El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se...

315

Transcript of El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se...

Page 1: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.
Page 2: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

ManuelRivas

…AGRADECIMIENTOS1.2.3.4.5.6.7.8.9.10.11.12.13.14.15.

Page 3: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

16.17.18.19.20.

Page 4: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

ManuelRivas

Ellápizdelcarpintero

TraduccióndeDoloresVilavedra

ManuelRivas nació enACoruña en1957. Desde muy joven escribió enperiódicos y parte de sus artículos estánrecogidos en El periodismo es un cuento(1997) y Mujer en el baño (2003). Unamuestra de su poesía está recogida en laantología El pueblo de la noche (1997).Como narrador, entre otras obras, hapublicado Un millón de vacas (1990),

Page 5: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

Premio de la Crítica española, y Loscomedores de patatas (1992) -ambasreunidas en el volumen El secreto de latierra (1999)-, En salvaje compañía(1994),PremiodelaCríticagallega,¿Quéme quieres, amor? (1996), PremioTorrente Ballester y Premio Nacional deNarrativa -que incluye el relato «Lalengua de las mariposas», en el que sebasó la película del mismo título-, y Ellápiz del carpintero (1998), Premio de laCrítica española. Además, ha publicadolos libros de relatos Ella, maldita alma(1999), La mano del emigrante (2001) yLas llamadas perdidas (2002), y la obradramática El héroe (2006). Su últimanovela, Los libros arden mal (2006), haganado el Premio Nacional de la CríticaenGallegoyelPremioLibrodelAño2006delGremiodeLibrerosdeMadrid.

Page 6: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.
Page 7: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

Títulooriginal:Olapisdocarpinteiro© De la traducción: Dolores

Vilavedra©1998,ManuelRivas©Deestaedición:2002,SantillanaEdicionesGenerales,

S.L.Torrelaguna,60.28043MadridTeléfono917449060Telefax917449224www.alfaguara.com

ISBN:84-204-2987-2Depósitolegal:M.43.791-2006ImpresoenEspaña-PrintedinSpain

Diseño:

Page 8: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

ProyectodeEnricSatué©Fotografíadecubierta:AlfredEisenstaedr.LifeMagazine

DECIMOCTAVA EDICIÓN:NOVIEMBRE2006

Page 9: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

AGRADECIMIENTOS

A Chonchiña, y en memoria de sugran amor Paco Comesaña, el doctorComesaña,queluchócontraelmaldeaire.

AÁnxelVázquezdelaCruz,médicodeniños.

Sinellos,nonaceríaestahistoria.También en la memoria de Camilo

Díaz Baliño, pintor asesinado el 14 deagosto de 1936 y de Xerardo DíazFernández,autordeOsquenonmorreronyAcrueldadeinútil,quemurióenelexiliodeMontevideo.

ConmigratitudalosdoctoresHéctorVerea, que me guió en la enfermedadtísica, y Domingo García-Sabell, que meacercó a la cautivadora personalidad de

Page 10: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

Roberto Nóvoa Santos, el maestro de lapatologíageneral,muertoen1933.

Tambiénmefuedemuchautilidadlaconsulta de las investigaciones históricasde Dionisio Pereira, V Luis Lamela yCarlosFernández.

A Juan Cruz, quien sencillamentedijo: ¿Porquénoescribesesahistoria?Yme hizo llegar pormedio de Rosa Lópezunbonitolápizdecarpinterochino.

AQuicoCadavalyXurxoSouto,querespirancuentosyluzdeniebla.

A Xosé Luis de Dios, que con supinturamerecordóalaslavanderas.

Ya Isa,en lospeñascosdePasarela,enloscolmenaresdeCovadeLadróns.

Page 11: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

1.

Estáarriba,en lagalería,escuchandoalosmirlos.

Carlos Sousa, el periodista, dijograciascuandoellaloinvitóapasarconelgesto de una sonrisa. Sí, gracias, pensómientras subía la escalera, a la puerta decada casa debería haber dos ojos comoésos.

Sentadoenunasillademimbre,juntoaunamesacamilla,conlamanoposadaenel libro abierto como quien hace suya ymedita una página brillante, el doctor DaBarcamiraba hacia el jardín, envuelto enun aura de luz invernal. La estampa seríaapacible si no fuera por la mascarilla deoxígeno.Eltuboquelouníaalabombona

Page 12: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

pendía sobre las flores blancas de lasplantas de azalea. A Sousa la escena lepareció de una inquietante y cómicamelancolía.

Cuando se dio cuenta de la visita,alertadoporelcrujirdelastablasdelsuelodelasala,eldoctorDaBarcaselevantóysequitólamascarillaconunasorprendenteagilidad, como si fuese el mando de unaconsola infantil. Era alto y ancho dehombros,ymanteníaalzadoslosbrazosenarco. Parecía que su función más naturaleraladelabrazo.

Sousa se sintió perplejo. Iba con laidea de que se trataba de visitar a unagonizante. Afrontó incomodado elencargodearrancarlesusúltimaspalabrasa un anciano de vida agitada. Pensabaescuchar un hilo de voz incoherente, laluchapatéticacontraelmaldeAlzheimer.

Page 13: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

Jamás habría podido imaginar una agoníatan luminosa, como si en realidad elpaciente estuviese conectado a ungenerador.Noeraésasuenfermedad,peroeldoctorDaBarcateníalabellezatísicadelos tuberculosos. Los ojos agrandadoscomolámparasveladasdeluz.Unapalidezdeloza,barnizadaderosaenlasmejillas.

Aquí tienes al reportero,dijo ella sindejardesonreír.Fíjatequéjovencito.

No tan joven, dijo Sousa, mirándolaconpudor.Yafuimásdeloquesoy.

Siéntese, siéntese, dijo el doctor DaBarca. Estaba paladeando este oxígeno.¿Leapeteceunpoco?

El reportero Sousa se sintió algoaliviado. Aquella bella anciana tras lallamadadelaaldaba,queparecíaescogidaparauncaprichoporelcinceldel tiempo.Aquel grave enfermo, hospitalizado hasta

Page 14: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

hacíadosdías,animosocomouncampeónciclista. En el periódico le habían dicho:Hazleunaentrevista.Esunviejoexiliado.CuentanquehastatratóalCheGuevaraenMéxico.

¿Yesohoyaquiénpodríaimportarle?Sóloaunjefedeinformaciónlocalqueporlas noches lee Le Monde Diplomatique.Sousa aborrecía la política. En realidad,aborrecía el periodismo. En los últimostiempos había trabajado en la sección desucesos.Estabaquemado.Elmundoeraunestercolero.

Los larguísimos dedos del doctorDaBarca aleteaban como teclas con vidapropia,comoprendidasalórganoporunaviejalealtad.ElreporteroSousasintióqueesos dedos lo estaban explorando,percutiendo en su cuerpo. Tuvo lasospechadequeeldoctoranalizabaconlas

Page 15: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

linternasde susojos el significadode susojeras, de aquellas prematuras bolsas enlospárpados,comosiélfueseunpaciente.

Ypodríaserlo,pensó.Marisa, corazón, ponnos algo de

beberparaquesalgabienlanecrológica.¡Qué cosas tienes!, exclamó ella.No

hagasesasbromas.El reportero Sousa se iba a negar,

pero se dio cuenta de que sería un errorrechazar un trago. Hacía horas que se loestaba pidiendo el cuerpo, un trago, unmaldito trago,se loestabapidiendodesdeque se había levantado, y en aquelmomentosupoquehabíadadoconunodeesoshechicerosqueleenenlamentedelosdemás.

¿No será usted un señorHache-Dos-O?

No,dijoélsiguiendoconlaironía,mi

Page 16: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

problemanoeselagua,precisamente.Magnífico. Tenemos un tequila

mexicanoque resucita a losmuertos.Dosvasos, Marisa, por favor. Y luego mirópara él, guiñándole un ojo. Los nietos noseolvidandelabuelorevolucionario.

¿Cómo se encuentra?, preguntóSousa. De alguna forma tenía queempezar.

Ya ve, dijo el doctor abriendo losbrazos con jovialidad, muriéndome. ¿Deverdad cree que tiene algún interésentrevistarme?

El reportero Sousa recordó lo que lehabíandichoenlatertuliadelCaféOeste.Que el doctorDaBarca era un viejo rojoirreductible.Quehabíaestadocondenadoamuerte en 1936 y que salvó el pellejo demilagro. De milagro, repitió uno de losinformantes. Y que, después del presidio,

Page 17: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

habíavividoexiliadoenMéxico,dedondeno quiso regresar hasta la muerte deFranco. Seguía con sus ideas. O con laIdea, como él decía. Un hombre de otrostiempos,concluyóelinformante.

Yo ya soy un ectoplasma, le dijo eldoctor.O, si lo prefiere, un extraterrestre.Por eso tengo problemas con larespiración.

El jefe de información local le habíadado un recorte de prensa con una foto yunabrevenota en laque se informabadeun homenaje popular al doctor. Leagradecían laatención,siempregratuita,ala gentemás humilde. "Desde que volviódel exilio", contabaunavecina, "nunca leechó la llave a la puerta". Sousa explicóque sentía no haberlo visitado conanterioridad. Que la entrevista estabapensadaparaantesdequelointernaranen

Page 18: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

elhospital.Usted, Sousa, dijo el doctor,

despreocupándosede símismo, ¿noesdeaquí,verdad?

Dijoqueno,queerademásalnorte.Llevaba allí pocos años, y lo quemás legustaba era la bonanza del tiempo, untrópicoenGalicia.DevezencuandoibaaPortugal, a tomar bacalao a la Gomes deSáa.

Disculpe la curiosidad, ¿vive ustedsolo?

ElreporteroSousabuscólapresenciadelamujer,perosehabíaidosuavemente,sin decir nada, tras dejar las copas y labotella de tequila. Era una situaciónextraña, la del entrevistador entrevistado.Iba a decir que sí, que vivía muy solo,demasiado solo, pero respondió riendo.Estálapatronadelapensión,sepreocupa

Page 19: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

mucho porque estoy delgado. Esportuguesa,casadaconungallego.Cuandoseenfadan,ella le llamaportuguésyél ledicequepareceunagallega.Leahorrolosadjetivos,claro.Sondegruesocalibre.

EldoctorDaBarca sonriópensativo.Lo único bueno que tienen las fronterassonlospasosclandestinos.Estremendoloque puede hacer una línea imaginariatrazada un día en su lecho por un reychocho o dibujada en la mesa por lospoderosos como quien juega un póker.Recuerdounacosaterriblequemedijounhombre. Mi abuelo fue lo peor que sepuede ser en lavida. ¿Quéhizoentonces,mató?,lepregunté.No,no.Miabueloporparte de padre fue sirviente de unportugués. Estaba borracho de bilishistórica.Puesyo, le dije para fastidiarlo,si pudiese escoger pasaporte, sería

Page 20: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

portugués. Pero por suerte esa frontera seirádifuminandoensupropioabsurdo.Lasfronteras de verdad son aquellas quemantienen a los pobres apartados delpastel.

EldoctorDaBarcamojóloslabiosenlacopayluegolaalzócomoenunbrindis.¿Sabe?Yo soy un revolucionario, dijo derepente, un internacionalista. De los deantes.De los de la Primera Internacional,simeapura.¿Aquelesuenararo?

A mí no me interesa la política,respondió Sousa como en un reflejoinstintivo.Meinteresalapersona.

La persona, claro, murmuró DaBarca. ¿Ha oído usted hablar del doctorNóvoaSantos*?

(*Brillantepatólogo e intelectual gallego, formópartedelaAgrupaciónalServiciodelaRepúblicajuntoconOrtegayGasset.FuediputadoenlasConstituyentesde1931.(N.delaT.))

Page 21: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

No.Era una persona muy interesante.

Expusolateoríadelarealidadinteligente.Sientonoconocerlo.No se preocupe. Casi nadie lo

recuerda,empezandoporlamayoríadelosmédicos.Larealidadinteligente,sí,señor.Todossoltamosunhilo,comolosgusanosde seda. Roemos y nos disputamos lashojas de morera pero ese hilo, si seentrecruzaconotros,siseentrelaza,puedehacer un hermoso tapiz, una telainolvidable.

Atardecía. En la huerta, un mirlo seechóavolarcualpentagramanegro,comosi de repente se hubiese acordado de unacitaolvidada,alotroladodelafrontera.Lahermosaseñoraseacercabadenuevoa lagalería con el andar suave de un reloj deagua.

Page 22: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

Marisa, dijo él repentinamente,¿cómo era aquel poema del mirlo, el delpobreFaustino*?

(*Se refiere aFaustinoReyRomero, sacerdote ypoeta. Crítico con el franquismo y la Iglesia oficial,acabósusdíasexiliadoenAmérica(N.delaT.))

Tantapaixónetantamelodiatiñasnastúasveasapreixada,que unha paixón a outra paixónsumada,no breve corpo teu xa noncabía.*

(*Tanta pasión y tanta melodía / tenías en tusvenasapresada/queunapasiónaotrapasiónsumada/yaentubrevecuerponocabía.(N.delaT.))

Lo recitó sin hacerse de rogar y sinforzar la entonación, como atendiendo auna petición natural. Fue su mirada, un

Page 23: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

resplandordevitrales enel crepúsculo, loque conmovió al reportero Sousa. Bebióun largo trago de tequila para ver cuántoquemaba.

¿Quéleparece?Hermosísimo, dijo Sousa. ¿De quién

es?De un cura poeta al que le gustaban

mucho lasmujeres. Y sonrió: un caso derealidadinteligente.

Y ustedes, ¿cómo se conocieron?,preguntó el reportero, por fin dispuesto atomarnotas.

YoyamehabíafijadoenélpaseandoporlaAlameda.Peroloescuchéhablarporprimera vez en un teatro, explicó Marisamirando para el doctor Da Barca. Mehabían llevado unas amigas. Era un actorepublicano en el que se debatía si lasmujeresdebíanonotenerderechoavoto.

Page 24: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

Hoy nos parece raro, pero en aquellostiempos era algo muy controvertido,incluso entre las mujeres, ¿verdad? YentoncesDanielselevantóycontóaquellahistoria de la reina de las abejas. ¿Teacuerdas,Daniel?

¿Cómo es esa historia de la reina delasabejas?,preguntóintrigadoSousa.

En la Antigüedad no se sabía cómonacían las abejas. Los sabios, comoAristóteles, inventaron teoríasdisparatadas. Se decía, por ejemplo, quelasabejasveníandelvientredelosbueyesmuertos. Y así durante siglos y siglos. Ytodo esto, ¿sabe por qué? Porque no erancapaces de ver que el rey era una reina.¿Cómo sustentar la libertad sobre unamentirasemejante?

Leaplaudieronmucho,añadióella.Bah. No fue una ovación

Page 25: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

indescriptible, comentó el doctor conhumor.Perohuboaplausos.

YdijoMarisa:Élyamegustaba.Perofuedespuésde

oírlo aquel día cuando me parecióverdaderamente atractivo. Y más aúncuando mi familia me advirtió: a esehombre, ni te acerques. Enseguida seinformarondequiénera.

Yopensabaqueellaeracosturera.Marisarió:Sí,lementí.Fuiahacermeunvestido

auntallerdecosturaquehabíafrentealacasadesumadre.Yosalíadeprobar,yélveníadevisitar a susenfermos.Memiró,seguí adelante y de repente se dio lavuelta: ¿Trabajas aquí? Yo asentí. Y éldijo: ¡Pues qué costurera más bonita!Debesdecoserconseda.

EldoctorDaBarcalamirabaconsus

Page 26: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

viejosojostatuadosdedeseo.Entre las ruinas arqueológicas de

Santiago, aún debe de haber un revólverherrumbroso. El que nos llevó ella a lacárcelparaqueintentáramossalvarnos.

Page 27: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

2.

Herbalnohablabacasinunca.Le pasaba un paño a las mesas,

meticuloso, como quien abrillanta congamuza un instrumento. Vaciaba losceniceros. Barría el local, lentamente,dándoletiempoalaescobaahurgarenlasesquinas.Esparcíaencírculounespraydearomaapinocanadiense,esodecíaelbote,yeraélquienencendíaelneónquedabaalacarretera,conletrasrojasyunafiguradevalquiriaqueparecíalevantarlaspesasdesus tetas con unos forzudos bíceps.Conectaba el equipo de música y poníaaquel disco largo, Ciao, amore, que serepetía como una letanía carnal toda lanoche. Manila daba unas palmadas, se

Page 28: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

acicalaba el pelo como si fuese a debutarenuncabaretyeraHerbalquiendescorríaelcerrojodelapuerta.

Maniladecía:Venga, niñas, que hoy vienen los de

loszapatosblancos.Atún blanco. Harina de pescado.

Cocaína. Los de los zapatos blancoshabían invadido el territorio de los viejoscontrabandistasdeFronteira.

Herbal permanecía acodado al fondode labarra,comounguardiaensugarita.Ellas sabían que él estaba allí, filmandocadamovimiento,espiandoalostiposquetenían, como decía él, cara de plata ylengua de navaja. Sólo de vez en cuandosalía de su puesto de vigía para ayudar aManila a servir copas, en los escasosmomentosdeapuro,ylohacíaalamanerade un cantinero en plena guerra, como si

Page 29: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

echara el licor directamente en el hígadodelcliente.

Maria da Visitação había llegadohacía poco de una isla del Atlánticoafricano.Sinpapeles.Comoquiendice,sela habían vendido aManila.De su nuevopaíspocomásconocíaquelacarreteraqueibahaciaFronteira.Lacontemplabadesdela ventana del piso, en el mismo edificiodel club, apartado, sin vecindario. En elalféizardelaventanahabíaungeranio.Sila viésemos desde fuera, mientras ellaacechaba inmóvil por la ventana,pensaríamos que se le habían posadomariposasrojasenelhermosotótemdesucara.

Al otro ladode la carretera había unsoto conmimosas.Aquel primer inviernolahabíanayudadomucho.Florecíanen laorilla comocandelasenunaofrendaa las

Page 30: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

ánimas,yesavisiónlequitabaelfrío.Esoy el canto de los mirlos, con sumelancólicosilbidodealmasnegras.Traselsoto,habíauncementeriodecoches.Aveces se veía gente rebuscando piezasentre la chatarra. Pero el único habitantefijo era un perro encadenado a un cochesinruedasqueleservíadecaseta.Sesubíaaltechoyladrabatodoeldía.Esoledabafrío.Ellapensabaqueestabamuyalnorte.QueparaarribadeFronteiraempezabaunmundodenieblas,vendavalesynieve.Loshombres que llegaban de allí tenían farosen los ojos, se restregaban las manos alentrarenelclubybebíanlicoresfuertes.

Exceptoalgunos,hablabanmuypoco.ComoHerbal.Herbal le caía bien. Nunca la había

amenazado,ni lehabía levantado lamanopara pegarle, como había oído decir que

Page 31: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

hacíanconlaschicasenotrosclubesdelacarretera. Tampoco le había pegadoManila, aunque ésta tenía días en que suboca parecía el cañón de una recortada.MariadaVisitaçãosehabíadadocuentadeque el humor de Manila dependía de lacomida.Cuandodisfrutabaenlamesa,lastratabacomoahijas.Pero losdíasenquese descubría gorda, disparaba blasfemiascomo si quisiese vomitar las grasas.Ningunadelaschicassabíamuybienquétipo de relación existía entre Herbal yManila. Dormían juntos. Cuando menos,dormían en la misma habitación. En elclub actuaban como propietaria yempleado, pero sin dar ni recibir órdenes.Ellanoblasfemabanuncaaldirigirseaél.

El club abría al anochecer y ellasdormíanduranteeldía.Aprimerahoradela tarde,MariadaVisitaçãobajó al local.

Page 32: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

Había despertado con resaca, la boca deceniza, el sexo dolorido por las cargasrobustas de los contrabandistas, y leapeteció mezclar un zumo de limón concerveza fría. Con las contraventanascerradas,sentadoanteunamesaybajounalámpara que abría un pozo de luz en lapenumbra,estabaHerbal.

Dibujaba en servilletas de papel conunlápizdecarpintero.

Page 33: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

3.

Lo siento mucho, socio. Y mi tíoapretabaelgatillo.Preferiríano tenerquehacerlo,amigo.Yentoncesmi tío ledabaduramente con la estaca, ungolpe certeroen la nuca del zorro atrapado en el cepo.Entremitíoeltramperoysupresahabíaelinstantedeunamirada.Élledecíaconlosojos, y yo oí esemurmullo, que no teníamásremedio.Esofueloqueyosentíanteel pintor. Cometí muchas barbaridades,pero cuando me encontré ante el pintormurmurépor dentroque lo sentíamucho,quepreferiríanotenerquehacerlo,ynoséloqueélpensócuandosumiradasecruzócon la mía, un destello húmedo en lanoche, pero quiero creer que él entendió,

Page 34: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

queadivinóqueyolohacíaparaahorrarletormentos.Sinmás, leapoyé lapistolaenlasienylereventélacabeza.Yluegomeacordédellápiz.Ellápizqueélllevabaenlaoreja.Estelápiz.

Page 35: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

4.

Losde lapartida, lospaseadoresquesehacíanllamarlaBrigadadelAmanecer,se cabrearon mucho. Primero lo miraronconsorpresa,comodiciendoquéburro,sele escapó el tiro, no se mata así. Peroluego,de regreso, rumiabanque leshabíajodido la fiesta con tanta diligencia.Habían pensado alguna maldad. Quizácortarle los cojones en vivo y metérselosen la boca.O cercenarle lasmanos comohicieronconelpintorFranciscoMiguel,ocon el sastre Luis Huici. ¡Cose ahora,dandy!

Noteasustes,mujer,sehacíancosasasí,ledijoHerbalaMariadaVisitação.Sédeunodeesosquelefueadarelpésamea

Page 36: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

unaviudayledejóundedodelmaridoenlamano.Supoqueeradeélporlaalianza.

El director de la prisión, que era unhombre muy atormentado, dicen queantiguo amigo de algunos de los queestaban dentro, le había pedido aquellanoche de asalto que los acompañase. Lollamó aparte. Le temblaba el reloj depulseraenlamano.Ylepidiómuyporlobajo: Que no sufra, Herbal. Aun así fuecapazdehacerelparipé.Acompañóa lospaseadores a la celda. Pintor, dijo, puedesalir en libertad. Acababan de escucharselos toques de las doce de la noche en lacampanade laBerenguela. ¿En libertad alas doce de la noche?, preguntó el pintor,desconfiado.Venga,fuera,nomelopongadifícil. Los falangistas se reían, ocultostodavíaenelpasillo.

YaHerballaencomiendanolecostó

Page 37: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

ningún trabajo. Porque él, a la hora dematar,seacordabadesutíoeltrampero,elmismo que les ponía nombre a losanimales. A las liebres las llamabaJosefinayalraposo,donPedro.Yporque,a decir verdad, le había tomado aprecio aaquelseñor.Porqueelpintoreraunseñorhechoyderecho.Ensusidasyvenidasdelacárcel, tratabaalcarcelerocomosiéstefueseelacomodadordeuncine.

El pintor no sabía nada del guardia,pero Herbal sabía algo de él. Se habíacomentado que su hijo, en compañía deotros, había tirado unas piedras contra lacasa del alemán, uno que era de los deHitler y daba clases de su idioma enSantiago. Le destrozaron los cristales. Elalemán se había presentado en comisaríamuy irritado, como si aquello fuese uncomplotinternacional.Alpoco,aparecióel

Page 38: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

pintorconsuhijo,unchavalmuymenudoy nervioso, con los ojosmás grandes quelasmanos, y al que denunció por ser unode los autores de las pedradas. Hasta elcomisario quedó pasmado. Le tomódeclaración pero los mandó marcharse aambos,padreehijo.

Así de recto era el pintor, explicóHerbalaMariadaVisitação.Yfuedelosprimeros que apresamos. Es muypeligroso,habíadichoelsargentoLandesa.¿Peligroso?Siésenoescapaznidepisaruna hormiga. ¡Qué sabréis vosotros!,respondió enigmático. Es el cartelista, elquepintalasideas.

Cuando lodel alzamiento, llevaronalos republicanos más significados a lacárcel. Y también a otros menosdestacados, pero que siempre coincidíancon los apuntados en la misteriosa lista

Page 39: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

negra del sargento Landesa. La cárcel deSantiago, conocida como A Falcona,estaba detrás del palacio de Raxoi, en lacuesta que desembocaba en la plaza delObradoiro,justoenfrentedelacatedral,detalformaquesiexcavabasuntúnelibasadara lacriptadelApóstol.AllíempezabaloquellamabanelInferniño.Cadacatedralmedieval, el gran templo de Dios, teníacerca un Inferniño, el lugar del pecado.Porque detrás de la prisión estaba elPombal*,elbarriodelasputas.

(*Engallego,palomar.(N.delaT.))

Lasparedesdelacárcelerandelosaspintadasdemusgo.Porsuerteparaellos,sies que se puede hablar así, les tocó elverano como antesala de la muerte. Eninvierno,lacárceleraunaneveraconolora moho, y el aire tenía un peso de hojasmojadas. Pero allí nadie pensaba todavíaenelinvierno.

Page 40: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

Duranteaquellosprimerosdías,todosaparentabannormalidad,presosyguardias,comoviajerossorprendidosporunaaveríaenlacuestadelavidayalaesperadequeunoportunogolpedemanivelapropulsaradenuevoelmotorysereanudaseelviaje.Inclusoeldirectorpermitíalavisitadelosfamiliares, y que les llevasen la comidahecha de casa. Y ellos, los detenidos,hacían tertulia durante las horas del patioconaparentedespreocupación,sentadosenelsueloyrecostadosenlosmuros,conlajovialidad con que algunos lo hacían tansólo unos días antes, en sus respectivassillas, en tornoa losveladorescon tacitashumeantes, en el Café Español, con lasparedes decoradas por los murales delpintor.Ocomolosobrerosenlapausadeltrabajo,despuésdelareverenciairónicadela visera al patrón sol y de escupir para

Page 41: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

sellarlazanja,yendoabuscarunasombrade agua y pan para echar unas risas desobremesa.Detenidos en trajeo camiseta,lalargaespera,elpolvodelcalendario,losiban igualando a todos en el patio, comohace el sepia en un retrato de grupo.Parecemos segadores. Parecemosvagabundos. Parecemos gitanos. No, dijoel pintor, parecemos presos. Estamosempezandoacogercolordepresos.

Durante las horas de guardia,Herbalpodíaescucharlosdecerca.Loentreteníancomounaradio.Eldialdelpalique,yendoy viniendo. Se acercaba de lado, comoquiennoquierelacosa,yechabaunpitilloapostadoenelquiciodelapuertaquedabaal patio. Cuando los había dejado,hablaban de política. En cuanto salgamosde ésta, decía Xerardo, un maestro dePorto do Son, la República tendrá que

Page 42: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

zafar, como hacen los marineros tras ungolpedemar.LaRepúblicafederal.

Ahora hablaban del eslabón perdidoentreelmonoyelhombre.

En cierta forma, decía el doctor DaBarca, el humano no es fruto de laperfección, sino de una enfermedad. Elmutante del que procedemos tuvo queponerse en pie por algún problemapatológico. Se encontraba en clarainferioridad frente a sus predecesorescuadrúpedos. No hablemos ya de lapérdidadelraboydelpelo.Desdeelpuntodevista biológico, era una calamidad.Yocreoquelarisalainventóelchimpancélaprimera vez que se encontró en aquelescenarioconelHomoerectus.Imaginaos.Untipoerguido,sinraboymediopelado.Patético.Paramorirderisa.

YoprefierolaliteraturadelaBibliaa

Page 43: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

la de la evolución de las especies, dijo elpintor.LaBibliaeselmejorguiónquesehizo,porahora,delapelículadelmundo.

No. El mejor guión es aquello queignoramos.¡Elpoemasecretodelacélula,señores!

¿Es cierto eso que leí en la hojaepiscopal,DaBarca?, intervinocon ironíaCasal*.Quedijisteenunaconferenciaqueelhombreteníanostalgiadelrabo.

(*Activo republicano galleguista, promovióalgunasdelaseditorialesmásemblemáticasdelosañosveinte, como Nós, en la que se publicarían los SeispoemasgalegosdeFedericoGarcíaLorca.DetenidoporlosgolpistassiendoalcaldedeSantiago,seríaasesinadolamismanochequeelpoetagranadino.(N.delaT.))

Todos rieron, empezando por elinterpelado, que le siguió la corriente: Sí.¡Y también dije que el alma está en laglándula tiroides!Peroyaqueestamosenesto, os voy a decir algo. En las clínicas

Page 44: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

atendemoscasosdemareoyvértigoqueseproducencuandoelhumanoseponeenpiede repente, vestigios del desarreglofuncional que supuso adaptarse a laverticalidad.Loquesí tieneelhumanoesnostalgia de lo horizontal. En cuanto alrabo, digamos que es una rareza, unadeficienciabiológica,queelhombrenolotenga,olotengadigamosquecortado.Esaausenciade rabonodebedeserun factordespreciable para explicar el origen dellenguajeoral.

Lo que no comprendo, dijo el pintordivertido, es cómo tú, siendo tanmaterialista, puedes creer en la SantaCompaña.

¡Un momento! Yo no soymaterialista. Sería una vulgaridad por miparte, un desaire a la materia que tantohace por salir de sí para no aburrirse.Yo

Page 45: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

creo en una realidad inteligente, en unambiente, por así decirlo, sobrenatural. Arasdetierra,elmutanteerectoledevolvióla risotada al chimpancé. Reconoció elescarnio.Se sabíadefectuoso, anormal.Ypor eso también tenía el instinto de lamuerte.Eraalavezanimalyplanta.Teníayno tenía raíces.Deese trastorno,deesarareza,surgióelgranovillo.Unasegundanaturaleza.Otrarealidad.EsoqueeldoctorNóvoa Santos llamaba la realidadinteligente.

Yo conocí a Nóvoa Santos, dijoCasal.Leeditéalgúnescritoypuedodecirque éramos buenos amigos. Ese hombreera un portento. Demasiado excepcionalparaestepaístaningrato.

El alcalde deSantiago, que dedicabasu escaso pecunio a la edición de libros,hizounapausay,entristecido,evocó.Los

Page 46: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

pobres le llamabanNovo Santo*. Pero lacaverna del clero y de la universidad loodiaba.Undíaentróenelcasinoytirólosmueblesporlaventana.Sehabíasuicidadounmuchacho por las deudas de juego.Elideario de Nóvoa valía tanto como unaconstitución: Ser algo bueno y algorebelde. Cuando consiguió la cátedra deMadrid, con su lección magistral, elanfiteatroentero,dosmilpersonas,sepusoen pie. Le aplaudieron como a un artista,como si fuese Caruso. ¡Y eso que habíahabladodelosreflejoscorporales!

(*Engallego,"NuevoSanto".(N.delaT.))

Siendo estudiante, tuve la suerte deacudir a una de sus consultas, dijo DaBarca. Lo acompañamos a visitar a unviejomoribundo.Era un caso raro.Nadieacertabaconlaenfermedad.EnelHospitaldelaCaridadhabíaunahumedadtalquealas palabras les salíamoho por el aire.Y

Page 47: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

don Roberto, nada más verlo, sin tocarlosiquiera,dijo:Loqueestehombretieneeshambre y frío.Denle caldo caliente hastaqueseharteypónganledosmantas.

Yusted,doctor,¿deverdadcreeenlaSantaCompaña?,preguntóDombodánconingenuidad.

Da Barca recorrió el círculo deamigosconunapenetrantemiradateatral.

Creoen laSantaCompañaporque lavi.Noportipismo.Siendoestudiante,unanoche,fuiarebuscarenelosarioquehayjunto al cementerio de Boisaca. Tenía unexamen y necesitaba un esfenoides, unhuesodelacabezadificilísimodeestudiar.¡Qué maravilla, el esfenoides, con esaformademurciélagoconalas!Oíalgoqueno era ruido, como si el silencio cantasegregoriano. Y allí estaba, ante mis ojos,una hilera de candiles. Allí estaban, y

Page 48: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

disculpadme la pedantería, las migajasectoplasmadasdelosdifuntos.

La disculpa era innecesaria, porquetodos entendían lo que quería decir.Escuchaban con mucha atención, aunquela expresión de las miradas iba de laentregaalaincredulidad.

¿Yqué?Nada. Puse amano el tabaco, por si

melopedían.Peropasarondelargocomomotoristassilenciosos.

¿Hacia dónde iban?, preguntóDombodánconinquietud.

Estavez, eldoctorDaBarca lomirócon seriedad, como si ante él quisiesedisiparcualquiersombradecinismo.

HacialaEternaIndiferencia,amigo.Peroluego,notandoeldesasosiegode

Dombodán, rectificó con una sonrisa: Enrealidad,creoqueibanparaSanAndrésde

Page 49: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

Teixido,dondevademuertoquiennofuedevivo.Sí,creoqueibanenesadirección.

Os voy a contar una historia. Elsilencio fue rotopor el tipógrafoMaroño,un socialista al que los amigos llamabanO'Bo*.Noesuncuento.Esunsucedido.

(*Engallego,"ElBueno".(N.delaT.))

¿Ydóndesucedió?En Galicia, dijo O'Bo desafiante.

¿Dónde,sino,ibaasuceder?Ya.Pues bien. En un lugar llamado

Mandouro vivían dos hermanas. Vivíansolas, en una casa de labranza que leshabíandejadosuspadres.Desdelacasaseveía el mar y muchos navíos que allícambiaban el rumbo de Europa hacia losmares del Sur. Una hermana se llamabaVida y la otra Muerte. Eran dos buenasmozas,robustasyalegres.

¿La que se llamaba Muerte también

Page 50: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

era guapa?, preguntó preocupadoDombodán.

Sí. Bien. Era guapa, pero algocaballuna.Elcasoesquelasdoshermanasse llevaban muy bien. Como teníanmuchos pretendientes, habían hecho unjuramento: podían flirtear, incluso teneraventuras con hombres, pero nuncasepararse launade laotra.Ylocumplíanlealmente.Losdíasdefiestabajabanjuntasal baile, a un lugar llamado Donaire,adonde acudía todo el mocerío de laparroquia. Para llegar allí, tenían queatravesar unas tierras de marisma, conmuchos lamedales, conocidas comoFronteira. Las dos hermanas iban con loszuecos puestos y llevaban en lamano loszapatos.LosdeMuerteeranblancosylosdeVida,negros.

¿Noseríaalrevés?

Page 51: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

Pues no. Eran tal como os digo. Enrealidad,estoquehacíanlasdoshermanasera lo que hacían todas las muchachas.Iban con zuecos y con los zapatos en lamano para tenerlos limpios a la hora dedanzar. Así que se juntaban en la puertadelbailehastauncientodezuecos, comobarquichuelas en un arenal. Losmuchachos, no. Los muchachos iban acaballo. Y corcoveaban en suscabalgaduras, sobre todo al llegar, paraimpresionaralaschicas.Yasíibapasandoel tiempo. Las dos hermanas acudían albaile, tenían sus quereres, pero siempre,tardeotemprano,volvíanacasa.

Una noche, una noche de invernada,hubo un naufragio. Porque, como sabéis,ésteerayesunpaísdemuchosnaufragios.Peroaquélfueunnaufragiomuyespecial.ElbarcosellamabaPalermoeibacargado

Page 52: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

deacordeones.Milacordeonesembaladosenmadera.Latempestadhundióelbarcoyarrastró el cargamento hacia la costa. Elmar, con sus brazos de estibadorenloquecido, destrozó las cajas y fuellevando los acordeones hacia las playas.Losacordeonessonarontodalanoche,conmelodías, claro,más bien tristes. Era unamúsica que entraba por las ventanas,empujadaporelvendaval.Comotodaslasgentes de la comarca, las dos hermanasdespertaron y la escucharon también,sobrecogidas. Por la mañana, losacordeones yacían en los arenales, comocadáveres de instrumentos ahogados.Todosquedaroninservibles.Todos,menosuno.Loencontróunjovenpescadorenunagruta. Le pareció una suerte tal queaprendió a tocarlo. Ya era un muchachoalegre, con mucha chispa, pero aquel

Page 53: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

acordeón cayó en sus manos como unagracia. Vida, una de las hermanas, seenamorótantodeélenelbailequedecidióque aquel amor valía más que todo elvínculoconsuhermana.Yhuyeronjuntos,porque Vida sabía que Muerte tenía ungenio endemoniado y que podía ser muyvengativa.Yvayasiloera.Nuncaselohaperdonado. Por eso va y viene por loscaminos, sobre todo en las noches detormenta,sedetieneenlascasasenlasquehayzuecosalapuerta,yaquienencuentrale pregunta: ¿Sabes de un jovenacordeonista y de esa puta de Vida? Y aquienlepregunta,pornosaber,selollevapordelante.

CuandoeltipógrafoMaroñoacabósurelato, el pintor musitó: Esa historia esmuybuena.

Laescuchéenunataberna.Haytascas

Page 54: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

quesonuniversidades.¡Nosvanamataratodos!¿Noosdais

cuenta?¡Nosvanamataratodos!Quiengritabaeraunpresoquehabía

permanecidoenunaesquina,algoapartadodel grupo, como ensimismado en sucavilar.

Estáis ahídalequedale, concuentosde viejas.Y no os dais cuenta de que nosvan a matar a todos. ¡Nos van a matar atodos!¡Atodos!

Se miraron sobrecogidos, sin saberqué hacer, como si, sobre ellos, el cieloazul y caluroso de agosto se fragmentaseenpedazosdehielo.

EldoctorDaBarcaseacercóaélyloagarróporelpulso.

Tranquilo, Baldomir, tranquilo.Hablaresunesconjuro.

Page 55: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

5.

El pintor había conseguido un lápizde carpintero. Lo llevaba apoyado en laoreja,comohacenlosdeloficio,listoparadibujar en cualquier momento. Ese lápizhabía pertenecido a Antonio Vidal, uncarpintero que había llamado a la huelgapor las ocho horas y que con él escribíanotasparaElCorsario, yquea suvez selo había regalado a Pepe Villaverde, uncarpinteroderiberaqueteníaunahijaquese llamaba Mariquiña y otra Fraternidad.Villaverdeera,segúnsuspropiaspalabras,libertario y humanista, y empezaba susdiscursos obreros hablando de amor: «Sevive como comunista si se ama, y enproporción a cuánto se ama». Cuando se

Page 56: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

hizo listero del ferrocarril, Villaverde leregaló el lápiz a su amigo sindicalista ycarpintero Marcial Villamor. Y antes dequelomatasenlospaseadoresqueibandecazaalaFalcona,Marcialleregalóellápizalpintor,alverqueéste intentabadibujarelPórticodelaGloriaconuntrozodeteja.

Yamedidaquepasabanlosdías,consu estela de los peores presagios, más seconcentraba él en su cuaderno. Mientraslos otros char laban, él los retrataba sindescanso. Les buscaba el perfil, un gestocaracterístico, el punto de la mirada, laszonas de sombra. Y cada vez con mayordedicación, casi enfebrecido, como siatendieseunpedidodeurgencia.

El pintor explicaba ahora quién eraquiénenelPórticodelaGloria.

Estaba allí, a unos metros dedistancia,peroelguardiaHerbalsólohabía

Page 57: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

visitadolacatedralendosocasiones.Una,de niño, cuan do sus padres habían idodesdelaaldeaavendersimientederepolloy cebolla el día de Santiago. De aquellaocasiónrecordabaquelohabíanllevadoalSanto de los Croques y que colocó losdedosenelmoldelabradodeunamano,yque tuvo que golpear la frente contra lacabeza de piedra. Pero él había quedadocautivado por aquellos ojos de ciego queteníaelsantoyfueelpadre,riéndoseconsubocadesdentada,quienloagarróporelcogotey lehizover lasestrellas.Sinoespor las buenas, dijo la madre, no levendránlasluces.Notengasmiedo,dijoelpadre, no le vendrán de ninguna de lasmaneras. La segunda vez fue ya deuniformado, en una misa de la Ofrenda.Con la nave atestada de gente, sudabanlatines interminables. Pero el botafumeiro

Page 58: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

lo había dejado extasiado. Eso sí que lorecordaba bien. El gran incensarioenvolvía en niebla el altar, como si todoaquellofueseunextrañocuento.

El pintor hablaba del Pórtico de laGloria. Lo había dibujado con un lápizgordo y rojo, que llevaba constantementeenlaoreja,comouncarpintero.Cadaunade las figuras resultaba ser en el retratouno de sus compañeros de la Falcona.Parecíasatisfecho.Tú,Casal,ledijoalquehabía sido alcalde de Compostela, eresMoisés con las Tablas de la Ley. Y tú,Pasín, le dijo a uno que era del sindicatoferroviario, tú eres San Juan Evangelista,con los pies sobre el águila.YSanPabloeres tú, mi capitán, le dijo al tenienteMartínez, que había sido carabinero y semetió de concejal republicano. Y habíatambién dos viejos encarcelados, Ferreiro

Page 59: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

deZasyGonzálezdeCesures,yaelloslesdijo que eran los ancianos que estabanarriba,enelcentro,conelorganistrum,enla orquesta del Apocalipsis. Y aDombodán, que era el más joven y algoinocente, le dijo que era un ángel quetocaba la trompeta. Y así a todos, quesalieron tal cual, como luego se pudo veren el papel. Y el pintor explicó que elzócalo del Pórtico de la Gloria estabapobladodemonstruos, congarras y picosde rapiñas, y cuando oyeron eso todoscallaron,unsilencioquelosdelató,porqueHerbal bien que notaba todos los ojosclavadosen su siluetade testigomudo.Ypor fin se decidió a. hablar del profetaDaniel.De él sediceque es el únicoquesonríe con descaro en el Pórtico de laGloria, unamaravilla del arte, un enigmaparalosexpertos.Éseerestú,DaBarca.

Page 60: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.
Page 61: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

6.

Un día, el pintor fue a pintar a loslocos del manicomio de Conxo. Queríaretratar los paisajes que el dolor psíquicoara en los rostros, no pormorbo sino poruna fascinación abismal. La enfermedadmental, pensaba el pintor, despierta ennosotrosunareacciónexpulsiva.Elmiedoanteellocoprecedealacompasión,queavecesnunca llega.Quizá, creía él, porqueintuimos que esa enfermedad forma partedeunaespeciedealmacomúnyandaporahí suelta, escogiendo uno u otro cuerposegún le cuadre. De ahí la tendencia ahacer invisible al enfermo. El pintorrecordaba de niño una habitación siemprecerradaenunacasavecina.Undíaescuchó

Page 62: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

alaridos y preguntó quién estaba allí. Ladueñadelacasaledijo:Nadie.

El pintor quería retratar las heridasinvisiblesdelaexistencia.

El escenario del manicomio eraestremecedor. No porque los enfermos sedirigiesen a él amenazantes, pues sólounos pocos lo ha bían hecho, y de unaforma que parecía ritual, como siintentasen abatir una alegoría. Lo queimpresionó al pintor fue lamirada de losquenomiraban.

Aquella renuncia a las latitudes, elabsolutodeslugarporelquecaminaban.

Con la mente en su mano, dejó desentirmiedo.Eltrazoseguíalalíneadelaangustia, del pasmo, del delirio.Lamanopaseaba en espiral enfebrecida entre losmuros. El pintor volvió en sí por uninstante y miró el reloj. Pasaba ya un

Page 63: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

tiempo de la hora acordada para sumarcha. Caía la noche. Recogió elcuadernoyfuehacialaportería.Elcerrojoestaba echado conun enorme candado.Yallí no había nadie. El pintor llamó alcelador, primero en bajo, luego a voces.Escuchó los toquesdel reloj de la iglesia.Dabanlasnueve.Sehabíaretrasadomediahora,noeratantotiempo.¿Ysisehabíanolvidado de él? En el jardín, un locopermanecía abrazado al tronco de un boj.El pintor pensó que el boj tenía, por lomenos, doscientos años, y que aquelhombrebuscabaalgofirme.

Pasaronlosminutosyelpintorsevioa sí mismo gritando con angustia, y elinterno amarrado al boj lo miró concompasiónsolidaria.

Y entonces llegó un hombresonriente, joven pero trajeado, que le

Page 64: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

preguntóquélepasaba.Yelpintorledijoque era pintor, que había ido allí conpermisopararetrataralosenfermosyquese había despistado con la hora. Y aqueljoven trajeado le dijo muy serio: Esomismomehapasadoamí.

Añadió:Yllevoaquíencerradodosaños.El pintor pudo ver sus propios ojos.

Un blanco de nieve con un lobo solitarioenelhorizonte.

¡Peroyonoestoyloco!Esomismofueloqueyodije.Y como lo vio al borde del pánico,

sonrió y se delató: Es una broma. Soymédico.Tranquilo,queahorasalimos.

AsíhabíaconocidoelpintoraldoctorDa Barca. Fue el comienzo de una granamistad.

Elguardialomiródesdelapenumbra,

Page 65: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

comotantasvecesantes.Yo también conocía muy bien al

doctorDaBarca, le contóHerbal aMariada Visitaçáo. Muy bien. Nunca podríasospechar cuánto sabía yo de él. Duranteunalargatemporada,fuisusombra.Seguísushuellascomounperrodecaza.Eramihombre.

Fue después de las elecciones defebrero de 1936, cuando ganó el FrentePopular. El sargento Landesa reunió ensecreto a un grupo de hombres de suconfianzayloprimeroquelesdijofuequeaquella reunión nunca había tenido lugar.Grábense bien esto en la cabeza. Lo queaquísehable,nuncasehahablado.Nohayórdenes, no hay instrucciones, no hayjefes. No hay nada. Sólo existo yo, y yosoy el Espíritu Santo.No quiero cagadas.Apartir de ahora, ustedes son sombras, y

Page 66: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

las sombras no cagan, o cagan blancocomolasgaviotas.Quieroquemeescribanuna novela sobre cada uno de estoselementos.Quierosaberlotodo.

Cuando desplegó la lista con losobjetivos que teníamos que marcar decerca, nombres de personas públicas yotrasdesconocidas,elguardiaHerbalnotóunasensaciónpicanteenlalengua.Unodelos que figuraban era el doctorDaBarca.Yo podría encargarme de ese hombre,sargento. Tengo la pista. Pero ¿él loconoceausted?No,nosabeniqueexisto.

Recuerdequeestonoesunacuestiónpersonal,sóloserequiereinformación.

No hay nada personal, sargento,mintió Herbal. Seré invisible. No se medanlasletras,peroleescribiréunanovelasobreesetipo.

Tengo entendido que es un buen

Page 67: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

predicador.Comounamechaprendida,sargento.Puesadelante.De aquella reunión que nunca tuvo

lugar,Herbalrecordaría,pasadoeltiempo,ydenuevoensumemoriaaquelrumordela fuente donde se lavaban las tripas, elinstante en que alguien habló del pintor.No es pintor de brocha gorda, informó elsargento Landesa al agente finalmenteencargado de su vigilancia. Éste pintaideas. Vive en casa de la Tumbona. Ytodosrieron.TodosmenosHerbal,quenosabía el porqué, ni lo preguntó. Añosdespués loentenderíaporbocadelpropiodifunto.Unatumbonaeralaputaviejaquelesenseñabaeloficioalasjovencitas.Lesenseñaba, sobre todo, cómo soportardurante el menor tiempo posible el pesodel hombre sobre el cuerpo de una, y la

Page 68: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

regla de oro de cobrar antes del servicio.De vez en cuando, le contaría el difunto,aúnllamabanasupuerta.Padresymadresque venían con una muchachitapreguntandoporlaTumbona.Mimujersemordía la lengua, les decía que allí ya nohabíaningunatumbona.Ydespuéslloraba.Lloraba por cada una de ellas. Y teníarazón. Muy cerca de allí, en la calle delPombal, encontrarían la tumbona quebuscaban.

Cuatromesesdespuésdelareunión,afinalesdejunio,Herbalentregóelinformesobre el doctor Da Barca. El sargento lovaloró al peso. Pues sí que parece unanovela.Eraunacarpetaconunmontóndenotas, escritas a mano con una grafíatortuosa.Losabundantesborronesdetinta,cicatrizados con papel secante, parecíanvestigiosdeuna fatigosapelea.Deno ser

Page 69: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

azules, se diría que eran gotas de sangrecaídas de la frente del escribano. En unmismopárrafo,lospalosdelasletrasaltasteníandistintainclinación,hacialaderechao la izquierda, como ideogramas de unaflotaembestidaporelviento.

El sargento Landesa empezó a leerunahojaalazar.¿Quédiceaquí?¡Lecciónde autonomía con un cadáver!, exclamómordaz.Anatomía,Herbal,anatomía.

Yaleadvertíquenosemedabanlasletras,atajóofendidoelguardia.

Otra nota: «Lección de agonía.Aplausos».¿Yestoquées?

Esofueuncatedrático,señor.El jefede Da Barca. Se tumbó en una mesa eimitó cómo respiran losmuertos antes demorir,queesendostiempos.Hablódeunacosa que les da a algunos agónicos, unaespeciedealucinaciónquelesayudaairse

Page 70: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

en sosiego. Dijo que el cuerpo era muysabio.Yquedómuertocomoenel teatro.Leaplaudieronmucho.

Habrá que ir a verlo, comentó consarcasmo el sargento. Y luego preguntóconmucha extrañeza: ¿Y aquí qué pone?Leyócondificultad:DoctorDaBarca.Labelleza,labelleza…¿Labellezafísica?

Déjemever,dijoHerbal,acercándoseaélparaleerporencimadesuhombro.Lavoz le temblóal reconocer la frasequeélmismo había escrito. La belleza tísica,señor.

Él,eldoctorDaBarca,reconocióantelosestudiantesaunamuchachitaenferma,de lasde laBeneficencia.Primero lehizopregun tas. Que cómo se llamaba y dedónde era. Lucinda, de Valdemar. Y ledecía qué nombremás bonito, y qué sitiomáslindo.Despuéslacogióporelpulsoy

Page 71: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

la miró a los ojos. Les dijo a losestudiantes que los ojos eran las ventanasdelcerebro.Luegolehizolacosaesadeirpercutiendoconlosdedos.

Herbal calló por un instante, con lamiradaperdida.Estabarecreandodenuevoaquella escena que lo había perturbado ymaravilla do a la vez. La muchacha conaquelcamisóntanfino.Aquellasensacióncomo de haberla visto antes, peinándoseanteunaventana.Eldoctorcolocandocondelicadezadosdedosdelamanoizquierday repicando con el corazón derecho. Queno semueva el codo. Apreciad la purezadel sonido.Así.Mate.Mate.Hummm.Nimate ni timpánico. Y después con aquelaparato, el de los oídos, con el mismorecorrido. En los pulmones. Hummm.Gracias,Lucinda,ya tepuedes ir avestir.Hacealgodefrío.Todoirábien,yaverás.

Page 72: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

Yunavezqueellasefue,éllesdicealosestudiantes: Es el sonido de una ollacascada. Pero, en realidad, no haría faltanada de esto. El rostro delgado y pálido,ligeramente teñido en las mejillas. Elbarniz del sudor en esta aula fría. Lamelancolíadelamirada.Esabellezatísica.

¡La tuberculosis,doctor!,exclamaunestudiantedelaprimerafila.

Exacto. Y añadió, con un deje deamargura: El bacilo de Koch sembrandotubérculoseneljardínrosado.

Herbal sintió el tentáculo frío delfonendoensupecho.Unavozexclamaba:¡Eselsonidodeunaollacascada!

La belleza tísica. Me llamó laatención esa frase, sargento. Por eso laapunté.

¿No fue una imprudencia ir a laFacultad?

Page 73: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

Me mezclé con un grupo deestudiantes portugueses que venían devisita.Queríasabersiadoctrinabaenclase.

Elsargentoyanovolvióalevantarlamiradadeaquellospapeleshastacompletarlalectura.Parecíahechizadoporloqueallísecontabaydevezencuandomurmurabasobre lamarcha. ¿Así que es cubano?Sí,señor,hijodeemigrantesretornados.Visteelegante,¿eh?Degalán.Perosólodebedeteneruntraje,sargento,ydospajaritas.Ynuncallevagabánnisombrero.¿Sólotieneveinticuatroaños?Aparentamás,señor.Aveces deja crecer la barba.Aquí dice quelos mancos levantan el muñón como unpuño. Debe de hablar bien el tipo este.Mejor que un cura, señor. Pareceinteresante esta señorita Marisa Mallo.Herbalcalló.

¿Estábuenaono?

Page 74: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

Esmuy guapa, sí, pero ella no tienenadaquever.

¿Conqué?Conlascosasdeél,señor.El sargento hojeó unos recortes de

papeldeprensaincorporadosporHerbalalinforme. «El substrátum del alma y larealidad inteligente.» «Los ataúdesinfantiles en los tiempos de CharlesDickens.»«LapinturadeMillet,lasmanosde las lavanderas y la invisibilidad de lamujer.»«ElinfiernoenDante,elcuadrodeLalocaKate y elmanicomio deConxo.»«El problema del Estado, la confianzabásica y el poemaA xustiza polaman deRosalía de Castro.» «El engrama delpaisaje y el sentimiento demorriña.» «Elhorror que viene: la biología genética, eldeseodeestarsanosyelconceptodevidaslastre.» El sargento miró circunspecto la

Page 75: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

misma firma en todos los artículos. D.Barkowsky.

AsíqueBarkowsky,¿eh?Porlovisto,dijo, tu hombre no para. Médico en laBeneficencia Municipal. Auxiliar en laFacultad de Medicina. Y ademáspanfletista, conferenciante, mitinero. VadelHospital alCentroRepublicano y aúntiene tiempo de llevar a la novia alcinematógrafo del Teatro Principal. Esíntimodelpintor,esegalleguista,eldeloscarteles. Anda con republicanos,anarquistas, socialistas, comunistas, pero¿quécarajoesestetipo?

Creo que un poco de todo, misargento.

Anarquistasy comunistas se llevanamatar. El otro día, en la Fábrica deTabacos de Coruña, casi llegan a lasmanos.¡Unbichoraro,esteDaBarca!

Page 76: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

Parece que va por libre. Como unenlace.

Pues no le quites el ojo de encima.¡Menudopájaro!

Allí estaba, descrito con una torpezaartesanal que lo hacía más útil y fiable,todo cuanto había que saber sobre unhombre. Sus amistades, sus itinerarioshabituales, los periódicos que leía, lamarcadetabacoquefumaba.

El guardia Herbal conocía muy bienal doctor Da Barca, aunque éste no se lopodía ni imaginar.Le venía siguiendo lashuellasdesdehacíatiemponoporqueselohubiesenmandado,sinoporquelesalíadedentro. Podría decirse que iba tras de élcomoun perro, olfateándole los pasos.Élodiaba al doctor Da Barca. No hacíamuchoquesehabía licenciado,yya teníafamadeserungrantalentomédico.Tanta

Page 77: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

comoderevolucionario.EnlosmítinesdelospuebloshablabagallegoconacentodeCuba, donde había nacido de familiaemigrante,yteníaaquellaprédicaespecial,con el don de la mecha prendida, queponía en pie a los tullidos y hasta losmancos levantaban el puño. Decía quehabíaquelucharcontraelmaldeaire.

Mucha gente no entendía lasdoctrinasde lospolíticos,peroaquello, lodelmal de aire, sí que lo entendían.A élmismo,aHerbal,deniño,lohabíacogidoun aire. Se quedó de color verde, de unverdefeocomoderomaza,ycrecíasóloalo ancho. Llegó un momento en queandaba como un pato. Lo llevaron decuranderoencurandero,hastaqueunodeellos ledijoasupadreque loahogaseenagua de tabaco. Y así lo hizo. Él estabaconvencido, por algunos precedentes que

Page 78: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

novienenal caso,dequesupadreeraenverdad capaz de ahogarlo. Se reviró y lemordióenlamano.Yentoncessupadreseenojómás.¡Elcoñoqueteparió!,maldijo,y lometió entero en el barril demejunje.Lo tuvo allí sumergido justo hasta elmomentoenquevioqueyanobraceaba.

Ynadamássalirmecogióestecolorde tabaco y me puse a crecer a lo largo,todopellejo,asícomomeves.

Sí, él entendía muy bien lo que sedecía en aquellos mítines del FrentePopular.Loquesedicesalirdelaaldeadeverdad, lo había he cho por vez primeracuandoel serviciomilitar.Para él aquellohabía sido un respiro. Fuera de algunosbrevespermisos,sóloregresóparaenterrarasuspadres.Enelserviciohabíaformadoparte de las tropas que dirigía el generalFranco cuando sofocó, ésta es la palabra

Page 79: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

quetodosempleaban, larevolucióndelosmineros deAsturias en 1934.Unamujer,arrodilladaantesumaridomuerto,lehabíagritadoconlosojosenrojecidos:¡Soldado,tú también eres pueblo! Sí, pensó, escierto.Malditopueblo,malditamiseria.Enlosucesivotrataríadecobrarunsalarioporsusservicios.Semetióguardia.

El doctor Da Barca estaba en locierto.Enseguida le ibaa llegarelmaldeaire.Él fue uno de los que lo detuvieron,de hecho, quien lo redujo de un culatazoen lanuca.DanielDaBarcaeraaltoydepecho bravo. Todo en él era echado paradelante.Lafrente,lanarizjudía,labocadelabiosmuycarnosos.Cuandoseexplicaba,desplegaba los brazos como alas y losdedosparecíanhablarparalosmudos.

Los primeros días del alzamientoanduvo huido. Sólo había que esperar a

Page 80: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

queseconfiase,aquepensasequelacazaamainaba.Cuandoporfinseacercóacasade su madre, se le echaron encima loscinco que formaban la patrulla y él seresistió como un jabalí. Lamadre gritabacomo loca desde la ventana. Pero lo quemás les cabreó fue cuando salieron lascosturerasdeun tallerquehabíaenfrente.Losmaldecían, les escupían, y alguna deaquellas costureritas hasta se atrevió atirarles de la guerrera y arañarles en elcuello.EldoctorDaBarcasangrabaporlanariz, por la boca, por las orejas, pero noserendía.Hastaqueél,elguardiaHerbal,le acertó un culatazo en la cabeza y cayódebrucescontraelsuelo.

Y entonces me volví hacia lascostureras y les apunté a la barriga.Y deno ser por el sargento Landesa, no sé loque haría, porque si algo me sublevaba

Page 81: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

eran aquellas muchachas gritando por élcomouncorodeviudas.Lodesumadreloentendía, pero lo de ellas me quitaba demis casillas. Y entonces solté lo que meroíapordentro.¿Quécarajo leveisaestecabrón?¿Quéosda?¡Putas,quesoistodasunasputas!Yel sargentoLandesa tiródemí y me dijo: Venga, Herbal, que aúntenemosmuchotrabajo.

Page 82: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

7.

EldoctorDaBarcateníanovia.Yesanovia era la mujer más hermosa delmundo.DelmundoqueHerbalhabíavistoy, con seguridad, del que no había visto.Marisa Mallo. Él era hijo de labradorespobres.En su casade la aldeahabíamuypocas cosas bonitas. La recordaba sinnostalgia, llenadehumoomoscas.Comouna cañería a través del tiempo, lamemoria apestaba a estiércol y a gas decarburo. Todo tenía, empezando por lasparedes,unapátinacomodetocinorancio,un color de amarillo ennegrecido que semetía en los ojos. Por lamañana, cuandosalía con las vacas, lo veía todo con esasgafas de amarillo ennegrecido. Hasta los

Page 83: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

verdesprados losveíaasí.Perohabíadoscosasenaquellacasaqueélmirabacomosi fuesen tesoros. Una era su hermanapequeña,Beatriz,unarubitademirarazul,siempreacatarradayconmocosverdes.Laotra eraunavieja latademembrillo en laque la madre guardaba sus joyas. Unospendientes de azabache, un rosario, unamedalla de oro venezolano tan blandacomoelchocolate,undurodeplatadelreyAlfonso XII que había heredado de supadre,yunosbrochesplateadosdesujetarelpelo.Ytambiénhabíaunfrascocondosaspirinasysuprimerdiente.

Ponía el diente en la palma de lamano y le parecía un grano de centenoroído por un ratón. Pero lo realmentebonitoeralaviejacajadehojalata,oxidadapor las juntas.Tenía en la tapa la imagendeunamozaconunafrutaenlamano,con

Page 84: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

una peineta en el pelo y un vestido rojoestampadodefloresblancasyconvolantesen lasmangas. La primera vez que vio aMarisaMallo fue como si hubiese salidodelacajademembrilloparapasearporlaferia grande de Fronteira. Habían ido avenderuncerdoypatatastempranas.Delaaldea al pueblo había que andar treskilómetrosporsenderosdelama.Elpadreibadelante,consusombrerodefieltroylapequeñaenlosbrazos,detráslamadreconel pesado cesto en la cabeza y él en elmedio, tirando del puerco que iba atadocon un cordel a la pata. Para sudesesperación, el animal intentabaconstantementehozarenel lodoycuandollegaron a Fronteira parecía un enormetopo.Supadrelediounabofetada.¿Quiénvaacomprarestebicho?Yallí estabaél,en la feria, limpiando la costra con un

Page 85: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

manojodepaja,cuandoalzólacabezaylaviopasar.Destacabacomounadueñaentreel ramillete de las otras chicas, queparecían acompañarla sólo para que laseñalasen con el dedo y dijesen ésa es lareina. Iban y venían como bandada demariposas, y él las seguía con la mirada,mientrassupadreblasfemabaporquenadieibaacompraraquelcerdotansucio,ytodopor su culpa.Yél soñabaqueelmarranoerauncordero,yqueellaseacercabaylepeinaba los rizos con sus dedos. Habríaque venderte a ti, y no al cerdo,murmuraba supadre.Si esque alguien tequisiera.

Mipadre era así.Si empezaba el díamaldiciendo, ya no tenía marcha atrás,comoquiencavaycavaunpozodemierdabajo los pies. Y yo pensaba que sí, queojalá viniese alguien a comprarme y me

Page 86: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

llevaseatadodeuncordelporlapata.Finalmente,vendieronelpuercoylas

patatas tempranas. Y la madre pudocomprar una lata de aceite que tenía laimagen de una mujer que también separecíaaMarisaMallo.Yvolvieronotrasmuchas veces a la feria grande deFronteira.Yanoleimportabaelhumordesu padre. Para él eran días de fiesta, losúnicos que tenían sentido durante todo elaño. Pastoreando las vacas, anhelaba quellegase el día primero de mes. Y así fuecomo pudo ir viendo crecer y hacersemujer a Marisa Mallo, de las familiaspudientes de la comarca, la ahijada delalcalde, la hija del notario, la hermanapequeña del señor cura párroco deFronteira. Y, sobre todo, la nieta de donBenitoMallo.Yélnuncatuvouncorderopara ver si ella se acercaba a peinarle los

Page 87: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

rizosdelana.

Page 88: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

8.

Cuandovolvíanenelcochedepasearalpintor,ymientrasel restode lapartidacompartíaamorrounabotelladecoñac,élnotóporprimeravezaqueltrastornoenlacabeza.Comosi lehubieseentradogente.Losfalangistashabíanpasadodelcabreoalas carcajadas y le daban palmadas en elhombro.Bebe,coño,bebe.Peroéllesdijoque no bebía. Y se tronchaban de risa.¿Desde cuándo, Herbal? Y él respondiómuyserioquedesdesiempre.Nomevaelalcohol. ¡Pero si andas siempre trompa!Déjalo, dijo el que conducía, tiene unanoche rara. Hasta parece que le hacambiadolavoz.

Y ya no habló más. Había oído un

Page 89: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

disparoyquedóabatido.Porelembudodeuna carretera muy recta iba pintando elPórtico de la Gloria con un lápiz decarpintero. Y lo hacía con una destrezaincreíble. Podía describirlo con palabrasque nunca había usado. La belleza de losángeles portadores de los instrumentos delaPasión,ledecíalacabeza,esunabellezadoloridaquemuestra lamelancolía por lainjustamuertedelHijodeDios.Ycuandodibujó al profetaDaniel le salió la alegresonrisa de la piedra y, siguiendo ladirección de su mirada, reparó en laexplicación del enigma. Por la plaza delObradoiro, envuelta en rayos de sol, conun cesto cubierto por un paño blanco,veníaMarisaMalloconlacomida.

¿Cómo fue lo de ayer, Herbal?, lepreguntósombríoeldirector.

Eraunnazareno,señor.

Page 90: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

Se dio cuenta de que lo mirabaextrañadoy recordó loquehabíadichoelotro por la noche, de que le habíacambiado la voz. En adelante, era mejorcallar. Decir sólo monosílabos. Sí, no,señor.

Y cuando entróMarisaMallo con lacomida respondió a su saludo de buenosdíasconungruñidoyungestobruscoquesignificaba deja ahí el cesto que voy ahacerlainspección.Ynadamáslevantarelpañovioaquelquesodelpaís,envueltoenunahojadeberza.Ahívalaculata,ledijoelvisordelacabeza.Yaldíasiguienteellavolvióconel cestoyélvio el tambordelrevólverdentrodeunbizcocho,ydijoconun gesto todo bien, que pase el cesto.Altercerdíaélyasabíaquedentrodelpanibaelcañón.Yesperóconcuriosidadlanuevaentrega, la mañana en que llegó Marisa

Page 91: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

con unas ojeras que nunca le había visto,porque por fin la miró de frente, y seatrevióadesnudarladearribaabajo,comosi fuese queso, bizcocho y pan. Traigounastruchas,dijoella.Yélviounabalaenlapanzadecadatrucha,ydijobien,yaselaspasaré,ahoravete.

HastaentonceshabíaevitadolosojosdeMarisaMallo.Con lacabezagacha, leclavaba la mirada en las muñecas. Y ledolió saber que era cierto lo que serumoreaba.Quesehabíacortadolasvenasde las muñecas cuando sus parientes, losseñores de Fronteira, habían tratado portodos losmedios de que se olvidase parasiempredeldoctorDaBarca.MarisaMalloestabaenloshuesos.MarisaMallollevabacomo pulseras unas vendas hospitalarias.MarisaMalloestabadispuestaamorirporel doctor Da Barca. Y entonces él fue al

Page 92: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

cuartodeguardiayconmuchadiscreción,cambió lasbalasporunasdeotrocalibre.Enlaoscuridaddelanoche,cuandomontóel revólver y trató de llenar el tambor, eldoctorDaBarcasupoquelaoperacióndefuga había fracasado. Bajo la losa quehabía conseguido remover, para asombrodesuscompañeros,escondióparasiempreunrevólverconbalasinservibles.

Nomuchas noches después los de lasaca vinieron por él. Había gente deFronteira que lo conocía bien y le teníamuchasganas.Enlapartidaveníatambiénunestudiantedemedicinafracasado.PeroHerbalnolosdejóentrarenlasceldas.Lavoz de la cabeza dictaba como unapuntador.Dilesqueyano está aquí, quecasualmente lo han llevado para Coruñaesta tarde. Qué casualidad. Ese quebuscáis, dijo él, ha sido conducido hoy

Page 93: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

para Coruña con un proceso sumarísimo.No le arriendo la ganancia. Y como losotrosveníanatirofijo,conlaencomiendade algún mandamás, se llevó la mano algañote.Vanadarunescarmientopúblicoconuncartelbienescogido.Endosotresdías los despachan en el Campo daRata,marchadtranquilos,y¡ArribaEspaña!

Algo de cierto había en el invento,porque en los últimos días se estabanmultiplicando los traslados urgentes a lacárcel de Co ruña. Y aquella noche elguardia Herbal entró en el despacho deldirector y rebuscó entre los papeles hastaencontrarlospartesdetraslado.Paraeldíasiguiente estaba previsto el de los tresmaestros.Eldifuntoledijo:Cogelaorden,ahoralaplumadeldirectoryescribeeneseespacioenblancoelnombreenterodeDaBarca.Notepreocupes,yoteayudoconla

Page 94: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

caligrafía.Y cuando al día siguiente el doctor

Da Barca se cruzó con él en la puerta,camino de su nuevo destino, con lasesposas puestas y llevando como únicapertenenciaelmaletínquehabíausadodemédico, notó que le clavaba su severamirada,ojosquedecíannomeolvidarédeti,asesinodelpintor,quetengasunalargavida para que crezca en ti el virus delremordimiento y te pudras en vida.Cuando llegóMarisaMallo, a la hora devisita, ledijoqueélyanoestabaallí, esepor quien pregunta no figura, sin másexplicaciones,conlamayorfrialdad,comosi el referido fuese un total extraño, undesaparecidoenel tiempo.Y todoporquequería ver cómo podía ser de triste lamujer más hermosa. Por ver cómo nacenlaslágrimasdeunmanantialinaccesible.Y

Page 95: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

pasados unos segundos eternos, comoquien atrapa por el aire una finísimaporcelana, a punto de hacerse añicos,añadió:EstáenCoruña.Vivo.

AquelmismodíafueaveralsargentoLandesa.Mi sargento, quisiera pedirle unfavor muy personal. Dígame, Herbal. ElsargentoLandesaleteníaaprecio.Siemprehabía cumplido la ordenado sin darlevueltas.Seentendíanbien.Losdoshabíanpisado las espinas del tojo cuando niños.Pues mire, mi sargento, quería que mearreglase el traslado para Coruña. Mihermanaviveallí,elmaridolepegaymeva a dar pensión para que lomantenga araya. Eso está hecho, Herbal, y déle unapatada en los cojones de mi parte. Y lefirmóunpapel,y lepusouncuñoporquepor alguna razón el sargento Landesamandabamás de lo que podría indicar su

Page 96: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

rango.Acontinuación,fueaveraloficialencargado de aprobar los traslados dentrodel cuerpo. Era un hombre suspicaz, deesosqueentiendenquesutrabajodeponerchinas en los zapatos es una misióntrascendental.CuandoleexpusosuinterésporsertrasladadoalacárceldeCoruña,eloficiallointerrumpió,selevantódesusillade despacho y le lanzó un encendidodiscurso. Libramos una guerra implacablecontraelmal,denuestravictoriadependela salvación de la cristiandad, miles dehombressejueganelpellejoaestahoraenlas trincheras. Mientras tanto, ¿quéhacemos nosotros? Tramitar solicitudes.Mariconadas. Voluntarios, voluntariospara luchar por Dios y por la patria, esoquisiera yo tener aquí, en fila, a la puertademidespacho.YentoncesélextendióelpapelfirmadoporelsargentoLandesayel

Page 97: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

oficial sepusopálido. ¿Porqué carajonome dijo antes que era del servicio deinformación?Yelpintor lesusurró,comosisedivirtieseconlosucedido:Dilequetumisión no es echar discursos. Pero calló.Preséntese mañana mismo en su nuevodestino. Y olvide lo dicho. El combateprincipalselibraenlaretaguardia.

Page 98: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

9.

En la cárcel deCoruñahabía cientosde presos. Todo parecía funcionar deforma organizada, más industrial. Inclusolas sacas noc turnas. Los solían llevar amorirmuy cerca, al Campo daRata, a laorilla del mar. Durante las descargas, lasaspas de luz del Faro deHércules hacíanresplandecer a los fusilados que llevabancamisa blanca. El mar mugía en loscantiles de Punta Herminia a San Amarocomo una vaca enloquecida en lasventanas de los comederos vacíos.Después de cada descarga había unsilencio de lamento humano. Hasta querecomenzaba la letanía de la vacaenloquecida.

Page 99: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

Entre las diversiones de lospaseadores nocturnos figuraba la de lamuerte aplazada. A veces, entre losprisioneros escogidos para ser asesinados,sobrevivíaalgunoalqueletocabaunabaladefogueo.Yesasuerte,esavidaporazar,hacíatodomásdramático,antesydespués.Antes, porque una mínima y caprichosaesperanzaperturbabacomoguijarrosenelcaminolacompasióndelosqueibanenlacordada.Y después, porque el que volvíacertificabaelhorrorconelespantodesusojos.

Un día de primeros de septiembre,hacia el atardecer, solitario en una torretade vigía, mientras seguía el vuelo de uncuervo marino, la voz del pintor le dijo:Procura irvoluntarioestanoche.Yél, sinmiedode que alguien pudiese escucharlo,respondió enojado: No me jodas. Venga,

Page 100: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

Herbal,¿vasadejarloahora?Nomejodasmás, pintor, ¿te das cuenta de cómo memira?Escomosimeespetasedosjeringasen losojos.CuandoMarisavieneaverlo,piensaqueescosamíaquemepongajustoen elmedio a escuchar loquedicenynodejar que se toquen ni la punta de losdedos. ¡Ese tipo no sabe lo que son lasordenanzas! Hombre, le dijo el pintor,podías hacerte un poco el ciego. Ya lohice, sabes que ya lo hice, dejé que setocasenconlapuntadelosdedos.

¿Yquésedecían?,preguntóMariadaVisitaçáo, cuando juntaban lasmanos porlapuntadelosdedos.

Había mucho ruido. Eran tantos lospresos y las visitas que ni a gritos seentendían.Sedecíanesascosasquedicenlosenamorados,peromásraras.

Él dijo que, cuando saliese en

Page 101: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

libertad, iría a Porto, al mercado delBelháo, para comprarle un saquito dehabas de colores de esas que llamanmaravillas.

Ella dijo que le regalaría un saquitocon horas. Que sabía de un feriante deValenca que vendía horas de tiempoperdido.

Él dijo que tendrían una niña y quelessaldríapoeta.

Ella dijo que había soñado que yahacíaañosquehabíantenidounniño,quehabía huido en un barco y que eraviolinistaenAmérica.

Y yo pensé que no eran oficios deprovechoparalostiemposquecorrían.

Y Herbal pasó aquella noche alacecho para meterse voluntario con lospaseadores cuando llegase la hora de lasaca. Porque eso sí que era curioso. Sin

Page 102: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

ningún aviso, como si fuese cosa de laluna, todo el mundo sabía cuándo eranoche de sangre. Y en el pelotón defusilamiento, ante el doctor Da Barca,aparentó más indiferencia que nunca,como si fuese la primeravezque lo veía.Perodespués,cuandoapuntó,recordóasutío el trampero y dijo con la mirada:Preferiría no hacerlo, amigo. Los presos,educados en el martirio, intentabanmantenerseerguidossobrelasmontañasdebasura delCampo daRata, pero la fuertebrisamarina los hacía flamear como ropatendida en el cable de un barco. El quedisparaba de primero, abriendo la veda,aguardó a que pasase un aspa de luz yviniese un intervalo mayor de oscuridad.Fue como si disparasen contra el viento.Unpocomásyunaráfagadenordestelesechalosmuertosencima.

Page 103: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

El doctor Da Barca continuabaerguido.

Llévatelo, murmuró apremiante elpintor.¡Záfate!

¡Éste me lo llevo de vuelta!, dijoHerbal. Y arrancó raudo con él comocazadorquesostieneporlasalasunpichónvivo.

Quienregresabadelviajealamuertepasabaaformarpartedeunordendistintodelaexistencia.Avecesperdíalacordurayelhablaporelcamino.Paralospropiospaseadoresseconvertíaenunaespeciedeser invisible, inmune, que había queignorarporuntiempohastaquerecuperasesunaturalezamortal.

Pero al doctor Da Barca lo fueron abuscardenuevoalospocosdías.

¡Despierta, los cerrojos!, alertó elpintor, sacudiendo a Herbal por la oreja.

Page 104: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

No,no,estavezno,ledijoelguardiaalavoz.Seacabó.Déjameenpaz.Sitienequemorir, que muera de una puñetera vez.Escucha. ¿Tevas a echar atrás ahora?Túno corres ningún riesgo, dijo el pintor.¿Que no?, respondió Herbal a punto degritar. Me voy a volver loco, ¿te parecepoco?Noestámalparaestostiempos,dijolacónicoelpintor.

Losguardiasdelapuertaprincipallehabían franqueado el paso de la prisión aun grupo de paseadores, gente para éldesconocida, excepto uno que le hizoestremecerse, a él, tan acostumbrado atodo.Unsacerdotealquehabíavistoalzarel cáliz en una ceremonia oficial y queahora llevaba camisa azul y pistola alcinto. Recorrieron pasillos y celdas,cosechando los hombres de una lista.¿Estamos?¡Faltauno!DanielDaBarca.El

Page 105: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

silencio acobijado del velatorio. Lalinterna enfocó un bulto. Dombodán.Herbalquedice:Debedeserése.

Pero entonces, la voz decidida delfantasma:¿Aquiénbuscan?

¡ADanielDaBarca!Ésesoyyo,aquímetienen.Y ahora, ¿qué?, duda, confundido,

Herbal.Veteconellos,bobo, leordenaelpintor.

Se corrió la voz por las celdas. Porsegundavez,llevabanenlasacaaldoctorDa Barca. Como si se hubiese llegado allímite de la fatalidad, la prisión vomitabatodos los gritos de desesperación y rabiaacumulados en aquel verano interminablede 1936. Y las cañerías, las rejas, lasparedes. Una percusión feroz, contagiadaentrehombresycosas.

Porel camino,a laorillade laplaya

Page 106: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

de SanAmaro,Herbal que dice: Éstemetocaamí.Asuntopersonal.

Arrastró al doctor Da Barca hasta elarenal. Lo tumbó de rodillas, de unpuñetazo en el vientre. Lo agarró por loscabellos: Abre la boca, hostia. El cañóncontra los dientes. Mejor que no me losrompa,pensóeldoctor.Lemetióelcañón.La uña de lamuerte hurgando el paladar.Enelúltimomomento,bajólatrayectoria.

Unmaricónmenos,dijo.Por la mañana lo recogieron unas

lavanderas. Le limpiaron las heridas conagua de mar. Unos soldados lassorprendieron. ¿De dónde ha salido éste?¿De dónde iba a salir? De esa prisión,comolosotros.Yseñalaronalosmuertos.¿Qué vais a hacer con él?, preguntaronellas. Pues llevarlo allí de nuevo, ¿quéqueréisquehagamos?¿Quenoscapen?

Page 107: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

¡Pobrehombre!¿EsquehayunDiosenelcielo?

El doctor Da Barca tenía una heridalimpia. La bala había salido por el cuellosinafectarningúnórganovital.Haperdidomuchasangre,dijoeldoctorSoláns,peroconunpocodesuerteserecuperará.

¡Virgen Santísima! Casi creería queestoesunmilagro,unmensaje.Inclusoenel infierno hay ciertas reglas, observó elcapellánde laprisión.Queesperenporelconsejo de guerra. Podrán fusilarlo comoDiosmanda.

Conversaban en el despacho dedirección. El jefe también se sentíainquieto: No sé qué pasa por ahí arriba,estánmuynerviosos.DicenqueesedoctorDa Barca debería estar muerto hacetiempo, de los primeros, desde quecomenzó el Movimiento. No quieren que

Page 108: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

llegue al juicio. Por lo visto, tiene doblenacionalidadypodríaarmarseunabuena.

Se acercó a la ventanadel despacho.A lo lejos, cercade laTorredeHércules,un cantero cincelaba cruces de piedra.Quieren qui tarlo de la circulación comosea.Porcierto,tieneunanoviaqueesunarealhembra.Unabelleza,créanme.Enfin.Los muertos que no mueren son unfastidio.

Este hombre está vivo, dijo con unaextrañafirmezaeldoctorSoláns.Hehechoun juramento y pienso cumplirlo. En estemomentosusaluddependedemí.

Durante los días de cura, el doctorSoláns hizo guardia en la enfermería. Porla noche, cerraba por dentro. Cuando eldoctorDaBarcapudohablar,encontraronuna querencia común: La patologíageneraldeldoctorNóvoaSantos.

Page 109: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

A propósito, páter, dijo el director,animado por las confidencias, ¿quépiensan ustedes del caso de Dombodán,esealquellamanElNiño?

Pensar,¿porqué?,dijoelpadre.Estácondenadoamuerte.Pero todos

sabemos que era el tonto del pueblo. Unretrasadomental.

Page 110: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

10.

En la prisión, la mejor prueba deamistad era ayudar al despioje. Comomadresahijos.

Era imposible conseguir jabón y laropaselavabasóloconagua,muyescasa.Había que quitar con mano paciente losparásitos y las ladillas. La segunda faunamás abundante en la cárcel eran las ratas.Familiarizadas. Recorriendo por la nochelos bultos de los sueños. ¿Qué carajocomían? Los sueños, decía el doctor DaBarca.Roennuestros sueños.Las ratas sealimentan por igual del submundo y delsobremundo.

En la cárcel había también un grillo.Lo había encontrado Dombodán en el

Page 111: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

patio.Lehizouna casita de cartón con lapuertasiempreabierta.Cantabanocheydíaenlamesilladelaenfermería.

Cuando se recuperó, el doctor DaBarca fue sometidoaconsejodeguerraycondenadoamuerte.Seleconsiderabaunode los dirigen tes del Frente Popular,coalición política de la «Anti- España»,propagandista del Estatuto de Autonomíade Galicia, de tendencia «separatista», yuno de los cerebros del «comitérevolucionario»queorganizólaresistenciacontrael«gloriosoMovimiento»de1936.

Durante meses, se libró una tensapartidaen losdespachosdelnuevopoder.El caso del doctor Da Barca habíatrascendidoalexteriorysehabíadesatadouna campaña internacional para conseguirsu indulto. No es que el bando alzadofuese muy sensible a este tipo de

Page 112: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

llamamientos, pero en este caso concurríauna circunstancia que complicaba laejecucióndelasentencia.ComonacidoenCuba, el reo tenía doble nacionalidad. Elgobierno de aquel país era aliado deFranco, pero toda la prensa pedíaclemencia en grandes titulares. Incluso laopiniónmásconservadorasimpatizabacontintes emotivos con la historia de aquelhombre que había eludido con milagrosaterquedad las garras de la muerte. En laimpaciencia de la espera, y como si unaradiofonía secreta atravesase el Atlántico,lascrónicas ibandesgranandopormenoresdel juicio, subrayando la gallardía deljoven galeno frente a un tribunal dehombresdearmas.Laversiónmásrepetidadecía que concluyó su discurso con unosversosqueestremecieronalasala.

¡Ésta es España! Atónita y

Page 113: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

maltrechabajo el peso brutal de suinfortunio.

Hubotambiénquienleatribuyócomobroche del alegato, en una pinceladaprobablemente apócrifa pero bienintencionada, dado el conocido talantecolorista del autor de la crónica, unaoportunainvocaciónaJoséMartí.

Yparaelcruelquemearrancaelcorazónconquevivo,cardoniortigacultivo:Cultivounarosablanca.

Después se comentó que si él habíapronunciado unos versos y había sidointerrumpido sable en mano, pero yo

Page 114: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

estabaallí yno fueasí, le contóHerbal aMariadaVisitaçáo.EldoctorDaBarcanoechó ninguna copla. Puesto en pie, hablótodoeltiempoentonomuypausado,comosiestuvieseaguantandounacometa,loqueya de por sí incomodó al tribunal, queconcedíalapalabraporpuroformulismoycomo quien dice con un pie fuera de lasala.ALprincipio,expusoalgo referidoala justicia que a mí me pareció untrampitán* pero de lo que se entendía laintención.Yluegohablóde los limonesyde Dombodán. Este Dombodán era unmuchachotegrandón,buenocomoelpanyunpoquitoatrasado,deesosqueporaquíllamamosinocentes,alquedetuvieronconunos mineros de Lousame que iban condinamita a defender Coruña. Se subió alcamión, y ellos le dejaron ir porqueDombodán iba siempre a donde iban los

Page 115: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

mineros, como unamascota. Esperaba encapilla su ejecución. Ni siquiera entendíaqueloibanamatar.Desímismo,eldoctorDaBarca nodijo naday yo creo que esofueloquemáscabreóaltribunal.Además,yaerahoradecomer.

(*Lenguaje inventado por un curioso personaje,Juan de la Coba, para su uso particular en suspintorescas obras dramáticas. Por extensión, «jergaininteligible».(N.delaT.))

Señores del tribunal, habría dicho eldoctor Da Barca, si es que pudiéramosoírlo,lajusticiapertenecealcampodelasfuerzas del alma. Y por eso puede brotaren los lugares menos propicios, puescuando la llamamos, allí acude, a vecescon la venda en los ojos pero atenta deoído, desde no se sabe muy bien dónde,como una cosa anterior a jueces yacusados, incluso a las propias leyesescritas.Vayaalgrano,dijoconseveridad

Page 116: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

el presidente del tribunal, esto no es unateneo.Deacuerdo,señor.Enlaépocadelas grandes navegaciones marítimas, laprincipal causa de mortalidad era elescorbuto. Más que los naufragios y lasrefriegas navales. Por eso se le llamó elmaldelmarinero.Duranteaquelloslargosviajes,decadacienvolvíanveintevivos.AmediadosdelsigloXVIII,elcapitánJamesCook incorporó un barril de zumo delimónalsuministrodeabordoydescubrióque…Levoyaretirar lapalabra.Se tratademi testamento, señor.Pues abrevie, nocreo que sea usted tan viejo como pararemontarnos a Cristóbal Colón. Bastaría,señores, con una pequeña provisión delimones para evitar penalidades nodictadasporningúntribunal.Loheestadopidiendo por diversos conductos, ytambién vendas y yodo, porque la

Page 117: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

enfermería…¿Yahaacabado?Por loqueamírespecta,señor,ydejandoaunladoelpudor, quisiera exponer un atenuante.Aprovechando estas vacacionesimprevistasdemiencarcelamiento,meheestado analizando hasta descubrir, no sinsorpresa por mi parte, una anomalíapsíquica.Encuestióndesalud,nisiquieralos médicos nos podemos engañar anosotros mismos. Mi caso podría serdescritocomounretrasomental leveperocrónico, producto quizá de un partoaccidentado, o de una alimentacióndeficiente en mi niñez. Algunas personasen esta misma situación, pero másdesasistidas emocionalmente, fueronconfundidas con una especie de locos einternados en elmanicomio deConxo.Amí me acogió la comunidad, me diocobijo, me encargó trabajos de una

Page 118: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

infancia eterna, como ir por agua a lafuente o por pan al horno, o tambiénaquellos que exigían la fuerzamotriz quese escondía bajo mi mansedumbre, comoacarrearleñaparaelfuego,opiedrasparaunacerca,o inclusoun terneroenbrazos.Y, en pago, con sutil sabiduría, el pueblome llamó inocente envezde tonto.Y losmineros me aceptaron como amigo. Meinvitaban en la taberna,me llevabana lasverbenas, y bebía y bailaba como si yomismo fuese el más bravo del tajo. Adonde ibanellos, allí ibayo.Ynuncamellamaron tonto. Eso soy yo, señores deltribunal,uninocente.Dombodán,O'Neno.

El nombre de Dombodán retumbócomounartefactoen las tripasde la sala.El presidente del tribunal se puso en piedesencajado y mandó callar al doctor DaBarcaechandomanodelsable.Bastayade

Page 119: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

teatro. Se levanta el juicio. Visto parasentencia. De buena gana le darían elréquiemallímismo.

Page 120: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

11.

Porestavez,lacampañainternacionalsurtió efecto. En el último momento. Apetición del gobierno de Cuba, al doctorDaBarcaleconmutaronlapenademuerteporunadecadenaperpetua.

Él, con aquella manera suya de serque tenía, se había hecho, como quiendice,socorrodelaprisión,lecontóHerbala Maria da Visitaçáo. Era como uncuranderodeesosquecuranlasverrugasadistancia sólo con una copla. Inclusocuandoestuvoconunpieaquíyotroallá,alaesperadeserejecutado,sededicabaadarleánimosatodoelmundo.

Los presos políticos funcionabancomo una especie de comuna. Personas

Page 121: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

que no se hablaban en la calle, que setenían verdadero odio, como losanarquistasy loscomunistas,seayudabandentro de la cárcel. Llegaron a editarjuntosunahojaclandestinaquesellamabaBungalow.

Los viejos republicanos, algunosveteranosgalleguistasdelaCovaCéltica*ydelasIrmandadesdaFala**,consuairede antiguos caballeros de la TablaRedonda, que incluso comulgaban enmisa, hacían las veces de consejo deancianos para resolver conflictos yquerellas entre los internos. Se habíaacabado el tiempo de las sacas sin juicio.Los paseadores seguían haciendo fuera eltrabajo sucio, pero los militares habíandecidido que también en las calderas delinfierno debía imperar una ciertadisciplina. Los fusilamientos continuaron

Page 122: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

previo trámite de consejo de guerrasumarísimo.

(* Tertulia que reunía a los regionalistascoruñeses,afinalesdelXIX,enlaqueseforjólaideadelorigenceltadelpueblogallego.(N.delaT.))

(**Asociacionesfundadasen1916conelobjetivodepromoverelcultivodelalenguagallega;suactividadfue determinante para el desarrollo del galleguismoposterior.(N.delaT.))

Con aquella administración paralela,los presos habían ido mejorando en loposiblelavidaenlacárcel.Emprendieronporsucuentamedidasdehigieneyrepartoalimentario.Superpuestoalhorariooficial,había un calendario no escrito que era elque verdaderamente regía las rutinasdiarias.Sedistribuyeron las tareas con talorganización y eficiencia que muchospresos comunes acudían a ellos endemandadeayuda.Traslasrejas,habíaungobiernoenlasombra,nuncamejordicho,

Page 123: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

un parlamento asambleario y unos juecesde paz. Y también una escuela dehumanidades, un estanco de tabaco, unfondo común que hacía de mutua y unhospital.

ElhospitaldelospresoseraeldoctorDaBarca.

Enlaenfermeríahabíaalgúnpersonalmás,lecontóHerbalaMariadaVisitaçáo,pero era él quien llevaba el pesode todo.Inclusoelmédicooficial,eldoctorSoláns,cuando venía de visita, atendía susinstrucciones como si fuese un auxiliaraccidental. Este Soláns apenas abría laboca.Todossabíamosquesemetíaalgunadroga. Se notaba que la cárcel le dabaasco, aunque él estaba fuera. Parecíasiempreido,estupefactoanteellugarenelmundoenelque lehabía tocadocaerconuna bata blanca. Pero el doctorDaBarca

Page 124: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

tratabaatodoslospresosporsunombre,ysabía su historia, fuesen políticos ocomunes,sinnecesidaddeficheros.Nosécómolohacía.Lecorríamáslacabezaqueelalmanaque.

Un día apareció en la enfermería unenviado de la inspección médica militar.Mandó pasar consulta en su presencia.EldoctorSolánsestabanervioso, comosi sesintiesevigilado.YeldoctorDaBarcasecolocó en un segundo plano, pidiéndoleconsejo,dándole la iniciativa.De repente,al inclinarse para tomar asiento, elinspector hizo un gesto extraño y le cayóuna pistola de la sobaquera. Nosotrosestábamos allí para vigilar a un presoconsiderado peligroso, el Gengis Khan,que había sido boxeador y luchador y alque, como andaba algo tocado de lacabeza, le daban una especie de prontos.

Page 125: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

Loencarcelaronporquehabíamatadoaunhombre sin querer. Sólo por meterle unsusto.Fueduranteunaexhibicióndeluchalibre.DesdequeempezóelcombateentreGengisKhanyunoque llamabanelTorodeLalín, el hombrecito aquel, sentado enprimera fila, estuvo todo el tiempogritando que había tongo. ¡Tongo, tongo!Gengis Khan sangraba por la nariz, teníaesa habilidad, pero aun así el antipáticoaquelnosedioporsatisfecho,comosi loaparatoso de la herida confirmase sussospechas de combate amañado. Yentonces Gengis Khan tuvo uno de susprontos.LevantóenviloalTorodeLalín,unsacodehombrede130kilos,yloarrojócon todas sus fuerzas encima delhombrecito que gritaba tongo y que yanuncamássesentiríaestafado.

Elcasoesque,enlaenfermería,todos

Page 126: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

miramosparaaquellapistolacomosifueseunaratamuerta.YeldoctorDaBarcadijotranquilamente:Se le ha caído al suelo elcorazón,colega.Hastaelgrandullónaquelquehabíamosllevadoesposado,elGengisKhan,quedóimpresionado.Despuéslanzóuna carcajada y dijo: ¡Sí, señor, un tipocontrescojones!Ydesdeentoncesletuvotanta ley al doctor Da Barca que en lashoras de patio andaba siempre junto a élcomo si le guardase las espaldas, y loacompañabaalasclasesdelatínquedabael viejo Carré, el de las Irmandades daFala. Gengis Khan empezó a utilizarexpresiones muy chuscas. Decía decualquier asunto que no era patacaminuta* y también, cuando las cosas setorcían, vamos de caspa caída. Desdeentonces, Gengis Khan fue conocido porPataquiña. Medía dos metros, aunque

Page 127: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

cargaba algo de hombros, y llevaba botasabiertas por la punta por donde leasomabanlosdedoscomoraícesderoble.

(*Error derivado de la locución latina peccataminuta,confundidaconpataca,engallego«patata».(N.delaT.))

Yenlacárcel lospresosorganizarontambién una orquesta. Había entre ellosvarios músicos, buenos músicos, losmejores de las Mariñas, que durante laRepública había sido zona de muchosbailes. La mayoría eran anarquistas y lesgustaban los boleros románticos, con lamelancolía del relámpago luminoso. Nohabía instrumentos, pero tocaban con elviento y con las manos. El trombón, elsaxo,latrompeta.Cadaunoreconstruíasuinstrumento en el aire. La percusión eraauténtica. Uno al que le llamabanBarbarito era capaz de hacer jazz con unorinal. Habían discutido si llamarla

Page 128: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

Orquesta Ritz u Orquesta Palace, pero alfinal se impuso el nombre de CincoEstrellas. Cantaba Pepe Sánchez. Lohabían detenido con varias docenas dehuidos en las bodegas de un pesquero, apuntodesalirhaciaFrancia.Sánchezteníael don de la voz, y cuando cantaba en elpatio, lospresosmirabanhacialalíneadela ciudad recortada en lo alto, porque laprisión estaba en una hondonada entre elfaroy laciudad,comodiciendonosabéislo que os perdéis. En ese momento,cualquiera de ellos pagaría por estar allí.En la garita, Herbal dejaba el fusil, seapoyaba en la almohada de piedra ycerrabalosojoscomoelbedeldeunteatrodeópera.

Había una leyenda en torno a PepeSánchez.Envísperasde las eleccionesde1936,cuandoyaseintuíalavictoriadelas

Page 129: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

izquierdas, proliferaron en Galicia lasllamadas Misiones. Eran predicaciones alaire libre, dirigidas sobre todo a lasmujeres campesinas, entre las que losreaccionarios cosechaban más votos. Lossermones eran apocalípticos. Vaticinabanplagas terribles. Hombres y mujeresfornicarían como animales. Losrevolucionarios separarían a los hijos desus madres en cuanto saliesen de susvientres para educarlos en el ateísmo. Sellevarían las vacas sin pagar un duro. YsacaríanenprocesiónaLeninoaBakuninen vez de a la Virgen María o al SantoCristo. En la parroquia de Celas seconvocóunadeestasmisiones,yungrupode anarquistas decidió reventarla. Se hizounsorteoyletocóaPepeSánchez.Elplanera el siguiente:Debía ir enburro, con elhábito de dominico, e irrumpir como un

Page 130: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

poseído en medio de la prédica. Sánchezsabía lo que podía llegar a hacer unamuchedumbreestafada,yeldíadelsucesodesayunó con un cuartillo de aguardiente.Cuando se presentó en el lugar, montadoenel burroygritando«¡VivaCristoRey,abajo Manuel Azaña!» y cosas por elestilo, los frailes predicadores aún nohabíanaparecido,retrasadospornosesabequé. Así que la multitud lo tomó porverdaderoylofueguiando,sinélquererlo,hacia el púlpito improvisado. Y entoncesPepe Sánchez no tuvo más remedio quetomar la palabra. Que en el mundo nohabía nadie suficientemente bueno comopara mandar sobre otro sin suconsentimiento.Quelauniónentrehombreymujer teníaqueser libre,sinmásanilloniargollaqueelamorylaresponsabilidad.Que. Que. Que quien roba a un ladrón

Page 131: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

tienecienañosdeperdónyqueparvaeslaovejaque se confiesa conel lobo.Erauntipo guapo. Y el vendaval agitándole elhábito y las románticas guedejas le dabanunmagnífico aire de profeta.Después deunos murmullos iniciales, se hizo elsilencio y gran parte de los congregados,sobre todo las muchachas, asentían y lomiraban con devoción. Y entonces Pepe,ya desenfrenado, como si estuviese en elpalco de una verbena, cantó aquel boleroquetantolegustaba.

Eneltroncodeunárbolunaniñagrabó su nombre henchida deplacer,y el árbol conmovido allá en susenoalaniñaunaflordejócaer.

Page 132: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

Aquellamisiónfueunéxito.A Pepe Sánchez lo fusilaron un

amanecer lluvioso de otoño del 38. Lavíspera, las palabras desaparecieron de laprisión. Lo que que daba de ellas erandespojos en el chillidode lasgaviotas.Ellamento de un pasador en la garganta delcerrojo. Las boqueadas de los sumideros.Y entonces Pepe se puso a cantar. Cantótoda la noche acompañado desde susceldas por los músicos de la OrquestaCinco Estrellas, con sus instrumentos deaire. Cuando se lo llevaban, con el curadetrásmurmurandounaoración, aún tuvohumorparagritarporelpasillo:¡Vamosatomar el cielo! ¡Yobienpuedoentrar porel ojo de la aguja! Y es que era esbeltocomounsauce.

No, en aquella ocasión no hubovoluntariosparaelpelotón, ledijoHerbal

Page 133: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

aMaríadaVisitaçáo.

Page 134: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

12.

Por dos veces el doctor Da Barcavenció a la muerte. Y por dos vecespareció que la muerte lo vencía, que loarrinconaba y lo arrojaba a la colchonetadelacelda.

Fue a causa de los fusilamientos deDombodányPepeSánchez.

Siempre andaba animoso, pero sederrumbó en dos momentos, le contóHerbal a Maria da Visitaçáo. CuandomurieronO'Nenoyelcantante.Entoncespermaneció varios días tirado en lacolchoneta,enun largosueño,comosisehubiesemetidountoneldevalerianaenelcuerpo.

En la última ocasión, Gengis Khan

Page 135: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

permanecióenvigiliaasulado.Cuandodespertó, ledijo:¿Quéhaces

aquí,patatita?Quitarle los piojos, doctor.Y apartar

lasratas.¿Tantohedormido?Tresdíasytresnoches.Gracias, Gengis. Te voy a invitar a

comer.Y es que tenía, le contó Herbal a

MariadaVisitaçáo,elpoderdelamirada.A la hora del almuerzo, en el

comedor, el doctor Da Barca y GengisKhansesentaronfrenteafrenteytodoslospresos fueron asombrados testigos deaquelbanquete.

Deentrantevasa tomaruncócteldemarisco.

Langosta con salsa rosa sobre uncogollodelechugadelvalledeBarcia.

Page 136: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

¿Y para beber?, preguntó GengisKhanconincredulidad.

Para beber, dijo muy serio el doctorDaBarca,unblancodelRosal.

Lo miraba fijamente, atrapándolo enla claraboya de los ojos, y algo estabapasandoporqueGengisKhandejódereír,vaciló por un instante, como si estuvieseen un alto y le diese vértigo, y despuésquedó pasmado. El doctor Da Barca selevantó, rodeó la mesa y le cerrósuavemente los párpados, como si fuesencortinasdeencaje.

¿Estábuenoelcóctel?Gengis Khan asintió con la boca

llena.¿Yelvino?En el pun, en el punto, balbuceó en

éxtasis.Puesvedespacio.

Page 137: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

Mástarde,cuandoeldoctorDaBarcalesirviódesegundounredondodeterneraconpurédemanzana,regadoconuntintode Amandi, a Gengis Khan le fuecambiandoelcolor.Aquelgigantepálidoymagroteníaahoraelbrillocoloradodeunabadgoloso.Sonreíaenélunaabundanciacampesina y mensajera, una dulcerevancha contra el tiempo que contagió atodos los presentes. Había en aquelcomedor un silencio de lengua en elpaladar y ojos de fábula, que silenció elrevolverdelascucharasenelrancho,unasopa indescifrablea laque llamabanaguadelavarcarne.

Ahora,Gengis,dijosolemneeldoctorDaBarca,elpostreprometido.

¡Untocinillodecielo!,gritóconansiairreprimibleunespontáneo.

¡Milhojas!

Page 138: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

¡TartadeSantiago!Unanubedeazúcarenpolvoatravesó

eloscurocomedor.Delacorrientefríadelaspuertassalíanataaborbotones.Lamielescurríaporlasparedesdesconchadas.

Eldoctorpidiósilencioconungestodesusmanos.

¡Lascastañas,Gengis!,dijoporfin.Ysiguió un murmullo de desconciertoporqueaquéleraunpostredepobres.

Mira,Gengis,castañasdelCaurel,delpaísde losbosques,hervidasennébedayanís. Eres niño, Gengis, los perros delviento aúllan, la noche temblequea en elcandilylosmayoresandanencorvadosporel peso del invierno. Pero aparece tumadre,Gengis, y posa en 'el centro de lamesa la fuente de las castañas hervidas,criaturasenvueltasentraposcalientes,unavaharada animal que reblandece los

Page 139: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

huesos.Eselinciensodelatierra,Gengis,¿aquelonotas?

Puesclaroquelonotaba.Elvahodelhechizo prendió en sus sentidos comohiedra,lepicóenlosojosylehizollorar.

Y ahora, Gengis, dijo el doctor DaBarca cambiando de tono como uncomediante, vamos a bañar esas castañascon crema de chocolate. A la usanzafrancesa,sí,señor.

Todo el mundo aprobó esadelicadeza.

En el parte de incidencias delcomedor, el director de la prisión leyó:«Los internosrechazaron tomar lacomidadel día, sin manifestar ningún signo deprotesta ni explicar los motivos de estaactitud.Laretiradadelcomedortuvolugarsinincidentesquereseñar».

¿A que tiene cara de mejor salud?,

Page 140: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

dijoeldoctorDaBarca.Esciertoesoquediceelrefranero,quedeilusióntambiénsevive. Es la ilusión, que le hace subir laglucosa.

Gengis Khan salió de la hipnosisdespertadoporsupropioeructodeplacer.

Page 141: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

13.

Aveces,eldifuntodescabalgabadelamonturadelaoreja,seleibadelacabezay tardaba en volver. Andará por ahí, enbuscadesuhijo,pensabaelguardiaHerbalcon algo de nostalgia, porque al fin y alcaboelpintor ledabaconversaciónenlashoras de vigilia, en las noches deimaginaria. Y le enseñaba cosas. Porejemplo,quelomásdifícildepintareralanieve.Yelmar,yloscampos.Lasampliassuperficies de apariencia monocolor. Losesquimales, le dijo el pintor, distinguenhastacuarentacoloresenlanieve,cuarentaclasesdeblancura.Poreso, losquemejorpintan el mar, los campos y la nieve sonlosniños.Porquelanievepuedeserverde

Page 142: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

yelcampoblanquearcomolascanasdeunancianocampesino.

¿Usted ha pintado la nieve algunavez?

Sí, pero fue para el teatro. Unaescenografíadehombreslobo.Siponesunloboenelmedio,todoesmuchomásfácil.Un lobo negro, como un tizón vivo a lolejos, y como mucho un haya desnudapintados sobre una sábana. Alguien quediga, nieve, y ya está. Qué maravilla, elteatro.

Me resulta raro eso que dice, dijo elguardia rascándose la barba rala con elpuntodemiradelfusil.

¿Porqué?Pensé que para usted, como pintor,

eranmásimportanteslasimágenesquelaspalabras.

Lo importante es ver, eso es lo

Page 143: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

importante.Dehecho,añadióelpintor,sedice que Homero, el primer escritor, eraciego.

Esoquerrádecir, comentó el guardiacon algo de sorna, que tenía muy buenavista.

Sí,exacto.Esoquieredecir.Ambos callaron atraídos por la

tramoya del crepúsculo. El sol discurríatraselmontedeSanPedrohaciaunmuelledeexilio.Alotro ladode laensenada, lasprimeras acuarelas del faro hacían másintensalabaladadelmar.

Pocoantesdemorir,dijoelpintor,ylodijo como si el hechodehabermuertofuesealgoajenoaambos,pintéestamismaestampa, loqueestamosviendo.Fueparala escenografía del Canto mariñán de laCoral Ruada, en el Teatro Rosalía deCastro.

Page 144: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

Me gustaría haberlo visto, dijo elguardiaconsentidacortesía.

Noeranadadel otromundo.Loquesugería el mar era el faro, la Torre deHércules.Elmar era la penumbra.Yonoqueríapintarlo.Queríaqueseoyese,comouna letanía. Pintarlo es imposible. Unpintorcabal,cuantomásrealistaquieraser,sabe que el mar no se puede llevar a unlienzo. Hubo un pintor, un inglés, sellamabaTurner,que lohizomuybien.Laimagenmás impresionante que existe delmar es su naufragio de un barco denegreros. Allí se escucha el mar. Es elgrito de los esclavos, esclavos que quizáno conociesen delmarmás que el vaivénenlasbodegas.Amímegustaríapintarelmar desde dentro, pero no como unahogado sino con escafandra. Bajar conlienzo, pinceles y todo, como dicen que

Page 145: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

hizounpintorjaponés.Tengo un amigo que quizá lo haga,

añadióconunasonrisanostálgica.Siantesnoseahogaenvino.SellamaLugrís.

La del crepúsculo era, por algunarazón, lahorapreferidapor el pintorparavisitar lacabezadelguardiaHerbal.Se leposaba en la ore ja con firme suavidad, ahorcajadas,comoellápizdelcarpintero.

Cuando sentía el lápiz, cuandohablabandeesascosas,deloscoloresdelanieve, de la guadaña del pincel en elsilencio verde de los prados, del pintorsubmarino,delalinternadeunferroviarioabriéndosepasoenlaniebladelanocheode la fosforescencia de las luciérnagas, elguardiaHerbalnotabaqueledesaparecíanlosahogoscomoporensalmo,elburbujearde los pulmones como un fuelleempapado, los delirios de sudor frío que

Page 146: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

seguíanalapesadilladeuntiroenlasien.ElguardiaHerbalsesentíabiensiendo loque en ese instante era, un hombreolvidado en la garita. Conseguía por finacompasarsucorazónalcinceldelcantero.Latíaconlarutinadeunserviciomínimo.Supensamientoeraelproyector luminosode un cinematógrafo. Como cuando, deniño pastor, su mirada sostenía unreyezuelopicandoelperfildeltiempoenlavertical de la corteza, o aguantaba unabriznadehierbaalbordedelrelojfataldelremolinoenlafuente.

Fíjate, las lavanderas están pintandoelmonte,dijoahoraeldifunto.

Sobre losmatorralesque rodeabanelfaro, entre los peñascos, dos lavanderastendíanlaropaaclarear.Suloteeracomoel vientre de trapo de un mago. De élquitaban interminables piezas de colores

Page 147: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

que repintaban el monte. Las manosrosadas y gordezuelas seguían el dictadodelosojosdelvigía,guiadosasuvezporelpintor:Las lavanderas tienenlasmanosrosasporquedetantofregaryfregarenlapiedra del agua se les van quitando losañosde lapiel.Susmanos son lasmanosde cuando eran niñas y comenzaron a serlavanderas.

Sus brazos, añadió el pintor, son losmangosdelpincel.Delcolordelamaderadel aliso, porque también se formaronjunto al río. Cuando escurren la ropamojada, los brazos de las lavanderas setensan como las raíces de la orilla. Elmonte es como un lienzo. Fíjate. Pintansobre tojos y zarzas. Las espinas son lasmejores pinzas de las lavanderas.Ahí va.La larga pincelada de una sábana blanca.Dos trazosdecalcetines rojos.El temblor

Page 148: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

liviano de una lencería. Extendida alclareo, cada pieza de ropa cuenta unahistoria.

Lasmanos de las lavanderas casi notienen uñas. También eso cuenta unahistoria, como la contarían, si tuviésemosuna radio grafía a la vista, las vértebrassuperioresdesucolumna,deformadasporel peso de los lotes acarreados sobre lacabeza durante años y años. Dicen ellasque las uñas se las llevó el aire de lassalamandras.Peroesoes,porsuparte,unaexplicaciónmágica.Lasuñasselascomióelácidodelasosa.

Durante las ausencias del difunto, elHombredeHierropugnabaporocupar sulugarenlacabezadelguardia.ElHombrede Hierro no se presentaba durante eltiempo melancólico del crepúsculo, ni seacomodabacomounlápizdecarpinteroen

Page 149: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

la silla de montar de la oreja, sino aprimerahora,enelespejoyenelmomentode afeitarse. Tenía un mal despertar.Atravesabalanocheconahogosdepecho,comoquien subeybajamontañas tirandode un mulo cargado de cadáveres. Asípues, el Hombre de Hierro se loencontrababienpredispuestopara atenderconsejos que eran órdenes. Aprenda asostener la mirada y a dominar con ella,paraesodebeapretarlosdientes.Hablelomenos posible. Las palabras, porimperiosas y malsonantes que sean, sonsiempreunapuertaabiertaalosdiletantes,y losmásdébiles seagarranaellascomounnáufragoalpalodelmástil.Elsilencio,acompañadodegestosrotundos,marciales,tiene un efecto intimidatorio. Lasrelaciones entre humanos, no se olvide,siempre se establecen en términos de

Page 150: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

poder. Cómo entre lobos, el contactoexploratorio deriva en un nuevo orden decosas:odominioosumisión.¡Yabrócheseelbotóndelcuellodelaguerrera,soldado!Ustedesunvencedor.Queseenteren.

En la habitación que su hermana lehabíadado,habíaunabicicletacolgadadelapared.Eraunabicicletaquenadieusaba,conelneumáticode las ruedas tan limpioqueparecíaquenuncasehabíaposadoenel suelo, y los guardabarros de lata tanbrillantes como láminas de alpaca. Antesdeirseadormir,sesentabaenlacamaantelabicicleta.Deniñohabíasoñadoconalgoasí.Ono.Quizáeraunsueñoquesoñabahaber soñado. De repente, se sintióestafado. Todo lo que recordaba habersoñado, el sueño que desplazaba todo losoñado,eraaquellaniña,muchacha,mujerllamada Marisa Mallo. Estaba allí, en la

Page 151: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

pared,comounaInmaculadaenelaltar.Cuando cuidaba del ganado, solía

escaparse junto a su tío el trampero. Perotenía otro tío. Otro Solitario. Nan, el tíocarpintero.

Al regresar con las vacas, se deteníaenel tallerdeNan,uncobertizoquedabaalcamino,detablaspintadasconpezcomoun arca varada en la entrada de la aldea.ParaHerbal,Naneraunserextraño.Enelpomar había un manzano cubierto demusgo blanco, el preferido de losmirlos.Así era, entre los de su familia, aquel tíoabuelo carpintero. En aquella aldea, lavejezestabaalacecho.Repentinamente,teenseñaba los dientes en una esquinasombría,enlutabaalasmujeresenunaerade niebla,mudaba las voces conun tragode aguardiente y arrugaba la piel en elescalón de un invierno. Pero la vejez no

Page 152: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

había traspasadoaNan.Cayó sobreél, locubriódecanasydeunapelambreblancaqueselerizabaenelpechoylevestíalosbrazoscomovisteelmusgo las ramasdelmanzano, pero la piel amarilleaba,lustrosa, como el cerne del pino del país,los dientes relucían brillantes por el buenhumor, y además andaba siempre conaquelpenachorojoenlaoreja.Ellápizdecarpintero.EneltallerdeNannuncahacíafrío. El suelo era un lecho blando devirutas. El aroma del serrín mataba lahumedad. ¿De dónde vienes?, lepreguntabasabiéndolo.Unchavalcomotúdebería estar en la escuela. Y despuésmurmuraba con un gesto desaprobatorio:Cortan la madera antes de tiempo. Venaquí,Herbal.Cierra losojos.Ahoradime,sólo por el olor, como te he enseñado,¿cuál es el castaño y cuál el abedul? El

Page 153: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

niño olisqueaba acercando la nariz hastarozarconlapuntalospedazosdemadera.Asínovale.Sintocar.Sóloporelolor.

Éste es el abedul, señalaba por finHerbal.

¿Seguro?Seguro.¿Yporqué?Porquehueleamujer.Muybien,Herbal.Y él mismo se acercaba al tocón de

abedul e inspiraba profundamente,entrecerrando los ojos. A hembra bañadaenelrío.

Herbal descuelga la bicicleta de lapared.Elmanillaryelguardabarrosbrillancomoalpaca.

Debajo de la cama tiene la caja deherramientasdeNanylaamarraalasientotrasero. Prepara un café en el puchero,

Page 154: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

comoinfusión,talycomohacíaNan.Estáamaneciendo y se echa a pedalear por elcaminoquediscurreparaleloalrío,orladodeabedules.Defrenteseacercaunafiguraextraña.Lleva túnica y va tanmaquilladaquepareceunamáscara.Lehaceunaseñalpara que se detenga. Herbal intentapedalearconfuerzaperolacadenasesaledelpiñón.

Hola,Herbal,querido.SoylaMuerte.¿Sabes por dónde andan el jovenacordeonistaylaputaVida?

Pero entonces Herbal, que busca unarma, algo con lo que defenderse, recurreal lápiz de la oreja. Se alarga como unalanza roja. El grafito de la punta espejeacomo un metal bruñido. La Muerte abrelos ojos con espanto. Desaparece. Sóloquedaunamanchadegasóleoenelcharcodelcamino.YHerbalarreglalabicicletay

Page 155: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

pedalea silbando feliz un pasodoble dejilguero, con su lápiz rojo en la oreja. Yllega al pazo de Marisa Mallo y saludacantarín mirando al cielo. ¡Bonito día!Precioso, asiente ella. Bien, dice élfrotándose las manos, ¿qué es lo quequiere que haga hoy?Una artesa,Herbal.Unarcaparaelpan.

Selaharédenogal,miseñora.Yconpatastorneadas.Yescudeteenelcierre.

Y un chinero, Herbal. ¿Me harástambiénunchinero?

Conbalaústredevolutas.DespertóconlasórdenesdelHombre

de Hierro. Se había quedado dormidoencimade lacama,sindesvestirse.Desdela cocina llegaban también los lamentosdóciles de su hermana.Recordó lo que lehabíadichoelsargentoLandesa:Daleunapatadaen loshuevosdemiparte.Yaestá

Page 156: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

bien,murmuró.Hijodeputa.¿Lohasoído?Quierolacenacaliente

enlamesa.¡Lleguealahoraquellegue!Su hermana estaba en camisón,

despeinada, con un plato de sopa en lamano. La presencia de Herbal pareciósobresaltarlaaúnmás,puesvertiópartedelplato.Elotroveníauniformado.Lacamisaazul. Los correajes. La pistola enfundadaen la sobaquera. Lo miró de frente. Losojos estriados. Borracho. Amagó unasonrisacínica.Despuéspasólagamuzadelalenguaporlosdientes.

¿Tienesmaldormir,Herbal?Sacólapistolayladejóencimadela

mesa. Al lado de los cubiertos y delpedazo de pan, la Star parecía unaherramienta absurda, desamparada. ZaloPugallenódosvasosdevino.

Venga,siéntate.Echauntragocontu

Page 157: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

cuñado.Ytú,sedirigióasumujer,guardaesoquevieneahí.

LeguiñóunojoaHerbalyempezóasorberdirectamentedelplato.Siempreeraasí.Pasabadeunachuleríaagresivaaunacamarade ría ebria. Beatriz procurabadisimular las huellas de los malos tratospero a veces, cuando estaban solos, sederrumbaba llorando en los brazos de suhermano. Ahora, después de desatar elsaco con el que había llegado el marido,Herbal vio que quedaba estupefacta,petrificada,comoenunvértigo.

¿Quéteparece?¡Buenacaza!Venga,cógelo.

Prefierodejarloparamañana.¡Venga, mujer! No muerde. Que lo

veatuhermano.Y ella, venciendo el asco, metió las

manos y finalmente sacó la cabeza de un

Page 158: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

cerdo. La mostró, apartándola de sí,dirigiéndolahacia loshombres.Arenasdesalenelhuecooblicuodelosojos.

¡Pobreanimal!El cuñado de Herbal rió su propia

gracia. ¡Viene entero, con rabo y todo!Luegoañadió:Aquelcarajodeviejanoloquería soltar. Dijo que ya había dado unhijoparaFranco.Ha,ha,ha.

Zalo Puga había engordado muchodurante la guerra. Trabajaba en Abastos.Erade losque salían adecomisarvíveresporlasaldeas.Ysequedabaconunapartedel botín. No lo quería soltar, repitió entono sórdido. Se agarraba a los laconescomo si fuesen reliquias. Le tuve quesacudir.

CuandoBeatrizarrastróelsacohacialadespensa,élquitódosfariasdelbolsillodelacamisayleofrecióunaaHerbal.Las

Page 159: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

primeras humaradas se cruzaron yascendieronforcejeandoenredadashacialalámpara. Zalo Puga lo miraba fijamenteporlasestríasdelosojos.

Querrías matarme, ¿verdad? Pero notienescojones.

Ysoltóotracarcajada.

Page 160: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

14.

Entreelpenalylasprimerascasasdela ciudad había unos peñascos. A veces,durante las horas de patio, se veíanmujeres en lo alto que pareceríanesculpidassinofueseporlabrisadelmarque lesondulaba las faldasy lasmelenas.En la esquina soleada del patio, algunoshombres hacían visera con la mano ymiraban hacia ellas. No hacían ningúngesto. Solamente de vez en cuando ellasbraceaban lentamente,comoenuncódigode banderas que se agitaba más al serreconocido.

Desde la garita, en una esquina delmuro de la prisión, con el lápiz decarpinteroen laoreja,Herbal atendíaa lo

Page 161: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

queledecíaelpintor.Le decía que los seres y las cosas

tienen una vestimenta de luz. Y que lospropiosEvangelioshablandeloshombrescomo «los hijos de la luz». Entre losprisioneros del patio y lasmujeres de lasrocas debía de haber hilos de luz quecruzaban tendidos por encima del muro,hilosinvisiblesquenoobstantetransmitíanel color de las prendas y el ajuar de lamemoria. Ymás aún, una pasarela hechade cordajes luminosos y sensoriales. Elguardia imaginó que, en su quietud, losprisioneros y lasmujeres de los peñascosestaban haciendo el amor y que era elvendaval de sus dedos el que agitaba lasfaldasylasmelenas.

Un día la vio allí, entre las otrasmujeresconvestidospobres.Sulargopelorojizo balanceado por la brisa, tendiendo

Page 162: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

hilosconeldoctorenelpatiodelacárcel.Hilos de seda, invisibles. No los podríarasgarniuntiradordeprecisión.

Hoy no había mujeres. Un grupo deniños,conlacabezamuyrapada,loquelesdabaaspectodehombrecitos,jugabanalaguerra, haciendo que los palos eranespadas. Disputaban la cima de lospeñascoscomotorresdeunafortaleza.Secansaron de la esgrima y entonces usaronlosmismos palos como rifles. Se dejabanir,rodando,comomuertos,comoextrasdeuna película, y después se levantabanriendoyvolvíanarodarporlaladerahastacercadelmurodelaprisión.Unodeellos,después de la caída, alzó la vista y seencontró con la mirada del guardia. Yentonces cogió el palo, lo apoyó en elhombro,conunpieadelantadoenposiciónde tirador, y le apuntó. Mocoso, dijo el

Page 163: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

guardia.Ydecidiódarleunsusto.Cogiósufusilyapuntóasuveza lacaradelniño.Desde atrás, los otros lo llamaronasustados. ¡Pico! ¡Corre, Pico! El chavalbajó lentamente su arma de palo. Teníapecas y una sonrisa desdentada ytemeraria. De repente, en un movimientovertiginoso, se llevó de nuevo el palo alhombro, disparó, ¡pum, pum!, y echó acorrer monte arriba, arrastrándose por laladera con su pantalón de remiendos. Elguardialosiguióatravésdelpuntodemiradesufusil.Herbalsintióqueleardíanlasmejillas. Cuando el chaval desapareciódetrás de los peñascos, él dejó el arma yrespiróhondo.Lefaltabaelaire.Sudabaachorros.Escuchóelecodeunacarcajada.El Hombre de Hierro había descabalgadoal pintor. El Hombre de Hierro se estabariendodeél.

Page 164: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

¿Quéesesoquellevasenlaoreja?Un lápiz. Un lápiz de carpintero. Es

unrecuerdodeunoquematé.¡Menudobotíndeguerra!El primero de abril de 1939, Franco

firmóelpartedelavictoria.Hoy celebramos la victoria de Dios,

dijo el capellán en la homilía de misasolemnecelebradaenelpatio.Ynolodijocon especial altanería, sino como quienconstata la ley de la gravedad. Ese díahabíaguardiasdispuestosentrelasfilasdereclusos. Habían acudido algunasautoridades y el director no queríasorpresas desagradables, amotinamientosde risa o de tos como ya había ocurridocuandoalgúnpredicadorechabahielenlaherida, bendecía la guerra que llamabacruzada y los instaba al arrepentimiento,ángelescaídosenelbandodeBelcebú,ya

Page 165: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

pedir laproteccióndivinaparaelcaudilloFranco.Sinembargo,eldelcapelláneraunfanatismo menos pedestre, de ciertaarmazón teológica, perfilada endiscusiones con los presos, lamayoría deellosfanáticosdeloslibros,decualquiera,los que tuviesen a mano, ya fuese laBibliothecaSanctorumoMaravillas de lavidadelosinsectos.¡Aquíquerríaverélalacuria,batiéndoseporlafe!Sabíanlatín,Dios mío, sabían griego. Como aqueldoctorDaBarca que un día lo enredó enunatelarañadesoma,psyqueypneûma.

Pneûma tes aletheias. El Espíritu delaVerdad. ¿Sabe?Eso es loque significaelEspírituSanto.DelaVerdad,padre.

Dios no le presenta batalla adeterminados hombres por azar, dijo elcapellán. Para Dios no hay criaturaenemiga.Eselpecado,lamanifestaciónde

Page 166: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

Satanás, lo que indigna a Dios. Además,¿qué somos nosotros desde su altura?Cabezas de alfiler. Lo que hace Dios esguiar el agua de la historia, de la mismaforma que elmolinero dirige el curso delrío. Dios combate el pecado, no elpecadillo, eso es cosa nuestra, por mediode la confesión, el arrepentimiento y elperdón. Existe el pecado original, elpeccatum origínale, estigma quesoportamos por el hecho de nacer. Ydespués están los pecadillos, ¡o lospecadazos!, de la persona per se, elpeccatum personale, ese tropezón en elcamino:Peroelpeorde todos,elquenossobrepasayquehaposeídoaunapartedeEspaña durante estos últimos años,traicionando su ser esencial, es el Pecadode la Historia, el Pecado con mayúscula.Esta clase horriblemente repugnante de

Page 167: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

pecadoprendesobretodoenlavanidaddelintelecto y en la ignorancia de los mássimples, arrastrados por tentaciones enforma de revoluciones y disparatadasutopías sociales. Contra ese pecado de lahistoriasíquecombateDios.Ytalycomonos cuentan reiteradamente lasEscrituras,existelairadeDios.Unairaqueesjustaeimplacable.YDios,parasuvictoria,eligesusinstrumentos.LoselegidosdeDios.

El capellán leyó el telegrama que elpapaPíoXIIacababadeenviarleaFrancoel31demarzo:«Alzandonuestrocorazóna Dios, damos sinceras gracias a SuExcelencia por la victoria de la católicaEspaña».

Fue entonces cuando se escucharonlosprimeroscarraspeos.

Era el doctor Da Barca, le contóHerbalaMariadaVisitaçáo.Loséporque

Page 168: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

yo estaba a su lado y lomiré duramente,llamándolo al orden. Teníamosinstruccionesdeatajarcualquierincidente.Pero aparte de mirarlo como a un bicho,cosa que ni le inmutó, yo no sabía muybien qué hacer.La suya era una tos seca,fingida,comoladeesagentefinaquevaalosconciertos.Poresoparamífuecasiunalivio que la tos se extendiese como uncontagio entre todos los reclusos. Sonabacomo un gigantesco carillón que sedesprendedelcampanario.

Nosabíamosquéhacer.¡Noíbamosazurrarles a todos en plena misa! Lasautoridades se removían inquietas en susasientos. En el fondo, todos deseábamosque el capellán, por lo demás hombreavisado,apagaseelmurmullo rebeldeconunoportunosilencio.Peroél,comoruedadentadaqueseacoplaconotramásgrande,

Page 169: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

estaba enardecido por el engranaje delpropiosermón.

¡Existe la ira de Dios! ¡Ha sido lavictoriadeDios!

Y su voz fue ahogada por las toses,queahorayanoeranrefinadoscarraspeosdeóperasinounaresacademardefondo.Yeldirec torde laprisión,asaeteadoporlas miradas de las autoridades, tuvo elarranque de acercarse a él y susurrarle aloído que abreviase, que era el día de laVictoria y que como la cosa siguiese asíiban a tener que celebrarlo con unacarnicería.

El rostro enrojecido del capellán fuepalideciendo, absorbido por aquellacatarata de hombres tosiendo comosilicóticos. Calló, re corrió las filas conojos desconcertados, como si volviese ensí,ymurmuróentredientesunlatín.

Page 170: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

Loquedijoelcapellán,yqueHerbalno podría recordar, fue: Ubi est morsstimulustuus?

Al acabar la ceremonia, el directorlanzólasconsignasderigor.

¡España! Y solamente se escucharonlasvocesdeautoridadesyguardias:¡Una!

¡España! Los presos seguían ensilencio.

Gritaronlosmismos:¡Grande!¡España! Y entonces atronó toda la

prisión:¡Libre!Con mucha antelación, Herbal ya se

había enterado de la victoria por losvencidos. En contra de lo que la gentecree,lacárcel,ledijoaMariadaVisitaçáo,esunbuenlugarparaestarinformado.Loque sucede es que las noticias de losderrotadossuelenserlasmásfiables.CayóBarcelona en enero, cayó Madrid en

Page 171: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

marzo. Cayó Toledo el primero de abril,aguasmil. Cada una de las caídas se leíaenlosrostroscomounaarruga,unacoronade sombra en los ojos hundidos, en elandar lánguido, en el descuido personal.Bombardeados por lasmalas noticias, lospresosarrastrabanporlospasillosyporelpatio el cansancio de una columnaderrotada. Y volvieron con renovadafuerza,comovirusalacechoenelmiasma,enfermedadesyepidemias.

El doctor Da Barca no dejó deafeitarse cada día. Se lavabametódicamente en el aguamanil y semirabaenunpequeñoespejoconelcristalhendidoenunalíneaquelepartíaelrostro.Sepeinabaadiariocomoparaun festivo.Y limpiaba los gastados zapatos, quetenían siempreelbrillodeuna foto sepia.Cuidaba esos detalles como el jugador de

Page 172: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

ajedrezcuidasuspeones.Lehabíapedidouna foto a Marisa. Después se lo pensómejor.

Llévatela,nohasidounabuenaidea.Ella pareció disgustarse. A nadie le

gustaque ledevuelvanuna foto,ymenosenlacárcel.

No quiero verte metida entre estascuatroparedes.Damealgotuyo.Algoparadormir.

Ella llevaba un pañuelo anudado alcuello.Seloalcanzó.Siempreaunmetro.Prohibidotocarse.

Herbal se interpuso. Lo inspeccionóconaparenteindiferencia.Dealgodóncongrecas rojas. ¡Quién le diese a aspirar elaroma! El rojo no está permitido, dijo.Yeracierto.Pero lodejócaeren lasmanosdeMarisa.

Me voy, le dijo el difunto a Herbal,

Page 173: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

pocodespuésdelfinaldelaguerra.Voyaver si encuentro a mi hijo. ¿Y tú, porcasualidad,nosabrásalgodeél?

Estávivo,notehementido,ledijoelguardiaalgoenojado.Cuandofuimosaporél, ya había huido. Más tarde nosenteramos de que se había disfrazado deciego y que había cogido un coche delínea.Congafasdeciegoytodo,debiódever los cadáveres en las cunetas. Leperdimoslapistaaquí,enCoruña.

Pues voy a ver si lo encuentro. Lehabíaprometidounasclasesdepintura.

No creo que pinte gran cosa, dijo elguardiaconrudeza.Vivirácomountopo.

Desde que el pintor se habíamarchado,ytalcomotemía,Herbalnotabade nuevo aquella desazón. Incapaz deenfrentarseasucuñado,dejólacasadesuhermana y pidió autorización para

Page 174: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

pernoctar en la cárcel. Por la mañana, alponerse en pie, notaba un ligero mareo,como si la cabeza no quisiese levantarseconelcuerpo.Siempreconmalacara.

AqueldoctorDaBarcale irritabalosnervios. Su apostura. Su serenidad. LasonrisadeDaniel.

El Hombre de Hierro aprovechó laausenciadelpintor.Herballehizocaso.

Denunció al doctor Da Barca. Lodenuncióporalgoqueyahacíatiempoquesabía.

El doctor tenía un receptor de radioclandestino. Las piezas habían sidointroducidas desde el exterior, ocultas entarrosdelaenfermería.Elsomiermetálicode una cama servía de antena. Laorganización de los reclusos habíamontado todo un turno de atencionesurgentesalosenfermos,paraasídisimular

Page 175: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

el ajetreo nocturno en la enfermería. Élhabía sorprendido al doctor con losauriculares. Le había dicho con muchasorna que era un fonendo. Pero él no eraidiota.

Ylodenunciótambiénporotracosa.Teníasospechasmuyserias.EldoctorDaBarca administraba drogas a algunosenfermos.

Una noche, le explicó Herbal aldirector, llevamos a un preso a laenfermería aquejado de grandes dolores.Gritabacomosiloestuviesenserrando.Ydehecho,entrealaridos,decíaqueledolíamucho el pie derecho. Pero lo curioso esque el enfermo, un tal Biqueira, no teníapie derecho. Ya hacía meses que se lohabían amputado por una gangrena. Eraunodelosqueintentaronhuir,señor,siseacuerda, cuando pintaban la fachada. Yo

Page 176: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

mismo lemetí un tiro en el tobillo. Se loastillé todo. Será el otro pie, le dije, elizquierdo. Pero no, él decía que era elderechoyseagarrabacondesesperaciónelmuslo de ese lado, clavándose las uñas.Teníaunapatadepalo,unapatadenogal,que le habían hecho en el taller. Será elpalo,quenoencajaenelmuñón.Ylequitélapata,peroéldecía:Eselpie,imbécil,eslabalaeneltobillo.Asíquelollevamosala enfermería, y el doctor Da Barca dijomuyserioquesí,queeraeltobillodelpiederecho. Que le dolía la bala. Amí todoaquelloyameestabapareciendo teatro.Yelmédico,enmipresencia,lepusoaquellainyección diciéndole que lo iba a curar.Tranquilo, Biqueira, es el sueño deMorfeo. Al poco, Biqueira quedótranquilo, con expresión feliz, como siestuviese soñando despierto. Le pregunté

Page 177: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

al doctor por lo quehabía pasadoperonime respondió. Es un hombre altanero. Leescuchédecir a losotrosque loque teníaBiqueiraeraundolorfantasma.

¿Y qué más?, frunció el ceño eldirector.

La historia se ha repetido, señor.Hedescubierto que sustraen morfina delarmarioblindadodeldoctorSoláns.

No tengo ninguna noticia de que esearmariohayasidoforzado.

A Herbal esta observación deldirectorlepareciódeunararaingenuidad.Dijo:Enestacárcel,señor,hayunadocenademangantesquepuedenabriresearmarioen un santiamén con un mondadientes.Tenga la seguridad de que le hacen máscasoaldoctorDaBarcaqueaustedoamí.Y luego, con parsimonia, puso sobre lamesaunpaquetedepapeldeestraza.Son

Page 178: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

ampollasabiertas,señor.Rescatadasdelosdesechos de la enfermería. Me hepreocupado de saber que conteníanmorfina.

Eldirectormiróconatenciónaaqueljusticiero vocacional que se le habíapresentado en el despacho, como si derepente hubiese descubierto que estaba asuservicio.Pensóenunperroquearrastraunaristradelatasatadasalrabo,causandounestruendosincontrol.

No hay ninguna queja por parte deldoctorSoláns.

Él sabrá el porqué, dijo Herbalsosteniéndolelamirada.

Tomo nota de su profesionalidad,agente.Sepusoenpie.Dabaporterminadala conversación. El asunto queda en mismanos.

Herbal permaneció atento a los

Page 179: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

acontecimientos.EldoctorDaBarcapasóunperíododecastigo,enrégimenespecial,incomunicado, por el asunto de la radioincautada.EldoctorSolánsestuvodebajaunalargatemporada.Encuantoaél,undíarecibió la notificación de su ascenso acabo.

Cada vez se encontraba peor.Descargabasuiraenlospresosyempezóaserespecialmenteodiado.Hacíamaldadesadrede. Un día le dijo a Ventura, unmuchacho que era pescador: Esta tardevetealatorredevigilancia.Tedejaréverel patio de lasmujeres.Ha ingresadounaputita joven que tiene dos tetas comoquesosdeArzúa.Silehacesseñales,teloenseñatodo.Peronosestáprohibidosubirahí,dijoelpreso.Harélavistagorda,dijoHerbal.

Cuando el golpe militar, Ventura

Page 180: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

había estado tocando día y noche unabocina de caracola en la bahía deCoruñahastaquelocallarondeuntiro.Labalalehabía atravesado el antebrazo, como si leapuntasen a propósito al tatuaje que allítenía de una opulenta sirena, ahoradeformadaporlacicatriz.

A la hora acordada,Ventura subió ala torre. En el patio, había sólo unamuchachita, apoyada contra la pared encuclillas. El joven preso silbó e hizo unaseñalconelbrazo.Lamuchachaseirguiótrabajosamenteycaminócontorpezahaciael medio del patio, como si fuese enzancos.Vestíaungastadogabánbeigeconpelliza y calzaba unas catiuscas azules.AlzólavistayVenturapensóqueteníalamirada más triste que nunca había visto.Erarubiaypálida,decarachupadayunasprofundasojerasdecolorcareyenelarco

Page 181: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

de los ojos. De repente, abrió el gabán.Debajo iba desnuda. Lo abrió y lo cerró,comoenunasesióndecasetadeferia.Lamuchacha tenía dos tetasmagras, pelo enel pecho y un pene. ¿Qué haces aquí?,preguntó Herbal, ¿no sabes que estáprohibido?

Eresuncabrón.Ha,ha,ha.Todos losdíasseacercabaa lacelda

de castigo en la que estaba el doctor DaBarca y escupía por el ventanuco de lapuerta.Unanochesedespertóahogándose.El corazón le golpeaba angustiado en elarcadelpecho.EstabatanasustadoquelavigilialollevóhacialaceldadecastigoenlaquedormíaDaBarca,seapoyójadeantejuntoalapuertayestuvoapuntodepedirayuda. Pero finalmente salió al fresco delpatioysepusoarespirarhondo.

Page 182: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

Fueentoncescuandonotóelacomododel difunto en la oreja. Un milagrosoalivio.

¿Eres tú? ¿Dónde carajo te habíasmetido?, preguntó disimulando la alegría.¿Hasencontradoatuhijo?

No, no lo he encontrado. Pero le oídeciramifamiliaqueestabaasalvo.

Ya te lo había dicho yo. Deberíasfiarte de mí. ¿Tú crees?, respondió conironíaeldifunto.

Oye,pintor,dimeunacosa.¿Túsabesloqueeseldolorfantasma?

Algodeesosé.MeloexplicóDanielDaBarca.ÉlhabíahechounestudioenlaBeneficencia.Dicenque es el peorde losdolores. Un dolor que llega a serinsoportable. La memoria del dolor. ¿Porquélopreguntas?

Pornada.

Page 183: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.
Page 184: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

15.

MarisaMallomiróhacia laaraucariay sintió, a su vez, el peso de su mirada.Aquella majestad, plantada en el pazo desuabuelo,señoreabaelvalleyapuntabaalcieloconsusgrandespeldañosvegetales.

Los perros le habían dado labienvenida. Reconocían su olor, y se lodisputaban con una alegría fiera.Brincando a su alrededor, exhibían a lavisitante conorgullo, comounaconquistapreciosa.PeroMarisanuncahabíasentidoesaotrasensación,ladeserespiadaporlaaraucaria.

Así que regresas, ¿eh, jovencita?, ledecíadesdesualtura.

Y a medida que avanzaba hacia el

Page 185: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

pazo,tambiénsesintióescudriñadaporlosárboles de flor que orlaban el sendero depiedrecitasblancas,comosi loscameliosse estuviesen dando codazos y lasmagnolias chinas bisbiseasen por lo bajo.De alguna forma, aquel mundo lepertenecía.Había sidocampode juegosyescondite. Allí había celebrado, por unespecialempeñodesuabuelo,supuestadelargo,unafiestaexóticaenlatradicióndeFronteira. Se rió con melancólica ironíasóloderecordarlo.

Allí estaba su abuelo, BenitoMallo,presidiendo con ella a su lado, bajo elemparrado, la larguísima mesa debanquete. Tan larga, en la memoria deMarisa, que el blanco de los manteles sefundía en los extremos con la fronda deljardín.Juntoasunieta,aquellamuchacharubia en la que ya brotaba una hermosa

Page 186: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

mujer, Benito Mallo sonreía con orgullo.Era laprimeravezqueconseguía reuniratodas las llamadas fuerzas vivas. Allíestaban,enlugardestacado,losquemáslodespreciaban, el pedigrí del señoríopueblerino, riéndole las gracias conmansedumbre.Allíestabanelobispoyloscuras, también el párroco que un día lohabía señalado desde el púlpito comocapitán de pecadores. Allí estaban losmandos de la guardia fronteriza, losmismos que un día, cuando era un donnadie lleno de osadía, habían juradocolgarlodelpuentebocaabajoparaquelasanguilas le quitasen los ojos. Pero algohabía pasado con la realidad. Seguíasiendo lamisma.Losmismosvalores, lasmismas leyes, el mismo Dios. Sólo queBenitoMallohabíaatravesadolafrontera.Sehabíahechoricoconelcontrabando.Se

Page 187: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

hablaba del café, del aceite, del bacalao.Pero la imaginación popular sabía más.Las toneladas de cobre acumuladas pormedio de un tendido eléctrico queterminabaenunamanivelaquegirabadíay noche; las joyas que pasaban en elvientredelganado; lassedasquellevabanuna legión de mujeres falsamentepreñadas;lasarmasquerendíanhonoresaunmuertoensuataúd.

Benito Mallo se había enriquecidohasta ese nivel en que la gente deja depreguntarse cómo. Forjó una leyenda. Elpaleto que vestía trajes cortados enCoruña. Que compró un coche Ford deasientos forrados de cuero en los que lasgallinasanidaban.Que teníagrifosdeoropero usaba el monte por retrete y selimpiaba con berzas. Que les regalaba asusamantesbilletesfalsos.

Page 188: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

Algo de eso cambió cuando BenitoMallocompróelpazodelagranaraucaria.Unareglanoescritadecíaquequienteníalaaraucariateníalaalcaldía.Yunodelosabogados de confianza de Benito MallofuenombradoalcaldeenlostiemposdeladictaduradePrimodeRivera.Noporesodejó de gobernar el reino invisible de lafrontera. Tejió un firme tapiz con lalanzaderadelanocheydeldía.Pisabaconseguridad en los salones alfombrados,hacía diligentes a los más soberbiosfuncionarios y jueces pero, a veces, denoche, se lo podía ver en un muelle delMiño, con un inconfundible sombrero deala ancha,diciendoaquienquisieseverloque aquí estoy yo, el rey del río. Y mástarde escupiendo en el suelo de unataberna, celebrando la descarga. Esosmeses que falté estuve en Nueva York,

Page 189: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

¿sabéis? Compré este traje y unagasolinería en la calle cuarenta y dos. Ysus hombres sabían que no podía ser unfarol.Muybien,jefe.ComoAlCapone.Sereíandeloqueélsereía.Teníamuybuenhumor, pero discrecional. Cuando seirritaba,seleveíaelfondodelosojos,lasllamaradasdeunhorno.EseAlCaponeesun delincuente, yo no. Por supuesto, donBenito.Discúlpemelabroma.

BenitoMallo leía con dificultad. Yono tuve escuela, decía. Y aquelladeclaración de ignorancia sonaba en suslabios como una advertencia, tanto máscontundente cuanto más mejoraba suposición.Losúnicospapelesa losquelesconcedía valor eran las escrituras depropiedad.Lasleíamuydespacioyenvozalta,casideletreando,sinqueleimportasemostrar su torpeza, como si fuesen

Page 190: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

versículosdelaBiblia.Ydespuésfirmabaconunaespeciedepuñaladadetinta.

Para comprar el pazo de Fronteira,BenitoMallo había tenido que vencer lasreticencias de los herederos del señorío.AfincadosenMadrid,sólolohabitabanenlasvacacionesdeveranoyenNavidad.Enesta última ocasión montaban un Belénviviente.Losniñospobresdelaparroquiarepresentaban las figuras del portal,excepto la Virgen y San José, que eranencarnados por los dos infantes de lafamilia.Eranelloslosquealfinaldelactorepartían un aguinaldo de chocolate ehigos pasos. En una ocasión tambiénBenito Mallo había hecho de pastorcito,con su chaleco de pelliza y su zurrón.Llevaba una oveja en brazos y tenía quedepositarla como ofrenda ante la Virgen,SanJoséyelniñoJesús.Quienestabaen

Page 191: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

la cuna aquel año era el bebé de unacriada, hijo de soltera. Lasmalas lenguasde Fronteira le atribuían la paternidad aLuis Felipe, el señor del pazo. BenitoMallotambiénerahijoilegítimo,peroporaquel entonces ya sabía con seguridadquién había sido su padre: un coheterovalentón que murió acuchillado en unaverbena. Años después, ya mozo, en losalbores de su fama, Benito Mallo, acaballo, había irrumpido borracho enmedio de la fiesta del patrón y habíadeshechoelbailedisparandoalaire.Todosrecordaban su grito de resentidamelancolía, antes de perderse por elembudodelanoche.

¡Verbenas aquellas como en la quemuriómipadre!

Ensupapeldepastor,enelBeléndela capilla del pazo, tenía que cantar un

Page 192: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

breve villancico. La noche de víspera sumadrelehabíaenseñadounacopla.Muchose reía mientras se la decía. Después dedejar la oveja al pie de la cuna del niñoJesús, Benito Mallo se adelantó hacia elauditorio y soltó su canto con muchaseriedad:

Dénoselaguinaldo,aunqueseapoco:untocinoenteroylamitaddeotro.

Enunprincipio,elseñoríodelpazoysusamistadesenmudecieronconelpasmo.Luego les dio por reír. Una carcajadainterminable. Be nito Mallo vio cómoalgunos de ellos enjugaban las lágrimas.Llorabanderisa.Aélleardíaelfondodelos ojos. Si fuese de noche, relucirían

Page 193: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

comolosdeungatomontés.Los intermediarios queBenitoMallo

enviaba a Madrid no tenían éxito. Eracomo golpear en hierro frío. Aquellafamilia venida a menos ponía nuevascondiciones cada vez que el trato parecíacerrado. Un día Benito Mallo mandóllamar a su chófer y le dijo que sepreparaseparaunlargoviaje.Cargaronenelmaleterodos tabales,de losdeembalarpescado ahumado. Traigo esto para losseñores,dijocuandosepresentóenelpisodeMadrid.DígalesquesoyBenitoMallo.Lo hicieron pasar al salón y allí mismo,reunida la familia, sin más ceremonia,abrió el primer tabal.Los billetes estabancuidadosamente apilados en círculosconcéntricos, como finísimos arenques.Apetecibles. Fíjense cómobrillan y cómohuelen. Pueden probarlos. Masticarlos.

Page 194: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

Sabrosos peces de humo. Pero BenitoMallodijo:Puedencontarlos,tómenloconcalma.Mirósu relojdecadena.Yovoyapor lotería. Y si están de acuerdo, vayanllamando a un notario de confianza. Perocuandoregresó,elseñorteníaacentuadoeltic de la risa sardónica. La mujerpermanecíamuda,respirandoconelpechoagitado.Ylosdosseñoritos,chicoychica,flanqueabanasupadre.Estirados,consuscuellos de grulla al acecho, como siasistiesenaunaofensa.

¿Ybien?Estimamos su interés, dijo Luis

Felipe, pero nos parece todo muyprecipitado. No se trata sólo de dinero,señor Mallo. Hay cosas que no tienenprecio,deunfuertevalorsentimental.

Labiblioteca,papá,apostillólahija.Sí.Porejemplo, labiblioteca.Esuna

Page 195: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

biblioteca extraordinaria. De lo mejor deGalicia.Suvaloresincalculable.

Entiendo.Couto,ledijoBenitoMalloalchófer,subaotrotabaldepescado.

PasaríanañoshastaqueBenitoMallovolviesearepararenaquellabibliotecaqueemparedaba el escritorio, el salón y unlargopasillodel pazo.Devez en cuando,algún visitante hacía algún comentario deadmiración, después de hojear alguno deaquellosviejosvolúmenes.

Estoque tieneaquíesunamaravilla,untesoro.

Lo sé, asentía Benito Mallo conorgullo.Tieneunvalorincalculable.

En el fondo del escritorio que teníapor despacho había una enciclopediailustrada. Eran volúmenes sólidos ysimétricos queparecían encuadernados enmármol y que le daban a la estancia una

Page 196: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

gravedaddemausoleo.Perocadavezqueselevantabadesusillaybordeabalamesapor la derecha, el viejo contrabandista seencontraba a la altura de la vista con uninquietante anaquel de libros desiguales,algunos desencuadernados, bajo unepígrafedeletraslabradasenmadera:

Poesía

Undíaselevantóysevolvióasentar.Tenía en susmanos un libro tituladoLascien mejores poesías castellanas deMarcelino Menéndez Pelayo. Desdeentonces destinaba todos los días un ratodeocioalalecturadeaquellibro.Aveceslo dejaba abierto en su regazo y quedaba

Page 197: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

abstraído mirando la película queproyectabaelcieloenlagaleríadelasalao cerraba los ojos en un soñar despierto.Instruyóalaservidumbreparaquenadielointerrumpiese, y ellos incorporaron unanuevaexpresión,comosisetratasedeunainveteradacostumbre:Elseñorestáconellibro.

Lasmaníasdelabueloeransagradasynadie se preocupó demasiado por aquellarepentina afición, que atribuían alreblandecimiento del seso propio de laedad. Pero un día dio un paso adelante yrecitó ante la familia, en el comedor, laprimera estrofa de las Coplas de JorgeManrique a la muerte de su padre. Elefectoquecausó, laemociónde laabuelaLeonory laexpresiónatónitadel resto, lehizo descubrir una dimensión del triunfohumano que hasta entonces no había

Page 198: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

conocido. Su sentido práctico era tanacentuado que lo llevaba a confundir susconclusiones, incluso las que eran falsas,conelordennaturaldelavida.

EldíadelapuestadelargodeMarisa,a los postres del banquete, el abuelo sepuso enpie y golpeó con la cucharilla enunvaso amodode campana que reclamasilencio. Se había pasado la vísperaencerradoensuescritorioylohabíanoídohablando solo y declamando en distintosregistros. Él era un hombre quedespreciaba los discursos. Palabras quellevaelviento.Perohoy,dijo,quierodeciralgoqueme sale del corazón, como aguaque brota del manantial del alma. Y quémejoroportunidadqueestaquenosbrindauna fiesta en la que celebramos, no sinnostalgia, la primavera de la vida, eldespertar de la flor, el tránsito de la

Page 199: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

inocenciaalasdulcesflechasdeCupido.Se escucharon unos carraspeos y

BenitoMallo los apagómirando de reojoconseveridad.

Sé que a muchos de vosotros osextrañaránestaspalabras,yquenisiquierayo estoy libre de la burla que en estostiempos provocan los sentimientos mássentimentales.Pero,amigos,hayocasionesenqueelhombrehaceunaltoensuvidayechacuentas.

Comosihablayojosdiscurriesenporsenderos separados hasta converger en unpunto, mirada y voz se endurecieron. Yono tengo pelos en la lengua.Comer o sercomidos. Ésa es la cuestión. Siempre hedefendido ese principio y, modestamente,puedodecirquealosmíoslesdejaréalgomás de fortuna de lo que el malhadadodestino me reservó en la cuna. Pero no

Page 200: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

sólodepanviveelhombre.Tambiénhayquecultivarelespíritu.

Esdecir,lacultura.Altiempoqueperoraba,lamiradadel

más implacable BenitoMallo recorrió enlenta panorámica a sus convidados,transformando en atento rendibú lasexpresionesmásirónicasyregocijadas.

¡Lacultura,señores!Ydentrodeella,lamássublimedelasartes.Lapoesía.

Con discreción y humildad, a ella lehe dedicado parte de mis más íntimosdesvelos en los últimos tiempos. Hesembrado unos campos que tenía enbarbecho. Bien sé que todos llevamosdentro una bestia, unos más que otros.Pero el hombre curtido se emociona alescuchar las cuerdas de su alma, como elniño,eneldesván,unacajademúsica.

El orador paladeó un sorbo de agua,

Page 201: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

visiblemente satisfecho por bordar enpúblico esa imagen de la bestia y el niñoenlaquetantohabíacaviladodurantetodala noche. Por otra parte, el público deinvitados se mantenía en un silencio depasmo, intimidado por el fulgor de lasmiradasdeBenitoMallo,perotambiénnomenos intrigado por saber finalmente sipor su boca hablaba el sarcasmo o eltrastorno.

Todos estos prolegómenos vienen acuento porque no quería pillarostotalmente por sorpresa. Me ha costadomuchodarestepaso,perohepensadoquelaocasiónbienmerecíaelatrevimiento.Yhe aquí el resultado. Confío estos mispoemasavuestrabenevolencia,conscientedequeelentusiasmodelnovatonopuederemediarlacarenciadeoficio.

En primer lugar, un poema por mí

Page 202: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

compuestoenhonordenuestrosmayoresynuestrosantepasados.

Benito Mallo pareció dudar por uninstante, como afectado por la emoción,pero enseguida recuperó su natural portede retaco apuesto y comenzó a declamarconbríodevate.

Nuestrasvidassonlosríosquevanadaralamar,queeselmorir…

La broma toca a su fin, pensaronalgunos.YaplaudieronlascoplasdeJorgeManrique echándose a reír con unacomplicidad que no encontró respuesta.Porelcontrario,BenitoMallolosfulminóconlamiradaysefueronencogiendohastaquedioporterminadalacopla.

Yahora,dijoconlavozintimidatoria

Page 203: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

deunNerón,unacomposiciónquemediomuchotrabajo.Empleéunatardeenteraenescribirla, por lomenos, porque el primercuarteto seme resistía como diamante enbruto.

Un soneto me manda hacerViolante,en mi vida me he visto en talaprieto…

Ya no había risas. Ni por Lope devega.Solamentealgunosmurmullosqueéldisolvió conun acerado avisodeojos.Alcabo, le aplaudieron no de cualquiermanera sino con el aire marcial de losconciertosdeetiqueta.

Yporúltimo,unpoemaquelededicoa la juventud. Muy especialmente a minieta Marisa que es, en definitiva, quien

Page 204: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

nos reúne aquí. ¿Qué no daríamos porvolver a ser jóvenes? A veces losamonestamosporserrebeldes,peroesoeslonaturalasuedad,elespírituromántico.Pensandoenvosotros,enlosmásjóvenes,he imaginado un personaje que encarnaselalibertad,ymehasalidoestacancióndepirata.

Condiezcañonesporbanda,vientoenpopaatodavela,nocortaelmarsinovuelaunvelerobergantín…

Hubo una ovación con vivas a donBenito,poeta.Yanoleimportósierancontonoburlesco.Brindóporelfuturo.Bebióde un trago una copa de coñac. Dijo: ¡Yahoraadivertirse!Yseadentrósolitarioenel pazo para no ser visto en todo el resto

Page 205: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

deldía.Por lanoche,Marisa,aúnazorada, le

pidióexplicaciones.Perosediocuentadeque estaba traspuesto. Se habíaemborrachado en solitario. La botella delicor de hierbas vacía sobre la mesa. Unposodemuérdagodoradoenlacopayenlavoz.

¿Hasvisto,niña?¡Elpoder!CuandollególaRepública,élsehizo

republicano. Le duró sólo unos meses.Enseguida, su héroe pasó a ser elcontrabandista, banquero y conspiradorJuan March, entonces conocido como elúltimo pirata del Mediterráneo. Conregocijo,contabadeélunaanécdotaqueleparecía una de las más brillantesexpresiones de agudeza que habíanconocidolostiemposmodernos.Igualqueél,donJuanleíayescribíamal,peroeraun

Page 206: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

prodigio haciendo cuentas numéricas. APrimo de Rivera le maravillaba esahabilidad. En una reunión en la queestabanpresenteslosministros,sedirigióaMarchyledijo:Aver,donJuan,¿cuántoes siete por siete por siete por siete mássiete?YMarchrespondióenunsantiamén,sin tiempo a pensarlo: Dos milcuatrocientos ocho, mi general. Y eldictador le dijo al titular de Hacienda:¡Aprendausted,señorministro!

En 1933, Benito Mallo le habíamandadomariscoaJuanMarchalacárcel,de la que huiría en compañía delmismísimodirectordelpresidio.Teníanelmismolemaenelblasón:Dinersodinars.Dinero o comida. Pensaban que todo sepodíacomprarconesasarmas.

Ahora los perros le mordían en lospulsos, con un cariño salvaje, como de

Page 207: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

reproche.Marisasaludóconunaalegríadeensalmoaljardineroportugués.

¡Eh,Alírio!¿Cómoestás?Envueltoenlaniebladeunacenizade

hojarasca,el jardineroalzóelbrazoenungesto lento, vegetal. Y después retornó,ensimismado,aalimentarelincensariodelbosque.Ellasabíaloquecontabaelrumor,la radiofonía secreta de Fronteira. QueAlírio era hijo de un antiguo amo delabuelo,decuandoésteseechóaganarselavidapor loscaminos,yqueBenitoMallonohabíaparadohastaqueconsiguióponera alguien de la estirpe a su servicio, notanto por gratitud sino por un enrevesadodesquite con la historia. En las leyes noescritasdeFronteiranohabíapeorestigmaque el haber sido criado de los del otrolado del río. Fuese como fuese, en aqueluniverso amurallado Alirio parecía ser el

Page 208: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

más libre. Vivía aparte de la gente y semovía por la finca como la silueta de unrelojde sol.Deniña,Marisapensabaquelas estaciones eran en parte una creacióndeaquel jardinero tancalladoqueparecíamudo.Apagabay encendía colores, comosienel jardíntuvieseunamechainvisiblebajo tierra que uniese bulbos, árboles yplantas. El amarillo nunca se apagaba. Eldecreto del invierno extinguía las últimasluces doradas del rosal chino. Pero eraentonces, en aquella atmósfera fúnebre,cuando maduraban los limones y surgíanlas ánimas conmiles de candelas entre lafronda de las mimosas. Y al tiempo queflorecíaenchispaslaflordelbravotojodelosmontesylaretama,prendíanlosramosdelaforsitia.Ydespuésbrotabanyaenelsuelolaslámparasdelosprimerosliriosynarcisos. Hasta que en la primavera

Page 209: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

reventabaelesplendordelaLluviadeOro.EraAlírioquiencuidabadelailuminaciónconsuencendedor.

CuandoBenitoMallo les enseñaba alas visitas distinguidas la magníficabotánicadelpazo,entrelaquesobresalíancual blasón las variedades de camelias,Alíriolosseguíaunpocoapartado,conlasmanos entrelazadas tras la espalda, comoel custodio de las llaves de aquellacatedral. Le apuntaba al señor el nombrede las especies cuando éste se lopreguntabaylehacíaconmuchafinuralasimprescindiblescorrecciones.

Alirio, ¿cuántos años tendrá estabuganvilla?

Esta glicinia, señor, debe de tener laedaddelacasa.

A Marisa le maravillaba eldiagnósticosentimentalconqueresumíael

Page 210: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

estadode losárboles, cosaque sólohacíaen momentos imprevistos, como siescribieseunarecetaenelaire.¡Esashojaspálidas! El limonero tiene melancolía. Elrododendro está simpático. El castañotiene la respiración claudicante. Aquelcastaño fue para Marisa un hogarclandestino,elhuecodeuncamaroteeneltroncocentenarioconsuojodebueydesdeelquevigilarelmundosinservista.Ellayelcastañocompartíanalmenosunsecreto.EldelchóferylatíaEngracia.Ssssh.

Cuando lecontóaDaBarcaesoqueAlirio había dicho del castaño, el noviomédico quedó estupefacto. ¡Ese jardineroes un catedrático! ¡Un sabio! Y luegoDanieldijopensativo:Losárbolessonsusventanas.Teestáhablandodeél.

Alirio se desvanece ahora entre labrumadelaceniza.

Page 211: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

El abuelo aparece en lo alto de laescalinata para recibirla. Los brazos lecuelgan rígidos de los hombros caídos ylas bocamangas de la chaqueta casi leocultan lasmanos, sólovisibles lasgarrascontraídas en un bastón. Metálicaempuñadura en cabeza de mastín. Siguevivo el halcón de los ojos, el selloinconfundible de Benito Mallo, pero hayenéleseresentimientoconelquelamentelúcidaseenfrentaalaesclerosis.Yporesodesciendelaescalinata.

¿Quierequeleayude?Nosoyundifunto.Yledicequemejorhablandandoun

paseo hacia la rosaleda, que hay queaprovechar el sol de invierno, que le vabienparacombatirloqueélllamamalditoreuma.

Estás muy guapa, dijo. Como

Page 212: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

siempre.Marisapensóenlaúltimavezquese

habían visto. Ella desangrándose, con lasvenas abiertas en el baño. Tuvieron queechar la puerta abajo. El abuelo decidióqueaquellonohabíasucedidonunca.

Vengoapedirleunfavor.Esoestábien.Esmiespecialidad.Haceyaunañoyochomesesqueha

acabado la guerra. Dicen que habráindultosparaNavidad.

BenitoMallo se detuvo y tomó aire.El sol de invierno parpadeaba en lamajestuosa vidriera de la araucaria. Larespiración claudicante, pensó Marisa,buscando con la mirada la humareda deljardinero.

No te voy a engañar, Marisa. Hicetodo lo posible para que lo matasen.Ahora,elmayorfavorqueospuedohacer

Page 213: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

esnohacernada.Puedesmásdeloquedices.Se volvió hacia ella y la miró de

frente, pero sin desafío, con la curiosidaddequiendescubreunrostroajenoreflejadoenelrío.Siremueveselagua,elrostrosete escurre entre las manos, inasible, y serecomponecomounasegundarealidad.

¿Estás segura? Tú has podidoconmigo.

Le iba a decir: ¿Cuándo te daráscuentadequeexisteesoquellamanamor?Y recordarle, para picarlo, aquel delirioque le había dado con la poesía. Elepisodiodesuúnicorecitalhabíaquedadocomoastracanadaimborrableenlosanalesde Fronteira. Benito Mallo le habíaregalado a un gitano que iba camino deCoimbra los libros de aquel anaquel delhechizo y mandó poner en su lugar los

Page 214: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

tomosdelCódigoCivil.PeroMarisacalló.Elamor,abuelo,existe.

Elamor,musitóélcomosituvieseenlabocaarenasdesal.Yluegodijoconvozronca,arrancadadelagarganta:Novoyahacer nadamás. Sigue tu camino. Ése esmifavor.

Marisa no protestó, pues era lo queesperaba conseguir. Según las leyes deFronteira, puja diez para ganar uno.Además, la palabra del abuelocomprometía a todo el clan, empezandopor sus padres, sumisos como corderosante el albedrío de Benito Mallo. Unsalvoconducto familiar. No másmaniobras, no más pretendientes paraPenélope.Siguetucamino:Mecasaréconmiamorencarcelado.

Voyacasarmeconél,dijo.BenitoMallo calló. Echó una última

Page 215: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

ojeadaalavidrieravegetaldelaaraucariay se volvió hacia el pazo. Daba el paseoporacabado.

Se escuchó el silbato de los perros.Couto,elchóferque lehacía lasvecesdeguardián,seacercócondiscreción.

Dispense,señor.Estáahílamujerdelde Rosal. El huido ya está en Lisboa. Yellaquieredarlelasgracias.

¿Lasgracias?¡Quepagueloacordadoyquesevaya!

Marisa sabía a qué se referían. Elabueloeradelosvencedores.EnFronteira,la represión había sido especialmentecruel.Un osario de calaveras con agujerode bala. Demasiado para el sentidopráctico.Yéleraunhombrepráctico.

Pasado mañana, dijo volviéndose denuevo hacia Marisa, sale un tren deCoruña.Un tren especial. Y tu doctor va

Page 216: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

enél.

Page 217: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

16.

El reloj de la estación de tren deCoruña estaba siempre parado en las diezhoras menos cinco minutos. El chavalvendedor de periódicos tenía a veces laimpresióndeque laagujade losminutos,la más larga, temblaba levemente hastarendirse de nuevo sin poder con su peso,comoaladegallina.Elniñopensabaque,en el fondo, el reloj tenía razón y queaquella avería eterna era unadeterminación realista. También a él legustaría quedarse parado, pero no en lasdiezmenos cinco sino cuatrohoras antes,justo cuando su padre lo despertaba en lacasucha en que vivían en Eirís. Fueseinvierno o verano, una nube de niebla se

Page 218: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

aposentaba en aquel lugar, una humedadcompactaqueparecíairencogiendolacasaañotrasaño,combandoeltejado,abriendogrietas en las paredes. El niño estabaseguro de que, por la noche, uno de sustentáculos bajaba por la chimenea y sefijaba en el techo con sus grandesventosas, dejando aquellas manchascirculares como imágenes de cráteres deun planeta gris. El primer paisaje deldespertar. El niño tenía que atravesar laciudad hasta la PortaReal, donde recogíalos ejemplares de La Voz de Galicia. Aveces,eninvierno,corríaparaahuyentarseelfríodelospies.Supadrelehabíahechounas suelas con pedazos de neumático decoche.Cuandocorría,elniñohacíarunnnrunnnnruuuunparaabrirsepasoporentrelaniebla.

Todos sabían que el expreso de

Page 219: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

Madridllegaríaconmuchoretraso.Elniñonoentendíamuybienporquélollamabanretraso si el tren siempre llegaba puntualdoshorasdespués.Peroallíestabantodos,los taxistas, losmaleteros, el viejoBetún,diciendo: Parece que viene con retraso.Eranellos,empeñadosensuerror,losquellegaban a destiempo. Si aceptasen larealidad, él podría dormir un pocomás yno tendría que cortar la niebla con subocinafantástica.

ElviejoBetúnledijo:Sí, claro. Pero ¿y si un día llega a

tiempo?Tecreesmuylisto,¿eh,cabezón?A él le gustaría vender tabaco. Pero

eso ya lo hacía el viejo Betún, que anteshabía sido limpiabotas. Vendía tabaco yvendía de todo. Su abrigo era un granalmacén con un surtido imprevisible. Poreso lo llevaba puesto también en verano.

Page 220: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

Peroel niño solamentevendíaperiódicos.Hoy podría ser un buen día si loscomprasen algunos de aquellos hombres.Entreellosylosdelexpresodespacharíaellote y no tendría que andar voceando porahí.Deregresoiríadandounpaseoconlasmanos en los bolsillos y compraría unbotellíndegaseosa.

Pero ninguno de aquellos hombresque caminaban en fila iba a comprar elperiódico.Sólouno,alto,conuntrajeviejosincorbatayunmaletíndecuerogastadoporlasesquinas,separóuninstanteymiróla primera página. Un titular en grandescaracteres. «Hitler y Franco seentrevistan.» El hombre del traje sincorbataymaletíndecuerosiguió leyendoamedidaquesealejaba.Laentradilladelanoticia en tipo destacado: «El Führer hatenidohoy,coneljefedelEstadoespañol,

Page 221: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

GeneralísimoFranco, una entrevista en lafronterahispano-francesa.Laentrevistahatenidolugarenelambientedecamaraderíaexistente entre ambas naciones». Puestoque parecía interesarle la noticia, si aquelhombre comprase un periódico podríaencontrarenelinterioruncomentariodelaagencia oficial Efe en el que se señalabaque «la figura señera y soberana delCaudillo, en la yahistórica entrevista conel Führer, ha ratificado ante Europa y elmundo la voluntad imperial de nuestraPatria».Peroaquelhombrenopodíaabrirel periódico por la sencilla razón de queformabapartedelafila,aunquecasieraelúltimo, y justamente llevaba detrás unguardia de tricornio y capote, armado defusil, que no se detuvo ante el chavalvendedor de periódicos sino que siguiómarcandoelpaso.

Page 222: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

Aesahoranoestabaprevistalasalidade ningún tren, pero esta mañana habíaestacionadoun convoyenunade lasvíasprincipales. Era un convoy de vagonescerrados con madera, de los usados paratransporte de mercancías y ganado. Loshombres formaron en el andén y dejaronenelsuelolosmínimosatadosderopaquellevaban. Un guardia los fue contandodiciendo en voz alta sus respectivosnúmeros. El niño pensó que de llamarseporunnúmerolegustaríaserel10,queerael que le correspondía a Chacho, sufutbolistapreferido,aquelquedecía:¡Hayquepasarlabolacolgadadeunhilo!Peroapareciódenuevootroguardia,distintodelde antes, y los contó de nuevo.Yunodelos factores de la estación también pasócantando los números, éste mucho másrápido, como si compitiese con los

Page 223: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

anteriores.Quizá les faltabauno,pensóelniño, y miró alrededor y debajo de losvagones.PeroaquienencontrófuealviejoBetúnqueledijo:

Sonpresos,cabezón.Presosqueestánenfermos.Tuberculosos.

Y escupió en el suelo un salivazo yluegolopisócomosehaceconlosbichos,quesepisanadrede.

Desde donde estaba, en línea con lapuerta principal y con la sala de taquillaspor el medio, el chaval vendedor deperiódicospodíacontrolarquiénentrabaenla estación.Normal, pues, que viese a lasdosmujeresencuantobajarondeun taxi.Unaeramayor,sinservieja,ylaotramásjoven, pero vestían de forma parecida,comosicompartiesenlaropaylabarradelabios.Bien,pensóel chavalvendedordeperiódicos,estasdostienentodalapintade

Page 224: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

comprar el periódico. Porque adivinabaquién compraba o no el periódico nadamás verlos aunque, claro está, a veces seequivocabae inclusose llevabasorpresas.Una vez, por ejemplo, le compró elperiódico un ciego. Y, además de losviajeros, tenía unos clientes fijos muyespeciales, sus asiduos: la vendedora deflores descalza, la pescantina y elcastañero. Seguramente, muchosperiodistasdesconocenlagranutilidadquetienen los periódicos. El castañero, porejemplo,hacíaunoscartuchoscónicos tanperfectos como las flores de cala quevendíalafloristadelospiesdescalzos.

Estas dos señoritas de cara lavada,pensó ahora el chaval de los periódicos,seguroquemecompranunperiódico.Perose equivocó. Quizá fue por su culpa.Porquelamásjoven,alprincipio,atendióa

Page 225: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

sullamada,einclusoquedóclavadaantelaprimera página con la histórica foto delFührer y Franco. Pero luego desvió lamiradahaciael andényaél se leocurriódecir:

Son presos, señorita. Presosenfermos.Tuberculosos.

YdudósiescupiralsuelocomohabíahechoelviejoBetún,perono lohizoporfalta de confianza y porque, además, lamujer lo miró con ojos repentinamentellorosos, como si le hubiese entrado unaarena, y se echó a correr hacia el andéncomo empujada por un resorte. Y suszapatos de medio tacón llenaron de ecotoda la estación, e incluso parecía quesacudíandesusomnolencialaagujadelosminutos.

Elchavaldelosperiódicosviocómolamujerjovenrecorríaconangustialafila

Page 226: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

de presos, sin contar números, y cómo alfin se abra zaba al hombre del traje viejosin corbata. Ahora, en la estación, todoquedabadetenido,másdetenidoaúnde lonormal, pues cuando pasaba el alborotopropiodelasllegadasosalidas,laestaciónadquiría un aire de callejón sin salida.Todofueradel tiempo,enel relojparado,menos aquellos dos abrazándose. Hastaqueuntenientesaliódesupropiaestatua,se dirigió hacia ellos y los separó comohace el podador con las gavillas de lasplantas.

Y por último, pasó un guardia quecontaba muy despacito, como si no leimportase que pensasen que no sabíacontar, y que al hacerlo apuntaba a lospresos con la batuta de un lápiz grueso yencarnado.

Comoelqueusamiabuelo,pensóel

Page 227: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

chavalvendedordeperiódicos.Unlápizdecarpintero.

Page 228: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

17.

Se abrazaron en la estación, le contóHerbal aMaria daVisitaçáo.Ninguno delos dos semovió.No sabíamosmuy bienqué hacer. Así que fue el teniente y losseparó.Losapartóunodelotro,comohaceelpodadorconlasgavillasdelasplantas.

Yoloshabíavistoasíenotraocasión,sinquenadiepudiesesepararlos.

Fue el día que descubrí que estabanenamorados. Nunca antes los había vistojuntos, ni podía imaginar que MarisaMalloyDanielDaBarca fuesena formarpareja. Eso estaría bien para una novela,pero no para la realidad de aquel tiempo.Eracomoecharpólvoraenelincensario.

Lociertoesqueme losencontrépor

Page 229: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

casualidad, paseando juntos al atardecerpor la Rosaleda de Santiago, y decidíseguirlos.Eraalfinaldelotoño.Hablabanmuy animados, sin cogerse, pero seacercaban más el uno al otro cuando lasráfagas de viento levantaban bandadas dehojassecas.EnlaAlamedasehicieronunafoto, una de esas que van enmarcadas enuncorazón.El fotógrafo teníauncubodeaguaenelquebañabalasfotos.Sepusoallover, y todos corrieron para el palco demúsica, pero yo me resguardé en losretretes públicos que había allí. Me losimaginé riendo, rozándose los cuerpos,mientras la brisa iba secando la foto. Ycuando escampó, ya anochecido, volví aseguirlospor lascallesde laciudadvieja.Fueunpaseo interminable, sin arrimosnicarantoñas,yempecéahartarme.Además,se puso a llover otra vez. Esa lluvia de

Page 230: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

Santiagoquesetemeteenlosbronquiosyvascomounanfibio.Hastaloscaballosdepiedraechanaguaporlaboca.

¿Y qué pasó?, preguntó con ansiaMaria da Visitaçáo, desinteresada de loscaballosqueechanaguaporlaboca.

Lloviendo y todo, se pararon enmediode laQuintanadosMortos.Debíande estar empapados, porque yo estabachorreando, y eso que iba por lossoportales.Estánlocos,pensé,vanacogerunapulmonía.¡Carajoconelmédico!Peroentonces ocurrió aquello. Lo de laBerenguela.

¿QuiéneslaBerenguela?Una campana. LaBerenguela es una

campana de la catedral, que da a laQuintana. A la primera campanada, ellosseabrazaron.Yfuecomosinosefuesenasoltar nunca, porquedaban lasdoce.Y la

Page 231: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

Berenguelavatandespacioquedicenqueesbuenaparadarleunpuntoalvinodelosbarriles,peronosécómonovuelvelocosatodoslosrelojes.

¿Cómo se abrazaban, Herbal?, lepreguntólachicadelclubdealterne.

He visto a un hombre y una mujerhacerse de todo, pero aquellos dos sebebíanunoalotro.Se lamíanelaguaconlos labios y con la lengua. Sorbían en lasorejas, en el hueco de los ojos, cuelloarriba desde los pechos. Estaban tanempapados que se debían de sentirdesnudos.Sebesabancomodospeces.

Derepente,Herbaldibujóconellápizdos líneas paralelas en la servilleta depapelblanco.Y luego las cruzó conotrasmásgruesasycortas.Lastraviesas.

Eltren,eltrenperdidoenlanieve.Maria da Visitaçáo se fijó en el

Page 232: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

blanco de los ojos de Herbal. Un blancoalgo amarillento, como de unto ahumado.Sobre ese fondo, el iris avivaba en lossilencios como un tizón. Si lo dejasecrecer,quizáelblancodelpelo tendríayaun tono venerable, pero aparecía en grisoscurecidoporundrásticocortederecluta.Era un hombre ya mayor, por no decirviejo. Pero su constitución era flaca ytensa, de madera nudosa y enrojecida.Maria daVisitaçáo empezaba a pensar enla edad porque ya había cumplido veinteaños el mes de octubre. Conocía gentemayorqueparecíamuchomásjovendeloqueeraporunaespeciedepactoalegreydespreocupado con el tiempo. Otraspersonas, como era el caso deManila, ladueña del local, tenían una relación casipatética con la edad, intentando disimularsus huellas, en un empeño vano pues sus

Page 233: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

paramentos,lostrajesdemasiadoceñidosyel exceso de alhajas no hacían más queacentuar el contraste. Pero sólo conocía auna persona, y ésa era Herbal, que semantenía más joven por fatalidad. No sesabía muy bien si sus ahogos eran porquerer respirar o por no querer.Esa rabiacontra el lento pasar del tiempo salía arelucir en los momentos difíciles de lanoche.Bastabaconquedesdeelfondodelabarraapuntaseconelfusildesumiradapara que el cliente más fanfarrónapoquinaseeldinerosinrechistar.

A veces, cuando despierto con elahogo tengo la sensación de que todavíaestamosallí,paradosenunavíanevadaenla provincia de León.Y hay un lobo quenosmira,quemiraelconvoy,yyobajolamedia ventana y apunto con el fusilapoyado en el vidrio y el pintorme dice:

Page 234: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

Pero¿quéhaces?¿Noloves?, ledigoyo,voy a matar a ese lobo. No deshagas lapintura, dice él. Me ha dado muchotrabajo.

El lobo da media vuelta y nos dejasolos,envíamuerta.

Otro, señor, le dice un guardia alteniente.Enelvagónnueve.

El teniente que blasfema como sehaceanteunenemigoinvisible.Tratándosedemuertos, no le gustaba el número tres.Unmuertoesunmuerto.Elsegundo,unacompañíaparaelprimero.Habíaquedadoimpasible. Pero a partir de ahí ya era unmontón demuertos.Un caso. Era aún unhombre joven.Maldijo aquellamisión sinla más mínima gloria. Comandar un trenolvidado,cargadodederrotaytisis,yaunporencimaatrancadoporlosobuseslocos,absurdos de la naturaleza. Un harapo

Page 235: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

descosidodelaguerra.Apartódelacabezauna hipótesis estremecedora: No puedollegar a Madrid con una funeraria a laespalda.

Tres muertos ya. ¿Qué carajo estápasando?

Se ahogan en sangre. Les da unataque de tos y se ahogan en su propiasangre.

Mirada fulminante: Ya sé cómo es.No hace falta que me lo explique. ¿Y elmédico?¿Quéhaceelmédico?

No para, señor.De un vagón a otro.Memandaadecirlequehayquedesalojarel último vagón y destinarlo a loscadáveres.

Puesháganlo.Éste,dijoporHerbal,yyo vamos a ir andando hasta esa jodidaestación.Yavisenalmaquinista.Vamosamoverestetrenaunqueseaatiros.

Page 236: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

El tenientemiró con inquietud haciael exterior. A un lado la llanura, blancacomo la nada. Al otro, una arqueologíahelada de con voyes varados y cobertizosque parecían panteones de esqueletosferroviarios.

¡Estoespeorquelaguerra!En aquel tren habían reunido a los

presos tuberculosos, con la enfermedadavanzada, de los penales del norte deGalicia.En lamise riade laposguerra,elmaldelpechoseextendíacomounapeste,agravado por la humedad de la costaatlántica.Eldestino final eraun sanatoriopenitenciarioenlasierradeValencia.Peroantes había que llegar hasta Madrid. Enaquel tiempo, un tren de viajeros podíatardardieciochohorasentreACoruñaylaEstacióndelNorteenlacapital.

El nuestro se denominaba Tren de

Page 237: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

TransporteEspecial,ledijoHerbalaMariadaVisitaçáo.¡Ytanespecial!

Cuando subieron los presos a losvagones, muchos de ellos ya se habíancomido las provisiones alimenticias: unalata de sardinas. Como ropa de abrigo seles dio un cobertor. La nieve apareció yapor los altos de Betanzos y no los dejóhasta Madrid. El Tren de TransporteEspecialtardóporlomenossietehorasenllegaraMonforte,elnudo ferroviarioqueenlazaba Galicia con la meseta. Perofaltabalopeor.Atravesar lasmontañasdeZamora y León. Cuando se detuvo enMonforte, ya anochecía. Los presostiritabandefríoyfiebreauntiempo.

Yo también estaba aterido, contóHerbal.Nosotros, losdeldestacamentodeguardia, íbamos en un vagón de viajeros,con asientos y ventanas, detrás de la

Page 238: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

locomotora.Eraunamáquinadevaporquetirabamalamente,comositambiéntuvieseelmaldelpecho.

Sí, yo iba voluntario. Me presenténadamásconocer lanoticiadeaquel trenque llevaba a los tuberculosos a unsanatorio penitenciario en Levante. Yoestaba convencido de tener aquel mismomal, pero disimulaba todo el tiempo,eludía los reconocimientos médicos, cosaque me resultaba muy fácil. Pensaba quemedaríandebaja,conunapagamiserable,y que quedaría fuera de juego parasiempre. No quería volver a la aldeapaterna, ni a casa de mi hermana. Laúltimavezquehabíahabladoconmipadrefue al volver de Asturias. Discutimosmucho. Me negué a trabajar, le dije queestabadepermisoyqueéleraunanimal.Y entonces mi padre, con una serenidad

Page 239: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

desconocida, respondió:Yonohematadoa nadie. Cuando éramos jóvenes y nosreclutaronparaMarruecos,nosechamosalmonte. Sí, soy un animal, pero no hematado a nadie. ¡Date por satisfecho sicuandoseasviejopuedesdecir lomismo!Ésa fue la última vez que hablé con mipadre.

Cuandolodeltren,acudídenuevoalsargento Landesa, que para entonces yahabía ascendido. Un favor, señor.Arrégleme las co sas para que puedaquedar allí, en la guardia del sanatorio.Quierocambiarunpocodeclima.Yvaelmédicoese,eldoctorDaBarca,¿recuerda?Creo que sigue en contacto con laresistencia. Lo mantendré informado, porsupuesto.

Elteniente,Herbalyelmaquinistaseacercanalaestaciónleonesa.Lanieveles

Page 240: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

cubrelasbotas.Lasacudenenelandén.Eltenienteechachispas.Vaadiscutirconeljefedeestación,lovaaponerfirme.Perodel despacho sale un comandante. Elteniente, sorprendido, tarda en cuadrarse.El comandante, antes de hablar, lo miracon severidad y espera el gesto deacatamiento jerárquico. El tenientetaconea, se cuadra y saluda con unaprecisión mecánica. A sus órdenes, micomandante.Hacemuchofríoperoéltienela frente cubierta de sudor. Vengo almandodelTrenEspecialy…

¿El Tren Especial? ¿De qué trenmehabla,teniente?

Altenienteletiemblalavoz.Nosabepordóndeempezar.

El tren, el tren de los tuberculosos,señor.Tenemosyatresmuertos.

¿El tren de los tuberculosos? ¿Tres

Page 241: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

muertos?¿Quémeestácontando,teniente?El maquinista va a hablar: Puedo

explicárselo, señor. Pero el comandante,conungestoenérgico,lomandacallar.

Señor,haceyacuarentayochohorasquehemossalidodeCoruña.Setratadeuntren especial. Llevamos presos, presosenfermos. Tuberculosos. Tendríamos queestar ya en Madrid. Pero ha debido dehaber una confusión. EnLeón nos dieronpasoperocondesvíohaciaelnorte.Variashoras, señor. Cuando nos dimos cuenta,retrocedimos. Pero no fue fácil,comandante. Desde entonces, estamos envía muerta. Nos dijeron que había otrostrenesespeciales.

Los hay, teniente. Usted deberíasaberlo,dijo el comandantecon sorna.Seestá reforzando la costa noroeste. ¿O esque no ha oído hablar de la Segunda

Page 242: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

GuerraMundial?Llamóalfactordecirculación.¿Quéhaydeuntrendetuberculosos?¿Un tren de tuberculosos? Le dimos

pasoayer,señor.Ha habido una confusión, iba a

explicardenuevoel teniente.Pero reparóenquelamiradadelcomandantesedirigíadesorbitadahacialasvías.

Balanceándose, con andar torpe yarrastradoporlanieve,seaproximabaunacomitiva con un hombre en unasparihuelas. Ya antes de que su mente lehubiese confirmado aquella visión, élintuyó lo que estaba pasando. Al frentemarchaba aquelmaldito doctor, escoltadopor dos de los guardias. Mientras seacercaban, el teniente Goyanes empalmóaquellasecuencialentaconotrasimágenesrecientes. El abrazo entregado en la

Page 243: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

estación, que él había cortado con lastenazas de sus manos, perturbado poraquel beso interminable que alteraba loscimientos de la realidad comoun seísmo.La conversación posterior en el tren, unamaniobra erróneade aproximación.Habíaintentado justificarse con un toquehumorístico,sinquesonaseadisculpa:

Alguien tenía que separarlos. Si porustedfuese,claro,senosecharía lanocheencima.He,he.¿Erasumujer?Esustedunhombreconsuerte.

Se dio cuenta de que todo lo queestaba diciendo tenía un hiriente doblesentido. El doctor Da Barca no lerespondió, como si sólo escuchase elchasquido del tren que lo separaba delabrazo cálido y reciente de la hembra. Eltenientelehabíamandadotomarasientoensu vagón. Al fin y al cabo, también él

Page 244: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

estaba a cargo de la expedición. Teníancosasdequehablar.

Pasado el gran túnel que borraba elhorizonte urbano, el tren se habíaadentradoenlaacuarelaverdeyazuldelaría del Burgo. El doctor Da Barcaparpadeócomosiaquellabellezaledolieseen los ojos. Desde sus barcas, con largosraños* , los mariscadores arañaban elfondomarino.Unodeellosdejódefaenarymiróhaciaeltren,conlamanodevisera,erguido sobre el balanceo del mar. EldoctorDaBarcaseacordódesuamigoelpintor.Legustabapintarescenasdetrabajoenelcampoyenelmar,peronoconesetipismofolklóricoquelasembellecíacomoestampas bucólicas. En los lienzos de suamigo el pintor, la gente aparecíamimetizada con la tierra y el mar. Losrostros parecían surcados por el mismo

Page 245: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

aradoquehendíala tierra.Lospescadoreseran cautivos de las mismas redes quecapturaban los peces. Llegó un momentoen que los cuerpos se fragmentaron.Brazoshoz.Ojosdemar.Piedrasderostro.El doctorDaBarca sintió simpatía por elmariscador erguido en su barcacontemplandoeltren.Quizásepreguntabaadóndeibayquéllevaba.Ladistanciayelchasquidodelamáquinanoledejaríanoírla estremecedora letanía de toses querepicabanenlasordidezdelosvagonesdeganado como panderos de cueroempapadosensangre.Elpaisajelesugirióuna fábula: El cormorán que sobrevolabaal mariscador estaba transmitiendotelegráficamenteconsugraznidolaverdaddeltren.Recordólaamarguradesuamigoelpintorcuandodejóderecibirlasrevistasde arte de vanguardia que le enviaban

Page 246: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

desdeAlemania:La peor enfermedad quepodemoscontraeresladelasuspensióndelas conciencias.El doctorDaBarca abriósu maletín y sacó un opúsculo de tapasgastadas, Las raíces biológicas delsentimiento estético, por el doctor NóvoaSantos.

(*Instrumento de marisqueo, parecido a unlarguísimorastrillo,quesearrastrasobrelaarenaparalevantarberberechosoalmejas,quequedandepositadosenunaespeciederedmetálica.(N.delaT.))

EltenienteGoyanessesentófrenteaél. Miró de reojo la cubierta del librito.Este doctor Da Barca, calculó, sería unpoco mayor que él, pero no mucho más.Tras el incidente de la partida, cuando leinformaron de que era el médico, habíaadoptadounaactituddecamaradería,perocon la superioridad de un guía deexcursionismo. Ahora, sin importarleinterrumpir la lectura del otro, le contaba

Page 247: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

que él también había sido universitario,que había estudiado algunos cursos deFilosofía antes de incorporarse al ejércitode Franco como alférez provisional.Después había decidido seguir la carreramilitar. ¡La filosofía!, exclamó con tonoirónico. También yome sentí atraído porMarxytodosesosprofetasdelaredenciónsocial. Como el duce Mussolini. Fuesocialista, ¿sabe? Sí, claro que lo sabe.Hastaaquelbenditodíaenqueaparecióelfilósofo guerrero. El enterrador delpresente. Él me liberó de la grey de losesclavos.

El doctor Da Barca seguía leyendo,ignorándolo adrede, pero él conocía lamaneradehacerlohablar.

Paséentoncesdepreocuparmeporlosmonosainteresarmeporlosdioses.

Había acertado. El doctor dejó

Page 248: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

finalmenteellibroylomiródefrente:Puesnadielodiría,teniente.Él lanzó una carcajada y le dio una

palmadaenlasrodillas.Asímegusta,dijoponiéndoseenpie,

un rojo con cojones. Siga preocupándoseporlosmonos.

Ya no tendría ocasión de bromearmás. Las cosas comenzaron a enredarsecomosielconvoyfueseconducidoporeldiablo. EnMon forte no llegó el previstorepuestodecomidaparalospresos.Luegovino aquel calvario en las montañas denieve. El médico iba sin descanso devagón en vagón.La última vez que yo lohabía visto fue arrodillado, a la luzdeuncandil,limpiandolasangreoscuracuajadaentre las púas de la barba del primermuerto.

El doctor traía ahora el pelo

Page 249: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

blanqueadodecopos.Unodelosguardiasse adelantó a dar explicaciones: Nos dijoque era un caso de vida omuerte, señor,que usted lo había autorizado. Ante elcomandante, en la estaciónazotadapor laventisca, el teniente Goyanes pensó queeraobligadodarunamuestradeautoridad.CogiórepentinamenteelfusildelguardiayderribódeunculatazoaDaBarca.

¡Noteníaustedmipermiso!Enelsuelo,eldoctorpasaeldorsode

lamanoporlamejilla.Sangraporellugardelgolpe.Concalma, cogeunpuñadodenieve y se lo aplica como un bálsamo.Óleodesangreynieve,diceelpintorenlacabeza de Herbal. La pomada de lahistoria. ¿Por qué no le ayudas alevantarse?

Estásloco,murmuraelguardia.Ayúdale, ¿no ves que está haciendo

Page 250: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

todo esto para sacarnos de este malditoatasco?

El caboHerbal duda. De repente, seadelantay leextiendeunamanoalheridoparaquepuedaponerseenpie.

Reaccionó con mucha sorpresa, lecontó a Maria da Visitaçáo. Quizá seacordabadeldíadeladetención,cuandolediaquellapaliza.Perodespuésledevolvióel golpe al teniente con el filo de sumirada.Enesoerasuperior.Dejabaalotroachicado.

La tos. El factor de la estación sevolvió hacia el enfermo de las parihuelascomo si hubiese sonado el timbre delteléfonodemanubrio.

Elcomandantequeapartaalteniente:¿Peroquécarajoestápasando?Este hombre va camino de una

hemoptisisdramática,lediceeldoctorDa

Page 251: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

Barca. En cualquier momento se ahogaráensupropiasangre.Yasenoshanidotres.

¿Yquépretende trayéndolo aquí?Sélo que es la tuberculosis. Si está paramorir, tendrá que morir. El hospital máspróximoquedaenelquintoinfierno.

Sólohayunacosaquesepuedehacer.Sin perder más tiempo. Necesito unahabitación con buena iluminación, unamesayaguahervida.

La mesa del factor tenía un cristalsobrelamadera.ElcristalcubríaunmapadelosferrocarrilesdeEspaña.Echaronporencimaunacolchayacostaronalenfermo.Enelcazodelhornilloempezóahervirelaguaconlaagujadelajeringa.Elsondelburbujeoerasemejantealdelarespiracióndel enfermo. Mientras asistía a lospreparativos de aquella operación a lobravo,Herbal trató de escuchar su propio

Page 252: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

pecho.Lascosquillasdelmarenlaesponjadearena.Amasólasalivacontraelpaladarpor ver si notaba el sabor dulce de lasangre.Sóloelpintorconocíasuangustia,elsecretodelaenfermedadoculta.Espiabalos síntomas de los otros. Aparentandoindiferencia, registraba todo comentariomédico referido al mal del pecho.Aprendíaencadasignodesucuerpo.

¡La Generación Doliente! Losmejores artistas gallegos murieron muyjóvenes, le había dicho el pintor. Laguadaña es muy artística en Galicia,Herbal. Si lo tienes, el tuyo es un malcélebre.

Yeranmuyatractivos,conlabellezadelamelancolía.Lasmujeresenloquecíanporellos.

¡Hombre,gracias!,dijoelguardia.Esunconsuelo.

Page 253: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

Esonovaporti,Herbal.Ahorasefijóenelenfermo,acostado

sobrelamesadelfactordelaestación.Eraun muchacho muy joven, casi imberbe.Peroen laexpresiónde susojoshabíaunliquen antiguo. Conocía su historia. Sellamaba Sean. Desertor. Había vagadodurante tres años huido por el montePindo,viviendocomounanimal roqueño.Docenas de hombres topo por aquellascuevas. En sus batidas, la Guardia Civilnunca los encontraba. Hasta quedescubrieron el código de señales. Laslavanderaseransuscómplices,escribiendomensajesenlosmatorralesconloscoloresdesustrapos.

¿Qué le va a hacer?, preguntó elcomandante.

Un pneumotórax, dijo el doctor DaBarca,unpneumotóraxalobravo.Setrata

Page 254: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

de que entre aire en el pecho para quecomprima los pulmones y detenga lahemorragia.

Y a continuación armó la jeringa,miró con serenidad a Sean y le guiñó unojoenseñaldeánimo.

Vamos a salir de ésta, ¿eh,compañero?Sóloesunapicaduraentrelascostillas.

Así.Sólounapicadura.Unapicaduradeabejaenelpechodelobo.

Pero después el médico calla. Tanabsorto, parece que con los ojosradiografía el pecho, que la linterna de lamirada guía el curso perforador de laaguja.Herbalesunode losquesujetanalenfermo. Éste cierra los puños, clava lasuñasensupropiapalma.Elmédicoquedainmóvil,laagujaespetada,atentoalfuelledelpecho.Sobrelamesadelfactor,enlas

Page 255: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

cuevas de aquel hombre, un sonido demanantiales,elórganodelviento.

El tren arrancó aquella misma tarde,lecontóHerbalaMariadaVisitaçáo.Pasóde inmediato por todas las estaciones. Eltrenperdidoen lanieveeraahoraun trenfantasma.Nadieseacercabaen lasbrevesparadas.Algunosdenosotrossalíamosporvíveres.Volvíamos con lasmanos vacías.Todas las estaciones olían a hambre, dijoHerbal mirando su spray ambientadorencima de la mesa. A pesar de todo eso,aún recuerdo un detalle. En Medina delCampo un hombre tocó en la ventana ysaludó a Da Barca. Luego desapareció y,cuandoeltrenyaarrancaba,volvióconunsacodecastañas.Lopillécasiporelaire,desdelapuertadelvagón.Gritó:¡Sonparaeldoctor!Eraunhombregrandón,conaireentrecortado. Gengis Khan. Entre las

Page 256: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

castañas, un billetero. Lo ha debido demangaraquímismo,enlaestación,pensé.Iba a quedarme con él. Al final, cogí lamitad de los billetes y le di el saco aldoctor.

¿Y qué fue de aquel muchacho, eldesertor?, preguntó con ansia Maria daVisitaçáo.

Murió en Porta Coeli. Sí, murió enaquel sanatorio al que llamaban la PuertadelCielo.

Page 257: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

18.

EldoctorDaBarcaestabaescribiendounacartadeamor.Poresotachabamucho.Pensó que para tal mester el lenguajeresultabadeunapobreza extremay sintiónotenerladesvergüenzadeunpoeta.Éllatenía cuando se trataba de otros presos.Partedesuterapiaconsistíaenanimarlosarecordar sus querencias y a enviar unasletras por correo. Y él prestaba su manopara escribir con buen humor alguna deaquellas cartas. Se llama Isolina, doctor.¿Isolina?Isolina…Oloraverdelimónyanaranjamandarina.¿Quéteparece?

Le va a gustar, doctor. Ella es muynatural.

Pero cuando se trataba de él, sentía

Page 258: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

que, en efecto, todas las cartas de amoreranridículas.Avecesquedabaasombradode lo que un enfermo podía decir sinartificio. Doctor, póngale que no sepreocupe por mí. Quemientras ella viva,yo nuncamoriré.Que cuandome falta elaire,respiroporsuboca.

Yaquelotro:Pongaahíquevolveré.Que volveré para tapar todas las goterasdeltejado.

Tachó de nuevo el encabezamiento.Ésta de hoy tenía que ser una cartaespecial. Por fin, escribió: Mujer. Fueentonces cuando oyó que llamaban a lapuerta de su cuarto.Ya era tardepara loshábitos del sanatorio penal, pasadas lasoncede lanoche.Quizá se tratasedeunaurgencia. Abrió, dispuesto a disimular lacontrariedad. La madre Izarne. En otrasocasionesbromearíaacuentadesuhábito

Page 259: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

demercedaria,¡ah,penséquesetratabadeuna migaja ectoplasmada! Pero esta veznotó una sensación de irrealidad que loperturbópor lapartedelpudor.Lamonjasonreía con una picardía de mujer. Derepente,sinotrosaludo,sacódedebajodelafaldaunabotelladecoñac.

Parausted,doctor.¡Parasunochedebodas!

Y se fue apresurada por el pasillo,como quien huye de una alegre osadía,dejandounauradeojosiluminados.

Azul gris verde. Ojos algo rasgados,conunplieguedepielensemilunaen lospárpados.

ComolosdeMarisa.Diosnoexistía,pensóDaBarca,perosílaProvidencia.

Fue ella misma, la madre Izarne,quienalatardecerlehabíaentregado,muyalegre, el telegrama que confirmaba la

Page 260: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

celebración de la ceremonia de su boda.Aquella mañana, Marisa había dicho el«Sí, quiero» en la iglesia de Fronteira.Sabía la hora. En Porta Coeli, a milkilómetros de distancia, el doctoracompañaba a los enfermos en su paseomatutino.Llevabacamisablancaysuviejotrajede fiesta.Entrepinosyolivos, cerrólosojosydijo:Sí,quiero;claroquequiero.

¡Eh, compañeros! El doctor sueñadespierto.

Amigos,tengoquedarosunanoticia.¡Meacabodecasar!

Losotrosalgosabían,lecontóHerbalaMaria daVisitaçáo, porque lo rodearongritando:¡Felicidades,DaBarca!Llevabanen los bolsillos puñados de flores deretama, que habían ido recogiendo por elcamino,ylocubrieronconaquelorodelamontaña. Se habían casado por poderes.

Page 261: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

¿Sabes cómo es eso?El hermano de ella,Fernando, ocupaba en la iglesia el lugardel novio. El doctor había tenido quefirmarundocumentoantenotario.Entodoesto le ayudó mucho la superiora de lasmonjas,lamadreIzarne,queinclusofirmócomotestigo.Selotomócontantointeréscomosifueseellamismaquiensefueseacasar.

¿Teníascelos,eh?,comentósonrienteMariadaVisitaçáo.

Era una monja guapísima, dijoHerbal. Y muy lista. Es cierto que separecía a Marisa. Tenía un aire con ella.Pero, claro, era monja. A mí me odiaba.Noséporquémeodiabatanto.Alfinyalcabo,yoeraunvigilanteyellalasuperiorade las monjas que atendían el hospitalpenitenciario.Estábamos,esopensabayo,enelmismobando.

Page 262: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

Herbalmiróporlaventanayaabierta,comobuscandolaluzlejanayparpadeantedel recuerdo. Ya había oscurecido y sepodían dis tinguir los faros de los cochesporlacarreteradeFronteira.

Un día me pilló abriendo lacorrespondencia de los presos. Meinteresaban sobre todo las cartas dirigidasal doctor Da Barca, claro. Las leía conmuchaatención.

¿Para denunciar?, le preguntó MariadaVisitaçáo.

Siveíaalgunacosarara,sí.Teníaquedar parte. Me había llamado mucho laatención la correspondencia quemanteníaconunamigo,untalSouto,enlaquesólohablabadefútbol.SuídoloeraChacho,unjugador del Deportivo coruñés. Meresultaba extraña aquella pasión por elfútbol en el doctor Da Barca, a quien

Page 263: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

nunca le había oído emocionarse con elbalón. Pero en sus cartas, porque yotambiénlasleíapueselcontroleradeidayvuelta,decía cosas tanatinadascomoquehabía que pasar el balón colgado de unhilo, o que lo que tenía que correr era elbalón, que para eso era redondo, y no eljugador. A mí también me gustabaChacho, así que las dejé pasar sin darlesmásvueltas.Pero,enrealidad,lasquemásme interesaban eran las de Marisa. Lascomentabaconeldifuntopintor.Legustómucho una en la que había un poema deamorquehablabadelosmirlos.Laretuvedurante una semana. La llevaba en elbolsillo,parareleerla.Amínomeescribíanadie.

El caso fue que un día esta madreIzarne entró en la oficina de la portería ymepillómuyconfiado,conunmontónde

Page 264: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

sobres abiertos ex tendidos encima de lamesa. Yo seguí como si nada. Di porsupuestoqueellaestabaaltantodequesecontrolaba la correspondencia. Pero seindignótoda.Yoledijeunpoconervioso:Tranquila,madre, es un trámite oficial.Ynogrite tanto,que levaaoír tododiós.Yella dijo aún más indignada: ¡Quite sussucias manos de esa carta! Y me laarrancó,contanmalasuertequelarompióendos.

Miró el encabezamiento. Era deMarisaMallo para el doctorDaBarca, ladel poema de amor que hablaba de losmirlos.

A ella le temblaban los trozos en lamano.Perosiguióleyendo.

Yoledije:No tiene interés,madre.Nohablade

política.

Page 265: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

Ellamedijo:Cerdo.Cerdocontricornio.Desde que llegamos, yo me

encontraba bien.Comparado con el climadeGalicia,eldePortaCoelieraunalargaprimavera. Pero en aquel inesperadoproblema con la monja, sentí de nuevoaquel condenado burbujeo del pecho, elahogoquellegaba.

Ellamedebiódenotaren losojos lallegadadel espanto.Cadaunadeaquellasmonjas valía por una mutua de seguros.Dijo:

Ustedestáenfermo.Porloquemásquiera,madre,nodiga

eso.Sonsólolosnervios.Losnerviosquesememetenenlacabeza.

Eso tambiénesunaenfermedad,dijoella.Securarezando.

Page 266: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

Yarezo.Peronosemearregla.¡Puesváyasealinfierno!Eramuylista.Teníamuchogenio.Se

fueconlacartapartidaendos.Le comenté lo sucedido a un

inspectordepolicía,untalArias,quesubíade vez en cuando desde Valencia, sinreferirme, por supuesto, al asunto de misalud.Nuncatecrucesenelcaminodeunamonja, soltó riendo, o ten por seguro queacabarásenelinfierno.

El inspector Arias, con su bigotitorecortado,teníamuchateórica.Dijo:

En España no habrá nunca unadictaduraperfecta,alestilodeladeHitler,quefuncionacomounreloj.¿Ysabesporqué, cabo? Por culpa de lasmujeres. Lasmujeres. En España, la mitad de lasmujeressonputasy laotramitadmonjas.Lo siento por ti. A mí me ha tocado la

Page 267: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

primeramitad.Ha,ha,ha.Unviejochistecuartelero.Yo sé cuentos, pero para los chistes

soymuymalo,ledije.HabíaunperroquesellamabaChiste.

Murióelperroyseacabóelchiste.Ha,ha,ha.¡Quétontería,gallego!El infierno. Nunca te cruces en el

caminodeunamonja.Herbalaprovechólaocasiónparadecirleal inspectorqueseríamejorquedejaselodelacorrespondencia.

Nosepreocupe,dijoelotro.Haremosquenoslapasenporcomisaría.

¿Tú crees que a ella le gustaba?,preguntó Maria da Visitaçáo, yendo a loqueleinteresaba.

Él teníaalgo,ya te lohedicho.Paralasmujereseracomoungaitero.

Nadiesabíamuybiencuándodormía

Page 268: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

el doctor Da Barca. Sus vigilias eransiempre de libro en mano. A veces caíarendido en el pabellónde los enfermos, otumbado fuera, el pecho abrigado por ellibroabierto.Ellaempezóaprestarleobrasqueluegocomentaban.Lasconversacionesseprolongabanconelbuentiempo,porlanoche,cuandolosenfermossalíanafueraatomarelfresco.

Bajo la luna,andabanyreandabanelcaminodelmontedepinos.

Lo que no sabía Herbal era que enunaocasiónlamonjaIzarnetambiénhabíamandado al infierno al doctor Da Barca.Fue du rante la primavera siguiente a lallegadadeélaPortaCoeliyporcausadeSantaTeresa.

Elladijo:Me ha decepcionado, doctor. Sabía

que no era religioso, pero pensé que era

Page 269: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

ustedunhombresensible.Éldijo:¿Sensible?EnelLibrodelavidaella

dice:Medolíaelcorazón.Yeracierto, ledolíaelcorazón,ledolíaesavíscera.Teníaangina de pe cho y sufrió un infarto. EldoctorNóvoaSantos,elmaestropatólogo,fueaAlba,dondeseguardaelrelicario,einspeccionóelcorazóndelasanta.Eraunhombre honesto, créame. Pues llega a laconclusióndequeloquesetieneporllaga,por huella del dardo angélico, no es otracosaqueelsulcusatrioauricular,elsurcoque separa las aurículas del atrio. Perotambién encuentra una cicatriz, propia deuna placa de esclerosis, que indica uninfarto. El ojo clínico, como el maestroNóvoa subraya, no puede explicar unpoema, pero un poema puede muy bienexplicarloqueelojoclínicoignora.Yese

Page 270: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

poema:Vivosinvivirenmí,ytanaltavidaespero, que muero porque no muero.¡Mueroporquenomuero!Esepoema…

¡Esunamaravilla!Sí.Ytambiénundiagnósticomédico.Eso es una grosería, doctor.Estamos

hablando de poesía, de unos versossublimes, y usted, usted me habla devíscerascomounforense.

Disculpe,yosoypatólogo.Eso.¡Unpatoloco!Escuche, Izarne. Madre Izarne. Esos

versossonexcepcionales.Ningúnpatólogopodría describir así una enfermedad. Ellatransforma esa debilidad, la muertetransitoria que le causa el ángor, en unaexpresión de cultura o, si prefiere, delespíritu.Unsuspirohechopoema.

Para usted, muero porque no muero¿noesmásqueunsuspiro?

Page 271: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

Sí. Un suspiro digamos muycualificado.

¡VirgenSantísima!Es usted tan frío,tancínico,tan…

¿Tanqué?Tansoberbio.NoreconoceaDiospor

purasoberbia.Al contrario. Por pura modestia. Si

realmente Santa Teresa y los místicos sedirigen a Dios es con una arrogancia talquecaeenelcampodelapatología.¡VeraDios mi prisionero! Con sinceridad,prefiero el Dios del Antiguo Testamento.Alto en su altura, dirigiendo los astroscomo quien dirige una película deHollywood.PrefieropensarqueelDiosdeSantaTeresatieneunaencarnaciónreal,unser humano despistado que ni estaba altanto de las ansias de la santa. ¡Qué vidatan amarga donde no se goza al Señor!

Page 272: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

¿Porquénopensarqueestabaenamoradade un amor imposible? Además, ella erahijaynietadeconversosjudíos.Teníaquedisimularmás.Poresohabladelacárcelyde loshierrosdel alma.Expresael ángor,su debilidad física, pero también unaimposibilidad de amor real. Algunos desus confesores eran inteligentes, muyatractivos.

Me voy. Me da asco lo que estádiciendo.

¿Porqué?Yocreoenelalma,madreIzarne.

¿Creeenelalma?Pueshabladeellacomosifueseunasecreción.

Noexactamente.Podríamosaventurarque el sustrato material del alma son lasenzimascelulares.

Usted es un monstruo, un monstruoquesetieneporsimpático.

Page 273: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

SantaTeresacomparaelalmaconuncastillo medieval, todo de un diamantetallado por el vidriero divino. ¿Por quédiamante? Si yo fuese poeta, y quiénmediese serlo, hablaríadeun copodenieve.No hay dos iguales. Y se vandesvaneciendo en su existencia, al brillodel sol, como si dijesen: ¡Quéaburrimiento, la inmortalidad! Cuerpo yalma están trabados. Como la música alinstrumento. La injusticia que causa lossufrimientos sociales es, en el fondo, lamás terriblemaquinariadedestruccióndelasalmas.

¿Por qué cree usted que estoy aquí?No soy una mística. Lucho contra elsufrimiento,elsufrimientoqueustedes,loshéroes de uno y otro lado, causan en lagentecorriente.

Seequivocadenuevo.Yonocontaré.

Page 274: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

No figuraré en ningún santoral. Comodicen los médicos nazis, pertenezco alcampodelasvidaslastre,delasvidasquenomerecenservividas.Nisiquieratendréelaliviodesabermesentado,comousted,alamanoderechadeDios.Perolediréunacosa, madre Izarne, si Dios existe, es unser esquizoide, una especie de DoctorJekyllyMisterHyde.Yustedperteneceasuladobueno.

¿Porquémetomaelpelo?Nisiquierasédequécolores.La madre Izarne se quitó la blanca

tocaymeneólacabezaparaquelosrojosmechonescayesenlibremente.

Dijoella:Ahora ya lo sabe. ¡Y váyase al

infierno!Yéldijo:No me importaría encontrar allí una

Page 275: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

estrella.¿Tú crees que hay seres en otros

planetas?, lepreguntóderepenteHerbalaMariadaVisitaçáo.

No lo sé, dijo ella con una sonrisairónica. Yo no soy de aquí. No tengodocumentación.

LamonjayeldoctorDaBarca,contóHerbal,hablabanmuchodelcielo.Nodelcielo de los santos, sino del cielo de lasestrellas. Después de la cena, cuando losenfermos se recostaban al aire libre, ellosdos competían por distinguir las estrellas.Porlovisto,hacíamuchosañosquehabíanquemado a un sabio por decir que habíavida en otros planetas. Antes no seandaban con remilgos. Ellos dos creíanquesí,quehabíagentealláarriba.Enesocoincidían. Pensaban que sería una grancosaparaelmundo.Yocreoqueno.Más

Page 276: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

gente entre la que repartir las heredades.Para tener estudios, estaban un pocomajaras.Peromehacíagraciaescucharlos.Laverdadesquecuandotequedasmuchotiempomirando,elcielosevapoblandodemásymásestrellas.Dicenquehayalgunasquelasvemosperoqueyanoexisten.Quetarda tanto en llegar la luz que, cuandollegaati,yaestánapagadas.Mandacarajo.Verloqueyanoexiste.

Alomejortodoesasí.¿Pero qué más pasó?, le preguntó

impacienteMariadaVisitaçáo.Queaéllopillaronyallásefuelodel

hospital.Amíme jodió.Aquel climameibabien,yallínosevivíamal.Yoeraunvigíaquenovigilaba.Nadieseibaafugar.¿Paraqué?Españatodaeraunacárcel.Ésaeralaverdad.HitlerhabíainvadidoEuropay ganaba todas las batallas. Los rojos no

Page 277: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

tenían adónde ir. ¿Quién se iba amover?Sólo algunos locos. Como el doctor DaBarca.

Llevábamospocomásdeunañoenelhospital. Un día llegó el inspector Ariasconotrospolicías.Veníanmuyserios.Medijeron: Trái ganos a ese médico por lasorejas.Sabía,claro,dequiénhablaban.Mehiceel tonto:¿Quémédico?Venga,cabo,tráiganosaesetalDanielDaBarca.

Él acababa de pasar revista a losenfermos en el pabellón grande.Comentaba las novedades con lasmonjasenfermeras,lamadreIzarneentreellas.

Doctor Da Barca, tiene queacompañarme.Preguntanporusted.

Lablanca comitiva cruzómiradas ensilencio.

¿Quiénes son?, dijo él con irónicasospecha.¿Losdelcarbón?

Page 278: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

No,dijeyo.Losdelaleña.Era la primera vez que me salía un

chiste de dentro. El doctor parecióagradecérmelo.Porsuparte,eralaprimeravezquesedirigíaamísinponercaradeungastoinútil.PerolamadreIzarnememiróconespanto.

Hola,Chacho,dijoel inspectorAriascuando lo tuvo delante. ¿Cómo va esazurda?

Eldoctormantuvoeltipo.Respondiótambién con retranca: Esta temporadaestoyfueradejuego.

El inspector tiró el cigarro aúnmediado y lo aplastó lentamente en elsuelo como si fuese el rabo suelto de unlagarto.

Yaveremosenlacomisaría.Tenemosbuenostraumatólogos.

Cogió al doctorDaBarca del brazo.

Page 279: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

Nohizo faltaque loempujase.Él sedejóllevarhaciaelcoche.

Creo que alguien debería explicarmeloqueestápasando,dijo lamadre Izarne,encarándoseconelinspector.

Esuncabecilla,madre.Undirectordeorquesta.

¡Este hombre es mío!, exclamó ellacon los ojos encendidos. Pertenece alsanatorio.¡Estáaquíinternado!

Usted atienda su reino, madre, dijocon frialdad y sin detenerse el inspectorArias.Elinfiernoescosanuestra.

Seoyóaúnelcomentarioenvozbajadeunadelospolicíasacompañantes:

¡Carajoconlamonja!Tienecarácter.MásqueelPapa,dijoelinspectorcon

vozenojada.¡Arrancadeunaputavez!Yo nunca había visto antes llorar a

una monja, le contó Herbal a Maria da

Page 280: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

Visitaçáo. Es una sensaciónmuy extraña.Como cuando llora una imagen hecha denogal.

¡Tranquila, madre! El doctor DaBarcasiemprecaedepie.

La verdad es que yo no eraprecisamente un experto en consolar a lagente.Memandó al infierno por segundavez.

Lotrajeronalostresdías,suficientescomoparavolvermásdelgado.Alparecer,lecontóaHerbalunode losguardiasquelo ha bían escoltado, la policía llevabatiempodetrásdel talChachosin imaginarque cantaba desde la jaula. Era unaleyenda entre la resistencia. Lascombinaciones de jugadores que sugeríaen sus cartas, los comentarios de tácticasfutbolísticas, eran en realidadinformaciones cifradas para la

Page 281: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

organización clandestina. Desde sustiempos de dirigente republicano y laestancia en prisión, Da Barca era unarchivo viviente. Lo tenía todo en lacabeza. Sus textos, con testimonios de larepresión, se publicaban en la prensainglesayen laamericana.Le ibanaabrirunnuevoproceso.

¡Perosiyatienecadenaperpetua!Pueslemeteránotra.Porsiresucita.Supongo que le habrían sacudido

duro, ledijoHerbalaMariadaVisitaçáo,peroeldoctornocomentónadadesupasoporcomisaría,nisiquieracuandolamadreIzarneseacercóaélyescudriñósurostrobuscandolashuellasdelatortura.Teníaunnegrón en el cuello, bajo la oreja. Lamadre se lo acarició con la yema de losdedos,peroenseguidaretirólamanocomosilehubiesedadounchispazo.

Page 282: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

Gracias por su interés, madre. Memandanaotrohotelmáshúmedoqueéste.AGalicia.AlaisladeSanSimón.

Ella desvió la mirada hacia unaventana. Se veía el sendero delmonte, elfondo dorado de la retama. Pero luegoreaccionóconunasonrisadenovicia.

¿Ve usted? Dios cierra una puerta yabreotra.Asípodráestarcercadeella.

Sí.Esoeslobueno.Cuandopueda, déle un abrazo fuerte

demiparte.Noolvidequeyotambiénloscasé.

Selodaré.Muyfuerte.

Page 283: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

19.

Daniel Da Barca recorrió con unarápida ojeada las filas de ventanas a labúsqueda del reflejo de paloma de unatoca. Pero no lo encontró. Se habíadespedidodelosenfermospresosunoporuno. A la salida, se juntó un coro demercedarias. Ella no estaba. La madreIzarne reza en la capilla, le dijo lamonjamás vieja, como quien trae un recado. Élasintió. Lomiraban expectantes. La brisalesagitabaloshábitosenunblancoadiós.Debería decir unas palabras, pensó. Omejornada.Lessonrió.

¡Mi bendición, madres! E hizo laseñaldelacruzenelairecomoundeán.

Ellasrieroncomomuchachitas.

Page 284: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

¿Y túquédijiste?, lepreguntóMariadaVisitaçáoaHerbal.

Yonodijenada.¡Quéibaadecir!Mefuicomohabíallegado.Comosusombra.

Aquellaescenadebiódecausaralgúnefecto en el sargento García. Son lasordenanzas, doctor, le dijo al ponerle lasesposas,comosilemolestaseirrumpirconcadenasenaquelladespedida.Enlaordenen que le comunicaron la custodia delpreso, que haría en compañía del caboHerbal,deregresoasudestinoenGalicia,se le informaba de que se trataba de un«destacado elemento desafecto alrégimen», condenado a cadena perpetua.Había subido, pues, hasta el sanatoriopenal conánimoalertaymolestoporunamisión de traslado que le haría recorrerEspaña todo a lo largo, en trenes que searrastraban comopenitentes con la cruz a

Page 285: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

cuestas. Lo había tranquilizado la visióndel preso, con aquel ramillete de monjascautivadas.Comolehabíaoídodeciraunviejo brigada, el intelectual es como elgitano,unavezquecaenoseamotina.Elque era un muerto, pensó cuando seacomodaronenelprimertren,deValenciaaMadrid, era el compañero que le habíatocado de escolta.Un aburrido. Como unborracho sobrio por lamañana. Como unenterradorpuntual.DeaquíaVigoleibaasalirunateladearañaenlaspestañas.

Perdoneque le interrumpa la lectura,doctor,peroquisierahacerleunaconsulta.Es una cosa a la que hace tiempo que levengo dando vueltas. Usted es médico,debe saber de eso. ¿Por qué los hombressiempretenemosganas?Yameentiende.

¿Serefierealsexo?Esoes,dijoelsargentoriendo.Frotó,

Page 286: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

frufrú, las manos en perpendicular: Merefieroalasunto.Losanimalesparan,¿no?Quierodecir.Tienenelceloyluegoparan.Pero los humanos no. ¡El palo de labanderasiempretieso!

¿Austedlepasaeso?Desdeluego.Yoveoaunamujeryya

me viene la idea.Nos pasa a todos, ¿no?¡No irá ahora a decirme que es unaenfermedad!

No exactamente. Es un síntoma. Esoocurre a menudo en los países donde sehacepoco.Imitóalsargentoenelgestodefregar,frufrú,lasmanos:Yameentiende.

Al sargento García le hizo gracia laobservación. Soltó una carcajada y miróhaciaHerbal.Untipofino,¿eh,cabo?

Yo no me encontraba muy bien, lecontóHerbal aMariadaVisitaçáo.Habíatranscurridomásdeunañodesdeelviaje

Page 287: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

deida:CambiarondetrenenMadridparacogerenlaEstacióndelNorteunexpresocon destino a Galicia. Iban a desandar elcamino del tren perdido en la nieve. Eraprimavera y el sol ponía destellos en lasesposas del doctor como si fuesen relojesde pulsera. Pero Herbal no se encontrababien. Notó su propia palidez como si sereclinaseenunaalmohadafríayhúmeda.

¿Seencuentrabien,cabo?Sí,sargento.Eltrenmedasueño.Será de la tensión baja. ¿Cómo

funciona eso de la tensión, doctor? ¿Esciertoquetienequeverconelazúcar?

El sargento García era muyparlanchín.Cuandolaconversacióndecaíay el doctorDaBarca regresaba al refugiodellibro,éllaemprendíaconotroasuntocomo si quisiese imponerse al monótonotraqueteo. Iban uno frente al otro, junto a

Page 288: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

laventana,mientrasHerbaldormitabaalgoapartadoconelfusilenelregazo.Solosenel departamento. En una de las paradas,cuandoyaanochecía,Herbaldespertóconelruidodelapuerta.Seasomóunamujerconunniñoenelbrazoyotrodelamano.Ellallevabaunpañueloenlacabeza.Dijoporlobajo:Sigue,hijo,aquíno.

Cuando volvió a dormirse, Herbalescuchó al doctorDaBarcahablando conla monja aquella, la madre Izarne. Ledecía:Losrecuerdossonengramas.¿Yesoquées?Soncomocicatricesenlacabeza.Y entonces vio una fila de personas conescoplodecarpinterohaciéndolecicatricesenlacabeza.Yalamayoríalesdecíaqueno, que no le hiciesen cicatrices en lacabeza.HastaqueaparecióMarisa,laniñaMarisa,yélledijo:Sí,hazmeunacicatrizen la cabeza. Y Nan. Su cabeza era un

Page 289: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

pedazodealiso.Nanlehizouncortesuavey acercó la nariz para oler.Y luego llegósu tío, el trampero, y se quedó con elcuchillo en alto, diciendo: Cuánto losiento,Herbal.Yéldijo:Sihayquedarle,dale, tío.Perodespuéssucabezaaparecíaenfangada, entre hollín de carbón, enAsturias, y unamujer gritaba, y el oficialdecía:¡Disparen,hostia,mecagoendiola!Yéldecía:No,nomehagáisesacicatriz.

Yluegosevioenunmonte,albordede una carretera, una noche de luna enagosto. Tenía ante sí un muchachouniformado,concarade trampero,e ibaadecirle por qué. ¿Por qué me haces estacicatriz? Recordó el lápiz. El lápiz decarpintero. La mujer del pañuelo en lacabeza le dijo: Sigue, hijo, aquí no. Ydespertó bañado en sudor, rebuscando enelsacodelequipaje.

Page 290: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

¡Eh,cabo!Estamosensu tierra.¿Nove que está lloviendo? ¡Me debe tresimaginarias!

Yañadióenvozbaja: ¡Carajoconelvigía!Dormiríahastaenunbombardeo.

Alfondodelsacoencontróellápiz.¡Hola, Herbal!, le dijo el pintor. Ya

estamos en Monforte. Aquí el tren sedivide.Yoparaelnorte,paraCoruña,ytúparaelsur.¡Cuidadeestehombre!

¿Y qué puedo hacer?, murmuróHerbal.Semehaacabadolaparentela.NomedejanenSanSimón.Memandanaotrodestino.

Mira,dijoelpintor.¡Fíjateenella!Allí estaba. Supelo rojo, el arco iris

de sus ojos, iban apartando la niebla delandén. El doctor, esposado, golpeó en elcristalconlosnudillos.

¡Marisa!

Page 291: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

El sargento García, tan hablador,quedómudocomosilaventanafueseunapantalladecine.

¡Adiós, Herbal!Me voy a ver cómoestámihijo.

¡Es mi mujer!, dijo el doctorsacudiendo al sargento con las manosesposadas, excitado como si estuvieseanunciandolallegadadeunareina.

Y lo era, o más bien una reinacosturera.ConaquellosíquenocontabaelsargentoGarcía,ledijoHerbalaMariadaVisitaçáo. Ni yo. Cuando se asomó aldepartamento,nosabíamossidispararunasalvaoponernosderodillas.Yohicecomoquiennoquierelacosa.

Marisatraíauncestocomoparairdemerienda y un traje estampado de floresque se le ceñía al cuerpo, con los brazosdesnudos.Eracomosienunaceldaentrase

Page 292: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

todaunahuertaenprimavera,conabejasytodo. El abrazo inicial fue inevitable. Elcesto de mimbre crepitó entre los doscuerposcomoelesqueletodelaire.

Aquelabrazomesobrecogió,lecontóHerbalaMariadaVisitaçáo.Lacadenadelas esposas le resbaló por la espalda y sequedó atravesada en la cintura, alcomienzodelasnalgas.

Con el tren en marcha; el sargentoGarcía consideró que era hora deimponersealosacontecimientos.Sugestosimpáticosevolviócortantecomotijeradeacero.Sesepararon.

Esmimujer, sargento,dijo eldoctorDa Barca como si le pusiese nombre alagua.

Llevamosmilañosenelmismotrenyno me dijo nada de que lo esperaba sumujer.Yexclamóseñalandoalagentedel

Page 293: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

andén: ¡Podría haberme ahorrado estecirco!

Élnosabíanada,dijoMarisa.El sargento lamiró perturbado como

sileestuviesehablandoenfrancésycogióeltelegramaqueellaletendía.Firmabalamadre Izarne desde el sanatorio penalPortaCoeli y la informabadel horario detrenesdeltraslado.

No quiero ser descortés, doctor, dijoelsargentoGarcía,pero¿cómoséquesonmarido ymujer?Nome sirve su palabra.Necesitopapeles.

Enaquelmomentofuiuncobarde, lecontóHerbal aMariadaVisitaçáo.Noséloquemepasó.Queríadecir:Loson,yolosé.Perosemebarriólavoz.

Yotengolospapeles,dijomuydignaMarisa. Y los sacó de aquel cesto demerienda.

Page 294: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

LaactituddelsargentoGarcíacambiódesde esemomento. Estaba impresionadoy no me extraña, dijo Herbal. Aquellamujer con vertía la noche en día, ovivecersa,quediríaelGengisKhan.Miróalrededor, como en un trámite, y le quitólasesposasaldoctor.

Se pueden sentar juntos, dijoseñalandolaventana.Yélsequedóconelcesto.Eradebuendiente.

EldoctorDaBarcacogióaMarisadelasmanos,dijoHerbalantesdequeMariadaVisitaçáo lepreguntasequéhacían.Lecontabalosdedosporsilefaltabaalguno.Ellalloraba,comosilehiciesedañoverlo.

De repente, él se levantó y dijo:Sargento,¿noleapeteceecharunpitillo?

Salieron al pasillo del tren y nofumaron un pitillo sinomedia docena. EltrencorríaporlaorilladelMiño,teñidade

Page 295: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

verdes y lilas, y el sargento y el doctorcharlabananimadoscomosiestuviesenenlabarradelaúltimataberna.

Desde mi rincón de dormilón, dijoHerbal, yo la miraba con lástima, conganas de tirar el fusil por la ventana yabrazarla. Ella lloraba sin entender nada.Yo tampoco. Faltaban unos minutos paraque llegásemos a la estación. Después,nada. Años y años de cárcel sin podertocar a aquella reina costurera. Pero él,habla que te habla con el sargento, comodosferiantes.YasíhastaquellegamosalaestacióndeVigo.

Amímeextrañóquenolepusieselasesposas. El sargento me llamó aparte:Discreción absoluta con lo que vamos ahacer. Si algún día se va de la lengua, lobuscaré aunque sea en el infierno parameterleuntiroenlaboca.¿Entendido?

Page 296: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

Nosepreocupe,sargento.Puescojasuparte.¡Disimule,coño!Herbalnotóeltactodelosbilletesen

la mano y los guardó en el bolsillo delpantalónsinmirar.

Estamoslosdosdeacuerdo,¿no?Lomiróensilencio.Nosabíadequé

leestabahablando.Bien. Entonces vamos a hacerle un

favoraestapareja.Alfinyalcabo,estáncasados.

Herbal pensó que el sargentoGarcíahabía perdido el juicio, enajenado por lalabia y lamirada hipnótica del doctorDaBarca. Debería haberlo previsto. Apartedeldineroquelehabíadado,quenopodíasermucho,¿quédemoniolehabíacontadoparahechizarloasí?

EsteDanielesunfenómeno,ledijoelpintoraloído.

Page 297: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

¿Perotúnotehabíasido?,dijoHerbalsorprendido.

Lo he pensadomejor. ¡Nome podíaperderesteviaje!

¿Qué hacemos entonces, cabo?,preguntóelsargento.Élmedijoqueustedsabría.QueconocebienVigo.

El pintor le pegó con el puño en lasien: Ha llegado la hora de la verdad,Herbal.¡Pórtate!

Podemosllevarlosaunhotelquehayaquí cerca, señor.Y que pasen por fin sunochedebodas.

Por el andén, ajena a todo aquelenredo,Marisa apuró el paso. Lloraba ensilencio.AHerballeparecióhermosísima,comolascameliasapuntodecaer.Porfin,DaBarcaseleacercócariñoso,peroellalorechazó enojada. ¿Quién eres tú? Tú noeresDaniel.Túnoereselhombrequeyo

Page 298: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

esperaba. Hasta que él la agarró conenergíaporloshombros,lamiródefrente,laabrazóylehablóaloído.

Escucha.Nohagaspreguntas.Déjatellevar.

Marisa se transformó a medida quefueentendiendo.Selepusocaradenovia,le contó Herbal a Maria da Visitaçáo.Caminaron se renos hasta la calle delPríncipe, mientras se encendían lasprimeras luces del anochecer, fingiendointeresarse de vez en cuando por losescaparates. Hasta que llegamos a unpequeñohotelquehabíaporallí.EldoctorDa Barca miró para el sargento. Ésteasintió,Y la pareja entró delante con airedecidido.

Buenas noches. Soy el comandanteDaBarca,sepresentóélconvozseveraenla recepción. Dos habitaciones, una para

Page 299: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

míymimujer,yotraparalaescolta.Bien.Nosotrosvamos subiendo.El sargento lesdarálosdetalles.

A sus órdenes, comandante. Buenasnoches,señora.Quedescansen.

Buenas noches, comandante DaBarca, dijo Herbal cuadrándose muyformal. Inclinó ligeramente la cabeza:Buenasnoches,señora.

El sargento García enseñó sudocumentación. Le dijo al recepcionista:No quiero que molesten al comandantebajo ningún concepto. Pásenme a mícualquieraviso.

Fue una noche muy larga, le contóHerbalaMariadaVisitaçáo.Porlomenosparanosotros.Supongoqueparaellos fuemuycorta.

Nocreoquelostortolitosseescapen,dijo el sargento al llegar a la habitación.

Page 300: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

Peronovamosacorrerriesgos.Asíquepasaronlanocheescuchando

porturnodetrásdelapuerta.Mepresentovoluntario para la primera imaginaria,habíadichoelsargentoGarcíaguiñándoleteatral un ojo a Herbal. ¡Tres veces!,exclamó cuando volvió. Lástima de unagujeroenlapared.

Si hubiese un agujero en la pared,verían los dos cuerpos desnudos sobre ellecho, ella vestida sólo con el pañueloanudadoalcuelloqueundíalehabíadadoenlacárcelaDaniel.

Amímeparecióquealguienlloraba,lecontóHerbalaMariadaVisitaçáo.Erauna noche de viento, demucho acordeónenelmar.

Después yo también oí chirriar elsomier.

Muy temprano, al alba, el sargento

Page 301: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

llamó a la puerta para avisarlos. Con tanlarga vigilia empezó a sentirse inseguroporelpasodado.Semoviócon inquietudalrededordelacama.

¿De verdad que usted estaba deacuerdoconél?

Algosabía,mintióHerbal.Noselocuenteniasumujer,dijoel

sargento,repentinamentemuyserio.Notengomujer,dijoHerbal.Mejor.¡Andando!Todavía guardando las formas,

salieron del hotel como un grupo defurtivos.Siloshubieseseguidotrascruzarla puerta, el recepcionista vería cómo elcomandante Da Barca pasaba a ser unprisionero con las manos esposadas. Porlas calles vagaba una luz de resaca, unamelancolíadebasurapobre,trasunanochedeacordeonesenlaría.

Page 302: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

En el muelle, un fotógrafo deemigrantesseofreciódespistadoahacerlesuna foto. El sargento lo disuadió con ungestobrusco:¿Novesqueesunpreso?

¿LollevanaSanSimón?Atiquéteimporta.Casi nadie vuelve. Déjeme que les

hagaunafoto.¿Quenadievuelve?,dijoeldoctorde

repente conuna sonrisa audaz. ¡Unacunaromántica,señores!¡Deallísalióelmejorpoemadelahumanidad!*

(*SerefierealúnicopoemaconservadodeljuglargallegomedievalconocidocomoMendiño,quecomienzaSedia m'eu na ermida de San Simon e cercaron mi asondas que grandes son. Se trata de una hermosísimacomposición en que el poeta canta los sentimientosamorososdeunamujerque,cercadapor lasolasen laisla,aguardalallegadadelamado.(N.delaT.))

Puesahoraesuncatafalco,murmuróelfotógrafo.

Page 303: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

¡Venga!, ordenó el sargento. ¿A quéespera?Hagaesafoto,¡peroquenosalganlascadenas!

Éllaabrazópordetrásyellalecubriólos brazos para que no se viesen lasesposas.Enfundadoselunoenelotro,conelmaralfondo.Ojerasdenochedebodas.Sinmuchaconvicción,comodetrámite,elfotógrafolespidióquesonriesen.

La última vez que la vi, le contóHerbal aMariadaVisitaçáo, fuedesdeelfondeadero. Nosotros subidos a la barca.Ella allí, en lo alto del embarcadero,solitaria, junto al noray, los largosmechonesrojospeinadosporelviento.

Élibaerguidoenlabarca,sindejardemirar para la mujer del noray. Yo,encogido,enlapopa.Debodeserelúnicogallegoquenohanacidoparaandarporelmar.

Page 304: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

AlllegaraSanSimón,eldoctorsaltóal embarcadero con aire resuelto. Elsargento firmóunpapel y se lo entregó alosguardias.

Antes de marcharse, el doctor DaBarcasevolvióhaciamí.Nosmiramosdefrente.

Medijo:Lo tuyo no es tuberculosis. Es del

corazón.Aquéllasdelaorilla,dijoelbarquero

al regreso, no son lavanderas. Son lasmujeres de los presos. Les mandanalimentosporelmarenseronesdebebé.

Page 305: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

20.

Ellos fueron lomejorque lavidamehadado.

Herbal cogió el lápiz de carpinteroydibujóunacruzenelblancodelaesqueladel periódico, dos trazos burdos comohechosconunburilenpiedradelosa.

Maria da Visitagáo leyó el nombredelfallecido:DanielDaBarca.Debajo,elnombredesumujer,MarisaMallo,elhijo,lahija,yunalargaesteladenietos.

Enelencabezamiento,aladerecha,yamododeepitafio,unpoemadeAnterodeQuental. Maria da Visitaçáo lo leyólentamente con su portugués de acentocriollo:

Page 306: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

Mas separo un momento, seconsigofechar os olhos, sinto-os a meuladoDe novo, esses que amei: vivencomigo…*

(*En portugués en el original. «Pero sime parounmomento,siconsigo/cerrarlosojos,lossientoamilado / de nuevo, aquellos que he amado: vivenconmigo…»(N.delaT.))

¡Herbal,mevasaestropearalachicacontantaliteratura!

Manila, que acababa de bajar delprimerpiso, se servíauncaféen labarra.Hoyparecíadebuenhumor.

Yosóloheconocidoaunhombrequesupiesepoemas.¡Yerauncura!Eranunospoemaspreciosos,quehablabandemirlosydeamor.

Page 307: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

¿Tú y un cura poeta?, dijo burlónHerbal.Buenapareja,sí,señor.

Era un hombre encantador. Uncaballero,ynocomootrosdesotana.DonFaustino. Según él, Dios tenía que sermujer.Cuandosevestíadepaisanoparairde juerga,decía:¿AquenomeconoceniCristo?Algoinocente.Lehicieronlavidaimposible.

Se bebió el café de un trago: Idacabandolatertulia,queabrimosenmediahora.

Nunca los he vuelto a ver, le contóHerbal a Maria da Visitaçáo. Supe queMarisa había tenido un hijo, cuando éltodavía estaba enSanSimón. ¡El niño delanochedebodas!AldoctorDaBarca losoltaron a mediados de los cincuenta.LuegosefueronparaAmérica.Esofueloúltimoquemedijerondeellos.Nisiquiera

Page 308: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

sabíaquehabíanregresado.Herbalhizounjuegodemanosconel

lápizdelcarpintero.Lomanejabacomosifueseundedoqueanduviesesuelto.

A mí enseguida me cambió la vida.TrasentregarelpresoenSanSimón,volvía Coruña. Me encontré con mi hermanamuy enferma. Enferma de la cabeza,quiero decir. Le pegué un tiro al ZalitoPuga.Bah, en realidad le pegué tres. Esofue lo que me perdió. Lo tenía todopensado. Pensaba alegar que seme habíaescapadounoallimpiarelarma.Poraquelentoncesesoeramuyfrecuente.Peroenelúltimomomentoperdíelcontrolylemetítres disparos. Así que me expulsaron delcuerpoyfuiapararalacárcel.Allíconocíal hermano deManila.Y a ella la conocíenlasvisitas.Yoyanoteníaanadie.Ellaera mi única ventana con el mundo.

Page 309: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

Cuando salí, me dijo: Estoy harta dechulos.Necesito un hombre que no tengamiedo.

Yaquíestoy.¿Y qué fue del pintor?, preguntó

MariadaVisitaçáo.Vinounavezavermealacárcel.Un

díadeangustia,deseddeaire.Mehablóeldifunto y se me pasó el ahogo. Me dijo:¿Sabes?Yaheencontradoamihijo.Andapintandomaternidades.

Esoesbuena señal, ledije.Significaesperanza.

Muy bien, Herbal. Ya sabes algo depintura.

¿Y qué fue del pintor?, preguntóMariadaVisitaçáo.¿Novolvió?

No, no ha vuelto nunca más, mintióHerbal.ComodiríaeldoctorDaBarca,seperdióenlaeternaindiferencia.

Page 310: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

Maria da Visitaçáo tenía los ojosbrillantes.Había aprendido a aguantar laslágrimas, pero no a controlar lasemociones.

Mira, elbrillode lascamelias tras lalluvia, le dijo el pintor a Herbal al oído.¡Regálale el lápiz! ¡Regálaselo a lamorena!

Toma,teloregalo,ledijotendiéndoleellápizdecarpintero.

Pero…Cógelo,hazelfavor.Maniladioenelairelaspalmadasde

costumbre y abrió la puerta del local.Habíaunclienteesperando.

Ése ya estuvo aquí el otro día, dijoHerbal con la voz cambiada. La voz devigía:¡Tienestrabajo,niña!

Está encariñado, dijo ella con ironía.Me contó que era periodista. Anda

Page 311: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

deprimido.¿Periodista deprimido? Ahora la voz

era de asco: Ten cuidado. ¡Que pagueantesdeiralacama!

¿Adónde vas?, le preguntó Manilaconextrañeza.

Voy un poco afuera. A tomar elfresco.

¡Abrígate!Essólounmomento.Herbal se apoyó en el quicio de la

puerta.Enlanochelluviosayventeada,elneón de la valquiria parpadeaba con unaobscenidadtriste.Elperrodelcementeriode coches le ladraba a la procesión defaros.Unaletaníadeburilenlaoscuridad.Herbal notó el ahogo y deseó que loarrasarapordentrounaráfagadeaire.Porel camino arenoso que llevaba a lacarretera, la vio por fin venir. LaMuerte

Page 312: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

con sus zapatos blancos. Por instinto,palpó buscando el lápiz de carpintero.¡Ven,cabrona,yanotengonada!

¿Porquéestabatancallada?¿Porquénomaldecía a la putaViday al sonrienteacordeonistaqueselahabíallevado?

¡Entra, Herbal!, dijo Manilaabrigándose con su chal de encaje negro.¿Quéhacesaquífuerasolocomounperro?

El dolor fantasma,murmuró él entredientes.

¿Quédices,Herbal?Nada.

Thisfilewascreated

withBookDesignerprogram

Page 313: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

[email protected]

30/11/2009

Page 314: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

TableofContentsManuelRivasEllápizdelcarpintero…AGRADECIMIENTOS1.2.3.4.5.6.7.8.9.10.11.12.13.14.

Page 315: El lápiz del carpintero seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable.

15.16.17.18.19.20.