El Misterio de Belicena Villca - Regreso al Origen | …regresoalorigen.com/El misterio de Belicena...

766
EL MISTERIO DE BELICENA VILLCA Por Nimrod de Rosario

Transcript of El Misterio de Belicena Villca - Regreso al Origen | …regresoalorigen.com/El misterio de Belicena...

  • EL MISTERIO DE BELICENA VILLCA Por Nimrod de Rosario

  • Primera edicin Argentina: del autor en Crdoba 2.003

    LIBRO DE EDICIN ARGENTINA

    Queda hecho el depsito que marca la ley 11.723 Impreso en Argentina Printed in Argentina ISBN: 987-43-5850-5

  • El misterio de Belicena Villca

    LIBRO PRIMERO El desaparecido de Taf del Valle

    LIBRO SEGUNDO

    La Carta de Belicena Villca

    LIBRO TERCERO En busca de To Kurt

    LIBRO CUARTO

    La Historia de Kurt Von Subermann

    LIBRO QUINTO Eplogo... o Prlogo

    HIPEREPLOGO

  • 5

    LIBRO PRIMERO El Desaparecido de Taf del Valle Captulo I

    Conoc a Belicena Villca cuando se encontraba internada en el Hospital

    Neuropsiquitrico Dr. Javier Patrn Isla de la Ciudad de Salta, con diagnstico de demencia senil irreversible. Siendo mdico del pabelln B, de enfermos incurables, he debido prestar atencin a la referida enferma durante un largo ao en el que apliqu todos los recursos que la Ciencia psiquitrica y mi extensa experiencia en la profesin me brindaban para intentar, vanamente, su recuperacin. Como se ver ms adelante, su historia fue escrita por ella misma en tanto permaneca en aquel triste encierro. Dedic a ese fin todo el tiempo disponible, que era mucho, pues la junta mdica la haba autorizado a escribir dado que tal actividad redundaba en evidentes resultados teraputicos sobre el nimo de la paciente. Sin embargo, nadie saba a qu se referan sus escritos y si ellos revelaban alguna coherencia lgica, informacin que hubiese sido til poseer para confirmar o corregir el diagnstico adverso. Dos motivos impedan conocer el contenido de sus manuscritos: el primero, y principal, consista en que la enferma escriba en quechua santiagueo, una lengua que slo se habla en su regin natal; en secreto, al parecer, Belicena Villca tradujo los manuscritos al Castellano pocos das antes de morir; el segundo motivo era el celo homicida que pona en evitar la lectura de los textos, lo que se tradujo, un da, en un violento incidente con una enfermera que os posar los ojos sobre una de sus pginas. Mas, como lo que interesaba era mantenerla tranquila, y la escritura contribua a entretenerla en ese estado, se opt por no contradecir sus manacos deseos y se le permiti ocultar los manuscritos en un portafolios del cual no se separaba en ningn momento. No obstante, parte de su historia me fue relatada por ella misma mientras dur su convalescencia, ya sea mediante largos monlogos a los que frecuentemente la llevaba el psicoanlisis, en los das en que cierta estabilidad mental permita esta terapia, o, involuntariamente, cuando el tratamiento de narcosis la suma en un pesado sopor durante el cual, sin embargo, no disminua nunca la actividad oral. Naturalmente, no poda darse crdito a sus declaraciones, no slo por su condicin de enferma mental, sino por el tenor de las mismas, que eran increbles y alucinantes: nunca podra calificarse, con mayor justicia, a su relato como a la historia propia de un loco.

    La situacin de alienada de Belicena Villca seguramente desalentar a los lectores sobre la veracidad de los sucesos narrados. Es comprensible pues tan slo un ao atrs Yo mismo hubiese hecho todo lo posible por impedir la divulgacin de un material que la prudencia, y la tica profesional, aconsejan mantener en los reservados mbitos de la Historia Clnica y el Legajo Personal.

    Pero, he aqu que la sbita muerte de Belicena Villca vino a trastornar este racional punto de vista y me llev a pensar que la Historia registra el paso de venerables figuras por las celdas de clebres loqueros. Record a Nietzche, Ezra

  • 6

    Pound, Antonin Artaud, al ajedrecista Morphy, al matemtico Cantor, y muchos otros. Razon que aquellos famosos personajes presentaban cuadros de esquizofrenia aguda, como mi paciente, lo cual significa que la conciencia se halla fragmentada aunque no disuelta, y pueden, eventualmente, producirse estados de lucidez temporal donde la conducta es ms o menos normal. Me dije que si Cantor elabor la genial teora de los nmeros transfinitos en el manicomio y si Nietzche durante sus diez aos de internado poda citar a Homero, Empdocles, y casi cualquier clsico, de memoria, y en griego antiguo, era posible, en una medida infinitamente menor, que el relato de Belicena Villca fuese en parte verdadero. Claro, este silogismo aparentemente inconsistente sorprender al lector; pero es que todo esto lo pens de prisa, muy de prisa: porque Belicena Villca haba sido asesinada.

    Captulo II Aquel desagradable suceso, perturb la marcha impecable del Nosocomio

    sumindonos a todos en un estado de malestar y angustia indescriptible. Especialmente afectado result nuestro Director, el eminente Dr. Cortez, quien tema que el escndalo llegase a mancillar el nombre del ilustre prcer local que lleva el Hospital, hecho que, segn su clara lgica, influira en los cheques que la poderosa familia del finado haca llegar mensualmente. No cansar al lector con detalles porque este caso fue muy comentado por la prensa y si desea hacerlo puede consultar el diario El Heraldo de Salta, en las ediciones de la semana que va del 7 al 15 de Enero de 1980, donde hallar toda la informacin. Slo recordar aqu lo esencial, ya que el desarrollo de este verdico caso, requiere considerar las extraas circunstancias en que ocurri el crimen y el misterio que lo rode; ... y que an persiste, pues la Polica no logr esclarecerlo y dignos funcionarios manifiestan dudas sobre si ello ser posible algn da. Porque dos elementos tan absurdos como irracionales intervienen de manera definitiva en el fatal desenlace, impidiendo toda posibilidad de realizar conjeturas coherentes; el primero es un hecho inobjetablemente verificado: el crimen se concret en una celda para enfermos psicticos hermticamente cerrada con una pesada puerta de acero, entre las 0,00 hs. y las 2,00 hs. del 6 de Enero, sin que nadie, absolutamente nadie hubiese entrado durante ese lapso. Esto se comprob, felizmente, gracias a un suceso fortuito.

    Siendo la noche anterior 5 de Enero, es decir, da de festejo de Reyes Magos, parte del personal fue a repartir regalos al Hospital de Nios y al Orfelinato San Francisco de Ass. Entre ellos estaba nuestro eximio Director, Dr. Cortez, quien a las 23 hs. ya haba regresado, luciendo an el traje de Pap Noel y dispuesto a efectuar la recorrida diaria que, desde incontables aos, realiza por todos los pabellones para recoger los informes finales. Pues bien, el propio Dr. Cortez vio por ltima vez viva a Belicena Villca a las 23,50 hs., cuando, a raz de una crisis histrica en su segunda fase, promovi un general desorden en el pabelln B: corra desesperadamente en el reducido espacio de su celda, con los ojos fijos y desorbitados, mientras gritaba Pachachutquiy, Pachachutquiy, palabras que en ese momento eran incomprensibles, si bien

  • 7

    reconocimos que se trataba del idioma quechua. Por otra parte, el ataque era sintomticamente anormal en ella.

    El Dr. Cortez orden una inmediata dosis de Valium, sumiendo a la infortunada Belicena Villca en un sopor del que slo habra de salir un instante para ver la Muerte de Cerca, tal como lo sugera la expresin de tremendo horror con que se hallaba crispado su rostro cuando fue encontrada, ya muerta, tres horas ms tarde. Y aqu surge el misterio; el primer elemento que desconcert y sorprendi a los avezados policas: luego de ser atendida la paciente, seran las 0,00 horas, todos nos retiramos de la celda siendo sta cerrada por el Dr. Cortez, quien inadvertidamente guard la llave en uno de los bolsillos de su traje de Pap Noel olvidando luego depositarla en el tablero general de llaves. A las tres de la maana al ir la enfermera de turno a recorrer la ronda habitual, not la falta de la llave, de la cual nadie supo dar parte. Dedujo de ello que habra sido llevada por el Dr. Cortez y, como los duplicados se encuentran en la oficina del mismo, no le qued otra alternativa ms que llamarle a su casa. No fue necesario hacerlo, pues la operadora del conmutador interno inform que el Dr. an permaneca en el Hospital, aunque estaba a punto de retirarse. Avisado ste de su error, decidi subir al pabelln B para entregar la llave y realizar una breve inspeccin ocular. Es decir, que durante esas tres horas, la llave, nico medio para abrir la puerta blindada de la celda, estuvo en poder del Dr. Cortez. Pero el Director del Hospital era un hombre de reconocida trayectoria social, cuyas virtudes morales han sido siempre exaltadas como ejemplo digno de emulacin, y de quien, por ltimo, nadie osara dudar, ni siquiera el experimentado polica Maidana a cargo de la investigacin del caso.

    En fin, el Dr. Cortez abri la puerta de la celda acompaado por m y la enfermera Garca exactamente a las 3,05 hs. Un olor penetrante y dulzn fue lo primero que nos llam la atencin. Era una fragancia como a sahumerio de sndalo o incienso y resultaba tan fuera de lugar all, que nos miramos perplejos. Pero esto slo fue un instante pues lo que vino despus concentr toda nuestra atencin.

    Belicena Villca yaca en su lecho, sin duda muerta desde un tiempo atrs, con el cuello tumefacto a causa del estrangulamiento a que haba sido sometida. El arma homicida, una cuerda color marfil, estaba enlazada an en su cabeza pero suelta ya. Y los dos extremos caan suavemente sobre el pecho hacia el costado de la cama.

    Era un espectculo tan horrible que la avezada enfermera Garca lanz un grito de espanto y tambale hacia atrs, debiendo sostenerla por los hombros, a pesar de que mis piernas no se hallaban del todo firmes. Y no era para menos; la muerta tena las manos cerradas sobre las frazadas a ambos lados del cuerpo, posicin en que debieron estar en el momento de la muerte y que la rigidez cadavrica conserv, lo que indicaba que no se haba defendido de su misterioso asesino. Este debi infundirle tal terror que, an observando cmo le pasaban el lazo por el cuello, y luego, sintiendo que el mismo se cerraba y le cortaba la respiracin, slo atin a aferrarse desesperadamente a la frazada. Tal deduccin se afirmaba al contemplar el gesto de la cara: los ojos muy grandes y desorbitados; y la boca entreabierta, permitiendo ver la lengua hinchada, que pareca quebrarse en una palabra inconclusa, algo que quiz ya nunca sera pronunciado, quiz la misteriosa pachachutquiy.

  • 8

    Expondr ahora el segundo elemento absurdo e irracional que, al intervenir con el peso contundente de lo concreto, elimin cualquier esperanza de obtener una pronta y simple solucin. Me explicar mejor. El hecho incomprensible de que la puerta estuviese cerrada con llave cuando se cometa el crimen, primer elemento, poda pasarse por alto estableciendo las hiptesis lgicas, aunque improbables, de que el asesino poseyese otra llave o que existiese una conspiracin por parte de miembros del cuerpo mdico, etc. Al fin y al cabo tales hiptesis las formulaba la polica y lo que ellos pretendan era despojar al caso de todo misterio o ilusin sobrenatural. Pero la cuerda color marfil, segundo elemento, consista en un objeto demasiado tangible para pasarlo por alto.

    El segundo elemento fue la evidencia de que algo siniestro e irracional se haba instalado irresistiblemente entre nosotros. Se trataba de una cuerda de un metro de largo; construida con cabello, al parecer, humano, trenzado y teido. Pero lo inslito estaba representado por las dos medallas de oro, una en cada extremo, girando locamente en dos pequeos conos de oro. Las medallas en s constituan lo ms absurdo del conjunto: exactamente iguales en sus formas de Estrella de David, no lo eran, sin embargo, sus grabados e inscripciones. Una de ellas llevaba cincelado en relieve un trbol de cuatro hojas labrado en el hexgono central; la otra mostraba un fruto que, indudablemente, corresponda a la granada.

    Yo las encontr parecidas a ciertas joyas masnicas que vi en una exposicin del Rotary Club; pero la familiaridad termin en cuanto hice memoria y razon que el nico punto de semejanza entre stas y aqullas era la Estrella de David que, como todos saben, est formada por dos tringulos equilteros entrelazados. Es un smbolo adoptado desde hace milenios por el pueblo hebreo para identificarse, tal como puede comprobarse hoy da vindola en la bandera del Estado de Israel.

    Las partes posteriores de las medallas llevaban inscripciones. Mas, stas, lejos de aclarar algo, aumentaban nuestra confusin pues estaban redactadas en dos idiomas distintos. Una frase, grabada horizontalmente en el centro, estaba escrita en caracteres hebreos, aunque tales signos no eran los mismos en cada medalla. Rodeando a estas palabras haba otra inscripcin en letras latinas, esta vez idntica para ambas joyas. En ese momento nadie pudo aclarar a qu idioma perteneca: ada aes sidhe draoi mac hwch. Las palabras hebreas, por su parte, decan; en la granada ; y en el trbol .

    Como se comprender, esta curiosa cuerda enjoyada daba toda la sensacin de ser algo de uso ceremonial o religioso, atributo que el oficial Maidana capt de inmediato pues al examinarla no pudo evitar un gesto de repugnancia y una exclamacin:

    Puaj esto es algo judo!

    Captulo III Yo s que mucha gente poderosa de nuestro pas considera que todo

    correcto oficial de polica debe profesar imprescindiblemente la ideologa nacionalista; y s tambin que dicha indefinible ideologa se opone a los grandes internacionalismos tales como el marxismo, la masonera, el sionismo, las

  • 9

    corporaciones multinacionales, etc., y hasta a la poltica exterior de las potencias imperialistas. En la ideologa nacionalista es creencia corriente que todas esas vastas organizaciones convergen en una cpula de poder, situada en algn lugar del mundo, verdadero Gobierno Secreto al que llaman Sinarqua Internacional.

    La Sinarqua habra desarrollado una Estrategia cuya ejecucin ha de conducir a la formacin de un Gobierno Mundial que regira sobre todas las Naciones de la Tierra. Las diferencias y contradicciones que se advierten entre las grandes organizaciones mencionadas seran de orden tctico y puramente exteriores; en los vrtices de poder todas coincidiran y los esfuerzos generales estaran encaminados a cumplir la Estrategia sinrquica.

    En la ideologa nacionalista es dogma, desde hace un siglo, que la Sinarqua ha sido fundada por los judos con la pretensin de asegurarse el dominio del Mundo y dar as cumplimiento a profecas emanadas de la Biblia y a mandamientos del Talmud. Por eso los nacionalistas que sostienen estas ideas suelen odiar ardientemente a los judos.

    No me sorprendi, entonces, la exclamacin antijuda del Oficial Maidana; pero, entendiendo que se trataba de una impresin apresurada, trat de hacerle comprender que atribuir un origen judo a la cuerda homicida, slo porque las medallas tenan forma de Estrella de David, era cuando menos aventurado: en efecto, tal smbolo es utilizado tambin por otras religiones o sectas como la Masonera, la Teosofa, los Rosacruces, las Iglesias Cristianas, etc. Adems, le dije, estaba la granada y el trbol constituyendo una combinacin extraa; y las inscripciones indescifrables? y el cordn de cabello teido? No. No sera tan fcil calificar el conjunto.

    Aunque parezca increble, algo faltaba en la celda de Belicena Villca: el

    portafolios con todos sus escritos. La polica, al enterarse de su contenido, y considerarlo como absolutamente carente de valor, descart de inmediato una posible sustraccin y se neg terminantemente a vincularlo al mvil del crimen: antes bien, intent persuadirnos a nosotros de que el portafolios pudiese haber ido a parar al incinerador del Hospital, sea por accidente, sea por represalia de alguna enfermera fastidiada por el excesivo celo con que lo cuidaba la enferma.

    Captulo IV Yo se saba en el Hospital sobre Belicena Villca. Lleg en Diciembre del 78

    en una ambulancia del Ejrcito. Dos fornidos suboficiales la acompaaron hasta la oficina del Director y entregaron a ste, una carta del Jefe del 230 Regimiento de Caballera con asiento en Salta, Coronel Mario Prez, junto con un sobre conteniendo documentacin y una ficha mdica. En la carta, nos inform luego el Dr. Cortez, el Coronel le solicitaba que ingresara como paciente del Hospital a Belicena Villca quien padeca una enfermedad mental debidamente comprobada por los mdicos militares que firmaban los estudios adjuntos. La mujer, oriunda de la Provincia de Tucumn, tena un nico hijo desaparecido durante la Gran Represin de 1977. Ignorando el paradero de ste, y, aparentemente abrigando la certeza de que las autoridades le negaban informacin, comenz a moverse

  • 10

    resueltamente por varias Provincias del Norte argentino e incluso sali del pas, viajando por el interior de Bolivia y del Per. Esa conducta result sospechosa para los Servicios de Inteligencia, quienes la sometieron a intensa vigilancia y finalmente la detuvieron.

    Fue durante los duros interrogatorios que se consider la posibilidad de que Belicena Villca estuviera mentalmente desequilibrada, por lo que, luego de las consultas a mdicos militares, se haba dispuesto su traslado al Hospital Neuropsiquitrico Dr. Javier Patrn Isla. En cuanto al hijo, el Ejrcito nada saba de su paradero ni si militaba en alguna organizacin subversiva; su desaparicin justamente alert a las autoridades pues se pens que haba pasado a la clandestinidad. Esta idea se afirm al conocerse la sorprendente actividad de la madre, asunto que motiv finalmente su detencin. La informacin precedente la suministraba el Coronel para que no se diera crdito a las historias o a los reclamos que pudiera hacer la enferma.

    Segn el Dr. Cortez el tono de la carta no admita rplica; era casi una orden internar a Belicena Villca. En su criterio se debian considerar dos posibilidades: o la mujer enloqueci durante el interrogatorio, o la historia que planteaba el Ejrcito era real. Lo que deba descartarse de plano era una tercera variante: que supiera algo sobre la subversin... En ese caso habra sido ejecutada. Corran tiempos difciles en ese entonces; la Argentina ocupada militarmente en 1976, vena soportando una represin tremenda que comenz con el exterminio de los famosos guerrilleros nihilistas, tal la calificacin oficial, y concluy con un bao de sangre digno de Calgula, donde cayeron, amn de los mseros guerrilleros, gente de toda laya. Los muertos y desaparecidos se contaban por millares y, en atmsfera tan peligrosa, no era bueno para la salud discutir las directivas militares.

    Ya vendrn tiempos mejores nos deca el Dr. Cortez recuerden que los militares se rigen por las leyes de la Estrategia. Y con su habitual erudicin, nos citaba a Maquiavelo, genio de la Estrategia, que en su obra El Prncipe dice: ... al apoderarse de un Estado todo usurpador debe reflexionar sobre los crmenes que le es preciso cometer, y ejecutarlos todos a la vez, para que no tenga que renovarlos da a da y, al no verse en esa necesidad, pueda conquistar a los hombres a fuerza de beneficios. Porque las ofensas deben inferirse de una sola vez para que, durando menos, hieran menos; mientras que los beneficios deben proporcionarse poco a poco, a fin de que se saboreen mejor.

    Esta era, para el Dr. Cortez, la filosofa del Gobierno. Recuerdo como si fuera hoy cuando acompa a Belicena Villca al

    pabelln B, impresionado por su trato culto y su sencilla prestancia. Sin ser realmente alta lo pareca debido a su cuerpo menudo pero erguido; el cabello negro y lacio, de suaves filamentos, le caa hasta la cintura. Los ojos, ligeramente rasgados, eran verdes y la nariz, algo prominente daba un efecto de firmeza al rostro, enmarcado en un valo casi perfecto. Su boca, proporcionada, era de labios carnosos; las cejas: pobladas y rectas sobre los ojos. Todo en ella emanaba un aire vital que para nada delataba una edad de 47 aos y, a pesar de que los rigores pasados dejaron su huella demacrante, se adivinaba que en su juventud haba sido una mujer de extraordinaria belleza.

    Los estudios realizados en el Hospital, confirmaron que Belicena padeca algn tipo de esquizofrenia, por lo que el Dr. Cortez, no tan sensible a consideraciones estticas, decidi mantener el diagnstico de los mdicos

  • 11

    militares demencia senil irreversible aunque tal valoracin fuese totalmente injusta.

    Mientras caminaba por los pasillos rumbo al pabelln B recib la primera de las incontables sorpresas que me dara el trato con Belicena Villca y su extraa historia. Leyendo el letrero de material plstico con mi nombre, abrochado en el bolsillo de la chaquetilla, dijo:

    Dr. Arturo Siegnagel. Tiene Ud. un nombre mgico: oso de la garra victoriosa. Lo saba?

    Supongo que s respond, mientras traduca mentalmente: Arturo, del griego arctos, significa oso; Sieg quiere decir victoria en alemn; y nagel, garra en el mismo idioma. Lo que me sorprende agregu es que lo sepa Ud. Entiende griego y alemn?

    Oh, no es necesario Dr. Yo veo con la Sangre. S lo que siempre supe me dijo con una sonrisa candorosa.

    S que est enferma!, pens neciamente, creyendo que aluda a la teora de la reencarnacin como hacen los espiritistas, clientes permanentes de nuestros pabellones. En ese entonces no poda imaginar ni remotamente que algn da hara esfuerzos inusitados por recordar cada una de sus palabras para analizarlas con gran respeto.

    Captulo V No debe sorprender que la polica archivara el caso a poco de haber

    comenzado la investigacin pues, tras cada paso que daba en pos de esclarecerlo, todo se tornaba ms confuso, siendo injustificable el depositar tanto esfuerzo en un crimen que, pareca, a nadie interesaba resolver. En primer lugar, porque Belicena Villca no tena familiares conocidos que reclamasen justicia; pero, principalmente, por el misterio que rodeaba al asunto: cmo entr el asesino en la celda hermticamente cerrada?; por qu utiliz una valiosa cuerda enjoyada para matar a una alienada indefensa?; y, lo ms incomprensible: cul poda ser el mvil del crimen, el motivo que hiciese inteligible lo ocurrido?

    No haba respuesta para estos y otros interrogantes que surgan y, al pasar el tiempo sin que se avanzara un palmo, el caso fue prudentemente cerrado por la Polica.

    A los dos meses nadie hablaba del crimen en el Hospital Neuropsiquitrico y eran pocos los que algunos meses ms tarde recordaban a la malograda Belicena Villca.

    La rutina diaria, el trabajo fatigoso, los problemas cotidianos e inevitables, todo contribuye a que el hombre mundano, sumergido en el devenir de su Destino, se torne impermeable al dolor ajeno o a aquellos fenmenos que no afectan permanentemente su realidad concreta.

    Yo no soy la excepcin a la regla y, en cuanto toca a lo aqu narrado, seguramente habra olvidado el horrible crimen acosado por las obligaciones de mi residencia mdica, la atencin del consultorio, o las clases de Antropologa americana que sigo como curso terciario de post-grado.

  • 12

    Digo habra olvidado porque la historia de Belicena Villca invadi de pronto mi propio mundo trastornndolo todo; conducindome hasta el borde del abismo demencial en que ella sucumbiera.

    Como dije, la Polica se desinteres bien pronto del crimen; luego de las declaraciones de rigor prestadas en los das subsiguientes, ya no nos molestaron ms y la vida retorn a su ritmo habitual. Al cadver de Belicena Villca se le practic una autopsia, que slo sirvi para confirmar lo ya supuesto por nosotros: la muerte fue ocasionada por estrangulamiento con la cuerda blanca. Como no tena parientes conocidos, se envi un telegrama a su nico visitante, un indio chahuanco radicado al parecer en la Provincia de Tucumn; pero al transcurrir un cierto tiempo sin que ste acudiera, se procedi a inhumar los restos en una necrpolis local.

    En esos das, mediados de Enero, pleno verano norteo, mi nica preocupacin consista en planear las vacaciones anuales que comenzaban el da 20 y se extendan hasta fines de Febrero. Sin duda tendra tiempo de hacer algunas excursiones y preparar las materias que rendira en Marzo.

    Justamente, en una visita que hice a la Facultad de Antropologa de Salta para inscribirme en un examen final, me cruc con el Profesor Pablo Ramirez, Doctor en Filologa de prestigio y al cual conoca por haber asistido a uno de sus cursos de lenguas amerindias. Al verlo se me ocurri, sbitamente, hacerle una consulta:

    Buenos Das Dr. Ramirez. Si no le incomoda perder slo un momento quisiera preguntarle algo...

    Buenos Das Dr. Arturo Siegnagel respondi mientras inclinaba cortsmente la calva cabeza, Ud. dir.

    Ver Dr. Ramirez, hace unos das falleci una paciente en el Hospital Neuropsiquitrico donde soy Mdico y, antes de morir, pronunci una palabra quechua, algo as como pachachutquiy; yo traduzco pacha = Mundo, chutquiy = desmembrar: o sea desmembrar el Mundo. Como esto no tiene sentido, deseara que Ud. me diga si hay alguna otra acepcin para esa palabra. Trataba de no dar informacin sobre la extraa muerte. El Profesor Ramirez escuch mi traduccin con visible desagrado.

    De qu parte era oriunda su paciente? De la Provincia de Tucumn; parece que siempre habit en los valles

    calchaques, an cuando ltimamente haba viajado al Norte, incluso a Per y Bolivia. Pero de tales viajes s muy poco pues jams acept comentarlos.

    Bien dijo el Dr. Ramirez con impaciencia. Como Ud. sabe, el quechua tiene muchos dialectos; pero, de acuerdo a la filiacin que me ha dado, le sugiero considerar lo siguiente: si bien pacha es el Mundo, o la Tierra, como en pachamama = Madre Tierra, en el quechua santiagueo pacha tambin quiere decir Tiempo. En este dialecto, chutquiy es el verbo transitivo dislocar, por lo que su palabra significara dislocar el Tiempo; o dislocacin del Tiempo, en un sentido ms actual.

    Debo confesar que una sensacin de alarma me invadi mientras escuchaba al viejo Profesor, pues algo interior, un secreto instinto, me deca a gritos que si haba alguna explicacin para el asesinato de Belicena Villca, sta se encontraba ms all de la comprensin normal, en un mbito en que seguramente regan leyes ignoradas por el hombre. Qu era esta dislocacin del Tiempo sino un concepto oscuro, inaprensible, que se resiste a la razn pero

  • 13

    que guarda un nexo evidente con el asesinato? Cmo se entiende, si no es aceptando la intervencin de lo desconocido, el hecho de que alguien o algo pueda ingresar en una celda cerrada con llave, perpetrar un asesinato, e irse tranquilamente, dejando tras de s la cuerda mortal, o sea, la prueba de la presencia inexplicable? S, haba en todo esto como una calculada negligencia, como si el asesino quisiese dar una mnima muestra de su inmenso y terrible poder en un alarde de demencial orgullo.

    Visiblemente perturbado, me desped del Profesor Ramirez y regres sobre mis pasos, mientras una certeza se afirmaba cada vez ms en mi cerebro: Belicena Villca saba que un peligro mortal la acechaba cuando gritaba pachachutquiy, pachachutquiy.

    Captulo VI

    Escudos de Provincias Argentinas.

    Salta Jujuy Catamarca

    Tucumn La Rioja San Juan El asunto me intrigaba y, aunque dudaba que se hubiese avanzado algo,

    decid conseguir toda la informacin posible sobre el crimen. Cuando discutimos con el Oficial Maidana sobre la probable filiacin de la cuerda enjoyada, qued con est en acercarle alguna publicacin masnica para que comprobara la similitud, slo exterior, de las medallas, con unas joyas destinadas a rituales de distintos grados de dicha organizacin. En su momento no pensaba cumplir dicha promesa, que hice en un desesperado intento por convencer a los policas del carcter ritual del asesinato, al ver que estos evadan el bulto y buscaban una solucin racional que, a mi juicio, no exista.

    Ahora pensaba valerme de ella como excusa, para obtener informacin. Busqu los tres enormes tomos del Diccionario de la Francmasonera en la Biblioteca de la Universidad y me dirij a la Jefatura de Polica. En Salta sta ocupa un antiguo edificio colonial pegado al Cabildo, frente a la plaza principal,

  • 14

    florida y provinciana. Estacion el automvil junto a un parqumetro, a varias cuadras de mi destino y camin por la calle Belgrano rumbo al centro.

    Al llegar a la Iglesia del Sagrado Corazn, con su edificio de ms de 300 aos, iba pensando en la juventud de la Amrica Blanca ante la milenaria Europa; a pesar de que aqu no se construy nada ms atrs de 400 aos, nos estremece lo secular, que sentimos antiguo y remoto.

    Me faltaba transitar la cuadra de la recova con sus arcos centenarios, bajo los cuales se puede tomar un caf y leer el diario o simplemente contemplar los altos cerros lejanos que rodean el Valle de Lerma.

    Atraves varios pasillos de aspecto sombro, hasta encontrar una puerta coronada por un cartel enlozado cuyas cachaduras apenas permitan leer Oficina General de Investigaciones; ms abajo otro cartel, de plstico, anunciaba Subcomisara Maidana Llame antes de entrar.

    Las cosas salieron mejor de lo que Yo esperaba. Mientras el Oficial Maidana, con salvaje alegra, examinaba los Diccionarios, en mis manos se deslizaban febrilmente las pocas fojas del expediente caratulado: Belicena Villca, Homicidio intencional.

    As, acompaado por los insultos que el polica nacionalista lanzaba cuando algo de lo que lea causaba su furia, pude averiguar lo que deseaba.

    Se haban practicado anlisis varios a la cuerda homicida, siendo sta destruda en parte durante los ensayos. Una de las medallas fue fundida y el material sometido a anlisis de Espectroscopa Molecular, citndose en fojas el informe final y remitindose al informe principal adjunto, para cualquier discusin sobre la interpretacin del mismo. La conclusin era que, de acuerdo a los minerales y metales que intervenan en la aleacin del oro, ste tendra como seguro origen un pas de Europa: Espaa. Con ms precisin se mencionaba la Zona Ro Tinto, en la provincia de Huelva.

    Caballero Kadosch!: qu carajo quiere decir esto Dr.? interrumpi bruscamente mi lectura el Oficial Maidana, que lea Ritual del grado 30.

    Es una palabra hebrea que significa muy Santo. El ttulo sera Caballero muy Santo dije.

    El Oficial tena los ojos inyectados en sangre. Sargento Quiroga! grit. Venga a ver lo que hacen los masones! El sargento acudi presuroso. Era un criollo fornido como un quebracho,

    pero de evidente pocas luces, quien sum su voz obsecuentemente al concierto de maldiciones que ejecutaba el Oficial.

    Segu leyendo el expediente. Un trozo de la cuerda de pelo se envi al Laboratorio de Anlisis Patolgico de la Facultad de Medicina. El informe remitido por la Universidad, indicaba que el pelo era cabello humano, posiblemente de mujer; la substancia usada en el teido era simplemente lechada de cal, a la que se agreg algn jugo vegetal cido para restar alcalinidad.

    Pero lo ms curioso era que la Universidad poda certificar la raza a la que perteneca la mujer a quien se cort el cabello fatal; la seccin ovalada de las fibras pilosas estudiadas, no dejaban lugar a dudas: Raza blanca . Las otras Razas tienen un pelo de seccin redonda, segn los especialistas.

    Esto era casi todo. Estaban las declaraciones nuestras y el Informe Forense. Tambin un informe del Ejrcito, con la misma historia ya conocida, donde veladamente se sugera no escarbar mucho.

  • 15

    Seguan papeles burocrticos sin importancia, sobre la inhumacin y otros aspectos de la investigacin; pero sobre el crimen en s, no se haba avanzado mucho.

    En resumen: a Huellas dactilares: no haba otras que las de la occisa y el personal

    del Hospital. b Otra llave: no constaba. c Peritaje en la puerta: indic que los goznes estaban intactos, igual

    que la cerradura. No hubo forzaduras con ganza, barreta, ni de ninguna especie. d Peritaje forense: muerte por estrangulamiento. e Peritaje del arma homicida: cuerda de pelo humano, teida con cal. Medallas de oro espaol de significado desconocido. Ni una palabra sobre la desaparicin del portafolios y, por lo visto no se

    haba considerado til investigar las leyendas grabadas en las joyas. ... perros judos! gritaba el Oficial, que lea el artculo Jesuita donde

    hay un cuadro titulado La Compaa de Jess vista por la Masonera en el cual se ve, entre innumerables smbolos de todo tipo, al Superior General de la Orden Jesuta sentado sobre una montaa de crneos, de donde asoma tambin la cruz de Cristo.

    Como buen Nacionalista Catlico se senta agraviado, ofendido personalmente, por la perfidia de la judeomasonera. No cre conveniente aclararle que la Compaa de Jess cre, en el siglo XIX, el Rito Masn del Real Arco, el cual fue finalmente adherido al Gran Oriente Ingls del Rito Escocs Antiguo y Aceptado, con lo que ambas organizaciones establecieron puntos de contactos permanentes. Desgraciadamente la prueba est a la vista hoy da, al considerar el marxismo aristocrtico que sustentan los pensadores jesuitas. Sera ridculo admitir la existencia de una Sinarqua Internacional y creer que la Iglesia Romana, organizacin temporal, est exenta de su control. Pero sera intil; el oficial no aceptara ese razonamiento.

    Cargu los pesados tomos y me desped del Subcomisario Maidana. Adis Oficial; si me necesita no tiene ms que llamar al Hospital. Hasta siempre Dr. Le agradezco la colaboracin que nos ha prestado.

    Captulo VII Era Viernes y podra descansar el fin de semana en la vieja casa solariega

    de Cerrillos, un pueblo bellsimo que se encuentra a 18 km. de Salta, sobre el mismo camino que conduce a Cafayate, en el corazn de los valles calchaques, y, ms all, a Santa Mara de Catamarca. All vivan mis padres, ancianos ya, y una hermana viuda con dos nios.

    La perspectiva de verlos y pasar unos das con ellos siempre me colmaba de alegra; as pues no debe impresionar a nadie que unas horas ms tarde, mientras conduca el automvil por el camino bordeado de vias, no pensase ms en el horrible crimen.

  • 16

    Sin embargo, estaba escrito que la paz sera breve: en menos de una hora mi vida se hizo trizas y un futuro de Mdico, Antroplogo, Catedrtico, es decir de profesional cabal, desapareci como probable Destino para m. En la casa de mis padres me esperaba la carta de Belicena Villca y el comienzo de la locura. Si tan slo no la hubiese ledo! Cunto dolor, muerte y duelo caus a mis seres queridos por haber ledo aquella carta y, lo ms nefasto, haber credo en lo que ella deca! Y con seguridad, nada nos habra pasado de no recibir la carta!

    Cunto me arrepentira tres meses despus por haberle dado crdito, en ese mismo lugar! El lunes siguiente comenzaban mis vacaciones, y al volver al Hospital, en Marzo, todo estara olvidado. No deb leerla: esa fue mi ltima oportunidad de continuar siendo normal, es decir, cmoda y mediocremente normal, amado por todos, respetado por todos, y, desde luego, por el Buen Creador! S, no es una blasfemia: el Buen Dios Creador deba estar orgulloso de m: no interfera para nada sus grandiosos planes, y contribua en la medida de lo posible al Bien comn qu ms se poda esperar de un humilde Mdico Psiquiatra salteo? Pero mucho me temo que ahora que lo he perdido todo, hasta he perdido el favor del Creador. Habr que leer la carta de Belicena Villca y conocer el resto de la historia para disentir o coincidir conmigo.

    Como dije, no deb haberla ledo y todo habra continuado igual. Pero est visto que en la vida de ciertas personas hay como trampas cuidadosamente montadas: basta tocar un resorte para que se desencadenen mecanismos irreversibles.

    Captulo VIII Canuto, el perro ovejero, se acerc corriendo para festejar mi llegada,

    mientras maniobraba con el coche y cerraba la tranquera. Todava me faltaba recorrer otros doscientos metros hasta la casa; hice subir a Canuto en el asiento delantero y arranqu. As era siempre; manejaba con una mano y con la otra acariciaba al viejo can durante esos doscientos metros, que le pertenecan slo a l.

    Vi acercarse la figura de mis padres, sentados bajo los centenarios lapachos del patio y sent las risas de mis amados sobrinos. Era la familia, una de las cosas ms bellas que puede concebir un soltern empedernido como Yo.

    Bongiorno a tutti brome mientras bajaba el maletn y buscaba las consabidas golosinas para los nios. Qu tal van las vias Pap?

    Mejor que nunca Arturo. Hay unas uvas que son la gloria de Baco! pero de qu nos sirve esta abundancia si este ao no tendremos vendimia? Oh Mein Gott! Este gobierno llevar a todo el mundo a la quiebra!

    Bueno Pap, calma, ya no tienes que hacerte mala sangre. Mira, te traje un regalo.

    Le alcanc el cassete de Angelito Vargas y, mientras lo colocaba en el reproductor porttil, sorb el mate que mi hermana cebaba y haca circular silenciosamente de mano en mano.

    Toma hijo, hace cinco das lleg una encomienda para ti. La retiramos para hacrtela llegar, pero como nadie iba para Salta qued aqu. Debes dar tu domicilio de la Ciudad; algn da puede llegarte algo urgente aqu y t no

  • 17

    estars..., Mam continu rindome en tanto la voz de Angelito Vargas desgranaba el tango A Pan y Agua. Pero Yo no escuchaba nada. Absorto en el remitente del paquete, donde claramente se lea Belicena Villca, mi corazn pareca haberse detenido.

    El paquete contena el portafolios y, dentro de l, un sobre con una extensa carta, tan extensa que, se dira, Belicena Villca emple todo su tiempo libre, durante meses, en escribirla. A continuacin la transcribo sin quitar ni agregar una coma. Deseo que el lector comparta en toda su dimensin el Misterio que se abra ante m al leer aquella asombrosa misiva. El sobre ostentaba una leyenda, escrita a mano con fina caligrafa:

    Dr. Arturo Siegnagel P R E S E N T E

    Rasgu el sobre y le febrilmente:

  • 19

    LIBRO SEGUNDO La Carta de Belicena Villca

    Dr. Arturo Siegnagel: Ante todo deseo agradecer cuanto hizo Ud. por m durante este largo ao

    en que he sido su paciente. S que muchas veces su bondad le ha llevado a sobrepasar los lmites de la mera responsabilidad profesional y me ha dedicado ms tiempo y cuidados de los que sin dudas mereca mi condicin de alienada: mucho se lo reconozco, Dr., mas, como comprender al leer esta carta, mi recuperacin era prcticamente imposible. De cualquier manera, la Diosa Pyrena sabr recompensar justamente sus esfuerzos.

    Seguramente, cuando esta carta llegue a sus manos, yo estar muerta: Ellos no perdonan y Nosotros no pedimos clemencia. Esta posibilidad no me preocupa, ya que la Muerte es, en nuestro caso, slo una ilusin, pero entiendo que para Ud. la ausencia ser real y por eso he decidido escribirle. Soy consciente de que no me creer por anticipado y es as que me tom el atrevimiento de enviarle la presente a su domicilio de Cerrillos. Se preguntar cmo lo hice: sobornando a una enfermera, quien obtuvo la direccin registrada en el fichero administrativo y efectu el despacho de la correspondencia. Le ruego que olvide la falta de disciplina y no indague la identidad de la enfermera pues, si muero, cosa probable, el miedo le har cerrar la boca, y, por otra parte, tenga presente que ella slo cumpla con mi ltima voluntad. Ahora ir al grano, Dr.: deseo solicitarle un favor postrero; mas, para ser justa con Ud., antes le pondr en antecedentes de ciertos hechos. Creo que me ayudar, pues una Voluntad, ms poderosa que nosotros, le ha puesto en mi camino: quizs Ud. tambin busca una respuesta sin saberlo, quizs en esta carta est esa respuesta.

    Si sto es as, o si ya se ha hecho Ud. consciente del Gran Engao, entonces lea con detenimiento lo que sigue pues all encontrar algunas claves para orientarse en el Camino de Regreso al Origen. He escrito pensando en Ud. y fui clara hasta donde pude, pero descuento que me comprender pues lleva visiblemente plasmado el Signo del Origen.

    Comenzar por informarle que soy de los ltimos descendientes de un antiguo linaje portador de un Secreto Mortal, un Secreto que fue guardado por mi familia durante siglos y que corri peligro de perderse para siempre cuando se produjo la desaparicin de mi hijo, Noyo Villca. Ahora no importa que los Golen me asesinen pues el objetivo de mi Estrategia est cumplido: consegu distraerlos tras mis pasos mientras Noyo llevaba a cabo su misin. En verdad, l no fue secuestrado sino que viaj hacia la Caverna de Parsifal, en la Provincia de Crdoba, para transportar hasta all la Espada Sabia de la Casa de Tharsis. Y yo part enseguida, en sentido contrario, con la consigna de cubrir la misin de Noyo desviando sobre m la persecucin de los Golen. La Sabidura Hiperbrea me ayud, aunque nada podra hacer al final contra el poder de sus diablicas drogas, una de las cuales me fue suministrada hbilmente en uno de los viajes

  • 20

    que hice a la Provincia de Jujuy. Despus de eso vino la captura por parte del Ejrcito y la historia que Ud. conoce. Pero todo esto lo entender con ms claridad cuando le revele, como mi legado pstumo, el Secreto familiar.

    El Secreto, en sntesis, consiste en lo siguiente: la familia mantuvo oculto, mientras transcurran catorce generaciones americanas, el Instrumento de un antiguo Misterio, tal vez del ms antiguo Misterio de la Raza Blanca. Tal Instrumento permite a los Iniciados Hiperbreos conocer el Origen extraterrestre de Espritu humano y adquirir la Sabidura suficiente como para regresar a ese Origen, abandonando definitivamente el demencial Universo de la Materia y la Energa, de las Formas Creadas.

    Cmo lleg a nuestro poder ese Instrumento? En principio le dir que fue trado a Amrica por mi antepasado Lito de Tharsis, quien desembarc en Colonia Coro en 1534 y, pocos aos despus, fund la rama tucumana de la Estirpe. Pero esto no responde a la pregunta. En verdad, para aproximarse a la respuesta directa, habra que remontarse a miles de aos atrs, hasta la poca de los Reyes de mi pueblo, de quienes Lito de Tharsis era uno de los ltimos descendientes. Aquel pueblo, que habitaba la pennsula ibrica desde tiempos inmemoriales, lo denominar, para simplificar, ibero en adelante, sin que ello signifique adherir a ninguna teora antropolgica o racial moderna: la verdad es que poco se sabe actualmente de los iberos pues todo cuanto a ellos se refera, especialmente a sus costumbres y creencias, fue sistemticamente destruido u ocultado por nuestros enemigos. Ahora bien, en la Epoca en que conviene comenzar a narrar esta historia, los iberos se hallaban divididos en dos bandos irreconciliables, que se combatan a muerte mediante un estado de guerra permanente. Los motivos de esa enemistad no eran menores: se basaban en la prctica de Cultos esencialmente contrapuestos, en la adoracin de Dioses Enemigos. Por lo menos esto era lo que vean los miembros corrientes de los pueblos combatientes. Sin embargo, las causas eran ms profundas y los miembros de la Nobleza gobernante, Reyes y jefes, las conocan con bastante claridad. Segn se susurraba en las cmaras ms reservadas de las cortes, puesto que se trataba de un secreto celosamente guardado, haba sido en los das posteriores al Hundimiento de la Atlntida cuando, procedentes del Mar Occidental, arribaron a los continentes europeo y africano grupos de sobrevivientes pertenecientes a dos Razas diferentes: unos eran blancos, semejantes a los miembros de mi pueblo, y los otros eran de tez ms morena, aunque sin ser completamente negros como los africanos. Estos grupos, no muy numerosos, posean conocimientos asombrosos, incomprensibles para los pueblos continentales, y poderes terribles, poderes que hasta entonces slo se conceban como atributos de los Dioses. As pues, poco les cost ir dominando a los pueblos que hallaban a su paso. Y digo que hallaban a su paso porque los Atlantes no se detenan jams definitivamente en ningn lugar sino que constantemente avanzaban hacia el Este. Mas tal marcha era muy lenta pues ambos grupos se hallaban abocados a muy difciles tareas, las que insuman mucho tiempo y esfuerzo, y para concretar las cuales necesitaban el apoyo de los pueblos nativos. En realidad, slo uno efectuaba la tarea ms pesada puesto que, luego de estudiar prolijamente el terreno, se dedicaba a modificarlo en ciertos lugares especiales mediante enormes construcciones megalticas: meires, dlmenes, cromlechs, pozos, montes artificiales, cuevas, etc. Aquel grupo de constructores era el de Raza blanca y haba precedido en su avance

  • 21

    al grupo moreno. Este ltimo, en cambio, pareca estar persiguiendo al grupo blanco pues su desplazamiento era an ms lento y su tarea consista en destruir o alterar mediante el tallado de ciertos signos las construcciones de aquellos.

    Como deca, estos grupos jams se detenan definitivamente en un sitio sino que, luego de concluir su tarea, continuaban movindose hacia el Este. Empero, los pueblos nativos que permanecan en los primitivos solares ya no podan retornar jams a sus antiguas costumbres: el contacto con los Atlantes los haba trasmutado culturalmente; el recuerdo de los hombres semidivinos procedentes del Mar Occidental no podra ser olvidado por milenios. Y digo esto para plantear el caso improbable de que algn pueblo continental hubiese podido permanecer indiferente tras su partida: realmente esto no poda ocurrir porque la partida de los Atlantes no fue nunca brusca sino cuidadosamente planificada, slo concretada cuando se tena la seguridad de que, justamente, los pueblos nativos se encargaran de cumplir con una misin que sera del agrado de los Dioses. Para ello haban trabajado pacientemente sobre las mentes dctiles de ciertos miembros de las castas gobernantes, convencindolos sobre la conveniencia de convertirse en sus representantes frente al pueblo. Una oferta tal sera difcilmente rechazada por quien detente una mnima vocacin de Poder pues significa que, para el pueblo, el Poder de los Dioses ha sido transferido a algunos hombres privilegiados, a algunos de sus miembros especiales: cuando el pueblo ha visto una vez el Poder, y guarda memoria de l, su ausencia posterior pasa inadvertida si all se encuentran los representantes del Poder. Y sabido es que los regentes del Poder acaban siendo los sucesores del Poder. A la partida de los Atlantes, pues, siempre quedaban sus representantes, encargados de cumplir y hacer cumplir la misin que agradaba a los Dioses.

    Y en qu consista aquella misin? Naturalmente, tratndose del compromiso contrado con dos grupos tan diferentes como el de los blancos o los morenos Atlantes no poda referirse sino a dos misiones esencialmente opuestas. No describir aqu los objetivos especficos de tales misiones pues seran absurdas e incomprensibles para Ud. Dir, en cambio, algo sobre las formas generales con que las misiones fueron impuestas a los pueblos nativos. No es difcil distinguir esas formas e, inclusive, intuir sus significados, si se observan los hechos con la ayuda del siguiente par de principios. En primer lugar, hay que advertir que los grupos de Atlantes desembarcados en los continentes luego del Hundimiento de la Atlntida no eran meros sobrevivientes de una catstrofe natural, algo as como simples nufragos, sino hombres procedentes de una guerra espantosa y total: el Hundimiento de la Atlntida es, en rigor de la verdad, slo una consecuencia, el final de una etapa en el desarrollo de un conflicto, de una Guerra Esencial que comenz mucho antes, en el Origen extraterrestre del Espritu humano, y que an no ha concluido. Aquellos hombres, entonces, actuaban regidos por las leyes de la guerra: no efectuaban ningn movimiento que contradijese los principios de la tctica, que pusiese en peligro la Estrategia de la Guerra Esencial.

    La Guerra Esencial es un enfrentamiento de Dioses, un conflicto que comenz en el Cielo y luego se extendi a la Tierra, involucrando a los hombres en su curso: en el teatro de operaciones de la Atlntida slo se libr una Batalla de la Guerra Esencial; y en el marco de las fuerzas enfrentadas, los grupos de Atlantes que he mencionado, el blanco y el moreno, haban intervenido como planificadores o estrategas de su bando respectivo. Es decir, que ellos no haban

  • 22

    sido ni los jefes ni los combatientes directos en la Batalla de la Atlntida: en la guerra moderna sus funciones seran las propias de los analistas de Estado Mayor...; salvo que aquellos analistas no disponan de las elementales computadoras electrnicas programadas con juegos de guerra, como los modernos, sino de un instrumento incomparablemente ms perfecto y temible: el cerebro humano especializado hasta el extremo de sus posibilidades. En resumen, cuando se produce el desembarco continental, una fase de la Guerra Esencial ha terminado: los jefes se han retirado a sus puestos de comando y los combatientes directos, que han sobrevivido al aniquilamiento mutuo, padecen diversa suerte: algunos intentan reagruparse y avanzar hacia una vanguardia que ya no existe, otros creen haber sido abandonados en el frente de batalla, otros huyen en desorden, otros acaban por extraviarse o terminan olvidando la Guerra Esencial. En resumen, y empleando ahora el lenguaje con que los Atlantes blancos hablaban a los pueblos continentales, los Dioses haban dejado de manifestarse a los hombres porque los hombres haban fallado una vez ms: no resolvieron aqu el conflicto, planteado a escala humana, dejando que el problema regresase al Cielo y enfrentase nuevamente a los Dioses. Pero los Dioses se haban enfrentado por razn del hombre, porque unos Dioses queran que el Espritu del hombre regresase a su Origen, ms all de las estrellas, mientras que otros pretendan mantenerlo prisionero en el mundo de la materia.

    Los Atlantes blancos estaban con los Dioses que queran liberar al hombre del Gran Engao de la Materia y afirmaban que se haba luchado reciamente por alcanzar ese objetivo. Pero el hombre fue dbil y defraud a sus Dioses Liberadores: permiti que la Estrategia enemiga ablandase su voluntad y le mantuviese sujeto a la Materia, impidiendo as que la Estrategia de los Dioses Liberadores consiguiese arrancarlo de la Tierra.

    Entonces la Batalla de la Atlntida concluy y los Dioses se retiraron a sus moradas, dejando al hombre prisionero de la Tierra pues no fue capaz de comprender su miserable situacin ni dispuso de fuerzas para vencer en la lucha por la libertad espiritual. Pero Ellos no abandonaron al hombre; simplemente, la Guerra ya no se libraba en la Tierra: un da, si el hombre voluntariamente reclamaba su lugar en el Cielo, los Dioses Liberadores retornaran con todo su Poder y una nueva oportunidad de plantear la Batalla sera aprovechada; sera esta vez la Batalla Final, la ltima oportunidad antes de que los Dioses regresasen definitivamente al Origen, ms all de las estrellas; entretanto, los combatientes directos por la libertad del Espritu que se reorientasen en el teatro de la Guerra, los que recordasen la Batalla de la Atlntida, los que despertasen del Gran Engao, o los buscadores del Origen, deberan librar en la Tierra un dursimo combate personal contra las Fuerzas Demonacas de la Materia, es decir, contra fuerzas enemigas abrumadoramente superiores... y vencerlas con voluntad heroica: slo as seran admitidos en el Cuartel General de los Dioses.

    En sntesis, segn los Atlantes blancos, una fase de la Guerra Esencial haba finalizado, los Dioses se retiraron a sus moradas y los combatientes estaban dispersos; pero los Dioses volveran: lo probaban las presencias atlantes all, construyendo y preparando la Tierra para la Batalla Final. En la Atlntida, los Atlantes morenos fueron Sacerdotes que propiciaban un culto a los Dioses Traidores al Espritu del hombre; los Atlantes blancos, por el contrario, pertenecan a una casta de Constructores Guerreros, o Guerreros Sabios, que

  • 23

    combatan en el bando de los Dioses Liberadores del Espritu del hombre, junto a las castas Noble y Guerrera de los hombres rojos y amarillos, quienes nutrieron las filas de los combatientes directos. Por eso los Atlantes morenos intentaban destruir sus obras: porque adoraban a las Potencias de la Materia y obedecan el designio con que los Dioses Traidores encadenaron el Espritu a la naturaleza animal del hombre.

    Los Atlantes blancos provenan de la Raza que la moderna Antropologa denomina de cromagnn. Unos treinta mil aos antes, los Dioses Liberadores, que por entonces gobernaban la Atlntida, haban encomendado a esta Raza una misin de principio, un encargo cuyo cumplimiento demostrara su valor y les abrira las puertas de la Sabidura: deban expandirse por todo el mundo y exterminar al animal hombre, al homnido primitivo de la Tierra que slo posea cuerpo y Alma, pero careca de Espritu eterno, es decir, a la Raza que la Antropologa ha bautizado como de neanderthal, hoy extinguida. Los hombres de Cromagnn cumplieron con tal eficiencia esa tarea, que fueron recompensados por los Dioses Liberadores con la autorizacin para reagruparse y habitar en la Atlntida. All adquirieron posteriormente el Magisterio de la Piedra y fueron conocidos como Guardianes de la Sabidura Ltica y Hombres de Piedra. As, cuando digo que pertenecan a una casta de Constructores Guerreros, ha de entenderse Constructores en Piedra, Guerreros Sabios en la Sabidura Ltica. Y esta aclaracin es importante porque en su Ciencia slo se trabajaba con piedra, vale decir, tanto las herramientas, como los materiales de su Ciencia, consistan en piedra pura, con exclusin explcita de los metales. Los metales, explicaran luego a los iberos, representaban a las Potencias de la Materia y deban ser cuidadosamente evitados o manipulados con mucha cautela. Al transmitir la idea de que la esencia del metal era demonaca, los Atlantes blancos buscaban evidentemente infundir un tab en los pueblos aliados; tab que, por lo menos en caso del hierro, se mantuvo durante varios miles de aos. Inversamente los Atlantes morenos, sin dudas por su particular relacin con las Potencias de la Materia, estimulaban a los pueblos que les eran adictos a practicar la metalurgia y la orfebrera, sin restricciones hacia ningn metal.

    Y ste es el segundo principio que hay que tener presente, Dr. Arturo Siegnagel: los Atlantes blancos encomendaron a los iberos que los haban apoyado en las construcciones megalticas una misin que puede resumirse en la siguiente forma: proteger las construcciones megalticas y luchar a muerte contra los aliados de los Atlantes morenos. Estos ltimos, por su parte, propusieron a los iberos que los secundaban una misin que podra formularse as: destruir las construcciones megalticas; si ello no fuese posible, modificar las formas de las piedras hasta neutralizar las funciones de los conjuntos; si ello no fuese posible, grabar en las piedras los signos arquetpicos de la materia correspondientes con la funcin a neutralizar; si ello no fuese posible, distorsionar al menos el significado blico de la construccin convirtindola en monumento funerario; etc.; y: combatir a muerte a los aliados de los Atlantes blancos.

    Como dije antes, luego de imponer estas misiones los Atlantes continuaban su lento avance hacia el Este; los blancos siempre seguidos a prudente distancia por los morenos. Es por eso que los morenos tardaron miles de aos en alcanzar Egipto, donde se asentaron e impulsaron una civilizacin

  • 24

    que dur otros tantos miles de aos y en la cual oficiaron nuevamente como Sacerdotes de las Potencias de la Materia. Los Atlantes blancos, en tanto, siguieron siempre hacia el Este, atravesando Europa y Asia por una ancha franja que limitaba en el Norte con las regiones rticas, y desapareciendo misteriosamente al fin de la pre-Historia: sin embargo, tras de su paso, belicosos pueblos blancos se levantaron sin cesar, aportando lo mejor de sus tradiciones guerreras y espirituales a la Historia de Occidente.

    Mas a dnde se dirigan los Atlantes blancos? A la ciudad de K'Taagar o Agartha, un sitio que, conforme a las revelaciones hechas a mi pueblo, era el refugio de algunos de los Dioses Liberadores, los que an permanecan en la Tierra aguardando la llegada de los ltimos combatientes. Aquella ignota ciudad haba sido construida en la Tierra haca millones de aos, en los das en que los Dioses Liberadores vinieron de Venus y se asentaron sobre un continente al que nombraron Hiperbrea en recuerdo de la Patria del Espritu. En verdad, los Dioses Liberadores afirmaban provenir de Hiperbrea, un Mundo Increado, es decir, no creado por el Dios Creador, existente ms all del Origen: al Origen lo denominaban Thule y, segn Ellos, Hiperbrea significaba Patria del Espritu. Haba, as, una Hiperbrea original y una Hiperbrea terrestre; y un centro isotrpico Thule, asiento del Gral, que reflejaba al Origen y que era tan inubicable como ste. Toda la Sabidura espiritual de la Atlntida era una herencia de Hiperbrea y por eso los Atlantes blancos se llamaban a s mismos Iniciados Hiperbreos. La mtica ciudad de Catigara o Katigara, que figura en todos los mapas anteriores al descubrimiento de Amrica situada cerca de China, no es otra que K'Taagar, la morada de los Dioses Liberadores, en la que slo se permite entrar a los Iniciados Hiperbreos o Guerreros Sabios, vale decir, a los Iniciados en el Misterio de la Sangre Pura.

    Finalmente, los Atlantes partieron de la pennsula ibrica. Cmo se aseguraron que las misiones impuestas a los pueblos nativos seran cumplidas en su ausencia? Mediante la celebracin de un pacto con aquellos miembros del pueblo que iban a representar el Poder de los Dioses, un pacto que de no ser cumplido arriesgaba algo ms que la muerte de la vida: los colaboradores de los Atlantes morenos ponan en juego la inmortalidad del Alma, en tanto que los seguidores de los Atlantes blancos respondan con la eternidad del Espritu. Pero ambas misiones, tal como dije, eran esencialmente diferentes, y los acuerdos en que se fundaban, naturalmente, tambin lo eran: el de los Atlantes blancos fue un Pacto de Sangre, mientras que el de los Atlantes morenos consisti en un Pacto Cultural.

    Evidentemente, Dr. Siegnagel, esta carta ser extensa y tendr que escribirla en varios das. Maana continuar en el punto suspendido del relato, y har un breve parntesis para examinar los dos Pactos: es necesario, pues de all surgirn las claves que le permitirn interpretar mi propia historia.

    Segundo Da Comenzar por el Pacto de Sangre. El mismo significa que los Atlantes

    blancos mezclaron su sangre con los representantes de los pueblos nativos, que tambin eran de Raza blanca, generando las primeras dinastas de Reyes

  • 25

    Guerreros de Origen Divino: lo eran, afirmaran luego, porque descendan de los Atlantes blancos, quienes a su vez sostenan ser Hijos de los Dioses. Pero los Reyes Guerreros deban preservar esa herencia Divina apoyndose en una Aristocracia de la Sangre y el Espritu, protegiendo su pureza racial: es lo que haran fielmente durante milenios... hasta que la Estrategia enemiga operando a travs de las Culturas extranjeras consigui cegarlos o enloquecerlos y los llev a quebrar el Pacto de Sangre. Y aquella falta al compromiso con los Hijos de los Dioses fue, como Ud. ver enseguida Dr., causa de grandes males.

    Desde luego, el Pacto de Sangre inclua algo ms que la herencia gentica. En primer lugar estaba la promesa de la Sabidura: los Atlantes blancos haban asegurado a sus descendientes, y futuros representantes, que la lealtad a la misin sera recompensada por los Dioses Liberadores con la Ms Alta Sabidura, aquella que permita al Espritu regresar al Origen, ms all de las estrellas. Vale decir, que los Reyes Guerreros, y los miembros de la Aristocracia de la Sangre, se convertiran tambin en Guerreros Sabios, en Hombres de Piedra, como los Atlantes blancos, con slo cumplir la misin y respetar el Pacto de Sangre; por el contrario, el olvido de la misin o la traicin al Pacto de Sangre traeran graves consecuencias: no se trataba de un castigo de los Dioses ni de nada semejante, sino de perder la Eternidad, es decir, de una cada espiritual irreversible, ms terrible an que la que haba encadenado el Espritu a la Materia. Los Dioses Liberadores, segn la particular descripcin que los Atlantes blancos hacan a los pueblos nativos, no perdonaban ni castigaban por sus actos; ni siquiera juzgaban pues estaban ms all de toda Ley; sus miradas slo reparaban en el Espritu del hombre, o en lo que haba en l de espiritual, en su voluntad de abandonar la materia; quienes amaban la Creacin, quienes deseaban permanecer sujetos al dolor y al sufrimiento de la vida animal, aquellos que, por sostener estas ilusiones u otras similares, olvidaban la misin o traicionaban el Pacto de Sangre, no afrontaran no! ningn castigo: slo era segura la prdida de la eternidad... a menos que se considerase un castigo la implacable indiferencia que los Dioses Liberadores exhiben hacia todos los Traidores.

    Con respecto a la Sabidura, los pueblos nativos reciban en todos los casos una prueba directa de que podan adquirir un conocimiento superior, una evidencia concreta que hablaba ms que las incomprensibles artes empleadas en las construcciones megalticas: y esta prueba innegable, que situaba a los pueblos nativos por encima de cualquier otro que no hubiese hecho tratos con los Atlantes, consista en la comprensin de la Agricultura y de la forma de domesticar y gobernar a las poblaciones animales tiles al hombre. En efecto, a la partida de los Atlantes blancos, los pueblos nativos contaban para sostenerse en su sitio, y cumplir la misin, con la poderosa ayuda de la Agricultura y de la Ganadera, sin importar qu hubiesen sido antes: recolectores, cazadores o simples guerreros saqueadores. El cercado mgico de los campos, y el trazado de las ciudades amuralladas, deba realizarse en la tierra por medio de un arado de piedra que los Atlantes blancos legaban a los pueblos nativos para tal efecto: se trataba de un instrumento ltico diseado y construdo por Ellos, del que no tenan que desprenderse nunca y al que slo emplearan para fundar los sectores agrcolas y urbanos en la tierra ocupada. Naturalmente, sta era una prueba de la Sabidura pero no la Sabidura en s. Y qu de la Sabidura?, cundo se obtendra el conocimiento que permita al Espritu viajar ms all de las estrellas?

  • 26

    Individualmente dependa de la voluntad puesta en regresar al Origen y de la orientacin con que esa voluntad se dirigiese hacia el Origen: cada uno podra irse en cualquier momento y desde cualquier lugar si adquira la Sabidura procedente de la voluntad de regresar y de la orientacin hacia el Origen; el combate contra las Potencias de la Materia tendra que ser resuelto, en este caso, personalmente: ello constituira una hazaa del Espritu y sera tenido en alta estima por los Dioses Liberadores. Colectivamente, en cambio, la Sabidura de la Liberacin del Espritu, la que hara posible la partida de todos los Guerreros Sabios hacia K'Taagar y, desde all, hacia el Origen, slo se obtendra cuando el teatro de operaciones de la Guerra Esencial se trasladase nuevamente a la Tierra: entonces los Dioses Liberadores volveran a manifestarse a los hombres para conducir a las Fuerzas del Espritu en la Batalla Final contra las Potencias de la Materia. Hasta entonces, los Guerreros Sabios deberan cumplir eficazmente con la misin y prepararse para la Batalla Final: y en ese entonces, cuando fuesen convocados por los Dioses para ocupar su puesto en la Batalla, les tocara a los Guerreros Sabios en conjunto demostrar la Sabidura del Espritu. Tal como afirmaban los Atlantes blancos, ello sera inevitable si los pueblos nativos cumplan su misin y respetaban el Pacto de Sangre pues, entonces, la Mxima Sabidura coincidira con la Ms Fuerte Voluntad de regresar al Origen, con la Mayor Orientacin hacia el Origen, con el Ms Alto Valor resuelto a combatir contra las Potencias de la Materia, y con la Mxima Hostilidad Espiritual hacia lo no espiritual.

    Colectivamente, pues, la mxima Sabidura se revelara al final, durante la Batalla Final, en un momento que todos los Guerreros Sabios reconoceran simultneamente Cmo? la oportunidad sera reconocida directamente con la Sangre Pura, en una percepcin interior, o mediante la Piedra de Venus.

    A los Reyes Guerreros de cada pueblo aliado, es decir, a sus descendientes, los Atlantes blancos legaban tambin una Piedra de Venus, gema semejante a una esmeralda del tamao del puo de un nio. Aquella piedra, que haba sido trada a la Tierra por los Dioses Liberadores, no estaba facetada en modo alguno sino finamente pulida, mostrando sobre un sector de la superficie una ligera concavidad en cuyo centro se observaba el Signo del Origen. De acuerdo con lo que los Atlantes blancos revelaron a los Reyes Guerreros, antes de la cada del Espritu extraterrestre en la Materia, exista en la Tierra un animal-hombre extremadamente primitivo, hijo del Dios Creador de todas las formas materiales: tal animal hombre posea esencia anmica, es decir, un Alma capaz de alcanzar la inmortalidad, pero careca del Espritu eterno que caracterizaba a los Dioses Liberadores o al propio Dios Creador. Sin embargo, el animal hombre estaba destinado a obtener evolutivamente un alto grado de conocimiento sobre la Obra del Creador, conocimiento que se resuma en el Signo de la Serpiente; con otras palabras, la serpiente representaba el ms alto conocimiento para el animal hombre. Luego de protagonizar el Misterio de la Cada, el Espritu vino a quedar incorporado al animal hombre, prisionero de la Materia, y surgi la necesidad de su liberacin. Los Dioses Liberadores, que en esto se mostraron tan terribles como el maldito Dios Creador Cautivador de los Espritus, slo atendan, como se dijo, a quienes disponan de voluntad de regresar al Origen y exhiban orientacin hacia el Origen; a esos Espritus valientes, los Dioses decan: has perdido el Origen y eres prisionero de la

  • 27

    serpiente: con el Signo del Origen, comprende a la serpiente, y sers nuevamente libre en el Origen!.

    As, pues, la Sabidura consista en comprender a la serpiente, con el Signo del Origen. De aqu la importancia del legado que los Atlantes blancos concedan por el Pacto de Sangre: la Sangre Pura, sangre de los Dioses, y la Piedra de Venus, en cuya concavidad se observaba el Signo del Origen. Esa herencia, sin duda alguna, poda salvar al Espritu si con el Signo del Origen se comprenda a la serpiente, tal como ordenaban los Dioses. Pero concretar la Sabidura de la Liberacin del Espritu no sera tarea fcil pues en la Piedra de Venus no estaba plasmado de ningn modo el Signo del Origen: sobre ella, en su concavidad, slo se lo poda observar. Y lo vea all solamente quien respetaba el Pacto de Sangre pues, en verdad, lo que exista como herencia Divina de los Dioses era un Smbolo del Origen en la Sangre Pura: el Signo del Origen, observado en la Piedra de Venus, era slo el reflejo del Smbolo del Origen presente en la Sangre Pura de los Reyes Guerreros, de los Guerreros Sabios, de lo Hijos de los Dioses, de los Hombres Semidivinos que, junto a un cuerpo animal y a un Alma material, posean un Espritu Eterno. Si se traicionaba el Pacto de Sangre, si la sangre se tornaba impura, entonces el Smbolo del Origen se debilitara y ya no podra ser visto el Signo del Origen sobre la Piedra de Venus: se perdera as la posibilidad de comprender a la serpiente, la mxima Sabidura, y con ello la oportunidad, la ltima oportunidad, de incorporarse a la Guerra Esencial. Por el contrario, si se respetaba el Pacto de Sangre, si se conservaba la Sangre Pura, entonces la Piedra de Venus podra ser denominada con justeza espejo de la Sangre Pura y quienes observasen sobre ella el Signo del Origen seran Iniciados en el Misterio de la Sangre Pura, verdaderos Guerreros Sabios.

    Los Atlantes blancos afirmaban que su avance continental estaba guiado

    directamente por un Gran Jefe Blanco al que llamaban Navutn. Ese Jefe al que slo ellos vean, y por el que expresaban un profundo respeto y veneracin, tena fama de haber sido quien revel a los mismos Atlantes blancos el Signo del Origen. Naturalmente, el Signo del Origen sera incomunicable puesto que slo puede ser visto por quien posee previamente, en su sangre, el Smbolo del Origen. La Piedra de Venus, el Espejo de la Sangre Pura, permita justamente obtener afuera un reflejo del Smbolo del Origen: pero aquel reflejo, el Signo del Origen, no poda ser comunicado ni por Iniciacin ni por ninguna otra funcin social si el receptor careca de la herencia del Smbolo del Origen. Inclusive entre los Atlantes blancos hubo un tiempo en el que slo unos pocos, individualmente, lograban conocer el Smbolo del Origen. La dificultad estribaba en la imposibilidad de establecer una correspondencia entre lo Increado y lo Creado: era como si la materia fuese impotente para reflejar lo Increado. De hecho, las Piedras de Venus haban sido modificadas estructuralmente por los Dioses Liberadores para que cumpliesen su funcin. Con el propsito de resolver este problema y de dotar a su Raza de la Ms Alta Sabidura, mayor an que la Sabidura Ltica conocida por ellos, Navutn haba descendido al Infierno. Por lo menos eso era lo que contaban los Atlantes blancos. Aqu, luch contra las Potencias de la Materia pero no consigui obligarlas a reflejar el Smbolo del Origen para que fuese visto por todos los miembros de su Raza. Al parecer fue

  • 28

    Frya, su Divina Esposa, quien resolvi el problema: pudo expresar el Signo del Origen mediante la danza.

    Todos los movimientos de la danza proceden del movimiento de las aves, de sus Arquetipos. El descubrimiento de Frya permiti a Navutn comprender al Signo del Origen con la Lengua de los Pjaros y expresarlo del mismo modo. Mas no era sta una lengua compuesta por sonidos sino por movimientos significativos que realizaban ciertas aves en conjunto, especialmente las aves zancudas, como la garza o la grulla, y las aves gallinceas como la perdiz, el pavo o el faisn: segn Navutn, para comprender al Signo del Origen se requeran exactamente trece ms tres Vrunas, es decir, un alfabeto de diecisis signos denominados Vrunas o Varunas.

    Gracias a Navutn y Frya, los Atlantes blancos eran Arspices (de ave spicere), vale decir, estaban dotados para comprender el Signo del Origen observando el vuelo de las aves: la Lengua de los Pjaros representaba, para ellos, una victoria racial del Espritu contra las Potencias de la Materia.

    As se sintetizara la Sabidura de Navutn: quien comprendiese el alfabeto de diecisis Vrunas comprendera la Lengua de los Pjaros. Quien comprendiese la Lengua de los Pjaros comprendera el Signo del Origen. Quien comprendiese el Signo del Origen comprendera a la serpiente. Y quien comprendiese a la serpiente, con el Signo del Origen, podra ser libre en el Origen.

    Es claro que los Atlantes blancos no confiaban en la perdurabilidad de la Lengua de los Pjaros, la que, a pesar de todo, transmitan a sus descendientes del Pacto de Sangre. Prevean que, de triunfar el Pacto Cultural de los Atlantes morenos, la lengua sagrada pronto sera olvidada por lo hombres; en ese caso, la nica garanta de que al menos alguien individualmente consiguiese ver el Signo del Origen, estara constituida por la Piedra de Venus. Con gran acierto, basaron en ella el xito de la misin. As, cuando los Atlantes blancos se despidieron de mis Antepasados, Dr. Siegnagel, les sugirieron un modo adecuado para asegurar el cumplimiento de la misin. Ante todo se debera respetar sin excepciones el Pacto de Sangre y mantener, para ello, una Aristocracia de la Sangre Pura. De esta Aristocracia, que comenzaba con los descendientes de los Atlantes blancos, ya se haban seleccionado los primeros Reyes y las Guerreras Sabias que custodiaran el Arado de Piedra y la Piedra de Venus: en efecto, al principio cada pueblo fue dividido exogmicamente en tres grupos, cada uno de los cuales tena el derecho de emplear los instrumentos lticos y aportaba, para su custodia comn, una Guerrera Sabia; ellas conservaban los instrumentos en el interior de una gruta secreta y, cuando deban ser utilizados, los transportaban las tres en conjunto; los tres grupos del pueblo, por supuesto, obedecan a un mismo Rey; con el correr de los siglos, a causa de la derrota cultural que luego expondr, la triple divisin del pueblo fue olvidada, aunque perdur por mucho tiempo la costumbre de confiar la custodia de los instrumentos lticos a las Tres Guerreras Sabias o Vrayas.

    En consiguiente lugar, todos los Reyes y los Nobles de la Sangre seran Iniciados en el Misterio de la Sangre Pura: la Iniciacin sera a los diecisis aos, cuando se los enfrentara con la Piedra de Venus y se tratara de que observasen en ella el Signo del Origen. Quien pudiese observarlo dispondra en ese mismo momento de la Sabidura suficiente como para concretar la autoliberacin del Espritu y partir hacia el Origen. Mas, si el Guerrero Sabio era

  • 29

    un Rey, o un Hroe que deseaba posponer su propia libertad espiritual en procura de la liberacin de la Raza, dos seran los pasos a seguir. El primero consista en cumplir la orden de los Dioses Liberadores y comprender a la serpiente con el Signo del Origen, comunicando luego la Sabidura lograda a los restantes Iniciados. Una vez visto el Signo del Origen, el segundo paso del Iniciado exiga no apartar la atencin de la Piedra de Venus porque en ella, sobre su concavidad, algn da se vera la Seal Ltica de K'Taagar, esto es, una imagen que sealara el camino hacia la Ciudad de los Dioses Liberadores.

    Este principio dara lugar a una secreta institucin entre los iberos, de la cual hablar mucho posteriormente, la de los Noyos y las Vrayas, cuerpo de Iniciados consagrados a custodiar en todo tiempo y lugar a la Piedra de Venus y aguardar la manifestacin del Smbolo del Origen.

    As fue como a los descendientes o aliados de los Atlantes blancos, que ejecutaban el primer paso en la comprensin de la serpiente, y la representaban ora con la forma real del reptil, ora abstractamente con la forma de la espiral, se los tom universalmente por adoradores de los ofidios. Tal confusin fue empleada malignamente para adjudicar a los Guerreros Sabios toda suerte de actos e intenciones tenebrosas; con ese propsito el Enemigo asoci la serpiente a las ideas que ms temor o repugnancia causaban en los pueblos ignorantes de la Tierra: la noche, la luna, las fuerzas demonacas, todo lo que es reptante o subterrneo, lo oculto, etc. De ese modo, mediante una vulgarizacin calumniosa y malintencionada de sus actos, ya que nadie salvo los Iniciados conocan la existencia de la Piedra de Venus y del Signo del Origen, se consigui culpar a los Guerreros Sabios de Magia Negra, es decir, de las artes mgicas ms groseras, aquellas que se practican con el concurso de las pasiones del cuerpo y del Alma: Curiosa paradoja! Los Iniciados en el Misterio de la Sangre Pura acusados de Magia Negra y humanidad! justamente Ellos que, por comprender a la serpiente, smbolo total del conocimiento humano, estaban fuera de lo humano!

    Tercer Da El Pacto Cultural sobre el que los Atlantes morenos basaban sus alianzas,

    por su parte, era esencialmente diferente del Pacto de Sangre. Aquel acuerdo se fundaba en el sostn perpetuo de un Culto. Ms claramente, el fundamento de la alianza consista en la fidelidad indeclinable a un Culto revelado por los Atlantes morenos; el Culto exiga la adoracin incondicional de los miembros del pueblo nativo a un Dios y el cumplimiento de Su Voluntad, la que se manifestara a travs de sus representantes, la casta sacerdotal formada e instruida por los Atlantes morenos. No debe interpretarse con esto que los Atlantes morenos iniciaban a los pueblos nativos en el Culto de su propio Dios pues Ellos afirmaban ser la expresin terrestre de Dios, que era el Dios Creador del Universo; ellos, decan, eran consubstanciales con Dios y tenan un alto propsito que cumplir sobre la Tierra, adems de destruir la obra de los Atlantes blancos: su propia misin consista en levantar una gran civilizacin de la cual saldra, al Final de los Tiempos, un Pueblo elegido de Dios, tambin consubstancial con Este, al cual le sera dado reinar sobre todos los pueblos de la Tierra; ciertos Angeles, a quienes los malditos Atlantes blancos denominaban Dioses Traidores

  • 30

    al Espritu, apoyaran entonces al Pueblo Elegido con todo su Poder; pero estaba escrito que aquella Sinarqua no podra concretarse sin expulsar de la Tierra a los enemigos de la Creacin, a quienes osaban descubrir a los hombres los Planes de Dios para que estos se rebelasen y apartasen de Sus designios; sobrevendra entonces la Batalla Final entre los Hijos de la Luz y los Hijos de las Tinieblas, vale decir, entre quienes adorasen al Dios Creador con el corazn y quienes comprendiesen a la serpiente con la mente.

    Resumiendo, los Atlantes morenos, que eran la expresin de Dios, no se proponan a s mismos como objeto del Culto ni exponan a los pueblos nativos su concepcin de Dios, la cual se reducira a una Autovisin que el Dios Creador experimentara desde su manifestacin en los Atlantes morenos: en cambio, revelaban a los pueblos nativos el Nombre y el Aspecto de algunos Dioses celestiales, que no eran sino Rostros del Dios Creador, otras manifestaciones de El en el Cielo; los astros del firmamento, y todo cuerpo celeste visible o invisible, expresaban a estos Dioses. Segn la particular psicologa de cada pueblo nativo sera, pues, el Dios revelado: a unos, los ms primitivos, se les mostrara a Dios como el Sol, la Luna, un planeta o estrella, o determinada constelacin; a otros, ms evolucionados, se les dira que en tal o cual astro resida el Dios de sus Cultos. En este caso, se les autorizaba a representar al Dios mediante un fetiche o dolo que simbolizase su Rostro oculto, aqul con el cual los sacerdotes lo perciban en Su residencia astral.

    Sea como fuere, que Dios fuese un astro, que existiese tras un astro, que se manifestase en el mundo circundante, en la Creacin entera, en los Atlantes morenos, o en cualquier otra casta sacerdotal, el materialismo de semejante concepcin es evidente: a poco que se profundice en ello se har patente la materia, puesta siempre como extremo real de la Creacin de Dios, cuando no como la substancia misma de Dios, constituyendo la referencia natural de los Dioses, el soporte esencial de la existencia Divina.

    Es indudable que los Atlantes morenos adoraban a las Potencias de la Materia pues todo lo sagrado para ellos, aquello por ejemplo que sealaban a los pueblos nativos en el Culto, se fundaba en la materia. En efecto, la santidad que se obtena por la prctica sacerdotal proceda de una inexorable santificacin del cuerpo y de los cuerpos. Y el Poder consecuente, demostrativo de la superioridad sacerdotal, consista en el dominio de las fuerzas de la naturaleza o, en ltima instancia, de toda fuerza. Mas, las fuerzas no eran sino manifestaciones de los Dioses: las fuerzas emergan de la materia o se dirigan a ella, y su formalizacin era equivalente a su deificacin. Esto es: el Viento, el Fuego, el Trueno, la Luz, no podan ser sino Dioses o la Voluntad de Dioses; el dominio de las fuerzas era, as, una comunin con los Dioses. Y por eso la ms alta santidad sacerdotal, la que se demostraba por el dominio del Alma, fuese sta concebida como cuerpo o como fuerza, significaba tambin la ms abyecta sumisin a las Potencias de la Materia.

    El movimiento de los astros denotaba el acto de los Dioses: los Planes Divinos se desarrollaban con tales movimientos en los que cada ritmo, perodo, o ciclo, tenan un significado decisivo para la vida humana. Por lo tanto, los Atlantes morenos divinizaban el Tiempo bajo la forma de los ciclos astrales o naturales y trasmitan a los pueblos nativos la creencia en las Eras o Grandes Aos: durante un Gran Ao se concretaba una parte del Plan que los Dioses haban trazado para el hombre, su destino terrestre. El ltimo Gran Ao, que durara unos

  • 31

    veintisis mil aos solares, habra comenzado miles de aos antes, cuando el Cisne del Cielo se aproxim a la Tierra y los hombres de la Atlntida vieron descender al Dios Sanat: vena para ser el Rey del Mundo enviado por el Dios Sol Ton, el Padre de los Hombres, Aquel que es Hijo del Dios Perro Sin. Los Atlantes morenos glorificaban el momento en que Sanat lleg a la Tierra y difundan entre los pueblos nativos el Smbolo del Cisne como seal de aquel recuerdo primigenio: de all que el Smbolo del Cisne, y luego el de toda ave palmpeda, fuese considerado universalmente como la evidencia de que un pueblo nativo determinado haba concertado el Pacto Cultural; vale decir, que aunque el Dios al que rendan Culto los pueblos nativos fuese diferente, Beleno, Lug, Bran, Proteo, etc., la identificacin comn con el Smbolo del Cisne delataba la institucin del Pacto Cultural. Posteriormente, tras la partida de los Atlantes, el pleito entre los pueblos nativos se simbolizara como una lucha entre el Cisne y la Serpiente, pues el conflicto era entre los partidarios del Smbolo del Cisne y los que comprendan al Smbolo de la Serpiente; por supuesto, el significado de esa alegora slo fue conocido por los Iniciados.

    El Dios Sanat se instal en el Trono de los Antiguos Reyes del Mundo, existente desde millones de aos antes en el Palacio Korn de la Isla Blanca Gyg, conocida posteriormente en el Tbet como Chang Shambal o Dejung. All dispona para gobernar del concurso de incontables Almas, pues la Isla Blanca estaba en la Tierra de los Muertos: sin embargo, a la Isla Blanca slo llegaban las Almas de los Sacerdotes, de aquellos que en todas las Epocas haban adorado al Dios Creador. El Rey del Mundo presida una Fraternidad Blanca o Hermandad Blanca integrada por los ms Santos Sacerdotes, vivos o muertos, y apoyada en su accionar sobre la humanidad con el Poder de esos misteriosos Angeles, Seraphim Nephilim, que los Atlantes blancos calificaban de Dioses Traidores al Espritu del Hombre: de acuerdo a los Atlantes blancos, los Seraphim Nephilim slo seran doscientos, pero su Poder era tan grande, que regan sobre toda la Jerarqua Oculta de la Tierra; contaban, para ejercer tal Poder, con la autorizacin del Dios Creador, y les obedecan ciegamente los Sacerdotes e Iniciados del Pacto Cultural, quienes formaban en las filas de la Jerarqua Oculta o Jerarqua Blanca de la Tierra. En resumen, en Chang Shambal, en la Isla Blanca, exista la Fraternidad Blanca, a cuya cabeza estaban los Seraphim Nephilim y el Rey del Mundo.

    Cabe aclarar que la blancura predicada sobre la Mansin insular del Rey del Mundo o su Fraternidad no se refera a una cualidad racial de sus moradores o integrantes sino a la iluminacin que indefectiblemente estos poseeran con respecto al resto de los hombres. La Luz, en efecto, era la cosa ms Divina, fuese la luz interior, visible por los ojos del Alma, o la luz solar, que sostena la vida y se perciba con los sentidos del cuerpo: y esta devocin demuestra, una vez ms, el materialismo metafsico que sustentaban los Atlantes morenos. Segn ellos, a medida que el Alma evolucionaba y se elevaba hacia el Dios Creador aumentaba su luz, es decir, aumentaba su aptitud para recibir y dar luz, para convertirse finalmente en pura luz: naturalmente esa luz era una cosa creada por Dios, vale decir, una cosa finita, el lmite de la perfeccin del Alma, algo que no podra ser sobrepasado sin contradecir los Planes de Dios, sin caer en la hereja ms abominable. Los Atlantes blancos, contrariamente, afirmaban que en el Origen, ms all de las estrellas, exista una Luz Increada que slo poda ser vista por el Espritu: esa luz infinita era imperceptible para el Alma.

  • 32

    Empero, aunque invisible, frente a ella el Alma se senta como ante la negrura ms impenetrable, un abismo infinito, y quedaba sumida en un terror incontrolable: y eso se deba a que la Luz Increada del Espritu transmita al Alma la intuicin de la muerte eterna en la que ella, como toda cosa creada, terminara su existencia al final de un super Gran Ao de manifestacin del Dios Creador, un Mahamanvantara.

    De modo que la blancura de la Fraternidad a la que pertenecan los Atlantes morenos no provena del color de la piel de sus integrantes sino de la luz de sus Almas: la Fraternidad Blanca no era racial sino religiosa. Sus filas se nutran slo de Sacerdotes Iniciados, quienes ocupaban siempre un justo lugar de acuerdo a su devocin y obediencia a los Dioses. La sangre de los vivos tena para ellos un valor relativo: si con su pureza se mantena cohesionado al pueblo nativo aliado entonces habra que conservarla, mas, si la proteccin del Culto requera del mestizaje con otro pueblo, podra degradarse sin problemas. El Culto sera el eje de la existencia del pueblo nativo y todo le estara subordinado en importancia; todo, al fin, deba ser sacrificado por el Culto: en primer lugar la Sangre Pura de los pueblos aliados a los Atlantes blancos. Era parte de la misin, una obligacin del Pacto Cultural: la Sangre Pura derramada alegraba a los Dioses y Ellos reclamaban su ofrenda. Por eso los Sacerdotes Iniciados deban ser Sacrificadores de la Sangre Pura, deban exterminar a los Guerreros Sabios o destruir su herencia gentica, deban neutralizar el Pacto de Sangre.

    Hasta aqu he descripto las principales caractersticas de los dos Pactos.

    No pude evitar el empleo de conceptos oscuros o poco habituales pero tendr que comprender, estimado Dr., que carezco del tiempo necesario para entrar en mayores detalles. Sin embargo, antes de continuar con la historia de mi pueblo y mi familia, har un comentario sobre las consecuencias que las alianzas con los Atlantes trajeron a los pueblos nativos.

    Si en algo descollaron en la Historia las castas sacerdotales formadas por los Atlantes morenos, aparte de su fanatismo y crueldad, fue en el arte del engao. Hicieron, literalmente, cualquier sacrificio si ste contribua a la preservacin del Culto: el cumplimiento de la misin, ese Alto Propsito que satisfaca la Voluntad de los Dioses, justificaba todos los medios empleados y los convirti en maestros del engao. Y entonces no debe extraar que muchas veces simulasen ser Reyes, o se escudasen detrs de Reyes y Nobles, si ello favoreca sus planes; pero esto no puede confundir a nadie: Reyes, Nobles o Seores, si sus actos apuntaban a mantener un Culto, si profesaban devota sumisin a los Dioses de la Materia, si derramaban la Sangre Pura o procuraban degradarla, si perseguan a los Sabios o afirmaban la hereja de la Sabidura, indudablemente se trataba de Sacerdotes camouflados, aunque sus funciones sociales aparentasen lo contrario. El Principio para establecer la filiacin de un pueblo aliado de los Atlantes consiste en la oposicin entre el Culto y la Sabidura: el sostenimiento de un Culto a las Potencias de la Materia, a Dioses que se sitan por arriba del hombre y aprueban su miserable existencia terrenal, a Dioses Creadores o Determinadores del Destino del hombre, coloca automticamente a sus cultores en el marco del Pacto Cultural, estn o no los Sacerdotes a la vista.

    Opuestamente, los Dioses de los Atlantes blancos no requeran ni Culto ni Sacerdotes: hablaban directamente en la Sangre Pura de los Guerreros, y stos,

  • 33

    justamente por escuchar Sus Voces, se tornaban Sabios. Ellos no haban venido para conformar al hombre en su despreciable condicin de esclavo en la Tierra sino para incitar al Espritu humano a la rebelin contra el Dios Creador de la prisin material y a recuperar la libertad absoluta en el Origen, ms all de las estrellas. Aqu sera siempre un siervo de la carne, un condenado al dolor y al sufrimiento de la vida; all sera el Dios que antes haba sido, tan poderoso como Todos. Y, desde luego, no habra paz para el Espritu mientras no concretase el Regreso al Origen, en tanto no reconquistase la libertad original; el Espritu era extranjero en la Tierra y prisionero de la Tierra: salvo aqul que estuviese dormido, confundido en un extravo extremo, hechizado por la ilusin del Gran Engao, en la Tierra el Espritu slo podra manifestarse perpetuamente en guerra contra las Potencias de la Materia que lo retenan prisionero. S; la paz estaba en el Origen: aqu slo podra haber guerra para el Espritu despierto, es decir, para el Espritu Sabio; y la Sabidura slo podra ser opuesta a todo Culto que obligase al hombre a ponerse de rodillas frente a un Dios.

    Los Dioses Liberadores jams hablaban de paz sino de Guerra y Estrategia: y entonces la Estrategia consista en mantenerse en estado de alerta y conservar el sitio acordado con los Atlantes blancos, hasta el da en que el teatro de operaciones de la Guerra Esencial se trasladase nuevamente a la Tierra. Y sto no era la paz sino la preparacin para la guerra. Pero cumplir con la misin, con el Pacto de Sangre, mantener al pueblo en estado de alerta, exiga cierta tcnica, un modo de vida especial que les permitiese vivir como extranjeros en la Tierra. Los Atlantes blancos haban transferido a los pueblos nativos un modo de vida semejante, muchas de cuyas pautas seran actualmente incomprensibles. Empero, tratar de exponer los principios ms evidentes en que se basaba para consegui