El Libro Del Eclesiastés

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UNIVERSIDAD FRANCISCO DE PAULA SANTANDER FACULTAD DE ESTUDIOS A DISTANCIA SEMINARIO DE AUTORES CONTEMPORÁNEOS JOSÉ ALIRIO CARRILLO RAMÍREZ 0720553 MAURICIO PERDOMO GUTIÉRREZ 0720687 EL LIBRO DEL ECLESIASTÉS INTRODUCCIÓN La riqueza literaria que encierran las Sagradas Escrituras es incalculable. No queda duda alguna que es Dios mismo quien se revela al hombre y por medio de este libro hace un acompañamiento a la humanidad donde plasma la sabiduría divina y el designio de Dios para con las personas. El libro del Eclesiastés es conocido como uno de los libros sapienciales debido a su gran riqueza espiritual y la sabiduría que él encierra. El autor hace especial mención en la sabiduría divina como reguladora del mundo, que es también compartida al hombre en la medida en que éste la busque. Es un libro de una magnificencia incalculable y de un gran valor. Eclesiastés pretende guiar al hombre por el camino justo, disfrutando cada uno de os regalos de Dios y viviendo la vida intensamente, yendo siempre por las sendas del bien y dando a conocer lo que verdaderamente es importante. El vocabulario utilizado en el libro de Eclesiastés es muy delicado pero a la vez sencillo, el autor expone su doctrina, que más que doctrinas son enseñanzas acerca de la finitud de las cosas materiales y la perpetuidad de Dios. Se resaltan

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Análisis del libro bíblico

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UNIVERSIDAD FRANCISCO DE PAULA SANTANDERFACULTAD DE ESTUDIOS A DISTANCIASEMINARIO DE AUTORES CONTEMPORÁNEOSJOSÉ ALIRIO CARRILLO RAMÍREZ 0720553MAURICIO PERDOMO GUTIÉRREZ 0720687

EL LIBRO DEL ECLESIASTÉS

INTRODUCCIÓN

La riqueza literaria que encierran las Sagradas Escrituras es incalculable. No queda duda alguna que es Dios mismo quien se revela al hombre y por medio de este libro hace un acompañamiento a la humanidad donde plasma la sabiduría divina y el designio de Dios para con las personas.

El libro del Eclesiastés es conocido como uno de los libros sapienciales debido a su gran riqueza espiritual y la sabiduría que él encierra. El autor hace especial mención en la sabiduría divina como reguladora del mundo, que es también compartida al hombre en la medida en que éste la busque. Es un libro de una magnificencia incalculable y de un gran valor.

Eclesiastés pretende guiar al hombre por el camino justo, disfrutando cada uno de os regalos de Dios y viviendo la vida intensamente, yendo siempre por las sendas del bien y dando a conocer lo que verdaderamente es importante.

El vocabulario utilizado en el libro de Eclesiastés es muy delicado pero a la vez sencillo, el autor expone su doctrina, que más que doctrinas son enseñanzas acerca de la finitud de las cosas materiales y la perpetuidad de Dios. Se resaltan rasgos característicos de los siglos II y III a de C. donde primaba para muchos reyes y acaudalados la sabiduría y con ella la obtención y el derroche de lujos. En el libro de Eclesiastés, ubicados desde su contexto histórico, hace un alto en el camino e invita a las personas a preocuparse por lo verdaderamente importante, Dios y su Reino, pues lo otro pasará, el lenguaje es metafórico y delicado, lleno de figuras literarias que enriquecen el relato del autor.

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DIMENSIÓN ONTOLÓGICA

El libro muestra al hombre como la máxima creación de Dios. Es su hijo porque Dios le dio su ser y lo puso en este mundo para que fuera feliz. La naturaleza del hombre es ser feliz, disfrutar todos y cada uno de los regalos que Dios le da sabiéndolos utilizar para su beneficio y no para su destrucción.

El hombre necesita de Dios y debe cultivar sus dones espirituales, pues el hombre es Espíritu inmortal, los placeres y lo efímero de la vida pasa, pero el espíritu trasciende y vuelve al Padre. El hombre es existencia pura y ella no se extingue nunca, pues ha sido creado para perpetrarse a lo largo de la eternidad; aunque la vida en la tierra es pasajera, un gran premio le espera a aquellos de noble corazón.

Además de esto el libro ontológicamente posee un gran contenido existencialista: el hombre está en el mundo no para ser condenado ni para vivir amargado; por el contrario, está aquí para ser feliz, para buscar su plenitud y para configurarse con Dios como creación máxima del Padre. Eso es el hombre: un hijo consentido de Dios, tan consentido que le fue otorgada la máxima nota de la persona que es la libertad. Por medio de esa libertad puede hacer uso de su razón y elegir lo que a bien le convenga, aunque en diversas ocasiones opta por lo desviado y por cosas que aparentemente lo plenifican pero que en el fondo lo destruyen y degradan su valor como hijo de Dios.

DIMENSIÓN FILOSÓFICA

El libro del Eclesiastés se dirige a responder cierto tipo de preguntas que inquietan al hombre desde el momento mismo de la creación: la pregunta por el sentido de la vida. ¿Tiene sentido vivir en un mundo donde nacemos, crecemos, nos reproducimos y fallecemos? No solo es la cadena vital lo que enmarca la importancia de la vida y esto se explica muy bien en Eclesiastés. La vida es más que un círculo vicioso en donde el hombre es protagonista y está destinado a seguir una línea cronológica que acabará tarde o temprano. La vida tiene sentido y hay que hallárselo, con la ayuda de Dios y su iluminación, pues aquel que no encuentra sentido a su vida es como el zombi que vive muerto.

La pregunta por el sentido del sufrimiento es otro asunto filosófico que el autor del libro pretende desarrollar dentro del libro. ¿De dónde viene el sufrimiento? ¿Para

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qué sirve el sufrimiento? ¿Por qué sufre tanto la humanidad? ¿Por qué sufren aquellas personas que son buenas? Preguntas existenciales que tienen fundamento en la persona y en su desarrollo dentro de la sociedad. Cabe resaltar que dios no creó el sufrimiento como castigo para el hombre y que Él no es ajeno a ello. El sufrimiento se deriva de la mala conducta de la persona y se relaciona directamente con su devenir histórico. Además todo hombre que pone su confianza en Dios es bendecido por el Padre y este guía sus pasos por el camino del bien.

La pregunta por lo efímero ocupa un papel importantísimo dentro del libro del Eclesiastés. El hombre inteligente no se deja deslumbrar por los metales preciosos, que engalanan y adornan el cuerpo pero que enceguecen y destruyen el alma. No se deja deslumbrar por la belleza física, por el sexo, por los juegos y por los lujos. Los placeres de la vida son efímeros, y hay que hacer una gran distinción entre placer, gozo y felicidad. Lo material solo produce place y gozo, pero nunca felicidad. La vida está llena de falsos placeres que solo te alegran por minutos o segundos, pero la verdadera felicidad trasciende las barreras de lo temporal y lo corpóreo, esa felicidad solo se halla en Dios, que es su fuente. No se dice con esto que se aborrezca todo lo que ofrece la vida y el mundo, pero sí que no se endiosen estas actitudes y se conviertan en el fin de la persona, que quiere vivir en ellas al precio que le cueste.

La pregunta por la justicia ocupa un lugar importantísimo en las intervenciones del Rey Salomón, presunto autor del libro. La verdadera justicia es aquella que desciende desde el cielo, aquella ley natural que Dios da a sus hijos para que vivan en armonía. Gracias a la libertad el hombre decide si se rige por ella o no, pero hay de aquel que desgracie los designios de Dios. podrán existir muchas leyes positivas, pero la verdadera ley viene del único legislador que gobernará con mano de hierro.

La verdadera sabiduría es aquella que le permite al hombre develar y conocer lo que Dios quiere para el hombre. Sabio es aquel que se deja moldear por la palabra y los consejos de Dios. Sabio es aquel que vive rectamente, es justo ante los ojos de Dios, se nutre del libro santo y de allí extrae las enseñanzas más grandes para su vida. El sabio no es aquel que más temas domina ni que tiene cientos de certificados académicos ganados. Pues de nada sirve tener el mundo a los pies si por necedad el alma se pierde. Estamos aquí para ser felices y el verdadero sabio es aquel que encuentra en lo cotidiano lo verdaderamente maravilloso y especial, que hace de su vida algo especial e inigualable, por eso vive en constante agradecimiento con el Padre, quien todo lo pone a sus servicios para que el hombre sea feliz.

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DIMENSIÓN PEDAGÓGICA

El libro del Eclesiastés muestra la estructura ideal como debe vivir el ser humano teniendo en cuenta a un Dios padre creador y basándose en el amor por sí mismo y por el de los demás como eje fundamental para implementar los valores y principios que identifican al hombre como el ser más preciado de todo el planeta, con capacidad de análisis y de reflexión lo que le permiten llevar una vida ejemplarizada y poder demostrar que es único e irrepetible por generación.

El libro es la carta magna donde se encuentran establecidos los cánones por los que se deben guiar para adecuar cada día la cotidianidad de su propia vida y la de los demás. La vivencia en sociedad es la característica principal del hombre como creación de Dios y este debe adaptarse a ello cumpliendo cierta serie de reglamentos para un buen vivir.

Todo es una escuela de donde el hombre aprende. Los animales, la naturaleza, las cosas mismas. El hombre debe estar abierto al aprendizaje continuo y es la misma naturaleza la que encamina al hombre ayudándole a buscar su sabiduría. En la sabiduría está Dios y es ella quien guía al hombre para encontrarlo.

DIMENSIÓN CULTURAL

Eclesiastés como tema principal enfoca el respeto por la vida humana y que debe hacer para que llevar una buena calidad de vida como Dios quiere, pues el eje central es el hombre y su comportamiento basado en las leyes naturales de las cuales aprende, como compartir con los demás desde diferentes personalidades y su pensamiento. La cultura avanza de la mano con el hombre y la sociedad lo perfecciona. La cultura es manifestación de Dios y es parte fundamental de la concepción humana.

Estamos hechos por el Creador para vivir en una cultura y nutrirnos de ella, pues la perfección del hombre solo se logra con relación a una cultura en la cual se está inmerso. La cultura del hombre siempre será esa fuente en la que el hombre satisfará su sed de amor y encontrará a Dios, quien lo invita a seguirlo por medio del amor al prójimo y a sus semejantes.