El cólera en la huerta

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El cólera en la huerta En 1885 Valencia padeció la última epidemia colérica importante. Produjo casi cinco mil muertes, casi todas ellas concentradas en la segunda quincena de junio y la primera de julio, en las que hubo días que fallecieron más de doscientas personas. Afectó también a otras trescientas cincuenta localidades valencianas, ocasionando cerca de treinta mil muertes. La celebridad histórica de la epidemia se debe a que en ella se aplicó por primera vez en el mundo la vacuna anticolérica, que el año anterior había sido descubierta por Jaime Ferrán. Además, fue la primera ocasión en la que se empleó una vacuna para inmunizar a seres humanos frente a una enfermedad bacteriana. ¿Se trataba de una enfermedad nueva?

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El cólera en la huerta

En 1885 Valencia padeció la última epidemia colérica importante. Produjo casi cinco mil muertes, casi todas ellas concentradas en la segunda quincena de junio y la primera de julio, en las que hubo días que fallecieron más de doscientas personas. Afectó también a otras trescientas cincuenta localidades valencianas, ocasionando cerca de treinta mil muertes.La celebridad histórica de la epidemia se debe a que en ella se aplicó por primera vez en el mundo la vacuna anticolérica, que el año anterior había sido descubierta por Jaime Ferrán. Además, fue la primera ocasión en la que se empleó una vacuna para inmunizar a seres humanos frente a una enfermedad bacteriana.¿Se trataba de una enfermedad nueva?

Existen descripciones de médicos hindúes anteriores a nuestra era que se refieren a una enfermedad que posiblemente sea el cólera. Sin embargo, no hay constancia de la misma en Europa hasta el siglo XIX.La zona del Valle del Ganges es endémica. De allí partieron las epidemias que asolaron Europa en el siglo XIX y XX.Hubo cinco grandes pandemias en el siglo XIX que afectaron a Europa en los años 1833-34, 1853-56, 1859-60, 1865, 1884-85 y 1890. La primera produjo en Valencia 5.420 defunciones; la segunda, 3.988 víctimas; 589 la tercera; y 4027 la tercera.En el siglo XX, una nueva pandemia que comenzó en 1961, produjo en España dos brotes en 1971 y 1974-76 respectivamente. (Ver gráfica)

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Morfología del vibrión colérico según Ferrán. Biblioteca y Museo Historicomédicos, Universitat de València ¿Qué es el cólera?

Portada del artículo "El cólera en Beniopa", publicado por Amalio Gimeno Cabañas en La Crónica Médica.   Biblioteca y Museo

Historicomédicos. Universitat de València.

N

A pesar de las medidas preventivas, el cólera penetró en España en Agosto de 1884 por Novelda, en la provincia de Alicante. Su evolución fue seguida por la prensa general y la prensa médica, sin perder de vista los acontecimientos que en torno a la enfermedad se producían fuera de nuestras fronteras.El 11 de noviembre aparecieron unos casos sospechosos en Beniopa (Alicante). Amalio Gimeno Cabañas, entonces catedrático de terapéutica de la Universidad de Valencia, fue llamado por las autoridades de la población. Con la ayuda de otro médico, Pascual Garín, logró encontrar el "bacilo-coma" de Koch en las deposiciones de los enfermos que luego cultivó en el laboratorio. Presentó los resultados en una sesión del Instituto Médico Valenciano, que se convirtió en la primera corporación española que dispuso de preparaciones microscópicas del bacilo.

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Amalio Gimeno, Inocente Paulí y Jaume Ferran en el despacho de éste en Tortosa. (Biblioteca y Museo Historicomédicos. Universitat de València).

(Derecha) Amalio Gimeno Cabañas, entonces catedrático de terapéutica de la Universidad de Valencia(Biblioteca y Museo Historicomédicos. Universitat de València)

Amalio Gimeno y Pascual Garín visitan a FerranGimeno y Garín se dirigieron a Tortosa para visitar a Jaume Ferran, que entonces estaba trabajando sobre el cólera y en una vacuna para prevenirlo. En el transcurso de la visita se inocularon con la vacuna anticolérica que Ferran acababa de experimentar. Poco después, Gimeno publicó en la revista médica La Crónica médica, un artículo en el que defendía el valor profiláctico de la vacuna Ferran. A petición suya el Instituto Médico Valenciano dirigió una carta de felicitación al médico catalán. Amalio Gimeno y Manuel Candela (catedrático de obstetricia) escribieron a Louis Pasteur preguntándole sobre la conducta a seguir en personas expuestas al contagio colérico. Pasteur contestó con fecha 19 de septiembre de 1885.

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Femater, figura típica de las calles de la Valencia de la época. (Biblioteca y Museo Historicomédico. Universitat de València).

A mediados de marzo el cólera apareció en la provincia de Valencia, concretamente en Xàtiva. Gimeno fue consultado por el Gobernador de la provincia sobre las medidas que debía adoptar. Reclamó la presencia de Ferrán y se declaró partidario de la vacuna. El médico catalán llegó a Valencia el 4 de abril junto con Inocencio Paulí. Se desplazaron a Xàtiva y allí confirmaron la naturaleza de la enfermedad. Los periódicos se hicieron eco de la noticia de la visita de Ferrán a Valencia.El día 13 de abril se declaró el primer caso de cólera en la ciudad de Valencia, en la plaza de Pellicers; días más tarde moría. Algunos pideron que se silenciara el tema. Las medidas que se tomaron no fueron contundentes y la enfermedad avanzaba. La población colaboró poco; seguían vertiendo las aguas residuales a las acequias cuyas aguas regaban las frutas y verduras que se consumían.

El proletariado urbano y rural fue la principal víctima de la epidemia. El mecanismo epidemiológico del cólera es la contaminación de las aguas y alimentos a partir de las deyecciones de los enfermos portadores. La evacuación de éstas últimas la hacían los tradicionales "fematers". El abastecimiento del agua para la bebida seguía, entre el proletariado, en manos de los "aiguaders".

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Ferrán instala su laboratorio en ValenciaFerrán fue llamado de nuevo a Valencia ante el agravamiento de la epidemia. Instaló su laboratorio en la calle Pascual y Genís, en la casa del catedrático de ginecología Manuel Candela.Paralelamente empezaron las críticas a su vacuna. Ferranistas y antiferranistas mantenían largas discusiones sobre las bondades del tratamiento o sobre el hecho de que pudiera aumentar la receptividad a la enfermedad, así como sobre las estadísticas llevadas a cabo por Ferrán.Mientras tanto la epidemia se recrudecía por momentos. Cada día se producían de cuatro a ocho casos nuevos.

Ver la placa conmemorativa de la fachada

Arriba: Vista actual de la casa de la calle de Pascual y Genís, donde Ferrán instaló su laboratorio.Abajo: Manuel Candela Pla, catedrático de ginecología de la Universitad de Valencia y propietario de la casa de la calle Pascual y Genís.

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Las inoculaciones anticoléricas de Ferran en Valencia. 1. Sala de inscripción; 2. Sala de preparación; 3. Sala de inoculación; 4. Laboratorio de Ferran; 5. Exterior de la casa de la calle Pascual y Genís. Grabado de Bernardo Rico y Ortega en La Ilustración Española y Americana (1885). Biblioteca y Museo Historicomédicos.

La situación se agravaba. Se aumentó la limpieza en alcantarillas y en las calles. Se aconsejó hervir el agua ya que se conocía el mecanismo de transmisión de la epidemia. Se aislaron las casas de los enfermos. Se fumigaban lugares públicos con gases desinfectantes, que tenían poco efecto, pero que impresionaban a la población. Se analizaba diariamente el agua de bebida. Ferrán comenzó las vacunaciones en la casa de la calle Pascual y Genís. Para conocer la eficacia de la vacuna se nombraron varias comisiones: una del Instituto Médico Valencian y otra de la Real Academia de Medicina.Ferrán seguía vacunando con la ayuda de Gimeno, Candela, Garín, Peset Cervera y otros.En julio cada día había 500 nuevos casos y 300 defunciones.

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Caricatura de La Moma, 1885, muy expresiva, en la que aparece Ferrán entre el entonces gobernador de Valencia y un militar.En el pie pone: "Ecce homo ¡Pobre doctor! ¡Ay Ferran, Ferran, Ferran! Te metiste a redentor Y...¿te crucificarán?"

La polémica sobre la vacuna llegó a Madrid. Emilio Castelar habló en el Congreso a favor de la vacunación. El Ateneo también la apoyó. El Gobierno nombró una Comisión Nacional para el seguimiento de la eficacia de la vacuna de Ferrán. Los antiferranistas seguían hostigando. Aprovecharon la circunstancias de que la vacuna era ineficaz contra los que ya estaban infectados y figuraban en las listas de los vacunados. El Gobierno nombró otra Comisión cuyos miembros no tenían ni la menor idea de bacteriología. Ésta emitió un dictamen negativo por influencia del ministro de la gobernación Romero Robledo, que era contrario a la vacuna. Se prohibió a Ferrán que siguiera vacunando y regresó a Tortosa.

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Grupo de técnicos y críticos, partidarios unos y adversarios otros de la vacuna. 1.Constantino Gómez; 2. Federico Pascual; 3 y 4 (desconocidos); 5. Paul Gibier; 6. Gateau; 7 y 9. Corresponsales de la prensa extranjera; 10. Van Ermengen; 11. Benito y Fierros.

El cólera azotaba Europa y Comisiones de otros países llegaron a Valencia. La presidida por el francés Emile Duhourcau, las que encabezaban los británicos Charles Cameron y John Boyd y la que dirigía el portugués Eduardo Abréu, fueron favorables a Ferrán y su vacuna. Otras estuvieron totalmente en contra, como la presidida por el inglés Charles Smart Roy, que no admitía la existencia del vibrión, y la dirigida por el francés Paul Brouardel. El objetivo de ésta última era la de que Ferrán descubriera "el secreto de la vacuna", es decir, su composición y modo de elaborarla. Ante la negativa de Ferrán los franceses abandonaron Valencia a los tres días de su llegada. Más tarde emitieron un informe muy desfavorable contra Ferrán al que acusaron de anteponer intereses comerciales a los científicos.

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Caricatura publicada en la revista La Moma, que se refiere a la ineficacia de las medidas tomadas por las autoridades gubernativas. Se ve cómo fumigan a un perro.

Medidas antipopularesA los informes negativos se sumaron las enemistades y los enfrentamientos de Ferrán con personas que no tenían ninguna formación científica. Parece que el médico catalán tenía un carácter difícil.Los políticos de la oposición, liberales y republicanos, ensalzaron la vacuna, y la población, según fueran de una tendencia u otra, la criticaban o la ensalzaban. A esto se sumaron medidas gubernativas impopulares como las fumigaciones, los cordones sanitarios (que repercutían en la economía), el aislamiento en lazaretos y hospitales de los enfermos o sospechosos. Hay que tener en cuenta que, como todavía sucede hoy, toda la zona valenciana había sido castigada con inundaciones y riadas, lo que de por sí actuó de forma negativa en la economía valenciana.

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A La burguesía media de carácter industrial, agrícola y comercial se vio afectada no sólo por la enfermedad, sino por las medidas sanitarias de aislamiento que significaban su ruina económica. Esto explica en parte, el apoyo que prestó a la vacunación Ferrán.

Izquierda: Caricatura publicada en la revista La Moma (1885), que critica la repercusión de los cordones sanitarios oficiales sobre el comercio valenciano. El pie de la ilustración dice: "Así hace quince días - está Valencia, gracias a los cordones - de Su Excelencia. El número pasado - ya lo dijimos: o quitan los cordones - o nos hundimos.

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Jeringuillas usadas en la vacunación anticolérica. Biblioteca y Museo Historicomédicos. Valencia.

Las vacunacionesAnte las pérdidas económicas como consecuencia de las medidas sanitarias adoptadas, los medios de producción valencianos se pronunciaron a favor de la vacunación.La epidemia comenzó a decrecer de forma extraordinaria en septiembre de aquel mismo año. Dejaba tras sí 4.919 víctimas, de un total de 7.084 afectados, en un censo de 143.239 habitantes. Ferrán realizó unas 30.000 inoculaciones, de ellas 5.000 en la capital, con tan solo 54 inoculados fallecidos.Años más tarde se reconocieron internacionalmente los méritos de Ferran en el estudio del cólera y en la elaboración de la primera vacuna.

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¡Ya se fue el cólera! Dibujo alegórico de Riudavets, publicado por La Ilustración Española y Americana

El final de la epidemiaEl 20 de septiembre de 1885, dos semanas después de fallecer el último colérico en la ciudad de Valencia, se cantó un solemne Te-deum para celebrar el final de la epidemia.Esta fue la última epidemia grave que padeció Valencia, España y Europa, la última de las pertenecientes al llamado periodo epidemiológico de las enfermedades infectocontagiosas agudas. El desarrollo de la microbiología, de la terapéutica y de la medicina en general, la mejora del alcantarillado, la mejora de la alimentación y de los hábitos higiénicos de la población, pusieron importante freno a este tipo de enfermedades en el mundo occidental.A partir de aquí las enfermedades infectocontagiosas crónicas como la tuberculosis, la sífilis, la difteria, etc., empezaron a tener mayor protagonismo.