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Gregorianum 76, 4 (1995) 663-699 E1 Espiritu en el bautismo de Jesùs (en torno a san Ireneo) En el bautismo de Jesus veian los primeros heterodoxos a) el descenso de Cristo en Jesùs; b) el descenso del Salvador de amba en el (hombre?) de la economia; c) la bajada del que vino de las regiones invisibles sobre el (hombre?) del Demiurgo1. Descubrian algunos en él no la bajada del Espiritu, sino la de Cristo en Jesùs, corno si uno fuera el Cristo y otro Jesus. Ni siquiera veian un solo Cristo. Descenderian en Jesus: 1) el Cristo espiritual que en su fecha subiria al Pleroma; y 2) el Cristo animai, hijo del Demiurgo que tomaria asiento a la diestra del Demiurgo2. Las noticias ultimas de san Ireneo responden a la valentiniana escuela itàlica descrita en Exc. ex Theodoto 58-62. Al venir el Jesus de la Economia, de cuerpo no carnai, pero sensibile, al bautismo del Jordan, acoge a los dos Cristos —animai y espiritual, pasible e impasible para con ellos llevar a cabo su misión salvifica. Llegada la Pasión, se aparta de Jesus el Cristo espiritual impasible; sigue unido a Jesus el Cristo animai pasible. Muerto y resucitado el hombre (= Jesùs) de la economia; y en comunión, durante la vida gloriosa de 18 meses, con los dos Cristos, adoctrina a los discipulos. Llegada la Ascensión suben ambos Cristos a la región que les 1 Iren., adv. haer. III, 17, llss: «Etenim potuerunt dicere apostoli Christum descendisse in Iesum, aut illum superiorem Salvatorem in eum qui sit Dispositionis, aut illum qui est ab invisibilibus in eum qui est Demiurgi; sed nihil quidem tale neque scierunt neque dixerunt». La tesis de Daniel Alain Bertrand, Le baptème de Jesus. Histoire de l'exégèse aux deux premiers siècles, Tiibingen 1973 resulta muy elemental. Tampoco abordé el tema de ahora en mi Cristologia gnostica I, Madrid1976 (capitulos 16 y 17). 2 Iren., Ili, 17,483ss: «Qui Spiritum quidem interimunt, alium autem Christum et alium Iesum intellegunt, et non unum Christum sed plures fuisse docent; et si unitos eos dixerint, iterum ostendunt hunc quidem participasse passionem, hunc autem impassibilem perseverasse; et hunc quidem ascendisse in Pleroma, hunc autem in Medietate remansisse; et hunc quidem in invisibilibus et innominabilibus epulari et oblectari, hunc autem adsidere Demiurgo evacuantem eum virtùte».

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Gregorianum 76, 4 (1995) 663-699

E1 Espiritu en el bautismo de Jesùs

(en torno a san Ireneo)

En el bautismo de Jesus veian los primeros heterodoxos a) el descenso de Cristo en Jesùs; b) el descenso del Salvador de amba en el

(hombre?) de la economia; c) la bajada del que vino de las regiones invisibles sobre el (hombre?) del Demiurgo1.

Descubrian algunos en él no la bajada del Espiritu, sino la de Cristo en Jesùs, corno si uno fuera el Cristo y otro Jesus. Ni siquiera veian un solo Cristo. Descenderian en Jesus: 1) el Cristo espiritual que en su fecha subiria al Pleroma; y 2) el Cristo animai, hijo del Demiurgo que tomaria asiento a la diestra del Demiurgo2. Las noticias ultimas de san Ireneo responden a la valentiniana escuela itàlica descrita en Exc. ex Theodoto 58-62.

Al venir el Jesus de la Economia, de cuerpo no carnai, pero sensibile, al bautismo del Jordan, acoge a los dos Cristos —animai y espiritual, pasible e impasible — para con ellos llevar a cabo su misión salvifica. Llegada la Pasión, se aparta de Jesus el Cristo espiritual impasible; sigue unido a Jesus el Cristo animai pasible. Muerto y resucitado el hombre (= Jesùs) de la economia; y en comunión, durante la vida gloriosa de 18 meses, con los dos Cristos, adoctrina a los

discipulos. Llegada la Ascensión suben ambos Cristos a la región que les

1 Iren., adv. haer. III, 17, llss: «Etenim potuerunt dicere apostoli Christum

descendisse in Iesum, aut illum superiorem Salvatorem in eum qui sit Dispositionis, aut illum qui est ab invisibilibus in eum qui est Demiurgi; sed nihil quidem tale neque scierunt

neque dixerunt». La tesis de Daniel Alain Bertrand, Le baptème de Jesus. Histoire de l'exégèse aux

deux premiers siècles, Tiibingen 1973 resulta muy elemental. Tampoco abordé el tema de ahora en mi Cristologia gnostica I, Madrid 1976 (capitulos 16 y 17). 2

Iren., Ili, 17,483ss: «Qui Spiritum quidem interimunt, alium autem Christum et alium Iesum intellegunt, et non unum Christum sed plures fuisse docent; et si unitos eos

dixerint, iterum ostendunt hunc quidem participasse passionem, hunc autem impassibilem perseverasse; et hunc quidem ascendisse in Pleroma, hunc autem in Medietate remansisse; et hunc quidem in invisibilibus et innominabilibus epulari et oblectari, hunc autem adsidere

Demiurgo evacuantem eum virtù te».

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corresponde: el Cristo animai a la diestra del Demiurgo; el Cristo

espiritual al Pleroma.

Una noticia no muy clara, de origen valentiniano, amplia tal vez

conceptos; en particular la naturaleza y origen de Jesùs, protagonista del bautismo. Escribe san Ireneo:

De la Tétrada se adelantaron los Eones. Habia empero en la Tétrada Hombre e Iglesia, Logos y Vida. Emanadas por tanto de estos (Eones) —

dice — las virtudes engendraron al Jesùs que se manifestò en la tierra. El

àngel Gabriel ocupó el lugar del Logos; el Espiritu Santo el de la Vida; la Virtud del Altisismo el de Anthropos; y la Virgen el de la Iglesia (cf. Le

1,26. 35). De està suerte fué engendrado por medio de Maria el hombre — segùn él3 — de la economia, al cual cuando atravesaba el seno materno

escogió el Padre de los Eones (Le 9,35) mediante el Logos para darse a conocer. Al venir empero él al agua, bajó a él corno paloma (cf Mt 3,16) el que remontó arriba y colmò el nùmero Doce; en el cual està la simiente de los diseminados y descendidos y ascendidos con él. La virtud que descendió era — dice — la simiente del Padre que contiene al Padre y al

Hijo y la por ellos conocida virtud inefable del Silencio, y los Eones todos. Este es el Espiritu que habló por la boca de Jesùs, el que se confesó a si proprio Hijo del Anthropos y reveló al Padre, que descendió a Jesùs, (Espiritu) unido a él. Es pues Jesùs el nombre del hombre venido de la economia; puesto para asemejarse y conformarse al Anthropos mismo y al Logos, al Padre y al Inefable, y al Silencio, la Verdad, la

Iglesia y la Vida4.

Las lineas pertenecen al valentiniano MARCOS. ^En qué estado se adelanta Jesùs a recibir el bautismo? 'Hombre de la economia', siempre Hijo virginal de Maria, seria un hombre excepcionalmente habido, mas no Cristo, Hijo de Dios. MARCOS coincide, en lo fundamental, con los Ofitas de Ireneo.

Pero <;qué significa la emanación de Jesus, a partir de las 'Virtudes' de la Tétrada de Eones? ^Seria Jesus la proyección 'econòmica' del

Salvador, fruto divino de los Eones del Pleroma; fruto que mas tarde —

a raiz de la bajada del Cristo corno paloma — dejaria sentir su eficacia

salvifica?

3 Segùn el valentiniano Marcos.

4 Iren I, 15,3,67ss.

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E1 Jesus de la economia comenzaria a ser Dios, por comunión con el Hijo del Anthropos, en el bautismo; al unirsele personalmente con la

paloma el Espiritu del Padre (resp. el Salvador ο Cristo superior)5.

El bautismo de Jesus entre los Ofitas de san Ireneo

Los Ofitas de Ireneo orquestaron ampliamente el bautismo de Jesus: en sus tres fases a) antes del bautismo, b) en el bautismo, c) después del bautismo.

a) antes del bautismo

Al no hallar descanso en el cielo ni en la tierra, Sophia (Prunicos) entristecida invocò a su Madre. Su Madre, la Primera Fémina, se apiadó ante el arrepentimiento de su hija, y rogò al primer Anthropos que le enviara a Cristo (= tercer Anthropos) en su ayuda. Este descendió a su hermana y al vapor de luz6. Cuando Sophia inferior entendió que su hermano (Cristo) bajaba a ella, anunció su venida a través de Juan y dispuso el bautismo de penitencia y acomodó a Jesùs, de modo que al descender Cristo encontrara un receptàculo limpio, e hizo que mediante su hijo Ialdabaoth fuese la Femina anunciada por Cristo7.

Sophia Prunicos no descansaba en el mundo, a vista de sus hijos — los miembros de la Iglesia espiritual — conturbados a merced de la materia. Acudió al Espiritu del Dios supremo y pidióle le enviara al Cristo

(superior) para salud de sus hijos. Accedió el Dios supremo a su demanda. Sabedora Sophia de la decisión divina, anunció mediante el Bautista Juan la venida del Cristo, y acomodó el interior de Jesùs, hijo de Maria, para que le acogiese.

5 Cf. F. Sagnard, La gnose valentinienne et le témoignage de S. Irénée, Paris 1947 p. 374s.

6 'Humectatio luminis', vapor de luz, ο bruma de espiritu diseminada en la materia ο

Hysterema: de cuya iluminación vendrà la iglesia espiritual llamada a integrarse en el Pleroma.

7 «Quoniam non haberet eadem ipsa (=Prunicos Sophia) requiem neque in caelo

neque in terra, contristatam invocasse in adiutorium Matrem (=Primam Feminam). Mater autem eius, Prior Femina, miserata est super paenitentia filiae et postulavit a Primo Homine adiutorium ei mitti Christum: qui et descendit emissus ad sororem suam et ad humectationem luminis. Cognoscentem autem eam quae deorsum est Sophiam descendere ad (se) fratrem eius, et adnuntiasse eius adventum per Iohannem et praeparasse bapti smum paenitentiae et ante adaptasse Iesum, uti descendens Christus inveniat vas mundum et uti per filium eius Ialdabaoth Femina a Christo adnuntiaretur»: Iren I, 30,12,212ss.

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b) en el bautismo

Cristo descendió atravesando los siete cielos, tornando el aspecto de sus

hijos (de los arcontes) y privàndoles progresivamente de su poder, pues todo el vapor de luz acudió a él. Al descender a este mundo, endosó

primero a su hermana Sophia (Prunicos), y ambos exultaron descansando de consumo8. Y afirman ser estos el esposo y la esposa9. Nacido Jesùs de

virgen por (singular) operación de Dios, fué mas sabio, puro y justo que todos los demàs hombres; sobre él descendió Cristo unido a Sophia, y paso de està suerte a ser Jesucristo10.

El Cristo superior, venido del Pleroma, bajó a través de los cielos, no sin atraer a Si los elementos todos de espiritu ('humectatio luminis') diseminados en ellos. A llegar al cielo de Sophia Prunicos, se le unió en

matrimonio, anticipando el matrimonio de la iglesia masculina de los

àngeles con la femenina de los hombres espirituales. Unidos Cristo/Sophia se adentraron en Jesùs, hijo virginal de

Maria, y tuvo lugar por vez primera la comunión Hijo de Dios/Hijo del

hombre, en Jesucristo. Jesus por hombre, Cristo por Dios. Es el punto mas fuertemente subrayado por Ireneo entre sus adversarios, corno si hasta el bautismo no hubiera sido Jesus, Hijo de Dios ο Cristo.

c) después del bautismo

Muchos de sus discipulos no conocieron la bajada de Cristo a él. Ahora bien, cuando Cristo hubo descendido a Jesùs, empezó a hacer milagros, a curar y anunciar al Padre ignoto y a proclamarse abiertamente Hijo del Primer Anthropos. Por eso se encolerizaron los arcontes y el padre de Jesùs (Ialdabaoth) y tramaron darle muerte. Y mientras era conducido a la muerte, Cristo y Sophia lo abandonaron yendo al Eón incorruptible, y Jesùs fué crucificado11. Empero quieren confirmar el descenso y la

8 Para 'refrigerantes super invicen' H. Fine, Die Terminologie der Jenseitsvorstellun

gen bei Tertullian, Bonn 1958 p. 158ss. 9

Véase José Montserrat Torrens, Los gnósticos I, Madrid 1983 p.

242s. 10

«Descendisse autem eum (=Christum sup.) per septem caelos, aasimilatum filiis eorum dicunt, et sensim eos evacuasse virtutem: ad ipsum enim universam humectationem luminis concurrisse dicunt. Et descendentem Christum in hunc mundum, induisse primum sororem suam Sophiam, et exsultasse utrosque refrigerantes super invicem: et hoc esse

sponsum et sponsam definiunt. Iesum autem, quippe ex Virgine per operationem Dei

generatum, sapientiorem et mundiorem et iustiorem nominibus omnibus fuisse; in (quem) Christum perplexum Sophiae descendisse, et sic factum esse Iesum Christum». Iren I, 30,12 223ss.

" «Multos ergo ex discipulis eius non cognovisse Christi descensionem in eum dicunt; descendente autem Christo in Iesum, tunc coepisse virtutes perficere et curare et

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ascensión de Cristo, por el hecho de que segùn sus discipulos Jesus no realizó ningun portento antes del bautismo ni después de la resurrección de entre los muertos. Ignoraban la union de Jesùs con Cristo, del Eón

incorruptible con la Hebdómada12, y tomaban el cuerpo psiquico por uno mundano. Después de la resurrección, Jesùs permaneció en la tierra XVIII meses. Descendió entonces sobre él la inteligencia y aprendió lo

(espiritualmente) manifiesto13. Ensefió todo esto a unos pocos discipulos, que sabia capaces de conocer misterios tan elevados. Y asi fué acogido en el cielo14. Y Jesùs tomo asiento a la diestra del padre Ialdabaoth, para recibir, enriqueciéndose con ellas, las almas de quienes supieron conocer le, luego que abandonó (Jesùs) la carne mundana. Su padre (Ialdabaoth) ignora todo esto, corno que ni siquiera lo ve, de suerte que mientras Jesùs se enriquece agregàndose las almas santas, su padre sufre detrimento y se

empobrece, privado de su poder mediante las almas15.

En virtud de la union bautismal Cristo/Jesùs, actuó éste corno taumatur

go y Maestro del Padre Ignoto y de Si, Hijo suyo. Encolerizados los arcontes y el Demiurgo Ialdabaoth, padre de Jesùs, buscaron su muerte. Antes empero de la Pasión, Cristo/Sophia se apartaron de Jesùs para que pudiera ser crucificado. Muerto en cruz y resucitado de entre los muertos, abandona Jesùs al sepulcro el cuerpo carnai. Al Jesùs

adnuntiare incognitum Patrem, et se manifeste Filium Primi Hominis confiteri. In quibus irascentes Principes et Patrem Iesu (=Demiurgum Ialdabaoth cum Archontibus), operatos ad occidendum eum; et in eo cum adduceretur, ipsum Christum quidem cum Sophia abstitisse in incorruptibilem Aeonem dicunt, Iesum autem crucifixum». Iren I, 30,13,235ss.

Del Cristo venido del Eón con Jesùs, hijo de Ialdabaoth (dios de la Hebdómada). 13 En virtud de la Gnosis que se le otorgó para iluminación de los espirituales. 14 Elemento desconcertante. E1 Cristo superior abandona definitivamente a Jesus antes de la Pasión. Si Jesùs redivivo no hace cosa grande, es porque sigue sin el Cristo sup. ;Quién, segùn eso, 'fué recibido en el cielo', sin duda en la Ascensión? Salvo meliori, el Jesùs de la economia, singularmente glorificado, maestro en los 18 meses de vida gloriosa: desdoblado en dos: a) en un Jesùs espiritual unido a la sazón al de la economia; y b) en el Jesùs estricto de la economia. El primero sube al cielo y se adentra en el Pleroma, corno se adentraràn los espirituales todos. El segundo substituye al Creador, a cuya diestra toma asiento.

15 «Confirmare autem volunt descensionem Christi et ascensionem ex eo quod neque ante baptismum neque post resurrectionem a mortuis magni aliquid ferisse Iesum dicant

discipuh, ignorantes adunitum esse Iesum Christo, et incorruptibilem Aeonem Ebdomadi, et mundiaìe corpus animale dicunt. Remoratum autem eum

post resurrectionem XVIII

mensibus, et sensibilitate in eum descendente didicisse quod liquidum est, et paucos ex

discipulis suis, quos sciebat capaces tantorum mysteriorum, docuit haec, et sic receptus est in caelum, Iesu sedente ad dexteram Patris Ialdabaoth, uti animas eorum qui cognoverunt eum post depositionem mundialis carnis recipiat in se, ditans semetipsum, Patre eius

ignorante, sed ne vidente quidem eum, uti in quantum Iesus semetipsum ditat in sanctis

animabus, in tantum Pater eius in detrimentis factus deminoretur, evacuatus a virtute sua

per animas». Iren I, 30,14,254ss.

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rediviuo no se le unieron Cristo/Sophia. Perseverò en cuerpo animai y espiritual, conversando durante 18 meses con los discipulos. Y subió

por fin en lo espiritual al cielo, para sentarse en lo psiquico a la diestra de Ialdabaoth y aduefiarse de las almas santas, destituyendo al Demiur

go del dominio sobre ellas. En consecuencia, segùn los Ofitas de san Ireneo, Jesùs conoció

varias etapas. 1 - Hijo de la Virgen Maria, no Hijo de Dios, en la fase

prebautismal; 2 - Hijo también de Dios, en virtud del bautismo y comunión Jesùs/Cristo, hasta la Pasión y muerte en Cruz. Es la ùnica fase en que Jesus, hecho también Cristo, pasa a ser Hijo del Supremo Dios ο Primer Anthropos. 3 - abandonado del Cristo Hijo de Dios al ano de vida publica, vuelve a ser Jesus pasible; 4 - resucita Jesùs, mas no en el cuerpo carnai recibido de la Virgen Maria, sino en cuerpo animai y espiritual. Conversa asi 18 meses con los discipulos; sin comunión

empero con Cristo/Sophia; 5 - sube por fin corno espiritual al cielo, y se sienta corno psiquico a la diestra del Demiurgo Ialdabaoth, a quien substituye en el dominio sobre las almas santas.

Para los Ofitas Jesùs es solamente Hijo de Dios entre el bautismo y la Pasión. Unido al Cristo que baja a él en el Jordan, y abandonado de él en visperas de la Pasión. Sin que nunca mas, ni siquiera redivivo, vuelva a ser Hijo de Dios.

Salta a la vista la importancia entre los herejes del bautismo de Jesùs. Es el momento de la Encarnación del Cristo; mejor aùn, de la Encaraación del matrimonio Cristo/Sophia.

Dentro de los limites cronológicos — desde el bautismo hasta la Pasión — el Hijo de Dios se hace Hijo de la Virgen; asume el cuerpo carnai recibido de la Virgen por Jesùs. El cuerpo de Jesùs deja de ser

carnai, a raiz de la resurrección; no antes. La indole pasible, mortai, de Jesùs en los dias prebautismales queda comprometida por la comunión

personal con el Hijo de Dios. La presencia de Cristo/Sophia en Jesùs, del Hijo de Dios en el Hijo del hombre, levanta al hombre Jesùs a la condición inmortai e impasible divina. Su ausencia ante la Pasión le devuelve al régimen prebautismal.

Doctrina de Ireneo: Bautismo en Espiritu, no en Cristo

Veamos còrno desarrolla san Ireneo su doctrina del Bautismo de

Jesùs, en adv. haer. 111,17,1/18,6. Atento a los heterodoxos (Ofitas y valentinianos; mas a Ofitas que a valentinianos).

Comienza por invocar el dato de los evangelistas (cf. Mt 3,16; Me

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EL ESPÌRITU ΕΝ EL BAUTISMO DE JESÙS 669

1,10; Le 3,22; Joh 1,32): la bajada del Espiritu de Dios, corno paloma, a Jesus.

Los evangelios ignoran el descenso de Cristo ο del Salvador

superior en el (hombre Jesùs) de la economia. Nada saben del venido de las regiones invisibles sobre el (hombre) del Demiurgo.

Ireneo se atiene a la noticia evangèlica, al Espiritu de Dios que baja en forma de paloma a Jesùs. De momento prescinde de otros elementos

para individuar al venido de arriba, el Espiritu de Dios.

El Espiritu de Dios bajó a él (Jesùs) corno paloma. El Espiritu del que dijo Isaias: Ύ descansarà sobre él el Espiritu de Dios'; corno arriba

dijimos. Υ Έ1 Espiritu del Serior sobre mi, por lo cual me ungió'16.

El Obispo de Lión se habia explayado con detenimiento capitulos antes:

Agrega en el bautismo Mateo: 'Abriéronse los cielos, y vió el Espiritu de Dios que venia sobre él corno paloma. Y he aqui una voz venida del cielo

que decia: Este es mi Hijo amado en quien me he complacido'. Pues no

bajó entonces Cristo en Jesùs, ni uno es Cristo y otro Jesùs; sino que el Verbo de Dios, Salvador de todos y dueùo del cielo y de la tierra, es Jesùs, segùn probamos arriba. Asumió la carne y ungido por el Padre con

Espiritu, fué hecho Jesucristo17.

No bajó Cristo en el bautismo de Jesus, dando lugar a Jesucristo, por comunión del Hijo de Dios con el Hijo del hombre. Fué el Verbo de Dios quien asumió la carne en el seno virginal y ungido en el Jordan por el Padre con el Espiritu fué hecho Jesucristo.

No Jesucristo por comunión bautismal de Jesùs con el Cristo venido del cielo, sino por comunión bautismal de Jesùs con el Espiritu del Padre; ο bien por unción del Verbo en carne con el Espiritu de Dios.

16 «Spiritus Dei sicut columbam descendisse in eum (Iesum), hunc Spiritum de quo ab

Esaia dictum est (Is 11,2): 'Et requiescet super eum Spiritus Dei', sicut praediximus. Et iterum (Is 61,1; Le 4,18): 'Spiritus Domini super me, propter quod unxit me'». Iren III, 17,l,7ss.

17 «Adhuc ait in baptismate Matthaeus (3,16-17): 'Aperti sunt caeli, et vidit Spiritum Dei quasi columbam vementem super eum. Et ecce vox de caelo dicens: Hic est Filius meus dilectus in quo mihi complacui'. Non enim Christus tunc descendit in Iesum, neque alius

quidem Christus, alius vero Iesus; sed Verbum Dei, qui est Salvator omnium et dominator caeli et terrae, qui est Iesus, quemadmodum ante ostendimus (cf. 111,6,lss: Verbum Dei=

Iesus), qui et aasumpsit carnem et unctus est a Patre Spiritu, Iesus Christus factus est». Iren III, 9,3,71ss.

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Como dice también Isaias: 'Saldrà una vara de la raiz de Jesé y una fior subirà de su raiz. Y descansarà sobre él el Espiritu de Dios, Espiritu de sabiduria e intelecto, Espiritu de consejo y poder, Espiritu de ciencia y piedad, y le llenarà el Espiritu del temor de Dios. No juzgarà por conjetura ni condenarà por palabras; juzgarà justamente al humilde y condenarà a los gloriosos de la tierra'18.

Vaticinaba Isaias lo que tenària lugar en el Jordan sobre la carne asumida por el Verbo, vara y fior venida de la raiz de Jesé. El Espiritu de Dios descansaria sobre ella, ungiéndola con los siete dones y habilitàndola para juzgar segun verdad ('non secundum gloriamy9, no

por apariencias, y condenar a los grandes de la tierra.

Y de nuevo el propio Isaias significando de antemano su unción y el por qué de ella, dice: Έ1 Espiritu de Dios sobre mi; por lo cual me ungió para evangelizar a los humildes, me envió a curar a los contritos de corazón, a

pregonar a los cautivos remisión y a los ciegos vista, a llamar acepto el ano del Senor y al dia de la retribución, a consolar a todos los que lloran20.

Pimpollo de la raiz de Jesé, e hijo de Abrahàn (cf. Mt 1,1), esto es, a titulo de Verbo encarnado, descansaba sobre Jesus el Espiritu de Dios y era ungido para evangelizar a los humildes. En cambio corno Dios, no

juzgaba por apariencias ni condenaba de oidas21. La unción bautismal en el Espiritu de Dios suponiale a Jesus,

Verbo Hijo de Dios, y le ungia 'secundum carnem', para su ejercicio salvifico, en cuanto hombre y en cuanto Dios.

18 «Sicut et Esaias ait (11,1-4): 'Exiet virga de radice lesse, et flos de radice eius

ascendet; et requiescet super eum Spiritus Dei, Spiritus sapientiae et intellectus, Spiritus consilii et vitutis, Spiritus scientiae et

pietatis, et implebit eum Spiritus timoris Dei. Non

secundum gloriam iudicabit nec secundum loquellam arguet, sed iudicabit humili iudicium et arguet gloriosos terrae'». Iren III, 9,3,8(Jss.

'Non secundum opinionem' (doxan). 20 «Et iterum ipse Esaias unctionem eius et propter quid unctus est praesignificans ait

(Is 61,1-2): 'Spiritus Dei super me, quapropter unxit me evangelizare humilibus, misit me curare comminutos corde, praeconare captivis remissionem et caecis visionem, vocare annum Domini acceptabilem et diem retributionis, consolari omnes plangentes'». Iren III, 9,3,86ss.

21 Iren III, 9,3,92ss: «Nam secundim id quod Verbum Dei homo erat ex radice lesse et filius Abrahae, secundum hoc requiescebat Spiritus Dei super eum et unguebatur ad

evangelizandum humilibus; secundum autem quod Deus erat, non secundum gloriam iudicabat neque secundum loquelam arguebat: 'non enim opus erat illi ut quis ei testimonium aiceret de homine, cum ipse sciret quid esset in nomine'».

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Consolaba empero a todos los hombres que lloran y otorgaba el perdón a los conducidos a cautividad por los pecados, desligàndoles de los lazos de

que habla Salomon: 'Cada cual es apretado por las redes de sus

pecados'22.

En virtud de la unción en el Espiritu de Dios, consolarà Jesùs a los que lloran (cf. Is 61,2) y librarà de los pecados a los caidos en su cautiverio. En armonia con Prov 5,22.

Résumé Ireneo la eficacia de la unción bautismal de Jesùs en el

Espiritu de Dios:

Bajó pues a él el Espiritu de Dios. El de aquel que habia prometido mediante los profetas que habia de ungirle, para que, participes de la abundancia de su unción, fuéramos salvos23.

El relato del bautismo de Jesus (Mt 3,16-17) responde a lo vaticinado

por los profetas, para la unción salvifica de Jesus.

Lejos de recibir por vez primera en su interior al Cristo, Hijo de

Dios, acoge — Verbo ya encarnado—al Espiritu de Dios, para salud de cuantos participen en la abundancia de su unción. Ungido Jesus en la

plenitud del Espiritu de Dios, para salvarnos con la efusión de El. Verbo encarnado, ninguno de sus dos componentes es en si comunica ble a sus hermanos. Ha de recibir en su naturaleza humana el Espiritu de Dios, del Padre, a fin de, comunicado a sus hermanos, hacerles hijos de adopción.

Volvamos a Iren III, 17,1. A Jesùs se le comunica en el bautismo el

Espiritu de Dios; en cumplimiento de lo vaticinado por los profetas. Los testimonios de Escritura hablan del descanso del Espiritu de

Dioss sobre Jesùs; del Espiritu del Sefior que unge al Salvador. Es el mismo — Espiritu del Padre — de que hablada Jesùs (Mt 10,20); el

Espiritu Santo enumerado por el Salvador en fòrmula trinitaria (Mt

28,19).

22 «Advocabat autem omnes homines plangentes et, remissionem his qui a peccatis in

captivitatem deducti erant donans, solvebat eos a vinculis, de quibus ait Salomon (Prov 5,22): 'Restibus autem peccatorum suorum unusquisque constringitur'». Iren III, 9,3,99ss.

23 «Spiritus ergo Dei descendit in eum (Iesum), eius qui per prophetas promiserat

uncturum se eum, ut de abundantia unctionis eius nos percipientes salvaremur». Iren III, 9,3,104ss.

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Este Espiritu de que dice el Seiior: 'Pues no sois vosotros los que hablàis, sino el Espiritu de vuestro Padre habla en vosotros'. Y de nuevo, dando a los discipulos el poder de regenerarlo s para Dios les decia: 'Id y adoctrinad a todas las gentes, bautizàndolas en el nombre del Padre y del

Hijo y del Espiritu santo'. Este en efecto prometió mediante los profetas enviaria en los ùltimos tiempos sobre siervos y siervas para que vaticina ran. Por donde descendió también al Hijo de Dios hecho Hijo del

hombre, habituàndose con él a habitar en el linaje humano y descansan do entre los hombres y morando en el plasma de Dios, corno quien obra en ellos la voluntad del Padre y los renueva sacàndolos de la vetustez (de la carne) a la novedad de Cristo24.

Dos cosas urge Ireneo, en el bautismo de Jesus. Desciende sobre éste corno paloma el Espiritu de Dios, no el Cristo ο Salvador de arriba. El

Espiritu vaticinado en Is 11,2 y 61,1. Los testimonios biblicos, relativos al Espiritu del Jordan, no dejan lugar a duda.

Al bajar en plenitud con sus siete dones (Is ll,l-4)25, unge a Jesùs dotandole de todas las virtudes, en orden a su misión salvifica (Is 61, 1-2; Le 4,18).

Unción septiforme sobre la humanidad del Verbo, la habilita de lleno con los siete dones, en orden a su misión salvifica, en cuanto hombre y en cuanto Dios. Le unge corno hombre, hijo de Jesé y de Abrahàn para evangelizar a los humildes, sanar a los contritos de

corazón, pregonar remisión a los cautivos de pecado, dar vista a los

ciegos etc.; y corno Verbo Hijo de Dios juzgarà segùn verdad y condenarà por ciencia propia. En resumen, el Espiritu de Dios descan sarà en Jesùs y le ungirà—segun promesa de los profetas — para salvar a los hombres con la efusión de Si, haciéndoles participes de su abundancia.

El Espiritu del Jordan, corno 'Espiritu de nuestro Padre', sera

quien hable en nosotros (cf. Mt 10,20), y nos otorgue el poder de renacer para Dios (segùn Mt 28,19).

24 «Iste Spiritus de quo ait Dominus (Mt 10,20): 'Non enim vos estis qui loquimini, sed Spiritus Patris vestri qui loquitur in vobis'. Et iterum potestatem regenerationis in Deum dans disciputis dicebat eis (Mt 28,19): 'Euntes docete omnes gentes, baptizantes eos in nomine Patris et Filii et Spiritus sancti'. Hunc enim promisit per prophetas effondere se in novissimis temporibus super servos et ancillas ut prophetent (cf. Joel 3,1-2; A et 2,17-18); unde et in Filium Dei Fuium hominis factum descendit, cum ipso aduescens habitare in genere humano et requiescere (cf. Is 11,2; 1 Pe 4,14) in hominibus et habitare in plasmate Dei, voluntatem Patris operans in ipsis et renovans eos a vetustate in novitatem Christi». Iren III, 17,l,10ss.

25 Cf. Iren III, 9,3,80ss.

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EL ESPÌRITU ΕΝ EL BAUTISMO DE JESÙS 673

Habia Dios prometido, mediante los profetas, derramarlo en los

tiempos novisimos sobre sus siervos y siervas para que vaticinaran26. Por eso también descendió primeramente sobre Jesus, Hijo de Dios hecho

Hijo del hombre, para que acostumbrado con él a habitar en el linaje humano, descansar entre los hombres (cf. Is 11,2; 1 Pe 4,14) y morar en el plasma de Dios, cumpliera en ellos la voluntad del Padre y les

condujera de la vetustez (de la carne) a la novedad de Cristo27.

Habituados, a semejanza de Cristo, a obedecer en plasma a Dios, en virtud del Espiritu, imitaremos los discipulos el misterio suyo bautismal. Abandonaremos la vetustez de la carne pecadora para renovarnos en ella a la novedad de vida.

La doctrina de Ireneo sobre el Espiritu està libre de los prejuicios de la doctrina gnostica. El Espiritu de Dios, segùn Ofitas y valentinia

nos, varia del Antiguo al Nuevo Testamento. En el A.T. predomina el

Espiritu del Creador; Espiritu arcóntico, profético, consubstancial con el Demiurgo, racional. Es el Espiritu infundido a los profetas, que les habilita par vaticinar segùn el Demiurgo, hacer milagros y curaciones28, sin salir nunca del régimen sensible de la creación.

En el N.T. predomina el Espiritu del Padre ο Dios bueno, consubstancial con el supremo Dios y con su Hijo; Espiritu santo ο

puro, cuyo ejercicio peculiar es la Gnosis ο vista directa de Dios, no los vaticinios ni los milagros y curaciones. El bautismo de Jesus no tiene

lugar en el Espiritu profético, corno el de los profetas paleotestamenta rios. Se cumple en el Espiritu de Dios Padre, corno el bautismo de los Eones. Habilita a Jesùs para que conozca directamente al Padre; y para que, mediante su efusión en los individuos 'pneumàticos', levantados a la misma Gnosis del Hijo, conozcan corno él al supremo Dios y Padre.

26 Cf. Joel 3,1-2; Act 17-18. 27 Cf. Iren V, 9,2-3: «Et propterea ait (1 Cor 15,49): 'Sicut portavimus imaginem eius

qui de terra est, portemus et imaginem eius qui de caelo est'. Quid est ergo terrenum?

Plasma. Quid autem caeleste? Spiritus. Sicut igitur, ait, sine Spiritu caelesti conversati

sumus aliquando in vetustate carms, non obedientes Deo: sic nunc accipientes Spiritum, in

novitate vitae ambulemus, obedientes Deo». 28 Cf. Exc. ex Theod. 24: «Segtin los valentinianos, el Pneuma de excepción que cada

uno de los profetas poseia en orden a su ministerio, se ha difundido (ahora) sobre todos los

que forman parte de la Iglesia (psiquica). Por eso también los signos ael Pneuma (del

À.T.), curactones y profedas, se cumplen a través de la Iglesia (psiquica). —

Ignoran

empero — anade Clemente Al. —

que el Paràclito ahora operante directamente en la

Iglesia (del N.T.) es de la misma esenda y virtud del que actuaba derechamente en el

Antiguo Testamento».

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674 ANTONIO ORBE, S.I.

Ofitas y valentinianos trataban de eliminar equivocos, y temerosos de que con el bautismo en Espiriti! aplicando a Jesùs, pudiera alguien confundir al Hijo de la Virgen con los profetas del A.T. ; y a su bautismo en Espiritu con el de los antiguos profetas, prefirieron concebir el bautismo del Jordan con la infusión ο bautismo en el Cristo superior.

Frente a ellos, sin escrupulo, segun tesis eclesiàstica, iguala Ireneo el Espiritu de Dios, en ambos Testamentos. Dondequiera que la Escritura mencione al Espiritu de Dios, se refiere al mismo Espiritu. El

cual, en el A.T., se deja sentir singularmente entre los profetas, y en el N.T. — corno Paràclito — entre los apóstoles. Alla donde la Escritura menciona al Espiritu de Dios, habla del mismo Pneuma; sin la distinción arbitraria introducida por los herejes entre el Espiritu del A.T. y el del

Nuevo, en armonia con la distinción potisima entre el Dios del A.T. y el del Nuevo.

En particular, el Espiritu vaticinado por Joel para los siervos y siervas, en los tiempos ultimos a fin de moverlos a profecia, es el mismo

que pide David para el linaje humano, cuando dice en el 'Miserere': «Y consolidarne con Espiritu dominante» (Ps 50,14). El Espiritu derrama do sobre los discipulos, en Pentecostés, por el Sefior subido a los cielos.

Este Espiritu pidió David para el gènero humano al decir: Ύ consolida rne con Espiritu dominante'. El que segùn Lucas bajó después de la Ascensión del Sefior sobre los discipulos en Pentecostés, dotado para todas las naciones, de poder de ingreso en la vida y apertura del Nuevo Testamento. De ahi que conspirara con todos los lenguajes para glorificar a Dios. El Espiritu reducia a unidad a las tribus distantes y ofrendaba al Padre las primicias de todas las gentes29.

Lo que suplicaba el Real profeta se cumplió ya en Pentecostés con el

Espiritu que el Sefior envió de los cielos a los discipulos. Lo que con la bajada del Espiritu sobre Jesus, en el Jordan, tuvo

lugar con la del Espiritu de Jesùs, en Pentecostés, sobre sus discipulos. La firmeza de tal Espiritu se echa de ver en su eficacia pentecostal.

Tiene poder sobre todas las naciones para introducirlas a la Vida e

inaugurar un Testamento Nuevo. Sin las limitaciones a Israel del

29 «Hunc Spiritum petiit David humano generi dicens; 'Et Spiritu principali confirma me'. Quem et descendisse Lucas ait post ascensum Domini super discipulos in Pentecoste

(cf. Actl, 1-4), habentem potestatem omnium gentium ad introitum vitae et adapertionem novi Testamenti; unde et omnibus linguis conspirantes hymnum dicebant Deo, Spiritu ad unitatem redigente distantes tribus et primitias omnium gentium offerente Patri (cf. Act

2,5-12)». Iren III, 17,2,23ss.

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el espiriti; εν el bautismo de jesùs 675

régimen precedente. En su virtud las naciones todas son llamadas a la Vida de Dios. Todas ellas oyen hablar a los apóstoles en la propria lengua y celebran en ella las grandezas de Dios (cf Act 2,5-12).

El Espiritu reduce a unidad, de modo sensible, las tribus distantes de Partos y Medos y Elamitas, habitantes de Mesopotamia, Judea,

Capadocia, Ponto y Asia etc. y ofrece al Padre las primicias de todas las naciones.

Se cumple la promesa por el Sefior del Paràclito (cf. Ioh 15,26) que habia de asimilarnos a Dios. El dinamismo del Espiritu no puede ser mas noble. Lleva a la unidad a las naciones mas distantes, y les otorga la Vida de Dios.

Pues asi corno del trigo seco sin agua no es posible la masa ni el pan, tampoco podemos nosotros, de muchos, hacernos uno solo sin el agua venida del cielo. Y asi corno la tierra seca, si no es humedecida, tampoco fructifica; asi nosotros, que primero éramos àrbol àrido, no fructificaria mos la Vida (de Dios) sin generosa lluvia venida del cielo (de Dios)30.

El Espiritu viene a ser la lluvia de Dios. Ni el pan es uno mientras a la harina de trigo no se le sume el agua; ni los cristianos somos uno en Cristo Jesus mientras no recibamos de arriba, a modo de agua celeste, el

Espiritu de Dios. Tampoco el àrbol fructifica sin riego. El hombre, àrbol en si àrido,

ο tierra àrida, no fructifica para Dios, mientras no reciba del cielo el

riego del Espiritu. Las analogias de Ireneo no requieren explicación. No asi las lineas que siguen:

Pues nuestros cuerpos obtuvieron la unidad que lleva a la incorruptela mediante el bario (del bautismo); y (nuestras) almas mediante el Espiritu. Ambas cosas (el agua y el Jesùs) son por tanto necesarias, ya que ambas se ordenan (y adelantan) a la vida de Dios; por compasión de nuestro Sefior para aquella Samaritana pecadora, que no perseverò con un solo

marido, y fornicò en muchas nupcias. (El Senor) le ensefió y prometió el

Agua viva, para que no tuviera mas sed ni se ocupara en gustar el agua con trabajo, teniendo ante si una bebida que salta hasta la vida eterna, y que recibiendo el Sefior corno don del Padre otorga también personal

30 «Sicut enim de arido tritico massa una fieri non potest sine humore neque unus

panis, ita nec nos multi unum fieri in Christo Iesu (cf. Rom 12,5; 1 Cor 10,17; Gal 3,28) poteramus sine aqua quae de caelo est. Et sicut arida terra, si non percipiat humorem, non

fructificat, sic et nos, lignum aridum (cf. Le 23,31) exsistentes primum, numquam fructificaremus vitam sine superna voluntaria pluvia (cf. Ps 67,10)» Iren III, 17,2,32ss.

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676 ANTONIO ORBE, S.I.

mente a quienes participan de él, derramando el Espiritu santo a toda la tierra31.

Lo que en el àrbol àrido, ocurre en el hombre, en el cuerpo y alma humanos. Han menester agua y Espiritu. Con el agua adquieren nuestros cuerpos la unidad que les hace incorruptibles. Y con el

Espiritu, nuestras almas. Mientras el humano cuerpo no reciba el bailo del bautismo, sin

principio de incorrupción se encamina a la corrupción y muerte. Y mientras el alma del hombre no reciba la lluvia del Espiritu, termina

igualmente en corrupción y muerte. Solo con el bautismo en agua y en

Espiritu recibe el hombre en sus dos componentes — cuerpo y alma —

el principio de incorrupción y Vida de Dios. La eficacia de los dos elementos — el agua ο bafio, y el Espiritu —

tiene lugar en los dos componentes del hombre. El agua ο bano directamente sobre el cuerpo; indirectamente sobre el alma. El Espiritu directamente sobre el alma; indirectamente sobre el cuerpo.

Ireneo concibe el bautismo no simplemente corno de sola agua; sino de agua animada por el Espiritu. De lo contrario, sola agua no tendila eficacia para incorruptela del cuerpo ni del alma. De ahi la insistencia sobre el àrbol seco, de la lluvia superna, venida de arriba, con eficacia celeste.

De donde — agrega Ireneo — ambas cosas son necesarias; a saber el lavacro ο bailo de agua, y el Espiritu que lo anima; porque ambas unidas contribuyen a la Vida de Dios en los dos componentes del hombre.

Ireneo impugna a los valentinianos que separaban el bautismo, corno cosa del Jesus aparencial, de la 'Redención' (o bautismo de

Espiritu) propia de Cristo32. El lavacro ο bautismo de agua es necesario

para la salvación del humano cuerpo, llamado corno està también él a la

31 «Corpora enim nostra per lavacrum (cf. Ef 5,26; Tit 3,5) illam quae est ad

incorruptionem unitatem acceperunt, animae autem per Spiritum (cf. Joh 3,5). Unde et

utraque necessaria, cum utraque proficiunt in vitam Dei, miserante Domino nostro Samaritanae illi praevaricatrici (cf. Jer 3,7,8. 10.11) quae in uno viro non mansit, sed fornicata est in multis nuptiis (Joh 4,16-18), et ostendente ei et pollicente aquam vivam (cf. Joh 4,10), ut ulterius non sitiret neque occuparetur ad humectationem aquae laboriosae, habens in se potum saliens in vitam aeternam (ci.Joh 4,14), quod Dominus accipiens munus a Patre ipse quoque his donavit qui ex ipso participantur, in universam, terram mittens Spiritum sanctum». Iren III, 17,2,39ss. 32 Cf. Iren I, 21,2,17ss: «Et baptisma quidem apparentis Iesu in remissionem esse

peccatorum, redemptionem autem esse eius qui in eo descenderit Christus ad perfectio nem; et illud quidem animale, illam autem spiritalem esse repromittunt. Et baptisma

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EL ESPIRITU ΕΝ EL BALTTISMO DE JESÙS 677

Vida de incorruptela. Mientras segùn los valentinianos el bautismo de

agua era solo para remisión de pecados, no para redención del cuerpo y del alma; segun Ireneo, el lavacro de agua, en comunión con el bautismo de Jesus, es necesario para conducir al hombre, en cuerpo y alma, a la Vida de Dios (resp. a la incorruptela).

Ireneo invoca con està ocasión el paso de la Samaritana. En conversación con ella, alude Cristo al bautismo de Espiritu. Dominada corno estaba por un régimen de pecado, en aridez y sed continua, a merced de un agua trabajosamente habida, Cristo le promete, con entero cambio de régimen, un Agua viviente que salta hasta la Vida

eterna; Agua que el propio Seflor recibe en don del Padre y otorga asimismo en don a cuantos participan del Espiritu que envia por toda la tierra.

El hombre destituì do de Espiritu vive en aridez, corno àrbol sin

savia, incapaz de dar fruto. El agua que bebe le acrece la sed, no le humedece para Dios, porque no le llueve de arriba. Le viene de la

tierra, y lejos de saciar su sed con agua de pozo, se la aumenta; y corno todo lo terreno, bueno para bestias, no para 'espirituales', conduce a la

corrupción en cansancio. El recurso al Espiritu, Agua viva que salta a la Vida eterna,

responde a la eficacia del bautismo de Espiritu, en el Jordan. Es «lo que recibe el Seflor en don del Padre», no simple y exclusivamente para si, sino para derramado por toda la tierra, sobre quienes se hacen dignos de participar de él.

Segun los valentinianos, la venida del Cristo superior en Jesùs no se ordena a la efusión por toda la tierra, sin distinción de gentes, y menos de humanas naturalezas. Habilita a solo Jesùs, cabeza de la Iglesia 'espiritual', y por su medio—con la mediación mas calificada—a todos

y solos hombres espirituales, capaces de recibir cabalmente la Gnosis de

Cristo, y con ella la 'salus spiritus'.

auidem ab Ioanne adnuntiatum in paenitentiam, redemptionem autem Paulum manifeste dicunt eam quae sit in Christo Iesu redemptionem saepisisime ostendisse, et esse hanc eam

?uae

ab ipsis varie et inconsonanter traditur»; Iren I, 21,4,71ss: «Alii autem haec omnia

=externa) recusantes, dicunt non oportere inenarrabilis et invisibilis Virtutis mysterium

per visibiles et corruptibiles perfici creatura, et ea quae mente concini non possunt et

incorporato et insensibilia, per sensibilia et corporato. Esse autem perfectam redemptio nem ipsam agnitionem inenarrabilis Magnitudims: ea enim quae sunt de ignorantia statum, uti sit agnitio redemptio interioris hominis. Et neque corporalem esse eam, corruptibile enim est corpus, neque animalem, quoniam et anima de labe est, Spiritus velut habitacu lum: spiritalem ergo oportere et redemptionem esse. Redimi enim per agnitionem interiorem hominem spiritalem et sufficere eis universorum agnitionem: et nane esse

redemptionem eorum».

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678 ANTONIO ORBE, S.I.

Segun los eclesiàsticos el mismo Espiritu santo que desciende sobre Jesus en el Jordan, se ordena al bautismo futuro de la Iglesia toda.

Pasarà, en Pentecostés, del cuerpo glorificado de Jesùs al humano

plasma, sin distinción de gentes, a fin de elevarlo en su dia al conocimiento salvifico del Padre (con la 'salus carnis').

La analogia del Agua=Espiritu de Dios se presta a muchas

aplicaciones. El Obispo de Lión acaba de apuntar la del Agua=savia del àrbol frutal; la del Agua viva, en contraste con el agua terrena; la de la lluvia caida del cielo... Son analogias inspiradas en el Evangelio. Invoca

enseguida la analogia paleotestamentaria del Rodo. Los dos Testamen tos conciben el Espiritu de igual modo.

Por adelantarse a ver la gracia de este don (del Espiritu), Gedeón — el Israelita aquel escogido por Dios para que salvara al pueblo de Israel del dominio extranjero — mudò su petición (cf. Jud 6,36-40); y profetizó que sobre el vellocino de lana en que habia caido primero el rocio, figura del

pueblo (de Israel), habia de haber aridez, esto es, no habian de recibir ya de Dios el Espiritu Santo, segùn dice Isaias (5,6): Ά las nubes ordenaré

que no lluevan sobre ella (=la tierra de Israel)'. En cambio habia de extenderse a toda la tierra el rocio, esto es el Espiritu de Dios33.

El libro de los Jueces, a propòsito de Gedeón, hace valer dos peticiones a Dios. En ambas juega decisivo papel el vellón de lana. En la primera demanda, pide corno signo que el rodo caiga solo en el vellón. En la

segunda, al revés, pide que el rodo caiga en toda la tierra, menos en el vellón.

Es un hecho profético. El vellón figura al pueblo de Israel; y el

rodo, al Espiritu Santo. En la primera ruega profèticamente a Dios que el Espiritu Santo caiga solo sobre Israel, no en el resto de la tierra. En la

segunda pide que el Espiritu de Dios pase de Israel a las naciones todas de la tierra.

La analogia del rodo, figura del Espiritu de Dios, responde a la de la lluvia caida de las nubes34.

Aplicable al bautismo en Espiritu, primero de Israel, y mas tarde de las naciones (en Pentecostés), se cumple singularmente en el

33 Iren III, 17,3,51«. 34 Cf. Prov 3,19-20: «Deus sapientia fundavit terram, paravit autem caelum prudentia; sensu eius abyssi eruperunt, nubes autem manaverunt ros» en Iren IV, 20,3,5oss. Y aqui mismo en seguida, segun Is 5,6.

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EL ESPIRITI! ΕΝ EL BAUTISMO DE JESÙS 679

bautismo de Jesùs. E1 rodo del Espiritu desciende en el Senor, y él se lo

otorga a la Iglesia desde los cielos, corno Paràclito. No baja exclusiva mente sobre Jesus, a titulo de Salvador, ni sobre los 'espirituales' hijos de Sophia. Baja adonde primero habia bajado corno rayo el diablo; esto

es, a las naciones, un tiempo dominio del diablo.

El Espiritu de Dios descendió al Senor (Is 11,2-3), 'Espiritu de sabiduria e intelecto, Espiritu de consejo y fuerza, Espiritu de ciencia y piedad, Espiritu de temor de Dios'. El mismo que a su vez otorgó (el Senor) a la

Iglesia, enviando desde los cielos a toda la tierra el Paràclito (cf. Joh

15,26), alla adonde fué también arrojado el diablo corno rayo, segun dice el Senor (cf Le 10,18; Apoc 12,9)35.

El Padre habia enviado al Senor corno rocio el Espiritu septiforme. El

Senor a su vez envia el Espiritu a la Iglesia por el mundo; adonde

primero habia reinado el diablo. Ireneo piensa en los heterodoxos. El bautismo de Espiritu no es

exclusivo de Jesùs, ni de los 'espirituales' llamados a la Gnosis.

Otorgado un tiempo a Israel, y no a las naciones, se derrama desde los

dias de Pentecostés a las naciones todas, miembros de la Iglesia de

Cristo. Desciende sin reparo adonde un tiempo dominaba el diablo.

Por eso hemos menester el rocio de Dios para no abrasarnos ni volvernos

estériles, y para que donde tenemos un acusador (cf. Apoc 12,10) tengamos también un Paràclito. El Senor encomendó en efecto al

Espiritu santo a su hombre, caldo en poder de ladrones, del cual tuvo

compasión y vendo sus llagas. Le dio dos denarios regios (cf Le 10.30-35), para que recibiendo mediante el Espiritu la imagen y la inscripción (cf. Mt 22,20; Me 12,16; Le 20,24) del Padre y del Hijo, hagamos valer el denario que nos han encomendado, devolvendoselo multiplicado al Senor (cf. Mt 25,14-30; Le 19,12-27)36.

El hombre abandonado a su enemigo corre peligro de abrasarse entre

pasiones. Ha menester el rocio del Espiritu para no aridecer ni caer en

esterilidad con Dios, a merced del diablo, su acusador37. En antitesis

con el diablo (resp. espiritu del diablo), acusador, el Espiritu de Dios es

Paràclito. A la antitesis diablo=acusador y Espiritu=Paràclito responden en

35 Iren III, 17,3,59ss. 36 Iren III, 17,3,64ss. 37 Cf. Apoc 12,10. Véase Epid. 16 con el comentario de E. Romero Pose.

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680 ANTONIO ORBE, S.I.

la paràbola evangèlica los ladrones y el Μ esonero. EI diablo actua corno los ladrones. El Espiritu de Dios corno el Mesonero.

El hombre caido en poder de los ladrones, que le maltrataron y malhirieron, es propiedad del Sefior ('suum hominem'). No se avino éste a perderlo. Venia a salvarlo. Se apiadó de él, le vendo las heridas, y lo encomendó al Espiritu santo por dos denarios regios. Los dos denarios llevaban la imagen ο figura y la inscripción del Padre y del

Hijo. En manos del Espiritu santo, fructificarian corno monedas

divinas; el hombre, curado ya, volveria al Sefior, tal corno habia salido de manos del Creador, a imagen y semejanza suya.

El Espiritu santo completa la acción del Padre y del Hijo. Cura las

llagas del pecado inicial en el hombre, y plasma la carne malherida, devolviéndola a su dignidad divina.

La fructificación de los talentos evangélicos seria obra del Espiritu santo. «Asi corno la tierra àrida, si no es regada, no fructifica»38, la

imagen e inscripción del hombre — denario de Dios — para fructificar al Creador, ha de revelarse a impulsos del Espiritu.

Breve anàlisis de Iren III, 17, 4, 74ss

Segùn eso, ya que el Espiritu bajó sobre la predefinida dispensación, y el

Unigènito Hijo de Dios, Verbo del Padre, venida la plenitud del riempo (cf. Gal 4,4), se encarnó en el hombre a causa del hombre, y cumplió la economia toda del hombre, y es uno solo y el mismo Jesucristo nuestro Sefior, segùn lo atestigua el propio Sefior, profesan los apóstoles y anuncian los profetasi demuéstranse mentirosas todas las doctrinas de

quienes inventaron las Ogdóadas y la Tétradas y excogitaron putativas (divisiones y) subdivisiones. Los cuales eliminan el Espiritu, entienden que uno es el Cristo y otro Jesùs, ensefian muchos Cristos, y no uno solo; y aunque los digan unidos, prueban a su vez que el uno tomo parte en la Pasión, y el otro perseverò impasible; éste (el impasible) subió al Pleroma, y el otro (el pasible) se quedó en la (región) Intermedia; el uno

banquetea y se deleita en regiones invisibles e inefables, y el otro toma asiento junto al Demiurgo despojàndole de su poder39.

Tres elementos caracterizan el bautismo de Jesus en el Jordàn:

a) el Espiritu santo, ο Espiritu de Dios desciende sobre Jesus a causa de la economia, en orden a la salvación de los hombres.

38 Cf. Iren III, 17,2,35s. 39 Iren III, 17,4,74ss.

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EL ESPIRITI! ΕΝ EL BAUTISMO DE JESÙS 681

Segùn los adversarios vistos por Ireneo, baja a Jesus, en el Jordan, el Cristo Salvador celeste, no el Espiritu santo. Desciende potisima mente para salud de los hombres espirituales a quienes redime con la Gnosis.

b) en la plenitud de los tiempos, el Hijo Unigènito de Dios, Verbo del Padre, se encarna y hace hombre, para salud del linaje humano.

Segun los adversarios de Ireneo, en el bautismo del Jordan, el

Unigènito se une a Jesus para salud ο iluminación de espirituales. c) Jesucristo es uno solo y el mismo. Jesùs, uno e idéntico con

Cristo, siempre. Segun los herejes, uno es Jesùs el hombre pasible, y otro Cristo, el

Dios impasible; unidos en el Jordan se separan en la iniminencia de la Pasión.

Vengamos al anàlisis.

1. «Spiritum quidem interimunt»

Los herejes (Ofitas y valentinianos) eliminan el Espiritu. No conocen el Espiritu que desciende corno paloma a Jesùs, en el Jordan.

Dos preguntas se ofrecen aqui. Primera: ^es verdad que los adversarios de Ireneo eliminan ο ignoran en el bautismo de Jesùs al

Espiritu? Dificilmente se avendrian a confesarlo. Ofitas y valentinianos

daban mucha importancia a Sophia, Madre de los espirituales, con residencia en la Ogdóada, a la que llamaban Espiritu santo40. Los

discipulos de Valentin conocian asimismo el matrimonio de dos eones: masculino el Cristo, femenino el Espiritu santo; ambos de singular eficacia deificante41. Los Ofitas de san Ireneo llamaban Espiritu santo a la Primera Fémina, cónyuge del Dios supremo42. Igual que los valenti

nianos, hicieron también los Ofitas de Sophia, la Madre de los

40 Iren I, 5,3,54ss: «Hanc autem Matrem et Ogdoadam vocant et Sophiam et Terram et Hierusalem et Spiritum sanctum et Dominum masculiniter. Habere autem Medietatis locum eam et esse quidem super Demiurgum, subtus autem sive extra Pleroma usque ad finem». Cf. Sagnard, Gnose valentinienne 164.

41 Iren II, 4,l,16ss: «Quapropter et ipsam duobus nominibus vocari, Sophiam pateraaliter

— pater enim eius Sopnia vocatur — et Spiritum sanctum ab eo qui est erga

Christum Spiritus». 42 Iren 1,30,l,6ss: «Sub his autem (Primo et Secundo Homine) Spiritum sanctum esse, et sub superiori Spiritu segregata elementa... super quae ferri Spiritum dicunt (cf. Gen

1,2), Primam Feminam eum vocantes... quem Christum vocant, filium Primi et Secundi hominis et Spiritus sancii, Primae Feminae».

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682 ANTONIO ORBE, S I.

espirituales. Y es seguro que, por paralelismo con el Espiritu santo, Prima Fémina, vieron en Sophia—femina a Femina—el Espiritu santo

femenino, complemento del Cristo Salvador bajado a Jesùs en el

Jordan43. De notar la clàusula:

«In (quem Iesum) Christum perplexum Sophiae descendisse, et sic factum esse Iesum Christum»44.

Segùn los Ofitas ireneanos, en el Jordan se unieron, venidos del cielo, el Cristo Hijo de Dios y Sophia (o Espiritu santo); y los recibió abajo Jesùs, el hijo virginal de Maria. Descendió, ademàs del Cristo de arriba, el Espiritu santo: el Cristo, corno Salvador deificante; el Espiritu santo, corno Iglesia y Madre de los espirituales llamados a deificarse, en comunión con Jesùs. Ambos Cristo/Espiritu santo bajaron a Jesùs. Y el individuo resultante — Jesucristo — se apropió con el Cristo, las primicias de la Iglesia espiritual, que venia a salvar corno Cristo/ Jesùs.

Finalmente, una cosa dicen los herejes, y muchas callan. Silencian lo tocante al Espiritu (arcóntico) de A.T., ο Espiritu de Ialdabaoth,

igual que al Mesias, asumido por Cristo/Sophia al paso por la Hebdóma da. Si callan lo relativo al Espiritu santo (=Sophia), 'a fortiori' lo que afecta al Espiritu arcóntico y al Mesias, aunque ambos hagan acto de

presencia en el bautismo del Jordan. En conclusión. Ni los valentinianos ni los Ofitas de Ireneo ignora

ban en el bautismo de Jesùs al Espiritu santo venido a él en figura de Paloma. Le suponian matrimonialmente unido al Cristo de arriba, y con eficacia femenina, corno proyección de la Iglesia espiritual.

Segunda pregunta. ^Por qué los adversarios de Ireneo hacen

particular mención del Cristo superior en el bautismo de Jesùs, y pasan por alto la del Espiritu Santo (o Sophia), que sin embargo conocen?

No parece dificil la respuesta. El valor potisimo del bautismo de Jesùs descansa en que, a titulo de Unigènito Hijo de Dios, es capaz de

otorgar la propia Gnosis del Padre a la Iglesia espiritual diseminada en el mundo. En cambio, corno receptàculo de Sophia (=Espiritu Santo), Jesùs da paso a la Iglesia espiritual; corno tal, puede extender a los

43 Véase Iren I, 30,12,212ss y lo que dijimos arriba. 44 Iren I, 30,12,233ss.

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el espiriti; εν el bautismo de jesùs 683

miembros de dicha Iglesia la mediación personal con Sophia (=Espiritu Santo), lo que tenga lugar en Jesùs repercutirà en la Iglesia de los

espirituales; pero solo en virtud de la comunión personal con el Cristo

Unigènito, sera Jesùs deificado y podrà igualmente deificar a los miembros de Sophia, virtualmente asumidos con El en el bautismo. En otros términos, en el bautismo simultàneo de Jesùs con Cristo y con

Sosphia (=Espiritu Santo), la comunión Jesùs/Sophia es previa a la deificación ο Gnosis; solo la comunión Jesùs/Cristo es deificante. Es

obvio, por tanto, que sin negar el bautismo de Jesùs en el Espiritu Santo, hayan acentuado los herejes el bautismo en el Unigènito Cristo.

2. «Alium autem Christum et alium Iesum intellegunt»

Uno seria el Cristo venido de arriba, y otro Jesùs receptàculo del Cristo. Sin eliminar el Espiritu santo, otorgaria el primer puesto al Cristo.

Antes del bautismo del Jordan seria Jesùs, el hijo de Maria. En virtud del bautismo, Cristo bajaria a Jesùs y, en composición con éste, haria Jesucristo. Seria la linea de los Ofitas de Ireneo45. Jesùs, puro hombre, aunque virginalmente nacido de Maria, habria sido ungido por Cristo/Sophia, Cristo/Espiritu Santo, Hijo de Dios en matrimonio con la Iglesia Madre de los espirituales; y constituido Jesucristo. En la inminencia de la Pasión, el Cristo bajado en el bautismo, abandonaria a Jesùs y volveria al Pleroma de donde habia venido.

Ireneo impugna tal ideologia. Antes del bautismo, desde su

aparición en el mundo, Jesùs era Verbo de Dios y Salvador de todos. En el bautismo fué simplemente ungido en carne por el Espiritu del Padre46.

Prescindiendo de los Ofitas ireneanos, yo dudo de que el bautismo de Jesùs en Cristo, por descenso del Salvador de arriba, represente una doctrina comùn también a los valentinianos.

Una cosa es que, solo a raiz del bautismo de Jesùs, se deje sentir corno Cristo/Espiritu santo, corno Salvador deifico; y otra muy distinta

que antes del bautismo no haya sido Jesùs personalmente Verbo de

Dios y Salvador universal. Pudo callar corno Verbo y Salvador antes del

bautismo; sin dejar por eso de serio.

45 Iren I, 30,11-12. 46 Cf. Iren III, 9,3,74ss.

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684 ANTONIO ORBE, S.I.

Porque asi corno era hombre a fin de ser tentado, asi también Verbo para ser glorificado. E1 Verbo se callaba47 al ser tentado y deshonrado y crurificado y morir. Devoraba en cambio al hombre al vencer y triunfar y resucitar y ser asumido (al cielo)48.

E1 silencio del Verbo, en eclesiàstieos tan intachables corno Justino e

Ireneo, no denota ausencia. No porque antes del baustismo y a raiz de la Pasión dejara sentir el Sefior su débil pasible naturaleza, dejaba de ser el que era, Verbo humanado.

Ni la mención del Cristo, con silencio para el Espiritu santo,

significaba entre los gnósticos ausencia real del Espiritu en el bautismo del Jordan; ni la omisión de estatuto personal divino, previo al

bautismo, significa entre los valentinianos la ausencia del Verbo humanado en Jesùs.

La iterada exegesis antiebionitica de Is 7,14 por Ireneo sugiere la lectura normal entre gnósticos, expresión de la concepción y nacimiento

virginales de Jesùs, con el sentido obvio y fuerte de «Emmanuel», Dios con nosotros. Y segun eso, el hijo virginal de Maria seria Hijo también de Dios, aunque non revelase en su ejercicio divino lo que a raiz del bautismo (segun Is 61, 1-2; Le 4,18-19).

3. «non unum Christum sed plures fuisse docent»

MARCION enseùaba dos Cristos: el Mesias, anunciado por los

profetas del A.T. y todavia por venir en los dias del heresiarca; y el Cristo histórico, venido ya y crucificado. Ireneo no se refiere a los Cristos marcionitas. El bautismo de Jesùs en el Jordan era silenciado

por completo en el Evangelio de Marción. El Obispo de Lión se refiere a heterodoxos gnósticos; mas en

particular a los valentinianos que conocian tres Cristos:

a) uno el Cristo eón, esposo del eón Espiritu Santo, que en comunión con él levanta a los miembros del Pleroma a la altura del

Unigènito, y los deifica de lleno49;

b) otro el Salvador=Cristo, en quien habita el Pleroma, y son

recapitulados50 los eones todos; es el Cristo superior que, en la plenitud

47 Suspendia su acción. Véase mi Cristologia gnostica II, Madrid 1976 p. 251ss.

48 Iren III, 19,3,54ss; y antes San Justino, aial 102,5; 103,9. Cristologia gnostica II p. 253s.

49 Iren I, 2,5-6. 50 Iren I, 3,4,59ss. Cf. Hippol., Ref VI, 36,4.

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EL ESPÌRITU ΕΝ EL BAUTISMO DE JESÙS 685

de los tiempos, baja con el bautismo en Jesùs; mas que corno Verbo

creador, descansa corno Salvador en Jesus para deificar a los miembros de la Iglesia espiritual. Es personalmente el mismo Cristo, que bautizó el Pleroma y deificò a sus eones, y que bajado del seno de Dios bautiza a los espirituales y les comunica con la Gnosis el conocimiento deifico de Dios Padre;

c) otro el Mesias Cristo, hijo del Demiurgo, de quien habla el A.T., al cual anuncian corno Cristo pasible los profetas. Es el Cristo asumido

por el Salvador a su paso por la Hebdómada; primicias de la Iglesia

psiquica, llamada a una salvación de segundo orden, en virtud de la

Pasión, muerte y resurrección de Jesùs. Identificados los dos primeros Cristos, los valentinianos solo

distinguen en rigor dos Cristos: el superior, protagonista del bautismo

espiritual de Jesus; y el psiquico, que unido al Cristo superior le sirve de

instrumento para la salud de la Iglesia psiquica. Mientras el Cristo superior se ordena, en Jesus, para salud de los

espirituales, el Cristo Mesias se ordena, asimismo en Jesùs, para salvación de los psiquicos.

Puntualiza Ireneo, a propòsito de los Cristos ('plures'), su presen cia y misión en el bautismo de Jesùs.

Si los dicen unidos, indican a su vez que el uno toma parte en la Pasión, mientras el otro persevera impasible; y éste sube al Pleroma, al paso que aquel permanece en la región Media; el uno banquetea y se deleita en las

regiones invisibles e inefables, mientras el otro toma asiento junto al

Demiurgo y le despoja de su poder51.

El Obispo de Lión no piensa aqui en los valentinianos itàlicos, que

otorgan al Demiurgo, no a su Cristo, el paso definitivo a la Mediedad52.

Piensa probablemente en sus Ofitas:

a) «et si unitos eos dixerint» (Christum se. superiorem et Christum

animalem, filium Creatoris). Responde a IREN I, 30, 14, 257ss:

«Ignorantes adunitum esse Christo, et incorruptibilem Aeonem Hebdo

madi, et mundiale corpus animale dicunt». Ireneo atribuye a los Ofitas

la union de los dos Cristos, propia de los valentinianos itàlicos53. La

comunión personal del Cristo superior que baja del Pleroma con el

51 Iren III, 17,4,86ss. 52 Iren I, 7,4,74s: «propter agnitionem praeparati praemii, quoniam in locum Matris

(=in Medietatem) transibit (Demiurgus)». 53 Iren I, 6,l,14s; Exc. Theod 59-3.

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686 ANTONIO ORBE, S I.

Cristo Mesias, hijo del Demiurgo, que asume al paso por la Hebdóma da. En su virtud podrà el Salvador actuar sobre la iglesia de los hombres

psiquicos. Unidos en crasis, retienen ambos sus propiedades: el supe rior impasible, y el inferior pasible.

b) «et hunc quidem ascendisse in Pleroma, hunc autem in Medieta te remansisse; et hunc quidem in invisibilibus et innominabilibus epulari et oblectari, hunc autem adsidere Demiurgo evacuantem eum virtute». Terminados los XVIII meses de vida gloriosa en el mundo, el hombre

espiritual de Jesùs sube al Pleroma; mientras el Cristo Mesias asciende a la Mediedad y toma asiento junto al Demiurgo Ialdabaoth, substituyén dole en el gobierno y dominio de las almas (u hombres psiquicos)54.

No todo es claro en la noticia escatològica de los Ofitas. Diriase

que el Cristo superior asciende por fin al Pleroma, abandonando al Jesùs de la economia en la Mediedad, con dominio sobre Ialdabaoth y las almas rectas. En rigor, no el Cristo de arriba, sino Sophia, con la

Iglesia de los espirituales, sube al Pleroma, sumàndose al Cristo de arriba —

que estaba ya alli desde antes de la Pasión —. Tampoco es

Jesus, el hijo de la Virgen, el que sube en carne a la diestra del

demiurgo Ialdabaoth; sino el Cristo Mesias hijo de Ialdabaoth.

Denuncia Ireneo el peligro que presenta la cristologia adversaria, singularmente en el bautismo de Jesus, donde con expresiones semejan tes ensenan doctrinas desemejantes y aun blasfemas.

En consecuencia te convendrà a ti, y a cuantos miran al presente esento y se preocupen de la propia salvación, no ceder espontàneamente al oir por fuera los discursos de ellos. Hablan a los fieles parecidamente a nosotros — segùn dijimos arriba —55, mas non solo discurren de otro modo, sino cosas contrarias (a las nuestras) y llenas en todo de blasfemias, con lo que

54 Cf. Iren I, 30. 14,263ss: «Et Sic receptus est in caelum (=in Pleroma), Iesu

(=Christo psychico) sedente ad dexteram patris Ialdabaoth, uti animas eorum qui cognoverunt eum post depositionem mundialis carnis recipiat in se, ditans semetipsum, patre eius ignorante, sed ne vidente quidem eum, uti in quantum Iesus semetipsum oitat in sanctis animabus, in tantum pater eius in detrimentis factus deminoretur, evacuatus a virtute sua per animas. Iam emm non habiturum eum animas sanctas, ut rursus dimittat eas in saeculum, sed tantum eas quae sunt ex substantia eius, hoc est quae sunt ex insufflatione. Consummationem autem futuram, quando tota humectatio spiritus luminis colligatur et

abripiatur in Aeonem incorruptibilitatis». 55 En ios dos capitulos antecedentes.

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EL ESPfRITU ΕΝ EL BAUTISMO DE JESÙS 687

dan muerte a quienes, por la similitud de los vocablos se apropian el

veneno, harto desemejante, de sus sentimientos. Como quien dando por leche yeso con mezcla de agua, engafia por la semejanza del color; segùn dijo uno superior a nosotros, a propòsito de todos los que, de cualquier modo, desfiguran las cosas de Dios y adulteran la verdad: Έη la leche de Dios mal se mezcla yeso'56.

La analogia de la leche con agua de yeso se aplica al vocabulario comun a eclesiàsticos y herejes. Términos corno Cristo, Verbo, Jesus, Espiritu santo adquieren sentidos muy diferentes y aun contrarios.

Ireneo piensa en el vocabulario herético, sobre el bautismo de Jesùs. Y en particular en el nacimiento de Cristo, al venir sobre Jesùs.

«Si pues nació entonces, el Cristo no preexistia». El Obispo de Lión impugna tal doctrina.

Cristo preexiste en Jesùs al bautismo: Doctrina de san Ireneo

El Verbo Hijo de Dios existia en el principio y siempre junto a Dios Padre. Por su medio fueron hechas todas las cosas. Asistia siempre al

linaje humano, desde los dias de Adàn. En los ultimos tiempos unido a su plasma se hizo hombre pasible.

Todo eso quedó abiertamente probado arriba.

Probamos en efecto que no comenzó a ser entonces57 el Hijo de Dios, existiendo corno existia siempre junto al Padre; pero cuando se encarnó e hizo hombre recapituló en Si una larga historia de hombres, dàndonos en

compendio la salvación, de suerte que lo perdido en Adàn por nosotros, a saber la imagen y semejanza de Dios, lo recobràsemos en Jesucristo58.

Antes aun que el Hijo de Dios se bautizara, corno hombre, en el

Jordan, habia tenido larga historia entre los hombres, corno quien se

dispone a hacerse carne para otorgar personalmente en Si a los hombres la salud que perdieron en Adàn.

Perdido el hombre en Adàn, hubo de recobrarse en Cristo Jesus. Màs aun, a no haber sido plasmado Adàn a imagen y semejanza de

Dios, Imagen y semejanza de Dios, no se hubiera hecho hombre, recobrando en carne la dignidad a que el Creador miraba. Era menester

56 Iren III, 17,4,93ss. Para el ùltimo aforismo, véase Τη. Ζαην, Forschungen VI ρ. 53ss.

57 Εη el bautismo de Jesus. 58 Iren III, 18,l,7ss.

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688 ANTONIO ORBE, S I.

que el Hijo de Dios se hiciera primero hombre, y fuese luego glorificado corno tal, para salvar en él al linaje humano.

Toda la historia del hombre, desde los dias de Adàn, confluia, corno en paradigma, en el Hijo de Dios hecho hombre; en el hombre levantado para siempre a la dignidad de Imagen y Similitud personal de Dios.

Como no era posible que el hombre aquel, vencido una vez y quebrado mediante la desobediencia, fuera nuevamente modelado y alcanzase el

premio de la Victoria; e igualmente, imposible corno era que lograra la salvación quien habia sucumbido al pecado, ambas cosas las cumplió el

Hijo, Verbo de Dios: descendiendo del Padre se encarnó y bajó hasta la muerte (cf. Fil 2, 8), y consumò la dispensación de nuestra salud59.

Un puro hombre, nacido en pecado del protoplasto, no podia remode larse y conseguir el premio de la Victoria. /Como remodelarse en

transgresión? /Como triunfar del pecado, estando en él?

Tampoco un puro hombre, en transgresión, era capaz de salvarse y salvar a sus hermanos. Hijo de Adàn, y pecador en él, deberia

primeramente ser salvo. Ambas cosas pudo llevarlas a cabo el Hijo de Dios hecho hombre.

Verbo puro de Dios, virginalmente nacido, y por lo mismo, libre de la

originai transgresión, estaba en condiciones para triunfar, corno hom

bre, del pecado. No fué menester que el Hijo de Dios, Verbo del Padre, bajase en el

bautismo a Jesus, puro hombre, para triunfar de la primera transgresión y salvar el linaje humano.

Por el contrario, en la hipótesis de que Jesùs, hijo de la Virgen, no viniera al mundo unido personalmente al Hijo de Dios, /còrno habria triunfado del pecado ο desobediencia en los hijos de Adàn? Puro

hombre, aunque, por virginalmente nacido, se viera libre del pecado de

origen, /còrno habria triunfado de la transgresión y muerte en otros? Tanto la Victoria sobre el enemigo, corno también la salud para los

hombres, reclaman — ademàs del origen virginal — la comunión

personal del Hijo de Dios con el hombre.

A este (Hijo de Dios encarnado) nos exhorta (Pablo) nuevamente a creer sin titubeo, cuando dice (Rom 10,6-7): 'No digas en tu corazón: /Quién sube ai cielo? esto es, a traer al Cristo. Ο ,;quién baja al abismo? esto es a

Iren III, 18,2,14ss.

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EL ESPÌRUU ΕΝ EL BAUTISMO DE JESÙS 689

librar a Cristo de entre los muertos'. Afiade luego (Rom 10,9): 'Pues si confesares con tu boca al Sefior Jesùs y creyeres con tu corazón que Dios le resucitó de entre los muertos, seràs salvo'. Y da la razón por que el Verbo de Dios hizo esto (Rom 14,9): 'Pues para esto vivió Cristo y murió

y resucitó, para tener dominio de vivos y muertos'. Y nuevamente, en escrito a los Corintios (1 Cor 1,23): 'Mas nosotros predicamos a Cristo Jesùs crucificado'. Y agrega (1 Cor 10,16): Έ1 càliz de bendición que bendecimos, /no es comunión de la sangre de Cristo?'60.

Los testimonios del Apóstol aqui aducidos atribuyen al Cristo muerto y resucitado eficacia salvifica sobre vivos y muertos. La doctrina adversa ria supone que Cristo, en la inminencia de la Pasión, abandonó a Jesus,

y volvió al cielo (resp. al Pleroma) de donde habia bajado en el bautismo del Jordan.

Ireneo prueba con el Apóstol que Cristo murió y resucitó; y por lo mismo siguió siempre unido a Jesus, en comunión personal.

No murió solo Jesùs. Murió y fué liberado de los muertos Cristo, y resucitó para que reinase sobre vivos y muertos. El càliz de bendición

que bendecimos nos pone en comunión con la sangre de Cristo. Éntiéndase: con la sangre derramada por Cristo, en su Pasión y muerte. De consiguiente, no subió Cristo ante la Pasión a los cielos, abandonàn dole en soledad a Jesus para que muriese en cruz y resucitase.

Empero /quién nos dio a comulgar de los manjares?61 /Acaso el Cristo de arriba inventado por ellos, extendido sobre el Horos, esto es sobre el confin (del Pleroma), que conformò a (Sophia) la Madre de ellos; y no mas bien el Emmanuel nacido de la Virgen que comió manteca y miei (cf. Is. 7,14-15), de quien dice el profeta (Jer 17,9): 'Es hombre, y /quién le conocerà?62.

El Cristo que, segùn el Apóstol, nos da en manjar su sangre (y cuerpo) no es el venido de arriba, a través del Horos terminal del Pleroma. Es el Emmanuel nacido de la Virgen — Dios y hombre — que corno hombre comió manteca y miei, y subió a la Cruz. Mas no simple hombre, sino

Hijo de Dios, objeto de fe.

Esto mismo venia a anunciar Pablo (1 Cor 15,3-4): 'Porque yo os transmiti—dice — primeramente que Cristo murió por nuestros pecados

60 Iren III, 18,2,22ss. 61

;Quién nos dió a corner de Su cuerpo y sangre? 62 Iren III, 18,3,34ss.

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segùn las Escrituras, y fué sepultado y resucitó al tercer dia segùn las Escrituras'. Salta pues a la vista que Pablo solo conoce al Cristo que padeció, fué sepultado y resucitó, que nació (hombre) y al que llamó hombre. Pues luego de haber dicho (1 Cor 15,12): 'Mas si se predica que Cristo resucitó de entre los muertos', anadió, dando razón de su encarnación (1 Cor 15,21): 'Porque por un hombre (vino) la muerte, y por un hombre la resurrección de los muertos'. En todo, a propòsito de la Pasión de nuestro Sefior, de su humanidad y muerte, empieo el nombre de Cristo; corno en aquello (Rom 14,15): 'No quieras, con tu alimento, perder a aquel por quien murió Cristo'. Y de nuevo (en Ef 2,13): 'Empero ahora en Cristo63 vosotros, los que un tiempo estabais lejos, habéis sido aproximados en la sangre de Cristo'. Y nuevamente (Gal 3,13): 'Cristo nos rescató de la maldición de la ley, hecho maldición por nosotros, porque escrito està: Maldito todo el que cuelga en el maderó. Y de nuevo (1 Cor 8,11): Ύ con tu ciencia se perderà el débil, el hermano

por quien murió Cristo'64.

No una vez. Multitud de veces asigna el Apóstol a Cristo la Pasión, muerte y resurrección de Jesus, a manera de complemento de su encarnación. El mismo que se hizo hombre, padeció, murió y resucitó. El vocabulario de Pablo no tolera la separación entre Cristo y Jesùs. Cristo se hizo maldito y aun maldición en el madero de la cruz.

Normalmente, segun los adversarios de Ireneo, Cristo no podia hacerse maldición en la Cruz. (.Cargo con la maldición en cuanto

hombre, a pesar de la comunión personal con el Verbo Cristo? Es lo

que convendria dilucidar. ^Se ausentó Cristo de Jesus, ante la Pasión, ο

simplemente no se le dejó sentir, corno impasible? Ireneo discurre corno si entre sus adversarios la ausencia fuese real,

y Jesus dejara de ser Dios para ir a la Pasión.

Significaba (el Apóstol con tales testimonios) que no bajó Cristo alguno impasible a Jesùs (en el Jordàn), sino que el mismo, por ser Jesucristo, padeció por nosotros, el mismo que se acostó (con la muerte) y resucitó, el que descendió y ascendió (cf. E/4,10), Hijo de Dios hecho Hijo del hombre, corno lo indica el propio nombre. Porque en el nombre de Cristo se sobreentiende el que ungió, el ungido y la unción con que fue ungido. Ungió el Padre; fue ungido en cambio el Hijo; en el Espiritu que es la unción. Asi lo dice por Isaias el oràculo ('sermo')65: Έ1 Espiritu de Dios

63 E1 texto normal lee «en Cristo Jesùs». 64 Iren III, 18,3,45ss. 65 'Sermo' Verbo, ο tal vez mejor Oràculo

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EL ESPIRITI! ΕΝ EL BAUTISMO DE JESÉJS 691

(està) sobre mi, porque me ungió' (Is 61,1; Le 4,18), dando a entender al Padre que unge, al Hijo ungido y la unción, esto es el Espiritu66.

No descendió el Cristo impasible sobre el Jesùs pasible, en el Jordan —

segùn tesis arbitraria de los herejes — sino que el mismo sujeto, por ser

(desde la Encarnación) Jesucristo67, sufrió por nosotros, estuvo en el

sepulcro y resucitó, bajó y subió68. No bajó Cristo a Jesùs en el Jordan,

para subir en la inminencia de la Pasión al cielo. Descendió Jesucristo a

los muertos y subió igualmente a los vivos. Unido siempre el Hijo de

Dios con el Hijo del hombre, corno lo significa el nombre mismo de Jesucristo.

Ireneo analiza con està ocasión el nombre de Cristo (resp. Jesu

cristo). El nombre Christus Ungido sobreentiende tres: el que unge, esto es

el Padre; el ungido, y es el Hijo; la unción ο unguento, y es el Espiritu. En otros términos; el Padre unge al Hijo en el (o con el) Espiritu.

Cabria preguntar. Ya que el Hijo tiene dos naturalezas, ^en cuàl de

ellas es ungido: en la divina ο en la humana? Los valentinianos ungian en el Espiritu a los eones del Pleroma69.

No tenian reparo en ungir al Hijo, en sus componentes divinos, en

cuanto Dios. Juntamente ungian en el Cristo de arriba al Hijo del hombre, a

Jesus hombre, a quien, en virtud de la unción, hacen Jesucristo. En consecuencia, los valentinianos ensenaban dos unciones: en

cuanto Dios ο Unigènito, y en cuanto hombre Jesùs venido de Maria. En ambas unciones ungia el Padre, era ungido el Hijo, con la unción ο

unguento del Espiritu. En virtud de la primera unción, en cuanto Dios, la persona del Hijo

adquiere con el Espiritu la Gnosis del Padre y es perfectamente deificado. En virtud de la segunda unción, en cuanto hombre, Jesùs

hecho Jesucristo adquiere asimismo la Gnosis del Padre y es perfecta mente deificado.

66 Iren III, 18,3,61ss. 67 Me aparto de la lectura de Rousseau ('sed ipse Iesus, Christus cum esset'), y

puntùo asi: sed ipse, Iesus Christus cum esset. 68 ; Alude a la muerte y resurrección, ο a la venida al mundo y la ascensión? 69 Cf. Iren I, 2,5-6.

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692 ANTONIO ORBE, S.I.

Ireneo solo conoce, al parecer, la unción de la humana naturaleza de Cristo. En virtud de la cual (segùn Is 11,1-4 y 61, 1-2) el Hijo del hombre es habilitado para su misión salvifica, y no simplemente dotado de la Gnosis del Padre.

Ungido Jesus con el Espiritu en el Jordan, no solo harà milagros y curaciones, ο darà a conocer el evangelio del Padre. En virtud de su uncion bautismal se adelantarà hasta la muerte de Cruz, y resucitarà de entre los muertos, y subirà en cuanto hombre al Padre.

Mientras para los herejes la unción bautismal de Jesus le afecta en lo honorifico, para Ireneo le interesa también en la debilidad de su naturaleza humana. El Obispo de Lión invoca el testimonio del propio Cristo.

El propio Senor dio a conocer al que padeció. Pues habiendo interrogado a los discipulos (Mt 16,13): '^Quién dicen los hombres soy yo, el Hijo del hombre?' Y respondido Pedro (Mt 16,16): Ίύ eres el Cristo, el Hijo de Dios vivo', le alabó (Mi 16,17) 'porque no le reveló la carne y la sangre, sino el Padre que està en los cielos'. Dio abiertamente a conocer que el

Hijo del hombre es el mismo Cristo Hijo de Dios vivo. 'Desde entonces — dijo (Mi 16,21; Me 8,31; Le 9,22) — comenzó a exponer a los

discipulos70 que le convenia ir a Jerusalén y padecer mucho de los

sacerdotes, ser reprobado y crucificado y resucitar al tercer dia'. El mismo que Pedro reconció por el Cristo; a quien éste le llamó bienaven

turado porque el Padre le habia revelado Hijo de Dios vivo; dijo de Si

que era menester padeciese mucho y fuera crucificado71.

Si son de peso los testimonios de los profetas y del Apóstol, aun pesan màs los testimonios del interesado, de Cristo mismo. Ireneo aduce el

diàlogo de Cesarea de Filipo, entre el Senor y Pedro. El Senor no le

pregunta al discipulo por el Verbo, Hijo de Dios. Le pregunta por lo

que los hombres piensan del Hijo del hombre. No està en discusión la humana naturaleza de Jesùs. La da éste por sabida. Pero si los hombres

piensan de Jesus que es puro hombre, ^qué piensan ellos, los discipulos, de él? La respuesta de Pedro vale corno presunta respuesta de todos los

discipulos. Pero sobre todo vale porque la ratifica, corno revelada por el

Padre, el propio Maestro. El Hijo del hombre — dice Pedro, por revelación del Padre-es el

70 'Discentibus' igual a 'discipulis'. Cf. Th. Zahn, Forschungen VI p. 65. 71 Iren III, 18,4,73ss.

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EL ESPÌRITU ΕΝ EL BAUTISMO DE JESÙS 693

Cristo, Hijo de Dios vivo. En otros términos, Jesus, Hijo del hombre, es el Cristo, Hijo de Dios.

No es esto solo. Podian los herejes invocar la circunstancia de

tiempo. Jesùs era el Cristo, a partir del bautismo del Jordan, mas no durante la Pasión y muerte.

El Senor les sale al paso. El proclamado Cristo, Hijo de Dios vivo, debe ir a Jerusalén y padecer de los sacerdotes, ser reprobado y crucificado y resucitar al tercer dia. No dejarà de ser Hijo de Dios vivo

por sucumbir a la Pasión y muerte. Jesus mismo testifica asi expresa mente — saliendo al paso del escàndalo de Pedro —

que no obstante ser el Cristo ha de padecer mucho y ser crucificado. Ireneo acentua està

circunstancia, al parecer antitètica y escandalosa para la mentalidad hebrea. ;E1 Cristo, Hijo de Dios, crucificado!

Increpó entonces (el Senor) a Pedro que segùn opinion de los hombres creia era él el Cristo y desdenaba (por lo mismo) su Pasión (cf. Mt

16,24-25; MC 8,34-35; Le 9,23-24): 'Si alguno quiere venir en pos de mi, niéguese a si mismo y tome su cruz y sigame. Pues quien quisiere salvar su alma la perderà, y quien la perdiere por mi la salvarà'. Estas cosas las decia abiertamente Cristo, corno Salvador que era de los que por Su confesión serian entregados a la muerte y perderian sus almas72. Pero si el Cristo no habia de padecer, sino volar (saliendo) de Jesùs, scòrno exhortaba a sus discipulos a llevar la cruz y seguirle; la cruz que segùn ellos (los adversarios de Ireneo) no llevaba él, sino que renunciaba a la economia de la Pasión? En efecto esto (Mt 16,24s et par.)73 no lo decia porque profesara una Cruz superior74 — corno algunos osan

exponer — sino sobre la Pasión que habia él de sufrir, y que sus mismos

discipulos habian de padecer. Por eso agregó (Mt 16.25; cf. Mt 10,39): 'Pues el que salvare su alma la perderà, y el que la perdiere la encontrarà'. Y que sus discipulos habian de padecer por él, se lo decia a los Judios (Mt 23,34): 'Ved que envio a vosotros profetas y sabios y doctores, y de ellos mataréis y crucificaréis'. Y decia a los discipulos (Mt 10,18; Me 13,9; Mt 23,34): 'Compareceréis ante los jefes y reyes por causa de mi, y de vosotros azotaràn y mataràn y perseguiràn de una ciudad a otra'. Conocia pues a los que habian de sufrir persecución, conocia a los que habian de ser flagelados y muertos por él; y no hablaba de otra Cruz sino de la Pasión que habian de sufrir primero él, y luego sus

discipulos75.

72 Iren III, 18,4,86ss. 73 La alusión de exhortación a la Cruz. 74 Con alusión al Horos ο Stauros, frontera del Pleroma. Véase Iren I, 3,5,65ss. 75 Iren III, 18,5,94ss.

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694 ANTONIO ORBE, S I.

Resplandecen los testimonios del propio Salvador. Condena éste en Pedro sus vulgares prejuicios contra la Pasión del Cristo, al que acababa de profesar Hijo de Dios vivo. E1 Cristo, segùn el propio Salvador, tenia

que pasar por la Pasión y la Cruz. No solamente sefiala Ireneo la increpación de Jesùs. A ella sigue la

exhortación a los discipulos a llevar la Cruz y seguirle hasta la muerte.

^Qué sentido tendria semejante exhortación, si — corno declaran los

herejes — fuera Cristo mismo el primero en rehuir la Cruz y volar al cielo adelantàndose a la Pasión?

Habia dicho el Senor: «Si uno quiere venir en pos de mi, niéguese a si mismo, levante su Cruz y sigame».

Apostillan los herejes. Esto lo dice el Salvador, no de la Cruz

sensible, sino de la Cruz de arriba, del Horos que separa el Pleroma del

Hysterema. Anima Jesùs a que abandonen los espirituales todo sufri miento sensible de aqui abajo, y atraviesen el Horos divisorio, para adentrarse sin pena alguna en el Pleroma.

Semejante recurso al Horos ο Stauros celeste es para Ireneo enteramente arbitrario. La exhortación de Jesus a sus discipulos es de

imitación; para que también ellos, corno el Maestro, pasen por toda suerte de sufrimientos; comparezcan ante jefes y reyes, aqui abajo donde mandan jefes y reyes; sean azotados y muertos y perseguidos hasta perder su alma. Y sigan la suerte que aqui han seguido los

profetas, los justos y los doctores. Tendria interés seguir puntualmente la exegesis herética de los

testimonios de Jesus, en exhortación a los suyos para la Pasión y Cruz. Los valentinianos habian especulado largamente en torno a la Cruz

superior76. Querian salvar a toda costa los oràculos del Salvador relativos a la Pasión y Cruz. Como segun ellos el Cristo de arriba era

incompatible con la Pasión y Cruz sensibles esto es, con los sufrimientos

que las acompafian en este mundo, es obvio que invocaran el Horos ο Cruz superior. Al retirarse el Cristo al Pleroma, atravesaba el Horos, sin pasar por los sufrimientos de la cruz sensible. Al Horos pues aludia el Senor al decir: 'Si alguien — entre los hombres espirituales —

quiere venir en pos de mi — rumbo al Pleroma —, niéguense a si mismo —

76 Véanse los capitulos que consagramos al 'Abandono de Jesus' (cao. 24), a la

'Pasión' (cap. 25), y a la 'Cruz (cap. 26), en Cristologia gnostica II p. 224 ss 263ss y 294ss.

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EL ESPÌRITU ΕΝ EL BAUTISMO DE JESÙS 695

abandone al hombre suyo hilico y aun psiquico — y tome su Cruz —

atraviese la cruz u Horos celeste — y sigame — por el camino que sigo, rumbo al Pleroma —. Pues quien quisiere salvar su alma — empefiar la salvación propia con la de su alma—la perderà, y quien la perdiere por mi—abandonàndola fuera del Pleroma—la salvarà—con la salvación a ella compatible

Los valentinianos jugaban con el equivoco, otorgando a la verda dera Cruz un alcance totalmente distinto de la cruz sensible. Y por lo

mismo, también a la Pasión — un Pathos 'sui generis' — sentimiento

espiritual compatible con el ingreso en el Pleroma a través del Horos.

Su palabra les exhortaba también (a lo mismo) a ellos (Mi 10,28; Le

12,4-5): 'No temàis a los que matan el cuerpo, mas no pueden dar muerte al alma; temed mas bien al que tiene poder de echar el cuerpo y el alma a la gehena'. (Les exhortaba asimismo) a perseverar fieles a la confesión en El. Porque prometta él habia de confesar delante de su Padre a quienes confesaran su nombre ante los hombres; y habia de renegar de quienes le

negaran, y confundirse de quienes se avergonzaran de confesarle (cf. Mt

10,32-33; Le 9,26). Con ser esto asi, algunos han llegado a tan gran temeridad, que hasta menosprecian a los màrtires, y reprueban a quienes son muertos por la confesión del Senor y soportan todo lo que arriba dijo el Senor, y se esfuerzan segùn eso por seguir las huellas de la Pasión del Senor (cf. 1 Pe 2,21), màrtires (o testigos) del (Senor) hecho pasible. A los cuales los encomendamos a los propios màrtires. Pues cuando les

pidan cuenta de su sangre (cf Le 11,50) y sean glorificados, entonces confundirà Cristo a todos los que deshonraron el martirio (o testimonio) de ellos77.

Quienes hacen profesión de un Senor impasible, no se creen obligados a confesarle ante los jefes y reyes, con menoscabo propio. ^Para qué sufrir y aun morir por el Nombre de quien ni sufrió ni murió en la Cruz sensible?

Exhorta el Maestro a sus discipulos «No temàis a quienes matan el

cuerpo...» Habria sufrimientos hasta la muerte, por la confesión del Nombre de Jesùs. ^Sufrimientos en los discipulos y no en el Maestro?

Cristo prometta confesar ante el Padre a quienes le hubieran a él

confesado ante los hombres — entiéndase, hasta la muerte — .

Los herejes, negadores de la Pasión y muerte de Cristo, impugna ban el martirio cruento del Maestro. Y lògicamente hubieron de

Iren III, 18,5,113ss.

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menospreciar el martirio — Pasión y muerte sensibles de los discipulos. Herian un nervio sensibilisimo en la doctrina ireneana: la gloria de

la verdadera Iglesia de Cristo. Si en efecto, Cristo no paso por la pasión y muerte de la Cruz, pierde la Iglesia uno de los timbres de mayor gloria, el martirio de sus miembros mas gloriosos.

A juzgar por lo que el Senor dijo en la cruz (Le 23, 34): 'Padre, perdónales, pues no saben lo que hacen', se echa de ver la longanimidad, paciencia, misericordia y bondad de Cristo. El mismo que padecia, excusaba a quienes le maitrataban. Lo que nos dijo el Verbo de Dios (Mi 5,44; Le 6,27-28), (a saber) 'Amad a vuestros enemigos y orad por los

que os odian', lo cumplió en la Cuz, amando al linaje humano hasta el extremo de pedir el bien de los que le daban muerte. Si, en presencia de dos, se ve uno obligado a juzgar de ellos, estimarà mucho mejor y mas

paciente y realmente bueno al que entre las heridas y llagas y demàs

atropellos cometidos con él es benèfico y olvida el mal de que es objeto, mejor que quien emprendió el vuelo y no sufrió injuria ni oprobio alguno78.

Ireneo perfila. No contento con el ejemplo de paciencia y demàs

virtudes, del Sefior en la cruz, y con testimoniar sufrimientos, Cristo excusa a los que le maltratan. Ratifica solemnemente desde la Cruz la

suprema ensenanza de la caridad, amando a sus enemigos y pidiendo a su Padre el perdón de los que le odian, y revelan calculadamente su odio.

Las palabras del crucificado arguyen paciencia y bondad suma.

Mayor paciencia y bondad demuestra el que responde con bien al mal recibido, que el que vuela al cielo antes de padecer dolores fisicos, injurias ni oprobios.

^Qué sentido tendria perdonar a quien no ofende? Y exhortar a los

discipulos al perdón, sin ser maestro de paciencia?

Esto mismo vale igualmente contra los partidarios de la Pasión putativa. Pues si no padeció de veras, nada merece, no habiendo mediado Pasión. Y cuando nosotros vayamos a sufrir de veras parecerà reirse de nosotros al exhortarnos a recibir golpes y presentar la otra mejilla (cf. Le 6,29; Mi

5,39), si él primero no padeció de veras. Y asì corno les enganó (entonces), al parecerles en su persona lo que no era, asì también nos

Iren III, 18,5,131ss.

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EL ESPIRITI) ΕΝ EL BAUTISMO DE JESÙS 697

seduce (ahora) animàndonos a que sobrellevemos lo que él no toleró. Seremos empero mas que el Maestro (cf. Mt 10,24; Le 6,40), al padecer y soportar lo que no padeció ni soportó el Maestro79

Hasta ahora los adversarios de Ireneo distinguian al Cristo impasible y quedó el pasible. Jesùs sufrió de veras la Pasión y muerte.

Ahora introduce Ireneo a otros. Segùn ellos el que entrò en la Pasión y muerte no era pasible, porque no era de carne. Tenia una naturaleza de sola apariencia carnai. No tenia por qué sufrir en la Pasión. Parecia sufrir, mas no sufria.

Tales herejes erigian en Maestro a un seductor, porque mientras exhortaba a los discipulos a sufrir de veras, pues eran de carne pasible, se libraba él de padecer, por su naturaleza no carnai.

Hasta ahora perseguiamos una doctrina igualmente interesada en

el bautismo y en la Pasión de Jesus. En el bautismo, porque a partir de él hacia de Jesus — hasta entonces pasible

— el compuesto Jesucristo,

impasible en virtud de su comunión con el Cristo de arriba. En la

Pasión, porque en ella volvia Jesùs, con la ausencia del Cristo, al

régimen de pasibilidad previo al bautismo. Jesùs, en todo caso, estuviera ο no unido al Cristo superior, era de naturaleza pasible real, de carne real, corno la de cualquier otro hombre. Su condición de

impasibilidad, en el intervalo del bautismo a la Pasión, no obedecia a

que parecia de carne, no siéndolo. Se debia a que, por comunión

personal con el Cristo bajado a él era levantado a la condición impasible del Cristo, corno hombre carnai en régimen no carnai.

Los que ensenan la Pasión putativa no impugnan solo conjunta mente la Pasión y el bautismo. Interesan a todos los misterios de la vida terrena del Salvador, a partir de su aparición virginal, corno venido no de Maria, sino por Maria ('per Mariam'). Salen de nuestro campo visual.

A modo de conclusión

El bautismo de Jesùs adquirió singular importancia entre los

teólogos del siglo II. Un elemento sobre que llamaron la atención fué el

protagonista venido del cielo, y el que le recibió en la tierra. Del cielo

bajó corno paloma, segùn los eclesiàsticos, el Espiritu Santo; segùn los

79 Iren III, 18,6,145ss.

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heterodoxos, el Cristo (o Salvador celeste), simple fruto del Pleroma, Hijo de Dios: el cual, corno bajó en el Jordan, emprendió vuelo de vuelta ante la inminencia de la Pasión. En la tierra, corno receptàculo del protagonista celeste, estaba Jesus, el hijo del hombre: segun los

eclesiàsticos, Verbo desde la Encarnación e Hijo por tanto de Dios; el bautismo en el Espiritu santo le ungió en carne y habilitó para su misión

salvifica, a lo largo de su vida terrena, en su Pasión, muerte y resurrección. Segùn los heterodoxos, el Jesus, receptàculo del Cristo

celeste, sera solo hijo del hombre. En virtud del bautismo del Jordan fué constituido Jesucristo, hijo del hombre e Hijo de Dios, corno si en el bautismo tuviera lugar la Encarnación del Hijo. Y encarnado siguió, hasta la inminencia de la Pasión y muerte, en que el Hijo de Dios remontó el vuelo al Pleroma, abandonando a Jesus en su primera condición prebautismal.

El articulo discurre por dos cauces: la doctrina heterodoxa, espe cialmente entre los valentinianos y los Ofitas de Ireneo; y la doctrina eclesiàstica del Obispo de Lión.

La mayor novedad està en el anàlisis. Ireneo habitualmente

simplifica, y deja en sombra aspectos capitales de la doctrina adversa ria. Fiel a las noticias explicitas, no trata de analizarlas. Le ocurre lo que en otros temas. El Obispo de Lión desarrolla muy bien los datos de

Escritura, segun tesis eclesiàstica; pero descuida los perfiles de la

exegesis adversaria. Discurre a partir de los clàsicos postulados: a saber, la unidad de ambos Testamentos, la identidad del Espiritu de Dios en el

Antiguo y en el Nuevo Testamento; la identidad del Espiritu profético del A.T. con el Espiritu de filiación del N.T.

Los heterodoxos arrancan lògicamente de la diversidad de los dos

Testamentos, con sus dioses, Cristos, Espiritu; y de la problemàtica que tal diversidad plantea entre los protagonistas del bautismo de Jesùs.

Convenia mantenerse fiel a las complejas premisas gnósticas, para sacar lógicos a los teólogos heterodoxos. Y restituir con fidelidad las

categorias espontàneamente invocadas por ellos; que no por oscuras y, a nuestro entender, arbitrarias dejan de tener sentido, en conformidad con su antropologia y soteriologia.

No me linsonjeo de haber esclarecido todos los puntos. Creo sin

embargo haber tenido en cuenta las premisas heréticas para presentar los segun ellas, y sospesar las soluciones de Ireneo.

Tal vez la mayor novedad de este articulo descansa en la variedad de perfiles que despierta entre los adversarios. Perfiles no senalados por Ireneo, ni posiblemente sospechados por el moderno lector, tan alejado

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el espiriti; εν el bautismo de jesùs 699

hoy de las preocupaciones dogmàticas a que daba origen la doble unción — en el Cristo y en Sophia

— de Jesus en el bautismo de Redención. Yo no creo que la pneumatologia de Ireneo se haya incrementado

mucho con el estudio del bautismo en Espiritu, segun apunta el Obispo de Lión. Su marcada tendencia a igualar el Espiritu de Dios, en ambos

Testamentos, le favorecia poco. Al paso que la pneumatologia de sus adversarios le obligaba a distinguir la compleja eficacia del Espiritu: en su aplicación al Espiritu cosmico, al Espiritu emanado del Creador, al Pneuma profético (en promesa y en cumplimiento), al Pneuma femeni no (de Sophia, Espiritu santo Madre de la Iglesia espiritual diseminada

por el mundo), a Sophia en su actividad conjunta con el Cristo

superior... Tampoco gana mucho la cristologia del Obispo de Lión por su

insistencia en hacer al Hijo de Dios protagonista de la Pasión, muerte y resurrección. /Lo negaron los grandes gnósticos, por hacer valer la ausencia del Cristo? Jesus padeció corno si fuera Hijo de Dios. /Dijeron mas los herejes aqui estudiados? Sus noticias, harto sobrias, no conducen a ideas claras sobre el constitutivo del Jesùs redivivo y glorioso. Que corno no deciden en contra, tampoco en favor.

Antonio Orbe, S.I.

RÉSUMÉ

L'article expose la théologie du baptéme de Jésus dans les écoles théologi ques hétérodoxes du second siècle, en contraste avec les thèses ecclésiastiques défendues par Irénée. Pour les hétérodoxes ce fut le Christ, sauveur céleste, qui descendit sur l'homme Jésus au Jourdain; et, comme il était descendu, il s'en retourna en haut au moment de la passion, laissant Jésus dans la condition

prébaptismale. Pour Irénée au contraire, l'Esprit Saint descendit sur Jésus; il habilita le Verbe incarné pour son oeuvre salvatrice au cours de sa vie terrestre, et surtout en sa passion, mort et résurrection. L'efficacité des mystères salvifiques est fondée sur le fait que ce fut le Fils de Dieu qui les subit. L'article

souligne ce contraste fondamental et analyse les différentes positions des écoles

gnostiques dont le profil est développé explicitement par Irénée.

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