El Dios Olvidado - Francis Chan

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Lo que la gente dice sobre ...

EL DIOS OLVIDADO "¿Está usted espiritualmente vado y buscando algo más? Quizá

no esté entrando en la presencia y el poder de Dios mediante el

Espíritu Santo. En El Dios olvidado, Francis Chan imparte un

transformador mensaje sobre el poder del Espíritu Santo y su

deseo de desatarse a Él mismo en nuestras vidas cotidianas."

Craig Groeschel, pastor fundador de LifeChurch.tv y autor de It: How Churches and

Leaders Can Get It and Keep It

"Con frecuencia se ha dicho que el Espíritu Santo es la

Cenicienta de la Trinidad. Pero ninguna iglesia ni ningún cris­

tiano pueden ser sanos u obtener madurez sin una vida vivida

en el Espíritu Santo y guiada por Él. El último libro de Francis

Chan es un oportuno recordatorio y un contagioso aliento para

llegar a conocer íntimamente al Dios olvidado."

Simon Ponsonby, maestro de la Biblia,

Pastor, y autor de And the Lamb Wins,

More y God lnside Out

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Elogios para ...

LOCO AMOR "Chan escribe con una infecciosa exuberancia, desafiando a los

cristianos a tomarse la Biblia en serio. Describe detalladamente

el lamentable estado de los cristianos 'tibios' que se esfuerzan

por una vida caracterizada por el control, la seguridad y la au­

sencia de sufrimiento. En claro contraste, el libro ofrece relatos

de la vida real de creyentes que lo han dado todo -tiempo,

dinero, salud, hasta sus vidas- en obediencia al llamado de

Cristo. Chan también relata sus propios intentos de vivir 'loco'

al mudarse a una casa significativamente más pequeña y donar

sus recursos a los pobres. Los cristianos sinceros encontrarán

valiosas lecciones prácticas en el excelente libro de Chan."

Publishers Weekly

"Con el estilo único de Francis Chan, y con una urgencia que

busca despertar a una Iglesia dormida y atascada en la comodi­

dad del terreno medio, Loco amor llega rápidamente al corazón

del asunto y le deja queriendo más ... más del Jesús sin igual

que ofrece una vida radical para el aquí y ahora."

Louie Giglio, arquitecto visionario, director de las conferencias

Passion, y autor de 1 Am Not, but 1 Know 1 AM

"La vida de Francis refleja un auténtico liderazgo templado

por una profunda compasión por los perdidos, los últimos, los

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más pequeños y los menos. Todo se debe a que este hombre,

mi amigo, es un ardiente y dedicado discípulo de su Salvador.

En su nuevo libro, Loco amor, Francis muestra lo que nosotros

pensamos que es la vida cristiana, y nos guía por el camino

hacia una intimidad con Jesús poco común: ¡una intimidad

que no puede evitar cambiar el mundo que nos rodea!"

Joni Eareckson Tada, autora de éxitos de ventas y oradora

"En una época de farsantes religiosos, apatía espiritual, y libros

desalentadores que sugieren que Dios es un engaño, Loco amor

brilla como un glorioso faro de esperanza y de luz. Si está usted

atascado en una rutina religiosa, lea este refrescante libro. A mí

me abrió los ojos y emocionó mi alma. Ya sea en el púlpito o

en las páginas, Frands Chan desprende amor por Jesucristo y

demuestra maneras prácticas de zarandear al cristianismo tibio

y abrazar un amor pleno y apasionado por Dios." Kirk Cameron,

actor y autor de Still Growing

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FRANCIS CHAN con Danae Yaukoski

A STRANG COMPANY

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La mayoría de los productos de Casa Creación están disponibles a un precio con descuento en cantidades de mayoreo para promociones de ventas, ofertas especiales, levantar fondos y atender necesidades educativas. Para más información, escriba a Casa Creación, 600 Rinehart Road, Lake Mary, Florida, 32746; o llame al teléfono (407) 333-7117 en Estados Unidos.

El Dios olvidado por Francis Chan Publicado por Casa Creación Una compañía de Strang Communications 600 Rinehart Road Lake Mary, Florida 32746 www.casacreacion.com

No se autoriza la reproducción de este libro ni de partes del mismo en forma alguna, ni tampoco que sea archivado en un sistema o tr nsmitido de manera alguna ni por ningú medio -electrónico, mecánico, fotocopia, grabación u otro- sin permiso

previo escrit .... ~af. ~ ~i ~a1,~ ... ljlJ ~f~ 1J il>ft d lp, revisto por las leyes e derec os de autor en l Estados Uni os de América.

Este libro fue publicado originalmente en inglés con el título: Forgotten God © 2009 Francis Chan David C. Cook, 4050 Lee Vanee View, Colorado Springs, Colorado 80918 U.S.A. All rights reserved.

Traducido por: Belmonte Traductores Director de diseño: Bill Johnson

Library of Congress Control Number: 2010922749 ISBN: 978-1-61638-051-9

Impreso en los Estados Unidos de América 10 11 12 13 * 7 6 5 4 3 2 1

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A Rachel,

mi hija y amiga:

No tienes idea de lo feliz que soy al ver al Espíritu

Santo vivo en ti. Sigámosle juntos para siempre.

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ÍNDICE

Reconocimientos ............................................... 13

Introducción ................................................... 15

Acerca de la portada ........................................... 23

Capítulo 1: Tengo a Jesús. ¿Por qué necesito al Espíritu? .............. 27

Capítulo 2: ¿De qué tiene miedo? .................................. 45

Capítulo 3: Teología básica del Espíritu Santo ....................... 63

Capítulo 4: ¿Por qué lo desea? .................................... 83

Capítulo 5: Una verdadera relación ............................... 101

Capítulo 6: ¡Olvide la voluntad de ~1 para su vida!. .................. 119

Capítulo 7: La Iglesia sobrenatural. ........................•...... 141

Epílogo ....................................................... 161

Notas ........................................................ 167

Acerca de la coautora ......................................... 169

Extracto de Loco amor ......................................... 173

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RECONOCIM 1 EN TOS

Lisa y los niños, por apoyarme a medida que busco llevar a

nuestra familia dondequiera que el Espíritu dirija. Sé que no

siempre es fácil.

Los ancianos de la iglesia Cornerstone, por su instrucción pa­

ciente y dirigida por el Espíritu en mi vida. Mé encanta servir

al lado de ustedes.

Danae, una vez más, no habría sido capaz de hacer esto sin ti.

Tu don es obvio, y admiro tu compromiso con el cristianismo

verdadero y bíblico.

Don y Jenni, de DC Jacobson and Associates, por su guía.

El equipo de David C. Cook, por todo su trabajo.

Jim, por diseñar una portada tan bonita. Todos deberían com­

prar una página web en www.CloverSites.com. (Me debes

mucho sushi por ese anuncio).

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14 El DIOS OLVIDADO

Jesse y Reesh, Keith y Kristi, Gene y Sandra, Chris y Julie, Jim

y Sherry, Ted y Sandy, Frank y Christy, Adam y Steph, Bill y

Kathleen, Brice y Shelene, Mark y Jen, Doug y Frani, Kevin,

Paul, Rochelle, y Susan. Ustedes realmente no me ayudaron en

nada, pero son buenos amigos, y siempre es divertido ver sus

nombres publicados.

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INTRODUCCIÓN

Uno podría pensar que llamar al Espíritu Santo "el Dios

olvidado" es un poco radical. Quizá esté de acuerdo en que la

Iglesia ha centrado demasiada atención en otros lugares, pero

sienta que es una exageración decir que hemos olvidado al Espí­

ritu Santo. Yo no lo creo.

Desde mi perspectiva, el Espíritu Santo es trágicamente

abandonado y, para todo propósito práctico, olvidado. Aunque

ningún evangélico negaría su existencia, estoy dispuesto a apos­

tar a que hay millones de asistentes a las iglesias en todo lugar

que no pueden decir con confianza que han experimentado su

presencia o su acción en sus vidas en este afio anterior. Y mu­

chos de ellos no creen que puedan experimentarla.

El punto de referencia para determinar el éxito en

los servicios de la iglesia se ha marcado más en térmi­

nos de asistencia que del mover del Espíritu Santo. El

modelo de iglesia de "entretenimiento" se adoptó general­

mente en los afias ochenta y noventa, y aunque mitigaba

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16 El DIOS OLVIDADO

parte de nuestro aburrimiento durante un par de horas por

semana, llenó nuestras iglesias de consumidores centrados en sí

mismos en lugar de siervos abnegados sensibilizados al Espíritu

Santo.

Quizá estemos demasiado familiarizados y cómodos con

el actual estado de la iglesia para sentir el peso del problema.

¿Pero y si usted hubiera crecido en una isla desierta sin ningu­

na otra cosa excepto la Biblia para leer? Imagine ser rescatado

después de veinte años y entonces asistir a una iglesia típica

evangélica. Es probable que se sintiera anonadado {a causa de

muchas razones, pero eso es otra historia). Al haber leído las

Escrituras fuera del contexto de la cultura eclesial contempo­

ránea, usted estaría convencido de que el Espíritu Santo es tan

esencial para la existencia de un creyente como lo es el aire para

permanecer vivos. Usted sabría que el Espíritu Santo guió a los

primeros cristianos a hacer cosas inexplicables, a vivir vidas que

no tenían sentido para la cultura que los rodeaba, y finalmente

a difundir la historia de la gracia de Dios por todo el mundo.

Existe una gran brecha entre lo que leemos en la Escritura

acerca del Espíritu Santo y el modo en que la mayoría de cre­

yentes y de iglesias operan en la actualidad. En muchas iglesias

actuales, uno quedaría anonadado por la obvia ausencia del Es­

píritu Santo en cualquier manera manifiesta. Y esto, creo yo, es

el meollo del problema.

Si yo fuese Satanás y mi objetivo final fuese frustrar el reino

y los propósitos de Dios, una de mis principales estrategias sería

conseguir que los asistentes a las iglesias ignorasen al Espíritu

Santo. El grado hasta el cual eso ha sucedido (y yo argumen­

taría que es una enfermedad extendida en el Cuerpo de Cristo)

está directamente relacionado con la falta de satisfacción que

la mayoría de nosotros sentimos con la Iglesia y en la Iglesia.

Entendemos que falta algo muy importante. El sentimiento es

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INTRODUCCIÓN 17

tan fuerte que algunos se han alejado por completo de la iglesia

y de la Palabra de Dios.

Yo creo que este algo que falta es realmente un Alguien que

falta: es decir, el Espíritu Santo. Sin Él, las personas operan con

sus propias fuerzas y solamente logran resultados del tamaño

del hombre. El mundo no es movido por el amor o los actos

que son una creación humana y la iglesia no tiene capacidad de

vivir de modo distinto a cualquier otra reunión de personas sin

el Espíritu Santo. Pero cuando los creyentes viven en el poder

del Espíritu, la evidencia en sus vidas es sobrenatural. La Igle­

sia no puede evitar ser diferente, y el mundo no puede evitar

notarlo.

Mientras escribía este libro, la pregunta que ardía en mi mente

era: ¿cómo puede cualquier ser humano escribir bien sobre el

sagrado tema del Espíritu Santo de Dios? Ningún otro tema

me intimida más, sin embargo, no puedo pensar en ninguna

otra cosa más esencial para la Iglesia de Dios en todo lugar, y

especialmente en el hemisferio occidental, donde parece que el

Espíritu Santo está todo menos desaparecido de la mayoría de

nuestras iglesias. Estoy escribiendo, sin ninguna duda, desde un

contexto occidental, y sé que el Cuerpo de Cristo es vibrante

y está creciendo, y el Espíritu Santo está activo en continentes

como África, Sudamérica y Asia. También sé que Dios obra

de manera única en varios lugares y momentos, y sí creo que

eso explica parte de la diferencia entre aquí y allá. Sin embar­

go, también creo que el Espíritu está activo más obviamente

en lugares donde la gente está desesperada por Él, humillada

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18 EL DIOS OLVIDADO

delante de Él y no distraída por su búsqueda de riqueza o de

comodidades (como nosotros sí lo estamos).

La luz de la Iglesia de América está parpadeando y casi

extinguida, habiendo en gran parte claudicado a los reinos y

valores de este mundo. Mientras la mayoría de la gente ve que

exjste un problema, pocos hacen algo al respecto, y la mayoría

de quienes sí hacen algo corren hacia las soluciones equivo­

cadas. En lugar de hablar con significado y perspectiva a la

cultura, hemos capitulado y en muchos casos no nos vemos

diferentes del mundo. No estoy seguro de si es un llamado o

un sentimiento de pura urgencia lo que me guía a escribir esto.

Quizá sean ambas cosas. El hecho es que no yo no tengo "dere­

cho" a escribir este libro, pero creo que es un libro que necesita

escribirse, así que lo he escrito, confiando en que Dios lo utili­

zará para su gloria.

El Espíritu Santo es absolutamente vital para nuestra situa­

ción en la actualidad. Desde luego, Él es siempre vital, pero

quizá especialmente ahora. Después de todo, si el Espíritu

Santo se mueve nada puede detenerlo. Si Él no se mueve, no­

sotros no produciremos un fruto genuino, sin importar cuánto

esfuerzo o djnero empleemos. La Iglesia se vuelve irrelevante

cuando se convierte puramente en una creación humana. No

somos todo aquello que fuimos llamados a ser cuando todo en

nuestras vidas y nuestras iglesias puede explicarse aparte de la

obra y la presencia del Espíritu de Dios.

Quizá no sea teología lo que nos falta, sino más bien integri­

dad teológica. Muchos tienen el conocimiento, pero carecen

de la valentía de admitir la discrepancia entre lo que sabemos

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INTRODUCCIÓN 19

y cómo vivimos. Se han escrito cientos de libros teológicos de

gran erudición sobre la doctrina del Espíritu Santo, la doctrina

de la Trinidad, etcétera. Este libro no es uno de ellos. Obvio, abandonado y crucial son los adjetivos que yo utilicé para des­

cribir las verdades que presentaré.

En los capítulos siguientes exploraré el conocimiento funda­

mental que la mayoría de nosotros tenemos acerca del Espíritu

Santo. Profundizaremos en algunos pasajes bíblicos clave sobre

el Espíritu Santo y veremos nuestros propios abusos, ideas erró­

neas y hasta temores de Él. Al hacer un viaje honesto, espero que

podamos ir más allá de nuestro actual entendimiento del Es­

píritu Santo y comencemos a estar en contacto abiertamente ...

que nuestra experiencia con Él sea día a día, hasta de momento

a momento. Que al mantenernos al paso con el Espíritu, po­

damos regularmente participar de lo que Él está haciendo en

lugar de lo que Él hizo hace meses o años. Recordaremos la

fortaleza y la sabiduría que están a nuestra disposición en el

Espíritu y oraremos sinceramente para obtener más. A medida

que confiemos en las promesas del Espíritu seremos alejados

del desaliento y guiados a vidas marcadas por la confianza, el

poder en medio de nuestra debilidad y el fruto del Espíritu.

Es mi oración que su vida cambiada produzca este tipo de

asombro: "Los gobernantes, al ver la osadía con que hablaban

Pedro y Juan, y al darse cuenta de que eran gente sin estudios

ni preparación, quedaron asombrados y reconocieron que ha­

bían estado con Jesús" (Hechos 4:13).

Leer este libro probablemente no será fácil. Sin importar de

qué tradición religiosa provenga usted, es probable que lleve

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20 El DIOS OLVIDADO

equipaje y albergue estereotipos cuando se trata del Espíritu

Santo. Va a ser necesario hacer a un lado su equipaje y sus

estereotipos a fin de poder estar abierto a lo que Dios quiere

enseñarle. ¿Está dispuesto a hacer eso?

Algunos de ustedes oyen el término Esplritu Santo y au­

tomáticamente se preocupan porque yo vaya a ponerme

locamente carismático. Otros piensan en conservadores radi­

cales que nunca reconocen al Espíritu Santo en palabra u obra

y esperan que yo no me dirija ahí. Hay muchos estereotipos

{algunos de los cuales son verdaderos) y muchos abusos, y no

provienen solamente de un lado de este asunto.

Algunas personas hablan mucho -y hasta presumen- del

Espíritu, pero sus vidas no dan el fruto de ÉL Otros hablan

del Espíritu Santo en términos teóricos o eruditos, y sin em­

bargo no le experimentan en acción. Aun otros le ignoran para

todo propósito práctico, y como se podría esperar, raramente

experimentan una relación o una intimidad con el Espíritu. Y

también está la extraña persona que no habla con frecuencia

sobre el Espíritu pero que, sin embargo, su vida es una potente

exhibición de su presencia y su actividad.

A algunos de ustedes les gustaría si yo dijese que vamos a

encontrar un sano equilibrio entre extremos malsanos. No es

eso lo que vamos a hacer. Cuando nos estamos refiriendo a

Dios, el equilibrio es un inmenso error. Dios no es una sola

cosa que añadimos a la mezcla llamada vida. Él quiere una

invitación por nuestra parte para inundar todo y cada parte de

nosotros. De la misma manera, buscar un "sano equilibrio" del

Espíritu Santo supone que hay algunos que tienen demasiado

Espíritu Santo y otros que tienen muy poco. Aún tengo que

conocer a alguien que tenga demasiado Espíritu Santo. Garan­

tizado: he conocido a muchos que hablan mucho sobre Él, pero

a ninguno que realmente esté lleno en exceso de su presencia.

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INTRODUCCIÓN 21

¿Es posible llegar a obtener bastante o hasta demasiado de

Dios? ¿Hay un punto en el que una persona puede estar satis­

fecha con la cantidad de intimidad, conocimiento y poder de

Dios que él o ella experimentan? No veo cómo puede ser eso,

porque ¿no es cierto que cada encuentro con Dios sólo hace que

tengamos más sed de Él?

Permítame ser claro. Este no es un llamado a un extremismo

mal informado, sino un reconocimiento de que, como creyen­

tes, nunca podemos estar "terminados" con Dios. Él es infinito

y nosotros somos finitos; siempre habrá más de su carácter que

descubrir, más de su amor que experimentar, y más de su poder

que utilizar para sus propósitos.

No puedo decir exactamente lo que sucederá cuando usted

admita que nunca puede llegar plenamente a conocer o expe­

rimentar bastante del Espíritu Santo y a pesar de eso escoja

buscarle. Sólo sé que cuando usted se rinda plenamente al Es­

píritu, Cristo será magnificado, y no usted (Juan 16:14).

Y quizá el núcleo es realmente que nos refrenamos de entre­

garnos a Dios, en lugar de obtener "demasiado" de ÉL Quizá

cuando una persona dice: "Me gustaría un poco de Dios, muchas

gracias", él o ella realmente están diciendo: "Prefiero no entregar

a Dios las partes de mi vida que realmente me importan, así que

me aferraré a esto, a eso, y, ah, a aquello también ... ".

No funciona de ese modo. Cuando leo la Escritura, veo la

verdad y la necesidad de una vida totalmente rendida al Espíri­

tu Santo y dependiente de Él.

Pablo escribió a los corintios que sus palabras no eran "sabias

y elocuentes", sino más bien una "demostración de poder del

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22 El DIOS OLVIDADO

Espíritu" a fin de que su fe "no dependiera de la sabiduría

humana sino del poder de Dios" (1 Corintios 2:4-5). Más ade­

lante en esa misma carta, él reitera que "el reino de Dios no es

cuestión de palabras sino de poder" (4:20).

En la mayoría de iglesias actualmente oigo mucha charla y

la fachada de la sabiduría humana, pero no veo mucho de la

presencia y el poder de Dios. ¿Y usted?

Estoy cansado de solamente hablar sobre Dios. Quiero ver

a Dios moverse por medio de mí, por medio de la iglesia Cor­

nerstone, y por medio del Cuerpo de Cristo en todo el mundo.

Sé que hay más. Todos sabemos que hay más. Por eso he escrito

este libro, para explorar con usted cómo Dios nos ha llamado a

más, mediante la presencia y la fortaleza del Espíritu Santo.

Me niego a vivir el resto de mi vida donde estoy ahora, es­

tancado en este punto. No me malentienda: Dios ya ha hecho

mucho en mi vida y estoy agradecido por ello. Sólo estoy con­

vencido de que hay más. Hay más del Espíritu y más de Dios

de lo que cualquiera de nosotros está experimentando. Yo quie­

ro ir ahí, no sólo intelectualmente, sino en vida, con todo lo

que soy.

Al comenzar este libro, que nuestro deseo de experimentar

más del Espíritu Santo sea nuestro punto de partida. Y que abra­

mos nuestros corazones y vidas a su presencia y su acción más

plenamente de lo que lo hayamos hecho nunca. Por el poder y

la presencia del Espíritu Santo, que cuando terminemos seamos

personas diferentes a las que éramos cuando comenzamos.

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ACERCA DE LA PORTADA

Mi amigo Jim, que sirve como uno de los pastores de

alabanza en la iglesia Cornerstone, diseñó la portada de este

libro después de un mensaje que yo di sobre la diferencia entre

exégesis y eiségesis. Fue una de las primeras lecciones que aprendí

en el seminario.

Exégesis: un intento de descubrir el significado del texto

objetivamente, comenzando con el texto y moviéndose desde

ahí.

Eiségesis: importar un significado subjetivo, preconcebido,

al texto.

Me enseñaron a interpretar las Escrituras solamente me­

diante la exégesis. Comenzar con la Palabra de Dios; orar para

que el Espíritu Santo dé claridad; entonces estudiar para ver

lo que el texto dice realmente. El Espíritu Santo inspiró la es­

critura de la Biblia, por tanto, ¿quién mejor para ayudarnos a

medida que buscamos entenderla? La Escritura nos dice que el

Espíritu no sólo inspiró la Biblia, sino que también la ilumina

23

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24 El DIOS OLVIDADO

para nosotros en la actualidad (1 Corintios 2:12-16 y

2 Timoteo 3:16).

La palabra exégesis proviene de una palabra griega que sig­

nifica "sacar". Como he dicho, uno comienza con el texto y

extrae su significado. Eiségesis, por otro lado, es cuando uno

comienza con una idea o convicción, y entonces busca versícu­

los en la Biblia para demostrar su punto. Me advirtieron contra

la eiségesis, y con toda razón. El peligro de esto es que pode­

mos sacar versículos de contexto para apoyar cualquier punto

de vista. Durante años las personas han utilizado este estilo

de interpretación a fin de justificar la avaricia, la lujuria, el di­

vorcio, e incontables pecados. Las sectas también utilizan la

eiségesis para justificar sus creencias. Después de entender esto,

nosotros en Cornerstone comenzamos a cuestionar si había al­

guna área en nuestras vidas en la que hacíamos esencialmente

eso mismo.

Lo fundamental es que fácilmente podemos seguir cualquier

estilo de vida que deseemos y entonces encontremos versículos

para mostrar a todo el mundo que está bien vivir de ese modo.

¿Pero cómo se vería vivir de modo exegético? Si hubiéramos de

comenzar con la Escritura y permitir que ella dictase nuestros

actos, ¿cómo viviríamos?

Yo creo que muchas personas tienen un concepto del Espí­

ritu Santo formado eisegéticamente. En esencia, hemos cortado

y pegado cualquier versículo e idea que funciona para nosotros,

y eso forma nuestro entendimiento del Espíritu Santo. Lo úl­

timo que quiero es cortar y pegar un poco más dándole mi

"versión" del Espíritu Santo. En este libro procuro presentar las

verdades fundamentales que han sido reveladas a los creyentes

acerca del Espíritu Santo: las cosas que un creyente lleno del

Espíritu Santo concluiría si él o ella comenzasen con las Escri­

turas y procediesen desde ahí.

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Tengo a Jesús. ¿Por qué necesito al Espíritu?

Bien podemos ser sinceros: todo el nivel de

espiritualidad entre nosotros es bajo.

Nosotros mismos nos hemos medido hasta

que el incentivo de buscar mesetas mds altas

en las cosas del Espíritu ha desaparecido ...

Hemos imitado al mundo, hemos buscado

el favor popular, hemos fabricado delicias

para sustituir el gozo del Señor y hemos

producido un poder barato y sintético para

sustituir el poder del Espíritu Santo. -A. W. Tozer-

Estoy convencido de que hay una necesidad desesperada en la

Iglesia de que al Espíritu Santo de Dios se le dé lugar para

obrar. Creo que podemos estar de acuerdo en que existe un

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28 El DIOS OlVIDADO

problema en nuestras iglesias, que algo va mal. Pero no creo

que podamos alcanzar un acuerdo en cuanto a qué hacer al

respecto. La mayoría de las personas no conecta lo que falta o

lo que va mal con una necesidad particular del Espíritu Santo.

Hace algún tiempo, nuestra falta de apertura para examinar­

nos a nosotros mismos -especialmente en el área del Espíritu

Santo- realmente me impactó. Dos Testigos de Jehová llama­

ron a mi puerta e iniciaron una conversación. Yo tenía mucho

que hacer, así que me preparé para enviarlos a que siguieran

su camino. Pero cuando ellos comenzaron su discurso, decidí

tomar unos minutos y charlar con ellos. Amablemente les dije

que sus enseñanzas sobre Jesús me resultaban ofensivas porque

ellos enseñaban que Jesús era la misma persona que el arcángel

Miguel. Les dije que yo creo que Él es mucho más que uno

entre muchos ángeles; que creo que Él es Dios. Mis visitantes

contestaron: "No, Jesús/Miguel es el único árcángel. No hay

otros arcángeles". Así que les pedí que abriesen sus Biblias en

Daniel 10:13, que dice: "Durante veintiún días el príncipe de

Persia se me opuso, así que acudió en mi ayuda Miguel, uno

de los príncipes de primer rango". Señalé que este pasaje es

claro: Miguel solamente es "uno de" los principales príncipes

(o arcángeles).

Eso los agarró fuera de guardia. Me dijeron que nunca ha­

bían oído ni leído eso antes. Y como ya tenía su atención, dije:

"No hay manera en que puedan mirarme a los ojos y decir­

me que ustedes un día se sentaron buscando encontrar a Dios,

leyeron la Biblia y llegaron a la conclusión de que Jesús es

la misma persona que el arcángel Miguel. Nadie podría lle­

gar a esa conclusión. Ustedes solamente lo creen porque eso

es lo que les han dicho y yo no quiero estar aquí y darles otra

cosa hecha". Con eso, los desafié a que leyesen la Biblia por sí

mismos, en lugar de simplemente aceptar lo que les han dicho

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TENGO A JESÚS. lPOR QUE NECESITO AL ESPIRITU? 29

sobre ella. Ellos se fueron aquel día y dijeron que pensarían en

hacer eso.

Yo terminé esa conversación sintiéndome un poco orgulloso

de mí mismo porque los dejé perplejos e hice que cuestionasen

sus creencias. Sin embargo, no pude evitar preguntarme si fui

justo con ellos. ¿Me había yo sentado alguna vez con la Biblia

buscando su verdad evidente por sí misma? ¿O había digerido

pasivamente lo que había oído de otras personas, igual que los

visitantes que habían estado en mi puerta?

Fue entonces cuando comencé a leer las Escrituras como

si nunca antes las hubiera leído. Le pedí al Espíritu Santo que

las hiciera "vivas y activas" para mí, aunque las había estado

leyendo por años. Le pedí a Dios que "penetrara" en las ideas

erróneas y mal concebidas que yo había recopilado a lo largo

del camino (Hebreos 4:12). Es un ejercicio estupendo para

aquellos de nosotros que hemos estado inmersos en la cultura

eclesial por años.

Hay, por supuesto, peligros en esto, ya que la Biblia ha de

interpretarse dentro del contexto y la responsabilidad de la co­

munidad de fieles. Sin embargo, aun con esa calificación, sigue

habiendo necesidad de que quienes estamos acurrucados pro­

fundamente en la burbuja cristiana miremos por encima del

status quo y evaluemos de manera crítica el grado hasta el cual

estamos realmente viviendo bíblicamente.

La mayoría de nosotros suponemos que lo que creemos es

correcto (desde luego que sí; por eso creemos lo que creemos),

pero realmente nunca lo hemos estudiado por nosotros mis­

mos. Sencillamente nos dijeron: "Es de esta manera" y no lo

cuestionamos. El problema es que mucho de lo que creemos

con frecuencia está basado más en la comodidad de la tradición

de nuestra cultura que en la Biblia.

Creo que necesitamos reexaminar nuestra fe tanto como

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30 El DIOS OLVIDADO

los Testigos de Jehová que llegaron a mi puerta necesitan

reconsiderar la de ellos. Recordemos que los de Berea fueron

exaltados como buenos ejemplos porque cuestionaron las cosas

que les enseñaban. Ellos se aseguraron de que incluso las en­

señanzas de los apóstoles estaban en consonancia con lo que

estaba escrito: "Éstos eran de sentimientos más nobles que los

de Tesalónica, de modo que recibieron el mensaje con toda avi­

dez y todos los días examinaban las Escrituras para ver si era

verdad lo que se les anunciaba" (Hechos 17:11).

Una de las áreas que necesitamos examinar desesperadamente

es cómo pensamos sobre el Espíritu Santo y nos relacionamos

con Él. Como dije anteriormente, si usted o yo nunca hubiéra­

mos ido a una iglesia y hubiéramos leído sólo el Antiguo y el

Nuevo Testamento, tendríamos expectativas significativas del

Espíritu Santo en nuestras vidas.

Piénselo. Al predecir su muerte, Jesús consuela a los discí­

pulos diciéndoles que llega "otro Consolador" Quan 14:16). En

Juan 16:7 Él llega a decir que es para conveniencia de ellos que

Él se vaya para que el Consolador pueda venir. Y en Hechos

1:4-5, después de su muerte y resurrección, les dice a sus discí­

pulos que se queden en Jerusalén y esperen al Espíritu Santo.

(Los discípulos obedecen porque eso es lo que la gente hace

cuando alguien resucita de la muerte y da instrucciones). Los

discípulos de Jesús no tenían ni idea de qué o a quién estaban

esperando, o cómo sería. Pero estaban expectantes y confiados

porque Jesús les había indicado que esperasen este buen don.

Entonces, en Hechos 2, vemos el cumplimiento de esta

promesa en una manera que debió de haber sorprendido a los

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TENGO A JESÚS. lPOR QU~ NECESITO AL ESP[RITU? 31

discípulos. El poder del Espíritu Santo es liberado como nadie

había visto ni experimentado antes y Pedro comparte la in­

creíble promesa de que este Espíritu Santo está a disposición

de todo aquel que crea. Las Epístolas nos hablan del increíble

poder del Espíritu Santo que obra en nosotros, de nuestra capa­

cidad otorgada por el Espíritu de dar muerte a nuestro pecado

por medio de Él y de los dones sobrenaturales que Él nos da.

Si leyésemos y creyésemos estos relatos, esperaríamos mucho

del Espíritu Santo. Él no sería un olvidado miembro de la

Trinidad a quien ocasionalmente damos una señal de recono­

cimiento y eso es en lo que Él se ha convertido en la mayoría

de iglesias americanas. Esperaríamos que nuestra nueva vida

con el Espíritu Santo se viese radicalmente diferente de nuestra

vieja vida sin Él.

Sin embargo, no es así como sucede para la mayoría de

personas. No vivimos de esta manera. Por alguna razón, no

pensamos que necesitamos al Espíritu Santo; no esperamos que

el Espíritu Santo actúe. O, si lo hacemos, nuestras expectativas

con frecuencia son desacertadas o egoístas. Dados nuestro con­

junto de talentos, experiencia y educación, muchos de nosotros

somos bastante capaces de vivir exitosamente (según los están­

dares del mundo) sin ninguna fortaleza del Espíritu Santo.

Hasta el crecimiento de nuestra iglesia puede producirse sin

Él. Seamos sinceros, si combina usted un orador carismático,

un talentoso grupo de alabanza y algunos eventos creativos de

última moda, la gente asistirá a su iglesia. Sin embargo, eso

no significa que el Espíritu Santo de Dios esté obrando acti­

vamente y moviéndose en las vidas de las personas que asisten.

Simplemente significa que usted ha creado un espacio que es

lo bastante atractivo para atraer a personas durante una hora o

dos los domingos.

Sin duda, no significa que la gente salga por la puerta

Page 34: El Dios Olvidado - Francis Chan

32 El DIOS OLVIDADO

conmovida para adorar y con respeto y admiración por Dios.

Es más probable que las personas describan la calidad de la

música o el atractivo del sermón que a Aquel que es la razón de

que la gente se reúna para "ser iglesia" en primer lugar.

Creo que la peor parte es cuando uno sale de las paredes de la

iglesia y se relaciona con creyentes y no creyentes en la misma

esfera. ¿Puede realmente notar una diferencia? Si no recono­

ciera sus caras por haberlas visto en la iglesia, ¿sabría por sus

actos y su estilo de vida que ellos son seguidores de Jesús? Sin­

ceramente, a veces me siento avergonzado por algunos de mis . " . . ,, . . vecmos cnsuanos porque m1s vecmos no creyentes parecen

más gozosos, amables y en paz. ¿Por qué sucede esto? ¿Y cómo

es incluso posible?

Romanos 8:9 dice: "Sin embargo, ustedes no viven según

la naturaleza pecaminosa sino según el Espíritu, si es que el

Espíritu de Dios vive en ustedes". Según este versículo, si yo

soy creyente, el Espíritu de Dios vive en mí. Pablo reitera esa

verdad en 1 Corintios 6:19-20: "¿Acaso no saben que su cuerpo

es templo del Espíritu Santo, quien está en ustedes y al que han

recibido de parte de Dios? Ustedes no son sus propios dueños;

fueron comprados por un precio". Nuestros cuerpos son el tem­

plo del Espíritu. Más adelante profundizaremos más en lo que

eso significa para nosotros, pero esencialmente es que el Es­

píritu Santo establece su hogar en nuestros cuerpos. Nosotros

somos su lugar de morada.

Y esta es la pregunta que no puedo pasar por alto: si es

verdad que el Espíritu de Dios vive en nosotros y que nues­

tros cuerpos son el templo del Espíritu Santo, ¿entonces no

Page 35: El Dios Olvidado - Francis Chan

TENGO A JESÚS. lPOR QUE NECESITO AL ESPIRITU? 33

debería haber una inmensa diferencia entre la persona que tiene

al Espíritu de Dios viviendo en su interior y la persona que no

lo tiene?

Esta puede que sea una situación tonta, pero si le dijera que

yo tuve un encuentro con Dios en el cual Él entró en mi cuer­

po y me dio una capacidad sobrenatural para jugar al básquet,

¿no esperaría usted ver una mejora increíble en mis tiros, mi

defensa, y mi velocidad en la cancha? Después de todo, esta­

mos hablando de Dios. Y si usted no viese ningún cambio en

mi deporte, ¿no cuestionaría la validez de mi "encuentro"?

Quienes asisten a las iglesias en todo el país dicen que el

Espíritu Santo ha entrado en ellos. Afirman que Dios les ha

dado una capacidad sobrenatural para seguir a Cristo, hacer

morir el pecado y servir a la iglesia. Los cristianos hablan sobre

nacer de nuevo y dicen que estaban muertos, pero que ahora

han venido a la vida. Nos hemos endurecido a esas palabras,

pero son palabras poderosas que tienen un significado impor­

tante. Sin embargo, cuando quienes están fuera de la iglesia no

ven ninguna diferencia en nuestras vidas, comienzan a cuestio­

nar nuestra integridad, nuestra cordura, o peor aún, a nuestro

Dios. ¿Y podemos culparlos por eso?

Me recuerda la frustración de Santiago cuando escribe sobre

manantiales de agua dulce que producen agua salada. Uno casi

puede oír su incredulidad cuando escribe: "¿Puede acaso bro­

tar de una misma fuente agua dulce y agua salada?" (Santiago

3:11). Lo que está diciendo es que los llamados cristianos esta­

ban haciendo algo que debería haber sido imposible, ¡y eso de

hacer lo que es imposible no es bueno!

Se lamenta: "Hermanos míos, esto no debe ser así" (Santia­

go 3:10). Yo me hago eco de la exhortación de Santiago para

nosotros en la iglesia en la actualidad: hermanos y hermanas

que han recibido el Espíritu Santo, con frecuencia carecemos de

Page 36: El Dios Olvidado - Francis Chan

34 EL DIOS OLVIDADO

amor, gozo, paz, paciencia, bondad, etc., aun cuando muchos

de nuestros amigos no creyentes muestran esas características.

Hermanos y hermanas, ¡eso no debería ser así! Al igual que yo

aconsejé a los Testigos de Jehová que me visitaron, necesitamos

comenzar de nuevo reexaminando nuestras ideas preconcebidas

sobre el Espíritu Santo y lo que significa ser un templo del Es­

píritu. Hay mucho más en Dios y en seguir el camino de Jesús

que reunir a un grupo de personas talentosas para realizar una

reunión en la iglesia.

Cuando Jesús se estaba preparando para dejar esta tierra,

consoló a sus discípulos, diciéndoles que no se preocuparan sino

que confiaran en Él (Juan 14:1). ¿Acaso no había demostra­

do Él ser fiel los años anteriores en que habían viajado juntos?

En primer lugar, Él los consoló diciéndoles que la separación

sería solamente temporal y que Él iba a "preparar lugar" para

ellos (14:2-3). En segundo lugar, les dijo que Él iba a estar con

Dios Padre y que incluso desde allí Él podría oír sus oraciones

(14:12-14). Finalmente, Jesús dio a los discípulos la seguridad

definitiva: llegaría otro Consolador. Jesús dijo que el Padre

daría a los discípulos "otro Consolador para que los acompañe

siempre" (14:16). En este caso, la palabra griega otro significa

otro que es igual que el primero (contrariamente a otro que es

de un tipo o clase diferente). Por tanto, Jesús estaba diciendo

que Aquel que-vendría ¡sería igual que Él!

¿Ha pensado alguna vez en la importancia de tener "otro"

Consolador que es "igual" que Cristo? En este momento, ima­

gine lo que sería tener a Cristo al lado de usted en la carne,

operando como su Consolador personal. Imagine la paz que

llegaría al saber que usted siempre recibiría una verdad perfecta

y una dirección correcta de Él. Eso suena increíble, y ningu­

no de nosotros podría negar el beneficio de tener a Jesús aquí

Page 37: El Dios Olvidado - Francis Chan

TENGO A JESOS. lPOR QU~ NECESITO Al ESPIRITU? 35

físicamente, guiándonos y capacitándonos en cada paso del

camino.

Sin embargo, ¿por qué suponemos que eso sería mejor que

la presencia literal del Espíritu Santo? Quienes creemos en

Jesús nunca negaríamos la verdad de que tenemos al Espíritu

del Dios vivo, el espíritu de Aquel que resucitó a Jesús de la

muerte, viviendo en nuestro interior. No estoy muy convencido

de que hayamos interiorizado esta verdad y disfrutemos de sus

bendiciones tal como Él quiere. Parece que es principalmente

un conocimiento mental para nosotros y que no nos hemos

apropiado de él. Realmente no ha marcado mucha diferencia

en nuestras vidas, hasta el grado en que si nos despertásemos

mañana y descubriésemos que no es verdad que el Espíritu

Santo vive dentro de nosotros, lo más probable es que nuestras

vidas no se verían muy diferentes.

Jesús mismo le dijo a sus discípulos: "Les conviene que me

vaya porque, si no lo hago, el Consolador no vendrá a ustedes;

en cambio, si me voy, se lo enviaré a ustedes" (Juan 16:7). Por

tanto, Jesús está diciendo a sus discípulos básicamente: "Sí, yo

estuve con ustedes tres años y medio, pero es mejor que yo me

vaya y que el Espíritu Santo venga a ustedes".

Cuando los discípulos oyeron eso hace dos mil años, estoy

seguro de que les resultó difícil entenderlo. ¿Cómo podría ser

mejor cambiar a un Jesús humano -un hombre con quien

podían hablar, y comer, y reírse- por un Espíritu al que no

podían ver físicamente? Miles de años después, creo que la

mayoría de nosotros también escogería a un Jesús físico antes

que a un Espíritu invisible. ¿Pero qué hacemos con el hecho de

que Jesús dice que es mejor para sus seguidores tener al Espí­

ritu Santo? ¿Le creemos? Si es así, ¿reflejan nuestras vidas esa

creencia?

Page 38: El Dios Olvidado - Francis Chan

36 EL DIOS OLVIDADO

Mi presentimiento es que la mayoría de quienes leen este libro

tienen un conocimiento básico sobre el Espíritu Santo, pero

cuando se trata de experimentar al Espíritu en su vida, eso

es otra historia. Tome un momento y hágase esta pregunta:

¿Cudndo fue la última vez que vi innegablemente al Espíritu

Santo obrando en mí o alrededor de mí? Si fue recientemen­

te, considere tomar unos minutos para reflexionar en lo que el Espíritu de Dios hizo y cómo le vio usted obrar. Dé gracias a

Dios por su ,presencia activa en su vida y alábelo por la forma

en que Él le está guiando incluso en este momento.

Si le resulta difícil recordar un momento en que el Espíritu

estuvo obrando en usted o alrededor de usted, quizá se deba a

que ha estado ignorando al Espíritu. Quizá sea porque usted

tiene mucho conocimiento mental sobre el Espíritu, pero no

tanto una relación con Él.

La realidad es que la iglesia primitiva conocía menos sobre

el Espíritu Santo de lo que la mayoría de nosotros conocemos

en la iglesia en la actualidad, al menos en el sentido intelectual.

Pero ellos llegaron a conocer al Espíritu de manera íntima y

poderosa mientras Él obraba en ellos y por medio de sus vidas.

A lo largo de todo el Nuevo Testamento leemos de los apóstoles

cuyas vidas fueron guiadas por el Espíritu y vividas mediante

el poder de Él.

El objetivo de este libro no es explicar por completo al Espí­

ritu o regresar a la era apostólica. El objetivo es aprender a vivir

fielmente en la actualidad. Antes que nada, es imposible para

nosotros, como seres humanos finitos, entender completamen­

te a un Dios infinito. En segundo lugar, muchos de nosotros

no necesitamos más conocimiento sobre el Espíritu desde un

Page 39: El Dios Olvidado - Francis Chan

TENGO A JESÚS. lPOR QU~ NECESITO AL ESPIRITU? 37

punto de vista cerebral, lo que necesitamos es conocimiento

experimental de su presencia. Y, en tercer lugar, nunca pode­

mos "regresar", sólo avanzar, buscando lo que significa vivir

fielmente en el tiempo y la cultura donde Dios nos ha puesto.

Por tanto, mientras que probablemente usted aprenderá algo

nuevo sobre el Espíritu Santo en este libro, es mi oración que

le lleve a una comunión más profunda con el Espíritu y a una

mayor experiencia de su poder y su presencia en su vida.

Hace años, cuando llegó a mi mente un pensamiento al azar,

decidí compartirlo con mi esposa. "¿Te has preguntado alguna

vez lo que piensan los gusanos?", le pregunté.

No es sorprendente que ella respondiera no.

Entonces pasé a hablarle sobre la confusión que yo imagi­

naba que un gusano debería de experimentar. Durante toda

su vida de gusano, gatea alrededor de una pequeña parcela de

tierra y sube y baja a unas cuantas plantas. Entonces, un día

se duerme una siesta. Una larga siesta. Y después, ¿qué debe de

pasar por su cabeza cuando se despierta y descubre que puede

volar? ¿Qué le sucedió a su sucio y regordete cuerpo de gusano?

¿Qué piensa cuando ve su diminuto cuerpo nuevo y maravillo­

sas alas?

Como creyentes, debiéramos experimentar ese mismo tipo

de asombro cuando el Espíritu Santo entra en nuestros cuerpos.

Deberíamos estar anonadados de incredulidad por convertirnos

en una "nueva creación" con el Espíritu viviendo en nosotros.

Al igual que el gusano descubre su nueva capacidad de volar,

nosotros deberíamos estar emocionados por la capacidad que el Espíritu nos da de vivir de modo distinto y con fidelidad. ¿No

Page 40: El Dios Olvidado - Francis Chan

38 EL DIOS OlVIDADO

es eso de lo que hablan las Escrituras? ¿No es eso lo que todos

hemos estado anhelando?

Realmente es una verdad sorprendente que el Espíritu de

Aquel que resucitó a Jesús de la muerte viva en usted. Él vive

en mí. No sé lo que el Espíritu hará o dónde me guiará cada

vez que le invito a guiarme, pero estoy cansado de vivir de una

manera que se ve exactamente como la de las personas que no

tienen al Espíritu Santo de Dios viviendo en ellas. Quiero vivir

regularmente con una conciencia de la fortaleza de Él. Quiero

ser diferente hoy de lo que era ayer a medida que el fruto del

Espíritu se hace más manifiesto en mí.

Quiero vivir de modo que esté verdaderamente sometido

a la guía del Espíritu cada día. Cristo dijo que es mejor para

nosotros que viniese el Espíritu, y yo quiero vivir sabiendo que

eso es verdad. No quiero seguir gateando cuando tengo la ca­

pacidad de volar.

Page 41: El Dios Olvidado - Francis Chan

JONI EARECKSON TADA 39

.J .

. l~' Joni Eareckson lada

j .

Recientemente me preguntaron: "¿Quién es la persona más

llena del Espíritu que usted conoce?". Mi respuesta: Joni Ea­

reckson T ada.

En 1967 un accidente al saltar al agua dejó cuadripléjica a

Joni, que tenía diecisiete años de edad. Tumbada en la cama de

un hospital, tuvo el abrumador deseo de poner fin a su vida. El

pensamiento de pasar el resto de sus días paralizada del cuello

para abajo y teniendo que confiar en que otros se ocuparan de

sus necesidades básicas era pasmoso.

Pero Joni no puso fin a su vida aquel día. En cambio, es­

cogió rendirla a Dios. Lo que ella no sabía era que el Espíritu

de Dios la transformaría haciéndola una de las mujeres más

piadosas de esta tierra. Dios le dio una humildad y un amor

que la capacita para mirar por encima de su propio dolor y ver

las heridas de otros. Ella es una persona que coherentemente

"con humildad consider[a] a los demás como superiores" a ella

misma (una personificación de Filipenses 2:3).

Ni siquiera sé por dónde comenzar con todo lo que ella ha

hecho. Mientras pasaba dos años de rehabilitación después del

Page 42: El Dios Olvidado - Francis Chan

40 El DIOS OLVIDADO

accidente, pasaba muchas horas aprendiendo a pintar con un

pincel que agarraba entre sus dientes. Sus detallados dibujos

y grabados actualmente son muy buscados. Su autobiografía,

de éxito de ventas internacional, foni, más adelante fue con­

vertida en un largometraje. Ella fundó Joni and Friends en

1979 para aumentar el ministerio cristiano a la comunidad de

discapacitados en todo el mundo. La organización condujo al

establecimiento en el año 2007 del centro Joni and Friends

International Disability Center, el cual actualmente impacta a

miles de familias en todo el planeta.

A lo largo de cada semana, más de un millón de personas

escuchan su programa de radio diario de cinco minutos, ]oni

and Friends. La organización que ella comenzó sirve a cientos

de familias con necesidades especiales mediante retiros fami­

liares por todo el país. Por medio de Wheels for the World, se

reúnen sillas de ruedas por todo el país, son restauradas por

presos que están en varios correccionales, y después son en­

viadas y donadas a países en desarrollo donde, siempre que es

posible, fisioterapeutas adaptan cada silla para un niño o adulto

discapacitado que tenga necesidad. En 2008, Wheels for the

World había distribuido 52,342 sillas de ruedas en 102 países

y había entrenado a cientos de líderes ministeriales y comunita­

rios, incluyendo a personas con discapacidades.

En 2005, Joni Eareckson Tada fue nombrada para el comité

asesor sobre. discapacidad del Departamento de Estado de los

Estados Unidos (Disability Advisory Committee). Ha trabajado

con la Dr. Condoleezza Rice en programas que afectan a per­

sonas discapacitadas en el Departamento de Estado y alrededor

del mundo. Joni ha aparecido en dos ocasiones en el programa

Larry King Live, compartiendo no sólo su testimonio cristiano

sino también una perspectiva bíblica sobre asuntos del derecho

a la vida que afectan a la población discapacitada de nuestro

Page 43: El Dios Olvidado - Francis Chan

JONI EARECKSON TADA 41

país. Y además de todo eso, Joni ha escrito más de treinta y

cinco libros.

Sin embargo, no se debe a esos logros el que yo la considere

la persona más llena del Espíritu que conozco. En realidad, no

tiene nada que ver con todo lo que ella ha logrado. Tiene que

ver con el hecho de que uno no puede pasar diez minutos con

Joni antes de que ella comience a cantar, a citar la Escritura, o

a compartir una palabra de ánimo conmovedora y oportuna.

Nunca he visto el fruto del Espíritu mostrado más obviamente

en la vida de una persona que cuando estoy con Joni. Parece

que no puedo mantener una conversación con Joni sin derra­

mar lágrimas. Se debe a que Joni es una persona cuya vida, en

cada nivel, da evidencia de la obra del Espíritu en ella y por

medio de ella.1

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Page 47: El Dios Olvidado - Francis Chan

¿De qué tiene miedo?

El Señor nos desafía a sufrir persecucio­

nes y a confesarlo a Él. Quiere que quienes

le pertenecen sean valientes y no tengan

miedo. Él mismo muestra cómo la debilidad

de la carne es vencida mediante la valen­

tía del Espíritu. Este es el testimonio de los

apóstoles y en particular del Espíritu repre­

sentante y que administra. Un cristiano no

tiene miedo. -Tertuliano-

El miedo al rechazo me ha paralizado más de una vez. Dios ha

respondido mis oraciones por una mayor valentía, pero no sería

sincero si no admitiera que sigue habiendo veces en que me

preocupo por cómo me consideran los demás. Aun mientras

escribo este libro, me pregunto cómo responderán los amigos y

cómo seré etiquetado o hasta malentendido.

45

Page 48: El Dios Olvidado - Francis Chan

46 EL DIOS OLVIDADO

Quizá interesarse demasiado por lo que piensan otras

personas no es algo que usted trate como un problema

personal, si es así, entonces me alegro por ello, pero probablemen­

te haya alguna otra cosa a la que le tenga miedo. Para muchas

personas, sin embargo, preocuparse demasiado por lo que pien­

sen los demás puede ser un temor grave y hasta impulsor.

Denominaciones enteras se han edificado alrededor de creen­

cias específicas sobre el Espíritu Santo. Conozco a personas que

han perdido empleos en iglesias y universidades cristianas de­

bido a sus creencias sobre el Espíritu Santo. Hasta yo mismo

experimenté que una chica rompiese conmigo mientras estaba

en el seminario, ¡porque creíamos de forma distinta sobre Él! Este no es uno de esos asuntos sobre el que resulta fácil flo­

tar. Esto es especialmente cierto cuando usted pertenece a un

"campamento" en particular con una creencia o tendencia con­

creta; es ciertamente natural tener miedo al rechazo por parte

de quienes están en su mismo campamento si usted cambia su

punto de vista.

Aunque este temor es natural, no es correcto. Somos lla­

mados a moldear nuestra vida según el camino que describe

la Biblia. No somos llamados a temer lo que seguir el camino

de Jesús pueda requerir de nosotros, pero eso no significa que

esos temores no surgirán. Una vida de seguir a Cristo requie­

re renunciar a esos temores cuando llegan; significa negarse a

permitir que sus temores a lo que otros piensen, sus temores

al rechazo, eviten que siga la verdad sobre el Espíritu Santo y

cualquier otra cosa que Dios le esté enseñando y llamando a

hacer.

¿Está usted dispuesto a seguir la verdad en su viaje hacia co­

nocer y ser conocido por el Espíritu Santo? ¿Tiene la humildad

suficiente para estar abierto a la posibilidad de que haya estado

equivocado en su entendimiento del EspíritU? Es fácil pasar "a

Page 49: El Dios Olvidado - Francis Chan

lOE QU( TIENE MIEDO? 47

la defensiva", donde usted enseguida está en desacuerdo y acude

a textos de prueba y argumentos aprendidos para defender lo

que siempre ha creído. En lugar de proteger su perspectiva,

considere echar un vistazo nuevo a pasajes familiares para ase­

gurarse de no haber pasado nada por alto. Puede que termine

con la misma teología que siempre ha tenido, pero quizá no sea

así. No permita que sus puntos de vista estén determinados por

una denominación en particular o por lo que siempre le han

dicho. Dentro del contexto de la relación con otros creyentes,

busque lo que Dios ha dicho sobre su Espíritu. Abra su mente

y su vida a la dirección del Espíritu, sin importar lo que otros

puedan pensar o suponer sobre usted.

El miedo tiene su manera de canalizar nuestro proceso de

pensamiento. El temor a salir de cierto marco teológico nos

hace que tengamos prejuicios en nuestras interpretaciones.

Trabajamos con diligencia para "demostrar" que nuestras pre­

suposiciones eran correctas (otro ejemplo de eiségesis) en lugar

de buscar la verdad de manera sencilla y sincera.

¿Y si Dios no se muestra?

Antes de profundizar más en esta conversación sobre el Espíri­

tu, creo que hay que identificar y tratar algunos otros temores.

Una preocupación que he oído con frecuencia (y he sentido) es:

¿y si oro por el Espíritu Santo y no sucede nada? ¿Y si pido más

del fruto del Espíritu en mi vida y no veo ningún "resultado"

aparente? Da miedo orar con valentía por un cambio o por ser

libre del pecado, porque, si nada sucede, ¿entonces no significa

eso que Dios fracasó? ¿No significa eso que su Espíritu no es

todo lo que nos han dicho que es?

Yo creo que el temor a que Dios nos falle nos conduce a

"cubrir por Dios". Eso significa que pedimos menos, esperamos

Page 50: El Dios Olvidado - Francis Chan

48 El DIOS OLVIDADO

menos, y estamos satisfechos con menos porque tenemos

temor a pedir o esperar más. Hasta nos convencemos a

nosotros mismos de que no queremos más, de que tenemos

todo el "Dios" que necesitamos o podríamos querer. No puedo

imaginar cuánto le duele a Dios ver que sus hijos se refrenan

de tener una relación con el Espíritu Santo por temor a que Él

no se muestre. ¡Cuánto le entristece observar a sus hijos ignorar

las promesas que Él ha hecho en la Escritura debido al temor

de que esas promesas no sean cumplidas! Capacitar a sus hijos

con la fortaleza del Espíritu Santo es algo que el Padre quiere

hacer. No es algo para lo cual tenemos que convencer a Dios;

Él genuinamente quiere vernos caminar en su fortaleza.

Cuando Jesús estaba en la tierra, les dijo a sus discípulos:

"Pues si ustedes, aun siendo malos, saben dar cosas buenas a

sus hijos, ¡cuánto más el Padre celestial dará el Espíritu Santo

a quienes se lo pidan!" (Lucas 11:13). Dios es un Padre bueno

que quiere dar cosas buenas a sus hijos. A veces yo olvido esta

verdad y suplico como si Él tuviera que ser convencido. Es tan

ridículo como que mis hijos pensaran que necesitaban rogarme

para que los abrazase. Mi corazón se deleita al abrazarlos.

¿Cree usted que Dios en el cielo da su Espíritu a quienes se

lo piden? ¿Realmente lo cree? Esta verdad y lo que significa es

tan increíble que nadie que realmente la crea podría dejar de

pedir el Espíritu Santo.

En el libro de Hechos, después de que Jesús hubiera sido

resucitado y ascendiera al cielo, Pedro se dirigió a una multi­

tud y declaró: "Arrepiéntase y bautícese cada uno de ustedes

en el nombre de Jesucristo para perdón de sus pecados -les

contestó Pedro-, y recibirán el don del Espíritu Santo" (2:38).

Ya hemos visto que Dios promete dar su Espíritu a quienes lo

pidan. Aquí vemos que recibimos al Espíritu Santo cuando co­

menzamos a seguir a Cristo.

Page 51: El Dios Olvidado - Francis Chan

lOE QUÍ TIENE MIEDO? 49

Todo esto conduce a una pregunta de la que no podemos

escapar: ¿Realmente da Dios el Espíritu Santo a quienes lo

piden, o estaba mintiendo Jesús cuando dijo eso? Yo he des­

cubierto que se trata de fe: ¿Cree usted realmente que Dios

cumple sus promesas o no? ¿Dan evidencia de su creencia sus

oraciones y sus actos?

Por tanto, Dios ha prometido darnos su Espíritu si lo pe­

dimos, si nos arrepentimos y somos bautizados, y se trata de si

le creemos a Él y actuamos conforme a esa promesa. Entiendo

que algunos de ustedes que leen este libro han pedido al Espíri­

tu Santo que haga algo y no han experimentado los resultados

que esperaban. Ahora tienen temor de volver a pedir porque

debilitaría su fe si Dios "no actuase" una vez más. He oído a

muchas personas cuestionar a Dios por no responder cuando

ellos oraron en fe. No dudo de que esas personas orasen en fe,

pero la pregunta es si oraron por cosas que Dios ha prometido.

Con frecuencia, son las peticiones no prometidas a las que Dios

responde con un no.

Existe una inmensa diferencia entre creer lo que Dios ha

prometido y orar por cosas que a uno le gustaría que fuesen

ciertas. Le aliento a que ore con confianza por lo que Dios ha

prometido. No ponga su esperanza en lo que otros prometen

o en lo que le han dicho que "obtendrá" si es usted un "buen

cristiano" (por ej., un buen empleo, éxito económico, el cón­

yuge perfecto, hijos sanos, una casa grande, etc.). Y, en última

instancia, usted tiene que poner su fe en Dios solamente, y no

en los regalos (por buenos que puedan ser) que Él da. Real­

mente se trata de confianza. ¿Confía usted en Dios cuando Él

le dice no o "no de este modo"? ¿Sigue usted creyendo que Él

es un Dios bueno y que hace lo que es mejor?

Page 52: El Dios Olvidado - Francis Chan

50 EL DIOS OLVIDADO

¿Pero quiero esto?

La otra cara de tener temor a que Dios no se muestre es temer

que Él lo haga. ¿Y si Dios sí se muestra pero entonces le pide

que vaya a algún lugar o que haga algo que es incómodo? Para

muchas personas, el temor a que Dios les pida que vayan en

una dirección difícil o indeseable pesa más que el temor a que

Dios los ignore.

Hace unos años, le pregunté a uno de mis amigos si ge­

nuinamente quería conocer la voluntad de Dios, sin importar

lo que Dios deseara hacer por medio de él. Su respuesta fue

sincera: "No, eso me daría mucho miedo". Entonces admitió

que prefería no saber todo lo que Dios quiere que él haga. De

ese modo, al final él podría decir: "Yo no tenía idea de que tú

querías que yo hiciera todas esas cosas". Yo agradezco la dispo­

sición de mi amigo a decir lo que muchos piensan y sienten en

secreto sobre la rendición total a Dios. Es sincero, más sincero

de lo que la mayoría de las personas están dispuestas a ser.

Si usted puede identificarse con mi amigo, entonces al menos

toma a Dios la palabra y cree que el Espíritu ha de morar en

nuestras vidas y guiarlas. Cuando lo resumimos, muchos de no­

sotros realmente no queremos ser guiados por el Espíritu Santo.

O, más fundamentalmente, muchos de nosotros no queremos

ser guiados por nadie excepto nosotros mismos. Toda la idea

de renunciar al control (o el engaño de él) es aterradora, ¿no es

cierto? ¿Se desarrolla usted al controlar lo grande y lo pequeño

en su vida? ¿Le asusta el pensamiento de soltar y escuchar la

guía del Espíritu, y sólo le hace aferrarse con mayor fuerza a lo

que cree que tiene?

Lo cierto es que está garantizado que el Espíritu del Dios

vivo le pedirá que vaya a algún lugar o que haga algo que usted

normalmente no querría ni escogería hacer. El Espíritu le guiará

Page 53: El Dios Olvidado - Francis Chan

lOE QUE TIENE MIEDO? 51

en el camino de la cruz, como Él guió a Jesús a la cruz, y

ese, sin duda alguna, no es un lugar seguro, ni agradable, ni

cómodo donde estar. El Espíritu Santo de Dios le moldeará

para convertirlo en la persona que usted ha de ser. Este proceso

con frecuencia increíblemente doloroso le arrebata su egoísmo,

orgullo y temor. Para ver un poderoso ejemplo de esto, lea en

el libro de C. S. Lewis, The Voyage of the Dawn Treader, sobre

el muchacho, Eustace, que se convierte en un dragón. A fin

de volver a ser un muchacho, debe pasar por una tremenda

cantidad de dolor a medida que le quitan la piel de dragón.

Solamente después de haber soportado este doloroso proceso,

es verdaderamente transformado de ser un dragón a volver a

ser un muchacho.

A veces, el pecado que adoptamos se convierte en una parte

tal de nosotros que requiere ese mismo tipo de despellejamien­

to para liberarnos. El Espíritu Santo no busca hacernos daño,

pero sí busca hacernos semejantes a Cristo y eso puede ser

doloroso.

Por tanto, si usted dice que quiere al Espíritu Santo, antes

debe preguntarse sinceramente si quiere hacer su voluntad. Por­

que si no quiere genuinamente conocer y hacer su voluntad,

¿por qué debería pedirle su presencia, después de todo? Pero si

decide que quiere conocer su voluntad, habrá momentos en que

tenga que soltar el temor de lo que eso podría significar, cuan­

do tenga que soltar el control de su vida y decidir ser guiado,

venga lo que venga.

¿Se interpone mi reputaci6n?

Yo vivo en el sur de California, donde la gente se interesa más

por las apariencias que en la mayoría del resto de los Estados

Unidos combinados. Si usted ha vivido o ha visitado el sur

Page 54: El Dios Olvidado - Francis Chan

52 El DIOS OLVIDADO

de California, sabe exactamente lo que quiero decir. El sur de

California es la tierra de las camas de bronceado, de los ciruja­

nos plásticos, de las boutiques de diseñadores, de los pantalones

vaqueros que cuestan trescientos dólares, de la manicura, de

las propiedades muy caras, de las compras excesivas y de los

autos de último modelo. Podría seguir con la lista, pero no lo

haré. Es obvio que los californianos se preocupan mucho por

su aspecto.

Aunque esta preocupación por el aspecto se ha llevado a un

extremo en el sur de California, es un asunto que casi todas

las personas afrontan. Nos interesamos mucho por lo que otras

personas piensen de nosotros. Quizá enTexas o en Oklahoma

se trate de qué tipo de seguidor de fútbol es usted. En Co­

lorado, podría ser cuánto le gusta estar al aire libre y quizá

en Nueva Inglaterra sea a qué universidad irán sus hijos. Ob­

viamente, esos sólo son tontos estereotipos, pero el punto es

que tendemos a preocuparnos por lo que los demás piensen de

nosotros, hasta un grado malsano. Y los creyentes sin duda no

están exentos de esta tendencia.

De manera muy similar, muchos creyentes se preocupan de­

masiado por las apariencias. Hasta aquellos que van más allá

de lo superficial y lo material, con frecuencia se preocupan

mucho por su reputación "en asuntos espirituales". Por ejem­

plo, si un amigo le ve leyendo este libro sobre el Espíritu Santo,

¿se preocupa de que él o ella pensarán que también usted es

"carismático" o "radical"? Si comparte sobre el movimiento del

Espíritu Santo en su vida, ¿se pregunta lo que otros pensarán de

usted? ¿Tiene temor a obtener "demasiado" del Espíritu Santo y

las posibles ramificaciones de eso? (¡Dios le libre de ganarse una

reputación por ser extraño o desmesurado!).

O quizá usted provenga de un trasfondo que consideraría

este libro demasiado conservador. Quizá algunas de las fronteras

Page 55: El Dios Olvidado - Francis Chan

lOE QU~ TIENE MIEDO? 53

bíblicas que he bosquejado sean consideradas por la gente en

su iglesia como "restrictivas" para una persona guiada por el

Espíritu.

A pesar de cuál sea su trasfondo, ¿está usted dispuesto a

hacerlo a un lado y sólo responder a la verdad bíblica? Una pre­

gunta que he tenido que hacerme a mí mismo repetidamente

es: ¿Estoy abierto a la posibilidad de poder estar equivocado

en mis creencias? Si es así, ¿tendría la valentía de cambiar mis

actos si me mostrasen que mi interpretación de la Escritura era

errónea? En este punto, ¡todos somos tentados a responder rá­

pidamente con un "desde luego"! Queremos creer que somos

personas que deseamos la VERDAD incluso por encima de la

relación y la aceptación. Pero es probable que usted se preocupe

podas opiniones de los demás más de lo que está dispuesto a

admitir.

Personalmente, fui educado en una iglesia muy conserva­

dora que casi ignoraba totalmente la actividad del Espíritu y

su presencia en la vida cotidiana. Me advirtieron de que no

sentiría nada cuando el Espíritu Santo entrase en mí, y una

renuencia hacia "llevar las cosas demasiado lejos" en cualquier

cosa relacionada con el Espíritu quedó profundamente grabada

en mis pensamientos y actitudes. Después de todo, yo no que­

ría volverme como "ellos": esas personas del otro lado de la calle

que eran exageradas en sus emociones e ignoraban las Escritu­

ras. He conocido a muchas personas con trasfondos como el

mío y he visto que se ha hecho mucho daño por elecciones he­

chas por el temor en lugar de por la verdad. En pocas palabas,

hemos evitado que el Espíritu entre en nuestras vidas debido al

" ll " temor a parecernos a e os . Y también está el otro lado, en el que los individuos a veces

no están dispuestos a escuchar las advertencias de esos conser­

vadores "rígidos y sin vida". Quizá tenga tanto miedo a que la

Page 56: El Dios Olvidado - Francis Chan

54 El DIOS OLVIDADO

gente piense que usted está ahogando al Espíritu Santo que no

piense en examinar su modo de hacer las cosas, aun cuando la

Biblia da claras instrucciones en cuanto a lo contrario. Quizá

piense que la mayoría de los conservadores le tienen miedo al

Espíritu Santo y teme convertirse como "ellos".

Dondequiera que estemos en esta línea continua, el punto es

que necesitamos basar nuestro entendimiento y experiencia con

el Espíritu Santo sobre la verdad bíblica y no sobre el temor.

Como discípulos de Jesús, estar en una relación con Él

debe ser nuestro enfoque. Cuando permitimos que las percep­

ciones de otros (¡o hasta las percepciones que tenemos de sus

percepciones!) controlen cómo vivimos, somos esclavos. Nos

quedamos atrincherados en los caminos de este mundo y no

vivimos como ciudadanos del cielo, el cual es totalmente otro

tipo de reino. Aunque hay un sentido en el cual este reino de

Dios sigue siendo futuro (Zacarías 14:9; Hechos 1:6-7), hay

también un sentido en el que está aquí ahora (Mateo 6:10;

12:28). Como ciudadanos de su Reino, somos llamados a vivir

de manera que refleje la realidad del Reino de Dios. Cuando

nos preocupamos en exceso por nuestro aspecto, nuestra re­

putación espiritual, nuestra templanza, y nuestra aceptación,

estamos viviendo como ciudadanos de este mundo en lugar de

hacerlo como embajadores.

Esto no es. algo que sencillamente desaparece. Es una lucha

siempre presente el mantener su verdadera lealtad. Y de eso se

trata realmente: ¿Dónde está su lealtad? ¿Se preocupa por lo

que la gente piensa cuando lo ven, o se preocupa por buscar la

verdad con respecto al Espíritu de Dios y después vivir a la luz

de la verdad, aferrándose a esas promesas y disfrutando de esa

relación?

Page 57: El Dios Olvidado - Francis Chan

lOE QUt TIENE MIEDO?

Temor bueno (o al menos preocupaciones legítimas)

SS

Después de haber dicho todo esto, realmente creo que hay un

tipo legítimo de temor. Quizá temor no sea la mejor palabra

para describir de qué estoy hablando. Quizá sería mejor llamar­

lo un área que necesitamos comprobar en nosotros mismos.

Estoy hablando de apagar al Espíritu Santo. Como dije an­

teriormente, creo que con bastante frecuencia nos preocupamos

mucho más por cómo nos responderá la gente que por cómo

responderá el Espíritu Santo de Dios. Pensamos en no hacer

enojar a nuestros amigos, o no ser aceptados, o que piensen que

somos diferentes o extraños. Pero rara vez (si es que alguna)

pensamos si nuestros actos o estilo de vida son dolorosos para

el Espíritu del Dios vivo. Cuando lo expresamos de ese modo,

¡parece algo más que un poco ridículo!

Probablemente esté familiarizado con el mandamiento de

Dios en 1 Tesalonicenses 5:19: "No apaguen el Espíritu". ¿Está

usted preocupado por quebrantar este mandamiento? ¿Sabe

lo que significa apagar al Espíritu? Durante años yo no pensé

mucho en ello. No tomé tiempo para explorar lo que eso sig­

nificaba y cómo yo podía ser culpable de este pecado. Como la

mayoría de las personas, sencillamente suponía que no estaba

apa~ando al Espíritu, y seguía adelante.

Al mirar atrás ahora comprendo que no sólo apagaba al

Espíritu sino que también violaba el versículo siguiente: "No

desprecien las profecías" (1 Tesalonicenses 5:20). Yo sentía des­

precio hacia cualquiera que afirmaba tener "una palabra del

Señor". Sentía que era un desprecio justo porque había oído a

personas utilizar la frase: "Tengo una palabra del Señor" para

manipular a otros para obtener un beneficio personal. Los lí­deres de sectas utilizan la frase para asegurarse seguidores y

Page 58: El Dios Olvidado - Francis Chan

56 El DIOS OLVIDADO

aumentar su propia autoridad. ¿Cómo puede uno estar en

desacuerdo o hasta tener una discusión con alguien que afirma

que ha oído directamente de Dios?

Por tanto, yo estaba en contra de todo eso. Me molestaba

cualquier afirmación de lenguaje profético. Mirando atrás, creo

que mis preocupaciones eran válidas, pero mis actos no lo eran.

La respuesta bíblica habría sido "sométanlo todo a prueba, afé­

rrense a lo bueno, eviten toda clase de mal" (1 Tesalonicenses

5:21-22). En lugar de rechazar la posibilidad de que Dios hable

sobrenaturalmente por medio de personas, yo debí haber proba­

do lo que estaba oyendo en el contexto de la comunidad fiel.

Otra prueba válida para la profecía es el estándar de edifica­

ción. El propósito de la profecía es alentar y edificar al Cuerpo

de Cristo. Al igual que todos los demás dones, si no se hace por

amor, no significa nada (1 Corintios 13:2, 8; 14:3, 31). Este es

un buen antídoto contra mi anterior inclinación a ignorar todo

lenguaje profético. Al hacer eso, yo estaba obstaculizando la

obra del Espíritu y no quiero volver a hacerlo.

Por otro lado, si las iglesias que practican esas afirmacio­

nes proféticas estuvieran prestas a rechazar a los falsos profetas

y profecías basándose en sus incoherencias bíblicas ("evitar el

mal"), entonces quizá el mundo conservador sería menos escép­

tico en cuanto a la profecía. Si hubiera establecido un sistema

sano de rendir cuentas y un compromiso a la integridad bíbli­

ca, entonces quizá seríamos más lentos en apagar al Espíritu

respecto a esto. Estaríamos más prestos a "aceptar lo bueno" en

lugar de tirar lo bueno juntamente con lo malo.

Otra cosa importante a comprobar es no ir demasiado lejos

con todo esto. No, no estoy contradiciendo lo que escribí an­

teriormente. No quiero decir "ir demasiado lejos" en el sentido

de llegar a ser demasiado radical o apasionado en cuanto al

Espíritu Santo. Quiero decir "ir demasiado lejos" en el sentido

Page 59: El Dios Olvidado - Francis Chan

lOE QU~ TIENE MIEDO? 57

de salir de los límites de la ortodoxia bíblica. Quiero decir "ir

demasiado lejos" en el sentido de añadir a las Escrituras o escu­

char distorsiones de la verdad, supuestamente provenientes del

Espíritu Santo, y aplicarlas a su vida. Por eso una comunidad

ortodoxa (es decir "comprometida a vivir de forma exegética")

y radical (es decir "dispuesta a hacer lo que sea e ir donde el

Espíritu dirija, aun si no tiene sentido") es vital para vivir vidas

que obedecen la guía del Espíritu Santo.

Algunos conservadores pueden apagar al Espíritu al igno­

rar su obra, pero sin duda alguna, poner palabras no bíblicas

en boca de Dios es también una forma de apagar al Espíritu.

Necesitamos al Espíritu a fin de vivir fielmente, pero también

nos necesitamos los unos a los otros a medida que ponemos en

práctica nuestra fe.

Tome algún tiempo para pensar en qué temores tiene sobre el

Espíritu Santo. Puede que necesite un rato para detectar exac­

tamente cuáles han sido sus actitudes y sus respuestas hacia el

Espíritu Santo. No oculte sus temores. Admítalos, en primer

lugar ante usted mismo y después ante Dios (quién ya los cono­

ce todos, pero aun así desea que compartamos con Él nuestros

temores). Cuando se acerque a Él, sea sincero sobre cómo tiene

temor a defraudar a las personas más que a apagar su Espíri­

tu, o cómo usted realmente no confía en que Él cumplirá sus

promesas, o cualquier otra cosa que pueda estar sintiendo en

cuanto a Él.

Finalmente, comparta esto con personas de su confianza,

personas con las que pueda mantener este tipo de conversaciones.

Permita que el Espíritu continúe su obra de liberarlo del temor

Page 60: El Dios Olvidado - Francis Chan

S8 El DIOS OlVIDADO

y la inhibición innecesarios o de una licencia sin restricción.

Ríndase e invítelo a Él a que viva verdaderamente dentro de

usted, a pesar de lo que eso signifique y dondequiera que eso

pueda llevarle.

Sé que al escribir un libro sobre el Espíritu Santo seré etique­

tado. La ironía es que ni siquiera yo sé cómo etiquetarme a mí

mismo. Fui salvo en una iglesia bautista, asistí a un estudio

bíblico carismático, fui a un seminario conservador mientras

trabajaba en iglesias dirigidas hacia quienes están buscando, co­

laboré con movimientos pentecostales y he sido orador en una

amplia variedad de conferencias de diversas denominaciones.

No estoy seguro siquiera de cómo etiquetar a mi actual

iglesia. Lo único que sé es que, sin duda, creemos en el Espíri­

tu Santo y esperamos experimentar más de Él cada momento.

Cuando llegamos al fondo de la cuestión, ¿hay alguna otra cosa

que realmente necesitemos saber? ¿Necesitamos etiquetarnos

unos a otros como "conservadores", "carismáticos" o "radica­

les"? ¿Cuál es el sentido de eso? Enfoquémonos en creer en las

promesas que Dios nos ha dado, en entregar a Él los temores

que tenemos y. en rendirnos por completo a la obra y la volun­

tad de Dios Espíritu Santo.

Page 61: El Dios Olvidado - Francis Chan

DOMINGO E IRENE GARCfA 59

Domingo e Irene García ~ J --

Él es mecánico y ella es peluquera. Han sido padres de acogida

de treinta y dos niños y han adoptado a dieciséis. Domingo e

Irene tienen cerca de los sesenta años de edad y actualmente

tienen a once hijos viviendo con ellos, y me dicen que adopta­

rían más si pudieran. Cualquiera que tenga hijos sabe que ellos

pueden hacer eso solamente mediante el poder del Espíritu.

Imagine la cantidad de amor, gozo, paz, paciencia, benignidad,

bondad, fe, mansedumbre y templanza que serían necesarios

para llevarlo a cabo.

Domingo e Irene toman el mandato en Santiago 1:27

(ocuparse de los huérfanos) más seriamente que cualquier otro

estadounidense que yo conozco. Mientras que otras personas

de su edad están pensando en cómo vivir con más comodi­

dad, ellos no pueden dejar de pensar en los 500,000 niños en

América que necesitan padres. Y aunque ven a esos niños como

una inmensa bendición, también son muy abiertos en cuanto

a las dificultades que afrontan diariamente. La perseverancia

ha sido clave, especialmente hace diez años cuando uno de

sus hijos adoptivos se ahorcó en su armario. Aunque sus días

Page 62: El Dios Olvidado - Francis Chan

60 El DIOS OLVIDADO

están llenos de gozo, también ha habido muchas veces en que

perseveraron por pura obediencia.

Dios ha provisto para ellos una y otra vez. Una vez, nece­

sitaban construir un añadido a su casa a fin de poder tener a

más niños. No tenían dinero, así que Irene oró fervientemente.

Cuando levantó su vista después de orar, lo primero que ella vio

fue un cartel de un constructor. Inmediatamente le preguntó a

Dios: "¿Es él la respuesta a mi oración?". Días después, uno de

los líderes en su iglesia oyó de su necesidad y se ofreció a cons­

truir la adición a su casa gratuitamente. Y ya lo habrá adivinado:

él era el mismo constructor que Irene había visto en el cartel.

Una de las maravillosas bendiciones que ellos han disfruta­

do es observar a sus hijos biológicos seguir sus huellas. Uno de

sus hijos tiene dos hijos biológicos y otros dos adoptados. Otro

de sus hijos tiene tres hijos biológicos y tres adoptados. Viven

vidas tan extraordinarias que las noticias de la CBS presenta­

ron una historia sobre ellos. Hasta el mundo secular observa el

amor inusual y sobrenatural que estas dos personas han mos­

trado a quienes tienen necesidad.

Para quienes puedan pensar que Domingo e Irene siempre

han sido tan misericordiosos como lo son en la actualidad,

permitan que comparta algunas cosas sobre su pasado (tengo

permiso de hacerlo). Irene ha compartido públicamente acerca

de los primeros tiempos de su matrimonio y el odio que sentía

hacia Domingo. Él era abusivo y ella oraba regularmente para

que él muriera, hasta soñaba despierta con empujarle por un

barranco debido al dolor que él le causaba. Ahora dice que él es

el hombre más piadoso que ella conoce.

Para cualquiera que piense que su propia vida o su matrimo­

nio no tiene esperanza, recuerde a Domingo e Irene. A Dios le

encanta tomar a personas que están en la peor de las situaciones

y transformarlas mediante su Espíritu.

Page 63: El Dios Olvidado - Francis Chan
Page 64: El Dios Olvidado - Francis Chan
Page 65: El Dios Olvidado - Francis Chan

Teología básica del Espíritu Santo

¿Qué hace el Espíritu Santo? Sus obras son

inefables en majestad e innumerables en can­

tidad. ¿Cómo podemos siquiera meditar en lo

que se extiende más allá de las épocas? ¿Qué

hacía Él antes de que comenzase la creación?

¿Cuán grandes son las virtudes que Él de­

rramó en la creación? ¿Qué poder mostrará

en la era por venir? Él existía; Él preexistía;

Él coexistía con el Padre y el Hijo antes de

los tiempos. Aun si puede imaginar algo más

allá de las épocas, descubrirá que el Espíritu

está aún mucho más allá. -S. Basilio el Grande-

Quizá se pregunte por qué estoy hablando de la teología del

Espíritu Santo en este capítulo. ¿Acaso no son los aspectos más

63

Page 66: El Dios Olvidado - Francis Chan

64 EL DIOS OLVIDADO

importantes de la vida lo que uno hace y cómo vive? ¿Importa

realmente lo que uno piense acerca de algo?

Estas son preguntas legítimas.

Lo que usted hace y cómo vive es totalmente vital. Sin actos

y fruto, toda la teología del mundo tiene poco significado. Pero

la teología sigue siendo importante; lo que usted cree deter­

mina absolutamente su modo de actuar. Por tanto, aunque la

buena teología como mucho puede conducirnos a vivir vidas

piadosas, la mala teología siempre nos señalará hacia la direc­

ción incorrecta. Cuando estudiamos al Espíritu Santo, la mala

teología puede conducir a vidas ineficaces o, peor aún, a vidas

que luchan por obtener aquello a lo cual el Espíritu de Dios

se opone. Por tanto, en este capítulo desmenuzaremos nuestro

entendimiento del Espíritu Santo viendo algunas afirmaciones

bíblicas básicas en cuanto a quién es Él y lo que hace.

Cuando yo estaba en el seminario descubrí a muchos eru­

ditos mucho más inteligentes que yo, muchos de los cuales

emplearon años en estudiar aspectos particulares de la teología.

Yo frecuentemente leía artículos escritos por individuos bri­

llantes que expresaban puntos de vista contrarios sobre varios

asuntos y era difícil decidir que lo que yo realmente creía era

correcto. Cada lado tenía argumentos convincentes y puntos

bien establecidos {como dije, ellos eran brillantes). Cuando yo

terminaba mi estudio de uno de esos temas, normalmente me

iba con una inclinación general hacia un lado en particular,

pero rara vez podía decir que estaba seguro, sin lugar a dudas.

Y nunca establecí la paz con la afirmación que un profesor

hizo: "Si están seguros en un cincuenta y uno por ciento, pre­

díquenlo como si lo estuvieran al cien por cien". ¿Acaso no es

eso engaño? Si yo estoy seguro en un 90 por ciento, ¿por qué

no decir precisamente eso?

Aunque algunos de los debates y las conversaciones que tienen

Page 67: El Dios Olvidado - Francis Chan

TEOLOGIA BÁSICA DEL ESPIRITU SANTO 65

lugar son secundarios y no tienen que ser definitivamente

resueltos a fin de que vivamos una vida de fidelidad, muchos

asuntos teológicos no son de esas características. Algunos

asuntos teológicos son absolutamente vitales para nuestra fe.

Son aquellos en los que nuestras creencias determinan cómo

actuamos.

Cuando se trata de la doctrina del Espíritu Santo, yo no

quiero quedarme enredado en distinciones abstractas y nebulo­

sas. Quiero enfocarme en los asuntos teológicos que moldean

nuestra fe y nuestra conducta.

Cuando pensé en este capítulo, comprendí lo absurdo que sería

que cualquiera dijese que vamos a explicar al Espíritu Santo. La

Biblia dice que no podemos entender plenamente a Dios y yo

no soy la excepción de esa regla. Hay cosas sobre Dios que son

misteriosas y secretas, cosas que nunca conoceremos sobre Él.

Pero también hay cosas reveladas, y esas cosas nos pertenecen

(Deuteronomio 29:29).

En este capítulo voy a hablar sobre algunas de las cosas que

han sido reveladas en cuanto al Espíritu Santo. Hablaré sobre

lo que Él hace en nuestras vidas y en el mundo, y sobre cómo

es Él. Tenga en mente que este no es un estudio exhaustivo

del Espíritu Santo. No cubriré cada versículo de la Biblia que

hace referencia al Espíritu Santo porque, aunque lo hiciera, el

Espíritu es infinito y no puede ser conocido plenamente por los

seres humanos.

Sepa que mientras usted busca entender más al Espíritu

Santo, Él es mucho más y mayor de lo que usted será capaz de

entender. Esto no es una excusa para dejar de buscar conocerlo,

Page 68: El Dios Olvidado - Francis Chan

66 El DIOS OLVIDADO

pero no lo limite a lo que pueda aprender sobre Él. El punto no

es entender por completo a Dios, sino adorarlo. Que el hecho

de que usted no puede conocerlo plenamente lo lleve a adorarlo

por su infinidad y grandeza.

Al entablar esta conversación, no olvidemos que pisamos

terreno santo. El Espíritu Santo dio vida a la creación y sigue

sosteniéndola. Como leemos en el libro de Job: "El Espíritu de

Dios me ha creado; me infunde vida el hálito del Todopode­

roso" (33:4). Yo puedo seguir escribiendo sólo porque Él me

permite hacerlo. Usted puede seguir leyendo sólo porque Él le

capacita y le sostiene.

He oído describir al Padre, el Hijo y el Espíritu Santo como

las tres partes de un huevo: el cascarón, la materia blanca, y

la yema. También he oído a personas decir que Dios es como

un trébol de tres hojas: tres "brazos" y, sin embargo, todos son

parte del único tallo del trébol. Otra comparación popular es

con los tres estados del agua: líquido, sólido y gaseoso.

Aunque sirven como bonitas metáforas para un misterio

inexplicable, el hecho es que Dios no es como un huevo, un

trébol de tres hojas, o los tres estados del agua. Él es incom­

prensible, incomparable y distinto a cualquier otro ser. Él está

fuera de nuestra esfera de existencia y, así, fuera de nuestra ca­

pacidad de categorizarlo. Aunque las analogías pueden ser útiles

para entender ciertos aspectos de Él, tengamos cuidado de no

pensar que nuestras analogías de alguna manera encierran su

naturaleza.

Me encanta el versículo en Isaías que típicamente se consi­

dera un versículo de la época de Navidad. Dice: "Porque nos

Page 69: El Dios Olvidado - Francis Chan

TEOLOGIA BÁSICA DEL ESPIRITU SANTO 67

ha nacido un niño, se nos ha concedido un hijo; la soberanía

reposará sobre sus hombros, y se le darán estos nombres: Con­

sejero admirable, Dios fuerte, Padre eterno, Príncipe de paz"

(9:6). Aquí, en este versículo tan citado, ¡vemos que se refiere al

Hijo como "Consejero" y "Padre"! Este pasaje (y muchos otros)

evitan que simplifiquemos demasiado un misterio divino. No

se divide fácilmente en tres puntos principales que tienen senti­

do, pero funciona. Y es hermoso. Padre, Hijo y Espíritu Santo

son uno.

Al comenzar a estudiar las verdades básicas del Espíritu

Santo podríamos comenzar remontándonos a Génesis, donde

vemos que el Espíritu estaba presente y activo en la creación,

y después rastrear sus actos a lo largo de todo el Antiguo Tes­

tamento. Pero comenzaremos nuestro repaso en el libro de

Hechos, cuando el Espíritu descendió y comenzó a morar en

los discípulos. Los dos primeros versículos del capítulo 2 dicen:

"estaban todos juntos en el mismo lugar", y que, de repente, un

sonido llegó del cielo que era "como el de una violenta ráfaga

de viento". El texto dice que "llenó toda la casa donde estaban

reunidos".

Imagine junto conmigo esta escena. Jesucristo, a quien usted

ha ido siguiendo los tres últimos años, a quien ha dedicado su

vida, acaba de ascender al cielo. Usted lo vio con sus propios

ojos. Usted y las personas que se han vuelto tan cercanas como

su propia familia están todos reunidos en Jerusalén en casa de

alguien, esperando. Usted sabe que algo va a pasar porque Jesús

le habló de ello. Él dijo que esperasen, pero usted no sabe exac­

tamente qué (o, en este caso, a quién) está esperando. Quizá se

está cansando de preguntarse cuántos días más pasarán antes

de que algo (no tiene idea de qué) suceda.

De repente, un ruido llena toda la casa. Y entonces, aparecen

lenguas de fuego y descansan sobre cada uno de los presentes.

Page 70: El Dios Olvidado - Francis Chan

68 EL DIOS OLVIDADO

Y entonces sucede. El versículo cuatro dice: "Todos fueron

llenos del Espíritu Santo".

Ahora bien, aquellos son los mismos discípulos que estaban

dedicados a seguir a Jesús a pesar de todo, pero que se disper­

saron en cuanto Jesús fue arrestado. Y aquí están reunidos, sin

duda confundidos en cuanto a cómo deberían proceder ahora

que Jesús había ascendido. Sin embargo, cuando descendió el

Espíritu Santo y moró en ellos, se produjo un cambio radical.

Desde ese momento en adelante, ninguno de los discípulos

volvió a ser el mismo. El libro de Hechos es un testamento

de este hecho. Leemos de Esteban, el primer mártir. Vemos

a Pedro, un hombre cambiado y valiente. Vemos a Pablo (an­

teriormente Saulo) pasar de matar a seguidores de Cristo a

convertirse en uno de ellos y mostrar a muchos otros cómo

hacerlo también. Ellos ya no eran tímidos ni estaban confun­

didos, eran audaces, valientes e inspiradores y comenzaron a

declarar y a vivir el evangelio de Jesús mediante el poder del

Espíritu Santo. Piense en qué momento tan importante fue

este en las vidas de los discípulos.

Una multitud de personas se había reunido. Pedro predi­

có un convincente sermón y cuando ellos oyeron sus palabras,

quedaron "profundamente conmovidos" y preguntaron cómo

deberían responder. Pedro contestó: ''Arrepiéntase y bautícese

cada uno de ustedes en el nombre de Jesucristo para perdón

de sus pecados -les contestó Pedro-, y recibirán el don del

Espíritu Santo. En efecto, la promesa es para ustedes, para sus

hijos y para todos los extranjeros, es decir, para todos aquellos a

quienes el Señor nuestro Dios quiera llamar" (Hechos 2:38-39).

El texto dice que aquel día unas tres mil personas pasaron a ser

parte del reino de Dios y aceptaron el don del Espíritu Santo.

Page 71: El Dios Olvidado - Francis Chan

TEOLOG[A BÁSICA DEL ESPfRITU SANTO 69

Creo que no hay necesidad de que debatamos sobre cuándo el

Espíritu Santo se vuelve parte de la vida de una persona. En mi

propia vida, ¿fue cuando oré por primera vez cuando era niño

y creí que estaba hablando a Alguien? ¿Fue en la secundaria,

cuando levanté mi mano después de oír a un evangelista que

literalmente me dejó aterrado? ¿Fue cuando me bauticé? ¿Fue

en la preparatoria, cuando realmente tuve una relación personal

con Jesús? ¿Pudo ser en la universidad, cuando pasé adelante en

un estudio bíblico carismático para "recibir el Espíritu"? ¿O fue

más adelante en la vida, cuando escogí rendir mi vida comple­

tamente a Jesús?

Podemos fácilmente caer en la trampa de quedarnos en

esas preguntas y pasar por alto lo fundamental del mensaje de

Pedro. Cuando yo estaba predicando sobre este pasaje en mi

iglesia, mi hija de siete años, Merey, lo entendió. Se acercó a

mí después y dijo: "Papi, quiero arrepentirme de mis pecados y

ser bautizada y recibir el don del Espíritu Santo". Me encantó

la simplicidad y la grandeza de su fe. Ella no necesitaba debatir

los puntos más detallados de cómo, y cuándo, exactamente,

llegaría el Espíritu Santo; ella sencillamente quería obedecer el

pasaje lo mejor que sabía. Entiendo que Merey no tiene el co­

nocimiento bíblico que muchos de nosotros tenemos, pero me

pregunto cuántos de nosotros tenemos la fe que ella tiene.

¿Es esa su respuesta a la Palabra? ¿Está claro para usted que

debe arrepentirse, ser bautizado, y recibir el Espíritu Santo? Si

es así, ¿lo ha hecho? Si no, ¿qué evita que lo haga hoy?

¿Por qué a veces sentimos que necesitamos debatir esto sin

fin, pasando por todas las situaciones hipotéticas y respondiendo

antes a todas las preguntas teológicas? ¿Cuándo responderemos

Page 72: El Dios Olvidado - Francis Chan

70 El DIOS OLVIDADO

sencillamente a la verdad que hemos oído y después desde ahí

trabajaremos en las preguntas que tengamos?

Ahora que tenemos un contexto en cuanto a cómo vino el Es­

píritu Santo a los primeros discípulos y lo que se nos dice que

hagamos como respuesta, cambiaremos el enfoque a algunas

verdades prácticas sobre quién es el Espíritu y lo que Él hace

en nuestras vidas.

En primer lugar, el Espíritu Santo es una Persona. Él no

es un borroso "poder" o "cosa". Con frecuencia oigo a perso­

nas referirse al Espíritu como un "ello", como si el Espíritu

fuese una cosa o una fuerza que nosotros podemos controlar

o utilizar. Esta distinción puede parecer sutil o trivial, pero en

realidad es un mal entendimiento muy grave del Espíritu y de

su papel en nuestras vidas. En Juan 14:17 leemos que el Espíri­

tu "vive con ustedes y estará en ustedes". Esto nos llama a una

relación con el Espíritu, en lugar de permitirnos pensar que

podemos tratar al Espíritu como un poder que agarrar a fin

de lograr nuestros propios propósitos. El Espíritu Santo es una

Persona que tiene relaciones personales no sólo con creyentes,

como hemos visto, sino también con el Padre y el Hijo. Vemos

al Espíritu obrando en conjunción con el Padre y el Hijo en

múltiples ocasiones a lo largo de las Escrituras (Mateo 28:19; 2

Corintios 13:14).

En segundo lugar, el Espíritu Santo es Dios. Él no es un

tipo de ser menor o diferente de Dios Padre o Dios Hijo. El

Espíritu es Dios. Las palabras Espíritu y Dios se utilizan de

forma intercambiable en el Nuevo Testamento. En Hechos

leemos del desafío de Pedro a Ananías: "¿Cómo es posible

Page 73: El Dios Olvidado - Francis Chan

TEOLOG[A BÁSICA DEL ESP[RITU SANTO 71

que Satanás haya llenado tu corazón para que le mintieras al

Espíritu Santo y te quedaras con parte del dinero que recibis­

te por el terreno? ... ¿Cómo se te ocurrió hacer esto? ¡No has

mentido a los hombres sino a Dios!" (5:3-4). En estos versícu­

los vemos que Pedro explícitamente se refiere al Espíritu Santo

como Dios. Es vital que recordemos esto. Cuando olvidamos al

Espíritu, realmente estamos olvidando a Dios.

En tercer lugar, el Espíritu Santo es eterno y santo. Leemos

en el Evangelio de Juan sobre la promesa de Jesús a sus discí­

pulos de que el Espíritu estará con ellos para siempre (14:16).

Y en Hebreos leemos que fue mediante "el Espíritu eterno" que

Jesús "se ofreció sin mancha a Dios" (9:14). El Espíritu no es

sólo un es~'ritu volád By ' oaprichoso q eh iene' y va como el

viento. Él es un ser eterno. El Espíri~ es también samto. Ob­

viamente, comúnmente le llamamos "Espíri esto se

refuerza en todo el Nuevo estamento (Ro

a que el Espíritu s santo v.iv. _ nosotros, nuestros• cuerpos

son santuarios santos desde el punto de vista de Dios. Con de­

masiada frec'üencia oesprectamos nuestros cuerpos como fuente

de pecado y de nuestro estado caído, sin embargo, ¡ellos son

precisamente el lugar donde Dios Espíritu escoge vivir!

En cuarto lugar, el Espíritu Santo tiene su propia mente,

y Él ora por nosotros. Romanos 8:27 dice: "Y Dios, que exami­

na los corazones, sabe cuál es la intención del Espíritu, porque

el Espíritu intercede por los creyentes conforme a la voluntad

de Dios". No sé de usted, pero a mí me resulta muy consolador

el pensamiento de que el Espíritu de Dios ora por mí según la

voluntad de Dios.

Muchas veces en mi vida no he sabido qué orar, ya fuese

por mí mismo o por otros. Otras veces oro cosas estúpidas.

Por ejemplo, hace tiempo estaba yo jugando al golf con

Page 74: El Dios Olvidado - Francis Chan

72 EL DIOS OLVIDADO

algunos amigos y decidí que realmente quería golpear en los

setenta (generalmente estoy en los noventa). Así que, en un

momento de superficialidad, oré que Dios me capacitase para

jugar mi mejor partido. Supongo que el Espíritu Santo también

estaba orando, porque aquel día tuve 115 golpes (posiblemente

mi peor marcador). El Espíritu sabía que yo necesitaba trabajar

en mi enojo y mi humildad, en lugar de añadir a mi orgullo.

En cualquier situación dada, puede que no sepamos exac­

tamente cómo deberíamos orar o qué deberíamos hacer, pero

podemos tener confianza en el hecho de que el Espíritu Santo

conoce nuestro corazón y la voluntad de Dios, y Él siempre

intercede por nosotros.

En quinto lugar, el Espíritu tiene emociones. Por mucho

tiempo, siempre que leía que no hemos de entristecer al Espí­

ritu Santo (Isaías 63:10; Efesios 4:30), pensaba que eso era un

poco exagerado. Casi parece un sacrilegio decir que yo podría

entristecer a Dios. ¿Quién soy yo para tener tal poder sobre el

Espíritu? Eso no parece correcto. De hecho, hasta parecía inco­

rrecto decir que Dios tiene sentimientos; por alguna razón, yo

sentía que eso le menospreciaba.

Batallé con esos pensamientos durante un tiempo hasta que

finalmente comprendí de dónde provenían. En nuestra cultura,

tener sentimientos o emociones se equipara con debilidad. Eso

es una mentira que está profundamente arraigada en muchos

de nosotros.

Dios creó los sentimientos. Sin duda, como cualquier otra

cosa, se pueden malentender y abusar de ellos, pero la inten­

ción y el propósito de los sentimientos vino de Dios. Ya que

Él creó las emociones, ¿por qué es difícil creer que Él mismo

tenga emociones? El Espíritu se entristece cuando se produce

una brecha en la relación, ya sea en la relación con Dios o en la

relación con otras personas. Cuando no estamos unidos, somos

Page 75: El Dios Olvidado - Francis Chan

TEOLOGIA BÁSICA DEL ESPIRITU SANTO 73

desagradables, odiamos, tenemos celos, murmuramos, etc., es

cuando entristecemos al Espíritu de Dios. Y ya que Él es el

creador de las emociones, yo creo que el Espíritu se entristece

más profundamente de lo que nunca podremos entender.

¿Cómo responde usted cuando oye esto? ¿Le molesta?

¿Cuándo fue la última vez que usted sintió tristeza porque su

pecado causó dolor al Espíritu Santo?

Hace algún tiempo, dos mujeres de mi iglesia se enojaron

cada vez más una con la otra. Los tres nos sentamos en mi

oficina y yo les escuché expresar apasionadamente las razones

de su frustración. Yo carecía de sabiduría para decidir quién

"estaba más equivocada". Simplemente lloré mientras ellas ha­

blaban. Les dije que estaba profundamente entristecido porque

sabía lo que mucho que nuestro Padre aborrecía eso. Aunque

es raro que me hagan llorar, ha habido numerosas ocasiones en

que soy abrumado por la tristeza que miembros de la iglesia

Cornerstone han amontonado sobre el Espíritu Santo mediante

la terquedad y la falta de perdón.

Creo que si verdaderamente nos preocupásemos por la

tristeza del Espíritu Santo, habría menos peleas, divorcios y di­

visiones en nuestras iglesias. Quizá no se deba a una falta de fe

sino a más bien a una falta de preocupación. Oro por el día en

que los creyentes se preocupen más por la tristeza del Espíritu

Santo que por la suya propia. De hecho, oro para que algunos

de ustedes, lectores, sean quebrantados por la tristeza que han

causado al Espíritu Santo. Tan quebrantados que realmente

dejen a un lado este libro y trabajen para resolver cualquier

conflicto que tengan con otros creyentes.

"Si es posible, y en cuanto dependa de ustedes, vivan en paz

con todos" (Romanos 12:18).

En sexto lugar, el Espíritu Santo tiene sus propios deseos

y voluntad. En 1 Corintios leemos que los dones del Espíritu

Page 76: El Dios Olvidado - Francis Chan

74 EL DIOS OLVIDADO

"lo hace un mismo y único Espíritu, quien reparte a cada uno

según él lo determina" (12:11). Este es un importante recorda­

torio de quién tiene el control. Al igual que nosotros no somos

quienes escogemos los dones que se dan, tampoco escogemos lo

que Dios quiere para nosotros o para la iglesia. El Espíritu tiene

un plan para nuestras vidas, para cada uno de nosotros. Y Él

tiene un plan para la iglesia, incluyendo su congregación local

individual y el cuerpo global de Cristo.

Si es usted como yo, probablemente tenga un plan para su

propia vida, para su iglesia, y quizá para el cuerpo de Cristo en

general. Por eso necesitamos desesperadamente orar, como hizo

Cristo: "No se haga mi voluntad, sino la tuya".

En séptimo lugar, el Espíritu Santo es omnipotente, om­

nipresente y omnisciente. Estas son palabras teológicas que

esencialmente significan que el Espíritu todo lo puede (por ej.,

Zacarías 4:6), está presente en todas partes {por ej., Salmo 139:7-

8) y todo lo sabe (por ej., 1 Corintios 2:10b), respectivamente.

Estos son algunos de sus atributos que nunca comprendere­

mos totalmente como seres humanos finitos. En Isaías leemos:

"¿Quién puede medir el alcance del espíritu del Señor, o quién

puede servirle de consejero?" (40:13). Aunque nunca seremos

capaces de articular perfectamente o completamente estos atri­

butos, que estos aspectos del Espíritu nos guíen a alabar, ¡aun

con palabras imperfectas y un entendimiento incompleto!

Si el Espíritu Santo vive dentro de usted, cierto número de

cosas deberían ser parte de su vida. Voy a explorar varias, pero

no se permita solamente leer estos puntos como si fuesen una

lista para el supermercado. Si se limita a tratar superficialmente

Page 77: El Dios Olvidado - Francis Chan

75

esta lista, se perderá mi parte favorita de este libro. Yo me he

beneficiado mucho de tomar cada una de estas promesas lite­

ralmente, meditar en ellas y pedirlas. Tome tiempo para pensar

en cada una de ellas. Piense cómo cada una se manifiesta en su

vida, y si no se manifiesta, pase algún tiempo pidiendo a Dios

por ese punto concreto.

• El Espíritu nos ayuda cuando estamos en situa­

ciones precarias y necesitamos dar testimonio

(Marcos 13:11; Lucas 12:12).

• El Consejero nos enseña y nos recuerda lo que

necesitamos saber y recordar. Él es nuestro con­

solador, nuestro consejero, nuestro alentador, y

nuestra fortaleza. Él nos guía en el camino en que

debemos andar (Salmo 143:10; Juan 14-16; He­

chos 9:31; 13:2; 15:28; 1 Corintios 2:9-10; 1 Juan

5:6-8).

• Del Espíritu recibimos poder para ser testigos de

Dios hasta los confines de la tierra. Es el Espíri­

tu quien atrae a la gente al evangelio, el Espíritu

quien nos equipa con la fortaleza que necesitamos

para lograr los propósitos de Dios. El Espíritu

Santo no sólo atrae inicialmente a la gente a Dios,

sino que también acerca más a los creyentes a Jesús

(Hechos 1:8; Romanos 8:26; Efesios 3:16-19).

• Por el poder del Espíritu damos muerte a las

malas obras del cuerpo. El Espíritu nos libera

de los pecados de los que no podemos librar­

nos nosotros mismos. Este es un proceso de por

vida en el que entramos, en colaboración con el

Page 78: El Dios Olvidado - Francis Chan

76 El DIOS OLVIDADO

Espíritu, cuando creemos por primera vez (por ej.,

Romanos 8:2).

• Mediante el Espíritu hemos recibido un espíritu

de adopción como hijos, lo cual nos conduce a

una intimidad con el Padre, en lugar de a una

relación basada en el temor y la esclavitud. El Es­

píritu nos da testimonio de que somos hijos de Él

(Romanos 8:15-16).

• El Espíritu Santo convence a las personas de

pecado. Él hace esto antes de que inicialmente

entremos en una relación correcta con Dios y a

medida que vamos por esta vida como creyentes

(Juan 16:7-11; 1 Tesalonicenses 1:5).

• El Espíritu nos trae vida y libertad. Donde está

el Espíritu, allí hay libertad y no atadura o es­

clavitud. En nuestro mundo que está plagado de

muerte, esta es una profunda verdad que señala

a la verdadera esperanza (Romanos 8:10-11; 2

Corintios 3:17).

• Por el poder del Espíritu Santo abundamos en

esperanza porque nuestro Dios es un Dios de es­

peranza, que llena a sus hijos de todo gozo y paz

(Romanos 15:13).

• Como miembros del la comunidad del reino de

Dios, a cada uno de nosotros es dada una ma­

nifestación del Espíritu en nuestra vida con el

propósito del bien común. Todos tenemos algo

Page 79: El Dios Olvidado - Francis Chan

TEOLOG[A BÁSICA DEL ESPIRITU SANTO

que ofrecer debido a lo que el Espíritu nos da (1

Corintios 12:7).

• El fruto de ser guiado por el Espíritu de Dios

incluye: amor, gozo, paz, paciencia, benignidad,

bondad, fe, mansedumbre y dominio propio.

Estas actitudes y actos caracterizarán nuestras

vidas a medida que nos permitamos crecer y ser

moldeados por el Espíritu. El Espíritu es nuestro

santificador (2 Corintios 3:18; Gálatas 5:22-23).

77

Es mi esperanza que la lectura de estas verdades sobre el Es­

píritu Santo le conduzca a una relación más profunda con el

Espíritu y una mayor reverencia por ÉL Que esa buena teología

le conduzca a la acción correcta, al amor genuino y a la verda­

dera adoración.

Quizá lea usted estos versículos y se pregunte por qué esas

cosas no son parte de su vida. No se desaliente. Pida a Dios que

le haga más amoroso, o que le ayude a dar muerte a las obras

de la carne, o que le utilice para bendecir a los hijos de ÉL Re­

cuerde que no podemos hacer esas cosas por nosotros mismos,

y que son precisamente las cosas que el Espíritu Santo hace en

nuestras vidas. El Padre nos dice que le pidamos. Y podemos

pedir con confianza porque estamos pidiendo cosas que Dios

nos promete en la Biblia. Que crezcamos cada vez más en la re­

lación con el Espíritu y que cada vez menos le menospreciemos

y le ignoremos.

Page 80: El Dios Olvidado - Francis Chan
Page 81: El Dios Olvidado - Francis Chan

FRANCIS SCHAEFFER 79

/

Francis Schaeffer 1

-~~--------------~----~-~--~

Francis Schaeffer fue un estadounidense que nació en el año

1912 y murió en 1984. Durante el transcurso de su vida tuvo

un profundo efecto en el pensamiento y la cultura cristianos.

Algunos han llegado a decir que, aparte de C. S. Lewis, nin­

guna otra persona ayudó a moldear el pensamiento cristiano

popular en el siglo XX más de lo que lo hizo Schaeffer.

Anteriormente agnóstico, Schaeffer finalmente se convirtió

en ministro presbiteriano y en un eficaz apologista y teólogo

de la fe. Él reconoció que el cristianismo y la Biblia hablaban

a las grandes preguntas planteadas por la filosofía, pero que se

producía poco diálogo entre teólogos y filósofos. Por tanto, él

comenzó a iniciar tal diálogo.

Francis y su esposa, Edith, se trasladaron a Suiza después

que terminó la Segunda Guerra Mundial. Una vez allí, si­

guieron la dirección de Dios y en fe abrieron su hogar como

un lugar donde las personas con preguntas podían llegar bus­

cando respuestas. Las historias de las maneras en que ellos

confiaron en Dios, tanto económica como prácticamente, son

absolutamente inspiradoras. Cuando tenían una necesidad,

Page 82: El Dios Olvidado - Francis Chan

80 EL DIOS OLVIDADO

sencillamente oraban con sinceridad, con frecuencia en

rotaciones de oración durante toda la noche, hasta que Dios

proveía.

Los Schaeffer creían que el cristianismo habla a cada aspec­

to de la vida y eso significaba que las preguntas sinceras eran

siempre bien recibidas. Puesto que ellos buscaban a Dios con

sus mentes, los Schaeffer buscaban practicar su fe en la comu­

nidad a diario. La mano de Dios los estaba guiando claramente

a establecer lo que más adelante llegaría a llamarse L'Abrí, la

palabra francesa para "refugio". Los Schaeffer lo llamaron así

porque muchas personas llegaban allí a hacer preguntas since­

ras sobre Dios y el significado de la vida en un lugar seguro.

Sigue estando activo en su ubicación original en Suiza y hay

varios otros centros alrededor del mundo.

En conversaciones con los miles de estudiantes y de viaje­

ros que pasaron por L'Abrí {algunos quedándose una noche,

algunos meses, y algunos años) de todo tipo de trasfondos y

religiones, Francis siempre comunicaba que, mediante la Biblia,

los seres humanos pueden conocer "la verdad verdadera" sobre

Dios y sobre sí mismos. Además de ocuparse de quienes llega­

ban a L'Abri, Francis también escribió numerosos libros, dio

conferencias en universidades y habló en varios países.

Él amaba verdaderamente a Dios con todo su corazón y con

toda su mente y miles de vidas han sido (y siguen siendo) to­

cadas debido a ello. Esto es lo que sucede cuando una persona

se somete al Espíritu y le permite que Él establezca su camino

en su vida.2

Page 83: El Dios Olvidado - Francis Chan
Page 84: El Dios Olvidado - Francis Chan
Page 85: El Dios Olvidado - Francis Chan

¿Por qué lo desea?

La fe del cristiano en todos los aspectos

-intelectual y ético, devocional y relacio­

nal, renaciendo en adoración y extrovertido

en testimonio- es sobrenatural; sólo el

Espíritu puede iniciarlo y sostenerlo. Por

tanto, aparte de él, no sólo no habrd creyen­

tes vivaces ni congregaciones vivaces, sino

que no habrd ni creyentes ni congregaciones

en absoluto. -J. l. Packer-

Supongo que a usted le encantaría ser lleno de poder sobre­

natural del Espíritu Santo. Probablemente no estaría leyendo

este libro si así no fuese. La pregunta que quiero hacer es: ¿por

qué?

Recientemente, un hombre que se estaba muriendo de cán­

cer pidió a los ancianos de la iglesia que le ungieran con aceite

83

Page 86: El Dios Olvidado - Francis Chan

84 EL DIOS OLVIDADO

y orasen por su sanidad. Antes de orar, sin embargo, yo le

hice al hombre una pregunta que normalmente no hago: "¿Por

qué quiere usted ser sanado? ¿Por qué quiere quedarse en esta

tierra?". El hombre, al igual que todos los que le rodeaban, pa­

recieron un poco sorprendidos de que yo hiciese una pregunta

tan directa.

La razón por la que lo hice es que en la epístola de Santiago

se nos recuerda que con frecuencia no recibimos las respuestas

a nuestras oraciones porque pedimos por las razones equivo­

cadas: "Y cuando piden, no reciben porque piden con malas

intenciones, para satisfacer sus propias pasiones" (Santiago 4:3).

Nuestro deseo de vivir debería ser por la causa y la gloria de

Dios, quien nos puso en esta tierra en un principio.

Por tanto, realmente, ¿por qué desea usted la actividad del

Espíritu Santo en su vida? ¿Quiere experimentar más del Es­

píritu Santo meramente para su propio beneficio? Cuando la

respuesta es sí, entonces no somos distintos a Simón el mago,

quien intentó comprar el poder del Espíritu Santo a los após­

toles. La respuesta de Pedro a Simón en aquella situación fue

fuerte; él dijo: "-¡Que tu dinero perezca contigo -le contestó

Pedro-, porque intentaste comprar el don de Dios con dine­

ro!" (Hechos 8:20).

El Espíritu Santo no es un artículo que se puede comprar o

intercambiar según nuestros deseos o caprichos individuales, ni

siquiera según nuestras necesidades sentidas. De ninguna ma­

nera podemos tener esta conversación sobre el Espíritu Santo

sin cuestionar nuestros motivos.

En este mismo momento quiero que tome un descanso de

la lectura y pase algún tiempo preguntándose por qué quiere

el Espíritu Santo. ¿Es por poder? ¿Es para su propia mejora y

propósitos? ¿O es porque quiere experimentar todo lo que Dios

Page 87: El Dios Olvidado - Francis Chan

lPOR QU~ LO DESEA? 85

tiene para usted? ¿Se debe a que ama la Iglesia y desea ser un

mejor siervo para sus hermanas y hermanos?

La raz6n correcta

Mientras que podemos tener nuestros propios propósitos para

desear la presencia y el poder del Espíritu Santo en nuestras

vidas, ¡igualmente los tiene Dios! En 1 Corintios 12 leemos

que a cada seguidor de Cristo se le da una "manifestación es­

pecial del Espíritu para el bien de los demds" (v. 7). Como

hemos visto, esas manifestaciones, o dones, "lo hace un mismo

y único Espíritu, quien reparte a cada uno según él lo deter­

mina" (v. 11).

Por tanto, estos reflejos de la presencia y la actividad del

Espíritu Santo en nosotros no tienen nada que ver con nuestras

capacidades naturales y no los hemos recibido porque los haya­

mos ganado o de alguna manera los merezcamos. Ya que esos

dones vienen según la voluntad de Dios y no la nuestra, debería

estar claro que no deberían utilizarse para nuestra propia pre­

sunción o entretenimiento.

El Espíritu es intencional cuando otorga esos dones espi­

rituales a cada persona, según su voluntad y sus propósitos.

El propósito más obvio y señalado de esas manifestaciones es

el bien y la edificación de la iglesia. El Espíritu desea usarnos

cuando nuestros corazones están en consonancia con esta vi­

sión, cuando somos llenos de un amor genuino por la Iglesia,

y cuando deseamos ver a la Iglesia crecer en amor por Dios y

por los demás.

Page 88: El Dios Olvidado - Francis Chan

86 El DIOS OLVIDADO

En una escala de uno a diez, ¿cuánto ama usted a la Iglesia?

Cuando mira a sus hermanos y hermanas, ¿piensa para usted

mismo: Amo mucho a estas personas. Oro que Dios me capacite

de alguna manera para alentar a estas personas hacia un

caminar mds profundo con Él?

¿Cuánto se interesa? El Espíritu Santo le ha dado una ca­

pacidad sobrenatural para servir a las personas que Dios ha

puesto alrededor de usted. Si Dios se interesa lo suficiente por

su iglesia para darle a usted esta capacidad por el Espíritu, ¿no

debería usted interesarse lo bastante por la Iglesia para utilizar

ese don con ese mismo propósito?

El apóstol Pablo quería desesperadamente ir al cielo, pero

estaba dividido porque amaba mucho a la Iglesia. Su amor por

la Iglesia era lo único que le mantenía atado a la vida en la

tierra. Él escribió: "Me siento presionado por dos posibilidades:

deseo partir y estar con Cristo, que es muchísimo mejor, pero

por el bien de ustedes es preferible que yo permanezca en este

mundo. Convencido de esto, sé que permaneceré y continuaré

con todos ustedes para contribuir a su jubiloso avance en la fe"

(Filipenses 1:23-25).

¿Se hace usted eco del propósito de Pablo en la vida y el

amor por la Iglesia? Hay demasiadas personas que buscan al

Espíritu por las razones incorrectas.

Atenci6n

El Espíritu Santo obra para glorificar a Cristo (Juan 16:14);

sin embargo, muchos que hacen hincapié en el Espíritu Santo

parecen atraer la atención hacia sí mismos. La Iglesia en Corin­

to era notoria por esto. La Iglesia se volvió caótica porque los

individuos no se interesaban por la mejora de la Iglesia; intenta­

ban usar manifestaciones del Espíritu para su propia gloria. No

Page 89: El Dios Olvidado - Francis Chan

lPOR QU~ LO DESEA? 87

estaban interesados en lo que Dios estaba haciendo en otros,

sólo querían alardear de lo que Dios estaba haciendo en ellos.

Como todos luchaban por la atención, el resultado fue una

confusión masiva, con todos tratando de hablar al mismo

tiempo (1 Corintios 14:23-33).

Una señal segura de la obra del Espíritu Santo es que Cris­

to es magnificado y no las personas. La glorificación de uno

mismo es algo con lo que batallamos muchos de nosotros.

Aunque mi orgullo sigue siendo una batalla, Dios me ha estado

enseñando a ver las cosas desde la perspectiva de Él.

Cuando era más joven, gran parte de mí anhelaba el poder

de Dios en mi vida porque yo quería recibir la atención. Ahora

quiero el poder de Dios porque yo no quiero la atención. Jesús

dice en Mateo 5:16: "Hagan brillar su luz delante de todos,

para que ellos puedan ver las buenas obras de ustedes y alaben

al Padre que está en el cielo". Es posible que estemos haciendo

cosas increíbles para el reino y, sin embargo, hagamos que la

gente dé la gloria a Dios en lugar de a nosotros. ¿Le ha sucedi­

do esto alguna vez? ¿O le elogia la gente por sus buenas obras?

Cuando el Espíritu Santo se mueve verdaderamente, Dios

es quien recibe la alabanza. Jesús es levantado. Cuando el Es­

píritu se movió en Pentecostés, las personas sabían que había

un poder presente que provenía de Dios. Por eso no se fueron

diciendo: "¡Juan es increíble! ¡Aprendió una nueva lengua en

cuestión de segundos!". Ellos sabían que tenía que ser Dios.

Oremos para que Dios nos capacite de modo tan radical que

no obtengamos nosotros la gloria. Que las personas vean nues­

tras obras y glorifiquen a Dios.

"Por eso ustedes, ya que tanto ambicionan dones espiritua­

les, procuren que éstos abunden para la edificación de la iglesia"

(1 Corintios 14:12).

Page 90: El Dios Olvidado - Francis Chan

88 El DIOS OLVIDADO

Caza de milagros

Es verdaderamente increíble (no trato de usar en exceso ese

término, pero creo que encaja aquí) cuando se produce un mi­

lagro, cuando usted experimenta algo que no podría suceder

por medios naturales. Aún tengo que conocer a alguien que no

quisiera ver un milagro. Mi preocupación es que he conocido

a muchas personas cuya búsqueda de milagros es mayor que su

búsqueda de Dios.

Muchas personas quieren hablar sobre cosas sobrenaturales

como los milagros, la sanidad o la profecía. Pero enfocarse ex­

cesivamente en esas cosas enseguida se vuelve erróneo. Dios nos

llama a buscarle a Él y no a lo que Él podría hacer por nosotros

o hasta en medio de nosotros. La Escritura hace hincapié en

que deberíamos desear fruto, que deberíamos interesarnos por

llegar a ser más semejantes a su Hijo. Dios quiere que busque­

mos escuchar a su Espíritu y obedecer. El punto de todo ello

nunca fueron los milagros por sí mismos. Esos milagros llega­

ron cuando eran inesperados, cuando la gente era fiel y estaba

centrada en servir y amar a los demás.

Dios quiere que confiemos en que Él producirá milagros

cuando lo vea adecuado. Él no sólo los entrega mecánicamente,

como si pudiéramos introducir una moneda, hacer la oración

correcta y entonces conseguir un milagro. Los milagros no son

nunca un fin en sí mismos; siempre son un medio para señalar

hacia algo mayor y alcanzarlo.

Me encantaría ser testigo de más milagros. Pero cuando ha­

cemos de los milagros el enfoque de nuestra energía y nuestra

búsqueda, ignoramos las prioridades que Dios nos dice que si­

gamos e imponemos a Dios nuestros propios deseos. A veces

hasta nos parecemos a Satanás, quien le dijo a Jesús que sal­

tase desde el templo e hiciera un milagro. Desde luego, Dios

Page 91: El Dios Olvidado - Francis Chan

lPOR QUÍ LO DESEA? 89

Padre podría haber salvado a Jesús de sufrir daño si Él hubiera

saltado, pero Jesús se negó a probar a su Padre (Mateo 4:7)

"haciéndole" realizar un milagro.

Dios hace milagros cuando Él lo ve adecuado y para sus pro­

pósitos. Necesitamos huir de la tentación de hacer aparecer

milagros que Dios nunca prometió dar. En cambio, somos lla­

mados a enfocarnos en las prioridades que Él ha bosquejado

para nosotros en la Escritura y pedir al Espíritu Santo que nos

capacite tal como Él lo vea adecuado. Pídale que le capacite

sobrenaturalmente para amarle a Él y a los demás. Y confiemos

en que Él mostrará milagros para su gloria, en su momento y

a su manera.

También necesitamos buscar la acción de Él en medio de

nuestras vidas cotidianas. Por ejemplo, quizá en la actualidad,

si vive usted en el sur de California, realmente es sobrenatural

no ser materialista.

Solía suceder que si yo tenía una experiencia de ~doración

estupenda, le pedía a Dios que la reprodujera la siguiente vez

que adoraba. Al igual que el niño impresionado por un truco

de magia, yo oraba: "¡Hazlo otra vez!". Una cosa que he apren­

dido sobre Dios a lo largo de los años, sin embargo, es que Él

rara vez "lo hace otra vez". Él es el Creador, lo cual significa

que Él es (entre otras cosas) creativo. Si esperamos que Dios

haga ciertos milagros o nos dé una experiencia en particular,

será tentador manipular o hasta fingir experiencias de lo so­

brenatural. El punto en todo esto es simplemente llamarnos a

seguir a Cristo y crecer en nuestra obediencia a Él, en lugar de

buscar lo sobrenatural por sí mismo.

Page 92: El Dios Olvidado - Francis Chan

90 EL DIOS OLVIDADO

¿Seguidores o líderes?

Ha habido muchas veces en que yo he intentado guiar al Espíritu

Santo. He querido dirigirlo y decirle qué hacer y cuándo hacer­

lo. La ironía es que el Espíritu Santo fue dado para dirigirnos

a nosotros. Desear al Espíritu Santo significa que permitimos

que el Espíritu Santo nos dirija. Por definición, es ridículo de­

sear al Espíritu Santo para nuestros propios propósitos.

El Espíritu no es un poder pasivo que nosotros podemos

manejar como queramos. El Espíritu es Dios, un ser que re­

quiere que nos sometamos a ser dirigidos por Él. ¿De verdad

quiere usted ser dirigido? Hasta las personas que son líderes

naturales no pueden dirigir al Espíritu. Todos somos llamados

a ser dirigidos por Él.

Sinceramente creo que la mayoría de nosotros -aunque

podríamos decir que queremos ser guiados por el Espíritu- en

realidad estamos asustados de esta realidad. Sé que yo lo estoy.

¿Qué significaría eso? ¿Y si Él le pide que renuncie a algo a lo

que no está preparado para renunciar? ¿Y si Él le guía donde

usted no quiere ir? ¿Y si Él le dice que cambie de empleo? ¿O

que se traslade? ¿Está usted dispuesto a rendirse a Él, sin im­

portar dónde le lleve Él? ¿Lo estoy yo?

El hecho es que Dios está llamando. El Espíritu está atra­

yendo. La verdadera pregunta es: ¿Seguirá usted? ¿Escuchará?

Sé que yo prefiero una opción de varias respuestas para lo que

Dios me llama a hacer. De ese modo, si no me gusta la A o

la B, siempre están las opciones C y D. A veces, desde luego,

así es exactamente como nos guía el Espíritu. Puede haber dos

opciones igualmente buenas entre las que Dios nos permite

escoger.

Muchas veces, sin embargo, no es así como Él obra. En

estos casos, Él nos llama a hacer algo, una cosa en particular, y

Page 93: El Dios Olvidado - Francis Chan

lPOR QU( LO DESEA? 91

nosotros tenemos la elección de obedecer o no. El pensamiento

verdaderamente sorprendente es que al no someterme y confiar

totalmente en el Espíritu Santo, no me estoy sometiendo a Dios

ni confiando en Él. Esto no es cosa de poca importancia.

Todos tenemos que responder la pregunta: ¿Quiero guiar o

ser guiado por el Espíritu?

¿Le guió Dios hasta donde está usted ahora? Muchas personas

en mi iglesia y en mis viajes me dicen: "Yo creo que Dios me

ha llamado al valle Simi". O a Wichita. O a Nueva York. O

a Greenville. O donde sea. Ese muy bien pudiera ser el caso.

Pero también podría ser una evasión de responsabilidad porque

a usted le gusta el lugar donde vive. Tiene un buen empleo; el

distrito escolar es seguro y tiene buenos índices. Su familia vive

cerca (o quizá muy lejos, dependiendo de cuál sea su relación

con ellos). Tiene sentido que usted sea "llamado" a estar ahí,

¿cierto?

Y quizá usted es llamado a estar donde vive. Pero si dice

que es llamado a estar en el lugar donde está, hay que con­

siderar algunas preguntas. Por ejemplo, ¿cómo lo extrañaría

si dejase ese lugar? ¿Qué cambiaría? Básicamente, ¿qué dife­

rencia marca su presencia ahí? O, como me preguntó una vez

mi pastor de jóvenes, ¿cómo se vería su Iglesia (y la Iglesia en

general) si todos estuvieran tan comprometidos como lo está

usted? Si todos dieran, sirvieran y oraran exactamente como

usted lo hace, ¿sería la Iglesia sana y estaría capacitada? ¿O

sería débil y apática?

Mi propósito al plantear estas preguntas no es convencerle

de que "salga al ministerio". No pretendo reclutar pastores o

Page 94: El Dios Olvidado - Francis Chan

92 EL DIOS OLVIDADO

misioneros. Mi propósito en estas preguntas es hacer que se

tome en serio 1 Corintios 12, que crea que a usted se le ha dado

una manifestación del Espíritu y que su iglesia, el Cuerpo de

Cristo en general, y el mundo están cojos sin la participación

de usted. Escribo esto porque amo la Iglesia y quiero que confíe

en que usted es algo más que una útil adición. Usted necesita

creer que es un miembro vital. Como agente de bienes inmue­

bles, cajero, camarero, maestro, dietista, terapeuta, estudiante,

padre o madre, granjero, miembro de la junta escolar, o funcio­

nario de ayuntamiento, usted es un miembro vital del Cuerpo

de Cristo. Hágase la pregunta: ¿Creo que la Iglesia me necesita

al igual que un cuerpo necesita una boca?

Como parte de la obra del Espíritu por medio de nosotros para

el bien común, Él nos capacita para que seamos sus testigos. Si

es usted maestro, ¿ha pensado en cómo impacta a los alumnos

que tiene en su clase? Si es entrenador, ¿qué tipo de influencia

tiene usted en su equipo? ¿Y en otros entrenadores con los que

se relaciona? Si es usted una persona de negocios, ¿cómo se

conduce con sus clientes y compafieros de trabajo? ¿Ven ellos a

una persona que vive según el camino de Jesús, o a alguien que

hace negocios de acuerdo a los estándares capitalistas y egoístas,

al igual que hacen todos? Si es usted una mamá que no trabaja

fuera de casa, ¿cómo está formando a sus hijos para que amen a

Jesús? ¿Cómo está alcanzando y ministrando a los vecinos que

Dios ha puesto alrededor de usted?

Es cierto que Dios puede haberle llamado a estar exacta­

mente donde está. Pero es absolutamente vital entender que Él

no le llamó a estar ahí para que pudiera acomodarse y vivir su

Page 95: El Dios Olvidado - Francis Chan

93

vida en comodidad y una paz superficial. Sus propósitos no son

al azar o arbitrarios. Si usted sigue estando vivo en este planeta,

se debe a que Él tiene algo para que usted haga. Él nos puso en

esta tierra para propósitos que Él orquestó mucho antes de que

naciésemos (Efesios 2:8-10). ¿Cree usted que existe no para su

propio placer sino para ayudar a la gente a conocer el amor de

Jesús y llegar a estar plenamente vivos en Él? Si es así, enton­

ces eso moldeará su manera de vivir su vida en el lugar donde

usted está.

Cuando el Espíritu dirige

Cuando nos sometemos a la guía y la dirección del Espíritu

Santo, Él nos ayuda a llegar a ser más santos: más semejantes

a Jesús. Es un viaje de por vida el dar muerte a nuestra carne,

o como lo expresa Pablo en Gálatas 5, de andar en el Espíritu

y no satisfacer los deseos de la carne. No podemos vivir some­

tidos al Espíritu y al mismo tiempo satisfacer la carne, porque

esas dos cosas se oponen entre sí (Gálatas 5:17). Las obras de

la carne son cosas como peleas, arrebatos de ira, disensiones, e

idolatría. Las obras del Espíritu son cosas como amor, dominio

propio, gozo y fidelidad. Obviamente, son muy distintas las

unas de las otras. Al hacer esta distinción, Pablo llega a decir

que quienes pertenecen a Cristo "han crucificado la naturaleza

pecaminosa, con sus pasiones y deseos" (5:24).

La frase crucificar la carne no es exactamente un grupo de

palabras amigable y atractivo. Creo que se debe a que Dios

quiere que tengamos claro dónde nos metemos. Él quiere que

sepamos que su don del Espíritu Santo no es realmente para

nuestro propio agrado o nuestros propósitos. El Espíritu ha de

guiarnos hacia la santidad. El Espíritu está con nosotros para

llevar a cabo los propósitos de Dios y no los nuestros.

Page 96: El Dios Olvidado - Francis Chan

94 El DIOS OLVIDADO

Cuando usted decide hacer morir -crucificar- su carne,

por defecto está escogiendo el camino del Espíritu. Está dejan­

do un camino y uniéndose a otro. El nuevo camino de andar

en el Espíritu sin duda tendrá su parte de curvas y giros. Como

las bifurcaciones, a veces usted escogerá seguir los deseos de su

carne, aunque haga tiempo que dejó ese camino.

El camino del Espíritu no es una suave pendiente. Con fre­

cuencia, andar en el Espíritu es una cuesta difícil a través de

todo tipo de distracciones y dificultades. Pero aunque el cami­

no es tortuoso y difícil, usted se mueve constantemente en una

dirección particular, y esa dirección está establecida por la guía

del Espíritu. En algún punto a lo largo del camino, usted acor­

dó con Dios que no iba a ser guiado por los deseos de su carne

y sus pasiones (como ira, excesos, inmoralidad, etc.) y eliminó

el papel central que esas cosas desempeñaban antes en su vida.

Quizá aún no haya tomado esa decisión. Entienda que es

una decisión que cada uno debe tomar. No puede hacerse sin

pensar, no cuando estamos hablando de algo tan intenso como

crucificar. Cada uno de nosotros tiene que decidir si va a cru­

cificar la carne, si va a caminar verdaderamente en el Espíritu.

Es una elección. Y es crucial.

Además de llegar a ser como Cristo en su santidad, ser guiado

por el Espíritu dará como resultado llegar a ser como Cristo en

su amor. Después de que Pablo hablase de las manifestaciones

o dones que el Espíritu da, escribe: "Ahora les voy a mostrar un

camino más excelente" (1 Corintios 12:31). Es como si estuviera

diciendo: "Sin duda, estos dones del Espíritu son importantes.

Pero déjenme decirles lo que es verdaderamente importante.

Page 97: El Dios Olvidado - Francis Chan

lPOR QUE lO DESEA? 95

Déjenme hablarles sobre lo que cambiará ,el mundo". Y en el

capítulo 13 de esa carta, él escribe su famoso "capítulo del

amor". En él, nos recuerda que, sin amor, ninguna otra cosa

importa.

Si hablo en lenguas humanas y angelicales,

pero no tengo amor, no soy más que un metal

que resuena o un platillo que hace ruido. Si

tengo el don de profecía y entiendo todos los

misterios y poseo todo conocimiento, y si tengo

una fe que logra trasladar montañas, pero me

falta el amor, no soy nada. Si reparto entre

los pobres todo lo que poseo, y si entrego mi

cuerpo para que lo consuman las llamas, pero

no tengo amor, nada gano con eso (13:1-3).

Este pasaje es tan poderoso porque Pablo redirige el enfoque

de los dones sobrenaturales hacia el amor. Él dice concreta­

mente que sin amor, hablar "en lenguas humanas y angelicales"

y "don de profecía" y entender "todos los misterios ... y todo

conocimiento" no significa nada.

El Espíritu Santo es quien llena a los creyentes con el amor

de Dios y quien nos capacita para amarnos unos a otros. Pablo

describe esto de forma hermosa en su oración a los efesios:

Le pido que, por medio del Espíritu y con el

poder que procede de sus gloriosas riquezas,

los fortalezca a ustedes en lo íntimo de su ser,

para que por fe Cristo habite en sus corazones.

Y pido que, arraigados y cimentados en amor,

puedan comprender, junto con todos los santos,

cuán ancho y largo, alto y profundo es el amor

de Cristo; en fin, que conozcan ese amor que

Page 98: El Dios Olvidado - Francis Chan

96 EL DIOS OLVIDADO

sobrepasa nuestro conocimiento, para que sean

llenos de la plenitud de Dios (3:16-19).

Que conozcamos este amor que sobrepasa todo entendi­

miento -el misterio de este gran amor- mediante el poder

fortalecedor del Espíritu.

No nos distraigamos de lo que es más importante. Jesús

les dijo a sus discípulos: "Sí, les he dado autoridad a ustedes

para pisotear serpientes y escorpiones y vencer todo el poder

del enemigo; nada les podrá hacer daño. Sin embargo, no se

alegren de que puedan someter a los espíritus, sino alégrense

de que sus nombres están escritos en el cielo" (Lucas 10:19-20).

Nuestro verdadero regocijo viene debido a la gracia que nos ha

sido dada.

Y al igual que nuestro Salvador, quien entregó su vida y

su sangre a fin de que nosotros tengamos una razón para re­

gocijarnos, fuimos hechos para entregar nuestras vidas y dar

hasta que duela. Estamos más vivos cuando estamos amorosa y

activamente entregándonos a nosotros mismos porque fuimos

creados para hacer esas cosas. Cuando vivimos así es cuando

el Espíritu de Dios se mueve y actúa en nosotros y por medio

de nosotros de maneras que no somos capaces por nosotros

mismos. Este es nuestro propósito de vivir. Esta es nuestra es­

peranza. "Y es.ta esperanza no nos defrauda, porque Dios ha

derramado su amor en nuestro corazón por el Espíritu Santo

que nos ha dado" (Romanos 5:5).

Page 99: El Dios Olvidado - Francis Chan

ESTHER AHN KIM 97

[L--' -~-Es_th_e r __ Ah...-.-i __ Ki m_; ~] La biografía de Esther Ahn Kim está entre los testimonios más

poderosos que he leído jamás. Fue durante la Segunda Guerra

Mundial, y la ocupación japonesa de Corea, cuando realmente

comenzó el viaje de fe de Esther. Ella se negó a inclinarse ante

los altares establecidos en cada esquina de su país, y finalmente

fue encarcelada durante seis años, desde 1939 hasta 1945.

Sabiendo que estaba destinada a la cárcel por negarse a incli­

narse ante ídolos, Esther pasó tiempo entrenándose tanto física

como espiritualmente. Cada día encontraba y comía alimentos

que se estaban pudriendo, sabiendo que eso era lo que le servi­

rían en la cárcel. La disciplina que ella demostró es humillante.

¿Cuántos de nosotros escogeríamos comer alimentos podridos?

Mientras se preparaba para la cárcel, memorizó más de cien

capítulos de la Biblia y muchos himnos, porque sabía que no le

permitirían que tuviera su Biblia. Pasó incontables horas bus­

cando a Dios mediante la oración y el ayuno. Esos momentos

en que ella leía las Escrituras condujeron a una mayor claridad,

y pudo rendir su temor a ser torturada.

Leer su historia me dejó con ganas de más. Más intimidad

Page 100: El Dios Olvidado - Francis Chan

98 El DIOS OlVIDADO

con Cristo. Más amor por la gente. Más de Dios en mi vida.

Y, para ser sincero, más disciplina. Ella era una creyente bien

disciplinada, pero no había nada farisaico en ella. Su obedien­

cia a Cristo solamente aumentó su capacidad de oír la voz del

Espíritu, y por consiguiente fue llena de un amor abrumador

por la gente con la que estuvo en contacto.

Cuando finalmente la llevaron a la cárcel, Dios la utilizó

de incontable maneras. Una noche, llevaron a una joven china

acusada de matar a su esposo. Ella se quejaba sin cesar y gol­

peaba las puertas hasta que los guardas ataron sus manos a su

espalda. Dios llamó a Esther a amar a esa mujer y a acercarse a

ella. Esther agarraba los pies de la mujer para calentarlos, aun­

que la mujer estaba cubierta por su propio excremento. Aunque

las raciones de comida eran escasas, Esther le dio a esa mujer

su parte durante tres días.

Con el tiempo, la mujer china comenzó a responder, man­

teniendo conversaciones y finalmente aceptando las buenas

noticias del evangelio. La mujer más adelante fue ejecutada por

su crimen, pero fue hacia su muerte estando viva en Cristo.

Esta es una de las muchas personas a las que Dios llamó a

Esther a ministrar. Asesinas y estafadoras marginadas fueron

cambiadas delante de todos los que observaban a medida que

el amor de Cristo, por medio de Esther, sanaba sus corazones

y les daba esperanza. Aún las carceleras y oficiales del gobierno

observaron cómo brillaba Esther en aquel lugar de oscuridad.

Ella podría haber soportado meramente su sufrimiento como

una buena cristiana, y nosotros le habríamos aplaudido por

ello, pero no se contentó solamente con soportar. Ella estaba

preparada cada día y en cada momento, preguntando a Dios:

"¿A quién quieres que ame hoy por ti?".3

Page 101: El Dios Olvidado - Francis Chan
Page 102: El Dios Olvidado - Francis Chan
Page 103: El Dios Olvidado - Francis Chan

Una verdadera relación

Cuando estamos desesperados por una res­

puesta, entonces el Espíritu Santo puede

darnos una respuesta. ¿Pero cómo puede

Él darnos una respuesta cuando seguimos

estando bien suplidos de todo tipo de res-

puestas por nosotros mismos?

-Karl Barth-

No hay nada peor que la inseguridad. Muchas personas viven

con temor porque están inseguras sobre lo que llegará después y

sobre su situación delante de Dios, si es que creen en Dios. En

el otro lado, no hay nada mejor que estar totalmente seguro de

que el ser más poderoso del universo le adora a uno como hijo

suyo. Esta es precisamente la confianza que el Espíritu Santo

nos ofrece.

Servir a Dios y vivir fielmente puede convertirse en

un constante viaje de culpabilidad de "intentarlo con más

101

Page 104: El Dios Olvidado - Francis Chan

102 El DIOS OLVIDADO

fuerza" y "hacerlo mejor la próxima vez". Quizá pueda usted

identificarse. Yo he pasado gran parte de mi vida cristiana

batallando contra la inseguridad, sin llegar nunca a sentirme

seguro de mi salvación, viviendo por temor y una desesperada

determinación a ganarme la aceptación.

Fui criado en un hogar donde el rendimiento lo era todo.

Puede que hubiera existido el amor incondicional, pero yo

nunca lo vi. El fracaso se afrontaba con graves consecuencias.

Papá era mi autoridad, eso era todo. No soy de los que culpan

a las circunstancias de mi falta de fe, pero la forma en que nos

educan definitivamente crea desafíos para nosotros. Algunos

tienen heridas tan profundas que se preguntan si alguna vez

serán capaces de confiar. Quizá usted de modo subconsciente

haya tomado los fracasos de las relaciones humanas pecami­

nosas y haya impuesto esos defectos a un Dios perfecto. Ahora

la incertidumbre se cuela hasta en su relación con Dios.

Es el Espíritu Santo quien nos evita este camino y nos da

confianza para que podamos disfrutar de intimidad con nues­

tro Creador. Aunque yo no creo que Dios nos dé su Espíritu

únicamente para nuestro beneficio personal, es innegable que

uno de los aspectos más estupendos de estar en una relación

con el Espíritu Santo es la intimidad, seguridad y aliento que

Él nos da. Es entonces cuando podemos servir a Dios como un

hijo amado en lugar de hacerlo como un esclavo estresado y

lleno de culpabilidad.

Un estudio del libro de Gálatas me ayudó a descubrir y des­

truir las fortalezas de tener que ganarme las cosas y de la

Page 105: El Dios Olvidado - Francis Chan

UNA VERDADERA RELACIÓN 103

inseguridad. Y fue mientras predicaba del libro de Gálatas

cuando aprendí a disfrutar de ser "conocido" por Dios.

Pero ahora que conocen a Dios -o más bien

que Dios los conoce a ustedes-, ¿cómo es que

quieren regresar a esos principios ineficaces

y sin valor? ¿Quieren volver a ser esclavos de

ellos? (Gálatas 4:9).

¿Ha pensado alguna vez sobre lo que significa ser "cono­

cido"? Aunque yo he estado diciendo a la gente por años que

yo "conocía" a Dios, recientemente he explorado el concepto

de ser "conocido" por Él. Quita el aliento imaginar al Dios

todopoderoso decir: "Yo conozco a Francis Chan. Él es mi

hijo. ¡Le amo!". ¿Tiene usted confianza en que eso es lo que

Dios diría si le preguntaran acerca de usted? ¿Conoce usted

a Dios, o solamente sabe sobre Él? ¿Son conocidos o amigos

íntimos?

En Gálatas 4, Pablo explica la diferencia entre un esclavo y

un hijo. Su deseo era asegurarse de que los gálatas estuvieran

disfrutando de los legítimos privilegios que Cristo ganó para

ellos en la cruz. Muchos de nosotros diríamos que somos hijos

de Dios, ¿pero están esas palabras vacías para usted? ¿Puede

decir con confianza -desde lo profundo de su ser- que usted

conoce a Dios y que es conocido por Él?

Pablo les dice a los gálatas que el Espíritu Santo es quien da

seguridad a nuestros corazones de que somos sus hijos: "Ustedes

ya son hijos. Dios ha enviado a nuestros corazones el Espíritu

de su Hijo, que clama: '¡Abba! ¡Padre!'. Así que ya no eres es­

clavo sino hijo; y como eres hijo, Dios te ha hecho también

heredero" (4:6-7).

¡Estos versículos dicen una verdad sorprendente y hermosa!

Page 106: El Dios Olvidado - Francis Chan

104 EL DIOS OLVIDADO

Yo no puedo explicarlo plenamente, pero con frecuencia lo he

experimentado en momentos íntimos con Dios. Este es uno de

los preciosos dones que el Espíritu Santo nos da. Él nos asegura

que estamos en paz con Dios y que somos amados por Dios. Él

garantiza a los creyentes el regalo de una nueva vida en Cristo.

Él nos asegura que no tenemos nada que temer porque somos

sus hijos y Él es poderoso. Él nos dice que somos aceptados, de

manera total e incondicional. Y Él nos recuerda la victoria que

llegará cuando el reino de Dios venga plenamente.

Pablo hizo hincapié en estas verdades críticas en su carta a

los Romanos:

Y ustedes no recibieron un espíritu que de

nuevo los esclavice al miedo, sino el Espíritu

que los adopta como hijos y les permite clamar:

"¡Abba! ¡Padre!" El Espíritu mismo le asegura

a nuestro espíritu que somos hijos de Qios. Y

si somos hijos, somos herederos; herederos de

Dios y coherederos con Cristo, pues si ahora

sufrimos con él, también tendremos parte con

él en su gloria (Romanos 8:15-17).

No sé dónde está usted al leer esto. Quizá esté siguiendo

al cien por cien y sólo quiero oír su voz de afirmación. Si es

así, entonces diga: "¡Amén!". Quizá esté leyendo esto y pien­

se: Bueno, yo no experimento ese tipo de intimidad con Dios ...

el Espíritu en mí nunca clama ¡Abba, Padre! Si es su caso, no

tengo una guía en cuatro pasos para conectar con el Espíritu

Santo. Sin embargo, me gustaría sugerir dos potenciales obs­

táculos para que usted los considere: comodidad y volumen.

Page 107: El Dios Olvidado - Francis Chan

UNA VERDADERA RELACIÓN

Comodidad (quizá su vida sea demasiado segura)

105

Por experiencia propia, me he sentido más cerca de Dios

cuando la cercanía a Él era una necesidad. La Biblia dice que

el Espíritu se muestra en situaciones en las que normalmente

tendríamos temor (Lucas 12:11-12). Experimentamos al Es­

píritu Santo guiándonos en situaciones desesperadas, como

ser juzgados por el Evangelio (en algunos países), cuando nos

preguntan por qué creemos en un Dios que permite que su­

ceda (escriba el horror trágico más reciente en el mundo), o cuando recibimos una llamada telefónica totalmen­

te inesperada diciendo que un familiar cercano ha muerto.

Jesús se refiere al Espíritu Santo como el ''Ayudador" o

"Consolador". Permita que le haga una pregunta sencilla: ¿Por

qué necesitaríamos experimentar al Consolador si nuestras vidas

ya son cómodas? Quienes ponen en riesgo su vida y sufren por

el Evangelio (Filipenses 1:29) son quienes experimentarán con

mayor frecuencia el que Él esté con nosotros siempre, hasta el

fin del mundo (Mateo 28:20). Aunque este versículo es verdad

para todos los creyentes (desde luego que Dios está siempre con

nosotros), si nunca estamos solos ni sentimos que le necesita­

mos, ¿cuánto nos importará o necesitaremos saber que Dios

está con nosotros?

Recientemente cené en Seúl, Corea, con un hombre in­

creíble. Él fue uno de los veintitrés misioneros que fueron

llevados cautivos por los talibanes en Afganistán en julio de

2007. Para quienes no recuerdan la historia, los talibanes eje­

cutaron a dos de los misioneros antes de que se alcanzase un

acuerdo con el gobierno de Corea del Sur y los misioneros

fuesen liberados.

Este hombre me habló sobre los horrores de estar encerrado

Page 108: El Dios Olvidado - Francis Chan

106 EL DIOS OLVIDADO

en una celda, sabiendo que el martirio era una fuerte

posibilidad. También compartió sobre el periodo tan increíble

que pasó el último día en que estuvieron encarcelados juntos

(sus captores después los dividieron en grupos de tres y los lle­

varon a zonas remotas). Cada uno de los veintitrés misioneros

rindió su vida a Dios aquella noche y le dijo que estaba dis­

puesto a morir para gloria de Él. Incluso hubo una discusión

sobre quién llegaría a morir el primero. Uno de ellos tenía una

pequeña Biblia que los misioneros secretamente rompieron en

veintitrés pedazos a fin de que cada uno pudiera echar un vis­

tazo a la Escritura cuando nadie observaba. La Palabra de Dios

y el Espíritu de Dios los ayudaron durante los cuarenta días de

cautiverio.

Una de las cosas más fascinantes que este hombre me dijo

fue lo que ha sucedido desde entonces. Ahora que han estado

en Seúl durante un tiempo, varios miembros del equipo le han

preguntado: "¿No te gustaría que aún estuviésemos allí?". Él

me dice que varios de ellos experimentaron un profundo tipo

de intimidad con Dios en la celda que no han podido volver a

captar en su comodidad actual.

Este es el precioso don de intimidad que el Espíritu Santo

nos ofrece. Es una seguridad que no tiene precio, y merece

cualquier pérdida de seguridad y de comodidad, hasta el encar­

celamiento por los talibanes.

Volumen (quizá su vida sea demasiado ruidosa)

La multitarea se ha convertido en la norma. ¿Cuándo fue la

última vez que usted mantuvo una conversación ininterrumpi­

da con alguien? Ningún teléfono, mensaje de texto o lista de

quehaceres pasando por su mente. Es muy raro en la actualidad

Page 109: El Dios Olvidado - Francis Chan

UNA VERDADERA RELACIÓN 107

poder mirar a alguien a los ojos sin interrupción o distracción.

Hace algún tiempo, me encontraba hablando por teléfono, es­

cribiendo un mensaje de correo en mi computadora y jugando

Wii con mi hija, todo al mismo tiempo. En mi intento por lo­

grar muchas cosas, he perdido el arte de centrarme en una cosa

o una persona. Esto, a su vez, ha afectado a mi vida de oración,

y estoy seguro de que ha afectado también a la de usted. Me

resulta más difícil sencillamente estar con Dios, enfocarme sólo

en Él mientras paso tiempo a solas con Él.

Aunque Jesús no tenía que manejar mensajes de texto ni

mensajes de voz, ciertamente entendía lo que significaba tener

multitudes de personas siguiéndole. En cualquier momento

dado del día, la gente llegaba buscando a Jesús. Debido a la

prioridad de su relación con su Padre, Él encontraba mane­

ras de escapar. Tomaba tiempo para centrarse y estar tranquilo

(Marcos 1:35). Estaba dispuesto a alejarse del alcance de la

gente a fin de orar y tener comunión con Dios Padre. Nuestra

falta de intimidad a menudo se debe a que nos negamos a des­

conectar y cortar la comunicación con los demás a fin de poder

estar a solas con Él.

En la locura de nuestro mundo, es necesario un tremendo

esfuerzo para encontrar un lugar tranquilo; es necesario tiem­

po para aquietar su mente y su corazón delante del Señor. Esto

significa apagar la música, la televisión, o el teléfono celular, tam­

bién podría significar irse a su lugar favorito. Para algunos esto

sería acurrucarse en el interior del único lugar donde encuentre

intimidad, para otros podría significar dirigirse a cualquier lugar

desierto más cercano o apartarse algunos días en un centro de

retiros local.

No sé exactamente cómo será para usted estar tranquilo de­

lante del Señor, pero sí sé que, sea cual sea su personalidad, es

una disciplina espiritual estar tranquilo, escuchar, y cortar la

Page 110: El Dios Olvidado - Francis Chan

108 EL DIOS OLVIDADO

distracción y el alboroto de nuestro mundo. Y a medida que

practicamos esta tranquilidad, esta espera, este ser, es cuando

podemos experimentar una profunda intimidad y una relación

con el Espíritu Santo.

Para algunos de ustedes, leer este libro podría ser una forma

de ruido que evita que se acerque a Él. Quizá usted ya haya

oído muchos sermones y haya leído bastantes libros. Lo que

necesita es una comunión directa con Él, oír directamente de

Él y hablar directamente con Él. En lugar de leer mis palabras,

escuche las de Él.

En este momento quiero que se tome un descanso y abra

su Biblia en el libro de Juan. Lea los capítulos 14 al 16 y per­

mítase tener algo de espacio para asimilar las palabras que lee.

Observe particularmente cómo Cristo desea que sus discípulos

tengan paz y cómo conforta a sus discípulos con la verdad de

que no serán dejados solos. Parte de su respuesta a cómo hemos

de tener paz y ser consolados es mediante la provisión del Espí­

ritu Santo, el otro Consolador, quién Él prometió que vendría

cuando Él se fuese.

Tiene sentido que Jesús dijera que nos conviene tener este

"otro consolador". Después de todo, Jesús meramente cami­

naba al lado de los discípulos, el Espíritu realmente entraría

en sus cuerpos humanos (Juan 14:17). Usted probablemente

haya oído esta verdad cientos de veces, ¿pero se ha maravilla­

do por ella? ¿Estaría dispuesto a tomar treinta segundos en

este momento sólo para pensar en el hecho de que Dios está

en usted?

¿Está asombrado? Esta no es una conexión distante y suelta.

Page 111: El Dios Olvidado - Francis Chan

UNA VERDADERA RELACIÓN 109

Es el Espíritu de Dios que nos escoge a usted y a mí para que

seamos su lugar de morada. Eso significa que, mientras

escribo, el Espíritu del Dios vivo está en mi interior. Podría

despertarme un día en particular sintiéndome físicamente

cansado, o estresado, o impaciente y, humanamente hablando,

esas cosas probablemente definirían mi día. Pero la realidad es

que el Espíritu Santo mora en mí. Y debido a esta realidad,

el estrés, el cansancio y la impaciencia no tienen que definir

mi día.

Si usted ha recibido por fe la promesa del Espíritu Santo,

también usted es su templo. Cuando lleva a sus hijos a la es­

cuela; cuando va a trabajar cada día; cuando se embarca en

una época nueva y desconocida; cuando va a la escuela; cuando

afronta tragedia y dolor; cuando va a comprar al supermercado;

cuando da de usted mismo en las relaciones; cuando saca a pa­

sear al perro; cuando toma decisiones. A medida que vive usted

su vida, el Espíritu Santo mora en usted.

Por favor, no deje que esta realidad pase por su lado como

si fuera algo trivial que podría captar su atención durante un

minuto, pero que nunca dedicará tiempo a investigar. Usted es

un templo del Espíritu Santo. No es simplemente una persona

que vive su vida mediante la capacidad humana. El Espíritu de

Dios está en usted, por eso Jesús dijo que era mejor que Él se

fuese y que viniese el Espíritu. No se aleje de esto. Profundice

en ello y permita que le impacte profundamente, en primer

lugar interiormente y después exteriormente.

Esos capítulos en Juan, donde leemos de la compas10n de

Cristo por sus discípulos y su cuidado de ellos, sólo son un

Page 112: El Dios Olvidado - Francis Chan

110 EL DIOS OLVIDADO

pequeño ejemplo de la significativa relación y profundo amor

que motiva la relación de Dios con nosotros. En Gálatas 3

leemos que "Cristo nos rescató de la maldición de la ley al ha­

cerse maldición por nosotros ... y para que por la fe recibiéramos

el Espíritu según la promesa" (vv. 13-14). Guau. Estoy seguro

de que he leído eso bastantes veces, pero hasta que comencé a

prestar atención al Espíritu Santo, no estoy seguro de que real­

mente lo entendiese. Cristo nos redimió de la maldición bajo

la que estábamos para que pudiéramos recibir la promesa del

Espíritu Santo. El "Espíritu de la promesa" no es una promesa

pequeña. Jesús sufrió una muerte atroz para que yo pudiera

tener el increíble don del Espíritu Santo. ¿Cómo me atrevo .a

dar esto por sentado?

A causa de Jesús, he recibido la promesa. Y este Espíritu

no es una fuerza remota. Él establece residencia en nuestras

vidas, en nuestros mismos cuerpos, y, al hacerlo, trae con Él un

profundo nivel de seguridad. Una y otra vez en las Escrituras

leemos sobre ser hijos de Dios, ser guiados por su Espíritu y

cómo hemos recibido el Espíritu de adopción.

Kristen ha sido amiga de la familia durante los últimos diez

años. Nunca olvidaré cuando estuve con ella en el funeral de

su madre. Mientras la veía llorar, no había duda de que ella era

amada por esa mujer que la había adoptado de Corea. Ella era

la madre de Kristen, no sólo una señora que cuidó de ella y

pagó su comida. Han pasado años desde su muerte, y sin em­

bargo, a Kristen aún le resulta difícil hablar de ella sin ponerse

emotiva. Extraña a su mamá. Este es el tipo de adopción del

que Dios habla en la Escritura. No se trata de tener un guar­

dián impersonal que te cuida, se trata de tener un padre. El

mejor padre que jamás haya existido o existirá.

Hemos sido escogidos, injertados, adoptados en la familia

de Dios. Y ahora que somos parte de la familia, el Espíritu nos

Page 113: El Dios Olvidado - Francis Chan

UNA VERDADERA RELACIÓN 111

hace clamar: "¡Abba, Padre!". Recuerde que Abba es la forma

más íntima para referirse a un padre. Es como decir "papito";

conlleva un profundo nivel de familiaridad e intimidad. A

medida que el Espíritu de Dios habla a nuestro corazón, po­

demos clamar a Dios como nuestro Abba. Comenzaremos a

experimentar esta íntima relación con mayor profundidad de

lo que nunca creímos que fuese posible, tanto que comenzare­

mos a preguntarnos: ¿Se sienten todos amados así por Dios?

No permita que su bagaje personal evite que disfrute de

esta intimidad que tanto su espíritu como el de Dios anhe­

lan. Yo tenía problemas que evitaban que clamase a Abba.

Con frecuencia deseaba que mi testimonio fuera como los de

drogadictos o criminales que llegaron a conocer al Señor y

entonces cambiaron por completo su estilo de vida. Contra­

riamente a ellos, yo fui educado en un hogar cristiano y llegué

a conocer a Jesús personalmente en la secundaria. Después

de varios años de caminar con Él, comencé a alejarme. Pasé

por mi fase pecaminosa después de haber recibido al Espíritu

Santo. Apagué la convicción que el Espíritu Santo ponía en

mi corazón una y otra vez.

Puedo identificarme por completo con el hijo pródigo des­

pués de que él derrochase su riqueza (Lucas 15:11-32). Me hago

eco de los sentimientos que él tuvo cuando estaba comiendo

con los cerdos, pensando que podría regresar al padre como un

esclavo. A veces yo esperaba unos días o hasta semanas antes

de hablar con Él porque quería tener un periodo de probarme

a mí mismo. Al hacer eso, actuaba como un esclavo y obe­

decía lo mejor que podía. Pensaba que aún podría servirle a

Page 114: El Dios Olvidado - Francis Chan

112 EL DIOS OLVIDADO

Él aunque me sintiera incómodo manteniendo una verdadera

conversación con Él.

¿Se ha sentido usted así alguna vez? ¿Quiere alguna vez dis­

tanciarse de Él porque siente mucha vergüenza por su pecado?

Ese era un patrón regular para mí. Yo quería demostrar

que lamentaba lo que había hecho siendo fiel durante un pe­

riodo de tiempo. Quería desarrollar un buen historial antes

de seguir mi relación con Él otra vez. Quería que Dios viera

que yo podía ser un buen siervo. Entonces me sentía lo bas­

tante bien para volver a hablar con Dios. Pero Dios no quería

a un buen esclavo que lo intentase con fuerza; Él quería que

yo viera que Él era un buen Padre. Él quiere intimidad.

Se necesita fe para creer que Dios es verdaderamente como

el padre del hijo pródigo, quien, desde lejos, "lo vio y se com­

padeció de él; salió corriendo a su encuentro, lo abrazó y lo

besó" (Lucas 15:20). Para que no haya duda, el padre dejó

totalmente claro que su hijo había de ser perdonado, sin hacer

preguntas. Él invitó a su hijo a regresar a su vida sin amargu­

ra y sin requerir castigo y culpabilidad.

De la misma manera, el Espíritu habla verdad a nuestros

corazones, como: "ya no hay ninguna condenación para los

que están unidos a Cristo Jesús" (Romanos 8:1) y nada "podrá

apartarnos del amor que Dios nos ha manifestado en Cristo

Jesús nuestro Señor" (Romanos 8:39), y "Si confesamos nues­

tros pecados, Dios, que es fiel y justo, nos los perdonará y nos

limpiará de toda maldad" (1 Juan 1:9). Estos son versículos

que probablemente podríamos declamar, pero con frecuencia

necesitamos recordar el poder y la veracidad que tienen. Y uno

de los roles del Espíritu Santo es hacer esos recordatorios.

Page 115: El Dios Olvidado - Francis Chan

UNA VERDADERA RELACIÓN 113

Dios le dijo a Israel: "Me buscarán y me encontrarán, cuando

me busquen de todo corazón. Me dejaré encontrar -afirma el

Señor-" (Jeremías 29:13-14). ¿Cuándo fue la última vez que

usted buscó a Dios con todo su corazón? Nosotros no somos

Israel, pero Dios sigue deseando que su pueblo lo busque y lo

encuentre. Pídale al Espíritu Santo que le capacite para poner a

un lado todo lo demás, a fin de poder buscarlo a Él de todo co­

razón. Dígale a Dios que quiere intimidad con Él, sin importar

nada, aun si es necesario sufrimiento por su parte. Cuando esta

relación con Él es como debería ser, no hay nada más satisfac­

torio o significativo.

Page 116: El Dios Olvidado - Francis Chan
Page 117: El Dios Olvidado - Francis Chan

THOMAS Y JEN YUN 115

¿Ha conocido alguna vez a personas que son tan gozosas y

amables que usted supone que fingen? Después de todo, nadie

podría ser genuinamente tan alegre, y, sin duda, no todo el tiempo. Thomas y Jen serían los primeros en admitir sus im­

perfecciones, pero yo deseo en secreto poder verlas manifestarse

más para así sentirme menos culpable conmigo mismo.

Jen trabaja en la oficina de nuestra iglesia, y es una de las

personas en las que pienso cuando oigo el término lleno del Espíritu. Ella no tiene una lista de logros para sorprender, se

trata más de quién es ella que de lo que ha hecho. Creo que

usted ya conoce a ese tipo: la persona que le causa convicción

sencillamente por el modo de vivir su vida y de relacionarse

con la gente.

Conocí a Thomas por primera vez porque él era un chef y

copropietario de un restaurante muy bonito y caro en la ciu­

dad. Él nos envió a mi esposa y a mí un bono de regalo para

que pudiéramos disfrutar de una comida que la mayoría de

pastores no pueden permitirse. Mientras estábamos allí, Tho­

mas compartió conmigo lo bien que iba el restaurante. Había

Page 118: El Dios Olvidado - Francis Chan

116 EL DIOS OLVIDADO

sobrepasado las expectativas. En otros tres años, él recibiría no

sólo su inversión inicial, sino también un inmenso beneficio

además de eso. El único problema era que Dios le estaba lla­

mando a dejar el restaurante entonces y no tres años después.

Thomas sorprendió a sus socios renunciando al dinero a fin

de seguir el ministerio al que Dios le llamaba. Thomas dejó el bonito restaurante y aceptó un puesto en la misión local. Ahora

cocina para los sin techo, los adictos en recuperación y otras

personas que buscan reconstruir sus vidas. Él utiliza su for­

mación en las artes culinarias para enseñar a cocinar a quienes

no tienen hogar. Después los ayuda a encontrar empleos como

cocineros en restaurantes locales.

Thomas y Jen son una joven pareja en nuestra congregación,

son una pareja llena del Espíritu y guiada por el Espíritu. Ellos

creen que Dios pronto los llamará a salir al extranjero, pero

hasta que llegue ese día, buscan diariamente seguir la dirección

del Espíritu. Y lo están haciendo.

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Page 121: El Dios Olvidado - Francis Chan

¡Olvide la voluntad de Él para su vida!

Y exponer nuestros corazones a la verdad y negarnos o descuidar regularmente obedecer

los impulsos que produce es bloquear los mo­

vimientos de la vida en nuestro interior y,

si persistimos, entristecer al Espíritu Santo

y dejarlo en silencio. -A. W. Tozer-

¿Cuántas veces ha oído a alguien decir: "Desearía conocer la

voluntad de Dios para mi vida"? Sé que yo he anhelado eso

antes, pero ahora lo veo como una manera equivocada de pen­

sar y de hablar.

Hay muy pocas personas en las Escrituras que recibieron el

plan para su vida de antemano de parte de Dios (¡o incluso su

plan a cinco años!). Piense en Abraham, a quien le dijeron que

119

Page 122: El Dios Olvidado - Francis Chan

120 El DIOS OLVIDADO

reuniera sus cosas y a su familia y comenzara a caminar. Él no

sabía a dónde iba. No sabía si regresaría algún día, no sabía

ninguno de los detalles que nosotros consideramos vitales (por

ej., su destino, cuánto tiempo tomaría la aventura, cuáles serían

los costos/recompensas, si recibiría un plan de retiro o seguro

médico). Dios dijo vete y él se fue, y eso era prácticamente todo

lo que él sabía.

Creo que muchos de nosotros necesitamos olvidarnos de la

voluntad de Dios para mi vida. Dios se interesa más por nues­

tra respuesta a la guía de su Espíritu en este momento, que por

lo que tenemos intención de hacer el año próximo. De hecho,

las decisiones que tomemos el próximo año se verán profunda­

mente afectadas por el grado hasta el cual nos sometamos al

Espíritu en este momento, en las decisiones de hoy.

Es fácil utilizar la frase "la voluntad de Dios para mi vida''

como excusa para la falta de acción o hasta la desobediencia.

Es mucho menos demandante pensar sobre la voluntad de Dios

para su futuro de lo que es preguntarle lo que Él quiere que

usted haga en los próximos diez minutos. Es más seguro com­

prometerse a seguirlo a Él algún día en lugar de este día.

Para ser sincero, yo creo que parte del deseo de "conocer la

voluntad de Dios para mi vida" nace del temor y da como

resultado la parálisis. Nos da miedo cometer errores, así nos

preocupamos por saber cuál es la voluntad de Dios. Nos pre­

guntamos cómo sería y se sentiría realmente vivir según la

voluntad de Él, y nos da miedo descubrirlo. Olvidamos que

nunca se nos prometió un plan de acción a veinte años, en

Page 123: El Dios Olvidado - Francis Chan

iOLVIDE LA VOLUNTAD DE h PARA SU VIDA! 121

cambio, Dios promete múltiples veces en la Escritura nunca

dejarnos ni abandonarnos.

Dios quiere que escuchemos a su Espíritu diariamente, e

incluso a lo largo del día, cuando surjan momentos difíciles y

estresantes y en medio de las cosas triviales. Es mi esperanza

que en lugar de buscar "la voluntad de Dios para mi vida", cada

uno de nosotros aprenda a buscar más "la dirección del Espí­

ritu en mi vida hoy". Que aprendamos a orar por un corazón

abierto y dispuesto, a rendirnos a la dirección del Espíritu con

ese amigo, hijo, cónyuge, circunstancia, o decisión en nuestras

vidas en este momento.

Decir que no somos llamados a descubrir "la voluntad de Dios

para mi vida" no significa que Dios no tenga propósitos y pla­

nes para cada una de nuestras vidas o que a Él no le importe

lo que hagamos con nuestra vida, pues le importa. Tanto en el

Antiguo como en el Nuevo Testamento, Él nos dice que eso es

cierto. La clave es que Él nunca promete revelar esos propósitos

de una vez y de antemano.

Sí sabemos que somos llamados a seguirle el paso al Espí­

ritu Santo. En la carta de Pablo a los Gálatas leemos: "Así que

les digo: Vivan por el Espíritu, y no seguirán los deseos de la

naturaleza pecaminosa. . . Si el Espíritu nos da vida, andemos

guiados por el Espíritu" {5:16, 25).

Las frases seguir el paso al Espíritu y andar en el Espíri­

tu es probable que sean familiares, ¿pero afectan su vida de

modo práctico y significativo? Como dije anteriormente, creo

que pensar en el plan de Dios para el futuro con frecuencia

nos excusa de vivir de manera fiel y sacrificial en el presente.

Page 124: El Dios Olvidado - Francis Chan

122 El DIOS OLVIDADO

Tiende a crear una zona de seguridad, donde podemos

sentarnos y mantener conversaciones "espirituales" sobre lo

que Dios "podría" haber planeado para nuestra vida. Pensar,

cuestionar y hablar pueden tomar el lugar de permitir que el

Espíritu afecte nuestros actos inmediatos de maneras radicales.

Dios quiere ver que sus hijos lo apuestan todo al poder de Él y

su presencia en sus vidas.

En ningún lugar en la Escritura veo "una vida equilibrada

con un poco de Dios añadido" como un ideal que debamos

emular. Sin embargo, cuando miro nuestras iglesias, esto es

exactamente lo que veo: muchas personas que han añadido a

Jesús a sus vidas. Personas que, en cierto sentido, le han pedi­

do a Él que se una a ellos en el viaje de su vida, que los siga a

ellos dondequiera que ellos sientan que deberían ir, en lugar de

seguirlo a Él tal como se nos manda. El Dios del universo no

es algo que podamos añadir a nuestras vidas y seguir adelante

tal como hadamos antes. El Espíritu que resucitó a Cristo de

la muerte no es alguien a quien sólo podemos llamar cuando

queramos un poco de poder extra en nuestras vidas. Jesucristo

no murió para seguirnos a nosotros; Él murió y resucitó para

que nosotros pudiéramos olvidar todo lo demás y seguirlo a Él

a la cruz, a la Vida verdadera.

Cuando las personas entregan sus vidas a Dios a cambio de

un billete para no ir al infierno, con frecuencia no hay giro

ni cambio de dirección, lo cual es la definición de arrepenti­

miento. Si lo único que usted quiere es un poco de Jesús para

"espiritualizar" su vida, un poco de Dios para mantenerlo fuera

Page 125: El Dios Olvidado - Francis Chan

iOLVIDE LA VOLUNTAD DE ~L PARA SU VIDA! 123

del infierno, se está perdiendo la plenitud de vida para la cual

fue usted creado.

No sólo eso, usted no necesita al Espíritu Santo, no necesita

al Espíritu Santo si meramente busca vivir una vida semimora1

y asistir a la iglesia regularmente. Puede encontrar a personas

de todo tipo en muchas religiones que hacen eso bastante bien

sin Él. Usted sólo necesita la guía y la ayuda del Espíritu Santo

si verdaderamente quiere seguir el camino de Jesucristo. Sólo le

necesita a Él si desea obedecer todo lo que Él mandó y enseñar

a otros a hacer lo mismo (Mateo 28:18-20). Usted sólo necesita

al Espíritu Santo si se ha arrepentido genuinamente y ha creí­

do. Y sólo necesita al Espíritu Santo si entiende que es llamado

a ser participante del sufrin¡tiento y la muerte de Cristo, al igual

que de su resurrección (Romanos 8:17; 2 Corintios 4:16-18; Fi­

lipenses 3:10-11). Pablo demostró esto cuando escribió:

Pero tenemos este tesoro en vasijas de barro

para que se vea que tan sublime poder viene

de Dios y no de nosotros. Nos vemos atri­

bulados en todo, pero no abatidos; perplejos,

pero no desesperados; perseguidos, pero no

abandonados; derribados, pero no destruidos.

Dondequiera que vamos, siempre llevamos

en nuestro cuerpo la muerte de Jesús, para

que también su vida se manifieste en nuestro

cuerpo. Pues a nosotros, los que vivimos,

siempre se nos entrega a la muerte por causa de

Jesús, para que también su vida se manifieste

en nuestro cuerpo mortal (2 Corintios 4:7-11).

Si usted verdaderamente cree y le ha dado la espalda al ca­

mino por donde iba para unirse a un Camino distinto, entonces

Page 126: El Dios Olvidado - Francis Chan

124 EL DIOS OLVIDADO

necesita desesperadamente al Espíritu Santo. Sabe que no puede

vivir este Camino sin el Espíritu en usted.

Creo que arrepentimiento es una de esas palabras que oímos

mucho, pero que quizá no incorporamos a nuestras vidas con

mucha frecuencia. Cuando utilizo la palabra arrepentirse, pien­

so en la ocasión en que yo tenía una relación de noviazgo,

hasta que un día una muchacha llamada Lisa llegó a mi iglesia

como solista invitada y captó mi atención. Después de llegar a

conocerla, supe que ella era con quien yo quería estar. No con­

sideré una opción preguntar a Lisa si ella también quería salir

conmigo. Sabía que tenía que romper la otra relación si quería

comenzar una con Lisa.

En cierto sentido, así es el arrepentimiento cuando conoce­

mos a Jesús: cambiamos totalmente de dirección.

Algunas personas se encuentran con Jesús y dicen: "¡Dulce!

Jesús, ¿quieres unirte a la fiesta de mi vida con este pecado, esta

adicción, esta relación destructiva, y todos viviremos juntos?".

Pero el arrepentimiento significa decir: "Dulce Jesús, tú eres lo

mejor que me ha pasado nunca. Quiero dejar todo el pecado y

el egoísmo que me gobiernan. Quiero soltarlo todo y caminar

contigo. Solamente contigo. Tú eres mi vida ahora. Ayúdame

a apartarme de las cosas que me atan y que no tienen valor en

mi vida".

¿Ve la diferencia entre esos dos ejemplos? ¿Cuál de ellos cree

usted que réfleja con más fidelidad su propia vida? ¿Hay algo

con respecto a lo cual necesita ir y ponerse a cuentas con su Sal­

vador, Aquel que fue muerto por causa de usted? Si es así, no

Page 127: El Dios Olvidado - Francis Chan

iOLVIDE LA VOLUNTAD DE ÉL PARA SU VIDA! 125

dude en cerrar este libro y emplear el tiempo que sea necesario.

Ninguna otra cosa importa más que esta relación.

Por tanto, si un poco de espiritualidad añadida a nuestras vidas

no es lo que Dios tiene en mente, ¿qué quiere Él para sus hijos?

¿Cómo desea Él que vivamos? El hecho es que fuimos llamados

por Jesús a renunciar a todo. Su llamado es acudir y tomar la

cruz (Lucas 9:23).

"Tomar mi cruz" se ha convertido en un eufemismo para

pasar por las cargas normales de la vida con una actitud semi­

buena. Sin embargo, las típicas cargas de la vida -horarios

apretados, facturas, enfermedades, decisiones difíciles, pagar los

estudios, perder empleos, casas que no se venden, y la muerte

del perro de la familia- las siente todo el mundo, sigan o no

el camino de Jesús.

Cuando Jesús nos llama a tomar nuestra cruz, está haciendo

mucho más que llamarnos a soportar los problemas cotidianos

y circunstanciales de la vida. Las personas en la época de Jesús

estaban muy familiarizadas con la cruz. Al haber sido testigos

de la crucifixión, entendían el compromiso y el sacrificio de

tomar una cruz.

Es un llamado a una fe radical.

Jesús nos llama a estar dispuestos a sufrir cualquier cosa y

a dejar todo por causa del evangelio. Su llamado es a amar a

quienes nos han engañado en los negocios, a quienes han di­

fundido feos rumores sobre nosotros, a quienes nos matarían si

pudieran, a quienes están en desacuerdo con nosotros política,

práctica y fundamentalmente. Su llamado es a considerar todo

como pérdida por causa de Él. Su llamado es a una rendición

Page 128: El Dios Olvidado - Francis Chan

126 El DIOS OlVIDADO

total. Él nos llama a renunciar a todo lo que tenemos, a dar

incluso hasta el punto de ofrecer nuestras vidas como un sa­

crificio vivo. Su llamado significa comprender que su poder se

perfecciona en nuestra debilidad, que cuando somos débiles

también somos fuertes (2 Corintios 12:9-10).

¿Recuerda la historia en que Jesús vio a personas poner

ofrendas en la caja de la ofrenda? Al principio dieron algu­

nos ricos, y parece que sus contribuciones debieron de haber

sido económicamente grandes. Entonces Jesús señaló a una

viuda (el texto incluso dice "una viuda pobre") que puso dos

monedas. Observemos las palabras de Cristo como respuesta

a lo que vio: "-Les aseguro -dijo- que esta viuda pobre

ha echado más que todos los demás. Todos ellos dieron sus

ofrendas de lo que les sobraba; pero ella, de su pobreza, echó

todo lo que tenía para su sustento" (Lucas 21:3-4). Jesús elo­

gia a esa mujer, a quien el mundo -esas personas con poder

y dinero- ignoraba y quizá hasta ridiculizaba. Jesús la elogia

por su fe revolucionaria, por no retener nada. Ella literalmen­

te dio todo lo que tenía, aunque era una "viuda pobre" con

ningún otro medio de ingresos o apoyo. Y Jesús la pone como

un ejemplo.

¿Y si usted pudiera oír la voz del Espíritu Santo y Él le pi­

diera literalmente que diera todo lo que posee? ¿Y si Él le pidiera

que vendiera to.das sus posesiones y diese el dinero a los pobres?

¿Podría usted hacerlo? Antes de comenzar a explicar por qué

Él nunca le pediría eso, tome un momento y responda a la

pregunta sinceramente. No está fuera del carácter de Él pedirlo

todo.

No sé de usted, pero eso me desafía locamente. Digo que

quiero darle todo a Dios, entregarme verdaderamente a la di­

rección del Espíritu Santo. Pero no mentiré, a veces la realidad

de lo que eso significa me deja queriendo retener un poco. Hay

Page 129: El Dios Olvidado - Francis Chan

iOLVIDE LA VOLUNTAD DE ÍL PARA SU VIDA! 127

cosas en esta tierra que realmente disfruto; me gusta hacer surf,

jugar al golf, salir a comer y reírme con amigos. Sé lo que está

pensando: que esas cosas no son pecado. Y tiene razón. Pero

eso no significa que el Espíritu no me guíe a dejar esas cosas

ocasionalmente o quizá hasta permanentemente para sus pro­

pósitos y para la gloria del Padre.

Yo batallo por mantenerme siempre y realmente al paso del

Espíritu momento a momento. Someterse y entregarlo todo

verdaderamente es radical y aterrador. Sin embargo, cuando

pienso profundamente en ello, caminar en mi propia sabiduría,

contrariamente a la dirección del Espíritu, es incluso más ate­

rrador. Aunque batallo, sé que finalmente no quiero otra cosa

sino vivir en total rendición y abandono al Espíritu cada mo­

mento que me quede en esta tierra.

El Espíritu puede que me guíe a un total sacrificio económi­

co, o puede que me dirija hacia la humillación según la opinión

de las personas que me rodean. El Espíritu puede pedirme que

me traslade a una ciudad diferente, a un estado diferente, o a

un país diferente. El Espíritu puede pedirme que me quede

donde estoy y emplee mi tiempo de maneras muy distintas a

como lo hago ahora. Él podría guiarme hacia actos como en

2 Samuel 6, donde David danzó (dice en "un efod de lino", el

equivalente a la ropa interior sacerdotal) delante de Dios con

toda su fuerza (v. 14). Otros se sintieron avergonzados por su

indecorosa muestra de adoración a Dios, sin embargo, David

dijo que a él no le importaba y que se volvería aún más indeco­

roso por causa del Señor. Lo único que le importaba era adorar

a su Dios.

Page 130: El Dios Olvidado - Francis Chan

128 EL DIOS OLVIDADO

Cuando leo esta historia, parte de mí dice: "Sí, yo quiero vivir

como David. Quiero olvidarme de lo que otros piensen y

adorar a mi Rey con todo mi ser". La otra parte de mí dice:

"Muy bien, pero de modo práctico, ¿cómo se ve eso?". ¿Cómo

camino en tal intimidad con el Espíritu que mi respues­

ta genuina cuando Él se mueve es danzar con abandono, sin

importarme quienes me rodean que pudieran considerarlo in­

apropiado? ¿Y realmente necesito no preocuparme por lo que

otros piensen de mí?

Lo esencial, creo yo, es entender que ser lleno del Espíritu

no es un acto de una sola vez. Como leemos en Gálatas sobre

el Espíritu y la carne, andar en el Espíritu implica una relación

continuada. Ser lleno del Espíritu no está limitado al día en

que conocimos a Cristo. En cambio, en toda la Escritura lee­

mos de una relación que nos llama a una búsqueda activa del

Espíritu.

Los cristianos nunca pueden perder al Espíritu, pero su

llenura es algo que deberíamos buscar constantemente. Este

asunto de la santificación es un proceso de por vida et:t el que

estamos. En 2 Corintios 3:18 leemos: "Así, todos nosotros, que

con el rostro descubierto reflejamos como en un espejo la gloria

del Señor, somos transformados a su semejanza con más y más

gloria por la acción del Señor, que es el Espíritu". (Ver también

2 Tesalonicenses 2:13 y Romanos 15:16).

Imagine que yo compre una cinta andadora para perder

algo de peso. Tres meses después la devuelvo a la tienda y me

quejo ante el dependiente de que no funcionó, que no perdí ni

un kilo. Él me pregunta: "¿Cuál fue el problema? ¿No funcionó

correctamente?". Yo respondo: "No sé si funciona. Nunca me

subí a ella. Sólo sé que no he perdido nada de peso, ¡así que no

1 . 1" a qutero ..

Page 131: El Dios Olvidado - Francis Chan

iOLVIDE LA VOLUNTAD DE h PARA SU VIDA! 129

Puede parecer un ejemplo tonto, pero cambiemos los deta­

lles y de repente suena bastante familiar:

"He orado para que el Espíritu Santo me libere de mi

lujuria, y sigo siendo adicto a la pornografía''. 0: "He orado por

años para poder perdonar a mi papá, pero sigo estando lleno

de enojo y amargura treinta años después". "He orado durante

años para ser libre de mi glotonería, pero a pesar de la oración,

grupos de apoyo con base espiritual, y dietas, sigo comiendo

de modo compulsivo y poco sano". Escriba cualquier pecado

que le asedie y de repente la ilustración de la cinta andadora

no parece tan tonta. De hecho, parece que esas oraciones por

libertad de ese pecado continuado realmente no "funcionaron"

de forma muy parecida a como la cinta andadora no me ayudó

a perder nada de peso.

Recibir libertad y sanidad como respuesta a la oración, ge­

neralmente no es algo que se hace para usted, una situación en

la cual usted sólo es un participante pasivo. Ocasionalmente,

Dios obra de esa manera y sencillamente sana o libera a una

persona por completo. Él, sin duda, es capaz de hacer eso. Pero,

en mi experiencia, Él normalmente nos pide que desempeñe­

mos un papel activo en el viaje hacia la sanidad. Él no necesita

nuestra ayuda, pero nos invita a participar. Con frecuencia, este

viaje a la libertad toma tiempo, a veces mucho tiempo, y se ne­

cesita perseverancia. Se necesita participación por nuestra parte.

Tenemos que subirnos a la cinta andadora y correr, limitarnos

a mirar a la máquina no hace mucho (ver también Romanos

12:11 y 1 Tesalonicenses 5:19).

¿Ha estado usted atascado en un ciclo de pecado por mucho

Page 132: El Dios Olvidado - Francis Chan

130 El DIOS OLVIDADO

tiempo? ¿Ha renunciado al Espíritu Santo y se ha resignado

a pensar que Él no "funciona" o que no tiene el poder para

dar libertad, al menos no en su vida? Si esto lo refleja a usted,

entonces quizá no haya interiorizado la realidad de que

caminar en el Espíritu requiere acción por parte de usted.

Porque el hecho es que si usted llevase el paso del Espíritu

Santo, escuchándole y obedeciéndole, no pecaría (Gálatas 5:16).

En cualquier momento dado, es imposible vivir en el poder del

Espíritu y pecar al mismo tiempo. El pecado se opone total­

mente a todo lo que es del Espíritu. Los dos son mutuamente

exclusivos y totalmente contrarios el uno al otro.

Esto no significa que, si usted peca, no tenga al Espíritu

Santo o no sea un seguidor de Cristo. Lo que sí significa es

que cuando usted peca, no está simultáneamente sometido a la

autoridad y la presencia del Espíritu Santo en su vida. Él sigue

estando presente, pero lo más probable es que usted suprima o

ignore el consejo de Él.

La parte esperanzadora en todo esto es que, aun cuando ig­

noramos al Espíritu y pecamos, el Espíritu Santo nos convence

de ese pecado. Aunque a veces pecamos, no somos goberna­

dos y esclavizados por el pecado como antes lo éramos. Hemos

cortado la autoridad del pecado en nuestras vidas. Cuando es­

tamos sensibilizados al Espíritu, se nos recuerda esta realidad

liberadora.

Es obvio cuando alguien no está andando en el Espíritu

(al menos no regularmente). Lo que uno ve y experimenta de

esa persona normalmente está en el rango de enojo, egoísmo,

disensión, amargura, y envidia. Sin embargo, cuando una per­

sona está habitualmente y activamente sometida al Espíritu, lo

que sale de su vida es el fruto del Espíritu. El Espíritu Santo

no le guiará -no puede guiarle- al pecado. Si el Espíritu está

Page 133: El Dios Olvidado - Francis Chan

iOLVIDE LA VOLUNTAD DE ~L PARA SU VIDA! 131

en usted, como creyente, entonces cuando usted peca no está

escuchando la guía del Espíritu.

¿No ha conocido a esas extrañas personas que usted puede

decir que diariamente siguen el paso del Espíritu? De alguna

manera irradian misericordia y paz hasta un grado que no es

humanamente posible. ¿No quiere usted eso en su propia vida?

Quiero decir: ¿quién quiere realmente ser una persona estresa­

da, enojada y egoísta? No es muy divertido, ni para usted ni

para cualquiera que entre en contacto con usted.

Varias personas en mi propia vida me vienen a la mente

cuando pienso en personas que andan en el Espíritu cada día.

Sería fácil comenzar a compararnos con otros en esta área. Ya

puedo oír la progresión de pensamientos: Bien, obviamente yo

soy mds dirigido por el Espíritu que esa persona . ..

En lugar de desperdiciar tiempo deliberando sobre si otros

están andando en el Espíritu (lo cual, sin duda alguna, no es

tarea de usted), le desafío a que se examine a usted mismo.

Mire el "fruto" de su propia vida y permita que sea un calibre

de su propia conexión con el Espíritu. ¿Escucha usted al Espí­

ritu Santo cuando está en fila en la oficina de correos? Quizá

Él le esté pidiendo que entable una conversación con la anciana

que tiene delante de usted. ¿Permite que el Espíritu Santo le

dirija cuando está haciendo su presupuesto? Quizá Él le dirija a

repartir el dinero de modo diferente a como usted lo haría. ¿Se

somete al Espíritu Santo cuando pasa tiempo con su familia?

Con frecuencia, los familiares son los más difíciles de amar,

y necesitamos la ayuda del Espíritu para amarlos bien. Estas

son sólo algunas de las muchas, muchas áreas de nuestras vidas

Page 134: El Dios Olvidado - Francis Chan

132 EL DIOS OLVIDADO

que podemos entregar a la dirección del Espíritu. Tome algún

tiempo para pensar en las áreas en su propia vida en las que

tienda a hacer lo que usted quiere, sin prestar atención a la

voluntad y el llamado del Espíritu.

Vivir por el Espíritu implica una relación habitual, conti­

nua y activa con el Espíritu Santo. Aunque eso suena agotador,

realmente no lo es porque toda esa vida y acción se hace en el

poder del Espíritu. No es por sus propias fuerzas.

Esto, sin embargo, hace surgir otro asumo confuso: ¿Es la

obra de Dios o mi obra? ¿Es responsabilidad de Dios o mía?

Pablo aborda esto cuando escribe a los gálatas. Él los llama, pre­

guntando por quién han sido seducidos (¡toda una acusación!).

Pregunta: "Después de haber comenzado con el Espíritu, ¿pre­

tenden ahora perfeccionarse con esfuerzos humanos?" (3:3).

Pienso que cada uno de nosotros tiene una fuerte tendencia

a intentar luchar por el control del Espíritu y "hacer" esta vida

por nosotros mismos. Cada uno de nosotros tiende a cambiar

de vivir el evangelio de la gracia por la confianza en un sistema

de obras. Por eso Pablo saca a la luz este tema con las iglesias

en Galacia. Él sabe que es difícil depender verdaderamente del

sostén y la dirección del Espíritu en lugar de depender mera­

mente de nuestra propia sabiduría y esfuerzo.

¿Recuerda la ilustración de la cinta andadora? Quizá se pre­

gunte cómo encaja el concepto de nuestros actos en el evangelio

de la gracia, la cual no puede merecerse ni ganarse. Suponga­

mos que yo hornease una barra de pan y usted me preguntara:

"¿Qué ingrediente es más importante, la levadura o la harina?".

Yo miraría a mi barra de pan aún caliente y respondería que los

dos son fundamentalmente necesarios para hacer el pan; senci­

llamente no habría pan sin la levadura y la harina.

Esta ilustración es similar a nuestras vidas espirituales. Si

nunca respondiéramos a Dios, si nunca actuásemos basados en

Page 135: El Dios Olvidado - Francis Chan

iOLVIDE LA VOLUNTAD DE h PARA SU VIDA! 133

lo que Él ha hecho por nosotros, no habría mucha relación

ahí. Dios sigue siendo real y se sigue moviendo, pero en algún

punto tenemos que responder y actuar debido a lo que Él ha

hecho. Al igual que la levadura y la harina son necesarias para

el pan, también son necesarias la acción de Dios y nuestra ac­

ción como respuesta en esta relación con Dios.

En el libro de Filipenses, Pablo escribe: ''Así que, mis que­

ridos hermanos, como han obedecido siempre -no sólo en

mi presencia sino mucho más ahora en mi ausencia- lleven

a cabo su salvación con temor y temblor, pues Dios es quien

produce en ustedes tanto el querer como el hacer para que se

cumpla su buena voluntad" (2:12-13). Me encanta la aparente

contradicción en este pasaje. Pablo dice en una frase: "Lleven a

cabo su salvación" y en la siguiente: "es Dios quien produce en

ustedes". Las dos cosas aquí no nos permiten escapar con una

conclusión simple. Sí, es Dios quien obra en usted. Y, sí, hay

obra que usted tiene que hacer. Sí, el Espíritu le capacita para

hacer la obra. Y, sí, usted hace la obra.

Como muchas cosas en la vida, realmente no existe una

solución que lo arregla todo. Y me encanta eso. Dios es tan

grande y misterioso que no podemos simplemente poner una

etiqueta en este proceso y seguir adelante. Requiere una par­

ticipación y una lucha continuas, y descubrir cómo vivir una

vida llena del Espíritu hoy. No dentro de diez años. No maña­

na. Sino en este momento, en el tiempo y el lugar particulares

donde Él nos ha puesto. A medida que nosotros "llevamos a

cabo nuestra salvación" y a medida que "Dios obra en noso­

tros". Mantengamos el paso.

Page 136: El Dios Olvidado - Francis Chan
Page 137: El Dios Olvidado - Francis Chan

DAVE PHILLIPS 135

.J.

Dave Phillips J..

Hace años, Dave Phillips y su esposa, Lynn, tuvieron una

charla sobre los llamados que sentían que Dios estaba avivando

en ellos. A medida que dialogaban sobre lo que más les apa­

sionaba, estuvieron de acuerdo en que llevar ayuda a los niños

que sufren y alcanzar a la siguiente generación con el evangelio

estaba al principio de la lista. Consideraron la idea de fundar

una agencia de ayuda, pero la respuesta de Dave fue: "Pero eso

significaría que tengo que hablar delante de gente". Por natu­

raleza, Dave es un hombre muy callado, que le gusta quedarse

en un segundo plano.

Pero después de mucha oración, Dave hizo a un lado sus

temores, y él y Lynn establecieron la fundación Children's

Hunger Fund en su garaje. Seis semanas después de que se

lanzase CHF, en enero de 1992, él recibió una llamada tele­

fónica del director de un centro de tratamiento de cáncer en

Honduras preguntando si había alguna manera en que pudiera

obtener cierto medicamento para siete niños que morirían si

no lo recibían. Dave escribió el nombre del medicamento y le

dijo al director que no tenía idea de cómo conseguir ese tipo de

Page 138: El Dios Olvidado - Francis Chan

136 El DIOS OLVIDADO

medicina. Entonces ambos oraron por teléfono y le pidieron a

Dios que proveyera.

Cuando Dave colgó el teléfono, antes de soltar el receptor,

volvió a sonar. Era una empresa farmacéutica en Nueva Jersey

preguntándole a Dave si podría hacer uso de 48,000 frascos

de esa medicina exactamente. No sólo le ofrecieron medicinas

de un valor de ocho millones de dólares, ¡sino que también le

dijeron que se las llevarían a cualquier lugar del mundo! Dave

más adelante se enteró de que la empresa era una de las dos

únicas que fabricaban esa medicina en particular en los Estados

Unidos.

En cuarenta y ocho horas, Dave envió las medicinas al cen­

tro en Honduras y también a otros veinte lugares más. Fue

entonces cuando creyó firmemente que Dios estaba obrando y

validando su llamado a ese ministerio.

Año tras año, Dios continúa proveyendo de modo sobre­

natural. En la actualidad, ellos han distribuido más de 950

millones de dólares en alimentos y otras ayudas a más de diez

millones de niños en setenta países y treinta y dos estados.

Children's Hunger Fund ha distribuido más de 150 millones

de libras de alimentos y 110 millones de juguetes.

La singularidad de CHF es que ellos entrenan y equipan a

voluntarios de iglesias locales para distribuir los alimentos me­

diante entrega:s en los Estados Unidos y otros países. Al ir de

familia en familia, ellos encuentran a los más pobres de entre

los pobres y comparten no sólo alimentos sino también amor

y el evangelio. Forbes.com regularmente valora CHF en el pri­

mer lugar de su lista de las organizaciones sin ánimo de lucro

más rentables de EE.UU.

Una de las cosas más hermosas de esta historia es que si

usted conociese a Dave, nunca pensaría que él es el director

Page 139: El Dios Olvidado - Francis Chan

OAVE PHILLIPS 137

general de una importante organización. Él es un hombre tran­

quilo y callado, y no el tipo que uno imaginaría que dirige un

movimiento. Su capacidad no necesariamente proviene de un

talento natural, sino de una dedicada vida de oración. Como

amigo cercano y personal de Dave, no sé de ninguna vez que

haya pasado tiempo con él sin pasar tiempo en oración.

Dave vive una vida que deberíamos anhelar, y, de modo

increíble, el tipo de vida que también se nos ofrece a nosotros.

Una vida en la cual la gente sabe que nuestros logros no po­

drían haberse obtenido por nuestra propia capacidad. Una vida

que da gloria a Dios en el cielo.4

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Page 143: El Dios Olvidado - Francis Chan

La Iglesia sobrenatural

Lo que el alma es en nuestro cuerpo, el

Espíritu Santo lo es en el Cuerpo de Cristo,

el cual es la Iglesia. -Agustín-

Apuesto a que usted estaría de acuerdo en que un grupo de

líderes talentosos y carismáticos pueden atraer a una multitud.

Encuentre el apropiado equipo creativo, músicos y oradores, y

puede hacer crecer cualquier iglesia. Ni siquiera tiene que ser

una iglesia cristiana. El hecho es que sin hacer una elección

consciente de depender del Espíritu Santo, podemos hacer

mucho. (Aunque sin el Espíritu, en realidad no estaríamos

dando nuestro siguiente suspiro, pero estoy hablando de una

dependencia consciente e intencional por nuestra parte). Mi

punto es que una reunión próspera y vigorizante no es necesa­

riamente una evidencia de la obra del Espíritu Santo.

Todos tenemos nuestros talentos e inclinaciones naturales,

141

Page 144: El Dios Olvidado - Francis Chan

142 EL DIOS OLVIDADO

cosas con las que "estamos dotados" (desde luego, la realidad

es que esos dones también son dados en definitiva por Dios).

Tengo amigos que son dotados artistas y me gusta observarlos

pintar y dibujar. Aquellos de nosotros que tenemos por delante

un desafío artístico nos asombramos por las bellas obras de

arte que ellos crean. Otros son buenos con la gente y pueden

trabajar fácilmente en diversos empleos que requieran don de

gentes. Y otros saben cómo vender cosas, sin importar cuál sea

el producto. Algunos tienen la habilidad necesaria para condu­

cir una buena iglesia.

Hace algún tiempo le pregunté a mi iglesia durante un ser­

vicio si creían que yo podría dedicarme con éxito a la carrera de

vender seguros. Lo hice porque sé que algunos de mis talentos

naturales se refieren a relacionarme con la gente y hablar. El

hecho es que todos tenemos empleos que son algo natural para

nosotros. Debido a cómo yo fui creado, podría ser vendedor

de seguros si recibiera algo de entrenamiento. Y probablemente

también pueda "dirigir" una iglesia bastante adecuada por mí

mismo. ¿Pero quién quiere o necesita eso?

Yo no quiero que mi vida sea explicable sin el Espíritu Santo.

Quiero que la gente mire mi vida y sepa que yo no podría estar

haciendo esto por mis propias fuerzas. Quiero vivir de tal ma­

nera que esté desesperado por que Él se muestre; que si Él no se

muestra, yo esté fastidiado. (Probablemente no debería escribir

esa palabra aquí, pero es como me siento verdaderamente al

respecto).

Hubo un tiempo en que me emocionaba cuando una mul­

titud aparecía para oírme predicar, pero esos días pasaron hace

mucho. Ahora deseo profundamente que el Espíritu de Dios

haga cosas que sé que no son de mí y que no pueden fingirse o

atribuirse a la razón humana.

No creo que Dios quiera que yo (ni ninguno de sus hijos)

Page 145: El Dios Olvidado - Francis Chan

LA IGLESIA SOBRENATURAL 143

viva de modo que tenga sentido desde la perspectiva del mundo,

un modo que sé que yo puedo "manejar". Creo que Él me llama

-y a todos nosotros- a depender de Él para vivir de manera

que no pueda ser reproducida o falsificada. Él quiere que siga­

mos el paso a su Espíritu en lugar de depender únicamente del

talento y el conocimiento crudo que nos ha dado.

Pero en lugar de vivir de esa manera, hemos creado toda

una rama de iglesias que no dependen del Espíritu, toda una

cultura de cristianos que no son discípulos, un nuevo grupo de

"seguidores" que no siguen. Si lo único que Dios pidiera fue­

sen números anónimos que llenasen las iglesias, entonces todos

estaríamos haciéndolo bien. La mayoría de nosotros nos senti­

ríamos bastante confiados. Pero simplemente tener a un buen

orador, un servicio que sea breve y atractivo, un buen lugar, y

cualquier otra cosa que añadamos a la mezcla, no constituye

una iglesia "buena" o "exitosa". Dios quiso que su novia, aque­

llos que claman a su nombre, sean mucho más que eso.

Dios no está interesado en los números. Él se interesa más

por la fidelidad, y no por el tamaño, de su novia. Él se interesa

más en si las personas lo aman. Y aunque yo podría ser capaz

de conseguir que llegase gente a las puertas de una iglesia o

auditorio si cuento suficientes chistes o utilizo suficientes ayu­

das visuales, el hecho sigue siendo que no puedo convencer a

las personas para que se obsesionen con Jesús. Quizá pueda

convencerlos para que hagan una oración, pero yo no puedo

convencerlos para que se enamoren de Cristo. No puedo hacer

que alguien entienda y acepte el don de la gracia. Solamen­

te el Espíritu Santo puede hacer eso. Por tanto, según cada

medida que realmente cuenta, yo necesito al Espíritu Santo.

Desesperadamente.

Page 146: El Dios Olvidado - Francis Chan

144 EL DIOS OLVIDADO

A veces me voy de eventos cristianos preguntándome si

reflejamos a los profetas de Baal en 1 Reyes 18 más que a Elías,

el profeta de Dios. Si ha olvidado usted la historia, puede que

sea bueno hacer una pausa aquí y leer ese capítulo, pues si no, el

resto de lo que escribo en esta sección tendrá muy poco sentido

para usted. Los profetas de Baal tuvieron una ruidosa y apasio­

nada reunión de adoración que duró desde la mañana hasta la

tarde. Cuando terminaron, tuvieron un tiempo estupendo de

comunión (creo que lo llaman así). Pero "nadie respondió ni

prestó atención" (18:29). Después de todo eso, Elías oró. Dios

oyó su oración y descendió fuego del cielo.

Mi parte favorita de la historia llega cuando todo se ter­

mina y los profetas de Baal dicen: "¡El Señor es Dios, el Dios

verdadero!" (18:39). Ellos no dijeron: "Elías es un gran orador"

o "¡Elías sí que sabe cómo conectar con Dios!". Ellos quedaron

anonadados por Dios. Sorprendidos por su poder. Sabían que

lo que habían experimentado no podía haber sido manipulado

por Elías. Ellos experimentaron el poder de Dios.

¿Es eso lo que sucede en las reuniones cristianas a las que

usted asiste? ¿O se siente más como lo que los profetas de Baal

experimentaron antes de que Elías orase? Podemos tener un

tiempo estupendo cantando y danzando con frenesí; pero al

final, no desciende fuego del cielo. La gente se va hablando

de las personas que dirigieron en lugar de hablar del poder

de Dios.

Page 147: El Dios Olvidado - Francis Chan

LA IGLESIA SOBRENATURAL 145

Este principio también se aplica al modo en que vivimos

nuestras vidas personales. La gente debiera ver la transforma­

ción en nuestras vidas y responder diciendo: "El Señor, ¡Él es

Dios!".

¿Se ha sorprendido alguien alguna vez por su paz? ¿Por su

gozo? ¿Han envidiado el dominio propio que usted tiene? ¿Ha

orado alguna vez para que Dios le llene de tal forma del Es­

píritu que la gente sepa que el cambio sólo pudo realizarlo el

Espíritu? Cuando somos llenos de verdadera paz y esperanza es

cuando la gente observa que hay algo diferente en nosotros. El

Espíritu Santo es quien nos da paz (Romanos 14: 17) y esperan­

za (15:13).

Creo que todos podríamos estar de acuerdo en que vivir

"según nuestra carne pecaminosa" no es lo que hemos de hacer

como hijos de Dios. Sin embargo, aun así, con frecuencia es­

cogemos afrontar los problemas y circunstancias de la vida

exactamente de la misma manera que alguien que no tiene al

Espíritu de Dios. Nos preocupamos, nos esforzamos y nos la­

mentamos de forma igual a la de los no creyentes. Aunque es

cierto que somos seres humanos como todo el mundo, tam­

bién es cierto que somos seres humanos con el Espíritu de Dios

viviendo en nosotros. Sin embargo, conscientemente o no, esen­

cialmente le decimos a Dios: "Sé que tú resucitaste a Cristo de

la muerte; pero el hecho es que mis problemas son demasiado

para ti y necesito ocuparme yo mismo de ellos".

Aun en nuestro diario vivir podemos parecernos más a los

profetas de Baal cuando vivimos nuestras vidas, corriendo de

un lado a otro apresuradamente, tratando de arreglar nuestros

problemas, sin detenernos el tiempo suficiente para clamar al

poder del Dios Todopoderoso. Sin embargo, como hijos de

Dios, no somos llamados a confiar en nuestros ídolos o en no­

sotros mismos. Somos creados para ser como Elías, quien no

Page 148: El Dios Olvidado - Francis Chan

146 El DIOS OLVIDADO

cuestionó si Dios mostraría su rostro aquel día. Él oró y pidió

ayuda, y Dios envió fuego del cielo como respuesta.

Quizá usted no necesite fuego del cielo, sino paz. Quizá lo

que necesite sea sabiduría para saber qué decisión tomar. O va­

lentía para hacer lo correcto, aunque pudiera perder su empleo.

O quizá necesite amor porque se siente solo. O quiera personas

con una visión parecida con las que unirse y apoyar a lo largo

del camino. Cualquiera que sea su necesidad, el punto es que

Dios es consciente de usted y de sus circunstancias, y Él sabe

lo que usted necesita realmente. Él puede traer a su vida esas

cosas, personas y circunstancias.

Pero Dios no es un Dios coactivo. Y aunque Él desea que sus

hijos conozcan la paz y el amor y tengan sabiduría, he observa­

do que con frecuencia Él espera a que nosotros le pidamos.

Él desea hacer algo más que "ayudar" un poco. Él quiere

transformarnos por completo; quiere tomar un corazón apoca­

do y prenderlo con fortaleza y valentía, tanto que la gente sepa

que algo sobrenatural ha tenido lugar, un cambio de vida tan

milagroso como fuego descendiendo del cielo. Él quiere empa­

parnos de su sabiduría porque Él es el "espíritu de sabiduría y

revelación" (Efesios 1:17; ver Isaías 11:2). Aún mientras el Es­

píritu obra en nosotros para hacernos más semejantes a Cristo,

para transformarnos, Él también es paciente. Esta obra no será

completada hasta que venga su reino plenamente, aunque esto

no le detiene para seguir obrando ahora.

Es probable que esté familiarizado con el "pasaje del fruto" en

Gálatas 5, el cual dice: "En cambio, el fruto del Espíritu es

amor, alegría, paz, paciencia, amabilidad, bondad, fidelidad,

Page 149: El Dios Olvidado - Francis Chan

LA IGLESIA SOBRENATURAL 147

humildad y dominio propio. No hay ley que condene estas

cosas" (vv. 22.23). Puede que hasta tenga la lista memorizada.

Pero mire esas características en este momento y pregúntese si

posee usted cada una en un grado sobrenatural. ¿Muestra usted

más bondad y fidelidad que los mormones a los que conoce?

¿Tiene más dominio propio que sus amigos musulmanes? ¿Más

paz que los budistas? ¿Más gozo que los ateos? Si DIOS ver­

daderamente vive en usted, ¿no debería esperar ser diferente a

todos los demás?

Lo que más me inquieta es cuando realmente no nos mo­

lesta que el que Dios viva en nosotros no haya marcado una

diferencia muy notable. La mayoría de la gente que asiste a la

iglesia se contenta con encontrar un poco de paz en lugar de

una "paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento" (Filipen­

ses 4:7). Queremos la paz suficiente para sobrevivir durante la

semana (o quizá hasta el día).

Sin duda, ha habido veces en mi vida en que hasta pasar

el día fue posible sólo con la ayuda sobrenatural de Dios y su

presencia. Usted podría entender el tipo de periodo desespe­

rado del que hablo; la mayoría de nosotros ha experimentado

periodos así, periodos en que realmente tenemos que pedir paz

y sostén cada diez minutos. Pero estoy hablando de cuando vi­

vimos nuestra vida de esa manera, cuando cada día de nuestra

vida lo pasamos apenas sobreviviendo, sin vernos diferentes al

resto del mundo.

Cuando mostramos la paz que sobrepasa el entendimiento

del mundo, es cuando el mundo lo observa. Es entonces cuando

la gente dice: "Su Señor, ¡Él es Dios!".

Page 150: El Dios Olvidado - Francis Chan

148 EL DIOS OLVIDADO

Este capítulo no tiene la intención de hacerle sentir culpable.

Pero sí tiene la intención de ser un desafío y abrir un espacio

para que se eche una sincera mirada a usted mismo. ¿Sabe lo

que es estar lleno de gozo? ¿Experimenta una paz genuina a

pesar de cuáles sean las circunstancias en su vida? ¿Responde

regularmente con bondad a pesar de lo que reciba de otros?

¿Puede imaginar lo que sería no estresarse ni preocuparse

nunca porque está muy lleno de la paz y el amor de Dios? ¿No

quiere estar caracterizado por estas actitudes? ¿No queremos

todos nosotros paz y dominio propio, y todas las demás?

Observe que el tema ("fruto") en este versículo es singular.

No dice que haya muchos frutos del Espíritu, sino que un solo

fruto incorpora todos los distintos elementos que siguen (amor,

gozo, paz, etc.). Esto, sin duda, no hace que sea más fácil.

No sé usted, pero yo no puedo sencillamente armarme de

más amor; no puedo fabricar paciencia solamente rechinando

mis dientes y determinando ser más paciente. No somos lobas­

tante fuertes o lo bastante buenos, y no funciona de ese modo.

Ninguno de nosotros puede "hacer bondad" por sí mismo,

y mucho menos todos los otros elementos que constituyen el

fruto del Espíritu.

Pero a pesar de nuestra incapacidad para cambiarnos a no­

sotros mismos de esta manera, de simplemente llegar a ser más

pacíficos o gozosos, empleamos mucho esfuerzo intentándolo.

Nos centramos en lo que Dios quiere que hagamos y olvidamos

el tipo de personas que Él quiere que seamos. En lugar de armarnos de más fuerza de voluntad, centremos

nuestras energías y nuestro tiempo en pedir ayuda de Aquel

que tiene el poder de cambiarnos. Tomemos el tiempo de pedir

a Dios que ponga el fruto de su Espíritu en nuestras vidas. Y

pasemos tiempo con Aquel a quien queremos parecernos.

Sé que en mi propia vida no sólo quiero hacer lo que mis

Page 151: El Dios Olvidado - Francis Chan

LA IGLESIA SOBRENATURAL 149

mentores hacen; también quiero pasar tiempo con ellos. He

descubierto que al pasar tiempo con aquellos a quienes respeto,

me vuelvo más semejante a ellos de lo que sería sencillamente

intentando "hacer lo que ellos hacen". Quejarme y decir entre

dientes: "¡Seré paciente!", no ha funcionado aún y no es proba­

ble que eso cambie. Pero lo que sí produce cambio es cuando

comenzamos a pedir a Dios que haga manifiesto ese fruto en

nuestras vidas, mediante el poder de su Espíritu, y cuando pa­

samos tiempo en comunión con nuestro Dios.

Mi versículo favorito posiblemente sea Santiago 5:17, que

dice: "Elías era un hombre con debilidades como las nuestras.

Con fervor oró". No se prive de orar desesperadamente y con

valentía para que el Espíritu obre en su vida simplemente por­

que usted no es el profeta Elías. Como dice este versículo, Elías

era un ser humano con una naturaleza como la nuestra. Él era

como nosotros. ¿La clave acerca de él? Él oró con fervor.

¿Ha pensado alguna vez: "Estoy orando exactamente al

mismo Dios al que oró Elías"? ¿Cree genuinamente que Moi­

sés, Ester, David y Daniel no tenían ventaja alguna sobre usted

espiritualmente? De hecho, algunos argumentarían que usted

tiene la ventaja tanto del Cristo resucitado como del Espíritu

que vive dentro de usted. ¡Dejemos de mirar a las mujeres y

hombres piadosos de la Escritura como si sus vidas de oración

fuesen inalcanzables! Ore fervientemente, sabiendo que Pedro, y

Pablo, y María, y Rut eran hombres y mujeres "con debilidades

como las nuestras" (Santiago 5:17). Sé que yo tiendo a huir de

situaciones en las que necesito a Dios, y creo que eso es cierto

de casi cada uno de nosotros. Es más seguro evitar situaciones

en las que necesitamos que Dios se muestre que apostarlo todo

a Él y arriesgarnos al silencio de Dios. Si Elías no hubiera teni­

do la valentía de enfrentarse a los profetas de Baal aquel día, si

no hubiera orado con fervor y con valentía, entonces no habría

Page 152: El Dios Olvidado - Francis Chan

150 El DIOS OLVIDADO

experimentado el poder de Dios de manera tan profunda. Pero

en momentos de duda, no puedo evitar pensar: ¿Y si Dios no

hubiera enviado fuego aquel dia y Ellas hubiera quedado en el

mismo aprieto que los profetas de Baal? ¿Entonces qué?

Esto no es de ninguna manera un llamado a demandar que

Dios tenga que demostrar algo en cada circunstancia que no­

sotros fabriquemos. Pero sí es un profundo recordatorio de que

Dios se deleita en mostrarse cuando su pueblo tiene desespera­

da necesidad de Él, porque eso significa que nadie más puede

robar la gloria que le pertenece a Él.

Profundicemos una vez más en el Antiguo Testamento y vea­

mos la historia de Gedeón en Jueces 7. Gedeón comenzó con

un ejército de treinta y dos mil hombres fuertes. En varias eta­

pas, Dios a propósito lo mermó hasta trescientos hombres. Yo

creo que Dios hizo eso para que nadie pudiera decir: "¡Miren

lo que hicimos!". En cambio, todos supieron que fue el poder

de Dios el que derrotó al enemigo. Sólo por medio de Dios

un diminuto ejército de trescientos hombres derrotó al ejército

madianita, mucho más grande.

Dios quiere la alabanza por lo que nosotros hacemos en

nuestras vidas. Pero si nunca hacemos oraciones audaces y va­

lientes, ¿cómo puede Él responderlas? Si nunca lo seguimos a

posiciones donde lo necesitamos, ¿cómo puede Él mostrarse y

dar a conocer su presencia?

¿Puede usted, junto con Elías y Gedeón, decir que cuando

la gente ve su vida responde alabando a nuestro Padre?

Cuando vivo por mi propio poder y fuerza, apoyándome

únicamente en mis talentos naturales para seguir adelante,

Page 153: El Dios Olvidado - Francis Chan

LA IGLESIA SOBRENATURAL 151

entonces las personas naturalmente me elogian por cómo vivo.

Pero cuando vivo de manera que requiere que dependa del Es­

píritu Santo, las personas responden alabando a mi Padre del

cielo.

¿Cuándo fue la última vez que usted experimentó la mano de

Dios? Hágase esa pregunta. Piense en las veces en su vida en

que ha sido tocado por Dios de manera que nadie podía con­

vencerle de que era una coincidencia. Esas experiencias puede

que no sean del tipo "fuego del cielo" o "voz como un trueno";

quizá fue el susurro silencioso de la esperanza cuando usted

estaba abrumado por la depresión. O quizá experimentó a Dios

mediante la aceptación incondicional de otro ser humano. O

quizá vislumbró alguna parte de su carácter mediante una

puesta de sol que le hizo detenerse y adorar. Experimentamos a

Dios mediante v~rios medios y Dios se deleita en comunicarse

y compartirse con sus amados hijos e hijas.

El Espíritu Santo está presente a lo largo del Nuevo Testa­

mento al igual que en el Antiguo Testamento. Yo creo en Él

porque creo las Escrituras. Pero aun si usted quitase lo que yo

"sé" sobre el Espíritu Santo por leer las Escrituras, mis "respues­

tas correctas" acerca del Espíritu Santo, yo seguiría creyendo.

Seguiría creyendo en el Espíritu porque he experimentado a

Dios Espíritu Santo obrando en mí, y por medio de mí, y en mi

vida, de maneras que no lo puedo negar o ignorar. Sin duda, no

defiendo ignorar las Escrituras o basarlo todo en la experiencia,

pero ignorar por completo la experiencia -incluyendo su expe­

riencia personal y la experiencia del Cuerpo de Cristo en general,

tanto ahora como históricamente- no es bíblico.

Page 154: El Dios Olvidado - Francis Chan

152 El DIOS OLVIDADO

Si usted no ha conocido y experimentado a Dios de maneras

en que no lo puede negar, le sugeriría que no está viviendo de

una manera dependiente y con necesidad. Dios se deleita en

mostrase cuando sus hijos claman a su nombre y cuando con­

fían plenamente en que Él se muestre, ya sea en las relaciones,

en la batalla contra el pecado, en la fortaleza para hacer sacri­

ficios, o en el aguante para ser fiel en la vida cotidiana. ¿Está

usted viviendo de esa manera? ¿O está sobreviviendo sólo por

su propia fuerza, por su propia capacidad?

Éramos familia

Hace algún tiempo, un expandillero vino a nuestra iglesia.

Tenía muchos tatuajes y era de aspecto rudo, pero tenía curio­

sidad por ver cómo era la iglesia. Tenía una relación con Jesús

y parecía estar involucrándose en la iglesia.

Después de unos meses, descubrí que ya no venía a la igle­

sia. Cuando le preguntaron por qué ya no venía, dio la siguiente

explicación: "Tenía una idea equivocada de lo que iba a ser la

Iglesia. Cuando me uní a la Iglesia, pensé que iba a ser como

unirse a una pandilla. Mire, en las pandillas no sólo éramos

amables los unos con los otros una vez por semana, éramos

familia". Eso me dio duro porque yo sabía que lo que él espe­

raba es lo que la Iglesia ha de ser. Me entristeció pensar que

una pandilla pudiera dibujar un mejor cuadro de compromiso,

lealtad y familia de lo que lo hada una Iglesia local.

La Iglesia ha de ser un hermoso lugar de comunidad. Un

lugar donde se comparta la riqueza y donde, cuando uno sufre,

todos sufren. Un lugar donde, cuando uno se regocija, todos

se regocijan. Un lugar donde cada uno experimente verdade­

ro amor y aceptación en medio de una gran sinceridad acerca

de nuestro quebrantamiento. Sin embargo, la mayor parte del

Page 155: El Dios Olvidado - Francis Chan

LA IGLESIA SOBRENATURAL 153

tiempo eso ni siquiera se acerca al modo en que describiríamos

nuestras iglesias.

Sin el Espíritu de Dios en medio de nosotros, obrando en

nosotros, guiándonos, y viviendo y amando por medio de no­

sotros, nunca seremos el tipo de personas que constituyan este

tipo de comunidad. No hay tal cosa como un creyente verda­

dero que no tenga al Espíritu Santo, o una Iglesia verdadera sin

el Espíritu. Sencillamente no es posible. Pero lo que es posible

es que individualmente y colectivamente apaguemos y obstacu­

licemos la actividad del Espíritu en nuestras vidas y por medio

de ellas.

En cuanto a mí, estoy cansado de hablar sobre lo que vamos

a hacer. Estoy harto de hablar sobre ayudar a la gente, de pen­

sar y realizar conferencias sobre maneras en que podemos ser

radicales y hacer sacrificios. Ya no quiero limitarme sólo a ha­

blar. La vida es demasiado corta. No quiero hablar sobre Jesús;

quiero conocer a Jesús. Quiero ser Jesús para la gente. No quie­

ro sólo escribir sobre el Espíritu Santo, quiero experimentar su

presencia en mi vida de manera profunda.

Hace unos meses, los ancianos de la iglesia Cornerstone co­

menzaron a hacer la pregunta: "¿Por qué no vivimos como los

creyentes que formaban la primera Iglesia?". En Hechos 2:42-

47 leemos lo siguiente:

Se mantenían firmes en la enseñanza de los

apóstoles, en la comunión, en el partimiento

del pan y en la oración. Todos estaban asom­

brados por los muchos prodigios y señales que

Page 156: El Dios Olvidado - Francis Chan

154 EL DIOS OLVIDADO

realizaban los apóstoles. Todos los creyentes

estaban juntos y tenían todo en común: vendían

sus propiedades y posesiones, y compartían

sus bienes entre sí según la necesidad de cada

uno.46 No dejaban de reunirse en el templo ni

un solo día. De casa en casa partían el pan y

compartían la comida con alegría y generosidad,

alabando a Dios y disfrutando de la estimación

general del pueblo. Y cada día el Señor añadía

al grupo los que iban siendo salvos.

Lo que siguió fue un tiempo maravilloso de compartir a

medida que nuestros ancianos lo pusieron "todo" a los pies los

unos de los otros. Entregamos las llaves de nuestros autos, casas

y cuentas bancarias. Los ancianos me miraron a los ojos y dije­

ron: "Lo que es mío, es tuyo. Si alguna vez te sucede algo, yo

apoyaré y cuidaré de tus hijos tanto como cuidaría de los míos.

Yo seré tu seguro de vida". Y debido a que ellos tenían un his­

torial de genuino sacrificio por causa del evangelio, yo creí lo

que dijeron.

Desde ahí, comenzamos a acudir a algunos de nuestros

amigos en la congregación y a expresarles nuestro compromiso.

Y ahora esta mentalidad se está difundiendo. Nueva vida está

impregnando· la Iglesia a medida que los individuos respaldan

sus palabras con sacrificio. Autos y casas se están vendiendo o

regalando. Caras vacaciones se están sustituyendo gozosamente

por cuidar de otros. Las personas son bienvenidas a los hogares,

no sólo para comer sino también para vivir. Este es un pequeño

ejemplo del tipo de cosas que suceden cuando la gente comien­

za a andar en el Espíritu y a pedir al Espíritu Santo que afecte

cada parte de sus vidas.

Sólo compartí sobre lo que unas cuantas personas en una

Page 157: El Dios Olvidado - Francis Chan

LA IGLESIA SOBRENATURAL 1SS

iglesia en una ciudad en un país están haciendo. ¿Cuánto más

podría verse cuando las personas comiencen a andar en el Es­

píritu, entregándoselo todo a Él? Sueñe un poco conmigo. Esto

se vería diferente en diversas culturas en el mundo. El Espíritu

guiará a creyentes en Beijing a hacer cosas distintas de los cre­

yentes en Reino Unido o en Argentina.

Esto es sólo un indicio de lo que sucede cuando comenza­

mos realmente a vivir necesitando al Espíritu. Para nosotros en

Cornerstone, es sólo el comienzo.

¿Enérgico o forzado?

Cuando leo el libro de Hechos, veo a la Iglesia como una fuer­

za imparable. Nada podía frustrar lo que Dios estaba haciendo,

tal como Jesús predijo: "y las puertas del reino de la muerte no

prevalecerán contra ella" {Mateo 16:18). La Iglesia era poderosa

y se extendía como un reguero de pólvora, no debido a una

inteligente planificación, sino a un movimiento del Espíritu.

Revueltas, tortura, pobreza, o cualquier otro tipo de persecu­

ción no pudo detenerla. ¿No es ese el tipo de movimiento del

que todos anhelamos ser parte?

Mucho de lo que vemos actualmente es todo menos impara­

ble. Fácilmente se puede descarrilar por la renuncia de un pastor,

o un desacuerdo interno en la iglesia, o un recorte de presu­

puestos. Las iglesias que construimos sólo por nuestros propios

esfuerzos y no en la fortaleza del Espíritu pronto se derrumbarán

cuando no las empujemos y las aticemos. Yo pasé años pidiendo

a Dios que fuese parte de lo que yo estaba haciendo. Cuando leo

el libro de Hechos, veo a personas privilegiadas por desempeñar

un papel en lo que Dios estaba haciendo.

Recientemente mantuvimos una conversación sobre cómo

resolver algunos de los evidentes problemas que hay en nuestra

Page 158: El Dios Olvidado - Francis Chan

156 EL DIOS OLVIDADO

iglesia. Uno de nuestros pastores habló y dijo: "Creo que lo

estamos intentando demasiado". Pasó a compartir sobre las

cosas sÓbrenaturales que habían tenido lugar mediante su vida

de oración. En ese punto, decidimos dejar de hablar y de pen­

sar. La siguiente hora la pasamos intensamente en oración.

Nunca regresamos "a los negocios" ese día. Aunque hay un

tiempo para pensar y actuar bien utilizando los dones que Dios

nos ha dado, con demasiada frecuencia nunca llegamos a la

oración (y mucho menos comenzarla, terminarla y permitir que

inunde todo lo que hacemos). Oremos para que Dios edifique

su Iglesia, una fuerza imparable, capacitada y sostenida por el

Espíritu Santo.

Sin importar dónde viva usted y cómo se vean sus días, cada

día tiene la elección de depender de usted mismo, de vivir con

seguridad, y de intentar controlar su vida. O puede vivir tal

como fue creado para vivir: como un templo del Espíritu Santo

de Dios, como una persona dependiente de Él, desesperado

porque Dios en Espíritu se muestre y marque la diferencia.

Cuando usted comience a vivir una vida caracterizada por

andar en el Espíritu, es entonces cuando la gente comenzará

no a mirarlo a usted sino a nuestro Padre del cielo y a darle a

Él la alabanza.

Mi oración al escribir este libro es que no sólo afiada más

a su conocimiento. Quizá eso suene extraño, pero lo digo de

verdad. Con frecuencia en círculos cristianos hablamos sobre la

verdad en lugar de aplicarla a nuestras vidas. Oímos un sermón

incisivo, hablamos después en la comida de lo "estupendo" o

"poderoso" que fue, y después nunca volvemos a pensar en

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LA IGLESIA SOBRENATURAL 157

ello y mucho menos permitimos que el Espíritu nos cambie

por medio de él. Lo cierto es que un mayor conocimiento no

necesariamente significa una mayor espiritualidad. El conoci­

miento puede conducir a una mayor intimidad y una relación

más profunda con Dios, pero este no es un efecto inmediato.

Nuestras Escrituras enseñan que si sabemos lo que debemos

hacer y no lo hacemos, entonces pecamos (Santiago 4:17). En

otras palabras, cuando amontonamos conocimiento sin aplicar­

lo a nuestras vidas, realmente estamos pecando. Uno pensaría

que aprender más sobre Dios sería algo bueno ... y puede serlo.

Pero cuando obtenemos conocimiento sobre Dios sin responder

a Él o asimilar su verdad en nuestras vidas, entonces no es algo

bueno. Según la Biblia, es pecado.

Que no nos limitemos a obtener conocimiento. En cambio,

a medida que aprendemos, que crezcamos y confesemos, y nos

convirtamos más en las personas que hemos sido creadas a ser

por el poder del Espíritu Santo, quien vive dentro de nosotros.

"Porque el reino de Dios no es cuestión de comidas o bebidas

sino de justicia, paz y alegría en el Espíritu Santo" (Romanos

14:17).

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Page 161: El Dios Olvidado - Francis Chan

LA BIOGRAFIA FINAL 159

La biografía final

¿Y si esta última biografía fuese acerca de su vida? ¿Qué se

escribiría aquí? ¿Leeríamos historias sobre la obra del Espíritu

Santo en su vida, o historias sobre lo que usted ha logrado por

sí mismo? No se desaliente si no hay mucho de la obra del

Espíritu Santo en su pasado. Ore con completa fe en este mo­

mento. Pida a Dios que su Espíritu obre tan poderosamente en

usted que constituya una increíble biografía. Una biografía que

hable de una vida tan sobrenatural que nadie pensaría nunca

en darle a usted la gloria. Una biografía que muestre el poder

del Espíritu y levante el nombre de Jesús para la gloria de Dios

Padre. Amén.

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EPÍLOGO

Mi esperanza y mi oración por usted, lector, es que las personas

de la iglesia no traten de normalizarlo. Lo que quiero decir es

que con frecuencia intentamos calmar a las personas que son

demasiado apasionadas, o demasiado sacrificadas y radicales. Sé

que a veces yo he hecho eso con otras personas. Y que lo han

hecho conmigo.

Hace dos años, en una cena, me senté cerca de un hombre

que dirige una organización para despertar conciencia sobre el tráfico humano. Él describía cómo esos niños, la mayoría de los

cuales eran vendidos o secuestrados para el mercado del sexo,

son violados y sufren abusos cada noche, una y otra vez, que

no tienen a nadie que los defienda y que no hay modo de salir

de eso.

Aquella noche estuve despierto en mi cama durante horas

-literalmente horas-, e imaginaba a mis propios hijos en esa

situación. Quizá eso fuera algo estúpido, pero de repente, vívi­

damente, estaba yo sollozando y no podía sacarme de la mente

161

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162 EL DIOS OLVIDADO

las imágenes. Comencé a pensar en lo que yo haría si eso le

sucediera a mi hijita. Sé que no me detendría hasta haberla

salvado. Movilizaría a todo el mundo que conozco mediante

todos los medios posibles para hacer que ayudasen. Al estar

tumbado en mi cama aquella noche me apasioné cada vez más

en cuanto a todo lo que yo haría por salvar a mi hijita.

Entonces sucedió algo. Yo no soy una de esas personas que

con frecuencia oyen la clara y distintiva voz de Dios (aunque sé

que algunas personas lo hacen), pero aquella noche, el Espíritu

de Dios me dijo: Quiero que los ames como a tus propios hijos.

Eso fue abrumador para mí. Después de todo, si yo trataba a

aquellos niños como si fueran propios, no dejaría de orar por

ellos. Tampoco dejaría de suplicar apasionadamente a personas

que pensaran en maneras de sacarlos de eso y rescatarlos. Lite­

ralmente lloré durante horas. El pensamiento de que alguien se

aprovechase de aquellos preciosos niños míos era insoportable.

Ahora yo tenía una misión. Una misión de parte de Dios.

Recuerdo regresar a Cornerstone y "reunir a las tropas". Yo

estaba verdaderamente encendido e hice que otros se encendie­

ran. Pero durante el curso de varios meses me distraje. Personas

a mi alrededor comenzaron a calmarme en cuanto al tráfico del

sexo. Me dijeron: "Francis, no puedes salvar al mundo", y: "Ya

estás haciendo mucho. No seas tan duro contigo mismo". Y la

pasión que creo que Dios me dio por los niños en el mercado

del sexo lentamente fue menguando.

Cosas como estas suceden todo el tiempo. Como igle­

sia, tendemos a hacer eso a personas que son apasionadas y

valientes. Las apaciguamos. Las institucionalizamos. Las insen­

sibilizamos a la obra que el Espíritu está haciendo en ellas. En

Hechos 4:13 leemos que la Iglesia primitiva hacía justamente

lo contrario. Pedro y Juan testificaron ante el Sanedrín y "y

al darse cuenta de que eran gente sin estudios ni preparación,

Page 165: El Dios Olvidado - Francis Chan

EPILOGO 163

quedaron asombrados y reconocieron que habían estado con

Jesús". La gente quedaba atónita por su valentía y porque no te­

nían estudios. Justamente después de que Pedro y Juan fuesen

liberados, regresaron con los otros creyentes y oraron por más

valentía y coraje (4:29). ¡Algunas de las personas más valientes

(Juan y Pedro) eran quienes pedían más valentía!

¿Por qué no hacemos eso en la actualidad? He descubierto

que generalmente hacemos lo contrario. En lugar de alentar

a las personas que están haciendo cosas valientes para Dios y

unirnos a ellas en su proceso de discernimiento sobre cómo ser

fieles a lo que Dios les ha llamado, les decimos que se calmen

y que se tranquilicen. En lugar de estar atónitos por la valentía

de los creyentes, con frecuencia (y desgraciadamente) estoy ató­

nito por la timidez de los creyentes y su falta de valentía. ¡Qué

contraste con el modelo que se nos da!

Hace unos meses, estaba yo hablando en un campamento

de verano y hablaba con una de las organizaciones allí que pa­

trocina niños. Ese voluntario me habló sobre una muchacha de

dieciséis años que estaba allí en el campamento y que patroci­

naba a catorce niños, ella sola. Me quedé sorprendido por eso.

Catorce niños (a unos treinta dólares al mes por cada niño) es

mucho dinero para una estudiante de secundaria. Hablé con

esa muchacha y le pregunté cómo lo hacía. Ella me dijo que

trabaja todo el año, y que tiene tres empleos en el verano para

pagar el sustento de los niños. Mientras que otros adolescen­

tes están ahorrando para un auto, ¡ella está salvando vidas! En

lugar de gastar su bien ganado dinero en ella misma y en su

futuro, lo entrega a esos catorce niños porque cree que Dios los

ama tanto como la ama a ella.

Es mi oración que quienes asisten a la iglesia no la disuadan

de ese llamado, que no le digan cosas como: "Realmente tie­

nes que comenzar a pensar en ti misma ahora. Tu futuro y tu

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164 EL DIOS OLVIDADO

educación son importantes. Lo que has hecho es estupendo,

pero es momento de pensar en lo que harás a continuación".

Quizá esta muchacha permanecerá firme en su convicción de

que los niños a los que ella apoya en todo el mundo son tan im­

portantes como ella lo es ... solamente quizá no la convencerán

para que deje su apasionado amor y sacrificio.

Mi esposa y yo recientemente decidimos donar todas las re­

galías de mi libro anterior, Loco amor, a la fundación Isaiah 58

Fund. Todo el dinero va a los necesitados del mundo: quienes

padecen hambre, los enfermos, los pobres y quienes están en

el mercado del sexo. Razonamos que si nos guardábamos ese

dinero, terminaríamos gastándolo en cosas que no necesitába­

mos. Sabíamos que,_ ;aJ -.l:i 'hu g;JJ (dentlfOJ de. ochenta años), no

habría lamentos. Pero si comprábap1os cosas que no perdura­

rían después de que nos fuésemos de esta erra, terminaríamos

desengañaaos y con lamentos. Yo u~élé co asombrado y

desalentado por algunas ae as respues

La gente nos diJ mos siendo necies e irrespon-

sables con los dones que Dios nos dio. Dijeron que al menos

deberíamo;~apartar parte del ainero por si surgía una emer­

gencia. Mi respuesta fue: "¿No es una emergencia que niños

en Camboya y Tailandia, y hasta en los Estados Unidos, estén

siendo violados cada día de sus vidas? ¿Por qué no es eso una

emergencia?".· Creo que la Iglesia con frecuencia inconsciente­

mente enseña que el mercado del sexo no es una emergencia.

Y eso, creo yo, es pecado. ¿Es una emergencia solamente una

emergencia si me afecta a mí y a mi familia inmediata?

No estoy diciendo que toda persona deba entregar todo el

dinero de su trabajo para apoyar a niños. O que todos ten­

gan que crear una fundación con las regalías de sus libros. O

que cada persona haya de implicarse con organizaciones que

trabajan contra el mercado del sexo. Lo que estoy diciendo,

Page 167: El Dios Olvidado - Francis Chan

EPILOGO 165

sin embargo, es que en lugar de pensar y decir a las personas

que están locas cuando sienten que el Espíritu les está guiando

a algo que no necesariamente tiene sentido para nosotros, de­

beríamos unirnos a ellas en el proceso de discernimiento. En

lugar de desalentar a la gente, deberíamos orar por más pers­

pectiva y valentía. En lugar de insensibilizar a la gente a la guía

del Espíritu con nuestras palabras y nuestros actos, ¡deberíamos

celebrar y unirnos al movimiento del Espíritu en ellos y por

medio de ellos!

No se trata de una manera específica de vivir radicalmente.

Se trata de discernir y obedecer la voz del Espíritu, especial­

mente cuando Él le pide que haga algo que es difícil, que está

un poco por encima de lo "normal", y que requiere sacrificio. Es

algo que tiene dos partes: se trata de alentar a otros a obedecer

la guía del Espíritu y de escuchar y obedecer la guía de Él en

su propia vida. ¿Se siente usted valiente y poderoso? Sea su res­

puesta sí o no, todos necesitamos pedir más coraje y valentía.

Por tanto, finalmente, sólo quiero emplear estos últimos pá­

rrafos orando con usted, lector.

Esplritu, sabemos que hemos hecho mal por medio

de ti. Por favor, perdónanos por entristecerte,

resistirte y apagarte. Te hemos resistido mediante el pecado, mediante nuestra rebelión y mediante

nuestra dureza de corazón. A veces, hemos sido

espiritualmente ciegos. Otras veces, sablamos lo que

tú querías que hiciéramos, pero escogimos ignorar

tus impulsos. Sin embargo, no es así como queremos

vivir ahora.

Necesitamos que tú nos cambies. Sólo por medio de ti podemos verdaderamente adorar. Espíritu del Señor, tú eres quien nos lleva a un lugar donde

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166 EL DIOS OLVIDADO

podemos adorar. Tú eres el Espíritu de verdad, el

Espíritu de santidad, el Espíritu de vida. Gracias por la verdad, la santidad y la vida que tú nos das.

Necesitamos tu sabiduría y tu entendimiento para vivir esta vida. Gudrdanos de la incredulidad,

del temor. Necesitamos tu fortaleza para ayudarnos

a hacer lo que tú nos pides que hagamos y para vivir como tú nos pides que vivamos. Habla en voz

alta y ahoga todas las otras voces que nos llaman a conformarnos a los patrones de este mundo.

Tú eres el Espíritu de dominio propio y amor.

Danos el dominio propio necesario para negar

nuestra carne y seguirte. Danos un amor lo bastante

fuerte para motivar la acción valiente. Manifiéstate

por medio de nosotros para que podamos servir y

amar a tu novia, la iglesia, tal como tú lo haces.

Ven, Espíritu Santo, ven. No sabemos exacta­

mente lo que eso significa y es para cada uno de

nosotros aún, en los lugares particulares donde tú

nos has llamado a habitar. Pero a pesar de ello,

cualquier cosa que signifique, te pedimos tu pre­sencia. Ven, Espfritu Santo, ven.

Page 169: El Dios Olvidado - Francis Chan

NOTAS

l. Ver www.JoniandFriends.org.

2. Ver www.Rationalpi.com/theshelter/ and www.Labri.org.

3. Esther Ahn Kim, If 1 Perish (Chicago: Moody Publishing, 2001).

4. Ver www.chfus.org.

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ACERCA DE LA COAUTORA

Danae Yankoski se graduó de Westmont College, donde

estudió literatura inglesa y conoció a su mejor amigo, ahora

esposo, Mike. Ávida lectora y escritora desde temprana edad,

Danae ha sido autora, coautora, y ha colaborado en varios li­

bros, entre los que se incluyen Thíngs !'ve Learned Late/y, Crazy

Love (Loco amor), y Zealous Love: A Guíde to Social ]ustice.

Algunos de los aspectos favoritos de Danae incluyen tazas de té

y conversaciones que hacen reflexionar, excursionismo, correr,

cultivar, estar al aire libre, relacionarse con diferentes tipos de

personas y jugar con su perro labrador negro, Elliott. Ella y

Mike recientemente se trasladaron a Vancouver, BC, donde es­

tudian para hacer maestrías en estudios cristianos.

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Page 173: El Dios Olvidado - Francis Chan

\oco Git'VIO(

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Page 175: El Dios Olvidado - Francis Chan

\.:.)CAPÍTULO UNO

¿y si yo le dijera: "Deje de orar"? ¿y si le dijera que deje de

hablar a Dios durante un rato y, en cambio, le eche una larga y

atenta mirada a Él antes de pronunciar otra palabra? Salomón

nos advirtió que no nos apresurásemos a entrar en la presencia

de Dios con palabras. Eso es lo que hacen los necios. Y, con

frecuencia, eso es lo que nosotros hacemos.

Somos una cultura que se apoya más en la tecnología que

en la comunidad, una sociedad en la cual las palabras habladas

y escritas son baratas, fáciles de expresar y excesivas. Nuestra

cultura dice que cualquier cosa vale; casi ni se oye del temor de

Dios. Somos lentos para escuchar, rápidos para hablar y rápidos

para enojarnos.

El hombre sabio se acerca a Dios sin pronunciar palabra y

permanece maravillado ante Él. Puede parecer una empresa in­

útil mirar al Dios invisible; pero Romanos 1:20 nos dice que,

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Page 176: El Dios Olvidado - Francis Chan

LOCO AMOR

por medio de la creación, vemos las cualidades invisibles y la

naturaleza divina de Él. Comencemos este libro mirando a Dios en silencio. Lo que

quiero que usted haga en este momento es que se meta en la Internet y vea el video* ''Awe Factor" en www.crazylovebook.

com para dar una probadita al factor asombro de nuestro Dios.

En serio; hágalo. ¿Sin palabras? ¿Asombrado? ¿Humillado?

Cuando yo vi esas imágenes por primera vez, tuve que ado­

rar. No quise hablar ni compartirlo con nadie; simplemente quería sentarme en silencio y admirar al Creador.

Es una locura pensar que la mayoría de esas galaxias han sido descubiertas solamente en los últimos años, gracias al teles­

copio Hubble. Han estado en el universo por miles de años sin

que los seres humanos ni siquiera supieran de ellas.

¿Por qué querría Dios crear más de 350,000,000,000 galaxias

(y este es un cálculo conservador) que generaciones de personas nunca verían o ni siquiera sabrían que existían? ¿Cree que quizá

fuera para hacernos decir: "Guau, Dios es increíblemente gran­

de"? ¿O quizá Dios quisiera que viésemos esas fotografías para

fi "Q ., i" que nuestra respuesta uese: ¿ Ulen me creo que soy. . R. C. Sproul escribe: "Los hombres nunca son debidamente

tocados e impresionados con una convicción de su importancia

hasta que se han comparado con la majestad de Dios".**

Cambie de marcha conmigo por un instante y piense en la

detallada complejidad del otro lado de la creación.

¿Sabía que una oruga tiene 228 músculos separados y

* Los videos mencionados en el libro son en inglés. ** R.C. Sproul, The Holiness oJGod (Carol Stream, IL; Tyndale House, 2000), 68.

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DEJE DE ORAR

distintos en su cabeza? Esos son muchos músculos para un insecto. El olmo promedio tiene aproximadamente 6 millones

de hojas. Y su propio corazón genera suficiente presión cuando bombea sangre a su cuerpo que podría lanzar sangre hasta a

30 pies (yo nunca he intentado esto, y no le recomiendo que lo intente).

¿Ha pensado alguna vez en lo diverso y creativo que es Dios?

Él no tenía por qué haber hecho cientos de clases distintas de plátanos, pero lo hizo. Él no tenía por qué haber puesto 3,000

diferentes especies de árboles en una milla cuadrada en la jun­gla del Amazonas, pero lo hizo. Dios no tenía por qué crear

tantos tipos distintos de risas. Piense en los diferentes sonidos de las risas de sus amigos: resonantes, con resoplidos, silencio­

sas, altas, odiosas.

¿Y el modo en que las plantas desafían la gravedad al absor­ber agua en dirección ascendente desde el suelo hasta sus tallos?

¿O sabía que las arañas producen tres tipos de seda? Cuando construyen sus telas de araña, crean setenta pies de seda en una

hora, produciendo simultáneamente un aceite especial en sus

patas que evita que ellas mismas se queden pegadas a su propia tela. (La mayoría de nosotros aborrecemos a las arañas, ¡pero

setenta pies por hora merece algo de respeto!). Los corales son

tan sensibles que pueden morir si la temperatura del agua varía

aunque sea sólo en uno o dos grados. ¿Sabía que cuando a usted se le eriza el cabello, ese cabello

en sus folículos en realidad le está ayudando a mantenerse ca­

liente atrapando calor corporal? ¿O el sencillo hecho de que

las plantas absorben dióxido de carbono (que es dañino para

nosotros) y producen oxígeno (que nosotros necesitamos para sobrevivir)? Estoy seguro de que usted sabía eso, ¿pero se ha

maravillado alguna vez por ello? Y esas mismas plantas, que se tragan el veneno y dan vida, provienen de diminutas semillas

que se plantaron en el suelo. Algunas recibieron riego, y otras

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Page 178: El Dios Olvidado - Francis Chan

LOCO AMOR

no; pero después de unos cuantos días se abrieron paso entre la

tierra y brotaron para recibir la cálida luz del sol. Cualesquiera que sean las razones de Dios para tal diversidad,

creatividad y sofisticación en el universo, en la tierra y en nues­

tros propios cuerpos, el punto de todo ello es su gloria. El arte de Dios habla de Él mismo, reflejando quién es Él y cómo es.

Los cielos cuentan la gloria de Dios, el firma­mento proclama la obra de sus manos. Un día comparte al otro la noticia, una noche a la otra se lo hace saber. Sin palabras, sin lenguaje, sin una voz perceptible, por toda la tierra resuena su eco, ¡sus palabras llegan hasta los confines del mundo! Dios ha plantado en los cielos un pabe­llón para el sol.

-Salmo 19:1-4

Por eso somos llamados a adorarle a Él. Su arte, la obra de

sus manos y su creación resuenan con la verdad de que Él es glo­

rioso. No hay otro como Él. Él es el Rey de reyes, el Principio

y el Fin, Aquel que fue, y que es, y que ha de venir. Ya sé que

usted ha oído esto antes, pero no quiero que lo pase por alto.

Yo batallo a veces con cómo responder adecuadamente a

la magnitud de Dios en un mundo inclinado a ignorarlo o a

meramente tolerarlo. Pero sepa esto: Dios no será tolerado. Él

nos manda que le adoremos y le temamos. Lea de nuevo los

dos últimos párrafos. Vaya a la página web www.crazylovebo­

ok.com y vea el video de quince minutos titulado "Just Stop and Think". Cierre este libro si es necesario, y medite en el Todopoderoso que habita en luz inaccesible, el Glorioso. Hay una epidemia de amnesia espiritual, y ninguno de nosotros es

inmune a ella. A pesar de los muchos detalles fascinantes que aprendemos sobre la creación de Dios, a pesar de las muchas

fotografías que vemos de sus galaxias, y a pesar de los muchos

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Page 179: El Dios Olvidado - Francis Chan

DEJE DE ORAR

atardeceres que observamos, seguimos olvidando. La mayoría de nosotros sabe que hemos de amar y temer a

Dios; que hemos de leer nuestras Biblias y orar a fin de poder llegar a conocerlo mejor a Él; que hemos de adorarle con nues­

tra vida. Pero practicarlo realmente es desafiante.

Nos confunde cuando amar a Dios es difícil. ¿Acaso no

debería ser fácil amar a un Dios tan maravilloso? Cuando ama­

mos a Dios porque sentimos que deberíamos amarlo, en lugar de amar genuinamente con todo nuestro ser, hemos olvidado

quién es Dios realmente. Nuestra amnesia se demuestra una vez más.

Puede que suene "no cristiano" decir que algunas mañanas

yo no tengo ganas de amar a Dios, o que sencillamente me ol­

vido de hacerlo; pero así es. En nuestro mundo, donde cientos

de cosas nos distraen de Dios, tenemos que acordarnos de Él

intencional y regularmente.

Recientemente, asistí a un encuentro de ex alumnos de mi instituto. Se acercaban a mí personas una y otra vez diciendo:

"¿Es ella tu esposa?". Estaban sorprendidos, supongo, de que

una mujer tan hermosa se hubiera casado con alguien como yo. Eso se repitió tantas veces que miré por un largo rato una foto­

grafía de nosotros dos. También yo me sorprendí. Es increíble

que mi esposa escoja estar conmigo, y no sólo porque ella sea

hermosa. Eso me recordó la plenitud de lo que se me ha dado

en mi esposa. Necesitamos el mismo tipo de recordatorios sobre la bondad

de Dios. Estamos programados para enfocarnos en lo que no tenemos, somos bombardeados múltiples veces a lo largo del

día con lo que necesitamos comprar que nos hará sentir más felices, más sexy o más en paz. Esa insatisfacción se transfiere

a nuestro modo de pensar sobre Dios. Olvidamos que ya tene­mos todo lo que necesitamos en Él. Debido a que no pensamos con frecuencia en la realidad de quién es Dios, nos olvidamos

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Page 180: El Dios Olvidado - Francis Chan

LOCO AMOR

con rapidez de que Él es digno de ser adorado y amado.

A. W. Tozer escribe:

Lo que viene a nuestra mente cuando pensamos sobre Dios es lo más importante sobre noso­tros . . . La adoración es pura o vil según el adorador entretenga pensamientos sobre Dios elevados o bajos. Por esta razón, la pregunta más seria delante de la Iglesia es Dios mismo, y el hecho más portentoso sobre cualquier hombre no es lo que él pueda decir o hacer en un momento dado, sino lo que él concibe en lo profundo de su corazón en cuanto a cómo es Dios.*

Si la "pregunta más seria" delante de nosotros es cómo es

Dios mismo, ¿cómo aprendemos a conocerle? Hemos visto que Él es el Creador tanto de la magnitud de

las galaxias como de la complejidad de las orugas. ¿Pero cómo

es Él? ¿Cuáles son sus características? ¿Cuáles son los atributos

que lo definen? ¿Cómo hemos de temerle? ¿Cómo hemos de

hablarle? No abandone aquí. Necesitamos que nos recuerden

estas cosas, pues con básicas y cruciales.

Dios es santo. Muchas personas dicen que cualquier cosa

que creamos sobre Dios está bien, mientras seamos sinceros.

Pero eso es comparable a describir a un amigo suyo en una

ocasión como .un luchador de sumo de cien kilos de peso y

en otra ocasión como un gimnasta de un metro setenta y cin­

cuenta kilos de peso. A pesar de lo sincero que sea usted en sus

explicaciones, ambas descripciones de su amigo simplemente

no pueden ser ciertas. La parte absurda de hacer eso con Dios es que Él ya

* A.W. Tozer, The Knowledge of the Holy (San Franciso: Harper San Francisco, 1992), l.

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Page 181: El Dios Olvidado - Francis Chan

DEJE DE ORAR

tiene un nombre, una identidad. Nosotros no somos quienes decidimos quién es Dios. Dios le dijo a Moisés: "Yo soy el que soy" (Éxodo 3:14). Nosotros no cambiamos eso.

Decir que Dios es santo es decir que Él está apartado y es distinto de nosotros. Y debido a que está apartado, no hay

modo en que podamos nunca saber todo con respecto a quién

es Él. Para los judíos, decir algo tres veces demostraba su per­fección, así que llamar a Dios "Santo, Santo, Santo" es decir

que Él está perfectamente apartado, con nada ni nadie que se compare a Él. Eso es lo que significa ser "santo".

Muchos escritores llenos del Espíritu han agotado el diccio­

nario a fin de describir a Dios con la gloria que Él merece. Su perfecta santidad, por definición, nos asegura que nuestras

palabras no pueden contenerlo. ¿No es un consuelo adorar a un Dios de quien no podemos exagerar?

Dios es eterno. La mayoría de nosotros probablemente es­

temos de acuerdo con esa afirmación. ¿Pero ha meditado usted alguna vez seriamente en lo que eso significa? Cada uno de

nosotros tuvo un comienzo; todo lo que existe comenzó un día en particular, en un momento concreto.

Todo, excepto Dios. Él siempre ha sido, desde antes de que

hubiera una tierra, un universo o hasta ángeles. Dios existe fuera

del tiempo, y ya que nosotros estamos dentro del tiempo, no

hay modo en que podamos entender totalmente ese concepto. No poder entender plenamente a Dios es frustrante, pero es

ridículo que pensemos que tenemos derecho a limitar a Dios a

algo que nosotros somos capaces de comprender. ¡Qué dios tan · insignificante sería ese! Si mi mente fuese del tamaño de una lata

de refresco y Dios fuera del tamaño de todos los océanos, sería

estúpido que yo dijese que Él es solamente la pequeña cantidad

de agua que yo puedo meter en mi pequeña lata. Dios es mucho más grande, y está muy por encima de nuestras vidas encerradas

en el tiempo y dependientes del aire, el alimento y el sueño.

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Page 182: El Dios Olvidado - Francis Chan

LOCO AMOR

Por favor, haga una pausa aquí, aunque sea por un instante, y glorifique al Dios eterno: "Pero tú, SEÑOR, reinas eternamente; tu nombre perdura por todas las generaciones. . . Pero tú eres siempre el mismo, y tus años no tienen fin" (Salmo 102:12, 27).

Dios es omnisciente. ¿Acaso no es esa una idea que intimida?

Cada uno de nosotros, hasta cierto grado, engaña a sus amigos y familiares sobre quién es realmente; pero es imposi­ble hacer eso con Dios. Él nos conoce a cada uno, de manera profunda y específica; Él conoce nuestros pensamientos antes de que los pensemos, nuestros actos antes de que los realice­mos; sabe si nos acostamos, o nos levantamos, o caminamos. Él sabe quiénes somos y lo que pretendemos. No podemos

escapar de Él, aunque queramos. Cuando yo me canso de intentar ser fiel a Él y quiero un descanso, eso no le agarra a

Dios por sorpresa. Para David, el conocimiento de Dios le llevaba a adorar; él

lo consideraba maravilloso e importante, y escribió en el Salmo

139 que aun en la oscuridad, él no podía ocultarse de Dios; que cuando estaba en el vientre de su madre, Dios estaba allí.

Hebreos 4:13 dice: "Ninguna cosa creada escapa a la vista de Dios. Todo está al descubierto, expuesto a los ojos de aquel a quien hemos de rendir cuentas". Da qué pensar comprender

que este es el mismo Dios que es santo y eterno, el Creador de miles de millones de galaxias y de miles de especies de árboles

en el bosque. Es el Dios que se toma tiempo para saber todos los pequeños detalles sobre cada uno de nosotros. Él no tiene por qué conocernos tan bien, pero escoge hacerlo.

Dios es todopoderoso. Colosenses 1:16 nos dice que todo fue creado para Dios: "Porque por medio de él fueron creadas todas las cosas en el cielo y en la tierra, visibles e invisibles, sean tronos, poderes, principados o autoridades: todo ha sido creado por medio de él y para él".

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Page 183: El Dios Olvidado - Francis Chan

DEJE DE ORAR

¿Acaso no vivimos, en cambio, como si Dios fuese creado para nosotros, para hacer lo que nosotros pedimos, para bende­cimos a nosotros, y para cuidar de nuestros seres queridos?

El Salmo 115:3 revela: "Nuestro Dios está en los cielos y puede hacer lo que le parezca". Sin embargo, seguimos cuestio­nándolo: "¿Por qué me hiciste con este cuerpo, en lugar de con ese otro? ¿Por qué hay tantas personas que mueren de hambre? ¿Por qué hay tantos planetas sin nada vivo en ellos? ¿Por qué está tan estropeada mi familia? ¿Por qué no haces más obvio a las personas que te necesitan?".

La respuesta a cada una de esas preguntas es sencillamente esta: porque Él es Dios. Él tiene más que derecho a preguntar­nos a nosotros por qué tantas personas mueren de hambre. Por mucho que queramos que Dios se explique ante nosotros, su creación, no estamos en posición de demandar que Él nos rinda cuentas a nosotros.

Ninguno de los pueblos de la tierra merece ser tomado en cuenta. Dios hace lo que quiere con los poderes celestiales y con los pueblos de la tierra. No hay quien se oponga a su poder ni quien le pida cuentas de sus actos.

-Daniel 4:35

¿Puede usted adorar a un Dios que esté obligado a explicar­le sus actos? ¿Podría ser su arrogancia la que le hace creer que Dios le debe una explicación?

¿Realmente cree que comparados con Dios, "ninguno de los pueblos de la tierra merece ser tomado en cuenta", incluido

usted? Dios es justo. Una definición de justicia es: "recompen­

sa y castigo merecido". Si nosotros tuviéramos que definir lo que verdaderamente merecemos, terminaríamos con tantas respuestas diferentes como personas que respondan. Pero no

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Page 184: El Dios Olvidado - Francis Chan

LOCO AMOR

nos corresponde a nosotros, mayormente porque ninguno de nosotros es bueno.

Dios es el único Ser que es bueno, y los estándares son es­

tablecidos por Él. Debido a que Dios odia el pecado, tiene que

castigar a quienes son culpables de pecado. Quizá ese no sea un estándar atractivo, pero para expresarlo claramente, cuan­

do usted consiga tener su propio universo, puede establecer

sus propios estándares. Cuando estamos en desacuerdo con Él, no supongamos que el razonamiento de Él es el que necesita

corrección. A nosotros nos resulta muy difícil comprender el odio total

de Dios por el pecado. Nosotros ponemos excusas como: "Sí, a veces soy orgulloso, pero todo el mundo batalla con el orgullo".

Sin embargo, Dios dice en Proverbios 8:13: "Yo aborrezco el orgullo y la arrogancia". Usted y yo no tenemos permiso para

decirle a Él cuánto puede aborrecerlo; Él puede aborrecerlo y

castigarlo tan severamente como demande su justicia.

Dios nunca excusa el pecado, y Él siempre es coherente con

esa ética. Siempre que comencemos a cuestionar si Dios odia

realmente el pecado, tenemos que pensar no sólo en la cruz,

donde su Hijo fue torturado, burlado y golpeado a causa de

nuestro pecado. Nuestro pecado. No hay duda al respecto: Dios odia el pecado y debe casti­

garlo. Y Él es totalmente justo al hacerlo.

Delante del trono

Hasta aquí hemos hablado sobre cosas que podemos ver con

nuestros propios ojos, cosas que sabemos sobre la creación, y algunos de los atributos de Dios como se revelan en la Biblia.

Pero muchas facetas de Dios van más lejos de nuestra com­prensión. Él no puede ser contenido en este mundo, no puede

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Page 185: El Dios Olvidado - Francis Chan

DEJE DE ORAR

ser explicado por nuestro vocabulario, ni entendido por nuestro entendimiento.

Sin embargo, en Apocalipsis 4 e Isaías 6, tenemos dos vislum­bres distintas del salón del trono celestial. Permita que pinte un

cuadro con palabras para usted. En Apocalipsis, cuando Juan relata su experiencia de ver a Dios, es como si estuviera luchan­

do por encontrar palabras terrenales para describir la visión que

tuvo el privilegio de ver. Describe a Aquel que está sentado

en el trono con dos piedras preciosas: "jaspe y coralina", y la

zona alrededor del trono como un arco iris que se parecía a una esmeralda. Dios, que está en el trono, se parece a radiantes

piedras preciosas más que a carne y sangre. Este tipo de imagen poética y artística puede ser difícil para

nosotros que no pensamos de ese modo. Así que imagine el atardecer más increíble que haya visto usted nunca. ¿Recuerda

esos radiantes colores brillando en el cielo? ¿El modo en que se

detuvo para mirarlo con reverencia? ¿Y cómo las palabras guau y hermoso parecían tan insuficientes? Eso es sólo un poco de lo

que Juan está hablando en Apocalipsis 4 cuando trata de arti­cular su visión del salón del trono celestial.

Juan describe "relámpagos" y "truenos" que provienen del

trono de Dios, un trono que no debe de ser parecido a ningún

otro. Él escribe que delante del trono hay siete candeleros en­

cendidos y algo como un mar de cristal que se parece al vidrio. Utilizando palabras comunes, hace todo lo posible por descri­

bir un lugar celestial y a un Dios santo.

Lo más intrigante para mí es el modo en que Juan describe

a los seres que rodean el trono. En primer lugar, hay veinticua­tro ancianos vestidos con ropas blancas y con coronas de oro.

Luego, Juan describe cuatro seres con seis alas y con ojos que

cubren todos sus cuerpos y sus alas. Uno tiene rostro de león, otro de buey, otro de hombre, y otro de águila.

Yo trato de imaginar cómo sería si yo realmente llegase

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Page 186: El Dios Olvidado - Francis Chan

LOCO AMOR

a ver a una de esas criaturas en el bosque o en una playa.

¡Probablemente me desmayaría! Sería aterrador ver un ser con rostro de león y ojos todo alrededor de él y por dentro.

Como si la descripción de Juan no fuese ya lo bastante

extraña, luego pasa a decirnos lo que esos seres dicen. Los vein­ticuatro ancianos ponen sus coronas de oro delante de Aquel

que está sentado en el trono, se postran delante de Él, y dicen: "Digno eres, Señor y Dios nuestro, de recibir la gloria, la honra

y el poder, porque tú creaste todas las cosas; por tu voluntad existen y fueron creadas". Al mismo tiempo, las cuatro cria­

turas nunca cesan de decir (día y noche): "Santo, santo, santo

es el Señor Dios Todopoderoso, el que era y que es y que ha de venir". Imagine estar en ese salón, rodeado de los ancianos

proclamando la dignidad de Dios y de las criaturas declarando

la santidad de Dios.

El profeta lsaías también tuvo una visión de Dios en su salón

del trono, pero esa vez es un cuadro más directo: "Vi al Señor

sentado en un trono".

Guau. ¿lsaías vio eso y vivió? Los israelitas se ocultaban

siempre que Dios pasaba por su campamento porque tenían

demasiado miedo a mirarlo, aun sus espaldas, cuando Él se

alejaba. Tenían miedo de morir si veían a Dios. Pero lsaías miró y vio a Dios. Él escribe que el extremo del

manto de Dios llenaba todo el templo, y que había serafines

por encima de Él. Los serafines tenían cada uno de ellos seis

alas, similares a las criaturas que Juan describe en Apocalipsis. Isaías dice que ellos clamaban el uno al otro diciendo: "Santo,

santo, santo es el Señor todopoderoso; toda la tierra está llena

de su gloria". Entonces los cimientos temblaron y el humo llenó

la casa, lo cual es similar a la descripción de Juan de los relám­

pagos y los truenos. La descripción de Isaías es menos detallada que la de Juan,

pero Isaías comparte más de su propia respuesta a estar en el

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DEJE DE ORAR

salón del trono de Dios. Sus palabras reverberan en la estela del salón lleno de humo y los cimientos temblando: "¡Ay de mí,

que estoy perdido! Soy un hombre de labios impuros . . . ¡y no obstante mis ojos han visto al Rey, al SEÑOR Todopoderoso!".

Y entonces, uno de los serafines le trae a Isaías un carbón que

había estado en el altar. La criatura toca la boca de Isaías con

el carbón ardiente y le dice que su culpa es quitada.

Ambas descripciones tienen un propósito. La de Juan nos

ayuda a imaginar cómo es el salón del trono de Dios, mientras que la de Isaías nos recuerda cuál debería ser nuestra única

respuesta a un Dios así.

Que el clamor de Isaías sea también el nuestro. ¡Ay de mí ...

somos un pueblo de labios impuros!

Quizá necesite usted respirar hondo después de pensar en el

Dios que hizo las galaxias y las orugas, Aquel que se sienta en

el trono y es eternamente alabado por seres tan fascinantes que,

si fuesen fotografiados, saldrían en las noticias en horario de

máxima audiencia durante semanas. Si no está usted sorpren­

dido, vaya a Isaías 6 y Apocalipsis 4 y lea los relatos en voz alta

y despacio, haciendo todo lo posible por imaginar lo que los

autores describen. La manera apropiada de terminar este capítulo es la misma

manera con que comenzamos: estar en reverencial silencio de­lante de un Dios poderoso y temible, cuya tremenda dignidad

se hace aún más clara cuando nos vemos a nosotros mismos,

seres diminutos, en comparación con Él.

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