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La Mars Global Surveyor le borra la cara a Marte el escØptico La revista para el fomento de la razón y la ciencia Nœmero 1 - Junio 1998 Orce: ¿falta de rigor o fraude? La cruzada de la sÆbana santa La verdad oculta tras el código de la Biblia 1998 1976

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La �Mars Global Surveyor�le borra la cara a Marte

el escéptico

La revista para el fomento de la razón y la ciencia

Número 1 - Junio 1998

Orce: ¿falta de rigor o fraude?

La cruzadade la sábana

santa

La verdad ocultatras el códigode la Biblia

19981976

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el escépticoLa revista para el fomento de la ciencia y la razón

DEPÓSITO LEGALEn tramitación

DIRECCIÓNLuis Alfonso Gámez

SUBDIRECCIÓNJosé María BelloFernando L. Frías

CONSEJO DE REDACCIÓNFélix Ares de BlasJavier ArmentiaXoán M. Carreira

María Teresa Giménez BarbatAlfonso López Borgoñoz

Borja MarcosFernando Peregrín

Oscar SoriaCarlos TelleríaJosé J. Uriarte

DISEÑOAlfonso Afonso Cano

SECCIONESDesde el sillón, Fernando Peregrín

El circo paranormal, Fernando L. FríasGuía digital, Ernesto J. Carmena

DOCUMENTACIÓNXabier BerdaguerAdela G. Espelta

TRADUCCIONESIñaki Camiruaga

Borja MarcosAntonio Vizcarra

PRODUCCIÓN Y DISTRIBUCIÓNCarlos Tellería

SUSCRIPCIONESMaría Teresa Giménez Barbat

DIRECCIÓN DE �LA ALTERNATIVA RACIONAL�Oscar Soria

DISEÑO DE �WEB�Carlos Ungil

ARP - Sociedad para el Avancedel Pensamiento Crítico

PRESIDENTEJavier Armentia

Astrofísico,director del Planetario de Pamplona

VICEPRESIDENTEFernando Peregrín

Ingeniero de Telecomunicaciones

DIRECTORA EJECUTIVAMaría Teresa Giménez Barbat

Historiadora y antropóloga

SECRETARIOFerrán Tarrasa

Ingeniero industrial,Universidad Politécnica de Catalunya

TESOREROSergio López Borgoñoz

Gerente de Antares Producció i Distribució SL

ASESOR JURÍDICOFernando L. Frías

Abogado

RELACIÓN PARCIAL DE SOCIOS

Miguel Ángel Almodóvar (Periodista científico);David Alvargonzález (Filósofo, Universidad deOviedo); Félix Ares de Blas (Informático, Univer-sidad del País Vasco); José María Bello (Arqueó-logo, director del Museo Arqueológico e Históricode La Coruña); Henri Broch (Físico, Universidadde Niza); Gustavo Bueno (Filósofo, Universidadde Oviedo); Mario Bunge (Filósofo, UniversidadMcGill); Xoán M. Carreira (Musicólogo, OrquestaSinfónica de Galicia); Juan Eslava Galán (Escri-tor, premio Planeta); Paul Kurtz (Filósofo, Uni-versidad de Nueva York); Alfonso López Borgoñoz(Arqueólogo, director de la revista Universo); Eus-toquio Molina (Paleontólogo, Universidad de Za-ragoza); Ramón Núñez (director de la Casa delas Ciencias de La Coruña); Xabier Pereda Su-berbiola (Paleontólogo, Universidad del País Vas-co); James Randi (Ilusionista y divulgador científi-co); Andrés Sanjuán (Biólogo, Universidad deVigo); Manuel Toharia (Periodista científico, di-rector del Museo de la Ciencia de Alcobendas);Victoria Toro (Periodista científica); Alberto Virto(Físico, Universidad de Zaragoza).

EL ESCÉPTICO mantiene intercambio expreso decontenidos con otras publicaciones. Fuera de estemargen, queda prohibida la reproducción total oparcial de contenidos sin previa autorización dela dirección de la revista.

EL ESCÉPTICO no se identifica necesariamente conlas opiniones de los artículos firmados, que per-tenecen a la exclusiva responsabilidad de los au-tores

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sumario

SECCIONES

Editorial . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 4Apuesta por la razón; Una nueva era

Primer contacto . . . . . . . . . . . . . . . . 7Un estudio científico demuestra el

carácter fraudulento de la imposiciónde manos; Muere Maria Reiche, la�Dama de Nazca�, a los 95 años; VíaDigital crea el primer canal detelevisión del mundo dedicado alesoterismo

Cuaderno de bitácora . . . . . . . . . . . 25Teoría y práctica

El circo paranormal . . . . . . . . . . . . . 45¡Menuda bola se ha tragado �Enigmas�!;

Chapuzón atlante; Ovnis fantasmasen Canarias; ¿Cerebros implantados?

Guía digital . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 71Un diccionario imprescindible para el

nuevo milenio; La mayor organizaciónescéptica del mundo

Desde el sillón . . . . . . . . . . . . . . . . . 81�Entrevista a un extraterrestre: Geenom�;

�El mensaje oculto de la esfinge�

ARTÍCULOS INFORME ESPECIAL

Una escéptica selección decitas sobre el escepticismo

RAMÓN NÚÑEZ

77

El papel de los videntes en lainvestigación policial

Las fuerzas de seguridad ni llaman ni acuden alas consultas de los brujos para solicitar su ayuda,salvo circunstancias excepcionales

JAVIER LÓPEZ MOLERO

Comentario de LUIS ALFONSO GÁMEZ

78

Los códigos de la Tora:una visión escéptica

No sólo algunas de las afirmaciones soninfundadas, sino que varios de los ejemplos enque se basan están muy lejos de ser convincentes

BARRY SIMON (Instituto Tecnológico de California)

Decenas de científicos advierten en un manifiestoque los códigos carecen de fundamento

26

El nuevo escepticismo:un movimiento mundial

Debemos suministrar explicaciones serias paralas afirmaciones paranormales y, cualesquierasean nuestras conclusiones, divulgarlas

PAUL KURTZ (Universidad de Nueva York - CSICOP)

50

La cruzada de la sábana santaDiez años después del veredicto del radiocarbono,los amantes del misterio siguen diciendo que elsudario de Turín envolvió el cuerpo de Jesús

LUIS ALFONSO GÁMEZ

Comentario de FERNANDO PEREGRÍN

61

El fósil de Orce:¿falta de rigor o fraude?

Cuando un paleontólogo encuentra un fósil muyfragmentario, la prudencia es una gran virtud

EUSTOQUIO MOLINA

73

La cara de Marte: crónica deuna muerte anunciada

La ‘Mars Global Surveyor’ ha demostrado que nohay ni esfinge, ni pirámides, ni restos de ciudades

JAVIER ARMENTIA

11

�Marterizados�El viejo sueño de colonizar el planeta rojo quedaaún muy lejos: no se vislumbra ninguna decisiónal respecto ni a corto ni a medio plazo

VÍCTOR R. RUIZ

20

Nostradamus informáticos: eldébil eco de los códigos en España

JAVIER ARMENTIA

41

�El código de la Biblia�:una crítica del libroTras la fachada de rigor, Michael Drosnin

abriga el sueño de convertirse en el profeta denuestra era

ALLYN J. JACKSON (Sociedad Matemática Americana)

Comentario de SHLOMO STERNBERG (Univ. de Harvard)

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Número 1 (Junio 1998)

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4 (Junio 1998) el escéptico

s posible adivinar el futuro? ¿Visitan la Tierra se-res de otros planetas? ¿Convivió el ser humano conlos dinosaurios? ¿Está próximo el fin del mundo?¿Ha demostrado la NASA que Jesucristo resucitó?

¿Es peligroso viajar por el triángulo de las Bermudas? ¿Tie-ne Satanás debilidad por la España profunda? ¿Hay gentecapaz de operar sin causar dolor ni cicatriz alguna? ¿Estáel futuro escrito en las estrellas? ¿Existen las casas en-cantadas? ¿Se pueden doblar cucharas con el poder de lamente? ¿Es posible comunicarse con el mundo de los es-píritus? ¿Dejó Dios escrito en la Biblia el pasado y el futu-ro de la humanidad? ¿Son las pirámides egipcias obra deseres venidos de otros mundos? ¿Se manifiestan los espí-ritus a través de la ouija?

Los quioscos están llenos de publicaciones que respon-den sí a todas estas preguntas y mantienen que vivimosen un mundo plagado de misterios, de enigmas fuera detoda lógica. En las librerías, los desvaríos de ufólogos,parapsicólogos, curanderos y todo tipo de mercachiflesocupan mayor superficie de exposición que las obras dedivulgación científica. En la radio, los brujos han susti-tuido a Elena Francis y abunda un tipo particular de pro-fesor, aquél que no ha dado una clase en su vida, pero esexperto en ciencias ocultas. Y la televisión es, obviamente,el medio que mayor propaganda ha hecho a las sandecespropaladas desde hace años por un largo etcétera de pro-fesionales de lo oculto. Ésta es la triste realidad, pero nohay por qué plegarse a ella.

Obviamente, es imposible demostrar la no existencia dela telepatía, el más allá, el monstruo del lago Ness, losplatillos volantes, la cirugía psíquica o los viajes astrales;como es imposible demostrar la no existencia de los ReyesMagos, el ratoncito Pérez,Papá Noel, las hadas o elángel de la guarda. El pro-blema estriba en que, has-ta el momento, nadie hapresentado evidencias queconfirmen la existencia dealguno de los llamados fe-nómenos paranormales. Y,en ciencia, el peso de laprueba recae sobre aquél que propugna la realidad de algo.Aún así, una gran parte de la opinión pública está con-vencida de la autenticidad de unos hechos que tienenmucho menos fundamento que la esperada visita anualde Melchor, Gaspar y Baltasar.

En EL ESCÉPTICO, el lector encontrará radiografíasde algunas de las creencias más comunes, disparatadas ypeligrosas, así como pruebas de cargo contra los más re-nombrados charlatanes. El gigantesco negocio de loparanormal se basa, y quien lo niegue es que no conocelos entresijos de ese mundillo, en el abuso sistemático dela buena fe del público. Es cierto que algunos estudiososde lo oculto creen en lo que predican, pero no es menosverdad que la mayoría es consciente de que lo que dice y

escribe es, simple y llanamente, mentira.La caza de charlatanes es, por consiguien-te, una actividad ecológica, que pone enguardia a la sociedad frente a los vendedo-res de misterios prefabricados. Es precisodenunciar la falta de fundamento de los su-puestos hechos paranormales para inten-tar sacar a los investigadores de su error, sicreen en lo que dicen, o ponerles en evi-dencia ante la opinión pública, si son me-ros mercaderes de lo oculto; y para propi-ciar que si alguien investiga lo paranormal,lo haga siguiendo el método científico, elúnico mecanismo válido para aprehenderla realidad de manera objetiva.

Afirmaciones extraordinarias requierenpruebas también extraordinarias. Precisa-mente, lo que falta en la literatura esotéri-ca, plagada de tesis sensacionales, pero enla que la evidencia brilla por su ausencia.Los cultivadores de lo oculto no han pre-sentado todavía ninguna prueba que de-muestre que sus afirmaciones son algo másque productos de mentes imaginativas o su-jetos sin escrúpulos. El mundo de loparanormal es un gigante con pies de ba-rro que se escuda en el pretendido inmovi-lismo de la ciencia oficial para justificar sumarginalidad. Los practicantes de laufología, la parapsicología, la astrología ytodas las logías disparatadas que a uno sele puedan ocurrir están convencidos de que

los cientí-ficos ja-más acep-tarán susp ruebasporque e-so supon-dría soca-var los ci-m i e n t o s

del saber contemporáneo. Se equivocan.Como se equivocan cuando acusan a losrepresentantes de la llamada por ellos cien-cia oficial −ciencia no hay más que una, ylos adjetivos sobran− de practicar una per-versa endogamia que les impide arremetercontra la falsa ciencia, y contra las argu-mentaciones de todo tipo basadas en au-ténticas falacias, con la misma fuerza conque lo hacen contra la pseudociencia. Losescépticos no negamos la posibilidad −im-probable, cierto es− de que haya extrate-rrestres que nos visiten, vida después de lavida u otras cosas sorprendentes, pero no

editorial

Apuesta por la razón

EL ESCÉPTICO nace con la vocaciónde convertirse en el medio de expresión

de todos aquéllos que abogan enel mundo de habla hispana por la razón,

por el librepensamiento

E

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aceptamos las afirmaciones gratuitas. Loscredos son credos, y nada más, mientrasno se demuestre lo contrario. Y si alguiennos intenta vender gato por liebre, comohacen todos los meses las revistas esotéri-cas, estamos en nuestro derecho de denun-ciar tal fraude.

Pero no hay que engañarse, no hay quelimitar el pensamiento crítico sólo a lo másevidentemente aberrante. De ahí que estarevista recoja el testigo de La AlternativaRacional con el objetivo de someter a análi-sis escéptico no sólo lo paranormal, sinotodo conocimiento situado en el límite delsaber científico y toda afirmación que sesustente en él, en la pseudociencia o en lafalsa ciencia. Un campo muy amplio queabarca desde la ecología o la medicina has-ta la ideología, hasta las doctrinas políticasque hacen un uso partidista y tergiversadorde la historia, la arqueología o la antropo-logía. Porque quienes predican la irracio-nal superioridad de un grupo humano so-bre otros son tan peligrosos como quienessiembran la desconfianza hacia la ciencia.Unos y otros abogan por la suspensión delespíritu crítico, por adocenar a la opiniónpública. Exactamente, lo contrario que es-tas páginas.

Fomentar la reflexión y la duda

El movimiento escéptico español reclama-ba desde hace tiempo una mayor amplitudde miras. Surgió, hace ya trece años, con elobjetivo de plantar cara a quienes fomen-tan la superstición y la irracionalidad a tra-vés de las pseudociencias, y en la actualidadse ha afianzado como una fuente de infor-mación fiable y rigurosa, a la que los me-dios de comunicación recurren cada vez conmayor frecuencia cuando quieren contras-tar la verosimilitud científica de algo extraor-dinario. Hoy en día, es habitual que miem-bros de ARP acudan a debates televisivospara poner los puntos sobre las íes, separarel grano de la paja y que no se engañe im-punemente al público. Un logro que no sehubiera alcanzado sin el esfuerzo y la dedi-cación de conocidos escépticos que, en oca-siones, han sido objeto de campañas de des-crédito orquestadas por los fabricantes deparadojas, campañas que han contado conla interesada complicidad de la prensa pa-ranormal, donde se ha llegado a tildar a ARPde organización poco menos que afín a mo-vimientos violentos o vinculada al Cesid.Todas estas memeces −hay que decir lascosas como son−, todos estos ataques lan-zados desde las trincheras de lo irracional,demuestran la fuerza que en los últimosaños han cobrado en España los escépti-cos organizados. Y, es más, nos indican quevamos por el buen camino: la denuncia del

fraude sistemático en que incurren los mercaderes de looculto −preséntense como periodistas especializados, in-vestigadores de laboratorios que nadie conoce o adivinosdel más variado pelaje− es, y ha de seguir siendo, uno delos principales objetivos de ARP.

Todavía, sin embargo, hay mucho que hacer. Hay queacabar con las falacias a las que se agarran los charlata-nes pseudocientíficos para defender su presencia en losmedios de comunicación y para no ser objeto de chanzas,la principal de las cuales es argüir que todas las ideas sonrespetables y tienen el mismo derecho a ser defendidas.No, no es verdad. No todas las ideas son respetables. Lasidioteces no son respetables; son idioteces. Y, a veces, pe-ligrosas. Cuando un pseudoarqueólogo aventura que al-gunas razas humanas descienden de extraterrestres y otrasno, está haciendo un nada sutil ejercicio de racismo, y elracismo no es respetable, y hay que denunciarlo. Al igualque, cuando el director de una revista de gran tirada indi-ca a un enfermo de cáncer que ese tipo de patología �tieneun origen psicoemocional� y le aconseja ponerse en ma-nos de un sujeto que practica las denominadas terapiasregresivas, �estar rodeado de esferas −cuantas más, me-jor− sin importar el material�, o probar �con la gemoterapia,ya que los cristales de cuarzo son muy efectivos�, hay queinformar de tal barbaridad a las autoridades sanitarias. Yque −podíamos seguir, pero el espacio es limitado−, cuan-do un líder político manipula la historia o la biología parajustificar la singularidad del grupo humano al que perte-nece y entusiasmar así a su electorado, hay que alertar ala sociedad del peligro que tal actitud entraña: en la Ale-mania nazi, desembocó en el holocausto judío; en la anti-gua Yugoslavia, en la limpieza étnica, término cuya utili-zación es ya de por sí perversa.

La tarea que ARP - Sociedad para el Avance del Pensa-miento Crítico encara en esta nueva etapa de su historiaes, como puede verse, ingente. El pensamiento crítico tie-ne muchos flancos que cubrir, desde los puramentefolclóricos hasta los más sutiles y potencialmente más pe-ligrosos, y no ha de descuidar ninguno. Este amplio hori-zonte de actuación precisa de escépticos comprometidosque no duden en denunciar todo tipo de disparates y es-tén dispuestos a trabajar juntos para poner freno a la sin-razón y empujar a sus conciudadanos hacia la reflexión.Porque sólo una opinión pública con auténtica capacidadde discernimiento es capaz de elegir con libertad su deve-nir sin la necesidad de salvapatrias o guías espirituales.Para evitar que gran parte de la población caiga en lasredes de los adalides de la sinrazón, es fundamental quela presencia de ARP en la Universidad española y en losmedios de comunicación sea cada vez mayor. El principalactivo de toda sociedad es la juventud y es vital apartarlade la droga de lo paranormal, de los traficantes de miste-rios: hay que presentar el conocimiento científico comoalgo más atractivo que las ficciones de los fabricantes deparadojas.

EL ESCÉPTICO nace con la vocación de convertirse enel medio de expresión de todos aquéllos que abogan en elmundo de habla hispana por el imperio de la razón, por ellibrepensamiento. Quiere ser una publicación rigurosa ydivertida, con espacio para el análisis científico, el razo-namiento filosófico y el humor. Y persigue un objetivo,compendio de todos los apuntados: fomentar la reflexióny la duda, porque sólo el pensamiento crítico hace ciuda-danos realmente libres.

el escéptico (Junio 1998) 5

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6 (Junio 1998) el escéptico

n el país del �que inventen ellos�, sentencia nacidade esa amargura de Unamuno, pero utilizada a me-nudo torticeramente para justificar todo tipo de des-manes y mantener un statu quo en el que la cien-

cia no es parte de la cultura, sino algo a modo deexcrecencia o tumor maligno que podría separar a Espa-ña del papel de bastión de un Occidente retrógrado, lalucha por la libertad de pensamiento, por la libertad decrítica, por un sentido humanista sin ataduras a dogmaso convenciones ha sido, y sigue siendo, cosa de pocos. Elque esos pocos hayan sido, o sean, importantes luces delpensamiento de poco ha ido valiendo. Apostar por la ra-zón, por la discusión noamordazada por las pre-concepciones o fes reli-giosas, lo sabemos, no hasido precisamente de in-terés general. Sería pro-lijo analizar las razonesde todo tipo que han per-mitido que nuestro paíshaya olvidado esta patadel taburete cultural, lade la cultura científica.Pero ese cúmulo de cau-sas históricas, políticas,religiosas o económicashan conformado el mar-co en donde actuamos.

No nos gusta, eviden-temente, y por eso inten-tamos cambiar algo elmundo. Dejar constanciade nuestra apuesta por elconocimiento científico,de nuestro apoyo a la ra-zón, a lo razonable, supone así una cierta obligación éti-ca. Especialmente cuando, además, en la percepción quela sociedad tiene de la ciencia se mezclan conceptos erró-neos, falsedades o creencias sin base alguna que poco apoco han ido no sólo comiendo el escasísimo terreno deque dispone la ciencia, sino formando una especie de mu-cosidad que cubre todo lo demás.

Hace trece años, un conjunto nada homogéneo de per-sonas interesadas en este proceso de acrítica aceptaciónde lo paranormal −por llamarlo de alguna manera− formóun grupo, Alternativa Racional a las Pseudociencias (ARP),como foro de discusión y denuncia de estas prácticas. Enel fondo y en la forma, ARP suponía una apuesta por elavance del conocimiento científico, una convicción de que

Una nueva era

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JAVIER ARMENTIA

no hay que tirar la toalla ni dejar que losiluminados campen a sus anchas. En esteúltimo año, la labor de ARP se ha visto re-novada con nuevas aportaciones, de profe-sionales y aficionados de muchos camposde la actividad intelectual. Ello ha sido po-sible gracias a la popularización de esa nue-va ágora que supone Internet. Y ha sido ca-paz de prender una nueva mecha en estaapuesta por la cultura científica: una ver-dadera explosión que ha traído consigo, amodo de refundación, un nuevo plantea-

miento de nuestra apues-ta. Así, hace bien poco, deARP ha nacido un nuevocolectivo, ARP - Sociedadpara el Avance del Pen-samiento Crítico.

Estamos convencidosde que no sólo es un cam-bio de nombre, sino unalabor aún más ambicio-sa, en la que son bienve-nidas todas las manosque quieran trabajar.Igualmente, de lo que na-ció como un pequeño bo-letín informativo, y traba-josamente se convirtió enuna sencilla publicaciónde referencia sobre elpensamiento crítico y es-céptico, nace ahora ELESCÉPTICO, una revistaque no esconde sumilitancia, y que por ello

se va haciendo completamente necesaria.Esperamos que, en el cambio, todos ga-

nemos algo, sin dejarnos nada ni a nadieen la mudanza. Pero no debemos olvidarque está casi todo por hacer. Y por ello, paraello, necesitamos vuestra ayuda. Sé que, apesar de estas palabras sin duda demasia-do épicas, os animaréis a trabajar con no-sotros.

Javier Armentia es director del Planetario dePamplona y presidente de ARP - Sociedad parael Avance del Pensamiento Crítico.

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primer contacto

Un estudio científico demuestra el carácterfraudulento de la imposición de manos�La imposición de manos tieneefectos sorprendentes. Yo no veoel aura, pero la puedo sentirmientras extiendo las manos so-bre el enfermo�. Un estudio cien-tífico, cuyos resultados se publi-caron el 1 de abril en The Journalof the American Medical Associa-tion (JAMA), ha demostrado lafalsedad de esta afirmación delpadre José María Pilón.1 Las con-clusiones de la investigación, di-rigida por la doctora Linda Rosa,del Consejo Nacional contra elFraude Sanitario de EstadosUnidos, no dejan lugar a dudas:los practicantes del denominadotoque terapéutico, sujetos queaseguran usar sus manos paramanipular el campo de energíahumano y sanar así enfermos,son incapaces de detectar esepresunto campo energético bajocontrol científico.

Los experimentadores funda-mentan su estudio en la necesi-dad de someter a prueba unatécnica profesionalmente recono-cida, como lo demuestra el he-cho de que, de los más 100.000practicantes de la imposición demanos que hay en todo el mun-do, 43.000 son profesionales sa-nitarios.2 Y es que el toque tera-péutico se enseña en más de uncentenar de universidades de 75países, y en al menos ochentahospitales norteamericanos seha detectado que hay enferme-ras que lo aplican sin el conoci-miento de los médicos en la ma-yoría de los casos. Por su parte,el editor de JAMA, George D.Lundberg, destaca que esta téc-nica ha dado lugar a un �crecien-te negocio a escala internacio-nal�, negocio que encuentra sumás tosca expresión en los lla-mados sanadores espirituales.

La prueba a la que los auto-res del informe sometieron aveintiún profesionales del toqueterapéutico sorprende por la sim-pleza de su diseño y lo categóri-co de los resultados. El diseñofue obra de uno de los firmantes

el escéptico (Junio 1998) 7

del artículo, Emily Rose, unaniña de nueve años que conci-bió en principio la investigacióncomo un proyecto escolar. Conlas barreras visuales oportunas,la niña ponía una mano a ochocentímetros de las palmas de lasde los sujetos que se sometían ala prueba: la colocaba al azar enla vertical de la mano izquierdao la derecha del dotado, que de-bía qué precisar cuál de susmanos detectaba la energía de laexperimentadora. Los resultadosdel estudio fueron concluyentes:los practicantes del toque tera-péutico acertaron qué mano po-día captar el campo energético in-fantil sólo en el 46% de las oca-siones, �lo que está muy cerca alo que presupuesto por el azar�,el 50%.

Los investigadores consideranque ha quedado confirmado queel toque terapéutico �carece defundamento científico y que suuso por profesionales sanitariosestá injustificado�. El editor dela revista va más allá y afirmaque, además, el estudio de-muestra que �no existe� el su-puesto campo de energía huma-no del que hablan los partidariosde la imposición de manos y haceuna llamada a la honestidad delos profesionales de esta técnica,a quienes, ingenuamente, invitaa informar a sus clientes de larealidad para que no malgastensu dinero en esta técnica �a me-nos que nuevos experimentoshonestos demuestren un efectoreal�.

En España, sólo La Vanguar-dia se hizo eco el 4 de abril delos demoledores resultados detan importante y definitivo estu-dio: el boletín de la AsociaciónMédica Americana es una de lasmás prestigiosas publicacionesmédicas. Las revistas esotéricas,con la transparencia y el respe-to a la verdad que les caracteri-za, han ignorado la noticia. Noen vano, viven de hacer publici-dad de ésta y otras estafas.

1 Lamet, Pedro Miguel [1990]: �Creoen la existencia del demonio co-mo ser personal�. Diario 16 (Ma-drid), 4 de Noviembre.

2 Rosa, Linda; Rosa, Emily; Sarner,Larry; y Barrett, Stephen [1998]:�A close look at therapeutictouch�. The Journal of the Ameri-can Medical Association, Vol. 279� Nº 13 (1 de Abril), 1005-1010.Se puede leer en Internet en:http://www.ama-assn. org/sci-pubs/journals/archive/jama.

La astrónoma de origen alemánMaria Reiche, popularmente co-nocida como la Dama de Nazca,falleció el pasado 8 de junio enLima (Perú) a los 95 años. Desdehace tiempo en muy precariascondiciones de salud, gracias aella, las llamadas líneas de Naz-ca se dieron a conocer en todo elmundo... Reiche defendió siem-pre que se trataba de geoglifosque tenían un significado astro-nómico. Pero, sobre todo, luchópor la conservación de ese mo-numento único de las culturasque habitaron esa regióndesértica de Perú y que estable-cieron allí sus lugares sagrados.Y defendió también el estudiocientífico de las mismas, evitan-do las interpretaciones, a vecesdeshonestas y a veces malicio-sas, de los vendedores de miste-rios sin resolver, que solían afir-mar que esas líneas eran prue-ba del contacto humano con se-res extraterrestres.

Declaradas en 1994 Patrimo-nio de la Humanidad por laUnesco, el conjunto monumen-tal de Nazca es impresionantes.Ubicadas en una planicie desér-

Muere Maria Reiche,�la Dama de Nazca�,a los 95 años

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8 (Junio 1998) el escéptico

tica no lejos de la ciudad de Ica,está compuesto por un conjun-to muy variado de líneas, reali-zadas normalmente eliminandolas piedras de la superficiedesértica, de manera que quedeal descubierto el suelo arenososubyacente, más oscuro. Algu-nas líneas discurren durante ki-lómetros formando impresionan-tes rectas. Pero las más conoci-das son dibujos a gran escalaprincipalmente zoomórficos −arañas, monos, cóndores,colibríes...− y alguna represen-tación humana, aparte de dise-ños geométricos.

Aunque se ha solido afirmarque para ver estos dibujos hayque hacerlo desde el aire, esto esradicalmente falso: desde algu-nos cerros cercanos, uno puededisfrutar de los dibujos sin te-ner que volar. También algunoshan afirmado que los geoglifos nose descubrieron hasta que elhombre voló sobre la zona, algo,como las hipótesis deastronautas en la antigüedad,totalmente falso: existen tratados

de la época de las primeras ex-ploraciones españolas que men-cionan éstas y otras líneas. Cier-tamente, con la popularizaciónde la aviación se hicieron muchomás famosas. De hecho, actual-mente una de las principalesatracciones turísticas de la re-gión consiste en sobrevolar laslíneas de Nazca a bordo de unaavioneta. La labor de personascomo María Reiche ha consegui-

do que se haya ido suscitandouna preocupación en las autori-dades por preservar este monu-mento, aunque demasiado tar-de: la carretera Panamericanadiscurre por la mitad de la pla-nicie, cortando algunos geoglifos.

La popularización de las lí-neas llegó de la mano de autorescomo Erich von Däniken quehan llegado a decir que sólo ex-traterrestres podrían haber he-cho una obra de tal magnitud, yque posiblemente cumpliría unpapel similar al de un modernoaeropuerto. Por supuesto, taleshistorias carecen de toda lógi-ca, aunque −como suele pasar−han alcanzado gran popularidady aún hoy hay escritores que si-guen empeñados en vender unmisterio que no es tal.

Porque lo cierto es que pocasveces se suele contar que real-mente las líneas de Nazca no sonúnicas: existen otros lugares enPerú y el norte de Chile dondeaparece este tipo de monumen-tos. Tampoco se suele contarque, entre los dibujos de Nazca,hay motivos que permiten fecharestos diseños en diferentes épo-cas, correspondientes a las dife-rentes culturas que han idopoblando esa región desértica enlos últimos tres mil años: laParacas, la Chavin, la Nazca...Todo ello sólo confirma queese lugar fue utilizado durantemucho tiempo, y que esos dise-ños responden a lo que conoce-mos de esas culturas, porquehay motivos similares en cerá-micas y tapices que nada tienenque ver con extraterrestres.

La realidad es que los restosarqueológicos demuestran queen el antiguo Perú se desarrolla-ron culturas muy avanzadas,con una gran maestría en artescomo la cerámica y la textil, y ex-pertas en arquitectura o ingenie-ría civil. Ver a estos puebloscomo primitivos es sencillamen-te estúpido, y sólo puede ex-plicarse desde el etnocentrismoeuropeo que está en la base delas afirmaciones de Von Däni-ken: al ser tan primitivos, habríannecesitado de la ayuda de seresextraterrestres para hacer estosmonumentos.

Frente a estos vendedores delo absurdo, Maria Reiche, astró-noma, estudió durante decenioslas líneas, intentando compren-der la razón por la que sehabrían construido. Encontró en

algunas de ellas una significa-ción astronómica: indicabanpuntos concretos del horizontepor donde sale el Sol o la Lunaen determinados momentos es-peciales del año, como los sols-ticios y los equinoccios. A partirde ahí, concluyó que Nazca erauna especie de enorme calcula-dora astronómica. Sin embargo,se ha comprobado que hay otraslíneas que nada tienen que vercon el cielo: a veces las alinea-ciones son de tipo orográfico, concerros y collados más o menosalejados, y en general se cree queel conjunto ha ido conformandoun recinto sagrado, quizá rela-cionado con ceremonias pro-piciatorias para acercar el aguaa esas regiones el agua. En cual-quier caso, el que estuviera erra-da, no quita para reconocer elgran trabajo de arqueología yastronomía que realizó a lo largode su vida Maria Reiche.

Maria Reiche.Archivo ARP

Vía Digital crea elprimer canal detelevisión dedicadoal esoterismo

Vía Digital puso en funciona-miento el martes 13 de eneroMillennium, el primer canal temá-tico de televisión �dedicado ínte-gramente a todos aquellos temasque hagan referencia al esoteris-mo, los grandes misterios y losmilagros�. La empresa dirigidapor Pedro Pérez justificó suapuesta por lo irracional en �eléxito más o menos importanteencada caso, pero síempre conun probado índice de acepta-ción�, de los programas pseudo-científicos que se han emitido endiferentes épocas en España, yen el deseo deatender la deman-da de �la audiencia fiel a estostemas�, que cifra en unas250.000 personas. Es decir, VíaDigital recurre a la demanda detelevisión basura por un sectordel público para justificar suconversión en el principal sumi-nistrador del planeta de teleba-sura paranormal.

Esta iniciativa demuestra,una vez más, que las televisio-nes públicas españolas no son

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el escéptico (Junio 1998) 9

un servicio público, sino todo locontrario: no dudan en recurrira la imbecilidad con tal de hacernegocio. El nacimiento deMillennium es buena muestra deello. Vía Digital es una sociedadparticipada mayoritariamentepor Telefónica (35%), pero encuyo accionariado están presen-tes RTVE (17%), TV3 (5%) Tele-Madrid (4%) Canal 9 (2%) yTVG(2%), cadenas que los espa-ñoles soportan con sus impues-tos y cuyos contenidos rozan enmuchos casos la telebasura, que,como denunciaron el 28 de no-viembre numerosas organizacio-nes y particulares, es �una for-ma de televisión caracterizadapor explotar el morbo, el sensa-cionalismo y el escándalo comopalanzas de atracción la audien-cia�.

La existencia de este nuevocanal dedicado a la divulgaciónde lo paranormal evidencia quelos gestores televisivos no tienenningún tipo de escrúpulos a lahora de recurrir a un géneroque, como advirtió el comenta-rista político Federico Abascal aldía siguiente de hacerse públicoel Manifiesto contra la �teleba-sura�, produce, �por un lado, elentontecimiento progresivo einvoluntario de un sector de lapoblación y, por otro, el enton-tecimiento voluntario, desgana-do y hasta irritado de otro sec-tor�. Y, lo que en este caso es másgrave, Millennium nació mes ymedio después de que numero-sas asociaciones de consumido-res, vecinales, sindicales y otras−ARP incluida−, además de de-cenas de intelectuales, suscribie-ran el manifiesto antes citadocon la intención de �suscitar undebate social que permita llegara proponer un código ético de re-gulación de los contenidos tele-visivos� para limitar al máximola difusíón de, entre otras cosas,�mensajes esotéricos, milagrerosy paranormales, presentados deforma acrítica y en el mismo pla-no de realidad que los argumen-tos científicos�.

Telefónica y sus socios públi-cos y privados ya han emitido suveredicto: mientras haya genteque quiera consumir basura, VíaDigital se la proporcionará. Así,sin más. Poco importa que des-de tribunas autorizadas se hayaapoyado la necesidad de ponercoto a la telebasura, que, acerta-damente, el periódico El País (29

de Noviembre de 1997) calificóde �producto perfecto de ciertoestilo de vida que se ha puestoen boga. Y es reflejo exacto deesa oscilación entre elamarillismo periodístico, laespectacularización de la infor-mación, más o menos tergiver-sada, y los intereses, torticeroso legítimos, de quienes muevenese instrumento de poder [la te-levisión]�. Lo de Vía Digital no esque sea sorprendente −las tele-visiones públicas españolas nun-ca se han caracterizado por susprincipios deontológicos−, pero síindignante. Porque no sólo hace

oídos sordos a un sentir genera-lizado entre los consumidores yla intelectualidad, sino que fi-nancia su embrutecedor proyec-to con el dinero de todos los con-tribuyentes. Y eso es una burlaal ciudadano por parte de losmáximos responsables de losgobiernos que controlan los ca-nales públicos que forman partedel accionariado de la empresaauspiciada por Telefónica.

Ante fenómenos como el deMillennium, que se justifican ex-clusivamente en hacer negocio alprecio que sea, sólo cabe mani-festar desde estas páginas el másabsoluto rechazo. Y animar a to-dos aquéllos que se sientan in-sultados por Vía Digital y sussocios a que se pongan en con-tacto con ARP para articular unarespuesta contundente frente aquienes, desde instituciones pú-blicas, se presentan como defen-sores del interés general y optanpor el negocio de la irracionali-dad, del engaño.

ERNESTO J. CARMENA

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JUEVES, 23 DE JULIO

9.00-12.00 horas.Las profecías milenaristas (Inglés).Conferencia de apertura:

El miedo al apocalipsis - Paul Kurtz, presidente delCSICOP.

Las fantasías apocalípticas de los nuevos gruposreligiosos - Hartmut Zinser.

La significación del milenio - Mark Kingwell, Universidadde Toronto.

La Biblia y los profetasdel juicio final - Gerald Lague,Universidad del Sur de California.

Las profecías del día del juicio final - James Lewis,Universidad Americana.

El código de la Biblia - Dave Thomas, Físico.

14.00-17.00 horas.Medicina alternativa (I).

La homeopatía en Europa - Willem Betz, UniversidadLibre de Bruselas.

Por qué la medicina alternativa parece funcionar - BarryBeyerstein, Universidad Simon Fraser.

La medicina alternativa en un mundo científico - WallaceSampson, director de la Scientific Review of Alter-native Medicine, Universidad de Stanford.

El temor a los empastes dentales con amalgamas enAlemania - Rainer Schiele, Universidad de Jena.

Seminario sobre pensamiento crítico (I).Responsables: Ray Hyman, Universidad de Oregon, y

James Alcock, Universidad de York, Toronto.Sesiones temáticas (I/Alemán): encuentros varios.

19.00-21.00 horas.Conferencia a cargo de Elizabeth Loftus, profesora de

Psicología de la Universidad de Washington.

VIERNES, 24 DE JULIO

9.00-12.00 horas.Catástrofes naturales (I),

Prediciendo un catastrófico final de los tiempos - Cornelisde Jager, Universidad de Utrecht.

El cometa Hale-Bopp: ¿portento o catástrofe? - AlanHale, co-descubridor del cometa Hale-Bopp.

El día del juicio final: la predicción de mayo del 2000 -Tim Trachet, Flemish Broadcasting Corporation.

Impactos cosmicos: ¿una amenaza significativa? - JamesMcGaha, astrónomo, Fuerza Aérea de EE UU.

14.00-17.00 horas.Cuestiones medioambientales (I).

El inesperado cambio climático - William H. Calvin,Universidad de Washington.

El calentamiento global y lo que podemos hacer paracontrarrestarlo - T. Casten, Trigen Energy Corp.

Miscelánea (I).Teosofía y antroposofía en la educación en Asia, Europa

y América - H. de Tollenaere, historiador, Holanda.Por qué los experimentos de Scheunen no prueban el

zahorismo - Jim Enright, Scripps Institution of

Oceanography.Metales extraños en la antigüedad - Gerhard Eggert,

Rheinisches Landesmuseum de Bonn.Grupos de autoayuda en información sobre el cáncer

(A).Sesión paralela con inscripción aparte.

El pensamiento crítico en el sistema educativo (A).Responsables: Wolfgang Hund y Werner Schulz.

20.00-22.00 horasMesa redonda. El mercado psíquico: ¿es necesaria una

regulación por parte del Estado? (A)

SÁBADO, 25 DE JULI0

9.00-12.00 horas.Anticiencia y postmodernistas (I).

Presidente: Paul Kurtz.Evry Schatzman, Asociación de Físicos de Francia.Jean Bricmont, Universidad de Louvain.Jean-Claude Pecker, Collége de France.Lewis Vaughn, autor de How to think about weird things.

14.00-17.00 horas.Estudios de casuística (I).

Richard Wiseman, Universidad de Hertfordshire.Jean-Paul Krivine, Unión Racionalista de Francia.Joe Nickell, director de Investigaciones del CSICOP.

Medicina alternativa (A).Examen de los estudios más recientes - Jürgen Windeler,

Universidad de Heidelberg.El consenso actual en la Medicina Interna - Barbara

Burkhard, especialista de Medicina Interna, Munich.¿Por qué es tan tan atractiva la medicina alternativa? -

Elisabeth Nüchtern.El emisor de orgones - Irmgard Oepen, ex-presidente

de la GWUP.Un mejor análisis de la casuística - Gerd Büschel,

oncólogo, Nuremberg.

20.00-24.00 horas.Cena y travesía en barco.

DOMINGO, 26 DE JULIO

9.00-12.00 horas.Panorámica mundial del escepticismo científico (I).

Ciencia y pseudociencia en Rusia - Sergei Kapitza,miembro de la Academia de Ciencias de Rusia.

Lo paranormal y el escepticismo en México - MarioMendez-Acosta, presidente de la Sociedad Mexicanapara la Investigación Escéptica (SOMIE).

El debate de la memoria recuperada - Vern Bullough,profesor de Historia de la Universidad de California.

�The Skeptical Inquirer� - Ken Frazier, director de TheSkeptical Inquirer.

Lo paranormal y el escepticismo en el Reino Unido -Mike Hutchinson, representante de The SkepticalInquirer en Europa.

Lo paranormal y el escepticismo en España - Luis AlfonsoGámez, periodista de El Correo, España.

2º Congreso Escéptico MundialHeidelberg, Alemania - Del 23 al 26 de julio de 1998

El Armagedón y los profetasdel día del juicio final

Organizado por el Consejo Europeo de Organizaciones Escépticas (ECSO),la Sociedad Alemana para la Investigación de la Paraciencia (GWUP) y el

Comité para la Investigación Científica de los Supuestos Hechos Paranormales (CSICOP)

Para más información:

ARP - Sociedad para el Avance del Pensamiento Crítico Apartado de Correos 440; 08190 Sant Cugat (Barcelona); España.

Correo electrónico: [email protected]éfono: 93 592 14 65

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a imagen de un cerro en la regiónmarciana de Cidonia obtenida porla sonda Mars Global Surveyor(MGS), dada a conocer por la NASA

en la noche del pasado 6 de abril, era laúltima prueba irrefutable de que las afirma-ciones que se venían haciendo en los últi-mos veinte años sobre la pretendida artifi-cialidad de esa esfinge no tenían base cien-tífica sólida. Una prueba, en opinión de mu-chos expertos en Marte, innecesaria, por-que con los datos previamente existentesya había suficientes razones para pensarque realmente se trataba de una formacióngeológica natural. Pero, como suele pasaren todos los temas pseudocientíficos, los he-chos no parecen ser suficientes para quie-nes desde los años 70 han utilizado estecurioso fenómeno geológico para, por unlado, acusar de secretismo hacia la NASA yen general a la comunidad científica −lo quealgunos suelen denominar ciencia oficial−y, por otro, vender con el marchamo de cien-cia creencias en la existencia de vida inteli-gente en Marte. Porque muchos nos lo te-míamos, y nuestras predicciones se hanvisto confirmadas. Lejos de reconocer elerror, los defensores de lo paranormal si-guen con más de lo mismo: nuevas acusa-ciones de mala conducta a los responsa-bles de la misión, y un intento −cada vezmás desesperado− de seguir manteniendoa toda costa la artificialidad de la cara, o almenos una duda razonable.

La historia tiene mucho parecido con otrotema recurrente −también abordado en estenúmero de EL ESCÉPTICO−, el de la sába-na santa. También en este caso, antes delas imágenes de la MGS, las evidencias y laopinión científica generalizada descartabanla artificialidad de la cara, como era evidentea partir de los datos históricos que lasindone era una falsificación medieval. Lanueva imagen, como las pruebas del car-bono 14, es puesta en duda o matizada porlos defensores de la teoría extraterrestre(que llamaremos en este trabajomarsfaciólogos, en analogía con los ufólogos,con quienes les unen muchos más lazos delo que se podría pensar en un principio) pararestarle validez como prueba definitiva. Y

tras ella, como en el caso del lienzo turinés,estas personas permanecen fuera del con-senso general y siguen planteando nuevospseudomisterios. Pero, además, al igual queel Proyecto para la Investigación del Suda-

rio de Turín (STURP), en la marsfaciologíase creó la Sociedad para la Investigación deBúsqueda de Inteligencias ExtraterrestresPlanetarias (SPSR) con personas provenien-tes del mundo académico y científico, que

La cara de Marte: crónicade una muerte anunciada

La sonda ‘Mars Global Surveyor’ ha demostrado que en el planeta rojono hay ni esfinge, ni pirámides, ni restos de ciudades

JAVIER ARMENTIA

L

el escéptico (Junio 1998) 11

La imagen de la cara marciana de la �Mars Global Surveyor� hademostrado definitivamente que la supuesta esfinge inmortali-zada por la sonda �Viking� en 1976 (en el recuadro) no existe.

NASA

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al principio intentaron dar un barniz cien-tífico al asunto y ahora reelaboran sus dis-cursos para mantener vivo el misterio.

La esfinge marciana

El Centro de Noticias de la Misión Viking,dio a conocer el 31 de julio de 1976 unaimagen obtenida por el orbitador de la Viking1, que esos días buscaba un lugar adecua-do para el aterrizaje de su nave gemela, laViking 2. �La imagen −decía el comunicado-− muestra formaciones del terreno erosio-

nadas, similares a las mesas(cerros testigo). La gran for-mación rocosa en el centro,que asemeja una cara huma-na, está formada por sombrasque dan la ilusión de ojos,nariz y boca. Esta caracterís-tica tiene un ancho de kiló-metro y medio, con el Sol enun ángulo de aproximada-mente 20 grados...� [VikingNews Center, 1976]. La ima-gen había sido obtenida el 25de julio, y es posible que pre-cisamente el parecido conuna cara humana incitara alos responsables de prensa dela misión a utilizarla, pen-sando (acertadamente) queesa curiosidad la haría máspopular. No podemos olvidarque la NASA necesitaba im-pactos en medios de comuni-cación: es algo que se hacíaen los 70 y se sigue haciendoahora...

¿Fue un error? ¿Debían haber obviadoel tema? Es fácil argumentar en contra delo que se hizo, especialmente porque no sólose trataba de un juego de luces y sombras.Pero hacernos estas preguntas ahora esigual de inútil que intentar comprender quépasó por la mente del encargado de prensaque en 1947 dijo que los militares estado-unidenses habían recuperado un platillovolante accidentado en Roswell, NuevoMéxico. En cualquier caso, la explicaciónoficial, que realmente no era tal, pues no sehabía realizado análisis geológico alguno

sobre el tema, era errónea, al menos enparte: porque si bien es cierto que con eseángulo de incidencia de la luz en esa ima-gen, con número 035A72, las sombras delcerro aumentan la sensación de estarcontemplando una cara, realmente el cerro

12 (Junio 1998) el escéptico

parecía tener for-ma de cara, comocomprobó un añodespués VincentDiPietro, quienencontró otraimagen, la070A13, de reso-lución similar ala anterior −unos45 metros encada elemento deimagen o pixel−donde tambiénaparecía la cara,con otra ilumina-ción. Posterior-mente, buscandoen el archivo demás de 55.000imágenes de losorbitadores de las dos sondas Viking, de lascuales poco más de una cuarta parte se lle-gó a procesar adecuadamente por falta depresupuesto,1 se ha podido comprobar queun total de veinte imágenes diferentes re-cogen esa zona, si bien solamente cuatrotienen una resolución mejor que 400 me-tros por pixel (en el resto la resolución esinferior y apenas se distingue la esfinge, queocupa sólo uno o dos pixels).2

DiPietro y Gregory Molenaar, ambos pre-sentados normalmente en la bibliografíacomo investigadores espaciales, desarrollany aplican un método de procesado de ima-gen, denominado Starburst Pixel Interlea-ve Technique (SPIT).3 Con los resultadospublican un libro [DiPietro, Molenaar yBrandenburgh, 1988], y presentan una co-

1 Así es, aunque pueda parecer increíble: granparte de las imágenes se encuentra aún sin pro-cesar. Pero no son secretas. Cualquier personapuede adquirir una colección en CD-ROM conlas imágenes en bruto, junto con programas parapoder reproducirlas adecuadamente, a través delServicio Geológico de Estados Unidos.2 Aunque los datos aparecen en muy diversa bi-bliografía, en las páginas de Internet de la em-presa Malis Space Sciences Services, propiedadde David Malin, responsable de las cámaras dela Mars Global Surveyor, se puede encontrar unadecuado resumen: http://www.msss. com/eduaction/facepage/face.html. Igualmente,Mark J. Carlotto recopila una cronología de lasanomalías marcianas en el libro The case for theface, editado por Stanley V. McDaniel y MonicaRix Paxson para la Sociedad para la Investigaciónde Búsqueda de Inteligencias ExtraterrestresPlanetarias (SPSR), publicado por AdventuresUnlimited Press (Kempton, EE UU) en marzode 1998, unas semanas antes de las imágenesde la Mars Global Surveyor. Esta cronología espoco más que una actualización de la que pre-senta Mark J. Carlotto en su libro The martianenigmas: a closer look, editado en 1991 por NorthAtlantics Books (Berkeley, EE UU).

Fue la propia NASA la que dio aconocer la existencia de la cara de

Marte en 1976, sólo seis días despuésde obtenida imagen

Los �marsfaciólogos� siem-pre pasan por alto que tam-bién la rana Gustavo estápresente en Marte.

NASA

El �Smiley� marciano noparece tomarse muy enserio lo que mantienenlos amantes del misterio.

NASA

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municación en 1980 en la reunión anualde la Sociedad Astronómica Americana,apuntando la posible artificialidad de la es-finge. Sin embargo, la comunidad científi-ca, lejos de verse impresionada por el tra-bajo, sigue opinando que el asunto merecemayor interés... En cualquier caso, han des-cubierto otra característica en las imáge-nes de las Viking, en la misma región deCidonia, que ellos interpretan también co-mo artificial: la llamada pirámide D&M.

Si en el lado científico casi nadie se inte-resa por el asunto, en el mundillo de la cien-cia popular, pero sobre todo en el de la pseu-dociencia, estas anomalías marcianas en-cuentran su público más adecuado. En1979, Walter Hain publica en Alemania unlibro titulado Nosotros de Marte, incluyen-do la hipótesis de la artificialidad de la cara.Pero la historia de la esfinge sufre un em-pujón cuando un antropólogo, Randolfo R.Pozos, monta a mediados de 1984 una con-ferencia a través de ordenador sobre elasunto, que titula Las crónicas marcianas yposteriormente publica como libro [Pozos,1986]. A partir de ese encuentro se orga-niza el llamado Equipo Independiente parala Investigación de Marte, con personascomo Brian O�Leary, uno de los pioneros dela astronáutica, y David Webb, miembro dela Comisión Presidencial del Espacio queasesora en estos temas al presidente norte-americano, además de DiPietro, Molenaary Brandenburg. A finales de ese año, undivulgador de la astronomía bastante co-nocido en EE UU, Richard C. Hoagland, seincorpora al grupo. Hoagland descubre cer-ca de la pirámide D&M otras característicasque denomina la fortaleza, la ciudad y eldesfiladero. El tema así adquiere cierta res-petabilidad y popularidad en Estados Uni-dos. Se suele olvidar, sin embargo, que el

el escéptico (Junio 1998) 13

propio Pozos comenta en el preámbulo desu libro: �Agradecemos especialmente a laNASA y al Servicio Geológico de EE UU sucolaboración proporcionando imágenes ycintas de datos a pesar de que no compar-ten nuestro interés por la investigación�.

En ese equipo, se desarrollan, especial-mente por parte de Hoagland, las hipótesisque empiezan a conectar las estructurasque creen haber hallado en Marte con laspirámides (y la propia esfinge) egipcias.Cualquiera puede entender el cóctel explo-sivo que esto supone: a las ya antiguas his-torias de astronautas en la antigüedad,como las popularizadas por Erik vonDäniken, se añade un nuevo elemento: losmarcianos.

Las hipótesis de culturas marcianas co-bra popularidad en Europa a partir de 1987,con la publicación de ¿Hay vida en Marte?,del barón Johannes von Buttlar [Buttlar,1987]. Con formación científica y autor dediversos libros de divulgación −y pseudo-científicos−, Von Buttlar consigue con estelibro vender más de 18 millones de ejem-plares en el viejo continente. Mezcla mitos

de los aborígenes australianos con jeroglí-ficos chinos, y cientos de cosas más, paramontar la tesis de que hace miles de añoslos marcianos colonizaron nuestro plane-ta. La esfinge y demás características seconvierten así en la prueba adicional de quetodo ello es cierto. Pero, en realidad, el tex-to está repleto de inexactitudes, errores ymentiras, todo montado para mayor gloriade la tesis básica... Cualquier lector puedeencontrar más de un paralelismo entre estamanera de divulgar pseudociencia y la dealgún que otro escritor español, que publi-ca habitualmente en la misma editorial.

En honor a la verdad, dentro de lo queya se va configurando como marsfaciología,hay intentos por mantener la seriedad dela investigación. La presencia de científicoso personas relacionadas con la ciencia enEE UU permite que se vaya formando unnúcleo más serio, aparentemente, en el quese intenta mantener, al menos de cara alexterior, una postura más tibia que las quevan popularizándose: no se afirma laartificialidad, aunque sí que las pruebasapuntan a ella. A la vez, el sentimiento deaislamiento de estos marsfaciólogos va au-mentando, por cuanto ven que siguen sinser atendidos por el resto de la comunidadcientífica; más bien al contrario, se venunidos en el batiburrillo de lo pseudocien-tífico...4

3 En esencia, se trata de un algoritmo de inter-polación para poder aumentar la resolución,asumiendo que el valor de luminosidad de cadapixel es un promedio de los valores reales pre-sentes en esa área. A partir de suposiciones so-bre la manera en que varían esos niveles de luz,y considerando los elementos vecinos, se puedefragmentar cada pixel y obtener una super-resolución. El método es estadístico y hay queentender que su capacidad es limitada: aunquequede muy elegante en las películas (en las quese suele ver cómo a partir de una simple ima-gen de vídeo doméstico llegan a ver los númerosdel carné de identidad que llevaba en el bolsilloel ladrón...), a partir de una imagen de resolu-ción baja, interpolar elementos de tamaño me-nor que el pixel puede resultar muy arriesgadoal aumentar los errores, pero sobre todo al ha-cerse el método muy dependiente de las suposi-ciones sobre la variabilidad pixel a pixel. Evi-dentemente, cuanto mejor se sepa cómo es elobjeto del que tenemos la imagen, mejor. Pero,¡atención!, en este caso el objeto, esto es, la es-finge, es desconocido... salvo que supongamosde partida que se trata de una cara humana.

A rebufo de la esfinge, losdivulgadores de misterios han

‘hallado’ en Cidonia pirámides, lasruinas de una ciudad y una fortaleza

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Es en esa segunda mitad de los años 80cuando se desarrolla el bloque más sólidode estudio de la marsfaciología, aunque real-mente no es tan sólido. ¿Hay realmente unacontroversia científica? Lo cierto es que no,por mucho que les duela a los enamoradosde estas anomalías marcianas. Pero en 1985su bestia negra toma nombre: Carl Sagan,el conocido astrónomo y divulgador cientí-fico, que publica un artículo en la revistapopular Parade [Sagan, 1985] explicandopor qué todo este asunto no tiene mayorrelevancia. Sagan había sufrido un fenóme-no similar unos veinte años antes, cuandoescribió sobre el asunto del catastrofismoque proponían las teorías de Velikovsky de-

clarando su completa falta de base científi-ca. Como todo personaje famoso, Sagan haestado continuamente en el foco de mira delos pseudocientíficos, porque sus palabrashacían mucho más daño que la indiferen-cia de la comunidad científica.5 Dos añosdespués, Hoagland publica su libro sobreel tema, en el que en más de 500 páginashace un completo resumen de todas las es-peculaciones infundadas que uno podríaimaginar a partir de los monumentos de

14 (Junio 1998) el escéptico

Cidonia [Hoagland, 1987].Aparece en esa época en el panorama de

los mitos marcianos Mark J. Carlotto, doc-tor en Ingeniería Eléctrica y especialista enprocesamiento de imágenes. Los trabajosde Carlotto sobre las imágenes de Marteabren realmente una nueva era. Dispo-niendo de dos imágenes con diferente ilu-minación, aplica cálculos fotoclinométricospara poder obtener un modelado tridimen-sional aproximado del terreno. Hay queentender que las técnicas de procesamien-to de imagen a mediados de los años 80estaban en pleno desarrollo, pero requeríanel uso de programas específicos en grandesordenadores. Hoy, cuando estos filtros yprocesamientos se pueden hacer con pro-gramas comerciales disponibles gratis enInternet, podemos pensar que el trabajo deCarlotto lo podría haber hecho cualquiera.Pero hace más de diez años no era así. Suartículo de 1998 publicado en Applied Optics[Carlotto, 1988], en el que se desarrollanalgunos de los modelos de procesamientode imágenes aplicados al caso de Cidonia,siguen siendo aún hoy citados como la prue-ba −de hecho, la única prueba− de que eltema tiene seriedad científica... En aquellaépoca, estos trabajos supusieron una revo-

4 Un proceso análogo se ha producido en diver-sas ocasiones en el mundo de la ufología: desdelas más descalabrantes afirmaciones de inva-siones y contubernios a las más tibias afirma-ciones de quienes se denominan la línea de enmedio conforman este mundo que, en cualquiercaso, vive del mismo público, ávido de misteriossin resolver.

5 Tras su muerte, el capítulo dedicado a la carade Marte (�El hombre de la Luna y la cara deMarte�) de lo que podríamos considerar el testa-mento escéptico de Sagan, su libro El mundo ysus demonios (1997), ha sido tomado al asaltopor varios miembros de la SPSR para utilizarcitas sacadas de contexto. El texto pone de ma-nifiesto la opinión de Sagan de que las presun-tas anomalías marcianas no tienen casi posibi-lidades de ser artificiales. Como defensor de laciencia que era, en cualquier caso, al final co-menta la conveniencia de que, para acabar conla polémica, lo mejor sería obtener nuevas imá-genes. Cito el párrafo completo porque normal-mente los marsfaciólogos sólo usan la últimafrase: �Aunque esas afirmaciones [sobre laartificialidad] fueran extremadamente improba-bles (como yo creo que son), vale la pena exami-narlas. A diferencia del fenómeno de los ovnis,aquí tenemos la oportunidad de realizar un ex-perimento definitivo. Este tipo de hipótesis esdesmentible, una propiedad que la introduceperfectamente en el campo científico. Espero quelas próximas misiones americanas y rusas aMarte, especialmente orbitadores con cámarasde televisión de alta resolución, realicen un es-fuerzo especial para −entre cientos de otras cues-tiones científicas− mirar más de cerca las pirá-mides y lo que algunas personas llaman la caray la ciudad�.

Cualquiera, salvo los convencidos marsfació-logos, ve en este párrafo un claro intento de con-seguir que la ciencia pueda aportar pruebas de-finitivas sobre un asunto que, aunque impro-bable, podría ser controvertido. De hecho, laNASA siguió estas indicaciones. Quizá Sagan fuedemasiado ingenuo, o quizás olvidó incluir lasospecha de lo que pasaría cuando los datostiraran por el suelo la teoría de la artificialidad:que los creyentes seguirían con lo suyo, a pesarde todo...

Vista general de la región de Cidonia con la presunta esfinge enla zona superior derecha y, a la izquierda, lo que los fabricantesde paradojas identifican como pirámides, restos de una ciudady ruinas de una fortaleza

Archivo ARP

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lución entre los marsfaciólogos: ni eran ca-paces de entender ni podían hacer las mo-dificaciones de las imágenes, que casi lesparecían mágicas. Posteriomente, otras per-sonas utilizan los adelantos en técnicas dereconstitución y estudio de imágenes, comoel análisis fractal, para intentar encontrarpruebas de que las características observa-das en Cidonia no tienen origen natural,sino que son formaciones posiblemente ar-tificiales (tal es el caso de Brian O�Leary yMichael Stein).

Uno de los que se entusiasmaron con es-tas técnicas fue el catedrático y profesoremérito de filosofía Stanley V. McDaniel.Tras la pérdida de la sonda marciana quepodría haber dilucidado el asunto, la MarsObserver,6 la situación de tensión va cre-ciendo, principalmente porque en el ámbi-to de la marsfaciología se van captando cien-tíficos −curiosamente casi nunca expertosen geología planetaria− que dan un ciertopeso a estas aventuras del conocimiento.McDaniel es entonces elegido para abande-rar un nuevo proyecto que pretende recla-mar nuevas investigaciones sobre Marte, enconcreto sobre Cidonia. Publica en 1993 elInforme McDaniel [McDaniel, 1993], surgi-do por el sentimiento del ridículo que laNASA había lanzado sobre las investigacio-nes de los marsfaciólogos, y porque no ha-bía promovido investigación alguna sobreel tema.7 Este trabajo da paso al año siguien-te a la formación de la SPSR, cuyas inves-tigaciones se resumen adecuadamente enel libro The case for the face.

Cabe destacar que ya en esa épocaHoagland comienza a ir por su lado: estáconvencido de lo que se ha dado en llamarhipótesis AOC −Artificialidad de Cidonia−,

el escéptico (Junio 1998) 15

mientras que el resto de expertos de la SPSRprefiere mantener una postura más ambi-gua, al menos de cara al exterior, intentan-do evitar afirmar que se trata de monumen-tos artificiales de culturas que habitaron enMarte. Sin embargo, esta postura no esunánime, y ciertamente es fácil encontrarpronunciamientos de los miembros de laSPSR donde vienen a decir, sin afirmarlodel todo, que lo más probable es que todo elconjunto sea artificial. La diferencia, pues,con Hoagland y otros visionarios es que ellospretenden que sus análisis estadísticos sonherramientas científicas. Sin embargo, esnotable que en todos estos años sus traba-jos no han sido publicados en revistascientífficas relevantes: salvo el caso deCarlotto en Applied Optics, todo lo más quetenemos es un artículo en el Journal of theBritish Interplanetary Society [Carlotto, 1990]y otro en el Journal of Scientific Exploration[Carlotto, 1997], ambos de Carlotto. Dejan-do aparte que la última no es en absolutouna revista científica, sino sobre estudiosde asuntos en las fronteras de la ciencia,llama la atención la escasa relevancia deestas publicaciones. Evidentemente, el econormalmente se produce en revistas demarcada tendencia pseudocientífica.

Por completar el fresco de la marsfacio-logía antes de la Mars Global Surveyor, de-beríamos mencionar al geólogo James Er-javec, también de la SPSR, quien en contrade la opinión del resto de los expertos enMarte sustenta que las formaciones deCidonia no se deben a procesos de erosión,y Tom van Flanders, un astrónomo que opi-na no sólo que los monumentos de Marteson artificiales, sino que se sitúan en plenoecuador marciano. Sucede que Marte ha-bría sufrido un cambio de eje debido a ungran impacto y la orientación se perdió. Talimpacto correspondería a un planeta que

6 El contacto con esta sonda se perdió el 21 deagosto de 1993, debido probablemente a la pér-dida de presurización en el depósito de hidraci-na de la nave, lo que provocó que empezara agirar sin control, disparando los sistemas de e-mergencia y perdiéndose el contacto con la Tie-rra. Sin embargo, muchos marsfaciólogos, y o-tros pseudocientíficos han insinuado que todoestaba montado por la NASA para ocultar la ver-dad sobre Marte, siendo una de las más sono-ras quejas precisamente la de Hoagland. Otrasmisiones fallidas, como las soviéticas Fobos (verel artículo de Victor R. Ruiz en este número so-bre las misiones de exploración marciana) con-tribuyeron a crear ese mito. Recientemente, elescritor pseudocientífico Josep Guijarro afirma-ba, en la Cadena Ser, que tales sucesos oculta-ban algo que la NASA no quería dar realmente aconocer... Una vez más, las teoríasconspiranoicas contribuyen a apoyar las másdesmelenadas afirmaciones. Sobra explicar queGuijarro no es precisamente un experto en in-geniería espacial mínimamente cualificado.7 De hecho, es cierto que entre los objetivos pri-mordiales de la labor de mapeado de la MarsObserver no estaba Cidonia. El responsable deeste programa, David Malin, ya comenzó enton-ces a sufrir el ataque de estos científicos.

Mark J. Carlotto.Archivo ARP

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explotó, y que se situaba en la órbita delcinturón de asteroides, entre Marte yJúpiter. Aunque tal hipótesis −que recuer-da a las especulaciones de Velikovski− seda de cabezazos con todo lo que sabemosdel sistema solar, y resulta una demasiadoad hoc como para ser tomada mínimamenteen serio, lo cierto es que se le acepta dentrode ese equipo de expertos que es la SPSRporque queda dentro del esquema de creen-cias en la AOC.

En los últimos dos años, se ha observa-do un importante movimiento publicitariopor parte de estos marsfaciólogos: su obje-tivo, el ambicioso plan de exploración de laNASA. A través de las páginas de Internetse puede comprobar el interés de la SPSRen casi monopolizar las exploracionesmarcianas para dilucidar la cuestión de susanomalías marcianas.8 Por otro lado, cual-quier noticia o investigación que pudieraapoyar sus posiciones se ha ido aceptandode manera bastante más acrítica que en elresto de la comunidad científica. Por ejem-plo, el asunto del meteorito antártico ALH84001 se consideró una prueba más de laexistencia de vida en Marte −algo que danpor sentado, mucho más incluso que los res-ponsables de prensa de la NASA−. Curiosa-mente, aunque con el tiempo los análisisconcluyen casi por completo que en tal me-teorito no hay rastros de vida, como seanunció en un principio, la SPSR no ha cam-biado sustancialmente su apoyo.

Un fenómeno paralelo, pero que no po-demos olvidar, ha sido el acercamiento dela SPSR a la comunidad ufológica. ¿Con-vergencia de intereses? Muy posiblemente,y, sobre todo, el hecho de que en este mun-dillo de los platillos volantes se les conside-re mucho más que en el ámbito de la críticacientífica. Al fin y al cabo, venden un pro-ducto similar para similares compradores...

¿Qué pruebas hay de todo?

El resumen de la trayectoria del asunto deCidonia nos lleva a la llegada de las imáge-nes de la sonda Mars Global Surveyor. Pero,antes, conviene resumir las evidencias pre-sentadas a favor de la AOC. En una espe-cie de meta-análisis de las investigacionessobre Cidonia, Carlotto veía que las prue-bas eran muy importantes a favor de la hi-pótesis AOC [Carlotto, 1997]. Veámoslas:

La cara. El aspecto humanoide suponeun primer apoyo. En las imágenes de lasViking, y en los posteriores análisis, apare-ce la forma general de una cara, incluyen-do ojos, una pupila −acaso dos−, la nariz ylos labios que conforman la boca. La foto-clinometría produce un terreno tridimen-

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sional acorde con esta cara. Sin embargo,incluso admitiendo ese parecido, ¿no po-dría haberse formado de manera natural?Por otro lado, es conocida en psicología dela percepción la ilusión denominada parei-dolia, en la que un estímulo vago es perci-bido como algo o alguien familiar. La ilu-sión es muy potente, porque una vez esta-blecido el nexo es difícil abstraerse de laforma percibida. Típicos casos de pareidoliaabundan: desde el juego de ver formas enlas nubes a las noticias que de vez en cuan-do aparecen sobre la aparición de la carade Cristo o de la Virgen en los lugares másinsospechados −las manchas de una sar-tén, una tortilla de pasta, un jamón o unsuelo−. En el caso de la cara, es innegable

que la iluminación de las dos imágenes enalta resolución favorecía la percepción comouna cara. Sin embargo, con este parecidono podemos descartar la hipótesis nula −es decir, una formación geológica de ori-gen natural−.

Carlotto apunta que la simetría existenteen la cara es estadísticamente improbable.Pero esto es una afirmación gratuita. A lolargo de la superficie de Marte, hay millo-nes de formaciones geológicas, y hasta cier-to punto es esperable que alguna de ellas

8 La página de McDaniel está en http://www.mcdanielreport.com; en ella se encuentran enla-ces a gran parte de las webs de otros marsfació-logos.

Portada de uno de los libros de Hoagland.

Archivo ARP

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presente simetría. Para los marsfaciólogos,sin embargo, la simetría se acompaña delas proporciones de la cara, que se corres-ponden con una representación artística deuna cara. Sin embargo, lo cierto es que lascaras humanas no son tan simétricas, y nosiempre los artistas han idealizado esas si-metrías. Una vez más, si suponemos laartificialidad, todo parece cuadrar. Pero noes lícito dar la vuelta al razonamiento, algoque se suele olvidar, quizá por el deseo dever cumplida las expectativas previas.

Técnicas aplicadas a las imágenes, comoel análisis fractal [Carlotto, 1990], indica-ban que las formaciones eran muy poco na-turales. Pero se puede criticar que parte deeste análisis depende de la resolución (es-casa) de la imagen, y puede ser de esta ma-nera un artefacto del método de interpola-ción, como hace notar David Malin con undiente que parece existir en alguna de lasimágenes [Malin, sin fecha]. Este tema de-bería poderse solventar con imágenes demejor resolución. En cualquier caso, tam-poco permite concluir que la naturalidaddel fenómeno sea descartable.

La ciudad. En la llamada ciudad apare-ce un cerro de tamaño similar a la cara, ycon una orientación parecida. Pero estopuede ser perfectamente casual. Más aún,realmente supone un apoyo a las explica-ciones geológicas de que los cerros o me-sas de esta región de cambio morfológicoentre las planicies del Norte y la llamadaAcidalia Planitia. Para los geólogos, fue laerosión el proceso que labró estas forma-ciones, dejando abruptos desfiladeros. Porsu parte, la erosión diferencial podría ha-ber además tallado formas diferentes, aveces con ángulos y aristas marcados. Losmarsfaciólogos han solido argumentar quela gran variedad de formas hace esta hipó-tesis improbable, pero lo cierto es que to-davía no se conoce tanto de la geologíamarciana como para poder afirmar algo así,salvo que se parta −de nuevo− de que todoes artificial.

La fortaleza. Se trata de un objeto an-guloso el norte de la zona de la ciudad. Losmarsfaciólogos han querido ver en él mu-rallas y puertas. Curiosamente, gran partede las pretendidas características de estafortaleza están en el límite de resolución delas imágenes, o incluso por debajo, comollega a aceptar Carlotto. Pero lo que paraellos es una prueba en contra de la natura-lidad debería ser visto realmente con granprevención: podría tratarse de artefactos delprocesamiento de las imágenes, en el lími-te de resolución. De igual manera, las téc-nicas de análisis fractal en estos casos re-sultan dudosas. Hay un cerro cercano a es-ta fortaleza similar. De nuevo, este par pue-de apoyar tanto la hipótesis de un procesoformativo y erosivo común tanto como unapretendida artificialidad.

Las orientaciones. Los marsfaciólogosdicen que las orientaciones de los elemen-

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tos anteriores son muy similares. Pero unavez más esto resulta significativo sólo sisuponemos previamente que ello respondea un plan deliberado. Por un lado, tal simi-laridad es relativa, dentro de un orden, ybien podría deberse a regímenes de vien-tos predominantes de la misma direcciónen diferentes momentos...

El juego de los cerrillos. En la zonacercana a la ciudad, los marsfaciólogos hanido eligiendo algunos pequeños montecillos−pero no todos−, en los cuales han queridover ciertas relaciones geométricas. En lostrabajos de la SPSR, este tipo de análisisha ido cobrando creciente popularidad conel tiempo. (Véase The case for the face, don-de uno de estos estudios está escrito encolaboración con un estudiante de Físicaespañol, César Sirvent, quien en la revistaMás Allá ha realizado recientemente un hi-larante artículo sobre el tema [Sirvent,1998].) Según los marsfaciólogos, esas for-maciones establecen un complejo gráficode triángulos rectángulos donde aparecenrelaciones como el teorema de Pitágoras, elvalor de la raíz cuadrada de dos... ¿Se tra-ta de algo más que numerología aplicada?Posiblemente, no: es fundamental tener encuenta que los descubridores de estosteorémas geométricos en piedra no usantodos los montecillos, sino sólo aquellos queresultan interesantes para su teoría. Y estoinvalida de base el proceso. Afirman que laprobabilidad de tales formaciones es ínfi-ma, pero como siempre −algo que tambiénpasa en el asunto de los códigos de la Bi-blia, también abordado en EL ESCÉPTICO−las probabilidades se calculan a posteriori,algo que es inválido. Porque la probabili-dad de que, dado un número alto demontecillos −en la resolución de las imáge-nes del Viking ocupan unos pocos pixels,algo que también debería hacernos ser cau-tos−, algunos de ellos permitan obtener re-laciones geométricas es muy alta, y crecepolinómicamente con el número de cerros.No es lícito así tomar como significativa laprobabilidad de formar una determinadaformación que ya hemos visto.

La �pirámide D&M�. Aproximadamentepiramidal, esta formación queda a unos 20kilímetros al sur de la cara y la ciudad. Losmismos marsfaciólogos reconocen su simi-litud con otras formaciones volcánicas deMarte. En efecto, ésta es mayor y con pen-dientes más pronunciadas. ¿Es esto sufi-ciente para descartar que sea natural?

El desfiladero. Se trata de un cerro alar-gado en cuya cima plana hay una especiede pared rocosa, que aparece junto a uncráter de impacto bastante circular. Estaformación tiene un aspecto muy poco geo-métrico, y, sin embargo, desde que Hoag-land llamó la atención sobre su existencia,se toma como algo poco natural, de nue-vo... Para que todo cuadre, sin embargo,debemos partir de la presunción deartificialidad, en vez de partir de la hipotesis

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nula, algo metodológicamente poco adecua-do.

En resumen, lo cierto es que cada unade las evidencias no aporta una prueba ver-dadera de la artificialidad por sí sola. Losmarsfaciólogos afirman, sin embargo, que,en conjunto, la cosa es mucho más sólida.¿Es así? En absoluto. Se trata de una reco-lección de anomalías descaradamente in-teresada: en la misma región de Cidonia,hay muchísimos más cerros, también haycráteres, otros desfiladeros, con múltiplesformas, tamaños y orientaciones. Solamen-te cuando nos quedamos con los que que-remos empieza a parecer un conjunto anó-malo. Este proceso de recoger anécdotas,despreciando lo que queda evidentementecomo natural, nos recuerda demasiado ala labor de recopilación de los ufólogos, quesuelen descartar los casos explicables yquedarse con los inexplicados. Pero losmarsfaciólogos parecen poco proclives a laautocrítica, o a reconocer que es difícil ha-cer ciencia usando anécdotas. Resulta cu-rioso el escaso espacio dedicado por Mc-Daniel, precisa-mente especialis-ta en filosofía dela ciencia, al aná-lisis de estos fa-llos meto-dológicos que dehecho permiti-rían descalificarla investigaciónen su conjunto.

Quizás ello sea así porque, aun con suapariencia de ciencia, la marsfaciología real-mente ya sabe lo que sucede: la hipótesisAOC está de hecho en el punto de partida.Y, sólo asumiéndola como posibilidad pre-ferida, podemos ir construyendo un reper-torio de anomalías que nos la vayan confir-mando.

Y, ahora, ¿qué?Todo ello permite entender el proceso quehan ido sufriendo los marsfaciólogos trasla nueva imagen de la cara y las posterio-res de la región que ha obtenido la MarsGlobal Surveyor. A pesar de que en la nue-va fotografía aparecen suficientes mues-tras de que ese cerro es solamente, uncerro, los marsfaciólogos aún no han que-rido reconocer que lo más probable es quesea natural, o que sus complejas estadís-ticas y análisis fractales empiezan a te-ner mucho menos sentido. El 26 de abril,McDaniel nos comentaba: �La hipótesis dela posible artificialidad avanzada por laSPSR no se basa en un único objeto, y esel resultado de veinte años de estudio deveinte científicos acreditados. Las tresimágenes tomadas por la Mars GlobalSurveyor hasta la fecha no abarcan todoslos objetos importantes, y el pronuncia-miento de algunos escépticos de la NASAde que ya se ha probado que los objetos

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son naturales es prematuro, y no está ba-sado en un análisis cuidadoso, como elque estamos ahora realizando� [McDaniel,1998].

Mucha prevención en un momento enel que los miembros de la SPSR debíanhaber sido los primeros en dar a conocersus opiniones. Otros marsfaciólogos,como Hoagland, no esperaron ni unosdías para acusar a la NASA de manipularlas imágenes, y de ocultar la verdad. Y ensus análisis posteriores mostraba nuevascaras y nuevos edificios [Hoagland, 1998],ahora curiosamente de menor tamaño,otra vez cerca del límite de resolución delas nuevas imágenes. No es raro que elpropio McDaniel se desmarque de las ac-tuaciones de Hoagland y diga, respecto aél que �no es un experto en el tema,9 sinoun divulgador sin credenciales académi-cas�. [McDaniel, 1998]

En la reciente reunión anual de laUnión Geofísica Norteamericana (AGU),Carlotto ha presentado un trabajo de aná-lisis de las imágenes de la Mars Global

Surveyor en elque se ve haciadónde están di-rigiendo su in-v e s t i g a c i ó n[Carlotto, 1998].Carlotto afirma-ba en su presen-tación: �Basán-dose en un su-

perficial examen de las imágenes sin pro-cesar (o pobremente procesadas) el obje-to se ha descartado como una formaciónnatural por mucha gente. La cara, si esque de hecho es una cara, está evidente-mente muy erosionada. Pero si es muyantigua, las indicaciones de suartificialidad (de existir) podrían ser muysutiles. Nuevos descubrimientos de laMars Global Surveyor [...] sostienen la hi-pótesis de que la cara podría ser artifi-cial:

− confirmación de gran parte de lascaracterísticas faciales vistas en laimagen del Viking;

− un alto grado de simetría lateral; y− nuevos detalles anómalos, incluyendo

orificios nasales y características li-neales en la corona de la cabeza sitasjunto a la línea central medida de lacara.�

Afortunadamente, la imagen de la caraobtenida por la Mars Global Surveyor lapuede ver todo el mundo, y comprobar asícomo es sencillamente mentira que con-firme gran parte de las características atri-buidas a la pretendida esfinge. Lo ciertoes que el cerro se ve como cerro, y ahora

9 Sorprendente afirmación: Hoagland lleva tra-bajando sobre las imágenes de esta región des-de varios años antes de que a McDaniel le co-menzara a interesar el asunto.

Es muy difícil reconocer que sellevan diez o más años realizandoespeculaciones sobre algo que

no lo merecía

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el parecido con una cara es lejano... Se-guramente, si no supiéramos que se tra-ta de la famosa cara, nadie vería allí nin-guna presunta escultura. Pero es que,además, vemos alguna formación queantes nadie había notado, y que no tienesu simétrica, como un montículo que apa-rece en lo que sería la mejilla derecha dela cara. ¿Se trata de un lobanillo? ¿Ha-brá aparecido en estos últimos veinteaños? En las imágenes de las Viking, apa-recía una pequeña mancha que nunca fuerelevante para los marsfaciólogos, y esquizá por esto que ahora la siguen obvian-do, aunque resulta mucho más prominen-te que las presuntas pupilas... Algo, porotro lado, que difícilmente aparecería porerosión de una escultura muy antigua.

Otros marsfaciólogos como Thomas vanFlandern10 han tomado también esta lí-nea de actuación: por un lado, siguen re-celosos de la NASA, especialmente por larapidez con que ha sacado sus conclu-siones11, cuando no la acusan de delibe-radamente provocar el ridículo de los in-vestigadores serios comoellos; por otro,intentan obviar el hecho de que la histo-ria de la cara se desmonta con las nuevasimágenes, donde la mejor resolución per-mite comprobar la existencia de laderascon material de derribo por erosión, o ungrado mucho menor de simetría del quese disponía con las imágenes de menorresolución. Por el contrario, tratan de re-emprender sus análisis como si nada hu-biera pasado...

Aunque esperable −no es por vanaglo-riarse, pero con anterioridad al 5 de abrilya avisamos de que esto pasaría en diver-sos mensajes en la lista de distribuciónde correo electrónico Escepticos−, esta ac-titud resulta bastante penosa y sobre todocompletamente anticientífica. Cabe espe-rar que, con el paso del tiempo, los ex-pertos de la SPSR sigan intentando man-tener todo tal como estaba antes de lasnuevas fotografías, por sorprendente quepueda parecernos. Sin embargo, tienehasta cierta lógica: es muy difícil recono-cer que se llevan diez o más años reali-zando especulaciones sobre algo que nolo merecía, con muy pocos resultados deutilidad. Algo similar a lo que les sucedea muchos pretendidos investigadores de

el escéptico (Junio 1998) 19

fenómenos paranormales. Porque si su in-vestigación era ya poco sólida, y con es-caso método científico antes, mucho me-nos parece que pueda ser ahora.

Finalmente, nos tememos que el asun-to de la cara de Marte, aunque se alejeaún más de la ciencia que pretende co-nocer lo que realmente Marte es, sigaperviviendo en el mundo de laspseudociencias, del que ya conocemos suescasa capacidad de evolucionar, menortodavía cuando se trata de reconocer erro-res.

Referencias

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Carlotto, Mark J. [1990]: �A method for sear-ching for artificial objects on planetarysurfaces�. Journal of the British Interplaneta-ry Society, Vol. 43.

Carlotto, Mark J. [1997]: �Evidence in supportof the hypothesis that certain objects on Marsare artificial in origin�. Journal of ScientificExploration. Vol. 11 - Nº 2.

Carlotto, Mark. J. [1998]. Un resumen puedeleerse en Internet: http://www.mcdanielreport.com/agu1.htm.

DiPietro, V.; Molenaar, G.; y J.E.Brandenburgh[1988]: Unusual martian surface features.Mars Research (Glenn Dale).

Hoagland, Richard C. [1987]: The monuments ofMars. A city on the edge of forever. NorthAtlantic Books (Berkeley).

Hoagland, Richard C. [1998]. Los análisis deHoagland se pueden encontrar en las pági-nas de Internet de la Enterprise Mission:http://www.enterprisemission.com.

Malin, David [Sin fecha]. El análisis puede leer-se en las páginas de Internet de la MalinSpace Sciences Instruments: http://www.msss.com/education/facepage.

McDaniel, Stanley V. [1993]: The McDaniel report.On the failure of executive, congressional andscientific responsibility in investigating possibleevidence of artificial structures on the surfaceof Mars and in setting mission priorities forNASA�s Mars explorarion program�. NorthAtlantic Books (Berkeley).

McDaniel, Stanley V. [1998]: Mensaje de correoelectrónico en respuesta a unas interrogantesformuladas por el autor.

Pozos, Randolfo Rafael [1986]: The face on Mars.Evidence for a lost civilization? Chicago Re-view Press. (Chicago).

Sagan, Carl [1985]: �The man in the Moon�,Parade, 2 de Junio.

Sirvent, César [1998]: �¿Fin del misterio? La¿cara? de Marte, fotografiada de nuevo�. MásAllá (Madrid), Nº 111 (Mayo).

Viking News Center [1998]: Nota de prensa P-17384. 31 de julio de 1976.

10 McDaniel nos comentaba acerca de vanFlandern: �Él ha −creo− llegado a conclusionesprematuras mirando las imágenes. Los científi-cos responsables, en mi opinión, no deberíanpor el momento avanzar conclusiones hasta quetodos los datos lleguen y se completen estudioscuidadosos�.11 Nos preguntamos, sin embargo, cuánto tiem-po habrían tardado en acusar a la NASA desecretismo si no hubiera hecha pública su opi-nión al hacer públicas las imágenes que llega-ban de Marte....

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uando el orbitador Viking realizabahace veinte años prospecciones fo-tográficas en busca de un lugar don-de pudieran posarse los explorado-

res Viking 1 y Viking 2, encontró un montí-culo en la región de Cydonia que a la postrese ha convertido en uno de los lugares másfamosos de Marte. Y es que Marte es unplaneta con gancho. Un día de veinticuatrohoras, cuatro estaciones, casquetes pola-res... ¿no piensan también ustedes que sonmuchas coincidencias?

El mito de Marte se remonta en el tiem-po al siglo XIX, cuando, quizás influida porel nuevo florecimiento de la ciencia y lasgrandes similitudes entre el planeta rojo yla Tierra, se declaró una fiebre marcianaque aún persiste en la actualidad. Hoy endía la ciencia sabe que el sistema solar noestá poblado de seres con dos antenas dis-

puestos a dispa-rarnos con pisto-las de energía, ynos hemos resig-nado a buscarvida inteligentemás allá de nues-tra habitacióngaláctica. Pero,hace sólo cienaños, el panora-ma extraterrestreera totalmente di-ferente.

Antes de la in-vención del tele-scopio, la huma-nidad se resigna-ba a ver el cielotal como aparecía

a simple vista. Sin ninguna lente de aumen-to, los planetas no eran sino estrellas bri-llantes que se paseaban entre las constela-ciones de estrellas fijas. Todo cambió cuan-do Galileo Galilei dirigió su anteojo a lasalturas y descubrió, aún con su rudimen-tario telescopio, que los planetas no erancomo las estrellas. Y descubrió que Venustenía fases, que Saturno era tricorpóreo yque Júpiter también tenía una cohorte desatélites. Años después, en 1659, ChristianHuygens identificó la marca más evidentede la superficie de Marte, Syrtis Major, lacual cambiaba de apariencia con el trans-

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curso de las estaciones. Gracias a esta mar-ca pudo calcular la rotación del planeta,estimada en 24 horas y 36 minutos.Giovanni Cassini descubrió después los cas-quetes polares. Así dio comienzo la leyendadel planeta de los marcianos.

Ya en 1802, el matemático alemán KarlFriedrich Gauss sugirió mandar una señalde inteligencia a los marcianos. Quiso, enconcreto, hacer un triángulo gigantesco enlas nieves de Siberia. Tres décadas después,en 1834, Wilhelm Beer y Johann Heinrichvon Madler dibujaron el primer mapa de lasuperficie de Marte a partir de dibujos rea-lizados en 1830 y 1832. Cuando, en 1877,Marte y la Tierra tuvieron uno de sus acer-camientos mutuos bianuales más favora-bles del siglo, los astrónomos de la épocahicieron mapas detallados de la superficiedel planeta rojo basándose en lo que veíana través de sus telescopios. Entre estos ob-servadores, se encontraba el italianoGiovanni Schiaparelli, quien confeccionóuna concienzuda cartografía de las regio-nes marcianas y observó una serie de mar-cas que denominó canali. Ese mismo año,Asaph Hall descubrió los dos pequeños sa-télites de Marte, Fobos y Deimos.

Percival Lowell, un joven millonario es-tadounidense, quedó prendado de los in-formes de Schiaparelli. ¿Eran los canali ace-quias artificiales para transportar agua des-de los polos al ecuador? ¿Era ésa la razónpor la que su aspecto cambiaba por tempo-radas? Para saciar su curiosidad, poco des-pués de la muerte de Schiaparelli, no dudóen construir un observatorio en Arizona, elobservatorio Lowell. Con un buen telesco-pio, llevó a cabo una gran campaña de ob-servación de Marte y divulgó la idea de queen el planeta vecino existía vida inteligen-te. Esta creencia echó raíces en la incipientecultura industrializada de principios de si-glo, y fue avivada en lo sucesivo por los nue-vos medios de comunicación masivos comola radio. Precisamente, uno de los invento-res de la radio, Guglielmo Marconi, fue delos primeros investigadores en el campo dela búsqueda de inteligencia extraterrestre,seguido de su eterno rival, Nikola Tesla. En1901, Tesla detectó una serie de señales rít-micas y, convencido de que provenian deMarte, anunció su hallazgo al mundo. Undescubrimiento que pasó al inmediatamen-

�Marterizados�El viejo sueño de colonizar el planeta rojo queda aún muy lejos: no se

vislumbra ninguna decisión al respecto ni a corto ni a medio plazo

VÍCTOR R. RUIZ

NASA

C

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el escéptico (Junio 1998) 21

te al anectodario histórico.

La invasión marciana

The Wall Street Journal llegó a decir, en1907, que el acontecimiento más extraor-dinario de los últimos años era �la pruebamediante observaciones astronómicas de laque se concluye que existe una vida huma-na inteligente en el planeta Marte�. Ig-noramos si lo que los agentes de bolsa neo-yorquinos esperaban eran inversiones mar-cianas. En general, los más ilustres astró-nomos de principios del siglo XX eran rea-cios a aceptar tanfelizmente la exis-tencia de vida inte-ligente en las cerca-nías de la Tierra.Aunque la astrono-mía progresó a pa-sos agigantados du-rante los primerosdecenios del siglo,con nuevos, mejoresy mayores teles-copios, y nuevastécnicas de observa-ción, no se hizo nin-guna revelación notable sobre el vecino pla-neta. Este estancamiento fue un buen cal-do de cultivo para el desarrollo de la cien-cia ficción. En 1912, Edgar Rice Burroughscomenzó a publicar una serie de once no-velas sobre el humano John Carter, a quiensituó perdido en la superficie de Marte yacompañado de hombrecillos verdes. Aun-que quizás un poco chocante para un pla-neta rojo, a este escritor le debemos el ho-nor de haber popularizado tal color de pielentre los extraterrestres.

La noche de Halloween de 1938, final-mente, los marcianos llegaron a los hoga-res estadounidenses a través de la radio.Orson Welles escenificó una representaciónradiofónica de la novela La guerra de losmundos, de H.G. Wells. Al utilizar un estilode crónica en directo, miles de oyentes to-maron por hechos reales la dramatizaciónideada por el que sería uno de los mejoresdirectores de cine, y creyeron que EstadosUnidos estaba siendo invandido y destrui-da por crueles extraterrestres que se des-hacían alegremente de los frágiles seres hu-manos. Doce años después, Werner vonBraun, el padre de la astronáutica, escribióProyecto Marte, un relato en el que descri-bía el viaje de diez naves y setenta huma-nos al planeta rojo. En los años subsiguien-tes, el cine y la televisión extendieron la ideade las invasiones marcianas.

La invansión terrícola

Aunque las observaciones de Schiaparelli yLowell cayeron en el olvido, el enigma de laexistencia de vida en Marte siguió sinsolventarse. El lanzamiento del Sputnik, en

1957, y los primeros pasos del ser humanohacia la conquista del espacio supusieronnuevamente un gran empuje para las teo-rías fantásticas de los viajes interplaneta-rios.

La exploración de Marte comenzo con laMariner 4, una sonda de la NASA que, trassiete meses de travesía, sobrevoló al pla-neta rojo el 14 de julio de 1964 y envío a laTierra las primeras fotografías cercanas deMarte. En total, fueron dieciocho imágenes,que supieron a poco. En 1969, las sondasMariner 6 y Mariner 7 partieron de nuestroplaneta con un mes de diferencia para ex-

plorar desde las alturas el polo y el ecuadormarcianos, respectivamente. Estas misio-nes fueron mucho más productivas que laanterior. Las naves robot transmitieron 200fotografías de buena parte del vecino pla-neta y, además, escudriñaron Fobos me-diante cámaras de televisión. Pero, aún así,no se sació la sed de planeta rojo.

Dos años después, la NASA puso en mar-cha una de sus misiones más ambiciosas:la Mariner 9 fue el primer ingenio humanoque orbitó alrededor de otro mundo. Pero,al llegar a Marte, se encontró con una gi-gantesca tormenta de polvo que ocultabala superficie de todo el planeta. Simul-táneamente, tiempo, llegaban hasta Martelas sondas soviéticas Mars 2 y Mars 3, cadauna compuesta de un orbitador y un mó-dulo de aterrizaje. Como la tormenta no re-

mitía y que se les acababa el combustible,la URSS optó por hacer aterrizar a los explo-radores. La Mars 2 se estrelló al averiarsesus cohetes. Pero la Mars 3 se convirtió enla primera nave humana que se posaba sua-vemente en suelo marciano... aparentemen-te. Envió imágenes durante veinte segun-dos. Los dos orbitadores soviéticos conti-nuaron, por su parte, enviando imágeneshasta 1972. En cuanto a la Mariner 9, lasimágenes que mandó a la Tierra una vezremitió la tormenta sorprendieron a los cien-

Las imágenes de la ‘Mariner 9’ sorprendieron a los científicos de la

NASA... ¡Había canales en Marte!

Paisaje de Utopía desde la �Viking 2�.NASA

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tíficos de la NASA... ¡Había canales en Mar-te! Aunque no había ni rastro de agua, todala superficie estaba marcada por lo que pa-recían lechos de antiguos ríos ahora secos.

La agencia espacial soviética envióotras cuatro sondas en 1973: la Mars 4 yy la Mars 5, orbitadores, y la Mars 6 y laMars 7, exploradores terrestres. La Mars4 perdió el rumbo y no entró en órbita,aunque pasó cerca del planeta; la Mars 5alcanzó su objetivo y envió imágenes du-rante diez días; la Mars 6 no llegó a ate-rrizar viva, y la Mars 7 se perdió por elcamino. Los soviéticos jamás han tenidouna misión más exitosa al planeta rojoque la Mars 5.

Después del relativo éxito de las mi-siones Mari-ner y el de lossoviéticos alconseguir po-sar naves enla superficiede Marte, laNASA ideó unproyecto másambicioso: elde las sondasViking. Éstascons ta r ían ,cada una, deun orbitador y un explorador, que al des-cendería hasta la superficie y la analiza-ría en busca de indicios de vida. Las son-das emprendieron viaje en 1976. Fuerondos misiones tremendamente productivas:generaron una cartografía completa debuena resolución y aportaron los datosbásicos que han servido a los planetólogospara estudiar este curioso planeta duran-

te los últimos veinte años. Los explo-radores Viking enviaron por vez primeraimágenes inéditas de un mundo desérti-co y, a la vez, helado, con un verano géli-do −con unos -60° C de temperatura me-dia− y una atmósfera, en su mayor partecompuesta de CO2, tan ténue que el aguano puede mantenerse en estado líquido.Precisamente, la composición atmosféri-ca permite que los rayos ultravioleta lle-guen al suelo. No es posible la vida te-rrestre común en Marte. Los experimen-tos in situ determinaron que sí existe ac-tividad química en el suelo de Marte, perono permitieron precisar si está relaciona-da con alguna forma de vida o se debe aefectos naturales del propio suelo. No re-velaron ningún indicio de vida, pero tam-poco arrojaron conclusiones definitivas,lo que desanimó nuevamente al público ytambién a los astrónomos. Parecía que encada nueva misión Marte daba una de caly otra de arena.

El premio al logro de las Viking fue elolvido para Marte. Durante una década,la NASA invirtió sus esfuerzos en sondasinterplanetarias como las Pioneer y lasVoyager, y dejó de lado al planeta rojo.

El imperio contraataca

Pero los soviéticos tenían su cruz parti-cular. Tras quince años quizá pensandosi valía o no la pena intentarlo de nuevo,la URSS lanzó en 1988 y 1989 dos son-das destinadas a realizar un estudio com-pleto de Fobos, uno de los dos satélitesmarcianos. La misión era muy ambiciosa−cámaras, espectrógrafos láser, explo-radores...− y contaba con el apoyo de ca-torce países. El nombre de Fobos derivade la palabra griega fobia, que significaterror, y fobia debieron de sentir los téc-nicos de la agencia espacial soviéticacuando, poco después de recibir las pri-

meras imáge-nes de la lunam a r c i a n a ,perdieron con-tacto con laPhobos 1. Me-ses después,ocurrió algosimilar con laPhobos 2. Pors u p u e s t o ,hubo escépti-cos que afir-maron ver

indicios de una conspiración para ocul-tar datos relacionados con los extraterres-tres. En fin, lo de siempre.

La NASA reinició el asalto a Marte amediados de los años 90, cuando las Vo-yager ya habían cumplido su cometido yse dirigían a los confines de nuestro sis-tema solar. La Mars Observer, lanzada en1994, fue la primera misión estadouni-

Los experimentos ‘in situ’ de las‘Viking’ determinaron que sí existeactividad química en el suelo de

Marte, pero no permitieron precisarsi está relacionada con alguna

forma de vida o se debe a efectosnaturales del propio suelo

22 (Junio 1998) el escéptico

El Olympus Mons, el gran volcán marciano.NASA

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el escéptico (Junio 1998) 23

dense con destino al planeta rojo despuésde casi veinte años. Con ella, se inició unproyecto de investigación y estudio con-tinuado de Marte a largo plazo, encami-nado a una futura colonización del pla-neta y en busca, también, de nuevos da-tos sobre la posibilidad de vida. La MarsObserver fue la primera nave de un pro-grama que consistía en el lanzamiento deuna sonda hacia Marte cada dos años,coincidiendo con las oposiciones del pla-neta rojo. La sonda tenía que dar comofruto un mapa más completo y con mejorresolución que el obtenido gracias a lasViking; pero, desgraciadamente, los nor-teamericanos perdieron la comunicacióncon la nave robot poco antes de que lle-gara a su destino.

Heredando el interés soviético por Mar-te, Rusia volvió a la carga y renovó su em-peño por finalizar exitosamente una mi-sión: contaba con el apoyo de otros paí-ses, incluido su antiguo enemigo y rivalespacial, Estados Unidos. Así que en 1996lanzó la Mars 96... que, tras un lanza-miento defectuoso, se estrelló en el Océa-no Pacífico.

Mercadotecnia al serviciode la ciencia

La martemanía ha sido aprovechada por Da-niel Goldin, actual administrador de laNASA, para vender a la opinión pública lanecesidad de invertir en la investigación delplaneta rojo. En agosto de 1996, el presi-dente Clinton, Daniel Goldin y un equipode científicos anunciaron el descubrimientode una roca marciana que probablementecontenía evidencias de vida. Cual ovejaclonada, el meteorito ALH 84001 saltó a lafama. El inquilino de la Casa Blanca anun-ció solemnemente que EE UU iba a impul-sar la exploración del planeta rojo, así quetodos contentos.

ALH 84001 fue encontrado en la Antár-tida, donde la mayoría de los meteoritos sequeda atrapada e intacta sobre los glaciaresy los científicos no tienen más que ir a re-coger tan peculiar siembra. Uno de estosmeteoritos, encontrado en 1984 en la mon-taña Alan Hills, fue catalogado en un pri-mer momento como de origen lunar, aun-que años después pruebas químicas deter-minaron su verdadero origen: Marte. Exa-minado con potentes microscopios, un gru-po de científicos sospechó que la químicainterna de la roca podía explicarse medianteactividad celular y se anunció el hallazgode rastros de vida. Sin embargo, en la ac-tualidad, no existe acuerdo al respecto enla comunidad internacional.

�Mejor, más rápido y más barato�. Éstees el lema de Goldin. Ha quedado claro quecorren nuevos aires en la NASA. Las misio-nes Viking costaron mil millones de dóla-res de la época, unos siete millardos ac-

tuales. Pero el fracaso parcial de las ante-nas de alta ganancia de la Galileo, el aguje-ro económico del Hubble, la pérdida de laMars Observer y el desastre del Challengerhan puesto en entredicho el buen hacer dela agencia aeroespacial más prestigiosa delmundo y los fondos gubernamentales desti-nados a la NASA han mermado considera-blemente desde los años 70. Por tanto, seimpone la planificación y puesta en escenade misiones buenas, bonitas y baratas. Yesto fue lo que sucedió con la Mars Path-finder.

Con un coste de 250 millones de dóla-res, la Mars Pathfinder −consistente en unaestación meteorológica y de comunicacio-nes y un explorador teledirigido− ha sido lamisión más seguida desde la época de losApollo. No hay que negarles méritos a losingenieros que consiguieron que la sondaamartizara el 4 de julio de 1997 y en horasde máxima audiencia televisiva, a tiempode desplegar los paneles solares y recogeruna panorámica del Ares Vallis. Científica-mente, no ha sido una misión de gran pro-vecho, puesto que no ha realizado aporta-ciones muy diferente a las de las Vikingveintiún años antes. Pero la Mars Pathfinderha vuelto a poner al planeta de losmarcianos en el centro del interés del pú-blico y de los científicos. Al igual que lassondas Vikings, la Mars Pathfinder, con supequeño todoterreno, fotografió un paisajeque bien podría situarse en Almería, el Sá-hara o Arizona.

Un sueño lejano

El programa de la NASA para enviar son-das a Marte cada dos años continúa en mar-cha. La Mars Global Surveyor, lanzada en1997, orbita ya el planeta y pronto comen-zará a dibujar un mapa de gran resolución.Antes de eso, se pondrán en camino dosnuevas sondas, englobadas en la misiónMars Surveyor 98, con un orbitador y unnuevo teledirigido. El orbitador tiene la nove-dad de llevar consigo unos penetradores quese hundirán en la superficie marciana enbusca de vida.

Y habrá otra misiones a Marte en los años2000, 2002 y 2004. El viejo sueño de colo-nizar el planeta rojo queda aún muy lejos yno se vislumbra ninguna decisión al res-pecto ni a corto ni a medio plazo. Las gran-des inversiones sólo pueden salir adelantemediante la cooperación internacional y lapuesta en marcha de la estación orbital Alfaabsorbe en la actualidad gran parte de lospresupuestos de las agencias espaciales.

A lo mejor nos invaden extraterrestresde verdad antes de que pisemos Marte.

Víctor R. Ruiz es miembro de la AgrupaciónAstronómica de Gran Canaria (AAGC) y de laSociedad de Meteoros y Cometas de España (So-myce), y es, además, responsable de la webInfo.astro: http://www.astrored.org/infoastro.

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Granada - Del 25 al 27 de marzo de 1999Organizado por el Parque de las Ciencias de Granada, la Universidad de Granada y

el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC)

Divulgación CientíficaPeriodismo y Ciencia

Museos, Acuarios, Parques NaturalesComunicación y Medio Ambiente

Ciencia y EducaciónCiencia y Cultura

El papel de la Ciencia y la Tecnología en la sociedad contemporánea cobra cada día mayor impor-tancia. La velocidad y calado de los cambios que el desarrollo científico implica exigen una mayorparticipación social y nuevas estrategias de acceso permanente a la cultura científica. En estemarco, la comunicación y divulgación están llamadas a desempeñar una función cada vez másdecisiva en las sociedades democráticas. La cultura científica debe normalizarse como una partemás de la cultura. El Congreso sobre Comunicación Social de la Ciencia pretende ser un foro dereflexión sobre las cuestiones planteadas que interesan a periodistas, divulgadores, científicos,

educadores, instituciones museísticas, editoriales, entidadeseducativas y culturales, etcétera.

Las jornadas se desarrollarán en el Palacio de Congresosde Granada y se estructurarán en torno a ponencias marco,mesas redondas, comunicaciones, pósters y talleres, y lasactividades paralelas incluirán visitas a la Alhambra (noctur-na), al Observatorio de Sierra Nevada y al Parque de lasCiencias, así como una programa cultural para acompañan-tes.

Las conferencias y mesas redondas contarán con la parti-cipación de personalidades relevantes en el mundo de la cien-cia, la cultura, el periodismo y la divulgacióncientífica: Richard Dawkins, biólogo y director de PublicUnderstanding of Science en Oxford, el filósofo FernandoSavater, el escritor Antonio Muñoz Molina, los científicosFrancisco J. Ayala, Cayetano López, Juan Oró y JoséManuel Sánchez Ron, los periodistas científicos FernándezHermana y Vladimir de Semir, y los responsables de mu-seos científicos Ramón Núñez, Manuel Toharia y JorgeWagensberg.

Integran el comité organizador: Ernesto Páramo (direc-tor del Parque de las Ciencias), José Luis Rosúa (decanode la Facultad de Ciencias de la Universidad de Granada),José María Quintana (delegado del CSIC en Andalucía),Ramón Núnez (director del Domus y la Casa de las Ciencias

de La Coruña), Jorge Wagensberg (director del Museu de la Ciència de Barcelona), Vladimir deSemir (director del Máster de Comunicación Científica, Barcelona), Francesco Tonucci (directordel Departamento de Psicopedagogía del CNR de Roma), Manuel Toharia (científico y periodista),Juan Mata (profesor de Literatura de la Universidad de Granada), Rafael Rodrigo (director delInstituto de Astrofísica de Andalucía), Miguel J. Carrascosa (presidente de Unesco Andalucía) yMiguel A. Quintanilla (Universidad de Salamanca).

El congreso se organiza con la colaboración de la Junta de Andalucía, la Asociación Española dePeriodismo Científico, el Centro de Desarrollo Tecnológico (CDTI), Fundesco, y los museos de cien-cia y planetarios españoles.

Para más información:

Parque de las Ciencias de Granada; Avenida del Mediterráneo, s/n; 18006 Granada (España).Teléfono: 958 13 31 87

Fax: 958 13 35 82Correo electrónico: [email protected]

http://www.parqueciencias.com/congreso

Primer Congreso sobre

Comunicación Socialde la Ciencia

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E

JAVIER ARMENTIA

el escéptico (Junio 1998) 25

l salón de actos del instituto de en-señanza secundaria está realmenteabarrotado: son los alumnos quecursan 3º de Bachillerato, que asis-

ten a una clase de Filosofía un tanto espe-cial. Por varias razones. Para empezar por-que el ponente −el que suscribe− no es filó-sofo ni nada que se le parezca, y tambiénporque estamos allí reunidos para hablarde ciencia y pseudociencia.

Para ellos, para algunos de ellos, este en-cuentro va a suponer quizá la primera yúnica ocasión en que van a escuchar quela ciencia, los científicos, no siempre estáen una torre de marfil, sumergida en suspapeles llenos de signos incomprensibles,ajena al mundo que le rodea. Que, a veces,a los científicos les encanta contar lo quehacen, lo que saben y lo que ignoran. Quetambién, como todos, ven la tele, leen laprensa o escuchan la radio. Y, evidentemen-te, que también tienen que soportar a lacorte de los milagros que día a día pueblalos medios de comunicación. Esos que unasveces dicen haber sido secuestrados porextraterrestres, y otras afirman ser capa-ces de ver el futuro en los sitios más insos-pechados o poseer la panacea que solucio-na todas las enfermedades, las del cuerpoy las del alma. No sigo: cualquier enumera-ción sería demasiado larga, porque la fe-nomenología del disparate pseudocientíficoes extensa, y se quedaría también corta,porque parece inacabable la capacidad hu-mana para seguir inventando estupideces.

Los alumnos no saben que la ciencia tie-ne mucho que decir sobre estos temas, queun método de conocimiento como el cientí-fico es la única herramienta válida que nospuede arrojar alguna luz sobre esa temáti-ca que algunos prefieren mantener comocoto donde ejercer su negocio −próspero, esosí− con escasa ética. Posiblemente, y la cul-pa también es de todos los que nos hemosdedicado a la enseñanza, nunca se les haexplicado lo que pretende la ciencia. Dema-siado preocupados con rellenar de conteni-dos los currículos, ocupamos demasiadotiempo en transmitir los conceptos y muypoco en cultivar las actitudes.

A lo largo de la charla, les intento contarcómo la ciencia intenta obtener conocimien-tos objetivos del mundo. Cómo en esa bús-

queda nos hemos autoimpuesto una serie de normas quenos permita llegar a nuestro fin, o al menos avanzar... Losasistentes no son tontos, y saben que ese método de inda-gación da buenos resultados. Saben también que no esajeno a las mismas debilidades y fortalezas de las perso-nas que lo usan, a los intereses y a las pasiones, a laspreconcepciones y a los corporativismos. Lo saben; peroquizá todavía nadie se lo había hecho notar.

Como era de esperar, cuando entramos con las pseu-dociencia, el público se va animando... Ahora parece queentramos en acción, en esos lugares donde, están casitodos convencidos, la ciencia no puede adentrarse o ha dereconocer su ignorancia. Porque ellos mismos han expe-rimentado la extraña sensación de vivir dos sucesos cuyaconexión parece mágica. Alguien me cuenta cómo soñóque su abuela le saludaba y se despedía, para saber al díasiguiente que esa mujer, que vivía en otro país, había muer-to. Y esa joven que confiesa estar apasionada con la ouija,en la que ella y sus amigos han encontrado respuestasque sólo un espíritu podía conocer. Con ellos, voy anali-zando esos sucesos y otros, desde los horóscopos hastalas invasiones extraterrestres. ¿Qué nos va quedando? Muypoco, muy poco fiable. Entre los mismos chavales, surgenvoces discordantes, posturas críticas, adhesiones firmesa lo que han leído, oído o visto.

Evidentemente, dos horas no dan para hablar de todo,y tampoco creo que, aunque pudiera, les habría convenci-do de lo sana que es una visión escéptica. Como mucho,espero, han tenido la oportunidad de oír una opinión ra-cional sobre esos fenómenos. Supongo que algunos segui-rán leyendo el horóscopo, echándose las cartas, jugandoa la ouija o contemplando a esa corte de los milagros quedesde los medios de comunicación vende lo paranormalcon cierta benevolencia. Algún otro, ojalá, podrá tener aho-ra un argumento diferente a los que, a modo de pensa-miento único, se encuentran normalmente.

Cuando estoy recogiendo los papeles, se me acerca unchaval, más alto que yo −como casi todos−, y me dice, casisusurrando, que en su familia tienen un enfermo terminal,de cáncer, que están probando todo, que han encontradoun sanador que les asegura que puede salvarlo porquetodo es una cuestión de energías que emanan de nuestrocerebro. ¿Qué debe hacer? Yo, que no soy ni filósofo, nimédico, ni confesor, dudo antes de encontrar palabras quepuedan acaso aliviarle. Y comprendo que es esa desespe-ración humana ante lo inevitable o lo incontrolado la quenos permite caer una y mil veces en las manos de aprove-chados.

Veo alejarse al joven. Quizás intente convencer a sumadre de que no deje el tratamiento paliativo, de que nogaste el dinero que les queda en vanas esperanzas. Peroesta caída sin red de la teoría a la práctica, qué le vamos ahacer, me ha dejado un sabor un tanto agridulce.

cuaderno de bitácora

Teoría y práctica

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os códigos de la Tora se han hechobastante populares en los últimosmeses debido al interés que demos-traron los medios de comunicación

por la publicación del libro de MichaelDrosnin [Drosnin, 1997], que en poco tiem-po logró colocarse el primero en las listasde libros más vendidos simultáneamente en

Nueva York,Londres, Parísy Roma.1 Esta-ba pensando enhacer un es-tudio sobre loscuestionablesusos de la cien-cia y la pseu-dociencia en lacomunidad or-todoxa judíacuando esta ex-plosión crista-lizó mi decisiónde examinarcuidadosamen-te los códigos, ycentrarme úni-camente enellos. En estaslíneas, hablaréprincipalmentedel trabajo rea-lizado por elgrupo israelíque incluye alm a t e m á t i c oEliyahu Rips,

catedrático a la Universidad Hebrea, másque de las dudosas afirmaciones deDrosnin.

Mi objetivo es explicar con cierto deteni-miento varios ejemplos de los códigos, yexponer en un lenguaje llano tanto algu-nos de los asuntos matemáticos generalescomo algunos detallados análisis del méto-

do. Este estudio me ha llevado a creer quehay poderosas razones para dudar de la afir-mación de que existen códigos secretos enla Tora del tipo estudiado por estos gru-pos.2 Ya que la publicidad dada a estos có-digos por algunos de sus proponentes harecibido más atención dentro de la comu-nidad ortodoxo judío de la que realmentemerecía, utilizaré las aseveraciones de unade estas organizaciones, expuestas en supágina de Internet, para poner de manifiestolas afirmaciones que necesitan aclararse.

El fenómeno de la comunicación de ma-sas es una maravilla de nuestra época, ymi respeto por los profesionales de la co-municación es enorme. Mi preocupación so-bre algunas de las afirmaciones usadas porciertos grupos ortodoxos no debe ser inter-pretada como nada más que un comenta-rio sobre tales hechos particulares. Creo quese han sobredimensionado algunas ideastanto para el potencial ba�aleit�shuvah3 como para la comunidad ortodoxaen su conjunto, y pienso que es importanteponer las cosas en claro. Especialmente,porque ha habido informaciones sobre elhecho de que estos códigos han sido un mé-todo efectivo para acercar a algunas perso-nas al Yiddishkeit,4 pero también otras res-pecto a personas que se han sentido mo-lestas porque algo así se haya presentadocomo ciencia.

El judaísmo de la Tora tiene tanta rique-za que ofrecer que espero que quienes usanlos códigos para acercar a la gente a la Tora

Los códigos de la Tora:una visión escéptica

No sólo algunas de las afirmaciones con que se rodean son infundadas,sino que varios de los ejemplos en que se basan están muy lejos

de ser convincentes si se examinan cuidadosamente

BARRY SIMON

L

Figura 1.

1 El libro fue publicado en otoño de 1997 en Es-paña por la editorial Planeta. (N. del T.)

2 Tora: la Ley, el libro de la Ley. Para los judíos,la Tora −a veces Torá o Toráh, del hebreo ley−incorpora los cinco libros de la Biblia (el Anti-guo Testamento de los cristianos), que se consi-deran la ley escrita, además del Talmud, el con-junto de normas que rigen su vida. (N. del T.)3 Ba�alei t�shuvah: �el que quiere hacer peniten-cia�, penitente. Por extensión, aquéllos que seacercan al estudio de las escrituras sagradascon devoción. (N. del T.)4 Yiddishkeit: la comunidad de los creyentes ju-díos. (N. del T.)

26 (Junio 1998) el escéptico

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reconsideren la conveniencia de utilizar ennombre de la ciencia ideas cuyo fundamentocientífico es tan pobre, especialmente por-que estas ideas son completamenteperiféricas a los valores y a la práctica ju-daicos. Aunque estoy en desacuerdo conciertas tácticas, entiendo que quienes lasusan están trabajando l�shem shomayim5 .

Ejemplos de los códigos

Todos los códigos implican búsquedas delo que se ha dado en llamar SLE −Secuen-cias de Letras Equidistantes−6, palabras for-madas por letras separadas por el mismonúmero de otras letras entre ellas. Es de-cir, uno toma toda la Tora, o un libro espe-cífico, elimina los espacios entre palabras ybusca nuevas palabras en la tira resultan-te tomando, por ejemplo, cada cuarta letraen vez de letras sucesivas. Los espacios con-siderados pueden ser bastante grandes: porejemplo, la ya famosa localización del nom-bre de Rabinusa un espaciado de 4.772 le-tras, de manera que hay huecos de 4.771letras no usadas entre aquéllas que formanel nombre.7

Quienes escriben sobre este tema pre-sentan a menudo las SLE poniendo a la vis-ta del lector la sección de la Tora que con-tiene la secuencia marcando líneas segúnel espaciado de la SLE, o con una longitudde unas cuantas letras más corta o más lar-ga que este espaciado. Con ello, la SLE apa-rece marcada en vertical, leída hacia arribao hacia abajo, o bien como una diagonalclara. (Véase la Figura 1, que muestra sóloparte de las líneas largas usadas horizon-talmente.) No perdamos de vista que estemétodo de representación no tiene ningu-na significación especial, excepto porquepuede hacer olvidar los enormes espaciosque se usan a veces. Por otro lado, unopuede buscar una SLE tanto hacia delantecomo hacia atrás; de hecho, las dos secuen-cias en la Figura 1 son inversas.

Hay que fijarse en que el número de SLEes enormemente grande. El número de le-tras en el Chumash8 es de 304.805, lo quesignifica que el número de SLE con espa-ciados menores o iguales a 5.000, hacia de-lante o hacia atrás, es de ¡unos 3.000 mi-llones! Por ello, si uno busca una SLE deuna palabra relativamente corta, no es quese esté buscando una aguja en un pajar,sino una brizna de paja.

Discutiré tres tipos de ejemplos: uno ge-nérico y dos específicos.

el escéptico (Junio 1998) 27

• Los ejemplos más sencillos de los códi-gos se basan bien en que alguna pala-bra aparezca más frecuentemente de loque uno podría esperar, bien en que doso más palabras aparezcan cerca unasde otras. Por ejemplo, Chanukah yHashmonai (el nombre de la dinastíafundada por los Macabeos) están cercaen la Figura 1. Algunos de estos ejem-plos resultan encantadores: así, losnombres de varios árboles se encuen-tran cerca de la parsha9 donde aAvrohomse10 se le promete la tierra deIsrael. Llamaré a este tipo de conexio-nes pares simples de palabras. Puestoque muchas palabras van a aparecer

como SLE a menudo en el Chumash,cuando uno busca cúmulos de pala-bras, la actitud más responsable porparte de los investigadores es limitarsea SLE con el mínimo espaciado entreletras. Esto es algo que a veces se leovlvida a Drosnin. Y que también ex-plica por qué Chanukah aparece con laletra hay delante en la Figura 1. La ocu-rrencia de la palabra sin la hay es unaSLE, pero no de espaciado mínimo.

• Se ha dedicado mucha atención al se-gundo ejemplo: un análisis estadísticosofisticado hecho sobre una lista derabinos en relación con sus fechas denacimiento o muerte. Se ha usado amenudo como prueba de que los códi-gos no se pueden explicar por casuali-dad aleatoria. El trabajo fue publicadopor D. Witztum, E. Rips e Y. Rosenbergen la revista Statistical Science [Witztum,Rips y Rosenberg, 1994]. Lo llamo elejemplo de los rabinos famosos.

• En tercer lugar, hay una prepublica-ción que me propocionó el profesor Ripsen la que encuentra una correlaciónentre los nombres de setenta naciones(goyim )11 en el Parshat Noach12 y las lo-calizaciones de frases específicas en lasque aparecen los nombres de dichas na-ciones [Witztum, Rips y Rosenberg,1997]. Es decir, busca correlaciones

9 Parsha: división análoga a capítulo que se con-sidera para cada libro de la Tora. (N.del T.)10 Avrohomse: Abraham (se mantienen los nom-bres en hebreo, siguiendo al original) (N. del T.)11 Goyim: gentiles, no judíos. (N. del T.)12 Parshat Noach: sección del Génesis referida aNoé (el diluvio universal). (N.del T.)

5 L�shem shomayim: �en nombre del Cielo�, deacuerdo con la Ley. (N. del T.)6 En el original: ELS -Equal Letter Sequences-.(N. del T.)7 Isaac Rabin, primer ministro israelí asesinadoen 1995. (N. del T.)8 Chumash: el texto de la Tora. (N. del T.)

Si uno busca en la Tora una SLE deuna palabra relativamente corta, no es

que se esté buscando una aguja enun pajar, sino una brizna de paja

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entre, por ejemplo, la nación deMagog13 en el texto original y cuatro fra-ses: la gente de Magog, la tierra deMagog, el idioma de Magog y los textosde Magog. El nombre del país en el tex-to real es Noach. Las frases se buscancomo SLE con espaciados de dos o másletras. Se utiliza el método estadísticopara medir la aleatoriedad [Witztum,Rips y Rosenberg, 1994]. Evidentemen-te, se buscan frases en hebreo (así, AmMagog para el pueblo de Magog). Si-guiendo a Witztum et al, lo denominaréel ejemplo de las naciones.

Por resumir, considero que los ejemplosde pares simples de palabras son un juegode mesa tan incontrolado que no puedenser tomados seriamente, por las razones queexplicaré más adelante. También argumen-taré por qué encuentro al ejemplo de lasnaciones nada convincente. Y he encontra-do numerosas razones por las que debemosser escépticos acerca del ejemplo de los ra-binos famosos, que dista mucho de ser tansorprendente.

Afirmacionessobredimensionadas

Los códigos, con especial énfasis en el artí-culo sobre los rabinos famosos, han sidoutilizados por diversas organizaciones. Aeste respecto, se han hecho ciertas afirma-ciones que se aprovechan de la manera enque el público en general se maravilla de laciencia, y que muestran la falta de compren-sión del método de la investigación científi-ca. Para ser más explícito, he aquí algunasde las afirma-ciones que sehacen (las citasen esta secciónprovienen de lapágina web deuna empresa decomunicaciónde masas del 18de septiembrede 1997):

1. La publicación de un artículo en unarevista científica es garantía de su vali-dez: �Las revistas profesionales científi-cas y matemáticas consultan con unpanel de expertos mundiales para ase-gurarse de que no se publique un artí-culo que contenga fallos científicos omatemáticos�.

2. Los códigos han sido demostrados cien-tíficamente: �Esto puede demostrarsecientíficamente�.

3. La comunidad científica en general co-incide en que Witztum et al han probado

28 (Junio 1998) el escéptico

que el fenómeno de los códigos es real:�Desde su publicación hace unos dosaños y medio, estadísticos de talla mun-dial y expertos en la Biblia han reprodu-cido y verificado sus resultados�. Tam-bién se hace una cita positiva parcial,no íntegra −�el fenómeno de los códigosbíblicos es real�−, del anterior directordel Departamento de Matemáticas de laUniversidad de Harvard.Examinemos estas afirmaciones. En pri-

mer lugar, consideremos la idea de que pu-blicar en una revista científica es una espe-cie de certificado de kashrut14 que asegurala validez de un resultado. He sido editorde una de las revistas más importantes demi especialidad durante unos veinte añosy estoy orgulloso del alto nivel de mi sec-ción, pero no osaría comer en un restau-rante cuyos estándares de kashrut fueransólo tan altos como los de mi revista. Losárbitros (¡y los editores!) cometen errores ynormalmente conceden a su propia inves-tigación y a otras preocupaciones una prio-ridad mucho mayor que a su labor comorevisores de artículos ajenos. Un eminentematemático que conozco suele decir: �Mitrabajo como árbitro en revistas no es co-rregir al autor: ésa es su responsabilidad.Se supone que debo comprobar que su re-sultado es creíble y suficientemente impor-tante como para que se publique�.

Esto es cierto no sólo en general, sinotambién en este caso en particular. RobertKass, del Carnegie Mellon, el responsablede aceptar los artículos en StatisticalScience, es citado por The New York Times−me lo confirmó por correo electrónico− di-

ciendo sobre losartículos que a-ceptan para surevista: �Espe-ramos que elmaterial quecontienen seacorrecto, perotambién inten-tamos publicarartículos que re-

sulten divertidos para muchos estadísticos�.Respecto a la afirmación de que el artí-

culo de Witztum et al es una prueba cientí-fica de que existen los códigos de la Tora,hemos de decir que simplemente no es cien-tífica. Normalmente, una afirmación cien-tífica puede, al menos en principio, ser fal-seada. Pero no queda claro lo que los pro-ponentes de los códigos podrían considerarcomo una falsación. Si uno buscara, diga-mos, rebbetzins15 famosas en el texto y nopudiera encontrarlas, los proponentes di-

13 Magog: nombre que en la Tora se da a lospueblos al Noreste de Asia Menor, sobre todo alos escitas, y en sentido figurado a los enemigosdel pueblo de Dios. (N. del T.)

Los ejemplos de pares simples depalabras son un juego de mesa tan

incontrolado que no puedenser tomados seriamente

14 Kashrut: conjunto de leyes judías sobre la co-rrecta preparación de los alimentos. Un judíoobservante de la religión consumirá sólo pro-ductos que lleven un sello oficial, otorgado porun rabino con autorización, que certifique quecumple la kashrut. (N. del T.)

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el escéptico (Junio 1998) 29

Baste decir que no sólo no es verdad quehaya un apoyo generalizado en la comuni-dad científica a la validez de estas in-vestigaciones, sino que la abrumadora ma-yoría de científicos competentes que ha es-tudiado el tema tiene la opinión contraria.

Probabilidades a priori ya posteriori

Lance una moneda treinta veces al aire yescriba la secuencia exacta de caras y cru-ces que haya obtenido. La probabilidad deencontrar esa secuencia concreta es menosde una entre mil millones, pero lo ha con-seguido. Si alguien intenta una serie de en-sayos diferentes buscando alguna cosa ysólo informa de los éxitos, los cálculos delas probabilidades a priori de tales sucesosno tienen ningún sentido.

En su autobiografía, Eugene Wigner, u-no de los principales físicos teóricos de estesiglo, narra una clase que tuvo con Einsteinen 1928 [Wigner y Szanton, 1992]:

�Nos dijo una vez:− La vida es finita. El tiempo es infini-

to. La probabilidad de que hoy yo estévivo es cero. Y, a pesar de ello, yo estoyvivo. ¿Cómo es eso?

Ninguno de sus estudiantes contes-tó. Tras una pausa, Einsten dijo:

− Bueno, es que a posteriori uno nodebería preguntar por probabilidades...�

rían que en el texto no está todo. ¿Cuántosejemplos de códigos no hallados debería-mos aportar para invalidar la hipótesis? ¿Yqué tipo de ejemplos?

Planteé explícitamente esta cuestión alprofesor Rips, quien admitió su interés so-bre el asunto, pero reconoció carecer de res-puesta. Si no podemos realizar una falsa-ción, entonces la hipótesis no es científica.Esto no quiere decir que el análisis esta-dístico no sea una herramienta válida paraanalizar lo que podría estar ocurriendo, sinoque sin la posibilidad de falsación de la hi-pótesis, ésta se halla fuera de discusióncientífica tal como la comprendemos.

A menudo, se ha utilizado públicamenteuna carta de aprobación de cuatro distin-guidos matemáticos: Joseph Bernstein, an-tes en Harvard y ahora en la Universidadde Tel Aviv; Hillel Furstenberg, de la Univer-sidad Hebrea; David Kazhdan, de Harvard,e Ilya Piatestski-Shapiro, delas universida-des de Tel Aviv y Yale). Tres de ellos sonjudíos ortodoxos (me costaría poder encon-trar un conjunto diferente de matemáticosnotables y ortodoxos...). En cualquier caso,su carta está cuidadosamente escrita, demanera que no afirmen nada más que en-cuentran el experimento de los rabinos fa-mosos interesante, y que merece la penaestudiarlo más detenidamente. El propioRips me comentó que no cree que ningunode estos matemáticos estuviera convencidode su validez, lo que he podido comprobarconsultando a dos de ellos a quienes co-nozco personalmente. Más aún, la respues-ta de Kazhdan a la presentación que sehacía de su posición sobre el tema en lamencionada web −Kazhdan era entoncesjefe del Departamento de Matemáticas deHarvard− fue: �Lamento ver mi postura pre-sentada de manera tan distorsionada�.

He discutido sobre los códigos con mu-chos de los mejores matemáticos que sonjudíos ortodoxos: hay un amplio espectroen sus respuestas. Shlomo Sternberg, ma-temático ortodoxo de Harvard y rav16 , haescrito un comentario extremadamente ne-gativo sobre el tema en Bible Review [Stern-berg, 1997]. Me he centrado en la respues-ta de matemáticos ortodoxos no porque e-xista una visión diferente en la comunidadmatemática en su conjunto −por el contra-rio, la opinión generalizada entre los mate-máticos es más negativa−, sino porque hayuna asunción entre los legos frum17 con losque he hablado de que solamente los cientí-ficos ateos podrían dudar de los códigos.

Michael Drosnin afirma haber encontrado en la Biblia SLE quepredicen la Segunda Guerra Mundial, el asesinato de Isaac Rabine incluso el fin del mundo para ¡1995 ó 1996!

Fotomontaje de Javier Armentia

15 Rebbetzin: esposa del rabino. (N. del T.)16 Rav: un hombre de estatus y prestigio en lacomunidad judía, un gran hombre muy respeta-do. (N. del T.)17 Frum: adjetivo yidish que, aplicado a una per-sona, significa estrictamente religioso, que cum-ple con las leyes al pie de la letra. Por exten-sión, judío ortodoxo. (N. del T.)

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Aunque es cierto que ni la ciencia mo-derna ni la tradición judía estarían de acuer-do con la afirmación de Einstein de que eltiempo es infinito, lo básico de su afirmaciónsigue siendo correcto: es demasiado peli-groso depender de las probabilidades aposteriori.

El hecho de que uno no pueda basarseen este tipo de probabili-dades permite sospecharde todos los ejemplos depares simples: demasiadosusceptibles a haberlessucedido algo análogo aeso de que uno tira una fle-cha y luego dibuja unadiana alrededor del lugardonde ha ido a dar. No só-lo hay muchas combina-ciones potenciales; ade-más, dada la naturalezadel idioma hebreo, haymuchas variantes. Porejemplo en la Gracia traslas comidas, Chanukah sedeletrea jet-nun-kof-he, conel sonido ooo tomado de unkibbuts (tres puntos bajola línea) asociado a la le-tra nun. En la Figura 1, sepuede ver que en estecaso, se usa una variante,con el sonido ooo obtenidode una shuruk (la vocalque parece una uau). Lue-go está el asunto de la hayextra delante de Chanukahque antes había mencio-nado. Tanto la tradicióncomo el lenguaje hebreoson muy ricos, con lo quees fácil encontrarse mu-chas combinaciones en untexto tan largo como el li-bro del Chumash. Sinduda, es posible encontrarcombinaciones similaresen cualquier otro texto.

Todo ello implica queestos pares simples sonb á s i c a m e n t eingeniosidades o juegostextuales. Se debería ha-

cer hincapié en que no hay una tradiciónbien establecida de análisis de los códigos,como sucede para los principios del análi-sis haláquico18. Hay unos cuantos ejemplosaislados de personalidades de la Tora quehan usado herramientas como los SLE, pero

30 (Junio 1998) el escéptico

en casos específicos, sin darnos una guíaacerca de su utilización generalizada.

La Gemara19 nos advierte que incluso losmétodos tradicionales de extraer inferenciashaláquicas del texto pueden conducirnos aerror, salvo que tengamos una meso-rah20 definida que nos explique cómo usar-los. Por ejemplo, no podemos usar por nues-tra cuenta el método de gezerah shavah (in-ferencia hecha a partir de la aparición depalabras idénticas dentro de dos textos di-ferentes). Sólo lo usamos cuando tenemosuna mesorah específica para tratar un tex-to dado con ese método.

El uso de un método sin una pauta fir-me queda expuesto a abusos como los co-metidos por varios grupos misioneros cris-tianos para hacer prosélitos entre los ju-díos. Cualquier interesado en los malos usospotenciales de los códigos puede acudir aunos cuantos sitios en Internet donde es-tán presentes, por ejemplo http://www.grantjeffrey.com, http://home.cwnet.com/crm y http://www.yfiles.com/yeshua-codes.html. Estas páginas ilustran la cajade Pandora que se ha abierto al usar técni-cas incontroladas de análisis de la Tora.

Más sobre cálculosde probabilidad

Hay una manera de describir esto de bus-car e informar sólo de éxitos que pone demanifiesto que a veces uno puede encon-trar así lo que aparentemente son sucesosextremadamente improbables. Supongamosque hay un cierto test que tiene una tasade éxito de uno entre mil. Entonces, lo eje-cutamos muchas veces en un ordenadorhasta que obtenemos tres éxitos. Podríamosestimar que esto nos costaría unos 3.000intentos. (Si los tests son aleatorios, tras4.000 intentos, un 80% de las veces habre-mos encontrado al menos 3 éxitos en la se-rie.) Ahora, uno podría pensar en ese resul-tado no como tres éxitos individuales, sinocomo un éxito de la prueba de encontrarlos tres precisos éxitos que se han conse-guido, algo que tiene una probabilidad deuno entre mil millones.

El ejemplo de las naciones resulta de-masiado susceptible de haberse producidode esta manera. Al buscar en los códigosidioma de Magog, los autores utilizan la pa-labra safat para idioma, aunque podríanhaber usado el sinónimo lashon. El profe-sor Rips me dijo que si lo hubieran hechoasí, el efecto habría desaparecido. De igualmanera, han usado am para nación, en vezde bnei. Más aún, aunque se justifica la elec-

18 Haláquico: relativo a la Halacá, nombre conque se denomina a la interpretación práctica,jurídica, de la Misnáh (texto que consiste en unacolección de decisiones sobre la observancia ri-tual y legal judía que conforma el texto princi-pal del Talmud). En este sentido, se refiere alanálisis jurídico que se puede extraer del estu-dio de los textos judaicos. (N. del T.)

Los matemáticos Doron Witztumy Eliyahu Rips.

Archivo ARP

19 Gemara:: recopilación de comentarios sobrela Misnáh (ver nota número 18) escrito en ara-meo; es la segunda parte del Talmud. Gemaráse traduce precisamente como complemento.(N.del T.)20 Mesorah: tradición, conjunto de normas acep-tadas por la tradición. (N. del T.)

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el escéptico (Junio 1998) 31

na de los nombres, pero reordenando la delas fechas de manera que no fueran las co-rrectas. Hay un enorme número de formasde reordenar una columna de 32 números(¡más de 2 seguido de 35 ceros!). Los auto-res eligieron aleatoriamente 999.999 de es-tas permutaciones, de manera que juntocon la forma correcta tuvieran un millón deposibilidades. Entonces, puntuaron cada

posibilidad usando la medida de cercaníaque habían inventado.

Realmente, usaron cuatro diferentes me-didas de cercanía y en ellas la puntuacióndel emparejamiento correcto frente al mi-llón de posibilidades oscilaba entre 4 y 453;es decir, la mayoría de las permutacionespuntuaba menos en su medida de cercanía.Como comparación, tomaron el comienzode la traducción al hebreo de Guerra y paz,de Tolstoi: el mismo número de caracteresque el Génesis. Las puntuaciones, en estecaso, oscilaban entre 277.103 y 748.183,lo que es más o menos consistente con loque se esperaría si no hubiera correlacionesespeciales entre nombres y fechas. Así, aprimera vista, son números realmente im-presionantes.

Hay algunas complica-ciones con respecto al aná-lisis que resultan muy sig-nificativas. En primer lugar,de lo dicho parecería quecada uno de los 32 rabinostenía un único nombre yuna única fecha. Pero no esasí: no solamente hay dosfechas (nacimiento y muer-te), sino que hay diferentesvariantes al deletrear cadafecha. Sólo usaron mes y día(pero no año), pero en cadacaso tres diferentes formasde dar la fecha en hebreo:sin la bet delante (el equiva-lente a en el), con una betprevia al día del mes y conuna bet previa al nombre delmes. Igualmente, emplea-ron diferentes maneras de

deletrear los días 15 y 16 de cada mes, debi-do a los dos formatos usuales para esos nú-meros. Los autores no usaron las fechas queaparecen en la Encyclopedia, sino otras queellos mismos habían determinado a partirde su propia investigación. No todos los ra-binos disponían de ambas fechas, e inclu-so ¡dos no tenían fecha alguna!

Los nombres hebreos utilizados para ca-

El hecho de que este fenómeno sehaya denominado ‘códigos’ significaque un buscador debe experimentar

para encontrar lo que podríaestar codificado

ción de las frases concretas en el artículode Witztum, Rips y Rosenberg de 1997 ape-lando a algún escrito de Vilna Gaon [Hagra,sin fecha], existen otras personalidades dela Tora que han escrito también sobre fra-ses aplicadas a las naciones (por ejemplo,Ramban) y que usan frases diferentes a lasaplicadas por Rips, así que escoger el con-junto de Gaon representa una elección sig-nificativa.

Hacer ensayos repetidos con un ordena-dor no está necesariamente asociado conque alguien esté deliberadamente intentan-do engañarnos. El mismo hecho de que estefenómeno se haya denominado códigos sig-nifica que un buscador debe experimentarpara encontrar lo que podría estar codifica-do. Los ordenadores actuales permiten en-sayar miríadas de posibilidades, con lo quecualquier buscador bienintencionado pue-de dar con lo lo que parecen ser ocurren-cias extremadamente raras al realizar mu-chas pruebas.

El ejemplo delos rabinos famosos

Los problemas que plantea el ejemplo delos rabinos famosos son más sutiles y, des-graciadamente para una discusión no téc-nica como ésta, implican algunos detallesdel análisis que deberé explicar al menosparcialmente.

Los autores escogen una lista de 32 rabi-nos moderadamente famosos. En sus prue-bas iniciales, habían elegido 34 rabinos muyconocidos, pero, tras refinar sus métodosde análisis, afirman, escogieron estos rabi-nos relativamente famosospara evitar cualquier acu-sación de haber ajustadolos tests a sus datos. Paradefinir moderadamente fa-moso han seguido comocriterio que estas personastengan un apartado en ellibro Encyclopedia of greatmen of Israel con unaextensión de entre 1,5 y 3columnas de texto[Margalioth, 1961].

La idea básica era tomarlos nombres de estos 32grandes hombres y sus fe-chas de nacimiento ymuerte, y ver cuán cerca secolocaban las fechas de losnombres cuando se busca-ban ambos entre las SLEen el Génesis. Para haceresto, inventaron una medida de la cercanía(sobre la que volveré en breve), y en estamedida de cercanía compararon los conjun-tos correctos de nombres y fechas con otrosemparejamientos incorrectos.

Obtuvieron los emparejamientos correc-tos colocando los nombres en una colum-na y las fechas en la segunda. Los inco-rrectos se obtenían manteniendo la colum-

En Internet se comercializa unprograma de ordenador para bus-car mensajes ocultos en la Biblia.

Archivo ARP

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32 (Junio 1998) el escéptico

puedes conseguir que el análisis muestrecualquier cosa que quieras.

Sucede que, cuando gente incluso bienintencionada se empeña en reanalizar losdatos cambiando los métodos, puede llegara resultados que no son estadísticamenteválidos.

En el experimento de los rabinos famo-sos, uno se sorprende de la gran cantidadde aspectos ad hoc de la metodología, queafectan tanto a ésta como a la afirmaciónde que los test muestran que las parejas depalabras están cerca. Como he explicadoantes, la cercanía se mide asignando un nú-mero entre 1 y 125. Un número bajo no sig-nifica necesariamente que las palabras seancercanas en ningún sentido que usted o yopodríamos entender como cercano. Másbien, uno compara la cercanía de la SLEasociada al par con ciertas no-SLE aso-ciadas al par.

Los matemáticos hablan a menudo demétodos naturales y objetos naturales.Una manera de definir la naturalidad esque si algún otro matemático estudia eltema en profundidad, debería encontrarun objeto similar. En este sentido, en-cuentro el método de asignar la puntua-ción de distancia antinatural: me refieroal método completo, que es demasiadocomplejo para ser descrito en este texto,y no sólo al paso final de asignar un nú-mero entre 1 y 125. El proceso entero in-corpora una noción de cercanía tan com-pleja que dudo mucho que ningún otromatemático que intentara definir la cer-canía llegara a usar la empleada en el ar-tículo [Witztum, Rips y Rosenberg, 1994].

Esta misma antinaturalidad me inco-moda y sugiere que los autores llegarona su métrica tras experimentar con unapequeña parte de los datos, quizás unospocos rabinos famosos. Si asumimos esto,otros aspectos de su análisis darían unpeso indebido a algunas parejasanómalamente cercanas seleccionadas,un pequeño sesgo inesperado en el méto-do que se puede expandir. Quiero ponerénfasis en que si esto hubiera sucedido,de ello no se desprendería que nadie es-tuviera intentando engañar deliberada-mente. Todo lo contrario. Tras hablar conel profesor Rips, queda claro que él creesinceramente en lo que ha escrito. Perola misma noción de que uno desarrolleun método mientras intenta decodificaralgo sugiere que evidentemente es procli-ve a encontrar cosas codificadas ahí. Ensituaciones como ésta, en que los méto-dos son ad hoc, un pequeño artificio, in-cluso inadvertido, un sesgo en el método,puede llegar a tener un efecto dramático.

Errores potenciales en los datosHay una serie de aspectos del análisis quelo hacen extremadamente sensible a losdatos concretos que se han usado. Haydos partes en los datos: el texto del Gé-

da rabino incorporan igualmente más deuna posibilidad, dado que los rabinos a ve-ces son conocidos por los títulos de sus li-bros (como sucede con el Chofetz Chaim).Las variantes usadas les fueron proporcio-nadas por un catedrático de Bar-Ilan. El nú-mero de nombres de cada rabino varía en-tre uno y once, y en total los 32 rabinostienen más de 100 nombres diferentes.

Para cada rabino, tomaron todos los po-sibles pares de un nombre y una fecha, conlo que obtuvieron así varios cientos de em-parejamientos. Para cada par, asignaban unnúmero entre 1 y 125 que se supone midela cercanía del par de palabras en el textosujeto a estudio: cuanto menor es el núme-ro, más cercanos son los emparejamientos.Para la puntuación general de cada con-junto, utilizaban un método que tenía encuenta si entre esos varios cientos de pare-jas hay un número anormalmente grandede valores pequeños de cercanía. Debemoshacer notar que el efecto no se debe a todoslos rabinos del conjunto, sino a una peque-ña fracción −entre 5 y 10− cuyos pares es-tán anormalmente cerca.

Es importante destacar también el nú-mero de elecciones en este proceso, puestoque cada elección puede ser una fuente de

sesgo inadvertido en el resultado. No sóloson importantes las elecciones acerca dequé incluirlas, sino también las de qué noincluir. Dado que el análisis cuenta el nú-mero de parejas anormalmente cercanas,no incluir parejas alejadas mejora el re-sultado. Además, algunas parejas desecha-das podrían hacer mejorar la nota de al-guna de las elecciones permutadas. Los au-tores eligieron qué formas de la fecha usar(pues hay más opciones que las tres pre-sentadas) y la elección de los nombres decada rabino no se basó en un criterio quepermita a una persona confirmar indepen-dientemente las elecciones realizadas.

Errores potenciales en el métodoHay una cita que se atribuye a menudo aMark Twain: �Hay mentiras, mentiraspuñeteras, y estadísticas�. Un estadísticoque conozco que ejerce como consultor devarias compañías, analizando sus datos, mecontó que cada vez que comienza un pro-yecto para un nuevo cliente le avisa de queestá dispuesto a discutir la manera en queva a analizar los datos en detalle antes dehacerlo. Pero que, una vez haga el análisis,no estará dispuesto a admitir cambios deltipo �por qué no intentas mirar esto de éstao aquélla manera�. Porque está convencidode que si reanalizas todo una y otra vez,

Hay una cita que se atribuye amenudo a Mark Twain: “Hay mentiras,mentiras puñeteras, y estadísticas”

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nesis y la lista concreta de nombres y fe-chas empleados para los rabinos.

Con respecto al texto del Génesis,sabemos que hay diferencias entre elaceptado actualmente y otros usados enépocas anteriores. Kiddushin 30A nosdice que ya no somos expertos en variasletras vocales opcionales, como yud y vav.Aunque estas diferencias no afectan alsentido del texto, pueden modificar los có-digos significativamente. Añadiendo unasola letra en la cadena de una SLE, ¡laelimina por completo!

Una refutación que he oído sobre esteasunto de la imprecisión del texto es quelos resultados podrían haber sido inclu-so mejores con el texto real . Unsinsentido. Una puntuación de 4 frente aun millón no es simplemente buena: esfantástica. Si el texto original hubiera sidoasí de bueno, perturbaciones aleatoriasde los datos habrían estado ligadas a ha-cer las cosas peores de lo que se observa,así que nos vemos forzados a una segun-da refutación.

Ésta argumenta que si estamos bus-cando la prueba de que Dios colocó loscódigos en el texto, podemos ciertamenteimaginar que Él los colocó no en el textoinicial, sino en el texto al que Él sabíaque evolucionaría en la era de los orde-nadores. Debido a la naturaleza ad hocdel análisis de Witztum, Rips y Rosenberg,tenemos también que suponer que Diosescribió la Tora con este análisis especí-fico en mente, incluyendo las listas con-cretas de nombres usados en el artículode Statistical Science. Se nos conduce asía un edificio tan complejo que difícilmen-te podríamos convencer a un escéptico.

Aunque estos asuntos del métodoelegido para casar los datos y de la im-precisión en el texto producen incomodi-dad al aceptar el análisis, he guardadopara el finalla razón másp o d e r o s apara dudarde él . Tieneque ver conla sensibili-dad del re-sultado a lasvariantes concretas de los nombres de losrabinos usadas. Debido a que la medidade cercanía utilizada es tan sensible aunos pocos valores anómalamente peque-ños, el resultado depende fuertemente dela inclusión de esos pocos nombres queproducen esos valores pequeños. Depen-de no sólo de qué nombres se eligen, sinotambién de cuáles se excluyen, pues losexcluidos podrían dar una lista permu-tada con una mejor puntuación de cer-canía.

Este asunto se ilustra de manera de-vastadora en varios trabajos de Bar-Na-tan y McKay, dos matemáticos que deci-

el escéptico (Junio 1998) 33

dieron analizar el trabajo del grupo deRips para ver si se sostenía. Una versiónpreliminar de su trabajo sobre estos nom-bre se puede encontrar en Internet [Bar-Natan y McKay, sin fecha].21 Estosrompecódigos han hecho una lista de

nombres dados a rabinos moderadamentefamosos que difiere en algunas cosas dela presentada en Statistical Science. Enprimer lugar, eliminan a los dos rabinossin fechas, pues se podría concluir quesólo producen ruido en los datos reorde-nados. En segundo lugar, han eliminadoa un rabino y añadido otro diferente ba-sándose en que los autores del artículode 1994 parecen haber realizado mal suscuentas, e incluido un rabino (el que eli-minan Bar-Natan y McKay) cuya entradaen la Encyclopedia es ligeramente menorque la columna y media, y no haber in-

cluido otro(añadido porellos) cuyareferencia esde la longi-tud adecua-da...

De la listade versiones

de los nombres en el artículo de 1994,Bar-Natan y McKay han tomado 51 de-nominaciones, han cambiado el deletreode 4, han eliminado 15 y han añadidootras 24 alternativas. Para cada una deestas que han añadido, han incorporado

Barry Simon, a la izquierda, desmonta en este artículo lasupuesta base científica del libro de Michael Drosnin.

Archivo ARP

21 Como suele ser normal, hay una gran canti-dad de información (y también, como suele pa-sar, alguna de muy dudosa calidad) en Internet.Cualquiera que desee explorarla puede encon-trar enlaces a numerosos comentarios sobre loscódigos en http://www.math.gatech.edu/~jkatz/Religions/Numerics/. (N. del A.)

Mi conclusión es que hay suficientesdatos como para ser escéptico sobre

esto de los códigos

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un argumento basado en datos históri-cos de por qué no era irrazonable haceresa elección. Tras hacer el cambio, repi-tieron el análisis de Witztum, Rips yRosenberg sobre la versión hebrea de Gue-rra y paz. Y los resultados muestran unapuntuación sumamente baja para este li-bro, es decir, ¡con esta lista parece quelos rabinos están codificados en el librode Tolstoi!

Sin duda se irán produciendo altiso-nantes discusiones en Internet sobre lavalidez de cada uno de los cambios efec-tuados, pero para mí el punto crucial es-triba en que Bar-Natan y McKay puedenhacer esta lista de cambios sencillos y darun vuelco completo a los resultados deWitztum, Rips y Rosenberg, lo que mues-tra que el ejemplo de los rabinos famososes totalmente dependiente de la elecciónparticular de nombres utilizados, y estome hace dudar de la validez del empeño.

Mi conclusión es que hay suficientesdatos como para ser escéptico sobre estode los códigos.22 No sólo algunas de lasafirmaciones con que se rodean son in-fundadas, sino que varios de los ejemplosen que se basan están muy lejos de serconvincentes si se examinan cuidadosa-mente. Las dudas que pude tener acercade publicar mis conclusiones han sido di-sipadas, así lo siento, por un comentariotradicional para las celebraciones delShabbos23, que dice: �El sello deHaKadosh Baruch Hu24 es la Verdad�.

Referencias

Bar-Natan, N; y McKay, B. []: �Equidistant LetterSequences in Tolstoy�s War and peace�, pu-blicado en Internet en http://cs.anu.edu.au/~bdm/dilugim/WNP. Más informa-ción, así como enlaces a otros comentariossobre los códigos se pueden encontrar enlas páginas web del doctor Brendan McKay:http://cs.anu.edu. au/~bdm/dilugim/

34 (Junio 1998) el escéptico

22 Barry Simon ha advertido a través del correoelectrónico a EL ESCÉPTICO que si bien cuan-do escribió este artículo, en el segundo semes-tre de 1997, era esceptico repecto a la validezde los denominados códigos de la Tora, en laactualidad, tras meses de estudio, tiene �la cer-teza de que toda la evidencia presentada hastaahora [por los proponentes] carece de legitimi-dad�. Un segundo artículo suyo sobre el asun-to, titulado �El caso contra los códigos�, se pu-blicará en septiembre en la revista Jewish Action.(N. del T.)23 Shabbos (ashkenazi): en sefardí, Shabat, lafiesta semanal de los judíos. (N. del T.)

24 HaKados Baruch Hu: expresión hebrea utili-zada por los ortodoxos para referirse a Dios sinnombrar su nombre, lo que es considerado tabú.Literalmente, quiere decir el sagrado que es ben-dito. La frase mencionada por el autor podríatraducirse como: �El sello de Dios es la Verdad�;es decir, Dios no miente. (N. del T.)

torah. html.Drosnin, Michael [1997]: El código secreto de la

Biblia [The Bible code]. Trad. de AndyEhrenhaus. Editorial Planeta (Col. �Docu-mento�]. Barcelona. 244 páginas.

Hagra []: A Commentary on the Book of Job. Je-rusalén.

Margalioth, M [1961]: Encyclopedia of great menof Israel. Joshua Chachik. Tel Aviv.

Ramban []: Commentary on Torah, Vajikra. 18:25.Sternberg, S. [1997]: �Snake oil for sale�. Bible

Review (Agosto), 24-25.Wigner, Eugene Paul; y Szanton, Andrew [1992]:

The recollections of Eugene P. Wigner.Plenum. Nueva York.

Witztum, D; Rips, E.; y Rosenberg, Y. [1994]:�Equidistant Letter Sequences in the Bookof Genesis�. Statistial Science, 9, ( 429-438.Este artículo está disponible en Internet enhttp://www.fortunecity. com/tattoine/delany/11/genesis.html.

Witztum, D; Rips, E.; y Rosenberg, Y. [1997]:�Equidistant Letter Sequences in the Bookof Genesis: II. The relation to the text�. Ma-nuscrito.

Agradecimientos

A la hora de preparar este ensayo, el autor seha beneficiado de discusiones con muchas per-sonas, demasiadas para ser incluidas en unalista, aunque algunas destacan. El profesor IlyaRips, aun conociendo mi escepticismo, perdióbastantes horas conmigo. A pesar de que tengodudas sobre las conclusiones de su investiga-ción sobre los códigos, me he quedado con unatremenda admiración por su personalidad ydulce temperamento. Como siempre, mi rabi-no, Rabbi Yitzhak Adlerstein, fue una fuenteinvalorable. Agradezco las discusiones −en di-recto o por correo electrónico− con el doctor DrorBar-Natan, los profesores Sylvain Cappell, PercyDeift, Persi Diaconis, Menachem Friedman, HillelFurstenberg, Harold Gans, Alec Gindis, el pro-fesor David Kazhdan, el doctor Brendan McKay,y los profesores Shlomo Sternberg y LarryZalcman.

Nota

Este artículo se preparó para el número de di-ciembre de 1997 de Jewish Action, la revista dela Unión Ortodoxa, una de las principales orga-nizaciones judías ortodoxas americanas. Fueaceptado para su publicación en la forma en queaparece aquí, pero posteriormente se decidióposponer su aparición un trimestre, hasta mar-zo del 1998, para permitir a los profesores Ripsy Witztum la preparación de una contestación.Se reproduce con permiso expreso del autor.

Barry Simon es doctor en Física por la Universi-dad de Princeton, vicepresidente de la SociedadMatemática Americana y profesor IBM de Mate-máticas y Física Teórica del Instituto Tecnoló-gico de California (CalTech).

Versión española de Javier Armentia.

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Los matemáticos se pronuncianHacemos este pronunciamiento relativo a lo que se ha dado en llamar códigos de la Biblia o códigos de laTora. Reconocemos que mucha gente sincera toma este fenómeno seriamente, lo que nos empuja amanifestarnos basándonos en lo que nuestra experiencia como matemáticos nos enseña acerca de laevidencia que se dice apoya este presunto fenómeno.

Existe la creencia común en el público en general de que muchos matemáticos, estadísticos y otroscientíficos consideran tales afirmaciones como creíbles. Esto es incorrecto. Por el contrario, la opinióncasi unánime de aquellos científicos que han estudiado la cuestión es que tal teoría no tiene fundamento.Los firmantes de esta manifiesto han examinado la evidencia y no la han encontrado convincente enabsoluto.

Nos referimos en particular al artículo �Equidistant letter sequences in the Book of Genesis�, publica-do en la revista Statistical Science en 1994. Este experimento adolece de problemas graves relativostanto a su ejecución como a la interpretación de sus conclusiones. Incluso sin tales dudas, no podría-mos tomar afirmaciones tan extraordinarias seriamente sin una investigación mucho más sistemática ycuidadosa. Investigación que no se ha realizado, como tampoco este trabajo ha supuesto hasta la fechaun caso prima facie. Más aún, grupos de palabras como los que se mencionan en los libros de Witztumy Drosnin y los llamados códigos mesiánicos son un fenómeno incontrolado; agrupaciones similares sepueden encontrar en cualquier texto de longitud similar. Cualquier afirmación sobre las increíbles pro-babilidades de aparición de tales agrupaciones es falsa, puesto que se calcula de manera contraria a lasreglas estándar de la probabilidad y la estadística.

Entre los abajo firmantes, algunos creen que la Tora fue escrita inspirada por Dios. No vemos conflic-to alguno entre esta creencia y la opinión que expresamos aquí.

el escéptico (Junio 1998) 35

Dror Bar-Natan, profesor de Matemáticas de la Universi-dad Hebrea, Jerusalén

Jay H. Beder, profesor asociado de Ciencias Matemáticasde la Universidad de Wisconsin-Milwaukee.

Valentina M. Borok, profesora emérita de Matemáticas dela Universidad Estatal de Kharkov, Ucrania.

Robert Brooks, professor de Matemáticas del Technion-Instituto de Tecnología de Israel.

Gary A. Chase, profesor de Epidemiología y Bioestadísticade la Universidad de la Reserva del Oeste.

E.B. Davies, profesor de Matemáticas de la Universidad deLondres.

Percy Deift, profesor de Matemáticas del Instituto Cou-rant, Nueva York.

Persi Diaconis, profesor David Duncan de Ciencias Físi-cas de la Universidad de Cornell.

Laurence S. Freedman, profesor de Estadística de la Uni-versidad Bar-Ilan, Israel.

Fritz Gesztesy, profesor L.M. DeFoe de Matemáticas de laUniversidad de Missouri.

Sheldon Goldstein, profesor de Matemáticas de la Univer-sidad Rutgers, New Jersey.

Rami Grossberg, profesor adjunto de Matemáticas de laUniversidad Carnegie Mellon, Pittsburgh.

Michael Hasofer, profesor emérito de Estadística de la Uni-versidad de Nueva Gales del Sur, Sidney.

Tim Hesterberg, investigador de MathSoft/StatisticalSciences, Seattle.

Svetlana Jitomirskaya, profesora adjunta de Matemáti-cas de la Universidad de California.

Gil Kalai, profesor de Matemáticas de la Universidad He-brea, Jerusalén.

Fima Klebaner, profesor adjunto de Matemáticas y esta-dística de la Universidad de Melbourne.

David Klein, profesor de Matemáticas de la Universidaddel Estado de California.

Joel Lebowitz, profesor George William Hill de Matemáti-cas y Física de la Universidad Rutgers, New Jersey.

Nati Linial, profesora de Informática de la Universidad He-brea, Jerusalén.

Gary Lorden, profesor de Matemáticas del Instituto de Tec-nología de California.

Todos los firmantes del manifiesto son doctores en Matemáticas o Estadística, o son miembros titularesde un departamento universitario de Matemáticas o Estadística. Cualquier persona que cumpla estoscriterios y desee añadir su firma a este manifiesto puede enviar un mensaje de correo electrónico alprofesor Barry Simon a [email protected].

Brendan McKay, profesor de Informática de la Universi-dad Nacional Australiana.

Tom Metzger, profesor de Matemáticas de la Universidadde Pittsburgh.

Aaron Meyerowitz, profesor adjunto de Matemáticas de laUniversidad Atlántica de Florida.

Stephen D. Miller, profesor adjunto de Matemáticas de laUniversidad de Yale.

Amos Nevo, Departamento de Matemáticas del Technion-Instituto de Tecnología de Israel.

John Allen Paulos, profesor de Matemáticas de la Univer-sidad de Temple, Philadelphia.

Yehuda Pinchover, profesor adjunto de Matemáticas delTechnion-Instituto de Tecnología de Israel.

Alexander Pruss, Departamento de Filosofía de la Univer-sidad de Pittsburgh.

Maurice Rojas, profesor adjunto de Matemáticas de la Uni-versidad de Hong Kong.

Mary Beth Ruskai, profesora de Matemáticas de la Uni-versidad de Massachussetts.

Jeremy Schiff, profesor del Departamento de Matemáti-cas e Informática de la Universidad Bar-Ilan, Israel.

Gideon Schwarz, profesor de Estadística de la Universi-dad Hebrea, Jerusalén.

Senya Shlosman, profesor de Matemáticas de la Universi-dad de California.

Barry Simon, profesor IBM de Matemáticas y Física Teóri-ca del Instituto de Tecnología de California.

Martha Simon, profesora de Matemáticas de la Universi-dad del Estado de California.

J. Laurie Snell, profesor emérito de Matemáticas del Co-legio Dartmouth, New Hampshire.

Terry Speed, profesor de Informática de la Universidad deCalifornia.

Ian Wanless, investigador del Departamento de Matemá-ticas de la Universidad de Melbourne.

Thomas Ward, Facultad de Matemáticas de la Universidadde East Anglia, Norwich.

Henry Wolkowicz, profesor de Análisis Combinatorio yOptimización de la Universidad de Waterloo, Ontario.

Doron Zeilberger, profesor de Matemáticas de la Universi-dad de Temple , Philadelphia.

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ichael Drosnin ha escrito un libroespeluznante. Holocaustos nuclea-res, terremotos catastróficos, loscampos de exterminio nazis, bom-

bas terroristas, asesinatos de líderes mun-diales que hubieran representado una es-peranza para la humanidad... Un catálogode amenazas demasiado reales para nues-tro mundo, en 182 páginas.

El autor de El código de la Biblia sostie-ne que existe un código oculto en el textohebreo del Antiguo Testamento. Este códi-go, según Drosnin, contiene información so-bre acontecimientos futuros, especialmen-te, según parece, acontecimientos mun-diales trágicos de proporciones monumen-tales. El libro apela al miedo legítimo a lasfuerzas irracionales y violentas liberadas en

el mundo.Este miedopuede hacerque personasracionales es-peren queDios interven-ga donde loshumanos fa-llen. Puede in-cluso dar laesperanza deque este libror e a l m e n t eproporcionauna forma depredecir el fu-turo y preve-nir el desas-tre.

Lo triste esque este librono es más queuna serie deafirmacionessalvajes e in-f u n d a d a sbasadas enllevar la evi-dencia esta-dística al lími-

36 (Junio 1998) el escéptico

te. Drosnin, antiguo reportero de The Was-hington Post y The Wall Street Journal, diceque él es simplemente un periodista enbusca de los hechos: �Empecé con la cróni-ca nocturna de sucesos. Siempre he tenidouna visión de la realidad con los pies en elsuelo. Y estaba decidido a llevar esta his-toria como he llevado todas las demás�.Pero, a pesar de proclamar su escepticis-mo, uno no puede evitar llegar a la conclu-sión de que el autor carece de la formaciónmatemática y estadística que daría una basesólida a su escepticismo. Está cegado porsu ignorancia.

Los esfuerzos por desentrañar informa-ción oculta en la Biblia son tan viejos comola Biblia misma. Un método es el de las se-cuencias de letras equidistantes (SLE) ocódigos de salto. Empiece con una letra deltexto y después salte repetidamente un de-terminado número de letras, ignorando losespacios en blanco entre palabras. Por ejem-plo, la primera frase de este párrafo, empe-zando por la primera letra y utilizando uncódigo de salto de 3, proporcionaría la se-cuencia LEUZPDERAIOC.... Este métodotambién puede llevarse a cabo eliminandotodos los espacios en blanco y situando lasletras en una rejilla cuya anchura equival-ga a la longitud del salto. Las líneas verti-cales de la rejilla serían las secuencias deletras equidistantes correspondientes al có-digo de salto dado.

En los años 40 y 50, Rabbi H.M.D. Weiss-mandel utilizó códigos de salto para estu-diar los cinco Libros de Moisés. Su trabajofue el punto de partida para las exploracio-nes que dieron lugar al artículo �Equidistantletter sequences in the Book of Genesis�,de Doron Witztum, Eliyahu Rips y YoavRosenberg (Statistical Science, Nº 9 (1994),429-438). Witztum es físico; Rosenberg esprogramador de ordenadores; y Rips es unconocido experto en Teoría de Grupos de laUniversidad Hebrea de Jerusalén. En su ar-tículo, empleaban un método estadísticoriguroso para investigar los códigos de sal-to en el Libro del Génesis. El código de laBiblia pretende estar basado en este traba-

�El código de la Biblia�:una crítica del libro

Tras la fachada de rigor y las apelaciones a la objetividad dela Ciencia y las Matemáticas, Michael Drosnin abriga el sueño de

convertirse en el profeta de nuestra era

ALLYN JACKSON

M

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jo; pero, en realidad, utiliza erróneamentelos resultados de formas que los autoresnunca habían previsto.

El artículo comenzaba con la siguienteidea: suponga que tiene un texto en un len-guaje extranjero y le dan un pequeño con-junto de palabras relacionadas en dicho len-guaje (por ejemplo, martillo y yunque). ¿Pue-de decidir si el texto es inteligible o sólo unrevoltijo? La cuestión no es si puede tradu-cir el texto; el conjunto de palabras de quedispone es demasiado pequeño para eso.La pregunta es: ¿puede usted, mediante unanálisis estadístico de la proximidad de laspalabras relacionadas, descubrir una es-tructura que confirme si tiene significado?Éste es el camino escogido por los autorespara analizar el material obtenido a partirdel Génesis mediante los códigos de salto.

Definían matemáticamente una forma demedir la distancia entre palabras codifica-das, y medidas estadísticas de cuán cercaestán conjuntos de palabras codificadas.Las medidas incluyen la noción de que laspalabras separadas por distancias cercanasal salto mínimo son más importantes queaquéllas con distancias muy grandes. Hi-cieron experimentos con dos muestras. Unaformada por los nombres de 34 figuras his-tóricas del judaísmo y sus fechas de naci-miento y muerte; la otra, por la misma in-formación para un conjunto diferente de 32personajes históricos. Para cada muestra,crearon 1.000.000 de permutaciones dife-rentes de los nombres con las fechas to-mando 999.999 parejas aleatorias, ademásde la correcta. Los métodos que desarrolla-ron les permitieron medir la distancia entrela lista de nombres y la lista de fechas encada una de las permutaciones.

Los resultados fueron sorprendentes. Porejemplo, con el conjunto de 32 nombres yfechas, tan sólo tres del millón depermutaciones mostraron una distanciaentre ellas más corta que la asociación co-rrecta de nombres y fechas. En general, losautores calcularon que la probabilidad deobtener los resultados descritos es de dosentre diez mil. La conclusión a la que llega-ron es mucho más contenida que cualquiercosa presentada en El código de la Biblia:�Llegamos a la conclusión de que la proxi-midad de secuencias de letras equidistantescon significados relacionados en el Libro delGénesis no es una casualidad�.

A causa de la naturaleza inusual del ar-tículo, fue sometido a un proceso de revi-sión especialmente largo. Después de supublicación, Harold Gans, un criptólogo re-tirado de la Agencia de Seguridad Nacional(NSA), confirmó y repitió de forma indepen-diente los resultados y encontró fenómenossimilares en otros conjuntos de datos. Sinembargo, algunos han presentadoobjecciones sobre el artículo. BrendanMcKay, un matemático de la UniversidadNacional Australiana, ha criticado la meto-dología y dice que un método correcto con-

duce a resultados mucho menos impresio-nantes. McKay y tres colegas trataron dereproducir los resultados del artículo y en-contraron hallazgos insignificantes.1 McKayy Dror Bar-Natan, un matemático de la Uni-versidad Hebrea de Jerusalén, están pre-parando un artículo presentando sus des-cubrimientos.2

Sean cuales sean las deficiencias del ar-tículo de Statistical Science, los autores almenos trataron de formular una aproxima-ción cuantitativa y realizar un experimentobien definido. El código de la Biblia, si bienasegura estar basado en el artículo, no tra-ta en ningún momento de emular su rigor yobjetividad. Drosnin pasó evidentemente unmontón de tiempo con Eliyahu Rips, unafigura importante en el libro. Rips, Witztumy Gans han denunciado públicamente lasconclusiones del libro, pero Rips no ha de-negado la exactitud de varios pasajes en losque se le cita. Si las descripciones del libroson correctas, Rips, al igual que Drosnin,estuvo interesado en buscar pistas acercade acontecimientos de alcance mundial enel texto oculto de la Biblia. Sin embargo, Rips

evita afirmar que es posible predecir el fu-turo de esa forma. Drosnin trata de añadirlegitimidad citando a otros prominentes ma-temáticos, como Robert Aumann, DavidKazhdan e Illya Piatetski-Shapiro. Leyendocuidadosamente, sin embargo, parece quesus reacciones de sorpresa y confirmacióndel código se refieren al trabajo de Witztum,Rips y Rosenbergl, y no al de Drosnin.

El principal problema de El código de laBiblia es que sufre del principio de lo sécuando lo he visto. En lugar de especificarde antemano qué información se pretendeencontrar y después comprobar lo que seha encontrado y lo que no, aparentementeDrosnin simplemente ha examinado milesde códigos de salto de la Biblia y ha tomadolo que le ha parecido interesante y plausi-ble. Uno de los ejemplos centrales del libro(desenterrado una y otra vez siempre queDrosnin siente la necesidad de reafirmar laconfianza del lector en lo que está hacien-do) es la predicción del asesinato de IsaacRabin en 1995. En 1994, Drosnin encontróel nombre de Rabin en el código, cruzadocon la expresión el magnicida asesinará; el

El principal problema de ‘El código dela Biblia’ es que sufre del principio

de ‘lo sé cuando lo he visto’

1 Véase la web http://www.math.gatech.edu/~jkatz/Religions/Numerics/report.html.2 El artículo será enviado a una revista y puestoen la web de McKay: http://cs.anu.edu.au/~bdm.

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año correspondiente a 1995-96 en el calen-dario hebreo aparecía cerca.

A traves de un intermediario, Drosninhizo llegar un aviso a las autoridadesisraelíes. Ciertamente, ellos sabían queRabin −primer ministro de un país ensan-grentado y marcado por un conflicto, y ar-

38 (Junio 1998) el escéptico

quitecto de un controvertido plan de paz−era objetivo potencial de un atentado. Suasesinato fue un golpe, pero no una sor-presa. Aunque parece que el aviso deDrosnin fue tomado en serio, no tenía de-talles precisos acerca de dónde, cuándo oen qué circunstancias podría tener lugar elcrimen. De cualquier forma, trata de pre-sentar la predicción como si fuera muy de-tallada: �Había detalles tan precisos comola información de la CNN −proclamaDrosnin−. El nombre completo de Rabin, elnombre del magnicida, el año en que fueasesinado, todo, excepto Amir (el nombredel criminal), fue hallado con anterioridadal asesinato�. Drosnin también encontróreferencias a los magnicidios de Robert F. yJohn F. Kennedy, y Anuar el-Sadat. Claroque Witztum, en su comunicado denuncian-do El código de la Biblia, también puntuali-za que uno puede encontrar la prediccióndel asesinato de Winston Churchill codifi-cada de forma similar.

El código de la Biblia contiene muchastablas de letras hebreas, con las palabrasque componen las predicciones rodeadascon un círculo y traducidas. Aquéllos queno lean hebreo se encuentran a merced deDrosnin en cuanto al significado y la inter-pretación de las palabras, algo especialmen-te preocupante dado que muchas palabrashebreas tienen múltiples significados eninglés. Las traducciones no son consisten-tes a lo largo del libro. Por ejemplo, las pa-labras que acompañan al nombre de IsaacRabin se traducen de la siguiente manera:magnicida asesinará, magnicida que asesi-nará y magnicida quien asesinará. En uncomunicado a través de Internet, Gans ase-gura que la traduccion correcta es en reali-dad criminal y no magnicida, y que alguienpodría interpretar que esto implica queRabin era un asesino, opinion compartidapor algunos sea acertada o no.

Otro problema del libro es que Drosninno da ninguna explicación de cómo aplicólos métodos del artículo de StatisticalScience. Para cada una del millón depermutaciones de los nombres y fechas, elartículo proporcionaba una clasificación ba-sada en la distancia entre ellas. ¿Cómo secomporta este método para calcular lasprobabilides de encontrar el primer minis-tro Netanyahu atravesando seguramenteserá asesinado? �La muerte de Netanyahuno fue predicha con tanta claridad como lade Rabin�, advierte Drosnin. �Las probabi-lidades de que fuera codificado con su nom-bre eran de cien a una. El asesinato deRabin fue codificado frente a una posibili-dad de tres mil a una�. ¿Qué significan es-tas probabilidades exactamente? Más ade-lante, tratando de explicar que el código dela Biblia no predice el futuro realmente(mientras la mayor parte del libro trata deconvencernos de que lo hace), Drosnin noscuenta que el código �puede ser un conjun-to de probabilidades�. ¿Son éstas las pro-

En http://cs.anu.edu.au/~bdm/BH825.txt/, sepuede encontrar el texto completo de la Conven-ción de la Ley del Mar de las Naciones Unidas,firmada en 1982. Buscaremos mensajes codifica-dos en este documento. Para hacer el experimentoligeramente parecido a la versión hebrea, ig-noraremos las vocales y trataremos las letrasmayúsculas y minúsculas de la misma forma.

El documento (reducido a sus consonantes)presenta algunas secuencias de letras equidis-tantes notables. Las probabilidades que daré sonlas de encontrar incluso un ejemplo en un textoformado barajando aleatoriamente las letras.

La Convención es una fuente de primer ordende leyes internacionales concernientes a los océa-nos y en general a todos los transportes maríti-mos. En realidad, si lo lee, usted

HeaR aLL THe LaW oF THe Sea(�Escucha toda la ley del mar�)

(inicio=190.588, salto=-15.290,prob=0,000095).

(En otras palabras, la probabilidad de que estafrase aparezca en el documento es de 95 entreun millón.)

Pueden encontrarse muchas otras secuenciasde baja probabilidad, pero me contentaré conexplorar esta cuestión: ¿por qué se firmó estaconvención? El cínico podría simplemente decirque:

NaTo NeeD aN aGReeMeNT oN THe Sea (�LaOTAN necesitaba un acuerdo sobre el mar�)

(inicio=88.311, salto=3.404, prob=0,000021),

pero la verdad es más mundana. Después detodo, quien más se beneficia es la industriapesquera mundial. Sí, simplemente es una

SaFe uN oCeaN CoNVeNTioN To eNCLoSe TuNa(Convención Oceánica de Protección de las Na-

ciones Unidas para la Pesca de Atún) (inicio=144.491, salto=-2.066,

prob=0,000000001)

(La probabilidad es de una entre mil millones.)

He encontrado predicciones muy buenas deasesinatos famosos en el texto en inglés de MobyDick (incluyendo las vocales). Esto presenta unreto directo a Michael Drosnin. Incluyen a Trotski,Gandhi, Robert Kennedy y otros diez personajes.Cada una de ellas es tan buena como el ejemplode Drosnin. Por supuesto, también tengo unapredicción del asesinato del propio Drosnin.

BRENDAN McKAYDepartamento de InformáticaUniversidad Nacional Australiana

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babilidades de que determinados aconteci-mientos ocurran? ¿O son las probabilidadesde que determinadas palabras aparezcancerca unas de otras en el código? Nunca lodeja claro.

No todas las predicciones en El códigode la Biblia son catastróficas. Drosnin en-contró el nombre Edison cerca de bombillay electricidad, y el de Newton cerca de gra-vedad. Pero tales ejemplos escasean;Drosnin prefiere claramente las profecíasde muerte y destrucción. Consigue provo-car el miedo del lector a través de su leta-nía de desastres, pero al mismo tiempo aca-ba recortando un poco su tono de seriedadcon una predilección por las frases recar-gadas como �eran como las piezas de unpuzzle juntándose, lenta, inexorablemente,completando una imagen horrible�, �lacuenta atrás para lo que sería el verdaderoArmagedón estaba llegando a su fin�, �elprincipal peligro al que nos enfrentamos po-dría ser el mayor desastre natural jamáscontemplado por la humanidad�.

La predicción más importante del libroes la de que la Tercera Guerra Mundial co-menzará con un ataque nuclear sobre Is-rael. Drosninpuntualiza co-rrectamenteque ese ataquees unap o s i b i l i d a dreal, dado queIsrael tienemuchos enemigos y los medios para pro-ducir armas nucleares cada vez son másaccesibles. También encontró en el códigode la Biblia el retorno del cometa Swift enel año 2126, exactamente como los astró-nomos han predicho. Advierte de un granterremoto en Los Angeles en el 2010, unapredicción reforzada por el hecho bien co-nocido de que California es una importantezona sísmica. Drosnin se cubre las espal-das ateniéndose a escenarios probables quetodo el mundo sabe que se podrían produ-cir.

En realidad, por la forma en que Drosninha presentado las cosas, estará en lo ciertopase lo que pase. Cuando la predicción deun holocausto nuclear en Israel en 1996 nose cumplió, encontró la palabra retrasadocodificada cerca de la predicción. �¿Por quéel código de la Biblia no muestra sin más elfuturo?�, pregunta. �La respuesta parece serque no hay solamente un futuro, sino mu-chos futuros posibles�.3 De manera que siDrosnin está en lo cierto acerca del futuro,

el escéptico (Junio 1998) 39

es un profeta asombroso; si se equivoca,simplemente escogimos un futuro diferen-te. También trata de justificar estas ideasinjustificables mediante la Física Cuánticay la Teoría del Caos. Hacia el final del libro,queda claro que, tras la fachada de rigor ylas apelaciones a la objetividad de la Cien-cia y las Matemáticas, Drosnin abriga elsueño de convertirse en el profeta de nues-tra era. Cree que es el elegido para descu-brir los secretos del libro sellado por Da-niel, el personaje del Antiguo Testamento.Esto es una locura sacrílega.

Drosnin ha aparecido en Oprah,4 y havendido los derechos cinematográficos desu obra a la Warner Brothers. El libro hafigurado en las listas de bestsellers de TheNew York Times, The Times, USA Today yPublisher�s Weekly, y ha merecido la aten-ción de los principales periódicos y revistas(por no mencionar que ha sido primera pá-gina en el tabloide The National Examinerjunto con una historia sobre los problemasmatrimoniales de Frank y Kathie LeeGifford). También se discute mucho sobreél en Internet. En general, la prensa no hasido favorable, pero los comentarios de los

lectores de laweb de la edi-torial Simon &Schuster fue-ron casi todospositivos, conuna puntua-ción media de

7,6 sobre 10. (Hay lectores como MarilynGlads, que envió este comentario: �Este li-bro me asustó. Ahora ya se por qué odio lareligión y las matemáticas�.)

Las matemáticas ya tienen un problemade relaciones públicas porque mucha gen-te cree que no son más que una bolsa detrucos utilizada para atormentar a los ni-ños en edad escolar. ¿Pensarán ahora loslectores de El código de la Biblia que en rea-lidad las matemáticas sirven para desvelarlas profecías del fin del mundo? La mayoríade ellos no tiene la formación en estadísti-ca y matemáticas necesaria para ser capazde detectar las lagunas de los argumentosde Drosnin. Pero algunos se tragarán Elcódigo de la Biblia, con lagunas y todo, sim-plemente porque parece ofrecer una peque-ña esperanza de salvación frente a los mu-chos peligros que amenazan al mundo.

3 La fallida predicción del desastre nuclear de1996 demuestra la falsedad de las pretensionesde Drosnin, ya que deberían existir en la Bibliamúltiples referencias similares a otros hechosposibles que no han ocurrido. Dado que no esasí, resulta evidente que Drosnin dio vueltas alcódigo hasta que encontró un retrasado con elque justificar su error. (N. del T.)

4 Uno de los programas de mayor éxito de latelevisión estadounidense. (N. del T.)

Aquéllos que no lean hebreo estána merced de Drosnin en cuanto

al significado de las palabras

Allyn Jackson es escritora y directora adjuntade The Notices of the American Mathematical So-ciety.Versión española de Borja Marcos.

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n El código de la Biblia, Michael Dros-nin explota una broma perpetradapor dos israelíes, E. Rips y D. Witz-tum, según la cual existen mensajes

sobre el futuro encriptados en el texto he-breo de la Biblia, códigos que sólo puedenser descifrados mediante un ordenador. Esfácil dar una explicación concisa de por quéésto es una broma, y eso haré.

Primero, la decodificación de los mensa-jes ocultos depende de la exactitud letra porletra de la versión electrónica actual de laBiblia como si fuera la versión original enhebreo. Esto simplemente no es cierto. Noes una cuestión de creencia, sino un he-cho. Los judíos ortodoxos, por ejemplo, tie-nen una alta consideración por el Talmud.Pero cualquier estudiante serio del Talmudsabe que hay muchas citas de la Biblia he-brea que muestran un texto diferente delque tenemos. En los Cinco Libros de Moi-sés, aparecen unas cien discrepancias. Unode los textos completos de la Biblia más an-tiguos, el códice de Leningrado (del 1009),también disponible en formato electrónico,difiere de la versión Koren empleada porRips y Witztum en 41 sitios sólo en elDeuteronomio. En realidad, la ortografía dela Biblia hebrea no se fue uniforme hasta elsiglo XVI con la llegada de una versión im-presa que proporcionó un texto idéntico endistintas ubicaciones geográficas.

Segundo, mensajes ocultos similares a losde Drosnin, Rips y Witztum pueden produ-cirse a partir de cualquier texto lo suficien-temente largo, y de hecho ya han sido ge-nerados.

Estos dos argumentos se aplican igual-mente bien tanto al libro de Drosnin comoal artículo de Statistical Science, obviamen-te resultado de una revisión incompetentey una política editorial pobre. Por tanto, nohay motivo para hacer una distinción entreambos, como la que hace la señora Jack-son en el artículo que acompaña a éste.

¿Qué tiene que ver éste sórdido asuntocon las Matemáticas? Nada, podría pare-cer. Y, entonces, ¿por qué se publican es-tas críticas del libro de Drosnin en The No-tices of the AMS?

Una posible razón sería que Rips es pro-fesor de Matemáticas en la Universidad He-brea. ¿Y qué? No es un crimen perpetraruna broma, al menos de acuerdo con la leyamericana, con nuestro mercado libre deproductos e ideas. ¡Más bien, lo contrario!Pero, incluso si fuera un crimen, ¿por quédebería interesar a la AMS? Por ejemplo, el

40 (Junio 1998) el escéptico

acusado de ser el Unabomber tiene un doc-torado en Matemáticas. No he visto unacampaña montada en estas páginas paraun fondo a favor de su defensa para librar-nos de la vergüenza de tener a uno de nues-tros doctores condenado por asesinato.

Una segunda razón es que tres promi-nentes matemáticos −D. Kazhdan, I. Pya-tetski-Schapiro, y R. Aumann− son citadosen el libro como autoridades que creen enesos códigos. Aunque esas afirmacionessean ciertas, otra vez, ¿qué pasa? Si no esun crimen perpetrar una broma, tampocolo es creérsela o promulgarla.

Creo que puedo dar con la razón obser-vando el hecho de que ningún académicocon credenciales remotamente comparablesen otro campo que no sean las Matemáticasha apoyado la existencia de dichos códigos.Ningún lingüista, estudioso de la Biblia,informático o estadístico. La impresión quetransmite el libro, reforzada por una masi-va campaña publicitaria a escala mundial,es que es responsabilidad de los matemáti-cos juzgar la veracidad de las afirmacioneshechas por los bromistas, usando sus ma-temáticas.

¿Drosnin y sus publicistas son los res-ponsables de la monstruosa idea de que lasMatemáticas están de alguna forma invo-lucradas en este pueril sinsentido? La res-puesta, ¡ay!, es no. Años antes, Witztumpublicó un libro (en hebreo) explicando loscódigos. La introducción fue escrita por cua-tro distinguidos matemáticos: J. Bernstein,H. Furstenberg, D. Kazhdan e I. Pyatetski-Schapiro. Es cierto que las alabanzas da-das por tan eminentes personajes eran bas-tante limitadas: �Esto es material de inves-tigación serio, digno de una investigaciónmás a fondo, etcétera�. Pero el mero hechode que ellos cerraran filas para formar uncomité integrado sólo por matemáticos y es-cribieran la introducciónha dado lugar a lacreencia ampliamente extendida de que esteproyecto está apoyado por matemáticos.Con ello no sólo se han cubierto de vergüen-za, sino que además han ensuciado las Ma-temáticas.

Sobre �El código de la Biblia�SHLOMO STERNBERG

E

Los artículos de Allyn Jackson y Shlomo Stern-berg fueron publicados originalmente por la So-ciedad Matemática Americana en The Journalof the AMS, y se reproducen con autorización.

Shlomo Sternberg es profesor de Matemáticasde la Universidad de Harvard.Versión española de Borja Marcos.

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l asunto de los códigos secretos en eltexto bíblico ha visto dos fases dife-rentes en nuestro país, que se corres-ponden con la publicación del libro

de Michael Drosnin en Estados Unidos enjunio de 1997 y la aparición de la traduc-ción al castellano a finales de octubre de1997. Un fenómeno relevante es que la pri-mera oleada tuvo mayor eco en prensa quela segunda. De hecho, el interés que hadespertado este tema ha sido en general es-caso, al menos en comparación con otrosfenómenos de este tipo también nacidos enEE UU e importados a nuestras tierras. Unaposible razón es la escasa tradición de lec-tura de la Biblia que existe por aquí, cuyoorigen es centenario: la Contrarreforma enEspaña y el mantenimiento del catolicismocomo religión vertebradora de la cultura ydel Estado han conseguido que la lectura(e interpretación) de los textos bíblicos sehaya reservado al clero, frente a lo sucedi-do en los países en donde la Reforma pro-testante instauró la costumbre �desde elentorno familiar al educativo� de la lecturade la Biblia, y de su interpretación.

Cabe pensar así que en España, dondeexiste tan poca cultura bíblica �por decirlode algún modo�, el estudios sobre presun-tos códigos secretos enterrados en el textono haya sido en absoluto relevante, fuerade algunos sectores académicos, pero so-bre todo, en el habitual cortejo de las revis-tas pseudocientíficas. Evidentemente, tam-poco podemos obviar el hecho de que el lan-zamiento del libro en EE UU vino acompa-ñado de una fuerte campaña publicitaria,especialmente siendo Drosnin un conocidoredactor de The Washington Post (y antesde The Wall Street Journal).

Dos oleadas

La aparición del libro de Drosnin origina enlos medios de comunicación españoles unaserie no demasiado extensa de noticias,normalmente provenientes de agencias o decorresponsales en EE UU, que recogen eleco de la publicación del libro, especialmen-te el furor con que se acoge. Normalmente,estas crónicas se limitan a recoger los as-pectos más llamativos de la obra, como sue-le pasar con todos lostemas pseudo-científicos, sin tomar partido a favor, perodedicando más espacio (o tiempo) a las afir-maciones que a las refutaciones.

el escéptico (Junio 1998) 41

Un ejemplo de esto lo constituye el artí-culo publicado por Enrique Arias Vega, co-laborador del diario bilbaíno El Correo enNueva York, para este periódico (y repro-ducido en otras cabeceras del mismo gru-po de prensa), titulado �El código secretode la Biblia�, que comenzaba: �La Biblia en-cierra un código cifrado secreto que vaticinaacontecimientos futuros, según el libro pu-blicado por un periodista judío que está cau-sando furor entre la población de EstadosUnidos� [Arias Vega, 1997]

En otros medios, el asunto sólo dio paraun suelto en la sección de noticias curio-sas... Pero en el artículo de Arias Vega serecogen varias afirmaciones de las que hanido conformando ese especie de mito en tor-no a la obra de Drosnin y a los estudios enque se basa:

• El autor del libro advirtió al primerministro israelí Isaac Rabin de que ibaa ser asesinado, y éste no le hizo caso,un año antes del 4 de noviembre de1995. Es una de las afirmaciones deDrosnin, algo que �evidentemente� nohay forma de comprobar. Igualmente,en el texto se comenta que Drosnin tam-bién predijo (con anticipación) la gue-rra del Golfo y �la explosión en Júpiterque luego pudieron apreciar los astró-nomos�.1

• Los códigos predicen sucesos como elasesinato de Kennedy, el holocausto ju-dío, la bomba atómica de Hiroshima, elalunizaje de Armstrong e incluso la ma-sacre de Oklahoma City.

• Drosnin también hace predicciones ha-cia el futuro: un holocausto nuclear enJerusalén, enormes terremotos en Chi-na en los años 2000 y 2006, y días dehorror para la humanidad en el 2010,hasta una posible tercera guerra mun-dial.

En algunos momentos se comenta la aco-gida en diferentes medios de las afirmacio-nes de Drosnin: �El libro, como es lógico,está haciendo furor, aunque no le faltan de-tractores científicos. Hasta el propio Rips,autor de la teoría del lenguaje cifrado, nova tan lejos como Drosnin. Aplicando todaclase de asociaciones, viene a decir, puede

Nostradamus informáticos: eldébil eco de los códigos en España

JAVIER ARMENTIA

E

1 Se refiere a la colisión de los fragmentos delcometa Shoemaker-Levi 9 contra Júpiter en ju-lio de 1994.

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acabar prediciéndose lo que se quiera, noya con la Biblia, sino incluso con la guíatelefónica�.

El artículo finaliza: �Acusado de enga-ñabobos por unos, el escritor también en-cuentra apoyos. En este caso, de fundamen-talistas judíos seguidores de la Kábala, co-rriente mística que ya en el siglo XII afir-maba que una Tora no escrita habría sidoenviada por Dios a Adán y Eva. En cual-quier caso, las corrientes milenaristas quesurgen conforme se acerca el año 2000 ayu-dan a la venta del libro. La Warner Bros,que olfatea el negocio, ya ha comprado susderechos cinematográficos. Por si acaso.�

A partir del 29 de octubre de 1997, lapresentación de la traducción española dellibro de Drosnin, editado por Planeta, ge-nera un nuevo eco en los medios de comu-nicación, no demasiado importante, aun-que tampoco menos que la primera oleada.El hecho de que el mismo Drosnin viajarahasta Madrid contribuyó a que algunos me-dios dispusieran de declaraciones del pro-pio autor. Así, el periódico El Correo que lededicó una lacontraporta-da , en la que,nuevamente,se hace men-ción al casode Isaac Ra-bin. En pala-bras deDrosnin: �El4 de noviem-bre de 1995 se confirmó el mensaje: Rabíncaía abatido al ser disparado por la espal-da. ¡Un atentado que estaba guardado des-de hace tres mil años!�. El artículo finalizacon un cierto toque irónico: �¿Verdad o men-tira? Lo único científicamente fiable, hastala fecha, es que Michael Drosnin se estáhaciendo de oro con el libro� [García Yebra,1997].

Y poco más... Lo cierto es que las ventasdel libro no han llegado a ser en España dela misma relevancia que en otros países.(Ha liderado las listas de best sellers en Es-tados Unidos, pero también en el Reino Uni-do o en Alemania. Nótese: países de tradi-ción protestante.) En febrero de este año,El código secreto de la Biblia no había supe-rado en nuestro país los 10.000 ejemplaresvendidos.2

Llegan los de siempreEl asunto de los códigos de la Biblia podríahaberse ido esfumando sin más, como sue-len pasar con este tipo de misterios prefa-bricados conforme van pasando los mesesy la editorial da por finalizada la vida útildel libro. Cabe pensar que si finalmente al-

guna productora cinematográfica decidie-ra hacer una película sobre el libro, se ob-servaría algún repunte. En cualquier caso,si ha quedado algún fermento del tema ennuestra sociedad, habrá sido algo nebulo-so: no podemos olvidar que, intrínsecamen-te, los códigos son algo complejo, lo que nofavorece una gran popularidad, salvo en loque respecta a esas predicciones a poste-riori que hace Drosnin y que siempre sonbien acogidas (esto es, acríticamente).

Cuando hablamos de los de siempre, ha-cemos alusión al sector pro-paranormal deeste país, es decir, a las publicaciones y pro-gramas de radio pseudocientíficos. No esraro que la única revista que haya dedica-do su portada al tema sea precisamente MásAllá, la revista puntera de este sector ennuestro país, y tradicionalmente la que másdedicación muestra a todos los temas rela-cionados con la religión, por muy trasno-chados que sean (sería mejor decir, más in-terés cuanto más trasnochados sean). Enla portada del número de febrero de 1998,se pregunta: �¿Está escrito el futuro en la

Biblia?�, títu-lo de un artí-culo firmadopor JavierSierra y Bru-no Cardeño-sa, subdirec-tor el primeroy responsa-ble de la sec-ción sobre

ovnis el segundo (aunque esto no quiere de-cir nada, pues es conocida la versatilidadde estos periodistas) [Sierra y Cardeñosa,1997]. El trabajo ocupa ocho páginas de lapublicación, siendo además el primer re-portaje de la misma, lo que denota la im-portancia que se le ha concedido (aunqueno da para editorializar...).

Parte del texto recoge una entrevista rea-lizada a Drosnin durante la visita de fina-les de octubre con motivo de la presenta-ción del libro. Como es práctica habitual delos autores, se incluye la preceptiva foto-grafía de los mismos con Drosnin y unapersona no identificada (presumimos queel traductor, acaso un agente o responsa-ble de la editorial). Un primer punto curio-so es por qué el artículo no se publicó en elnúmero de diciembre, posponiéndose dosmeses su aparición... algo que sin duda ha-bría agradecido Planeta, para aprovecharel tirón �cabe pensar que los lectores de MásAllá son más susceptibles de comprar el li-bro, que coincide con lo que suelen encon-trar entre las páginas de la revista�. Perodejemos las especulaciones.

El artículo incorpora diferentes datos queintentan dar mayor verosimilitud al asun-to. Por ejemplo:

• Una referencia a los trabajos del rabi-no checoslovaco H.M.D. Weissmandel,hace medio siglo, sobre códigos presen-

42 (Junio 1998) el escéptico

2 Cifra que aportan Javier Sierra y Bruno Car-deñosa en su artículo sobre el tema en Más Allá.

‘Más Allá’ es la revista esotéricaespañola que tradicionalmente más

dedicación muestra a todos los temasrelacionados con la religión,

por muy trasnochados que sean

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tes si se toma una de cada cincuentaletras de la Tora (algo que se mencionatambién en el trabajo de Drosnin).

• La consabida referencia a la �antiquí-sima tradición cabalística que afirmaque Dios mismo insertó mensajes co-dificados en la Tora�.

• El hecho de que el trabajo de Drosninrecoja la investigación de Doron Witz-tum, físico; Eliyahu Rips, matemático,y Yoav Rosenberg, informático. Se tra-ta de la usual referencia a las autorida-des, en este caso, a la respetabilidadcientífica. Sierra y Cardeñosa escribenque �tan exigente fue su método que laprestigiosa revista Statistical Science,publicada por el Instituto de Matemáti-cas Estadísticas de Hayward (en Cali-fornia), revisó durante seis años su ex-perimento de los rabinos y publicó final-mente su trabao, dándole pleno avalcientífico�3. Barry Simon ya ha hecho,en las páginas que anteceden a estaslíneas, un amplio comentario sobre estafalacia que pretende autentificar los có-digos, por lo que sobran comentarios.

• Y, por supuesto, aportan unas cuan-tas de las pruebas del libro de Drosnin,como las relacionadas con Rabin, conla Segunda Guerra Mundiañ, la histo-ria estadounidense, Newton y la grave-dad, los hermanos Wright y el aeropla-no, Edison y la bombilla... pares de pa-labras asociados en ciertas SLE que ca-recen de relevancia estadística, comopone de manifiesto Simon.

Antes de acabar con este comentario crí-tico del (débil) eco de los códigos ocultos enEspaña, no me resisto a mencionar un re-cuadro que aparece en el artículo que esta-mos siguiendo de la revista Más Allá: �Loscríticos del código secreto de la Biblia�, quese ilustra con la portada del número de TheSkeptical Inquirer en el que se presentabaun estudio crítico de este asunto [Thomas,1997]. Viene siendo usual en los últimostiempos, especialmente en esta revista, algoque antes no preocupaba en absoluto a losdivulgadores pseudocientíficos: incorporarcríticas negativas de las posiciones escép-ticas sobre los temas que tratan. Un cam-bio de actitud, en nuestro país, al que noes ajena la presencia de visiones racionalesde estos asuntos, como la que propicia ELESCÉPTICO.

Afirman Sierra y Cardeñosa que �lo másimportante de este asunto es que nadie enel mundo de la Ciencia [sic] ha podido refu-tar que experimentos como el de los rabi-nos insertados en la Tora no estén contras-tados�. Cabe pensar que, tras la lectura del

el escéptico (Junio 1998) 43

análisis de Barry Simon que publicamos,estos autores cambien de opinión (aunquenunca lleguen a expresarlo en público, evi-dentemente). Desde luego, al atacar las vi-siones no proclives a creer en los códigos,son tajantes y absolutos: �Ninguna publi-cación científica ha podido demostrar queese descubrimiento sea un juegoinformático creado por el azar�. Como ve-mos, una vez más se equivocan las respon-sabilidades... No se trata de demostrar quesea el azar, sino de demostrar que no es elazar el que crea tales asociaciones. El azar,tomando esta palabra por seguir con lo queafirman Sierra y Cardeñosa, es la hipótesiscero, la que se debe eliminar si realmentese quiere demostrar el efecto: algo que dis-ta mucho de haberse hecho correctamente.

Por lo que conocemos de la trayectoriade Sierra y Cardeñosa, no podemos en ab-soluto considerar que sea ninguno de ellos(ni en conjunto) experto en estadística nien análisis bíblico. Por ello, sorprenden susafirmaciones sobre el artículo de DavidThomas (que es físico) publicado en TheSkeptical Inquirer: �En el escrito, su autor,David E. Thomas, afirmaba que, en cual-quier hebra continua de cualquier obra, unordenador puede encontrar secuencias per-fectas con cruces significativos de palabras.Y para demostrarlo utilizó la versión ingle-sa del Génesis del Rey Jaime. Efectivamen-

3 Eso es lo que afirman Sierra y Cardeñosa. Perono me resisto a dudar de que no haya un error:es un periodo excesivamente largo para un pro-ceso convencional de arbitraje en una revistacientífica.

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te encontró algunos cruces �muy pocos�como UFO con Roswell, aunque este físicode Albuquerque olvidó que los cruces de pa-labras del código bíblico se producen en he-breo antiguo y no en inglés moderno, comolos ha hallado él. Y es que encontrar lassopas en hebreo complican la trama ya queal significado del término, compuesto sólode consonantes, hay que sumársele su va-lor numérico.�8

Respecto de la relevancia de los análi-sis de Thomas, sería un tema que nos lle-varía más espacio del preciso, por lo querecomendamos la lectura de sus artícu-los en The Skeptical Inquirer, lo que re-sulta suficiente para desmontar la des-calif icación que hacen Sierra yCardeñosa. En el artículo que critican hayun completo análisis de la relevancia es-tadística de los hallazgos, mejorado enuno más reciente donde Thomas llega aelaborar una fórmula para poder estimarel número de ocurrencias que puedenexistir de este tipo de palabras usandoSLE, que resulta coherente con lo que en-cuentra Drosnin. Sirva esta breve men-ción para poder afirmar que el comenta-rio �muy pocos� referido al análisis deThomas no es sino una mentira malin-tencionada.

Pero es que, además, los autores olvi-dan (o ignoran) que la Biblia del Rey Jai-me no está escrita en inglés moderno, aldatar de hace varios siglos. Evidentemen-te, está en inglés y no en hebreo, peroello no quita que alguien pueda usarlacomo texto para buscar secuencias del

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tipo que sean. Recordemos que otros es-tudios, como los mencionados por DavidBarry, usan versiones hebreas de otroslibros, como Guerra y paz, de León Tolstoi.Lo que resulta completamente erróneo esafirmar que en inglés es más sencillo en-contrar asociaciones o códigos que en he-breo, cuando precisamente sucede lo con-trario: tengamos en cuenta, como hacenotar Barry Simon, que el hebreo permi-te diferentes formas de escribir una mis-ma palabra, algo que no sucede con elinglés.

En definitiva, una vez más, cuando de-jan de ser meros transcriptores de las afir-maciones en las que creen (o que admi-ten como parte de su trabajo), vemoscómo este tipo de periodistas �en este casoSierra y Cardeñosa� consiguen elevadasnotas en ignorancia y mala intención,pero poco más. Un mal, ¡ay!, demasiadofrecuente en este panorama de lopseudocientífico.

Referencias

Arias Vega, Enrique [1997]: �El código secretode la Biblia�. El Correo (Bilbao), 22 de Junio.

García Yebra, Tomás [1997]: �El código secretode la Biblia�, El Correo (Bilbao), 30 de Octu-bre.

Sierra, Javier; y Cardeñosa, Bruno [1998]:�¿Está escrito el futuro en la Biblia?�. MásAllá (Madrid), Nº 108 (Febrero), 30-37.

Thomas, David E. [1997[: �Hidden messages andthe Bible code�. The Skeptical Inquirer(Buffalo), Vol. 21, Nº 6 (Noviembre-Diciem-bre), 30-36.

Thomas, David E. [1998[: �Bible-code develop-ments�. The Skeptical Inquirer (Buffalo), Vol.22, Nº 2 (Marzo-Abril), 57-58. Este artículoes aún más devastador en su análisis esta-dístico de las falacias de los códigos.

4 Hemos hecho una transcripción fiel de lo pu-blicado en el artículo citado, es decir, incluyen-do los errores de puntuación y anacolutos pre-sentes en el texto.

Ciclo de conferencias

La América irracionalSanta Fe (Granada) -Del 11 al 13 de noviembre de 1998

Organizado por el Instituto de América y ARP - Sociedad para el Avance del Pensamiento Crítico

Una aproximación a supersticiones antiguas y modernas de la mano de

Félix Ares de Blas, Javier Armentia, Juan Eslava Galán, Luis Alfonso Gámez,Alfonso López Borgoñoz, Óscar Menéndez, Antonio Pérez y Carlos Tellería,

que disertarán en el Instituto de América de Santa Fe sobre

la isla de Pascua, las líneas de Nazca, el �cosmonauta de Palenque�, las reliquias, el�chupacabras�, los ovnis, el chamanismo, y la irracionalidad y el escepticismo en Hispanoamérica

Para más información:

Apartado de Correos 440; 08190 Sant Cugat (Barcelona); España.Correo electrónico: [email protected]

Teléfono: 93 592 14 65

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el circo paranormal

¡Menuda bola se ha tragado ‘Enigmas’!

el escéptico (Junio 1998) 45

Dicen que hay rusos que vendenmisiles balísticos intercontinen-tales con múltiples cabezas nu-cleares a través de los anunciospor palabras de algunos diariosoccidentales; también aseguranque unos caraduras de las nue-vas mafias rusas han vendido, ocasi, el mismísimo Bolshoy conel genial bajo Fyodor Chaliapin(1873-1938) incluido en la com-pañía de canto, aunque otrasfuentes aseguran que lo que ibacon el gran teatro moscovita eraun tal Tchaikovsky y sus cisnesdel lago, todo en buen estado deconservación.

Pero todo lo anterior se que-da a la altura del timo de la es-tampita si se lo compara con elartículo que un tal Vladimir V.Rubstov le ha colado a la revistaEnigmas y que apareció pu-blicado en su número de sep-tiembre de 1997.1 Bajo el títulode �El misterio de la esfera ne-gra�, el autor nos narra las peri-pecias de una bola más o menosredonda que se encontró un can-tero ucraniano en arcillas deunos diez millones de años deantigüedad (no se indica cuán-do ni cómo se dató), y que delcantero pasó a su hijo (para quejugara al fútbol, se supone), delhijo, al profesor de la escuela lo-cal, y de éste, a un imponenteBoris Nikolayevich Naumenko,del Instituto de Física de la Tie-rra de la Academia Rusa de lasCiencias.

Nos cuenta el autor de estaburla para crédulos crónicos có-mo, en un principio, los parap-sicólogos rusos creyeron que labola, por su antigüedad, debe-ría ser capaz de emitir energíapsíquica por el procedimiento dela frotación descubierto por Ala-dino cuando se encontró su lám-para maravillosa. Parece ser queno tuvieron éxito al frotarla conlas manos, lo que aprovechaRubstov para introducir su apos-tilla de profundo sabor escéptico:�Cuando menos consiguieron

dejar su superficie bastante máslimpia de lo que estaba�.

Por un momento, el lectorpuede verse inclinado a pensarque estamos ante un trabajo se-rio, sobre todo cuando el autordice que, por fortuna, la bola pa-só a expertos que la examinaríancon métodos racionales y cien-tíficos, esto es, que empezaroncreyendo que el objeto era de ori-gen extraterrestre. A partir deaquí, comienza una verdaderaorgía de datos supuestamentecientíficos, que permiten con-cluir que la bola tiene un núcleointerior de densidad, y, por tan-to, de masa, negativa. ¡El descu-brimiento del siglo, qué digo, dela historia de la ciencia y de la

humanidad toda: una bola conmasa negativa en su interior; lodefinitivo contra los michelines,las barrigas y la grasa que afeasu figura! Señora, que la báscu-la le dice que tres kilos más, setoma tres kilos de materia nega-tiva y a presumir otra vez. Así seentra en una especulaciónnumerológica basada en un di-bujo que parece hecho por mihijo Jaime, de 5 años, cuando lesroba el compás, la regla, el car-tabón y la escuadra a sus her-manos mayores.

En una de esas divagacionespseudomatemáticas, pseudogeo-métricas, se ensaya con una es-cala basada en la 24ª parte deuna cierta longitud. El autor daun dato, y la redacción de Enig-

mas ¡lo mejora, señores! Es untrabajo de enorme mérito darsecuenta de este error. Y, aunque,con una modestia digna de elo-gio, la redacción de Enigmas atri-buye una diferencia de 0,0042milímetros a mediciones inexac-tas o a la erosión sufrida por laesfera. Mañana mismo deberíanponer un fax y un correo elec-trónico a la Academia de Cien-cias Sueca para que el Nobel deFísica de este año no se nos es-cape.

¿Cuál es la composición detan maravilloso artefacto esféri-co? No se sabe, pues el autor nosdice que, lamentablemente, eldueño (?) de la bola se la llevódemasiado pronto, ya que sumujer la necesitaba para plan-charle las mangas de sus cami-sas, que era para lo que se usa-ban este tipo de bolas en la Ucra-nia del siglo XIX.

Con datos tan completos, re-levantes y contrastados, el au-tor lanza la hipótesis de que nosencontramos ante un depósito deantimateria empleado comofuente de energía. Y se queda tanancho cuando dice que �todavíase desconoce si la antimateriatiene la propiedad de la grave-dad negativa, pero tal suposiciónes sin duda aceptable�. Si dichahipótesis fuese aceptable, ilus-trados señores de Enigmas, ha-bría que cerrar todos los acele-radores de partículas que ope-ran con haces de materia y anti-materia. Pero, por suerte, haycientíficos ortodoxos, que, sinpreocuparse mucho de las bur-las y burradas de los magufos,2siguen creyendo que la materiay la antimateria se diferencian ensu carga (si una es positiva, laotra es negativa), pero que esenúmero que llamamos masa tie-ne la buena costumbre de sersiempre positivo.

Para evitar que materia (cor-teza) y antimateria (núcleo) dela mágica bola negra se destru-yan, el escribiente ruso se inven-

¡Un colaborador de larevista de Jiménez del

Oso ha hecho eldescubrimiento del si-glo, lo definitivo contralos michelines, las barri-gas y la grasa que afea

su figura!

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ta una capa aislante compuestade neutrones. Y aquí entran denuevo los redactores (aunque,por el estilo, más parece fruto delbolígrafo de Fernando Jiménezdel Oso, director de la revista)para apostillar, en un increíblerecuadro de apoyo titulado �Ma-teria antigravitatoria�, que �eneste sentido, la malla de neutro-nes que según el autor podríaevitar el contacto de esta anti-materia con la materia, para quepese sólo 500 gramos, tiene quetener una distancia equivalentea casi tres neutrones, entre unay otra de estas partículas, y asimple vista parece que por estehueco podría colarse el positrónde la antimateria�.¡Genial! ¡Co-ronas esféricas de un ancho detres neutrones y que pesan 500gramos! ¡Nuevos microscopios detecnología magufa que permiten,a simple vista, ver a un positróncolarse entre el hueco que dejantres neutrones!

Parece que la redacción deEnigmas no ha tenido suficientedosis de gazapos científicos ru-sos, que se esmera en seguirañadiendo disparates y despro-pósitos como si de una competi-ción de analfabetismo científicose tratase. ¿Otra muestra?: �Elagua es muy sensible a estasanomalías gravitatorias que con-tienen ondas escalares, nohertzianas, y sumergiendo enella la bola negra, por la absor-bencia del ultravioleta lejano enespectrofotómetro, quizá se po-dían sacar algunas conclusionesimportantes�. Sin duda. Y la másimportante es que quien ha es-crito esto es un ignorante totalen física, lo que no le impide,juntando al azar tres o cuatrotérminos técnicos, quedarse tancontento con sus latinajoscientifistas.

En conclusión, queridosamigos de Enigmas, que alpróximo ruso que vaya avenderos un artículo científicolleno de arcanos y misteriospropios de la parafernalia extra-terrestre, preguntadle de pasoque si os quiere vender tambiénel mausoleo de Lenin; pero, enrealidad, con la ignorancia cien-tífica que atesoráis, no consi-dero necesario que os expongáisa otro timo científico de rusosdesaprensivos.

FERNANDO PEREGRÍN

Chapuzónatlante

Canarias, 1997. Un aterrado −oeso dice− Manuel Carballal sedispone a sumergirse en lasprocelosas aguas del Atlánticopara dar testimonio del descu-brimiento de nuevos restos de lamítica Atlántida.1

Lamentablemente sólo nos daeso, testimonio. Ni el abundan-te equipo con el que contabanlos submarinistas ni el empeñodel intrépido investigador hanpermitido que llegue hasta no-sotros una sola imagen delasombroso descubrimiento delgrupo Sub-Can. Como dice unode los miembros del grupo,�siempre que hemos bajado aesa zona concreta se nos ha ave-riado algo del equipo�. En estaocasión debió ser la cámara fo-tográfica. Una lástima, ¿no?Afortunadamente, los misterio-sos gremlins que nos privan dela prueba gráfica del descubri-miento no nos han librado delhabitual despliegue de fotogra-fías del autor. Supongo que porsi no le conocíamos.

En otras circunstancias po-dríamos afirmar que el artículode Carballal no tiene desperdi-cio. Pero no es así: lo tiene, ymucho. Buena parte del texto yun recuadro se dedican a rela-tar la célebre superchería de losrestos atlantes de Bímini, lugardonde se encontraron portento-sas calzadas, restos de colum-nas y otros signos evidentes dela existencia de una fantásticacivilización tragada por lasaguas. Carballal se recrea enenumerarnos todas las investi-gaciones realizadas sobre losrestos atlantes de Bímini. Bue-no, todas las investigacionesmagufas. Quizá no sepa que,tras la explicación del origennatural de los bloques que com-

ponían la calzada sumergida,una expedición identificó el ma-terial de construcción como rocascalcáreas de origen natural y deformación tan reciente que in-cluso tenían en su interior res-tos de botellas de vidrio, trozosde plástico y otras muestras denuestra avanzada civilización.Claro que también puede ser quelos atlantes fueran así de gua-rros.

Otro importante apoyo al queacude Carballal −y que tambiénse cae por si solo− es la investi-gación que Thor Heyerdahl yotros crédulos efectuaron sobrelas misteriosas pirámides cana-rias. A pesar de que tanto loscientíficos como los propios lu-gareños insisten en que se tratade simples majanos, desde hacetiempo numerosos investigado-res juran y perjuran que se tra-ta de restos de la mítica Atlánti-da. Insasequibles al desaliento,no dudan en adaptar su tesis alas cambiantes circunstancias,y así, cuando la construcción deuna circunvalación hizo necesa-ria la voladura de una pirámideen Icod, los piramidiotas no searredraron por la no apariciónde restos atlantes: simplementeafirmaron que las pirámides deIcod son, en efecto, majanos,pero las de Güímar... esas sí queson legítimas pirámides atlan-tes. Tan auténticas que, cuan-do Thor Heyerdahl fracasó en suintento de detectar cavidades ar-tificiales mediante radar, no va-ciló en atribuir su fracaso a laprevisión de los atlantes, que ha-bían recubierto sus túneles conlosas opacas a las ondas de ra-dar.

¿Y qué más podríamos co-mentar del artículo de Carba-llal? Pues, muy poco más. Apar-te de mostrarnos un enciclopé-dico conocimiento de las másrelevantes chorradas escritassobre la Atlántida, lo único quenos cuenta es su aventura sub-marina, el miedo que le da elagua y cómo los chicos de Sub-Can le toman el pelo con los ti-burones. Es un poco como unade esas anécdotas que se cuen-tan sobre la mili, sólo que publi-cada en una revista, con muchasfotos del autor y aprovechandopara mencionar de pasada lapreparación de su próxima se-rie de televisión: Mundo misterio-so.

Y luego hablan de propagan-da encubierta...

1 Rubstov, Vladimir V. [1997]: �Elmisterio de la esfera negra. ¿Unartefacto extraterrestre de hacediez millones de años�. Enigmas(Madrid), Año III - Nº 10 (Octu-bre), 8-16.

2 Magufo es un término que se apli-ca en la lista escéptica españolade Internet a todo divulgadorpseudocientífico.

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el escéptico (Junio 1998) 47

1 Carballal, Manuel: �Descubren enCanarias los muros sumergidosde la Atlántida�. Karma.7 (Barce-lona), Nº 286 (Diciembre 1997),16-20.

En fin, que quizás habrá queesperar a la serie para que la re-ticente cámara de Carballal fun-cione. Hasta entonces, sus va-gas explicaciones y su exhibiciónde conocimientos atlantes estánmuy lejos de ese �protagonismo�que, según él, la Atlántida �me-rece en nuestras facultades deHistoria�.

Comentario aparte merece unrecuadro que complementa elartículo, titulado �¿Dónde está laAtlántida?� y cuya autoría noconsta. A la vista del contenido,más bien deberíamos decir queno ha sido reivindicado; al fin yal cabo, es un auténtico atenta-do contra la gramática y la orto-grafía. Y esta falta de reivindica-ción es una lástima, porque elautor merecería un puesto dehonor en los anales de la confu-sión no sólo lingüística, sinomitológica.

Tras mencionar a Platón, de-mostrándonos que no lo ha leí-do, el perpetrador del recuadrorepasa diversas teorías sobre laubicación de la Atlántida. Impu-ta por ejemplo −tal vez in-justamente− a Spiridon Marina-tos y Agnelos Galonopoulos lateoría de que la Atlántida fuesepultada por una erupción delKrakatoa. Si hasta ahora había-mos visto cómo muchas teoríasmagufas jugaban tranquilamen-te con las fechas, haciendo re-troceder a su capricho las épo-cas de construcción de las pi-rámides egipcias o los templosmayas con el fin de que con-cordasen con sus disparates,debemos reconocer que es la pri-mera vez que el salto se produceal revés. Si el autor del recuadroestá en lo cierto, la Atlántidahabría recorrido un bonito peri-plo en el espacio hasta situarseen las antípodas de su supuestaubicación −Krakatoa se encuen-tra en el Pacífico− y en el tiempo,ya que la explosión de Krakatoase produjo en 1883.

La solución sea tal vez, comoapunta el autor, la que proponeel grupo español Hipergea, que�afinó en su localización hasta laactual Thera�. No sabemos cómologró afinar tanto, puesto que pormás que buscamos no logramosencontrar ninguna actual Thera.Santorin dejó de llamarse asíhace varios siglos. Claro que nose puede estar en todo; bastantetienen estos investigadores consus fantasías como para tenerque conocer, además, la dura

realidad.En fin; el autor termina citán-

donos leyendas −no lo dice, peroobviamente son leyendas demoderna invención− que sitúanla Atlántida en otros muchos lu-gares, entre ellos �la desapareci-da Tartessos�. Esto último seríaya una especie de doble saltomortal con tirabuzón: un su-puesto continente perdido, men-cionado tan sólo a título de pa-rábola por un filósofo griego, yque al parecer acabó sumergién-dose en las aguas, pasa a ser enrealidad un floreciente imperiode la Edad del Bronce cuyos res-tos siguen apareciendo periódi-camente y que ni siquiera se dioun bañito. Así, despojada de suselementos, la leyenda de laAtlántida podría identificarse concualquier cosa.

En fin; quizás el anónimo au-tor del recuadro debiera recurrira Paco Lobatón para que le ayu-de a localizar la mítica Atlántida.Porque si tiene que confiar en losresultados de su propia investi-gación...

FERNANDO L. FRÍAS

Ovnis fantasmasen Canarias

Una de las más increíbles histo-rietas que circulan en el mun-dillo ovni nacional en los últimosaños tiene como protagonista aun grupo de soldados de reem-plazo y como escenario Gran Ca-naria. Según cuentan diversosperiodistas especializados en te-mas de misterio de publicacio-nes sensacionalistas, una nochede abril de 1991, un grupo desoldados de la Base Aérea deGando fue despertado de su sue-ño por unos oficiales para cum-plir una misión. Los radares delEscuadrón de Vigilancia Aéreanúmero 21 habían detectadoecos no identificados al suroestede la isla. Se trataba de una ac-ción rápida. Embarcaron en unhelicóptero Super-Puma del Ser-vicio Aéreo de Rescate, y allá que

se fueron nuestros soldados a laplaya de Taurito o Diablito, cues-tión que no queda clara en lasinformaciones −escasas y frag-mentarias− que los autores an-tes citados han suministrado alo largo de estos años.

Habiendo llegado a la zona encuestión, los ocho soldados co-menzaron a ver una serie de si-luetas y sombras, mientras el he-licóptero, que esperaba estáticoen lo alto, era sobrevolado porextrañas luces. Y, cuando los sol-dados se encontraban muy cer-ca de las sombras, se inició untiroteo contra las mismas, perolas balas no parecían hacerlesefecto: era como si las traspasa-ran. Las sombras desaparecíany volvían a aparecer, siendo nue-vamente cosidas a tiros. Cuan-do se lanzaban bengalas lumi-nosas, las sombras desapare-cían. Llegaron a rodear una delas sombras, pero no dispararonpor miedo a herirse entre ellos.Un perro adiestrado se acobar-do... Uno de los soldados asegu-ra que �todo aquello duró unos45 minutos y, durante mediahora, estuvimos pegando tiros�.La historia finaliza trucando lossubfusiles Cetme para que no sedescubriera que habían sido dis-parados y con la amenaza de losoficiales a los reclutas de queguardaran silencio en relacióncon lo vivido (amenaza que nosirvió de mucho): la peripecia serepetiría dos semanas después.

En el curso de varias visitasa la isla de Gran Canaria, mos-tré las informaciones publicadasa diversas autoridades militaresdel Ejército del Aire. Como meimaginaba, negaron los hechos,pero no sólo eso. Dando por su-puesta la realidad de los mismos,la operación llevada a cabo notenía ni pies ni cabeza. Era irra-cional y disparatada. Así no ha-bría actuado el Ejército del Aireen una operación similar. Entrelos militares consultados por elautor de estas líneas, se encuen-tra el coronel Pedro Arcas, jefede la Oficina de Relaciones Pú-blicas del Mando Aéreo de Ca-narias, quien, después de son-reírse mientras leía las referen-cias, espetaba: �Esto es absur-do�. Reacción muy similar a ladel coronel Enrique Pina, jefe dela Base Aérea de Gando, enentrevista mantenida en marzode 1996. Posteriormente, se rea-lizaron otras consultas, entreellas, al Escuadrón de Vigilan-

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cia Aérea número 21, donde noconsta nada en este sentido.También, al 802 Escuadrón delServicio Aéreo de Rescate, cuyocomandante jefe, Angel Valcár-cel, me comentó: �Respecto altestimonio relatado en su día porel joven que cumplía el serviciomilitar en la Base Aérea deGando, no procede ningún tipode comentario por la irracionali-dad e inverosimilitud no del pro-pio fenómeno en sí, que no seentra a valorar, sino de la formay medios con que actuaron lasunidades indicadas�.

Usemos la lógica. ¿Es acordeal sentido común que unos sol-dados de reemplazo se líen a ti-ros en una playa de madrugadacontra unas sombras que queaparecen y desaparecen, y ade-más durante media hora? ¿Na-die oyó los disparos? En una pla-ya pública, fuera la de Tauro olas pequeñas calas de Taurito yDiablito, donde ya en 1991 ha-bía campings durante todo el añoy donde abundan las embarca-ciones deportivas; en fin, unazona densamente poblada pormultitud de turistas −todo el sury suroeste grancanario− y don-de, a la voz de �¡Abran fuego!�,nuestros aguerridos soldados dereemplazo −recalco− vaciaronsus cargadores en todas direc-ciones, exponiéndose a que hu-biera algún periodista −en estecaso, no ufológico− por las inme-diaciones y a causar un enormeproblema al Ejército. ¿Es tan es-túpido nuestro Ejército del Aire?¿Tiene todo esto algún sentido?¿Qué nos queda? Sombras, som-bras, y más sombras...

RICARDO CAMPO PÉREZ

¿Cerebrosimplantados?

48 (Junio 1998) el escéptico

Si la realidad del fenómeno ovnihubiese sido llevada ante un tri-bunal de justicia, hace tiempoque habría sido probada comoalgo absolutamente cierto�. Conesta sensacional frase, que abresu artículo titulado �Implantes:¿Una sutil arma alienígena?�,Salvador Freixedo nos deja bienclaras dos cosas: su condiciónde fervoroso creyente en la ufo-

logía, y su absoluta ignoranciade la práctica procesal.1 Y si es-tas dos impresiones, al basarseen la lectura de una sola frase,pueden parecer algo apresura-das, a lo largo del artículo Freixe-do se reafirma en lo primero −suinquebrantable credulidad− yamplía lo segundo −demostran-do que su enciclopédica ignoran-cia abarca la gran mayoría de lasparcelas del conocimiento hu-mano−.

Freixedo parte de la base deque los extraterrestres no seconforman con hacer guarreríascon las víctimas de sus abduc-ciones, sino que, por si eso fue-ra poco, se dedican a implantar-les lo que el autor llama biochips,que son partículas que en lapráctica van desde simples pie-drecitas o trozos de metal hastaacumulaciones de grasa o pelosmalformados. El origen real esindiferente: de lo que se trata esde hacerlos pasar por auténti-cos implantes extraterrestres.Claro; uno podría objetar, porejemplo, que no todas las su-puestas víctimas de no menossupuestas abducciones presen-tan esos implantes. No hay pro-blema.

El intrépido Freixedo acude aAndrija Pujarich, que, desde suautoridad de doble candidato alpremio Nobel por su condiciónde �genial inventor en el campode la electrónica�, nos informade que existen implantes �fueradel espectro visual físico y sólopueden ser vistos por algunoshumanos especialmente sensiti-vos�. Esperemos, dicho sea depaso, que sean más sensitivosque el propio Pujarich, que se hadejado engañar sistemá-ticamente por Uri Geller, el ciru-jano psíquico Arigo y, en gene-ral, cualquier charlatán media-namente hábil que se le ha cru-zado en el camino. El caso esque, con esta afirmación, las evi-dencias judiciales que postula-ba el propio Freixedo pasan aengrosar las filas de los fenóme-nos celosos,2 como las hadas ylos gnomos, los íncubos y súcu-bos, o los pitufos y los hombreci-llos verdes de la nevera.3 Fenó-menos del tipo �existen, pero só-lo los puedo ver yo�.

Eso sí, la mención a Pujarich,además de añadir un nuevo ele-mento humorístico al artículo,sirve para colocar la fotografía deSalvador Freixedo, en una posedigna de un profeta anunciando

el Apocalipsis. A su lado,Pujarich partiéndose de risa.

Afortunadamente, no todoslos implantes son tan etéreos yelusivos. Freixedo nos cuentatambién la asombrosa historiade cómo David E. Pritchard, doc-tor en Física por Harvard y pro-fesor en el MIT, utilizó los recur-sos de su laboratorio para inves-tigar el implante que se habíaextraído a un tal Price. Despuésde mostrarnos las característi-cas de la maquinaria empleada,y de hacernos ver el enorme in-terés que para las instituciones

científicas presentan estos tiposde implantes, Freixedo conclu-ye diciendo que, ¡ay!, �en el casoconcreto de esta persona no sepudo llegar a ninguna conclu-sión acerca del implante�. ¡Cra-so error! En realidad, no se pudollegar a ninguna conclusión querespalde las majaderías deFreixedo; en realidad, dicho im-plante −ubicado en el pene deltal Price− resultó ser una acu-mulación de pelo, cristales deorina y esperma seco. Claro quedecir esto quedaría muy feo enun artículo de estas caracterís-ticas −no por lo del pene, obvia-mente−. Por cierto que es unalástima que Freixedo no sepainglés; en caso contrario, se ha-bría dado cuenta de que repro-duce un informe médico relati-vo a un implante que resulta serun coágulo formado por célulasepidérmicas degeneradas y pro-ducido por una lesión.

Cualquiera podría pensar quecon la sarta de disparates hastaahora expuestos −y los que ellector puede imaginarse− el de-lirio de Freixedo había llegado asu culminación. Pues no es así.A continuación, el investigadorse lanza a una desquiciante es-peculación acerca de la finalidad

Es una lástima queFreixedo no sepa inglés;

en caso contrario, sehabría dado cuenta de

que reproduce uninforme médico relativoa un implante que resul-ta ser un coágulo forma-do por células epidérmi-

cas degeneradas

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el escéptico (Junio 1998) 49

citar a un tal Derrel Sims, quefue testigo de avistamientosovni desde los tres años −edadmental que probablemente nohaya llegado a superar−, aligual que toda su familia, em-pezando por sus antepasadosingleses del Siglo XIX. Por cier-to que resulta curioso queSims, a pesar de su fe desbor-dante, tampoco haya sido ca-paz de encontrar nada...

Pero Freixedo deja atrásesos pequeños inconvenientes,e incluso algunos realmentegrandes. La casi infinita diver-sidad de tipos de implantes, aligual que la enorme variedad deextraterrestres que los colocan,no es para nuestro audaz es-peculador un motivo de sospe-cha. Simplemente ocurre que�son muchos y muy diferenteslos [grupos y razasextraterrestres] envueltos enesta tarea�. La verdad es quela credulidad de autores comoFreixedo es un fenómeno dig-no de estudio, pero parece ex-cesivo que tantas y tan varia-das razas alienígenas pasenpor nuestro planeta con esteúnico fin.

El artículo termina con unahilarante especulación acerca delas torticeras intenciones de losautores −terrestres o extraterres-tres− de estos implantes. La ver-dad es que es lo típico: controlmental, utilización como arma oincluso una especie de sistemade borrado selectivo de lamemora. No sabemos si tambiénhay algún sistema de borradototal de la inteligencia, pero laverdad es que el artículo lo hacesospechar muy seriamente.

En fin; tan grave es lo que

expone Freixedo que uno se pre-guntaría cómo es que losmarcianos y/o militares no sehan preocupado ya de silenciara este conocedor de sus tenebro-sos secretos. Y deberían hacer-lo, pues, de lo contrario, seguiráatacando impunemente a nues-tro sentido común y haciéndo-nos correr el serio riesgo de mo-rir de un ataque de risa. Que lohagan callar, o que le coloquenun implante en el cerebro.

¿O será que lo que necesitaes un cerebro en el implante?

de los implantes. Y llega a la con-clusión de que son una especiede mandos a distancia. De he-cho, en un caso concreto llega aafirmar que �ingenieros consul-tados dijeron que aquello podríatrabajar a niveles cuánticos, y siasí fuera, ello podría generarciertas interferencias con el fun-cionamiento de la conciencia deaquel individuo�. Los que no te-nían conciencia eran los ingenie-ros. ¡Mira que tomarle el pelo alpobre Freixedo! Seguro que aúnse están riendo.

Pero también hay implantesterrestres, colocados por la inte-ligencia militar para realizar �uncontrol intracerebral radiohipnó-tico y la llamada EDM (Disolu-ción Electrónica de la Memoria)�.Uno tiembla de terror al pensarque los malvados militares,asustados ante la difusión deestas terribles noticias, decidie-ran implantar semejantesartilugios en el cerebro de loslectores de Freixedo. Claro quesi se limitasen a implantarlossólo en los que se creen estaspatochadas, encontrarían enserias dificultades para encon-trar algo de cerebro en el queefectuar el implante.

Freixedo sigue hablándonosde los sesudos investigadoresde implantes, que se caracteri-zan todos ellos por su fenome-nal preparación científica y suimparcialidad y objetividad. Delo primero da fe el hecho de queFreixedo no nos cite ni un sim-ple graduado escolar: quizátenga miedo de que sus lecto-res se abrumen ante el desplie-gue de doctorados, premiosNobel y cátedras de Fisiología.En cuanto a lo segundo, baste

FERNANDO L. FRÍAS

1 Freixedo, Salvador [1997]: �Implan-tes: una sutil arma alienígena�.Enigmas (Madrid), Año III - Nº 12(Diciembre), 52-58.

2 Término que Robert Sheaffer utili-za para referirse a los ovnis, losfenómenos paranormales, lasapariciones marianas o, en gene-ral, cualquier afirmación magu-fa, que se caracterizan por selec-cionar el momento, el lugar y laspersonas a quienes se muestran,excluyendo cuidadosamente alos escépticos, por supuesto.

3 Los hombrecillos verdes de la neve-ra son el prototipo escéptico deeste tipo de criaturas. En efecto,muchos escépticos están firme-mente convencidos de que en susneveras habitan unos hombreci-llos verdes que, al volverse invi-sibles al abrir el frigorífico, resul-tan indetectables. Carl Saganasegura, en El mundo y sus de-monios, que en su garaje habita-ba un dragón que sólo él era ca-paz de percibir. Lo más curiosoes que, a pesar de la abundan-cia de testimonios, los únicos queniegan categóricamente la exis-tencia de los hombrecillos verdesde la nevera son los magufos.

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50 (Junio 1998) el escéptico

n nuevo movimiento escéptico sur-gió con la fundación del Comité parala Investigación Científica de los Su-puestos Hechos Paranormales

(CSICOP) en 1976. Este movimiento estácreciendo en la actualidad en todo el mun-do, proporcionando un muy necesario an-tídoto contra la persistencia de lo irracio-nal, lo paranormal y los sistemas de creen-cias ocultistas. Por eso, desde el CSICOP,damos la bienvenida a la nueva revista delos escépticos españoles como una parteimportante de este movimiento.

El escepticismo es una antiguo concep-to filosófico y científico cuyos orígenes seremontan a Grecia y Roma. Sexto Empíri-co, Pirro, Carnéades y otros fomentaron elpunto de vista escéptico en el antiguo mun-do grecorromano. El escepticismo se eclip-

só en la Europa cristiana durante más demil años, pero revivió en la época modernacuando pensadores tan distintos como Des-cartes, Montaigne, Bayle y Hume empeza-ron a propugnarlo. Es más, en gran medi-da, el resurgir del escepticismo modernocondujo al desarrollo de la revolución cien-tífica del siglo XVI. El saber científico avanzórápidamente cuando hombres y mujeres seliberaron del dominio ciego de la autoridad,la fe, la tradición, la revelación, el misticis-mo, y recurrieron a las pruebas inductivasy a la experimentación para probar hipóte-sis, y a la lógica deductiva y a las matemá-ticas para elaborar teorías más completas.

Se pueden diferenciar, al menos, tresclases de escepticismo: el primero, en suforma extrema, es negativo y nihilista. Hatenido defensores tanto clásicos como mo-dernos. Mantiene que no se puede alcan-zar ningún conocimiento; y esto lo aplicano sólo a teorías científicas y filosóficas, si-no a cualquier clase de principio moral opolítico. Este tipo de escepticismo no es fia-ble. Una persona no puede esperar funcio-nar en el mundo si se encuentra en un es-tado de absoluta duda e indecisión. Unasegunda clase de escepticismo, que surgióen tiempos antiguos y que se concretó enel mundo moderno, fue descrita por DavidHume como escepticismo atenuado. Propo-ne que necesitamos formular creencias so-bre las bases de acuerdo con las cualesfuncionamos en el mundo; aunque todavíasubyace en él un escepticismo persistentecon respecto a la fiabilidad del conocimien-to. Sin embargo, a inicios del siglo XX, apa-rece en el ámbito filosófico una tercera cla-se de escepticismo. Charles Peirce y lospragmatistas norteamericanos sostienenque la duda escéptica es una de las fasesde todo proceso de investigación, pero quese puede superar cuando las hipótesis secomprueban con suficientes pruebas y ra-zones que las justifiquen. Éste es un es-cepticismo positivo y constructivo; se limi-ta a las realidades concretas sometidas ainvestigación. Los científicos saben que sushipótesis son falibles y que, con el tiempo,

El nuevo escepticismo:un movimiento mundialDebemos continuar suministrando explicaciones serias para las

afirmaciones paranormales; y, cualesquiera sean nuestrasconclusiones, divulgarlas y hacer que el gran público las conozca

PAUL KURTZ

U

Paul Kurtz durante la conferencia de apertura del VIII Con-greso Escéptico Europeo, celebrado en La Coruña en sep-tiembre de 1997.

Archivo ARP

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pueden ser modificadas por estudios y teo-rías futuras. No obstante, la ciencia da porcierta la idea de que, con esfuerzos cons-tantes, es posible alcanzar un grado de co-nocimiento fiable.

El movimiento escéptico contemporáneosurgió con el nacimiento del CSICOP. Elescepticismo que propugna está en cone-xión con el del tercer tipo antes menciona-do, que podemos calificar de nuevo escepti-cismo [Kurtz, 1992]. Éste considera que elprogreso de la ciencia es el resultado de laaplicación continua del método científico yque el escepticismo es una parte intrínse-ca de todo proceso de investigación.

Permítanme decir algo sobre las razo-nes por las que decidimos crear un movi-miento de estas características. Durantemucho tiempo, había sido un crítico de lasafirmaciones paranormales (y sobrenatura-les) que no pudieran ser respaldadas conpruebas. Y me asombraba de que, inclusoaunque hubieran sido refutadas, la mayo-ría de dichas afirmaciones continuaban dis-frutando de un amplio respaldo popular.Además, los medios de comunicación se ha-cían eco de las afirmaciones paranorma-les, porque veían que les reportaban bue-nos beneficios. Uri Geller, Jeane Dixon yotros disfrutaban de muchos partidarios in-condicionales. A pesar del hecho de que lainvestigación científica había examinadosus afirmaciones y las había rechazado porla falta de pruebas. La astrología es un buenejemplo de lo que estoy hablando, ya queha sido rebatida por astrónomos, físicos,estadísticos, psicólogos y otros científicos.No hay ninguna base empírica para los ho-róscopos o la astrología de los signos sola-res; su cosmología se fundamenta en el des-acreditado sistema tolemaico; además, sepueden comprobar sus predicciones y pro-nósticos, y el resultado es invariablementenegativo. Aún así, sólo una minoría delpúblico está al tanto de estas críticas y, dehecho, con frecuencia, se confunde as-tronomía con astrología.

Con esto en mente, y con la ayuda deBart Bok, un conocido astrónomo, y Law-rence Jerome, un escritor científico, ayudéa redactar y hacer público un manifiesto:Objeciones a la astrología. El texto, de 1975,fue suscrito por 186 destacados científicos,incluyendo 19 premios Nobel. Y atrajo in-mediatamente la atención en todo el mun-do, particularmente después que The NewYork Times publicó un reportaje sobre eltema en su primera página. Me pareció queel éxito de tal esfuerzo y la buena acogidaque habida tenido, especialmente dentro dela propia comunidad científica, exigía unarespuesta más organizada por parte de sec-tores académicos y científicos. Así que de-cidí crear una nueva coalición compuestade científicos, escépticos, filósofos, ilusio-nistas y otros. Invité a bastantes críticosde lo paranormal a una conferencia públi-ca en Amherst, Nueva York, con el fin de

estudiar la idea de poner los cimientos deuna oposición organizada contra el claroaumento de la creencia en lo paranormal.La relación de participantes incluyó a va-rios críticos bien conocidos por la opiniónpública: Martin Gardner, MilbourneChristopher, Marcello Truzzi, Ray Hyman,James Randi y otros. También invité a va-rios filósofos y científicos distinguidos,como Ernest Nagel, Sidney Hook y W.V.Quine, para que refrendaran la resoluciónque había redactado.

La conferencia se celebró en Amherst,en el nuevo campus de la Universidad deNueva York en Buffalo. Por aquel enton-ces, yo dirigía la revista The Humanist, unade las importantes publicaciones críticasde la religión. En la sesión fundacional delCSICOP, en mi discurso de apertura −Lapostura científica contra la anticiencia y lapseudociencia−, defendí que en la historiade la civilización el conflicto entre religióny ciencia venía ya de antiguo, pero que ac-tualmente, y debido al aumento de las afir-maciones pseudocientíficas y paranor-

males, había surgido un nuevo desafío parala ciencia. La manifiesta creencia popularen exorcismos,1 nuevas brujas y satanismoera sintomática de la anunciada concien-cia de Acuario. Los medios de comunica-ción también presentaban como ciertos, ypor lo general sin testimonios discordantes,los informes sobre la fotografía Kirlian, lasmaravillas de la percepción extrasensorial(PES) y la psicoquinesis, los avistamientosde ovnis, el triángulo de las Bermudas, elBigfoot, los Chariots of the gods de Erichvon Däniken,2 etcétera. Había cobrado rele-vancia un gran número de sectas cuasi-religiosas, irracionales, incluidos los HareKrishna, los moonies y los cienciólogos.Todo esto evidenciaba el surgimiento deuna oposición contracultural a la ciencia,a la que, a mi juicio, había de darse unarespuesta, ya que la opinión pública teníael derecho de acceder a la crítica científica

1 La novela El exorcista, de William Peter Blatty,y la película del mismo título potenciaron estacreencia.2 El autor se refiere a la teoría de los astronautasen la antigüedad, que Erich von Däniken popu-larizó en Recuerdos del futuro, libro que se publi-có en inglés bajo el título de Chariots of the gods.(N. del T.)

el escéptico (Junio 1998) 51

No tendríamos que dar por sentadoque se podrá vencer el pensamiento

irracional sencillamente porque lanuestra es una sociedad

científico-tecnológica avanzada

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52 (Junio 1998) el escéptico

a las afirmaciones pseudocientíficas y simi-lares.

Formulé la siguiente pregunta: ¿debe-ríamos suponer que la revolución científi-ca, que comenzó en el siglo XVI, sigue ade-lante o va a ser arrollada por las fuerzas dela sinrazón?

Y contesté: no tendríamos que dar porsentado que se podrá vencer el pensamientoirracional sencillamente porque la nuestraes una sociedad científico-tecnológica avan-zada. Las pruebas nos llevan a pensar queesto está bastante lejos de ser así. Es más,siempre existe el peligro de que las fuerzasde la sinrazón sepulten a la misma ciencia[Kurtz; 1976].

Desde entonces, ha surgido el postmo-dernismo, negando la misma posibilidad dela objetividad científica y considerando ala ciencia como un mito narrativo más. Y,para sorpresa de todos, ha habido un ex-tendido ataque contra la Ilustración y losideales de la revolución científica.

Estas protestas anticientíficas vienen ac-

tualmente acompañadas de un resurgir delas religiones fundamentalistas. Así que eldesafío para la ciencia no procede sólo delos propagandistas de lo paranormal, sinotambién de los seguidores de muchas reli-giones. Debería señalar que, aunque per-sonalmente creo que los escépticos tienenque ocuparse de las afirmaciones religio-sas al igual que de las paranormales, reco-mendé que el CSICOP se concentrara enlas afirmaciones paranormales y pseudo-científicas. Las sociedades británicas ynorteamericanas para la investigación psí-quica, fundadas en 1882 y 1885, respecti-vamente, estaban compuestas básicamen-te por aquéllos que se declaraban a favorde el punto de vista psíquico, como fue elcaso del Laboratorio de J.B. Rhine funda-do en la Universidad de Duke en 1927. Asíque el CSICOP se concentraría en la inves-tigación de lo paranormal, si bien esperan-do hacerlo desde un marco imparcial y neu-tral, y analizaría afirmaciones religiosas só-lo en la medida en la que fueran compro-bables. (En 1980, fundé Free Inquiry explíci-tamente para ocuparse de las afirmacionesreligiosas, ya que el nuevo escepticismo tie-ne que aplicarse sin excepciones. Hoy endía, es la más importante revista atea y dehumanismo secular de Estados Unidos.)

Como es bien sabido, la primera reunióndel CSICOP tuvo un gran impacto. Recibióuna extensa cobertura periodística desdeThe Washington Post y The New York Timeshasta Le Monde y Pravda, y prácticamente

todas las revistas científicas importantesacogieron favorablemente la formación delCSICOP. Habíamos materializado una cla-ra necesidad que tanto la comunidad cien-tífica como gran parte de la opinión públi-ca pensaban que se tenía que satisfacer:dar una respuesta al auge de las afirma-ciones paranor-males. En un año, lanza-mos nuestra revista, en un principio llama-da The Zetetic −bajo la dirección de MarcelloTruzzi−, y después, The Skeptical Inquirer −bajo la dirección de Kendrick Frazier, quienhabía sido director de Science News−. Paranuestra satisfacción, se empezaron a for-mar grupos escépticos por todo el mundo,desde Alemania e Inglaterra hasta China,Rusia, España y México, y hoy en día exis-ten más de 75 de esos grupos. Además, sepublican periódicamente unas 50 revistasy boletines, y hemos colaborado estrecha-mente con grupos nacionales para ayudar-les a que puedan poner en marcha sus or-ganizaciones y revistas.

Todos estos acontecimientos han con-tribuido a la formación por todo el mundode un movimiento del nuevo escepticismo.Actualmente, existe una efervescente y cre-ciente red internacional de organizacionesafiliadas al CSICOP y a The SkepticalInquirer. Todos estamos comprometidos conel programa científico, siendo escépticos delas afirmaciones de lo paranormal y de lasciencias ocultas, a menos que hayan sidocorroboradas y duplicadas por investiga-dores independientes.

Alguien pudiera preguntar: después demás de dos décadas de investigación, ¿quése puede aprender del fenómeno en su to-talidad? En el resto de este artículo, resu-miré muchos de los descubrimientos y con-clusiones a que el movimiento escéptico hallegado sobre las afirmaciones y creenciasen lo paranormal.

II

El mismo término paranormal es, en pri-mer lugar, muy discutible. Solamente de-cidimos emplearlo porque sus defensores−J.B. Rhine, entre otros− lo habían usado.Dudamos de que sea posible encontrar unaesfera de lo paranormal separada o inde-pendiente de el universo natural. Busca-mos explicaciones normales y naturalespara los fenómenos. La mejor manera dedefinir el término paranormal es como ano-malías extrañas inesperadas −tal comoCharles Fort las describió− que a veces nosencontramos, y que estamos dispuestos aanalizar con una mente abierta, no recha-zándolas a priori, antes de investigarlas. Enuna conferencia en la Universidad de Co-lorado en 1986, Murray Gell-Mann, gana-dor del premio Nobel y miembro delCSICOP, indicó que, en un sentido, nega-mos lo paranormal en su totalidad puestoque, una vez que hemos visto que el fenó-meno se puede explicar por medio de cau-

El desafío para la ciencia no procedesólo de los propagandistas de loparanormal, sino también de losseguidores de muchas religiones

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sas prosaicas, entonces estas explicacio-nes se incorporan a la visión del mundocientífico natural y no se separan de él.Vuelvo a repetir, tenemos una mente abier-ta y, siempre que las afirmaciones que ha-gan los defensores sean serias, estamos dis-puestos a analizar las anomalías sin nin-gún prejuicio.

Informes anecdóticos. Lo que hemoshallado es que muchos informes de suce-sos anómalos se basan en relatos anecdó-ticos. Aunque estos informes no se puedendesechar de plano o sin explicación, par-ticularmente si se han propuesto de modoserio, los escépticos mantienen que las in-vestigaciones vayan más allá de las merasanécdotas, a un análisis más sistemáticodel fenómeno. Muchas historias anecdó-ticas se basan en experiencias personalesde carácter subjetivo e introspectivo, o enrecuerdos de sucesos pasados que puedenser poco fiables, o en habladurías de segun-da o tercera mano.

Si es posible, es importante que se cri-ben con cuidado todos estos informes an-tes de que se acepten. Las anécdotas pue-den tener una pizca de verdad y ofrecerdatos nuevos e importantes, de lo contra-rio pasados por alto. Por otra parte, pue-den estar en juego errores de percepción ofallos de memoria; puede tratarse de histo-rias que se hayan embellecido mucho másque lo que eran originalmente; o de suce-sos exagerados desmesuradamente encomparación con lo que realmente ocurrió,o del engaño de los sentidos influidos porla sugestión. Muchas de estas supuestasanécdotas, si son de segunda mano, tomanel carácter de chismorreos, cuentos popu-lares o leyendas urbanas. Puede ser quecontengan briznas de nueva información oque se haya exagerado su importancia aposteriori. Entre la gente que cree en lasciencias ocultas, existe una propensión aver matices misteriosos en situaciones nor-males o a exagerar la importancia de suce-sos aleatorios. Esto se ve, por ejemplo, enlos informes sobre apariciones de fantas-mas, premoniciones de muertes, aparicio-nes de seres extraterrestres, o la exactitudde los vaticinios de los adivinos. Los es-cépticos preguntan: ¿ocurrió el suceso talcomo lo cuenta la persona?, ¿es la inter-pretación que se hace del suceso la másprobable?

A menos que un relato anecdótico sepueda corroborar independientemente, losinvestigadores insisten en que se sea cau-teloso con respecto a su autenticidad. Estono sólo se aplica a la veracidad del supuestosuceso, sino también a la explicación eso-térica que se quiere imponer por el desco-nocimiento de las auténticas razones.

Los escépticos dicen que los hechos pue-den o no ser ciertos y que, si de veras hanocurrido, pueden existir explicaciones al-ternativas. ¿Nos enfrentamos a un sucesoverdadero o a una percepción errónea, ex-

periencia alucinatoria, fantasía y/o unamala interpretación de lo que realmente su-cedió?

Testimonios de testigos oculares. Re-currir al testimonio de testigos oculares esla base de nuestro conocimiento sobre elmundo y nosotros mismos. Los datos se ex-traen de una experiencia directa de prime-ra mano. Sin embargo, es importante quetal testimonio no se acepte de buenas a pri-meras sin un examen cuidadoso. Espe-cialmente en el caso de un testimonio so-bre sucesos anómalos, imprevistos o extra-ños. Si una persona asegura que en la ca-lle está lloviendo mucho y respalda esa afir-mación mostrando que está empapada, ysi dicho informe no discrepa con lo que to-dos nosotros sabemos sobre el mundo, nose necesita exigir pruebas más contunden-tes (aunque podían haberle mojado con unamanguera o haberle echado un cubo deagua encima). Es factible corroborar tales

el escéptico (Junio 1998) 53

El carácter fraudulento de las demostraciones psíquicas del is-raelí Uri Geller fue denunciado públicamente por el CSICOP yel ilusionista James Randi en los años 70.

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Científicos expertos en sus propias dis-ciplinas no son necesariamente los ob-

servadores más cuidadososen otros campos

declaraciones mirando por la ventana y/opor informes de otros transeúntes; y/o con-sultando el barómetro. Si, por el contrario,una persona informa que están lloviendohadas de color rosa, los investigadores es-cépticos pedirán que observadores indepen-dientes e imparciales corroboren dicha his-toria increíble.

La psicóloga Elizabeth Loftus, de la Uni-versidad de Washington −miembro delCSICOP y uno de los ponentes de aperturaen su congreso de 1992−, ha realizado nu-merosos experimentos a fin de demostrarque, con frecuencia, la naturaleza de lossentidos es falible y engañosa. Descubrióque muchos que han presenciado un roboo un accidente dan informes discrepantes,particularmente si el suceso conlleva unacarga emocional. Esta propensión a perci-bir erróneamente la realidad puede agra-varse cuando alguien declara haber visto auna estatua de la Virgen María llorar o una

sanación milagrosa realizada por un curan-dero. No solamente se debe analizar cuida-dosamente el informe de un observador,

54 (Junio 1998) el escéptico

sino que se debe evaluar la interpretaciónque se le da. Así, los investigadores escép-ticos piden que, siempre que sea posible,haya dos o más testigos de un suceso, queéstos sean meticulosos observadores y quelo que hayan dicho se pueda corroborar in-dependientemente. Los informes sobre apa-riciones de ovnis son habituales por todoel mundo y, con frecuencia, llegan en olea-das, dependiendo muchas veces de cómolos exploten los medios de comunicaciónsensacionalistas. El investigador pregun-ta: ¿qué vieron realmente estas personas?,¿se pueden verificar estas interpretaciones?Los investigadores escépticos han intenta-do facilitar explicaciones normales para losobjetos volantes no identificados, que mu-chas veces se identifican como planetas,meteoritos, globos meteorológicos, cohetesterrestres, aviones u otros fenómenos.

Afirmaciones extraordinarias requie-ren pruebas extraordinarias. Se ha aduci-do este principio para los informes anóma-los. Si se diera el caso de que un sucesoparanormal, si se confirmara, pudiera echarpor tierra las conocidas leyes de la ciencia,entonces se necesitaría tener pruebasabundantes para aceptarlo. Las pruebas notendrían que ser escasas o irregulares, sinotan fuertes que su negación requiriera demás credulidad que su aceptación. Los in-vestigadores escépticos coinciden en queno debemos negar las pruebas antes de in-vestigarlas; por otra parte, si una afirma-ción contradice principios bien estableci-

El divulgador pseudocientífico Brad Steiger (a la izquierda) con Marshall Applewhite y BonnieNuttles, líderes de la secta ufológica Puerta del Cielo que llevaron a otras 37 personas a quitarsela vida en California en marzo de 1997.

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dos de la ciencia, entonces tendrá que es-tar respaldada por pruebas que sean abun-dantes y no endebles. Un buen ejemplo deesto lo proporciona la psicoquinesis, segúnla cual la mente puede mover materia sinla intervención de un objeto físico o fuerzamaterial, o la precognición, la presunta ca-pacidad de conocer sucesos futuros antesque ocurran. Para aceptar estas afirmacio-nes extraordinarias, exigimos pruebas ex-traordinarias. Helmut Schmidt ha asegu-rado tener pruebas experimentales de quelas personas en el presente pueden influirde forma retrospectiva en sucesos ocurri-dos en un generador aleatorio. Esta insóli-ta anomalía violaría aparentemente las le-yes de la física y/o exigiría que se modifi-cara la física para justificarla. Por eso, an-tes de aceptarla, precisamos de varios in-tentos de réplica independientes.

El argumento del peso de la prueba.Algunos parapsicólogos, como John Beloff,han alegado que la evidencia más firme delos sucesos paranormales se encuentra enlos casos históricos de famosos médiums ypsíquicos. Eusapia Palladino fue sometidaa pruebas por numerosos equipos científi-cos.3 Muchos descubrieron que, en algunoscasos, había hecho trampas; otros no pu-dieron hallar prueba alguna de que habíahecho trampas: por consiguiente, atri-buyeron los hechos a causas paranormales[Fielding y Carrington, 1909]. Igualmente,se dice que D.D. Home, un bien conocidomédium, flotó supuestamente a más de 22metros sobre una calle de Londres y rea-lizó otras extrañas proezas, las cuales nopudieron explicarse desde un punto de vistanormal. Beloff sostiene que, a menos quelos investigadores escépticos puedan expli-car en todos los casos cómo realizaron ta-les proezas estos médiums, deberían acep-tarse cómo ciertas. El investigador escép-tico responde que el peso de la prueba recaesobre el que defiende el hecho paranormal.Es él el que tiene que ser capaz de explicartales casos con suficientes pruebas; si nolo hace, uno debe abstenerse de opinar ypermanecer escéptico. Esto es lo que ocu-rre con respecto a casos paranormales ocu-rridos en el pasado en los que es difícil re-construir la situación bajo la cual sucedie-ron los hechos. Esta es la razón en la quese basan los escépticos para exigir réplicashechas hoy en día antes de aceptar dicho

el escéptico (Junio 1998) 55

fenómeno.El argumento del peso de la prueba se

ha usado en la religión. ¿Tiene derecho uncreyente a creer lo que quiera sobre Dios, amenos que el escéptico pueda refutar suexistencia o demostrar que las cualidadesatribuidas a Él no existen? El escéptico cri-tica la lógica de ese razonamiento de la si-guiente manera: si alguien afirma que lassirenas existen, el peso de la prueba recaesobre él; no es el escéptico el que debe reba-tir el hecho.

Fraude. El recurso al fraude es bien co-nocido en los asuntos humanos, incluidosejemplos de la ciencia ortodoxa (por ejem-plo, el engaño del Hombre de Piltdown). Yestá particularmente extendido en el cam-po de lo paranormal. Se ha sorprendido amuchos médiums y psíquicos haciendotrampas. Aunque parte del engaño pudie-ra ser inconsciente, se han descubierto unagran cantidad de artimañas deliberadas.Así que es importante, dice el investigadorescéptico, que se tomen todas las precau-ciones posibles para prevenir el engaño.Cuando se diseña un experimento, se hande habilitar los controles suficientes paraque el sujeto bajo estudio, no pueda ama-ñar los datos, sea sin querer o intenciona-damente. C.E. Hansel ha señalado que mu-chos de los primeros experimentos de J.B.Rhine eran de dudosa autenticidad, ya quelas condiciones de las pruebas no eran se-guras. En el famoso experimento telepáti-co de Pearce y Pratt, este último podía ha-ber echado fácilmente una mirada rápida

a las cartas Zener bien saliendo a hurtadi-llas de la biblioteca y dirigiéndose al despa-cho del emisor, bien recurriendo a un cóm-plice. Muchos han sido los científicos enga-ñados, en especial, por niños. Por ejemplo,el físico John Taylor, cuando observaba alos niños a través de un espejo cuyo cristalfuncionaba como espejo por un lado y comoventana por el otro, vio que podían doblarfácilmente cucharas o tenedores con lasmanos. Susie Cotrell fue sorprendida usan-do un truco de cartas −el forzado de Shu-lein− para engañar a los observadores. Enun hábil test sobre sus poderes, llevado acabo por miembros del CSICOP, se vio conuna cámara oculta como hacía un juegode manos cuando barajaba las cartas y có-mo las echaba un vistazo cuando creía quenadie la estaba observando. También es im-portante que no se dé el fraude experimen-

Si una afirmación contradiceprincipios bien establecidos de la cien-cia, entonces tendrá que estar respal-dada por pruebas que sean abundan-

tes y no endebles

3 La italiana Eusapia Palladino (1854-1918) esuna de las más conocidas dotadas de la histo-ria. Su principal habilidad consistía en moverobjetos con el poder de la mente y, aunque seganó el respeto de los investigadores parapsico-lógicos de su época, con los ilusionistas le ocu-rrió lo mismo que a Uri Geller: la desenmasca-raron. Hoy en día, los parapsicólogos siguenconsiderándola una médium auténtica, aunquereconocen que llegó a utilizar en ocasiones todotipo de trucos para intentar demostrar sus pre-suntos poderes. (N. del T.)

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problema en prácticamente todos los cam-pos de la ciencia. Con frecuencia, quienesproponen una teoría no son los mejores omás competentes a la hora de evaluar laspruebas que la respaldan. La predisposi-ción por parte del investigador puede serconsciente o inconsciente. Puede aparecerporque haya una disminución involuntariade las capacidades sensoriales o de las téc-nicas de corrección. Un buen ejemplo loofrece el caso de Michel Gauquelin, a quienmuchos aclamaron como el fundador de lanueva ciencia de la astrobiología.Gauquelin declaró haber hallado una co-rrelación entre las configuracionesplanetarias y los logros profesionales. Se-gún él, la presencia de Marte en unos sec-tores clave (1 y 4) se correlacionaba conser un famoso campeón deportivo. Hay bas-tantes pruebas de que Gauquelin eligió lamuestra de sujetos sabiendo de antemano

si habían nacido con Marte en dichos sec-tores clave. Por lo tanto, fue mucho másuna predisposición por parte de Gauquelinque una prueba del llamado efecto Marte.Investigaciones hechas por científicos in-dependientes no pudieron reproducir di-chos trabajos.

La célebre parapsicóloga GertrudeSchmeidler ha dicho que existe una dife-rencia entre las ovejas (los creyentes) y lascabras (los escépticos); y que los primerostienen más probabilidades de creer que lossegundos. Que las ovejas puedan mostrarsistemáticamente la existencia de la PESes discutible. Sin embargo, se puede dar elcaso de que investigadores que son ovejaspuedan estar más dispuestos a aceptarcomo cierto cualquier matiz que ofrezcan

tal. Un ejemplo notable del laboratorio deparapsicología de J.B. Rhine pone de mani-fiesto el problema. Se ha asegurado queWalter Levy había alterado los resultadosde las pruebas sobre la precognición reali-zadas con chicas corrigiendo los datos.

En el campo de los ovnis, ha habidomuestras descaradas de engaño; por ejem-plo: Billy Meier en Suiza y Ed Walters enGulf Breeze, Florida.4 Se ha puesto al des-cubierto el engaño de los círculos en loscampos de cereales como prueba de visitasextraterrestres en Gran Bretaña. Lo mis-mo se puede decir de los desenmascara-mientos de cirujanos psíquicos filipinos ysanadores por fe evangélicos realizados porJames Randi y el Comité para el ExamenCientífico de la Religión.

Un punto clave que ha quedado demos-trado es que científicos expertos en sus pro-pias disciplinas no son necesariamente los

observadores más cuidadosos en otroscampos y que, con frecuencia, pueden serengañados por hábiles ilusionistas que sehagan pasar por psíquicos.

Predisposición del investigador. Lapredisposición involuntaria por parte delque realiza un experimento representa un

4 Billy Meier y Ed Walters, suizo y estadouni-dense, respectivamente, son los autores de al-gunas de las más famosas fotografías fraudu-lentas de ovnis de los últimos años. Meier afir-ma estar en contacto desde mediados de los años70 con seres procedentes de las Pléyades, quellegaron a la Tierra hace unos mil años; Waltersmantiene haber observado, desde noviembre de1987, diversos platillos volantes en Gulf Breeze,Florida, y dice haber sido abducido.

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El �contactado� estadouni-dense Ed Walters afirmahaber entrado en contac-to con extraterrestres (di-bujo superior) en la costade Florida.

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los datos. Mientras que, por otro lado, pue-de suceder lo contrario, que los investiga-dores que son cabras desechen la eviden-cia debido a su anti-predisposición. En undebate con Charles Honorton, Ray Hymanseñaló la necesidad de reforzar el diseñoexperimental de los tests de Ganzfeld conuna aleatorización correcta de las pruebasy con técnicas de corrección cuidadosas.Otros han hecho notar las discutibles téc-nicas de corrección de los tests de visiónremota de Targ y Puthoff en el Instituto deInvestigación de Stanford.

Petición de una réplica. El razonamien-to clave de los investigadores escépticos,no sólo en el campo de lo paranormal, sinotambién en el de las ciencias ortodoxas, esla necesidad de experimentos duplicables.Los escépticos no están convencidos de queexista la PES o la psicoquinesis. Dicen quetienen derecho a ser cautos hasta que losinvestigadores de la Física puedan preci-sar las condiciones de laboratorio bajo lasque, experimentadores independientes,puedan observar un fenómeno. La grancontroversia en la parapsicología se en-cuentra precisamente en este punto: ¿existeun experimento replicable standard quepueda demostrar la existencia de lo psi alinvestigador neutral? A menos que se sa-tisfaga esa condición, los escépticos conti-nuarán teniendo reservas sobre la realidaddel fenómeno.

Pensamiento mágico. Muchos investi-gadores escépticos se han sentido intriga-dos por la proclividad que muestra la mayo-ría de los seres humanos a recurrir al pen-samiento mágico, es decir, a aceptar sinsuficientes evidencias explicaciones contra-causales. Esto incluye la capacidad deadoptar interpretaciones paranormales y/o querer ver en la naturaleza fuerzas mági-cas. Existe una tendencia a atribuir pode-res milagrosos a ciertos individuos. Históri-camente, se aplica a los profetas que afir-maron haber recibido revelaciones desdelas alturas y haber sido dotados de facul-tades sobrenaturales. También es propiode los gurus, chamanes, hechiceros, psí-quicos y sanadores por fe, todos los cualesse cree que poseen poderes mágicos. La per-sona que recurre al pensamiento mágicotiene mayores probabilidades de aceptar lasexplicaciones esotéricas y/o parap-sicológicas sin aplicar un escepticismo crí-tico. Al hacedor de milagros se le toma poruna autoridad y se fuerzan los hechos paradar validez a las afirmaciones de curación.

Interpretaciones psicológicas de lo pa-ranormal. Muchos investigadores escépti-cos sostienen que la clave para el entendi-miento del fenómeno paranormal reside enla psicología humana. Lo que significa quela capacidad de la gente para aceptar sinla suficiente evidencia fenómenos paranor-males como ciertos hunde sus raíces en lanaturaleza humana. Esto tiene muchas de-rivaciones: ser susceptible a la sugestión,

propenso a la fantasía, dado al pensamientomágico; y la tendencia general a permitirque las propensiones, deseos e ilusionespersonales, coloreen los datos. Ray Hymanha demostrado el poder de la lectura en fríoa la quiromancia. Y ésta puede extendersea otros campos de lo paranormal.

La popularidad de los horóscopos astro-lógicos suministra un amplio apoyo parauna interpretación psicológica. Hay poca oninguna evidencia que respalde la astrolo-gía, que se basa en la antigua cosmologíade Ptolomeo y que hoy en día la astrono-mía ya ha dejado obsoleta. Además, la as-trología ha fracasado en prácticamente to-das las pruebas que se han realizado parademostrarla [Culver y Ianna, 1988]. Todoslos intentos de encontrar una correlaciónestadística entre el momento y lugar de na-cimiento y la posición de los cuerpos celes-tes han dado resultados negativos. Sin em-bargo, la gente afirma que los signos sola-res astrológicos y los horóscopos son ver-daderos. Para el escéptico, la explicaciónmás probable es que esa verdad es productodel color del cristal con que se mira. Elquiromántico, astrólogo o psíquico es confrecuencia tan poco específico en su inter-pretación que sus conclusiones o pronós-ticos pueden ser forzados por el sujeto has-ta darles validez. Así que, según mi opi-nión, la clave de lo paranormal es que todoes según el color del cristal con que se mira.Esto es lo que he denominado el síndromedel calcetín elástico, ya que a éste se le pue-de estirar para que encaje en cualquier pie.

La �tentación trascendental�. ¿Por quées esto así? He postulado la existencia deuna tentación trascendental en la cultura ynaturaleza humanas como posible explica-ción para la propensión a aceptar un uni-verso paranormal o esotérico [Kurtz, 1986].Quizá tenga sus raíces en la larga historiade la evolución de las especies e inclusopodría tener una base genética. Algunos,como E.O. Wilson, han declarado que la re-ligiosidad tiene raíces sociobiológicas; aun-que muchos escépticos han criticado estateoría por no estar suficientemente com-probada. John Schumaker, un psicólogoaustraliano, cree que algunas ilusiones sonnecesarias para estar cuerdos y que la de-formación de la realidad es un ingredienteesencial para la salud mental [Schumaker,1995]. Dice que enfrentarse a la muerte oa la nada existencial es difícil para la ma-yoría de la gente y que, por lo tanto, lograconsuelo buscando significados ocultos enla naturaleza, incluyendo la creencia en laotra vida o la facultad de comunicarse conlos muertos. Esta misma explicación sepuede aplicar a muchos otros campos delo paranormal. Así, la credulidad se alimen-ta por un ansia de trascendencia.

Hipnosis. La fiabilidad de la hipnosis co-mo fuente de conocimiento ha suscitadobastante controversia por parte de los es-cépticos. ¿Es la hipnosis un estado de tran-

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ce especial provocado en alguien o es sólouna vivencia de las sugestiones causadaspor el hipnotizador? Resulta evidente quela hipnosis es una técnica útil en muchoscampos. Sin embargo, contiene sus tram-pas en lo que respecta a un amplio abani-co de fenómenos paranormales supuesta-mente verificados a través de la regresiónhipnótica. Tal es el caso de las regresionesde vidas pasadas que algunos investigado-res han usado como prueba de la reencar-nación. Bud Hopkins, David Jacobs y JohnMack han presentado las regresiones hip-nóticas como pruebas de abducciones porseres extraterrestres, los cuales, se dice,realizan experimentos genético-sexuales[Klass, 1989]. Los escépticos han aducidoque la explicación más probable para rela-tos tan extraños estriba en que la pruebaestá contaminada por el hipnoterapeuta,quien, usando la sugestión, tiende a im-plantar las ideas en la persona y/o ayudara que la mente genere fantasías. Los es-cépticos sostienen que, puesto que todavíaexisten otras explicaciones alternativas, nonecesitamos hablar de vidas pasadas o ab-ducciones de seres extraterrestres. Es pro-bable, por ejemplo, que algunos individuosnormales, pero por otra parte fantasiosos,puedan imaginar y urdir historias. Con fre-cuencia, interviene la criptomnesia e ideaso experiencias que han estado profun-damente grabadas en el inconsciente seadornan y se toman como reales. El escép-tico tiene grandes reservas sobre tales usosde la hipnosis.

Pseudociencia contra protociencia. Esimportante distinguir entre pseudociencia

y ciencia auténtica. Desafortunadamente,no siempre es posible encontrar una líneade demarcación clara y, algunas veces, loque se denomina pseudociencia pudiera seren realidad una nueva protociencia.Marcello Truzzi ha hecho notar que existeel riesgo de que los investigadores escépti-cos rechacen ideas nuevas −protociencias−porque éstas no encajen en el esquema omodelo actual. Existen ciertos criterios paradistinguir una pseudociencia: por ejemplo,¿están sus conceptos claramente definidossin contradecirse?, ¿son falsables sus mu-chas teorías?, ¿hay estudios que nos per-mitan determinar si las hipótesis y teoríasestán justificadas? La frenología y losbiorritmología fueron dos supuestas cien-cias que, tras estudios exhaustivos, se des-cubrió que merecían ser catalogadas como

pseudociencias. Uno ha de tener muchocuidado ya que, con frecuencia, muchoscampos nuevos de investigación han teni-do que librar una dura batalla contra el es-tablishment científico. Lo mismo puede de-cirse de muchas de las disciplinas ya reco-nocidas. Los críticos señalan que la psico-logía, sociología, antropología y las cienciaspolíticas están llenas de diseños experimen-tales inadecuados y de estudios discutibles.Lo mejor de la prudencia es que los escép-ticos no sólo sean escépticos con las pseudo-ciencias, sino también con la ciencia orto-doxa; y que si no salen airosos de una críti-ca hecha por la comunidad investigadora,estén dispuestos a revisar incluso los prin-cipios más reverenciados. El punto clave delescepticismo no es la duda, sino la investi-gación; el escepticismo es sólo un elementodentro del proceso de la investigación. Lacuestión clave no es la creencia o la incre-dulidad, sino los hechos, las teorías y losmétodos de comprobación.

Ridiculización. Muchos de aquéllos aquienes los escépticos han criticado se sien-ten molestos por lo que ellos consideranridiculizaciones injustas. Martin Gardner hahecho notar que �una carcajada vale másque mil silogismos�, y que los escépticospueden con justicia ridiculizar o satirizarsobre hechos paranormales descabellados.En la esfera pública, particularmente en losmedios de comunicación, las afirmacionesde lo paranormal se exageran desmesura-damente en relación a la prueba existente.El suceso se presenta de modo sensaciona-lista y se hace creer a la gente que ha sidoverificado o documentado por científicos,cuando éste pudiera no ser el caso. En ta-les situaciones, una aproximación objeti-va, desapasionada, puede no atraer la aten-ción del público y puede ser oportuno porparte de los escépticos desinflar la afirma-ción estrafalaria mediante la demoliciónhumorística. En ese momento, los escépti-cos se habrán adentrado en el terreno de laretórica y la persuasión. Está claro que lamofa no es un sustituto de la investigaciónauténtica y que sólo se debe recurrir a ellatras un proceso de investigación exhausti-vo. La responsabilidad de los investigado-res escépticos pasa por establecer criteriosobjetivos para una investigación seria.Cómo convencer a la gente de que las prue-bas de algún hecho son insuficientes y/oque no deberían ser tan rápidos en llegar aconclusiones es un asunto importante paraaquéllos que se han declarado firmementea favor del avance de la ciencia. Todos losescépticos reconocen que su primera obli-gación es investigar y que todo desenmas-caramiento debe ser consecuencia de suspesquisas.

Explicaciones causales alternativas. Elobjetivo final de toda investigación científi-ca no es solamente describir lo que ha es-tado o está sucediendo −conocimiento des-criptivo−, sino dar una interpretación al fe-

El punto clave del escepticismo noes la duda, sino la ‘investigación’;

el escepticismo es sólo un elementodentro del proceso de la investigación

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el escéptico (Junio 1998) 59

Paul Kurtz es profesor emérito de Filosofía dela Universidad de Nueva York en Buffalo, y pre-sidente y fundador del Comité para la Investi-gación Científica de los Supuestos HechosParanormales (CSICOP).Versión española de Iñaki Camiruaga.

nómeno mediante explicaciones causales.Aquí es donde se tienen que centrar la ca-pacidad y la genialidad creativa de los in-vestigadores. Con frecuencia, sucede queuna anomalía se puede explicar mejor entérminos prosaicos. Que un suceso parez-ca inexplicable, puede deberse a coinciden-cias; una cura milagrosa puede tener su ra-zón de ser en el poder de la sugestión o elefecto placebo; una correlación estadísticapuede ser solamente un artificio de los da-tos, etcétera. El programa de la ciencia úni-camente puede desarrollarse cuando se esconsciente delos hechosmalditos. Nohay necesidadde negar quelas anomalíasexisten; el de-safío está enprofundizarmás en buscade correlaciones causales a fin de explicarpor qué ocurren. A este respecto, existe unconstante éxito científico, ya que lo que unavez pareció misterioso o inexplicable se po-dría explicar haciendo referencia a princi-pios generales o a circunstancias históri-cas únicas. Así, la investigación escépticaestá relacionada con el fin último de todainvestigación científica: describir y justifi-car adecuadamente los hechos a partir delos datos y explicar, donde sea posible, cómoy por qué han ocurrido.

�El síndrome del pato de goma insu-mergible�. Después de más de dos décadasde estudio por parte de investigadores es-cépticos, no deja de asombrarnos el hechode que, por más que critiquemos las afir-maciones de creencias paranormales, éstastodavía persistan. De hecho, aunque hayansido analizadas a conciencia y hayan sidorefutadas en un momento determinado, pa-rece que vuelven a surgir con el paso deltiempo y la gente continua creyendo en ellasa pesar de la evidencia contraria. A esto lohe denominado el síndrome del pato de gomainsumergible. Sin duda, muchos conoceránlas barracas de tiro al blanco, donde seanima a la gente a derribar patos metálicosmóviles y en las que, aunque se derribenlos patos, éstos se vuelven a poner rectosotra vez.

Dada la tendencia al pensamiento mági-co, la tentación trascendental y la creduli-dad, los escépticos tienen una labor hechaa su medida. Una vez que hemos investi-gado y echado abajo una afirmación desca-bellada, no podemos escabullirnos sigilo-samente. La sociedad siempre tendrá nece-sidad de la investigación escéptica. No sóloprecisan respuestas los viejos mitos que re-aparecen para seducir a las nuevas gene-raciones, sino que, con frecuencia surgen yse ponen de moda más afirmaciones ex-travagantes. Por eso, me permito decir quehay una constante necesidad de investi-

gación escéptica; y que los escépticos siem-pre habrán de actuar como las avispas dela sociedad. Permaneciendo entre los bas-tidores del teatro de la vida, incapaces deaceptar las estupideces reinantes en el es-cenario, el papel del escéptico es mantenervivo el espíritu de la investigación libre yplantear preguntas sagaces: incluso si loscriticados se sienten muy ofendidos; y/o apesar de la calumnia de que pueden ser ob-jeto los escépticos por sus críticas.

El movimiento del nuevo escepticismo tie-ne que una tarea positiva y constructiva en

la sociedad;m i e n t r a spersista lacredulidadhumana, ha-brá necesi-dad de quelos escépti-cos planteenpreguntas

inquietantes. Debemos continuar suminis-trando explicaciones serias para las afirma-ciones esotéricas y paranormales; y, cua-lesquiera sean nuestras conclusiones, di-vulgarlas y hacer que el gran público lasconozca. No tenemos que desesperarnosante la oleada de creencias irracionales ala que a veces nos enfrentamos. Estamosdedicados a la búsqueda del conocimientoy la verdad. A fin de cuentas, nuestra prin-cipal objetivo es la investigación, no elescepticismo. Y, en este sentido, el movi-miento escéptico siempre jugará un papelfundamental en la cultura humana.

Referencias

Culver, Roger B. ; y Ianna, Philip A. [1988]: As-trology: true or false? Prometheus Books.Amherst (New York).

Fielding, E.; Baggally, W.W.; y Carrington, H.[1909]: �Report on a series of sittings withEusapia Palladino�. Proceedings of the SPR,306-569.

Klass, Philip J. [1989]: UFO abductions: a dan-gerous game. Prometheus Books. Amherst(Nueva York).

Kurtz, Paul [1976]:�The scientific attitude vs.pseudoscience and antiscience�. The Huma-nist (Buffalo), Vol. 36, nº 4 (Julio-Agosto),131.

Kurtz, Paul [1986]: The transcendental tempta-tion. Prometheus Books. Amherst (NewYork).

Kurtz, Paul [1992]: The new skepticism: inquiryand reliable knowledge. Prometheus Books.Amherst (New York).

Schumaker, J. [1995]: The corruption of reality.Prometheus Books. Amherst (Nueva York).

Mientras persista la credulidad, habránecesidad de que los escépticosplanteen preguntas inquietantes

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ientíficos y técnicos de la NASA −des-pués de tres años de estudio− hanaportado datos suficientes como paradeducir que Cristo resucitó� [Benítez,

1978]. Veintidós palabras y dos mentirasbastaron a finales de los años 70 para con-vencer a los españoles de que la llamadasábana santa era en sí una prueba científi-ca de uno de los principales dogmas de fecristianos, la resurrección de Jesús de Na-zaret. El mensajero de la buena nueva fueuno de los más renombrados fabricantesde misterios y el medio elegido, una revistasensacionalista dedicada a lo paranormal.Pero nada de eso importaba porque era latecnología de la era espacial la que habíaconfirmado la autenticidad del sudario deTurín. Al menos, eso es lo que losembaucadores de turno hicieron creer amucha gente de buena fe hasta que la prue-ba del carbono 14 puso las cosas en su si-tio en 1988.

La historia de la sábana santa es unahistoria de escándalo, que se remonta alsiglo XIV. En aquella época, la prosperidadde monasterios y regiones enteras de Euro-pa giraba en torno a las reliquias. Los res-tos sagrados atraían a multitudes de fieleshasta los mercados locales, convertían al-deas en florecientes ciudades y enriquecíana órdenes religiosas y señores feudales.�Huesos sagrados y cosas similares fueronvenerados en todas las ciudades y pueblosy, de modo que no debe sorprender, surgióy prosperó un negocio de venta al por ma-yor de objetos falsificados para atender estaexplosión de demanda� [Sproule, 1979]. Lasmasas acudían a templos en los que seguardaban, entre otras llamativas reliquias,leche de la Virgen, pelos de la barba de Noé,plumas de las alas del arcángel Gabriel, va-rios santos prepucios, tres ejemplares dela lanza que atravesó el costado de Jesúsen la cruz, suficientes restos del lignum cru-cis como para construir un barco y mediocentenar de santos sudarios. La propia Igle-sia había propiciado durante siglos la fal-sificación de reliquias.

En el año 787, un concilio general decre-

tó que �si a partir de hoy se encuentra a unobispo consagrando un templo sin reliquiassagradas, será depuesto como transgresorde las tradiciones eclesiásticas�. Sobra de-cir que ningún obispo desobedeció el man-dato y que, �al ir extendiéndose la red deiglesias parroquiales desde cada sedeepiscopal, se veían con frecuencia mag-níficas procesiones serpenteando a travésde la campiña que llevaban restos santos a

las nuevas casas de culto. Pero en la bajaEdad Media, la autenticidad de una reliquiano tenía nada que ver con el propósito queservía: la religiosidad, por ingenua que fue-se, era su propia recompensa en una épo-ca en que tantas condiciones escapaban alcontrol del hombre. Las gentes que teníancausas desesperadas hacían arduas pere-grinaciones, algunas de cientos de kilóme-tros, a los santuarios de los grandes san-tos. Al término de cada jornada espe-ranzadora, se encontraba un resplande-ciente relicario que contenía algún fragmen-to humano venerado� [Simmons, 1968].

El artista confiesael engaño

La sábana santa apareció en la localidadfrancesa de Lirey en 1350. Su propietario,el caballero Geoffroy de Charny, nuncaaclaró cómo había llegado la pieza de linoa su poder; pero financió la edificación deuna iglesia para acoger la reliquia. Una vezlevantada Nuestra Señora de Lirey en 1357,los monjes encargados de la custodia de lasábana observaron que ésta atraía gran

La cruzada dela sábana santa

Diez años después del veredicto del radiocarbono, los amantes del misteriointentan cada dos por tres hacer creer al público que todas las pruebas

indican que el sudario de Turín envolvió el cuerpo de Jesús

LUIS ALFONSO GÁMEZ

La sábana santa apareció en el sigloXIV en Francia y no hay ninguna

referencia anterior, a pesar de que,de ser auténtica, sería la

reliquia más valiosa de la cristiandad

el escéptico (Junio 1998) 61

C

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cantidad de peregrinos y,mediante la venta detodo tipo de recuerdos,convirtieron el supuestosudario de Cristo en ungran negocio. La activi-dad de los frailes susci-tó las sospechas deHenri de Poitiers, obispode Troyes, que abrió unainvestigación y logró ave-riguar que todo era unmontaje. Su sucesor enel cargo, Pierre d�Arcis,escribió en 1389 un lar-go informe, en el que ad-vertía al papa de AvignonClemente VII que Henride Poitiers �descubrió elfraude y cómo dicho lien-zo había sido astuta-mente pintado, ya que deesa verdad testimonió elartista que lo había pin-tado, o sea que era unaobra debida al talento deun hombre y en absolu-to milagrosamente forja-da u otorgada por graciadivina� [Broch, 1985].

El memorándum qued�Arcis escribió al pon-tífice de Avignon no dejalugar a dudas. �Desdehace algún tiempo −diceel obispo− en esta dióce-sis de Troyes, el deán decierta iglesia colegiata, asaber la de Lirey, falsa ymentirosamente, consu-mido por la pasión de laavaricia, animado no poralgún motivo de devo-ción sino únicamente debeneficio, se procuró pa-ra su iglesia cierto lien-zo hábilmente pintado,en el cual, por una hábilprestidigitación, estabarepresentada la dobleimagen de un hombre, esdecir, de frente y de es-paldas, y el deán declaray pretende menti-rosamente que es el ver-dadero sudario en el quenuestro Salvador Jesu-cristo fue envuelto en sutumba, y en el cual que-dó impreso el retrato delSalvador con las llagasque tenía�. Cuando 34años antes Poitiers habíahecho públicos sus re-celos, los monjes de Li-rey habían escondido lareliquia. Cuando las a-guas volvieron a su cau-

ce, Geoffroy de Charny IIconsiguió que el papa deAvignon, primo de su pa-drastro, autorizara la ex-hibición de la reliquia. Ladocumentada misiva dePierre d�Arcis poco pudocontra tan estrechos la-zos familiares.

El rey Carlos VI retiróla guardia militar de ho-nor que había ordenadoponer al lienzo; pero Cle-mente VII exigió silencioal obispo. El engaño, sinembargo, era tan desca-rado que, al final, el papade Avignon acabó por re-conocer en 1390 que, enel caso de la reliquia ex-puesta en Lirey, �no setrata de la Verdadera Sá-bana de Nuestro Señor,sino de un cuadro o pin-tura hecha a semblanzao representación de lasábana�. A mediados delsiglo XV, Margaret deCharny, nieta del descu-bridor de la reliquia, vol-vió a difundir el rumor deque el lienzo era la telaque había envuelto elcuerpo de Jesucristo, po-co importaba que lo hu-bieran negado un papay dos obispos. Un añodespués de volver a po-ner la sábana en circu-lación, la avispada mu-jer, que estaba casadacon un arruinado Hum-bert de Villerexel, vendióla sábana al duque LuisI de Saboya a cambio deun castillo y un palacio.

Los Saboya rodearonentonces la tela de unhalo milagroso. Propala-ron el rumor de que ellienzo era mágico y lo lle-vaban en los viajes a mo-do de talismán, puescreían que protegía con-tra los ataques de losbandidos. Tras medio si-glo de exposiciones itine-rantes, Sixto IV les auto-rizó a levantar en Cham-béry la Santa Capilla dela Sábana Sagrada. Mi-les de peregrinos y de va-liosos regalos llegaronhasta la nueva iglesiahasta que en 1532 se de-sató un incendio, quedaño parcialmente el su-dario. Como la figuraArchivo ARP

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contenida en el paño se salvó de la quema,no faltó quien habló de un milagro. Unavez que las monjas remendaron toscamentela sábana, ésta fue depositada en un reli-cario de hierro. A partir de entonces, se ex-puso en raras ocasiones. En octubre de1578, el duque Emmanuel Filiberto deSaboya, que se había propuesto trasladarla sábana a Turín, llevó el lienzo hasta lacapital del Piamonte para que fuese vene-rado por Carlos Borromeo, arzobispo de Mi-lán. El sudario no volvió a Chambéry y seinstaló definitivamente en la catedral deSan Juan Bautista de Turín en 1694.

¿Un negativo fotográfico?

Nadie había sabido de la sábana santa, lareliquia más importante de la cristiandad,durante 1.400 años y poco se supo de ellaentre los siglos XVII y XX. Fue a finales delsiglo XIX cuando los sindonólogos estable-cieron cuál era la diferencia entre el lienzode Turín y los más de cuarenta sudariosde Cristo que se habían diseminado por Eu-ropa durante la baja Edad Media.1 �Las co-pias −diceMaria GraziaSiliato− son,las más delas veces, u-na confusaamalgama denegativo (loque se ve enla sábana) yde positivo (loque el pintorse imagina-ba). Y esto explica por qué las copias, lasotras sábanas, son todas tan pobres, bur-das e infantiles� [Siliato, 1985]. Fue el abo-gado italiano Secondo Pia el que descubrióen 1898 que el sudario de Turín era un ne-gativo tras tomar varias placas fotográfi-cas de la reliquia.

Pia retrató las manchas que aparecíanen la tela y, �en lugar de encontrar el negati-vo que se esperaba y suponía que debía sa-lir, se llevó la sorpresa de encontrarse conun positivo de la cara de un hombre conbigote y barba, melena larga y ojos cerra-dos: era la cara de Jesucristo� [RevertéComa, 1987]. El abogado llegó a la sorpren-dente conclusión de que la síndone conte-nía el negativo fotográfico de un cadáverque había sido envuelto en la pieza de linode 4,32 metros de longitud y 1,10 metrosde anchura. Pia se dejó llevar por las apa-riencias y no fue capaz de darse cuenta,por ejemplo, de que las manchas de san-

gre de la sábana son rojas −algo imposibleen un negativo− y la barba del cadáver esnegra, lo que quiere decir que el individuosupuestamente envuelto en el lienzo era unanciano de barba blanca.

La confusión se ha perpetuado entre lossindonólogos hasta la fecha y llevó en sudía al propio abogado a buscar una explica-ción sobre la formación de la imagen. Piapropugnó la llamada hipótesis del contacto,según la cual la figura se plasmó en la teladebido al roce. Esta teoría fue pronto de-sechada, ya que si la imagen se hubieragenerado por contacto, habría dado lugara una figura panorámica. Cualquiera pue-de comprobarlo. Basta con ponerse un sim-ple pañuelo pegado a la cara y marcar lospuntos correspondientes a la nariz y lasorejas. Al seguir el contorno del rostro, ladistancia será mucho mayor que la que serecoge en una fotografía y la figura aparece-rá enormemente deformada.

Una vez rechazada la hipótesis del con-tacto, Paul Vignon planteó la llamada va-porografía, según la cual los vapores ema-nados por el cuerpo envuelto en el sudario

habrían im-presionado latela. La teo-ría, atractiva,tiene un fallo,exige que losvapores seproyecten só-lo en vertical,ya que en ellienzo existenla vista fron-tal y dorsal,

pero no laterales. El error es similar al dela tesis manejada en los últimos años porlos sindonólogos, que afirman que la ima-gen se formó en el momento de la resurrec-ción, cuando el cuerpo de Jesús emitió unamisteriosa energía que también mostró pre-ferencia por las vistas frontal y dorsal. Esaenergía de tipo desconocido es, en opiniónde los expertos, la causa de la erróneadatación del carbono 14.

El cuerpo de un torturado

Los partidarios de la autenticidad de la reli-quia repiten hasta la saciedad que en latela está plasmada la imagen de un hom-bre perfecto −como no podía ser de otra ma-nera en el caso del hijo de Dios− sometidoa una cruel tortura. Cuando los estudio-sos dejan a un lado las heridas propias delsuplicio dicen ver �un rostro de una majes-tad, de una grandiosidad, de una nobleza,de una unción, de una serenidad, de unaamabilidad, de una bondad, de una dul-zura, de una paz, y al mismo tiempo de unaenorme virilidad� [Loring, 1979]. La reali-dad, sin embargo, no tiene nada que vercon la ficción devota. El hombre del suda-rio de Turín es un ser deforme, como se

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1 Los especialistas en el estudio del sudario deTurín se llaman a sí mismos sindonólogos. Lapalabra proviene de síndone, un término italia-no de origen griego (sindon), que significa ropa-je.

El obispo de la diócesis en la queapareció el sudario advirtió en 1389 al

papa de Avignon que su antecesoren el cargo había descubierto

“el fraude y cómo dicho lienzo habíasido astutamente pintado�

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deduce del hecho de que la figura presentauna serie de detalles que violan las leyesanatómicas.

El hombre de la sábana santa, que su-pera los 1,80 metros de altura y los 80 ki-los de peso, está en una postura imposi-ble. Mientras que en la imagen frontal apa-rece relajado, con ambas piernas totalmen-te estiradas, en la vista dorsal está impre-sa la planta del pie derecho, lo que exigiríaque hubiera doblado una rodilla. En el ros-tro no hay ninguna simetría y la larga me-lena no cae hacia la nuca, sino que se man-

tiene suspendida como por arte de magia.La barba es en la imagen de color oscuro,lo que quiere decir que si se trata de unnegativo fotográfico, el cadáver debía tenerlablanca. Pero aún hay más. Cuando alguiense tumba de espaldas, las nalgas quedanaplastadas contra la superficie en la que elcuerpo reposa y eso no ocurre con la figurade la sábana, que, en el colmo del purita-nismo, oculta los genitales tras las manos.Además, en la zona de la tela donde debe-ría estar impresa la parte superior del crá-neo, no hay nada. Por si eso fuera poco, ladistancia que separa la frente de la parteposterior de la cabeza ronda los 12 centí-metros; es la propia de un ser microcéfalo.Algunos defensores del sudario han indi-cado, por esto, que Jesús padecía una en-fermedad hereditaria llamada síndrome deMarfan. ¿En qué quedamos, la figura de lasíndone es la de un hombre perfecto o lade un enfermo?

El lienzo de Turín contiene, además, lla-mativos rastros de sangre. Y aquí es dondela irracionalidad vuelve a chocar con la ló-gica y con la propia tradición cristiana.Como todo el mundo sabe, al envejecer, lasangre se torna primero parda y luego ne-gra. Sin embargo, en la sábana santa, lasangre, que según los sindonólogos tienedos milenios de antigüedad, es sorprenden-temente rojiza. La propia existencia de san-gre en la tela demostraría, por otra parte,que el sudario de Turín nunca envolvió elcuerpo de Jesucristo. A la hora de narrarel enterramiento de Jesús, san Juan escri-be: �Vino también Nicodemo, el que anteshabía ido a encontrarlo de noche; éste tra-jo una mixtura de mirra y áloe, como cienlibras. Tomaron, pues, el cuerpo de Jesúsy lo envolvieron en fajas con las especiesaromáticas, según la manera de sepultarde los judíos� (Juan 19: 39-40). Es decir,

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que el cuerpo de Jesucristo fue lavado yperfumado antes de envolverlo en fajas. Sise limpió el cadáver, no tenía que haberrastros de sangre en la mortaja, que, porotra parte, nunca fue una sábana. Además,los discípulos debían haber afeitado el peloy la barba de su maestro, tal como mar-caba la tradición hebrea.

Si la sábana de Turín no envolvió el cuer-po de Jesús hace dos milenios, ¿dónde,cuándo y cómo se plasmó en el lienzo lafigura del hombre torturado? El lienzo apa-reció en el siglo XIV en Francia y no hayninguna referencia anterior, a pesar de que,de ser auténtico, sería la reliquia más va-liosa de la cristiandad. Cabe pensar, por lotanto, que la sábana fue confeccionada enlas proximidades de Troyes por alguien pró-ximo a Geoffroy de Charny con la única in-tención de atraer a los crédulos y hacer ne-gocio, tal como denunció el obispo Pierred�Arcis en la misiva que envió al papa Cle-mente VII en 1389.

Fabricar una sábana santa está al alcan-ce de cualquiera. Basta con poner un pe-dazo de papel sobre una moneda y frotarcon la punta de un lapicero. Es algo quehan hecho casi todos los niños y que, sinembargo, son incapaces de entender los de-fensores de la autenticidad histórica de lallamada síndone de Turín. El museólogoJoe Nickell, autor de Inquest on the shroudof Turin (1983), ha demostrado que, paraobtener resultados similares a los de la sá-bana santa, basta con hacer lo mismo quecualquier escolar, pero tomando una tela yun bajorrelieve.2 La técnica medieval delfrotado produce imágenes con aparienciade negativos, en las que los altibajos delrelieve se corresponden con altibajos en eltono de la imagen. La figura así obtenidatiene, como la del sudario, algunos espa-cios en blanco rodeando las formas promi-nentes. Con un pigmento semiseco o en for-ma de polvo, se consigue también que lapintura no penetre más allá de las prime-ras fibras, además de no dejar marcas debrocha ni direcciones de hechura, como esel caso del sudario.

La NASA y el santo sudario

La sábana santa fue un asunto exclusiva-mente religioso hasta que, a finales de losaños 70, se comenzó a hablar de que la NA-SA investigaba la reliquia. La informaciónllegó a España a través de las revistas esoté-ricas Karma.7 y Mundo Desconocido, en lasque Juan José Benítez, un periodista quehabía saltado a la fama persiguiendo plati-

Los exámenes del sudario de Turín rea-lizados por la NASA, que, según los

mercaderes de lo oculto, habíandemostrado científicamente la

resurrección de Jesucristo, no existen

2 Una imagen generada por contacto sobre unbusto da lugar a un rostro panorámico, defor-mado. Sin embargo, si se utiliza la técnica delfrotado sobre un bajorrelieve, las menores dis-tancias en profundidad hacen que la figura re-sultante sea similar a la de la sábana santa.

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puramente semántica, [que] carece de tras-cendencia� [Benítez, 1989].

Lo mismo me dijo en abril de 1992 elsacerdote jesuita Jorge Loring, un apasio-nado sindonólogo que ha dado conferen-cias por toda España y viaja en un cochecargado de ejemplares de su libro sobre elsudario, que vende y firma al término delas charlas. Loring me aseguró que estabaconvencido de la autenticidad de la reliquiay, a lo largo de la conversación que mantu-vimos, recurrió en varias ocasiones a �laradiación detectada por la NASA� y expre-siones por el estilo. Cuando le apunté quela Administración Nacional para la Aero-náutica y el Espacio nunca había examina-do el lienzo, me respondió que estaba deacuerdo conmigo y que en su libro dejababien claro que se trataba de personas rela-cionadas con la agencia espacial que in-vestigaban la reliquia a título particular.

En cuanto tuve oportunidad, comprobéque el sacerdote sindonólogo no me habíadicho la verdad. En su libro La sábana san-ta. Invalidez de la prueba del carbono 14(1979), Loring menciona a la NASA en rela-ción con la sábana santa en 31 ocasionesy en todas da la impresión de que la institu-ción ha investigado la reliquia. Si la vincu-lación de la NASA con la sábana santa noes cierta, como reconoce Loring, y es algointrascendente, como dice Benítez, ¿por quéhacen uso de ella continuamente? La res-puesta es muy sencilla: es la única mane-ra de que alguien conceda un mínimo crédi-to al chapucero estudio realizado por elSTURP en los años 70.

Una comunidad decreyentes con computadora

John Jackson, un fervoroso creyente en laautenticidad de la reliquia que trabajabaen los laboratorios de la Fuerza Aérea esta-dounidense, decidió en 1974 estudiar la po-sible aplicación de las técnicas de mejoradigital de imágenes a la sábana santa. Du-rante varios años, trabajó en colaboracióncon Eric Jumper, miembro del consejo eje-cutivo de la Hermandad del Santo Suda-rio, hasta que en 1977 consiguieron some-ter una fotografía de la reliquia a un anali-zador de imágenes VP-8, �un computadorcapaz de convertir densidades de gris encurvas de nivel y deducir de ellas una figu-ra tridimensional� [Ares, 1995]. A juicio delos fabricantes de misterios, el resultadofue sorprendente: la imagen de la sábanasanta era tridimensional. Pero las maravi-llas no acabaron ahí. �Los técnicos de laNASA −como guiados por la Providencia−han encontrado, además, que el cuerpo deCristo se encontraba ingrávido y radianteen el momento de la resurrección�, adver-tía Benítez antes de añadir que �los hom-bres de la NASA −a través de su VP-8− hanconstatado, absoluta y definitivamente que

llos volantes por Latinoamérica, afirmabaque la agencia espacial norteamericana ha-bía demostrado científicamente la resurrec-ción de Jesucristo. La noticia, como casitodas las que se publican en ese tipo derevistas, era falsa, porque, para empezar,la NASA no ha examinado nunca el lienzode Turín. La investigación corrió en reali-dad a cargo de la Sociedad para la Investi-gación del Sudario de Turín (STURP), de laque formaban parte, a título particular, al-gunas personas vinculadas a la NASA. Sinembargo, Benítez y compañía han habladohasta la saciedad del estudio de la NASApara otorgar credibilidad al trabajo delSTURP, un grupo de creyentes relacionadocon la religiosa Hermandad del Santo Suda-rio.

En 1988, el periodista navarro todavíahablaba de lo descubierto en el sudario �pordiferentes expertos al servicio de la NASA�[Benítez, 1988]. Un año después, tuvo quereconocer públicamente que la agencia ae-roespacial nunca había examinado el lien-zo y lo hizo en respuesta a un reportaje apa-recido en Interviu, en el que se decía que elpúblico había sido engañado durante másde un decenio y que era �totalmente falsoque la NASA haya participado en el estu-dio del sudario de Turín y, por consiguien-te, que se haya pronunciado respecto a laresurrección de Jesucristo� [Gámez y otros,1988]. En su réplica, Benítez reconoció quela NASA nunca había investigado la reli-quia; pero calificó el asunto de �cuestión,

Max Frei tomando muestras del sudario de Turínen 1973.

Archivo ARP

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las imágenes de la sábana santa no se for-maron por contacto� [Benítez, 1978].

Jackson y Jumper participaron en 1977,un año antes de hacer públicas sus extraor-dinarias revelaciones, en la fundación delSTURP,3 que en octubre de 1978 envió unequipo de técnicos a Turín para participaren el segundo Congreso Internacional deSindonología y estudiar la reliquia. El am-biente de las jornadas fue tan devoto quehasta mereció las críticas de Andreas Fa-ber-Kaiser, entonces director de MundoDesconocido. �Poco laico y mucho religioso−escribió el periodista− para un congresocientífico neutral, en el que se dieron en-fáticos arrebatos de afirmación de la fe re-ligiosa a ultranza, protagonizados sobre to-do por Sebastiano Rodante y RaimondoSorgia, quien llegó a afirmar textualmenteque «el examen por medio del carbono 14es útil, sí, pero no permitamos que la cien-cia experimental destruya un dogma uni-versal»� [Faber-Kaiser, 1978].

Las palabras de Sorgia reflejan perfec-tamente lo que Jackson y Jumper habíanhecho con el VP-8: adaptar los datos a lateoría. Los expertos del STURP construye-ron un bajorrelieve a tamaño real del hom-bre de la sábana tras averiguar las posi-bles correlaciones entre densidades de grisy distancias entre la tela y el cuerpo. Recu-rrieron �a un voluntario escogido por su pa-recido con la imagen del sudario. La perso-na fue envuelta en una sábana y, median-te procedimientos ópticos delicados, mi-dieron las distancias entre el cuerpo y latela. Se incorporaron estas medidas a lamemoria del analizador encargado de tra-ducir las variaciones de densidad colorea-da de la imagen del sudario. El primer re-sultado obtenido fue el de una imagen hu-mana en tres dimensiones distorsionada envarios lugares. Las instrucciones dadas alordenador fueron modificadas por tanteohasta que se obtuvo una imagen exenta dedistorsiones inadmisibles� [Rouzé, 1983].Es decir, Jackson y Jumper modificaron losdatos para evitar que el resultado fuera unaimagen grotesca y obtener la representacióntridimensional ideal que tenían en mentedesde el principio.

La sangre, las monedasy los diarios de Hitler

No adaptar los datos experimentales a loque esperaban los miembros del STURPcostó a Walter McCrone, probablemente elmicroanalista forense más competente delmundo, su expulsión del grupo. Y es que,

3 El STURP es una organización con fuerte con-tenido religioso, como lo demuestra el hecho deque, de sus 40 miembros fundadores, 39 erancreyentes convencidos de que la tela de Turínera el auténtico sudario de Jesucristo.

Ambigüedady cinismo

FERNANDO PEREGRÍN

a reciente visita del papa Juan Pa-blo II a Turín, sus declaraciones so-bre la autenticidad de la sábana san-ta, parece abrir un proceso que re-

cuerda a tantos otros protagonizados porla ceguera de la Iglesia de Roma ante lasevidencias de la razón y la ciencia. Comoen el caso de Galileo, sólo que esta vez in-cruentamente y sin reo, es muy posible quedentro de 300 años más o menos, que alparecer es el tiempo que necesita la jerar-quía católica para aceptar la validez de lasmás irrefutables pruebas, se cree una co-misión vaticana para el estudio del verda-dero origen del lienzo de Turín, y que con-cluya con ambigüedad y ciertas dosis decinismo que �donde dije �digo�, quise decir�Diego��. El primer paso lo ha dado ya elpropio Karol Wojtila al hablar de la ima-gen de la síndone como de una �huella delcuerpo martirizado del Crucificado�, ase-gurando a la vez que la sábana Santa �noes materia de fe�.

Hasta aquí, una anécdota más sobrereliquias, apariciones y milagros. Pero loque realmente asombra y desconcierta esque, en su homilia turinesa, la máxima au-toridad de los católicos exhortase a loscientíficos a �actuar con libertad interior y

celoso respeto tanto de lametodología científicacomo de la sensibilidaddel creyente�. Pues noses difícil imaginar a al-guien tan obtuso que nose dé cuenta de que elmétodo científico es, pormuy sensibles que seanlos hombres y mujeresque lo ponen en prácti-ca, incompatible porprincipio con la cre-dulidad ciega en cuentosy leyendas, en hechos sinpruebas y en teorías sinfundamento y sin con-trastar con la realidadexperimental.

Y, desde luego, lo quees difícil de negar es quela ciencia respeta, por-

que la necesita y le rinde sus mejores fru-tos, la libertad interior de los que la prac-tican; muy al contrario que la Iglesia Ca-tólica, cuya historia pasada y presente secaracteriza por su poco, diríamos que nu-lo, respeto a la libertad interior de susmiembros.

Archivo ARP

L

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cuando analizaba rastros de supuesta san-gre, McCrone detectó muestras de berme-llón y rojo de rubia, pinturas utilizadas enla Edad Media. �Además del óxido de hie-rro −advierte Henri Broch−, el análisis hapuesto en evidencia... ¡bermellón y huellasde amarillo de arsénico, azul de ultramar,azurita, carbón de leña y rojo de rubia!�[Broch, 1985]. A esto hay que añadir queMcCrone observó que las partículas de pig-mento se hallaban pegadas entre sí graciasa un fijador orgánico, que identificó comotémpera al colágeno.

Los resultados del trabajo de McCroneno fueron, obviamente, del agrado delSTURP, ya que confirmaban la hipótesis ar-tística apuntada por Henri de Poitiers, Pie-rre d�Arcis y otros. Así que el microanalistaforense fue víctima de una auténtica cam-paña de desprestigio por parte de sus anti-guos compañeros de investigación. �Tengobuenas y malas noticias −dijo irónicamen-te McCrone en el congreso en el que anun-ció sus conclusiones−. Las malas son queel sudario es una pintura. Las buenas sonque nadie me cree� [Nickell, 1983]. Otrosespecialistas que examinaron después lareliquia llegaron a la misma conclusión: noningún hay rastro de sangre. El serólogoforense Giorgio Frache, Alberto Brandone,de la Universidad de Pavia, y los analistasGuido Filogamo y Alberto Fina no han en-contrado en la tela ninguna sustancia re-lacionada con la sangre humana, sino res-tos de óxido de hierro. Al final, el propioSTURP admitió que las manchas de sangrede la sábana están formadas en realidadpor óxido de hierro, un componente depigmentos artísticos, aunque últimamenteha vuelto a apostar por la sangre.

Todas las pruebas en pro de la autenti-cidad no tienen, sin embargo, el mismo gra-do de aceptación entre los propios creyen-tes. Una de las evidencias más débiles, aun-que haya quien recurra a ellafrecuentemen-te, es la pre-sentada porel sacerdoten o r -teamericanoFrancis Filas,que ve en unode los ojos delhombre de lasábana una moneda acuñada bajo el man-dato de Poncio Pilatos. Para Juan JoséBenítez, la moneda hallada por el padre Fi-las es todo un certificado de autenticidadde la reliquia. El periodista y ufólogo pasapor alto que David Sox, ex-secretario de laSociedad Británica del Sudario de Turín,ha advertido que, �desafortunadamente, lamayoría de los expertos dice que la coloca-ción de monedas sobre los ojos de los cadá-veres es una práctica pagana y no se corres-ponde con la forma de enterramiento ju-dío. Cuando se presentó [Filas] con las foto-

el escéptico (Junio 1998) 67

grafías en las que se basaba para realizarestas afirmaciones, un científico, cuyo nom-bre no se citó, dijo: «Sí, y si miras desde unpoco más cerca, en la esquina superior de-recha, puedes ver al Pato Donald... y ahí, ala izquierda, a Mickey Mouse»� [Nickell,1983].4

Al igual que Filas, sólo una persona hasido capaz de encontrar en la tela �gran can-tidad de polen, con lo que puede demos-trar y saber la trayectoria que siguió la sá-bana santa desde Palestina hasta Turín�

[Alés, 1990]. El palinólogo suizo Max Freitomó en 1973 muestras de polvo deposita-do en doce puntos del lienzo y detectó lapresencia de polen de una treintena de es-pecies propias de Oriente Próximo que noexisten en Europa. El estudio de Frei sólotiene un problema: hay que fiarse de la pa-labra del experto, ya que nadie controló ensu día la recogida de muestras ni ha logra-do después los mismos resultados. El esta-blecimiento de mecanismos de control y larepetibilidad del experimento son algo fun-damental en ciencia. Hasta el propio STURPconsidera que la muestra de Frei �no es es-

t a d í s t i c a -mente signi-ficativa. Lospólenes po-drían habersido llevadospor el vientoo deposita-dos por losvisitantes de

la sábana; su presencia no prueba que lasábana estuviera nunca en Tierra Santa�[Nickell, 1983]. Por si fuera poco, Frei noes digno de crédito. En calidad de peritocalígrafo, certificó en su día la autentici-

4 El médico forense Pier Luigi Baima Bollone,fervoroso sindonólogo, anunció en 1996 que ha-bía encontrado en el otro ojo del hombre de lasábana un leptón de la época del emperador Ti-berio, acuñado el año 29 de nuestra era. El ha-llazgo no se publicó en ninguna revista científi-ca, sino en las esotéricas.

Recogida de los trozos de lino que se sometieron a la pruebadel carbono 14.

Archivo ARP

Walter McCrone fue objeto de unacampaña de descrédito orquestada

por el STURP tras anunciar que lo queparecía sangre era en realidad pintura

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dad de los falsos diarios de Adolf Hitler.

La prueba del carbono 14

Después de más de seis siglos de contro-versia, el Vaticano aceptó en 1988 que sesometiera la sábana santa a la datación me-diante radiocarbono. Ya en 1978, H.E. Go-ve, especialista en el análisis del carbono14, aseguró durante el congreso creyentesobre La síndone y la ciencia, celebrado enTurín, que los resultados de este examenserían �serios� y que �si revelara que el lien-zo data, por ejemplo, del siglo XI, quedaríadefinitivamente demostrado que no fue elque estuvo en contacto con Jesús� [Faber-Kaiser, 1978]. El cardenal Anastasio Ba-llestrero confirmó el 13 de octubre de 1988las sospechas de los escépticos. Los análi-sis científicos llevados a cabo por tres labo-

ratorios de Estados Unidos, Gran Bretañay Suiza demostraban que el tejido del suda-rio de Turín había sido confeccionado entrelos años 1260 y 1390. La Iglesia aceptó elveredicto de la ciencia; pero confirmó �surespeto y su veneración a esta imagen de

68 (Junio 1998) el escéptico

Cristo, que sigue siendo objeto del culto delos fieles. El valor de la imagen −puntualizóBallestrero− es preeminente respecto aleventual valor de muestra histórica� [Ma-ssagué, 1988].

El análisis de radiocarbono era una vie-ja reivindicación de la comunidad científicamundial, la puntilla a años de investigacio-nes. Los resultados no sorprendieron másque a los inventores de misterios, ya quelos investigadores rigurosos que habían exa-minado el sudario estaban convencidos desu origen medieval. En septiembre de 1980,Walter McCrone había advertido que el car-bono 14 iba a datar la pretendida reliquia�el 14 de agosto de 1356, diez años más omenos� [Nickell, 1983]. Vittorio Pesce,antropólogo de la Universidad de Bari, man-tenía meses antes de la datación porradiocarbono que la sábana había sido con-feccionada entre 1250 y 1350. Y es que losdocumentos históricos, la iconografía, losmateriales y las técnicas empleadas se bas-taban y se sobraban para situar la apari-ción de la sábana en Francia a mediadosdel siglo XIV. ¿Pero en qué consiste la prue-ba del carbono 14 y cómo se hizo en el casode la síndone?

La datación mediante el radiocarbono fueideada en los años 50 por Willard F. Libby,que recibió en 1960 el premio Nobel de Quí-mica. El carbono 14 se encuentra en todoser vivo y Libby descubrió que, a partir delmomento de la muerte, la cantidad de di-cho isótopo se reduce a la mitad cada 5.568años. Si se conoce la porción deradiocarbono que hoy contiene el cuerpo deun hombre, por ejemplo, y se analiza el ca-dáver de un ser humano que vivió en el pa-sado, podrá determinarse cuándo viviónuestro ancestro. Eso fue lo que se hizo conel lino del sudario de Turín; pero, para ga-rantizar la validez de los resultados, se hizopor triplicado y sin que los investigadoresencargados del trabajo supieran exactamen-te si estaban datando restos procedentes delsudario, de una tumba nubia, de una mo-mia o de una capa medieval.

El cardenal Ballestrero encargó la prue-ba, que iba a estar supervisada por el Mu-seo Británico, a un laboratorio de Oxford,otro de Arizona y un tercero de Zurich. Lasmuestras de la sábana se tomaron en la sa-cristía de la catedral de Turín el 21 de abrilde 1988, en presencia de representantes detodas las partes. Después, el arzobispo deTurín y el entonces jefe del laboratorio deinvestigación del Museo Británico, MichaelTite, prepararon y codificaron las muestrasque se iban a entregar a cada laboratorio:una del sudario; otra de una tumba nubiadatada entre los siglos XI y XII; una terceraprocedente de una momia egipcia de haceveinte siglos, y la última perteneciente a unacapa fechada entre 1290 y 1310. Los repre-sentantes de los tres laboratorios ignora-ban cuál era el origen de cada una de lasmuestras que les habían entregado; sólo sa-

Los sindonólogos se inventaron unasdeclaraciones de Willard F. Libby en

contra de la prueba del radiocarbonoocho años después de su muerte

El �hombre de la sábana� tendría la barba blan-ca de un anciano.

Archivo ARP

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bían que una de ellas era de la sábana san-ta. Antes de analizar las piezas de lino, cadauno de los laboratorios empleo diversas téc-nicas de limpieza para eliminar material ex-traño a las telas. Después, dividieron cadamuestra en submuestras y las sometierona la prueba del carbono 14.

El laboratorio de Arizona realizó un totalde diecinueve mediciones; el de Oxford,doce, y el de Zurich, dieciocho. A pesar deemplear distintos métodos de lavado, lastres instituciones obtuvieron resultados si-milares. Según comprobó Michael Tite, lasfechas otorgadas a las muestras de controlse correspondían con las esperadas y tam-poco había diferencias llamativas en la data-ción de las piezas procedentes de la sábanasanta. �Los resultados de las pruebas de ra-diocarbono de Arizona, Oxford y Zurich da-tan el lino del sudario de Turín entre 1260y 1390 (±10 años) con una fiabilidad del95%. Estos resul-tados proporcio-nan evidenciaconcluyente sobreel origen medievaldel lino del suda-rio de Turín�, esta-blece el informepublicado por unaveintena de cientí-ficos en la revistaNature [Damon yotros, 1989]. Fuela gota que colmóel vaso de la indig-nación entre sin-donólogos y divul-gadores de lo pa-ranormal, que vie-ron como la cien-cia oficial echabapor tierra uno delos montajes másrentables de losaños 70 y 80, quetodavía algunos si-guen explotando.

Libby vuelve de la tumba

El Vaticano aceptó los resultados del estu-dio; pero los empecinados sindonólogos em-prendieron una cruzada de descrédito con-tra la prueba del radiocarbono. Y lo hicie-ron con la torpeza que les caracteriza. Ape-nas habían pasado unos meses desde larueda de prensa del cardenal Ballestrero,cuando salieron a la luz críticas del propioWillard F. Libby. �Tengo curiosidad −decíanque había dicho el experto− por leer la rela-ción científica para examinar la metodolo-gía usada por los tres laboratorios. Pero,mientras llega, puedo ya indicar algunosfallos garrafales. Primero, que la muestradel lienzo ha sido cortada en un solo lugar,y que no se ha hecho un muestreo estadís-tico de toda la superficie del lienzo como

el escéptico (Junio 1998) 69

exige el método o, al menos, de sus diferen-tes partes esenciales. Además, el lugar es-cogido para los cortes de las muestras re-sulta ser el que los encargados de mostrarel lienzo durante horas y días a lo largo delos tiempos agarraban con las manos paramantener en alto y extendido el lienzo du-rante las exposiciones. Por lo tanto, un lu-gar contaminado por el sudor y grasa orgá-nica, vehículo especial del carbono 14�[Fernández Ardanaz, 1989]. Por eso, el pre-sidente del Centro Español de Sindonología,Celestino Cano, no dudaba en afirmar quela prueba del radiocarbono no se hizo bien,�como más tarde ratificó el propio inventordel sistema�.

¡La sábana santa había obrado, por fin,un milagro! Libby volvía de la tumba parapronunciarse sobre la validez de la pruebadel carbono 14. ¿De dónde sacaron en 1989periodistas y sindonólogos las declaraciones

del premio Nobelmuerto en 1980?¿Organizaron unasesión de espiritis-mo o, simplemen-te, se inventaron laopinión del quími-co? ¿A nadie se leocurrió comprobarque el científicohabía fallecidoaños antes o esque no interesabahacerlo? Sólo hayuna cosa clara, enel caso del sudariode Turín, pensarmal es garantía deacierto.

El padre JorgeLoring es, sin em-bargo, de los quepiensan mal y noaciertan. Anas-tasio Ballestrero ledio el disgusto desu vida. Y él estáconvencido de que

�hay una conspiración�, en la que estáninvolucrados los laboratorios que realizaronel examen, el Vaticano y las propias publi-caciones científicas. �Están todos en la mis-ma línea, como pasa en la tele. ¿Qué se diceen la tele? Lo que quieren los de arriba. Sitú dices una cosa que no les interesa, nosales en la tele. Pues eso pasa en todas par-tes�, sentencia el jesuita [Gámez, 1992]. Lo-ring, uno de los que mantienen que �inclu-so Libby considera que este método no sepuede aplicar a la sábana santa�, advierteen sus conferencias que el propio MichaelTite, el coordinador de las pruebas del car-bono 14, �reconoce un posible aumento deeste elemento radiactivo si el lino recibió unbombardeo de neutrones. Poco después,escribió una carta al profesor Gonella, ase-sor científico del arzobispo de Turín, en la

Un bombero rescata el relicario con la síndone de lacatedral de Turín en llamas en abril de 1997.

Archivo ARP

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que afirma que él no considera un fraudela sábana santa� [Alés, 1990]. Como siem-pre, el sacerdote dice parte de la verdad,pero no toda la verdad.

Tite escribió en septiembre de 1989una carta a Luigi Gonella, científico delPolitécnico de Turín y colaborador del Va-ticano, para dejar bien claro que ladatación mediante radiocarbono no su-pone una prueba de que la sábana se con-feccionara con la intención de engañar.Aunque de las palabras de Loring parecededucirse que Tite considera que la sá-bana santa es auténtica, la realidad esque el representante del Museo Británicono ha puesto en ningún momento en dudael resultado del test del radiocarbono. Loúnico que dice en la misiva, que se hizopública sin su consentimiento, es que laprueba del carbono 14 no sirve para de-terminar con qué motivo se fabricó el su-dario de Turín. Según los sindonólogos,tampoco sirve para determinar la antigüe-dad de la sábana santa, ya que la energíadesprendida por el cuerpo de Jesucristoen el momento de la resurrección habríaalterado la proporción de carbono 14.Aquí, la ciencia topa con la fe, porque lossindonólogos hablan de la energía de laresurrección, pero no son capaces de de-cir qué tipo de energía es. En el fondo, alvenirse abajo el castillo de naipes levan-tado durante siglos, recurren al más vie-jo de los trucos religiosos, el milagro.

La explicación más pueril a la datacióndel carbono 14 proviene, sin embargo, deRusia. En la carrera hacia el absurdo, labióloga Tamila Reshétnikova ha estable-cido una marca difícil de batir. Afirma que�la edad del sudario es variable y depen-de de la creencia de la gente, puesto queel campo energético de la religión cristia-na alimenta el tejido, manteniendo su in-tegridad�. Asume la hipótesis de OlgaAsauliak, que �propone a los científicosmedir la edad del sudario antes de la Cua-resma, en vísperas y después de la Pas-cua, con el fin de convencerse de su reju-venecimiento a medida que aumenta lacreencia de las personas, que alcanza suapogeo y la cantidad de gente en el Do-mingo Santo� [Reshétnikova, 1993]. ¿Al-guien da más?

Referencias

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Benítez, Juan José [1978]: �Cristo resucitó. Sen-sacionales descubrimientos de la NASA�.Mundo Desconocido (Barcelona), Nº 20 (Fe-

70 (Junio 1998) el escéptico

brero), 11-18.Benítez, Juan José [1988]: �Historia de un falsi-

ficador genial�. Diario 16 (Madrid), 16 de Oc-tubre.

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el escéptico (Junio 1998) 71

omo era de esperar, Internet ha po-sibilitado la difusión casi sin límitesde las más alocadas ideasirracionales, y se ha convertido en el

mejor escaparate para el negocio de lapseudociencia, pero también en un medioideal para la divulgación del pensamientocrítico. La cantidad de información dispo-nible es tal que ni siquiera dedicando larevista entera al escepticismo en Internetpodríamos tratar el tema con la suficienteprofundidad. Afortunadamente, la mayoríade las web de contenido escéptico o racio-nalista están muy bien interconectadas, ybasta comenzar por acceder a algunas deellas para encontrar abiertas todas las puer-tas. En esta primera guía digital, vamos aexaminar dos lugares virtuales rebosantesde información y enlaces de interés para loslectores de EL ESCÉPTICO.

Un diccionario imprescindiblepara el nuevo milenio

Entre los sitios web más interesantes y úti-les sobre escepticismo, destaca TheSkeptic�s Dictionary & Guide for the NewMillennium, del filósofo Robert T. Carroll,una magnífica colección de definiciones es-cépticas y ensayos sobre los temas más va-riados. Podemos acceder a ellos por ordenalfabético, o bien mediante un índice de ma-terias que los agrupa en once grandes blo-ques : ETs & ufos, Alternative medicine,Cryptozoology, occult & supernatural, Theparanormal & the psychic, Junk science &pseudoscience, Frauds & hoaxes, New ageNirvana, Who I am?, A skeptic�s Halloween y Logic, science & philosophy. Este últimoapartado quizá sea uno de los más intere-santes, ya que disecciona con profundidade ironía las falacias lógicas a las que nostienen acostumbrados los charlatanes, losmecanismos psicológicos relacionados conla credulidad, y conceptos de imprescindi-ble dominio para el pensador crítico, talescomo efecto placebo, estudio controlado, na-vaja de Occam, etcétera.    El diccionario, por supuesto, no estáexento de la opinión de Carroll, una opi-nión siempre bien fundamentada. Así, si nosdirigimos a acupuntura, por ejemplo, encon-tramos una tajante separación entre el con-

cepto de acupuntura como tal y la acción de clavar agujasen el cuerpo. La primera es, según Carroll, una teoría meta-física, imposible de contrastar empíricamente, acerca dela manipulación de la energía chi con el objeto de equili-brar el Ying y el Yang. La segunda, es decir, la inserciónde agujas, no puede usarse para validar la acupuntura,tenga los efectos (ligeramente anestésicos, por lo visto) quetenga. Y podemos asistir a un interesante debate con unlector sobre este punto, ya que en este diccionario no faltael debate: Carroll publica los comentarios (generalmenteduros) de lectores (generalmente crédulos) y sus corres-pondientes réplicas.

Esta página es una fuente inagotable de frasesdemoledoras, irónicas o ingeniosas para coleccionar, pe-gar en la nevera o colocar al final del texto en un emilio(mensaje de correo electrónico). Pero, además del rigor yel ingenio del autor, encontramos bibliografía y cientos deenlaces −la esencia de inernet− que nos permiten profundi-zar en cada asunto acudiendo a otros lugares de la red o adiferentes publicaciones. Incluye también un interesanteFAQ (Frecuently Asked Questions) con respuestas a las pre-guntas más frecuentes de los lectores.    Más ventajas: el sitio se actualiza regularmente aña-diendo más temas y enlaces, y podemos bajarnos el dic-cionario completo para disfrutarlo tranquilamente sin es-tar conectados. Un grupo de internautas escépticos tra-baja en la actualidad en la traducción de la web de Carrollal castellano. De momento, y para quien le venga bien,existe ya una versión en portugués. La velocidad de cargade The Skeptic�s Dictionary no es muy alta, pero sí másque aceptable. En realidad, lo único malo que tiene este

guía digital

Primeros ‘pantallazos’

C

ERNESTO CARMENA

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sitio es la longitud de su dirección: http://wheel.ucdavis.edu/~btcarrol/skeptic/dictcont.html.1

La mayor organizaciónescéptica del mundo

El Comité para la Investigación Científica de los Supues-tos Hechos Paranormales (CSICOP) es la mayor organiza-ción escéptica del mundo y tiene también un excelentesitio en Internet (http://www.csicop .org). Noticias de ac-tualidad, artículos y enlaces, son los principales recursosque nos ofrece.

La página principal incluye la portada del último nú-mero de The Skeptical Inquirer, la revista del CSICOP. Paradisfrutar de esta publicación bimestral −en papel−, tene-mos que subscribirnos, cosa que podemos hacer porInternet, al igual que afiliarnos al CSICOP. Pero, de todasmaneras, algunos artículos de cada número son accesi-

bles a través de estapágina web. Entre és-tos, cabe destacar porejemplo, la entrevistaa un modesto MartinGardner, veterano delescepticismo, en elnúmero correspon-diente a marzo-abrilde este año; o el de-tectivesco análisis deun caso de combus-tión espontánea hu-mana, en el que unamujer murió quema-da en extrañas cir-cunstancias tras e-char llamaradas porla boca, como un dra-gón; o el artículo deDavid E. Thomas so-bre el código secretode la Biblia. 

Thomas ha estado investigando y jugando a las sopasde letras con el ordenador, y, a partir de un capítulo delfamoso libro El código de la Biblia, de Michael Drosnin, haextraído los siguientes mensajes ocultos: �The code is asilly snake-oil hoax� (�El código es un estúpido fraude depócima curalotodo�), y  �The code is evil� (�El código esmaligno�), que evidentemente deben de estar ahí por algu-na razón, ¿o no? Analizando un tocho de Isaac Asimovsobre ciencia, Thomas encuentra siete ocurrencias váli-das de la palabra nazi cuando sólo una es esperable porazar. La explicación racional, a éste y a otros muchos enig-mas de revista de pasatiempos, la tenemos en el mencio-nado artículo y en otro mucho más extenso y repleto deejemplos, publicado en el número de The Skeptical Inquirerde noviembre-diciembre del año pasado, y disponible en

este sitio.El boletín tri-

mestral The Skep-tical Briefs, que re-ciben los socios delCSICOP, tambiénes publicado par-cialmente, e inclu-so totalmente en elcaso de algunosnúmeros, en Inter-net. En un artículocorrespondiente alnúmero de marzoobra, de Joe Nic-kell, asistimos a ladesmistificación de un supuesto caso de re-encarnación que describe en su libro la pro-pia reencarnante, una podóloga inglesa cuyoelevado cociente intelectual −es miembro dela asociación de genios Mensa− no le impi-de creer que un día fue una campesina ir-landesa o que una muchacha nepalí será elsiguiente asiento de su alma de culo inquie-to.

Otras secciones de esta web están dedi-cadas, respectivamente, a las últimas noti-cias, a los acontecimientos de interés es-céptico −actividades, congresos, etcétera−,a una lista de correo no excesivamente ac-tiva −algo que muchos internautas agrade-cen, por otro lado−, a la inscripción en elCSICOP con vídeo introductorio incluido, ala charla virtual −que no hemos tenido oca-sión de disfrutar, seguramente por haberlointentado en horas poco apropiadas−, y auna extensa lista de enlaces a otros recur-sos escépticos en Internet. Éstos incluyenpáginas web de otras organizaciones escép-ticas y recursos por materias. Señalamos,por ser poco conocidas, la página de loscreadores ingleses de círculos de trigo( h t t p : / / w w w . h e a d - s p a c e . c o m /circlemakers/), en la que se nos explicanlos secretos de tan artesanal labor y algu-nos sucesos extraños que les ocurrieron aestos chicos durante sus operaciones clan-destinas de decoración en los campos de In-glaterra, y la página titulada Bad Astrono-my (http://smart.net/~badastro/bad.html), en la que se exponen y corrigen mal-interpretaciones, errores y disparates de usocomún o aparecidos en los medios de co-municación, relacionados con la astrono-mía.

La web del CSICOP tiene una buena ve-locidad de carga, una presentación sencillay agradable, con toques de humor bajo laforma de un gris −categoría de extraterres-tres humanoides− que nos guía a través delas páginas. Su estructura permite una na-vegación muy cómoda. Pero lo mejor, porsupuesto, es el contenido.

72 (Junio 1998) el escéptico

1 Recordatorio: la virgulilla (~) se escribe pulsando la tecla Alt y,sin soltarla, 126 en el teclado numérico.

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n la carretera granadina de Huéscara Cullar de Baza, existe un desvíohacia la cercana localidad de Orcedonde se erige un letrero, que, des-

de que se instaló, ha llamado poderosamen-te mi atención. A la entrada del pueblo, selevanta otro parecido, de lo que se deduceque ambos han sido instalados por las au-toridades municipales de Orce. El situadoen el cruce de la carretera llama la aten-ción al viajero por la rotundidad e importan-cia científica del mensaje anunciador:

ORCE,CUNA DE LA HUMANIDAD EUROPEAYACIMIENTOS ARQUEOLÓGICOS Y

PALEONTOLÓGICOS DE LOSPRIMEROS HOMBRES DE EUROPA

1,5-1,8 MILLONES DE AÑOSEXPOSICIÓN EN MUSEO DE ORCE

El instalado a la entrada del pueblo essimilar y algo más extenso, anunciando elMuseo de Prehistoria José Gibert (Arqueo-logía y Paleontología), dedicado al descu-bridor de tan sensacional hallazgo. Se pue-de calificar de sensacional porque, cuandoestos letreros fueron instalados, los fósileseuropeos más antiguos conocidos a duraspenas superaban el medio millón de años,pues aún no se habían descubierto los fósi-les humanos de la Gran Dolina de Atapuer-ca (Burgos), con una antigüedad de780.000 años. En esta localidad burgale-sa, sólo se conocían los de la Sima de losHuesos, que parecían tener alrededor de300.000 años. Así pues, cuando el supues-to Hombre de Orce fue hallado, el homínidomás antiguo de Europa occidental teníauna datación muy imprecisa de alrededorde medio millón de años y hacía muchotiempo que había aparecido en Mauer (Ale-mania). Por tanto, el hallazgo era realmen-te sensacional y remontaba de un plumazomás de un millón de años atrás la apari-ción de los primeros hombres en Europa.

El descubrimiento

El yacimiento de Venta Micena, situado cer-ca del pueblo de Orce en la provincia deGranada, fue descubierto en 1976 por un

equipo dirigido por el doctor Gibert, del Ins-tituto de Paleontología de Sabadell. En1982, encontraron un pequeño fragmentocraneal (VM-0), que pronto fue atribuido aHomo sp. y publicado en 1983,1 por JosepGibert, Jordi Agustí y Salvador Moyà Solà,en la revista Paleontología i Evolució, del Ins-tituto de Paleontología de Sabadell. Inme-diatamente, iniciaron una sensacional cam-paña de divulgación en los medios de co-municación, afirmando que se trataba delhomínido más antiguo de Eurasia, que te-nía 1,8 millones de años de antigüedad yque, en consecuencia, pertenecería a laspoblaciones más antiguas de Homo erectuso de Homo habilis. Parecían preferir este úl-timo, como lo pone de manifiesto que utili-zaban una reconstrucción de Richard Lea-key para ilustrar sobre las característicasanatómicas del Homo habilis, con la quehicieron un cartel para difundir el hallaz-go. Se trataría, tanto entonces como aho-ra, del primer representante de esta espe-cie encontrado fuera de África.

Además, se comenzó a organizar un con-greso para dar a conocer el sensacional ha-llazgo del Hombre de Orce a la comunidadcientífica internacional. Para presentarlo enel congreso, el fósil fue limpiado del sedi-mento adherido a su cara interna y, enton-ces, apareció una cresta que despertó gran-des dudas sobre la pretendida humanidadde la pieza. En 1989, el doctor DomènecCampillo, del Museo Arqueológico de Bar-celona, afirmaba que esta cresta sería ori-ginalmente más alta, ya que parte de ellafue destruida durante el proceso de lim-pieza. La presencia de esta cresta −atípicaen homínidos− provocó la pérdida de losapoyos internacionales, basados principal-mente en los prestigiosos profesores fran-ceses Henry y Marie Antoinette de Lumley.Asimismo, los descubridores perdieron granparte de los apoyos españoles, el congresofue suspendido y se le empezó a denomi-nar el burro de Orce. Un muy popular se-

El polémico fósil de Orce:¿falta de rigor o fraude?

Cuando un paleontólogo encuentra un fósil muy fragmentario,la prudencia es una gran virtud que debe ser puesta en práctica

EUSTOQUIO MOLINA

E

1 En Paleontología, Homo sp. quiere decir queno se sabe a qué especie de Homo pertenece ysólo se determina el género.

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manario catalán de humor −El Jueves− lesdedicó un número donde se ridiculizabatodo lo referente al polémico fósil.

Las críticas y el rigor propio de cualquierbuen científico llevaron a Agustí y MoyàSolà a reconocer su error y publicar un ar-tículo en 1987, en una conocida revistaespañola −Estudios Geológicos−, concluyen-do que la sutura coronal, las fuertes im-presiones digitales y la presencia de una

cresta hacíanimposible laadscripción algénero Homo,atribuyéndolo aun équido. Am-bos científicosse retiraron delas investigacio-nes de Orce y,actualmente,son dos presti-giosos paleontó-logos que seoponen a las i-deas defendidaspor Gibert.

Sin embar-go, Gibert y elresto del equipodecidieron se-guir adelante,intentando de-mostrar con di-versos estudios

que realmente se trataba de un homínido.Para ello, Campillo realizó estudios de mor-fología comparada, concluyendo que se tra-taba de un cráneo infantil y que, sin duda,pertenecía al género Homo. Ahora bien, fueel estudio más sofisticado del profesor PaulPalmqvist, de la Universidad de Málaga,usando el método de análisis fractal, el queresucitó al difunto hombre de Orce, ya queconsiguió ser publicado en la prestigiosarevista Journal of Human Evolution por Gi-bert y Palmqvist en 1995. Sin embargo,poco duró el idilio entre ambos, pues, enagosto de 1996, en Alcazaba, la revista in-formativa local de Orce, Palmqvist acusa-ba a Gibert de caciquismo, nepotismo, am-bición desmedida, etcétera, y de algo quees especialmente grave en ciencia: fraude.

Palmqvist sugería que Gibert había pro-ducido un fraude deliberado, mediante lamanipulación de datos −sutura−, compa-rable al tristemente famoso fraude dePiltdown, ya que el estudio publicado en1995 había sido realizado a partir de undibujo de la sutura muy simplificado −¿in-tencionadamente?− que le envió Gibert. Re-cientemente, Palmqvist ha hecho un nue-vo análisis de la sutura, aplicando la mis-ma técnica sobre un dibujo muy precisoenviado por Moyà Solà, y ha llegado a laconclusión que se trata de un caballo de 3a 5 meses de edad. Posteriormente, en elpenúltimo número del Journal of Human

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Evolution, acaban de ser publicados sen-dos artículos de estos investigadores, con-cluyendo definitivamente que se trata derestos de un tipo de caballo que era muyfrecuente en el yacimiento de Venta Mice-na. Finalmente, Gibert y cinco colaborado-res han logrado que la citada revista lesacepte la contrarréplica, que será publica-da en otro número −lo normal es que tantoreplica como contrarréplica aparezcan jun-tas− pues, al parecer, han tenido dificulta-des para su aceptación definitiva. En surespuesta, Gibert se defiende diciendo queMoyà Sola confundió escamas corticales,pequeñas fisuras y precipitaciones de car-bonato con curvaturas en la sutura. Asípues, Gibert y el resto de su equipo conti-núan manteniendo su atribución del pe-queño y fragmentario fósil, conocido comola galleta, a un homínido del Pleistocenoinferior.

Por otra parte, el profesor Enrique GarcíaOlivares, de la Universidad de Granada, de-tectó en 1989 muy grandes cantidades dealbúmina humana en una muestra envia-da por Gibert y en otra tomada por él mis-mo; pero estos análisis inmunológicos nun-ca fueron considerados concluyentes, puesresultaba raro y sospechoso que un fósiltan antiguo conservara cantidades tangrandes de albúmina. Sin embargo, el equi-po de García Olivares logró en 1997, en co-laboración con dos investigadores ameri-canos, que sus resultados fueran publica-dos en una revista de amplia difusión, Ame-rican Journal of Physical Antropology, lo cualsupone un nuevo balón de oxígeno para elmoribundo crónico Hombre de Orce.

Aspectos metodológicos eimplicaciones sociales

La polémica del fósil de Orce suscita unaserie de reflexiones sobre los aspectos me-todológicos que indican una falta de rigor,puesta ya de manifiesto en 1992 por el au-tor de este ensayo, que lleva gestándosemás de una década. Durante este tiempo,se ha elaborado un voluminoso dossier conlas publicaciones, noticias de prensa, opi-niones de otros investigadores, etcétera,que permitía desde hace tiempo escribir unartículo. Pero se ha esperado al momentomás oportuno, que parece ser ahora, cuan-do Gibert ha sido acusado de fraude porsus más directos colaboradores. Diversosaspectos muestran como mínimo una faltade rigor científico y recuerdan los recursosutilizados por los charlatanes pseudo-científicos, si bien es obvio que Gibert noes un pseudocientífico.

Cuando un paleontólogo encuentra unfósil muy fragmentario, la prudencia es unagran virtud que debe ser puesta en prácti-ca. El famoso fragmento de cráneo tieneunas dimensiones similares a las de unagalleta: 5,5 milímetros de grosor medio, 8,4

�La galleta� de Orce.Archivo ARP

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centímetros de longitud máxima y una an-chura de 7,6 centímetros. Cuando un buenprofesional encuentra un fósil tan incom-pleto y poco significativo, no suele hacerafirmaciones de la rotundidad de las reali-zadas en gran parte de las publicacionesde Gibert, ni echa las campanas al vuelocon tanta facilidad. Cuando llegan las críti-cas por afirmar que es seguro que se tratade un homínido, no es correcto compararsu caso con el de Marcelino Sanz de Sau-tuola y el descubrimiento de las pinturasrupestres de Altamira, como hizo Gibert en1989, ya que existe una diferencia funda-mental entre ambos casos: Sanz de Sau-tuola encontró unas pinturas excelentes yGibert un fósil tan fragmentario que ha sidocalificado de miserable. Pero, lo que es másimportante, no es lógico invocar el recursode ser injustamente criticado antes de de-mostrar que el fósil pertenece a un homí-nido.

Sorprendentemente, en un yacimientotan excepcionalmente bueno por la conser-vación y abundancia de fósiles como VentaMicena, todos los pretendidos restos dehomínidos encontrados son igual de du-dosos y fragmentarios: un pequeño frag-mento de molar que podría pertenecer aotro mamífero y dos pretendidas diáfisis hu-merales que podrían ser fragmentos de cos-tillas de otro animal más grande. Para serrigurosos, conviene no mezclar estos res-tos tan precarios e inciertos con otros que,a pesar de ser polémicos, tienen mayoresposibilidades de ser humanos. Concreta-mente, con una falange encontrada en Cue-va Victoria (Murcia) que podría ser huma-na, pero que parece presentar problemasde datación y ser más reciente. Asimismo,serían más recientes las industrias líticasencontradas en el yacimiento de FuenteNueva, que parecen tener una edad cercanaal millón de años. Este hallazgo indica quepodrían encontrarse en este yacimiento gra-nadino fósiles ligeramente más antiguosque los de Atapuerca. Pero todo esto nodebe mezclarse para crear confusión, nipuede ser utilizado para justificar la hu-manidad del polémico fósil de Venta Mi-cena.

La morfología del fósil no es concluyen-te, debido a su carácter tan fragmentario,y constituye el origen de la polémica. Eneste sentido, podría argumentarse que tam-poco está claro que sea de un caballo, perola atribución a un équido no requiere prue-bas extraordinarias por no ser una afirma-ción extraordinaria y, dado que los caba-llos son tan frecuentes en este yacimiento,se trataría de la hipótesis más plausible.Por otro lado, los estudios inmunológicostampoco han sido aceptados como conclu-yentes, habida cuenta de la remota posibili-dad de que se conserve tanta proteína enun fósil tan antiguo y de las dificultadesque sus autores han tenido para publicar-los en revistas de prestigio.

el escéptico (Junio 1998) 75

En el proceso de investigación científicade un hallazgo de la pretendida importan-cia del Hombre de Orce, es fundamental lapublicación en revistas de prestigio y laaceptación por la comunidad paleoantro-pológica. Sin embargo, han transcurridomás de quince años desde el hallazgo ytodavía no ha sido aceptado en las revistas−Nature y Science− donde normalmente sedan a conocer los descubrimientos más im-portantes. Gibert se ha jactado de que susartículos han sido publicados en revistasde gran difusión internacional catalogadasen el Science Citation Index (SCI), y de quesu hallazgo ha sido aceptado por la comu-nidad científica, habiendo recibido tambiénel respaldo en varios congresos internacio-nales. En los medios de comunicación, haafirmado que en los congresos se ha apro-bado la humanidad del fósil de Orce, comosi en esos foros se votaran los problemascientíficos, cuando es obvio que la cienciano funciona así. Hasta el momento, Gibertha logrado publicar una media docena deartículos en revistas del SCI, lo cual actual-

mente es superado por cualquier investiga-dor recién doctorado, incluso teniendo lí-neas de investigación de mucho menor im-pacto. Pero, además, ha publicado uno desus artículos en Espacio y Tiempo, una re-vista pseudocientífica dirigida por el cono-cido charlatán Fernando Jiménez del Oso.Si bien se trata de un artículo polémico,pero científico, la citada publicación es unade esas revistas basura de lo esotérico yparanormal que tanto proliferan y en lasque nunca suele escribir ningún científicoque se precie a pesar de que pagan honora-

Dibujos de las suturas del fragmento del cráneo de Orce (VM-0) realizados por el doctor Josep Gibert (a) y por el doctor Sal-vador Moyà Solà (b).

Archivo ARP

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rios muy atractivos.En investigación, es nor-

mal utilizar cualquier téc-nica científica que permitademostrar la veracidad deuna conclusión, como biense ha hecho aplicando so-fisticados análisis tales co-mo el de fractales; pero,cuando los resultados pa-recen negar la veracidad,hay que admitir las críticassobre la insignificancia delfósil en cuestión. Ahorabien, lo realmente explosi-vo es la posible falsificacióndel dibujo de la sutura, loque, caso de confirmarse,supondría un fraude cien-tífico muy grave. Gibert noadmite las acusaciones desus colaboradores y se de-fiende buscando explicacio-nes ad hoc, tal como pareceindicar su afirmación de que

Moyà Solà confundió las curvaturas en lasutura con escamas corticales, pequeñasfisuras y precipitaciones de carbonato. Evi-dentemente, ningún argumento científicopuede fundamentarse sólidamente en laafirmación de que el científico que tiene unaopinión distinta no ve bien los datos, es de-cir, de que no ve tres en un équido. Parasalir de dudas, el polémico fósil debería ex-ponerse permanentemente en el Museo deOrce, y un grupo de investigadores inde-pendientes tendría que examinarlo detalla-damente para determinar qué sutura es laverdadera y, así, comprobar si realmenteha existido fraude. Pero el celo con que Gi-bert guarda el fósil en Sabadell ha impedi-do hasta el momento realizar estas observa-ciones, incluso por su más directo colabo-rador, Palmqvist, quien, para sus estudios,ha tenido que fiarse de los dibujos que pri-mero le envió Gibert y después Moyà Solà.

El caso de Orce tiene también una seriede implicaciones políticas y sociales que sehan puesto de manifiesto muy frecuente-mente en los medios de comunicación. Sehan convocado ruedas de prensa para di-fundir hallazgos muy inciertos y pretendi-damente importantes. Y se ha desarrolla-do en la prensa un debate que nunca de-bió salir del ámbito científico, habiendosemontado una especie de circo mediático im-propio de la investigación científica riguro-sa. Se han creado unas expectativas en laprovincia de Granada, y, especialmente, enla población de Orce, que han dado origena un estado de ansiedad y a una actividadpolítica desmesurada. Pero, aunque nopuede negarse la posibilidad de que, en losyacimientos de Orce, algún día aparezca unhomínido de casi 1,8 millones de años, nohay que confundir deseos con realidades,y menos tratar de convencer a la poblaciónde una región económicamente deprimida

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de que este sensacional descubrimiento esla panacea que solucionará gran parte desus males.

En definitiva, hay aspectos que son fun-damentales y constituyen importantes cri-terios de demarcación científica que todoinvestigador riguroso debería tener siem-pre presentes. Una hipótesis sensacionalrequiere pruebas extraordinarias, tal comometodológicamente se suele hacer, espe-cialmente desde que David Hume afirma-ra, en 1748, que �afirmaciones extraordi-narias exigen pruebas extraordinarias�;pero, después de tres lustros, las eviden-cias presentadas sobre el Hombre de Orceni son extraordinarias, ni son concluyentes,ni parecen haberse aceptado en la comu-nidad paleantropológica. Tampoco se resis-te a la famosa navaja de Occam, que sugie-re optar por la hipótesis más sencilla, y, eneste caso, la explicación más sencilla yplausible es la atribución a un équido. Peroel principal problema que se le plantea aGibert es el hecho de haber enviado un di-bujo de la sutura tan simplificado y pare-cido al de un homínido, lo que provoca ló-gicas sospechas; hasta tal punto que, si lle-gara a confirmarse que la simplificación dela sutura fue intencionada, se trataría deun fraude. En conclusión, el sensaciona-lismo y la falta de rigor en la difusión delos hallazgos, así como ciertos aspectosmetodológicos −posible falsificación−, nosinducen a pensar que estamos ante un pro-bable caso de ciencia patológica.

Epílogo

En vacaciones, suelo volver a la tierra don-de nací, al norte de la provincia de Grana-da, y, con frecuencia, paso por el cruce dela carretera a Orce. La última vez, en el ve-rano de 1996, encontré el letrero caído, se-mienterrado y con huellas de los tractoresque estaban arreglando la carretera. Mepareció un signo muy ilustrativo de la si-tuación que atravesaba la polémica, puesya había surgido la noticia de la posible fal-sificación de la humanidad del Hombre deOrce. El letrero supongo que se habrá vueltoa erigir, pero la ciencia no avanza por me-dio de la publicidad y todavía menos valevender la piel del oso antes de cazarlo, y,menos aún, sin una metodología rigurosa.Esperemos que nunca se demuestre queha existido fraude, se encuentre en Orceun fósil de homínido que, sin duda, sea elmás antiguo de Europa, se confirmen loshallazgos de industrias líticas, y todo ellocontribuya a aclarar y olvidar los posiblesaspectos patológicos que aquí se han pues-to de manifiesto.

Josep Gibert.Archivo ARP

Eustoquio Molina es doctor en Paleontología yprofesor en el Departamento de Ciencias de laTierra de la Universidad de Zaragoza.

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La superstición hace al hombre necio, y elescepticismo lo convierte en loco.

Thomas Fuller (1608-1661), predicador.

Los mismos princi-pios que al comien-zo llevan al escepti-cismo, al cabo decierto punto llevan alhombre de nuevo alsentido común.

George Berkeley(1685-1753),

obispo anglicano.

Lo que no ha sido es-tudiado imparcial-mente no está bienestudiado. El escepticismo es el primer pasohacia la verdad.

Denis Diderot (1713-1784), filósofo.

El escepticismo no es sólo intelectual, es tam-bién moral; una atrofia crónica y una enfer-medad del alma. El hombre vive al creer enalgo.

Thomas Carlyle (1795-1891), ensayista.

El escepticismo es un suicidio lento.Ralph Waldo Emerson (1803-1882), filósofo.

Soy demasiado escépti-co como para negar laposibilidad de nada.

T.H. Huxley(1825-1895), biólogo.

Quien pretende el cono-cimiento rechaza, per se,la autoridad reconocida.Para él el escepticismoes el mayor de los debe-res, y la fe ciega el ma-yor de los pecados.

T.H. Huxley (1825-1895), biólogo.

Rascad la piel de un escéptico y casi siem-pre hallaréis los nervios doloridos de un sen-timental.

Danielle Darc (Mme. Régnier) (1840-1887),novelista.

Los grandes intelectos son escépticos.Friedrich W. Nietzsche (1844-1900), filósofo.

Es difícil encontrar un sabio que no sea es-céptico: el sabio sabe que sabe poco y sabecuánto esfuerzo le cuesta aquel poco.

J. Tannery (1848-1910),matemático y filósofo.

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El escepticismo es el comienzo de la fe.Oscar Wilde (1854-1900), escritor.

Quien se considere un escéptico hará bienen mirar de vez en cuando su escepticismocon escepticismo.

Sigmund Freud (1856-1939), psiquiatra.

En el escepticismo hay también una especiede cortesía. Sería una falta de educación lle-var las dudas demasiado lejos.

George Santayana (1863-1952), filósofo.

El escepticismo es la castidad de la mente, yes vergonzoso rendirse demasiado pronto oal primero que llega.

George Santayana (1863-1952), filósofo.

Todo lo vital es irracional, y todolo racional es antivital, porque larazón es esencialmente escépti-ca.

Miguel de Unamuno(1864-1937), filósofo.

El escepticismo, la incertidum-bre, última posición a que llegala razón ejerciendo su análisissobre sí misma, sobre su propiavalidez, es el fundamento sobreel que la desesperación del sen-timiento vital ha de fundar su es-peranza.

Miguel de Unamuno(1864-1937), filósofo.

Ella no creía en nada; sólo su es-cepticismo le impedía ser atea.

J.P. Sartre (1905-1980), filósofo.

El veneno del escepticismo llega a ser, comosucede con el alcoholismo, la tuberculosis yalgunas otras enfermedades, mucho más vi-rulento en una tierra virgen.

Simone Weil (1909-1943), ensayista.

La autoridad tiene razón para temer al es-céptico, porque la autoridad raramente so-brevive frente a la duda.

Robert Lindner (1914-1956), novelista.

Y una bienaventuranza personal

Bienaventurados los escépticos, porquenunca se ven defraudados.

Una escéptica selección decitas sobre el escepticismo

RAMÓN NÚÑEZ

Ramón Núñez es director de la Casa de las Cien-cias de La Coruña.

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xiste la popular creencia de que lasfuerzas y cuerpos de seguridad deprácticamente todo el mundo cuen-tan con la ayuda de videntes o sensi-

tivos a la hora de resolver determinados de-litos y hechos tales como secuestros y de-sapariciones. De este tema ya me ocupé enotro lugar [López Molero, 1996] donde ar-gumentaba, aproximadamente, lo siguien-te:

1) No se conoce −o, mejor dicho, no conoz-co− ningún caso resuelto gracias a lassupuestas dotes de los videntes.

2) Los propios adivinos, a pesar de presu-mir de ello, no se rebajan a decirnosen cual caso concreto han tenido éxi-to, ni el motivo por el que se suponeque de estas ayudas no se pueda ha-blar en público.

3) Que, en relación con el punto anterior,no existe impedimento legal alguno −ni de otra clase− que obligue a los sen-sitivos a callar sus éxitos.

4) Que las fuerzas y cuerpos de seguri-dad ni llaman ni acuden a las consul-tas de los videntes para solicitar suayuda, salvo circunstancias excepcio-nales.

5) Que del punto antecedente se despren-de que, en todo caso, son los propiosadivinos los que motu proprio se diri-gen o bien a la Policía o bien −y aquí seencuentra el meollo de la cuestión− alos familiares del secuestrado, desapa-recido, etcétera. Al llegar a este punto,la mayoría de los lectores se pregunta-rá por qué motivo la Policía puede lle-gar a investigar y comprobar las infor-maciones de los videntes si no existenni antecedentes ni garantías de éxito.Pues bien, esto es debido a:

a) Que los familiares de la víctimasuelen exigir a los funcionariosencargados del caso que se inves-tigue y compruebe todo, absoluta-mente todo. No creo que haga faltarecordar aquí el grado de angustiay desesperación que se apodera deestas personas, las cuales, ade-más, son las que tienen la desgra-cia de soportar la inmensa mayo-

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ría de las llamadas efectuadas porlos sensitivos de turno.

b) Que la Policía, si no tiene nada me-jor que hacer y presionada por losfamiliares, efectivamente comprue-ba estas informaciones siempreque en ellas se aporten datosconcretos −muchos llegan a facili-tar calle, número de portal y, a ve-ces, hasta el piso−. Pero hasta lafecha, y que yo sepa, los resulta-dos obtenidos no han hecho variarel punto primero de esta exposi-ción.

Policías y videntes,según Manuel Carballal

Veamos ahora como un conocido periodis-ta de lo paranormal, Manuel Carballal, tra-ta la relación entre policías y videntes en elartículo titulado �¿Dónde está el Niño Pin-tor?�, incluido en el monográfico de la revistaEnigmas dedicado a �Los auténticos expe-dientes X españoles� [Carballal; 1997]. Aun-que el tema principal de dicho artículo seala desaparición de David Guerrero, el NiñoPintor, éste contiene unos párrafos sus-tanciosos referidos a la cuestión que nosocupa. Como veremos a continuación, lapostura de nuestro intrépido reportero esbastante ambigua.

Carballal comienza hablándonos del ins-pector-jefe Jaime B., quien tuvo que entre-vistarse con más de cien videntes en rela-ción con el secuestro de Anabel Segura. Yacaba diciendo Jaime B. que �los padres dela pobre chica recibieron miles de llamadasde supuestos sensitivos, pero no hay formade discernir los verdaderos de los falsos�.¡Ah!, ¿de verdad existen los sensitivos ver-daderos? Supongo que lo que quiere decirJaime B. es que en el pasado alguno de ellosacertó. En cualquier caso, lo más lógicosería, ante las miles de llamadas, compro-bar únicamente aquellas efectuadas poranteriores videntes exitosos y dejar de ladolas demás. Por otra parte, como señalé an-teriormente, sólo merecen investigarse lasinformaciones que faciliten datos sumamen-te concretos. Lástima que ni Jaime B. ni el

El papel de los videntes enla investigación policial

Las fuerzas de seguridad ni llaman ni acuden a las consultas de los brujospara solicitar su ayuda, salvo circunstancias excepcionales

JAVIER LÓPEZ MOLERO

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ción, las declaraciones de los videntes, losdatos de las víctimas, etcétera.

Además si, a pesar de todo, Carballal y,según parece, el inspector Jaime B. tuvie-ran razón y existieran auténticos adivinos,¿cómo es que la inmensa mayoría de lossecuestros llevados a cabo por ETA, por po-ner un ejemplo, no son resueltos mediantela intervención policial?

De profesión, asesor policial

Nuestro conocido periodista de lo oculto nopara de escalar puestos en la sociedad, ha-biendo alcanzado no hace mucho tiempo eltítulo o cargo de asesor de la Policía en te-mas esotéricos (o algo similar). Inútilmenteme he molestado en repasar el organigra-ma de la Dirección General de la Policía ydel Ministerio de Interior intentando encon-trar por alguna parte un puesto de asesor,ya sea esotérico o paranormal, que le vengabien a tan importante personaje. Empero,parece ser cierto que Carballal ha cola-borado con funcionarios de la Brigada deInformación facilitando datos sobre sectasy grupos afines, aunque parece creer, a juz-gar por su autotítulo, que es el único que lohace o quizá que su información es supe-

autor del artículo nombren a algún verda-dero sensitivo ni cual fue el caso concretoque resolvió.

A continuación, Carballal añade que,�con videntes o sin ellos, el inspector ha re-suelto el 99% de los casos de desaparicio-nes que ha investigado�. En realidad, loscasos se resuelven sin ellos o, mejor dicho,a pesar de ellos, ya que lo único que con-siguen es hacer perder tiempo y que, mien-tras no se demuestre lo contrario, los te-mas se solucionan de la manera más nor-mal: cientos de interrogatorios y comproba-ciones, vigilancias y seguimientos de perso-nas durante meses y un larguísimo etcéte-ra que nos podríamos ahorrar en buena par-te si contáramos con videntes de calidad.

El agudo periodista nos informa tambiénde que varios policías −incluido, por supues-to, Jaime B.− �me habían comentado antesy después sus consultas a radiestesistas,videntes o sensitivos en casos difíciles dedesapariciones inexplicables, así que deci-dí probar suerte por mi cuenta�. Es decir,Carballal resuelve pasar a la acción y con-vocar en la Televisión Gallega a videntes yparapsicólogos tales como el marqués deAraciel, Ángel Gordon... Empero, inexplica-blemente, el experimento fracasa, como re-conoce el mismo autor del artículo. Anteesto, me pregunto por qué el periodista noreunió en el plató a los sensitivos veracesde los que, supuestamente, fue informadopor los policías, en vez de a tan conocidosfarsantes. Quizá Carballal llevó a televisióna los recomendados por los funcionarios.Su artículo no lo aclara.

Lo importante de �¿Dónde está el NiñoPintor?�, dejando de lado la exposición delcaso de David Guerrero, se encuentra en loque Carballal no dice o, más bien, en lo queno pregunta a Jaime B. Porque, veamos, siexisten sensitivos verdaderos, como afirmael policía, ¿cuáles son sus nombres?, ¿quécasos han resuelto?, ¿en qué fechas?...¡Queremos saber! Sinceramente, me resis-to a creer que Carballal no haya hecho nin-guna de las anteriores preguntas. Y es deextrañar porque, de tener respuestas afir-mativas, éstas hubieran sido objeto de ti-tular y monográfico especial, aunque se tra-tara de un solo caso positivo demostrable.

Sin embargo, tras la lectura completa delmonográfico �Los auténticos expedientes Xespañoles�, no he conseguido encontrarnada de esto, estando dedicado casi en sutotalidad a recordar viejos casos de ovnis yfenómenos paranormales de sobra co-nocidos. ¿Dónde están, pues, los éxitos delos videntes que ni siquiera las revistas es-pecializadas en charlatanería los mencio-nan? La respuesta está clara: si algo de estofuera verdad, sabríamos desde hace tiem-po, con pelos y señales, cuáles son nues-tros adivinos de éxito y en qué casos hemosde agradecerles su oportuna intervención,las diligencias policiales que se instruyeron,el sumario elaborado por el juez de instruc-

Manuel Carballal (el primero por la izquierda) juntoa colaboradores y miembros del equipo de su pro-grama de radio.

Foto tomada de http://www.arrakis.es/~mundomis/

Inútilmente me he molestado enrepasar el organigrama de la DirecciónGeneral de la Policía y del Ministerio deInterior intentando encontrar por algu-na parte un puesto de ‘asesor’, ya seaesotérico o paranormal, que le venga

bien a tan importante personaje

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rior a la de todos los demás. En cualquiercaso, su disposición a colaborar y facilitarinformación a la Policía es valorada por éstacomo un gesto que le honra.

En realidad, todo aquél que actúa de es-ta forma pasa a ser tratado, por parte de laPolicía, con suma amabilidad y respeto, in-dependientemente de su catadura moral.Pero a Carballal le han dado la mano y seha llevado todo el brazo −y parte del hom-bro−, porque no hay forma de explicarse elautotítulo de asesor, porque en el argot poli-cial no existe más que el vulgar informadoro confidente, y si empleáramos el argot cri-minal, nuestro admirado autor sería deno-minado chiva, chivato, chota, confidente, ma-mona, soplón, etcétera.

Parece ser que Manuel Carballal ha en-contrado algunas amistades en el cuerpopolicial, lo que le ha permitido llegar a es-cribir un artículo en la revista Policía, en elcual trata de las sectas, pero, ¡oh decep-ción!, sin mención alguna a fenómeno pa-ranormal o expediente X policial. Resultacurioso que en esta misma revista, dondetodos los autores de artículos firman consu nombre y cargo, Carballal sólo firme consu nombre. Se nota que le faltó morro sufi-ciente para endilgar a los lectores −la mayo-ría, policías− la coletilla de asesor.

Sin embargo, en otro artículo del ufólogogallego que forma parte de una serie de fas-cículos editados por el Círculo de Amigosde Expediente X −la conocida serie de tele-visión− se confunde a los lectores con la a-firmación de que Carballal es, ¡cómo no!,�asesor de la Brigada de Información sobreSectas y Fenómenos Paranormales de la Po-licía Nacional�. Si bien es cierto que dentrode la Brigada de Información existe un gru-po dedicado al estudio y seguimiento de losmovimientos sectarios, no existe, ni ha exis-tido jamás, un grupo o brigada con esa de-nominación −fenómenos paranormales− ocon ese propósito, aunque sea bajo otronombre. El mismo Carballal parece rec-tificar en la página siguiente al eliminar lareferencia a fenómenos paranormales y sus-tituir a éstos por grupos radicales.

Desde aquí, tan sólo me resta dar gra-cias a Carballal por su buena disposiciónhacia la Policía y desear que ésta continúe,pero, por favor, Manolo, ¡no seas tan fantas-ma!

Referencias

Carballal, Manuel [1997]: �¿Dónde está el NiñoPintor?�. Enigmas (Madrid). Monográfico Nº1. 118-120.

López Molero, Javier [1996]: �Policías y viden-tes�. En �Correo del Lector�. La AlternativaRacional (Zaragoza), Nº 40, 43-44.

80 (Junio 1998) el escéptico

Fantasías animadasde ayer y hoy

stá claro que son fantasías�. Así res-pondieron en junio de 1997 desdela Brigada de Información de la Poli-cía Nacional a un reportero de La

Voz de Galicia cuando preguntó por unossupuestos asesinatos relacionados con gru-pos satánicos de los que había hablado Be-nito Manuel Carballal en un medio de co-municación. Y, para mayor desgracia del di-vulgador pseudocientífico, apostillaron queno es cierto que sea colaborador de la Po-licía. Era el segundo mazazo en poco tiem-po a la imagen del investigador: el primerohabía sido físico, lo había recibido en mar-zo en el Mississippi de Pepe Navarro cuan-do, tras un rifirrafe con el padre Apeles, éstele asestó un golpe.

Aunque gusta disfrazarse de escéptico,Carballal ha dado numerosas muestras desu credulidad y realmente se está especia-lizando en propalar falsos rumores. En unreportaje plagado de errores publicado enMás Allá en junio de 1996, comparó a ARPcon Jarrai y grupos neonazis simplementepor haber surgido en el País Vasco, y acabóhaciéndose eco de una sorprendente reve-lación de Juan José Benítez, según la cualseis personas vinculadas a ARP �han reci-bido o reciben fondos reservados por cola-borar� con el Cesid. Un viaje por el País delas Maravillas, ilustrado con fotos de librosardiendo y ejemplares de La Alternativa Ra-cional en el inodoro que revelan el auténti-co talante de nuestro protagonista.

Pero si el artículo de Javier López Moleroy el aparecido en La Voz de Galicia consta-tan que, de asesor policial, nada de nada,tampoco le han ido muy bien las cosas aCarballal como fabricante de conspiracio-nes. Así, el investigador tinerfeño RicardoCampo descubrió el año pasado que el ufó-logo gallego había puesto en boca de un mi-litar español unas declaraciones más quecríticas sobre el proceso de desclasificaciónde documentación ovni que el interesadoniega categóricamente haber hecho. Es de-cir, que también son fantasías.

Algunos hemos tenido, en los últimosmeses, la oportunidad de dialogar con Car-ballal a través de Internet. Incapaz de daruna prueba de que sus acusaciones contraARP sean algo más que una invención o deque las declaraciones del militar citado secorrespondan con lo publicado por él, surespuesta ha sido siempre la misma en am-bos casos: eludir la cuestión y acompañarel regate de una ristra de insultos. Así esnuestro hombre.

Javier López Molero es funcionario del CuerpoNacional de Policía.

LUIS ALFONSO GÁMEZ

E

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desde el sillón

Conversaciones extragalácticas ytomaduras de pelo

Tras dos años de ardua la-bor en la sombra, José An-tonio Campoy, director dela revista Más Allá de laCiencia, ha publicado unlibro de difícil calificación:unas veces parece un tra-tado de risoterapia, otras,un catecismo para ilumi-nados de la Era de Acua-rio o Nueva Era, y las más,una fuente inagotable detópicos para crédulos conatrofia irreversible del sen-tido común.

Campoy mira por enci-ma del hombro al proyec-to SETI y similares, ya queél tiene una solución quehace obsoleta cualquierotra tecnología de búsque-da y contacto extraterres-tre, la conexión telepática.Y lo deja bien claro: ¿paraqué usar tecnología �so-fisticada y de punta si unopuede comunicarse a lavelocidad −aparente-mente− instantánea delpensamiento�?1 En el vie-jo y superado paradigmacientífico, los móviles so-lían tener, sobre todo pornorma de buena conduc-ta, velocidad instantánea,que era la velocidad quellevaban en cada instan-te; en el nuevo paradigma,eso no siempre es así. Porejemplo, el pensamientodebe viajar tan deprisaque la velocidad instantá-nea sólo es aparentemente ins-tantánea; esto es, que la veloci-dad que lleva en cada instantesólo aparentemente es instantá-nea, que diría Groucho. ¿Qué esentonces? No se sabe. Por eso, yya en el curso de la Entrevista aun extraterrestre: Geenom, el li-bro que comentamos, al pregun-tarle al sabio extraterrestre por

la velocidad del pensamiento,éste le contesta, saliéndose porla tangente, que es muy grande;que se ha intentado medir va-rias veces, pero sin conseguirlo.

La telepatía permite una rápi-da comunicación entre entrevis-tador y entrevistado, aunqueeste último diga encontrarse enun planeta de la estrella Alfa B,

constelación de Centauro,a unos 4,39 años-luz dela tierra;2 lo malo es que,por razones que Campoyno explica, la comunica-ción directa mente-men-te no es posible, y hay querecurrir a trucos de altatecnología, como es un ta-blero (de madera; los me-tálicos interfieren con las�ondas del pensamiento�)de forma circular, lleno deletras en los bordes, quese seleccionan medianteun bote de yogur (unaouija, para los que entien-den de esto). El frasco semueve empujado más omenos al unísono por undedo de cada uno de losdos intérpretes, miembrosdel grupo de contactadosAztlán, que se ponen a latarea. Luego, uno de ellos,generalmente una mujerque, mensualmente, en larevista Más Allá de laCiencia,3 mantiene unduelo a muerte con la Fí-sica, uno de ellos, repito,va formando verbalmentelas palabras con las letrasque señala el vasito de yo-gur. Claro, por muy rápi-dos que sean con los de-dos, ir descifrando segúneste método el mensajeextraterrestre lleva sutiempo. De ahí que la ges-tación de este inefable li-bro durase, como se dijo

al principio, más de dos años.Ya hacen falta tragaderas

para creerse todo este montajedel grupo Aztlán; pero si al me-nos las respuestas que los con-tactados ponen en boca de suguía extraterrestre −¿tendrá bo-ca Geenom?− fuesen medianamente sensatas, más o menos desentido común, y no estuviesen

Campoy, José Antonio [1997]: Entrevista a un extra-terrestre: Geenom. Prologado por FernandoSánchez Dragó, Joaquín Grau, Fernando Jiménezdel Oso y Mario Satz. J&C Proyectos Editoriales(Col. �Grandes Éxitos Mundiales de la NuevaEra�). Madrid. 253 páginas.

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plagadas de errores científicos yde toda índole, el entrevistadortendría alguna excusa para jus-tificar su credulidad sin límitesen el grupo y en su guía. Pero esque dichas respuestas represen-tan un rebuscadísimo ejerciciode disparates antológicos, de for-ma y manera que los cuatro pro-loguistas,4 cuatro, amigos delautor y con rango cada uno, co-mo menos, de capitán generalcon mando en plaza de las queSánchez Dragó llama cohortesesotéricas, se reservan muy mu-cho su opinión sobre la veraci-dad del supuesto extraterrestre,como si tratasen de salvar algu-nos gramos de sentido comúndel gran naufragio en el mar dela credulidad más desbordanteal que casi se ven abocados porsu condición de introductores ypadrinos de Campoy en esta suprimera aventura en el mundode los libros.

Entrevista a un extraterrestre:Geenom, no se lo pierdan, tieneuna especie de blindaje contrala munición escéptica: por un la-do, Sánchez Dragó advierte ensu prólogo que el autor �se curaal respecto en salud... avisándo-nos de todas y cada una de lashipótesis desjarretadoras quelos escépticos −él mismo lo es−5

podrían aducir para buscarlecinco pies al gato de la presuntaextraterritorialidad de las con-versaciones galácticas que aquíse transcriben...�.

Pero, claro, si contemplamoslas hipótesis alternativas a estaconversación galáctica, nos en-contramos que, después de re-chazar con argumentos muy en-debles un presunto cortocircui-to telepático entre los miembrosde grupo Aztlán, el autor noshabla de comunicación con es-píritus descarnados, el incons-ciente colectivo, los archivosAkáshicos, los campos morfo-genéticos del inefable Sheldra-ke, y hasta el modelo holográficodel cerebro. Ante estas alterna-tivas, no deben extrañarnos laspalabras finales de Campoy: �Detodas las hipótesis sugeridaspara intentar explicar esta sin-gular experiencia, ésa [que el in-terlocutor es verdaderamente unextraterrestre] es la que a másgente de mi entorno le parece lamenos fantástica. ¿Y a usted?�.(Hombre, si es a mí a quien pre-gunta el autor, le diría sin repa-ros que los del grupo Aztlán lehan tomado el pelo con un des-

parpajo increíble.)La otra placa de blindaje la

pone el propio Campoy diciendoque, al haber cedido los derechosde autor al grupo Aztlán, se velibre de que los escépticos le acu-sen de que detrás de todo estono hay sino razones económicas(aquí, el autor, dice las únicascosas sensatas que aparecen enlas más de 250 páginas del li-bro, al anotar que algunas per-sonas considerarán esto �comoun disparatado montaje... el de-lirio fantasioso de una menteexuberante�).

¿Merece la pena comentar al-gunas preguntas y respuestas,muchas del tipo: �pregúntameun sin sentido que yo te contes-taré con una majadería�? La ver-dad es que no sabría por dóndeempezar. Ya, desde el principio,un error en la edad que el grupo

Aztlán asigna a su guía cósmicopermite una nota de Campoy apie de página en la que macha-ca en dos líneas la teoría de larelatividad de Einstein; sigue laconversación sobre una teoría dela evolución que más parecenversiones mejoradas de progra-mas de ordenadores (versión 4.3,6.2, etcétera); luego, se comparael cerebro con una emisora deradio capaz de emitir en ondacorta, onda media y frecuenciamodulada (claro que para esohay que decir que Geenom pos-tula que el pensamiento �no esmateria, sino energía electro-magnética sublimada� (la cursi-va es nuestra); se habla de ener-gías a granel y de colorines, in-cluyendo algunas absolutamen-te desconocidas por esta igno-rante humanidad, como la ener-gía vóntica, que permite �expan-dir el espacio interatómico sinperder la energía de cohesióncon la consiguiente carga elec-tromagnética, de tal maneraque, de forma instantánea, lanave [un ovni, se supone] puedealcanzar un tamaño de varios

centenares de kilómetros...�.Es realmente imposible se-

guir comentando el texto. Losdespropósitos se van acumulan-do de manera que es tarea in-útil expurgar, entre tanta mez-cla de pseudociencia, máximasde ética trasnochada, mensajesy profecías apocalípticas, y con-sejos para andar por casa recar-gando las energías como si de pi-las eléctricas se tratase, aque-llos asuntos más hilarantes,aquellos pasajes de barroca ima-ginería New Age, aquellos trope-zones de la sopa de letras quese nos quiere hacer pasar por so-pa de nuevos paradigmas.

Dos observaciones finales: elracismo ramplón que aparece devez en cuando en el texto −comoque las razas se deben a distin-tas colonizaciones de nuestroplaneta por extraterrestres deprocedencias diversas−, y la se-guridad de que el prestigio delautor como �azote de viejos, or-todoxos y oficiales paradigmascientíficos�, y crédulo comul-gante con ruedas de molino, que,según sus propias palabras,arriesga en éste su primer libro,6no sólo no se ha resentido porello, sino que se ha afianzado só-lidamente.

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FERNANDO PEREGRÍN

1 Quintana, Carmen [1997]: �El di-rector de �Más Allá de la Ciencia�entrevista a un extraterrestre du-rante más de dos años�. Más Alláde la Ciencia (Madrid), Nº 100(Junio), 36-45.

2 ¡Vaya sitio más mal elegido por elgrupo Aztlán para morada de suguía cósmico-espiritual, en exclu-siva, Geenom! Podían habersemolestado en buscar un lugarmás plausible. ¡Con lo grandeque es el Universo!

3 María Pinar Merino, encargada dela sección �Las leyes del espíri-tu� en Más Allá de la Ciencia.

4 Por orden de aparición: FernandoSánchez Dragó, Joaquín Grau,Fernando Jiménez del Oso yMario Satz.

5 ¡Sánchez Dragó llamando escépti-co a Campoy! El iluminado y he-terodoxo autor de Gárgoris y Ha-bidis siempre con sus bromas...

6 Ha quedado a salvo, en mi opinión,la lucidez del sector de editorasprofesionales. Ninguna ha que-rido editar el libro, que ha sidopublicado por su autor, dentrode una imaginaria y pomposa co-lección: �Grandes Éxitos Mun-diales de la Nueva Era�.

Un error en la edad queel grupo Aztlán asigna asu ‘guía cósmico’ permi-te a Campoy machacaren dos líneas de nota apie de página la teoría

de la relatividad deEinstein

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Más de lo mismo

El misterio sobre los orígenes delser humano ha sido, sin duda,uno de los grandes motores dela investigación. Pero no sóloeso, también el saber cómo seformó el universo, nuestro mun-do e, incluso, nuestra propia cul-tura es algo que nos une, en ge-neral, a la humanidad, sea co-mo pueblos o como meros indivi-duos, ya que, desde nuestra mástierna infancia, solemos macha-car a preguntas a nuestros pro-genitores, tratando de que nosaclaren algo sobre lo que ha-cemos aquí y por qué hemos ve-nido, intentando hallar un cier-

to sentido a nuestra estancia eneste mundo.

Esa curiosidad, y la dificul-tad de dar respuesta a las pre-guntas planteadas, tengo la im-presión de que ha sido, en granparte, uno de los motores delsentimiento religioso, así comodel interés por la historia y la ar-queología, ya que muchos su-ponen que conocer el pasado nospuede aportar datos para prever

el futuro. Así, un origen en unacausa creadora divina nos per-mite pensar en un presente y enun futuro en el que dicha in-fluencia continuará siendo bá-sica, mientras que un origen na-tural nos permitirá creer que elfuturo −próximo o lejano− esta-rá regido por sus leyes.

Sin embargo, en el presente,tras la caída de un cierto senti-miento religioso cristiano clási-co en muchas personas, vemoscómo hay una búsqueda de unacierta transcendencia mistéricaen el pasado, con saberes sólopara iniciados, con la construc-

ción de nuevos mitos acerca delos orígenes, que nos permitanentender mejor el presente,uniendo una cierta mentalidadreligiosa −mal entendida− conuna mentalidad científica −aúnpeor conocida−.

Creo que la moda, desde haceveinte años, de mitos sobreastronautas en la antigüedad osobre misteriosas culturas for-madas por seres que podían ser

como los humanos −pero con untoque de superioridad o divini-dad−, que precedieron a las co-nocidas en miles de años en sudominio de la Tierra, surge de lanecesidad de llenar ese vacío yque sean los misteriosos seresrepresentantes de dichas cultu-ras los que hayan legado a loshombres un mensaje salvador,que nos redimirá de nuestros pe-cados y problemas.

Creer que el ser humano evo-lucionó solo, como el resto de bi-chos, y que el surgimiento de lasdiferentes formaciones socialesfue un proceso lento, aunque ra-

cional, parece ser un esfuerzoexcesivo para mucha gente queno se conforma con una reali-dad tan poco estimulante y que,ante la parquedad de evidencias,no duda en inventarlas o tergi-versarlas −con o sin intención−.

Pero este proceso de creaciónde seres mitad dioses y mitadhombres no es un proceso nue-vo, sino que siempre ha existi-do. En muchas mitologías y re-

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La esfinge de Gizeh, con la gran pirámide al fondo.Archivo ARP

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ligiones, como la cristiana, lapresencia de un mediador siem-pre ha sido un elemento impor-tante. ¿Quién no recuerda lashistorias de esos héroes griegos,semidioses, arrancando −de gra-do o con astucias− sus misterioscivilizadores a los moradores delOlimpo para acercárnoslos a losterrestres?

Héroes civilizadores que, enun momento pasado, mítico, en-señaron a unos primitivos sereshumanos la capacidad de culti-var la tierra, domesticar anima-les, la cerámica, la metalurgia.No sólo eso, en ocasiones, esoshéroes procedíande un mundo pre-vio, también míti-co, de una antiguaedad de oro en laque el hombre ha-bía tenido unascualidades muysuperiores a lasactuales. Historiaspreciosas que sepueden rastrear enla mayoría de cul-turas, y que solíanatribuir a dichosgrandes hombres,surgidos de dora-das épocas pre-vias, la construc-ción de grandesmonumentos en elpasado, dado quelos hombres nor-males −y menos losantepasados cer-canos− no podíanser capaces de ha-cer determinadasobras que el tiem-po había respeta-do, como losmegalitos −Stone-henge es un buenejemplo− o las pi-rámides.

El estudio deestas últimas, tanantiguas y nota-bles desde siem-pre, provoca unanormal admiraciónen todos los quehan tratado deadentrarse en susmisterios, habiendo ex-plicaciones sobre su origen des-de siempre. Sin embargo, ya enla antigüedad, la normalidad enel tratamiento de las mismas eramás la norma que la excepción,y tal parecen demostrar los tra-tados de autores como Herodoto

o Diodoro.

Extravagantes sinrazones

No fue, sin embargo, hasta el si-glo pasado, cuando las primerasexpediciones arqueológicas enOriente Próximo y en el norte deÁfrica sacaron a la luz una seriede ciudades perdidas y culturasde las que tan sólo se tenía al-gún recuerdo, cuando la para-arqueología empezó a fantasear,especialmente en lo que se refie-re a la egiptología, todo ello uni-do al nacimiento de ciertos gru-pos secretos, dentro del roman-

ticismo.Pese al avance del conoci-

miento acerca del pasado, quegracias a la mejora de las técni-cas de investigación ha hechoque muchas dudas se vayan des-vaneciendo, sinrazones extrava-gantes siguen persistiendo, aun-

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que sólo para algunos poco in-formados.

Entre estos algunos, estáColin Wilson, autor de El men-saje oculto de la esfinge, que creeque en la esfinge egipcia, que sealza, monumental, junto a laspirámides en Gizeh, están lasevidencias que nos hablan acer-ca de una supuesta civilizaciónpre-egipcia. Dicha cultura, queel autor llama atlántida, pese aque dicho nombre, según él, notiene porque ser el correcto, es-taba dotada de unas capacida-des mucho más allá de las delhombre actual, lo que le permi-

tía, entre otras co-sas, gracias a pode-res que ahora llama-ríamos pa-ranormales −pese aque a Wilson tampo-co le encanta estapalabra−, desplazarfácilmente, sin ayu-da de máquinas niinstrumental, losbloques de piedra demás de 200 tonela-das necesarios parala construcción de lagran esfinge. Ellostambién fueron lafuente de los conoci-mientos sobre astro-nomía, geometría,arquitectura, etcéte-ra, de todos los pue-blos de la antigüe-dad, desde los egip-cios hasta los mayaso los olmecas −cultu-ras separadas nosólo por la geografía,sino por un par omás de miles deaños si contamosdesde sus inicios−.

Este mundo ante-rior al egipcio, segúnWilson, vivía en unestado de concienciacolectiva, que anida-ba en el hemisferioderecho del cerebro.Luego, dicha mentecayó a un tipo deconciencia especial,en el cerebro izquier-do, que si bien no es

del todo negativa, ya que ha im-pulsado nuestra lógica y capa-cidad de raciocinio −no en todos,como se observa al leer este li-bro−, sí que nos ha provocadouna visión en túnel ,unidireccional, que precisa defuertes estímulos constante-

Wilson, Colin [1997]: El mensaje oculto de la esfinge [From Atlantisto the Sphinx]. Trad. de Jordi Beltrán. Revisión y adaptación deJavier Sierra. Ediciones Martínez Roca (Col. �Enigmas�). Bar-celona. 344 páginas.

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mente. El ser humano, al evolu-cionar (?), en algún momento deltercer milenio antes del naci-miento de Cristo, tuvo que dejarla mente colectiva de nuestrosantepasados para pasar a la ac-tual, con grandes ventajas, perolimitada e individual, así comomás penosa y agotadora. Es laconciencia del cerebro izquierdo.

Wilson parte de una serie deevidencias, la mayor parte deellas misteriosas, difíciles de ve-rificar y publicadas en oscuroslibros, que él suele citar casicomo malditos (así como, de vezen cuando, señala el pavor −nosin razón− de algunos de los au-tores de las teorías en las que sebasa, como Hanckok, por ejem-plo, de ser tenidos como chifla-dos).

Las evidencias y datos queaporta suelen no serlo en reali-dad cuando uno conoce algo me-jor que el autor el tema del quese trata −no es difícil−, y, así,errores de bulto se suceden sinfin. Hacer una cuenta de las in-exactitudes que se entremezclanen El mensaje oculto de la esfin-ge precisaría de un esfuerzo su-perior al que este crítico se ve ca-paz de acometer. Así, el autor se-ñala, con toda naturalidad, queuna de las causas de la evolu-ción es tener una meta, y que lanecesidad de preservar el fuegopor los neandertales fue la cau-sa de la explosión del cerebro yde su desarrollo posterior ennuestra dirección.

Por otra parte, usa una ter-minología para hablar de la ca-dena evolutiva humana, así co-mo en el momento de establecerfiliaciones entre el hombre ac-tual, el de Neandertal y el hom-bre de Pekín, que ya estabanmuy superadas en la época deredacción del libro y que revelanla inexactitud de sus fuentes, altiempo que invalida las hipóte-sis surgidas de ellas. Y rematala faena cuando indica que �meinclino a creer que éste fue el mo-tivo de que el hombre de Croma-ñón se convirtiera en el funda-dor de la civilización. Su domi-nio de la magia le daba un senti-do de optimismo, de tener unameta, de control, como ningúnanimal había poseído antes�. Nosencontramos, de nuevo, con unavisión acientífica de nuestros orí-genes, atribuyendo a causas es-pirituales lo que es un procesoevolutivo normal, igual al de losrumiantes o al de los grillos.

Para Wilson, el verdadero es-tímulo de la evolución fue el co-nocimiento. La explosión del ce-rebro debió ser fruto de la inter-vención de una tercera fuerza.Según el autor, el origen de di-cha fuerza fue �posiblemente laexplosión de un meteoro, aun-que es más probable que fuerael crecimiento del lenguaje, dela religión y de las actitudessexuales�, amén del descubri-miento, por parte de loscromañones, de la magia cine-gética. Es decir, Wilson hace galade un cierto conocimiento deuna terminología científica ya endesuso para impresionar al lec-tor, aunque tras su terminolo-gía no haya más que el vacío másabsoluto, y así llega, como pue-de, al final de su libro susten-tando la hipótesis que al princi-pio he comentado.

Pero no sólo es eso. Su desco-nocimiento, profundo, de la as-tronomía a simple vista le hacepreguntarse cómo se podía co-nocer en la antigüedad con pre-cisión el Norte geográfico. Lacreencia, de nuevo, en que loshombres de hace 20.000 años −e incluso los que viven en las lla-madas culturas primitivas− sonproto-hombres es la misma queen la antigüedad. Los hombres,hace 10.000 años, eran exacta-mente como nosotros, y paraellos determinar el Norte geográ-fico era tan sencillo como paranosotros si nos fijamos en el ejede rotación de las estrellas cual-quier noche. El conocimiento as-tronómico de mayas y egipciosno tiene nada de sobrenatural,aunque sí de esfuerzo meritorioen la investigación y comproba-ción de datos, así como en latransmisión de conocimientossobre los movimientos de los ob-jetos celestes.

Wilson junta materiales yaexplicados racionalmente, perono cita la explicación lógica, sólola mistérica −un caso claro seríael de los dogones y su conoci-miento de la existencia de SirioB en torno a Sirio A−. Un lectorpoco experto lo que hace es su-poner que el autor debe saberde qué habla, que, aunque en al-gún dato se equivoque, todo nopuede estar mal. Pues sí, lo está,al menos todo lo que conozco, ylo que no está mal está poco cla-ro, y se nota que Wilson lo usaaunque no lo entiende. Por ejem-plo, en el caso de todas sus refe-rencias a los conocimientos

astronómicos de los pueblos dela antigüedad o la alineación demonumentos.

Hace etimologías silvestres, alasociar palabras únicas en idio-mas diferentes para indicar pa-rentesco entre éstos, lo que merecordó cuando hace años, yamuchos, en una clase de griego,un compañero preguntó al pro-fesor si el nombre del ríoPotomac (en EE UU) procedía dela palabra griega potamós (río).¡Incluso se pregunta si puede sercasualidad que una lengua sen-cilla, como la aymara, se puedatraducir tan bien al lenguajeinformático y sea hablada alre-dedor de Tiahuanaco! ¿Y susopiniones sobre las tesis deVelikovsky y Hörbiger? Habla delradio polar y del año solar, y daunas cifras que, tomadas cómose tomen, ni se aproximan a lacifra real. Hay más perlas; peroya no me queda cuenta ni ga-nas de contar.

La aproximación de Wilson almundo egipcio, a las pirámides,a la esfinge, no va más allá de loexpuesto y debatido millones deveces por otros autores, sólo queen esta ocasión los responsablesno llegaron del espacio, sino quefue una civilización previa. Ha-blar, a estas alturas, de lo ma-ravilloso de las medidas de unapirámide o de la esfinge de Gi-zeh, y dar como increíbles datosnormales cuando uno analiza lageometría de este tipo de figu-ras, ya resulta cansado. Sin em-bargo, puede ser útil recordaruna cosa, y es que a mí, comoarqueólogo −y científico−, me se-ría igual si las pirámides las hu-bieran hecho egipcios, marcia-nos, atlantes o agrimensoresfinlandeses. Lo importante esque el método que se use paraconseguir dichos datos sea elcientífico, que las evidenciassean razonables, y que el que es-criba algo al respecto supere losmismos problemas de crítica quesupera cualquier investigador dela antigüedad cuando imputa undeterminado tipo de cerámica auna cronología concreta. Todo loque no se ajuste a ello puede serdivertido; pero, en cualquiercaso, quizá no merezca el mis-mo tipo de respeto como afirma-ción acerca de lo que fue el mun-do.

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ALFONSO LÓPEZ BORGOÑOZ

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HUNGRÍA: Hungarian Skeptics. GyulaBencze. Termeszet Vilaga. PO Box 25.Budapest 8,1444. Fax: 011-36-1-118-7506.

IRLANDA: Irish Skeptics. Contacto:Peter O�Hara. St Joseph�s Hospital,Limerick.

ITALIA: Comitato Italiano per il Con-trollo delle Affermazioni sul Para-normale (CICAP). Contacto:Massimo Polidoro, editor de Correoelectrónico. PO Box 60, 27058Voghera (PV).

NORUEGA: Skepsis. St Olavsgt. 27, N-0166, Oslo.

REINO UNIDO: London StudentSkeptics. Contacto: Bill Harman. 21Manville Rd., London SW17 8JW.Wessex Skeptics. Contacto: RobinAllen. Department of Physics.Southampton Univ. Highfield.Southampton S09 5NH. SkepticalInquirer Representative. Michael J.Hutchinson. 10 Crescent View.Loughton. Essex IG10 4PZ. Correoelectrónico: [email protected]. TheSkeptic Magazine. Editores: TobyHoward y Steve Donnelly. PO Box 475.Manchester M60 2TH Correo electró-nico: [email protected].

REPÚBLICA CHECA: Czech Club ofSkeptics. Contacto: Ivan David.Vozova 5 Prague 3. 73000.

RUSIA: Zdravyi Smysl. Contacto: Va-lery A. Kuvakin. Novatorov 18-2-2.Moscú 117421.

SUECIA: Vetenskap och Folkbild-ning. Secretario: Sven Ove Hansson.Box 185. 101 23 Stockholm.

UCRANIA: Perspective. Director: OlegG. Bakhtiarov. 3-B Khmelnitskogo St.252001. Kiev.

EUROPA

ARGENTINA: Centro Argentino parala Investigación y Refutación dela Pseudociencia (CAIRP). Direc-tor: Ladislao Enrique Márquez. Casi-lla de Correo 26. Sucursal 25. 1425Buenos Aires.

AUSTRALIA: Nacional: AustralianSkeptics. Ejecutivo: Barry Williams.PO Box 268. Roseville, NSW 2069.Tel.: 61-2-9417-2071. Fax: 61-2-9417-7930. Correo electrónico:[email protected].

Regionales: Australian Capital Te-rritory. PO Box 555. Civic Square2608. Hunter Skeptics (Newcas-tle). PO Box 166. Waratah. NSW2298. Darwin Skeptics (NorthernTerritory). PO Box 809. Sanderson.NT 0812. Queensland. PO Box6454. Fairfield Gardens. QLD 4103.South Australia. PO Box 91. Magill5072. Victoria. PO Box 5166AA.Melbourne. VIC 3001. WesternAustralia. PO Box 899. Morley. WA6062.

BRASIL: Opçao Racional. Luis Gut-man. Rua Santa Clara, 431. Bloco 5,Apt. 803. Copacabana - Río de Janeiro22041-010. Tel.: 55-21-5482476.

CANADÁ: Alberta Skeptics. Secreta-

ria: Heidi Lloyd-Price. PO Box 5571.Station A. Calgary, Alberta T2H 1X9.British Columbia Skeptics. Contac-to: Lee Moller. 1188 Beaufort Road.Vancouver V7G 1R7. ManitobaSkeptics. Presidente: John Toews. POBox 92. St. Vital. Winnipeg. Manitoba.R2M 4A5. Ontario Skeptics. Presi-dente: Henry Gordon. 343 Clark AveWest, Suite 1009. Thornhill OntarioL4J 7K5. Sceptiques du Quebec.Jean Ouellette. CP 202, Succ.Beaubien. Montreal H2G 3C9. Líneacaliente escéptica 24 horas: 514-990-8099.

CHINA: China Association for Scien-ce and Technology. Contacto: ShenZhenyu. Research Center - CAST. POBox 8113. Beijing. Chinese SkepticsCircle. Contacto: Wu Xianghong. POBox 4-doctor. Renmin Univ. of China,Beijing 100872. Hong Kong Skep-tics. Contacto: Rebecca Bradley. POBox 1010. Shatin Central Post Office.Shatin, NT.

ESTADOS UNIDOS: Nacional: Commi-ttee for the Scientific Investiga-tion of Claims of the Paranormal(CSICOP). Presidente: Paul Kurtz. POBox 703. Amherst. NY 14226-0703.Tel.: 716-636-1425. Fax: 716-636-1733. Correo electrónico:info@csicop.

org.Regionales: Alabama Skeptics.

Emory Kimbrough, 3550 Water-melon Road. Apt. 28A. Northport.AL 35476. Tel.: 205-759-2624. Tuc-son Skeptics Inc. Presidente: Ja-mes McGaha. 7049 E. Tangue Ver-de Road. Suite 370, Tucson. AZ85715. Phoenix Skeptics. Presi-dente: Michael Stackpole. PO Box60333. Phoenix. AZ 85082. BayArea Skeptics. Secretaria: WilmaRussell. 17723 Buti Park Court. Cas-tro Valley. CA 94546. East BaySkeptics Society. Presidente: Da-niel Sabsay. PO Box 20989.Oakland. CA 94620. Tel.: 510-420-0702. Sacramento Skeptics So-ciety, Terry Sandbek. 3550 WattAvenue, Suite #3. Sacramento. CA95821. Tel.: 916-488-3772. Correoelectrónico: [email protected] Diego Association for Ratio-nal Inquiry (SDARI). 945 FourthAvenue. San Diego. CA 92101. Tel.:619-233-1888. Fax: 619-696-9476.Correo electrónico: [email protected]. Rocky MountainSkeptics. Presidente: BelaScheiber. PO Box 7277. Boulder. CO80306. Tel.: 303-444-5368. Correoelectrónico: rmscentral@aol. com.Connecticut Skeptical Society.PO Box 456. Cheshire. CT 06410-

RESTO DEL MUNDO

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0456. National Capital AreaSkeptic. Contacto: D.W. Correoelectrónico Denman. 8006 ValleyStreet.Silver Spring. MD 20910.Tampa Bay Skeptics. Contacto:Gary Posner. 1113 Normandy TraceRoad. Tampa, FL 33602. Tel.: 813-221-3533. Georgia Skeptics. Pre-sidente: Becky Long. 2277 WindingWoods Dr. Tucker. GA 30084.Midwest Committee for RationalInquiry. Presidente: Danielle Kafka.PO Box 2792. Des Plaines. IL 60017-2792. Rational ExaminationAssociation of Lincoln Land(REALL). Presidente: David Bloom-berg. PO Box 20302. Springfield. IL62708. Tel.: 217-525-7554. India-na Skeptics. Presidente: RobertCraig. 5401 Hedgerow Drive. India-napolis. IN 46226. Kentucky Asso-ciation of Science Educators andSkeptics (KASES). Presidente: Ro-bert A. Baker. 3495 Castleton WayNorth. Lexington. KY 40502. BatonRouge Proponents of RationalInquiry and Scientific Methods(BR-PRISM), Director: DickSchroth. 425 Carriage Way. BatonRouge. LA 70808-4828. Tel.: 504-766-4747. Skeptical Inquirers ofNew England. Contacto: LaurenceMoss, Ho & Moss. 72 Kneeland St.Boston 02111. Great Lakes Skep-tics. Contacto: Carol Lynn. 1264Bedford Road. Grosse Pointe Park.MI 84230-1116. Minnesota Skep-tics. Contacto: Robert W. McCoy.549 Turnpike Road. Golden Valley,MN 55416. St. Kloud ESP Tea-ching Investigation Committee(SKEPTIC). Coordinador: JerryMertens. Psychology Department.St. Cloud State University. St. Cloud.MN 56301. Kansas City Commi-ttee for Skeptical Inquiry. Presi-dente: Verle Muhrer. 2658 East 7th.Kansas City. MO 64124. GatewaySkeptics. Presidente: Steve Best.6943 Amherst Avenue. UniversityCity. MO 63130. Skeptics Resour-ce Center. Contacto: J.J. Kane. 89Glengarry Dr. Stratham. NH 03885.Tel.: 603-778-6873. NewMexicans for Science & Reason.

Presidente: John Geohegan. 450Montclaire SE. Albuquerque. NM87108; John Smallwood. 320 ArtistRoad. Santa Fe. NM 87501. Tel.:505-988-2800. Inquiring Skepticsof Upper New York (ISUNY).Contacto: Michael Sofka. 8Providence St. Albany. NY 12203.Tel.: 518-437-1750. New YorkArea Skeptics (NYASk). Contac-to: Wayne Tytell. 159 MelroseAvenue. E. Massapequa. NY 11758.Tel.: 516-798-6902. Western NewYork Skeptics. Presidente: TimMadigan. 3965 Rensch Road.Buffalo. NY 14228. South ShoreSkeptics. PO Box 5083. Cleveland.Ohio 44101. Contacto: Page Ste-phens. 4534 Grayton Road. Cle-veland. Ohio 44135. Tel.: 216-676-4859. Correo electrónico: [email protected]. Association for Ra-tional Thought (Cincinnati area).Roy Auerbach Correo electrónico:[email protected]. Oregonians for Ra-tionality. Secretario: John Reese.7555 Spring Valley Road NW. Sa-lem. OR 97304 Tel.: 503-364-6676.Correo electrónico: joshr@ ncn.com.Paranormal InvestigatingCommittee of Pittsburgh (PICP).Presidente: Richard Busch. 8209Thompson Run Road. Pittsburgh. PA15237. Tel.: 412-366-4663.Philadelphia Association for Cri-tical Thinking (PhACT). Presiden-te Bob Glickman. PO Box 21970.Philadelphia. PA 19124. Tel.: 215-533-4677. Reality Fellowship.Contacto: Carl Ledendecker. 2123Stonybrook Road. Louisville. TN37777. Houston Association forScientific Thinking (HAST). Con-tacto: Darrell Kachilla. PO Box541314. Houston. TX 77254. NorthTexas Skeptics. Presidente: JoeVoelkering. PO Box 111794. Carroll-ton. TX 75011-1794. The Societyfor Sensible Explanations. Secre-tario: Tad Cook. PO Box 7121. Sea-ttle. WA 98133-2121. Correo elec-trónico: [email protected].

INDIA: Indian Skeptics. Presidente:B. Premanand. 10 Chettipalayam

Road. Podanur 641-023 CoimbatoreTamil Nadu. Indian RationalistAssociation. Contacto: Sanal Eda-maruku. 779, Pocket 5, Mayur Vihar1. New Delhi 110 091. MaharashtraSuperstition Irradication Commi-ttee. Contacto: Naredra Dabholkar,155 Sadashiv Peth, Satara-415 001.Dravidar Kazhagam. Secretario: K.Veeramnani. Periyar Thidal, 50. EVKSampath Road, Madras - 600 007. Ta-mil Nadu.

ISRAEL: Israel Skeptics Society.Presidente: Philip Marmaros. PO Box8481. Jerusalén. Fax: 972-2-611652.Correo electrónico: [email protected].

JAPÓN: Japan Skeptics. Presidente:Jun Jugaku, Chairperson. BusinessCenter for Academic Societies Japan.16-9 Honkomagome 5-chome.Bunkyo-Ku. Tokyo 113.

KAZAJASTÁN: Kazakhastan Commi-ssion for Investigation of Anoma-lous Phenomena (KCIAP). Contac-to: Sergey Efimov. Astrophysical Ins-titute. Kamenskoye Plato. Alma-Ata480068.

MÉXICO: Sociedad Mexicana para laInvestigación Escéptica (SOMIE).Presidente: Mario Méndez-Acosta.Apartado Postal 19-546. México03900, DF.

NUEVA ZELANDA: New Zealand Skep-tics. Presidente: Vicki Hyde. SouthPacific Information Services, Ltd. Box19-760. Christchurch 5. Tel.: 64-3-384-5137. Fax: 64-3-384-5138. Co-rreo electrónico:[email protected]. nz.

SUDÁFRICA: Association. for the Ra-tional Investigation of the Para-normal (ARIP). Secretario: MarianLaserson. 4 Wales St. Sandringham2192. SOCRATES. Contacto: LeonRetief. 3 Hoheizen Crescent,Hoheizen, Bellville 7530. Correo elec-trónico: [email protected].

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