El arte para resocializar: ‘La Fábrica de Monstruos’, un ...
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El arte para resocializar: ‘La Fábrica de Monstruos’, un reportaje desde la cárcel La
Picota
Stefanía Montaño Marulanda
Trabajo de grado para optar al título de Comunicador Social
con énfasis en periodismo
Directora
Ángela Marcela Castellanos Barbosa
Pontificia Universidad Javeriana
Facultad de Comunicación y Lenguaje
Carrera de Comunicación Social
Bogotá, noviembre de 2019
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Artículo 23 de la resolución N° 13 de junio de 1946 “La universidad no se hace responsable por los conceptos emitidos por los alumnos en sus
trabajos de grado, solo velará porque no se publique nada contrario al dogma y la moral
católicos y porque el trabajo no contenga ataques y polémicas puramente personales, antes
bien, se vean en ellas el anhelo de buscar la vedad y la justicia”
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Bogotá, 18 de noviembre del 2019
Dra.
MARISOL CANO BUSQUETS
Decana
Facultad de Comunicación y lenguaje Pontificia Universidad Javeriana
Respetada Decana,
Mediante la presente me dirijo a usted para presentar mi trabajo de grado ‘‘El arte para
resocializar: ‘La Fábrica de Monstruos’, un reportaje desde la cárcel La Picota’’ con el
fin de obtener el título de Comunicadora Social con énfasis en Periodismo.
Este trabajo de grado es el resultado de una investigación sobre las experiencias
resocializadoras que tienen los privados de libertad de la cárcel La picota de Bogotá a
partir de las actividades artísticas en las que participan. Especialmente, se realizó un
reportaje que muestra las historias de algunos personajes que usaron el arte como proceso
de transformación de vida.
Agradezco su atención,
Stefanía Montaño Marulanda
CC. 1022412141 de Bogotá
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Bogotá, noviembre 18 de 2019
Doctora
Marisol Cano Busquets Decana de la Facultad de Comunicación y Lenguaje Pontificia Universidad Javeriana Ciudad
Apreciada Decana
Mediante esta carta presento el trabajo de grado titulado ‘‘El arte para resocializar: ‘La
Fábrica de Monstruos’, un reportaje desde la cárcel La Picota’’ Stefanía Montaño
Marulanda quien, mediante un proceso de documentación observación, y análisis realizó
un reportaje periodístico en el que identifica el papel del arte en los procesos de
resocialización de privados de la libertad.
Agradezco la atención prestada.
Ángela Marcela Castellanos CC: 20.404.485 Profesora Pontificia Universidad Javeriana Facultad de comunicación y lenguaje
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Para Tago, David y el Paisa. Y pal’ resto de artistas que están encerrados.
‘‘La esperanza es algo bueno, tal vez lo mejor de las cosas, y nada bueno muere jamás.’’
-Sueños de fuga
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TABLA DE CONTENIDO
Introducción ................................................................................................................... 7
1. Estado Del Arte: Aproximación a las investigaciones sobre las cárceles en
Colombia ........................................................................................................................ 9
2. Marco Teórico: La resocialización, una oportunidad para una nueva vida
……………………………………………………………………………………………. 13
2.1 Una mirada a las cárceles colombianas desde su función resocializadora ....................14
2.2 Educar y trabajar para resocializar ........................................................................... 16
3. El arte popular como herramienta de expresión y de resocialización .................... 18
3.1 El efecto de la cultura popular en los procesos creativos ............................................. 20
4. La comunicación, elemento formador de los procesos de resocialización ............... 24
4.1 El periodismo como herramienta de construcción social ............................................ 26
4.2 La realidad vista desde el reportaje ............................................................................ 28
5. Marco metodológico .................................................................................................. 30
6. Análisis y resultados: Reportaje ‘La Fábrica de Monstruos’ ................................... 33
7. Conclusiones ............................................................................................................... 49
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INTRODUCCIÓN
¿Cómo es la vida en la cárcel?, ¿a qué se puede dedicar un Privado de la Libertad en su
tiempo de condena?, ¿Puede el arte resocializar?. Estás fueron las premisas con las que este
trabajo inició. Sobre todo, me inquietó, pues, comprender las formas en las que se
desenvolvía la vida humana en la cárcel: estando preso de la libertad 27/7, pues, muchas
veces se olvida, que los presos son, a su vez, seres humanos, que sienten, que piensan y que
también pueden imaginar.
En ese orden de ideas, la inquietud principal de este trabajo fue la de humanizar a los
privados de la libertad, comprender cómo viven, qué piensan, qué piensan sobre la libertad ,
sobre la resocialización y cómo filosofan acerca de la vida. Los números y las cifras llegan
a ser tan fríos que no dicen nada acerca de las condiciones de vida de las personas que
numeran o que estudian. Así las cosas, uno de los deberes del periodista, es el de humanizar
y darle voz a los que no la tienen.
Así, pues, en el siguiente reportaje el lector encontrará etas preocupaciones, tanto éticas
como periodísticas, en la que se intentó darles voz a tres privados de la libertad, donde se
intentó indagar sobre su pasado, pero también sobre su futuro, sobre las ideas que tenían
sobre la vida y también la forma en la que se desenvolvieron en ese bajo mundo que es la
cárcel y también cómo se desarrolló la vida de dos de ellos al momento de salir de la
prisión.
Esta es, entonces, una apuesta periodística, en la que se intenta darles voz a los que no la
tienen y a quienes han sido deshumanizados por sus pasados y por los estudios
cuantitativos que intentan volverlos simples cifras. Esta es una apuesta desde el periodismo
para comunicar las transformaciones de vida de personas que también sueñan, sienten y
anhelan como nosotros. Y qué mejor herramienta que el periodismo para visibilizar sus
vidas.
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OBJETIVOS
General
-Describir por medio de crónicas y entrevistas, las experiencias resocializadoras que tienen
los privados de libertad a partir de las actividades artísticas y culturales en las que
participan.
Específicos
-Identificar las actividades culturales y artísticas que pueden implementarse en la cárcel
para que funcionen no solo como procesos de redención de penas, sino también, como
procesos de reinserción.
-Determinar las actividades a las que se dedican los internos que no pueden acceder a un
programa laboral o educativo.
-Analizar como el arte contribuye en las prácticas de resocialización y comunicación del
privado de la libertad.
-Producir un reportaje en web que condense las historias de los privados de la libertad que
usan el arte como su proceso de transformación resocializadora.
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1. ESTADO DEL ARTE: APROXIMACIÓN A LAS INVESTIGACIONES SOBRE
LAS CÁRCELES EN COLOMBIA
En la presente investigación se buscó rastrear las experiencias artísticas en los procesos de
resocialización de los presos. Esto implicó realizar una primera indagación acerca del tema,
para lo cual se revisaron textos académicos e investigativos, que abordan el tema desde
ámbitos tan diversos como el derecho, la ciencia política, la educación y la literatura. De
este modo se comprobó que cada uno de los trabajos consultados, cuenta con un enfoque
teórico planteado a partir del campo de trabajo del autor, aunque todos encaminan sus tesis
hacia la importancia de los procesos para la resocialización del interno y su vida en la
cárcel.
En primer lugar, se encuentra Natalia Alvarado con su texto ‘Procesos participativos de
educación para la resocialización de las personas privadas de libertad (2006) y Edgar
Alberto Molano Gómez con el texto La Educación Como Medio Para La Rehabilitación,
Resocialización Y Redención De Pena Del Interno En Los Establecimientos Penitenciarios
Y Carcelarios De Colombia En El Periodo 2004 A 2010 (2011). Los autores analizan los
procesos participativos de educación en las cárceles colombianas e implementan teorías de
carácter legislativo, sociológico y psicológico.
Con Alvarado (2006) por ejemplo, se determinan conceptos de los modelos de evaluación
de las políticas públicas, el tratamiento del delincuente y los principios básicos para el
tratamiento de los privados de libertad. En su investigación se estudia también el Pacto
internacional de los Derechos Civiles, las teorías de la psicología jurídica y las teorías
psicosociales de la cárcel. Por otro lado, Molano (2011) presenta conceptos y leyes del
derecho penal y criminal; sin embargo, es con el Código Penal y Carcelario, más la Ley
General de Educación, con los que determina que la resocialización del privado de libertad
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depende en gran parte de los programas de educación en los que participe, impartiendo
cambios en sus conocimientos intelectuales y en sus relaciones sociales.
Por el contrario, los trabajos de grado de Daniela Suárez; Gorgona Isla Prisión:
Testimonio, construcción de memoria y usos del cuerpo (2016) y el de María Priscila
Rodríguez; De bien Adentro Para Afuera (2010), no comparten teorías entre ellos ni con
los de los demás autores revisados. Los ejes de estudio y la aplicación de teorías de estos
trabajos son principalmente orientados a las nociones y planteamientos de su área de
estudio. Suárez (2016) por un lado, implementa en su proceso investigativo teorías literarias
de los autores Carlos Rincón, Beatriz Sarlo y Hernán Vidal. De igual forma, examina
reflexiones de la investigadora Colombiana Elsa Blair, del artista Jose Alejandro Restrepo y
de Michael Foucault. En cambio Rodríguez (2010), aplica fundamentos artísticos
extranjeros como Keeping the Faith y Prision Arts Project, más otros procesos y
concepciones de su formación estudiantil.
Dentro de las conclusiones de estos trabajos, se pudo encontrar una afinidad entre todos los
autores con respecto a la importancia de cumplir íntegramente con los derechos de las
personas privadas de libertad, para así lograr humanizar sus condenas y aportar en su
proceso de reinserción social.
Igualmente, todos los autores resaltan la necesidad de implementar programas de educación
y formación para los internos y los guardias. Concuerdan con la urgencia de crear
espacios y proyectos que incentiven a los internos a una mayor participación y buen uso del
tiempo libre; lo que les permita tener alternativas para ser sujetos productivos y capaces de
desempeñarse en otras actividades.
Así entonces, Suárez (2016) y Rodríguez (2010) coinciden en la importancia del cuerpo
como elemento de poder para los internos, ya que éste se convierte en su único espacio
propio dentro de la cárcel, asimismo, el cuerpo permite denotar historias que facilitan la
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comprensión de cómo las relaciones de violencia moldean el cuerpo y la expresión de este
ante los otros.
Así mismo, Alvarado (2006) y Molano (2011), están de acuerdo con los programas
educativos. Ambos trabajos proponen proyectos que propicien herramientas de educación,
suficientes espacios y más recursos y alternativas que concedan la recuperación de la
formación integral y educativa del reo. Ambos trabajos proponen la contribución de
asesorías educativas y la inclusión de programas de educación superior para ayudar a los
procesos de resocialización.
Se exploraron también otros tres trabajos más, los cuales tienen que ver específicamente
con la resocialización, su desarrollo y los resultados que pueden tener los reos. Los autores
de los siguientes textos, El arte como herramienta de mediación, experiencia artística para
la resocialización de menores infractores de la ley en Colombia (2018) de Andrea Trilleras,
El Impacto de los programas de resocialización en la reinserción social de la población
reclusa (2016) de Karen Daniela Ordoñez Cifuentes y El Fracaso de la resocialización en
Colombia (2018) de Noberto Hernández, coinciden en algunos de los alcances que tienen
los programas de resocialización, por un lado Trilleras (2018) y Ordoñez (2016) reconocen
el aporte para la prevención del delito y los beneficios generales que pueden brindar estos
proyectos, sin embargo, sumando a Hernández al debate, los tres suponen que este proceso
podría tener mejores resultados si se hace, a su vez, un acompañamiento al interno fuera de
la cárcel y si se brindan más recursos y talento humano que apoye estos espacios. Además,
de la importancia de que existan otros mecanismos que puedan beneficiar a la persona
privada de la libertad en su transformación de vida.
Por otro lado, Trilleras (2018) afirma que a partir del arte y sus diferentes formas, los
internos pueden aproximarse a su realidad y así expresar sus sentimientos y experiencias
fácilmente. El arte puede constituirse entonces como un medio de expresión personal.
Ordoñez (2016) por su lado, presume que el impacto de estos proyectos no son totalmente
beneficiosos debido a los vacíos en la formalización de estos programas y al manejo que la
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legislación colombiana le concede a las problemáticas criminales y penitenciarias, pues
muchas veces, según ella, no dan respuestas eficientes y se quedan en el análisis de las
teorías olvidando la práctica de las mismas.
Hernández (2018) por ejemplo, plantea que el problema también reside en el hacinamiento
y en la poca voluntad de los internos para asistir a los programas, ya sea por que no hay un
manejo adecuado de estos o porque simplemente no desean ser parte de ellos. Otro factor
que comparten Trilleras (2018) y Ordoñez (2016) es su enfoque metodológico, ambas
usaron entrevistas para acceder a información y a testimonios de los internos. Hernández
(2018) hizo un estudio cuantitativo a partir del uso de datos y documentos. Los tres trabajos
cuentan con una investigación de teorías y datos desde la Constitución colombiana, del
Código de procedimiento penal, la Legislación colombiana, del Consejo Nacional de
Política Económica y Social de Colombia, informes del INPEC, entre otros.
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MARCO TEÓRICO
2. LA RESOCIALIZACIÓN, UNA OPORTUNIDAD PARA UNA NUEVA
VIDA
La resocialización es un factor que debe tener mayor importancia en las leyes penitenciarias
y criminales, pues si bien, la redención de penas es un proceso favorecedor para el interno,
modificar sus conductas y facilitarle los recursos para que pueda reinsertarse
satisfactoriamente en la sociedad debe ser igual de fundamental.
La resocialización es una técnica de tratamiento clínico que pretende cambiar la conducta
del interno. Volver a socializarse, lo que significa aprender las expectativas sociales e
interiorizar normas de conducta. Resocializarse es volver a valer como ser social conforme
quiere la sociedad, esto implica reconocimiento. La técnica que se maneja es el cambio de
actitud y de valores. (INPEC, 2016, p. 11).
Ahora bien, la palabra Resocialización no es reconocida por la Real Academia Española,
sin embargo, la adición del prefijo ‘re’ en socializar, suscita la reiteración de esta misma
acción. Para entender está noción, el autor español Luis Guillamondegui (2010), supone la
resocialización como:
“el proceso que se inicia con la estancia del condenado en prisión, mediante el cual el equipo interdisciplinario profesional, con la colaboración del personal penitenciario y con
previo consentimiento del interno, procura que esté pueda tomar conciencia de la génesis de
su comportamiento delictivo pretérito y de sus implicancias personales, familiares y sociales presentes y futuras, con el propósito de fomentar y consolidar su capacidad de
convivir en sociedad respetando la ley penal en lo sucesivo… ” (Guillamondegui, 2010).
El acompañamiento al privado de la libertad durante su tiempo de cárcel debe estar
intervenido por la construcción de un nuevo modelo de proyecto vida, el cual implique la
rehabilitación del interno consigo mismo y con los demás. Colombia, por medio de la Corte
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Constitucional y siguiendo el artículo 10-3 del mandato del Pacto Internacional de
Derechos Civiles y Políticos, establece un estándar dirigido hacia la rehabilitación del
interno. Ante la sentencia de la Corte Constitucional T-762 de 2015, la Magistrada Gloria
Ester Ortiz Delgado, afirmó:
“Es imperioso recordar que el esfuerzo por la resocialización del delincuente y por su
incorporación a la vida en sociedad después de su castigo, se traduce en beneficios para la comunidad. Por el contrario, abandonar tal enfoque hace que el sistema penitenciario y
carcelario se convierta en un sistema multiplicador de conflictos que genera más y
“mejores” delincuentes (la cárcel como universidad del delito), lo que finalmente termina
siendo más costoso para el conglomerado social” (Ortiz, 2015).
Por tanto, y siguiendo el criterio de la Magistrada, el castigo del interno solo tendrá
resultados favorables, si dentro del mismo, se evidencian cambios que le aporten a su
comportamiento, permitiendo que este desarrolle una evolución cognitiva y espiritual que
lo conlleve a ser un individuo apto para la resocialización.
2.1 UNA MIRADA A LAS CÁRCELES COLOMBIANAS DESDE SU
FUNCIÓN RESOCIALIZADORA
Toda actividad que realice un privado de la libertad debería contribuir con su proceso de
resocialización y redención de pena. Según fuentes del INPEC, el tipo de actividad o de
trabajo que realice un interno, definirá una remuneración específica. Por ejemplo, si el
interno realiza una actividad laboral artesanal, industrial o agropecuaria, conocida también
como, trabajo de extramuros, puede recibir una bonificación salarial que es equivalente a
tarjetas de compra en la cárcel, pero lo anterior, solo depende si la actividad está controlada
por los programas de la institución.
Según el Artículo 19 del Acuerdo 011 de 1995, incluido en el Reglamento General con el
cual se rigen los internos de los establecimientos Penitenciarios y Carcelarios, ‘‘al ingreso
del interno al establecimiento se dispondrá la apertura de una cuenta particular donde se
consignará el dinero que él mismo porte en ese momento, el que sus familiares o allegados
deseen proporcionarle y el correspondiente a la remuneración que perciba por concepto de
trabajo’’ (INPEC, 1995).
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Ahora bien, la redención de pena podría ocurrir por horas de trabajo o estudio.
Teóricamente, por cada dos horas de actividades se rebaja un día de pena, pero el interno
también debe cumplir los requisitos del Artículo 532 del Código de Procedimiento Penal:
1. Certificación del consejo de disciplina o del director del establecimiento, sobre buena
conducta del detenido.
2. Certificados de los directores de los establecimientos donde hubiere estado recluido el
peticionario, acerca del tiempo que hubiere estado trabajando, estudiando o enseñando.
Aunque generar ingresos económicos es necesario para sobrevivir en la cárcel, edificar un
nuevo proyecto de vida es indispensable para que el interno pueda aprovechar su tiempo
libre; por otro lado, también es fundamental que desarrolle una mejor comunicación
asertiva la cual le permitirá liberar sus sentimientos. En Colombia existen algunos centros
penitenciarios que tienen como fundamento la aplicación de actividades para la
resocialización del privado de la libertad, la cárcel de Acacias en el Meta es un ejemplo
preciso de la ejecución adecuada de este proceso.
Este complejo carcelario cuenta con trece proyectos productivos al aire libre, también
cuenta con actividades agropecuarias y ambientales. En esta cárcel los índices de
reincidencia criminal son los más bajos de todas las cárceles del país, además, hay más
cupos para participar de las diferentes actividades, ya que no se registra hacinamiento, las
condiciones de la infraestructura son favorables y existe una cantidad suficiente de personal
para llevar a cabo las distintas actividades.
Sumada a esta penitenciaria, la Cárcel Distrital de Varones y Anexo de Mujeres de Bogotá
es catalogada por la Secretaria de Seguridad de la misma ciudad, como la mejor cárcel de
Colombia y ejemplo para Sur América. Así lo revela la Secretaria Distrital de Gobierno,
este complejo carcelario tiene un modelo de reclusión diferente, pues cuenta con una
administración y operación carcelaria organizada y eficiente.
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Se encuentra certificada por la Asociación Americana de Correccionales (ACA); pues sus
buenas prácticas la hacen destacar en la atención de los presos, garantizando, no solo los
derechos de los internos, sino su adecuado proceso para una resocialización exitosa. La
capacidad de esta penitenciaria es de 950 internos, a los cuales se les brindan diez talleres y
programas laborales y educativos. Apropósito de los programas que brinda esta cárcel, es
necesario mencionar que la asistencia educativa es otra arista importante dentro del proceso
de resocialización; pues no solo se trata de aprender un oficio, sino también de iniciar,
continuar o culminar procesos de estudios básicos o superiores que le permitan al interno
progresar con este requisito.
2.2 EDUCAR Y TRABAJAR PARA RESOCIALIZAR
Existe una estrategia que busca generar espacios de evolución personal, de trabajo y de
formación educativa para el privado de la libertad, se conoce como Sistema Progresivo, o
también llamado Plan De Acción Y Sistema De Oportunidades (PASO).
Este modelo consiste en tres etapas: una etapa inicial donde se fortalecen las capacidades
para mejorar los hábitos saludables del privado de libertad, una etapa media que intenta
orientar al mismo para una efectiva productividad, a través de actividades teorías y
prácticas, y finalmente la última etapa, que busca aplicar estrategias para abordar la
reinserción social del interno.
Los planes educativos reglamentados para las cárceles son la educación Formal, la no
Formal y la Informal. La primera implica cubrir y nivelar la educación básica:
alfabetización, básica primaria y secundaria, también llamada Ciclos Lectivos Integrados
(CLEI) I y II. Por otro lado, la educación Informal y no Formal, contiene programas de
conocimiento libre y espontáneo, con áreas de formación en cultura, desarrollo personal,
desarrollo de habilidades espirituales, sociales, cognitivas, entre otras.
Los programas de Educación Superior se podrían implementar, pero la presencia de estos
cursos no tendría cobertura en la mayoría de los centros penitenciarios, debido a la escasez
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de presupuesto y de infraestructura. Así mismo, es necesario que instituciones de educación
superior y diferentes universidades presenten una alianza para que, con convenios, los
internos reciban lecciones de Educación Superior tipo Abierta y a Distancia para otorgarles
títulos profesionales.
Ahora bien, la participación de los privados de libertad en las actividades informales y no
formales obedece a varios factores, primero, a su situación jurídica, pues dependiendo del
tiempo de su condena podrán tener acceso a los cupos que tiene cada proyecto, también
implica el nivel académico que tengan y del acceso libre o voluntario de cada uno para ser
parte del proyecto.
Dentro de las ofertas de programas de algunos centros carcelarios en Colombia se
encuentran labores agrícolas, industriales y artesanales. También existen programas de
mantenimiento, en el cual los internos pueden aprender y desarrollar actividades de
reparación y ornamentación. Por otro lado, hay actividades de servicios, donde realizan
labores en cocina, panadería, peluquería, lavandería, entre otros, dependiendo del centro de
reclusión. Por último, hay un programa llamado Trabajo Extramuros, que consiste en
actividades agrícolas, industriales o de carácter público y se hacen por medio de la
vinculación de empresas.
Es importante diferenciar estas actividades, pues algunas no hacen parte de los programas
de educación, de ese modo, los internos no reciben bonificaciones con ellas y tampoco
pueden redimir penas, pero finalmente, resultan beneficiando al interno desde el ámbito
emocional, artístico y social. Por ejemplo, el teatro es una actividad no Formal que se
desarrolla con frecuencia en las penitenciarías. Es el caso de la actriz Johana Bahamón,
quien creó en el 2013 una fundación llamada Teatro Interno, donde usa el arte como
herramienta de sanación y forma de expresión de las mujeres privadas de la libertad. De
igual forma, su fundación, tiene un restaurante en el que trabajan solamente mujeres
internas, también realizan actividades y programas de emprendimiento, educación
financiera, creación de empresa y proyectos productivos como, la producción de una línea
de zapatos llamados “Libres”.
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Por otro lado, desde hace 9 años en la cárcel La Modelo de Bogotá existe un grupo de teatro
llamado Abra Kadabra, en el cual han participado más de 60 internos. Este grupo artístico
realizó en el 2016, por primera vez, tres obras fuera de la cárcel, estás tuvieron lugar en la
Universidad de los Andes, con el apoyo de los estudiantes del Grupo de Prisiones del
Consultorio Jurídico y las Facultades de Derecho y de Artes de la misma universidad.
Manuel Iturralde, director del Grupo de Prisiones, describe al teatro como “la manera de
socializar los beneficios que trae el hecho de que una persona avance en su tratamiento
penitenciario y pueda salir a la libertad” (Iturralde, 2016). Además de las puestas en escena,
Abra Kadabra ha realizado tres novelas gráficas: Los Clasificados, Los Derechos de
Adriana y Libertad a Domicilio, donde se ilustran, explican e informan los derechos
jurídicos y administrativos de los internos.
Las implementaciones de estas actividades pueden mejorar el tiempo de pena privativa de
los internos, pues durante su tiempo en cárcel usualmente afrontan factores como el
hacinamiento, el exceso de tiempo libre, la lentitud en sus procesos jurídicos, la depresión,
la ansiedad, distintas enfermedades, entre otras causas que pueden dificultar su voluntad
para cambiar de comportamiento y de pensamiento. Estos programas se convierten en la
oportunidad para que los privados de la libertad desarrollen nuevas habilidades y
encuentren nuevos pasatiempos, que podrían convertirse en su forma de sustento al cumplir
con su pena.
3. EL ARTE POPULAR COMO HERRAMIENTA DE EXPRESIÓN Y DE
RESOCIALIZACIÓN
El desarrollo de las capacidades forma perspectivas distintas que permiten que los internos
puedan explorar otras formas de expresarse y mostrar desde su propio mundo aquello
imperceptible para los demás. Las construcciones artísticas realizadas en las distintas
culturas evidencian la transformación de las tradiciones propias y a su vez, la apropiación
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de discursos y símbolos tomados de otras expresiones sociales. Néstor García Canclini
sostiene que ‘‘el arte es producción porque consiste en una apropiación y transformación de
la realidad material y cultural, mediante un trabajo y para satisfacer una necesidad social’’
(Canclini, 1997, pp.55).
La realización de productos artísticos se presta como un pretexto para materializar,
preservar y dar historia al poder que las sociedades forjan a través de la cultura que
representan. Es responsabilidad de los autores mantener la esencia y la identidad de cada
cultura, permitiendo que se interprete y se conozcan los rasgos representativos de cada una
de ellas. Asimismo, los artistas introducen sus vivencias personales, generando la
comprensión de sus sentimientos, de su conciencia y de todo lo que les rodea. Las obras
artísticas contienen episodios de significativa importancia de acuerdo con al contexto
histórico en que se crean, funcionando como legado para la posteridad. En el proceso
creativo se plasman escenas de la vida cotidiana, situaciones injustas, sensibles,
escandalosas y que deben ser debatibles, por tanto, el arte es un medio para lograr resaltar
aquellas problemáticas y temáticas de interés para todos los sectores sociales.
Los procesos creativos que se forman alrededor de cada clase social explican el contraste de
las identidades que posee la cultura popular, como argumenta Canclini ‘‘Una obra de arte
no llega a ser tal si no es recibida. El consumo completa el hecho artístico, modifica su
sentido según la clase social y la formación cultural de los espectadores’’ (Canclini, 1990,
pp.60), entonces, la clasificación social es una arista del proceso creativo que permite
evaluar las transformaciones y las concepciones que surgen en el desarrollo artístico de este
grupo cultural.
De todos modos, mediante la búsqueda o el descubrimiento de algo nuevo, algunos grupos
dentro de la misma sociedad subalterna no encuentran empatía con las ideas y las
cualidades que les ofrece su clase social, dando lugar a la contemplación y transformación
de los objetos en una realidad disímil y profunda.
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La cultura popular y su arte despliegan ciertas características que se ven marcadas en
diferentes estilos, símbolos, códigos y discursos que circulan a través de las piezas artísticas
que se dan en los sectores subalternos, pueden siempre considerarse como un nuevo
componente de la formación cultural social; otorgando participación, identidad y libertad a
los artistas.
El arte popular propicia la construcción de otros espacios de comunicación, que determinan
la articulación de un nuevo proceso social, es más, el arte popular comparte una misma
industria cultural con otros modelos culturales. No obstante, el arte popular puede
distinguirse de cualquier otro ya que, como Escobar menciona ‘‘no aísla las formas, no
reivindica la originalidad de cada pieza ni recuerda el nombre del autor. Tampoco, cancela
la belleza ni el desaire de las funciones sociales de la obra’’ (Escobar, 2014, pp.14).
El arte popular incluye manifestaciones visuales y plásticas como la cerámica, la escultura,
la pintura, el grabado, la orfebrería, entre otras. Por otro lado, cuenta con otros ejemplos
artísticos conocidos como el teatro, la literatura, la música, la danza y el cine. Cabe discutir
que la difusión de estos es mayoritariamente aceptada y conocida.
Para representar la forma de identidad y de vida, es indispensable que los autores de este
arte se apropien de los más profundos y particulares mensajes, figuras y movimientos que
constituyen a su grupo social popular, entendiendo que, si esto es lo que se exhibe al resto
del mundo, pueden dar convencerse de que su propuesta alternativa de vida está generando
un impacto y sobre todo un ejemplo a los que se limitan a ver y seguir hacia una sola
dirección.
3.1 EL EFECTO DE LA CULTURA POPULAR EN LOS PROCESOS
CREATIVOS
La cultura es un ejercicio de enseñanza que implica la experiencia y la invención de los
dinamismos de aprendizaje del ser humano, para que, mediante la transmisión y la
reproducción de estos, se construya identidad social. La adaptación de las tradiciones
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simbólicas es dada por la herencia, de generación en generación, implicando la existencia
de diferentes posiciones e ideologías ante el concepto de cultura. Este puede considerarse
según la Real Academia Española como el conjunto de costumbres, conocimientos y grado
de desarrollo artístico, en una época o en grupo social. O, en otras palabras, como presume
Ortega, es la “producción simbólica del hombre a nivel social” (Ortega, 1991, pp.15).
La equivocidad de lo que cultura significa para diferentes grupos sociales, ha embarcado a
la sociedad en una marginación de aquello que no encaja con los imaginarios y estereotipos
específicos aceptados por las masas. Esta ideología ha estado adherida a diferentes
construcciones y representaciones sociales en el mundo, por ejemplo, como plantea Storey,
si se habla del desarrollo cultural en algunos lugares, puede pensarse específicamente ‘‘para
circunstancias y factores esteticos, espirituales e intelectuales’’ (Storey, pp.14).
Pero, en otros pueden ser aquellos elementos o circunstancias que involucren las bellas
artes. Lo anterior se define a partir del contexto social e histórico de quien lo juzgue, ya que
lo que para unos es bello y de buen gusto, puede resultar aburrido y desaliñado para otros,
sin embargo, la cultura de un grupo en específico siempre compartirá elementos básicos de
otras representaciones ajenas a la suya.
Ahora bien, la percepción y el uso de este término ha cambiado a través de los años, con la
mezcla y transmisión de conocimientos. Si bien, se ha generado una homogenización
universal de algunos factores culturales, esta diversificación ha ocasionado el
reconocimiento del otro como diferente e igual, dando lugar a nuevas categorías
conceptuales de la cultura tales como: cultura folclórica, cultura de masas-popular, cultura
dominante, cultura de la clase trabajadora, cultura de élite, cultura urbana y otras más. En
este sentido no puede hablarse de una sola cultura.
El juicio de este concepto ha evolucionado debido a los cambios históricos y a las praxis
sociales (migraciones y extranjerismos) que han logrado que las culturas se interrelacionen.
Aunque, para la élite, la cultura representa una clase de bienes y dinámicas diferentes a las
de la cultura de masas, es necesario rescatar que actualmente existen procesos de
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hibridación, es decir, hay una transculturación, que en términos de Ángel Rama usado por
Zubieta (pp.216) ‘‘es un proceso por el cual una cultura entra en contacto con otra, y en ese
contacto, la cultura dominada entra en un proceso de cambio en el que se incorporan
elementos de otra cultura, pero se preservan fragmentos propios de la tradición’’. Desde la
perspectiva social, es necesario que se genere la integración de las culturas de las
sociedades, pues de ese modo, se destaca lo tradicional y se evidencian los contrastes que al
final pueden armonizar la convivencia entre distintas culturas.
Esta clasificación de la cultura ha arrojado diferentes rasgos que permiten ver el patrón que
caracteriza a la cultura popular, que para Ortega “responde a las necesidades sociales, en
que se abstrae y se racionaliza el conocimiento y la sabiduría popular”. (Ortega, pp.8). Es
importante que esta rama de la cultura, tenga un espacio dentro de las dinámicas sociales,
pues a partir de ella, se evidencian las formas tradicionales por las cuales se ve representado
el pueblo, demostrando que lo popular intenta dar participación a aquellos sectores y
sujetos que no cuentan con el espacio preciso para desarrollar procesos de construcción
cultural.
Es en este campo expresivo en el que sus integrantes son reprimidos y separados de la
opción participativa de procesos creativos, por parte de los que se han apropiado de las
normas impuestas y aceptadas por las congregaciones que poseen mayor poder. Es
entonces, en la cultura popular donde se halla la inclusión de nuevos individuos, símbolos,
discursos e ideas que muestran lo que se produce en determinado tiempo y contexto en los
grupos sociales que están en diferentes áreas, formando memoria e historia a través de
ellos. Para Mijail Bathin sugerido en el texto de Zubieta (2013, pp.30) ‘‘las culturas
subalternas son primitivas, naturales, sensitivas, ligadas a lo corporal y a lo concreto’’.
La producción artística de esta cultura se produce en masa, por ello usualmente es la que se
extiende al conocimiento y la aceptación de más personas, convirtiendo sus artículos y
expresiones en una tendencia que, como lo analiza Storey, es “inevitablemente comercial”
(Storey, 2002, pp.24). A partir de esto, existe un pretexto para comprender el mundo
23
popular, el cual carga con un poder simbólico amplio, plural y heterogéneo. Los actores
sociales que cuentan historias a través de los diferentes métodos transforman sus
experiencias cotidianas en distribución de bienes, discursos y servicios para los que se
identifican con sus mismas ideas. La cultura popular también, puede ser definida como
aquello que, como aquello, según Raymond Williams, “que gusta de muchas personas, obra
que intenta deliberadamente ganarse el favor de la gente o cultura hecha por la gente para
ellos mismos” (Williams, 2017, pp. 15).
La cultura de masas se gesta como consecuencia de la división entre las culturas, y para
Zubieta (2007, pp.117) “es reproducida por medios técnicos y pensada para un público
considerable en cantidad”. La recepción de los productos mediáticos por parte de la
sociedad de masas funciona como vehículo para reflejarse y pensarse a sí mismos como
transformadores del mundo al que pertenecen.
Esta cultura y la cultura popular tienen un vínculo muy estrecho, si bien, en la primera se
relacionan los patrones culturales urbanos, más la producción de la industria cultural, la
segunda contempla la necesidad del uso de aquello que es un bien propio de las clases
subordinadas. Entonces, lo popular no es lo opuesto a lo masivo, es una forma para actuar
dentro de mismo, en ambos casos se idealiza el poder de la intervención de los diversos
sectores sociales como una misma fuerza, como Zubieta (2007) dice que considera Daniel
Bell (pp.136) “lo que antes era de una elite hoy es de todos y el consumo masivo ha
posibilitado una nivelación de los estilos de vida, haciendo menos evidentes las
diferencias”. Es decir, la significación social que se produce desde las practicas populares,
desarrolla conocimiento en lugares comunes y amplifica el alcance de lo que sucede allí,
hacia nuevas direcciones.
Expuesta la cercana relación entre cultura de masas y cultura popular, es fundamental
concluir con la mediación histórica que se ve reflejada en las formas y los procesos que
contiene la cultura popular. Si bien, cada grupo social tiene diferentes tradiciones,
costumbres y formas de vida, la cultura popular tiene una influencia notoria en los procesos
24
evolutivos de las otras, inicialmente por ser la encargada de transmitir los diversos
discursos y memorias de los que son en general mayoría, el pueblo.
4. LA COMUNICACIÓN, ELEMENTO FORMADOR DE LOS PROCESOS DE
RESOCIALIZACIÓN
Las dinámicas sociales que surgen a partir de la realización de los programas y actividades
en la cárcel crean nuevas formas de comunicación entre los privados de la libertad, pues
modifican sus aspectos sociales, incorporando un nuevo léxico, nuevas costumbres, normas
y políticas. El espacio cultural y las formas de expresión de estos personajes pueden
transformar y estructurar nuevos procesos para entender y analizar sus relaciones
interpersonales y sociales, pues si bien ya se ha dicho que no solo se trata del proceso de
resocialización de ellos sino de toda la comunidad.
Por lo anterior, se consideró relevante identificar la noción de comunicación planteada por
el teórico Dominique Wolton, quien permite entrever que la interacción y el cambio en las
formas de comunicación de la sociedad son constantes, porque la masas viven en una
comunidad que aparenta saber, ver y escuchar todo. Sin embargo, como plantea el mismo
autor en su obra, Informar no es Comunicar (2010), comunicar es convivir, y más que
informar es necesario que la relación entre los individuos tenga siempre una negociación
donde el fin sea generar convivencia.
Para originar esta convivencia, el medio es el lenguaje mismo, pues, es el que crea realidad,
y hace posible la conexión entre igualdad y libertad comunicativa. Con lo anterior, Wolton
presume que surgen tres razones por las que el hombre se comunica: la primera es para
compartir e intercambiar información, la segunda es para seducir y atraer al otro, y la
tercera es para convencer y argumentar sus ideas. Por ello, las perspectivas que surgen a
través de estos intercambios comunicativos determinan, el tipo de información y los medios
por los cuales circula y se configura el sentido, el significado, la identidad y la cultura de la
sociedad.
25
La comunicación tiene como deber legitimar y darle cabida a la pluralización de mensajes y
opiniones, y “debe ser capaz de…construir perspectivas políticas de apropiación y difusión
de nuevos discursos y pensamientos. El olvido y la obviedad a la que se someten los
acontecimientos cotidianos no nos permiten darles sentido y validez a las diferentes
configuraciones de las relaciones humanas”. (Giraldo, 2008, pp. 41).
Con lo anterior puede vincularse la tesis del medio como mensaje de Marshall McLuhan,
entendiendo que el medio es el transformador de lo que se desea transmitir, alterando el
tiempo y el espacio de las ideas del individuo. “Los medios al modificar el ambiente,
suscitan en nosotros percepciones sensoriales de proporciones únicas. La prolongación de
cualquier sentido modifica nuestra manera de pensar y de actuar, nuestra manera de percibir
el mundo. Cuando esas proporciones cambian, los hombres cambian”. (Mcluhan, 1987, pp.
41).
Ahora bien, si el mensaje depende del medio, también es importante comprender que es lo
que se quiere transmitir. En el mundo circulan a través de distintos medios extensas
cantidades de mensajes, toda esta información puede ser comprendida y percibida de
manera diferente por el hombre, dando lugar a nuevos significados y conectando
grupalmente a aquellos que coinciden con sus reinterpretaciones.
Wilbur Schramm analiza la comunicación colectiva a través de varios modelos, en este caso
el Modelo de la tuba expone el proceso comunicativo que no es lineal y que se compone de
“Comunicador/interprete/perceptor, los cuales, construyen múltiples mensajes que circulan
en el ambiente social para ser interpretados y reinterpretados socialmente, surgiendo así
nuevos mensajes primarios de retorno”. (Arcila, 2014, pp. 14).
Con esto, el conocimiento colectivo usualmente se ve influenciado por la intermediación de
personas que pueden guiar y difundir los mensajes, haciendo una especie de filtro de la
información adecuada. Así mismo, existen otros, que hacen que sus posiciones ideales
orienten y desacrediten la opinión e identidad de otros. La teoría de la comunicación
26
de Paul Lazarsfeld, permite entender porque las representaciones colectivas referentes al
mundo crean las formas culturales, ya que su consideración desarrolla el papel de un líder
de opinión en algunas comunidades, así entonces dice:
“La influencia de los líderes de opinión […]conduce a una mayor armonía interna tanto de
los individuos como de los grupos. En efecto, a medida que estos procesos moldean y
modifican las opiniones, los miembros del grupo alcanzan mayor acuerdo entre sí; de esta
suerte, se produce un movimiento simultáneo hacia posiciones que implican un aumento de
la homogeneidad dentro del grupo y un incremento de la polarización entre los grupos”. (Lazarsfeld, 1962, pp. 11).
La comunicación es un lugar estratégico para entender la realidad de las sociedades, sus
saberes, creencias y patrones de comportamiento, los cuales posibilitan la circulación de las
formas simbólicas que le dan interpretación a la aculturación. La pluralidad de
conocimientos, de mensajes y de líderes de opinión, se encargan de establecer diferentes
tipos de culturas. Depende de las masas hacer parte o tomar como ejemplo una cultura, sin
embargo, según Jesús Martín Barbero, ‘‘la cultura de masas recupera indudablemente
matrices, modos de percepción de lo popular y los desactiva, los deforma, los despolitiza,
los descontextualiza, los neutraliza, pero a través de todo eso sin embargo las clases
populares se reconocen pues como dijo Dufrenne ya hace tiempo: “Las masas populares
invierten en esa cultura su deseo y de ella extraen placer”. (Martín-Barbero, 2012, pp. 83).
4.1 EL PERIODISMO COMO HERRAMIENTA DE CONSTRUCCIÓN
SOCIAL
Las cárceles esconden entre sus rincones historias, resguardan entre sus paredes individuos
que, aislados por la sociedad, intentan continuar vigentes en la misma. Los testimonios y
las historias de los internos se pueden transmitir a través del uso de distintas formas, desde
datos hasta infografías. El periodismo es entonces el vehículo adecuado para relatar el valor
cultural y de memoria de los internos y de quienes les rodean. Además, la información que
se halla tras las rejas puede servir como un instrumento de movilización social, que genere
un cambio en las dinámicas públicas de estos lugares.
27
El periodismo es un bien público con carácter social. Su importancia radica en exponer al
mundo a aquellos personajes invisibles, narrar la historia de los que han sido olvidados
y seguir el rastro de todos los que influyen en las esferas de la vida pública, para permitir
que el resto de la sociedad conozca su verdad. Así entonces siguiendo a Rivadeneira Prada
“Es una parte de la comunicación humana destinada a la transmisión de noticias y cuyas
características son: actualidad, universalidad geográfica, temática y social, periodicidad y
acceso público”. (Rivadeneira Prada, 1990, pp. 34).
Es indispensable que el periodismo sea incluyente, que reciba todos los puntos de vista,
todas las versiones. Debe existir un espacio de opinión para la víctima, para el victimario y
para los testigos, lo que permitirá que la noticia y su investigación tengan sentido. No todas
las noticias son de carácter social, pero, usualmente muchas de las historias que le suceden
a un personaje le ocurren a otro, aunque sea lejano. El psicólogo Kurt Lewin, explica la
necesidad de un filtro en la información, sobre todo para los asuntos públicos, con la teoría
del gatekeeper en donde ‘‘se refiere a la persona que tiene el poder de decidir si deja pasar
la información o si la bloquea, es decir, ante un gran número de acontecimientos, sólo
llegaran a ser noticia aquellas que pueden pasar por un portón”. (Peña de Oliveira, 2009,
pp. 125).
Siguiendo esta idea, se puede entender que la construcción social está compuesta por
diferentes conceptos e ideas, arraigados en muchas ocasiones a aquellas traducciones e
interpretaciones que desde los medios de comunicación la sociedad percibe. Al transmitirse
un mensaje, su información será la encargada de determinar y de construir la situación
social de los individuos. Por lo que la teoría del espejo permite que el periodista en su
trabajo escudriñe la verdad de los hechos. ‘‘El periodismo refleja la realidad […] funciona
como un espejo de lo real, presentando un reflejo claro de los acontecimientos de lo
cotidiano.’’ (Peña de Oliveira, 2009, pp. 118).
Sin embargo, la realidad es constantemente escondida y tergiversada. Una historia de
carácter público debe contar con un proceso de investigación, en el que exista una
verificación de datos y fuentes riguroso, lo que ayuda a interpretar y reconstruir la
28
información y para evitar mensajes equivocados. El periodismo investigativo, es un tipo de
periodismo que estructura y verifica todos los datos para encontrar un resultado próximo y
real. Aunque el buen periodismo supone el empleo de la veracidad, la proximidad, la
actualidad y las fuentes, en esta época de inmediatez digital, muchas de las noticias no
cuentan con esta calidad. Según Jordi Bordás, “El periodismo de investigación supone
profundizar en los temas con un poco más de tiempo de lo que se hace en la información de
actualidad, que obliga a trabajar de un día para otro”. (Marcet, 1997, pp. 16).
La principal contribución de este trabajo para el periodismo es el valor cultural y de
memoria de estas historias de cárcel y de la distinta experiencia de cada uno los privados de
la libertad. Además, la información que se halla tras las rejas puede servir como un
instrumento de movilización social, que genere un cambio en las dinámicas públicas de
estos lugares. Por otro lado, las diferentes situaciones que se viven en este lugar ofrecen,
diferentes formas de contar las historias, dando provecho a todos los géneros periodísticos
y a los diversos formatos narrativos.
4.2. LA REALIDAD VISTA DESDE EL REPORTAJE
Las experiencias de los privados de libertad son el enlace para entender los contextos
sociales en los que se encuentra nuestra sociedad y, además, para examinar la verdadera
realidad que viven las cárceles. Cada ser humano tiene su propia suerte, suerte que puede
ser beneficiosa, aunque enseñe a golpes. El ejercicio de identificar y apreciar las distintas
historias de vida de los internos hace posible encontrar problemas que, sin considerarlo,
también pueden estar afectando a más individuos, y que por esto mismo necesitan contarse
para todos.
El servicio social que se requiere para llevar a cabo esta comunicación, lo ejerce el
periodismo. Analizar diferentes testimonios, investigarlos y darlos a conocer con un
lenguaje comprensible, hacen parte de la labor del periodista, quien por medio de distintos
géneros periodísticos encuentra la mejor forma para transmitir el mensaje.
29
El reportaje, del “verbo latino reportare que significa transmitir, descubrir, anunciar, traer
nuevas” (Hernández Fernández, 2010, pp. 40). Es entonces, una alternativa periodística
para expresar extensa y completamente una historia. “Es un arte de la interpretación y la
comprensión; ya no de los textos sagrados sino de la vida misma […] el reportar encierra en
sí una pasión: el desafío de conocer, descubrir y relatar, no solo con el cerebro, sino
tambien con el corazón, con todos los sentidos, y en los múltiples tiempos y espacios”.
(Hernández Fernández, 2010, pp. 40).
Entonces, para contar y argumentar los hechos, es necesario involucrar datos, diferentes
versiones y, sobre todo, tener veracidad con la información. Algunas sugerencias para
llevar a cabo un buen reportaje según Chéjov (2005), es aceptar invitaciones y ayuda de
otros, caminar solo, pero también en compañía. Escuchar y verificar la información, tener
siempre un soporte físico donde se almacenen datos, describir fielmente lo que percibe el
olfato, el tacto, el gusto y principalmente, observar. Observar lugares, de qué se componen
estos y qué significados puede tener cada uno de sus elementos. Observar a las personas y
lo que llevan consigo, identificar sus discursos y sus formas de hablar.
Por otro lado, para Claude Bernard (2002, pp.45) “mediante la observación atenta o el
estudio siempre puede llegar uno a darse cuenta de lo que hace; solo de ese modo es posible
transmitir a los demás lo que sabemos”. La metodología cualitativa se relaciona en gran
medida a cómo el reportaje se estructura y a la forma como el reportero sigue de alguna
manera una guía de trabajo para encontrar los elementos que requiere una buena pieza
periodística. (Bernard, 2002, pp.40).
30
5. MARCO METODOLÓGICO
En este trabajo de grado, se realizó una investigación descriptiva analítica, bajo una
metodología de carácter cualitativo. Inicialmente es necesario mencionar, que el enfoque
cualitativo es aquel que ‘‘utiliza la recolección de datos sin medición numérica para
descubrir o afinar preguntas de investigación en el proceso de interpretación’’ (p.7) , es
decir que, no se basa de las expresiones numéricas ni limita los datos antes de que se
recolecten y analicen los mismos. (Hernández Sampieri, pp. 7, 2010)
El análisis descriptivo de este reportaje permitió encontrar los elementos artísticos y
culturales que rodean a los internos que hacen parte de la estructura uno de COMEB y que
además aprovechan su tiempo de pena en actividades para trabajar en su resocialización
Al igual, para determinar con precisión y objetividad las anécdotas y las actividades
artísticas de estos internos, se aplicaron algunos de los métodos de la investigación
cualitativa como lo son, las ‘‘transcripciones de entrevistas, grabaciones, notas y
grabaciones observacionales, documentos y productos de material cultural audiovisual, y
material de experiencias personales”. (Denzin, pp. 57, 1994).
Corpus investigación
En la estructura uno de la cárcel ‘La Picota’ se albergan los internos de mediana seguridad
y se divide en siete patios con un total de 4.360 internos. Dentro de los programas que
ofrece el centro penitenciario se encuentran proyectos agrícolas y pecuarios, círculos de
productividad artesanal y proyectos industriales y de varios servicios.
En el círculo de productividad artesanal, hay actividades de bisutería, fibras y materiales
naturales, sintéticos, marroquinería, papel y telares y tejidos. Por su cuenta en el proyecto
de industria, se desarrollan actividades de artes gráficas e industria de la madera. Existe
otro grupo de internos, que no participan en estos programas pero que sí ocupan su tiempo
31
realizando muestras culturales y de arte como, grupos musicales de rock, vallenato, cumbia,
salsa y rap. Otros pintan, escriben, tatúan o hacen artesanías.
Para este trabajo de grado se tuvo en cuenta la participación de los internos de los
programas artísticos y culturales del complejo. Sin embargo, se eligieron, concretamente,
tres personajes por el verdadero compromiso que tienen con su labor artística, en la cual
integran a sus compañeros y transforman su vida a partir del uso de sus habilidades.
Delimitación espacial y temporal
La investigación se aterriza en la ciudad de Bogotá, específicamente en el Complejo
Carcelario y Penitenciario Metropolitano de Bogotá ‘‘COMEB’’, tambien conocido como
cárcel ‘La Picota’. El COMEB se divide en tres estructuras: la primera está conformada por
la infraestructura más antigua, donde se albergan internos de mediana seguridad, la segunda
es el Establecimiento de Reclusión Especial conocido como ‘ERES’, que cuenta con 6
pabellones; en los pabellones 1 y 2 se albergan funcionarios públicos, en el 3, se
encuentran los internos del programa de justicia y paz (algunos de ellos sometidos a la
Jurisdicción Especial para la Paz/ JEP), los pabellones 4 y 5 ‘PAS’ son lo de alta
seguridad, finalmente el pabellón 6 es conocido como ‘ERE SUR’ y acoge a los privados
de la libertad por parapolítica. La tercera estructura tiene 2 pabellones y tiene por nombre
‘ERON’ Establecimiento de Reclusión de Orden Nacional.
La ‘Picota’ tiene capacidad para 5.810 privados de libertad, sin embargo, actualmente
existe unas 14.409 personas, generando un 42% de hacinamiento. Dentro de los problemas
sanitarios y de sobrepoblación, en este complejo existen pocos espacios donde se trabajan
proyectos artísticos dispuestos a modificar los procesos de resocialización y de vida de los
internos.
Dentro del criterio de temporalidad, se analizaron los procesos creativos de los personajes
entre el segundo semestre del 2018 hasta la última semana de octubre de 2019. Hay que
aclarar que dos de ellos ya están fuera de la cárcel. La variable que se planteó aquí permitió
encontrar las actividades que mantienen
32
con una alta participación a los internos y que, a su vez, les han permitido que los procesos
de reducción de penas y de resocialización los mantengan comprometidos con su oficio.
Técnicas e instrumentos
La recolección de información se hizo efectiva con la práctica de la observación
participante, que sucedió en la biblioteca de la cárcel, en la imprenta y en los pasillo de la
estructura 1. Se uso está técnica ya que otorga una perspectiva diferente del campo de
estudio, y a su vez, facilita ‘‘una inmersión directa en los ámbitos sociales y la interacción
con los agentes objeto de la investigación.’’ (García, et al. Pp. 49. 2008).
Por otro lado, el uso de una libreta me permitió registrar las experiencias y los detalles más
cercanos y complejos que se visualice en la cárcel. Del mismo modo, la implementación de
entrevistas abiertas fue necesaria para aportar información ampliamente detallada, dando
lugar a nuevos factores como, las experiencias personales de los internos, el uso de su
lenguaje y la realidad de su propia percepción del mundo, siendo estos los principales
elementos que se tiene en cuenta para desarrollar un ejercicio de reportaje periodístico.
33
6. ANÁLISIS Y RESULTADOS :
REPORTAJE: LA FÁBRICA DE MONSTRUOS
EL MONSTRUO DEL TATUAJE: SANTIAGO RODRÍGUEZ
Estudiamos juntos hasta quinto de primaria. El mismo barrio, las mismas enseñanzas. Tal
vez fueron las oportunidades las que no fueron iguales. Estando más grandes coincidimos
de nuevo. Su cara no cambió mucho y por eso lo recordé. Cuando supe que estaba en la
cárcel quise saberlo todo. Después de varios intentos, de planear mi visita hasta Buga,
Santi salió.
Este año el reencuentro en el local de mi amigo de primaria por fin se dio. Tres horas
llenas de historias de toda una vida, ayudaron a tejer la siguiente que es su historia.
En la bodega de un bus intermunicipal, dos maletas y un equipo de sonido escondían 17
libras de marihuana extraídas de las fértiles montañas de Corinto en el Cauca colombiano.
Los dueños del equipaje ya habían recorrido una hora y media, hasta que la detención
fortuita del bus a la altura del municipio de El cerrito, Valle del cauca selló el juramento de
que aquel sería su último viaje. Dos requisas con un canino antinarcóticos expusieron el
secreto.
El cuadro dejó a los pasajeros en un silencio profundo, nadie admitía el pecado. Mientras
tanto, las autoridades trataban de imputar al conductor, quien, en medio del desespero y el
llanto, negaba su relación con el crimen. Cuando recordó la existencia de cámaras de
seguridad en el bus, pudo demostrar su inocencia. Los vídeos revelaron a los culpables,
Tago y su novia. No fueron suficientes las quinientas mil razones que tenían para que los
dejaran libres.
Los llevaron al CAI del Divino Niño en Buga, donde durante un mes y medio vivieron
encerrados. El encargado de dictarle cartilla para sobrevivir en la cárcel fue un tipo llamado
Guayo quien, entre otras cosas, le recomendó, no fiarse de nadie, no prestar ni pedir plata,
no robar, olvidar a los amigos y a la familia, no contar mucho de la vida y mentir acerca de
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ella cuando fuese necesario. Le dejó enseñanzas y le enseñó también caletas. Como guardar
en un tubo de crema dental dinero muy bien enrollado y forrado en plástico, o aprovechar la
base del trapero para amarrar en ella elementos pequeños.
A puertas de Casa Blanca
En las perreras de la cárcel de Buga, Tago se hizo amigo de un duro, le decían Lepra.
Cuando ingresaron al patio 3, La Pluma --el primero al mando del patio-- los recibió con
Chicha, el trago de la cárcel. Pero rápidamente trasladaron a Lepra a máxima seguridad y
Tago pasó una semana en la celda de la Pluma, durmiendo en el piso, al lado del inodoro.
La suerte la tuvo cuando en el patio 6 compartió la celda 8 con Franco, un viejo amigo de
Guayo.
La relación con su mamá y su hermana se había deteriorado por su gusto al rap y a la vida
en las calles. La cárcel la terminó lapidando del todo. Después de pagar tres meses de
condena su novia salió. Lo visitó en Buga seis veces y pronto terminó enamorándose de
otro. Tago estaba solo y seguía encarcelado. Gracias al arte mantuvo la moral, se mantuvo
con vida. Desde pequeño Santiago recuerda que sobresalía en el colegio por sus
capacidades creativas. De joven, los grafitis y la composición de letras de hip hop
ratificaron su talento artístico. Al estudiar por un tiempo diseño gráfico, conoció a Miguel
Pirela, su amigo en las buenas, en las malas y, sobre todo, en las peores.
El beso de Judas
Tago empezó irónicamente a vender marihuana entre los muros. En el día comercializaba.
En la noche, cuando su mente maquinaba recuerdos y estupideces, dibujaba y componía
versos. A sus compañeros les aseguró que sabía tatuar. Aquellos que veían sus bocetos le
compraban la idea. Santiago quien solo había practicado dos veces en la piel de un cerdo
jamás había rayado en la piel de humano.
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Cuando el antiguo tatuador quedó libre le cedió su máquina. Aun cuando era arcaica
funcionaba, pero a medias. Tago confió en sus capacidades e intentó plasmar sus primeros
trazos en un compañero que le había casi rogado que lo hiciera su primer cliente. La obra
maestra que el hombre eligió fue un beso. Al termino de dos horas, el que debía ser un
tierno diseño, tomó la forma de un órgano reproductor femenino. Traicionado por su propia
habilidad Tago fracasó y desde entonces su primer cliente lo llevó en la mala para siempre.
Había perdido la confianza de todos, pero no la de sí mismo. Al rolo en otras ciudades le
dan palo, pero en una cárcel extranjera le tiran a muerte. En ese momento decidió usar
como lienzo su propia coraza, todos los días esbozaba y creaba. Algunos internos eran
osados y se arriesgaban prestando su piel como ratones de laboratorio.
Otra sucursal del cementerio de los vivos
Irrumpiendo con la rutina de la cárcel, en una ocasión un arreglo de cuentas de enemigos
llevó a Casa Blanca a una gran batalla. Tago estaba atento al circo, no quería líos. De golpe
vio a un hombre correr por su vida. La muerte ya estaba destinada. Ese día el hombre se
salvó de los cuchillazos pero cayó desde el tercer piso de espaldas y murió. Todo el patio se
había volteado. Los guardias sacaron en urgencia a un grupo de internos por la gravedad de
las puñaladas y los golpes, incluido Santiago. Él no estaba herido pero se fue de colado.
Con tanta suerte que fue trasladado de una vez a Bogotá.
Nunca había montado en avión. Entre la emoción y la conmoción se subió. En medio del
cielo donde podía sentirse libre, seguía atado. Tago aterrizó en la cárcel de La Picota. Unas
cortas vacaciones le esperaban en el patio 9 de la estructura ERON. Era una visita de
tránsito por un par de crímenes que había cometido en la capital y por los que tenía
procesos por responder.
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Laboratorio Colombia
Mientras patinaba por el patio, es decir, mientras caminaba en círculos por allí lo reconoció
España, un amigo de su hermano mayor. Tuvieron la típica conversación tras mucho
tiempo sin hablar; España se entristeció cuando Tago le narró la muerte de David, su
hermano, en un accidente de moto. Los lazos de la amistad que una vez existieron
continuaron en la que apenas empezó a surgir entre ellos. Tago por fin escuchaba
conversaciones con su léxico, su cuerpo de nuevo sentía el helado frío de la capital, se
sentía como en casa pero sin estar.
Las que serían unas semanas, se convirtieron en seis meses. Tago no tenía afán de volver a
Buga. En su nueva rutina, no dejó atrás su trabajo de jíbaro. Tampoco dejó de lado el gusto
por tatuar. Mantenía el dilema entre sobrevivir o vivir. Vivía por el arte y sobrevivía con la
droga. Fue en La Picota dónde cogió más cancha, afianzó el pulso y encontró su propio
estilo.
Aficionado por el rap, fundó el colectivo Laboratorio Colombia junto a otros raperos de la
cárcel. Tiraban freestyle en los patios, y fueron consolidando letras con critica social,
introspección y memorias. El grupo se volvió tan popular que muchos tatuaron el nombre
en sus cuerpos y ahora hace parte de la cultura del hip hop de varios centros carcelarios de
Colombia.
***
En otra estructura pero en el mismo complejo penitenciario, los artistas hablaban acerca
de David. Como el pionero, como el del legado. Nos habíamos cruzamos una vez en La
Picota, pero para esa época no conocía de su labor. Tenía rastas y las acompañaba con
una larga barba. Estaba tocando rock en el patio 1, tocaba el bajo. Era el ultimo toque en
la que fue su casa por casi tres años. David atiborró los pasillos y patios de la cárcel de
acordes, melodías y poemas. Transformó la vida casi perdida de varios internos.
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Es artista de la vida y fue artista en la cárcel. Es elocuente y crítico con sus ideas. Ya no
tiene rastas, las enterró al salir como parte de una promesa que se hizo a si mismo. Lee a
Mario Mendoza. Le gustan los dulces. Para los deportes es malo. La cárcel le pasó factura,
y ahora sufre de claustrofobia. A veces se convierte en un ser agresivo, al que no le gusta
andar solo. Pero también es risueño y cuenta con orgullo los logros que pudo cultivar en
el concreto. A David el arte le dio libertad. No ha salido pero al menos ya no está
encerrado.
EL MONSTRUO DE LA MÚSICA: DAVID LARA
-¿Por qué estuviste en la cárcel?
--Yo estuve allá porque estaba hackeando bancos extranjeros. Soy ingeniero de
sistemas de la Distrital y aunque eso no lo aprendí en la universidad, robaba datos
de muchos bancos en todo el mundo y se los vendía a bandas de tarjeteros, y yo
ganaba por lo que se hacían. No lo hice por mucho tiempo, obviamente eso fue una
mala decisión y me llevó a enfrentarme a un proceso. El tiempo que estuve allá
fueron 33 meses. Caí en marzo del 2016 y salí el 28 de diciembre del 2018. Aunque
aún no estoy en plena libertad porque tengo restricción en la casa, pero con ciertos
permisos.
-¿Y por qué lo hiciste?
--Por dinero. Nunca antes había delinquido en nada. No fue una decisión de un día
para otro. Yo tenía una empresa de tecnología, tenía unos proyectos muy grandes y
esperaba mucho dinero y no llegó. Yo sabía que unos conocidos hacían cosas por
ese estilo. Sabía que yo lo podía hacer, y así me cuadraba con las deudas y me
relajaba. Sé que no es justificación, pero todo eso me llevó a tomar esa decisión.
Cuando llegó plata la primera vez, fue mucha. Me quedé por ambición y por
estupidez. Recibí mucho dinero, pero después me gasté más en todo el proceso.
-¿Cómo es llegar a la cárcel?
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--Te enfrentas al peor miedo que puedes tener. Es un lugar donde no existe nada
normal, donde el ser es un objeto que a nadie le importa. Apenas llegas te quitan el
nombre. Te rapan, a mi hasta la barba me quitaron. Supuestamente es por
salubridad, pero el efecto que realmente tiene, es que terminas convirtiéndote en un
ser que ni siquiera se parece a lo que eras. Te conviertes en un ser lleno de miedo,
de desesperanza y de tristeza. Esa tristeza que cuando llega nunca se va. A mi nunca
se me fue. Habían momentos más tristes, como en las mañanas, pero siempre estaba
el sentimiento, incluso te ríes porque ya te adaptas, pero la tristeza no se va.
- ¿Y en qué persona te convertiste?
--Todos los que llegamos allá nos convertimos en seres que destruyen. Destruimos
nuestra familia, nuestros sueños, los planes, la mayoría de nuestra vida. Allá te
conviertes en un ser que si tenías empatía, la pierdes totalmente. Estaba lleno de
miedo. Pero me fui acoplando, me fui quitando el miedo, eso me dejaba pensar en
otras cosas. El único valor mío fue tener la fuerza de transformar todo lo que me
pasaba allá en algo favorable, transformar toda esa mierda en arte.
- ¿Cómo fue ese proceso de transformación con el arte?
--El arte siempre ha sido muy importante para mí. Empecé a haciendo jarrones de
papel en el patio. La primera vez que pude salir del patio fue por mi compañero de
celda de esa época, era un chileno. Él trabajaba en la biblioteca y me inscribió en un
taller de fotografía que daba la fundación Salazar Arango. Con la fundación también
monté dos obras de teatro que tenían alusión a la ‘Divina Comedia’ pero de la
cárcel, una se llamó Dante Penitenciario y la otra Círculos Infernales.
Después me di cuenta que en la biblioteca habían lienzos, óleos, también había una
guitarra eléctrica, un bajo, habían tambores, flautas. Todo estaba empolvado, sin
servir para nada. Entonces prácticamente le rogué a la encargada de cultura, a
Nubia, para que me dejará probar el bajo. Ella aceptó y ahí empecé a ayudarla con
39
más cosas, ahí dije voy a hacer una banda de rock, porque por lo general, el rock
tiene una connotación contestataria. Nació Escuela de Rock, y planteé todo como un
taller de música, entonces entró mucha gente, hicimos un recorrido aprendiendo la
historia del arte, teoría musical, ejecución, instrumentos y ensamble.
-¿Cómo le fue a Escuela de Rock?
--Habían días donde no quería hacer nada, decía que hijueputas de que sirve si sigue
la misma mierda, si es una bobada. Mi prioridad era que se creara y se hiciera arte, y
que fuera real. Entonces pensaba que las personas que estaban haciendo eso
conmigo se transformaran de verdad y amaran el arte, entonces cuando no pasaba
eso con una alguien me daba mucha tristeza. Sin embargo, yo seguía trabajando.
Una vez un compañero me dijo grábeme, yo quiero que mi hija vea que yo no solo
soy bueno para robar, eso me motivaba. Después, empecé a escribir canciones, los
muchachos se comprometieron mucho y nació Abolición, que es a mi parecer una de
las cosas más bonitas que pude hacer allá. Nos llevaron a tocar en la plaza de
Bolívar, todos nos felicitaban hasta los guardias nos aplaudían. También se
formaron otros grupos, de hip hop, de cumbia, de vallenato.
-¿O sea que dejaste de aprender y empezaste a enseñar?
--Sí, empecé a generar conciencia de que lo que estábamos haciendo no era perder
el tiempo, no era por pasar el rato. Lo que estaba haciendo era llevar un proceso de
verdad, el arte genera muchas cosas, te convierte en un ser disciplinado, en un ser de
construcción. Allá te llaman por el delito. A mi me decían hacker y al final me
decían profe.
-¿Cómo hacías para que se interesaran , te ayudaron en la cárcel?
--Yo hice convocatoria en todos los patios, puse letreros con líneas para que se
inscribieran, luego revise quienes no estaban descontando y los empecé a llamar de
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a pocos. Miraba cuales sí tenían actitud de participar y cuales no, el arte se tenía que
convertir en una prioridad, por encima de todo lo que estaban haciendo. Nubia
también permitía que las cosas se hicieran, ella es buena y no hace parte de la
corrupción.
-¿Quiénes son corruptos?
--¡La guardia!, ellos son delincuentes iguales a nosotros, no peores. Pasaban muchas
cosas de corrupción, es un sistema calculado y sin escrúpulos. Te pueden cobrar por
adquirir comida, cama, procedimientos judiciales a los que tienes derecho y que
necesita, por asistencia médica. Hasta para poder participar en una actividad de
descuento. Muchas veces me rompían instrumentos y lienzos, a veces no nos
dejaban ensayar.
-¿Qué es para ti la resocialización?
--Es como volver a la persona empática, es como volver a la persona con deseos de
conseguir todo por encima del que sea, de ejercer su libertad pero respetando la
libertad de los demás y que pueda vivir en sociedad. Una persona que
supuestamente pierde todo eso, no puede vivir en sociedad, por ejemplo yo se que
nunca he sido un ser asocial.
-¿Crees que los privados de la libertad se pueden resocializar?
--Yo pienso que la cárcel, en Colombia, como está, no sirve para nada. Es
contraproducente para la sociedad, te conviertes en un ser que empieza a perder la
empatía por el dolor ajeno, un ser que se llena de rencor, porque lo único que hace
la cárcel es vengarse de lo que hiciste. Pero, la venganza nunca lleva a nada más
sino a más deseos de venganza. Además, como no es perpetua no sirve. Si te
quedaras allá todo el tiempo pues bueno, pero no, todos los días sale gente también.
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Una persona que sale de allá, sale dañada y enfrentada a estigmas y a cero
oportunidades.
-¿Entonces los programas no sirven?
--No. primero tienen que cambiar todo, los programas de resocialización que hay
son puras estupideces. Solo sirven para justificar algo que están haciendo pero que
no lo hacen. No impactan en nada ni generan ningún cambio. Todo el sistema lleva
a que nadie se resocialice sino que se convierta en alguien peor, y que si no era un
ser asocial, se convierta en uno. Las cosas de psicología las hacen practicantes que
terminan ennoviadas con internos, chicas que en realidad no saben que están
haciendo, o ponen una película y luego preguntan, cómo o qué piensa de eso?, es no
sirve para nada.
-¿Cómo deberían ser los programas para resocializar?
--Yo cambiaría todo. Primero tienen que hacer un diagnostico sicológico real de
cada persona que llegué allá, porque los meten a todos en el mismo costal, y una
persona que pudo cometer un delito menor lo meten al lado de un poco de
paramilitares, de asesinos, al lado de violares, le tienen que hacer una diferencia no
solo por el delito, sino también por la estabilidad sicológica que tiene la persona,
entonces ahí si se puede ver si esa persona es asocial.
Luego todos los programas de psicología y de trabajo social, deberían estar
enfocados a lo que realmente necesita cada persona, que en realidad la persona se de
cuenta de que hay formas de cambiar su vida, que realmente lo puede hacer y que
puede salir de los círculos que lo llevan a destruirse más. Decirle, no, usted no es
una basura, usted no es un desecho de la sociedad. Sino, usted es una persona que
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puede crear y hacer lo suyo, puede transformarse, puede ser algo favorable. Ese es
el efecto que tienen que tener realmente.
-¿Y el arte, te resocializó?
--Yo creo que el arte me transformó, y creo que el arte me salvó la vida. De hecho
yo creo que yo le debo mi vida al arte. Mi propósito ahora es enseñarlo, de hecho
voy a entrar a la universidad, quiero entrar a estudiar artes visuales en la Academia
de Artes Guerrero.
-¿Cómo cambió tu forma de ver la vida y las cosas?
--Ahora creo que no importa todo lo que se supone que tenemos que conseguir, no
me importa el trabajo, la plata como tal, los lujos. Todo lo que gano ahora lo gasto
en instrumentos y antes no veía la vida de esa forma, todo lo que había conseguido
lo perdí en un segundo, no tenia nada, incluso hasta las personas, porque a veces
uno se centra mucho en una persona y en realidad uno deber preocuparse por ser
feliz y quererse uno mismo.
-¿Qué consejo le daría al David Lara de 26 años, al que estaba hackeando bancos?
--Yo le diría que siguiera lo que le dice su corazón que haga y no lo que le dicen los
demás.
***
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El buen hijo vuelve a casa
Tago no llegó a improvisar. Al regresar, sentía el aire de la ciudad milagrosa diferente. Su
plan de vida era más claro. Compró una celda en setecientos mil pesos, con la plata que
ahorro de su trabajo en Bogotá. Eligió siempre a sus compañeros de pieza y así estuvo más
tranquilo. Lo seguían llamando Tago pero por el amor a sus raíces se convirtió en Bogorap.
Los muros y barrotes aguardaban crueldad, miseria y miedo. Pero en las ruinas siempre
podía nacer un tesoro. Sus compañeros le dieron una segunda oportunidad. Acompañado de
aguja y tintas, pintó nuevos cuerpos, nuevas líneas. Todos lo veían, era de verdad un artista.
La ambición rondaba las puertas de su celda, pero Tago se envolvía cada vez más con el
arte. A veces hasta pecaba y le fiaba los diseños a los más parceros. En otra de las fugaces
volteadas del patio, un interno aprovechó que todas las normas se habían caído. Lo tomó
por sorpresa, y lo punteo con un chuzo en la entrepierna, muy cerca de los testículos. Casi
lo Capa, y todo porque Bogorap no le quería prestar la máquina de tatuar.
El padre que la cárcel le regalo
Todos los domingos de visita, un hombre mayor le llevaba almuerzo a Chinchen un pelado
que se estaba volviendo loco por las drogas y el encierro. Una tarde el hombre llamado
James, se le acercó a Santiago y le ofreció comida. El lazo que crearon fue tan fuerte, que
incluso el hombre se dejó tatuar de Tago.
Doce fueron los tatuajes que le hizo. Cientos fueron los consejos que recibió. El apoyo que
muchas veces le faltó por parte de su familia lo encontró en James que por haber vivido en
carne propia su situación, lo comprendía. No solo aceptaba sus errores, veía el potencial
que Tago había guardado desde siempre y que solo pudo explotar cuando se hundió. Creía
tanto en su talento que le compró múltiples veces implementos para tatuar, habló con la
guardia y enredó permisos para que lo dejaran hacer su arte. James lucía como un padrino,
pero Tago lo sentía como a un papá.
***
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Me dijeron que si buscaba arte, que buscara en la imprenta. Ese es el único lugar de La
Picota donde el mundo vuelve a ser normal. La sensación de libertad está ahí, todo el
tiempo. El taller que es bastante grande también es cómodo, silencioso y ordenado. Lo
ocupan varias maquinas y tiene las paredes pintadas con diseños que hizo el mismo
personaje que encontré.
Nos saludamos y le pregunte si le gustaría contarme su historia. Inmediatamente empezó a
relatarme todo, nos sentamos en el pasto y me regalo unas galletas, me hizo reír y me
metió en la película que vivió. Lleva mi mismo apellido y a mi me gustaría ver la vida con
su misma actitud.
EL MOUNSTRO DE LA PINTURA: HERNÁN MARULANDA
Haber nacido en Medellín fue un privilegio y una maldición. Casi 6.809 personas fueron
asesinadas en 1991 en la capital antioqueña. Para ese mismo año Hernán terminaba la
etapa más dulce y feliz de su vida, el colegio. Pero la época más difícil y retadora llegaba
y fue crecer en la década de los 90. Con la muerte de Pablo Escobar en el 93, la falsa
ilusión de paz llevó a Hernán a estar armado en el infierno todo el tiempo. Nadie era
amigo de nadie. Todos la debían, todo era sangre.
Sobrevivió a un balazo en el muslo, pero lo que sí le costó fue superar la muerte de Piripi,
su mejor amigo. Desde ese evento decidió alejarse del crimen y años después conoció a
Diana, la mamá de sus dos hijos, Ian y Ailyn. Montó un negocio de comidas rápidas y
también hacia diseños en icopor para fiestas, pintaba murales en negocios y diseñaba
camisetas. Empíricamente fue talentoso para el arte, pero mantener una familia era más
importante.
Tres bocas y un hocico que alimentar. Pintar le reconfortaba el alma pero no le llenaba
los bolsillos. Hernán era el segundo de tres hermanos. Los valores en su casa siempre
estuvieron perdidos. Eso sumado a la falta de buenas oportunidades llevó a su hermano
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menor a jibarear. En un día el pelado se hacia lo que a él le costaba el esfuerzo de toda
una semana. La necesidad tenía cara de perro, y el paisa la empezó a apaciguar
juntándose con su hermano.
Se estableció en una licorera y desde allí con la fachada del negocio, vendía marihuana y
perico. Ganaba tres millones de pesos más las ligas. Se había ganado la confianza de los
jefes porque nunca faltaba a los códigos de ese mundo. Hernán cumplía con las cuentas
de sus jefes, no les robaba, tampoco les metía contrabando, es decir, no vendía lo de otros
parches ni tampoco metía veneno en los paquetes.
Su respeto por todos le hacia creer que no le hacia mal a nadie. Pero pronto la vida le
mostraría que al primero al que dañaba era a él mismo. Su estabilidad emocional le estaba
jugando la doble, la presión del negocio lo mantenía azarado. Se salió y manejó por siete
meses Uber. Cuando se sintió colgado fue débil y volvió a pedir camello.
Después de dejar a su hija en el colegio, paseaba a su perro Blue ray por el barrio.
Mientras tanto la Policía se encontraba allanando su casa. Lo que parecía una escena de
película de acción, convirtió a Hernán en el personaje principal de la cinta. No era para
menos, el paisa se había convertido en el administrador de una de las ollas de droga más
grandes de Medellín. Los vecinos lo veían arrimándose a la casa y le decían que huyera,
que todavía no le habían encontrado nada.
El paisa caminó hasta su casa asustado pero decidido. Se entregó. Y con las huevas en el
piso, como dicen en su tierra, saludó decentemente al coronel. Del mismo modo le
respondieron y para sorpresa de todos la captura no incluyó escenas de violencia. Lo que
siguió fue una estadía en el búnker de la Fiscalía de Medellín. Tras sentir por mucho
tiempo que lo seguían, que le iban a caer, su paranoia se acabó y pasó las noches
encerrado, pero por fin tranquilo.
Un día antes de la captura, ya le habían cantado que iban a llegarle, pero él no comió
cuento. 2.350 gramos de marihuana equivalen a dos kilos. Esa fue la cantidad que le
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incautaron a el paisa y por la que iniciaron un proceso judicial en su contra. Cayó el 3 de
agosto del 2017 y ya el 5 de Febrero del 2018 lo trasladaron al patio 3 de la estructura 1
de la cárcel La Picota de Bogotá.
Ser el mandamás de un negocio de drogas concede poder, problemas y dinero. En la
cárcel de entrada los problemas son para todos. Pero desaparecen con brevedad si se tiene
dinero y aún más fácil si se tienen parceros. Hernán entró y no conocía nadie. No tuvo
tantos problemas pero le tocó ganarse el respeto, no siendo malo sino buena gente. Nunca
abusó del poder que tuvo, más bien nunca fue problemático, pero siempre estuvo rodeado
de contratiempos.
En marzo pudo entrar a trabajar en la imprenta. Tenía experiencia porque cuando
sublimaba los diseños de las camisetas aprendió a usar ese tipo de maquinas. El Paisa
alcanzó a conocer a David Lara, porque compartían el mismo gusto por el arte.
Sus cuadros eran famosos en la cárcel. Los materiales se los envían en encomiendas con
pinturas, pinceles y mecato. Le gustan los colores ácidos y vivos. Es capaz de hacer
cualquier diseño pero prefiere hacer lo que le sale y no lo que le dicen. Le costó una pena
de 48 meses poder darse cuenta que el arte también es una forma de vida rentable.
Su condena no fue tan larga porque al detenerlo le hicieron un mal proceso. Tuvo un buen
abogado y estuvo a su favor que el Fiscal y el Juez de su caso lo conocían porque Hernán
había sacado de la cárcel a Juan, un parcerito en Medellín que no tenía a nadie pero que
siempre lo tuvo a él. Quizás como recompensa la vida le dejo a Blue Ray. Antes su dueño
era Juan.
El Paisa continúa en La Picota. Vive en el patio tres donde hay unos 900 internos más. Su
celda es colorida y evoca esperanza. Ahora piensa mejor antes de hablar, ya no carga con
rabia en su corazón. La energía que tiene atrae solo cosas buenas, aun en medio del
infierno en el que vive. No habla mal de nadie, no se mete con nadie. A todos los lleva en
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la buena. Está tranquilo porque acepta que está saldando el mal que hizo. Aprendió el
valor de la palabra. Aprendió a respeto y no menospreciar al prójimo.
De su familia vive enamorado. La cárcel los unió más. El arte es su alegría, su felicidad.
Entiende que para resocializarse el que tiene que cambiar él mismo. Se siente una persona
más humana, más fuerte y más segura.
-Paisa, ¿Qué consejo le darías al Hernán que estaba jibareando en Medellín?- le pregunto:
--¡Crea más en usted, lo que usted es como persona va a sacar lo mejor de usted!--
***
Su mejor exposición de arte se llevó acabo en su celda. Completó 42 meses en el encierro
atravesando luchas jurídicas, emocionales y sociales. Le descontaron seis meses de su
condena por comprobar con sus dibujos, tatuajes y letras que no perdía el tiempo, que no
estaba delinquiendo. Le dieron casa por cárcel. Le faltan 40 meses para estar libre del todo,
para no deber nada.
El jueves 7 de junio del 2018 llegó a casa de James, su papá adoptivo. Ahí pasó sus
primeras noches, se quedó un mes. Nuevamente lo esperaba un viaje en bus. Nueve horas
de recorrido para enfrentarse a su nueva oportunidad. Para lograr llegar y cambiar.
Vivir para Contarlo
Más futuro que pasado fue lo que Tago se prometió al salir. En Bogotá lo recibió Pirela, el
amigo más firme de todos. Juntos montaron un local de tatuajes al sur de la capital que
bautizaron como Homink.
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Estar rodeado tanto tiempo de planes de maldad, de historias de delitos, le dejó la mente
enferma. Dejó de confiar en la gente, y no aprendió a perdonar. Se volvió muy extremista,
no hay mitad, es o no es.
Tago no creé haber perdido. Al final de lo malo también se aprende. Aprendió a tener
miedo, aprendió a dominar la droga, aprendió a ver a la persona y no al bandido. Aprendió
a hablar claro, a ser concreto. Hizo un máster de paciencia y tolerancia. El karma también
le enseñó. Pero su mayor enseñanza fue usar el arte como un arma. En las malas arte,
cuando le falte dinero y llegue la tentación arte.
Tiene más de 20 tatuajes, el de más significado es el que lleva la fecha de nacimiento y el
nombre de su hermano. El arte para Santiago lo vale todo y es todo. El arte le dio vida,
respaldo y estabilidad económica y emocional.
--Santi, ¿Qué consejo le darías al Santiago de hace tres años? —le pregunto:
--¡Relajéese, va muy rápido! --
Link donde se puede ver el reportaje:
https://stefmm3.wixsite.com/fabricademonstruos
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7. CONCLUSIONES
En Colombia la crisis carcelaria es real. El hacinamiento, la mala administración y los casos
de corrupción que protagoniza el INPEC demuestran que es necesaria una reforma para el
sistema penitenciario del país. Pero más allá de la problemática de la institución, la
percepción de la cárcel y de los que la habitan es muchas veces para la sociedad una sola
verdad. Son personas que merecen estar allí porque cometieron un error o porque a los ojos
de la ley parece que son culpables.
La idea sobre el papel de la cárceles es que el individuo ingresa a purgar una condena pero
a la vez, a resocializarse y de ese modo volver a ser un integrante idóneo en nuestra
sociedad. Pero más que lejos está, esta utopía de la cruda realidad que día a día se vive en
las cárceles.
La resocialización es una mentira dentro del sistema actual, principalmente por la falta de
presupuesto e inversión y por la carencia de profesionales especializados en la ejecución de
los programas que plantean.
Sin embargo, la noción de resocializar en su expresión propia no está clara. Se supone que
con esta se deben modificar las conductas del individuo, pero son los vicios los que se
deben corregir. Una persona que tenga un vicio no es una persona que haga algo por
necesidad sino por instinto. La resocialización es sacar del vicio al individuo que realmente
es un ser que no puede vivir con el prójimo, que lo daña. Por lo tanto, no existe una
estructura real que diferencie a una persona que no está dañada de otra que lo está. ¿cómo
se puede ‘‘volver’’ a socializar a una persona que no está dañada?. No se puede, no lo
necesita. Lo que sí necesita son las adecuadas condiciones de vida para cumplir con su
pena. Más oportunidades, educación y justicia.
Ahora bien, el arte sí es un proceso de metamorfosis para los internos que lo practican,
desarrolla su capacidad y perspectiva para expresarse mejor, los educa, les enseña y los
transforma desde su propia experiencia. Los que hacen arte en la cárcel lo hacen porque les
apasiona.
Las muestras de talento artístico por ahora no son motivo para que se descuente tiempo de
una condena. Los recursos son limitados, al igual que los espacios, que no cuentan con las
mejores condiciones. El arte sobrevive en la cárcel gracias a los interno que tienen
esperanza en una forma de vida diferente a la que llevaban.
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No es simplemente cuestión de reprimir y aislar al interno. Es acompañarlo y brindarle la
asesoría apropiada en los procesos educativos y de resocialización. Es cambiar el sistema
desde la administración, combatir el hacinamiento, eliminar la corrupción y sobretodo,
diferenciar la calidad humana que ingresa, porque no todos son bandidos y no todos están
locos.
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