El Chullachaqui

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EL CHULLACHAQUI Calixto, era un joven que residía en la zona rural, muy distante del pueblo. Todos los fines de semana iba a vender sus productos agrícolas y se hospedaba donde su tío. El lunes muy temprano retornaba por un angosto camino que le conducía hasta su casa, atravesando un amplio monte lleno de animales peligrosos. No tenía miedo, era valiente, un fin de semana se adelantó en volver, era "domingo siete". -Calixto, quédate, es un día malo... - dijo su tío. El joven hizo caso omiso a la petición de su tío. Arribó al atardecer a su casa y escuchó silbar a las perdices al filo de la chacra, cogió su escopeta y se fue a cazar. De inmediato llegó al lugar, con mucha precaución se fue acercando donde las escuchó gritar, la última vez. Avanzaba agazapado, vió moverse una rama. Efectivamente allí estaban posadas, levantó la escopeta, apuntó y disparó en el bulto. Las aves volaron y una cayó al suelo, estaba buscando y escuchó que algo pataleaba, la perdiz daba sus últimos momentos de vida, arrimó su escopeta a un árbol. Cuando se proponía levantar la presa, apareció un ser exótico muy raro que le impidió el paso. Se quedó turulato, era algo inaudito. El ser extraño era enano, panzoncito, los dientes negros y sobresalientes, completamente peludo como un oso, tenía una melena larga que llegaba hasta el suelo, un pie al revés, y usaba hojas como vestido, en realidad era horrible. El pequeño hombrec1illo agarró al joven para morderlo y se pusieron a pelear, después de una ardua riña aprovechó un descuido, de su adversario, propinándole un fuerte golpe, de inmediato le soltó. Con mucha agilidad saltó donde estaba su escopeta y disparó contra el extraño en todo el vientre. El enanito cayó de espalda al suelo, las tripas se le chorreaban y tenía que metérselas en su lugar.

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EL CHULLACHAQUICalixto, era un joven que resida en la zona rural, muy distante del pueblo. Todos los fines de semana iba a vender sus productos agrcolas y se hospedaba donde su to. El lunes muy temprano retornaba por un angosto camino que le conduca hasta su casa, atravesando un amplio monte lleno de animales peligrosos.No tena miedo, era valiente, un fin de semana se adelant en volver, era "domingo siete". -Calixto, qudate, es un da malo... -dijo su to. El joven hizo caso omiso a la peticin de su to. Arrib al atardecer a su casa y escuch silbar a las perdices al filo de la chacra, cogi su escopeta y se fue a cazar.De inmediato lleg al lugar, con mucha precaucin se fue acercando donde las escuch gritar, la ltima vez. Avanzaba agazapado, vi moverse una rama. Efectivamente all estaban posadas, levant la escopeta, apunt y dispar en el bulto. Las aves volaron y una cay al suelo, estaba buscando y escuch que algo pataleaba, la perdiz daba sus ltimos momentos de vida, arrim su escopeta a un rbol.Cuando se propona levantar la presa, apareci un ser extico muy raro que le impidi el paso. Se qued turulato, era algo inaudito. El ser extrao era enano, panzoncito, los dientes negros y sobresalientes, completamente peludo como un oso, tena una melena larga que llegaba hasta el suelo, un pie al revs, y usaba hojas como vestido, en realidad era horrible.El pequeo hombrec1illo agarr al joven para morderlo y se pusieron a pelear, despus de una ardua ria aprovech un descuido, de su adversario, propinndole un fuerte golpe, de inmediato le solt. Con mucha agilidad salt donde estaba su escopeta y dispar contra el extrao en todo el vientre. El enanito cay de espalda al suelo, las tripas se le chorreaban y tena que metrselas en su lugar.Calixto al ver esa escena bot su escopeta y se olvid de la perdiz, corri pidiendo auxilio. Lleg a su casa botando espuma por la boca, subi dos gradas y cay desmayado al piso de emponado.-Mujer, algo estrao le ha sucedido a Cali!, sale a la puerta y encuentra tirado a su vstago, se asusta al verle en ese estado, llama a su mujer, busca su zapato, atiende al desmayado, coge su machete y el candil. Cuida de cali, ir en busca del curandero!.Al cabo de un cierto tiempo llegaron los dos hombres. El curandero se ocup del joven tomndole el pulso. -Pronto estar bien. El curandero se puso a fumar su cachimbo, y con el humo iba soplando por la cabeza y resto del cuerpo de Calixto, que permaneca echado en el emponado, sin poder hablar. Hizo tres veces la misma operacin. - Ya est curado. -Qu ha tenido? -pregunt el padre. -Qu ha sufrido mi hijito?... -la madre se pasea por el emponado. -Seor -se sent y se dibuj una sonrisa irnica en el rostro-, fue el chullachaqui que le asust. -El chullachaqui? -repitieron los padres.Fuera de casa, el curandero narr como sucedi. Los padres se asombraron. -El chullachaqui es el diablo de la selva, les aparece a todas las personas que no creen en Dios, o no estn bautizados, el muchacho estar bien, ya pas todo el peligro. Al da siguiente relat a sus padres, igual como haba narrado el curandero.Luego se dirigi al lugar de lo ocurrido a recoger la escopeta. El terreno donde lucharon estaba todo revuelto. Al ave la estaban comiendo las hormigas y a un costado se encontraba un pequeo tronco podrido con un agujero en medio. -Regresemos a casa -dijo el padre-. Ahora pensemos en los padrinos para bautizar a Cali. -Si, los padrinos -dijo la Mujer. -No tengan miedo -dijo el maestro-. Slo es un cuento.

LOS DIABLOS DEL MONTEDon Lobo, un experto montaraz, iba casi a diario cazar Huanganas en un monte lejano y solitario. En la bsqueda de los cerdos salvajes, encontr un da, un bosque de wicungos con sus frutos ya maduros, frutos que son el alimento predilecto de estos animales salvajes. Los recogi pacientemente y llen su bolsa de chambira.En el suelo, quedaban an las frescas pisadas de las Huanganas. (Son de una gran manada), se dijo a s mismo don Lobo. Esa informacin fue suficiente para l y retorn a su casa contento de su suerte. Al da siguiente regres al mismo lugar para levantar una barbacoa, una especie de altillo, desde donde disparara a sus presas.Como era un experto, no tard demasiado tiempo en construir la barbacoa. Sac sus pertrechos de caza. Sus cartuchos envueltos en un plstico, su infaltable cigarro siricaypi y su linterna de cuatro pilas. Su cuchillo nuevo de cocina brillaba en lo alto.Despus de regar los wicungos debajo del rbol, el montaraz se subi a la barbacoa y templ rpidamente su mosquitero viendo que los zancudos aparecan por miles. Y antes de entrar a refugiarse de los insectos frot su cuerpo con unas hierbas hediondas, para que los animales no sientan su presencia.Y mientras esperaba la llegada de la manada de Huanganas, pens: Si vienen cien Huanganas en la manada, tratara de matar slo cincuenta", se deca emocionado, pero los cerdos no llegaban, y segua hablndose a s mismo: con cincuenta tengo para sacar quinientos soles, si es que me pagan a diez cada una. Ms las pieles, que los venda a tres soles noms, son ciento cincuenta, sumando obtendra seiscientos cincuenta, hasta les podra hacer una rebajta..."Sacando sus cuentas, el montaraz, ocupaba su mente en la soledad del monte. Pero, los animales no aparecan y la noche avanzaba, felizmente para don Lobo la luna alumbraba el bosque con su luz amarilla y en los claros era fcil distinguir a cualquier animal.De pronto, comenz a percibir el gritero de los animales. Ya vienen!", se alegr el montaraz.Inmediatamente prepar su arma. Carg su linterna con las pilas nuevas que haba comprado en la bodega, y por una rendija del mosquitero, con el can del arma hacia afuera, espiaba atento cualquier movimiento.Repentinamente los gritos se alejaron, al parecer, las Huanganas haban elegido otro wicungal ese da.Al poco rato, le sobrevino un sueo al cazador, y para no dormirse encendi su cigarro. Y ocup su mente otra vez para no caer en los brazos de Morfeo. Con la plata de la venta, me comprar dos pashnas preadas. Que nazcan, pues, seis de cada parto, tendra doce, ms las dos madres, tendra catorce. Cuando crezcan y se empreen, nacern..."A las doce de la noche, cuando cabeceaba de cansancio, unos gritos extraos le despertaron. El saba que las voces no eran de las Huanganas, ni de los Sajinos, era ya muy tarde para que sean ellos, por eso prest mayor atencin. Despus de unos minutos vio, que por el camino de los cerdos, se acercaban hacia l varios hombres, humanos como nosotros, vestidos de negro y con el rostro cubierto hasta la nariz por un trapo rojo.Se sentaron debajo del altillo. Prendieron sus lmparas y sobre una mesa improvisada comenzaron a jugar a las cartas. Apostaban bastante dinero. Jugaban con monedas que brillaban como si fueran de oro.

Don Lobo, un hombre que no le tena miedo al monte, ahora s que empezaba a asustarse. Pero, lo que le daba valor era que los extraos no se haban dado cuenta de su presencia.Terminado el juego se entretuvo escuchando durante horas algunas historias de cmo esos hombres se haban perdido en la inhspita selva. Contaban, con lujo de detalles, lo que les haba pasado. Uno de ellos cont que encontr en su camino a un hombre que le hizo perder en el bosque con mentiras de encontrar mejor caza en la falda de un cerro. Otro cont que una manada de tigres negros comenzaron a perseguirle da y noche, pero que, aparentemente no le queran comer, sino asustar.El montaraz, que ya estaba a punto de dormirse cuando llegaron los diablos, se despert del todo al or una historia que le impresion, dijo el hombre, que regresando de mantear, sus perros lo desconocieron y comenzaron a ladrarle como si fuera un extrao. Dijo que trat de conquistarles con caricias, pero los canes no permitan que se acerque.Entonces no tuvo ms remedio que hacer uso de su arma y matarlos. Y al rato, despus de estar muertos, los perros se levantaron, y as heridos le perseguan todo rabiosos, y cuando le alcanzaban le desgarraban las piernas a mordiscones: Entonces, para escapar de los sanguinarios perros se trep a un rbol en donde esper la noche, y se salv de los malditos canes cuando, por arte de magia, desaparecieron al ver que unos hombres vestidos de negro llegaban a jugar las cartas.Don Lobo, ahora s que estaba aterrorizado, pero, an pensaba. Al notar que el aguardiente se les haba terminado a los shapshicos, lanz un chorro de orina haciendo caer sobre la mesa de juego.Vino del cielo!.......Vino del cielo! - gritaban alegres los diablos. .Y agarrando sus vasos trataban de embocar en el caito. Los hombres. de negro se disputaban el lquido que luego tomaban saborendolo y como estaban borrachos ya no distinguan los sabores.Al llegar la madrugada, los diablos se despidieron citndose para la prxima semana. Don Lobo, an desconfiado, se baj de la barbacoa con la esperanza de que a alguien se le hubiere cado, por lo menos una monedita. Su sorpresa fue muy grande, debajo del rbol no haba quedado ninguna huella de gente extraa.Entonces el montaraz regres a su casa preocupado. Y antes que lIegara a sus linderos sus perros comenzaron a ladrarle y a morderle las piernas como si no le conocieran. Entonces don Lobo no tuvo ms remedio que matarlos y regresarse al monte.

LOS DIABLOS DEL MONTE

LA YARASe dice que es un ave o pjaro silvestre que tiene la propiedad de transformarse en una bella mujer, que es la REINA DEL BOSQUE. En todo caso es un ser mitolgico al que se describe como una mujer de extraordinaria belleza. El nombre con que se la conoce YARA, es de origen tup-guaran y podra ser traducido como HADA DEL BOSQUE.Es descrita por algunas personas como una mujer de color verde, con el que pasa fcilmente desapercibida en el bosque; aunque tambin se dice que tiene color de la piel de los troncos de los rboles amaznicos y con una cabellera verde, representando as la flora con que se cubre y le da apariencia de color verde.Tambin la describen con los cabellos dorados, como los pelos del maz. Trae buena suerte cuando es ella la que busca el acercamiento y mala suerte si la descubre por casualidad a la orilla de algn camino del bosque, cuando uno la encuentra por casualidad, mejor es no darse por enterado. Cuando la Yara se enamora, canta y ejerce poderosa sugestin en el hombre que la oye y a quien esta dirigido su canto, la sugestin es mayor cuando mira con sus ojos de ave. La persona queda inmediatamente magnetizada y atrada por la mujer que goza con el encuentro. Ese encuentro a veces dura un periodo de Luna Llena.Pasado el mismo, el hombre despierta como de un sueo cerca del poblado donde vive, sin encontrar rastros de la Yara. Al ao siguiente, el hombre volver al mismo sitio y, si ha sido del agrado de la Yara, desaparecer nuevamente llevado por ella. La Yara se aparecer anualmente. Se dice que de esa unin nacen los Chullachaquis.

SACHAMAMA

Quien ha visitado la selva del Per, seguramente ha odo hablar de ella. La Sachamama le dicen, y segn la creencia es una deidad selvtica cuyo nombre se traduce como Madre Tierra o Madre selva. Este dios, con forma de una enorme serpiente, segn se cuenta, vive en la selva, y pobre de aquel que se cruce en su camino, porque no tendr tiempo de pronunciar palabra sin que su cuerpo sea consumido por esta enorme mole.

Se cuenta que la Sachamama tiene 60 metros de largo, y que pese a su tamao, le resulta fcil esconderse de tal manera que su victima no se de cuenta de ella hasta que ya resulta muy tarde. La Sachamama, segn la creencia presenta poderes, como la capacidad de hipnotizar a su vctima, de tal manera que esta ingrese voluntariamente a su boca. Se piensa, que dicha habilidad, ha hecho que este asombroso animal sea ms esttico, y no tenga la necesidad de buscar presas, ya que estas llegan hacia ella atradas por sus encantos.

Cuentan que los que han sobrevivido a ella, han tenido mucha suerte, porque una vez que la Sachamama ve a su presa, se empecina con ella hasta capturarla

SACHAMAMA

BUFEO COLORADOEn la Amazonia peruana existen muchos animales que gozan de gran belleza. Muchos de estos animales, cautivan a los viajeros por su apariencia, y una vez conocido el mito de su existencia son ms valorados y admirados. El Delfn Rosado de la Amazonia, tambin conocido como el Bufeo Colorado es una variedad rara de este tipo que suele verse en aguas dulces y que, segn el mito, por lo general es un macho.Cuenta la historia que el delfn rosado es un ser capaz de convertirse en hombre. Algunos dicen que se tratara de una deidad que se ha vuelto en la forma de delfn para esconder su verdadero ser. Sin embargo, pese a la metamorfosis en animal, los pobladores narran que eventualmente el Delfn Rosado (del que suele haber uno en cada manada de bufeos) se transforma en hombre, pero no en cualquiera, sino en un apuesto gringo que atrae y enamora a las muchachas por un cierto periodo de tiempo hasta que aquella sea incapaz de resistir a sus encantos.Cuando la muchacha est atrapada por el hechizo del dios o demonios, el Delfn la atrae a su casa en las aguas, donde se sumerge y llama a la doncella para que esta muera ahogada y se vaya a vivir para siempre con l. Algunos dicen que han habido jovencitas que han cado bajo el hechizo del hermoso bufeo rosado, sin embargo, existen formas de evitar el final suceso (que es cuando se sabe que se trata de un hechizo). En tal caso, los padres deben aislar la joven en el da que es llamada a las aguas por el delfn, este al verse descubierto, dejar de buscarla.Existen otros mitos en la Selva Peruana sobre este hermoso delfin. Algunos dicen que, no es un hombre, sino una mujer que atrapa a los viajeros con su belleza para ahogarlos en las profundidades de su casa. Se dice tambin que es un pecado y una maldicin matar a una criatura como esta, ya que, segn se cuenta, esta tiene poderes, y el derramamiento de su sangre (por venganza o consumo) traer la ruina de la persona, familia y comunidad del atacante.

BUFEO COLORADO

EL TUNCHELo prometido es deuda. Ya hemos pasado las fiestas Navideas y es hora de volver a abrir un tema. Esta vez nuestro tema girar en torno a dos ejes, primero historias de la selva y, segundo, apariciones en el sur del pas.Para empezar te hablar del Tunche, un personaje de la mitologa selvtica peruana, del que me habl un amigo.El tunche es un ser oscuro de la amazona que tiene la habilidad de adoptar forma humana, en especial de aquellas personas que se pierden en la Selva y con las que el tunche ha entrado en contacto, pero tambin adopta la forma de personajes cercanos a su vctima.En la historia de mi amigo, la protagonista era su ta, dicen que ella haba estado esperando a que llegara su pareja de trabajar, en eso ve que ya de noche aparece en la entrada de la casa y ella lo hace pasar y comer y luego se van a dormir, al rato ella esucha que de afuera la llaman y oye un silbido. Sale a ver por la ventana y ve a su marido afuera cuando ella acababa de dejarlo en su cama. El hombre de afuera la llama, ella vuelve a ver en su cama, creyendo que quien ha aparecido en la entrada es un espectro y se da cuenta que la persona con quien ella estaba acostada y que tena la apariencia del marido no est. La mujer baja alarmada junto a su esposo y le cuenta la historia. El marido le dice que acaba de llegar que se haba demorado en el camino y que seguro quien haba estado cenando y durmiendo a su lado era el Tunche que haba querido engaarla para llevrsela y que no poda ser otro puesto que haba desaparecido y se haba identificado por el silbido.

EL TUNCHE

LOS HIJOS DEL SOL Y LA LUNAPara explicar sus orgenes los Shipibo relatan el mito de los hijos del sol y de la luna. Aseguran que Dios haba creado a estos dos astros como dos divinidades que no deberan juntarse jams, pero desobedecieron los consejos. A consecuencia de estos amores siderales la luna se vio embarazada. Una noche de tormenta un rayo abri el vientre de la luna y bajaron a la tierra 7 nios de conformacin humana.El ms pequeo de los hijos del sol y de la luna llego al mundo con habilidades que no posean sus otros hermanos. Sin embargo haba mucha envidia en contra de los hermanos que mostraban algunos poderes y sabidura. Algunos grupos queran matarlos y los asediaban.Para escaparse de las persecuciones en la tierra el hermano menor dispar cantidades de flechas hacia el espacio, construyendo, de esa manera, una escalera por la que regresaran hasta el infinito de donde haban venido.Por esa escalera endeble, y convertidos en hormigas curiuinsis provistas de trocitos de hojas, los 7 hermanos subieron en busca de sus padres portando el mensaje de la selva.En su camino, llegaron hasta el borde de un inmenso lago poblado de caimanes feroces. Para pasar a la otra orilla, pensaron hacerlo saltando sobre los lomos de los lagartos.Cuando ya estaba por llegar al otro lado, el hermano ms pequeo y gua de todos, el ltimo lagarto despert y lo cogi en el aire, trozndole una pierna.Al caer al agua entre gritos, se despertaron los otros lagartos y, entonces, se desat una lucha descomunal contra los otros muchachos.Pareca que las fieras iban a terminar devorando a todos los hermanos. Pero entonces, sucedi lo increible.Bari, el sol, que haba estado siguiendo a sus hijos y al verlos indefensos y acorralados, se compadeci de ellos y transformndolos en estrellas los subi al cielo, donde se convirtieron en una constelacin, que los colonos conocen por el nombre de los 7 cabritos (los pleiades) y que los Shipibo llaman huishmabu. Una de las estrellas se llama quishi huma, es decir, sin pierna en recuerdo del muchacho-gua al que el lagarto troz la pierna cuando intentaba cruzar el lago.La altura y posicin de estas estrellas con relacin a la tierra es interpretada por los indgenas como el avance de las estaciones del ao que orientan la vida de los Shipibo.El invierno y el verano estn anunciados por la declinacin de las 7 cabritas y ese conocimiento sirve a los Shipibo para orientar sus actividades de caza y pesca.As el mito de huishmabu forma parte del calendario de los Shipibo. Despus de las privaciones del lluvioso invierno cuando las crecientes de los ros y lagos son tan grandes que los peces se pierden en el agua y la lluvia cae dia tras dia, los shipibo se orientan por la aparicin del huishmabu para saber que dejar de llover.En tiempos de pocas lluvias que se llaman el verano, tiempo de abundancia de peces, los Shipibo organizan sus excursiones a las grandes cochas para pescar con arco y flecha la sabrosa palometa o hacer campamentos en las playas inmensas del gran ro para buscar huevos de taricaya en los inmensos arenales que se forman por el descenso del caudal de las aguas. La tortuga taricaya deja sus huevos en esos arenales. Esos huevos son un manjar para el paladar de los shipibos.Cada una de las estrellas que forman la constelacin del huishmabu, es conocida y tiene su nombre y su historia que los viejos shipibos relatan bajo la luz de la luna o las fogatas, el anocher, a orillas del gran rio, en los inmesos arenales, antes que todos se vayan a dormir.Para nosotros, los mestizos occidentales, las estrellas dan vueltas alrededor del sol en un movimiento de traslacin.En cambio en la concepcin de los Shipibo las estrellas pasan por el ro cielo en sus canoas.La estrella Nete Huishtin (venus) siempre sube y baja 3 veces antes de subir definitivamente al centro del firmamento. Los Shipibo dicen que all hay fuerte corriente de agua que mueve a esa estrella. Para ellos todo se relaciona con el conocido ro. Creen que no estamos solos en el universo. Existen otros mundos poblados por ejemplo en la Va Lctea, o Nahua Bay, el camino de otras gentes.Los shipibo-konibo que habitan el Ucayali tienen una gran cantidad de mitos, leyendas e historias que van transmitiendo de generacin en generacin, aun cuando en los ltimos aos, mucho de esta tradicin oral se esta perdiendo por influencia de otras culturas.