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CENTRO DE ESTUDIOS DE SOCIOLOGIA APLICADA (CESA) Documentación Social LAS COOPERATIVAS y el desarrollo económico- social, en la acción social, en la educación de adultos. • COMO CONSTITUIRLAS • LA REALIDAD ESPAÑOLA © REALIZACIONES PILOTO Lo más destacado del coope- rativismo en el mundo. QUÉ SE PUEDE LEER sobre cooperación. £1 cooperativismo AMO III 15 SECCION SOCIAL DE CARITAS ESPAÑOLA Cuesta Sauto Domingo, 5,1.' D ■ MADRID-13

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CENTRO DE ESTUDIOS DE SOCIOLOGIA APLICADA (CESA)

D o c u me n t a c i ó n So c i a l

LAS C O O PER A T IV A S y

el desarrollo económico- social,

en la acción social,

en la educación de adultos.

• COMO CONSTITUIRLAS

• LA REALIDAD ESPAÑOLA

© REALIZACIONES PILOTO

Lo más destacado del coope­rativismo en el mundo.

Q UÉ SE PUEDE LEER sobre cooperación.

£1cooperativismo

AMO I I I 15SECCION SOCIAL DE CARITAS ESPAÑOLACuesta Sauto Domingo, 5 ,1 . ' D ■ MADRID-13

Han colaborado en este número el Excmo. y Rdmo. señor OBISPO DE LEON; el Rdo. D. J. L. ARIZMENDIA- RRIETA, creador de la Cooperativa de Formación Profesio­nal de Mondragón; D. J. L. DEL ARCO, Asesor Jurídico de la Obra Sindical de «Cooperación»; D. J. M. CIURA- NA, Presidente de la Unión Territorial de Cooperativas de Cataluña y Baleares; D. J. M. DIAZ MOZAZ, Consiliario de la Unión de Cooperativas Agrarias de Navarra; D. L. ES­TRADA, de la Cooperativa de Viviendas del Sdo. Corazón, de Barcelona; D. J. PERNAU, Sociólogo; D. J. M. RIAZA, Profesor de la Cátedra de Cooperación de la Facultad de Ciencias Económicas de Madrid, y D. E. SOLER GAL- CERAN, Abogado y Director de la Escuela de Asistentes Sociales Masculinos, de Barcelona. ,

J ¥ O T A

E sta colección de m onografías está preparada por la Secretaria del C E N T R O D E E S T U D I O S D E S O C IO L O G IA A P L IC A D A y tiene com o finalidad facilitar una serie de trabajos m onográficos que versen sobre tem as de acción social.

In teresa, pues3 a todos aquellos trabajadores sociales, tales com o A sisten tes Sociales, D irectores de Instituciones benéficas y asis tendales, C olegios, Párrocos, Consiliarios de A cción C atólica, e tc .

E l Consejo de R edacción solicita , para cada tem a concreto, la colabo­ración de aquellos especialistas que han trabajado en la práctica y cono­cen a fondo cada uno de los tem as, presentándonoslos a través de una visión social y cristiana.

A todos, pues, será sum am ente ú til poseer un cierto núm ero de fórm ulas prácticas, en vista a lo que debe constitu ir una acción social propia para los hom bres de la Iglesia.

EL COOPERATIVISMO

Sumatio

Presentación.—Dr. Duocastella ................................................................ 3Las Empresas de dimensiones familiares y las Cooperativas, por

el Excmo. y Rvdmo. señor don Luis Almarcha* Obispo de León. 5 Las Cooperativas en el marco de la acción social de Caritas, por

D. J. M. R iaza ..................................................................................... 7Las Cooperativas en él desarrollo de comunidades, por D. E. Soler

Galcerán.................................................................................................. 18Las Cooperativas y la acción social, por D. J. M. Ciurana............... 31Las Cooperativas y el desarrollo económico, por D. J. Pernau ... 39Cómo constituir una Cooperativa, por D. J. L. Del A rco ................ 46Las Cooperativas en España, por D. J. Pernau.................................. 69

APENDICES

I. — Un ensayo en Mondragón, por D. J. M.a Arizmendiarrieta. 85II. —Madurez del cooperativismo agrario en Navarra, por

D. J. M. Díaz M ozaz................................................................... 92III. —Las Cooperativas de Vivienda: un ejemplo en Barcelona,

por D. L. Estrada....................................................................... 95IV. —Algunos ejemplos de Cooperativas en él extranjero, por

D. J. Pernau................................................................................. 98V. —¿Qué podría usted leer sobre cooperación?, por D. J. Gascón. 107

Bibliografía......................... .......................................................................... 109

Fichas bibliográficas.

Imp. Romero Requejo, S. L. Madrid Depósito Legal: M. 6120 - 1962

ftteientación

A diferencia de otros tem as abordados anteriorm ente en esta colec­ción D O C U M E N T A C IO N S O C IA L , hem os de reconocer que sobre el tem a cooperativista se ha escrito m uchísim o, tanto en el extranjero com o en nuestra pa tria . N o hem os querido, p o r tanto, repetir lo hecho ya p o r otros, sino— siguiendo el estilo d e nuestras publicaciones dedicadas preferen tem ente a la acción social— presentar una visión am plia de la realidad cooperativista tal com o se da en nuestra patria y los ejem plos m ás interesantes y aleccionadores de otros penses, para luego reflexionar am pliam en te sobre todo ello y sobre el gran papel que juegan las C oope­rativas en el m om ento presen te, en vistas al desarrollo socio-económ ico in iciado en m uchos países y d e una m anera particu lar en los m enos des­arrollados.

Q uerem os, p o r lo tanto, llam ar, d e una m anera particular, la atención de nuestros lectores— tan preocupados p or todos los m edios que contri­buyen de una u otra manera al desarrollo de un país y a la prom oción humana de sus m oradores— cóm o las C ooperativas constituyen , hoy d ía , uno de los polos m ás destacados de dicho desarrollo .

A la com petencia teórico-práctica d e cada uno de los especialistas que han colaborado en este núm ero, hem os creído oportuno añadir algu­nas experiencias cooperativas españolas, las m ás destacadas en los d is­tin tos géneros de acción cooperativista (en el cam po, en la construcción de viviendas, en la industria, de producción, e t c ) .

F inaliza este núm ero con una selecta bibliografía, en la que nuestros lectores podrán am pliar, si lo desean, su docum entación sobre esta tan in teresante m ateria. C reem os con ello haber acertado en la m ed ida justa de lo que pretendíam os dar a conocer respecto a l cooperativism o.

R . D U O C A S T E L L A

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Las Empresas de dimensiones familiares

y las Cooperativas

Por el Excmo. y Reve­rendísimo Sr. D. LUIS ALMARCHA, O b is p o

de León.

La difusión de la propiedad privada es un principio fundamental de la sociología encuadrada en la órbita de las Encíclicas Sociales.

Es el punto de convergencia de todos los pensadores que no se han embarcado en la doctrina del Estatismo y de las planificaciones totalitarias.

«Hay que propugnar insistentemente la efectiva difusión de la propiedad entre todas las clases sociales», acaba de decir la «Mater et Magistra».

Pero esa difusión efectiva de la propiedad, para que ésta cumpla su principal fin ético-social, es necesario considerarla en relación con la familia.

«Un fin ético-social de la propiedad privada— dijo Pío XII— es sostener el espacio vital de la familia para asegurar al padre la libertad que necesita para sus deberes de mirar por el bienestar físico, espiritual y religioso de la familia.»

La estructura más adecuada para conseguir estos fines es la familia considerada como empresa; es decir: la empresa de dimensiones familiares.

La familia trabajando sobre su espacio vital para hacerlo fructificar hasta una JioU gura abundante, en expresión de León XIII.

Cuando los esfuerzos familiares actúan sobre capital propio para hacerlo fructificar, ha nacido la empresa familiar.

Ahora bien: es necesaria la adecuación de trabajo y capital suficiente para llegar a la empresa de dimensiones familiares.

Para que la empresa tenga dimensiones familiares es preciso que capital y trabajo den los réditos suficientes para la familia.

He aquí el gran problema: suplir la insuficiencia. Esta puede ser por falta de capi­tal o por falta de técnica en el trabajo.

Toda necesidad social provoca un movimiento social.Los movimientos sociales más profundos son de dentro afuera; y en este caso ha

consistido en buscar el remedio a la insuficiencia, robusteciendo el esfuerzo propio con el esfuerzo solidario.

Es el nacimiento del movimiento cooperativo.En su primera etapa acudió a poner remedio a la insuficiencia de capitales. En su

adecuación a los tiempos y necesidades trabaja con éxito en la resolución de todos los problemas de insuficiencia, principalmente en el de crédito en relación con el capital y el de técnica en las labores empresariales.

Son millones de familias las que mediante la cooperación económico-social han logrado vivir en espacio vital con dimensión familiar laboral y económica con réditos adecuados.

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Son millones las que suspiran por llegar a esa holgura soñada, que tiene sus raíces en la naturaleza humana, en sus justas ansias de libertad económica.

La técnica cooperativa progresa cada día en la solución de los problemas de insufi­ciencia. El vuelo se ha ampliado a conseguir la eficacia de la gran empresa.

Y ha convertido en fuentes de crédito las fuerzas de la solidaridad, la honradez per­sonal y la confianza mutua.

La valoración de estas fuerzas y su asociación técnica ha producido éxitos asombro­sos. Los valores personales se han equilibrado en el mercado con los valores económicos.

La Sociedad con los Poderes públicos van volviendo sus ojos, hasta ahora deslum­brados por el brillo de las concentraciones de riquezas que puede barrer cualquier huracán, al bosque milenario, donde los árboles de raíces profundas resisten todos los vendavales y detienen todos los torrentes... y se han fijado en los núcleos cooperativos. Son las fami­lias con espacio vital propio, con propiedad propia, las empresas familiares en la agricul­tura, en la artesanía, en la pequeña industria, en los servicios, las que restablecen sólida­mente el equilibrio social roto por el capitalismo o por el estatismo o planificaciones tota­litarias.

La cooperación resolviendo los problemas de las empresas de dimensiones familiares, asentando a las gentes en espacios vitales holgados, dándoles las fuerzas de las grandes empresas, presta un gran servicio a la Humanidad.

El porvenir, el triunfo definitivo es de las empresas de dimensiones familiares, con las instituciones económico-sociales que tengan sus raíces en los valores humanos.

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Las Cooperativas en el marco de la acción social de Cáritas

Por D. JOSE MARIA RIAZA BALLESTEROS, profesor en la Cáte­dra libre de Coopera­ción, de la Facultad de Ciencias Políticas y

Económicas.

Es sum am ente interesante la descripción que nos hace el señor R iaza de cada uno de los tipos d e C oopera tiva que existen en la actualidad en E spaña, con los resultados alcan­zados y las tendencias que se avizoran, así com o las d ificu l­tades que se han obviado, fru to todo ello de una rica expe­riencia de observación y contactos con sus prom otores.

1. Lo que debe entenderse por Cooperación: distinciones necesarias.

La cooperación supone una La Cooperación o Cooperativismo es una idea-fuerza quema^eemió^cTnaS y Un S1§te tiene, como característica que la define, la unión de aque-

' líos que sienten unas necesidades comunes que puedensatisfacer organizándose y actuando también en común.

A la vez es un sistema económico-social, que tiene su arranque en los llamados «pioneros de Rochdale»; aquellos tejedores que hacia 1844 decidieron defenderse frente al agio organizando una entidad— la primera Cooperativa de Consumo— que hiciese llegar los productos, lo más directamente posible, del productor al consumidor.

basados en unos principios de Desde entonces el movimiento cooperativo se ha ido des-d E S L n d e ^ s ' a s T i L S envolviendo en el mundo, dando lugar, incluso, a un movi- nes. miento de ideas y a la formulación de unos denominados

«principios rochdalianos», que constituirían la dogmática de dicho movimiento y que se sintetizan en los siguientes puntos: adhesión libre, control democrático, ventas al contado, educación cooperativa, no discriminación por ideas o razas y proporcionalidad en la distribución de los beneficios. Estos principios no son respetados rigurosamente en todos los países, pero se consideran básicos. Las Cooperativas son unas intituciones de carácter popular, con características propias, que las diferencian de otras asociaciones populares. Se distinguen de los sindicatos, en que éstos se ocupan fundamentalmente de lograr unas mejores condiciones del contrato de trabajo de quienes lo prestan por cuenta ajena, siendo en España enti­dades de derecho público, en tanto que las Cooperativas tienen finalidades predomi­nantemente económicas y complementariamente sociales; de las mutualidades (con

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las que coinciden en muchos aspectos), en que éstas se dedican fundamentalmente a la previsión, en tanto que las Cooperativas pueden tener fines económicos más amplios; y, por último, de las instituciones de beneficencia, ya que no tienen una finalidad exclusivamente altruista, sino que se proponen integrar intereses comunes de contenido económico.

I<as Cooperativas son em- Las Cooperativas son una forma de empresa económica, conprestas económicas en las que todos los elementos que caracterizan a las restantes empre­

sas, pero con algunos elementos mas, que la tipifican. En primer término, quedando a salvo la personalidad de los

socios y valorándose fundamentalmente los aspectos humanos, se posee en común el patrimonio de la entidad. Por otro lado, el capital se subordina al hombre, conside­rándosele como instrumento y no como rector de la vida social. Como consecuencia, se huye del espíritu o afán de lucro ilimitado que caracteriza al sistema capitalista, aspirándose a que los socios obtengan unos beneficios lo mayores posibles, dentro de lo que una moderada y ponderada economía debe llevar consigo, pero con la vista puesta en lograr el equilibrio de un precio justo para los productos, eliminando todos aquellos intermediarios del proceso económico que no sean verdaderamente exigidos por las necesidades de una correcta organización económica. Es también una carac­terística típica la del funcionamiento autónomo de cada una de las Cooperativas, aunque dentro de los cauces que haya establecido la legislación, que en la mayoría de los países es especial, puesto que los Estados tienen interés en que el cooperati­vismo se desarrolle y expansione.

y se realza el valor del es- El cooperativismo tiene un espíritu propio, por lo que se fuerzo común. puede hablar con razón de un «espíritu cooperativo»,

que lleva consigo el sentido de unión en comunidad, con una cierta renuncia a una actitud egoísta, incorporándose el esfuerzo de todos a la tarea de impulsar la vida de la entidad. Cuando tal espíritu no existe, la vida de las Cooperativas se reduce y tiende a su anquilosamiento. La medida en que tal espíritu existe, es el barómetro que muestra que una Cooperativa se va desarrollando pro­gresivamente, creándose un ambiente o «clima» propio y característico que loS expertos en cooperativismo comprueban rápidamente, siendo también apreciable para los extraños a la entidad y al cooperativismo.

Lo que no puede ser la cooperación es una planta artificial, que pueda crearse o establecerse y arraigar por la imposición o la fuerza. Podrá favorecerse su des­arrollo y procurarse su aclimatación en zonas en que no fuera conocida, pero su ritmo de crecimiento ha de ser lento, puesto que el espíritu humano también evolu­ciona con una cierta lentitud y no es posible precipitar las cosas si se quiere hacer una labor duradera. Esto no quiere decir que haya que esperar mucho tiempo, puesto que este factor depende de muchas circunstancias, sino solamente que, como ocurre en el desarrollo natural, en que no se procede por saltos bruscos, sino por vía evolu­tiva, cada Cooperativa ha de seguir un ritmo de desarrollo propio.

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2. Valor educativo de la Cooperación.Por esto, la cooperación! es Se puede decir con verdad que «cooperar es educar», por-adulto^dadera eSCUela de que el solo hecho de integrarse de verdad en una Goope-

n ^ rativa tiende a desarrollar los valores más elevados de lapersona humana. Por eso es perfectamente lógico que, ya

desde los primeros tiempos del cooperativismo, se haya concedido un puesto tan destacado a la educación entre las tareas que hay que llevar a cabo para que sea posible un buen movimiento cooperativo.

y en muchos países la for- p or eso ja iabor de formación cooperativa es atendida con mación cooperativa es de n cu¡ j a(j0 en jos países en que la cooperación tiene

mayor arraigo. Esta educación cooperativa se extiende a todos los grados de la enseñanza, desde la primaria a la

superior, único procedimiento de conseguir que la práctica de la Cooperación tenga una base sólida en la que apoyarse. De forma especial interesa la conquista de los sectores intelectuales del país, puesto que ellos son los que pueden contribuir a la investigación y desarrollo de la cooperación como ciencia, estudio que está poco avanzado, no sólo en nuestro país, sino en otros del extranjero. Hay países, como Canadá, en cuya Universidad Laval de Quebec existe una Facultad especializada en Cooperación, que imparte sistemáticamente este tipo de enseñanza y otorga los títulos correspondientes, que capacitan para el desempeño de cargos de administra­dores, gerentes o gestores de las Cooperativas. Algo análogo podríamos decir de Norteamérica, en donde destaca de Universidad del Estado de Wisconsin, en la que existe una Facultad de Agricultura, y en ella dos Cátedras de Cooperación. En España se ha iniciado este camino, creándose una Cátedra Libre en la Facultad de Ciencias Políticas y Económicas e iniciándose algo en este sentido en el Instituto Social León XIII.

3. La Cooperación en España; sus antecedentes católico-sociales.

En España se iniciaron en Aunque existan precedentes de tipo gremial, e inclusodesmato1 s^ L ltu .00*18111"05’ alguna CooPerativa anterior a la de Rochdale, puede de­

’ cirse que sólo a partir de 1863 y precisamente por lalabor precursora de Fernando Garrido, de matiz socialista,

el cooperativismo empieza a introducirse en España, lo que explica que, en nuestro país, un sector de las Cooperativas de Consumo, en sus inicios, tuvieran un matiz socialista.

Más tarde, el cooperativis­mo es adoptado por los ca­tólicos^ la «Confederación Ca­tólico-Agraria nace.

dotes y seglares—‘los que

En los finales del siglo XIX, los promotores del movi­miento social-católico se dan cuenta de la importancia que el cooperativismo puede tener, como fórmula práctica de acción económico-social, y pronto son bastantes— sacer-

siguen a los iniciadores, como Díaz de Rábago, el P. Vicent,

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etcétera. En 1906 se publica la Ley de Sindicatos Agrícolas, de acertada orientación, que constituye un cauce adecuado para el cooperativismo. Al finalizar el primer cuarto del presente siglo había unas tres mil Cooperativas agrícolas, merced a esta situación, surgiendo espontáneamente Federaciones y, posteriormente, la Confederación Católico- Agraria, que ha constituido la base fundamental de la actual organización cooperativa del campo. En 1931 se dicta la primera Ley de Cooperativas, que se basó en los estu­dios realizados por el Instituto de Reformas Sociales del Ministerio de Trabajo, y constituyó un positivo avance. A partir del Movimiento, y tras una Ley de 1938, que casi no se aplicó, llegamos a la actual de 2 de enero de 1942, y su Reglamento de 11 de noviembre de 1943, que constituyen la legislación vigente.

4. La legislación cooperativa en nuestro país: forma de constituir y desarrollar una Cooperativa.

Las leyes vigentes son de ca- En ias citadas disposiciones se contienen las disposiciones rácter muy general, básicas para la creación y desenvolvimiento de las Coope­

rativas, pero hay que tener en cuenta que sus normas son muy generales y que más bien se adecúan a las de Campo y de Consumo que a las de Producción Industrial o Viviendas, por ejemplo.

por lo que en cada caso hay p or es0 en ja fase fundacional, teniendo en cuenta las nor-cfcfi.CreaF m Estatuto espe’ mas, hay que pensar en la redacción de irnos Estatutos

* adaptados a las características de la entidad que se piensafundar. No es aconsejable proceder por simple copia de

otros Estatutos ya aprobados, sino que es conveniente plantearse los problemas específicos que podrían producirse en el futuro y tratar de establecer las previsiones aconsejables, para evitar los conflictos que podrían originarse, singularmente cuando se trate de Cooperativas en que concurran circunstancias especiales.

Para crear una C. basta con p ara constituir una Cooperativa hace falta un mínimo de e[ 15 socios tondadoKS, cuya lista ha de adjuntarse a losfatura Nacional de la Obra Estatutos. La documentación se presenta en la JefaturaSindical de Cooperación, del Provincial de Cooperación, que radica en la respectivaMinisterio de Trabajo y Di- Delegación Provincial de Sindicatos, que es la que iniciareccion . de Previsión. ei ^án^te, formuiando un primer informe. Es enviada a

la Jefatura Nacional de la Obra Sindical «Cooperación», y en este organismo es estudiada por la Asesoría, pasando para informe a la Vice­secretaría de Ordenación Económica, y con ambos informes es enviada al Ministerio de Trabajo, en donde sigue el trámite la Dirección General de Previsión (Sección de Cooperación), que puede oponer reparos o denegar la aprobación, por no adap-

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tarse a los preceptos de la Ley. De ser aprobada, la Orden del Ministro se publica en el «B. O. del Estado», y a partir de este momento se puede constituir la entidad y tener personalidad jurídica, celebrándose la primera Junta General y nombrándose la Junta Rectora. El trámite viene a durar dos meses.

Las orientaciones prácticas para la constitución de una Cooperativa se pueden encontrar en el libro «Teoría y práctica de las Cooperativas», del que es autor don José Luis del Arco, Jefe de la Asesoría Jurídica de la Obra Sindical.

Como líahor previa, precisa Es muy importante que, antes de iniciar la creación deCo°Perativa’ se Proceda a Preparar el grupo de sus

dirigentes iniciales y se seleccione quien pueda desem­peñar con eficacia el cargo de director, gerente o admi­

nistrador. El montaje de los órganos directivos varía según las características de cada Cooperativa, pero en todas es necesario contar con un mínimo de técnica. También es muy importante iniciar, desde el principio, el desarrollo de un plan de formación de los cooperadores, para que se den cuenta de lo que implica su calidad de tales y el sentido de responsabilidad con que deben de proceder al hacer uso del derecho de voto en las Juntas Generales, que no conviene que se prodiguen, aunque sí procede que a los socios se les mantenga lo más informados que sea posible res­pecto a la trayectoria, problemas, dificultades y éxitos de la entidad.

La Junta Rectora viene desempeñando la función de los Consejos de Adminis­tración en las Sociedades Anónimas, por lo que ha de reunirse con frecuencia, para adoptar las medidas que pueda exigir la marcha de la entidad. Conviene que sus miembros tengan una cierta estabilidad, lo que puede aumentar el crédito de la entidad, siendo un plazo de duración de los cargos bastante generalizado el de cuatro años, renovándose por mitad y pudiendo ser reelegidos. Sin embargo, tam­bién es conveniente que se produzca una cierta renovación, para que sean muchos los socios que hayan asumido las responsabilidades que lleva implícito el formar parte de la Rectora, aunque es razonable exigir un mínimo de formación humana y cooperativa, lo que no lleva aparejado necesariamente un nivel cultural acusado, pues en gentes de bajo nivel se puede encontrar talento natural y buen sentido.

sin olvidar las técnicas de Es muy importante que quede garantizada la correcta di- ^^ccm n de la empresa eco- rección de la empresa económica, por lo que, en muchos

‘ casos, es aconsejable el nombramiento de un gerente,suficientemente capacitado, al que conviene investir de

suficientes facultades, sin mengua de ejercer sobre su actuación el necesario control. Tras un periodo de prueba, es aconsejable que la Rectora suscriba un contrato con él, en el que se fijen las condiciones económicas, las facultades y las circunstancias que podrán motivar el cese, estableciéndose una cláusula penal para el caso de que no esté justificado, y cabiendo reconocer un arbitraje de equidad para los casos litigiosos.

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5. Clases de Cooperativas y sus respectivas exigencias.

A. Cooperativas del Campo.

En España hay c . del Campo, Son unas 5.500 las que funcionan, agrupando a más deun millón de familias campesinas. Las hay de distintas

modalidades: de compras o ventas en común, almazaras, bodegas, productos lácteos* fábricas de harinas, molinos de piensos, Cajas Rurales, etc.

Es muy importante seguir unas buenas directrices para la creación y desarrollo 4 de este tipo de Cooperativas, cuya importancia para el desarrollo de la agricultura y la defensa de los intereses económicos de los labradores es clara y manifiesta.

Estas Cooperativas pueden obtener préstamos del Servicio de Crédito Agrícola* del Ministerio de Agricultura, sobre la base de los líquidos imponibles, que otorgan una garantía suficiente. También pueden obtener créditos del Instituto Nacional de Colonización y de la Comisión de Compras de excedentes de vinos. La Unión Nacional tiene montados varios Servicios Comerciales, que realizan operaciones de conjunto para la adquisición de productos que interesan a las Cooperativas, por ejemplo abonos.

B. Cooperativas de Consumo.

de consumo, Históricamente son las más típicas. Existe una Unión Na­cional y seis Uniones Territoriales que agrupan a unas 600

Cooperativas, en las que se asocian del orden de un millón de socios consumidores.Su volumen global de operaciones es de unos 200 millones de pesetas. Su misión más característica es hacer llegar los productos al consumidor con el menor gravamen en los precios, suprimiendo a los intermediarios innecesarios.

El problema de su financiación no es fácil de resolver, aun cuando han existido* para algunas zonas, préstamos que otorga la Comisaría de Abastecimientos, con la intervención de la organización cooperativa. La instalación de los establecimientos en los centros urbanos exige considerables inversiones para poder competir con el comercio particular. También se hace necesario un capital de maniobra para poder adquirir los productos en la cantidad necesaria y en el momento oportuno.

Una dificultad que se plantea a estas Cooperativas es la de despertar un autén­tico espíritu cooperativo en sus socios, que se limitan en muchos casos a darse de alta y realizar compras cuando las facilidades o precios son más interesantes que en * el comercio en general, desentendiéndose del desenvolvimiento de la entidad, al que muchas veces sólo atiende un pequeño núcleo de dirigentes.

Donde mayor aplicación tienen son en pueblos o en barriadas en que no exista el problema de desplazamiento, que, en muchos casos, es el motivo determinante de que el ama de casa acuda al establecimiento de la esquina, aun cuando el precio sea algo mayor.

Los cálculos de las mermas y pérdidas ha de ser efectuado con suficiente holgura

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para que no se produzcan pérdidas, y a ello responden los «excesos de percepción» que son devueltos al socio en forma de «retornos cooperativos», k) que se efectúa al realizar el balance anual.

C. Cooperativas Industriales.

industriales, La Unión agrupa cuatro Uniones Territoriales, que encua­dran unas 460 Cooperativas. Hay que distinguir dos gru­

pos fundamentales: uno de ellos está constituido por un núcleo de unas 200 Coope­rativas, que tienen el carácter de distribución de los elementos que se necesitan en las industrias y talleres de las empresas pequeñas y medias, que son los socios cooperadores de las mismas. Hay Cooperativas de Farmacéuticos, de Carniceros, de Transportistas, etc.

Otro amplio grupo lo constituyen las Cooperativas obreras de producción, cons­tituidas por trabajadores-socios, que son, a la vez, copropietarios de la entidad en que trabajan, con lo que se afrontan directamente los problemas que trata de resol­ver la doctrina social católica en las empresas capitalistas; es decir, el acceso a la propiedad y la participación en la gestión y en los beneficios.

aunque ésta« ofrecen muchas Desde el punto de vista teórico, estas Cooperativas resuel- dificuitades ven ej SOcial, pero desde el punto de vista prác­

tico son las más difíciles y las que tropiezan con mayor número de obstáculos, singularmente los que se derivan de la falta de instrumentos crediticios, que faciliten el financiamiento, y la necesidad de una dirección capa­citada y con autoridad suficiente para hacer posible la explotación económica de la empresa cooperativa. Estos problemas no sólo los tenemos planteados en nuestro país, sino que constituyen el obstáculo fundamental con que tropieza el desarrollo de este tipo de cooperativismo en la mayoría de los países.

y exigen un cuidadosísimo Antes de iniciar la creación de una Cooperativa de esteprender • nes:ocio a em~ tipo, se hace especialmente necesario llevar a cabo un

J cuidadoso estudio del negocio que se trate de llevar acabo, precisando las exigencias de capital de primer esta­

blecimiento o fijo y de maniobra o circulante; así como las instalaciones necesarias y la organización de la producción y de la colocación de los productos en el mer­cado. No puede procederse de forma simplista, sino que es necesario efectuar estos estudios con todo el rigor técnico necesario, para que las previsiones que se adopten sean lo más amplias posibles y el riesgo de fracaso mínimo. Son muchas las Cooperativas de esta clase que han fracasado por actuar con ligereza e improvisación.

Entre las 260 Cooperativistas de este tipo que en la actualidad funcionan apro­ximadamente, las hay de muy diversas características y especialidades. Hay algunas de la industria del calzado y del vidrio que agrupan hasta 450 trabajadores, pero predominan las de tipo medio, con unos 20 a 50 trabajadores. Las del Ramo Metalúrgico han obtenido éxitos notables, aunque un sector de ellas tropieza con

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grandes dificultades para su desarrollo, por la oposición que les han manifestado las empresas capitalistas, a las que hacen o pueden hacer competencia.

Algunas Cooperativas, dedicadas a labores del esparto y otras artesanías, que fue­ron creadas con una orientación predominantemente benéfica, sin la suficiente base económica, después de múltiples incidencias, han tenido que disolverse.

Igual suerte han corrido algunas de las que se crearon con la finalidad de luchar contra el paro, recogiendo la herencia de empresas fracasadas. Por tanto, nunca se llamará bastante la atención sobre la necesidad de que en este sector se opere de acuerdo con unas bases técnicas y económicas lo más exigentes posibles. Es prefe­rible no crear o retrasar la creación de aquellas Cooperativas cuya vida, previsible­mente, pueda ser efímera, por su falta de sólida base.

Por el momento, los órganos superiores cooperativos no han podido montar unos servicos técnicos adecuados, que pudieran servir de eficaz ayuda al desarrollo de estas entidades, así como tampoco se ha logrado el montaje de una institución de crédito que otorgue préstamos, con la suficiente amplitud en el tiempo para que el desarrollo de las Cooperativas fuera viable.

D . Cooperativas del M ar.

Cooperativas del mar, También para esta especialidad existe una Unión Nacionaly ocho Uniones Territoriales, que agrupan a unas 130

Cooperativas, independientemente de las Cofradías de Pescadores, de carácter sindi­cal, que también desempeñan finalidades cooperativas. La misión de estas entidades es el suministro de los artículos que necesitan las naves de pesca, como cables, lonas, redes, etc. Se benefician fundamentalmente los pequeños empresarios patronos de barcas e, indirectamente, los trabajadores de la pesca por el régimen de «a la parte». Sin embargo, son muy escasas las que se han constituido como Cooperativas de producción, en el sentido de que los propios trabajadores sean los copropietarios de la barca de pesca.

E. Cooperativas de V iviendas.

de viviendas, Existen unas 200, que no forman, por el momento, nin­guna Unión por sí mismas, estando incorporadas a la de

Consumo. Su finalidad es la agrupación de quienes tratan de construirse vivienda, existiendo también la modalidad de los que aportan su trabajo personal para la edifi­cación de la vivienda, de la que después serán propietarios. Hay que reconocer que en nuestro país este tipo de Cooperativas no ha tenido todo el desarrollo que sería de desear.

F. Cooperativas de Crédito.

de crédito, A diferencia de lo que ocurre en otros países, en el nues­tro este tipo de Cooperativas ha de crearse como com­

plemento y auxilio de otras Cooperativas ya existentes. La agrupación de los socios

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que efectúan sus aportaciones a la Cooperativa de Crédito, tiene su contrapartida en los préstamos que la entidad efectúa en favor de sus propios socios o de la Coope­rativa de Producción o Consumo, de la que los mismos forman parte. El núcleo más importante lo constituyen las 1.330 Cajas Rurales y las 575 Cooperativas de Ahorro y Préstamo, todas del sector de Campo, las cuales han constituido una Caja Nacional para acometer operaciones de más envergadura, ya que, en su conjunto, disponían en 1959 de cerca de 900 millones de pesetas de imposiciones, en tanto que los préstamos no rebasaron los 600 millones.

G. Cooperativas U niversitarias.

y universitarias. Han surgido más recientemente, promovidas por los estu­diantes de diversas Universidades. Son Cooperativas de

Consumo en las que los socios pueden adquirir artículos de uso y vestido, así como también libros y material escolar. Precisamente se planteó no hace mucho un pleito entre estas Cooperativas y los libreros, que se negaban a facilitarles libros, habiendo sido resuelto el problema por las autoridades en sentido favorable a las Cooperativas.

6. Indicaciones prácticas para el desarrollo de una acción cooperativa, a través de los órganos de Cáritas.

CARITAS podría desarrollar De acuerdo con las indicaciones que formulamos al prin-una acción cooperativa, den- cipi0 estimamos que 4o fundamental, al enfrentarse concaridad social, una acción cooperativa, desde el ángulo de la acción social

de Cáritas, es abandonar la visión y enfoque de cómo se procede en los restantes sectores del trabajo apostólico. Hay que darse cuenta de que las Cooperativas no pueden ser concebidas como entidades de carácter bené­fico, puesto que tienen naturaleza económico-social. Ello exige tener siempre en cuenta que la base que existe en toda Cooperativa es una empresa de carácter econó­mico, lo que lleva implícito la aplicación de una técnica y unos métodos que, en lo sustancial, no son distintos de los de una empresa capitalista. Si se olvidase que es necesario proceder a unos cálculos y previsiones de capital, trabajo, técnica y organización, en mayor o menor medida, según las características del problema que se pretenda resolver con la creación de la Cooperativa, lo más probable es que se produzca un fracaso, lo que llevaría consigo el desánimo para quienes, con tan magnífico espíritu, iniciaron la labor. Sin embargo, el haber equivocado el camino puede implicar el desprestigio y descrédito para la idea cooperativa y para la acción de expansión y desarrollo de la misma.

y ejercer una promoción de los sectores más débiles de población,

que tener en cuenta que

Salvado este aspecto fundamental, es indudable que los contenidos sociales de las Cooperativas permiten concebir a las mismas como instrumentos eficaces para una acción elevadora de los sectores más débiles de la población. Hay

en toda Cooperativa debe existir un Fondo de Reserva—que

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la Ley establece, como mínimo, en un 25 por 100, juntamente con el Fondo de Obras Sociales. El primero ha de consagrarse a la finalidad de dotar de una mayor solidez financiera a la entidad, en tanto que el segundo ha de dedicarse a la reali­zación de aquellas misiones de orden cultural, mutualista y análogas que puedan redun­dar en beneficio de los propios socios o de sus familias. Es muy frecuente que en los Estatutos se amplíen estos mínimos legales, siendo esto aconsejable hasta aquel límite que permita unos retornos cooperativos razonables. Constituye un porcentaje que se establece con bastante frecuencia en un 30 por 100, atribuyéndose mayor cantidad del mismo a las Reservas o a las Obras Sociales, según la naturaleza o características de la entidad.

Indudablemente, la promoción de Cooperativas por los órganos de Cáritas puede tener una singular eficacia. No hay que olvidar que, por móviles sobrenatu­rales, es posible lograr la colaboración de técnicos de alto nivel, que efectúen los estudios previos necesarios que implica la creación de una Cooperativa, singular­mente las de producción industrial. También es posible obviar las extraordinarias dificultades con que ciertos sectores de las Cooperativas tropiezan para su financia- miento, siendo quizá posible llegar a la creación de una institución crediticia de carácter privado que efectuase préstamos a bajo interés, previa la exigencia del máximo de garantía posibles en el orden técnico y económico. A ello hay que agregar las posibilidades que se derivaran de la actuación del Patronato del Fondo Nacional de Protección al Trabajo.

Un sector en el que cabría realizar un serio intento sería en el de las Coopera­tivas de Artesanía de la Aguja, con las que podría resolverse un importante problema social. Tampoco se deberían olvidar las posibilidades que, a través de este medio, podrían conseguir las Religiosas de Clausura, que podrían disponer de un instru­mento para el montaje económico de su producción. En ambos casos sería preciso afrontar previamente el problema de la tipificación de los artículos, con vistas a los mercados en que podrían colocarse tales productos, debiendo pensarse fundamen­talmente en los mercados extranjeros, singularmente aquellos de mayor capacidad de compra, como los Estados Unidos, por ejemplo.

que podría dimianar de un Como sugestión de tipo práctico me permito indicar laia& S e c c i ó S w i a l dentr° de conveniencia de ir hacia la creación, en el cuadro de la

* Sección de Acción Social de Cáritas, de un GabineteTécnico, constituido por expertos en materias financieras,

comerciales, agrícolas e industriales, que afrontase, por propia iniciativa, el estudio y realización de algunos ensaj'os «piloto» y que sirviese de órgano de asesoramiento para las Cáritas Diocesanas o locales que aspirasen a utilizar la fórmula coope­rativa en cualquiera de sus manifestaciones. Probablemente, si se requiriese la cola­boración de la Obra Sindical «Cooperación» para que participase en los trabajos del citado Gabinete Técnico, seguramente no regatearía su activa participación.

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7. Posibilidades de las Cooperativas como solución de los problemas de los económicamente débiles.

En estas líneas finales vamos a insistir en esta idea, a la que se ha aludido ante­riormente. En efecto, la Cooperación es una idea y una práctica que nació como consecuencia de la insuficiencia de aquellos que sentían unas necesidades, que sola­mente podían satisfacer aunando sus esfuerzos. Esta idea sigue vigente, aun cuando los movimientos cooperativos de algunos países hayan afrontado determinadas acti­vidades que parecen rebasar esta idea inicial. Pero precisamente lo que pone de manifiesto esta potencialidad de algunos movimientos cooperativos es que son capaces de afrontar esfuerzos económicos gigantescos, precisamente por la suma de las pequeñas aportaciones y de los sacrificios de los económicamente débiles, que pueden conseguir resultados sorprendentes.

Por ello es muy lógico que Cáritas haya atisbado las posibilidades que el cooperativismo tiene para una acción social cristiana, fundada en la caridad recta­mente entendida. No hay duda de que esta preocupación por el cooperativismo puede traducirse en realizaciones, prácticas y eficientes, siempre que se adopten las previ­siones y se sigan los métodos que la Cooperación lleva implícitos, como sistema económico-social.

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Las Cooperativas

de comunidades

en e I desarrollo Por D. ENRIQUE SO­LER GALCERAN, Abo­gado, Director de la Escuela de Asistentes Sociales masculinos de

Barcelona.

L a riqueza de reflexiones sociológicas que nos desgrana el señor S o ler Galcerán en este artícu lo, puede explicarse por haber confrontado los sistem as y m étodos de m oderna técnica del servicio social, que tan bien conoce com o Profesor de esta m ateria, aplicándolos a l desarrollo de las com unidades locales, en las que ha abarcado toda la gam a de derivaciones y valores sociológicos que una tradición cooperativista ha ido aportando desde hace un siglo.

A ello cabe unir la gran experiencia práctica del señor S oler G alcerán en m ateria cooperativista . Sus líneas son a ltam en te in teresantes para to d o trabajador social y para todo líder cooperativista , asi com o para todos cuantos se in te­resen p o r cuestiones sociales.

LA COOPERACION COMO FENOMENO SOCIAL

La cooperación, como siste- Distinta es la cooperación entendida como sinónimo de*en e ^ s if f lo ^ x 800131, na0C colaboración para expresar una acción o trabajo en común,

* de la misma palabra utilizada como expresión de un sis­tema o de una doctrina económico-social. En este último

sentido sólo puede hablarse de cooperación, de movimiento cooperativo o de coope­ratismo desde mediados del siglo pasado. En cambio, la cooperación como forma de unirse los hombres para hacer algo en común no tiene época determinada de aparición y está desvinculada de toda ideología. Es en este sentido un fenómeno social que puede darse, e históricamente se ha dado en épocas y en situaciones diversas, tan variadas como las necesidades que el hombre se ha visto obligado a satisfacer, y precisamente como una forma de mejor hacer frente a las mismas.

Como fenómeno social es Sociológicamente interesa constatar esta realidad anterior an or a la doctrina a toda especulación filosófica, pues revela la fuerza y la

vinculación del obrar cooperativo con las necesidades de la vida social y la naturaleza humana. No ha sido el resultado de una doctrina o una ideología, sino más bien ha sido ésta la que se ha construido sobre la base del

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* 0índice

hecho cooperativo. Como dice Reventós Carner (1), los teóricos de la cooperación «no inventaron las instituciones cooperativas», y su mérito, «aunque grande, se reduce al estudio de la idea, de sus fundamentos, a la propagación de sus excelen­cias y, en definitiva, al desarrollo de sus formas y principales aplicaciones».

y se lia manifestado de di- He aquí, pues, que encontramos formas de cooperación o * través de la cooperativas anteriores al cooperatismo o movimiento coo-

* perativo. No es aquí lugar para exponer estos antecedenteshistóricos; nos interesa únicamente subrayar la esponta­

neidad y adaptación del método a bien diversas necesidades, sin que existiera nin­guna base teórica para aplicarla ni ningún cuerpo o norma de derecho que los encau­zara, pues aquí también vemos cómo el hecho social se había anticipado a la regu­lación jurídica, aparecida muy tardíamente y gracias ya a la presión del movimiento cooperativo. Citan los autores como ejemplos cooperativos anteriores al cooperativismo los Gremios y Cofradías, cuyos componentes debían auxiliarse cediendo el interés individual en obsequio al cooperativo (2): Adquirían primeras materias y útiles para ser repartidos entre los agremiados; tenían almacenes comunales e incluso talleres y obradores comunes; en el sector agrícola y marítimo, las manifestaciones coopera­tivas son abundantes y primitivas: los pastos de aprovechamiento común, las comu­nidades de regantes, la pesca en común, son instituciones seculares que han conser­vado incluso su permanencia hasta nuestros días, y que fueron calificados por Joaquín Costa de «ejemplos admirables de solidaridad y cooperación social» (3), mientras, a su vez, Reventós Carner los subraya como prueba «de la capacidad de disciplina y cooperación de los campesinos españoles cuando rigen y administran sus propias instituciones».

ES UNA RESPUESTA HUMANA Y SOCIAL

pues responde a necesidades Otro interesante dato que quisiéramos destacar a los fineshumanas y sociales. del presente trabajo es el de constituir las actividades

cooperativas, tanto las anteriores como las posteriores al nacimiento del movimiento cooperatista, una respuesta humana a unas necesidades sentidas y una solución social ante la limitación y la insuficiencia individual. Es una respuesta humana no sólo en cuanto voluntaria, sino particularmente, porque com­promete a todo el hombre exigiéndole una participación individualizada. En la for­mulación del sistema cooperativo se incluye este elemento al definirla como «asocia­ción de seres humanos como tales y no de capitales» (4). Es mayormente una res-

(1) «El movimiento cooperativo en España», Ediciones Ariel, Barcelona, 1960, al que seguimos en estas consideraciones, por ser una obra completa y desarrollada científicamente.

(2) Antonio Romeu de Armas. Historia de la Previsión social en España.(3) «El colectivismo agrario en España», citado por Reventós Carner en la obra citada.(4) «Introducción a la práctica cooperativa». Oficina Internacional del Trabajo. Gine­

bra, 1952.

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puesta digna del hombre en el sentido de ser una reacción positiva, es decir, inteli­gente, ante la necesidad o la dificultad, en oposición a otras reacciones primarias que desembocan en acciones esporádicas y efímeras, a veces destructivas, que nada o muy poco aportan para una solución definitiva (5).

Es además una respuesta social—acorde con la naturaleza del hombre— que opone a unas necesidades individuales una solidaridad de esfuerzos, utilizando como medio la unión de cada uno a los demás para ayudarse y ayudarles, permaneciendo total­mente fiel al principio humanista, ya que el fin social que se propone, y al que contribuyen los miembros, no es un fin ajeno o que trascienda de éstos, sino real y verdaderamente el bien común de todos ellos.

LA CLASE OBRERA Y EL DERECHO DE ASOCIACION EN EL DESARROLLO DEL COOPERATIVISMO

El desarrollo industrial, al Estas que podríamos llamar constantes sociológicas de la!uoV c o S K S cooperación y que permiten y explican su existencia enmo, como reacción natural. todas las épocas y situaciones, al combinarse con la apa­

rición en la Historia de la nueva clase trabajadora llegada al mundo con todos los derechos políticos y civiles, pero con una inferioridad social y económica irritante y, por ello mismo, con acusadas y apremiantes necesidades, favoreció el desarrollo de la cooperación, que, por otra parte, encontró, precisamente por las mismas razones, los pensadores y los teóricos que hicieron de ella un sistema económico-social. Nada de extraño tiene, pues, la aparición del movimiento coope­rativo con marcado signo obrero (6). Su existencia es sociológicamente tan lógica como lo fueron en su día las formas cooperativas gremiales y la cooperación agrícola en una economía rural. Es más, la tendencia de la cooperación a extender su campo de acción a las llamadas clases medias (funcionarios, profesionales, estudiantes, etc.) es la continuación de esta misma línea histórica aplicada a los nuevos sectores nacidos de la evolución económica y de la forma de vida urbana, permitiendo reafirmar la validez y permanencia del sistema cooperativo, apto para aplicarlo a las necesidades de cada comunidad, sin acepción o discriminación de clases y categorías sociales.

Es necesario indicar cómo la extensión del cooperatismo fue facilitado por el ideal de asociación que prendió en las masas de nuevos ciudadanos y por el recono­cimiento de este derecho, al triunfar de los excesos ideológicos individualistas. Hasta tal punto el movimiento cooperativo está ligado a la historia del derecho de asocia­ción, que en muchos casos los inicios de las Cooperativas obreras de producción, y sobre todo de consumo, fueron debidas a este ideal de asociación, que no podía ser

(5) Los mismos cooperatistas han sido conscientes de esta actitud al decir: «El coopera­tismo es una escuela social que se distingue de las demás escuelas por su carácter práctico.» (J. Durán y Guardia, en su trabajo «Ventajas que reportaría la fusión de las Cooperativas en cada localidad», Barcelona, 1929. «La Cooperativa vive de realidades. No destruye, cons­truye; no revoluciona, evoluciona.» A. P. Hernández, en su trabajo «Manera de que el pueblo se interese por las Cooperativas», Barcelona, 1929.)

(6) Destacan este factor de expansión del cooperatismo como doctrina económica y programa de emancipación social Juan Ventosa Roig y Alberto Pérez Baró en la obra «El Moviment Cooperatiu a Catalunya». Editorial Mo, Palma de Mallorca, 1961. (Páginas 18 y siguientes.)

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alcanzado legalmente de forma estable en otras asociaciones de carácter político o sindical (7).

Esto, aunque haya podido tener algunos inconvenientes, ha sido un factor positivo en el desarrollo de la cooperación y un medio de interesar a la clase obrera más dispuesta siempre a la acción política y revolucionaria (8). Una vez interesados, la realidad de sus ventajas los ha hecho incorporar decididamente al movimiento coope­rativo, que, por otra parte, y desde el primer momento, se ha preocupado de la elevación moral y cultural de sus miembros como fines secundarios de asociación al margen de los económicos (9).

FACTOR CULTURAL EN EL COOPERATISMO

Esta preocupación por la elevación del nivel cultural de sus miembros ha sido consecuencia, a su vez, de la nece­sidad cada vez más sentida por las Cooperativas de contar con suficientes asociados instruidos y capacitados para

regir y administrar las actividades económicas. El factor cultural puede influir ya en la iniciación de la Cooperativa, aunque se comience de manera sencilla, pero su relación con el desarrollo y expansión del movimiento es muy grande, de forma que puede atribuirse el deficiente nivel de instrucción y capacitación de los trabajadores una de las causas determinantes del proporcionalmente débil crecimiento de la coope­ración de consumo entre nosotros, desde sus inicios en el siglo pasado, comparándolo con el alcanzado en otros países, como Inglaterra, por ejemplo. Buena prueba de ello ha sido el interés de este movimiento cooperativo, no siempre coronado por el éxito, en establecer escuelas para la instrucción de los hijos de sus asociados y la creación de las secciones de cultura y también de cursos y escuelas de formación coope­rativa (10), Uno de los dirigentes cooperativos lo expresaba de una manera concreta en

IMPORTANCIA DEL

La necesidad de contar con dirigentes capaces ha esti­mulado el nivel cultural de las Cooperativas,

(7) En España, y concretamente en Cataluña, donde mayor desarrollo ha tenido la coope­ración de consumo, la importancia de este factor quedó demostrada no sólo por los orígenes de las Cooperativas, sino por su mismo desarrollo. No otra cosa revela la afirmación hecha por Ricardo Caballería, uno de los dirigentes del Movimiento Cooperativo de Barcelona, al decir: «Un gran salón de café y una tienda bien pequeñita es el prototipo de nuestras Coope­rativas.» (Consta en el trabajo que, bajo el título «Beneficios que reportará a la Cooperación la unificación de las Cooperativas de Barcelona», presentó en el certamen celebrado en 1929 con motivo de las Bodas de Oro de la Cooperativa Obrera «La Fraternidad».)

(8) Este fue, sin duda, el motivo por el que durante muchos años la actitud del movi­miento obrero español hacia las Cooperativas fue de recelo y crítica.

(9) En el II Congreso Cooperativo Catalán-Balear de 19Ó2 se aceptó como una de sus conclusiones que las Cooperativas debían preocuparse de la instrucción y educación. En los

* Estatutos de casi todas las entidades existentes desde el siglo pasado se prevé la creación deobras culturales, sociales, recreativas, etc., para conseguir también una superior condición espiritual en beneficio de los asociados (artículo 2.° Estatutos de la Sociedad Cooperativa Popular de Consumo «La Fraternidad», fundada en 1879). Los Estatutos de la Alianza Cooperativa Internacional atribuye a las Cooperativas el mejoramiento de la situación económica y moral.

(10) En el mes de junio de 1915 se constituyó ya dentro de la Junta Comarcal de Socie­dades Cooperativas de Barcelona la Comisión de Escuela Cooperatista para desarrollar un plan de enseñanza sobre materias de cooperación, contabilidad, administración y legislación, junto con temas de Geografía, Estadística, Estética, Economía, Higiene, que revelan la orientación que se perseguía y que se cifraba en capacitar personas peritas «para las prin-

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1929 con estas palabras: «El futuro cooperatismo está completamente relacionado con la mejor cultura futura. Ha de procurarse, pues, que sea lo más sólida posi­ble.» (11).

Todo lo expuesto permite explicar el fenómeno de la des­igual expansión del sistema cooperativo en los diferentes países. La respuesta del hombre ante sus necesidades igual­mente sentidas no es igual en todos, pero siempre hay en

todas partes grupos que reaccionarían buscando la unión de los demás. Las necesi­dades humanas, la tendencia del hombre a unirse con los demás, están, según nos * ha enseñado la Historia, igualmente repartidas, y por ello parece lógico que el movi­miento cooperativo tuviese un desarrollo parecido en todas partes. El que no sea así se explica por las diferencias culturales entre los pueblos y la diversa aceptación en ellos de los valores sociales. Allí donde coincide un elevado nivel cultural con un mayor aprecio hacia las formas sociales, el cooperatismo ha hecho grandes progresos (casos de Inglaterra, Suecia, Noruega, Alemania, América del Norte, etc.), mientras que en los países más individualistas y culturalmente menos desarrollados ha quedado más estancado.

Otra consecuencia que nos permite deducir lo expuesto es la de las nuevas posi­bilidades que se ofrecen para la aplicación del sistema cooperativo en aquellos países que actualmente realizan esfuerzos hacia el mejoramiento cultural y la formación de una nueva mentalidad social.

lo cual explica, por otra par­te, el desarrollo del coope­rativismo en los países más cultos.

EL OBJETIVO DEL TRABAJO SOCIAL DE COMUNIDAD Y EL COOPERATISMO

Dentro del amplio campo del trabajo social, y como una especialidad del servicio social, encontramos el llamado método de comunidad o de organización y desarrollo de la comunidad, que se propone que los miembros de una

colectividad adquieran conciencia de sus necesidades comunes, confianza en la posi­bilidad de hacer frente a los problemas y el deseo de iniciativa y de hallar soluciones. Se trata de convertir una colectividad en una comunidad de intereses, de esfuerzos y de ideales, y a través de un proceso de ayuda y de educación (no de instrucción sim­plemente), elevar a la comunidad y a sus miembros hasta dejarles en condiciones de ayudarse a sí mismos y de continuar el esfuerzo por su propia iniciativa.

Basta este breve enunciado para apreciar una similitud de principios y de pro­pósitos entre este método de trabajo social y el sistema cooperativo, que se aprecia e intensifica al penetrar en el análisis y estudio de los principios y valores de cada uno.

Por el carácter de promotora de comunidades, la coopera­ción está muy cerca del ser­vicio social de comunidad:

cipales funciones administrativas de las Cooperativas en todos los órdenes». Este propósito, con notables altibajos en su realización, se ha mantenido siempre. («La Cooperación Catalana. Recopilación Histórica 1898-1926», por Eladio Gardó.)

(11) Tomás Teixidó en «Cooperatisme Futur», publicado en Actos y Fiestas de las Bodas de Oro de «La Fraternidad».

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CONVERTIR UNA COLECTIVIDAD EN COM UNIDAD

desarrollo de mentalidad co- El primero que nos sale al paso es, como acabamos de munitaria, decir, el propósito del servicio social de lograr una men­

talidad comunitaria caracterizada por el triunfo del «nos­otros» sobre lo impersonal y lo masivo. Mientras la masa se caracteriza por un estar o sufrir juntos, la comunidad existe cuando a una coincidencia de intereses o situaciones, o a una convivencia, se superpone el que los sujetos quieren estar o vivir juntos y la voluntad de un ideal común y del esfuerzo para conseguirlo. La Comu-

► nidad se define sociológicamente como aquella forma estable de sociabilidad, enque existe un estado de equilibrio entre las relaciones espontáneas de los individuos entre sí y la presión colectiva. La noción de comunidad está en la base de la coope­ración, puesto que, según hemos visto, originariamente es trabajo en común, para resolver necesidades comunes a todos. La asociación cooperativa tiene objetivos que presentan un interés común para los miembros, y cuyo logro requiere el concurso de cada uno (12).

Su conocido lema «uno para todos y todos para uno» expresa también este equi­librio de relaciones en el seno de la Cooperativa, en que el hombre puede sentirse con personalidad propia distinto de los demás y a la vez miembro del conjunto, que caracteriza la vida y el ideal comunitario, en que la influencia de las individuali­dades y la presión colectiva es recíprocamente beneficiosa. En la masa, en cambio, es decisiva la presión colectiva, que anula todo valor individual y sus componentes siguen la corriente más fuerte; es el imperio de la irresponsabilidad.

EL COOPERATISMO ES INCOMPATIBLE CON LA M ENTALIDAD DE MASA

plena re valorización del in- Esta mentalidad de masa es incompatible con los princi- dividuo, píos y ei m¿t0Cj0 cooperativo. La cooperación, decía un

cooperatista, «debe nutrir sus filas con persuadidos, no con arrastrados», «su ejército no debe formarse con unidades, sino por cabezas que piensen» (13).

Esta mentalidad aflora repetidamente en el mismo léxico cooperativo, utilizando la palabra comunidad como contenido social de la cooperación en épocas en que este término, a diferencia de hoy, estaba prácticamente olvidado y sólo era utilizado en la Iglesia católica.

El vínculo comunitario se traduce prácticamente en las expresiones usuales de «nuestra cooperativa», «nuestra fábrica», etc., que utilizan los asociados (14). De otra

(12) Introducción a la práctica cooperativa ya citada, pág. 3.(13) A. P. Hernández en la obra citada. Barcelona, 1929.(14) «Por ello—decía Ricardo Caballería—es por lo que los obreros agrupados en

Cooperativa de Producción sienten un tan grande cariño hacia ella, que en todo momento están dispuestos al sacrificio; por tanto, de llevar adelante su obra, su fábrica, que nadie puede llamar mi fábrica, pero que todos ellos dicen con noble orgullo, poniendo en su palabra toda la nobleza de su corazón: nuestra fábrica, nuestro taller, nuestra bóvila.» («Ventajas que tiene el obrero en la Cooperativa de Producción», Barcelona, 1929.)

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parte, lo encontramos también recogido entre la mayoría de las definiciones del cooperatismo y las Cooperativas dadas por los teóricos de la cooperación* que sub­rayan el interés común, la empresa común o el fin común, y que culmina en Ortega al definirla «como comunidad de trabajo, pero no una comunidad exterior y sin sentido, sino que implica comunión de los espíritus y ha de tener un sentido para cuantos en ella colaboren» (15).

EL METODO COOPERATIVO COINCIDE CON LOS DEL SERVICIO SOCIAL

valor del esfuerzo propio, En cuanto a los principios básicos del método de serviciosocial, resulta del máximo interés comprobar cómo los

mismos se dan cita coincidente en la constitución de las asociaciones cooperativas, aunque no en todas por igual. La creación de una Cooperativa que siempre es y ha de ser el resultado de una voluntad libre, como voluntario es el acto de asociarse a ella, presupone por parte de sus miembros el haber tomado conciencia de unas necesidades existentes; expresa no sólo una confianza en la posibilidad de enfrentarse a las mismas, sino que traduce prácticamente la iniciativa y la decisión de poner un esfuerzo propio en la resolución de los problemas planteados por aquellas necesidades que, según hemos dicho antes, son los fundamentales que persigue alcanzar el trabajo social de comunidad.

Por esta coincidencia de espíritu y principios, bien puede decirse que la coope­ración, sin perder ninguno de sus fines propios ni mengua de su independencia como sistema económico-social, constituye una forma práctica de encauzar la estructuración u organización de la comunidad consiguiendo plenamente el objetivo del servicio social especializado, o sea, el de colocar a la comunidad en condiciones de ayudarse a sí misma y de proseguir un esfuerzo constante de mejoramiento. En realidad, todas las diversas clases de Cooperativas son adecuadas para estos objetivos, pero deben señalarse, y a ellas nos referiremos principalmente sin nombrarlas en el curso de estas líneas, las de consumo y las agrícolas, que además pueden considerarse como básicas en la construcción lógica de un sistema cooperativo. Las de vivienda, crédito y otras surgen normalmente después y como un desarrollo y exigencias de las primeras, al igual que sucede también con las Cooperativas de segundo grado, llamadas «Cooperativas de Cooperativas». Por otra parte, la cooperación de consumo es la que mejor puede iniciarse de una manera rudimentaria y permite un gradual desarrollo acompasado con la incorporación de nuevos miembros y la preparación de personas capaces para su dirección y gestión, y por ello se adaptan muy bien como instrumento de un trabajo de comunidad.

La historia del movimiento cooperativo en España confirma estas apreciaciones, pues la mayor expansión ha correspondido a las Cooperativas' de Consumo, casi todas ellas de carácter local y de barrio, singularmente en Cataluña (16), y a las

(15) Citada por Reventós Camer en su obra.(16) Según Ventosa Roig y Pérez Baró, en 1934 existían en Cataluña 186 Cooperativas

de Consumo; de ellas, dos terceras partes en Barcelona, y con un volumen de ventas de 44 millones de pesetas anuales.

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Cooperativas Rurales de inspiración católica, las que se organizaron dando lugar a la importante Confederación Nacional Católica Agraria (17). Mientras de las pri­meras surgieron Cooperativas de Producción, las agrícolas dieron nacimiento, a su vez, a Cooperativas de Consumo.

NO PUEDE HABER PATERNALISMO N I SUSTITUCION

exclusión de todo paterna- L as fundamentales coincidencias indicadas explican el que b tismo, ja Cooperativa encaje perfectamente con el proceso del

método y le sirva de instrumento de formación y apoyo. La Cooperativa excluye toda actitud paternalista, puesto que, según hemos dicho, se basa en la mutua ayuda de los propios necesitados, exigiendo su participación activa y directa, y por ello en la Cooperativa nadie puede representar o tutelar inte­reses o necesidades ajenas. Y, por lo mismo, sus dirigentes y administradores sólo pueden ser ellos mismos. Queda así garantizada la observancia de la norma de tra­bajo del servicio social de evitar que la ayuda a los demás se convierta en un proceso de sustitución. No se trata de hacer alguna cosa para la comunidad, sino facilitar que ésta realice alguna cosa por ella misma. La Cooperativa lleva en sí misma, en sus ventajas económicas y sociales, una fuerza de atracción, un centro de interés que estimula la participación de todos los miembros de una colectividad, estímulo e interés cuyo logro y acierto es en la práctica una de las dificultades del trabajador social.

EXIGE Y FACILITA LA PARTICIPACION DE LOS INTERESADOS

noción de vecindad, Esta participación, lo más activa posible, de los compo­nentes es esencial al método, puesto que sin ella no puede

haber educación ni mejoramiento. Según lo que decíamos antes, se trata de trabajar con los hombres, no de trabajar para ellos, e importa tanto lo que se logra como quienes lo consiguen. Por lo demás, esta participación se encuentra facilitada por ser la Cooperativa una asociación abierta que no hace distinción de personas y que permite en principio su extensión a todo el radio de la colectividad, coincidiendo así con los límites de la misma. Es interesante destacar cómo la noción de vecindad ha estado presente en la creación de la mayoría de Cooperativas de Consumo y cómo siempre que se ha tratado de fortalecer y fusionar las Cooperativas se ha planteado aceptando como base la Cooperativa de radio local.

ayuda a la familia, Por otra parte, al coexistir en las asociaciones cooperativas,junto al fin económico primario, el fin moral en el que

tienen cabida obras y actividades de carácter cultural, recreativo, de previsión, etc., facilita la participación de todos los miembros de la familia, interesados unos en la

(17) En 1919 integraban ésta 5.000 sindicatos agrícolas, con medio millón de asociados, y además 500 Cajas Rurales, con 58.000 socios (datos citados por Reventós Camer en su obra).

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empresa económica propiamente dicha y los otros (jóvenes, mujeres, ancianos) en las demás actividades, manteniendo al propio tiempo la unidad y cohesión familiar. Un aspecto del máximo interés se refiere a las mayores posibilidades de participación de la mujer, cuya resistencia y apatía para colaborar e intervenir en actividades colec­tivas es bien notoria entre nosotros por causas múltiples, que no es del caso detallar. A través de los problemas del consumo, que tan personalmente le atañen y para los que se siente preparada (precios, calidades, envasados, horarios, etc.), es más fácil interesarla y hacerla opinar en los actos y reuniones sociales, incorporándola a la vida de la comunidad y proporcionándole sin forcejeo una educación social.

CONSTITUYE U N PROCESO DE EDUCACION SOCIAL

educación social y cívida, El mismo proceso que ha de seguirse para la constitución,el gobierno y el funcionamiento de las Cooperativas, com­

porta una verdadera educación social y cívica y una labor de personalización, que cabalmente son los resultados finales de todos los métodos de servicio social, sinteti­zados en la idea fuerza de «hacer el hombre más hombre». Se ha escrito a este res­pecto que las «Cooperativas protegen y restablecen la libertad del individuo gracias al esfuerzo personal apoyado por la acción mutua. Al mismo tiempo, proporcionan los medios por los cuales los oficios tradicionales son conservados y perfeccionados, y restituyen a los individuos la propiedad y la responsabilidad de los instrumentos de su profesión. Los beneficios de la acción en común abarcan todos los aspectos sociológicos y económicos de la vida, en el sentido de que se estimula y fomenta el espíritu de colaboración de la colectividad mediante la aplicación práctica de métodos democráticos en la actividad económica de la comunidad» (18).

La Cooperativa ofrece, en efecto, un marco apropiado para aprender el ejercicio de la libertad, cuyo aprendizaje sólo puede hacerse mediante este mismo ejercicio. Como ha escrito S. S. Juan X X III, la aptitud para ejercer la libertad rectamente «no se consigue sino por medio del recto uso de la libertad» (19). La dificultad, sobre todo para los adultos que no han sido formados paulatinamente en este ejercicio desde la infancia, reside en la manera de aprender a usar rectamente de su libertad, sin que se les rompa en las manos.

FACILITA EL APRENDIZAJE DE LA LIBERTAD

ejercicio de la libertad; La Cooperativa, asociación a la que se pertenece por unacto inicial libre, está regida por normas que permiten

este ejercicio dentro de los límites de la estructuración jurídica de sus Estatutos. Al lado de unos preceptos básicos que no pueden ser alterados, hay otros cuya reno­vación es posible por la voluntad de los socios, y queda en su actuación una zona

(18) Introducción a la práctica cooperativa, pág. 19.(19) En la encíclica «Mater et Magistra».

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bastante amplia en que pueda moverse la libre decisión de los miembros. Junto a la ventaja de este marco jurídico preciso que no ofrecen estas asociaciones, se une el contrapeso de unas responsabilidades tangibles sentidas por todos y a su medida, puesto que todos comparten por igual en virtud del principio de igualdad de derechos y obligaciones y de las que por afectar a la economía de sus propias familias no pueden desentenderse. Precisamente hemos señalado como características de la coope­ración la de ser asociación de hombres y de comprometer a éstos. Se puede jugar a la libertad, queremos decir a la irresponsabilidad, cuando poco o nada se compro­mete, o cuando los intereses en juego aparecen como alejados o ajenos a cada uno, pero ello no es normal cuando se trata de los intereses propios y de la familia.

El molde y los límites que los Estatutos oponen a una libertad absoluta y que se justifican para la existencia misma de la asociación y el cumplimiento de los fines, enseña prácticamente aquel recto uso de la libertad y la necesidad de concebir ésta en función del fin humano y sobrenatural del hombre, a los que no puede contra­decir, es, pues, como una experiencia de que la libertad ha de tener sus límites. Desde nuestro punto de vista, las Cooperativas aventajan en esta educación, y por los motivos expuestos, a otras asociaciones o centros de impulsión comunitaria. •

Por otro lado, los actos reglamentarios y el establecimiento de relaciones entre los componentes, sitúa a éstos ante la necesidad de hacer vida social, de aprender a expresar sus pensamientos, a formarse un criterio y una opinión sobre los pro­blemas, a tenerlo que sujetar al control y a la crítica de los demás, a defenderlo y a pasar por la experiencia socialmente muy saludable de ver el mismo aceptado o rechazado y a ejecutar la facultad de elección tan esencial al hombre.

La intervención y utilización de los órganos de gobierno— Asambleas, Juntas— con arreglo a su función; la práctica forzosa de la documentación; actas, informes, comunicados, etc., y la evidencia de mantener necesariamente un orden y una orga­nización, son otros valores positivos de la actuación cooperativa (20).

ES ESCUELA DE DIRIGENTES PARA LAS CLASES POPULARES

es, por todo ello, una autén- Otra de las ventajas de las Cooperativas consideradas como tica escuela de adultos instrumentos de trabajo social, como comunidades, en que

están implicados intereses económicos y de orden muy diverso, es la de ofrecer a todos sus miembros la ocasión de dar aquello de que es capaz sin ser ignorado o aplastado por los demás; cada uno se siente con valor propio. Más aún, el acceso a los cargos, a los puestos de honor y de responsabilidad, no ofrecen dificultades insuperables, atendida la igualdad de derechos y las dimen­siones habituales de estas asociaciones. Esta oportunidad y el real acceso a los cargos de dirección y administración son de la mayor trascendencia social, ya que en la actual organización de la Sociedad— singularmente en el sector económico— , la gran mayoría del pueblo no tiene ocasión de hacer el menor aprendizaje de dirección, y menos de gestión y responsabilidad económica; en la estructura actual de la

(20) Iniciación a la práctica cooperativa. O. I. T., pág. 15.

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empresa capitalista el trabajador es un mero ejecutor, con responsabilidad subor­dinada muy limitada. En este sentido se ha dicho acertadamente que la cooperación es una escuela de dirigentes. Aparte de la necesidad de esta preparación para la participación en todos los escalones de la vida nacional, la realización de este apren­dizaje es también conveniente para mejor saber obedecer, es decir, para comprender y aceptar la decisión y los actos de los que tienen la responsabilidad de mandar. De esta función de escuela para las clases populares no han sido siempre bastante cons­cientes los propios cooperadores, más preocupados—y esto es explicable—por la acti­vidad y los resultados económicos de la asociación. Para comprobar nuestra afir­mación sobre la importancia de la cooperación en la formación de hombres de diree- 4

ción y gobierno, nos basta un dato recogido por Durán y Guardia (21) en una ponencia del año 1929 sobre la fusión de todas las Cooperativas de consumo en Cataluña en una sola Cooperativa Regional (problema muy vivo entonces por la preocupación real y siempre sentida de lograr un sistema de compras en común) y alegado como uno de los argumentos de su proposición: que 50 Cooperativas de Barcelona necesitaban para ser administradas unos 800 individuos. Esto que el autor citaba como un defecto de la cooperación organizada en pequeñas asociaciones es, desde un punto de vista más amplio, otro de los valores de la cooperación.

Esto no significa que sea deseable una atomización de las Cooperativas, pero tampoco significa tomar partido contra una iniciativa tan importante para la plena eficacia económica y el máximo desarrollo de la cooperación, como es la creación de un sistema de compras en común y de otros servicios generales de asesoramiento, que pueden realizarse por medio de convenios, federaciones u otras estructuras que respeten la independencia de las Cooperativas y la responsabilidad directiva de sus asociados, salvando así los valores morales y educativos que encierran las comuni­dades reducidas.

Precisamente esta dimensión a la medida humana de la Cooperativa es lo que la hace más apta para servir los objetivos del trabajo social, debiendo preferirse, para hacer realidad el principio de que la cooperación es una forma

de ayudarse a sí mismo, los tipos de asociación sencilla, y cuyo manejo está al nivel de sus componentes, desarrollándose progresivamente a medida que aquéllos crecen en conocimientos y experiencia, y sin que sea deseable alcanzar grandes organiza­ciones. Respecto a este particular, se ha dicho, sin propósito de dogmatizar, pero sí con el valor de una amplia experiencia y una objetividad que no es dable discu­tir (22), lo siguiente: «A medida que se agranda una Cooperativa, más difícil es mantener el ideal cooperativo de que cada miembro ponga un interés directo o desempeñe una parte activa en la gestión de su Cooperativa. Esto no se aplica al caso de las Cooperativas locales independientes, las cuales tienen además el mérito de estimular la iniciativa y la gestión locales. En general, la balanza tiende a incli-

y un elemento de primer or­den para servir los objetivos del trabajo social de comu­nidad*

(21) Publicado en «Actos y Fiestas de las Bodas de Oro de La Fraternidad». Barce­lona, 1931.

(22) Introducción a la práctica cooperativa de la O. I. T., pág. 22.

2$

* 0índice

liarse en favor de la constitución de Cooperativas locales, que, a su vez, podrán agruparse en uniones que aseguren a sus miembros las ventajas de las operaciones realizadas en gran escala» (23).

LA COOPERATIVA ES NUCLEO ORGANIZADO Y RESPONSABLE EN LA COMUNIDAD

que todo trabajador social La Cooperativa es núcleo organizado y responsable de ladobe tener muy presente. comunidad. No puede despreciarse tampoco desde el punto

de mira del trabajador social las ventajas de la coopera­ción como núcleo organizado de una comunidad. Al contar con la confianza de sus socios puede facilitar la difusión de orientaciones y campañas de carácter cultural, higiénico, previsión, etc., apoyando con su prestigio aquellas que lo merezcan y canalizando las ideas y las colaboraciones de sus miembros. La existencia de la organización permite y facilita la realización y puesta en práctica de ideas e inicia­tivas que de otro modo serían de difícil plasmación.

Ofrece también la asociación cooperativa una base firme y solvente para la recep­ción de ayudas externas técnicas y económicas. En cuanto a las primeras, por su estructura organizada y en cuanto a éstas porque por razón del fin económico está habituada a la administración y al control, y en todos los casos por la garantía de que la ayuda prestada será fecunda y no entorpecerá el proceso de dignificación y responsabilización. Si con razón se ha dicho que es un error dar dinero a alguien que no demuestre una verdadera voluntad de poner su parte de esfuerzo, tal peligro desaparece en las ayudas hechas a través de las Cooperativas, que se sostienen precisamente por la voluntad y el sacrificio de sus asociados, quienes han de ser por ello considerados más aptos para saber utilizarlas y, en último término, podrán ser apoyados por el ejemplo de los demás y la autoridad moral o efectiva de la asociación. Por lo mismo, las ayudas canalizadas por las Cooperativas alejan los inconvenientes que a veces pueden representar las ayudas externas generosas, pero inoportunas o mal orientadas. A este propósito, hemos dicho en otro lugar (24): «Las donaciones de bienes o servicios que excedan del grado de madurez y respon­sabilidad de la Comunidad constituyen más bien un obstáculo y entorpecimiento en el proceso de desarrollo comunitario, que debería ser tenido muy en cuenta por los particulares, instituciones y organismos de asistencia y gestión pública.»

Si el respeto a las etapas del proceso constituye un postulado del servicio social, debiendo acomodarse el trabajador social al ritmo del grupo o de la comunidad, sin querer avanzar más de prisa que los propios interesados, la Cooperativa, con su normación estatutaria y su responsabilización económica garantiza un avance paso a paso, pues, aunque ciertamente obtiene resultados muy positivos, las mismas difi-

(23) Aparte de éstas se señalan por los propios cooperatistas como obstáculos para el funcionamiento de grandes Cooperativas, de desconfianza hacia el personal que asume la ges­tión y que escapa del círculo de relación de los asociados, y al no haber suficientes dirigentes capaces de llevar la dirección de entidades de tal envergadura. (Andrés Fábregas, en «Plan de Realización para unificar las Cooperativas de Consumo en Barcelona», 1929.)

(24) «Orientación y principios del servicio social de Comunidad», conferencia inaugural del Curso de la Escuela Católica de Enseñanza Social de Barcelona, octubre de 1961.

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cultades de orden financiero y las derivadas de su actuación en unas estructuras económica y socialmente adversas frenan los impulsos excesivos. Sus realizaciones cotidianas en el orden económico llenan las preocupaciones y sostienen a los impa­cientes, a la par que no se agotan en un día las perspectivas de la acción común, y de todo ello se sigue una mayor facilidad para proseguir sin cansancio y sin saltos el proceso de madurez de los individuos y de la comunidad.

A MODO DE CONCLUSION

Dejamos para el lector la valoración de los distintos elementos sociológicos y morales que hemos analizado como integrantes de la cooperación aplicados a los métodos de trabajo social, algunos de los cuales, si bien pueden darse en otros tipos de asociaciones o actividades sociales, lo están en forma dispersa y con menor inten­sidad que en la asociación cooperativa. Es, sin duda, por esto, unido a sus postu­lados económico-sociales, estrechamente vinculados al pensamiento cristiano y a la naturaleza humana, que la moderna doctrina pontificia ha fijado su atención en la cooperación, calificándola como una «categoría portadora de valores humanos genui- nos y que contribuye al progreso de la cultura» (25), y antes la considera «como una de las posibles estructuras de un sistema económico que responden mejor a la dignidad de los hombres y son más idóneas para desarrollar en ellos el sentido de la responsabilidad».

(25) Encíclica «Mater et Magistra», de S. S. Juan XXIII.

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Las Cooperativas y la acción social

Por D. JOSE MARIA CIURANA, Presidente de la U. T. de Coope­rativas de C a t a l u ñ a

y Baleares.

E l señor Ciurana pone su acento, de una m anera particular, sobre los aspectos socio-económ icos d e las Cooperativas de Consum o y prevé las derivaciones estructurales y de sistem as económ icos que podrían verificarse en cuanto se am pliase y favoreciese el coopera tivism o . L o razona y justifica con algunas experiencias extranjeras y da normas para proceder a poner en m archa entidades de este tip o .

No es exagerado afirmar que toda auténtica Cooperativa representa en sí misma una verdadera obra social. Por su estructura, por su forma de actuar y por sus fines, hay una estrecha relación entre Cooperativa y acción social.

Se trata del instrumento más adecuado para lograr una reforma profunda de las estructuras económicas de la sociedad, que, al propio tiempo, mientras realiza dicha reforma, cumple con otros fines sociales, bien sean de carácter cultural, profesional, asistenciales, etc.

La C. es el instrumento idó­neo piara lograr una refor­ma de la sociedad,

siempre que se observen los Estas afirmaciones no cuadran a todas las Cooperativas, principio® de la cooperación. prec¡so deslindar bien los campos para evitar torcidas

interpretaciones. Hay Cooperativas a las cuales no les inte­resa lo más mínimo la acción social. Y no les interesa porque van encaminadas a la consecución de un fin mercantil, lo mismo que cualquier otra empresa de esta natu­raleza. En realidad estas sociedades no son Cooperativas, aunque ostenten esta deno­minación y pasen corrientemente como tales. Es así como se han creado confusio­nismos y se ha desacreditado la cooperación, pues no hace falta ser muy lince para advertir claramente cómo determinadas sociedades que se dicen Cooperativas van detrás del lucro y del beneficio con el mismo, o mayor, entusiasmo con que lo hacen las empresas capitalistas.

Existen bastantes ejemplos de estas sociedades a que aludimos entre las Coope­rativas agrícolas, industriales, de taxis, hoteleras y, en general, en todas aquellas sociedades formadas por otras entidades patronales o mercantiles que, por su propia estructuración y los fines que persiguen, nunca podrán ser consideradas como verda­deras Cooperativas.

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Las Cooperativas «le Consumo.

Entre éstas cabe destacar Las Cooperativas que sin duda reúnen las máximas con- las de CONSUMO, diciones que pueden exigirse para ostentar dignamente

dicho nombre son las Cooperativas de Consumo, con la sola excepción de las llamadas individualistas, que son aquellas que reparten todo el excedente a los socios sin dejar cantidad alguna para las obras sociales ni para los fondos de reserva, por lo que, desde el punto de vista en que aquí nos situamos, ofrecen muy poco interés para nosotros.

Esta afirmación de que las Cooperativas de Consumo representan la auténtica cooperación y que, por lo tanto, resultan un magnífico medio para la acción social, la encontramos confirmada a través de la Historia. La primera Cooperativa que obtuvo un resonante éxito fue la de Rochdale, en 1844. Pues bien, en el art. l.° de sus Estatutos ya se manifiesta el propósito de mejorar las condiciones sociales de sus miembros y, más adelante, en 1854, en los nuevos Estatutos aprobados, se habla de fines de previsión y, concretamente, destinan un dos y medio por ciento de los excedentes anuales para el perfeccionamiento intelectual de los socios y para el sostenimiento de la biblioteca que ya tenían establecida. El fomento de la educa­ción (la regla de oro de la cooperación) continúa siendo hoy uno de los principios aceptados por la Alianza Cooperativa Internacional, que agrupa las más diversas clases de Cooperativas pertenecientes a unos 50 Estados distintos.

La preocupación por lo social llega al máximo con la llamada Escuela de Nimes, francesa, fundada por E. de Boyve y A. Fabre y a la cual ha dado singular realce el gran economista y cooperador Charles Gide, estando hoy día representada por profesores universitarios tan reputados como Bemard Lavergne y Georges Lasserre. Sostiene esta escuela la soberanía del consumidor y que la producción debe estar organizada en vistas a la satisfacción de las necesidades del consumo, y no al revés, como sucede en la economía moderna. Defiende que las Cooperativas de Consumo se adueñan primero de la distribución (comercio), después de la producción indus­trial y, finalmente, de la agricultura, transformación económico-social cuya trascen­dencia fácilmente se comprenderá.

La cooperación vista a través de la de consumo presenta unas características bien determinadas, que es preciso destacar para tener un concepto correcto acerca de lo que significa una Cooperativa y su posible eficacia en el terreno de la acción social.

que se basan en el principio El S0C¡0 cooperador aprende en seguida la lección de que, de la u n ió n , en este c a m p 05 ^ solo, aislado, poco puede conseguir,

pero que unido a los demás que se encuentran en análogas condiciones que él, es posible realizar obras importantísimas que supongan un ver­dadero cambio en las condiciones de vida de la masa de la población. Pueden hacer más muchos débiles unidos entre sí que no unos cuantos fuertes que actúen aislada­mente. La cooperación ayuda a vencer al egoísmo individualista, tan extendido ahora

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en todos los órdenes de la vida, y especialmente en el campo económico. El miembro de una Cooperativa sabe que él no podrá conseguir su bienestar particular sin lograr, al mismo tiempo, el de sus compañeros.

La cooperación goza del aprecio general porque todos pueden intervenir en la gestión de la sociedad de que forman parte y todos pueden ser elegidos para des­empeñar cargos directivos, cosa que no sucede en las empresas mercantiles. Es, ade­más, educativa, porque enseña a las clases populares cómo deben actuar para eman­ciparse y ser dueños de sus propios destinos, como dice el P. Coady S. J. en un libro que lleva, precisamente, este mismo título (1).

La Cooperativa como servicio.

en el espíritu de SERVICIO La idea de servicio, que es la esencia de la acción social,es básica, también, en la cooperación. La economía coope­

rativa, escribe Franqois Boudot (2), se presenta desde un principio como una econo­mía de servicio. Es una finalidad que contrasta abiertamente con la idea de lucro, característica en la empresa mercantilista. Lo que primero busca la Cooperativa de Consumo es dar buenos géneros y buen peso dentro de los precios corrientes en el mercado. No hay interés en defraudar, en ambos aspectos, porque los que saldrían perjudicados serían los propios socios, que son los que compran en la Cooperativa. Existe también, indudablemente, el propósito de que quede un remanente, pues de lo contrario la sociedad no podría desenvolverse; pero lo fundamental es que se respete con prioridad la idea de servicio antes que cualquier otra finalidad.

Este servicio al consumidor, en las Cooperativas de esta clase, significa al propio tiempo la voluntad de servir a la colectividad, al interés general, pues la cualidad de consumidor se confunde con la de hombre (todos somos consumidores) y como las Cooperativas practican igualmente el principio de la puerta abierta, todos los hombres pueden quedar agrupados dentro de las Cooperativas de Consumo, por lo que la idea de servicio al consumidor lleva consigo, en última instancia, el propósito de servir también a la sociedad en general.

Esta identificación de los intereses de los socios con los de la propia nación o pueblo no la pueden presentar los demás tipos de Cooperativas. En una Cooperativa de producción, sea agrícola o industrial, los precios altos (a igualdad de ventas) favorecerán indudablemente a los socios de dicha Cooperativa, pero no al público que ha de adquirir sus productos. Las Cooperativas de producción, como las profe­sionales, siempre suponen la existencia de unos intereses de grupo que difícilmente podrán armonizarse con los de la colectividad. En las de consumo, en cambio, como ya hemos dicho, al servirse al consumidor se sirve al propio tiempo a los intereses generales de la sociedad, lo cual explica la constante predilección que tantos cooperadores tienen por esta clase de Cooperativas.

(1) «Masters of their own destiny», New York and London, Harper, 1939.(2) «La Coopération en France», París, 1956, pág. 66.

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Satisfacción de una necesidad humana.

y en la necesidad de satis- £ s fundamental que toda Cooperativa, y, por tanto, la defn ^ F NE€ESII>ADES hmna’ consumo, se proponga la satisfacción de una necesidad

humana. Sin la existencia de esta necesidad la Cooperativa no tendría razón de ser. Por esto precisamente los hombres

se asocian y actúan, cooperativamente, ayudándose los unos a los otros, a pesar de que la tesis capitalista liberal diga lo contrario y sostenga, con Adam Smith, que el egoísmo es la base del progreso y que con ayuda del mismo y de la lucha de todos contra todos es como se llega a la economía perfecta y a la armonía general (lo cual está por demostrar).

Estas necesidades no se reducen a las de carácter económico. Esto supondría una limitación arbitraria del campo de actuación del ideal cooperativo, y es un error que se ha difundido como consecuencia de algunas definiciones desacertadas de la cooperación, como las de H. Calvert (3) y Frank Robotka (4), que la caracterizan relacionándola exclusivamente con la defensa de los intereses económicos. Nada impide el que sea organizada también cooperativamente una actividad encaminada a facilitar una distracción, un fin de cultura u otra necesidad de carácter espiritual. Todas las necesidades humanas pueden ser satisfechas por medio de la cooperación.

Fines sociales Je las Cooperativas.

no sólo de orden material, Muchas Cooperativas, además de ocuparse de la finalidadsmo también espiritual. para lo cual fueron constituidas, se preocupan también en

atender diversas obras sociales en beneficio de sus socios o de todos en general. Así vemos cómo una Cooperativa de Consumo deducirá una parte del sobrante anual para implantar un socorro de enfermedad, una colonia veraniega, una escuela o para la difusión de los propios principios cooperativos.

Estas diversas obras sociales, que Gide denominaba de solidaridad, existen en la mayoría de las Cooperativas de Consumo, exceptuando solamente, como antes diji­mos, a las individualistas. Podríamos multiplicar los ejemplos, todos ellos intere­santísimos desde el punto de vista de la acción social. Es corriente en las Coopera­tivas de Consumo de la región catalana, fundadas muchas de ellas a fines del siglo pasado o a primeros del presente, reservar el 30 por 100 de los excesos de percep­ción para satisfacer pensiones de defunción, invalidez, retiro, vejez, viudedad y orfandad. Tanto la legislación española como las de otros países obligan a reservar una parte del sobrante para obras sociales, especificándolas claramente en algunos casos (5). En Francia, en 1922, los cooperadores parisinos fundaron la obra «La infancia cooperativa», que en 1927 pasó a tener el carácter de obra nacional, persi­guiendo con esto el fin de crear colonias de vacaciones, que después se amplió y

(3) «The Law and Principies of Cooperation», 1926, pág. 13.(4) «Usefulness of Cooperative Theory», comunicación presentada a la Conferencia inter­

nacional sobre ciencia cooperativa, celebrada en Erlangen en 1957,(5) Unión Panamericana: «Estudio comparativo de la legislación cooperativa de Amé­

rica», Washington, 1957, págs. 36 y 37.

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transformó en 1946 en «La ayuda cooperativa»* que administra una veintena de establecimientos* como casas de reposo* colonias* etc.* sufragándose los gastos por todas las Cooperativas. La «London Cooperative Society», que de las cuatro socie­dades que se distribuyen el distrito de Londres es la más importante* ya que reúne 1.240.000 asociados* tiene organizado un «Education Departament»* que se ocupa especialmente de atender a las manifestaciones educativas y recreativas* desde la organización de conferencias culturales y films educativos hasta el funcionamiento de secciones teatrales y masas corales* destinando para todas estas finalidades sociales la cantidad de 58.000 libras en 1958* cifra importantísima* que da una idea del gran papel que dichos fines sociales tienen en la vida de la citada Cooperativa.

Del excedente o sobrante (que en las empresas capitalistas se denomina bene­ficio)* una parte irá al fondo de reserva* otra para atender a las diversas obras socia­les* pero* corrientemente* la mitad es devuelto a los socios* a proporción de las com­pras efectuadas por cada uno de ellos.

Este retorno cooperativo es un estímulo y a la vez un premio a la constancia del socio en comprar en la Cooperativa. No se trata de un beneficio* sino de un proce­dimiento para fijar el precio definitivo de las mercancías vendidas. En un principio* cuando el socio las adquiere* se fijó un precio provisional. Después* una vez satis­fechos los gastos y atendido el fondo de reserva y las obras sociales* el sobrante es devuelto* de forma que* deducido del precio inicial* tendremos ya el precio definitivo de los expresados géneros (6).

Las Cooperativas como reformadoras de ¡a economía.

La progresiva sustitución Las Cooperativas tienden a ampliar cada vez más el campoc i 'r a u v a f ‘ taSSSjSSL de su pación , tanto en lo que se refiere al número delas estructuras económicas, sus actividades como al volumen de sus operaciones* y no

hay duda alguna que siguiendo el esquema ideado por la Escuela de Nimes* de que antes hablamos, podría llegarse a cooperatizar la agri­cultura, la industria y el comercio, sustituyendo la Cooperativa a la empresa capita­lista* terminándose así con las luchas entre el capital y el trabajo y la misma cuestión social. Esta idea de una transformación profunda de las estructuras económicas de la sociedad aparece ya en la Cooperativa de Rochdale* así como en los Estatutos de la Alianza Cooperativa Internacional* por lo que no puede ser ignorada o disimulada por toda Cooperativa que quiera ostentar dignamente tal nombre.

Finalidad altamente ambiciosa y muy por encima de las actuales posibilidades* a pesar del evidente desarrollo que ha tenido la cooperación en algunos países. A este respecto* se calcula hoy día que la mitad de las poblaciones de Suecia, Islandia, Finlandia y el Japón se abastecen ya en Cooperativas de Consumo. Hay sociedades de Cooperativas que han adquirido un gran desarrollo. La «Kooperativa Fórbundet», de Suecia* posee fábricas propias de pan* margarina* aceite vegetal* conservas* cho­colate* neumáticos* artículos de goma, calzado* papel, maquinaria agrícola* básculas* abonos químicos* etc. Lo mismo que el almacén al por mayor de Manchester («The

(6) Georges Lasserre: «La protection des conscmmateurs par le secteur coopératif»* en la revista «Coopération», de París* abril de 1958.

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Cooperative Wholesale Society»), que tiene, nada menos, unas 130 fábricas y manu­facturas de todas clases (incluida una de automóviles y extensas plantaciones de te en la India y Ceylán), son una magnífica realidad que nos muestran el camino que deben seguir las Cooperativas para llegar a alcanzar resultados positivos.

permitiendo una más justa Sabido es que los últimos Papas, como León XIII, Pío XIdistribución de la riqueza y pjQ x j j jjan anunciad0 la excesiva desigualdad en la

distribución social de la riqueza, diciendo que es injusto el que exista una minoría excesivamente rica mientras, como contraste, gran masa de la población apenas si tiene lo suficiente para cubrir sus necesidades más apre­miantes. Pues bien: las Cooperativas de Consumo pueden contribuir a suavizar esta injusticia al suprimir el beneficio capitalista (entendiendo por beneficio a la dife­rencia entre el precio de venta y el precio de coste). Mientras que en el capitalismo todo, o la mayor parte, de dicho beneficio va a las clases ricas, que son las que poseen los medios de producción y cambio, en una Cooperativa de Consumo ya hemos visto que se empleaba, además de las reservas, en obras sociales y en devolu­ciones a los propios socios consumidores. Lejos, pues, de continuar favoreciendo a las clases económicamente fuertes, se mejoran las condiciones de vida de las clases populares, objetivo típicamente propio de la acción social.

Y para esto no hay que esperar a que la cooperación se adueñe de un gran sector de la economía, sino que desde que comienza a funcionar una Cooperativa se amplían ya las posibilidades de mejora del grupo que recibe su benéfica influencia. Y todo se consigue sin necesidad de tener que pedir nada a nadie ni de depender de la benevolencia de un paternalismo anacrónico que hoy día está completamente des­acreditado.

y situtando ai hombre por Uno de los rasgos más acusados de la empresa capitalista encima del capital. es que en ena? cap¡tai domina sobre el trabajo, estando

éste a su servicio, cuando en realidad debiera suceder al revés, ya que el trabajo, por ser inherente a la persona humana, participa de la dig­nidad y nobleza que concurre en todo hombre por ser hijo de Dios y haber sido redimido por la sangre de Cristo. Este ha sido uno de tantos errores cometidos por el capitalismo. Como decía el P. Azpiazu S. J.: «Por mucho que el capitalismo sea un sistema en el que predomine el capital, nunca, a pesar de su abundancia, ha debido el capital ponerse sobre el trabajo, que es infinitamente más noble» (7).

Es preciso rectificar esta subversión de valores producida por un sistema que coloca por encima de los valores humanos las cosas materiales. Las Cooperativas de Consumo pueden realizarlo, y de hecho así lo vienen efectuando desde hace más de un siglo. En ellas el capital no tiene ningún papel preponderante, porque las Coope­rativas están formadas y administradas por hombres, sin dar lugar a que el capital domine de una manera absoluta. Como hemos dicho anteriormente, el beneficio o excedente se reparte entre las obras sociales y las devoluciones a los socios. Es el trabajo el elemento dirigente y si se necesita capital para el desarrollo de la sociedad,

(7) «Moral profesional económica», Madrid, 1941, pág. 71.

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se «alquila», pagando un interés fijo, tal y como se hace en la empresa capitalista con el trabajo. Otra ventaja de la cooperación, desde el punto de vista social, que es preciso subrayar.

El cambio social así efectua­do sería pacífico y progre­sivo

t que este cambio se hagamás estricta legalidad. Afortunadamente existe un medio para lograrlo, y está a disposición de todos, representado en las Cooperativas de Consumo. Digo afortu­nadamente porque si no lo tuviésemos tan a mano habría que inventarlo, pues no hay nada peor y que invite tanto al empleo de métodos subversivos como el cerrar el paso a todo deseo de mejora o emancipación que se manifieste dentro del más absoluto respeto a la legalidad establecida y empleando sólo los medios económicos que corrientemente utilizan los nombres al relacionarse entre sí.

Por poco exigente que se sea en el terreno social, habremos de convenir que el capitalismo presenta tantos inconve­nientes, que es lógico que se haya pensando en la posibi­lidad de un cambio de sistema económico, siendo el ideal de una manera pacífica, sin estridencias y dentro de la

E l camino es largo.

y, aunque lento* seguro y No podemos aspirar a llegar a la consecución de un fin firiRe* profundo y ambicioso en plazo breve. Es preciso andar

paso a paso para ir consolidando todo lo que se va con­siguiendo. Si se quiere conseguir una efectiva acción social, realizada por y para los mismos que han de salir beneficiados por ella, es preciso ir a la propagación del ideal cooperativo y, más concretamente, fundar Cooperativas de Consumo, en donde no las haya, que tengan por fines todos los que hemos ido señalando en el transcurso del presente trabajo.

No se trata de aportar remiendos y parches para que estructuras ya caducas puedan seguir renqueando, sino de empezar a trabajar por un nuevo sistema que sig­nifique para todos, o al menos para la gran mayoría, unas perspectivas más hala­güeñas. Sin ruido, sin violencias, pero con paso seguro y firme.

Hay que fundar Cooperativas.

Si en un barrio o en una demarcación existe el propósito de fundar una Cooperativa de Consumo, lo primero que hay que averiguar es si funciona ya una Cooperativa de esta clase, para inscribirse inmediatamente en ella. No es

aconsejable fundar muchas Cooperativas, sino pocas y potentes; por esto, antes que nada, hay que fortalecer las que vienen funcionando. No importa que estén deficien­temente organizadas o mal administradas. Una vez dentro, hay que tratar por todos

Para ello conviene crear C. de consumo en los barrios y sectores humildes, como me­dio de promoción social.

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los medios de mejorarlas, para que puedan cumplir satisfactoriamente sus altos fines y propósitos.

Si no existe, entonces sí que hay que crearla, en cuanto se consiga un poco de ambiente. No importa que al principio sean solamente un pequeño grupo de hombres. La famosa Cooperativa de Rochdale fue fundada por 28 hombres tan sólo, y muchas Cooperativas de Consumo en Barcelona lo fueron todavía por un número mucho menor. La «Lealtad», de Gracia, la fundaron en 1892 sólo catorce trabajadores; trece fundaron la «Economía Obrera» en 1898, y una docena bastaron para crear «El Reloj» o «Modelo Siglo XX». La historia se está repitiendo continuamente y hoy día se siguen fundando Cooperativas modestas en las zonas donde no las hay ni pueden establecerse sucursales dependientes de las grandes Cooperativas. Al principio sola­mente se expenden unos pocos artículos de fácil conservación (arroz, azúcar, gar­banzos, jabón...), que se depositan en el domicilio de algún socio, y un día determi­nado se hace el reparto del género, procurando que quede algún excedente para poder abrir el día de mañana una tienda que, si tiene éxito (cosa fácil, porque al fin y al cabo es una obra de los propios vecinos) acabará abriendo normalmente como cualquier establecimiento de su género, y si bien en los comienzos todos los trabajos son efectuados gratuitamente por sus socios, con el tiempo será necesario buscar per­sonal asalariado. En cuanto se haya afianzado deberán realizarse determinadas obras o fines sociales, siendo quizá los primeros que habría que atender los de carácter educativo y los de difusión de los principios cooperativos.

Cooperación, acción social y cristianismo.

Así es como una obra efectiva podría efectuarse desde el punto de vista de la acción social. Obra, como hemos dicho, de mejoramiento de las condiciones de vida para una parte importante de la población, llevada a cabo por los propios interesados y que en sí contiene el germen de un sistema económico completamente nuevo y diferente del actual.

Frente a los egoísmos del capitalismo y a la lucha de clases engendrada por el mismo, la cooperación significa ayuda mutua y espíritu de servicio; por algo se trata de un medio de acción social que constituye la más fiel aplicación práctica de los principios del cristianismo al campo de lo económico-social. Y no constituye esto una afirmación gratuita o atrevida desde el momento que en 1956 el Papa Pío XII, dirigiéndose a las Cooperativas italianas, les dijo bien claramente que los principios en que se inspiraban eran precisamente «los mismos de la doctrina social cristiana».

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EL COOPERATIVISMO Y EL DESARROLLO ECONOMICO

Por D. JOSE PERNAU L L IM Ó S , sociológo, diplomado en A lto s

Estudios Europeos.

Las consideraciones que hace el señor Pernau sobre la rela­ción entre las C ooperativas y el desarrollo económ ico y su ca­rácter de factor im portan tísim o en todo proceso de evolución social, son altam ente interesantes.

I. Desarrollo y cooperativismo.

Las perspectivas del desarro- A partir del Plan de Estabilización, y en vista a los resul-ia*> económico llevan a fijar- tados prácticos obtenidos del mismo, parece que en España

se ha despertado una verdadera inquietud para acelerar el desarollo económico. Si bien nuestro potencial econó­

mico, relacionado con los países más desarrollados económicamente, deja todavía mucho que desear, podríamos decir que España tiene una cierta ventaja, por encon­trarse en una zona media entre los países plenamente subdesarrollados y los des­arrollados económicamente. Esto permite eliminar el paso más difícil del primer «take-off» y, al mismo tiempo, saber de antemano lo que nos va a suceder con el desarrollo, gracias a las experiencias de otros países que ya han pasado por este estado transitorio.

Del análisis de la situación en estos países podemos sacar la luz que nos guíe en nuestros planes de desarrollo.

Aquí vamos a analizar solamente aquellos problemas cuya solución pueda encon­trarse en el cooperativismo.

Un insigne economista francés, Frangois Perroux, define, en un reciente libro, el desarrollo económico como «la combinación de cambios de mentalidad y cam­bios sociales de una población, que la hacen apta para hacer crecer acumulativa y durablemente su producto real y global» (1).

porque supone una mentali- En efecto, el desarrollo económico presupone una menta- dad determinada, lidad y una estructura social determinadas, sin las cuales

es imposible que llegue a ser una realidad. La postura corriente en otros tiempos de pensar que el desarrollo puede provocarse solamente por la aplicación de unas ciertas medidas económicas, va siendo abandonado incluso

(1) Frangois Perroux: «L’Economie du XXéme siécle». P. U. F., 1961, pág. 155.

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por los economistas, especialmente aquellos especializados en desarrollo económico. Como ejemplo podríamos citar Alemania, completamente destruida después de la segunda guerra mundial, y a la que bastó una pequeña inyección de dólares para que en pocos años se convirtiera en una potencia económica de primer orden: este país poseía, además de los cuadros técnicos, una mentalidad apropiada para el desarrollo. En cambio, otros países con más ayuda económica no han podido levan­tarse a un nivel que pueda considerarse de pleno desarrollo. Este fenómeno podría explicarse por el hecho de que las leyes económicas se basan en ciertos presu­puestos sociales más o menos estables dentro de ciertos límites, que, de no existir, hacen que las leyes económicas no tengan efectividad.

En este breve estudio solamente vamos a considerar aquellos presupuestos socia­les necesarios para el desarrollo económico, cuya creación, fomento o dirección puedan encontrar una solución en el cooperativismo.

que se revela a través de El sociólogo belga Léo Moulin, en un estudio sobre lasciertos factores específicos, características sociológicas de los 19 países considerados

como desarrollados por las Naciones Unidas, establece como factores determinantes del desarrollo económico los siguientes (2):

1) La aparición de una civilización técnica o científica.2) La existencia de un contexto socio-cultural no económico o por lo menos

no solamente económico, especialmente favorable a una política de expan­sión económica.

3) La presencia de grupos sociales iniciadores, portadores y difusores del progreso económico.

4) Un cierto espíritu de empresa.5) Ideología de desarrollo.6) Regímenes políticos favorables al desarrollo.7) Un crecimiento demográfico compensado, es decir, no excediendo el ritmo

de la expansión económica.8) Estructuras sociales adecuadas para apoyar o acelerar el proceso económico.9) Estructuras geográficas abiertas al mar.

10) Un clima temperado, de gran energía climática.11) Una raza o, para hablar más científicamente, una etnia multirracial, con­

dicionada por el clima, la alimentación, el medio familiar, el contexto socio-cultural y particularmente apta para la acción.

12) Las guerras, nacidas de la falta de unidad de Europa, las cuales, durante siglos, han favorecido el espíritu técnico y la organización de la producción.

(2) Léo Moulin: «Les facteurs non économiques du développement et non développe- ment économique». Radio Courses of the College of Europe. 1959-1960. Inédito.

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De todas estas características vamos a fijarnos solamente en las que hacen refe­rencia a la presencia de los grupos iniciadores, el espíritu de empresa, las ideologías de desarrollo y las estructuras sociales.

Los sociólogos e historiadores han observado que en todos los países en que tuvo lugar una expansión económica se podía constatar la acción de grupos restrin­gidos que provocaban y difundían el progreso económico. Para el desarrollo econó­mico es imprescindible la presencia de dichos grupos, que cuanto más numerosos y extendidos en el país sean, más base darán a la expansión económica.

La masa campesina o industrial no puede por sí ser un elemento impulsor del desarrollo económico.

que el cooperativismo contri- Las Cooperativas, con la inquietud que provoca en susboye a desarrollar, miembros la elevación del individuo de simple rueda en

el proceso de producción, que no le responsabiliza en sus acciones, a ser una pieza motora responsable, y en cierto modo, por su participa­ción en las funciones de gestión de su empresa, elevándolo al rango de empresario, puede contribuir enormemente a la creación de estos grupos iniciadores del progreso. Por otra parte, el espíritu de iniciativa necesario para el desarrollo económico lo dan también en gran escala las Cooperativas, al despertar en el individuo el afán de encontrar nuevas formas de producción o de distribución que le puedan reportar beneficios más altos. Aunque el proceso de transformación de una Cooperativa en empresa comercial pueda parecer un trastorno por el abandono de ciertas funciones sociales inherentes a toda Cooperativa, desde el punto de vista económico no deja de ser beneficioso contar con un nuevo grupo de empresarios, que sin la existencia de la Cooperativa no hubieran pasado nunca del rango de simples obreros.

especialmente en el aspecto Las ideologías de desarrollo y afán de progreso son otros ideológico. jos punt0s en los que más influencia puede tener el

cooperativismo. En una sociedad donde todo se lleva a cabo de acuerdo con unos cánones forjados por generaciones sucesivas y donde la máxima aspiración de la población es repetir exactamente lo que habían realizado los antepasados, el progreso económico es imposible. El cooperativismo, caso de arraigar en dichas regiones, puede traer consigo un cambio de mentalidad, un afán de buscar nuevas formas de producción más rentables, una inquietud que puede dar al traste con las ideologías tradicionalistas y abrir una brecha al progreso eco­nómico. Es en este sentido que en todos los tratados modernos de promoción social de los países subdesarrollados se recomienda el cooperativismo como base para un futuro desarrollo económico.

En cuanto al problema de las estructuras inadecuadas al desarrollo económico, quisiéramos extendernos más, por considerar este capítulo de gran interés actual en España.

Una serie de controversias se han levantado últimamente respecto a los lati­fundios de Andalucía. Hay quien afirma que el defecto de esta estructura económica rural española es el latifundio, y hay quien opina, por el contrario, que es el mini­

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fundió. Ambas formas de posesión de la propiedad están muy extendidas en el terri­torio español.

A nuestro parecer existe aquí un falso planteamiento del problema. No se trata tanto de que las propiedades tengan un extensión mayor o menor, sino que el defecto primordial consiste en las formas de posesión de la propiedad y las formas de explotación de la misma. En efecto, nadie duda de que el latifundio, en la manera que existe actualmente en España, constituye un entorpecimiento del des­arrollo económico, como también lo constituye la parcelación excesiva. Pero, por otra parte, podría alegarse que las grandes extensiones territoriales presentan más facilidades para una explotación racional (en régimen extensivo), como también podría alegarse que, en régimen intensivo, el minifundio no excesivo puede tener sus ventajas. Tenemos ejemplos de países desarrollados, como Estados Unidos, que sacan gran provecho en régimen de latifundio, y tenemos otros, como Holanda, que sacan también gran provecho del minifundio. Cuál sería la mejor fórmula para España, teniendo en cuenta su densidad de población, es una cuestión que no nos compete resolverla. Lo que sí podemos decir es que en la estructura actual espa­ñola el latifundio, tal y como es, resulta anti-económico para la nación, sume a masas de obreros en la miseria y resulta solamente beneficioso para unos pocos. Por otra parte, el minifundio no permite la introducción de las nuevas técnicas del cultivo ni un desarrollo adecuado de la producción. La reforma agraria se impone no solamente por razones económicas, sino también por razones de justicia.

El c o o p e r a t iv ism o podría cambiar ciertas estructuras

El cooperativismo, tal y como ha sido ensayado en algunos países al llevar a cabo la reforma agraria, tal vez podría ser la solución más aceptable como forma de posesión de convertir el latifundio en minifundio, podría organizarse De esta forma se daría acceso a los obreros a la propie­

dad, tal como pregona la encíclica «Mater et Magistra», se elevaría su nivel moral y material y al mismo tiempo se evitaría la parcelación que podría llevar al mini­fundio.

la propiedad. En vez de en propiedad cooperativa.

y elevar el nivel cultural, de Hemos dicho también que otro de los elementos socialesmuyCaseverat^s.S ejemplos necesarios para el desarrollo económico era el elemento

’ cultural. Una propaganda adecuada para la modificaciónde los tipos de cultivo, por ejemplo, difícilmente podrá

llevarse a cabo entre agricultores analfabetos. Tampoco la mentalidad adecuada al desarrollo, el afán de progreso y el espíritu empresarial pueden cuajar en un am­biente cultural ínfimo.

También aquí el cooperativismo puede ser un elemento importante para la difusión de la cultura. Las Cooperativas constituyen un acicate para la formación personal de los miembros que las constituyen, y esto no solamente para la forma­ción cooperativista, sino también para su formación general. El hecho de disponerse un grupo de personas a crear una Cooperativa, les pone en contacto con una serie de realidades (técnicas de trabajo, técnicas de gestión, modo de organizar las juntas,

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autoridades a que deben dirigiise, contactos con los organismos estatales, provin­ciales y municipales, etc.) que les inclinan al estudio y mejor conocimiento de la realidad en la que se mueven. Este elemento cultural se ha dado siempre en las Cooperativas. Así los precursores de la Rochdale, antes de emprender la aventura cooperativista, se dedicaron más de un año a pensar y discutir los problemas que podían presentárseles. Estos precursores habían compredido que la administración y la gestión de una Cooperativa exige ciertos conocimientos, y así, entre sus fines, habían incluido la educación. En 1850 crearon una escuela para jóvenes; más tarde su Consejo de Administración proporcionó una sala con capacidad para 20 ó 30 alumnos que desearan instruirse mutuamente, y posteriormente organizaron por las noches cursos de ciencias y de letras. Este deseo de conocimientos y esta inclinación de las Cooperativas a satisfacer estas necesidades se encuentran en toda la historia del cooperativismo. En la actualidad, en la India existen Cooperativas destinadas a sufragar los gastos de los maestros, y a veces crean escuelas. Pero sin ir más lejos, tenemos en España un magnífico ejemplo con la gran empresa cooperativista de Mondragón.

Fue allí la labor paciente del P. José María Arizmendiarrieta quien, empezando con una escuela de aprendizaje, y con ella la formación de un sólido espíritu coope­rativista, al cabo de catorce años ha conseguido una de las Cooperativas de Pro­ducción más auténticas, no sólo por el capital que maneja en la actualidad, sino también por el profundo espíritu que impregna al ánimo de todos los socios.

II. Las consecuencias sociales del desarrollo económico y elcooperativismo.

Pero el desarrollo económico Hasta aquí hemos hablado simplemente de los presupuestos recciónaml>lén Una reCta dÍ sociales del desarrollo económico y del papel que en los

mismos podía tener el cooperativismo. Pero tan impor­tante como la creación de los presupuestos del desarrollo

económico es el dirigirlo, una vez iniciado, por los cauces debidos.Es un hecho comprobado que la gente que vive en una miseria extrema consi­

dera este estado de cosas como una cosa natural y no siente el deseo de mejora­miento. Al iniciarse el desarrollo económico y aumentar un poco el nivel de vida de estas poblaciones, se produce en las mismas una toma de conciencia y una intran­quilidad para acelerar al máximo el bienestar con los medios que sean. Como decía Toequeville, «solamente un genio podría salvar a un príncipe que intentara aliviar a sus sujetos después de una larga opresión. El mal que se sufre pacientemente como inevitable parece insoportable desde el momento en que se concibe la idea de librarse de él. Todos los abusos que se quitan parecen poner más de relieve los que quedan y hacen que su sufrimiento sea más agudo. El mal se ha convertido en menor, es cierto, pero la sensibilidad es más viva».

La observación de hechos parecidos a los que acabamos de describir ha hecho pensar a algunos que el desarrollo económico podía ser perjudicial por los tras­tornos que trae consigo. En efecto, las primeras etapas del mismo pueden llevar a trastornos sociales considerables, a una aparente degeneración de clases sociales

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determinadas, que se convierten en revolucionarias y pretenden llegar a la meta suspirada por los métodos más violentos.

El comunismo mismo apenas si tiene aliciente en las poblaciones que viven en una situación económica infrahumana y en los plenamente desarrollados, pero arraiga fácilmente en estos periodos de transición.

Una de las características del subdesarrollo económico la constituye la gran proporción de la población activa en el sector primario; con la industrialización y la modernización de las técnicas de cultivo en la agricultura, el exceso de pobla­ción en el sector primario tiene que pasar al secundario, y este hecho produce el rápido engrandecimiento de los cinturones suburbiales de las grandes ciudades. Para esta población el paso del sector primario al secundario representa una rotura total de sus estructuras tradicionales, sin que se encuentre incluida en otras nuevas. Se constituyen así las grandes masas de desarraigados lanzadas a su suerte y predispuestas a ser pasto de cualquier doctrina que les ofrezca la realización de un ideal en común.

Por otra parte, esta masa toma conciencia de una serie de fenómenos sociales que la incitan a pasar directamente y de manera anónima a la acción. Si les falta la instrucción y el sentido de responsabilidad y se encuentran enfrentadas a pro­blemas verdaderamente reales, ¿cómo podemos extrañarnos que estas masas se hagan partidarias del sistema que les ofrece la solución tajante de sus dificultades y pro­blemas? Se trata, pues, de buscar un medio de reintegración de estas masas a la sociedad, de responsabilizarlas y darles lo que les corresponda en justicia.

El paso de este sobrante del sector primario al secundario es inevitable y al mismo tiempo beneficioso, y no queda otro remedio que afrontar los riesgos que trae consigo, pero de todas formas se debe procurar que se lleve a cabo con el menor choque posible y en la medida necesaria.

> el cooperativismo fomenta El cooperativismo presenta varias ventajas en este punto, el sentido de responsabüidad, convertir al obrero en empresario, le da el sentido de

responsabilidad que le hace ver las dificultades con que tropieza un proceso económico de transformación, al mismo tiempo que le hace participar activamente y de forma personal en el mismo. El cooperativismo es un medio de desmasificación de la sociedad, al mismo tiempo que un factor de eleva­ción moral del individuo.

El método comunista consiste en la proyección del fracaso individual del obrero en el todo colectivo: «Yo, como obrero, no soy nada, pero la clase obrera triunfará».El obrero, fracasado y humillado, busca una compensación en el ser colectivo. ◄Cuando el ser colectivo es demasiado grande se convierte siempre en absoluto, y el individuo pasa a ser un puro medio al servicio de la colectividad. Se desperso­naliza el individuo en favor de un todo común. En cambio, el cooperativismo, por la participación directa y sensible de cada uno de los individuos en la gestión de los intereses comunes, constituye una esfera adecuada para el desarrollo de la personalidad y responsabilidad individual. Es en este sentido que constituye uno de los medios más adecuados de promoción de comunidad.

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la personalidad, En efecto, las diversas personas tienen diferentes esferasde acción: habrá quien podrá desarrollar su personalidad

en una esfera nacional, quien podrá hacerlo en una esfera regional, quien en una municipal, quien en una Cooperativa. Lo esencial es que el individuo se sienta algo en la sociedad y no solamente un número. Si al individuo que tiene capacidad para una esfera local se le intenta proyectar en una nacional, nunca podrá desarrollar su personalidad y toda la vida se sentirá un fracasado. Es en este sentido que vemos la eficacia del cooperativismo como medio de prom oción de com unidad.

Por último quisiéramos presentar otro de los peligros que entraña el desarrollo económico, es decir, el que se produzca un abandono masivo de ciertas regiones subdesarrolladas en favor de regiones más industrializadas. En España se empieza a dar el caso de estas emigraciones en algunas regiones, especialmente Andalucía. Lo malo no es el cambio de la población que va pasando del sector primario al secundario y tampoco lo es la concentración en núcleos urbanos, que se convierten en polos de desarrollo. La fatalidad para una región determinada es el abandono de los centros que deberían convertirse en polos de desarrollo. Lo malo no es que desaparezca un pueblo de 2.000 habitantes, sino que las mismas capitales de pro­vincia conozcan la emigración.

y constituye un factor de fija- Las medidas para evitar este fenómeno son más bien cul- eión de la población rural. turales y económicas, y el cooperativismo solamente puede

ser un elemento auxiliar en este caso. El cooperativismo puede crear el espíritu de iniciativa en el mismo lugar de origen de la población y dar motivos a los individuos para continuar en el mismo lugar. En fin, el coope­rativismo puede despertar la inquietud, a fin de que por iniciativa particular se empiecen a producir los primeros destellos de un polo de desarrollo. Una vez creado éste, los habitantes ya no tendrán necesidad de buscar el sustento en otro lugar.

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Cómo se constituye una Por D. J. L. DEL ARCO Asesor Jurídico de la

Cooperativa Obra Sindical «Coope­ración».

El presente artículo está tomado del libro «Teoría y prác­tica de las Cooperativas», obra básica en España, y que el señor Del Arco nos ha permitido amablemente reproducir, pues es de un interés práctico inapreciable e imposible de superar.

Es indispensable que exista una necesidad de orden económico que interese a varias o muchas personas y que, por no estar en condiciones de satisfacerla cada uno aisladamente, sea aconsejable resolverla asociándose unos con otros.

Los agricultores de una localidad están interesados en vender sus productos al mejor precio, o en su transformación, para obtener otros que les reportarán mayor beneficio, o en comprar abonos, máquinas, animales y demás elementos de la producción agrícola y ganadera, o bien desean crédito barato para mejorar sus instalaciones o salvar los perio­dos de estrechez, que son crónicos en el campo, entre el comienzo y el fin de cada cosecha, sin tener que caer en el prestamista que les cobra con usura o en los Bancos ciudadanos, demasiado extraños a su peculiar idiosincrasia.

Quien dice agricultores, dice hombres del mar, o artesanos, o modestos industriales, o comerciantes.

Todos somos consumidores de artículos destinados a la alimentación, vestido, cal­zado, vivienda, etc. Y podemos pararnos a pensar que si nos uniéramos a otros muchos consumidores—nuestros convecinos, nuestros compañeros de trabajo o profesión—podría­mos organizar un sistema de compras en común que nos proporcionara los artículos nece­sarios o convenientes para nuestra economía doméstica de mejor calidad y más baratos que los que nos vende el comercio.

También los obreros, que hasta entonces trabajaron por cuenta ajena, pueden pensar, en un momento dado, que si se agrupan para constituirse en empresarios de ellos mismos superarán su condición proletaria, convirtiéndose en dueños de la empresa. Y no será difí­cil que modestos y medianos talleres y fábricas se constituyan en Cooperativas florecien­tes si antes los trabajadores tuvieron cuidado de estudiar, con los debidos asesoramientos, las exigencias técnicas y financieras de la empresa, y se convencieron que una empresa cooperativa exige, con el mismo rigor que las de tipo capitalista, la competencia en los mandos, la disciplina y el trabajo ordenado de todos sus componentes.

Por doquier que miremos podemos encontrar en seguida una necesidad de orden eco­nómico susceptible de ser satisfecha mejor y más fácilmente a través de la asociación.

El Derecho brinda muchas formas de asociación, pero ninguna más apta para la satis­facción de esas mil necesidades comunes a los consumidores o productores de cualquier clase que la fórmula cooperativa. Su gran ventaja sobre cualquier otra forma asociativa

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estriba en que se constituye para proporcionar ai asociado la directa satisfacción de la nece­sidad económica que le llevó a unirse con otros y en que no le escamotea ninguna parte de la utilidad conseguida, sino que se la devuelve íntegra, siempre en proporción a la uti­lización que hizo el asociado de los servicios de la Cooperativa. No puede inventarse otra fórmula más justa y cristiana. Y no ha de extrañar que en la Cooperativa, por su propia naturaleza y modo de funcionar, los valores humanos ocupen un primer plano y tienda a la exaltación de los sentimientos de solidaridad y mutua ayuda y buena fe.

He aquí, someramente indicado, el amplísimo campo que se ofrece a la propaganda y difusión de las organizaciones cooperativas, que es fórmula viril y justa, que se brinda a quien tenga preocupaciones sociales en su más elevado sentido.

Quien quiera que, convencido de la excelencia de la fórmula, desee mover otras volun­tades en el mismo sentido, no debe olvidar de explicarles que la Cooperativa es algo más que una sociedad pensada para simple solución de necesidades económicas, sino que pro­cura la base necesaria para una proyección más amplia de la personalidad humana, que aspira también a mejorar socialmente y a desarrollar impulsos de solidaridad, educación, moralidad y caridad cristianas.

Pero habremos de apuntar un consejo a los que, por vocación o profesión, traten de dar vida a una Sociedad Cooperativa. No lo hagáis sin antes contar con el hombre que ha de actuar de elemento vivificador. Bien estará que procuréis despertar en los que han de asociarse una mínima preocupación por la idea cooperativa; que les expliquéis lo que es una Cooperativa y_las ventajas que deben esperar de la misma, a la vez que la obligación que contraen de ser leales y honestos en el cumplimiento de sus deberes como asociados, y de que no vayan con espíritu logrero y de circunstancias, sino pensando que la unión es su fuerza y que deben estar, además, preparados contra las asechanzas de los intereses a que van a desplazar con su agrupación; pero esto no será bastante.

La masa es neutra y pasiva, y hace falta la levadura que actúe de fermento. Habréis de buscar el hombre o grupo—pequeño—de hombres que han de ser en la primera etapa, que es la más difícil, los que impulsarán la obra, vencerán resistencias, superarán desalien­tos y, en suma, pondrán fe y confianza en la institución. Sin tener la seguridad de haber encontrado estos hombres, es preferible que desistáis de la idea de constituir la Coopera­tiva, porque más vale no crearla que llevarla, una vez nacida, a un seguro fracaso por culpa de los menudos egoísmos, antagonismos cicateros y desalientos prematuros, si el fácil entu­siasmo inicial, creado por la propaganda, se trocó en espíritu de derrota apenas tocadas las primeras dificultades inevitables en toda obra que comienza.

* * *

Decididos a constituirse en Sociedad Cooperativa por lo menos las quince personas ► naturales o jurídicas que exige la Ley, los trámites no pueden ser ni más sencillos ni más

económicos.Los que deseen ser socios celebrarán una reunión, que no necesita refrendo de auto­

ridad o funcionario alguno, ni más formalidad que las mínimas de orden bajo la presi­dencia de quien elijan de común acuerdo. Debe observarse lo que mandan las leyes para celebrar reuniones públicas.

En esta reunión se reafirmará el propósito de ios reunidos de constituir la Coopera­tiva; se discutirá y aprobará el proyecto de Estatutos sociales, y se designará la primera

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Junta Rectora, cuya misión será el cumplimiento de los trámites ulteriores, hasta obtener la aprobación oficial y constitución definitiva de la entidad.

Es conveniente levantar una sucinta Acta de la reunión, que firmarán todos los asis­tentes.

Tanto dicha Acta como los demás documentos complementarios se extenderán en papel común.

Han de abonarse, además, 100 pesetas de derechos de inscripción, que pueden remi­tirse por giro postal o transferirse por conducto bancario a la Jefatura Nacional de la Obra Sindical Cooperación.

La documentación que ha de producirse es la siguiente: <1. ° Solicitud dirigida al Ministerio de Trabajo.2. ° Estatutos, en tres copias y firmada cada una por lo menos por 15 socios.3. ° Relación de las personas que forman la Cooperativa, indicando el nombre y

domicilio de los que integran la primera Junta Rectora, también en tres copias firmadas.4. ° Justificante del ingreso bancario o giro de las 100 pesetas prevenidas en con­

cepto de derechos de inscripción.La solicitud y documentos se presentarán en las Jefaturas Provinciales de la Obra

Sindical Cooperación, que radican en las Delegaciones Sindicales Provinciales. D i c h a s Jefaturas están obligadas a facilitar recibo de la entrega al presentante y a contestar en ese momento y en cualquiera otro anterior las dudas y consultas que formulen los pro­motores.

Será preciso esperar que se comunique a los promotores la resolución del Ministerio de Trabajo, calificando la Cooperativa, aprobando sus Estatutos, encuadrándola en la Unión correspondiente y mandando inscribirla en el Registro Especial.

Aprobada la proyectada Cooperativa por decisión ministerial expresa o por aplicación del silencio administrativo, debe celebrarse dentro de los tres meses siguientes la sesión de constitución definitiva, desde cuya fecha comenzará a contarse la duración de la Sociedad.

Esta sesión se reduce sustancialmente a ratificar la voluntad de constituir la Coope­rativa, con sometimiento a su legislación específica y a los Estatutos aprobados; a ratificar los designados para la primera Junta Rectora o elegirlos de nuevo; y a designar los socios que han de componer el Consejo de Vigilancia, cuya nombramiento definitivo corresponde a la Obra Sindical Cooperación.

La Cooperativa ha nacido legalmente, con plena personalidad jurídica.Es trámite complementario remitir, dentro de los seis días siguientes a la sesión cons­

titutiva, a la Obra Sindical Cooperación copia del Acta de constitución, autorizada por el Jefe y el Secretario de la Junta General— que son los de la Rectora—y un número de socios fundadores que no baje de seis. La Obra Sindical Cooperación se queda con una 4copia y la otra la remite al Ministerio de Trabajo.

Y otro trámite es remitir a la Administración de Rentas Públicas de la Provincia la declaración formularia prevista en el artículo 12 del Decreto del Ministerio de Hacienda de 9 de abril de 1954 y Circular de la Dirección General de Contribuciones y Régimen de Empresas de 27 de diciembre del mismo año.

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*0índice

F O R M U L A R I O S

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ACTA DE LA REUNION INICIAL PARA CONSTITUIR UNA COOPERATIVA

Asistentes

D o n ....... . .................................................D o n ...........................................................D o n ........................ . ........................ . ...D o n ........ .......................... .......................D o n ...........................................................D o n ................. .........................................D o n ...........................................................D o n .............................. .........................D o n ................................... .......................D o n ....................................... ..........................

Los reunidos intervienen para exponer ración, por unanimidad se acuerda:

En ..........................., a ....... de .......................................... 19......., se reúnen losque al margen se relacionan.

Ocupa la presidencia, por haber tenido la iniciativa de esta reunión y por designaciónunánime, don ...............................................,el que expresa que el objeto de este acto es llegar a un acuerdo para constituir una Coope­rativa de .......................................................(se referirá sucintamente la clase de Coopera­tiva que pretende constituirse y las actividades y fines que ha de servir preferentemente).us respectivos criterios y, tras amplia delibe-

Primero.—Constituir una Coperativa de (1)que se denominará (2) .............................................y que estará domiciliada en esta ciudad, calle de

Segundo.—Aprobar para el régimen de la Cooperativa los Estatutos que definitiva­mente redactados son firmados por los asistentes (en número de quince por lo menos).

Tercero.—Designar para constituir la primera Junta Rectora a los siguientes señores:

Jefe: Don ................................................................................Secretario: Don.........................................................................Tesorero: Don .........................................................................Vocal: Don ...............................................................................Vocal: Don ..... ...................................... ............................ .

Los designados aceptan sus respectivos cargos y prometen desempeñarlos diligente y lealmente.

Cuarto.—Conferir mandato a la Junta Rectora acabada de elegir, y en especial a su Jefe, para que en representación de todos los reunidos insten en la forma prevenida por la Ley y Reglamento de Cooperación del Ministerio de Trabajo la calificación de la pro­yectada Cooperativa, su clasificación y encuadramiento, inscripción en el Registro y apro­bación de los Estatutos; y en su día convoquen la sesión de constitución definitiva, con-

► forme a los artículos 26 a 29 del Reglamento de Cooperación.Y en prueba de conformidad con los precedentes acuerdos se levanta la presente Acta,

que es firmada por todos los reunidos y queda en poder del Secretario que refrenda.

Siguen las firm as de todos los asistentes.

(1) Expresar si es de Campo, Mar, Consumo, Industriales, etc.(2) Expresar con exactitud la denominación que se dé a la Cooperativa en los Estatutos, y que

no puede ser igual a la de otra Cooperativa que funcione en la localidad.

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(Timbrada como cualquier solicitud)

MODELO DE INSTANCIA AL MINISTERIO DE TRABAJO

EXCMO SR. M INISTRO DE TRABAJO

Don .................................................................................................. , Jefe electo de la Coopera­tiva (1) ............................................... que se denominará (2) ...........................................................domiciliada en esta ciudad, calle de ............................................................ , núm............ , con eldebido respeto, expogo:

Con fecha ........ de .................................... de 19........ , los que se relacionan en listaaparte nos hemos reunido para constituir una Sociedad Cooperativa, y al efecto decidimos constituirla, aprobando para su régimen los Estatutos y designando la primera Junta Rectora.

Dando cumplimiento a lo prevenido en el artículo 5.° de la Ley y 26 y siguientes del Reglamento de Cooperación, adjunto a la presente solicitud los siguientes documentos:

a ) Tres ejemplares de los Estatutos aprobados, firmados por socios fundadores.b) Tres relaciones de asociados y de los que hemos sido nombrados para constituir

la primera Junta Rectora, igualmente firmadas.c) Justificante de haber ingresado la cantidad de 100 pesetas por derechos de ins­

cripción, que exige el artículo 30 del Reglamento.Por tanto,SUPLICO A V. E. que, teniendo por formulada esta solicitud con los documentos

prevenidos, que se presentan en la Jefatura Provincial de la Obra Sindical «Cooperación» para su curso e informes preceptivos, califique la proyectada sociedad de Cooperativa;la clasifique como (1) .................................... . encuadrándola en su respectiva Unión; apruebelos Estatutos y ordene inscribirla en el Registro de ese Ministerio.

Dios guarde a V. E. muchos años.................................................................... . a ........ de .................................. de 19........

(Firma del solicitante.)

(1) Expresar si es del Campo, Mar, Industriales, Consumo, etc.(2) Expresar con toda exactitud la denominación que se hubiera adoptado y se exprese en los

Estatutos.

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MODELO DE RELACION DE SOCIOS FUNDADORES DE LA COOPERATIVA

Lista de socios fundadores de la proyectada Cooperativa de ........ (clase ........ 3 deno­minada .............................................. (nombre social) ....................................................... y domi­ciliada en .............................................................

COMPOSICIÓN DE LA PRIMERA JUNTA RECTORA

Jefe: D o n ................................. . ... . .. ... Domiciliado enTesorero: D o n ................................................. Domiciliado enSecretario: D o n .......... ......................... ... Domiciliado enVocal: D o n ...................................... ... . .. Domiciliado enVocal: D o n ..................................................... Domiciliado en

l .° apellido

LISTA DE SOCIOS FUNDADORES (1 )

2.° apellido N om bre

En a . . . . . . de de 19

Siguen las firmas. Si el número de fundadores es elevado, es suficiente que firmen quince socios.

(1) O bservaciones

En la lista de socios deben relacionarse también los que antes se expresan como componentes de la Primera Junta Rectora.

Pueden relacionarse sin sujeción a criterio alguno o, por ejemplo, por orden alfabético del pri­mer apellido.

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Modela de Estatutos para el Régimen de nna Cooperativa Local

CAPITULO PRIMERO

DENOMINACION, OBJETO Y DURACION DE LA SOCIEDAD

Articulo l.° Con el nombre (1) se constituye en (2) una Cooperativa de (3) local, sujeta a los preceptos de la Ley de 2 de enero de 1942 y su Reglamento.

Art. 2.° El objeto de esta Sociedad será (4):Art. 3.° La duración de la Cooperativa se establece por (5):Art. 4.° El domicilio de la entidad se fija en ................................... número (6),

pudiendo ser trasladado a otro lugar dentro de la ciudad por decisión de la Junta Rectora.

CAPITULO 11

DE LOS SOCIOS, ALTAS Y BAJAS

Art. 5.° Pueden ser socios de la Cooperativa todas las personas mayores de edad que pertenezcan .................................... (7).

(1) Aquí se expresará el nombre que se dé a la nueva entidad. Los fundadores pueden darle fá denominación que les plazca, siempre que no hiera los sentimientos políticos o religiosos del Estado. El nombre no podrá ser igual al de otra Cooperativa ya constituida en la misma localidad ni utilizará términos que induzcan a una fácil confusión.

(2) Se indicará el nombre de la localidad.(3) Se expresará si es una Coperativa del Campo, Mar, Artesanía, Industrial, Viviendas P ro­

tegidas, Consumo, Crédito o Frente de Juventudes.(4) Aquí se detallarán los fines para que se constituye la Cooperativa, según su clase.La Ley (arts. 37 al 45, principalmente, y el Reglamento, arts. 25 y 42 al 44, entre otros)

determina estos fines:Los fundadores recogerán de modo especial aquéllos en vista de los cuales se constituye pre­

ferentemente la nueva entidad, pero deben, además, admitir los que se señalan a cada clase de Cooperativas, pues así, en el futuro, podrán ser abordados sin necesidad de reforma estatutaria y, por otra parte, se evitarán dudas sobre el alcance de determinadas ventajas tributarias.

(5) Puede ser por cierto plazo, hasta una fecha determinada, hasta cumplir uno o determina­dos fines o por tiempo ilimitado.

Es aconsejable consignar por tiempo ilimitado, porque comprende todos los demás supuestos y no coarta la facultad de los futuros socios para poner fin a la vida de la entidad cuando lógica­mente haya cumplido su fin o venga éste impuesto por contingencias no previsibles en el momento de la fundación.

(6) Calle, plaza o paraje, en donde estarán los locales de la nueva entidad.(7) Se detallarán aquí las categorías—agricultores, ganaderos, hombres de mar, consumidores

en general de determinados grupos o clases, estudiantes, artesanos, etc.—que podrán ser admitidas en la Cooperativa.

Es aconsejable mencionar las categorías profesionales o laborales de los asociados, teniendo muy presente los requisitos de orden subjetivo exigidos por el Decreto del Ministerio de Hacienda de 9 de abril de 1954, para gozar la Cooperativa de exenciones fiscales.

Se han expresado en el artículo las reglas más generales sobre capacidad de las personas indivi­duales para formar parte de una Cooperativa.

Pueden presentarse muchos otros casos que, si no son claros, deben consultarse previamente a la Obra Sindical «Cooperación».

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Las mujeres casadas necesitan autorización de sus maridos; y los menores de edad, mayores de dieciocho años, la de sus padres o tutores.

Art. 6.° Para ingresar en la Cooperativa bastará la solicitud del interesado, con jus­tificación de la situación que le da derecho, conforme a estos Estatutos, a formar parte de la misma, y la presentación por dos socios. La admisión se aprobará por la Junta Rectora.

A rt. 7.° La cualidad de socio no es transferible.A rt. 8.° El socio causará baja en la Cooperativa:a ) Cuando lo solicite.b ) En caso de muerte o interdicción civil.c) Por expulsión de la Cooperativa, que podrá acordar la Junta Rectora cuando el

socio observe una mala conducta o desarrolle una actuación perjudicial para la Cooperativa.A rt. 9.° Los acuerdos de la Junta Rectora sobre admisión o expulsión de los asocia­

dos son recurribles ante el Jefe Provincial de la Obra Sindical «Cooperación».A rt. 10. Son deberes de los asociados:a ) Cumplir estos Estatutos.b ) Observar buena conducta.c ) Asistir a los actos sociales para los que fueren convocados.d ) Aceptar y servir con diligencia los cargos sociales para los que fueron nombrados.Art. 11. Son derechos de los asociados:a ) Tomar parte en las Juntas Generales con voz y voto.b ) Poder ser elegido para los cargos sociales.c ) Inspeccionar las operaciones sociales y ser informados sobre las mismas sin pro­

ducir interrupción ni trámites innecesarios.d ) Disfrutar de los bienes y Servicios Sociales.

CAPITULO II I

DEL REGIMEN ECONOMICO

A rt. 12. El capital social estará constituido por las aportaciones de los socios.A rt. 13. El que desee ingresar en la Cooperativa deberá aportar ................... (8).A rt. 14. La Junta General podrá acordar la imposición de nuevas aportaciones perió­

dicas o extraordinarias, o la admisión de aportaciones voluntarias con arreglo a lo pre­venido en el artículo 11 del Reglamento de Cooperación.

A rt. 15. Cuando la baja del socio en la Cooperativa sea forzosa se devolverán a

(8) No es posible precisar una fórmula más correcta en vista de la amplitud que permite elartículo 15 de la Ley.

Al redactar este artículo de los Estatutos, deberá tenerse presente de modo especial los artículos 16, 17 y 18 de la Ley, y los artículos 4.°, apartado /) y g), 9.° y 11 del Reglamento.

Cuando se admita el pago de cuota en forma fragmentaria, se determinarán los efectos que pro­duzca la falta de pago, que podrá ser, por ejemplo, la suspensión de los beneficios de socio durante cierto tiempo y la exclusión más allá de cierto plazo.

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éste las aportaciones que hubiera desembolsado, previa deducción de las pérdidas, si las hubiere, con una rebaja del (9) por ciento.

Si la baja fue voluntaria, la deducción— siempre después de tomar en consideración las pérdidas— , en su caso, será .................. (10).

Art. 16. El reembolso a que se refiere el artículo anterior no podrá exigirse hasta des­pués de aprobarse por la Junta General el balance siguiente a la baja.

Art. 17. El interés que deben percibir las aportaciones obligatorias «a capital rete- ’ nido» y las voluntarias se determinará por la Junta General a propuesta de la Rectora.

Art. 18. La responsabilidad de los socios por las operaciones sociales será ................................ (11).

Art. 19. Los socios no podrán transferir entre sí sus participaciones en la Sociedad sino con la previa autorización de la Junta Rectora y con las limitaciones establecidas en los apartados f ) y g) del artículo 4.° del Reglamento de Cooperación (12).

Art. 20. Se exceptúa de la regla anterior las transmisiones hechas por herencia.Art. 21. Los márgenes de previsión y excesos de percepción, una vez cubiertos los

gastos generales, se destinarán:El ............. (13) por ciento al Fondo de Reserva.El ............. (13) por ciento al Fondo de Obras Sociales.El sobrante podrá destinarse a efectuar retornos cooperativos entre los socios, propor­

cionalmente a las operaciones por éstos realizadas.Si no se utilizara en todo o en parte esta facultad, las diferencias irán a los Fondos de

Reserva y de Obras Sociales.Estas decisiones corresponderán a la Junta General.Art. 22. La contabilidad se llevará por el sistema de partida ................. (14).Art. 23. Anualmente, y con referencia al día 31 de diciembre (15), se practicará el

inventario y balance de situación.Art. 24. El inventario y el balance serán puestos a disposición del Consejo de Vigi­

lancia quince días antes de publicarse y, además, se harán públicos otros quince días antes del señalado para la celebración de la Junta General que debe censurarlos.

Art. 25. La Junta Rectora acordará la fecha de pago de los retornos cooperativos yde los intereses acordados por la Junta General.

(9) No podrá exceder del 10 por 100.(10) La Ley no fija el límite y, por tanto, puede acordarse la deducción que se quiera, incluso

la pérdida total. A falta de acuerdo en los Estatutos, se cumplirá lo prevenido en el artículo 6.° del Reglamento de Cooperación.

(11) Con toda precisión se dirá si dicha responsabilidad será «limitada al valor de las apor­taciones que se hayan obligado a realizar a la Cooperativa» o será «solidaria e ilimitada».

(12) En este punto son admisibles limitaciones más restringidas que las que resultan del artículo del Reglamento que se cita.

(13) Entre ambos deben sumar, por lo menos, el 25 por 100. Debe excitarse el celo de los cooperadores para aumentar el tanto por ciento y con él la mayor posibilidad de realización de obras comunes.

Si la Cooperativa es de crédito, el mínimo que debe reservarse para fondos de reserva y de Obras Sociales es el 30 por 100.

(14) Doble o sencilla, con arreglo a lo prevenido en el artículo 8.^ del Reglamento de Cooperación.

(15) Podrán, sin embargo, consignar otra fecha, como final del año económico más acomodado a las características de la Cooperativa.

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CAPITULO IV

DEL GOBIERNO DE LA SOCIEDAD COOPERATIVA

A rt. 26. El gobierno de la Cooperativa se hará efectivo a través de:1. ° La Junta General.2. ° La Junta Rectora.3. ° El Consejo de Vigilancia.

D e la Junta G eneral

A r t . 27. La Junta General es el órgano de expresión de la voluntad de los socios. Puede ser ordinaria y extraordinaria.

A r t. 28. Serán facultades de la Junta General ordinaria:1. ° El examen y aprobación de las cuentas y balances del ejercicio terminado.2. ° Resolver sobre la inversión de los remanentes líquidos después de atender a los

fondos de reserva y obras sociales.3. p Decidir las aplicaciones concretas del fondo de obras sociales.4. ° Aprobar los Reglamentos para la organización y régimen de los distintos servicios

de la Cooperativa.5. ° Y resolver sobre cualquier asunto que* debiendo acordarse en Junta General*

no esté expresamente atribuido a la Junta General extraordinaria.A rt. 29. La Junta General extraordinaria será convocada expresamente para resolver

los asuntos enumerados en el artículo 24 de la Ley.También podrá resolver sobre cualesquiera otros que se incluyan en el orden del día*

incluso los que en el artículo anterior se atribuyen a la Junta General ordinaria.A rt. 30. La Junta General* tanto ordinaria como extraordinaria* se compone de todos

los socios presentes o representados por otros socios; y sus acuerdos* tomados en forma reglamentaria* obligan incluso a los ausentes o disconformes.

A rt. 31. La Junta General ordinaria se reunirá necesariamente dentro de los tres meses siguientes al final del ejercicio económico y será convocada con quince días de antelación* por lo menos* por el Jefe de la Junta Rectora* mediante anuncio colocado en el domicilio social* que expresará* además* el orden del día.

A rt. 32. La Junta General extraordinaria se reunirá por convocatoria especial* con expresión concreta de los asuntos a tratar y por iniciativa de la Junta Rectora o atendiendo a petición de la ............... (16) parte de los socios.

A rt. 33. Cuando no se lograre en primera convocatoria la asistencia de la mitad

(16) El artículo 31 del Reglamento preceptúa que* a falta de acuerdo en los Estatutos* será necesaria la petición de un tercio del total de socios.

Deben* por tanto* prever los Estatutos este punto si quieren apartarse del límite reglamen­tario* aunque entendemos que éste es recomendable.

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más uno de los socios, bien personalmente o por representación, se celebrará la segundaconvocatoria a los ...................... (17), y podrán tomarse acuerdos cualquiera que sea elnúmero de asistentes.

S e c c i ó n I I

De la Junta Rectora

Art. 35. La Junta Rectora estará integrada por un Jefe, un Secretario y un Teso­rero y .................. (18) vocales. La sustitución entre ellos se preverá al efectuar los nom­bramientos.

Art. 36. Los cargos de la Junta Rectora durarán .................. (19) años y se renovaránpor mitad, pudiendo ser reelegidos.

Art. 37. En la primera renovación serán elegidos el Jefe y el Tesorero y ........ ......... (20) vocales. En la segunda renovación, el Secretario y los demás vocales, y así suce­sivamente.

Art. 38. Los nombramientos para la Junta Rectora se acomodarán estrictamente a los trámites prevenidos en el artículo 29 del Reglamento de Cooperación.

Art. 39. Las vacantes que se produzcan durante el año se cubrirán provisionalmente, hasta la primera reunión de la Junta General, por la misma Junta Rectora, dando cuenta al Jefe Provincial de la Obra Sindical «Cooperación».

Art. 40. La Junta Rectora se reunirá cada .................. (21) bajo la presidencia delJefe o quien haga sus veces. También podrá reunirse siempre que lo acuerde el Jefe o lo pidan miembros de la Junta.

Para tomar acuerdos se necesitará la asistencia de la mitad más uno de los com­ponentes.

Decidirá el voto de la mayoría de los asistentes.Art. A l . Los cargos de la Junta Rectora serán gratuitos, pero sus titulares serán

indemnizados por la Cooperativa de cuantos gastos les origine su desempeño.Art. 42. Corresponde a la Junta Rectora, por delegación de la Junta General, la

facultad de gestión y representación, y más concretamente las siguientes:1. ° Acordar sobre la admisión de nuevos socios.2. ° Dirigir los servicios cooperativos, nombrando y separando el personal técnico y

administrativo.3. ° Ejecutar los acuerdos de la Junta General.

(17) Aquí se indicará la fecha exacta en que tendrá lugar la segunda convocatoria.(18) Por lo menos dos, de acuerdo con el artículo 25' de la Ley.El Consiliario es potestativo.(19) Se expresará el número de años que durarán los cargos.(20) Se indicará el número de vocales que, sumados al Tesorero y Jefe, den la mitad de los

cargos de la Junta Rectora. Pueden establecerse otros turnos de renovación.(21) Es aconsejable que la Junta se reúna con frecuencia, y puede fijarse en los Estatutos

que estas reuniones tengan lugar en fecha y hora determinada—por ejemplo, el primer domingo de mes, los días 1 y 15, etc.—sin necesidad de previa convocatoria.

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t

4. ° Decidir sobre el ejercicio de acciones judiciales.5. ° Constituir y retirar depósitos, abrir cuentas corrientes y disponer de sus fondos.ó.° .................................................................................................................................7-° ........................................................................................................................ (22).8.° Ejercitar cuantas facultades no estén reservadas a la Junta General.Art. 43. El Jefe de la Junta Rectora ostenta la representación de la misma y, además:1. ° Tiene la representación oficial de la Cooperativa, tanto judicial como extrajudicial.2. ° Lleva la firma social.3. ° Convoca y preside las sesiones de la Junta Rectora y de la Junta General.4. ° ......................................................................................................................... .. ...5. ° ............................................................................................................... ............ .A rt. 44. Corresponde al Secretario:1. ° Custodiar los libros, documentos y sellos de la Cooperativa, excepto los de con­

tabilidad.2. ° Llevar el Libro Registro de Socios.3. ° Redactar las actas de las Juntas Generales y de las Rectoras.4. ° Librar certificaciones con referencia a los libros y documentos de la Cooperativa,

con el visto bueno del Jefe.5. ° Llevar la correspondencia.6. ° ................................... ........................................................ ................................................ ...7.° .................................................................................................................................A rt. 45. Corresponde al Tesorero:1. ° Custodiar los fondos de la Cooperativa, respondiendo de las cantidades de que se

haya hecho cargo.2. ° Custodiar y llevar los libros y documentos de contabilidad.3. ° Comunicar inmediatamente a la Junta el incumplimiento o irregularidad que se

produzca en cobros, pagos y, en general, en la gestión económica de la entidad.4. ° ...................................................................... .....................................................Art. 46. Las disposiciones de fondos y, en general, los cobros y pagos se realizarán

con la firma conjunta del Jefe y del Tesorero (23).A rt. 47. Corresponde al consiliario velar por los intereses morales de la entidad y

de los asociados a la Cooperativa. El consiliario asistirá a todas las reuniones de la Junta Rectora y de la Junta General, con voz, pero sin voto, en los asuntos económicos o de gestión. En cuanto se relacione con los intereses morales, culturales o religiosos, tendrá además derecho de veto (24).

A rt. 48. La asistencia de los miembros de la Junta Rectora a sus reuniones es obli­gatoria, siendo excusable, con causa justificada, ante el Jefe.

(22) Pueden relacionarse siguiendo el ejemplo de las sociedades civiles o mercantiles.(23) Puede emplearse fórmula distinta o más amplia, por ejemplo, con las firmas que acuerde

la Junta Rectora.(24) Este artículo ha de omitirse si no se nombró Consiliario.

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S e c c i ó n I I I

Del Consejo de Vigilancia

Art. 49. El Consejo de Vigilancia se compone de tres socios de la Cooperativa, nombrados por el Jefe Provincial de la Obra «Cooperación», a propuesta de la Junta General.

Art. 50. Las facultades y obligaciones del Consejo de Vigilancia son las que se expresan en los artículos 27 de la Ley y 41 del Reglamento de Cooperación.

Art. 51. El Consejo de Vigilancia funcionará en la forma que determine la Obra Sindical «Cooperación».

CAPITU LO V

DEL FONDO DE OBRAS SOCIALES

Art. 52. Los fines que cumplirá el fondo de obras sociales serán ...................... (25).Art. 53. La Junta General acordará las obras concretas a que, en cada momento, se

hayan de aplicar los fondos disponibles, y la Junta Rectora comunicará los acuerdos al Jefe Provincial de la Obra Sindical «Cooperación», para la aprobación que se previene en el apartado b) del artículo 4.q del Reglamento.

CAPITULO V I (26)

CAPITULO V II

DE LA DISOLUCION Y LIQUIDACION DE LA COOPERATIVA

Art. 54. La Cooperativa se disolverá cuando sobrevenga alguna de las causas enu­meradas en el artículo 29 de la Ley, o cuando el número de los socios no llegue al mínimo previsto en el apartado d) del artículo 4.° del Reglamento.

(25) Estos fines serán de carácter moral, cultural, profesional o benéfico, y dentro de estas amplias categorías podrán diversificarse en innumerables aplicaciones concretas.

Aconsejamos, sin embargo, no establecer una determinación casuística, para dejar abiertas todas las posibildades futuras, incluso la de asociarse con otras Cooperativas para realización de fines comu­nes de mayores dimensiones e importancia social. '

(26) Con la inclusión de este capítulo no rotulado, quiérese decir que podrá adicionarse, si se estima necesario, la reglamentación de actividad o actividades fundamentales de la Cooperativa.

Las imposiciones y préstamos de las Cajas Rurales, las compraventas, elaboraciones, etc., de las demás clases de Cooperativas, pueden ser reguladas en sus líneas principales. También puede hacerse caso omiso de este capítulo y proceder después la Cooperativa a la aprobación de los Regla­mentos interiores de servicio que se previenen en la enumeración que se hace de las facultades de la Junta General.

&

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t

A rt. 55. Acordada la disolución de la Cooperativa, la misma Junta General extra­ordinaria que decida designará una tema de socios, la que, juntamente con el acuerdo de disolución, se elevará al Jefe Provincial de la Obra Sindical «Cooperación», para que por el Ministerio de Trabajo se nombre el socio liquidador.

A rt. 56. El socio liquidador, conjuntamente con la Junta Rectora, procederá al pago de las deudas y al cobro de los créditos y a fijar el haber líquido resultante.

Art. 57. El haber líquido que resulte en la Cooperativa disuelta se destinará a.. . - ................- (2 7 ).

DISPOSICION FINAL

Las cuestiones que se produzcan sobre interpretación de estos Estatutos o con motivo de los actos o contratos que celebra la Cooperativa con sus asociados, serán sometidas obli­gatoriamente al arbitraje del Consejo Superior de la Obra Sindical «Cooperación».

También se obliga la Cooperativa a someterse al mismo arbitraje en las cuestiones que se produzcan con otras Cooperativas o sus Uniones, si éstas lo aceptan.

(27) Se determinará la inversión que deba darse al haber líquido, teniendo en cuenta que los fondos de reserva y obras sociales son irrepartibles.

El silencio de los Estatutos se suplirá en la forma que previene el artículo 47 del Reglamento.

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MODELO DE ACTA DE LA SESION DE CONSTITUCIONDEFINITIVA

Asistentes En ......................................... , a ........ de . .................... .............. de 19........ , siendo las ...

Presidente: D o n ............................................ horas, y en el domicilio social, previamenteD o n ................................................................. convocados, se reúnen los que al margen seD o n ................................................................. relacionan, bajo la presidencia del que es JefeDon ... ........................................................... de la primera Junta Rectora, actuando de Se-D o n ................................................................. cretario el que refrenda.^ o n ................................................................. El Sr. Presidente declara abierta la sesión........................................................................... para deliberar y resolver sobre los extremos............. ;............................................................ que comprende el Orden del Día, y que sonSecretario: D o n ............................................ los siguientes: l.° Constitución definitiva de

la Cooperativa; 2.° Designación de la Junta Rectora, y 3.° Designación del Consejo de Vigilancia.

Sigue explicando el Sr. Presidente que, cumpliendo los acuerdos que se adoptaron en la reunión inicial para constituir esta Coperativa, se cursaron por conducto reglamentario la solicitud y documentos prevenidos, y se ha recibido escrito dando traslado de la Orden del Ministerio de Trabajo que califica la proyectada sociedad de Cooperativa, aprueba susEstatutos, la clasifica como .................................................... encuadrándola en su Unión, y lainscribe en el Registro especial bajo el número ..................

En consecuencia, conforme a lo dispuesto en el artículo 29 del Reglamento de Coope­ración, se ha convocado esta sesión de constitución definitiva. Después de breve delibera­ción, por unanimidad, se acuerda:

Primero.— Dar a esta reunión el valor y efectos de sesión de constitución definitiva y, por tanto, ratificar la voluntad de constituir esta Cooperativa, con la personalidad jurí­dica que la Ley le reconoce, y que se regirá por los Estatutos aprobados, con sumisión a las normas legales y reglamentarias de pertinente aplicación.

Segundo.— Designar para constituir la Junta Rectora a los siguientes asociados:

Jefe: D o n ................................................................................................Tesorero: D o n ........................................................................................Secretario: Don ....................................................................................Vocal: D o n .............................................................................................Vocal: D o n ............................................................................................

Los nombrados aceptan y toman posesión de sus respectivos cargos en este acto, obligándose a desempeñarlos leal y diligentemente.

Tercero.— Designar para constituir el Consejo de Vigilancia a los siguientes asociados:

DonDonDon

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iníndice

C u arto .—Comisionar al Jefe de la Junta Rectora para que, sin dilación y dentro de los plazos reglamentarios, curse a la Obra Sindical «Cooperación» copia duplicada del acta de esta sesión constitutiva, en la forma y a los efectos prevenidos en el artículo 29 del Reglamento de Cooperación; comunique al Delegado Provincial de Sindicatos los nom­bramientos de cargos de Junta Rectora, a los efectos prevenidos en los artículos 26 de la Ley y 39 del Reglamento de Cooperación; y comunique, asimismo, al Jefe Provincial de la Obra Sindical «Cooperación» los designados para constituir el Consejo de Vigilancia, para que autorice dichos nombramientos.

Y no habiendo más asuntos que tratar, se levantó la sesión, de la que este acta es fiel reflejo, según yo, el Secretario, certifico y firmo con el Jefe y los socios presentes, don ............................................... y don ...................................................

NOTA.—Las copias certificadas de este acta, que han de remitirse a la Obra Sindical «Cooperación» en cumplimiento del artículo 29 del Reglamento de Cooperación, han de estar autorizadas con las firmas del Jefe, del Secretario y de seis socios fundadores, pre­sentes en la reunión.

P

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OFICIO CURSANDO LAS ACTAS QUE EXIGE EL ARTICULO 29 DEL REGLAMENTO DE COOPERACION

En cumplimiento y a los efectos prevenidos en el artículo 29 del Reglamento de Coope­ración, tengo el honor de acompañar a la presente dos copias certificadas de la sesión de constitución de esta Cooperativa, rogándole acuse recibo para debida constancia.

Dios guarde a V. S. muchos años.

......................................... . a ........ de ................................ de 19........

EL JEFE DE LA COOPERATIVA

(Firmada)

Señor Jefe Provincial de la Obra Sindical de Cooperación de

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OFICIO AL DELEGADO PROVINCIAL DE SINDICATOS DANDO CUENTA DE LOS NOMBRADOS PARA CONSTITUIR LA JUNTA RECTORA

Tengo el honor de comunicar a V. S. que en la sesión constitutiva celebrada poresta Cooperativa el día ....... del corriente, para dar cumplimiento a lo dispuesto en elartículo 29 del Reglamento de Cooperación, fueron designados los siguientes socios para - constituir la primera Junta Rectora:

Jefe: D on..................................................................... ............Secretario: Don ........................................................................Tesorero: Don............................................................................Vocal: Don ..............................................................................Vocal: Don ..............................................................................

Lo que me complazco en comunicarle, en cumplimiento y a los efectos prevenidos en los artículos 26 de la Ley y 39 del Reglamento de Cooperación.

Le ruego acuse de recibo y, en su caso, notificación de la decisión que tenga a bien adoptar.

Dios guarde a V. S. muchos años.

.................................... a ....... de ........................... de 19.......

EL JEFE DE LA COOPERATIVA

(F irm ado )

Señor Delegado Provincial de Sindicatos de

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OFICIO PARA LA DESIGNACION DEL CONSEJO DE VIGILANCIA

Tengo el honor de comunicar a V. S. que en la sesión constitutiva celebrada por estaCooperativa el d ía ........ del corriente, para dar cumplimiento a lo dispuesto en el artículo 29del Reglamento de Cooperación, fueron designados para constituir el Consejo de Vigi­lancia los siguientes señores socios:

D o n ............................................................................................................

D o n ............................................................................................................

D o n ................................................................. .........................................

Lo que me complazco en comunicarle, rogándole que, si merece su conformidad, expida los correspondientes nombramientos a favor de los designados.

Dios guarde a V. S. muchos años.

......................................... . a ........ de ................................ de 19........

EL JEFE DE LA COOPERATIVA

(Firmado)

Señor Jefe Provincial de la Obra Sindical de Cooperación de

1

G6

i Oíndice

Copia de la declaración duplicada que debe formularse, dirigida a la Administración de Rentas Públicas de la Provincia

(los impresos se solicitan en dicha dependencia)

ILMO. SR. ADM INISTRADOR DE RENTAS PUBLICAS d e .................. ...........

(Nombre de la Cooperativa)domiciliada e n ................................................................................................................................ con eldebido respeto decimos:

Que en cumplimiento de lo prevenido en el artículo 12 del Decreto de 9 de abril de 1954 («B. O.» núm. 152) y de las instrucciones publicadas por esa Administración de Rentas Públicas, acompañamos los siguientes documentos:

1. °— Copia de los Estatutos por que se rige esta Entidad.(1) 2.°— Relación de socios.(2) 3.°—También, y para facilitar el registro y la calificación fiscal de esta Cooperativa, con­

testamos a continuación los datos interesados.

(3) l.°—Nombre de la Entidad......................................................................................................2. °— Fecha en que se celebró la sesión de constitución............................................

3. ®—Fecha de la Orden del Ministerio de Trabajo calificando esta Entidad y apro­bando sus Estatutos...........................................................................................................

4. °—Número asignado a esta Entidad en el Registro de Cooperativas del Minis­terio de Trabajo..................................................................................................................

(4) 5.°— En el caso de considerarse protegida, apartado en que está comprendida de

(1) Cuando se trate de Cooperativas de producción obrera o artesana, o de consumo, la relación de socios expresará la condición laboral en las primeras y social en la segunda de cada socio.

(2) Las Cooperativas del Campo acompañarán certificación expedida por el Secretario del Ayun­tamiento del término o términos municipales respectivos en que consten los líquidos imponibles que por rústica y pecuaria tengan en conjunto asignados cada uno de los socios cooperadores por las fincas que, según los documentos fiscales correspondientes, posean en dichos términos municipales.

Las Cooperativas del Mar acompañarán certificación de la Comandancia de Marina corres­pondiente, en la que conste si las tripulaciones de los barcos de los asociados trabajan en régi­men de «a la parte» o en régimen de «sueldo».

(3) Se consignará exactamente la denominación de la Cooperativa, tal como figure en sus Estatutos.(4) Estos apartados son:

Primero.—Las Cooperativas del Campo.Segundo.—Las Cooperativas del Mar.Tercero.—Las Cooperativas de Producción formadas por obreros o pequeños artesanos.Cuarto.—Las Cooperativas de Consumo formadas por funcionarios públicos, empleados u

obreros.

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los relacionados en el artículo 2 del Decreto del Ministerio de Hacienda de 9 de abril de 1954 ............................................................................................................

(5) 6.°— Detalle de las operaciones que realiza esta Cooperativa ... ...................................

Los que suscribimos, aseguramos, bajo nuestra responsabilidad, la exactitud de los datos consignados en este escrito.

............................ .(Localidad)

a de de 19

Secretario de la Junta Rectora Jefe de la Junta Rectora

NOTA COMPLEMENTARIA

Al mismo tiempo que se presentan los anteriores escritos en la Delegación Provincial de Sindicatos, debe recabarse en las oficinas:

Un ejemplar debidamente diligenciado de Libro de Registro de Socios.Idem de Libro de Actas de Junta General.Idem de Libro de Actas de Junta Rectora.Y deben presentarse los libros de contabilidad que piense llevar la Cooperativa, para

que sean diligenciados conforme disponen los artículos 13 y 14 de la Ley.La Ley dice que las Cooperativas pueden llevar su contabilidad por partida sencilla

o doble, pero no detalla más. Es aconsejable llevar los libros que son clásicos en la conta­bilidad comercial.

Quinto.—Las Cooperativas de Crédito constituidas al servicio exclusivo de cualquiera de las Cooperativas exentas o de sus asociados.

Sexto.—Las Cooperativas de Viviendas Protegidas.Séptimo.—Las Uniones Nacionales y Territoriales de Cooperativas.

Para contestar este dato, cada Cooperativa tendrá muy en cuenta que sólo las compren­didas en alguno de dichos apartados pueden gozar de exenciones y, por tanto, si no está com­prendida en alguno de ellos, deberá consignar las siguientes palabras: NO EXENTA. No es suficiente estar comprendida en alguno de dichos apartados para gozar, en principio, de la exención, sino que, además, deben cumplir los requisitos subjetivos y objetivos exigidos para cada clase de Cooperativas protegidas, que son los expresados en el artículo tercero del Decreto y no estar incursa en alguna de las circunstancias que detalla el artículo quinto determinantes de la pérdida de la exención.

(5) Se relacionarán escuetamente, pero con suficiente precisión, las operaciones de compra, venta, transformación, etc., que, efectivamente, realice la Cooperativa eñ el momento de formular la declaración.

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ELEN

COOPERATIVISMOESPAÑA

Por D. JOSE PERNAL), Sociólogo diplomado en Altos Estudios Euro­

peos.

Son m u y aleccionadoras las reflexiones que nos hace eneste artículo el sociólogo econom ista señor Pernau sobre el valor y contribución que el cooperativism o podría ofrecer para el fu turo desarrollo económ ico de las regiones españolas que acusan un retraso, en particu lar Andalucía.

P ero m ás aleccionadora es todavía la visión que nos ofrecen los gráficos de la E spaña-cooperatista y los com entarios que les acom pañan y que nos revelan las tristes correlaciones entre las regiones subdesarrolladas cultural y económ icam ente y las regiones que no conocen apenas la práctica d e l cooperati­vism o.

España cuenta con Coopera- Prescindiendo de todas las organizaciones similares a las tivas desde 1M0, Cooperativas, como los gremios, comunidades de regantes,

comunidades de pescadores, etc., como dice el señor Re- ventós y Carner, podemos situar las primeras Cooperativas en España en la década de 1840-1860 (1). Es decir, que nuestro movimiento cooperativo puede conside­rarse como uno de los más antiguos del mundo. A pesar de ello, los ava tares polí­ticos por los que ha tenido que pasar nuestro país en los últimos cien años no han permitido que nuestro movimiento cooperativista llegara a la madurez que ha alcanzado en otros países.

En 1899 se celebraba ya el primer Congreso catalano-balear, al que concurrieron 51 entidades adheridas y 94 representadas, lo que ya nos da una idea de la amplitud que revestía nuestro movimiento cooperativista a finales de siglo. Las entidades en cuestión representaban casi 7.000 socios.

aunque el primer intenta de El primer intento para regular legislativamente las Coope- legislaeión corresponde a 1906. rativas tuvo lugar en 1906, al publicarse la Ley de Sin­

dicatos Agrícolas, ley por la que habían de regirse las Cooperativas hasta la promulgación de la Ley de Cooperativas de 1931.

(1) Juan Revenios Carner: «El movimiento Cooperativo Español». Ediciones Ariel, S. L. Barcelona, 1960, pág. 73, donde consta como primera fundada en España la «Asociación Mutua de Obreros de la Industria Algodonera», establecida en Barcelona en 1840.

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C U A D R O G E N E R A L

P R O V I N C I A P o b la c ió nCooperativas

en activo 31-XII-60

N ú m e ro de socios 31-XII-60

Porcentajepoblaciónprovincial

C a m p o C o n s u m o In d u s t r ia le s V i v ie n d a C r é d i t o M a r

N ú m .coop.

Socios N ú m .coop.

Socios N ú m .coop.

Socios N ú m .coop.

Socios N ú m .coop.

Socios N ú m .coop.

Socios

A la v a .................... 123.108 61 11.723 9,52 47 7.480 5 3.698 6 375 2 34 1 136 — —A lbacete ............ 419.862 103 1.7746 3,03 71 8.142 7 1.864 10 612 13 1.800 2 328 — —Alicante................ 660.312 231 64.094 9,70 156 54.894 14 4.640 32 885 10 575 4 398 15 2.702A lm ería ................ 355.201 67 3.896 1,09 45 2.430 6 872 12 530 4 64 — — — —A vila ...................... 267.624 146 22.108 8,26 128 15.022 3 250 3 150 1 32 11 6.654 — —Badajoz................ 892.032 84 34.814 3,90 62 30.818 10 2.900 7 646 2 58 3 392 — —Baleares................ 436.435 130 18.717 4,28 70 13.174 21 3.683 28 942 5 130 2 186 4 602Barcelona............ 2.560.464 411 96.804 3,78 36 9.222 152 60.000 169 21.624 43 1.102 3 442 8 4.414Burgos.................. 415.427 199 14.704 3,53 146 10.764 5 1.200 16 708 29 1.544 3 488 — —C ácere s................ 587.461 73 15.777 2,58 58 13.615 6 844 4 400 5 318 — — — —C á d iz .................... 810.724 80 11.660 1,43 41 7.216 11 2.362 10 588 12 380 — — 6 1.114Castellón.............. 337.548 175 52.837 15,65 142 48.208 10 3.179 10 541 7 181 5 180 i 108Ciudad R e a l........ 604.264 111 14.035 2,32 86 11.163 5 1.813 9 487 6 286 5 286 — —C ó rd o b a .............. 802.152 194 25.920 3,23 106 14.606 22 7.678 22 616 29 1.510 15 1.510 — —Coruña.................. 1.030.356 261 33.638 3,26 206 23.230 5 1.420 9 528 5 985 1 95 35 7.380Cuenca ................ 337.999 188 18.386 5,43 161 16.235 6 788 7 395 9 282 5 686 — —G e ro n a ................ 332.105 119 30.225 9,10 61 12.782 38 12.013 4 254 7 1.247 1 19 8 3.910G ra n a d a .............. 828.525 108 15.464 1,86 82 10.574 12 4221 9 486 4 88 1 95 — —Guadalajara . . . . 200.982 33 4.335 2,15 28 4.194 i 192 2 30 — — — — — —G u ipú zco a.......... 419.194 147 30.843 7,35 62 6.828 37 16.894 24 2.906 17 753 3 228 4 3.234H uelva.................. 369.438 90 15.608 4,22 54 8.030 18 5.913 10 460 3 70 1 195 4 940Huesca.................. 240.673 82 119.614 20.12 73 117247 7 2 315 2 52 __ __ _ _ __ __ ___

índice

Leó n ......................¥

598.700 368 27.795 4,64Lérida.................... 351.556 227 40.204 11,43Logroño................ 238.303 167 34.354 14,41Lugo .................. • • 505.314 112 22.555 4,46M adrid................ .. 2.325.659 300 48.438 2,08M á la g a ................ 826.327 123 15.214 1,84M urcia.................. 793.625 123 18.672 2,35N avarra............ . 396.023 445 57.854 14,60O rense.................. 473.290 95 27.931 5,90Oviedo ................ 940.015 206 62.361 6,63Palencia................ 249.767 83 18.430 7,37Palmas (Las)........ 435.818 65 8.265 1,89Pontevedra ........ 701.247 87 44.836 6,39Sa lam an ca.......... 433.476 465 30.237 6,97Santa C.Tenerife. 482.251 86 8.299 1,72Santander............ 415.867 153 26.170 6,29Sego via ................ 213.793 267 24.364 11,39Sevilla .................. 1.246.724 120 16.095 1,29Soria ...................... 162.476 33 6.502 4,00Tarragona............ 374.286 263 59.555 15,91Teruel.................... 239.806 144 19.709 8,21Toledo .................. 576.905 88 18.320 3,17Valencia .............. 1.440.761 534 185.089 11,28Valladolid ............ 362.894 152 56.314 15,51V iz c a y a ................ 630.434 219 40.986 6,50Z am o ra ................ 333.100 92 9.154 2,74Zaragoza ............ 648.211 176 47.487 7,32

272 16.802 9 2.211 35190 34.615 20 4.836 11149 33.224 3 270 1399 21.911 — — 381 8.116 62 30.324 7882 12.928 18 1.032 1665 14.588 21 1.613 15

398 52.102 18 3.912 1290 27.804 1 32 3

126 46.485 16 5.408 2171 16.711 2 85 539 6.822 3 350 1564 42.618 4 903 7

433 26.418 8 2.404 1356 6.312 4 650 16

115 23.807 12 1.402 5227 21.915 8 1.015 10

50 10.323 22 3.100 2624 5.411 4 971 3

195 51.928 24 5.600 32131 18.693 7 562 562 15.954 8 405 13

285 149601 53 12.226 97113 53.808 6 412 178 8.912 61 26.511 2985 8.865 4 188 —

133 34.617 21 11.346 14

49 6.742 3 414 — —

5 119 1 19 — —2 32 — — — —4 116 1 115 5 250

71 6.350 6 924 2 1162 80 1 40 4 120

16 715 6 1.016 — —

16 898 1 120 — —1 15 — — — —

12 462 11 6.322 20 2.0604 151 1 1.214 — —5 414 — — 3 651 20 1 99 10 852

11 690 — — — —10 357 — — — —11 252 1 215 9 967 263 15 687 — —

19 547 2 135 1 301 20 1 65 — —6 157 2 40 4 124

— — 1 110 — —

1 51 4 1.104 — —

78 4.493 11 1.357 10 1.380

3 140 29 1.882 — —

48 2.247 2 480 1 50

3 101 — — — —

3 51 5 800 — —

1.626615828163

2.6081.014

740822

801.624

269614350725980398484

1.96235

1.706344806

16.03272

2.786

673

En este período destacó el u n hecho que tenemos que hacer resaltar en este periodocooperativismo católico, histórico es la importancia que llegó a tener el coopera­

tismo católico durante los primeros treinta y seis años de este siglo. Iniciado este movimiento a finales del siglo pasado, empieza a tener un verdadero desarrollo a partir de 1904, especialmente gracias a la labor del jesuíta Antonio Vicent. Este Cooperativismo Católico, si bien conocido en muchas regiones españolas, tuvo especial florecimiento en Navarra. Mención especial merece en esta región la Caja de Olite fundada por el párroco de Santa María, don Vic­toriano Flamarique. Esta Caja sirvió de ejemplo y modelo para la creación demuchas otras, no solamente en Navarra, sino también en otras regiones.

En 1908 el número de Sindicatos católicos de Navarra se elevaba a 57 y su esfera de acción abarcaba 300 pueblos y 122 Cajas Rurales.

En Cataluña y Baleares el Cooperativismo Católico tuvo menos importancia.

que en 1919 reunía medio La Confederación Nacional Católica Agraria reunía en millón de socios. 1919 a 5.000 Cooperativas, a las que pertenecían cerca

de 500.000 socios (2).En 1913 tuvo lugar en Barcelona el primer Congreso Nacional de Cooperativas,

al que concurrieron 123 delegados representando 255 Cooperativas y Sindicatos Agrícolas, con un total de 51.462 socios.

La primera Ley de Coopera- En 1931 se promulgaba la primera ley propiamente dichativas fue la de 193L de Cooperativas en España, que dio nuevos impulsos al

cooperativismo y que originó un auge inmediato del nú­mero de entidades cooperativas, que no dejó de crecer hasta 1936.

En 1942 se dictó la nuevta ley, La guerra civil representó un rudo golpe para el Coope- actualmente en vigor. rativismo Español y pocas fueron las Cooperativas que

sobrevivieron a la catástrofe. En 1942 se promulgaba una Ley de Cooperativas basada en principios completamente distintos de los que ani­maba la Ley de 1931. Como dice el preámbulo de la Ley de 1942: «Regidas las sociedades cooperativas por una legislación cuyo carácter social-demócrata era bien marcado y posteriormente, por una ley transitoria, es urgente, por lo tanto, dictar una reglamentación de derecho suficiente que organice y discipline en sentido jerár­quico y unitario la acción cooperativista.» Dicho preámbulo no deja lugar a dudas sobre el espíritu que debía regir el cooperativismo español en la postguerra.

No obstante el desarrollo cooperativista, ha sido considerable en los últimos años, especialmente en aquellas regiones en que ya había adquirido carta de naturaleza en épocas anteriores.

(2) Revenios Carner, Ob. cit. pág. 143.

72

índice

Existen en España 8.513, con Según los datos facilitados por la Sección de Estadística 1.668.820 afiliados, de ja o b ra sindical de Cooperación (3), el 31 de diciem­

bre de 1960 existían en España 8.513 Cooperativas de todas clases, con 1.668.820 afiliados a las mismas. La distribución de estas Coope­rativas en las diferentes ramas y el número absoluto y relativo de socios, así como ios porcentajes de afiliados en relación a la población total provincial, podemos verlo en el cuadro general adjunto.

El promedio de socios por Cooperativa en España es de 196, es decir, que se trata de entidades relativamente pequeñas, si bien este porcentaje varía enormemente

* de provincia a provincia, ya que mientras las Cooperativas de la provincia de Leónnos dan un promedio de 75 afiliados por Cooperativa, las de Huesca nos lo dan de 1.459. El hecho de que las Cooperativas tengan un número tan pequeño de inscritos,

es un fenómeno normal, y demuestra solamente que nuestro cooperativismo se encuentra en los principios de su evolución. Al principio del movimiento se forman pequeñas Cooperativas y más tarde se reduce el número de ellas, aumentando el número de socios. Ejemplos de ello podrían encontrarse en todos los países donde se ha dado un desarrollo continuado del movimiento cooperativista. (Véase el caso de Inglaterra en el apéndice IV.)

Por lo dicho anteriormente creemos que lo más significativo para damos cuenta del grado de desarrollo de nuestro cooperativismo en las diferentes regiones del país, no es el conocer el número absoluto de Cooperativas, ni tan sólo el número de

(3) Para la elaboración de los cuadros y datos que presentamos nos hemos valido, en cuanto a Cooperativas existentes y número de socios, exclusivamente de los datos facilitados por la Sección de Estadística de la Obra Sindical de Cooperación. En cuanto a los datos de población provincial hemos utilizado el Anuario de Estadística (datos estimados para 1960). En cuanto a los datos sobre la renta y porcentajes de población activa provincial, nos hemos servido del Estudio del Banco de Bilbao «Renta Nacional de España y su distribución pro­vincial» (1959).

73

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afiliados, sino el porcentaje de los socios con relación a la población provincial o a la población activa.

Así, por ejemplo, en el gráfico 1, trazado de acuerdo con las estadísticas ante­riormente citadas, la provincia de Huesca, que ocupa el lugar 43 en la escala basada en el número de Cooperativas, pasa a ocupar el segundo lugar en el gráfico 2, ordenado por el número de inscritos, y ocupa el primer lugar en el gráfico 3, orde­nado de acuerdo con los porcentajes de inscritos a las Cooperativas en relación a la población provincial total.

G r á f ic o núm . 2

distribuidas irregularmente, Del gráfico de porcentajes de inscritos a las Cooperativas(número 3) y del mapa núm. 4 reflejando plásticamente

el fenómeno de distribución sobre el territorio nacional, según la intensidad del movimiento cooperativo en cada una de las provincias, podemos deducir las conse­cuencias siguientes:

G r á f ic o núm . 3

é

74

índice

1) Todas las provincias con un porcentaje de inscritos en Cooperativas superior al 6 por 100 de la población provincial están al norte de la línea marcada en trazo grueso.

2) Los dos grandes núcleos urbanos de Madrid y Barcelona tienen un débil porcentaje de población inscrito en las Cooperativas.

3) Las provincias andaluzas ocupan los lugares más bajos en la escala.

Gráfico núm . 4

4) Existe una gran relación entre el desarrollo económico y social y el desarrollo cooperativista. En efecto, el mapa trazado por el Banco de Bilbao sobre la renta «per capita» provincial, coincide mucho con el que presentamos nosotros. Las 22 provincias que según el informe del Banco de Bilbao tienen una renta «per capita» inferior a 9.000 pesetas, tienen, a excepción de Pontevedra, Salamanca, Teruel y Avila, un porcentaje de inscritos a las Cooperativas inferiores al 6 por 100.

5) Todas las provincias situadas al norte de la línea trazada en grueso en el mapa presentan un índice de analfabetismo inferior al 15 por 100, mientras que las

♦que están al sur de la misma, a excepción de Cáceres, Madrid y Guadalajara, tienen porcentajes de analfabetismo superior al 20 por 100.

75

índice

No obstante, Burgos, Soria y León, con un nivel bajo de analfabetismo, tienen pequeños porcentajes de inscritos en las Cooperativas.

pero con preponderancia en En consecuencia, llegamos a las conclusiones siguientes: las regiones Norte y Levante. En el norte de España, donde el espíritu comuni­

tario es mucho más acentuado que en las regiones del sur de la Península, el cooperativismo tiene mayor arraigo.

2) Los grandes núcleos urbanos de Madrid y Barcelona deben el porcentaje de inscritos en Cooperativas a dos razones principales: disminución del espíritu comu­nitario en las grandes urbes y pequeña proporción de población activa en la agri­cultura, al ser las Cooperativas Agrícolas las que más influyen en esta repartición, ya que son las que han tenido más difusión en España.

3) Existe una relación estrecha entre cooperativismo y desarrollo económico, como veremos al estudiar las Cooperativas del Campo y las de Consumo.

4) Se da una relación estrecha entre cooperativismo y nivel cultural. Al coope­rativismo le es muy difícil arraigar en zonas incultas, ya que exige un nivel cultural determinado para poder desenvolverse, sin que se prejuzgue con ello que por ser el nivel cultural elevado, tenga que haber cooperativismo.

Distribución de las distintas clases de Cooperativas en el territorio nacional

En cuanto a tiiM>s de Coope- No solamente las Cooperativas en su conjunto se distri- rativas, buyen de forma distinta en el territorio nacional, sino que

hay formas de Cooperativas que parecen ser patrimonio exclusivo de ciertas regiones.

COOPERATIVAS DEL CAMPO

las aerícolas predominan en Según los datos facilitados por la Sección de Estadísticade la Obra Sindical de Cooperación, el 31 de diciembre de 1960 existían en España 5.814 Cooperativas del Campo, con 1.239.472 agricultores afiliados a las mismas, lo que

representa alrededor del 25 por 100 de la población activa en la agricultura. Este porcentaje puede considerarse como bastante elevado y muestra el arraigo que dichas Cooperativas han tenido en nuestro país.

Del mapa que presentamos referente a la distribución de Cooperativas del Campo (gráfico núm. 5), según el porcentaje de afiliados a las mismas, en relación a la población activa en la agricultura, podemos deducir consecuencias muy interesantes. En primer lugar, de las trece provincias que tienen un número de afiliados a las Cooperativas del Campo menor del 10 por 100 de la población activa provincial en la agricultura, diez tienen porcentajes mayores del 60 por 100 de población activa en el sector primario. %

En segundo lugar, de las 22 provincias españolas con un porcentaje de población

76

índice

Gráfico núm . 5

activa en la agricultura superior al 60 por 100 de la población activa provincial, solamente una ocupa un lugar inferior al 20 en la escala (ordenada ésta de mayor a menor, según el porcentaje de afiliados a las Cooperativas del Campo en relación a la población activa provincial en la agricultura).

De aquí podemos deducir la consecuencia paradójica de que en España el mayor florecimiento del cooperativismo agrario se da en las provincias que tienen menor proporción de población agrícola.

Sabido es que el grado de desarrollo de un país puede medirse por los porcen­tajes de población activa en los tres sectores propuestos por Colín Clark, conside­rándose subdesarrollados aquellos países que tienen un porcentaje de población activa en la agricultura superior al 50 por 100 de la población activa total.

Las provincias españolas más subdesarrolladas, con grandes porcentajes de pobla­ción activa en el sector primario, son precisamente aquellas donde el cooperativismo agrícola ha tenido menor arraigo.

Por otra parte, aquellas que tienen un desarrollo industrial considerable han sido aquellas que han visto florecer más el cooperativismo agrícola.

Este fenómeno podría explicarse por el hecho de que la industrialización infunde una mentalidad de progreso, de necesidad de aunar esfuerzos, que tiene sus reper-

77

índice

G ráfico núm . 6

cusiones en esferas más amplias que el simple círculo industrial. Los agricultores se sienten también envueltos en el torbellino de inquietudes que trae consigo el des­arrollo económico y social y tratan de acomodarse a nuevas formas más aptas para la competencia y el progreso económico y social. Debe tenerse en cuenta que el movi­miento cooperativista nació como un movimiento obrero, como reacción a unas injusticias sociales. Nació en un contexto industrial y solamente más tarde pasó al campo.

Cooperativas de Consumo

las de consumo, en Catalu- LaS Cooperativas de consumo se han desarrollado mucho ra^ P ais Vasco, Zaragoza y menos que las del campo en España y mucho menos que

* en otros países.El 31 de diciembre de 1960 existían en España 834

Cooperativas de esta clase con solamente 258.575 afiliados, es decir, que el pro­medio de afiliados era de 258 por Cooperativa. Esta proporción puede considerarse como baja en sí y en comparación con las Cooperativas de esta clase existentes en los países más desarrollados.

7$

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El porcentaje de inscritos en las Cooperativas de Consumo en España no pasa del 0,87 por 100 de la población total, mientras que alcanza el 75 por 100 en Fin­landia, el 70 por 100 en Islandia, el 50 por 100 en Suecia, el 45 por 100 en Suiza, etcétera (4).

En cuanto a la distribución geográfica de estas Cooperativas en España, el grá­fico núm. 6 nos da una visión muy expresiva por sí sola.

Como en el caso de las Cooperativas del Campo, vemos que son las provincias más industrializadas las que tienen los porcentajes más elevados, si bien este carác­ter es mucho más acentuado en las Cooperativas de Consumo que en las del Campo. Así vemos que las que tienen mayores porcentajes de afiliados son las cuatro pro­vincias catalanas, las tres vascas, Zaragoza, Castellón, Madrid y Huelva, de tal forma que, en términos generales, podemos afirmar que se trata de las provincias de mayor industrialización y desarrollo económico, mayor renta «per capita», menos analfabetismo y menor proporción de población activa en el sector primario.

También parece que esta clase de Cooperativas tengan especial arraigo en las grandes urbes.

En números absolutos destaca Barcelona, con 60.000 afiliados, seguida de Madrid, con 30.324; Vizcaya, 26.511, y Guipúzcoa, con 16.894. Es decir, que cuatro pro­vincias reúnen más del 50 por 100 de los afiliados a esta clase de Cooperativas en España.

En cuanto a los porcentajes más altos, tenemos la escala siguiente:

G uipúzcoa.............................. ............................... 4,30 %Vizcaya .................................. ............................... 4,20 %G erona.................................... ............................... 3,61 %A la v a ....................................... ............................... 3,00 %Barcelona............................... ............................... 2,33 °foZ aragoza................................ ............................... 1,61 %H u elv a ..................................... ............................... 1,60 °7oTarragona ............................... ............................... 1,49 %L érid a ..................................... ............................... 1,37 %■M adrid .................................... ............................... 1,30 %C astellón ............................. . ............................... 1,10 %

Las demás provincias tienen porcentajes inferiores al 1 por 100.

Cooperativas Industriales

las industriales» en Barcelo- Esta clase de Cooperativas ha tenido en España mucha^ V a le n c ia , País Vasco y menor importancia que las otras dos clases estudiadas.

* El 31 de diciembre de 1960 existían en el país 917Cooperativas de esta clase, con un total de afiliados de

73.502, es decir, 80 afiliados por Cooperativa por término medio.La escala siguiente de las provincias que tienen mayor número de afiliados nos

da ya una idea de su distribución sobre el territorio nacional:

(4) Véase Elsa Hoerler de Carbonell «Las Cooperativas de Consumo». Intituto Cató­lico de Estudios Sociales. Barcelona, 1956.

índice

1) Barcelona......................... ................. 21.624 afiliados

2) V alencia ........................ ................. 16.032 »

3) Guipúzcoa ................... ................. 2.906 »

4) Vizcaya ......................... ................. 2.786 »

5) Madrid ........... ........... ................. 2.608 »

Las demás provincias no llegan a los dos mil afiliados. Es decir, que Barcelona y Valencia, por sí solas, representan más del 50 por 100 de los afiliados a esta clase de Cooperativas.

Cooperativas de V ivienda

las de vivienda, en León, Ma- A pesar de las grandes necesidades de viviendas por lasdrid, Valencia y País Vasco; que atraviesa nuestro país, tampoco han tenido esta clase

de Cooperativas el arraigo que era de esperar.Existen en funcionamiento solamente 618 Cooperativas de esta clase con 37.622

afiliados, lo que representa una media por Cooperativa de 60 socios, número dema­siado pequeño en la mayoría de los casos para el buen funcionamiento de estas Cooperativas.

Las provincias que tienen más de 2.000 afiliados son las siguientes:

1) L e ó n ........................................................................ 6.7422) M a d rid ................................................................... 6.3503) V alencia................................................................. 4.4394) V izcaya ...................... 2.247

Estas cuatro provincias reúnen a más del 50 por 100 de los afiliados a las Coope­rativas de Viviendas.

C ooperativas de C rédito

Jas de crédito, en Avila y Las Cooperativas de Crédito, tan necesarias para el des- Oviedo; arrollo de las demás, apenas si han empezado a florecer

en España. Existen diez provincias que carecen en absoluto de esta clase de Cooperativas y son precisamente las provincias que más necesidad tendrían del florecimiento de las mismas, para iniciar un movimiento cooperativista que pudiera transformar la fisonomía provincial: Almería, Cádiz, Guadalajara, Orense, Las Palmas y Tenerife, se encuentran entre ellas. Existen en España 176 Cooperativas de esta clase, con un total de 30.102 afiliados a las mismas.

Solamente dos provincias (Avila y Oviedo) tienen más de 6.000 afiliados, seguidos por otras seis provincias con un número de socios comprendido entre los 1,000 y 2.000. De hecho puede decirse que solamente en Avila y Oviedo han conocido estas Coopera­tivas un cierto florecimiento, y no suficiente para que sus efectos puedan notarse en las demás Cooperativas.

80

C o o p e r a t iv a s d e l M a r

las del m ar, en Coruña. De las 2 1 provincias donde existen estas Cooperativas,solamente ocho pasan de los 1 .0 0 0 afiliados. La Coruña,

con ser una provincia de tanta raigambre pesquera, solamente posee 7 .3 8 0 afiliados a estas Cooperativas, a pesar de ser la que va en cabeza en España.

C O N C L U S I O N

En resumen, las más exten- Vemos cómo el cooperativismo español se manifiesta en larnntfiT^n laS asrícolas y de actualidad solamente en cuanto a las Cooperativas del

Campo, y en escala menos reducida en cuanto a las Coope­rativas de Consumo.

Para que el cooperativismo arraigue en un país o en una cierta región son necesarios ciertos presupuestos sociales, que si no se dan hacen que esta forma de asociación tenga una vida lánguida o termine por desaparecer a pesar de los esfuerzos que puedan hacerse para fomentarlo o conservarlo.

Myrdal, al describir su teoría de los círculos acumulativos interdependientes, cita un ejemplo clásico: la falta de alimentación adecuada hace a la población más propicia a la enfermedad; si la gente enferma, tiene menos posibilidades de ganarse la vida; si los salarios son más bajos, peor será la alimentación y más propicia la gente a la enfermedad, haciendo de nuevo bajar los salarios, etc. Y en sentido contrario: cuanto más ganan, mejor alimentados, menos enfermedad, más productividad, salarios más altos, etc.

Lo mismo podríamos aplicar al desarrollo de las Cooperativas y a los factores socia­les que les sirven de base para su expansión. El cooperativismo fomenta la educación, la integración dentro de la comunidad, el sentido de responsabilidad, el afán de pro­greso, la solidaridad, etc. Pero de no existir estos elementos en un grado mínimo, no puede arraigar el cooperativismo.

y actualmente se acusa una Si bien España puede preciarse de ser uno de los paísestendencia creciente. ¿[e m s iarga tracjjcj¿n cooperativista, como hemos visto,

la guerra civil representó un duro golpe para el coopera­tivismo español. En los últimos años se ha notado un renacimiento notable, si bien las Cooperativas existentes, con notables excepciones, muestran las características de un movimiento incipiente y como si no hubiera existido la tradición de que hablábamos. No obstante, creemos que el movimiento ha tomado el camino conveniente y que dentro de pocos años el cooperativismo español dará los frutos que todos esperamos de él.

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A P E N D I C E S

Las experiencias que se exponen a continuación son alta­mente significativas y demuestran las posibilidades que existen en nuestro pueblo, tachado de individualista, cuando se dan las premisas indispensables que hacen viable una sana reali­zación de sentido cooperativista.

Podríamos haber aducido otras muchas experiencias espa­ñolas, pero nos hemos limitado a unas cuantas que considera­mos «piloto», cada una dentro de las de su género.

El lector podrá juzgar y aprender en ellas muchas lecciones prácticas.

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APEN D ICE

IU N E N S A Y O E N M O N D R A G O N :

R E F L E X I O N E S Q U E S E I M P O N E NPor el Rvdo. D. JOSE M.° AfiIZMENDIARRIETA

1. BALUARTE DE JUSTICIA

Vamos a comenzar esta reseña invirtiendo el orden de desarrollo esbozado en el encabeza­miento. Nos vamos a detener en unas reflexio­nes antes de llegar a la presentación de las rea­lizaciones. Estas observaciones preliminares nos pondrán en condiciones de percibir el espíritu que anima este ensayo cooperativista.

El movimiento cooperativo debe tener una sustantividad propia y debe inspirarse en autén­ticas aspiraciones de superación social: debe ser expresión de una vitalidad social. Esta vitalidad requiere, más que una aparatosa proclamación de principios y postulados sociales, una proyec­ción práctica de los mismos con participación activa de los miembros de la comunidad.

Deben nacer respondiendo a imperativos de intereses nobles y su desarrollo requiere un clima de afirmación sincera de valores sociales. Debe ser una avanzada de exigencias de justicia social y no un refugio de patemalismos trasnochados y menos de posturas pusilánimes o interesadas de un conservadurismo egoísta.

No se puede llegar al cooperativismo por el camino de la improvisación y precipitación. Donde se echen en olvido los valores indispen­sables de un buen orden social o se silencien los postulados de la justicia social, carecemos de condiciones y presupuestos previos para el mo­vimiento cooperativo. Podemos profanar el nom­bre y falsear los conceptos fundamentales en los que se basa este movimiento social.

A los que se dispongan a pensar en solucio­nes cooperativistas tenemos que exigirles, antes que nada, una aceptación sincera del mensaje social cristiano con todas sus consecuencias.

2. LA SOLIDARIDAD QUE SE NECESITA

Seguimos dejando de lado las realizaciones: éstas han de depender forzosamente de una se­rie de circunstancias, que lo mismo pueden con­tribuir por sí mismas a un rápido desarrollo

de las obras que constituirse en freno para las mismas, sin que el incremento, como el retraso, puedan achacarse a nuestra voluntad y espíritu.

Lo que más difícilmente puede disculpárse­nos es la ausencia de un espíritu de superación. La proyección práctica de nuestro sentimiento de justicia o de solidaridad conducen al coope­rativismo con muy poco que se cultive. Todos los tiempos son apropiados para este cultivo. No olvidemos que, como se ha dicho acertada­mente, el cooperativismo es un sistema y una obra de educación: es una filosofía de la vida, cuyo eje es la solidaridad hum ana .

El sentimiento de solidaridad, tal vez a im­pulsos de una necesidad, prende fácilmente en los sectores más modestos y débiles de la so­ciedad. Esta misma solidaridad implica, en pri­mera instancia, más limitaciones que posibili­dades para la minoría social mejor dotada. Se comprende que para un movimiento que entraña una solidaridad real cuesta reclutar personal entre los mejor dotados. Por otra parte, dada la complejidad de la vida moderna en cualquiera de los órdenes, se precisa la colaboración de los elementos mejor preparados. En climas de men­talidad capitalista o simplemente individualista, el mayor obstáculo para impulsar o simplemente crear un movimiento cooperativo constituye la falta de vigor del sentimiento de solidaridad de los sectores mejor dotados de nuestra sociedad.

Para promover un movimiento cooperativo, que sea fórmula aplicable en los diversos cam­pos de actividad humana, hay que poder dis­poner de hombres con capacidad y preparación que, a su vez, sirvan sin aires de superioridad para que otros puedan compartir la responsa­bilidad y tareas sin complejo de inferioridad.

Hoy los hombres con sensibilidad social y aspiraciones de emancipación económico-social pueden y deben sentirse identificados en la afir­mación de los valores sociales e integrados en la aplicación de los mismos en estructuras, como la cooperativa, que entrañan unas posibilidades indudables.

El paternalismo, cualquiera que sea su pro­cedencia, es un estado social menos propicio para el cooperativismo. La conciencia de responsabi­

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lidad personal, de dignidad y de libertad, cons­tituyen la fuente de las energías cooperativistas, junto con el sentimiento de solidaridad.

3. UN PUEBLO EMPRENDEDOR

El marco del ensayo cooperativista, al que nos referimos, es la villa industrial de Mondra- gón, emplazada en el vértice de las tres provin­cias de Alava, Vizcaya y Guipúzcoa, pertene­ciente a esta última. Actualmente tiene una po­blación de 14.000 habitantes, con un censo la­boral de 4.500 operarios, distribuidos en una veintena de empresas, destacando entre las mis­mas las cerrajerías, fundiciones, metalurgia en polvo y transformaciones metálicas, con fabri­caciones de muebles metálicos, aparatos domés­ticos, etc....

Es un pueblo con una solera industrial que data de muy antiguo. Ha sido proverbial la fama de sus aceros, hasta el punto de que du­rante varios siglos disfrutaron de renombre europeo y dio lugar a la aceptación de una le­yenda sobre la existencia de minas de acero natural en sus dominios.

En cuanto al aspecto social, ha habido de todo en su historia: se han registrado situacio­nes de lucha y violencia de clases, al igual que algunas realizaciones de asistencia social modelo, sin que hubieran faltado algunas iniciativas de tipo cooperativista en el sector de consumo. Es indudable el espíritu emprendedor de los mon- dragoneses, por lo que diversos núcleos urba­nos próximos disfrutan de actividades debidas a su iniciativa, como ocurre en Elorrio, Vitoria, Vergara, etc.

Creemos que hoy mismo los ensayos de nue­vas estructuras que se llevan a cabo en Mon- dragón han de ejercer notable influencia en toda la región.

4. LA INFLUENCIA DE UN CENTRO

Naturalmente, de acuerdo con las previsiones que se deducen de las precedentes indicacio­nes, este ensayo cooperativista se ha fraguado previamente mediante una acción de divulgación y difusión de la doctrina social bajo diversas formas de apostolado y acción pastoral.

En esta preparación ha representado un papel preponderante un centro de formación profe­sional y técnica, establecido el año 1943, por iniciativa que fue impulsada por los padres de familia y mereció la colaboración de diversas entidades, públicas y privadas, como la Di­rección General de Enseñanza Laboral y las empresas industriales, que para proveerse de mano de obra especializada, contribuyeron a su desarrollo. Después de un periodo, en que dicho

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centro se desenvolvió bajo la tutela jurídica de una Asociación, que con la participación de todas las fuerzas vivas se constituyera, se procedió últimamente a la modificación de su régimen, instituyéndose como Cooperativa.

Se ha llegado a esta solución una vez que dicho centro ha llegado a constituir una plan­tilla de profesores, con titulaciones académicas universitarias y de estudios superiores, con de­dicación exclusiva a la enseñanza en dicho cen­tro y en número suficiente para proceder a la constitución cooperativa: es una Cooperativa cu­yos socios individuales son los profesores y los socios colectivos las diversas entidades que con­tribuyen con sus aportaciones económicas, total­mente desinteresadas, como son las asociaciones de padres de familia, de ex alumnos, de empre­sas, etc.

El centro a que aludimos y que depende de la expresada Cooperativa de Enseñanza, es el denominado ESCUELA PROFESIONAL DE MONDRAGON de M aestría Industria l, con las ramas de meted, electricidad, quím ica y deli­ncación, de ámbito comarcal; en este centro se han dado y se siguen dando las enseñanzas regladas correspondientes a la M aestría In d u s­trial con validez oficial de estudios propia y las enseñanzas de peritaje industrial como libres, cuyos alumnos posteriormente han seguido en más de una ocasión su especialización de grado más avanzado y elevado.

Este centro ha tenido sus puertas abiertas para todos los jóvenes ansiosos de superación y ha concedido siempre una importancia adecuada a la formación social. De esta forma, sin pre­tender propiamente crear o hacer cooperativis­tas, ha contribuido eficazmente al desarrollo de este movimiento mediante la promoción de jó­venes técnica y socialmente capacitados.

La plantilla de profesores competentes e in­quietos y el medio m illar de alumnos y alum- nas, que reciben una formación integral en este centro, constituyen un motivo de fundada es­peranza para la renovación social que se anhela y para el futuro del movimiento cooperativo que se extiende. Se vislumbran grandes posibi­lidades y los espíritus generosos y desinteresa­dos de los jóvenes no pueden ser indiferentes ante estas perspectivas.

5. LAS COOPERATIVAS DE CONSUMO Y DE LABRADORES

La organización de la cooperación de consumo es de mínima complejidad; al propio tiempo es la modalidad que puede servir para llegar a un sector bastante amplio de la población. Por estas razones las Cooperativas de Consumo pue­den servir para que, junto con la solución de

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1 algunos problemas económicos, pueda promo­verse un entrenamiento y una educación coope­rativa en sectores amplios.

En Mondragón, lo mismo que los pueblos de su comarca, hubo precedentes de Cooperativas de Consumo inspirados en diversos idearios so­ciales, que no pudieron sobrevivir a la guerra.

El año 1956 se acometió la constitución de la actual Cooperativa de Consumo, que tiene un almacén central y tres despachos: uno de auto-servicio. Tiene alrededor de 600 socios y sus ventas se aproximan al millón de pesetas

^ mensual, estando en proceso de expansión tanto en cuanto a socios como a las ventas.

El sector que últimamente ha sentido la in­quietud cooperativa es el campesino. La agricul­tura de esta comarca tiene dos posibilidades de desarrollo, aparte de las explotaciones forestales, que ya están llegando casi al límite: son los productos hortícolas y la ganadería. Para am­bas producciones existe un mercado de demanda creciente en nuestros propios núcleos urbanos.

Se ha constituido una Cooperativa de ámbito comarcal para la comercialización e industriali­zación de los productos, principalmente gana­deros, de los campesinos de esta comarca. Bajo la alta dirección de esta entidad están en estudio algunas reformas, como establos cooperativos, y, desde luego, la primera tarea impuesta por la expresada Cooperativa ha sido la de preparación y asesoramiento técnico de los labradores. Esta Cooperativa está emplazada en Mondragón. Ac­túa en colaboración con las otras Cooperativas.

Prescindamos de datos más concretos de esta Cooperativa, cuyo programa de acción es amplio y cuyos socios, en número muy limitado hasta el presente, están constituidos por aquellos cam­pesinos que han asimilado fácilmente el interés de una empresa de esta naturaleza y han prefe­rido que su Cooperativa cobrara un ritmo de acti­vidad y decisión, a tono con las circunstancias, antes de engrosar sus filas con elementos que pueden frenar su vigoroso impulso por no tener una mentalidad ágil.

Consideramos que ciertas realidades serán el más eficaz revulsivo de hombres con demasiado lastre de conservadurismo e individualismo, co­mo son hoy los campesinos.

* 6. LAS COOPERATIVASDE PRODUCCION

La creación de las Cooperativas de Producción ha sido un paso que se ha dado tras el maduro examen de los problemas que implican una em­presa moderna. En el caso de Mondragón ha constituido una dificultad la primera decisión de los presuntos cooperativistas de proceder a ia producción de artículos distintos de los que

producían las empresas emplazadas en la co­marca para no plantearles desde el momento de arranque una competencia empresarial.

Después de los pertinentes estudios de mer­cado, de financiación, etc., se inició el estudio de los estatutos sociales y reglamentos de régi­men interior; fue el año 1956 cuando se em­prendieron las actividades industriales por un grupo reducido, con la dirección de cinco téc­nicos competentes, de forma que desde dichas fechas hasta el presente ha progresado su cre­cimiento, pasando de diez a trescientos veinte socios que hoy constituyen su plantilla de per­sonal.

Con estructura análoga y programa distinto, aunque complementario de la primera Coope­rativa de producción, se ha constituido otra con posterioridad, teniendo en este momento cua­renta y siete socios en plantilla.

Algunas más han nacido en esta comarca du­rante este mismo periodo, habiendo llegado a distinto grado de desarrollo y teniendo sus peculiaridades en cuanto a su estructura y or­ganización. Existen también otros grupos que tienen sus planes en estudio o que incluso han iniciado su gestación.

Nosotros, en la presente reseña, nos referimos más directamente a las de Mondragón, que pa­recen estar llamadas a ejercer una influencia considerable en las líneas de organización de las demás, con las que mantienen relaciones regu­lares y a cuyo servicio ponen su propia expe­riencia. De hecho, algunas de éstas se han asociado a otras a través de la Cooperativa de Crédito constituida por el primer grupo. En conjunto, son doce las entidades legalmente cons­tituidas, con intercambio de experiencias, cuan­do no de servicios formalmente mancomunados, que funcionan en esta comarca.

7. LA ESTRUCTURA SOCIAL

Resumiremos las características más importan­tes de las Cooperativas de Producción de Mon­dragón mediante una somera consideración de sua), estructura social; b), estructura asistencial; c), estructura empresarial, y d), estructura de producción.

a) Estructura social.—El número de socios es ilimitado, siendo condiciones necesarias el tener dieciocho años cumplidos y efectuar la aportación individual obligatoria o tener opción a participación de socio cesante.

La cualidad de socio no es transferible. No obstante, los familiares o herederos de los so­cios hasta segundo grado podrán ser acreedo­res a los derechos inherentes a sus títulos si son admitidos como socios por la Junta Rectora.

Las participaciones de los socios que se dan baja por fallecimiento, serán liquidadas según el

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valor resultante al final del ejercicio anterior. Las de los que cesan por otro motivo podrán sufrir, a discreción de la Junta Rectora, una deducción del cero al treinta por ciento de su valor real, que pasará a engrosar el fondo de reserva.

Los socios son clasificados profesionalmente con arreglo a sus aptitudes y a la efectiva cola­boración laboral en el seno de la entidad. Los coeficientes que se aplican en dicha clasifica­ción, a efectos de abono de los anticipos labo­rales, son del uno para el peón y tres para el personal de dirección, incluyendo las demás categorías dentro de dicha escala con coeficien­tes proporcionados a la responsabilidad, com­plejidad o técnica correspondiente a las valora­ciones de sus puestos.

Los socios de la Cooperativa deben realizar las máximas aportaciones económicas a su al­cance a la medida en que necesita dicha cola­boración económica, y a las aportaciones se corresponde con el 4,5 por 100 de interés anual, que puede ser bonificado a tenor de las cir­cunstancias por acuerdo de la Junta General.

En lo que respecta a los anticipos laborales, una vez fijados los que debe abonarse al peón, a tenor de sus necesidades y del jornal medio de la localidad, se establecen los anticipos la­borales de todo el personal dentro de la ex­presada escala, con los coeficientes estipulados para cada actividad profesional.

Los socios de la Cooperativa participan de su régimen social con arreglo a su clasificación pro­fesional dentro de la misma. Para votar se pro­veen de igual número de papeletas al de frac­ciones utilizadas en la fijación de los coefi­cientes de la clasificación profesional y las vo­taciones son secretas.

Los socios participan en los resultados de la Cooperativa en proporción a su colaboración efectiva a los fines de la misma, equiparando a este objeto las rentas del trabajo y las del capi­tal. El Consejo Social ostenta la representa­ción de los socios cooperadores como trabaja­dores y tiene carácter de órgano asesor de la Junta Rectora y de la Gerencia, siendo precep­tivo su uniforme en todo lo relativo a preven­ción de accidentes, seguridad e higiene en el trabajo, previsión social, sistemas de remune­ración, trabajo con incentivo, distribución de asignaciones familiares y administración del Fondo de Obras Sociales,

8. LA ESTRUCTURA ASISTENCIAL

Estructura asistenciál.—^Lz cobertura de los servicios de asistencia para los casos de en­fermedad, nupcialidad, natalidad, defunción, auxilio familiar, etc., se halla establecida a tra­vés del servicio de Previsión Social, como Sec-

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ción autónoma de la Cooperativa de Crédito CAJA LABORAL POPULAR, a la que nos referimos más tarde, y la estructura de estos servicios se ha basado en la máxima respon- sabilización y autonomía personal, al respaldo de la solidaridad humana y cristiana de cada una de las comunidades de trabajo, desempeñando su cometido sin espíritu de lucro.

Cada entidad aporta para cada uno de sus asociados en activo una cuota proporcionada a los anticipos laborales, y dicha cuota queda consignada en la cartilla abierta a nombre de cada cooperador. Los servicios de que es objeto, , asistencia por auxilio familiar, enfermedad, etc., son deducidos por sus importes del saldo de cada cartilla. De esta suerte, cada cooperador se con­vierte en dueño y administrador de su propio fondo de previsión social.

Una parte de las aportaciones impuestas en las Cartillas serán detraídas de las mismas cada dos años, en concepto de capital cedido a un fondo común y empleada como cuota de soli­daridad. Será la que se destine a compensacio­nes bienales a favor de los socios que hayan sufrido gastos superiores al promedio y a las obras comunes de asistencia. Se aplicará auto­máticamente, en cada entidad, a los socios be­neficiarios de la misma.

La cuota de solidaridad importa, en principio, el treinta por ciento de las aportaciones perso­nales y se elevará automáticamente caso de ser insuficiente para las compensaciones, pudiendo también reducirse si lo justifican sus excedentes, una vez cubiertas las necesidades comunes.

Bienalmente se hará el balance y estado de cuentas del Servicio de Previsión Social y se hallará el gasto medio resultante, en cada enti­dad, por socio beneficiario. Los socios, cuyos gastos reales rebasen el gasto medio, serán acree­dores a una compensación del 85 por 100 de la diferencia existente entre ambos. Este por­centaje de compensación se reducirá hasta el 75 por 100 antes de proceder a una modifi­cación de la vigente cuota de solidaridad.

Las prestaciones establecidas son las siguien­tes:

a) Prestaciones compensables:

1. Auxilio de enfermedad.2. Auxilio de nupcialidad, natalidad y <

defunción.3. Auxilio familiar.

b) Prestaciones bonificables:

1. Auxilio de viudedad.2. Auxilio de orfandad.3. Auxilio escolar.4. Auxilio de larga enfermedad o in­

validez.

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5. Auxilio de accidentes.6. Auxilio de vejez.

c) Prestaciones discrecionales:

1. Subvenciones.2. Anticipo sin interés.3. Créditos sociales para la vivienda y

la promoción profesional.4. Pignoración, canje o permuta de tí­

tulos.5. Pensión complementaria de vejez.

Los socios disponen libremente de las presta­ciones, pudiendo la Dirección del Servicio po­ner un límite compensable, a efectos de com­pensación en determinados casos. Las prestacio­nes deben acreditarse de forma fehaciente para poder disponer del correspondiente reintegro.

La indemnización para los casos de enfer­medad es de 75 por 100 de los anticipos labo­rales después del segundo día de baja justifi­cada, que percibirá el socio en su respectiva Cooperativa, con cargo directo a la misma.

La indemnización de los gastos ocasionados por la asistencia sanitaria en sus diversas mo­dalidades durante la enfermedad, oscilará entre el 75 por 100 y el 95 por 100 de los gastos, según la naturaleza de los mismos, y previa su justificación, será efectuado el reintegro con car­go a la Cartilla personal.

Los auxilios de natalidad y nupcialidad con­sisten en el derecho a una ayuda equivalente a cinco y diez anticipos laborales, respectiva­mente, en los casos de natalidad y nupcialidad. En su caso, el de defunción equivale a cinco anticipos laboráles por el fallecimiento del con­sorte o descendiente directo del socio.

El auxilio familiar consiste en el derecho a una ayuda mensual equivalente al importe de los puntos que tuviere reconocidos el socio me­diante el correspondiente reintegro de la Car­tilla personal.

Para la financiación de las prestaciones boni­fic a re s se dispone de los fondos situados por cada entidad en su respectiva Cartilla colectiva abierta en el Servicio de Provisión Social y la aplicación se realiza mediante las correspon­dientes transferencias a la Cartilla personal.

Las prestaciones discrecionales se financian con cargo a los saldos favorables de las Car­tillas personales y colectivas y las rentabilida­des de las inversiones realizadas por el Servicio de Previsión Social.

9. LA ESTRUCTURA EMPRESARIAL

Estructura empresarial.— E l organigrama es el siguiente:

Junta General de Socios.

Junta Rectora con Consejo de Vigilancia.Gerencia.Consejo de Dirección, Consejo Técnico, Con­

sejo Comercial, Consejo Social.La Junta Rectora, el Consejo de Vigilancia y

la Gerencia tienen atribuciones y funciones nor­males en las Cooperativas, correspondiendo a la Gerencia las de carácter ejecutivo.

El Consejo de Dirección está constituido por la Gerencia, los Jefes de División y el Jefe Téc­nico, para estudiar periódicamente y de manera conjunta los problemas de la entidad. Este Consejo tiene un carácter puramente asesor, con­servando la Gerencia toda libertad de decisión desde el punto de vista ejecutivo.

El Consejo Técnico se halla establecido para tratar de los problemas de calidad y de produc­ción. Está constituido por la Gerencia, el Di­rector Técnico y otros cinco miembros.

El Consejo Comercial está creado para tra­tar de los diversos problemas de carácter co­mercial. Se halla constituido por la Gerencia y cuatro miembros de los departamentos comer­ciales.

Las reuniones de la Asamblea general de socios tienen lugar una vez al año con carácter ordinario, dentro del primer trimestre, y las extraordinarias se convocan por iniciativa de la Junta Rectora o a petición de un tercio de socios.

10. LA ESTRUCTURA DE PRODUCCION

Estructura de producción.—La primera Coo­perativa de Producción, Talleres Ulgor, está orientada prevalentemente a la producción de bienes de consumo duradero, y la segunda, Talleres Arrásate, a la de bienes de equipo o inversión.

Talleres Ulgor actualmente tiene el siguiente catálogo de producción:

a) Producción de placas rectificadoras de se­tenio y de columnas rectificadoras de alterna en corriente continua.

Diremos que es la primera empresa produc­tora de semiconductores en España. Es fácil que en la mente y proyección de los promoto­res y directores de Talleres Ulgor esté previsto el desdoblamiento de la entidad a medida que requiera su desarrollo y desenvolvimiento.

b) Producción de aparatos de uso doméstico, que comprende:

— Estufas de petróleo.— Estufas de gas.— Cocinas de gas.—-Calentadores de agua a base de gas.— Quemadores de gas y líquidos combusti­

bles para usos industriales y de grandes co­cinas a gas para hoteles, restaurantes, co­legios, cuarteles, etc.

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c) Fabricación de piezas de fundición gris para las necesidades interiores y pedidos exte­riores.

Talleres Arrásate se ha dedicado en su pri­mer periodo de funcionamiento a la fabricación de herramental, utillaje y máquinas especiales demandadas por otras Cooperativas de Produc­ción asociadas y a la preparación del programa de construcciones mecánicas con las que en breve espera presentarse al mercado.

11. EL DESARROLLO

Vamos a consignar algunos de los datos que pueden darnos una somera idea del desarrollo de estas Cooperativas de Producción de Mon- dragón en esta su primera etapa de desenvolvi­miento.

TALLERES ULGOR, cuya marca de mer­cado es FAGOR, iniciaron sus actividades el año 1956.

La evolución ha sido:

A ñoPersonal

activoSuperficieconstruida

CapitalinvertidoPesetas

1956 10 1.200 m2 750.0001957 32 1.200 m2 6.500.0001958 84 2.800 m2 13.000.0001959 153 5.200 m2 19.000.0001960 203 7.000 m2 30.000.0001961 320 10.600 m2 50.000.000

TALLERES ARRASATE, cuya marca del mercado es TACI, dieron comienzo a sus acti­vidades el año 1957.

Su evolución señala los siguientes datos:

A ñoPersonal

activoSuperficieconstruida

CapitalinvertidoPesetas

1957 1 320 m2 870.0001958 18 350 m2 1.270.0001959 32 500 m2 4.400.0001960 38 500 m2 5.500.0001961 47 1.300 m2 6.500.000

Las ventas han seguido en ambas entidades una línea ascendente paralela y en consonancia con el esfuerzo de inversión y de trabajo.

Durante todo este periodo los socios han puesto a prueba su gran espíritu de trabajo, arrojando un promedio diario de nueve y media a diez horas.

Ambas entidades, con la colaboración de la CAJA LABORAL POPULAR, han hecho pre­

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visiones para sus futuras expansiones, a cuyo objeto han procedido a la adquisición, planifi­cación y urbanización de un polígono indus­trial completo que comprende una superficie de 120.000 m2, muy bien situados.

El desarrollo de estas entidades ha coincidido con un período de estabilidad de otras empre­sas e incluso de reducción de plantilla de per­sonal de alguna otra importante, habiendo sido su presencia y actividad un factor de equilibrio muy provechoso a esta comarca y a su mano de obra.

El criterio que ha inspirado algunos de los proyectos expresados ha sido de importar téc­nica, tanto para evitar la exportación de nues­tra mano de obra como para satisfacer algunas exigencias de nuestra expansión y desarrollo eco­nómico. Creemos que se ha logrado a la me­dida de los deseos. La relación constante que estas entidades mantienen con otras entidades centros de Italia, Alemania, Francia y Bélgica contribuye a que los promotores de estas enti­dades y sus directivos miren con fundada espe­ranza al porvenir.

El programa de actividades que tienen en proyecto para futuras y próximas expansiones es amplio e interesante, y es de esperar que se lleve a cabo con precisión, dado el elevado clima de trabajo y colaboración que entre todos los elementos de estas empresas se respira y el temple y la competencia de sus cuadros técnicos y directivos.

Naturalmente, dada la inquietud social de los componentes de estas entidades, es de esperar que lleguen a soluciones en consonancia con los principios que profesan, en la proyección de gran empresa que persigue este complejo in­dustrial, hoy en desarrollo firme. Es prematuro para comentar las fórmulas que se barajan entre estos cooperativistas para la futura estructura de las diversas comunidades de trabajo.

12. LA COOPERATIVA DE CREDITO

Esta proyección y ensayo cooperativista, como construcción económica, hubieran carecido de un elemento indispensable si no se hubiera pre­visto y procedido a la organización del crédito y a su disponibilidad. Las Cooperativas, en cuanto significan asociación de personas, hu­bieran podido considerarse como una palanca, pero los hombres necesitan herramientas para trabajar y la palanca requiere un apoyo. Estas herramientas y este apoyo sólo pueden proceder de un capital adecuado.

La preparación cooperativista implica un pro­ceso de ahorro y capitalización, si no hay otra forma de proveer a las Cooperativas, lo cual en nuestro mundo económico-capitalista no está aún previsto, al menos en la cuantía mínima,

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indispensable para una promoción cooperati­vista de alguna envergadura.

Por iniciativa de las Cooperativas antes des­critas se procedió a la constitución de una Cooperativa de Crédito, que en este caso se deno­minó CAJA LABORAL POPULAR, cuya fi­nalidad en el artículo 2.° de sus estatutos socia­les se define diciendo: «Se constituye la CAJA LABORAL POPULAR para el servicio finan­ciero, técnico y social de las Cooperativas...» Este artículo y, por tanto, la proyección práctica del mismo, se especifican más en el artículo 3.°, que dice: «Para la realización y fomento del crédito cooperativo..., facilitará créditos y prés­tamos a las entidades asociadas y a sus socios..., admitirá imposiciones..., realizará operaciones complementarias que sirvan al crédito coopera­tivo..., procederá al establecimiento y organiza­ción mancomunada de cuantos servicios contri­buyan a la cobertura económica de los riesgos o a la resolución de los problemas de seguridad y asistencia social de todos los socios.»

Es una entidad de ámbito regional, que ini­cialmente crean entre cuatro Cooperativas y que actualmente constituyen siete con perspectivas de próximos ingresos de otras.

Atendiendo a las necesidades comunes de sus asociados, ha estudiado y organizado esta CAJA LABORAL POPULAR el SERVICIO DE PREVISION SOCIAL, con una organización y autonomía administrativa, desempeñando las funciones necesarias para cubrir todas las exi­gencias y aspiraciones de asistencia, seguridad y previsión social de todos los socios y familia­res de los cooperativistas asociados.

Este SERVICIO DE PREVISION SOCIAL lleva dos años de funcionamiento, con una aceptación unánime y con unos resultados es- peranzadores. Es indudable que para los coope­rativistas que precisan desarrollar sus respecti­vas entidades y a través de las cuales tienen en los correspondientes patrimonios una cobertura económica, la previsión social ofrece caracte­rísticas muy similares, al igual que también desde otro punto de vista de responsabilidad y solvencia personal.

En los apartados precedentes se ha dado al­guna idea de la estructura de algunos servicios de este SERVICIO DE PREVISION SOCIAL, cuyo Reglamento resulta digno de estudio.

Otro SERVICIO, ya organizado por la CAJA LABORAL POPULAR, es el del ahorro, e, in­dudablemente, en las perspectivas que tiene el imponente y ahorrador en el contexto de la CAJA LABORAL POPULAR, es preciso reco­nocer que disfruta de unos estímulos que expli­can las posibilidades y realidades de ahorro, que superan lo previsible en otro supuesto.

Creemos que cuando se acusa la débil capita­lización en España, sería necesario considerar y

revisar al problema de nuestras estructuras eco­nómicas, la adjudicación de las rentabilidades de los capitales invertidos y empleados y las perspectivas reales que tiene ante sí el ahorra­dor modesto.

Nos podemos preguntar: ¿Cuál había de ser la verdadera capacidad de ahorro de nuestros hombres cuando vieran que sus sacrificios actua­les van traduciéndose a su vista y alcance de nuevas iniciativas, en nuevos puestos de trabajo, en el crecimiento y prosperidad de nuestros pue­blos, en la resolución de sus problemas más acu­ciantes?

Es evidente que hemos de disfrutar de otro clima de orden y hasta de austeridad espontá­nea cuando se consiga que cada hombre asuma una responsabilidad y tenga una esperanza fun­dada de bienestar mediante su esfuerzo propio. Pero hay que humanizar el ahorro con todo lo que significa este término como implicación personal en un proceso.

Otro de los servicios que tiene en organiza­ción la CAJA LABORAL POPULAR es el de Promoción empresarial, a cuyo objeto va cons­tituyendo una plantilla de personal propio libe­rado de las entidades asociadas, procediendo a la mancomunación de programas y planes de diversas entidades, que de esta forma han de conjugar las ventajas de empresa grande.

A través de esta entidad existe una unidad de acción y proyección entre las diversas Coope­rativas, ligándose entre ellas en mayor o me­nor grado, según los casos.

Esperamos que la CAJA LABORAL POPU­LAR constituya un buen respaldo para el fu­turo de éstas y otras entidades que se vayan constituyendo en toda esta región.

Prescindiendo de datos concretos sobre el mo­vimiento económico de esta Cooperativa de Cré­dito, algunos de cuyos resultados están a la vista de todos los que contemplen el panorama de actividad y clima de superación que se per­cibe en este Mondragón de nuestros días, ter­minaremos la presente reseña copiando algunas expresiones de presentación empleadas en su día por los promotores de la CAJA LABORAL POPULAR.

«En realidad, somos unos hombres de la calle —decían—, curtidos en el trabajo, portadores de un mensaje de cooperación. Nuestra primera preocupación constituye el trabajo, ya que de­pende del trabajo nuestro pan y el de nuestros hijos... El trabajo y el ahorro son los pilares de nuestro porvenir y, de todas formas, creemos que este espíritu de cooperación con el que nace y al que consagra sus desvelos la CAJA LABORAL POPULAR, puede y debe ser una fórmula y un camino que puede contribuir po­derosamente en el momento presente al bienes­tar humano y prosperidad de nuestros pueblos.»

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APEN D ICE

IIM A D U R E Z D E L C O O P E R A T I V I S M O A G R A R I O E N N A V A R R APor el Rvdo. D. JOSE MARIA DIAZ MOZAZ, Consiliario de la Unión

de Cooperativas Agrarias de Navarra.

La antorcha, encendida de entusiasmo, de la idea cooperativa, siguió una sinuosa y larga tra­yectoria antes de llegar a Navarra. Los pioneros de Rochdale la encienden en Inglaterra; de In­glaterra la pasa a Alemania Schulze-Delitzs y es recogida por Reiffaisen, quien la aplica al campo y da contornos a las Cajas Rurales. De Alemania la trae a España el P. Vicent, que or­ganiza en Valencia cursos de Cooperativismo. A Valencia acudieron sacerdotes beneméritos de toda España. Entre ellos se encuentran dos na­varros: don Victoriano Flemarique y don An­tonio Yoldi, párrocos ambos, preocupados los dos por el clima social ensombrecido de sus pa­rroquias, roídas por la usura y la pobreza.

Providencialmente rige los destinos de la dió­cesis de Pamplona un Obispo clarividente, Fray José López Mendoza. Cobijados bajo su pro­tección, los dos sacerdotes emprenden una larga peregrinación por todos los caminos de Nava­rra. En algunos encontrarán el recelo por estas ideas nuevas; tantos años de insolidaridad y egoísmo desatado creaban una barrera que sólo la paciencia podía romper. En la confusión de quien sale de la ceguera, algunos tacharán de socialistas a los vanguardistas del movimiento cooperativo. Como todos los neoconversos a un gran ideal, estos sacerdotes navarros eran radi­cales en sus proyectos. Ellos hablaban de una organización cooperativa de los pueblos com­pleta y radical: Caja Rural, bodegas, fábricas, tiendas, etc., Cooperativas. No les tocaba a ellos sembrar y recoger la cosecha; esa madurez cooperativa había de ser fruto de muchos años de esfuerzo.

En 1910 noventa pueblos de Navarra tienen ya su Caja Rural. Surge la idea de unirlas a todas y se crea la Federación Católica Social.

Desde ese año la Federación ha sido suminis­tradora de fertilizantes, semillas, piensos, ma­quinaria a las Cooperativas y Sindicatos Agra­rios asociados y directora y estimulante en la creación de nuevas Cooperativas.

Pero ya desde su misma fundación hasta 1936 el campo de acción de la Federación abar­ca todos los intereses del campo, no sólo los económicos, sino sociales, morales y religiosos.

Por canalizar el movimiento social cristiano en el campo, intervino en la parcelación de fincas y distribución a campesinos sin tierra; en la lucha por la parcelación de terenos comunales; organizó manifestaciones en defensa de los valo­res espirituales amenazados por leyes sectarias; creó dentro de su seno Juntas y organizaciones para la defensa de las distintas ramas de la producción agrícola.

Hasta aquí podría ser la historia sencilla y grandiosa a la vez de las antiguas Federaciones provinciales y zonales que formaron un día la Confederación Católica Agraria.

Dos características, sin embargo, destacan en el movimiento cooperativo agrario de Navarra, que lo han llevado a un florecimiento ejemplar: la continuidad e intensidad de su acción y su evolución constante hacia formas cooperativas de mayor alcance y complejidad.

Cerebro y motor de este inicial desarrollo y de la continuidad del movimiento fue el Secre­tariado Social, presencia de la Iglesia en esta obra eminente de apostolado social. Al frente del Secretariado han estado dinámicos sacer­dotes, como don Alejo Eleta (1938), alma del crecimiento cooperativo durante veinticinco años.

ETAPAS DE CREACION DE COOPERA­TIVAS TRANSFORMADORAS

En 1932 la geografía de Navarra está cubierta de Cajas Rurales. Son el mejor arranque para más ambiciosas metas. El movimiento coopera­tivo se ve liberado de multitud de atenciones que son recogidas por la organización sindical. Por otra parte, las Cooperativas hallan un poderoso instrumento en la restauración y eficaz funcio­namiento del Instituto del Crédito Agrícola.

Liberada, por tanto, de enojosas funciones no cooperativas y dotadas de medios crediticios que completaron el ahorro cooperativo del agricultor y hacen posible levantar obras que requieran grandes inmovilizaciones económicas, emprende decididamente la tarea de llenar de Cooperati­vas de Transformación toda la provincia.

Las siete Bodegas Cooperativas de 1936 se convierten, en 1945, en 28, y en 1960 en setenta

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Cooperativas. La casi totalidad de la produc­ción vitícola es elaborada en régimen coope­rativo.

En 1936 funcionaban como secciones de Ca­jas Rurales dos almazaras cooperativas; hoy las Cooperativas para la extracción del aceite as­cienden a 44. Al mismo tiempo, brotan hornos cooperativos y secciones de maquinaria agrícola, de tal forma, que los beneficios de la mecani­zación del campo llegan aun a los agricultores más modestos, y el parque de maquinaria na­varro es el más alto de España con relación al número de agricultores.

COOPERATIVAS GANADERAS Y CON­SERVERAS

Fruto maduro de los últimos años son las Cooperativas Conserveras y Ganaderas. Dos ra­mas de la cooperación agropecuaria que, llegadas en la última hora, han ocupado los puestos de mayor importancia.

La primera Cooperativa Ganadera formada es la Cooperativa para ganado productor de leche, que ha extendido su campo de acción sobre todo en las regiones vascas. La Central Lechera que esta Cooperativa tiene instalada en Pamplona es modelo de perfección técnica. Fruto inmediato de las ventajas cooperativas ha sido un aumento en el sólo espacio de tres años, de los efectivos ganaderos que en los cinco años anteriores a la creación de la Cooperativa había descendido en un treinta por ciento.

A la creación de Copeleche siguió la creación de la Cooperativa Avícola, que va poco a poco haciendo notar sus influjos bienhechores, sobre todo en las pequeñas explotaciones complemen­tarias del agricultor. La última Cooperativa ga­nadera constituida es la de Ganado Lanar, cuyos efectivos ascienden a 300.000 cabezas de gana­do, no obstante contar apenas un año de vida. Con la inminente creación de la Cooperativa de Productos Cárnicos, toda la ganadería de la provincia está debidamente atendida por los ser­vicios cooperativos.

El fuerte impulso de las Cooperativas de Fru­tos y Productos Hortícolas es también reciente. En el sólo espacio de dos años se han consti­tuido catorce Cooperativas conserveras, algunas de las cuales tienen carácter comarcal, por ío que la mayor parte de la superficie de nuestros regadíos están al abrigo y protección de las Cooperativas conserveras.

COOPERATIVAS DE SEGUNDO GRADO

Una nueva etapa ha comenzado a recorrerse en el camino de la cooperación agraria en Na­varra: la cooperación de segundo grado. Desde

hace ya bastantes años funcionaban en Navarra dos Cooperativas de Cooperativas. Se trata de las dos Alcoholeras que aglutinan a las Coope­rativas vinícolas locales para la ulterior trans­formación de heces y brisas. En 1955 se creó la Cooperativa Vinícola Navarra, que agrupa 22 Bodegas Cooperativas. Su finalidad es la tipi­ficación o la elaboración ulterior de vinos que se almacenan en las Bodegas Centrales, la venta y exportación de caldos, etc.

Las Cooperativas de Frutos y Productos Hor­tícolas se han unido en la Cooperativa Conser­vera Navarra, que controla y racionaliza la producción y ejerce las funciones de tipificadora, vendedora, exportadora de todo lo elaborado por las catorce Cooperativas Conserveras y las sec­ciones de Frutos y Productos Hortícolas creadas en el seno de otras Cooperativas del Campo. La importancia que esta Cooperativa tendrá en el futuro se deduce simplemente de los créditos que se calculan necesitar ya para una fecha no más allá de uno o dos años y que sobrepasan la cifra de los trescientos millones de pesetas. Po­derosas entidades bancarias del exterior de Es­paña están ya interesadas en la operación.

Cálculos aproximados del valor de la produc­ción agraria y ganadera de los socios que están ya agrupados en las Cooperativas de transfor­mación, prescindimos, por lo tanto, de los socios cerealistas agrupados en Cajas Rurales y Coope­rativas del Campo, la hacen ascender a cerca de los dos mil millones de pesetas al año. Pocas familias no están asociadas ya a las Cooperati­vas. Las que no lo están se benefician indirec­tamente de la defensa de precios, tanto al com­prar como al vender, que realizan las Coopera­tivas.

PELIGROS Y REMEDIOS PARA SALVA­GUARDAR LA ACCION SOCIAL

Cuando un movimiento se hace de tal enver­gadura económica, corre el peligro de una asfixia de lo social por lo económico.

La desconfianza puede desgarrar la confianza de los socios de una Cooperativa y de las Coope­rativas entre sí, con la pretensión de beneficiarse de la unión de los demás, estando al margen de responsabilidades sólidas. El afán por márgenes económicos puede distraer de otras actividades de fines exclusivamente sociales. Por fin, las Cooperativas de Transformación, que ocupan un número de obreros cada vez mayor, amenazan convertirse, respecto a éstos, en patronos tirá­nicos. Para luchar contra la fuerza de gravedad del egoísmo en obras que deben vivir de la solidaridad cristiana, se aúna la acción y vigi­lancia constante del Secretariado Social, de los consiliarios de cada una de las Cooperativas, el consejo llevado semanalmente por la Revista L a

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A cción Social, que cuenta cincuenta años de vida.

Pero todos estos medios son abiertamente in­suficientes. Por esta razón se ha creado la Es­cuela Social San Francisco Javier, que organiza cursillos de Consiliarios y de formación de di­rectivos y gerentes de Cooperativas. Ellos serán los que en cada Cooperativa infundirán el es­píritu e inquietud social cristiana. Esta Escuela fue creada por la Organización Cooperativa Agraria al cumplir sus cincuenta años y ha sido puesta bajo la tutela de la Iglesia.

Por otra parte, se prepara un reglamento que deberá servir de patrón para las demás Coope­rativas, por el que obreros y empleados sean considerados como socios aportadores de tra­bajo con todos los derechos y obligaciones de los socios, tanto en la participación de percepción de márgenes como en el gobierno de la sociedad cooperativa.

ENSAYOS PARA UNA AMPLIACIONDEL SISTEM A COOPERATIVO EN LA

INDUSTRIA

El sistema cooperativo se ha practicado en Navarra sin concesiones a sistemas mixtos, esto es, a particiones de derechos entre aportacionis-

tas de trabajo o producto y aportacionistas de capital. Tal integridad en la práctica del coope­rativismo ha podido ser aplicada sólo en el campo. No es posible, sin embargo, en la indus­tria su aplicación integral si se desea lograr un movimiento cooperativo industrial arrollador. Los nuevos proyectos de las Cooperativas na­varras al hacer participantes a sus obreros de los márgenes y gobierno de la entidad, son tam­bién un camino de experimentación para la transformación progresiva de las empresas en entidades cooperativas donde el capital y el tra­bajo están asociados y donde en un futuro más o menos lejano sea posible la implantación de un sistema cooperativo en su integridad, con fin y anhelo último de la reforma social cristiana.

El cooperativismo agrario en Navarra ha re­corrido un largo camino, pero se ha propuesto nuevas y ambiciosas metas. Todo lo realizado ha sido fruto del sacrificio silencioso de mu­chos, que han sabido aplicarse en el silencio a hacer obras sociales. No en vano el nombre con que el movimiento cooperativo en Navarra es conocido por el pueblo, es la Acción Social. Una acción social bajo la bandera de las ense­ñanzas de la Iglesia que nos garantiza el triunfo definitivo.

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APENDICE LAS COOPERATIVAS DE VIVIENDAPor D. LUIS ESTRADA, de la Cooperativa de Viviendas

«Sagrado Corazón», de Barcelona.

►Las Cooperativas de Viviendas persiguen la

integración del hombre en su vivienda, como ele­mento de fijación y, por tanto, de estabilización, a la par que como factor de educación social. Nuestra Cooperativa ha dado, en este aspecto, magníficos resultados.

Vamos a repasar brevemente la historia del desarrollo de nuestra Cooperativa, las ventajas que permite el sistema cooperativo en la integra­ción del hombre en la vida comunitaria; los pro­blemas de estas comunidades (técnicos y huma­nos), y las condiciones básicas para que una Cooperativa de Viviendas sea un éxito.

La idea de nuestra Cooperativa nació hace cuatro años entre varios miembros de la A. C. obrera, ante el cúmulo de problemas que se les ofrecía a los jóvenes matrimonios y a las pare­jas para establecer dignamente su hogar (tras­pasos, crecidos alquileres, realquilados, poca se­guridad...).

Se estudió el caso y la posibilidad de crear una Cooperativa, pero no se llegó a realizar, sino que se creyó más prudente pasar a formar parte de una entidad benéfico-constructora ya en fun­cionamiento. Pero la política de construcciones de esta constructora era distinta a la que nos interesaba, por lo que se decidió formar una Cooperativa independiente. No obstante, el tiem­po que se pasó en tratos con aquella construc­tora nos sirvió para enseñarnos muchos proble­mas con los que luego tendríamos que enfren­tamos y que gracias al aprendizaje supimos elu­dir o solucionar.

En consecuencia, procedimos a fundar ofi­cialmente la Cooperativa. Se buscó el terreno apropiado. Se solicitaron créditos para viviendas subvencionadas, que ofrecía el Estado. Se hicie­ron los pasos necesarios y por fin llegó el per­miso gubernamental. La primera dificultad que se nos presentó era de orden económico. En Bar­celona, conseguir la prestación personal es difícil, debido a la técnica especial requerida en la construcción y a que a los trabajadores no les quedan horas libres.

En este caso, se encargó la construcción a una empresa constructora. Así pudimos cons­

truir dos bloques de viviendas, con 45 en vi­viendas de siete pisos y 103 viviendas en casas de 10 pisos.

Mas como, a pesar de las dificultades, no habíamos renunciado a la prestación personal en todos los casos en que habíamos podido, esta prestación resultó altamente estimulante y fruc­tífera. En efecto, a medida que los edificios se elevaban, subía también el número de socios y el de los que se ofrecían a trabajar en las obras.

La crisis que el plan de estabilización produjo en el ramo de la construcción nos indujo a in­tentar convertirnos a la vez en empresa cons­tructora, a base de prestación personal raciona­lizada. Se buscó a gente de profesiones afines y se les adiestró en los diversos cometidos que requiere la construcción de un edificio, pero según el método de racionalización del trabajo. Cada uno cuidaba de una sola operación, lo cual le era mucho más fácil aprender. Empezaron siete u ocho obreros (esta aportación de trabajo era voluntaria), pero poco a poco el sentido de solidaridad les llevó a todos a contribuir en toda la construcción, y así se fabricaron vigas, se esta­bleció un taller de marmolistería, de cerrajería, se hicieron las instalaciones eléctricas, etc., todo a base de trabajo en equipo. Esto nos dio un resultado magnífico. Todos los sábados y do­mingos se trabajaba entusiásticamente, con bre­ves descansos, que aprovechábamos para infun­dirles el espíritu comunitario que ha dado como fruto la creación de un Hogar (Centro Social), escuelas, jardín de infancia y una Cooperativa de Consumo.

FRUTOS EN EL ASPECTO SOCIAL

A través de la Cooperativa de Vivienda, los futuros habitantes establecen contactos y relacio­nes de amistad. Estos contactos se realizan por medio de reuniones, asambleas de socios en las que se revelan los futuros líderes y se respon­sabiliza a la gente, de suerte que los socios par­ticipan cada vez más activamente en la gestión de la Cooperativa. De estas asambleas han sur­gido varios Comités con funciones específicas:

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Comisión técnica de revisión de obras; Comisión de costos; Comité de la Cooperativa de Consu­mo; Comité Responsable de aportación de tra­bajo.

VENTAJAS DEL SISTEMA COOPERATIVO

a) Crea en el hombre el sentido de confian­za en sí mismo y en su grupo (el individuo solo no puede hacer nada). A la vez, al responsabi­lizarse en tareas frente a los demás, suscita el deseo de superación y el orgullo de grupo.

b) Se consigue la elevación de la persona, ya que los primeros problemas que se atienden son personales: el económico y el familiar (dignidad de la vivienda, y no sólo en el aspecto de cons­trucción, sino también en el de decoración. Se habla de una sección de fabricación de mobilia­rio). Asimismo, se atiende al problema cultural con la creación de escuelas.

Cierto que en esta promoción cabe distinguir etapas y los distintos caracteres de las personas, pues las hay que son refractarias a esta promo­ción.

c) Elevación técnica y humana. (En las asam­bleas uno tiene que agudizar su ingenio para hablar e interpelar, para expresarse con claridad, para comprender rápidamente; ha de procurarse ciertos conocimientos: hacer reglamentos, siste­mas de organización, racionalización del trabajo, etcétera.) En resumen, tiene que ampliar su bagaje cultural y profesional.

d) Obliga al individuo a tomar interés por su barrio, por sus problemas y a respetar los inte­reses de los demás. En este punto cabe resaltar la necesidad de un Asistente Social que sepa interpretarles a todos, y si es el caso de un grupo de viviendas contiguo a un barrio anti­guo, deberá procurar por todos los medios amal­gamar los nuevos con los antiguos, tendiendo a formar un todo.

En nuestro grupo, por ejemplo, hemos abier­to las Escuelas, la Cooperativa de Consumo y el Centro Social a todos los habitantes del barrio antiguo.

e) El sistema cooperativista permite abando­nar el espíritu «paternalista» y de limosna. Por el contrario, exige que el individuo descubra sus propios valores y los ponga en juego.

Sólo así podrá desarrollar el sentido de res­ponsabilidad y valerse por sí mismo.

POSIBILIDAD DE LA PRESTACION PERSONAL

En Barcelona, la aportación de trabajo se hace muy difícil, ya que frecuentemente el tra­

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bajo se halla muy distante del lugar de residen­cia, lo que impide una prestación diaria. Por ello tuvimos que destinarle sólo los sábados y domingos. No obstante, el sistema se ha demos­trado muy efectivo.

El sistema adoptado fue el de utilizar elemen­tos prefabricados, lo cual procuraba una ma­yor rapidez en la construcción. La fabricación de estos elementos, como ya hemos indicado, se hacía a base de sistemas de racionalización del trabajo. De este modo fuimos descubriendo nue­vas posibilidades de acción social.

En efecto, al principio vimos que los que más obstáculos ponían a este sistema eran los profe­sionales. Pero lentamente se han dado cuenta de las ventajas que ofrece y prestan ahora en­tusiásticamente su colaboración, enseñando las diversas técnicas a los demás y cuidando de la supervisión de las obras.

El actual director de las obras es un pequeño industrial que se ha lanzado con toda el alma á llevar adelante la obra.

Esta aportación de trabajo ya desde las fun­ciones administrativas a la fabricación del mate­rial (giro anual de seis millones de pesetas).

PROBLEMAS QUE SE PRESENTAN

1) Falta de interés social, que hay que saber suscitar. (De ahí la necesidad de un Asistente Social animador y coordinador.)

2) Excesivo individualismo. (Individuos que no han querido ver más que su propio problema, en general inmigrantes que han llegado con aires de superioridad y que al ser requeridos sólo perseguían la notoriedad, no el bien común.)

3) Incompatibilidad de caracteres entre socios o miembros de Comités. Esto exige gran habili­dad en el promotor, a fin de limar asperezas, buscar soluciones, suscitar el entusiasmo por la obra común, puesta por encima de intereses pri­vados o de antipatías... Hay que tener buen cuidado de no disponer en un mismo equipo a personas de caracteres distintos que puedan cho­car y dar al traste con el espíritu de equipo.

4) Falta de responsabilidad, que nace de la falta de ideales. La sociedad moderna sufre una crisis de ideales. Imbuir estos ideales es labor lenta y difícil y, en consecuencia, es difícil y lento crear el sentido de responsabilidad. Esta falta se traduce en escasez de dirigentes téc­nicos.

No olvidemos que la voluntad no lo es todo. En nuestro mundo actual se requieren, además, aptitudes. Y los que tienen estas aptitudes sue­len ser los más refractarios a trabajar y a cola­borar con las clases sociales inferiores. Al Asís-*

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i tente Social le incumbe, pues, fomentar la con­vivencia mutua, borrando con constancia y pa­ciencia las diferencias que vayan surgiendo.

5) Otro problema que se nos ha presentado es la escasa cultura de los inmigrantes. A éstos es preciso ir marcándoles el camino a seguir, a fin de que vayan asumiendo responsabilidades.

Teniendo esto en cuenta, hemos procurado simplificar en lo posible la estructuración buro­crática de la Cooperativa. Y, a la par, hemos procurado elevar culturalmente a los inmigran­tes, integrándoles en Comités sencillos, a fin de capacitarse gradualmente.

~ 6) Aparición de los aprovechados y agiotis­tas. Cuando una obra marcha por buen camino y da buenos frutos, pronto surgen los que quie­ren aprovechar la ocasión en beneficio propio. Es preciso vigilar sin descanso y mantener a raya a los que quieren introducirse con aviesas intenciones. De lo contrario, toda la obra se vendrá abajo. Por ello es preciso señalar, desde el primer momento, en los reglamentos, que nadie ajeno a la Cooperativa pueda ocupar car­gos en ella.

7) Falsas interpretaciones. En el desarrollo de una Cooperativa de Viviendas no hay sufi­cientes medios para realizar la comunicación entre socios que sería deseable, ni medios de difusión, por lo que pueden surgir, en ciertos casos, falsas interpretaciones, hijas de una falta de confianza. Es éste un problema que conviene vigilar constantemente y que sólo se puede ob­viar a base de mantener estrechos contactos con cada uno y todos, a fin de detectar cualquier problema latente y que pueda obstaculizar la integración del individuo con la comunidad.

CONDICIONES BASICAS QUE SE R E Q U I E R E N PARA QUE LA COOPERATIVA PUEDA EXISTIR

Y TENER EXITO

1. Un núcleo de tres o cuatro individuos de buena voluntad y con un ideal social elevado, que agrupen a los demás a su alrededor.

2. Formación técnica, no sólo en los direc­tivos, sino en cuantos más socios mejor, a fin de que al turnarse los cargos haya siempre gente preparada y capaz. No obstante, se puede apro­

vechar gente con cultura y sentido com ún , los cuales se irán educando en un sentido coopera­tivista. Desde luego, la labor es lenta, pero vale la pena intentarla, puesto que de no poseer estos elementos, se ha de reducir mucho el radio de acción de la Cooperativa, ya que los iniciadores no pueden abarcarlo todo.

3. Hay que procurar frecuentemente con­tactos entre los miembros entre sí y con los directivos, a base de frecuentes reuniones y Asambleas, medio excelente de comunicación.

No hay que olvidar, y como punto esencialí- simo, la necesidad de llevar las cuentas muy cla­ras y de presentarlas con todo detalle a las Asambleas. (Es el dinero de todos.)

4. La estructuración de la Cooperativa ha de ser a la medida de los socios. No se deben emprender actividades fuera de su mentalidad y de su alcance.

Hay que tener en cuenta que la aportación de trabajo suple al capital fundacional. Ello per­mite la convivencia de gentes de clases sociales distintas.

Nosotros hemos procurado una homogeneidad de viviendas, pero en el sentido de elevar a los más humildes. Es éste un detalle importantísimo, basado en la experiencia de que la instrucción cooperativista será la que consiga la promoción. Sin ella nada se conseguirá.

5. A medida que las Cooperativas se van des­arrollando, su estructuración jurídica ha de per­mitir que cada comunidad de socios tenga vida propia, aunque estén federadas. Conviene evitar la centralización, tanto como la atomización. La fórmula ideal es la intermedia: las Asambleas de las Cooperativas integradas en una Junta Central.

6. En nuestro grupo hemos procurado que la Cooperativa esté integrada en la comunidad del barrio antiguo, en el que ya existían diver­sas entidades similares, a fin de evitar el «ghet­to». Asimismo, nos hemos conectado con ellos al tratar de crear servicios sociales, para no crear un centro cerrado.

En resumen, conviene conocer la psicología social para que la estructuración de la comu­nidad sea paralela a las posibilidades del con­junto.

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APENDICE LAS COOPERATIVAS EK EL MUNDOPor J. PERNAU

El cooperativismo, a partir de la experiencia llevada a cabo por los pioneros de la Coopera­tiva de Rochdale, ha experimentado un creci­miento ininterrumpido en el mundo. Si bien en algunos países el número de Cooperativas ha decrecido en un momento determinado por circunstancias políticas o económicas, el núme­ro de Cooperativas y de cooperadores en el mundo en conjunto ha continuado en su movi­miento ascendente. Algunas veces ha disminuido el número de Cooperativas en un país deter­minado, pero este hecho ha sido debido muchas veces a la concentración de las mismas, aumen­tando el número de socios. Así, Inglaterra, que en 1903 contaba con 1.455 Cooperativas de Consumo, con un total de afiliados que no lle­gaba a los dos millones, en 1954 poseía 973 Cooperativas de esta clase, con un total de so­cios que pasaba de los once millones y medio.

En los últimos diez años el cooperativismo

ha experimentado un incremento considerable en los países menos desarrollados, especialmente en Africa, Asia e Hispanoamérica.

El trabajo de estadística llevado a cabo por la Oficina Internacional del Trabajo en 1939, refiriéndose a datos de 1937, abarcaba a 103 países que poseían Cooperativas, mientras que el «Repertorio Internacional de Organizaciones Cooperativas», publicado en 1956, hace refe­rencia a la existencia de Cooperativas en 128 países.

El movimiento cooperativista se ha extendido a todas las regiones del Globo, si bien en los países más desarrollados ha adquirido una vi­gencia y extensión mucho más considerable que en los de bajo nivel económico. No obstante, en el cuadro siguiente puede verse el incre­mento que esta forma de organización social ha adquirido en Africa, América y Asia entre 1937 y 1952 (1).

ContinentesN úm ero de Cooperativas N úm ero de socios

1937 1951-52 1937 1951-52

A fric a ........................................ 3.59851.251

167.554

6.63751.514

382.343

331.91114.674.42614.860.476

1.271.22920.666.65060.230.117

Am érica......................................Asia (sin Rusia) ......................

Como no nos es posible aquí hacer un estudio completo del cooperativismo en el mundo, nos limitaremos a describir algunos aspectos del cooperativismo en ciertos países que pueden ser de interés práctico.

Para ello hemos escogido un estudio general de las Cooperativas en un país desarrollado, Canadá, dos ejemplos de Cooperativas en una

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rama concreta en países que, a nuestro parecer, andan a la cabeza dentro de la especialidad, es decir, las Cooperativas lecheras en Dinamarca y las de Consumo en Inglaterra, y el desenvol­vimiento del cooperativismo en los países sub­desarrollados de Africa.

(1) Véase “Las Cooperativas. Manual de formación obrera”. B. I. T. Ginebra, 1956.

Iníndice

A.—EL MOVIMIENTO COOPERATIVO EN CANADA (1)

El movimiento cooperativo en Canadá ha sido muy irregular. Si bien las primeras Cooperati­vas se fundaron ya en 1860, debido a las altera­ciones de precios, entre 1916 y 1924, fracasaron casi todas las Cooperativas existentes. La crisis de 1929 ocasionó también la caída de otras mu­chas. Es solamente a partir de 1930 cuando se puede afirmar que el cooperativismo canadiense ha conocido un verdadero éxito, especialmente en lo que se refiere a instrumentos agrícolas. En

las provincias de las Praderas, la mecanización de la agricultura dio especial interés al problema de reducir el costo del petróleo. Un pequeño grupo de agricultores organizó la «Consumera Cooperative Refineries Ltd.» en 1935, creando así la primera Cooperativa dedicada a refinar petróleo en el mundo.

En el cuadro siguiente podemos ver la evo­lución de las Cooperativas de Venta y de C om ­pra en Canadá, en el periodo de 1932 a 1959.

A ño agrícola terminado en

Asociaciones(N ú m ero )

Volum en total de negocios, incluyendo

otros ingresosVentas Compras

(E n miles de dólares)

1932 (2)..................... 795 145.303,9 134.611,1 10.665,51935 .......................... 697 130.384,9 120.853,6 9.241,81940 .......................... 1.151 236.322,5 214.293,4 21.129,81945 .......................... 1.824 585.650,1 500.481,6 81.360,91950 .......................... 2.495 1.015.264,0 803.639,0 206.082,01955 .......................... 1.949 941.377,0 707.047,0 228.446,01958 .......................... 2.002 1.209.805,0 898.168,0 296.743,01959 .......................... 1.980 1.299.672,0 947.835,5 332.943,9

En el año 1959, el 32 por 100 de los produc­tos agrícolas puestos a la venta en el Canadá había pasado por las Cooperativas. La propor­ción de mercancías de que se ocupaban las Cooperativas variaban mucho de una categoría a otra: el 50 por 100 de los cereales, el 53 por 100 de la miel, el 45 por 100 de la lana, etc.

Otra de las organizaciones cooperativistas que ha alcanzado gran éxito en el Canadá son las Cooperativas de Pescadores. En el año 1958 estas Cooperativas vendieron pescado y apare­jos de pesca por más de 22 millones de dólares. Estos organismos existen en todas las provincias, excepto en Alberta y Manitoba. Las 80 Coope­rativas que han presentado datos en 1958 cuen­tan con 10.000 miembros.

En cuanto a las Cooperativas de Servicios, ascendían en 1958 a 800 y el número de miem­bros a 250.000, siendo los principales servicios que llevan a cabo los de electricidad, agua, transportes, teléfono, seguros médicos, restau­rantes, casas de huéspedes, maquinaria, cons­trucción y financiación de viviendas, etc.

(1) Véase “Páginas Documentales”, núm. 11. Direc­ción de Informaciones. Ministerio de Relaciones Exte­riores (Canadá).

(2) 1932 es el primer año de que se tienen datos estadísticos.

Gran parte de los programas de electrificación rural de la provincia de Alberta y muchos de la de Quebec se están llevando a cabo gracias a la financiación proporcionada por las Coopera­tivas de Electrificación. En estas Cooperativas se agrupan los agricultores de una comarca, con objeto de obtener servicios de electricidad para sus fincas. Al contar con un número suficiente de miembros, la Cooperativa contrata con una compañía de energía la construcción de líneas de transmisión, su mantenimiento y el suminis­tro de energía, y la compañía eléctrica carga a la Cooperativa el costo de construcción. Para pagar las instalaciones, las Cooperativas pueden Utilizar los préstamos a largo plazo garantizados por el Gobierno. Cada socio se compromete a pagar a la Cooperativa la parte que le corres­ponda del préstamo. Gracias a estas Coopera­tivas se ha podido llevar electricidad durante doce años a más de 45.000 haciendas en Al­berta. Las Cooperativas han permitido electri­ficar más de la mitad de las haciendas en una provincia donde hace unos años las compañías privadas consideraban la electrificación rural demasiado costosa.

También han sido un verdadero éxito las Cooperativas de Viviendas, especialmente en Quebec y Nueva Escocia.

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En 1958 había unas 50 Cooperativas de Ser­vicios Médicos en Canadá, cuya principal utili­dad para los miembros era la hospitalización.

Existe también un gran número de Coope­rativas de Seguros, que hacen referencia a los seguros de vida, automóvil, incendio, accidentes generales, etc. No obstante, se ha presentado siempre el problema del control democrático de estas compañías.

En cuanto a las Cajas de Crédito, el cuadro siguiente nos dará una idea de su desarrollo en Canadá.

Cajas de Crédito popular en Canadá 1920-1958

Número deAño cajas auto­

rizadasMiembros Capital

(M ili de$)

1920 113 31.029 61925 122 33.279 81930 179 45.767 111935 277 52.045 101940 1.167 201.137 251945 2.219 590.794 1461950 2.965 1.036.175 3121955 4.100 1.731.328 6531958 4.436 2.212.698 1.008

B.—COOPERATIVAS DE CONSUMO

A partir del primer intento de los pioneros de la Rochdale en 1844, el movimiento coope­rativista británico se desarrolló primero lenta­mente y rápidamente después, en el último cuar­to del siglo pasado. En 1881 existían ya unas mil Cooperativas de Consumo en funcionamien­to, con medio millón de miembros. A partir de esta fecha el número de miembros de las Coope­rativas de Consumo al por menor no ha dejado de crecer un solo instante, aunque sí el número de Cooperativas. En efecto, en 1906 se alcanza el número máximo de sociedades, con un total de 1.450, mientras que en 1954 había solamente 973 Coperativas de Consumo al por menor, pero con un total de 11 millones y medio de socios.

A dministración y Control

La Asamblea General debe reunirse en sesión ordinaria para examinar las cuentas y distri­bución de dividendos, por lo menos una vez al año, pero ordinariamente es convocada cada tri­mestre o semestre. En general, los estatutos pre­vén la reunión de Asambleas extraordinarias.

La dirección se lleva a cabo por un Comité

100

Educación cooperativista

En Canadá se da una gran importancia a la educación. Dos grandes empresas están colabo­rando para fomentar la educación y la organiza­ción cooperativa en sus respectivos sectores. La «Cooperative Union of Cañada», que concen­tra sus actividades en las regiones de habla in­glesa, y el «Conseil Canadien de la Coopéra- tion», que tiene su radio de acción en la zona de habla francesa. Desde hace muchos años la Universidad de San Francisco Javier en Anti- gonish viene organizando cursos de coopera­ción. Algunos de éstos son cursillos para direc­tores y gerentes de las actuales Cooperativas y Cajas de Crédito Popular y algunos forman parte de la enseñanza universitaria. Además hay cursos especiales para visitantes extranjeros. Otras Universidades tienen también cursos so­bre cooperativismo, pero no son tan extensos como los de la Universidad de San Francisco Javier.

En Saskatoon se estableció en 1955 el Insti­tuto Cooperativo bajo el patrocinio de la «Fede­rated Co-operatives». El Instituto se ha dedi­cado especialmente a dar cursos de corta dura­ción, generalmente de una o dos semanas, para directores, gerentes y empleados de Coopera­tivas.

AL POR MENOR EN INGLATERRA

de dirección, elegido por los socios. Estos Co­mités están generalmente constituidos por doce miembros. La duración de las funciones del Comité suelen ser de dos años, si bien los miem­bros pueden ser reelegidos. Para ser elegido miembro del Comité, se tiene que ser mayor de veintiún años, y algunas Cooperativas exigen que se hayan hecho ciertas aportaciones y que se haya comprado en la Cooperativa por un cierto valor.

F inanzas y recursos

Los principales recursos de las Cooperativas de Consumo al por menor lo constituyen las aportaciones de los socios y los préstamos. Tam­bién si las Cooperativas tienen éxito, sus pro­pios recursos de capital. Las aportaciones de los socios pueden hacerse o bien imponiendo una cierta cantidad o bien haciendo una apor­tación, no retirando sus dividendos. El sistema generalmente elegido es que un miembro aporte un chelín y el resto que lo aporte a plazos, sin retirar los dividendos. Las aportaciones de los socios pueden ser retiradas, lo que hace que sus aportaciones puedan ser consideradas como ahorros en un Banco.

índice

V alor de las transacciones

El valor total de ventas efectuadas por las sociedades cooperativas inglesas al por menor ascendió en 1955 a 820 millones de libras ester­linas, lo que representa un 7 por 100 del total gastado en bienes de consumo en aquel año.

Precios de venta y dividendos

Entre las dos guerras el reparto de dividendos es muy distinto entre las Cooperativas del Norte y las del Sur y Centro, pues mientras las Coope­rativas de Escocia eran utilizadas por las espo­sas de los trabajadores mejor pagados, que con­sideraban los dividendos como un medio para ahorrar y, por consiguiente, estaban dispuestos a pagar un poco más que los precios corrientes de mercado, a fin de obtener un dividendo mejor a final de año, las Cooperativas del Centro y del Sur querían hacer sus precios competitivos y repartían dividendos bajos. Así, mientras el di­videndo medio pagado por las Cooperativas es­

cocesas era de tres chelines y dos peniques y medio por libra esterlina (16,25 de interés), las del Centro y Sur pagaban solamente un chelín y siete peniques y cuarto como promedio (9,6 por 100 de interés).

Después de la segunda guerra mundial, los dividendos se han reducido en todas partes, es­pecialmente en Escocia. Actualmente se paga un dividendo medio de un chelín y medio peni­que por libra esterlina (es decir, 5,25 por 100).

Existe una fuerte tendencia en las Coopera­tivas de Consumo al por menor a afiliarse a Cooperativas al por mayor, y así obtener bene­ficios mayores.

Empleo

Las Cooperativas de Consumo empleaban en 1954 en Inglaterra 276.000 personas, de las cuales 236.000 estaban afectas a la distribución y transporte, y el resto a servicios y produc­ción.

C —LAS COOPERATIVAS LECHERAS EN DINAMARCA

Dinamarca es uno de los países del mundo de más abolengo cooperativista. Apenas existe campesino danés que no sea miembro de una Cooperativa, siendo lo normal que pertenezca a

dos o tres al mismo tiempo. Para dar solamente una idea de lo que representan las Cooperativas en Dinamarca, bastará echar una ojeada al cuadro siguiente:

Cooperativas danesas

C l a s eN úm ero de

CooperativasN úm ero de

miembrosValor transacciones en m illones coronas

L echeras................................................. 1.240 180.000 1.920

Producción carne porcina ................. 62 195.000 2.179

De venta de ganados........................... 56 127.300 353

De semillas............................................ 1 5.800 35

De compras de fo rra jes...................... 1.700 100.000 558

De consum o...................... ................ 1.968 478.000 1.280

De fertilizantes .................................... 1.734 90.000 144

De venta de huevos............................ 1.337 80.000 213

De acondicionamiento aves de corral. 4 100.000 58

T otal ..................................... 8.102 1.356.100 6.775

1 0 1

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A estas Cooperativas tenemos que añadir úna Cooperativa para la compra de carbón, con 1.500 Cooperativas miembros, una fábrica coope­rativa de cemento con 1.199 Cooperativas miem­bros, cinco Cooperativas de Seguros con 893.835 miembros, una Cooperativa de impresión, una Cooperativa de compra de maquinaria agrícola, las Cooperativas de crédito y las federaciones cooperativas.

Las primeras Cooperativas de producción se fundaron a finales del siglo pasado, cuando em­pezaba a abandonarse en Dinamarca el tradi­cional cultivo de cereales y granos y se entraba en una etapa de explotación mixta de agricul­tura y ganadería. En gran parte se debe a las Cooperativas el que esta transformación tuviera un éxito considerable.

En 1882 se fundó la primera Cooperativa le­chera en Hjedding. El éxito de esta Cooperativa fue completo y de todas partes del país acudie­

ron visitantes para ver su funcionamiento y copiar sus estatutos. Estos sirvieron durante mu­chos años de modelo de todas las Cooperativas lecheras que se iban creando en el país. El crecimiento de estas Cooperativas lecheras fue tan grande, que en 1890, o sea, ocho años des­pués de la fundación de la primera, había ya 679 Cooperativas de este tipo en el país. En 1900 había 942 y en 1931 se alcanzó la má­xima cantidad, con un total de 1.413. Posterior­mente se realizó una centralización de la indus­tria que causó una disminución de la cantidad de Cooperativas lecheras, de modo que actual­mente existen 1.240, si bien esta reducción del número de Cooperativas no ha representado nin­guna merma en cuanto al número de asociados, que actualmente suman 180.000, es decir, el 90 por 100 de todos los ganaderos daneses. Es inte­resante hacer notar que el número de vacas que cría cada ganadero es reducido, como puede apreciarse en el cuadro siguiente:

D is t r ib u c ió n d e l a s v a c a s l e c h e r a s s e g ú n e l t a m a ñ o d e l o s r e b a ñ o s (1 )

% de rebaños % de vacas lecheras

Rebaños de 1 a 3 v ac as .................................. 16,6 4,3Rebaños de 4 a 14 v ac as .................................. 70,5 63,8Rebaños de 15 a 49 v ac as .................................. 12,5 28,1Rebaños de más de 50 v a c a s ............................. 0,4 3,8

Toda la producción lechera de Dinamarca es entregada diariamente a las centrales en estado fresco, excepto una pequeña cantidad que es utilizada en los predios para consumo humano y la crianza de temeros. En 1956 el rendimiento medio por vaca fue de 3.051 litros, con el 4,12 por 100 de materia grasa.

Las Cooperativas lecheras danesas fueron fun­dadas por propia iniciativa de los ganaderos, sin que hasta la actualidad hayan sido objeto de una legislación especial. La base de la coope­ración son los estatutos. No obstante, en 1947 la Federación de Sociedades Lecheras Danesas elaboró un modelo de estatutos que generalmente sirve de guía para las Cooperativas. En los re­glamentos se menciona la sede, el nombre y el propósito de la Cooperativa lechera, además de los derechos y obligaciones de los miembros. Generalmente los Estatutos determinan:

1) Cada miembro estará obligado a entregar a la Cooperativa lechera toda su producción de

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leche, menos la que se utiliza para el consumo casero o la crianza.

2) La leche tiene que entregarse limpia, fresca y sin adulteraciones.

3) Los pagos se efectúan o por la leche en­tregada o por la cantidad de grasa que contiene la leche.

4) Los miembros responden solidariamente por todas las deudas como simples fiadores, en relación con la cantidad de leche entregada du­rante los últimos diez años.

5) Cada miembro tiene, en la Asamblea ge­neral, derecho a un voto, sin que se tenga en cuenta el número de vacas que posee.

Existen varios métodos para el pago de la leche a los cooperadores, siendo el más corriente el que consiste en el cálculo del valor de la grasa de la leche reducida a mantequilla y pagando la leche descremada a un precio fijo determinado

(1) Einar O. Petersen: ‘‘La Industria Lechera en Di­namarca”. Editorial Técnica de Publicaciones de Le­cherías. Copenhague, 1958.

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por la Federación de Sociedades Lecheras Dane­sas. Si, por ejemplo, se establece que se em­plean 85 unidades de materia grasa para un kilo de mantequilla, quiere decir que el cooperador recibe el valor de un kilo de mantequilla por cada 85 unidades de materia grasa que ha entre­

gado a la Cooperativa, más el valor fijo de la leche descremada. De esta cantidad se deducen los gastos de explotación de la Cooperativa y una cantidad que se distribuye al final del año.

Los cálculos se hacen a base de la tabla si­guiente:

E je m pl o de t a b l a p a r a e l c á l c u l o d e l p r e c io d e l a l e c h e , se g ú n p r e c io p o r k ilo

Porcentaje de materia grasa

Valor en m ante­quilla

Valor leche descremada

Total Deducción A pagar

3,80 30,40 11,00 41,40 8,00 33,403,85 30,80 11,00 41,80 8,00 33,803,90 31,20 11,00 42,20 8,00 34,203,95 31,60 11,00 42,60 8,00 34,604,00 32,00 11,00 43,00 8,00 35,00

Supongamos que el valor de la mantequilla es de 680 0 res el kilo. El precio de la unidad grasa será de 680: 85 = 8,00.

El valor en mantequilla se obtendrá multipli­cando el valor de la unidad grasa por el porcen­taje de grasa que tiene la leche en cuestión. En la primera línea del ejemplo anterior será, por consiguiente, 3,80 X 8 = 30,40. El valor de la leche descremada es fijo.

La reducción para gastos de explotación es de cinco 0 res por kilo de leche. Pago atra­sado, 3 0 res por kilo. Por consiguiente, lo que se pagará por un litro de leche con un porcen­taje de materia grasa de 3,80 será de 33,40.

Existen también otros métodos de cálculo del precio de la leche, pero van cayendo en desuso por resultar mucho más complicados.

D.—COOPERATIVAS EN AFRICA

Al hablar de las Cooperativas en Africa, te­nemos que hacer una distinción entre Africa del Norte y el resto de Africa, por presentarse la evolución y las realizaciones cooperativistas de forma muy distinta.

A frica del N orte:

El elemento dominante en Africa del Norte es la agricultura, representando el número de campesinos del 70 al 90 por 100 de la pobla­ción activa. Teniendo en cuenta este hecho, se comprenderá fácilmente que el desarrollo coope­rativista haya tenido preferentemente lugar en las Cooperativas agrícolas.

Los primeros movimientos cooperativistas en Africa del Norte tuvieron lugar en la segunda década de este siglo. Sin embargo, estos prime­ros movimientos cooperativistas se limitaron casi exclusivamente a la población europea, pudién­dose decir que la participación de los nativos

no tuvo verdadera importancia hasta el año 1940.

Según informes de la O. I. T. (1), existían en 1959 las siguientes Cooperativas en Africa del Norte:

Egipto:

Cooperativas agrícolas, 3.095, con 1.050.000 miembros.

Cooperativas de consumo, 241.Cooperativas industriales, 1.Escuelas Cooperativas, 558.Cooperativas petrolíferas, 1.Organizaciones regionales, 17.

Teniendo en cuenta que el número de agricul­tores en Egipto es de 2.600.000, resulta que el

(1) Véase “Labour Survey of North Africa”. B. I. T. Ginebra, 1960, páginas 312 a 342.

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40 por 100 de ellos están encuadrados en Coope­rativas. En 1955 había 1.911 Cooperativas Agrí­colas en Egipto. Este enorme incremento es de­bido especialmente a la nueva Ley de Coopera­tivas de 1956, que regula de manera especial los créditos agrícolas.

Libia:

Antes de 1956 no había Cooperativas entre los nativos de Libia. La primera Ley de Coope­rativas es de esta fecha. Se comprenderá, por consiguiente, que el movimiento cooperativista esté actualmente en sus comienzos, existiendo en 1959 solamente 33 Cooperativas, con un total de 6.143 miembros.

Túnez:

El movimiento cooperativista en este país es incipiente. Aunque los colonos franceses des­arrollaran una gran labor cooperativista, el mo­vimiento quedó paralizado al retirarse los coloni­zadores. Lo que más se encuentra a faltar en el país para la puesta en marcha de las Coopera­tivas son las instituciones de crédito.

Argelia:

A finales de 1958 existían las siguientes Cooperativas en Argelia:

Cooperativas Agrícolas, 568, c o n 66.361 miembros, de los cuales 35.957 eran eu­ropeos.

Cooperativas de Viviendas, 128.Cooperativas de Pesca, 6.Cooperativas Escolares, 250.

Marruecos:

La primera Cooperativa establecida en Ma­rruecos fue una Cooperativa de Pesca en 1934.

En 1955-56 existían en Marruecos las siguien­tes Cooperativas:

Cooperativas Agrícolas ... .. . 94 — 45.857 m.Cooperativas de Producción.. . 44 — 5.514 m.P e sc a ................................ . .. . 1 — 100 m.Otras ... ... ............................ . 7 — 3.540 m.

Cooperativas en él resto de Africa:

A pesar de las grandes ventajas que el coope­rativismo puede llevar a los pueblos africanos, el movimiento cooperativo en Africa ha sido

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lento, y esto tiene su explicación en el hecho de que la cooperación es una ciencia cuya téc­nica no puede improvisarse. Para poner una Cooperativa en marcha con ciertas garantías de éxito es necesario no sólo un profundo conoci­miento de los principios y prácticas del coope­rativismo, sino también un detenido estudio de los aspectos técnicos de las tareas que quieran llevarse a cabo.

No obstante estas observaciones, puede afir­marse que el movimiento cooperativo africano ha tenido ya resultados brillantes.

En cuanto a la forma legal de organizar las actividades cooperativistas, existen tres sistemas distintos: en los territorios portugueses y belgas, en que la supervisión administrativa tiene una gran importancia, la administración sigue aten­tamente todas las operaciones y funcionamiento de la Cooperativa y está presente en todas sus reuniones; en cambio, en los territorios france­ses prevalece la actitud exactamente contraria: las Cooperativas son completamente libres, deja­das a su riesgo y peligro.

En los territorios ingleses se da una gran im­portancia a la educación, para que las Coopera­tivas puedan dar todo el fruto posible.

Como prueba de la probidad de estos siste­mas, tenemos que mientras en 1955 en Uganda había 1.110 Cooperativas, en el Camerún fran­cés había 79 y en Angola 6.

Ex Congo Belga:

En 1955 existían las Cooperativas siguien­tes (1):

Cooperativas de C onsum o......... 12 — 2.546Cooperativas A grícolas............... 27 — 102.256Cooperativas de Producción......... 2 — 275Cooperativas de Comerciantes... 10— 721O tra s .............................................. 15 — 20.300

Según el informe de la OIT, las causas de la falta de desarrollo de las Cooperativas en el ex Congo Belga son las siguientes:

1) Un gran número de Cooperativas se fun­dó sin la adecuada preparación preliminar.

2) La supervisión era demasiado estricta.3) Los miembros de las Cooperativas no

participaban activamente.4) Falta de personal europeo o africano su­

ficientemente preparado, tanto en las Coopera­tivas como en la administración.

5) La atribución de créditos contenía dema­siadas restricciones.

(1) Véase Repertorio Internacional de Organizaciones Cooperativas, O. I. T., 1958.

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Kenia:

El movimiento cooperativista en este país em­pezó en 1944. En 1955 existían en el país 333 Cooperativas con un total de miembros de 51.039. En 1952 se formó una escuela de cooperación para los indígenas y un buen nú­mero de oficiales cooperativistas que actual­mente dirigen las Cooperativas del país, han pasado por esta escuela.

Tanganica:

En 1955 existían 311 Cooperativas en el país, con 237.823 miembros. Estas Cooperativas se distribuían de la forma siguiente:

Cooperativas de V e n ta ....... . ... 300Cooperativas de Crédito .......... 5Cooperativas de Consum o......... 4O tra s ............................................. 2Uniones de Cooperativas .......... 15

El gran impulso de las Cooperativas en los últimos años ha sido dado por los plantadores de café.

Uganda:

En 1946 no había ni una sola Cooperativa registrada en Uganda, si bien existían algunas Cooperativas más o menos clandestinas. En 1950, gracias a la protección de la ley de 1946, había ya 273 Cooperativas. Pero la gran reforma fue introducida por la ley de 1952, y gracias a esta disposición legislativa, en 1955 se llegó a 1.110 Cooperativas, con un número total de miembros que ascendía a 117.911.

Rhodesia del N orte:

En 1947 existían solamente en el país nueve Cooperativas, y todas ellas formadas exclusiva­mente por europeos. Un año más tarde había 35 Cooperativas, de las cuales 23 estaban cons-

pi tituidas por africanos. En 1955 eran ya 140, la mayoría sociedades de venta de tabacos.

G hana:

El movimiento cooperativista en Ghana ha experimentado un sin número de altos y bajos, que han impedido el desarrollo adecuado del cooperativismo en el país. Las Cooperativas na­cieron de la necesidad de comercialización del

cacao. En 1930 existían 31tras que ocho años después (1938) existían 419, pero la mayoría estaban constituidas por europeos. Debido a la fuerte intervención esta­tal, apenas tuvo lugar un movimiento coope­rativo entre los africanos. Es solamente a partir de 1944 cuando se empieza a democratizar el movimiento y el Estado empieza a favorecerlo sin inmiscuirse demasiado. Durante la guerra, las Cooperativas sufren un rudo golpe, y en 1944 habían subsistido solamente 250 Coope­rativas, con un total de 7.021 miembros. Gracias a la nueva legislación, el número de Coope­rativas subió a 443 en 1955, con un total de 41.500 miembros. De estas Cooperativas, 376 eran de venta. Las condiciones legales no han favorecido las Cooperativas de Consumo, estando éstas en plena decadencia, de suerte que no que­dan más de seis en todo el país.

Camerún francés:

Al final de la segunda guerra mundial, el mo­vimiento cooperativista gozaba de gran popula­ridad en el Camerún francés. No obstante la falta de preparación de los africanos que se arriesgaban a la creación de Cooperativas, trajo como consecuencia el fracaso de la mayoría de ellas. En 1957 no existían en todo el país más que 79 Cooperativas, la mayoría de ellas agrí­colas. Para remediar estos males, en 1952 se creó una escuela cooperativa en Francia para formación de cooperativistas en Ultramar.

Unión Sudafrica?ta:

En 1955 existían en Sudáfrica 458 Coopera­tivas. Aunque la ley de 1939 no prohíbe las Cooperativas interraciales, en realidad cada uno de los grupos ha constituido sus Cooperativas. La mayoría de las existentes pertenecen a los blancos y la razón del declive de las Coopera­tivas africanas se atribuye especialmente a la falta de formación de los dirigentes.

CONCLUSIONES

De los datos dados anteriormente se deduce que el movimiento cooperativista africano se ha desenvuelto de manera muy irregular. Este des­arrollo ha dependido, sobre todo, de la forma en que los Gobiernos respectivos han considerado las Cooperativas. Cuando el Gobierno ha visto la utilidad de las Cooperativas, tanto desde el punto de vista económico como social, y ha querido colaborar proporcionando los medios y técnicas adecuados; cuando el Gobierno ha pro­mulgado leyes apropiadas a este desarrollo y ha

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impulsado el movimiento sin eliminar la inicia­tiva privada, entonces las Cooperativas han flo­recido por doquier en el país.

Debido al carácter educativo de las Coope­rativas y a que constituyen un medio eficaz de promoción de comunidad, estas asociaciones tie­nen un gran porvenir en el Continente negro.

En cuanto a legislación, todos los Estados africanos han promulgado leyes para promover el desenvolvimiento cooperativo, si bien siguiendo principios distintos de actuación, como decíamos

al principio. Pero excepto casos aislados, ha fal­tado mucho el esfuerzo educativo en cuanto a la formación de los cooperativistas.

Debido a la estructura económica africana, deberían, sobre todo, fomentarse las Cooperati­vas Agrícolas, así como también las Cooperati­vas de Crédito.

La importancia que la ayuda técnica a los países subdesarrollados prestada por la O IT da a la cooperación, nos indica la trascendencia que se atribuye a tales asociaciones en Africa.

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APENDICE

V

¿ Q U E P O D R IA U S T E D L E E R S O B R E

C O O P E R A C IO N ?Por D. JUAN GASCON

, Como divulgación, lo más acertado en lengua castellana es la «Guía del cooperador», publi­cación núm. 1 de la Asociación de Estudios Cooperativos, y que ha sido redactada por Elena García Morales. Del acierto de esta publicación da idea el hecho de que miss Polley, secretaria de la Alianza Coperativa Internacional, se ha hecho cargo de traducirla al inglés y va a ocu­parse de que re traduzca a todos los idiomas que maneja la Alianza, para difundirla por el mundo entero.

De tono divulgador son también los folletos de Juan Ventosa Roig, titulado «Elementos de Cooperación Escolar», que se publicó en Méjico en 1955, y el de Antonio Fabra Ribas, «La cooperación al alcance de todos», que apareció en Medellín (Colombia) en 1942.

Algo ya más denso, aunque también sirve para iniciarse, es el libro de Antonio Gascón y Miramón titulado «La cooperación y las Cooperativas. Iniciación a su estudio», del que han aparecido ediciones en 1954 y recientemente en 1960.

Para tener una visión histórica del problema y referido a España, es muy importante el libro de Juan Revenios Carner «El movimiento coope­rativo en España», Ediciones Ariel, 1960, con prólogo de Alberto Pérez Baró.

Para el que quiere tener una idea de la legis­lación vigente, es aconsejable el manual de José Luis del Arco «Teoría y práctica de las Coope­rativas», publicado en 1957, con prólogo del Obispo doctor Almarcha. Contiene formularios y normas prácticas para la constitución de Cooperativas conforme a la legislación en vigor actualmente.

Una visión de la doctrina cooperativa puesta al día puede encontrarse en el libro de Lambert «La doctrine coopérative», publicado en Bélgica y Francia, del que pronto aparecerá una traduc­ción al castellano por Intercoop de la Argentina, traducción que ha corrido a cargo de Juan Gas­cón Hernández y Femando Elena García. Im­prescindible es mencionar el libro de la OIT «Las Cooperativas. Manual de cooperación

obrera», publicado en 1956 por la Organización Internacional del Trabajo y que ha sido publi­cado por Mauricio Colombain.

Una explicación sociológica del hecho coope­rativo se encuentra claramente expuesto en la «Historia de las doctrinas económicas», de Gide y Rist, así como en las obras de Infield.

Respecto a las Cooperativas y la educación, son de mencionar las obras de Ventosa Roig y Luz Filho sobre Cooperativas Escolares, así como la publicación núm. 6 de la UNESCO, redac­tada por Ventosa Roig, y que se dedicó al tema de Cooperativas Escolares.

Una visión del Derecho cooperativo interna­cional se encuentra en la obra publicada en in­glés por Laszlo Valko y también de una manera resumida en las «Notas para la formación del concepto del Derecho cooperativo comparado», que publicó en Coimbra, en 1957, Juan Gascón Hernández.

Interesante es conocer las instituciones y or­ganismos cooperativos más importantes.

El más importante organismo internacional de coperación es la Alianza Cooperativa Inter­nacional, fundada en Londres en 1895 y a la que pertenecen hoy 49 países, con cerca de 150 millones de miembros. La ACI tiene su sede en Londres, 11, Upper Grosvenor St., y como ór­gano mensual publica la Revista de la Coope­ración Internacional, de la que se hacen edi­ciones en francés, inglés y alemán. Las gestiones hechas cerca de Watkins, actual director de la ACI, para que la Revista aparezca también en castellano, han fracasado hasta ahora.

Sigue en importancia, como organismo coope­rativo internacional, la Organización Interna­cional del Trabajo, fundada por el eminente cooperador Albert Thomas en 1919. A la O IT pertenecen 79 países, entre ellos España, y pu­blica la Revista Internacional del Trabajo e «Informaciones cooperativas», que se editan en varios idiomas, entre ellos el castellano.

Otros organismos cooperativos de trascenden­cia muy destacada son la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la alimentación y

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la agricultura) la UNESCO y la UNICEF. Todos estos organismos de la ONU son entida­des cooperativas por su estructura, finalidades y funciones, y algunos de ellos, como la FAO, se ha definido a sí misma como «Cooperativa de Gobiernos». La FAO publicó en 1957, encar­gándoselo a miss Sheila Gorst, una bibliografía seleccionada de cooperativismo, en la que se hacía referencia a diversas obras en español, entre las que destacan las de Oscar Parrao, Valderrama Ordóñez, Fabra Ribas, Nicolás Reppetto, Do­mingo Bórea, Carlos Gide, Jorge Fauquet y An­tonio Gascón y Miramón.

De la obra de Gascón y Miramón se hacía referencia a la edición de 1954, y se decía lo siguiente: «Esta obra fue publicada por primera vez en 1928. En la presente versión se repro­duce el texto original editado y con notas al pie añadidas por el hijo del autor.» El libro em­pieza con un capítulo dedicado a introducción general, en que se expone la naturaleza de la cooperación, seguido de un breve bosquejo de la historia de las Cooperativas de Consumo en la Gran Bretaña. El capítulo siguiente trata, con alguna extensión, de la condición legal de las Cooperativas. Comprende un interesante análisis de la clasificación de los diferentes tipos de las Cooperativas, en que el autor somete a examen crítico diversos planes y expone el suyo propio. Los tres capítulos restantes constituyen mono­grafías sobre diferentes manifestaciones del cooperativismo. El desenvolvimiento de la coope­ración agrícola en Irlanda, la comercialización de la fruta en California y los fondos trigueros canadienses. En forma de apéndice se dan una bibliografía de otras obras del autor y un resu­men de un curso sobre mutualidad y cooperación dictado en 1930. El libro sigue constituyendo

una útil introducción al cooperativismo. Trata con bastante extensión de la doctrina coopera­tiva, y las exposiciones de la práctica coopera­tiva, aunque totalmente anticuadas, están elegi­das acertadamente y proporcionan al estudioso una valiosa base histórica.

En 1957 se habían publicado en España mu­chas obras sobre cooperación que no merecieron ser ni siquiera mencionadas por la FAO en la selección bibliográfica que se hizo con todo cui­dado.

Sobre organización financiera y contabilidad de Cooperativas, lo más interesante es el libro de Alejandro A. Moirano, titulado «Organización de las Sociedades Cooperativas. Constitución, adminstración y fiscalización», librería Editorial El Ateneo, Buenos Aires, 1947, 289 páginas.

Constituye este manual una guía útil sobre la organización y administración de las socie­dades cooperativas de todo tipo. Está escrito en un lenguaje claro y conciso y bien ilustrado con modelos de reglamentos y formularios. Las sec­ciones que se ocupan de contabilidad y finanzas cooperativas son útiles, pues en ellas se explican admirablemente los principios fundamentales. Completa la obra un índice que facilita el ma­nejo.

En España se ocupa de cooperación, en el as­pecto oficial, la Obra Sindical de Cooperación, encuadrada en la Delegación Nacional de Sin­dicatos, y en un aspecto más amplio y total la Asociación de Estudios Cooperativos, constituida en 1959 al amparo de la Facultad de Ciencias Políticas y Económicas. El presidente de la Asociación de Estudios Cooperativos es Valen­tín Andrés Alvarez; la secretaria, Elena García Morales, y el tesorero, Femando Elena García.

«

108

índice

B I B L I O G R A F I A

Para la elaboración de esta bibliografía nos hemos basado en el apéndice bibliográfico de la obra del señor Antonio Gascón «La Coopera­ción y las Cooperativas».

De las obras citadas por este autor hemos seleccionado aquellas publicadas después de 1945 que, a nuestro parecer, puedan ofrecer mayor interés para nuestros lectores. Para esta biblio­grafía en lengua castellana hemos conservado la misma sistemática empleada por el citado señor Gascón.

Al final incluimos una bibliografía en lenguas extranjeras, que consideramos de interés debido a lo poco que se ha publicado en España sobre la materia en los últimos años.

1) OBRAS GENERALES

Benedicto, F rancisco: L os fu n d a m e n to s d e l c o o p e r a tiv is m o . Buenos Aires, 1946.

Cusín, A lejandro: Curso de enseñanza coope­rativa. Habana, 1950.

G ascón H ernández , Ju a n : ¿Qué es una Coope­rativa? Tirada aparte de la Revista de Juris­prudencia, 1953.

Oficina I nternacional del T rabajo: In tro ­ducción a la práctica cooperativa. Ginebra, 1952.

Barillas de I zaguirre, Roberto: M ovim iento Cooperativo en Puerto Rico. Ministerio del Trabajo. Guatemala, 1949.

G rattarola, L ázaro: Tem as cooperativos. Buenos Aires, 1950.

O r g a n iz a c ió n d e E st a d o s A m e r ic a n o s : E lcooperativismo y el problem a indígena. Wásh- ington, 1951.

V alderrama Ordóñez, Carlos: Aspectos del cooperativismo colombiano. Imprenta Nacio­nal. Bogotá, 1953.

Warbasse, P. J.: Democracia cooperativa. Edi­torial Atalaya. Buenos Aires, 1946.

2) DERECHO COOPERATIVO

Cavallone Brebia: Cooperativismo. Socieda­des cooperativas de la República Argentina. Buenos Aires, 1947.

Chaves N úñez, Fernando: Organización y administración de las Cooperativas de C on­sumo. Wáshington, 1950.

Chaves N úñez, F ernando: L a legislación cooperativa en A m érica . Unión Panamerica­na. Wáshington, 1947.

Gobierno de M éxico: Sociedades mercantiles y cooperativas. México, 1953.

H eras, Rafael: L a cooperación no es una u to­pía. Impresiones de un viaje a Escocia. Fede­ración Argentina de Cooperativas de Consu­mo. Buenos Aires, 1949.

Salinas Puente, A ntonio: Derecho Coopera- tivo. Doctrina. Jurisprudencia. Legislación. México, 1954.

3) COOPERACION AGRICOLA

K ooperativa Forbundet: Sociedad de consu­mo de Esto colmo y sus alrededores. Estocol- mo, 1956.

T horsten Odhe : Las Cooperativas de C on­sum o en la vida económica de Suecia. Esto- colmo, 1949.

U n ió n N acio n al de C o o pe r a tiv a s d e l C a m p o :Tem as de cooperación agrícola. Madrid, 1949.

4) C O O P E R A C IO N Y E D U C A C IO N

G a r c ía M o ral es , E l e n a : Guía de la coopera­ción. M.adrid, 1960.

V entosa R oig: Elem entos de cooperación esco­lar. México, 1955.

índice

109

5) TRIBUTACION DE COOPERATIVAS

A morós R ic a : R égim en jurídico-fiscal de las Cooperativas españolas. Madrid, 1952.

6) HISTORIA DE LA COOPERACION

A ntonioleti, M ario : Principios de historia del cooperativismo. Ed. Universitarias, S. A. San­tiago de Chile, 1948.

A znar Embid, Severino: Estudios económico- sociales. Madrid, 1946.

A zpiazu, Joaquín: Fundam entos de sociología económico - cristiana. Editorial Bibliográfica Española. Madrid, 1949.

Fernández Sánchez Puerta, F rancisco: Las clases medias económicas. Instituto Balmes de Sociología. Madrid, 1951.

Gascón H ernández, Juan: Esbozo de una his­toria de la Cooperación. Madrid, 1959.

Re ventos, Juan: Aportación al estudio de los orígenes del cooperativismo en España. Edi­ciones Ariel, 1960. Barcelona.

BIBLIOGRAFIA EN OTRAS LENGUAS

Strebler, C.: Principes d3 organisation coopé- rative. Colmar, S. A. S. A. N. E. P., 1960.

N aciones U nidas: R ural Progress through Co- operatives. 1954.

L avergne, Bernard: L a Révolution Coopéra- tive ou le socialisme de VOccident. Presses Universitaires de France, 1949.

H andschin, H ans: L a Finlande Coopérative. Impremiere de L ’U. S. C. Bale, 1957.

Gullender, A ke : Farmers Cooperation in Sw eden. Ed. The Jowa State College Press. Jowa, 1951.

— Jakrbuch des D eutschen Raiffeisenverbandes e. V. X. Jahrgang. 1957. Edit. Deutschen Raiffeisenverbandes.

Oficina I nternacional del T rabajo: Coope­ration in Industry . 1951.

Oficina I nternacional del T rabajo: Labour Su rvey o f N o rth A frica . 1960.

O ficina I nternacional del T rabajo: A frican Labour Survey. 1960.

V aldiki, M oura: A B C da Coo per agao. Río

de Janeiro. Serví go de informagao agrícola. 1958.

L asserre : Coopératives c o n t r e Cariéis et Trusts.

L avergue: Les regies Cooperatives. Librairie Félix Alcam.

Patterson, R.: T a x E xem ption o f Cooperati­ves. 1960.

Parker, F. E.: F irst 125 Years: A history o f distributive and Service Cooperation in U ni­ted States.

Pitts : Cooperative M ovem en t in N egro com - m unities o f N o rth Carolina.

W atkins, S. M .: A S tu d y in Constructive Eco- nom ic R eform .

D igby, M .: W orld Cooperative M ovem ent. N. Y., 1950.

Bogardus, E.: Problems o f Cooperation. N. Y., 1960.

Colé, G.: British Cooperative M ovem ent in a Socialist Society.

B rown. E. R .: Cooperative R oad to A bundance.

110

Oíndice

...Por ello so deberá proteger y promover, en armonía con el bien común y con los progresos técnicos, ya la® empresas, tanto industriales como agrícolas de tipo familiar, ya tiambién las iniciativas cooperati­vistas, que tienden igualmente a la integración y perfeccionamiento de dichas empresas.

Y en primer lugar, debe decirse que para que unas empresas e ini­ciativas de esta índole realmente se consoliden y prosperen hay que irlas Adaptando constantemente—-tanto en sus instalaciones cuanto en los procedimientos productivos—a los progresos de los tiempos, cotidia­namente impuestos, sea por los progresos científicos y técnicos, sea por las variables necesidades y preferencias de los consumidores. Y esta acomodación deben verificarla, naturalmente y sobre todo, los propios (artesanos y cooperativistas.

Por este motivo es de todo punto conveniente, no sólo que se dé a unos y otros la, debida formación, ya en cuanto al desempeño de su oficio, ya en cuanto a su formación cultural, sino también que se orga­nicen en asociaciones profesionales. Y no menos conveniente que el Estado desarrolle una política idónea para la reglamentación de la instrucción, de los tributos, de los créditos monetarios, de los seguros y de la previsión social.

Por lo demás, una política oficial de tal índole en pro de los arte­sanos y cooperativistas es digna de aprobación y de encomio, puesto que ellos aportan auténticos bienes y contribuyen b 1 desarrollo de la cultura.

Así las cosas, exhortamos paternalmente a los artesanos y coopera­tivistas, hijos carísimos esparcidos por todo el orbe, a que tengan en lia mejor estim ación el cometido que en la nación se les ha confiado, de modo que, merced a su esfuerzo, vayan despertando cada vez más en todos los estratos sociales de sus respectivos plaíses la conciencia del deber y la mutua colaboración, y el afán creador de los hombres se sienta estimulado a producciones nuevas y primorosas...

...Nos es grato, por estas razones, reconocer la meritoria labor de aquellos hijos nuestros que por todas partes del mundo, fundando o promoviendo Cooperativas y otras varias asociaciones, se esfuerzan con todo empeño pará que los agricultores, juntamente con todos los demás ciudadanos, no sólo disfruten de la debida abundancia de bienes, sino también de una justa dignidad de vida.

MATER ET MAGISTRA

S. S. JUAN XXXII

índice

i Oíndice

T í t u l o : Repertorio Internacional de Organizaciones Cooperativas. A u t o r : Organización Internacional del Trabajo.A ñ o : 1958.

D esd e e l añ o 1921 la O fic in a In te r n a c io n a l d e l T rab ajo h a p u b licad o v a r ia s ed i­c io n e s de u n repertorio in te r n a c io n a l de o rg a n iza c io n es coo p era tiv a s, la ú lt im a de la s cu a les ap areció en 1939. La ú lt im a ed ic ió n en 1958 se h a rea lizad o a base de u n a

e n c u e s ta m u n d ia l y o frece la m á s rec ien te in fo rm a c ió n sobre los o rg a n ism o s co o p e­ra tiv o s m á s im p o r ta n te s e n todo e l m undo.

L a s ca te g o r ía s de o rg a n iza c io n es C o o p era tiv a s sobre la s q u e se fa c i l i ta in fo rm a c ió n so n la s s ig u ien tes :

1. O rg a n iza c io n es in te r n a c io n a le s n o g u b ern a m en ta le s que co n sa g ra n to d a s su s a c tiv id a d e s o u n a p a r te im p o r ta n te de la s m ism a s a l coop erativ ism o .

2. O rg a n iza c io n es co o p era tiv a s de seg u n d o grado.3. O rg a n iz a c io n e s que p a r tic ip a n a c tiv a m e n te e n e l d esarro llo d el m o v im ien to

co o p era tiv o en ca d a p a ís .4. A lg u n a s o r g a n iza c io n es co o p era tiv a s m u y im p o rta n tes .

T í tu lo :

A u t o r :

A ñ o :

E d i to r ia l :

La Cooperación y la Cooperativas.

Antonio Gascón.

1960.

Ediciones de Historia, Geografía y Arte, S. L. Madrid.

E l libro e stu d ia p a r tic u la r m e n te la s C oop erativas d e C on su m o en g en era l y en p ar­ticu la r h a c e u n estu d io d e ta lla d o d e la h is to r ia d e los co o p erad ores d e la R o ch d a le , la s C oop era tiv a s fr u te r a s de C a lifo r n ia y la o rg a n iza c ió n co o p era tiv a d e la v e n ta d e lo s a c e ite s esp añ o les. E l libro v a a co m p a ñ a d o de tres a n ex o s: «¿Q ué e s coop eración ?» «C oo­p era c ió n y E d u cación » y «E sbozo de u n a h is to r ia de la C ooperación». A d em á s c o n ­tie n e u n a n ex o b ib lio g rá fico d e m á s d e 200 ob ras sob re coo p era tiv ism o esc r ita s en e sp a ñ o l o p ortu gu és.

T í tu lo :

A u t o r :

A ñ o :

E d i t o r i a l

La Doctrina Cooperativa.

Paul Lambert.

1961... .. . ,, '‘ '.7 - ' 7 V: . 77■Intercoop Editora Cooperativa Limitada. Buenos Aires. O

índice

U n a b u en a p a r te d e l libro e s tá d ed ica d a a la h is to r ia d el co o p erativ ism o; por co n ­s ig u ie n te , la obra h a c e e sp ec ia l r e feren c ia a lo s p a íse s en que e l co o p era tiv ism o s e d es­arro lló prim ero. N o o b sta n te , com o d ice el au tor, la s te s is d e la obra n o h a n sid o c o n ­ceb id a s so la m e n te p ara los p a íse s de g ra n d esarro llo eco n ó m ico , s in o que so n v á lid a s para lo s p a íses en v ía s d e desarro llo .

E s ta s te s is de que h a b la e l au to r son:1. E x is te u n a u n id a d fu n d a m e n ta l de la co o p era c ió n b a jo v a r ied a d d e form as.2. H a y q u e gu a rd a rse de co n sid era r a la coo p era c ió n com o u n c o n ju n to d e in s t i­

tu c io n e s p u ra m en te ec o n ó m ic a s y d e a is la r la d e su s a sp ira c io n es m orales.

3. La cooperación debe acercarse al movimiento obrero y buscar la unión con él para acciones de interés común.

4. La cooperación debe considerarse como una entidad enteramente separada de la acción del Estado.

5. La misión de la cooperación no es solamente ocupar un sector de la economía; eUa ofrece una fórmula valedera para la actividad económica en su conjunto.

índice 4

T í t u l o : Cooperativas de Consumo.

A u t o r : Elsa Hoerler de Carbonell.

A ñ o : 1956.

E d i t o r i a l : Instituto de Estudios Sociales de Barcelona.

H a ce u n e stu d io de la ev o lu c ió n h is tó r ic a de la s C o o p era tiv a s d e C on su m o e n e l

m u n d o , p a r a ce n tr a r se d esp u és en e l e s ta d o a c tu a l d e d ic h a s C o o p era tiv a s a l m ism o

tiem p o que h a ce u n a d escr ip c ió n de su fu n c io n a m ie n to y e fecto s que t ie n e n sobre

lo s socios, co m p etid o res y eco n o m ía en g en era l.

T í t u l o : Teoría y práctica de las Cooperativas.

A u t o r : José Luis del Arco.

A ñ o : 1957.

P r ó lo g o : Del Obispo de León, doctor Luis Almarcha.

E d i to r ia l : Publicaciones del Instituto Sindical de Formación Cooperativa.

L as tres p a r te s de que se com p o n e e l libro n o s in d ic a n y a so b ra d a m en te su co n ten id o : P rim era p arte: La C oop eración com o fe n ó m e n o econ óm ico-socia l.

¡Segunda p arte: D e la s C oop erativas e n E sp a ñ a . S u v ig e n te e s ta tu to ju ríd ico .T ercera p arte: C óm o s e co n st itu y e u n a C oop erativa .

E n la tercera p a r te se in c lu y e n u n a ser ie d e fo rm u la r io s q u e p u ed a n serv ir de g u ía a la s co o p era d o res en la fu n d a c ió n de la s C oop erativas , asi com o u n m o d elo de e s ta ­tu to s.

T í t u l o : Las Cooperativas; Manual de formación obrera.

A u t o r : Oficina Internacional del Trabajo.

; A ñ o : 1956.; ' -

índice

C ato rce le cc io n es sobre coop era tiv ism o que d a n u n a v is ió n so b re la evo lu c ión , s itu a ­

c ió n a c tu a l y c a r a c ter ística s d e la s d ife r e n te s c la se s d e C o o p era tiv a s ex is te n te s . L ecc io ­

n e s in te r e sa n tís im a s so n la s q u e s e re fieren a l m o v im ien to coop erativo y la ed u ca c ió n ,

a sí co m o a la estru c tu ra y a d m in istra c ió n d e la s C oop erativas.

iníndice

T í t u l o : La Dirección y Administración de Cooperativas, A u t o r : B .I. T.

A ñ o : 1960.

244 págs.

C om o su n om b re in d ica da norm as para la a d m in istra c ió n de la s C ooperativas, n o r m a s que, por d ir ig ir se a m u ch o s p a íses con le g is la c io n e s coop era tiv a s m u y d iversas, t ie n e n que ser n e c e sa r ia m e n te m u y gen era les, La obra em p ieza por u n a ex p o sic ió n g e n era l d e l m o v im ien to co o p era tiv ista . E l ca p ítu lo s ig u ie n te e stá d ed ica d o a la f is c a ­liza c ió n d e la C o o p era tiv a por u n C om ité e leg id o d em o crá tica m en te . A c o n tin u a c ió n s e d e ta lla n e l ca rá c ter y la s fu n c io n e s de la geren c ia . L os r e s ta n te s c a p ítu lo s tr a ta n d e a sp ec to s p rácticos, com o la d irecc ió n del p erson a l, lo ca les, o fic in a s, v en ta s , com er­c ia liza c ió n y tra n sp o rte de m erca n c ía s , etc .

T í tu lo : La Cooperación en el campo y una realidad cooperativa en el Urgellet.

A u t o r : Domingo Moliné Nicola.

A ñ o : 1952.

104 págs.

P r ó l o g o : Del doctor Almarcha.

E d i to r ia l : Fondo Obras Sociales.

E n el libro s e d escrib e la fu n d a c ió n y e l fu n c io n a m ie n to d e u n a c e n tr a l lech er a

co o p era tiv a e n e l P ir in eo C a ta lá n . L a C ooperativa , que co n ta b a 150 so c io s en 1930,

d esp u és de 15 a ñ o s d e fu n c io n a m ie n to , p a só a 650 en 1936, c o n ta n d o 1.300 en 1951.

T í tu lo : Estudio de la Primera Cooperativa de Producción constituida en una Zona Concentrada. Zúñiga.

A u t o r : Ministerio de Agricultura. Servicio de Concentración Parcelaria.

A ñ o : 1961.

145 págs.

Oíndice

E stu d io m u y in te r e sa n te por c o n stitu ir u n ejem p lo d e cóm o e l p rob lem a esp a ñ o l

d el m in ifu n d io p u ed e reso lverse por m ed io d el co op erativ ism o .

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l Oíndice.*

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T í t u l o :

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Las Cooperativas y la Educación Fundamental.

A utor: Maurifce Colombain.

A ño: 1950.

200 págs.

Editorial: Unesco.

E l au tor , p a ra d em o stra r e i va lo r ed u ca tiv o d e la coop erac ión , v a d escr ib ien d o

e je m p lo s d e C o o p era tiv a s m o d elo e n to d a s p a r te s d e l m u n d o. E sp e c ia lm e n te in te r e sa n ­

te s so n lo s ca p ítu lo s d ed ica d o s a la e n se ñ a n z a co o p era tiv a e n lo s d ife r e n te s países*

t i ,r ,r.

Título: La Cooperación como sistema económico-social.

Autor: Luis Almarcha.

A ño: 1955.

343 págs.

Editorial: Obra Sindical de Cooperación.

E l d o cto r A lm a rch a , O bispo d e L eón , h a c e u n e s tu d io del co o p era tiv ism o com o

tercer s is te m a e n tre e l ca p ita lism o y e l co m u n ism o . A c o n tin u a c ió n , e l libro c o n tie n e

u n estu d io sobre la s d iferen tes c la ses de C ooperativas, evo lu c ió n h is tó r ica y s itu a c ió n

a c tu a l en E sp añ a . P o r ú ltim o , h a ce u n e stu d io sob re la le g is la c ió n v ig e n te e n E sp añ a .

T ítulo: La Sociedad Cooperativa. Doctrina. Concordancias. Jurispru­dencia. Legislación extranjera.

A utor: Federico Rodríguez Gomes.

A ño: 1955.

479 págs.

Editorial: Instituto para la Educación Económica. Buenos Aires.

índice

L ibro in te r e sa n te p a ra tod os lo s Que se o cu p a n d e lo s a sp e c to s le g a le s d e l coop era ,

t iv ism o , p u e s s i b ie n h a c e r e fe r e n c ia e sp ec ia l a l d erech o a rg en tin o , su s n u m ero sa s

re fe r e n c ia s a le g is la c ió n y d o c tr in a ex tra n jera , lo h a c e n in s tr u c tiv o p a ra e stu d io so s

d e to d o s lo s p a íses .

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Oíndice

T í tu lo : Cooperativas Agrícolas. Orientaciones para su creación, organi­zación y funcionamiento.

A u t o r : Juan José Ruiz.

A ñ o : 1959.

73 págs.

E d i t o r i a l : Cuenca.

F o lle to de gra n u tilid a d p ara tod os los que q u ieran fu n d a r C oop era tiv a s d el C am po. E l a u to r describ e la s cu a lid a d es que d eb en a n im a r a lo s cooperadores, la o rg a n iza c ió n de la s C oop erativas, e l fu n c io n a m ie n to y d a u n a ser ie de m o d elo s de in s ta n c ia s y d o ­cu m en to s que so n n e c esa r io s p a ra la co n st itu c ió n de u n a C oop erativa .

T í tu lo :

A u t o r :

A ñ o :

E d i t o r i a l :

#

Estudios varios sobre cooperación.

Juan Gascón Hernández.

1960.

Asociación de Estudios Cooperativos.

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E l fo lle to (45 p á g in a s) tr a ta d e p rob lem as ta n in te r e sa n te s com o la coo p era c ió n y

e l b ien com ú n , e l co n cep to d e lu cro e n la s C oop erativas, e l in d iv id u a lism o , la coop era­

c ió n d esd e e l p u n to de v is ta econ óm ico , lib er ta d y coop eración , etc .

' » - ♦ « . ' < - » » t j * * j i • » 1 , « • 1 t

T í t u l o : El capitalismo y el comunismo y la cooperación.

A u t o r : Doctor Luis Almarcha.

A ñ o : 1957.

E d i t o r i a l : Gráficas Tejano, S. A. Madrid. ¡ Oíndice

C o n feren c ia p ro n u n cia d a por el E xcm o. y R vdo. Sr. d on L u is A lm arch a , O bispo de L eón, a n te la A sa m b lea d e la U n ió n N a c io n a l de C oop erativas del C am po, ce leb ra d a en M adrid el d ía 22 de m a y o d e 1957.

E n la lu c h a p r e se n te en tre c a p ita lism o y com u n ism o, d o s fo r m a s m a te r ia lis ta s de la c o n cep c ió n d el hom bre, se le v a n ta u n a tercera p osib ilid ad : e l co op erativ ism o . E n tod o p roceso eco n ó m ico ju e g a n dos e le m e n to s esen c ia le s: c a p ita l y a ctiv id a d . E n e l ca p ita lism o y s im ila r e s e l fr u to d el ca p ita l y de la a c tiv id a d s e d iv id e en tre el sa la r io a la a c tiv id a d y el d iv id en d o a l ca p ita l. E n la coop eración e l sa la r io se da a l ca p ita l y e l d iv id en d o, a la activ id a d . .

Oíndice

T í t u l o : Explorando el futuro. El movimiento, el método cooperativoy sus posibilidades.

A u t o r : M. A. Angueira Miranda.

A ñ o : 1958.

E d i t o r i a l : Ediciones Intercoop. Buenos Aires.

E sta m o s v iv ien d o u n periodo de crisis. D e la o r ien ta c ió n que sé dé a e ste p eriod o

d ep en d e e l fu tu ro d e la H u m a n id a d . E l a u to r p ro p u g n a u n a p la n if ic a c ió n co o p era tiv a

e n lu g a r d e u n a eco n o m ía p la n if ic a d a .

T í tu lo :

A u t o r :

A ñ o :

E d i t o r i a l :

Notas para la formación del concepto del Derecho Cooperativo.

Juan Gascón Hernández.

1957.

Associagao Portuguesa para o Progreso das Ciencias.

E stu d io com p a ra tiv o d e lo s d ife r e n te s s is te m a s ju r íd ico s co o p era tiv o s e n v is ta s a la fo r m a c ió n d e u n D erech o C oop erativo co n m á s e fic a c ia e n la rea lid ad .

T í tu lo : El régimen cooperativo.

A u t o r : Baldomero Cerdá Richart.

A ñ o : 1960.

E d i t o r i a l : Bosch. Barcelona.

I

L a obra c o n s ta d e se is vo lú m en es,, cu y a so la en u m e r a c ió n basta para dar una id ea d e su co n ten id o :

1. D o ctr in a e h is to r ia d e la coop eración .2. L a co o p era c ió n e n gen era l. ^3. L a s so c ied a d es c o o p era tiv a s en p a r ticu la r . m f4. F o rm u la r io s d e d o c u m en to s co op erativos. índice5. A d m in istra c ió n y c o n ta b ilid a d de so c ied a d es co o p era tiv a s.6. R ég im en juríd ico , tr ib u tario y de p rev isión so c ia l de la s so c ied a d es coop erativas.

lOíndice

T ítu lo : El movimiento Cooperativo en España.

A utor: Juan Reventós Carner.

Año: 1960.

Editorial: Ediciones Ariel, S. L. Barcelona.

E l libro, d ed icad o a la evo lu ción coop erativa esp a ñ o la desde su s o rígen es h a sta 1936,

lla m a la a te n c ió n por su carácter a lta m e n te c ie n t íf ic o y por la gran d o cu m en ta c ió n que

h a reun ido e l a u to r p ara su elab oración . E sp ec ia lm en te in te r e sa n te es el estu d io de la

leg is la c ió n por la que se h a n regido las C oop erativas en E sp a ñ a h a sta 1936.

Título: African Labour Survey.

Autor: Oficina Internacional del Trabajo.

Año: 1958.

S e e s tu d ia en e s te vo lu m in oso libro (712 p á g in a s) lo s a sp ec to s so c ia le s d el tra b a jo

e n lo s p u eb los a fr ica n o s, ex c lu y en d o los* p a íse s árabes. T ra ta d e l desarro llo d e l co o p e­

ra tiv ism o e n c a d a u n o d e e llo s y e stu d ia la s ca u sa s de su flo r e c im ie n to o e s ta n c a ,

m ie n to en los d iversos p a íses.

T ítu lo : Labour Survey in North Africa.

A utor: Oficina Internacional del Trabajo.

A ño: 1960a

. índice

Ig u a l que e l a n ter io r tr a ta de lo s p rob lem as la b o ra les e n A fr ica d e l N orte , c o a

e sp e c ia l co n sid era c ió n d e l d esarro llo d el co o p era tiv ism o e n lo s m ism os.

Oíndice

RE V IS T A S

Título: Cuadernos de Estudios Cooperativos.

Año; 1958.

Editorial; Instituto Sindical de Formación Cooperativa.

E stu d io s por v a r io s a u to res sobre d ife r e n te s a sp ec to s d e la co o p era c ió n , e n tre otros lo s s ig u ie n te s :

J o sé M a r ía R ia z a B a lle stero s: «L a coo p era c ió n y la s c o rr ien tes id eo ló g ica s fu n d a ­m e n ta le s e n to rn o a la em presa» .

J u a n G a sc ó n H ern á n d ez: «¿Q ué e s coop eración ?»R ob erto C u ñ a t: «E l m o v im ie n to co o p erativo y la s m o d e r n a s «re la c io n es h u m a n a s»

en la in d u str ia » .B a ld o m cro C erd á R ich a rt: «L a e n se ñ a n z a d e la coop eración » .F . M u ñ oz G ra n d es: « P a n o r a m a d e la co o p era c ió n e sp a ñ o la e n e l cam p o».J o sé L u is d e l A rco: « In terv en c ió n s in d ica l de las C ooperativas» , etc.

R E V IST A S

Revista Internacional del Trabajo.

Octubre 1960.Título: El movim iento cooperativo y la protección de los consumidores.

Autor: M. Bonow, Secretario general de la Unión Cooperativa y Socie-* dad de Venta al por Mayor de Suecia.Año; 1960.

L os eco n o m ista s y so c ió lo g o s h a n m ostrad o g ra n in te r é s e n e l p ro b lem a d e la p ro­te c c ió n d e lo s co n su m id o res. C u estio n es com o lo s m o n o p o lio s d e p recios, la co m p e­te n c ia d e s le a l y la c a lid a d d e lo s p ro d u cto s d e m a rca h a n s id o e s tu d ia d o s m in u c io sa ­m en te , y e l rem ed io su g er id o p or la m ayor p a r te d e lo s eco n o m ista s en e s te d o m in io h a s id o la in te r v e n c ó n e s ta ta l e n u n a u o tra form a, E n cam b io , la p o sib ilid a d d e a le n ­ta r a lo s co n su m id o res a p ro teg er su s in te r e se s p or m ed io d e la coo p era c ió n h a re c i­b ido u n a a te n c ió n m u c h o m en or. E s te a rtícu lo d escrib e d iversos m éto d o s d e co lab o­ra c ió n e n tr e e l m o v im ien to co o p era tiv o y e l E sta d o co n lo s q u e p u ed e m ejo ra rse la S itu a c ió n d e l con su m id or.

R E V IS T A S

Revista Internacional del Trabajo.

Enero 1962.

Título: La Organización Económica JNacional de las Cooperativas en Bir­mania.

Autor; B. I. T.i Oíndice

E n e ste a r tícu lo s e d escrib en lo s o r íg en es y fu n c io n a m ie n to d e la s U n io n e s T erri-

to n a le s e n B irm a n ia , su s p rob lem as de crec im ien to y lo s h e ch o s m á s s a l ie n te s d e u n a

rec ie n te fa s e de e x te n s a reo rg a n iza c ió n de su fu n c io n a m ie n to y de su a d m in istra c ió n .

iOíndice