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57 INTRODUCCIÓN L as intervenciones arqueológicas realizadas en el paraje del embalse de Puentes, han puesto de relieve nuevos datos, para el co- nocimiento de la historia medieval del municipio de Lorca. Los distintos estudios arqueológicos, se han realizado con carácter de urgencia con motivo de la construcción de una nueva presa. En previsión de que pudieran verse afectados los yacimientos arqueo- lógicos de este paraje, el Instituto de Patrimonio y el Ayuntamiento de Lorca, redactaron el Proyecto Ac- tuación Arqueológica en el Tercer Vaso de Inunda- ción de la Presa de Puentes, realizándose la pros- pección arqueológica (de los terrenos expropiados para aumentar la capacidad del vaso de inundación); y la excavación de los siguientes yacimientos: Cas- tillo de Puentes, la Alquería de Puentes, la Alquería del Cortijo del Centeno y el yacimiento del Molino de la Venta. La situación geografía del paraje de Puentes, está configurada por la confluencia de los ríos Corneros y Luchena que originan la cabecera del Guadalentín, encajada en una cuenca cuaternaria de litología, muy proclive a la erosión. La vegetación natural está for- mada en el lecho del pantano, por una impenetrable y profusa vegetación de ribera, de la especie tamarix canariensis, acompañada en los valles, por las típi- cas especies mediterráneas. Actualmente, el paisaje se encuentra bastante modificado, a causa de la ma- siva roturación y aterrazamiento de fincas privadas que se distribuyen entorno a cortijadas, la mayoría arruinadas por la intensa sequía. Los terrenos públi- cos han sido repoblados con especies de bosque, so- bre todo junto a la presa, frenando el avance erosivo de la cuenca. Todos estos agentes tanto antrópicos como erosivos han contribuido a lo largo del tiempo a reducir la capacidad testimonial de los yacimien- tos, encontrándose la mayoría de ellos muy merma- dos y en algunos casos, en estado irrecuperable; si El Castillo de Puentes y las alquerías de su entorno: aproximación a la estructura del poblamiento Ana Pujante Martínez No cambies la paz del espíritu y la posibi- lidad de Felicidad eterna por los bienes temporales y perecederos de esta tierra. No importa cuán grandes y seguros parezcan, morirán cuando tú mueras. LO IMPRESCINDIBLE Ibn Al'Arabi

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El Castillo de Puentes y las alquerías de su entorno: aproximación a la estructura del poblamiento

INTRODUCCIÓN

L as intervenciones arqueológicas realizadasen el paraje del embalse de Puentes, hanpuesto de relieve nuevos datos, para el co-

nocimiento de la historia medieval del municipio deLorca. Los distintos estudios arqueológicos, se hanrealizado con carácter de urgencia con motivo de laconstrucción de una nueva presa. En previsión deque pudieran verse afectados los yacimientos arqueo-lógicos de este paraje, el Instituto de Patrimonio y elAyuntamiento de Lorca, redactaron el Proyecto Ac-tuación Arqueológica en el Tercer Vaso de Inunda-ción de la Presa de Puentes, realizándose la pros-pección arqueológica (de los terrenos expropiadospara aumentar la capacidad del vaso de inundación);y la excavación de los siguientes yacimientos: Cas-tillo de Puentes, la Alquería de Puentes, la Alqueríadel Cortijo del Centeno y el yacimiento del Molinode la Venta.

La situación geografía del paraje de Puentes, estáconfigurada por la confluencia de los ríos Cornerosy Luchena que originan la cabecera del Guadalentín,encajada en una cuenca cuaternaria de litología, muyproclive a la erosión. La vegetación natural está for-mada en el lecho del pantano, por una impenetrabley profusa vegetación de ribera, de la especie tamarixcanariensis, acompañada en los valles, por las típi-cas especies mediterráneas. Actualmente, el paisajese encuentra bastante modificado, a causa de la ma-siva roturación y aterrazamiento de fincas privadasque se distribuyen entorno a cortijadas, la mayoríaarruinadas por la intensa sequía. Los terrenos públi-cos han sido repoblados con especies de bosque, so-bre todo junto a la presa, frenando el avance erosivode la cuenca. Todos estos agentes tanto antrópicoscomo erosivos han contribuido a lo largo del tiempoa reducir la capacidad testimonial de los yacimien-tos, encontrándose la mayoría de ellos muy merma-dos y en algunos casos, en estado irrecuperable; si

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Ana Pujante Martínez

No cambies la paz del espíritu y la posibi-lidad de Felicidad eterna por los bienestemporales y perecederos de esta tierra. Noimporta cuán grandes y seguros parezcan,morirán cuando tú mueras.

LO IMPRESCINDIBLE

Ibn Al'Arabi

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Plano de situación de yacimientos islámicos del paraje de Puentes.

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bien, el estudio de los mismos, ha proporcionado nue-vos datos que contribuyen a conocer el rico patrimo-nio y algunas páginas de la historia de Lorca, quehubieran terminado probablemente por desaparecer,si no llegan a ser abordadas, por la administraciónde patrimonio, antes de la puesta en funcionamientode la nueva presa.

Este artículo trata de dar una visión de conjunto,sobre las comunidades árabes que se desarrollan enel paraje de Puentes, durante la última fase de domi-nación musulmana, las cuales constituyen un mode-lo de patrón de asentamiento concreto, que nos aproxi-ma al conocimiento general de la cultura musulma-na, en al - Andalus y al proceso de transición haciauna sociedad feudal, tras la conquista castellana.

La representación material de los restos delpoblamiento y la representación de la sociedad vanligadas, no es posible reducir el trazado de las cons-trucciones a una simple geometría cuyos efectos per-sisten con el tiempo. Lo primero que se observa gra-cias a las indicaciones que el trazado nos proporcio-na, es la inercia de las construcciones existentes quetiende a cristalizar los lugares, los usos y las costum-bres. El yacimiento es representación o conjunto derepresentaciones de los grupos humanos que lo dise-ñaron, que lo utilizaron y pudieron modificar con suscostumbres. Las relaciones sociales son las que ri-gen la organización del espacio urbanizado. El casti-llo ejerce unas funciones políticas y administrativascon respecto a un espacio mas o menos amplio, par-ticipando en la organización del territorio. Es lugarde centralización, también un lugar privilegiado comorecinto - refugio y además difusor de las ideas y delas luchas. Las nociones espaciales nos remiten sincesar a las relaciones de poder, a la ideología o a laspreferencias respecto a la forma de vida.

El castillo de Puentes es defensa de fronteras, delcontrol de un territorio y de su población, o sea ellugar de residencia o de representación del poder, conunos rasgos arquitectónicos comunes y cambiantes queson el soporte de la ostentación de este mismo poder.Es levantado como manifestación arquitectónica deldominio del territorio. Diseña un sistema extremada-mente completo de control del territorio, basado en lacomunicación con otras fortalezas cuyo papel, incluíala defensa de alquerías y la comunicación de ciuda-des, de tribus, de itinerarios y de fronteras.

El yacimiento es un asentamiento con fortifica-ción, de carácter estable, que en, base al estudio ar-queológico realizado nos obliga a profundizar en elanálisis del modelo de ocupación del espacio y paraello, es fundamental conocer este modelo de asenta-miento en su doble implantación: en el ámbito pro-pio y en su relación con su medio de explotación.

Para el análisis del asentamiento es necesariocontar con el mayor número de datos, no sólo lospropios de la tipología y el modelo de ocupación,sino también los aportados por los registros arqueo-lógicos, la documentación escrita, y todos aquellosaspectos cuya combinación pluridisciplinar, nos per-mita establecer una visión mas acertada de este asen-tamiento rural, inmerso en la problemática de unasociedad islámica, en vías de transición hacia el modode producción feudal que intenta imponerse, a partirde la conquista cristiana de estas tierras.

ANTECEDENTES POBLACIONALES

Los valles de los ríos Corneros y Luchena queconfluyen hacia el amplio corredor del Guadalentín,fueron utilizados como rutas naturales de paso, y lu-gares elegidos para el asentamiento de numerosascomunidades humanas que se sucedieron a lo largode mas de 4000 años, documentadas a través de lainvestigación arqueológica, numerosos yacimientosque jalonan las riberas de estos ríos.

En la transición hacia época histórica este co-rredor natural se revalorizo con la romanización, alser el paso interior entre Carthago Nova y Baría,implantándose por su territorio la vía Augusta. El tra-zado de esta calzada y de otros caminos secundariosvertebraron posteriormente, el territorio vinculado aliqlim de Lorca. En el yacimiento de Puentes, Cortijodel Centeno, Molino de la Venta, Corneros-Luchena,aparecen fragmentos de cerámicas de T.S,descontextualizadas, que manifiestan la presencia yuso de estas vías naturales de comunicación a lo lar-go del período romano.

En los últimos siglos de la romanización tardía,s. VI y VII, la sociedad bajo imperial habría sufridouna progresiva ruralización, a partir del s III, carac-terizada por una concentración del poblamiento enlas villae rusticae. El cuadro social contempla, por

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un lado el ámbito agrario habitado, por grandes te-rratenientes y una gran masa de población rural ser-vil; y por otro lado, la decadencia de las ciudadesdonde residen los gobernadores visigodos. La ma-yoría de los autores esbozan un cuadro pesimista dela situación agraria en Hispania, durante la antigüe-dad tardía, reproduciéndose una contracción econó-mica, agudizada por las epidemias y plagas recurren-tes que se convierten al mismo tiempo en causa yconsecuencia de una mayor degradación de la es-tructura económica. A través de la prospección ar-queológica del paraje, se han localizado nuevos en-claves de poca entidad, de época tardoantigua, ca-racterizados por un estancamiento de la cultura ma-terial, tanto en aspectos técnicos como funcionales,concretamente en los yacimientos de el Molino de laVenta, Casa Mata I, Corneros - Luchena.

Sobre la base socioeconómica que acabados deanalizar se producirá la irrupción de una nueva cul-tura, ligada a la presencia de los musulmanes 1 en laPenínsula y a la configuración de una nueva realidadhistórica: Al - Andalus. La ciudad de Lorca entra enla órbita islámica tras la firma del Tratado de Capi-tulación entre Abd - al Aziz y Teodomiro de Orihuelaen el año 713. Los primeros pobladores árabes fue-ron fundamentalmente contingentes militares de ori-gen sirio y egipcio (MOLINA, 199:166), que insta-laron su sede en la ciudad visigoda, emplazada en elcerro del Castillo de Lorca.

Según Al - ́ Udhrî, geógrafo almeriense que vi-vió en el s. XI, Lorca era la capital de Tudmir, ade-más de cabeza del iqlim o distrito agrícola adminis-trativo que se extendía por el valle del Guadalentín,desde los ríos que forman su cabecera hasta unaamplia franja del litoral, cuya fertilidad resulta pro-verbial según las fuentes árabes (MOLINA YALVAREZ, 1991:282 - 289).

A lo largo del período Emiral (s. VIII y IX), lasricas tierras de la vega del Guadalentín con unas cua-lidades excepcionales para la agricultura, al recibir

sucesivos aportes de limos durante las crecidas delrío, fueron pasando a manos de yemeníes, mudaríesy baladies que constituyeron la base poblacional delos territorios que formaban el iqlim. A través de di-versos trabajos arqueológicos, conocemos los prime-ros asentamientos árabes, próximos al área de estu-dio que nos ocupa, emplazados estratégicamente enaltura: El Castellón controlando el paso del río Vélez,El Selvarejo estratégicamente emplazado en el cur-so alto del Luchena, El Castillico en la cabecera delrío Luchena, o Peña María dominando el camino in-terior de Granada (MARTINEZ - PONCE, 1998:3).

Durante época califal (s. X), en el Guadalentín,no hay abundancia de poblados emplazados en altu-ra, salvo el de la alcazaba de Lorca, o el del Castillico,controlando la entrada del río Turrilla, hecho quepuede estar relacionado con el período de calma so-cial que vive Al - Andalus.

El tipo de poblamiento que comienza agenerarse, en este período de dominación islámica,es la qarya, o alquería emplazada en terrazas fluvia-les o en las inmediaciones de una fuente. La prolife-ración de estos asentamientos está documentada enlos márgenes de los ríos Luchena y Turrilla, por lasalquerías de la Hoya Mora (La Culebrina) o LosVillares (Zarcilla de Ramos), respectivamente. Tam-bién se ha localizado un tipo de poblamiento en cue-va, junto a las terrazas del río Luchena, que relacio-na este tipo de hábitat con las actividades de pasto-reo (MARTINEZ - PONCE, 1998:6). A esta fasecronológica corresponden algunas cerámicas toscas,descontextualizadas, halladas en el yacimiento dePuentes que nos permiten reconocer la presencia depoblación árabe, concretamente en este espacio, aun-que no adscrita a un tipo de asentamiento estable.

A partir de la caída del Califato Omeya, comien-za el período de taifas (1031- 1085), caracterizadopor la instauración de diversas monarquías disgre-gadas por el territorio andalusí. El aspecto militartuvo una gran importancia - las antiguas ciudades

1 En el 711 Tariq Ibn Ziyad, por orden del gobernador de Ifriqiya Musa Ibn Nusayr, desembarca en Gibraltar, lo hizo en respuesta alllamamiento de los Witizanos partidarios de Agila, Hijo de Witiza y aspirante al trono visigodo, que desde el 710 estaba en manosde D. Rodrigo. Tras la conquista inicial en Guadalete, se sucedieron las conquistas en la Península, llegando hasta el sudeste hastala zona que luego sería conocida como la región d o Cora de Tudmir, donde firmó un pacto con el visigodo Teodomiro. Sobre laevolución política de Al - Andalus existen numerosos trabajos ya clásicos como los de: LEVI - PROVENZAL, (1965) y DOZY(1954), recientes síntesis CHEJNE (1980) o ARIÉ (1982).

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como Lorca son reforzadas con nuevas sistemas de-fensivos - dadas las presiones externas que cada rei-no tenía que soportar; por un lado, el poder cristia-no 2 y sobre todo el de las rivales taifas vecinas, comoes el caso de las luchas internas entre el régulo de lataifa de Lorca, Ibn - Sabib y el de la taifa de Almería.El carácter emblemático de las construcciones esevidente, máxime para unas monarquías que queríanlegitimar su origen y su poder. En las zonas ruralesla población refuerza el valor defensivo de losasentamientos de altura, como es el caso del yaci-miento del cerro de las Viñas en Coy. Las nuevasalquerías que se conocen en este período son: laHuerta del Nublo y la de Torre del Pozo (FONTELA,1995: 28), situadas junto a la ribera del Guadalentíny próximas a una fuente.

El final de las taifas supuso la implantación dedos sucesivos poderes en Al - Andalus que ocuparontodo el s. XII: primero los almorávides y posterior-mente los almohades, llamados por los andalusíespara resistir las ofensivas cristianas. Se trata de sen-dos movimientos religiosos islámicos, de signo ri-gorista, plasmados en sistemas políticos con sus cen-tros de poder en Africa. Al hacerse con el controlmilitar del territorio de Al - Andalus, pasaron a susti-tuir a los antiguos gobernadores taifas ocupando susantiguas fortalezas y creando todo un sistema de po-blados fortificados, periféricos a las madinas princi-pales. El declinar de los almorávides es paralelo a lareducción de sus efectivos militares en Al - Andalus,al tener que necesitarlos en el Magreb, quedando sus-tituidos por los almohades. En este último períodode dominación islámica es donde tiene su origen elyacimiento de Puentes.

EL CASTILLO DE PUENTES Y LAS ALQUE-RÍAS DE SU ENTORNO

El castillo está situado estratégicamente, sobrela cima de un cerro que se adentra en la cuenca delEmbalse de Puentes (500m de altitud). Desde la for-

tificación, existe una amplia comunicación visual conotros castillos medievales, que jalonan el corredornatural que conforma el río Guadalentín y el río Cor-neros; estos son, el castillo de Lorca (cabeza admi-nistrativa del iqlim) y el de Xiquena, o el de Tirieza.Su ubicación le permite, ejercer el control del territo-rio inmediato y la defensa de aquellas alquerías quese encuentran diseminadas en su entorno, como es lapropia alquería de Puentes instalada a los pies delcastillo, la del Cortijo del Centeno, y de otros asenta-mientos de menor entidad (probablemente debido asu mermado estado actual), como el del Molino de laVenta, o del Corneros - Luchena, Casa - Mata II.

Antes de pasar a explicar los aspectos formalesy morfológicos de los restos de cada uno de los yaci-mientos, cabe reseñar algunas notas sobre papel delcastillo o hisn en la organización del territorio, enépoca islámica.

En el mundo musulmán, la estructuración ad-ministrativa del territorio, se establece jerárquicamen-te. En el caso que nos ocupa: Lorca, sería la capitalde una amplia comarca agrícola, que configuraba eliqlim. A su vez, este amplio territorio geográfico,quedaba subdivido en otras demarcaciones más pe-queñas, denominadas husun, formadas por un espa-cio geográfico natural menos extenso, que incluíanun castillo y una serie de alquerías o aldeas ruralesdependientes, tanto política como administrativamen-te del castillo. Las alquerías (quras), son asentamien-tos de tipo rural, que constituyen la base de la explo-tación agropecuaria del mundo islámico. Estas al-querías están organizadas genealógicamente, exis-tiendo una clara identificación entre parcela agrícolay grupo genealógico, quedando así cohesionadassocial y políticamente mediante fuertes lazos de pa-rentescos; surgiendo, en contraste con el feudalis-mo, un modelo de campesinado libre, de tipo mini-fundista, dueño de la propiedad de las tierras quecultivaba, y con poder de decisión en sus procesosde producción.

A finales del s. XII, con la llegada de losalmohades, se produce una gran proliferación de este

2 En el aspecto militar el progreso fue mucho mayor en el feudalismo peninsular, como demuestra la imposibilidad de la poliorcéticaandalusí en la toma de Aledo. Paralelamente, a partir de este momento la sociedad feudal no hará sino aumentar y con ello eldesequilibrio entre ambas sociedades, hasta el punto que como se verá mas adelante, los nuevos impulsos en la fortificación, noserán suficientes para defender a la sociedad andalusí.

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tipo de asentamientos rurales en los valles delGuadalentín y sus afluentes (como son: la alqueríade la Huerta del Nublo, El Consejero, Torre del Pozo,Hoya Mora, Los Villares, la Quintilla) todos las cua-les, potenciaron el desarrollo de los núcleos urba-nos, apreciándose una amplia recuperación socio -económica del iqlim de Lorca, durante este últimoperíodo de dominación islámica, que aún así no fuesuficiente, para frenar los empujes de la conquistacastellana.

CASTILLO DE PUENTES

El castillo tiene una planta de tendencia trian-gular, su eje mayor está orientado de E - O (tiene unalongitud de 60m) y el eje menor de N - S (tiene unalongitud de 40m). Las murallas y las construccionesdel interior del castillo, se hallan perfectamente adap-

tadas a la topografía del cerro. En el interior de lafortaleza se pueden diferenciar dos recintos dispues-tos de forma escalonada: uno superior, constituidopor una pequeña plataforma amesetada; y otro Infe-rior, más amplio que se desarrolla, con cierta pen-diente, hacia la parte meridional del cerro.

El sistema defensivo

Está formado por tres tramos de muralla dife-renciados, por su técnica constructiva y ubicación.

La muralla meridional, está formada por doslienzos, inscritos entre tres torreones. El primer lien-zo, tiene una longitud de 20m y el segundo de 23m.Su altura máxima conservada no excede de los 3.50m.

La técnica constructiva empleada, es la tapia dehormigón de cal, que es el tipo de fábrica en la queayudándose de un encofrado de madera, formandoun cajón, se vierte la masa de hormigón de cal, grava

Plano de situación del yacimiento arqueológico de Puentes: Castillo y Alquería.

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Vista del Castillo de Puentes

y piedras, hasta que fragüe, construyéndose la es-tructura por cajones adosados unos a otros horizon-tal y verticalmente. A pesar de la erosión, la murallatodavía conserva la impronta de partes del encofra-do, a partir de las cuales podemos conocer la alturade las tapias (0.80 - 0.85), cuya metrología se co-rresponde con las de las murallas y fortalezasislámicas de este período, dato que corrobora su cro-nología constructiva.

Este tramo de muralla queda instalado sobre unescalón natural, que ofrece una pendiente descenden-te hacia el extremo oeste, de tal forma que los cajo-nes de encofrado reproducen la misma pendiente,ejerciendo cierta presión de fuerzas hacia el ángulodonde se encontraba el torreón que hoy solo se apre-cia parcialmente a nivel cimentación. El espesor delos muros es de 1.40m.

Los tres torreones están inscritos en el tramode muralla meridional. Tienen planta de tendenciacuadrada, de entre 5 y 5.30m de lado. Están consti-tuidos por el tipo de torreón cubo adosado la mura-lla, construidos con mortero de cal y macizados en

su interior de tierra y piedras compactadas. Los dosconservados presentan restos de pequeñas zapatasexteriores que se adaptan a la topografía del terreno,quedando su base instalada a una cota inferior a lade los dos lienzos de muralla donde se hallan inscri-tos. Su desarrollo en altura debió de albergar espa-cios de asedio provistos de saeteras como es propioen estas construcciones, si bien estos elementos, hoyse encuentran desaparecidos.

Tramo de muralla oriental. Antes de iniciarseel estudio arqueológico no se apreciaban en superfi-cie restos de esta construcción, si bien se intuía al-gún tipo de cerramiento en este sector de la fortale-za, marcado por el contorno de la plataforma rocosaa partir del cual se desarrollaba un acusado desnivel.La muralla, tiene un trazado quebrado y se conservade forma fragmentaría, quedando adaptada a los cam-bios de nivel que se dan entre el Recinto Superior eInferior. Esta construida con mampostería y un mor-tero de cal poco consistente, por la abundancia detierra. Gran parte de la masa exterior del muro se haperdido por la erosión. Su espesor no debió de ser

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mayor a 1.20m, a no ser que fuera en parte forrandola pendiente, como parece observarse en algunos tra-mos, ofreciendo de esta manera una mayor aparien-cia defensiva.

Tramo de muralla septentrional. Tiene una lon-gitud de 40m describiendo un trazado mas bien recto,sin embargo, su alzado conservado no supera el me-tro de altura. Esta construida en la base por un zócalode piedra y tierra que va nivelando el roquedo, apre-ciándose a partir del zócalo restos de sus alzados, cons-truidos exclusivamente con tapiales de tierra, lo cualexplica en cierto modo, su mermado estado actual.

Defensas naturales. Finalmente, el lado occi-dental presenta un cantil en talud, inaccesible, que leproporciona una defensa natural.

Distribución del espacio interior

El acceso al recinto fortificado es bastanteimpreciso, solo existen dos puntos por los que se pudorealizarse dicho ingreso, pues el resto del recinto estábien perimetrado con lienzos de muralla que marcan

su delimitación espacial. Uno de estos puntos es eltorreón, situado en el extremo sudoccidental del cas-tillo, actualmente arrasado, que pudo albergar unapuerta desde donde se realizara el ingreso, comuni-cada con los distintos viales que conducen haciaambos recintos. Este tipo de ingresos a través detorreones huecos es muy común en la arquitecturacastral andalusí. El otro punto considerado (en el ladonororiental del recinto), es precisamente donde lamuralla del Recinto Inferior, enlaza con la del Re-cinto Superior; ambas estructuras presentan una dis-continuidad y ligero cambio de orientación en el tra-zado, que nos induce a pensar que pudo presentaruna puerta o al menos un portillo, evidenciado a tra-vés de restos de dos quicialeras que se instalan alfondo de un estrecho corredor.

Los viales. Es evidente que la pronunciada pen-diente de las laderas obligó a disponer el pobladofortificado de forma escalonada, comunicando am-bos recintos mediante accesos escalonados, labradosen la propia roca, que a su vez conducen a las doscalles principales que recorren longitudinalmente

Tramo meridional de la muralla del Castillo de Puentes

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ambos espacios. La trama urbana se establece sobrelos ejes de dos calles, que son paralelas a los princi-pales lienzos de muralla, y opuestas a la pendientenatural del cerro, su anchura oscila entre 1.50 - 1.70m.En el recinto superior solo se ha documentado el ini-cio de la calle; sin embargo, en el recinto Inferior con-tamos con un vial principal que va configurando lasfachadas de las viviendas, y además con otro adarveque comunica directamente a una vivienda de tamañoconsiderable, que pudo tener un carácter principal.

Las infraestructuras de saneamiento conser-vadas en la fortificación son pocas, contamos con unvertedero que se trata como su nombre indica, de unbasurero situado en un punto marginal del poblado,al pie de un escarpe, desde donde se arrojaban todaclase de desperdicios. Este tipo de estructuras sonfrecuentes en los recintos fortificados en altura comolos documentados en el castillo de Xiquena o en elpoblado de Siyasa.

Las infraestructuras evacuación de agua se hanpodido documentar relativamente, contamos convarias estructura excavadas en la roca que pudieron

funcionar como atarjeas para evacuación de agua,actualmente desfiguradas en angostas y profundasgrietas que surcan, en el mismo sentido de la pen-diente, la roca caliza. Solo contamos en la murallameridional, con una estructura clara, de evacuaciónde aguas, formada por la salida de una atarjea haciael exterior del recinto murado que debió funcionarcomo aliviadero de la trama urbana cuando se origi-naban copiosas lluvias.

Los aljibes. Uno de los elementos imprescindi-bles para la subsistencia de la población del castillo,era la construcción de aljibes que proporcionaran elabastecimiento de agua asiduamente, y que consti-tuyeran una reserva suficiente en el caso de asedio.En el transcurso de las excavaciones pudimos loca-lizar dos aljibes adosados, en los que todavía se con-serva el arranque de la bóveda que los cubría. Am-bos tienen planta rectangular, sus dimensiones deplanta tienen 3m por 5m, y su profundidad a partirdel arranque de la bóveda es de 2.5m. En, base aestas dimensiones tendrían una capacidad de alma-cenamiento de 72. 400 litros.

Vista de planta de los aljibes del castillo

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Detalle de uno de los silos o estructuras de almacenamiento del Castillo de Puentes.

La estructuración de los espacios de hábitat

La estructuración de los espacios de hábitat estámarcada, por una serie de adarves o calles. En el Re-cinto Inferior se registran nueve unidades de hábitatque reúnen unas características similares y que cons-tituyen el módulo base de las viviendas. Estánadosadas e incomunicadas entre sí, y quedan subdi-vididas en su interior, en otros espacios menores, ge-neralmente dispuestos en paralelo y de forma esca-lonada. Se accede a ellas desde el adarve principal,que configura las fachadas de las viviendas. Su plantaes de tendencia rectangular y su superficie es varia-ble entre 30 y 40 m2. En la mayoría de estas peque-ñas viviendas se ha documentado un almacén o silo,delimitado por estrechos tabiques revocados de caly con los ángulos, tanto verticales como horizonta-les, rematados en curva. Su superficie media es de2,25 m2.

Son contadas las excavaciones de yacimientosandalusíes rurales que publican la planimetría com-pleta de las estructuras halladas y, por lo tanto, conta-mos con escasos paralelos que reproduzcan este tipode trama urbana. Aun así, hemos localizado algunos

yacimientos rurales: como la alquería almohade de la“Villa Vieja” de Calasparra (POZO, 1989), o EL Cas-tillejo de los Guájares en Granada (BERTRAD, et alii,1990), caracterizados por la presencia de viviendasde pequeño formato de carácter multifuncional y quesus autores denominan de naves paralelas. Estas mis-mas características estarían definidas en la clasifica-ción que A. Bazzana hizo de las viviendas islámicasdel Sharq al - Andalus, en concreto en el grupo deviviendas pluricelulares de dos compartimentos, comolas de la alquería almohade de Torre Bufilla, Valen-cia (BAZZANA, 1990:250s; 1992). El caráctermultifuncional de estas pequeñas viviendas del casti-llo, está testificado en los restos cerámicos localiza-dos en su interior, en los que indistintamente es fre-cuente encontrar braseros para cocinar, vajilla de co-cina, de mesa, grandes tinajas para almacenamiento,jarras, etc., que indican su diverso uso.

La presencia en los asentamientos ruralesislámicos de estas viviendas de módulo sencillo dedos estancias, con almacén o establo, es frecuente.En el caso del Castillo del Río (AZUAR, 1994:218),destaca un pequeño establo asociado a las viviendas,que refleja, en su caso, el predominio de la ganade-

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ría, como base económica; en contraposición al cas-tillo de Puentes, cuya base económica radicaría en laagricultura cerealista.

Hay que destacar otro tipo de vivienda de gran-des dimensiones, situada en el ángulo sudoccidentaldel Recinto Inferior. Está formada por distintos es-pacios individualizados y comunicados entre sí des-de el interior. Se accede a ella por el adarve principaly también por un adarve privado. Destaca espacial ymorfológicamente del resto, lo que puede interpre-tarse, como una materialización de la diferenciaciónsocio-económica entre la población, evidenciada ade-más, por la presencia de cerámicas de lujo (jarrasesgrafíadas, estampilladas), situadas en una de susestancias.

En el Recinto Superior, excavado mediante son-deos a causa del proceso erosivo que presenta, seaprecia una serie de estancias adosadas, de plantarectangular, de gran tamaño. Destacando en uno delos sectores mejor conservados una zona de peque-ños almacenes, divididos por pequeños tabiques quedebieron configurar silos.

La técnica constructiva empleada en todos losmuros del castillo es la tabiya, que hemos explicadoanteriormente, los materiales que forman los tapialesen los espacios de hábitat fundamentalmente son dos:la tierra sobre zócalo de mampostería; y la mampos-tería unido con yeso, siendo estos últimos los mejorconservados. Esta dualidad de materiales en la cons-trucción no está relacionada con fases constructivas,pues no se aprecian superposiciones o murosseccionados por estructuras de nueva planta, por elcontrario existe una correlación y proyecto construc-tivo previo, relacionado con la propia topografía delterreno.

Los rasgos que se definen en la estructuracióninterior del castillo, están diseñados para un tipo dehábitat permanente, característico de los castillos depoblamiento, no es un simple recinto fortificado amodo de gran “albacar”, según el esquema tipológicodesarrollado por la escuela francesa 3, utilizadoesporádicamente en momentos de inestabilidad. Porel contrario el castillo de Puentes, en gran parte fosi-lizado en su estado medieval, presenta un trazado

3 La escuela francesa ha realizado un estudio sobre la tipológica de los castillos de Al - Andalus que está sistematizada en la obra de:BAZZANA, A; CRESSIER, P; GUICHARD, P., (1988): Les chateaux ruraux d`Al - Andalus. Histoire et archéologíe des husun dusudest de L´Espagne, Madrid.

Cerámicas islámicas del Castillo de Puentes

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constructivo interno, de tipo mixto, en el que secompenetran elementos rurales y urbanos introducién-dose, como en otros castillos contemporáneos de Al -Andalus, una progresiva penetración de rasgos clara-mente urbanos en el ámbito rural, difundidos a partirde finales del s. XII y principio del s. XIII.

LA ALQUERÍA DE PUENTES EXTRAMU-ROS DE LA FORTALEZA Y SU MAQBARA

La capacidad testimonial de la alquería de Puen-tes está muy mermada a causa del arrasamiento gene-ralizado de las estructuras constructivas, producidopor la roturación agrícola. Su extensión total, es im-precisa; en base a los restos constructivos excavadosy a la dispersión de su cultura material, se han esta-blecido unos límites mínimos, bastante fiables, peroque pudieron ser mayores. La alquería se extiende ha-cia el lado sur del cerro del castillo, incluyendo unpequeño conjunto de suaves lomas sin roturar en lamisma finca de cultivo del cortijo de Puentes.

A través de los trabajos de excavación, en lossectores no afectados por la acción antrópica recien-te, hemos podido reconstruir algunas característicasde esta entidad de poblamiento que nos informan deltipo hábitat. Según los restos excavados, conserva-dos fragmentariamente y a nivel cimentación, lasviviendas presentan un módulo constructivo muchomayor que en el recinto fortificado, evidentementela alquería, al no estar sometida a los límites delencastillamiento, sería mucho más expansiva, inclu-yendo probablemente establo y todo tipo de depen-dencias agrícolas.

Por otro lado, en las terrazas de cultivo, se ha

podido ratificar la presencia del cementerio islámicode Puentes, conocida a mitad de siglo, por la apari-ción de restos humanos durante los trabajos deroturación agrícola. A pesar de los numerosos son-deos que se efectuaron en este sector, solo pudimosdocumentar una sepultura intacta, propia del ritualfunerario islámico, constituida por una simple fosa,estrecha y angosta, abierta directamente en la tierra,cubierta de lajas de caliza y ausente de túmulo fune-rario que presentaba el esqueleto dispuesto de cúbitolateral derecho, orientado NO-SE, con manos y pier-nas semiflexionadas.

Las tumbas de fosa, excavadas directamente enla tierra y cubiertas de lajas, son sistemas que conalgunas variaciones, aparecen en necrópolis islámicasdel sudeste, en un área que abarca Granada, Murcia(Ricote, Jumilla y Lorca) y también en Almería ca-pital (Pechina) y representa un tipo ampliamente uti-lizado por otras culturas medievales (visigodos,mozárabes…) de gran aceptación, sobre todo enambientes campesinos.

Los materiales cerámicos en las sepulturasexcavadas son poco fiables topográficamente, ya quelas tumbas están afectadas por la acción antrópica,solo contamos un fragmento de escoria de metal,varios fragmentos de cerámica común y un borde demarmita de cocina que se puede fechar entre mitaddel s. XII e inicios del XIII.

LA ALQUERÍA DEL CORTIJO DEL CENTE-NO (MEZQUITA)

La Alquería del Cortijo del Centeno, geográfi-camente, está emplazada sobre una terraza aluvial,

Enterramiento del Castillo de Puentes.

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en la margen izquierda del río de Vélez o Corneroscerca de su confluencia hacia el Embalse de Puen-tes, donde une su curso con el río Luchena, origi-nando ambos la cabecera del Guadalentín. El yaci-miento toma la denominación del topónimo Casa delCenteno, finca donde actualmente se encuentra uncortijo rodeado de terrazas dedicadas al cultivo desecano. La instalación sobre el yacimiento, de estecortijo con sus dependencias de labor, caminos, ca-nalizaciones y el aterrazamiento artificial junto a laroturación continuada de los campos; ha originadola destrucción de gran parte de la antigua alqueríaislámica, como se ha podido comprobar arqueológi-camente. Por el contrario, la roturación del sectordonde se localizó la mezquita no llegó a ser muy acu-sada, probablemente la compactación yesos / cal,elementos que hacen improductivos los terrenos y elespesor de los mismos, fue la causa de que este sec-tor quedara sin cultivar, marginado en el borde deuna terraza artificial, permaneciendo los restos de lamezquita sin grandes alteraciones.

La maqbara y la alquería

Antes de iniciarse el estudio arqueológico no seapreciaban en superficie, restos constructivos de laalquería, solo se localizaba una gran cantidad de ele-mentos cerámicos o fragmentos de molino, etc. deépoca islámica sobre los bancales, lo que evidencia-ba la destrucción y el arrasamiento de los nivelesarqueológicos a causa de la roturación. En, base a, ladispersión cerámica delimitamos la extensión delasentamiento, pasando a continuación a realizar di-versos sondeos, para poder evaluar el estado de con-servación y las características del yacimiento.

Junto al Cortijo, se localizaron a, nivel superfi-cial restos humanos fragmentados y abundantes la-jas de pizarra dispersas, de la misma tipología quelas documentadas en los enterramientos de la cerca-na alquería de Puentes. Siguiendo estas evidenciasse ubicaron diversos sondeos en este sector, locali-zando dos sepulturas parcialmente arrasadas en laparte superior, que sólo contenían el inhumado dis-puesto según el inconfundiblemente ritual de ente-rramiento islámico.

Estos enterramientos ponían de manifiesto, lapresencia de una población asentada sobre este terri-

torio, configurando el cementerio del poblado; sinembargo, el hecho de que se encontraran casi des-aparecidas, sin cubierta de lajas in situ, siendo cons-trucciones propiamente subterráneas, nos puso al tan-to del estado de conservación en el que íbamos aencontrar la alquería; como bien pudimos compro-bar retirando el estrato roturado en un transec (deunas dimensiones de 4m de ancho por 80m de longi-tud) que recorría toda una terraza de la finca. En estesector, se pudieron definir distintos elementos y es-pacios de hábitat de la alquería. Los exiguos restosde viviendas que según la incidencia de su trazadoen los sondeos, debieron ser de formato grande, es-taban provistas de pavimentos de cal y muros de ado-be y mampostería, materiales constructivos propiosde la población establecida.

Próximas a las estructuras de habitación, se lo-calizaron diversos hogares de pequeño tamaño, al-gunos reducidos a simples manchas de carbón sobreel terreno natural que debieron estar relacionadas,con la preparación de alimentos, ya que es propio deesta cultura la elaboración de alimentos cocinadosmediante pequeños fogones o braseros cerámicosinstalados directamente sobre el suelo. También ha-llamos la cámara de combustión de dos hornos muypróximos, de un diámetro de mas de un metro, quepudieron funcionar como hornos para alimentos oquizás de piezas cerámicas.

El método de excavación y el estado de conser-vación de los restos (en gran parte sesgados por laroturación), no permiten establecer muchas aprecia-ciones relativas a la trama urbana del conjunto. Sinembargo, si hay clara constancia de un asentamientorural entorno a la mezquita, evidenciado tanto por lamaqbara, como por la dispersión de las distintas es-tructuras domésticas localizadas.

La mezquita

La entidad y buen estado de conservación de lasestructuras localizadas en los nuevos sondeos, nosllevó a replantear el sistema de excavación, practi-cando una cuadricula de catorce metros de lado, di-vidida en cuatro sectores por dos testigos centrales.Con este método de excavación pudimos identificarel edificio con una mezquita, a la vez que su secuen-cia estratigráfica. Posteriormente se eliminaron los

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Figura 6. Plano de planta de la mezquita del Cortijo del Centeno.

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testigos y se amplió, la cuadrícula dos metros y me-dio más, entorno al perímetro exterior del edificioreligioso, con la finalidad de documentar otras edifi-caciones anexas.

La mezquita, cuyos rasgos más característicosdescribimos a continuación, es una sencilla edifica-ción de carácter rural, de las muchas que debieronexistir en la geografía de Al - Andalus, y de las pocasque se han podido recuperar en su estado original,pues sólo se conocen rastros o restos de algunas mez-quitas, en la mayoría de los casos fragmentos quequedaron integrados en la construcción de las prime-ras iglesias u ermitas edificadas, tras la conquista.

El edificio tiene una planta de tendencia rectan-gular, su eje mayor orientado de Este - Oeste tieneuna longitud de 14m y el menor de Norte - Sur, 11m.El interior de la mezquita está dividido en dos zonasque se comunican entre sí: el oratorio, que incluyeen el ángulo noroccidental, el alminar y una depen-dencia anexa al espacio de culto.

El interior del oratorio tiene una superficie totalde 91.14m2. Está formado por tres naves, determina-

das por una serie de pilares y pilastras de distintamorfología, orientadas de forma perpendicular almuro de la quibla, que se encuentra al Este del edifi-cio, donde quedan emplazados: el mihrab y almimbar.

El elemento estructural más característico de lasmezquitas es el mihrab, localizado en la nave cen-tral, justo en el centro del muro de la quibla. La es-tructura rebasa el espesor del muro, sobresaliendodel mismo hacia el exterior, donde adopta una formade hexágono. Hacia el oratorio tiene plantasemicircular, siendo sus dimensiones de 1.15m defondo por 0.84m de ancho. Su alzado actual es de0.60m. El mihrab apareció en la arquitectura islámicaa comienzos del s. VIII, cuando se construyó la mez-quita de la ciudad de Medina. Es probable que elorigen de estos nichos, este en las sinagogas o en losábsides de las iglesias coptas. Sin embargo, el mihraben Irak y Persia durante los primeros tiempos del Is-lam era rectangular. El mihrab en al - Andalus sueleser semicircular y está caracterizado por una profusadecoración sobre todo en las mezquitas mayores, eneste caso no contamos con motivos decorativos “in

Base del minarete de la mezquita del Cortijo del Centeno.

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situ”, aunque se han localizado fragmentos de arcodesplomados, con motivos geométricos incisos quepudieron formar parte del ornamento del edículo.

Junto al mihrab, encontramos otro nicho, elalmimbar o mimbar, también realizado en el murode la quibla que tiene planta rectangular. Sus dimen-siones son: 1.24m de fondo, por 0.66m de ancho. Laestructura estaba destinada a alojar un púlpito sobreruedas, lo suficientemente ligero para ser trasladadopor una sola persona, el cual suele estar configuradopor una escalerilla de madera que termina en unapequeña plataforma a la que se subía el imán o quienejerciera sus funciones para pronunciar el sermón delviernes y dar lectura al Corán. Las huellas del trans-porte y colocación del púlpito están reflejadas sobreel pavimento, en la zona que corresponde con el in-terior y el acceso al nicho, apreciándose el desgastede la solería por rodamiento; y de fábrica, una es-

Detalle del mihrab

tructura de forma rectangular rehundida, donde que-daría encajada o estabilizado dicho púlpito. Su em-pleo se remonta a Mahoma, quién lo empleaba comotrono. Evidentemente nos encontramos ante algoesencialmente magrebí, trasladado al Islam occiden-tal más que a otras partes, considerado como un sím-bolo de realeza y autoridad que debía estar guardadohasta que fuera necesario para el uso oficial.

La presencia de un minbar propio de las mez-quitas mayores, es un elemento que caracteriza a estapequeña mezquita rural, según su simbolismo pri-mitivo evoca la idea del poder dinástico, mientrasque su función real es la de la transmisión de la doc-trina, aspectos bien marcados en la organizaciónalmohade.

Hay una fuente árabe 4 que nos informa de laimportancia de la ciudad de Lorca incluida en lositinerarios de penetración hacia diversas zonas de al

4 La descripción del itinerario del norte de Africa a al - Andalus la presenta Yacqubi, viajero incasable que recorrió el Jurasán,Egipto y residió algún tiempo en Táhart. Esa es la descripción del itinerario: “ Para dirigirse a la Península de al - Andalus se vadesde Qayrawan a Túnez; se embarca en Túnez, situada junto al mar y siguiendo el litoral, se llega frente a las costas de al -Andalus, a un punto llamado Ténes, que se encuentra a cuatro días de marcha de Tahart. También se puede continuar hasta Tahart.,que se encuentra frente a la Península de al- Andalus. Luego se atraviesa el mar en un día y en una noche y se llega al país deTudmir, vasta y próspera región donde se hallan dos ciudades: cAskar y Lorca, cada una de las cuales posee un minbar. De Tudmirse va a Córdoba, capital de los Omeyas”. (MOLINA, 1990:175).

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- Andalus, y además de la presencia dos minbar, quepresuponen la existencia de dos mezquitas, uno deellos en Lorca y otro en cAskar, ciudad no identifica-da. La mención de estos elementos de culto en elcontexto descriptivo de un itinerario denotan, la im-portancia de las mezquitas en la infraestructura viaria,como es el caso de esta modesta mezquita incluidaen la ruta hacia Pechina; y por otro lado, nos llama laatención, concretamente la mención del minbar, alparecer debió de ser un elemento característico odiferenciador de las mezquitas que el viajero debióencontrar a su paso.

La distribución del oratorio en naves quedadeterminada por una serie de pilares que describi-mos a continuación. La nave principal, en cuyo ejecentral se encuentra el mihrab, tiene una anchura de4m, siendo mayor que las dos laterales. Los dos pri-meros pilares parten del muro de la quibla, sobresa-liendo hacia el oratorio a modo de pilastrastrifacetadas.

Frente a cada una de las pilastras localizamossendos pilares, de planta octogonal, y a continuacióncontamos con dos pilares de planta rectangular quepresentan hacia la nave central, el arranque de unarco paralelo al muro de la quibla, que remarcaría elespacio central del oratorio, y el mihrab).

Los últimos pilares son de planta cuadrada, seencuentran parcialmente encajados en el pavimentode la estancia del fondo del oratorio. Este espaciosituado junto al alminar y remarcado por la eleva-ción de su pavimento debió estar destinado en casosexcepcionales a las mujeres, que al parecer solo po-dían entrar a la mezquita, los viernes a oír el sermóndel predicador. El alzado conservado de estos ochopilares oscila entre 0.80 y 0.40m, indudablementesostuvieron una serie de arquerías que constituiríanla cubierta interior del oratorio, ya que se han locali-

zado diversas molduras y fragmentos de arco sobrelos pavimentos del edificio, los cuales se hallan ac-tualmente en proceso de estudio. El interior de lamezquita conserva las solería originales, realizadasa base de mortero de cal consistente, apreciándoseen algunas zonas fisuras, manchas por combustión orepavimentaciones a base de capas de yeso.

En cuanto a la distribución del espacio del ora-torio, encontramos diversas mezquitas que desde losorígenes del Islam reproducen este tipo de planta.Entre ellas destaca por su antigüedad (es la segundamas antigua de Africa, y el primer monumento des-pués de la cúpula de la Roca), la del golfo de Gabes,en Susa, llamada la mezquita de Bu Fatata 5. En al -Andalus hay publicadas varias mezquitas de plantasimilar, como la del Cristo de la Luz, o la Mezquita

5 Incluimos parte de su descripción por la similitud de la planta y además por la descripción del sistema de arcos y cubiertas;actualmente perdidos en la mezquita del Cortijo del Centeno. Sobre unos pilares de 90 cm de altura, incluyendo sus moldurasdescansan tres arcos de herradura, cuyos arranques se prolongan casi un tercio del radio por debajo del centro. Es una pequeñamezquita, el interior: los arcos pertenecen a un pórtico cubierto por una bóveda de cañón de 2, 24m de anchura; la mitad derechade este pórtico está ocupada por un macizo de fábrica que se labro para reforzar la bóveda cuando se construyó el alminar,relativamente moderno. Se accede desde el pórtico por una puerta con dintel y arco de descarga que lleva al santuario que tienesólo 7, 71m de anchura y 7, 86m de profundidad. Este oratorio es de tres naves, formadas por dos arquerías que corren de Norte aSur, cada una dividida en tres crujías por otras dos arquerías transversales. Los arcos arrancan de ocho estribos y cuatro pilarescruciformes bajos, colocados en los puntos de intersección de las arquerías. Los arcos longitudinales son levemente de herradura,mientras que los transversales son peraltados; los primeros tienen unos 3, 15m de altura y los segundos unos 3, 65m; los últimossirven de refuerzo a las bóvedas.(CRESSWELL, 1979: 379 -.381).

Detalle del minbar.

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del arrabal de Córdoba con tres naves que se identi-ficó con el masyid al - Shifa fundada por la concubi-na de Abd al - Rahman II. (ACIEN - VALLEJO:1994:13). La disposición de las naves perpendicula-res a la quibla es una tendencia generalizada en lasmezquitas almohades, tanto en Africa como en elIslam occidental.

Por otro lado, la preconcebida sobriedad en lasfachadas, solo animada por el ritmo de las puertas enrelieve y de sus arcos, con ornamentos simples sobreel enlucido, es una característica de la arquitecturarural religiosa almohade; representada en la mezqui-ta del Cortijo del Centeno, ausente de elementos or-namentales, excepto en las puertas, donde se han lo-calizado desplomados restos de enlucidos, con sim-ples motivos geométricos y en el interior de algunosarcos, con esquemas muy estilizada, y probablemen-te de tallos y hojas.

El alminar o minarete, de la mezquita del Cor-tijo del Centeno, está situado en el ángulo norocci-dental del edificio, próximo a la puerta norte. Tiene

planta cuadrada y sólo se ha conservado la base, con-figurada por una estructura a modo de machón rec-tangular que tiene adosado en su frente, un pilar deladrillo donde se inician los dos primeros peldañosde la escalera de ascenso. El alminar es la torre delas mezquitas coronada por una galería desde dondeel moecín convocaba a los fieles, en las horas de ora-ción. Los primeros alminares aparecieron en Siriaen el s. VIII, son torres de planta cuadrada inspiradaen los campanarios cristianos. Al - Andalus perma-neció fiel al alminar de planta cuadrada mientras queen otras regiones puede tener planta circular. La ubi-cación del alminar, a la derecha de la puerta norte,permite acceder al mismo: desde el interior de lamezquita; o desde el exterior, sin necesidad de pasarpor el oratorio.

Tras el muro de la quibla encontramos una de-pendencia anexa a la mezquita de planta trapezoi-dal, que tiene una superficie de 32m2. Comunica conel oratorio por la puerta ubicada en el muro de laquibla, y además tiene un acceso independiente des-

Vista de la planta de la mezquita, con el Castillo de Puentes al fondo

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de el exterior del edificio. Está subdividido en tresespacios separadas por cuatro pequeños pilastrasadosadas a los muros largos. Los muros perimetra-les de la dependencia están realizados con mampos-tería y yeso, hasta el nivel de pavimentación; a partirde la solería, el muro está realizado con tapial detierra, reduciendo su espesor en altura. Los alzadosde adobe se encuentran prácticamente arrasados porla roturación agrícola y por la acción de la pendien-te, más acusada en este sector del edificio.

La dependencia anexa, y comunicada con el ora-torio, evidencia la presencia de al menos un perso-naje que estuviera permanentemente encargado dela custodia del edificio, lo cual nos indica la habitualactividad que tendría la mezquita, aunque tambiénpudo funcionar como un madrassa o escuela para elaprendizaje del Corán.

Los accesos. La puerta principal por donde in-gresaban los fieles al oratorio, se encuentra en el ladonorte del edificio, junto al alminar. El vano conservados pequeñas mochetas y los huecos de las quicialerasdonde quedaría encajada la puerta. Paralelo a la en-trada localizamos un tabique de ladrillo, cuyo alza-do no debió ser mayor a la altura de hombre, queforma un acceso en recodo típico de la arquitecturaandalusí, impidiendo observar desde el exterior elespacio de culto, preservando a los fieles de la inti-midad en la oración.

La otra puerta, se encuentra ubicada en el ladosur de la mezquita y comunica con la dependenciaanexa al oratorio. Presenta unos escalones que mar-can la diferencia de nivel existente entre el exterior einterior del edificio. El vano a podido ser documen-tado en altura, gracias a las labores de excavación yconsolidación “in situ” de los fragmentos que se do-cumentaron desplomados hacia el exterior del edifi-cio. El alzado de la puerta se conserva casi comple-to, está constituido por dos jambas que se desarro-llan en altura, hasta formar un arco de herradura, quequeda inscrito en un alfíz. La luz del vano es de 1.05my tiene una altura de casi dos metros. Junto a los de-rrumbes del vano se han localizado fragmentos deyeso con decoración geométrica a, base de líneas ycuadros incisos, que pudieron formar parte de la de-coración de la puerta.

En el extremo sur del muro de la quibla locali-zamos otra puerta que comunica el oratorio y la de-

pendencia adosada a la mezquita, también con unpequeño tabique de ladrillo que formaría una entra-da en recodo. Este tipo de puerta, ubicada en el murode la quibla, debió de estar restringida al jatib o pre-dicador, o a las personas encargadas del culto.

Hacia el exterior, el edificio presenta una seriede contrafuertes de distintas dimensiones y tipolo-gía que contrarrestan el empuje de los muros y quedebieron sustentar en altura elementos de la cubier-ta. Estos contrafuertes se hacen mayores en los para-mentos donde la pendiente es mas fuerte, estandoausentes en el lado Oeste, donde son innecesarios.Aunque tienen distintas dimensiones y distribución,todos tienen planta de tendencia cuadrada, exceptoel situado en el eje central del edificio, de morfolo-gía semicircular.

La situación de este contrafuerte y su proyec-ción semicircular, distinta a la de todos los demás,parece tener la intención de reproducir hacia el exte-

Alzado de la puerta sur de la mezquita.Actualmente restaurada y expuesta en la

sala n.º 8 del Museo Arqueológico de Lorca.

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6 En este sentido hay que tener en cuenta todo el aparato organizativo fundacional que poseían los almohades, mediante la institu-ción de los “censores de conducta”, eligiendo dos persosna por tribu para formar este cuerpo de almotacenes. Poseían un servicioriguroso de almuédanos, ante la importancia otorgada a la oración, recibiendo una especial educación en la doctrina almohade yactuaban como auxiliares de la administración, debiendo saber de memoria la doctrina almohade y trasmitirla, destacando en esterango los combatientes.

rior de la mezquita, la morfología del mihrab, ya queel original queda incluido dentro de la dependenciaanexa al oratorio.

Por otro lado hay que mencionar, en el períme-tro exterior del edificio y relacionadas estratigráfi-camente, con la construcción de la mezquita, la ex-cavación de diversas construcciones de adobe, lascuales debieron funcionar como piletas de ablucio-nes o estructuras relacionadas con este tipo de ritual.Se realizó, además, un sondeo vertical para docu-mentar los niveles de fundación de la mezquita y latécnica constructiva de las cimentaciones, localizán-dose precisamente en el sondeo, una atarjea subte-rránea cubierta de lajas, que discurre paralela a lacimentación del muro del alminar, relacionada conla evacuación de las piletas que formaban el patio deabluciones.

Sólo cabe mencionar algunos elementos carac-terísticos, localizados en el exterior de la mezquita,como son braseros para cocinar o calentar, que de-bieron ser utilizados para elaborar las tortas de panácimo en el ritual del viernes.

En cuanto a la técnica y materiales constructi-vos empleados en la edificación de la mezquita,son los propios de la arquitectura rural andalusí;proceden de los recursos naturales que proporcionael entorno, lajas de caliza, cantos rodados, tierra,cal o yeso, empleándose la técnica de la tabiya enlos alzados, al igual que ocurre en el Castillo dePuentes.

La estratigrafía de los yacimientos y el análisisde sus materiales cerámicos, asociados, nos han per-mitido desarrollar una secuencia cronológica, por lacual sabemos que tanto la mezquita como el castillo,no ofrecen divergencias cronológicas y están adscri-tos al período de ocupación almohade. Estas tribusberéberes constituyeron la base de la población im-plantada sobre dichos yacimientos, testificada por lapresencia de cerámicas almohades en contextos cons-tructivos.

La presencia de una mezquita en este ámbitorural está claramente relacionada con un asentamien-to estable, que aglutinaría tanto a la población de la

propia alquería y como la de otras cercanas, siendofrecuentada por los viajeros que utilizaran éstas víasde penetración hacia los territorios del interior. Tra-dicionalmente tienen una gran importancia políticay social en el mundo islámico, estando directamentevinculadas a las necesidades internas de islamizaciónde los territorios.

La fundación de esta pequeña mezquita rural nodebe considerarse como un hecho aislado, sino den-tro de un proceso de mayor alcance, ya que estasedificaciones fueron empleadas, como centrosdifusores de ideas, donde además de las ceremoniasreligiosas se leían documentos oficiales y noticiasde interés público, reforzando además mediante lapredicación, las costumbres y religión entre las po-blaciones rurales asentadas que quedaban alejadasde las madinas. Además solían constituir centros deenseñanza: la transmisión de la cultura y el aprendi-zaje de la lengua árabe, en suma, la arabización, fueun proceso paralelo a la islamización, ya que los nue-vos saberes islámicos, empezaban por el Corán, te-niendo como vehículo de expresión el árabe.

Las monarquías almohades, indudablementeemplearon los edificios de culto para legitimar suorigen y poder, ya que los jefes militares que tuvie-sen a su cargo el control político y fiscal de cada zonao distrito, podían tener la dirección en la oración,velando a la vez, para que la comunidad musulmanaandalusí llevara a cabo el proceso de conquista deacuerdo con las normas y doctrina almohade 6.

MOLINO DE LA VENTA

Situado en la margen derecha del río Corneros,se extiende desde la cima del cerro hasta el lecho delrío. Es un yacimiento que presenta un estado irrecu-perable dada la práctica desaparición del mismo acausa de la acción antrópica: (abancalamientos, ro-turación agrícola, instalación de balsas, torres eléc-tricas, trazado de caminos...), y erosiva que a provo-cado la apertura de grandes torrenteras y el desman-telamiento del depósito arqueológico.

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Los restos de la cultura material recuperados anivel superficial, nos informan de un yacimiento delarga ocupación 7: La continuidad del yacimientodesde época protohistórica hasta época medieval,puede estar en relación con su emplazamiento estra-tégico dentro de las vías de comunicación natural queconfiguran el trazado de estos ríos, reforzados enépoca romana con el trazado de la calzada romana.Desde el yacimiento se da un amplio control del te-rritorio y de los yacimientos que se han citado, ade-más de otros coetáneos que se encuentran jalonandoel curso de ambos ríos. Los restos de cultura materialislámica recuperados, tienen cronología divergente,emiral / almohade, representando una ocupación delyacimiento en el periodo inicial y final de la domina-ción musulmana, que debió estar en estrecha rela-ción con su posición geográficamente dominante; yavanzada, entre el castillo de Puentes y los de Xiquenay Tirieza. Constituye así, un enclave estratégico, yaconocido desde la primitiva implantación de pobla-ción musulmana que es retomado en su etapa final,probablemente para reforzar el control y la vigilan-cia de estas vías de penetración hacia el interior.

ORIGEN Y DESARROLLO DEL HISN DEPUENTES

La cultura material, los aspectos físicos – espa-ciales, del hábitat y de su fortificación, descritos en elestudio arqueológico, son el punto de partida para elanálisis del asentamiento como marco de residencia, apartir del cual se puede penetrar en el modelo de ocu-pación como expresión de una agrupación colectiva.

La valoración de todos los datos arqueológicosque ha proporcionado el estudio, nos lleva a situar elorigen de este asentamiento rural islámico, en épocaalmohade, enraizado en los precedentes poblaciona-les que ocuparon estas vías naturales de paso.

Esta fundación no hay que considerarla comoun hecho aislado, sino integrada dentro de un proce-so de mayor alcance definido dentro de la reactiva-ción político - administrativa del territorio pertene-ciente al iqlim de Lorca; pues es, a partir del segun-do cuarto del siglo XII, cuando se levantan toda unaserie de fortalezas o recintos fortificados en las áreasrurales, con el fin de recomponer las vías naturalesde comunicación, facilitar el asentamiento de comu-nidades rurales al amparo de estas fortificaciones yreestructurar la administración del territorio mediantesu control.

La ausencia de divergencias cronológicas en losniveles de fundación y estructuras básicas del urba-nismo de cada entidad, nos informan de su coetanei-dad cronológica, en época almohade. Las primerashuellas del hábitat estable se remontan, al último cuar-to del s. XII, desarrollándose los asentamientos en elprimero y parte del segundo cuarto del s. XIII, co-menzando a desdibujarse su rastro a partir de la in-corporación del reino de Murcia a la Corona Caste-llana en 1243.

El origen de la población. En la instalación delos almohades 8 en al - Andalus, se conjugan dos fac-tores: por una parte, el ideal expansivo propio de sumovimiento reformista, y la necesidad de los anda-lusíes de recurrir a los almohades, para contrarrestarlos avances cristianos.

El movimiento almohade tiene un marcado ca-

7 Fase Inicial protohistórica con materiales del Bronce Final Reciente - Hierro Antiguo. (Cerámicas grises bruñidas a torno - conparalelos en la fase I de Torre Sancho Manuel, Vilareda, Torrealvilla, Librilla fases II – III.) y cerámicas ibéricas (s. IV – Va.C.).Cerámica romanas y tardorromanas (de los s.I – II. a.C. / I – III. d.C.). Cerámicas tardo antiguo: representada por un grupode cerámicas toscas de manufactura local. S. VI – VIII, junto a un enterramiento de este periódo.

8 La dinastía beréber de los almohades que llegó a conquistar todo el occidental islámico tiene su origen en un asceta Muhammadibn - Tumart. Este después de realizar largos estudios en Bagdad y Córdoba, regresó a Marruecos, donde quedó sorprendido por elbajo nivel cultural de sus conciudadanos. Inició la predicación de doctrinas de tipo rigoristas y antimalequí en las ciudades deAfrica del Norte. Organizó un estado con los representantes de las tribus que se adherían a sus ambiciones políticas e ideasreligiosas cuyo rasgo fundamental era sostener el dogma de la unidad de Dios en toda su pureza coránica y negar la eficacia de laintersección de los morabitos o santones propias de los almoravides. El vencedor se proclamó califa y sus enfrentamientos con losalmoravides en Marruecos, concluyeron con la proclamación Tumart como califa. En España la conquista almohade iniciada 1147,se encontró frenada por la alianza de los Banu Ganiya y el taifa Ibn Mardanis con Alfonso VII. Abú Yacqub Yusuf venció a IbnMardanix (1172) y ocupó Murcia. Instaló su residencia en Sevilla - aunque oficialmente Marrakech continuara siendo la capital delimperio - e intento frenar el avance de la reconquista.

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El Castillo de Puentes y las alquerías de su entorno: aproximación a la estructura del poblamiento

rácter religioso que utiliza como móvil de conquista,el cual va cediendo lugar a lo político, íntimamenteligado a lo social. El título de califa que asume ellíder almohade le coloca en la cima política y reli-giosa, reforzando la unidad espiritual del Islam, sien-do la cabeza visible del poder ante el colectivoandalusí y a los ojos de los cristianos. Antes de lallegada de las tribus beréberes el aspecto religiosode al - Andalus era medio laico, olvidadizo de losdeberes que impone la religión. Ante esta situación,se imponía la existencia de un elemento político yreligiosos fuerte que salvara al Islam de la crecienteamenaza de los cristianos. Con este carisma surgenlos almohades, un grupo étnico integrado por unaconfederación de tribus unidas para la guerra santamovidos por la defensa y propagación de su feislámica.

Este movimiento de masas de origen desérticoy costumbres nómadas consigue imponerse sobre eloccidente musulmán unificando la población islámicabajo un poder centralizado que ejerciera una oposi-ción frente al elemento conquistador cristiano. Larápida expansión de tinte religioso se explica tam-bién, por razones mas profundas de dominio políticoy económico de un territorio evidentemente, muchomás fértil que el medio desértico del que procedían.

La proximidad de nuestras costas con el nortede Africa constituyó un paso fácil y seguro en la ex-pansión árabe hacia Al - Andalus, realizándose el des-plazamiento de grupos y tribus beréberes que se asen-taron en Lorca formando parte integrante de la po-blación o del ejército en otras ocasiones. Existennoticias del establecimiento de beréberes en Lorca,apreciándose en la toponímia nombres de tribus pro-cedentes de este tronco étnico; además de una fuentealmohade 9 que indican que un grupo de habitantesdel Tinmallal (Atlas) se instalaron en Lorca y queotros grupos árabes y beréberes se repartieron pordistintos puntos de Valencia y su territorio, por or-den del emir almohade, después de que el rebeldeIbn Mardanis se rindiese y reconociese la soberaníaalmohade en al - Andalus (ARCAS, 1985: 65).

Concretamente el curso alto del Guadalentín ysus dos afluentes, configuraron parte del territorioalmohade, elegido por la población para su asenta-miento; a través de los estudios arqueológicos, y hastaen la toponímia actual, han quedado restos y rastrosde las numerosas alquerías y castillos árabes, queadquieren gran desarrollo y afluencia demográficaen estos últimos años de dominación islámica, es-tando vinculado el territorio al extenso Iqlim de Lorca.

CARACTERÍSTICAS SOCIOECONÓMICAS

La situación geográfica y las condiciones queofrece el medio, nos indican que la elección del em-plazamiento, estuvo en principio vinculada a las ne-cesidades primarias para la subsistencia de la pobla-ción. La actividad económica predominante en lascomunidades rurales de Puentes, era la agrícola, fun-damentalmente de tipo cerealista. En este sentidocontamos con una amplia tipología de cerámicas parael almacenamiento de sólidos y granos, tanto en elcastillo como en las alquerías, además de un nume-roso grupo de tapaderas de almacenamiento, de grandiámetro, que precintarían el contenido de estos con-tenedores. La presencia de numerosos molinos depiedra, ratifican esta actividad en los distintos ámbi-tos del yacimiento. Los elementos que más caracte-rizan esta actividad son los silos que se encuentranasociados a las viviendas documentadas en el casti-llo; junto a una serie de pequeñas habitaciones divi-didas por tabiques, situadas en el recinto superior delcastillo, que con toda probabilidad estuvieron aso-ciadas al almacenamiento de grano, a la luz de losparalelos estructurales y morfológicos que tienen conel contemporáneo, granero –colectivo– fortificado delCabezo de la Cobertera de Abarán. En el castillo con-tamos con dos tipos de graneros que se pueden defi-nir como graneros privados, incluidos en el interiorde cada vivienda; y otros situados en la zona maselevada y adosados unos a otros, que pudieron sercomunales, o destinados a excedentes, tributos, etc.

9 Se trata de Ibn Sahib al - Sala, recogida en HUICI Y MIRANDA, historia musulmana de Valencia y su región III, Valencia 1969 - 70,p. 470; y en E. LEVI PROVENÇAL, “Documents Inédits”, d`Histoire almohade, fragments manuscrits du “ legajo” 1919 du fondsarabes de l´Escurial, Paris, 1928, p. 215.

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Las transformaciones del medio y la poca inci-dencia de restos materiales sobre los terrenos culti-vados, hacen irreconocibles, las zonas de irrigacióno de cultivo que estuvieron ligadas a la poblaciónrural del hisn. En el estudio arqueológico actual nose han documentado restos de estructuras hidráuli-cas, como norias, aceñas, acequias que nos informendel tipo de explotación de la tierra; tampoco de mu-ros de contención o aterrazamientos para abancala-mientos, probablemente porque en las llanuras alu-viales próximas, el terreno tiene una superficie casihorizontal, siendo quizás innecesarias las modifica-ciones. El medio caracterizado por una llanura alu-vial irrigada por el río, bien comunicado y protegi-do, a la vez con unas características climatológicas ehidrológicas más húmedas que las actuales, debió deser transformado por la población árabe con la im-plantación de sistemas hidráulicos de irrigación, queprobablemente ya estuvieran difundidos por el para-je, en época romana.

El modelo económico extraído del estudio ar-queológico, deja ver unos medios y modos de pro-ducción avanzados y una estructura minifundista dela propiedad, que debía garantizar a los agricultoreslos excedentes suficientes, para satisfacer y para pro-piciar una actividad comercial con otros centros omercados urbanos, a cambio de productos manufac-turados o suntuarios como los vidrios o cerámicasde lujo, también registradas en el yacimiento.

Las noticias proporcionadas por los textos ára-bes hacen referencia a la existencia en el distritolorquino de varias zonas agrícolas como las llanurasde al - Fundum y Sanqunayra, de gran fertilidad yfabulosos rendimientos tanto en cereales como fru-tales, pero no es posible precisar con exactitud sulocalización geográfica. De todos ellos quizá es elrelato de al – Himyari, el más significativo: “Lorcaestá situada junto a un río que se dirige al Este y suagua es utilizada para regar de la misma manera queen el país de Egipto. Cuando se tiene necesidad deregar la parte alta se eleva el nivel del agua medianteesclusas hasta que alcance el lecho superior, pudién-dose así utilizar el agua para regar. En varios lugareshay norias sobre el río que se utilizan para regar las

huertas”. Otros textos árabes, dicen que en Lorca eraposible conservar el grano en silos, durante cincuen-ta años, y que al mismo tiempo la vega era tan suma-mente fértil que en un buen año se podía coger hastacien granos de trigo por cada grano sembrado 10. Elproducto de las grandes cosechas se podía almace-nar durante varios años hasta que una nueva inunda-ción importante volviera a garantizar una cosechaexcepcional.

Los textos árabes vienen a confirmar los datosobtenidos en el estudio arqueológico sobre la difu-sión del tipo de cultivo cerealista, que probablemen-te estuvo complementado con productos hortofrutí-colas.

El medio ambiente caracterizado por áreas debosque mediterráneo degrado en las zonas altas delas montañas y por un espacio de piedemonte domi-nado por espartales y monte bajo, permitirían unascondiciones óptimas para el desarrollo de la ganade-ría. Los análisis arqueozoológicos efectuados sobrerestos de fauna encontrados en el transcurso de laexcavación del castillo, documentan la dedicaciónal pastoreo, a través de las especies de ovicápridos(cabra - oveja) y en menor proporción de vacunos, yconsecuentemente el aprovechamiento de productosderivados lácteos, cárnicos y laneros. Están presen-tes además en la dieta alimentria, las aves de corral yel conejo. Los vacunos debieron emplearse para ararlas tierras de cultivo, diferenciándose además en losrestos de fauna, la presencia de acémilas para el trans-porte humano o acarreo de útiles o enseres. En lasmuestras faunísticas analizadas se ha podido com-probar la ausencia de suidos (jabalí / cerdo domésti-co), que confirma la intolerancia religiosa hacia esteanimal, excluido de la dieta alimenticia musulmana.

La ganadería sería la actividad complementa-ria, en la economía de los pobladores del yacimien-to, formando parte de la dieta alimenticia básica, pro-bablemente ampliada con otras especies salvajes, nodocumentadas en el estudio de fauna, debido a quela mayoría de los huesos analizados, no están aso-ciados a elementos o contextos culinarios. En estesentido, el ecosistema actual de la zona presenta unaamplia variedad de fauna salvaje, que sería mucho

10 Al- C Udri: en AL - QAZWINI: Kosmographie, II, p. 373.

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mayor en época medieval; el cauce de los ríos próxi-mos y su estacionalidad, permitirían la formación decharcas o zonas húmedas donde anidarían aves, obajarían a beber otras especies venatorias.

Los restos constructivos de las distintas entida-des de poblamiento presentan las características co-munes de la arquitectura rural andalusí. Hay que te-ner en cuenta que en origen, el pueblo árabe no pare-ce haber tenido nada digno de ser llamado arquitec-tura, pues la arquitectura árabe y su primitiva evolu-ción y dualidad están en relación con el progresivoproceso de expansión política y militar del Islam. Susrecursos arquitectónicos, antes de que se lanzasen ala carrera de conquistas, eran apenas suficientes paraproporcionar la más ruda expresión a sus necesida-des. El ejército estaba formado por beduinos, gentesque aún procediendo de asentamientos urbanos, noposeían ningún tipo de arquitectura o arte. Sólo unapequeña parte de la población era sedentaria y vivíaen habitaciones que no eran mas que cobertizos, losque tenían casas eran de adobe, y los beduinos ha-cían tiendas con pieles. Pronto esta situación fue cam-biando al verse en ambientes culturales absolutamentediferentes y además con recursos naturales distintos.

Los elementos constructivos más empleados, sonlas arcillas, margas, cantos rodados lajas, elabora-dos cal, yeso y ladrillos. La técnica empleada en losmuros tanto en el castillo, la mezquita, como en laarquitectura doméstica de las alquerías, es el tapial otabiya. Las variaciones constructivas están en fun-ción de los elementos que componen los muros, di-ferenciándose tres clases: de morteros de cal / yeso ymampostería, exclusivamente de tierra compactada,o de mampostería y tierra. En la mezquita contamoscon el empleo de ladrillos en tabiques; y piedrasescuadradas utilizadas en los pilares, siendo este ele-mento poco frecuente en estos ámbitos rurales.

LA CONQUISTA CASTELLANA Y LA POS-TERIOR DESPOBLACIÓN DE PUENTES

La incorporación del reino de Murcia a la Coro-na de Castilla en 1243, abre uno de los período de

mayores cambios poblacionales que han sufrido es-tas tierras. Pues se han de seguir con detalle las fuer-tes transformaciones que se producen a partir de lafirma del tratado de Alcaraz, intentando conocer losmomentos y lugares donde más se evidenció el cho-que entre las dos formaciones sociales en conflicto.La capitulación de Alcaraz garantizaba, en líneas ge-nerales, la continuidad del modo de vida de la pobla-ción mudejar, respetando así la propiedad de las tie-rras, costumbres, usos, administración, justicia, reli-gión y el mantenimiento de las autoridades musul-manas. Castilla a cambio, además de exigir los tri-butos acordados, ocupaba las principales fortalezasdel reino, permitiéndose también instalar nuevos po-bladores cristianos en las tierras conseguidas porcompra, donación o abandono de los antiguos po-bladores.

En este período histórico contamos con diver-sas fuentes documentales de época cristiana, referi-das al castillo de Puentes que se pueden hacer exten-sibles a la cercana alquería del Cortijo del Centeno yque nos informan del proceso de conquista de estosterritorios. El primer documento trata de un privile-gio de donación concedido en 1257 por Alfonso X alConcejo de Lorca 11, por el cual el monarca, cedía ala ciudad “la villa et el castiello de Puentes et la villaet la villa et el castiello de Felix”.

La inseguridad de estos asentamientos inmersosen el territorio fronterizo de conflicto, es un factor atener en cuenta en los intentos de repoblación caste-llana, que no debieron realmente hacerse efectivoscomo se ha podido comprobar mediante el estudioarqueológico; y también documental, ya que un gru-po de repobladores cristianos se ven obligados trasun intento de colonización en la villa de Puentes avolver a Lorca, cuya fortaleza era entonces el únicorefugio seguro para los cristianos (TORRESFONTES, 1994: LXIV). Por otro lado, son varioslos autores que señalan los primeros años del reina-do de Alfonso X (1252 - 1257), como el momentoinicial del incumplimiento castellano de lo pactadoen Alcaraz, empeorándose a partir de estas fechaslas condiciones de vida de la población musulmana.Ello dará lugar años mas tarde, a que Murcia se sume

11 Realizados por D. Sebastián Canovas Bernabé en colaboración con el Departamento de Anatomía y Embriología de la Facultad deVeterinaria de Murcia.

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a la generalizada sublevación mudéjar de 1264, ori-ginándose en el transcurso de estos años deenfrentamientos, el mayor éxodo de la poblaciónmudejar hacia Granada, siendo característico en suretirada, asolar sus propiedades y quemar sus cam-pos dejándolos arruinados para los nuevos colonos.

Paralelamente, la documentación arqueológicamuestra distintos datos que nos informan del proce-so de abandono de estas tierras; en ambos yacimien-tos (concretamente en el castillo y la mezquita) laestratigrafía arqueológica, muestran un potente ni-vel de derrumbes que está sellando un estrato gene-ralizado de incendio, situado sobre los pavimentosde las distintas edificaciones, (más potente en el cas-tillo que en la mezquita). La cultura material que pre-senta este estrato es claramente islámica, ya que nose aprecia un ajuar cerámico de repoblación. En elcastillo además, se ha podido comprobar en el estu-dio de restos óseos 12 (asociados al estrato de incen-dio), la presencia de huesos humanos, y animalescomo perros y caballo, que debieron quedar apresa-dos en las llamas, y que testifican el carácter violen-to del final del poblado.

Cuando se lleva a efecto las particiones de 1268- 1270, las condiciones de seguridad para los cristia-nos habían variado, pues si aún quedaban mudéjarespara el trabajo de la tierra y el dominio castellano notenía limitaciones, también es perceptible que habíaaumentado la inseguridad en todo el territorio, tantocomo para que los nuevos “colonos de Puentes” tu-vieran que establecer su domicilio en Lorca o en suarrabal de Alcalá, quedando su fortaleza como aisla-do reducto para un momentáneo y no muy ampliorefugio en caso de inesperada emergencia. (FONTES,1994: LXIV). Las primeras concesiones, se hacen ados grupos de pobladores de Puentes; once de ellos,que se trasladan y “pueblan en el barrio de Alcalá”,reciben seis, quince y ocho tahúllas de los respecti-vos tipos de tierras, y a ellos se suman otros catorcevecinos que moraban ya, en este barrio extramuros,

12 Es un privilegio rodado de Alfonso X a Lorca 1257 - III - 28. Transcrito por el doctor D. Juan Torres Fontes del Pergamino nº1 delArchivo Municipal de Lorca y publicado en TORRES FONTES, J. (1973): Fueros y Privilegios de Alfonso X el Sabio al Reino deMurcia. CODOM, III, Academia Alfonso X el Sabio, pp.41. - CABD AL- KARIM, G. (1972): Terminología geográfico - administra-tiva e histórico - cultural de Al- Andalus en el “Mucyam al - buldan” de Yaqut, PUBLICACIONES DE LA UNIVERSIDAD DESEVILLA, Sevilla.

a los cuales se les acrecienta sus beneficios anterio-res con la merced a cada uno de cuatro tahúllas dehuerta que no habían alcanzado, la partición. En cam-bio, otro grupo de nueve pobladores de Puentes, quemoraban dentro de la villa reciben, también asigna-ciones en las tres clases de tierra, aunque natural-mente, en menor proporción que los que marchabana asentarse en el barrio de Alcalá cuando se ordenael reparto. La situación de la morada de cada pobla-dor sigue imperando a la hora de las concesiones.Estas asignaciones son también datos informativossobre la insegura situación de Puentes, que impedíael establecimiento permanente de pobladores y me-nos aún el asentamiento en sus tierras. De aquí elque veinte pobladores pasaran a morar a Lorca unosel arrabal de Alcalá y otros al interior de la villa.

A través del estudio arqueológico no hemos po-dido determinar, si al final del s. XIII, hubo algúntipo de ocupación exclusivamente militar, que con-trolara este punto estratégico incluido en la fronteracon el reino de Granada, después del éxodo masivode mudéjares. En este sentido las fuentes documen-tales anteriormente mencionadas inciden en la inse-guridad generalizada en los territorios de frontera queimpidió la reinstalación de nuevos campesinos. Estecaso también se aprecia, en diversos yacimientosexcavados que sufren un proceso de abandono simi-lar, aunque no violento, como el del despoblado deSiyasa en Cieza, o el despoblado islámico de la VillaVieja en Calasparra.

Por otro lado hay que tener en cuenta que a par-tir del s. XIII, en contraposición al detrimento quesufre el castillo de Puentes, otros castillos próximos,algo mas adelantados en la línea de frontera, comoel de Xiquena, van a ser acondicionados con nuevasestructuras defensivas y provistos con destacamen-tos y contingentes militares castellanos, adoptandoun carácter preponderante en la defensa de la fronte-ra en este sector y asumiendo de alguna forma el papelde otros castillos.

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