El cuento de Fabian
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EL VIAJE DE FABIÁN
Hace mucho tiempo, los animales vivían cada uno
en su país.
Así, había el país de los lobos, de los leones, de los
osos...
Fabián, vivía en el país de las aves de Corral
Fabián era muy curioso y su país se le quedo
pequeño. Decidió recorrer el mundo y conocer
otros países.
Cruzó el país de las jirafas, donde todo estaba muy
arriba, y el país de las cebras que mareaba porque
todo era blanco y negro.
Llegó a un lugar donde se oían voces y muchas
risas, sintió curiosidad, y se acercó para ver quién
andaba por allí
Y es que había llegado al país...al país...el país de
los elefantes, Vio que había muchos bañándose en
el río y pasándoselo muy bien, pero, descubrió
detrás de unos matorrales un elefante que
observaba a los demás allí escondido.
Qué haces tu aquí? Por qué no estás bañándote
con tus amigos?
- Es que se van reír de mí – Dijo el elefante
- ¡Qué tontería! Por qué se iban a reír de tí? -
Contestó Fabián.
- Porque soy distinto
- Y por eso se ríen de tí? Qué bobos! ¿Sabes que te
digo? Vente conmigo que estoy recorriendo el
mundo y nos lo pasaremos genial!
Cruzaron el país de los cocodrilos, y también el de los leones, pero lo que
más miedo le dio fue el mono león.
¿Sabéis lo que es un mono león? Era el rey en el país de los monos. Era un
mono pero el creía que era un león muy malvado.
Y como era tan malo, los monos le tenían mucho mucho miedo. ¿ Sabéis lo
que hacía? Pues a los niños no les dejaba jugar, y tenían que conquistar
otras tierras con sus papis. A las niñas las obligaba a ir a trabajar con sus
mamis y no podían ir al cole.
Pero bueno....esto no puede..¿Y vosotros qué hacéis para intentar cambiar
esto? Las niñas no tienen que trabajar y los niños no tienen que luchar! Los
niños y las niñas tienen que ir al cole y poder jugar! - Replicó Fabián.
Los monos le dijeron que el “mono león” siempre sabía lo que hacían y si
descubría que no les obedecían, les haría cosas horribles. Les dijeron que lo
mejor que podían hacer era irse porque si el “Mono León” los descubría...Lo
mejor que podían hacer era contar una historia, porque no había más que le
gustase al “Mono León” que los cuentos.
Y así...muy tristes y pensativos, Verde y Fabián se fueron del país de
los monos. Como iban mirando al suelo, ni se hablan ni nada,
tampoco se fijaron por donde iban. De repente, vieron que se había
hecho de noche y ya no veían por donde pisaban; así que decidieron
quedarse a pasar allí la noche. Si seguían caminando sin
ver...podrían hacerse daño.
SE quedaron dormidos, y los dos soñaron los mismo! Soñaron que
oían una música maravillosa, una melodía suave que se llevaba toda
la pena y daba mucha alegría. Cuando despertaron, la música
seguía sonando. ¿Qué será esa melodía tan bonita?
En las ramas de los árboles, había un espéctaculo de coleres y
sonidos que los dejó maravillados.
Los árboles estaban llenos de miles de piedras preciosas, y cuando
soplaba el viendo, chocaban entre si, provocando aquellos
maravillosos sonidos.
Miles de pájaros se acercaron y les contaron que estaban en el país
de los pájaros. El país de los pájaros era precioso, el más bonito que
habían visto.
Verde, Fabián y los pájaros se hicieron muy amigos. Por la noche,
les prepararon una fiesta para ellos. Habían decidido que volverían a
ese país, pues les había encantado.
Caminaron de nuevo hasta llegar a un país lleno de flores, huertas,
hortalizas, árboles frutales...y un gran río que cruzaba todo el país.
De repente, vieron un muro, un muro en medio del bosque.
De repente, vino una ráfaga de viento tan grande, que se llevó
volando a Fabián al otro lado del muro.
Verde intentó hacer todo lo posible para ayudar a su amigo, corrió,
corrió pero el muro nunca se acababa. YA era de noche, cayó
rendido al suelo y se echó a llorar.
Al despertarse, estaba rodeado de una mandad de lobos. Se asustó
mucho porque pensó que lo iban a comer. ¡Menos mal que estos
lobos eran vegetarianos!
Verde se enteró que aquel muro tan grande lo construyeron los
lobos, porque creían que todos querían aprovecharse del río, así no
podría utilizarlo nadie más que los lobos. Nuestro amigo el elefante
estaba indignado.
- ¡Pero si el río es enorme y esto está lleno de comida para
todos!¿Quién os ha dicho que era solo vuestro?
- Nosotros llegamos antes. - Contestaron los lobos.
Cuando Verde consiguió llegar al final del muro se quedó helado.
¡Todo estaba muerto! Los árboles eran esqueletos sin hojas, ni
flores, no prendía ni la hierba, los árboles no tenían fruta, ni comida!
De ese lado no había río. Todo había desaparecido porque apenas
entraba el sol por culpa del muro.
Buscando a Fabián, descubrió una especie de pueblo que tenía unas
cabañas destartaladas y muy viejas.
Dentro de una de ellas... ¿quién estaba ahí? ¡Nuestro amigo Fabián!
El gallo salió corriendo para darle abrazo a Verde y se echó a llorar.
Fabián le contó que en aquella parte del país la mayoría de los lobos
estaban enfermos, no tenían aguan y no podían plantar nada para
comer. Tampoco entraba mucho la luz del sol y todo por culpa del
muro que los lobos egoístas habían construido
Pensaron que tenían que hacer algo, por que eso no era justo!
Fabián tuvo una idea! Para llevarla a cabo, tendrían que volver al
país de las aves
Al llegar al país de las aves, Fabián y Verde le contaron todo
lo que habían visto en el país de los monos y los lobos.
¿Vosotros quereis ayudarnos a conseguir que el reino de los
animales sea un lugar más justo? - Preguntó Fabián
- ¡Claro! ¿Pero que podemos hacer?- Contestaron las aves
- Creemos que si nos cedeis las piedras preciosas, las joyas,
el oro que teneis...podemos intentarlo-
Y sin pensarlo dos veces, cargaron todo lo bonito y brillante
en sacos. Juntos, fueron a visitar al “Mono León”
El rey “Mono León” como era muy avaricioso, salió a recibirlos a ver
que tenían en los sacos.
Fabián le propuso al rey “Mono León” construir un mundo de
animales que seria el más grande de todos, y que, el rey podrían
gobernar siendo el rey del país más grande, pero...tenía que ser el
país más justo también.
El rey se lo pensaba porque le gustaba mucho mandar … Fabián
recordó lo mucho que le gustaban los cuentos y le prometió contar
una historia cada día. Un precioso cuento si aceptaba reinar en un
país más justo y más grande...donde cupieran todos.
El rey no se pudo resistir y acepto ayudar.
Construyeron carreteras para trasladar a los lobos enfermos, y
bidones para llevarles comida y agua.
Mientras, Fabián y Verde fueron al país de los elefantes para que los
ayudaran a destruir el muro.
Los elefantes no dudaron en ayudar, y juntos,
fueron al país de los lobos egoístas. ¡Se lo pasaron
bomba tirando el muro!
¿Sabéis qué hicieron con las piedras? Las cargaron
en las carreteras y se las llevaron al nuevo país
donde construyeron una escuela para todos los
animales.
Construyeron también un hospital muy grande para
atender a todos los animalitos que se pusieran
enfermos
Los pájaros decidieron irse a vivir a ese nuevo país.
Los elefantes que habían ido a ayudar también decidieron quedarse.
Los lobos egoístas y envidiosos se fueron acercando.
Y así, fue corriendo el rumor del nuevo país por todos los países del
reino de los animales. Todos los animales se fueron acercando
atraídos por estos rumores.
Todos empezaron a vivir juntos, como ahora.
En un país en el que habían aprendido algo muy importante:
“Aunque todos eran diferentes...todos eran iguales”
Comprendieron que tenían que compartir y no ser egoístas ni malos
entre ellos Así, serían más felices.
Hasta el “Mono León”, cansado de tanto mandar, una vez a la
semana les iba a la escuela a contarles a los cachorros todos los
cuentos e historias que Fabián le había contado.