EL COMBATE DE LA COLINA DE SAN JUAN
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EL COMBATE DE LA COLINA DE SAN JUAN
JUAN ANDRÉS CABALLERO DÍEZ (*)
JUNIO 2012
RESUMEN: La batalla de la colina o de las lomas de San Juan fue quizás la batalla más
sangrienta y más famosa de las que se libraron Cuba durante la guerra
hispano-estadounidense y donde apenas 500 soldados españoles en una
demostración de bravura y pundonor combatieron hasta la extenuación y
lograron repeler durante un día entero a una fuerza estadounidense cuarenta
veces superior.
Palabras Clave: Cuba, San Juan, Santiago de Cuba, El Caney. Guerra de Cuba
ABSTRACT: The battle of the hill or the hills of San Juan was perhaps the bloodiest battle
and most famous of which were fought Cuba during the Spanish-American War
and where only 500 Spanish soldiers in a show of bravado and pride fought to
exhaustion and succeeded in repelling a whole day to a U.S. force forty times
higher..
Key Words: Cuba, San Juan, Santiago de Cuba, El Caney, Cuba War
(*) Licenciado en Historia por la UNED y Especialista en Historia Militar por el Instituto Universitario General Gutiérrez Mellado, es autor, propietario y administrador del blog “El Oráculo del Trisquel”, dedicado a temas históricos.
JUAN ANDRÉS CABALLERO DÍEZ
2 El Oráculo del Trisquel, junio 2012, Registro SafeCreative 1209022219547
"En este día, han demostrado ser unos bravos enemigos, dignos de honor por su bizarría." Palabras de Roosevelt reconociendo el valor demostrado por las tropas españolas.
INTRODUCCIÓN
La batalla de la colina o de las lomas de San Juan fue quizás la batalla más sangrienta
y más famosa de las que se libraron en la guerra hispano-estadounidense.
El General William Rufus Shafter1 decidió atacar Santiago el 1 de julio de 1898. El
camino que va desde Siboney a la ciudad fue el eje de avance elegido y sobre él
progresaría el grueso de su ejército, pero un pequeño obstáculo natural existía en su
camino, las lomas de San Juan. Sobre éstas, el general Arsenio Linares2, había situado
algo más de cuatrocientos hombres y una Sección de artillería con dos cañones Krupp
de 75 mm. Las lomas formaban parte de la primera línea defensiva que Linares había
establecido en torno a Santiago. Shafter pensó mandar tres Divisiones contra esta
posición pero la resistencia heroica de El Caney hizo que sólo pudiera emplear dos.
En las lomas de San Juan los apenas 500 soldados españoles estaban dispuestos a
combatir con bravura y así lo hicieron logrando repeler durante un día entero a una
fuerza estadounidense de entre 15.000 y 20.000 hombres.
Los planes de Shafter para atacar Santiago de Cuba pasaban por reducir la fortaleza
española en El Caney, que tomaría tras 12 horas de intenso combate, y después unir a
todas las tropas para el ataque conjunto a la cumbre de la colina de San Juan.
En esta batalla tomó parte Theodore Roosevelt, con los famosos Rough Riders —los
jinetes duros— que formaban parte de la División de Caballería comandada por Joseph
Wheeler, quien aseguró estar solo al frente de sus tropas, el único hombre a caballo,
labrándose una fama de héroe, quizás un poco exagerada3.
1 William Shafter fue ascendido a general al estallar la guerra contra España en mayo de 1898 y es el encargado de entrenar al 5º Cuerpo de Infantería, con base en Florida, para realizar un desembarco en la isla de Cuba. Tomando Santiago de Cuba el 17 de julio de 1898, y realizó meritorias acciones de guerra como la carga contra las posiciones de Kettle Hill y la batalla de las colinas de San Juan. 2 El General Arsenio Linares Pombo, obtuvo en Cuba el mando de la Brigada de Operaciones de la provincia de Santiago. Por la acción de Seibabo asciende a General de División y nombrado Gobernador Militar de Santiago de Cuba organizó su defensa durante la guerra con los norteamericanos. 3 Por su acción en esta batalla Roosevelt fue propuesto para recibir la Medalla de Honor del Congreso, la máxima condecoración militar estadounidense, pero la petición fue desestimada en varias ocasiones, hasta que en 2001le fue concedida la medalla a título póstumo, siendo el único presidente estadounidense en poseerla. http://es.wikipedia.org/wiki/Batalla_de_la_Colina_de_San_Juan.
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LAS POSICIONES ESPAÑOLAS Y LAS FUERZAS DE DEFENSA
La posición de San Juan, extendiéndose aproximadamente de Norte á Sur y cruzada
en su parte media por el camino del Pozo á Santiago, se componía de una loma irregular
de 500 m de largo al Sur de dicho camino y de 700 m al Norte. La parte Sur era muy
pendiente y se adelantaba en forma de bastión, encontrándose en su extremo más
avanzado el fortín de San Juan.
Las defensas consistían en una zanja para tiradores, de 200 m de extensión que se
había hecho a 50 m al este del fortín, siguiendo la cresta del cerro Sur en forma de
bastión. Junto al camino al lado Norte, estaba la casa de campo de San Juan y otra zanja
como la anterior, además de un blocao de ladrillo y algunos de madera en la cima de las
Lomas. El conjunto formaba la zona avanzada del fuerte de Canosa que estaba bajo el
mando del general Rubín. En la mañana del l de Julio y a las órdenes del coronel
Baquero, el fortín de San Juan y las zanjas de vanguardia se hallaban guarnecidos por
una compañía del Batallón de Puerto Rico y una compañía del Batallón de Talavera con
100 hombres cada una. La línea de defensa de Canosa, posición fortificada para el
repliegue a retaguardia, estaba defendida por el Batallón de Talavera, con una compañía
en las posiciones a la derecha del frente hacia el Sudoeste, otra en las de al lado del
camino a San Juan y otra en el ala izquierda. A la entrada del camino del Caney había
dos escuadrones de caballería con unos 200 hombres aproximadamente.
Fig.1 El general Linares, Comandante en jefe de las fuerzas españolas en las
Lomas de San Juan ( (Fuente: )
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Contaba como defensas naturales con la presencia del río San Juan y de varios
arroyos que discurrían cercano a las Lomas, y con una colina como avanzadilla del
sistema defensivo. Entre esta colina y las Lomas existía, además, un estanque de agua
que contribuía a facilitar su defensa.
El general Linares, bajo cuyo mando estaba la reserva reunida, con el resto de las
unidades de defensa esperaba un ataque a lo largo del camino del Pozo, a consecuencia
de los movimientos de los americanos del 30 de Junio, pero no quería desplegar más
fuerzas en el cerro de San Juan hasta cerciorarse que su adversario se dirigía
efectivamente en esa dirección. Dadas las condiciones del terreno, que no permitía el
despliegue de las columnas americanas, sino en una zona de 500 m y bajo el fuego
español, una defensa enérgica del cerro de San Juan haría ganar mucho tiempo y
ocasionaría grandes pérdidas en el enemigo. A estas fuerzas de Reserva se sumarían, ya
finalizando el combate, 1.000 hombres de las dotaciones de la escuadra del almirante
Cervera que al mando del Capitán de Navío Joaquín Bustamante protagonizaron un
contraataque que no obtuvo resultados.
DESPLIEGUE Y PRIMEROS MOVIMIENTOS NORTEAMERICANOS
En la mañana del 1 de julio, el general Shafter se encontraba enfermo y envió a su
Jefe de Estado Mayor, el coronel MaClernand a observar el despliegue, situándose en la
colina de El Pozo, y a enlazar a los grupos del Ejército desplegados para al ataque,
mientras el general Lawton atacaba con cerca de 7.000 hombres El Caney defendido por
el general Vara del Rey. Comienzan los movimientos el grueso de tropas cubanas, al
mando del insurrecto García, quien en Marianage, al oír el ruido de la batalla que se
libraba en El Caney, bordea el arroyo de las Guamas y se atrinchera con sus 3.000
hombres esperando el apoyo de los norteamericanos.
En la colina del El Pozo se había emplazado una batería atrincherada y en las
inmediaciones se encontraban desplegados un Batallón Cubano y el 1er. Regimiento de
Caballería de Voluntarios —los Rought Riders—. Más al Este se encontraban los
Regimientos 1º y 10º de Caballería a pie y 1ª División de Infantería, directamente sobre
San Juan. Contaba con la 2ª Brigada de la División de Infantería como fuerza de
reserva.
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Fig.2 El General Shaffter, general en jefe de las tropas norteamericanas en Cuba. (Fuente: http://espanatalcual.blogspot.com.es)
COMIENZO DEL COMBATE
A las 07:50 horas el coronel MaClernand ordena abrir fuego con la batería situada en
la colina de El Pozo sobre el fortín de San Juan que es respondido con acierto por la
artillería española4 —los dos cañones krupp — obligando, sobre las 08:40, a los
americanos a detener el fuego habiendo causado algunas bajas no sólo entre los
artilleros norteamericanos sino también sobre algunas de las unidades que habían sido
desplegadas cerca de las piezas. Detenido el fuego artillero, los cañones españoles
cambian de emplazamiento situándose hacia el camino de Santiago, para poder hacer
fuego sobre la Infantería enemiga, lugar por donde se preveía que avanzasen los
norteamericanos.
Sobre las 09:15 de la mañana, la División de Caballería a pie recibió la orden del
Cuartel General de quitarse de la línea de fuego de la artillería enemiga y de avanzar por
el camino de Santiago hasta la linde del bosque. Los Regimientos 9º, 6º y 3º de la 1ª
Brigada, empezaron el movimiento con unos 50 cubanos como vanguardia del
Regimiento número 9. Las tropas norteamericanas, confiadas de su superioridad
numérica se lanzaron directamente al ataque sin reconocer previamente el terreno,
repitiéndose la misma escena que en El Caney, pues el acierto y el volumen de los
disparos españoles les obligan detenerse sin poder avanzar. Las tropas comienzan a
4 Los españoles tenían tomadas mejor las distancias que los norteamericanos y eran más precisos en sus disparos, a lo que se unió la utilización de pólvora sin humo y una mejor ocultación que impedía a los norteamericanos precisar la ubicación exacta de las piezas de artillería españolas. (Wester, 1901).
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apelotonarse sobre el intrincado terreno, negándose incluso algunas unidades a avanzar,
por lo que son obligadas a abandonar los caminos para no entorpecer las evoluciones del
resto de tropas.
La confusión es enorme en esos primeros momentos del combate entre las fuerzas
norteamericanas, no pudiendo los españoles aprovechar esta ventaja debido a su falta de
efectivos. Ante el intenso fuego español que impedía los movimientos de las tropas
americanas, éstas elevaron hacia las 09:30 de la mañana, un globo de observación5,
desde una posición al Oeste de El Pozo, con objeto de determinar los detalles de las
posiciones enemigas. El globo, de un llamativo color amarillo, fue rápidamente abatido
por los cañones españoles, no sin antes observar que los españoles estaban fuertemente
atrincherados en San Juan.
Unos 300 hombres y 2 cañones ocupaban desde las 09:00, antes de que empezara el
fuego de la infantería, la loma de San Juan, con posiciones avanzadas en el cerro de las
Olla y en el vado de Aguadores.
Sobre las 09:40 una compañía del 9º Regimiento, —la H—, se dirigió a al vado de
Aguadores donde fue recibida con una fuerte descarga de fusilería por parte del
destacamento avanzado español, que tras un corto combate se retiró sobre el cerro de
San Juan desde siguió realizando fuego sobre la compañía americana, mientras el resto
del 9º Regimiento continuaba su avance por la orilla del río Aguadores hacia el río San
Juan. Los Regimientos 6º y 3º siguieron a la compañía H del 9º.
Summer, que había recibido la orden de ocupar los vados y avanzar hacia el Norte
para unirse a la fuerzas de Lawton, ordenó a la 2ª Brigada avanzar por el arroyo Guama.
Mientras la infantería española continuaba realizando fuego sobre el camino de
Santiago fijando a la columna americana e impidiendo su avance. Los Regimientos 6º y
3º que habían llegado, bajo un intenso fuego enemigo, hasta el barranco del río San
Juan6, desplegaron: el 3º junto al camino de Santiago, y el 6º más al Norte mezclado con
el 9º. El Regimiento de Voluntarios de la 2ª Brigada seguía avanzando por el arroyo de
Guama. Los Regimientos 1º y 10º pasaron el vado de Aguadores y se establecieron en
posición al Oeste del río quedando el Regimiento de Voluntarios tras ellos como
reserva. Sobre las 11:00 la División de Caballería se encontraba en el barraco de San
Juan en una situación comprometida y expuesta al fuego español al que no podían hacer
frente desde esa posición. 5 También denominado globo cautivo de campaña. 6 Debido a esta acción, a la confluencia de los ríos Aguadores y San Juan se la denominó como El ángulo sangriento (The bloody angle o The bloody bend). (Wester, 1901).
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Fig. 3. Mapa del combate de las Lomas de San Juan. (Fuente:
Latinamerican studies en ttp://www.latinamericanstudies.org/spanwar.htm)
La artillería de la División de Caballería era de pequeño calibre y entró poco en
combate, los cañones tipo Colt, Hotchkiss y los Sum Dudley apenas efectuaron unos
pocos disparos sobre las posiciones españolas y se retiraron por no disponer de los
abrigos necesarios con que protegerse.
A los Regimientos de Infantería 5º, 16º, 17º y al de Voluntarios de Infantería de
New-York, pertenecientes a la 1ª Brigada de la 1ª División, el general Kent les ordenó
avanzar al lado de la División de Caballería, aumentando el desorden en la columna
que estaba recibiendo intenso fuego enemigo. Kent da la orden al Regimiento de
Voluntarios de tomar el camino sur de San Juan quienes al comenzar la progresión
reciben una intensa descarga de los Maüsser españoles que descompuso al Regimiento
cuyos componentes huyeron presas del pánico. Ante esta caótica situación Kent ordena
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a la Brigada de Wkhoff con los Regimientos 13º, 9º y 24º que acelere la marcha por el
sendero Sur y comience inmediatamente el ataque. Las tropas de Wkhoff, mejor
preparadas, no vacilaron y avanzaron entre los asustados voluntarios sin detenerse a
pesar del intenso fuego que recibían. El propio general Wkhoff cayó muerto en el
ataque.
El general Kent ordena a la 2ª Brigada, con los Regimientos 10º, 2º y 21º, continuar
por el lado Sur del vado y desplegar a la izquierda de la 3ª. El 10º Regimiento
posicionado en el valle del arroyo hizo fuego sobre San Juan. El 2º Regimiento
continuaba el avance por el río San Juan y el 21º fue enviado a reforzar la línea de
tiradores de la 1ª Brigada en el camino de Santiago.
Pasado el mediodía la 1ª y 3ª Brigadas se encontraban desplegadas y la 2ª se
apresuraba a reforzarlas para tomar parte en la acción.
ATAQUE AL CERRO DE LA OLLA
La situación de la División de Caballería del general Wheeler era insostenible bajo el
fuego enemigo, así que decide atacar inmediatamente sin esperar a Lawton, ordenando
al general Summer que avance quien así lo hace sobre las 11:45 horas. Wheeler, como
general más antiguo7, ordena al general Kent que comience el ataque en cuanto se
complete el despliegue, que queda así: la 1ª Brigada de Caballería con el 10º
Regimiento por la izquierda, el 6º por la derecha y el de Voluntarios de Caballería de
sostén, avanzaría sobre el cerro de la Olla, con la línea de tiradores al Norte del camino
de Santiago; el 3º Regimiento se movía a lo largo del camino y el grueso de las fuerzas,
los Regimientos 6º, 9º, 1º y Voluntarios, dirigía su ataque sobre el cerro de la Olla8.
El ataque fue muy dificultoso y costó la vida a muchos hombres. Hacia las 13:00
horas los americanos llegaron al pie del cerro, que tomaron en un solo asalto. Los
españoles no abandonaron la posición hasta que los americanos no estuvieron a 150 m
de distancia, retirándose la pequeña fuerza que defendía el cerro de la Olla sobre el
cerro Norte de San Juan.
7 Había asumido el mando de la operación por enfermedad del general Shafter. 8 El teniente coronel Roosevelt mandaba su regimiento montado a caballo, incluso en lo más recio del combate.
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Fig. 4. El teniente coronel Roosevelt a caballo en las Lomas de
San Juan. (Fuente: http://www.elgrancapitan.org)
La caballería americana continuó haciendo fuego sobre la pendiente Oeste del cerro
de la Olla hasta las 13:15 horas aproximadamente.
ATAQUE A LAS POSICIONES DE SAN JUAN
A las 13:00 horas, el 6º Regimiento que había avanzado por la orilla del bosque era
rechazado por el intenso fuego de los españoles, al igual que el 16º y el 13º. La 1ª
Brigada avanza por el Este sobre el fortín de San Juan, la 3ª por el Sudeste sobre la parte
Sur del cerro y la 2ª se estaba reagrupando.
El primer batallón del 10º atacó el cerro por el ala derecha de la guarnición de San
Juan. A las 13:40 se ordenó al 2º Regimiento colocarse a la izquierda del 10º siendo su
avance retardado por la posición de los Voluntarios de Nueva York no completándolo
hasta las 14:15 y, tras cruzar el río, desplegaron a campo abierto.
Mientras que la 2ª Brigada prestaban apoyo fijo a todas las unidades, la línea de
tiradores de la 1ª división avanzaba hacia el cerro de San Juan por el Sur del camino. El
combate fue de tal magnitud que no se combatía como regimientos o compañías sino
como turbas de soldados que avanzaban como podían sobre el objetivo. La primera
División al completo y las piezas Gatling concentraron sus esfuerzos sobre la posición
de defensa en la que quedaban apenas 300 españoles a los que se les había dado la orden
de retirarse9.
9 Parece ser que antes de la llegada de los americanos, los españoles ya habían comenzado a retirarse de la posición que unido a las bajas que se habían producido, la entidad de los defensores era bastante menos de los 300 hombres indicados.
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Fig. 5. El combate de las Lomas de San Juan. (Fuente: Miguel del Rey, (2010). Portada )
El general Hawkins ordenó el ataque y las tropas americanas comenzaron a trepar
por la pendiente del lado Este del cerro, sufriendo mucho menos que en campo abierto
debido al ángulo muerto para el fuego español. Los pocos defensores que permanecían
en el cerro a la llegada de los americanos, hizo vacilar a los atacantes que retrocedieron
descendiendo hasta media ladera10, cuando se animaron nuevamente se precipitaron
gritando sobre las posiciones españolas que estaban defendidas por muertos y heridos.
A las 13: 45 horas quedó tomado el cerro Sur de San Juan y sobre las 14:00 horas la
División de Caballería ocupó la parte Oeste de la loma y a continuación la Norte.
Las Lomas de San Juan son totalmente ocupadas por los extenuados soldados
americanos, que se deben enfrentar ahora a las tropas españolas situadas en la segunda
línea defensiva.
SITUACIÓN DE LOS ESPAÑOLES
El general Linares había conseguido su objetivo obligando al enemigo a realizar un
inmenso despliegue y ocasionándole numerosas pérdidas tanto de hombres como de
tiempo, sin caer en la trampa de enfrascarse en combates decisivos en las posiciones
10 Es de destacar que un puñado de defensores que permanecían en las posiciones obligaran a retroceder a todo el 6º Regimiento. Esto pone de manifiesto el valor y arrojo de los españoles en la defensa de sus posiciones.
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avanzadas, ordenó que se retirasen las tropas que tenía en San Juan disponiendo que la
Caballería apoyase el repliegue de la Artillería y que una compañía de marineros,
apostada en la Plaza de toros, se trasladase a Canosa11.
Las piezas de montaña se retiraron con dificultad y fueron apoyadas por una
compañía de Canosa. La infantería, que tan heroicamente había defendido el cerro de
San Juan, pudo retirarse a las trincheras de Canosa gracias a un violento fuego de los
batallones de Puerto Rico y Talavera cuando los americanos llegaron a la cresta de
cerro.
SITUACIÓN DE LOS AMERICANOS EN EL CERRO DE SAN JUAN
El apoderarse del cerro de San Juan había costado un gran sacrificio a los
norteamericanos, las dos divisiones empeñadas en el combate estaban extenuadas,
prácticamente disueltas y desplegadas en un frete de unos 2.300 m. como consecuencia
del admirable valor y resistencia de un enemigo vente veces inferior en número.
Fig.6. Tropas norteamericanas en las Lomas de San Juan. (Fuente: http://www.elgrancapitan.org)
Los americanos habían tomado la loma de San Juan y ahora debían conservarla, ya
que desde las posiciones españolas les caía un constante fuego desde las posiciones de
Canosa. Comenzaron la reorganización de las unidades al abrigo de la loma, la 1ª
Brigada al Norte, la 3ª al Sur y la 2ª se encontraba con el 10º Regimiento combatiendo, 11 Para proteger la retirada de las piezas y las tropas que se replegaban de San Juan, avanzó la guerrilla montada del batallón de Puerto Rico, compuesta por 70 hombres. (Wester, 1901).
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sobre las 14:30 horas, al Suroeste del fortín de San Juan y con el 2º, sobre las 16:30,
luchando contra las líneas de defensa del Este y Nordeste de Santa Úrsula. La División
de Cuba no se pudo reorganizar convenientemente ya que nada más ocupar la loma se
vio envuelto en una seria lucha, al igual que el Regimiento de Voluntarios que recibía
fuego de una pequeña tropa situada en Santa Cruz.
A las 16:00 horas, el general Wheeler asume el mando de la División de Cuba, ya
que la ocupación de las Lomas de San Juan no estaba bien asegurada y la situación en
los flancos creaba una gran inquietud ya que las unidades allí desplegadas estaban
recibiendo un intensísimo fuego de artillería e infantería que estaba haciendo estragos
en una tropa bastante desmoralizada. Wheeler solicita a Shafter apoyo de artillería y éste
ordena a las baterías que se trasladen al cerro de la Olla con objeto de proteger una
hipotética retirada, si la situación se complicaba.
Todo intento americano de avanzar más allá del cerro de San Juan era rechazado y
les obligaba a no poder continuar con la ofensiva. "El combate de San Juan había
agotado la fuerza ofensiva de los atacantes" (Wester, 1901). El cansancio de las tropas
creó dudas de que fuesen capaces de de conservar las posiciones alcanzadas.
Como bien se temían los americanos, se produce una contraofensiva española,
llevada a cabo por una compañía de marinos desembarcados de la escuadra de Cervera,
al mando de Capitán de Navío Joaquín Bustamante, quien a caballo carga valientemente
contra las tropas norteamericanas cayendo herido de un disparo en el abdomen que le
causaría la muerte en Santiago varios días después. Este desesperado último ataque
fracasó y no consiguió recuperar las posiciones perdidas.
Esta acción detiene el avance americano, que ven como aún no llegan las tropas de
Lawton que siguen en El Caney, y ante el temor de nuevos contraataques españoles que
puedan ser llevados a cabo por las tropas de refuerzo que se sabe están a punto de
recibir los españoles, les lleva a tomar la determinación de recurrir a las fortificaciones
de campaña en todo el frente, continuando los combates, con menor intensidad, durante
dos días más, pero sin decidirse a realizar un ataque definitivo.
Por su parte el general Linares, que había sido herido en el brazo, entregó el mando
al general Toral quien reorganizó la defensa en la última línea, un estrecho perímetro a
sólo dos kilómetros de la ciudad, y desplegó al Batallón de Talavera en el cerro Oeste
de Santa Cruz bajo el fuego americano. Las bajas españolas en el combate de San Juan
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fueron considerables, la mayor parte de los muertos heridos pertenecían a la guarnición
de San Juan.
Oficiales Tropa Muertos 8 19 Heridos 25 174 Prisioneros 4 Desaparecidos 4
Total 37 197
Por parte de los americanos, las bajas fueron:
Muertos Heridos Desaparecidos
1ª División 59 495 58
2ª Brigada Cuba 8 115 4
3ª Brigada Cuba 32 180 1
Artillería 2 5
Total12 131 795 63
Las tropas cubanas de Calixto que participaron en la acción sufrieron unas 200 bajas
en el combate.
El propio Roosevelt escribía al senador Henry Cabot lo siguiente:
"Diga al presidente que, por amor del cielo, nos envíe cada regimiento y, sobre todo, cada batería que sea posible. Hasta ahora hemos ganado con un alto coste, pero los españoles luchan muy duramente y estamos muy cerca de un terrible desastre militar (...)"13.
La desesperación en las filas americanas ante la imposibilidad de superar las
defensas españolas es tal, que el día 3 de julio el general Shafter le envió al Secretario
de Guerra el siguiente telegrama: "Tenemos la ciudad cercada por el norte y por el este,
pero con una línea muy débil (...) y estoy considerando seriamente una retirada de 5
millas (...)". Sin embargo, ese mismo día, se servía en bandeja la victoria a los
americanos al salir, a plena luz del día, la escuadra española de la bahía de Santiago14.
El general Shafter pidió al general Toral que le entregase la plaza de Santiago:
Cuartel General de las Fuerzas de los Estado Unidos Cerca del río San Juan, 3 de julio de 1898. 8:30 AM Al Comandante general de las fuerzas españolas, Santiago de Cuba. Señor:
12 Otras fuentes estiman que los norteamericanos tuvieron el Las Lomas de San Juan 205 muertos y 1.180 heridos 13 http://battlefieldspain.blogspot.com. 14 http://battlefieldspain.blogspot.com.
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Me verá obligado a menos que capitule a bombardear Santiago de Cuba. Por favor, informe a los ciudadanos de los países extranjeros y a todas las mujeres y niños que deberán abandonar la ciudad antes de las 10 en punto de mañana por la mañana.
La respuesta de Toral no se hizo esperar:
Santiago de Cuba, 3 de julio de 1898. 3:00 PM Su Excelencia al General Comandante de las fuerzas de los estados Unidos, cerca del río San Juan. Señor: Tengo el honor de contestar a su comunicación de hoy, escrita a las 8:30 a.m. y recibida a la 1:00 p.m., demandando la rendición de esta ciudad y que advierta a las mujeres y niños extranjeros que deben abandonar la ciudad antes de las 10 en punto de mañana por la mañana. Es mi deber decirle que esta ciudad no se rendirá y que informaré a los cónsules y habitantes extranjeros del contenido de su mensaje. Muy respetuosamente. José Toral Comandante en Jefe. 4º Cuerpo.
La situación era grave, pero para fortuna de los agotados soldados norteamericanos,
la guerra no se iba a decidir en tierra, sino en el mar, en la batalla naval de Santiago.
(Miguel del Rey, 2010)
CONCLUSIONES
El combate de las Lomas de San Juan fue probablemente la batalla más dura de las
que tuvieron lugar en la guerra hispano-norteamericana en la que los defensores
españoles, muy inferiores en número a los americanos, les hicieron pagar un alto precio
y vendieron cara su derrota.
El mando norteamericano había considerado como sencilla la operación de San Juan
convencidos que después de Guantánamo y las Guásimas el avance sobre Santiago sería
un paseo militar.
Las Lomas de San Juan constituían una parte esencial del perímetro defensivo de
Santiago, eran el centro de un grupo de trincheras y fortificaciones que ocupaban unos
tres kilómetros y medio de longitud en un espacio que iba desde Dos Caminos a Punta
Blanca. San Juan constituía una posición muy sólida y bien reforzada por el general
Linares.
Como conclusiones militares podemos establecer que el elevado número de bajas que
sufrieron os americanos se debió en parte al empleo erróneo que hicieron de la artillería
que no apoyó el ataque como debía haberlo hecho y la infantería tuvo que avanzar sola
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frente a un enemigo bien pertrechado, por tanto el efecto de la artillería sobre las zanjas-
trincheras fue muy pequeño. Así mismo el desbarajuste que se produjo entre los
atacantes se debió al intrusismo de los mandos superiores en las unidades de sus
subordinados; los Jefes de Regimiento mandaron las Compañías y los Jefes de Brigada
los Batallones con lo que el desorden era previsible. Igualmente se cometieron errores a
la hora de calcular las distancias para la dirección de fuegos y los saltos que efectuaba la
infantería se hacían andando prácticamente hasta el asalto final lo que favoreció el
acierto de los defensores que hacían tiro al blanco seguro. Otro error considerable fue
no establecido caminos para avance de las columnas en las zonas boscosas lo que
dificultaba la comunicación y el enlace.
En los españoles, destacar que se vieron abocados a una defensa a ultranza, debido a
la escasez de medios y de efectivos de que disponían y al retraso en la llegada de
refuerzos, que cumplieron a la perfección retrasando el avance norteamericano y
sembrando unas dudas que en principio ni se habían planteado.
Una enseñanza que se extrae tanto de San Juan como de El Caney es el papel
fundamental de la instrucción militar, de cómo las unidades de voluntarios sin
instrucción dificultaron más que ayudaron, escondiéndose entre los matorrales durante
gran parte del combate, mientras que las fuerzas regulares, bien instruidas, cumplen con
su deber y llevan a cabo su misión de forma admirable.
Las tropas españolas en San Juan escribieron una brillante página en la historia
militar de nuestro país en la que con apenas 300 valientes y dos cañones detuvieron,
retrasaron y llevaron casi a la extenuación a un Cuerpo de Ejército de 8.500 hombres y
12 cañones.
JUAN ANDRÉS CABALLERO DÍEZ
16 El Oráculo del Trisquel, junio 2012, Registro SafeCreative 1209022219547
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