EL BESO DE DIOS:

AMISTAD Y PAZ DEL

SEÑOR

Fr. Jairo Gómez Díaz O.C.D.

1. INCIDENCIA DEL “CANTAR DE LOS CANTARES” EN EL AMBIENTE

DEL SIGLO XVI

El Cantar de los Cantares es el libro bíblico por excelencia para simbolizar la unión entre Dios y la persona como una relación esponsal.

Doble actitud frente a la lectura del Cantar: El encanto y la fascinación que suscita, sin

excepción, en los místicos. El falso pudor de la ancianos rabinos y la

rivalidad y rigorismo de algunos teólogos de prestigio en esta época que se oponían por completo a la lectura de la Biblia y en especial por parte de la mujeres.

Lo han comentado Orígenes, san Bernardo y Fray Luis de León, que en 1561 hizo la traducción del hebreo al castellano del Cantar de los Cantares y posteriormente sus comentarios.

La obra de fray Luis de León ha tenido gran influencia en la espiritualidad del siglo XVI.

Gracias a fray Diego de León, quien sacó una copia y diez años más tarde se fue multiplicando contra la voluntad de fray Luis, le causó la cárcel desde el 26 de marzo de 1572 hasta el 11 de diciembre de 1576.

1. INCIDENCIA DEL “CANTAR DE LOS CANTARES” EN EL AMBIENTE

DEL SIGLO XVI

Ejerce fuerte influencia en los tres grandes poetas en la década de los años 70 del siglo de oro español: Teresa de Jesús, Juan de la Cruz y Luis de León.

Se ve reflejada en el “Cántico Espiritual” de fray Juan de la Cruz mientras estaba éste en otra cárcel, en Toledo, el año de 1578. En santa Teresa su influencia se manifiesta en la poesía que escribe “Mi Amado para mí y yo soy para mi Amado”.

1. INCIDENCIA DEL “CANTAR DE LOS CANTARES” EN EL AMBIENTE

DEL SIGLO XVI

Escribió, al menos, dos redacciones o en dos momentos redaccionales, sin que se encuentre algún autógrafo, pues fue echado al fuego por la misma santa, obedeciendo a su confesor, Fray Diego de Yanguas O.P.

El periodo posible de escritura puede situarse hacia 1566 la primera redacción y entre 1572 y 1575 la segunda.

Se poseen cuatro copias: la de las Carmelitas Descalzas de Alba de Tormes y la de Baeza que son representativas de la primera redacción.

Las otras dos son las Carmelitas Descalzas de Consuegra y del Desierto de Nuestra Señora de las Nieves de los Carmelitas Descalzos (Biblioteca Nacional de Madrid) que representan la segunda redacción.

2. SANTA TERESA Y EL “CANTAR DE LOS CANTARES”

3. El Beso de Dios

“Béseme con beso de

su boca” Cantar de los Cantares 1,1.

El Cantar de los Cantares es el único libro bíblico que comentó santa Teresa.

Su lectura significó para ella refugio y consuelo en el período de su exaltación mística, fase que Tomás Álvarez llama “período extático” de la santa (Cf. MC pról. 1.6).

Ella se propone escribir de acuerdo a lo que el texto bíblico le inspiraba y, sin obviar las interpretaciones de los especialistas en la Biblia, opta por el simbolismo nupcial entre Dios y el hombre, entre Cristo y el alma de su esposa.

El Beso de Dios

Interpreta el “beso” en su simbología espiritual como beso de Dios al alma, nunca a la inversa.

Es el alma quien hace esta petición: “¿Qué mejor cosa podemos pedir que lo que yo os pido, Señor mío, que me deis esta paz con beso de vuestra boca?” (MC 1, 12).

Para ella, el simbolismo del beso, más que amor, “el beso es señal de paz y amistad entre dos personas” (MC 1,10), pues el deseo de besar supone la pretensión de entrar en el otro, entendiéndolo como inmersión total de Dios en el hombre de manera que inunda y enardece.

El Beso de Dios

El beso de Dios genera en la persona verdadera paz y es el sello del estado de quietud y calma de las séptimas Moradas:

“Estos efectos, con todos los demás que hemos dicho que sean buenos en los grados de oración que quedan dichos, da Dios cuando llega el alma a sí con este ósculo que pedía la esposa, que yo entiendo aquí se le cumple esta petición” (7M 3,13).

Por tanto, la mejor manera de entender el beso de Dios al alma es por los efectos que produce en la persona: amistad y paz de Cristo.

El Beso de Dios

La amistad tiene una doble manifestación: amistad humana y amistad espiritual, entendida como amor recíproco, desinteresado y correspondido entre dos personas.

Ella extiende el concepto de amistad a la relación de amor entre Dios y el hombre, concretamente entre Jesucristo y ella, de manera real.

Esta amistad se convierte en una de las piezas maestras de su espiritualidad, catalogando a Jesucristo como el “buen amigo” (V 8,6), como el “amigo verdadero” (V 22,6), como el “muy amigo de amigos” (CV 35,2).

El Beso de Dios

En el capítulo 2, Teresa habla de nueve maneras de falsa paz:

Aquellos que se encuentran en grandes pecados y están tan sosegados en sus vicios, que en nada le remuerde la conciencia, y se encuentran en falsa paz y en vez de ser amigos de Dios son amigos del demonio (MC 2,1).

La religiosa que comienza a relajarse, que no cumple con sus compromisos, porque puede el demonio ir haciendo insensible al alma de estas cosas (MC 2,2).

Luchar en las batallas de cada día, porque si no se lucha, sino que se está quieta y sin ninguna guerra no se descubrirá fácilmente la realidad de su interior (MC 2,3-4).

Temer cuando no duela alguna falta que se haga (MC 2,5).

El Beso de Dios

La falsa paz que ofrece el mundo producto de la riqueza, pues los ricos se gozan en lo que tienen sin darse cuenta de las necesidades de los pobres (MC 2,8-10).

La falsa paz que da el mundo en las honras o estimas y las alabanzas, que jamás el mundo ensalza sino para abajar (MC 2,11-13.24.26).

La falsa paz que puede hacer la misma carne, pues se tiende a ser amigos de regalo, a vivir dando gusto a lo que la carne pide: “El cuerpo engorda, el alma enflaquece” (MC 2, 14-15).

No se busca la manera para alejarse de las ocasiones, ni se despierta el alma para andar con diligencia a contentar al Señor y se niega a dejar los contentos de esta vida (MC 2, 22).

El no querer negar la propia voluntad y no ejercitarse en la mortificación (MC 2,28).

El Beso de Dios

Efectos que produce el Beso de Dios: Olvido de sí mismo y menosprecio de las

cosas del mundo (MC 3,2). Pierde el miedo, pues sólo obra el amor

y la fe. La persona está señoreada sobre los

trabajos y peligros del mundo y sirve al Señor en todo (MC 3,4).

Tiene gran caridad para padecer por Cristo y por los demás (MC 3,7).

El Beso de Dios

CONCLUSIÓN: Es la entrada a la oración de quietud y de unión que Dios da

al alma que se decide por su amor. La consecuencia de todo este proceso es la perfecta unión con Dios, haciéndola otro Cristo para servirle sirviendo a los hermanos.

La relación con Dios se concretiza en la relación con Cristo, con su Sacratísima Humanidad (MC 1,10; 4,4; 7,5-8) por la referencia continua a un Dios encarnado (MC 1,10), a su Pasión (MC 1,7; 4,4); a la Eucaristía (MC 1,10; 3,13).

En la Eucaristía, Dios se nos da como el gran beso al hombre, para fortalecerlo en su camino de oración y de configuración con Cristo y también le ofrece la posibilidad de devolverle el beso, la posibilidad que tiene el hombre de “absorber” a Dios.

El Beso de Dios

El Beso de Dios El beso de Dios es señal de amistad, es señal de Su paz.El beso de Dios suele el alma gozar desasida en Dios. Bésame con los besos de su boca. Bésame con tus besos, oh Dios.

El beso de Dios llena al alma de paz, de su gozo interior. El beso de Dios, amistad del Señor, en verdad, fe y amor.

/Bésame con los besos de su boca. Bésame con tus besos, de amor/Con tus besos Oh Dios,Con tus besos Señor…