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  • EL LIBRO de

    THOTH

  • Ttulo en ingls: The Book of Thoth

  • CONTENIDO

    pginas PRIMERA PARTE: TEORA DEL TAROT 3-47

    I. Contenido del Tarot; Origen del Tarot; Teora de las Correspon-dencias del Tarot; Pruebas de la Tradicin Inicitica del Tarot; l.Eli-phaz Lvi y el Tarot; 2. El Tarot en los Manuscritos Cifrados; 3.El Ta-rot y la Orden Hermtica de la Golden Dawn; 4. Naturaleza de las Pruebas; Sumario de las Cuestiones Tratadas.

    II. El Tarot y la Santa Qbalah; El Arreglo de Napoles; El Tarot y la Frmula del Tetragrammaton; El Tarot y los Elementos; Las Veintids Claves, Atu, o Triunfos del Tarot.

    III. El Tarot y el Universo; Teoras de los Antiguos; El rbol de la Vida; El Arreglo de Napoles; El Tarot y el rbol de la Vida; Los Atu de Tahuti; Los Nmeros Romanos de los Triunfos; El Tarot y la Magia; El Shemhamphorasch y el Tarot; El Tarot y la Magia Ceremonial; El Ta-rot y el Animismo; Las Cartas del Tarot como Seres Vivos.

    SEGUNDA PARTE: LOS ATU (CLAVES O TRIUNFOS) 53-145

    0. El Loco; La Frmula del Tetragrammaton; El Hombre Verde del Festival de Primavera. El Loco de Abril. El Espritu Santo; El Gran Loco de los Celtas (Dalua); El Rico Pescador: Percivale; El Cocodri-lo (Mako, hijo de Set, o Sebek); Hoor-Pa-Kraat; Zeus Arrhenothelus; Dionisos Zagreus. Bacchus Diphues; Baphomet; Sumario.

    [ hasta XXI. El Prestidigitador; La Gran Sacerdotisa; La Emperatriz; El

  • Apndice. El Loco1. Silencio; 2. De Sapientia et Stultia; De Orculo Summo; 3. De Herba Sanctissima Arbica; De Quibusdam Mysteriis, Quae Vidi; De Quodam Modo Meditationis; Sequitur De Hac Re; Conclusio De Hoc Modo Sanctitatis; De Via Sola Solis. El Mago 1. De Mercurio; 2. El Seor de Ilusin; Fortuna, R.O.T.A.La Rue-da; Lascivia, Babaln; Arte, La Flecha; El Universo. El Universo Vir-gen.

    TERCERA PARTE: LAS CARTAS DE FIGURA 151-173

    Observaciones Generales; Caractersticas Generales de los Cuatro Dig-natarios; Descripcin Resumida de las Diecisis Cartas de Figura; Ca-ballero de Varas; Reina de Varas; Prncipe de Varas; Princesa de Varas; Caballero de Copas; Reina de Copas; Prncipe de Copas; Princesa de Copas; Caballero de Espadas; Reina de Espadas; Prncipe de Espadas; Princesa de Espadas; Caballero de Discos; Reina de Discos; Prncipe de Discos; Princesa de Discos.

    CUARTA PARTE: LAS CARTAS MENORES 179-220

    Los Cuatro Ases; Los Cuatro Doses; Los Cuatro Treses; Los Cuatro Cuatros; Los Cuatro Cincos; Los Cuatro Seises; Los Cuatro Sietes; Los Cuatro Ochos; Los Cuatro Nueves; Los Cuatro Dieces. La Raz de los Poderes de FuegoAs de Varas; DominioDos de Varas; Virtud Tres de Varas; ConsumacinCuatro de Varas; LuchaCinco de Va-ras; VictoriaSeis de Varas; ValorSiete de Varas; RapidezOcho de Varas; FuerzaNueve de Varas; OpresinDiez de Varas; La Raz de los Poderes de AguaAs de Copas; AmorDos de Copas; Abundan-ciaTres de Copas; LujoCuatro de Copas; FrustracinCinco de Copas; PlacerSeis de Copas; CorrupcinSiete de Copas; Indolen-ciaOcho de Copas; FelicidadNueve de Copas; SaciedadDiez de Copas; La Raz de los Poderes de AireAs de Espadas; PazDos de Espadas; AfliccinTres de Espadas; TreguaCuatro de Espadas; De-rrotaCinco de Espadas; CienciaSeis de Espadas; FutilidadSiete de Espadas; InterferenciaOcho de Espadas; CrueldadNueve de Es-

    Xll

    padas; RuinaDiez de Espadas; La Raz de los Poderes de TierraAs de Discos; CambioDos de Discos; TrabajosTres de Discos; Poder Cuatro de Discos; PreocupacinCinco de Discos; xitoSeis de Dis-cos; FracasoSiete de Discos; PrudenciaOcho de Discos; Ganan-ciaNueve de Discos; RiquezaDiez de Discos.

    INVOCACIN Y MNEMOTECNIA 221-223

    APNDICE A 253-264

    Funcionamiento del Tarot; El Significador; Primera Operacin; Segunda OperacinDesarrollo de la Cuestin; Tercera OperacinNuevo De-sarrollo de la Cuestin; Cuarta OperacinPenltimos Aspectos de la Cuestin; Quinta OperacinResultado Final. Caracteres Generales de los Triunfos en la Adivinacin.

    APNDICE B 269-294

    Correspondencias; La Escala Clave; La Atribucin General del Tarot; El Cosmos Chino; El Caduceo; Los Nmeros de los Planetas; Los Elemen-tos y sus Smbolos; Las Armas Elementales; La Esfinge; Las Dignidades Esenciales de los Planetas; Tablas de Correspondencia; Las Cuatro Es-calas de Color; Atribuciones de las Cartas de Figura; Atribuciones de las Cartas Menores; Las Dignidades Esenciales de los Planetas; La Tri-ple Trinidad de los Planetas; Las Triplicidades del Zodaco; Las Tria-das Vitales.

    LISTA DE ILUSTRACIONES

    ILUSTRACIONES AL TEXTO

    X l l l

  • LAMINAS

    El Hierofante portada interior

    I. Lascivia 51 II. As de Espadas 149 III. As de Discos 177 IV. Los Amantes 227 V. TRIUNFOSEl Loco; El Mago; La Sacerdotisa;

    La Emperatriz 229 VI. TRIUNFOSEl Emperador; El Hierofante; Los Aman-

    tes; La Carroza 230 VII. TRIUNFOSAjuste; El Ermitao; Fortuna; Lascivia 231 VIII. TRIUNFOSEl Ahorcado; Muerte; Arte; El Diablo 232 IX. TRIUNFOSLa Torre; La Estrella; La Luna; El Sol 233 X. TRIUNFOSEl Aen; El Universo 234 XI. CARTAS DE FIGURAVaras: Caballero; Reina; Prn-

    cipe; Princesa 235 XII. CARTAS DE FIGURACopas: Caballero; Reina; Prn-

    cipe; Princesa 236 XIII. CARTAS DE FIGURAEspadas: Caballero; Reina;

    Prncipe; Princesa 237 XIV. CARTAS DE FIGURADiscos: Caballero; Reina; Prn-

    cipe; Princesa 238 XV. CARTAS MENORESVaras: As de Varas; Dominio;

    Virtud; Consumacin 239 XVI. CARTAS MENORESVaras: Lucha; Victoria; Valor;

    Rapidez 240 XVII. CARTAS MENORESVaras: Fuerza; Opresin. Copas:

    As de Copas; Amor 241 XVIII. CARTAS MENORESCopas: Abundancia; Lujo; Frus-

    tracin; Placer 242 XIX. CARTAS MENORESCopas: Corrupcin; Indolencia;

    Felicidad; Saciedad 243

    xiv

    XX. CARTAS MENORESEspadas: As de Espadas; Paz; Afliccin; Tregua 244

    XXI. CARTAS MENORESEspadas: Derrota; Ciencia; Futi-lidad; Interferencia 245

    XXII. CARTAS MENORESEspadas: Crueldad; Ruina. Dis-cos: As de Discos; Cambio 246

    XXIII. CARTAS MENORESDiscos: Trabajos; Poder; Preo-cupacin; xito 247

    XXIV. CARTAS MENORESDiscos: Fracaso; Prudencia; Ga-nancia; Riqueza 248

    XXV. El Sol 251 XXVI. ElUniverso 267 XXVII. La Escala Clave 270 XXVIII.Atribucin General 272 XXIX. El Cosmos Chino 274 XXX. La Rosa y la Cruz 277 XXXI. Los Nmeros de los Planetas; Los Elementos y sus Sm-

    bolos; Las Armas Elementales; La Esfinge 281

    \v

  • NOTA BIBLIOGRFICA

    Aleister Crowley fue iniciado en la Orden Hermtica de la Golden Dawn el 18 de noviembre de 1898 e.v.; adopt el lema mgico Perdura-boPerdurar hasta el fin'.

    En febrero del ao siguiente alcanz el grado de Practicus y, consi-guientemente, se le confiaron las atribuciones secretas del Tarot, especial-mente las de los Atu (vanse pgs. 5-10).

    Trabaj asiduamente con estos Manuscritos en gran medida bajo ins-truccin personal de G.H. Frater 7o = 4, D.D.C.F. (S. Liddell Mathers) y V.H. Fratres 5o = 6o Iehi Aour (Alian Bennett, ms tarde Sayadaw Ananda Metteya) y Vol Noscere (George Cecil Jones) en calidad de husped o in-vitado de estos adeptos.

    Prosigui por cuenta propia estos estudios durante su primer viaje alre-dedor del mundo en busca de la Sabidura Oculta.

    El 8, 9 y 10 de abril de 1904 e.v. recibi el Libro de la Ley. Escogido por los Mestros para llevar a cabo su plan sublime, comenz a preparar el camino para el establecimiento del Nuevo Aen tal y como ellos le orde-naron (vase The Equinox of the Gods para un amplio y pormenorizado informe de este acontecimiento, el ms importante de su carrera mgica). Consecuentemente, public las atribuciones anteriormente secretas del Tarot en el Libro 777.

    vel Prolegomena symbolica ad systemam Sceptico-mysticae viae ex-

    plicandae, fundamentum hieroglyphicum sanctissimorum scientiae summae.

    Siguiendo la tradicin de Eliphaz Lvi, gran parte de sus escritos mgi-

    cos estn modelados o adornados por referencias al Tarot. Destacaremos a este respecto:

    Ambrosii Magi Hortus Rosarum (La Espada del Canto, 1904 e.v.).

    El Mundo Despierto (Konx Om Pax, 1907 e.v.). Liber XXX Aerum vel Saeculi sub figura CCCCXVIII: de los

    Angeles de los 30 Atiros, la Visin y la Voz (1911 e.v.). El Libro de las Mentiras (1913 e.v.). Magia en Teora y Prctica (Libro 4, Parte III), 1929 e.v.

    Siguiendo las pautas de los Manuscritos de la Orden Hermtica de la Golden Dawn, escribi un amplio ensayo sobre el Tarot en The Equinox, Vol. I, Nos. 7 y 8(1912 e.v.).

    Durante todo este tiempo, el Tarot fue su compaero, gua y objeto co-tidiano de investigacin.

    Acert a unir bajo el Esquema de la Santa Qbalah, del que el Tarot es el elemento particular ms importante, todos los sistemas filosficos y m-gicos, incluido el chino. Esto y su Arreglo de Napoles son indudable-mente sus xitos eruditos ms notables.

    Durante muchos aos haba deplorado la falta de un Texto autntico del Tarot. Las barajas medievales estn enormemente falseadas, compila-das por partidarios de sistemas polticos en boga o, si no, lejos de presentar la Verdad Antigua del Libro en un sistema coherente o en una forma de belleza lcida.

    Ya desde los comienzos de su estudio haba deseado fervientemente elaborar un Texto digno.

    El mismo Eliphaz Lvi haba querido llevar a cabo una tarea semejan-te, pero slo lleg a dejarnos dos Atu, La Carroza y El Diablo. Mu-chos ocultistas ms han abordado esta tarea, pero en muchos casos sin el conocimiento de las Atribuciones verdaderas. Sus tentativas han sido bur-das, disparatadas, lamentablemente grotescas.

    Pero los Maestros que haban vigilado, guiado y disciplinado al autor este libro reservaban una recompensa a sus esfuerzos. Le pusieron en con-tacto con una gran artista, Frieda Harris, quien, aunque careca de un co-nocimiento previo del Tarot, posea en su fuero interno el Espritu Esen-cial del Libro.

  • Juntos, aunaron sus fuerzas para la tremenda tarea de preparar las 78 cartas del Libro de Thoth.

    La idea original de Crowley era la de elaborar una baraja segn la tra-dicin de los Editores Medievales, corregida a la luz de las descripciones dadas en The Equinox, I, vii y viii. Pero la seora Harris encontr ciertas dificultades tcnicas, tales como la de introducir 10 manos anglicas ra-diantes por todas partes, cosa que produca un efecto grotesco, y observ tambin que las enseanzas de Crowley, con el curso de sus explicaciones, se adentraban en campos mucho ms sublimes y profundos que los que presentaban los modelos asequibles. En consecuencia, ella oblig al hom-bre ms perezoso del mundo a emprender lo que, a todos los efectos, es una obra original que incluye los ltimos descubrimientos de la ciencia moderna, la matemtica, la filosofa y la antropologa; es decir, a reprodu-cir grficamente toda su Mente Mgica sobre el armazn de la antigua tra-dicin Qabalstica. El acept esta tarea colosal; ello renov su energa y entusiamo.

    Pero la tarea fue penosa: la obra que se prevea acabar en tres meses se alarg a cinco aos. El acierto de la seora Harris como intrprete resulta increble. Tena que trabajar a partir de bocetos muy toscos hechos por Crowley y, a menudo, de simples descripciones o de una lectura entre l-neas de las barajas antiguas. Ella dedic todo su genio a la Obra. Cogi el ritmo con una rapidez asombrosa y, con una paciencia inagotable, se so-meti a las correcciones del fantico negrero a quien haba invocado, pin-tando a menudo la misma carta hasta ocho veces antes de que cumpliera las meticulosas exigencias de Crowley.

    Que el apasionado amor dirigido por la Voluntad que ella ha depo-sitado en este Tesoro de Verdad y Belleza brote del Esplendor y Fuerza de su obra para iluminar el mundo! Que este Tarot sirva de mapa a los osa-dos marineros del Nuevo Aen y les gue a travs del Gran Mar del Enten-dimiento hasta la Ciudad de las Pirmides!

    S. H. Sror l.W.E. 8 = 3o A.-.A.-.

    PROLOGO A LA EDICIN ESPAOLA

    El Libro de Thoth que ahora presentamos al pblico lector de habla castellana fue publicado en una edicin de 200 ejemplares tres aos antes de la muerte de Crowley. En l, tanto como a un estudio sistemtico y una descripcin exhaustiva de las cartas, asistimos a una exposicin plagada de sugerencias de la filosofa mgica del autor.

    El siempre difcil equilibrio entre la Tradicin, por la que a veces se ha abogado de manera hipcrita, y la Revolucin, a la que se suele invocar de forma harto inconsciente, queda patente en la obra de Crowley siempre que el lector encuentre y encarne el mensaje ltimo. Quiz el Aen de Ho-ras sirva para aclarar con su Espada Thelmica esta aparente contradic-cin. No obstante, a la Diosa de la Verdad, Maat, corresponde sintetizar la paradoja en una pluma de Justicia (Ajuste o Equilibrio, que dira Crow-ley).

    De denostada, criticada y despreciada, la figura del Maestro Therion ha pasado a ser vindicada de forma unnime por los nuevos hijos del Aen. Sin embargo, difcilmente puede convertirse en gur quien habla al ncleo del individuo proclamando el Haz lo que quieras. Pues s, empeo im-posible, quisiramos resumir su pensamiento mgico, tendramos que re-mitirnos a ese versculo del Libro de la Ley que dice: Hacer lo que t quieras ser la totalidad de la ley. Hazla y nadie se opondr.

    Como bien dice Lilly, espacio interior no hay ms que uno, el propio. Y, aunque muchos los caminos de acceso, tambin una la llave, la Volun-tad Verdadera. A esta Voluntad Verdadera es a la que invoca Crowley para llevarnos por un camino, el suyo, a nuestro propio espacio interior. Comprendido esto, la tarea que queda por delante es la de encarnar esta nueva simbologa adaptada al Nuevo Aen. El modo de llevarla a cabo de-pende de lo que cada cual quiera. Con todo, se nos sugiere que, como Rueda que es, pongamos a rodar el Tarot en nuestra mente, lo llenemos y vaciemos, como si de una vasija se tratara, de significados y relaciones

  • Negro. Todo se reduce a la ecuacin y economa sublime del Universo: Cambio = Estabilidad.

    Una larga vida consagrada a la ms noble de las Artes, la de conocerse a s mismo, que es conocer a NEMO, se ve coronada con la baraja Crow-ley/Harris, compendio de la sabidura de la Bestia y la intuicin y entendi-miento de Sror Tzaba. Los eternos Yang y Yin que se dan la mano para producir un nuevo Hijo Mgico. Y las condiciones para su alumbramiento no podan ser ms felices; el valor qabalstico de Tzaba es 93, como Thele-ma, como Aiwaz. Y es tambin Tzaba la ltima shakti que asiste al Maes-tro en su iniciacin ltima, la de Thanatos. Coincidencias todas ellas su-blimes. La serpiente que se muerde la cola.

    Como en el propio texto, abundan en las cartas digresiones y referen-cias que, inmersas en la tradicin del Tarot, nos obligan a transitar por los caminos hermanos de la filosofa y la ciencia. Y si las divergencias de car-tas como El Loco, Lascivia o El Aen respecto a las mismas cartas de otras barajas pueden prestarse a confusin en un primer momento, el estudio profundo nos revela una confirmacin a nivel aenico de la Tradicin Una de la que proceden, la Santa Qbalah. Sirva ello para comprender tambin que la Frmula del Tetragrammaton ha dejado de ser la rueda fa-tal y cerrada de nacimiento y muerte para transformarse en una mquina autoalimentada de evolucin abierta y vida.

    Como en Lber AL, Lber Aleph, El Libro de las Mentiras y tantos otros escritos en Clases A y B, se nos hace imperiosa en El Libro de Thoth la tarea de la lectura entre lneas. El afn de transmitir tanto obliga al lec-tor a ajustar todas las piezas de su maquinaria intelectual e intuitiva. As pues, en el texto presente, de nada servira una lectura precipitada. Case, por tanto, el lector cada reflexin y smbolo con su opuesto y complemen-tario; transmute lo grosero de lo evidente en material ms perfecto al que, con el mismo mtodo de apasionadas uniones, se vaya purificando gra-dualmente de toda escoria.

    I

  • AS DE ESPADAS

  • AS DE DISCOS

  • PRIMERA PARTE

    TEORA DEL TAROT

    .

  • I

    CONTENIDO DEL TAROT

    EL TAROT es una baraja de setenta y ocho cartas. Tiene cuatro palos, como las actuales cartas de juego, las cuales derivan de l. Pero las cartas de Figura son cuatro en lugar de tres*. Consta adems de veintids cartas llamadas Triunfos, cada una de las cuales es un dibujo simblico al que se le asigna un ttulo.

    A primera vista podramos suponer que esta ordenacin es arbitraria, sin embargo, no lo es. Viene exigida, como veremos ms adelante, por la estructura del universo y, en particular, del Sistema Solar tal y como est simbolizado por la Santa Qbalah. Todo esto se explicar a su debido tiempo.

    ORIGEN DEL TAROT

    El origen de esta baraja de cartas es muy oscuro. Algunas autoridades pretenden remontarlo hasta los antiguos Misterios Egipcios; otras los fe-chan en una poca mucho ms tarda, el siglo XV e incluso el XVI. Pero el Tarot ya exista indudablemente en lo que puede denominarse forma clsica en el siglo XIV, pues an se conservan barajas de esta fecha y la forma no ha variado en ningn aspecto notable desde aquel entonces.

    En la Edad Media estas cartas fueron muy utilizadas para predecir la fortuna, especialmente por parte de los gitanos, de modo que era habitual hablar del Tarot de los Bohemios o Egipcios. Cuando se descubri que los gitanos, a pesar de la etimologa, eran de origen asitico, hubo quien trat de hallar el origen del Tarot en el arte y la literatura de la India.

    Aqu no necesitamos entrar en debate sobre estos temas en litigio1.

    * N. del TV. Es decir, Caballero, Reina, Prncipe y Princesa en lugar de Sota, Caballo y Rey.

    1 Algunos eruditos creen que la R.O.T.A. (Rota, rueda) estudiaba en el Collegium ad Spi-ritum vase el Manifiesto Fama Fraternitatis de los Hermanos de la Rosa-Cruz era el Tarot.

  • TEORA DE LAS CORRESPONDENCIAS DEL TAROT

    El presente ensayo nada tiene que ver con la tradicin y la autoridad. La Teora de la Relatividad de Einstein no depende del hecho de que, cuando su teora fue puesta a prueba, fuera confirmada. La nica teora de esencial inters acerca del Tarot es la de que es una admirable ilustracin simblica del Universo basada en los datos de la Santa Qbalah.

    Convendra que, ms adelante, describiramos con cierta amplitud la Santa Qbalah y discutiramos detalles relevantes. La parte de ella que aqu nos interesa se llama Gematra, ciencia en la que el valor numrico de una palabra hebrea, al ser cada letra tambin un nmero, liga a esa pa-labra con otras del mismo valor o de un valor mltiplo. Por ejemplo, AchD, unidad (l+8+4)=13, y AHBH, amor, (l+5+2+5)=13. Este dato sirve para indicar que la naturaleza de la Unidad es Amor. Ahora bien, IHVH, Jehovah (10+5+6+5)=26=2xl3. Por consiguiente, Jehovah es la Unidad manifestada en la Dualidad. Y as sucesivamente. Una interpre-tacin importante de la palabra Tarot es la de que es un Notariqn* de la Torah hebrea, la Ley; tambin lo es de ThROA, la Puerta. Ahora bien, se-gn las atribuciones Yetzirticas vase la tabla del final esta ltima palabra puede interpretarse como El Universoel Sol renacidoCero. Esta es la verdadera Doctrina Mgica de Thelema: Cero igual a Dos. Ade-ms, por Gematra, el valor numrico de ThROA es 671 =61 x 11. Pues bien, 61 es AIN, Nada o Cero, y 11 es el nmero de la Expansin Mgica; por consiguiente, tambin ThROA proclama ese mismo dogma, la nica explicacin filosfica satisfactoria del Cosmos, su origen, modo y objeto. Un absoluto misterio rodea la cuestin del origen de este sistema; cual-quier teora que d razn de los hechos requiere suposiciones completa-mente absurdas. Para explicar tal misterio en su totalidad uno tiene que postular en el remoto pasado una asamblea fantstica de rabinos eruditos que calcularan solemnemente todo tipo de combinaciones de letras y n-meros y crearan la lengua hebrea sobre esta serie de manipulaciones. Esta teora es claramente contraria no slo al sentido comn, sino a los hechos histricos y a todo lo que sabemos sobre la formacin del lenguaje. Con todo, la evidencia es igualmente fuerte en el sentido de que hay algo, un

    * N. del T.: Notariqn es una de las tres partes en las que se divide la Qbalah literal. Las otras dos son: Gematra y Ternura.

    4

    algo nada desdeable, que excluye todas las teoras razonables de coinci-dencia en la correspondencia entre palabras y nmeros.

    Es un hecho innegable que cualquier nmero no es solamente uno ms que el nmero anterior y uno menos que el posterior, sino que es una idea individual independiente, una cosa en s misma, una substancia espiritual, moral e intelectual no slo tanto como lo pueda ser cualquier ser humano, sino mucho ms. Sus relaciones puramente matemticas son indudable-mente las leyes de su ser, pero ellas no constituyen el nmero, de la misma forma que las leyes fsico-qumicas de reaccin de la anatoma humana no nos dan una imagen completa del hombre.

    PRUEBAS DE LA TRADICIN INICIATICA DEL TAROT

    1. Eliphaz Lvi y el Tarot Aunque los orgenes del Tarot sean totalmente oscuros, hay una parte

    muy interesante de la historia moderna, historia bien presente en la me-moria del hombre, que es sumamente significativa y que, a medida que se desarrolle la tesis, veremos que la corrobora de una forma harto notable.

    A mediados del siglo XIX apareci un gran Qabalista y erudito que an incomoda a los espritus ms torpes con su hbito de divertirse a sus expensas tomndoles el pelo postumamente. Se llamaba Alphonse Louis Constant y era Abate de la Iglesia Romana. Como nom-de-guerre tradu-jo su nombre al hebreo, Eliphas Lvi Zahed, conocindosele hoy general-mente por Eliphas Lvi.

    Adems de un gran esteta literario y un bromista de la variedad llama-da Pince sans rire, Eliphas Lvi fue un filsofo y un artista y, al ser un artista y un profundo simbolista, se sinti desmedidamente atrado por el Tarot. Encontrndose en Inglaterra, propuso a Kenneth Mackenzie, famo-so erudito del ocultismo y alto grado francmasn, reconstituir y publicar una baraja diseada cientficamente.

    En sus obras encontramos versiones nuevas y propias de los triunfos ti-tulados La Carroza y El Diablo. Segn parece, saba que el Tarot era real-mente una forma pictrica del rbol Qabalstico de la Vida, que es la base de toda la Qbalah, hasta tal punto que escribi sus obras sobre este prin-cipio fundamental. Se propuso escribir un tratado completo sobre la Ma-gia. Dividi el tema en dos partes Teora y Prctica a las que llam

    5

  • Dogma y Ritual. Cada parte consta de veintids captulos, uno para cada uno de los veintids triunfos, y cada captulo versa sobre el tema represen-tado por el dibujo expuesto por el triunfo. La importancia de la exactitud de la correspondiencia aparecer a su debida hora.

    Y aqu se nos plantea una pequea complicacin. Los captulos se co-rresponden, aunque de manera equivocada, y esto slo se ha de explicar por el hecho de que Lvi se senta comprometido por su juramento origi-nal de secreto a la Orden de Iniciados que le haba confiado los secretos del Tarot.

    2. El Tarot en los Manuscritos cifrados En los aos del Renacimiento Mgico Francs de mediados del siglo

    XIX surgi en Inglaterra un movimiento de caractersticas semejantes. Centraba su inters en las religiones antiguas y en sus tradiciones iniciti-cas y taumatrgicas. Se fundaron o restauraron en aquella poca socieda-des eruditas, algunas de ellas secretas o semisecretas. Entre los miembros de un grupo de stos, la Logia Francmasona Quatuor Coronati, se conta-ban estos tres hombres: el Dr. Wynn Westcott, un forense de Londres, el Dr. Woodford y el Dr. Woodman. Existe una pequea controversia en lo que respecta a cul de ellos fue a la calle Farringdon o si fue a esta calle adonde dirigieron sus pasos; pero es indudable que uno de ellos o bien compr un libro antiguo a un librero desconocido o en un tenderete ambulante, o lo encontr en una biblioteca. Esto suceda alrededor de 1884 1885. Sin embargo, nadie pone en duda que en este libro haba al-gunos documentos sueltos; que estos documentos resultaron estar escritos en clave; que estos manuscritos cifrados contenan material para la funda-cin de una sociedad secreta con el objeto de conferir la iniciacin por me-dios rituales, y que entre estos manuscritos haba una atribucin de los triunfos del Tarot a las letras del alfabeto hebreo. Si examinamos este asunto, se nos hace completamente evidente que la atribucin equivocada de las letras que hizo Lvi era deliberada, que l conoca la atribucin co-rrecta y consideraba deber suyo ocultarla. (Camuflar sus captulos le cost muchas dificultades!)

    Se deca que los manuscritos cifrados databan de los primeros aos del siglo XIX, y hay una nota en una pgina que parece ser de puo y letra de Eliphas Lvi. Es muy probable que Lvi tuviera acceso a este manuscrito en la visita que hizo a Bulwer Lytton en Inglaterra. En cualquier caso,

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    como se seal antes, Lvi da continuas muestras de que conoca las atri-buciones correctas (con la excepcin, claro est, de Tzaddi; el porqu lo veremos ms adelante) y es evidente que intent utilizarlas sin revelar in-debidamente ningn secreto que hubiera jurado no desvelar.

    Tan pronto como uno posee las atribuciones verdaderas de estos triun-fos, el Tarot cobra vida. Uno se queda intelectualmente anonadado ante su exactitud. Todas las dificultades creadas por las atribuciones tradicionales tal como las entiende el erudito ordinario desaparecen al instante. Por esta razn nos sentimos inclinados a dar crdito a la pretensin de los promul-gadores del manuscrito cifrado en el sentido de que ellos eran los guardia-nes de una tradicin de Verdad.

    3. El Tarot y la Orden Hermtica de la Golden Dawn Debemos hacer ahora un comentario sobre la historia de la Orden Her-

    mtica de la Golden Dawn, la sociedad reconstituida por el Dr. Westcott y sus colegas, con el fin de ofrecer pruebas adicionales de la autenticidad de la pretensin de los promulgadores del manuscrito cifrado.

    Entre estos documentos, aparte de la atribucin del Tarot, haba algu-nos rituales esquemticos que daban a entender que contenan los secretos de la iniciacin; se mencionaba como autoridad emanante el nombre (con direccin en Alemania) de una tal Fralein Sprengel. El Dr. Westcott le escribi y, con su permiso, se fund, en 1886, la Orden de la Golden Dawn.

    (La G.-.D.-. es simplemente un nombre para la Orden Externa o Preli-minar de la R.R. et A.C., que es a su vez una manifestacin externa de la A:.A.:., que es la verdadera Orden de Maestros1 vase Magick, pgs. 229-244.)

    El genio que hizo esto posible fue un individuo llamado Samuel Lid-dell Mathers. Despus de un tiempo, Frl. Sprengel muri; una carta dirigi-da a ella que solicitaba un reconocimiento ms avanzado fue respondida por uno de sus colaboradores. Esta carta informaba al Dr. Westcott de la muerte de Frl. Sprengel, aadiendo que el autor de la misma y sus compa-eros no haban aprobado jams la decisin de Frl. Sprengel de autorizar la puesta en funcionamiento de un grupo operativo, pero que, a tenor de la

    1 Un grupo insolente, advenedizo y farsante que se autodenomina Orden de Maestros Ocultos ha aparecido y desaparecido recientemente.

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  • gran reverencia y estima en que se la tena, se haban abstenido de presen-tarle una oposicin abierta. Despus pasaba a decir que esta correspon-dencia debe cesar ahora, pero que si queran un conocimiento ms avan-zado podran conseguir sin dificultad utilizando de la manera adecuada el conocimiento que ya posean. Con otras palabras, deban emplear sus poderes mgicos para contactar con los Jefes Secretos de la Orden (ste es, casualmente, un modo de proceder completamente normal y tradicional).

    Poco despus, Mathers, que haba tramado hacerse con la Jefatura ope-rativa de la Orden, anunci que haba efectuado este contacto, que los Je-fes Secretos le haban autorizado a proseguir la obra de la Orden como ca-beza nica. Sin embargo, no hay pruebas de que dijera la verdad, pues la Orden no recibi ningn conocimiento nuevo de especial importancia; el que recibi result ser algo que Mathers pudo haber adquirido por medios normales de fuentes fcilmente asequibles, tales como el Museo Britnico. Estas circunstancias y una buena parte de intrigas mezquinas produjeron un grave descontento entre los miembros de la Orden. La opinin de Frl. Sprengel de que el trabajo en grupo en una Orden como sta era posible result estar equivocada en este caso. La Orden se disolvi el ao 1900.

    El objeto de estos datos es el de mostrar simplemente que, en aquella poca, la principal preocupacin de todos los miembros serios de la Orden era la de ponerse en contacto con los Jefes Secretos. En 1904 unos de los miembros ms jvenes, Frater Perdurabo, alcanz el xito. Los detalles completos de este acontecimiento pueden verse en The Equinox of the GodsK

    No conviene hablar aqu de las pruebas que han de demostrar la vera-cidad de esta pretensin. Pero ha de sealarse que se trata de pruebas in-ternas. Existen en el manuscrito mismo. Poco importa que el informe de alguna de las personas implicadas resultara ser falso.

    4. Naturaleza de las Pruebas Estas digresiones histricas han sido imprescindibles para la compren-

    Consltense especialmente pgs. 61 a 119. El mensaje de los Jefes Secretos est en el Li-bro de la Ley, que ha sido publicado en privado para iniciados, y pblicamente en The Equi-nox, Vol. 1, No. 7 y No. 10; tambin, con abundancia de detalles, en The Equinox of he Gods, pgs. 13 a 38 .Al final del volumen citado hay una reproduccin fotolitogrfica del ma-nuscrito. Tambin existe una edicin barata de bolsillo del texto del Libro, Existen adems

    sin de las circunstancias de este estudio. Conviene que consideremos aho-ra la peculiar numeracin de los Triunfos. A un matemtico le parece lgico empezar la serie de nmeros enteros con el Cero, pero eso mismo le resulta muy inquietante a la mente no disciplinada en las matemticas. En los ensayos y libros tradicionales sobre el Tarot se presupona que la carta nmero 0 se encontraba entre las cartas XX y XXI. El secreto de la in-terpretacin iniciada, que ilumina todo el significado de los Triunfos, con-siste simplemente en colocar esta carta nmero 0 en su lugar lgico, donde la hubiera colocado cualquier matemtico, delante de la nmero Uno. Pero an queda otra peculiaridad, un desorden en la secuencia natu-ral. Se trata de que las cartas VIH y XI tienen que ser intercambiadas con el fin de salvaguardar la atribucin. Pues la carta XI se llama Fuerza; en ella aparece un Len, y se refiere evidentemente al signo zodiacal Leo, mientras que la carta VIII se llama Justicia y representa la figura simb-lica convencional, entronizada, con espada y balanza, aludiendo as clara-mente al signo zodiacal de Libra, la Balanza.

    Frater Perdurabo haba hecho un estudio muy profundo del Tarot des-de su iniciacin en la Orden el 18 de noviembre de 1898; pues, tres meses despus, haba alcanzado el grado de Practicus; en calidad de tal, estaba autorizado a conocer la Atribucin Secreta. Estudi constantemente sta y los manuscritos explicativos anexos. Confront todos estos atributos de los nmeros con las formas de la naturaleza y no encontr incongruencia al-guna. Pero cuando (el 8 de abril de 1940 e.v.) estaba escribiendo el Libro de la Ley que le dictaba el mensajero de los Jefes Secretos parece ser que plante una pregunta mental, sugerida por las palabras del Captulo I, ver-sculo 57: La ley de la Fortaleza y el gran misterio de la Casa de Dios (La Casa de Dios es un nombre del Triunfo del Tarot nmero XVI), en este sentido: Tengo yo las atribuciones correctas?. Pues surgi una res-puesta interpolada: Todas esas viejas letras de mi libro son correctas, pe-ro V no es la Estrella. Tambin esto es secreto; mi profeta lo revelar al sabio.

    Esto era sumamente inquietante. Si Tzaddi no era la Estrella, cul lo era? Y, qu era Tzaddi? Durante varios aos intent intercambiar esta carta, La Estrella, que es la nmero XVII, con alguna otra. No tuvo xi-to. La solucin llegara muchos aos despus. Tzaddi es El Emperador y, por consiguiente, las posiciones de XVII y IV deben ser intercambiadas.

  • S, es mucho ms que satisfactoria; es, para la mente lcida, la prueba ms convincente posible de que el Libro de la Ley es un mensaje genuino de los Jefes Secretos.

    Pues La Estrella se refiere en el Zodaco a Acuario y El Empera-dor a Aries. Ahora bien, Aries y Acuario estn a cada lado de Piscis, del mismo modo que Leo y Libra estn a cada lado de Virgo; es decir, la co-rreccin del Libro de la Ley ofrece una simetra perfecta en la atribucin zodiacal, como si se formara un anillo en un extremo de la elipse que se correspondiera exactamente con el anillo existente en el otro extremo.

    Estos temas parecen algo tcnicos; de hecho, lo son; pero cuanto ms se estudia el Tarot, ms se percibe la admirable simetra y perfeccin del simbolismo. Es ms, hasta para el profano debe ser evidente que el equili-brio y la proporcin son esenciales para cualquier perfeccin, y la aclara-cin de estos dos puntos oscuros en los pasados 150 aos es indudable-mente un fenmeno muy destacable.

    SUMARIO DE LAS CUESTIONES TRATADAS

    1. Aun en el caso de que se conociera a ciencia cierta, el origen del Tarot es completamente irrelevante. Como sistema, el Tarot debe perma-necer o morir por sus propios mritos.

    2. Es indudablemente un intento deliberado por representar en forma pictrica las doctrinas de la Qbalah.

    3. La evidencia de esto es muy semejante a la que se le presenta a una persona que hace un crucigrama. Sabe por las Horizontales que la pala-bra es CRUJ casilla en blanco DO, de modo que est seguro, sin posibi-lidad de error, de que la casilla en blanco tiene que ser una I.

    4. Estas atribuciones son en cierto sentido un mapa convencional, simblico; tal mapa pudo ser inventado por alguna persona o persona de gran animacin y capacidad artstica combinadas con una erudicin y lu-cidez filosfica casi inconcebibles.

    5. Tales personas, con todo lo lcidas que podamos suponerlas, no seran completamente capaces de elaborar un sistema tan complejo en su conjunto sin la ayuda de seres superiores cuyos procesos mentales corres-pondieran, o correspondan, a una Dimensin superior.

    A modo de analoga, podramos examinar el juego del ajedrez. El aje-drez se ha desarrollado a partir de unos orgenes muy simples. Al princi-

    Hexagrama Unicurso Siempre se ha declarado imposible trazar

    un Hexagrama Unicurso; pero finalmente lo hemos conseguido. Las lneas son, sin embargo, estrictamente euclideanas; no tie-nen anchura.

    Los Das de la Semana Si seguimos las lneas del Heptgono, ve-

    remos el Orden (mgico) de los Siete Plane-tas Sagrados. Siguiendo las lneas del Hep-tagrama, el orden de los das de la semana. (Se cree que este ingenioso descubrimiento lo hizo el desaparecido G. H. Frater D.D.C.F.)

    XIV

    El Anillo Doble del Zodaco

  • pi era una batalla simulada para los guerreros cansados de los afanes de la guerra, pero las sutilezas del juego moderno que ahora, gracias a Ri-chard Rti, han transcendido todo clculo para adentrarse en el mundo de la creacin esttica ya estaban latentes en el invento original. Los crea-dores del juego estaban haciendo ms de lo que suponan. Claro est que se puede argumentar que estas sutilezas han aparecido con el curso de la evolucin del juego, y est sin duda muy claro histricamente que los anti-guos jugadores de cuyas partidas tenemos constancia no tenan un concep-to consciente de nada que transcendiera una serie de estratagemas bastante burdas y elementales. Se puede argumentar tambin que el juego del aje-drez es simplemente uno de entre toda una serie de juegos que ha evolu-cionado, mientras que otros desaparecieron debido a algn accidente. Tambin podemos sostener que es por pura casualidad el que el ajedrez moderno estuviera latente en el juego original.

    La teora de la inspiracin es realmente mucho ms sencilla, y da cuen-ta de los hechos sin violar la ley del mnimo esfuerzo.

    II

    EL TAROT Y LA SANTA QABALAH

    LA CUESTIN que trataremos ahora es la Santa Qbalah. Este es un tema muy sencillo y no presenta dificultades al individuo inteligente ordi-nario. En el sistema decimal hay diez nmeros y existe una razn genuina por la que en un sistema numrico que no es nicamente matemtico, sino filosfico, debe haber diez nmeros, y slo diez. En este momento es nece-sario presentar el Arreglo de aples. Pero antes de nada debemos com-prender la representacin pictrica del Universo dada por la Santa Qba-lah (vase diagrama).

    Esta ilustracin representa el rbol de la Vida, que es un mapa del Universo. Debemos comenzar, como lo hara un matemtico, por la idea del Cero, el Cero Absoluto, el cual, al examinarse, viene a significar cual-quier cantidad que uno pueda escoger, pero no, como el profano puede su-poner al principio, Nada, en el vulgar sentido de la palabra de ausencia de cosa alguna (vase Berashith, Pars, 1902).

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    EL ARREGLO DE NAPOLES

    Los Qabalistas ampliaron esta idea de Nada y obtuvieron un segundo tipo de Nada al que denominaron Ain Soph Sin lmite (esta idea no parece diferenciarse de la idea de Espacio). Despus decidieron que para interpretar esta falta absoluta de medios de definicin era necesario postular el Ain Soph Aur Luz Ilimitada. Con ella parecen haber dado a entender en gran medida lo que los ltimos hombres de ciencia Vic-torianos daban o crean dar a entender con el ter Lumnico (el Conti-nuum Espacio-Tiempo?).

    Evidentemente, todo esto es informe y vaco; se trata de condiciones abstractas, no de ideas positivas. El paso siguiente tiene que ser la idea de Posicin. Hemos de formular esta tesis: Si hay algo aparte de la Nada, tie-ne que existir dentro de esta Luz Ilimitada, dentro de este espacio, dentro de esta inconcebible Nada, la cual no puede existir en cuanto Nada, sino que tiene que concebirse como una Nada compuesta por la aniquilacin de dos opuestos imaginarios. De este modo aparece El Punto, que no tiene ni partes ni magnitud, sino slo posicin.

    Pero la posicin no significa nada a menos que exista algo ms, alguna otra posicin con la que se pueda comparar. Tenemos que describirla. La nica forma de hacerlo est en contar con otro Punto, y ello significa que tenemos que inventar el nmero Dos, haciendo entonces posible La L-nea.

    Pero esta Lnea no significa realmente mucho, pues an no existe me-dida de longitud. En esta fase el lmite del conocimiento es que existen dos cosas de las que ciertamente podemos hablar. Pero no podemos decir que estn cerca una de otra, o que estn lejos; lo nico que podemos decir es que estn separadas. Para discriminar entre estrellas debe existir una terce-ra cosa. Debemos contar con otro punto. Tenemos que inventar El Plano, tenemos que inventar El Tringulo. Al hacerlo, aparece, casualmente, toda la Geometra Plana. Ahora podemos decir que A est ms cerca de B que de C.

    Pero, hasta el momento, no hay substancia en ninguna de estas ideas. De hecho, no hay idea de ningn tipo, a no ser la idea de Distancia y quiz las ideas de Mediacin y de Medida Angular, de modo que la Geometra Plana, que ahora existe en teora, es despus de todo completamente rudi-mentaria e incoherente. No ha habido ningn tipo de aproximacin al

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  • concepto de una cosa realmente existente. No se ha hecho ms que dar de-finiciones, todas ellas en un plano puramente ideal e imaginario.

    Y he aqu que aparece El Abismo. No podemos continuar ms en lo ideal. El paso siguiente debe ser lo Real o, al menos, un acercamiento a lo Real. Tenemos tres puntos, pero no tenemos idea de dnde est nin-guno de ellos. Se hace imperioso un cuarto punto, y ste formula la idea de materia.

    El Punto, la Lnea, el Plano. El cuarto punto, a no ser que resultara en-contrarse en el plano, nos da El Slido. Si queremos conocer la posicin de un punto, tenemos que definirlo mediante el uso de tres ejes coordena-dos. Est a tantos pies de la pared norte, a tantos de la pared este y a tantos del suelo.

    As se ha desarrollado a partir de la Nada un Algo del que puede decir-se que existe. Hemos llegado a la idea de Materia. Pero esta existencia es sumamente endeble, pues la nica propiedad de cualquier punto dado es su posicin en relacin con otros puntos; no es posible cambio alguno y nada puede suceder. Por ello nos vemos forzados en el anlisis de la Reali-dad conocida a postular una quinta idea positiva, que es la de Movimiento.

    Este implica la idea de Tiempo, pues slo a travs del Movimiento, y en el Tiempo, puede tener lugar un evento dado. Sin este cambio y se-cuencia nada puede ser objeto de los sentidos. (Ha de advertirse que este n. 5 es el nmero de la letra H del alfabeto hebreo. Esta es la letra consa-grada tradicionalmente a la Gran Madre. Es la matriz en la que el Gran Padre, que est representado por la letra Yod, que es la reproduccin pic-trica de un Punto primario, se mueve y engendra la existencia activa.)

    Ahora es posible una idea concreta del Punto y, finalmente, es un pun-to que puede ser autoconsciente, ya que puede tener un Pasado, un Pre-sente y un Futuro. Es capaz de definirse a s mismo en trminos de las ideas previas. He aqu el nmero Seis, el centro del sistema: autoconscien-te, capaz de experiencia.

    En esta fase conviene apartarnos por un momento del simbolismo es-trictamente Qabalstico. La doctrina de los tres nmeros siguientes (al me-nos para algunas personas) no est expresada muy claramente. Debemos acudir al sistema Vedanta para hallar una interpretacin ms lcida de los nmeros 7, 8 y 9, si bien stos se corresponden muy ntimamente con las ideas Qabalsticas. En el anlisis hind de la existencia los Rishis (Sabios) postulan tres cualidades: Sat, la Esencia del Ser mismo; Chit, Pensamiento

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    o Intelecto, y Ananda (palabra traducida normalmente por Bienaventuran-za), el placer experimentado por el Ser en el curso de los acontecimientos. Este xtasis es evidentemente la causa excitante de la movilidad de la exis-tencia pura. Explica la asuncin de imperfecciones por parte de la Perfec-cin. El Absoluto sera Nada, permanecera en la condicin de Nada; por consiguiente, para ser consciente de sus posibilidades y disfrutarlas debe explorarlas. Podemos intercalar aqu un extracto que guarda un estrecho paralelismo con esta doctrina del documento titulado El Libro del Gran Alca, con el fin de permitir al lector examinar el tema desde el punto de vista de dos mentes diferentes.

    En un tiempo, todos los elementos deben haber estado separados se sera el caso del gran calor. Pues bien, cuando los tomos llegan al Sol conseguimos ese calor inmenso y extremo y todos los elementos son otra vez ellos mismos. Imagina que cada tomo de cada elemento poseyera la memoria de todas sus aventuras combinadas. Por cierto que ese tomo, fortalecido con la memoria, no sera ei mismo tomo y, sin embargo, lo es, pues no ha ganado nada de parte alguna que no sea esta memoria. Con-secuentemente, con el curso del tiempo y en virtud de la memoria, una cosa podra convertirse en algo ms que ella misma, de modo que es posi-ble una evolucin real. Podemos ver entonces una razn por la que un ele-mento decida pasar por esta serie de encarnaciones, pues as, y slo as, puede avanzar, y sobrelleva el lapso de memoria que tiene durante estas encarnaciones porque sabe que saldr adelante sin sufrir cambio alguno.

    Por consiguiente, t puedes tener un nmero infinito de dioses, indivi-duales e iguales aunque diversos, cada uno de ellos supremo y absoluta-mente indestructible. Esta es adems la .iica explicacin de cmo un Ser pudo crear un mundo en el que existe .a Guerra, el Mal, etc. El Mal es slo una apariencia, porque (como ei Bien) no puede afectar a la subs-tancia misma, sino slo multiplu ir sus combinaciones. Esto es algo as como el Monotesmo Mstico; pero la objecin u esa teora es que Dios tie-ne que crear cosas que son todas ellas parte de S Mismo, con lo que su in-teraccin es falsa. Si presuponemos muchos elementos, su interaccin es lgica.

    Estas ideas de Ser, Pensamiento y Bienaventuranza constituyen las cua-lidades mnimas posibles que un Punto debe poseer si quiere tener una verdadera experiencia sensoria de s mismo. Corresponden a los nmeros 9, 8 y 7. La primera idea de realidad, tal como la entiende la mente, es,

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  • por tanto, la de concebir el Punto en cuanto que formado por estos nueve previos desarrollos sucesivos del Cero. Y he aqu, finalmente, el nmero Diez.

    Con otras palabras, para describir la Realidad en forma de Conoci-miento tenemos que postular estas diez ideas sucesivas. En la Qbalah se les llama Sephiroth, palabra que significa Nmeros. Como veremos ms adelante, cada nmero tiene una significacin propia, y de tal modo estn en correspondencia con todos los fenmenos que su disposicin en el rbol de la Vida, como se ve en los diagramas (pgs. 270, '272 y 274), constituye un mapa del Universo. Estos diez nmeros estn representados en el Tarot por las cuarenta cartas menores.

    EL TAROT Y LA FORMULA DEL TETRAGRAMMATON

    Qu son, entonces, las Cartas de Figura? Esta cuestin implica otro as-pecto del sistema de desarrollo. Cul fue el primer proceso mental? Obli-gados a definir la Nada, la nica forma de hacerlo sin destruir su integri-dad era la de representarla como la unin de un Ms Algo con un equiva-lente Menos Algo. Podemos llamar a estas dos ideas lo Activo y lo Pasivo, el Padre y la Madre. Pero aunque el Padre y la Madre pueden efectuar una unin perfecta, retornando con ello al Cero, lo cual constituye una regre-sin, tambin pueden proyectarse en la Materia, de modo que su unin da lugar a un Hijo y una Hija. La idea se resuelve en la prctica como un m-todo de describir cmo la unin de dos cosas cualesquiera da lugar a una tercera que no es ninguna de ellas.

    El ejemplo ms claro lo vemos en la qumica. Si tomamos hidrgeno y cloro, y hacemos pasar por ellos una chispa elctrica, tiene lugar una ex-plosin, y se produce cido clorhdrico. Aqu tenemos una substancia real a la que podemos llamar el Hijo de la unin de estos elementos, y es un paso en direccin a la Materia. Pero adems, en el xtasis de la unin, se liberan Luz y Calor; estos fenmenos no son materiales en el mismo senti-do que el cido clorhdrico; este producto de la unin es por tanto de natu-raleza espiritual y corresponde a la Hija.

    En el lenguaje de los alquimistas, estos fenmenos fueron clasificados convencionalmente bajo la figura de cuatro elementos. El Fuego, el ms puro y activo, corresponde al Padre; el Agua, aun pura pero pasiva, es la

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    Madre; su unin resulta en un elemento que participa de ambas naturale-zas, aunque distinto de ellas dos, elemento al que llamamos Aire.

    Debemos tener muy presente que los trminos empleados por los fil-sofos antiguos y medievales no significan en absoluto lo que hoy se entien-de por ellos. El Agua no significa para ellos el compuesto qumico H20; es una idea sumamente abstracta que existe por todas partes.La ductilidad del hierro es una cualidad cuea1. La palabraelemento no da a entender un elemento qumico; implica todo un conjunto de ideas; compendia cier-tas cualidades o propiedades.

    Apenas parece posible definir estos trminos de forma que su significa-do resulte claro para el lector. Este debe descubrir por s mismo y median-te una prctica constante lo que para l significan. De esto no se sigue que llegue a las mismas ideas que otro lector. Ello no significar que uno tenga razn y el otro se equivoque, pues cada uno de nosotros tiene su propio universo, y ste no es el mismo que el universo de cualquier otra persona. La luna que ve A. no es la luna que ve B., quien, sin embargo, est a su lado. En este caso, la diferencia es tan pequea que en la prctica no exis-te; con todo, la diferencia existe. Pero si A. y B. miran un cuadro en una galera, el cuadro no es de ningn modo el mismo para ambos, pues A. ha aprendido a contemplarlo segn su experiencia de miles de otros cuadros, y B. ha visto probablemente un conjunto de cuadros completamente dife-rente. Sus experiencias coincidirn slo en unos pocos cuadros bien cono-cidos. Aparte de esto, sus gustos son esencialmente diferentes en muchos otros aspectos. As, si A. detesta a Van Gogh, a B. le enternece; si C. admi-ra a Bougereau, D. se encoge de hombros. No tenemos razn ni nos equi-vocamos acerca de materia alguna. Esto es cierto hasta en temas de la ciencia ms estricta. La definicin cientfica de un objeto es universal-mente correcta; y sin embargo no lo es por completo para cualquier obser-vador individual.

    El fenmeno que llamamos Hija es ambiguo. Ha sido definido anterior-mente como el ingrediente espiritual que resulta de la unin del Padre y la Madre; pero sta es slo una interpretacin.

    1 Asimismo, su virtud magntica es gnea, su conductividad area, y su peso y solidez t-- -eos . Sin embargo, el peso no es sino una funcin de la curvatura del continuum espacio-tiempo: La Tierra es el Trono del Espritu.

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  • EL TAROT Y LOS ELEMENTOS

    Los Antiguos concibieron el Fuego, el Agua y el Aire como elementos puros. Estos fueron relacionados con las tres cualidades de Ser, Conoci-miento y Bienaventuranza antes mencionadas. Tambin se corresponden con lo que los hindes llamaban los Tres Gunas Sattvas, Rajas y Ta-mas, que pueden traducirse aproximadamente por Calma, Activi-dad y Oscuridad Inerte. Los alquimistas tenan tres principios semejan-tes de energa de los que se componen todos los fenmenos existentes: Azufre, Mercurio y Sal. Este Azufre es Actividad, Energa, Deseo; el Mer-curio es Fluidez, Inteligencia, el poder de Transmisin; la Sal es el vehcu-lo de estas dos formas de energa, pero posee en s misma cualidades que reaccionan con ellas.

    El lector debe tener bien presentes todas estas clasificaciones tripartitas. En algunos casos, un grupo ser ms til que otro. Por el momento, con-centrmonos en la serie Fuego, Agua, Aire. Estos elementos estn repre-sentados en el alfabeto hebreo por las letras Shin, Mem y Aleph. Los Qa-balistas las llaman las Tres Letras Madres. En este grupo particular, los tres elementos implicados son formas completamente espirituales de ener-ga pura; slo se pueden manifestar en experiencia sensoria al incidir en los sentidos, al cristalizar en un cuarto elemento al que llaman Tierra, representada por la ltima letra del alfabeto, la Tau. Esta es pues otra in-terpretacin enteramente diferente de la idea de Hija, que aqu se conside-ra como un apndice del Tringulo. Es el nmero Diez que cuelga en el diagrama del 7, 8 y el 9.

    Debemos tener presentes simultneamente estas dos interpretaciones. Los Qabalistas, despus de inventar el Tarot, procedieron a hacer ilustra-ciones de estas ideas sumamente abstractas del Padre, la Madre y el hijo y la Hija, y las llamaron Rey, Reina, Prncipe y Princesa. Aunque pueda prestarse a confusin, tambin se las llam Caballero, Reina, Rey y Prin-cesa. A veces, al Prncipe y Princesa se les llama Emperador y Empe-ratriz.

    La razn de este embrollo est relacionado con la doctrina del Loco del Tarot, el Legendario Errante que se gana a la hija del Rey, leyenda que est conectada con el plan antiguo y extraordinariamente sabio de elegir al sucesor del rey en base a la habilidad de aquel para ganarse a la Princesa

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    espus de vencer a todos los competidores. (La Rama Dorada de Frazer B una autoridad en el tema).

    Para nuestra baraja, se ha credo ms conveniente adoptar los trminos Caballero, Reina, Prncipe y Princesa para representar la serie

    L adre, Madre, Hijo, Hija, pues la doctrina implicada, que es sumamente ompleja y difcil, as lo requiere. El Padre es Caballero porque aparece epresentado a caballo. Puede resultar esclarecedor describir los dos prn-gales sistemas, el Hebreo y el Pagano, como si fueran (y siempre lo han

    Sido) sistemas concretos y diferentes. El Sistema Hebreo es directo e irreversible; postula al Padre y la Madre

    de cuya unin nacen el Hijo y la Hija. Y aqu termina. Slo fue la poste-rior especulacin filosfica quien se encarg de derivar la Diada Padre-Madre de una Unidad manifiesta, y quien an ms tarde busc la fuente de esa Unidad en la Nada. Este es un esquema concreto, limitado y tosco, con su Principio sin causa y su estril Final.

    El Sistema Pagano es circular, autogenerado, autoalimentado, autorre-novado. Es una rueda en cuyo borde estn el Padre-Madre-Hijo-Hija; ellos se mueven alrededor del eje inmvil del Cero; se unen a voluntad; se trans-forman uno en otro; para la rbita no hay Principio ni Fin; ninguno es su-perior o inferior. La Ecuacin Cero=Muchos=Dos=Uno=Todos=Cero est implcita en todas las modalidades de existencia del Sistema.

    Aunque esto sea tan complejo, se ha conseguido al menos un resultado muy deseable: explicar por qu tiene el Tarot cuatro cartas de Figura, no tres. Esto explica tambin por qu hay cuatro palos. Los cuatro palos se llaman: Varas, atribuidas al Fuego; Copas, al Agua; Espadas, al Aire; y Discos (Monedas o Pentculos), a la Tierra. El lector adver-tir esta interaccin y reciprocidad del nmero 4. Es tambin importante que advierta que hasta en la ordenacin decuple, toma parte el nmero 4. El rbol de la Vida puede dividirse en cuatro palos: el nmero 1 corres-ponde al Fuego; los nmeros 2 y 3, al Agua; los nmeros 4 a 9, al Aire, y el nmero 10, a la Tierra. Esta divisin corresponde al anlisis del Hom-bre. El nmero 1 es su esencia espiritual, desprovista de cualidad o canti-dad; los nmeros 2 y 3 representan sus poderes creativos y transmisores, su virilidad y su inteligencia; los nmeros 4 a 9 describen sus cualidades mentales y morales concentradas en su personalidad humana; el nmero 6 es, por as decir, una elaboracin concreta del nmero 1; y el nmero 10 corresponde a la Tierra, que es el vehculo fsico de los nueve nmeros

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  • previos. Los nombres de estas partes del alma son: 1, Jechidah; 2 y 3, Chiah y Neschamah; 4 a 8, Ruach; y por ltimo, 10, Nephesch.

    Estos cuatro planos corresponden tambin a los denominados Cuatro Mundos, para entender la naturaleza de los cuales debemos remitirnos, con todas las reservas debidas, al sistema platnico. El nmero 1 es Atzi-luth, el Mundo Arquetpico; pero el nmero 2, en cuanto aspecto dinmi-co del nmero 1, es la atribucin Prctica. El nmero 3 es Briah, el mundo Creativo en el que toma forma la Voluntad del Padre a travs de la Con-cepcin de la Madre, del mismo modo que el espermatozoo, al fecundar al vulo, hace posible la produccin de una imagen de sus padres. Los nme-ros 4 a 9 incluyen a Yetzirah, el Mundo Formativo, en el que se produce una imagen intelectual, una forma apreciable de la idea; y esta imagen mental se hace real y tangible en el nmero 10, Assiah, el Mundo Mate-rial.

    A travs de todas estas atribuciones confusas (y a veces aparentemente contradictorias), con una paciencia inagotable y una pertinaz energa, se llega finalmente a una comprensin lcida, a una comprensin que es infi-nitamente ms reveladora que lo que podra ser cualquier interpretacin intelectual. Este es un ejercicio bsico en el sendero de la iniciacin. En caso de que uno fuera un superficial racionalista, resultara muy fcil en-contrar defectos en todas estas atribuciones e hiptesis semifilosficas; pero tambin resulta muy fcil demostrar matemticamente que es impo-sible golpear una pelota de golf.

    Hasta ahora, el tema principal de este ensayo ha sido el rbol de la Vida y, en su esencia, los Sephiroth. Conviene examinar ahora las relacio-nes de los Sephiroth entre s. (Vase diagrama, pg. 272.) Se advertir que para completar la estructura del rbol de la Vida emplean veintids l-neas. A su debido tiempo explicaremos cmo es que stas se corresponden con las letras del alfabeto hebreo. Sealaremos que, en ciertos aspectos, la forma en que estn eslabonados los Sephiroth parece arbitraria. Curiosa-mente, hay un tringulo equiltero, compuesto por los nmeros 1, 4 y 5, que podramos considerar una base lgica para las operaciones de la Filo-sofa. Sin embargo, no hay lneas que unan el 1 con el 4, o el I con el 5. Esto no es casual. En ningn lugar de la figura aparece un tringulo equi-ltero con el vrtice hacia arriba, si bien hay tres tringulos equilteros con el vrtice hacia abajo. Esto se debe a la frmula original Padre, Ma-dre, Hijo, que se repite tres veces en una escala descendente de simplici-

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    dad y espiritualidad. El nmero 1 est por encima de estos tringulos, pues constituye una integracin del Cero y cuelga del triple velo de lo Negativo.

    Pues bien, los Sephiroth, que son emanaciones del nmero 1, como ya se ha dicho, son cosas en s mismas, en un sentido casi kantiano. Las lneas que los unen son Fuerzas de la Naturaleza de un tipo mucho menos com-pleto; son menos abstrusas, menos abstractas.

    LAS VEINTIDS CLAVES, ATU, O TRIUNFOS DEL TAROT

    Aqu tenemos un excelente ejemplo de la omnipenetrante doctrina del Equilibrio. La ecuacin establece siempre que ax2 + bx + x = 0. Si no es igual a 0, no es una ecuacin. Y as, cuando quiera que un smbolo pierde importancia en un lugar de la Qbalah, la gana en otro. Las cartas de Figu-ra y las cartas menores forman la estructura esquemtica del Tarot en su funcin primordial de mapa de Universo. Pero, por la significacin espe-cial de la baraja en cuanto que Clave de frmulas mgicas, los veintids triunfos adquieren una importancia muy particular.

    A qu smbolos estn atribuidos? No pueden relacionarse propiamen-te con ninguna de las ideas, esenciales, pues ese papel lo han ocupado las cartas 1 a 10. No pueden representar bsicamente el complejo Padre, Ma-dre, Hijo, Hija, en toda su amplitud, pues ya han ocupado ese lugar las cartas de Figura. Estn atribuidos de la manera siguiente: las tres letras Madres, Shin, Mem y Aleph, representan a los tres elementos activos; las siete letras llamadas dobles, Beth, Gimel, Daleth, Kaph, P, Resh y Tau, representan a los siete planetas sagrados. Las doce letras restantes, H, Vau, Zain, Cheth, Teth, Yod, Lamed, Nun, Samekh, A'ain, Tzaddi y Qoph, representan a los Signos del Zodaco.

    En esta ordenacin existe una ligera superposicin o coincidencia. La letra Shin sirve tanto para el Fuego como para el Espritu, de la misma forma en que el nmero 2 participa de la naturaleza del nmero I; y la le-tra Tau representa tanto a Saturno como al elemento Tierra. Estos puntos problemticos encierran una enseanza.

    Sin embargo, no podemos dejar por las buenas a un lado estas veintids letras. La piedra que rechazaron los constructores se convierte en la piedra angular. Estas veintids letras adquieren una personalidad propia: una personalidad muy curiosa. Sera del todo equivocado decir que represen-

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  • tan un universo completo. Parece que representan ciertas fases bastante peculiares del universo. No parece factores esenciales de la estructura del universo. Cambian peridicamente en su relacin con los acontecimientos en curso. Una ojeada a la lista de sus ttulos no parece indicar ya el espri-tu estrictamente filosfico y cientfico de la rgida clasificacin que halla-mos en las otras cartas. Nos asalta el lenguaje del Artista. Sus nombres son: el Loco, el Prestidigitador, la Gran Sacerdotisa, la Emperatriz, el Em-perador, el Hierofante, Los Amantes, la Carroza, Lascivia, el Ermitao, la Rueda de la Fortuna, Ajuste, el Ahorcado, Muerte, Arte, el Diablo, la Casa de Dios, la Estrella, la Luna, el Sol, el Aen y el Universo. Eviden-temente, no son representaciones simblicas claras e ntegras de sus signos, elementos y planetas respectivos. Ms bien, son jeroglficos de misterios peculiares relacionados con cada una de ellas. Podemos empezar a pensar que el Tarot no es una mera representacin clara del Universo a la manera impersonal del sistema del I Ching. El Tarot est empezando a parecerse a la propaganda. Es como si los Jefes Secretos de la Gran Orden, que es la guardiana de los destinos de la raza humana, se hubieran propuesto reve-lar ciertos aspectos particulares del Universo; establecer ciertas doctrinas especiales; proclamar ciertas formas de comportamiento adecuadas a la si-tuacin poltica existente. Pero ambos sistemas, Tarot y I Ching, difieren de la misma manera que una composicin literaria de un diccionario.

    Ha sido muy desafortunado, aunque completamente inevitable, vernos obligados a adentrarnos tanto en esta controversia y que sta haya supues-to tantas digresiones como preliminar a una descripcin clara de la baraja. Puede que proceder a resumir lo ya expuesto nos facilite la tarea.

    He aqu una exposicin sencilla del mapa del rbol de la Vida. Los nmeros, o Cosas-en-S-Mismas, son diez emanaciones sucesivas del triple velo de lo Negativo. Las cartas menores numeradas del 1 al 10 correspon-den a los Sephiroth. Estas cartas aparecen en forma cudruple, pues no son los nmeros abstractos puros, sino smbolos particulares de esos nmeros en el universo de manifestacin, el cual est clasificado conven-cionalmente bajo la figura de cuatro elementos.

    Las cartas de Figura representan los elementos en s, dividido cada uno de ellos en cuatro subelementos. Para facilitar su consulta, he aqu una lis-ta de estas cartas:

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    Caballero de Varas, Fuego de Fuego Reina de Varas, Agua de Fuego Prncipe de Varas, Aire de Fuego Princesa de Varas, Tierra de Fuego

    Caballero de Copas, Fuego de Agua Reina de Copas, Agua de Agua Prncipe de Copas, Aire de Agua Princesa de Copas, Tierra de Agua.

    Caballero de Espadas, Fuego de Aire Reina de Espadas, Agua de Aire Prncipe de Espadas, Aire de Aire Princesa de Espadas, Tierra de Aire

    Caballero de Discos, Fuego de Tierra Reina de Discos, Agua de Tierra Prncipe de Discos, Aire de Tierra Princesa de Discos, Tierra de Tierra

    Los triunfos del Tarot son veintids; representan a los elementos que hay entre los Sephiroth o Cosas-en-S-Mismas, de modo que su posicin en el rbol de la Vida est cargada de significado. He aqu uno o dos ejem-plos. La carta llamada Los Amantes, cuyo ttulo secreto es Los Hijos de la Voz, el Orculo de los Dioses Poderosos, lleva desde el nmero 3 al nmero 6. El nmero 6 es la personalidad humana del individuo; el nme-ro 3, su intuicin espiritual. Por consiguiente, es lgico y significativo que la influencia del 3 sobre el 6 sea la de la voz intuitiva o inspiradora. Es la iluminacin de la mente y el corazn por parte de la Gran Madre.

    Examinemos ahora la carta que une el nmero 1 al nmero 6. Esta car-ta se llama La Gran Sacerdotisa y est atribuida a la Luna. La carta re-presenta a la Isis Celeste. Es un smbolo de completa pureza espiritual; es la iniciacin en su forma ms secreta e ntima que desciende sobre la cons-ciencia humana desde la consciencia divina ltima. Mirada desde abajo, es la aspiracin pura y resulta del hombre a la Divinidad, su fuente. Conven-dr que nos extendamos ms en estos temas cuando tratemos las cartas por separado.

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  • Por lo ya dicho, habr quedado claro que el Tarot ilustra, en primer lu-gar, el rbol de la Vida en su aspecto universal, y en segundo lugar, el co-mentario particular que explica esa fase del rbol de la Vida que es de es-pecial inters para las personas encargadas de la tutela de la raza humana en el momento particular de la produccin de cualquier baraja autorizada. Por tanto, es justo que esos guardianes modifiquen el aspecto de la baraja cuando les parezca oportuno. La baraja tradicional misma ha sido someti-da a numerosas modificaciones, adoptadas por conveniencia. Por ejemplo: el Emperador y la Emperatriz de las barajas medievales se referan concre-tamente al Santo Emperador Romano y a su Consorte. La carta llamada originalmente El Hierofante, que representa a Osiris (como lo indica la forma de la tiara), pas a ser en la poca renacentista el Papa. La Gran Sacerdotisa vino a llamarse la Papisa Juana, que representaba cierta leyenda simblica que circulaba entre los iniciados y que se vulgariz en la fbula de la Mujer Papa. An ms importante, El ngel o El Juicio Final, representaba la destruccin del mundo por fuego. Su jeroglfico es, en cierto sentido, proftico, pues cuando el mundo fue destruido por fuego el 21 de marzo de 19041, nos llam inevitablemente la atencin la seme-janza de esta carta con la Estela de la Revelacin*. Al ser esta fecha el principio del Nuevo Aen, nos ha parecido ms propio representar los co-mienzos del Aen, pues todo lo que se sabe sobre el siguiente Aen, que He gara dentro de 2.000 aos, es que su smbolo es la de la doble vara2. Pero el nuevo Aen ha producido unos cambios tan fantsticos en el orden establecido que sera evidentemente absurdo intentar mantener las tradi-ciones antiguas; los rituales de la antigedad son negros**. Consecuente-mente, la tarea de este Escriba ha sido la de preservar esos caracteres esen-ciales del Tarot que son independientes de los cambios peridicos de Aen, al tiempo que la de poner al da aquellos caracteres dogmticos y

    Vase Equinox ofthe Gods, loe. cit.

    * N. del T.: Estela funeraria de Ankh-af-na-Khonsu (XXVI Dinasta) donde ya se presa-giaban los principios fundamentales del Aen de Horus inaugurado con la recepcin por Crowley en 1904 de El Libro de la Ley.

    2 Vase AL III, 34. Hace referencia a Maat, Themis, la Seora del Equilibrio.

    ** N. del T.: Vase AL II, 5.

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    artsticos del Tarot que se han vuelto ininteligibles. El arte del progreso est en mantener intacto lo Eterno; pero tambin en adoptar una posicin de vanguardia, quiz en algunos aspectos semirrevolucionaria, con respec-to a accidentes como los sujetos al imperio del Tiempo.

    III

    EL TAROT Y EL UNIVERSO

    EL TAROT es una representacin Ilustrada de las Fuerzas de la Natu-aleza tal como las conceban los Antiguos de acuerdo a un simbolismo

    convencional. El Sol es una estrella. A su alrededor gira una serie de cuerpos a los que

    se llama Planetas, incluida la Luna, un satlite de la Tierra. Estos cuerpos giran en una sola direccin. El Sistema Solar no es una

    esfera, sino una rueda. Los planetas no permanecen en alineacin exacta, sino que oscilan hasta cierto punto (relativamente poco importante) de un lado a otro del plano verdadero. Sus rbitas son elpticas.

    Los Antiguos imaginaron esta rueda mucho ms claramente que lo que la suelen imaginar las mentes modernas. Prestaron especial atencin al arco imaginario. Dentro de los lmites de este arco, concibieron que las Es-trellas Fijas que estn ms all se encontraban relacionadas de forma espe-cial con el aparente movimiento del Sol. A este arco o cinturn de la rue-da lo denominaron Zodaco. Les pareci entonces que las constelaciones que estn fuera de este cinturn no afectaban tanto a la humanidad, pues no estaban en lnea directa con la gran fuerza giratoria de la rueda (T.A.R.O.=R.O.T.A.=rueda).

    TEORAS DE LOS ANTIGUOS

    1. En la antigedad se supona que la Tierra era el centro del Univer-so. Se consideraba que los Cielos que estaban por encima de la Tierra no

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  • se tena en cuenta que tambin estaban por debajo eran de Naturaleza Divina. Y como se reconocieran imperfecciones e irregularidades en los asuntos mundanos, se pens que los movimientos de los Cuerpos Celestes, que se observ que eran regulares, tenan que ser perfectos.

    Entonces se inici cierto tipo de pensamiento apriorstico. Los mate-mticos tenan la idea de que el Crculo era un figura perfecta; por tanto (decan con el tpico razonamiento teolgico), todos los cuerpos celestes tienen que moverse en crculo1. Esta suposicin religiosa caus grandes problemas a los astrnomos. Como sus mediciones se hicieran ms exten-sivas y exactas, encontraron cada vez ms difcil reconciliar observacin y teora, cuando menos, hacerlo sin exponerse a grandes inconvenientes en sus clculos. De modo que inventaron los ciclos y epiciclos para ex-plicar los movimientos observados.

    Finalmente, Coprnico se vio impulsado por esta incomodidad a suge-rir que sera realmente mucho ms prctico (si la idea no fuera tan perver-sa) imaginar que el Sol, y no la Tierra, era el centro del Sistema.

    En las matemticas no hay hechos fijos. Bertrand Russell afirma que en este tema nadie sabe lo que dice, y a nadie le importa si se tiene razn o no.

    Por ejemplo: Comencemos con la suposicin de que la Luna es el cen-tro inamovible del Universo. Nadie puede contradecirla; no tenemos ms que manipular los clculos para que cuadren. La objecin prctica es que no facilitara la tarea de los navegantes.

    Es importante tener en mente esta idea, pues de otro modo uno no puede captar todo el espritu de la Filosofa de la Ciencia moderna. Esta no persigue la Verdad; no concibe la Verdad (en cualquier sentido ordina-rio de la palabra) como algo posible; persigue el mximo de conveniencia.

    2. Volvamos a la imagen del Sistema Solar. El Sol es el Cubo de la Rueda; el Planeta ms exterior est sobre su llanta; y ms all, aunque la-teralmente dentro de esta llanta, estn las Doce Constelaciones del Zoda-co.

    Por qu doce? La primera divisin aproximada del crculo es un cuatro, de acuerdo

    con las estaciones observadas. Esta decisin tambin puede haber estado influida por la divisin de los Elementos en Cuatro Fuego, Aire, Agua,

    No saban que el Crculo es slo un caso de Elipse: aqul en que los focos coinciden.

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    Tierra. (Como ya se ha explicado, stos no aluden a los objetivos que hoy entendemos con esas palabras.)

    Quiz porque se crea necesario introducir un nmero tan sagrado como el Tres en todo lo celeste, o porque resultaba que las constelaciones observadas estaban divididas naturalmente en doce grupos, se dividi el Zodaco en doce signos, tres para cada Estacin.

    Se observ que la Influencia del Sol en la Tierra cambiaba a medida que El pasaba por los Signos. Y que tambin cambiaban cosas completa-mente simples tales como la medida de tiempo entre la Salida y la Puesta del Sol.

    Cuando se dice que el Sol entra en el Signo de Aries, se quiere decir que si se trazara una lnea recta desde la Tierra al Sol y se prolongara hasta las Estrellas, esa lnea pasara por el comienzo de esa Constelacin. Su-pongamos ahora que uno observa la Luna Llena el primer da de Primave-ra; pues bien, uno podr ver, tras ella, las estrellas del comienzo de Libra, el signo opuesto a Aries.

    Los antiguos observaron que la Luna tardaba aproximadamente vein-tiocho das en completar el ciclo; y a cada da se le asign lo que se dio en llamar una Mansin. Se supona que la influencia misteriosa de la Luna cambiaba en cada Mansin. Esta teora no entronca directamente con el Tarot, pero debe* mencionarse para ayudar a despejar cierto confusionismo que est a punto de complicar la cuestin.

    3. Los primeros astrnomos calcularon que el Sol tardaba 360 das en recorrer el Zodaco. Este era un secreto celosamente guardado por los eru-ditos; de modo que lo ocultaron en el nombre divino Mithras, que, segn la Convencin Griega, suma (M 40-1 10-Th 9-R 100-A 1-S 200) 360. Ob-servaciones ms perfectas demostraron que 365 das era ms exacto; de modo que se decidi llamarlo Abraxas (A 1-B 2-R 100-A 1-X 60-A 1-S 200). Cuando los primeros descubrieron esto, rectificaron alterando Mith-ras por Meithras, que (como Abraxas) suma 365. En este clculo sigue ha-biendo un error de cerca de seis horas; de modo que, con el curso de los si-glos, el Calendario se fue desajustando. No asumi su forma actual hasta tiempos del papa Gregorio.

    El Objeto de que dividieran el Crculo del Zodaco en 360 grados est en que es una base cmoda para el clculo.

    A cada medida angular de 10 grados la llamaron Decanato. As pues tenemos treinta y seis Decanatos que dividen cada Signo del Zodaco en

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  • tres partes. Se supona que la influencia del Signo era muy rpida e impe-tuosa en el primer Decanato, poderosa y equilibrada en el segundo, y espi-ritualizada y efmera en el tercero.

    Hagamos una breve digresin. Una de las doctrinas ms importantes de los Antiguos era la del Macrocosmos y el Microcosmos. El Hombre es en s mismo un Universo en pequeo; es una copia diminuta del gran Univer-so Este argumento fue, naturalmente, invertido; de manera que las carac-tersticas antes dadas de las cualidades de los Tres Decanatos del signo se debieron probablemente a una analoga con el curso de la vida del hom-

    4. Las observaciones precedentes dan una idea bastante completa de la presentacin arbitraria, o en gran medida arbitraria, del Cosmos por parte de los Antiguos. En primer lugar, la divisin en Cuatro Elementos. Estos Elementos lo impregnan todo. Algo as diran acerca del Sol. Sostendran que era bsicamente Fuego por razones obvias; pero tambin tendra la cualidad Area de la Movilidad. La parte cuea estara indicada por su capacidad de crear Imgenes; y la parte Terrena, por su inmensa Estabili-dad.

    Asimismo, diran de una Serpiente que su poder Mortfero es gneo; su Rapidez, area; su movimiento ondulante,Acueo; y su habitat, Terreno.

    Estas descripciones son evidentemente del todo insuficientes; tienen que complementarse atribuyendo cualidades planetarias y zodiacales a to-dos los objetos. As, el Toro es en el Zodaco un signo Terreno, y es el sig-no central de los tres por los que pasa el Sol en Primavera. Pero el carcter bovino es tambin apacible, por lo que dijeron que Venus rige el Signo de Tauro Por otra parte, el principal animal que da leche es la Vaca, de modo que hicieron de ella la Gran Diosa-Madre, identificndola asi con la Luna, la Madre del Cielo de igual forma que el Sol es el Padre. Represen-taron esta idea diciendo que la Luna est exaltada en Tauro es decir, que ejerce el aspecto ms benfico de su influencia cuando est en ese sig-no.

    5 Advertir cmo se subdivieron y se unen todos estos Elementos re-sulta confuso en un principio, aunque sumamente instructivo y revelador cuando se ha asimilado perfectamente el mecanismo. Solo se puede llegar a comprender cualquiera de estos smbolos haciendo una imagen com-puesta de l, una imagen formada por todos los dems en proporcin va-riable Pues cada planeta confiere cierta parte de su influencia a cualquier

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    objeto dado. Este hbito mental lleva a una comprensin de la Unidad de la Naturaleza (junto con su exaltacin justa y espiritual) que difcilmente podra alcanzarse de otro modo; ello produce una armona interna que acaba en una aceptacin de la Vida y la Naturaleza.

    Ha llegado ya el momento de analizar y definir las caractersticas tradi-cionales de estos smbolos; pero, antes de nada, quiz fuera ms oportuno construir sobre un cimiento firme pasando a examinar el nmero Dos, que hasta ahora no ha sido tenido en cuenta.

    En el Universo slo hay dos operaciones posibles, el Anlisis y la Sn-tesis. Dividir y unir. Solve et coagula, decan los Alquimistas.

    Si se ha de cambiar algo, o bien debemos dividir el objeto en dos par-tes, o aadirle otra unidad. Este principio est en la base de todo pensa-miento y trabajo cientfico.

    El primer paso del hombre de ciencia es la Clasificacin, la Medicin. El dice: Esta hoja de encina es como aquella hoja de encina; esta hoja de encina es distinta de esta hoja de haya. Hasta que no se comprende este hecho, no se empieza a entender el Mtodo Cientfico.

    Los Antiguos eran plenamente conscientes de esta idea. Los chinos, en particular, basaban toda su filosofa en esta divisin primaria de la Nada original. Debemos empezar con la Nada; de lo contrario se planteara la cuestin: De dnde surgi este postulado Algo? De modo que escribieron la ecuacin Cero igual a ms uno ms menos uno; 0=(+l) + (-1).

    Al Yang, o Principio Masculino, lo llamaban Ms Uno; al Ying, o Principio Femenino, Menos Uno. Estos se combinan despus en pro-porcin variable, dando as la idea de Cielo y Tierra en equilibrio perfecto, del Sol y Luna en equilibrio imperfecto, y de los Cuatro Elementos en for-ma desequilibrada. (Vase diagrama: El Cosmos Chino.)

    Esta ordenacin china es pues decuple, y se ha demostrado que es pro-digiosamente equivalente al Sistema que hemos examinado aqu.

    6. El antiguo esquema de los Elementos, Planetas y Signos Zodiacales fue resumido por los Qabalistas en su rbol de la Vida.

    Esta identidad entre los dos sistemas se mantuvo velada hasta hace muy poco1 porque los chinos continuaron con su sistema de duplicacin, y transformaron as sus ocho trigramas en sesenta y cuatro hexagramas,

    1 El autor de este libro descubri esta identidad durante su estudio an incompletodel I Ching.

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  • mientras que los sabios del Asia Occidental unieron sus diez nmeros del rbol de la Vida mediante veintids Senderos.

    Los chinos tienen pues sesenta y cuatro smbolos principales frente a los treinta y dos del rbol; pero los Qabalistas cuentan con una concate-nacin de smbolos que se presta a una interpretacin y manejo muy suti-les. Es tambin ms adecuada para describir las relaciones internas de sus Elementos. Por otra parte, cada uno de ellos puede multiplicarse o subdi-vidirse a voluntad, segn lo requiera el momento.

    EL RBOL DE LA VIDA

    I. Esta figura debe estudiarse con gran atencin, pues es la base de todo el sistema en que se funda el Tarot. Resulta totalmente imposible dar una explicacin completa de esta figura, pues (en cierto modo) es universal. Por consiguiente, no puede significar lo mismo para una persona que para otra. El universo de A no es el universo de B. Si A y B estn sentados a la mesa uno frente a otro, A ve el lado derecho de la langosta, y B el izquier-do. Si se ponen uno al lado del otro y miran a una estrella, el ngulo es di-ferente; aunque esta diferencia sea infinitesimal, existe. Pero el Tarot es el mismo para todos de igual forma que cualquier verdad o frmula cientfica es la misma para todos. Es sumamente importante recordar que las verda-des de la ciencia, aunque umversalmente ciertas en lo abstracto, no son to-talmente ciertas para observador alguno, pues aun cuando la observacin de cualquier objeto ordinario se haga por dos personas de idnticas reac-ciones sensoriales y desde el mismo lugar, no puede hacerse directamente al mismo tiempo; y hasta la ms pequea fraccin de segundo es suficiente para mover en el espacio a objeto y observador.

    Hay que hacer nfasis en este hecho, pues no se debe considerar el r-bol de la Vida como una frmula fija. En cierto sentido, es un modelo eterno del Universo precisamente porque es infinitamente elstico; y ha de emplearse por ello como instrumento en nuestras investigaciones de la Na-turaleza y sus fuerzas. No ha de hacerse de l una excusa para el Dogma-tismo. El Tarot debe estudiarse a una edad tan temprana como sea posible; constituye un fulcro para la memoria y un esquema para la mente. Debe estudiarse continuamente, como ejercicio cotidiano, pues es umversalmen-te elstico, y se desarrolla en razn en un mtodo sumamente ingenioso y perfecto para comprender la totalidad de la Existencia.

    30

    2. Es probable que los Qabalistas que inventaron el rbol de la Vida estuvieran inspirados por Pitgoras, o que tanto ste como aqullos saca-ran su conocimiento de una fuente comn de mayor antigedad. En cual-quier caso, ambas escuelas coinciden en un postulado fundamental, que es ste: Como mejor se define la Realidad Ultima es mediante los Nmeros y su interaccin. Es interesante sealar que la Fsica Matemtica moderna ha llegado finalmente a una suposicin similar. Es ms, el intento de defi-nir la Realidad mediante un nico trmino concreto ha sido abandonado. El pensamiento moderno concibe la Realidad bajo la imagen de un crculo de diez ideas, tales como Potencial, Materia y dems. Ningn trmino tie-ne sentido en s mismo; slo puede entenderse en relacin con los dems. Esta es exactamente la conclusin a que antes llegamos en este ensayo por lo que respecta a la forma en que los planetas, elementos y signos depen-dan entre s y estaban compuestos unos por otros.

    Pero el posterior intento por penetrar la Realidad llev a los Qabalistas a resumir las cualidades de estas ideas algo ambiguas y literarias refirin-dolas a los nmeros de la escala decimal.

    Los nmeros, pues, constituyen la mayor aproximacin a la Realidad que se revela en este sistema. As, por ejemplo, el nmero 4 no es precisa-mente el resultado de aadir uno a tres, de elevar dos al cuadrado, o de dividir ocho por dos. Es una cosa en s misma con todo tipo de cualidades morales, sensorias e intelectuales. Simboliza ideas tales como Ley, Limita-cin, Poder, Proteccin y Estabilidad.

    En el sistema Qabalstico la idea original es el Cero1, que aparece bajo tres formas, a la manera de como (en la filosofa china) el Tao se manifies-ta poco a poco a travs del Teh, o de como (en el mejor sistema hind) el dios de Destruccin y Aniquilacin, Shiva, se manifiesta a travs de la Energa Infinita, Sakti. El sistema comienza por tanto con Ain Nada, Ain Soph Sin Lmite, y Ain Spph Aurla Luz Ilimitada.

    Ahora podemos proceder a imaginar cualquier punto en esta luz, a seleccionarlo para su observacin; el hecho de hacerlo as lo hace Positivo. Esto nos da el nmero 1, que se llama Kether, la Corona. Los dems n-meros surgen por razn de la necesidad del pensamiento de la forma que se explica en la tabla siguiente:

    1 La repeticin que aqu hacemos con otras palabras de ideas ya expuestas en este ensayo es deliberada.

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  • EL ARREGLO DE NAPOLES1

    61=0. 61 + 146 = 0 en cuanto que Indefinido (Espacio). 61 + 146 + 207 = 0 en cuanto que base de Posible Vibracin. 1. El Punto: Positivo pero indefinible. 2. El Punto: Distinguible de otro 1. 3. El Punto: Definido por relacin con otros 2.

    El Abismo entre lo Ideal y lo Real. 4. El Punto: Definido por 3 coordenadas: Materia. 5. Movimiento (Tiempo) H, el tero; pues slo por el Movimiento y

    en el Tiempo pueden acaecer los sucesos.

    6. El Punto: ahora autoconsciente, pues es capaz de definirse en los trmi-

    nos precedentes. 7. La Idea del punto de Bienaventuranza (Ananda). 8. La Idea del Punto de Pensamiento (Chit). 9. La Idea del Punto de Ser (Sat).

    10. La Idea del Punto de S Mismo colmado en su complemento, en cuan-

    to que determinado por 7, 8 y 9. Se ver por lo anterior que mediante estos diez nmeros positivos, pero

    no por ningn nmero menos, podemos llegar a una descripcin positiva de cualquier objeto o idea.

    Hasta ahora, el argumento se ha erigido sobre una base rgida, matem-tica, concedindole slo un ligersimo tinte filosfico para darle forma. Pero hemos llegado a un punto en que, para describir los objetos del Pen-samiento y los Sentidos, nos vemos obligados a dar la mano a los astrlo-gos. El problema que ahora se plantea es ste: asignar al Nmero Puro las ideas morales que le correspondan. Esto es en parte un asunto de la expe-riencia, y en parte de la tradicin derivada de una experiencia mayor. No sera prudente descartar la tradicin con un desprecio absoluto, pues todo pensamiento est condicionado por las leyes de la mente misma, y la Men-te ha sido formada en cada hombre a travs de miles de aos de evolucin por los pensamientos de sus antepasados. Las clulas de todos los cerebros

    1 As llamado porque fue elaborado por primera vez en esta ciudad.

    32

    vivos son tanto las hijas de los grandes pensadores del pasado como el de-sarrollo de los rganos y miembros.

    Hoy hay muy pocas personas que hayan odo hablar de Platn y Aris-tteles. Ni una de entre mil, o quiz diez mil, de esas pocas personas ha ledo jams a ninguno de ellos, ni siquiera en traducciones. Pero cierto es tambin que hay muy pocas personas cuyo pensamiento, en cuanto tal, no est condicionado por las ideas de esos dos filsofos.

    En el rbol de la Vida encontramos pues el primer intento por conec-tar lo Ideal con lo Real. Los Qabalistas dicen, por ejemplo, que el nmero 7 encierra la idea de Venus, y el nmero 8 la de Mercurio, que el sendero que conecta el 1 y el 6 se refiere a la Luna, y el que une el 3 y el 6 al Signo de Gminis.

    Entonces, en la categora de lo Real, cul es el verdadero significado de estos planetas y signos? Aqu nos enfrentamos de nuevo con la imposi-bilidad de dar una definicin exacta, pues las posibilidades de investiga-cin son infinitas; adems, en cualquier momento de cualquier investiga-cin, una idea determinada se funde con otra y empaa la definicin exac-ta de las imgenes. Pero, naturalmente, ste es el objetivo. Todos stos son pasos a oscuras por el camino que lleva a la Gran Luz: all donde el Uni-verso se percibe como uno, y, sin embargo, con todas sus partes, cada una de ellas necesaria y distinta.

    El comienzo de esta tarea es, no obstante, bastante fcil. No se precisa ms que un conocimiento clsico elemental. Para empezar, las naturalezas de los planetas estn definidas aproximadamente por las de los dioses de quienes tomaron nombre los cuerpos reales del cielo, de acuerdo ello con las antiguas ideas astrolgicas sobre su influencia en los asuntos de los hombres. Esto mismo se puede aplicar, en menor medida, a los Signos del Zodaco. No hay demasiada informacin disponible acerca de sus natura-lezas; por eso ser de utilidad sealar qu planeta rige a tal signo, y en qu signo estn exaltados tales planetas. Las Estrellas Fijas individuales no tie-nen cabida en el sistema del Tarot.

    EL TAROT Y EL RBOL DE LA VIDA

    El Tarot, aunque basado en estas atribuciones tericas, fue diseado como un instrumento prctico para los clculos Qabalsticos y la adivina-

    33

  • cin. En l hay poco sitio para ideas abstractas. El tema del libro el Ta-rot se llama El Libro de Thoth o Tahuti versa sobre la influencia de los Diez Nmeros y las Veintids Letras en el hombre, y sobre los mejores mtodos del hombre para manipular las fuerzas de tales Nmeros y Letras. No se mencionan por tanto los Tres Velos de lo Negativo que tratamos en la descripcin del rbol de la Vida. Comencemos con las cartas meno-res numeradas del 1 al 10. Estas cartas se dividen en cuatro palos, de acuerdo ello con los cuatro elementos.

    As, el As de Varas se llama la Raz de los Poderes del Fuego. Corres-ponde a Kether, y pretende representar la primera manifestacin positiva de la idea de Fuego.

    El 2 corresponde a Chokmah. Pero aqu ya no tenemos la simplicidad de la idea de fuego. Una Idea en accin o manifestacin ya no es la Idea pura.

    Esta carta est atribuida al primer Decanato de signo de fuego Aries, que est regido por Marte; esto nos da, pues, la idea de una fuerza violenta y agresiva. Por ello, esta carta se llama el Seor del Dominio. Esta degra-dacin progresiva de la idea de Fuego contina acrecentndose a lo largo del palo. Cada carta sucesiva se hace menos ideal y ms real, cada vez ms hasta que, con el nmero 6, que corresponde al Sol, el centro de todo el sistema, la idea gnea resurge equilibrada; por consiguiente, pura, aunque compleja. Despus de esto, la fuerza comienza a consumirse, o espirituali-zarse, en las cartas de los Decanatos de Sagitario. Pero la mejor fijacin de la fuerza gnea se encuentra en el 9, nmero que constituye el cimiento de la estructura del rbol de la Vida. As pues, la carta se llama El Seor de la Fuerza. El fuego ha sido purificado, espiritualizado y equilibrado. Pero en el 10, que indica materializacin completa y exceso, el efecto del fuego llega a su lmite. Su muerte es inminente, pero reacciona contra sta como puede al manifestarse como el Seor de Opresin, impresionante por fuer-za, pero con las semillas de la podredumbre ya en germen. El lector puede aplicar fcilmente este resumen a los dems palos.

    Las cartas de Figura son diecisis, cuatro para cada palo. Hay as una subdivisin de cada elemento en su propio sistema. Los Caballeros repre-sentan el elemento Fuego, de modo que el Caballero de Varas representa la parte gnea de Fuego; el Caballero de Copas, la parte gnea de Agua. Asimismo, las Princesas o Emperatrices representan la Tierra, de modo

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    que la Emperatriz de Discos (Monedas o Pentculos) representa la parte terrea de Tierra.

    Estas cartas tienen muchas manifestaciones en los fenmenos natura-les. As, el Caballero de Varas tiene la atribucin de Aries, y representa la violencia sbita del ataque, el relmpago. Pero la parte area del Fuego est en simpata con Leo, la fuente firme de energa, el Sol. Finalmente, en la parte cuea del Fuego, la armona es con Sagitario, que indica el reflejo o translucidez debilitada y espiritualizada de la imagen del Fuego, y sugie-re el Arco Iris. (Vase la tabla de las Triplicidades del Zodaco.)

    LOS ATU DE TAHUTI1

    O: Las Veintids Casas de Sabidura, O: Los Veintids Triunfos del Tarot.

    El nmero de letras del alfabeto hebreo es veintids. Este es tambin el nmero de los Senderos del Sepher Yetzirah. Estos senderos son los que unen los diez nmeros en la figura que llamamos rbol de la Vida.

    Por qu hay veintids? Pues porque se es el nmero de letras del alfa-beto hebreo, y porque a cada sendero se le asigna una letra.

    Por qu ha de ser asi? Por qu tienen que estar ordenados estos sen-deros en el rbol de la forma que muestra el diagrama? Por qu no tiene que haber senderos que unan los nmeros 2 y 5, y 3 y 4?

    No podemos responder a ninguna de estas preguntas. Q