El Materialismo Histórico y Las Críticas Posmodernas

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  • 7/25/2019 El Materialismo Histrico y Las Crticas Posmodernas

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    El materialismo histrico y las crticas posmodernas

    Autor(es):Torre Gimnez, Nicols

    Torre Gimnez, Nicols . Estudiante de Filosofa de la UNCuyo.

    Desde 2! forma "arte del colecti#o $%a &idra de 'il Ca(ezas.

    &istoria y Teora de los 'o#imientos )ociales$, desde donde milita,

    in#esti*a y escri(e.

    La teora posmoderna y otras vertientes del pensamiento contemporneo se jactan de haber

    refutado al materialismo histrico, por lo menos en lo que respecta a sus tesis fundamentales.

    Pero qu hay de cierto en ello !uchos de sus crticos incurren en la falacia del espantapjaros,

    que consiste en construir una caricatura del contrincante para "vencerlo# as ms fcilmente.

    $tros prefieren atender slo a aquellos te%tos de !ar% y de sus ep&onos que son ms fciles de

    rebatir 'interpretaciones desacertadas, simplificaciones ms o menos burdas, &enerali(aciones

    apresuradas', dejando deliberadamente de lado un inmenso corpus terico que se enmarca

    dentro del materialismo histrico. Los menos se hacen car&o de los te%tos ms valiosos que dio

    el pensamiento mar%ista o materialista histrico a la hora de refutar dicha teora. )mo es

    posible semejante arbitrariedad a la hora de confrontar la literatura mar%ista *i&moslo sin

    amba&es+ el materialismo histrico no es una ciencia, es una teora sobre el devenir de las

    sociedades humanas, que abreva en las a&uas de distintas ciencias humanas, como son la

    historia, la economa, la sociolo&a, etc. como su nombre mismo lo se-ala, es una teora que

    hace hincapi en el carcter histrico de las sociedades y considera preponderante la accin de

    las causas llamadas "materiales# por sobre las "espirituales# o "ideol&icas#. *entro de estos

    amplios marcos referenciales es posible distin&uir muy variadas modalidades, incluso una por

    autor o todava ms, ya que dentro de la produccin terica de un mismo autor podemos

    encontrar distintas maneras de entender conceptos clave de la tradicin mar%ista tales como

    "materialidad#, "determinacin#, "relaciones de produccin#, "fuer(as productivas#, "modo de

    produccin#, etc. n el mismo !ar% conviven miradas muy diferentes 'en al&unos casos

    contradictorias' sobre estos y otros conceptos.

    *istintas versiones de un mar%ismo positivista, cientificista y determinista tecnol&ico se han

    populari(ado a lo lar&o del si&lo //, tanto a travs de autores como Plejanov, 0lthusser, como

    as tambin por boca de distintas a&rupaciones y partidos polticos autodenominados mar%istas.

    l mismo !ar%, en muchos de sus te%tos, parece profesar tanto un determinismo tecnol&ico

    como un evolucionismo unilineal, que permitira sustentar las interpretaciones antedichas, como

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    en el prefacio a la Contri(uci+n a la crtica de la economa "olticade 1234 o en al&unos pasajes

    de 'iseria de la filosofade 1256. 7in embar&o, y como 0riel Petruccelli se encar&a de demostrar

    en su Ensayo so(re la teora marista de la -istoria,819otros escritos de !ar% mati(an tal

    postura, permitiendo concluir que "el pensamiento de !ar% tiende a un equilibrio, siempre

    inestable, entre lo objetivo y lo subjetivo, la necesidad y la libertad, las fuer(as productivas y las

    relaciones de produccin#.8:9

    l cientificismo, el positivismo y el racionalismo e%acerbado que podemos encontrar no slo en

    versiones vul&ares del mar%ismo, sino tambin en al&unos escritos del mismo !ar%, son

    fenmenos propiamente modernos. Los e%cesos del pensamiento moderno, con su fe en el

    pro&reso como movimiento irrefrenable de la historia, con su esperan(a cie&a en las ciencias

    'principalmente las llamadas "duras#, aunque tambin en las ciencias sociales siempre y cuando

    si&uieran el ejemplo de las primeras', con su sobredimensionamiento de las posibilidades de la

    ra(n humana; sumado al desencanto que trajeron aparejados sucesos histricos como las dos

    &uerras mundiales, el uso de las bombas atmicas, la de&eneracin y final cada de los

    re&menes del llamado "socialismo real#, la ininterrumpida continuidad de la violencia, la

    injusticia, la opresin y el hambre en el mundo, etc., etc., fueron el caldo de cultivo del

    pensamiento posmoderno. 7i bien una de las motivaciones de las teoras posmodernas era la

    sana crtica de dichas posturas in&enuas del le&ado moderno, el pensamiento posmoderno y

    contemporneo, en &eneral, tambin en muchos casos pec por e%ceso. )omo se-alaremos ms

    abajo, e%iste una versin e%tremista del pensamiento posmoderno, car&ada de presupuestos

    absurdos que pretenden dar por tierra con la ciencia en &eneral, equiparndola a relatos como el

    mtico o el reli&ioso. Pero tambin hay una versin moderada del posmodernismo, que debera

    ser tenida en cuenta. *icha vertiente es un llamado de atencin hacia los e%cesos cometidos por

    el pensamiento moderno.

    0s como el materialismo histrico tiene una versin vul&ar, que es la preferentemente eli&ida

    por sus detractores para combatirlo, el pensamiento posmoderno tambin tiene la suya. Los

    defensores de ambas teoras deben 'si pretenden actuar de buena fe' hacerse car&o no slo de

    las crticas lan(adas por la vertiente vul&ar de la teora rival, sino 'y principalmente' de las que

    provienen de sus formas ms elaboradas y serias.

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    fuer(as productivas en el devenir histrico. n este artculo me referir al se&undo de estos dos

    libros, en el que Petruccelli se hace car&o de los ataques lan(ados por distintos autores

    posmodernos y contemporneos en &eneral al materialismo histrico.

    @ @ @

    El marismo en la encruci/ada, de 0riel Petruccelli, es un intento 'que ju(&amos e%itoso' de

    poner al da al materialismo histrico de cara a los desafos planteados a la teora mar%ista por la

    sociolo&a histrica, el llamado "&iro lin&Astico#, el posmodernismo y el llamado "posmar%ismo#.

    )oncebido como un dilo&o crtico con las corrientes contemporneas que abordan las

    problemticas del saber histrico e historio&rfico 'impu&nando ms o menos e%plcitamente

    laBsC teoraBsC mar%istaBsC de la historia', el libro que rese-amos reh=ye tanto del do&matismo

    fcil como del eclecticismo acrtico.

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    Eunciman plantean a la teora mar%ista "nuevos desafos que afectan sustancialmente a sus

    n=cleos tericos#.829stos tres autores desarrollan teoras de la evolucin histrica que

    compiten con el materialismo histrico, a pesar de ser tanto histricas como materialistas. l

    &iro lin&Astico, por su parte, lan(a sus desafos desde un paradi&ma diferente, de corte

    idealista, pero que presenta al mar%ismo al&unos problemas que merecen ser tenidos en cuenta.

    n el se&undo captulo se tratan los aportes de la sociolo&a histrica. Hanto Fiddens, como

    Eunciman, !ann y Fellner practican, se&=n Petruccelli, una "historia filosfica# porque "intentan

    una narracin inteli&ible de todo el "asado, buscando los principales factores causales,

    detectando re&ularidades y hur&ando en las fuentes del cambio social en &ran escala#,

    849aunque no hay en ellos una filosofa sustantiva de la historia, como s la hallamos en !ar%,

    en forma de una teleolo&a histrica 'que ciertamente recha( en sus =ltimos a-os'. l

    materialismo histrico encuentra en ellos rivales de peso en los terrenos de la historia filosfica,

    la sociolo&a histrica y la teora de la historia. Hanto sus teoras como el sistemismo de !ario

    Iun&e se mueven en el campo materialista y comparten con el mar%ismo una serie importante

    de presupuestos tericos+ carcter cientfico del estudio social; abordajes &lobales o

    totali(adores; e%plicaciones causales ms que hermenuticas; interaccin bidireccional

    estructuras'sujetos; primaca de las condiciones materiales, principalmente de las estructuras y

    las relaciones sociales; carcter cambiante y conflictual de las sociedades; interaccin mutua de

    los subsistemas sociales; carcter histrico de las sociedades. )on respecto a Iun&e y su teora

    de los subsistemas que interact=an como cinco hebras entrela(adas Bambiental, biol&ica,

    econmica, poltica y culturalC que diri&iran el desarrollo histrico, y en la que nin&una tiene

    prioridad sobre las otras, Petruccelli advierte que, aceptando el esquema de Iun&e, no

    necesariamente todas las hebras deberan tener el mismo &rosor y que incluso en su propia

    teora, lo econmico adquiere de hecho preeminencia. n el caso del materialismo multiforme de

    Fellner, se le critica su determinismo tecnol&ico, al hacer hincapi en las fuer(as productivas y

    no ya en las relaciones de produccin. La teora de la estructuracin de Fiddens presenta tres

    crticas al materialismo histrico+ funcionalismo, reduccionismo econmico y evolucionismo.

    Petruccelli entiende que el mar%ismo no es necesariamente funcionalista, que las e%plicaciones

    funcionalistas son problemticas pero en principio le&timas y que, por el hecho de que el

    mar%ismo haya esbo(ado al&unas e%plicaciones funcionalistas errneas, eso no si&nifica que

    todas lo sean, ni que el funcionalismo sea una consecuencia ineludible de su enfoque terico'

    metodol&ico. n cuanto al reduccionismo econmico, la crtica es vlida para al&unas obras de

    !ar% pero no para todas. )on respecto al evolucionismo, en al&unos de sus te%tos !ar% no slo

    demuestra ser evolucionista, sino que incluso peca de un evolucionismo unilineal. n sentido

    amplio, !ar% era evolucionista, aunque no necesariamente en sentido teleol&ico. 7i en !ar%

    podemos hablar de un evolucionismo "monstico# que recibe su principal empuje de la economa,

    en Fiddens podemos observar un evolucionismo dual+ poltico'econmico. Hanto en uno como en

    el otro caso, evolucionismo no si&nifica determinismo, ya que ambos autores tan slo remarcan

    el carcter prioritario de la economa 'en lo que respecta a !ar%', y de los llamados recursos de

    asi&nacin y recursos de autoridad 'en el caso de Fiddens'. Petruccelli hace una =ltima

    acotacin+ &ran parte de los recursos de autoridad podran incluirse en las relaciones de

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    produccin mar%ianas. Las diferencias entre el planteo de !ar% y el de Fiddens no parecen pues

    si&nificativas.

    l captulo tercero se ocupa de la sociolo&a del poder de !ichael !ann. !ann distin&ue cuatro

    fuentes de poder Beconmica, poltica, ideol&ica y militarC, que comprende como redes

    intersectantes en la que nin&una de ellas tiene prioridad sobre las dems. l autor de%as fuentes

    del "odersocial difiere o cree diferir con el materialismo histrico en seis aspectos tericos+ 1C el

    carcter unitario de las sociedades+ las sociedades, para !ann, no seran unitarias, ni sistemas

    sociales, ni totalidades; las distintas redes de poder no constituiran un todo or&nico; sin

    embar&o, en !ar%, el concepto de totalidad no es incompatible con la interaccin de las distintas

    esferas de lo social; :C el evolucionismo+ como se-ala Petruccelli, ni el mar%ismo es un

    evolucionismo unilineal, ni la concepcin de !ann es completamente antievolucionista Bse acepta

    la e%istencia de un desarrollo evolucionista &enerali(adoC; ?C la relacin entre "necesidad# y

    "contin&encia#+ a pesar de las diferencias que !ann cree ver en este sentido entre su teora y la

    de !ar%, para ambos autores, tanto la necesidad y las tendencias histricas poderosas, como los

    accidentes y las combinaciones inusuales de circunstancias, jue&an su rol en el desarrollo

    histrico; qui(s !ann d mayor importancia a la contin&encia, pero las diferencias entre ambos

    autores no son ms que una cuestin de mati( o de nfasis; 5C el "materialismo#+ aunque !ann

    pretenda haber superado el dualismo materialismoJidealismo, su propio enfoque puede ser

    considerado como un "materialismo or&ani(ativo#, que implica "estudiar las infraestructuras

    materiales sobre las que se montan y desarrollan las diferentes fuentes del poder#;81K93C la

    determinacin en =ltima instancia por la economa+ !ann nie&a la primaca de la economa

    porque tiene una nocin meramente institucional de las fuentes del poder, sin tener en cuenta su

    carcter funcional; como bien mostr Fodelier, instituciones e%plcitamente no econmicas

    pueden desempe-ar funciones econmicas; DC la historia como lucha de clases+ !ann parece

    confundir la lucha de clases con la lucha poltica e%plcita, con conciencia y or&ani(acin de clase.

    Petruccelli concluye su anlisis de la obra de !ann, %as fuentes del "oder social, afirmando que

    "sus diferencias tericas con el mar%ismo son mucho menos importantes de lo que se piensa#.

    8119

    n el cuarto captulo se polemi(a con el posmodernismo y el "&iro lin&Astico#. *esde estas

    escuelas se ha sostenido 'entre otras' las si&uientes ideas+ que la objetividad del conocimiento

    histrico no es ms que una mistificacin BEorty y LaclauC, que la idea de totalidad o la de

    colocar como objeto de investi&acin a la historia humana en &ran escala es un imposible

    BLyotard y )obbanC, que la historia no es ms que literatura Bayden GhiteC. Petruccelli

    descubre cuatro &randes ras&os en las controversias suscitadas en torno al "&iro lin&Astico#, que

    son la base de las teoras posmodernas y posmar%istas+ 1C partidarios y detractores no aceptan

    las acusaciones que se lan(an del otro lado; :C las tesis de los partidarios del "&iro lin&Astico#

    suelen ser formuladas de manera oscura o ambi&ua; ?C estas ideas casi siempre pueden

    interpretarse de manera radical o moderada; 5C las diferencias entre los propios partidarios del

    "&iro lin&Astico# son importantes. !uchos malentendidos entre defensores y detractores del

    "&iro# son fruto de una confusin de los niveles de anlisis o los marcos de referencia. Las

    versiones e%tremistas del "&iro lin&Astico# son o manifiestamente falsas o implausibles+ toda

    realidad es lin&Asticamente construida; los "marcos de sentido# son inconmensurables entre s;

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    no e%isten criterios racionales para ele&ir entre teoras o paradi&mas cientficos. Las versiones

    moderadas, en cambio, deben ser tenidas en cuenta+ el conocimiento de la realidad depende de

    marcos lin&Asticos; los "marcos de sentido# pueden ser parcialmente intraducibles; los criterios

    ticos y estticos influyen en la prctica real de la ciencia. Hanto el constructivismo radical, como

    el escepticismo y el relativismo son fuertes tendencias de nuestra poca. 7in embar&o, los

    partidarios de estas ideas no suelen ser coherentes entre lo que dicen y lo que hacen, y tampoco

    presentan una alternativa terica a lo que critican.

    n el captulo cinco se intenta una defensa de la "cosmovisin cientfica# que es atacada por el

    posmodernismo+ realismo, racionalismo, objetividad, determinismo, verdad como

    correspondencia y universalismo. )on respecto al realismo, los partidarios del "&iro lin&Astico# lo

    aceptan mayormente en el plano ontol&ico pero lo recha(an en el &noseol&ico. l realismo

    crtico, sin embar&o, no nie&a que la subjetividad entre en jue&o en el acto del conocimiento,

    sino que sostiene que lo dado BobjetivamenteC cuenta ms que lo puesto BsubjetivamenteC. l

    conocimiento no es para el realismo crtico mero reflejo de la realidad, sino una representacin

    que puede corresponder en mayor o menor medida con la realidad. l racionalismo entiende que

    la conmensurabilidad de las teoras es posible, esto es, que e%isten principios universales de

    racionalidad que permiten la comunicacin entre paradi&mas y culturas diferentes. La objetividad

    no implica imparcialidad. 7i bien todo conocimiento est situado en el tiempo y el espacio y la

    realidad social y poltica influyen en el desarrollo de la ciencia, esto no si&nifica que el discurso

    cientfico care(ca de objetividad. )omo afirma obsbaMm, las afirmaciones cientficas deben

    siempre "ser sometidas a validacin por medio de mtodos y criterios que, en principio, no estn

    sujetos a partidismo, sean cuales sean sus consecuencias ideol&icas y sus motivaciones#.

    81:9)on respecto al determinismo es necesario distin&uir el determinismo ontol&ico Btodo tiene

    sus causasC, del determinismo &noseol&ico Bno todas las causas pueden ser conocidasC. l a(ar

    es subjetivo y pertenece al orden del conocimiento. No es objetivo ni ontol&ico. l

    determinismo es compatible con el libre albedro si entendemos a ste =ltimo como auto'

    determinacin. La"raishumana implica una conjuncin de autonoma y heteronoma. ablar

    de libre albedro no e%cluye la constatacin de tendencias sociales. l historicismo entiende que

    la verdad y los valores son hijos del tiempo o de los tiempos, pero ello no necesariamente

    implica un relativismo nihilista. 7i bien todas las culturas son racionales, pueden defender

    distintos criterios de racionalidad, aunque en el fondo compartirn los mismos principios

    universales de racionalidad Bpor ej. el principio de no contradiccinC. l "relativismo

    moderadamente radical# BL. $livC, basado en la discusin racional, es perfectamente compatible

    con el pensamiento de !ar%, que era moderadamente historicista con al&unas pautas

    transhistricas.

    l captulo seis se dedica in etensoa anali(ar los planteos del "&iro lin&Astico# y su relacin con

    el materialismo histrico. ayden Ghite, uno de los historiadores ms importantes de esta

    tendencia, adolece de un enfoque formalista, en el cual el contenido no resulta importante. No

    queda claro si para l la historia no es una ciencia, es una protociencia, o es una conjuncin de

    ciencia y arte. Para Ghite, la historia tendra tres dimensiones+ la ar&umentacin formal Bque

    podramos denominar como dimensin cientfica o momento de la e%plicacinC; la implicacin

    ideol&ica Bdimensin ticaC; y la trama Bdimensin narrativa o estticaC. Para l, lo tico y lo

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    esttico determinan la primera dimensin, la cual carecera de sustento epistemol&ico. 7i Ghite

    a veces parece considerar que la historia no es una ciencia es porque tiene un concepto de ella

    car&ado de positivismo. 7upone que entre los historiadores no e%iste el consenso y que, en el

    resto de las ciencias ste es total. Pero ni lo uno ni lo otro es cierto. Hampoco es verdad que las

    dimensiones tica y esttica determinen a la e%plicacin. 7i bien es inne&able que estos aspectos

    jue&an al&=n rol sobre la trama e%plicativa, son los criterios epistemol&icos los que prevalen en

    la ar&umentacin histrica, o por lo menos as debera suceder. "Oui(s el *iro lin*0sticono sea

    ms que un recordatorio de los lmites de la ra(n y la ciencia, una vo( de alerta contra una

    in&enuidad e%a&erada y un optimismo demasiado complaciente.

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    emprica. >alla al intentar demostrar que las relaciones capitalistas de produccin no son

    inherentemente anta&nicas. Laclau abandona el realismo epistemol&ico y la ontolo&a

    materialista en su toma de distancia con respecto al mar%ismo.

    n el =ltimo captulo se estudian las diferencias polticas que distanciaron a i(eQ y Laclau, a

    pesar de sus coincidencias tericas. Petruccelli nos muestra cmo la postura utpico'

    revolucionaria del primero se aleja del reformismo &radualista del se&undo. Las diferencias entre

    ambos le permite a nuestro autor llamar la atencin sobre los lmites polticos de la filosofa+ "a

    partir de idnticas premisas filosficas 8el caso de i(eQ y Laclau9 se pueden e%traer las

    conclusiones polticas ms dispares#8139y "nin&una poltica concreta puede derivarse

    linealmente de nin&una filosofa#.81D97i el posmodernismo Bya sea en sus formas posmar%istas

    o pos'epistemol&icasC es la l&ica cultural del capitalismo tardo, el mar%ista debe luchar

    tanto dentrocomo contral. "Dentro, porque ya no e%iste un afuera del sistema BRC; contra,

    porque es precisamente a ese sistema al que se quiere derrocar#.8169

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    8190. Petruccelli, Ensayo so(re la teora marista de la -istoria, Iuenos 0ires, l cielo por asalto,

    1442, pp. 156'13?.

    8:9Sbidem, p. 13:. Los escritos que permiten sustentar esta afirmacin son+ la carta que !ar%

    enviara en 1266 al )onsejo ditorial de la publicacin rusa1nales "atrios; otra carta enviada, en

    1221, a la revolucionaria rusa Tera asulich; el 'anifiesto comunistade 1252, en el que se

    afirma la centralidad de la lucha de clases en la historia; los Grundrisse; y al&unos pasajes de El

    ca"ital.

    8?90. Petruccelli, 'aterialismo -ist+rico inter"retaciones y contro#ersias, Iuenos 0ires,

    Prometeo Libros, :K1K.

    8590. Petruccelli, El marismo en la encruci/ada, Iuenos 0ires, Prometeo Libros, :K1K.

    839'aterialismo -ist+rico inter"retaciones y contro#ersias, ob. cit. n el n=mero 1? de la

    revista olticas de la 'emoriapuede encontrarse un artculo de >ederico !are en el que se

    rese-a dicha obra+ "l Umodelo PEPV+ hacia una nueva teora mar%ista de la historia. 0cerca

    de 'aterialismo -ist+rico inter"retaciones y contro#ersiasde 0. Petruccelli#.

    8D90. Petruccelli, El marismo en la encruci/ada, ob. cit., p. ?K.

    869Sbdem, p. ?1.

    829Sbdem, p. ??.

    849Sbdem, p. 54.

    81K9Sbdem, p. 42.

    8119Sbdem, p. 1:6.

    81:9. obsbaMm, "Partidismo#, en su )o(re la -istoria, Iarcelona, )rtica, 1442, pp. 1?D'1?6,

    citado en 0. Petruccelli, El marismo en la encruci/ada, ob. cit., p. 12D.

    81?90. Petruccelli, El marismo en la encruci/ada, ob. cit., p. ::4.

    8159E. 0ron, 3ntroducci+n a la filosofa de la -istoria, Iuenos 0ires, Losada, :KKD B14?4C, p.

    ::6, citado en 0. Petruccelli, El marismo en la encruci/ada, ob. cit., p. :36.

    81390. Petruccelli, El marismo en la encruci/ada, ob. cit., p. ??1.

    81D9Sbdem, p. ??:.

    8169Sbdem, p. ??D.

    8129Sbdem, p. ??6.

    8149Sbdem, p. ?4.

    erramienta Meb 11

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