El Enclave Salitrero y La Economía Chilena

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El enclave salitrero y la economía chilena, 1880-1914 – Manuel Fernández La explotación de salitreros de Chile, tanto por parte de las empresas nacionales como extranjeras, ha dejado una impresión profunda en la memoria de dicha nación. El tema que se proponen los autores según sus propias palabras es multifacético, por lo que para su desarrollo factible se debemos restringirnos a los siguientes aspectos: en primer lugar se considera una evaluación de impacto que el sector salitrero tuvo con respecto al mercado interno para bienes de consumo y bienes industriales, luego se examina la relevancia de los derechos aduaneros derivados de las exportaciones salitreras con respecto a la renta fiscal chilena y en tercer lugar se analizan las condiciones que determinaron una proporción tan escasa de transferencias de tecnologías en el caso de las empresas británicas. Desde fines de 1950, cuando Hirschman desarrollara su teoría relativa a las proyecciones “hacia atrás” y “hacia adelante” de las inversiones, muchos historiadores han intentado efectuar una revisión de las otras teorías existentes que explican el pasado. En esta revisión, y a la luz de las ideas de Hirschman, el concepto de “economía de enclave” ha sido sometido a una crítica severa. Por nuestra parte, en este presente trabajo tenemos la intención de reafirmar el valor del concepto “enclave”, en cuanto éste se aplica al sector salitrero dentro de la economía chilena durante la última parte del siglo XX. Nos apresuramos en conceder desde la partida el hecho de que concordamos en que los historiadores revisionistas que postularon una visión crítica del pasado chileno y que no vieron beneficio alguno en el advenimiento del salitre, en muchos casos no basaron sus conclusiones sobre una investigación sistemática. Por ejemplo, Mamalakis rechaza la utilización del concepto “enclave” en cuanto es aplicado a cualquier sector de la economía chilena. Sin embargo, la contradicción mayor en la argumentación de Mamalakis se encuentra en el hecho de que al rehusar de la aplicación del concepto de “enclave” al sector salitrero, en realidad no está haciendo más que reforzarlo. De esta forma, se refiere a la economía del salitre

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El enclave salitrero y la economía chilena, 1880-1914 – Manuel Fernández

La explotación de salitreros de Chile, tanto por parte de las empresas nacionales como extranjeras, ha dejado una impresión profunda en la memoria de dicha nación. El tema que se proponen los autores según sus propias palabras es multifacético, por lo que para su desarrollo factible se debemos restringirnos a los siguientes aspectos: en primer lugar se considera una evaluación de impacto que el sector salitrero tuvo con respecto al mercado interno para bienes de consumo y bienes industriales, luego se examina la relevancia de los derechos aduaneros derivados de las exportaciones salitreras con respecto a la renta fiscal chilena y en tercer lugar se analizan las condiciones que determinaron una proporción tan escasa de transferencias de tecnologías en el caso de las empresas británicas. Desde fines de 1950, cuando Hirschman desarrollara su teoría relativa a las proyecciones “hacia atrás” y “hacia adelante” de las inversiones, muchos historiadores han intentado efectuar una revisión de las otras teorías existentes que explican el pasado. En esta revisión, y a la luz de las ideas de Hirschman, el concepto de “economía de enclave” ha sido sometido a una crítica severa. Por nuestra parte, en este presente trabajo tenemos la intención de reafirmar el valor del concepto “enclave”, en cuanto éste se aplica al sector salitrero dentro de la economía chilena durante la última parte del siglo XX. Nos apresuramos en conceder desde la partida el hecho de que concordamos en que los historiadores revisionistas que postularon una visión crítica del pasado chileno y que no vieron beneficio alguno en el advenimiento del salitre, en muchos casos no basaron sus conclusiones sobre una investigación sistemática. Por ejemplo, Mamalakis rechaza la utilización del concepto “enclave” en cuanto es aplicado a cualquier sector de la economía chilena. Sin embargo, la contradicción mayor en la argumentación de Mamalakis se encuentra en el hecho de que al rehusar de la aplicación del concepto de “enclave” al sector salitrero, en realidad no está haciendo más que reforzarlo. De esta forma, se refiere a la economía del salitre como una periferia doble, ya que constituye una periferia de la economía europea y, a su vez, de la zona central del país. En otros casos, algunos historiadores sugieren la idea de que el sector salitrero necesariamente tenía que producir una gama importante de proyecciones “hacia atrás” y “hacia adelante” beneficiosas para la economía chilena. En un artículo, Greenhill describe el sector salitrero como una economía mayor. Este tipo de descripción puede llevar al lector a formarse la opinión de que las empresas salitreras desarrollaron proyecciones favorables muy significativas hacia el resto de la economía. Sin embargo el caso más extremo de exageración del impacto del salitre sobre la economía se encuentra en los proyectos de investigación de Sunkel y Cariola. Desafortunadamente el tratamiento de las fuentes que estos autores realizan no es lo suficientemente crítico, ya que algunas estadísticas de la época no son suficientemente dignas. El trabajo de los autores tiene como propósito demostrar el enorme impacto del salitre sobre la economía interna, en particular en el sector agrícola. Para comprobar su hipótesis, Sunkel y Cariola hacen uso de estadísticas detalladas de cabotaje y seleccionaron el volumen de mercancías importadas. Lo que los autores citan como la producción chilena total de ciertos bienes agrícolas solo debe ser considerado como una parte del total real. De una gran parte de los departamentos que mandaron datos, faltan importantes subdelegaciones, lo que hace que los datos sean incompletos. ¿Cuál es la causa de esto? En algunos departamentos, la desidia de la autoridades administrativas, en otros la ignorancia y la mala voluntad de los agricultores. La recopilación de datos era tan deficiente que que constituía una cosa normal

Paulina Cruz, 28/04/14,
En la primera parte del texto, Fernández se dedica a reafirmar el concepto de enclave para la economía salitrera de fines del siglo XIX, en contraste con otros autores como Sunkel y Cariol.
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la exclusión de provincias completas en los registros de estadísticos agrícolas del siglo XIX. En conclusión, como se muestra la estadística oficial representan solo una porción de los totales reales, por lo que la proporción de dichos totales reales que se consumían en el Norte Grande debe ser menor que la que ocupan Sunkel y Cariola. Más aún, si los datos fuesen ciertos, se deben tomar las proporciones de bienes de autoconsumo de la hacienda. Otro dato ausente en la investigación de Sunkel y Cariola es el consumo per capita. En todo caso, para los autores era configurar la diversidad y profundidad de los vínculos entre el sector salitrero y el resto de la economía chilena entre 1880 y 1930. Ellos ven en el sector salitrero un elemento fundamental en el desarrollo chileno. Para ellos el salitre significó un proceso de inversión de capital extranjero, desplazamiento de población, creación de redes de ferrocarriles, telégrafo, agua, etc. Además, señalan que la interacción entre la región minera del norte, la zona urbana del centro, y la zona agropecuaria del sur estimuló importantes transformaciones en la economía nacional. Sin embargo, los datos son insuficientes para establecer tal interacción. Por otra parte, es imposible negar la importancia del salitre en la formación de la estructura social chilena (la conformación del proletariado), económica (sobre todo el sector público)TESIS: El punto de partida de nuestro análisis consiste en reafirmar el carácter de enclave de la región del norte grande. Las vinculaciones con el resto de la economía, de ninguna manera fueron capaces de destruir el carácter de enclave de la región. En cuanto a la economía chilena, la insuflación de riqueza derivada del salitre reforzó y facilitó la consolidación de los patrones de subdesarrollo que aparecían como perfectamente funcionales para la clase dominante. La aceptación del concepto enclave para el sector salitrero está vinculado a las siguientes características:

1. Dominio incontrarrestable del sector extranjero2. La producción de la industria salitrera es comercializada sólo con el extranjero3. La relación entre la empresa salitrera y la economía chilena es a partir de la legislación arancelaria

(aduana)4. El grueso de las obras de infraestructura en la región salitrera estuvo a cargo de manos extranjeras Sector salitrero y la industria chilena No se puede negar que la inversión salitrera produjo un crecimiento de la población en el norte grande. Sin embargo, hay que analizar el significado e implicancias que esto determinó para la eventual expansión del mercado interno en productos manufacturados. A pesar de que la población crecía rápido, ésta no representaba más del 7% de la población total del país. A esto se le debe agregar que la capacidad adquisitiva del grueso de la población no era suficientemente alta como para constituir un incentivo para la producción industrial, ya que los salarios eran bajos. Existía otro sector del salitre que sí era capaz de demandar bienes industriales. Nos referimos a la manufactura intermedia y terminadas tales como maquinas, repuestos, etc. Empero dicha demanda estaba orientada más a las importaciones que a los bienes manufacturados en el país. En la primera parte de este trabajo se ha sostenido que el salitre no tuvo significación importante en su calidad de mercado que pudiera estimular la actividad industrial del país. Sin embargo, el proceso de migración al norte del país constituyó un estímulo MODERADO para la producción de bienes agropecuarios en regiones meridionales de la nación. El sector salitrero y la agricultura chilena.

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El crecimiento de la población en el norte grande fue consecuencia mayormente de la expansión salitrera desde mediados del siglo XIX. Así esta región se transformó en un foco de inmigración por el aumento de la demanda del salitre. Hasta antes de 1850 el salitre era producido a baja escala y con procedimientos técnicos primitivos por lo que no ofrecía incentivos para una inmigración voluntaria y se cubría la falta de mano de obra con servidumbre forzada del sudeste de China. Pero desde 1870 comenzó el mejoramiento de la tecnología, sobre todo con la incorporación del ferrocarril y el sistema Shanks en el procesamiento del caliche.Se estima la cantidad de obreros chilenos que se trasladaron a Tarapacá (aún peruana) en 6 mil personas especializados en su mayoría en la construcción de ferrocarriles. Cuando esta labor terminó, los obreros siguieron emigrando a la zona central de Perú o se quedaron en los distritos salitreros que vivían un periodo de expansión económica.De acuerdo al censo de Perú de 1876, y al de Bolivia de 1875, había 14.194 chilenos en total en ambos países cuando cuya población en conjunto no excedía los 45.000 habitantes. De estos inmigrantes, un tercio provenía de las regiones agrícolas del norte chico y la zona central. Esta inmigración de mano de obra preocupó a los propietarios agrícolas chilenos por lo que exigieron medidas legales para impedir las inmigraciones masivas, pero se rechazó el proyecto.Con la incorporación del norte grande a territorio chileno, la inmigración fue acompañada del desarrollo de sectores relacionados con la producción salitrera. También aumentaron los trabajadores ocupados en la infraestructura de transportes, y los que trabajaban en puertos salitreros ya que eran puertos pequeños, sin tecnología, que requerían mucha mano de obra.Aunque el autor señaló que el sector salitrero no tuvo una significación importante como mercado que estimulara la producción industrial de chile, el proceso de migración hacia los distritos salitreros fue un estímulo moderado para la producción de bienes agropecuarios en regiones meridionales del país, como la producción triguera o porotos que aumentaron para el consumo interno. Sin embargo, aunque la producción agrícola alcanzó hasta el norte grande, no hay que exagerar los efectos de la expansión salitrera sobre la producción agrícola ya que la migración no significó un cambio substancial en la distribución de la población total de Chile (creció de un 3,28% a un 3,46%). El norte grande representaba una proporción muy pequeña del total. El núcleo central, como centro de consumo, era mucho más grande ya que concentraba la mayor parte de la población urbana y a casi la mitad de la población del país.El impacto de la región salitrera sobre el mercado interno de bienes de consumo fue afectado por varios factores: a) desventajas geográficas (era más fácil obtener bienes agropecuarios desde países vecinos, o vacunos de Argentina. También había una provisión regular de alimentos envasados desde Europa); b) las fluctuaciones cíclicas por la inestabilidad de la mano de obra (obreros nunca se asentaban completamente en una comunidad o continuaban migrando porque las oficinas cerraban durante meses para reducir la producción y mejorar los precios del salitre); c) la proporción pequeña de los ingresos del salitre que se destinaba a los pagos de los trabajadores (lo que generó una serie de demandas por las condiciones precarias en las que vivían); d) la ausencia de fuentes alternativas de empleo en la región (con excepción del cobre). La combinación de estos problemas evitó el estímulo de un intercambio comercial más activo entre el norte grande y el resto de Chile. El consumo de productos provenientes de otras regiones de Chile aumentó a una tasa inferior a la del crecimiento de población.

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El salitre y las finanzas públicas de Chile. El impacto más importante del salitre en la economía chilena fue su contribución a las arcas fiscales, esto trajo consigo importantes cambios en la estructura de las finanzas públicas y en el papel del estado con respecto a la asignación de los recursos nacionales. Hubo un progresivo abandono de fuentes alternativas de ingreso público y, por lo tanto, una dependencia en los ingresos del salitre.El primer cambio es la importancia que asumen las aduanas en la recaudación de ingresos fiscales en la era del salitre. Aunque también fue importante en el periodo anterior, habían 2 diferencias: el desplazamiento de los derechos de importación como elemento principal de los ingresos aduaneros, siendo reemplazado por los derechos de exportación (con la excepción del salitre y el yodo); y la disminución relativa en la proporción de derechos de importación. Estos 2 factores constituyeron el patrón de la hacienda pública en el periodo salitrero: la dependencia en una sola fuente de recursos fiscales, es decir, la recaudación de derechos de importación pagados por el salitre.El segundo cambio es que la exportación de salitre se constituyó en la fuente predominante de todos los ingresos fiscales. Todas las fuentes alternativas de ingresos fiscales disminuyeron drásticamente en la era del salitre. A partir de esto se aprecia la diferencia entre Chile y otros países latinoamericanos durante este periodo: en Chile el estado tiene un papel más importante en cuanto a la recaudación y asignación de ingresos fiscales, mientras en los otros países, son los productores quienes tienen un papel preponderante en la obtención y asignación de ingresos nacionales. Sin embargo, en el caso chileno, los productores, aunque no controlaban directamente la recaudación del excedente económico, igual tenían el monopolio en la toma de decisiones en la economía y las usaban de acuerdo a sus interesesEl tercer cambio tiene que ver con los recursos que administraba el estado. Antes del salitre el estado “gastaba lo que los ciudadanos contribuían” por lo que su papel era administrar los ingresos ordinarios tradicionales de la nación. Pero desde 1880 los recursos aportados por el salitre transformaron al estado en el elemento como mayor potencial económico para la implantación de cualquier modelo de desarrollo, pero ese potencial no fue totalmente aprovechado por el estado, y solo se dedicó a dispensar bienes, servicios y exenciones tributarias que favorecían a los sectores dominantes. Por lo tanto lo que ocurrió con los ingresos del salitre fue que solo reemplazaron a las otras fuentes de recursos ordinarios.Las empresas salitreras y la transferencia de tecnología. Aunque estas empresas salitreras con capacidad de producción a escala y aplicación intensiva de capitales estaban en condiciones de traspasar sus condiciones tecnológicas al resto de la economía chilena, no lo hicieron. Esto se explica por la condición de enclave de la región salitrera y porque no estaban en condiciones de hacerlo.El autor analiza críticamente 2 argumentos convencionales que explicarían lo anterior: que la expansión de la producción salitrera fue interrumpida por el salitre sintético, y que los productores necesitaban restringir la producción de salitre para mantener los precios altos en su “monopolio natural”, por lo que no los motivaban un mejoramiento tecnológico.Fernández contraargumenta lo anterior señalando que el salitre era una mercancía colocada en un medios ambiente internación altamente competitivos desde antes del desarrollo del salitre sintético por lo que no era un “monopolio natural” cuyo precio pudieran controlar y subir artificialmente por la reducción productiva. Fue esa carencia de innovación, junto a la mantención de precios altos lo que provoco que el salitre fuera desplazado de los mercados internacionales. Hubo una excepción, luego de

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la guerra del pacifico, en que se mejoró y aumento la producción de salitre con la implantación del sistema Shanks, pero después de esto no siguieron actualizando la tecnología. Esto se debía a que los productores se preocupaban de controlar el mercado y los precios y no de mejorar el sistema productivo.El ritmo de los cambios tecnológicos. Antes de la Guerra del Pacífico (1879-1873), cuando las empresas salitreras aún no pasaban al control de las grandes compañías por acciones (británicas), el salitre se producía de una manera relativamente primitiva. Existía una disponibilidad de enorme caliche, se acababa de construir un nuevo ferrocarril, existía un flujo constante de inmigración de mano de obra y había una gran cantidad de inversionistas. Los métodos existentes para la producción de salitre eran anticuados y, en vista de la gran demanda, se constituyeron en el “cuello de botella” de la industria. Los cambios tecnológicos ocurridos a finales de los 70, junto con la inversión a gran escala, provocaron amplios aumentos en el volumen de producción durante la década de 1880, cuando las compañías británicas pasaron a controlar la mayor parte de las oficinas salitreras. Tales aumentos fueron posibles gracias a las innovaciones tecnológicas introducidas en la industria salitrera. Hacia 1877-79 culminó un proceso de experimentación destinado a mejorar las técnicas de procesamiento de caliches y el sistema Shanks fue el que recibió mayor aceptación y en pocos años fue aceptado en forma muy generalizada. Este sistema generó grandes ahorros de combustible y la factibilidad de tratamiento de caliches de ley intermedia. Esto produjo un aumento en la productividad. Impresionante, además, fue la efectividad de costos del nuevo sistema que produjo una consecuente disminución de precios en el mercado internacional y un aumento considerable del consumo. Los precios disminuyeron en más de un 40% debido a la introducción del nuevo sistema. El sistema Shanks puede reputarse como la cumbre del cambio tecnológico y el mejor ejemplo de transferencia tecnológica desde Gran Bretaña hacia la economía chilena puesto que benefició tanto al sector extranjero como al chileno. Esta cumbre resulta aún más sobresaliente teniendo en vista la ausencia casi completa de nuevas transformaciones durante el largo periodo que corre hasta 1930. Este sistema mejoró el sistema de tratamiento de caliches pero dejó intacto el procedimiento de extracción de los minerales desde los yacimientos, es decir, el caliche siguió siendo extraído por medio de la minería a tajo abierto que requería dinamitar extensas superficies. Por otra parte, los métodos de transporte no fueron adaptados para esta forma de explotación y solamente las oficinas más grandes poseían ferrovías intercambiables. Es decir, la introducción del sistema Shanks permitió el aumento en el volumen de producción, pero puesto que no se produjo la mecanización en la etapa de extracción de materia prima, el aumento subsecuente en la producción devino una función de los factores no tecnológicos, a saber, la mano de obra y la tracción animal. Uno de los problemas mayores que el sistema Shanks no pudo resolver fue la alta proporción de salitre que se perdía durante el procesamiento. Uno de los pocos adelantos introducidos a este sistema fue la sustitución del carbón por el petróleo. Con mucha frecuencia se ha sostenido que fue la Primera Guerra Mundial la que inició la decadencia del salitre chileno, debido al cierre del mercado comprador alemán y a la ulterior producción de salitre sintético. Es cierto que Alemania se vio forzada a desarrollar sustitutos para su provisión principal de fertilizantes cuando las fuentes chilenas dejaron de estar asequibles durante la guerra. También es cierto que, como un fenómeno que iba a tener una larga duración, el salitre sintético significó un golpe

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durísimo para la producción de salitres de Chile. Sin embargo, es posible que los síntomas de una debilidad intrínseca de la industria salitrera en Chile ya eran perfectamente visibles, si bien no muy claramente hacia fines del siglo XIX, con claridad a principios del XX. El último cuarto del siglo XIX fue un período en que predominó el optimismo entre los productores de salitre. Uno de los factores que explica la pobreza en innovaciones técnicas era la creencia de que el salitre constituía un “monopolio natural” del cual solamente Chile podía disponer en cantidades industriales. La nación de “monopolio cultural” también estaba muy difundida entre los altos funcionarios de gobierno y parlamentarios chilenos.Por eso que el esfuerzo principal de los productores no estuviera dedicado al mejoramiento del proceso productivo mismo (cambios tecnológicos, reducción de costos, aumento del rendimiento, etc.), sino que en el proceso de circulación de la mercancía. El surgimiento potencial del salitre sintético ya se veía como inminente en los círculos científicos de Europa hacia fines del siglo XIX. Las primeras instalaciones estuvieron localizadas en Alemania a principios del siglo xx, pero este sistema se realizó en una menor escala y a un costo excesivamente alto. A corto plazo esto no constituía una amenaza al salitre chileno, sin embargo, existía otro fertilizante mineral que representaba una amenaza más inmediata: el sulfato de amoniaco. La primera ventaja era que era un subproducto de la industria de gas de alumbrado y la producción de coke metalúrgico, una segunda ventaja estaba representada por su tasa más alta de aumento de producción, en comparación con el salitre. La tercera ventaja era que poseía una alta tasa de absorción en los suelos y una cuarta ventaja era que el sulfato amoniacal era un producto disponible en Europa. El salitre se hizo más débil en la década anterior a la I GM, con el salitre sintético. Para que el salitre natural chileno pudiera mantener un nivel aceptable, era necesaria una renovación tecnológica y una reducción de costos, sin embargo, los productores no ayudaron en esto. Parecía no existir interés entre los productores británicos. En Gran Bretaña no realizaban investigaciones científicas.En el Chemical Trade Journal decían que en las salitreras estaban descuidadas y que no había innovaciones en cuanto al método de elaboración. Los productores estaban atrapados por la carencia de observaciones científicas sobre el salitre, y la mayoría de estos creían que sería una riqueza momentánea y que por ello no valía la pena innovar.Después de la I GM se inició un proceso reinvestigación técnica. Se crea el Departamento de Investigación Científica.Entre 1919 a 1930 se publicó la revista Caliche, sobre investigaciones científicas de la industria, en donde Donnan se nota lo deplorable de la industria salitrera. (Hay una lista de 13 puntos de las falencias que observó Donnan).Conclusiones Después de evaluar el impacto del salitre sobre la economía chilena creemos que el concepto de enclave económico es el mejor apelativo para identificar la totalidad.La importancia del desarrollo salitrero para la industria chilena, no fue ninguna. Probablemente tuvo alguna importancia indirecta, pero no fundamental.El flujo de riquezas que llenó las arcas fiscales sólo reemplazo a las partidas presupuestarias que antes correspondían a los ingresos ordinarios del país. Alguna parte de los ingresos sirvieron para los servicios públicos. Los avances económicos y agrícolas podrían haber sucedido sin los ingresos del salitre, como en otros países latinoamericanos. El proceso de transferencia tecnológica fracasó. El sector salitrero no sólo fue un enclave; fue uno malo, incapaz de seguir el ritmo de los países industriales de los que dependía.Las empresas salitreras no contribuyeron, sólo con la introducción del sistema Shanks.

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En el caso de Chile, la ausencia de la transferencia ayudó a reforzar a las funciones económicas que eran enemigas del desarrollo económico.