ROL DEL COORDINADOR EN LOS TEDCUADERNO Nº 3 – TALLERES DE EDUCACIÓN DEMOCRÁTICA

EQUIPO T.E.D.Rodrigo Vera, Jenny Ássael, M. Elena Sota, Julieta Barría, Isabel Guzmán, Sergio

Peñafiel.

PRESENTACIÓN

Este Cuaderno de Trabajo TED está destinado especialmente a aquellos docentes que recién se introducen en la cultura de los pequeños grupos. El documento se centra en el rol del coordinador, sobre la base de que éste se sustenta en una concepción teórico-práctica sobre grupo, la cual no se pretende explicitar en este Cuaderno.

A poco de iniciada la experiencia de talleres, se podrá advertir que la línea de trabajo grupal de los TED no se inscribe en aquellas concepciones que reducen el trabajo en grupo a una mera aplicación de técnicas para dinámicas grupales. Por el contrario, los TED parten del supuesto que los grupos constituyen procesos psico-socio-pedagógicos e institucionales complejos que se requieren comprender para participar en ellos de manera creativa y democrática. En la medida que se comprendan los procesos grupales en los cuales se interviene, se estará en mejores condiciones para eludir la manipulación de las técnicas que en los muchos grupos de aprendizaje se desarrollan.

El docente advertirá, igualmente, que a pesar que los TED postulan un rol de coordinación anti-autoritario, éstos no se incluyen en la línea de la no-directividad. Una coordinación co-operativa (TED) se diferencia de una coordinación no-directiva, fundamentalmente, por entender que la comprensión de la estructura grupal constituye un terreno susceptible de ser analizado y de incidir en ella de manera intencional. En este sentido, la línea de trabajo grupal de los TED se separa del espontaneísmo grupal, el que supone que un grupo se desarrolla naturalmente o no se desarrolla.

En este entendido, los TED procuran no caer en fenómenos de burocratismo grupal, ya sea que éste se manifieste por vía de la alineación en relación a una técnica, ya sea lo haga por la vía del naturalismo grupal.

En este Cuaderno, se explicitará la función del equipo de coordinación en los TED y, particularmente, se presentará el rol del coordinador de TED. Estas funciones se inscriben en una de las líneas posibles de trabajo en pequeños grupos. En este Cuaderno no se pretende presentar, ni confrontar la teoría grupal en que se basan los TED con otras concepciones grupales. Ello será materia de otro cuaderno TED.

Pero se ha de recalcar que la línea de trabajo grupal en que se basan los TED pretende favorecer el desarrollo de grupos democráticos que sean espacios de aprendizaje de democracia.

En esta perspectiva, se invita a rescatar el saber acumulado y crear nuevo saber, a partir de vivencias grupales que vayan siendo reflexionadas críticamente para potenciar sus objetivos de aprendizaje, de investigación docente y de convivencia democrática. Por tanto, en este cuaderno se encontrarán elementos teóricos y técnicos destinados a apoyar el aprendizaje de un rol de coordinación, a medida que se vivan experiencias grupales tanto como participantes o como coordinadores. Conviene que este apoyo sea complementado con bibliografía adicional. Se sugiere recurri a ella a medida que las necesidades del trabajo grupal lo requieran.

Por último, el Cuaderno contiene una secuencia temática que no pretende se exhaustiva en materia de precisiones sobre el rol del coordinador en TED. Con dichos temas se procura abrir temáticas en torno al rol de coordinación más que agotarlas.

1. ALGUNOS ELEMENTOS PARA SITUAR EL ROL DE COORDINADOR

El rol de coordinador se define al interior de un grupo, durante los momentos en los cuales susparticipantes se encuentran trabajando como grupo. El rol del coordinador, por tanto, se define al interior de un encuadre grupal. Si la persona que asume el rol de coordinador actúa apoyando a algún participante fuera de los momentos de trabajo grupal, en esa situación, no está operando como coordinador propiamente tal.

El coordinador de grupo.

En los talleres, el término grupo equivale al término de pequeño grupo o grupo restringido. Para estos efectos, se entiende por grupo a un conjunto reducido de personas que interactúan entre sí, con el propósito de realizar una tarea en forma colectiva.

El concepto de rol.

El término de rol se reserva en los TED para hacer referencia a la función que desempeña, o se espera que desempeñen, una o más personas al interior de una trama de interacciones sociales. Por tanto, al hablar de rol del coordinador se delimita una función al interior de una trama compleja de interacciones sociales, dotada de sentido para quienes participan en ella.

En otras palabras, definir un rol implica hacer explícita una programación de responsabilidades al interior de una determinada división técnica dentro de una unidad de trabajo. En este sentido, en la definición de un rol se delimitan, igualmente, los demás roles presentes en la misma trama de interacciones. De este modo, en los TED la unidad de trabajo está representada por el pequeño grupo, donde se programan o definen roles de participante y de coordinador. Por tanto, al definir el rol de coordinador, se estará definiendo también el rol de los participantes.

El. concepto de rol se asemeja a la asignación de los personajes al interior de una obra de teatro. El rol no es propiamente el libreto; más bien, es el perfil atribuido a un personaje, el cual tendrá que ir construyendo su propio libreto a medida que la obra vaya requiriendo de su concurso.

El concepto de rol, por tanto, se traduce en la delimitación de una función. En el caso de un coordinador de grupo, se supone que ésta es asumida con identidad y creatividad. En este sentido, se trata de una actividad que supone ir comprendiendo el curso del proceso grupal en el cual se encuentra inserto para intentar apoyar al grupo según la percepción que tenga de sus necesidades.

La distinción entre participantes y coordinador.

Además de sus funciones, las diferencias entre participante y coordinador provienen de que el participante opera desde su vivencia personal y el coordinador, en cambio, opera desde la observación e interpretación del proceso grupal que acompaña.

La función del participante es operar desde su experiencia grupal, concentrándose en ella, con una visión sesgada de la estructura grupal. El rol del coordinador es facilitar la concentración de los participantes en su experiencia grupal, de manera que puedan interactuar apoyados por una persona que está descentrada con respecto al grupo, es decir, que está concentrada en la estructura grupal, observando desde fuera al grupo y a la relación de éste con la tarea.

El rol de coordinador es, por tanto, complementario al rol de participante. La presencia del coordinador se justifica en la medida que potencie la interacción entre los participantes. Y esto es más factible en la medida que en el grupo haya personas preocupadas de mirar expresamente la forma como se relaciona el colectivo como conjunto.

En un grupo que recién se inicia, el coordinador tendrá un rol fundamental en la perspectiva de que los miembros del grupo, a través de un proceso de aprendizaje, lleguen a ejercer en forma rotativa el rol de coordinación.

2. LA DEFINICIÓN DEL ROL DEL COORDINADOR: “CO-OPERADOR GRUPAL”.

La coordinación constituye una función que responde a las necesidades de organización que un conjunto de personas requiere para operar como pequeño grupo. Es decir, se supone que un conjunto de personas que desean operar como grupo, tendrá que darse una mínima organización para asumir en forma colectiva una tarea. En este sentido, la coordinación grupal es considerada como una necesidad intrínseca al funcionamiento grupal. El rol de coordinador es colaborar con la organización interna del grupo, de manera tal de apoyar a los participantes para que ellos asuman por sí mismos la función de coordinación. El terreno de acción específico del coordinador es la organización grupal y su misión es la de cooperar para que el grupo la asuma y la perfeccione y, de este modo, pueda potenciar la asunción de la tarea.

El rol de coordinador puede ser comparado con el de director técnico de un equipo de fútbol durante el desarrollo de un partido, en el cual se le permitiera hablar con los jugadores, en su conjunto, en cualquier momento. Su apoyo será para que los jugadores se auto-responsabilicen del partido, apropiándose creativamente de la visión que el D.T. está compartiendo con el equipo. Al igual que el D.T., el coordinador, desde una posición descentrada, no juega, pero ayuda a jugar, no está en la cancha de juego, pero sigue el juego para poder apoyar.

En este sentido, el rol de coordinador puede considerarse como un rol de utilidad permanente para potenciar el funcionamiento y la productividad grupal. Puede ser entendido, también, como transitorio, en la medida en que se identifica el rol de coordinador con la presencia de una persona externa que viene a ejercer el rol al grupo.

El rol de coordinador será entendido como de carácter permanente cuando se estime útil que una persona coopere .desde una situación particular- al desarrollo de la organización de un trabajo colectivo. En esta perspectiva el rol puede ser ejercido en forma rotativa por alguno de los miembros del propio grupo, o por una persona externa al mismo.

El rol. De coordinador externo es entendido como transitorio para el caso de grupos cuyos miembros recién se inician en una formación sistemática como participantes y coordinadores de Taller. En esta situación, se justifica que el rol sea asumido por una persona externa y con mayor experiencia grupal. La misión del coordinador externo será, precisamente, hacerse prescindible de manera que el propio grupo asuma la coordinación y cualquiera de sus miembros pueda ejercer el rol de coordinador en forma rotativa.

Para ello, el coordinador facilitará que los participantes se vayan apropiando críticamente de la teoría grupal desde la cual él opera.

En base a esta definición global, se puede especificar el rol de coordinador desde diversos sentidos.

El rescate y superación del sentido común para ejercer el rol de coordinador.

En la medida que exista acuerdo con el grupo sobre la función que tendrá el coordinador, este rol puede ser ejercido por cualquier persona, sea o no miembro del propio grupo. Es decir, basta asumir la función desde el sentido común, para que ella pueda ser efectivamente puesta en acción.

A medida que el coordinador vaya percibiendo dificultades en el grupo y sintiendo la necesidad de apoyarlo más específicamente, y que no puede satisfacer a partir de su experiencia, se recomienda que intente varias vías para capacitarse como coordinador. La que aquí se propone, en coherencia con la propuesta de capacitación de los Talleres, posee como hilo conductor los problemas de la práctica de coordinación.

Por una parte, se sugiere participar en Talleres donde se pueda examinar críticamente la labor de coordinación que se está desempeñando. La recomendación de que la coordinación sea asumida en equipo (un coordinador más uno o dos observadores) está también destinada a que dentro de esta instancia pueda darse una discusión crítica sobre como se está asumiendo el rol de coordinador.

Por otra parte y en complemento con lo anterior, se sugiere un contacto permanente con el saber acumulado en materia de trabajo grupal. En la medida que el coordinador esté instrumentado teóricamente estará en mejores condiciones de comprender los procesos grupales y, por lo tanto, de apoyarlos. Si el coordinador dispone de formación teórica en procesos grupales de aprendizaje estará, igualmente, en condiciones de socializar su teoría a medida que va haciendo sus intervenciones o explicitando su conexión con ella.

En términos generales, el coordinador es invitado a operar desde su sentido común, apoyándose progresivamente en marcos teóricos interpretativos sobre los procesos grupales y en instancias en las cuales pueda estar permanentemente supervisando colectivamente sus formas de coordinación.

3. LOS APORTES BÁSICOS DEL ROL DE COORDINADOR.

Cuando un docente recién se inicia como coordinador de Talleres se inquieta sobre la manera

en que debe actuar. Con el propósito de bajar ansiedades a este respecto, se indican algunos aportes básicos sobre el rol de coordinador que un docente, sin mayor formación al respecto, puede efectivamente ofrecer a un grupo.

3.1. En los momentos de inicio y de término de la reunión: una labor de “portería grupal”.

La sola presencia del coordinador ayuda para la conformación del encuadre, en materia tanto de tiempo como de lugar. La llegada de una o dos personas a ejercer la función de coordinadores a una hora determinada y en un lugar prefijado, colabora a que los miembros de un grupo se pongan a trabajar. Es decir, colaborará “abriendo la puerta del lugar de trabajo” y, en este sentido, es un “portero” para el grupo.

Para el cumplimiento de esta función, los coordinadores llegan puntualmente y se encargan de adecuar el lugar de trabajo. Por ejemplo, tienen las sillas dispuestas para empezar a trabajar.

3.2. En la preservación de la concentración grupal.

Una de las condiciones para que un conjunto de personas pueda operar como grupo es ladisposición de una concentración grupal. Esto significa que los participantes no sean interrumpidos en su trabajo grupal por interferencias provenientes de fuera de la sala donde el grupo se encuentra operando. La concentración grupal está destinada tanto a favorecer la concentración personal de los participantes en torno a la tarea, como la intimidad o privacidad entre los participantes y eventuales espectadores del trabajo grupal.

Para estos efectos, es usual que el equipo de coordinación se encargue de atender lapuerta, de recibir mensajes procurando que el grupo no se vea interrumpido. En estes entido, son los “aguateros del grupo”.

3.3. El aporte de la mirada del coordinador.

El coordinador aporta una mirada al trabajo que los participantes se encuentran realizando. Esta mirada tiene una fuerte y positiva influencia en el trabajo grupal, a pesar de que para algunos, en un primer momento, pueda ser percibida como perturbadora.

Con la mirada, el coordinador permite que el grupo se sienta valorizado en el trabajo que se encuentra realizando. La mirada no debiera ser calificatoria ni descalificatoria de lo que los participantes hacen. Simplemente, debe ser una mirada de interés en ellos. El coordinador, en este sentido, aporta una mirada atenta.

3.4. El aporte de escuchar al grupo.

Un aporte complementario es el de escuchar al grupo. En este sentido, el coordinador oye atentamente a cada uno de los participantes. Con esto, el coordinador aporta la posibilidad de que los participantes valoren mayormente lo que dicen, al sentirse escuchados con detención por alguien que no se encuentra involucrado directamente en la discusión.

El coordinador, junto al observador, se ofrece para escuchar, mirar y así registrar lo que en el grupo ocurre. El registro ayuda a convertir el lenguaje oral en un lenguaje registrado, con mayor proximidad al lenguaje escrito, lo que permite una mayor acumulación de pensamiento y, por tanto, es de mayor valor que el lenguaje oral.

3.5. El acompañamiento desde un rol asignado.

Los aportes básicos anteriores pueden sintetizarse en éste: compañía. El coordinador aporta al grupo con su humanidad, con lo que tiene de humana su presencia. Con ella emite un mensaje fundamental para el desarrollo de todo grupo: “estamos en un trabajo con un sentido compartido”. De este modo, los participantes se sienten acompañados por la persona del

coordinador, favoreciendo la dimensión de continente que de por sí tiene para cada uno de sus miembros.

4. EL ROL DE COORDINADOR EN RELACIÓN A LA TAREA

La misión del coordinador en relación a la tarea:Cooperar con el grupo para que sus participantes se relacionen directamente con ella.

La misión del coordinador no es ser mediador ni intermediario entre el grupo y la tarea. Por el contrario, su rol es favorecer que el grupo se conecte directamente con la tarea, se auto-responsabilice por ella y se organice para llevarla a cabo. Desde esta perspectiva, se pueden indicar distintos tipos de apoyo que el coordinador puede brindar al grupo.

4.1. La definición de la tarea.

El trabajo grupal requiere que sus participantes concuerden en cuál es la tarea. De lo contrario, cada uno de los participantes estará tratando de contribuir a una tarea diferente. Es usual que los grupos tengan dificultades para esta definición, asumiendo como un evidente colectivo que la tarea está clara y definida con su sola nominación.

El coordinador puede cooperar para que el grupo vaya asumiendo la necesidad de definir la tarea como condición necesaria de un buen trabajo grupal. El coordinador observa al grupo interrogándose internamente si los participantes están entendiendo de manera similar la tarea o si, por el contrario, existen confusiones respecto a cuál es la tarea. En caso de que el coordinador observe una confusión al respecto, podrá hacer un señalamiento indicando lo que ha observado. Es importante que las intervenciones del coordinador siempre tomen en cuenta la oportunidad en que ellas se hacen, en el entendido de que el propio grupo puede llegar a darse cuenta de lo que el coordinador está percibiendo.

El grupo podrá estar de acuerdo o no con el señalamiento del coordinador. El grupo puede acoger la visión del coordinador y concentrarse a definir la tarea con mayor claridad. En caso que no acoja el señalamiento del coordinador, éste no debe entender que se prescinde de su aporte como un rechazo a su persona. Por el contrario, deberá intentar comprender las necesidades del grupo para no acoger su apoyo y tratará de comprender el origen de las dificultades que tiene el grupo para definir su tarea. En este caso, su aporte podrá ser no sólo un señalamiento sino también una “interpretación” sobre las razones por las cuales él cree que el grupo se encuentra en dificultades para definir la tarea.

La definición de la tarea constituye una labor permanente del grupo. Ésta tiene que definirse al inicio de la reunión, aunque sea en forma implícita. Definida la tarea para la reunión, ella se desglosa en múltiples sub-tareas para llevarla a cabo. A medida que ellas se desarrollan, van surgiendo nuevas sub-tareas que el grupo debe identificar para poder operar como grupo. En esta perspectiva, el apoyo del coordinador puede ser siempre necesario. Sin embargo, en la medida que los participantes adquieran un entrenamiento grupal, este apoyo será cada vez menos necesario. Con todo, no está demás contar con una persona que esté atento al posible obstáculo grupal denominado “confusión en torno a la definición de la tarea”.

4.2. En la organización grupal en torno a la tarea.

Una vez precisada la tarea, el grupo requiere definir un método para llevarla a cabo. Es usual que participantes sin entrenamiento grupal intenten espontáneamente llevar a cabo la tarea hasta enfrentarse con dificultades o confusiones en torno a cómo proseguir. Frente a este obstáculo -carencia de una definición compartida sobre cómo llevar a cabo la tarea-, el coordinador puede prestar un apoyo como fruto de su observación del proceso grupal. Puede señalar que, hasta ese momento, el grupo carece de un método para llevar a cabo la tarea. Puede, igualmente, ofrecer interpretaciones de porqué él estima se genera la dificultad para adoptar un método.

En este apoyo a la definición de la tarea y al esclarecimiento de un método para abordarla, caben discusiones según se trate de un grupo con trayectoria o sin trayectoria grupal. Por regla general, no se trata que el coordinador defina la tarea ni que defina el método para abordarla, sino que contribuya para que los participantes por sí mismos lo hagan.

La contribución puede ser hecha de diversas maneras según el momento grupal. Puede recordar lo que el mismo grupo ha acordado; puede recordar elementos que, a su juicio, están ligados con dichas definiciones; puede hasta proponer alternativas rescatando elementos de la propuesta global y de lo que el grupo haya acumulado en la materia.

Es importante que el coordinador no contribuya a desdibujar su rol, a tal punto que el grupo pase a depender de él en la definición de la tarea y de su método para abordarla.

4.3. En la concentración del grupo en la tarea.

Se parte de la base que el grupo será productivo en relación a la tarea en la medida que se concentre en ella, que no la pierda de vista, no se olvide que está reunido para su realización. Uno de los obstáculos que presenta el trabajo grupal es la pérdida de la tarea. El coordinador puede ayudar al grupo a reconocer que ha perdido y que debe reencontrarla. Para apoyar en esta dirección, el coordinador debe preguntarse constantemente: ¿dónde está la tarea?. Si percibe que los participantes han olvidado la tarea, puede señalar el obstáculo y, eventualmente, interpretar las razones de su pérdida.

El apoyo del coordinador en materia de pertinencia, es uno de los principales que un grupo puede requerir para potenciar su trabajo grupal. Aún para grupos conformados con participantes avezados, este apoyo resulta ser de gran utilidad.

4.4. En la mantención del sentido de la tarea.

La pérdida del sentido de la tarea o formalización de la tarea constituye otro obstáculo del trabajo grupal. A este fenómeno se le denomina alineación metodológica. Consiste en caer en la aplicación de un método perdiendo el sentido que éste tiene para el logro de un objetivo de conocimiento o de aprendizaje. A pesar de que el grupo defina bien un método para llevar a cabo la tarea, en el transcurso del proceso grupal puede perder de vista la racionalidad del método, o la justificación como medio para realizar la tarea. Este obstáculo, además de tornar inefectivo el método, produce una natural desmoralización entre los participantes, pudiéndose favorecer con ello una desmotivación por el trabajo grupal.

Si el coordinador percibe la presencia de este obstáculo, puede señalarlo para que el grupo se haga cargo de él. De persistir el obstáculo, se justifica que el coordinador fundamente su señalamiento, ofreciendo, además, hipótesis interpretativa sobre las razones que él estima están presentes en la generación del obstáculo y sobre las dificultades que tiene el grupo para abordarlo.

4.5. En la acumulación de la productividad grupal en torno a la tarea.

Uno de los obstáculos que enfrentan usualmente los grupos se refiere a la acumulación del trabajo grupal. El grupo puede operar, funcionar como grupo, debatir pertinentemente, en torno a la tarea, pero, al mismo tiempo, tener dificultades para cumular su productividad.

La labor de acumulación se inscribe entre las tareas permanentes de todo grupo que requiere, al igual que las demás tareas, de definición y método para llevarla a cabo. En el caso que el coordinador perciba dificultades en este sentido, puede señalarlas para que el grupo se haga cargo de resolverlas.

Al igual que en el resto de las tareas permanentes del grupo, este apoyo puede ser diferente según los momentos grupales. En un primer momento, puede cooperar circunstancialmente haciendo síntesis del trabajo, u ofreciendo alternativas de cómo podría acumular la productividad alcanzada durante la reunión.

Las dificultades frente a la acumulación del trabajo grupal representan un ámbito donde la utilidad del apoyo del coordinador resulta especialmente justificada. El coordinador, por su ubicación descentrada, puede apoyar devolviendo al grupo lo que ha hecho. En este sentido, puede apoyar a la memoria grupal, de manera que los participantes hagan su propia síntesis del trabajo realizado.

Para superar las dificultades de acumulación de la productividad grupal, se requiere documentar o dejar por escrito, lo que se ha discutido, las conclusiones alcanzadas, las preguntas pendientes, etc.. Es importante la adquisición de esta habilidad, tanto para la eficiencia del trabajo

grupal como por la gratificación que pueden tener los participantes al poder objetivar su productividad colectivamente alcanzada.

4.6. En el contenido de la tarea.

El coordinador, durante los momentos de trabajo grupal, no está llamado a realizar aportes teóricos o de contenido para la realización de la tarea. Dichos aportes puede ofrecerlos en los momentos informativos de la reunión de Taller.

Existen varias razones para que el coordinador no tenga por misión apoyar al contenido de la tarea durante los momentos de trabajo grupal. La principal se refiere a la especificidad de su rol en relación a apoyar la conexión del grupo con la tarea, más que un apoyo a la realización de la misma. De lo contrario, él se ubicaría dentro del grupo como un participante más, perdiendo con ello su posición de descentramiento. Además, el coordinador posee, por su ubicación, un poder que hace que sus intervenciones pasen a tener un peso mayor que la del resto de los participantes. Esto podría favorecer, por tanto, una relación de dependencia con el coordinador, lo que constituiría un obstáculo al desarrollo del proceso grupal.

Sin embargo, desde la posición de coordinador, se pueden percibir necesidades de información teórica. El listado de dichas necesidades puede constituir un primer aporte. Un segundo aporte consistiría en proporcionar referencias bibliográficas para que los participantes se procuren la información necesaria. La otra posibilidad consiste en asumir la entrega de información en un próximo momento informativo.

En otras palabras, el coordinador no está llamado a hacer la tarea junto con los participantes. Las opiniones o la información que dispongan pueden ser entregadas en los momentos informativos, en su calidad de animador del Taller, o de expositor.

Desde esta perspectiva, el coordinador apoya el contenido de la tarea, fundamentalmente, en los momentos informativos. Pero en el momento grupal, puede apoyar a superar disociaciones, imprecisiones conceptuales u otros obstáculos relacionados con los procesos de reflexión. De este modo, puede recordar información teórica, interrelacionar temas ya tratados por el grupo y aportar discriminaciones conceptuales.

5. EL ROL DEL COORDINADOR EN RELACIÓN A LA INTERPRETACIÓN GRUPAL

Así como el coordinador tiende a apoyar la conexión del grupo con la tarea, tambiéndebiera tender a apoyar la conformación y desarrollo del grupo. En este ámbito, puede encontrarse obstáculos en la relación individuo-grupo, individuos entre sí y de éstos con la coordinación.

El campo de observación y de intervención del coordinador es la estructura grupal. Por regla general, su misión no es intervenir para influir en el comportamiento de un individuo, ni mucho menos para legitimar el poder de un individuo sobre los demás. Su apoyo consistirá, en cambio, en el señalamiento de obstáculos al interior de la estructura grupal y en el levantamiento de hipótesis interpretativas sobre el origen o surgimiento de dichos obstáculos. Tanto .los señalamientos como las interpretaciones están destinadas a que los propios participantes sean los que reconozcan los obstáculos y, por sí mismos, con el apoyo de la coordinación, procuren comprenderlos para superarlos.

Los problemas al interior del grupo pueden ser múltiples y diversos. Se parte de la base que los procesos de conformación y desarrollo grupal dependerán de la capacidad que tengan los propios participantes para reconocer sus problemas, comprenderlos, enfrentarlos y superarlos. Un grupo sin conflictos en sus períodos iniciales constituye más bien una meta que una realidad. Esto tampoco quiere decir que el pequeño grupo tenga que ser necesariamente conflictivo.

Por otro lado, se parte del supuesto que no hay problema que el grupo no pueda por sí mismo superar. Por los usos terapéuticos que se hace de los pequeños grupos y por los niveles de angustia y confusión que en ellos se vive, hay quienes recomiendan que los pequeños grupos sean coordinados por terapeutas. Los TED discrepan de esta postura. La experiencia demuestra que los pequeños grupos son espacios de encuentro, donde los participantes están dispuestos a compartir emociones en la medida que el propio participante se pueda hacer cargo de ellas y, también, que el resto de los miembros del grupo puedan contenerlas.

Los pequeños grupos de los Talleres no son grupos terapéuticos, ni pretenden serlo. Son espacios donde se establecen relaciones integrales, donde los sentimientos deben estar presentes, donde las emociones pueden ser compartidas en el proceso que vive el grupo para llevar a cabo la tarea que los ha reunido.

5.1. En las relaciones individuo-grupo.

La relación individuo-grupo constituye una tensión que cada miembro del grupo tendrá que vivir e ir resolviendo a lo largo del proceso grupal.

En los inicios de un grupo, los individuos suelen mostrar dificultades para sentirse miembro de él. Como fruto de un proceso, ellos irán sintiendo perteneciente al grupo, como miembros de él, superando así un tipo de tensión individuo-grupo.

En otros momentos de desarrollo grupal, los participantes pueden vivir la tensión individuo-grupo como expresada en una contradicción entre la identidad individual y la identidad grupal. Esta tensión tenderá a resolverse en la medida que el participante, por sí mismo, pueda descubrir que ambas identidades se potencian mutuamente.

¿Cuál es el rol del coordinador frente a estas tensiones o problemas entre el individuo y el grupo? En primer lugar, requiere tener una comprensión de los fenómenos que los individuos se encuentran viviendo, de manera de no percibir como problemas las diversas etapas que un grupo va experimentando para conformarse. Por ejemplo, en los inicios de un grupo es muy difícil que los participantes se escuchen mutuamente por estar fuertemente condicionados por sus respectivas problemáticas individuales. A este hecho, se le denomina “diálogo de sordos”. Si bien éste es un obstáculo para el trabajo grupal, hay que entenderlo como una etapa del desarrollo de un grupo.

En caso que el coordinador perciba tensiones individuo-grupo directamente relacionadas con las características que asume la estructura grupal y se de cuenta que dicha tensión impide la participación de uno o más participantes, podrá hacer un señalamiento del obstáculo. Si además del señalamiento puede aportar teoría para que éste sea comprendido, su apoyo puede ser aún de mayor utilidad.

En la mayor parte de los casos, las tensiones individuo-grupo pueden ser resueltas al interior del grupo, a medida que éste se vaya conformando. Las tensiones que tienden a paralizar a uno o más individuos pueden ser objeto de señalamiento por parte del coordinador, con el objeto de que el grupo las elabore, potencie su crecimiento como grupo y su productividad en torno a la tarea.

En términos generales, el coordinador constituye un apoyo para que este tipo de tensiones sea sumido por el conjunto del grupo y no como una materia que corresponde sólo a los miembros individualmente considerados.

5.2. En las relaciones de los participantes entre sí.

El enfrentamiento de problemas interpersonales entre participantes del mismo grupo constituye una de las dimensiones en la cual la presencia e intervenciones del coordinador pueden resultar de gran utilidad.

Estos problemas son aconsejables tratarlos en la medida que se hayan convertido en un obstáculo para abordar la tarea. El grupo no puede pretender resolver todos los conflictos personales, pero sí puede permitir convivir con ellos, de manera tal que no se conviertan en permanentes barreras para el desarrollo de la tarea, ni para los procesos de crecimiento y aprendizaje de los respectivos participantes.

En cambio, los problemas interpersonales en torno a la tarea son los que corresponde al coordinador apoyar a develar, en la medida que ellos operan como obstáculo a la conformación grupal. La línea de apoyo del coordinador, se refiere a la presencia de una determinada estructura grupal que puede estar contribuyendo, decisivamente, en la generación de los problemas interpersonales.

Es importante no perder de vista que el coordinador posee una visión de la estructura grupal, una visión del proceso y que es desde esta ubicación y desde una teoría sobre los procesos grupales que puede contribuir a que el grupo enfrente y supere los problemas interpersonales entre sus participantes.

5.3. En las relaciones del grupo con la coordinación.

En las relaciones del grupo con la coordinación se juega una parte importante de la estructura grupal. Por encontrarse el coordinador tan directamente involucrado, le resulta a veces difícil intervenir en este ámbito manteniendo la distancia requerida para hacerlo.

El coordinador constituye, con su sola presencia, un depósito transferencial. Es decir, se presta para ue los participantes depositen en él, como figura que representa la autoridad, sentimientos y representaciones que tiene su origen en las historias personales y grupales de los participantes: Como fruto de este hecho, los conflictos con la coordinación no deben ser entendidos como conflictos con la persona del coordinador, sino que con la figura que el coordinador representa. En la medida que el coordinador discrimine entre persona y rol, podrá intervenir apoyando al grupo para enfrentar los obstáculos que estén teniendo lugar en la relación entre el grupo y la coordinación.

El plantearse el rol del coordinador como co-operador con el grupo y no como conductor ni como director del mismo, se presta para que los conflictos entre grupo y coordinación tengan su origen en matrices internalizadas de dependencia con figuras que representan a la autoridad. Puede que el conflicto con la coordinación asuma la forma de frustración por lo poco o nada que ella interviene y apoya; o asuma la forma de rebeldía frente a sus intervenciones, que pueden verse como un intento de reafirmar un poder autoritario; o asuma la forma de indiferencia o prescindencia, etc..

Cualquiera sean las formas que asuman los conflictos con la coordinación, es importante que el coordinador apoye el develamiento de las posibles matrices internalizadas de dependencia que en dicho conflicto se ponen de manifiesto. Las distintas formas de dependencia con la coordinación constituyen terrenos privilegiados sobre los cuales pretende incidir el pequeño grupo auto-gestionado con coordinación descentrada.

Al igual que con otros conflictos o tensiones grupales, corresponderá al coordinador apoyar su tratamiento en la medida que ellos se hayan convertido en serias dificultades u obstáculos para llevar adelante la tarea grupal.

6. EL APOYO DEL COORDINADOR EN LOS APRENDIZAJES

El grupo constituye una situación de por sí movilizadota de estructuras internas de los sujetosque participan en él y por tanto, resulta ser una situación privilegiada para aprender. En la medida que los sujetos se resistan a aprender, tendiendo, por el contrario, a refugiarse en roles estereotipados, cabe que el coordinador apoye los procesos de aprendizaje que se ponen de manifiesto en el grupo. El coordinador observa la estructura grupal. Pero va teniendo, al mismo tiempo, una visión del rol que cada uno de los participantes, asume dentro del grupo, de sus formas de vincularse con los demás y con la tarea. En este terreno puede observar modificaciones o evoluciones de cada uno de los participantes. Puede observar, también, fijaciones, reiteraciones, estereotipos, ya sea porque le han dado resultados al participante para insertarse y cooperar dentro del grupo, ya sea porque esos resultados no han sido positivos. Frente a ese tipo de situaciones, que no constituyen obstáculos grupales propiamente tales, el coordinador puede intentar algún apoyo. La forma de apoyar el reconocimiento de resistencias para aprender y estimular a los participantes a cooperar en su detectación y superación, supone una importante base de sustentación teórica. Es decir, no basta hacer señalamientos de posibles signos de resistencia, sino que ellos requieren ser acompañados de hipótesis interpretativas de los fenómenos grupales que están contribuyendo a generarlas y no a superarlas.1

Las resistencias, evidentemente, poseen un origen en la verticalidad del sujeto y en la horizontalidad grupal de la cual está participando. El terreno en el cual el coordinador puede incidir se refiere a la horizontalidad, es decir, a la estructura de relaciones que ha adoptado el grupo para operar. Si se tratara de un grupo terapéutico podría corresponder incidir en la verticalidad del sujeto, es decir, en la resignificación de su historia personal.

1 En el cuaderno Nº 4 se entregan mayores herramientas teóricas sobre el aprendizaje o evaluación.

6.1. En los momentos de evaluación.

En cada reunión, el grupo posee un espacio especialmente dedicado a la evaluación de sus aprendizajes. Esta evaluación es considerada parte del proceso de aprendizaje de los Talleres, donde no sólo se trata de señalar lo que se ha aprendido sino además, aprender sobre las maneras cómo cada uno aprende.

El apoyo del coordinador en este encuadre puede diversificarse, de manera de poder apoyar a que en este momento no sólo se analicen signos de aprendizaje, sino también signos de no-aprendizaje o estereotipos.

Los apoyos teóricos de cómo evaluar son proporcionados en los momentos informativos. Pero en los momentos de evaluación, el coordinador puede contribuir señalando los signos de aprendizaje y de no-aprendizaje que ha observado durante la reunión. Corresponderá al grupo la decisión de concentrarse en el análisis de dichos signos o en otros. En este sentido, el coordinador aporta al grupo su mirada retrospectiva, que constituye una de las dimensiones de la evaluación. La mirada proyectiva que poseen los aprendizajes también puede verse estimulada con este tipo de aporte del coordinador.

6.2. En las jornadas de evaluación.

Denominamos “jornadas de evaluación” a reuniones que se realizan al final de un período de talleres y que están destinadas especialmente a la evaluación de los aprendizajes de los participantes y donde, además, existe el tiempo para que el grupo se concentre en cada uno de sus miembros. No corresponde que el coordinador haga una evaluación de cada uno de los participantes, pero sí puede ser útil que él ponga a disposición de ellos una síntesis histórica del tipo de participación que han tenido.

En esta perspectiva, resulta útil al grupo que el equipo de coordinación realice una devolución en torno a dos grandes aspectos:

Una reconstrucción de la evolución de la estructura grupal a lo largo del proceso, ilustrando las modificaciones con hitos grupales.

Una reconstrucción de la evolución de cada uno de los participantes en sus formas de vincularse con el grupo y en sus formas de insertarse en la estructura grupal.

Con estas devoluciones el coordinador puede apoyar a que el grupo se haga cargo de losaprendizajes de todos y cada uno de sus miembros.

7. EL ROL DEL COORDINADOR EN RELACIÓN AL ENCUADRE GRUPAL

El término encuadre, se utilizará en los TED para designar las reglas del juego que losparticipantes acuerdan previamente para desarrollar un trabajo grupal. Al igual que en todo trabajo colectivo, los pequeños grupos requieren fijar ciertas normas que los miembros se comprometen a respetar para apoyar la productividad de la tarea y crear condiciones de participación en libertad para todos sus miembros. Especial importancia dentro de los encuadres asumen los acuerdos relativos a los tiempos de trabajo, al lugar donde se reunirá el grupo, a los planes de trabajo, etc..

El coordinador también puede apoyar a las decisiones en relación al encuadre grupal. Las reglas del juego tienen relación con la tarea que el grupo está abordando. El coordinador se preocupará de que el grupo opere con un encuadre conocido y decidido colectivamente. En este sentido, sus intervenciones pueden apoyar al grupo a través de señalamientos o también proponiendo uno posible, que apoye la tarea. El grupo puede, de acuerdo a la tarea, reencuadrarse, es decir, modificar el encuadre. Ocurre con frecuencia que los grupos recién iniciados tienden a salirse del marco acordado y quedarse sin encuadre que apoye la productividad y la participación grupal. O, por el contrario, tienden a rigidizarlo aunque éste haya perdido su sentido en relación a la tarea. Las intervenciones de la coordinación deben apoyar un reencuadre grupal en función de la tarea que el grupo se encuentre abordando. El grupo puede cambiar las reglas, pero no quedarse sin ellas.

8. LAS INTERVENCIONES DEL COORDINADOR

El coordinador apoya al grupo a través de intervenciones. Estas intervenciones pueden ser de diversa índole. Para ilustrar los principales tipos de intervenciones se distinguen: los señalamientos, los recuerdos, las interrelaciones, las interpretaciones, las devoluciones y las discriminaciones conceptuales.

1. Los señalamientosLos escalamientos son intervenciones mediante las cuales el coordinador llama la atención

sobre algún acontecimiento grupal, o sobre algún obstáculo que está percibiendo en el trabajo grupal.

Los señalamientos son intervenciones de carácter descriptivo, no necesariamente acompañados por hipótesis interpretativas. Son intervenciones sobre el aquí y ahora del grupo, donde el coordinador trata de mostrar su percepción del proceso que el grupo vive.

Los señalamientos pueden referirse a los diversos ámbitos sobre los cuales el coordinador pretende apoyar al grupo, es decir, sobre la conexión del grupo con la tarea, sobre la interacción al interior del grupo, sobre la manifestación de los aprendizajes y sus resistencias, etc..

Estos deben procurar no interrumpir el trabajo grupal o el hilo de la tarea que el propio grupo está desarrollando.

2. Los recuerdosEl coordinador puede apoyar al grupo mediante recuerdos de hechos vividos anteriormente en

el grupo, mediante referencias a la información teórica y técnica proporcionada en los monetos informativos, o mediante la mención de bibliografía que haya sido previamente trabajada por el grupo, etc..

3. Las interrelacionesEl coordinador puede apoyar al grupo a superar disociaciones relacionando lo que el grupo se

encuentra abordando con temas tratados con anterioridad, o con aspectos teóricos que han sido previamente incorporados al trabajo grupal.

4. Las interpretacionesDe todos los tipos de intervenciones del coordinador, las interpretaciones son las que

presentan un mayor grado de complejidad. Son complejas por la manera como ellas son construidas por el coordinador y son delicadas por la manera como ellas pueden ser recibidas por el grupo. Las interpretaciones son hipótesis explicativas con las cuales el grupo puede perfectamente discrepar. Éstas son siempre relativas; es decir, están necesariamente teñidas por la perspectiva desde la cual ellas son construidas.

En algunos casos, el apoyo del coordinador consiste en la proposición de hipótesis explicativas acerca de acontecimientos grupales que ponen de manifiesto obstáculos grupales.

Las interpretaciones pueden ser de diversa índole. Por regla general, es conveniente, que ellas se basen en una relación de fenómenos vividos por el propio grupo, sobre la cual pueden hacerse algunas conexiones teóricas. En cambio, el camino inverso, hipotético-deductivo, puede prestarse a una pérdida de la especificidad del proceso grupal que los participantes se encuentran viviendo.

Es importante que el coordinador sea capaz de discriminar entre sus intervenciones que contienen una interpretación, de aquellas que no la contienen. Tanto que es conveniente que los coordinadores expliciten: “ahora voy a hacer una interpretación personal de los hechos”, o “voy a aventurar una hipótesis”, etc..

5. Las devolucionesSe habla de devoluciones por cuanto se trata de devolver al grupo lo que le pertenece. En las

devoluciones el coordinador actúa como un espejo, de modo que el propio grupo pueda verse e integrar dicha visión acerca de su trabajo.

Las devoluciones pueden requerirse como material de trabajo en ocasiones en las cuales el grupo esté necesitando disponer de una mirada retrospectiva de lo vivido. En la medida que la imposibilidad de reconstruir se constituya en un obstáculo, puede resultar adecuado que el coordinador colabore con el grupo mediante una devolución de lo registrado desde su postura de descentramiento.

6. Las discriminaciones conceptualesEn algunos casos, el coordinador puede ayudar aportando discriminaciones o precisiones

conceptuales para superar el obstáculo de la indiscriminación o imprecisión conceptual en que suelen caer los procesos de reflexión.

Este tipo de apoyo, al igual que los anteriores, son referencias que el coordinador aporta al grupo para que éste se apropie críticamente de ellas, si lo estima conveniente y útil.

9. EL ROL DEL OBSERVADOR, MIEMBRO DEL EQUIPO DE COORDINACIÓNLa modalidad de trabajar en equipos de coordinación, con una persona que ejerza el rol de coordinador y una, o dos personas más, como observadores, tiene distintas justificaciones:

Permite que el coordinador sea revisado permanentemente por una pluralidad de personas y de miradas. Esto tiene aún mayor importancia al tratarse de educadores que recién se inician en este tipo de labor.

Permite disponer de una pluralidad de miradas sobre el proceso grupal, de manera que los sesgos de una persona puedan ser rectificados por la mirada de otras personas. Es decir, los observadores se constituyen en un apoyo al coordinador para profundizar su mirada y rectificarla si es necesario.

Permite que la reunión se registre o documente para que, posteriormente pueda ser examinada, tanto por los miembros del equipo de coordinación, como por los participantes que así lo deseen.

Permite disponer de uno o dos puestos privilegiados para aprender a coordinar y participar en grupos: desde la observación y registro de estos procesos.

Permite que un grupo se sienta más acompañado con dos o tres personas, y pueda comenzar a habituarse a trabajar con una mirada pública.

Permite que el coordinador se sienta más acompañado en sus labores de revisión del proceso grupal y de preparación del apoyo que debe dar desde la coordinación.

En todo caso, la finalidad fundamental del rol del observador es armar equipo con el coordinador para buscar la mejor forma de apoyar al grupo desde el rol de coordinador.

9.1. El rol del observador durante la reunión: observar y registrar exhaustivamente todo el proceso.

Durante la reunión el observador debe registrarlo todo lo que en el grupo está ocurriendo. Es importante que el observador tenga muy claro el sentido de su función:

Documentar un proceso para que éste pueda ser estudiado al interior del equipo de coordinación con la finalidad de potenciar el desarrollo grupal.

Proporcionar una mirada reflexiva sobre el proceso grupal para participar activamente en el trabajo interno del equipo de coordinación.

Resulta importante que el registro sea lo más fidedigno posible para que pueda ser posteriormente utilizado, ya sea en la reconstrucción de todo el proceso, ya sea en el análisis comparativo de reuniones, ya sea en la interpretación de acontecimientos recurriendo a la historia grupal, etc.. El observador debe tener claro que su labor no es sólo

registrar lo que a él pueda parecerle importante. Algo aparentemente sin importancia, puede llegar, en un momento determinado, a convertirse en importante para poder interpretar procesos grupales más complejos o persistentes.

Ejercitar el rol de observador requiere de entrenamiento. En la medida que una persona se esté capacitando como observador observando, es importante que sus observaciones y registros sean supervisados colectivamente. Es decir, es importante que el ejercicio de este rol contemple un espacio de reflexión crítica sobre la manera en que se ejerce dicho rol, de modo que las experiencias de observación puedan ir siendo convertidas en ocasiones de aprendizajes.

9.2. Los tipos de observación.

La observación puede ser focalizada o abierta, según se trate de poner atención en ciertos aspectos o, por el contrario, jijarse en todos. Al observador de Talleres se le solicita una observación abierta. Si se da el caso de que un taller cuenta con dos observadores, ellos pueden ponerse de acuerdo para operar uno con observación abierta y otro con observación focalizada.

La observación del coordinador usualmente se denomina flotante, puesto que procura ser abierta al mismo tiempo que focalizada. Él se deja “llamar la atención” por las circunstancias que el grupo vive, sin amarrarse a un primer o segundo foco posible de observación.

En la medida que un coordinador se encuentra acompañado de uno o dos observadores, su atención flotante reúne mejores condiciones para hacerse efectiva. De este modo, el coordinador puede despreocuparse de registrar la reunión y de tratar de retener la multiplicidad de hechos que se encuentra naturalmente observando.

La observación privilegia el mirar y el escuchar como manera de conectarse con la realidad. Es importante, asimismo, no perder de vista que se observa con todo el cuerpo. En este sentido, resulta interesante que el observador vaya también registrando lo que ha ido sintiendo al observar el proceso grupal. Puede que anotaciones de este tipo enriquezcan la comprensión del proceso grupal, como asimismo los procesos de aprendizaje del propio observador.

9.3. Los ámbitos de observación.

En el proceso grupal se da una compleja dinámica de intercomunicación entre los

participantes, en la que se utilizan medios verbales y no verbales de comunicación. En este sentido, puede distinguirse el ámbito verbal de observación, del ámbito no verbal de observación.

En el mismo sentido, suele hablarse de ámbitos de observación relacionados con la temática y ámbitos de observación relacionados con la dinámica. En relación a la temática se registra el discurso. En relación a la dinámica se registran todas las otras formas de comunicación.

En materia de ámbitos de observación pueden hacerse otras muchas distinciones, según sean los requerimientos de comprensión de los procesos grupales. Por ejemplo, está el ámbito de las participaciones individualmente consideradas y el ámbito de la estructura grupal; el ámbito de la pertenencia, de la comunicación, de la cooperación grupal, etc..

9.4. La confección de los registros.

A cada observador/a le corresponde encontrar su propio método o manera de confeccionar

su registro. Entre quienes utilizan la observación como técnica de recolección de información se distinguen, dos tipos de registros: el registro en bruto y el ampliado. El primero consiste en aquel que el coordinador hace durante la reunión, escribiendo en sus papeles. El registro ampliado, en cambio, aquel que se trabaja completándolo posteriormente a la reunión.

Se recomienda que el registro en bruto sea ampliado antes de las 24 horas posteriores a la reunión. En la ampliación del registro, el observador se preocupa de hacerlo legible y de incluir todo aquello que recuerde de la reunión y que no fue documentado.

En el equipo de coordinación y en los Talleres de Supervisión se trabajará sobre el registro ampliado. Conviene que en este registro quede señalado lo que es fruto de la observación directa y lo que es fruto de los momentos de ampliación.

Para hacer los registros, el observador puede adoptar una serie de convenciones, como por ejemplo: usar comillas para lo textual; paréntesis cuando está resumiendo ideas, etc.. Es conveniente que este código personal quede por escrito como una manera de mantener su continuidad y facilitar la lectura de los registros.

9.5. Las misiones especiales.

Las misiones especiales se refieren a encargos que el equipo de coordinación solicita, excepcionalmente, a los observadores. Por ejemplo, observar ciertos aspectos que son de interés para validar o invalidar hipótesis de trabajo que el coordinador está elaborando; hacer una revisión de los registros desde ciertos puntos de vista, etc..

9.6. Los tipos de observadores.

Los observadores pueden ser no-participantes o participantes. Esta distinción se refiere a la posibilidad de que el o los/as observadores/as participen en momentos determinados de la reunión para cumplir funciones específicas.

Lo frecuente es que un observador no sea participante. Pero, con el propósito de que el grupo se enriquezca al máximo del trabajo del observador, se le pueden solicitar algunos servicios específicos. Por ejemplo, que la iniciar la evaluación haga una síntesis de los principales momentos vividos por el grupo durante la reunión; que en ocasiones opere como memoria grupal, etc..

9.7. De la rotatividad de roles entre observador y coordinador.

El trabajo en equipo permite pensar que los roles de coordinador y observador puedan ser intercambiados entre las personas que los asumen. Lo importante es tener claro el sentido que tiene la rotatividad o no rotatividad de las personas en dichos roles y hacérselo saber al grupo.

Empero, lo que sí se recomienda es que sea una la persona que haga de coordinador durante toda una reunión. Y, esto, porque el coordinador trabaja sobre una estrategia de apoyo que, muchas veces requiere esperar que sucedan ciertos acontecimientos en el proceso grupal. Dado que los miembros del equipo de coordinación no se pueden comunicar durante la reunión, resulta anti-funcional al grupo el que se empleen dos o más criterios paralelos de apoyo a su desarrollo.

10. EL TRABAJO INTERNO DEL EQUIPO DE COORDINACIÓN

Inmediatamente después de cada reunión es aconsejable que el equipo de coordinación se reúna para un momento que puede considerarse catártico. En este espacio informal, se satisfacen las necesidades de comentar la reunión, de intercambiar primeras impresiones, de permitir que el observador hable, etc..

Una vez que el registro haya sido ampliado, se reúne el equipo de coordinación a analizar el proceso grupal y a revisar la forma cómo, desde la coordinación, se está apoyando al grupo en su tarea. En esta reunión el observador posee un activo papel, tanto para reconstruir la reunión como para marcar elementos que estima necesario reflexionar.

El trabajo interno del equipo es un mini-taller, donde se tendrá que definir la tarea y acordar los métodos para abordarla en los tiempos de que disponga.

En caso que el equipo de coordinación se encuentre participando en un Taller de Coordinadores con el propósito de supervisar colectivamente su práctica, será tarea interna del equipo preparar el material que presentará a la Supervisión.

11. LA DISTINCIÓN ENTRE ANIMADOR DE TED Y COORDINADOR DE GRUPO

En términos generales, puede decirse que entre las funciones de un animador TED se encuentra la de un coordinador de grupo. Junto a ésta se pueden incluir otras tales como, la invitación a docentes para constituir un TED; las labores de comunicación con otros animadores TED o la intercomunicación entre diferentes TED; la asunción de momentos informativos; las tareas de publicación del trabajo realizado; la sistematización de la experiencia, etc.. El rol de coordinador es, por tanto, un rol específico, que se juega al interior de un grupo cuando éste se encuentra trabajando.