El desarrollo territorial desigual en Lima Metropolitana

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EL DESARROLLO TERRITORIAL DESIGUAL EN LIMA METROPOLITANA 1 Antonio Romero Reyes 2 Dos grandes rasgos estructurales caracterizan actualmente el desarrollo económico en Lima Metropolitana. En términos territoriales estos rasgos son: 1] la concentración y desigual distribución de recursos; 3 2] la presencia expansiva de la globalización, que retroalimenta al componente anterior. El propósito del presente trabajo consiste en demostrar justamente el carácter desigual que ha adoptado el desarrollo territorial (de alcance económico u otro) en nuestra ciudad, pese a toda la modernización urbana que es celebrada – debido al crecimiento económico— por los principales medios de comunicación y a pesar también de todas las grandes “obras” que emprendieron las gestiones municipales. Para los geógrafos el “territorio” tiene dos niveles de significación: 1] es una porción del espacio delimitada por límites legales (nótese aquí que “espacio” es más general que “territorio” y tiene una connotación jurídica); 2] el territorio como conjunto de espacios que reúnen a individuos, grupos y sus actividades (lo general, en cambio, es el “territorio”). De esta doble connotación la segunda nos parece más pertinente en el presente trabajo, pero más que una colección de objetos nuestro enfoque aborda los procesos y relaciones que discurren y dan forma al territorio. 4 En la demostración del objetivo nos valdremos de información estadística del INEI así como de algunos mapas elaborados en el Instituto Metropolitano de Planificación (IMP). 5 Antes de empezar tenemos primero que explicitar el marco estructural de este trabajo. 1. El sistema centro-periferia en el Perú y Lima Metropolitana De la época de la dominación española a la republicana la economía peruana pasó de tener una condición colonial a ser una economía subdesarrollada y dependiente. En los últimos años, entrando ya en el siglo XXI, esta condición histórica fue morigerada por los discursos ideológicos afines al pensamiento económico ortodoxo, así como por la influencia de la prensa y la literatura 1 Ponencia para el Grupo 4, Sociología de los espacios: Ciudades, territorios y naciones (coordinador: Manuel Dammert). IX Congreso Nacional de Sociología Perú Pre ALAS 2013. 2 Economista graduado y titulado en la Universidad Ricardo Palma. Actualmente sigue estudios de Maestría en Sociología con Mención en Estudios Políticos, en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. 3 Este señalamiento no es una novedad, ya en el Informe sobre Desarrollo Humano, Perú 2005, estaba plenamente identificado junto a su correlación con el bienestar: “En Lima, como en el resto del país, la concentración de recursos tiene cada vez menos relación con el bienestar de la mayoría de las personas, en la medida que hace patentes las discriminaciones y demuestra que la proximidad física de las personas no aumenta las posibilidades de comunicación entre sus habitantes, ni crea lazos de integración social y solidaridad si las diferencias económicas son grandes. La proximidad entre los habitantes de la capital es, por tanto, solo una apariencia geográfica y territorial, pues las barreras sociales y económicas son, en este caso, de mayor intensidad.” (PNUD, Informe sobre Desarrollo Humano, Perú 2005, Lima, marzo 2005, p. 84). 4 Para una lectura sobre el estado de situación del concepto, a comienzos del s. XXI, véase José Antonio Borello, “Cuando los economistas hablan del territorio ¿con quién hablan?”, Curso de Postgrado: Desarrollo Local en Áreas Metropolitanas, Buenos Aires, Instituto del Conurbano, 2001. 5 En el 2012 el autor formó parte del equipo para la formulación del Plan Regional de Desarrollo Concertado de Lima Metropolitana, habiéndose desempeñado como asesor económico para los temas de producción, comercio y servicios.

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EL DESARROLLO TERRITORIAL DESIGUAL EN LIMA METROPOLITANA1

Antonio Romero Reyes2

Dos grandes rasgos estructurales caracterizan actualmente el desarrollo económico en Lima Metropolitana. En términos territoriales estos rasgos son: 1] la concentración y desigual distribución de recursos;3 2] la presencia expansiva de la globalización, que retroalimenta al componente anterior.

El propósito del presente trabajo consiste en demostrar justamente el carácter desigual que ha adoptado el desarrollo territorial (de alcance económico u otro) en nuestra ciudad, pese a toda la modernización urbana que es celebrada –debido al crecimiento económico— por los principales medios de comunicación y a pesar también de todas las grandes “obras” que emprendieron las gestiones municipales.

Para los geógrafos el “territorio” tiene dos niveles de significación: 1] es una porción del espacio delimitada por límites legales (nótese aquí que “espacio” es más general que “territorio” y tiene una connotación jurídica); 2] el territorio como conjunto de espacios que reúnen a individuos, grupos y sus actividades (lo general, en cambio, es el “territorio”). De esta doble connotación la segunda nos parece más pertinente en el presente trabajo, pero más que una colección de objetos nuestro enfoque aborda los procesos y relaciones que discurren y dan forma al territorio.4

En la demostración del objetivo nos valdremos de información estadística del INEI así como de algunos mapas elaborados en el Instituto Metropolitano de Planificación (IMP).5

Antes de empezar tenemos primero que explicitar el marco estructural de este trabajo.

1. El sistema centro-periferia en el Perú y Lima Metropolitana

De la época de la dominación española a la republicana la economía peruana pasó de tener una condición colonial a ser una economía subdesarrollada y dependiente. En los últimos años, entrando ya en el siglo XXI, esta condición histórica fue morigerada por los discursos ideológicos afines al pensamiento económico ortodoxo, así como por la influencia de la prensa y la literatura

1 Ponencia para el Grupo 4, Sociología de los espacios: Ciudades, territorios y naciones (coordinador: Manuel Dammert). IX Congreso Nacional de Sociología Perú Pre ALAS 2013. 2 Economista graduado y titulado en la Universidad Ricardo Palma. Actualmente sigue estudios de Maestría en Sociología con Mención en Estudios Políticos, en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. 3 Este señalamiento no es una novedad, ya en el Informe sobre Desarrollo Humano, Perú 2005, estaba plenamente identificado junto a su correlación con el bienestar: “En Lima, como en el resto del país, la concentración de recursos tiene cada vez menos relación con el bienestar de la mayoría de las personas, en la medida que hace patentes las discriminaciones y demuestra que la proximidad física de las personas no aumenta las posibilidades de comunicación entre sus habitantes, ni crea lazos de integración social y solidaridad si las diferencias económicas son grandes. La proximidad entre los habitantes de la capital es, por tanto, solo una apariencia geográfica y territorial, pues las barreras sociales y económicas son, en este caso, de mayor intensidad.” (PNUD, Informe sobre Desarrollo Humano, Perú 2005, Lima, marzo 2005, p. 84). 4 Para una lectura sobre el estado de situación del concepto, a comienzos del s. XXI, véase José Antonio Borello, “Cuando los economistas hablan del territorioB ¿con quién hablan?”, Curso de Postgrado: Desarrollo Local en Áreas Metropolitanas, Buenos Aires, Instituto del Conurbano, 2001. 5 En el 2012 el autor formó parte del equipo para la formulación del Plan Regional de Desarrollo Concertado de Lima Metropolitana, habiéndose desempeñado como asesor económico para los temas de producción, comercio y servicios.

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especializada, debido a los indicadores del crecimiento (PBI, exportaciones, inversiones mineras), trocándose la nomenclatura anterior por el reconocimiento de nuestro país como una economía emergente. Hoy en día cualquier discurso gubernamental, empresarial o de corte político en materia económica es edificado sobre la base de esa nueva identidad, proveniente sobre todo de los mercados internacionales, las agencias calificadoras y los organismos internacionales que monitorean la economía y finanzas del Perú o de cualquier otro país del sistema mundo moderno/colonial.

Ello alimentó incluso las ilusiones de ciertos políticos que sacralizaban el crecimiento económico medido con los indicadores agregados más usuales,6 a través de discursos “optimistas” y sobredimensionados que sin embargo han calado profundamente en el sentido común de la mayoría de la gente “de a pie”.

Esencialmente, el rol de nuestro país como proveedor de materias primas sigue siendo el mismo desde que quedó incorporado a los circuitos de producción y circulación de mercancías a escala mundial, aunque la expresión de ese rol haya cambiado de forma (productor de oro en la colonia; exportador de minerales en la actualidad) sin que se haya alterado la condición de país periférico. La propia relación centro-periferia, verificable a escala internacional, se reproduce incluso al interior del país tal como se muestra esquemáticamente en el siguiente gráfico, donde por centro queremos designar a Lima Metropolitana y por periferia al resto del Perú. En esta última diferenciamos, a su vez, a los espacios productivos que generan excedentes para la exportación (minería, pesca y otras actividades extractivas), a las ciudades intermedias y la periferia rural con respecto de las cuales aquellos espacios –antes denominados “enclaves”— están ahora relativamente articulados. La relación centro-periferia va incluso más allá de la existente entre Lima y el resto del país, ya que se reproduce al interior a través de diferentes escalas territoriales (macro regional, regional, provincial, etc.). Lima Metropolitana tampoco es un centro homogéneo ya que a su interior –como se trató años atrás en Romero7-- se gestaron espacios socioeconómicos que hasta hace algún tiempo constituían la propia periferia de la gran ciudad (surgieron como asentamientos humanos, barriadas o pueblos jóvenes bajo la modalidad de invasiones), pero hoy son parte del mismo territorio metropolitano y están reconocidos como las nuevas Limas “emergentes”.

6 Ejemplos notorios han sido los ahora investigados, por presuntos delitos de corrupción, ex presidentes Alejandro Toledo (Perú Posible) y Alan García Pérez (APRA) con sus declaraciones en diversos medios. Toda una antología de ideas proclives al culto y la veneración, y que expresan fielmente lo que Mészáros ha llamado “el punto de vista del capital”. Debatimos las doctrinas del Dr. Alan García en Miserias de la Economía. El fetichismo de la ciencia económica, Lima, Editorial Horizonte, 2012, p. 85-98. 7 Antonio Romero, “La economía urbana de Lima Metropolitana: Los procesos y retos del desarrollo”, Socialismo y Participación N° 97, abril 2004, p. 57-85. También publicado en Lecturas de la Economía del Norte de la Ciudad, Cuadernos de Desarrollo Económico Local, Lima, Alternativa, 2004, p. 25-52.

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Partimos entonces, como premisa, de una matriz histórico-estructural que ha permanecido inalterada a pesar del más reciente ciclo exportador de materias primas y otros productos no tradicionales; a pesar también del triunfalismo de las elites en torno al “modelo” y su manejo en piloto automático por más de 20 años.8

2. Concentración y distribución de recursos

Esta parte la abordamos a través de los indicadores de producción y empleo, a escala metropolitana, interdistrital y distrital.

2.1 Valor de la producción

Concentración y distribución espacial desigual son las características más resaltantes de la estructura de producción en Lima Metropolitana. Basándonos en el IV Censo Nacional Económico del 2008, resultados definitivos a nivel de Lima Metropolitana,9 observamos que las áreas de mayor “producción” –y los establecimientos que la generan— se encuentran concentradas en el centro de Lima y en los distritos de Miraflores y San Isidro.10 Es necesario aclarar que estos dos distritos se distinguen sobre todo por la actividad comercial y los servicios que allí se despliegan, orientados hacia la gran empresa. El Cercado de Lima, Miraflores y San Isidro conforman el espacio económico con la mayor

8 ¿Seguirá siendo el Perú, de aquí a 50 años, un país de economía primordialmente extractiva y exportador de materias primas?, ¿se mantendrá la hegemonía de la misma política económica que conocemos? Lamentablemente, este tipo de preguntas jamás fueron abordadas y menos aún orientaron el ejercicio prospectivo de los especialistas en una reciente publicación de una prestigiosa universidad (Bruno Seminario; Cynthia Sanborn; Nikolai Alva, editores, Cuando despertemos en el 2062. Visiones del Perú en 50 años, Lima, Universidad del Pacífico, 2013). Considero que las respuestas a dichas interrogantes son sobre todo de orden sociopolítico en el sentido de que descansan fundamentalmente de la modificación sustancial de las relaciones de fuerzas en el Perú, así como en los escenarios internacional (América Latina) y global (sistema mundo). Ciertamente, esta perspectiva está ausente en los diversos enfoques académicos del mencionado libro. 9 INEI, Lima Metropolitana. IV Censo Nacional Económico 2008. Resultados definitivos. Tomo 1. Lima, enero 2010. En base a 237,654 establecimientos informantes. 10 Escribimos “producción” (con comillas) llamando la atención por el hecho de que el INEI, en encuestas y censos de establecimientos, hace sus mediciones incorporando a los servicios en la “producción”.

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concentración de ese tipo de actividades económicas, al nivel de toda la ciudad (44.4%) y del país, y el valor de la variable se halla comprendida en un rango superior a los S/. 15,000 millones.

Siguen en orden de importancia los espacios de la ciudad donde el valor de la producción está comprendida en el rango de S/. 5,0000 hasta 15,000 millones. Comprende a la Provincia Constitucional del Callao (excepto Bellavista y La Perla); Ate (Lima Este), La Victoria, Surquillo y Surco –en este orden- en la Provincia de Lima. En este espacio de la ciudad los cuatro distritos mencionados representan el 23% de la producción.

El tercer estrato (S/. 1,000 hasta 5,000 millones) es el más numeroso y socialmente heterogéneo ya que comprende a 21 distritos que representan el 36% del territorio metropolitano y 2/3 (67.7%) de la población proyectada al 2011. Se encuentran aquí varios distritos “tradicionales” del área central, posición que es compartida con los distritos más consolidados de la periferia urbana. Un primer grupo comprende a San Borja, San Miguel, Jesús María, La Molina, Lince, Breña, San Luis, Rímac y Magdalena del Mar, que en conjunto reúnen el 12% de la producción. En el segundo grupo figuran San Martín de Porres, Los Olivos, Independencia y Comas en Lima Norte, que generan el 5.4%; San Juan de Lurigancho, Santa Anita y Lurigancho (Chosica), en Lima Este, reúnen un 6.2%; Chorrillos, Lurín, Villa El Salvador, Villa María del Triunfo y San Juan de Miraflores en Lima Sur aportan 6.4% (prácticamente un “empate técnico” con Lima Este en el estrato).11 En conjunto, este estrato proporciona la tercera parte del valor de la producción.

El último estrato de producción, con un valor igual o inferior a los S/. 1,000 millones, lo conforman: Pueblo Libre y Barranco en el área central; Puente Piedra, Carabayllo, Ancón y Santa Rosa en Lima Norte; El Agustino, Chaclacayo y Cieneguilla en Lima Este; Pachacámac y los balnearios del sur en Lima Sur. O bien son “distritos dormitorio” (como Ancón, El Agustino y Chaclacayo), o bien se encuentran en la frontera de expansión urbana de la metrópoli (como los cinco balnearios del sur). En cambio, Carabayllo en Lima Norte y Pachacámac en Lima Sur son distritos periurbanos, es decir, con presencia de espacios rurales y bolsones de actividad agrícola.12 La participación conjunta de este estrato es mínima (2.5%).

Considerando la distribución de la producción a nivel de áreas interdistritales, se observa claramente que la mayor proporción de dicho agregado es generada en Lima Centro, tal como lo muestra el siguiente cuadro que además contempla otros indicadores relacionados.

11 La consideración de Chorrillos (un distrito histórico) en el espacio de Lima Sur es determinante en el resultado. 12 Tenemos razones para dudar de las categorías de “establecimiento” y “producción”, pues tratándose de Lima Metropolitana dichas categorías tienen una connotación netamente urbana, siendo imposible conocer la magnitud de establecimientos y producción rurales en el censo del INEI. En los casos de Carabayllo y Pachacámac supondremos que los respectivos datos de “establecimientos” y “producción” están subvaluados.

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Producción, consumo intermedio y valor agregado por áreas interdistritales (%)

Indicador Lima Norte

Lima Sur

Lima Este

Lima Centro

Total Prov. Lima

Consumo intermedio 6.6 6.8 16.3 70.3 100.0 Valor agregado 5.5 5.9 14.5 74.1 100.0 Producción 6.2 6.5 15.5 71.8 100.0

Fuente. INEI, IV Censo Nacional Económico 2008, ob. cit. Elaboración. El autor.

Sea bajo el criterio de estratificación o el de distribución territorial resulta claro que Lima Centro y dentro de esta San Isidro, Miraflores y Cercado, son los espacios en la ciudad desde donde se toman las principales decisiones económicas y políticas, decisiones de alcance metropolitano y nacional; desde cuyos ámbitos –por ende— se orienta el crecimiento urbano, las inversiones y las demás políticas.

Provincia de Lima: Principales espacios de decisión económica

Espacio de “producción”

Valor en mlls de S/.

%

San Isidro 28,741 18.9

Miraflores 19,792 13.0

Cercado 18,954 12.5

Sub total 67,487 44.4

Resto de Lima 84,561 55.6

Provincia de Lima 152,048 100.0 Fuente. INEI, IV Censo Nacional Económico 2008, ob. cit. p. 324-325. Elaboración. El autor.

Del cuadro se desprenden dos conclusiones prácticas. Primero, la “producción” en Lima (provincial y metropolitana) es liderada realmente por dos distritos que son San Isidro y Miraflores. Segundo, y desde el punto de vista de la composición de la “producción”, el liderazgo de dichos distritos implica que el crecimiento y desarrollo de Lima-ciudad depende fundamentalmente de las actividades comerciales y los servicios más modernos, inscritos en el sector terciario.

2.2 Recursos humanos

Relacionamos la distribución espacial del empleo con los centros y sub-centros urbanos que cumplen funciones económicas en el territorio. Como caso ilustrativo tratamos la situación del empleo en Lima Norte.

a) Distribución del empleo en el espacio económico metropolitano

Según Pardo y Morales los 4 “centros de mayor desarrollo” –asociando empleo con espacios económicos y distritos— son los siguientes: (i) el Gran Centro Metropolitano que comprende Cercado, Lince, San Isidro y Miraflores; (ii) Centro Norte que incluye a Independencia, Comas, Los Olivos y San Martín de Porres; (iii) el Centro Este donde destacan Santa Anita y Ate; (iv) Centro

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Cercado Oeste-Callao, comprendiendo a Cercado y Callao.13 Nótese que los espacios económicos más importantes de Lima Sur (San Juan de Miraflores y Villa El Salvador) todavía aparecen sin constituir un “centro” en su propio territorio.

b) El empleo en Lima Norte

El comercio informal y el subempleo/desempleo constituyen los problemas económicos más importantes para la población de Lima Norte. Más aún, si entendemos el comercio informal como una de las manifestaciones del subempleo, el problema se reduce a uno solo.

En Lima Norte la PEA ocupada es del orden del 61.5%, la desocupación es del 6% y los inactivos representan la tercera parte (32.5%) de la población en edad de trabajar (PET).14 En la PEA ocupada están comprendidos subempleados y adecuadamente empleados, y entre los primeros se diferencia a los subempleados por horas de los subempleados por ingresos: ambos subgrupos totalizan 27.1% de la PEA ocupada. En conjunto, los subempleados, desocupados e inactivos totalizan el 65.6% de la PET, lo que contrasta con el 34.4% de quienes tienen la suerte de contar con “empleo adecuado”, dándonos un panorama más crítico sobre la gravedad del empleo en esta parte de la ciudad.

Es importante tomar con suma precaución las cifras oficiales que miden la ocupación, siendo necesario distinguir a los activos que trabajan de los que realmente no lo hacen al momento en que son encuestados, y en este segundo grupo subyace el desempleo oculto (voluntario e involuntario). En este contexto, es probable que el 6% de desocupación mida solamente el desempleo abierto. Asimismo, entre los ocupados que trabajan o son catalogados como “adecuadamente empleados” puede haber situaciones de búsqueda efectiva de un nuevo empleo (para obtener mayores ingresos), o la expectativa de conseguir otro trabajo (para complementar lo que ya se percibe), induciéndonos a pensar en la existencia de subempleo entre los “adecuadamente empleados”. Finalmente, entre los inactivos hay que distinguir a los inactivos voluntarios de los involuntarios; forman parte del primer grupo los trabajadores familiares no remunerados, las amas de casa y/o el cuidado del hogar, que son modalidades del autoempleo, un fenómeno social ampliamente extendido en la sociedad peruana pero que aún sigue invisibilizado en las estadísticas oficiales.15

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Mariela Pardo; Ingrid Morales, Caracterización preliminar del área metropolitana, septiembre 2011, p. 24. (Documento interno del IMP). 14 PET = PEA + Inactivos. Nuestra fuente de información proviene de la exposición de Julio Vargas Campos, Gerente de Desarrollo Empresarial, en la Mesa Temática de Economía, producción, comercio y servicios (Municipalidad de Independencia, 14 de abril 2012), basándose en cifras del INEI. 15 Otras modalidades de autoempleo pero que –a diferencia de las mencionadas en el párrafo— permiten agenciarse de algún ingreso, son: servicios personales, venta ambulatoria, puestos en mercados o en la vía pública, trabajo no calificado en determinados servicios (“mil oficios”), servidumbre o trabajo forzoso, trabajo infantil, prostitución, etc. Años atrás (más de una década) se hizo la medición del desempleo oculto y del autoempleo para Villa María del Triunfo, en el marco del diagnóstico económico del plan de desarrollo integral del distrito (Municipalidad de Villa María del Triunfo, “La decisión de trabajar por el futuro”. Plan de Desarrollo Integral de Villa María del Triunfo, Vol. 2: Diagnóstico Técnico Participativo, octubre 2000, p. 57-61). La referencia metodológica fue Francisco Verdera, El empleo en el Perú: Un nuevo enfoque, Lima, Instituto de Estudios Peruanos, 1983.

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La situación laboral de la PET juvenil puede apreciarse indirectamente a través de su dedicación a los estudios, en el entendido de si lo están haciendo o no (véase cuadro adjunto). La situación que se observa no deja de ser inquietante, pues para un significativo 82.3% de los jóvenes activos que declararon estar trabajando (activos ocupados que no estudian) se deduce fácilmente que la prioridad es trabajar. Situación parecida se constata con los jóvenes que se hallan desocupados, donde el 71% no estudia. En cambio, observamos lo contrario con los inactivos que sí estudian, siendo un mayoritario 60.2%.

Lima Norte. Dedicación a los estudios de la PET juvenil

Situación Activos

Inactivos Total % Ocupados Desocupados

Estudian 27,412 7,184 73,330 107,926 35.8 No estudian 127,270 17,866 48,419 193,555 64.2 Total 154,682 25,050 121,749 301,481 100.0 Fuente. Ver la nota 14. Elaboración. El autor.

Surge inevitablemente la siguiente pregunta: ¿se puede estudiar y trabajar a la vez, sin ver afectados el aprovechamiento académico ni la eficiencia laboral del individuo, en este caso los jóvenes de ambos sexos? Para la abrumadora mayoría de los activos que trabajan y han dejado los estudios (temporal o definitivamente), así como para la mayor parte de los inactivos que estudian, la respuesta tácita parece ser esta: para estudiar y prepararse bien, lo recomendable es evitar dedicarse también a trabajar hasta después de concluidos los estudios. Sin embargo, el 64.2% de la PET juvenil ha optado por dejar de estudiar (o simplemente “no estudiar”) comprendiendo a los ocupados, desocupados e inactivos. Puede haber múltiples motivos, todos ellos comprensibles, y detrás de dicha cifra suponemos que los/las jóvenes han hecho una elección razonada. ¿Cuán “racional” ha sido esta decisión?

En el diagnóstico participativo la gente reconoció la situación de desempleo y subempleo por la que atraviesan los jóvenes (de ambos sexos), también el bajo nivel de estudios y de preparación de la población local (incluyendo ciertamente a los jóvenes). De las 1’011,873 personas ocupadas en Lima Norte, 10% solamente alcanzó la primaria y 53.2% tiene nivel secundaria (completa o incompleta).

Resulta lícito pensar que los jóvenes que trabajan lo están haciendo en empleos de baja calificación y productividad, además mal remunerados, en precarias condiciones y sin ninguna protección legal. El círculo es vicioso y tiende a perennizarse en un país como el nuestro, pues de un lado el bajo nivel educativo o la deficiencia de la curricula escolar desalienta a los jóvenes cuando descubren el divorcio entre “lo aprendido” en el aula y la realidad; de otro lado, la carencia, limitaciones (o pobreza) de recursos de sus familias constituye un enorme factor de presión para buscar con urgencia “algún trabajo” dejando (o descuidando) en consecuencia los estudios. El sentido práctico que han desarrollado las actuales generaciones de jóvenes (en términos de pragmatismo y empirismo) para juzgar las cosas e insertarse en el (des)orden actual del mundo proviene –creemos nosotros— de esa contradictoria relación estructural.

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Si lo anteriormente dicho tiene visos de veracidad, y viendo más ampliamente la educación como uno de los factores coadyuvantes de la productividad, creatividad e innovación, es más que evidente la conexión entre conocimiento, preparación, habilidades técnicas y actividad económica. Teniendo además en cuenta los datos anteriormente examinados sobre la PET juvenil en Lima Norte, y dada la demanda de trabajadores por parte de las empresas, no sería nada gratuito que esos jóvenes ocupados que “no estudian” (es decir, trabajan) hayan pasado a engrosar en buena medida las filas de quienes se dedican al comercio y/o los servicios. Estos “sectores” emplean respectivamente al 22.5 y 51.3% de la PEA ocupada del área. Todo este proceso tiene como fundamento una relación estructural, dando lugar al engrosamiento –o formando parte— de la informalidad que cunde por el espacio de Lima Norte.

A diferencia del tradicional abordaje macroeconómico del empleo que encuadra este tema en un marco estrictamente sectorial, nosotros lo hemos enfocado desde la perspectiva histórico-estructural.16 El estructuralismo de los años 60 y 70, inspirado en las ideas de Raúl Prebish, asociaba estrechamente el empleo con las condiciones de la acumulación capitalista en el marco de las relaciones centro-periferia entre países. En este contexto, el denominado “sector informal” venía a ser una de las expresiones –pero también convertido en condición— del funcionamiento del capitalismo periférico. Términos tan de moda hoy en día como “inclusión” y “exclusión” (aunque utilizados sin ninguna contextualización) tienen sus raíces –es necesario reconocerlo— en el pensamiento estructuralista. En Lima Norte como en los demás espacios periféricos de nuestra gran ciudad (las demás “Limas”), la preponderancia de la informalidad en términos de empleo y/o “PEA ocupada” tiene su correlato en una debilidad estructural que es la desindustrialización o, alternativamente, débil industrialización, cuyo proceso histórico mayor es el de la industrialización tardía que ha tenido y se mantiene en nuestro país. Y los procesos colaterales que esa relación estructural entraña de ninguna manera dejan de ser menos graves y apremiantes.17

3. Desarrollo económico territorial desigual

El desarrollo desigual en Lima es consecuencia del patrón de articulación centro-periferia que hemos caracterizado anteriormente, donde el “centro” comprende la sede del gobierno central (poder ejecutivo) como el espacio de poder históricamente constituido desde la colonia, el centro comercial-financiero de Miraflores y San Isidro que es el espacio más significativo de las decisiones empresariales (grupos de poder económico, inversionistas, filiales de las grandes corporaciones, bancos, financieras y compañías aseguradoras), y por último, el espacio económico que forman el puerto y aeropuerto del

16 Evidentemente, el enfoque adoptado nos ha llevado a vincular empleo con educación, y a través de este tema con dos procesos socioculturales: aumento de la cobertura en educación pero con bajos estándares educativos, e incremento de la brecha entre oferta formativa y demanda laboral. 17 Como concluía Víctor Tokman en uno de sus trabajos (conclusión tan válida como hace un cuarto de siglo cuando se publicó): “Dependencia, heterogeneidad y exclusión son, entonces, características importantes para entender la situación de empleo actual. [B] Por último, la exclusión y la heterogeneidad crecientes, tanto entre los incorporados y los excluidos como dentro de ellos mismos, debilita la capacidad de acción de los actores sociales. La sociedad civil se desarticula y torna difícil la implementación de proyectos nacionales de desarrollo. No sólo los actores sociales civiles se presentan limitados en su potencial de actuación. Sino que además trasladan crecientemente la responsabilidad por tal situación al Estado, sin reconocer muchas veces el carácter estructural que determina esta forma de organización social propia de la periferia.” [Víctor Tokman, “Progreso técnico, empleo y desarticulación social”, Madrid, Pensamiento Iberoamericano N° 11 (primera época), enero-junio 1987, p. 416-417].

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Callao, a través de los cuales el Perú se articula físicamente con la economía mundo vía flujos de exportaciones-importaciones y de entrada-salida de personas (turistas, migrantes, viajeros).

Dicho espacio de relaciones económicas y de poder, junto con sus respectivas expresiones institucionales, se halla regido por fuerzas centrípetas y centrífugas. En las primeras confluye el centralismo (de viejo y nuevo cuño) de las organizaciones políticas (partidos), la tecno burocracia del estado y otros poderes públicos, las élites militares y las clases altas. Las fuerzas centrífugas, en cambio, actúan en doble sentido: i] desde el espacio central de Lima hacia el resto del mundo; y ii] desde este mismo espacio hacia la periferia urbana y el interior del país18. Estas fuerzas que se expanden hacia el entorno circundante inmediato son principalmente de carácter económico, están organizadas y lideradas por las grandes empresas.

La concentración de actividades, los efectos de aglomeración y las economías externas, junto con la calidad y condiciones del trabajo, el grado y tipo de especialización, el uso de elementos tecnológicos, la capacidad gerencial, la dotación de servicios urbanos y otros servicios públicos, la información de mercado, las ventajas de localización para la inversión, la demanda efectiva potencial, entre otros, se encuentran entre los factores que permitirían explicar la desigualdad económica en términos territoriales, reflejándose en determinados indicadores económicos (en tanto resultantes del desarrollo territorial desigual, no al revés).

Describimos la desigualdad territorial en base a cuatro indicadores: densidad de capital, valor agregado censal, productividad del trabajo y remuneración por trabajador. Partimos indicando que la estructura de la economía metropolitana está conformada por un espacio central y tres áreas interdistritales emergentes (Lima Norte, Lima Este y Lima Sur), conurbadas con aquel. Para efectos de la comparación tomamos a cuatro distritos representativos de cada área: San Isidro, Los Olivos, Ate y Villa El Salvador.

Indicadores económicos de la desigualdad territorial

Distrito representativo (área interdistrital)

Remuneración / Densidad de capital

(%)

Ratio: Productividad / Remuneración

Densidad de capital / Valor Agregado

(%) San Isidro (Lima Central) 15.0 3.0 6.3 Los Olivos (Lima Norte) 22.4 2.4 45.7 Ate (Lima Este) 26.4 2.4 19.9 V.E.S. (Lima Sur) 12.2 3.6 80.2

V.E.S: Villa El Salvador. Fuente. INEI, IV Censo Nacional Económico 2008, ob. cit. Elaboración. El autor.

Nuestra primera impresión es la preeminencia de San Isidro en cuanto a densidad de capital (S/. 192,122). Generalizando este resultado para el

18 Decimos espacio central para diferenciarlo del tradicional “centro de Lima”: Palacio de Gobierno, Plaza de Armas y alrededores; Jirón de la Unión, Plaza San Martín y alrededores; Congreso de la República, Av. Abancay y alrededores; Parque Universitario, Av. Nicolás de Piérola y alrededores; Plaza 2 de Mayo, Plaza Bolognesi, Av. Tacna, Av. Alfonso Ugarte y alrededores; Museo de Arte, Parque de la Exposición, Paseo Colón, Av. Garcilaso de la Vega y alrededores. Toda esta disposición urbana conforma el Centro Histórico de Lima. El espacio central, en cambio, es más amplio al del centro histórico ya que incluye a los siguientes distritos (en orden alfabético): Cercado (donde se halla el centro histórico), Barranco, Breña, La Victoria, La Molina, Lince, Magdalena del Mar, Miraflores, Pueblo Libre (antes Magdalena Vieja), Rímac, San Borja, San Isidro, San Luis, San Miguel, Surco y Surquillo.

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conjunto del espacio central, este liderazgo obedecería principalmente a las economías de aglomeración. El costo de crear un puesto de trabajo (densidad de capital) en este espacio es más alto que en cualquier otro lugar de Lima, implicando además que las exigencias de calificación, preparación y experiencia son mayores para todos quienes persiguen un empleo en esa parte de la ciudad. Estos mayores costos por puesto de trabajo son más que compensados (término medio) por la magnitud del valor agregado que obtiene cada establecimiento, y se refleja en la proporción entre las dos variables (para San Isidro la relación entre densidad de capital y valor agregado es del 6.3%). Todo lo contrario sucede en los espacios económicos emergentes, donde si bien los costos de generar un puesto de trabajo son más bajos la densidad de capital absorbe una gran parte del excedente (80% para V.E.S, 46% para Los Olivos), asociado a su vez con la baja productividad laboral, lo que conlleva menores utilidades por establecimiento.

Tanto en Lima como en el Perú las empresas generan puestos de trabajo a cambio de bajas remuneraciones y elevadas exigencias de productividad para llevar el excedente y la utilidad empresarial (descontando costos salariales) al máximo posible.19 En el Cercado la remuneración promedio es del orden del 17% respecto de la densidad de capital (15% en San Isidro), el valor de la productividad del trabajo prácticamente triplica al de la remuneración promedio (la productividad del trabajo en San Isidro es más del doble a la del Cercado), mientras que el excedente bruto (valor agregado censal) del establecimiento es 2.5 veces lo invertido en crear un puesto de trabajo (para San Isidro la misma relación es de 16 veces).

De las tres áreas emergentes, Lima Este (representada por Ate) es la más competitiva. Incluso el valor promedio del excedente (S/. 317,000) supera con creces (60%) al del Cercado, pero está por debajo del valor agregado de San Isidro (más de S/. 3 millones por establecimiento). Llama justamente la atención el que –en términos comparativos— con una menor dotación de capital por trabajador y una mayor remuneración promedio, la productividad del trabajo en Ate supera ligeramente a la del Cercado (prácticamente, entre ambos distritos hay un “empate técnico”) que permite generar un gran excedente (el más elevado de las nuevas Limas). La explicación podría estar en el tema de la composición orgánica del capital en términos territoriales, en el hecho de que en Ate y Lima Este se asientan muchísimas manufacturas de pequeña escala que son intensivas en mano de obra (piénsese, p. ej., en Huaycán) así como talleres artesanales que ocupan barrios enteros.20

La distribución de actividades por zonas territoriales revela un patrón de concentración/aglomeración de actividades económicas (al menos para los distritos de mayor urbanización y aglomeración), que sigue a la densificación urbana, se repite en todos los espacios emergentes y responde en último término a las dinámicas metropolitanas. Es decir, el mayor dinamismo

19 En la metodología de cálculo del INEI el excedente es el “valor agregado censal”: diferencia entre el valor de la producción y el consumo intermedio. 20 Por ejemplo los Talleres Asociados Wari Ayllu de Quinua (TAWAQ), de productores migrantes ayacuchanos, en la Asociación El Olivar (Vitarte), quienes están articulados con redes y circuitos internacionales de comercio justo. [Antonio Romero, “El Comercio Justo en el Perú”, en Comercio Justo Sur-Sur. Problemas y potencialidades para el desarrollo del comercio justo en la Comunidad Andina de Naciones (Alfonso Cotera, coord.), Lima, Grupo Red de Economía Solidaria del Perú, 2009, p. 144-146].

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económico (productivo, comercial y de servicios) tiende a priorizar su localización en los principales ejes viales (en Lima Norte son la Panamericana Norte y la Av. Túpac Amaru), así como ejes articuladores complementarios (v.gr., avenidas Universitaria, Belaunde, Gerardo Unger y otras). En cambio, el dinamismo se vuelve gradualmente menos intenso desde estos ejes hacia el interior de los distritos, donde las actividades muestran una gran dispersión a medida que las áreas son más residenciales, acentuándose al mismo tiempo el predominio de los negocios tipo bodegas o minimarkets, según la zona, excepto p. ej. en aquellos lugares donde se ha instalado un supermercado o que son próximos a este.

El problema con dicho patrón de localización y concentración consiste en que no genera centralidades ni lugares centrales; responde más bien a economías de urbanización de alcance metropolitano, fuertemente asociadas con la existencia de un determinado bien público (en nuestro caso, grandes vías, carreteras o ejes viales de alcance interdistrital). Una centralidad o lugar central en el sentido de la economía espacial presenta las siguientes características:21

(1) Las relaciones de intercambio entre actividades y agentes económicos son intensas.

(2) Las actividades económicas se aglomeran o reagrupan geográficamente, generando externalidades, es decir, efectos externos para la producción, el comercio o los servicios de terceros.

(3) Si las externalidades fueran positivas, estas suelen traducirse en ganancias de productividad, en términos de menores costos por unidad de producto (lo que a su vez presupone ausencia de barreras a la libre entrada de los competidores).

(4) La aglomeración va de la mano con la especialización cuando se trata de la yuxtaposición de empresas de la misma rama o sector de actividad. Este conjunto geográfico suele designarse como un complejo industrial, “donde a menudo los productos de una firma son insumos para otra”.22 Esta situación implica indivisibilidades (los costos fijos del complejo industrial son compartidos), ventajas comparativas atribuibles a la localización y por ende economías de escala.

Es claro que ninguna de estas características se presenta todavía en los distritos y áreas interdistritales emergentes. A nivel de Lima Norte, la única centralidad de carácter local que se ha desarrollado está localizada en la zona industrial de Infantas, alrededor de la actividad metalmecánica, y obedece a la economía de urbanización tradicional que aun impera en nuestra ciudad.

A pesar de la existencia de aglomeraciones económico-productivas y de otras fortalezas locales o de factores que operan al interior de este espacio, como la presencia de instituciones públicas y privadas de desarrollo, universidades e institutos tecnológicos, proveedores y comerciantes, etc., subsiste una notoria debilidad en la generación de cadenas de valor territoriales.23

21 Mario Polèse, Economía urbana y regional. Introducción a la relación entre territorio y desarrollo, Cartago, Costa Rica, Libro Universitario Regional (EULAC/GTZ), 1998. 22

Polèse, ob. cit., p. 96. 23

Luis Montoya, Diagnóstico Económico del Cono Norte de Lima, COPEME-Alternativa-Mujer y Sociedad, 2003, p. 144.

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4. Influencia de la globalización

Como se ha podido apreciar a través de los datos precedentes, el despunte económico, comercial y financiero de San Isidro lo han colocado en una posición privilegiada, ya que es el distrito más moderno y el más rico con relación al resto de la ciudad y del Perú.24 Siendo inicialmente un distrito residencial de las elites limeñas, ha pasado a tener un rol descollante como espacio central en la toma de decisiones, precisamente por su alto grado de concentración de poder económico. El siguiente cuadro muestra algunos indicadores adicionales de este distrito.

El liderazgo de San Isidro

Fuentes. INEI, Instituto Cuánto, PNUD.

Este poder económico, en sentido amplio, está territorialmente distribuido al observar el emplazamiento de algunos de sus actores (empresariales, financieros, mineros, gubernamentales).25

La presencia real y efectiva del fenómeno de la globalización en la ciudad, se constata especialmente en San Isidro y su entorno circundante, pues muchas de las grandes empresas que operan en este espacio están vinculadas con circuitos de valorización y reproducción ampliada, a escala internacional.

Fue Saskia Sassen quien llamó la atención sobre la presencia de lo global en distintas escalas territoriales: “[B] lo global (ya sea una institución, un proceso, una práctica discursiva o un imaginario) trasciende el marco exclusivo del Estado-nación y al mismo tiempo habita parcialmente los territorios y las instituciones nacionales. Vista de esta manera, la globalización no se limita ya a la noción convencional que la define como un proceso de formación de instituciones exclusivamente globales y de interdependencia creciente entre los estados-nación del mundo.”26

24 San Isidro ocupó el primer lugar en el ranking del Índice de Desarrollo Humano Distrital 2003 a nivel de todo el país (1 828 distritos), con un IDH= 0,7883. (PNUD, Informe sobre Desarrollo Humano, Perú 2005, ob. cit., p. 309). 25 Por limitaciones de espacio hemos debido prescindir de varios mapas temáticos como nuestra principal fuente de verificación. Estos mapas están referidos a: las 10 empresas comerciales más grandes del Perú en volumen de ventas; las sedes principales de los bancos, financieras, AFPs y compañías de seguros; localización de la las oficinas principales de empresas mineras; localización de firmas consultoras de empresas mineras; por último, el emplazamiento de algunos órganos de decisión del gobierno central (ministerios y otros organismos). 26 Saskia Sassen, Una sociología de la globalización, Buenos Aires, Katz Editores, 2007, p. 11. Esta autora se refiere a “los procesos de globalización basados en lo subnacional” y –a la inversa— “la escala subnacional como elemento de los procesos globales.” (ob. cit., p. 30).

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Cabe reconocer, asimismo, que fue Miriam Chion quien enfatizó, en el caso de Lima, dos aspectos de la dimensión metropolitana de la globalización:27

(a) Crecimiento de actividades vinculadas con redes informáticas y/o de información. Según su estudio, entre 1990 y 1997 el sector financiero creció seis veces y el de energía-comunicación-transporte en más de 500 veces. A lo largo de dos décadas (1990-2010) el crecimiento de los servicios ha sido espectacular, pues el sector financiero creció cerca de 30 veces, mientras el de energía-comunicación-transporte lo hizo en más 1 000 veces.28

(b) El desarrollo de San Isidro cuyo espacio originalmente residencial es transformado en la sede de la clase ejecutiva local e internacional, operando en el contexto de redes globales de distinto alcance. Este distrito, predominantemente financiero, se ha especializado también en actividades vinculadas con la producción de información y conocimiento especializado (en el caso de la minería a través de firmas consultoras ad hoc).

4. Conclusiones

El desarrollo territorial y su carácter desigual que hemos examinado en Lima Metropolitana, permiten descubrir tres nuevas realidades objetivas si partimos de esta pregunta: ¿qué es lo que emerge de ese proceso?

(A) El liderazgo evidente e indiscutible de San Isidro como un actor territorial relevante para toda la ciudad, y del país.

(B) Un nuevo centro triangular conformado por la cadena que forman los distritos de San Isidro-Miraflores-San Borja, el cual se articula con el centro más antiguo y que se mantiene, conformado por Cercado-Miraflores-Callao. Tal como se pudo apreciar (mapa N° 5), el Estado a través de distintas instancias gubernativas, se ha recentralizado en términos espaciales, confluyendo en tiempo y lugar con los procesos de localización de capitales y empresas del sector privado en una relación de proximidad (no solamente física) en el mismo espacio. El nuevo centro triangular, entonces, es igualmente un espacio de poder, pues desde allí también se organizan y emanan decisiones de diversa índole –sean o no económicas— que conciernen a toda la ciudad. Estamos persuadidos que las decisiones sobre relocalización de capitales y empresas hacia los espacios emergentes (las nuevas Limas) se toman también desde allí.

(C) Una nueva estructura urbana de la ciudad pero comprendiendo al mismo tiempo dimensiones socioeconómicas y espaciales, estratificada en función de los criterios que hemos utilizado.

Esta nueva estructura de ninguna manera debe asumirse como estática; sería igualmente un error de apreciación pensar que el último estrato (el IV), donde se encuentran las Limas emergentes, sea “marginal” con relación al resto.

27 Miriam Chion, “Dimensión metropolitana de la globalización: Lima a fines del siglo XX”. Revista Eure, vol. XXVIII, N° 85, 2002. Santiago, Pontificia Universidad Católica de Chile, Facultad de Arquitectura, Diseño y Estudios Urbanos, Instituto de Estudios Urbanos y Territoriales. Se puede descargar de: www.scielo.cl/scielo.php?pid=0250-7161&script=sci_serial En general, la autora enfoca mayormente su atención en los aspectos externos generados por las inversiones y los flujos de información globales, descuidando en cambio los cambios internos vinculados a los procesos que emergen desde la propia ciudad. 28 Los cálculos para el periodo 1990-2010 están basados en el trabajo citado de Chion así como en Proinversión (www.proinversion.gob.pe/0/0/modulos/JER/PlantillaStandardsinHijos.aspx?ARE=0&PFL=0&JER=1537).

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Deberían verse más bien como actores territoriales que han irrumpido con inusitada fuerza y empeño, a tal punto que han contribuido a modificar y trastocar (en el sentido de caos, desorden, inseguridad) el paisaje de la megaurbe limeña.

Ilustramos los puntos (B) y (C) mediante un mapa y un gráfico, respectivamente.

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