no pueden pasar alotro lado de su propio engao. Desconocen, tambin, que hay un
mundo exterior a lacaverna. Hay otros desconocidos, que ni siquiera el mito nombra, que estn
ausentes del escenario y su trama, pero que lo controlan, pues lo han construido ellos y lodirigen
desde la exterioridad... Esos otros, quines son?"Hay un alienador no alienado, alguien fuera de la
oscuridad, alguien que proclam el absoluto engao y mantuvo en sus manos el absoluto poder (El Estado soy yo). Estos mismos personajes ausentes, alimentan el fuego de la hoguera, que tiene que estar vivo siempre, para que no cese el embaucamiento, para que el ritmo de lassombras alimente un
resquicio de esperanzas, aunque perdido en las penumbras. El tiempo biolgico de los latidos y las
miradas de los prisioneros, se integra as enotro tiempo, en otro ritmo fuera de la naturaleza, y en las
puertas mismas de lahistoria, que no puede, sin embargo, cuajar porque slo se nutre de fantasmas".
Hay quien engaa al engaador primero? Pero el juego de los grandes simuladores, de esos
importantes personajes ausentes, tienen los das contados: en un crculo vicioso que han creado en
la caverna con el mecanismo de la falsa luz del fuego, que puede romperse cuando, de pronto, uno
de los prisioneros -que puede ser cualquiera de nosotros- adquiere conciencia - indudablemente
lenta, pero ya inexorable- de su situacin. Con l, ha sobrevenido la razn esperanzada Tendr
coraje para dejarse guiar por ella? Entendern el resto de los humanos la gran transformacin que
vive y las enormes posibilidades que esto supone? Lo enten-deramos nosotros, meros
espectadores del mito, pero autnticos cautivos? La esperanza en la razn para alcanzar la libertad y
dignidad humanas puesta por Platn (siglo IV a.C.) es retomada, con su despliegue en el logro de la
libertad, la igualdad y la solidaridad, cientos de aos ms tarde (desde los siglos XVII y XVIII hasta
nuestra era). Y quiz sea Kant, filsofo ilustrado, el que haya tomado msclaramente el relevo de la
propuesta platnica, cuando invit a todo hombre a la liberacin: "Sapere aude!
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EL MITO DE LA GLOBALIZACIN
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Ten el coraje de servirte de tu propia razn! ... Para todoser humano individual es dificil lograr
salirse de la minora de edad (o de la condicin humana en la caverna) que casi se ha convertido en
segunda naturaleza. Incluso se hahabituado a ella con complacencia, y por ahora es efectivamente
incapaz deservirse de su propia razn porque no se le deja nunca intentarlo. Reglamentaciones y
frmulas (...), son los grilletes de una minora de edad persistente. Quien se los quitase, de todas
formas, slo podra dar un salto inseguro por encima de la ms estrecha trinchera". Minora de edad
de la razn y caverna aparecen sinnimos. Ignorancia y grilletes. Pero el engao, por fin, ha sido
desvelado. El camino de ascenso hacia laverdad ser difcil, pero no slo por las propias
dificultades del camino, sino porquelos engaadores annimos todava sostienen la madeja que hace
circular la vida segn el son que ellos pretenden. Y, sobre todo, cuentan con un material
deextraordinario valor: los esclavos no liberados, que siguen ignorantes y seguros en su habitculo.
Slo conozco un antdoto -sin contraindicaciones, adems- contra el gransimulacro de la caverna
prisin: la conciencia histrica que permite -tendra que permitir- a todo lector, a todo hombre,
descubrir en la voz escrita la sombra de un simulacro; pero no slo del que Platn nos habla, sino de
un simulacro pleno: aqul que en el teln de fondo de la caverna dejase reflejar la experiencia
completa, sin el muro del engao. As pues, buscaramos "un reflejo sin muro, que dejase ver
elmovimiento de los personajes que transportan objetos simuladores de la vida; y que indicase, al
par, que las palabras se transportan, a su vez, sobre el ro de los hombres. Entonces, el fuego
cercano de la realidad, las experiencias, las acciones, los sentimientos, las ideas que pueblan el
mundo, seran capaz de convertir el sueo envida, la ficcin en historia". Y esa conciencia histrica
slo puede darse con la educacin.
Pero una"educacin como prctica de la libertad", segn entenda Paolo Freire. Buscaba este gran
educador la transformacin de la sociedad, romper cadenas y ensear el camino hacia el afuera de la
caverna. Para ello necesitamos de la utopa, no entendida como lo irrealizable, como el ideal
imposible, sino como la conciencia de un compromiso capaz de denunciar la estructura
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EL MITO DE LA GLOBALIZACIN
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deshumanizante (a los portadores y a los otros personajes desconocidos) yanunciar una vida nueva,
humana y humanizante (un camino y un lugar `soleados'). Precisamente por esta razn, la utopa es
tambin compromiso histrico. Educacin, utopa y conciencia histrica van de la mano. "Slo los
utpicos deca Freire- pueden ser profticos (prisioneros libes dos) y portadores de esperanza (node
engaos y simulacros). Solamente pueden ser profticos los que anunciandenuncian comprometidos
permanentemente el proceso, radical de transformacin del mundo (de la caverna a exterior, de la
sombra a la luz), para que los hombres pu, danser ms (de la condicin de esclavo -migaja hl mana-
a la condicin humana plena: libre y digna). Los hombres reaccionarios, los hombres opresores
(portadora y personajes annimos y siniestros, grandes simuladores no pueden ser utpicos".
Ciertamente, la transformacin social en la que no hace pensar Freire, supone la concepcin de un
mundo (inacabado y un sentido ltimo de tarea educativa. La tarea educativa es la tarea
estratgica de ir consiguiendo una creciente humanidad representada, en el mito, por el largo y
dificil caminar del prisionero liberado por la senda de la libertad, de la ascensin humana.
Para que la educacin signifique el cumplimiento de esta tarea, ha de ser prctica de la libertad, o
sea, el proceso deliberacin fue pretenda el desafortunado personaje de Platn- de hacer emergir la
conciencia, de la que resulta la insercin crtica de la realidad, esto es, el desvelamiento de la trama
embaucadora y la consiguiente bsqueda: no somos seres de adaptacin sino de transformacin;
no estamos hechos para las cadenes, sino para la libertad.
Pero ese camino hacia la libertad, ese proceso de liberacin, exige lainevitable posesin de la
conciencia histrica; conciencia de lo que realmente sucede. Slo desde ese punto es posible la
prctica liberadora que se da tanto en el mito platnico como en la filosofa de Freire- en tres dimensiones:descubrir la trama o la situacin, apropiarse, es decir, emprender la marcha y, fi-
nalmente, compartir y explicitar. Y en todo ello juegan un papel fundamental el coraje y la
esperanza. sta es el ingrediente indispensable de la necesaria experincia histrica. Sin ella, no
habra historia; sino slo determinismo sospechoso: slo hay historia donde hay espacio y tiempo
problematizado y no ya un preasignado.
La inexorabilidad del futuro es la negacin de la historia. De ah que se nospresente el saber de la
historia como posibilidad y no como determinacin (que es negacin de la libertad). De ah la
necesidad de pensar (para ese saber). El coraje, porquesin l no se rompen cadenas: liberarse y
liberar siempre han llevado parejas la sombrade la muerte (la vida y muerte de, por ejemplo, Oscar
Romero en el Salvador, y detantos otros, a veces annimos o callados por los poderes vigentes). No
podemos dejar de pensar ni de alimentar nuestra conciencia histrica. No hay tregua en nuestras
vidas, porque la libertad es un proceso infinito y, en ese camino, el gran simulador acecha
inagotablemente. La libertad, en realidad, no existe, slohay liberacin: el "pero todava no" de
nuestra condicin humana y la de nuestros pueblos. Una dificil historia, sin duda. Y terminamos con
unas palabras extraordinarias de Freire, muy en sintonacon el prisionero liberado de nuestro mito,
que golpea nuestro corazn da y noche (lo escuchemos o no): "La educacin [financiera] me
empuja a asumir una cierta responsabilidad y a ser coherente con el sueo que me exige que tenga"
(negrita, nuestra).
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EL MITO DE LA GLOBALIZACIN
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CAPTULO SEGUNDO. LA GLOBALIZACIN
I. SIGNIFICADO
La globalizacin es un fenmeno actual que puede ser capatado desde diferentes prismas. De un
lado, viene a ser un fenmeno inevitable en la historia humana por la que se ha acercado el mundo
mediante el intercambio acelerado de bienes, productos y servicios. Hablamos entonces de
globalizacin econmica, en el sentido de integracin mundial de las cultures en un mercado
mundial en el que se suprimen todas las barreres.
De otro, sin ms, la globalizacin cultual a expenses de internet y las nuevas tecnologies que abren
mundos distintos de forma accelerada para la formacin de no tan solo Nuevos modelos
econmicos, bionanotecnologa y estilos de vida, sino tambin, de empresarios interdependientes
que se solidarizan entre s por una causa comn. Es la denominada globalizacin de la soldaridad,
donde todo el mundo, sin restriccions de sexo, economia, estatus social, raza, etctera, son
bienvenidos a la nueva era de la prosperidad.
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EL MITO DE LA GLOBALIZACIN
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II. ORGENES
El proceso de la globalizacin se inicia en la Civilizacin occidental, a partir de la segunda mitad
del siglo XX. Recibe su mayor impulso con la cada del comunismo y la cada del muro de Berln.
La Macroeconomia se integra en economies locales del mercado mundial, donde los modos de
produccin y los movimientos de capital se configuran a escala planetaria.
El ordenamiento jurdico tambin siente los efectos de la globalizacin y se ve en la necesidad de
uniformizar y simplificar procedimientos y regulaciones nacionales e internacionales con el fin de
mejorar las condiciones de competitividad y seguridad jurdica, adems de universalizar el
reconocimiento de los derechos fundamentales de ciudadana. En la cultura se caracteriza por un
proceso que interrelaciona las sociedades y culturas locales en una cultura global (aldea global), al
respecto existe divergencia de criterios sobre si se trata de un fenmeno de asimilacin occidental o
de fusin multicultural. En lo tecnolgico la globalizacin depende de los avances en la
conectividad humana (transporte y telecomunicaciones) facilitando la libre circulacin de personas
y la masificacin de las TICs y el Internet. En el plano ideolgico los credos y valores colectivistas
y tradicionalistas causan desinters generalizado y van perdiendo terreno ante el individualismo y el
cosmopolitismo de la sociedad abierta. Los medios de comunicacin clsicos, en especial la prensa
escrita, pierden su influencia social (cuarto poder) frente a la produccin colaborativa de
informacin de la Web 2.0 (quinto poder).
El quinto poder
En la poltica, los gobiernos van perdiendo atribuciones en algunos mbitos que son tomados por la
sociedad civil en un fenmeno que se ha denominado sociedad red, el activismo cada vez ms gira
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EL MITO DE LA GLOBALIZACIN
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en torno a movimientos sociales y las redes sociales mientras los partidos polticos pierden su
popularidad de antao, se ha extendido la transicin a la democracia contra los regmenes
despticos, y en polticas pblicas destacan los esfuerzos para la transicin al capitalismo en
algunas de las antiguas economas dirigidas y la transicin del feudalismo al capitalismo en
economas subdesarrolladas de algunos pases aunque con distintos grados de xito.
Geopolticamente el mundo se debate entre la unipolaridad de la superpotencia estadounidense y el
surgimiento de nuevas potencias regionales, y en relaciones internacionales el multilateralismo y el
poder blando se vuelven los mecanismos ms aceptados por la comunidad internacional. La
sociedad civil tambin toma protagonismo en el debate internacional a travs de ONGs
internacionales de derechos humanos que monitorean la actividad interna o externa de los Estados.
En el mbito militar surgen conflictos entre organizaciones armadas no-estatales (y transnacionales
en muchos casos) y los ejrcitos estatales (guerra contra el terrorismo, guerra contra el narcotrfico,
etc), mientras las potencias que realizan intervenciones militares a otros pases (usualmente a los
considerados como Estado fallido) procuran ganarse a la opinin pblica interna y mundial al
formar coaliciones multinacionales y alegando el combate a alguna amenaza de seguridad no sin
amplios debates sobre la legitimidad de los conceptos de guerra preventiva e intervencin
humanitaria frente al principio de no intervencin.
Cabe aducir, finalmente, que la valoracin positiva o negativa de este fenmeno, o la inclusin de
definiciones alternas o caractersticas adicionales para resaltar la inclusin de algn juicio de valor,
pueden variar segn la ideologa del interlocutor. Esto porque el fenmeno globalizador ha
despertado gran entusiasmo en algunos sectores, mientras en otros ha despertado un profundo
rechazo (antiglobalizacin), habiendo tambin posturas eclcticas y moderadas.
En cualquier caso, la globalizacin es entendida como aquella tendencia de los mercados y de las
empresas a extenderse, alcanzando una dimensin mundial que sobrepasa las fronteras nacionales
(4Life-INT, Coca-Cola, Ford, etctera).
III. HISTORIA
Hitos en el periodo de globalizacin
A continuacin algunos hitos de la creciente interdependencia entre los pases del mundo. No es una
lista que refleje todo lo que la globalizacin es, pero estos eventos pueden identificarse en el
contexto de la misma.
Hito 1. En noviembre de 1989 el economista estadounidense John Williamson
incluy en un documento de trabajo una lista de diez polticas que consideraba ms o menos
aceptadas por los grupos econmicos con sede en Washington y lo titul el Consenso de
Washington. para algunas personas representan los puntos claves de la globalizacin, sin embargo
ambas cosas no son lo mismo.
El consenso como originalmente lo indica Williamson inclua diez amplios grupos de
recomendaciones polticas relativamente especficas:
1. Disciplina en la poltica fiscal, enfocndose en evitar grandes dficits fiscales en relacin con el Producto Interno Bruto;
2. Redireccin del gasto pblico en subsidios ("especialmente de subsidios indiscriminados") hacia una mayor inversin en los puntos claves para el desarrollo, servicios favorables para
los pobres como la educacin primaria, la atencin primaria de salud e infraestructura;
3. Reforma tributaria, ampliando la base tributaria y adopcin de tipos impositivos marginales moderados;
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4. Tasa de intereses que sean determinadas por el mercado y positivas (pero moderadas) en trminos reales;
5. Tipos de cambio competitivos; 6. Liberacin del comercio: liberacin de las importaciones, con un particular nfasis en la
eliminacin de las restricciones cuantitativas (licencias, etc.); cualquier proteccin comercial
deber tener aranceles bajos y relativamente uniformes;
7. Liberalizacin de las barreras a la inversin extranjera directa; 8. Privatizacin de las empresas estatales; 9. Desregulacin: abolicin de regulaciones que impidan acceso al mercado o restrinjan la
competencia, excepto las que estn justificadas por razones de seguridad, proteccin del
medio ambiente y al consumidor y una supervisin prudencial de entidades financieras;
10. Seguridad jurdica para los derechos de propiedad.
En puridad, el consenso de Washington es un conjunto de diez frmulas relativamente especficas el
cual consider que constitua el paquete de reformas "estndar" para los pases en desarrollo
azotados por la crisis, segn las instituciones bajo la rbita de Washington, D.C. como el Fondo
Monetario Internacional (FMI), el Banco Mundial y el Departamento del Tesoro de los Estados
Unidos.1 Las frmulas abarcaban polticas en reas tales como la estabilizacin macroeconmica, la
liberacin econmica con respecto tanto al comercio como a la inversin y la expansin de las
fuerzas del mercado dentro de la economa domstica.
Hito 2. La creacin en 1995 de la Organizacin Mundial de Comercio (OMC) es uno
de los momentos decisivos de la globalizacin. Por estar integrada por la mayora de los pases de la
poblacin mundial: propiedad intelectual, regulacin de empresas y capitales, subsidios, tratados de
libre comercio y de integracin econmica, rgimen de servicios comerciales (especialmente
educacin y salud), etctera.
Hito 3. Crisis econmicas: tequila, dragn, vodka, samba, tango: La velocidad y
libertad alcanzada por los capitales para entrar y salir de pases y empresas est asociada a una serie
de crisis eco-financieras locales de impacto global. La primera de la serie se produjo en Mxico en
1994/1995 y su impacto global se conoci como efecto Tequila. Con posterioridad se produjeron la
crisis asitica en 1995/1997 (efecto Dragn), la crisis rusa en 1998 (efecto Vodka), la crisis
brasilea en 1998/1999 (efecto Samba) y la crisis argentina en 2001/2002 (efecto Tango). Las
reiteradas crisis econmicas ha generado una amplia discusin sobre el papel desempeado por el
Fondo Monetario Internacional.
Hito 4. Detencin de Pinochet y creacin de la Corte Penal Internacional: En octubre
de 1998 el ex-dictador de Chile, Augusto Pinochet, fue detenido en Londres acusado en Espaa por
tortura y terrorismo. El 24 de marzo de 1999 el Tribunal de los Lores del Reino Unido resolvi que
Pinochet poda ser extraditado, aunque finalmente la extradicin no fue completada debido a la
supuesta demencia del comandante. El hecho es destacado como un punto de inflexin en la
globalizacin de los derechos humanos.
Hito 5. Simultneamente en 1998 se firm el Estatuto de Roma creando la Corte
Penal Internacional, que entr en vigor el 1 de julio de 2002 luego de alcanzar la cantidad de
ratificaciones necesarias. En 2003 la Corte penal Internacional qued constituida. El principal
problema para el funcionamiento de la misma es la posicin de los Estados Unidos, opuesto a su
jurisdiccin.
Hito 6. Ingreso de China en la OMC: En 2001 (Ronda de Doha) y despus de 15 aos
de duras negociaciones, China ingres en la OMC. De este modo el pas ms poblado del mundo
(22% de la humanidad), quinta economa mundial y la de mayor crecimiento en los ltimos 30 aos,
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EL MITO DE LA GLOBALIZACIN
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se incorpor plenamente al mercado mundial. Los enormes desplazamientos de capital y trabajo que
est causando la economa china, as como las consecuencias para el sistema mundial que tendr la
vinculacin de una gigantesca y pujante economa de "mercado socialista" (ver tambin socialismo
de mercado) con el sistema capitalista mundial, son discutidas apasionadamente por los estudiosos
de todo el mundo. Existe sin embargo un amplio consenso de que China, y su creciente liderazgo
econmico en Asia, est impulsando un proceso histrico que ser determinante en el curso del
siglo XXI y la orientacin de la globalizacin mundial.
Hito 7. Los atentados del 11 de septiembre de 2001, contra el Centro Mundial de
Comercio (World Trade Center) de Nueva York y el Pentgono, transmitidos en vivo y en directo
por las cadenas globales de televisin a toda la Humanidad, adquirieron una significacin mundial.
A partir de ese momento, la lucha contra el terrorismo internacional y la defensa de la seguridad
nacional de los Estados Unidos, adquirir una jerarqua prioritaria en la agenda global, propondr la
necesidad de restringir los derechos humanos para garantizar la seguridad, y reinstalar el valor del
Estado.
Hito 8. En los disturbios de Francia de 2005, en noviembre, miles de jvenes
franceses, hijos de inmigrantes provenientes del norte de frica, protagonizaron durante dos
semanas una revuelta que tuvo su sello en la quema de miles de automviles en Pars. En la regin
de Pars, ms de la mitad de la poblacin menor de 15 aos, es originaria de frica, lo que ha dado
un vuelco a la cultura de la zona en menos de una generacin. El acontecimiento sorprendi al
mundo y puso sobre el tapete la cuestin de las migraciones internacionales y las desigualdades
sociales y territoriales en la globalizacin.
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IV. PROS Y CONTRAS DE LA GLOBALIZACIN
Argumentos en favor de la globalizacin
Es importante anotar que entre los partidarios del desarrollo econmico y social, existen
corrientes con visiones encontradas y radicalmente diferentes en su percepcin sobre los beneficios
de la globalizacin; es el caso del liberalismo libertario y el neoconservadurismo en lo poltico, o la
escuela austraca y el monetarismo/escuela neoclsica en la doctrina econmica.
Los liberales libertarios y otros partidarios del laissez-faire capitalista dicen que los altos
niveles de libertades polticas y econmicas, en la forma de democracia y capitalismo, han sido
fines valuables en s mismo en el mundo desarrollado y han producido altos niveles de riqueza
material. Ellos ven en la globalizacin un proceso benfico de extensin de la libertad y el
capitalismo.
Aquellos que apoyan el libre comercio proclaman que el aumento tanto de la prosperidad
econmica como de oportunidades, especialmente en los pases en desarrollo, incrementara las
libertades civiles y llevara a una alocacin de recursos ms eficientes. Las teoras econmicas de la
ventaja comparativa sugieren que el mercado libre produce tal alocacin efectiva de recursos, a
mayor beneficio de todos los pases que estn envueltos. En general, esto conduce a reduccin de
precios, ms empleos, incremento en la produccin y de niveles de vida especialmente para los que
viven en pases en desarrollo.
Existen tambin los llamados "globalistas" o "mundialistas", que proponen una
"globalizacin democrtica". Ellos creen que la primera etapa de la globalizacin, orientada al
mercado o a asuntos econmicos, debe ser seguida por una etapa de creacin de instituciones
polticas globales que representen las visiones o aspiraciones del "ciudadano mundial". Su
diferencia con otros "globalistas" es que ellos no definen por adelantado una ideologa para orientar
esta voluntad, dejndola a la voluntad de esos ciudadanos a travs de un proceso democrtico.
Proponentes globalistas o mundialistas [Globalizacin democrtica]
Proponentes de la globalizacin argumentas que el movimiento anti-globalizacin es
proteccionista y usa evidencias puntuales y anecdticas para apoyar sus visiones, mientras que las
fuentes estadsticas proveen un apoyo fuerte a la globalizacin.
A pesar de que algunos lo discuten, la desigualdad del ingreso a nivel mundial parece estar decreciendo, como el economista Xavier Sala-i-Martin argumento en 2007 - [2].13 Dejando de
lado quien tiene la razn, se puede alegar que ms importante es la medida de pobreza absoluta: si
todos vivieran en la miseria, la desigualdad de ingresos seria muy baja.
Desde 1981 al 2001, de acuerdo a figuras del Banco Mundial, el nmero de personas que viven con un dlar o menos de ingreso al da ha declinado en trminos absolutos de mil
quinientos millones de personas a mil cien millones. Al mismo tiempo, la poblacin del mundo
aument. As pues, en trminos porcentuales el nmero de tales personas declin en los pases en
desarrollo de 40% a 20%. de la poblacin.14 con las mayores disminuciones teniendo lugar en las
economas que han reducido ms las barreras al comercio e inversin. Sin embargo, algunos crticos
advierten que seria conveniente usar medidas ms detalladas de la pobreza.
El porcentaje de personas que viven en menos de dos dlares de ingreso al da ha cado mucho en reas afectadas por la globalizacin, mientras que las tasas de pobreza ha
permanecido estable en otras reas. En Asia del Este, incluyendo China, ese porcentaje ha decado
en un 50.1%, comparado con un incremento del 2.2% en frica subsahariana.
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rea Demografa 1981 1984 1987
Menos de $1 por da 57.7% 38.9% 28.0%
Menos que $2 por da 84.8% 76.6% 67.7%
Menos que $1 por da 9.7% 11.8% 10.9%
Menos que $2 por da 29.6% 30.4% 27.8%
Menos de $1 por da 41.6% 46.3% 46.8%
Menos de $2 por da 73.3% 76.1% 76.1%
Amrica Latina
frica subsahariana
Asia del Este y Pacfico
Fuente: World Bank, Poverty Estimates, 2002-2012
La esperanza de vida se ha casi doblado en los pases en desarrollo desde la Segunda Guerra Mundial y est empezando a cortar la distancia entre ella y la de los pases desarrollados,
donde el mejoramiento ha sido menor. Incluso en los pases del frica subsahariana, la regin
menos desarrollada, la esperanza de vida ha aumentado de menos de 30 aos antes de esa guerra a
alrededor de 50 aos antes de la pandemia de sida y otras empezaran a reducirla nuevamente al
presente nivel de alrededor de 47 aos. La mortalidad infantil ha decrecido en todas las regiones del
mundo en desarrollo.
La presencia de la democracia ha incrementado dramticamente: desde una posicin en la cual haban muy pocas naciones con sufragio universal en 1900 a estar presente en un 62,5%
de todos los pases en el 2000.
Los derechos de las mujeres (ver Feminismo) ha avanzado. Incluso en reas tales como Banglads ellas estn logrando acceso a trabajos que proveen estabilidad e independencia
econmica..
Entre 1950 y 1990, la tasa de alfabetizacin mundial aumento del 52% al 81%. Las mujeres han representado mucho de ese crecimiento: la tasa de alfabetizacin femenina, como
porcentaje de la masculina, aumento de 59% en 1970 a 80% en el 2000.
La proporcin de la poblacin mundial que vive en pases en los cuales las provisin de alimentos per capita es menor que 2.200 caloras o 9,200 kilo julios por persona por da
disminuyo desde 56% en 1960 a menos de 10% en 1990fabetizacin mundial aumento del 52% al
81%. Las mujeres han representado mucho de ese crecimiento: la tasa de alfabetizacin femenina,
como porcentaje de la masculina, aumento de 59% en 1970 a 80% en el 2000.
Hay tendencias similares en lo que respecta a acceso a electricidad, autos, radios, telfonos, etc, al mismo tiempo que una proporcin creciente de la poblacin con acceso a agua
potable.20
El porcentaje de menores en la fuerza de trabajo ha cado desde un 24% en 1960 al 10% en el 2000.
Indur M. Goklany, en su libro 'The Improving State of the World tambin encuentra
evidencia que esas, y otras, medidas del bienestar humano estn mejorando y que la globalizacin
es parte de la explicacin. Tambin busca responder al argumento que el Impacto ambiental
limitara ese progreso.
Otros autores, tales como el senador canadiense Douglas Roche, simplemente ven la
globalizacin como inevitable y argumentan a favor de crear instituciones tales como una Asemblea
Parlamentaria de las Naciones Unidas elegida a fin de supervisar y controlar la accin de cuerpos e
instituciones internacionales no electos.
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EL MITO DE LA GLOBALIZACIN
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A pesar que los crticos de la globalizacin se quejan que esta implica un predominio de la
cultura occidental (u occidentalizacin) un informe del ao 2005 de la UNESCO muestra que el
cambio cultural se est haciendo en ambas direcciones. En el 2002, China fue el tercer pas en
exportaciones de bienes culturales, detrs de Gran Bretaa y EE. UU. Entre 1994 y el 2002, la
proporcin de esas exportaciones de tanto Norteamrica como Europa decay , mientras las
exportaciones de Asia crecieron hasta sobrepasar a la estadounidense.
Los proponentes de la globalizacin critican duramente algunas polticas corrientes en pases
desarrollados. En particular, los subsidios a la agricultura y las tarifas protectivas en esos pases. Por
ejemplo, casi la mitad del presupuesto de la Unin Europea se emplea en subsidios agrcolas, en su
mayora, a las grandes empresas y granjas industrialisadas que constituyen un poderoso lobby.23
Japn , por su parte, concedi a su sector agrcola 47 mil millones de dlares en el 2005.24 casi
cuatro veces la cantidad que dio en Ayuda oficial al desarrollo.25 Los EE. UU. dan 3.900 millones
de dlares cada ao a su sector agrcola algodonero, que incluye 25 mil granjeros, tres veces
superior al presupuesto completo de USAID para los 500 millones de habitantes de frica26 `Estas
polticas agotan los recursos de los contribuyentes e incrementa el precio a los consumidores en los
pases desarrollados, disminuye la competencia y eficiencia, evita las exportaciones de agricultores
ms eficientes y otros sectores en los pases en desarrollo y socaba las industrias en los cuales los
pases desarrollados tienen ventajas comparativas. As, las barreras al comercio dificultan el
crecimiento econmico no solo de las naciones en desarrollo, lo que tiene un efecto negativo en los
niveles de vida generales.
Globalizacin desde un punto de vista critico [La amenaza a la Nacin-Estado]
La globalizacin es un fenmeno complejo, no debera ser sorpresa por lo tanto que
provoque diferentes reacciones entre diferentes individuos o grupos. Para algunos, como el senador
canadiense, amenaza la estructura misma de la "Nacin estado" y el concepto moderno de
democracia, mientras que para otros, tales como los partidarios del Islamismo poltico, busca
imponer estructuras polticas no islmicas (laicas) sobre pases que lo rechazan. Para otros, amenaza
la identidad nacional, mientras que otros -por ejemplo para el escritor Mario Vargas Llosa- ven esa
identidad como una construccin impuesta que busca obliterar diferencias individuales y culturas
locales en aras de una unidad artificial. An otros ven el proceso como simplemente una
continuacin o incluso agudizacin de procesos explotativos, resultado directo del neocolonialismo
capitalista, mientras para otros amenaza el fin de esa predominancia. Para algunos, promete una
nueva era de riquezas para todos, para otros, tales como el escritor Eduardo Galeano es la seduccin
de un consumismo que arruinar econmica y moralmente a la mayora (comparar tambin con la
posicin de la Iglesia catlica).
Antes de hacer una crtica es necesario considerar un aspecto fundamental: la diferencia
entre lo que los partidarios del proceso proponen y la manera que esas propuestas han sido o estn
siendo implementada. El libre comercio de la globalizacin no slo se refiere al libre movimiento
de capitales sino que tambin al libre movimiento de bienes y personas. Por lo tanto los globalistas
consideran inaceptable, como se ha visto, las barreras aduaneras y tratos preferenciales que los
pases desarrollados imponen o practican cuando as les conviene. Las mismas objeciones se aplican
a las barreras de todo tipo a la migracin y movimiento de los trabajadores: cmo pueden los
recursos ser distribuidos racionalmente o las sociedades derivar el mximo de beneficio del sistema
cuando se imponen condiciones que son ltimamente irracionales en trminos econmicos?
Puntos a considerar segn los crticos
1. La apertura generalizada de los mercados de bienes y capitales que sugiere el fin de los bloques comerciales, tratados regionales e independencia econmica de los pases pero
al mismo tiempo facilita la capacidad de resolver necesidades econmicas que actores
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locales han sido incapaces de satisfacer.
2. La creciente privatizacin de los sectores econmicos pblicos como la sanidad, la enseanza y las administraciones pblicas (adems de otras empresas pblicas), por
parte de gobiernos de corte neoliberal, junto al auge de la empresa multinacional y el
adelgazamiento de empresas y estado nacionales.
3. El fomento de la competencia como valor econmico universal, que por un lado incrementa la cantidad y calidad de los productos y por el otro amenaza las condiciones
de trabajo como salarios y derechos laborales. Esta eterna competencia entre empresas
multinacionales favorece a la depredacin del medio ambiente en plena crisis climtica
global.
4. El acceso a los mercados internacionales de las lites oligrquicas de pases ricos en recursos naturales pero poco desarrollados industrialmente lleva al abandono de intentos
polticos de promover progreso y justicia social en dichos pases, ya que dichas lites
destinan su produccin a una exportacin mucho ms lucrativa, a corto plazo, que
establecer un tejido industrial local nacionalizando su produccin.
5. Dentro del nuevo debate sobre multiculturalismo: el intercambio cultural respetuoso versus la mundializacin cultural occidental que amenaza la prdida de la integridad de
las culturas o identidades nacionales del resto de pases del mundo.
6. Conflicto entre la concepciones de la cultura como "civilizacin" o 'Alta Cultura' versus la extensin de la "Cultura del Hombre Comn" o cultura popular.
7. La posibilidad del renacimiento de culturas regionales o folclricas y valores individuales versus la homogeneizacin cultural producto de la masificacin e
internacionalizacin de los medios.
8. El reforzamiento de una conciencia de "comunidad humana" versus la adquisicin acritica de elementos culturales de sociedades dominantes.
9. Sobrevaloracin de lo material y del consumismo sobre lo social o moral y sobre lo tico. Fomento de la tecnificacin industrial por encima de la eficiencia productiva.
10. El posible decaimiento del nacionalismo frente al refuerzo del internacionalismo. 11. La conquista del sistema poltico de segn que pases indefensos de manos de empresas
multinacionales que pueden llegar a contratar incluso a su propio ejrcito privado.
12. La generalizacin de la democracia y el estado de derecho convencionales como formas de gobierno predominantes a nivel mundial versus el resurgimiento de reas y periodos
de profunda inestabilidad poltica debido, por un lado, a la prdida de poder por parte de
los gobiernos frente a poderes externos (produciendo los llamados estados fallados) y,
por el otro, al rechazo a lo que se ve como concepciones occidentales de hacer poltica,
que genera escenarios de confrontacin cultural.
13. La disminucin paulatina en los controles migratorios en pases en vas de desarrollo que puede llevar a la prdida de los sectores ms innovadores (ver fuga de cerebros) o a la
'invasin' de lites empresariales internacionales en pases pobres. El incremento de las
restricciones migratorias en los pases desarrollados que acogen los flujos migratorios,
de sur a norte, partiendo el planeta en un hemisferio ultra desarrollado y en otro
intencionadamente pobre y comercialmente rentable y sometido.
14. La bsqueda de un mejor ordenamiento econmico y social, por la va del uso de monedas nacionales nominativas y con trazabilidad de cadenas de pago, y por la va del
uso en la economa mundial de una verdadera moneda internacional no vinculada en
forma rgida con canastas de monedas nacionales (segn el Consenso de Barcelona y del
Centro de Estudios Joan Bardina).
Crticas radicales: Antiglobalizacin, Desarrollismo y Dirigismo
Las crticas radicales al proceso globalizador configuran lo que se denomina movimiento
antiglobalizacin o altermundismo y sus cabezas mediticas generalmente estn ubicadas en un
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contexto nacionalista, de extrema izquierda, de alguno de los nuevos movimientos sociales
progresistas, de la socialdemocracia ortodoxa (aquella que rechaza la Tercera Va) o del populismo
tercermundista (que puede incluir componentes antioccidentales o antiestadounidenses), as mismo
varios movimientos religiosos conservadores y la extrema derecha se han posicionado en contra de
la globalizacin. El punto en comn mayoritario que tienen estas crticas es que equiparan
globalizacin a imperialismo y neocolonialismo (ver Teora de la dependencia), todas se oponen a
lo que han denominado fundamentalismo de mercado y acusan a la globalizacin de fomentar un
estilo de vida consumista y postmaterialista.
Como solucin ms generalizada todas estos credos ideolgicos apuntan a la necesidad de
un Estado fuerte y regulador para la sociedad y proponen el resurgimiento del desarrollismo, el
dirigismo y el proteccionismo en las polticas econmicas de las naciones, a la vez que reclaman
reeducar a la sociedad en torno a valores que contrarresten los valores y costumbres individualistas.
Una primera crtica utiliza los puntos de vista de los tericos de la globalizacin misma.
Como se ha visto, estos se oponen a las barreras y trabas al movimiento tanto de bienes como de
personas que los gobiernos que dicen seguir las polticas globalizacin imponen sobre los productos
y personas de otros pases. Igualmente cuestionable son las subvenciones y otras medidas
proteccionistas que esos pases utilizan. En ese sentido, se ha afirmado que las instituciones del
"Consenso" estn al servicio de sus accionistas mayores (es decir, EE. UU.) y no al de quienes fue
creado para beneficiar.
Otra critica que se puede aducir es que si aceptamos la sugerencia de los proponentes de la
globalizacin que tanto la democracia como el capitalismo fueron las fuentes de la prosperidad
econmica de los pases desarrollados, sigue que el rol que el estado ejerci a nivel nacional en la
emergencia de esa prosperidad necesita ser replicado no slo al nivel de los pases que se integren al
sistema sino tambin al internacional. Incluso algunos proponentes de la globalizacin reconocen
esto (a pesar que se argumenta que la la democracia por s misma no promueve el crecimiento
econmico cabe considerar que el origen de los presentes niveles de Desarrollo econmico y
Bienestar social en ciertos pases se debe a consideraciones polticas que se hacen urgentes con la
expansin y profundizacin de la democracia -ver "Origines y Evolucin" en Estado de bienestar-
Quizs se puede sugerir que si bien la mera democracia no produce prosperidad, una vez que se
ambas se hacen presentes crean un sistema de retroalimentacin positiva).
Una tercera crtica, esta vez de oponentes al proceso, sugiere que sus proponentes se han y
estn, por un lado, apropindose de los resultados de la acciones de terceros y por el otro,
malinterpretando los hechos -incluyendo el distorsionar los datos estadsticos bsicos - a fin de
propagar sus ideas:
En adicin, se puede mencionar que la disminucin en las tasas de pobreza relativa en pases
que aplican las polticas del FMI no parece estar logrndose gracias a la disminucin de los
extremos en la distribucin del ingreso, sino gracias a la prdida de ingresos de las clases
asalariadas de pases industrializados y la pauperizacin de las clases medias, especialmente en
pases desarrollados y de ingresos medios, tales como los de Amrica latina. quienes se encuentran
ahora desprovistos de los sistemas de seguridad y apoyo que gozaban, por ejemplo, en educacin,
medicina, seguros, pensiones de jubilacin y otros servicos estatales, etc. La concentracin de
propiedad a nivel mundial contina y se acenta, lo que no debera ser sorpresa, ya que en la
segunda mitad de la dcada del noventa del siglo pasado algunos estudiantes de las polticas del
desarrollo -por ejemplo, Michael P Todaro "Economic Development"- advertan que la presencia de
empresas multinacionales en pases en desarrollo podra resultar en el empobrecimiento a largo
plazo de esos pases debido al desplazamiento de empresas locales, la desviacin de recursos
locales a fin de servir mercados ms lucrativos en otras regiones y la exportacin de ganancias,
etctera.
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Las polticas tanto del Consenso de Washington como del resto de los proponentes de la
globalizacin sugieren que seria posible lograr niveles de prosperidad econmica a nivel mundial
similares a los que se ven en Europa o EE. UU. Esta presuncin es cuestionable, especialmente
desde un punto de vista ecolgico (lmites del crecimiento).
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EL MITO DE LA GLOBALIZACIN
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V. EL MITO DE LA GLOBALIZACIN
Mitos de la globalizacin
Como vemos, vivimos en tiempos de globalizacin nos guste o nos guste, hagamos algo o
no hagamos nada. Depende del vaso vaco o del vaso lleno; o, lo que es lo mismo, qu hacer ante la
crisis: atacar o huir, aprender o resignarse, ver una oportunidad al estilo de Eisnstein o no ver nada.
El mito de la globalizacin se refiere a una forma de conciencia falsa, de imagen invertida
de la realidad. Algo as como lo que ocurre en una cmara obscura. Al fin y al cabo, vivimos en un
tiempo en donde es difcil ver un metro adelante del camino, o en donde tambin todos los gatos
son pardos. Y eso pasa con harta frecuencia en el terreno de las teoras sociales en boga. En estos
das la 'Globalizacin' se ve como dotada de todas esas caractersticas. Basta dar una vista a la
prensa. La globalizacin justifica todas las medidas impopulares del gobierno de Indonesia; explica
la casi desesperacin de los EEUU por mantener el yen alto, "si no privatizamos, no nos
globalizamos", dicen los gobernantes de Amrica Latina. Y una vocecita se escuch cerca del
Vaticano que declar: "la globalizacin es irreversible". En el anlisis mtico cuando una palabra se
repite mucho es que es un smbolo y, probablemente, no significa nada. Cuando en los discursos
polticos se da la misma repeticin, aplicando un trmino a muchas situaciones, es decir, velndolas
a todas, es que se deca, estamos ante una operacin ideolgica, en el abismamiento de la
conciencia falsa. Y detrs, naturalmente podrn esconderse muchos intereses. La necesidad
doblegada casi siempre de mantener una buena y retribuida relacin con el capital transnacional.
Llamemos entonces a estos discursos tan variados como banales e inaprehensibles, que no
tienen nada que ver con la realidad, los mitos de la Globalizacin. Y pedaggicamente pasemos a
enunciarlos:
No pretendamos que las cosas cambien si siempre hacemos lo mismo. La crisis es la mejor
bendicin que puede sucederle a personas y pases, porque la crisis trae progresos.
La creatividad nace de la angustia como el da nace de la noche. Es en la crisis donde nace la
inventiva, los descubrimientos y las grandes estrategias. Quien supera la crisis se supera a s
mismo sin quedar superado. Quien atribuye a la crisis sus fracasos y sus penurias, violenta
su propio talento y respeta ms a los problemas que a las soluciones.
La verdadera crisis es la crisis de la incompetencia.
El problema de las personas y los pases es la pereza para encontrar las salidas y soluciones.
Sin crisis no hay desafos, sin desafos la vida es una rutina, una lenta agona. Sin crisis no
hay mritos. Es en la crisis donde aflora lo mejor de cada uno, porque en crisis todo viento
es caricia.
Hablar de Crisis es promoverla, y callar en la crisis es exaltar el conformismo.
En vez de esto, trabajemos duro. Acabemos de una vez con la nica crisis amenazadora: que
es la tragedia de no querer luchar por superarla.
Albert Einstein
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EL MITO DE LA GLOBALIZACIN
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Propuesta 1. "La globalizacin es un evento completamente nuevo"
La Realidad: Histricamente los procesos de globalizacin han acompaado toda la historia del
desarrollo capitalista, y hasta pueden sealarse situaciones pre-capitalistas que entraaron la
creacin de sistemas-mundo.
Propuesta 2. "La globalizacin es ajena a la condicin capitalista"
La Realidad: La actual globalizacin, es la globalizacin del capital.
Propuesta 3. "Hemos ingresado a una nueva era econmica caracterizada por el
crecimiento rpido y sin inflacin ni crisis"
La Realidad: Desde los 70 la economa mundial ha estado experimentando un proceso de
contraccin en donde se han diferido algunas crisis slo para caer en otras ms profundas.
Ejemplos: la crisis que sigue a la guerra de Vietnam, la crisis petrolera, la crisis mexicana, la crisis
asitica. El crecimiento rpido sobre todo de la esfera financiera ha sido slo el sntoma de la
llegada al punto de quiebre de una onda larga de la economa mundial capitalista. El antecedente de
una crisis y del inicio de una cada muy profunda, donde pueden abundar episodios de inflacin,
deflacin, estanflacin, de destruccin de fuerzas productivas, la agona de la industria con ms de
dos lustros de historia.
Propuesta 4. "La Globalizacin ha originado esta era de abundancia y de bienestar..."
La Realidad: Actualmente hay una poblacin cercana a los 6000 millones. De ellos, la tercera parte
sobrevive bajo los niveles de pobreza. El 20 % ms rico, posee el 86 por ciento de la renta. El 20%
ms pobre, el 1.6%... Se ha profundizado la diferencia entre pases ricos y pobres. El
endeudamiento de los pases de menor desarrollo es abismante...
Propuesta 5. "La Globalizacin es sostenida por el crecimiento de la produccin y de la
productividad, amparados por una nueva revolucin tecnolgica, la de la informtica"
La Realidad: No ha habido tal crecimiento de la produccin; el crecimiento de la productividad ms
que atraer ventajas, ha generado el fenmeno de la maquila y serios problemas de empleo. La
"revolucin" informtica es un proceso todava marginal, que no ha interesado a la mayora de la
poblacin mundial. Pero indudablemente ha sido uno de los factores de recuperacin del ciclo en un
corto perodo de ascenso desde los 80 a la fecha. Pero hoy no basta para sostener la reproduccin
del capital y para ensanchar la tasa de ganancias. Si hay algo que caracterizara a la situacin del
capital a escala mundial, es la inflacin que ha experimentado el capital financiero (no siendo sta
la nica ocasin), los fuertes tropiezos en la renovacin de capital fijo, y el crecimiento de los
inventarios en zonas precisamente amagadas por crisis muy serias.
Propuesta 6. "La Globalizacin es una realidad"
La Realidad: Hasta ahora es la agenda del sistema corporativo. Pero hay otras realidades, como el
crecimiento mundial de la pobreza. En estos das "la realidad de la Globalizacin" tiene un
nombre:la crisis.
Propuesta 7. "La Globalizacin es irreversible"
La Realidad: En la historia ha habido muchas "irreversibilidades". En el caso de la irreversibilidad
de la Globalizacin del gran capital, ya nos encontramos con los lmites que marcan sus recesiones
y crisis, y con los precios que debe pagar la humanidad por alguna nueva playa de reestabilizacin
tras cada huracn. El ciclo de la crisis contiene, no hay que olvidarlo, la posibilidad para grandes
giros histricos, en donde no se descartan las revoluciones no globalizantes.
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Propuesta 8. "Las economas "burbuja" son situaciones de excepcin"
La Realidad: Las burbujas financieras han sido uno de los motores de la inflacin globalizante, y
han demostrado la debilidad de sus fundamentos y su capacidad para disparar crisis muy serias. No
son excepcin ya que los centros ms dinmicos del capital mundial se pliegan a sus frmulas
especulativas.
Propuesta 9. "Las fuerzas financieras de la globalizacin pueden superar fcilmente la
crisis actual, como ya lo demostr en el caso mexicano"
La Realidad: El caso mexicano es el de una crisis diferida, que ya muestra posibilidades de retornar
con mayor fuerza. En la ruptura de la esfera financiera asitica, se trata de un quebranto de una
envergadura y proyecciones inmensamente ms grandes. Los sistemas de apoyo diseados para
Mxico, se han demostrado totalmente insuficientes en el caso del Asia. Este empuje hacia la
recesin en tan distantes partes del mundo ha originado despidos en gran escala y una incapacidad
para reponer rpidamentente la capacidad de reproduccin del sistema.
Propuesta 10. "La economa americana no ser afectada por los problemas del Asia"
La Realidad: Aqu la globalizacin se hace sentir, empujando procesos depresivos al interior de
toda la economa mundial. La economa norteamericana no es la excepcin. En los meses recientes
se advierte una contraccin notable de sus exportaciones, y la baja sostenida de los ndices
histricos en los precios de las acciones.
Propuesta 11. "Debemos privatizar para globalizarnos"
La Realidad: Las privatizaciones forman parte importante de la agenda corporativa, orientada hacia
la concentracin internacional del capital. Implican la re-colonizacin de grandes regiones del
planeta, y la reubicacin del capital social en la esfera de acumulacin central.
Propuesta 12. "La privatizacin a la vez que nos globaliza, nos permite saldar la deuda
externa"
La Realidad: Las privatizaciones, aparte de enajenar el capital pblico, no han amortizado las
deudas externas de los pases menos desarrollados. Al contrario, estas han crecido al punto que
superan con mucho el retorno de sus exportaciones. Pasado el auge privatizador, han aumentado las
deudas de todos los pases envueltos en esta prctica.
Propuesta 13. "Con la globalizacin cada pas puede sacar mejor provecho de sus
ventajas comparativas"
La Realidad: Las polticas comerciales de la globalizacin, y la misma crisis internacional, no han
dejado espacios a las ventajas comparativas de los pases exportadores de materia prima o de mano
de obra barata. Se vive hoy una competencia por abaratar el trabajo, y un grave deterioro en los
precios de las materias primas.
Propuesta 14."La globalizacin ha de servir de base al crecimiento sostenido"
La Realidad: La vieja utopa del capitalismo ha sido su liberacin de las crisis. Algo as como el
cumplimiento del deseo de quienes penden de la posibilidad de la bancarrota. La corrupcin
extremada que afecta a toda esta maquinaria, muestra otra manera de intentar establecer "el
crecimiento sostenido".
Propuesta 15. "La globalizacin puesta al servicio de la sustentabilidad ambiental..."
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La Realidad: El desarrollo de la explotacin capitali