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EL BAUTISMO EXTRAÑO Y LOS BAUTISTAS - NEVINS 1

EL BAUTISMO EXTRAÑO Y LOS BAUTISTAS

PREFACIO

La historia de los Bautistas Extraños tuvo su origen cerca de 200 años D. C. Es

una historia que conmueve y que trata de los Bautistas desde aquellos días hasta el

presente. Hace algunos años la Junta Misionera del Estado de Kentucky pidió al autor que

preparara un tratado sobre, “Por qué soy Bautista y no Católico Romano.”

En la preparación de ese tratado el autor descubrió que no había un libro en

existencia que abarcara completamente la historia de los Bautismos Extraños desde su

principio, y decidió suplir esa falta. Este volumen es el resultado de su estudio e

investigación.

En 1854, la Asamblea General Presbiteriana se reunió en Buffalo, Nueva York,

E.U.A., y esta pregunta fué presentada a ellos para su decisión:

“Son válidas las ordenaciones y los bautismos de los Romanistas?”

Hubo una acalorada discusión sobre esta cuestión. El informe de la mayoría del

Comité fue que todas las ordenaciones en manos de los sacerdotes romanistas no eran

válidas, porque la Iglesia Católica Romana no es una Iglesia de Cristo, si una iglesia del

Anti-cristo, y por tanto los bautismos y ordenaciones de tal cuerpo apóstata son nulos y

vanos.

Los de la minoría, por el otro lado, en su informe, contendieron entre sí; negaron a

la iglesia de Roma ser una iglesia de Cristo. Con esto se excluían a sí mismos, puesto que

ellos salieron de Roma y recibieron sus bautismos y ordenaciones de allí mismo. Al

encontrar que no pudieron resolver el dilema, entonces pospusieron por tiempo indefinido

el asunto.

Los Bautistas son y habían sido encarados con el mismo asunto – “¿Son los

bautismos y ordenaciones de Roma y de los Paido-bautistas válidos?” Pero desde que los

Bautistas no salieron de Roma, ni de los cuerpos Protestantes, el contenido del informe de

la minoría no es pertinente a nosotros, y podemos contestar justamente: “NO.” Esta ha

sido la respuesta Bautista por 18 siglos de su historia maravillosa. Si estáis interesados en

esta historia, leeréis estas páginas; y el autor espera que recibáis el mismo placer

leyéndolas que él recibió en la preparación.

El autor confiesa estar agradecido y tener deuda con los siguientes libros y sus

asuntos por la mucha información contenida en estas páginas.

Baptist History …..……………………… …………………….……………G. H. Orcard

A History of the Baptists ………………………………………………….John T. Christian

History of Alien Inmersion………………………………………………….... J. H. Grime

Paedo-baptists and Campbellite Inmersion…………………………………. A. C. Dayton

Regular Baptism………………………………………………………………..S. M. Brown

Baptism………………………………………………………………………. J. R. Graves

Brown-Porter Debate…………………………………………………………... J. J. Porter

Baptists In History …………………………………………………………. W. P. Harvey

Kentucky Baptist History……………………………………………………..W. D. Nowlin

The Church That Jesus Built………………………………………………….. Roy Mason

Pillars of Orthodoxy….…..……………………………………………… Ben M. Borgard

EL BAUTISMO EXTRAÑO Y LOS BAUTISTAS – NEVINS 2

En esta adición pudiera mencionar esas historias clásicas que pueden encontrarse

en las bibliotecas, The Anti-Nicene Fathers, Gibbons Rome, Mosheim’s History y

muchas otras numerosas de citar.

W. M. Nevins

PREFACIO DE LA EDICION ESPAÑOLA

Al pueblo de México, y la gente de habla española, y de todo el mundo: Salud.

Por medio del mismo laborioso sacrificio del hermano, M. L. Moser, Jr., estoy

ofreciéndoles una traducción de mi libro los Bautismos Extraños y los Bautistas. Este

libro traza la historia de los Bautistas (llamados Anabaptistas porque bautizaron a todos

los que vinieron a ellos de las sectas heréticas, porque pretendieron que estas sectas no

tenían la autoridad escritural para bautizar) de 200 años después de Cristo hasta los

establecimientos de los Anabaptistas en los salvajes campos de Georgia y las soledades de

Kentucky cerca del 1773.

EL tiro actual en inglés es de diez mil, y ya ha sido publicado en Portugués en

Brasil. La necesidad para este libro es más grande ahora que cuando fue publicado

primero. Ciento cincuenta años pasados un defensor de la inmersión extraña no habría

sido elegible para ser miembro de cualquier Iglesia Bautista en América. Pero los tiempos

han cambiado. Un poco más tarde, el Dr. Guillermo Whitsit de Tennessee habló de la

inmersión Extraña en las Iglesias Bautistas como una innovación peligrosa, y el Dr. S. H.

Cone, Pastor de la Primera Iglesia Bautista de la ciudad de Nueva York, escribió en 1845:

“Que ahora hay muchos pastores e Iglesias opuestas a mis puntos de vista (contra

la inmersión extraña) yo sé penosamente, pero todo esto no me convence que nuestros

padres fueron incorrectos en este asunto.

Yo tendría que ser hecho otra vez, antes que declare ser el bautismo válido cuando ni el

administrador ni aquellos que lo ordenaron creyeron en la inmersión de los creyentes

como una parte de la comisión, y nunca se sometieron a él ellos mismos en obediencia al

mandamiento al Rey de Sión.”

La posición histórica Bautista por más de mil novecientos años ha sido que el

bautismo y la Cena del Señor son ordenanzas de la Iglesia, y cualquier llamado bautismo

administrado por otro sin la autoridad de una Iglesia Bautista es extraño e inescritural.

Este principio lo defendieron nuestros antecesores, los Anabaptistas a través de las

centurias, y por él millones sufrieron la muerte de los mártires.

Recientemente, esta posición histórica ha sido notoriamente violada. En el Estado

de Virginia, el periódico Bautista llamado así, abiertamente aboga por la inmersión

extraña o ajena. Hace poco en la Convención Bautista de ese Estado, un Pastor dijo que

fueron siete iglesias en su Asociación las que aceptan la inmersión Extraña y la membresía

abierta. La membresía abierta inevitablemente sigue a la inmersión ajena. En Kansas

City, el Pastor de una iglesia Bautista, así llamada, está distribuyendo un tratado intitulado

“Por qué Creo en la Inmersión Ajena.” En Brasil, uno de los misioneros bajo

nombramiento de nuestra Junta de Misiones Foráneos de la Convención Bautista de Sur,

ha estado abiertamente abogando por la inmersión ajena, en el “O Jornal Batista,” el

periódico Bautista oficial. Mientras tenía licencia ese misionero, fue honrado como

Profesor del Nuevo Testamento del Seminario Bautista de Louisville en la instrucción de

nuestros jóvenes predicadores.


Entonces debemos tomar su decisión. ¿Sostendremos la escritural posición

histórica de los Bautistas, que el bautismo y la Cena del Señor son ordenanzas de la

iglesia? o ¿rechazaremos esa posición y abrimos las puertas de nuestras iglesias a zutano,

fulano y mengano que pretende el derecho divino para administrar las ordenanzas?

Nos regocija que algunas regiones Bautistas estén excitadas con esta situación

alarmante. Las Convenciones Bautistas de los Estados de Arkansas y Oklahoma han

aceptado fuerte resoluciones negando membresía en estos cuerpos a los mensajeros de

cualquier iglesia que aceptan el bautismo extraño.

Es la esperanza ardiente del autor que la traducción de este libro al español

fortificará las iglesias de México y de otros países hispanoamericanos, contra esta

peligrosa innovación que es destructiva de la fe Bautista, donde quiera pone el pie.

“Conoceréis la verdad y la verdad os libertará.”

Fraternalmente vuestro en Cristo,

W. M. NEVINS

INTRODUCCION

William Dudley Nowlin

Este libro, escrito por el Rey W. M. Nevins tiene el verdadero mérito. Su autor no

necesita presentación al pueblo Bautista. El ha sido Pastor de importantes iglesias, en

Louisville, Lexington, Kentucky, Texas y Washington, D. C. Es bien conocido como

ministro Bautista.

Me da verdadero placer escribir la introducción de este muy oportuno volumen.

Primero, porque hay necesidad de él. Se trata de un libro muy necesario en el tiempo

presente, porque mucha de nuestra gente no están familiarizada con las luchas sostenidas,

y las depredaciones de que fueron objeto nuestros padres darnos la herencia de la libertad

de conciencia que gozamos hoy.

En segundo lugar, porque da un tratamiento completo y adecuado del tema. Este

es el único libro con el tema de inmersión Extraña que ha caído bajo mi observación. Y

tengo varios libros que tratan este tema completamente, dando su origen, su historia y sus

frutos; pero en el presente, estos puntos están todos bien desarrollados y perfectamente

establecidos por indisputable evidencia histórica .

El Dr. Nevins, el autor, ha hecho una obra maestra al producir este volumen. Ha

investigado la historia de la iglesia comenzando desde el principio del Cristianismo, y el

establecimiento la Iglesia Novotestamentaria. Luego, ha seguido el tema en orden

cronológico a través de muchos siglos, en muchos países, hasta el tiempo presente;

mostrando muchos cientos de miles de santos fieles, de quienes el mundo no era digno,

pero que el mundo mató por ningún otro crimen que sus convicciones de verdad, y su

lealtad a Cristo y su palabra, que para ellos significaban más que la vida, y eran más

fuertes que el temor de morir.

El Rastro de la Sangre durante toda la historia cristiana es verdaderamente deprimente; y

el número de quienes perdieron sus vidas por “la fe que ha sido una vez dada a los santos”

es positivamente increíble. Este rastro de sangre y su consiguiente sufrimiento del más


atroz, cruel e inhumano tratamiento, jamás perpetrado a gente inocente y temerosas de

Dios, fue el resultado de un simple alejamiento de las enseñanzas puras de la palabra de

Dios, y la determinación de aquellos quienes la practicaban y guardaban; aquellos que por

causa de su fe y práctica censuraban sus propias vidas pecaminosas y enseñanzas

heréticas.

Cualquier abandonado de las puras enseñanzas de la Palabra de dios está lleno de

peligros, destrucción y muerte. Siempre que nosotros abandonemos las antiguas normas

de los padres, nos veremos flotando en turbulentos y extraviados mares. La especificación

de alguna cosa en una ley, mandamiento, o compromiso, conlleva virtualmente la

prohibición de toda otra cosa. Si esto no fuera verdad, no hubiera limitaciones en las

leyes, mandamientos, o compromisos. Cuando Dios mandó a Noé a construir el arca de

madera de Gopher, la especificación de la madera Gopher fue la prohibición del uso de

otras maderas, No fue necesario para Dios prohibir lo que El no quiso, porque la

especificación de lo que El quiso, fue la prohibición de lo que El no quiso. Esto es

siempre verdad, o no hay limitaciones en el lenguaje.

Cuando el Señor dio la comisión para hacer discípulos y bautizarlos, El especificó

a ellos ser bautizado, y también quién había de administrar la ordenanza. El único lugar

en la palabra de Dios en donde somos autorizados para bautizar a cualquiera es en esta

comisión, y ella autoriza el bautismo de discípulos solamente. “Bautizar a ellos,” a los

discípulos. La especificación de todos los no discípulos.

Con todo,, no solamente especificó el sujeto del bautismo, sino también al

administrador especificó. Dijo: “Id, vosotros y bautizad.” Luego dijo: “Yo estoy con

vosotros hasta el fin del mundo.” Jesús estaba aquí autorizando a alguien o a alguna

institución para administrar la ordenanza del bautismo, y prometió estar con este

administrador hasta el fin del mundo. Jesús estuvo aquí, evidentemente, dando la

comisión a sus discípulos en su capacidad orgánica, como una Iglesia, o asamblea, y no

como individuos. Si la comisión hubiese sido dada a los discípulos presentes como

individuos, cuando el último de los discípulos muriese, muerta habría sido la comisión.

Pero para mostrar que El no estaba hablando a ellos como individuos, dijo: “Yo estoy con

vosotros todos los días hasta el fin del mundo.” Los discípulos presentes, en aquella

ocasión, no vivieron hasta el fin del mundo, y por tanto, Jesús no pudo estar con ellos en

sus enseñanzas y bautismos hasta el fin del mundo. La promesa de Jesús, entonces, era

para algo que debía perpetuarse hasta el fin del mundo, a saber, su asamblea, su Iglesia.

Esta promesa El la cumplió y la cumplirá siempre. Este y otros pasajes muestran

claramente que Jesús entregó esta ordenanza del bautismo a un cuerpo específico, su

Iglesia, para ser administrada a una clase específica, de discípulos, en un acto específico,

la inmersión, para simbolizar ciertas verdades específicas del Evangelio, una sepultura y

una resurrección.

Si se toman cuatro cosas para construir un bautismo escritural, (1) autoridad

escritural, (2) un sujeto escritural, (3) un acto escritural, y (4) un designio escritural,

¿podría eliminarse alguna de ellas y todavía tener un bautismo escritural? Si se pudiese

eliminar uno de estos elementos y tener todavía un bautismo escritural, ¿por qué no

eliminar dos o tres elementos y tener todavía un bautismo escritural? ¿o digamos, todos

los cuatro? Y esto es exactamente lo que nos llevó a desviar poco a poco la autoridad

divina. Cuando uno decide que puede eliminar éste o aquel elemento del bautismo y tener

todavía todo lo que es necesario. Y ésta es la consecuencia lógica de su premisa.

Exactamente es lo que acontece en muchas iglesias hoy. Algunos ya han abandonado el

bautismo completamente como un pre-requisito para ser miembro. Por supuesto, si no hay

diferencia acerca de la autoridad, no se hace diferencia acerca del sujeto, del acto, no se


hace diferencia acerca del designio. Esto nos lleva a una antigua declaración, “Una iglesia

es tan exactamente buena como otra, un bautismo es tan exactamente bueno como otro,

una doctrina es tan exactamente como otra.” Por tanto, el error es tan exactamente bueno

como la verdad. Hermanos, míos, en el nombre de nuestro Señor, y en el nombre de la

religión, ¿se ha dejado alguna cosa que importa? Si es cierto, ¿cuál es? Sería bueno

detenernos y hacer balance, y ver lo que resta que valga la pena pugnar por ella.

El autor claramente muestra en su libro que el punto para discutir, entre los

Anabaptistas y los Católicos Romanos, no fue el acto del bautismo, sino la autoridad;

porque el Anabaptismo florecía mientras que Roma estaba practicando todavía la

inmersión únicamente por bautismo. Sí, mucho antes que Roma inventara la aspersión o

rociamiento por bautismo, las persecuciones a los Anabaptistas estaban rugiendo. El

punto de altercado de los Anabaptistas fue que Roma era una iglesia apóstata, y por tanto,

sin autoridad para administrar el bautismo escritural,” es una doctrina Bautista honrada

por el tiempo.

La grande circulación y la lectura cuidadosa de este libro en oración, fortalecerá la

fibra moral y doctrinal de nuestro pueblo Bautista. Esto hará que ellos comprendan que

nuestra religión es libertad, libertad de conciencia: alma libre. La herencia gloriosa que

nosotros gozamos hoy costó a nuestros padres sangre y sufrimientos indecibles, mas sus

conciencias fueron libres, y sus almas no estaban mancilladas.

Este libro debe estar en la biblioteca de cada ministro Bautista en todo el mundo.

Debe hallarse en la biblioteca de cada Escuela Dominical, y enseñarse en cada Instituto

Bíblico para nuestra juventud.

Ellos apreciarán más nuestras doctrinas, cuando aprendan lo que costó a nuestros padres

sostenerlas.

Pedimos la aprobación de nuestro Señor sobre este volumen y sobre el autor,

nuestro hermano, quien tan fiel, conciente y laboriosamente preparó el material.

Vuestro fraternalmente,

William Dudley Nowlin


EL ARGUMENTO DEL LIBRO

I. Tenemos un Modelo para el Bautismo dado por Dios.

II. Solamente los Bautistas, llamados Anabaptistas, han conservado el modelo a través

de los siglos.

III. La división del Cristianismo ha venido desde el descuido de guardar el modelo.

IV. El Bautismo Extraño es una innovación moderna entre los Bautistas.

V. Lo que costó a nuestros padres guardar el modelo.

VI. ¿Seremos leales a las Escrituras y a la fe de nuestros padres?


CAPITULO I

EL MODELO DEL TABERNACULO

Moisés fue amonestado de Dios cuando había de hacer el tabernáculo. “Mira, dice,

haz todas las cosas conforme el dechado que te ha sido mostrado en el monte” (Hebreos

8:5).

Hay cuarenta capítulos en el libro de Exodo, y dieciséis y medio de ellos tienen

que ver solamente con la construcción del tabernáculo. Dios llamó a Moisés de entre el

monte para darle instrucciones sobre cómo edificarlo, y estuvo allá cuarenta días y

cuarenta noches. Durante este tiempo, Dios dio a Moisés instrucciones explícitas,

incluyendo los detalles más pequeños. Nada había descuidado u omitido. Estos detalles

parecen tan triviales al lector, que está tentado de pasarlos por alto, como si no fueran de

valor, y va a otro asunto de más interés. Pero éstos no eran triviales en la mente de Dios.

Por cuarenta días y cuarenta noches Él mantuvo a Moisés en el monte tratando los

detalles, dándole instrucciones definitivas, haciéndole un modelo; y cuando hubo

terminado. ÉL dio a Moisés un mandato solemne, el cual ponemos como título de este

capítulo.

“Mira, dice, haz todas las cosas conforme al dechado que te ha sido mostrado en

el monte.”

Ciertamente, Moisés no consideró los detalles como triviales. Cuando la tarea

solemne estuvo hecha, Moisés habló de ella en estas palabras:

“Y fue acabada toda la obra del tabernáculo, del tabernáculo del testimonio: e

hicieron los hijos de Israel como Jehová lo había mandado a Moisés: así lo hicieron. Y

trajeron el tabernáculo a Moisés, el tabernáculo y todos sus vasos; sus corchetes, sus

tablas, sus barras, y sus columnas, y sus basas; y la cubierta de pieles rojas de carneros, y

la cubierta de pieles de tejones, y el velo del pabellón; el arca del testimonio, y sus varas,

y la cubierta; la mesa, todos sus vasos, y el pan de la proposición; el candelero limpio,

sus candilejas, las lámparas que debían mantenerse en orden, y todos sus vasos, y el

aceite para la luminaria; y el altar de oro, y e aceite de la unción, y el perfume aromático,

y el pabellón para la puerta del tabernáculo; y el altar de metal, con su enrejado de metal,

sus varas, y todos sus vasos; y la fuente, y su basa; las cortinas del atrio, y sus columnas,

sus basas y el pabellón para la puerta del atrio, y sus cuerdas, y sus estacas, y todos los

vasos del servicio del tabernáculo, del tabernáculo del testimonio; las vestimentas del

servicio para ministrar en el santuario, las sagradas vestiduras para Aarón el sacerdote, y

las vestiduras de sus hijos, para ministrar en el sacerdocio. En conformidad a todas las

cosas que Jehová había mandado a Moisés, así hicieron los hijos de Israel toda la obra.

Y vio Moisés toda la obra, y he aquí que le habían hecho como Jehová había mandado; y

bendíjolos” (Exodo 39:32-43).

Se presentan muchas preguntas mientras nosotros meditamos sobre este cuadro de

la construcción del tabernáculo. ¿Por qué Dios mantuvo a Moisés en el monte cuarenta

días y cuarenta noches? ¿Por qué un modelo divino incluye detalles explícitos? ¿Por qué

un mandato solemne para hacer todas las cosas conforme al modelo? ¿Por qué el cuidado

de Moisés en examinar el trabajo cuando estuvo terminado, y vio que todas las cosas

estaban adaptadas al modelo divino? Otra vez podemos detenernos para preguntar, ¿qué


hubiera pasado si Moisés hubiera faltado al cumplimiento de las instrucciones divinas?

Entonces hubieran habido dos trágicas consecuencias: El hubiera sido culpable de un acto

de desobediencia, y el modelo divino adaptado en el tabernáculo hubiera sido destruido.

Yo he llamado a eso consecuencias trágicas.

Cuán fatales habrían sido, detengámonos a considerar, mirando primero:

Él hubiera sido culpable de un acto de desobediencia.

La raza humana ha tenido que aprender en la difícil escuela de la experiencia las

consecuencias lógicas de desobediencia a los mandamientos de Dios. Milton en su

inmortal Paraíso Perdido hace de esto el tema de su poema trágico, cuando en las

primeras líneas dice:

“Del hombre la primera a inobediencia y el fruto de aquel árbol prohibido,

cuyo fatal bocado introdujo en el mundo la muerte y todos los nuestros males junto

con la pérdida del Edén, hasta que otro hombre más grande llevó a cabo nuestra

restauración y nos rescató del bienaventurado asiento, Canta, o musa celestial.”

Moisés aprendería más tarde de las consecuencias trágicas de su desobediencia en

su propia vida. Dios le dijo que hablara a la roca en el desierto, para que los hijos de Israel

pudieran tener agua para tomar. En su ira, hizo lo contrario, golpeó la roca. Dios no lo

desacreditó delante del pueblo, rehusando dar agua. El agua manó con violencia, pero

Dios no le dio a Moisés el privilegio de entrar a la tierra prometida, cual había sido el

deseo de su vida. Uno de los cuadros más tristes en toda la Biblia es el de Moisés en la

cima del monte Nebo, contemplando la tierra.

“Y subió Moisés de los campos de Moab al monte Nebo, a la cumbre del Pisga,

que está enfrente de Jericó y mostróle Jehová toda la tierra de Galaad hasta Dan, y a

todo Nephtalí, y la tierra de Ephraim y de Manasés, toda la tierra de Judá hasta la mar

postrera; y la parte meridional, y la campiña, la vega de Jericó, cuidad de las palmas,

hasta Soar. Y díjole Jehová: Esta es la tierra de que Juré a Abraham, a Isaac, y a Jacob,

diciendo: A tu simiente le daré. Hétela hecho ver con tus ojos, mas no pasarás allá. Y

murió allí Moisés siervo de Jehová en la tierra de Moab, conforme al dicho de Jehová. Y

enterrólo en el valle, en tierra de Moab, enfrente de Bethpeor; y ninguno sabe su sepulcro

hasta hoy” (Deuteronomio 34: 1-6).

“Por la solitaria Montaña del Nebo,

En este lado del torrente del Jordán

En su valle de tierra de Moab,

Hay un sepulcro abandonado.

Y ningún hombre vio jamás.

Porque el ángel de Dios revolvió la tierra

Y puso el hombre muerto allí.

Cuántos miles desde entonces han sido privados de la realización de sus deseos

amorosos, por causa de la desobediencia a la voluntad de dios, solamente la eternidad lo

puede decir. Si nosotros comprendiéramos las terribles consecuencias de la desobediencia,

escudriñaríamos las escrituras día y noche para aprender más completamente cuál es la

voluntad de Dios.


Otro ejemplo de las consecuencias de desobediencia es el caso de Achán. Después

del sepelio de Moisés, y bajo la dirección de Josué, Israel atravesó el Jordán, capturó la

plaza fuere de Jericó, y marchó triunfalmente a la captura de Hai. Jactanciosos de

victorias, ellos esperaron una fácil conquista. Pero fueron ignominiosamente derrotados, y

rechazados con grandes estragos. ¿Por qué? La respuesta está en una palabra

desobediencia. Dios les había prohibido tomar del saqueo, pero Achán viendo una prenda

de vestir babilónica muy bonita y un changote de oro, las codició, las tomó y las escondió

en la tierra debajo de su tienda. Y hasta que Achán y toda su familia entera cayeron

muertos bajo un montón de piedras que ellos arrojaron sobre sus cuerpos, pasó la ira de

Dios y el ejército de Dios pudo marchar hacia la victoria. El pecado de Achán no

solamente llevó la muerte y desastre así mismo, sino a sus familia también y a todo el

ejército de Israel. Cuán cuidadosos debemos ser aunque tal vez el mandamiento de Dios

parezca trivial. La decisión de Cotton Mather debe ser la resolución de cada uno de

nosotros.

“Jamás será un precepto tan difícil y desagradable a la carne y a la sangre; si es de

Dios el mandamiento, mi alma dice: „Es bueno, permíteme obedecerle, hasta que yo

muera.‟

También: si Moisés hubiese faltado, la verdad divina corporificada en la

construcción del tabernáculo hubiera sido destruida. Todo lo que Dios tuvo en su mente

para personificar en ese modelo, ninguna mente finita puede comprender completamente.

Pero nosotros podemos descansar en la seguridad de que hubo un propósito divino en

todas las cosas que estaban en el modelo. Las medidas de los materiales, la colocación de

los cortes, cada pedazo de mueble, cada barra, clavija, y perro, tuvo su significación e

intención divina. Permítanseme la sugestión de una o dos cosas que estaban en el cuadro.

Primero. La santidad de Dios como contraste con el pecado del hombre. y el

consecuente acceso difícil del hombre pecador a un Dios Santo. En síntesis. El arreglo

del tabernáculo era así: un atrio abierto, un lugar santo, y el lugar santísimo. Al atrio la

gente venía con sus ofrendas de expiación por sus pecados y transgresiones. Al lugar

santo únicamente los sacerdotes podían entrar. Al lugar Santísimo solamente el Sumo

Sacerdote podía entrar, y esto una vez al año; y no sin sangre, la que él ofrecía así mismo y

por los pecados del pueblo. Y este cuadro a través de todas las edades, era para manifestar

la santidad de Dios y el pecado excesivo del hombre y la dificultad extrema del hombre

pecador para tener acceso a un Dios recto y santo.

¡Oh! Cuán necesaria es esta lección para el mundo hoy! Dios no es más elevado,

exaltado y santo, como Isaías le vio cuando el Rey Uzzías murió, y el hombre ya no más

es conciente de sus pecados excesivos a la vista de Dios. Bueno fue para Israel entonces,

bueno es para nosotros hoy que tengamos este cuadro divino; que Moisés fue fiel a los

mandamientos de Dios en cumplir hasta los más pequeños detalles de la construcción del

tabernáculo.

Otra cosa que estaba en el modelo es: que no hay acceso a Dios, sino solamente

por la sangre de Cristo. La sangre derramada sobre el altar era el tipo de la sangre de

Jesús. Al Dios santo no se le puede acercar el hombre pecador, excepto si su pecado es

purgado, “sin derramamiento de sangre no se hace remisión [de pecados]” (Hebreos

9:22). Desde el principio el diablo ha estado tratando de borrar la sangre de Cristo. Él

indujo a Caín a traer un sacrificio sin sangre, y Dios no se complació. Él hizo todo lo

posible para inducir a Moisés para cambiar el plan del tabernáculo, para que la sangre

pudiera ser omitida. A través de las edades él ha estado proclamando la salvación por

carácter; salvación por obras; salvación por bautismo; salvación por ser miembro de la


iglesia. Si Moisés hubiera dejado la sangre afuera, habría sido destruido el modelo, y él

hubiera sido burlado por las manos del diablo.

Lo que es verdad del tabernáculo es también eminentemente verdad en el

bautismo. Nosotros tenemos el modelo divino, y nosotros debemos ser leales al modelo

en los pequeños detalles, además nosotros seremos culpables de desobediencia, si

destruimos la verdad que el bautismo representa y simboliza. En los capítulos siguientes

estudiaremos el modelo del bautismo, y cómo a través de los años los seguidores de Cristo

han cumplido las instrucciones dadas para la observancia del bautismo. ¿Hemos sido

fieles, o infieles, al guardar esta ordenanza como Dios nos la entregó?

CAPITULO II

EL MODELO DEL BAUTISMO

Así como hubo un modelo divino para el tabernáculo, así hay en la Biblia un

modelo para el bautismo. En este modelo, hay cuatro elementos. Es decir:

Un sujeto propio.

Una forma propia.

Un designio propio.

Un administrador propio.

Un sujeto escritural.

Una forma escritural.

Un designio escritural.

Un administrador escritural.

Como un ejemplo de bautismo donde hallamos estos cuatro elementos,

permitámonos ver el bautismo de Jesús. Es uno de los incidentes más hermosos en toda la

Biblia.

“Entonces Jesús vino de Galilea a Juan al Jordán, para ser bautizado de él. Mas

Juan lo resistía mucho diciendo: Yo he menester ser bautizado de tí, ¿y tú vienes a mí?

Empero respondiendo Jesús le dijo: Deja ahora: porque así nos conviene cumplir toda

justicia. Entonces le dejó. Y Jesús, después que fue bautizado, subió luego del agua; y he

aquí los cielos le fueron abiertos, y vio el Espíritu de Dios que descendía como paloma, y

venía sobre él. Y he aquí una voz de los cielos que decía: Este es mi hijo amado, en el

cual tengo contentamiento” (Mateo 3:14-17).

Son como 100 kilómetros de Nazaret al Jordán donde Juan estuvo bautizando.

Nazaret está situado al pie de las montañas. Hay muchos hermosos arroyitos y pequeñas

lagunas ceca de Nazaret, donde alguien podría ser bautizado. Mas, cuando Jesús a su

debido tiempo vino para ser bautizado, El salió de los hermosos arroyitos y pequeñas

lagunas, y caminó 100 kilómetros para que su bautismo pudiera cumplir toda justicia.

El Jordán no es tan hermoso como algunos ríos. Es rápido, muchas veces

turbulento, y en algunos lugares profundo y peligroso. Naamán se lamentó acerca de las

siete veces sumergidas en el agua, por mandato del profeta Eliseo. Todavía en las riberas

del viejo río tuvo lugar una escena que del mismo modo nunca se ha visto antes, ni se verá

otra vez en todo el mundo. Aquí, con las aguas hasta la cintura, estuvo el Bautista con su


manto de pelo de camello; a su lado, el Hijo de Dios; en la orilla, las multitudes, que

acudían para oír a Juan predicar. Arriba, en los cielos, mirando hacia abajo, Dios Padre,

hablando con una voz que fue oída por todos; y descendiendo del cielo, el Espíritu de Dios

como una paloma, se posó sobre el Hijo, quien apenas había sido bautizado en el río. Y

derramado sobre todos, un azul firmamento, con nubes suaves y blancas flotando, y un sol

brillante derramado su gloria sobre el río, las distantes montañas de Moab, la antigua

ciudad de Jericó al otro lado del llano, el mar muerto, donde el inquieto río cayó por fina

descansar su loca carrera hacia las bajas montañas del Líbano.

Fue en el calor de mediodía, después una zambullida en el mar muerto, cuando un

grupo de nosotros estuvo en pie en este lugar famoso hace años. Y soñamos con aquella

hora cuando el Hijo de Dios, y el Padre, y el Espíritu Santo, todos con su presencia,

testificaron la importancia de este acto trascendental, ordenado por Dios, obedecido por el

Hijo, aprobado por el Espíritu Santo, y mandado por nuestro Señor en la gran comisión

para ser obedecido hasta el fin del mundo.

A la luz de todo esto, ¿quién dirá otra vez que el bautismo no es importante, y que

puede ser observado, o cambiado, u omitido al capricho del individuo, o por la autoridad

de un cuerpo que pretende ser la iglesia de Cristo? Es de grande importancia, y nosotros

debemos tener en mente que si alguno de estos cuatro elementos falta, nosotros tendremos

un bautismo defectuoso, y no un bautismo escritural. Tal como Dios dijo a Moisés acerca

del tabernáculo, “Haz todas las cosas conforme al dechado que te ha sido mostrado en el

monte,” así dice él a nosotros “Guardad las ordenanzas como Yo las entregué a ellos para

vosotros.” Si las alteráis, desobedecéis a Dios, destruyendo la verdad, causando

confusión y división en el mundo cristiano, donde debe haber unidad y paz.

Había sido siempre el grito de aquellos que has desertado de la verdad, que los que

por la verdad contienen son culpables de causar división. ¿Quienes pensáis que son

culpables, los que contienden por la fe una vez dada a los santos, o los que han desertado

de la fe? Nunca tendremos unidad por tener compromisos con aquellos que han desertado.

Tendremos unidad únicamente cuando los que han desertado retomen a la obediencia con

el modelos que nos fue dado a nosotros en el bautismo de Jesús.

Veamos cuán claramente estos cuatro elementos fundamentales del bautismo se

hallan en el bautismo de Jesús.

1. UN CANDIDATO PROPIO.

Jesús fue un candidato propio. El no tenía pecado, por tanto El no necesitó

arrepentirse. El tenía absoluta fe en el Padre, y en el plan de Dios para la redención del

mundo. El tenía absoluta fe en sí mismo. Juan pudiera vacilar, y de su obscura prisión

mandó recado a Jesús preguntando: “¿Eres tú aquél que había de venir, o esperamos a

otro?” Pero, jamás una nube de duda obscureció la mente de Jesús.

“Yo soy el pan de vida.” “Yo soy el agua de vida.” “ Si alguno tiene sed venga a mí y

beba.” “Mas el que bebiere del agua que yo le daré, para siempre no tendrá sed; mas el

agua que yo daré, será en él una fuente de agua que salte para vida eterna.” “Yo soy la

puerta de las ovejas, el que por mí entrare, será salvo; y entrará, y saldrá y hallará pastos.”

“Y yo les doy vida eterna y no perecerá para siempre, ni nadie las arrebatará de mi mano.”

“Jesús entonces dijo a Pedro: mete tu espada en la vaina; ¿acaso piensas que no puedo

ahora orar a mi Padre, y él me daría más de doce legiones de ángeles?” Y nosotros

pudiéramos continuar, usando todas las palabras de Jesús, viéndole en las horas más

obscuras de su vida cuando todos le dejaron, y todas las mentes acerca de él estaban

obscurecidas por la duda y desesperación; mas su fe en el Padre y en la empresa divina


nunca se nubló por una simple duda, y nunca se manchó por un simple temor. Y así El

vino a Juan de acuerdo con el propósito divino de Dios a través de los siglos para “cumplir

toda justicia” y para ser un ejemplo a todos los que serían sus discípulos.

Este es un caso de bautismo de creyente. No hay apoyo aquí para quienes practican el

bautismo infantil. Cristo tenía treinta años cuando El fue bautizado. No hay apoyo para

quienes pugnan por la salvación bautismal y que dicen: “Nosotros venimos a bautizar un

pecador perdido, y en el bautismo nuestros pecados son quitados.” En el Christian

Baptism por Alejandro Campbell, página 521, leemos: “La remisión de pecados no puede

ser gozada por una persona antes de la inmersión. La creencia de este testimonio es la que

nos impele al agua, sabiendo que la eficacia de su sangre es para se comunicada a nuestra

conciencia de la manera que Dios se agrade señalar: Nosotros no vacilamos ante la

promesa, pero huímos a la sagrada ordenanza la cual trajo la sangre de Jesús en contacto

con nuestras conciencias. Sin saber y creer en esto, la inmersión es como una nuez vacía,

la cáscara está allí pero el meollo falta.”

En el concilio de Trento la Iglesia Católica Romana hizo esta declaración:

“El bautismo es un sacramento instituído por Cristo para limpiar el pecado

original, y todos los que hallamos cometido; para comunicar a la humanidad la

regeneración espiritual y la gracia de Jesucristo, y para unirlos a la cabeza viviente. Si

algún hombre dijere que el bautismo no es esencial para la salvación, sea anatema. En el

bautismo o únicamente nuestros pecados son remitidos, sino también todo el castigo de

pecado e iniquidad.”

Juan Wesley en sus obras, volumen 6, sección 4, habla para los Metodistas:

“Es cierto que nuestra iglesia supone que todos quienes son bautizados en su

infancia son a la misma ve nacidos otra vez. Si los infantes son culpables de pecado

original, ellos no pueden ser salvados en la forma ordinaria, amenos que sean lavados por

el bautsimo.”

El Dr, J. R. Graves, comentando la posición de otros cuerpos Cristianos, dice:

“Esta es la doctrina que nos distingue como Bautistas de otras denominaciones.

Nosotros ponemos la sangre en todos los casos antes que el agua. Nosotros no enseñamos

que el bautismo es esencial para la salvación, pero que la salvación es esencial para el

bautismo.”

Los otros enseñan que a través del agua a la sangre. Los Bautistas enseñan a

través de la sangre al agua. ¿Quién pensáis que esté más cerca de la posición escritural

delineada aquí en el bautismo de Jesús?

Consideremos ahora el segundo elemento fundamental del bautismo:

2. UN MODELO PROPIO.

No es nuestro propósito detenernos mucho tiempo en este elemento, no porque no

sea importante, sino porque ya ha sido discutido en este tema que nosotros pensamos es

innecesario. Ha sido dicho que hay dos lados en cada asunto. Aquí está un asunto del

cual nos se puede decir eso verdaderamente. A la luz de las escrituras, a la luz de los

eruditos griegos, según la concesión a los que no practican la inmersión, pero dicen que

ese era el único bautismo conocido por la iglesia primitiva – a la luz de todo esto,

seguramente quién contendiera que la aspersión es una doctrina escritural, es por cierto, o

un ignorante, o está hablando lo que sabe que es una mentira.

Ninguno discutirá, después de leer esta simple historia del bautismo de Jesús con

una mente sin prejuicios, que su bautismo fue ejecutado en ninguna otra forma, más que

por inmersión. “Y bautizaba también Juan en Enón junto a Salim, porque había allí


muchas aguas” (Juan 3:23), “Y Jesús después que fue bautizado subió luego del agua”

(Mateo 3:16). Los artistas de la Edad Media, subalternos a sus maestros, la iglesia de

Roma, han llenado las galerías de Europa con cuadros representando a Cristo y a Juan

estando en el río con el agua hasta las rodillas, y Juan derramando de una concha en la

cabeza de Jesús agua que él recoge del río. Todas las personas que puedan leer esta

historia bíblica del bautismo de Jesús, saben que no obstante la hermosura de la pintura, no

es verdad escrituralmente. Aceptar semejante interpretación es rechazar la historia bíblica

y así mismo la propia palabra bautismo.

Esta es, por supuesto, una palabra griega y nunca significa alguna cosa, que inmersión o

sumergirse.

Cuando el Rey Santiago quiso traducir la Biblia, reunió a los eruditos de su tiempo

para que hicieran la traducción. Ellos hicieron magníficamente una parte del trabajo.

Pero cuando llegaron a la palabra bautizar, sabiendo que significaba inmersión, no osaron

traducirla sin conferenciar con el rey, porque ellos sabían bien que la iglesia de Inglaterra

bautizaba por aspersión. El resultado fue, a petición del rey, que no tradujesen la palabra

de modo alguno, sino que la anglicanizasen.

Es así como tenemos la palabra griega, Bautizo, o bautizar en las Biblias inglesas, cuando

de haberse traducido, habría sido inmersión.

El Dr. Juan T. Christian escribió a los principales eruditos de América e

Inglaterra, haciéndoles la siguiente pregunta:

“¿Hay un léxico Griego-Inglés autoritativo que defina la palabra baptizo por rociar

o esparcir?”

Respuestas Americanas:

“No hay ningún léxico Griego-Inglés autoritativo que dé rociar o esparcir como una de las

significaciones de la palabra griega baptizo.” Prof, H. W. Humphreys, Vanderbilt,

University

“Yo no sé de algún buen léxico que dé aspersión como traducción de baptizo.” Prof, W.

S. Tayler, Amerherst College. (Un college en inglés es una universidad)

“No hay ningún léxico Griego-Inglés autoritativo que dé aspersión o rociamiento como

una de las interpretaciones de la palabra griega baptizo.” Prof. Dodge, Universty of

Michigan.

“No conozco ningún léxico que dé las significaciones de que Usted habla, por baptizo.”

Prof. Flagg, Cornell University.

Respuestas Inglesas:

“La palabra baptizo significa sumergir o hundir en el agua, no rociamiento. No conozco

ningún léxico que dé rociar por bautizar.” Prof. H. Kynston, D. D., University Durham

“Ciertamente la interpretación clásica de baptizo es sumergir, y no rociar o esparcir.”

Prof. G. C. Warr, M. A., King‟s College.

“Nunca, que yo sepa, encontré la palabra en sentido literal de aspersión, y dudo que tenga

alguna otra significación.” Prof. Juan Stracham, M. A., Owen‟s College.


“Yo no sé de algún léxico Griego-Inglés que dé la significación de rociar o esparcir. Si

dijera así, yo diría que comete un error.” Prof. G. E. Mamdin, University Londre.

“Yo no sé si hay algún léxico Griego-Inglés autorizado que diga que la palabra significa

rociar o esparcir. Yo únicamente puedo decir que tal significación nunca perteneció a la

palabra en griego clásico.” Prof. R. C. Jebb, University Cambridge.

Pero, ¿por qué multiplicar las pruebas? No hay que extrañar que el Rey Santiago y

sus traductores estaban confundidos, y no sabían qué hacer. No únicamente el acto de

Jesús, sino el sentido propio de la palabra, hace a la inmersión imperativa como el

segundo elemento del bautismo escritural.

3. UN DESIGNIO ESCRITURAL

¿Por qué fue Cristo bautizado? para manifestar en toda su plenitud la justicia de

Dios. Así con cada bautismo. Hay un designio, y ese designio es para manifestar un

determinado cuerpo de verdad, que no es solamente propiedad del creyente, sino es

propiedad también del cuerpo donde el creyente es bautizado. No sé de una mejor forma

para explicar esto, que cita la definición del bautismo dada por J. R. Graves:

“El bautismo cristiano es un acto específico para ser administrado por un cuerpo

específico a personas que profesan cualidades específicas por la profesión de verdades

específicas.”

Ahora, ¿cuáles son las verdades específicas que el bautismo establece? La

respuesta a esta pregunta nos lleva hacia atrás, al período post-apostólico, cerca de 200

años D. de C. En este período y a través de las centurias, los catecúmenos – quienes

recibían instrucción para el bautismo – eran impelidos a repetir el credo de la Iglesia, - y

entonces era inevitablemente preguntado. “¿Quieres ser bautizado en esta fe?” Y

entonces el bautismo no fue tanto para demostrar la fe del creyente, como para demostrar

las doctrinas, creencias y prácticas del cuerpo ejecutante del bautismo. Lo mismo hoy, los

Episcopales retienen esta costumbre. A cada infante rociado por ellos se le pregunta:

“Crees en todos los artículos de la fe cristiana como contenidos en el credo

apostólico?” El padrino contesta, “Yo creo.” Entonces preguntan, “¿Quieres ser

bautizado en esta fe?” Contesta el padrino, “Este es mi deseo.”

El sujeto del bautismo, por tanto, no profesa su fe privada, sino la fe de la

denominación que le bautiza. Ahora esta pregunta, “¿Cuáles son las verdades específicas

que el bautismo representa?” La respuesta depende del cuerpo que ejecute el bautismo.

Cuando los Católicos Romanos bautizan, según el Concilio de Trento, es para

quitar el pecado original, y todo pecado cometido, para comunicar la regeneración

espiritual y la gracia de Jesucristo, y para unir al bautizado a la cabeza viviente. Cuando

los seguidores de Alejandro Campbell bautizaban, es para remisión de pecados, como

sostiene Campbell: ellos (los bautizados) solamente pueden alcanzar la sangre de Cristo a

través de las aguas del bautismo.

En el caso de los Metodistas, según Wesley, es para obtener regeneración. Y en el

caso de los infantes, para quitar el pecado original, de lo contrario están perdidos.

¿Cuál es el designio de los Episcopales? Visitemos un servicio de confirmación.

Pregunta: “¿Quién te dio este nombre?” Contestación: “Mis padrinos en el bautismo

donde yo fui hecho miembro de Cristo, un hijo de Dios, y un heredero en el reino del

cielo.” Ese es el designio de su bautismo.


¿Cuál es el designio de los Presbiterianos? Leamos Catecismo de Shorter.

Pregunta: “¿Qué es el bautismo?” Respuesta: “Bautismo es un sacramento del Nuevo

Testamento en donde Cristo ordenó que lavaran en el nombre del Padre, del Hijo y del

Espíritu Santo, como una señal y sello de injertación de sí mismo, para remisión de

pecados por su sangre y regeneración por su Espíritu, de adopción y resurrección hasta la

vida eterna.”

No intentaremos interpretar este lenguaje, pero permitamos que el Dr. Hodge de

Princeton, y el Dr. Nevin del Seminario de Mercersburg lo interpreten. El Dr. Hodge dice:

“Nosotros somos bautizados para que podamos ser unidos a Cristo, y ser hechos partícipes

de sus beneficios. Este bautismo para arrepentimiento es un bautismo para que se obtenga

la remisión de pecados.”

El Dr. Nevin dice: “La iglesia nos hace cristianos por el sacramento del santo

bautismo, lo cual ella siempre sustenta como una fuerza sobrenatural para ese mismo

propósito.”

¿Cuál es el designio del bautismo en las Iglesias Bautistas?

No es para la remisión de pecados. No es un medio de gracia. No es para la

regeneración. Nada tiene que ver con nuestra salvación. Es un símbolo representando el

evangelio; la muerte, sepulcro, y resurrección de Jesús, y significa que la persona

bautizada muere a la vida antigua de pecado y se levanta a nueva vida en Cristo Jesús.

“Porque somos sepultados juntamente con él a muerte por el bautismo; para que como

Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en

novedad de vida” (Romanos 6:4).

¡Cuán diferente es la posición Bautista, de la posición de aquellos que hacen del

bautismo una ordenanza de salvación, y dicen que no hay camino a la sangre de Cristo,

sino solamente a través de las aguas del bautismo!

Ahora, todos cuantos han sido bautizados dentro de la fe de estos cuerpos

cristianos, deben estar firmes en esa fe o repudiarla. Si repudian la fe, deben también

repudiar el bautismo que los hizo participantes de esa fe. No hay otra salida. Si ellos no

creen más en sus doctrinas no deberían sustentar más el bautismo que los hizo

participantes de esas doctrinas. Este es ciertamente el único camino consistente, y la única

forma de honrar al cuerpo al cual vienen a creer. Si usted es Bautista en creencia, debe

estar satisfecho con el bautismo Bautista y no otro.

4. UN ADMINISTRADOR PROPIO.

Veamos cómo esto está implicado en el bautismo de Jesús. El tiempo había venido

para que Jesús fuese bautizado. Cien kilómetros al otro extremo estaba un hombre

enviado de Dios para bautizar.

Alrededor de Nazaret había muchos hermosos arroyos y arroyitos. Jesús hubiera podido

elegir a alguno en Nazaret, y ése alguno hubiera podido bautizarle en uno de esos

hermosos arroyitos. Eso hubiera sido bautismo extraño o ajeno. Pero él no lo hizo así.

En vez de esto, él caminó cien kilómetros para llegar a la persona quién tenía autoridad de

Dios para bautizarlo. ¡Y todavía, a pesar de esto, hay quienes dicen que el administrador

no es de ninguna importancia!


CAPITULO III

UN ADMINISTRADOR PROPIO

Siempre que el asunto de Inmersión Extraña tiene que ver con la administración

del bautismo, es justo que dediquemos el resto del presente libro a la historia de este

asunto. Es un asunto de autoridad. ¿Quién tiene el derecho de bautizar? ¿Cualquiera?

Cuando Dios estableció la ordenanza, definió el candidato, el acto, el designio. ¿Definió

también al administrador, o dejó esto abierto a cualquiera que deseara ejecutar la

ordenanza? Hubiera sido un extraño proceder si El no hubiese provisto a la persona que

iba a ejecutar el bautismo.

Sobre el cuarto elemento del bautismo son tan claras y explícitas las escrituras,

como lo son en los otros tres elementos del bautismo.

Vemos cómo fue enfatizado por Cristo cuando caminó cien kilómetros para ir a

Juan, quien era enviado de Dios para bautizar. Otra vez Cristo lo había enfatizado cuando

preguntó a los príncipes de los sacerdotes y a los ancianos, “El bautismo de Juan, ¿de

dónde era? ¿del cielo, o de los hombres?” (Mateo 21:25). Y de nuevo, en la gran

comisión, la cual había dado, no a los ajenos, sino a los discípulos, quienes eran miembros

de la Iglesia que El había ya instituído, está el mandamiento para bautizar. En ningún

lugar en las escrituras hallamos un solo pasaje, donde alguien haya sido bautizado por

cualquier otro que no hubiera recibido autoridad de Cristo mismo. o de la Iglesia que él

edificó. Fue así en el día de Pentecostés; asimismo fue cuando Felipe bautizó al Eunuco;

fue así cuando Pedro bautizó a Cornelio y a toda su casa; fue así cuando Pablo fue

bautizado por Ananías. Si el Bautismo Extraño es correcto y propio, por tanto, ¿dónde

encontraremos en la Biblia alguna autoridad? No puede ser hallada. Dios es exactamente

cuidadoso en poner límites al bautismo, como lo hizo al definir las especificaciones del

tabernáculo, cuando El instruyó a Moisés, “Asegúrate de hacerlo conforme al modelo.”

El bautismo escritural no únicamente debe ser administrado por uno que tenga

autoridad divina, a menos que esa autoridad haya sido especialmente dada, como en el

caso de Juan el Bautista, esa autoridad debe residir en una Iglesia Escritural. Dios pudiera

escoger hombres hoy como escogió a Juan, y darles autoridad específica para bautizar.

Dios puede hacer cualquier cosa a menos que esa cosas sea contraria a Su naturaleza recta.

Dios no puede equivocarse. Pero Dios puede elegir un hombre y darle una especial

revelación. Dios puede elegir un hombre y decirle vé y bautiza. Mas no creemos que

Dios haga eso hoy, y pensamos que sería presunción de parte de cualquier hombre

pretender tal cosa.

José Smith, fundador de la Iglesia Mormona lo pretendió; pero nadie, sino solamente un

mormón, lo cree.

Cristo edificó su Iglesia, le entregó las ordenanzas, y desde aquel día la autoridad

para bautizar y para administrar la Cena del Señor reside en la Iglesia que Jesús edificó; no

en algún sacerdote o predicador de la faz de la tierra, sino en la Iglesia. A menos que el

bautismo de alguien tenga esa autoridad, no es bautismo escritural.

Por tanto, tres preguntas se presentan aquí:

I. ¿Edificó Jesús una iglesia?

II. ¿Cuándo la edificó?

III. ¿Cuál es la Iglesia que Jesús edificó?


Primera, ¿edificó Jesús una iglesia? En Mateo 16:18, Jesús dice: “Que tú eres

Pedro (Griego petros), y sobre esta piedra (Griego petra) edificaré mi iglesia (Griego

ecclesia), y las puertas del infierno (Griego hades) no prevalecerán contra ella.”

En toda la Biblia no hay un versículo que haya consolidado dentro de sí más

verdades divinas y fundamentales que este versículo. Aquí Cristo asimismo da:

1. La Fundación de la Iglesia.

2. El Edificador de la Iglesia.

3. El Dueño de la Iglesia.

4. El Triunfo de la Iglesia.

Antes que discutamos estas cuatro verdades fundamentales, miremos ahora a la

palabra iglesia misma. La palabra que Cristo usa, que es traducida iglesia en nuestra

Biblia española, es la palabra Griega ecclesia, que significa una asamblea o congregación,

(la raíz significa llamar fuera). Esta palabra se repite ciento catorce veces en el Nuevo

Testamento, y siempre significa una congregación local, excepto cuando es usada en un

sentido metafórico, refiriéndose a todos los redimidos de Dios en el cielo. Nunca es usada

en sentido general o universal, excepto cuando es usada metafóricamente.

Prueba de esto es hallada a través de todo el Nuevo Testamento . En Mateo 18:17,

Jesús dice: “ Si tu hermano parece contra ti… dílo a la iglesia.” ¿Cómo podría uno

decirlo a un cuerpo universal invisible, como algunos pretenden que es la iglesia?

En todas las cartas a Pablo, sus escritos son dirigidos a iglesias individuales; a la

Iglesia de Corinto; a la iglesia de Efeso; a la iglesia de Filipos, etc. El nunca habla a los

creyentes de todas partes refiriéndose a ellos como la Iglesia.

En Apocalipsis, el mensaje de Cristo es a las iglesias. Nunca se refiere a todos los

cuerpos de creyentes llamándolos la iglesia. “El que tiene oído oiga lo que el Espíritu dice

a las iglesias.” Hay tres herejías condenables en la tierra, siendo proclamada por

escritores, oradores en los púlpitos, colegios y profesores de la universidad: la iglesia

universal invisible, la paternidad universal de Dios, y la hermandad universal del hombre.

No hay fundamento para ninguna de éstas en las escrituras Cristo dijo a los Fariseos,

“Vosotros de vuestro padre el diablo sois” (Juan 8:44). ¿Cómo podría Dios ser padre de

ellos y el diablo también?

Permítasenos ahora considerar las cuatro de verdades fundamentales en la

declaración de Cristo a Pedro cuando le dijo: “Que tú eres Petros, (una roca), y sobre esta

Petra (una roca), edificaré mi iglesia, y las puertas del hades no prevalecerán contra ella”

(Mateo 16:18).

I. LA FUNDACION DE LA IGLESIA.

Es significativo notar que cuando Cristo habla de la roca sobre la cual El edificó Su

iglesia, usa la palabra petros, la cual es el nombre que Cristo dio a Pedro. Petra es

diferente género de petros. Esto lógicamente elimina la pretensión de la Iglesia Católica

Romana de que Cristo edificó Su iglesia sobre Pedro.

Si Pedro no era la roca, ¿cuál fue la roca sobre la cual Cristo edificó su iglesia?

Pedro había justamente dicho, cuando preguntó el asunto, “¿Quién decís que soy?”

… “Tú eres el Cristo viviente.” Entonces, siempre que Cristo no edificó la iglesia sobre

Pedro, El debe haberse referido a este factor básico fundamental en el cual descansa el

cristianismo: Que El era el Cristo el Hijo de Dios viviente.


2. EL EDIFICADOR DE LA IGLESIA.

Este versículo de la escritura que Cristo emitió, da también el edificador de la

iglesia. Cristo dijo: “Yo edificaré mi iglesia.” Cristo mismo la edificó. No es una

institución humana, sino una institución divina. Otros, tanto hombres como mujeres han

edificado seudo-iglesias . Sus nombres son recordados en la historia: Lutero, Calvino,

Enrique VIII, Wesley, José Smith, Alejandro Campbell, Señora Eddy, Rutherford, y

muchos otros. Todos ellos fundaron instituciones hechas por hombres.

Pero hay únicamente una iglesia, y únicamente una que Cristo edificó.

3. EL DUEÑO DE LA IGLESIA.

Jesús la llamó mi iglesia (Griega iglesia de mí). ¡Relación íntima! Mirando hacia

el futuro a través de los siglos, él vio la confusión en al multiplicación de seudo-iglesias,

iglesias falsas, iglesias espurias, iglesias hechas por hombres. Por tanto, él enfatiza la

íntima relación, llamándola la iglesia de mí. Era material tosco el que Juan el Bautista

unió para El, y con el cual El construyó Su iglesia: Mateo el publicano, Pedro el

blasfemo, Juan y Jacobo, hijos del trueno, Judas el traidor, Tomás el incrédulo. Pero con

éstos edificó Su iglesia, y todos los que somos miembros de la iglesia que Cristo edificó

somos de la misma confraternidad. Ellos fueron hombres de las mismas pasiones que

nosotros, y nosotros somos honrados al ser miembros de esa compañía.

4. EL TRIUNFO DE LA IGLESIA.

“Las puertas del infierno no prevalecerán contra ella,” dice Jesús.

La iglesia que Jesús edificó no era un cuerpo inerte, débil, temporario, hecho por

humanos, como para que cesara de existir durante los siglos de oscurantismo, como

algunos de nuestros seudo-historiadores que tienen rodillas débiles parecen alegrarse de tal

afirmación; sino una iglesia militante, victoriosa, que era para vencer toda oposición, y

llegará triunfante hasta el fin del tiempo. Baste decir en este punto, que nunca durante las

veinte centurias que han pasado, ha dejado esta iglesia de existir, y nunca hasta el fin del

tiempo dejará de existir, según la palabra de nuestro Señor quien la fundó y habló de ella

como la iglesia de mí.

II. ¿Cuándo edificó su Iglesia?

Hay quienes afirman que El la edificó en el día de Pentecostés. El la edificó

mucho antes de esto. Los que fueron convertidos en el día de Pentecostés, fueron

añadidos a la iglesia. ¿Cómo pudieron ser añadidos alguna cosa que no tenía existencia?

En Mateo 16:18, Jesús dice, “Edificaré mi iglesia.” En Mateo 18:17, Jesús dice: “

Si tu hermano parece contra ti, … dílo a la iglesia.”

Por tanto, cuando nosotros venimos al capítulo diez y seis ya está en existencia, porque

uno no puede decir alguna cosa a la iglesia si la iglesia no existe. Por tanto, es inescapable

la conclusión de que en el tiempo que media entre los eventos del capítulo diez y seis y

diez y ocho de Mateo, Jesús edificó su Iglesia.

Vamos a considerar la tercera pregunta:

III. ¿QUÉ y CUÁL es la iglesia que Jesús edificó?


Esta es una gran pregunta. Hay quienes sostienen que cuando Cristo dijo:

“Edificaré mi iglesia,” no estaba hablando de la local y visible, sino de la iglesia universal

e invisible, compuesta de todos los creyentes. Tal interpretación es imposible. Si tal cosa

fuese enseñada en las escrituras, ¿cómo la iglesia universal e invisible, podía haber sido

edificada centurias antes de ésta, o qué de los caracteres del Antiguo Testamento, Enoc,

Abraham, Jacob, David, los profetas? ¿No estaban éstos en ella? ¿Cómo podría uno

decidir sus agravios en una asamblea universal e invisible que nunca ha sido congregada?

No. Claramente, Cristo estuvo hablando de la asamblea o congregación local y visible.

Si hay un cuerpo como la iglesia universal e invisible, ésta nunca será congregada, y nunca

se reunirá hasta que los redimidos lleguen al hogar celestial. Otra vez repetimos, la

palabra iglesia nunca es usada en este sentido, excepto metafóricamente.

Para tener la posición correcta sobre la pregunta del Bautismo Extraño es

necesario que tengamos la posición correcta sobre el asunto de la iglesia. La confusión

sobre este asunto de la autoridad para bautizar resulta del pensamiento nebuloso y

erróneo sobre la iglesia. Por tanto, delineamos en este punto, algunas proposiciones, que

pensamos, harán clara la pregunta de la iglesia.

PRIMERA PROPOSICION

Cuando Cristo estuvo en la tierra, El instituyó una iglesia visible, organizada,

con oficiales, con autoridad para recibir y excluir miembros.

“Sobre esta piedra edificaré mi iglesia” (Mateo 16:18).

“ Si tu hermano no oyere a ellos, dílo a la iglesia; y si no oyere a la iglesia, tenle

por étnico y publicano” (Mateo 18:17).

Muchos cometen el error de confundir la iglesia y el reino. Los Santos, como ellos

así mismo se llaman, o iglesia de Dios, no tienen registro de los miembros, ni

organización. Los seguidores de Alejandro Campbell insisten que cuando una persona es

salva, está en la iglesia sin voto de la iglesia. Los puntos de vista de los Santos y de los

seguidores de Campbell muestran ambos confusión de mente sobre este asunto. Una

personas puede ser salva y no estar en la iglesia visible, y una persona puede estar en la

iglesia visible y no ser salva. Nosotros debemos distinguir entre el reino y la iglesia

visible. Otra vez repetimos la proposición, que cuando Cristo estuvo en la tierra. El

instituyó una iglesia visible, organizada, con oficiales, con autoridad de poder recibir y

excluir miembros.

SEGUNDA PROPOSICION

Cristo dio a su Iglesia visible las ordenanzas para administrarlas y para

guardarlas hasta que El venga otra vez.

Notad que hay dos cosas que la iglesia tiene que hacer; administrar y guardar las

ordenanzas. Estas dos ordenanzas son bautismo y la Cena del Señor. La iglesia es para

guardarlas, y no cambiarlas: “Retenéis las instrucciones mías, de la manera que os enseñé

(1 Corintios 11:2). La Iglesia debe administrarlas, nadie más. La iglesia tiene la

autoridad, nadie más. Si alguien más las administra, actúa sin autoridad. Cambiarlas es

destruirlas. Esta iglesia visible que Cristo instituyó es para administrarlas y preservarlas.


TERCERA PROPOSICION

Esta iglesia visible que Cristo estableció, ha existido a través de los siglos, está en

el mundo hoy, y continuará hasta que Jesús venga.

Miremos otra vez en Mateo 16:18, “Sobre esta piedra edificaré mi iglesia, y las

puertas del infierno no prevalecerán contra ella.” Cristo dice que El la edificará, que es su

Iglesia, y que las puertas del infierno no prevalecerán contra ella, eso quiere decir, que

existirá a través de los siglos. No es necesario trazar la continuidad de la iglesia. Las

palabras de Cristo son suficientes para probar este punto. El dice que las puertas del

infierno no prevalecerán contra ella, y el cielo y la tierra pasarán, pero Su palabra no

pasará.

Entonces, ahora tenemos las tres proposiciones ante nosotros:

I. Cristo instituyó una iglesia visible.

II. El dio a esta iglesia las ordenanzas para administrarlas guardarlas.

III. Esta iglesia está en el mundo hoy.

Por tanto, la pregunta es:

¿Cuál de muchas iglesias así llamadas en el mundo actualmente es la iglesia que

Cristo instituyó cuando El estuvo sobre la tierra?

Hay muchas seudo-iglesias. Hoy más que ayer, y serán más mañana que hoy.

Todas no son la iglesia que Cristo instituyó. ¿Cuál es? Por dos métodos de prueba

podemos llegar a la correcta contestación de esta pregunta.

PRIMER METODO DE PRUEBA

El primer método de prueba es el método de eliminación histórica.

Cualquiera iglesia cuyo origen se halla en el tiempo medioeval o tiempo moderno,

no es la iglesia que Cristo instituyó, por la sencilla razón de que no existió cuando Cristo

instituyó Su iglesia, y no tuvo existencia por mucho tiempo después. Aquí están los

nombres de algunas de ellas, mostrando su origen humano y fecha de su nacimiento.

NOMBRE AUTOR FECHA Ciencia Cristiana Sra. Eddy 1879

Mormones José Smith 1830

Discípulos Alejandro Campbell 1827

Metodistas Los Wesley 1730

Episcopales Enrique VIII 1533

Presbiterianos Juan Calvino 1532

Luteranos Martín Lutero 1521

Estas son las principales, y así mismo podríamos hacer con otras, si tuviéramos

tiempo y espacio.

Ahora, por este método de eliminación histórica, hemos removido todas las que

pretenden ser la iglesia que Cristo instituyó, menos dos, y estas dos son los Bautistas y los

Católicos Romanos. Ambas son más remotas en la historia y están nebulosas durante la

edad del oscurantismo.


En el año 200 D. C., 130 años después de la muerte de Pablo, cuando muchos que

casi fueron contemporáneos de Pablo vivían, hallamos, según los historiadores, que los

Anabaptistas y sectas heréticas que más tarde fueron a formar la Iglesia Católica Romana,

estaban discutiendo acerca del bautismo. No era el modo del bautismo el punto de

controversia. Los que se oponían a los Anabaptistas, sumergían como los Anabaptistas.

La controversia surgió porque los Anabaptista no aceptaban como válida la inmersión

administrada por esas sectas heréticas diciendo que no tenían autoridad para bautizar, e

insistieron en bautizar por segunda vez a todos los que vinieron a ellos de esas sectas

heréticas. Entonces las sectas heréticas se enojaron, y los apodaron Anabaptistas (re-

bautizadores) y convocaron algunos concilios acerca de la materia.

Permítaseme citar algunas declaraciones históricas en corroboración de esto. Cito

primeramente una declaración de Ignacio, uno de los padres apostólicos, y probablemente

un contemporáneo de Juan y Pablo:

“No es lícito sin el obispo (pastor) querer bautizar o celebrar una fiesta de amor;

mas, cualquier cosa de estas la aprobará él, si es también agradable a Dios, de manera que

todo cuanto sea hecho sea agradable y válido” Ante-Nicean Fathers, Volumen 1, página

90.

Ahora escuchen a Tertuliano, 200 D. C.

“Hay para nosotros un bautismo y solamente un bautismo. Un Dios, un bautismo,

una iglesia en los cielos. Pero debe ser admitido que la cuestión de cuáles reglas deben ser

observadas en relación a los heréticos, es digna de ser tratada. Los heréticos no tienen

confraternidad en nuestra disciplina. Su bautismo no es uno con el nuestro, porque no es

el mismo; un bautismo que siempre que ellos no lo tienen debidamente, sin duda no lo

tienen de modo alguno. No es posible tenerse en cuenta lo que ellos no tienen” Anti-

Nicean Fathers, Volumen III página 676.

Neander, otro historiador, hablando acerca de cómo las iglesias formadas por Pablo

estuvieron unidas contra la inmersión ajena, dice:

“Fue un obispo romano, Estefano, quién, instigado por el espíritu de la arrogancia

eclesiástica, emitió una sentencia de expulsión contra los pastores de Asia Menor,

Capadocia, Galacia, y Cicilia, estigmatizándolos como anabaptista; nombre que no

obstante, pudieron ellos justamente afirmar, o merecían por sus principios; porque no era

su deseo administrar un segundo bautismo, sino que disputaban que el previo bautismo

dado por los herejes (otras sectas) no podía ser reconocido como un verdadero bautismo”

Neander, Volumen, página 318-319.

Lo precitado es dado para mostrar que ya en el año 200 D. C., hubo una

controversia entre los Bautistas y las sectas heréticas, acerca de quién tiene derecho para

administrar el bautismo. De cuál estaba en lo cierto, no nos aventuremos decidir. Eso

sería divagar. Mas nosotros probamos al menos nuestro punto, que ambos cuerpos

cristianos son remotos, y se pierden en el período de obscurantismo de la historia.

En este punto, entonces, está nuestro dilema. Históricamente hemos eliminado

todas las iglesias, excepto dos que pretenden ser la iglesia que Cristo estableció; pero

tenemos dos contendientes que quedan, los Bautistas y los Católicos. Ambos pretenden

ser la iglesia que Cristo instituyó, ambos tienen historia en la edad del obscurantismo.

¿Cómo debemos decir entre estas dos?

Segundo Método de Prueba

Por tanto, el segundo método de prueba es el proceso de identificación. Debemos

comprar estos dos cuerpos religiosos, los Bautistas y los Católicos, con la iglesia que


Cristo instituyó. La que sea idéntica con la iglesia en organización y doctrina, ésta es la

iglesia que El instituyó, y ésta es la iglesia que tiene el derecho de administrar las

ordenanzas.

Por tanto, veamos la iglesia de Jerusalén, como un ejemplo de la iglesia que Jesús

instituyó, notemos sus características y comparémoslas con las características de los

Bautistas y los católicos.

Características de la Iglesia de Jerusalén.

I. Una iglesia del Espíritu Santo.

“Y como se cumplieron los días de Pentecostés, estaban todos unánimes juntos; y

de repente vino un estruendo del cielo y fueron todos llenos del Espíritu Santo… Así que,

los que recibieron su palabra, fueron bautizados: y fueron añadidas a ellos aquel día como

tres mil personas” (Hechos 2:1-4,41).

Vemos, por tanto, que la iglesia de Jerusalén era una iglesia que dependía del

Espíritu Santo para preparar personas para ser miembros de ella. Es lo mismo en una

iglesia Bautista. En una iglesia Bautista debe haber una experiencia de religión en el

corazón, a través de la obra del Espíritu Santo. En la Iglesia Católica los miembros son

admitidos en su infancia y confirmados cuando han llegado a la edad de responsabilidad.

II. Una iglesia donde solamente los creyentes son bautizados.

La segunda característica de la Iglesia de Jerusalén, es que solamente los creyentes

son bautizados.

“Así que, los que reciben su palabra, fueron bautizados,” (Hechos 2:41).

No se registra aquí, ni en ningún otro lugar de la Biblia, dónde fuese el bautismo

administrado a alguien que no fuese creyente. Felipe dijo al eunuco, “ Si crees de todo

corazón, bien puedes (ser bautizado).” Asímismo es con la Iglesia Bautista. La Iglesia

Católica, está constituída todavía por casi todos los que fueron bautizados en su infancia,

para cuya práctica no hay base escritural.

III. El Bautismo era Administrado por Inmersión Solamente.

Una tercera característica de la Iglesia de Jerusalén es que el bautismo era

administrado únicamente por inmersión. Esto no necesita argumentos. Todos los eruditos

lo admiten.

Los Cat-olicos admiten que ellos cambian la ordenanza del bautismo en la cuarta

centuria. porque la aspersión es más conveniente Cito “The Faith of our Fathers (La Fe de

Nuestros Padres), Página 316-317, que es de autoridad Católica:

“Por varios siglos después del establecimientos del cristianismo el bautismo era

usualmente conferido por inmersión. Pero desde la décima segunda centuria el bautismo

por aspersión prevalece en la Iglesia Católica. El bautismo es el medio esencial

establecido para lavar la mancha del pecado original, y la puerta por el cual somos

admitidos en la iglesia. De aquí que el bautismo es esencial tanto para el infante como

para el adulto. Los infantes no bautizados son excluídos del reino de los cielos. El

bautismo nos hace herederos del cielo y co-herederos con Jesucristo.”

Juan Wesley en su comentario sobre Romanos 6:4, donde Pablo dice: “Somos

sepultados juntamente con él a muerte por el bautismo,” dice: “Esto se refiere al modo

antiguo del bautismo, el cual era por inmersión.” Así dicen todos los eruditos. Por tanto,

esta característica es como la de una iglesia Católica.

IV. Solamente los Creyentes Bautizados tomaron la Cena del Señor.

La cuarta característica de la Iglesia de Jerusalén, es que únicamente los creyentes

bautizados vinieron a la Cena del Señor.

“Así que, los que recibieron su palabra, fueron bautizados: y ellos (los que habían

creído y habían sido bautizados) preservaban en…el partimiento del pan en las casas.”


Esta característica de la Iglesia de Jerusalén es idéntica a la enseñanza de una iglesia

Bautista. Una de las más importantes proposiciones de la fe Bautista, siempre ha sido que

únicamente los bautizados escrituralmente pueden venir a la Cena del Señor. Por amor de

Cristo ellos han permanecido en esa verdad escritural, aunque por hacer esto son mal

entendidos y son llamados egoístas y estrictos por otras denominaciones.

V. La Iglesia de Jerusalén era una Democracia Pura.

La quinta característica de la iglesia de Jerusalén es que había una democracia

pura. No hubo una autoridad eclesiástica sobre ellos, ningún papa, ningún obispo. La

palabra obispo en la Biblia está usada alternativamente con las palabras anciano y pastor, I

Pedro 2:25; Tito 1:7; I Timoteo 3:1-2; Filipenses 1:1. La iglesia de Jerusalén eligió sus

mismos oficiales, llamaba a sus propios pastores, ancianos y obispos, como variadamente

se les denominaba teniendo un miembro tanta autoridad como el otro. Así ha sido siempre

en una Iglesia Bautista y no en la iglesia Católica.

Por tanto, entre estos dos pretensos, sacamos estas conclusiones:

I. Que la iglesia visible que Cristo instituyó era una iglesia Bautista.

II. Que ha existido a través de los siglos, y está en el mundo hoy.

III. Que a ella fueron dadas las ordenanzas para guardarlas, y solamente a ella.

IV. Que otros que presumen comenzar iglesias y administrar las ordenanzas lo hacen

sin autoridad divina.

En nuestra firme convicción, independientemente de cuanta verdad y error residan

en las organizaciones, que José Smith tiene tanto derechos de instituir una iglesia como

Alejandro Campbell, Juan Wesley, Enrique VIII, Sra. Eddy o Martín Lutero. Lo que

nosotros discutimos es que ninguno de ellos tuvo derecho. La afirmación de Campbell de

que, hasta que comenzó la reforma, la línea de sucesión estaba con los Bautistas, era

verdad y aún es verdad. En ellos siempre ha descansado, como los historiadores citados

afirman, y todavía descansa, la autoridad para bautizar y celebrar la Cena del Señor. Por

tanto, la inmersión de un creyente en agua no servirá como definición del bautismo, así

como tomar pan y vino en casa no constituye la celebración de la Cena del señor. El

bautismo y la Cena del Señor, debe ser administrado por la debida autoridad, para que sea

bautismo y para que sea Cena del Señor.

Los Anabaptistas estaban correctos; y los modernos Bautistas leche y agua, que

continuamente publican definiciones que omiten el asunto de la autoridad, están errados.

Todas las verdades de la escritura, verdades corroboradas por los hechos de la historia,

muestran que Cristo instituyó una iglesia visible, le dio las ordenanzas; que esta iglesia ha

existido a través de los siglos; que era una Iglesia Bautista; que imperfecta como era al

principio, e imperfecta como es hoy, igual que los vasos de barro que llevamos a la fuente

sirven para traer el agua dadora de vida, aunque imperfecta como era, esta organización

imperfecta ha guardado y conservado las ordenanzas y las doctrinas, y las transmitió a la

posteridad, a pesar de la apostasía de Roma, a pesar de las persecuciones, a pesar de todas

las fuerzas del diablo; y continuará haciendo esto hasta que Jesús venga.

Ahora, si usted, mi lector, después de un cuidadoso estudio del asunto con estas

verdades al frente, abandonando todo perjuicio, cree, debe unirse a una Iglesia Bautista y

recibir el bautismo Bautista, dado que previamente ha creído en la salvación de tu alma.

Si usted no cree, entonces debe buscar la iglesia que Cristo estableció, y unirse a esa

iglesia. Y no se contente con nada distinto a esto.

“Mi Señor, Yo encontré que nada más haré


Sino seguirte donde tú me guíes, sentado a tus pies,

Y cuando no te halle, correré todavía a encontrarle.

Las rosas son sin perfume, las mañanas sin esperanza,

El descanso no es sino trabajo, la risa espinas ruidosas,

Si tú la verdad, no las haces verdaderas.

Tú eres mi vida. ¡Oh Cristo, y nada más haré!

CAPITULO IV

SURGIMIENTO DE LOS ANABAPTISTAS

Venimos ahora a estudiar las sectas que surgieron en seguida del período de los

Padres Anti-Nicenos que llevaron diferentes nombres, pero todos los cuales tenían una

característica común, su oposición a recibir el bautismo ejecutado por heréticos, y de aquí

denominados por los historiadores, los rebautizadores.

Hay dos conceptos populares erróneos acerca de estas sectas: uno es que eran

pocos en número, y el otro es que su historia es obscura, y que sabemos poco de ellos.

Ninguna de estas concepciones es verdadera.

De una sola secta, se estima por los historiadores que un millón fueron muertos por la

Iglesia Católica Romana y 800,000 salieron a otros países en busca de refugio por la

persecución. Además, aunque parece haber obscuridad y mucho más nos gustaría

conocer, todavía hay volúmenes de historia de estos cuatrocientos años desde los Padres

hasta la Reforma que cuentan los hechos de este pueblo temeroso de Dios, perseguido en

casi todos los países del mundo. De este conjunto de evidencias acumuladas, solamente

podemos dar una pequeña parte aquí, pero bastante para mostrar que a través de las

edades, estos Bautistas o Anabaptistas, como les llamaron sus enemigos, fueron fieles a la

fe y rehusaron, aún al precio del martirio, recibir en sus iglesias la inmersión extraña.

MONTANISTAS

En primer lugar consideremos a los Montanistas. Recibieron su nombre de

Montano que era Frigio, y vivió por el año 156 D. C. Ellos insistieron que todos aquellos

que habían decaído de la verdadera fe deberían ser bautizados otra vez. “No era un nuevo

cristiano,” dice Schaff Herzog, “era la recuperación de lo antiguo.” Por esta causa fueron

llamados Anabaptistas, Schaff Herzog, Vol, II, página 427. El movimiento se extendió

rápidamente a través de Asia Menor, entre Africa del Norte y también a Roma. Se

reunieron Concilios de la iglesia en contra de ellos, y fueron condenados, mas continuaron

por centurias y se les conoció por otros nombres, Eusebio, página 229, nota 1.

Existieron aun hasta 722 D. C. Teofanes, página 722.

NOVACIANOS


Los Novacianos surgieron acerca del año 250 D. C. Por razón de la pureza de sus

vidas, fueron llamados los Catari, los puros, Rebautizaban a todos los que venían a ellos

de los Católicos, Mosheim, Vol. I, página 203. En períodos posteriores fueron llamados

Anabaptistas, Robinson Researchesrs, página 127.

Orchard dice: “Las iglesias así formadas sobre un plan de comunión estricta y de

disciplina rígida, obtuvieron el improperio de los Puritanos. Constituyeron el más antiguo

cuerpo de iglesias cristianas de las cuales tenemos una relación, y una sucesión de ellos,

como probaremos, han continuado hasta el presente día. Ya en el año 254, estos

disidentes fueron acusados de haber infectado a Francia con sus doctrinas, lo cual nos

ayudará para el estudio de las iglesias Albigenses,” Allix’s Piedmont, C, 17, página 176.

Orchard también dice: “Estas iglesias existieron por sesenta años bajo un gobierno

pagano, durante cuyo tiempo los viejos intereses corruptos de Roma, Cartago y otros

lugares no poseían medios, aparte de la persuación y censura, para detener el progreso de

los disidentes.

Durante este período las iglesias Novacianas fueron muy prósperas y se establecieron en

todo el imperio Romano. Es imposible calcular el beneficio de su servicio a la humanidad.

Aunque rígida en disciplina, y en cismáticos en carácter, aún se les halló extendidas y en

condición floreciente cuando Constantino subió al trono en el año 306 D. C.

Al concluir el siglo IV, los Novacianos tenían tres o cuatro iglesias en

Constantinopla; así mismo tenían iglesias en Nica, Nicomedia y Cotivetus en Frigia, todas

ellas corporaciones grandes y extensas; además fueron muy numerosas en el imperio del

Oeste. Había varias iglesias en Alejandría en el siglo V. Aquí, Cirilo, ordenado obispo de

los Católicos cerró las iglesias, de los Novacianos. Despertaron la ira de los Católicos

porque rebautizaron a todos los que vinieron a ellos provenientes de éstos. En el año 413

en un edicto de los emperadores Teodosio y Onorio, se declaró que todas las personas

rebautizadas y rebautizadores debían ser castigados con la muerte. Por consiguiente

Albano, un ministro celoso, junto con otros fue castigado con la muerte por bautizar.

Como resultado de la persecución en ese tiempo, muchos abandonaron las ciudades y

buscaron refugio en los campos y en los valles del Piamonte, donde más tarde fueron

llamados Valdenses.

DONATISTAS

Los Donatistas se levantaron en Numidia en el año 311 D. C., y se extendieron

sobre Africa. Los Donatistas y los Novacianos fueron casi idénticos en doctrina y

disciplina. Crispín, el historiador Frances, dice de ellos que parecían ser uno: “Primero,

por la pureza de los miembros de las iglesias, al asentar que ninguno debe ser admitido en

la iglesia, sino hasta que los tales sean verdaderos creyentes y santos reales. Segundo, por

la pureza de la disciplina de la iglesia. Tercero, por la independencia de cada iglesia.

Cuarto, bautizaban otra vez a aquellos en cuyo primer bautismo había razón de duda.”

Fueron consecuentemente llamados Rebautizadores y Anabaptistas.

Osiander dice que nuestros modernos Anabaptistas fueron los mismos con los

Donatistas de la antigüedad. Fuller, el historiador de la iglesia Inglesa, declara que los

Bautistas en Inglaterra en su día fueron los Donatistas nuevos re-sumergidos. Robinson

declara que fueron Anabaptistas Trinitarianos. Vinieron a ser tan poderosos que el cuerpo

Católico invocó el interés del emperador Cosntantino contra ellos, así que sucedió esto, los

Donatistas inquirieron. “¿Qué tiene que ver el emperador con la iglesia? ¿Qué tienen los

Cristianos que ver con los reyes? ¿Qué tienen los obispos que ver con las cortes?”


A la muerte de Constantino en 337, ascendió al trono Julián y permitió que

volviesen los Donatistas exiliados. Crecieron rápidamente hasta que, según Orchard,

vinieron a ser casi tan numerosos como los Católicos. Jones, en su Ecclesiastical Lecture,

Vol. I, págian 474, dice: “Escasemente había una ciudad o pueblo en Africa en el cual no

hubiese una iglesia Donatista.”

Optatus, Obispo de Mela, una ciudad de Numidia, escribió un libro en contra de los

Donatistas. En este libro les hace cargos de rebautizar Católicos como si ellos fueron

paganos, y asevera, en oposición a las creencias Donatistas, que “todos los hombres que

vienen al mundo, aunque sean nacidos de padres cristianos, están llenos de un espíritu

inmundo, el cual debe ser echado fuera con el bautismo.”

Orchard, en relación con la persecución de los Donatistas por Onorio y Teodosio

emperadores del Este y Oeste, dice: “Sacaron un edicto, decretando que las personas

rebautizadas y las personas que rebautizaban debían ser castigadas con la muerte. En

consecuencia de esta cruel medida, el martirio siguió. Gibbon, dice que 300 obispos

(pastores), con muchos miles de la clerecía inferior, fueron arrancados de sus iglesias,

despojados de sus posesiones eclesiásticas, desterraron a las islas, proscritos por la ley si

se escondían en las provincias de Africa.

Agustín dice a los Donatistas: “Vosotros Donatistas, decís a aquellos que vienen a

vosotros, que son bautizados en una iglesia impura por heréticos; pero la validez del

bautismo depende de la autoridad de Dios, no de la bondad o santidad de la persona que

oficia.”

Los Donatistas en la quinta centuria vinieron a estar en conflicto con la Iglesia

Católica, no solamente en cuestión de la inmersión ajena, sino también en el bautismo

infantil el cual surgió en ese tiempo, originándose naturalmente de la doctrina falsa de la

salvación bautismal.

De esto, Long, el historiador, dice:

“Ellos no solamente rebautizaron adultos, que vinieron a ellos, sino que rehusaron

bautizar niños, contrario a la práctica de la Iglesia Católica,” History of Donatists, página

103.

En el año 415 D. C., Agustín reunió noventa y dos ministros en concilio, y emitió

el siguiente manifiesto:

“Que nuestra voluntad que todos los que afirman que los niñitos reciben la vida

eterna, aunque no hayan sido renovados por el sacramento del bautismo; y aquellos que no

permitan que los niñitos recién nacidos del vientre de su madre sean bautizados para quitar

el pecado original, sean anatemizados.”

Otra asamblea en el mismo año en Cartago decretó: “Es nuestra voluntad que

cualquiera que niegue que los niñitos son libres de perdición y eternamente salvos por el

bautismo, sean malditos.”

Después de estos edictos, vinieron las persecuciones, y los Donatistas fueron

diseminados y esparcidos. Se presume que muchos de ellos emigraron a España e Italia, y

se mezclaron con los paganos en el interior de Africa, llevando con ellos a donde quiera

que iban la simiente de la verdad, y la fe de la Iglesia Apostólica.

CAPITULO V

LA INMERSION EXTRAÑA Y LA IGLESIA

POST-APOSTOLICA


Fue acerca de 200 años después del nacimiento de Cristo, y cerca de 170 años

después que Cristo fundó su Iglesia, cuando el asunto de Bautismos Extraños trajo una

división en las iglesias. En el tiempo de Pablo, antes del año 100, las cuestiones morales y

doctrinales ya se habían suscitado molestando a la iglesia. En Corinto, estuvieron aquellos

que vinieron a la mesa del Señor, como a una fiesta a emborracharse. Había también la

cuestión judaica de la circuncisión. Mas tarde vinieron las herejías Gnósticas;

infiltrándose silenciosamente, éstas molestaron a Juan, y la doctrina de los Nicolaítas y

Balaam, acerca de las cuales Cristo previene a la Iglesia de Pérgamo.

Y ahora, cuando nos acercamos a 2,000 años después de Cristo, vemos a iglesias

que consideran a otras iglesias tan heréticas que no aceptan su bautismo, mas insisten en

bautizar a todos los que vienen de ellos, de los cuerpos heréticos. Esta herejía no era

aspersión ni bautismo infantil. Estas herejías comenzaron cien años más tarde. Orchard,

el historiador, dice que este período. “Ninguno de los historiadores de este período

menciona algo concerniente al bautismo infantil. Ningún infante natural de cualquier

descripción aparece haber sido bautizado en la Iglesia de Roma durante los tres primeros

siglos, y la inmersión era el único método de administrar la ordenanza. Durante los tres

primeros siglos, las congregaciones cristianas en todo el Oriente, subsistieron en cuerpos

separados e independientes, no sostenidos por el gobierno, y consecuentemente, sin poder

secular de una sobre otra. Todo este tiempo fueron Iglesias Bautistas. Y aun cuando

todos los Padres de los primeros cuatro siglos hasta Jerónimo fueron de Grecia, Lidia, y

Africa, y aunque ellos dieron grandes números de historias del bautismo de adultos, no

hay ninguna mención del bautismo infantil hasta el año 370.”

A la luz de esta historia, detengámonos y hagámos una pregunta a todos los que

sostienen que la Iglesia Romana es la iglesia más antigua, ¿dónde estaba la Iglesia

Católica Romana durante este período? Simplemente no existía; pero había signos de su

formación en la apostasía del cristianismo con su salvación bautismal, sus asunciones

eclesiásticas que dieron por resultado obispos gobernantes, y la pérdida de la

independencia de la iglesia. Más tarde se levanta el bautismo infantil como resultado de la

doctrina de la salvación bautismal; el rociamiento y derramamiento, como resultado del

bautismo infantil, hasta que Roma emergió, y por miles de años persiguió a las verdaderas

Iglesias de Cristo que sostuvieron la fe apostólica.

En este tiempo en la tercera centuria después de Cristo se suscitó una furiosa

controversia que continuó por cientos de años, aun hasta los días de la Reforma. Aquellos

que insistieron en rebautizar a todos los que vinieron a ellos fueron descortesmente

llamados Anabaptistas, los rebautizadores, un nombre que llevaron con otros nombres a

través de cientos de años. Se convocaron concilios eclesiásticos y los Bautistas fueron

anatemizados y más tarde, excomulgados cuando Roma tuvo poder. Neander dice:

“Fue el Obispo Romano Esteban, quien, instigado por el espíritu de la arrogancia

eclesiástica, emitió una sentencia de excomunión contra los pastores de Asia Menor,

Capadocia, Galicia y Cicilia estigmatizándolos como Anabautistas; nombre, sin embargo,

que ellos podían justamente afirmar que no merecía por sus principios; porque no era su

deseo administrar un segundo bautismo, sino que ellos contendían que el bautismo previo

dado por los heréticos (otras sectas) no podía ser reconocido como verdadero,” (Vol. I,

página 318-319).

Nosotros no inferimos que aquellos que tomaron esta posición fueran pocos en

número. Fueron contados por millares, y más tarde por causa de la persecución e

inquisición fueron esparcidos en casi todos los rincones de Europa, Asia y Africa. Aunque


llevaron diferentes nombres tenían una característica común entre otras: Anabaptistas, los

rebautizadores.

Mosheim, un historiador Luterano, y un acérrimo enemigo de los Bautistas, ha

dicho esto de los Anabautistas: “El verdadero origen de esa secta, que adquirió el nombre

de Anabaptista, por administrar otra vez el rito del bautismo a aquellos que vinieron a su

comunión, está escondido en la profundidad de la más remota antigüedad y por tanto, es

extremadamente difícil ser determinado,” Vol. 4 página 427.

El Cardenal Hosius, presidente del Concilio de Trento, dice: “ Si la verdad de la

religión fuera juzgada por su prontitud y alegría que un hombre en cualquiera secta

muestra en el sufrimiento, entonces la opinión y persuación de ninguna otra secta puede

ser más verdadera y segura que la de los Anabaptistas, puesto que no ha habido ninguna en

estos mil doscientos años pasados, que haya sido castigada o que haya ido firmemente a

ofrecerse a las más crueles especies de castigo que esta gente,” 1560 D. C.

En 1819 el Rey de Holanda nombró al Dr, Ypeig, profesor de Teología en la

Universidad de Gronnigan, y al Rey J. J. Dermot, capellán del Rey, ambos cultos y

miembros de la Iglesia Reformadora de Holanda, para que preparasen una historia de su

iglesia. Lo hicieron así.

En el volumen auténtico que ellos prepararon y publicaron en Breda en 1823, dedicaron un

capítulo a los Bautistas. En él hacen esta declaración:

“Ahora hemos visto que los Bautistas que fueron primeramente llamados

Anabptistas, y en los últimos tiempos Menonistas, fueron los Valdenses originales, y que a

lo largo de la historia de la iglesia recibieron el honor de ese origen. Por esto los

Bautistas pueden ser considerados como la única comunidad cristiana que ha

permanecido en pie desde los apóstoles y como sociedad cristiana HA

PRESERVADO PURA la doctrina cristiana del Evangelio a través de todas las edades.

Estos escritores citados no eran Bautistas, pero proclamaron, después de una

investigación, lo que alguno de nuestros Bautistas raquíticos niegan, la perpetuidad de la

iglesia y la preservación de la verdad evangélica a través de todas las edades, aunque a un

tremendo costo.

Como resultado de su investigación el gobierno holandés ofreció a las iglesias

Bautistas del reino, el sostenimiento del estado; pero fieles a los principios Bautistas

declinaron tal ayuda. McClintock y Strong dicen: “El termino Anabautista o

Rebautizadores está ligado con las controversias del tercer siglo. En Asia Menor y en

Africa donde la controversia había sido larga, ardiente y vehemente, el bautismo fue

considerado solamente válido cuando fuera administrado en la iglesia ortodoxa. Tan

elevadas fueron las discuciones por esta asunto, que se convocaron sínodos (concilios)

para investigar, uno en Iconio y el otro en Frigia, los cuales confirmaron la opinión de la

invalidez del bautismo herético. De Asia la cuestión pasó a Nor-Africa. Tertuliano de

acuerdo con la decisión de los concilios Asiáticos se opuso a la práctica de la Iglesia

Romana. Agripino convocó un concilio en Cártago que tomó una decisión similar a los de

Asia. Así el asunto descansó hasta Esteban, obispo de Roma, que incitado por la ambición

procedió a excomulgar a los obispos (pastores) de Asia Menor, Capadocia, Galicia y

Cicilia, y aplicó a ellos los epítetos de Rebautizadores y Anabaptistas,” A. D. 253, Vol, 1,

página 210.

Mosheim dice: “Ellos adquirieron el nombre de Anabaptistas por administrar otra

vez el rito del bautismo a aquellos que venían a su comunión. Rebautizaron a todos los

que dejaban otras iglesias cristianas para abrazar su comunión,” Mosheim Church

History, Vol. 2, páginas 127 y 296.


Estas autoridades que hemos citado no son Bautistas, pero son historiadores y

como historiadores afirman que desde el tiempo de los apóstoles ellos han sido quienes

permanecieron en la verdad y la preservaron, rehusando recibir de otras a aquellos que

habían sido sumergidos, porque no consideraban a la secta que los bautizó con autoridad

para hacerlo. No debemos inferir que éstos que tomaron esta posición fueron pocos en

número. Se contaron por miles, y más tarde por causa de la persecución e inquisición,

fueron esparcidos en casi todos los países de Europa, Asia y Africa. Aunque llevaron

diferentes nombres tenían una característica común entre los otros, fueron los

Anabautistas, los Rebautizadores. En los capítulos siguientes estudiaremos estas muchas

sectas que surgieron en muchos países, dando los nombres que llevaron, sus enseñanzas,

sus características, y sobre todo, cómo en todas partes fueron conocidos y denominados

Anabautistas, porque rehusaron aceptar como válido el bautismo ejecutado por herejes,

como consideravan a la Iglesia de Romana, o aquellos cuya herejía más tarde resultó en la

Iglesia Romana. Con vergüenza pensamos en algunos que hoy rehusan mantenerse firmes

en “la fe dada una vez a todos los santos,” y urgiríamos una nueva consagración al

sentimiento expresado en el himno, “La Fe de Nuestros Padres.”

CAPITULO VI

EL ADMINISTRADOR Y LA IGLESIA

APOSTOLICA

Hemos visto cómo Cristo puso énfasis en el administrador al caminar cien

kilómetros hasta Juan el Bautista para ser bautizado; cómo más tarde enfatizó también al

confiar esta ordenanza a sus discípulos.

Juan 3:22 dice: “Después de estas cosas vino Jesús y sus discípulos a la tierra de Judea; y

allí El se detuvo con ellos y bautizó,” y en Juan 4:2 leemos “Aunque Jesús no bautizaba,

sino sus discípulos.” Estos dos pasajes se contradicen: son dados para destacar cómo

Jesús confió la ordenanza del bautismo a sus discípulos, dándoles autoridad para bautizar.

El hecho verdadero de dar esta autoridad a sus discípulos, infiere que aquellos que no eran

sus discípulos, no tenían autoridad para bautizar y si no tenían autoridad de Cristo ¿cómo

podrían bautizar?

Otra vez, cuando Cristo dió la gran comisión a sus discípulos, hallamos en ella

mandamiento para bautizar. Ese mandamiento implicaba que los que no eran discípulos

no tenían autoridad para bautizar, y por tanto, su bautismo no era bautismo válido. Todo

el asunto de Bautismos Extraños es un asunto de autoridad. Un oficial de la ley, en virtud

de su oficio, tiene el derecho de hacer ciertas cosas. El inspector de policía tiene el

derecho de arrestar un hombre, o cualquiera a quien él delegue su poder. Esto viene en

virtud de su oficio. Ahora, a la Iglesia que Jesús edificó se le han encomendado dos

ordenanzas por Cristo: el Bautismo y la Cena del Señor. Si El dio estas ordenanzas a su

Iglesia, no las dio a ninguna organización fuera de su Iglesia, y cuando alguien presuma

bautizar o administrar la Cena del Señor, está actuando sin autoridad, y por tanto, su acto

no tiene valor. En todos los días apostólicos, no tenemos un sólo caso de inmersión

extraña. La razón de esto es sencilla: todos los creyentes pertenecían a un cuerpo: la

iglesia de Cristo, cuando la cuestión de las inmersiones ajenas se suscitó, y cuando las


herejías que se suscitaron causaron división en la iglesia, como veremos en nuestro

próximo capítulo.

Pero alguien pregunta: “¿y que se puede decir de Felipe? ¿De dónde obtuvo la

autoridad para bautizar el eunuco?” Felipe era miembro de la Iglesia de Jerusalen y estaba

actuando directamente bajo el mandato del Espíritu Santo; por tanto su bautismo era

regular.

Nuevamente, algunos más preguntaron, “¿y cómo se explica el bautismo del

centurión?” Este es otro caso de bautismo regular. Pedro también estaba actuando bajo el

mandato directo del Espíritu Santo y llevó hermanos con él de Joppe, y cuando el

centurión se convirtió, Pedro puso el asunto de su bautismo a votación, y diciendo:

“¿Puede alguno impedir el agua, para que no sean bautizados éstos que han recibido el

Espíritu Santo también como nosotros?” ¿Qué diremos acerca del bautismo de Pablo? Es

otro caso de bautismo regular.

Ananías estaba actuando directamente por orden de Jesús. Oíd las escrituras:

“Había entonces, un discípulo en Damasco llamado Ananías, la cual el Señor dijo

en visión: „Ananías,‟ y él respondió „Heme aquí, Señor.‟ Y el Señor dijo: „Levántate, y

ve a la calle que se llama la Derecha, y busca en casa de Judas a uno llamado Sáulo de

Tarso; porque he aquí, él ora‟; … Ananías entonces fué, y entró a la casa y poniéndole las

manos encima dijo: „Saulo hermano, el Señor Jesús que te apareció en el camino, por

donde venías, me ha enviado para que recibas la vista y seas lleno del Espíritu Santo.‟ Y

luego le cayeron de los ojos como escamas, y recibió al punto la vista.‟ Y levantándose,

fué bautizado.”

Los lectores notarán que él era un discípulo de Jesús, y que fué enviado por Jesús a

bautizar a Pablo. Así es siempre en la palabra de Dios: Ninguno bautiza sin la autoridad

divina, dada por Cristo o por el Espíritu Santo, o por la Iglesia que Jesús edificó. ¿Puede

alguno decir que Felipe, Pedro o Ananías, o tuvieron autoridad para bautizar cuando esa

autoridad les fue dada directamente por Dios a través del Espíritu Santo o por Cristo

mismo? Por otro lado, ¿puede alguno preguntar por qué fué dada a ellos autoridad?

¿Cualquiera que venga pretendiendo autoridad, es vestido con esta autoridad, y puede

administrar un bautismo válido? José Smith de la Secta de los Mormones la reclama y

por causa de esa pretensión persigue y ha matado más de un millón de Anabaptistas, por

negar la demanda que ellos hacen.

Creemos que José Smith tiene derecho de levantar una iglesia y administrar las

ordenanzas como los Católicos, o cualquier otro de los cuerpos Protestantes que han

tenido su origen de los Católicos, y obtuvieron su bautismo de los Católicos. Los

Remotos, Masones, Caballeros de Pitias, tienen tanto derecho de bautizar como cualquier

cuerpo que no sea la Iglesia de Cristo.

Más aún, si admitimos que ellos son una Iglesia de Cristo, no sólo tienen derecho

de bautizar, sino también tendrán el derecho de administrar la Cena del Señor, y hacer

cualquier otra cosa que la Iglesia de Cristo tiene la autoridad de hacer.

Lector, ¿cree usted que la iglesia Mormona con todo sus herejías es una iglesia de

Cristo, y que Cristo dio a José Smith la autoridad de bautizar, asimismo aprobando las

doctrinas Mormonas y su poligamia?

Mas, si usted niega a José Smith el derecho, por sus herejías, ¿qué hará con todos los otros

y sus herejías tales como los Paidobautistas, salvación bautismal, que pretendiendo que la

iglesia es mayor que la palabra de Dios, que tienen el derecho de cambiar la palabra de

Dios a su placer y conveniencia, y que a través de los siglos han negado la libertad de

conciencia, y el derecho de adorar a Dios como lo dicta la conciencia, y que por esta


convicción, pasen a espada y sean quemados en piras todos los que aspiran a adorar a Dios

conforme a su propia conciencia?

“Y ví una mujer sentada sobre una bestia bermeja llena de nombres de blasfemia y

que tenía siete cabezas y diez cuernos y la mujer estaba vestida de púrpura y de escarlata y

dorada con oro, y adornada de piedras preciosas y de perlas, teniendo un cáliz de oro en su

mano llena de abominaciones y de la suciedad de su fornicación; y en su frente un monbre

escrito: BABILONIA LA GRANDE, LA MADRE DE LAS RAMERAS Y DE LAS

ABOMINACIONES DE LA TIERRA.

“Y ví la mujer embriagada de la sangre de los santos y de la sangre de los mártires

de Jesús; y cuando la vi, quedé maravillado de gran admiración.

“Y he aquí hay mente que tiene sabiduría. Las siete cabezas son siete montes

sobre los cuales se sienta la mujer y son siete reyes…

“Ellos pelearán contra el Cordero, y el Cordero los vencerá porque es el Señor de

los Señores, y el Rey de los Reyes; y los que están con él son llamados y elegidos y

fieles.”

¿Ha dado Cristo a esta mujer vestida de escarlata, con el cáliz de oro en su mano,

lleno de abominaciones y suciedades de su fornicación que hace guerra al Cordero,

autoridad de administrar su bautismo, poner su mesa, y continuar las obras de El?

El Dr. A. C. Dayton ha presentado bien el argumento después de esta figura:

No se negará que todo lo que la palabra de Dios dijo a las primeras iglesias, fue

con el fin intencionado para nuestra instrucción.

Lo que hubiera sido errado para ellos hacer en vista de las enseñanzas de Cristo y de los

apóstoles, es ahora erróneo para nosotros como lo fué a las Iglesias de Cristo. Permítanos,

entonces, suponer que este caso no hubiera existido en el tiempo de los apóstoles y

veamos si podemos hallar algunas reglas generales, afirmadas, por las cuales debe ser

decidido de uan vez y fácilmente.

“Esas primeras iglesias, creemos, fueron Iglesias Bautistas, tanto al considerar su

organización, como sus doctrinas y sus ordenanzas. Ahora supongamos que algún

predicador entre ellos hubiera empezado en seguida a rociar niños e insistir en que éste fue

el bautismo que Cristo ordenó, y el que dejara de hacerlo cometía pecado en contra de

Dios.

¿Qué instrucciones hallará la iglesia en la palabra de Dios concerniente a tal hombre?

“Ellos no mirarían la 2a. a los Tesalonicenses 3:6: „Empero os denunciamos,

hermanos, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo, que os apartéis de todo hermano que

anduviese fuera de orden, y no conforme a la doctrina que recibieron de nosotros.‟ Y en

Romanos 16:17: “Y os ruego, hermanos, que miréis los que causan disensiones y

escándalos contra la doctrina que vosotros habéis aprendido; y apartaos de ellos‟ ¿Qué

debe imponer ésto a la iglesia? ¿No debe lanzar fuera de su compañía al tal? ¿No debe

ella destruirlo a él y a sus actos oficiales? ¡Sí! Si es un hermano, miembro de una Iglesia

Bautista, y no enseña así, la iglesia debe despojarlo de su ministerio y excluirlo de su

comunión. Ningún Bautista duda ésto. Mas ahora supongamos que él reune a un grupo de

los que roció por bautismo, cuando fueron niñitos, y los organiza en sociedad y los llama

iglesia de Cristo, y demanda para él autoridad como ministro, para administrar la

ordenanza del bautismo a los creyentes en el nombre de Cristo, y entonces insiste que las

iglesias que no pudieran tener comunión con él, ni compañerismo con sus doctrinas, las

iglesias que le han depuesto y excomulgado a él, deben reconocer como legal y escritural

su administración oficial de la ordenanza de Cristo. ¿La misma ley que le repudió y

condenó como hermano, no le repudiaría y condenaría triplemente como el guiador de otra

organización rival? Ciertamente. ¡Lo que la iglesia no pudiera tolerar en un hermano, ella


no pudiera endosar y recibir en él que es un extraño! Ningún hombre de sentido común,

que razona sobre materias religiosas, de la misma manera que sobre otras cosas, jamás

soñaría hacerlo. Si las escrituras lo requirieron, nosotros hubiéramos juzgado a la Biblia

un libro extraño y contradictorio.”

En el capítulo que sigue mostraremos cómo la iglesia Post-apostólica consideró

este asunto, y cómo la Iglesia de Cristo continuó considerándole por 1300 años hasta la

Reforma Protestante, y aun hasta la presente época. ¿Estuvieron nuestros Padres

equivocados en esta materia, para contender por la fe una vez dada a los santos, aunque

ellos sufrieron a través de los siglos?

“Fueron apedreados, fueron aserrados, tentados, matados por espada, peregrinaron

con pieles de ovejas y carneros, siendo desamparados, afligidos, atormentados; (de los

cuales el mundo no era digno): errantes en los desiertos y montañas, cuevas y cavernas de

la tierra, y todos estos obtuvieron un buen testimonio por la fe, no recibió la promesa, Dios

proveyendo alguna cosa mejor para nosotros, que ellos sin nosotros no pueden ser hechos

perfectos.”

CAPITULO VII

LAS HEREJIAS POST-APOSTOLICAS

Antes de tomar las varias sectas esparcidas en los diferentes países, llevando

nombres diferentes, pero todas adhiriéndose a un solo principio, o sea la oposición al

bautismo extraño, sería bueno dedicar un capítulo a las doctrinas heréticas del tercer siglo

que condujeron a la controversia sobre la inmersión ajena.

Estamos seguros que al lector le gustaría reconocer cuáles fueron estas herejías y

haremos lo mejor para iluminarlo, aunque hay mucha obscuridad concerniente a este

asunto en la historia, y el testimonio que le concierne es más o menos fragmentario.

Diremos, sin embargo, al principio lo que ya hemos dicho, y que no puede ser

dicho demasiado, que no fue del bautismo infantil ni del rociamiento. En otras palabras,

no se tardó con la cualidad del candidato ni el modo del bautismo, acerca de lo cual

muchos de nuestros líderes Bautistas han dicho hoy, sino con lo concerniente a la cuestión

de la autoridad, o al idoneidad del administrador. Estas iglesias post-apostólicas rehusaron

recibir de otras llamadas iglesias a aquellos que habían sido sumergidos por ellas, si las

consideraban (a las iglesias) como habiéndose apartado de la fe. ¿Cuáles eran las herejías

a que ellas hicieron objeción?

Una de ellas, extraño es decirlo, fue la herejía de todas las sectas de hoy, la

salvación bautismal. Al principio de la tercera centuria esta detestable doctrina comenzó a

invadir a las iglesias post-apostólicas. Vino a ser materia de disputa entre los Padres Anti-

Nicenos.

Tertuliano que vivió del año 145 al 220 D. C. enseña la salvación antes del

bautismo. Al hablar del modo de tratar a la iglesia a los niños, dice: “para aquellos que

ofician es conocido que no es imprudente administrar el bautismo. Déjese que los niños

lleguen a ser cristianos cuando sean capaces de conocer a Cristo,” Vol. III, páginas 677 y

678.


Por el contrario, Cipriano, que vivió un poco tiempo más tarde, pero que es

contemporáneo con Tertuliano durante la última parte de su vida, afirmó que el segundo

nacimiento está en el bautismo. Vol. IV, página 388.

El Dr. J. T. Christian en su historia de este período, dice:

“El punto de partida probablemente tenía su más grande expresión en la salvación

bautismal, y la tendencia de algunas iglesias hacia el episcopado, alejándose de la

simplicidad democrática,” History of Baptist, página 27. Otra vez el Dr. Christian dice:

“Uno de los más primitivos y nocivos errores fué el dogma de la regeneración

bautismal. Este error, en una forma u otra, ha echado a perder la vida y coloreó a la

historia de todas las edades cristianas. Comenzó temprano, y el virus puede ser trazado

hasta nuestros días, o solamente entre los ritualistas, sino de igual manera entre los

dechados de cristianos evangélicos. Tertuliano se levantó para oponerse al bautismo

infantil, y bajo otras condiciones, vino a ser el origen de esa herejía,” History of Baptist,

página 28.

El Dr. Christian refiere en este período la tendencia de algunas iglesias al

episcopado, alejándose de la sencillez democrática. Acerca de esto Orchard, en su History

of the Baptist,” dice:

“El oficial, primeramente conocido por el nombre de anciano, obispo o presbítero,

(estos términos son exactamente sinónimos en el Nuevo Testamento) vinieron a ser

distintos ahora por la elevación del obispo sobre sus hermanos y cada uno de los términos

arriba indicados han sido puestos en distintos lugares entre las iglesias cristianas. El

ministro cuya congregación aumentó de los suburbios de su ciudad y de la vecindad de

alrededor consideró la parte de la cual su cargo emanó, haciendo de esos territorios las

fronteras de su autoridad, y todos aquellos presbíteros enviados por él a los lugares de

alrededor para dirigir algunos servicios, reconocían al pastor, conectando con el cargo del

bautisterio, dio importancia a su lugar y a su oficio, lo cual le acarreó mal.

“Asociados de ministros e iglesias, que al principio fueron formadas en Grecia,

vinieron a ser comunes en todas partes del imperio.

Estas uniones mutuas que eran para administrar los asuntos espirituales, condujeron a

elegir un presidente, el cual le adjudicó distinción entre los ministros de la religión. En

estos tiempos de degeneración, los hombres esperaban verse el uno al otro en variadas

alturas; consecuentemente surgieron el celo, la ambición, seguido de la contienda y de

toda obra mala. El ministro que tenía los más grandes intereses bajo su superintendencia;

otro cuya utilidad en el interés cristiano había sido evidente; y un tercero cuyo popular

talento declamatorio lo había levantado en aprobación general, le condujo a las

distinciones y posiciones superiores, el cual al fin vino a ser revestido de un ministro

metropolitano. Puestos de distinción a los cuales los ministros eran elegibles,

promovieron al ambicioso a usar toda clase de pretextos para ganar la posición ascendente;

y toda parte de la palabra de Dios, con todo ejemplo escritural fueron citados para sostener

tales distinciones y procedimientos, fomentados y practicados.”

El historiador Mosheim dice: “Los obispos (pastores) aspiraban ahora a los más

altos grados de poder y autoridad de los que al principio poseían. Ellos no solamente

violaron los derechos del pueblo, sino que también usurpaban gradualmente los derechos

de los presbíteros. Y para que ellos pudieran cubrir sus usurpaciones con viso de justicia

y apariencia de razón publicaban nuevas doctrinas acerca de la naturaleza de la iglesia y la

dignidad episcopal. Un de los principales autores de este cambio en el gobierno de la

iglesia fue Cipriano, obispo de Cártago, quien abogó por el poder de los obispos con un

celo y vehemencia que nunca se había empleado hasta aquí en esa causa. El cambio en la

forma de gobierno fue pronto seguido por un tren de vicios que deshonraban el carácter y


autoridad de aquellos a quienes la administración de la iglesia fue conferida. Pero aun

algunos continuaron exhibiendo al mundo ejemplos ilustres de piedad primitiva y virtud

cristiana, aun cuando muchos fueron hundidos en la lujuria y voluptuosidad, inflados en

vanidad, arrogancia y ambición, poseídos de un espíritu de contención y discordia aplicada

a otros vicios que arrojaban un improperio inmerecido a la religión santa, de la cual ellos

eran indignos profesantes y ministros.

“Los obispos asumieron en muchos lugares la autoridad como príncipes;

principalmente aquellos que tenían el más grande número de iglesias bajo su inspección, y

quienes presidieron sobre las más opulentas asambleas. Se apropiaban en sus funciones

evangélicas las insignias espléndidas de majestad imperial. Un trono rodeado de

ministros, exaltado sobre sus iguales fue el siervo del manso y humilde Jesús; y vestidos

suntuosos deslumbraban al ojo y la mente de la multitud en arrogante veneración por su

arrogante autoridad.

“Los ejemplos de los obispos fueron ambiciosamente imitados por los presbíteros,

quienes, descuidando lo sagrado de su puesto, se abandonaban a la indolencia y delicadez

de una vida lujuriosa y afeminada. Los diáconos, contemplando a los presbíteros que

desertaban de sus funciones atrevidamente usurparon sus derechos y privilegios, y los

efectos de una ambición corrompida se extendieron a través de cada rango de la orden

sagrada. Los deberes del santuario, consecuentemente, traspasados a nuevos oficiales, y

los domésticos fueron señalados para hacer el trabajo de los ociosos obispos y presbíteros.

Fueron agregadas ceremonias por los obispos para agradar a multitud, o a los poseedores

inmediatos del poder, prevaleciendo la disposición de acomodar la religión de Jesús al

gusto de los paganos,” Vol. II, página 286.

En contraste con este cuadro de la iglesia corrompida, el cuadro de una iglesia

pura, nos es dada en la epístola a Diognetus, escrita en el segundo siglo:

“Los cristianos no se distinguen de otros hombres por el país, lenguaje, ni por

instituciones civiles. Porque ellos ni habitan en ciudades para ellos mismos, ni usan un

lenguaje peculiar, ni llevan un modo singular de vida. Habitan en ciudades griegas o

bárbaras según el caso.

Llevan las costumbres del país en su vestido, alimentación y los otros asuntos de la vida.

Mas presentan una maravillosa y confesadamente conducta paradójica. Habitan en su

propia tierra nativa, pero como extranjeros. Toman parte en todas las cosas como

ciudadanos. Y sufren todas las cosas como extranjeros. Cada país extraño es su propia

tierra y cada tierra nativa es extranjera.

“Ellos se casan como los otros, tienen hijos, pero no desconocen sus hijos. Tienen

la mesa en común pero no las esposas (en común).

Están en la carne, pero no viven en la carne. Ellos viven sobre la tierra pero son

ciudadanos del cielo. Obedecen a las leyes existentes, y exceder a las leyes en sus vidas.

Aman a todos, y son perseguidos por todos. Son desconocidos y aun son condenados.

Son asesinados y hechos vivos. Son pobres y hacen a muchos ricos. Carecen de todas las

cosas, y en todas las cosas abundan. Son reprochados y se glorían en sus reproches. Son

calumniados, y son justificados. Son maldecidos y ellos bendicen. Reciben escarnio y

dan honra. Hacen lo bueno y son castigados como malhechores. Cuando son castigados,

se regocijan, como si se les diera vida.

“Por los judíos son atacados como extraños, y por los griegos pero perseguidos; y

la carne de la enemistad sus enemigos no la pueden decir.

En suma lo que el alma es para el cuerpo, los Cristianos son para el mundo. El alma está

difundida a través de todos los miembros del cuerpo, y los Cristianos están extendidos a

través de las ciudades del mundo. El alma habita en el cuerpo, ,pero no es del cuerpo; así


los Cristianos habitan en el mundo, pero son del mundo. El alma, invisible, guarda y

vigila el cuerpo visible; así también los Cristianos son vistos que viven en el mundo; pero

su piedad es invisible. La carne odia y lucha contra el alma; no padeciendo daño de ella,

porque resiste a los placeres carnales; y el mundo odia a los Cristianos sin razón, porque

ellos resisten sus placeres.

“El alma ama a la carne y a los miembros por las cuales es odiada; así los

Cristianos aman a los que los odian. El alma está encerrada en el cuerpo, mas lo sustenta;

así los Cristianos son detenidos en el mundo como en prisión; mas ellos conservan al

mundo. Inmortal, el alma habita en el cuerpo mortal; así los Cristianos habitan en lo

corruptible, pero buscan la incorrupción en el cielo. El alma es la mejor para la restricción

en la comida y bebida; y los Cristianos aumentan aunque diariamente son castigados. Esta

suerte Dios ha seguido a los Cristianos en el mundo; y no pueden evadirla.”

El pastor de Hermas escribió como sigue concerniente a las crecientes

corrupciones en las iglesias post-apostólicas:

“Las costumbres han venido a ser mundanas, la disciplina está relajada, la iglesia

es una anciana enferma, incapaz de ponerse en pie; gobernantes y gobernados están

languideciendo, y muchos entre ellos están corrompidos, codiciosos, voraces, hipócritas,

contenciosos, calumniadores, blasfemos, libertinos, espías, renegados, cismáticos. No

quieren maestros dignos, mas ellos son muchos falsos profetas, vanos, ansiosos, de las

primeras dádivas, para quienes la más grande cosa en la vida no es la práctica de la piedad

y la justicia, sino la lucha por el puesto de mando. Ahora, el día de la ira está a la mano; el

castigo será terrible; el Señor dará a cada uno conforme a sus obras.”

Seguramente cuando nosotros leamos este contraste, y cuando consideremos que

ya en las iglesias estaba creciendo la doctrina de la regeneración bautismal que es hoy la

maldición del cuerpo Católico Romano, y casi de todos los cuerpos paido-bautistas, ¿no

nos maravillaremos que las iglesias primitivas enardecidas con la fe y el celo de Cristo,

rehusaron recibir de estos cuerpos apóstatas comulgantes sin rebautizarlos, sustentando

como lo hicieron, que el bautismo no es solamente la expresión de fe del candidato, sino

más particularmente, una expresión de la fe del cuerpo que administra el bautismo?

CAPITULO VIII

LOS PAULICIANOS

Estas iglesias eran de origen apostólico y fueron establecidas en Armenia en el

primer siglo, y se extendieron en la Mesopotamia y Persia.

Y su forma fue la forma primitiva del Cristianismo. Un libro de los Paulicianos, La Llave

de la Verdad, dice: “Sometámonos entonces humildemente a la iglesia santa universal.

Como aprendimos del Señor de la iglesia apostólica y universal, asimismo procedamos y

establezcamos en la fe perfecta a aquellos que no tienen el bautismo santo. Por tanto,

según a la palabra del Señor debemos primero traerlos a la fe, inducirles a arrepentirse y

darles el bautismo.”

Comentando sobre esto, Adeney, el historiador dice: “Por tanto es perfectamente

argüible, que ellos deben ser considerados como representantes de un primitivisimo tipo

del cristianismo. Los antiguos Bautistas orientales, fueron el muchos sentidos protestantes

antes del Protestantismo.” Ellos no consideraban a las personas de otras comunidades

como pertenecientes a la iglesia. Aspectos Bautistas prevalecieron entre ellos.


Sostuvieron que los hombres deben arrepentirse y creer, y, en una edad madura ser

bautizados. Rehusaron el bautismo infantil. Bautizaron por inmersión, y rebautizaron a

todos los que vinieron a ellos de otras comuniones. Con respectos a su número e

influencia, ellos se multiplicaron y se extendieron en muchos países. En el año 690 D. C.

Constantino, maestro de ellos, fue apresado hasta la muerte por mandamiento del

emperador; más tarde la emperatriz Teodora instituyó una persecución, en la cual 100,000

perdieron sus vidas en Grecia y Armenia. En el siglo IX, se rebelaron arrogando a Miguel

III y establecieron en Armenia el estado libre de Teprice. Aquí cada uno era libre de

actuar como dictaba la conciencia, y de aquí enviaron misioneros a Bulgaria, Bosnia y

Servia. Este estado de Teprice existió 150 años, al cabo de los cuales fué inundado por los

sarracenos. De Bulgaria se extendieron a través de Europa, y por el Sur a Italia y Francia.

En Italia se mezclaron con los habitantes de Lombardía, y en Francia vinieron a

identificarse con los Albigenses, otra secta de los Anabaptistas.”

El Dr. Christian dice de ellos: “muchos historiadores, además de Gibbon, como

Muratori y Mosheim, consideran a los Paulicianos como los precursores de los

Albigenses, y de hecho, como el mismo pueblo.”

El Dr. Conybeare, una de las más altas autoridades en el mundo sobre la historia

de los Paulicianos, dice: “La iglesia (Romana) se ha adherido siempre a la idea de la

regeneración espiritual en el bautismo, aunque el bautizar a los infantes hace mucho

tiempo ha nulilficado y abandonado la esencia del bautismo. En verdad, la significación

del bautismo de Jesús, es como se presentó a Pablo y a los Evangelistas, fue pronto

perdida de vista por las iglesias ortodoxas.

“Varias sectas de la edad media, que se conocían simplemente como Cristianos,

retuvieron el bautismo en su forma y significación primitivas, y rehusaron firmemente

reconocer como válido el bautismo infantil de las grandes iglesias ortodoxas o

perseguidoras. Y estaban ciertamente en lo recto, siempre que la doctrina y la tradición

sirven para alguna cosa. Inútil es decir que las iglesias que hace mucho tiempo perdieron

el bautismo genuino, no pueden tener más sacramentos, ni sacerdocio, y estrictamente

hablando ningún cristianismo. Si ellos volvieran a entrar a la sociedad del cristianismo,

tendrían que encaminarse no a Roma o Constantinopla, sino a algunos círculos obscuros

de los Cristianos, máxime en el oriente, quienes nunca han perdido la continuidad

verdadera del sacramento bautismal. Estos son los Paulicianos de Armenia, la secta de

Bogomil alrededor de Moscú, los Bautistas adultos entre los Sirios del alto Tigris y tal vez

los Menonistas y las grandes comunidades Bautistas de Europa.”

¿Qué es lo que el Dr. Conybeare dice? Simplemente esto: Que la Iglesia Católica

Romana ha perdido el bautismo, como los Anabaptistas lo practican; y que los cuerpos

Paidobautistas, salidos de Roma trayendo su bautismo Romano con ellos, no tienen el

verdadero bautismo.

No podía haberse hecho mejor argumento Bautista ni uno que mejor pudiese

censurar a los raquíticos inmersionistas ajenos del presente día, quienes están listos a

aceptar la inmersión de cualquier fuente, administrado por cualquiera o ninguno, y lo

llaman bautismo. Poco les preocupa que nuestros padres por mil cuatrocientos años antes

de la Reforma, aun con lágrimas y sangre y sacrificio pelearan por el principio de que el

bautismo debe ser administrado por uno que tiene el derecho, actuando bajo la dirección y

autoridad de una iglesia que Jesús edificó.

Al comenzar la primera centuria, vimos levantarse a los Paulicianos y a través de

las centurias hemos tenido el testimonio de los historiadores, de su extendimiento a casi

todos los países de Europa. En la obscuridad de los siglos XI y XII, su influencia se sintió

no solamente en el continente de Europa, sino en Inglaterra también.


De este período, Orchard dice: “Es indudablemente cierto, con base en los más

auténticos registros, que un número considerable de los Paulicianos, cerca de la mitad de

la oncena centuria, se establecieron en Lombardía, en Insubria, pero principalmente en

Milán, y que muchos de ellos tuvieron una vida errante en Francia, Alemania y otros

países, donde cautivaron la estimación y admiración de la multitud por su santidad. En

Italia fueron llamados Paterines y Cataris. En Francia se les llamó Bulgarianos, del reino

de su emigración, también Publicanos en vez de Paulicianos, y boni homines, buenos

hombres; pero fueron principalmente conocidos por el término Albigenses, de la ciudad de

Albi, en el ato Languedoc.”

De su presencia en Inglaterra el Dr. Chirstian dice: “Después del año 1000 los

Paulicianos comenzaron a hacer su aparición en Inglaterra. En 1154 un cuerpo de

Alemanes emigró a Inglaterra, los sacaron al exilio por la persecución, y una parte de ellos

se estableció en Oxford.

Guillermo Newberry nos habla del terrible castigo aplicado al Pastor Gerhard y su pueblo.

Seis años más tarde, otra compañía de Paulicianos entraron a Oxford. Enrique II ordenó

que fuesen marcados en las frentes con hierros calientes, públicamente azotados por las

calles de la ciudad, sus ropas cortadas hasta la cintura y sacados al campo abierto. En las

villas no se les permitía que les dieran abrigo o alimento, y padecieron lentamente

muriendo de frío y hambre.”

En conclusión Orchard dice: “Una marca evidente del espíritu apostólico poseído

por esta gente, debe ser admitido; sin ningún fondo o sociedades públicas, para apoyar o

sostener la ardua empresa, más que sus propias iglesias, los Paulicianos sin temor

penetraron a las partes más bárbaras de Europa, y se lanzaron solos con sólo un propósito

al conflicto, con toda la disposición de carácter. En varias veces sufrieron la muerte o el

martirio, no apreciando sus vidas, porque asó podían extender la causa de su Redentor.”

Mosheim, Gibbon, Robinson, Jones y otros historiadores, testifican su fe y de los padres, y

sellando su testimonio con su sangre. Y aun una centésima parte de ello, no ha sido dicho,

ni se dirá hast que Jesús venga y sean abiertos los libros que registran los hechos justos de

los verdaderos testigos de Jesús.

CAPITULO IX

ALBIGENSES Y VALDENSES

Consideremos estas dos sectas juntas porque son inseparables tanto en su origen

como en sus doctrinas.

El Sur de Francia se separa del Norte de España por la barrera de los Pirineos, que

se extienden desde el Océano Atlántico en el Oeste, hasta el Mediterráneo en el Este, en

una distancia como de 320 kilómetros. Grandes cañadas y valles hay a un lado y otro de

estas montañas por más de 160 kilómetros de ancho. Escenas de magnifica grandeza

deleitan el ojo del viajero. Algunos bosques visten a las montañas, mientras los valles y

collados suministran lana, vino, lino y aceite a aquellos que habitan esta agradable región.

Sobre el lado español estaba la provincia de Cataluña, y por él lado de Francia

estaba Gascuña y Languedoc.

En capítulos anteriores hemos mostrado cómo los Novacianos, Donatistas, y

Paulicianos, por causa de las persecuciones de Constantino y otros, fueron sacados al

exilio; los que de ellos no fueron muertos. En su huída, nada más natural que buscaran


refugio en la seguridad de las montañas, los Pirineos y los Alpes. Orchard dice: Aquí los

Celtas encontraron refugio. Aquí los Godos encontraron refugio cuando los Sarracenos

invadieron a España.”

En el lado Francés de los Pirineos, estaba la pequeña villa de Albi en la provincia

de Albigeo. Aquí vinieron los Novacianos y Donatistas, y más tarde los Paulicianos; y

más tarde todavía los Valdenses. Mas como todos ellos sostenían idénticos puntos de vista

en oposición a la Iglesia Romana, se mezclaron y unieron en un todo armonioso y vinieron

a ser conocidos como los Albigenses, por la ciudad cerca a la cual vivían, y entonces el

nombre dado a otros con iguales puntos de vista, que habitaban en provincias de alrededor.

Acerca de su número, Orchard dice: “Por celo y laboriosidad de Gandolfo y Arnoldo en

Italia con Berenger, Pedro de Bruys y Enrique en Francia, los seguidores y discípulos de

estos reformadores vinieron a ser suficientemente numerosos para excitar alarma en la

Iglesia Católica, antes que Waldo de Lyon apareciera como un reformador. Estuvieron en

diferentes reinos conocidos por diferentes nombres, y se supone, que en este período

aumentaron hasta ochocientos mil profesantes.”

El Dr. Allix ha dicho de su número: “ Si concedemos que ochocientos mil

personas profesaban la fe Berengiana (Albigense), concedemos a cada profesante tres

adherentes, y estos dos números, ochocientos mil y dos millones cuatrocientos mil, suman

tres millones doscientos mil personas que sostenían la creencias evangélicas.”

En sus puntos de vista sostenían que la comunidad Católica no era una iglesia de

Cristo. Por tanto, rebautizaban a todos los que venían de los Católicos. Rechazaban el

bautismo infantil después de que esta herejía surgió. No bautizaban a ninguno sin una

profesión personal de fe.

El Dr. Christian después de mucho citar a Pedro de Bruys, dice en conclusión:

“Será visto por los extractos dados arriba que Pedro de Bruys y sus discípulos

rebautizaban, y fueron por tanto, a los ojos de sus oponentes, Anabaptistas.”

El distinguido Obispo de Meau, un gran polemista Católico Romano en los días de

Calvino se burlaba de él, Calvino, pretendiendo que Enrique y Pedro de Bruys eran de la

línea de la sucesión apostólica, y añadía que todo el mundo conoce que ellos eran

Anabaptistas, y el historiador Fabricus dice, que eran los Anabaptistas de ese tiempo.

¿Y qué decimos de los Valdenses? Fueron tan idénticos con los Albigenses y las

otras sectas que formaban ese cuerpo que es difícil distinguirlos. Una cosa es cierta; según

sus propias pretensiones y las acusaciones de sus más acérrimos enemigos y el testimonio

de los historiadores, existieron cientos de años antes que Pedro Waldo de Lyon cuyo

nombre llevan, sostenido las ideas que los caracterizaban.

Hemos visto en un capítulo anterior cómo Constantino en el año 331 D. C.

persiguió a los Novacianos, sus libros fueron confiscados, sus templos quemados, y se les

prohibió tener reuniones. Como resultado de estas medidas opresoras muchos huyeron de

las escenas de sufrimiento a los lugares más separados.

Claudio Seyssell, el arzobispo papal, traza el crecimiento de los Valdenses, hasta

un Pastor llamado Leo, que fue sacado de Roma en este período y halló refugio en los

Alpes. Estos valles y montañas fueron baluartes naturales que defendieron a través de los

siglos a los contendientes de la fe que una vez fue dada a los santos. Cuando Waldo vino

en el siglo XII, un ciudadano distinguido de Lyon abrazó las ideas de los Novacianos

dispersos y otros que habitaban en esas montañas seguras.

En corroboración a estos puntos de vista, no tenemos más que referirnos a los

historiadores y los enemigos de estos mismos Valdenses, Fisher, en su historia de la

Iglesia Cristiana, dice: “Ellos fueron del mismo movimiento general que produjeron los

Albigenses.” Jones en su Historia de la Iglesia, dice que fueron llamados por nombres de


cad uno de los antiguos partidos. Jacob Grestscher, profesor de Dogmas en la Universidad

de Ingoldstadt, dice que su doctrina, disciplina, gobierno, maneras y aún sus errores

muestran que los Albigenses y Valdenses fueron ramas de la misma secta. De

significación es el testimonio de Raisero Sacchoni. El fue por 17 años uno de los más

activos predicadores de los Catari o Valdenses de Lombardía. Más tarde se unió a la

orden de los Dominicos y vino a ser un encarnizado enemigo de los Valdenses, y el papa

le hizo inquisidor de Lombardía. Su opinión es la siguiente:

“Entre todas las sectas no hay una más perniciosa a la iglesia que los Leonistas

(Valdenses) y por tres razones: Primero, porque es la más antigua, pues algunos dicen que

datan antes del tiempo de Silvestre, 325 D. C.; otros del tiempo de los apóstoles; Segundo,

es la más extendida.

Casi no hay un país donde ellos no existan. Tercero, porque si otras sectas castigan con

horror a todos los que les escuchan, los Leonistas al contrario, poseen una gran apariencia

externa de piedad. De hecho, llevan vidas irreprochables delante de los hombres,

considerando que su fe y los artículos de su credo son ortodoxos. Su única falta es que

blasfeman contra la iglesia y el clero.”

¡Qué testimonio de sus enemigos que su única falta era condenación de la iglesia

corrupta, y de un clero más corrupto! ¿Pero qué dicen ellos de sí mismos? Hay un

documento llamado Las Lecciones Nobles el cual da sus propios puntos de vista de su

antigüedad, dice:

“No encontramos en ninguna parte de los escritos del Antiguo Testamento, que la

luz de la verdad y la santidad haya sido en algún tiempo completamente extinguida. Ha

habido siempre hombres que han andado fielmente en las sendas de justicia. Sus números

han sido a veces reducidos o pocos, pero nunca se han acabado. Creemos que lo mismo ha

pasado en el caso desde el tiempo de Jesús hasta ahora, y así será hasta el fin. Ella (la

iglesia) preservó por mucho tiempo la virtud de la religión santa, y según la historia

antigua, sus directores vivieron en religión santa, y según la historia antigua, sus directores

vivieron en pobreza y humildad por cerca de tres siglos, es decir, hasta el tiempo de

Constantino. Bajo el reinado de este emperador que fue un leproso, había un hombre

Romano en la iglesia, que se llamaba Silvestre. Constantino se llegó a él y fue bautizado

en el nombre de Jesucristo, quedando curado de su lepra. El emperador hallándose sano

de su repugnante enfermedad, pensó que debería honrar al que hizo su curación,

ciñéndoles con la corona del imperio. Silvestre no aceptó pero su compañero, se dice,

rehusó consentir, y se separó de él y continuó siguiendo la senda de pobreza.

“Entonces Constantino fue a las regiones más allá del mar, seguido por una

multitud de Romanos y fundó la ciudad a la cual le dio su nombre, Constantinopla. Desde

ese tiempo, el heresiarca se levantó con honor y dignidad, y el mal se multiplicó sobre la

tierra. No creemos que la Iglesia de Dios absolutamente se separó de la verdad, pero una

parte, accedió y como es comúnmente la mayoría fue conducida al mal y la otra parte

permaneció por mucho tiempo fiel a la verdad que recibió. Así poco a poco la santidad de

la iglesia declinó.”

Tal es la opinión de los Valdenses mismos acerca de su origen. En cuanto a

doctrina y práctica, sostuvieron que la comunidad Católica no es una iglesia de Cristo. Por

tanto rebautizaron a los que habían sido bautizados en esa comunidad. Por esta razón

fueron llamados Anabaptistas.

Sobre sus puntos de vista dice Orchard: “Ellos censuraron el fraude de aquellos

que se impusieron al mundo por ser llamados Católicos. Citaron abundantes porciones

escriturales para probar que una iglesia Novotestamentaria, consistía solamente de

personas virtuosas nacidas de agua y del Espíritu Santo. Se separaron de los Católicos a


causa de la impureza de su iglesia. Tomaron al Nuevo Testamento como su regla de fe y

práctica. Asimismo estos cristianos bautizaban paganos y Judíos, y volvían a sumergir a

todos los Católicos y no bautizaban sin una confesión personal de fe.”

En síntesis de todo el asunto, quisiéramos citar otra vez a Orchard: “Las gentes

que fueron antecesores de los Valdenses fueron llamados Vaudois, Puritanos, Paterines,

Lionistas, Petrobrusianos, Arnoldistas, Berengerianos y Paulicianos. Estos fueron todos

Anti-Paidobautistas. Todos estaban de acuerdo en un artículo de disciplina, rebautizaban a

todos los que venían a su comunión de la Iglesia Católica, y de aquí que fueran llamados

Anabaptistas.

Cuando reflexionamos que ellos soportaron por mil cuatrocientos años toda claes

de persecución, enfrentándose al exilio y a la muerte por sus creencias, de que la Iglesia

Católica, por causa de su herejía y práctica corrupta, no tenían derecho de administrar el

bautismo, ¿qué diremos de los que actualmente tratan ligeramente este asunto y aceptan el

bautismo extraño de sectas que salieron de Roma y enseñan idénticos puntos de vista

Romanos sobre la cuestión de la regeneración bautismal?

CAPITULO X

LOS ANABAPTISTAS

En los capítulos precedentes hemos seguido el origen y mostrado la creencia de un

número de sectas que a través de los siglos se opusieron a las corrupciones de al Iglesia

Católica Romana, y que insistieron en bautizar a todos los que venían a ellos, porque

pensaron que ninguna otra, sino la iglesia apostólica tenía derecho de bautizar.

Hay muchas otras sectas, a las cuales no mencionamos, que tenían las mismas

características, mas no fueron tan numerosas. Entre éstas estaban los Petrobrusianos. los

Enriquistas, los Arnoldistas, los Berengerianos, los Cataries, los Lolardes, los Menonitas y

otras. Todos ellos sostuvieron puntos de vista semejantes, en oposición a las prácticas e

ideas corruptas de la Iglesia Católica.

Pensamos que será bueno, sin embargo, resumir lo anterior en un capítulo dedicado

exclusivamente de los Anabaptistas, para que pongamos énfasis adicional en las

características de los disidentes a través de todas las edades, o sea su oposición al

bautismo extraño. Tenemos algunos hechos interesantes para someter a aquellos que

piensan que los bautizos son de origen reciente, y que la iglesia que Jesús fundó cesó de

existir durante las edades llamadas de obscurantismo.

En conexión a esto estamos recordando aquella historia del Antiguo Testamento de

Elías huyendo de la amenaza de Jezabel al monte Horeb, y diciendo al ángel del Señor:

“Sentido he un vivo celo por Jehová Dios de los ejércitos; porque los hijos de

Israel han dejado tu alianza, han derribado tus altares, y han muerto a cuchillo tus profetas;

y solo he quedado, y me buscan para quitarme la vida,” (1 Reyes 19:10). Mas Dios tenía

a él de pie en el monte ante el Señor mientras un gran viento rompió las montañas, y

quebraba en pedazos las rocas ante el Señor; mas el Señor no estaba en el viento, entonces

vino un terremoto, y los cimientos de las montañas fueron sacudidos, y la tierra se abrió

como si fuera a tragarse todas las cosas vivientes, pero el Señor no estaba en el terremoto.

Luego un fuego crujiendo, arrollando y quemando la floresta, las flamas partían a través

de la maleza, lamiendo con su lengua de fuego hacia el cielo, pero el Señor no estaba en el

fuego. Entonces un silbo apacible y delicado, y Dios dijo a Elías que El tenía siete mil que

Elías no sabía, los cuales no habían doblado sus rodillas a Baal.


¡Qué lección para los Bautistas modernos! Dios tiene sus ejércitos en todas las

edades. Nosotros no debemos tener. Lo que necesitamos hacer es investirnos de nuevo, y

con la fe de nuestros padres, ir a la vanguardia para tomar nuestras posiciones, y

conquistar a este mundo para Cristo, bajo la bandera de la Iglesia que Jesús edificó, y con

su promesa que El estará con nosotros hasta el fin del mundo.

El Hijo de Dios va adelante a la guerra,

A ganar una corona real,

Su bandera roja como sangre, ondea a lo lejos,

¡Quién lo sigue en su campaña!

Quién puede beber su copa de dolor,

Triunfando sobre el dolor,

Quién fielmente lleva su cruz en la tierra,

El sigue en su campaña.

Procederemos a mostrar que ha habido Bautistas o Anabaptistas, como ellos fueron

llamados, después del primer siglo, D. C. y en cada siglo de la era Cristiana, a pesar de la

creencia de algunos que la verdadera iglesia se perdió o cesó de existir durante la edad

media:

EL PRIMER SIGLO

Aquí tenemos la iglesia apostólica la cual fue Bautista como lo hemos demostrado,

porque su creencia y práctica fueron idénticas con las de las Iglesias Bautistas:

Solamente creyentes fueron bautizados

La inmersión fue el único bautismo.

Solamente los creyentes bautizados, venían a la Mesa del Señor.

Había una democracia pura.

Fue una iglesia guiada por el Espíritu Santo.

Hemos previamente elaborado cada una de estas cinco señales de la Iglesia de

Jerusalén. En este siglo los Cristianos estuvieron activos, en todos los países. Pensamos

que después de que Felipe bautizó al eunuco, Matías trabajó en Etiopía; Marcos, Simón y

Judas predicaron en Egipto y en otras partes de Africa. Se dice que Marcos fue

martirizado por el pueblo en Alejandría; Judas predicó en Idumea, Siria y Mesopotamia; y

Pedro en Ponto y Galacia; Juan en la región de las siete iglesias de Asia; Mateo en Partia;

Felipe y Andrés en Citia; Bartolomé en el norte y oeste de Asia; Simón y Judas en Persia;

Tomás en Media y Carmania; Pablo en la Galia (Francia), España y Illyricu; Tito en

Dalmacia, Pudens y Claudia en las islas Británicas y especialmente en Gales.

“Mas los que fueron esparcidos, iban por todas partes anunciando la palabra…”

(Hechos 8:4).

“Y la mano del Señor era con ellos; y creyendo gran número se convirtió al

Señor…” (Hechos 11:21).

“Así crecía poderosamente la palabra del Señor, y prevalecía. Y los discípulos

estaban llenos de gozo, y del Espíritu Santo...” (Hechos 19:20; 13:52).

SEGUNDO SIGLO


Las iglesias Cristianas de este siglo estuvieron unidas solamente por los lazos de fe

y caridad. La independencia e igualdad formaron las bases de su constitución interna, y

ellas correspondieron en todo aspecto a las iglesias de la fe Bautista, en la admisión de los

miembros o la expulsión de los ofensores. No era enseñada la salvación bautismal,

aunque comenzó a mostrar su cabeza al fin del siglo; ningún bautismo infantil, ningún

bautismo de rociamiento, nada de órdenes en el ministerio, ninguna jerarquía eclesiástica.

En testimonio de esto, recomendaremos al lector a Orchard, Gibbon, Mosheim, Wall, y

Bingham que escribieron historias correspondientes a este período.

TERCER SIGLO

En este siglo comienza el movimiento en dirección a Roma, de aquí el principio de

la controversia sobre el bautismo extraño. Debido a la importancia de su afirmación, que

nosotros ya hemos citado en un capítulo anterior, nos tomamos la libertad de citarlo otra

vez por vía de énfasis.

“Los heréticos no tienes comunión en nuestra disciplina; por tanto, su bautismo no

es uno con el nuestro, porque no es lo mismo. Un bautismo que ellos no tienen

debidamente, y no es bautismo.”

La iglesia cultivada por Pablo, estuvo en pie como una unidad en contra de la

inmersión ajena, hasta 259 D. C., Eusebio, libro 7, capítulo 5.

Neander, al hablar de la división de la iglesia en este tiempo, dice: “Mas aquí otra

vez, fue un obispo Romano, Esteban, que instigado por el espíritu de arrogancia

eclesiástica, dominio y celo, sin conocimiento, dio a este punto de disputa una importancia

suprema. De aquí que al terminar al año 253, emitió una sentencia de excomunión contra

los obispos (pastores) de Asia Menor, Capadocia, Galacia y Cicilia, estigmatizándolos

como Anabaptistas, nombre, sin embargo, que ellos podían afirmar que no merecían por

sus principios; porque no era su deseo administrar un segundo bautismo a aquellos que ya

habían sido bautizados, sino que discutían que el previo bautismo dado por los heréticos

no podía ser reconocido como verdadero. Esto indujo a Cipriano el obispo (pastor) a

proponer este punto a discusión en dos sínodos tenidos en Cartago, en el año 225 D. C., el

uno compuessto de diez y ocho obispos (pastores) y el otro de setenta y un obispos

(pastores), y ambas asambleas se declararon a favor de los puntos de vista de Cipriano, o

sea, que el bautismo de los heréticos no debe ser considerado como válido,” Neander,

Vol. I, página 318.

También en la Constitución Apostólica dada a los Padres Anti-Nicenos, tenemos

esta aseveración:

“Contentaos igualmente vosotros con un solo bautismo, con agua que el cual está

en la muerte del Señor; y no aquel que es conferido por los malvados heréticos,” Vol. 7,

página 456.

CUARTO SIGLO

Constantino ascendió al tomo en el año 306 D. C. Trató de hacer regresar a los

Novacianos a la Iglesia Católica, pero fracasó. Aquí también hubo un conflicto con los

Donatistas. Tanto los Novocianos como los Donatistas, bautizaban a todos los que venían

a ellos de la Iglesia Romana, y fueron llamados Anabaptistas. Casi al terminar este siglo,

tenemos el primer caso de bautismo infantil en el registro. En el año 370 D. C. Galetes, el

hijo agonizante del emperador Valencio, fue rociado por orden del monarca, quién juró

que no sería contradicho.


QUINTO SIGLO

El concilio de Mela en Numidia, Africa en el año 416 D. C. ordena a los Cristianos

bautizar a sus niños para el perdón de los pecados y maldice a todos los que niegan la

doctrina. Cirilo en el 412 D. C. fue ordenado obispo de Alejandría. Uno de los primeros

actos, fue cerrar todas las iglesias Novacianas. Y se desató una persecución contra todos

los que rebautizaban a los Católicos. El concilio Luterano promulgó un decreto para

desterrar a todos los Anabaptistas como herejes, y apareció un edicto del emperador

Teodosio y Honorio, declarando que todas las personas rebautizadas y los que los

rebautizaban debían ser castigados con la muerte. Albano, un celoso ministro, fue matado

con otros por bautizar. Los Anabaptistas huyeron a las montañas del Piamonte, donde

fueron llamados Valdenses. En España y Francia había decenas de miles de Albigenses y

Valdenses. Los Godos invadieron a Italia en el año 476. Su liberalidad hacia los

Novacianos los hizo crecer grandemente.

SEXTO SIGLO

En este tiempo los Albigenses y Valdenses estuvieron muy activos en España y

Francia. En 524 D. C. un concilio Católico se tuvo en Lérida, en el cual se declaró que

todo aquel que hubiera caído en la prevaricación del Anabaptismo, como los Novacianos y

otros, y que volviese a la Iglesia Católica, sería recibido.

SEPTIMO SIGLO

El surgimiento de los Paulicianos en Armenia, que se extendieron en Mesopotamia

y Persia, y en las montañas de Tauros, marcó el principio de este siglo. En Tracia fueron

llamados Bogomiles. Bautizaban adultos solamente. Rechazaban el bautismo infantil, y

el bautismo ajeno de cualquier fuente. Fueron francamente Anabaptistas, y se contaron

por miles. Brockett, en su historia de los Bogomiles de Bulgaria, dice acerca de ellos:

“Estas sectas fueron Bautistas, no solamente en sus conceptos acerca del tema del

bautismo y la Cena del Señor, sino en su oposición al Paidobautismo, a una iglesia

jerárquica y a la adoración a la virgen María y a los santos; y en su adoración religiosa.

En síntesis, la conclusión me forzó a crecer a que en estos Cristianos de Bosnia, Bulgaria y

Armenia, tenemos una sucesión apostólica de iglesias Cristianas, Iglesias

Novotestamentarias; y que, ya en el siglo XII, estas iglesias contaron con una membresía

convertida y creyente, tan grande como las Iglesias Bautistas en todo el mundo

actualmente.”

OCTAVO SIGLO

La Invasión Sarracena de España

Muchos miles de Voudois Españoles, que era el otro nombre de los Paulianos y

Albigenses y Valdenses, los cuales se habían colonizado allí por causa de la persecución


en el Oriente, emigraron al otro lado de los Pirineos desde el pie de las montañas

españolas hasta el pie de las montañas francesas, y aún hasta el Piamonte. Todos estos

eran Anabaptistas.

Bonifacio, Obispo de Sutrio, afirma, que en este período los Paterines se

levantaron en Italia; su religión pública no consistía más que en orar, leer y explicar los

evangelios. Decían que una Iglesia Cristiana debe de consistir solamente de gente buena;

solamente de fe salva. La inmersión, solamente por bautismo. Condenaron el bautismo

infantil como un error.

NOVENO SIGLO

Hacia el final del siglo octavo las cosas cambiaron brillantemente para los

Paulicianos y otros, que habían sido perseguidos tan severamente durante los siglos

séptimo y octavo. Bajo el emperador Nicéforo, se les devolvieron ciertos privilegios

civiles y religiosos. Durante estos años de auspicio, los Paulicianos ampliamente

diseminaron sus opiniones y vinieron a ser formidables en el Oriente, según la Chamber’s

Encyclopedia en el artículo de los Paulicianos.

Hacia fines de este siglo, cerca del año 845 D. C., para ser más exactos, la

Emperatriz Teodora, emitió muy severos decretos contra los Paulicianos y la crueldad de

sus oficiales, en reforzar estos decretos, fue horrible, más allá de toda expresión. Sus

sangrientos inquisidores exploraron ciudades y montañas en Asia Menor. Después de

confiscar las mercancías y propiedades de estas cien mil gentes, los propietarios de ese

número fueron matados de la manera más bárbara haciéndoles expiar lentamente, bajo una

variedad de las más exquisitas torturas. Muchos fueron esparcidos, en todas partes,

particularmente en Bulgaria.

Una parte de este pueblo emigró de Tracia, y pronto sus doctrinas enrarizaron

profundamente en el suelo de Europa. Huyendo de sus inquisidores, llegaron a los

dominios Sarracenos, quienes los recibieron con compasión, y en unión con ellos y bajo

oficiales experimentados, se mantuvieron en guerra con la nación Griega por ciento

cincuenta años,” Orchard‟s History, página 137.

DECIMO SIGLO

Durante el reinado de Juan Zimico en el siglo décimo, los Paulicianos se hicieron

muy fuertes y fueron a todas partes, en otras provincias, predicando el evangelio. Fueron

a Italia. Vinieron a ser una espina en al carne de los pontífices Romanos. Los Bogomiles

fueron una rama de los Paulicianos que vivían en Francia. Obtuvieron el nombre por uno

de sus líderes que vivió en el siglo décimo. La persecución de los Bogomiles fue continua

y severa. Aunque se hizo toda clase de esfuerzos para descubrirlos, ellos sobrevivían. El

historiador Conybeare dice de ellos:

“No fueron exterminados, sino que se estuvieron escondidos en subterráneos.

Estuvieron emboscados por todas partes de Europa, especialmente en los Balcanes y lo

largo del Rin. En estos escondidos lugares parecían tener reunidas sus fuerzas en secreto,

para emerger una vez más a la luz del día, cuando se les presentara una oportunidad. La

oportunidad fue la Reforma Europea, en la cual, especialmente bajo la forma de

Anabaptismo y la opinión unitaria, esta levadura de la antigua Iglesia Apostólica es

hallada libremente mezclada con la fe y modificando otras de sus formas,” The Key To

Truth, página 196.


En esta cita de Conybeare, se notará que éste los llama Anabaptistas, y dice que

ellos continuaron hasta la Reforma en el siglo diez y seis y que preservaron y perpetuaron

la levadura de la Iglesia Apostólica.

Volviendo al Occidente, en este siglo, vemos también a los Paulicianos

fuertemente atrinherados en Francia. El historiador Gibbon dice:

“Fue en la tierra de los Albegeos, en la provincia del sur de Francia, donde se

establecieron la mayoría de los Paulicianos. Esta gente fue conocida por varios nombres

en distintas provincias,” Roman History, cap. 54.

Estos Paulicianos Franceses fueron de la misma fe que la de los Búlgaros. No

tenían obispos. Después de la justificación venía el bautismo. Bautizaban a los que

venían a ellos de los Católicos. Rechazaban el bautismo infantil. Por lo tanto, fueron

también Anbaptistas.

Si, novecientos mil de este pueblo fueron muertos en las provincias de Grecia por

la emperatriz Teodora, y por esto, Gibbon dice que fue en las provincias del sur de

Francia, donde los más de los Paulicianos se establecieron. Dejaremos al lector imaginar

cuántos miles estuvieron en Francia, Italia y España, que estaban firmes en la fe que ha

sido una vez dadas a los santos; un ejército poderoso de fieles, que como olas del mar se

rompen siglo tras siglo contra el poder romano hasta la Reforma en el siglo diez y seis,

cuando vino la gran ola de marea, que casi engolfó a los Católicos Romanos, logrando

libertarse de sus garras millones de aquellos, que salieron de ella con la Reforma

Protestante.

CAPITULO XI

LOS ANABAPTISTAS (Continúa)

En el capítulo precedente trazamos brevemente el curso de los Anabaptistas a

través de los primeros diez siglos de la era Cristiana. Decimos brevemente, porque si

hubiéramos dado toda la información que nos han dejado los historiadores, habríamos

llenado volúmenes. Mas los datos que hemos dado son solamente fragmentarios . Por

ejemplo, en cierto siglo nos contentamos con dar, como regla, los movimientos de una

secta en un país, cuando podíamos haber dado los movimientos de muchas sectas en todos

los países de Europa, Asia y Africa. Entonces, cuando consideramos que los historiadores

nos han dado solamente vislumbres de la historia de este período, y que la mayor parte de

la historia e estos Anabaptistas está sin escribir, y nunca será escrita, nos maravillamos de

la fe y fidelidad de este período, contando por millones, sacados, perseguidos, exiliados,

desterrados, errantes de un lado a otro de la tierra, sentenciados a muerte, hasta en número

de novecientos mil en un solo siglo y en una sola provincia, y así, a pesar de todo,

sobreviviendo y perseverando, llevando la antorcha de la verdad en sus desfallecidas

manos y pasándola a las generaciones venideras. ¡Qué fe tan maravillosa! ¡Qué valor

incomparable! ¡insuperable fidelidad al sagrado depósito que Dios les puso en sus manos!

No podemos contenernos de citar en esta concepción, las palabras inspiradas en el

capítulo 11 de los Hebreos: “Que por fe ganaron reinos, obraron justicia, alcanzaron


promesas, taparon las bocas de los leones, apagaron fuegos impetuosos, evitaron filo de

cuchillo, convalecieron de enfermedades, fueron hechos fuertes en batallas, trastornaron

campos extraños. Las mujeres recibieron sus muertos por resurrección; unos fueron

estirados, no aceptando el rescate, para ganar mejor resurrección; otros experimentaron

vituperios y azotes; y a más de esto, prisiones y cárceles; fueron apedreados, aserrados,

tentados muertos a cuchillo; anduvieron de acá para allá cubiertos de pieles de ovejas y de

cabras, pobres, angustiados, maltratados; de los cuales el mundo no era digno; perdidos

por los desiertos, por los montes, por las cuevas, y por las cavernas de la tierra,” Hebreos

11:33-38.

Y la parte triste de todo, es que ellos sufrieron lo más de estas cosas de manos de

aquellos que pretendían ser Cristianos, los Católicos Romanos y Griegos. Es significativo

que los Godos que conquistaron a los Romanos, y los Sarracenos que ya casi conquistaban

las jerarquías Romanas y Griegas fueran más consecuentes con los Anabaptistas, que los

propios Romanos y Griegos.

Vamos ahora a trazar la historia de los Anabaptistas desde el siglo X, hasta el siglo

XVI, donde tenemos la Reforma Protestante.

SIGLO XI

Dice Mosheim: “Desde Italia los Paulicianos enviaron colonos a casi todas las

provincias de Europa y formaron gradualmente un número considerable de asambleas

religiosas, que se adherían a su doctrina y provocaban toda clase de oposición e

indignación de los papas.

Conquistaron la estimación y la admiración de la multitud por su santidad. En Italia se les

llamó Paterines o Cataries.”

Orchard dice de los Paterines, de quienes Mosheim hace mención arriba: “Los

Paterines eran en el año 1040 muy numerosos y conspicuos en Milán, la cual fue su

principal residencia. Aquí florecieron por lo menos doscientos años. Sus iglesias se

dividieron en diez y seis compartimientos, los que los Bautistas Ingleses llamarían

asociaciones.

Cada una subdividida en partes, que aquí serían llamadas iglesias o congregaciones. Una

de las iglesias en esta asociación eran más de mil quinientos. Durante el reinado de los

Godos y Lombardos, los Anabaptistas como los Católicos los llamaron, tuvieron su parte

en las iglesias y bautisterios.”

Bruno y Berenger fueron reformadores en Francia en al año 1035 D. C. Berenger

dejó tras sí un vasto número de discípulos. Mezerey, el historiador Francés, dice que sus

doctrinas prevalecieron en Francia, Italia, Alemania y otros reinos. Sus seguidores fueron

llamados evangélicos por cien años y muchos de ellos sufrieron la muerte, por sus

opiniones. Bellarmine dice: “Los Berengerianos admiten solamente adultos para el

bautismo, cuyo error los Anabaptistas abrazaron.”

Mezerey declara que Berenger había sido cabeza de los sacramentarios, o Anabaptistas, y

Morell presupuesta que por el año 1160 D. C., más de 800,000 prefirieron la fe

Berengeriana.

SIGLO XII

Entrando al siglo XII no solamente tenemos que considerar los 800,000

Berengerianos, sino la galaxia de nuevos nombres que se levantaron, y tuvieron una

tremenda compañia, amenazando dondequiera que ellos vivían la existencia de la Iglesia


Católica Romana. Estos nombres son Pedro de Bruis en el Sur de Francia, Enrique de

Tolosa, Arnoldo de Brescia en Italia, y Pedro de Lyons.

Pedro de Bruis apareció por el año 1110 en las provincias de Langedoc y Provensa

en el Sur de Francia. Se opuso a las corrupciones de la Iglesia Católica, y bautizaron a

aquellos que venían de esa comunión. Fueron, por tanto, llamados Anabaptistas. El

obispo de Meaux increpaba a Calvino como sigue: “Usted adopta a Enrique y Pedro de

Bruis entre sus predecesores, y ambos, todo el mundo lo sabe, fueron Anabaptistas.”

Pero de Bruis continuó en sus labores por veinte años, hasta cuando fue arrojado a

las llamas en Saint Giles por un populacho enfurecido, azuzado por el clero de la Iglesia

Católica.

Enrique de Tolosa, un discípulo de Pedro de Bruis, cinco años más tarde apareció

como un reformador. El denunciaba al clero Católico por su superstición y falsa

enseñanza. Su influencia fue tan tremenda que Bernardo escribió al Conde Saint Giles:

“Las iglesias están sin gente, las gentes están sin sacerdotes, los sacerdotes sin reverencia,

y por último, los Cristianos sin Cristo. La vida de Cristo se niega a los infantes al

rehusarles la gracia del bautismo.” Arnoldo de Brescia en Italia, se levantó por el año

1137. En su vida temprana viajó por Francia, y fue discípulo del renombrado Pedro

Abelardo. Un hombre de poderosas elocuencia, atacó la riqueza y brujería del Clero

Romano. La gente se rebeló contra los obispos. La Iglesia Romana se alarmó y en

concilio del año 1139, aquél fue condenado a silencio perpetuo. Dejó Italia y fue a Zurich

en Suiza; sacado de aquí por la influencia de Bernardo, fue a Roma, y desmelenó al león

en su propia jaula, en su misma capital. Por diez años mantuvo su ascendencia, y en 1155,

fue preso, crucificado y quemado. Mosheim dice de él:

“Este Reformador tiene su carácter y maneras muchas, cosas dignas de estimación.

Dejó tras él un gran número de discípulos, originándose de él la denominación de

Arnoldistas; y, en épocas subsecuentes se descubrió el espíritu e intrepidez de su líder,

tantas veces cuantas se ofrecieron a su celo oportunidades favorables de reformar la

iglesia.

Pedro de Lyons era un comerciante opulento y vino a se un prominente reformador

por el año 1160. Al traducir los primeros evangelios del latín al francés, se asombró al

hallar que la religión de la Iglesia Romana difería totalmente de la enseñada por Cristo y

los Apóstoles. Abandonó sus negocios, distribuyó sus riquezas entre los pobres, adoptó

las creencias de los Valdenses del Piamonte, y salió a enseñar la fe apostólica. Sus ideas

estaban de acuerdo con la de los Albigenses, Arnoldistas, Petrobrusianos y otros disidentes

que fueron Anabaptistas. Crecieron rápidamente. Fue anatemizado por el pontífice.

Siendo forzado por la persecución a salir de Lyon, y de paso por diferentes provincias,

predicó la palabra con gran aceptación. Llegó a Alemania con muchos de sus seguidores,

y fueron llamados allí Picardos; después fueron a Bohemia. A causa de la persecución de

Felipe II de Francia, muchos de sus seguidores huyeron a los valles del Piamonte, llevando

con ellos la nueva traducción de la Biblia, mientras otros fueron a Alemania, y algunos a

Holanda, diseminando el fuego de la disención a las doctrinas y corrupciones Católicas.

Orchard dice:

“Sus doctrinas fueron llevadas a Flandes, Polonia, España, Calabria y aún a los

dominios del gran Sultán.” Así crecieron a través de Europa y en Narbone y los países

adyacentes vinieron a ser tan poderosos, como para amenazar el poder papal con la

destrucción.

Dieckoff, un historiador Alemán de los Valdenses dice de ellos: “Había similitud

entre los Valdenses y los seguidores de Pedro de Bruis, Enrique de Lausanne, y Arnoldo


de Brescia, y finalmente se unieron en un cuerpo cerca del año 1130, porque tenían puntos

de vista comunes,” página 167-168.

SIGLO XIII

Este siglo se caracterizó por la más horrible persecución contra los que se oponían

a las prácticas malvadas y doctrinas falsas de la Iglesia Católica Romana. Parece que por

este tiempo los disidentes vinieron a ser tan numerosos, y extendidos en todos los países

de Europa, que la Iglesia Romana estaba excesivamente enojada, y determinó suprimirlos

o exterminarlos. Notemos primeramente el trato que dieron a los Paterines en Italia. En

1220 D. C., Honorio III indujo a Federico II a emitir un edicto contra ellos. Mosheim dice

que no había alternativa de escapar de los monstruos humanos de la inquisición, sino huir,

y que muchos salieron de Italia y se esparcieron como inundación a través de los países

Europeos. Salieron otros edictos, uno de los cuales establecía:

“Nosotros dejaremos que estos miserables vivan.” A alguno se les había arrancado

su lengua, para que no pudieran corromper a otros; otros fueron arrojados a las llamas. A

pesar de esto a mediados de este siglo tenían, dijo Reiner, 4,000 de los dirigentes, más los

llamados discípulos que fueron una multitud innumerable.

Se presenta aun un cuadro más terrible en el tratamiento de los Valdenses y

Albigenses en España y Francia. El Papa Inocencio publicó decretos contra ellos, y

ofreció indulgencias a todos aquellos que se unieran en una cruzada para destruirlos. Un

ejército formidable de fanáticos se consiguió reunir por estos medios en Europa, llegando

a sumar de 300,000 a 500,000. A su cabeza marchaban Simón de Montford, Conde de

Liecester. En pocos meses fueron matados 200,00; otros huyeron de sus hogares en

llamas, vagando por los bosques y las montañas, muriendo por falta de alimentos. Cien

habitantes de Bron tenían sus ojos arrancados y sus narices cortadas. Esto continuó con

más o menos intensidad por un período de cuarenta años, y durante este tiempo, dice

Orchard que un millón de vidas fueron extinguidas. A pesar de esto el historiador Clark,

calcula que los Berengerianos, otro nombre de estos disidentes, llegaban a 800,000 en el

año 1260. Muchos de éstos se escaparon huyendo a Bohemia, Livonia, Polonia, donde

fueron llamados Picardos o Valdenses. Un inquisidor de la Iglesia de Roma dice de estos

refugiados Bohemios:

“Ellos dicen que la Iglesia de Roma no es la iglesia de Jesucristo, sino una

asamblea de hombres impíos, y que cesó de ser la verdadera iglesia en la época que el

Papa Silvestre presidió en el año 330 D. C. Los escritores Bohemios dicen que bautizaban

y rebautizaban a las personas que se unían a sus iglesias, y siempre hicieron así. En otras

palabras fueron Anabaptistas, y habían sido siempre Anabaptistas.”

SIGLO XIV

Hemos dicho que los Valdenses o Picardos que huyeron a Bohemia a causa de las

persecuciones en el siglo XIII, vinieron a ser 800,000 en el siglo XVI. Este siglo se

caracteriza más por el sufrimiento y por la obra de cuatro prominentes Anabaptistas, Juan

Wyclif de Inglaterra, Juan Huss, Jerónimo de Bohemia y Walter Lollard del Rin de

Alemania.

Pedro Payne, Director de Edmund Hall en la Universidad de Oxford, Inglaterra, al verse

perseguido por causa de su oposición a la violencia papal huyó a Bohemia, llevando los

tratados de Wyclif, que fueron introducidos en la Universidad de Praga, donde Huss era

Profesor. Cerca del mismo tiempo, un poco antes, Walter Lollard, hombre erudito y


elocuente, y famoso por sus escritos, visitó a Inglaterra y como eran de la misma fe, siendo

Anabaptistas, se unió a los Wyclifistas. Mientras tanto en Bohemia Juan Huss y Jerónimo

estaban constantemente solapando los fuegos de la disención contra la fe Católica. Huss

fue excomulgado por el papa con el cargo de contumacia, y después juzgado por herejía y

quemado en un poste. Sobre las opiniones de sus seguidores, Erasmo dice:

“Los Hussistas renunciaron a todos los derechos y ceremonias de la Iglesia

Católica; ridiculizaron nuestra doctrina y práctica en ambos sacramentos, y no admitían a

ninguno hasta que no fuera sumergido en agua.”

Jerónimo de Praga era amigo íntimo de Huss. Viajó por muchos países de Europa,

incluyendo Inglaterra, donde tenía acceso a los escritos de Wiclif, los cuales copió y llevó

con él a Praga. Huss y Jerónimo fueron juzgados por el mismo concilio y quemados en

postes por la misma orden. Huss murió orando por sus perseguidores; Jerónimo cantando:

“Hanc animan, en flammis, offero, Christi tibi,” (Esa alma mía en llamas, te ofrezco a ti

Jesucristo). Huss y Jerónimo enseñaban ambos aquellas herejías atribuídas a los

Anabaptistas. Walter Lollard era un laborioso y elocuente predicador entre los Bautistas a

lo largo del Rin. También fue quemado en un poste en el año 1320 D. C.

SIGLO XV

A medida que nos acercamos a la gran Reforma Protestante, hallamos a los

disidentes en todas partes acobardados ante el poder creciente y las inquisiciones de la

Iglesia Católica Romana. Muchos ultrajes se les hicieron. Orchard describe uno, hecho

contra los habitantes del valle Pragela en el Piamonte:

“El ataque se llevó a cabo a fines de Diciembre, cuando las montañas estaban

cubiertas de nieve. Los habitantes huyeron a una de las más altas montañas en los Alpes,

con sus esposas y niños; las infelices madres llevaban a la cuna en una mano, y en la otra

conducían a los niños que podían andar. Los inhumanos invasores persiguiéronlos hasta

que las tinieblas de la noche obscurecieron los objetos de su furia. Muchos fueron

asesinados antes que alcanzaran las montañas. Cogidos por las sombras de la noche, los

afligidos desterrados vagaban subiendo y bajando las montañas, cubiertas de nieve.

Entorpecidos por el frío algunos se durmieron y jamás despertaron. Cuando la noche

había pasado, se hallaron, en sus cunas o sobre la nieve cuatro veintenas de infantes que

murieron helados. Al lado de ellos, también sus madres muertas, y otras a punto de

expirar.”

Un poco más tarde un ejército levantando por Alberto, el legado papal, marchó al

valle de Loyse. Los habitantes huyeron a sus cuevas en las montañas. Alberto y su

ejército los siguieron e hicieron fogatas a la entrada de las cuevas. Cuatrocientos niños

fueron asfixiados en sus cunitas o en brazos de sus madres muertas. Multitudes, para

evitar la muerte por asfixia o ser quemados en un poste se arrojaban de cabeza a los

precipicios de las montañas, donde eran hechos pedazos por las rocas. si algunos

escapaban de la muerte en la caída, eran brutalmente asesinados por los soldados. Más de

tres mil personas del valle de Loyse perecieron en esta ocasión. Para tener dinero para los

gastos de la expedición, el Papa vendió indulgencias para pecar, y perdón por crímenes

pasados.

Mosheim dice de este período: “Antes que surgieran Lutero o Calvino, habían

permanecido ocultos en casi todos los países de Europa, particularmente en Bohemia,

Morabia, Suiza y Alemania, muchas personas que se adherían tenazmente a las doctrinas

de los Bautistas Holandeses, los Valdenses, Wyclifistas y Hussistas, y sostenían, algunos

en forma oculta y otros más abiertamente, a saber, que el Reino de Cristo o la iglesia


visible que El había establecido en la tierra, era una asamblea de reales y verdaderos

santos, y deben por tanto, ser inaccesibles al mal y a la injusticia y eximirse también de

aquellas instituciones que la prudencia humana sugiere, oponerse al progreso de la

iniquidad, corregir y reformar a los transgresores. Esta máxima es la verdadera fuente de

todas las peculiaridades que se encuentran en la doctrina religiosa y la disciplina de los

Bautistas. Es evidente que estos puntos de vista fueron aprobados por muchos antes del

albor de la Reforma.”

Además Mosheim se expresa de este período: “El aspecto amenazador de los

asuntos en Alemania surgieron a los Picardos la necesidad de emigrar, y multitudes de

Bautistas Alemanes emigraron a Holanda y los países bajos; y en curso del tiempo se

amalgamaron con los Bautistas Holandeses.”

Y ahora, con el principio del siglo XVI al alborear la Reforma, bajo Lutero y

Calvino, una vez más debemos citar a Mosheim:

“Había ciertas sectas y doctores contra quienes el celo, vigilancia y severidad de

Católicos, Luteranos y Calvinistas estaban unidas. Los objetos de su aversión común

fueron los Anabaptistas.”

Y ahora viene la Reforma, y cerramos esta historia de los Anabaptistas hasta este

tiempo, habiendo trazádoles en las palabras de Mosheim, el gran historiador Luterano que,

“De las remotas profundidades de la antigüedad.” A la luz de estas pruebas ¿quién dirá

que la iglesia que Jesús edificó cesó alguna vez de existir, o que la antorcha de la verdad

conservada y transmitida por los Apóstoles fue extinguida en alguna época?

CAPITULO XII

LUTERO, CALVINO Y LOS ANABAPTISTAS

A mediados del siglo XV, personas de amplios y diferentes puntos de vista, pero

unidas en su oposición a las enseñanzas y corrupciones de la Iglesia Católica, se agruparon

en Bohemia en un solo cuerpo, y se llamaron a sí mismos Unitas Fratrum, los Hermanos

Unidos. A pesar de la persecución, aumentaron rápidamente, y a principios del siglo XVI

contaban con 200 congregaciones. Muchos Condes, Barones y nobles se unieron a sus

iglesias, que construyeron edificios para los cultos en ciudades y pueblos. Entre ellos

habían muchos Anabaptistas. Tenían una Biblia traducida a la lengua Bohemia e impresa

en Venecia y Nuremberg. Más tarde fundaron tres imprentas, donde se publicaron

Biblias; una en Praga, otra en Beinzlaw y una tercera en Kralitz en Moravia. En 1507 el

Rey de Bohemia cedió a la presión y principió la persecución de estos hermanos.

Algunos de ellos emigraron, otros se retiraron a los bosques y cuevas, y otros

fueron traídos ante los sacerdotes, donde, rehusando renunciar a su fe, fueron convictos y

quemados. Más tarde cuando Lutero, apareció, cansados de la persecución, le hicieron

proposiciones a Lutero, acordando dejar de rebautizar y venir a la comunidad Luterana.

Sin embargo, los Bautistas que había entre ellos, como rehusaron, fueron todavía una

comunidad esparcida, y se les llamó Anabaptistas o Picardos Calvinistas. El Emperador

expresó su espanto al conocer lo numerosos que eran. Vivían en cuarenta y cinco

divisiones llamados colegios; exactamente como sus antecesores lo habían hecho en


Francia cuatrocientos años antes. El Emperador, entonces, publicó un edicto de desierto

contra ellos bajo pena de muerte. Fueron esparcidos otra vez.

Los Moravios sostienen que ellos son los descendientes de estas iglesias.

En Alemania, donde Lutero principió la Reforma, al principiar el siglo XVI, el

período está marcado por dos eventos importantes: la obra de Tomás Munzer, y la

rebelión de Munster. Tomás era de Mulhausen en Turingia. Había sido un sacerdote, pero

vino a ser discípulo de Lutero. Lutero lo llamaba su Absalom, y la gente lo llamaba el

cura de Lutero.

Más tarde, según Orchard, llegó a ser un Anabaptista, pero Chistian dice que nunca fue

Bautista. Sea lo que sea, fue un gran predicador entre la gente común. Mientras Lutero

estaba cazando, escribiendo y asociándose con príncipes, Munzer estaba predicando en el

campo, y observando la condición de los moradores. Pudo ver la esclavitud miserable de

éstos. El plan de Lutero era libertar a los sacerdotes de la obediencia del Papa, pero

permitir a los oficiales del estado que tiranizaran al pueblo. Munzer vio esto, y se opuso.

Como Voltaire dice: “Lutero había logrado exicitar a los príncipes, nobles y magistrados

contra el Papa, y los obispos: pero Munzer instigó a los campesinos contra ellos. El y sus

compañeros fueron dirigiéndose a los habitantes de las aldeas de los campos en Saubia,

Misnia, Thringia, y Franconia. Proclamaron esa verdad peligrosa que ésta en todo pecho,

de que todos los hombres nacen iguales; decían: que si como los papas habían tratado a

los príncipes como súbditos, los príncipes habían tratado a la gente común como bestias.”

Cuando Lutero conoció el buen éxito de Munzer, sus celos no reconocieron

límites. Aunque al principio parecía favorable a los Anabaptistas, no podía conceder que

ninguno apareciera como cabeza de la Reforma, sino sólo él. Carlostadt, un rebautizador,

lo siguió de lugar en lugar y tuvo que expulsarlo. Al oír el buen éxito de Munzer, escribió

a los magistrados de Mulhausen, pidiéndoles que exigieran a Munzer, que para probar su

llamamiento de Dios hiciera un milagro. La gente resintió el insulto y expulsaron a los

emisarios de Lutero, y los magistrados eligieron nuevos senadores, de los cuales Munzer

fue uno.

Los Bautistas fueron objeto de persecución común de Católicos, Luteranos y Calvinistas

en Alemania y Suiza. Muchos Bautistas fueron ahogados y quemados en postes. Munzer

escribió un memorial expresivo de las injusticias, el cual mandó a toda Alemania.

Consistía de doce artículos sobre la libertad civil y religiosa, de la cual Voltaire exclama, -

“Un Licurgo la habría firmado.” Al final de este memorial, los campesinos apelaron a

Lutero. El replicó que era fatuo poner a toda la humanidad sobre un mismo nivel, que

Abraham tenía esclavos, y publicó un decreto dirigido a los príncipes y a los nobles para

unir todas sus fuerzas con el fin de suprimir la sedición y destruir a todos los que se

resistiesen al gobierno. Los campesinos oprimidos fueron en consecuencia pasados a

espada y derrotados, y Munzer, su amigo y dirigente, fue condenado a muerte.

Diez años más tarde la ciudad de Munster en Westfalia vino a ser escena de un

levantamiento y rebelión. Como antes, otra vez esta rebelión la comenzó un Paido-

Bautista ministro de la persecución Luterana, apoyados por otros ministros de la Reforma

Protestante. Esto ocurre en relación con religión Protestante y fue principiada entre los

Católicos y Protestantes. Más tarde, muchos Anabaptistas fueron atraídos a ella. La gente

extraviada, pues muchos eran campesinos ignorantes. buscando la libertad civil por causa

de la opresión comenzó a erigir una nueva república, y la llamaron la Nueva Jerusalén. La

conducta sediciosa de esta gente, incluyendo un puñado de Anabaptistas, arrojaron sobre

los Anabaptistas, inocentes o culpables, la ira de los príncipes y nobles. Cassander, un

papista, dice que muchos de los Anabaptistas se opusieron a los actos de Munster, y

enseñaron la doctrina contraria. Sin embargo, como formaban un solo hombre en la lucha


para la libertad civil y religiosa, y al mismo tiempo se oponían al bautismo infantil, se

promulgaron las más severas leyes contra ellos.

Mosheim dice que una inaudita cantidad de Bautistas sufrieron la muerte, no porque

fueran sujetos rebeldes, sino porque fueron juzgados como herejes incurables.

Por este tiempo, Menno Simón vino a ser una gran dirigente entre los Anabaptistas.

Nació en Witmarsum en Friesland en 1496. Se educó para el sacerdocio católico, y en

1524 vino a ser ministro de esa fe. No sabía nada de la Biblia, ni la tocaría para nos ser

seducido por sus enseñanzas. Su primer problema mental fue sobre la doctrina de la

transubstanciación, más él atribuía la impresión al diablo. Continuó gastando su tiempo en

diversiones mundanas, mas esto inquiera su mente. En este tiempo decidió estudiar el

Nuevo Testamento, y cuando lo hizo, vio el error del papismo y comenzó a predicar el

verdadero evangelio.

Por este tiempo, entre muchos millares de otros que fueron puestos a muerte, había

uno llamado Sicke Synden, un Anabaptista, que fue decapitado en Lewarden. La fe de

este hombre, que prefirió la muerte a renunciar a su creencia o a su fe, condujo a Menno a

considerar el asunto del bautismo, y se convenció que la Biblia no enseñaba bautismo

infantil

y que los Anabaptistas o Bautistas habían sido perseguidos por causa de la verdad.

Estudió de la Biblia de Nuevo, fue convicto de sus pecados, convertido y bautizado por

inmersión y vino a ser un Bautista. Afirmó en tiempo: “No encontraremos otro bautismo,

sino el de inmersión en agua, que es aceptable a Dios y sostenido en su palabra.” Pasó un

año en estudiar y escribir, cuando fue llamado como Pastor a una Iglesia Bautista. A su

alrededor vio a los Bautistas sufriendo la persecución y la muerte, después de horribles

torturas; sin embargo, aceptó el cargo. Tuvo grandes pruebas y privaciones, se le obligó

muchas veces a moverse de una provincia a otra, con su esposa y familia, mas donde

quiera que iba, fue maravillosamente bendecido en su obra.

Asentó su plan de doctrina y práctica en forma de catecismos, enteramente sacados

de las escrituras, todo lo cual estaba de acuerdo con la práctica de los Anabaptistas a través

de los siglos. Estas doctrinas incluían el rechazamiento del bautismo infantil, la

aproximación eminente del milenio, la abolición de la guerra, la prohibición de los

juramentos, la vanidad de la ciencia humana, la piedad práctica de los miembros como

señal de la verdadera iglesia.

El buen éxito de Menno levantó la ira del estado, y en 1543, ofrecieron una

recompensa para su arresto, pero halló refugio por algún tiempo bajo el patrocinio del

Lord de Fresenburg y Lubeck. Se formaron iglesias, llamáronse pastores, aquí Menno,

por medio de la imprenta, continuó avante la enseñanza de la verdad.

En 1560 se expidió un decreto contra los Anabaptistas, que prohibía que alguno se

uniera a ellos. En Hamburgo se decretó que a ninguna persona rebautizada se le dará

empleo, ni podría ejercer ninguna profesión. Aún con esto, los Bautistas aumentaron,

aunque corriendo de provincia en provincia, como sucedió con Menno. Menno continuó

su obra hasta 1561, cuando murió y fue enterrado en su propio jardín. Como resultado de

la persecución, muchos Bautistas en este tiempo emigraron a los Países Bajos y Holanda,

donde tuvieron libertad religiosa, y a donde también vinieron muchos Bautistas de

Inglaterra, huyendo de las persecuciones bajo la Reina Elizabeth.

También fue de Holanda de donde muchos emigrantes en este período buscaron asilo en

América, para regocijarse de la libertad religiosa de esta nueva tierra de promesa. No

terminaremos este capítulo sin dos citas concernientes a los Anabaptistas, una del

Cardenal Hosius, que ciertamente no puede ser prejuzgada en favor de los Bautistas. El

Cardenal Hosius dice: “ Si la verdad de la religión fuese juzgada por la presteza y


alegría que un hombre de cualquier secta muestra en el sufrimiento, entonces las

opiniones y las persecuciones de ninguna otra secta pueden ser más verdaderas o ciertas

que las de los Anabaptistas; puesto que ha sido más terriblemente castigada en estos

1200 años pasados.”

La otra cita es del historiador Luterano Mosheim, que también no puede

ciertamente ser prejuzgado en favor de los Bautistas. Mosheim dice:

“Antes de Lutero y Calvino, permanecieron escondidas en casi todos los países

de Europa, muchas personas que se adherían tenazmente a las doctrinas de los

Bautistas Holandeses.”

Y así tenemos pruebas de la historia dada por los enemigos de esta despreciada

secta, que existió por lo menos 1200 años antes de la Reforma Protestante, y cuya máxima

ofensa fue la de ser la verdadera Iglesia de Cristo y la única verdadera Iglesia a quienes

fueron dadas las ordenanzas, y que enseñó que ninguno tenía derecho de administrar el

bautismo y la Cena del Señor, sino ellos mismos.

CHAPTER XIII

LOS ANABAPTISTAS DESPUES DE LA REFORMA

Por unos cien años después de la Reforma, la Iglesia de Inglaterra bautizó por

inmersión. Y a pesar de esto, los Bautistas de Inglaterra objetaron a su bautismo,

fundándose en que ellos salieron de Roma, que era una iglesia apóstata y por tanto,

incapacitada para administrar el bautismo.

Cuando los Brownistas salieron de la Iglesia Inglesa, objetaron a su jerarquía,

liturgia, constitución y gobierno, pero aceptaron su bautismo.

Había un señor, Juan Smyth, que se separó de ellos en el punto en cuestión, discutiendo

con ellos que, si la iglesia era apóstata, como hija de Roma, no estaba, por tanto, apta para

administrar el bautismo y la Cena del Señor. El obispo Hall, intervino en la controversia

entre Smyth y los Brownistas, y mientras desollaba a Smyth, se mofaba de los Brownistas

con estas palabras:

“Ustedes que no pueden habitar en una iglesia falsa, ¿por qué se contentan con un

sacramento falso, toda vez que, (como ustedes disputan) la Iglesia Inglesa no es iglesia, y

por tanto, su bautismo es una nulidad? El (Smyth) les dice la verdad, su posición es

insegura: o ustedes deben ir más adelante que él, o volverse a nosotros. Todos sus rabinos

no pueden responder a esa acusación de su hermano rebautizado.”

Existe la historia de que Smyth, desacreditando todo bautismo en Inglaterra, fue a

Holanda para descubrirlo y finalmente, bautizóse. Esta historia es desmentida tanto por

Orchard como por Christian. Sea verdadera o no, muestra que el asunto del administrador

era tanto en Inglaterra como en Holanda un asunto vivo en este tiempo. Para conocer

definitivamente cómo los Bautistas Ingleses, estaban en este tiempo en relación con la

inmersión extraña, no tenemos más que mirar a su afirmación doctrinal escrita en el año

1689:

“El bautismo y la Cena del Señor son ordenanzas de institución positiva y

soberana, establecidas por el Señor Jesús, el único legislador para ser continuadas en su

iglesia hasta el fin del mundo. Estas santas ordenanzas son para ser administradas por

aquellos que están autorizados, y por tanto, llamados, según la comisión de Cristo.”


Uno de los nombres firmantes de este documento doctrinal, es el de Guillermo

Kiffin, que fue pastor de una Iglesia Bautista en Devonshire, por sesenta y un años, hasta

su muerte.

En Inglaterra fueron publicados en 1538, 1540 y 1550 actas de perdón general.

Los ladrones y vagabundos recibieron el favor real, pero los Bautistas fueron excluídos.

Bajo la sangrienta María, corrió la sangre de las venas Bautistas, y la Reina Elizabeth

siguió el ejemplo de su malvado padre, y como él, desterró a los Bautistas, dándoles veinte

días para salir de sus dominios. Por 200 años según los registros forenses, los Bautistas se

vieron perseguidos en Inglaterra.

El historiador Froude, hablando de algunos Bautistas, quienes fueron quemados

vivos al poste, dice: “Han desaparecido los pormenores, y también sus nombres. Fueron

pobres Holandeses y eso es todo. Escasamente el hecho parece digno de mencionarse,

brevemente está contado en párrafo pasajero. Por ellos no se vio agitada Europa, ningún

tribunal guardó luto, ningún corazón real tembló de indignación.

A su muerte el mundo los contempló complaciente, indiferente o regocijado. Mas aquí

también, de veinticinco pobres hombres y mujeres, se hallaron catorce que por ningún

terror de la hoguera o de la tortura, pudieron ser tentados para decir que creían lo que no

creían . Para ellos la historia no tiene una palabra de loor; mas ellos también, no estaban

dando su sangre en vano. Sus vidas podían haber sido tan inútiles, como las de la mayoría

de nosotros. En su muerte ayudaron a pagar el precio para adquisición de la libertad de

Inglaterra.”

Y así la batalla contra los Anabaptistas continuó de siglo tras siglo. Los Católicos

pudieron perseguir a los Episcopales, y los Episcopales, en poder, perseguir a los

Católicos, mas ambos fundiéronse en su animosidad y persecución de los Bautistas. Ni en

Alemania, ni en Inglaterra hallaron un lugar de descanso para sus pies. Mientras España,

Francia e Italia, fueron un holocausto de persecución. Pensamos en la crueldad de

Herodes, quién asesinó a los niños de Judá, y nos estremecemos en sólo pensarlo, pero

esto fue solamente en una pequeña provincia. A través de los siglos, por todo el

continente Europeo, y en Inglaterra también, cientos de miles de niños murieron de

hambre y frío, mientras sus madres peregrinaban para perecer en los bosques y montañas,

y por todo el continente podía ser oído el clamor de las Raqueles, llorando por sus hijo.

¿Y por qué? Porque estos Anabaptistas afirmaron que la Iglesia de ellos era la única

Iglesia escritural, y su bautismo era el único bautismo escritural.

¿Murieron en vano? ¿Fueron mártires del fanatismo, o de un principio tan viejo

como el mismo cristianismo? Vosotros, que hoy así mismo os llamáis Bautistas,

¿desecharéis esta herencia sin precio que ellos preservaron para vosotros con el precio de

la persecución, martirio y muerte? Cuando vosotros hagáis esto, no solamente los

marcaréis a ellos con el membrete de fanáticos, sino abdicaréis al principio que nos

diferencia, y los Bautistas vendrán a se solamente una rema de la Iglesia Universal, sin

otra autoridad para administrar las ordenanzas que la de Roma apóstata o su hija, la Iglesia

de Inglaterra, que nació de la mente perversa de Enrique VIII.

Más de cien años antes de este período, América había sido descubierta, pero pasó

largo tiempo antes de la colonización para que asumiera algunas proporciones y se tornara

permanente. Mas, por este tiempo, cuando la persecución era tan común en el continente

y en Inglaterra, buscando escapar de las persecuciones de Roma, Calvino, Lutero y de la

Iglesia Inglesa, y hallar la libertad y libramiento de la persecución en el Nuevo Mundo,

multitudes enteras se embarcaron desde varios puertos en navíos, y cruzaron los mares.

Aquí vinieron los Peregrinos, los hermanos Plymouth, los Hugonotes, y aquí vinieron,

cuando tuvieron oportunidad, los pobres y oprimidos Anabaptistas, que no habían


encontrado en Europa, lugar donde pudiesen adorar a Dios según los dictados de sus

propia conciencias.

Pero es ironía de la historia que, en el Nuevo Mundo, los perseguidos vinieron a

ser perseguidores – todos con excepción de los Bautistas. El mundo está familiarizado con

la historia de Roger Williams, vagando por las nieves de un invierno en Nueva Inglaterra,

pero hay algunos otros hechos de la historia Americana concernientes a los Bautistas, con

los cuales no estamos tan familiarizados. El gobernador cuenta de una señora Moody, que

compró una plantación en Lynn, a diez millas del Noreste de Boston. Dice que ella era

una mujer sabia, amable y religiosa, pero fue sorprendida con el error de negar el bautismo

a los infantes. Las autoridades la acosaron y se marchó para Long Island, donde se

estableció entre los Holandeses. Entonces él agrega: “Muchos otros infectados con el

Anabaptismo, fueron expulsados para allá también.”

En 1644, un hombre llamado Painter hízose Anabaptista, y rechazó permitir que su

hijo recién nacido fuera bautizado. Siendo mandado por el tribunal a bautizar a su niño,

todavía rehusó, diciéndoles que el bautismo infantil era ordenanza anticristiana. Por causa

de esto fue atado y azotado.

El gobernador Winthrop relata que por este tiempo los Anabaptistas han

aumentado y se han extendido a través de Massachusetts.

En 1644, el Tribunal General admitió una ley para suprimir a los Anabaptistas. La ley en

parte dice:

“Considerando que la experiencia ha probado abundantemente y muchas veces que

desde el primer surgimiento de los Anabaptistas, han sido los incendiarios de las colonias,

y los contagiadores de las personas en las principales materias de religión, y los

trastornadores de las iglesias en todos los lugares donde han estado, considerando como

ilegal el buatismo de infantes y usualmente han sostenido otros errores de herejías, luego:

(por tanto) es ordenado y acordado, que cualquier persona o personas en esta jurisdicción

que condenare abiertamente o se opusiere al bautismo de infantes o anduviere

secretamente seduciendo a otros de la aprobación o uso de esto, o se separare

deliberadamente de la congregación al administrar la ordenanza, tal persona será

sentenciada al desierto.”

Abajo adjuntamos una carta que el Tribunal General escribió a los hermanos de

Plymouth:

“Honrados y amados hermanos: hemos oído en otro tiempo de muchos

Anabaptistas que han surgido en su jurisdicción, y los toleran; mas siendo sólo unos

pocos, bien esperábamos que agradase a Dios por los esfuerzos de ustedes mismos y la

fidelidad de los ancianos con ustedes, redujeran a tales hombres errados otra vez al camino

derecho.

Pero ahora, para nuestra tristeza estamos informados con certeza, que su paciente atención

con tales hombres ha producido otro efecto, a saber la multiplicación y crecimiento de

tales errores, y tememos surjan otros errores también si no se toma oportuno cuidado para

suprimir los mismos.”

Abdías Holmes, acusado de ser Anabaptista, fue encarcelado y entonces azotado

públicamente, de lo cual él escribe:

“El hombre golpeó con toda su fuerza (sí, escupiendo sus manos tres veces, como

muchos afirmaron) con un látigo de tres cuerdas, dándome con él treinta azotes. Cuando

me soltó del poste, con gozo en mi corazón y alegría en mi semblante, como los

expectadores observaron, le dije al magistrado: „me han azotado con rosas.‟ ”

La flagelación fue tan severa que el Gobernador Jenckes dijo:


“El Señor Holmes fue azotado con treinta azotes y de tal manera inmisericorde,

que en muchos días, si no algunas semanas, no pudo descansar sino apoyándose en sus

rodillas y codos, no pudiendo soportar que cualquier parte de su cuerpo tocara la cama en

que se acostaba.”

El juicio y los azotes de Holmes condujo a Enrique Dunster, presidente de

Harvard, a ser Bautista. Este predicó un sermón sobre el bautismo infantil, que dio como

fruto la organización de una Iglesia Bautista en Bostón. Los magistrados requirieron a los

miembros de esta iglesia, que asistieran a la Iglesia Establecida. La Corte General les

privó de sus derechos de ciudadanos, los pusieron en la cárcel, y los persiguió con multas

y duras prisiones durante tres años. La Corte General, en el año 1668, sentenció a Tomás

Gould, Guillermo Turner y Juan Farmum a ser desterrados, y porque ellos no se

marcharon, se les encarceló por casi un año. La separación de la iglesia y el estado, no fue

escrita en la constitución de Massachussetts hasta el año 1833, más de cien años después

de la Declaración de la Independencia.

A Virginia la fundaron los sostenedores de la Iglesia de Inglaterra en 1606, y por

180 años hasta 1786, los Bautistas sufrieron la persecución y no gozaron de la libertad

religiosa. La carta previó:

“Los presidentes, concilios y ministros deben encargarse de que la verdadera

palabra y servicio de Dios, sea predicada y usada según los ritos y doctrinas de la Iglesia

de Inglaterra.”

El código sangriento de 1611, exigía a los hombres y mujeres en la colonia ir al

ministro parroquial y dar cuenta de su fe y religión, y si no era satisfactoria, se les

ordenaba volvieran a él a menudo para ser instruídos. Si ellos rehusaban ir, el

Gobernador tendría que azotarlos por su primera ofensa. Por rehusar la segunda vez, eran

azotados dos veces, y tenían que reconocer su culpa en el día domingo ante la

congregación.

Por la tercera vez, deberían ser azotados todos los días hasta que cumplieran.

En 1662, fue dada la siguiente ley: “Por cuanto muchas personas cismáticas, por

su aversión a la religión ortodoxa establecida, o por sus conceptos novelescos de sus

propias invenciones heréticas, rehusan tener hijos bautizados: Sea por tanto decretado,

que todas las personas que en desprecio del divino sacramento del bautismo, rehusen

llevar sus niños a un ministro legal en ese país para tenerlos bautizados, serán multadas

con 1,000 kilos de tabaco, la mitad del cual será para el público.”

El feroz antagonismo a los Bautistas en Virginia levantó la indignación, tanto de

Santiago Madison como de Tomás Jefferson.

Madison escribió:

“Ruge entre algunos ese principio diabólico y de concepción infernal, de la

persecución; y para su eterna infamia el clero puede cumplir su cuota de impíos para tales

propósitos. Hay en este tiempo en la región adyacente no menos de cinco o seis hombres

bien intencionados en cárceles, por publicar sus sentimientos religiosos, los cuales en lo

esencial, son muy ortodoxos.”

En 1785 los Bautistas presentaron al señor Madison su Declaración de Principos,

y le rogaron que los incorporaran en un memorial a la legislatura. Su influencia,

juntamente con la de Jefferson, prevalecieron, y en 1786, el señor Jefferson preparó y

consiguió el paso por la Asamblea General de Virginia el Acto de la Libertad Religiosa,

una parte de la cual es como sigue:

“Sea por tanto, decretado por la Administración General, que ningún hombre será

obligado a frecuentar o sostener cualquier culto religioso, lugar o ministro, cualquiera que

sea, ni será forzado, restringido, molestado o agobiado en su cuerpo o bienes, ni sufrirá de


otra manera por causa de sus opiniones religiosas, o creencias; ni por sus argumentos para

mantener sus opiniones en materia religiosa, y que las mismas de ningún modo

disminuirán, alargarán o afectarán sus capacidades civiles.”

Aunque el señor Jefferson no fue Bautista, y, en verdad, ni creyente en los eventos

milagrosos recordados en la vida de Jesús, estaba profundamente impresionado e

influenciado pro el espíritu de democracia y libertad religiosa que prevalecía entre los

Bautistas.

El Rev. Dr. Fishback de Lexington, Kentucky comunicó lo siguiente al Chirstian

Watchman, casi cien años antes:

“Sr. Editor, las siguientes circunstancias ocurridas en el Estado de Virginia,

relativas al Sr. Jefferson, me fueron detalladas por el anciano Andrés Tribble, cerca de seis

años pasados, el cual murió después de 92 o 93 años. Los hechos tal vez pueden interesar

a algunos de sus lectores. Andrés era el Pastor de una pequeña Iglesia Bautista que tenía

reuniones mensualmente a corta distancia de la casa del Sr. Jefferson, ocho o diez años

antes de la Revolución Americana. El Sr. Jefferson asistía a las reuniones, y después de

una de ellas le pidió al anciano Tribble ir a su casa a cenar con él, a lo cual él accedió.

“El Sr. Tribble preguntó al Sr. Jefferson si estaba satisfecho con el gobierno de su

iglesia. El Sr. Jefferson respondió que esto lo impresionó con gran fuerza y que mucho le

interesaba; que él consideraba esto con la única forma de Democracia Pura que en aquel

tiempo existía en el mundo, y había concluído que sería el mejor plan de gobierno para las

Colonias Americanas. Esto fué algunos años antes de la Declaración de la

Independencia.”

El Juez Story, en su tiempo el más eminente de los juristas americanos, dice:

“A Roger Williams pertenece la fama de establecer en este país en 1636, un código

de leyes en las cuales leemos pro primera vez, desde que el cristianismo ascendió al trono

de los Césares, la declaración de que la conciencia debe ser libre, y el hombre no debe ser

castigado por adorar a Dios en cualquier manera de que esté persuadido que El lo

requiere.”

El historiador Bancroft dice: “Roger williams tenía entonces un poco más de

treinta años de edad, pero su mente ya había madurado una doctrina la cual le aseguró la

inmortalidad de la fama; porque su aplicación ha dado la paz religiosa al mundo

americano.”

Gervinus, el más astuto historiador de Alemania en su tiempo, añade este

testimonio:

“De acuerdo con estos principios, Roger Williams insistió, en Massachussets,

permitir la libertad entera de la conciencia y la entera separación de la iglesia y el estado.

Mas fue obligado a huir, y en 1636 formó en Rhode Island una sociedad pequeña en la

cual se concedió la libertad perfecta en materia de fe, y en la cual la mayoría regulaba los

asuntos civiles. Aquí, en un pequeño estado, los principios fundamentales de la libertad

política y eclesiástica prácticamente prevalecían antes que fueran enseñadas en cualquiera

de las escuelas de filosofía de Europa. En principios democráticos: sufragio universal,

eligibilidad universal al oficio, el cambio anual de gobernantes, perfecta libertad religiosa,

y la doctrina Miltoniana de los cismas. Más, no solamente se han mantenido estas ideas y

estas formas de gobierno aquí, sino precisamente de este pequeño estado se han extendido

por todos los Estados Unidos. La Alta Iglesia en Virginia, la Teocracia en Massachussets,

y la Monarquía en toda América han dominado las tendencias aristocráticas en Carolina y

New York. Dieron leyes al continente, y formidables como son por influencia moral,

permanecen como base de todos los movimientos democráticos, que están sacudiendo las

naciones de Europa.”


Mirando hacia atrás en esta obscura historia de América, os vemos obligados a

preguntar, ¿estas atrocidades sucedieron en América, la tierra de la libertad y el hogar del

valiente? También nos vemos impulsados a hacer esta observación: que el despotismo en

el gobierno y el despotismo en religión van asidos mano con mano, y siempre que

entregamos nuestra democracia en el gobierno, entregamos nuestra libertad en religión.

Mirad a Stalin en Rusia, Hitler en Alemania, y Mussolini en Italia, y tened cuidado.

Guardaos como los Anabaptistas, los rebautizadores de las edades, quienes siempre han

contendido por la democracia en el gobierno y la libertad en religión.

“Ellos ascendieron la subida escarpada al cielo

A través del peligro, fatigas y penas.

¡Oh Dios! Gracia nos sea dada a nosotros

Para seguir en su procesión.

CAPITULO XIV

GUARDA, ¿QUE DE LA NOCHE?

“Guarda, ¿qué de la noche?

“Guarda, ¿qué de la noche?

“El guardia respondió: La mañana

“Viene, y después la noche:

“Si preguntareis, preguntad;

“Volved, venid.”

Con 1,900 años de gloriosa historia escrita con sangre, alguien pensaría que entre

los Bautistas hubo algunas cosas que fueron establecidas para siempre; y que una de esas

cosas sería el recibimiento del bautismo extraño, que fue el primer asunto que surgió y

causó una división entre las filas de los seguidores de Jesús, permaneciendo como punto

de división a través de los siglos. Mas la eterna vigilancia es el premio de la libertad.

Parece que una generación no puede aprender de otra. Cada una debe aprender en la dura

escuela de la experiencia. En los últimos días hay ciertos hombres que se han deslizado en

nuestras Iglesias, y que quisieran, por conveniencia o alguna otra razón, comprometer este

principio, que a través de los siglos ha sido el baluarte de nuestra fe Bautista, y por el cual

murieron nuestros padres.

“¿Cuál ha sido, y cual es la situación de los estados del Noroeste de América? El

Dr. J. H. Grime, ha dado la contestación a esta pregunta en esta concisa declaración:

“Hasta un poco menos de cien años pasados, los Bautistas de América, como

denominación, se sostuvieron firmemente contra el recibimiento de la Inmersión Extraña.

Dentro de la primera mitad del siglo XIX hasta hoy, el sentimiento contrario comenzó a

sostenerse.

Muchos dentro de la denominación lo disculparon, mientras algunos abiertamente

abogaron la causa de la Inmersión Extraña.”

Veamos la evidencia para considerar si esta declaración está de acuerdo con los hechos.

La Asociación de Filadelfia abarcaba casi todas las iglesias en Pennsylvania, New Jersey,

Delaware y Maryland con algunas de Virginia y algunas iglesias de Nueva Inglaterra. La


Asociación se constituyó en 1707. En 1742 adoptaron La Confesión de la Fe de

Filadelfia. Esta era la antigua Confesión de Fe de Londres, con pocos cambios. El

artículo veintiocho dice como sigue:

“El bautismo y la Cena del Señor son ordenanzas de institución soberana y

positiva, decretadas por el Señor Jesús, el único Legislador para ser continuada en Su

Iglesia hasta el fin del mundo. Estos santos decretos han de ser administrados solamente

por aquellos que tienen las cualidades y llamados para este fin según la comisión de

Cristo.”

Nótese la expresión que se usa, “en Su Iglesia hasta el fin del mundo.” Si ellos

comprendieron otras denominaciones en Su Iglesia, les concedieron otra cosa que Su

Iglesia tiene derecho de bautizar y poner la Mesa del Señor y hacer cualquier otra cosa que

Su Iglesia tiene derecho de hacer. Si no los incluyeron en “Su Iglesia” entonces les

niegan el derecho de bautizar.

¿Cómo interpretaron ellos este lenguaje?”

En 1787, cuarenta y cinco años después que ellos adoptaron esta confesión, la

Primera Iglesia Bautistas de Nueva York les envió esta pregunta: “¿Debe uno,

previamente sumergido sobre una profesión de fe en Cristo, presentarse para ser miembro

en una de nuestras Iglesias, y ser recibido con su bautismo, administrado por uno que no

fue bautizado por inmersión?” El asunto se estudio por más de un año, y en la siguiente

reunión, ellos dieron esta respuesta: “Nosotros juzgamos tal bautismo nulo y falso.” Este

no es más que un caso. Hay muchos otros que podrían citarse. Una y otra vez esta antigua

Asociación rehusó considerar la inmersión extraña. No solamente eso; rehusaron

considerar la ordenación extraña. Un tal Enrique Loach, predicador Presbiteriano, se unió

con la Iglesia Bautista Memorial de Filadelfia y fue bautizado por el Pastor Dr. J.

Wheaton Smith, ofreció una resolución reconociendo y endosando la validez de la

ordenación Presbiteriana. Esto condujo a una serie de discusión, y la votación fue de 2 en

favor y de cincuenta en contra.

El Dr. Spencer H. Cone en 1845 era Pastor de la Primera Iglesia Bautista de la

Ciudad de Nueva York. Las siguientes citas son de una carta que él escribió a otra Iglesia

sobre este mismo asunto:

“Queridos hermanos: La pregunta que me hacéis fue presentada en Julio por el

hermano J. Tripp, Jr. de vuestra iglesia. Respondí que en mi opinión el bautismo válido

solamente podía ser administrado por un ministro debidamente autorizado; y también

afirmé mi impresión de que las Iglesias Bautistas regulares de Inglaterra y de los Estados

Unidos habían sostenido el mismo sentimiento. Primero, entonces, ¿cuál ha sido el

sentimiento de las Iglesias Bautistas regulares de Inglaterra y Estados Unidos sobre este

asunto? Los ministros y mensajeros de más de cien congregaciones de bautizados de

Inglaterra y Gales (negando el Arminianismo) se reunieron en Londres del 3 al 11 de Junio

de 1689, y publicaron lo que ellos llamaron “La Confesión de Nuestra Fe” y

recomendaron su examen, no solamente a los miembros de nuestras Iglesias, mas a todos

los otros Cristianos que diferían de nosotros. Entre estos ministros tenéis los nombres de

Knollys, Kiffin, Keach, Collins, Harris, Gifford, Vaux, Price, Finch y una multitud de

otros cuyo loor estaba en todas las Iglesias Bautistas regulares a saber, como que fueron

quienes se opusieron a la redención general y la comunión abierta. Bajo el epígrafe del

bautismo ellos declararon entre otras cosas que sea administrado solamente por aquellos

que poseen las cualidades y son llamados para eso.

“La Asociación de Filadelfia se formó en 1707, y adoptó con alteración la

Confesión de Londres de 1689; de modo que en este país ha seguido con el nombre de la

Confesión de Fe de Filadelfia; y desde ese tiempo la mayoría de las Asociaciones de los


Estados Centrales se han formado sobre esta misma plataforma. La Asociación de Nueva

York, organizada en 1791, siempre ha sostenido los puntos de vista que yo defiendo. En

1821, el punto particular que nos ocupa fue discutido y resuelto en contestación a una

pregunta de una de las Iglesias, igual a la contenida en su carta. Se nombró al Sr.

Parkinson para que escribiera una carta circular sobre el bautismo, en la cual él mantiene

la inmersión de creyentes profesantes por un ministro bautizado como esencial al bautismo

evangélico.

Después de adoptar esta circular se pasó a una resolución, sosteniendo que, aunque

ellos consideraban la consulta suficientemente contestada en la circular, sin embargo,

registran la opinión de la Asociación, en el sentido de que las Iglesias Bautistas mejor que

nunca reciban personas como miembros o comunicantes transitorios sobre tal bautismo, a

saber, por administradores y no sumergidos. En esta resolución se incorporan muchas

razones para sostener la opinión dada, tales como la desunión, inconveniencia, inquietud,

etc., que siempre han surgido en las Iglesias que reciben tales miembros. Pero la base de

su opinión está así asentada en palabras claras. „Los administradores Paidobautistas, hasta

donde podemos ver, son desconocidos en las Santas Escrituras.‟ Y eso es todo cuanto

puedo ver y nada más.

“La primera Iglesia de esta ciudad de la cual soy Pastor, fue fundada en 1745, y

como la Biblia no ha cambiado, ella todavía adhiere a su confesión de fe original. El

artículo sobre el bautismo termina así : „Que nada es una administración escritural del

bautismo, sino una inmersión total del sujeto en agua, en el nombre de la Santa Trinidad,

por un hombre debidamente autorizado para administrar las ordenanzas evangélicas.‟

Mateo 28: 19-20; Hechos 2: 40-42. La acción de esta Iglesia durante cien años ha sido

rechazar como inválido el bautismo administrado por un administrador no sumergido.

Durante mi residencia en Maryland y Virginia, las Asociaciones de Baltimore, Columbia y

Ketocton (que yo atendí por ocho o diez años, y donde estuve relacionado con todos los

ministros pertenecientes a ella) sostuvieron el mismo sentimiento. Se invocó el asunto en

las Asociaciones mientras yo era Pastor de la Iglesia Bautista Alejandría, D. C. (Distrito

de Columbia), así: Un Sr. Plummer, del Oeste distante, un Bautista liberal o cristiano,

como se llamaba él mismo, sumergió un número de personas en Virginia y fundó una

Iglesia Bautista . Bautizó en el nombre del Padre del Hijo y del Espíritu Santo, aunque

negó la Divinidad del Hijo. Al cabo de un año o dos salió de nuestras fronteras, y sus

discípulos fueron esparcidos.

Algunos de ellos fueron realmente convertidos y desearon unirse con alguna Iglesia

Bautista de esta región. Como la Iglesia y el Pastor de la Iglesia Alejandria estuvieron

satisfechos con su experiencia cristiana y comportamiento de dos de ellos, yo les bauticé

en el nombre de nuestro Dios, Padre, Hijo y Espíritu, co-iguales y co-eternos, y ya no

consideramos el bautismo por Plummer como bautismo cristiano, como si hubiesen sido

bautizados por un mahometano en el nombre de Mahoma. Estas Asociaciones, entonces,

sostuvieron que el bautismo válido debe ser administrado, no solamente por un ministro

sumergido, sino también en una buena y regular relación dentro de nuestra

denominación.

Al principio de mi ministerio, me relacioné intimamente con Gano, Baldwin,

Holcomb, Staughton, Williams, Richards, Fristoe, Mercer y muchos otros, ahora en la

gloria, y nunca oí a uno de ellos indicar que el bautismo por un ministro Paidobautista

abierta la puerta a una Iglesia Bautista regular. Tratos indispensables me obligan a

terminar. Que ahora hay muchos pastores e iglesias opuestos a mis puntos de vista, yo sé,

dolorosamente yo sé, pero todo esto no me convence que nuestros Padres estuvieron

engañados en esta materia. Necesitaría ser hecho otra vez de nuevo para que dijera ser


bautismo válido cuando ni el administrador, ni los que lo ordenaron, creyeron en la

inmersión de los creyentes como cualquier parte de la Comisión, y nunca se sometieron a

ellos mismos en obediencia al mandamiento del Rey de Sión.

“Afectuosamente,

Vuestro hermano en los vínculos del Evangelio,

“S. H. Cone”

Nueva York, 30 de Septiembre de 1845

Hay algunas cosas en esta carta sobre las cuales quisiera especialmente llamar su

atención. Una es que aquí había una Iglesia cuyo Pastor afirmó en 1845 que por más de

cien años ésta se había sostenido firmemente contra las inmersiones extrañas. Esta fue la

Primera Iglesia de la Ciudad de Nueva York. La segunda es que este Pastor, que había

convivido con las Asociaciones de Maryland, Virginia, Baltimore, Columbia y Ketocton,

conoció a todos los ministros de estas asociaciones y todos aquellos sostuvieron

subrepticiamente entrando a la denominación. La cuarta, que nuestros padres se opusieron

a la inmersión extraña, y que las escrituras no se han cambiado, y por tanto, aunque

algunos llamados Bautistas habían apostatado, él no estaba convencido que nuestros

padres estuvieron engañados, y que las escrituras serían violadas solamente para agradar a

los hombres y conciliar a las otras denominaciones.

¡Ay! ¡Ay! ¡Ay! ¡A lo que hemos llegado en estos últimos días, cuando la Iglesia

Riverside en la Ciudad de Nueva York ignora el asunto del bautismo enteramente, y aboga

por la membresía abierta, y a través del Norte hay cientos de llamadas Iglesias Bautistas

que no ponen énfasis sobre el administrador, y conceden que las otras denominaciones son

Iglesias de Cristo, tanto como las Iglesias Bautistas, y tienen tanto derecho para

administrar el bautismo y la Cena del Señor, como los Bautistas! No hay que extrañar que

en el Norte, la causa Bautista languidece, y que el número de los Bautistas no es

proporcionado con el de las otras denominaciones que enseñan el error juntamente con un

mínimo de verdad.

“Escribe el ángel de la iglesia de Efeso: El que tiene las siete estrellas en su diestra

el cual anda en medio de los siete candeleros de oro, dice estas cosas: Yo sé tus obras, y

tu trabajo y paciencia; y que tú no puedes sufrir los malos, y has probado a los que se

dicen ser apóstoles, y no lo son, y los has hallado mentirosos; y has sufrido, y has tenido

paciencia, y has trabajado por mi nombre, y no has desfallecido.

“Pero tengo contra ti que has dejado tu primer amor. Recuerda por tanto de dónde

has caído, y arrepiéntete, y haz las primeras obras; pues si no, vendré presto a ti, y quitaré

tu candelero de tu lugar, si no te hubieras arrepentido. Mas tienes esto, que aborreces los

hechos de los Nicolaítas; los cuales yo también aborrezco. El que tiene oído, oiga lo que

el Espíritu dice a las iglesias. Al que venciere, daré a comer del árbol de la vida, el cual

está en medio del paraíso de Dios” (Apocalipsis 2:1-7).

CAPITULO XV

TENEDLA HASTA QUE YO VENGA


Hemos hablado de los Bautistas de las Asociaciones de Filadelfia y de Nueva

York, y su actitud para con la Inmersión Extraña, hasta el año 1850. Ahora hablaremos

de otras secciones del país. La Asociación Dover de Virginia en 1844, tiene esta

constancia:

“Ya que muchos individuos que han sido inmergidos por un ministro

Paidobautista, desean unirse con la Iglesia Bautista Africana en Williamsburg, y ya que la

Iglesia desea un consejo en cuanto a la propiedad de su recepción; por tanto resolveremos,

que en vista del consejo buscado por la Iglesia Bautista Africana en Williamsburg,

recomendamos según la decisión de esta Asociación en su reunión en Clarks, Neck, y

subsecuentemente en Emmáus, que los individuos referidos no sean recibidos.” Esta es la

Asociación a la cual Juan Broadus, Jeter y Rylan pertenecieron.

La Asociación de Sandy Creek en Carolina del Norte, fue constituída en 1758 y es

la tercera de las más antiguas en los Estados Unidos de América. En 1839, vino a ellos

esta consulta de la Iglesia de Pleasant Grove:

“¿Esta de acuerdo con el espíritu del evangelio, y según las Escrituras, para

cualquier Iglesia Bautista regular recibir en su comunión cualquier miembro o miembros

de otra denominación que han sido bautizados por inmersión, sin bautizarles otra vez?”

Respuesta:

“Pensemos que no. El voto de esta consulta fue unánime. La Bautista es la única

denominación que no están culpados de cisma, de hacer una división al empezar a existir.

Ellos han existido antes que cualquier denominación Paidobuatista ahora en existencia.

Los Bautistas nunca se han separado de alguna otra denominación. Todas las otras

denominaciones vinieron sea de Roma o de otra denominación: Hicieron una división

cuando empezaron a existir: en vez de recibir su bautismo como válido, deben ser

señalados y evitados porque son causa de divisiones, Romanos 16:17.

“No podemos admitir la validez de su bautismo, sin admitir que son iglesias

evangélicas, verdaderas y escriturales: si hacemos esto, nosotros mismos nos

descalificaremos como iglesia, porque Dios nunca autorizó o estableció, sino una

denominación cristiana. El no es autor de la confusión, o de denominaciones antagónicas.

La Bautista es la única denominación que puede pretender descender de las Iglesias

Apostólicas, a través de la Iglesia verdadera, que testificaba y era perseguida, que huyó al

desierto por 1260 años, Apocalipsis 12:6, 14.

“Que los Bautistas han descendido de esta Iglesia verdadera es subceptible de la

más clara prueba. Esto no se puede decir de cualquiera otra denominación. Todos

sabemos el día cuando surgieron el hombre u hombres que las levantaron, y ninguna ha

existido antes del año 1500. Las ordenanzas no pueden ser administradas válidamente por

ambas, Bautistas y Paidobautistas. Dios no es el autor sino de una de ellas,

consecuentemente no podemos recibir el bautismo administrado por ellos, sin repudiar las

ordenanzas administradas por ellos, sin repudiar las ordenanzas administradas por nosotros

mismos.”

No es necesario ningún comentario. Desearíamos todavía añadir una pregunta:

Si es la fe de nuestros padres, como la Asociación de Carolina del Norte dice que es, ¿es

esa vuestra fe?

Ya en el año 1773, se estableció una colonia de Bautist entre los que fueron

conocidos ese tiempo como los salvajes de Georgia, de los cuales el Rey. Lewis de

Margate, Inglaterra dijo: “Estos son los desidentes de los Anabaptistas Moravios en la

nueva plantación de Georgia.” La primera iglesia establecida en Georgia, fue conocida

como la Iglesia Anabaptista Kioka. La más antigua Asociación en el estado, la Asociación


de Georgia, siempre ha estado en contra de la Inmersión Extraña. El Río Amarillo, una de

las más antiguas Asociaciones en el estado, tiene su confesión de fe esta declaración:

“El bautismo de agua y de la Cena del Señor son ordenanzas del evangelio para ser

continuados hasta la venida del Señor, y para ser administrados solamente por ministros

ordenados y ordenados regularmente.”

En 1789 Jessie Mercer fue ordenado al ministerio Bautista. El Dr. J. H. Grime

dice acerca de él, “Por un gran período de tiempo él fue el presidente de la Antigua

Asociación de Georgia. Fue el que estableció el Christian Index; fue quien estableció la

Universidad Mercer. Fue quien puso miles de dólares sobre el altar, para misiones y

educación; iniciando la influencia, que ha hecho de Georgia el gran estado misionero que

es. Escribió en 1811, la carta circular de la Asociación de Georgia, acerca de la Iglesia y

sus funciones.

El bosquejo de sus argumentos son como sigue:

I. La Iglesia Apostólica que ha continuado a través de todas la edades hasta el fin

del mundo, es la única y verdadera Iglesia evangélica.

II. De esta iglesia, Cristo es la única cabeza y fuente verdadera de toda autoridad

eclesiástica.

III. Los ministros evangélicos son siervos en la iglesia, todos son iguales y no

tienen poder para enseñorearse sobre los bienes del Señor.

Habiendo establecido estas proposiciones, él infiere lo siguiente:

1. Que todas las iglesias y ministros que se originaron desde los apóstoles, y que

no son sucesores de ellos, no están en el orden evangélico y por tanto, no

pueden ser reconocidos como tales.

2. Que todos los que han sido ordenados a la obra del ministerio, sin el

conocimiento y llamamiento de la iglesia, ya sea por Papas, Concilios, etc. Son

creaciones de aquellos que los constituyeron, y no son siervos de Cristo ni de

su iglesia, y por tanto no tienen derecho de administrar.

3. Que todos aquellos que pusieran a un lado la disciplina del evangelio y han

legislado y ejercido dominio sobre la iglesia, son usurpadores, pues se han

colocado en el lugar y oficio de Cristo y están contra él; y por tanto, no pueden

ser aceptados en sus oficios.

4. Que aquellos que administran lo contrario de lo propio, o sea la fe del

evangelio, no pueden administrar para Dios, puesto que, sin la fe del evangelio

n tienen nada que administrar, y no siendo suyo, El no acepta ningún servicio;

por tanto, las administraciones de los tales, de cualquier modo son

imposiciones sin garantía.

Por tanto, nuestras razones para rechazar el bautismo por inmersión apostólica,

y por ministros Paidobautistas son:

1. Que ellos están conectados con iglesias claramente fuera de la sucesión

apostólica, y por consiguiente, claramente fuera de la comisión apostólica.

2. Que ellos han derivado su autoridad por ordenaciones de los Obispos de Roma,

o de individuos que la han tomado por sí mismos.

3. Que ellos tienen una posición más elevada en las iglesias que los apóstoles

tenían y de la que no son responsables, y por consecuencia no averiguable en justicia por

la iglesia, mas solamente responsables entre sí mismos.

4. Que todos ellos administran, pensamos, de manera contraria al modelo del

evangelio; y algunos, cuando la ocasión lo requiere, actúan contrariamente a la fe que

profesan.”


A la declaración incontestable, tanto doctrinal como históricamente del Dr. Jessie

Mercer arriba, él añade anticipándose polémicamente a las objeciones que algunos

pudieran poner a su argumento Gibraltino por la fe de nuestros padres:

“Pero si dijesen que la sucesión apostólica no puede ser averiguada, y que entonces

es propio actuar sin ella, nosotros decimos que la pérdida de la sucesión nunca puede

probar su inutilidad, ni justificar alguna fuera de ella. Los Paidobautistas por sus propias

historias admiten que no tienen la sucesión apostólica, pero nosotros sí, y pensamos que

tenemos derecho a reclamarla hasta que lo contrario sea claramente demostrado. ¿Debe

alguien pensar que la autoridad derivada de la madre de los fornicaciones es suficiente

para calificar y para administrar una ordenanza evangélica? ¿Serán tan benignos para

condenarnos por profesar que somos derivados de Cristo? Y aún, más, alguno

absurdamente puede argüir que la ordenación recibida de un individuo es suficiente: los

dejamos que muestren lo que es el uso de la ordenación y porqué existe. Si alguno piensa

que bastará una administración aunque no tenga modelo evangélico, ellos nos tolerarán

para actuar de acuerdo con el ordenamiento divino, con impunidad. Y si se dijese que la

fe en el sujeto es todo lo que se necesita, entonces pedimos que se busque en donde las

escrituras lo dicen, esto es en todas partes.” Por supuesto, queriendo decir que es en el

administrador como también en el sujeto y en la iglesia que autorice, tanto como el

administrador.

Cerramos este registro concerniente de los Anabaptistas y la Inmersión Extraña en

el estado de Georgia, con lo pronunciado por la Convención Bautista de Georgia, que se

reunió en Macon en 1872:

“El bautismo es la inmersión de un creyente en Cristo Jesús, por un administrador

autorizado y en el nombre de la Trinidad. Tal bautismo es pre-requisito para ser miembro

de la Iglesia y para la admisión a la Cena del Señor. Personas no bautizadas y que no son

miembros de la Iglesia no pueden investirse de autoridad para administrar las ordenanzas,

y por tanto , las inmersiones ejecutadas por tales personas son nulas e inválidas. La

sinceridad del sujeto no puede suplirse con el deseo autoritativo del administrador.”

Volvemos ahora de los Bautistas de Gerogia a los bautistas de Louisiana. La

Asociación Concordia de Louisiana fue constituída en 1832, y en el mismo año escribió lo

siguiente en su constitución:

“Creemos que los creyentes son los únicos sujetos propios y que la inmersión es la

sola acción escritural del bautismo; y solamente los administradores legales de la

ordenanza son los ministros ordenados regularmente del evangelio, en plena comunión

con los Bautistas unidos.”

La Asociación del Río Rojo de Louisiana, fue constituída en 1848, e incorporó sus

artículos de fe lo siguiente:

“Se acuerda: Que en la opinión de esta Asociación, un administrador propio y

calificado es esencial para el bautismo escritural.

“Se recuerda: Que la autoridad de una iglesia Bautista ordenadamente, es una

cualidad esencial para autorizar a uno que administra el bautismo.

“Se acuerda: Que en las inmersiones ejecutadas por administradores no

autorizados por tal iglesia, no deben ser recibidas por los Bautistas.”

Volviendo al Mississippi: la Asociación del Mississippi fue constituída en 1806.

En 1939 ellos escribieron en sus minutas:

“Se acuerda: Que en la opinión de esta Asociación hay tres cosas necesarias para

constituir un bautismo evangélico: Un administrador regular y autorizado, un creyente en

Cristo, y la inmersión en el nombre de la santísima Trinidad; y que aquellos ministros que


han sido excluídos de nuestra comunión por inmoralidad o herejía, no son administradores

propios, y consecuentemente, las inmersiones administradas por ministros Cambelistas

(Discípulos de Cristo) o maestros reformadores, como ellos mismos se llaman, no es

bautismo válido.”

Kentucky, el campo de batalla de los blancos con los indios, el campo de batalla de

la guerra entre los Estados, ha sido también el campo de batalla de los Bautistas. Aquí se

filtran del norte estas herejías modernas que tanto prevalecen en el Norte: inmersión

extraña, comunión abierta y la membresía abierta. Estas marejadas han estado

golpeando de tiempo en tiempo, y en Kentucky ha permanecido en pie como un

verdadero Verdun para el Sur, al devolver estas mareas de invasión. El Sur debe estar

agradecido a Kentucky, al resistir y devolver estas olas periódicas de herejía moderna.

Antes de dejar la historia de los Bautistas de Kentucky en el asunto de la inmersión

extraña, nosotros deseamos llamar la atención al hecho que apenas para el año 1784, los

Bautistas de Kentucky fueron llamados Anabaptistas por los historiadores. El Dr. W. D.

Nowlin en su historia de los Bautistas de Kentucky, hace esta afirmación:

“Juan Filson en su historia de Kentucky, cuya fecha es de 1784, dice en la página

301 al hablar de las maneras y costumbres del pueblo de Kentucky: „Ellos tienen una

diversidad de maneras, costumbres y religiones las cuales pueden con el tiempo tal vez,

ser modificadas a una sola.‟ Luego añade, „Los Anabaptistas fueron los primeros que

promovieron la adoración pública en Kentucky.‟ Es digno de notar que los Bautistas en el

año de 1784 fueron llamados Anabaptistas por este historiador. Esto muestra que el

pueblo que ahora se llama Bautista, fue una vez llamado Anabaptista.”

Elkhorn, la Asociación más antigua en el estado, se constituyó en 1785. Y en 1802

le hicieron a esta Asociación esta pregunta de parte de la Iglesia Bautista Sur Elkhorn:

“¿En qué consiste la validez del bautismo?”

La Asociación contestó:

“El administrador debe haber sido bautizado por inmersión, legalmente llamado a

predicar el evangelio y ordenado como dictan las escrituras; el candidato para el bautismo

debe hacer una profesión de fe en Cristo Jesús, y ser bautizado en el nombre del Padre, del

Hijo y del Espíritu Santo, sumergiendo todo el cuerpo en el agua.”

La Asociación de los Long Run se constituyó en 1803 y en 1804 le hizo una

pregunta la Iglesia Union Springs:

“¿Está de acuerdo con el evangelio que cualquier Iglesia que es miembro de esta

Asociación, invite y permita a un predicador administrar las ordenanzas y quien no está

unido con nosotros y niega las doctrinas sobre las cuales estamos establecidos?”

La Asociación contestó inequívocamente, “NO.”

La Asociación de Russell Creek, constituída en 1804, pasó lo siguiente en 1871:

“Se recuerda: Que la Asociación no considera bautizada a ninguna persona a

menos que haya sido sumergida en agua en el nombre de la Trinidad por la autoridad de

una Iglesia bautista regularmente organizada.”

La Asociación West Union, constituída en 1834, tuvo ante sí en 1846 el tema de la

Inmersión Extraña. Se aconsejó a las Iglesias para que no recibieran ninguna solicitud de

membresía a menos que los solicitantes hubieran sido legalmente bautizados por un

ministro Bautista.

La Asociación Little Bethel, constituída en 1836, consideró en 1854 la pregunta

que le hizo la Iglesia de Liberty, y contestó:

“Aconsejamos a las Iglesias de nuestra Asociación, no recibir en su comunión a

ninguno que no haya sido bautizado por un ministro Bautista ordenado regularmente.”

La Asociación de Liberty establecida en 1840, dice en 1867:


“Ya que algunas Iglesias Bautistas han reconocido la validez del bautismo de los

Paidobautistas y Cambelistas, al recibir miembros de aquellas congregaciones sin

sumergirlos otra vez; por tanto, hemos resuelto aconsejar y avisar a nuestros hermanos de

la Asociación de Liberty, que se abstengan de este error, y que no descuiden de protestar

contra el error de tales inmersiones.”

La Asociación Greenup, constituída en 1841, dice lo siguiente en 1880:

“Se acuerda: Que nosotros no transigimos con otras Asociaciones que reciben

inmersiones extrañas.”

La Asociación de Concord del Norte, organizada en 1843, en 1872 adoptó lo

siguiente:

“Se recuerda: Que no recibimos ni tenemos compañerismo en comunión con

Iglesias que reciben miembros de otras denominaciones sin rebautizarlos”.

“El Dr. J. J. Porter en su debate en Sumpter, cita la siguiente carta del Dr. T. T.

Eaton, fechada en Junio 19 de 1903, en cuanto la posesión de los doctores Boyce y Juna

Broadus sobre el asunto de la Inmersión Extraña.

“El Dr. Boyce fue enfático y se pronunció en contra de recibir la Inmersión

Extraña. El bautizó al Dr. Weaver, aunque había sido Pastor de la Iglesia de Chestnut

Street, porque había sido recibido con la inmersión Metodista. Un hombre que pretendía

haber sido convertido antes de recibir inmersión de un predicador de los Discípulos, pedía

ser recibido sobre esa inmersión en la Iglesia Bautista de Broadway, Louisville, Kentucky,

de la cual el Dr. J. l. Burrows era Pastor, y de la que el Dr. Boyce era miembro. El Dr.

Burrows deseaba recibir al hombre, mas el Dr. Boyce se opuso y logró derrotarlo, y una y

otra vez he oído al Dr. Boyce decir que la Inmersión Extraña no debe ser recibida.

“Yo fui el Pastor del Dr. Juan A. Broadus, desde Mayo de 1881 hasta que él

murió en 1895, hace cerca de catorce años; fuimos tan íntimos como lo sugiere esa

relación. Yo no tenía mucho tiempo en Louisville, cuando le pregunté, francamente, sí él

estaría a favor de nuestra Iglesia, de recibir un caso de inmersión extraña, y él me contestó

claramente, “No.” Una y otra vez hablamos sobre eso, y de otros sujetos similares, y una

y otra vez él me dijo, que la inmersión extraña no debe de ser recibida.”

Hemos casi terminado la inspección con el Sur, pero antes de cerrar, veremos un

ejemplo de Florida es tan cosmopolita, que uno encuentra en ella Bautistas de todos

colores y creencias, pero las iglesias en lo principal son ortodoxas y fieles a la fe de

nuestros Padres, y a las enseñanzas de las Escrituras, sobre este asunto de la Inmersión

Extraña.

En las minutas de las Asociación del condado de Pinellas County de Florida, por el

año de 1933, que se reunieron con la Primera Iglesia Bautista de Saint Petersburg,

hallamos esta aseveración:

“En causa de grande pena que algunas de nuestras Iglesias Bautistas en estos

últimos días han mostrado disposición de descuidar las doctrinas del Nuevo Testamento, y

la práctica de nuestras Iglesias Bautistas regulares en todas partes en nuestra época

histórica con referencia especial a las ordenanzas de la Iglesia Novotestamentaria.

“Los Bautistas son peculiares en esto, porque ellos han sido el único pueblo que ha

mantenido a través de las edades la posición firme, que el bautismo y la Cena del Señor

son las únicas ordenanzas dadas a la Iglesia por Cristo, el fundador y cabeza de la Iglesia.

Nosotros siempre hemos contendido y mantenido que el bautismo válido o bautismo

escritural, consiste de:

“Un sujeto propio – un Creyente en Cristo.

“Un designio propio – un símbolo de nuestra muerte al pecado, y nuestra

resurrección a nueva vida.


“Una acción propia – La inmersión del creyente en el agua, en el nombre del

Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

“Un administrador propio – Una persona debidamente autorizada por una Iglesia

Novotestamentaria.

“La historia está repleta con las más penosas pruebas que en cuando quiera y

dondequiera los Bautistas enflaquecen y se han comprometido y recibido inmersiones

extrañas; al obtener miembros de otras denominaciones, ellos abren las compuertas de

esclusa de enseñanzas erróneas y malas prácticas entre nuestras Iglesias, lo cual

lógicamente conduce a la membresía abierta, y a la final abolición de las Iglesias

Novotestamentarias, si esto fuere posible.

“La constitución de la Asociación Bautista del condado de Pinellas County, provee

las reglas para la membresía de las Iglesias Bautistas regulares. Por tanto, reafirmamos

nuestra convicción en las prácticas honradas por el tiempo, que la ordenanza del bautismo

es una ordenanza del Nuevo Testamento, y es válida cuando es administrada por una

persona autorizada debidamente por una Iglesia Novotestamentaria. Es fundamentalmente

errado suponer que cualquier individuo o institución pueda usurpar la autoridad dada a una

Iglesia del Nuevo Testamento en administrar sus ordenanzas. No tenemos más derecho a

desatender las escrituras con referencia al administrador, como no lo tendríamos de

cambiar el modo del bautismo.”

En estas citas de las Asociaciones Bautistas, hemos abarcado las del Norte, Este y

Sur. No hemos dado más que una pequeña parte del material que tenemos a la mano. Si

la incluyéramos todo en este libro, tendría que ser aumentado más allá de los límites que

nos hemos propuesto; sin embargo, se ha dado bastante para probar conclusivamente tres

cosas:

Primera – Que los primitivos padres Bautistas Americanos rechazaron el bautismo

extraño, porque creyeron que había fundamento escritural para ello.

Segunda – Que ellos creyeron que los Bautistas o Anabaptistas, a través de las

edades lo han rechazado también.

Tercera – Que consideran aquellos pocos que lo aceptaron como que introducen

una innovación que no es de las escrituras y que a la vez causan división perniciosa, que

podría resultar eventualmente en la desintegración de los Bautistas.

CAPITULO XVI

LOS BAUTISTAS DE TENNESSEE

Los Bautistas de Tennessee merecen especial mención, porque vivieron y

trabajaron desde mediados del siglo XIX, en ese carácter, sublime y distinto igual al cual

no se ha visto otro en la historia Bautista Americana, y que dudamos mucho, sea visto

alguna vez. Nos referimos al J. R. Graves, maestro, editor, autor y predicador.

Nació el Sr. J. R. Graves en Abril 10 de 1820, en la Ciudad de Chester, Vermont;

y por la muerte temprana de su padre, su madre quedó viuda con muy pequeños recursos,

y sus primeros años los pasó en dura disciplina por la lucha contra la pobreza. Fue

convertido a la edad de quince años y unido a la Iglesia Bautista de Springfiled del Norte.

Enseñó dos años en la Academia Kingville, Ohio; después fue a Kentucky, donde tomó el

cargo de la Academia Clear Creek, cerca de Nicholasville. Por cuatro años él dio seis

horas diarias a la escuela, y ocho al estudio tomando un curso de la universidad sin


maestro. Hizo de la Biblia su estudio principal, y a la vez, se adiestraba en el lenguaje

moderno cada año.

En 1845 se cambió a Nashville, donde abrió una escuela conocida como The Vine

Street Classical and Mathématical Academy (Academia Clásica y de Matemáticas de la

Calle Parra). En el mismo año él vino a ser Pastor de la Segunda Iglesia Bautistas de esa

Ciudad. Mientras era Pastor de esta Iglesia, llegó a ser el editor del periódico EL Bautista

de Tennessee, y continuó editándolo por cuarenta y cinco años. Como editor sobresaliente

y ejerció una tremenda influencia.” Tres veces armado es el que tiene una contienda justa.

”J. R. Graves tenía una causa justa que defender, y la difundió con una irresistible lógica.

Hombres como el Dr. Bright de Nueva York Baptist Examiner, quitaron las antiguas

falacias y aceptaron la verdad, como Graves la defendió. El Bautista de Tennessee tuvo

la más amplia circulación en un tiempo, que cualquier otro periódico religioso ha tenido en

el mundo.

Fue también sobresaliente como autor. En medio de sus hercúleas labores en otras

direcciones, escribió un número de libros que abarcaban las más grandes discusiones

polémicas del siglo, y fueron en ese aspecto, “gigantescos en aquellos días.” Aquí está

una lista de algunos de sus libros:

El Deseo de Todas las Naciones

La Réplica del Vigía

El Trilema

La Primera Iglesia Bautista en América

La Pequeña Rueda del Fierro

La Grande Rueda del Fierro

La Doctrina Bíblica de la Vida Media

La Exposición del Moderno Espiritismo

La Tierra de las Marcas - ¿Cuál es?

La Exposición de las Parábolas

El Bautismo de Juan

Intercomunión: No Escritural, Inconsistente y Solamente Mala

Sermones Denominacionales

Además, comñiló numerosos panfletos y tratados, dos himnarios, imprimó y

publicó La Historia del Bautismo Infantil por Walls, La Historia de los Bautistas por

Orchard, El Bautismo por Steward, y para coronar todo esto, escribió y publicó

Dispensaciones, una obra maestra de la teología sistemática.

Verdaderamente puede decirse de él, lo que Shakespeare dijo de César:

“¡Oh! glorioso César, tú eres aún poderoso,

Tu espíritu vaga, y vuelves nuestras espaldas

En nuestro propio ser.”

En su Gran Rueda de Hierro obtuvo una poderosa influencia, y condujo sin duda

alguna a la Iglesia Metodista a cambiar su gobierno eclesiástico para que los laicos

pudieran ser admitidos en la Conferencia General. Como resultado de su pluma mordaz y

poderosa predicación miles de Paidobautistas vinieron a ser Bautistas.

A cualquiera que tenga duda sobre las cuestiones de Inmersión Extraña y

Comunión Abierta, le sugerimos leer su libros. Nos aventuramos a asegurar que cuando

alguien los haya terminado, si tiene una mente sin perjuicios, no tendrá ni vestigios de sus

primeras dudas en cuanto a la escrituralidad de la posición Bautista en estos asuntos.

Hemos hablado de Graves como un editor, pero su más grande poder lo tuvo como

predicador. En su tiempo, no hubo más que un hombre, que se aproximó a él en el poder

del púlpito, y fue Ricardo Fuller. El fue preéminentemente doctrinal, creyendo que la vida


de los hombres debe ser controlada por grandes principios, como base para todas las

acciones. “La Salvación por Gracia,” fue el tema de su predicación, y “La Sangre Antes

Que El Agua” y “Cristo Antes Que la Iglesia” era su grito de batalla en su guerra contra

el Romanismo, Cambelilsmo y el bautismo infantil de los Paidobautistas.

A la vez que él predicaba las grandes doctrinas, era también un predicador

emocional. Tenía un poder tremendo sobre su audiencia, por un momento los hacía

prorrumpir en risa, y al siguiente los hacía bañarse en lágrimas. Hay dos ejemplos que

ilustran su gran poder en la predicación, que nosotros daremos.

En Waco, Texas, la Convención Bautista del Sur estaba en sesión, y la casa donde

la Convención tenía sus sesiones estaba tan llena, que se sugirió que la predicación fuera

tenida en una de las casas de las otras denominaciones. Unánimemente se anunció que

dentro de veinte minutos un prominente predicador, predicará en la Iglesia Metodista.

Fueron solamente unos pocos, que no eran bastantes para una congregación. Un segundo

predicador lo hizo con el mismo resultado. Al fin, el Dr. B. H. Carroll, en un tiempo

Pastor de la Primera Iglesia en Waco, se levantó y anunció que el Dr. J. R. Graves

predicará dentro de diez minutos en la Iglesia Metodista. Inmediatamente hubo un gran

movimiento, y a los cinco minutos, el gran auditorio estaba pletórico hasta las puertas y el

edificio de la Convención casi vacío.

La Convención Bautista del Sur se reunió en la Iglesia Bautista del Este,

Louisville, Kentucky, en 1857. En esta reunión el Dr. Graves predicó sobre el texto “El

Velo Del Templo se Rompió en Dos Pedazos, desde Arriba hasta Abajo.” El Dr. S. H.

Ford, que lo oyó, describe este sermón en el Repository de Febrero en 1900.

Después de describir el lugar Santísimo, el propiciatorio, el deber anual del Sumo

Sacerdote, el Velo, etc., él dirigió el pensamiento a la ascensión del calvario visto desde el

templo, y vigilado por los sacerdotes, el cielo obscuro, las rocas despedazadas, el

terremoto, haciendo que el velo y el templo temblaran, y entonces la rotura repentina del

espacioso velo. Fue breve, gráfico y como si se palpara.

Entonces muestra la rotura del velo como una cosa visible , y la declaración ocular de que

todas las formas sacerdotales, y todos los impedimentos o intervenciones ceremoniales,

sacrificios y purificaciones fueron barridos por la muerte de Cristo. El propiciatorio fue

descubierto. Ninguna Iglesia, ni santo o ángel, persona o predicador, sacerdote u

ordenanza, absolutamente ninguno ni nadie interviniese entre el alma contrita y el trono de

la gracia: la sangre rociada en el propiciatorio.

“El escritor no tomó ninguna nota, pero sus efectos fueron imperecederos. La

única vez que recuerda que su cabellos pareció levantarse sobre su cabeza, fue cuando

estaba oyendo este discurso. Fue positivamente poderoso, y encerró una candente

elocuencia. Pausadamente, aparentemente sobrecargado de sus emociones, o buscando

palabras para expresarlas, con ojos y manos levantada, exclamó:

“ „¡Oh! tu bendito propiciatorio! escondido a través de las edades por la nube del pecado,

el velo de ira, el camino al lugar santo está abierto, la gloria que te corona puede ser

acercada y tus bendiciones ser obtenidas. Yo oigo la voz del eterno saliendo de los

misteriosos retiros, diciendo „Ven a mí – no al ángel, o al santo, o sacerdote, o predicador,

o iglesia, u ordenanza; - Venid a mí y sed salvos, todos los términos de la tierra, y oh,

Cordero de Dios, yo voy, yo voy‟. ”

“El sermón lo oyeron los más grandes hombres en la Convención tales como

Boyce, Jeter, Burrows, Howell, Manly y otros, y dijeron que era mejor sermón que habían

escuchado en su vida.”

El veintiséis de Junio de 1893, el Dr. Graves durmió en el Señor.


Su posición sobre el bautismo e inmersiones extrañas la expuso claramente en

muchos de sus sermones sobre el bautismo, él dice:

“Ahora que el bautismo cristiano ha sido y que es aún considerado parte del sujeto

como el acto de profesar la fe de la iglesia que lo bautiza, que sea verdadero o falso, está

probado por el hecho que desde la tercera centuria en adelante, los catecúmenos, aquellos

bajo instrucción para el bautismo, fueron requeridos para repetir el credo de la iglesia, y

entonces se hizo la inevitable pregunta: “ „¿Quieres tú ser bautizado en esta fe?‟ es decir

„¿deseas tú profesar lo que tú sostienes, recibes y descansa tu salvación sobre ello?‟

Solamente cuando el candidato contestaba, „Yo quiero,‟ el bautismo era administrado. El

sujeto del bautismo no profesaba una fe privada, que él pudiera concebir, sino siempre la

fe de la denominación que lo bautizaba.”

Ahora inquiramos en qué bautizan los Discípulos o la iglesia Cristiana. El Sr.

Alejandría Campbell, dice:

“En el acto de inmersión y por virtud de éste, tan pronto como nuestros cuerpos

están bajo el agua, en el mismo instante son lavados todos nuestros primeros o más

antiguos pecados.” Christian Baptism, página 100.

“Creer en este testimonio es lo que nos obliga a entrar al agua, sabiendo que la

eficacia de su sangre debe de ser comunicada a nuestras conciencias del modo que Dios se

agrade indicar. No dudamos de la promesa, más evitamos esquivar la sagrada ordenanza,

la cual trajo la sangre de Jesús en contacto con nuestras conciencias. Sin conocer y creer

ésto, la inmersión es una nuez vacía; la cáscara está allí, mas el meollo falta,” Christian

Baptism, página 521.

“Los Discípulos o la Iglesia Cristiana que por tanto, se unen con los maestros de un

cristianismo apóstata, están colocando el agua antes que la sangre, al traer un pecador no

regenerado y no perdonado a las aguas del bautismo como sacramento de salvación.

Seguramente ninguna Iglesia de Cristo puede endosar esta doctrina perniciosa al recibir

esos inmergidos, sean Católicos o Discípulos como bautizados escrituralmente, sin que la

misma Iglesia rechace la fe del evangelio.”

Tal es la opinión y ultimátum de J. R. Graves en el asunto de la inmersión extraña.

¿Estuvieron los Bautistas de Tennessee de acuerdo con la opinión del Dr. Graves sobre el

asunto del bautismo? Examinemos los registros:

La Asociación Salem en 1844, adoptó lo siguiente:

“Puesto que, la Asociación Libertad de Kentucky se ha propuesto tener

correspondencia con nosotros; hemos resuelto por tanto, que enviemos una carta fraternal

y delegados para que les informen que nosotros estamos dispuestos a sostener

correspondenica con ellos, previniéndoles que corrijan el error de una de sus iglesias, que

recibe como miembros en su comunión a quienes fueron inmergidos por administradores

no autorizados.”

De nuevo la Asociación Salem en 1850, adoptó lo siguiente:

Resolveremos que sea aconsejado a las iglesias no recibir a ninguno, sino a

aquellos que han sido bautizados después de su profesión de fe en Cristo por

administrador legal; y que estimamos solamente legal el acto que sea administrado bajo la

autoridad de una Iglesia Bautista regular, organizada según el modelo del evangelio.

El lector notará que la primera acción de esta Asociación fue tomada un año antes

de que viniera el Dr. Graves a Tennessee; así que los Bautistas de Tennessee estaban

puros antes de su venida, así que no puede atribuírsele que los influenciara al contrario de

su creencia previa

La Asociación Westen District se constituyó en 1823. En el artículo XII de su

constitución, se halla lo siguiente:


“Ninguno, sino el que había sido bautizado por un ministro Bautista ordenado

regularmente tiene derecho a la comunión y membresía de la iglesia.”

El Pastor James whitsitt, fue el abuelo del último Dr. Guillermo Whitsitt del

Seminario de Louisville. Se le consideró como el historiador de los primeros Bautistas de

Tennessee. Murió a una avanzada edad, pero antes de que muriese, por el año de 1848,

escribió un poderoso artículo sobre la Inmersión Extraña para la Revista de los Bautistas

del Sur.

Entre otras cosas él dijo:

“Nosotros objetamos recibir el bautismo de los Paidobautistas, porque pensamos

que es una peligrosa innovación. No tenemos noción que la historia de los Bautistas

registre un ejemplo de esa clase, y estamos bien seguros que el sentido común y la piedad

de los Bautistas, eran tan fuertes hace cien años como lo son ahora. Este asunto que

tenemos ante nosotros está recién llegado. Esperamos que nos obstruya mucho. Nosotros

decimos otra vez, que pensamos que es una peligrosa innovación.”

Así, este grande y buen historiador Bautista de Tennessee dice que no hubo

ejemplo de ello en la historia Bautista, y que era una peligrosa innovación. El escribió y

estuvo preparado para morir cuando J. R. Graves vino a Tennessee. Así que el Dr.

Graves no se le puede atribuir que lo influenciara con sus convicciones, sino más bien,

recogió el manto de la defensa de la fe que dejó caer de sus hombros cuando pasó a la

gloria. ¡Ilustre y honroso Tennessee, al haber tenido dos hombres, tales como el Dr. R.

Graves y el Pastor James Whitsitt que vivieron dentro de sus fronteras, y que se pasaron la

espada de la verdad de mano a mano!

“Y cuando la bárbara muerte destructora,

Conspirante aguarde en medio de mi camino,

La engañe con un polvo, un suspiro,

Y pase la espada de mano en mano.”

CAPITULO XVII

ESTA PELIGROSA INNOVACION

¡Esta peligrosa innovación es la que el Pastor James Whitsitt llamó inmersión

Extraña al hablar de ella hace acerca de cien años! En este capítulo que es la conclusión,

revisaremos brevemente el campo que hemos abarcado en las páginas precedentes y para

terminar tenemos algo qué decir de esta innovación peligrosa. Diríamos por tanto como

bosquejo de estas últimas páginas, lo siguiente:

I. La Inmersión Extraña no es Escritural.

II. La Inmersión Extraña es contraria a la fe de nuestros padres.

III. Es una Innovación Peligrosa.


La inmersión Extraña no es escritural. El antiguo Código Juliano usa esta

expresión – “Specificatio unius exclusivo alterius.” La especificación de una cosa es la

exclusión de cualquier otra cosa. El verdadero significado de la palabra extraña la

condena. La palabra significa extranjero. ¿Extranjero a qué? Nosotros contestamos,

extranjero a la Iglesia que Jesús fundó. Si extranjero, entonces sin autoridad. Y sin la

autoridad de Cristo, entonces no es de ningún modo bautismo.

Sería ajeno, en verdad, si Cristo hubiera mandado al pueblo de todo que se

bautizase, y la mismo tiempo faltase de dar instrucción a aquellos que iban a bautizar.

Pero El lo hizo y procedió a mostrar con la especificación de algún método la exclusión de

otros. Ellos son ajenos, y como ajenos son sin autoridad.

Estudiemos los ejemplos del Bautismo en el Nuevo Testamento, y veamos si

fueron administrados de acuerdo con esta posición. Todos estos ejemplos mostrarán que

el administrador, en cada caso, estaba actuando por la autoridad de Cristo directamente, o

de la iglesia que El edificó.

El primer ejemplo es el de Juan el Bautista. El no lo hizo de sí mismo, sino dice

que él fue enviado por Dios para ese propósito: “Y yo no le conocía más el que me envió

a bautizar con agua, aquél me dijo:

Sobre quien vieres descender el Espíritu, y que reposa sobre él, éste es el que bautiza con

Espíritu Santo,” Juan 1:33. Para que Jesús pudiera ser bautizado por uno que tenía

autoridad anduvo como cien Kilómetros, hasta donde estaba Juan bautizando en el Jordán.

Jesús pudiera ser bautizado por uno que tenía autoridad anduvo como cien kilómetros,

hasta donde estaba Juan bautizando en el Jordán. Jesús evidentemente pensó que el

administrador propio era muy importante.

El siguiente ejemplo es el de los discípulos de Jesús. Los actos de bautizar de

ellos, se mencionan como actos de Jesús mismo, y los actos de El como los actos de Juan

4:1-2,. Por tanto, ellos deben haber bautizado por autoridad de El.

El tercer ejemplo, es el día de Pentecostés. La iglesia aquí estaba en acción. El

predicador estaba hablando con poder: el Espíritu Santo estaba convencido de pecado;

miles estaban siendo salvos y todos los que estaban salvos, eran bautizados por alguien a

quien Cristo no hubiera dado autoridad.

El cuarto ejemplo, es el de los Samaritanos que fueron bautizados después de la

predicación de Felipe. Más tarde Felipe bautizó al eunuco y debe haber bautizado a los

Samaritanos, ya sea bajo la autoridad directa del Espíritu Santo, que lo había enviado a

predicar al eunuco, o más probablemente, bajo la autoridad de la iglesia en Jerusalén, de la

cual era miembro y diácono.

El siguiente ejemplo es el de Saulo de Tarso. Ananías fue enviado a predicarle por

el Señor Jesús mismo. Cuando El dijo, “Levántate y sé bautizado,” es inimaginable que

Pablo fuera a algún otro para ser bautizado.

Tenemos después el bautismo de Cornelio. Algunos hermanos, probablemente de

la Iglesia de Jerusalén, fueron de Jope a Cesarea con Pedro. Cuando Pedro predicó, y

Cornelio y toda su casa fueron convertidos, Pedro puso el asunto del bautismo a votación

de estos hermanos, quienes sin duda estaban investidos de autoridad para decidir sobre la

materia, por la Iglesia de Jerusalén de la cual eran miembros, y después de la votación

Pedro los bautizó o ellos fueron bautizados por algún otro de la comitiva autorizado para

hacerlo. El impensable que ellos hayan sido bautizados por algún extraño, que no era de

la comitiva de Pedro, y que no conociese nada acerca de la significación y acerca del

designio del bautismo.


Ahora consideraremos la conversión y bautismo de Lidia. Pablo y Silas estaban

ambos presentes. Alguno de ellos debe haberla bautizado con la autoridad de la Iglesia

que los mandó. Lo mismo es verdad con respecto al carcelero y su familia.

El último ejemplo es de los doce en Efeso, los cuales se habían convertido bajo la

predicación de Apolo de Alejandría, y que no habían sido bautizados en la verdadera fe.

Aquí, también, el bautismo fue ejecutado por uno con la autoridad divina.

Al estudiar estos pasajes cuidadosamente se reafirmará la convicción de que Dios

no manda a los salvos que sean bautizados, y luego deja de proveerles bautizadores con

autoridad a quienes ellos pudieran ir como Jesús fue a Juan. Tales son los ejemplos

hallados en las escrituras.

La inmersión Extraña es contraria a la Fe de nuestros padres.

Ahora, ¿qué decimos acerca de la fe de nuestros padres? Hemos mostrado

claramente por la historia, que ellos fueron llamados Anabaptistas, y sufrieron por 1600

años, porque se atrevieron a decirle a Roma a los Protestantes, que la ordenanza del

bautismo fue dada a la iglesia que Jesús fundó, y que otros, que no son de su iglesia, no

tienen derecho de administrar sus ordenanzas. y no teniendo derecho , su bautismo no

tiene ningún valor. Esta historia no fue escrita por los Anabaptistas mismos, sino por sus

enemigos. Zuinnglio, reformador suizo, contemporáneo de Lutero dice:

“La institución del Anabaptismo no es una novedad, sino que por 1300 años, ha

causado grandes trastornos en la iglesia, y ha adquirido tal fortaleza que el intentar

contender con ella en esta edad, parece inútil por mucho tiempo.”

Esto fue escrito en 1525, y nos conduce a la historia de los Bautistas allá por el año

225 D. C., según este historiador.

El cardenal Hosius, presidente del Concilio de Trento, el más ilustrado y poderoso

Católico de su día, escribió en 1560: “ Si la verdad de la religión fuera juzgada por la

presteza y alegría que manifiesta un hombre de cualquier secta al sufrir por ella, mi

opinión entonces es que de ninguna secta puede ser más verdadera y segura que la secta de

los Anabaptistas, puesto que no ha habido ninguna en estos 1200 años que haya sido

castigada más generalmente o que tenga más alegría y constancia para padecer, y que se

ofreció a sí misma a las más crueles clases de castigo, que esta gente.”

La aseveración de este Católico enemigo, nos conduce a la historia de los Bautistas

por el año 360 D. C.

La Enciclopedia del Conocimiento Religioso dice acerca de esto:

“Los Bautistas que fueron primeramente llamados Anabaptistas y en los últimos

tiempos Menonitas, fueron los Valdenses originales, y han tenido a lo largo de la historia

de la Iglesia el honor de este origen.

Sobre este informe, los Bautistas pueden ser considerados la única comunidad cristiana

que ha permanecido desde los Apóstoles, y que ha preservado puras las doctrinas del

evangelio a través de todas las edades.”

¡Que testimonio para los Bautistas, ser no solamente los sucesores apostólicos, sino

que han preservado las grandes doctrinas Bíblicas a través de todas las edades!

Mosheim, el gran historiador Luterano, escribe:

“El verdadero origen de esta secta que adquirió el nombre de Anabaptista, por

administrar de nuevo el rito del bautismo a aquellos que venían a su comunión, está

escondido en las profundidades más remotas de la antigüedad, y es consecuente y

extremadamente difícil ser acertado.”


Con este testimonio de nuestros enemigos delante de nosotros, seguramente ningún

Bautista desea negar la sucesión Bautista, o tratar con indiferencia u oponerse a las

grandes doctrinas pudieran mantenerse y perpetuarse.

El estudio de la historia muestra que, cronológicamente, el ataque al modelo divino

del bautismo se realizó como sigue: Primero, sobre el administrador; segundo, sobre el

sujeto o candidato y el designio; y por último sobre el modo. El primero es un ataque

sobre la autoridad, el segundo sobre la salvación por fe, incluyendo la salvación bautismal

y el bautizo infantil, y el tercer ataque es sobre el evangelio que se proclama en el acto,

destruyendo ambas cosas: el modelo y la verdad que se proclama al mundo.

Todas éstas son importantes. Siempre que hallemos un “Así dice el Señor,” no es

para que nosotros digamos que un mandato es más importante que otro. Y aún no hay

escritores Bautistas que han dedicado volúmenes en defensa del modo, pero no han dicho

nada acerca del administrador. Hay otros que proclaman ser neutrales acerca del sujeto

del administrador. ¡Neutrales cuando la Biblia habla con tal autoridad! ¡Neutrales sobre

el sujeto, sobre el sujeto por el cual nuestros padres por miles dieron sus vida, sangre, y

fueron quemados en los postes!

¡Oh, Padre Misericordioso, cuando los contemplamos sacados a la muerte por hambre y

frío a las montañas, sus infantes helados, llevados en el pecho de sus madres o empalados

y muriendo por las espadas de emisarios impíos enviados por Roma o acaso, arrojados a

precipicios, para ser estrellados y hechos pedazos en las rocas, y venir a ser alimento de

los buitres hambrientos; cuando contemplamos todo esto: ¿Concluiremos con estos

modernos innovacionistas que ellos fueron fanáticos ignorantes, muriendo por una fe o

creencia la cual no tiene fundamento en las escrituras? ¿Qué, por cerca de 1800 años de

historia cristiana han estado equivocados, leyendo sus Biblias equivocadamente, y

murieron en vano cuando eran sacados y helados en las frías montañas, y ahogados en

embravecidos ríos y tostados vivos en las llamas?

Sí, es triste decirlo, hay algunos en estos días modernos que quisieran enseñarnos

esto, o si no esto, dirían que porque el Dr. Smelfungus o el Prof. Miedoso-de-su-sombra

cree así y así, también nosotros tenemos que guardar silencio para no tener una división.

“Y fue a mí palabra de Jehová diciendo: Hijo del hombre, habla a los hijos de tu

pueblo, y diles: Cuando trajere yo espada sobre la tierra, y tocare corneta, y avisare al

pueblo; cualquiera que oyere el sonido de la corneta, y no se apercibiere y viniendo la

espada lo tomare, su sangre será su cabeza. El sonido de la corneta oyó, y no se apercibió;

su sangre será sobre él: mas el que se apercibiere, librará su vida. Pero si el atalaya viere

venir la espada, y no tocare la corneta, y el pueblo no se apercibiere, y viniendo la espada,

tomare de él alguno; él por causa de su pecado fue tomado, mas demandaré su sangre de

mano del atalaya. Tú pues, hijo del hombre, yo te he puesto por atalaya a la casa de Israel,

y oirás la palabra de mi boca, y los apercibirás de mi parte. Diciendo yo al impío: Impío,

de cierto morirás; si tú no hablares para que se guarde el impío de su camino, el impío

morirá por su pecado, mas su sangre yo la demandaré de tu mano. Y si tú avisares al

impío de su camino para que él se aparte de su camino, por su pecado morirá él, y tú

libraste tu vida,” (Ezequiel 33:1-9).

¿No es mejor librar el alma de uno, aunque uno tenga que morir, si fuese necesario,

que comprometer la verdad eterna de Dios, y tener la sangre de otros en nuestras manos?

“Y respondió uno de los ancianos, diciéndome: Estos que están vestidos de ropas

blancas, ¿quienes son, y de dónde han venido? Y yo le dije: Señor, tú lo sabes. Y él me

dijo: Estos son las que han venido de grande tribulación, y han lavado sus ropas, y las han

blanqueado en la sangre del Cordero. Por esto están delante del trono de Dios, y le sirven

día y noche en su templo: y el que está sentado en el trono tenderá su pabellón sobre ellos.


No tendrán más hambre, ni sed, y el sol no caerá más sobre ellos, ni otro ningún calor.

Porque el Cordero que está en medio del trono lo pastoreará, y los guiará a fuentes vivas

de aguas: y Dios limpiará toda lágrima de los ojos de ellos,” (Apocalipsis 7:13-17).

No nos maravillemos que el Pastor Santiago Whitsitt de Tennessee y los hermanos

de su día al ver que esto se mofaba de la palabra de Dios y la fe de nuestros padres lo

llamaron una peligrosa innovación. Cualquier otra cosa que no esté en las escrituras es

peligrosa. Las escrituras son una guía completa para una vida religiosa, una vida de

negocio, una vida social, una vida física y para una vida intelectual. Si en las escrituras

Dios ha dado un plan para financiar el Reino, otros planes no son escriturales y deshonran

a Dios y son peligrosas.

Hoy tenemos grupos que están buscando financiar el Reino de Dios, prostituyendo

con fines comerciales la iglesia que Cristo edificó. Dios quitará de tales iglesias el

candelero de oro, y retirará su Espíritu de ellos, a menos que se arrepientan, y esas iglesias

vendrán a ser organizaciones sin poder espiritual, habiendo perdido la pasión por las

almas. ¿No se dirigió nuestro Señor a tal Iglesia de Efeso?

“Pero tengo contra ti que has dejado tu primer amor. Recuerda por tanto de dónde

has caído, y arrepiéntete, y haz las primeras obras; pues si no, vendré presto a ti, y quitaré

tu candelero de su lugar, si no te hubieses arrepentido,” (Apocalipsis 2:4-5). La primera

obra de una iglesia, o de algún alma salva, es buscar a los perdidos. Es día triste para

alguna iglesia, cuando ha perdido la pasión por las almas, cuando sus organizaciones

pasan horas siguiendo planes comerciales para recoger dinero, y que no están en las

escrituras, y no dan una hora a la oración y a buscar a los perdidos.

Tenemos iglesias como ésas, y tenemos grupos como esos, y un día se despertarán

y se levantarán del seno comercial de Dalila, trasquilados en su fortaleza y trasquilados en

su poder, y como Sansón, no sabrían que el Espíritu del Señor habrá partido de ellos.

Lo que es verdadero en este caso de financiando el Reino es verdadero de cada

cosa extraña que hagamos en el Reino de Dios, que no está de acuerdo con el modelo dado

en la Palabra divina. Dios dijo a Moisés cuando estaba a punto de hacer el Tabernáculo:

“Estad seguro que lo que hagas conforme al modelo mostrado a ti en el monte.”

Así con el bautismo. Dios nos ha dado un plan que tenemos que seguir. El que se

bautiza debe ser creyente. El acto debe ser por inmersión. El designio debe mostrar la fe

del candidato, y más especialmente la fe de la iglesia que lo administra. El administrador

debe ser uno a quien Cristo mismo haya autorizado. Este es el modelo. Cualquier

alejamiento de este modelo es deshonroso para Cristo, y obrará destrucción, como con

Uzzías cuando él puso su mano para asegurar el arca.

Hablamos acerca de la unión de la iglesia, cuando todas las divisiones en el

cristianismo han venido por causa del alejamiento del plan de las escrituras acerca del

bautismo. Primero, vino la división entre la Iglesia Postápostólica, quienes fueron

llamados Anabaptistas, y los que después fueron a formar la Iglesia Católica Romana y la

Iglesia Católica Griega, cuando el cuerpo Postápostólico negó el derecho a un cuerpo

corrompido para que administrase el bautismo válido, e insistió bautizar a todo aquel que

viniera a ellos de ese cuerpo corrompido. Esta división se hizo más grande cuando cien

años más tarde, este mismo cuerpo, la Iglesia Católica Romana, comenzó a bautizar

infantes, rompiendo el modelos escritural de quien va a ser bautizado tiene que ser

creyente.

Cien años más tarde se fue más allá, cuando este mismo cuerpo cambió el modo del

bautismo de inmersión por el rociamiento, porque el rociamiento era más cómodo, y

estableció la perniciosa doctrina que la iglesia tiene más autoridad que las escrituras, y que

puede cambiar las escrituras si así lo quiere. Y así la apostasía siguió, y porque los


Anabaptistas protestaron contra estas cosas, los ríos de Europa se tiñeron de rojo con su

sangre, porque prefirieron morir más bien que contravenir la palabra de Dios.

Pasaron mil trescientos años, y entonces vino la Reforma Protestante. De la

corrompida Roma, salieron los Luteranos, los Calvinistas y poco más tarde los seguidores

de Enrique VIII, o Episcopales, purgados de mucho de lo corrupto, pero trayendo con ellos

la forma corrompida del bautismo de la Iglesia de Roma, la cual había sido corrompida en

todos los cuatro puntos esenciales: El administrador, el modo, el designio, y el sujeto.

La tragedia de la Reforma fue que estos cuerpos Protestantes cuando salieron de

Roma, no vinieron todos a la senda de los Anabaptistas, aceptando el bautismo de sus

manos y repudiando el bautismo infantil, y el rociamiento que habían recibido de manos

de Roma. Teníamos entonces solamente dos cuerpos religiosos, los Anabaptistas y los

Católicos.

¿Quién es el responsable de la división del cristianismo: los Bautistas, que habían

permanecido desde los días de los apóstoles con un bautismo escritural, o los seguidores

de estos cuerpos Protestantes que solamente vinieron hasta una parte del camino de vuelta

a la posición escritural?

Existen aquellos que proclaman la unión de la iglesia, y dicen que nuestra posición

contra la inmersión extraña está dividiendo al cristianismo. Aun así, ¿qué cederemos con

intención de venirnos con ellos? ¿Cederemos el principio bíblico por el cual nuestros

padres murieron, que Cristo edificó su Iglesia y les dio sus ordenanzas para que las

guardase y administrase? ¡Qué otros no tienen autoridad oficial para bautizar, y que sin

autoridad su bautismo es inválido? ¿O cederemos el modo del bautismo, o la enseñanza

escritural de que el candidato debe ser creyente, para aceptar el bautismo infantil? ¿O nos

uniremos con Alejandro Campbell y Roma apóstata cambiando el designio, y aceptando la

doctrina de que el bautismo es esencial a la salvación; que el agua viene antes que la

sangre; que uno al entrar en el agua es un alma perdida y cuando sale ha nacido del agua y

del espíritu? ¿Cuál de estas doctrinas bíblicas cederemos? ¿Y cuando nosotros las

cedemos por bien de la unión no nos habremos unido con el cristianismo apóstata, al negar

la fe, corrompiendo la verdad y destruyendo el modelo que Dios nos dió?

¿Por qué quizo Dios que Moisés estuviera seguro de hacer el tabernáculo conforme

al modelo dado? Porque Moisés pasaría, y todos los que entonces vivían pasarían, mas el

tabernáculo existiría de generación en generación como testigo de la verdad que Dios

quería enseñar por medio de la construcción peculiar del tabernáculo.

“¿Por qué tratar tanto acerca del bautismo” – preguntaría uno – si el bautismo no

tiene nada que ver con la salvación? ¿Por qué no descartarlo, si el bautismo es el que

divide el cristianismo?” Porque el bautismo presenta la verdad Divina que Dios quiere

enseñar por ese medio a través de las edades: una fe personal – muerte al pecado y

resurrección a una nueva vida en Cristo – una organización que El mismo fundó y que

continuará hasta que Jesús venga, y más fuerte que todas las fuerzas del infierno que se

aprestan contra ella. Si los Bautistas quitaran esta fe, Dios no tendría una iglesia en la

tierra que apoyase la verdad y Jesús hubiera hecho una aseveración falsa al decir que las

puertas del infierno no prevalecerían contra ella.

La Voz de Lengua de Plata de Crisóstomo, cesó hace siglos. Pablo no tronará más

su mensaje desde la colina de Marte. Spurgeon se ha ido, y Graves también, y el Broadus,

todo candidez, tan sencillo y tan grande, se ha ido. Pronto las voces de los grandes

predicadores de esta generación, también serán silenciadas por la muerte: pero la voz del

bautismo en las verdades que se proclaman, si nosotros sostenemos el modelo, continuará,

como testigo silencio de Cristo, hasta que Jesús venga otra vez.


Por otra parte, supongamos que cambiamos la ordenanza del bautismo, y

destruimos la verdad que ésta presenta. No es por más tiempo lo que Dios quiere que sea;

una voz silenciosa proclamando las verdades del evangelio a través de todas las edades.

Supongamos que cambiamos el modelo y que uno sea bautizado como la Iglesia Romana

lo ha hecho: entonces quitamos y destruimos la doctrina de la salvación por fe y la

regeneración por Espíritu Santo, y llenamos nuestras iglesias de personas no salvas.

Supongamos que cambiamos el modo, entonces destruimos la verdad de que un creyente

es muerto a la antigua vida de pecado, y resucitado a una nueva vida en Cristo Jesús.

Supongamos que cambiamos el designio, como Alejandro Campbell hizo, entonces

predicamos una salvación ritualista deshonrando a Dios. Supongamos que abrimos las

puertas a las inmersiones extrañas de cualquier o toda procedencia. Entonces quebramos

el ejemplo de Jesús, caminando contrariamente a la sencilla enseñanza de la palabra de

Dios, y admitiendo que aquellos que con extraños y enemigos de la verdadera iglesia de

Cristo, desobedientes a su voluntad y mandamientos, tienen la misma autoridad, que la

iglesia propia, pudiendo oficiar por El como si fueran discípulos obedientes.

El Dr. A. C. Dayton, ha dado esta ilustración que aparentemente presenta la

falacia de tal posición:

“A ningún extranjero se le califica para votar hasta que ha venido a ser ciudadano.

El gobierno designa la manera para venir a ser un ciudadano. El gobierno designa la

manera para venir a ser un ciudadano y comisiona a ciertas personas para administrar el

juramento.

¿Cuál es la fuerza de esta comisión? ¿Autoriza al extranjero, el cual piensa que sabe

bastante y que está segura que ama al país, para ir a cualquier persona que él desee para

que le tome juramento, y por un acto no autorizado ejecutado por un hombre no

comisionado, y sin ninguna autoridad del gobierno, puede reclamar que es ciudadano de

nuestro país? La comisión no fue para tomar el juramento, porque él pensó que era mejor

que él quisiera. No le correspondía a él, sino por medio de otro. Y para otro el que estaba

comisionado, el oficial del gobierno, el único esfuerzo para el candidato es que debe ir al

oficial designado y no a ningún otro, para ser investido de los derechos ciudadanos.

“Y así con respecto a la comisión de Cristo, ésta fue encomendada a alguien. Y

supone que habrá alguien para ser bautizado y autoriza a alguien para bautizarles. Si por

mandar a algunos a bautizar, en consecuencia mandó a otros para ser bautizados, y por la

misma implicación los mandó para ser bautizados precisamente por aquellos y solamente

por aquellos a quienes mandó bautizarlos.”

Si alguien dice, “El Dr. Dayton está aquí razonando en círculo,” nuestra

contestación es: Que es exactamente lo que la gran comisión es, un círculo cerrado para

los bautizadores y los bautizados, y todo lo que está fuera de este círculo cerrado es

extraño, es decir extranjero, sin al autoridad de Cristo.

¡Una Innovación Peligrosa! Y cuán peligrosa, los últimos cien años nos han

revelado en parte. ¡Las escrituras violadas, la fe de nuestros padres provocada, la sangre

de los mártires considerada innecesaria, la iglesia invadida por administradores extraños,

comunión abierta y membresía abierta en lugares donde prevalece la inmersión extraña,

menguando la causa Bautista dondequiera esto prevalece; las iglesias divididas por causa

de ello, problemas en las Asociaciones y resoluciones pasajeras, todas la especies de falsas

nociones y teoría sobre el asunto de la iglesia, la invasión de nuestras iglesias y escuelas

por aquellos que no son Bautistas, quienes desafían a los santos y buscan tenerlos

conforme con la práctica y principios Bautistas!

Deberíamos tomar precauciones con este caballo de Troya dentro de nuestras

puertas. Un enemigo dentro es peor que un enemigo fuera. Hay mucho de esto entre los


Bautistas del Norte y los Bautistas Ingleses. Su infiltración ha comenzado en el Sur, y

como vigías en las murallas de Sión, es nuestro deber gritar alerta, y hacer retroceder estas

olas de aflojamiento e invasión extraña que nos engolfarán si no estamos alertas.

Hay dos preguntas que yo quisiera proponer a todas las mentes de los Bautistas de

todas partes. La primera es: ¿Por qué alguien que viene para ser miembro Bautista, no se

le recibe a menos que repudie la fe que tiene y acepte la fe que los Bautistas tienen? ¿Y si

él repudia su primera creencia, por que no quiere también repudiar el bautismo que es la

expresión de la creencia Bautista?

La segunda pregunta es ésta: ¿ Si otras organizaciones son iglesias de Cristo, tanto

como las Iglesias Bautistas, con la misma autoridad para administrar las ordenanzas, y

hacer toda otra cosa que las Iglesias Bautistas están autorizadas para hacer, hay alguna

razón para la existencia de Iglesias Bautistas, especialmente en aquellas comunidades

donde esas otras organizaciones existen? ¿Por qué no unirlas en la predicación del

evangelio y llevar la obra del reino, cesando de mantener una organización separada y de

dividir el cuerpo de Cristo?

Lo que sostenemos es que no podemos hacer esto, porque ellos no son la iglesia

que Jesús edificó, no tienen autoridad de Cristo. Y así continuaremos como nuestros

padres lo hicieron, contendiendo por la fe una vez dada a los santos, hasta que Jesús

venga, y le oigamos decir, “Bien, siervo bueno y fiel, bien hecho, bien hecho.”

“Con toda tu alma, con todo tu corazón y mente

Tu debes amarle y todos sus preceptos abrazar.

Todos los otros amores con los cuales el mundo ciega en

Mundanal fantasía, cambiando la base de las afecciones.

Tú debes renunciar y por completo abandonar

Y darte a El completa y libremente,

A Quién completa y libremente se dio así mismo a Tí.”

“Ahora ven Señor Jesús.

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