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Actas XIV Congreso AIH (Vol. II). Maria A. DA COSTA VIEIRA. El mito de Don Quijote en Brasil - El mito de don Quijote en Brasil Maria Augusta Da Costa Vieira UNIVERSIDADE DE SAO PAULO EL PRESENTE TRABAJO ES el resultado de una investigación acerca de la presencia del Quijote en Brasil, que tiene como objetivo encontrar, a partir de diferentes formas de representación, las facciones que el caballero adoptó en diversos momentos de nuestra vida cultural. Se puede adelantar que, de un modo general, esta en d recuperación o reinvención del Quijote no se orienta por el concepto normativo incorporado en las incursiones estilísticas e históricas más tradicionales sino por el movimiento recurrente en relación con el texto clásico, motivado por la capacidad que tiene la obra de despegarse de las cuestiones circunstanciales y efímeras de su tiempo y de concentrarse en significados más imperecederos. Con esta perspectiva, la obra clásica es capaz de actualizar sus significados en diversos momentos de la historia, superando las distancias del presente en relación con el pasado. En este caso, la consideración o, mejor dicho, esta relativa apropiación de la obra clásica presenta dos posibilidades: o se configura como un acto que se inclina sobre el pasado histórico con la conciencia situada en el presente o considera el pasado desde la conciencia del presente pero incluyendo los presupuestos que la tradición se encargó de construir. 1 En la mayoría de los textos abordados en este trabajo, se observa la tendencia a desplazar la obra cervantina de su contexto y a adecuar su sentido a la perspectiva espacial y temporal del lector moderno o, por lo menos, del lector alejado históricamente de los tiempos de Don Quijote. Sólo en pocos y breves momentos se observa la preocupación por la comprensión histórica y lingüística del pasado, de acuerdo con las circunstancias específicas de su creación y recepción. Si viniera al caso utilizar las imágenes de Close 2 , se puede decir que en estos trabajos se encuentran mucho más yelmos que propiamente bacías o aún baciyelmos. Predominó más la interpretación espontánea y liberal con tendencia a adaptar el texto a nuestras inquietudes que propiamente la lectura preocupada con los presupuestos estéticos e históricos de los tiempos de Cervantes. De este modo, el inusitado caballero estuvo predominantemente ajustado a nuestras ideas, a nuestro modo de interpretarlo y a las cuestiones más candentes de nuestra historia. Del conjunto de aspectos que se pueden señalar con respecto a la recepción de la 1 Para el concepto de «clásico» ver de Hans-Georg Gadamer, Verdade e método. (Traducción de Flávio Paulo Meurer. Petrópolis, Vozes, 1997.) 2 Close, Anthony. «Las interpretaciones del Quijote» in Don Quijote de la Mancha. Ed. de Francisco Rico. Barcelona, Ed. Crítica, 1998, 2ª ed. revisada, pp. CXLII-CLXV. t- Centro Virtual Cervantes

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Actas XIV Congreso AIH (Vol. II). Maria A. DA COSTA VIEIRA. El mito de Don Quijote en Brasil-

El mito de don Quijote en Brasil Maria Augusta Da Costa Vieira UNIVERSIDADE DE SAO PAULO

EL PRESENTE TRABAJO ES el resultado de una investigación acerca de la presencia del Quijote en Brasil, que tiene como objetivo encontrar, a partir de diferentes formas de representación, las facciones que el caballero adoptó en diversos momentos de nuestra vida cultural. Se puede adelantar que, de un modo general, esta en d recuperación o reinvención del Quijote no se orienta por el concepto normativo incorporado en las incursiones estilísticas e históricas más tradicionales sino por el movimiento recurrente en relación con el texto clásico, motivado por la capacidad que tiene la obra de despegarse de las cuestiones circunstanciales y efímeras de su tiempo y de concentrarse en significados más imperecederos. Con esta perspectiva, la obra clásica es capaz de actualizar sus significados en diversos momentos de la historia, superando las distancias del presente en relación con el pasado. En este caso, la consideración o, mejor dicho, esta relativa apropiación de la obra clásica presenta dos posibilidades: o se configura como un acto que se inclina sobre el pasado histórico con la conciencia situada en el presente o considera el pasado desde la conciencia del presente pero incluyendo los presupuestos que la tradición se encargó de construir.1

En la mayoría de los textos abordados en este trabajo, se observa la tendencia a desplazar la obra cervantina de su contexto y a adecuar su sentido a la perspectiva espacial y temporal del lector moderno o, por lo menos, del lector alejado históricamente de los tiempos de Don Quijote. Sólo en pocos y breves momentos se observa la preocupación por la comprensión histórica y lingüística del pasado, de acuerdo con las circunstancias específicas de su creación y recepción. Si viniera al caso utilizar las imágenes de Close2

, se puede decir que en estos trabajos se encuentran mucho más yelmos que propiamente bacías o aún baciyelmos. Predominó más la interpretación espontánea y liberal con tendencia a adaptar el texto a nuestras inquietudes que propiamente la lectura preocupada con los presupuestos estéticos e históricos de los tiempos de Cervantes. De este modo, el inusitado caballero estuvo predominantemente ajustado a nuestras ideas, a nuestro modo de interpretarlo y a las cuestiones más candentes de nuestra historia.

Del conjunto de aspectos que se pueden señalar con respecto a la recepción de la

1 Para el concepto de «clásico» ver de Hans-Georg Gadamer, Verdade e método. (Traducción de Flávio Paulo Meurer. Petrópolis, Vozes, 1997.)

2 Close, Anthony. «Las interpretaciones del Quijote» in Don Quijote de la Mancha. Ed. de Francisco Rico. Barcelona, Ed. Crítica, 1998, 2ª ed. revisada, pp. CXLII-CLXV.

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obra en Brasil, se destaca la importancia dada al potencial del caballero construido a partir de categorías propias del romance3

, sobre todo por su fuerte idealización y su convicción de poder transformar el orden del mundo y reparar los injusticias de la sociedad. En general, la recepción crítica de la obra y las diversas recreaciones del mito realzan este rasgo quijotesco. Sin embargo, en algunos momentos, se incorporan otros aspectos de la construcción del personaje novelesco tales como el humor y la comicidad que rayan, a veces, con lo grotesco.

La primera apropiación de Don Quijote de la que se tiene noticia en Brasil se centra definitivamente en la comicidad y se encuentra en el teatro. El autor, Antonio José da Silva, por antonomasia el Judío, nace en Brasil pero, a la temprana edad de siete años, se traslada a Lisboa y, a los treinta y cuatro, después de muchas persecuciones, es condenado a la hoguera por la Inquisición. Su comedia, Vida do grande D. Quixote de La Mancha e do gordo Sancho Panr;a4

, es de 1733 y, aunque traiga en primer lugar el nombre del caballero, atribuye mayor atención al escudero. Además, recupera a los demás personajes de la obra cervantina, como Sansón Carrasco, el Barbero, el Ama y la Sobrina y parodia diversos episodios de la segunda parte garantizando, siempre una perspectiva cómica. Lo curioso es que el caballero no pasa de un loco de remate que recibe la mirada jocosa de los demás personajes, especialmente la de Sancho que no mide palabras ni pensamientos para burlarse del amo. En algunos momentos, el escudero evidencia su superioridad no solamente por medio de la acción sino también por su discurso bastante elaborado, con rasgos de erudición. Las más discretas manifestaciones del caballero con relación a sus ideales se convierten en objeto de risa y se deshacen en la escena. La obra dramática incide en la parodia de la obra cervantina y privilegia al escudero, mucho más comprometido con la risa del espectador.

Pero las figuras de Don Quijote y Sancho surgen cargadas de humor y aportan otros significados para el estudio de la recepción de la obra de Cervantes en Brasil no sólo en el ámbito del teatro durante el siglo XVIII sino también en otra vertiente que tiene lugar entre los últimos años del XIX y comienzos del XX. Se trata de dos revistas semanales que aparecen en Río de Janeiro y que llevan como título el nombre del caballero manchego. La primera de ellas, Don Quijote, de Angelo Agostini-inmigrante italiano y gran maestro de la caricatura hecha a partir de litografias-se edita entre los años 1895 y 1902 y tiene un proyecto periodístico centrado en la creación cervantina.

La revista recupera el mito de Don Quijote. Ya no interesa la construcción del personaje literario-y mucho menos la composición de la obra-sino la imagen que se ha creado del caballero, seguido siempre por su escudero. Los dos se transforman en símbolos de la revista, que cumple el papel de criticar las innumerables falacias de la vida pública y política de la última década del siglo XIX. Con toda la autoridad posible, Don Quijote y Sancho, debelan falsas verdades creadas a partir de intereses excusos que

3 El concepto de romance parte de N. Frye, La escritura profana. (Venezuela, Monte Ávila Editores, 1980).

4Silva, Antonio José da. Vida do grande D. Quixote de la Mancha e do gordo Sancho Panga. Coimbra, Fran9a Amado Editor, 1905.

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tienen lugar en la vida pública nacional. Por un lado, las críticas son agudas y provocativas; por otro, extremadamente cómicas y satíricas. En algunas caricaturas, ciertas escenas del Quijote cervantino se unen a los acontecimientos de la semana, pero lo más frecuente es el traslado radical de los personajes al contexto brasileño.

La revista contó con gran acogida del público en general; al fin y al cabo, en un país de muchos analfabetos, la caricatura podría significar, entre otras cosas, la democratiza-ción de la cultura y del pensamiento crítico. El éxito de los caricaturistas en las primeras décadas del siglo es sorprendente y se extiende también a la publicación de la revista homónima de Bastos Tigre entre 1917 y 1927, que recupera la figura quijotesca de modo bastante menos sistemático. De la misma manera, se encuentra en el lenguaje visual y en los escritos satíricos un canal importante para la divulgación de una visión crítica de los problemas sociales y, sobre todo, políticos del país.

Lo más curioso de estas publicaciones es que presentaban una orientación muy definida hacia la producción del humor. En cierta medida, estas creaciones ofrecían indicios de que algo tendría que cambiar en la sensibilidad del brasileño, como si tuviera que alterar sus vínculos ibéricos pasando de la tristeza convencional de los portugueses a la risa española a través de Don Quijote y Sancho, considerados ambos como figuras ejemplares para este cambio de la vida emocional de la sociedad. Los personajes cervantinos serían capaces de abrirle espacio a una literatura humorística, contrapuesta a la idea-subrayada por algunos-de que la tristeza está integrada al retrato del Brasil5• Seguramente, este Don Quijote y este Sancho no proceden directamente de la obra de Cervantes sino más bien de la lectura de una tradición que fue reconstruyendo al caballero y a su escudero, ajustándolos a los nuevos tiempos y a las nuevas mentalidades.

A partir de la edición de Dom Quixote, en la poesía y en el dibujo el Quijote recibe la atención de uno de los mayores poetas brasileños, Carlos Drummond de Andrade, y de uno de los mayores pintores de esa tierra, Candido Portinari. La obra conjunta, que lleva el nombre deCervantes, Portinari, Drummond, reúne 21 poemas y 21 dibujos seleccionados a partir de episodios del texto. Aunque los dibujos son de 1956 el trabajo sólo se publica en 1973. La pareja Don Quijote/ Sancho surge con contrastes bastante destacados y la elevación de los ideales del caballero y la verticalidad de su representa-ción gráfica se contraponen a la inmediatez del escudero y a la horizontalidad de su figura. La desilusión de las escenas y la contraposición entre lo ideal y lo real están compensados por el aspecto lúdico, que transparece sobre todo en la composición poética y que trabaja especialmente con imágenes sonoras.

Sin embargo, si en el teatro y sobre todo en la imprenta los personajes cervantinos actúan como críticos de la vida pública brasileña por medio del humor, en el ensayo no será exactamente la risa el aspecto predominante. De un modo general, en el campo de los estudios literarios el idealismo del caballero mereció atención destacada. El primer trabajo crítico del que se tiene noticia fue una conferencia presentada alrededor de 1906 en Río de Janeiro por el poeta Olavo Bilac (1865-1918). Se trata de un texto elocuente

5 Véase de Paulo Prado, Retrato do Brasil - Ensaio sobre a tristeza brasileira (Org. de Carlos Augusto Calil. Sao Paulo, Companhia das Letras, 1998, 9ª ed.).

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que se preocupa por crear imágenes para construir una visión de la obra que abarque el contexto histórico de la España de Felipe II, la biografía de Cervantes, las relaciones entre Don Quijote y Sancho y, finalmente, el trasplante de la figura del caballero a momentos de la historia colonial brasileña. Se destaca la fuerza expresiva del texto que, por artificio de la imagen, amalgama contenidos diversos y no deja de presentar enfáticamente rasgos de la ideología de Bilac que, con toda la vitalidad de un republicano, en un país que experimenta sus primeros años de república, ataca a Felipe II y coloca a Cervantes como víctima directa de los derroteros monárquicos. El Quijote es considerado como la «epopeya de la risa» pero de una risa ambigua, pues trae consigo la melancolía.

El texto de Bilac es ejemplar en dos sentidos: por un lado, se identifica con los presupuestos de la interpretación romántica; por otro, se encuadra en la tendencia interpretativa de carácter positivista que alía el sentido de la obra a la biografía de Cervantes y la historia de España. Su conferencia se estructura, por lo tanto, sobre la idea de intensas correspondencias que amalgaman autor, personaje y lector.

Otro trabajo importante es el ensayo de José Veríssimo (1857-1916) de la primera década del siglo XX, intitulado «Miguel de Cervantes e Dom Quixote» que, de la misma manera, parte de la contextualización pero ahora a partir del género literario6

. Como género descendiente de la épica, la novela, según Veríssimo, se caracteriza por la perspectiva igualitaria y democrática que transparece por medio de la inclusión de los variados orígenes y de las diversas clases sociales y, también, mediante un lenguaje más cercano a una expresión más directa. Para el escritor, Cervantes tuvo la intención declarada de crear una sátira de los libros de caballerías, sin embargo la trascendencia de la obra no se da por el aspecto satírico ya que no sobrevivieron ni la caballería andante ni los escritores y lectores dedicados a este género. Al contrario de lo que plantean algunos, Veríssimo cree que no hay que retomar a la lectura que se hizo en los tiempos de Cervantes, pues la vitalidad del texto no se estructura a partir de la sátira, dado que ésta ya no resuena en otros tiempos y para nuevos públicos. Así, la locura de Don Quijote se transforma en valor heroico y lo que sería considerado ridículo se metamorfosea en sublime. Es muy probable que, en el contexto brasileño, éste sea el ensayo más coherente con respecto a la interpretación romántica.

Alrededor de veinte años después, con un enfoque aparentemente bastante diferenciado en relación a los dos trabajos anteriores, se publica-Heróis da decadencia-de Vianna Moog (1906)7. El ensayo toma la perspectiva de elevar el humor a la categoría heroica. Sería posible destacar, por lo menos, cuatro innovaciones significativas en el estudio de Vianna Moog: en primer lugar, se establece un diálogo con otros estudios críticos, ya sea en el ámbito del cervantismo o en el campo de la literatura en general, de la historia, de la filosofía, etc. En segundo lugar, se advierte una

6 Veríssimo, José. Homens e couzas estrangeiras. Terceira série 1905-1908. Río de Janeiro, Gamier, 1910, pp. 9-30

7 Vianna Moog, C. Heróis da decadencia. Puerto Alegre, Ed. Livraria do Globo, 1939, 2ª ed. (La primera edición es de 1934.)

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preocupación explícita por el texto de Cervantes alertando-en un claro combate contra las lecturas impresionistas-sobre los riesgos de que se extraigan de la obra sentidos que no emanan propiamente de sus páginas. En tercer lugar, se observa la idea de que el humor cervantino brota de una red de relaciones pautadas, sobre todo, por la contradicción. Por último, es posible advertir la imposibilidad de descubrir las reales intenciones de Cervantes, ya que el humor es un efecto y no una intención.

Otro trabajo que de la misma manera revela una lectura atenta del Quijote es Cervantes e os moinhos de vento de Josué Montello (1917), publicado en 19508

. El trabajo se destaca por su erudición y versatilidad crítica y también por el debate discreto que entabla con la crítica cervantina, con otros textos literarios y con la historia. Abordando varios de los temas candentes de la crítica que se ha hecho al Quijote, Josué Montello atribuye una atención especial a las condiciones de lectura en los siglos XVI y XVII, a la condición desmemoriada del caballero, a no ser en lo que se refiere a lo que lee, y a la multiplicidad de lecturas e interpretaciones que recibió la obra a lo largo del tiempo. Montello destaca el hecho de que el Nuevo Mundo coincide con el descubri-miento del mundo de la novela y orienta la conclusión hacia el campo de la práctica de la lectura. En este sentido afirma que la esencia de la locura de Don Quijote radica en la credulidad absoluta en los libros de caballerías y que la gran sátira de Cervantes se centra en criticar al lector crédulo.

Desde Bilac hasta Josué Montello se observa una progresión hacia el rigor metodológico que se explicita esencialmente por medio de reflexiones sobre el género y de una preocupación más explícita por el texto literario. Aunque se constate una evolución, es necesario observar que los estudios sobre el Quijote se mantuvieron aislados entre sí y fue necesario aguardar el artículo de Brito Broca, «Ü engenhoso fidalgo Miguel de Cervantes», redactado en 1951, para que se diera alguna noticia del cervantismo en los diversos países y, especialmente, de algunos de los trabajos realizados en Brasil9

A lo largo de la historia de la recepción del Quijote se observa que en algunos momentos las lecturas de la obra trataron de pulverizar contenidos y difundir la idea de una recreación basada en el mito del caballero. Uno de los responsables de esta línea fue Unamuno que, entre otras cosas, pretendía tomar la obra accesible al lector moderno. Sus trabajos fueron fecundos en el ámbito brasileño e influyeron considerablemente en la recepción del Quijote. La presencia de Unamuno se explicita con todas las letras en la formación de un grupo literario en Puerto Alegre, el «Grupo Quijote» que tenía el proyecto inicial de promover una renovación en los medios intelectuales en el sur del país, en el momento en que se respiran aires de redemocratización después de algunos años de dictadura. En la primera etapa ( 1946-1951 ), el grupo edita una revista intitulada Quixote. El editorial de la revista expresa su filiación a las ideas de Unamuno con el lema «Vamos fazer urna barbaridade» lo que remitía directamente a la Vida de Don

8 Montello, Josué. Cervantes e os moinhos de vento. Río de Janeiro, s/ed., 1950. 9 Broca, Brito. «Ü engenhoso fidalgo Miguel de Cervantes» en Ensaios da miio canhestra.

Prefácio de Antonio Candido. Sao Paulo, Polis/INL/MEC, 1981, pp. 89-128.

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Quijote y Sancho 10•

El grupo tiene un programa literario vasto y así como Unamuno, lucha contra el marasmo cultural y a favor del dinamismo, capaz de reconsiderar la historia con una nueva perspectiva y encontrar la expresión original de nuestra personalidad.

En términos de género literario, la novela probablemente es el género que más se detiene en la recreación del mito de Don Quijote desde la perspectiva del héroe delineado por las categorías del romance. Fago marta de José Lins do Rego, publicada en 1943, es una novela que establece un diálogo implícito entre historia y ficción y se inscribe en la tendencia regionalista en lo que se refiere al abordaje de la vida nacional 11

De este contexto bastante específico nace un personaje con marcas quijotescas que, integrado a la dura realidad rural del nordeste, combina la acción romántica empeñada en la defensa de determinados valores con la visión realista del narrador.

Otra novela que presenta un personaje con facciones quijotescas es el Triste fim de Policarpo Quaresma de Lima Barreto, publicada en 1911 12

• El personaje central es Policarpo Quaresma, un comandante militar, un inveterado lector y, a la vez, patriota exaltado que se cree en condiciones de proponer reformas radicales en el país y de luchar por ellas. Al igual que el caballero manchego, con cerca de cincuenta años, hace público su proyecto inicial que, en su caso, propone--como forma de rescatar las raíces indígenas-una extremada reforma lingüística basada en la idea de la adopción del tupí como lengua oficial del Brasil. Del desencuentro entre la visión de la sociedad y la del protagonista nace el proyecto crítico de la obra que configura un Brasil arcaizante contrapuesto a un sueño utópico.

En cierta medida, sería posible concluir que en Brasil las incursiones en la obra cervantina, en mayor o en menor grado, optaron de modo más definido por el desplazamiento de Don Quijote a nuestro tiempo, a nuestra contemporaneidad y a nuestras circunstancias. Sin embargo, es posible destacar una única excepción, que es la de Machado de Assis. Excepción en el sentido de que el novelista se dio cuenta de que, más que las manifestaciones quijotescas explícitas, era fundamental recuperar la estética cervantina. Es decir, en lugar de establecer conexiones con la obra de Cervantes a partir de las armas, Machado recupera la dimensión de las letras para la creación de su novela. 13 Y a no se trata de privilegiar directamente el mito sino más bien el modo de ser literario. En cierta medida, como dice Carlos Fuentes, Machado fue un milagro, no solamente de las letras brasileñas del siglo XIX sino también como de toda Latinoaméri-ca. Sin olvidarse de la locura, de la risa y de la melancolía, Machado incorpora a su novela la ironía, la dimensión ficcional como problema y el diálogo tenso e intenso entre narrador y lector.

1 O Unamuno, Miguel. «El sepulcro de Don Quijote» en Vida de Don Quijote y Sancho (Madrid, Espasa/Calpe, 1971, 15ª ed., p. 14). Ver también, Revista Quixote, ano I, 1947, p. l.

11 Rego, José Lins do, Fogo morto. Río de Janeiro, Livraria José Olympio, 1970, 10ª ed. 12 Lima Barreto, Triste fim de Policarpo Quaesma. Sao Paulo, Brasiliense, 1969. 13 Véase la conferencia de Carlos Fuentes presentada en la Academia Brasileira de Letras,

Río de Janeiro, 1997. También nuestro trabajo presentado en el IV Congreso AISO en Alcalá de Henares, en 1996.

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