Amarillo

El color prohibido

El color amarillo es el de la advertencia que proviene del latín “amarus” (amargo). En varios idiomas alude al color del rostro de alguien que padece una enfermedad hepática, podría decirse que tiene doble personalidad llamativo y alegre, y a la vez temible.La visión periférica del amarillo es un 20% mayor que la del rojo y el amarillo verdoso es el que mejor se ve en la oscuridad. En las carreras de automovilismo, la bandera amarilla significa atención y esta prohibido adelantarse mientras este en exhibición. Las marcas viales también están pintadas en amarillo por este mismo motivo.

Los diseñadores de moda lo evitan. Las etiquetas amarillas advierten sobre contenidos peligrosos. Los insectos batracios y los reptiles venenosos tienen rayas amarillas para ahuyentar a sus depredadores. En muchos deportes, la tarjeta amarilla significa infracción, y en el semáforo, precaución.

Fue el color de la realeza en Asia. En la época de los emperadores chinos, si un ciudadano común usaba el amarillo era sentenciado a muerte. Los decoradores prefieren este tono para los lugares donde se trabajara intensamente: estudios, talleres, cocinas. En publicidad se aplica en los logos para sugerir estímulo, alegría y juego. Es el color favorito de los locales de comida rápida (combinando el rojo) porque insinúa velocidad y apetito.

Pero mucho amarillo irrita, porque la cantidad de luz que emite fatiga los ojos. Los bebes lloran más en cuartos amarillos, las parejas pelean más en habitaciones decoradas con este color, y los cantantes de ópera y actores se tornan más agresivos y nerviosos vestidos de amarillo, motivo por el cual es un color tabú en los teatros. Sin embargo cada vez se usa más para representar velocidad y optimismo.

De cómo el azafrán enriqueció a Suiza

El pigmento amarillo más antiguo es el azafrán. Que en árabe significa amarillo. Era la especia más cara del mundo por su increíble capacidad de teñir hasta en proporciones de uno a 200.000.

El azafrán fue usado por sumerios y minoicos hace más de cuatro milenios en infinidad de cosas: pinturas, tintura, perfumes corporales, como condimento de comidas. Llegó a Europa a través de Persia y desde China, ya que en el siglo VII se describía a ese último país como “el sitio donde hay azafrán ilimitado”.

Durante el siglo XIV, la terrible plaga de peste bubónica que diezmó a la población del continente hizo que el precio del azafrán se disparara, ya que se lo consideraba una buena medicina contra la peste negra. Tanta demanda obligó a su importación desde Grecia e Irán, en barcos genoveses y venecianos. El robo de una de estas embarcaciones a manos de nobles inescrupulosos desencadeno una guerra de catorce días, que se conoció como “guerra del azafrán”. El ataque despertó tal temor a sufrir más ataques en alta mar que se decidió cultivarlo tierra adentro, en sitios rodeados de altas montañas, a buen resguardo de los marinos. Ese lugar era en Suiza, ahí fueron a plantar el azafrán, en Basilea, centro de Europa y cerca de todos.

Esta ventaja redundó en enormes ganancias para la zona, lo que acabo haciendo rica a Suiza. Este producto era tan preciado que muchos lo falsificaban con hilos de seda hollejos de pomelo y hebras de remolacha. La adulteración de volvió tan frecuente y escandalosa que Alemania acabó decretando el código Safranschou Code, que autorizaba a multar, encarcelar y ejecutar a los falsificadores de los preciados estambres.

Después del descubrimiento de América, muchos de los cultivos europeos dedicados al azafrán se volcaron a procesar las nuevas especies americanas, y así fue como Suiza cambió de rumbo y optó por pasar de experta en la industria del azafrán a ser experta en otra obsesión humana: el chocolate.

La vaca nos da el pis.

Desde el siglo XV se conocía un amarillo que los artistas adoraban y que en Europa fue el furor en el siglo XVIII: amarillo de la India, puré, purí, o peorí, provenientes de la aldea de Mirzapur, ubicada al noreste de la provincia de Bibar, fue un favorito entre los óleos y acuarelas utilizado por David, Ingres, Delacroix, Henri Rousseau, Millet, Courbet, Whisaler, Manet, Monet, Pissarro, Sisley, Renoir, Cézanne, Seurat, Gauguin, Van Gogh, Sargent, Ostroukhov… Todos ellos pintaron con el amarillo indio sin conocer su procedencia, hasta que en 1883 un tal Mukharji viajó a la India y descubrió que era orina de vacas famélicas, alimentadas con hojas de mango.

Esa orina era de un intenso tono amarillo dorado, se recogía en baldes, luego se calentaba para evaporarla hasta que quedaba un sedimento de euxantato de magnesio. Éste se amasaba con las manos y se dejaba secar hasta formar esferas marrones por fuera y amarillas por dentro, que constituían una apreciado pigmento de color amarillo brillante. Después de que en 1890 se considerara prohibido por ley explotar este sistema en Bengala para prevenir la crueldad con los animales, este amarillo dejó de fabricarse.

Hasta 1908 fue reemplazado por otros tres amarillos nacidos de los experimentos de Emanuelle Vauquelin: de estroncio, de bario, y de zinc. Aparecieron luego colores sintéticos pero ninguno con la transparencia y luminosidad del amarillo de la India.

Amarillos Modernos

El químico sueco Carl Wilhelm Scheele había publicado en 1775 su descubrimiento de un oxicloruro de plomo de color amarillo, pero lo dejó de lado. El inglés James Turner le robó la receta y la patentó a su nombre, en 1781. Se trataba de un machacar óxido de plomo rojo (litergirio) con sal en agua. En 1787, Turner demandó a alguien que le copió la fórmula y ganó el caso. El amarillo de Turner se hizo famoso por ser más barato que el oropimiento, porque contribuyó a los ingresos brutos de Inglaterra, ya que se exportaba y se usaba sal marina en su fabricación, lo que hizo que el impuesto a esa sustancia aumentara.

En 1830 se obtuvo ácido pícrico (trinitrofenol) amarillo del alquitrán de hulla, subproducto de un gas un tanto peligroso; es la base para trinitrotolueno, conocido como dinamita o TNT.

Gracias al descubrimiento de Stronmeyer en 1817 empezaron a proliferar los amarillos y naranjas hechos con sulfuro de cadmio.

Claude Monet fue uno de los pintores más entusiastas de ese color, y lo usaba con tal destreza que, según Picasso, “En vez de hacer el sol con una mancha amarilla, tenía el talento de hacer que una mancha amarilla fuera el sol”. Hasta hoy, el amarillo de cadmio es el más popular y aceptado.

Van Gogh“El amarillo es para el artista la vida, el calor, la luz, al ser el color del sol”

Usaba el amarillo en la mayoría de sus pinturas porque, según él, era el color que representaba su mundo interior

Cezanne

JACQUES LOUIS DAVID

EDOUARD MANET

CAMILLE PISSARRO

CLAUDE MONET