El Me Escogió Para SerPDF
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l me escogi para ser
Madre Anglica
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2
"Antes de haberte formado yo en el vientre, te conoca." (Jer 1, 5)
Nuestras mentes no pueden comprender cun especial es cada alma para
Dios. No entendemos la d ignidad de ser elegidos por su Bondad para vivir, pensar,
conocer, ver y amar.
No somos por casualidad hemos sido elegidos por Dios para existir.
Antes de que el tiempo comenzara, Dios nos escogi a cada uno y esta eleccin fue
deliberada. Dios vio a todos los posibles seres humanos que podra crear a lo largo
de la historia del mundo. Sobre los posibles billones de seres humanos que
pudieran existir en la mente d e Dios su Ojo se fij en cada uno de nosotros y
entonces se detuvo y d ijo," T sers." Vio a todos los que podran haber sido y
decid i que no seran. Su providencia nos puso en un tiempo y estado de vida que
pudiera extraer nuestro mayor potencial.
Nos d io a cada uno talentos especiales, dones y virtudes naturales,
destinados todos ellos hacia un conocimiento ms profundo de l mismo. Incluso
aqullos cuyas circunstancias les impiden conocerlo d irectamente, poseen una
conviccin profunda de Su existencia y providencia.
Nos coloc a cada uno un sistema de radar interno que nos advierte del
peligro y nos garantiza intuitivamente Su cuidado, para que nunca estemos
alejados de l y no nos privemos del conocimiento de Su existencia.
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La Mano que nos form a cad a uno dej Su impronta en nuestras mentes y
almas, porque l nos hizo a Su propia imagen. El alma que l insufl sobre esta
obra de Sus Manos nuestro cuerpo fue grabado con algo de Su amor Su
poder creativo Su fuerza.
Nosotros reflejamos Su eternidad , una vez que Su voluntad nos llam de la
nada, nos convertimos en inmortales nuestra alma nunca morir.
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"Yahveh desde el seno materno me llam; desde las entraas de
mi madre record mi nombre." (Is. 49, 1)
Leemos en el Evangelio de S. Juan que, cuando Jess se apareci a Mara
Magdalena, ella pens que era el jard inero. Su mente no estaba lista para la
Resurreccin y entonces oy su nombre" Mara!" Fue el tono de voz lo que le
hizo reconocer a Jess o fue porque el Dios-hombre lo pronunci? Quiz tena la
resonante cualidad del eco lo que lleg a sus odos? Ese nombre fue pronunciado
por Dios antes de que ella naciera antes que comenzara el tiempo. A su sonido
despert una criatura, primero sali de la nada, despus sali del pecado y ahora
sali de la tristeza. La primera vez que fue pronunciado, decret su nacimiento
la segunda vez ella vino a ser la tercera le llam a su renacimiento, y ahora,
despus de la Resurreccin, le llam a reconocer a su Dios en Espritu , en ella, en
su prjimo y en la fe. Cuando un hombre pronuncia un nombre es principalmente
una llamada para servir, pero cuando Dios lo p ronuncia, da vida, poder, gracia y
alegra. Cuando Jess d ijo, "Lzaro sal fuera", un hombre muerto resucit; cuando
l cambi el nombre de Simn a Pedro, le d io una misin especfica y el poder a un
hombre. Cuando l tron," Sal, Sal, por qu Me persigu es, un hombre fue
cegado de golpe, transformado y llamado con el nombre de Pablo. Qu estupendo
y cun afortunados somos; pues Dios nos llama constantemente por nuestro
nombre y nos da la gracia para cambiar y responder a Su amor.
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5
"Fuiste t quien del vientre me sac, a salvo me tuviste en los
pechos de mi madre; a ti me confiaron al salir del seno, desde el vientre
materno t eres mi Dios. (Sal. 22, 9-10)
El salmista comprende que fue el Seor Dios quien lo sostuvo en Su regazo;
pero su madre natural lo aliment y lo cuid. Ve a Dios sostener su cuerpo,
dndole la fuerza y todas las funciones corporales necesarias para crecer. No
debemos perder nunca de vista esta realidad . Ni por un momento, Dios ha dejado
de cuidarnos, proveyndonos y amndonos. Incluso en esas ocasiones en que
pareca que otros se hacan cargo de nuestro crecimiento y cuidado se haca en el
regazo de Dios el cuidado amoroso de un Padre compasivo, quin nunca dej
de cuidarnos. l lo haca tan silenciosamente que no ramos conscientes de Su
preocupacin. Era como que si Su poder pudiera asustarnos o Su fuerza
aplastarnos, es por ello que se ocup de nuestra formacin y crecimiento con la tal
ternura y silencio. Es desafortunado que nosotros hayamos confundido silencio
con ausencia y ternura con abandono.
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Porque t has formado mis riones, me has tejido en el vientre
de mi madre;... Mi aliento conocas cabalmente, mis huesos no se te
ocultaban, cuando era formado en lo secreto, tejido en las honduras de
la tierra." (Sal. 139, 14-15)
Slo Dios nos conoce como somos. Cuando el Salmista d ice que Dios nos
conoce cabalmente, l quiere decir cada aspecto de nuestra creacin, vida, talentos,
temperamento y caractersticas. l sabe las cruces que vendran a nuestro camino y
como cada una nos ayudara a cambiar, moldear y conformar nuestra alma a Su
Imagen. Como todos los padres, espera el d a en que ver claramente Su reflej en
nosotros. l nos anticip el elegirle sobre todas las cosas y ve la gloria maravillosa
que esa eleccin nos proporciona. l vio la santidad que podramos obtener, la
humildad de corazn que sera como un escud o a nuestro alrededor. l vio las
lgrimas que Su amor enjugara suavemente y las veces que se inclinara para
tomar y sostener nuestra mano cuando cayramos en desgracia. l vio nuestras
malas elecciones y se apen por nuestro dolor y entonces busc maner as de sacar
lo bueno de todo. S, nos conoci entonces, profundamente y profundamente nos
conoce ahora y todava l nos ama.
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".. en tu libro estn inscritos los d as que me has fijado, sin que
an exista el primero." (Sal. 139, 16)
Tenemos una baja opinin sobre nosotros mismos nuestro sentido de la
justicia de Dios es muy severo nuestro concepto de Su misericord ia, pobre
nuestro gozo en Su amor, efmero. Reservamos nuestras expresiones de amor a
Dios como un acto de gratitud despus de algn favor recibido. Cun a menudo
pensamos en el amor de Dios por nosotros antes que comenzara el primer d a de
nuestra existencia? Con qu amor y cuidado l nos d io a luz y determin la
longitud de nuestros d as! Nosotros no somos por casualidad . Tenemos una misin
que cumplir, un lugar que ocupar en Su Reino, un deber que realizar y un trabajo
que llevar a cabo. Somos importantes para Dios y una parte integral de la historia
de la salvacin. Cada ser humano ejerce una influencia, cambia a las personas para
el bien o el mal, construye o destruye, se sirve o crea oportunidades. Podemos
decir ciertamente que cada ser humano cambia el mundo para el bien o el mal y el
mundo no es el mism o porque cada uno de nosotros ha vivido en l. No importa
cun insignificante sea nuestro papel, la humildad de nuestra posicin, o lo
desconocido de nuestra contribucin, cada uno de nosotros deja una marca en
alguna parte de este mundo. Sin portentos l nos elige con gran cuidado y
determina nuestro curso con amor infinito. Qu don es la vida!
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"El Espritu santo te vendr sobre ti," el ngel respondi a Mara,
"y el poder del Altsimo te cubrir con su sombra." "He aqu la esclava
del Seor..., hgase en m segn tu palabra." (Lc 1, 35-38)
Qu maravillas y misterios de Dios envuelve este corto prrafo. El mundo
entero esperaba, estudiaba, d iscerna, ayunaba y oraba por la venida del Santo. El
relato de Su Encarnacin es corto, pero lleno de alimento para el pensamiento.
Dios envi a un ngel a pedirle a Mara que consintiera ser la Madre del Redentor.
l respeta el poderoso regalo que nos ha dado. l no realizar esta mara villa de
maravillas sin su consentimiento. El ngel le d ijo que no temiera su virginidad
quedara asegurada fue el Espritu Santo, envolviendo este precioso Templo del
Seor, el que d ijo "Permite que la Palabra se haga Carne." La misma Voz que
cubri con sus alas la nada y d ijo, "haya luz", dara a luz a la Palabra Eterna y lo
pondra en la cuna del tero de Mara. En el instante en que su voluntad concurri
con la Voluntad del Padre, la Palabra se hizo Carne y habit entre nosotros.
Hay muchas opiniones hoy acerca de cuando un embrin se convierte en
persona un ser humano una especie con poderes para decid ir y realizar.
Cundo se implanta el alma en el cuerpo de un ser humano en vas de desarrollo?
Algunos d icen que cuando el corazn empieza a latir , otros cuando las ondas
cerebrales comienzan a funcionar. Qu d ice la Escritura? Qu prueba visible
poseemos para resolver este misterio?
Nosotros sabemos que "Jess fue como nosotros en todo excepto en el
pecado." Debemos ver si la Palabra Encarnada en el tero del Templo Inmaculado
de Dios Marafructific, fue poderosa viva una Persona Divina Dios
hombre. La escritura nos d ice que el ngel Gabriel haba informado a Mara que su
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prima Isabel haba concebido un hijo en su vejez. Inmediatamente despus del
anuncio de su propia Maternidad , " En aquellos d as, se puso en camino Mara y se
fue con prontitud a la regin montaosa, a una ciudad de Jud. Estamos hablando
aqu de un viaje de unos ocho kilmetros un viaje hecho por una mujer que
acababa de decir su "Amn a Dios. No haba ninguna duda en su mente de que
ella inmediatamente posey y llev en su tero al Hijo de Dios.
Tan evidente era la Presencia Divina dentro del ella tan poderosa y fuerte
esa d iminuta semilla que, en cuanto ella salud a su prima Isabel, el nio que
Isabel llevaba experiment la fuerza de la Palabra hecha Carne. Isabel y su hijo de
seis meses sintieron la Presencia de Aquel que los sac de la nada. El Dios-hombre
que haba sido puesto justo un d a antes en la oscurid ad del seno de Mara
Inmaculada, d io la luz de la santidad y la gracia santificante a Su viviente, pero
an no nato, Precursor. La madre y el nio sintieron una Presencia y sus almas
sintieron, humildes y jubilosas. "Isabel exclam a gritos: Bendita t en tre las
mujeres y bendito el fruto de tu seno; y de dnde a m que venga a verme la
madre de mi Seor?" Era ciertamente un misterio para Isabel. El Hijo Encarnado de
Dios empez la redencin de la humanidad y la propagacin de la Buena Nueva
tan pronto como l fue hecho Carne.
En el momento de la Encarnacin, Isabel estaba en su sexto mes y Lucas nos
informa que Mara se qued con ella tres meses hasta el nacimiento y
circuncisin de Juan el Bautista. No hay ninguna duda de que Mara realiz esa
visita inmediatamente despus de que la Palabra se hiciera Carne. No puede haber
pues ninguna duda en nuestras mentes acerca de cuando se unen alma y cuerpo
para formar un ser hecho a imagen y semejanza de Dios. Es en la concepcin.
Si slo hubiera habido en Mara el principio de un cuerpo, sin un alma
humana unida a la Divinidad , no habra habido ninguna reaccin por parte de
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Isabel y su hijo nonato ninguna exclamacin de sorpresa por el honor de ser
visitados y cuidados por la propia Madre de Dios. La maternidad empieza
ciertamente cuando hay un ser completo dentro de una mujer, un ser con un
cuerpo y un alma, unidos para formar juntos una persona humana. Isabel atestigu
la verdad de esta realidad llamando a Mara la Madre de su Seor. Ella vio dos
misterios en una mirada intuitiva la Encarnacin del Mesas y la realidad de una
persona totalmente humana en la concepcin.
Cundo Dios d ice, "haya vida" nos atreveremos a decir "no ser?
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"O no sabis que vuestros cuerpo es templo del Espritu Santo,
que est vosotros y habis recibido de Dios, y que no os pertenecis?
Habis sido bien comprados! Glorificad , por tanto, a Dios en vuestro
cuerpo. (1 Cor 6, 19)
Tenemos tendencia a pensar que nuestro cuerpo es nuestro y que podemos
hacer con l lo que nos gusta. Pero esto no es as. Hemos sido creados por Dios
creados como dbiles seres humanos una parte humana otra espiritual. Nuestra
d ignidad como seres humanos fue degradada en el p rincipio, por el orgullo y la
rebelin de nuestros primeros padres, Adn y Eva, y despus por nuestras propias
malas decisiones. El amor de Dios por nosotros invent un modo de levantarnos
sobre nuestra degradacin sobre nuestra propia naturaleza, y nos escogi como
seres a los que l podra llamar legtimamente "hijos". Envi a Su propio Hijo a
tomar nuestra carne sobre s vivir y morirse como uno de nosotros y despus
resucitarlo de la muerte para que furamos liberados de la esclavitud del pecado.
Qu precio se pag por alguien de naturaleza tan frgil, tan vacilante en su
voluntad y tan inclinada al mal! El Gran Rey busca un campesino para elevarlo a la
d ignidad de un Prncipe. Cada uno de nosotros es un tipo de Cenicienta que es
atrado por el Rey para vivir una nueva vida. La eleccin es nuestra, pero el premio
es Suyo l tiene ya derecho sobre todo lo que somos, todo lo que poseemos. l
slo tiene el bien para darnos. Por qu preferimos tan a menudo lo que nos daa?
Es el derecho de escoger el bien y el mal ms precioso para nosotros que la paz, la
felicidad y la alegra? Preferiramos ser miserables y emplear mal nuestra libertad
para elegir, en lugar de ser humildes y admitir que Dios Sabe lo que es mejor para
nosotros? Qu precio pag para salvarnos y qu precio pagamos cundo hacemos
nuestra voluntad? No, nosotros no tenemos derecho a hacer cuanto deseamos con
nuestra vida o con la de otros. Nuestra vida pertenece a Dios y ese Dios es bastante
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poderoso para mantenerla, suficientemente buen o para sostenerla y lo bastante
prudente para atender todas sus necesidades.
Nuestro cuerpo, d ice S. Pablo, es casa del Espritu del Seor. Es un Templo.
Profanarlo por el pecado o quitarle la vida que da el espritu , es cometer una
injusticia con Dios, los hombres y uno mismo con Dios porque lo cre y Le
pertenece, con nuestro prjimo porque necesita ver a Dios irradiar en nuestras
vidas y a nosotros porque fuimos creados para ser hijos de Dios y herederos de Su
Reino.
Nos olvidamos que todo lo que Dios cre es bueno. En el Libro de Gnesis,
para asegurrnoslo, despus del relato de cada d a, d ice Dios "vio que era bueno."
Si esto es verdad en la creacin de los seres inanimados y los animales, cunto ms
verdadero en la del ser humano hecho a imagen y semejanza de Dios. Aquellas
cosas que no convienen a nuestras vidas es lo que hacemos la mayor parte del
tiempo, pero, incluso en estas circunstancias, Dios saca lo bueno de ellas para
nosotros. El nico mal en el mundo es el pecado, por el pecado se dest ruye y se
mata, pero la gracia de Dios resucita las almas muertas y las hace nuevas por el
arrepentimiento, la confesin y la absolucin. Una vez ms Dios puede decir, "es
bueno es muy bueno."
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"Escuchadme.... los que habis sido transportados desde el seno,
llevados desde el vientre materno, Hasta vuestra vejez. Yo ser el
mismo, hasta que se os vuelva el pelo blanco, yo os llevar, (Is. 46, 3)
"Sers como un hijo del Altsimo, y l te amar ms que tu madre,
(Eclo 4, 10). Como aquel a quien su madre consuela, as yo os
consolar. (Is. 66, 13). "Yo, yo soy tu consolador. Quin eres t que
tienes miedo del mortal y del hijo del hombre, al heno equiparado? (Is
51, 12).
S, nosotros no apreciamos el don de la vida. Hemos olvidado la realidad
del cuidado y del amor de Dios por nosotros desde la Concepcin a la muerte.
Contemplamos la naturaleza como si esta obra irr acional, hecha por la mano de
Dios, decid iera nuestro destino el destino de unos seres inteligentes. Buscamos
en el mundo d irectrices para pensar y actuar. Miramos a nuestro vecino e
intentamos medir sus conceptos e ideales. Buscamos gua y ayuda por tod as partes
y en cualquier parte, pero no nos d irigimos al Origen de nuestra vida, la Causa de
nuestro ser, el Dispensador de nuestra inteligencia y la Vida de nuestro espritu .
Algunos contemplan su nacimiento como un accidente, la vida como un mal
necesario y la muerte como una resignacin a lo inevitable. La visin puede
nublarse tanto, por el egosmo, las estad sticas y el orgullo, que un tero que da la
vida se ha convertido en una tumba de muerte. Hay otros cuyos conceptos de la
vida se estrechan, su fu turo es tan desesperado y su presente tan insufrible, que la
nica solucin a su problema es la extincin completa de esta vida. Y hay muchos
que viven en un tipo de oscuro mundo la oscuridad de lo inferior de
desesperacin, sin un pensamiento sobre Dios, el amor o lo que pueda venir. Viven
dentro del crculo de sus propios pensamientos, deseos egostas y odio a s
mismos. Si aquellos que viven en estas actitudes dolorosas y frustrantes,
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comprendieran solo cunto les ama Dios, cmo tienen un lugar en Su s planes,
cmo cuida de ellos y desea que estn con l en Su Reino. Ciertamente la
comprensin de ser creados, sostenidos, amados y cuidados desde la concepcin,
en la vida y en la muerte, asegurara la libertad a los nonatos, dara fuerza a los
desamparados y confianza a los desesperados.
Dios tiene toda nuestra vida en la palma de Sus Manos podemos
descansar seguros en nuestro pasado, presente y futuro porque l nos ama.
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Cortesa de:
Eternal Word Television Network
5817 Old Leeds Road
Irondale, AL 35210
EWTN Espaol
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