EL I CHING COMO MODELO DE LA PSIQUE

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EL I CHING COMO MODELO DE LA PSIQUE Ivan Dugic (2004)  Resumen Uno de los aspectos del I Ching o Libro de los cambios es la representación simbólica de la dinámica de la psique, lo que significa verlo no tanto desde el aspecto estructural del mandala como desde el aspecto de la dinámica transformativa. Así, los hexagramas más activos pueden ser vistos como la representación del modelo ampliado de la psique, mientras que los hexagramas más estáticos corresponderían al modelo junguiano clásico, un modelo más simple, que – como en la física – puede verse como una representación menos activa del modelo ampliado.  Por otro lado, la curiosa correspondencia con la Teoría M de la física contemporánea (que – al igual que el I Ching y la Jerusalén Celeste consta de seis partes: las seis diferentes teorías que representan la misma totalidad trascendental desde distintas perspectivas) sugiere que las seis líneas del hexagrama representan la totalidad de la  psique vista desde diferentes aspectos y, especialmente, en diferentes tiempos. No obstante, estos modelos han de  ser tomados con reserva.  Introducción En este ensayo quisiera tratar el I Ching como una imagen simbólica externa de la dinámica de la psique – concretamente como un modelo de la psique visto no tanto desde el aspecto estructural del mandala como desde el aspecto de la dinámica transformativa. Así, los hexagramas más activos pueden ser vistos como la representación del modelo ampliado de la psique, mientras que l os hexagramas más estáticos corresponderían al modelo junguiano clásico. Por otro lado, la curiosa correspondencia con la Teoría M de la física contemporánea que – al igual que el I Ching y la Jerusalén Celeste - consta de seis partes: las seis d iferentes teorías que representan la misma t otalidad trascendental desde distintas perspectivas, sugiere que las seis líneas del hexagrama representan la totalidad de la  psique vista desde diferentes aspectos y, especialmente, en diferentes tiempos. Por tanto, nuestros modelos deben aplicarse solo hasta cierto punto, debido en particular al carácter holístico del I Ching, donde nuestros modelos solamente son partes o aspectos de su integridad orgánica. Esp ecialment e int eresante es la compar ación con la Nue va Jer us alén , que como un mandala tridimensional simboliza la integración global de la psique: “ya no había ningún mar” (Apocalipsis 21:1). Aquí, sin embargo – de manera diferente al I Ching – la transformación no comienza desde la tierra, sino desde el cielo, situado en el centro del mandala. Asimismo, la Nueva Jerusalén, al estar en el cielo, se encuentra por encima de la realidad terrenal, y lejos por tanto de la oscuridad. Por tanto, el proceso empírico de individuación, puede considerarse como una imagen especular en las oscuras aguas de la psique de la transformación del mandala celeste que se acerca a la tie rr a, la cual si mbol iza la parte cons cie nt e de la ps ique. O, s exac tamente, el pr oceso de individuación extendido en la psique individual puede verse como causado por el acercamiento de la Jerusalén Cele ste a la al ta mont a, que si mbol iza la part e integ rada de la ps ique cons ci ente, la cual debe ser lo suficientemente fuerte como para que se produzca la integración total de la psique. A diferencia del mandala celeste, donde la transformación procede del centro (del centro del cielo), en el reflejo empírico del mandala – como en el I Ching – la transformación procedería del centro de la tierra. Por otro lado, no parece ser este el único reflejo presente en el I Ching, pues también aparece en la cuenta atrás de sus transformaciones o cambios, así como en la doble inversión de las partes del mundo, donde el norte se encuentra en el sur (y el sur en el norte), mientras que el este se encuentra en el oeste y viceversa. En este trabajo voy a utilizar la edición del I Ching preparada por Richard Wilhelm:  I Ching o Libro de las Mutaciones (Wilhelm, 1950), que incluye comentarios basados en las explicaciones de su viejo maestro chino, el venerable sabio Lao Nai-hsuan. El modelo junguiano clásico de la psique El modelo junguiano clásico de la psique, que también puede ser llamado modelo clásico o estándar, se caracteriza  por las cuatro funciones psicológicas. Este modelo puede representarse gráficamente con el sí-mismo en el centro (pero expandiéndose), y la función principal situada sobre el área de la parte consciente de la psique. Además de las fun ciones más cla ramente dif ere ncia das , exi ste n otras dos fun ciones aux ilia res que sol o son par cia lme nte conscientes. En oposición a la función principal o superior se encuentra la función arcaica o inferior, la cual se halla contaminada por el inconsciente, lo que la incapacita para ser usada de manera consciente. A diferencia del modelo junguiano clásico de la psique – con cuatro funciones psicológicas que representan cuatro  pr inc ipi os de la con sci enc ia: pen samien to, sen timiento, sensac ión e int uic ión los hex agr ama s del I Chi ng contienen seis elementos representados por seis líneas. Según expone Wilhelm, estas líneas, desde la primera a la 1

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EL I CHING COMO MODELO DE LA PSIQUE

Ivan Dugic

(2004)

 Resumen

Uno de los aspectos del I Ching o Libro de los cambios es la representación simbólica de la dinámica de la psique,lo que significa verlo no tanto desde el aspecto estructural del mandala como desde el aspecto de la dinámicatransformativa. Así, los hexagramas más activos pueden ser vistos como la representación del modelo ampliado de

la psique, mientras que los hexagramas más estáticos corresponderían al modelo junguiano clásico, un modelomás simple, que – como en la física – puede verse como una representación menos activa del modelo ampliado.

 Por otro lado, la curiosa correspondencia con la Teoría M de la física contemporánea (que – al igual que el I Ching y la Jerusalén Celeste consta de seis partes: las seis diferentes teorías que representan la misma totalidad trascendental desde distintas perspectivas) sugiere que las seis líneas del hexagrama representan la totalidad de la

 psique vista desde diferentes aspectos y, especialmente, en diferentes tiempos. No obstante, estos modelos han de ser tomados con reserva. 

Introducción

En este ensayo quisiera tratar el I Ching como una imagen simbólica externa de la dinámica de la psique – 

concretamente como un modelo de la psique visto no tanto desde el aspecto estructural del mandala como desde el

aspecto de la dinámica transformativa. Así, los hexagramas más activos pueden ser vistos como la representación

del modelo ampliado de la psique, mientras que los hexagramas más estáticos corresponderían al modelo junguiano

clásico. Por otro lado, la curiosa correspondencia con la Teoría M de la física contemporánea que – al igual que el I

Ching y la Jerusalén Celeste - consta de seis partes: las seis diferentes teorías que representan la misma totalidad

trascendental desde distintas perspectivas, sugiere que las seis líneas del hexagrama representan la totalidad de la

 psique vista desde diferentes aspectos y, especialmente, en diferentes tiempos. Por tanto, nuestros modelos deben

aplicarse solo hasta cierto punto, debido en particular al carácter holístico del I Ching, donde nuestros modelos

solamente son partes o aspectos de su integridad orgánica.

Especialmente interesante es la comparación con la Nueva Jerusalén, que como un mandala tridimensional

simboliza la integración global de la psique: “ya no había ningún mar” (Apocalipsis 21:1). Aquí, sin embargo – demanera diferente al I Ching – la transformación no comienza desde la tierra, sino desde el cielo, situado en el

centro del mandala. Asimismo, la Nueva Jerusalén, al estar en el cielo, se encuentra por encima de la realidad

terrenal, y lejos por tanto de la oscuridad. Por tanto, el proceso empírico de individuación, puede considerarse

como una imagen especular en las oscuras aguas de la psique de la transformación del mandala celeste que se

acerca a la tierra, la cual simboliza la parte consciente de la psique. O, más exactamente, el proceso de

individuación extendido en la psique individual puede verse como causado por el acercamiento de la Jerusalén

Celeste a la alta montaña, que simboliza la parte integrada de la psique consciente, la cual debe ser lo

suficientemente fuerte como para que se produzca la integración total de la psique. A diferencia del mandala

celeste, donde la transformación procede del centro (del centro del cielo), en el reflejo empírico del mandala – 

como en el I Ching – la transformación procedería del centro de la tierra. Por otro lado, no parece ser este el único

reflejo presente en el I Ching, pues también aparece en la cuenta atrás de sus transformaciones o cambios, así como

en la doble inversión de las partes del mundo, donde el norte se encuentra en el sur (y el sur en el norte), mientrasque el este se encuentra en el oeste y viceversa.

En este trabajo voy a utilizar la edición del I Ching preparada por Richard Wilhelm:  I Ching o Libro de lasMutaciones (Wilhelm, 1950), que incluye comentarios basados en las explicaciones de su viejo maestro chino, el

venerable sabio Lao Nai-hsuan.

El modelo junguiano clásico de la psique

El modelo junguiano clásico de la psique, que también puede ser llamado modelo clásico o estándar, se caracteriza

 por las cuatro funciones psicológicas. Este modelo puede representarse gráficamente con el sí-mismo en el centro

(pero expandiéndose), y la función principal situada sobre el área de la parte consciente de la psique. Además de las

funciones más claramente diferenciadas, existen otras dos funciones auxiliares que solo son parcialmente

conscientes. En oposición a la función principal o superior se encuentra la función arcaica o inferior, la cual se

halla contaminada por el inconsciente, lo que la incapacita para ser usada de manera consciente.

A diferencia del modelo junguiano clásico de la psique – con cuatro funciones psicológicas que representan cuatro

 principios de la consciencia: pensamiento, sentimiento, sensación e intuición – los hexagramas del I Ching

contienen seis elementos representados por seis líneas. Según expone Wilhelm, estas líneas, desde la primera a la

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última, se encuentran fuera del tiempo, y representan la parte inconsciente de la psique – su parte ctónica y

espiritual. Podemos así encontrar las siguientes conexiones:

Sexta línea - la zona superior del cielo, representada por el sabio aislado del mundo: la parte espiritual de la psique.

Quinta línea - la parte inferior del cielo, representada por el rey o el príncipe: la función psicológica principal y más

diferenciada.

Cuarta línea - la zona superior humana, representada por el ministro: la primera función auxiliar.

Tercera línea - la parte inferior humana, de carácter transicional: la segunda función auxiliar.

Segunda línea - la zona superior de la tierra, a veces simbolizada por el general, a veces por la esposa: la función

arcaica.

Primera línea - la parte inferior de la tierra: la parte ctónica de la psique.

Por tanto, debemos tener siempre presente que este sistema básico representa únicamente la estructura estática

subyacente de la psique, que en la mayoría de los casos – a causa de las transformaciones presentes en los

hexagramas y expresadas por sus líneas cambiantes – resulta más o menos alterada. Así, por ejemplo, en elhexagrama 36, Ming I (El oscurecimiento de la luz) el aspecto sombrío de la psique, representado por el malvado

tirano Chou Hsin aparece en la primera línea mutable y asciende hasta la sexta línea, donde la sombra arquetípica

activada de la personalidad-mana (la línea superior mutable) nos proporciona la siguiente sentencia:

 La oscuridad y no la luz,

Subió primero al cielo,

Sumergiéndose luego en las profundidades de la tierra.

Aquí, la sombra del hombre anciano, después de la inflación que hizo imposible su integración, se hunde de nuevo

en la inactividad del estado inconsciente. En una psique aún no integrada, este estado inconsciente potencial del

arquetipo del anciano, junto con su sombra, se encontraría en las profundidades de la tierra, lo que en el I Ching se

correspondería con la primera línea estática (no activada).

Para hacernos una idea más clara del modelo estándar de la psique, deberemos acudir al hexagrama 37: Chia Jen,

La Familia (El clan) ya que representa un estado firme y duradero de la comunidad autónoma: “La Familia muestra

las leyes que rigen el hogar, lo que trasladado al mundo exterior significa el mantenimiento del orden tanto en el

estado como en el mundo en general. El influjo procedente de la familia viene representado por el símbolo del

viento creado por el fuego.” (Wilhelm, 1950, p. 143). Las líneas del hexagrama representan a los miembros de la

familia:

“La línea fuerte de la parte superior representa al padre, la más baja al hijo. La línea fuerte en el quinto lugar 

representa al marido, correspondiendo la segunda línea a la esposa. Por otro lado, las dos líneas fuertes en el quintoy el tercer lugar representan a dos hermanos, y las dos líneas débiles en el cuarto y el segundo lugar representan a

sus correspondientes esposas.” (ibid.)

Dado que en La Familia “cada línea individual tiene el carácter que corresponde al lugar que ocupa” y “todas las

conexiones y relaciones entre los miembros de la familia encuentran su expresión apropiada,” podemos ver este

hexagrama como una representación de la totalidad de la psique en una situación relativamente estable.

En esta amplia comunidad orgánica, el sabio introvertido y distante conecta con la sexta línea mutable volviendo al

mundo y tomando parte activa en él: “El hecho de que una línea fuerte ocupe el sexto lugar – donde se podría

esperar una línea débil – indica muy claramente el fuerte liderazgo que debe emanar del cabeza de familia. El trazo

no debe considerarse, en este caso, en su condición de línea sexta, sino en la de línea más elevada.” (ibid.) Por 

tanto, la línea exterior fuerte puede ser vista aquí como la persona de la psique integrada:

Su labor inspira respeto.

 Finalmente llega la ventura.

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La persona puede aquí extenderse a la línea fuerte de la quinta posición (el marido), que representa la principal

función psicológica como representante de la familia en sus relaciones con el mundo exterior:

Como un rey él se acerca a su familia: no temáis.

¡Ventura!

Wilhelm dice que “Un rey simboliza al hombre paternal poseedor de riqueza interior”, lo que también es una buenadefinición de la función principal integrada, así como de la persona, que se caracteriza por la confiabilidad y las

decisiones sabias. Por lo tanto, a diferencia del estado anterior, que no era del todo fiable debido a la contaminación

 procedente de los contenidos arcaicos, aquí se puede decir: “No temáis.¡Ventura!” El proceso de crecimiento,

especialmente a nivel consciente, conlleva cíclicamente la disociación de algunos elementos de la psique. (Incluso

se puede hablar de fragmentación de la psique causada por la activación de complejos arcaicos, lo que puede

disociar incluso las partes más diferenciadas de la psique.)

Contrariamente a la quinta línea fuerte, la segunda línea débil - la esposa - que en nuestro contexto simboliza el

ánima, así como la función arcaica – debe mantenerse confinada en el mundo interior de la psique, y no tratar de

interferir en el mundo exterior. Este es concretamente el caso de la segunda línea mutable, que simboliza el ánima

activada pero aún no integrada.

 Ella no debe seguir su capricho.

 Debe velar por el alimento en el interior.

 La perseverancia trae ventura.

Como formula Wilhelm: “El lugar de ella [el ánima] está en el interior (segunda línea) mientras que el del marido

[el ego] está en el exterior (quinta línea). Que el hombre y la mujer ocupen los lugares que les corresponden es un

hecho que se ajusta a las leyes de la naturaza.” (ibid., pp 143-4).

En la dinámica de este hexagrama, la primera línea mutable está totalmente aislada de las interferencias del mundo

exterior (así como del interior):

 Firme acuerdo en el interior de la familia.

 Los remordimientos desaparecen.

Esta línea, que representa la parte ctónica de la psique arcaica, también puede incluir la parte más profunda del

complejo del ánima, en especial el arquetipo de la madre. Así como las líneas quinta y sexta – la persona y la

función principal mayormente diferenciada – se correspondería con el arquetipo del padre, que representaría

también la conciencia colectiva.

El antiguo texto chino, al tener su origen en un estado de participación mística, no hace diferencia entre el mundo

interior de la psique y el mundo exterior, en especial entre la familia como totalidad de la psique y la familia real en

el mundo exterior. Esto está especialmente presente en el comentario de Wilhelm (o tal vez sea mejor decir del

viejo sabio chino Lao Nai-hsuan) que, a diferencia del texto antiguo, posee un fuerte tono patriarcal:

“La mujer siempre debe ser guiada por la voluntad del jefe de la casa, sea padre, esposo o hijo adulto. Su lugar está

en el interior de la casa. Aquí encuentra ella, sin necesidad de buscarlos, grandes e importantes deberes. Ha de

ocuparse de la alimentación de sus familiares, así como de los alimentos destinados a las ofrendas rituales. De esta

manera se convierte en el centro de la vida social y religiosa de la familia. Su perseverancia en esta posición trae

fortuna a toda la casa.” (ibid., p.145)

  No obstante, este texto describe más o menos correctamente el lugar apropiado del ánima así como sus

obligaciones, ya que la misión del ánima consiste en ejercer de intermediario entre la parte consciente de la psique

y las capas arquetipales colectivas más profundas.

En el concepto chino, la tercera línea está relacionada con el hermano menor, que en nuestro contexto representa la

segunda función auxiliar diferenciada. Al estar activo, su estado mutable va demasiado lejos. A diferencia de la

segunda línea inferior, que representa la función arcaica indiferenciada así como el ánima, que en la segunda línea,

mediante la introversión, debe proporcionar alimento a toda la familia (a la totalidad de la estructura psíquica) – en

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la tercera línea activa la función no está tan clara. Aquí la segunda función auxiliar se encontraría confinada sólo

hasta cierto punto, donde la severidad sería una falta menor que la tolerancia:

Cuando en la familia se encienden los ánimos

 Aparece el remordimiento a causa de un exceso de severidad,

Sin embargo, esto trae ventura.

Cuando la mujer y el niño ríen y alborotan,

 Esto conduce finalmente a la humillación.

El modelo ampliado de la psique

Por tanto, incluso en esta unidad autónoma la tercera línea parece ser la más crítica e inestable, lo que pone en

cuestión a la tercera línea como segunda función auxiliar. Parece que la tercera línea se correspondería mejor con la

función arcaica en conexión con el ánima, y también con el si-mismo (“la mujer y el niño”), ya que en su estado

arcaico activado “la mujer y el niño ríen y alborotan”. Ese es exactamente el caso en el modelo ampliado de la

 psique, que será analizado en esta segunda parte. Por otro lado, como la segunda función auxiliar se acerca más a la

 personalidad consciente que la función arcaica, los contenidos arcaicos podrían causar mayores alteraciones. Por el

contrario, la cuarta línea, la esposa del hermano mayor, que en el modelo clásico de la psique representa la primera

función auxiliar diferenciada se caracteriza, incluso en su estado activo mutable, por:

 Ella es el tesoro de la casa

Gran ventura.

El comentario de Wilhelm sobre esta línea trae a la mente las observaciones de Jung sobre la primera función

auxiliar como correctivo irremplazable de la función psicológica principal:

“El bienestar de la familia depende de la mujer de la casa. Cuando gastos e ingresos están equilibrados prevalece el

 bienestar. Esto conlleva buena fortuna. En el ámbito de la vida pública esta línea se refiere al administrador fielque, gracias a sus medidas, fomenta el bienestar general.” (ibid., p. 146)

Resumiendo, al comparar las líneas de los hexagramas del I Ching con el modelo junguiano clásico de la psique,

encontramos las siguientes relaciones:

6. la parte exteriorizada e integrada de la psique colectiva (el sabio distanciado del mundo, el anciano sabio y

también la conciencia colectiva); en algunos hexagramas – como el hexagrama de La Familia en nuestro caso – 

 puede simbolizar la persona integrada y expandida, que puede considerarse como la persona del si-mismo; por el

contrario, en algunos hexagramas esta línea representa la parte aún no integrada (espiritual pero arcaica) del

inconsciente colectivo;

5. la función principal diferenciada, y también el ego (el esposo, también el hermano mayor);

4. la primera función auxiliar (la esposa del hermano mayor);

3. la segunda función auxiliar (el hermano menor, mientras que en el estado activado se representa con la mujer y

el niño, que simbolizan los complejos autónomos no sujetos a control consciente);

2. la función arcaica (en estado activado – una mujer, el complejo activado del anima; en un estado inmutable y

relajado – la esposa del padre en la quinta línea, también la esposa del hermano menor); y

1. la parte inconsciente más profunda de la psique colectiva aún inactiva (la firme reclusión dentro de la familia).

Pero - a diferencia del modelo clásico junguiano de la psique - en muchos de los hexagramas del I Ching las tres

líneas inferiores (que simbolizan al hombre inferior) se encuentran en correlación con las tres líneas superiores (el

hombre superior):

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“Líneas que ocupan lugares análogos en los trigramas superior e inferior tienen a veces una especial relación de

correspondencia. Por regla general, las líneas firmes se corresponden únicamente con las líneas débiles y viceversa.

Las siguientes líneas, siempre que sean de distinta clase, se corresponden de la siguiente manera: la primera línea

con la cuarta, la segunda con la quinta y la tercera con la superior. De estas, las más importantes son las dos líneas

centrales, la segunda y la quinta, que mantienen la correcta relación entre el oficial con la ley, el hijo con el padre y

la esposa con el marido.” (ibid., p. 361)

Para cumplir con estos requisitos tendremos que transformar el modelo clásico junguiano de la psique mediante la

diferenciación de las funciones psicológicas de las partes superior e inferior. Sin embargo, esta diferenciación, tal ycomo se encuentra representada en la tumba de la antigua reina egipcia Nefertiti del siglo XIII a.C., nos daría ocho

 partes en lugar de seis. Así, en la tumba de Nefertiti encontramos un toro y siete vacas dispuestas en cuatro

columnas y dos filas. Lo que da la impresión de que esta estructura psicológica no es más que el comienzo de una

diferenciación más avanzada, que podría concluir, por ejemplo, con la máscara de oro de Tutankamon (siglo XIV a.

C.) y su collar de doce partes concéntricas de colores simbólicos. Lo que coincide con los doce colores de los

cimientos de la Nueva Jerusalén del Libro del Apocalipsis, así como con los doce signos del sistema astrológico – 

que Jung calificó como el más antiguo y amplio modelo de la psique – donde la diferenciación de las cuatro

funciones psicológicas, simbolizadas por los cuatro elementos, se extienden a los doce signos del zodíaco.

Estos paralelismos también amplían la pregunta: ¿Por qué se encuentra el I Ching reducido a seis partes? ¿Se ha

simplificado para ser accesible al análisis consciente? O porque - a diferencia del modelo astrológico y la nueva

Jerusalén - el I Ching no representa el modelo completo de la psique?

En ese contexto, quisiera empezar con la asombrosa similitud existente entre las cuatro fuerzas de la física moderna

y las cuatro funciones psicológicas del modelo junguiano de la psique: gravitación – intuición, electromagnetismo

  – sentimiento, interacción nuclear débil – pensamiento, e interacción nuclear fuerte – sensación. En

correspondencia con el mundo material (donde, por encima del nivel energético del mundo cotidiano, lo primero

que se produce es la fusión o integración de la interacción nuclear débil y el electromagnetismo, dando lugar a la

fuerza electrodébil) en la extensión del proceso de individuación lo primero sería la integración de las funciones

racionales de pensamiento y sentimiento. (En la etapa siguiente, con energías aún mayores, se produciría la

integración de la interacción nuclear fuerte y la fuerza electrodébil, en correspondencia con la integración de la

sensación con el pensamiento y el sentimiento, en la última etapa se produciría finalmente la integración de la

función psicológica de la intuición). Desde esta perspectiva, el modelo de seis partes del I Ching incluiría

solamente el primer nivel de integración, donde las dos funciones auxiliares terminan fusionándose en una sola – 

  junto a la diferenciación de esta triple estructura psíquica en una parte superior y otra inferior. Por tanto, estemodelo ampliado de la psique – a diferencia del modelo junguiano clásico – cumple con las correspondientes

relaciones entre las líneas superior e inferior:

6. la parte superior extraída de la función arcaica, el sabio aislado del mundo – la parte integrada del si-mismo;

 puede ser también la persona del ego expandido e integrado, o incluso la persona del si-mismo;

5. la parte superior de la función principal; el si-mismo; también la parte de la persona;

4. la parte superior de las funciones auxiliares; los límites del ego y el ánima;

3. la función arcaica; la parte del ánima;

2. la parte inferior de la función principal; la parte del ánima;

1. la parte inferior de las funciones auxiliares – la parte más arcaica del inconsciente colectivo.

Esto no es más que un esquema, una presentación simplificada, por lo que el ánima como complejo mediador 

 puede aparecer también en el resto de líneas de los hexagramas, especialmente en estados emocionales.

Al hablar sobre la integridad del séxtuple modelo del I Ching, conviene recordar que también en los seis planos de

la Nueva Jerusalén está presente la estructura séxtuple, que bajo la forma de un mandala tridimensional representa

la tendencia de la psique a su integración total – de ahí “ya no había ningún mar” (Apocalipsis 21:1).

Este modelo cúbico de la psique está basado exteriormente en el principio de Eros, y se divide en doce partes

hechas de piedras preciosas de distintos colores – mientras que su interior transparente se correspondería con el

 principio de Logos. Aquí – al contrario que en el I Ching – la transformación no comienza desde la tierra sino

desde el cielo, que se encuentra en el centro. Porque – a diferencia del I Ching – la Jerusalén Celestial se encuentra

libre de oscuridad y por encima de la realidad terrenal, es solo la estructura potencial ideal, un regalo de Dios. Por 

tanto, el proceso de individuación empírico puede ser visto como un reflejo del mandala celeste en las aguas

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oscuras de la psique. Mientras que en el mandala celeste la transformación comienza en su centro procedente del

centro del cielo, en el mandala empírico reflejado, al igual que en el I Ching, la transformación comienza en el

centro de la tierra.

Además, a partir de la curiosa correspondencia con la Teoría M (la cual – al igual que el I Ching y la Nueva

Jerusalén – se compone de seis partes, las seis diferentes teorías. Las cinco teorías de cuerdas junto con la de

supergravedad, que la Teoría M unifica en un único marco teórico) se puede llegar a la conclusión de que cada una

de las seis líneas del I Ching representarían todo el conjunto de la psique visto desde diferentes ángulos,

especialmente desde diferentes tiempos (donde, con la ampliación del proceso de individuación, cada una de las

seis líneas abarcaría también la totalidad de la psique).Para ilustrar el modelo ampliado de la psique y su dinamismo podemos utilizar el hexagrama 54, Kuei Mei (La

Joven Casadera), ya que se encuentra fuertemente dominado por el principio de Eros. Aquí, incluso la integración

de la parte superior de la función principal, representada por la línea quinta, débil y mutable, requiere de mayor 

modestia y sencillez:

 El regente I dio a su hija en matrimonio.

 Los vestidos de la princesa

 No eran tan hermosos como los de la sirvienta.

Aquí tenemos el cumplimiento de la decisión del soberano I del hexagrama 11, T’ai (La Paz), y de la quinta línea

débil y mutable (seis en el quinto lugar):

 El soberano I entrega su hija en matrimonio.

 Esto trae la bendición y la suprema ventura.

Explica Wilhelm: “El soberano I es T’ang, el consumador y perfeccionador, quien decretó que las princesas

imperiales, aún siendo de rango superior a sus maridos, debían obedecerles como el resto de las esposas. Aquí

 podemos ver una unión realmente modesta entre lo alto y lo bajo que proporciona felicidad y ventura” (ibid., p. 51)

Mientras que la segunda línea fuerte representa al marido, la quinta línea mutable simboliza a la esposa.

Psicológicamente, esta entrada del ánima en el lugar de la función principal podría causar una inflación de la psique, por lo que debe ser mantenida a raya por la autoridad superior, el anciano sabio como representante del sí-

mismo. Aquí el ánima, a pesar de haberse integrado en la quinta línea, se encuentra conectada con el trigrama

nuclear Tui, es decir, con las líneas segunda, tercera y cuarta.

El principio de Eros, que amplía el modelo estándar de la psique, se encuentra aún más presente en el hexagrama

54, Kuei Mei (La Joven Casadera). Aquí, la activación de las partes más arcaicas de la psique transforma a la joven

casadera, primero en “concubina” (la primera línea), y a continuación – y para peor – en esclava (la tercera línea);

mientras que la cuarta línea conduce al matrimonio tardío, la quinta línea transforma finalmente en princesa al

elemento femenino. Aquí, y en mayor medida incluso que en el hexagrama anterior, la exaltación del principio de

Eros es mantenida a raya y transformada con modestia y sencillez.

En el hexagrama 37, Chia Jen (La Familia, El Clan), la integración del principio de Eros se consiguió en la cuarta

línea: “Ella es el tesoro de la casa. Gran ventura”. En el modelo junguiano clásico de la psique se corresponde con

la primera función auxiliar, mientras que la quinta línea fuerte (“El se acerca a su familia como un rey: no temáis.Ventura.”) representa la función superior o principal, así como la persona (todavía en formación), que se extiende

hasta la línea sexta, donde queda totalmente estructurada (“Su labor inspira respeto. Finalmente llega la ventura.”)

A diferencia del hexagrama 37, Chia Jen (La Familia, El Clan), el hexagrama 54, Kuei Mei (La Joven Casadera),

 puede verse como la representación del modelo ampliado de la psique. Esta estructura, que se encuentra penetrada

 por el principio de Eros, es muy sensible. Este es también el caso de la parte superior de la función principal

representada por la quinta línea, por lo que requieren mayor modestia y sencillez; en lo que respecta a la parte

inferior, que representa el lado de la sombra, debe transformarse en una vía introspectiva: “Un hombre es capaz de

ver aunque tenga un solo ojo. La perseverancia de un hombre solitario puede llegar a triunfar.” La tercera línea, que

representa el puesto más bajo que la joven puede ocupar, se corresponde con la función arcaica: “Si la joven

casadera es una esclava, puede casarse como concubina.”

La sentencia final: “La luna, casi llena, trae ventura.”, de la línea quinta, débil y cambiante, se corresponde con la

 parte superior de la función principal, así como con el complejo del ego, haciendo hincapié de nuevo en la modestia

y la delicadeza.

También la oscura sexta línea mutable, que se corresponde con la parte superior extraída de la función arcaica (la

tercera línea), se muestra aquí abierta por completo al impredecible principio de Eros. El complejo mediador 

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externo se encuentra aquí completamente vacío: “La mujer sostiene el cesto, pero no hay frutas en él. El hombre

apuñala a la oveja, pero la sangre no fluye.”

Conclusión

Uno de los aspectos del I Ching o Libro de las Mutaciones es la representación simbólica de la dinámica de la

 psique, que incluye también el modelo de la psique contemplado, no desde el aspecto de la estructura mandálica,

sino desde la dinámica transformativa. Aquí los hexagramas con más energía del I Ching pueden ser vistos como la

representación del modelo ampliado de la psique, mientras que los hexagramas más estáticos se corresponderían

mejor con el más sencillo modelo clásico junguiano de la psique, que - como en física - puede verse como unaaproximación de baja intensidad al modelo ampliado. Por otro lado, la curiosa correspondencia con la Teoría M de

la física contemporánea (que - como el I Ching y la nueva Jerusalén - se compone de seis partes: las seis diferentes

teorías que representan la misma totalidad trascendental desde distintas perspectivas) sugiere que cada una de las

seis líneas que forman el hexagrama, representa la totalidad de la psique vista desde diferentes aspectos y

especialmente en diferentes tiempos. No obstante, estos modelos deben ser tomados con ciertas reservas.

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