El getsemani

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L GETSEMANI gre, Sudor y Lágrimas

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EL GETSEMANI Sangre, Sudor y Lágrimas

por esto, no podemos descuidar, ni mucho menos restarle valor a una salvación tan grande, la cual nos fue entrega sin ser merecedores de la misma. Aquel que le reste valor a la salvación será tomado en poco; un ejemplo de esto lo vemos cuando los hijos de Elí fueron tomados en poco por el Señor, pues ellos menospreciaban las ofrendas. Es por esto que nuestra evolución como hijos de Dios depende del valor que le demos a las cosas espirituales.

De la misma manera, Su Iglesia novia tiene que empezar

su crecimiento en la Tierra y tiene que terminar como un

huerto, donde podrá dar frutos agradables al Señor, para

que así se cumpla la Palabra que dice

“venga mi amado a Su huerto y coma de su dulce fruto”

(Cnt 4:16).

Interesantemente, al ver a través de las Escrituras, notamos que el Señor se reunía con Sus discípulos en el huerto de Getsemaní constantemente. En una de las reuniones el Señor había llegado al huerto a rendir Su voluntad y un ángel se le aparece para fortalecerlo, Lc 22:39- 43 LBA.

Luk 22:39   Jesús salió de la ciudad y, como de costumbre, se dirigió al monte de los Olivos, y sus discípulos lo siguieron.Luk 22:40   Cuando llegaron al lugar, les dijo: «Orad para no caer en tentación.»

Luk 22:40   Cuando llegaron al lugar, les dijo: «Orad para no caer en tentación.»Luk 22:41   Entonces se separó de ellos a una buena distancia, se arrodilló y empezó a orar:Luk 22:42   «Padre, si quieres, no me hagas beber este trago amargo; pero no se cumpla mi voluntad, sino la tuya.»Luk 22:43   Entonces se le apareció un ángel del cielo para fortalecerlo.

Ahora bien, cuando se hace mención de algo que vale mucho, se hace la referencia de que costó sangre, sudor y lágrimas. Al aplicar esto a lo espiritual, a Jesús, literalmente, le costó sangre, sudor y lágrimas el pagar el precio de la salvación por nosotros. Al ver esto detalladamente, notamos que el Señor derramó estos tres elementos y entregó Su voluntad en el huerto de Getsemaní; es decir, que el Señor empezó Su jornada viniendo a la Tierra y la terminó al entregar Su voluntad en el Getsemaní.

Al buscar la palabra “fortalecer” en el diccionario, la misma es traducida como “enisjúo-G1722” y significa, transitivamente o reflexivamente, fortalecer o fuerza.

Lc 22:44 LBA. Es decir, que en este momento empezó una agonía en el Señor en la cual Él sudaba, y Su sudor se volvió como gruesas gotas de sangres. La palabra agonía es traducida en el diccionario como lucha o conflicto; en otras palabras, el Señor estaba teniendo una batalla espiritual para poder rendir Su voluntad por completo.

Aplicando esto a nuestra vida, cada vez que nosotros disponemos entregar un área de nuestra vida al Señor, es una batalla espiritual la que se está librando. Ahora bien, aparte de sangre y sudor, el Señor también lloró lágrimas.

Luk 22:44   Pero, como estaba angustiado, se puso a orar con más fervor, y su sudor era como gotas de sangre que caían a tierra.

En He 5:7-8 LBA vemos que Cristo, en los días de Su carne, había ofrecido oraciones y suplicas con gran clamor y lágrimas. Este pasaje hace referencia a la agonía de Jesús en Getsemaní, la cual está descrita en los pasajes del Evangelio de Lucas (previamente mencionados). Todo esto nos muestra que cuando el Señor entregó Su voluntad en Getsemaní para que nosotros pudiéramos tener el regalo de la vida eterna, a Él le costó sangre, sudor y lágrimas. Por tanto, no podemos menospreciar este gran sacrificio; al contrario, tenemos que valorarlo y atesorarlo en nuestro corazón.

Por otra parte, la Biblia nos narra en He 5:9-10

LBA que Él, habiendo sido hecho perfecto, Su

fuente de eterna salvación venía sobre todos los

que le obedecieron. Quiere decir que la salvación

está íntimamente ligada con la obediencia, y la

obediencia es una de las demandas mayores de

Dios para con nosotros.

Al buscar la palabra “perfecto” la misma

se dice “teleióo-G5048” y quiere decir:

consumar, perfeccionar, hacer, acabar y

cumplir. Esto nos muestra que Jesús

pudo cumplir el propósito por el cual fue

enviado a la Tierra.

Entonces, cuando nosotros participamos de la Santa Cena, no solo estamos siendo obedientes a Su Palabra, sino que también estamos dándole valor a Su sacrificio. Al desglosar cada uno de estos tres elementos vemos que cada uno tiene significados en particular que podemos aplicar a nuestra vida. Veamos cuáles son:

-Sangre: La Biblia nos relata en Mr 14:32 LBA que Jesucristo llegó a Getsemaní a tener comunión con el Padre por medio de la oración; pero también a entregarle Su voluntad.

El nombre “Getsemaní” significa: prensa, molino o lagar de aceite. Es decir, que había algo dentro del Señor; una comisión que tenía que venir a cumplir en la tierra. Pero, para que se cumpliera Él tuvo que pasar por el lagar de aceite. Interesantemente, para poder obtener aceite, la aceituna tiene que ser machacada para que el aceite brote.

Lo que quiere decir que el contenido que se guarda adentro es más valioso de lo que hay por afuera. Esto significa que cuando Jesús se presentó en Getsemaní y rindió Su voluntad, de Él empezó a brotar lo que realmente era. Aplicando esto a nuestra vida, es necesario que nuestro interior este lleno de virtudes, pero esto solo se dará cuando nos presentemos en Getsemaní y rindamos nuestra voluntad al Rey.

El rendir nuestra voluntad implica que tenemos la disposición de ser pasados por el largar de aceite, donde atravesaremos grandes angustias para que de nosotros brote lo que realmente somos. Conforme nosotros vamos buscando más de Él, Su gracia empieza a ser manifiesta en nosotros, de tal manera que Sus virtudes se empiezan a reflejar en nuestro físico. Por otra parte, el Señor tuvo varios derramamientos de sangre que nosotros podemos aplicar a nuestra vida:

(1) Cuerpo: Esto tipifica, como ya explicamos, que Jesús estaba rindiendo Su voluntad.

(2) Cabeza: De Su cabeza brotó sangre cuando le pusieron la corona de espinas. Esto nos habla del cambio en nuestra manera de pensar. Puede ser que a muchos de nosotros aun nos vengan malos pensamientos a nuestra mente y esto es algo que tenemos que cambiar. Gracias al sacrificio de la cruz nuestros pensamientos pueden ser restaurados.