El Hueco Del Corazon

7/25/2019 El Hueco Del Corazon

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"Dejo caer estas palabras", sobre la tersa superficie que representa

la dbil memoria de unas lneas libradas a su suerte en el

maremgnum de todo lo que est dicho, (y habr de serlo), para

perderlas y salvarlas tambin, como si echara al agua una chalupa

en la que hacen el vano intento de huir del destino los

sentimientos traicionados por sus propios amantes.

Es ste un acto de f? La pattica revelacin de un instinto

insospechado ante el cual comparece la realidad transformndose

en el salvoconducto de un intemperado terror ante la extincin?


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(313)

La distancia se brota de espinas, se hace un dolor insalvable, una

geografa morbfica, intransitable; as es cuando la distancia,

poblada de las picudas vegetaciones del dolor, se convierte en

separacin.


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(65)

El patio lejano acerca las cosas amablemente, hinchado de sol,

retiene un instante el cuenco de su pecho abierto al cielo, como si

contuviera el aliento para guardar un breve esplendor en el

tiempo, en el corazn del olvido, que es de donde nada se borra

jams; all reluce su lujosa pobreza, su abundante principio de

extincin, su retorcida simpleza se desnuda, transparenta sus

nervaduras bajo el dorado asolamiento del medioda apenas

abandonado, el patio en llamas que es el mismo que luego,

durante la noche, arde calladamente con los colores silenciados

por la nieve lunar, con la misma pasin desconsoladamente

transida, agotada limpiamente en el estlido ahuecamiento de una

soledad preciosamente contnua, como se esfuman las cosas, todo

lo que importa, de este mundo para siempre.


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(67)

La sinfinalidad reverberante tras la cotidiana muerte,

escondecelos apeluchados en su bosquejo simtrico. Subido al

telrico cosquilleo me tiernizan las acpicas turbulencias, ese

equipaje involuntario, esa sucia melena aural despeinada al dolor

que arremete, sopla clido, como un beso penetrante. Como un

dolor arremete abesndose humanamente!

En el collar de ventanitas de esta memo(re)traccin, tras volver

continuamente como debe ser un equilibrio arcade, salta como un

hilo de agua la esencia fugitiva de baldosa en baldosa sin repartir

un cuerpo, anticrsticamente, ddiva egosta que ve pasar y pasa

en asesina sucesin creando la ilusin slida de asfixia por

agotamiento.


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(87)

"Estas llagas que levitan como pjaros de la imaginacin, no

cruzan ni duelen ni se placen en el viento."


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(88)

Son auras.


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I

Una luz

no aparece,

ni despierta;

corre, corre

todos los rieles

locamente derramados.

No se ve,

no cree verse,

como el miedo en la niebla

se convierte en nosotros.


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II

Abrazame,no,

demimbrame.

Cvame,

no,

socvame.

mame,

no,

destame.


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(187)

"Ya no nombrar mi alma, los duendes de los labios, encantados

jugarn ya ms en el bosque inmenso a donde llegaba sosegada

por anciana ternura la calida luz del ocaso"


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(188)

El tiempo se ha detenido

pero el dolor contina;

el tiempo no ha comido,

y la triste y dulce laguna...


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(189)

"Que tus ojos abran".


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Me pregunto si alguien ha llegado a conocerme alguna vez; en la

noche, las cometas fantasmas de unas risas que se elevan

alejndose, suponen tambin unos nios o monstruos que corren

por la ciudad chata de sus sueos con miles de hilos negros en las

manos. En la noche me pregunto, sin remontar la sevicia de mis

anudadas extremidades, sin correr riendo a dentelladas detrs de

estropajos volantes que asustan a los rboles, si cualquier cuestinfecundada en la misma, no es un hoyo por el que aparece el

abismo, en cuya certeza espirlica no me fiara.


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(22)

La lluvia no aparece.

La luz an no la penetra.

La noche an no las envuelve.


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(151)

S, es el pulso intraterreno del futuro que hincha las venas de esta

tormenta a flor de piel; durante un escueto gemido con el que se

escap tu visin como un color en el aguacero. Tus ojos, naves

omniscientes chupadas por el descuido, rumbaron los paisajes

monocromticos de un mismo instante a travs de todos los

tiempos como quien engarza lenguas de viento, bendito collar.

Tus ojos que hoy estn perdidos aqu donde todo es evidente, un

fenmeno de luz, sin atinar el camino de regreso a la oscuridad.


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(201)

Qu pretrito estanco sin redencin de imposibilidad ni las

mejillas disponibles para sucederse en la humillacin infinita de

envejecer contra el viento eterno, lo inconmovible de lo futuro!

Soy esta carne llena de sueos que a veces tiene hambre y corre a

buscarte. Soy ese hueco en un rbol desde donde puede verse que

todo equidista del centro del alma y las cosas son piel del estarsiendo.


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(301)

No es necesario tomar distancia para romper la fila ni contener el

aliento para pintar tus labios, ni desarmar tu cuerpo para

desangrarte el presente, alimentarme para seguir viviendo ya que

el hambre es tambin un vaco tan intenso como el amor, sino

muy parecido.


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(303)

Hbito esta herida

que es una playa

donde llega y arde

la marea, tu mutis.


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(311)

Al borde, oyente; el dueo; sin mundos tibios, lejos de todos los

vientos; el ngel descansa en el frizo de un maremagnum desde

donde nada mana.

Ms lejos, las montaas imponentes y mansas de las ciudades, de

las mquinas de la tierra herida, las efermedades metlicas ypesadas del paraso.


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(333)

Dos pjaros negros

cruzando la luna

al atardecer.


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(...) La primera voluntad es ser uno.


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(...)Tu corazn espera dormido en el regazo de un bosque el

abrazo de las llamas; canta todos los das su fro reposo como una

rama afilada al viento.


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(...)

La magia puede ir hasta el centro mismo de la flor y sembrar all

el sutl pulso, pero no puede abrirla si no hay muerte en la flor

misma. Pues la magia y la muerte, son las caras de un acto de

continuidad ntima en la aparente memoria del futuro"


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(32)

Esta calma brutal hace que el sentido se hunda en la propiedad de

s mismas de las cosas. Sin, que maravilloso hubiera sido ste

atardecer cuajado en gris-azulados, naranjas y rosas, fro y eternocomo capas del fondo del mundo, a franjas histricas como capas

de roca.

De pronto me doy cuenta de que el cielo es mas grande que la tela

azul perla, arrugada, de tersas nubes, lecho inmaculadamente

destendido por unos amantes cautelosos y esforzados, es

inmensamente mas amplio que ese nido abandonado por dragones

en celo.

Es porque la calma, esa suerte de lluvia pasada, pensada, de foto-

hbitat-nirvana, se ha perlado en mi alma, se ha endurecido hasta

convertirse en algo precioso. Es ahora un tesoro enterrado en el

inmenso atardecer, en el silencio lleno de olas y colores oleosos

que se escurren hacia el azul definitivo de la noche, guardado en

el alma de un gigante donde estoy preso libremente.


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(42)

La noche pasa por encima como un viento sigiloso, como una

mano amante por sobre el sueo de su adoracin. Parece decirme

susurrante: "duerme, monstruo bendecido, mientras la estrella detu destino d la vuelta al cielo y vuelva a buscarte":

Pego el odo a la ventana cerrada y dejo que el suave fro de la

calle me bese la mejilla a travs de la persiana. Ahora no tengo

nada; solo el recuerdo de otra noche, inmensamente lejana, se

sostiene en mi mente como un pez en medio de su acuario: sin

esfuerzo, sin motivo alguno. La via lctea atraviesa el cielo

ntidamente, como el salpicn de un chorro de luz que ser perdi

en la inmensidad, como una encantadora prueba de que dios fuasesinado all mismo, en la pequea imaginacin sin maldad de

una criatura en cautiverio.


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(n...)

El codo de un movimiento puede ser descubierto en otro

movimiento, toda la partida resumida a una articulacin prefinal,

donde se presume la memoria del futuro.


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El Hueco Del Corazon

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