El colombiano más antiguo reportado hasta hoy habitó en...

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N.º 219 / agosto 2018 ISSN 1657-0987 www.unperiodico.unal.edu.co [email protected] Bogotá, Colombia Continúa en la página 13 Foto: Óscar Piratova/Unimedios El colombiano más antiguo reportado hasta hoy habitó en Boyacá Sobre un cementerio muisca de tumbas indígenas, que con- servan el testimonio de los rituales funerarios de este pueblo que se asentó en el altiplano cundiboya- cense y Santander hace miles de años, están los cimientos y la répli- ca del imponente Templo del Sol. Ubicado en Sogamoso, el san- tuario, de 26 columnas de gigan- tescos guayacanes y una cúpula de paja, sobresale entre las cua- tro malocas que lo custodian y albergan los restos óseos de los que se podrían considerar como los pobladores más antiguos de Colombia. Cinco años duró el primer análisis genético completo del adn mitocondrial de 46 restos óseos precolombinos. Además de ubicar al colombiano más antiguo en la época de los cazadores recolectores, reportó nuevos linajes precolombinos. CienCia & teCnología Medioambiente Primer simulador de dispersión de fuego para la Orinoquia Sensores satelitales indican las condiciones climáticas y del terreno, y la cobertura vege- tal, información esencial para determinar la dirección que tomará un incendio forestal y la extensión que podría comprometer. Página 17 Salud Probióticos, otro beneficio de la leche materna Incluso después de la pasteurización, proceso que se hace en los bancos de leche, se halla- ron microorganismos con 70 % de potencial probiótico, un resultado relevante si se tiene en cuenta que dichos compuestos fortalecen el sistema inmune de los niños de entre dos días y un año de nacidos. Página 11 Los restos óseos analizados forman parte de la colección del Museo y de la excavación de una de las malocas que custodian el Templo del Sol, en Sogamoso. Proyecto cultural y colectivo de nación

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N.º 219 / agosto 2018ISSN 1657-0987

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El colombiano más antiguo reportado hasta hoy habitó en Boyacá

Sobre un cementerio muisca de tumbas indígenas, que con-servan el testimonio de los rituales funerarios de este pueblo que se asentó en el altiplano cundiboya-cense y Santander hace miles de años, están los cimientos y la répli-ca del imponente Templo del Sol.

Ubicado en Sogamoso, el san-tuario, de 26 columnas de gigan-tescos guayacanes y una cúpula de paja, sobresale entre las cua-tro malocas que lo custodian y albergan los restos óseos de los que se podrían considerar como los pobladores más antiguos de Colombia.

Cinco años duró el primer análisis genético completo del adn mitocondrial de 46 restos óseos precolombinos. Además de ubicar al colombiano más antiguo en la época de los cazadores recolectores, reportó nuevos linajes precolombinos.

CienCia & teCnología

Medioambiente

Primer simulador de dispersión de fuego para la OrinoquiaSensores satelitales indican las condiciones climáticas y del terreno, y la cobertura vege-tal, información esencial para determinar la dirección que tomará un incendio forestal y la extensión que podría comprometer.

Página 17

Salud

Probióticos, otro beneficio de la leche materna Incluso después de la pasteurización, proceso que se hace en los bancos de leche, se halla-ron microorganismos con 70 % de potencial probiótico, un resultado relevante si se tiene en cuenta que dichos compuestos fortalecen el sistema inmune de los niños de entre dos días y un año de nacidos.

Página 11

Los restos óseos analizados forman parte de la colección del Museo y de la excavación de una de las malocas que custodian el Templo del Sol, en Sogamoso.

Proyecto

cultural y colectivode nación

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AGOSTO 2018 | 2 Periódico – N.º 219 – Universidad Nacional de Colombia

director: Fredy Chaparro S.

coordinación editorial: Blanca Nelly Mendivelso Rodríguez • coordinación periodística: Diana Manrique Horta

comité editorial: Astrid Ulloa, Jorge Echavarría Carvajal, Horacio Torres, Luis Carlos Colón, André-Noël Roth, Juan Álvaro Echeverri y Álvaro Zerda

corrección de estilo: Liliana Ortiz Fonseca • diagramación: Ricardo González Angulo • impresión: ceet, Casa Editorial El Tiempo

Las opiniones expresadas por los autores y sus fuentes no comprometen los principios de la Universidad Nacional de Colombia ni las políticas de UN Periódico.

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Política & Sociedad

palabras clave: Justicia Especial para la Paz, implementación, Acuerdo Final de Paz. Consúltelas en www.unperiodico.unal.edu.co

La paz en la transición políticaMarCo roMero, profesor, Centro de Pensamiento y Seguimiento al Diálogo de PazUniversidad Nacional de Colombia

El camino de la paz sitúa al país ante un futuro democrático y civilista. Por el contrario, las tentativas de destrozar o precarizar el Acuerdo Final de Paz solo pueden ofrecer un escenario de reproducción incesante de guerras y violencias estructurales. El gobierno de Iván Duque tiene condiciones para andar por el primer camino, pero seguramente su coalición presionará al máximo por el segundo.

El Gobierno insiste en la reparación moral, material y económica de las víctimas, pero este buen propósito se puede asfixiar en su propio gabinete de corte gremial.

El presidente apuesta por una política más drástica

frente a los cultivos de uso ilícito, pero no se

compromete abiertamente con las reformas rurales previstas en el Acuerdo.

Durante la administración del presidente Juan Manuel Santos se logró firmar el importante Acuerdo de Paz, en medio de la oposición sistemática de sectores que hoy forman parte del nuevo Gobierno. De ahí tantos interrogantes sobre la suerte que correrán tanto el proceso de paz con las farc como la Mesa de Diálogo con el eln.

Muchos sectores se preguntan si el nuevo Gobierno impondrá una lógica de implementación minimalista sobre el alcance de las reformas anunciadas y aún sobre la posibilidad de escenarios de destrucción del Acuerdo y las consecuen-cias humanitarias de un eventual retroceso. Pero también existen importantes indicadores sobre el arraigo progresivo del proceso de paz en la sociedad y sobre los blindajes nacionales e internacionales con que cuenta para sobreponerse a los cambios del contexto político.

A continuación se hace una aproximación al enfoque de la nueva coalición de Gobierno y se llama la atención sobre las capacidades y los desafíos de la sociedad para preservar el camino de la paz.

acciones y mensajes

El presidente Iván Duque fue elegido en segunda vuelta, liderando una coalición de distintas tonalidades a la derecha. El Centro Democrático es el principal socio, pero también confluyen antiguos adversarios que acompañaron el gobierno Santos y rivales de la contienda presidencial procedentes de otros partidos. Por esta razón no sorprende que los primeros mensajes sean tan diferentes y que exista incertidumbre sobre la visión que prevalecerá.

La primera señal del presidente fue la visita a la Jurisdicción Especial para la Paz (jep), pero a su vez le pidió al Congreso de la República considerar obser-vaciones del Centro Democrático sobre la Ley de Procedimiento. Después, la

senadora Paloma Valencia lideró la introducción de un conjunto de reformas a la jep, que contradice tanto el contenido del Acuerdo Final de Paz como las propias normas de implementación.

Uno de esos ajustes es la conformación de una sala especial para el juzgamiento de miembros de la fuerza pública, cuya reglamentación se deja a voluntad del Congreso, con lo cual se crea un régi-men indefinido de voluntariedad de concurrencia a la jep. El segundo cambio le prohíbe a la jep prac-ticar pruebas relativas a la fecha de ocurrencia de

presuntos crímenes, en casos de solicitud de extradición. Estas limitaciones se suman a las introducidas antes sobre concurrencia voluntaria de terceros y funcionarios de Estado civiles, o a la exigencia de requisitos excesivos para determinar responsabilidades por cadena de mando.

Además, el Centro Democrático mantiene la carta del referendo derogatorio de los actos legislativos básicos de implementación: justicia para la paz, blindaje de los acuerdos y participación política de las farc, y Ernesto Macías, presidente del Congreso, levanta una crítica visceral contra la gestión de Santos –invocando el retorno del paradigma uribista de la seguridad– en la que sorprendentemente habló de ajustes y no de hacer trizas el Acuerdo.

Por fortuna, los mensajes del nuevo Gobierno contrastan con esa línea dura. La vicepresidenta Marta Lucía Ramírez afirma que el Gobierno expresa una coalición

más amplia que el Centro Democrático, y se distancia de cualquier pretensión de destrozar el Acuerdo y de la idea de un referendo para derogar la jep.

Así mismo señala que la administración trabajará con las instituciones exis-tentes, incluida la jep, y sostiene que las reformas se harán para “mejorar” la implementación del Acuerdo. Por su parte, el presidente Duque también descarta la visión de hacerlo trizas, pero insiste en realizar ajustes, y a la vez deja abierta la posibilidad de mantener el diálogo con el eln.

Las reformas apuntan, en primer lugar, a suprimir la conexidad entre los deli-tos políticos y los de secuestro y narcotráfico. De ser aprobada, no puede tener efectos retroactivos para el proceso con las farc, pero sí se puede convertir en un obstáculo para adelantar nuevos procesos de diálogo con grupos insurgentes.

El segundo ajuste busca impedir que los máximos responsables de las farc participen en política mientras no hayan resuelto su situación judicial. Este punto implica reformar los términos del Acuerdo y requiere de un trata-miento bilateral con las farc, a riesgo de incurrir en imposiciones unilaterales contradictorias con el criterio de “hacer valer la palabra del Estado”.

Con la tercera se busca aplicar justicia propor-cional y efectiva para los victimarios, principio que ya está contemplado en el sistema jep, por lo cual cabe preguntarse si el Gobierno está pensando ir más allá del Acuerdo en materia de penas y formas de hacerlas efectivas. También, si busca endurecer el régimen solo para las farc, y si seguirá la tendencia del Centro Democrático de mantener el doble estándar de exigir penas severas para las farc mientras demandan cada día más excep-ciones para agentes de Estado y responsables indirectos.

En otras materias también se avecinan riesgos de implementación minimalista. El presidente apuesta por una política más drástica frente a los cultivos de uso ilícito, pero no se compromete abiertamente con las reformas rurales previstas en el Acuerdo, las cuales son una pieza esencial para hacer viable cualquier propuesta seria de sustitución de cultivos de uso ilícito. Su visión de la socie-dad rural se enfoca tanto en la agroindustria y el emprendimiento empresarial como en criterios de sostenibilidad fiscal, que subordinan la inversión social a la confianza inversionista. El Gobierno insiste en la reparación moral, material y económica de las víctimas, pero este buen propósito se puede asfixiar en su propio gabinete de corte gremial.

la fuerza del acuerdo final de paz

Más allá de las implicaciones del cambio de gobierno, el Acuerdo seguirá contan-do con el apoyo de la comunidad internacional. El reconocimiento de la jep por parte de la Corte Penal Internacional abre un proceso de observación sobre los resultados del sistema y las garantías de su funcionamiento. Del mismo modo, la presencia del Consejo de Seguridad como veedor de la protección de los firmantes de la paz y de los líderes sociales en los territorios implica nuevas exigencias al Estado. Lo propio ocurre con las señales que han dado las instituciones políticas y financieras internacionales que ven con reserva cualquier tentativa regresiva.

En el plano interno, el potencial transformador de la paz ha desencadenado nue-vas fuerzas sociales, políticas y culturales. Los logros y compromisos les interesan a diversos sectores sociales, que pueden verificar el fin de una fuente estructural de violencia y una oferta muy concreta basada en un sistema novedoso de institu-ciones de justicia para la paz; un camino reformista para corregir la crisis social de la sociedad rural; la ampliación de la base de legitimidad del sistema democrático a través del pluralismo político y la participación social; y un enfoque realista para enfrentar las economías ilegales a partir de planes de desarrollo alternativo.

En el ámbito político, el proceso de paz también le abre la puerta a un mo-delo fáctico e institucional de gobierno-oposición y al crecimiento de fuerzas independientes y de oposición, las cuales se emplearán a fondo en la defensa de la paz porque es allí donde pueden desplegar todo su potencial. El espacio político está abierto y el próximo pulso se librará en el nivel local, en el que la paz territorial es una necesidad de primer orden.

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investigación & creación

30 días en la Universidad

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La U

nive

rsidad Nacional

d e C o l o m bia

Palmira. Equipada con 100 fichas de palabras, imágenes y líneas conectoras, maleta grafodidáctica mejora comprensión de poesía en jóvenes.

Medellín. Persiana bioclimática elaborada con residuos de industrias madereras y aserríos, que recupera técnicas tradicionales de construcción, obtuvo registro de la Superintendencia de Industria y Comercio.

Palmira. Nueva metodología aplica evaluación anatómica para optimizar cultivo de peces.

Bogotá. Prototipo recolector de limones facilita la colecta manual y evita golpes de la fruta.

Palmira. Compuestos antioxidantes de cáscaras de chontaduro preven-drían enfermedades del corazón.

Bogotá. Bacteria Pediococcus pentosaceus 147 –cultivada con lacto- suero– ayudaría a preservar alimentos.

Bogotá. Estudio confirma por primera vez que al menos 12 especies de murciélagos capturados en Casanare y Putumayo son portadores del virus de influenza tipo a.

Medellín. Por primera vez en Colombia se obtiene polvo de coco enriquecido con vitaminas c, d3, e y calcio. El desarrollo permitiría impulsar la industria alimenticia nacional y ofrecer una alternativa nutricional.

Palmira. Con harina de cúrcuma se reemplazarían tanto los colorantes que pueden resultar cancerígenos como –parcialmente– la harina de trigo utilizada en la elaboración de chorizo.

Medellín. Cuando pierden su cola, los machos de lagartijas azu-les crecen menos que las hembras.

Medellín. Mediante Bluetooth se conduce vehículo tipo rocker-bogie, como los usados en misiones espaciales a Marte; su diseño en aluminio le permite alta versatilidad en terreno plano o montaña.

Bogotá. Los compuestos fenólicos hallados en flores, hojas y tallos de Hypericum juniperinum –planta usada para hacer escobas– fueron probados en ratones, con resultados positivos de actividad antidepresiva.

Bogotá. Prototipo que consiste en una columna de acrílico y dos placas unidas entre sí, permite estudiar bacterias en ambientes extremos evitando disturbios en la muestra.

Bogotá. A partir de 8.000 muestras de leche cruda producida en 15 departamentos de Colombia se halló solo un 10 % de presencia de restos de los antibióticos utilizados para el tratamiento de mastitis.

Bogotá. Identifican 33 nuevas especies de insectos escama, segunda plaga más importante del café.

Bogotá. Dalea sp. nov se llama la nueva familiar de las leguminosas hallada en Nariño y Huila.

Palmira. Euglossa deceptrix y E. licopoda fueron identificadas como las polinizadoras de la orquídea Catasetum ochraceum nativa del Valle del Cauca.

Manizales. Gafas con sensores de movimiento guiarían a personas con discapacidad visual.

Medellín. Gigathor es un software que simula la producción de yacimientos de hidrocarburos.

Medellín. El análisis de filtros de material particulado pm10 evidenció la presencia en el aire de Medellín de bacterias como Firmicutes, Proteobacterias y Actinobacterias, de la categoría taxonómica Phylum.

Medellín. Bioinsecticida –con cé-lulas de semillas y hojas del árbol de neem– ataca gusano cogollero.

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AGOSTO 2018 | 4 Periódico – N.º 219 – Universidad Nacional de Colombia

Economía& Organizaciones

palabras clave: deuda externa, calificadoras de riesgo, sector financiero. Consúltelas en www.unperiodico.unal.edu.co

Deuda externa no para de crecerDiego guevara, profesor, Facultad de Ciencias EconómicasCaMilo roDríguez raMos, economista, Facultad de Ciencias EconómicasUniversidad Nacional de Colombia

Los altos niveles de endeudamiento obligan al país a destinar el 15,33 % del Presupuesto General de la Nación al pago de la deuda, sacrificando rubros esenciales para salud y educación. La situación implica, también para el nuevo Gobierno, plantear reformas económicas que mantengan las buenas notas crediticias de las calificadoras de riesgo, pero que van en detrimento del gasto social.

En Colombia, según datos del Banco de la República, en la última década la proporción de deuda externa –pública y privada– total, como porcentaje del pib del país, se duplicó; esta pasó del 19,2 % en 2008 al 39,6 % en 2017 (ver gráfico). Tal situación evidencia una significativa dependencia del financiamiento externo y una mayor vulnerabilidad de la economía colombiana.

Con respecto a la deuda contraída por el Estado, los datos de la autoridad monetaria del país mues-tran que en 2008 la deuda pública en relación con el pib era del 12,2 %, y hasta 2013 el promedio fue del 13,5 %. Entre las razones del incremento se encuentra la devaluación, resultado de la caída del precio del petróleo, ya que para 2016 la deuda se ubicó en un 15,7 %, en 2017 la cifra ascendió al 25,1 %, y en marzo del presente año su participación en el pib ha llegado al 21,2 %.

Desde la caída de los precios de petróleo en 2014, el Gobierno se vio obligado a incrementar su financiación vía endeudamiento con el fin de buscar ingresos que permitieran balancear el presupuesto público dentro de los parámetros de la regla fiscal.

El informe de junio de 2016 de la Contraloría Ge-neral de la Nación indicaba que más del 15 % de los ingresos del Estado dependió de las rentas petroleras hasta el final del boom de este sector económico, es decir que una parte significativa del gasto público se financió con flujos de rentas petroleras, y ahora obedece a los flujos de la deuda.

De esta manera se constata cómo los shocks ex-ternos de los precios de las commodities (materias primas), entre otros movimientos económicos in-ternacionales, afectan la situación fiscal de países como Colombia, y la hacen vulnerable.

Por ejemplo el choque petrolero impactó el creci-miento económico y depreció la tasa de cambio, con lo que se generó un aumento en el valor de la deuda pública. Además el Banco de la República elevó la tasa de interés, incrementando el costo del endeudamiento. Entre 2013 y 2017 estos movimientos subieron el valor de la deuda pública en un 15,99 % promedio anual; en el mismo periodo, el crecimiento promedio fue de 2,24 %, según cálculos propios con base en datos del Banco de la República.

sector financiero muy endeudado

En relación con la deuda contraída por empresas y particulares el panorama no es muy diferente: su valor como proporción del pib para 2008 fue del 7 %, mientras que para marzo de 2018 se ubicó en el 15,4 %.

Vale la pena subrayar que cerca del 30 % de la deu-da externa privada corresponde al sector financiero, el cual tomó entre 2013 y 2017 recursos del exterior que luego se colocaron en el interior; las institucio-

Por la caída de la renta minera el país ha aumentado sus niveles de deuda externa y pública. Los bancos están entre los más endeudados.

nes financieras ganaron con el diferencial de tasa de interés, operación conocida como “Carry Trade”.

De esta manera, aunque con un 6,1 % el sector financiero es el que más crece en el pib de Colom-bia, según se apreció durante el primer trimestre de 2018, también está muy endeudado con el resto del mundo, por lo que su desempeño no es del todo funcional en la realidad interna del país.

camisa de fuerza

Por otra parte, el endeudamiento público no se puede analizar solo a la luz de la deuda externa, sino que también es importante estudiar el comportamiento de la deuda pública interna. De hecho, en la actua-lidad el 27 % de los bonos de deuda los tienen los fondos de pensiones mientras que el 25 % está en poder de fondos de capital extranjero.

En el marco actual, los altos niveles de endeuda-miento obligan al país a dedicar una buena parte de su presupuesto para el sagrado pago de la deuda, es decir que se sacrifican rubros para los derechos sociales como salud y educación. Cálculos propios realizados con bases de datos del Ministerio de Ha-cienda del presente año, muestran que entre 2013 y 2017 el crecimiento promedio anual del Presupuesto General de la Nación para educación fue de 7,09 %, salud 6,20 % y deuda externa 15,33 %.

De igual manera, el 21,67 % del Presupuesto co-rresponde al servicio de la deuda, mientras que el 16,94 % es para educación. Tal servicio se refiere a la partida asignada para cumplir con las obligaciones

de deuda interna y externa, por concepto de capi-tal, intereses y comisiones, junto con su ejecución acumulada.

El crecimiento del rubro asignado para el pago de la deuda externa se convierte en una “camisa de fuerza” que obliga a hacer sacrificios en términos de gasto público. Precisamente las reformas propuestas por el próximo Gobierno, como la reforma tributaria y la reforma pensional, junto con una nueva ola de pri-vatizaciones, buscan mantener las notas crediticias dentro del grado de inversión por parte de las agencias calificadoras de riesgo.

Lo anterior les brinda tranquilidad a los inversio-nistas en títulos de deuda colombianos, con lo que se esperarían unos intereses moderados y garantía de flujos de efectivo exterior que den margen de maniobra a la economía local.

Por otra parte, en el campo de la deuda privada, las políticas de ajuste también permiten que los grandes grupos económicos vinculados al sector financiero tengan garantizado el apalancamiento internacional ante sus altos niveles de endeuda-miento y sigan disfrutando de sus concentradas y elevadas ganancias.

Foto: Nicolás Bojacá/Unimedios

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AGOSTO 2018 | 5 Periódico – N.º 219 – Universidad Nacional de Colombia

Foto: Nicolás Bojacá/Unimedios

Economía& Organizaciones

palabras clave: mercado de carbono, gases efecto invernadero, petróleo, matriz energética. Consúltelas en www.unperiodico.unal.edu.co

Mercado del carbono: jugando con el fuegoÁlvaro sanabria Duque*, economista, Universidad Nacional de Colombia

El sistema de comercio de emisiones no ha conseguido reducir aquellas causantes del incremento de la temperatura del planeta. La situación indica que frente a un suministro energético “fosilizado” –el 86 % de la canasta energética mundial corresponde a combustibles fósiles–, las soluciones requieren de una gran voluntad política y de transformaciones radicales en el estilo de vida de la humanidad.

De forma tangencial, algunos periódicos del mundo consignaban que en abril de 2018 la cantidad de CO2 en la atmósfera registró su mayor nivel, según estimaciones del Instituto Scripps de Oceanografía de la Universidad de California, en San Diego (Estados Unidos), pues las mediciones superaban, por primera vez, las 410 partes por millón en el promedio mensual.

El asunto, de por sí preocupante, tiene una arista de ma-yor gravedad si se tiene en cuenta que los Estados Unidos, el segundo emisor de gases de efecto invernadero (gei) en términos absolutos –después de China–, y el primero en valores per cápita –16,39 toneladas métricas anuales frente a 7,55 del gigante asiático– ha adoptado una política de re-activación de la economía que tiene como uno de sus ejes principales la extracción y exportación de combustibles fósiles no convencionales (gas natural licuado, en lo esen-cial), obtenidos a través de la tecnología de la fracturación hidráulica, altamente contaminante.

La actual administración de Donald Trump no solo aprobó en marzo de 2017 el decreto de “independencia energética” –que dejó sin efecto la prohibición del arrien-do de minas de carbón en terrenos federales y eliminó las normas de reducción de emisiones de metano en la extracción y el procesamiento de petróleo y gas natural–, sino que en junio pasado anunció el retiro de su país del Acuerdo de París sobre el cambio climático. Esta fue una clara muestra de que la primera potencia económica del mundo no tiene entre sus planes contribuir, por lo menos en el corto plazo, con la disminución de los gei.

El aumento de la temperatura del planeta tiene su expli-cación en la acumulación creciente de gei en la atmósfera, propiciada en buena medida por la quema masiva de car-bón desde el siglo xviii, y que la humanidad ha acelerado cuando el petróleo se suma a la canasta energética.

extraño mercado

El proceso de reducción de GEI certificado y obligatorio inició en 2005, según los compromisos suscritos en el Protocolo de Kioto, como parte de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, y en el que 35 países signatarios, entre los más industrializados, quedaron comprometidos, con carácter vinculante, a la implementación de medidas conducentes a dicho reto.

En las discusiones fueron aprobados dos tipos de me-canismos para el cumplimiento de las metas establecidas: los de “comando y control”, que establecen restricciones institucionales sobre las gei, y los llamados “mecanismos flexibles” que son: el de Aplicación Conjunta, que consiste en que si un país de los signatarios de la obligatoriedad invierte en otro del mismo grupo en proyectos de reducción de emisiones o de captura de CO2, es al país inversionista al que le contabilizan la reducción. Le sigue el Mecanismo de Desarrollo Limpio, en el que la inversión que haga un país industrializado en proyectos de emisiones reducidas o capturadas en naciones de limitada industrialización, le permite al inversionista computar en sus metas de re-ducción los logros del proyecto. Por último, el Comercio

Con el Mecanismo de Desarrollo Limpio se realizan, por ejemplo, plantaciones masivas de árboles sin ningún criterio ecológico, en países menos desarrollados.

de Emisiones (más conocido como mercados de carbono) consiste en que si un país por su baja huella de carbono –entre los del grupo de menor industrialización– tiene asignados unos derechos de emisión y contamina por debajo del límite establecido, los puede vender a aquellas naciones que estando obligadas a reducciones no hayan alcanzado las metas.

De esa manera, las emisiones de gei se convierten en una mercancía, en un mercado que sorprende por su ex-trañeza, ya que el alza buscada del precio debe reducir la oferta con el propósito de eliminarla.

En ese atípico mercado, la unidad de medida es la emisión de una tonelada de CO2 equivalente (eCO2eq), y los volú-menes de oferta dependen de la cantidad de permisos de emisión expedidos y de las diferencias que surjan entre el valor del límite establecido y el de las emisiones realmente generadas. Si la flexibilidad de los límites es alta, crea, de un lado, excesos de oferta, y del otro, bajas en la demanda, marcando una tendencia decreciente de los precios.

mecanismo de especulación financiera

La Unión Europea extendió el mecanismo del comercio de emisiones a los sectores regulados a su interior y expidió permisos que podían ser vendidos a las empresas que no lograban sus metas de reducción por debajo del límite establecido. Sin embargo su implementación ha sufrido una serie de problemas que han llevado a que el precio de la eCO2eq, lejos de aumentar, como estaba previsto y es lo conveniente, haya experimentado descensos importantes.

Independientemente de si los límites puestos en la actualidad a las emisiones son muy laxos o la expedición de permisos es discordante con la realidad, lo que no se tiene en cuenta es que en un sistema regido por la lógica de la ganancia, el cambio a tecnologías ahorradoras de emisiones debe compatibilizarse con el mantenimiento del margen de beneficios. Esto ha llevado a los países a excluir ciertos sectores económicos de los programas de reducción por razones estratégicas, y a ser muy flexibles en los límites fijados, angostando así las posibilidades del sistema.

Además, como se pudo probar luego de la crisis de 2008, las emisiones en los sectores regulados sufren contracciones importantes en las recesiones económicas, provocando excesos de oferta de los títulos de eCO2eq, y a la par dismi-nuciones significativas en la demanda, con el consecuente abatimiento de los precios y la práctica inoperante del me-

canismo como estímulo para la innovación de tecnologías más limpias, cuando la economía se ralentiza.

El precio de la eCO2eq fluctuó alrededor de 4 euros en la segunda mitad de 2017, y si bien está recuperándose en 2018, está muy lejos del valor de 55 euros que las estimaciones realizadas consideran debe tener para que, por ejemplo, las generadoras térmicas de electricidad, alimentadas con carbón, dejen de ser viables en Europa.

La implementación reciente de los mercados de carbono en China, y el hecho de que, pese a los problemas señala-dos, al menos 150.000 millones de dólares pueden estar transándose actualmente en todo tipo de intercambios de eCO2eq, así como el creciente interés en la creación de mercados voluntarios, no regulados institucionalmente, impulsa a que los informes sobre el tema muestren un panorama positivo. Optimismo al que no pocos suman la cada vez más creciente financiarización de esas tran-sacciones, incluso con la creación de derivados y de un mercado secundario, haciendo el mecanismo no solo más complejo, sino más opaco.

Las denuncias sobre lavado de dinero y evasión fiscal en las que el nombre de Cyril Astruc, timador que estafó al menos 15 millones de euros al fisco francés por pagos del iva con el que ese país grava las transacciones por derechos de emisión, puede ser el caso más icónico, pero no es único ni debe considerarse un asunto excepcional.

Desde los inicios de la discusión sobre las formas de limitar las emisiones de gei los compromisos fueron muy elusivos, y de la obligatoriedad quiso pasarse a la discrecio-nalidad o a la búsqueda de instrumentos que no chocaran con los intereses de las multinacionales de las grandes potencias, forzándose el mantenimiento del statu quo.

La conservación casi invariable de la matriz energética del mundo en las tres últimas décadas, el bajo ritmo de las reducciones periódicas que ha tenido lugar desde la activación de los acuerdos vinculantes, y un mercado que no da muestras de impulsar significativamente las inno-vaciones ahorradoras de emisiones, dibujan un panorama poco halagüeño para las generaciones futuras.

*Profesor, Universidad Distrital Francisco José de Caldas.

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palabras clave: bancos, cuatro por mil, inclusión financiera. Consúltelas en www.unperiodico.unal.edu.co

Economía& Organizaciones

Los bancos, la solidaridad y el cuatro por milJairo orlanDo villabona, profesor, Facultad de Ciencias Económicas Universidad Nacional de Colombia

Impulsar la inclusión financiera es uno de los aspectos destacados por el gremio bancario de Colombia para proponer que el 4 x 1.000 se aplique solo al uso de efectivo. Sin embargo, otros temas más relevantes como la democratización del crédito siguen estando por fuera de un rentable negocio que favorece a los grandes capitales, pero impone férreas barreras bancarias a las pymes y al ciudadano de a pie.

A comienzos de agosto, la Asociación Bancaria y de Entidades Financieras de Colombia (Asobancaria) propuso modificar el Gravamen a los Movimientos Financieros (gmf), conocido popularmente como 4 x 1.000, que se recauda de dichos movimientos, para que se cobre solo a las personas que compren productos o paguen servicios en efectivo. El año pa-sado el Estado recaudó 7,3 billones de pesos del gmf.

Según el gremio de los banqueros del país, la medida ayudaría a disminuir el uso del efectivo e impulsaría la inclusión financiera, ya que sería menos costoso tener una cuenta débito en un banco que utilizar el dinero en efectivo.

Aunque seguramente la propuesta contribuiría a disminuir operaciones subrepticias (blanqueo de capitales, por ejemplo), a generar mayor seguridad en el manejo del dinero o a dinamizar un poco la economía, los bancos serán los más favorecidos. Esto por cuanto más personas podrán realizar un mayor volumen de operaciones sin los costos del 4 x 1.000, lo que les permitirá a estas entidades aumentar recur-sos muy baratos, los que colocarán a unas tasas muy rentables para ellos, generando mayores utilidades.

A cambio los bancos no proponen una contra-prestación social, que en muy poco afectará sus gigantes ganancias, como por ejemplo disminuir en algo los intereses, eliminar los costos por manejo de cuentas u ofrecer líneas más cómodas para la pequeña y mediana empresa.

A finales de 2017 el mercado de los establecimien-tos de crédito estaba conformado por 25 entidades financieras, entre las cuales se destacan por su nivel de ingresos: Bancolombia, Itaú, bbva, Davivienda, Banco de Bogotá, Banco Popular, Banco de Occidente y av Villas, estas cuatro últimas del Grupo aval.

Con base en información de la Superintendencia Financiera de Colombia (Superfinanciera) se pudo observar (ver gráfico 1) que el año pasado el ingreso total de los establecimientos de crédito ascendió a 114,4 billones de pesos, del cual el 29 % fue produ-cido por Bancolombia, seguido del Grupo aval con 26 %, Itaú con 14 % y Davivienda con 13 %, es decir que solo entre ellos tenían el 82 % de todos los in-gresos del sector.

Sobre tales datos se calculó el Índice de Herfin-dahl-Hirschman (ihh), el cual se utiliza para medir la concentración del mercado, ya que tiene en cuenta tanto el número de competidores como su partici-pación relativa en este. Para los establecimientos de crédito el índice fue de 1.895, que corresponde a un nivel alto de concentración, que implica oligopolio.

De igual manera, al examinar la solvencia a largo plazo –cobertura del activo total por capitales propios (Patrimonio / Activo)– de las cuatro organizaciones bancarias mencionadas, se observa que Bancolom-bia tiene un indicador de solvencia del 14,6 %, el Grupo aval de 14,09 %, Davivienda del 12,1 % e Itaú

del 11,7 %. Así, se demuestra que estos establecimien-tos bancarios se financian casi por completo con los depósitos de sus ahorradores, a un costo muy bajo.

Así mismo, la rentabilidad sobre el patrimonio (roe) de estas firmas fue envidiable por cualquier negocio, pues se observa que Davivienda tuvo un 36,5 %, seguido de Bancolombia con el 22,6 % y el Grupo aval con el 19,3 %.

Ahora bien, al analizar la relación ingresos por intereses frente a los costos por intereses, dichas entidades bancarias muestran indicadores superiores al 100 %, es decir que el costo de recibir esos ingre-sos es muy bajo. Davivienda presenta una ratio del 300,5 %, Bancolombia del 296,6 %, el Grupo aval del 231,4 % e Itaú del 178,0 %, o sea que el costo de operación es recuperado hasta tres veces, lo que demuestra que las tasas de los créditos en Colombia son muy altas.

barreras bancarias para el ciudadano común

Los bancos y sus gremios se refieren mucho a la inclu-sión financiera, los medios de comunicación hacen su parte y difunden todo lo que estos quieren mostrar en lo relacionado con la colocación de sus productos, sobre todo lo que compete a la captación de ahorros –muy barata para ellos–, pero lo verdaderamente importante, tanto que está plasmado en la Constitu-ción Política de Colombia en su artículo 335, es que el Estado promoverá la democratización del crédito.

No se refieren a este importante apartando de la Carta Política porque no cumplen su papel, tampoco lo cumple el Estado, pues este solo permite que los bancos –que representan el negocio más rentable

del país– se dediquen a prestar servicios crediticios a aquellos con una solvencia importante, con bajo riesgo y excelente rentabilidad; son muy cómodos, no buscan alternativas para los menos favorecidos.

La alternativa que dan los bancos a los menos fa-vorecidos es el microcrédito, pero ponen unas tasas muy altas que dificultan el acceso a este, tanto, que según la Superfinanciera en 2017 la participación de este tipo de créditos no supera el 2,8 % del total de créditos; la participación de los grandes bancos tradicionales en esa modalidad de crédito fue solo del 19 %.

Las barreras bancarias son la causa por la cual Co-lombia es uno de los países con menor democratiza-ción del crédito (Cartera Bancaria/pib). Según cifras del Banco Mundial para 2016, este indicador en el país fue solo del 47,5 %, mientras que en Chile era del 110,8 %, en Bolivia del 64 %, el promedio del mundo 128,9 % y Estados Unidos 192,2 % (ver gráfico 2).

Tal situación no contribuye a dinamizar la econo-mía, a resolver en parte los problemas de inequidad, ni a generar empleo; los bancos deben cumplir una misión más social, de hecho pueden seguir siendo muy rentables, pero también deben ser un poco más innovadores para cumplir en parte dicha función que deben contemplar todas las organizaciones.

Cifras en billones de pesos

Entidad Activos Utilidades Ingresos Participaciónde ingresos

Bancolombia 146,6 2,2 32,9 29%AVAL 175,5 2,7 29,5 26%Itaú 29,5 -0,2 16,0 14%

Davivienda 78,5 1,2 14,5 13%

Gráfico 2. Fuente: elaboración propia con datos del Banco Mundial.

Gráfico 1.

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AGOSTO 2018 | 7 Periódico – N.º 219 – Universidad Nacional de Colombia

Ciudad & Territorio

palabras clave: tenencia de la tierra, pobreza, ordenamiento territorial. Consúltelas en www.unperiodico.unal.edu.co

Formalización de la tenencia de la tierra no garantiza superación de la pobrezaaliCe beuf*, profesora, Facultad de Ciencias HumanasUniversidad Nacional de Colombia

Es necesario articular las políticas de tierras y de ordenamiento territorial para garantizar el acceso a pequeños y medianos campesinos. Solo así se podrá fomentar un desarrollo rural sostenible social, económica y ambientalmente.

Hablar de la cuestión de “las tierras”, en plural y desde la perspectiva de las ciencias sociales, es considerar que las tierras a las que uno se refiere no son un dato físico sino una producción de la actividad social.

Las tierras se distribuyen entre diversos agentes sociales, y esta repartición, extremadamente desigual en Colombia –con un índice Gini de propietarios de 0,902 en 2015–, es el resultado de la historia política y social de muchos países.

La apropiación de las tierras se da según el modo como se construyeron históricamente los derechos sobre ellas. En ese sentido, la propiedad es solo una modalidad para garantizar derechos, cuyo alcance varía de acuerdo con los sistemas políticos que lo definen y las formas de regulación implementadas.

Así, la gestión de las tierras no solo remite a asuntos privados, a problemas como garantizarles a los individuos su derecho de propiedad, sino que también constituye la base a partir de la cual se ordena el territorio de manera colectiva.

En ese contexto, las políticas de tierras son un instru-mento fundamental para implementar las políticas terri-toriales, las cuales pueden regular, e incluso disminuir, el proceso de concentración de estas.

La realidad actual se caracteriza por nuevas formas de concentración de las tierras, un proceso heredado del colonialismo y consubstancial al capitalismo. En los países del sur se está disparando el acaparamiento masivo de estas, acompañado o no por su extranjerización.

En Colombia la dinámica del conflicto armado también ha generado concentración de las tierras, situación que en muchas regiones ha sido aprovechada por latifundistas y empresarios del agro que siguen acumulando grandes extensiones; tanto, que el 1 % de las familias ricas del campo concentraría cerca del 60 % de las tierras aptas para producir.

redistribución de las tierras

A estas nuevas caras del proceso responden supuestamente nuevas soluciones que buscan mayor equidad en el acceso a las tierras. La noción de reforma agraria desapareció de los documentos de los organismos internacionales porque suponía redistribuir las tierras improductivas de los pro-pietarios ricos: quitárselas y entregárselas a los campesinos sin tierras. Hoy la “reforma rural integral” no plantea la redistribución de las tierras sino políticas de desarrollo rural y el fomento de las alianzas productivas entre gran-des inversionistas y pequeños y medianos campesinos.

Para la ideología dominante hoy, tales procesos debe-rían ser incentivados, mas no regulados, con la adopción voluntaria de códigos de conductas responsables por parte de los Estados; así, el acceso a las tierras ya no sería un asunto social y político, sino moral. Es a lo que se refiere el documento Directrices voluntarias sobre la gobernanza res-ponsable de la tenencia de la tierra, la pesca y los bosques en el contexto de la seguridad alimentaria nacional, publicado por la fao en 2012.

Desde la década de los años 70, los organismos inter-nacionales promueven, para los países del sur, políticas de “titulación desde arriba”, tanto para espacios rurales como urbanos. La legalización y formalización de las tierras se han presentado como la condición de la superación de la pobreza.

Este paradigma “ortodoxo” promovió una política sis-temática de puesta en catastro y de titulación, con una sustitución de derechos privados individuales a los derechos

consuetudinarios (aquellos que están establecidos por las costumbres y tradiciones de una población).

El título de propiedad, al asegurar la tenencia de las tierras, estimularía la inversión y la intensificación de la producción; con estos, los propietarios podrían acceder a los créditos, lo que favorecería la emergencia de mercados de tierras.

Sin embargo, numerosas investigaciones han mostrado la ineficiencia económica y los altos costos sociales del paradigma ortodoxo. Entre otros argumentos, este enfoque subestimaría la seguridad de la tenencia informal de las tierras y sobreestimaría la seguridad que otorga un título.

En las ciudades se ha verificado que la posesión de un título no es la que mejora la seguridad de la tenencia, sino la existencia de una amenaza sobre la ocupación que genera la inseguridad. Otro estudio cuestiona las equi-valencias entre “tener un título de propiedad”, “acceder al crédito”, “invertir e incrementar la productividad” y “salir de la pobreza”, relaciones que no son en absoluto mecánicas, sino que han sido confirmadas en algunos lugares e invalidadas en otros.

Además no está asegurado que las tierras se distribuyan de manera equitativa y eficiente, en la medida en que los vendedores/compradores no siempre actúan racional-mente, en busca de la rentabilidad. Algunas ventas están relacionadas con momentos de desesperanza, o compras de prestigio; otras veces las lógicas especulativas priman sobre las razones productivas.

políticas con enfoque integral

La consolidación de estos resultados de investigación llevó a reorientar las recomendaciones de los organismos internacionales en el sentido de adaptar los sistemas jurídicos consuetudinarios existentes, a las exigencias sociales y económicas.

En 2003, el Banco Mundial reconoció que la seguridad de la tenencia se puede lograr de manera más barata sin buscar la titulación como tal. Así, varias experiencias en el mundo promovieron programas de “certificación” de los derechos sobre las tierras, por cuanto son instrumentos más sencillos de implementar y conservar que los registros, y que en general serían otorgados por entidades descen-tralizadas y no ya por los Estados centrales. Madagascar

constituye un caso emblemático de la implementación de dichos programas.

Estas evoluciones hacia el paradigma de la adaptación fueron criticadas por el economista peruano Hernando de Soto, quien aboga por un regreso al paradigma ortodoxo en su libro El misterio del capital: por qué el capitalismo triunfa en Occidente y fracasa en el resto del mundo. En Perú sus tesis sobre el “capital muerto” tuvieron mucha influencia en el diseño de las políticas urbanas de titulación predial desde el gobierno de Alberto Fujimori, pero se demostró que “no es suficiente otorgar un título de propiedad y esperar a que el mercado haga el resto”, como lo afirmó en 2009 Julio Calderón Cockburn, sociólogo y experto en la realidad urbana de ese país.

A pesar de las numerosas investigaciones que se han hecho en el mundo desde los años setenta, aún no se ha demostrado la relación entre la formalización de la tenencia de la tierra y la superación de la pobreza. Lo que sí es un efecto mecánico de la titulación de tierras es el impulso a un mercado abierto a compradores provenientes desde afuera, en particular inversionistas globales para los cuales las tierras son un activo más dentro de sus portafolios.

En presencia de actores cuyas condiciones para las ne-gociaciones, transacciones y alianzas son muy desiguales, las políticas que buscan dinamizar los mercados de tierras presentan riesgos muy importantes para que a mediano y largo plazo compradores con mayor poder político y económico adquieran las tierras de los pequeños propie-tarios, lo cual profundiza la concentración de las tierras y las desigualdades. Se requiere acompañar estos procesos con políticas con enfoque integral, duraderas y que abar-quen las dimensiones colectivas y no solo individuales de la tenencia de las tierras.

*Editora académica y compiladora, junto con Patricia Rincón Avellaneda, del libro Ordenar los territorios: Perspectivas críticas desde América Latina, coedición de la Universidad de los Andes, la Uni-versidad Nacional de Colombia y el Instituto Francés de Estudios Andinos, 2017.

El 1 % de las familias ricas del campo concentraría cerca del 60 % de las tierras aptas para producir.

Foto: archivo Unimedios

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AGOSTO 2018 | 8 Periódico – N.º 219 – Universidad Nacional de Colombia

Medioambiente

palabras clave: variabilidad climática, fenómeno de El Niño, cambio climático. Consúltelas en www.unperiodico.unal.edu.co

El Niño regresaría en diciembreJosé Daniel Pabón, director, Departamento de Geografía, Facultad de Ciencias HumanasUniversidad Nacional de Colombia

Aunque en algunas regiones del país llueve torrencialmente y en otras como en Bogotá se experimenten vientos más fuertes de lo normal para la época del año, se vislumbra una posibilidad de que ocurra un fenómeno de El Niño, el cual podrá traer otro tipo de anomalías climáticas que se sentirían más en el último trimestre del año y durante los primeros meses de 2019. Pese a que la intensidad del fenómeno no se puede predecir, es importante empezar a prepararse.

Durante las últimas sema-nas las noticias han reportado la dramática situación generada por las inundaciones de larga du-ración en la Orinoquia, o las lluvias anormalmente abundantes en el piedemonte amazónico o, lo que más han mostrado en los medios, los vientos más fuertes de lo que comúnmente se registra en agosto.

En ocasiones las condiciones at-mosféricas que predominan en una región –conocidas como clima– se alteran y se generan anomalías climáticas: periodos más lluviosos o más secos de lo normal, más o menos cálidos, o con mayor o con menor frecuencia de determinados fenómenos meteorológicos (tor-mentas, olas de calor o heladas, vendavales, entre otros) causantes de desastres.

Lo anterior ocurre por la “variabilidad climática”, oscilaciones en el clima que presentan fases extre-mas. Estas últimas son recurrentes, es decir que se repiten de forma cíclica, aunque los ciclos no tienen necesariamente un periodo exacto. En la variabilidad climática es posible encontrar ciclos de años (escala interanual) y de décadas (escala interdecadal); la primera ha sido la más fácil de percibir.

Por lo general se confunden las fases extremas de la variabilidad climática con el cambio climáti-co, aunque son diferentes manifestaciones de los procesos relacionados con el clima. Así, como va-riabilidad climática se consideran las fluctuaciones de las condiciones predominantes alrededor de lo normal (en general, representada por un promedio), en tanto que el cambio climático es la modificación de tales condiciones predominantes, que ocurre de manera paulatina (aunque en la historia han ocurrido cambios climáticos abruptos).

Las causas de esta variabilidad son diversas, pero para algunas regiones del territorio colombiano las anomalías climáticas más notorias se generan por fe-nómenos que ocurren en el Pacífico tropical, conocidos como El Niño y La Niña. Estos fenómenos oceánicos consisten en el calentamiento (El Niño) o enfriamien-to (La Niña) anómalo de las aguas superficiales, que alteran la circulación atmosférica sobre el Pacífico tropical, y a través de esta transmiten alteraciones en

el clima de diferentes regiones del planeta, entre ellas las localizadas en el territorio colombiano.

En términos generales, cuando el Pacífico tropical central y oriental frente a la costa suramericana presenta calentamiento de las aguas superficiales (fenómeno de El Niño), en el territorio colombiano la parte interandina (valles de los ríos Magdalena, Cauca y Patía), la Región Caribe y el sector centro norte de la región Pacífica presentan volúmenes de precipitación por debajo de lo normal, mientras en los piedemontes amazónico y llanero hay preci-pitaciones por fuera de los parámetros normales; esto mismo sucede con la temperatura del aire, en gran parte del territorio nacional, particularmente en el suroccidente. El enfriamiento anómalo de la superficie del Pacífico tropical (fenómeno de La Niña) produce la condición climática contraria a la descrita para el fenómeno de El Niño, aunque no del todo simétricamente inversa.

intensidad difícil de prever

En la memoria de todos aún quedan las recientes anomalías climáticas de 2010-2012 y 2014-2016, ge-neradas por los fenómenos de La Niña y de El Niño respectivamente. La primera produjo inundaciones en gran parte de la Región Andina y del Caribe, y déficit de humedad en sectores de los piedemontes orientales (Llanero y Amazónico).

La segunda fue causa de una prolongada sequía que impactó fuertemente diversos sectores pro-ductivos del país, en especial el agropecuario, el

abastecimiento de agua para la población y la generación de energía. El impacto de tales eventos afectó el buen desarrollo de diversos planes territoriales y sectoriales y fue responsable de la reducción de algunos puntos del pib del país de esos años.

La configuración actual de los procesos en el sistema cli-mático ha propiciado que en este año haya llovido por en-cima de lo normal desde junio hasta agosto en el piedemonte amazónico, en donde están las cuencas altas de los ríos que van hacia el Orinoco, lo que ha ge-nerado el aumento del nivel de estos hasta el grado de desbor-damiento e inundación extrema de inmensas áreas de Guainía, Vichada Guaviare y Meta. Esa misma condición climática ha propiciado la generación de avenidas torrenciales como la que ocurrió en Mocoa entre el 11 y el 12 de agosto pasado.

En julio, el Instituto de Hi-drología, Meteorología y Es-tudios Ambientales (Ideam), institución responsable del seguimiento y la predicción climática, le advirtió al país acerca del advenimiento de un fenómeno de El Niño que se sentirá más en el último trimestre del año y durante los primeros meses de 2019.

Es necesario estar pendien-te de la evolución de los pro-cesos oceánico-atmosféricos a través de los reportes que publican tanto el Ideam como el Comité Nacional para el Es-

tudio Regional del Fenómeno de El Niño (Erfen) y la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (ungrd).

Aunque la intensidad de este nuevo evento es difícil de prever con exactitud, la magnitud de los impactos dependerá de cómo estén preparados los territorios, los sectores productivos, el sistema de salud, el abastecimiento de agua y energía, y el Sistema Nacional de Gestión del Riesgo de Desastres para hacerles frente a las anomalías climáticas que podrá traer este fenómeno.

Con las experiencias de los eventos de 1991-1992, 1997-1998, 2009-2010 y 2014-2016, se ha avanzado mucho en cuanto a saber enfrentar las condiciones adversas de un fenómeno de El Niño. Los sectores productivos y los territorios disponen de planes de contingencia que se actualizan y activan ante la posibilidad de condiciones climáticas anómalas como las que podría generar este fenómeno, pero la reducción del impacto dependerá tanto de la oportunidad y efectividad en la implementación de estos planes, como de la seriedad y el proceder ético de personas e instituciones responsables de realizar las intervenciones o acciones a las que haya lugar.

Nivel del río Magdalena bajo el puente en la vía Melgar-Ibagué (cerca de Flandes, Tolima) en oc-tubre de 2015; la línea blanca superior –a la derecha de la foto– indica hasta dónde llegaba el río en abril de 2011.

Foto: José Daniel Pabón

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AGOSTO 2018 | 9 Periódico – N.º 219 – Universidad Nacional de Colombia

Salud

palabras clave: Ley de Obesidad, rotulado alimentos, obesidad. Consúltelas en www.unperiodico.unal.edu.co

Obesidad, problema de peso en ColombiaJhon Jairo beJarano ronCanCio, profesor titular, Facultad de MedicinaUniversidad Nacional de Colombia

Hace nueve años el Estado se comprometió a poner en marcha diferentes estrategias para combatir el sobrepeso y la obesidad; sin embargo tales acciones no han repercutido en la disminución de la población obesa, en especial la infantil. A pesar de la existencia de la Ley 1355 de 2009, y de que en el Congreso de la República se debate la aprobación de otras normativas, se requieren medidas sostenibles, que pasan por una mayor educación nutricional para los colombianos.

La Ley 1355 de 2009, o Ley de Obesidad, definió la obe-sidad como una enfermedad crónica de salud pública, causante de diabetes, hipertensión arterial, afecciones cardiovasculares y algunos tipos de cáncer. Aunque desde su promulgación se han implementado algunas estrategias sin mucho éxito, lo cierto es que, en la vida real, la normativa no se aplica en su totalidad.

Entre tanto, a la espera de un eventual fallo en favor de los colombianos, en el Congreso de la República sigue el debate de cinco proyectos de ley (tres en el Senado y dos en la Cámara de Representantes) que establecen medidas de salud pública para el control de la obesidad.

Otras propuestas –como la coloquialmente conocida “ley de comida chatarra”– quieren regular la publicidad y adoptar un modelo de perfil de nutrientes para los productos comestibles ultraprocesados, que le infor-me al consumidor sobre la presencia excesiva en ellos de azúcares, sodio y grasas saturadas, cuyo consumo excesivo afecta la salud. A pesar de su importancia en la prevención de la obesidad infantil, en junio pasado la plenaria de la Cámara de Representantes aprobó en segundo debate el proyecto, pero modificó al extremo los artículos significativos que lo fundamentaban.

Ante este desalentador panorama surgen pregun-tas como ¿qué espera el Estado para establecer una política pública centrada en la garantía de la seguridad alimentaria y nutricional de los colombianos? o ¿por qué el tema se dilata y no existen acciones inmediatas en beneficio de los consumidores?

descriptores nutricionales, el ejemplo de chile

Uno de los aspectos más relevantes en torno a la pro-blemática de la obesidad es el del rotulado o etiqueta-do. En un alimento procesado o ultraprocesado esto se refiere a la manera como se presenta en el envase la información tanto del contenido de ingredientes como del valor nutricional; en otras palabras, es una herramienta esencial para el consumidor.

Sin embargo, al analizar la forma como hoy se pre-senta dicha información –siguiendo un prototipo nor-teamericano–, resulta casi imposible que el ciudadano común pueda interpretar y tomar decisiones sobre lo saludable del contenido de lo que consume.

De ahí que países como Chile implementaran des-criptores nutricionales como una medida para frenar la prevalencia de obesidad infantil, por lo que incluyó en el rótulo un sello con declaración “alto en” para nutrientes de interés en salud pública como las calorías (energía), las grasas saturadas y los ingredientes como el azúcar añadido y la sal (de este alimento el sodio).

En Latinoamérica el sello ha sido una gran contribu-ción para mantener activa la discusión de la prevención

y el tratamiento de la obesidad, la forma como se está ofreciendo la información al consumidor normal y la res-ponsabilidad de la regulación de la autoridad competente en salud. Además, va en consonancia con “la producción y el consumo responsables”, objetivo número 12 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ods).

urgen ciudadanos educados

En Colombia es clara la evidencia científica que concluye la existencia de una asociación entre ciertos alimentos y los problemas de salud pública de tipo epidémico como la obesidad. Ya se cuenta con resultados clínicos validados, recomendaciones internacionales como el modelo de perfil de nutrientes de la Organización Pa-namericana de la Salud (ops) y estadísticas sanitarias preocupantes, además de un alto gasto sanitario en tratamientos y medicamentos.

Pese a ello, el sector empresarial, productor de este tipo de alimentos, refiere que el etiquetado frontal –que no es obligatorio en Colombia– es una manera de asustar al consumidor. Nada más lejos de la realidad, es evidente que falta conocimiento y formación en nutrición.

Las cifras de obesidad evidencian dicha necesidad urgente de que los ciudadanos sepan cómo tomar de-cisiones frente a su salud. Según la Encuesta Nacional de Situación Nutricional (ensin, 2015), en la primera infancia, el exceso de peso –que incluye tanto sobrepeso como obesidad– subió de 4,9 % en 2010 a 6,3 % en 2015. Así mismo, el exceso de peso en escolares se incrementó de 18,8 % en 2010 a 24,4 % en 2015. Además, uno de cada cinco adolescentes (17,9 %) presenta exceso de peso, uno de cada tres jóvenes y adultos tiene sobrepeso (37,7 %) y uno de cada cinco de ellos es obeso (18,7 %).

Otros datos de la ensin muestran que el 56,4 % de la población presenta exceso de peso, lo que significa un incremento de 5,2 puntos porcentuales con respecto a 2010; es más frecuente en las mujeres (22,4 %) que en los hombres (14,4 %) y tiene un aumento directamente proporcional con la edad.

Toda la evidencia debería ser la base para que la industria de alimentos haga una reformulación de sus productos tradicionales como un mecanismo que le permita competir en el mercado con un concepto más saludable; tales acciones podrían inscribirse en estra-tegias de responsabilidad social.

fortalecer espacios de sensibilización

Entre las iniciativas en agenda pública se encuentra la formulación y ejecución del Plan Nacional de Educación Alimentaria y Nutricional, que incluye una estrategia de

información, educación y comunicación, el cual orien-tará a las colectividades a tomar decisiones frente a su comportamiento alimentario y la responsabilidad de su bienestar, después de tener una información saludable en diferentes medios tipo online y offline. Tales acciones se realizarían en los entornos familiares, educativos y laborales, entre otros.

Este proyecto debería implementarse antes de tener una ley de rotulado; así, los procesos pedagógicos pre-vios a ciertas estrategias que impactan en los hábitos alimentarios podrían ser más exitosos y reducir las cifras sanitarias mórbidas.

Paralelamente, es necesario mejorar la divulgación de las Guías Alimentarias Basadas en Alimentos (gabas), que forman parte de una fracción de la Política Nacio-nal de Seguridad Alimentaria y Nutricional, en las que se muestran las cantidades y los grupos de alimentos recomendados para la población, en diferentes grupos de edad y organizadas a partir del plato saludable para la familia colombiana.

Por otra parte, es importante que desde las institu-ciones públicas y privadas se impulsen programas de promoción de la salud y espacios de sensibilización para darles a conocer a los trabajadores y sus familias las estrategias del Gobierno para combatir la obesidad y las enfermedades crónicas, como por ejemplo el com-ponente “Modos, condiciones y estilos de vida saluda-bles” establecido en el Plan Decenal de Salud pública 2012-2021. Entre los escenarios idóneos para adelantar estas acciones se encuentran el Día Nacional de Lucha contra la Obesidad y el Sobrepeso (24 de septiembre), y la Semana de Hábitos de Vida Saludable.

Se debe fortalecer la participación tanto de la socie-dad –incluidos los niños– como de los profesionales de la salud, los medios de comunicación y las enti-dades estatales y no estatales para crear estrategias con un enfoque biopsicosocial que reúna los factores biológicos, psicológicos y sociales que intervienen en esta enfermedad. Para combatir la obesidad infantil en Colombia y en el mundo es esencial la regulación, pero sobre todo la educación: ciudadanías informadas no se dejan engañar fácilmente.

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AGOSTO 2018 | 10 Periódico – N.º 219 – Universidad Nacional de Colombia

saludMedicina de avanzada

Con la inyección de 90.000 millones de células inmunes que “mataron” el cáncer en su cuerpo, la estadounidense Judy Perkins se curó del cáncer de mama terminal que padecía. Se trata de un procedimiento experimental desarrollado por investigadores del Instituto Nacional del Cáncer de Estados Unidos, que consiste en “medicación viviente”, elaborada a partir de las propias células de un paciente. Los científicos examinaron los glóbulos blancos de Perkins y extrajeron los que eran capaces de atacar el cáncer para cultivarlos en grandes cantidades en el laboratorio y después inyectárselos junto con medicamentos para quitarle los frenos al sistema inmune.

Salud

palabras clave: cáncer de mama, quimioterapia, sistema inmune, células dendríticas. Consúltelas en www.unperiodico.unal.edu.co

Quimioterapia restaura sistema inmune de pacientes con cáncer de senoMaría aleJanDra lóPez, Unimedios Bogotá

Mediante pruebas de sangre realizadas antes y después del tratamiento de quimioterapia, médicos de la Universidad Nacional de Colombia (un) evidencieron que Doxorrubicina y Ciclofosfamida, medicamentos de amplio uso en el país para tratar el cáncer de mama o seno, también restauraron la respuesta inmune de los pacientes, facilitando su recuperación.

En Colombia es probable que una de cada 16 mujeres padezca cáncer de seno en algún momento de su vida, pero algo que las probabilidades no miden es la expectativa sobre lo que pasará en el momento del diagnóstico de esta enfermedad, y los cambios que afrontarán durante y después la quimioterapia.

El médico David Andrés Bernal Estévez, doctor en Cien-cias Biomédicas de la Universidad Nacional de Colombia (un), explica que ciertos tipos de “quimio” (como se le conoce comúnmente), e incluso de radioterapia, “indu-cen en las células tumorales un tipo de muerte diferente al convencional, que alerta al sistema inmune y que es conocido como muerte celular inmunogénica”.

Se podría decir que durante dicho proceso el sistema inmune detecta proteínas asociadas a daño liberadas por células cancerígenas como un efecto de la quimioterapia, un efecto que no sucede en todos los tipos de tratamiento ni en todas las clases de cáncer.

Paradójicamente, en esa especie de batalla campal, aunque hay consecuencias como el debilitamiento del sistema inmunológico, vómito, pérdida del pelo y rese-quedad extrema de la piel, aquellas proteínas también lo están estimulando para que trabaje mejor. Es el caso de la terapia neoadyuvante con Doxorrubicina y Ciclofos-famida, fármacos con los que se busca reducir el tamaño del tumor del cáncer de seno para removerlo después mediante cirugía.

En Colombia este tipo de quimioterapia se utiliza hace varios años, por ser un tratamiento efectivo y de un costo relativamente bajo; además “seis de cada diez pacientes responden de manera positiva”, afirma el profesor Carlos Parra, del Departamento de Microbiología de la Facultad de Medicina de la un, director de la tesis doctoral.

Hasta el momento los efectos restauradores de estos medicamentos sobre el sistema inmunológico solo se habían estudiado en modelos animales, pero después de analizar 17 muestras de sangre de pacientes mujeres, el doctor Bernal evidenció sus beneficios en humanos.

un sistema fortalecido

Durante el estudio, realizado por el grupo de investiga-ción de Inmunología y Medicina Traslacional de la un, se estableció el nivel funcional del sistema inmune de las pacientes antes de aplicarse la quimioterapia. Esto se hizo a través de pruebas de laboratorio en las que se midieron parámetros como las proteínas de los linfocitos t, asociados con la activación, y las células dendríticas, relacionadas A. Muestras de sangre de las pacientes para su análisis. B. Cultivo de células de melanoma. C. Pruebas de laboratorio sobre los linfocitos t.

A.

B. C.

con la maduración. Luego se comparó con el mismo nivel, después de pasar por tres ciclos de esta.

Así, se encontró que antes de la quimioterapia las pa-cientes ya tenían un defecto inmunológico, que no se debía a la cantidad de células producidas –ya que era similar a la encontrada en las muestras de sangre de mujeres sanas– sino a su calidad, entendida como su capacidad de respuesta a los estímulos a los que se sometieron las células en el laboratorio. Al respecto, el médico Bernal señala que “lo más interesante es que después de la quimioterapia las células empezaron a trabajar de nuevo, a niveles equiva-lentes a los de una persona sana”.

De igual manera el estudio revisó lo que ocurría a nivel clínico con las pacientes, y si notaban alguna diferencia. En este aspecto se determinó que en la mayoría de ellas se reducía el tamaño del tumor después de la quimioterapia, pero había diferentes grados de respuesta: “algunas mos-traban mayor mejoría que otras”, asegura el investigador.

Frente a este panorama se revisó si esta diferencia se asociaba con la capacidad de respuesta inmune, y se encontró que si el sistema inmunológico de una paciente (independientemente del estado de desarrollo de su cáncer) antes de la quimioterapia está “funcionalmente” mejor, le va a ir mejor en términos de reducción del tamaño de su tumor después de la quimioterapia, mientras que si su sistema está muy afectado, es probable que la terapia no resulte tan beneficiosa.

mejoras a nivel celular

Las mejoras mencionadas hasta el momento se relacionan con el efecto que tienen Doxorrubicina y Ciclofosfamida en las células dendríticas y en los linfocitos t cd8, esenciales en el sistema inmune. Las primeras forman parte de la respuesta innata, es decir de la reacción inmediata de los organismos ante heridas e infecciones, y los segundos, del sistema adaptativo, son los encargados de generar una respuesta específica, como sucede en el caso de las

vacunas, para destruir las células infectadas, en este caso células tumorales.

Las células dendríticas tienen como función princi-pal capturar células muertas o defectuosas y presentarle fragmentos de proteínas –que pueden ser tumorales– al sistema inmune adaptativo, sirviendo de puente. Sin em-bargo, antes de la quimioterapia tienen un defecto en la capacidad de madurar, lo que dificulta la conexión entre los dos sistemas.

El investigador señala que “cuando las células dendrí-ticas en estado inmaduro son estimuladas con células tumorales bajo muerte inmunogénica, ocasionada por la quimioterapia, maduran y empiezan a ayudarle al sistema inmune adaptativo para indicarle que estimule a las células para que lo ataquen”.

De manera similar al defecto funcional encontrado en las células dendríticas, en los linfocitos t de las pacientes con cáncer analizadas, cuando fueron estimulados en el laboratorio –antes de la terapia– se observaba un bajo nivel de activación, pero después de pasar por tres ciclos de quimioterapia mejoraron de manera considerable, incluso a niveles similares a la respuesta obtenida en las células de mujeres sanas.

Aunque falta validar los datos en una muestra más gran-de de pacientes, que incluso abarque diferentes ciudades, los resultados obtenidos en la investigación doctoral de David Andrés Bernal Estévez son un avance importante, ya que las conclusiones sugieren que con una muestra de sangre se podría evaluar el nivel funcional del sistema inmune, antes de aplicar la quimioterapia, determinar su eficacia o buscar la terapia más idónea; de esta manera no habría que esperar seis meses o un año para comprobar la respuesta clínica del tratamiento.

Fotos: Santiago Rodríguez/Unimedios

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AGOSTO 2018 | 11 Periódico – N.º 219 – Universidad Nacional de Colombia

salud Probióticos en leches maternas árabes

Después de evaluar 250 bacterias aisladas, un estudio de la Universidad Rey Abdulaziz –de Yeda, en Arabia Saudita– encontró microorganismos probióticos de géneros Lactococcus, Lactobacillus y Enterococcus en muestras de leche materna de mujeres provenientes de varias regiones del Sinaí. Todos ellos resistieron bajo ph, sales biliares y tuvieron actividad contra bacterias nocivas para la salud.

Salud

palabras clave: probióticos, bancos de leche materna, salud. Consúltelas en www.unperiodico.unal.edu.co

Probióticos, otro beneficio de la leche maternaKilly aleJanDra gutiérrez guzMÁn, Unimedios Medellín

Incluso después de la pasteurización, proceso que se hace en los bancos de leche, se hallaron microorganismos con 70 % de potencial probiótico, un resultado relevante si se tiene en cuenta que dichos compuestos fortalecen el sistema inmune de los niños de entre dos días y un año de nacidos.

Todas las mañanas, madres donantes se encuentran en el Banco de Leche Humana del Hospital de Kennedy, uno de los 15 existentes en Colombia.

Anabel Hernández Rivera no solo amamanta a su hijo recién nacido; desde hace cinco meses esta joven madre decidió donar una parte de su leche al Banco de Leche Humana del Hospital General de Medellín, uno de los 15 existentes en Colombia.

Con base en estudios científicos de varios países, en 1995 la Organización de las Naciones Unidas para la Ali-mentación y la Agricultura (fao) divulgó el contenido de nutrientes de la leche materna. Un litro suministra unas 750 calorías, y entre sus 10 principales compuestos se encuentran 70 g de carbohidratos, 13 g de proteína, 300 mg de calcio, 2 mg de hierro, 480 microgramos (µg) de vitamina a y 40 mg de vitamina c.

Además de estos compuestos, biotecnólogas de la Universidad Nacional de Colombia (un) Sede Medellín hallaron otra característica en el primer alimento natu-ral de los niños: los probióticos, microorganismos vivos importantes en las funciones digestivas e inmunes, por prevenir enfermedades infecciosas y gastrointestinales.

Por primera vez en Colombia se indaga por la presencia de probióticos en la leche materna. De 34 bacterias de este tipo encontradas en la leche humana y en heces de lactantes se comprobó que los microoganismos Lac-tobacillus rhamnosus y Enterococcus faecium presentaron un 70 % de potencial.

La estudiante Yara Nasly Correa Holguín, de la Maestría en Biotecnología de la un, analizó 67 muestras de leche: 27 de donantes externas y 40 del Banco de Leche Humana del Hospital General de Medellín. Así mismo estudió la presencia de probióticos en las excretas de niños de entre dos días y un año de nacidos, tiempo ideal de lactancia exclusiva.

De igual manera se evaluó leche prepasteurizada, de la cual se recolectaron 27 muestras correspondientes a calos-tro (de los primeros 8 días), leche de transición (de entre 8 y 15 días), madura (de 15 días al final de la lactancia) y 20 leches ácidas, descartadas en el Banco por tener más de 8° dornic (d), medida para evaluar el ácido láctico; por debajo de este parámetro la leche es apta para el consumo.

La investigadora explica que “la acidez producida por ácido láctico puede indicar carga microbiana superior al máximo permitido de 100.000 unidades formadoras de colonia, que son agrupaciones de microorganismos, e in-cluye algunas bacterias que podrían ocasionar alteraciones a la salud en infantes con sistema inmune vulnerable al ataque microbiano”.

Con respecto a muestras pospasteurizadas, se tuvieron en cuenta 20, algunas leches aceptadas y otras rechazadas en las que se identificaron casos de E. coli y Shigella sp., bacterias alterantes para la salud. En ese sentido, la pasteurización es primordial porque evita la transmisión de microorganismos nocivos y del virus de la inmunodeficiencia humana (vih).

Entre las 67 muestras de leche pre y pospasteurizada se registró frecuencia relativa de microorganismos alterantes del 50 % y del 20 % respectivamente, y otros con potencial probiótico del 30 % y el 10 %. Del total se determinó que 45 % de los posibles probióticos provienen de leche materna y 55 % de excretas de lactantes.

Según la profesora Olga Inés Montoya Campuzano, de la Escuela de Biociencias de la un Sede Medellín, quien di-rigió la investigación de la estudiante Correa, el dato sobre probióticos en excrementos es relevante puesto que en la mucosa intestinal se produce el 60 % de la inmunoglobulina a, que protege el intestino de microorganismos dañinos: “si en las heces del lactante se presenta abundante microbiota probiótica es porque la leche que recibe de su madre es favorable para la maduración del sistema inmune”, expone.

aprovechar los probióticos

Entre 2014 y 2017 el Banco de Leche Humana del Hospital General de Medellín ha atendido a 1.924 bebés y ha pasteu-rizado cerca de 2.000 litros de leche. Su promedio mensual de donación es de 73 litros, de los cuales generalmente se desechan 14 por no cumplir con las condiciones aptas para el consumo.

La investigadora Correa Holguín señala que uno de los lineamientos de descarte es la sospecha de alta carga

Foto: Santiago Rodríguez/Unimedios

microbiana, que podría ser alterante, pero entre las leches analizadas después de haberse desechado había algunas bacterias beneficiosas.

“Prescindir de leche con contenidos probióticos le resta al lactante la posibilidad de alimentarse con una sustancia cuyas cualidades para combatir microorganismos nocivos están comprobados”, advierte.

Para optimizar el análisis de la leche donada se reco-mienda usar otros análisis microbiológicos, como el medio de cultivo mrs –que detecta especies probióticas como los lactobacilos– o pruebas moleculares, e incluso ampliar el rango de microorganismos viables permitidos.

Desde 2005 Brasil es guía técnica de Colombia en la im-plementación de bancos de leche humana, y su regulación es de la primera Carta de Brasilia, en la que países de la región se comprometen a trabajar para reducir indicadores de morbimortalidad infantil.

Según Luz Ángela Ochoa Cubillos, profesional especia-lizada de la Subdirección de Salud Nutricional, Alimentos y Bebidas del Ministerio de Salud y Protección Social, la investigación de la un es de gran apoyo en la actualiza-ción de lineamientos para fortalecer los bancos de leche humana de Colombia.

Desde el ámbito científico el estudio realiza un aporte a la promoción de la lactancia materna, que además de proporcionar un alimento irremplazable fortalece el vín-

culo entre madre e hijo, de lo cual no tiene duda Anabel Hernández Rivera, quien cada vez que dona, piensa: “no solo regalo nutrición, también amor”.

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AGOSTO 2018 | 12 Periódico – N.º 219 – Universidad Nacional de Colombia

Salud

palabras clave: nervio periférico, colágeno tipo I, regeneración de tejidos. Consúltelas en www.unperiodico.unal.edu.co

Láminas de colágeno regeneran fibras nerviosasDiana gabriela hernÁnDez, Unimedios Bogotá

Investigadores de la Universidad Nacional de Colombia (un) desarrollaron un soporte de colágeno tipo I –el más abundante en el organismo–, que sirve como alternativa al uso de autoinjertos. Una vez probada su eficacia in vitro, se pondrán a prueba en un modelo animal.

Las heridas causadas por un accidente de tránsito, el corte con un vidrio o con un cuchillo, o una frac-tura severa, son episodios que afectan el organismo más allá del dolor. Por ejemplo, una lesión en los nervios periféricos, que unen el cerebro y la médula espinal con el resto del cuerpo, puede comprometer la sensibilidad o movilidad, y por ende la calidad de vida de las personas.

La estudiante Diana Milena Millán, del Doctorado en Biotecnología de la un, explica que el tratamien-to estándar para lesiones nerviosas consiste en reemplazar la sección dañada con un autoinjerto. Sin embargo esta alternativa no suele ser la idónea, ya que “se genera una lesión nueva para resolver otra; por ejemplo, al extraer un nervio sensitivo funcional para reemplazar el dañado, se deja sin sensibilidad esa zona”.

La bióloga advierte que el problema de reemplazar un nervio por otro es que sus diámetros pueden ser diferentes, como sucede con los nervios sensitivos, que son de menor tamaño, por lo que la acción puede comprometer el éxito del procedimiento quirúrgico para unirlos y restablecer el funcionamiento de los músculos.

Los recientes esfuerzos del Grupo de Investigación en Ingeniería de Tejidos de la un se concentran en la evaluación biológica in vitro y preclínica de un prototipo de soporte de colágeno tipo I, diseñado para regenerar el nervio periférico. Se trata de un sustituto unidireccional que conecta los muñones, o extremos de los axones (transmisores de impul-sos nerviosos), presentes en la zona averiada, para regenerarlos.

“Si no se hace un autoinjerto de nervio, o se pone un sustituto como el desarrollado, habrá una especie de ‘cortocircuito’ que interrumpirá la transmisión de los impulsos nerviosos”, enfatiza la profesora Mar-tha Raquel Fontanilla, directora del Grupo, quien menciona que el trabajo de la estudiante Millán es el único de este tipo que se adelanta hasta el momento en el país.

los “interruptores” del cuerpo

Los nervios periféricos contienen fibras nerviosas, cada una conformada por el axón de una neurona y las células de Schwann que las recubren para prote-gerlas y facilitar la transmisión del impulso nervioso.

A su vez, cada fibra nerviosa está cubierta por en-doneuro, tejido rico en fibras de colágeno tipo I que las conecta para formar fascículos de fibras nerviosas, los cuales se encuentran rodeados por una lámina de tejido conectivo denominada perineuro, y además se agrupan en haces nerviosos rodeados por el tejido conectivo conocido como epineuro, el cual contiene tejido graso y vascular.

La doctoranda afirma que los poros del colágeno usado para el soporte están orientados en la misma dirección de los axones: “esta organización facilita la regeneración axonal y permite que las células de Schwann –ubicadas en ambos extremos– migren,

crezcan y secreten todas las proteínas necesarias para que el axón pueda crecer”.

pioneros en diseño de soportes

La investigación de la bióloga Millán es un ejemplo de trabajo en equipo, pues el suyo estuvo antece-dido por el desarrollo de soportes unidireccionales laminares realizado por Edward Suesca, doctor en Ciencias Farmacéuticas de la un.

El sistema diseñado por el doctor Suesca se modi-ficó después para producir los conductos nerviosos, trabajo realizado tanto por la doctoranda Millán como por el estudiante Miguel Ángel Moncayo, del Doctorado en Ciencias Biomédicas de la Facultad de Medicina, integrantes del Grupo de Investigación, que en dos décadas ha fabricado prototipos de pro-ductos que podrían sustituir tejidos humanos en piel, hueso, menisco y cartílago.

La profesora Fontanilla destaca que su pupilo Suesca abrió una puerta para diseñar soportes unidi-reccionales, ideales para la regeneración de músculos y tendones. “Es el resultado de un trabajo interdisci-plinario del que hoy participan ocho estudiantes de doctorado y dos de maestría en áreas como Biotecno-logía, Ciencias Farmacéuticas, Ciencias Biomédicas e Ingeniería en Materiales”.

El soporte de colágeno tipo I elaborado por la doctoranda Millán, obtenido de fascia de bovino (membrana que envuelve y aísla órganos y músculos), es una lámina que al plegarla toma forma de tubo

y sus diámetros se ajustan a las necesidades del cirujano. En su interior este soporte tiene una sola dirección y longitud, lo cual facilita la conexión de los muñones; por el contrario sus formas exteriores tienen varias direcciones y presentan menos poros evitando que otras células interfieran en el proceso de regeneración.

“Cuando la fascia llega al laboratorio se limpia el tejido y se elimina lo que no sirve, así obtenemos nuestra materia prima: el colágeno”, detalla la bió-loga, quien destaca que el tipo de proteína obtenida de la vaca es muy parecida a la de los humanos, por eso se ha convertido en la aliada en la regeneración de tejidos.

Una vez finalizada la evaluación in vitro de las ca-racterísticas del soporte, la investigadora se prepara para el ensayo animal, el cual ayudará a determinar la eficacia de la lámina de colágeno tipo I en la rege-neración de nervio periférico. Se trata de una etapa crucial del proyecto, ya que permitirá demostrar su efectividad en el tratamiento, cuando la lesión es grande.

La lámina de colágeno diseñada en la UN podría regenerar fibras nerviosas después de una lesión del nervio periférico.

Fotos: Nicolás Bojacá/Unimedios

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AGOSTO 2018 | 13 Periódico – N.º 219 – Universidad Nacional de Colombia

Ciencia& Tecnología

palabras clave: muiscas, Templo del Sol, Sogamoso, haplogrupos, adn mitocondrial. Consúltelas en www.unperiodico.unal.edu.co

El colombiano más antiguo reportado hasta hoy habitó en BoyacáDiana gabriela hernÁnDez, Unimedios Bogotá

Viene de la página 1

En ese municipio boyacense, que en lengua muisca significa “morada del Sol”, el antropólogo y etnólogo Eliécer Silva Celis reconstruyó en 1942 el templo, hoy reconvertido en un museo, que además sirve de escenario de rituales para ciertas comunidades cada fin de año.

Hasta Sogamoso llegó en 2012 Lilián Andrea Casas Vargas, doctora en Ciencias - Biología de la Universidad Nacional de Colombia (un), alentada por el profesor José Vicente Rodríguez, del Departamento de Antropología, para caracterizar 46 restos óseos de tres épocas distintas custodiadas por el Museo Arqueológico de Sogamoso “Eliécer Silva Celis”.

La muestra está compuesta por cinco cazadores-reco-lectores con 8.000 años de antigüedad, descubiertos en Floresta (Boyacá); siete individuos de la época en que se inició la agricultura, periodo conocido como Formativo –seis hallados en Duitama y uno en el Templo del Sol–, y demás individuos del periodo Muisca Temprano (775 al 975 d. C.) y Tardío (1025 al 1165 d. C.) –cinco hallados tras la excavación realizada a una de las malocas y 29 de la colección del Museo, custodiada por la Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia (uptc).

“De Floresta se analizaron los cráneos, algunos con dientes; del periodo Formativo se tomaron huesos largos como el fémur, y de los muiscas se trabajó con el fémur y los molares”, detalla.

lo dicen las mitocondrias

La bacterióloga se centró en diferenciar genéticamente las poblaciones muiscas, establecer sus relaciones con otros grupos y hallar su posible tronco ancestral. La comparación de material genético la hizo a partir de la identificación de los haplogrupos mitocondriales, conjuntos de genes relacionados entre sí y que se en-cuentran en posiciones concretas, llamadas locis, de los cromosomas.

Gracias a los marcadores mitocondriales, que se transmiten por línea materna a las hijas, se ha po-dido identificar tanto el origen y tiempo de diver-gencia de poblaciones ancestrales como los eventos drásticos en el descenso del número de miembros de una comunidad –algunos al borde de la extinción– o cuando las frecuencias alélicas del genoma de una población cambian a lo largo de varias generaciones por cuenta de transformaciones microevolutivas.

El profesor Rodríguez explica que en las poblaciones nativas americanas se ha descrito la presencia de cuatro haplogrupos mitocondriales principales: a, b, c y d, de-finidos cada uno por una o más sustituciones exclusivas que los distinguen de otros haplogrupos en el mundo.

“Por lo general dichas poblaciones poseen una pro-porción definida de los cuatro haplogrupos, lo cual permite hacer inferencias sobre su origen y tiempo de divergencia de la población ancestral. Asimismo es posible estudiar la presentación de eventos particulares como cuellos de botella, efectos fundadores o deriva génica”, explica el profesor William Usaquén, director del Grupo de Genética de Poblaciones e Identificación, de la un.

Al respecto, la doctora Casas menciona que “por ejem-plo, se sabe que los chibchas tienen una alta frecuencia del haplogrupo a, por eso los muiscas, que son de raíz chibcha, también cuentan con este tipo”.

rompiendo células

Para el marcador genético del adn mitocondrial se trabajó la extracción y amplificación de al menos 13 muestras en el Laboratorio del Instituto de Genética de la un, por medio de un procedimiento convencional en el que se analizaron entre 210 y 400 pares de bases de cromosomas.

Los restos óseos se sometieron a un proceso de limpieza física y química para evitar contaminación

con material genético externo, y luego se pulverizaron. Después, para extraer el adn de la muestra, se rompie-ron las células del hueso mediante reactivos químicos.

Luego se aplicó la técnica de amplificación de adn mediante la reacción en cadena de la polimerasa (pcr), que consiste en seleccionar un fragmento del adn mi-tocondrial para hacer varias copias de este, con el fin de realizar la secuencia de nucleótidos del fragmento de interés.

“A partir de la información obtenida se elabora un análisis informático en el que se comparan las varia-ciones del fragmento estudiado contra una base de adn de referencia que determinará a qué haplogrupos pertenece cada uno de los individuos”, señala la experta.

Con respecto al análisis poblacional o filogenético de la muestra, se compararon los resultados obtenidos con estudios previos de frecuencias, a través de tron-cos ancestrales o redes que permitieran saber qué tan afines eran.

Según la doctora Casas, algunas comunidades se pueden desplazar de un lugar a otro, lo que origina un intercambio genético que las hace más diversas. En ese sentido, “si dicha diversidad es baja, indica que han permanecido más bien aisladas, y si es alta, han tenido más interacción o ‘mezcla’”.

nuevos linajes precolombinos

El análisis completo de adn terminó en 2016, cuando la bacterióloga recibió el documento con los resultados del Instituto de Medicina Legal de la Universidad de Innsbruck (Austria), donde meses atrás, gracias a una beca, había profundizado en el estudio de la mitocondria.

De los individuos estudiados se establecieron dos nuevos linajes no reportados en comunidades preco-lombinas: A2ad3 y A2ac1a. También identificó el su-bhaplogrupo A2y, reportado en los waorani, población aislada en la Amazonia ecuatoriana que hasta el hallazgo se consideraba única en esa zona.

A su vez se observaron otros subahaplogrupos: B2d, que es compartido con la población wayúu; C1b, cata-logado como un haplogrupo fundador de los nativos americanos; y D4h3a, descrito para la costa Pacífica de norte a sur.

Los individuos provenientes del hallazgo arqueológico de Duitama, y que son del periodo Formativo (20 a. C. al 125 d. C.), pertenecen al haplogrupo B2d; un individuo proveniente del Templo del Sol fue clasificado como A2ac; y los del periodo Muisca cuentan con el macro-

haplogrupo A2, originario de los primeros pobladores de Asia que cruzaron el estrecho de Bering.

cráneo alargado y muelas grandes

A partir del análisis radiocarbónico se halló que dos individuos, descubiertos en Floresta, fueron clasifi-cados como C1b y C1b8. Uno de ellos es considerado el colombiano más antiguo por pertenecer al periodo Precerámico (7040 a. C. al 6680 a. C.), época de los ca-zadores-recolectores.

Entre las características identificadas en ellos se encuentra una dieta con alto consumo de tubérculos, carne y grasa animal. Los cráneos son alargados, an-gostos y altos; los dientes, en especial los molares, son grandes y presentan desgaste dental. No se observan caries, pero sí pérdida de piezas dentales por desgaste y enfermedad periodontal.

Para el profesor Rodríguez, toda la nueva información obtenida corrobora los planteamientos propuestos desde la antropología física, sobre un proceso microevolutivo entre los paleoamericanos (pobladores más antiguos) y los muiscas, en el transcurso de casi 10.000 años; se diferencian morfológicamente como consecuencia de los cambios en los patrones de subsistencia.

El Museo Arqueológico de Sogamoso posee una de las colecciones de restos óseos más grande, proveniente de varias regiones de Boyacá, al noreste de Colombia.

Foto: Óscar Piratova/Unimedios

Glosario

Deriva génica. Junto con la selección natural, la muta-ción y la migración, es uno de los mecanismos básicos de la evolución.Frecuencias alélicas. Medida de la abundancia de un alelo en una población; proporción en la población de todos los alelos de un gen que son de un tipo concreto.Haplogrupo. Grandes ramas del árbol genealógico del homo sapiens. Incluye a personas de perfiles genéticos similares que comparten un antepasado común.Nucleótido. Molécula compuesta por una base nitroge-nada, un azúcar y un grupo fosfato; se trata del elemento estructural básico de los ácidos nucleicos.

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AGOSTO 2018 | 14 Periódico – N.º 219 – Universidad Nacional de Colombia

Medioambiente

Durante millones de años el oriente colombiano ha sufrido drásticas transformaciones hasta convertirse en el imponente lugar que hoy se conoce. Imagen de Cerro Morroco, Vaupés.

palabras clave: geoturismo, mapas geoturísticos, geología. Consúltelas en www.unperiodico.unal.edu.co

El encanto geoturístico de los antiguos territorios nacionales Juan Carlos MillÁn guzMÁn, Unimedios Bogotá

La investigación geológica realizada durante décadas por la Universidad Nacional de Colombia (un) en Vichada, Vaupés, Guainía y Guaviare hizo posible desarrollar un proyecto de recorridos turísticos por sus milenarias y diversas formaciones de rocas. Los cuatro mapas diseñados son el abrebocas del potencial geoturístico del país.

La reciente designación de la Serranía de La Lin-dosa (Guaviare) como Área Arqueológica Protegida de Colombia, debido a que concentra alrededor de 7.000 pinturas con más de 10.000 años de antigüe-dad, posiciona ante el mundo el potencial turístico de los antiguos territorios nacionales, que durante décadas permaneció oculto por el conflicto armado, entre otros factores.

Junto a La Lindosa, otros destinos geoturísticos afloran con gran proyección en el país. En este turis-mo las atracciones son la geología y la geomorfología de los paisajes, como en los Cerros de Mavicure, ubicados 50 km al sur de Puerto Inírida (Guainía) y considerados como el emblema del departamento; el raudal de Jirijirimo, en la parte media del río Apaporis (Vaupés), catalogado como uno de los saltos más bellos de Colombia, o los cerros Bandera y Humeante que forman parte del Granito de Parguaza (Vichada), el cual aflora hacia la margen del río Orinoco.

La belleza natural y las características físicas de estos territorios impulsaron a investigadores del Departamento de Geociencias de la un a crear cuatro mapas con los principales atributos geotu-rísticos de Vichada, Vaupés, Guainía y Guaviare, en los que incluyen información de las vías de acceso y alojamiento.

Los mapas contienen información general que no requiere conocimientos especializados en geología. “Ofrecen datos explicativos sobre los orígenes de las diversas formaciones del extenso territorio, en el que está prohibida la extracción de minerales”, afirma el profesor Thomas Heinrich Cramer, del De-partamento de Geociencias de la un, quien destaca la participación de sus estudiantes Zeze Amaya, de la Maestría en Geología, y Amed Bonilla, del Doctorado en Geociencias.

Con estas guías, el grupo liderado por el profesor Cramer se propone ampliar las opciones para el tu-rismo, un sector económico en aumento en el país, del cual se podrán beneficiar las comunidades que habitan estas zonas desde épocas prehispánicas. Es el caso de los indígenas Cuiabá, Sikuani y Puinave en Vichada; Tucanos en Vaupés; Sikuani en Guainía; y Nukak Maku y Guayabero en Guaviare, entre otros. Por ejemplo, algunas comunidades vichadenses ya forman parte del proyecto ecoturístico del cerro La Bandera, promovido por el Ministerio de Comer-cio, Industria y Turismo.

Según el profesor Óscar Eduardo Suárez Moreno, director de la un Sede Orinoquia, “el éxito de este tipo de proyectos dependerá en buena medida del trabajo articulado con la Unidad Nacional de Par-ques, las diversas comunidades indígenas, y cada uno de los cabildos que conforman los territorios.

Caverna natural en Cerro Morroco , Vaupés. Raudal de Jirijirimo, Vaupés.

Otros destinos geoturísticos de Colombia

• Mapiripana (Guainía)

• Cerros de Mavicure– río Inírida (Guainía)

• Serranía de Chiribiquete(Guaviare y Caquetá)

• Pozos naturales (Guaviare)

• Ciudad de Piedra (Guaviare)

• Río Cuyarí (Guaviare)

• Río Atabapo (Guainía)

• Caño Viejita (Vichada)

Se deben garantizar todas las condiciones para una transacción comercial justa y equitativa”.

formaciones milenarias

Durante 1.800 millones de años el oriente colombiano ha sufrido numerosos procesos de levantamientos de rocas en diversas direcciones para conformar el paisaje que hoy se conoce.

Es el caso de la Amazonia y la Orinoquia, que parecerían ser extensas planicies, pero que no lo son. En los levantamientos y las rupturas de diferentes fragmentos de la corteza terrestre se registran caídas de agua de hasta 30 m altura, conocidas como raudales, en las que el agua corre con rapidez a lo largo de extensiones de terreno que pueden alcanzar hasta un kilómetro.

“Algunas fallas que reflejan movimientos y rupturas del material terrestre formado durante millones de años po-nen en contacto rocas de diferente origen y dureza, de tal manera que la erosión destruye aquellas menos estables, lo que se expresa en alturas con amplias diferencias”, precisa el profesor Cramer.

Las rocas metamórficas tipo gneises tienen su origen en procesos de la corteza terrestre donde, a profundidades mayores de 10 km, reinan presiones de entre 3.000 y hasta 20.000 bares (unidad de presión) a 70 km y con temperaturas desde 200 hasta 1.000 oC.

Aunque inicialmente estaban conformadas por sedimentos blandos con grandes cantidades de agua y poros, tales rocas fueron llevadas al interior de la Tierra y sepultadas por otros

materiales, de modo que las nuevas condiciones de presión y temperatura terminaron transformándolas hasta adquirir la estructura y forma que tienen hoy.

Entre sus principales características se encuentra una mayor dureza, puesto que aunque algunas de ellas se calentaron tanto que se fundieron y transformaron en magma, al ascender de nuevo hacia la superficie terrestre se convirtieron en nuevas rocas como granito o en minerales como cuarzo, feldespatos y micas, muy diferentes de los que se encuentran en las cor-dilleras Occidental y Central, cuya formación fue más tarde (tienen una antigüedad menor a 100 millones de años).

El geólogo explica que los movimientos en el interior de la Tierra permitieron la intrusión de magmas que al enfriarse formaron granitos, y que luego serían levantados y exhumados para constituir una serie de montes isla, que son justamente los que sobresalen entre las planicies situadas en el oriente del país.

Uno de los principales objetivos del proyecto es hacer posible el reconocimiento de esta amplia zona de la geografía nacional, oculta para gran parte de las personas que viven en Colombia por la dificultad para su acceso, que la mantiene en gran parte inexplorada a pesar de su gran potencial para el desarrollo económico del país a partir del turismo y otras actividades.

Fotos: archivo particular

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AGOSTO 2018 | 15 Periódico – N.º 219 – Universidad Nacional de Colombia

Medioambiente

palabras clave: lluvias, sequía, cambio climático, río Cali. Consúltelas en www.unperiodico.unal.edu.co

Lluvias y sequías extremas, huella del cambio climático en el río CalifernanDo hernÁnDez ParaDa, Unimedios Palmira

Desde hace 46 años, las lluvias se vienen desplazando desde la cuenca alta hasta la media; allí, la ganadería y la agricultura, entre otros factores, aumentan la erosión y los riesgos por deslizamientos y desbordamientos. La implementación de sistemas silvopastoriles, o la puesta en marcha de un sistema de compensación por servicios ambientales, ayudarían a retrasar los efectos del cambio climático en uno de los principales ríos del país: el Cali.

El pasado 1 de junio la Alcaldía de Cali reportó la atención de 43 derrumbes en el área rural de la capital del Valle del Cauca. Según informó, si las lluvias daban una tregua, tomaría tres meses retirar los 10.000 m3 de tierra que se deslizaron sobre las vías y el espacio público. Seis de los corregimientos afectados son vecinos del río Cali.

La profesora Viviana Vargas Franco, de la Universidad Nacio-nal de Colombia (un) Sede Palmira, asegura que las emergencias medioambientales guardan una estrecha relación con la variabi-lidad climática, es decir las condiciones atmosféricas extremas. Un estudio adelantado por el Grupo de Investigación Monitoreo, Modelación y Gestión de Cuencas Hidrográficas (gech), de la un Sede Palmira, evidenció que en el caso del río Cali dicha situa-ción se está manifestando en la parte alta y media del afluente, al occidente de la ciudad.

A partir de 1972 los periodos de lluvias en la cuenca alta del río Cali han sido cada vez más severos, y los de sequía, más intensos. Al respecto, la docente –ph. d. en Ingeniería Sanitaria y Ambien-tal– manifiesta que “los grandes cambios se están presentando durante los eventos no constantes como los fenómenos de La Niña y El Niño, lo cual resulta preocupante porque el impacto es mayor”.

El estudio del gech comprendió cuatro periodos: 1972-1982, 1983-1993, 1994-2004 y 2005-2016. Este incluyó datos de 11 estaciones dentro de la cuenca del río Cali y 24 operadas alrededor de esta, por el Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (Ideam) y la Corporación Autónoma Regional del Valle del Cauca (cvc). La información colectada se complementó con modelos de pre-dicción digitales como el software r-Studio. Así, se estimaron tendencias, anomalías y estadísticas de centralidad y dispersión.

Los resultados indicaron que en la parte alta del río, entre el tercer y el cuarto periodo, se registró un aumento del 31 % de la variabilidad: mayor y menor lluvia. De esta manera se muestra la estrecha relación entre los eventos extremos con el cambio climático. Tales efectos también se perciben en los ríos Guabas y Amaime, del Valle del Cauca. Por eso dice la experta, “urge implementar medidas de adaptación desde el ordenamiento territorial”.

desplazamiento de lluvias

La investigación también constató el desplaza-miento de las lluvias desde la parte alta hasta la parte media del río Cali, que comprende los co-rregimientos de El Saladito, La Elvira, La Castilla, La Paz, Golondrinas y Montebello. En esas zonas las precipitaciones aumentaron un promedio de 2,3 litros por metro cuadrado cada año (l/m2/año) en la cuenca media, mientras en la parte alta se redujeron a 10 l/m2/año.

El estudiante Daniel Montenegro Murillo, de Ingeniería Ambiental e integrante del gech, señala que la dinámica detectada aumenta

Foto: Departamento Administrativo de Gestión del Medio Ambiente

la vulnerabilidad en la zona rural de Cali. En su opinión, “es relevante prestar atención a las ac-tividades que se realizan allí”. Por ejemplo, en el 20 % de la cuenca se realiza ganadería no sostenible, actividad que aumenta la erosión, lo cual, ante el incremento de lluvias, conllevaría deslizamientos en el tramo medio del río.

En el Plan de Ordenación y Manejo de la Cuenca Hidrográfica (Pomca) del río Cali se advierte que el 92,5 % de las áreas utilizadas para ganadería extensiva presenta estados severos o muy severos de erosión. Además el documento indica que “casi todas las ac-tividades agrícolas en pequeños cultivos de ladera, sobre todo de hortalizas, frutales y aromáticas, se efectúan con tecnologías no sostenibles”. Ejemplos de ellas son el uso de tractores, las quemas y los vertimientos directos.

De otra parte, la cvc informa que 6.921 hectáreas (h) de bosque ubicados en la parte alta y media de la cuenca del río Cali se han visto fragmentadas por actividades de ganadería y rastrojos.

Al respecto, Mayra Alejandra Pérez, integrante del gech, informa que “la cobertura vegetal sirve como barrera para absorber el agua evitando que esta llegue directamente o se acumule en el suelo. Así, la estructura se hace más fuerte y se evitan deslizamientos, erosiones y deslaves”.

la planeación como adaptación

El Pomca describe que 515.000 personas viven sobre las 21.526 h que conforman la cuenca del río Cali, 19 de cada 20 h se encuentran en la capital valle-caucana y las demás en el municipio de Yumbo. De ahí la importancia de los resultados del trabajo adelantado por el gech.

“Observamos las variaciones según la zona, pues cada una tiene características distintas con respecto al ambiente, la altitud y los usos del suelo. Los resul-tados son la evidencia científica de la necesidad de una planeación del territorio que tenga en cuenta estos factores”, afirma la profesora Vargas. Además destaca que este es uno de los primeros estudios

centrados en las transformaciones de una cuenca hi-drográfica, pues la mayoría de las evaluaciones sobre lluvia son de carácter departamental o municipal.

Entre las recomendaciones, los investigadores sugieren reforzar los componentes de adaptación en políticas públicas de ordenamiento territorial, los cuales deben estar encaminados a impedir que personas se asienten sobre las zonas de ronda y de inundación del río, o a reubicar a aquellas que ya se encuentran viviendo en situación de riesgo sobre estas áreas.

Para la cuenca media, el investigador Montenegro propone implementar sistemas silvopastoriles, los cuales combinan el uso de árboles con pasturas en las parcelas para ganadería, con lo cual se mejo-rarían las condiciones físicas de los suelos.

En cuanto el tramo alto, la profesora Vargas sos-tiene que es fundamental evitar cualquier actividad productiva. Además considera relevante implementar un sistema de pagos o compensación por servicios ambientales para incentivar a los propietarios de predios en la zona a aplicar prácticas que garanticen la conservación de ecosistemas, como por ejemplo los páramos.

Los investigadores advierten que los efectos del cambio climático son globales, pero que los países tropicales como Colombia son los que más resienten las consecuencias. En ese sentido, resulta esen-cial retrasar sus efectos adelantando estudios que desemboquen en políticas públicas, y que estas se ejecuten eficazmente por los encargados de tomar decisiones.

A partir de 1972 los periodos de lluvias en la cuenca alta del río Cali son cada vez más severos, y los de sequía más intensos.

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AGOSTO 2018 | 16 Periódico – N.º 219 – Universidad Nacional de Colombia

Medioambiente

palabras clave: polución, rayos, actividad eléctrica atmosférica. Consúltelas en www.unperiodico.unal.edu.co

Polución no influye en aumento de rayosJuan DaviD Martínez Pérez, Unimedios Manizales

Una investigación realizada en 18 ciudades del país, entre ellas Bogotá, Medellín y Barranquilla, concluyó que la contaminación no es determinante en el aumento de la actividad eléctrica atmosférica. Así mismo, el estudio determinó por primera vez los meses con más días tormentosos y con más descargas eléctricas.

Colombia es un país con una alta actividad eléctrica atmosférica; de hecho, siete de los diez lugares con mayor actividad de rayos de Suramérica se encuen-tran en su territorio.

En la actualidad los científicos que estudian este fenómeno en el mundo se preguntan si la polución generada en zonas urbanas, suburbanas, y en las que la actividad industrial es alta, incrementa la cantidad de rayos que impactan en dichos lugares.

En ese sentido, a pesar de las limitaciones de Colombia en infraestructura y recursos para estudiar la actividad eléctrica atmosférica, en la Universidad Nacional de Colombia (un) Sede Manizales se realizó una primera investigación para observar la influencia de la polución sobre esta.

Las indagaciones de Diego Fernando del Río, doctor en Ingeniería - Automática de la un Sede Manizales, permitieron negar parcialmente la hipótesis que se tiene en el mundo de que los aerosoles atmosféri-cos (partículas que se acumulan dentro de un gas y llegan hasta las nubes) generados por el hombre han incrementado la actividad de rayos, y por ende los parámetros del rayo para aplicaciones en ingeniería.

El profesor emérito de la un, Horacio Torres, mani-fiesta que los avances realizados en dicha área aportan la inclusión de variables como la polución que se pre-senta principalmente en centros urbanos y la relación con la actividad de rayos en el país, lo que no se había tenido en cuenta hasta ahora.

primer estudio en colombia

Para la investigación del doctor Del Río se recopila-ron datos de variables meteorológicas de presión de superficie; temperatura del aire y del punto de rocío; razón de mezcla, y viento, que entregan cada hora las estaciones meteorológicas de los aeropuertos de 18 ciudades del país (con poblaciones mayores de 200.000 habitantes), entre las cuales están Bogotá, Medellín, Cali, Barranquilla, Cartagena, Bucaramanga, Cúcuta, Montería, Ibagué, Pereira y Manizales.

De la medición realizada entre 2012 y 2015 el investigador escogió 1.095 días para complemen-tarla con la información proveniente de la red de localización de rayos linet, propiedad de Keraunos s.a.s., empresa spin-off incubada en la un.

Otro criterio utilizado para el análisis fue la den-sidad de las descargas a tierra y la altitud, con el fin de determinar en qué regiones del país existe mayor actividad eléctrica atmosférica.

ciclo diurno

A las 18 ciudades se les hizo el análisis de las variables meteorológicas utilizando el concepto “ciclo diurno promedio” (cambios de las variables meteorológicas durante 24 horas). Para ello se separaron los días con y sin tormenta, se seleccionaron los rayos mayores a 10 Kiloamperios (kA) que tuvieran dirección de nube a tierra, hasta llegar a obtener la cantidad de descargas

por hora que se impactan en la tierra, diferenciándolos entre periodos secos y lluviosos.

Por medio de rutinas desarrolladas en el software Matlab®, se determinó que en Bogotá noviembre es el mes con el mayor número de días tormentosos, 19 en promedio, y abril en el que caen más rayos –las 2:00 p. m. es la hora en la que más se presenta el fenómeno.

Para Medellín octubre y mayo son los meses con mayor número de días tormentosos, con 26 y 25 días respectivamente, mientras que abril es el mes con mayor número de rayos, seguido de octubre.

En Barranquilla los meses con días más tormen-tosos son septiembre y octubre, con 17 y 14 días respectivamente, y septiembre y mayo cuando caen más rayos.

medidas de satélite

Para analizar la relación entre la polución y la ac-tividad de rayos se usaron los datos de aerosoles atmosféricos que proporcionó entre 2012 y 2014 el sensor modis, instalado en los satélites Aqua y Te-rra de la nasa. El procesamiento de la información se hizo con la ayuda del laboratorio Storm-T de la Universidad de Sao Paulo (Brasil).

Con la variable de polución procesada se observó el comportamiento en el tiempo, año a año, y se encontró que en Colombia los meses con mayor polución son de enero a abril, periodo que coincide con el registro de más incendios forestales.

Al comparar la cantidad de rayos con la de po-lución a través un software elaborado en la un para correlacionar los datos, se observó que no existe una tendencia clara frente a que una mayor canti-dad de aerosoles implique un fortalecimiento de la actividad de rayos.

La mayor actividad eléctrica atmosférica se con-centra principalmente entre los niveles de 0 y 0,4 de aerosoles en la atmósfera para Bogotá, Medellín y Cali, según la medida reportada por modis, lo que niega parcialmente la hipótesis planteada en la investigación.

“Los niveles anteriores representan qué tan con-taminada o limpia puede estar la atmósfera: si está cercana a cero se considera que no hay contaminación, pero si se incrementa indica que existe una mayor concentración de esta”, afirma el investigador Del Río.

Con base en las medidas realizadas por modis, en el estudio se definieron dos tipos de atmósfera:

limpia y poluta. Con estos criterios se analizaron los parámetros del rayo para usos de diseños de protec-ción contra descargas atmosféricas, como densidad de descargas a tierra (cantidad de rayos que impactan en un área por km2 durante un año), polaridad (si un rayo es positivo o negativo), y multiplicidad (número de descargas que componen un rayo).

“Al comparar los parámetros bajo estas dos at-mósferas, se encontró que para las tres ciudades, la que presentó variaciones significativas fue la densi-dad de descargas a tierra, mostrando incrementos entre 23 y 50 % en la atmósfera poluta con respecto a la limpia”, destaca el profesor Camilo Younes, vicerrector de la un Sede Manizales, director de la investigación doctoral.

nuevas exploraciones

Según los expertos, es necesario estudiar a profun-didad el efecto que puede tener el fenómeno de isla de calor (diferencia de temperatura registrada entre la zona urbana y sus alrededores) sobre las descargas eléctricas atmosféricas, debido a que cuando la Tierra se calienta más, se da mayor evaporación de agua, lo que implica que existen más nubes de tormenta y por ende más actividad eléctrica atmosférica.

También destacan que la interacción de partícu-las dentro de la nube que produce los rayos estará más altamente afectada por la cantidad de agua en el medioambiente, por las corrientes convectivas (causadas por las diferencias de temperatura y de densidades) y por los gradientes de temperatura (descenso de la temperatura con la altitud), más que por la quema de combustibles fósiles y la emisión de material particulado.

El reto para Colombia es seguir estudiando este fenómeno con información de variables meteoroló-gicas, climatológicas y de calidad del aire otorgadas por entidades estatales del país.

La investi-gación solo tuvo en cuen-ta el área urbana de las 18 ciuda-des estudiadas.

Foto: Diego Fernando del Río

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AGOSTO 2018 | 17 Periódico – N.º 219 – Universidad Nacional de Colombia

Primer simulador de dispersión de fuego para la OrinoquiaDiana gabriela hernÁnDez, Unimedios Bogotá

El modelo prevé las secuelas de grandes incendios en los Llanos Orientales. Sensores satelitales indican tanto las condiciones climáticas y del terreno como la cobertura vegetal, información esencial para determinar la dirección que tomará un incendio forestal y la extensión que podría comprometer.

Planicie con suelos poco fértiles, vegetación propia de sabana y altas temperaturas durante todo el año; así es como se podría describir la topografía de la Orinoquia. En esta cuenca binacional, de la que Venezuela posee un 65 % y Colombia un 35 %, el fuego se ha convertido en un visitante frecuente, pero indeseado.

Los incendios forestales amenazan a los Lla-nos Orientales, especialmente entre diciembre y marzo, la época seca o de menos lluvias del año. De hecho, en buena parte de su territorio están las huellas de los estragos provocados por el fuego. Por ejemplo, en marzo pasado, el Parque Nacional Natural Tinigua (Meta) y la Serranía de La Macarena (Meta) perdieron más de 7.000 hectáreas de bos-que y vegetación, según advirtió la ong Vivos vzw –de Bélgica– a las autoridades locales.

La profesora Dolors Armenteras, del Departa-mento de Biología de la Universidad Nacional de Colombia (un) Sede Bogotá, afirma que tras 15 años indagando sobre el fuego, uno de los grandes retos para el grupo de investigación en Ecología del Pai-saje y Modelación de Ecosistemas (ecolmod), ha sido determinar el comportamiento de los grandes incendios.

Hacia dicha meta apunta el desarrollo de un pri-mer modelo que simula la dispersión del fuego, una solución tecnológica que podría convertirse en un gran socio para que los organismos de emergencia

palabras clave: Orinoquia, incendios forestales, dispersión de incendios. Consúltelas en www.unperiodico.unal.edu.co

estén un paso por delante de los incendios. En su diseño se han combinado el conocimiento de la bióloga Armenteras y el talento de Xavier Corredor Llano, magíster en Ingeniería de Sistemas y Com-putación de la un.

con tecnología nasa

El ingeniero Corredor señala que como nunca se había trabajado un modelo parecido en Colombia, el prototipo creado está basado en el comportamiento del fuego de los últimos tres lustros. Para ello carac-terizaron –en ocurrencia y duración– 4.134 grandes incendios sucedidos entre 2000 y 2014.

De esta manera, agrega la profesora Armenteras, el estudio se basó en el análisis de grandes quemas, definidas como aquellas con un área mayor a 214 hectáreas y que tienen un tamaño promedio de 625 hectáreas, clasificación que se realizó a partir de la metodología de Pareto 80-20: “El 80 % del área quemada fue generada por el 20 % de los incendios”.

Para identificar las enormes cicatrices provocadas por las llamas en la Orinoquia, los investigadores acu-dieron a la información satelital. El reconocimiento mensual de las áreas quemadas y de las fechas en las que sucedieron las conflagraciones fue posible gracias al sensor modis (Moderate-resolution Imaging Spectroradiometer) utilizado en los satélites Terra y Aqua puestos por la nasa en 1999. Así establecie-ron los incendios producidos en un mismo periodo con un valor de los días de actividad del fuego.

“Aunque los sensores de los satélites tienen va-rias tareas, en las últimas décadas la técnica de teledetección se ha convertido en una herramienta importante para el estudio de las coberturas vegeta-les y el uso del suelo; además permiten monitorear los eventos y fenómenos que se presentan tanto de manera natural como ocasionados por el hombre”, menciona el magíster, quien anota que los datos obtenidos fueron contrastados con otra informa-ción satelital como índice de vegetación o número de días sin lluvia.

Una vez definido el uso del modelo se estableció un “perfil” de los incendios: alrededor del 92 % de las

quemas tiene un promedio de tres días, duran entre uno y cinco días, y además se presentan en áreas en las que no ha llovido en al menos nueve días continuos.

autómatas celulares al servicio del medioambiente

El modelo de dispersión se diseñó usando autómatas celulares. Se trata de un modelo matemático para un sistema dinámico compuesto por un conjunto de celdas o células que adquieren distintos estados o valores. Sus aplicaciones abarcan aspectos tan diversos como polución, incendios forestales, evo-lución de las especies, crecimiento de poblaciones, comportamiento de colonias de microorganismos, sistemas inmunes, vida artificial, urbanismo, tráfico, patrones de pigmentación de piel, construcción de fractales y criptología.

En el caso de la herramienta creada en la un, cada celda representa las zonas de estudio –según la latitud y la longitud–, ya que puede sintetizar muy bien las variables trabajadas, como tipo de cobertura, índice de vegetación y número de días sin lluvia, datos esenciales para la simulación del fuego.

“Este trabajo matemático le permite al modelo determinar la probabilidad de dispersión del fuego en una área concreta. Los resultados del compor-tamiento de las quemas les permitirán a las corpo-raciones, alcaldías, bomberos y demás organismos pueden prever un próximo incendio y actuar con mayor prontitud”, confirma la profesora Armenteras.

sí funciona

Para probar la eficacia del modelo se escogieron dos grandes incendios identificados dentro del pe-riodo analizado. Uno de ellos ocurrió en la parte oriental de Vichada –cerca de la frontera con Ve-nezuela–, duró cinco días y ocupó 494 pixeles de modis quemados, lo cual permite prever que la extensión en hectáreas fue de 117,57 km². Después de calcular la velocidad de dispersión del incendio real con base en el área quemada total y su tiempo de duración, se determinó que este tipo de fuegos se

extiende a una tasa aproximada de 23,43 km2 por día.

El propósito de diseñar la he-rramienta es que se pueda integrar con otros modelos que permitan determinar las razones por las que se inicia un incendio forestal. Así mismo, la dupla de investigadores espera que el sistema incluya la variable “viento”, pues este influye en la dirección de los incendios.

El simulador de dispersión de incendios forestales representa un importante aporte para la gestión del riesgo en Colombia, por lo que su uso no está restringido a la Ori-noquia sino que se puede utilizar en todo el territorio nacional, lo único que se necesita es “alimen-tar” el programa con la información concreta de cada región o área.

La Reserva Natural Bojonawi, en Vichada, suele verse afectada por los incendios que se producen en las temporadas de sequía.

Foto: Tania Marisol González y María Mezza

Medioambiente

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AGOSTO 2018 | 18 Periódico – N.º 219 – Universidad Nacional de Colombia

palabras clave: abejorros polinizadores, importación, biodiversidad. Consúltelas en www.unperiodico.unal.edu.co

Abejorros polinizadores: no se aceptan importacionesMaría luzDary ayala v., Umimedios Bogotá

Por primera vez en el país, una compañía multinacional ha mostrado interés por ingresar una especie de abejorros polinizadores para comercializarlos entre cultivadores de tomate, otras hortalizas y flores. Un estudio adelantado por la Universidad Nacional de Colombia (un) demuestra por qué este método es contraproducente.

abejas de las especies Bombus terrestris y Bombus epifiatus –conocidas comúnmente como abejorros o abejones– encargadas de polinizar cultivos de tomate y otras hortalizas en invernadero, son comer-cializadas desde hace 20 años en países de Europa y Norteamérica, entre otros.

Las compañías comercializan colonias de estos insectos en coloridas cajas de cartón, en cada una de las cuales se transportan alrededor de 100 obre-ras y la abeja reina. En los prospectos de algunas de las empresas que ofrecen este servicio se lee, por ejemplo, que para una hectárea de tomate en invernadero es recomendable instalar 25 colmenas.

Con las colonias, los cultivadores han logrado mantener altos niveles de producción, pues no es-tán a merced de los polinizadores naturales, que se pueden diezmar drásticamente por condiciones climáticas o por la modificación de sus hábitats naturales, entre otras razones.

Cuando viene la floración del cultivo, los agricul-tores compran las colonias de Bombus, y las instalan en los respectivos invernaderos. En países como México, por ejemplo, esta práctica ha contribuido a la producción de extensos cultivos de tomate con los que se atiende el mercado nacional y el nortea-mericano, principalmente.

En el medio agrícola los abejorros se reconocen por ser más rápidos que la Apis mellifera (abejas de miel), pues pueden visitar de 20 a 50 flores pequeñas por minuto, por soportar condiciones climáticas adversas y porque tienen una particularidad que los hace especialmente únicos: con la vibración que provoca su zumbido cuando se posan en las flores abren las anteras de estas y estimulan la sali-da del polen. De esta manera, reciben en su cuerpo velloso la sustancia y la llevan por las plantas del cultivo, cumpliendo así, de manera exclusiva, la misión de polinizar.

¿también en colombia?

Por estas ventajas, miles de colonias de Bombus han sido introducidas a Corea, Japón, China, Taiwán, México, Chile, Argentina, Uruguay, Sudáfrica, Ma-rruecos y Túnez. En Colombia, la Agencia Nacional de Licencias Ambientales (anla) recibió una solicitud de licencia para importar estos polinizadores, por lo que la entidad le solicitó a la Universidad Nacional de Colombia (un) los conceptos técnicos correspon-dientes para tomar la determinación más adecuada.

Con base en esta petición, la Institución se asoció con la Estación Experimental Agropecuaria Famaillá, del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (inta), de Tucumán (Argentina), e inició el estudio molecular de tres marcadores genéticos de Bom-bus epifiatus, para compararlos con Bombus atratus

(Hymenoptera: Apidae), especie similar que habita el territorio colombiano.

Solo en Colombia se registran alrededor de 600 especies de abejas de las más de 2.000 que existen en el planeta. En el caso de Bombus se tienen iden-tificadas nueve especies, cinco de alta montaña y cuatro de tierras bajas.

Aunque en el país todavía no se reconoce el valor de la polinización por parte de especies como el abejorro –excepto en casos de maracuyá, donde los cultivadores saben que sin ellos no hay cosecha–, la pretensión de Biobest es justamente empezar a generar esa necesidad como una estrategia para superar la disminución de polinizadores, sumada a una mayor producción, y por ende rentabilidad.

Como la compañía ya comercializa Bombus atratus de Suramérica en Argentina, considera viable ne-gociar estas mismas colonias en Brasil y Colombia, ya que en las zonas de páramo del país habita una especie similar.

Un equipo de expertos del Departamento de Bio-logía de la un, con el liderazgo del profesor Rodulfo Ospina, recorrió las zonas de montaña del Área An-

dina, en jornadas de hasta una semana, para colec-tar los especímenes criollos de Bombus y traerlos al Laboratorio.

A los ejemplares recolectados se les tomaron las muestras respectivas y se inició el análisis molecu-lar, específicamente en tres marcadores: coi-Cito-cromooxidosa Uno –que se usa para el código de barras de la vida–, el Gen mitocondrial-16s y el Gen neclear pepck.

parecen iguales, pero son diferentes

La información genética se comparó con la de los ejemplares estudiados en Argentina y con secuencias de Brasil, que ya han sido publicadas en la base de datos Gen Bank. “Encontramos que son esencial-mente diferentes, teniendo en cuenta que a nivel de variación genética hay un espectro muy grande por debajo de lo que se considera una especie diferente. En estos casos, se trata de grupos locales que gene-ran sus propias adaptaciones y tienen sus propios cambios”, advierte el profesor Ospina.

Por lo anterior, considera que cuando se hace una introducción es muy probable que al tratarse de la misma especie haya hibridación, y las mutaciones que les permiten adaptarse al sitio donde viven se diluyan cuando se aparean con el grupo foráneo.

La conclusión de los expertos es que cada grupo, a pesar de su similitud, genera sus propias adapta-ciones según el territorio que habita, y experimenta cambios particulares, lo que llevaría a una pérdida de diversidad genética, pues son linajes (líneas evo-lutivas) totalmente particulares.

“Si se trajeran de Argentina perderíamos nuestras propias variedades, y además traeríamos patógenos que no existen aquí, porque ellos también llegan con su propia fauna parasitaria”, asegura la inves-tigadora Ingrid Astrid Lotta Arévalo, quien viene trabajando en este campo como parte de un estudio financiado por Colciencias para caracterizar los polinizadores de montaña.

La experta en parasitología recuerda que en casos como Chile, donde se introdujo la especie terristris, se ha reportado el alto riesgo que ha generado su naturalización para la sobrevivencia de Bombus na-tivo (Bombus dahlbomii) y de los 14 tipos de abejas solitarias que habitan la zona; una situación similar ocurrió en Japón, donde también se ha evidenciado la extinción de una especie nativa.

Al respecto, una investigación publicada por el Instituto de la Patagonia destaca al menos cinco efectos negativos que generaría la introducción de especies de Bombus: 1) competencia con los visitantes florales nativos, 2) competencia con las especies nativas por los sitios de nidificación, 3) transmisión a los insectos autóctonos de organismos patógenos, 4) cambios en la producción de semillas de las plantas nativas, y 5) polinización de malezas introducidas.

Frente a tales condiciones, los expertos de la un consideran que la información obtenida por medio del estudio molecular debe ser tenida en cuenta por entidades como el Ministerio de Ambiente y Desa-rrollo Sostenible y la anla, frente a la solicitud de permisos de importación como el presentado para Bombus. Hasta el momento, la Agencia informó que no se ha tramitado ninguna solicitud en ese aspecto.

La principal recomendación de los investigadores es tener muy en cuenta que la diversidad biológica contemplada en el Plan Nacional de Biodiversidad incluye la diversidad genética, lo que determina que Colombia “tiene la obligación de conocer, preservar y hacer uso sostenible de esta biodiversidad”.

Bombus atratus es una de las especies más eficientes en polinización de hortalizas y frutas.

Fotos: Rodulfo Ospina

Desarrollorural

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AGOSTO 2018 | 19 Periódico – N.º 219 – Universidad Nacional de Colombia

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Trazas de ciudad: arquitectura en Bogotá durante el periodo de Gusta-vo Rojas Pinilla (1953 a 1957)jorge ramírez nieto

Facultad de Artes

Universidad Nacional de Colombia

Sede Bogotá

Este ensayo comprende el periodo de la transformación arquitectónica y urbana de Bogotá ocurrida entre 1953 y 1957, durante la dictadura de Gustavo Rojas Pinilla. Se hace una revisión de los artículos que informaron sobre la arquitec-tura, los arquitectos y la ciudad durante ese periodo. Se indaga sobre la gran cantidad de obras atribuidas al Gobierno, frente a las realmente propuestas por la administración. Se parte de diversas narraciones, procuran-do contrastar polémicas, proyec-tos y hechos relacionados con la arquitectura y los ambientes urbanos bogotanos.

Memoria histórica sobre los límites entre la República de Colombia i el Imperio del Brasiljosé maría quijano otero (autor),

carlos gilberto zárate botía (comp.)

Instituto Amazónico de Investigaciones

Universidad Nacional de Colombia

Sede Amazonia

La primera vez que se publicó este libro fue en los Anales de la Univer-sidad Nacional de los Estados Unidos de Colombia, en los números impre-sos entre febrero y abril de 1869. Una segunda edición se financió durante la presidencia de Santos Gutiérrez. Los dos hechos denotan que el problema de la definición y demarcación de la frontera amazónica era, en efecto, muy relevante por entonces para el país y, sobre todo, para la naciente Universidad. Lo anterior permite plantear que, de alguna manera, el escrito de José María Quijano Otero puso las fronteras del país –y de paso a la región Amazónica– en el interés del debate académico y político de la época, y en la actualidad.

Ontología social: una disciplina sin frontera jaime ramos arenas

y carlos andrés ramírez (editores)

Facultad de Ciencias Humanas

Universidad Nacional de Colombia

Sede Bogotá

Este libro gira en torno a temas y problemas abordados por clásicos de la sociología como Marx, Weber y Durkheim, pero lo hace desde un subcampo de la filosofía cuyos métodos de producción de conocimiento y tipo de argu-mentación difieren de los de la sociología. El resultado es una aproximación a la ontología social que empalma con las discusiones contemporáneas en ese campo, pero lo hace con sensibilidad hacia la historia de las ideas, en cercanía y diálogo constante con la teoría sociológica y, como lo reflejan la mayoría de los ensa-yos, en frecuente polémica con un paradigma representado por John Searle y sus seguidores.

Lactancia humana y fonoaudiología Guía para madres lactantes (e-book) rosa mercedes sampallo pedroza

y Karen eliana ramírez gómez

Facultad de Medicina

Universidad Nacional de Colombia

Sede Bogotá

La lactancia humana está ro-deada de mitos y prejuicios que generan diferentes dudas en las madres y sus familiares. Esta guía brinda herramientas para el inicio y la continuidad de la lac-tancia, la prevención y solución de los problemas del amamanta-miento, y el desarrollo oromotor y comunicativo de los niños. Con base en los aportes teóricos de profesionales de la salud, y de la experiencia de las autoras en el proyecto “Promoción y pre-vención: lactancia humana”, la obra aborda temas como venta-jas, mitos, salud oral, desarrollo auditivo y sexualidad.

El puente de Occidente y la integración de Antioquia luis fernando múnera lópez

Facultad de Minas, Universidad Nacional de Colombia, Sede Medellín

En los últimos meses Antioquia viene atravesando una difícil situación debido a que Hidroituango, el mayor proyecto de generación de energía en Colombia, pasa por un momento complejo: múltiples fallas en la construcción de la obra y una frágil situación tendrían en aprie-tos el cumplimiento del cronograma según el cual la hidroeléctrica debe estar en funcionamiento a finales de 2018.Pero a finales del siglo xix la ingeniería antioqueña tuvo una época dorada que permitió el desarrollo del departamento del noroeste del país. El ingeniero José María Villa unió las cordilleras Central y Occidental en busca del camino hacia el promisorio mar que anhelaba la naciente República de Colombia, a través del puente de Occidente, estructura de cables y madera de 291 metros de largo que hoy es monu-mento nacional. La construcción significó: el impulso del desarrollo que permitió la integración de las subregiones de Occidente y de Urabá con el resto de Antioquia y del país; constituyó un umbral en el desarrollo de la ingeniería, pues introdujo conceptos de manejo de materiales, de técnicas constructivas y de criterios de diseño nuevos para aquel entonces; e impulsó una transformación social con la capacitación para artesanos, oficiales y obreros en tareas nuevas. Este libro resalta la importancia de conocer el pasado para comprender el presente e imaginar el futuro. Todo lo que un país elige para hon-rar la memoria en el monumento físico, o tal vez más significativamente, qué eventos no recordar, es un indicador de la memoria colectiva.

Cuidado de enfermería en el quirófano aplicando técnica aséptica luz amparo leiva morales

Facultad de Enfermería

Universidad Nacional de Colombia

Sede Bogotá

Determinismo y organizaciónFundamentos y límites del programa de Claude Bernard gustavo caponi

Universidad El Bosque

Universidad Nacional de Colombia

Sede Bogotá

Análisis estadístico de datos categóricosluis guillermo díaz monroy,

mario alfonso morales rivera

y leidy rocío dávila

Facultad de Ciencias

Universidad Nacional de Colombia

Sede Bogotá

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AGOSTO 2018 | 20 Periódico – N.º 219 – Universidad Nacional de Colombia

Artes& Culturas

palabras clave: Prístinos, Unesco, páramos, fotografía. Consúltelas en www.unperiodico.unal.edu.co

“Prístinos”, la belleza y fragilidad de los páramos colombianosDiana gabriela hernÁnDez, Unimedios Bogotá

En esta exposición, diez fotografías revelan la relación del agua y la imagen en la naturaleza. Con ella, la Facultad de Ciencias de la Universidad Nacional de Colombia (un) y la Cátedra Unesco demuestran que el arte puede servir para visibilizar la fragilidad de los páramos, los custodios de la vida.

“Si no eres capaz de observar la naturaleza tampoco eres capaz de entenderte a ti mismo”, es la concepción que ha acompañado por más de 20 años de experiencia en fotografía a la profesora Gloria Merino, de la Facultad de Artes de la un. Para ella, la experiencia subliminal de retratar la mayor obra de arte que existe y de la que la humanidad forma parte, es un privilegio que pocos han experimentado, quizá porque todavía no se alcanza a comprender la riqueza del planeta, y del país.

Ver y observar parecen acciones semejantes, pero no lo son; mientras ver es percibir a través de los ojos los objetos mediante la acción de la luz, observar es examinar de manera atenta, mirar con atención y cautela lo que hay ante nuestra mirada. Por eso el ojo crítico del fotógrafo va más allá de percibir; a través de sus imágenes, compues-tas por luces, colores y texturas, pero también llenas de sensaciones y emociones, se transmite un mensaje que espera ser comprendido por el observador.

La docente cuenta que su propósito de estudiar fo-tografía cambió después de realizar un viaje en los años ochenta al Cañón de Araracuara, en el Amazonas, con varios antropólogos. “Desde entonces empecé a observar la naturaleza de otra manera, porque en la ciudad tenía poco contacto con ella”, cuenta con el mismo entusiasmo que la invadió ese día que aterrizó y divisó una selva de bonsáis.

“A través de lo visual me propuse acercar a las personas a esos espacios, para que entendieran su belleza y pure-za, pero sobre todo la importancia de protegerlos. Desde mi profesión siento que puedo hablar de la sutileza que conservan los páramos de Colombia”, señala la docente.

Luego de comprender que su interés iba más allá de tomar fotografías, decidió involucrarse en los proyectos que la Universidad adelantaba en temas de conservación del medioambiente. Por eso algunas de sus fotografías tomadas a los páramos de Iguaque, Chingaza o Sumapaz forman parte de “Prístinos”, exposición que estará abier-ta al público hasta el viernes 31 de agosto en el Edificio de Posgrados de Ciencias Humanas “Rogelio Salmona”.

“Prístinos” forma parte de una serie de conversato-rios –organizados por la Facultad de Ciencias de la un y la Cátedra Unesco– que apoyan la solicitud realizada a finales de 2017 por la Procuraduría General de la Nación de que el sistema de páramos colombianos sea declarado Patrimonio Natural de la Humanidad.

El profesor Jorge Enrique González, coordinador de la Cátedra Unesco - Diálogo Intercultural de la un, afirma que “el propósito es difundir la importancia de estos ecosistemas y la fragilidad que los caracteriza; también mostrar la necesidad de contar con todos los recursos jurídicos nacionales e internacionales para garantizar su protección, y en los casos en los que se han producido afectaciones significativas de esos ecosistemas, iniciar los procesos de restauración”.

Los páramos cuentan con alta capacidad de producción y regulación de agua, captación de CO2, y presencia de flora y fauna autóctona, bondades que les permiten mitigar inundaciones y afrontar los efectos del cambio climático.

Acercar este universo, de belleza inmensurable, sutil y magnífica es la tarea que la profesora Merino busca cumplir con sus fotografías. A través de ellas desea invitar al observador a adentrarse en ese mundo sensible, a tal punto que se sienta comprometido, sensibilizado con la importancia de conservar el agua y las especies que permanecen allí.

Según la artista, “con el arte me interesa plantear cómo miramos y cómo somos capaces de reconocer y a la vez valorar lo que hay en la naturaleza. A veces vemos que son solo plantas, pero si observamos, son maravillosas composiciones y formas; por eso se debe educar el ojo, ir de lo micro a lo macro, y la fotografía tiene la capacidad de enseñarnos a observar y proteger”.

Las fotografías de los páramos de Iguaque, Chingaza o Sumapaz se exhiben en el Edificio de Posgrado de Ciencias Humanas “Rogelio Salmona”.

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Medidas de protección

• Antes de culminar su gobierno, el presidente Juan Ma-nuel Santos sancionó dos proyectos de ley para la pro-tección de los páramos del país y para mitigar los efec-tos del cambio climático. Con ellas se espera cumplir con el compromiso adquirido en el Acuerdo de París para reducir el 20 % de las emisiones de gases de efec-to invernadero a la atmósfera, proyectadas para 2030.

• Para el hoy exmandatario, las normativas ayudarán a construir las bases de una política pública para conservar estos ecosistemas y generar “alternati-vas productivas” para los habitantes de esas zonas.

• Según el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible las medidas también permiten definir las condiciones para la delimitación, las fuentes de financiación y los me-canismos de monitoreo, evaluación, vigilancia y control, que serán desarrollados por los habitantes presentes en estos ecosistemas estratégicos y quienes tendrán la oportunidad de convertirse en gestores de páramos.

• El profesor Orlando Vargas Ríos, de la Facultad de Ciencias de la un, con más de 25 años de experiencia en restauración de páramos, afirma que las leyes solo serán trascendentales cuando el Estado las implemente y cuando los dineros presupuestados para proyectos de medioambiente sean ejecutados y no derrochados.