EL ESTABLECIMIENTO DE LOS MUSULMANES EN SPANIA - AL … · EL ESTABLECIMIENTO DE LOS MUSULMANES EN...

16
EL ESTABLECIMIENTO DE LOS MUSULMANES EN SPANIA - AL-ANDALUS MARÍA JESÚS VIGUERA MOLINS (Universidad Complutense de Madrid) 1. INTRODUCCIÓN El siglo Vifi, sobre todo su primera mitad, es uno de los períodos más oscuros de la historia peninsular, porque habiéndose producido en él un hecho trascendental, cual fue el final del período visigodo y el comienzo del islámico, a través de la conquista árabo-beré- ber, apenas lo podemos desentrañar. Calibramos, sí, el alcance de aquel suceso, que, desde el comienzo de aquella conquista, en 711, produjo el final de Hispania / Spania, y el corte de su historia con la del resto de Europa medieval, donde continuará la feudalización, mientras en la mayor parte de la Península, que pasa a denominarse Paz trat al-Andalus ("Península de al-Andalus") o sólo al-Andalus l , se inicia un distinto proceso social, den- tro de la "Casa del islam", la Dar al-IsL5m, con nuevas estructuras: por un lado, la tribal, propia de los clanes árabes y beréberes, y junto a ella la estatal-islámica, que llegó a im- ponerse mayoritariamente a través de los procesos de la arabización y de la islamización, cuyas cimas se sitúan en el siglo X, durante el Califato omeya de Córdoba. Pero volviendo a la cuestión del establecimiento de los musulmanes en Spania /al- Andalus, cabe empezar por apuntar que no carecemos de noticias en las fuentes musulma- nas y cristianas, aunque tales noticias suelen ser contradictorias, erróneas y desfiguradas por intereses personales o colectivos, muchas veces producidos a través de fuertes filtros ideológicos, con recursos tópicos y leyendas que cada bando forjó por propaganda, estra- tegia, justificación... Entre la hojarasca, apenas los datos llegan a responder sobre cómo ocurrió la conquista, y quedan por esclarecer cuestiones esenciales de tiempo y espacio, de personalidad, intención, jerarquía y actuación de los protagonistas, o su número y propor- ción, en cuántos casos dominaron por las armas o por pacto, cómo establecieron su Es- tado y se relacionaron con los autóctonos, de cuánta tierra entraron en posesión... Ante esta situación, un recurso considerable es analizar las fuentes disponibles para nuestro conocimiento, lo cual repasaré a continuación, centrándome en las FUENTES ÁRABES, es decir las escritas en lengua árabe, dejando ahora de lado las escritas en otras lenguas, y entre ellas las latinas relacionadas con los mozárabes 2 , en algunas de las cuales 1. Al-Andalus, como equivalente de Spania, aparece por primera vez documentada n monedas acuñadas en el 98 H. / 716 d.C.: Isidro de las Cagigas, "Al-Andalus (Unos datos y una pregunta)", Al-Andalus, IV (1936-1939), pp. 205-214; sobre su etimología, "de los Atlantes", ha tratado J. Vallvé, entre otras oca- siones en "Mater Spania (siglos VIH-X111)", Homenaje académico a D. Emilio García Gámez, Madrid, 1993, pp. 329-341. 2. Mikel de Epalza, "Crónicas mozárabes", Historia-I6, 191 (marzo 1992), pp. 112-116. 35

Transcript of EL ESTABLECIMIENTO DE LOS MUSULMANES EN SPANIA - AL … · EL ESTABLECIMIENTO DE LOS MUSULMANES EN...

Page 1: EL ESTABLECIMIENTO DE LOS MUSULMANES EN SPANIA - AL … · EL ESTABLECIMIENTO DE LOS MUSULMANES EN SPANIA - AL-ANDALUS MARÍA JESÚS VIGUERA MOLINS (Universidad Complutense de Madrid)

EL ESTABLECIMIENTO DE LOS MUSULMANESEN SPANIA - AL-ANDALUS

MARÍA JESÚS VIGUERA MOLINS(Universidad Complutense de Madrid)

1. INTRODUCCIÓN

El siglo Vifi, sobre todo su primera mitad, es uno de los períodos más oscuros de lahistoria peninsular, porque habiéndose producido en él un hecho trascendental, cual fue elfinal del período visigodo y el comienzo del islámico, a través de la conquista árabo-beré-ber, apenas lo podemos desentrañar. Calibramos, sí, el alcance de aquel suceso, que, desdeel comienzo de aquella conquista, en 711, produjo el final de Hispania / Spania, y el cortede su historia con la del resto de Europa medieval, donde continuará la feudalización,mientras en la mayor parte de la Península, que pasa a denominarse Paz trat al-Andalus("Península de al-Andalus") o sólo al-Andalus l , se inicia un distinto proceso social, den-tro de la "Casa del islam", la Dar al-IsL5m, con nuevas estructuras: por un lado, la tribal,propia de los clanes árabes y beréberes, y junto a ella la estatal-islámica, que llegó a im-ponerse mayoritariamente a través de los procesos de la arabización y de la islamización,cuyas cimas se sitúan en el siglo X, durante el Califato omeya de Córdoba.

Pero volviendo a la cuestión del establecimiento de los musulmanes en Spania /al-Andalus, cabe empezar por apuntar que no carecemos de noticias en las fuentes musulma-nas y cristianas, aunque tales noticias suelen ser contradictorias, erróneas y desfiguradaspor intereses personales o colectivos, muchas veces producidos a través de fuertes filtrosideológicos, con recursos tópicos y leyendas que cada bando forjó por propaganda, estra-tegia, justificación... Entre la hojarasca, apenas los datos llegan a responder sobre cómoocurrió la conquista, y quedan por esclarecer cuestiones esenciales de tiempo y espacio, depersonalidad, intención, jerarquía y actuación de los protagonistas, o su número y propor-ción, en cuántos casos dominaron por las armas o por pacto, cómo establecieron su Es-tado y se relacionaron con los autóctonos, de cuánta tierra entraron en posesión...

Ante esta situación, un recurso considerable es analizar las fuentes disponibles paranuestro conocimiento, lo cual repasaré a continuación, centrándome en las FUENTESÁRABES, es decir las escritas en lengua árabe, dejando ahora de lado las escritas en otraslenguas, y entre ellas las latinas relacionadas con los mozárabes 2 , en algunas de las cuales

1.Al-Andalus, como equivalente de Spania, aparece por primera vez documentada n monedas acuñadas enel 98 H. / 716 d.C.: Isidro de las Cagigas, "Al-Andalus (Unos datos y una pregunta)", Al-Andalus, IV(1936-1939), pp. 205-214; sobre su etimología, "de los Atlantes", ha tratado J. Vallvé, entre otras oca-siones en "Mater Spania (siglos VIH-X111)", Homenaje académico a D. Emilio García Gámez, Madrid,1993, pp. 329-341.2. Mikel de Epalza, "Crónicas mozárabes", Historia-I6, 191 (marzo 1992), pp. 112-116.

35

Page 2: EL ESTABLECIMIENTO DE LOS MUSULMANES EN SPANIA - AL … · EL ESTABLECIMIENTO DE LOS MUSULMANES EN SPANIA - AL-ANDALUS MARÍA JESÚS VIGUERA MOLINS (Universidad Complutense de Madrid)

MARÍA J. VIGUERA MOLINS

parecen encontrarse las páginas escritas más antiguas sobre los acontecimientos, de plenosiglo VIII incluso, pero cuyo análisis resultaría demasiado compendiado en el brevetiempo de una ponencia como la que ahora presento, siendo conveniente atender porseparado, en principio, a ambos bloques historiográficos, pues esas fuentes extra-arabo-islámicas consideran la expansión-conquista islámica como un hecho ilegítimo e ilegitima-dor respecto a su proceso histórico, situadas frente a las fronteras de al-Andalus y/o frente alas fronteras marítimas del Islam magrebí, y oriental incluso3 , mientras que para las fuentesárabes tal expansión-conquista es precisamente origen de la legitimación de su historia&

Y entre las fuentes árabes centraré mi atención, ahora, en las CRÓNICAS, tipo defuente "literaria" ("literaria", no "documental", según las clasificaciones historiográficasusuales) muy definido dentro del ámbito araboislámico 5 , y que en modo alguno son ni seconsideran como exclusivas canteras informativas, pues las noticias de la expansión is-lámica no sólo se hallan, como bien se sabe, en tales Crónicas, sino en obras geográficas(especialmente en el rico género de los al-Masálik wa-l-mamalik; y por citar algunos geó-grafos, que ofrecen importantes testimonios sobre el tema de la expansión islámica: IbnJurradbih, al-Yacqábt, al-klimyart y al-Bakrt, por no alargar más la lista, siendo tan intere-santes las referencias escuetas de los más antiguos, como un reflejo de la cronística delsiglo IX6), jurídicas (recordemos las observaciones de R. Brunschvig acerca de la impor-tante presencia de lo jurídico en aquellos episodios y en su elaboración7 ; o los tratados dela organización fiscal de la expansión, y entre ellos toda la serie de kutub al-amwál y dekutub al-jara9) 8 , biográficas (con obras tan informativas sobre nuestro tema como las deIbn klárit Ibn al-Faradt, al-Málikt y al-Dabbág) 9 , o de bellas letras (en las quelos episodios de la expansión se adornan con las galas estéticas y recreativas propias, noexentas de la habitual carga ideológica, tan notable) 10. Ante tan amplio panorama, pre-fiero centrarme ahora en las crónicas, ofreciendo una relación de las más considerables,cuyo enfoque conjunto nos parece interesante.

3. Sobre la historiografía cristiana peninsular me parece indicativo: Ron Barkay, Cristianos y musulma-nes en la España medieval (El enemigo en el espejo), Madrid, 1984; 2 ed. 1991. Sobre reflejos ultrapire-naicos: Pierre Guichard, "Los inicios de la piratería andalusí en el Mediterráneo occidental (798-813)", Es-tudios sobre Historia Medieval, Valencia, 1987, pp. 73-103 [trad. del artículo publicado en Revue del'Occident et de la Méditerranée, XXXV (1983), 55-76].4. Apuntes sobre esta cuestión básica en: Anouar Louca, "Le moment inaugurateur en Histoire. Analysed'un texte d'Ibn .Abd al- Hakam (187-257 H. / 803-871) sur la conquéte musulmane de l'Egypte", Procee-dings of the IX Congres.s. : Union Europeenne d'Arabisants et d'Islarnisants, Leiden, 1981, pp. 181-192.5. Bibliografía general sobre la cuestión en: M.J. Viguera, "Cronistas de al-Andalus", España, Al-Anda-lus, Sefarad. Síntesis y nuevas perspectivas, ed. F. Mállo, Salamanca, 1988, 2' ed. 1990, pp. 85-98.6. G. Cornu, "Les géographes orientaux des IXe et Xe siécles et al-Andalus", Sharq al-Andalus, III (1986),pp. 11-18.7. Robert Brunschvig, "Ibn "Abs1 al- Hakam et la conquéte de l'Afrique du Nord par les Arabes. Étude criti-que", Annales de l'Institut d'Etudes. Orientales d'Alger, VI (1942-1947), pp. 108-155: Al-Andalus, XL(1975), pp. 129-179.8. Muy bien inventariados por Mu hammad'Im árat en su estudio introductorio a su edición del Kit th al-amwal de Abu `Ubayd al-Qásim b. Sailárn, Beirut, 1989, pp. 10-16.9. Por excepción, dada su reciente edición, sólo anoto entre ellos el libro de al-Jukantiljbdr al-fugalui'wa-l-muhaddittn (Historia de los alfaquíes y tradicionistas de al-Andalus), ed. NI' Luisa Avila y Luis Molina,Madi-id, 1992.10. Significativo es que hazañas de la expansión islámica lleguen a la literatura popular, y que M tsá b.Nusayr, por ejemplo, resulte héroe de Las Mil y Una Noches: Mia I. Gerhardt, The Art of Story-Telling,Leiden, 1963, pp. 198-235; y sobre la literaturización del tema, en general: Mahmid Makki,wa-l-hikáyát al-la`biyya al-muta'alliqa bi-fath al-Andalus", Revista del Instituto . Egipcio de Estudios Islá-micos en Madrid, XXIII (1985-86), pp. 27-50; he Jesús Rubiera, "Estructura de 'Cantar de Gesta' en uno delos relatos de la conquista de al-Andalus", Ibidem, pp. 63-73.

36

Page 3: EL ESTABLECIMIENTO DE LOS MUSULMANES EN SPANIA - AL … · EL ESTABLECIMIENTO DE LOS MUSULMANES EN SPANIA - AL-ANDALUS MARÍA JESÚS VIGUERA MOLINS (Universidad Complutense de Madrid)

EL ESTABLECIMIENTO DE LOS MUSULMANES EN SPANIA — AL-ANDALUS

Sobre las crónicas árabes medievales existen varios libros, tan conocidos como los deF. Rosenthal, A History of Muslim Historiography l 1 , N.A. Faruqi, Early Muslim His-toriography 12 , C. Cahen, Introduction a l'Histoire du Monde Musulman Médiéval 13 , entreotros, que atienden más bien sus características externas: situándolas y describiéndolas,las relacionan, y analizan incluso su proceso de composición, fuentes y datos... pero seechan de menos sus "análisis de contenido", como subraya y explica Abdallah Laroui14,con intencionado matiz significativo en el que lleva razón. Además, ya está netamentedefinida la línea crítica que aporta la nueva actividad historiográfica, frente al enfoquetradicional, bien expuesta por F.M. Donner en su introducción a la traducción inglesa dela obra clásica de A.A. Duri, The Rise of Historical Writting among the Arabs15.

Entre tales crónicas árabes medievales, muchas de las relativas a la expansión islá-mica por el Magreb y al-Andalus han sido más o menos descritas, más o menos objeto deatención historiográfica, en una cadena de publicaciones iniciada realmente el siglo pa-sado, entre ellas la admirable introducción de R. Dozy a su edición de al-Bayangrib 16 , el todavía indispensable Ensayo biobibliográfico sobre los historiadores y geógra-fos arábigoespañoles de F. Pons Boigues 17 , y diversos trabajos de E. García Gómezcomo "Abenalcotía y Abenházam" y "Novedades sobre la crónica anónima titulada 'Fathal-Andalus' 18 , W. Margais 19 , C. Sánchez Albornoz20, F. Sezgin21 , M. 'A. Makk t consu considerable aportación sobre "Egipto y los orígenes de la historiografía árabe-espa-ñola' y Ensayos sobre las aportaciones orientales en la España musulmana22, P. Chal-meta23 , K.A. Boiko24, A.M. al-`Abbadt25 , J. Bosch Vi1á26 , `A.W. Dannün Táhá al tra-tar sobre "La conquista y establecimiento araboislámico en el Norte de África y en al-An-dalus" 27 , J. Vallvé, con referencias en su Discurso.... recepción en la Real Academia deLa Historia, titulado Nuevas ideas sobre la conquista árabe de España. Toponima y ono-

11. Leiden, 1952; 2° ed. 1968.12. Nueva Delhi, 1979.13. Paris, 1982 (interesante reseña de L. Molina, Al-Qantara, IV,1983, pp. 489-492).14. La crise des intellectuels arabes, trad. española, Madrid, 1991, cap. I, espec. pp. 15-28.15. Princeton, 1983.16. Princeton, 1983.17. Madrid, 1898.18. Respectivamente en Revista de Occidente, XVI (1927), pp. 368-378; y Annales de !Institut d'ÉtudesOrientales d'Algar, XII (1954), pp. 31-42.19. En especial su "Un siécle de recherches sur le passé de l'Algérie musulmane" en la obra colectiva His-toire et historiens de l'Algérie, Paris, 1931, pp. 139-175.20. Especialmente en "Fuentes de la historia hispano-musulmana del siglo VIII", reprod. en En torno a losorígenes del feudalismo, Buenos Aires, 1942; r ed. 1974, t. II.21. Geschichte des arabischen Schrifttums, Leiden, I, 1967 a IX, 1984.22. Revista del Instituto Egipcio de Estudios Islámicos en Madrid, V (1957), pp. 157-248; y Madrid,1968.23. "Historiografía medieval hispano-arábica", Al-Andalus, XXXVII (1972), pp. 353-404; "Una historiadiscontinua e intemporal (Mbar)", Hispania, XXXIII (1973), pp. 23-75; Invasión e islamización, Madrid,1994.24. Arabskaia istoricheskaia literatura y lspanii, Moscú, 1977.25. FT ta'n-j al-Magrib wa-l-Andalus, Beirut, 1978, pp. 311-356: "ma,sádir andalusiyya wa-magribiyya".26. "Historiadores de al-Andalus y al-Magrib. Visión de la Historia", Estudios en Homenaje a Don ClaudioSánchez Albornoz en sus 90 años, II, Anexos de Cuadernos de Historia de España, Buenos Aires, 1983,pp. 365-376.27. Publicado en árabe, Bagdad, 1982; y trad.: The Muslim Conquest and Settlement of North Africa andSpain, London I New York, 1989, pp. 4-18; y algunos artículos sobre fuentes recopilados en sus Dir &raí fi"l-ta'rij al-andalusi, Mosul, 1987.

37

Page 4: EL ESTABLECIMIENTO DE LOS MUSULMANES EN SPANIA - AL … · EL ESTABLECIMIENTO DE LOS MUSULMANES EN SPANIA - AL-ANDALUS MARÍA JESÚS VIGUERA MOLINS (Universidad Complutense de Madrid)

MARÍA J. VIGUERA MOLINS

mástica28 , o R. Collins 29 , además de las aportaciones contenidas en la sección monográ-fica sobre historiografía publicada en la revista A1-Qanpra30, lo ofrecido por G. Martínez-Gros31 , y diversos estudios primordialmente de otro carácter, pero vinculados al tema, yque iremos citando, más estudios preliminares de las ediciones y/o traducciones de fuentesque en cada caso señalemos, y un trabajo colectivo sobre Crónicas andalusíes que seencuentra en curso de publicación32.

Todo esto representa una importante base de referencias y de análisis sobre las cróni-cas árabes en general, aunque menos acerca de sus contribuciones, en concreto, a la cues-tión precisa de la expansión islámica, en lo cual voy a centrarme, ofreciendo una relacióncomentada de las crónicas existentes más o menos por entero, o de las que han quedadopasajes significativos sobre dicho tema relativamente consistentes y localizados, dejandoahora de lado, para otro tipo de análisis historiográfico, aquéllas de las cuales poco másque el título se conserva, o siguen sin reconstruirse sus noticias sobre la expansión islá-mica partiendo de sus citas en recopilaciones posteriores, lo cual no siempre puede ha-cerse. Seguiré en mi exposición un orden cronológico.

2. CRÓNICAS ÁRABES SOBRE LA EXPANSIÓN ISLÁMICA POR ELMAGREB Y AL-ANDALUS

Por excepción incluyo en esta relación a al-Wáqidi, de Medina (130/747-206 o207/821-822) dado su significativo lugar temporal, como autor del más antiguo texto "deconquistas islámicas" conservado, si bien las extensas partes de su Kit -ab al-magázt33,como tal transmitido en manuscrito, sólo atienden a los logros en la Península Arábiga ypoco más, aunque sea citado como fuente de informaciones sobre la expansión por elMagreb y al-Andalus por Ibn HabTb, Ibn al-Faradr, al-Báladurt, al-Tabari, Ibn `Idári (almenos cuatro veces, una de ellas a través de al-Rázi), e Ibn

El segundo autor de obra escrita conservada en relación con el tema es el andalusí`Abd al-Malik Ibn klabib (174/790-238/852-853), cuyo Ta'rtj, editado entero reciente-mente34, dedica algunas páginas ("Báb istiftáh al-Andalus") a la conquista de al-Andalus(pp. 136-150 de esa edición 35), señalando brevemente la actuación de Táriq, enviado porMúsá b. Nusayr, y la pronta intervención directa de éste, relatada de forma legendaria; lostesoros que halló; menciona a los Tábi`íes llegados a al-Andalus, y nombres y cronologíade diecisiete valíes que gobernaron desde Músá a `Abd al-Rahmán I, en escueta relación que"Abd al-Malik [Ibn Habil)] tenía de Ibrálilm b. al-Munir al-Hizáml" y éste de al-Wáqidlr.

28. Madrid, 1989, y Al-Qanuara, X (1989), pp. 51-150.29.The Arab Conquest of Spain. (710-797), Oxford, 1989; trad. española, Barcelona, 1991.30. X (1989), 453-542, con contribuciones de Albrecht Noth, "Futtih-history and futüh-historiography"(pp. 453-462); NI" Luisa Ávila, "Obras biográficas en el Muqtabis de Ibn klayyán" (pp. 463-483); M°Isabel Fierro, "La obra histórica de Ibn al-Qtitiyya" (pp. 485-512); Luis Molina, "Los Ajbar maYma'a y lahistoriografía árabe sobre el período omeya en al-Andalus" (pp. 513-542).31.L'Idéoloqie omeyyade. La construction de la légitimité du Califat de Cordoue (Xe-XIe siécles), Madrid,1992, espec. cap. 2: "Les itinéraires de la Conqufte: Arabes et affranchis", pp. 51-79.32. Serie "Crónicas medievales" de Historia-I6, presentación por M.J. Viguera, Historia-16, 191 (marzo1992), p. 112.33. Ed. por Marsden iones, London, 1966, 3 t., con breve introducción en inglés y algo más extensa enárabe.34. Ed. J. Aguadé, Madrid, 1991.35. Ya editadas y comentadas por Maldci, "Egipto", pp. 221-243.

38

Page 5: EL ESTABLECIMIENTO DE LOS MUSULMANES EN SPANIA - AL … · EL ESTABLECIMIENTO DE LOS MUSULMANES EN SPANIA - AL-ANDALUS MARÍA JESÚS VIGUERA MOLINS (Universidad Complutense de Madrid)

EL ESTABLECIMIENTO DE LOS MUSULMANES EN SPANIA - AL-ANDALUS

`Abd al-Rahmán Ibn `Abd al-I-lakam36 , egipcio, (ap.182/798-9 - 257/871) es elautor de un libro sobre la conquista de Egipto, el Magreb y al-Andalus, varias veces edi-tado y traducido, siendo recomendable la ed. y trad. de A. Gateau, Con quéte de l'Afrique

du Nord et de l'Espagne" , y tener en cuenta los ya citados y excelentes análisis de R.Brunschvig y de M.`A. Mak1c138. No es un relato demasiado extenso (desde la conquistade Barqa hasta la partida de Músá b. Nusayr hacia Oriente, su infortunio y muerte: 35 pá-ginas en su versión española, más 16 páginas con noticias sobre gobernadores deIfriqiya), pero consigue un reflejo hábil, recurriendo a presentar sus cadenas de transmi-sión y fuentes de información, aunque respecto a ellas parece muy poco crítico. Es biensignificativo que Brunschvig concluya su análisis, observando 39: "Avons-nous enlevé dela sorte toute valeur historique á son récit de la Conquéte (de la Conquete proprementdite, bien entendu)? En donnant á ce récit, presque á chaque page, une interprétation qui lerend suspect, nous avons manifestement aggravé le doute que légitime, en plus de certai-nes contradictions, la longueur du temps écoulé entre les faits et leur narration. De toutesces données il ne subsiste en derniére analyse, comme súrs, ou comme simplement pro-bables, que des linéaments, qu'une esquisse sommaire de la suite des grands événements,quelques noms propres, un tres petit nombre de dates-replres: suffisamment pour que ionsache en gros l'assez lent processus et les difficultés de la Conquete de la Berbérie de l'Est(pour celle de l'Ouest, la chose est trés obscure); mais on ne peut prétendre á aucune sécu-rité sur les détail-,". Ya volveremos sobre esta juiciosa observación, tan aceptable y evi-dente.

Casi contemporáneo de 1bn `Abd al-Hakam, el bagdadí al-Baláduri (muerto, pa-rece, en 279/892-3), escribió un libro sobre Futah al-bulckin, objeto de una cuidada edi-ción reciente40

' sobre la antigua y ya buena edición de M.J. de Goeje, con su traducción

por P.K. Hitti 41 , pero no existen análisis sobre la obra, si bien es un síntoma de su im-portancia la forma en que la usa F.M. Donner, en su libro sobre The Early Islamic Con-quests42 , respecto a la expansión oriental, porque sobre la occidental sus noticias sonbien escuetas: desde la toma de Barqa hasta el final de la conquista de al-Andalus empleasólo 15 páginas (páginas 314 a 329, de la reciente edición citada, y sobre un conjunto demás de unas 660 páginas de texto total), en la clásica secuencia: conquista de Barqa yZawila, de Trípoli, de Ifilqiya, de Tánger y de al-Andalus, dedicando luego un par de pági-nas a las conquistas de las islas de Rodas y Sicilia. Casi todas las noticias dice tomarlasde al-Wáqicff, y se advierte en ellas dos tonos distintos: seca relación de gobernadores ysus principales actos, junto a desarrollos algo más jugosos y de sabor legendario respectoa algunos temas. Parecen así insinuarse dos registros distintos, aspecto notable sobre elcual volveremos.

Antes de terminar el siglo IX debieron escribirse los relatos sobre la expansión islá-mica por el Magreb y al-Andalus, que luego se hallan reproducidos en la obra anónima ti-tulada Kita al-Imama wa-l-siyasa, de composición posterior, y mal atribuida a Ibn Qu-

36. Remito en este y en otros casos en que ello ocurra a la Encyclopédie de ¡'islam EJ.); así ahora: E.I.2° ed., III, p. 696, por E. Rosenthal.37. Argel, 1942; sus aciertos están reproducidos en la versión española, parcial, del texto de Ibn 'Abd al-Ijalcam, Conquista de Africa del Norte y de España, Valenci., 1966.38. Citado antes en ' is notas 7 y 22.39. Artículo citado, reprod. Al-Andalus, p. 179.40. Ed. Ants al-Tabbá' y 'U. Ants al-Tabbá', Beirut, 1987.41. Ed. Leiden, 1866; la trad. se tituló The Origins of the Islamic State, New York, 1916 y 1924.42. Princeton, 1981.

39

Page 6: EL ESTABLECIMIENTO DE LOS MUSULMANES EN SPANIA - AL … · EL ESTABLECIMIENTO DE LOS MUSULMANES EN SPANIA - AL-ANDALUS MARÍA JESÚS VIGUERA MOLINS (Universidad Complutense de Madrid)

MARÍA J. VIGUERA MOLINS

tayba43 . M.`A. MakkT ha analizado muy bien estas referencias": el protagonismo haza-ñoso que cobra Müsá b. Nusayr, y los indicios de que la elaboración de los relatos seefectuara en Egipto, le llevan a identificar como su muy posible compendiador a un des-cendiente del propio Müsá b. Nusayr que en la segunda mitad de aquel siglo IX vivía enEgipto, y se llamaba Mu`árik. Con esto se explica buena parte del montaje literario quees posible advertir en estas primeras recopilaciones escritas del siglo IX, en la raíz de todolo que vendrá después45.

Y llegamos al importante eslabón histórico, si lo vemos en general, y no sólo en re-lación con nuestro tema, que es al-Tabarl (225/840 310/923), que trabajó en Bagdad yescribió, entre otras obras, un voluminoso Ta`rif al-rusul wa-l-mulak, bien editado porM.J. de Goeje y luego por M. Abá IbráhTm46, traducido al francés y al inglés, estaúltima versión en un reciente y amplio esfuerzo loable 47 ; "Anales" estos relativamenteanalizados, sobre todo en relación con sus noticias sobre el Oriente islámico, aunque sumetodología sí haya quedado de manifiesto, a través del estudio de I. Abdulkader Tayub,Islamic historiography: The case of al-Taban" Ta`rtkh al-rusul wa-l-mulak On the Com-panions of the Prophet Muhammad48, aunque sea estudio de una parte, pero su examendel paso de las tradiciones o ajbar a la "crónica" tiene una validez generalizable. En susprecisos "Anales" va registrando al-Tabart, año tras año, los sucesos principales, apun-tando, de forma breve, los avances desde Barqa en adelante y los gobernadores y sus actosmás trascendentales, con una sequedad lapidaria, por ejemplo: "Luego viene el año 91[709-710]. Mención de los sucesos que en él acaecieron:.., en él invadió Másá b. Nusayral-Andalus, y por su mano se conquistaron ciudades y castillos (madd'in wa-hustin)"(VIII, p. 1217, ed. de Goeje), aunque no evita ciertas digresiones legendarias, comocuando describe el aparato regio del rey visigodo Rodrigo (VIII, p. 1235), o la rivalidadentre Ta'riq y Más, y la noticia, muy breve, eso sí, sobre la "mesa de Salomón", y so-bre la conquista de al-Andalus poco más.

La mención de Ahrnad al-Irázi (274/888-344/955) es sobre todo testimonial, porquesus obras no se han conservado directamente, sino en citas de otros autores, e incluso en anti-guas versiones castellanas y portuguesas, que sólo muestran, a veces, retazos de noticiassobre la expansión islámica por la Península Ibérica. Su hijo `Isá al-Rázi 49 cuenta la instala-ción de la familia en al-Andalus y cómo Ahmad se dedicó a la historia y a "la investigaciónhistórica, disciplina que no cultivaban entonces los andalusíes. Se puso a recoger informa-ciones de los ancianos y de los transmisores de noticias (ruwat), y juntó y armonizó esa docu-mentación en forma de historia. Fue de esta suerte el primero que codificó en al-Andaluslas reglas de la composición histórica... [dotando] a los andalusíes de una ciencia que hastaese momento no habían cultivado con acierto". Todo esto ha hecho de los RázT objeto deatentos estudios, sobre sus fuentes y sobre sus notables repercusiones historiográficas".

43. Julián Ribera tradujo esos pasajes en apéndice a su traducción del libro de Ibn al-Qütiyya, Historia de laconquista de España, Madrid, 1926, pp. 105-165: "Narración de la conquista de Espana, tomada del libro'al-Imamato ua As-siasato', de Abencotaiba".44. "Egipto", pp. 210-220.45. La obra entera al Intamawa-l-siyc7sa ha sido editada por T.M. al-Zaynt Beirut, 1968, 2 t.46. Leiden, 1879-1901, 15 vols.; El Cairo, 1969, respectivamente.47. Cfr. M. Lecker, "Shurtat al-Khamis and other matters: Notes on the translation of Tabaris Ta`rtkh",Jerusalem Studies in Arabic and Islam, XIV (1991), pp. 276-289.48. Tesis Doctoral, Temple University, 1989.49. E. Lévi-Provengal, Historia de la España musulmana, Historia de España, dir. R. Menéndez Pidal, trad.E. García Gómez, Madrid, vol. V., pp. 321-322.50. Bibliografía en M.L. Ávila, "Rázr, Historia 16, en prensa.

40

Page 7: EL ESTABLECIMIENTO DE LOS MUSULMANES EN SPANIA - AL … · EL ESTABLECIMIENTO DE LOS MUSULMANES EN SPANIA - AL-ANDALUS MARÍA JESÚS VIGUERA MOLINS (Universidad Complutense de Madrid)

EL ESTABLECIMIENTO DE LOS MUSULMANES EN SPANIA - AL-ANDALUS

Ni siquiera hay pruebas de que Ibn al-QUifiyya (m. en Córdoba, en 367/977) pu-siera él mismo por escrito los apuntes sobre historia de al-Andalus, desde la conquistahasta los tiempos de `Abd al-Ralymán ifi, apuntes no extensos que transmitía a sus discí-pulos. La situación de este descendiente del rey visigodo Witiza ha sido ampliamenteatendida, y prácticamente se ha llegado al máximo del posible conocimiento" sobre él,partiendo de los textos hoy disponibles o de él emanados, como su Ta'ríj iftiteily al-Anda-lus, objeto de varias ediciones y traducciones 52 bastante satisfactorias, aunque podría afi-narse algo más su interpretación. La obra se inicia con la batalla entre el rey Rodrigo yTáriq b. Ziyád y dedica una veintena de folios (de los 117 que tiene el manuscrito) a refe-rir sucesos de la primera mitad del siglo VIII, hasta el desembarco de `Abd al-Rahmán I.Se aprecia una transmisión "familiar" interesada de ciertas noticias, lo cual carga su relatode motivada perspectiva.

Muy pocos son los pasajes de Ibn AJA 1-Fayyáll (m. en Almería, en 459/1067)hoy conservados, a través de citas de otros autores, que permiten recomponer algo suCrónica, en la que incluía referencias a la conquista del Magreb (noticias sobre `Uqba b.Náfi`, citadas por Ibn 'kik° y de al-Andalus ("origen legendario del nombre de «al-Anda-lus»", sobre la «Casa Cerrada de Toledo», alguna leyenda sobre Táriq, sobre la «Iglesia delos Cautivos» de Córdoba, "Julián enviado a Algeciras por Müsá", "fecha de la llegada deTáriq a al-Andalus", "encuentro de Táriq con los hijos de Witiza", sobre Isbán, los avan-ces musulmanes por Écija, Córdoba, Orihuela, acciones de rariq y enseguida de Músá, ydos noticias sobre los valíes de al-Andalus)53.

Fragmentario es el texto del Ta'ríj Ifriqiya wa-l-Magrib de al-Raqlq al-Qayránl(m. hacia la mitad del siglo V/XI) identificado hace unos treinta años, y editado dos ve-ces, la primera muy defectuosa, en 1967, y la segunda, en 1990, con acierto, por `A.A.

al-Zaydán y por `I.D. `Umar Músá54. Lo conservado comienza con el gobierno de`Uqba y otros valíes en el Norte de África, hasta Más b. Nusayr, dedicando entonces cua-tro apartados a la conquista de al-Andalus, a la entrada en Toledo, a una noticia sobreQarp9anna (¿Cartago?, ¿Cartagena? ) y quien la fundó, y el regreso a Oriente de Músá,siguiendo con la situación magrebí hasta los Aglabíes.

Otra obra anónima andalusí, los Ajbar majvntra ha sido objeto de una serie de análi-sis, desde R. Dozy y J. Ribera hasta los que ahora le han dedicado L. Molina y E. Mo-lina55 , procurando fechar la redacción de su contenido, que abarca desde la expansión ma-grebí a finales del siglo VII hasta, ya centrándose en al-Andalus, casi mitad del siglo X,temario en el que se distinguen varios bloques, uno de los cuales es el dedicado a la con-quista islámica, formado por algunos materiales contemporáneos a los hechos, lo cual"presta al libro —según su primer editor y traductor, E. Lafuente y Alcántara 56— mayorautoridad", con afirmación discutible. De todos modos, la recopilación final de los Ajbar,

51. Tiene en cuenta y ofrece relación de la bibliografía anterior M.I. Fierro, "La obra histórica de 1bn al-Qíiti yya", Al-Qantara, X (1989), pp. 485-512; y en "Ibn al-Qiitiyya", Historia 16, 217 (mayo 1994), pp.111 .- 119 .52. Desde la ed. de P. de Gayangos, a mediados del siglo XIX, publicada en Madrid, 1926, con trad. de J.Ribera, Historia de la conquista de España.53. Información completa por Camilo Álvarez de Morales, "Ibn Abil-Fayyg, Historia 16, en prensa.54. Beirut, 1990, con una introducción en que se recogen suficientes datos para seguir la historia de lainvestigación sobre este autor.55. En los trabajos de ambos puede hallarse toda la bibliografía hoy existente sobre la obra que nos ocupa;véase: L. Molina, "Los Ajbdr m4nura y la historiografía árabe sobre el periodo omeya en al-Andalus", Al-Qantara, X (1989), pp. 513-542; E. Molina, "Ajbár rnapni'a" Historia-16, en prensa.56. Ajbar machmua (Colección de tradiciones), Madrid, 1867, "Prólogo", p. VII.

41

Page 8: EL ESTABLECIMIENTO DE LOS MUSULMANES EN SPANIA - AL … · EL ESTABLECIMIENTO DE LOS MUSULMANES EN SPANIA - AL-ANDALUS MARÍA JESÚS VIGUERA MOLINS (Universidad Complutense de Madrid)

MARÍA J. VIGUERA MOLINS

que venía situándose en el siglo XI, ha sido retrasada por L. Molina: "difícilmente po-drían haber sido redactados antes del comienzo del VI/XII y nos parece probable que sean,cuanto menos, un siglo más tardíos". Sus detalladas noticias sobre la campaña de rariq,la entrada en Córdoba, Carmona y Mérida, la venida del sirio Ba19, y las guerras de laprimera mitad del siglo VIII, que ocupan, hasta la llegada de `Abd al-Rahmán I, unasochenta páginas del texto editado, le otorgan un lugar destacado como fuente informativa,entre las crónicas andalusíes de la expansión islámica, y así la señala E. Lévi-Provengal,que basó su capítulo sobre "La conquista y la islamización de España" principalmente enlos Ajbár, junto con las crónicas de Ibn Ibn `Abd al-klakam, Ibn `Idárl, Ibnal-Atir y al-Maqqart 57 , pero en los Ajbar son detectables lagunas y errores, y realmente laprueba de su valor, aunque en general es alto, debe establecerse tema por tema, en un tipode análisis historiográfico todavía poco cultivado 58 . Los Ajbar necesitan una nueva edi-ción y traducción, con su estudio correspondiente.

Llena de problemas está la recopilación, también anónima, conocida como Fatly al-Andalus ("La conquista de al-Andalus"), parte del comienzo de su manuscrito editado (ytraducido, de modo muy imperfecto, por Joaquín González, en libro que se publicó en Argel,1889: Historia de la conquista de España. Códice arábigo del siglo XII). La obra ha sido ana-lizada, hasta ahora, además de los apuntes de su editor, por E. García Gómez, en sus clari-videntes "Novedades sobre la crónica anónima titulada «Fath al-Andalus»", por C. SánchezAlbornoz, P. Chalmeta y L. Molina; éste último ha conseguido definir historiográfica-mente el Fath59, probando que su composición ha de situarse entre una fuente del Fatly, la

ilat al-Mugrib de Ibn Muzayn (que usó un manuscrita del Kitab al-rayat de al-RázI, can-tera sin duda de interesantes informaciones sobre la expansión islámica por al-Andalus), definales del XI o comienzos del XII, y el Kitc7b al-iktifc7 de Ibn al-Kardabús, de finales delXII, donde pueden identificarse pasajes relacionados con el Fatly. Su contenido se resume enesa frase inicial del manuscrito del Fath, ya aludida: "mención de la conquista de al-Andalus, de los emires que se sucedieron allí hasta los reyes rebeldes [de Taifas] y los virtuo-sos almorávides que los aniquilaron", pero su aportación de interés reside en sus noticias"desde la conquista (92/711) hasta la muerte del fundador de la dinastía omeya, `Abd al-Rahmán ¡(172/788)", como señala L. Molina, cuya nueva edición del Fatly está anunciada.

Desde el XII y hasta el XVII, con al-Maqqad, con quien finalizaremos nuestra rela-ción (y acaso incluyendo en esta composición lejos de Al-Andalus al mismo Fatly al-An-dalus) la recopilación de las noticias sobre la conquista islámica de al-Andalus y/o el Ma-greb va, bien significativamente, a efectuarse en el Magreb o en Oriente, al menos res-pecto a las obras que se han conservado, y dejando aparte las escasas y literaturizadas re-construcciones moriscas.

En efecto, la gran cima de la historiografía60 analística islámica que es al-Kárnil ft 1-

57. Historia de España musulmana (711-1031), t. IV de la Historia de España, dir. por R. Menéndez Pidal,trad. E. García Gómez, Madrid, 3 ed., 1967, pp. 3-59, y espec. p. 54, nota 8.58. Un ejemplo de estos análisis es el realizado por Eduardo Manzano, "La rebelión del año 754 en laMarca Superior y su tratamiento en las crónicas árabes", Studia Historica. Historia Medieval, IV (1986),pp. 185-203.59. "Fat h al-Andalus", Historia-16, en prensa. En este artículo se encuentran referencias bibliográficascompletas sobre la cuestión, a las que remito, como también a su planteamiento, que me parece excelente,a la espera de que publique, como ya está anunciado, su nueva ed. de la obra. Sólo añado los breves apuntesque ha dedicado al Fath, indirectamente, `A.W. Danntin Táhá, Dirüsítft 1-ta'rij al-andalusi, Mosul, 1987, pp.210-211, con cierto interés, por relacionarlo también con las obras de Ibn Muzayn y de Ibn al-Sabbát; y laedición de L. Molina, Fath al-Andalus, Madrid, 1995.60. E.I., r ed., III, pp. 746-747, por F. Rosenthal.

42

Page 9: EL ESTABLECIMIENTO DE LOS MUSULMANES EN SPANIA - AL … · EL ESTABLECIMIENTO DE LOS MUSULMANES EN SPANIA - AL-ANDALUS MARÍA JESÚS VIGUERA MOLINS (Universidad Complutense de Madrid)

EL ESTABLECIMIENTO DE LOS MUSULMANES EN SPANIA - AL-ANDALUS

Ta'rtj del iraquí Ibn al-AtIr (555/1160-630/1233), que extiende su materia desde la crea-ción del mundo hasta el año 628/1230-31, recoge muchas noticias sobre la expansión is-lámica por el Magreb y al-Andalus, evitando los desarrollos legendarios, con una selec-ción consciente que parece explícita en su conclusión, tras exponer brevemente la con-quista de Toledo "donde encontró la mesa de Salomón hijo de David, la paz sobre él, ytodo el oro y piedras preciosas que había, pero Dios sabe más. Y digo: nada más se aña-dirá, pues ya he mencionado lo suficiente, en el año 92 [710-711], sobre la conquista deal-Andalus y la ida de Músá b. Nusayr junto a Táriq, y no hay necesidad de volver sobreello, excepto [indicar] que AH "(Ía'far menciona que Músá fue quien envió a rariq, y ésteestaba en al-Andalus, y conquistó la ciudad de Toledo, pero lo que menciona la gente deal-Andalus en sus historias es lo que antes se citó" 61 . Por este manifiesto cuidado de Ibnal-Atír en evitar lo legendario, logrando dar un relato esencial seguido de la expansiónmagrebí y andalusí, su obra ha sido muy apreciada 62, puesta en circulación sobre todo porla antigua edición de C.J. Tornberg63 y por la traducción parcial de E. Fagnan, Annalesdu Maghreb et de l'Espagne", pero ambas reclaman revisión, como también que seesclarezcan sus fuentes, entre las cuales C. Sánchez Albornoz señaló a al-Ráz1 65 , y com-probarlo tendría interés en relación además con las fuentes de Yáqút.

En la segunda mitad del XII, el tunecino Ibn al-Kardabús (acaso fallecido ya en elsiglo XIII) recopiló su Kita al-iktifc7' ft ajbcir al-julafc7, extensa crónica enciclopédicadesde la aparición del Islam hasta su época, incluyendo un resumen de historia de al-Anda-lus desde la conquista hasta los tiempos del califa almohade Abú Ya`qúb, que fue editadopor A.M. al-`Abbál, junto con los pasajes asímismo sobre al-Andalus (además de los re-lativos a Sicilia) del Kitdb silat al-simt del también tunecino Ibn al-Sabbát (618/122-1681/1282), partes que han sido traducidas y anotadas 66 . Son recopilaciones de fuentesanteriores, más conocidas en el caso de Ibn al-Sabbát, que describen la conquista de al-Andalus con los habituales detalles anecdóticos, en 16 páginas Ibn al-Kardabús (desde unabreve semblanza del califa 11-Walid hasta la entrada de `Abd al-Rahmán I en Córdoba), yen unas 30 páginas Ibn al-Sabbát, de las cuales hay que restar largos párrafos describiendovarias ciudades.

Ibn `Idári al-Marrákult recopiló una historia del Magreb y de al-Andalus desde laexpansión islámica hasta comienzos del siglo XIV, el famoso al-Baycin al-mugrib fi(ijtisúr)ajbcir multik al-Andalus wa-l-Magrib; sus dos primeras partes, una referente alNorte de Africa y la otra a al-Andalus (pero sólo hasta finales del siglo X), fueron editadasy estudiadas por R. Dozy, y sobre su edición traducidas por F. Fernández y González ypor E. Fagnan67 ; la edición fue superada por la de G.S. Colin y E. Lévi-Provenga168;

61. al-Kbmil reprod. Beirut, 1965-67, 13 t., IV, p. 576.62. Está entre las básicas de E. Lévi-ProvenIal, cfr. antes nota 57.63. Leiden, 1863, 12 t., reprod. en la edición de Beirut antes citada.64. Argel, 1901.65. "Rasis, fuente de Aben Alatir", Bulletin Hispanique, XLi (1939), pp. 5-59.66. Ed. en Revista del Instituto Egipcio de Estudios Islámicos en Madrid, XIII (1965-66), pp. 7-126 y XIV(1967-68), pp. 99-163; trad. Emilio de Santiago, "Un fragmento de la obra de Ibn al-Sabbát (s. XIII) sobreal-Andalus", Cuadernos de Historia del Islam, V (1973), pp. 7-93; y Felipe Maíllo, lbn al-Kardabús. Histo-ria de al-Andalus, Salamanca, 1986; en todo ello puede hallarse el conjunto de las referencias bibliográfi-cas existentes.67. Respectivamente Leiden, 1848-51, 2 t.; Granada, 1860; y Argel, 1901-04, 2 t.; cfr. El., 2' ed., III, p.829, por J. Bosch Vilá.68. Leiden, 1948-51, 2 t., que ha sido reproducida en Oriente en varias ocasiones, sobre todo en 4 t., pu-blicados por I. Abbá.s, Beirut, 1967, 2' ed., 1980.

43

Page 10: EL ESTABLECIMIENTO DE LOS MUSULMANES EN SPANIA - AL … · EL ESTABLECIMIENTO DE LOS MUSULMANES EN SPANIA - AL-ANDALUS MARÍA JESÚS VIGUERA MOLINS (Universidad Complutense de Madrid)

MARÍA J. VIGUERA MOLINS

conviene revisarla, teniendo muy en cuenta el entramado de sus fuentes, las cuales hansido bien establecidas 69 , porque este compendio, con casi un centener de páginas en totalsobre la expansión por el occidente islámico, resulta esencial.

También a principios del siglo XIV fue recopilado, por `I.Jbayd Alláh Ibn `Abd al-klalim, un importante relato sobre la conquista del Norte de Africa, traducido por E.Lévi-Provengal en 19547°, y que forma parte del ms. misceláneo K-1275 de la BibliotecaNacional de Rabat, con textos en elogio de los beréberes (como el resto, conocido comoMafdjir al-barbar), en relación con lo cual ha de enfocarse, como ha planteado una TesisDoctoral, realizada por Muhammad

El egipcio al-Nuwayri (m. en 732/1332) recopiló otra crónica enciclopédica, decontenido inferior a la de Ibn al-AtTr, según parece en los capítulos dedicados al Magreb ya al-Andalus editados hasta hoy 72. En ellos sólo se ocupa de la conquista del Norte deAfrica, comenzando la parte andalusí a partir de la llegada de `Abd al-Rahmán I. Recien-temente Mustafá Abü Dayf Ahmad 73 ha publicado una nueva edición, muy cuidadosa, yque procura comparar pasajes entre diversas fuentes, como un primer paso dentro de todoun proceso de localización general a realizar.

De finales del siglo XIV debe datar también la compilación anónima titulada DikrB n'ad al-Andalus, editada, traducida y analizada por Luis Molina74 ; allí se dedica uncapítulo a la "Conquista de al-Andalus por los musulmanes. Emires árabes que goberna-ron hasta `Abd al-Rahmán al-Dájil" (pp. 83-89 del texto árabe; 105-111 de la traducción),con mención escueta de noticias, que el editor ha localizado, menos una (párrafo n° 12) enotras fuentes (en las obras de al-RaqTq, Ibn al-AtTr, Ibn `IdárT, al-MaqqarT, Ibn `Abd al-gakam, Ibn al-QCMyya, Ibn al-Kardabfis, Ibn al-abbát, Fath al-Andalus, al-GassánT eIbn AbIl-Fayyách, formando un mosaico parecido al habitual, con las piezas más o me-nos en otra disposición.

El grande y conocido historiador IbnJaldún75 (Túnez, 732/1332 — El Cairo, 784/1406) incluyó en su historia universal, Kitdb al-Vbar, dos series principales de noticiassobre la expansión islámica por el Magreb y al-Andalus, una estructurada desde el go-bierno central arabo-islámico que dirigía la acción y otra estructurada desde los autóctonos(algunas páginas del t. IV), siendo mucho más marcadas, informativas y documentadaslas relativas a los beréberes frente a la expansión (páginas del t. VI 76) que a los godos77 yen general a los sucesos andalusíes, narrados en resumen, y a veces con errores. La edi-

69. En parte por `A.W. Dann tinrah, "Mawárid Ta'rij Ibn 'Idárt al-Marrákust `an al-Andalus mina 1-fath ilániháyat `asr al-tawalr, Dirdstít j al-andalust, Mosul, 1987, pp. 181-238; Juan Castilla, "Crónicasmagrebíes para la historia de al-Andalus", Actas del II Coloquio Hispano-Marroquí de Ciencias Históricas,Madrid, 1992, pp. 129-138.70. "Un nouveau récit de la conquéte de l'Afrique du Nord par les Arabes—, Arabica, 1(1954), pp. 17-43.71. Presentada, bajo la dirección de M.J. Viguera, en la Universidad Complutense de Madrid, en 1994.72. Ed. y trad. M. Gaspar Remiro, Historia de los musulmanes de España y África, Granada, 1917; trad.Baron de Slane, "Conquéte de l'Afrique septentrionale par les musulmans et histoire de ce pays sous lesémirs arabes", apéndice a su trad. de la Histoire des Beréberes par Ibn Jalcliin, Paris, 1847-1851, 2 t., I, pp.313-366 (hasta mitad del siglo VIII).73. Ta'ríf al-garb mmn Kittib nihdyat al-arab fifuniin al-adab, Casablanca, 1984.74. Una descripción anónima de al-Andalus, Madrid, 1983, 2 t.75. Baste remitir a: Maya Shatzmiller, L'Historioqraphie mérinide. Ibn Khaldún et ses contemporaines,Leiden, 1982, espec. pp. 47-92.76. Cito por la edición de Beirut, 1981-83, en 8 t., con establecimiento del texto, notas e índices por JalilSahhhda.77. Una cierta perspectiva de la cuestión puede hallarse en la traducción de Oswaldo Machado, "La historiade los godos según Ibn Jaldún", Cuadernos de Historia de España, 1-11 (1944), pp. 139-155.

44

Page 11: EL ESTABLECIMIENTO DE LOS MUSULMANES EN SPANIA - AL … · EL ESTABLECIMIENTO DE LOS MUSULMANES EN SPANIA - AL-ANDALUS MARÍA JESÚS VIGUERA MOLINS (Universidad Complutense de Madrid)

EL ESTABLECIMIENTO DE LOS MUSULMANES EN SPANIA - AL-ANDALUS

ción beirutí citada es aceptable, pero los pasajes sobre la conquista islámica requerirían unanálisis pormenorizado.

Voy a terminar la relación con una gran obra, entre histórica y literaria que atesorónoticias sobre al-Andalus, y es el Nafly al-ttb mmn gusn al-Andalus al-rattb, de al-Maq-qarl (m. 1014/1631). Las referencias allí reunidas sobre los comienzos deal-Andalus son importantes y relativamente extensas. Existen varias ediciones, y entreellas la más reciente de Ihsán `Abbás78; pero carece de suficientes análisis.

Sobre este conjunto de crónicas que contienen más o menos información sobre el es-tablecimiento de los musulmanes en la Península Ibérica se pueden proponer algunas re-flexiones: resulta que, desde el siglo III al XI de la Hégira / IX a XVII de nuestra Era, seescalonan las 21 obras cronísticas (crónicas o conservadoras de pasajes cronísticos) prin-cipales, y más o menos enteras llegadas hasta nuestros días, sobre la expansión islámicapor el Magreb y al-Andalus. De cada una de ellas he procurado presentar una descripciónbreve, pero útil y actualizada, cuantificando y calificando relativamente su contenido, yseñalando el estado en que se encuentran respecto a la edición y análisis de sus textos, ob-servando cuánto queda aún por realizar al respecto.

Tales 21 obras cronísticas, en que se ha conservado, entera o fragmentaria, gran partede la memoria histórica elaborada y reproducida, por escrito, en árabe, sobre el aconteci-miento básico y autolegitimador que fue la expansión islámica, durante los ocho siglosmencionados, del IX al XVII, esas 21 obras cronísticas, como una parte significativa queson, en cantidad y calidad, de la producción cronística araboislámica, representan el ricodesarrollo que conoció la escritura de la historia en este ámbito, tras comenzar unida ysupeditada a los estudios religiosos y jurídicos, para independizarse en su entidad de ellos,pero no en su fondo ideológico, pues este tipo de obras es uno de los que más representansu ideología y sus ideales. Independizada, pues, poco a poco, de la urdimbre de las obrasreligiosas y jurídicas (que se auxiliaban de los datos históricos, así incrustados en esosotros tratados), la memoria histórica emprendió un camino también supeditado a los inte-reses dinásticos, y los cronistas cortesanos se dedicaron a manejar los datos como formade legitimación del Poder. Se orientan además las obras cronísticas por intereses de gru-pos o por intereses locales. Y favorecen, como obras oficiales que son, los dos grandesprocesos de la islamización y de la arabización propugnados por la estructura estatal islá-mica.

Todas estas circunstancias, condicionamientos e intereses afectan a la elaboración delas páginas dedicadas a la expansión islámica en esas 21 obras representativas, y hasta talpunto que, por ejemplo, cuando encontramos redactados relatos de glorificación (mafdjir)de los beréberes, la glorificación se expresa en árabe, se les adjudica un origen arábigo, yse produce en buena parte, tal glorificación, a través de sus acciones en pro de la expan-sión y la defensa del Islam".

Tantas interferencias en juego pueden llevar, y de hecho llevaron, a una especie depugna cronística por decidir a quién corresponde el protagonismo dé la expansión islá-mica, y no sólo entre individuos (y así los pocos nombres que al respecto nos quedan sonmovidos por las noticias como piezas de ajedrez, como símbolo de intereses a posteriori:de este modo ocurre con la rivalidad que se refiere entre Táriq y Músá, o entre éste y el ca-lifa omeya Sulaymán, etc.), sino también entre etnias, linajes o cualquier otro grupo. R.

78. Beirut, 1968, 8 t.79. Véase, por ejemplo, M. Sadok Bel Ochi, La conversion des beréberes a l'Islam, Túnez, 1981.

45

Page 12: EL ESTABLECIMIENTO DE LOS MUSULMANES EN SPANIA - AL … · EL ESTABLECIMIENTO DE LOS MUSULMANES EN SPANIA - AL-ANDALUS MARÍA JESÚS VIGUERA MOLINS (Universidad Complutense de Madrid)

MARÍA J. VIGUERA MOLINS

Brunschvigs° avisaba: "l'histoire intéresse beaucoup moins en elle-méme que par les ar-guments que peut en tirer l'école juridique á laquelle appartenait Ibn `Abd al-Hakam.faut connaitre cette optique, forcément déforrnante, pour comprendre avec quelles précau-tions doit étre utilisé l'oeuvre de cet auteur", y A. Sadqi se planteaba, recientemente, si"L'interpretation généalogique de l'histoire nord-africaine pourrait-elle étre dépassé?" 81 . Entodo esto podemos encontrar, además, una de las divisorias de enfoque en la historiografíade la expansión, donde claramente se presenta la magrebí como una conquista árabe, perola andalusí se presenta, pero a la vez se cuestiona, como una conquista beréber, y"menos" árabe82.

Las crónicas examinadas parecen componerse de unas líneas básicas, con registro delos hechos esenciales y de su cronología, por un lado, y por otro de desarrollos anecdóti-cos, de carácter muchas veces legendario, seleccionado en mayor o menor cantidad porcada autor, y en ocasiones evitado con cuidado (como señalé en el caso de Ibn al-Afir).

La parte escueta corresponde a las meras listas de nombres y fechas que J. Schachtprobó eran la más antigua composición histórica araboislámica 83 . La combinación entreregistros escuetos y desarrollos anecdóticos es muy significativa, porque apunta las ten-dencias interpretativas y los intereses pretendidos. Al respecto ha escrito `Azi-z al-Azmehun revelador artículo sobre "Histoire et narration dans l'historiographie arabe" 84 . y comoadvertía E. García Gómez85 : "Una leyenda no está inventada nunca en el vacío. Tiene unabase, que suele ser difícil de encontrar; pero que, si se encuentra, es enormemente revela-dora". Por la incorporación de estos desarrollos anecdóticos van creciendo, en general, laspáginas de las obras cronísticas, según avanzan los siglos, y ello por el incremento de laelaboración literaria y no por la incorporación de documentación nueva, como es bien ló-gico.

Entre los acontecimientos de la expansión, en la segunda mitad del siglo VII y co-mienzos del VIII, por su parte, y las primeras obras escritas del siglo IX que nos han lle-gado (al-WAqicff, Ibn Habib, Ibn `Abd al-Hakam, al-Baládurt y el Kitúb al-imama wa-l-siyiisa) transcurre más de un siglo, en el cual los relatos de la expansión se fueron for-mando y transmitiéndose oralmente. Nadie duda hoy de la ex'actitud que pueden lograr lastradiciones de composición y transmisión ora1 86, pero sí merecen —y reclaman— atenciónlos cuatro focos en que fueron componiéndose y transmitiéndose primero estas tradicio-nes, y que significativamente son : 1, oriental, que desemboca en los escritos de al-W4q15; 2, egipcio, que va a parar a la obra de Ibn `Abd al-I-Jakam; 3, ifriql y 4, an-dalusí, y todos ellos constituidos alrededor de las informaciones transmitidas por descen-dientes de protagonistas de los episodios, en círculos de intereses que M.`A. Makkí ha te-nido el mérito de esclarecer87.

En su totalidad, pues, a las 21 obras cronísticas aquí presentadas les afectan nuestrassospechas de credibilidad, y estamos dispuestos a dar total razón, generalizándolo, al jui-

80. Artículo citado antes en nota 7: Al-Andalus, 1975, p. 179.81. Hesperis-Tamuda, XXV (1987), pp. 80-90.82. Véase H.T. Norris, The Berbers in Arabic Literature, London y New York, 1982, cap. 4: "The ArabConquest of Berber Africá and the Berbers in Spain", y por ejemplo p. 70.83. "On Müsá b. Uqba's Kit lb al-Maghdzr', Acta orientalia, XXI (1953), pp. 288-300.84. Annales. Économies Sociétés Civilisations, (1986), pp. 411-431.85. "Novedades... Fat 13, p. 33.86. Michael Zwetler, The Oral Tradition of Classical Arabic Poetry, Ohio State University, 1978.87. En su artículo antes citado "Egipto y los orígenes".

46

Page 13: EL ESTABLECIMIENTO DE LOS MUSULMANES EN SPANIA - AL … · EL ESTABLECIMIENTO DE LOS MUSULMANES EN SPANIA - AL-ANDALUS MARÍA JESÚS VIGUERA MOLINS (Universidad Complutense de Madrid)

EL ESTABLECIMIENTO DE LOS MUSULMANES EN SPAN1A - AL-ANDALUS

cio antes citado de R. Brunschvig88 : de la cosecha de noticias de tal cantidad de obras noquedaría, en último análisis, como seguro o como simplemente probable más que el cua-dro de conjunto, con sólo los básicos sucesos, algunos nombres propios y las fechasesenciales.

Algo puede paliarse, sin embargo, profundizando en el conocimiento de lo que fue-ron los ajbcir y su proceso de escritura89 , en la mecánica de los topoi", y en el desarrollode la metodología necesaria para abordar con eficacia las "historias de la conquista", comoha propuesto con toda clarividencia Albrecht Noth91.

En mi descripción, análisis y crítica va no sólo implícita, sino también explícita, laobservación, ante las características de las 21 obras cronísticas ahora repasadas, de que nopuede contarse sólo con ellas para historiar la expansión islámica por el Magreb y al-An-dalus (obvia observación, pero pocas veces aplicada de verdad), y de que debe recurrirse atodas las demás fuentes, aparte de los avances de la investigación que ocurren por avancesmetodológicos, y en nuestro tema por introducción del planteamiento sociológico, quepermite traspasar el marco anecdótico del relato tradicional sobre el acontecer, de laconquista islámica, como plantearé a continuación.

3. POLÉMICAS INTERPRETACIONES

Observemos que el estado con que las fuentes árabes nos presentan las noticias sobrela expansión islámica por Spania / al-Andalus ha dado lugar a reconstrucciones muy dife-rentes, en una serie escalonada de interés que se manifiesta en todas las épocas, y que de-semboca en las interpretaciones historicistas del siglo XIX, tan vívidas y detalladas comolas de R. Dozy, sobre todo en su famosa Historia de los musulmanes de España92 , de E.Saavedra, en su meritorio Estudio sobre la invasión de los árabes en España 93 , o de F.Codera, cuya sabiduría se dedicó a aspectos tales como establecer la personalidad de "Elllamado conde D. Julián" o las conquistas por el Valle del Ebro y pirenaicas".

Sobre estas bases, E. Lévi-Provengal estableció un panorama general de cómo pudodesarrollarse la conquista y la instalación de los musulmanes en la Península Ibérica, ensu antes citada España musulmana hasta la caída del Califato de Córdoba (711-1031), de-dicando el capítulo 1° de su tomo I (volumen IV de la Historia de España, dir. por R.Menéndez Pidal, excelentemente traducido por E. García Gómez), en total una cincuen-tena de páginas, a "La conquista y la islamización de España (710-756)", donde toma, ex-tracta y pule los datos de las fuentes, con su buen oficio de historiador característico de laprimera mitad de nuestro siglo, logrando una reconstrucción fenomenológica que, en cier-

88. Antes nota 39.89. Es importante la actuación de figuras como la de Ibn Wadrah, situado entre lo oral y lo escrito: N/P Isa-bel Fierro, Muhammad b. Wadrr-fh al-Qurtubi (m. 287/900)...Kiirib al-bida', Madrid, 1987, H. Kilpatrick,"Context and enhancement of ibe . meaning of abbür in ¡he Kitrib al-Agrinr, Arabica, XXXVIII (1991), pp.351-368.90. Eduardo Manzano-Moreno, "Oriental 'topoi' in Andalusian historical sources", Arabica, XXXIX(1992), pp. 42-58.91. "Fut úly-History and Fut iiy-Historiografía", Al-Qamara, X (1989), pp. 453-462.92. Varias veces traducida al español, antes de que apareciera su ed. revisada por E. Lévi-Provengal, His-toire des Musulmans d'Espagne, Leiden 1932, en 3 t.93. Madrid, 1896.94. Trabajos reunidos en sus Estudios críticos de Historia árabe española, vol. VIII de la "Colección de Es-tudios Árabes", Madrid, 1917.

47

Page 14: EL ESTABLECIMIENTO DE LOS MUSULMANES EN SPANIA - AL … · EL ESTABLECIMIENTO DE LOS MUSULMANES EN SPANIA - AL-ANDALUS MARÍA JESÚS VIGUERA MOLINS (Universidad Complutense de Madrid)

MARÍA J. VIGUERA MOLINS

tos puntos, no deja de ser su selección reconstructiva, sin que quede garantizada la realidadque fue, tamizada por las fuentes y luego tamizada por la labor del historiador. En esta lí-nea de aportación fenomenológica se inscriben las teorías de J. Vallvé, que, en su citadoDiscurso de Recepción en la Real Academia de la Historia, señala que "la invasión se ini-ció con la ocupación de Cartagena"95.

La reflexión apuntada acerca de lo realizado por E. Lévi-Provengal puede aplicarse alconjunto de las reconstrucciones fenomenológicas, algunas tan esforzadas en el escrutiniode las fuentes como las de C. Sánchez Albornoz 96, y otras de conclusiones tan disparata-das como las de I. Olagüe en su libro Les arabes n'ont jamais envahi l'Espagne, com-prometido título que fue disfrazado en su versión española: La revolución islámica en Oc-cidente97.

Ésta fue una manifestación más de cómo el tema de la conquista musulmana de laPenínsula estuvo inmerso en la polémica historiográfica nacional sobre cuál era el conte-nido legítimo de la Historia de España: si al-Andalus pertenecía o no pertenecía al "ser"nacional, cuya decisión se hacía depender de la entidad de aquella conquista. Las identifica-ciones que se produjeron, así, en la historiografía española contemplan y contienen tantoaspectos globalizados como episódicos, como fue la relación establecida entre esa con-quista musulmana de la Península Ibérica, planteada como un desastre, el de la "pérdida deEspaña", y la sensación general de desastre "que dominaba la conciencia colectiva de lasélites intelectuales.., sobre todo, claro está, en las del 98 y del 14", con lo cual, como si-gue precisando Santos Juliá, al señalar la consecuencia de esto en la actuación historio-gráfica, sucesivas generaciones "salieron a los caminos de la historia en busca del ser na-cional... Constituyeron como problema central de su reflexión no un hecho social, sinoun concepto y hasta una metafísica —España o el ser de España—... El resultado fue quemientras en Inglaterra los grandes debates historiográficos se centraron en cuestionescomo la transición del feudalismo al capitalismo.., mientras en Francia se trataba de en-contrar una historia total... mientras los alemanes debatían sobre hechos sociales singula-res como objeto de la ciencia social... en España la gran polémica filosófico/histórica dela primera mitad [del siglo XX], acentuada y agravada por la catástrofe de la guerra [civil],versará sobre el origen y el ser de los españoles, que las máximas figuras del Centro deEstudios Históricos fueron a buscar a las alturas medievales o en el Siglo de Oro"98.

Hoy día parece claro que la reconstrucción fenomenológica puede superarse con elanálisis sociológico y atención sobre las estructuras de población, a través de todo lo cualse calibran las dimensiones del acontecimiento de la conquista de Spania, sus ciscunstan-cias y sus implicaciones. El mérito inicial de esta aproximación, con su lenguaje eficaz,se debe a P. Guichard, que publicó, a fines de los 70, su renovador libro Al-Andalus. Es-tructura antropológica de una sociedad islámica en Occidente 99 , donde se propone"reconstruir las líneas básicas de la estructura socio-antropológica de la sociedad pluri-ét-

95. M. Marín, "Ultimas teorías"; M.J. Viguera, "El dominio islámico del territorio peninsular", Cuader-nos de Historia-16, 249, pp. 21-25 y 26-31.96. Entre otros trabajos suyos, véanse los recogidos en Orígenes de la Nación Española, Oviedo, 1972-1975, 3 t.97. Paris:I969; Barcelona, 1974; entre las críticas que se opusieron a su teoría: P. Guichard, "Los árabes'sí que invadieron España. Las estructuras sociales de la España musulmana", Annales E.S.C. (nov.-dic.,1974), trad. en sus Estudios sobre Historia Medieval, Valencia, 1987, pp. 27-71.98. Santos Julia, "La historia social y la historiografía española", La Historia en el 92, ed. J.P. Fusi,Ayer, X (1993), pp. 29-46.99. En traducción española, Barcelona, 1976; al año siguiente se publicó su original francés Estructuressociales 'orientales et 'occidentales' dans l'Espagne musulmane, Paris-La Haya, 1977.

48

Page 15: EL ESTABLECIMIENTO DE LOS MUSULMANES EN SPANIA - AL … · EL ESTABLECIMIENTO DE LOS MUSULMANES EN SPANIA - AL-ANDALUS MARÍA JESÚS VIGUERA MOLINS (Universidad Complutense de Madrid)

EL ESTABLECIMIENTO DE LOS MUSULMANES EN SPANIA - AL-ANDALUS

nica establecida en la península [ibérica] a raíz de la invasión [musulmana]", trasladandoel foco de atención al propio al-Andalus y trascendiendo la conocida polémica entre defen-sores de la perennidad y omniesencia de España, pese a o sin al-Andalus/Islam, y entre de-fensores del ingrediente al-Andalus/Islam en la entidad de España, polémica cuyas bande-ras enfrentadas alzaron, en los años 50, y respectivamente, Claudio Sánchez Albornoz yAmérico Castro, con sus huestes, luchas, y ricas o pobres secuelas que tanto esfuerzo yespacio ocuparon y, poco a poco, se han convertido en gran recuerdo, para dar paso, cadavez más en los últimos diez años, a un "relato histórico.., diferente, en cuanto busca laracionalidad real de los hechos, el peso de los factores materiales y de los concretamenteactuantes", según expone Francisco Abad, tras su muy reciente recorrido por las ideasemitidas sobre "El Islam y el concepto de España en la Edad Media"100.

4. DOS CUESTIONES IMPORTANTES

Entre las varias cuestiones posibles a analizar, plantearé dos: el nuevo dominio esta-tal y la ocupación del territorio.

Sobre la primera, cabe afirmar que muy pronto, antes de que Müsá ibn Nusayr aban-donara la Península —y ello ocurrió en 713— el Estado islámico estaba ya en ella insta-lado. El mozárabe que, posiblemente a mitad del siglo VIII, redactó la llamada Crónica de754 reconoce con pesar, refiriéndose a actuaciones de Músá cómo "con la espada, el ham-bre y la cautividad devasta no sólo la España ulterior sino también la citerior.., de estaforma, sembrado en todas el pánico, las pocas ciudades restantes se ven obligadas a pedirla paz... Así, sobre esta España desdichada, en Córdoba.., establecen un reino bár-baro"10I.

"Un reino bárbaro" —regnum efferum conlocant, como indica el texto— es decir, unanueva estructura estatal, la islámica, que junto con la estructura tribal, ambas en com-pleja relación, traían los conquistadores musulmanes. Esta estructura estatal islámica es-taba representada, en su cúspide, por los sucesivos dirigentes, emires o valíes que, desdeMúsá ibn Nusayr en adelante rigieron al-Andalus: cada uno de ellos debía representar, cui-dar y reproducir el poder estatal islámico, por encima de las estructuras tribales de losconquistadores árabes y beréberes, por un lado, y por otro de las estructuras feudalizantesde los autóctonos. Tal representación y poder estatal lo ponía de manifiesto cada emir ovalí encabezando las oraciones oficiales, dirigiendo el ejército, encauzando el orden eco-nómico, con la percepción de tributos por el Estado, y controlando la administración.

Notemos que este poder estatal islámico está ejercido al principio por una minoría,frente a la mayoría de la población autóctona de la Península Ibérica, y frente al númerointermedio de árabes y beréberes tribales venidos con las conquistas. Notemos tambiénque, pese a todo, este poder estatal islámico prevaleció frente a la estructura feudalizantede los autóctonos y tribal de los árabes y beréberes; y que a unos y otros acabará por de-sestructurar en proporción mayoritaria.

Sobre la ocupación del territorio recordemos que es imposible cuantificar con exacti-tud esas referencias a "mayoría" "intermedio" o "minoría" de población. J. Bosch calculóde forma relativa en 40.000 o 50.000 el número de árabes llegados con las primerás olea-das del siglo VIII, y en 350.000 los beréberes de esa misma etapa, y que sometieron por

100. Anaquel de Estudios Arabes, III (1992), pp. 61-72, espec. p. 70.101. Crónica mozárabe de 754, ed. y trad. J.E. López Pereira, Zaragoza, 1980.

49

Page 16: EL ESTABLECIMIENTO DE LOS MUSULMANES EN SPANIA - AL … · EL ESTABLECIMIENTO DE LOS MUSULMANES EN SPANIA - AL-ANDALUS MARÍA JESÚS VIGUERA MOLINS (Universidad Complutense de Madrid)

MARÍA J. VIGUERA MOLINS

las armas o por pacto a unos 4.000.000 de autóctonos. Por su parte, P. Guichard seña-laba que el número de combatientes musulmanes en su conjunto sería de unos 150.000 a200.000. Por otro lado, las cifras que ofrecen las Crónicas árabes parecen muy reducidas,por afán de magnificar la hazaña, y así suelen indicar que con rariq desembarcaron, en711, 12.000 beréberes; con Músá, un año después, 18.000 árabes; con Ba19, en 740,8.000 árabes más, aparte de 2.000 clientes; y que la inmigración fue un goteo incesante,cuya magnitud sólo tardíamente alguna fuente se atreve a ponderar, como al-Maqqad, ocomo Luis del Mármol Carvajal, quien con soltura describía: "fue tanto el número deAlárabes y de Africanos que creció en España, que todas las ciudades y villas se hincharondellos, porque ya no pasaban como guerreros, sino como pobladores con sus mujeres ehijos".

Todo parece indicar que, por medio de pactos, tras las resistencias que tras algunasfuertes murallas les plantearan un tiempo, dominaron los musulmanes la Península Ibé-rica. Estos pactos son de dos géneros diferentes: los acordados entre señalados personajesautóctonos y los musulmanes, de forma voluntaria planteados por ambas partes; y otrospactos que siguieron a enfrentamientos guerreros, terminados por capitulación de los au-tóctonos.

Del primer tipo tenemos noticias de dos: entre el señor de Ceuta, Julián, y losmusulmanes, mencionado por algunas fuentes, alguna de las cuales precisa que ocurrióantes de noviembre de 709; 2:: entre los hijos de Witiza y rariq: Ibn al-QCitiyya señalaque se estableció, por medio de mensajeros, el 18-19 de julio de 711.

Del segundo tipo de pactos poseemos más o menos referencias de tres: l e': el estable-cido en abril-mayo de 713 entre Teodomiro de Orihuela y `Abd al-`AzTz ibn MÍis ibnNusayr; 2°: el fechado en junio de 713, concluido entre Músá ibn Nusayr y los habitantesde Mérida, tras un asedio de varios meses; y 30: el decidido entre el gobernador `Anbasa ylos habitantes de Carcasona, en 725, por el cual aquellas gentes acordaron someterse alestatuto de "protegidos", conservando su religión, a cambio de entregar a los musulmanesla mitad de su territorio, pagarles tributo y otras condiciones típicas.

Para concluir quiero decir que, en el tiempo que me ha correspondido, he procuradomostrar cómo todavía las fuentes requieren ediciones, traducciones y análisis en los casosque he indicado, para desvelar lo mejor posible qué tipo de datos poseemos. Observoademás que la Arqueología está comenzando a ofrecer referencias sobre el establecimientoislámico en la Península Ibérica. Por tanto creo que pronto un mejor conocimiento deambos tipos de fuentes ("literarias" y "documentales") permitirá trazar una adecuada histo-ria de estos acontecimientos.

50